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TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
ALIMENTARIO: ANOREXIA Y BULIMIA NERVIOSA
Mª Teresa León Espinosa de los Monteros
Mª Dolores Castillo Sánchez
Autoras:
Mª Teresa León Espinosa de los Monteros
Mª Dolores Castillo Sánchez
TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
ALIMENTARIO: ANOREXIA Y
BULIMIA NERVIOSA
© Editorial: FORMACIÓN ALCALÁ
C/. Ramón y Cajal, 20. Apdo. 130
23680 ALCALÁ LA REAL (JAÉN)
Telfs. 953 58 53 30 (4 líneas) - 902 108 801 - Fax: 953 58 53 31
[email protected]
www.zonadesalud.org
ISBN: 84-95658-63-1 DL: GR-226-2003
Febrero 2003
Imprime: Lozano Impresores, S.L.L. 958 46 54 22
Ilustración de portada: Las Tres Gracias. Nápoles, Museo Nacional.
INDICE
PRÓLOGO ..................................................................................................
13
TEMA 1. Introducción y clasificación de los trastornos de conducta
alimentaria ..................................................................................................... 15
Mª Dolores Castillo Sánchez, Mª Teresa León Espinosa de los
Monteros, Carmen Mª Linares Labrador, Macario Castillo Sánchez,
Mercedes Cabrera García, José Antonio Naranjo Rodríguez.
PARTE I: ANOREXIA NERVIOSA
TEMA 1. Concepto de Anorexia Nerviosa. Revisión histórica. .............
Mª Dolores Castillo Sánchez, Mª Teresa León Espinosa de los
Monteros, Antonio López Bermejo, Miguel Ángel Gallo Vallejo,
Sebastián Fernández Lloret, José Mª Medina Pérez.
TEMA 2. Anorexia Nerviosa. Epidemiología. ..........................................
Mª Teresa León Espinosa de los Monteros, Mª Dolores Castillo
Sánchez, Mercedes Llamas del Castillo, Víctor Fuentes Gómez,
Manuel León Espinosa de los Monteros, Sebastián Fernández Lloret.
TEMA 3. Etiopatogenia de la Anorexia Nerviosa. ...................................
Mehrdad Shushtarian, Ismael Maldonado Díaz.
TEMA 4. Clínica de la Anorexia Nerviosa. ..............................................
Gonzalo Piédrola Maroto, Rocio Romero Saldaña, Martín López
de la Torre Casares, Teresa Muros de Fuentes, Enrique Palacio
Abizanda.
TEMA 5. Diagnóstico de Anorexia Nerviosa. ..........................................
Ana Benito Duarte, Mª Teresa Puertas Ramírez, Francisco Rincón
Cervera, Isabel Beltrán Velasco, Ana Ortiz Viana, Ester Idini.
29
41
53
61
71
TEMA 6. Diagnóstico diferencial de la Anorexia Nerviosa. .................. 77
Martín López de la Torre Casares, Enrique Palacios Abizanda, Gonzalo
Piédrola Maroto, Teresa Muros de Fuentes, Rocío Romero Saldaña
TEMA 7. Tratamiento nutricional de la Anorexia Nerviosa. ................. 93
Sebastián Fernández Lloret, Mª Dolores Castillo Sánchez, Mª Teresa
León Espinosa de los Monteros.
TEMA 8. Tratamiento psicofarmacológico de la Anorexia Nerviosa .. 109
Ana Ortiz Viana, José Guerrero Velázquez, Ester Idini, Isabel Beltrán
Velasco, Francisco Rincón Cenera y Ana Benito Duarte.
PARTE II: BULIMIA NERVIOSA
TEMA 9. Concepto de Bulimia Nerviosa. Revisión histórica. ..............
Gabriela Lobo Tamer.
TEMA 10. Bulimia Nerviosa. Epidemiología. .........................................
Mª Teresa León Espinosa de los Monteros, Mª Dolores Castillo Sánchez,
Rafael Ceballos Atienza, Fernando Cobo Martínez, Miguel Ángel Gallo
Vallejo.
TEMA 11. Etiopatogenia de la Bulimia Nerviosa. ..................................
Mª Dolores Galicia García, Josefa Mª Aldana Espinal
TEMA 12. Clínica de la Bulimia Nerviosa. .............................................
Teresa Muros de Fuentes, Martín López de la Torre Casares, Gonzalo
Piédrola Maroto, Rocío Romero Saldaña, Enrique Palacios Abizanda.
TEMA 13. Diagnóstico de la Bulimia Nerviosa. .....................................
Ana Benito Duarte, Mª Teresa Puertas Ramírez, Francisco Rincón Cervera,
Isabel Beltrán Velasco, Ana Ortiz Viana, Ester Idini.
TEMA 14. Diagnóstico diferencial de la Bulimia Nerviosa. .................
Enrique Palacios Abizanda, Martín López de la Torre Casares, Teresa
Muros de Fuentes, Gonzalo Piédrola Maroto, Rocío Romero Saldaña.
TEMA 15. Tratamiento nutricional de la Bulimia Nerviosa. .................
Gabriela Lobo Tamer.
TEMA 16. Tratamiento psicofarmacológico de la Bulimia Nerviosa ....
Francisco Rincón Cenera, Mª Teresa Puertas Ramírez, Ana Mª Benito
Duarte, Ana Mª Ortiz Viana, José Pablo Muñoz López, José Guerreo
Velásquez.
127
135
145
151
161
165
173
179
PARTE III: PREVENCIÓN, PRONÓSTICO Y CALIDAD DE VIDA
DE LA ANOREXIA Y BULIMIA NERVIOSA
TEMA 17. Prevención de los trastornos del comportamiento alimentario.
Anorexia y Bulimia Nerviosa. ................................................................. 195
Víctor Fuentes Gómez
TEMA 18. Evolución y pronóstico de la Anorexia y Bulimia Nerviosa. 209
Ismael Maldonado Díaz, Mehrdad Shushtarian
TEMA 19.Calidad de vida en pacientes afectados de Trastornos del
Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa .............. . 213
Rosa Carabaño Moral.
PARTE IV: OTROS TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
ALIMENTARIO
TEMA 20. Otros Trastornos del Comportamiento Alimentario. .......... 223
Ana Mª Ortiz Viana, Isabel Beltrán Velasco, José Guerrero
Velásquez, Ester Idini, Mª Teresa Puertas Ramírez, José Pablo
Muñoz López.
PARTE V: TRASTORNOS
ALIMENTARIO Y DEPORTE
DEL
COMPORTAMIENTO
TEMA 21. Trastornos del Comportamiento Alimentario y Deporte. ... 235
Miguel Ángel Gallo Vallejo, Mª Luz Galán Rodríguez, Mª Luisa
Gallo Vallejo, . Mª Dolores Castillo Sánchez, Mª Teresa León
Espinosa de los Monteros.
PARTE VI: HISTORIAS CLÍNICAS, TESTIMONIOS
TEMA 22. Historias clínicas de pacientes con Trastornos del Comportamiento Alimentario. ................................................................................ 251
Mª Dolores Castillo Sánchez, Mª Teresa León Espinosa de los
Monteros, Sebastián Fernández Lloret, José Mª Medina Pérez.
TEMA 23. Testimonios sobre Trastornos de Conducta Alimentaria ..... 263
Mª Dolores Castillo Sánchez, Mª Teresa León Espinosa de los
Monteros, Sebastián Fernández Lloret, Macario Castillo Sánchez,
Rafael Ceballos Atienza.
CUESTIONARIO .....................................................................................
287
AUTORES Y CENTROS
Autoras y coordinadoras
Mª Dolores Castillo Sánchez
Doctora en Medicina y Cirugía. Experto en Nutrición Clínica y Dietética. Estudiante de 5º curso de la Licenciatura de Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
Asesor Técnico de Valoración de Discapacidades.
Delegación de Asuntos Sociales. Granada.
Mª Teresa León Espinosa de los Monteros
Doctora en Medicina y Cirugía. Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.
Experto en Nutrición Clínica y Dietética. Medico Interno Residente de Medicina
Preventiva y Salud Pública. Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada
Colaboradores
Josefa Mª Aldana Espinal
Master Salud Pública y Gestión Sanitaria por la Universidad de Granada. Medico
Interno Residente de Medicina Preventiva y Salud Pública.
Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla.
Isabel Beltrán Velasco
Medico Interno Residente de Psiquiatría.
Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada.
Ana Mª Benito Duarte
Medico Interno Residente de Psiquiatría.
Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada.
Mercedes Cabrera García
Licenciada en Medicina y Cirugía. Médico de Familia. Experta
Universitaria en Cuidados Paliativos de Enfermos Oncológicos.
Médico de Centro de Salud de Puebla de Don Fadrique. Granada.
Rosa Carabaño Moral
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Master en Salud Pública.
Coordinadora Asistencial del Distrito de Axarquía. Málaga.
Macario Castillo Sánchez
Profesor de Educación Primaria. Especialista en Pedagogía Terapéutica.
Experto Universitario en Artes Plásticas. Granada
Rafael Ceballos Atienza
Doctor en Medicina. Coordinador Asistencial.
Distrito Sanitario Alcalá-Martos. Jaén.
Sebastián Fernández Lloret
Doctor en Medicina y Cirugía. Medico especialista en Digestivo y
Medicina Interna. Servicio Nutrición Clínica y Dietética.
Hospital Clínico San Cecilio. Granada.
Víctor Fuentes Gómez
Medico Interno Residente de Medicina Preventiva y Salud Pública.
Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada.
Mª Dolores Galicia García
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Especialista en Medicina
Preventiva y Salud Pública.
Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias. Sevilla.
Miguel Ángel Gallo Vallejo
Doctor en Medicina y Cirugía. Especialista en Medicina del Deporte. Director del
Centro de Medicina Deportiva del Patronato Municipal de
Deportes del Ayuntamiento de Granada.
María Luisa Gallo Vallejo
Especialista en Anestesia y Reanimación.
Complejo Hospitalario Torrecárdenas. Almería.
María Luz Galán Rodríguez
Médico especialista en Osteopatía.
Centro Médico Analepsis de Granada.
José Guerrero Velásquez
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Especialista en Psiquiatría.
Equipo de Salud Mental. Motril, Granada.
Ester Idini
Medico Interno Residente de Psiquiatría.
Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada.
Manuel León Espinosa de los Monteros
Psicólogo. Master Prevención de Riesgos Laborales. Granada.
Mercedes Llamas del Castillo
Doctora en Medicina. Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública.
Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada.
Carmen Mª Linares Labrador
Licenciada en Ciencias Químicas. Estudiante de 5º curso de la Licenciatura de
Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Universidad de Granada.
Gabriela Lobo Tamer
Nutricionista. Servicio de Nutrición Clínica y Dietética.
Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada.
Antonio López Bermejo
Licenciado en Medicina y Cirugía. Médico de Familia. Creador de la Fundación
Española para la Lucha contra la Leucemia en 1994 y Presidente actualmente.
Médico de Centro de Salud de Puebla de Don Fadrique. Granada.
Martín López de la Torre Casares
Doctor en Medicina. Especialista en Endocrinología. Servicio de Endocrinología.
Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada.
Ismael Maldonado Díaz
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Centro de Salud.
Las Palmas de Gran Canaria.
José Mª Medina Pérez
Licenciado en Medicina y Cirugía. Médico de Familia. Experto en Valoración del
daño corporal y Peritación Médica. Centro de Salud de Gran Capitán. Granada.
José Pablo Muñoz López
Medico Interno Residente de Psiquiatría.
Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada.
Teresa Muros de Fuentes
Doctora en Medicina. Especialista en Endocrinología y Nutrición. Servicio de
Endocrinología. Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada.
José Antonio Naranjo Rodríguez
Doctor en Biología. Profesor Titular del Departamento de Ciencias Experimentales
de la Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Granada.
Ana Mª Ortiz Viana
Medico Interno Residente de Psiquiatría.
Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada.
Enrique Palacio Abizanda
Doctor en Medicina. Especialista en Endocrinología y Nutrición.
Director Gerente del Hospital Virgen de la Candelaria. Tenerife.
Gonzalo Piédrola Maroto
Doctor en Medicina. Especialista en Endocrinología y Nutrición. Servicio de
Endocrinología. Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada.
Mª Teresa Puertas Ramírez
Medico Interno Residente de Psiquiatría.
Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada.
Francisco Rincón Cenera
Medico Interno Residente de Psiquiatría.
Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada.
Rocío Romero Saldaña
Especialista en Endocrinología y Nutrición. Servicio de Endocrinología.
Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada.
Mehrdad Shushtarian
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Medico Interno Residente de
Farmacología Clínica. Hospital Marqués de Valdecillas. Santander.
Ricardo Vilchez Joya
Doctor en Medicina. Especialista en Endocrinología y Nutrición. Jefe del Servicio
de Endocrinología. Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada.
PRÓLOGO
Representa para mí una enorme satisfacción prologar con estas líneas el
trabajo expositivo desarrollado por un grupo de grandes profesionales, expertos en un problema de gran actualidad, como constituyen lo que en conjunto
denominamos Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA); problema que
aunque suele incidir sólo en un segmento determinado de la población española, los adolescentes y jóvenes, no sólo influye gravemente en sus estados
de salud, poniendo en ocasiones en peligro sus propias vidas, sino que distorsiona
profundamente la vida de sus familiares y allegados y conlleva graves repercusiones sociales y sanitarias.
El mensaje que incesantemente se trasmite a través de todos los medios
de comunicación del erróneo concepto de que un cuerpo esbelto y delgado
equivale a una mayor perfección física y mental y conlleva invariablemente
al éxito social, constituye uno de los elementos que han provocado un alarmante aumento en la incidencia de estos trastornos, lo que ha obligado a que
el tema fuese recientemente abordado por el propio Congreso de los Diputados para adoptar soluciones y preveer los medios que puedan frenarlo.
La necesidad de detectar a los grupos de alto riesgo para el desarrollo de
los TCA, como son los colectivos sometidos a ideales estéticos de delgadez;
la necesidad de alcanzar un diagnóstico precoz antes de que se desarrollen
déficit orgánicos irreversibles; la correcta valoración de los factores
etiopatogénicos personales, psicológicos, familiares, sociales, biológicos y
nutricionales; la identificación de los factores precipitantes; la adecuada valoración de las complicaciones médicas cardiovasculares, gastrointestinales,
renales, hematológicas, endocrinas, óseas, neurológicas, dérmicas y metabólicas
y sus correspondientes aproximaciones terapéuticas; los criterios de ingreso
hospitalario, los beneficios del hospital de día y la transmisión de la idea de
la necesidad de un abordaje multidisciplinar, coordinado y permanente entre
diversas especialidades médicas, psiquiátricas y de medicina primaria para su
correcta solución, son los temas que magistralmente desarrollan este grupo de
expertos seleccionados, que hacen de este libro un texto de obligada lectura
para todos los interesados en el diagnóstico y tratamiento de los TCA.
La experiencia de los autores en los temas desarrollados es el mejor valor
de éste texto y el esfuerzo realizado para trasmitirla de forma sencilla, práctica y ágil otorgan al texto una calidad que por sí misma justifica su publicación y le auguran un prometedor futuro.
Ricardo Vilchez Joya
Jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición
Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada
TEMA 1
INTRODUCCIÓN Y CLASIFICACIÓN DE LOS
TRASTORNOS DE CONDUCTA ALIMENTARIA
Mª Dolores Castillo Sánchez, Mª Teresa León Espinosa de los
Monteros, Carmen Mª Linares Labrador, Macario Castillo Sánchez,
Mercedes Cabrera García y José Antonio Naranjo Rodríguez
INTRODUCCIÓN
Los trastornos del conducta alimentaria se caracterizan por una alteración
del comportamiento ingestivo de un individuo que presenta una serie de
conflictos psicosociales y estima que su resolución está inevitablemente condicionada por el logro y/o persistencia de un estado de delgadez. Los trastornos de la alimentación no son una patología moderna, ni un problema nuevo
ya que algunos fueron conocidos y descritos en la antigüedad, lo novedoso
en cambio, es la virulencia con la que se están presentando en las últimas
décadas en las sociedades industrializadas y el cambio de actitudes que ésta
ha tenido en sus conceptos de salud y de ideal estético. El incremento en los
últimos años ha conducido a que durante la última década se haya producido
una gran proliferación de investigaciones a fin de poder determinar, por una
parte, los principales factores implicados en la adquisición y mantenimiento
de estos trastornos de conducta alimentarios y, de otra, desarrollar instrumentos de evaluación y procedimientos terapéuticos potentes para poder tratar
dichos trastornos y potenciar las vías para su prevención.
Los trastornos de conducta alimentarios (TCA) han existido siempre y
hay descripciones de ellos a lo largo de la historia. Ya en el Corpus hipocraticum,
conjunto de enseñanzas y tradiciones médicas atribuidas a Hipócrates de Cos
(460-377ac) se recoge “Los efectos de un régimen debilitante y prolongado
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
que son difíciles de reparar, y lo mismo sucede con los de una repleción
extrema y continuada”. Galeno en el 155, describe un cuadro de adelgazamiento morboso y la kynos orexia o hambre canino como sinónimo de la
bulimia. En las civilización Romana era habitual en banquetes y fiestas la
ingesta masiva de alimentos, seguida de conducta purgante. Posteriormente
en la edad media y hasta nuestros tiempos, diversos autores (Morton, Gull,
Laségue, Crip, Palazzoli, Spitzer, etc.), describen y definen la anorexia y la
bulimia nerviosas. Por tanto, puede concluirse que los TCA han existido
siempre, pero la historia nos demuestra que su significado ha variado
sustancialmente a lo largo del tiempo, lo que ha supuesto un reto para la
medicina y otras disciplinas, ya que siendo una enfermedad de clínica y
sintomatología constante y clara, la etiopatogenia ha sido un enigma cambiante.
Desde antiguo el hecho de comer ha tenido una connotación social, resultando de la comida el momento de encuentro de los individuos para compartir conocimientos y experiencias, propiciándose la relación y la empatía.
Por otra parte, el hombre ve determinada sus acciones y sus decisiones a lo
largo de la historia por múltiples factores externos e internos; entre estos
últimos deben reseñarse los instintos o impulsos primarios, entre los que hay
que mencionar el hambre (necesidad de ingerir alimentos para mantener la
vida, la homeostasis, y también para obtener placer), y la sexualidad (promovida por la necesidad de perpetuar la especie, fuente de placer, y condicionante
además de requisitos estéticos para la autoestima y la atracción). El ajuste de
éstas necesidades básicas a los requerimientos que supone la existencia en
una sociedad marcada por normas que varían en función de aspectos culturales, religiosos o estéticos supone en muchas ocasiones la génesis de conflictos y a veces la frontera es estrecha entre lo que puede ser patológico o
normal en lo que concierne a la alimentación, sirva de ejemplo el caso de
Gandhi, artífice de la independencia de la India, mantuvo durante su vida una
alimentación hipocalórica y restrictiva, siendo un personaje admirable, pacifista y profundo en sus convicciones, enérgico y resuelto en sus formas de
ejecutarlas, algunos se podrían preguntar si ¿Gandhi fue anoréxico?, la mayoría de los autores estarían de acuerdo en que no lo fue y si nos atenemos
a los criterios diagnósticos de la DSM, no los cumple.
Los trastornos de conducta alimentarios (TCA) están actualmente de moda,
y desde hace unos años, raro es el día en que en los medios de comunicación
no nos informan de algún aspecto relacionado con el tema (se enfatiza sobre
16
Introducción y clasificación de los Trastornos de Conducta Alimentaria
su alta causalidad social, el incremento de su frecuencia, la sintomatología,
medidas terapéuticas, etc.), éste interés creciente por parte de medios de comunicación, población, personal médico, etc. puede ser debido en parte al
incremento en la frecuencia, pero también puede influir el que afecta a individuos muy jóvenes, la elevada mortalidad, el que un número elevado de
casos se convierta en formas crónicas, las frecuentes hospitalizaciones, la
necesidad de tratamientos especializados, el incremento de las formas purgativas
(más agresivas) y de las formas atípicas de TCA, con presentaciones clínicas
a veces muy aparatosas en chicas muy jóvenes (rápida instauración del vómito, severidad de la desnutrición, comorbilidad con otras patologías como
depresión, trastorno obsesivo compulsivo, o trastornos de personalidad) que
en muchos casos no cumplen todos los criterios diagnósticos de DSM IV o
CIE 10 para poder ser diagnosticadas de AN purgativa o BN. La gran divulgación de estas patologías en los medios de comunicación ha tenido diversas
consecuencias, entre ellas, la de contribuir a que la población conozca diversos aspectos de estas patologías, lo que puede influir en un aumento de la
detección de casos, pero también ha contribuido a un incremento de la demanda asistencial en los servicios sanitarios de personas que se pueden considerar normales. Por otra parte los medios de comunicación tienen un papel
fundamental en la divulgación de los factores socioculturales que tanta importancia tienen como causa de los TCA.
La sobrevaloración del aspecto físico con paralela pérdida de otros valores, la modificación de los hábitos alimentarios, la pérdida de la entidad de
la familia como elemento contenedor y favorecedor
de la comunicación, la acción nociva de los medios
de comunicación por la excesiva y mal hecha divulgación de éste problema ha favorecido una situación
social de “moda de la anorexia”, lo que ha llevado a
ser utilizado el trastorno alimentario por muchas
adolescentes como forma de autoafirmación y rebeldía frente a los padres u autoridad. Otro factor ha sido
el fenómeno de “contagio” entre jóvenes basado en la
rivalidad en cuanto al aspecto y la capacidad para
adelgazar que se lleva a cabo en grupos de adolescentes, ya que disponen de gran información acerca de
dietas, formas de purgas, etc.
Figura 1.
17
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
La mayoría de las anoréxicas que se diagnostican hoy día, son radicalmente distintas fenomenológicamente a las clásicas intelectuales místicas, son
chicas adolescentes muy influenciadas por la sociedad que prima en exceso
la imagen, la belleza (la delgadez se ha convertido en ideal de belleza), la
preocupación por el aspecto físico puede llegar a convertirse en una obsesión,
una manía que gobierna la vida personal y social: ejercicio, dietas, masajes,
purgaciones, conversaciones monográficas, etc. Pero además participamos de
una sociedad consumista, despilfarradora y superficial en la que los referentes
espirituales y las inquietudes trascendentales se han perdido, en contraposición, calan otros mensajes publicitarios que identifican cuerpos 10 con felicidad, y en los que la familia y resto de sociedad tiene escaso poder de
contención. En este contexto no tiene demasiado sentido el sacrificio, es por
lo que en lugar de una dieta muy restrictiva que supone sacrificio, es por lo
que en lugar de una dieta muy restrictiva que supone sacrificio, comienzan
pronto a vomitar o utilizar laxantes o diuréticos, complicando con ello el
proceso.
Los trastornos de conducta alimentaria son trastornos psicológicos que
comportan graves anormalidades en el comportamiento de la ingesta; es decir
la base y fundamento de dicho trastorno se halla en alteraciones psicológicas,
de ellos los más conocidos son la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa,
pero también se incluyen otros como los trastornos no especificados, los
trastornos por atracón y otros trastornos atípicos (pica y rumiación que pueden darse en la edad infantil y en trastornos mentales). Suelen caracterizarse por:
1. Gran preocupación por el peso corporal y la figura.
2. Percepción alterada de la imagen corporal.
3. Dietas extremas o ayunos.
4. Episodios de sobreingesta.
5. Combinación de ayunos prolongados y sobreingesta.
6. Sentimiento de falta de control sobre la ingesta (en atracones).
7. Pueden cursar con adelgazamiento (anorexia nerviosa, anorexia bulímica),
con normopeso (bulimia) y con sobrepeso (comedores compulsivos).
A partir de los años 60, se da en los países desarrollados e industrializados
un incremento de los trastornos de conducta alimentaria, AN primeramente y
posteriormente BN. En España, se produce un incremento de estas patologías
a finales de los setenta, éste progresivo incremento se debe principalmente a
factores socioculturales entre los que los estereotipos y valores estéticos referentes al aspecto físico cobran una especial importancia, cerca del 80%90% de los prepúberes tienen la conciencia de que estar delgado es lo más
18
Introducción y clasificación de los Trastornos de Conducta Alimentaria
deseable, más del 50% de las muchachas prepuberes siguen una dieta o adoptan otras medidas de control de peso, sin embargo sólo un pequeño porcentaje
desarrolla TCA, por lo que deben también estar implicados otros factores
como la predisposición genética, psicológica o metabólica, influyen además
la presencia de hábitos alimentarios inadecuados, baja autoestima, miedo a
madurar o crecer, padres con expectativas demasiado altas respecto a los
hijos, etc. La regulación neuroendocrina juega un papel importante en la
génesis y mantenimiento del comportamiento alimentario (los factores hormonales parecen más una consecuencia de la desnutrición que acompaña a la
anorexia que una causa).
Hoy día los TCA fundamentalmente AN y BN, constituyen uno de los
problemas que inciden de una manera importante en la Salud Pública, pues
afectan directamente a las personas que los padecen, y repercuten sensiblemente en los familiares, amigos, y personas que rodean al enfermo, están de
actualidad y son de gran importancia médica y social por la elevada mortalidad (alrededor del 10 % de pacientes con AN), y el incremento de la prevalencia. Han pasado en poco tiempo de ser desconocidas por muchos profesionales médicos a ser objeto de gran cantidad de estudios. J.C. Mingote,
opina que en España “se puede hablar de una epidemia de trastornos en la
conducta alimentaria”. Según afirmó este experto durante la mesa redonda
“Controversias en trastornos de la conducta alimentaria” , dentro del Programa de Formación Continuada del Colegio de Médicos, “hace diez años estas
patologías eran prácticamente desconocidas en nuestro país y ahora estamos
a la cabeza de Europa”. En opinión del Dr. Mingote, una de las causas del
aumento de la prevalencia es que existe “un vacío en la atención al adolescente” y una infraestructura “penosa” en el tratamiento de los trastornos de
la conducta alimentaria. Este experto afirma asimismo que “el niño es atendido por el pediatra, pero no hay una atención específica del adolescente, que
se encuentra en un período de desorientación corporal”.
Antiguamente los trastornos de conducta alimentaria (AN y BN) eran
considerados enfermedad rara, sin embargo dado el incremento en jóvenes ha
pasado a ser una de las enfermedades crónicas más frecuentes de los adolescentes, con una prevalencia del 1 al 3% para la AN y del 0,6 al 13% BN,
ambas son más frecuentes en mujeres en proporción 9/1, con una media de
iniciación de los trastornos hacia los 15 años. Actualmente, se calcula que en
nuestro país hay unas 500.000 personas que sufren éste tipo de trastornos de
la alimentación, el 95 % de las cuales son mujeres. De cada 100 afectados,
30 no se recuperan, y el resto tiene secuelas físicas y psíquicas de por vida.
19
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Además, la tendencia va en aumento, incrementandose
hasta un 15% el número de casos anuales. La diferencia entre sexos, es debida a la distinta socialización de las mujeres y hombres en relación especialmente con su imagen corporal, las mujeres aprenden
desde niñas que lo más importante es gustar a los
demás, ser guapas y atractivas; muchas consideran
la belleza como su atributo más valioso y basan su
autoestima en aspectos estéticos, en lugar de tener
en cuenta su inteligencia, y aptitudes psicológicas.
Figura 2. Ciertas imágenes publicitarias pueden influir en el desarrollo de la Anorexia nerviosa. Tomado de: budoucnost.misto.cz/_Mail_/image/shz2.gif
Una de las razones fundamentales, que pueden explicar el incremento de
los trastornos de la conducta alimentaria, es el impacto sociocultural, sobre
todo en los países desarrollados (ya que la prevalencia de estos trastornos es
baja en países en vías de desarrollo). La presión social por la imagen estética
de delgadez, especialmente reclamada a la mujer está afectando a la aparición
de mayor número de casos de anorexia y bulimia nerviosa cada año, así como
también a una mayor preocupación por perder peso de las personas obesas o
con sobrepeso.
En la actualidad parece evidente que la etiología de los trastornos de
conducta alimentaría (AN, BN y TNE) sean trastornos multicausales en los
que convergen múltiples factores (genéticos, psicológicos, socioculturales,
cognitivos, en continua interacción, que hacen más difícil la solución de los
mismo. En cuanto al diagnóstico, requiere descartar otras enfermedades y
reconocer estos trastornos cuando aparecen con otros síntomas, como aparición tardía de la pubertad, amenorrea primaria o secundaría, asociada a otras
patologías (renales y cardiovasculares) por el riesgo inmediato que suponen
para la vida de la paciente.
La múlticausalidad de estos trastornos implica un abordaje terapéutico
igualmente interdisciplinar, con atención especializada donde se sumen conocimientos médicos y psicológicos, siendo fundamental el tratamiento psiquiátrico y nutricional, actualmente el tratamiento se debe llevar a cavo en unidades especializadas “Unidades de Anorexia” y el tratamiento abarca varios
aspectos:
20
Introducción y clasificación de los Trastornos de Conducta Alimentaria
1. Establecer y mantener una relación de confianza durante todo el tratamiento.
2. Reestablecer un peso adecuado y controlar los efectos derivados de la
malnutrición.
3. Mejorar el comportamiento alimentario.
4. Mejorar el psiquismo de la paciente.
5. Mejorar el área social.
Desde el Ministerio de Sanidad se favorece la constitución de un grupo
de trabajo multidisciplinar para abordar el problema de la anorexia y la bulimia nerviosa y desarrollar iniciativas que permitan su prevención y tratamiento. «Se trata de un problema multicausal en aumento que requiere un
abordaje multidisciplinar». En el campo asistencial se están potenciando los
servicios clínicos implicados en el tratamiento de estos trastornos, para lo que
se han puesto en marcha unidades de hospitalización de agudos en diversos
hospitales españoles. También El Ministerio de Sanidad y Consumo ha anunciado una intensificación de las acciones dirigidas al diagnóstico precoz y al
tratamiento de pacientes con trastornos alimentarios, especialmente la anorexia y la bulimia. Estos trastornos son una de las prioridades de los Programas de Prevención y Promoción de la Salud, y contarán con parte del presupuesto que la Dirección de Sanidad Pública ha distribuido entre las Comunidades Autónomas.
Muy interesante y novedoso es el programa de tratamiento que la profesora de la Universidad de Valencia, Concha Perpiñá, presentó en San Sebastián,
un programa pionero en el mundo para tratar la anorexia utilizando la realidad virtual, el cual ha conseguido hasta el momento buenos resultados. Este
programa de tratamiento de la anorexia se inició, a través de la cooperación
de las universidades de Valencia, Castellón y Politécnica de Valencia, sobre
un grupo de pacientes clínicamente diagnosticados de anorexia. Perpiñá explica que el tratamiento: permite «poner a la paciente cara a cara con la
imagen que ella tiene de sí misma, y ver cómo existe una discrepancia entre
la percepción que tiene de sí misma y la real. Es una estrategia ventajosa
porque ella se encuentra dentro de una pantalla y puede verificar que existe
una discrepancia de su propia percepción». El Hospital Provincial de Castellón
y la unidad de Salud Mental de Vila-real ofrecen un sistema pionero en el
tratamiento de las alteraciones del comportamiento alimentario, principalmente la anorexia nerviosa. Este sistema, en cuyas investigaciones han participado miembros de la Universidad Jaime I de Castellón e investigadores de
21
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
la Universidad Politécnica de Valencia, está basado en el uso del ordenador
y una serie de programas de realidad virtual para que los pacientes puedan ver
en la pantalla aquello que ellos perciben como modelo de belleza y a partir
de ahí compararlo con la realidad para observar las diferencias. Los investigadores, conscientes de la importancia que los jóvenes dan a los medios de
comunicación y a la informática, intentan sustituir las críticas familiares sobre la delgadez, por un sistema más objetivo como es la pantalla del ordenador.
Pero también internet está colaborando al aumento del número de casos,
últimamente preocupa la proliferación en internet de sitios «pro-anorexia»
que ofrecen trucos para «ser delgada y linda» y proponen «dietas extremas».
Cientos de psiquiatras y nutricionistas estadounidenses están alarmados por la
cantidad de sitios de Internet para adolescentes que ofrecen información peligrosa
vinculada a una de las enfermedades de la época: la anorexia nerviosa. Su
«negocio» es dar consejos y trucos a las jovencitas que, insatisfechas por sus
cuerpos, son capaces de cualquier cosa a cambio de estar delgadas. Año a
año, en Internet, se multiplican los sitios que conducen a las jóvenes hacia la
anorexia. «Si no eres flaca, no eres linda»; «Ser delgada es más importante
que estar sana»; «No te olvides de contar las calorías para comer sin culpa».
Así comienza el decálogo de la anoréxica irreductible publicado por «Bloody
Brick Road», una de las tantas direcciones de la red que, día a día, recibe la
visita de millones de adolescentes. Y no es la única: según el semanario
norteamericano «Time» hay más de 400 sitios que, en pro de un ideal de
belleza distorsionado, sugieren padecer hambre a las jóvenes insatisfechas
con su cuerpo. Buena parte de los textos están presentados como confesiones,
tiene la forma de diario o manual de consejos online y están firmados por
chicas orgullosas de su condición física. Algo así como: «¿Quieres saber
cómo ocultar la pérdida de peso para que tus amigos y tus padres no te
insistan para que comas?»; «¿Buscas consejos para animarte a las dietas
extremas?»; «¿Quieres conocer un truco para superar los análisis clínicos?».
En síntesis, una peligrosísima lista de «sugerencias» que podría titularse «Cómo
hacerte mal sin que te descubran en el intento». «El agua es suficiente para
sobrevivir» es otra de las claves, una de las más recurrentes, de ésta clase de
sitios de Internet.
Generalmente, suele aparecer rodeada de imágenes de actrices y modelos
que podrían ser llamadas «esqueléticas». Algunas fotos, incluso, están retocadas para que las envidiadas estrellas parezcan aún más delgadas de lo que
22
Introducción y clasificación de los Trastornos de Conducta Alimentaria
son, y hasta suelen aparecer algunas sorprendentes premisas (a las que uno de
estos sitios rebautizó como «Thinspirations», o «Inspiraciones para ser flaca»), del tipo: «Ningún alimento tiene mejor sabor que sentirse flaca». Hasta
ahora, el cine, la TV y las revistas eran los reincidentes acusados de difundir
la anorexia, una enfermedad que, en nombre de una perfección estética prácticamente inalcanzable, devora día a día la salud y la vida de miles de adolescentes. Pero la avalancha de páginas de Internet «pro-anorexia» ya puede
ser considerado un nuevo frente para los especialistas que trabajan en el tema:
«La edad promedio» de la aparición de la anorexia está bajando año a año,
y ya afecta a las preadolescentes, que pasan cada vez más tiempo frente al
ordenador y son cada vez más vulnerables a la proliferación de este tipo de
sitios.
Por ello, tenemos que destacar la importancia de la prevención, ésta para
ser eficaz debe reducir el riesgo, ya sea suprimiendo las causas que los provocan o logrando que el individuo sea invulnerable a ellas. Además, las labores preventivas deben de cubrir los niveles individual, familiar y social,
estando implicados en la prevención no solamente el personal sanitario, si no
que es muy importante la prevención por parte de padres, profesorado o
asociaciones juveniles. Se estará realizando prevención cuando desde las distintas instancias se trabaje ya desde la infancia en los valores personales,
olvidados frecuentemente por los físicos, como la belleza, se les ayude a
desarrollar un juicio crítico sobre el ideal de belleza, a formarse sus propios
valores, y a respetar las diferencias interpersonales. Otro objetivo importante
en la prevención es enseñar a los pequeños lo que es una alimentación normal, «qué es una comida equilibrada, cómo se debe comer, con qué frecuencia», etc.
CLASIFICACIÓN
Los TCA son entidades o síndromes, y no enfermedades especificas con
una causa, curso y patologías comunes. La presentación de estas patologías
en la comunidad adopta la forma de un continuum: desde lo que podemos
considerar actitudes y conductas de riesgo hasta los trastornos clínicamente
establecidos, así en los últimos años el aumento de la BN y de AN ha ido
paralelo al aumento de trastornos no especificados o atípicos. En la tabla 1
se refleja la actual clasificación de los trastornos de conducta alimentaria.
23
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Tabla 1. Clasificación de los trastornos de conducta alimentaria.
CLASIFICACION CIE-10
Anorexia nerviosa.
Anorexia nerviosa atípica.
Bulimia nerviosa.
Bulimia nerviosa atípica.
Hiperfagia en otras alteraciones
psicológicas.
6. Vómitos en otras alteraciones psicológicas.
7. Otros trastornos de la conducta alimentaria:
disminución psicógena del apetito y pica de
origen orgánico en adultos.
*También distingue:
- Trastorno de la conducta alimentaria en
la infancia.
- Dificultades y malos cuidados
alimentarios.
- Anorexia o disminución del apetito sin
especificar.
- Pica en la infancia.
1.
2.
3.
4.
5.
CLASIFICACION DSM-IV
A. Trastornos de la conducta alimentaria:
1. Anorexia nerviosa.
2. Bulimia nerviosa.
3. Trastornos de la conducta alimentaria no
especificado, incluye el trastorno por
atracón.
B. Trastornos de la ingestión y de la conducta
alimentaria en la infancia o niñez:
1. Pica.
2. Trastorno de la rumiación.
3. Trastorno de la ingestión alimentaria de la
infancia o la niñez.
24
Introducción y clasificación de los Trastornos de Conducta Alimentaria
Bibliografía
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26
PARTE I
ANOREXIA NERVIOSA
TEMA 1
CONCEPTO DE ANOREXIA NERVIOSA.
REVISIÓN HISTÓRICA
Mª Dolores Castillo Sánchez, Mª Teresa León Espinosa de los
Monteros, Antonio López Bermejo, Miguel Angel Gallo Vallejo,
Sebastián Fernández Lloret y José Mª Medina Pérez
CONCEPTO
La palabra anorexia deriva del griego, an (prefijo que significa carencia
o privación) y orexis (apetito), significando falta de apetito. La anorexia
nerviosa (AN) es un trastorno grave de la conducta alimentaria caracterizado
por una pérdida deliberada de peso, inducida y mantenida por el propio enfermo (hay un rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del
valor mínimo normal, considerando la edad y la talla), acompañada de anorexia, amenorrea y alteraciones del comportamiento (las personas que lo padecen
dedican la mayor parte de su tiempo a temas alimentarios y todo lo que esté
relacionado con ello). La preocupación por la comida y el temor a ganar peso
forman lo esencial de este trastorno, junto con la inseguridad personal para
enfrentarse a éste problema. Niegan la enfermedad y se perciben gordas a
pesar de presentar un aspecto esquelético).
Es considerada una enfermedad mental que se acompaña de una pérdida
voluntaria de peso, y un intenso temor a la obesidad. Los anoréxicos tienen
una marcada tendencia a la inanición, acompañada por un temor irracional
hacia los alimentos. Se niegan a comer, tienen terror a aumentar de peso, se
vuelven incapaces de reconocer los riesgos que eso provoca y oscilan permanentemente entre la hiperactividad y la depresión
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
REVISIÓN HISTÓRICA
La investigación ha puesto de manifiesto que la anorexia nerviosa es un
trastorno conocido desde la antigüedad, desconociéndose su prevalencia hasta
hace relativamente poco tiempo. Con distintas connotaciones entre las que
destacan la religiosidad y el misticismo. La historia de la misma ha estado
delimitada por varias etapas, una primera descriptiva de la enfermedad que
llega hasta finales del XIX y a partir de principios del siglo XX se consideran
los aspectos psicopatológicos, psiquiátricos y neuroendocrinos. Al principio
era considerada como histeria, posteriormente como un trastorno endocrino y
finalmente psiquiátrico, dándose últimamente gran importancia a postulados
psicosociales e hipotalámicos, fig.1.
Aunque la AN comenzó a conocerse en la década de los 60, casos de
abstinencia alimentaria han sido descriptos desde tiempos bíblicos. Desde el
siglo XIII al XV el control del apetito connotaba religiosidad, convicción,
obediencia, castidad y pulcritud. El ayuno extremo era practicado por los
penitentes, generalmente mujeres, que repudiaban los placeres terrenales. El
ayuno era considerado una bendición suprema de Dios y se admiraban a los
que sobrevivían sin ingerir alimentos.
Unos de los primeros casos de anorexia fueron los de La santa Wilgefortis
(1000 ac), hija mártir del rey de Portugal, que ayunó y rezó a Dios rogándole
le arrebatara su belleza para así ahuyentar la atención de los hombres, siendo
adoptada en algunos países de Europa como Santa Patrona por aquellas mujeres que deseaban verse libradas de la atención masculina. La santa se cubrio
de vello. Una anécdota curiosa de esta historia que se refiere a “Santa Virgo
Fortis” como símbolo de la mujer que ha rechazado su rol sexual, recibe
también el nombre de “Santa Liberata”. Resulta fascinante ver como pervive
en la conciencia popular esta imagen de mujer que rechaza su rol sexual
trasformando su cuerpo a través del ayuno.
Otra Santa, Santa Catalina de Siena (1347-1380), con 26 años, su idea de
dedicar su vida a Dios chocaron con los planes de sus padres de casarla. Esta
situación la llevó a encerrarse en su habitación a maltratarse no comiendo,
consiguiendo ingresar al final en la orden dominicana pero con la mitad de
su peso. Se narran a parte de la rigurosa abstinencia alimentaria, los episodios
de ingesta masiva, el tipo de caña que empleaba para inducirse el vómito y
se listan las hierbas purgantes que utilizaba. El prestigio de Catalina de Siena
se extendió rápidamente y tras su muerte, a los 28 años, contaba con muchas
30
Concepto de anorexia nerviosa. Revisión histórica
seguidoras religiosas. Aparecen muchos casos de anorexia en las religiosas de
la edad media. El ayuno era un medio para que el espíritu triunfara y no la
carne. Estar sin comer era considerado como un signo de santidad. A esta
anorexia sufrida por el seguimiento a Dios se llamó « Anorexia santa». Se
describe también en la edad media en la vida de algunas santas como Liduina
de Shiedam, santa del siglo XIV, que vivió durante años alimentándose con
trocitos de manzana del tamaño de una hostia.
Figura 1. Evolución histórica de la anorexia nerviosa.
En nuestro país Santa Teresa de Ávila (1500) comenzó a usar constantemente una rama de olivo para inducirse el vómito y vaciar totalmente el
estómago para así poder acoger dignamente la Hostia consagrada que se
convirtió en su única fuente de sustento.
Del siglo XVI al XIX fueron bastantes las mujeres que restringieron
drásticamente su alimentación recabando la atención pública y recompensas
materiales siendo considerados sus ayunos como milagrosos por panfletos y
periódicos de la época.
El sentido fenomenológico de la enfermedad era, en estos casos, el mismo que después manejó de alguna manera el psicoanálisis: la renuncia al
cuerpo con caracteres sexuales y en consecuencia fuente de placer y atracción
libidinal, en aras de conseguir una absoluta espiritualidad. A través de la
restricción y la purga se conseguía la pérdida de cualquier rastro de femineidad potencialmente pecaminosa, elevándose el espíritu hasta el misticismo.
31
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
A partir de la segunda mitad el siglo XVII cambia la consideración social
y las “doncellas milagrosas” pasan a ser simplemente muchachas ayunadoras”
En este siglo, a causa de las reformas religiosas, las mujeres que tenían “el
poder” de la abstinencia eran consideradas brujas, mandadas a la hoguera o
quemadas vivas. Escuadrones científicos eran enviados para desenmascarar a
las falsas santas ayunadoras.
En 1554, Lange describe otra enfermedad relacionada “la chlorosis”, se
describe en mujeres jóvenes, la mayor parte vírgenes. En 1615, un profesor
de Montpellier describe el color anormal blanco o verde de las pacientes
vírgenes afirmando que tienen una disminución de la ingesta alimentaria,
junto con depravados y caprichosos apetitos y en ocasiones nauseas y vómitos.
En el siglo XVIII y XIX, “los artistas del hambre” o “esqueletos vivientes”, más frecuentemente hombres, exhibian públicamente su habilidad para
resistir vivos largos periodos de ayuno como describe magistralmente Franz
Kafka en el tercero de los cuatro cuentos, publicada en 1924, “un ayunador
profesional”:
“ Porque —contestó el artista del hambre levantando un poco la cabeza
y hablando al oído del inspector para que no se perdieran sus palabras,
con los labios alargados como si fuera a dar un beso- nunca encontré
comida que me gustara. Si la hubiere encontrado, habría comido hasta
la saciedad como todo el mundo”.
O este otro párrafo “se sintió pálido y en actitud sombría con todos sus
huesos sobresaliendo prominentemente... poniendo sus brazos a través de
la barra, de manera que podíamos observar lo delgado que era y luego,
otra vez, se volvió a encerrarse en sí mismo y dejó de prestar atención
a cualquier persona o cosa a su alrededor”.
La primera descripción clínica sistemática (finales del siglo XVII), se
atribuye a un médico Inglés: Richard Morton, que describió en 1694 cuadros
similares a los actuales, así describió a una joven paciente en estado de
desnutrición extrema ... “parecía un esqueleto vivo, solamente piel y huesos,
no tenía síntomas febriles y padecía un frío descomunal’. La llamó “consunción nervosa atrofia nervosa o ptisis nervosa,”
En el siglo XIX W.W. Gull en Londres y E. C. Laségue en París, denominaron por primera vez a estos trastornos “anorexia nerviosa” y anorexia
histérica” respectivamente. Ambos describieron el desorden en términos médicos
y psíquicos. Gull fue el primero en nombrar a la enfermedad anorexia nervio32
Concepto de anorexia nerviosa. Revisión histórica
sa en una conferencia pronunciada en Oxford, otorgándole un componente
mental y señalando que en estas chicas existía una negación perversa a comer.
Laségue observó que la enfermedad ocurría en mujeres adolescentes y comenzó a investigar la conducta de la familia ante el rechazo de la adolescente
a ingerir alimentos.
En 1883, Hurchard utiliza por vez primera el término de anorexia mental,
distinguiendo entre anorexia gástrica y nerviosa. En 1885, Déjerine definió la
anorexia mental “ Se dice que un sujeto tiene anorexia mental cuando, influido por representaciones mentales, adquiere una repugnancia por toda clase de
alimentos y llega a inhibir en sí la sensación de hambre”.
A finales del siglo XIX, en el año 1893, se describe un caso de anorexia
tratado con hipnosis; un año más tarde se describe dicha enfermedad como
una psiconeurosis de defensa o neurosis de la alimentación con melancolía.
Figuras 1 y 2. Fotografía de una anoréxica obtenidas por el médico inglés William Gull y la
misma paciente después de haber recuperado su peso.
A comienzos del siglo XX la Anorexia Nerviosa fue erróneamente confundida con insuficiencia pituitaria y empieza a tratarse desde un punto de
vista endocrinológico, en 1914 un patólogo alemán, describe una paciente
caquéctica a quien al hacerle la autopsia encontró una destrucción pituitaria
y así durante los siguientes 30 años reinó la confusión entre insuficiencia
pituitaria y anorexia nerviosa, y se implementaron tratamientos invasivos con
insulina y electroshock. A partir de los años 30, la anorexia nerviosa pasa a
33
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
estudiarse principalmente desde el punto de vista psicológico, quedando en el
olvido las antiguas discusiones acerca del origen endocrino o psicológico del
trastorno. Las explicaciones de esta época se encuentran muy influenciadas
por los modelos psicoanalíticos que predominaban en ese momento. En éste
siglo, destaca la opinión de Freud expresando que todos los apetitos eran
manifestaciones de la libido o impulsos sexuales por lo que asoció comer o
no comer a la presencia o ausencia de impulsos sexuales básicos. Pero Freud
no dio ninguna importancia a los factores socioculturales en la anorexia nerviosa, ha sido en las ultimas décadas cuando se ha establecido importantes
avances.
En el simposio de Gottinger, en 1965, se elaboran tres conclusiones básicas:
• La enfermedad está en relación con las transformaciones de la pubertad.
• El conflicto es corporal y no estrictamente de la función alimentaria.
• La etiopatogenia y la clínica son diferentes de los conflictos neuróticos.
En la década de los 70, la Dra. Brunch en Estados Unidos, describe las
características de la personalidad de los individuos que sufren Anorexia Nerviosa.
Brunch observó aspectos comunes en los pacientes: la distorsión de la imagen
corporal, el sentimiento de inutilidad e incompetencia y la incapacidad de
interpretar y reconocer las necesidades corporales. Coloca en paralelo, desde
el punto de vista psicológico, al anoréxico y al obeso, e insiste en conflictos
profundos de la adolescencia, sexualidad y su relación con la bulimia nerviosa y con la depresión. En 1970, Crisp establece el concepto de trastorno
neurótico con fobia al peso, junto a esto, y dado que es un modelo de interconexión entre procesos psicopatológicos y biológicos se apunta hacia una
inmadurez hipotalámica, reflejada en un déficit en el factor liberador
gonadotrópico así como anomalías en el control neuroendocrino (Katz y Weiner).
Leibrand en 1939 fue uno de los primeros en considerar como causa
fundamental de la AN los problemas del desarrollo, el miedo a pasar a ser
adulto, refugio en una infancia imaginaria y empleo del ayuno como intento
de detener el curso inquietante del desarrollo, como expone en su ensayo “El
bastón divino de Esculapio”.
Binswanger en 1945 describe el caso de Ellen West, es uno de los casos
de la psiquiatría descritos con más detalle y que muestra las dificultades de
su clasificación con toda claridad:
“Una anorexia purgativa, con evolución a la bulimia y síntomas de gran
aparatosidad que terminó suicidándose con una dosis letal de veneno,
fue diagnosticada como histeria por un primer analista, simple melanco34
Concepto de anorexia nerviosa. Revisión histórica
lía por Kraepelin, esquizofrenia simple por Bleuler y Binswanger, una
constitución psicopática de desarrollo progresivo por otro psiquiatra y
algo endógeno endocrino parecido a la psicosis endógena por Zutt”
Posteriormente, siguen años fecundos que contribuyen a definir mejor la
enfermedad, su etiología, y los signos clínicos relacionados con la desnutrición. En Inglaterra, Crisp y Russell, en Norteamérica Bruch y Lucas, describen largas series de pacientes analizando los factores desencadenantes, los
signos clínicos y los tratamientos. Minuchi describe la patología familiar y en
Italia Palazzoli desarrolla el uso de terapia familiar.
En 1973 Bruch hace hincapié en la distorsión de la imagen corporal,
Russell en 1970-1977 concertando las hipótesis más biologicistas con las
sociales y psicológicas y últimamente de autores entre los que destacan Garfinkel
y Garner en 1982, han contribuido al establecimiento del modelo vigente de
anorexia nerviosa como enfermedad diferenciada, de patogénesis compleja,
con manifestaciones clínicas que son el resultado de múltiples factores
predisponentes y desencadenantes, con arreglo a un modelo etiopatogenico
bio-psico-social. En la actualidad, por tanto, el modelo que se propone es
aquel que integra la vulnerabilidad biológica con determinantes psicológicos
y sociales, como propone Garfinkel y Gardner llegándose al modelo
biopsicosocial como concepto de interacción única que explique las causas y
factores de perpetuación en cada paciente.
Freigner y cols en 1972 proponen por primera vez los criterios diagnósticos incluyendo:
- Inicio del cuadro clínico antes de los 25 años de edad.
- Anorexia con una pérdida de peso superior al 25% de su peso ideal.
- Conducta anómala en relación con el peso y la ingesta de alimentos.
- Ausencia de enfermedad orgánica que justifique la anorexia y la perdida de peso.
- Ausencia de enfermedad psiquiátrica conocida.
- Coexistencia de al menos dos de las siguientes manifestaciones: amenorrea, lanugo, bradicardia, hiperactividad y vómitos autoinducidos.
Estos criterios fueron revisados con un sentido más amplio por la Asociación Americana de Psiquiatría, en 1980 en el Manual de Diagnostico y
Estadística de los Trastornos Mentales (DSM-III-R).
La anorexia nerviosa desde que se describiera en el siglo XIX hasta los
últimos treinta años, se ha considerado como un trastorno poco frecuente, que
apenas merecía la atención de Psiquiatras y médicos generales. Sin embargo,
35
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
a partir de los años cincuenta y especialmente a partir de los setenta se va
produciendo un incremento espectacular de la prevalencia de esta enfermedad
en el mundo occidental, recibiendo gran atención por parte de diversas especialidades médicas, desde el médico de atención primaria, pasando por psiquiatría, endocrinología, pediatría, ginecología, etc., pudiéndose citar infinidad de trabajos multidisciplinares: psicológicos, epidemiológicos,
psicopatológicos, endocrinológicos, de tratamiento, etc., con respecto a la
anorexia nerviosa, destacan los siguientes autores: Decourt, Demaret, LópezIbor, Thomas, Bruch, Kanis, King, Keyer, Katz, Bliss y Brand, y Halmi entre
otros.
En la actualidad, la Anorexia Nerviosa, se encuentra clasificada detalladamente en el Manual Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM IV) y en
el de Trastornos Mentales y del Comportamiento (CIE-10). Existe el persistente deseo de mantener un peso corporal debajo de lo sanamente recomendable, el miedo a engordar, la distorsión de la imagen corporal, y la falta de
menstruación. Las pacientes le otorgan gran importancia al peso cuando se
autoevalúan como personas y minimizan el peligro que implica para la salud
su bajo peso corporal.
Figura 3. Anorexia Nerviosa. Aspecto general. Tomado de Francisco Martínez López, Ventura Ferrer
Delso. Anorexia Nerviosa. Entre la Vida y la muerte.
Paraninfo. Madrid 2000.
36
Concepto de anorexia nerviosa. Revisión histórica
Se puede resumir la historia natural de ésta enfermedad en varias de las
tendencias y preocupaciones en el abordaje de las mismas, entre los que
destacan los siguientes (Kestemberg, Tomas, entre otros):
1. Nosológico: se intenta independizar como entidad autónoma, como
relacionada con otras entidades (histeria, melancolía, etc.) y como síntoma de otros cuadros. La interpretación depende de las distintas escuelas y metodologías.
2. La anorexia nerviosa es una afección endocrina y la conducta psíquica
sería un epifenómeno.
3. La anorexia es una afección psicosomática, afectando al mismo tiempo psiquismo y cuerpo, con interacciones y organizaciones etiológicas
recíprocas.
4. Comprensión dinámica de la anorexia, cuya aportación es secundaria
a la teoría psicoanalítica y caracteriza la aportación de la psicología,
sobre todo de la escuela de Piaget.
5. Los síntomas somáticos de la afección eran entendidos por Gull y
Lasségue hasta Simmonds como un aporte insuficiente basado en una
anorexia de etiología psíquica.
6. Se concluye que la anorexia nerviosa y la enfermedad de Simmonds
son cuadros diferentes.
7. Dadas las distintas tendencias doctrinales en el enfoque etiopatogénico,
nosológicco, terapéutico, etc. de las distintas escuelas, es por lo que
Cornill y Schachter hablaron de la “querella de la AN”.
8. En la actualidad el problema se centra en la comprensión de los mecanismos psíquicos que actúan en los estados anoréxigenos. Los estudios están polarizados en dos vertientes, el de los factores afectivos y
neurobiológicos como etiología de la enfermedad en la que también
tienen valor lo situacional, la edad, la constelación familiar, rasgos de
personalidad, desencadenantes, la relación con los padres, etc.) y las
teorías psicoanalíticas. El modelo que se propone es aquel que integra
la vulnerabilidad biológica con determinantes psicológicos y sociales,
llegándose al modelo biopsicosocial.
37
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
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39
TEMA 2
ANOREXIA NERVIOSA. EPIDEMIOLOGÍA
Mª Teresa León Espinosa de los Monteros, Mª Dolores Castillo
Sánchez, Mercedes Llamas del Castillo, Víctor Fuentes Gómez, Manuel León Espinosa de los Monteros y Sebastián Fernández Lloret
EPIDEMIOLOGÍA
El gran valor otorgado en los países occidentales a la delgadez, la presión de los medios de comunicación social, la publicidad y la industria dedicada a productos y métodos de adelgazamiento inciden especialmente en
los adolescentes y jóvenes, motivando que gran parte de ellos no estén contentos con su cuerpo, deseen adelgazar e inicien algún tipo de dieta, y aquellos que presenten una predisposición biológica, psicológica y/o familiar podrían
llegar a desarrollar un trastorno del comportamiento alimentario (TCA). Clásicamente se identifican los TCA con la anorexia y la bulimia nerviosa, que
son las enfermedades más características de estos trastornos. La reciente literatura médica especializada ha observado una importante frecuencia de lo
que comúnmente se conoce como “atracones de comida” y que clínicamente
es una entidad nosológica diferenciada denominada “hiperingesta compulsiva
de alimentos”. Además existen referenciados otros TCA de menor relevancia
e impacto sociosanitario, pero estrechamente relacionados con problemas de
salud mental. Los TCA los define la 10ª revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10), como síndromes del comportamiento asociados con alteraciones fisiológicas y factores físicos.
El problema de Salud Pública que plantean los trastornos del comportamiento alimentario es importante, ya que hasta un 50% de ellos no son
reconocidos en la clínica diaria, lo que impide recibir un tratamiento adecua-
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
do. La tasa de mortalidad por anorexia en Estados Unidos es hasta 12 veces
mayor que la de la población general del país. En la práctica estos trastorno
se solapan entre sí, ya que en todos existe una marcada preocupación por la
figura corporal que se intenta controlar por la disminución de la ingesta
alimentaria o mediante conductas inapropiadas.
La anorexia nerviosa (AN) es una entidad nosológica en la que se encuentran implicados múltiples factores, tanto etiológicos, predisponentes,
precipitantes como clínicos. Desde esta perspectiva se entiende que se hayan
elaborado diferentes concepciones en un intento de dar explicación a la misma. La AN no es una enfermedad de nuestro tiempo, las descripciones hechas
por Morton, Gull y Lasègue coinciden mucho con las actuales, y los adjetivos
que utilizan: “mental”, “nerviosa”, “histérico”, aluden de forma clara a las
características psicógenas del cuadro. El concepto de AN fue establecido por
la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1980) en su novena revisión de
la clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-9), posteriormente en la
10ª edición de 1992, junto con los criterios recogidos en la última versión del
Manual de Diagnóstico y estadística de los trastornos mentales, DSM-IV
(1994), de la American Psychiatric Association, se establecieron los criterios
útiles para diagnosticar este cuadro clínico: pérdida significativa de peso y
ésta pérdida originada por el propio enfermo que evita el consumo de alimento que engordan, mediante uno o más de los métodos siguientes (vómitos,
ejercicio, fármacos, purgas intestinales provocadas; distorsión de la imagen
corporal, trastorno endocrino generalizado. Con la idea de simplificar el diagnóstico Becker ha propuesto como criterios clínicos diagnósticos la presencia
obligada de estas cuatro condiciones: Indice de masa corporal igual o menor
a 17,5 Kg/m2, miedo intenso a ganar peso, percepción distorsionada de la
imagen corporal y amenorrea.
Hasta hace unos 30 años, la anorexia se había mantenido como un trastorno poco frecuente que apenas merecía la atención de los especialistas en
psiquiatría, y mucho menos del médico general. Sin embargo, durante los
años cincuenta y sesenta se fue produciendo un aumento en la prevalencia de
esta enfermedad en el mundo accidental y en las últimas décadas el incremento ha sido evidente, por tanto este trastorno no puede pasar desapercibido, ni
considerado como una rareza, sino que es uno de los primeros diagnósticos
en los que se debe pensar ante un adolescente con pérdida de peso sin causa
orgánica evidente. En numerosos trabajos epidemiológicos se ha visto como
el incremento en el número de casos de anorexia nerviosa conlleva una dis42
Anorexia nerviosa. Epidemiología
minución en las edades de inicio del trastorno y que no sea infrecuente ver
varones que lo presentan.
A pesar de todo, en los últimos años se está dando una enorme importancia social a los trastornos de la alimentación, especialmente a la anorexia
nerviosa. A veces, la realidad epidemiológica no se corresponde con esa voz
de alarma. Al igual que la histeria a finales del siglo XIX, la anorexia ha
podido tener un factor de fascinación (fascinación frente a ese cuerpo que se
niega a comer, oponiéndose a los instintos de conservación) en el discurso
científico y social de este final de siglo XX y principios del XXI; en las
últimas décadas se está dando una importancia mayor a este trastorno.
Diversos estudios hablan de un aumento de la incidencia y prevalencia de
este cuadro en las últimas décadas, según estudios realizados en diferentes
países desarrollados (Canadá, EE.UU, Suecia, Inglaterra), se habla de un
incremento que va desde el 0,42-0,45 por 100.000 habitantes antes de los
años 60, hasta un 1-1,6 por 100.000 habitantes en los últimos 30 años, siendo
mucha menor la incidencia en culturas orientales y en países subdesarrollados. Para la población de riesgo (mujeres de 12 a 24 años) se habla de entre
un 0,4% y un 1%. Otros estudios señalan que últimamente ese crecimiento no
se ha observado en adolescentes jóvenes y sí en mujeres adultas, en las que
se ha incrementado significativamente y que, aún así, sigue siendo un trastorno poco común por lo que no deberíamos hablar de una epidemia social.
La epidemiología Psiquiátrica es, en muchas ocasiones, imprecisa y las
tasas que se obtienen difieren de unos estudios a otros en función de muchos
factores, fundamentalmente las poblaciones escogidas, los instrumentos de
medida utilizados y los criterios diagnósticos aplicados. Las cifras de prevalencia varían de unos países a otros, dependiendo también de la metodología
utilizada en los diferentes estudios. En el mundo occidental se considera que
es de un 1,1% en los adolescentes de sexo femenino y entre el 0,2 y el 0,8%
en la población general. La proporción entre ambos sexos se mantiene en un
varón por cada 10 mujeres.
Los primeros estudios históricos de la AN pretenden corroborar que este
trastorno emerge a finales del siglo XIX. Pero es a partir de la Segunda
Guerra Mundial cuando el número de mujeres con AN va en aumento en los
países occidentales, siendo este aumento sustancial en las décadas de los
sesenta y ochenta. Por otra parte, los estudios epidemiológicos se inician
fundamentalmente a partir de la década de los setenta, entre ellos, cabe destacar el de Lucas et al, quienes verifican un aumento notable de la incidencia
43
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
media en el grupo total de mujeres (de 7/100.000/año en 1950-19454 a 26,3/
100.000/año en 1979-1984), atribuyéndolo en parte al incremento real de
niñas de 10-19 años. La tasa de incidencia en jóvenes de 15 a 24 años aumentó significativamente de 50/100.000/año en 1935-1939 a 100/100.000/año en
1979-1984, mientras que la incidencia en mujeres de 20-59 años y en varones
permaneció estable.
Frombonne revisó los estudios epidemiológicos sobre AN para valorar si
la prevalencia es mayor o no en los estudios más recientes. El análisis de los
29 estudios publicados en los últimos 25 años determina una prevalencia
media de 1.3/1000 mujeres, no indicando los más recientes una tasa mayor.
En cualquier caso, si existe algún aumento no se dan explicaciones verosímiles. Hof refiere que el aumento de la AN es equívoco y se puede deber a
diversos factores como el incremento de las publicaciones, la generalización
de los datos a partir de observaciones clínicas y la mayor familiaridad y
conocimiento de la enfermedad, hechos que, junto con la mejor red asistencial
de salud, pueden incrementar los diagnósticos. Además los psiquiatras, atienden normalmente los casos más graves, muchos de ellos cronificados y resistentes al tratamiento. Varios estudios señalan que el número de primeros
ingresos en los hospitales no aumenta o lo hace levemente, mientras que los
reingresos se incrementan de modo acusado, lo que es probable que consolide
la convicción de que el trastorno está asumiendo proporciones epidémicas.
Otro hecho que no hay que olvidar es el cambio de actitud hacia el trastorno
mental. Hasta hace unos años un 90% de las AN ingresaban en salas médicas
y sólo a partir de los años cincuenta a setenta aumenta el número de pacientes
ingresadas en salas de psiquiatría, lo que refleja el cambio de consideración
de los TCA.
La anorexia nerviosa se describe como una enfermedad típica de las
sociedades desarrolladas, a medida que progresa el nivel socioeconómico
aumenta el número de casos. Es una enfermedad que se observa preferentemente en los grupos sociales con alto poder adquisitivo, aunque últimamente
también se identifican casos entre las clases económicas menos favorecidas.
Las bailarinas, gimnastas, atletas y deportistas de élite, o modelos, preocupadas por su imagen corporal también constituyen un grupo de alto riesgo.
Garner en 1980, estimó una prevalencia del 7,6% en mujeres estudiantes de
ballet profesional, llegándose a tasas en torno al 15-20% según distintos autores.
En países como Estados Unidos se ha estimado que el número de pacientes
con AN se multiplicó por cinco en los últimos 30 años. La prevalencia en los
44
Anorexia nerviosa. Epidemiología
países desarrollados se ha estimado entre el 1% y
el 4%, aunque si se consideran también las formas
subclínicas podría incluso aumentar hasta el 5%
para el total de la población de adolescentes de
edades comprendidas entre los 14 y 22 años.
Figura 1. Ciertos deportes como la gimnasia rítmica, pueden
desencadenar la Anorexia. Tomado de: www.millville.org/.../
Camp_DISORDER/DISPIX/Rigby2.jpg
El estudio ECA (Epidemiological Catchment Area) realizado en 1984,
analizó la prevalencia de anorexia nerviosa en una amplia muestra de la
población adulta norteamericana con edades comprendidas entre 18 y 65 años
(n=20.000), estimándose la prevalencia entre el 0,01 y el 0,1%. En España se
han realizado estudios que informan de la prevalencia de AN, entre estos
estudios se encuentra el de Toro et al en 1989, utilizando un cuestionario
(Eating Attitudes Test) en una muestra de 1554 chicas de Barcelona de 12 a
19 años, encontró que el 9,4% de las adolescentes podían considerarse en
riesgo de padecer un trastorno del comportamiento alimentario, aunque no se
confirmó el diagnóstico mediante entrevista personal. Estudios realizados en
la población adolescente de Madrid estimaron una incidencia del 0,3%, durante el periodo comprendido entre 1985 y 1987, correspondiendo un 10% de
todos los casos únicamente a los varones. En el trabajo de Canals et al, en
1997, se calculó la prevalencia de trastornos psiquiátricos en una muestra de
mujeres de 18 años utilizando para el diagnóstico la entrevista personal, la
prevalencia de AN en mujeres fue del 0,6% (criterios DSM-IIIR) y del 2,5%
(CIE-10), aunque el reducido tamaño de la muestra (n=152 mujeres) y la baja
tasa de respuesta podrían limitar la generalización de sus hallazgos. Los mejores
estudios epidemiológicos realizados hasta el momento suelen tener un diseño
bifásico; en la primera etapa se realiza la identificación de los posibles casos
mediante un cuestionario de fácil aplicación y alta sensibilidad, y en la segunda fase se estudian los presuntos casos mediante una entrevista con distintos
grados de estructuración y alta especificidad para confirmar el diagnóstico.
Recientemente Pérez-Gaspar, en el año 2000, en un estudio sobre adolescentes, observó, con confirmación diagnóstica, que el 4% de los jóvenes entre 12
y 21 años sufrían algún TCA. Los más frecuentes eran los trastornos incompletos, encontrando como prevalencia para la AN cifras entorno al 0,3%. Los
45
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
rasgos de personalidad más frecuentemente asociados a este trastorno fueron
los altos niveles de neuroticismo y de perfeccionismo. En nuestro país, los
ingresos hospitalarios por TCA han pasado de 86 en el período 1990-1991 a
225 en 1996, según el Conjunto Mínimo Básico de Datos Hospitalarios (CMBD)
del INSALUD. De esos ingresos el 83% corresponden a anorexia nerviosa.
Los trastornos de la conducta nutricional son considerados como uno de
los problemas psiquiátricos más frecuentes durante la adolescencia y en el
grupo de adultos jóvenes. La edad de inicio se sitúa generalmente a partir de
las últimas etapas del desarrollo puberal, sobre los 13-14 años en las niñas,
aumentando de forma significativa sobre los 16-18 años de edad, para descender posteriormente, siendo raras las formas que se iniciaran más allá de los
20-22 años de edad. Sin embargo, recientemente se está observando la aparición de un número significativo de casos en niñas durante el inicio y primeros estadios del desarrollo puberal. La AN es 8-12 veces más frecuente en
mujeres que en hombres. El 50% se inicia antes de los 20 años y el 75% antes
de los 25 y menos del 10% aparecen en prepúberes.
Entre los estudios realizados en las distintas Comunidades Autónomas,
para conocer la magnitud de este problema, se encuentra el trabajo de Vega
Alonso et al, en el que la información sobre las sospechas de diagnóstico, se
obtuvo de las consultas de 167 médicos que participaron en la Red de Médicos Centinelas de Castilla y León, que cubrieron una población cercana a
115.000 personas en 1999, aproximadamente el 5% de la población de Castilla
y León. Se preparó un protocolo con la definición de caso, con los criterios
de inclusión. Previa citación, se realizó historia clínica y cumplimentación del
Eating Attitudes Test (EAT-40), ya validado para la población española. Si se
considera solamente los nuevos diagnósticos en 1999, la incidencia en población general se sitúa en 23,5 casos por cada 100.000 habitantes, con marcada
diferencia entre mujeres, situándose en 44.2 casos por cada 100.000 mujeres,
ligeramente superior a la encontrada en un estudio similar realizado en Holanda entre 1985-1989 por Hoek et al, que fue de 36,6 por cada 100.000
mujeres. Para los varones las cifras fueron de 3,4 casos por 100.000. La edad
media de las mujeres fue de 26,7 años, mostrando una focalización en los
grupos de edad de 15 a 19 años y de 20 a 30 años. El 67,6% de las sospechas
en mujeres tenían un Test con puntuación superior a 30 (riesgo elevado) y el
14,7% entre 20 y 30 (riesgo medio). En el 44,2% se evidenció amenorrea y
uso de laxantes en el 30,2%.
En una encuesta llevada a cabo en adolescentes femeninas italianas, se
encontró una prevalencia de AN de 0,2%; en Suiza, entre las adolescentes de
46
Anorexia nerviosa. Epidemiología
14-17 años, la prevalencia fue de 0,7%. En nuestro país las estimaciones
recientes se mantienen en rangos parecidos. Así, Loureiro y cols. en su estudio en mujeres adolescentes españolas, confirmó la AN en el 0,2% de las
mujeres encuestadas. En una revisión de las estimaciones publicadas en los
últimos 30 años aproxima la incidencia de AN a 1 por cada 100.000 habitantes entre población general y entre 20-30 por cada 100.000 mujeres de 15-45
años. También hay autores, como Otero Rodríguez, que opinan en base a los
resultados obtenidos en sus estudios, que el porcentaje de TCA (incluyendo
la anorexia nerviosa) con relación al resto de patologías es muy bajo, y que
los casos de TCA han aumentado a lo largo de los últimos 4 años, pero que
los casos de AN no se han incrementado a lo largo de la última década, el
diagnóstico de AN representa el 1,01% de los diagnósticos de la Unidad de
Salud Mental y el 3,40% de TCA. Entre las posibles interpretaciones de estos
hallazgos podría ser porque la Unidad atiende solo adolescentes hasta los 16
años y se ha visto que el aumento de incidencia durante los últimos años se
ha producido en mujeres mayores de 18 años y también porque la población
anoréxica no acude a una Unidad de Salud Mental infantojuvenil de tipo
público exclusivamente, sino que podrían utilizarse otros canales asistenciales
privados para el abordaje de su problemática o la peculiaridad de las vías
asistenciales con un predominio de la atención física sobre la atención mental
y la proliferación de Unidades específicas de AN, que haría que el porcentaje
de anoréxicas que recibieran fuera menor del real.
Por otra parte, los estudios de prevalencia muestran invariablemente que
hay más casos en poblaciones escolares que los revelados por los estudios
clínicos. Cabe suponer que hay personas que experimentan períodos cortos de
problemas alimentarios, que remiten de modo espontáneo, siendo pocos los
que se convertirían en enfermedad crónica. Además, es importante reseñar
que los TCA no especificados son probablemente más frecuentes en los jóvenes que los TCA clásicos (anorexia y bulimia), sin olvidar que muchos de
ellos no son diagnosticados ni tratados. En la población de riesgo (adolescentes, mujeres jóvenes de clase media-alta, bailarinas, etc) es frecuente hallar
actitudes y conductas alimentarias propias de los TCA, sin llegar a establecer
un cuadro clínico completo. Por tanto, existiría un contínuum de la normalidad a la patología donde la AN incluiría los casos de un extremo, la punta del
iceberg.
47
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
FACTORES DE RIESGO
En la historia natural de la enfermedad se reconoce una gran variedad de
factores de riesgo que se han sistematizado en tres grupos:
• Factores predisponentes, que actúan desde el inicio de la vida y condicionan la vulnerabilidad de un individuo a padecer la enfermedad.
• Los denominados factores precipitantes, que son los que acontecen
inmediatamente antes del inicio del trastorno y por último,
• Factores perpetuantes, que son los que mantienen o prolongan la evolución una vez que se ha desencadenado el proceso.
Los factores predisponentes en la AN son el sobrepeso, baja autoestima,
inseguridad e introversión, obesidad y perfeccionismo, prejuicios sociales contra
la obesidad, malos hábitos alimentarios en la familia, presión familiar por la
figura, etc. Los factores precipitantes son los comentarios negativos sobre la
figura, insatisfacción general con uno mismo, estrés, conflictos familiares,
fracasos amorosos, etc. Y como factores perpetuantes, una alimentación incorrecta que genera desnutrición y refuerza la imagen corporal negativa, fluctuación de los estados de ánimo, ansiedad, depresión e irascibilidad, etc.
En relación con el sexo no existen dudas de que en el momento actual,
la AN es una enfermedad estrechamente relacionada con el sexo femenino.
En general, se considera que es de 10 a 20 veces más frecuente en mujeres
que en hombres. Los diversos autores constatan de manera unánime que el
90-95% de los casos se producen en mujeres. Aunque no se deben olvidar los
factores de índole biológica, la predisposición en las mujeres a presentar estos
trastornos se debe fundamentalmente a factores socioculturales relacionados
con el papel sexual, la tendencia de la mujeres ha valorarse en primer lugar
por la figura y la imagen corporal, así como la mayor presión cultural que
existe sobre ella para conseguir la delgadez, podrían ser factores claramente
determinantes. En la mayoría de los trabajos epidemiológicos el número de
varones con AN permanece más o menos estable, lo que no sucede con las
mujeres.
En cuanto a la edad, la máxima prevalencia es a los 15-20 años y su
comienzo suele ser en la adolescencia, etapa caracterizada, por una parte, por
el surgimiento del conflicto de identidad y necesidad de autonomía que convergen en una búsqueda de autoestima y aprobación y, por otra, por una
metamorfosis corporal, sobre todo en las niñas, principales afectadas, que
genera insatisfacción por el propio cuerpo y esfuerzos por modificarlo. Se ha
48
Anorexia nerviosa. Epidemiología
visto que los jóvenes que presentan más sentimientos negativos sobre su
cuerpo en la pubertad tienen más riesgo de desarrollar dificultades alimentarias.
Otros factores de riesgo en esta fase del desarrollo incluirían la preocupación
de las madres por la figura y las dietas, el incremento del estrés académico
y los trastornos afectivos propios de esa edad. Sin embargo, en preescolares,
los problemas alimentarios afectan más a los varones que a las mujeres.
Durante la transición a la primera juventud, los TCA tienden generalmente a
declinar; no obstante la insatisfacción corporal permanece como problema en
un sustancial segmento de la población adulta. Varios estudios han concluido
que existe una relación clara entre la edad de inicio y el cuadro clínico, de
modo que en los casos de inicio más tardío, la pérdida de peso es mayor,
aunque los trastornos psicopatológicos son menos graves.
Desde los primeros estudios epidemiológicos se ha observado que es un
trastorno más frecuente en jóvenes de clases sociales altas. A partir de los
años ochenta se han publicado trabajos que cuestionan esta relación, ya que
al expandirse la enfermedad, cada vez se observan más casos en clases sociales bajas, por lo que en al actualidad no es posible mantener la idea clásica
que postulaba una diferencia de prevalencia según el nivel socioeconómico.
En relación con la educación, se ha podido observar como las pacientes con
AN suelen ser jóvenes con buen rendimiento intelectual, ayudadas probablemente por su tendencia a la autoexigencia y el perfeccionismo. Además, las
sociedades occidentales han proporcionado educación a la mayoría de los
jóvenes y hace a todos ellos igualmente susceptibles a la presión cultural,
vehiculizada por los medios de comunicación.
Cabe también reseñar la relación con la profesión y el deporte, ya que
un grupo vulnerable a esta enfermedad son las modelos de pasarela, donde
progresivamente se solicitan cuerpos más altos, delgados y andróginos. Así
mismo, la preocupación por el peso y la figura se manifiesta también en
grupos de gimnastas y bailarinas de ballet, a las que se les pide un peso bajo
y un cuerpo esbelto, e incluso en otros deportes que inicialmente no estarían
tan relacionados con el peso y la imagen corporal. Afortunadamente muchos
de estos comportamientos disminuyen después del abandono de la práctica
deportiva.
Por otra parte, es interesante conocer el desarrollo de los TCA en países
no occidentales y minorías étnicas. En las comparaciones transculturales existen
otros importantes problemas específicos junto con los problemas metodológicos
de las investigaciones epidemiológicas. Uno de ellos es el uso de cuestionarios en lengua inglesa que hay que traducir a otras lenguas y a otras etnias,
49
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
en las que ciertos items en algunos contextos culturales quedan invalidados.
Otro problema es si los criterios diagnósticos deben ser comunes para todas
las razas y culturas, como ocurre en el caso por ejemplo del criterio pérdida
de peso, ya que las mujeres chinas son de bajo peso y talla, por lo que dicha
pérdida de peso puede ser inferior a lo exigido a la mujer occidental. Por
último, existe otra diferencia entre los países occidentales y el resto, y es que
los sistemas de salud en los primeros están más desarrollados y el enfermo
tienes menos dificultades en llegar al equipo médico.
La opinión más generalizada postula una causa multifactorial en que los
argumentos psicológicos son los que tienen mayor evidencia, aunque se entrelazan con los socioculturales y los de tipo biológico. En el momento actual
están desarrollándose numerosos estudios epidemiológicos dirigidos a la identificación de factores de riesgo vinculados a la estructura familiar y su entorno, así como al conocimiento de marcadores de riesgo relacionados con algún
tipo de personalidad premórbida.
Como conclusión final, se puede decir que la prevalencia de conductas
ante la alimentación propias de pacientes con anorexia nerviosa es lo suficientemente elevada como para sugerir una intervención a nivel educacional
y estimular una formación más amplia sobre este tipo de trastornos en los
distintos profesionales encargados de la formación y salud de los escolares.
La detección de este tipo de trastornos de forma precoz y el inicio de un
tratamiento adecuado se relaciona con una mayor evolución hacia la curación
y menor tasa de cronificación; es aquí donde el médico de Atención Primaria
se hace imprescindible, detectando de forma precoz este tipo de conductas.
50
Anorexia nerviosa. Epidemiología
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52
TEMA 3
ETIOPATOGENIA DE LA ANOREXIA NERVIOSA
Mehrdad Shushtarian, Ismael Maldonado Díaz
Los trastornos del comportamiento alimentario en general y la anorexia
en particular son de carácter multicausal, es decir, son consecuencia de distintos factores que actúan simultáneamente e interactúan entre sí. Sin embargo, es preciso dejar bien sentado que para el establecimiento y diagnostico de
una anorexia nerviosa es preciso que haya malnutrición. En caso contrario,
por muchos “síntomas” que se den, habiendo incluso riesgo alarmante, de
anorexia nerviosa, pero no será el trastorno propiamente dicho. Los factores
causales mas frecuentes son:
FACTORES FAMILIARES
Los estudios familiares en la anorexia nerviosa han demostrado una tendencia a la ocurrencia familiar de este trastorno y una alta asociación de éste
con los trastornos afectivos. Theander (1970) estimó el riesgo de mortalidad
para las hermanas de los pacientes anoréxicos en un 6.6%, que excede ampliamente el riesgo normal esperable. En un estudio con treinta pares de gemelas
realizado en Londres, 9 de los 16 pares de gemelas monozigoticas y 1 de 14
pares de gemelas dizigoticas eran concordantes para la anorexia nerviosa
(Holland y col., 1984). En una ampliación posterior de este mismo estudio,
los autores concluyeron que los datos obtenidos indicaban una predisposición
genética que podía manifestarse bajo condiciones adversas, como son, una
dieta inapropiada o estrés emocional. Los autores proponían que esta vulnerabilidad genética podía implicar una tipología particular de personalidad o
una susceptibilidad general a la inestabilidad psiquiátrica (especialmente, tras-
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
tornos afectivos), o directamente a una disfunción hipotalámica. Una pareja
de gemelos monozigóticos con uno o más factores de vulnerabilidad, podría
tener tanto la potencialidad para desarrollar una anorexia nerviosa bajo condiciones de estrés, como algún factor genético menos especifico para la aparición de este trastorno. Los estudios de familias en la anorexia nerviosa han
mostrado un incremento de la frecuencia de trastornos afectivos en parientes
de primer grado de pacientes anoréxicos al ser comparados con parientes de
primer grado de sujetos control normales. En dos estudios controlados no se
halló una prevalencia mayor de trastornos alimentarios en parientes de primer
grado de personas afectas de trastorno afectivo. Esto sugiere que para la
manifestación de la anorexia nerviosa debe existir una predisposición independiente a este trastorno, sobreimpuesta a una predisposición a los trastornos afectivos. Stober y col. hallaron una mayor proporción de anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y anorexia nerviosa subclínica en parientes de primer
y segundo grado de pacientes anoréxicos al compararlos con un grupo control
de familiares de pacientes no anoréxicos con otras enfermedades psiquiatricas.
Este autor propuso que el patrón de agrupación familiar de estos trastornos
representa expresiones variables de una psicopatología subyacente común.
En un estudio comparando madres de 57 pacientes anoréxicos con madres de sujetos control apareados por sexo y edad, hallaron una prevalencia
significativamente mayor de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) en las madres
de pacientes anoréxicos. La disfunción serotoninergica puede ser un vinculo
entre el TOC de las madres y la anorexia nerviosa en sus hijas.
FACTORES BIOLÓGICOS
Prácticamente toda la sintomatología biológica de la anorexia nerviosa
corresponde a las alteraciones neuroendocrinas que afectan los ejes hipotálamohipófiso-tiroideo e hipotálamo-hipófiso-suprarenal. La detección de estos trastornos llevó durante un tiempo a creer que una alteración hipofisaria era la
causa de la anorexia nerviosa. En la actualidad se sabe con absoluta certeza
que todas estas disfunciones son consecuencia de la malnutrición, fenómeno
central, nuclear, de la anorexia nerviosa.
La función neurotransmisora también está alterada. Los niveles disminuidos de noradrenalina podrían en parte explicar la bradicardia e hipotensión
observadas en la anorexia. Los niveles de serotonina también se ven alterados. Un estudio por ejemplo, encontró que los niveles de serotonina eran
54
Etiopatogenia de la anorexia nerviosa
altos, esto apoya la teoría de que existe una predisposición biológica en los
trastornos de comportamiento alimentario en ciertos pacientes a través de
niveles elevados de serotonina preexistentes en el cerebro que podría aumentar el comportamiento rígido y obsesivo, y suprimir el centro del apetito. Es
evidente que también se trata de una consecuencia de la malnutrición. Sin
embargo, la importancia de su papel etiopatogénico radica en que ambos
sistemas de neurotransmisión intervienen en la regulación del hambre y la
saciedad. Así pues, la restricción alimentaria provocaría la malnutrición, ésta
daría lugar a las mencionadas disfunciones de la neurotransmisión, y tales
irregularidades facilitarían el caos interoceptivo y alimentario de los pacientes anoréxicos. Pero también hay que tener en cuenta que las disfunciones de
éstos sistemas de neurotransmisión constituyen el fundamento biológico de
trastornos depresivos, trastornos por ansiedad y trastornos obsesivo-compulsivos,
todos ellos sumamente frecuentes en los trastornos del comportamiento
alimentario. La disposición a esas patologías (incluyendo la disposición al
trastorno alimentario) pudiera constituir la manifestación inmediata de los
factores genéticos implicados. También se ha observado un incremento de la
actividad opioide.
Numerosos estudios han demostrado cambios en el cerebro de pacientes
con anorexia nerviosa usando la resonancia magnética, que incluyen la disminución del volumen en la sustancia gris y en la sustancia blanca con aumento del volumen del liquido cefalorraquídeo. Otro estudio encontró que el
volumen de la sustancia gris no se normalizó y que el volumen del liquido
cefalorraquídeo persistió aumentado, comparado con los controles después de
la recuperación del peso. El significado de estos hallazgos no está claro.
FACTORES SOCIOCULTURALES
Probablemente son los más importantes para explicar fenómenos como el
incremento progresivo de la prevalencia de estos trastornos, su predominio en
clases altas y países desarrollados, así como en zonas urbanas en comparación con las rurales, su mayor prevalencia en mujeres que en varones, y su
inicio preferente en la adolescencia. El anhelo de delgadez es un valor plenamente introducido en nuestra cultura e interiorizado por toda la población.
Un cuerpo delgado, especialmente femenino, es sinónimo de belleza y prestigio. Los medios de comunicación social, toda una cultura de la imagen, el
bombardeo de los mensajes publicitarios, la satanización de la obesidad, la
55
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
progresiva y prácticamente completa exhibición del cuerpo, los negocios
millonarios de las industrias dedicadas a los productos más o menos adelgazantes,
todo ello, conjunta e interactivamente, consigue inculcar dicho anhelo de
delgadez. Esta enorme presión social a favor de los cuerpos delgados y del
adelgazamiento puede ilustrarse con dos datos: en Inglaterra la industria del
adelgazamiento está ingresando mas de mil millones de libras esterlinas y en
España aproximadamente uno de cada cuatro de todos los mensajes publicitarios que llegan al publico femenino directa o indirectamente invita a adelgazar.
En otras épocas, la imprescindible
malnutrición ha podido ser desencadenada por
otros factores socioculturales: el ascetismo religioso (ayuno) o el puritanismo victoriano.
En nuestra época es preciso hablar también
de grupos de riesgo para los trastornos del comportamiento en general. En efecto, bailarinas y
practicantes de ciertos deportes (gimnasia rítmica, patinaje artístico, corredores de fondo, etc.)
experimentan una serie de circunstancias que les
predisponen para estos trastornos: perfeccionismo
obsesivoide de muchas de estas actividades: culto a la delgadez por razones estéticas y de rendimiento, y un modelado intragrupo altamente eficaz.
Figura 1. El mundo de la moda resalta al modelo de mujer delgada y esbelta como sinónimo
de perfección y éxito. Tomado de www.unc.edu/~maburnet/images/runway.jpg
FACTORES INDIVIDUALES
La etapa evolutiva adolescente, junto con los factores socioculturales que
acabamos de citar, constituye el gran factor de riesgo para la anorexia nerviosa. La pubertad implica cambios corporales muy rápidos que deben ser asumidos, es decir, percibidos, evaluados e integrados en la autoimagen general.
La evaluación supone poner en relación el cuerpo percibido con el modelo
corporal valorado o prestigiado socialmente. El adolescente lo hace sin crítica, asumiendo ingenuamente la mayor parte de los valores y costumbres
vigentes en su medio, en especial si estos son compartidos masivamente por
su grupo de coetáneos, cosa que sin duda ocurre de forma sistemática en lo
que concierne al culto de la delgadez.
56
Etiopatogenia de la anorexia nerviosa
La autoimagen general de una persona y lo que denominamos su autoestima
se generan y se modifican a lo largo de toda su vida. Las experiencias personales, las consecuencias del propio comportamiento, las calificaciones (aprobaciones y desaprobaciones) emitidas por las personas significativas, las
percepciones del propio comportamiento y rendimiento, etc., son factores que
intervienen en tales autoimagen y autoestima. El cuerpo es otro de estos
factores, habitualmente de especial importancia. Ya dijimos que la adolescencia es quizás la época de la vida en que el cuerpo más determina la autoimagen
y la autoestima generales. También señalamos que una imagen corporal negativa da lugar a una autoestima baja y a la inversa, que una autoestima baja
facilita la percepción negativa de la imagen corporal. De ahí que una autoestima
deficitaria sea considerada factor de riesgo para la anorexia nerviosa. En este
contexto, es preciso señalar la posible influencia negativa de una pubertad
precoz, concretamente en las chicas. En efecto, mientras el desarrollo puberal
precoz parece tener efectos positivos sobre la autoimagen de los varones, las
chicas más maduras sexualmente desean ser más delgadas que las que no lo
son, sintiéndose más inseguras y menos aceptadas socialmente.
Al margen de estos hechos relacionados con la autoimagen del adolescente, poca cosa más puede decirse con seguridad en cuanto a posibles características de personalidad que desempeñan algún papel causal (predisponente)
en la anorexia nerviosa. De hecho, el trastorno parece desarrollarse a partir
de cualquier tipo de personalidad previa. Sin embargo, parecen predominar
rasgos perfeccionistas, obsesivoides, en personas fácilmente susceptibles a la
ansiedad y por tanto fácilmente estresables. Pero, estas características posiblemente estén más emparentadas con la anorexia restrictiva propiamente
dicha que con la anorexia bulímica. En ésta, el
rasgo predominante suele ser la dificultad para el
control general de impulsos. No obstante, en la
práctica cotidiana muchas veces resulta difícil saber
si el descontrol de impulsos era una característica
preexistente, anterior al inicio del trastorno bulímico,
o se trata de una consecuencia del mismo.
Ciertas experiencias personales suelen tener
un papel significativo en la precipitación de la
Figura 2. El culto a la delgadez y la belleza de la sociedad
actual puede desembocar en la anorexia y bulimia nerviosas.
Tomada de www.isabelperez.com/images/mirorldy.jpg
57
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
anorexia. Burlas, críticas o comentarios incluso cariñosos acerca del cuerpo
son recordados a menudo como hechos que determinaron la toma de la decisión de adelgazar. Situaciones estresantes, por ejemplo, unos exámenes o
una estancia en el extranjero, también se observan como antecedentes en
algunos casos. En otros, la anorexia se inicia tras una enfermedad infecciosa,
una depresión, etc., es decir, tras trastornos que suelen implicar una pérdida
de apetito y ya cierto adelgazamiento.
FACTORES PSICOPATOLÓGICOS
Las teorías psicológicas referidas a las causas de la anorexia nerviosa se
han centrado mayoritariamente en mecanismos fóbicos y formulaciones
psicodinámicas. Crisp (1967) postuló que la anorexia nerviosa constituye una
respuesta de evitación fóbica a la comida resultado de una tensión sexual y
social generadas por los cambios físicos asociados a la pubertad.
Las teorías psicodinámicas se han centrado en fantasías de impregnación
oral y relaciones seductivas de dependencia con una figura paterna cálida y
pasiva, y una culpabilidad por la agresión sentida hacia una madre vista de
forma ambivalente.
Bruch (1962) postuló como causa de la anorexia nerviosa un defecto del
desarrollo cognitivo y perceptual. Esta autora describió las alteraciones en la
imagen corporal (negación de la delgadez extrema), los trastornos de la percepción (falta de reconocimiento o negación de la fatiga, debilidad, hambre),
y un sentido de inefectividad, como resultado de experiencias de aprendizaje
adverso.
58
Etiopatogenia de la anorexia nerviosa
Bibliografía
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59
TEMA 4
CLÍNICA DE LA ANOREXIA NERVIOSA
Gonzalo Piédrola Maroto, Rocio Romero Saldaña, Martín López de la
Torre Casares, Teresa Muros de Fuentes, Enrique Palacio Abizanda.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La Anorexia Nerviosa comienza a desarrollarse en la mayoría de los
casos en el periodo peripuberal o adolescente. El cuadro clínico es de instauración lenta y progresiva, comenzando con un deseo voluntario de restricción
selectiva de la ingesta (sobre todo de hidratos de carbono y de grasas) con el
fin habitual de conseguir un discreto adelgazamiento o una pérdida ponderal
moderada. La cronificación de este deseo conlleva una disminución importante del peso corporal, con aparición progresiva y concomitante de síntomas
somáticos y psiquiátricos. Básicamente se desarrolla una malnutrición calórico-proteica, una distorsión severa de la imagen corporal, una alteración de
la sensación de hambre y saciedad y una negación del concepto de enfermedad.
En la exploración física de la paciente afecta de Anorexia Nerviosa destacan cuatro signos clínicos básicos:
1. La delgadez. Suelen ser pacientes con un índice de masa corporal bajo
o muy bajo, casi siempre inferiores a 18 kg/m2 (excepto en los cada
vez más frecuentes casos mixtos de anorexia-bulimia), con pérdida de
peso progresiva y con deplección tanto del compartimento graso como
del muscular.
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Figuras.1 y 2. Anorexia Nerviosa. Aspecto general. Tomado de Francisco Martínez
López, Ventura Ferrer Delso.
Anorexia Nerviosa. Entre la
Vida y la muerte. Paraninfo.
Madrid 2000.
2. Hipotensión arterial. A las cifras tensionales habitualmente bajas de los
adolescentes, se une una delgadez extrema, que ocasiona un descenso
aún más acusado de las mismas. Son muy frecuentes los valores inferiores a 90 mmHg de presión sistólica y a 60 mmHg de presión diastólica
3. Bradicardia. Es un hallazgo prácticamente constante en estos pacientes
la presencia de una frecuencia cardiaca inferior a 70 latidos por minuto, e incluso inferior a 60 latidos en los casos mas avanzados. Su presencia se relaciona igualmente con el grado de delgadez del paciente
4. Hipotermia. La temperatura basal suele estar disminuida, con valores
frecuentemente menores de 36,5º C, lo que condiciona sensación constante de frialdad y la necesidad de llevar ropa de abrigo inadecuada en
exceso para la temperatura ambiente. Ello se debe a alteración de los
mecanismos de regulación frente a cambios de temperatura externa.
Además de estos cuatro signos, coexisten en mayor o menor grado toda
una serie de hallazgos que se desarrollan a lo largo del progreso del cuadro.
La piel se vuelve seca, el cabello frágil y escaso, aparece vello corporal no
terminal (lanugo), las uñas se tornan quebradizas, aparece hipertrofia de las
glándulas salivares (parótidas y submandibulares), la piel de palmas y plantas
toma una coloración anaranjada (hipercarotinemia), acrocianosis, etc.
62
Clínica de la anorexia nerviosa
MANIFESTACIONES PSIQUIÁTRICAS
El cuadro viene dominado por una preocupación desmesurada de los
pacientes por el peso corporal, por mantener una imagen física y por un
miedo irracional a ganar peso, lo que conlleva a los mismos a conductas
alimentarias restrictivas con el fin de adelgazar. En las fases iniciales suelen
restringir o retirar de su dieta los productos que consideran de alto contenido
calórico, en particular los hidratos de carbono (especialmente los dulces, patatas,
etc) y las grasas. En estadios mas avanzados recurren a una restricción muy
severa de la ingesta, incluyendo todo tipo de alimentos, lo que les lleva
además, a rehuir el acto social de la comida, tanto con la familia como con
sus amistades.
El acto de comer se realiza además en el contexto de un ritual particular;
intentan controlar hasta el último detalle lo que comen, incluyendo cantidad,
calidad, forma de preparación, uso de harinas o aceites, etc, rehusando a
comer si no se ajusta a sus deseos. La comida la trocean en porciones muy
pequeñas, que tienden a ordenar de forma rigurosa en el plato, comiendo
bocados de pequeña cantidad, de una forma muy lenta, con masticación concienzuda y con sensación de plenitud gástrica rápida. Tienden a no terminar
nunca con la cantidad servida en el plato, por muy pequeña que ésta sea, a
mantener durante mucho tiempo la comida en la boca, y a esconder y finalmente tirar en sitios de lo mas variopintos, restos de comida masticada. A ello
añaden un interés desmesurado por conocimientos de alimentación y nutrición (llegando a memorizar listas de calorías según alimentos), a coleccionar
dietas de procedencia diversa y frecuentemente desequilibradas, e incluso a
preparar comidas muy elaboradas para el resto de la familia o amigos.
Una característica muy peculiar e invariable de estos pacientes es la
distorsión extrema de su propia imagen corporal. Aunque son capaces de
reconocer en terceras personas situaciones de delgadez o sobrepeso, no mantienen dicha capacidad
para su propio cuerpo, negando incluso situaciones de extrema caquexia, sobrevalorando su peso
y su talla. Suelen centrar además dicha alteración
de la imagen en determinadas zonas del cuerpo,
especialmente caderas, muslos y abdomen.
Figura 3. Tomado de: www.hola.com/belleza/2002/
03/12/buliiaanorexiados/imbs/anorexia1-d.jpg
63
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Otro rasgo sobresaliente en estos pacientes es la hiperactividad física y
laboral. Por una lado realizan una actividad física desproporcionada para su
ingesta calórica, con programas de ejercicio autoimpuestos de forma estricta
y habitual, que suelen realizar de forma individual, incluso con delimitación
rígida de horarios diarios. Por otro, y al menos en las fases iniciales, son
pacientes con un grado de rendimiento escolar o laboral alto o
muy alto, con gran cumplimiento
y autoexigencia de sus actividades y con éxito académico. Sin
embargo en estadios más avanzados, la propia evolución y agravamiento de su enfermedad merma dicho rendimiento, lo que
acentúa aun más las anomalías
psicológicas propias de la misma.
Figura 4. Bulimia nerviosa. Provocación del vómito.
Tomado de: www.pastor-terhorst.de/anorexia.jpg
Muchos pacientes añaden a las conductas restrictivas alimentarias la presencia de maniobras purgativas que tienen como objetivo la eliminación de
parte del alimento ya ingerido. Para ello, recurren al uso de laxantes, diuréticos y a la autoprovocación del vómito. Frecuentemente utilizan dichas estrategias como compensación de mecanismos de culpabilidad tras la realización de una ingesta que consideran excesiva (hiperfagia o episodios de bulimia).
La personalidad de los pacientes que presentan este tipo de enfermedad
suele ser de tipo obsesivo-compulsivo, con cierto grado de retraimiento y
aislamiento social, con tendencia a los comportamientos perfeccionistas y con
una reseñable baja autoestima. Además, suelen coexistir una sintomatología
depresiva de base (con trastornos del sueño, dificultad para la concentración
y labilidad emocional) con un grado importante de ansiedad mantenida y
agudizada por factores externos (que desencadenan ocasionales crisis de pánico y de fobia social). En ciertas situaciones se pueden delimitar cuadros
psicóticos, alteraciones conductuales, comportamientos inadecuados e incluso
intentos autolíticos.
64
Clínica de la anorexia nerviosa
COMPLICACIONES MÉDICAS
La caquexia representa un hallazgo constante en la evolución de estos
pacientes, con una gravedad variable desde los casos leves hasta los estadios
muy severos que requieren soporte nutricional enteral o parenteral. En todos
lo casos se objetiva una malnutrición calórica en sus distintos grados que se
manifiesta como disminución del índice de masa corporal (peso en kilogramos dividido entre talla en metros al cuadrado), como decremento del porcentaje del peso respecto al ideal, como anomalías en la distribución de los
comportamientos corporales por impedanciometría o por descenso en la medida
de los pliegues corporales.
El patrón de ingesta alimentaria se encuentra profundamente distorsionado.
Mediante técnicas de encuesta alimentarias se han realizado análisis cualitativo de las dietas que habitualmente realizan estos pacientes; sus resultados
han mostrado unas ingestas muy disminuidas en cantidad y con una distribución de principios activos errónea. En general todas ellas muestran un consumo calórico muy disminuido en cantidad, con una distribución porcentual
de macronutrientes muy anómala, resaltando la preferencia por los alimentos
de alto contenido proteico y sin embargo con escasa cantidad de carbohidratos
y prácticamente nula de grasas. Esta errática alimentación se basa en la elección y exclusión de ciertos alimentos de una forma irracional y caprichosa,
sin base científica alguna y que da lugar a conductas alimentarias totalmente
aberrantes.
El estado de los micronutrientes es poco
conocido. A pesar de la profunda alteración
en los hábitos alimentarios, solo ocasionalmente
se han objetivado estados carenciales en vitaminas y elementos traza. Entre éstos, son el
zinc y el cobre los más estudiados, con hallazgos dispares. Sin embargo, si se han encontrado valores altos de beta-carotenos y alfatocoferoles (a diferencia de lo que ocurre en
otras situaciones de malnutrición), así como
niveles altos de colesterol en relación con un
bajo aporte calórico.
Figura 5. Caquexia en paciente afecta de Anorexia nerviosa. Tomada de: http://forever. freeshell.org/images/
skeleton7.jpg
65
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
A nivel endocrino, la amenorrea y la atrofia mamaria son síntomas característicos y una constante en las fases avanzadas de la enfermedad. Se los
relaciona con la severa pérdida de peso que sufren estas pacientes y es el
resultado de una disminución de la pulsatilidad de las gonadotropinas, lo que
conlleva un hipogonadismo hipogonadotropo con cifras de estradiol bajas o
indetectables (similar al patrón prepuberal). Habitualmente las menstruaciones
reaparecen con la ganancia de peso, aunque en algunos casos puede persistir
durante cierto tiempo la amenorrea como consecuencia del bajo porcentaje de
grasa en la paciente, de la realización de un ejercicio físico excesivo o como
efecto adverso de la medicación psicotropa utilizada. En las pacientes
prepuberales se aprecia un retraso en la menarquia y en el desarrollo de
caracteres sexuales secundarios. En el varón dicha anomalías del eje gonadal
se manifiestan como disminución de la libido e impotencia.
La osteopenia, que afecta tanto al compartimento trabecular como al
cortical, es una complicación grave y frecuente en estas pacientes. Por ejemplo, se ha encontrado una disminución de la densidad ósea mayor de 2 desviaciones estándar en el 50% de las pacientes con anorexia con bajo peso y
amenorrea de dos años de evolución. Su etiología es multifactorial, destacando el fracaso de estas pacientes para alcanzar el pico de masa ósea (que se
logra en la adolescencia), la pérdida de masa ósea asociada a la desnutrición,
el déficit estrogénico mantenido, una ingesta de calcio baja (que conlleva un
índice fosfocálcico alterado y un hiperparatiroidismo secundario), el
hipercortisolismo y una posible disminución de la IGF-1.
Otras anomalías endocrinas incluyen niveles de hormonas tiroideas similares al síndrome eutiroideo del enfermo (cifras bajas de T3 y T4, con valores
de TSH normales) como mecanismo adaptativo a la situación extrema de los
pacientes y a la disminución del gasto calórico, niveles plasmáticos de cortisol
elevados con mantenimiento del ritmo circadiano normal y con cifras de
ACTH normales, andrógenos de origen suprarrenal bajos y valores de GH e
IGFBP-1 elevados coincidentes con IGF-1 e IGFBP-3 disminuidos.
En relación nuevamente con la malnutrición, estos pacientes pueden presentar hipoglucemias, habitualmente asintomáticas, debidas fundamentalmente a agotamiento del glucógeno hepático y de los substratos para la
neoglucogénesis, junto con anomalías en la respuesta del glucagón a la
hipoglucemia. Ocasionalmente se presenta hipocalcemia con aumento de los
niveles de bicarbonato, indicando la existencia de vómitos frecuentes o el uso
de diuréticos, mientras que la acidosis metabólica es frecuente en caso de
66
Clínica de la anorexia nerviosa
abuso de laxantes. La hiponatremia es un hallazgo común y puede reflejar un
exceso en la ingesta de agua o una inapropiada regulación del ADH.
Las caries dentales por erosión del esmalte debida a la frecuente exposición al ácido clorhídrico, así como la esofagitis en relación con los vómitos
recurrentes son otros problemas asociados. La hipertrofia parotídea bilateral
e indolora parece estar relacionada con una inadecuada ingesta, el binomio
atracones-vómitos y el uso frecuente de chicle. Otras anomalías digestivas
más infrecuentes incluyen la rotura esofágica en pacientes vomitadores y la
dilatación gástrica durante la realimentación. La utilización excesiva de laxantes
puede producir esteatorrea, enteropatía pierde proteinas o malabsorción de
vitaminas liposolubles. La enfermedad pancreática es rara, con pancreatitis
aguda en el síndrome de realimentación. Las alteraciones hepáticas son habituales en la malnutrición energético-proteica, con hepatomegalia reversible y
hepatitis nutricional caracterizada por niveles bajos de proteinas y altos de
lípidos, LDH y fosfatasa alcalina.
A nivel cardiovascular destacan la presencia de bradicardia, hipotensión,
síncopes, arritmias o muerte súbita por alteración hidroelectrolítica. Aunque
la función sistólica esta típicamente preservada, la masa del ventrículo izquierda está habitualmente disminuida, y puede presentarse fallo cardíaco en
las fases terminales o como consecuencia de la renutrición. Además, el prolapso de la válvula mitral es más frecuente en estos pacientes, pero suele
carecer de significación clínica. Las anomalías electrocardiográficas más
habituales son la bradicardia sinusal, la depresión del segmento ST, el alargamiento del segmento QT y, asociadas con hipopotasemia, la aparición de
ondas U.
A nivel renal destaca la disminución del filtrado glomerular y de la capacidad de concentración, el incremento en los valores de urea, la presencia
de anomalías en electrolitos, los edemas con fóvea y la nefropatía
hipopotasémica. Estas alteraciones son más frecuentes en pacientes que utilizan laxantes o diuréticos o que se provocan vómitos de repetición.
Neurológicamente, pueden presentar atrofia cerebral debida a la desnutrición y la deshidratación, teóricamente reversible, con dilatación del tercer
ventrículo. También pueden aparecer cuadros convulsivos, letargia, insomnio,
deterioro cognitivo, de la atención o de la concentración, e incluso neuropatías
periféricas. Los cuadros de coma suelen deberse a la alteración nutricional,
carencial y a las anomalías del medio interno (metabólicos).
67
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
CRITERIOS DE GRAVEDAD Y DE INGRESO HOSPITALARIO
El tratamiento de la anorexia nerviosa debe ser realizado por un equipo
multidisciplinario, exigiendo la participación de psiquiatras, psicólogos,
endocrinos, nutricionistas y que ocasionalmente precisa del apoyo de otros
especialistas (digestivos, cardiólogos, intensivistas, etc).
Dicha terapia debe ser fundamentalmente ambulatoria, y solo en los casos en que exista un deterioro grave del estado físico o mental del paciente,
con complicaciones que pongan en riesgo su propia vida, esta indicada la
hospitalización temporal. Los criterios que incluyen dichos supuestos son
(obviamente no son criterios estrictos, y pueden ser necesarios mas de uno de
ellos para requerir realmente su ingreso hospitalario):
1. Criterios de malnutrición energético-proteica grave. Por ejemplo, pérdida de más de un 30% de su peso habitual en los últimos 3 meses, o
pérdida de peso rápida (más de 1 kg a la semana), ó índice de masa
corporal menor de 17 kg/m2.
2. Alteraciones metabólicas graves, con la presencia de una hipopotasemia
grave (<2,5 mEq/l), una elevación del nitrógeno ureico (BUN) con
funcion renal normal, hipoglucemias sintomáticas de repetición o
deplección severa de volumen.
3. Inestabilidad hemodinámica, con hipotensión ortostática o severa (presión sistólica menor de 70 mmHg), bradicardia extrema (menor de 40
latidos por minuto) o arritmia cardíaca, hipotermia mantenida (menor
de 36ºC).
4. Complicación grave asociada a su proceso de base, como una infección.
5. Complicaciones neurológicas que impidan el manejo ambulante o que
necesiten tratamiento hospitalario.
6. Negación absoluta a la ingestión de ningún tipo de alimentación.
7. Presencia concomitante de otra psicopatología que dificulte o impida
el tratamiento ambulatorio, como la presencia de un trastorno obsesivo-compulsivo grave, esquizofrenia o psicosis activa.
8. Presencia de conductas autolesivas o con riesgo de suicidio importantes.
9. Situación social o familiar insostenible en niños.
68
Clínica de la anorexia nerviosa
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69
TEMA 5
DIAGNÓSTICO DE LA ANOREXIA NERVIOSA
Ana Benito Duarte, Mª Teresa Puertas Ramírez, Francisco Rincón
Cenera, Isabel Beltrán Velasco y Ana Ortiz Viana, Ester Idini
El diagnóstico de los trastornos de la conducta alimentaria se establece
mediante los criterios de la CIE-10 y DSM-IV. Previamente al establecimiento de estos criterios en su totalidad, aparecen una serie de manifestaciones
conductuales anómalas que nos ayudarán a realizar un diagnóstico precoz de
dichos trastornos:
Cambios en el patrón de la ingesta
Suele aparecer en primer lugar, y se caracteriza por la restricción progresiva de diferentes tipos de alimentos comenzando por los que se consideran
de alto contenido calórico (grasas, hidratos de carbono) y pudiendo llegar
hasta la restricción del consumo de agua.
Justifican este comportamiento en la dieta argumentando preocupación
por su salud y considerando que su dieta es sana.
Pueden existir, además del patrón restrictivo, episodios ocasionales de
hiperfagia con sensación de pérdida de control y sentimientos de culpa que
pueden desencadenar conductas de tipo purgativo.
Ocultación y manipulación de la comida
Pronto comienzan con mentiras y engaños sobre su alimentación; tiran la
comida, la esconden... Además se preocupan por conocer las calorías exactas
de cada alimento y pesar cada ración para controlar al máximo la ingesta.
Alteraciones en las relaciones interpersonales
Evitan comer en presencia de otras personas, bien sea familiares o ami-
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
gos, con lo que su actividad social se ve reducida ya que en la mayoría de
actos sociales la comida y la bebida están presentes.
Alteraciones en la apariencia personal
Suelen llevar vestimentas amplias y superposición de varias prendas para
ocultar, en un principio el defecto físico que creen padecer y después para
defenderse de la hipotermia que padecen.
Al sentirse disconformes con su peso, pueden desarrollar dos tipos de
conducta; se pesan prácticamente a diario o ante la mínima sospecha de
aumento de peso (por ejemplo tras la ingesta alimenticia) o bien evitan conocer su peso.
Incremento de consumo energético
Mediante ejercicio compulsivo y conductas a las que atribuyen mayor
gasto energético, como comer de pie, dormir poco,...
Para ayudar al diagnóstico precoz existe el cuestionario SCOFF que consta
de cuatro ítems siendo altamente indicativo de trastorno de la conducta
alimentaria el contestar afirmativamente a dos o más.
Cuestionario Scoff
1 .¿Te encuentras mal porque estás lleno?
2. ¿Has perdido más de 5 kg. últimamente?
3. ¿Crees que estás gordo mientras los demás te dicen que estás delgado?
4. ¿La comida domina tu vida?
El DSM-IV y la CIE-10 proponen una serie de criterios que deben cumplirse para diagnosticar un trastorno de la conducta alimentaria.
CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE LA ANOREXIA
NERVIOSA. DSM-IV (A.P.A. ,1993)
1. Rechazo a mantener el peso corporal por encima de un peso mínimo
para su edad y talla; por ejemplo, pérdida de peso o mantenimiento de
éste por debajo del 15% esperado. En caso de crecimiento, fracaso en
alcanzar el que les correspondería en un 15% inferior al esperado.
2. Miedo intenso a aumentar de peso o a engordar, aun estando emanciado.
3. Alteración de la manera como se experimenta el peso corporal y la
72
Diagnóstico de la anorexia nerviosa
silueta. Influencia exagerada de la silueta o el peso en la autoevaluación,
o negación de la seriedad de su bajo peso corporal actual.
4. En mujeres postmenárquicas ausencia de tres ciclos menstruales consecutivos (amenorrea). Se considera que una mujer tiene amenorrea si
sus periodos únicamente ocurren tras la administración de hormonas
(ejemplo, estrógenos).
Subtipos
- Bulímico: durante el periodo de anorexia la persona presenta episodios
recurrentes de sobreingensta.
- Restrictivo: durante el periodo de anorexia, la persona no presenta
episodios recurrentes de sobreingesta.
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS PARA LA ANOREXIA NERVIOSA EN LA CIE-10
Anorexia nerviosa
Deben estar presentes todas las alteraciones siguientes:
1. Pérdida de peso, o falta de ganancia de peso en los niños, que conduce
a un peso corporal de al menos 15% por debajo del peso normal esperado para la edad y talla correspondiente.
2. La pérdida de peso es autoinducida mediante la evitación de alimentos
“que engordan”
3. Distorsión específica de la imagen corporal psicológica, en forma de
idea sobrevalorada e intrusa de miedo intenso y persistente a la obesidad, de tal manera que el enfermo se impone un dintel de peso
corporal.
4. Trastorno endocrino generalizado que afecta al eje hipotálamo-hipófisisadrenal, puesto de manifiesto en la mujer por amenorrea y en el varón
por pérdida de interés por la sexualidad e impotencia (una excepción
aparente es la persistencia de sangrado vaginal en mujeres anoréxicas
bajo terapia de sustitución hormonal, la forma más frecuente de la cual
es la toma de píldoras contraceptivas)
5. No cumplen los criterios 1 y 2 de bulimia nerviosa.
Comentarios:
Los siguientes síntomas apoyan el diagnóstico pero no son elementos
necesarios:
- vómitos autoinducidos
73
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
- ingesta de laxantes,
- ejercicio excesivo y
- consumo de fármacos anorexígenos o diuréticos.
Si el comienzo del trastorno es prepuberal, se retrasa o incluso detiene la
secuencia de acontecimientos que constituyen la pubertad (en las chicas no se
desarrollan las mamas y existe amenorrea primaria. En los chicos los genitales
permanecen infantiles). Con la remisión del trastorno, suele completarse la
pubertad de forma normal, aunque la menarquia sea tardía.
Figura 1
ANOREXIA NERVIOSA ATÍPICA
Este término debe ser utilizado para los casos en los que faltan uno o más
de los criterios principales de la anorexia nerviosa, como amenorrea o pérdida
significativa de peso, pero que por lo demás presentan un cuadro clínico
bastante característico. Este tipo de enfermos es más frecuente en psiquiatría
de interconsulta y enlace y en atención primaria. También pueden incluirse
aquí aquellos enfermos que tengan todos los síntomas de la anorexia nerviosa
pero en grado leve.
Este término no debe utilizarse para trastornos de la conducta alimentaria
que se parecen a la anorexia nerviosa pero que son debidos a una etiología
somática conocida.
Una vez establecido el diagnóstico de trastorno de conducta alimentaria,
deben realizarse las siguientes pruebas complementarias:
- Hemograma
- Bioquímica completa incluyendo pruebas renales, hepáticas y electrolitos
- Pruebas de función tiroidea
- Electrocardiograma
- Radiografía de tórax.
74
Diagnóstico de la anorexia nerviosa
Bibliografía
Hales, Robert E, Yudofsky, Stuart C, Talbott; John A. DSM-IV. Tratado de
Psiquiatría. 3ª Edición. Masson, 2000.
DSM-IV. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Masson,
1995.
Kaplan, Harold I, Sadock, Benjamin J. Sinopsis de Psiquiatría. Panamericana,
8ª Edición, 1999.
Vallejo Ruiloba, J. Introducción a la psicopatología y la psiquiatría. Masson,
5ª Edición, 2002.
75
TEMA 6
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA
ANOREXIA NERVIOSA
Martín López de la Torre Casares, Enrique Palacios Abizanda, Gonzalo Piédrola Maroto, Teresa Muros de Fuentes y Rocío Romero Saldaña
La pérdida de peso es el signo guía más importante de la anorexia nerviosa (AN), aunque hay otros muy característicos como la amenorrea. El
paciente con AN aqueja en muchas ocasiones molestias dispépticas, generalmente para justificar sus actitudes, lo que no rara vez merecen una investigación. El edema es un signo que llama la atención, sobre todo al iniciar la
realimentación o al suspender los laxantes y/o diuréticos. Vamos a ir repasando a continuación la valoración de cada uno de estos datos clínicos.
LA PÉRDIDA DE PESO
Ante toda pérdida de peso, asociada o no a una psicopatología que sugiera AN o BN, es imprescindible descartar otras causas que pueden haberla
originado, lo que evitará pasar por alto otros problemas que puedan ser la
causa o agravar dicha situación (Tabla 1).
La clave del diagnóstico de la pérdida de peso que acompaña a la AN
viene a ser la actitud psicológica, ya que se trata de una pérdida de peso
voluntaria, rechazando la paciente la recuperación de su peso normal.
Para descartar otros problemas debería ser suficiente una buena historia
clínica, exploración y estudio de laboratorio que al menos incluya una analítica sanguínea con hemograma y VSG, electrolitos (K +,, Na+, Ca++, P), proteínas totales, creatinina, urea, glucemia, enzimas hepáticos, y hormonas tiroideas
(FT4 y TSH); en orina un test de embarazo, una analítica elemental de orina
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
con densidad de orina; y una radiografía de tórax. Si por la historia se piensa
en cualquier otra patología, se podrían añadir las pruebas necesarias con un
buen criterio clínico.
Repasemos algunas circunstancias concretas, en función del origen de la
pérdida de peso (Ingesta inadecuada, malabsorción, pérdida excesiva de
nutrientes, mecanismos mixtos), Tabla 1.
Figura 1. Anorexia nerviosa. Tomado de: http//tecfa.unige.ch/tecfa/teaching/UVLibre/9900/
bin04/anorexia.jpg
ENFERMEDADES CRÓNICAS QUE CURSAN CON
INGESTA INADECUADA
A. De Origen Orgánico
A1. Enfermedades Gastrointestinales, de muy diversa índole (gastritis,
ulcus y síndromes postgastrectomía; enfermedades esofágicas; enteritis
regional y colitis ulcerosa).
A2. Patologías Hipotalámicas (Tumores o granulomas Hipotalámicos),
que interfieren el centro del apetito llegando a producir la llamada
caquexia diencefálica. Son de particular importancia los que afectan al
núcleo anterolateral del hipotálamo, que es el centro de la saciedad.
Cualquiera se puede imaginar el grado de frustración cuando se descubre una alteración de este tipo cuando se lleva tratando
psiquiátricamente a una paciente durante meses por AN.
78
Diagnóstico diferencial de la anorexia nerviosa
B. De Origen Psicógeno
B1. Enfermedades Mentales: La esquizofrenia puede originar alucinaciones relacionadas con la comida; la depresión y la enfermedad de
Alzeimer producir anorexia y desinterés hacia el alimento; las reacciones de conversión histéricas pueden ser manifestadas como imposibilidad para masticar o tragar. El abuso de drogas, en concreto cocaína
y anfetaminas, llevan a una situación de pérdida de peso muy cercano
clínicamente a la AN. El abuso de otras drogas (heroína) no sólo conducen a un desinterés por el alimento y pérdida de peso sino también
a mayor riesgo de enfermedades infecciosas (SIDA) con su consiguiente agravamiento. No siempre es fácil delimitar hasta qué punto
existe o no una depresión y hasta qué punto ésta influye sobre el
trastorno de conducta alimentaria. Son datos importantes que debe valorar
el Psiquiatra para instaurar el tratamiento oportuno. Algunos pacientes
pueden también plantear el diagnóstico de dipsomanía, cuando intentan beber gran cantidad de agua porque así creen bajar de peso o para
disimular la pérdida de peso antes de pesarse (en ese caso la densidad
en una muestra de la orina recién emitida en ayunas es baja).
ENFERMEDADES CRÓNICAS QUE CURSAN CON
MALABSORCIÓN
A. Pancreatitis Crónica
Se deben sospechar en pacientes con antecedentes de etilismo crónico (a
veces no confesado) se presenta con dolores abdominales recidivantes de
oscuro origen, o bien asociados a colelitiasis. Una analítica de digestión de
heces donde aparezca esteatorrea apoya el diagnóstico de sospecha.
B. Trastornos del Intestino Delgado
Cuando los trastornos son suficientemente extensos producen problemas
de absorción de elementos como la D-xilosa. Por eso se ha propugnado la
valoración de la absorción de D-xilosa para su estudio, si bien muchas de las
sospechas necesitan una biopsia para su confirmación.
Entre los síntomas más evidentes se encuentran la diarrea con heces
abundantes, esteatorreicas, y flatulentas. La pérdida crónica de contenido
alimentario enlentece el crecimiento en niños, y puede dar lugar a anemia, e
incluso alteraciones neurológicas por carencias vitamínicas. Pero en ocasio79
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
nes su curso es insidioso ya que el paciente no siempre refiere las diarreas,
por lo que pueden pasar desapercibidas. Este suele ser el caso que plantea
problemas de diagnóstico con la AN, donde la desnutrición puede asociarse
a un problema orgánico de este tipo que haya pasado desapercibido hasta
entonces, o bien haberse manifestado parcialmente por la malabsorción de
alguna vitamina, como es el caso de la osteomalacia (por falta de absorción
de vitamina D, que suele acompañarse por un aumento de Fosfatasa Alcalina
y/o hipocalcemia).
Un ejemplo de este tipo de enfermedades es la enfermedad celiaca, más
frecuente de lo que se creía desde que disponemos de métodos inmunológicos
de diagnóstico (Ac Ig A anti-endomisio y anti-transglutaminidasa, más sensibles que los Ac anti-gliadina). En estos casos la mejoría clínica con una dieta
adecuada pobre en gliadina y gluten puede obviar la necesidad de una biopsia, que puede ser necesaria para el diagnóstico de otros trastornos del intestino delgado. Tampoco la biopsia ofrece el diagnóstico siempre (linfoma intestinal, mastocitosis sistémica, y algunas parasitosis, pueden escaparse).
ENFERMEDADES QUE CURSAN CON PERDIDA EXCESIVA DE NUTRIENTES
A. Enteropatia Pierde-Albúmina
La linfangiectasia intestinal, fibrosis retroperitoneal, diversas neoplasias
intestinales, gastroenteropatías alérgicas, etc. se caracterizan por producir una
pérdida de proteínas hacia la luz intestinal. La albúmina (o las proteínas
totales plasmáticas) son una determinación obligada en la AN, y donde disminuyen por la propia desnutrición, lo cual haría sospechar algunas de las
enfermedades referidas, en las que la pérdida puede ser tan intensa que se
asocie a edema y ascitis. Pruebas especiales como la demostración de alfa
1antitripsina en la luz intestinal ayudan al diagnóstico.
B. Hipertiroidismo
Es la enfermedad endocrina más importante de las que cursan con pérdida de peso, por lo que es imprescindible incluir las hormonas tiroideas entre
las determinaciones de laboratorio obligadas. Existe un gran gasto calórico y
un incremento de la actividad motora que superan la propia ingesta calórica,
por lo que una buena historia clínica debe interrogar acerca de la presencia
de temblor, intolerancia al calor, palpitaciones, insomnio, aumento del hábito
80
Diagnóstico diferencial de la anorexia nerviosa
intestinal, y en la exploración clínica buscar si existe aumento del tamaño del
cuello a nivel tiroideo o exoftalmos. En cualquier caso se determinará FT4 y
TSH (opcionalmente T3). Un descenso de TSH sería ya indicativo (TSH
<0,25 mUI/mL), y su asociación a un aumento de niveles de FT4 (FT4>2 ng/
dl) o T3 (T3>75 ng/dL) sería diagnóstico. Un hipertiroidismo no se debe
confundir con la llamada Enfermedad No Tiroidea, que se asocia a la desnutrición de la AN y no requiere tratamiento. Consiste en un descenso adaptativo
de T4 y T3 totales, junto a niveles de TSH normales o incluso bajos. En estos
casos la FT4 suele mantenerse en rango normal. En la fase de recuperación
nutricional de un paciente con enfermedad severa la TSH puede subir transitoriamente a valores normales o supranormales (>4,5 mUI/mL) expresión
de la recuperación de esta fase adaptativa.
C. Feocromocitoma
Sospecharse en pacientes que tengan hipertensión en forma de crisis durante
las cuales haya cefalea intensa, palidez y palpitaciones. Ante una sospecha
deben ser determinadas las metanefrinas elevadas en orina de 24 horas.
D. Fiebre Persistente
Lleva a una situación catabólica crónica y a desnutrición. Por cada grado
de temperatura que aumente en un ser humano se incrementa en un 14 % la
tasa metabólica.
E. Diabetes mal Compensada
El origen de la pérdida de peso en la diabetes es múltiple: A la pérdida
de líquidos por la diuresis osmótica inducida por la hiperglucemia, se suma
la deficiencia de insulina y exceso de glucagón que provocan un deterioro de
la síntesis proteica y causan aceleración de la proteolisis y lipólisis. En la
valoración de toda pérdida de peso es imprescindible incluir al menos una
determinación de glucemia basal. Cuando se asocia AN con diabetes mellitus,
el control de ésta se hace más difícil, tanto porque es imposible ajustar las
glucemias sin colaboración de la paciente, como por las complicaciones que
a largo plazo empeoran la situación nutricional. Por otro lado, la diabetes
mellitus establecida, de larga duración, con complicaciones crónicas propias
de la diabetes (por ejemplo la gastroparesia, la diarrea, la insuficiencia renal)
conduce a un estado de desnutrición que puede hacer pensar en una AN.
81
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
ENFERMEDADES CRÓNICAS QUE HACEN PERDER PESO
POR MECANISMOS MIXTOS
Como a continuación veremos es difícil dejar pasar por alto muchas de
las patologías originadas por varios de los mecanismos mencionados, pero no
siempre se les da el peso suficiente como colaboradores en la pérdida de peso
cuando acompañan a la AN.
A. Insuficiencia Renal Crónica
Anorexia, nauseas y vómitos, propios de la insuficiencia renal crónica
obligan al paciente a no querer o poder comer, lo que unido a la restricción
proteica limita la dieta haciéndola menos apetecible. Otros problemas (acidosis
metabólica, resistencia a la insulina, etc.) contribuyen a la desnutrición. La
hemodiálisis produce además depuración de aminoácidos y catabolismo si no
se considera una buena reposición de nutrientes. Uno de los casos más complicados que nos ha tocado tratar asociaba insuficiencia renal crónica, diabetes mellitus y AN.
B. Cirrosis Hepatica
La malabsorción con esteatorrea se da en el 50% de los casos, ésta podría
explicarse por la frecuente coexistencia de insuficiencia pancreática, hipertensión
portal y linfática, administración de algunos fármacos como neomicina y
colestiramina, disminución de la concentración intraluminal de sales biliares,
y otros mecanismos metabólicos. Además, se suele asociar en algunos casos
a alcoholismo. Aparte de todos estos mecanismos pueden influir la indicación
médica de dieta hiposódica (poco apetitosa para el paciente), la evacuación de
líquido ascítico (con alto contenido proteico) y la coexistencia de infecciones.
Esta malnutrición suele empeorar la función hepática y contribuir a la aparición de complicaciones (sepsis, malabsorción por alteración de la mucosa
intestinal, encefalopatía hepática...), que agravan todavía más la situación.
C. Insuficiencia Cardiaca Congestiva Grave
La disnea representa una dificultad añadida para la alimentación, y el
edema e isquemia intestinales impiden la absorción completa de los alimentos. Existen mayores necesidades metabólicas del músculo cardiaco hipertrofiado
y de los músculos respiratorios.
82
Diagnóstico diferencial de la anorexia nerviosa
D. Insuficiencia Respiratoria
La disnea dificulta la toma de alimentos y puede haber trastornos
gastrointestinales derivados de la propia enfermedad o de la toma de medicamentos (corticoides, simpaticomiméticos, antibióticos..). Además se eleva
el gasto calórico por aumento de ventilación. La malnutrición afecta también
a los mecanismos de defensa haciendo a estos pacientes aún más propensos
a infecciones y sepsis. En casi la mitad de los pacientes con enfermedad
pulmonar obstructiva crónica se observa una pérdida de peso en torno al 10%
sobre todo en los pacientes enfisematosos, siendo un parámetro éste de mal
pronóstico. Recordemos ahora que una de las complicaciones más graves,
muchas veces mortal, del paciente con AN es la neumonía, que suele manifestarse en estos enfermos cuando la musculatura respiratoria está ya atrófica
y conduce fácilmente a insuficiencia respiratoria.
E. Neoplasias
Los procesos neoplásicos ocultos son probablemente la causa más frecuente de pérdida ponderal importante e inexplicada. Los pacientes con neoplasia suelen tener alteraciones nutricionales que van desde la alteraciones del
gusto, a anorexia, disfagia y aumento del catabolismo. La pérdida de peso se
presenta en un 50% de los casos en el momento de su diagnóstico y va más
frecuentemente asociada a los tumores localizados en el tracto digestivo alto
que en ocasiones causan estenosis. Las consecuencias afectivas que derivan
del conocimiento del diagnóstico por parte del enfermo contribuyen a la anorexia
y depresión, al menos en la primera fase de las reacciones psicógenas de este
tipo. La desnutrición en el cáncer va asociada significativa e inversamente
con la supervivencia y es agravada con el uso de quimioterapia y radioterapia.
Las neoplasias son la primera causa a descartar ante cualquier paciente
con intensa pérdida de peso, por la gravedad de dicho diagnóstico. Datos que
hemos de buscar en todo paciente con AN son ictericia, anemia, organomegalias,
linfadenopatias, nódulos palpables en órganos accesibles (incluida próstata en
varón) ó lesiones hemorrágicas espontáneas en la piel. Esta es una de las
razones de añadir la radiografía de tórax en un estudio inicial de la AN, sobre
todo en pacientes fumadores.
F. Enfermedades Endocrinas
F1. Insuficiencia Suprarrenal: La pérdida de peso es debida a la anorexia crónica, que asociada a astenia progresivas, apatía, depresión,
hipotensión, hiponatremia (Na+<135) y/o hiperpotasemia (K +>5,5 mEq/
83
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
L), hacen muy sugerente el diagnóstico, sobre todo si hay
hiperpigmentación cutánea. En caso de aparecer dichos síntomas se
deben solicitar niveles de hormonas suprarrenales. Un cortisol plasmático
y libre urinarios bajos (< 50 ng/ml y 20 mcg/día respectivamente) ya
serían orientativos de Insuficiencia suprarrenal. Si la ACTH está elevada (>100 pg/mL) hablaría a favor de una Enfermedad de Addison.
Una ACTH baja (<20 pg/mL) hablaría en cambio a favor de una insuficiencia suprarrenal de causa hipofisaria.
F2. Hiperparatiroidsmo Primario: Aunque la mayoría de casos son
indolentes y no cursan con pérdida de peso sustancial, cuando las
calcemias son muy elevadas aparece anorexia y síntomas digestivos
que ayudan a mermar peso. Por eso incluimos una calcemia en el
estudio de toda AN. Cualquier calcemia elevada haría sospechar el
diagnóstico. Para interpretar los niveles de calcio en la AN se necesita
una valoración corregida por albúmina plasmática, ya que ésta suele
encontrarse disminuida en la desnutrición y haría descender los niveles
de calcio total (haciendo casi normal una hipercalcemia manifiesta).
Los niveles absolutos de fosforemia son menos sensibles y específicos
que la retención tubular de fosfatos, que se calcula con la correspondiente fórmula:
Ca corregido= Calcio total – 0,8 ( 4 - Albumina plasmática )
Retención Tubular Fosfatos =
{1–[(Creatinaorina x Fosfatosangre)/(Creatininasangre xFosfatoorina)]x100
Es característico del hiperparatiroidismo primario niveles aumentados
de Ca corregido (>10,5 mg/dl) asociados a descenso de la Retención
Tubular de Fosfatos (<80%).
F3. Panhipopituitarismo: La pérdida ponderal no es un hallazgo específico del panhipopituitarismo. No obstante aparece cuando acompaña
a una insuficiencia adrenal secundaria, con las características que ya
hemos referido al describir la insuficiencia suprarrenal. En este caso
concreto no hay hiperpigmentación y la ACTH no se encuentra elevada. La asociación con la desnutrición en algunos casos graves de
panhipopituitarismo hizo acuñar el término “caquexia hipofisaria”. Hacen
sospechar la existencia de panhipopituitarismo los antecedentes de un
parto muy traumático con pérdida de sangre (S. De Sheehan), las alteraciones del campo visual (tumor hipofisario), la asociación de
galactorrea a la amenorrea, etc. Veremos cómo la determinación de
prolactina (PRL) es obligada cuando se asocia amenorrea a la AN.
84
Diagnóstico diferencial de la anorexia nerviosa
G. Alcoholismo Crónico
Se imbrican múltiples mecanismos en estos pacientes, como la gastritis,
cirrosis, trastornos del vaciado gástrico por el alcohol y escasas disponibilidades económicas, incremento de las necesidades calóricas, insuficiente e
inadecuada ingesta, etc.
H. Uso de Drogas
En él intervienen los efectos intrínsecos de las drogas, la reducción de la
ingesta, las enfermedades crónicas asociadas y la depresión. El uso de cocaína y de heroína vía intravenosa tiene asociadas tantas causas sociales, económicas, patológicas (SIDA, TBC,..) que han de ser evaluadas una por una en
cada caso particular.
I. Infecciones Crónicas
Entre las que pueden pasar despercibidas si no se buscan a conciencia
destacamos la tuberculosis (suele ser necesario al menos la realización de una
prueba de Mantoux), endocarditis bacteriana subaguda (buscar en la exploración siempre la presencia de soplos, fiebre, etc), y el SIDA. En estas patologías se suman la anorexia, un aumento del consumo por fiebre, por aparición
de diarreas, malabsorción y en ocasiones la actividad de la infección en sí
misma. La infestación por parásitos intestinales que consumen los nutrientes
del huésped determina una pérdida de peso aunque la ingesta sea normal,
pero se trata de una causa rara en nuestro ambiente. Por otro lado, la aparición de algunos parásitos o amebas en heces no siempre tienen significado
patológico (presencia de Endolimax nana, por ejemplo).
J. Traumatismos Graves o Intervención Quirúrgica de importancia
K. Anemias Hemolíticas y otras hemopatías
(Anemia sideroacréstica, mieloma, linfoma, leucemias...). Hemos incluido un hemograma en la valoración mínima de toda AN.
L. Psoriasis
Cuando son cuadros generalizados que cursan con gran descamación y
afectación del estado general.
LA AMENORREA
Al igual que la pérdida de peso, la amenorrea es un síntoma destacado
85
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
de la AN, que merece una valoración concreta. En las figuras 1 y 2 mostramos un diagrama de flujo para el diagnóstico de las causas de amenorrea, no
olvidando nunca la realización de un test de embarazo (no es excepcional el
caso de la chica joven que se queda embarazada y la situación que surge al
ocultarlo le lleva a un trastorno alimentario por ansiedad, que no se debería
catalogar de AN).
Para un adecuado abordaje diagnóstico hemos de distinguir la paciente
que nunca ha tenido una menstruación (amenorrea primaria) de aquella otra
que la tuvo y a raíz de la pérdida de peso ha dejado de menstruar (amenorrea
secundaria). En este último caso es frecuente que la amenorrea coincida con
la pérdida de peso, pero no siempre se recupera tan fácilmente cuando el peso
va volviendo a la normalidad.
Es imprescindible en cualquier caso una exploración general y ginecológica
completa. Indagar la práctica de ejercicio físico, ya que algunos ejercicios
intensos de competición (atletismo de fondo por ejemplo) puede ser causa de
amenorrea o colaborar a ella en presencia de una pérdida de peso. Por ejemplo, ciertos deportes como la equitación exigen un peso bajo y un buen estado
físico. Las alteraciones olfatorias hablaría a favor de un hipogonadismo
hipogonadotrófico de causa orgánica (S. De Maestre de San Juan-Kallman).
No olvidar interrogar sobre la existencia de galactorrea (sospechar
hiperprolactinemia), signos de virilización (sospechar hiperandrognismo), talla
baja (sospechar S. De Turner, sobre todo si la amenorrea es primaria).
En cualquier amenorrea con déficit estrogénico pueden aparecer síntomas de hipoestrogenismo, como dispareunia, disminución de la líbido, atrofia
severa del tracto genital, osteoporosis, síntomas climatéricos, etc, que se suman
a los propios de la AN.
1. En las Amenorreas primarias
a) Asegurar siempre la normalidad del tracto genital, mediante la correspondiente visita al Ginecólogo
b) Medir niveles plasmáticos de Estradiol (E2), FSH y LH en plasma
para ubicar topográficamente el defecto. Si falta E2 por un fallo ovárico
habrá una respuesta de FSH y LH que aumentarán para compensarlo.
Si no existe dicha respuesta ante niveles bajos de E2, podría existir un
fallo de respuesta en la hipófisis o el hipotálamo, o bien un problema
nutricional (como la AN), de excesivo ejercicio físico o psicógena
c) Medir PRL, para descartar hiperprolactinemia y TSH, FT4 para descartar disfunción tiroidea (baja la FT4 y sube la TSH si hipotiroidismo,
sube la FT4 y baja la TSH si hipertiroidismo).
86
Diagnóstico diferencial de la anorexia nerviosa
c) Medir testosterona en plasma, sobre todo si hay genitales externos
ambiguos.
d) Pedir Cariotipo: En todo fallo ovárico, y siempre que existan genitales
ambiguos, o se sospeche un síndrome de feminización testicular (vagina corta, ginecomastia, hernia inguinal).
e) Otras pruebas más complejas como Biopsia ovárica se limitan a casos
concretos, y se valora cuidadosamente con el correspondiente especialista.
2. En la Amenorreas secundarias
a) Descartar embarazo (tanto al inicio del cuadro como si persiste la
amenorrea a lo largo de la misma). Rara vez una HCG elevada puede
diagnosticar también un coriocarcinoma.
b) Prueba con progestágenos durante 10 días o de estrógenos y progesterona
durante 3 semanas: producen menstruación en la semana siguiente a su
suspensión, si el conducto genital es normal (útero vagina-vulva).
c) Medir prolactina, sobre todo si hay galactorrea: La hiperprolactinemia
puede ser causa de amenorrea, y también puede alterar la secreción de
FSH y LH, e invalidar su determinación.
d) LH y FSH y E2 basales, para localizar la alteración, al igual que en
amenorreas primarias.
e) Cariotipo, en toda menopausia precoz, en que no se evidencie otra etiología.
f) Ecografía ovárica: Es útil en mujeres androgenizadas, y/o con FSH/LH
sugestivas de Ovarios Poliquísticos u OPQ (LH/FSH mayor de 2).
Asimismo tiene un valor complementario en el resto de procesos sugestivos de fallo ovárico, por cuanto puede proporcionar información
sobre tamaño del ovario y la existencia de tumores ováricos.
h) El estímulo con citrato de clomifeno (100 mgr/día, 5 días): Gracias a
su acción antagonista de los estrógenos a nivel hipotalámico, provoca
un aumento del doble en los niveles de FSH y LH plasmáticas, si está
indemne el eje hipofiso-hipotalámico. En amenorreas secundarias con
FSH y LH plasmáticas bajas, o en límites bajos, la ausencia de repuesta orienta a una topografía alta del defecto (hipófisis, hipotálamo). No
obstante, esta prueba no es tan fidedigna como en teoría era de esperar.
i) Otras técnicas pueden ser necesarias en ciertos momentos. De esta
forma la TAC es de gran utilidad en la valoración suprarrenal, cuando
se sospecha patología a dicho nivel ya que no siempre puede apreciarse bien dicha glándula con ecografía. El diagnóstico de la amenorrea
primaria y secundaria se recoge en los algoritmos 1 y 2.
87
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
LAS MOLESTIAS DISPÉPTICAS
La causa más común de las molestias dispépticas en la AN es la dispepsia
funcional, por cuanto se quejan de dolor o disconfor en abdomen superior sin
evidencia de enfermedad orgánica, frecuentemente postprandrial. Las molestias dispépticas de la AN se agravan cuando se asocian rasgos ansiosos,
neuróticos y depresivos, que conviene descubrir y tratar (si hace falta
farmacológicamente), sobre todo cuando iniciamos la realimentación, en que
se agudizan, y la propia dispepsia la dificulta.
Antes de atribuir las quejas a la AN hemos de descartar otras causas
orgánicas; por orden de frecuencia:
1. Ulcus gástrico (sospechar si hay dolor epigástrico que calma con alcalinos
y alimento, sangrado digestivo, antecedentes de administración de
fármacos gastroerosivos)
2. Reflujo gastroesofágico (sospechar si hay pirosis, regurgitación,
sintomatología que empeora al acostarse, sangrado oculto en heces)
3. Intolerancia a medicaciones (Considerar la ingesta de Hierro, antibióticos,
etc)
4. Más raras:
- Cólico biliar (sospechar si hay dolor abdominal postprandrial epigástrico
o en hipocondrio derecho asociado frecuentemente a vómitos)
- Colon irritable/meteorismo (sospechar si hay molestias cambiantes,
con cambios de las mismas al defecar)
- Carcinoma gástrico (sospechar si hay dolor persistente y progresivo,
sangrado digestivo).
- Pancreatitis crónica (sospechar si hay dolor intermitente abdominal y
antecedentes enólicos)
Cuando la historia clínica y la exploración no aclaran el origen, puede
que necesitemos iniciar un estudio de patología gástrica (test para H. Pilori,
endoscopia, tratamiento antisecretor empírico), estudio de sangrado digestivo
(sangre oculta en heces, seguimiento hematológico), o descartar una patología
biliar (ecografía abdominal).
LA HIPOALBUMINEMIA Y EL EDEMA DE REALIMENTACIÓN
La hipoalbuminemia que acompaña a la desnutrición promueve el paso
de líquido al tercer espacio, con el consiguiente hiperaldosteronismo secundario por activación del sistema renina angiotensina. Es frecuente un edema
88
Diagnóstico diferencial de la anorexia nerviosa
localizado en tobillos y pies, que se agrava cuando aumenta la ingesta de
sodio y aumentan los niveles de insulina al incrementar la ingesta alimentaria
(la insulina retiene Na+ a nivel tubular renal).
No podemos olvidar que hay otras causas de hipoalbuminemia (enteropatía
pierde-proteínas, hepatopatía crónica, s. Nefrótico, etc), y otras causas de
edema, entre las que detacamos:
- Cardiacas (disnea, ortopnea, aumento de presión venosa central).
- Hepáticas (antecedentes de enolismo, ascitis, ictericia, arañas vasculares,
hepatomegalia).
- Renales (uremia, hipercreatininemia, albuminuria).
- Farmacológicas (antihipertensivos, corticoides, antiinflamatorios no
esteroideos).
- Problemas vasculares en miembros inferiores (signos de insuficiencia
venosa crónica).
Cualquier sospecha clínica merece un estudio más concreto por el correspondiente especialista. Si no existe otra causa, el edema de realimentación irá
desapareciendo paulatinamente en unas semanas si se mantiene una alimentación adecuada.
Tabla 1. Mecanismos que explican la pérdida de peso
INGESTA INADECUADA: A. ORGANICA:
a. Enfermedades gastrointestinales
b. Problemas Hipotalámicos (por ejemplo, tumores)
B) PSICOGENA: Enfermedades mentales
MALABSORCION:
Insuficiencia biliar y pancreatitis crónica
Trastornos del intestino delgado
PERDIDAS EXCESIVAS: Enteropatia pierde-albumina
Hipertiroidismo
Feocromocitoma
Fiebre persistente
Diabetes mal compensada
MIXTAS:
Insuficiencia renal crónica
Cirrosis hepática
Insuficiencia cardiaca congestiva grave
Insuficiencia respiratoria
Neoplasias
Enfermedades endocrinas
Alcoholismo crónico
Uso de drogas
Infecciones crónicas
Traumatismos graves
Hemopatias
Psoriasis generalizada
89
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Algoritmo 1. Diagnóstico de la amenorrea primaria asociada a anorexia nerviosa.
FEMENINOS
NO DESARROLLO SEXUAL
HIPERPROLACTINEMIA =
HIPOTIROIDISMO =
HIPERANDROGENISMO =
AMBIGUOS
DESARROLLO SEXUAL
CARIOTIPO
↑PRL
↓FT4, ↑TSH
↑TESTOSTERONA
EXPLORAR GINECOLOGO
XY
NORMAL
AGENESIA MÜLLER
S. MORRIS
HERMAFRODITISMO
E2<50 pg/ml Y FSH >40 mUI/mlL
E2<50 pg/ml Y LH<0,5 mUI/mL
FALLO OVARICO
FALLO HIPOTALAMO-HIPOFISARIO
FALLO SUPRAHIPOTALAMICO
DESNUTRICIÓN - ANOREXIA NERVIOSA
XX
HIPERPLASIA
ADRENAL
CONGENITA
Algoritmo 2. Diagnóstico de la amenorrea secundaria asociada a anorexia nerviosa.
HISTORIA Y EXPLORACIÓN
SOSPECHA CLINICA
¿Hiperandrogenismo?
¿Hipercortisolismo?
¿Disfunción tiroidea?
¿Embarazo?
CONFIRMACIÓN
↑Testosterona
↑CLU
↓FT4 y/o ↑TSH
↑
hCG
HCG
NEGATIVO
TEST DE ESTROGENOS Y PROGESTAGENOS
MEN
S TRUA
NO MENSTRUA
↑PRL= HIPERPROLACTINEMIA
FALLO ORGANOS GENITALES
PRL NORMAL
FSH>40 mUI/mL Y E2<50 pg/mL
FALLO OVARICO
E2<50 pg/mL Y LH<0,5 mUI/ml
LH/FSH>2
TEST CLOMIFENO
OPQ
RESPONDE
NO RESPONDE
PSICOGENO
DESNUTRICION-ANOREXIA
EJERCICIO FISICO
PROBLEMA HIPOFISARIO
PROBLEMA HIPOTALAMICO
90
Diagnóstico diferencial de la anorexia nerviosa
Bibliografía
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91
TEMA 7
TRATAMIENTO NUTRICIONAL DE LA
ANOREXIA NERVIOSA
Sebastián Fernández Lloret, Mª Dolores Castillo Sánchez y
Mª Teresa León Espinosa de los Monteros
Es una evidencia clínica que en cualquier estado de grave desnutrición se
producen severos trastornos mentales y que en el caso de la anorexia nerviosa
(AN) obligan a que la rehabilitación nutricional sea un objetivo prioritario del
tratamiento para que la psicoterapia pueda ser eficaz. La secuencia o simultaneidad del tratamiento médico de la desnutrición, la educación nutricional
y el tratamiento psquiátrico/psicológico dependerá de la gravedad del estado
nutricional de cada paciente.
OBJETIVOS
Los objetivos específicos del tratamiento nutricional se orientan en dos
direcciones:
1. Corregir el estado de desnutrición y sus consecuencias clínicas y
metabólicas.
2. Mantenimiento de un estado nutricional normal en base a criterios
higiénico-dietéticos correctos, ponderados y asumidos por el paciente
y fundamentados en un sistematizado y minucioso programa de educación nutricional.
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
BASES GENERALES DEL TRATAMIENTO
El tratamiento nutricional como el educacional se deben fundamentar en
una adecuada relación médico-paciente y en una minuciosa historia clínica
personal y ambiental, en una detallada encuesta sobre conducta alimentaria y
una objetiva evaluación del estado nutricional que permitan establecer la
estrategia terapéutica adecuada para cada uno de los pacientes.
Relación médico-paciente
El paciente con AN debe tener clara conciencia de su enfermedad y la
necesidad de someterse a un tratamiento para recuperar la salud. El paciente
ha de reconocer y aceptar la autoridad profesional del nutricionista para que
el tratamiento sea efectivo. Los conocimientos científicos del terapeuta han
de ser manifiestos y la relación interpersonal fluida para crear una actitud de
confianza que facilite la aceptación de la ayuda que necesita. Este clima de
reconocimiento y libertad en la aceptación del nutricionista obliga a que
preferentemente sea siempre el mismo profesional el responsable, al menos
del seguimiento. La aparición de una anómala dependencia psicoafectiva del
paciente con el terapeuta puede aconsejar derivar esta relación al equipo
asistencial. En tales circunstancias el paciente necesitará la seguridad de que
quien le atiende es conocedor de todos sus problemas y reconozca en él la
suficiente capacitación.
En ningún caso el nutricionista, médico o dietista, debe exclusivizar la
asistencia de la AN al margen de un equipo multidisciplinario integrado al
menos por un psiquiatra/psicólogo y un médico-nutricionista ambos interesados y adiestrados en el manejo de los trastornos de la conducta alimentaria.
Historia clínica
La historia debe registrar información tanto de aspectos clínicos como
ambientales y dietéticos para que la intervención nutricional sea correcta. No
es superflua la información relativa a los antecedentes patológicos familiares
y personales. Muchas enfermedades pueden condicionar determinadas conductas o presentar limitaciones a la aplicación del tratamiento nutricional
(existencia de intolerancias o alergias alimentarias, enfermedades metabólicas
o digestivas, intervenciones quirúrgicas, etc).
Aspectos relacionados con la integración familiar, laboral, social o afectiva
son de interés a la hora de plantear apoyos ambientales y la implicación de
94
Tratamiento nutricional de la anorexia nerviosa
otras personas en el proceso de realimentación, en el seguimiento y control
evolutivo de la respuesta terapéutica y en el desarrollo del programa de educación nutricional.
Mas exhaustivos y específicos han de ser los registros relacionados con
la conducta y los hábitos nutricionales. Es importante conocer el concepto
que estos pacientes tienen sobre obesidad, sobrepeso, peso ideal, valor de los
diferentes alimentos, dietas, ejercicio físico, etc, así como los procedimientos
alimentarios que aplican para conseguir la reducción de peso, fuentes de
información, pretensiones ponderales, objetivos estéticos y motivaciones personales.
Es importante registrar momentos y circunstancias que favorecen o intervienen en la restricción alimentaria, en la existencia o no de purgamientos
(vómitos, laxantes, medicación...) y situaciones que inciden de una u otra
forma en todo el proceso.
Una encuesta dietética minuciosa sobre ingesta habitual de alimentos es
el fundamento para diseñar la terapéutica nutricional y su inicio. Conociendo
el aporte energético, los posibles desequilibrios cualitativos de macro y
micronutrientes, intolerancias, fobias y exclusiones así como hábítos higiénico-dietéticos (masticación, horarios, integración, procedimientos culinarios,
etc), es posible elaborar el proceso dietético individualizado desde el inicio
hasta el establecimiento de una dieta normal una vez logrado un peso y estado
nutricional adecuados.
Valoración del estado nutricional
La valoración del estado nutricional tiene dos aplicaciones. Por una parte
establecer la pauta de reposición nutricional de acuerdo al grado de desnutrición y por otra disponer de datos objetivables que permitan su comparación
con referencia a rangos de normalidad sobre los que consensuar y establecer
los objetivos ponderales y educacionales con el paciente.
De la amplia gama de determinaciones y procedimientos para la evaluación del estado nutricional solo hacemos referencia a los de mayor uso y
accesibilidad sin que ello menoscabe la capacidad para determinar el estado
nutricional
Determinaciones analíticas:
- Hemograma completo con serie roja y blanca
- Bioquímica con glucemia, urea, creatinina, uricidemia, lipidograma,
transaminasas, proteínas totales, albuminemia, electrolitos, sideremia,
magnesio, orina.
95
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
- Función tiroidea con TSH, FT3 y FT4.
Parámetros antropométricos:
- Con peso actual y peso habitual podemos clasificar el grado de desnutrición ponderal (cuadro nº 1).
Cuadro 1
- Con talla y peso se puede determinar déficits de crecimiento comparando con tablas de población infantil y adolescente
- Talla y peso actual nos permite obtener el índice de masa corporal
(IMC) que viene a ser un parámetro de interés ampliamente aceptado
para determinar los grados de sobrepeso, obesidad y desnutrición (cuadro nº 2).
Cuadro 2
96
Tratamiento nutricional de la anorexia nerviosa
- Cuando se dispone de un lipocáliper para la medida de pliegues cutáneos se puede conocer el estado del compartimento graso con la medición del pliegue tricipital (PT) y del compartimento magro somático
calculando la circuferencia muscular del brazo (CMB) con la medida
del perímetro braquial (PB) y el pliegue tricipital (PT). Estos valores se
comparan con los rangos de población normal y con ellos es más fácil
concienciar al paciente del grado de desnutrición y establecer los objetivos ponderales respecto a la población sana (cuadros nº 3, 4 y 5).
Cuadro 3
Cuadro 4
97
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Cuadro 5
Estrategia para la rehabilitación alimentaria
Cualquier intervención nutricional, salvo en casos de extrema gravedad,
debe basarse en la libre aceptación por parte del paciente. El tratamiento debe
ser individualizado, planificado y consensuado.
La dieta debe personalizarse inicialmente en función de los gustos, apetencias y tolerancia de los alimentos. La ampliación de la dieta se planificará
de acuerdo al logro de los objetivos ponderales consensuados y dirigida a la
consecución de una dieta saludable, equilibrada, variada y suficiente. Los
objetivos ponderales han de ser objetivos cortos, progresivos y lentos explicando las variaciones previsibles y razones de las mismas especialmente el
comportamiento del agua en la ganancia ponderal de los primeros días. Simultáneamente a la progresión dietética se irá desarrollando el proceso educacional que justifique la incorporación de los alimentos y el efecto deseado.
No debe establecerse el objetivo ponderal en base a un peso fijo ideal
sino a rangos de IMC o tablas de talla/edad/sexo/constitución. Para ello es de
utilidad el conocimiento de los datos antropométricos obtenidos en el propio
paciente respecto a la población sana.
En pacientes con IMC < a 18 se puede proponer ganancias de 500 g/
semana y en menores indices entre 700 a 1 kg/semana. En ambos casos hay
que individualizar y flexibilizar los objetivos pero siempre actuar con firmeza
en el cumplimiento de los mismos. En pacientes ingresados el pesaje debe ser
a diario con conocimiento o no del paciente. En ambulatorios puede ser
98
Tratamiento nutricional de la anorexia nerviosa
aconsejable realizar el pesaje en la consulta durante las revisiones que inicialmente deben ser frecuentes incluso semanales al comienzo.
El éxito o el fracaso de los objetivos ponderales y nutricionales pactados
deben ser recompensados o sancionados y utilizarse como un motivo de
concienciación del paciente en cuanto a su situación. Del resultado se podrá
optar desde una alimentación natural domiciliaria hasta una alimentación artificial
por sonda nasogástrica y en régimen de hospitalización.
TRATAMIENTO NUTRICIONAL
El inicio de la reposición nutricional parte de una adecuada evaluación
del estado nutricional, la determinación del aporte energético y su progresión
así como el equilibrio de nutrientes (cuadro nº 6).
Cuadro 6
El aporte energético de la dieta de inicio debe estar precedido por un
cálculo de requerimientos teniendo en cuenta que el gasto energético en reposo (GER) puede estar disminuido por descenso de la T3 y de la actividad
simpática por lo que inicialmente el aporte energético no ha de ser elevado
ni tiene que superar al GER para evitar el síndrome de realimentación. Un
exceso de ingesta en la fase inicial de reposición puede llegar a
ser, en ocasiones, grave, por lo que
es necesario adoptar medidas preventivas al inicio de la rehabilitación nutricional (cuadro nº 7).
Cuadro 7
99
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
El cálculo de requerimientos energéticos puede hacerse mediante la fórmula de Harris-Benedict (cuadro nº 8) o por calorimetría indirecta. En cualquier caso el síndrome de realimentación puede evitarse iniciando el aporte
energético sobre la base de la ingesta habitual del paciente y sobre ella ir
aumentando progresivamente 300-500 Kcal cada 48-72 horas con monitorización
bioquímica. Así pues, el inicio del tratamiento nutricional debe hacerse con
prudencia y progresividad para evitar tanto las complicaciones médicas como
el estrés psicológico de la realimentación que en muchos casos es causa del
fracaso inicial de la terapia nutricional.
Cuadro 8
En función del estado nutricional y de la disponibilidad del paciente para
el tratamiento la intervención nutricional puede realizarse a nivel ambulatorio
u hospitalario y con alimentación natural o artificial, oral o asistida. Estas
opciones pueden ser elegidas por el paciente o utilizadas como medios de
compensación o restricción al cumplimiento de los objetivos pactados con los
pacientes.
En casos de desnutrición severa con extrema gravedad que requiera ingreso hospitalario, antes que cualquier tipo de intervención nutricional es
prioritario y urgente la reposición del equilibrio hidroelectrolítico y solo cuando
esta situación se ha resuelto se debe iniciar el proceso de realimentación al
nivel adecuado, inicialmente con soporte de fórmulas artificiales para posteriormente pasar a alimentación natural.
100
Tratamiento nutricional de la anorexia nerviosa
Cuadro 9
101
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
A. Alimentación natural
El objetivo final de la dieta es consolidar una alimentación sana, equilibrada y suficiente fortaleciendo hábitos, regulando el horario de las comidas,
realizando un ejercicio moderados y procurando la integración alimentaria en
el ámbito familiar y/o colectivo en grupos afines con un claro compromiso de
cumplimiento por parte del paciente y el seguimiento por el nutricionista.
En el cuadro nº 9 (en la página anterior) se hace referencia a los grupos
de alimentos que constituyen la base de la dieta equilibrada y saludable y el
consumo y frecuencia de los mismos. En el cuadro nº 10 se propone un
modelo de reparto de comidas en una dieta básica sana, equilibrada y variada
con arreglo a los hábitos y costumbres tradicionales de nuestra cultura mediterránea.
Inicialmente, la dieta debe ser consensuada siempre que no se pretendan
comportamientos aberrantes y desequilibrados. Debe procurarse que se ajuste
a la dieta de casa o del hospital sin concesiones extraordinarias en alimentos,
tiempo o actitudes, para aquellos alimentos que puedan ser inicialmente rechazados, hay que buscar elaboraciones culinarias que permitan su inclusión. Si la
progresión dietética y los objetivos
ponderales fracasan hay que individualizar y controlar. La dieta pasaría a ser pactada y ajustada a sus gustos evitando las
que mas sacian.
Para evitar la saciedad pueden limitarse los alimentos ricos en fibra (integrales, legumbres, frutos secos, verduras),
grasas animales (mantequilla, nata, repostería, carnes grasas y embutidos), fritos
rebozados y bebidas carbónicas. También
pueden utilizarse en los 10 primeros días
algún procinético del tipo de la
domperidona (Motilium 10 ml cada 8
horas), cinitaprida (Cidine 1 sobre o comprimido cada 8 horas) o asociación de
Cuadro 10
102
Tratamiento nutricional de la anorexia nerviosa
clebopride con dimeticona en caso de meteorismo (Flatoril 1 cápsula o 5 ml
cada 8 horas) que a su vez actuarían como antieméticos.
Cuadro 11
103
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
En cuanto al uso de complementos artificiales de fórmula no somos partidarios por dos razones: no son mas que un aporte energético que puede ser
suplido por alimentos caseros y pueden crear adicción y justificación para
eludir otros alimentos. Somos más partidarios de sustituir estos productos que
aportan de 100 a 150 Kcal por 100 ml por alimentos caseros más energéticos
y proteicos (cuadro nº 11, en la página anterior). Para acelerar el vaciamiento
gástrico y atenuar la sensación de plenitud postprandial o empacho, asociamos un procinético de los anteriormente referidos y en algunos casos prescribimos un anabolizante androstano, el estanozolol (Winstrol depot: una inyección i.m. cada dos semanas hasta un máximo de 3 inyecciones), buscando
estimular el apetito y facilitar el anabolismo. También somos partidarios de
asociar siempre un polivitamínico del tipo de Multicentrun o el Supradyn un
comprimido al día durante dos meses. Estos productos cubren a la dosis
indicada todos los requerimientos de minerales, vitaminas y oligoelementos
de las IDR (ingesta diaria recomendada).
El seguimiento y control evolutivo de los pacientes en régimen ambulatorio exige regularidad y sistematización de los parámetros nutricionales pactados
así como revisión de la dieta y modificación de la misma con criterios de
progresión (cuadro nº 12).
Cuadro 12
B. Alimentación artificial enteral
Se indica en casos de desnutrición severa y/o fracaso del programa de
alimentación natural, siendo en ambos casos elemento de restricción al incumplimiento de lo pactado para
toma de conciencia del enfermo
(cuadro nº 13).
Cuadro 13
104
Tratamiento nutricional de la anorexia nerviosa
Si el estado clínico del paciente lo permite y el entorno familiar es favorable, la alimentación enteral oral puede seguirse a nivel domiciliario con un
riguroso control y seguimiento para en caso de agravamiento o incumplimiento ingresar al paciente en el hospital. La nutrición enteral oral suele fracasar
al comienzo por la incapacidad psicológica para aceptarla o a los 8-15 días
porque quieren evitar el aumento de dieta y peso. Conviene dar un plazo de
7-15 días antes del ingreso hospitalario.
Si el ingreso no permite una respuesta positiva, estaría indicada la alimentación enteral por sonda nasogástrica con estrecha vigilancia y solo por
el fracaso de la administración oral o presencia de vómitos. En cualquier
caso, la alimentación enteral oral debe establecerse por un período inicialmente corto de 7 días a manera de prueba para volver al menu natural o pasar
a la NE completa por sonda.
Las fórmulas deben ser poliméricas normoproteicas e isocalóricas, lo que
se corresponde con las denominadas dietas standard. Si la alimentación es
oral se eligen fórmulas saborizadas y si es por sonda es preferibles las de
sabor neutro. (Se pueden consultar los productos comerciales en las Tablas de
Composición de Alimentos en www.hsc.sas.junta-andalucia.es/nutricion).
Una vez establecidos los requerimientos energéticos mínimos y las necesidades de agua, el total de la dieta debe fraccionarse en unas 6-8 tomas cada
2-3 horas, con descanso nocturno de unas 7-8 horas. El agua, aconsejable en
forma infusión de manzanilla, se puede fraccionar proporcionalmente tras
cada toma de dieta o mezclarla con ella.
En casos graves donde el aporte inicial debe ser restringido se puede
administrar el 50% de los requerimientos energéticos establecidos más el
75% del agua en infusión continua durante 12-24 horas a un flujo de 45-56
ml/hora, a los tres días aumentar al 75% de energía y 75% de agua y a los
tres días siguientes administrar el 100% de dieta y agua. Otra opción consiste
en administrar 8-10 tomas de 50 ml de dieta más 50 ml de agua cada 2 horas
y aumentar en 50 ml cada 48 horas.
En el inicio de la realimentación en pacientes muy deteriorados no se
debe superar los 2 litros y monitorizar al enfermo con bioquímica y balances
diarios para evitar vómitos, hiperhidratación y un falso aumento de peso.
Cuando el peso se estabiliza, el total de la dieta se puede administrar en
menos tomas buscando reducirlas a 5-6 al día para posteriormente pasar a la
dieta natural.
El paso de nutrición enteral por sonda a natural debe hacerse durante dos
a tres semanas comenzando por administrar durante una semana la dieta enteral
105
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
a un 50% por sonda y un 50% oral. Si el peso pactado se mantiene se retira
la sonda con el 100% de las tomas enterales por vía oral. Se continúa alternado tomas enterales con tomas culinarias hasta pasar a una alimentación
natural completa.
C. Nutrición parenteral total (NPT)
Es excepcional y solo debe indicarse en casos de extrema gravedad e
inviabilidad de la alimentación enteral completa. Su aplicación en la actualidad es exclusivamente hospitalaria. En caso de ser necesaria las fórmulas
iniciales deben ser de una baja osmolaridad (mOsm/l < a 800) y no sobrepasar los dos litros los primeros días. El aumento de volumen y carga energética
debe ser progresivo y con monitorización bioquímica.
EDUCACIÓN NUTRICIONAL
La educación nutricional es el eje de la aceptación de la terapia nutricional
y del mantenimiento de una conducta alimentaria equilibrada y saludable.
Debe tener siempre un componente individualizado. La educación nutricional
es secundaria a la emergencia de la desnutrición grave que requiere hospitalización o alimentación artificial.
Siempre que sea posible el programa educacional debe acometerse desde
el primer momento. Su desarrollo debe realzarlo el mismo terapeuta o en su
defecto el equipo encargado de la terapia nutricional.
El programa debe basarse en los datos obtenidos de la historia relativos
a los conceptos, conocimientos y actitudes higiénico-dietéticas y nutricionales.
Al margen de las actuaciones realizadas en las sucesivas revisiones del plan
dietético es aconsejable el desarrollo de un programa educacional reglado a
nivel de grupos con intervención de otros pacientes e incluso de familiares.
Todo ello planificado en el entorno de las actuaciones del equipo
multidisciplinario que atiende a estos pacientes. El programa educacional
debe ser participativo y adecuado al nivel cultural de los pacientes. A título
de sugerencia se proponen temas a desarrollar en este programa educacional
(cuadro nº 14).
106
Tratamiento nutricional de la anorexia nerviosa
Cuadro 14
107
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Bibliografía
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Zamarrón Cuesta I. Aspectos nutricionales y Dietéticos en la anorexia y bulimia
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108
TEMA 8
TRATAMIENTO PSICOFARMACOLÓGICO DE
LA ANOREXIA NERVIOSA
Ana Ortiz Viana, José Guerrero Velázquez, Ester Idini, Isabel Beltrán
Velasco, Francisco Rincón Cenera y Ana Benito Duarte
INTRODUCCIÓN
El tratamiento del paciente con anorexia nerviosa ha de ser personalizado, planificado y pactado, cuyo fin último sea conseguir un estado nutricional
óptimo y la aceptación de la imagen corporal. Debe ser un equipo
multidisciplinario el que se encargue de dicho tratamiento, integrado por médicos
de atención primaria, dietistas, psiquiatras, psicólogos, etc. Tendremos que
seguir un modelo integrado cuyos objetivos son:
1. La recuperación ponderal y corrección de las posibles complicaciones
orgánicas.
2. La rehabilitación nutricional y recuperación de las pautas normales de
alimentación.
3. El estudio y corrección de los posibles problemas psicológicos, familiares, sociales y conductuales que presenta cada enfermo.
Antes de iniciar el tratamiento debemos tener claro una serie de presupuestos que nos ayudarán a conseguir los mejores resultados; iniciar un tratamiento precozmente mejorará el pronóstico; enfocar el tratamiento hacia los
objetivos antes señalados; una recuperación ponderal no significa una curación aunque sí se ha demostrado que algunas alteraciones psicopatológicas
que presenta el paciente con anorexia nerviosa están relacionadas con la
desnutrición, de ahí que uno de los objetivos del tratamiento sea la recupera-
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
ción ponderal; la elección terapéutica se hará en función de las características
personales de cada paciente; no hay que olvidar que no sólo se ha de tratar
al paciente sino que ha de existir un abordaje familiar; y sólo podemos hablar
de resolución del trastorno de la conducta alimentaria tras realizar un seguimiento a largo plazo.
Tras conocer la situación clínica de cada paciente y sus características
personales, se elegirá el tipo de tratamiento. Siempre que sea posible se
deberá aplicar en régimen ambulatorio y sólo se decidirá la hospitalización en
las siguientes situaciones:
1. Estados de desnutrición severa con una pérdida de más del 30% del
peso adecuado a la altura o IMC<17, que no haya respondido al tratamiento ambulatorio en un período de tiempo razonable.
2. Complicaciones médicas graves como infecciones recurrentes...
3. Abuso incontrolado de laxantes y diuréticos que provocan graves alteraciones del equilibrio hidroelectrolítico.
4. Comorbilidad psiquiátrica: sintomatología depresiva grave con ansiedad intensa, ideación autolítica, abuso de alcohol u otras drogas, trastornos de la personalidad importantes.
5. Dinámica familiar disfuncional o crisis familiar grave.
6. Ausencia de colaboración y rechazo del tratamiento.
7. Fracaso del tratamiento ambulatorio.
El tratamiento ambulatorio conlleva unas pautas dietéticas dirigidas a la
recuperación ponderal, así como un tratamiento psicológico individual, familiar o grupal y un tratamiento farmacológico. Entre los métodos psicoterapéuticos
utilizados están los de orientación analítica, psicoanálisis ortodoxo, técnicas
de modificación de conducta, psicoterapia de orientación cognitivo-conductual,
grupos de autoayuda. De todos ellos, los diferentes autores están de acuerdo
en que el mejor tratamiento psicoterápico es el tratamiento cognitivo-conductual.
Con respecto a los fármacos se han utilizado orexígenos, neurolépticos,
ansiolíticos, antidepresivos, llegando incluso a las sales de litio. Sin duda
alguna el mejor marco terapéutico es el hospital de día. Permite un tratamiento psicológico intensivo, un mayor control de las alteraciones conductuales de
estos pacientes, tanto las conductas alimentarias como las generales, y una
ruptura con su entorno.
A continuación detallaremos los distintos tipos de tratamiento de la anorexia nerviosa, se presentan resumidos en la tabla 1.
110
Tratamiento psicofarmacológico de la anorexia nerviosa
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
No existe un tratamiento psicofarmacológico específico para la anorexia
nerviosa, por lo tanto no se debe usar como único tratamiento ni de forma
sistemática. La medicación psicotropa se ha de utilizar para la prevención de
las recaídas en pacientes que han recuperado peso o para el tratamiento de los
trastornos asociados a la anorexia nerviosa como la depresión o problemas
obsesivo-compulsivos.
a) Neurolépticos
Fueron de los primeros fármacos que se utilizaron en el tratamiento de
la anorexia nerviosa. Sin embargo, hay que considerar (con los de tipo
fenotiacínico), dadas las características de estos pacientes, sus efectos secundarios, fundamentalmente la hipotensión ortostática, la disminución del umbral convulsivo y la hiperprolactinemia, que provoca alteraciones en el ciclo
menstrual incluso cuando el peso de los pacientes está en el rango de la
normalidad.
Entre los fármacos que forman parte de este grupo está la clorpromazina,
primer fármaco utilizado en el tratamiento de la anorexia nerviosa. Se utiliza
a dosis de inicio de 10 mg e incrementando hasta 50-100 mg/día, la dosis
máxima no ha de superar los 300 mg y se deberá usar durante periodos
breves. Esta sustancia es especialmente eficaz para los pacientes anoréxicos
con problemas obsesivo-compulsivos graves. Al inicio del uso de estos fármacos
se recomendó también el empleo de pimocide y sulpiride, pues se pensó que
el origen de los principales síntomas de la anorexia nerviosa era un exceso en
la actividad dopaminérgica, pero en la actualidad se ha abandonado su uso
por su escaso valor terapéutico.
Actualmente, se debe prescribir este tipo de fármacos en casos en los que
predominen síntomas de ansiedad importante e inquietud psicomotora que
dificulte el tratamiento en un marco terapéutico adecuado. En los casos con
alteraciones en el esquema corporal que adquieran un carácter psicótico, así
como pacientes crónicos aparentemente intratables pueden estar también indicado el uso de neurolépticos.
Entre los nuevos neurolépticos, los denominados atípicos, con un menor
riesgo de producir efectos secundarios, se ha utilizado la olanzapina a dosis
de 10-15 mg/día. Son pocos los estudios que se han realizado con este fármaco aunque se han publicado casos aislados con una importante mejoría.
111
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
b) Antidepresivos
No existe ningún estudio controlado que muestre claramente la eficacia
del uso de los antidepresivos en el tratamiento de la anorexia nerviosa, a
pesar de esto, los autores recomiendan su utilización. Gracias a las observaciones de algunos autores se ha encontrado una relación entre los trastornos
afectivos y esta enfermedad, de ahí la justificación de su uso. Con frecuencia
se presentan síntomas depresivos en los pacientes anoréxicos, incluso algunos
estudios avalan una mayor incidencia de asociación familiar de trastornos
afectivos en estos pacientes. También se ha comprobado que gran parte de los
síntomas psicopatológicos que presentan los pacientes han mejorado al conseguir un peso ajustado a su edad y estatura.
Entre los antidepresivos utilizados existen dos grupos fundamentales: los
inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los tricíclicos.
El principal criterio de selección son los efectos secundarios. Dentro del
grupo de los ISRSs, el más usado en la anorexia nerviosa es la fluoxetina a
dosis de 40-80 mg/día (60 mg/día se utiliza para el control de las conductas
bulímicas), también se utiliza la fluvoxamina a dosis de 100-200 mg/día,
durante 12 semanas. En el caso de la fluoxetina es importante vigilar que no
interfiera en el incremento de peso ya que entre sus efectos secundarios se
encuentran la anorexia y la hiperactividad. Los mecanismos fisiopatológicos
que se han propuesto para explicar la pérdida de peso que puede producir la
fluoxetina son la disminución en el umbral de saciedad y un desplazamiento
isocalórico en las preferencias alimentarias de los pacientes desde los hidratos
de carbono a las proteínas.
Hay otros estudios que han comprobado que en pacientes ingresados, tras
ser dados de alta con un peso saludable, se les administró fluoxetina que
mostró su utilidad para mantener dicho peso durante el seguimiento ambulatorio. Los autores plantean que este fármaco podría ser útil para, en régimen
ambulatorio, reducir la obesidad, depresión, ansiedad y, consecuentemente, el
número de recaídas.
En el segundo grupo mencionado, el de los antidepresivos tricíclicos, se
encuentra la clorimipramina a dosis progresivas hasta 150-300 mg/día,
imipramina hasta 150-300 mg/día y la amitriptilina, entre otros, a dosis de
hasta 150-300 mg/día, durante 12-16 semanas y con lenta retirada. Los efectos secundarios a tener en cuenta en este grupo de fármacos son, la hipotensión
y la taquicardia por lo que habrá que extremar las precauciones cuando se administren a pacientes anoréxicos con un peso por debajo del peso mínimo normal.
112
Tratamiento psicofarmacológico de la anorexia nerviosa
c) Benzodiacepinas
Es muy frecuente encontrar en este tipo de pacientes ansiedad, debido a
la presión a la que se ven sometidos por el ambiente que les rodea para que
ganen peso y el temor a que esto mismo se produzca. Es, siempre, preferible
evitar el uso de las benzodiacepinas por el riesgo de desarrollar dependencia
y tolerabilidad.
Entre las benzodiacepinas recomendadas está el loracepam. Para reducir
la ansiedad anticipatoria en relación con la ingesta de alimentos se deberá
administrar una dosis de 0,25-0,50 mg una hora antes de las comidas.
Tab1a 1. Tratamiento de la anorexia nerviosa
Tipo de tratamiento
Elementos clave
Medidas
Indicaciones
Tratamiento médico
Recuperación del peso
Peso (ambulatorio: semanalmente;
ingresado: diariamente)
Rehidratación y corrección de
electrólitos séricos
Electrólitos séricos
Refuerzos positivos del aumento
de peso
Prevención de respuesta de atracones y uso de purgantes
Peso (ambulatorio: semanalmente;
ingresado: diariamente)
Electrólitos séricos y amilasa sérica
Al menos un 10% por debajo del
peso normal para la edad y la
talla
Historia de vómitos, abuso de
laxantes, restricción grave de
sólidos y líquidos
Bajo peso
Terapia cognitiva
Racionalización de creencias, evaluación de pensamientos automaticos, comprobación de hipótesis
prospectivas, exploración de
supuestos subyacentes
Evaluación de cogniciones distorsioAlteración en la manera de
nadas (p. ej., pensamiento todo o
experimentar el propio peso y la
nada) sentirse gordo, autovaloración
silueta corporales; negación de
centrada únicamente en la imagen
la gravedad de un peso corporal
corporal, sentido intenso de ineficacia bajo; implacable persecución de
salvo en la pérdida de peso
la delgadez para controlar el entorno
Terapia familiar
Asesoramiento familiar o esquema
de terapia basado en las
necesidades de la familia concreta
Análisis del funcionamiento de
la familia, roles e interacciones
Terapia conductual
Farmacoterapia
Clorpromacina
Forma líquida, empezando a dosis
Hemograma completo, presión
bajas, 10 mg tres veces al día,
arterial tumbado y de pie
para luego aumentarla gradualmente
Debilidad, aumento del tamaño
de las glándulas parótidas,
cicatrices en el dorso de las
manos, aspecto demacrado,
desvanecimientos
Si el paciente vive con la familia,
es indispensable algún tipo
de asesoramiento o terapia
familiar
Pacientes hospitalizados con
ideas delirantes graves, hiperactivos
Ciproheptadina
Forma líquida, comenzar con 4 mg
dos veces al día y aumentar hasta
8 mg tres veces al día si es
necesario
Hemograma completo con
plaquetas
Fluoxetina
Preferible utilizarla después de
recuperar peso dada su tendencia
a inducir activación
Hemograma completo, observación del sueño total y de la
actividad
Conductas obsesivo-compulsivas
graves relacionadas o sin relación con los trastornos de la conducta alimentaria, depresión grave
Clomipramina
Es necesario comenzar con dosis
muy bajas debido a los efectos
secundarios de hipotensión;
preferible usarla después
de recuperar peso
Hemograma completo, presión
arterial tumbado y de pie,
electrocardiograma
Conductas obsesivo-compulsivas
graves
Antidepresivos
tricíclicos
Es necesario comenzar con dosis
muy bajas debido a los efectos
secundarios de hipotensión;
preferible usarlos después
de recuperar peso
Hemograma completo, presión
arterial tumbado y de pie,
electrocardiograma
Depresión grave
Tomada de Talbott JA. En: Tratado de Psiquiatría, 3ª edición
113
Paciente anoréxico muy hiperactivo que no realiza atracones
ni purgas
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
d) Orexígenos
La ciproheptadina es un fármaco con acción antihistamínica,
antiserotoninérgica y anticolinérgica. Produce aumento del apetito, así como
sedación. Se administra a dosis de 8-12 mg/día repartidas entre las tres comidas o en una única toma nocturna. Se debe utilizar en la anorexia nerviosa
de tipo restrictivo, aunque algunos autores no están de acuerdo en su utilización pues en la anorexia nerviosa no hay, al menos en las primeras fases de
la enfermedad, una pérdida del apetito. En algunos estudios se ha comprobado también un efecto antidepresivo que hace más interesante su uso.
e) Otros fármacos
Las sales de litio se deben administrar si existe un trastorno bipolar de
base, teniendo que ajustar la dosis de litio en función de la litemia. Su uso
en la anorexia nerviosa se estableció porque se pensaba que mejorarían el
estado de ánimo del paciente y, consecuentemente, mejoraría la ganancia de
peso. Este fármaco debe utilizarse con cuidado pues puede afectar la función
renal. Si tenemos en cuenta que estos pacientes abusan de los laxantes y
diuréticos, la utilización de litio conllevaría un importante riesgo de producir
graves alteraciones hidroelectrolíticas.
Se ha sugerido también el uso de antagonistas de los péptidos opiáceos
como la naloxona y la naltrexona. Esta sugerencia se basa en la teoría de que
los péptidos opiáceos están relacionados con la regulación del apetito. Sin
embargo, no existen suficientes estudios que demuestren la conveniencia y
beneficio de su utilización por lo que ésta no es muy común.
La domperidona, metoclopramida y la cisaprida facilitan el vaciamiento
gástrico, aumentan la motilidad gastrointestinal y disminuyen la sensación de
hinchazón abdominal que afecta en ocasiones a estos pacientes.
ABORDAJE PSICOLÓGICO
Tratamiento cognitivo-conductual
En principio no hay que olvidar que conseguir cambios en la conducta
utilizando la psicoterapia, en pacientes ya afectados de extrema delgadez, es
muy difícil, ya que ese mismo bajo peso produce alteraciones psicopatológicas
que sólo mejoran cuando se produce la recuperación ponderal.
El tratamiento cognitivo-conductual se trata de una psicoterapia propuesta por Beck para la depresión a finales de los años setenta. La técnica se basa
114
Tratamiento psicofarmacológico de la anorexia nerviosa
en corregir las conductas anómalas que presentan sobre los hábitos alimentarios,
etc., utilizando técnicas conductistas como autorregistros, análisis funcional
de la conducta, y modificar, a través de la reestructuración cognitiva, errores
cognitivos que presentan frente a la comida, imagen corporal, peso y autoestima
que, a su vez, se basa en estos últimos aspectos. Lo más conveniente es que
se inicie desde el principio del tratamiento con el objetivo de evitar que la
enfermedad progrese y se agrave, asegurando un mejor pronóstico. Hay que
reestablecer las pautas de comida normales para corregir las secuelas de la
malnutrición que perpetúa un mal comportamiento alimentario y prevenir, de
este modo, la hospitalización. Esta técnica se puede utilizar tanto en régimen
hospitalario como ambulatorio.
Dentro de los métodos conductistas para conseguir el cambio en los
hábitos alimentarios está el control sobre la ingesta de comida y todos los
detalles que la rodean, la exposición creciente se utiliza para conseguir un
aumento gradual en la ingesta. Se debe ajustar entre el médico y el paciente
el peso que se ha de adquirir y mantener, evitar pesarlo diariamente por el
riesgo de potenciar los aspectos obsesivos de los pacientes.
El condicionamiento operante es otra técnica conductual que utiliza como
material de trabajo los refuerzos positivos. Se ha de estudiar cada caso individualmente para valorar cuáles son los refuerzos positivos que van a obtener
mayores resultados. Su objetivo fundamental es el de obtener incrementos en
el peso, ya que ésta es una medida objetiva. Debemos evitar la relación
estresante entre los cuidadores y la paciente que se produce cuando se está
pendiente en todo momento de qué come y de qué manera.
La técnica de prevención de respuesta, está enfocada para el tipo purgativo
de la anorexia nerviosa. Consiste en observar durante dos o tres horas al
paciente para evitar que vomite lo ingerido. La presencia, junto al paciente,
durante todas esas horas persuade al mismo de provocarse el vómito, con el
tiempo se consigue extinguir por completo esta conducta. Otras técnicas
conductistas son aquellas dirigidas a ayudar al paciente a adquirir, de forma
progresiva, una mayor confianza en sí mismo, técnicas de diversión para
apartar al paciente de pensamientos y situaciones anómalas, etc.
Para trabajar estas técnicas hay que tratar los aspectos cognitivos que
subyacen a la enfermedad. Hay que hacer una evaluación cognitiva en la que
se pide a la paciente que escriba sus pensamientos para poder detectar las
distorsiones sobre la realidad, su imagen corporal, su peso y su forma de
afrontar los problemas y acontecimientos vitales. Debido a las creencias erró115
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
neas sobre su peso e imagen corporal, mantienen unas conductas alimentarias
inadecuadas y procesan la información que les llega con un sesgo cognitivo.
Entre estas creencias está la idea de que la pérdida de peso les aliviará su
malestar y su inseguridad. Buscar la delgadez es una forma de creer que
ejercen un control sobre su mundo interno, así como sobre su mundo exterior.
Resulta difícil pero necesario cambiar estos esquemas tan rígidos en los que
se basan su autoestima.
Entre las técnicas cognitivas que se utilizan en el tratamiento de la anorexia nerviosa están, entre otras, las siguientes:
1. Evaluación de pensamientos automáticos: son pensamientos que funcionan de forma refleja y no están sometidos a crítica por parte del
paciente.
2. Estimular al paciente a imaginar situaciones y a formular pensamientos y emociones que se despiertan en él.
3. Reatribución: encontrar otras explicaciones que repartan de forma diferente la responsabilidad y culpa por las dificultades que se les presentan, dar otros argumentos hacia las creencias más negativas frente
a los problemas.
4. Técnica de descentralización: con ella se pretende evaluar una idea
desde otra perspectiva.
5. Reinterpretación de la distorsión de la imagen corporal: son varios los
modos de conseguirlo, con técnicas de confrontación utilizando espejos, videos, etc., por retroacción externa utilizando a otros pacientes,
etc.
6. Examinar e identificar los supuestos subyacentes que alteran la adaptación al medio y analizar su validez.
7. Racionalizar las creencias erróneas y retar éstas a través de ejercicios
conductuales.
8. Utilizar la técnica de “qué pasaría si...”, propiciar que prueben sus
hipótesis y explorar su utilidad en la vida real.
Psicoterapia dinámica
No es la psicoterapia más utilizada en la anorexia nerviosa e incluso las
resistencias de estos pacientes pueden llegar a dificultar el proceso. El primer
objetivo a alcanzar al inicio de la terapia es, sin lugar a dudas, la alianza
terapéutica, sin ésta el tratamiento estará avocado al fracaso. Si el terapeuta,
por su parte, empatiza con el paciente y trata de entender su punto de vista,
116
Tratamiento psicofarmacológico de la anorexia nerviosa
toma gran interés en lo que éste piensa y siente, logrará que se sienta respetado y aumentará la confianza en su terapeuta mejorando la alianza con él.
El psicoanálisis surgió como un método de terapia para las neurosis y
terminó convirtiéndose en un método de investigación del funcionamiento del
aparato psíquico. Está indicado para trastornos de tipo neurótico expresados
en forma de síntomas físicos, afectivos o funcionales. Las posibilidades de
curación dependen del diagnóstico psicodinámico del paciente. En esta terapia, el paciente recibe como única consigna, que comunique todo lo que le
viene a la cabeza aunque crea que no tiene relevancia, que es irrespetuoso,
que carece de sentido o incluso le cause ansiedad: esto es la asociación libre.
El psicoanalista se sitúa habitualmente detrás del paciente y fuera de su campo visual, aunque los menos ortodoxos la pueden practicar y la practican cara
a cara. Las sesiones, de aproximadamente una hora de duración, oscilan entre
dos y cinco a la semana; a mayor frecuencia de éstas, más rápidamente se
elaboran los conflictos. Se establece desde el principio el horario y los días,
que no se modifican aunque el paciente no pueda acudir.
En lo referente a la eficacia en general, los psicoanalistas aceptan un
porcentaje de curaciones de aproximadamente el 55%. Ese porcentaje aumenta proporcionalmente al número y continuidad de las sesiones. El objetivo de
esta terapia psicoanalítica, además de la desaparición de los síntomas, es el
equilibrio adecuado entre las diversas instancias de la personalidad y el desarrollo de una vida satisfactoria para el paciente. Disminuye la angustia,
núcleo de todo proceso neurótico. Como efectos adversos, podemos nombrar
por ejemplo, que se cree una dependencia excesiva del psicoanalista, situaciones iatrogénicas a causa de una mala elaboración del proceso analítico: irse
a los extremos, toma de decisiones antitéticas, etc.; reactivación de la
sintomatología debido a inoportunas interpretaciones que provocan el paso a
la conciencia de elementos del inconsciente que no pueden ser elaborados por
el paciente.
Psicoterapia de grupo de orientación psicoanalítica
La psicoterapia de grupo es una forma de tratamiento psicológico en el
que varias personas cuidadosamente seleccionadas, son reunidas para vivir
una experiencia bajo la guía de un terapeuta entrenado, con el propósito de
ayudarse unos a otros a efectuar un cambio en su personalidad. La motivación
del paciente para el tratamiento, quizás sea el factor más importante de entre
los que se indican para la necesidad de iniciar una psicoterapia de grupo. La
117
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
adquisición de un compromiso terapéutico es condición previa para poder
iniciar una psicoterapia de grupo.
Las posibles ventajas de la psicoterapia de grupo frente a la individual
son por ejemplo:
• Economía de tiempo para el terapeuta (puede atender a un número
mayor de pacientes al mismo tiempo);
• Potenciación de determinados fenómenos terapéuticos presentes en la
psicoterapia individual, así como la aparición de otros específicos;
• Menor esfuerzo económico para el paciente;
• Economía emocional y de tiempo para el paciente.
La selección ha de ser cuidadosa y debe realizarse en función de los
objetivos, tipo de paciente y del tiempo disponible para la terapia. Los grupos
pueden ser homogéneos dependiendo de la patología de los miembros seleccionados, las características sociodemográficas, los objetivos a alcanzar, etc.
Asimismo, los grupos pueden ser abiertos o cerrados en función de si
aceptan nuevos miembros una vez iniciada la experiencia. En general se
consideran más eficaces los grupos cerrados, pero es una práctica frecuente,
por necesidades de la realidad clínica, que los grupos sean semiabiertos de
incorporación lenta, aunque en el ámbito hospitalario suelen adoptar la forma
de grupos abiertos.
El encuadre del grupo o setting suele reunir al menos los siguientes
puntos:
• Número de pacientes: entre 4 y 10.
• Frecuencia de las sesiones: de 1 a 3 por semana.
• Duración de las sesiones: de 1 a 2 horas.
• Lugar donde se realizarán las sesiones.
• Duración del tratamiento: de 1 a 3 años.
• Asistencia: regular y puntual.
Entre los efectos esperados serían los siguientes:
• Universalización: cuando un paciente descubre que no es la única persona que padece un trastorno o que su problema es de otros también,
deja de sentirse tan distinto.
• Una mayor comprensión de uno mismo: los pacientes tienen la ocasión
en el grupo, de ver cómo los otros le perciben.
• Identificación y conductas de imitación: los pacientes en el seno del
grupo, tienen la oportunidad de observar otros modos de enfrentar sus
problemas, enfocándolos como creen que lo haría algún compañero de
118
Tratamiento psicofarmacológico de la anorexia nerviosa
grupo o su terapeuta. Este modo de enfocarlo no siempre se realiza a
nivel consciente, sino que se van identificando con los aspectos de unos
y otros y de ésta manera van creando su propio y nuevo patrón de
conducta.
• La revalidación de la familia: la familia primaria está siempre presente
en el grupo; los sucesos del grupo, la rivalidad de los hermanos-miembros, de los padres-terapeutas y las fantasías regresivas del grupo impulsan al paciente hacia su antigua vida en la familia. El paciente revalida así sus experiencias pasadas, produciéndose entonces la llamada
experiencia emocional correctora, que acompañará al paciente en el
futuro.
• Generalización fuera del grupo: durante el proceso terapéutico, el paciente se ve alentado a confrontarse de forma distinta con situaciones
o figuras temidas. Esta confrontación valida sus intuiciones y las capacidades que va adquiriendo progresivamente, no sólo cuando está en el
grupo sino una vez que ya lo abandonó.
• Factores existenciales: uno de los momentos claves para el cambio
ocurre cuando el paciente es capaz de reconocer que la vida a veces es
injusta, que debe vivir solo la vida, enfrentando los problemas básicos
de ésta para hacerse responsable en última instancia de su existencia.
Técnicas de terapia familiar y sistemática
Una de las principales diferencias de los abordajes sistémicos con respecto al resto de orientaciones psicoterapéuticas es que centran sus objetivos
terapéuticos directamente en la modificación de los patrones de interacción
interpersonal. El desarrollo de los modelos sistémicos ha estado unido a la
evolución de la terapia de familia. No obstante, en la actualidad, su ámbito
de aplicación supera lo familiar para extenderse al tratamiento individual y de
parejas. Aunque la teoría sistémica arranca del estudio y tratamiento de las
familias, no hay que caer en el error de identificar terapia familiar con abordaje sistémico.
Desde principios del siglo XX surgieron distintos acercamientos terapéuticos que incluían formas variadas de consejo matrimonial y orientación infantil que implicaban a otros miembros, además del afectado, en el tratamiento. Los inicios más cercanos de la terapia de familia, entendida como sistémica,
hay que situarlos en los años 50, en concreto en la investigación de la comunicación entre el esquizofrénico y su familia. El concepto fundamental de
119
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
los modelos sistémicos es el sistema, que definimos como un conjunto de
partes o elementos dinámicamente estructurados, cuya totalidad produce unas
propiedades que son parcialmente independientes de las que poseen sus elementos por separado.
Los objetivos de la terapia familiar son:
• Cambiar el síntoma y el tipo de interacción familiar;
• Que el paciente se perciba como agente de su propio cambio;
• Que perciba el síntoma de otra forma diferente.
Hay que tener en cuenta que la comida es una de las primeras experiencias de intercambio con la madre, es un objeto que se introduce en la relación,
que el bebé puede aceptar o rechazar cuando está saciado, más allá del deseo
de la madre. Sería uno de los momentos en los que el bebé dice ¡no!, ¡no
quiero!, y la madre no puede hacer nada. Es un primer acto o esbozo de
diferenciación madre-hijo que contribuirá al proceso de individuación relacional.
La alimentación primaria se ve como una doble función, la nutricia o nutritiva
y la normativa. La primera está en relación con el cuidado, proporcionar
afecto y protección, alimentación, etc. Por el contrario, la función normativa
ayuda a la adaptación del niño a la realidad, le indica lo que no puede hacer,
lo que los padres no aceptan, trae pues, el desacuerdo.
En las familias con trastornos de la conducta alimentaria, la necesidad de
relacionarse entre sí es tan intensa que se hace a costa de la identidad, de la
diferenciación. Se han descrito las características generales de este “tipo” de
familias, como son el aglutinamiento, sobreprotección, rigidez y evitación de
conflictos. En general, son familias de pacientes identificadas como anoréxicas
restrictivas.
- Aglutinamiento es el exceso de unión-fusión de los miembros de la
familia. No Hay límites claros entre ellos, todo es de todos, hay una
disminución de responsabilidades individuales. La familia, a su vez,
describe estas características con orgullo, se consideran leales, sensibles, preocupados por el otro. Si el terapeuta lo cuestiona, es insolidario,
individualista, egoísta.
- Por sobreprotección entendemos aquellas actitudes parentales que impiden la exploración al paciente del mundo, de realizar tareas nuevas,
de equivocarse, en aras de evitar riesgos y preocupaciones.
- La rigidez se refiere a la capacidad de modificar conductas, transformaciones que toda familia debe llevar a cabo acorde a los cambios evolutivos.
- La evitación de conflictos se muestra en estas familias como una aten120
Tratamiento psicofarmacológico de la anorexia nerviosa
ción extrema a las necesidades de los otros, son amables, los vecinos
perfectos, siempre preocupados por los demás.
En la terapia el terapeuta a priori debe ser un explorador neutral, él debe
saber que ninguna madre o padre quiere voluntariamente tener una hija anoréxica.
Este razonamiento permite al terapeuta posicionarse en una actitud de escucha activa, comprensiva, con el sufrimiento de todos los miembros, lo cual
abre la posibilidad de iniciar una relación que a larga permita que el terapeuta
se convierta en una figura de apego en la que se pueda confiar.
El terapeuta debe confirmar a cada miembro de la familia que se toma en
cuenta su descripción del problema y de esa manera comprenderá que se le
ha entendido y que es importante su visión. Posteriormente se inicia una etapa
de la sesión en busca de aspectos relacionales del síntoma. Pasar de “ella no
come, algo horrible no funciona en nuestra niña, ayúdenos” a “quién le da de
comer, quién la obliga, quién se pone más triste cuando no come, etc.”, es
decir, buscaremos aspectos relacionales del síntoma manteniendo una posición de no juicio, de neutralidad. Las preguntas circulares no son fáciles de
hacer sin caer en acusaciones etiológicas o causales. Es muy importante que
desde el comienzo el terapeuta haya conectado con aspectos relacionales
intrafamiliares o extrafamiliares.
Intervención psicosocial en la anorexia nerviosa
Cuando hablamos de intervención psicosocial tenemos que especificar
tres bloques fundamentalmente, la prevención primaria, la secundaria y la
terciaria, siendo la primaria aquella entendida como la prevención que trata
de impedir la incidencia de nuevos casos de anorexia nerviosa, y para ello,
es importante la información sobre factores y conductas de riesgo, así como
la intervención en la industria dietética, de la moda, en los medios de comunicación y en el ámbito familiar y educativo. La prevención secundaria, sin
embargo, se hace necesaria cuando necesitamos diferenciar los trastornos de
la alimentación de otros trastornos mentales u orgánicos, y nuestro objetivo
es actuar sobre los síntomas y signos característicos de esa patología. Por
último la prevención terciaria buscaría evitar recaídas en aquellas personas
que se han recuperado de su trastorno alimentario y evitar la cronificación
que puede llevar a la muerte.
Una adecuada intervención psicosocial debería considerar la problemática existente y dar las adecuadas respuestas en los siguientes niveles:
1. Educación igualitaria.
121
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
Centros educativos.
Campañas de prevención y concienciación social.
Las dietas.
Los medios de comunicación.
El deporte.
La moda.
La lectura.
1. Educación igualitaria
El hecho de que la imagen corporal de la mujer esté sobrevalorada en
nuestra sociedad es en parte consecuencia de la educación diferencial a la que
inconscientemente se ven sometidos niños y adolescentes. Es habitual escuchar como las madres regañan a sus hijas si se manchan jugando, mientras
que en los varones esto se suele justificar y asociar con la práctica de juegos
más agresivos, por ejemplo. Como estrategias sería interesante reeducar a las
futuras generaciones, haciendo ver a los padres la importancia de una educación igualitaria, evitando la educación sexista.
2. Centros educativos
Aprender que existen fuentes diferentes de autoestima más gratificantes
e inteligentes que la imagen corporal. No hay que olvidar que en la etapa de
la pubertad, el individuo no tiene todavía configurada su identidad y el adolescente no soporta el anonimato, la mediocridad. Por tanto, y si no le es
posible la identificación con un modelo positivo, adoptará el rol negativo
como modelo de identidad, en este caso, el comportamiento alimentario patológico puede resultar un recurso y una llamada de atención. Siendo también
una forma de autoafirmación a través de conductas cuyo control sólo depende
de uno mismo.
Es importante el detectar éstas conductas precozmente, mediante encuestas, grupos de discusión, entrevistas en profundidad en grupos de riesgo, etc.
Para su modificación se han propuesto técnicas de rol-playing. Se ha propuesto asimismo la inclusión en libros de texto de apartados dirigidos a la prevención de estas conductas así como el reforzamiento continuado de las conductas saludables. Sería deseable que la Nutrición formarse parte de los planes
de estudios.
3. Campañas de prevención y concienciación social
Son importantes, y con ellas se pretende informar a padres, profesores y
educadores, pero no solo desde la perspectiva de la enfermedad y su
sintomatología sino desde el punto de vista de la necesidad de crear una
122
Tratamiento psicofarmacológico de la anorexia nerviosa
autoestima adecuada y del abandono de ideas que nos llevan a concluir que
la mujer actual debe ser físicamente perfecta. Así mismo, debería de existir
control sobre la ingesta de los niños y adolescentes, que cada vez más comen
fuera de casa, obligados por la actividad laboral de los padres.
4. Las dietas
En principio, seguir una dieta debería ser considerado como un comportamiento saludable, consistente en llevar un cierto orden y régimen en las
comidas y que tiene como objetivo mejorar el bienestar físico y la calidad de
vida de la persona. Sin embargo, cuando la restricción controlada se convierte
en abstención de la ingesta, traerá múltiples consecuencias negativas. Habrá
por lo tanto que identificar y modificar estas conductas en población de riesgo.
5. Los medios de comunicación
El culto a la delgadez, tan frecuente en las adolescentes de las sociedades
desarrolladas, es alentado de forma abierta por los medios de comunicación.
Habría que controlar la publicidad sobre determinados productos, sobre todo
los etiquetados falsamente como “productos light”, así como utilizar otros
modelos a seguir, reforzando el prestigio y la felicidad en otras áreas.
6. El deporte
El deporte supervisado y adecuado para cada edad del desarrollo contribuye a una vida más sana, pero es importante que el deporte no sea exclusivamente una actividad dirigida a perder peso. Como estrategias debería
hacerse más atractivo el hacer deporte, informando sobre los múltiples beneficios que lleva consigo.
7. La moda
La moda debería promover estilos armoniosos con las características
anatómicas de la mujer; las modelos tendrían que alcanzar un peso saludable
y real, donde se advirtieran las diferencias entre el cuerpo masculino y el
femenino y se positivasen; las tiendas y marcas de moda, deberían de utilizar
otro tipo de criterios en su selección de personal.
8. Lectura
La lectura es otro tema de intervención interesante. Está muy generalizada la utilización que llevan a cabo revistas dirigidas hacia el público femenino en general, de la estética y la corporalidad como reclamo publicitario.
Esto, junto a los trucos de belleza, los ejercicios de mantenimiento y demás,
parecen ser el sempiterno tema de estas publicaciones, que podrían considerar
que las mujeres tienen otras inquietudes.
123
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Bibliografía
Kaplan H, Sadock B. Sinopsis de Psiquiatría. 8ª Edición. Editorial Médica
Panamericana. Madrid, España. 1999.
Vallejo-Ruiloba J. Introducción a la psicopatología y la psiquiatría. Barcelona. Ed. Masson.1998.
CIE-10. Trastornos mentales y del comportamiento. Ed. Meditor. Madrid.
1992.
García-Camba E. Avances en trastornos de la conducta alimentaria. Anorexia
nerviosa, bulimia nerviosa, obesidad. Barcelona. Ed. Masson. 2001.
Kaplan Allan S. Tratamientos psicológicos para la anorexia nerviosa: una
revisión de estudios publicados. Canadian Journal of Psychiatry 2002;
47(3).
124
PARTE II
BULIMIA NERVIOSA
TEMA 9
CONCEPTO DE BULIMIA NERVIOSA.
REVISIÓN HISTÓRICA
Gabriela Lobo Tamer
ETIMOLÓGIA
La palabra bulimia procede de las palabras griegas bous (buey) y limos
(hambre) y literalmente significa “hambre de buey” o “tener el apetito de un
buey”.
HISTORIA
Probablemente la bulimia nerviosa (BN) se remonta a muchos siglos
atrás, los atracones han sido practicados desde hace miles de años. En la
antigüedad los individuos dependían básicamente de la caza masiva seguida
de uno o dos días de comilona. Estos atracones permitían acumular tejido
graso para compensar los períodos de carencia de alimentos. Por su parte los
romanos se auto-inducían el vómito después de copiosos banquetes. En el
siglo X, Aurelianus describió al “hambre mórbido” como un apetito feroz con
deglución en ausencia de masticación seguido del vómito auto-provocado. En
estos individuos, se observó la presencia de grandes glándulas parótidas y la
existencia de caries. Estos signos, característicos de la Bulimia Nerviosa, son
consecuencias médicas del vómito auto-inducido. El vómito fue utilizado como
método de castigo y penitencia por las religiosas en la época feudal, por
ejemplo Caterina de Siena (1380), expiraba sus culpas a través del vómito y
del abuso de hierbas con acción diurética.
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
En sus orígenes la bulimia fue considerada como un desorden somático
causado por humores fríos, parásitos intestinales, lesión cerebral o simplemente como una anormalidad congénita. A comienzos del siglo XIX los diccionarios médicos describen a la bulimia como la presencia de apetito voraz
seguido de vómito propio de la histeria y del embarazo.
Tiempo después la enfermedad fue aceptada como un desorden neurótico. En el año 1.979 la bulimia fue descripta por primera vez por el doctor
Russell. En la actualidad está definida en el DSM-IV como la ingesta excesiva de alimentos en un corto período de tiempo, acompañada de una sensación de pérdida de control sobre dicha ingesta y de conductas compensatorias
como el vómito auto-inducido, el abuso de diuréticos, laxantes, ejercicio físico, pastillas adelgazantes, etc.
La BN resulta de una combinación de factores físicos, sociales y emocionales, que a pesar de los criterios diagnósticos y el conocimiento de la misma,
se incrementa cada vez más, especialmente en los países desarrollados, donde
España no deja de ser una excepción.
En la actualidad la BN se presenta con mayor frecuencia que la Anorexia
Nerviosa ya que el 75% de las pacientes con TCA la padecen. La BN empezó
a considerarse como una “epidemia social” en la década de los 70 y se estima
que prevalecerá en los años venideros. Es posible que en los años previos a
la descripción de la enfermedad, no se diagnosticaba o se clasificaba erróneamente bajo el nombre de otra patología. También es posible que la descripción de los síntomas diera lugar a que los pacientes y sus familiares reconocieran a la enfermedad y así soliciten tratamiento de forma precoz.
CONCEPTO
La Bulimia nerviosa es una entidad que se manifiesta con episodios recurrentes de voracidad, a los que le siguen conductas de compensación inadecuadas como los vómitos autoprovocados, el consumo excesivo de laxantes,
fármacos y diuréticos, periodos de ayuno y/o ejercicio intenso.
Binge eating, se trata de episodios no controlados de ingestión compulsiva
y desordenada de alimentos, con ausencia de conductas compensatorias
purgativas, generalmente los pacientes que padecen esta enfermedad presentan además sobrepeso, normalmente afecta a personas de mediana edad, con
mayor frecuencia del sexo femenino. Su prevalencia ha alcanzado en los
últimos años un aumento importante, constituyendo el TCA más frecuente en
Estados Unidos.
128
Concepto de bulimia nerviosa. Revisión histórica
La BN resulta ser una entidad de difícil detección ya que no existe
malnutrición, los pacientes que la padecen normalmente presentan normopeso
e incluso suelen tender al sobrepeso.
Normalmente los pacientes suelen practicar las técnicas de purgado en
secreto, por lo que los familiares pueden tardar más tiempo en detectarla.
Los signos que pueden facilitar el diagnóstico son:
- Molestias gastrointestinales
- Preocupación por el peso y la figura corporal
- Cambios dentales (pérdida de esmalte dental)
- Aumento de las glándulas salivales
- Alteraciones dermatológicas
- Abuso de fármacos (laxantes y diuréticos)
- Alteraciones bioquímicas
Los criterios de diagnóstico de la BN según el DSM-IV incluye:
- Presencia de atracones recurrentes que se caracterizan por:
a. ingesta excesiva de alimentos, en un corto periodo de tiempo, normalmente de alto valor calórico
b. sentido de pérdida del control sobre la ingesta o sensación de no
poder dejar de comer.
- Conductas de compensación inadecuadas y repetitivas para evitar la
ganancia de peso (consumo excesivo de diuréticos, laxantes, vómitos
auto-inducidos, periodos de ayuno, actividad física intensa).
- Los atracones y las conductas de compensación suelen ocurrir al menos
dos veces por semana durante un periodo de tres meses.
- La autoevaluación está sumamente influida y determinada por el peso
y la imagen corporal.
- La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de la anorexia
nerviosa.
Se distinguen dos subtipos de BN:
- Tipo Purgativo: durante el episodio de Bulimia Nerviosa el individuo
se provoca regularmente el vómito o usa laxantes y diuréticos, que
mediante sus efectos químicos, contribuyen a vaciar el contenido intestinal.
- Tipo no Purgativo: durante el episodio la persona emplea otras conductas compensatorias inapropiadas, como el ejercicio intenso, el ayuno,
etc., para reducir la absorción calórica de las grandes cantidades ingeridas.
129
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
La mayoría de las personas que tienen trastornos alimentarios comparten
ciertos rasgos de personalidad y desarrollan rituales anormales de alimentación como un medio para manejar el estrés y la ansiedad. A menudo, los
rasgos de personalidad pueden incluir, entre otros, los siguientes:
- Baja autoestima.
- Sentimiento de desesperación.
- Miedo a engordar.
Las personas que sufren bulimia (y el trastorno de atracones compulsivos)
típicamente consumen enormes cantidades de comida de una vez, en general
comida «basura», para reducir el estrés y aliviar la ansiedad. Sin embargo,
después de comer de forma compulsiva, se sienten culpables y deprimidas.
- La purgación ofrece un alivio, pero es sólo temporal.
- Los individuos que tienen bulimia normalmente son impulsivos y tienden a participar en comportamientos de alto riesgo tales como el abuso
de alcohol y drogas.
Modelo cognitivo de Mc Pherson
La falta de autocontrol de la dieta que aparece en la paciente bulímica se
relaciona con una necesidad extrema de autocontrol de estas personas en
determinadas áreas (rendimiento escolar, control corporal, etc). La creencia o
supuesto básico sería del tipo: «El peso y la imagen corporal son fundamentales para la autovaloración y la aceptación social» (Tabla 1). Con esta creencia se interrelacionarían una serie de distorsiones cognitivas, entre las que
destacan:
1) Pensamiento dicotómico (Polarización): Divide la realidad en categorías extremas y opuestas sin grados intermedios; por ejemplo «Gordo
frente a flaco».
2) Personalización: Relaciona los acontecimientos con la propia conducta
o como referidos a si misma sin base real, por ejemplo en una chica
que se aísla socialmente, cree: «Me rechazan por mi aspecto».
3) Sobreestimación de la imagen corporal: Se perciben más grueso de lo
que son.
4) Autovaloración global y generalizada: Se estiman y valoran globalmente
en comparación con entandares sociales extremos, por ejemplo «Si no
tengo el cuerpo de una modelo no valgo nada».
El descontrol de la ingesta y la restricción de la dieta que se producen en
forma de ciclos se relacionaría con las anteriores distorsiones cognitivas que
interaccionarían con las necesidades biológicas de hambre en conflicto, pro130
Concepto de bulimia nerviosa. Revisión histórica
duciéndose esos descontroles y la vuelta a los intentos de control restringiendo la dieta. Además, como estas personas carecen de mejores estrategias de
afrontamiento, tanto la necesidad de hambre como otras fuentes de estrés
actuarían como señales predictoras de amenaza produciendo un estado de
ansiedad que actuaría como «distracción cognitiva» y como «refuerzo negativo» reduciendo la ansiedad. El mecanismo del vómito autoinducido respondería al mismo proceso descrito.
Síntomas
- El peso corporal suele ser normal o más bajo (se ve a sí mismo con
sobrepeso).
- Episodios repetidos de comer en exceso (consumo rápido de cantidades
excesivas de comida en un período relativamente corto, por lo general
en secreto), junto con el temor de no poder parar de comer durante los
episodios de excesos.
- Autoprovocarse el vómito (normalmente en secreto).
- Ejercicio excesivo o ayunar.
- Costumbres o rituales alimentarios peculiares.
- Uso inadecuado de laxantes, diuréticos u otros catárticos.
- Ausencia o irregularidad de la menstruación.
- Ansiedad.
- Sentimientos de desaliento relacionados con la insatisfacción consigo
mismos y con la apariencia de su cuerpo.
- Depresión.
- Preocupación por los alimentos, el peso y la forma del cuerpo.
- Cicatrices en la parte posterior de los dedos debido al proceso de
autoprovocarse el vómito.
131
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Tabla 1. Modelo cognitivo de la bulimia
HISTORIA PSICOEVOLUTIVA DE DESARROLLO (1)
Desarrollo psicosexual
Nuevas tareas de rol
Valores culturales sobre la imagen y el cuerpo
VULNERABILIDAD PERSONAL (2)
Déficit en habilidades sociales
Actitudes perfeccionistas
Significados sobre peso/imagen/autovaloración
SITUACIONES ACTUALES ACTIVADORAS (3)
Estados de estrés agudos o crónicos de tipo social, anímico, etc.
Sensación de hambre
ANSIEDAD (4)
ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO (5)
Descontrol de la ingesta
Uso de laxantes, vómitos auto-inducidos, etc
EFECTOS-CONSECUENCIAS (6)
Corto-plazo: Reducción de la ansiedad, distracción del estrés, control
ilusorio.
Largo plazo: Incremento del malestar, culpa, disforia, etc
132
Concepto de bulimia nerviosa. Revisión histórica
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Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
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134
TEMA 10
BULIMIA NERVIOSA. EPIDEMIOLOGÍA
Mª Teresa León Espinosa de los Monteros, Mª Dolores Castillo
Sánchez, Rafael Ceballos Atienza, Fernando Cobo Martínez y Miguel
Angel Gallo Vallejo.
EPIDEMIOLOGÍA
La bulimia nerviosa es un trastorno de la conducta nutricional caracterizado, como ya se ha comentado en el capítulo anterior, por la existencia de
episodios compulsivos de ingesta incontrolada y exagerada de alimentos en
periodos muy cortos de tiempo, junto con una conducta tendente a eliminar
los efectos de esta ingesta calórica a través de la autoprovocación del vómito,
del uso desmesurado de laxantes y diuréticos, del ayuno voluntario y del
incremento en la actividad física. Los episodios compulsivos de ingesta de
alimentos no pueden ser prevenidos ni parados una vez iniciados; la paciente
tiene la sensación de una pérdida total de control sobre los mismos. Durante
los episodios compulsivos de ingesta de nutrientes, el aporte calórico puede
llegar hasta valores comprendidos entre 3.000kcal y 7.000 Kcal. Es una entidad clínica diferente de la anorexia nerviosa, aunque ciertas pacientes con
anorexia también pueden presentar una conducta bulímica. Sin embargo, las
pacientes puramente bulímicas no desarrollan nunca una restricción voluntaria y permanente de nutrientes que les lleve a un cuadro de malnutrición
crónica.
Tanto en la anorexia como en la bulimia existe una preocupación excesiva por el aspecto físico y la imagen, y la sobrevaloración de éstos como
elemento decisivo para la autoestima es constante y relevante, ambos trastornos parecen ser los más frecuentes de los TCA, pero la gran mayoría de
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
pacientes exhiben ambos tipos de conductas (restrictivas y purgativas-bulímicas)
en uno u otro momento de la enfermedad. En cuanto a la evolución, sabemos
que los TCA son hoy el trastorno más frecuente de entre las enfermedades
crónicas que afectan a mujeres entre 13 y 23 años.
Desde el punto de vista de los costes económicos, la cantidad de complicaciones físicas, psiquiátricas y sociales que surgen durante su evolución ha
hecho de estos trastornos un objetivo primordial de la asociación Psiquiátrica
Americana, que publicó en 1993 una guía práctica para su abordaje (Practical
Guideline for Eating disorders).
La bulimia es una enfermedad que afecta fundamentalmente a adolescentes del sexo femenino, siendo más frecuente que la anorexia nerviosa. El
diagnóstico es muchas veces difícil por la ocultación de los síntomas y aunque la prevalencia de esta enfermedad no está bien establecida, se estima que
alrededor del 2-3% de la población femenina en la adolescencia y juventud
está afectada, siendo superior a la de la anorexia nerviosa. La relación entre
mujeres y varones es de 10:1, proporción por sexos similar a la de la anorexia
nerviosa. Es una enfermedad que se inicia en la adolescencia, aunque puede
pasar desapercibida y manifestarse claramente en los adultos jóvenes. Se
presenta de forma preferente en adolescentes de clases con alto poder adquisitivo, aunque se ha descrito en todas las clases sociales. La incidencia se
estima entre un 1 y 3% de los adolescentes. Diversos estudios han mostrado
una tendencia creciente durante los últimos años. En nuestro país, un estudio
realizado en Madrid mostró una incidencia del 1,25%, incidencia superior a
la de la anorexia nerviosa, que fue estimada en un 0,3% para la misma
población de jóvenes adolescentes. La tasa de mortalidad es de alrededor del
2,4%, mientras que en la AN oscila entre el 6 y el 10%.
Los TCA son un problema grave y de consecuencias y evolución incierta.
La hospitalización es relativamente frecuente y la mortalidad y la cronicidad
de la enfermedad no es despreciable. La incidencia de intentos de suicidio
entre estos pacientes es significativamente superior a la de la población general. Por otra parte, las dificultades en el tratamiento de este tipo de trastornos y la escasez de recursos, hace que la prevalencia de casos sea considerable.
Al contrario que la Anorexia nerviosa, cuyo cuadro clínico fue descrito
ya por Hipócrates, Soranos y Galeno, la Bulimia parece surgir en la sociedad
moderna, contando con entidad propia desde hace dos décadas. A pesar de
que podemos encontrar referencias históricas aisladas, no se empezaron a
136
Bulimia nerviosa. Epidemiología
publicar trabajos de forma sistemática hasta los años ochenta, siendo uno de los principales estudios de este periodo
el de Russell, que hizo en 1979 una descripción completa
del cuadro proponiendo el término de “bulimia nerviosa”
que es el actualmente aceptado. Se introdujo en los manuales diagnósticos (DSM-III) en 1980.
Figura 1. Las pacientes con bulimia se provocan el vómito después de un atracón de alimentos. Tomado de: www.adolescentesxlavida.com.ar/anorexia_22.jpg
Una de las preguntas más comúnmente formuladas y de difícil respuesta
se refiere al aparente incremento en la incidencia de estos procesos en las
últimas décadas. ¿Son los trastornos del comportamiento alimentario un problema nuevo o un problema viejo por el que se muestra ahora un especial
interés?. Los diferentes cambios de las definiciones, clasificaciones, métodos
diagnósticos, dinámica de los servicios sanitarios y de las poblaciones complican la comparación de las estimaciones en el tiempo y mantienen la incertidumbre de la evolución de estas enfermedades arrojando, además, importantes dudas sobre las causas o riesgos asociados a estos problemas de salud.
Actualmente, se aprecia una mayor sensibilización de los servicios médicos,
un aumento de la demanda asistencial en unidades específicas y una alarma
social que reduce a lo exclusivamente alimentario otros cuadros psicopatológicos.
Los estudios sobre Bulimia Nerviosa (BN) presentan prevalencias
heterogéneas dependiendo del criterio de inclusión y de la forma de medir la
alteración. Estimaciones de la prevalencia relativamente recientes a través de
cuestionarios la cifran entre el 1 y el 3% de la población general. En una
encuesta llevada acabo en 1998 en adolescentes italianas, se encontraron una
prevalencia del 2,3% de bulimia nerviosa y un 0,2% de hiperingesta compulsiva.
En Suiza, entre las adolescentes de 14 a 17 años se encontró una prevalencia
de BN de 0,5%.
Los primeros estudios epidemiológicos fueron los de Hawkins y Halmi
en los años 80, en un inicio los resultados de las investigaciones epidemiológicas
de este trastorno eran dispares según el país estudiado. Algunos estudios
americanos referían que un 11-19% de mujeres jóvenes y más de un 5% de
varones jóvenes presentaban historia de BN según criterios de DSM-III. En
Inglaterra únicamente el 1,9% se podía diagnosticar de bulimia siguiendo los
criterios de Russell, aunque los comportamientos bulímicos pudieran ser más
elevados (atracones el 20,9%; vómitos el 2,9%; y laxantes 4,9%). Los prin137
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
cipales estudios epidemiológicos sobre bulimia concluyen que la prevalencia
era más elevada en mujeres jóvenes. Si incluimos el trastorno por atracones,
los resultados son variables. Gotestam encontraba en la población general
noruega una prevalencia del 3,8% de TCA, de los que un 1,5% era trastorno
por atracones frente al 0,7% de BN, el 0,3% de AN y el 1,3% de TCA no
específico, siendo frecuente encontrar la existencia de nujeres que realizan
atracones sin cumplir los criterios de bulimia. Hart detectó un 41% de mujeres trabajadoras y un 69% de mujeres universitarias que realizan atracones,
frente al 1% de BN según criterios del DSM-III, en las trabajadoras y un 5%
en las universitarias, valorando como posibles causas el estrés académico y
el vivir fuera de casa. Otros estudios relacionan la existencia de atracones con
la realización de dietas y la existencia de ansiedad y antecedentes de trastorno
depresivo.
Sin embargo, autores como Fombonne, que revisó todos los trabajos
publicados hasta la fecha (1996), para valorar si había un aumento en la
prevalencia, no encontró un aumento significativo de la misma de este trastorno del comportamiento alimentario, si bien pudiera ser que el mayor aumento ocurriera en los últimos años debido a un incremento en el número de
los diagnósticos por un mayor conocimiento de esta patología por parte de los
profesionales y a una más elevada tendencia de los pacientes a admitir el
problema y consultar más, pudiendo dar la impresión de que el trastorno está
aumentando.
La prevalencia de la BN, usando criterios diagnósticos estrictos, ha sido
estimada en un 2% en mujeres adolescentes y prácticamente nula en varones
del mismo rango de edad. El síndrome completo es raro en varones, pero las
conductas de purga y vómitos aparecen con relativa frecuencia en grupos
específicos, como luchadores. Entre los fenómenos observados en los últimos
años, se ha visto un incremento progresivo de la prevalencia de la bulimia
(tasas según algunos autores de hasta el 8%), esta prevalencia es más difícil
de estimar para esta patología, entre otras causas por el diagnóstico más
tardío, se ha estimado como ya hemos referido entorno al 2-3% de las mujeres jóvenes en la mayoría de los países europeos, España entre ellos y
además porque ambas enfermedades pertenecen a un “continuum”, con presentación clínica de ambas formas en una misma paciente a lo largo de la
enfermedad. En un estudio reciente en Zaragoza, un 16,32% de las chicas de
secundaria se sitúo por encima del punto de corte en el EAT-40 y un 4,51%
cumplían criterios diagnósticos de anorexia o bulimia.
138
Bulimia nerviosa. Epidemiología
En la actualidad se observa una muy alta prevalencia de actitudes anoréxicobulímicas, es decir, de cuadros clínicos que no cumpliendo claramente todos
los criterios diagnósticos, si constituyen situaciones de riesgo evolutivo. Según estudios como el de Toro y cols., en España en torno a un 60% de
jóvenes menores de 18 años ha llevado a cabo una dieta adelgazante alguna
vez, y aproximadamente el 50% de dicha población se identifica idealmente
con un patrón estético notablemente más delgado y estilizado que el suyo,
expresando disconformidad con su imagen y rechazo parcial o total de su
cuerpo.
FACTORES DE RIESGO
Existen diversos factores de riesgo, entre ellos unos de tipo personal:
- Sexo: femenino,
- Edad: adolescencia y preadolescencia
- Práctica de determinados deportes: ballet, gimnasia
- Hábitos alimentarios incorrectos
- Baja autoestima, trastornos de la personalidad
- Acontecimientos vitales estresantes los dos últimos años.
Familiares:
- Conflictividad familiar, sobreprotección, rigidez, antecedentes familiares de obesidad
Sociales/socioculturales:
- Conflictividad en la integración escolar o en las relaciones interpersonales
- Mala información nutricional
- Sobrevaloración del aspecto físico
- Medios de comunicación actuales (publicidad abierta y subliminal),
internet.
Parece que los varones presentan más frecuentemente bulimia que anorexia nerviosa, aunque son todavía sobrepasados por las mujeres. La etapa de
mayor prevalencia suele ser la adolescencia y primeros años de la juventud;
suele comenzar generalmente en la adolescencia tardía. Se ha dicho que en
niños preescolares la sobrealimentación en niños con problemas de
autorregulación al comer predecirían comportamientos bulímicos, mientras
que la selección de alimentos y los problemas digestivos predecirían comportamientos anoréxicos. En la pubertad, las jóvenes que experimentan más sentimientos negativos sobre su cuerpo tienen más riesgo de desarrollar dificulta139
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
des alimentarias, igualmente influirían en esta fase del desarrollo la preocupación de las madres por las dietas y la figura, el incremento del estrés académico y los trastornos afectivos propios de esta edad. Respecto al nivel
socioeconómico se ha sugerido según algunos estudios, que la BN estaría más
relacionada con niveles socioeconómicos más bajos, al contrario que la AN.
Ciertamente, en la génesis tanto de la AN como la BN, la moda, la
televisión, determinados juguetes y las revistas influyen en la adquisición de
unos hábitos nutritivos que pueden llegar a ser suicidas. Pero responsabilizar
exclusivamente a modas y a los medios de comunicación de estas graves
enfermedades no sería del todo correcto y obviaría el papel que la familia
ejerce en la educación de los hijos. Labay Matías, considera que existen
varios factores que influyen en las familias españolas actuales y que modifican su funcionamiento. Algunos de ellos son el aumento de la renta familiar,
el trabajo simultáneo de la madre y el padre, las largas jornadas laborales y
las grandes distancias entre la vivienda y el trabajo o la escuela. La consecuencia fundamental es el escaso tiempo de convivencia entre padres e hijos,
que los primeros tratan de compensar con bienes materiales. Erróneamente se
puede pensar que las tareas de educación corresponde a la escuela y a sus
profesionales. Sin embargo, las pautas de comportamiento de los hijos deben
transmitirlas los padres. Cerca del 40% de los escolares españoles realizan el
desayuno, el almuerzo y la merienda en el propio centro escolar, de esta
forma la educación en la comida, en la adquisición de hábitos nutritivos
racionales, ya no corresponde plenamente a los padres. Durante las vacaciones escolares, sobre todo en verano, muchos niños y adolescentes son enviados a campamentos, colonias o residencias, no solo en España sino también
en otros países. Poco a poco todo ello lleva a que se vaya instaurando en la
sociedad una nueva forma de educación de los hijos: la delegación de funciones de los padres en personas o Instituciones. La educación, la alimentación
y los cuidados ya no dependen mayoritariamente de los progenitores, sino que
en el mejor de los casos se comparten. La consecuencia fundamental de todo
esto es la pérdida de autoridad de los padres; ya no son el punto de referencia
para los hijos desde edades tempranas, porque están ausentes en buena parte
de sus vidas. Al llegar la adolescencia, aparecen con toda su crudeza el distanciamiento y la lejanía entre unos y otros.
De esta nueva dinámica familiar surgen modificaciones culinarias importantes. El escaso tiempo disponible para cocinar, la influencia de los medios
audiovisuales, la progresiva uniformidad de la dieta europea, la utilización de
los alimentos precocinados o la paulatina sustitución de la cena por el de140
Bulimia nerviosa. Epidemiología
nominado “picoteo” tienen como consecuencia el abandono progresivo del
modelo dietético tradicional de España y de otros países mediterráneos. El
resultado de todo lo expuesto es que los niños pueden dejar de tener progresivamente unas pautas de comportamiento personales, sociales y alimentarias
saludables. Y esto ayudado por modas y medios de comunicación, constituye
un extraordinario medio de cultivo cuyo resultado es el aumento de patologías como la AN, la BN y la obesidad en la juventud española y en la de otros
países desarrollados, son hipótesis que intentan explicar el aumento de estos
trastornos.
Los distintos trastornos de la conducta alimentaria presentan diferentes
tasas de comorbilidad con uso y abuso de sustancias. La BN es la enfermedad
en la que se han descrito mayor número de trastornos por abuso de sustancias,
se han realizado diversos estudios sobre la relación entre estos trastornos,
aunque generalmente con muestras pequeñas. La prevalencia del consumo
entre bulímicas es variable de unos estudios a otros debido a las diferentes
metodologías al realizar la investigación: selección y tamaño de muestra,
criterios diagnósticos, cuestionarios que introducen sesgos, inclusión de pacientes con uso, abuso y dependencia de alcohol y la simultaneidad de ambos
trastornos (AN y BN). Con respecto a la prevalencia, varios trabajos han
encontrado que oscila entre un 25% y un 50% los individuos con bulimia que
bebían una o varias veces a la semana o que había evidencia de un problema
con las drogas. Los estudios con criterios más rigurosos encuentran que entre
el 14 y el 50% de los individuos con bulimia cumplen criterios de dependencia de alcohol. En este sentido Fernández Corres y cols., en un estudio retrospectivo realizado en Álava, encontró que el 100% de las pacientes bulímicas
consumían algún tipo de sustancias adictivas frente al 60% de las anoréxicas
purgativas y el 34,61% de las anoréxicas restrictivas. En el estudio de Lacey,
de una muestra de mujeres bulímicas con atracones de carbohidratos se obtuvo que el 96% de la muestra reconoció que era “adictivo”. Los episodios
bulímicos fueron provocados por estrés emocional y un 94% de las pacientes
explicaron que la comida fue usada por sus cualidades sedativas para amortiguar estados emocionales displacenteros, particularmente angustia y frustración. Además, alrededor de tres cuartas partes de la muestra reclamaban el
uso de la comida como un desplazamiento de la soledad y el aburrimiento.
Similares razones llevan al abuso de alcohol. Otra posible causa de la
comorbilidad puede ser que la personalidad predisponga a padecer ambos
trastornos. Sohlberg encontró que la impulsividad es el predictor más importante de mala evolución a largo plazo de los trastornos de la alimentación.
141
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
La multitud de escalas de personalidad utilizadas coinciden en definir a
las bulímicas como personas impulsivas, con elevada sensibilidad interpersonal,
baja autoestima y tendencia a tomar decisiones rápidas y a actuar de forma
impredecible, poco meditada y en definitiva poco controlada. La impulsividad,
ya sea considerada como una dimensión independiente o como incluida en los
conceptos de búsqueda de novedades o extroversión, constituye el hallazgo
diferenciador más consistente descrito en la bulimia nerviosa. La prevalencia
de trastornos de la personalidad en pacientes bulímicas oscila entre un 21%
y un 77%, observándose frecuentemente la existencia de dos o más trastornos
de personalidad asociados. Principalmente el trastorno límite de la personalidad y el histriónico, son los asociados de forma más específica con la BN.
La variabilidad existente podría deberse al hecho de que los criterios diagnósticos para la bulimia y el trastorno límite de la personalidad pueden superponerse parcialmente, o bien a la concurrencia de síntomas depresivos capaces
de conducir a un diagnóstico sobredimensionado del trastorno límite de la
personalidad. Autores como Zanarini y cols. han apoyado esta hipótesis,
aportando datos acerca del alto grado de comorbilidad entre bulimia nerviosa
y depresión. Sin embargo, otros estudios han demostrado que cuando la variable depresión se controla, los pacientes con trastornos alimentarios continúan mostrando una prevalencia altamente significativa de trastornos de la
personalidad.
Uno de los elementos más determinantes es la detección precoz y abordaje terapéutico inmediato en todos los TCA. Puede afirmarse que, cuanto
más tiempo lleve un TCA evolucionando, más difícil va a ser su tratamiento
y mayores probabilidades tendrá de cronificarse. Igualmente, el éxito o fracaso de una primera intervención terapéutica es de notable importancia en
este sentido.
Concluiremos, resaltando como los trastornos del comportamiento
alimentario en general son uno de los principales problemas que afectan a las
adolescentes, como demuestra el aumento de la incidencia y prevalencia de
estos trastornos durante los últimos 30-50 años. Estos trastornos están generados por múltiples factores genéticos, biológicos, psicológicos, familiares,
sociales y culturales. En nuestro mundo occidental el anhelo por adelgazar se
ha convertido en un valor central de nuestra cultura, siendo ésta acusada
intención de perder peso un importante factor de riesgo para el desarrollo de
TCA, por ello en parte los TCA se podrían considerar trastornos asociados a
la cultura.
142
Bulimia nerviosa. Epidemiología
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144
TEMA 11
ETIOPATOGENIA DE LA BULIMIA NERVIOSA
Mª Dolores Galicia García y Josefa Mª Aldana Espinal
En las últimas décadas, la hipótesis multifactorial ha reemplazado a la de
un único factor. Se considera una enfermedad biopsicosocial donde juegan un
papel las características biológicas personales, factores psicológicos y factores medioambientales, tanto familiares como del entorno social externo a la
familia. Se llegaría así a un empeño extremo en perder peso, que conlleva
malnutrición y cambios mentales y fisiológicos que perpetúan la enfermedad.
Tres tipos de factores influirían en la aparición y mantenimiento de la
enfermedad: predisponentes, precipitantes y perpetuantes. La interacción de
los factores predisponentes varía, los elementos de riesgo podrían ser muy
distintos de los que inician o precipitan la patología, y éstos, por su parte,
podrían diferir de los que la perpetúan. (Figura 1)
FACTORES PREDISPONENTES
1. Factores individuales:
Factores genéticos:
Estudios en gemelos homocigotos muestran una concordancia para la
bulimia nerviosa del 22,9%, y del 8,7% en dicigotos. Sin embargo, estas
cifras no son muy diferentes a las encontradas en hermanos no gemelos, por
lo que es difícil separar la vulnerabilidad genética de la familiar.
Factores biológicos:
Sexo femenino, edad, antecedentes de obesidad, menarquia con IMC >30
ó <10. También participa el sistema hormonal y los neurotransmisores, exis-
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
tiendo alteración en la sensación de hambre y saciedad provocadas por la
actuación interactiva de todos los sistemas.
Factores psicológicos:
Sensación de desesperanza, temor a perder el control, una autoestima que
depende mucho de la opinión de los demás y el estilo de pensamiento del
todo o nada. Los antecedentes de abuso también serían importantes al provocar desesperanza e insatisfacción. Algunos autores encuentran un temperamento impulsivo en los pacientes con bulimia, así como una mayor frecuencia de desórdenes de la personalidad como personalidad histriónica y trastorno límite. Este vínculo entre el trastorno límite de la personalidad y la bulimia
aumentaría el riesgo por los problemas relacionados con la separación e individuación y la vinculación de la autoestima con los fenómenos externos.
2. Factores familiares:
Se ha encontrado relación con antecedentes de alteraciones del comportamiento alimentario en familiares de estos pacientes, tales como la pica,
avidez por la comida, excesiva ingesta u obesidad; aunque su mecanismo es
incierto. También pueden predisponer los trastornos afectivos de los padres,
como la depresión, o la dependencia alcohólica de alguno de ellos, así como
ciertos patrones familiares: excesiva dependencia materno-filial, madre dominante, rígida e impulsiva con patrones de intolerancia y sobreprotección unidos a pasividad paterna.
Algunos autores observaron mayor frecuencia de patología alimentaria,
mayor preocupación por la dieta de sus hijos y mayor insatisfacción familiar
en las madres de adolescentes con bulimia que en las de aquellos sin este
problema.
También parecen contribuir los patrones familiares particulares que desalientan la independencia, así como la existencia de una relación distante y
conflictiva entre los padres.
3. Factores culturales:
Existe un prejuicio muy importante contra la obesidad, al tiempo que se
idealiza la esbeltez. Modas con patrones femeninos desposeídos de parte de
los caracteres biológicos normales, modificación de los patrones femeninos y
deseo de aceptación social podrían influir en la etiopatogenia de esta enfermedad, pero no hay que olvidar que cuadros similares a la bulimia ya estaban
descritos en el Talmud, 500 a de J.C.
146
Etiopatogenia de la bulimia nerviosa
FACTORES PRECIPITANTES
- Insatisfacción con el peso y la figura corporal.
- Persistencia de actitudes y comportamientos alimentarios restrictivos,
inadecuados y carenciales, pero que mejoran la autoestima, que desembocan en malnutrición.
- Planes dietéticos incorrectamente pautados llevados a cabo previamente.
FACTORES PERPETUANTES
El hambre produce cambios fisiológicos y de la conducta: alteración de
la situación anímica, de los contenidos mentales, de la actividad física y
sexual y del comportamiento alimentario. A esto podría contribuir el déficit
de zinc.
La malnutrición, por sus efectos sobre la psique, y el organismo en general, sería un factor básico en la perpetuación de la enfermedad. En la bulimia, los episodios reiterados de desorden alimentario y uso de laxantes
podrían afectar a los niveles de serotonina, e igualmente explicaría los bajos
valores de 5-hidroxiindol en líquido cefalorraquídeo, el ascenso de la 5-HT
plaquetaria y la menor respuesta de la prolactina a los serotoninérgicos. La 5HT provocaría saciedad, sobre todo respecto a la regulación de la ingesta de
hidratos de carbono, el déficit central de 5-HT perpetuaría el ciclo de apetito
voraz-empleo de laxantes tan propio de esta enfermedad.
147
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Figura 1. Etiopatogenia multifactorial de la bulimia nerviosa.
Biológicos / genéticos
Mujer y adolescencia
Antecedentes de obesidad
Personales/ psicológicos
Familiares
Culturales
Personalidad de todo o nada Antecedentes de TCA
Patrones femeninos
Personalidad histriónica
Preocupación por la Deseabilidad social
dieta en la madre
al Transtorno límite
Depresión y alcoholismo
IMC >30 o < 10
comenzar la menarquia
Hermano afectado con Temperamento impulsivo
bulimia
Precipitantes
Insatisfacción con el peso y la figura
Comportamientos restrictivos y carenciales para mejorar
la autoestima
Planes dietéticos incorrectos
Perpetuantes
Efectos de la malnutrición sobre el psiquismo
Efectos de la malnutrición sobre el organismo: alteración en la regulación de
neurotransmisores y déficit de micronutrientes
Modificado de P. Soria Valle. Medicine 1999.
De los múltiples factores que contribuyen a la etiopatogenia de la bulimia, en el momento actual se cree que los más determinantes son los
socioculturales. No solamente la sobrevaloración que del aspecto físico hace
nuestra sociedad, con pérdida paralela de relevancia de otros valores, sino
también la modificación de hábitos alimentarios, la pérdida de entidad de la
familia como elemento contenedor y favorecedor de comunicación, la acción
nociva de los medios de comunicación y, más recientemente, la excesiva y
casi siempre mal hecha divulgación de esta problemática. A ello hay que
añadir otro fenómeno social de “contagio”, basado en la rivalidad en cuanto
al aspecto y la capacidad para adelgazar, así como la disposición de gran
información acerca de dietas o formas de purga, lo que explicaría el elevado
número de casos que comienzan su trastorno vomitando, al comprobar que
resulta más fácil y menos penoso que soportar el sacrificio del hambre producido por la restricción, entrando en un patrón adictivo en relación a dicho
comportamiento, desconociendo sus efectos nocivos.
148
Etiopatogenia de la bulimia nerviosa
Sólo podremos entender la etiopatogenia de esta enfermedad como una
interacción permanente de factores biológicos, genéticos, psicológicos u culturales. De todos ellos, la investigación deberá profundizar en los factores
que, a igualdad de carga cultural, genética o biológica, llevan a algunas personas a la bulimia nerviosa y a otras no.
149
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Bibliografía
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150
TEMA 12
CLÍNICA DE LA BULIMIA NERVIOSA
Teresa Muros de Fuentes, Martin López de la Torre Casares, Gonzalo
Piédrola Maroto, Rocío Romero Saldaña y Enrique Palacios Abizanda
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La Bulimia Nerviosa es descrita por Rusell en 1979 como un cuadro
caracterizado por episodios de ingesta voraz y conductas de purga que considera vinculado a la anorexia nerviosa. Se trata de un síndrome caracterizado
por la ingesta imperiosa de grandes cantidades de alimentos con sensación de
descontrol, asociado a un deseo de adelgazamiento y a un hábito depresivo
Un 25-35% de estas pacientes han presentado previamente anorexia nerviosa y pueden pasar de uno a otro diagnóstico a lo largo de su evolución.
Al mismo tiempo se detectan numerosos pacientes que sin antecedentes
de anorexia nerviosa presentan episódicamente atracones que no pueden controlar, luchan contra el miedo a ganar peso y vomitan o se purgan regularmente.
Las pacientes bulímicas, presentan un modelo de alimentación anormal,
con episodios recurrentes de ingesta voraz: atracones, en los que se ingiere
una cantidad excesiva de alimentos en un corto espacio de tiempo, con pérdida de control sobre el acto de comer. Habitualmente, los atracones ocasionan conductas compensatorias para evitar la ganancia de peso.
Según el tipo de esta conducta compensatoria, el DSM-IV, diferencia
entre:
- Bulimia de tipo purgativo: cuando se emplean vómitos, laxantes y
diuréticos.
- Bulimia de tipo no purgativo: cuando se utiliza la restricción dietética
ó la hiperactividad para evitar la ganancia de peso.
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Los atracones suelen efectuarlos en secreto y seleccionando los alimentos, con preferencia por los de alto contenido calórico como carbohidratos y
grasas, que son los que normalmente restringen. Tras el episodio, la paciente
bulímica se siente malhumorada, con tristeza y sentimientos de autocompasión,
angustia y remordimiento, acompañados de un fuerte temor a la ganancia de
peso, por lo que efectúa maniobras para eliminar las calorías ingeridas.
La conducta más frecuente es el vómito, seguida del uso de laxantes,
diuréticos o la realización de ejercicio físico. Suelen asociar los vómitos con
los laxantes y/o el ejercicio físico.
La alteración se perpetúa con cronificación de los ciclos atraconesvómitos autoinducidos, y en su evolución, se caracteriza por múltiples periodos de recaídas y remisiones.
Entre los episodios bulímicos la alimentación puede ser normal, puede
estar fuertemente restringida o en un constante ciclo de atracones y vómitos.
Este trastorno tiene mayor incidencia en mujeres occidentales, se observa
en un 2-5% de las adolescentes y mujeres jóvenes, con una edad de comienzo
por lo general mayor que la de la anorexia nerviosa. En ocasiones, consultan
en la edad adulta y muchas de ellas no acuden nunca al médico. Tiende a ser
más frecuente en universitarias y en personas de nivel socio-económico medioalto. Se ha descrito una mayor incidencia de bulimia nerviosa en pacientes
diagnosticadas de diabetes mellitus y síndrome de ovario poliquístico.
Los pacientes anoréxicos y bulímicos comparten una serie de rasgos
comunes como la preocupación persistente por el peso y la alteración en la
percepción de la imagen corporal. Sin embargo, el peso en la paciente con
Bulimia Nerviosa suele ser normal, o incluso presentar cierto grado de sobrepeso,
existiendo en muchos casos el antecedente de obesidad en la infancia así
como antecedentes familiares de obesidad. A pesar del peso, muchas veces
normal, suelen presentar amenorrea ó alteraciones menstruales, de origen
incierto.
Figura 1. Bulimia nerviosa. Tomada de:
www.milenio.com/Mediacenter/dry/2002/03/
Bulimia3_190.jpg
152
Clínica de la bulimia nerviosa
MANIFESTACIONES PSIQUIÁTRICAS
Alteraciones conductuales
El paciente bulímico presenta en general una conducta desordenada, al
principio con la alimentación, más adelante también en otros aspectos de su
vida. El patrón de conducta relativo a la alimentación es imprevisible, al
contrario que la anoréxica cuyo patrón de conducta alimentaria es ordenado
y previsible.
En el perfil de personalidad, son característicos la búsqueda de sensaciones, la impulsividad y la introversión. Estas pacientes manifiestan alta prevalencia de abuso de alcohol. En una serie de 114 pacientes con BN, la prevalencia de alcoholismo fue del 47%.
Se ha descrito un subgrupo que constiuye una entidad propia, por su
complejidad a la hora del tratamiento y su peor pronóstico. Se trata del denominado Bulimia multiimpulsiva, con conductas de abuso de alcohol, otras
drogas, autoagresiones, intentos de suicidio, cleptomanía y promiscuidad sexual,
acercándose en algunos casos al transtorno límite de la personalidad.
Entre los familiares se han observado unos índices mayores de alcoholismo y consumo de drogas.
Alteraciones cognitivas
La paciente bulímica al igual que la anoréxica presenta pensamientos
erróneos en relación a la comida, peso y figura. El rechazo a la posibilidad
de ser obesas es una actitud común en ambas patologías.
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en la anorexia, suele estar
preservada la conciencia de enfermedad, siendo consciente el paciente de lo
anómalo de su conducta, aunque lo oculte por vergüenza o sentimientos de
culpa, negándose en ocasiones a ser tratado.
Se puede decir que en la anorexia son consecuentes las conductas con las
cogniciones, «no quiero engordar, no como», mientras que en la bulímica no
ocurre así, favoreciendo la aparición de sentimientos de fracaso y de impotencia que marcarán el carácter y la personalidad de estas enfermas.
Trastornos afectivos
Los trastornos de la afectividad son muy frecuentes en la bulimia nerviosa, encontrándose entre el 52%-83% de las pacientes. El índice de depresión
mayor está entre el 38% y 63%. Además, en una alta proporción existe
153
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
historia familiar de depresión, con altos índices de depresión en familiares de
1º grado de pacientes bulímicos.
Está abierta la discusión sobre si ésta depresión es primaria, o si se trata
de una depresión secundaria al trastorno de la alimentación. Lo más habitual
es que el síndrome depresivo sea posterior al cuadro de bulimia. Una vez
instaurada, la depresión tiene una evolución paralela a la del trastorno de la
conducta alimentaria y responde al tratamiento psicológico utilizado para éste
último.
De igual manera, los episodios bulímicos mejoran al usar fármacos
antidepresivos, en concreto, los inhibidores de la recaptación de serotonina,
habiéndose formulado una posible implicación de las alteraciones del metabolismo de la serotonina en la etiología de la bulimia nerviosa.
Trastornos por ansiedad
Del mismo modo que los trastornos de la afectividad, se han descrito
altos índices de trastornos por ansiedad en las pacientes bulímicas ( 30-40%).
El más frecuente es la fobia social, seguido por el trastorno de ansiedad
generalizado y las crisis de pánico.
Los episodios agudos de ingesta y vómitos están siempre acompañados
de un estado emocional de tipo ansioso.
Antes de la crisis de pérdida de autocontrol y en el preludio del atracón
la paciente bulímica puede notar un sentimiento de excitación, tensión, angustia y un deseo irrefrenable por comer; estas pacientes reconocen a la
ansiedad como la emoción que acompaña a la conducta de descontrol. También se han descrito trastornos bipolares entre las pacientes bulímicas.
COMPLICACIONES MÉDICAS
Las complicaciones órganicas, están en relación con los vómitos, siendo
las más frecuentes: las alteraciones digestivas y los transtornos electrolíticos.
Hay una sintomatología general que se puede presentar en la mayoría de
las pacientes bulímicas, esta sintomatología es inespecífica y «a priori» no
permite la identificación del trastorno por estos síntomas.
La apatía, fatiga, irritabilidad y el cambio del ritmo del sueño, se pueden
añadir a la pérdida del rendimiento laboral o escolar y al abandono del cuidado de la persona. Si exploráramos a las pacientes en estos primeros estadíos
de la enfermedad ya podríamos apreciar la existencia de una ligera distensión
154
Clínica de la bulimia nerviosa
abdominal con estreñimiento, hipertrofia de las glándulas parotídeas, pérdida
del esmalte dental, edemas en extremidades y abrasiones en el dorso de las
manos si es que las pacientes se provocan el vómito.
Alteraciones digestivas
Las complicaciones digestivas de la bulimia nerviosa son menores que
las que cabría esperar de unas conductas alimentarias tan alteradas, ya hemos
visto que las glándulas parotídeas y salivares pueden estar hipertrofiadas
sin que esté determinada la causa.
La esofagitis e incluso la perforación esofágica se han descrito en pacientes vomitadores. Estreñimiento, pancreatitis e hiperamilasemia. Dilatación
gástrica aguda y más rara vez, rotura gástrica.
Alteraciones hidroelectrolíticas
Deshidratación y alcalosis metabólica hipoclorémica, presentando niveles altos de bicarbonato en plasma.
Hipopotasemia, producida por un aumento de las pérdidas digestivas o
por la utilización de diuréticos. Además, la contracción del volumen intravascular
da lugar a un cuadro de hiperaldosteronismo que agrava la hipopotasemia.
Las proteinas totales suelen ser normales, aunque también puede hallarse
hipoproteinemia y los aminoácidos esenciales no suelen estar deficientes (a
diferencia de otras formas de malnutrición) debido a la relativamente alta
ingesta proteica de éstas pacientes. De forma ocasional se objetivan carencias
en hierro, vitamina b12 o ácido fólico. Es frecuente que exista hipercolesterolemia leve, con elevación de las LDL, no conociéndose la etiología exacta
de esta alteración.
Alteraciones pulmonares y mediastínicos
Los vómitos repetidos pueden condicionar la aparición de graves alteraciones mediastínicas, unas se presentarán de forma crónica: hernias o úlceras
esofágicas por la frecuencia de los vómitos y el paso del contenido ácido del
estómago hacia la boca.
En ocasiones, se puede presentar de forma aguda, a causa de los esfuerzos para vomitar, un neumomediastino e incluso una rotura esofágica, ambos
cuadros son de extrema gravedad.
Alteraciones cardiovasculares
Las complicaciones cardiovasculares más importantes en la bulimia ner155
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
viosa son las derivadas de la hipopotasemia que puede provocar importantes
alteraciones del E.C.G y en casos extremos, parada cardíaca.
También pueden aparecer bradicardia e hipotensión y más rara vez,
arritmias y miocardiopatía.
El prolapso de la válvula mitral también es más frecuente que en la
población general.
Aunque ocurre con mayor frecuencia en la anorexia nerviosa, también la
bulimia puede cursar con anemia, leucopenia (neutropenia con linfocitosis
relativa) y trombopenia, atribuidas a hipoplasia de la médula ósea, que se
rellena con un mucopolisacárido gelatinoso.
Alteraciones endocrinológicas
Al igual que en la anorexia, la bulimia se caracteriza por notables alteraciones endocrinas. Las pacientes bulímicas pueden tener ciclos menstruales
normales pero en un 50% de los casos presentan irregularidades menstruales
o amenorrea.
La fertilidad está alterada pero la concepción puede ocurrir. Se han descrito distintas complicaciones obstétricas incluyendo ganancia insuficiente de
peso durante el embarazo, bajo peso al nacer y aumento del riesgo de aborto.
Se han detectado tasas bajas de estradiol, progesterona, LH y FSH,
con pérdida del patrón pulsátil normal de LH de la mujer adulta. Se ha
logrado inducir la ovulación en estas mujeres con infusión de LHRH exógena,
lo que indica que la causa básica es un trastorno hipotalámico. La secreción
episódica de LH se puede restablecer al normalizar el peso, aunque en un
tercio de los casos no se recupera. Los niveles de Prolactina son normales.
A menudo tienen niveles elevados de cortisol y en el 50% de los pacientes hay una pérdida del ritmo circadiano e incluso falta de supresión tras
1 mg de Dexametasona. Se mantienen intactas las supresiones con dosis
altas de Dexametasona y la respuesta a la hipoglucemia insulínica. La respuesta al CRF está disminuida, lo que se ha atribuido a los niveles elevados
de cortisol plasmático.
Los niveles plasmáticos de T4 y de TSH son normales; la T3 suele estar
disminuida, y está aumentada la T3-reverse. Frecuentemente hay una respuesta retardada de TSH al estímulo con TRH.
Con respecto a la hormona de crecimiento (GH ), los niveles son normales o altos y puede existir una respuesta anómala de GH tras el estímulo con
TRH.
156
Clínica de la bulimia nerviosa
Las alteraciones de la secreción de gonadotropinas, TSH, GH y cortisol
sugieren la existencia de un defecto hipotalámico. Todas estas alteraciones
se resuelven con la normalización del peso. Sin embargo, en algunas pacientes persisten la amenorrea y la falta de respuesta al clomifeno tras la normalización del peso, lo que sugiere que debe existir algún otro factor etiopatogénico
desconocido.
Alteraciones hormonales en la bulimia nerviosa
FSH, LH, Estradiol y Progesterona
Patrón Pulsátil de LH
Cortisol Basal
Ritmo circadiano de Cortisol
Frenación con 1 mg DXT
T3
Respuesta TSH a TRH
GH basal
Disminuidos
Ausente
Elevado
Ausente
Ausente
Disminuida
Retrasada
Elevada
Alteraciones dentales
Ya hemos anotado anteriormente que el paso del contenido del estómago,
rico en ácido clorhídrico, por la boca durante el vómito, actúa sobre el esmalte dental deteriorándolo; este signo igual que el de Rusell: erosiones en el
dorso de las manos, son bastante específicos de una conducta vomitadora
repetitiva y por tanto de gran valor en la detección de posibles bulímicas.
Otras complicaciones que pueden presentar son:
Alteraciones neurológicas (cambios inespecíficos, atrofia cortical). Alteraciones osteomusculares (osteopenia, miopatía).
CRITERIOS DE GRAVEDAD Y DE INGRESO HOSPITALARIO
Está indicado el ingreso hospitalario cuando exista:
1. Pérdida rápida de peso superior al 30% durante un periodo de 3 meses
o Indice de Masa Corporal inferior a 17.
2. Transtorno metabólico grave:
157
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
• Hipopotasemia (< 2,5 mEq/L) a pesar de suplementos de potasio.
• BUN > 30 mg /dl, con una función renal normal.
• Bradicardia < 40 pulsaciones/minuto.
• Temperatura< 36 grados C.
• Presión arterial sistólica < 70 mm Hg.
3. Depresión grave o riesgo de suicidio.
4. Hiperfagia severa y purgas (con riesgo de aspiración).
5. Psicosis.
6. Fracaso del tratamiento ambulatorio ó abuso de laxantes y de diuréticos.
7. Complicaciones médicas graves.
8. Drogadicción.
9. Deterioro de la relación familiar. Mala colaboración de la familia.
158
Clínica de la bulimia nerviosa
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159
TEMA 13
DIAGNÓSTICO DE LA BULIMIA NERVIOSA
Ana Benito Duarte, Mª Teresa Puertas Ramírez, Francisco Rincón
Cervera, Isabel Beltrán Velasco, Ana Ortiz Viana y Ester Idini
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS PARA LA BULIMIA NERVIOSA. DSM-IV (A.P.A.,1993)
1. Presencia de atracones recurrentes. Un atracón se caracteriza por:
- Ingesta de alimentos en un corto espacio de tiempo (por ejemplo, en un
periodo de dos horas) en cantidad superior a la que la mayoría de las
personas ingerirían en un periodo de tiempo similar y en las mismas
circunstancias.
- Sensación de pérdida de control sobre la ingesta de alimento (por ejemplo, sensación de no poder parar de comer o no poder controlar el tipo
o la cantidad de comida que se está ingiriendo).
2. Conductas compensatorias inapropiadas, de manera repetida, con el fin
de no ganar peso; como son provocación del vómito, uso excesivo de
laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos, ayuno y ejercicio excesivo.
3. Los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas tienen lugar, como promedio, al menos dos veces a la semana durante un periodo de tres meses.
4. La autoevaluación está exageradamente influida por el peso y la silueta
corporales.
5. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de la anorexia nerviosa.
Especificar tipo:
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
- Purgativo: durante el episodio de bulimia nerviosa, el individuo se
provoca regularmente el vómito o usa laxantes o enemas en exceso.
- No purgativo: durante el episodio de bulimia nerviosa, el individuo
emplea otras conductas compensatorias inapropiadas, como el ayuno o
el ejercicio intenso, pero no recurre regularmente a provocarse el vómito ni usa laxantes, diuréticos o enemas en exceso.
CRITERIOS DIAGNÓSICOS PARA BULIMIA NERVIOSA
EN LA CIE-10
1. Episodios frecuentes de hiperfagia (al menos dos veces a la semana
durante un periodo de tres meses), en los que el paciente consume
grandes cantidades de alimentos en periodos cortos de tiempo.
2. Preocupación persistente por la comida junto a un deseo intenso o un
sentimiento de compulsión al comer.
3. El enfermo intenta contrarrestar la repercusión de los atracones en el
peso mediante uno o más de los síntomas siguientes:
- vómitos autoprovocados
- abuso de laxantes
- periodos de ayuno
- consumo de fármacos tales como supresores del apetito, extractos tiroideos o diuréticos. Si la bulimia se presenta en un enfermo diabético, éste puede abandonar su
tratamiento con insulina.
4. Autopercepción de estar demasiado obeso
junto a ideas intrusivas de obesidad (a menudo conduciendo a un déficit de peso)
Figura 1. Imagen de bulimia nerviosa. Tomada de: http://
www.paidopsiquiatria.com/anorexia/bulimia.gif
BULIMIA NERVIOSA ATÍPICA
Este término debe ser utilizado para los casos en los que faltan una o más
de las características principales de la bulimia nerviosa, pero que por lo demás presentan un cuadro clínico bastante típico. Los enfermos tienen con
frecuencia un peso normal o incluso superior a lo normal, pero presentan
162
Diagnóstico de la bulimia nerviosa
episodios repetidos de ingesta excesiva seguidos de vómitos o purgas. No son
raros síndromes parciales acompañados de síntomas depresivos (si estos síntomas satisfacen las pautas de un trastorno depresivo debe hacerse un doble
diagnóstico).
Incluye bulimia con peso normal.
Una vez establecido el diagnóstico de trastorno de conducta alimentaria,
deben realizarse las siguientes pruebas complementarias:
- Hemograma
- Bioquímica completa incluyendo pruebas renales, hepáticas y electrolitos
- Pruebas de función tiroidea
- Electrocardiograma
- Radiografía de tórax.
163
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Bibliografía
Hales, Robert E, Yudofsky, Stuart C, Talbott, John A. DSM-IV. Tratado de
Psiquiatría. 3ª Edición. Masson, 2000.
DSM-IV. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Masson,
1995.
Kaplan, Harold I, Sadock, Benjamin J. Sinopsis de Psiquiatría. Panamericana,
8ª Edición. 1999.
Vallejo Ruiloba, J. Introducción a la psicopatología y la psiquiatría. Masson,
5ª Edición. 2002.
164
TEMA 14
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA
BULIMIA NERVIOSA
Enrique Palacios Abizanda, Martín López de la Torre Casares, Teresa
Muros de Fuentes, Gonzalo Piédrola Maroto y Rocío Romero Saldaña
Generalmente la inducción del vómito o abuso de laxantes y diuréticos
es ocultado por el paciente con bulimia nerviosa (BN). Este hecho plantea en
primer lugar, el problema de descubrir su presencia, y una vez descubierta
saber si el vómito o las alteraciones consecuencia de laxantes y diuréticos
corresponden a una BN o son de otro origen. Su sospecha parte de encontrar
otros signos de BN o de encontrar laxantes o diuréticos entre los enseres del
paciente.
No suele plantearse el diagnóstico diferencial con la diarrea porque no la
refiere el paciente, y es incluso frecuente que se queje por el contrario de
estreñimiento en el afán de que se le prescriban laxantes.
Para descartar problemas asociados a AN o BN debería ser suficiente una
buena historia clínica, exploración clínica y el apoyo en un estudio de laboratorio elemental, que podrá completarse según la orientación diagnóstica. En
el caso de la BN es especialmente importante fijarnos en las lesiones erosivas
de la boca y los callos producidos en la parte dorsal de las manos al inducir
el vómito (Signo de Russell) y en el agrandamiento de parótidas.
El estudio de laboratorio al menos debe incluir una analítica sanguínea
con hemograma y VSG, electrolitos (K+,, Na+, Ca++, P), proteínas totales,
creatinina, urea, glucemia, enzimas hepáticos, hormonas tiroideas; en orina
un test de embarazo (si hay amenorrea), una analítica de orina con densidad
de orina, y Rx torax. A este estudio común para la AN y para la BN, añadiremos para la BN una gasometría y determinación de Cl - en orina, que ayuda
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
en el descubrimiento y seguimiento de los vómitos inducidos o el abuso de
laxantes o diuréticos, como a continuación veremos. Si la historia orienta a
cualquier otra patología, se podrían añadir las pruebas necesarias con un buen
criterio clínico.
Alteraciones hidroelectrolíticas
La propia sospecha de la existencia del vómito, abuso de laxantes o
diuréticos inicia el camino para descubrirlo con la analítica pertinente. Cuando no hay certeza se debe hacer un estudio hidroelectrolítico, y las alteraciones del equilibrio hidroelectrolítico que aparecen pueden darnos la clave,
obligando a un diagnóstico diferencial que nos compete realizar. Una gasometría
y determinación de iones es prioritaria.
1. El vómito
Una hipokalemia (K + <3,5 mEq/L) asociada a una alcalosis metabólica
es muy orientativa de vómitos repetidos. La alcalosis metabólica consiste en
un aumento de pH en sangre (>7,43) con un aumento de CO 3 H- (>26 mEq/
Ll). Existe un aumento de pCO2 compensador (0,7 mm Hg por cada 1 mEq/
L de CO3 H- ).
En este cuadro el Cl- en orina se convierte en un aliado más útil que el
Na + en orina para determinar la hipovolemia que ocurre por falta de líquidos
(ya que el Na + ha de eliminarse en la orina con el CO 3H- sobrante, y es mayor
de lo esperado para el grado de hipovolemia). Efectivamente los niveles especialmente bajos de Cl- en orina (<15 mEq/L, generalmente <25 mEq/L)
apoyan el diagnóstico de alcalosis metabólica por vómitos, ya que a la pérdida de ácido se añade la de Cl- como ClH en el vómito.
Como consecuencia de la hipovolemia por pérdida de líquidos se presentan elevados índices de Actividad de Renina y Aldosterona en plasma, si bien
no hace falta medirlos habitualmente.
Son muy raras otras situaciones que cursen con la presencia de hipokalemia,
alcalosis metabólica y Cl- en orina bajos (adenoma velloso intestinal, fibrosis
quística, y en raras ocasiones la diarrea crónica), que pueden requerir estudios
más complicados (colonoscopia, por ejemplo). La ingesta de álcali exógeno
(por ejemplo bicarbonato) es excepcional que produzca una alcalosis metabólica,
a menos que exista una alteración renal que impida una eliminación adecuada
de dicho álcali.
Los vómitos crónicos de la BN que condicionan alcalosis metabólica se
diferencia fácilmente de las alcalosis metabólicas por hipermineralcorticismo
166
Diagnóstico diferencial de la bulimia nerviosa
secundario, (hiperaldosteronismo, S. de Cushing, abuso de diuréticos) porque
en este último caso el Cl- en orina es superior a 15 mEq/L, y frecuentemente
superior a 40 mEq/L.
La existencia del vómito autoinducido puede corroborarse por la exploración previa (signos en manos o dientes).
2. Diuréticos
Puede también aparecer una alcalosis metabólica en el caso de abuso de
diuréticos, si bien el Cl - en orina puede ser normal o elevado (>15 mEq/L),
siempre que el paciente se encuentra bajo el efecto del diurético. En este caso
puede plantear problemas diagnósticos con los cuadros similares al
hipermineralcorticismo, pero éstos suelen cursar con hipertensión arterial,
salvo casos excepcionales que cursan con normotensión (S. De Bartter, alcalosis
de realimentación). Cuando se deja de usar el diurético puede haber un periodo transitorio en que disminuya el Cl – en orina.
3. Laxantes
El abuso de laxantes conduce igualmente a pérdida de líquido e iones
+
(K , CO3 H-). Por tanto puede aparecer hipovolemia (y secundariamente
hiperaldosteronismo hiperreninémico), hipokalemia (K + <3 mEq/L),y acidosis
metabólica por pérdida de CO3 H- (pH<7,3; CO3 H-<22 mEq/L). Existe una
disminución de pCO2 compensadora (1,2 mmHg por cada 1 mEq/L de descenso del CO3 H-), por el contrario hay casos de abuso de laxantes en que
puede aparecer una alcalosis metabólica (por la hipokalemia). En este caso la
hipokalemia no se asocia a hiperkaliuria, ya que la baja disponibilidad de Na +
intercambiable a nivel del túbulo renal impide el adecuado intercambio impulsado por la aldosterona. Si el laxante es magnesio puede haber
hipermagnesemia. Ante cualquier sospecha se impone un análisis de las heces, que si son líquidas merecen mayor estudio. Puede determinarse en ellas
la osmolaridad, K+, Na+, Mg++, y el GAP osmótico.
GAP osmótico = Osmolaridad – 2 (K+ + Na+).
Si el GAP osmótico es mayor de 100 mOsm/Kg indicaría la presencia de
solutos no medidos, que pueden ser laxantes (Mg, sorbitol, lactulosa, aceites).
Algunos laxantes pueden ser medidos en orina y otros en heces (la fenolftaleína
vuelve las heces rojizas cuando se añade NaOH y el bisacodil las vuelve azulpúrpura). Algunos laxantes producen alteraciones colónicas que pueden ser
descubiertas por colonoscopia (Melanosis Coli por antraquinonas), y rara vez
167
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
por radiología baritada (colon catártico, en el que hay una dilatación del
intestino grueso con pérdida de haustras).
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LOS VÓMITOS
AUTOINDUCIDOS
Descubierta la presencia de vómitos o cuando éstos son confesados, aunque
negando su autoinducción, nos planteamos si dichos vómitos corresponderán
a otra patología.
No es excepcional que tras una inducción repetida del vómito se adquiera
una mayor facilidad para repetirlo posteriormente, lo que plantea diferenciarlo de la rumiación, que es una conducta adquirida (generalmente en niños con
deficiencia intelectual) en que la comida recién ingerida, precedida o no de
eructos, vuelve a la boca sin náuseas ni vómito, y sin un sabor desagradable
o amargo, sin esfuerzo alguno, como volviendo del esófago directamente. Si
la comida no es expulsada, y se vuelve a tragar, no estamos en realidad frente
a una BN, sino frente a un hábito.
Otra patología a descartar inicialmente es el reflujo gastroesofágico, que
se presenta con pirosis, regurgitación (ésta vez de alimento con sabor amargo)
y disfagia. Tampoco debería entrar en la catalogación de vómito.
Cuando se trata de un vómito crónico verdadero la lista de causas a
descartar es mayor. Las agruparemos en:
- Causas tóxicas o medicamentosas: Son las primeras a descartar. Se
impone repasar toda la medicación que tome el paciente (sobre todo los
que se hayan introducido más recientemente) para cambiar aquellos
medicamentos o tóxicos que puedan producir vómito. No se puede
olvidar que algunos venenos también pueden ser la causa, y que una
ingesta subrepticia de alcohol también. Muchos estigmas del alcoholismo (desnutrición, hipertrofia parotídea) pueden confundir con los de
AN y BN.
- Emesis gravídica: Por cuanto la emesis gravídica ocurre al principio de
la gestación, más frecuentemente en primigrávidas jóvenes, no es raro
que pueda confundirse si la paciente oculta su gestación.
- Causas centrales: El aumento de presión intracraneal (tumor, hemorragia, infección) y el síndrome meníngeo cursan con cefaleas, nauseas y
vómitos, y si la causa es infecciosa, con fiebre. Una minuciosa exploración clínica puede dar la clave (rigidez de nuca, alteraciones de pu168
Diagnóstico diferencial de la bulimia nerviosa
pilas, signos neurológicos), aunque puede ser necesario una exploración de imagen (TAC, RNM) o el estudio de líquido cefalorraquídeo
por punción lumbar para aclararlo. Las alteraciones del laberinto (generalmente con vértigo) y algunos cuadros de migraña se asocian también a vómitos, y pueden requerir una valoración otorrinolaringológica
o neurológica.
- Causas endocrinas, como la hipercalcemia, hipertiroidismo, diabetes
mellitus y enfermedad de Addison. Hemos incluido entre la valoración
imprescindible ante cualquier AN y BN la glucemia, calcemia corregida para proteinas, hormonas tiroideas, y cuando hay sospecha determinación de cortisol libre urinario, cortisol y ACTH. Hemos dedicado ya
buena parte del tema del diagnóstico diferencial de la AN a describir
estos cuadros.
- Causas gastrointestinales: Nos referimos a la gastroparesia y la
pseudoobstrucción, ya que las causas de obstrucción abdominal agudas
son muy llamativas y rara vez se confunden con BN.
1. La gastroparesia puede demostrarse por un vaciado enlentecido en
estudios radiológicos baritados o por estudios electrogastrográficos,
puede ser secundaria a otras patologías sistémicas (diabetes mellitus,
colagenosis, amiloidosis) o cirugía de estomago y vagotomía, que
fácilmente se descartan por la historia clínica, exploración o analítica. Mayor problema plantea cuando la gastroparesia es secundaria
a un síndrome paraneoplásico (páncreas) o cuando es idiopática (se
puede asociar a síndrome viral).
2. La gastroparesia ha de ser diferenciada de una limitación de evacuación gástrica (ulcus, tumor), lo que suele requerir endoscopia.
3. La gastroenteritis eosinofílica se puede sospechar ante una historia
de alergia o eosinofilia periférica. El hemograma pertenece a la rutina
diagnóstica de la AN y BN
4. Entre los cuadros intestinales sin alteración gástrica merece señalar el síndrome de pseudo obstrucción crónico intestinal idiopático.
5. Los problemas biliares cursan con cólico biliar
6. Vómitos Idiopáticos: El síndrome del vomitador crónico o vómitos
cíclicos cursa con ciclos de náuseas y vómitos que duran de horas
a días separados por periodos de variable duración libres de síntomas, más frecuentes en niños, aunque también descritos en adultos.
No es obligado que el vomitador crónico reúna todos los criterios de
la BN.
169
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
7. Causas funcionales: La valoración psiquiátrica ha de descartar otros
orígenes más o menos larvados de vómitos. Algunos casos de vómitos en que no se encuentra el origen responde a tratamiento con
antidepresivos a bajas dosis.
La aparición aguda de vómitos (gastroenteritis aguda, obstrucción intestinal, meningitis aguda,) no debe confundir con la BN, cuyos vómitos son
repetitivos y crónicos, y no se acompaña de la clínica tan llamativa como
dichos cuadros agudos.
170
Diagnóstico diferencial de la bulimia nerviosa
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171
TEMA 15
TRATAMIENTO NUTRICIONAL DE LA
BULIMIA NERVIOSA
Gabriela Lobo Tamer
INTRODUCCIÓN
Dado que la bulimia nerviosa tiene múltiples causas, tanto la prevención
como el tratamiento deberían ser multidisciplinarios y abordar sus aspectos
individuales, físicos y psicológicos así como los familiares.
Los OBJETIVOS DEL TRATAMIENTO serán los siguientes:
• Desarrollar actitudes/creencias realistas acerca de la imagen corporal y
el peso.
• Establecer un patrón normal de peso.
• Reducción del descontrol en la ingesta, vómitos y abusos de laxantes.
• Mejorar el funcionamiento personal general.
• Establecer la motivación para el tratamiento.
Las personas con TCA y su familia son muy reacios al tratamiento. El
tratamiento de la BN consiste en psicoterapia individual, grupal y/o familiar,
junto con orientación nutricional. Según el estado de salud física del paciente,
habrá mayor o menor control del comer y del ambiente total de la persona.
Cuando el atiborramiento con comida y la purgación han conducido a un
peligro físico extremo, la hospitalización médica o psiquiátrica será necesaria, con control estricto de las ingestas y conductas eliminatorias. A todos los
niveles de cuidado, el tratamiento generalmente incluye altos niveles de estructura y un plan de tratamiento conductual basado en el peso del paciente
y sus hábitos de comer. La psicoterapia y seguimiento médico a largo plazo
son esenciales.
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
La psicoterapia se puede usar para evaluar y para aumentar la conciencia
individual de los hábitos alimenticios. Además, puede modificar un pensamiento y actitud distorsionados, acerca de las calorías, el peso y la imagen del
cuerpo. Este tipo de tratamiento también aliviará cualquier depresión subyacente.
TRATAMIENTO NUTRICIONAL
Debe ser individualizado, en función de las características de cada paciente, respetando en lo posible sus creencias y cultura. Como primera medida, se corregirá la alteración biológica que pueda presentar el paciente, con
la incorporación y modificación progresiva de los hábitos alimentarios erróneos con el fin de lograr la normalización del peso en el caso de presentar
alteraciones del mismo, el aporte de nutrientes y calorías se hará de forma
progresiva. El paciente necesita ayuda especializada para reorganizar los hábitos
alimentarios: un plan dietético concreto, los acuerdos sobre el total de calorías máximo para no subir de peso, etc.
Plan nutricional
La alimentación debe ser:
• Variada, es decir incluir alimentos de todos los grupos e ir
intercambiándolos a lo largo de la semana.
• Equilibrada, guardar una proporción armoniosa entre los distintos principios nutritivos, con el aporte además de vitaminas, minerales y agua.
• Suficiente, para cubrir a lo largo del día las necesidades nutricionales
de los pacientes, en las primeras fases del tratamiento y de acuerdo al
estado nutricional se comenzará con un aporte de calorías menor y se
irán incorporando de forma progresiva hasta alcanzar un valor calórico
normal.
• Los alimentos se consumirán en varias tomas a lo largo del día para
evitar los atracones y la sensación de hambre.
• Atractiva, para aumentar el grado de satisfacción del paciente hacia las
comidas y evitar el rechazo de las mismas. Es el momento indicado
para incorporar nuevos alimentos en la dieta y realizar educación
nutricional para favorecer la incorporación de hábitos saludables.
Se incluirá en la dieta de forma progresiva los alimentos que al paciente
le produzcan temor o rechazo además de los que aumentan su ansiedad.
174
Tratamiento nutricional de la bulimia nerviosa
El registro de las tomas realizadas puede constituir una ayuda tanto para
el paciente como para el profesional, y permite valorar el tratamiento y pautar
medidas correctoras.
Se incluirán los siguientes alimentos:
• Leche: Entera o semidesnatada, sola o en preparaciones.
• Carnes: Por su alto contenido en proteínas de alto valor biológico deben
formar parte del plan nutricional para favorecer no sólo el aporte de las
mismas sino también de otros nutrientes como vitaminas, minerales y
grasas. Las carnes rojas (cerdo, cordero y ternera) se limitarán a 1 o 2
días por semana por su elevado contenido en colesterol y grasas saturadas.
• Pescados: También constituyen una excelente fuente de proteínas, así
como minerales tan importantes como el fósforo, calcio, selenio. Su
consumo se recomienda en 4 o 5 veces a la semana, se tomará tanto
pescado azul como blanco.
• Huevos: Alimento con un aporte adecuado de proteínas, vitaminas, pero
con elevado contenido en colesterol, por lo que se limitará su consumo
a 2 o 3 por semana, mientras que la clara se puede ingerir con más
frecuencia.
• Verduras: Este grupo de alimentos aporta minerales y vitaminas esenciales para el normal funcionamiento del organismo, también constituyen una fuente excelente de fibra.
• Frutas: Al igual que el grupo anterior, constituyen una fuente importante de vitaminas, minerales y fibra, se recomienda la ingesta diaria de al
menos dos piezas. Debido a la variabilidad en el contenido de nutrientes
se recomienda alterar el consumo de las frutas para un mejor aporte de
los mismos.
• Cereales y legumbres: Alimentos que se caracterizan por su elevado
contenido en calorías por lo que los pacientes tienen tendencia a rechazarlos, su incorporación se hará de manera progresiva. Su consumo se
debe extender a 5 o más veces por semana.
• Aceites y grasas: Se utilizarán de preferencia para la elaboración de las
comidas o para aliñar las mismas, grupo de alimentos en el que es
esencial realizar una buena educación alimentaria.
• Azúcares y dulces: Si bien forman parte de la alimentación cotidiana,
se debe resaltar que su uso no debe reemplazar a ninguno de los alimentos citados anteriormente, y que el abuso de los mismos conducirá
al aumento de la grasa corporal.
175
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
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177
TEMA 16
TRATAMIENTO PSICOFARMACOLÓGICO DE
LA BULIMIA NERVIOSA
Francisco Rincón Cenera, Mª Teresa Puertas Ramírez, Ana Mª Benito
Duarte, Ana Mª Ortiz Viana, José Pablo Muñoz López
y José Guerreo Velásquez
INTRODUCCIÓN
Se han producido importantes avances en el tratamiento de la bulimia
nerviosa, por lo que en estos momentos es más asequible optimizar el tratamiento a cada paciente, ya que son múltiples las patologías que coexisten
desembocando en una misma entidad psicopatológica.
En la actualidad existe un amplio abanico de posibilidades terapéuticas
que pueden ser utilizadas de forma individual o combinadas lo que permite,
en caso de fallo terapéutico, modificar la actuación.
En estos momentos es la terapia cognitivo-conductual la que tiene mayor
relevancia, siendo incluso la monoterapia, suficiente en un alto porcentaje de
casos. Bien es cierto que en casos graves no es suficiente siendo necesario
combinar con otras terapias y/o aumentar la duración del tratamiento.
Es necesario tener una visión global del paciente y por ello el enfoque
que se utiliza actualmente es multidisciplinario contando con especialistas en
nutrición, psicólogos, terapeutas ocupacionales, personal de enfermería y
psiquiatras para conseguir una correcta educación nutricional, reestructuración de hábitos alimenticios, imagen corporal, estrategias para aplacar impulsos, reintegración en su ámbito social debido a que la comida y el peso suelen
apartar a estos pacientes de las relaciones que mantenían, e incluso
farmacoterapia de apoyo en las primeras fases del tratamiento.
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Lo principal, y por lo cual la terapia cognitivo-conductual tiene mucho
que aportar, es procurar cambios en creencias, conductas y emociones alteradas de estos enfermos; y la meta posterior tratar de que prevalezca en el
tiempo este cambio, evitando que la psique de los pacientes continúe centrándose en comida, peso, silueta como objetivo de su vida y garantía de éxito
social. Generalmente la terapia de los pacientes afectos de bulimia nerviosa
se lleva a cabo de forma ambulatoria para favorecer que los cambios que se
van adquiriendo en el transcurso de aquella enraícen en su ámbito social y no
los encajonen como un episodio aislado, ya que el gran obstáculo a salvar es
que la bulimia nerviosa es un trastorno que se alimenta en gran medida de las
conexiones sociales. Es por esto que también es importante el apoyo de familiares y amigos para superar con éxito la enfermedad.
Otro gran problema que se observa a la hora de abordar el tratamiento es
la colaboración del paciente, el cual tiene internalizadas unas conductas que
generalmente lleva años repitiendo y que elabora de manera que su creencia
de avocación al éxito impide en gran medida la modificación de conductas.
Vive la terapia como una afrenta a su propia personalidad y a la consecución
de las metas que se ha propuesto. Con el tremendo impacto de los medios de
comunicación que venden éxito como belleza asociada a delgadez, el paciente
llega a pensar que el fin justifica los medios sin importar en exceso la repercusión que pueda tener tanto para su salud psíquica como física. Dificultad
añadida comprende el sentimiento erróneo del paciente que relaciona nivel de
autoestima con consecución de objetivos distorsionados, para ellos significan
autocontrol y todo lo que salga de su rigurosa forma de encuadrar los actos
provoca ansiedad por confusión y complicación.
Visto desde su punto de vista, la terapia es una intromisión en la intimidad y por ello es difícil encontrar una buena adhesión a la terapia, propiciándose
conductas de ocultamiento y engaño. Contra esto, informar sobre la posibilidad de ahondar en el conocimiento de uno mismo, mejorar su calidad de vida
y reelaborar los factores que intervienen en mantener una buena autoestima,
son armas que mejorarán la confianza en el equipo y la terapia. Dependiendo
de la gravedad del cuadro, al paciente se le incluirá en distintos dispositivos,
pudiendo necesitarse el ingreso involuntario con autorización judicial en casos de graves desarreglos metabólicos.
HOSPITALIZACIÓN
En el caso de la bulimia nerviosa es raro tener que recurrir a la hospita180
Tratamiento psicofarmacológico de la bulimia nerviosa
lización pero ésta puede ser el inicio del cambio. Ahora bien, habrá que
reestablecer su salud física, psíquica y sociabilidad y no quedarse centrado en
uno sólo de estos puntos. De ahí que necesite tratamiento multidisciplinar,
como ya hemos comentado. Tras cumplir estas prioridades podría plantearse
la derivación y seguimiento por otros dispositivos que permitan más libertad
a la paciente e integrarla de nuevo en un recuperado ambiente social.
Objetivos:
- Cuidado físico: especial mención a posibles complicaciones de su fisiología alterada; recuperación de peso a un nivel saludable.
- Normalización de dieta: tanto en lugar, tiempo, periodicidad, cantidad...
- Informar sobre nutrición y aproximar la comida como un acto social de
relevancia.
- Aportar datos sobre su padecimiento para mejor comprensión de sus
síntomas y dar confianza.
- Apoyar prácticas de ejercicio moderado para mejorar salud y control de
peso.
- Comprometerse a dar un giro a su relación familiar.
- Informar sobre prevención de recaídas y los criterios que motivarían el
reingreso.
- Planificación de pautas a seguir tras el alta: métodos para preparar a la
paciente a afrontar la vida real en la que va a encontrarse con situaciones de conflicto.
La mayoría de los pacientes ingresan con gran sentimiento de culpa por
haber desarrollado la enfermedad y producir sufrimiento en su entorno familiar. Con técnicas cognitivo-conductuales se trata de conseguir reestructuración cognitiva, entrenamiento en asertividad, manejo de ansiedad, intentando
cambiar su modelo cognitivo por otro más funcional. Es importante señalar
a estos pacientes que su problema radica, entre otros temas, en elegir un
camino para solucionar los problemas ineficaz y peligroso, de aquí lo crucial
de buscar respuestas alternativas para llegar a las metas que se han propuesto.
El mejor enganche con estos pacientes es al que se llega a través de la
información exhaustiva. Explicar adecuadamente las normas dentro del hospital para no incurrir en malentendidos aunque no debemos utilizar castigos.
Es preciso formular un programa de contingencias a fin de no perder
tiempo en discutir las calorías que debe tener cada comida o el peso que debe
alcanzar, de tal forma que se fije como objetivo de mayor importancia el
181
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
incidir más profundamente en la psique de la paciente. Aunque siempre hay
que contar con como vive el paciente el tratamiento, ya que para éste es algo
impuesto que probablemente va a cambiar su “controlado” universo, por lo
que es necesario que no sean unas normas rígidas y la terapia fluya en un
ambiente lo más cercano a la confianza. Es necesario establecer un rango de
peso que debe adquirir en su estancia hospitalaria y mantenerlo un tiempo
determinado para conseguir el alta. Tambien resulta necesario concretar el
peso de reingreso. Llegar al peso preestablecido no pasa por la hiperalimentación
sino a través de una correcta dieta bien planificada e individualizada. Quizás
no se deba pesar a diario para no incrementar aspectos obsesivos, sería suficiente con pesar tres veces a la semana para llevar un buen control ponderal.
Sería de interés que los fines de semana pudieran tener contacto con sus
allegados a fin de que no pierdan sus relaciones y puedan ir internalizándolos
en su “nueva vida”. Solo en el caso de que no vayan cumpliendo los objetivos
marcados deberán permanecer en el hospital.
Los métodos que se utilizan para conseguir la rehabilitación nutricional
deben ser inteligibles para el paciente a fin de conseguir la mayor adherencia
a la terapia psicológica. Es necesario reforzar las conductas que queremos
que se mantengan y así motivar un cambio. El miedo a engordar sigue muy
presente en la mente del paciente, por ello debemos explicar que no se trata
de volver obesos a estos pacientes, sino de colocar la comida en el lugar que
le corresponde dentro de las actividades de su vida. Hay que indagar y sacar
a la luz esos miedos para trabajar con ellos. No debe colocarse el terapeuta
en una situación autoritaria porque no es el medio de conseguir la confianza
y además no deja aparecer la responsabilidad propia del paciente.
Ajustaremos su nivel de ejercicio a lo que sería necesario según sus
cualidades físicas.
Previo al alta hospitalaria debemos colocar al paciente ante situaciones
de riesgo como parte de la terapia. Generalmente lo más difícil es la visita de
familiares y amigos con su inevitable diálogo sobre la intención de su enfermedad, invitaciones a comer o regalos en forma de viandas que suponen para
el paciente una dolorosa reiteración. Se deben intentar evitar comentarios
sobre el aspecto corporal porque es probable que este tema aún sea íntimo y
vulnerable para ellos.
HOSPITAL DE DÍA
Estos dispositivos son mejor acogidos por los enfermos ya que no los
182
Tratamiento psicofarmacológico de la bulimia nerviosa
viven como una reclusión. Los programas de tratamiento proporcionan una
estructura alrededor de las comidas y además una terapia intensiva, sin que
el paciente se aísle totalmente del apoyo y retos que tiene en su medio diario.
Consideraremos el hospital de día como el paso previo al tratamiento ambulatorio, atenuando así la posibilidad de recaídas y tratando de una forma
adecuada su reintegración definitiva. Esta situación ayuda a desarrollar autonomía y normalizar las comidas. De esta forma afrontan todos los días sus
áreas sociales distorsionadas, como las relaciones con otras personas, situaciones educativas y laborales, y, por supuesto, la impulsividad. El grupo es un
apoyo que va dando fuerza para en adelante poder entrar con terapias más
duras sin que se resquebraje lo conseguido. Además los pacientes han aceptado un autoaislamiento debido a que tenían que ocultar su tratamiento de las
comidas. Con el grupo ponen en común las situaciones y consiguen crear una
complicidad. Bien es cierto, que pacientes con graves trastornos de personalidad no son susceptibles de mejorar en este dispositivo y lo que consiguen
es cronificarse.
El programa de rehabilitación nutricional está conformado por una dieta
equilibrada y está dividido en tres comidas principales y dos suplementos. Se
hacen grupos en los que se tratarían por un lado las conductas y actitudes
distorsionadas, y otros aplicados a áreas más generales para aumentar los
recursos sociales. Valoraremos individualmente las características personales
de cada paciente, ya que este tipo de intervención intensiva requiere una
motivación fuerte tanto por parte del paciente como de los familiares, aceptando los objetivos que se plantearon en un principio. Excluiremos, sobre
todo, pacientes con riesgo suicida y aquellos que tengan riesgo agudo médico
y/o abuso grave de sustancias que interfieran.
En los grupos de comidas es fundamental que aprendan a adquirir la
forma de afrontarlas, sobre todo las comidas fóbicas, y educar para evitar
conductas irregulares como son restringir, atracarse o purgarse. Servirá de
gran ayuda las experiencias personales y su forma individual de afrontar,
reflejando las emociones que suscitan esos momentos. Es interesante la realización de autoregistros aportando sentimientos y sucesos significativos, que
se realizarán después de las comidas. Utilizamos tambien la exposición al
grupo de las variaciones de peso para que surjan diálogos e incluso críticas
constructivas entre los miembros del mismo. O bien, dar la posibilidad de
plantear menús siempre bajo la tutela de un nutricionista. Los pacientes más
veteranos se ponen en tándem con los novatos a la hora de planear el menú
183
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
del fin de semana y sirven de apoyo, adelantándose a problemas que ellos ya
vivieron.
Educaremos en charlas sobre nutrición y fisiología para enmendar errores
que hayan podido adoptar como dogma. Se pueden formar multitud de grupos
de interacción en los cuales se van a ir tratando la diversidad de aspectos
dañados como: grupos de asertividad, imagen corporal, tiempo libre, terapia
creativa, actividad física, relaciones interpersonales, sexualidad, etc.
AMBULATORIO
Es primordial en el proceso de reinserción a la vida cotidiana del paciente. Para ello no podemos pasar por alto el nivel de compromiso con las
normas que deberá seguir y el ajuste de actividades que realizará.
Representa un rol crucial la familia, que no deberá comentar aspectos
conductuales sobre la comida del paciente, su apariencia física o peso. Deberán llevar un autoregistro de peso y comida a fin de que tengan datos reales
sobre la influencia de las comidas sobre la ganancia de peso. Habrá un familiar que se encargará de la cocina, para lo cual recibirá información nutricional
con motivo de mejorar este aspecto y evitando que el paciente tome las
riendas en ese sentido.
Podremos utilizar técnicas de relajación y autoconocimiento corporal
intentando conseguir una mejor aceptación de éste o bien utilizar técnicas de
confrontación para limar las distorsiones corporales.
Incidiremos sobre los esquemas erróneos de los pacientes a través de
técnicas cognitivas demoliendo sus creencias estereotipadas. Tambien deberemos hacer frente a las experiencias vitales que puedan haber dado pie o apoyo
a la enfermedad.
Los pacientes con esta enfermedad se suelen caracterizar por su introversión, sensibilidad, perseverancia, aislamiento, sentimientos de inseguridad y
disforia con búsqueda de aliviar su malestar perdiendo peso. La dieta les
supone el control de su mundo interno y externo. Atacaremos sus planteamientos rígidos que pretenden definir su autovalía y proporcionaremos metas
cercanas con logros no perfectos para que vayan aprendiendo a estar entre la
media. Aceptar límites, asumir el miedo al fracaso con los propios errores y
aciertos es una de las grandes asignaturas pendientes para ellos.
Se ha observado que en estos pacientes se dan gran cantidad de pensamientos extraños, como la sobregeneralización y la causalidad que les hace
184
Tratamiento psicofarmacológico de la bulimia nerviosa
tener ideas como “si no pude controlar aquella vez mi forma de comer nunca
podré hacerlo”. La abstracción negativa les hace mirar a su alrededor buscando compañeros que fracasaron en lugar de fijarse en los que tuvieron éxito.
Autoreferencias, negación de responsabilidad delegando en otros la consecución de sus acciones. Por todo esto, es necesario ayudarles a modificarlos
mediante autoregistros que hagan tomar conciencia de estos pensamientos.
Provocar que reconozcan la relación existente entre pensamientos, conductas
y emociones desadaptadas. Analizar la validez de determinadas creencias y
sustituirlas por interpretaciones más realistas.
Enumeraremos algunas técnicas para ayudar a estos cambios:
- Descatrastofizar. Utilizar las predicciones negativas de los pacientes y
ajustarlos a la realidad.
- Reatribución: contraargumentar las creencias más firmes y negativas.
- Articulación de creencias: proporcionar información concentrada en frases
inteligibles y manejables.
- Desmontar sus frases categóricas del estilo “debo...” o “tengo que ...”.
- Descentrar: aportar puntos de vista que no haya observado.
- Atacar sus creencias a través de ejercicios conductuales.
- Animar a poner en práctica y valorar sus hipótesis en la vida real.
También trabajaremos sobre la manera de expresar emociones y poder
interpretar correctamente las impresiones que recibimos de nuestro ámbito
social.
COMPORTAMIENTOS BULÍMICOS
Importante a la hora de recoger datos que el paciente nunca ha desvelado
es no adoptar una posición de juez y sí buscar un espacio en el que vayan
aflorando datos sin presión. Los cambios surgirán poco a poco y buscarlos de
forma rápida puede conducir al abandono. Tener especial cuidado con los
pensamientos extremos de sobregeneralización. La información sobre su padecimiento recaerá en explicar que la restricción es el paso previo al atracón,
los efectos rebote de las dietas, la ineficacia de laxantes y diuréticos para el
control del peso,... etc.
Para afrontar atracones y conductas purgativas se ha observado que son
de ayuda las técnicas de autocontrol. Para ello es necesario una alta motivación y formulación de autoregistros. Como ya hemos comentado anteriormente, se adoptarán ciertas normas sobre las comidas. Ayudará el cocinar cuando
185
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
no se tenga hambre, no recopilar en la despensa alimentos fóbicos, tener en
casa una escasa cantidad de víveres, utilizar alimentos que deban ser cocinados, sugerir conductas alternativas entre comidas para evitar atracones. De
esta forma se comerá solo cuando se den determinadas condiciones. Los
pacientes deben evitar decir “no” a alimentos peligrosos; lo correcto es decir
“sí” pero espaciando la comida de porción a porción e ir aumentándolos poco
a poco para que vaya teniendo éxito y no caiga en la frustración. Este tiempo
se aprovechará para analizar los pensamientos y emociones que acontecen al
comerlos.
Es conocido el modelo de Fariburn cognitivo-conductual que consta de
19 sesiones de 50 minutos en 20 semanas. Parece ser que para los pacientes
conocer la fecha de finalización conlleva mantener la motivación. Según el
protocolo de 1993 el tratamiento se realiza en tres fases:
- 1ª fase: Sesiones de la 1 a la 8. Hincapié en pautas alimenticias y
horarios regulares de comidas.
- 2ª fase: Sesiones de la 9 a la 16. Reestructuración cognitiva focalizada
en el conocimiento y cambio de las percepciones distorsionadas sobre
la figura y el peso y reglas rígidas que imponen a sus comidas.
- 3ª fase: Sesiones de la 17 a la 19. Mantenimiento de logros y prevención de recaídas.
Primera fase
Lo primero es que entiendan la relación atracón-purgación y como se
elabora el círculo vicioso con la creencia de que la purgación es un buen
método de control de peso. Resulta más complicado que valoren como las
dietas restrictivas provocan los atracones y por qué el tener alimentos prohibidos aumenta el ansia por comerlos llevando al paciente a atracarse cuando
los tiene a mano, que no existiría si en su dieta contemplase el comer de todos
ellos aunque fuese en pequeña cantidad. A esto le sumamos la excesiva preocupación por la figura y el peso que llevan a hacer unas dietas restrictivas
que provocarán los atracones cerrando así el círculo. Unido tambien a la baja
autoestima que suele caracterizar a estos pacientes que les provoca mayor
obsesión por la figura corporal.
Utilizaremos en esta fase los autoregistros como método para clasificar las
causas de los atracones y valorar la “utilidad” de éstos desde la primera sesión.
Identificadas las situaciones de riesgo o los momentos peligrosos del día,
ayudaremos a buscar conductas alternativas que sean incompatibles con estas
situaciones. En esta primera fase es aconsejable medir el peso semanalmente,
186
Tratamiento psicofarmacológico de la bulimia nerviosa
informar y educar sobre el peso corporal adecuado a cada persona y las
consecuencias de las conductas erróneas (atracones y purgas), incluso razonar
la inutilidad de ellas para el control ponderal además del efecto negativo de
seguir “sus” dietas. Prevendremos los atracones que suelen producirse en
momentos del día de hambre acuciante, controlando las tomas de comida, a
razón de tres comidas principales y dos secundarias. Siempre contaremos con
la confianza de la paciente y trabajaremos en ella para que evite vomitar tras
estas comidas. Propondremos actividades que distraigan la atención tras las
comidas, favoreciendo así que no se produzca el vómito; para esto las técnicas de prevención de respuesta y exposición son muy útiles.
Segunda fase
Entre las sesiones 9 y 16 nuestro objetivo comprende evitar la restricción
de las dietas y resquebrajar las reglas tan rígidas que mantienen sobre su
alimentación.
Las formas de restringir su dieta estos pacientes, son:
- Exigiéndose ayunos durante largos períodos.
- Evitando comidas de alto poder calórico que consideran “peligrosas”.
- Tomando comidas de bajo poder calórico.
El primer punto ya lo hemos debido comenzar a transformar en la primera fase al imponer un régimen de tres comidas y dos suplementos al día.
Compondrán una lista de los alimentos que ellos piensan que afectan sobremanera a su peso y figura. Para ello, es conveniente que se acerquen a un
supermercado y vayan anotándolos a fin de que no olviden muchos de ellos.
Esta lista estará jerarquizada en base a su posible repercusión sobre el peso
y figura. Deberán ir introduciendo en su dieta progresivamente los escalones
de la lista formulada. Habremos vuelto a pedir que no vomiten tras la ingesta.
La exposición se hará bajo la supervisión del terapeuta en los casos en que
no pueda realizarse en el domicilio del paciente. Iremos aumentando la ingesta
calórica según los datos que aporten los autoregistros. Si no está comiendo lo
necesario, intentaremos que aumente las calorías diarias hasta alcanzar una
dieta de 1500-1800 cal/día. Conseguido este propósito, nuestra atención se
centrará en ir dando pautas para resolver problemas con la esperanza de
espaciar lo más posible las recaídas que pudieran ocurrir de forma ocasional.
Para finalizar esta fase trataremos las cogniciones y creencias erróneas
que perpetúan el trastorno. Estas son del tipo: “seré más feliz o tendré más
éxito social cuanto más delgado/a esté”. O bien, que sus problemas serían
menores si bajase de peso. La forma de combatir estas creencias sería esti187
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
mular al paciente para que se compare con otra gente o que comience a
ponerse ropa que marque la figura.
Tercera fase
Las tres últimas sesiones están conformadas para mantener lo hasta aquí
logrado. Aconsejaremos escribir un plan con aquellas actuaciones o técnicas
que según el paciente le han ayudado, bien en momentos puntuales o a lo
largo de todo el proceso. Diferenciaremos una “caída” de una “recaída”. Los
pacientes tendrán en cuenta que los acontecimientos vitales cargados de estrés
les puede desencadenar una ansiedad que les conduzca a “caídas” en atracones,
llegando a perder el control y la autoestima y pensando que han recaído.
Apoyaremos y primaremos la aparición de actividades placenteras que distraigan los comportamientos enfermos de los bulímicos. Suele ser algo difícil,
ya que dichos pacientes reconocen que éste, su trastorno, ha influido tanto en
sus vidas que ya no encuentran como divertirse.
La exposición y prevención de respuestas son técnicas que ayudan. Expondremos a los pacientes durante algunas sesiones a alimentos prohibidos
incitándolos a que los toquen y prueben evitando el atracón y anotarán los
sentimientos que les producen, de manera que quede constancia de cómo
mejora en su ansiedad y miedos.
En estos momentos parece algo indiscutible la necesidad de incorporar a
la terapia a la familia. Mostraremos nuestro apoyo y comprensión dejando
claro que hay conductas que tienen que cambiar con el fin de ser una unidad
más adecuada y eficaz para la resolución del problema. El terapeuta deberá
trabajar reestructurando cognitivamente y bajando la ansiedad de un grupo
con muchos pensamientos negativos y además dar normas para regular la
desorganización alimenticia imperante. Desculpabilizaremos y desresponsabilizaremos a este grupo que asocia colaborar con las anteriores sensaciones.
Habrá que proporcionarles información nutricional y sobre los principios del
cambio para que puedan señalar los límites. Al final completaremos enseñándoles a manejar el miedo, que sus hijos se cronifiquen o se produzcan secuelas irreparables.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
Antidepresivos
Su uso se evaluó partiendo del hecho que los pacientes bulímicos estaban
muy influenciados por el estado de ánimo.
188
Tratamiento psicofarmacológico de la bulimia nerviosa
De entre los ISRS, la más utilizada ha sido la fluoxetina, aunque tambien
han dado resultado otros muchos. Parece ser que las vías monoaminérgicas
centrales, sobre todo las relacionadas con la serotonina, intervendrían en el
control de la conducta alimenticia y mecanismo de saciedad. Aunque tambien
se han propuesto otras hipótesis.
Hay autores que diferencian la bulimia de la depresión subyacente, separando la mejoría de la primera de la posible mejoría de la segunda.
Los primeros estudios se formularon con imipramina, sacando de ellos
resultados positivos en cuanto a la disminución de atracones. Se provó con
otros tricíclicos con similar resultado, aunque llegando con todos ellos a la
conclusión de que una vez acabado el tratamiento las recaídas eran frecuentes, arrojando una abstinencia de tan solo el 4-20%. Además, los efectos
anticolinérgicos, hipotensores y sedantes de estos fármacos provocaban un
alto porcentaje de abandonos.
Otros antidepresivos probados fueron el bupropion que aunque efectivo
se asoció a un 10% mayor de crisis convulsivas en pacientes bulímicos que
en los depresivos, por lo que se desaconsejó su uso; el otro fue la trazodona,
que consiguió una reducción significativa de los atracones en un 30% de los
casos a dosis de 400 mg/dia.
El estudio FBNCSG realizado con fluoxetina en 1992, a razón de un
grupo con 20 mg/día, otro con 60 mg/día y un tercero con placebo, obteniéndose
la superioridad de resultados del segundo grupo frente a los otros dos, siendo
una dosis bien tolerada y con mínimos efectos secundarios. Demostró tanto
un buen control de la conducta de la ingesta, como de los vómitos y la
depresión. Otros estudios con fluoxetina, han sido llevados a cabo por Goldstein
y colaboradores, de 16 semanas de duración, en los que analizaron episodios
de vómitos y atracones y proporcionando cuestionarios sobre conducta
alimentaria, demostraron que fluoxetina a 60 mg/día era eficaz para este
trastorno manteniéndose la mejoría durante el período total de observación.
Un estudio posterior de Wood, que fue prolongación del FBNCSG demostró que al retirar durante cuatro semanas la fluoxetina a dosis de 60 mg/
día a pacientes que habían estado en tratamiento las ocho semanas anteriores,
reaparecían los síntomas y volvían a ocultarse al reintroducir el fármaco.
Cabe reseñar que estos estudios se hicieron con pacientes normoponderales y
que utilizaban la purga como método de control de peso, además todos eran
mujeres, por lo que se presume arriesgado generalizar resultados a otros grupos.
189
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Estabilizadores
El litio, aunque se estudió, no demostró mejoría, además de tener mayores riesgos que otro fármacos por el descontrol hidroelectrolítico que puede
ocurrir en estos pacientes, pudiendo producirse intoxicaciones.
En cuanto al valproato y gabapentina, no se han publicado todavía estudios fiables como para presumir una buena respuesta. El topiramato se encuentra también en este grupo, del que todavía no se pueden concluir utilidades pero que en la práctica clínica se observa que estos pacientes se adhieren muy fácilmente a este fármaco por el efecto anorexígeno que provoca.
Por ello, puede suponerse que podría evitar la ingesta compulsiva.
Ansiolíticos
Si bien es presumible que siendo la ansiedad uno de los síntomas de la
enfermedad, serían unos fármacos útiles, no se han realizado estudios a tal fin
y, en cambio, se ha observado la tendencia al abuso y dependencia de ellos,
por los que los utilizaremos con cautela evitando los de menor vida media.
Antagonistas opiáceos
La hipótesis de la que se partía, era que si las endorfinas endógenas
influían en el apetito, estos fármacos podrían mejorar la bulimia. El caso es
que los estudios realizados con naloxona no han sido significativos. Sólo
apuntar que un pequeño estudio arrojó la posibilidad de asociar naltrexona y
fluoxetina con mejores resultados que ambos por separado, lo que abre una
vía de estudio.
Otros fármacos
Se ha estudiado que las conductas de vómitos y la sensación de saciedad
se transmiten por la vía vagal aferente y en los pacientes con bulimia esta vía
está hiperactivada. Bajo esta posibilidad se incluyó la opción del ondansitrón,
un potente antagonista periférico de receptores 5HT3 consiguiendo también
resultados esperanzadores a la espera de más y mayores estudios.
En definitiva, lo que en estos momentos ha demostrado mejoría, es el
tratamiento con fluoxetina a 60 mg/día, bien instaurados desde el principio o
a razón de comenzar por 20 mg/día para conseguir la dosis de 60 mg/día en
el trascurso de una semana. Al parecer el tiempo mínimo de tratamiento debe
ser de seis meses, aunque suele prolongarse a un año en la mayoría de los
casos. Lo cierto es que en el tratamiento de mantenimiento, se han observado
porcentajes altos de recaídas que probablemente sería mucho mayor si se
hubiese retirado el fármaco.
190
Tratamiento psicofarmacológico de la bulimia nerviosa
Bibliografía
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nerviosa, bulimia nerviosa, obesidad. Barcelona, Masson 2001; 215232;254-258.
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Garfinkel PE, Kaplan AS. Psicopatología y Trastornos de la Alimentación. J
Buendía, Ed. Pirámide, 1997.
191
PARTE III
PREVENCIÓN, PRONÓSTICO Y CALIDAD DE
VIDA DE LA ANOREXIA Y BULIMIA NERVIOSA
TEMA 17
PREVENCIÓN DE LOS TRASTORNOS DEL
COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO.
ANOREXIA Y BULIMIA NERVIOSA
Víctor Fuentes Gómez
INTRODUCCIÓN
Los trastornos del comportamiento alimentario, lo constituyen un grupo
amplio de entidades clínicas, que han llegado a convertirse en un verdadero
problema de Salud Pública, sobre todo en los países occidentalizados. En
ellos se imbrincan aspectos médicos, relacionales y psicopatológicos, por lo
que necesitan de un enfoque pluridisciplinario tanto en su tratamiento como
en su prevención.
Las medidas de prevención pueden contribuir a disminuir la incidencia
de los trastornos de la alimentación, mejorar su pronóstico, ahorrar costos y
mejorar los rendimientos, actuando a diferentes niveles; siempre y cuando
incidan de manera efectiva sobre aquellos factores que se consideran relacionados con la etiopatogenia de la enfermedad y que básicamente son de tres
tipos:
1. Factores predisponentes: son los que hacen que seamos más vulnerables a desarrollar un trastorno cuando se dan determinadas combinaciones de
características:
• Individuales (biológicas y psicológicas)
• Familiares
• Socioculturales
2. Factores precipitantes: hacen que se desencadene la enfermedad en
un determinado momento o ante determinadas circunstancias como:
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
• Estrés físico o psíquico
• Acontecimientos vitales. Cambios, pérdidas.
• Inicio de conductas restrictivas relacionadas con la propia imagen. Dietas
estrictas, ejercicio físico excesivo, etc.
• Etapas vitales de transformación corporal. Pubertad-adolescencia.
3. Factores de mantenimiento: son los que hacen que se perpetúe o
perdure la enfermedad, y tienen que ver principalmente con las consecuencias, con los efectos fisiológicos y emocionales de no comer:
• Consecuencias psicológicas de la inanición.
• Reducción progresiva de las relaciones personales.
• Factores sociales y culturales.
La prevención de los trastornos del comportamiento alimentario podrá
abordarse, como cualquier problema de salud, a tres niveles: Primario, secundario y terciario.
PREVENCIÓN PRIMARIA
La prevención primaria tiene como objetivo reducir la incidencia del
trastorno, y por lo tanto, evitar la aparición de nuevos casos. Para ello habremos de actuar sobre la vulnerabilidad del sujeto y sobre los factores de riesgo,
tanto predisponentes como precipitantes.
La prevención primaria es la ideal, y el paso a los niveles siguientes
indicaría el fracaso parcial o total de las medidas adoptadas a este nivel.
Para garantizar en lo posible la eficiencia de un programa de prevención
sobre los trastornos de la conducta alimentaria, se deberían tener en cuenta
las siguientes premisas:
• Las intervenciones se dirigirán preferentemente a las poblaciones de
riesgo, y a aquellas personas con capacidad demostrada de poder influir
sobre las mismas. (Profesores, entrenadores, pediatras, médicos de familia, etc.).
• El simple hecho de proporcionar información a una población joven no
garantiza el éxito de un programa de prevención, y en ocasiones, los
fenómenos de emulación y mimetismo que se dan en la adolescencia,
pueden generar el efecto contrario al deseado. Una publicidad sensacionalista puede resultar nociva y suponer un semillero de nuevos casos.
• Las estrategias que se pongan en marcha deberán, por tanto, combinar
la información justa y adecuada con la promoción de prácticas y hábitos saludables.
196
Prevención de los trastornos del comportamiento alimentario
• Los contenidos de los programas dirigidos a la población general deberán ser controlados, de manera que, como hemos advertido anteriormente, no generen alarma social ni estimulen a la implicación directa
de profesionales sin experiencia, si no es bajo la supervisión de las
instituciones responsables de la planificación sanitaria.
• Tener en cuenta los factores del desarrollo propio de cada etapa de la
vida a la hora de escoger la estrategia adecuada de intervención. No es
lo mismo intervenir sobre niños pequeños que sobre adolescentes.
• Actuar a escala social si pretendemos modificar actitudes en la población, como puede ser el paso del modelo de “ideal físico” al modelo
“basado en la salud”. Aunque en la actualidad son las asociaciones de
implicados y otros grupos sociales los que impulsan esta labor, debieran ser los poderes públicos los que comandaran actuaciones destinadas
a una escala social global, a la población general.
• Valorar el impacto real de las intervenciones llevadas a cabo, evitando
su aplicación sistemática si no se mostraron efectivas mediante estudios
clínicos adecuadamente diseñados.
Un programa de prevención primaria deberá abordar los siguientes aspectos:
1. La información.
2. Modificación de conductas precursoras.
3. Identificación de grupos de riesgo.
4. Acción sobre estereotipos socioculturales.
5. Educación escolar.
La información
Existe un gran desconocimiento de la enfermedad y de los riesgos que
conlleva, tanto en la población general como en los profesionales (de la salud,
de la educación, etc.).
Unas veces el problema es menospreciado, como «una moda más» de la
juventud, otras se ve como algo ajeno, y otras muchas simplemente se desconoce a pesar del tratamiento mediático, a veces sensacionalista, del que ha
sido objeto esta patología.
Una buena información no es preciso que sea exhaustiva en los aspectos
psicopatológicos, pero sí en los factores que desencadenan la enfermedad y
los requisitos de su tratamiento.
La información irá dirigida:
• A los sujetos de riesgo.
197
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
• A las familias.
• A los profesionales sanitarios.
• A otros profesionales relacionados con la población diana.
• A la población general.
Los lugares donde se aplicará esta prevención serán:
• El hogar.
• El colegio-la escuela.
• La Universidad.
• La consulta médica y enfermera.
• Todos aquellos que se consideren oportunos según la población diana.
La promoción de esta política informativa, integrada en un programa de
prevención, debería corresponder a los poderes públicos, y en concreto a los
sanitarios, educativos y sociales.
En cualquier caso, la información se adaptará a las características concretas de la población a la que va a ser dirigida.
Una información poco adecuada al receptor puede inducir, como ya comentamos anteriormente, justamente el efecto contrario al deseado y transformarse en un medio de «hacer propaganda» de aquello que pretendíamos evitar.
La información dirigida a los sujetos de riesgo debe incluir:
• La rueda de los alimentos.
• Combinación culinaria de los principios inmediatos.
• Composición de los alimentos.
• Características socializadoras de la comida en compañía.
• Actitud crítica frente a estereotipos publicitarios.
• Mejoría de la propia autoestima.
• El crecimiento, la maduración y el manejo de la independencia que esto
implica.
• Peligros del perfeccionismo.
La información dirigida a las familias deberá incidir:
• Sobre los síntomas de sospecha.
• Los lugares donde conseguir información y/o ayuda ante problemas
familiares (adicciones, abuso sexual, maltrato, etc.).
• La importancia de la comunicación entre sus miembros.
• La capacidad de resolución de conflictos en su seno.
• Las expectativas de los padres respecto a sus hijos y viceversa.
La información a los profesionales de salud debe conducir a una formación adecuada para:
198
Prevención de los trastornos del comportamiento alimentario
• Adquirir las capacidades necesarias para transmitir mensajes.
• Detectar e intentar resolver las demandas de las familias y de los sujetos de riesgo.
• Evitar actuaciones iatrogénicas.
Especial importancia tienen en este apartado los profesionales de Atención Primaria, principalmente el pediatra, ya que suele ser el primer profesional que entra en contacto con el niño y su familia, y por lo tanto es quién,
desde un primer momento, puede incidir en la adquisición de pautas de alimentación, de sueño, de comportamiento, etc.
Parece existir un cierto consenso en el papel del profesional de Atención
primaria para trasmitir mensajes a la familia y al adolescente sobre pautas de
desarrollo que indirectamente protegerán de los trastornos de la conducta
alimentaria en el futuro.
El pediatra en particular, y todos los profesionales de Atención Primaria
en general, deberán incidir sobre:
• Favorecer la lactancia materna y la alimentación natural.
• Atender a los problemas que plantean las madres respecto a la dificultad
de alimentar a sus hijos o dificultades que se expresen como problemas
alimentarios.
• Atención a las anorexias de la infancia.
• Modulación del apetito en niños “voraces”.
• Seguimiento de las interacciones madre-hijo y conductas de riesgo en
familias con antecedentes de este tipo de trastornos.
• Seguimiento estrecho de las niñas con desarrollo y aparente autonomía
tempranos.
• Uso saludable de los medios de comunicación de masas (televisión,
publicidad, videojuegos, etc.)
• Atención especial a la época de cambio que representa la pubertadadolescencia.
• Adquisición de habilidades sociales, autoestima, hábitos de ejercicio,
etc., en el niño vulnerable.
• Los Servicios Sanitarios deberán integrar estos mensajes en sus Programas de Atención al Niño Sano, y extenderlos utilizando los canales
adecuados para ello, a los Centros Escolares y Universidades.
La población general deberá recibir información que la defienda de:
• La publicidad, sobre todo referente a dietas, belleza, etc.
• Cánones estéticos restrictivos e irreales.
199
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
• La demanda de medidas no realistas para lograr una estética inalcanzable.
• Las ideas, sentimientos, usos y prácticas que no correspondan a una
“cultura de la salud”.
• La irrupción de los medios de comunicación en la autodefinición corporal tras los esquemas de aceptación, belleza y pertenencia.
Modificación de conductas precursoras-precipitantes de la enfermedad
Una acción más específica de la prevención primaria consiste en desarrollar programas que incidan en la corrección de aquellas conductas que se ha
demostrado que son precursoras o precipitantes de los trastornos alimentarios.
La conducta que debe ser corregida con más frecuencia es la variación de
la dieta por motivos no claramente justificados o el inicio de dietas restrictivas, a espaldas o con la complacencia familiar, con la finalidad hipotética
de mejorar la figura.
Los pacientes y sus familias deben estar informados de los riesgos que
supone hacer una dieta y aún más si no está supervisada médicamente, de los
efectos reales de éstas, sus efectos colaterales y secundarios.
Dirigida a la población general, una educación dietética que tenga en
cuenta las costumbres culturales y tipo de vida; así como las tradiciones, con
el fin de orientar y desarrollar una cultura de la alimentación apoyada en los
conocimientos de la propia población, fácil de desarrollar y no sujeta a modas.
Identificación de los grupos de riesgo
No ha sido probada ni evaluada la eficacia de la medición del riesgo
(mediante test psicométricos) en los adolescentes, incluso en aquellas poblaciones especialmente vulnerables como las gimnastas, bailarinas y deportistas
en general, aunque algunos autores proponen determinadas herramientas como
el EDI (Inventario de los trastornos de la conducta alimentaria) para valorar
incluso el pronóstico a largo plazo de los pacientes.
No obstante parece necesario que en ciertos grupos expuestos a “factores
de riesgo”, se extreme la vigilancia activa e incluso se valoren posibles comportamientos o actitudes sugerentes de un trastorno del comportamiento
alimentario; la exploración con un test psicométrico podría estar recomendada.
Existen determinados cuestionarios (EAT-40, EDI, BITE) mediante los
cuales se podrían detectar aquellos sujetos que están en situación de riesgo y
sobre los que habrán de incidir las medidas de prevención, que pueden ir
desde la información al seguimiento, intentando evitar la eclosión del trastorno.
200
Prevención de los trastornos del comportamiento alimentario
La mayoría de estos cuestionarios son capaces de detectar rasgos específicos en lo que respecta a la percepción y aceptación del propio cuerpo, de
la imagen, además de fallas en la propia estima, así como comportamientos
predisponentes a la adquisición de hábitos alimentarios restrictivos.
Es sobre estos grupos de sujetos vulnerables al trastorno, sobre los que
habrá que actuar, además de aquellos colectivos que, por características particulares como ser modelos, gimnastas, deportistas, etc., se ha demostrado
que presentan una mayor incidencia de este tipo de patologías, además de
incitar en muchos casos conductas de imitación entre los adolescentes.
Acción sobre los estereotipos culturales
Son muchos los factores sociales, económicos, culturales, etc., que contribuyen a crear la idea de que la delgadez corporal se asocie, en nuestra
cultura occidental a prestigio social, autoestima alta, belleza, elegancia, aceptación social, estar en forma, búsqueda de perfección y juventud.
Una prevención adecuada de los trastornos de comportamiento alimentario
deberá tratar de incidir sobre estos estereotipos culturales, encaminada hacia
tres objetivos principales:
• Sensibilizar a la población sobre el riesgo que conlleva la cultura del
estereotipo inalcanzable irreal.
• Neutralizar el mensaje “belleza física igual a éxito”.
• Exigir un control por parte de los organismos pertinentes sobre el “negocio de la belleza”.
La cultura “del cuerpo ideal” mueve cantidades ingentes de dinero en
todo el mundo.
La necesidad inducida de alcanzar una imagen estereotipada e irrealista
de belleza, es aprovechada por infinidad de sectores de mercado, en muchas
ocasiones sin escrúpulos.
Así el negocio de la publicidad, de los “mass-media”, de la moda, de las
dietas milagro, de los tratamientos adelgazantes, de libros, videos, revistas,
alimentos y un larguísimo etcétera, no han dudado en anteponer sus intereses
económicos a los intereses generales de salud de la población, y así “el fin
justificó los medios”. En este sentido no cabe duda de que las distintas administraciones públicas, haciendo uso de sus competencias legales y del deber de protección de la salud de los ciudadanos, deberán tomar medidas de
control de este negocio, que prevengan actitudes y conductas que generen
riesgos para la población en lo referente a este tipo de trastornos.
201
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Educación escolar
La educación escolar tiene un papel fundamental en la prevención temprana de los trastornos del comportamiento alimentario, muy especialmente
sobre la anorexia nerviosa. En este sentido, la función del educador no es
exclusivamente la de ejecutar programas de educación alimentaria como algunos pretenden, sino que va mucho más allá.
Los educadores tienen la función
de promover en el alumnado la formación de un juicio crítico ante las
imposiciones sociales, enseñarles a
valorar su propio cuerpo y todas las
posibilidades que éste ofrece; ayudarles a desarrollar una idea ajustada de
sí mismos, que reconozcan sus capacidades y también sus limitaciones
como personas; animarles en la elección de metas realistas, de acuerdo
con sus posibilidades físicas y emo- Figura 1. Educación necesaria para adolescentes
cionales, y transmitir la importancia sobre el problema de los trastornos del comporde saber aceptar errores, soportar y tamiento alimentario. Tomado de: www.
theindependent.com/photos/032702/healthfair3.jpg
tolerar las frustraciones.
Tienen además un papel importante en la detección precoz de comportamientos, cambios emocionales o físicos y conductas de riesgo en estos grupos
de población.
La educación escolar deberá abordar los siguientes aspectos dentro de
una prevención primaria:
• Autoestima, concepto y desarrollo personal.
• Desarrollo de la estima en los otros.
• La imagen corporal. Formación del esquema corporal. Conocer, valorar,
aceptar y cuidar el propio cuerpo para mantener la salud, adquirir una
identidad positiva como mujer o como hombre y para tener confianza
en uno mismo y abrirse a los demás.
• Los condicionantes socioculturales: los medios de comunicación social,
la moda del vestir, los intereses económicos, la transmisión oral de
dietas, la imagen corporal como requisito para el trabajo. La imagen
corporal y determinadas actividades artísticas o deportivas.
• La alimentación, el ejercicio físico, la salud como objetivo.
202
Prevención de los trastornos del comportamiento alimentario
PREVENCIÓN SECUNDARIA
La prevención secundaria está encaminada a reducir la prevalencia del
problema, acortando la duración del mismo y disminuyendo el tiempo que
media entre la aparición del trastorno y la búsqueda e inicio del tratamiento.
Las medidas de prevención secundaria consistirán en:
• Diagnóstico y tratamiento precoces.
• Tratamientos correctos.
• Dispositivo asistencial eficaz.
Diagnóstico y tratamiento precoces
Un diagnóstico y tratamiento rápido y adecuado es el elemento principal
capaz de reducir la aparición de secuelas asociadas a los trastornos de la
conducta alimentaria y evitar la cronificación de los pacientes. Los signos de
alarma habituales y que llevan a las familias a consultar con el médico o
pediatra suelen ser la pérdida de peso, la aparición de amenorrea, preocupación excesiva por el peso o la figura, o alteraciones llamativas de la alimentación.
El curso natural de los trastornos de la conducta alimentaria es variable
pero como media se demora hasta 4-5 años. En ocasiones, la demora se debe
no tanto a un diagnóstico tardío como a la pretensión de resolver el problema
desde una vertiente estrictamente somática.
A veces el diagnóstico no es considerado por el profesional o no es
aceptado por la familia, buscándose entonces causas físicas mediante exploraciones complementarias muchas veces innecesarias, y ensayando tratamientos dietéticos o vitamínicos a todas luces ineficaces.
Como ya dijimos anteriormente tanto el pediatra como el médico de
familia suelen ser los primeros contactos del niño y su familia, y por tanto
pueden detectar alteraciones del crecimiento y desarrollo del niño, e incluso
los primeros síntomas, por lo que deberían estar entrenados para la detección
y orientación al paciente y familiares para un tratamiento precoz y eficaz.
Los odontólogos pueden detectar precozmente a los pacientes vomitadores
dado que el signo patognomónico de los vómitos son pequeñas caries en la
cara palatina de los incisivos superiores. En último lugar el ginecólogo puede
detectar las amenorreas tanto primarias como secundarias de los trastornos de
la alimentación.
Ya hemos hablado del papel de los educadores como profesionales capaces de detectar signos de alarma en la población escolar.
203
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Por lo tanto, es necesaria una formación adecuada de diferentes colectivos de profesionales que pueden estar en contacto con la población de riesgo
y actuar como elementos de detección de los trastornos de conducta alimentaria
(maestros, profesores, psicólogos escolares, farmacéuticos, etc.), así como de
los médicos de atención primaria, para que sean capaces de diagnosticar lo
más precozmente posible, y, en consecuencia, tratar o derivar los casos que
llegan a sus consultas.
Tratamientos correctos
Los objetivos de tratamiento son los siguientes:
• Recuperar un peso saludable.
• Lograr una menstruación y ovulación normal en las mujeres, el deseo
sexual normal y los niveles hormonales en varones.
• Restaurar el crecimiento físico y sexual normal, y el desarrollo en niños
y adolescentes.
• Evitar las complicaciones físicas.
• Reforzar la motivación del paciente en la cooperación y recuperación
de modelos saludables en la alimentación así como la participación en
el tratamiento.
• Proporcionar educación para una nutrición saludable y los modelos de
alimentación.
• Corregir los pensamientos disfuncionales, las actitudes y los sentimientos relacionados con el trastorno de la alimentación.
• Tratar los trastornos psiquiátricos asociados, incluidos la alteración del
humor, y de la conducta.
• Conseguir apoyo familiar y proporcionar a la familia consejo y terapia
cuando sea apropiado.
• Prevenir las recaídas.
El tratamiento correcto deberá abordar todas las áreas implicadas en este
trastorno, tanto físicas (inanición) como conductuales (ayuno, purga y
malnutrición) y cognitivas.
Habrá que tratar la pérdida de peso pero también el fondo multidimensional
del problema.
Dispositivo asistencial eficaz
Los recursos actuales para tratar los trastornos de la alimentación aún son
escasos, y la eclosión de esta enfermedad ha puesto de manifiesto que los
204
Prevención de los trastornos del comportamiento alimentario
dispositivos de salud mental han sido incapaces de adecuar dispositivos eficaces para asumir y tratar a todas estas pacientes.
Esta adecuación debe abordar los siguientes puntos:
1. Formación de equipos multidisciplinarios expertos en el tratamiento de
estas enfermedades.
2. Una correcta información a los profesionales, que incluya la forma de
tratar el trastorno y el lugar más idóneo.
3. Creación de centros específicos para el tratamiento, tanto en el ámbito
ambulatorio como al nivel de hospitalización:
• Creación de Unidades de atención hospitalaria.
• Creación de Hospitales de Día.
En cualquier caso, el acceso a los dispositivos de atención por parte del
paciente y sus familiares, y la capacidad de derivación de los profesionales
entre distintos niveles y disciplinas debe ser garantizada.
La formación y especialización del personal que atiende este tipo de
trastornos se ha mostrado como una herramienta eficaz en su tratamiento.
Prevención de recaídas
La prevención de recaídas es un aspecto a considerar en los trastornos
que tienen una tendencia a la cronicidad.
Las medidas más eficaces para prevenir las recaídas son las combinadas:
1. Farmacológicas (Inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina).
2. Psicosociales.
3. Educación nutricional.
4. Seguimiento de los casos resueltos favorablemente.
PREVENCIÓN TERCIARIA
La idea de practicar una prevención terciaria ha sido poco considerada
hasta ahora, sin embargo nos permitiría:
• Disminuir las hospitalizaciones.
• Reducir la estancia media.
• Actuar sobre los factores que prolongan o mantienen el cuadro.
• Evaluar necesidades asistenciales.
Además, el desarrollo de dispositivos capaces de seguir la evolución de
los pacientes, de proporcionar tratamientos a largo plazo y de brindar el
205
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
apoyo Social necesario es imprescindible de cara a reducir la discapacidad
futura.
Existe un grupo importante de pacientes crónicos, refractarios al tratamiento, a los que se les puede ofrecer una prevención terciaria de sus síntomas más graves y de sus complicaciones más severas.
Aquellos pacientes en los que la respuesta terapéutica haya sido nula
después de repetidos intentos, que tengan comprometida su salud física por
sus conductas de purga, consumo de sustancias o caquexia, pueden beneficiarse de medidas encaminadas a paliar las complicaciones y evitar el riesgo
vital. Si se evita la caquexia extrema, los desequilibrios electrolíticos, el
riesgo autolítico y las complicaciones por déficit inmunitario se favorece la
supervivencia. Si, al mismo tiempo, se aceptan algunas conductas y se pactan
otras, el marco familiar no se deteriora, la paciente y su familia pueden vivir
con una mejor adaptación y calidad de vida.
206
Prevención de los trastornos del comportamiento alimentario
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Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
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208
TEMA 18
EVOLUCIÓN Y PRONÓSTICO DE LA
ANOREXIA Y BULIMIA NERVIOSA
Ismael Maldonado Díaz y Mehrdad Shushtarian
EVOLUCIÓN Y PRONÓSTICO DE LA ANOREXIA NERVIOSA
El curso de la anorexia nerviosa dependerá del momento evolutivo en
que el paciente es diagnosticado, de la severidad y riesgos biológicos de
muerte, de la actitud del paciente y su familia y de la gravedad y cronización
de los trastornos del esquema corporal; y, varía desde un episodio único con
recuperación psicológica y de peso corporal, pasando por una rehabilitación
nutricional con recaídas, hasta un curso no remitente que finaliza con la
muerte del paciente.
Como consecuencia de la conducta anoréxica, que lleva a la desnutrición,
la manifestación clínica más llamativa de estos pacientes es la delgadez. La
valoración antropométrica de estos enfermos va a permitir conocer el estado
nutricional en un momento dado, seguir su evolución e incluso sentar el
pronóstico.
El peso es un buen indicador del estado nutricional y el parámetro más
práctico para controlar a estos enfermos extrahospitalariamente. La pérdida
de peso es constante y significativa en caso de evolución desfavorable. Sin
embargo, ésta medida no permite reflejar los cambios experimentados en los
distintos compartimentos corporales, especialmente en el tejido adiposo. Todavía no se sabe con certeza, si los cambios hormonales producidos en la
recuperación de estos enfermos se deben a la ganancia del tejido graso, como
es el caso de la amenorrea.
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
La talla se ve afectada si la duración del proceso es prolongado y la
anorexia nerviosa comienza con la edad prepuberal. La recuperación del crecimiento, entonces, es más lenta. La detención del crecimiento en casos
prepuberales puede constituir un signo de alarma de igual valor que la aparición de amenorrea en casos de enfermas puberales y puede repercutir en una
disminución importante de la talla adulta de estos pacientes.
La mayoría de los estudios muestran que muchos pacientes anoréxicos
pueden mostrar una considerable mejoría en su condición médica, aunque la
mayoría seguirá sufriendo el conjunto de características psicológicas de la
enfermedad. Menos de un cuarto de estos pacientes puede considerarse que
conseguían un buen ajuste psicológico cuando se hacia el seguimiento con
edades comprendidas entre 20 y 50 años. Es de interés hacer notar que en su
estudio longitudinal a 30 años, Theander (1985) halló que el 75% de sus
pacientes podían ser considerados psicológicamente estables; esto no era así
en el momento de los primeros exámenes de seguimiento. Dos de los estudios
a largo plazo más satisfactorios metodológicamente han mostrado un porcentaje de muertes del 6,6% después de 10 años de seguir un programa de
tratamiento bien definido y un porcentaje del 18% a los 30 años de seguimiento según algunos autores. Tras 12 años de evolución la recuperación se
considera sumamente difícil. Alrededor de la mitad de los pacientes anoréxicos
incurren en episodios bulímicos, especialmente a partir de los 17 años de
edad, y con cierta frecuencia estos episodios se incrementan hasta dar lugar
a una bulimia nerviosa propiamente dicha.
No existe ningún factor claramente demostrado que influya sobre el pronóstico de la enfermedad, pero en líneas generales, los pobres resultados
obtenidos en los estudios están asociados a la larga duración de la enfermedad, una edad de inicio más avanzada, peso inicial muy bajo, admisiones
previas en hospitales psiquiátricos, pobre adaptación social en la infancia,
problemas de personalidad premórbidos, desarrollo de rasgos bulímicos, y
dificultades de relación entre los pacientes y otros miembros de la familia y/
o sus parejas.
EVOLUCIÓN Y PRONÓSTICO DE LA BULIMIA NERVIOSA
Teniendo en cuenta que la bulimia nerviosa aparece como una entidad
diferenciada en la DSM-III en 1980, y que los criterios diagnósticos han sido
revisados en varias ocasiones, resulta fácil comprender que apenas existan
estudios longitudinales a largo plazo sobre estos pacientes.
210
Evolución y pronóstico de la anorexia y bulimia nerviosas
Los estudios muestran que tras un año de evolución, 2 de cada 3 pacientes ya no cumplía criterios de DSM-III-R, lo cual no significa que hubiera
desaparecido completamente la sintomatología. Constatándose que las mejoras casi nunca se acompañaron de aumento de peso. Muy pocos casos evolucionaron hacia la anorexia nerviosa (lo opuesto es lo frecuente).
Su curso es intermitente y la mejoría en los síntomas bulímicos suele
acompañarse de mejorías en la sintomatología acompañante, depresiva o ansiosa,
así como en las actitudes generales ante la alimentación, y no suele ser debilitante a no ser que se complique con desequilibrios electrolíticos y alcalosis
metabólica.
La literatura pone de manifiesto la existencia de ciertos factores asociados a un pronóstico negativo: larga evolución del trastorno, frecuencia elevada de atracones y vómitos al presentarse el cuadro, e historia familiar de
alcoholismo y depresión.
En cuanto a datos sobre pronóstico fatal los estudios muestran resultados
dispares que oscilan entre 1–10%. En líneas generales, podemos decir que el
pronóstico es mejor que el de la anorexia nerviosa.
211
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
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212
TEMA 19
CALIDAD DE VIDA EN PACIENTES
AFECTADOS DE TRASTORNOS DEL
COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO:
ANOREXIA Y BULIMIA NERVIOSA
Rosa Carabaño Moral
INTRODUCCION
Existen varias patologías que constituyen las alteraciones de la alimentación como son la anorexia nerviosa y la bulimia.
Seguidamente explicaremos brevemente los siguientes conceptos:
1. La anorexia nerviosa se caracteriza por una negativa a mantener el
peso en un valor igual o superior a un peso corporal mínimamente
normal (< 85% del peso esperado para la edad y la talla, o un índice
de masa corporal inferior a 15.5 kg/m2; o por una dificultad para lograr
la ganancia de peso, preocupación a cerca del peso, una actitud de
negación hacia el bajo peso que tiene la presencia de amenorrea. Se
han definido dos subtipos de anorexia nerviosa: uno caracterizado por
atracones alimenticios con conductas de purgación y otro caracterizado
por restricción en la alimentación.
2. La bulimia nerviosa se define como una intensa preocupación por el
peso corporal y la figura, acompañada de episodios regulares e
incontrolados de ingesta de cantidades exageradas de comida (atracones
alimenticios) asociados con el uso de métodos extremos para contrarrestar los temidos efectos de estos episodios de atragantemiento de
comida. Si la persona también cumple los criterios diagnósticos de
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
anorexia nerviosa, entonces el diagnostico de anorexia nerviosa toma
preferencia. La bulimia nerviosa puede ser difícil de identificar debido
al carácter extremadamente secreto que tienen los episodios de
atragantamiento alimenticio y las conductas de purgamiento. El peso
puede ser normal, pero a menudo se encuentra una historia de anorexia
nerviosa o de restricciones en la dieta. Algunas personas puedan alternar entre la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa.
3. La calidad de vida es descrita por algunos autores como un conjunto
de comportamientos y actitudes individuales que mantienen a la persona sana y libre de un deterioro físico ante una enfermedad crónica.
Este modelo de atención médica delega en la persona afectada toda la
responsabilidad sobre su salud. La persona enferma deber cambiar su
estilo de vida, dejar de fumar, beber alcohol o dejar de usar sustancias
controladas, adherirse a su tratamiento de manera estricta, mantener
una dieta nutritiva, reposar adecuadamente, meditar y desarrollar su
vida espiritual, a fin de poder obtener una buena calidad de vida. La
calidad de vida depende solo del individuo, como si la salud fuera un
evento voluntario.
CALIDAD DE VIDA EN LA ANOREXIA Y BULIMIA NERVIOSA
El interés por la Calidad de Vida ha existido desde tiempos inmemorables.
Sin embargo, la aparición del concepto es relativamente reciente. La idea
comienza a popularizarse en la década de los 60 hasta convertirse hoy en un
concepto utilizado.
Inicia el desarrollo de los indicadores sociales, estadísticos que permiten
medir datos y hechos vinculados al bienestar social de una población. Estos
indicadores tuvieron su propia evolución siendo en un primer momento referencia de las condiciones objetivas, de tipo económico y social, para en un
segundo momento contemplar elementos subjetivos.
El desarrollo y perfeccionamiento de los indicadores sociales, a mediados
de los 70 y comienzos de los 80, provocará el proceso de diferenciación entre
éstos y la Calidad de Vida. La expresión comenzó a definirse como concepto
integrador que comprende todas las áreas de la vida (carácter multidimensional)
y hace referencia tanto a condiciones objetivas como a componentes subjetivos.
Transcurridos 20 años, aún existe una falta de consenso sobre la definición del concepto y su evaluación. Así, aunque históricamente han existido
dos aproximaciones básicas: aquella que lo concibe como una entidad unita214
Calidad de vida en pacientes afectados de trastornos del comportamiento alimentario
ria, y la que lo considera un concepto compuesto por una serie de dominios.
Según éstas, la Calidad de Vida ha sido definida como la calidad de las
condiciones de vida de una persona, como la satisfacción experimentada por
la persona con dichas condiciones vitales, como la combinación de componentes objetivos y subjetivos, es decir, Calidad de Vida definida como la
calidad de las condiciones de vida de una persona junto a la satisfacción que
ésta experimenta y, por último, como la combinación de las condiciones de
vida y la satisfacción personal ponderadas por la escala de valores, aspiraciones y expectativas personales
En salud la percepción que tiene el paciente de los efectos de una enfermedad determinada o de la aplicación de cierto tratamiento en diversos ámbitos de su vida, especialmente de las consecuencias que provoca sobre su
bienestar físico, emocional y social. Las tradicionales medidas mortalidad/
morbilidad están dando paso a esta nueva manera de valorar los resultados de
las intervenciones, comparando unas con otras, y en esta línea, la meta de la
atención en salud se está orientando no sólo a la eliminación de la enfermedad, sino fundamentalmente a la mejora de la Calidad de Vida del paciente.
Los trastornos de la alimentación han aumentado en incidencia en los
últimos años, especialmente en la población femenina. Estas patologías como
sabemos afectan principalmente a jóvenes y tiene un gran impacto que se
manifiesta a nivel físico, psicológico y social, junto a una tendencia a la
cronificación o a la recuperación parcial.
Por lo tanto el estudio de la calidad de vida de dicha población joven es
de interés por años de vida perdidos entre otras pérdidas de salud medibles
y objetivables.
Cada vez es mayor la importancia que en los últimos años se está otorgando a ésta medida, como la forma de evaluar el estado de salud de los
pacientes, y como instrumento para valorar los resultados de las intervenciones, especialmente en lo que se refiere a patologías crónicas. En el caso de
las patologías psiquiátricas, como la anorexia y la bulimia, la evaluación de
la calidad de vida puede servir como complemento a la perspectiva de los
clínicos, de forma que se pueda obtener más información sobre la enfermedad
y su impacto en la vida de los pacientes.
Hasta ahora han sido escasos los estudios presentes en la literatura científica que han valorado la calidad de vida en trastornos de la alimentación.
Estos pacientes presentan una gran afectación de su calidad de vida, especialmente en el área mental.
215
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Como cuestionarios específicos para la valoración de la calidad de vida
en los trastornos de la alimentación nos encontramos con los siguientes:
1. Como cuestionario genérico de salud, el SF-36, Health Survey, que
proporciona un perfil del estado de salud, cuyos ítems detectan tanto
estados positivos como negativos de la salud. Evalúa 8 dimensiones de
la salud: funcionamiento físico, rol físico, dolor, salud general, vitalidad, funcionamiento social, salud mental y rol emocional. Cada dimensión se puntúa sumando los valores de las diferentes categorías de
respuestas de los ítems que lo componen de manera similar a una
escala de Likert, tal como describen los autores originales. Las puntuaciones oscilan entre 100, que significaba máxima capacidad o bienestar, a cero, mínima capacidad o bienestar. El SF-36 ya ha sido traducido y validado en España.
2. El Eating Attitudes Test de Garner y Garfinkel evalúa las características conductuales y cognitivas de los pacientes con anorexia o bulimia
en tres factores: control oral, dieta y bulimia. Consta de 40 ítems
puntuables de 0 a 3, que se contestan con una escala de seis posibles
respuestas, desde “nunca” hasta “siempre”. El rango de puntuaciones
oscila entre 0 y 120 puntos. El punto de corte se ha establecido en más
de 30 puntos para poder considerarse caso clínico. A la hora de descartar trastorno alimentario en los grupos controles, las puntuaciones
globales más elevadas son indicativas de una mayor severidad en el
trastorno alimentario. Este cuestionario ha sido traducido y validado en
muestras españolas.
3. La Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria (The Hospital Anxiety
and Depression Scale, HAD) se compone de 14 ítems, autocontestados
por el paciente, siete de los cuales evalúan ansiedad y los otros siete
depresión. Es una escala de cribado y sus puntuaciones permiten clasificar a los pacientes como posibles casos clínicos. Tiene como objetivo localizar trastornos de ansiedad y depresión en un medio hospitalario no psiquiátrico o, por extensión, en medios ambulatorios comunitarios o de atención primaria, así como determinar la gravedad de los
mismos. El HAD está estructurado como una escala de tipo Likert, que
oscila de 0 a 3, en la que los pacientes tienen que describir los sentimientos que han experimentado durante la última semana. Una puntuación total entre 0 y 7 es considerada caso no clínico, de 8 a 10 dudoso
y de 11 en adelante, posible caso clínico de ansiedad y/o depresión. La
216
Calidad de vida en pacientes afectados de trastornos del comportamiento alimentario
máxima puntuación de cada una de las escalas es 21, indicando una
mayor afectación en esa área. La escala ha sido adaptada al castellano.
Todos estos cuestionarios son autorrellenables y su cumplimentación
no supone más de 10 minutos por cuestionario. Además, se recogieron
también variables sociodemográficas, como sexo y fecha de nacimiento, y clínicas, caso de peso, altura, índice de masa corporal, tiempo de
evolución y tipo de trastorno.
En los escasos estudios publicados sobre dicho
tema, nos encontramos que los datos del SF-36 en
sus medidas resumen, indican que los pacientes con
trastornos de alimentación tienen una calidad de vida
peor que la población general de su mismo sexo y
edad, siendo el área mental la que más afectación
presenta.
Figura 1. La anorexia nerviosa es una enfermedad grave, que
puede llevar a la muerte. Tomada de: www.hanem.com/issue25/
mother.html
Se constató una gran similitud en los niveles de percepción de la calidad
de vida. Todas las dimensiones, excepto el funcionamiento físico, estaban
afectadas, pero esta afectación se observaba sobre todo en las áreas mentales:
rol emocional y salud mental, fundamentalmente. Los pacientes con anorexia
purgativa y bulimia eran los que peor percepción de su calidad de vida presentaban, percibiéndose más claramente esa diferencia en las dimensiones de
dolor corporal, rol físico y vitalidad. El subgrupo de anorexia purgativa es el
que peor calidad de vida presenta, así como en el área de rol físico. Los
resultados del SF-36 son inferiores a los de la población general, percibiéndose
un deterioro de la salud percibida en comparación con los sujetos de su
mismo sexo y edad. Sólo en una de las dimensiones físicas (funcionamiento
físico), el grupo de pacientes con trastornos de la alimentación se acercaba al
grupo de población general.
Los pacientes con una sintomatología más grave muestran también una
mayor afectación de la calidad de vida. Esta mayor afectación es más evidente en ciertas áreas, como el funcionamiento social, el rol emocional y la salud
mental. Los pacientes que mostraban una sintomatología leve tenían puntuaciones en el SF-36 cercanas a las de la población general de su mismo sexo
y edad en funcionamiento físico, vitalidad y rol físico.
217
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Comparado con otras patologías mentales crónicas, los pacientes con
trastornos de la alimentación presentaban una percepción de la calidad de
vida similar o incluso peor que el resto de las patologías psiquiátricas, excepto en el funcionamiento físico, donde estos pacientes muestran puntuaciones
superiores a las mostradas por los pacientes afectados de otros trastornos
psiquiátricos. Las áreas mentales eran también las más afectadas, y es ahí
donde los trastornos de alimentación presentaban resultados similares e incluso inferiores a otros trastornos psiquiátricos, como por ejemplo el funcionamiento social, la salud mental y la salud general.
Como conclusión, los pacientes con alteraciones de la alimentación tienen claramente una peor calidad de vida tanto respecto a la población general
como con patologías crónicas y se hace más manifiesto en los casos más
graves de las alteraciones del comportamiento alimentario.
218
Calidad de vida en pacientes afectados de trastornos del comportamiento alimentario
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219
PARTE IV
OTROS TRASTORNOS DEL
COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO
TEMA 20
OTROS TRASTORNOS DEL
COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO
Ana Mª Ortiz Viana, Isabel Beltrán Velasco, José Guerrero Velásquez,
Ester Idini, Mª Teresa Puertas Ramírez y José Pablo Muñoz López
INTRODUCCIÓN
Dentro de los trastornos de la conducta alimentaria, la anorexia nerviosa
y la bulimia nerviosa son los más frecuentes, no obstante, no hay que olvidar
la existencia de otras alteraciones del comportamiento alimentario con las que
nos podemos encontrar en la práctica clínica diaria. Sin conocer su existencia
no podremos llegar a su diagnóstico, de ahí la importancia de este capítulo.
Dentro de las dos clasificaciones que existen sobre enfermedades mentales, CIE-10 y DSM-IV, la primera agrupa los trastornos de la conducta
alimentaria en:
1. Anorexia nerviosa.
2. Anorexia nerviosa atípica.
3. Bulimia nerviosa.
4. Bulimia nerviosa atípica.
5. Hiperfagia en otras alteraciones psicológicas.
6. Vómitos en otras alteraciones psicológicas.
7. Otros trastornos de la conducta alimentaria: disminución psicógena del
apetito y pica de origen orgánico en adultos.
En otros apartados encontramos:
- Trastorno de la conducta alimentaria en la infancia.
- Dificultades y malos cuidados alimentarios.
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
- Anorexia o disminución del apetito sin especificar.
- Pica en la infancia.
En el caso del DSM-IV, la clasificación queda así establecida:
1. Trastornos de la conducta alimentaria:
- Anorexia nerviosa.
- Bulimia nerviosa.
- Trastornos de la conducta alimentaria no especificado, incluye el
trastorno por atracón.
2. Trastornos de la ingestión y de la conducta alimentaria en la infancia
o niñez:
- Pica.
- Trastorno de la rumiación.
- Trastorno de la ingestión alimentaria de la infancia o la niñez.
A cotinuación desarrollaremos las características más relevantes de algunos de estos trastornos excepto de la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa
que ya han sido tratadas en anteriores capítulos.
ANOREXIA NERVIOSA ATÍPICA
Como el mismo nombre indica, este término se utiliza para aquellos
casos de anorexia nerviosa que no cumplen todas las características de esta
última.
Pueden fallar signos como la pérdida significativa de peso o la amenorrea, además no es debida a una etiología somática conocida.
Generalmente, este cuadro lo encontramos en psiquiatría de interconsulta
y enlace y en atención primaria. Es un trastorno que sólo recoge el CIE-10,
no apareciendo en el DSM-IV. Lo mismo va a ocurrir con el trastorno siguiente.
BULIMIA NERVIOSA ATÍPICA
Como en el caso anterior, se trata de cuadros de bulimia nerviosa en los
que fallan algunos de los síntomas o signos principales que caracterizan a
dicho trastorno. Podemos encontrar casos con peso normal, que definiríamos
como bulimia con peso normal, o incluso superior a lo normal con episodios
de ingesta excesiva seguidos de vómitos o purgas. Con relativa frecuencia, en
224
Otros trastornos del comportamiento alimentario
síndromes parciales podemos encontrar síntomas depresivos que también deberán
ser tratados.
HIPERFAGIA EN ALTERACIONES PSICOLÓGICAS
Se trata de un término recogido por el CIE-10 que se refiere a la “...ingesta
excesiva como una reacción a acontecimientos estresantes y que da lugar a la
obesidad. Duelos, accidentes, intervenciones quirúrgicas y acontecimientos
emocionalmente estresantes pueden dar lugar a una “obesidad reactiva”, en
especial en pacientes predispuestos a la ganancia de peso.”
Hay que diferenciar este trastorno de las situaciones en las que, a priori,
el paciente sufre una obesidad y ésta desencadena falta de confianza en las
relaciones interpersonales y baja autoestima, y situaciones en las que la obesidad es el resultado de efectos secundarios de tratamientos farmacológicos.
Este trastorno recibe también el nombre de hiperfagia psicógena.
VÓMITOS EN OTRAS ALTERACIONES PSICOLÓGICAS
Se le conoce también con el término de vómitos psicógenos e hiperemesis
gravídica psicógena.
Pueden aparecer vómitos repetidos, no autoprovocados, en cuadros
disociativos, en la hipocondría como uno de los muchos síntomas corporales
experimentados, y en el embarazo en donde factores emocionales pueden
facilitar la aparición de vómitos o náuseas recurrentes.
TRASTORNO DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA EN LA
INFANCIA
Aquí, el CIE-10 hace referencia a un trastorno que se presenta por lo
general en la infancia y en la niñez. La característica fundamental es que el
niño rechaza los alimentos o presenta conductas muy caprichosas que se
alejan bastante de lo que es una conducta alimentaria normal y lo hace frente
a su cuidador habitual. En ocasiones puede asociarse un proceso que describiremos posteriormente en éste capítulo, la rumiación o mericismo.
Para diagnosticar éste trastorno habrá que descartar que se deba a una
enfermedad orgánica. No hay que confundirlo con los pequeños caprichos,
225
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
tan frecuentes en la infancia y niñez, o las variaciones al alza o la baja de la
alimentación. Todas estas dificultades en la alimentación del niño son normales, pero si su grado supera alarmantemente ese rango de normalidad, si las
características de dicha dificultad son cualitativamente anormales, o si el niño
tiene una tendencia clara a ganar o perder peso en un período de al menos un
mes, sí debemos pensar que estamos ante este trastorno.
Los trastornos con los que se establecerá el diagnóstico diferencial son:
1. Trastornos en los que el niño come bien con adultos distintos a su
cuidador habitual.
2. Enfermedad orgánica suficiente para explicar el rechazo a la comida.
3. Anorexia y otros trastornos de la conducta alimentaria.
4. Trastorno psiquiátrico más amplio.
5. Pica.
6. Trastorno de la conducta alimentaria por malos tratos.
RECHAZO ALIMENTARIO
Se trata de un síntoma que puede aparecer en múltiples patologías psiquiátricas. Una de esas patologías puede ser la anorexia nerviosa; en sus
primeras etapas la paciente no pierde el apetito pero rechaza la comida, no
siempre es fácil darse cuenta de éste síntoma ya que lo disimulan dando como
pretexto molestias intestinales pospandriales, etc. En los pacientes psicóticos
puede darse, si presentan una ideación delirante de aliñamiento, es decir, si
creen que en la comida existe veneno; en las formas catatónicas de la
esquizofrenia, debido al negativismo que sufren. El tratamiento dependerá de
la patología psiquiátrica de la que forma parte.
PICA O ALOTRIOFAGIA
La pica se trata de un trastorno de la conducta alimentaria en la que el
sujeto ingiere de forma persistente sustancias no nutritivas, por ejemplo la
tierra, desconchones de pintura, etc.
Se considera una conducta anormal cuando aparece por encima de los 18
meses. En el caso de los niños, puede tratarse de un síntoma más de un
trastorno psiquiátrico grave, el autismo, el retraso mental, etc. También puede
aparecer en niños con inteligencia normal, generalmente, niños pequeños, y
remitir en la adolescencia.
226
Otros trastornos del comportamiento alimentario
En el caso de los adultos, puede presentarse esta conducta en sujetos
afectados de psicosis, retraso mental y en demencias.
Según lo ingerido, así se presentarán las complicaciones. Las más frecuentes son la infección por parásitos, la obstrucción intestinal y la intoxicación por plomo.
RUMIACIÓN O MERICISMO
Se trata de un trastorno poco frecuente que aparece entre los tres y los
doce meses. Consiste en la regurgitación repetida de la comida ingerida, se
acompaña de pérdida de peso o incapacidad para ganar el peso esperado para
la edad del niño debido a que la comida es expulsada o, en otras ocasiones,
de nuevo deglutida.
Puede aparecer en niños con retraso mental o trastorno generalizado del
desarrollo. Se trata de un trastorno de baja prevalencia pero de carácter grave
pues tiene una tasa de mortalidad del 25%. Algunos autores atribuyen el
origen del cuadro a una grave alteración de la relación materno-infantil.
POTOMANÍA
La potomanía es una alteración no recogida en ninguna de las dos clasificaciones que sobre enfermedades mentales existen. Se trata de la ingesta
excesiva de líquidos, habitualmente agua. Siempre que nos encontremos con
esta patología se deberá hacer un diagnóstico diferencial con la diabetes insípida. En ocasiones, dicho diagnóstico deberá realizarse con el paciente
hospitalizado ya que puede existir un componente de simulación que nos
dificulte su estudio, durante su ingreso se realizará la prueba de la deshidratación consistente en administrar hormona antidiurética y medir la osmolaridad
de la orina y del plasma. Mientras que en la diabetes insípida existe una
alteración a nivel de la neurohipófisis fundamentalmente, en la potomanía
podemos encontrar en los pacientes estructuras caracteriales histéricas, se
puede ver también como síntoma, en sujetos aquejados de anorexia nerviosa
en los que el objetivo de la ingesta excesiva de agua es el de inducir saciedad
o engañar sobre la ganancia ponderal real.
227
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
TRASTORNO DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA NO ESPECIFICADO
La clasificación del DSM-IV lo recoge así:
F50.9 Trastorno de la conducta alimentaria no especificado [307.50]
La categoría trastorno de la conducta alimentaria no especificada se refiere a los trastornos de la conducta alimentaria que no cumplen los criterios
para ningún trastorno de la conducta alimentaria específica.
Algunos ejemplos son:
1. En mujeres se cumplen todos los criterios diagnósticos para la anorexia nerviosa, pero las menstruaciones son regulares.
2. Se cumplen todos los criterios diagnósticos para la anorexia nerviosa
excepto que, a pesar de existir una pérdida de peso significativa, el
peso del individuo se encuentra dentro de los límites de la normalidad.
3. Se cumplen todos los criterios diagnósticos para la bulimia nerviosa,
con la excepción de que los atracones y las conductas compensatorias
inapropiadas aparecen menos de 2 veces por semana o durante menos
de 3 meses.
4. Empleo regular de conductas compensatorias inapropiadas después de
ingerir pequeñas cantidades de comida por parte de un individuo de
peso normal (p. ej., provocación del vómito después de haber comido
dos galletas).
5. Masticar y expulsar, pero no tragar, cantidades importantes de comida.
6. Trastorno por atracón: se caracteriza por atracones recurrentes en ausencia de la conducta compensatoria inapropiada típica de la bulimia
nerviosa (v. pág. 745 para los criterios que se sugieren).
Dentro de este trastorno se sitúa el trastorno por atracón o binge eating
que veremos a continuación.
TRASTORNO POR ATRACÓN
Esta patología no aparece definida de forma independiente como tal en
el DSM-IV aunque se trata de un apartado dentro de otras nuevas categorías
en investigación y se está estudiando su inclusión dentro de los ejes diagnósticos propuestos para futuras ediciones de las clasificaciones sobre enfermedades mentales existentes.
228
Otros trastornos del comportamiento alimentario
Definición
Se caracteriza por la aparición de atracones recurrentes perdiendo, el
paciente, el control sobre los mismos, sin conductas compensadoras típicas de
la bulimia, por ejemplo, autoprovocación del vómito, el uso de laxantes y/o
diuréticos, el ejercicio físico excesivo, etc. Tras la realización de los atracones,
el sujeto experimenta un gran malestar con sensación de disgusto, culpabilidad e, incluso, depresión. Come de forma rápida, sin hambre y con una
desagradable sensación de plenitud.
Epidemiología
Debido a que se trata de un cuadro no bien conocido aún no existe una
definición suficiente con la que podamos identificarlo con claridad y rapidez,
esto hace que existan discrepancias entre los diferentes autores que lo estudian para establecer una prevalencia única.
Son varios los trabajos que se han realizado para intentar conocer más
ésta enfermedad utilizando diversas metodologías. En ellos se ha encontrado
cierta variabilidad cultural, parece que no hay una diferencia muy significativa entre ambos sexos, peso corporal o raza y la prevalencia, según algunos
estaría entre el 3,3% y el 4,6%.
La edad de inicio se sitúa al final de la adolescencia o principios de la
tercera década de la vida, y con frecuencia aparece después de una pérdida
de peso significativa lograda tras una dieta.
Clínica
Son varios los síntomas desencadenantes de los atracones. Para algunos
pacientes estados de ánimo disfóricos, como la depresión o la ansiedad son
previos a esta conducta, otros no logran identificar ningún desencadenante
aunque sí experimentan una tensión inespecífica que se alivia tras el atracón,
incluso un grupo reducido de sujetos hablan de sensaciones de embotamiento
o estar drogado.
Es muy frecuente encontrar sobrepeso u obesidad, son pacientes que han
probado numerosas dietas en las que han fracasado. Tras un periodo de pérdida ponderal fracasan y acaban ganando en poco tiempo lo que tanto esfuerzo les costó perder. Durante su vida suelen tener fluctuaciones del peso importantes.
Toda estas circunstancias hacen que la comorbilidad psiquiátrica sea relativamente frecuente. El trastorno interfiere en sus relaciones interpersonales,
le provocan baja autoestima, dificultad para aceptarse a sí mismo, depresión,
229
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
ansiedad y preocupaciones excesivas por su imagen corporal. No es extraño,
por tanto, encontrar en ellos una mayor prevalencia de trastorno depresivo
mayor, trastorno por abuso de sustancias y trastorno de personalidad.
Diagnóstico
Los criterios actuales para el diagnóstico del trastorno por atracón son los
recogidos por el DSM-IV:
Criterios de investigación para el trastorno por atracón (DSM-IV)
A. Episodios recurrentes de atracones. Un episodio de atracón se caracteriza por las dos condiciones siguientes:
(1) ingesta, en un corto período de tiempo (p. ej., en 2 horas), de una
cantidad de comida definitivamente superior a la que la mayoría de
gente podría consumir en el mismo tiempo y bajo circunstancias similares
(2) Sensación de pérdida del control sobre la ingesta durante el episodio (p. ej., sensación de que uno no puede parar de comer o controlar qué o cuánto está comiendo)
B. Los episodios de atracón se asocian a tres (o más) de los siguientes
síntomas:
(1) ingesta mucho más rápida de lo normal
(2) comer hasta sentirse desagradablemente lleno
(3) ingesta de grandes cantidades de comida a pesar de no tener
hambre
(4) comer a solas para esconder su voracidad
(5) sentirse a disgusto con uno mismo, depresión, o gran culpabilidad
después del atracón
C. Profundo malestar al recordar los atracones.
D. Los atracones tienen lugar, como media, al menos 2 días a la semana
durante 6 meses.
Nota: El método para determinar la frecuencia difiere del empleado en
el diagnóstico de la bulimia nerviosa; futuros trabajos de investigación
aclararán si el mejor método para establecer un umbral de frecuencia
debe basarse en la cuantificación de los días en que hay atracones o
en la cuantificación de su número.
E. El atracón no se asocia a estrategias compensatorias inadecuadas (p.
ej., purgas, ayuno, ejercicio físico excesivo) y no aparecen exclusivamente en el transcurso de una anorexia nerviosa o una bulimia nerviosa.
230
Otros trastornos del comportamiento alimentario
Tratamiento
Los objetivos fundamentales del tratamiento son dos:
1. Conseguir un peso adecuado a su talla y edad pues es frecuente, como
anteriormente hemos señalado, la obesidad en ellos.
2. Controlar los atracones.
Los tipos de tratamiento utilizados son los fármacos inhibidores del apetito, como la fluoxetina a dosis de 60 mg/día, antidepresivos dirigidos a los
cuadros depresivos que pueden acompañar al trastorno por atracón, entre
otros; dependerá también de la comorbilidad que se presente.
Dentro de las psicoterapias recomendadas, la más utilizada y con más
éxito es la terapia cognitivo-conductual.
Se dejará a un lado los sentimientos que éste trastorno provoca en el
paciente para dirigirse focalmente a modificar los patrones de conducta, así
como, los pensamientos erróneos que sobre la alimentación presentan. Entre
las técnicas utilizadas están: la exposición a alimentos prohibidos, entrenamiento para la prevención de recaídas, automonitorización y modificación de
las creencias erróneas sobre la alimentación.
Pronóstico
El curso de esta enfermedad es de carácter crónico. Los programas de
adelgazamiento en los que entran son de índole conductual pero tienen, estos
pacientes, una alta tasa de abandono con respecto a otros tipos de obesos.
Existen algunos estudios de seguimiento en los que se han obtenido los
siguientes datos: 57% con buen pronóstico tras 6 años de seguimiento, 35%
con un pronóstico regular, 6% con mal pronóstico y el 1% habían fallecido.
231
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Bibliografía
CIE-10. Trastornos mentales y del comportamiento. Madrid: Meditor, 1999.
DSM-IV. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Barcelona: Masson, 1995.
García-Camba E. Avances en trastornos de la conducta alimentaria. Anorexia
nerviosa, bulimia nerviosa, obesidad. Barcelona: Masson, 2001.
Hales R, Yudofsky S, Talbott J. Tratado de psiquiatría. 3ª edición. Barcelona: Masson, 2000.
Kaplan H, Sadock B. Sinopsis de psiquiatría. 8ª edición. Buenos Aires: Edición Médica Panamericana, 2000.
Vallejo Ruiloba J. Introducción a la psicopatología y la psiquiatría. 4ª edición.
Barcelona, Masson 2000.
232
PARTE V
TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
ALIMENTARIO Y DEPORTE
TEMA 21
TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
ALIMENTARIO Y DEPORTE
Miguel Ángel Gallo Vallejo, Mª Luz Galán Rodríguez, Mª Luisa Gallo
Vallejo, Mª Dolores Castillo Sánchez y
Mª Teresa León Espinosa de los Monteros
En el deporte pueden aparecer, con relativa frecuencia, trastornos del
comportamiento alimentario. Muchos deportistas de élite, aquellos que están
en camino de serlo o personas que practican deporte o físicamente activas,
pueden sufrir irregularidades y disfunciones alimentarias de gravedad variable.
Durante la pubertad, los jóvenes deben ganar masa muscular y se les
anima a ganar peso para mejorar el rendimiento físico. Por el contrario, las
jóvenes ganan grasa corporal durante la pubertad, y se les anima a perder
peso para mejorar el rendimiento y/o la imagen. La mayoría de las jóvenes
y de las mujeres intentan conseguir una delgadez irreal debido a las normas
sociales y a la presión de su entorno. Pueden intentar perder peso o grasa
corporal restringiendo calorías o a través de una amplia gama de malos hábitos alimenticios. Estas prácticas se producen en un gran espectro e incluyen
el ayuno, las píldoras de las dietas, los laxantes, los diuréticos y los vómitos.
Los comportamientos alimenticios restrictivos incluyen no equilibrar,
inadvertidamente, el consumo energético con una ingesta energética adecuada, episodios de ayuno y hambre voluntario crónico. Una restricción calórica
significativa reduce el ritmo metabólico y produce cambios en los sistemas
musculoesquelético, cardiovascular, endocrino, termorregulador y otros. La
anorexia nerviosa es el extremo de los comportamientos alimenticios restrictivos. El comportamiento bulímico es un ciclo de restricción alimenticia o
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
ayuno que lleva a una alimentación excesiva o a atracones (producidos por el
hambre físico), seguido de purgaciones. El comportamiento purgante incluye
vómitos, el uso de laxantes, diuréticos o enemas y un exceso de ejercicio. Las
pérdidas de fluidos y electrolitos durante las purgaciones son las principales
causas de morbilidad a corto plazo, incluyendo la deshidratación, trastornos
electrolíticos y las arritmias cardíacas.
EL PAPEL QUE JUEGA EL DEPORTE Y LA ACTIVIDAD
FÍSICA EN EL DESARROLLO Y MANTENIMIENTO DE
TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO
Existe una evidencia cada vez mayor, teniendo en cuenta la experimentación animal y los estudios clínicos de campo, de que la actividad física
puede jugar un papel central en la patogénesis de algunos trastornos del
comportamiento alimentario. Hay muchos factores que contribuyen al desarrollo de malos hábitos alimenticios e incluyen las presiones sociales a favor
de la delgadez, las dietas crónicas, la baja autoestima y la depresión, las
disfunciones familiares, el abuso físico o sexual y factores biológicos. Los
factores adicionales en el caso de los deportistas abarcan disminuir el peso y
la grasa corporales por motivos deportivos, el perfeccionismo, la falta de
conocimiento nutricional, el deseo de sobresalir y ganar a toda costa, el impacto
de las lesiones y la presión de que pierdan peso por parte de los padres,
entrenadores, jueces y otras personas interesadas.
Cuando se ha analizado, se ha descubierto que hay muchas deportistas
que piensan que los desórdenes alimenticios son inocuos. Se les dice, o creen,
erróneamente, que perder peso por cualquier medio mejora el rendimiento. En
realidad, una ingesta calórica inadecuada y unos malos hábitos alimenticios
dañan el rendimiento físico y la salud. Se producen problemas derivados del
vaciado de los almacenes musculares de glucógeno, una pérdida de masa
muscular, hipoglucemia, trastornos en los electrolitos, anemia, amenorrea y
osteoporosis.
Los hábitos alimentarios correctos son fundamentales para el rendimiento
deportivo y las anomalías nutricionales pueden influir muy significativamente
en el rendimiento del deportista. La presión que sufre el deportista para mantener
un peso óptimo puede ser un factor determinante en la aparición de patología
de la conducta alimentaria. El estudio llevado a cabo por Davis y cols. (1994),
para averiguar el papel que juega la actividad física y el deporte en el desa236
Trastornos del comportamiento alimentario y deporte
rrollo y mantenimiento de los trastornos de la alimentación, en el que se
compararon pacientes hospitalizadas con un grupo control de similar edad,
mostró que las pacientes hospitalizadas, de forma general, realizaban más
actividad física que el grupo control; el 78% de las pacientes hacían ejercicio
físico en exceso; el 60% había practicado deporte de competición antes de
presentar estos trastornos; el 60% informó que antes de comenzar la dieta ya
realizaba actividad física de forma regular y el 75% manifestó que incrementó
los niveles de actividad física en el período en el cual la ingesta de alimentos
y la pérdida de peso disminuyeron al máximo.
Figura 1. No sólo las deportistas de élite tienen riesgo de presentar trastornos
del comportamiento alimentario.
Sundgot-Borgen (1994) señala que las deportistas que presentan trastornos de la conducta alimentaria comienzan a edades tempranas a practicar
deportes y a someterse a dieta, además de sentir que la pubertad se les presenta demasiado pronto para poder alcanzar un rendimiento deportivo óptimo.
Como factores desencadenantes asociados al comienzo de este tipo de trastornos en las deportistas, refiere los siguientes: un aumento muy rápido del
volumen de entrenamiento, frecuentes fluctuaciones o cambios del peso corporal, períodos prolongados de dieta y hechos traumáticos como pueden ser
una lesión deportiva o la pérdida del entrenador.
¿QUIÉNES SE ESTÁN ARRIESGANDO?
¿Se encuentran las deportistas y las jóvenes y mujeres físicamente activas
en mayor riesgo de sufrir desórdenes alimenticios que el resto de la población? Las opiniones de los autores de diferentes estudios son totalmente
237
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
contradictorias. Algunos como Rhea (1999) señalan que las deportistas no
tienen más riesgo de padecer trastornos del comportamiento alimentario que
las no deportistas. Frente a esta opinión, diversos autores como Taub y Blinde
(1992) refieren que las deportistas tienen más probabilidad de presentar dichos trastornos que las no deportistas. En lo que sí coinciden la mayoría de
los autores es en el hecho de que es verdaderamente difícil llevar a cabo
estudios de prevalencia precisos con poblaciones de deportistas. Las deportistas a menudo niegan malos hábitos alimenticios en los cuestionarios oficiales.
La prevalencia documentada de desórdenes alimenticios en algunos deportistas universitarios y de élite es igual o superior a la prevalencia hallada en la
población general. En lo que concierne al sexo, diversos estudios muestran
claramente que los trastornos del comportamiento alimentario son mucho más
frecuentes en las mujeres que en los varones. En el estudio de Johnson y cols.
(1999) realizado con 1445 estudiantes, de ambos sexos y deportistas, un 2,85
% de las chicas padecía anorexia nerviosa y un 9.2 % bulimia nerviosa, frente
a un 0% y un 0,1% en los varones, respectivamente.
En potencia, todas las jóvenes y mujeres físicamente activas podrían
encontrarse en una situación de riesgo de desarrollar algún desorden alimenticio. Los cambios biológicos, la presión del entorno, la defensa social de la
delgadez y la preocupación por la imagen corporal se producen durante la
pubertad y hacen que la adolescencia sea la época más vulnerable.
DEPORTES EN LOS CUALES EXISTE RIESGO DE PRESENTAR TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
ALIMENTARIO
Estos trastornos parecen darse con mayor frecuencia en la práctica de
deportes individuales que en deportes de equipo, más en deportistas de élite
o que pretenden serlo que en practicantes corrientes, más en mujeres (9095%) que en varones (5-10%), y más en adolescentes que en adultos.
Los deportes donde existe más presión para perder peso o mantener un
peso bajo y retener el físico de los preadolescentes son donde más frecuentemente se han encontrado comportamientos alimentarios patológicos (ballet,
gimnasia rítmica, patinaje artístico, etc.). No obstante, se encuentran deportistas con trastornos de la ingesta en todas las disciplinas, y a pesar de la
dramática pérdida de peso que supone para el deportista, niegan a menudo
que estén sometidos a dieta. En este sentido tenemos que destacar el trabajo
238
Trastornos del comportamiento alimentario y deporte
realizado por Sundgot-Borgen (1993) para evaluar la cantidad de nutrientes
que tomaba un grupo de mujeres noruegas, deportistas de élite, diagnosticadas de anorexia nerviosa y bulimia nerviosa. Entre los datos más relevantes
obtenidos, tras utilizar registros de tres días y de 24 horas para valorar la
ingesta de nutrientes, hay que destacar que la mayor parte de estas deportistas
seguían dietas muy bajas en calorías y nutrientes (los nutrientes más deficitarios
que se encontraron fueron proteínas, calcio, vitamina D y hierro), cuya media
era más baja, incluso, que la recomendada para las mujeres trabajadoras.
En el estudio de Marcos y Santonja (1997) sobre 214 deportistas femeninas de élite de distintas federaciones deportivas españolas que contestaron
un cuestionario en el que se les preguntaba por todos los aspectos relacionados con la alimentación, el ciclo menstrual, el entrenamiento y la competición, solamente 3, dos jugadoras de baloncesto y una de voleibol padecían
trastornos importantes: anorexia o bulimia, lo que significaba el 1.40% de las
encuestadas, cifra muy cercana a la que soporta la población general (1.00%)
y desde luego muy alejada de las que maneja Johnson para la población
deportiva americana. Según ella, el 32% de las deportistas estudiadas se provocaba vómitos, hacía ejercicio excesivo para bajar su peso y tomaba laxantes, diuréticos o píldoras para adelgazar.
Figura 2. La lucha se encuentra entre los deportes donde surgen,
con mayor frecuencia, comportamientos alimentarios patológicos
Aunque como hemos dicho anteriormente, en todos los deportes existe el
riesgo de presentar trastornos en la conducta alimentaria, encontramos fundamentalmente cinco grupos de deportes donde surgen, con mayor frecuencia,
comportamientos alimentarios patológicos:
239
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
1. Deportes que establecen categorías de peso para su participación: boxeo,
lucha, halterofilia y algunas artes marciales
2. Deportes en los que se puntúa de forma subjetiva el rendimiento, en
los que un peso bajo resulta beneficioso para el desarrollo de los movimientos, ponen énfasis en una silueta de cuerpo prepúber para alcanzar el éxito en una actuación y que requieren buena presencia ante los
jueces (ballet, danza, patinaje artístico, salto de trampolín, gimnasia, aerobic)
3. Deportes en los que un peso bajo resulta beneficioso para la mejora
del rendimiento en la competición: remeros, piragüistas y jockeys.
4. Deportes que requieren para la competición ropas que revelan el contorno corporal (voleibol, natación, salto de trampolín, carreras de
cross, esquí de fondo y las labores de las animadoras deportivas)
5. Deportes de resistencia en los que un peso bajo resulta beneficioso
para la mejora del rendimiento en la competición: carreras de fondo,
semifondo y maratón; ciclismo y esquí de fondo.
El grupo de deportes de resistencia es un grupo donde se produce una
gran incidencia de trastornos alimentarios. Existe una gran presión por parte
de los entrenadores para mantener un bajo peso y un porcentaje bajo de grasa
corporal. En estos casos, una pérdida inicial de peso produce una mejor marca,
lo que supone una gran motivación para continuar con la reducción de peso.
Pero existe un punto a partir del cual la reducción de peso tiene efectos
nocivos para la salud y el rendimiento del deportista, el cuerpo no recibe la
cantidad suficiente de nutrientes para llevar una vida normal y menos aún
para realizar carreras de fondo, empeoran las marcas, se produce una fatiga
constante y las lesiones tardan más en recuperar.
Figura 3. En el grupo de deportes de resistencia se produce una gran
incidencia de trastornos alimentarios.
240
Trastornos del comportamiento alimentario y deporte
En otro de los grupos señalados anteriormente, donde la figura delgada
y atractiva son aspectos que se juzgan en la ejecución, las gimnastas se
enfrentan al dilema de estar a la vez más fuertes y más delgadas que las
adolescentes de su edad, y soportan una gran presión para adelgazar. Dado
que en los entrenamientos consumen poca energía, a nivel aeróbico, el recurso más utilizado es recurrir a dietas restrictivas pero que intentan ser completas para mantener un peso corporal bajo. La tremenda presión que sufren les
lleva a consumir dietas bajas en calorías y menos nutrientes de los necesarios
para su edad y a desarrollar conductas patológicas para el control del peso,
tales como el consumo de píldoras dietéticas, diuréticos y laxantes. El estudio
realizado por Sundgot-Borgen (1996) con 12 mujeres del equipo nacional
noruego de gimnasia rítmica (algunas de ellas cumplían los requisitos establecidos por el DMS III-R para el diagnóstico de la anorexia nerviosa) muestra
los siguientes resultados: todas las gimnastas estaban a dieta a pesar de estar
extremadamente delgadas, presentaban retraso en la madurez, irregularidades
menstruales, déficit energético, alta frecuencia de lesiones y un alto volumen
de entrenamiento.
Los atletas masculinos, en particular en aquellos deportes de resistencia
que exigen un control del peso, también se encuentran en una situación de
riesgo producida por los malos hábitos alimenticios y la anorexia nerviosa.
Un ejercicio extenso y la anorexia nerviosa se han asociado en los hombres
al hipogonadismo y a la osteoporosis.
LA TRÍADA DE LA MUJER DEPORTISTA
En 1972, en la reunión del Colegio Americano de Medicina Deportiva, se
describió por primera vez la Tríada de la mujer deportista, un síndrome que
se produce en mujeres y jóvenes físicamente activas. Sus componentes están
relacionados entre sí en su etiología, patogénesis y consecuencias, y son
desórdenes alimenticios, amenorrea y disminución de la masa ósea. Su prevalencia es desconocida, ya que puede ser mantenida en secreto por las deportistas o ignorada, siendo difícil de diagnosticar si no se sospecha. La
prevalencia de trastornos de la conducta alimentaria en deportistas oscila
entre el 15 y el 62% según los estudios, y la de amenorrea entre el 3.4 y el
44 % según las series. En definitiva, existen pocos estudios y con resultados
muy variables.
Bajo el desarrollo de la tríada nos encontramos con las presiones internas
241
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
y externas ejercidas sobre las jóvenes y mujeres para que alcancen o mantengan un peso corporal irracionalmente bajo. Aquellas adolescentes y mujeres
que se entrenan en deportes en los que se acentúa el bajo peso corporal por
motivos de la actividad deportiva o de la imagen son las que se encuentran
en una mayor situación de riesgo. Otros factores de riesgo son la baja autoestima,
inseguridad, perfeccionismo y el afán de superación. Solos o combinados, los
desórdenes producidos por la tríada de la mujer deportista pueden reducir el
rendimiento físico o producir morbilidad médica y psicológica y mortalidad.
La tríada se produce no sólo en deportistas de élite, sino también en
jóvenes y mujeres físicamente activas que participan en una amplia gama de
actividades físicas y en aquellas que no se están entrenando o compitiendo en
un deporte especifico.
Con frecuencia se niega la tríada, no se reconoce y no se informa de su
existencia. Los profesionales de la Medicina del Deporte deben ser conscientes de la mezcla de patogénesis y de la variada presentación de los componentes de la tríada. Deberían ser capaces de reconocer, diagnosticar y tratar,
o deberían enviar a las mujeres que presenten uno de los componentes de la
tríada a un especialista. Además, se debería hacer un estudio de las mujeres
que presentaran uno de los componentes de la tríada para comprobar la existencia del resto de los componentes de ésta. Los estudios de la tríada se
pueden realizar a la vez que se llevan a cabo los exámenes previos a la
participación en competiciones o durante la evaluación clínica de los siguientes puntos: cambios menstruales, desórdenes en las pautas alimenticias, cambios en el peso, arritmias cardíacas, incluyendo bradicardia, depresión o fractura por estrés.
Por otra parte, los padres deberían evitar presionar a sus hijas con dietas
y con pérdida de peso. Se debería educar a los padres sobre los signos y
síntomas de la tríada y poner en marcha asistencia médica para sus hijas, en
caso de presentarse dichos síntomas. En general, todas las personas que trabajan en la forma física con jóvenes y mujeres deberían recibir formación
sobre la tríada de la mujer deportista y desarrollar planes para prevenir, reconocer, tratar y reducir sus riesgos.
Educar a las jóvenes y mujeres físicamente activas en temas de nutrición saludable, prácticas de entrenamiento seguras y síntomas y riesgos de la
tríada son fundamentales en la prevención de ésta. Ante el primer signo de
cualquiera de los componentes de la tríada, se les debería enviar a exámenes
médicos. Por último, reseñar que hace falta investigar más profundamente
242
Trastornos del comportamiento alimentario y deporte
sobre la prevalencia, causas, prevención, tratamiento y secuelas de la tríada
de la mujer deportista.
Figura 4. La Tríada de la mujer deportista se presenta en mujeres
y jóvenes físicamente activas
LA IMPORTANCIA DE LA COMPOSICIÓN CORPORAL
PARA EVITAR TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
ALIMENTARIO
Cada vez existe una mayor conciencia de la influencia que tiene la composición corporal en el rendimiento deportivo. En algunas actividades, un
aumento en el peso corporal puede disminuir el rendimiento. No obstante, la
presión para reducir el peso corporal o el porcentaje de grasa corporal hasta
niveles irracionales contribuye a desarrollar desórdenes en los hábitos alimenticios. Una pérdida de peso excesiva puede producir una pérdida de masa sin
grasa, deshidratación y una disminución en el rendimiento. Un deportista que
durante su entrenamiento reduzca de forma inadvertida o consciente la ingesta
energética a menos de su gasto energético puede desarrollar problemas similares dependiendo de la magnitud y duración del desequilibrio energético.
Se debería justificar el límite superior de grasa corporal para cada persona y marcar un nivel alcanzable con el menor riesgo de acelerar desórdenes
alimenticios. El nivel inferior debería representar el valor más bajo alcanzado
por los deportistas de élite sanos y que no mostraron ninguno de los signos
o síntomas de desórdenes alimenticios.
243
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
LA VIGOREXIA
La vigorexia o dismorfia muscular se encuadraría dentro de un grupo de
trastornos denominados dismorfias corporales, sufridos por aquellas personas
que no se sienten a gusto con su propio cuerpo y se obsesionan con la mejora
de ciertos defectos físicos. Otros autores la clasifican como un trastorno obsesivo–compulsivo. La vigorexia fue descrita por Harrison Pope, del Hospital
McLean, dependiente de la Universidad de Harvard, en Boston (Estados Unidos),
para identificar a sujetos en los que se produce una alteración del comportamiento que les lleva a trabajar durante horas en los gimnasios. Aparece cuando el deporte se convierte en una actividad descontrolada y no tiene un objetivo claro, salvo la obsesión por el cuerpo. Se trata de una alteración muy
relacionada con la autoestima que en ocasiones se asocia a problemas
nutricionales. Es entonces cuando denota algunos problemas psicológicos.
No se da en personas que participan en una actividad con unas reglas claras,
como podría ser un deporte colectivo, sino en las que hacen ejercicio por su
cuenta. Para algunos expertos, la vigorexia constituye el reverso de la anorexia nerviosa. Mientras que la anorexia nerviosa suele aparecer entre chicas
jóvenes, que por más que adelgazan nunca llegan a verse lo suficientemente
delgadas, la vigorexia afecta a hombres que se desviven por alcanzar un
cuerpo cada vez más musculado. La vigorexia se observa principalmente
entre adolescentes. Precisamente los adolescentes que pasan muchas horas en
el gimnasio suelen desarrollar un perfil agresivo que les conduce a demostrar
su fuerza física durante los fines de semana participando en peleas.
A pesar de tener una complexión física más fornida que el resto de la
población, las personas vigoréxicas se entregan compulsivamente al ejercicio
con pesas sin perseguir otra meta que no sea aumentar la masa muscular. Esto
lo consiguen dedicando varias horas al día al ejercicio físico, mediante una
dieta inadecuada que prescinde de la grasa en beneficio de una mayor cantidad de proteínas y con la ingestión, a veces, de esteroides anabolizantes.
La vigorexia deriva de una confusión entre medios y fines. El problema
surge cuando no se utiliza el ejercicio físico como un medio para llevar una
vida más saludable, lograr un estado de forma óptimo o entrenar para rendir
en una competición. La consecución de un cuerpo musculado se convierte en
un fin en si mismo, y esta obsesión puede acarrear la adopción de hábitos no
saludables.
244
Trastornos del comportamiento alimentario y deporte
La presión de los medios de comunicación ha desempeñado un papel
esencial en la extensión de esta patología. Desde el cine y la publicidad se
difunde el modelo de hombre fuerte y atlético como prototipo de salud y
éxito, lo cual puede causar una obsesión por el culto al cuerpo y una frustración en los adolescentes cuya complexión no se adapte a estos cánones. Las
principales razones por las que se cae en la vigorexia son de tipo estético.
Algunas personas cuya constitución no se corresponda al modelo de cuerpo
fuerte pueden tener problemas de integración en un medio donde se valora en
gran medida el aspecto físico. Los vigoréxicos suelen ser personas poco maduras,
introvertidas, con problemas de integración y seguridad y baja autoestima,
que piensan que tienen poco atractivo en el sexo opuesto debido a su aspecto
físico. La vigorexia puede ir acompañada de otras alteraciones psicológicas,
como la ansiedad, la depresión y los trastornos obsesivos compulsivos. Vivir
para el propio cuerpo deteriora seriamente las relaciones humanas.
Pero la vigorexia no reside sólo en los gimnasios, sino que se puede dar
en otras actividades donde el músculo no es protagonista. Vigorexia no es
sólo la obsesión del culturista por desarrollar sus músculos, sino también el
afán de los que cada día salen a correr porque es la única manera que encuentran de mantener la línea. Eso demuestra que el fenómeno no es exclusivo de
los gimnasios.
Figura 5. La vigorexia se asocia en ocasiones a problemas nutricionales
Las principales armas para luchar contra la vigorexia son las terapias
psicológicas habituales de modificación de la conducta. Aunque será difícil
245
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
acabar con la vigorexia mientras desde el cine, las revistas y la publicidad se
preconicen valores sociales basados en una cultura de la imagen. Otros autores sugieren que el tratamiento con antidepresivos inhibidores selectivos de la
recaptación de la serotonina puede resultar efectivo en pacientes con dismorfia
muscular.
CONCLUSIONES
A la vista de los resultados expuestos, fruto de la revisión de la literatura
existente sobre el ejercicio físico, deporte y trastornos alimentarios, podemos
concluir que los datos epidemiológicos existentes muestran un aumento progresivo de los trastornos del comportamiento alimentario en los países desarrollados, siendo más frecuentes en mujeres que en varones, aunque en la
última década el incremento en varones es notable. La edad de mayor riesgo
es la adolescencia. Con respecto a la práctica deportiva, no existe evidencia
suficiente para apoyar la conclusión de que las personas que practican deporte
son más propensas a los trastornos de la alimentación que los no deportistas,
pero los datos señalan que la práctica de ejercicio físico excesivo es un factor
que está en el inicio de estos trastornos, por lo que lo podemos considerar
como un factor de riesgo. De hecho, esta práctica es previa al inicio de las
dietas, y aumenta considerablemente a medida que se pierde peso y la dieta
tiene más deficiencias.
En todos los deportes existe el riesgo de padecer estos trastornos, por lo
que los entrenadores y los técnicos en general tienen que conocerlos a fondo
para detectar, lo más rápidamente posible, los síntomas y enviar a los deportistas a los especialistas adecuados para su evaluación y tratamiento. El riesgo
de estos trastornos es que tienden a la cronicidad y pueden llevar a la muerte
o a lesiones residuales irreversibles.
Basándose en la evidencia existente sobre la magnitud y la gravedad de
estos problemas, el Colegio Americano de Medicina Deportiva recomienda
fehacientemente que se desarrollen estrategias específicas para prevenir, reconocer y tratar los mismos. Se deben desarrollar estrategias específicas de
prevención, supervisión, investigación, estudio de consecuencias sobre la salud,
asistencia médica y educación pública y profesional, que deberán ser implantadas y controladas. Los grupos que constituyen los objetivos de la educación
incluyen a los entrenadores, padres, deportistas, compañeros, dirigentes deportivos, responsables de los organismos deportivos públicos y privados y
profesionales de la salud que trabajan con personas físicamente activas.
246
Trastornos del comportamiento alimentario y deporte
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248
PARTE VI
HISTORIAS CLÍNICAS, TESTIMONIOS
TEMA 22
HISTORIAS CLÍNICAS DE PACIENTES CON
TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
ALIMENTARIO
Mª Dolores Castillo Sánchez, Mª Teresa León Espinosa de los
Monteros, Sebastián Fernández Lloret y José Mª Medina Pérez
En éste capítulo vamos a exponer una serie de casos clínicos de diferentes trastornos de conducta alimentaria, reflejando datos epidemiológicos,
demográficos, modo de presentación, clínica, analítica, diagnostico, tratamiento y evolución.
Caso clínico 1
Paciente de 31 años de edad, sexo femenino, soltera, profesora de EGB,
con incapacidad laboral y social los últimos 6 años, vive en el domicilio de
los padres. Presenta un cuadro de 14 años de evolución de inicio en el 1992,
sobre los 17 años, con conductas eméticas, con un peso inicial que oscilaba
entre 45-52 Kg para una talla de 165 cm, sube hasta 60kg, se inicia cuadro
de vómitos autoinducidos, intentando vaciar del todo su estomago tras las
comidas. A partir del 1993 inicia episodios muy recortados sin vomitar a base
de no comer nada, desde el 1999 se provoca el vómito en medio de la ingesta,
se pesa antes de empezar y tras vomitar para llegar al mínimo peso, o bien
otras fases restrictivas con varios días sin comer ni beber nada. Suele realizar
ejercicio físico a diario. En el 2001 atracones y vómitos 3-4 veces al día (ha
habido épocas en que ha llegado a vomitar hasta 25 veces al día).
Ha precisado múltiples ingresos hospitalarios unos por intento de autolisis
en el 1992, 1999, 2000 (con orfidal, triptizol y rivotril), otros por depresión
y por descompensación de su trastorno de conducta alimentaria. Ha cursado
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
con periodos de amenorrea, hiperactividad, compulsión hacia la limpieza,
estado de animo triste, con sensación de gran confusión y en otras etapas
depresión franca con intentos de autolisis.
En 1999 (dos meces después del ingreso en UCI por autolisis) presenta
cuadro de mononeuropatía múltiple, con cuadro de impotencia funcional en
MSI y disestesias y debilidad en MMII, por axonotmesis sensitivo motora por
isquemia vascular mantenida por compresión.
Psicopatologicamente no existe conciencia de enfermedad.
Datos de exploración física: en el 2000 (ingreso por S. Depresivo): ha
llegado a pesar 37,4 kg, índice de masa corporal (IMC) de 13,73 kg/m 2, (en
otras ocasiones, el IMC 15 y 16 kg/m2). T.A. 100/60 mmHg, mal estado
general, caquéctica, hipertrofia parótida.
Analítica general: hemograma con leve anemia normocitica, resto normal. Bioquímica: glucosa 64, hipopotasemia (k 2,8), bilirrubina 3mg%, resto
normal, cortisol 98, ACTH 13 .
Conclusión: Se trata por tanto de una paciente con Anorexia Nerviosa
tipo purgativo con episodios bulímicos muy frecuentes, con patologías asociadas: depresión, mononeuritis. En tratamiento en diversos servicios: Medicina Interna, Psiquiatría, Endocrinología y Nutrición, Unidad de día, con
tratamiento multidisciplinar (medico-nutricional, psiquiátrico y psicológico.
Ha recibido diferentes tatamientos psicofarmmacologicos (zyprexa, noctamid,
Topamax, seroxat, tofranil, orfidal, tranxilium, etc.) y dietéticos (dietas de
1300 y 1500 calorías y suplementos dietéticas, educación alimentaria,
reeducación de hábitos dietéticas, etc.). En la actualidad continua en tratamiento.
Caso clínico 2
Paciente de 16 años, sexo femenino, que acude a la consulta acompañada
de sus padres, los cuales se encuentran preocupados por el cambio en los
hábitos de la alimentación de su hija en los últimos 8 meses, así como perdida
de 12 kilos en los últimos seis meses.
Entre los antecedentes personales destaca apendicectomía hace un año
con perdida de peso de tres kilos. Tiene personalidad premorbida, perfeccionista y ordenada, con alto rendimiento escolar, sociabilidad, inseguridad,
dependencia y dificultad para tomar decisiones. Menarquia a los 14 años,
desde hace cuatro meses presenta amenorrea.
Refiere que ha dejado de tomar alimentos porque no le sientan bien,
252
Historias clínicas de pacientes con trastornos del comportamiento alimentario
como los dulces, pan, chocolate. No tolera la grasa, ni los fritos. Come muy
despacio, cortando los alimentos en trozos pequeños que esparce por el plato,
bebiendo más de 4 litros de agua al día, sobre todo antes de la ingesta. Se
queja cuando se le sirve la comida, considerando que es demasiado, se muestra irritable e intenta retrasarse para sentarse a la mesa. La observan muy
activa durante todo el día, hace ejercicio en casa, va durante dos horas al día
al gimnasio y ha dejado de utilizar el ascensor para subir las escaleras de
casa. En ocasiones se ha visto estudiando de pie en la habitación o dando
paseos. Ha disminuido el rendimiento escolar a pesar de que ha aumentado
las horas de estudio, y ha dejado de salir con las amigas habituales.
La paciente se muestra poco colaboradora durante la entrevista, afirmando que se encuentra “mejor que nunca”, afirma que no necesita tratamiento
y que solo tiene miedo a engordar, sobre todo de cintura para abajo. Se queja
de estreñimiento, y pide tomar algún laxante para poder ir al baño. Niega
vómitos después de las comidas.
Exploración física: palidez, sequedad de piel, lanugo en espalda, hipertricosis
en brazos y piernas, está hipotensa y bradicardica. Pesa 42,7kg y mide 1,65
m de altura, índice de masa corporal (IMC) 16,03 kg/m 2. en la palpación
abdominal se notan fecalitos en fosa iliaca izquierda.
Conclusión: Se trata de un caso de Anorexia restrictiva, en la que han
podido actuar como factores precipitantes la apendicectomía, los cambios
corporales de la adolescencia y el aumento de ejercicio físico. El tratamiento
incluye modificación de conducta alimentaria, dieta hipercalorica, restricción
del ejercicio físico y abordaje familiar.
Caso clínico 3
Paciente de 13 años de edad, mujer, traída por los padres a la consulta,
que manifiesta un cuadro de pérdida de apetito de un año de evolución.
Comenzó tras iniciar una dieta, por moderado sobrepeso, realizándola de
forma estricta, con más rigor que el prescrito, perdiendo peso rápidamente. Al
cabo de siete meses ha perdido 8 kg, y se niega a llevar una alimentación
normal. Desde entonces tiene autentica fobia a los alimentos hipercalóricos:
pastas, grasas, etc. Si algún día come algo más han notado que va al lavabo
y se autoprovoca el vómito. Todos los días después de comer realiza ejercicios gimnásticos en su habitación. Tiene estreñimiento de 5 o más días. Poco
después de comenzar a adelgazar dejo de tener la menstruación. No reconoce
que está delgada, está allí porque lo padres la llevan y según ella los padres
253
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
exageran cuando dicen lo poco que come. Su historia anterior parece carecer
de conflictos, pero está caracterizada por cierta tendencia al retraimiento, en
el comienzo de la adolescencia y al lamento sobre la obesidad. Duerme mal
y a pesar del cuadro clínico desarrolla gran actividad y tiene buen rendimiento escolar.
En la exploración física, talla 1,54 cm, peso 27 kg, IMC 11,39 kg/m 2, TA
85/45, temperatura axilar 35,5ºC, signos de evidente malnutrición, pliegue
tricipital por debajo del percentil 3, piel seca, con descamación generalizada,
abundante vellosidad, sobre todo en nalgas y espalda, piel fláccida y pálida,
el tórax con marcado aumento del relieve óseo de las costillas, murmullo
vesicular normal. Tonos puros y rítmicos, con bradicardia, 49 latidos/minuto.
Abdomen excavado, depresible, se palpan heces en marco cólico. Mamas y
bello en estadio IV de Taner.
En las exploraciones complementarias: hematíes 4.500.000 mm 3, Hb 13
gr%, VCM 88, leucocitos 4.700mm3, plaquetas 200.000, proteínas totales 6,4
gr%, albúmina 4,02 y prealbúmina 23,8. Bioquímica general (calcio, fósforo,
magnesio, etc.) normal, colesterol 250mg /dl, triglceridos 70mg/dl, glucemia
80mg/dl, creatinina 0,9mg/dl. Ionograma, equilibrio acido-base, determinación de vitaminas normal, análisis de orina normal, RX de tórax normal,
ECG, bradicardia sinusal 50l/m, estudio endocrino en limites bajos normal T3
0,3 ng/ml, T4 4,5 ng/ml, TSH 1,5mcU/ml*, cortisol 24ng/dl (VN 2-18), ACTH
20 pcgr/ml (VN 9-52), FSH 0,9mUI/ml (VN2-12), LH 0,5 mUI/ml (2-11),
estradiol 20pcgr/ml (VN 25-100).
Conclusión: Paciente con marcada anorexia por una restricción voluntaria del alimento con la intención de bajar peso, con trastorno severo de su
imagen corporal, en donde a pesar de su marcada desnutrición, realiza gran
actividad, con negación parcial o total de su enfermedad; que coexiste con
amenorrea, junto a bradicardia, hipotensión, hipotermia; una vez descartadas
causas orgánicas (tumores, infecciones, síndromes de malabsorción, enfermedad inflamatoria intestinal, endocrinopatía, etc.) que expliquen la marcada
desnutrición, debemos hacer el diagnóstico de Anorexia Nerviosa y proceder
al tratamiento interdisciplinar.
Caso clínico 4
Mujer de 28 años de edad, soltera, estudios hasta COU, abandonó en
varias ocasiones estudios Universitarios, ha realizado trabajos esporádicos
con dificultades notables para el ajuste laboral y vocacional, vive con los
254
Historias clínicas de pacientes con trastornos del comportamiento alimentario
padres, presenta un cuadro de larga evolución (más de 10 años) de trastorno
de conducta alimentaria (dieta hipocalórica) junto a trastorno limite de personalidad, episodios de cleptomanía o ahorro compulsivo de dinero, ludopatía,
y consumo de cannabis.
Son frecuentes los baches depresivos, con sentimientos de vacío y abandono, incapacidad para adaptarse a situaciones rutinarias, altos niveles de
angustia que ha tratado de contener con una actividad incesante y el consumo
de sustancias (últimamente ha abandonado el consumo de sustancias perjudiciales). Presenta también crisis tónico-clónicas secundarias a hipoglucemia, e
insuficiencia mitral leve.
Ha requerido ingresos hospitalarios, algunos de ellos por intento de
autolisis y otros por trastorno psiquiátrico o descompensación metabólica. En
1998 ingresa en UCI en coma metabólico tóxico (intoxicación por loperamida,
cianamida y alcohol). En esta ocasión la exploración física presenta el siguiente resultado: el IMC es de 17,31 kg/m 2, talla 152 cm, peso 40 kg (en
otras épocas el peso ha sido inferior), TA 100/60, Frecuencia cardiaca de 72
l/m.
Exploraciones complementarias: hemograma: hematíes 4.290.000, Hb 12,8
g/dl, VCM 90,2, leucocitos 7800 con formula normal, plaquetas 162.000.
Bioquímica: glucosa 84, potasio 3,9, albumina 3,6, proteinas totales 5,4,
colesterol total 144, triglicéridos 80.
Conclusión: Anorexia nerviosa típica y trastorno tipo limite de personalidad. Ha recibido y continua en tratamiento en Psiquiatría, endocrinología y
medicina interna con ingresos hospitalarios en estos servicios en varias ocasiones. Continua en tratamiento farmacológico (Pentaplus, tranxilium 10mg,
noctamid 2mg) y psicoterapéutico con estrecha supervisión de los profesionales.
Caso 5
Mujer de 33 años, casada, 1 hijo, ama de casa, estudios de bachillerato.
Antecedentes familiares de psicopatología. Con trastorno de conducta alimentaria
y trastorno psíquico de larga evolución.
Comienza con hiperprolactinemia e hirsutismo a los 11 años, adelgazamiento desde los 16 años, demanda asistencia médica a la edad de 19 años
por hirsutismo, caída del pelo y ciclos menstruales irregulares, se detecta
hiperprolactinemia que se trata farmacologicamente con antiandrogénicos y
dopaminergicos, mejorando el cuadro temporalmente, tiempo después consul255
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
ta en los servicios sanitarios por este tipo de problema. A los 27 años continua
con bajo peso, dismenorrea, menstruaciones irregulares, infertilidad, se le
diagnostica de amenorrea secundaria a bajo peso, T.A. 100/80. No alteraciones de la bioquímica, ni hemograma. Se le prescribe dieta hipercalórica y
suplementos dietéticos. Poco tiempo después la paciente se queda embarazada, presenta bajo peso IMC 17,3 kg/m2, talla 163cm y 46 kgr de peso. Embarazo de alto riesgo por bajo peso.
Padece de restricciones alimenticias y otros métodos compensatorios
inapropiados para evitar la ganancia de peso, seguido de atracones alimenticios, la paciente presenta una gran preocupación por la imagen corporal,
refiere que se ve gordísima. Consume abusivamente café, tabaco y laxantes,
nunca ha vomitado.
De los 27 años hasta los 32 continua con bajo peso, anorexia, caída del
cabello, estreñimiento, ansiedad, llega a pesar 39 kg, IMC 14,7 kg/m 2, ansiedad, depresión, negativa a seguir viviendo. Durante este tiempo presenta tres
intentos de autolisis, que requieren ingresos hospitalarios en medicina interna
y psiquiatría. Es hospitalizada también a los 32 años en una unidad de anorexia, donde una vez conseguidos los objetivos pactados de peso mínimo, se
le remite a una unidad de día.
En los últimos años la paciente es consciente de su enfermedad y demanda atención especializada reiteradamente.
Conclusión: Anorexia nerviosa subtipo bulímico, tras años de depresión
ansiosa y trastorno de personalidad inespecífico (también diagnosticada de
trastorno histriónico de la personalidad). Ha recibido tratamiento interdisciplinar
en los últimos años: psiquiatrico, psicológico y nutricional. Algunos de los
psicofármacos con los que ha sido tratada han sido: orfidal, deprax, rohipnol,
adofen, marcen, dorken, noctamid. Continua en tratamiento actualmente.
Caso 6
Mujer de 26 años, soltera, vive con su madre, padres separados desde
hace dos años, comenzó estudios Universitarios de psicología, que no terminó. Le gusta mucho el arte y las manualidades.
Presenta cuadro de ingesta compulsiva y vómitos pospandriales con cuadro de desnutrición calórico proteica, su peso habitual es de 42 Kg, y ha
llegado a pesar en algunos momentos 32 kg.
La enfermedad comienza a los 15 años, con evolución del cuadro
psicopatológico tórpido, los vómitos le han provocado cuadro de desnutrición
256
Historias clínicas de pacientes con trastornos del comportamiento alimentario
y osteoporosis. En el último año ha precisado ocho ingresos hospitalarios, en
la unidad de agudos de psiquiatría y endocrinología (uno de ellos por intento
de autolisis).
En el 2000 ingreso hospitalario en psiquiatría trasladada desde endocrinología, Unidad de Trastornos de conducta Alimentaria (U.T.C.A.) para intentar controlar mejor su conducta y trastorno alimentario, presenta ingesta
compulsiva con vómitos pospandriales y alteración en el campo conductual
y de la afectividad, con intensa ansiedad, insomnio, tristeza y dismorfosfobia.
La sintomatología obsesiva a derivado hacia una neurosis obsesiva (trastorno
obsesivo compulsivo) con rituales y rumiaciones obsesivas, que dificultan el
tratamiento.
IMC 17, TA y FC normales, afebril y resto de exploraciones bioquímica,
perfil lipídico, sedimento urinario, hemograma, normales. Se prescribe dieta
normocalórica, antidepresivos y apoyo psicológico, más tarde sonda nasogástrica,
dada la escasa ganancia corporal y la presencia de vómitos, no obstante el
IMC, no sube más de 17,5 kg/m2. Se han comentado con la paciente las
convicciones erróneas, la imagen corporal y el proceso de maduración de su
personalidad así como los conflictos intrínsecos a la misma.
Conclusión: Anorexia Nerviosa, Bulimia Nerviosa y trastorno de personalidad Anancastica con rasgos histriónico de personalidad. Cuadro de evolución tórpida a pesar de haber sido tratada en UTCA, tratamiento farmacológico
seguido en distintos periodos: seroxat, rohipnol, manerix, rivotril, anafranil,
meleril, tranxilium 50, noctamid, orfidal, neoginona, pentaset, medebiotin
forte. En la actualidad continua en tratamiento.
Caso 7
Paciente de 29 años, soltera, vive con los padres, estudios primarios, de
profesión cajera.
Padece un brote de esquizofrenia que debuta a los 27 años, precisando
ingreso hospitalario por síntomas psicóticos, desde entonces evolución en
brotes. Ha habido un intento de autolisis con fármacos.
Unos años antes comienza con trastorno de conducta alimentaria, consistentes en atracones y vómitos. Actualmente presenta trastorno sensoperceptivo:
pseudoalucinaciones auditivas de carácter insultante crónicos, insomnio, miedo de salir sola a la calle de bloqueo del pensamiento, y atracones y vómitos.
El tratamiento realizado consiste en Topamax y Zypresa.
Conclusión: Trastorno esquizofrénico (CIE10-F20.0) y Bulimia Nerviosa. En tratamiento psiquiátrico y farmacológico.
257
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Caso 8
Paciente de 35 años, soltera, estudios hasta primero de Ciencias de la
Educación, vive con los padres, es la pequeña de 5 hermanos.
Trastorno de conducta alimentaria de 15 años de evolución, diabetes
mellitus tipo I de 17 años de evolución complicada con nefropatía diabética,
en hemodiálisis durante un año, se realizó trasplante renal en octubre de
1994, retinopatía diabética, fractura de fémur y colles en noviembre de 1995.
Diabetes mellitus con mal control metabólico debido a mala aceptación
de su enfermedad y trastorno de comportamiento alimentario con restricciones dietéticas, con hipoglucemias severas por la administración de dosis de
insulina sin ingesta posterior de alimento, que han precisado de asistencia
por urgencias y múltiples ingresos hospitalarios por descompensaciones
metabólicas agudas severas, alteración del metabolismo ácido-base.
Trasplante renal en octubre del 1994, la paciente presentaba un estado
grave de desnutrición, por lo que hubo de iniciarse nutrición parenteral y
posteriormente enteral, siendo retiradas paulatinamente al ir aumentando la
ingesta alimentaria. Desde el principio del trasplante la paciente esta oligoanurica
hasta el día 23 en que comienza con diuresis efectiva, preciso 10 sesiones de
hemodiálisis durante éste periodo, presentando trastorno de coagulación, caracterizado por actividad de protombina baja, fibrinogeno y plaquetas bajas,
por lo que requirió 16 unidades de plaquetas y 9 concentrados de hematíes.
Tratamiento con Sandimun, Prednisona 25 mg, Ranuber 150 mg, Insulina
NPH, Fragmin, Fosfocina 500. En este periodo gano 6 Kg, que fue perdiendo
poco a poco, estando en una situación de caquexia, con oscilaciones en el
filtrado glomerular con aclaración de cratinina de 38,8cc/m, hipokaliemia e
indicios de proteinuria.
Ingreso hospitalario sufrido en agosto de 1995, donde presenta una severa desnutrición calórico proteica, alcalosis metabólica, IMC de 9,86 kg/m 2,
Talla 156 cm, peso de 24 kg, anemia microcitica e hipocroma, lipidograma
normal, CmCr de 25 ml/min, proteínas totales de 5,1, albumina de 2,9 gr/l.
Se inicia tratamiento nutricional vía oral, con insulina a dosis bajas y soporte
psicológico, no consiguiéndose ganancia ponderal en 10 días, presenta
salmonelosis por lo que se trata con sueroterapia y antibioterapia, posteriormente tras controlarse la infección se decide iniciar alimentación parenteral,
con incremento calórico paulatino, consiguiendo ganancia de 3 kg, se decide
retirar alimentación parenteral por obstrucción del cateter, otros tratamientos
en este periodo fueron prednisona 15 mg, sandimun, mycostatin, insulina
258
Historias clínicas de pacientes con trastornos del comportamiento alimentario
Actrapid, insulatard, Precitene Diabet, Tamin 40, Reneuron, Dorken 5, samet
100. Dada la escasa colaboración en la ingesta de alimentos por vía oral se
decide dar el alta y valorar próximos ingresos hospitalarios según evolución
ambulatoria.
Ha precisado múltiples ingresos por desnutrición severa, el último ingreso debido a serio estado de marasmo nutricional; continua con anorexia,
astenia intensa, ausencia de apetito. Se inyecta dosis mínimas de insulina
pues si sube la dosis tiene hipoglucemias frecuentes. En la exploración física
peso 27 kg, talla 151, IMC 11,84 kg/m2, TA 100/60 mmHg, FC 80 l/m, soplo
protomesosistólico en BEI, refuerzo en segundo tono en AO. Mal estado
general, caquéctica, palidez cutánea, lanugo en cara, extremidades superiores
e inferiores, hipertrofia parotidea, lengua depapilada, pares craneales normales, prótesis dentaria, ausencia de panículo adiposo, ausencia casi total de
masas musculares.
Analítica general: hb 8,8, hto 26,6, bioquímica normal incluida iones,
proteínas totales 4,8, HbA1c 5,3, TSH 1,68. Análisis de orina normal.
Conclusión: Se trata de una paciente por tanto, con Anorexia Nerviosa de
larga evolución, diabetes mellitus, insuficiencia renal crónica (nefropatía diabética), trasplante renal. Con frecuentes complicaciones metabólicas y desnutrición severa, que a pesar de haber recibido durante muchos años tratamiento
psiquiátrico, nutricional, y farmacológico, continua presentando este grave
trastorno de conducta alimentaría.
Caso 9
Paciente de 36 años, casada, un hijo, no trabaja.
Inicio del trastorno de conducta alimentaría a los 16 años, con necesidad
de dos ingresos hospitalarios por alcanzar un peso de 37 kg para una talla de
167 cm IMC 13,30 kg/m 2, en la exploración física se observa marcada delgadez, con ausencia prácticamente total de panículo adiposo, TA 80/40,
hemograma normal, colesterol total y HDL- colesterol elevados, potasio 3,3
mEq/l.
El trastorno ha tenido un curso variable pasando por fases de ingestas
excesivamente restrictrivas, otras de conductas purgativas, con vómitos
autoinducidos, y otros episodios en los que alterna la sobreingesta compulsiva
con la restricción alimentaria, acompañada de amenorrea en muchos periodos. Subyace un trastorno de la imagen corporal, no ha tenido conciencia de
enfermedad hasta ahora, debido al no reconocimiento de enfermedad la pa259
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
ciente no había demandado asistencia sanitaria hasta hace aproximadamente
4 años. En los últimos meses, comienza a colaborar y seguir el tratamiento
nutricional y en salud mental, a pesar de ello la ganancia ponderal es escasa
(44 kg), no esta en primer plano la clínica anoréxica ni a nivel conductual ni
a nivel cognitivo.
Destacan los rasgos de personalidad de la paciente caracterizados por
altos niveles de autoexigencia y perfeccionismo, con dificultades para atender
y defender sus propias necesidades, ansiedad y clínica depresiva.
Conclusión: Anorexia Nerviosa de larga evolución de tipo restrictivo con
episodios de Bulimia Nerviosa, que solicita muy tarde asistencia sanitaria.
Ha recibido tratamiento nutricional, y en salud mental, tratamiento farmacológico
con zyprexa, diacepan, noctamid, pautas dietéticas y reposo pospandrial.
Caso 10
Paciente de 21 años de edad, soltera, comienza con trastornos de conducta alimentaria a los 17 años siendo todavía estudiante estando en un internado
y a raíz de la separación de una compañera por traslado de población. Los
estudios le obsesionan, quitándose horas de sueño para intentar aumentar el
rendimiento.
Entre sus antecedentes refiere haber tenido casi siempre cefaleas, dolores
de estomago (acidez, que no se calmaba con bicarbonato).
De los 18 a los 20 años recibe tratamiento en diversos servicios médicos:
Psiquiatría, medicina interna, y tratamiento con: Nobrium, Librium, Largactil,
sueros glucosados sesiones de psicoterapia y electroschock.
Llego a pesar 30 kg. y perdió 12 kg en dos años. Entre la sintomatología
acompañante destaca: cefaleas, estreñimiento, nauseas, vómitos, anorexia,
insomnio, tristeza, astenia, deseo obsesivo compulsivo de estar con el padre.
Analítica: hematíes 4.9700.000, hb 14,5, Hto. 44, leuc. 4.500, proteínas
(albumina 4,62), ionograma (Na 142, K 4,6), glucosa 75, colesterol 232.
Conclusión: Anorexia Nerviosa, tratada con dogmatil, novritol, clomifeno,
duphalac, psicoterapia, separación de los padres y terapia nutricional.
260
Historias clínicas de pacientes con trastornos del comportamiento alimentario
Bibliografía
Atención al individuo II. Neurología. Evaluación. Formación Continuada en
Medicina Familiar. SANFYC-SEMERGEN. Granada. 1999.
Martinez López F, Ferrer Delso V. Anorexia nerviosa. Entre la vida y la
muerte. Paraninfo. Madrid. 2000.
Madruga D, González J, Rubio B, Criado E. Anorexia nerviosa. Notas clínicas. Madrid.
Informes médicos de pacientes de diversas especialidades: Psiquiatría, endocrinología, servicios de nutrición, Unidades de anorexia, unidades de
día, neurología y otras especialidades médicas de pacientes con trastornos de conducta alimentaría.
Historias Clínicas de pacientes con trastornos de conducta alimentaria.
261
TEMA 23
TESTIMONIOS SOBRE TRASTORNOS DE
CONDUCTA ALIMENTARIA
Mª Dolores Castillo Sánchez, Mª Teresa León Espinosa de los
Monteros, Sebastián Fernández Lloret, Macario Castillo Sánchez
y Rafael Ceballos Atienza
Hemos recogido en este capítulo, a través de varias paginas de internet,
fundamentalmente sudamericanas, algunas de las preguntas, reflexiones, dudas, inquietudes y testimonios de jóvenes que creen haber padecido o padecen
algún trastorno de conducta alimentaría. Solamente se han modificado algunas palabras y expresiones por no ser gramaticalmente correctas.
Testimonio 1
Hola, tengo 16 años, y no consigo estar flaca, no soy gorda, pero sí algo
llenita, y no lo soporto, quiero estar flaca, no soy bulímica, porque no puedo
vomitar, por favor, denme tipos para lograr mi objetivo de ser flaca, no me
importa ser anoréxica, solo díganme exactamente que tengo que hacer, pues
de lo contrario, si no bajo de peso ¡YA! me voy a quitar la vida, pues prefiero
morirme, que estar gorda.
Testimonio 2
Hola soy ... mujer de 20 años de edad, mido 1,52 m y actualmente peso
53 kg y creo que tengo anorexia, bueno mi problema empezó cuando tenía 9
años de edad, empecé a subir peso y en esos momentos no me importaba pero
a medida que va uno creciendo te van interesando los chicos y que te vean
bien y que toda la gente te diga que bien te ves, pero yo estaba gorda, a los
18 años empecé a ir al gimnasio y hacer dietas, a comer menos cosas grasas,
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
pero fue inútil, ya que solo bajaba 1 ó 2 kg, yo quería más pero no podía,
hasta hace unos 6 meses que en una tienda encontré un libro que decía “baje
de peso haciendo ayuno” y me interesó y empecé a leerlo y decía que si
ayunaba en una semana podía bajar hasta 9 kg y empecé el lunes, me sentí
bien porque mi cuerpo no se sentía lleno, sino estable y así seguí los siguientes días, hacía ejercicio durante una hora y media y tomaba mucha agua y no
comía nada durante todo el día, la boca la sentía amarga. Seguí la dieta
durante tres semanas, en el transcurso de ese tiempo empecé a bajar de peso
y me sentía bien, tal vez yo no lo notaba pero la gente me decía que qué había
hecho y les decía que me puse a dieta, me preguntaban qué dieta y les decía
que comía muchas verduras y dejé la comida basura, pero eso no era verdad.
Y llegó el momento que mi cuerpo no resistió y de repente me sentía muy
mal, cuando andaba por la calle me sudaba todo el cuerpo, pero era un sudor
frío, muy frío y tenía ganas de vomitar, pero decía yo: ¿qué voy a vomitar si
no tengo nada en el estómago? y me sentía con sueño y muy débil. Pesaba
cuando empecé el ayuno 62 kg y bajé hasta 53 kg, es mentira que en una
semana baje uno 9 kg porque hay diferentes tipos de organismos y es lenta
la pérdida de peso, pero luego empecé a comer poco a poco. Me cuido mucho
de no comer grasa ni golosinas, pero hay veces que se me antoja algo y lo
como pero luego siento remordimiento y todo lo vomito. Ya me ha pasado
varias veces, hasta ahora no he subido de peso y me cuido, pero sí siento que
soy anoréxica y en estos momentos voy a participar en una pasarela y se me
ha metido en la mente que tengo que bajar más de peso porque las otras
chicas son un poquito más delgadas que yo. Yo solo les digo que, por favor,
coman no en exceso pero que no se pasen porque después se vuelve un hábito
y no caigan en eso, me gustaría que alguien me ayudara y si les interesa
comuníquense conmigo.
Testimonio 3
Entré en internet para obtener información sobre la anorexia, creo que
sufro de ella, o al menos eso es lo que dice mi madre y la mayoría de las
personas con que convivo. Todo empezó hace año y medio aproximadamente,
cuando con solo 13 años y 1,55 de estatura pesaba 60kg, en esa época no me
importaba lo que me decía mi hermano sobre que era una marrana y todo eso,
pero un día me pesé y me vi en el espejo y fue como un jarro de agua fría,
estaba hecha un cerdo, desde ese momento decidí hacer dieta y bajar de peso.
Al principio empecé restringiéndome un poco, pero conforme fue pasando el
264
Testimonios sobre trastornos de conducta alimentaria
tiempo fui comiendo menos y menos, después ingresé en el gimnasio y a base
de una dieta super-estricta y ejercicio bajé 14 kg. En principio mi madre lo
aceptó, pero cuando vió que estaba muy flaca empezó a molestarme, la gente
al principio se sorprendía de verme y me decía que estaba genial y que le
dijera cómo lo había hecho, me sentía muy feliz, pero de un momento a otro,
y aunque seguía pesando lo mismo comenzaron a decirle a mi madre que me
veían mal. No sabía si creerla o no, hasta ahora no sé si hacerlo, yo sé que
es mi madre y que me quiere por encima de todas las cosas y todo lo que ella
hace es por mi bien, pero de pronto no sé si lo dice la gente o es que ella se
lo inventa para convencerme. Hace unos cuatro meses empecé a engordar un
poco, no mucho 1 ó 2 kg tal vez y me sentía bien, me veía bien y aunque al
pesarme veía que había subido, eso no me afectaba, los tipos del gimnasio se
fijaban más en mi y me decían que me veía mucho mejor y que era la más
linda de ese gimnasio, pero como tenía que suspender el gimnasio por 2 ó 3
meses mínimo porque me iban a operar de la nariz, decidí rebajar 2 kg para
subirlos tranquilamente durante el tiempo en que no me ejercitaría. Es allí
donde el problema se agudizó, en esos meses no recuperé el peso y volví a
restringirme demasiado (según mi madre) en lo que como y bajé aún más,
hace como 2 semanas llegué a pesar 43 kg y la gente empezó a decirme que
estaba muy delgada. Mi padre no se ha metido mucho en lo de mi comida,
pero hace 2 días cuando la novia de mi hermano le dijo a mis padres que lo
mio era muy grave, creo que mi padre reaccionó y se puso furioso y dijo que
si no engordaba me hospitalizaría, eso es inaceptable y se que prefiero cualquier otra cosa que ir a un hospital, creo que se debe al hecho de que no
quiero aceptar mi enfermedad públicamente, pues en el fondo se que la sufro,
y no me agrada. Le prometí a mi padre que engordaría 4 kg, pero que lo haría
sola, que no se metieran conmigo y lo que me preocupa ahora es que debo
hacerlo, no por la amenaza del hospital, sino porque soy una de esas personas
extremadamente responsable y cuando digo que voy a hacer algo debo cumplirlo o si no me escapo de que me de un paro cardíaco. Hoy me pesé y subí
un kg, lo peor es que nadie lo nota y no se que haré si subo los 4kg prometidos y nadie lo nota y me siguen diciendo que estoy reflaca, que soy una
langaruta, demacrada, esqueleto, etc.. y me siguen comparando con todas las
mujeres bonitas y «de buen cuerpo». En verdad estoy desesperada, no sé que
hacer, quiero ganar peso, estar bien y no seguir con el miedo de que si
empiezo a comer, seguiré comiendo más y más hasta volverme un bodoque.
POR FAVOR NECESITO AYUDA URGENTE. Gracias por ponerme atención. Espero obtener una respuesta
265
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Testimonio 4
Hola, pues disculpen pero prefiero ser anoréxica que una vil cerda! y no
es por mala onda, pero esto de la anorexia funciona muy bien, claro, tampoco
al límite de llegar a ser un esqueleto. Bueno, quisiera ver imágenes de niñas
anoréxicas, por favor ¡ya! y por último que alguien me escriba.
Testimonio 5
Estoy sola en casa, me aburría y he decidido conectarme a internet, no
se por qué, pero me he metido en la palabra anorexia, puede que sea porque
estoy saliendo de ella, o eso es lo que me dicen, yo creo que nunca se apartará
de mi del todo. Hace tres años y medio que convivo con ella, creo que he
pasado por todo ya, ingresada, separada de mis padres y hermanos durante un
año y dos meses sin llamadas, ni cartas, NADA, por ataques de bulimia... En
fin, necesito que alguna chica que lo haya superado me anime, para poderlo
hacer yo también.
Testimonio 6
Hola! Tengo 19 años y hace dos tuve anorexia. Podríamos decir que era
un principio de anorexia, mido 1,63 m y pesaba 45 kilos, claro que a veces
subía, sobre todo en los veranos, para que mis padres no se dieran cuenta,
además de usar más ropa de lo normal en invierno. He tenido dos recaídas y
el año pasado tuve una excelente mejora, llegué a pesar 56 kilogramos, lo
cual no me preocupó mucho, pero éste año empecé con el mismo problema
y me asusté mucho. Me gustaría contactar con niñas que necesiten una
esperanza. Yo comía muy poco durante unos dos años (16 y 17 años), soy
muy perfeccionista y no sé como se inició todo, pero actualmente he visto
fotografías mías de ese entonces y las encuentro horribles. No me gustaría
hablar públicamente de lo que hacía, porque no quiero dar ideas, para seguir
con ésto. Es una enfermedad terrible y no quiero volver a tenerla, fueron
tiempos malos, en donde el espejo se convirtió en mi peor enemigo. Suerte
y ánimo.
Testimonio 7
He llegado a esta página por casualidad, pero tengo mucho que ver con
su problema, no padezco de anorexia, pero en ocasiones he deseado padecerla,
desde pequeña, me han adjudicado el sobrenombre de «gorda», realmente no
estaba tan gorda, lo que pasaba es que todos en mi casa son demasiado
266
Testimonios sobre trastornos de conducta alimentaria
delgados y altos, yo soy la segunda de 4 y parezco ser la más chica (por el
tamaño), estuve analizando fotos y cuando tenía 14 años estaba «preciosa»,
tenía muy buen cuerpo, es más, fui candidata a reina en la sec. y gané el
segundo lugar, y a pesar de eso seguí siendo la gorda. Esto me afecta demasiado, ya que no hay momento en el que me pueda sentar en la mesa sin que
me hagan algún comentario de mi gordura y lo que como. ¡Pero digo yo,...
comemos lo mismo! que cada quien tenga organismos diferentes es otra cosa.
El problema empeoró cuando entré en la Universidad, y el horario me absorbió, (yo pensé que me iba a favorecer), pero fue todo lo contrario, me levanto
como a las 8, desayuno (a veces), me arreglo y salgo a la biblioteca o a casa
de fulanita a hacer mi tarea, de ahí entro a las 3 de la tarde a la escuela,...
por lo que ya no comí, salgo a las 8 de la escuela y llego a mi casa a las 8:30,
con un hambre..., como lo que hay, y llegan mis hermanos y me dicen (ya
estas comiendo otra vez...). Y lo peor es que yo me propuse ignorar a todo
mundo (te vas a poner como tu madre, ves ya no cabes, mírate los cachetes,
luego no te quejes, hija que gorda te ves hoy...etc.), por el horario en el que
comía ahora sí que empecé a subir. Toda mi vida pesé 59-64 cuando mucho,
ahora ya ni sé. La verdad, ahora sí que me he provocado problemas, porque
eso me ha bajado la autoestima demasiado. Y desde que me propuse bajar he
aumentado cada vez más y más, ahora peso 79 (la última vez hace como un
mes) y ahora estos pantalones ya no me quedan, ya no sé que hacer, mi novio
el mismo desde hace 4 años y pico, me dice que no me preocupe que el me
quiere así, pero....YO NO, yo así no me quiero, porque me estoy haciendo
daño yo misma, la grasa no es salud, en verdad NECESITO AYUDA, POR
FAVOR
Testimonio 8
Bueno he leído todo lo que han escrito, es la primera vez que entro y me
parece muy bueno, pues puedes expresar lo que te pasa. Yo por ejemplo,
tengo bulimia desde hace varios meses, yo pesaba 78 kilos y medía 1,59,
entonces me obsesioné, hice dietas que casi me mataron, estuve 3 veces en
el hospital, pero logré mi cometido, bajé 12 kilos en menos de 1 mes, no se
qué me pasa pues me peso y bajo cada día más, pero me siento más gorda
y más gorda, mi piel es muy blanca, ya no tiene color, tengo 18 años y no
sé cómo curarme, ójala me pudieran escribir.
Testimonio 9
Hoy por primera vez en mi vida me he preocupado por mi salud. Me
267
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
duele todo el cuerpo. Tengo 22 años, mido 1,70 m y peso como 48 kilos.
Siempre he sido delgada, desde que nací, mi madre todo el tiempo se ha
empeñado en verme con más peso. Desde que tengo uso de razón he detestado la obesidad. Un día cuando pesaba alrededor de 53 kilos alguien me dijo
«oye, como que estás engordando» fue como un balde de agua helada. Siempre le he temido a la anorexia, de hecho no creo estar enferma, lo que sucede
es que ahora tengo mi horario escolar repleto y hay días que no me queda
tiempo de comer y otros solo como una vez. Hago mucho ejercicio porque
estudio artes escénicas y debemos estar «en forma». Hoy me siento un tanto
confundida, porque hay ocasiones en que siento un hambre terrible y empiezo
a comer y en menos de tres bocados ya quedé satisfecha. Todos me preguntan
ya comiste? qué comiste? en dónde? comer! comer! comer! Yo no me privo
de las cosas que me gustan como los helados, pero nunca puedo terminarme
lo que me sirvo. Si alguien puede orientarme se lo agradecería, ya que en los
últimos meses he bajado más de peso y me he enfermado más frecuentemente, pero el caso es que como y no puedo, no puedo terminar.
Testimonio 10
Tengo 29 años y soy anoréxica. Estoy desesperada porque no sé cómo
pedir ayuda, tomo diuréticos y quisiera dejar de hacerlo pero no sé cómo, no
sé si puedo porque tengo que tomarlos y si los dejo comienzo a hincharme
terriblemente, por favor, si alguien sabe como ayudarme, no me dejen morir.
Testimonio 11
Me es difícil hacer esto, debido al miedo de pensar que alguna vez algún
amigo o conocido lo llegue a ver. Todo empezó en Mayo de 1998, cuando
empecé a tener problemas con mi novio, él se portaba insoportable, me agredía, y yo no sabía por qué, hasta un día que en el colegio mi mejor amiga me
dijo que lo había visto con otra, yo me quise morir, y me culpé porque yo
había descuidado mi imagen, había veces que no me maquillaba para verlo y
no me arreglaba lo suficiente, porque yo pensaba que ya lo tenía en la bolsa,
yo creía que él nunca se me iba a escapar. Y para empeorar las cosas, terminamos en las vacaciones de verano. Debido a la depresión que adquirí al
enterarme del engaño de mi adorado novio, y que además me estaba engañando con una chica que era super arreglada, ya que vestía siempre a la moda,
que tenía cinturita de avispa y que tenía un buen trasero, me sentí morir. Los
dos meses de vacaciones de verano bastaron para que yo adquiriera «ANO268
Testimonios sobre trastornos de conducta alimentaria
REXIA», había días que yo no comía porque quería estar delgadísima, quería
sentirme bien conmigo misma, solo me hacían comer cuando me llevaban
comida que me habían comprado fuera de casa, o cuando yo me iba a comer
con mi mejor amiga a restaurantes, fuera de ahí no probaba bocado. Yo mido
1,70 y he llegado a pesar 47 kg, mi situación mejoró cuando mi novio y yo
regresamos, y el me obligó a comer de nuevo, pero desde luego que ahora
escondo mi anorexia, soy más cuidadosa, en verdad nadie me ha diagnosticado la anorexia hasta ahorita, solo me dicen que me veo super mega bien,
que cómo bajé de peso tan rápido, que les pase la receta, además muchos me
aconsejan que me vaya a una agencia de modelos, pero bueno ahora en estos
momentos tengo muchos problemas, mi novio es muy celoso, con decirle que
ni al gimnasio me deja ir y pobre de mí que me vaya una tarde con mis
amigas sin avisarle, en mi casa ya me escogieron la carrera que quieren que
estudie, en la escuela me exigen demasiado ya que doy asesorías a los estudiantes menos aplicados y lo de la graduación ya me trae loca. Por eso tengo
ANOREXIA porque es lo único en mi vida que por el momento puedo controlar. Por lo menos la anorexia me ayuda a verme bien y mientras yo la
controle no creo que tenga por qué preocuparme. Yo tengo 17 años y ésta
opinión me ha ayudado a desahogarme un poco, ya que ahorita estoy llena de
problemas de todo tipo. El último es que tengo varicela y ya tengo 2 semanas
con la enfermedad y no me curo, muchos dicen que no tengo defensas porque
no como, yo lo único que quiero es curarme para ir a la escuela, visitar a mi
novio y amigos, y en este momento dejaría que me inyectaran lo que fuera
para curarme. Aunque eso quisiera decir engordar un poco. Como puedes leer
tu puedes utilizar la anorexia, solo tienes que llegar a tu peso ideal y mantenerte, pero bueno, cada cabeza es un mundo. Gracias por ponerme un poco
de atención que eso es lo que ahora necesito y te diré que: «MIENTRAS TÚ
TE SIENTAS BIEN, TODO SERÁ PERFECTO» Atentamente
Testimonio 12
Hola, casualmente encontré esta página, donde afortunadamente me doy
cuenta que no soy la única persona que tiene desórdenes con la comida.
Tengo 18 años mido 1,67 m y peso 52 kg. Desde chica yo no quería ser gorda,
ni siquiera tener grasa en mi cuerpo, yo sé que es necesaria pero realmente
la odio, así que desde chica procuraba no comer pan, galletas, tortillas o
harinas, cosas que hasta la fecha me dan asco y no las consumo. Mi problema
mayor es actualmente, pues he bajado de peso unos 3 ó 4 kg, por está razón,
269
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
mi madre me mandó hacer análisis de sangre en donde salí un poco anémica,
me siento todo el día con sueño, sin ganas de moverme y tan solo quisiera
dormir todo el día. Yo sé que mi problema es en gran medida por mi falta de
apetito pues a veces sólo como una vez al día y si como demasiado me siento
como puerco en engorde, o si acaso llego a tener hambre procuro fumar para
olvidarme de eso, me veo ojerosa y demasiado delgada, si tienes algo que
escribirme pues recibiré gustosa tu mensaje.
Testimonio 13
Hola, no tengo idea si alguien vaya a leer esto pero tengo que decirlo
porque estoy cansada de guardar todo. Creo que empiezo a tener síntomas de
anorexia y aun leyendo tantas cosas, después de que mi padre me regaló un
libro acerca de Bulimia y Anorexia, no me espanto, al contrario tengo deseos
de ser anoréxica, no es porque esté de moda sino que no me gusta mi cuerpo,
me siento gorda y me veo gorda, aunque sólo mido 1,63 m y peso 50 kilos
necesito bajar más de peso. Mis amigas, mi novio, conocidos, etc, me dicen
que estoy delgada pero yo no lo siento así, todo lo contrario, cada vez estoy
peor. El lunes fue el cumpleaños de mi mejor amiga y tuve que comer por
educación ya que de otro modo no lo habría hecho, es más, me dio asco el
haber comido tanto. Quisiera pesar 48 kilos y pienso comprar un té que sirve
como laxante a ver si de esa manera bajo de peso, porque las dietas no sirven
y aunque tomo litros de agua al día tampoco veo resultados. En mi escuela
la mayoría de las niñas populares y bonitas son demasiado delgadas. Yo no
me considero fea, todo lo contrario, de hecho si tuviera un poco más de
estatura y estuviera delgada me metería a una agencia de modelos. Estoy
enferma lo sé, pero aun así la idea de querer ser anoréxica no me la voy a
quitar hasta alcanzar mi «meta». La bulimia me da miedo pues una amiga que
se llama L.... empezó a vomitar durante dos semanas y de repente vomitaba
sangre y eso me espanta, además me gusta mi sonrisa y no quisiera verme
llena de caries y con mal aliento. En fin, quizás más tarde pueda contarles si
alcancé mi «meta».
Testimonio 14
Tengo 31, casada, tres hijos, peso 69,5 kg, soy comedora compulsiva, de
repente me da la onda de comer e irme enseguida a vomitar, nunca he considerado la posibilidad de ser bulímica, no creo serlo, pero no quisiera ser
gorda, y me gustan muchos de los alimentos prohibidos, quiero aprender a
270
Testimonios sobre trastornos de conducta alimentaria
comer, mientras la encuentro, no veo por qué no seguir cuando me sienta
llena, vomitando, espero lograr lo que quiero, ánimo a todos.
Testimonio 15
Hace 5 años que empecé teniendo anorexia, ¿debido a qué? No lo se.
Antes le echaba la culpa a todo y a todos, mis viejos, los chicos, a mí, a todo.
Estuve 1 año así hasta que me obligaban a comer y me volví bulímica, hoy
en día no estoy curada pero después de tantos psicólogos, tratamientos que
siempre dejaba y mucho asco por mí misma, me he dado cuenta de que más
allá de haber perdido peso, perdí amigos, confianza y lo que es peor me perdí
a mí misma. En realidad, no sé cómo logré querer salir, solo sé que mi cabeza
cambió muchísimo y que quiero volver a ser yo misma, tal vez es cuestión
de madurez, no lo sé, todavía me falta encontrar muchas respuestas, lo único
que sé y estoy completamente segura es que absolutamente nadie puede ayudarme sino yo misma y que sólo si yo estoy decidida puedo salir de esto. Leí
todos los comentarios y me asustan, no porque yo no haya pasado por esa
etapa, todo lo contrario la pasé y peor, es más, estuve internada por intento
de suicidio hace un par de meses. Lo que me asusta es el hecho de que
ninguna de ustedes toma conciencia de lo grave que es su situación, y de
como están desperdiciando su vida, y no es que yo lo mire desde afuera
porque yo lo pasé. Pueden tomarlo como consejo o solamente pasarlo por
alto, pero en algún momento se van a arrepentir de desperdiciar su vida y de
echarle la culpa a todo el mundo, inclusive a ustedes, porque nadie va a venir
a salvarlas, no va a existir ese milagro que muy adentro suyo esperan, no
pierdan tiempo, porque sólo ustedes pueden ayudarse, esa es la dura realidad,
sino se mueren. Suerte a todas inclusive a mí.
Testimonio 16
Desde los 12 años la anorexia ha sido una pesadilla de la que no logro
despertar. En estos momentos tengo 22 años. Todo empezó cuando iba al
«cole», donde me empecé a sentir humillada por mis compañeros, que me
insultaban por mi aspecto «regordete». Mi propio orgullo me impulsó a dejar
de comer «a mi manera» para poder demostrar a todo el mundo que yo no
merecía oír esa clase de insultos. Empecé a dejar de tomar dulces y, en fin,
todos mis platos preferidos, que yo pensaba en esos momentos que debía
recortar de la dieta para conseguir mis fines propuestos. Fui adelgazando y mi
satisfacción era cada vez mayor. En casa, mis padres empezaron a preocupar271
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
se, me llevaron a un par de médicos, pero entonces, la anorexia no era un
tema bien conocido. Me administraron medicamentos para recobrar el apetito,
minerales, vitaminas... No recuerdo muy bien cómo lo hice, pero poco a poco
y con el ímpetu de mis padres, las manías desaparecieron lentamente de mi
cabecita y recobré una figura ideal en la que me sentía perfectamente bien.
Mi primera recaída fue a los 14 años, en unas colonias, donde, no sé por qué
razón empecé a dejar de comer. A partir de ese momento, mi peso empezó a
caer en picado. Cuando mis padres me fueron a recoger apenas podían reconocerme. En casa, continué con mi estricto régimen y mis manipulaciones.
Cursé 1º BUP y dirigí todas mis fuerzas en sacar el curso adelante. Yo me
veía mal, más bien, sentía complejos por mi extrema delgadez y me embutía
ropa por debajo de mis pantalones para disimular mi aspecto pero a pesar de
ello, cuando llegaba la hora de comer, mi mente se transformaba y yo no era
la chica con la que todo el mundo podía tratar, y que lo daría todo, sino que
mi carácter se volvía agresivo y me rebotaba contra todos. Cada día se montaba una batalla. Me llevaron a un psicólogo e informaron a mis padres sobre
la anorexia. Volví a tomar medicamentos y me iban a visitar periódicamente.
No hubo mejoras hasta que en verano, empecé a salir con un chico. Mi cabeza
ya no estaba obsesionada en mi cuerpo, sino en gustarle al chico con quien
iba, de manera que durante los 5 meses que duró el «noviazgo» recobré otra
vez mi buen aspecto. Cuando rompimos, me sentí mal conmigo misma otra
vez y ya os lo podeis imaginar. Mi peso cayó en picado. Llegué al borde de
los 30Kg y me ingresaron en Bellvitge (planta de psiquiatría). Allí lo pasé
muy mal. Supongo que debeis saber como funcionan las normas internas de
un ingreso (no podía recibir visitas, reposo absoluto, comidas abundantes,
control estricto...) En 4 meses de ingreso recuperé 14 Kg y me dieron el alta.
Seguí durante un tiempo una terapia de grupo y un día decidí dejar de ir. Todo
me iba bien en casa, mis estudios avanzaban, salí con unos cuantos chicos y
me sentía bien...pero como que no todo puede ser como un cuento de hadas,
en dos años volví a perder peso lentamente. En estos momentos vuelvo a estar
delgada y mi cabeza le da vueltas a la posibilidad de volver a ingresar,
aunque también sé que no es la mejor solución. Busco a cada instante cualquier motivación para animarme pero no me funciona nada. Hace algún tiempo, que entre otras cosas me dedico al canto, y mientras canto delante de la
gente, durante las actuaciones, me olvido de todas mis penas, pero, la obsesión sigue en mi cabeza. Tengo la esperanza de acabar con ésto de una vez.
Lo deseo con todas mis fuerzas, no quiero volver a ingresar, quiero cantar, no
272
Testimonios sobre trastornos de conducta alimentaria
quiero hacer daño a la gente que me quiere, quiero seguir trabajando, quiero
salir con algún chico, quiero ser algo más que piel y huesos. Espero que mi
testimonio haya servido de reflexión y ayuda a quien lo lea. Asimismo estoy
dispuesta a ponerme en contacto con chicas que tengan ganas de explicarme
sus problemas para ver si entre todas nos podemos apoyar más. Suerte.
Testimonio 17
Soy F. y tengo anorexia, me estoy volviendo loca, hace un mes me dieron
de alta después de estar seis meses en un tratamiento con A. C. mi doctora,
ahí me ayudaron, pero la verdad es que, todos creen que estoy curada, pero
no es así, yo sigo teniendo anorexia, necesito hablar con alguien, tengo 18
años y ya no sé que hacer, ésto ha empeorado, porque siempre he querido ser
modelo y fui a un casting, aquí en EUA donde estoy viviendo con mi hermana
y me escogieron para ir a una convención en la cual voy a posar delante de
todas las agencias de modelos más fuertes del mundo y eso me está empeorando porque sé que tengo que estar super bien, mi peso es 43 kilos y mido
1,70 y así me he conservado, como bien pero hago ejercicio, quiero estar más
flaca para ir a la convención de modelos. No sé si me estoy volviendo loca
y no sé si ésta va a ser mi forma de vida siempre, siempre preocupada por
lo que tengo que comer. Yo no sé que hago aquí porque yo misma se la cura
de ésto, pero yo no quiero, o no sé si quiero, me gusta estar flaca y así quiero
ser siempre. Si alguien me puede decir qué hacer, estoy muy confundida y
necesito ayuda por favor, gracias.
Testimonio 18
Nunca me ha agradado la gente que tiene sobrepeso es algo que no
soporto en una persona, yo ahora mido 1,68 m, peso 45 kg, soy guapa y me
encanta que la gente me diga que me veo fabulosa, que soy una linda chica.
Dejé de consumir alimentos desde que me metí a una agencia de modelos, es
un ambiente de mucha competencia en donde la más delgada y bella se lleva
los méritos, decidí salirme porque quise estudiar, pero continúo comiendo
únicamente lechuga, tomo laxantes, me paso tiempo viéndome al espejo y en
la báscula, hago ejercicio. Se que estoy enferma pero prefiero estarlo a tener
que estar gorda. A pesar de que mi novio me dice que él me quiere por lo que
soy, no le creo, él me dijo al principio de nuestra relación que se había fijado
en mí porque le encanté completamente. A veces he pensado que sería mejor
dejar de existir, de hecho una vez estuve a punto de cortarme las venas pero
273
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
no pude, pero siento que en otro momento lo pueda llegar a hacer. Podría
decir que mi otro vicio son los “chavos”, porque me encanta ir a los bares los
fines de semana y ligar a cuanto “tipo me agrade”, después de un rato de
diversión lo dejo. Sé que hago mal pero eso me apasiona. Me siento ridícula
escribiendo aquí pero fue un impulso que tuve, porque al fin y al cabo tenemos algo en común.
Testimonio 19
S... mide un metro setenta, tiene diecisiete años y hasta hace unos meses
pesaba 52 kilos. Quiso adelgazar un poco. No mucho. Lo justo para el verano,
un kilo, no más de dos. Adelgazó doce y cuando pesaba cuarenta, sus padres
la ingresaron en el hospital del Niño Jesús de Madrid. Sabía que estaba
enferma. Antes de llegar al hospital leyó libros que hablaban de anorexia y
se reconoció. Le daba igual. No quería curarse. En realidad, curarse o no le
daba igual. No quería comer. El primer día en el hospital bebió un zumo y
lloró por haberlo bebido. Entonces se dio cuenta de lo difícil que le iba a
resultar librarse de la anorexia. Pasó este verano estudiando en Estados Unidos. Allí empezó a vomitar y a anotar cuidadosamente lo que había comido
cada día y lo que merecía comer al día siguiente. Cada vez un poco menos.
Cuando volvió a Madrid dejó de vomitar y también dejó de comer. Doce kilos
menos en dos meses. «No tengo hambre, ya he tomado algo por ahí, hoy no
me apetece cenar, comí demasiado a mediodía... Sí, he adelgazado un poco,
pero me siento bien, ya recuperaré peso...». Los síntomas y las excusas de las
enfermas de anorexia para no comer son muy parecidas, pero las causas de
la enfermedad, variadas, la mayoría de las veces tan enrevesadas, tan ocultas
y tan inimaginables que parecen inexistentes. S... es lista, es guapa, estudia
en un buen colegio, no baja del notable, lee muchísimo, hace deporte, tiene
amigos, actúa en un grupo de teatro, quiere estudiar psiquiatría. Sus padres
están separados, como otros muchos padres. Eso es lo que se ve. Cuando ella
habla de sí misma, es lista pero no brillante. Desde luego, fea. De ningún
modo sobresaliente. La amistad le resulta difícil y las relaciones con los
chicos, casi imposible. Sin duda, por su culpa. S.... se ha asustado mucho en
el hospital. Ve a otras adolescentes anoréxicas con un tratamiento parecido al
suyo. Un mes de ingreso y quizá años de terapia después. Algunas van por
la cuarta o la quinta recaída. Se portan bien, porque quieren salir cuanto antes
para perder el peso que han ganado. Le preocupa no ser capaz de controlar
su enfermedad cuando no tenga una enfermera vigilando que se come hasta
274
Testimonios sobre trastornos de conducta alimentaria
la última miga y la puerta del cuarto de baño cerrada con llave para evitar la
tentación del vómito. Ha visto una enferma crónica que pesa treinta kilos y
sigue negándose a ganar peso. Se deprime cuando alguna niña esconde un
trozo de pan en el bolsillo del pijama, porque hay que evitar comer lo que se
pueda, aunque sea una uva. Se deprime primero y se aterroriza después,
porque a ella le hubiera gustado hacer lo mismo. S... escribe cuentos y un
intento de novela fantástica. Escribe además un diario desde hace años. Un
diario que ha continuado en el hospital, en los últimos meses no habla más
que de su enfermedad y que nos ha cedido para que publiquemos algunos
párrafos. Diario del verano del 96: «Puedo leer, ver la tele y escribir, puedo
salir, perder el tiempo y hacer básicamente lo que quiera... Bien, quería decir
que hoy no he comido hasta la cena. Genial, porque no tenía hambre, pero en
la cena he comido demasiado y no ha servido de nada. Tengo la tripa hinchada y me siento gorda». 18 del 7: «Son las nueve y media en Madrid. Aquí las
tres de la madrugada. Llevo 24 horas sin dormir, pero no tengo sueño. Estoy
en Estados Unidos chapurreando cautelosamente un idioma que desconozco.
Lentamente, todo irá saliendo». 24 del 7: «A las siete teníamos que cenar...
Pizza. Estoy intentando controlarme, pero mira lo que he comido hoy. Cereales, Sándwich de queso, Un poco de fruta podrida, Pan con queso, Lechuga
¿Ves mis intentos? Pero no hay mucho donde elegir». 28 del 7: «La cabeza
me va a estallar. Llevo una hora dando vueltas en la cama, despierta por no
sé qué extraña pesadilla, pensando en lo que quiero hacer con mi vida. Ayer
quería venir aquí. Hoy sólo quiero dejar de tener cerebro. He pensado en
papá. He pensado en la universidad. Aquí he amontonado preguntas». 3 del
8: «A lo mejor tengo un problema. Me he pasado la noche vomitando y no
sé qué voy a hacer. Habíamos ido al cine y comí palomitas. Entonces me
ardía el estómago. Al llegar a casa intenté vomitar y sólo salía un líquido
amarillo asqueroso. Así que cené. Jamón York frito y unas patatas con queso.
Vomité. Así que tomé un yogur natural con leche y un plátano y perfecto.
Entonces llegó B.... con la comida mexicana y comí dos setas de ésas y dos
palos de queso. Así que tengo la tripa llena y me siento gorda». 6 del 8: «El
lunes estuvimos todo el día de compras. Me sentía cansada y obsesionada por
la comida. Cené demasiado y quise vomitar, pero no pude, lo que fue realmente frustrante... Hoy creía que llegaríamos a las cuatro, pero paramos unas
tres horas en Albany en casa del hermano de B... tiempo suficiente para tener
hambre y comer tarta. Después, a eso de las siete, paramos de nuevo y me
comí un helado. Y por fin llegamos a casa. Había sido un día realmente
275
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
asqueroso. En Albany me estaba muriendo de asco y en el coche a ratos no
podía más, así que sólo pensaba en vomitar. Conseguí vomitar un poco y fue
un alivio, porque hacía unos días que no podía. No brillo en nada, no me
distingo en nada. Y yo lo sé. Pero decírselo a A... es como reconocer que éste
año no he querido a nadie y nadie me ha querido. Es como dejar de luchar
contra la palabra mierda. Sí, soy una mierda. Mírame, me quito la ropa, me
descubro, sí soy una mierda. Decir: nada me sale bien, ningún chico de los
que quiero me quiere. Es como decirle a A.... soy fea, no me tengas alto en
tu escala de valores, porque no valgo para nada, y desde luego no me creas
capaz de nada porque soy fea. No, no puedo dejar que ella crea eso. Simplemente, no puedo». 15 del 8 «(...) Me gustaría comer una manzana, comer un
yogur de chocolate con galletas sin vomitar y sin engordar, beber leche de
fresa, pero no lo necesito. Tengo la tripa llena... Está bien, 48 kilos es genial.
Menos no. 52, ¡ah, no, es demasiado! Me sorprende ¿cómo antes podía comer
patatas fritas y eso?. Ya no puedo. ¿Por qué quiero seguir adelgazando? No,
yo sólo quiero no engordar. ¿Y un helado? ¿Cuándo te permitirás un helado?
Sólo si me salto una comidas. Sí quiero seguir saltando comidas, quitando el
hambre con fruta para no engordar, PERO, si mamá cocina cosas deliciosas,
no puedo... Es mejor saltar la comidas, comer el helado y vomitar. Entonces
sí sirve, porque no engorda». 18 del 8: «estamos en un cámping y aún no he
conocido a nadie. No me he sentido simpática ni graciosa ni abierta. Lo que
quiero decir es que nadie va a querer conocerme por ser simpática, porque
tengo miedo. Ni tampoco por ser mona, hay demasiadas rubias delgadas aquí.
Si alguien me dijese que con la dieta que llevo me voy a quedar en 48 kilos
no volvería a pensar en vomitar. Si alguien me dijese que con la misma dieta
y vomitando adelgazaría más ni me lo plantearía. Pero aún así, no vomito.
Por pereza. Por asco. Tanto da. Hoy he desayunado una galleta (en realidad
media) y un yogur con cereales. Luego he comido medio tomate con atún (sal
y aceite) y un bocata (en pan de baguette, y eso que quería renunciar al pan,
seguro que eso contribuye a ganar peso) con un montón, pero una burrada de
queso. Si tan sólo hubiera comido fruta merecería una buena cena, moderada,
pero de cualquier cosa. Sin embargo, he hecho una buena comida, con lo cual
no merezco cena ¿Entiendes?». 19 del 8: «Me duele el estómago. He querido
vomitar porque me han obligado a comer sin hambre. Ahora sólo sé que el
desayuno con el que soñaba va a tener que esperar y que: 1-He cenado sin
hambre 2-He comido demasiado 3-No lo merecía». 31 del 8 «sólo quiero
contarte las pesadillas que he tenido estas últimas noches. En la primera, yo
276
Testimonios sobre trastornos de conducta alimentaria
acababa de comer. Estaba increíblemente llena. Entonces llegaba mamá que
me había comprado un helado de vainilla con cookies y, como sabía que me
gustaba, un paquete de cookies. «Te lo tienes que comer todo», decía, porque
es muy caro. Era horrible porque no podía más». 1del 9: «Hoy he tenido dos
sueños. En el primero yo comía un montón de galletas, como antes, en los
viejos tiempos, una burrada. Me alegré al despertar». 2 del 9: «Bueno, esto
fue lo que X. me dijo: «Sí, estás flaca, pero estás bien. Sólo te hace falta
músculo en los brazos. Haz flexiones». No he vomitado desde que volví de
Estados Unidos y no quiero hacerlo. Ahora bien, estoy comiendo casi siempre
más por costumbre que por hambre y eso me molesta. Quiero hacer mucho
deporte para tener hambre. Y después de comer queso, hacer deporte para
quemar en caso de exceso. Por otro lado, flexiones, abdominales y flexibilidad. Eso es lo que quiero. Ahora me espera la cena. Pescado y patatas fritas.
No tengo hambre. Me levanto con legañas, mocos y dolor de garganta tras
una noche de pesadilla. Con desgana desayuno por rutina y empieza el día de
no hacer nada. No me quejo, no es una queja». 9 del 9: «Acabo de pensar una
cosa. TERMINÓ EL VERANO 96 ¿Qué ha quedado de él? Más problemas,
46 kilos y no sé si amigos al otro lado». 17 del 9: «Hoy me he vuelto a pesar.
45,45Kg. Supongo que estoy comiendo demasiado poco en comparación con
lo que necesito. Algo tiene que cambiar. Pero no va a ser fácil. Sabes que no».
22 del 9: «Siento mucho frío. Aunque me envuelva en lana, mis pies y mis
manos siempre están frías. La piel eternamente erizada. Tengo mucho frío.
Pero lo soporto, porque no hay causa. A veces, sin haber hecho ningún esfuerzo, me siento cansada. Como si no tuviera fuerzas para seguir, como si simplemente no pudiera. Pero puedo y por eso lo olvido. Se me ha despellejado
todo el cuerpo. Cuando me desvisto un polvo blanco se dispersa en el aire.
Virutas de piel muerta. De mi piel muerta. No importa. No tengo regla. No
sé muy bien lo que es ir al baño. Hay una idea que me atormenta. Una idea
que puebla mis noches de pesadillas. Al despertar, me siento aliviada. Pero es
sólo un tiempo, puedo vivir con ello, así que también lo ignoro. Quizá he
aprendido algo. He aprendido a controlar mis sensaciones, frío, calor, hambre, sed. Mentía al decir que quería tener hambre. Porque lo que yo sé es que
no quiero comer ni quiero pensar en ello. No sé por qué es así, pero lo es».
14 del 10: «quiero contarte un sueño muy gráfico que he tenido hoy. Yo
llevaba una compresa gigante, enorme, gorda... Pero al mirar no había regla,
sólo una especie de manchita marrón, como si hubiese vomitado un poco. Era
más bien vómito lo que había en esa compresa. En el otro sueño querían
277
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
matarme. He ido dos veces al psicólogo pero no me ha dicho nada nuevo.
Mamá habla de ingresarme. Confío en que no me estropeará la vida de esa
forma. Realmente camino sobre una cuerda floja con un cerebro muy vacío
y abierto sólo a una cosa ¿Tienes algún sueño? Oh sí... Suelo soñar con
comida». 15 del 10: «Tic, tac, tic, tac, prosigue la cuenta atrás. Tic, tac, tic,
tac, 42,700 marcó esta vez ¡Oh! es después de aerobic. ¡Oh!, es antes de
cenar». 17 del 10: «Papá me ha hecho decirle que sé que hay anorexia de por
medio y que voy a intentarlo. Pero yo no quiero comer ni tengo hambre ni
quiero intentarlo. Todo depende de mí y sólo de mí. Hoy he desayunado un
vaso entero de papilla y he comido dos empanadillas a rebosar de queso y
coliflor con bechamel y más queso. Me siento mal. No quiero recuperar peso.
No quiero y no quiero. Así estoy bien. No me siento más cansada ni más
débil. Sólo tengo frío y no tengo la regla. Estoy bien, estoy bien. He perdido
peso y estoy bien. Así que no sé por qué no me dejan en paz. Si es por el
físico, que les jodan. No estaba más guapa antes y si lo estaba, qué divertido
que se den cuenta ahora. Acabo de pensar. Ese chico rubio nunca saldría
conmigo y seguro que me despreciaría si supiera todo esto. He leído mucho
sobre anorexia y tengo muchos rasgos, pero si estoy enferma, no quiero
curarme. A lo mejor estoy cansada de ser hipócrita. —Vale, papá voy a intentarlo—. Si tengo que engordar, engordaré. Estoy bien, bien, bien. Y no quiero,
no quiero engordar. No quiero. Y hoy he comido y ojalá pudiese quemarlo
todo o no haber comido. Mamá está comprando cosas. Hay galletitas, hay
nocilla, hay cereales, hay fruta, hay magdalenas, hay yogures y yo no sé qué
desayunar y ni siquiera si quiero desayunar. Y luego hay comida y yo no
quiero comer. Pero lo hago. Bueno, sólo quería contarte cómo van las cosas.
Me llevó dos veces al psicólogo pero no me dijo nada que yo no supiera. Ayer
volví a la consulta del endocrino que me recetó no sé qué cosas y habló de
clínicas si llegaba a los 38 kilos. Y yo no quiero curarme. Me toco los
hombros y siento un montón de huesos. Soy un puto hueso me digo. Está
bien. No me muero y no tengo hambre». 20 del 10: «Mi vida ha cambiado.
Empieza la recuperación. En el autobús X. me dijo que me estoy suicidando,
y que el cole y toda mi vida se destruía, que tenía que cambiar de aires. Me
dijo que me fuera con él el fin de semana que viene. Yo le contesté que
pensaba que él no quería estar conmigo. Se echó a llorar y eso me devolvió
la vida». 21 del 10: «Tic tac, tic, tac. No lo he entendido del todo. 42 kilos.
Hoy no he ido al cole porque he visto a dos psiquiatras. El doctor M..., o
como se llame hablaba de hospitalización... Mierda, ahora que me curaba. Y
278
Testimonios sobre trastornos de conducta alimentaria
luego comí. Comí y voy a cenar. Aún así, 42. El reloj que avanza». 23 del 10:
«Me equivoqué. Me equivoqué como en tantas cosas. No ha empezado una
nueva etapa. No estoy a los pies de una gran montaña, no voy a empezar a
vivir ni se ha hecho la calma después de la borrasca. Bueno, se me ha caído
el mundo encima, he querido llorar pero no lo he hecho. Soy agria y malcriada con quien me ha traicionado. Por mi bien, no lo dudo, pero no me importa,
y me siento lo suficientemente confusa como para justificar mi egoísmo y no
pensar más que en mí y en que estoy enfadada. En fin, ya no siento nada. Yo
no quiero ir a un hospital. No quiero, no quiero. No quiero. No es por miedo,
es que me dan ganas de llorar. Y me molesta. No quiero ir a un hospital. Mi
gatito ya no me quiere. Tengo que ir a cenar. No tengo NADA de hambre...
En el hospital me harán comer pan. No quiero que nadie lo sepa». 25 del 10:
«Tengo, tengo, tengo, un pequeño problema. ¡Nos vamos! ¡Nos vamos! ¡Sí!
Sabes que tengo problemas con la comida, lo sabes. Hay cosas que quiero
comer antes de ir al hospital. Queso, empanadillas, papilla, galleta ¡Nos vamos! (No había comido nada en todo el fin de semana. Perdí un kilo y medio
en dos días)». 29 del 10: «En el hospital. Llegué ayer y había camas, claro
que había camas. Me da rabia llorar, pero también lloro de rabia y eso no lo
puedo evitar. Me desesperé y todas las veces que he llorado ha sido por eso.
Ese día había comido. Mucho, mucho queso..., pero me obligó la vieja de la
voz amable y tranquila a tomarme un zumo que bebí llorando. Hoy he tenido
que hacer caca con la puerta abierta... No veas cómo ha dolido, sentía vergüenza, rabia e impotencia. No me he lavado los dientes desde hace dos días,
ni me he duchado ni me he enjuagado la boca, no puedo andar y sólo como,
como y como. Y como pan, un pan asqueroso. He tenido que merendar un
bocata de jamón york con queso. Yo mentía a mi madre al decirle lo que
había comido a mediodía. (Vaya, esta es la primera vez que lo digo y suena...
suena mal). Acabo de cenar. 2.000 Kcal y luego reposo, reposo, como una
gorda. Comer y descansar, comer y descansar. Y todo el mundo, los traidores
por todos lados, por todas partes. Quiero hacerlo todo bien, porque no me
gusta estar aquí. No sé si eso es bueno o malo, pero es la verdad. No puedo
querer curarme porque primero quiero asumirlo todo bien. Sé que no puedo
dar el segundo paso sin haber dado el primero antes». 30 del 10: En la
merienda he descubierto que mi plátano era doble. Increíble. No sé de dónde
sacan fruta tan enorme. Mi plátano tenía dos plátanos. Saben cómo hacer que
todo esto sea odioso. Ya lo creo que lo saben. No toquéis la comida. Comeros
los pipos de las uvas, bla, bla, bla». 31 del 10: «Estoy harta... Ayer por la
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Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
noche me dieron dos pastillas y luego almax. Esta mañana me han vuelto a
dar otra pastilla y almax. Y ahora, antes de comer me han dado otra cosa. Ya
les vale ¿no? Estoy furiosa, estoy harta. No quiero que me den nada más. Ya
vale, ya vale, ¡basta! Sé cuanto peso: 42,400 gramos. He recuperado dos
kilos... Cuando ingresé pesaba 40,080. Hoy al ver a A. me he agobiado increíblemente ¿Cómo? ¿Cómo ha podido llegar a eso? Es que no puede vivir, es
que no es nada. Se va a morir. No puede ser. Dan ganas de gritarle: ¡Reacciona! ¡Que te mueres! No es que estés muy delgada, es que estás enferma,
te mueres. ¡Entra en razón! Pero A. lleva cinco años enferma. Tiene diecisiete
años y pesa 34 kilos. Se ve michelines. Chica, te mueres. Ojalá no tuviera que
ver comer a la chica ésa. Se esconde a todas horas la comida en el pantalón.
Desmenuza el pan, las galletas, desparrama la comida y consigue no comer
ni la mitad de lo que le ponen. Son celos ¿no? ¿Celos de no poder hacer yo
lo mismo? Tendré que pensar en todo esto, pero ahora estoy cansada». 2 del
11: «¿Sabes? no espero oír el carrito de la comida. No, no tengo ansiedad, y
hoy he tenido hambre y estaba muy feliz después de comer». 3 del 11: «Hoy
me he relajado demasiado. No he pensado nada, salvo ahora que me vuelvo
a agobiar con lo de hacerlo bien me está convirtiendo en una sin importancia
y sin valor... Puedo curarme de la anorexia. Te juro que parece mucho más
sencillo que curarme de lo otro. La anorexia es cuestión de voluntad, lo
demás me tortura el cerebro. Lo que yo quiero es que no se olviden de mí.
Bah, mierda. Tienes el defecto de ser egoísta y de necesitar atención. ¿Cómo
se lucha contra los defectos? Un egoísta ejercerá la generosidad». 7 del 11:
«Es mucho más fácil caer que salir. Y yo no estoy saliendo. Mírame. No
quiero. Ahora que lo estaba haciendo bien... Me estoy volviendo depresiva.
Así que soy estúpida. Espera, que me calmo. Calma...»
Testimonio 20
Yo ya no sé si estoy loca o qué!, bueno la cosa está así, a los 14 años
mi trauma por bajar de peso me convirtió en una bulímica pero no me sirvió
para bajar de peso pues seguía engordando como un puerquito sin rabo. Fue
como hasta los 15 cuando me hice anoréxica, no llegué a adelgazar hasta los
huesos pero sí bajé bastante, como 19 kilos, esto gracias a una dieta. Bueno,
el chiste es que recuperé la alegría, volví a andar en fiestas, mis calificaciones
subieron, en fin de nuevo era feliz. Cuando mi madre se dio cuenta de que
ya ni comía se lo dijo a mi padre y me llevaron con un doctor, y asunto
resuelto, pero lo malo vino después cuando me vino una depresión muy
280
Testimonios sobre trastornos de conducta alimentaria
grande y comencé a subir de peso aceleradamente (claro nuevamente volví a
los hábitos alimenticios de antes) ahora he comenzado de nueva la dieta, y
otra vez estoy adelgazando mucho y me he jurado no volver a subir de peso
por que ya sé que cuando esto pasa me pongo tan deprimida que quiero
morirme. Mucha gente dice que personas como yo están mal, que porque solo
somos superficiales y que solo nos importa el físico y que deberíamos de
querernos tal y como somos, pero la verdad es que uno no puede ser feliz así,
bueno no en mi caso, yo se lo mal que se siente estando gorda y no encontrando solución por ningún lado, es terrible, por eso espero que si quieres
escribirme por que necesitas ayuda, pero ayuda de verdad ¡no tonterías que
no te sacan de lo mismo, les puedo decir la varias alternativas que las harán
bajar y la verdad es que es mucho más sencillo de lo que te imaginas!!! no
te des por vencida! tu puedes!!!!!:)
Testimonio 21
Mi nombre es M... y creo que sufro de anorexia. Todo comenzó hace
como 3 meses cuando comencé a encontrarme gorda, comencé a evitar el
alimento y a tratar de vomitar pero como no podía, compré unos laxantes que
lo único que me provocaron fue dolores estomacales. También comencé a
hacer ejercicios. Después de mucho intentar logré vomitar y lo hacía a diario,
tanto que se convirtió en mi rutina. Mi madre me llevó a una psiquiatra la
cual aún me está ayudando, todos están desesperados porque la psiquiatra y
el nutricionista me dieron una semana de plazo porque sino me van a tener
que hospitalizar, mi madre se desesperó tanto que me llevó a un iriólogo, el
cual dijo que yo no tenía anorexia, y lo que tenía era un problema de páncreas.
Yo estoy super confundida y no sé qué hacer porque mi madre no le cree a
la psiquiatra y dice que no me va a llevar más. Yo creo a la psiquiatra porque
ella me conoce y sabe lo que siento. Esta enfermedad me ha hecho cambiar
mucho porque me ha puesto mentirosa y bandida. Ya no creo a mi madre y
pienso que es mala porque me dice que lo que yo quiero es que me hospitalicen, cuando eso no es verdad. Por favor, si alguien quiere ayudarme, escríbanme.
Testimonio 22
Tengo 15 años, mido 1,65 m. y peso 76 kilos. Soy gorda y soy una
comedora compulsiva desde mis 14 años. Soy consciente de mi desorden y
sé que en estos momentos mi estado es malo. Sufro de 2 a 3 atracones al día
281
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
y cada vez que tengo uno pasa lo mismo. Siento la culpa y me veo gorda,
lloro por un rato y me prometo que ésta será la última vez, que mañana
empiezo una nueva vida, comeré con mi familia en la mesa y no arrasaré con
la comida, no compraré chocolates, galletas, helados y papas fritas. El ciclo
continúa. Pastillas, dietas y la balanza, paso el día controlando mi peso. Estoy
cerda y gorda pero ¿que puedo hacer?, no hay cambio en mi vida. Cuando es
hora de comer o cenar como poco, a veces me excuso y digo que no tengo
hambre pero media hora después compro golosinas y consumo calorías como
loca, hasta sentirme satisfecha y culpable. Quiero vomitar pero no logro sacar
la comida de mi cuerpo, luego me dan ganas de quitarme la vida y no tengo
valor. Quiero ser anoréxica y tener la fuerza necesaria para no comer. Me
odio, no soporto ver mis gordas piernas, mis blandos y horrendos muslos y
mi estúpido y obeso gran trasero, mi grasa, la grasa de mi estómago. Cuento
las calorías que consumo y aunque haga ejercicios con los atracones subo de
peso. ¿Qué hago para bajar de peso? AYUDA !!!!!!!!!!!!! quiero ser normal
y delgada, por favor.
Testimonio 23
Tengo 25 años y soy anoréxica desde hace 3. No soy ninguna cría que
se deja engatusar por las pasarelas de moda ni por las presiones exteriores,
pero estoy enferma. Mi historia comienza hace ya mucho y está plagada de
altibajos, de momentos de recuperación y momentos de recaída. Aun recuerdo
los sábados de madrugada haciendo flexiones después de una noche de marcha. De locos, ¿verdad? Todo empezó sin querer, supongo que quería ser
mejor, más guapa, más delgada, quería hacerlo todo y quería hacerlo perfecto.
De hecho, aún quiero. Comencé a perder peso. Me sentía mal físicamente y
a la vez llena de energía, me sentía destrozada emocionalmente, pero orgullosa. Todo muy complicado, una manera de pensar muy difusa. Tal vez
solamente soy autodestructiva y nunca creo que hago nada bien. Quizá el
problema no es el exterior, sino mi autoestima que por norma esta bastante
baja. Recuerdo etapas, de verdadero infierno, pero nunca pensé que mi vida
correría peligro. Siempre creo que controlo la situación. Ahora toda parece
más sencillo porque me encuentro bastante bien, pero creo que nunca tendré
una relación normal con la comida. Solo falta que en mi vida se tambalee
algo para empezar de nuevo. Por el momento me siento muy arropada y muy
querida, y eso me hace dominar mis impulsos y casi no pensar en ello, pero
es tan frágil. Solo espero tener suerte.
282
Testimonios sobre trastornos de conducta alimentaria
Testimonio 24
Yo quisiera saber si podrían mostrarme unas fotos de lo que es una
persona completamente anoréxica.
Testimonio 25
Tengo 15 años y soy una persona con anorexia. Todo empezó cuando en
la primaria yo era la típica niña “llenita” del grupo, pero esto me lastimaba
mucho pues mis compañeros me apodaban “ballena” o me decían que parecía
embarazada. Recuerdo que en una ocasión vi a una niña con pantalones ajustados de arriba y muy acampanados de abajo, entonces le dije a mi madre que
yo quería unos iguales pero azules ella me respondió “¿como quieres usarlos
siendo tan gorda? tendrías que ser muy flaca para que te los compre, si no te
vas a ver muy mal”. Me limité a mirarla con unas ganas inmensas de llorar.
Si mi madre me molestaba todo el tiempo con eso ¿quien me iba a defender
de los comentarios hirientes de mis primos, compañeros y amigos? Yo tenía
entonces 8 años. Subí de peso, pero también crecí mucho de estatura para mi
edad, así que me veía un poco menos gordita. Cuando pasé a sexto de primaria nadaba 2 horas diarias, por lo que la espalda se me hizo más ancha y me
daba un aspecto más robusto. Esto no me gustó nada y comencé a vomitar la
comida. Cuando pasé a segundo de secundaria seguía haciendo lo mismo pero
comiendo lo menos posible, así que mis padres se dieron cuenta y me llevaron a terapias. Las dejé al pasar a tercero de secundaria y éste grado lo hice
en Canadá, desde donde les escribo, pues llegué hasta aquí a estudiar inglés.
Aquí fue cuando empezó lo peor: empecé a hacer ejercicio exagerado hasta
quedar exhausta y con solo 1/4 de pera y por lo menos 4 litros de “clight” en
el estómago al día. La alimentación de aquí es completamente diferente a la
de México, sobre todo porque aquí abunda la comida rápida como hamburguesas, pizzas, helados etc. y la idea de volver a ser la ballena de mi infancia
me asustaba. Bajé de peso lentamente al principio pero cuando esto se me
hizo un hábito comencé a desmayarme en las clases de educación física, por
lo que dejé de hacer ejercicio. Mis amigos se dieron cuenta de ello, sobre
todo por que me veían con ojeras todo el tiempo, cada vez se me caía más
cabello y mi piel estaba helada con un tono pálido grisáseo. Actualmente
mido 1,65 y peso 39 kg. Lo cierto es que apenas puedo moverme, me cuesta
mucho levantarme para ir al baño, ir la escuela es una pesadilla y para acostarme debo colocar almohadas sobre la cama para no sentir como los resortes
de la cama se clavan entre mis huesos. Pronto regresaré a casa, no quiero
283
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
imaginarme la cara de mis padres cuando me vean, en mi casa no saben nada
de ésto, pero lo cierto es que creían que yo adelgazaba gracias a una dieta que
me había enviado la nutricionista. Ahora lo único que me interesa es regresar
para implorarles que me ingresen a una clínica, pues ésto me está matando.
Si me preguntaran qué prefiero ahora, respondería que me encantaría no haber
empezado nunca a vomitar y haberme quedado con 57 kg, para poder correr,
bailar y reír sin que me duela todo el cuerpo. Ya es tarde para pensar en eso,
pero espero que no sea tan tarde para poder salvar mi vida.
Testimonio 26
Soy bulímica; desde que tenía 15 años me dí cuenta lo que significaba
estar delgada, ser aceptada, creo que la sociedad misma te impone estas
enfermedades porque la mayoría de la gente al ver que eres gorda te etiquetan, eres la chistosita del grupo, la gordita que siempre anda sola porque
nadie la quiere; no deberían criticarnos si ustedes mismos hacen que esta
enfermedad entre en nosotros, cada quien decide qué hacer con su vida y
nosotras hemos decidido echarla a perder, es realmente motivador el ver que
la báscula marca cada día kilogramos menos y lo es más aun cuando la gente
te dice: “oye que bien te ves”; aunque tu sabes que por dentro te estas muriendo, luchando por esa delgadez, por esa perfección; no nos juzguen y si ya
lo han hecho pónganse un momento en nuestros zapatos, no es nada fácil
estar todo el día contando calorías, pensando en cómo engañar a todos diciendo que ya comiste y aún no lo has hecho ni lo harás; no es nada fácil darse
un atracón y saber que después tus dedos irán a tu garganta... no nos juzguen,
traten de comprender que nosotras ya no vivimos en su mundo, el nuestro es
diferente, en él viven las calorías, los laxantes, las pastillas para adelgazar...
ésta es nuestra realidad y no va a cambiar...
Testimonio 27
La verdad no se cómo comenzar esto.....voy a cumplir 30 años, tengo dos
hijas maravillosas, un matrimonio sin grandes problemas y una situación
económica que en estos tiempos es difícil tener. Quizás con un poco de
vergüenza debo decir que soy bulímica y que es horrible....la sensación de
sentir que mi cuerpo va a reventar cuando como y los dolores de estómago
que padezco... son un martirio... estoy en tratamiento, pero miento, le miento
a mi doctora, a mi esposo y a mí misma. Yo comencé con esto a los 23
años.... no era adolescente.... sin embargo la crueldad de la gente fue más
284
Testimonios sobre trastornos de conducta alimentaria
poderosa que mis deseos de no volver a vomitar. Bajé 40 kilos en casi 2 años,
y mientras más bajaba más gente se me acercaba, más amigos tenía, y más
hombres se fijaban en mi..., pero mi organismo ha pagado muy caro las
consecuencias de esta terrible enfermedad. Sufro de esofagitis y gastritis crónicas, tengo una hernia en el hiato que me provoca reflujos por lo que debo
dormir sentada. Ahora que de nuevo estoy con este problema, siento que
estoy fallando en todo y a todos los que yo amo, incluso a Dios, a quien he
prometido mil y una vez “no lo volveré a hacer”. Lamento estar segura de que
esto no tiene remedio y el mal que yo sufro es distinto al común de las
jovencitas... lo estudio y leo sobre él... pero cada vez veo más lejana mi
mejoría. Si hubiese alguien que pudiera decir “yo te puedo ayudar”, lo agradecería. Por último, no puedo dejar de decir que el sufrimiento que esto trae
es más terrible que cualquier dolor físico... es difícil explicar lo que siento
cuando veo a mis hijas dormir y pienso que ellas también crecerán... me
gustaría estar con ellas, pero sé que mi vida está en serio peligro y cada vez
que voy al baño y me deshago de lo que como una parte de mi se va a la
alcantarilla y llegará el día en que ya no tenga nada de que deshacerme...
entonces mi dolor acabará... Y MI VIDA TAMBIÉN...”
285
Trastornos del Comportamiento Alimentario: Anorexia y Bulimia Nerviosa
Bibliografía
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286
CUESTIONARIO TRASTORNOS DEL
COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO:
ANOREXIA Y BULIMIA NERVIOSA
CUESTIONARIO INTRODUCCIÓN
1. Los trastornos de conducta alimentarios (TCA):
a) No están actualmente de moda.
b) Raramente los medios de comunicación nos informan de algún aspecto relacionado con el tema.
c) Ha habido un incremento de su frecuencia últimamente.
2. El interés reciente por parte de medios de comunicación sobre los TCA puede ser
debido a:
a) El que afecta a individuos muy jóvenes.
b) La elevada mortalidad.
c) a y b son correctas.
3. El interés creciente por parte de medios de comunicación, médicos y población en
general sobre los TCA puede ser debido a:
a) El que un número elevado de casos se convierta en formas crónicas.
b) Las escasas hospitalizaciones.
c) a y b son correctas.
4. El interés creciente por parte de los profesionales sanitarios sobre los TCA puede
ser debido a:
a) El incremento de las formas no purgativas.
b) El incremento de las formas atípicas de T.C.A. con presentaciones clínicas a
veces muy aparatosas en chicas muy jóvenes.
c) a y b son incorrectas.
5. El incremento en los últimos años de T.C.A. ha conducido a que durante la última
década se haya producido:
a) Una débil proliferación de investigaciones.
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
b) Desarrollo de instrumentos de evaluación y procedimientos terapéuticos.
c) a y b son correctas.
6. En el Corpus hipocraticum, se recoge:
a) Sólo los efectos de un régimen debilitante y prolongado.
b) Sólo los efectos de una repleción extrema y continuada.
c) Los efectos de un régimen debilitante y prolongado y los de una repleción
extrema y continuada.
7. Galeno en el 155, describe:
a) La kynos orexia o hambre canino como sinónimo de la bulimia.
b) Un cuadro de adelgazamiento morboso.
c) a y b son correctas.
8. En las civilización Romana era habitual en banquetes y fiestas:
a) La ingesta moderada de alimentos.
b) Ingesta escasa de alimentos.
c) La ingesta masiva de alimentos, seguida de conducta purgante.
9. Desde antiguo el hecho de comer:
a) No ha tenido una connotación social.
b) La comida ha sido un acto fundamentalmente individual.
c) Ha supuesto compartir conocimientos y experiencias, propiciándose la relación y la empatía.
10. La mayoría de las anoréxicas que se diagnostican hoy día:
a) Son idénticas fenomenológicamente a las clásicas intelectuales místicas,
b) Son radicalmente distintas fenomenológicamente a las clásicas intelectuales.
c) Son chicas adolescentes muy influenciadas por la sociedad que prima en
exceso la imagen, la belleza.
11. En los T.C.A suele haber:
a) Gran preocupación por el peso corporal y la figura, percepción alterada de
la imagen corporal.
b) Dietas extremas o ayunos, y combinación de ayunos prolongados y sobreingesta.
c) a y b son correctas.
12. ¿Fue Gandhi anoréxico?:
a) La mayoría de los autores estarían de acuerdo en que si lo fue.
b) Si nos atenemos a los criterios diagnósticos de la DSM, no los cumple.
c) Si nos atenemos a los criterios diagnósticos de la DSM, si los cumple
13. Una de las razones fundamentales, que pueden explicar el incremento de los
trastornos de la conducta alimentaria:
a) La presión social por la imagen estética de delgadez, reclamada igualmente
al hombre y a la mujer.
b) La presión social por la imagen estética de delgadez, especialmente reclamada
a la mujer.
c) Es el impacto sociocultural, sobre todo en los países en vías de desarrollo.
288
Cuestionario
CONCEPTO DE ANOREXIA. REVISIÓN HISTORIA
1. La palabra anorexia deriva del:
a) Latín.
b) Griego.
c) Ingles.
2. La anorexia nerviosa es un trastorno grave de la conducta alimentaria caracterizado
por:
a) Una pérdida involuntaria de peso, inducida y mantenida por factores endocrinos.
b) Una pérdida deliberada de peso, inducida y mantenida por una alteración
orgánica.
c) Una pérdida deliberada de peso, inducida y mantenida por el propio enfermo.
3. Lo esencial de la anorexia nerviosa es:
a) La preocupación por la comida.
b) El temor a perder peso.
c) a y b son correctas.
4. La anorexia nerviosa es considerada una enfermedad:
a) Endocrina.
b) Mental.
c) Hipotalámica.
5. La anorexia nerviosa es un trastorno conocido desde:
a) El siglo XX.
b) El siglo XIV.
c) La antigüedad.
6. Señale la respuesta correcta:
a) La anorexia nerviosa al principio es considerada como enfermedad psiquiátrica, posteriormente como un trastorno endocrino.
b) La anorexia nerviosa al principio es considerada como histeria, posteriormente como un trastorno psiquiátrico y finalmente endocrino.
c) Al principio es considerada como histeria, posteriormente como un trastorno
endocrino y finalmente psiquiátrico.
7. El primer caso de anorexia se dio en:
a) Liduina de Shiedam.
b) Catalina de Siena.
c) Una paciente de Richard Morton.
8. La anorexia nerviosa en su evolución histórica se conocen diferentes etapas, señale
la falsa cronológicamente:
a) Psicosomática, pituitaria, redescubrimiento.
b) Descriptiva, pituitaria, redescubrimiento, psicoanalítica, psicosocial y
neuroendocrina.
c) a y b son correctas.
289
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
9. Quien denominó por primera vez a estos trastornos “anorexia nerviosa”:
a) Richard Morton.
b) W.W. Gull.
c) E. C. Laségue.
10. ¿Quién utiliza por vez primera el término de anorexia mental?
a) W.W. Gull.
b) R. Morton.
c) Hurchard.
11. Déjerine definió la anorexia mental “ Se dice que un sujeto tiene anorexia mental
cuando:
a) Influido por representaciones mentales, adquiere una repugnancia por toda
clase de alimentos y llega a inhibir en sí la sensación de hambre”.
b) Influido por factores externos, adquiere una repugnancia por cierta clase de
alimentos y llega a inhibir en sí la sensación de hambre”.
c) a y b son incorrectas.
12. Señale la respuesta correcta
a) A finales del siglo XX, en el año 1993 se describe un caso de anorexia tratado
con hipnosis.
b) Un año más tarde se describe dicha enfermedad como una psiconeurosis de
defensa o neurosis de la alimentación con melancolía.
c) a y b son incorrectas.
13. A comienzos del siglo XIX la Anorexia Nerviosa:
a) Fue confundida con insuficiencia pituitaria.
b) Empieza a tratarse desde un punto de vista psicológico.
c) a y b son incorrectas.
14. A comienzos del siglo XX la Anorexia Nerviosa:
a) Fue erróneamente confundida con insuficiencia pituitaria.
b) Empieza a tratarse desde un punto de vista endocrinológico.
c) a y b son correctas.
15. Los mayores e importantes avances en anorexia nerviosa se produjeron en:
a) El siglo XVII.
b) Principios del siglo XX.
c) Las ultimas décadas.
16. En 1970 Crisp establece el concepto de anorexia como:
a) Trastorno endocrino con fobia al peso.
b) Trastorno neurótico con fobia al peso.
c) a y b son incorrectas.
17. En 1970 Crisp establece el concepto de anorexia como:
a) Un modelo de interconexión entre procesos psicopatológicos y biológicos que
apunta hacia una inmadurez hipotalámica.
290
Cuestionario
b) Un déficit en el factor liberador gonadotrópico así como anomalías en el
control neuroendocrino.
c) a y b son correctas.
18. Minuchi describe:
a) La patología familiar.
b) Terapia familiar.
c) a y b son incorrectas.
19. En Italia Palazzoli:
a) Desarrolla el uso de terapia familiar.
b) Describe la patología familiar.
c) Describe el modelo psicoanalítico.
20. En la actualidad el modelo que se propone es:
a) Modelo de redescubrimiento.
b) Modelo neuroendocrino.
c) a y b son incorrectas.
21. En la actualidad el modelo que se propone es:
a) Aquel que integra la vulnerabilidad biológica con determinantes psicológicos
y sociales.
b) El modelo biopsicosocial.
c) a y b son correctas.
22. La prevalencia de la anorexia nerviosa:
a) Ha ido disminuyendo partir de los años cincuenta y especialmente a partir de
los setenta en el mundo occidental
b) A partir de los años cincuenta y especialmente a partir de los setenta se va
produciendo un incremento espectacular de esta enfermedad en el mundo
occidental.
c) a y b son incorrectas.
23. Actualmente se concluye que la anorexia nerviosa y la enfermedad de Simmonds:
a) Son cuadros diferentes.
b) Son cuadros similares.
c) Nunca se les ha relacionado.
24. Algunas de las tendencias y preocupaciones en el abordaje de la anorexia han
sido:
a) Nosológicas, psicoanaliticas, endocrino.
b) Biopsicosocial, nosológico, psicoanalítico.
c) A y b son correctas.
EPIDEMIOLOGIA ANOREXIA NERVIOSA
1. Una de las siguientes afirmaciones respecto a la Anorexia nerviosa es cierta
291
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
a) Hasta un 30% de estos trastornos no son reconocidos en la clínica diaria, lo
que impide recibir un tratamiento adecuado.
b) La tasa de mortalidad por anorexia en Estados Unidos es hasta 12 veces
mayor que la de la población general del país.
c) Ninguna de éstas afirmaciones es cierta.
Es falso que:
a) En la práctica los trastornos del comportamiento alimentario se solapan entre
sí.
b) La anorexia nerviosa es una entidad en la que se encuentran implicados
múltiples factores (etiológicos, predisponentes, precipitantes, clínicos).
c) La Anorexia nerviosa es una enfermedad de nuestro tiempo.
Según Becker los criterios clínicos para el diagnóstico de anorexia son:
a) Índice de masa corporal igual o menor a 17,5 Kg/m 2, miedo intenso a ganar
peso.
b) Percepción distorsionada de la imagen corporal y amenorrea.
c) Ambas respuestas son ciertas.
Respecto a la incidencia de la anorexia es cierto que:
a) Se habla de un incremento de hasta un 1-1,6 por 100.000 habitantes en los
últimos 30 años.
b) Es mucho menor la incidencia en culturas orientales y en países subdesarrollados.
c) Ambas respuestas son ciertas.
Una de las afirmaciones siguientes es falsa:
a) En el mundo occidental se considera que la prevalencia es de un 1,1% en los
adolescentes de sexo femenino.
b) En el mundo accidental la prevalencia en la población general se ha estimado
entre el 0,1 y el 0,7%.
c) Ninguna respuesta es falsa.
La prevalencia en los países desarrollados se ha estimado entre:
a) El 1% y el 4%.
b) Si se consideran también las formas subclínicas podría aumentar hasta el 5%
para el total de la población de adolescentes de edades comprendidas entre los
14 y 22 años.
c) a y b son ciertas.
La proporción entre ambos sexos en la anorexia es la siguiente:
a) Se mantiene en un varón por cada 6 mujeres.
b) Se mantiene en un varón por cada 10 mujeres.
c) Se mantiene en un varón por cada 3 mujeres.
Entre las poblaciones en riesgo para anorexia se encuentra:
a) Adolescentes y mujeres jóvenes.
292
Cuestionario
b) Bailarinas.
c) a y b son correctas.
9. Los factores de riesgo para la Anorexia nerviosa se han clasificado en:
a) Factores predisponentes, y precipitantes.
b) Factores perpetuantes.
c) Ambas son correctas.
10. Los denominados factores precipitantes, se definen como:
a) Son los que acontecen inmediatamente antes del inicio del trastorno.
b) Son los que actúan desde el inicio de la vida y condicionan la vulnerabilidad
de un individuo a padecer la enfermedad.
c) Son los que acontecen inmediatamente antes del inicio del trastorno y condicionan la vulnerabilidad de un individuo.
11. Una de las siguientes afirmaciones es correcta:
a) Es más frecuente en el sexo femenino.
b) La predisposición en las mujeres a presentar estos trastornos se debe fundamentalmente a factores socioculturales.
c) Todas son ciertas.
12. Respecto a la relación de la edad con la anorexia nerviosa:
a) La máxima prevalencia es a los 15-20 años.
b) Varios estudios han concluido que existe una relación clara entre la edad de
inicio y el cuadro clínico.
c) a y b son ciertas.
13. Se ha observado en las pacientes con anorexia:
a) Suelen ser jóvenes con bajo rendimiento intelectual.
b) Tendencia a la autoexigencia y el perfeccionismo.
c) Es más frecuente en clases sociales bajas.
14. Es falso que:
a) Se ha observado relación de la anorexia con ciertos deportes.
b) La Anorexia tiene una causa multifactorial.
c) En preescolares, los problemas alimentarios afectan también más a las mujeres que a los varones.
ETIOPATOGENIA DE LA ANOREXIA NERVIOSA
1. En la etiopatogenia de la anorexia nerviosa intervienen factores:
a) Pueden contribuir factores socioculturales y biológicos.
b) Siempre factores genéticos y biológicos.
c) Siempre factores genéticos y socioculturales.
2. Es cierto que en la anorexia nerviosa:
a) Los estudios de familias en la anorexia nerviosa han mostrado un incremento
de la frecuencia de trastornos afectivos en parientes de primer grado.
293
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
b) Existe una alta asociación de la anorexia con los trastornos afectivos.
c) Ambas respuestas son ciertas.
3. No es correcto que:
a) La anorexia nerviosa tiene un origen multicausal.
b) La alteración hipofisaria es la causa de la anorexia nerviosa.
c) La función neurotransmisora está alterada.
4. Las disfunciones de los sistemas de neurotransmisión constituyen el fundamento
biológico de trastornos que son frecuentes en la anorexia, como:
a) Trastornos depresivos.
b) Trastornos por ansiedad y trastornos obsesivo-compulsivos.
c) Todos ellos pueden aparecer.
5. Entre las alteraciones encontradas en los sistemas de neurotransmisión en la anorexia nerviosa, se encuentran:
a) Niveles bajos de serotonina.
b) Niveles bajos de la actividad opioide.
c) Niveles altos de serotonina.
6. Los factores más importantes para explicar el predominio de esta patología en el
sexo femenino, en países desarrollados, etc, son:
a) Los factores biológicos.
b) Los factores socioculturales.
c) Los factores familiares.
7. Entre los factores socioculturales que pueden intervenir en la aparición de la
anorexia, se encuentran:
a) El anhelo de delgadez.
b) El bombardeo de los mensajes publicitarios, con la progresiva y prácticamente completa exhibición del cuerpo delgado.
c) a y b son ciertas.
8. Dentro de los factores individuales que pueden intervenir en el desarrollo de
anorexia, son importantes:
a) La autoestima y la autoimagen.
b) La perseverancia y obsesión.
c) Ninguna de ellas.
9. Las teorías psicológicas referidas a las causas de la anorexia nerviosa se han
centrado mayoritariamente en:
a) Mecanismos fóbicos.
b) Formulaciones psicodinámicas.
c) a y b son correctas.
10. Es falso respecto a las teorías psicodinámicas, que:
a) Las teorías psicodinámicas se han centrado en fantasías de impregnación oral
y relaciones seductivas de dependencia con una figura paterna cálida y pasiva.
294
Cuestionario
b) Las teorías psicodinámicas se basan en relaciones de dependencia con una
madre dominante.
c) Ninguna es falsa.
11. Una de las siguientes afirmaciones, en relación con la etiopatogenia de la anorexia nerviosa es cierta:
a) La etapa evolutiva adolescente, junto con los factores socioculturales constituye el gran factor de riesgo para la anorexia nerviosa.
b) Ciertos deportes (gimnasia rítmica, patinaje artístico, corredores de fondo,
etc.) experimentan una serie de circunstancias que les predisponen para estos
trastornos.
c) Todas son ciertas.
12. Es falso respecto a la anorexia nerviosa, una de las siguientes afirmaciones:
a) Todas las disfunciones neuroendocrinas son consecuencia de la malnutrición,
fenómeno central, nuclear, de la anorexia nerviosa.
b) Los niveles disminuidos de noradrenalina podrían en parte explicar la bradicardia
e hipotensión observadas en la anorexia.
c) La autoestima exaltada se considera factor de riesgo para la anorexia nerviosa.
CLINICA ANOREXIA
1. ¿Cuál de los siguientes patrones se asemeja más a la distribución típica porcentual
de los diferentes macronutrientes de los pacientes con Anorexia nerviosa?
a) Aumento del porcentaje de hidratos de carbono.
b) Aumento del porcentaje de proteínas.
c) Aumento del porcentaje de grasas.
2. ¿Cuál de las siguientes complicaciones no es típica de las pacientes con anorexia
nerviosa?
a) Caries dentales.
b) Atrofia parotídea.
c) Esofagitis.
3. ¿Cuál de los siguientes signos en una paciente con anorexia le haría pensar no en
un agravamiento de su enfermedad sino en otra complicación concomitante?
a) Hipertensión.
b) Hipotermia.
c) Bradicardia.
4. ¿Qué dato le haría sospechar la presencia de una anorexia en una compañera
ocasional de comida?
a) Ingestión rápida de las porciones de alimento.
b) Troceamiento de la comida en porciones muy grandes.
c) Ordenación rigurosa de la comida en el plato.
295
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
5. Señale la respuesta errónea sobre la distorsión de la imagen corporal en la Anorexia:
a) No reconocen situaciones de delgadez ni en otras personas.
b) Sobrevaloran su peso y su talla.
c) Centran dicha distorsión en caderas, muslos y abdomen.
6. Señale la respuesta incorrecta respecto a la realización de ejercicio físico en la
anorexia:
a) Suele ser desproporcionado para su ingesta.
b) Suelen buscar compañías de otras personas para su realización.
c) Suelen imponerse horarios rígidos y no flexibles.
7. La pérdida de la menstruación en estas pacientes se caracteriza por:
a) Cursar con unos niveles de gonadotropinas normales o disminuidas.
b) Las cifras de estradiol se encuentran disminuidas.
c) Deberse principalmente a la disminución de T3 y T4.
8. ¿Cuál de los siguientes comportamientos alimentarios es habitual en las pacientes
con anorexia?
a) Realizan una masticación acelerada e insuficiente de la comida.
b) La comida se convierte en un acto social relevante.
c) Frecuentemente preparan alimentos muy elaborados para el resto de la familia.
9. ¿Qué rasgo de la personalidad no esperaría encontrar en una paciente con anorexia?
a) Alta autoestima.
b) Aislamiento social.
c) Comportamientos perfeccionistas.
10. ¿Cuál de los siguientes factores no contribuye al desarrollo de osteopenia en
pacientes con anorexia?
a) Hipocortisolismo.
b) Déficit estrogénico.
c) Baja ingesta de calcio.
DIAGNÓSTICO DE LA ANOREXIA Y BULIMIA
1. No se incluye en el DSM-IV como criterio diagnóstico para la anorexia nerviosa:
a) Rechazo a mantener el peso corporal por encima de un mínimo.
b) Miedo intenso a engordar.
c) Sensación de pérdida de control de la ingesta de alimentos.
2. Un atracón no se caracteriza por:
a) Ingesta de alimentos en un corto espacio de tiempo.
b) Sensación de pérdida de control sobre la ingesta alimentaria.
c) Conductas compensatorias inadecuadas.
296
Cuestionario
3. Según el DSM-IV, ¿cuál es la frecuencia de atracones y de conductas compensatorias
inadecuadas para el diagnóstico de bulimia nerviosa?
a) Al menos dos veces a la semana durante tres meses.
b) Un mínimo de dos veces al día durante tres semanas.
c) Tres veces al mes durante el último año.
4. ¿Qué alteraciones endocrinas en la mujer se consideran criterios diagnósticos para
la anorexia nerviosa según la CIE-10?
a) Hipertiroidismo.
b) Amenorrea.
c) Síndrome de Cushing.
5. ¿Qué prueba diagnóstica no se realiza de forma habitual para el diagnóstico de
Trastorno de Conducta Alimentaria?
a) ECG.
b) EKG.
c) TAC craneal.
6. Los criterios diagnósticos para los Trastornos de la Conducta Alimentaria no están
incluidos en:
a) Cuestionario Scoff.
b) CIE-10.
c) DSM-IV.
7. Cuando el Trastorno de Conducta Alimentaria ocurre en sujetos prepúberes, al
resolverse el trastorno:
a) Se completa la pubertad de forma normal.
b) No se completa la pubertad.
c) Quedan como secuelas alteraciones endocrinas.
8. No se incluyen entre las conductas compensatorias de los atracones en la Bulimia
Nerviosa:
a) Períodos de ayuno.
b) Abuso de laxantes.
c) Seguir dietas propuestas por un especialista en Nutrición.
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL ANOREXIA Y BULIMIA
1. Ante una paciente que ha perdido en el último año unos 15 Kg de peso, ha
quedado en amenorrea hace 6 meses, pesa 46 Kg para una altura de 155 cm, y
presenta unos niveles de TSH bajos y FT4 normales ¿qué pensaría Vd?
a) Que me encuentro ante un hipertiroidismo clínico que es necesario tratar con
antitiroideos.
b) Que me encuentro ante una situación adaptativa del tiroides a una desnutrición que no precisa más tratamiento que la nutrición.
297
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
c) Que me encuentro ante un hipotiroidismo subclínico que es necesario tratar
con tiroxina.
2. Una paciente con anorexia nerviosa presenta niveles de calcio total de 8,2 mg/dl
¿Qué pensaría Vd y qué prueba pediría a continuación?
a) Que la paciente padece un hiperparatiroidismo, por lo que calcularía la Retención tubular de fosfatos.
b) Que la paciente tiene una calcemia normal, por lo que pediría unas proteínas
plasmáticas totales, y si es posible niveles de albúmina en sangre.
c) Que la paciente tiene un hipoparatiroidismo, por lo que solicitaría una
gammagrafía con Sestamibi.
3. En una paciente adolescente que ha perdido la menstruación a raíz de un descenso
de unos 5 kg de peso en los últimos 3 meses, llegando a pesar 50 kg de peso para
una altura de 155 cm, realizaría inicialmente:
a) Test de gestación.
b) Test de estrógenos y progestágenos.
c) Cariotipo.
4. En una paciente adolescente con alteración de conducta alimentaria, que nunca
tuvo la menstruación a sus 17 años, que pesa 49 kg de peso para una altura de 148
cm, con FSH elevada y E2 bajos, realizaría inicialmente
a) Determinación de niveles de PRL pensando en una hiperprolactinemia.
b) Cariotipo, pensando en un fallo ovárico.
c) RNM hipofisaria pensando en un tumor hipofiso-hipotalámico.
5. Ante una paciente de 20 años que trae su madre por haber observado una pérdida
de peso excesiva sin causa aparente, Vd podría confirmar una sospecha de estar
provocándose el vómito si:
a) Presenta una hipokalemia asociada a acidosis respiratoria y cloro descendido
en orina.
b) Presenta una hipokalemia asociada a alcalosis metabólica y cloro descendido
en orina.
c) Presenta una hiperkalemia asociada a alcalosis metabólica y cloro descendido
en orina.
6. ¿Qué datos de la exploración podría hacer sospechar de una bulimia en una paciente que está perdiendo peso?
a) Una coloración morena en pliegues de las manos y areolas mamarias.
b) La presencia de callos en la zona dorsal de las manos.
c) Tinte ictérico en conjuntivas.
7. En una paciente de 17 años, que ha perdido unos 6 Kg en los últimas 5 semanas,
sin causa aparente, y su madre sospecha que vomita porque la ve comer más de
lo habitual ¿qué pruebas le darían más información para su diagnóstico diferencial
inicialmente:
298
Cuestionario
a) Analítica general que incluyera una glucemia, determinación de hormonas
tiroideas, enzimas hepáticas, Na+ y K+ en plasma.
b) Analítica general que incluyera una glucemia, determinación de hormonas
tiroideas, gasometría y determinación de Na + y K+ en plasma.
c) Analítica general que incluyera una glucemia, determinación de hormonas
tiroideas, gasometría y determinación de cloro en orina.
8. ¿Qué datos le harían pensar que una paciente diagnosticada de anorexia nerviosa
restrictiva puede en realidad tratarse de una malabsorción intestinal?
a) Presencia de estreñimiento.
b) Presencia de osteomalacia.
c) Presencia de vómitos.
9. Ante un paciente de 36 años que consulta por astenia, pérdida de peso de unos 6
Kg en últimos 3 meses sin razón aparente, aumento de pigmentación de piel y
situación depresiva, Vd plantearía solicitar:
a) Cortisol plasmático y libre urinario.
b) Hormonas tiroideas.
c) Calcio corregido en plasma.
10. Una paciente con antecedentes de trastorno de conducta alimentario bulìmico,
que incluye ingestas abundantes de alcohol, que comienza a perder peso en los
últimos 3 meses, con dolor abdominal severo de varias semanas de duración,
aunque intermitente, y heces flatulentas y esteatorreicas, con gran probabilidad
padezca:
a) Una pancreatitis crónica.
b) Una colecistitis aguda.
c) Una coledocolitiasis con pancreatitis aguda.
TRATAMIENTO NUTRICIONAL DE LA ANOREXIA
1. ¿Que es prioritario en el tratamiento de la AN?:
a) El tratamiento psicológico.
b) El tratamiento de la desnutrición.
c) La educación nutricional.
2. En estados de desnutrición grave ¿que es prioritario?
a) Renutrición urgente.
b) Tratamiento psiquiátrico.
c) Reposición hidroelectrolítica.
3. La dieta natural en el tratamiento de la anorexia nerviosa debe ser:
a) Normal.
b) Pobre en residuos.
c) Rica en residuos.
299
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
4. Al reiniciar la dieta natural en AN ¿que alimento será aconsejable posponer?:
a) Azucares.
b) Vegetales.
c) Líquidos.
5. ¿Que fórmula es de elección para la dieta enteral en AN?:
a) Polimérica estándar.
b) Polimérica estándar con fibra.
c) Hiperproteicas.
6. El objetivo ponderal en AN debe ajustarse al:
a) Peso ideal.
b) El previo al inicio de la restricción alimentaria.
c) IMC según rango poblacional.
7. ¿ En realimentación de la AN por desnutrición grave el aporte inicial será?:
a) El del gasto energético basal.
b) Solo sueroterapia durante los 3 primeros días.
c) Aporte del 50% de requerimientos energéticos totales.
8. Cuando el aporte de volumen ha de ser bajo, la fórmula enteral por sonda debe ser
en AN:
a) Isocalórica.
b) Energética (hipercalórica)..
c) Hiperproteica.
9. Los polivitamínicos en el tratamiento de la AN:
a) Deben evitarse porque aumentan rápidamente el peso.
b) Deben asociarse al comienzo de la alimentación natural.
c) No tienen interés.
10. En cualquier estado de grave desnutrición:
a) Se producen severos trastornos mentales.
b) En el caso de la AN obligan a que la rehabilitación nutricional sea un objetivo
prioritario del tratamiento para que la psicoterapia pueda ser eficaz.
c) a y b son correctas.
11. ¿Los objetivos específicos del tratamiento nutricional en AN son?:
a) Corregir solo el estado de desnutrición y sus consecuencias clínicas y metabólicas.
b) Mantenimiento de un estado nutricional normal en base solo a criterios higiénico-dietéticos correctos.
c) a y b son incorrectas.
12. ¿Los objetivos específicos del tratamiento nutricional en AN son?:
a) Corregir el estado de desnutrición y sus consecuencias clínicas y metabólicas.
b) Mantenimiento de un estado nutricional normal en base a criterios higiénicodietéticos correctos, ponderados y asumidos por el paciente y fundamentados
en un sistematizado y minucioso programa de educación nutricional.
c) a y b son correctas.
300
Cuestionario
13. El tratamiento de la anorexia nerviosa:
a) Se puede realizar independientemente por nutricionista, psiquiatra o cualquier
otro profesional.
b) En ningún caso el nutricionista, médico o dietista, debe exclusivizar la asistencia de la AN al margen de un equipo multidisciplinario integrado al menos
por un psiquiatra/psicólogo y un médico-nutricionista.
c) Es solo fundamental el psiquiatra.
14. La valoración del estado nutricional tiene como aplicaciones en la AN:
a) Solo es útil para establecer la pauta de reposición nutricional de acuerdo al
grado de desnutrición.
b) Disponer de datos objetivables que permitan su comparación con referencia
a rangos de normalidad sobre los que consensuar y establecer los objetivos
ponderales y educacionales con el paciente.
c) a y b son incorrectas.
15. Cualquier intervención nutricional en Anorexia nerviosa:
a) Debe basarse en la libre aceptación por parte del paciente.
b) El tratamiento debe ser individualizado, planificado y consensuado.
c) a y b son correctas.
16. La intervención nutricional en AN en casos de extrema gravedad:
a) Debe basarse en la libre aceptación por parte del paciente.
b) El tratamiento debe ser individualizado, planificado y consensuado.
c) a y b son correctas.
17. La intervención nutricional en AN:
a) Debe establecerse el objetivo ponderal en base a un peso fijo ideal sino a
rangos de IMC o tablas de talla/edad/sexo/constitución.
b) No debe establecerse el objetivo ponderal en base a un peso fijo ideal sino
a rangos de IMC o tablas de talla/edad/sexo/constitución.
c) Para ello es de utilidad el conocimiento de las tablas de peso ideal.
18. El aporte energético de la dieta de inicio del tratamiento de la AN:
a) Debe estar precedido por un cálculo de requerimientos teniendo en cuenta el
gasto energético en reposo.
b)Un exceso de ingesta en la fase inicial de reposición puede llegar a ser, beneficioso.
c) a y b son correctas.
19. Para evitar la saciedad en el tratamiento en la AN:
a) Pueden limitarse los alimentos ricos en fibra, grasas animales, fritos rebozados y bebidas carbónicas.
b) Pueden utilizarse en los 10 primeros días algún procinético del tipo de la
domperidona.
c) a y b son correctas.
301
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
20. El seguimiento y control evolutivo de los pacientes de AN en régimen ambulatorio:
a) Exige regularidad y sistematización de los parámetros nutricionales pactados.
b) No se revisa la dieta y se continuara la misma hasta el final del tratamiento.
c) a y b son incorrectas.
TRATAMIENTO PSICOFARMACOLÓGICO DE LA ANOREXIA NERVIOSA
1. ¿Cuál fue el primer fármaco utilizado en la anorexia nerviosa?
a) Ciproheptadina.
b) Clorpromazina.
c) Fluoxetina.
2. ¿Qué tipo de técnica se utiliza en la terapia conductual?
a) Condicionamiento operante.
b) Descentralización.
c)Técnica de “qué pasaría si...”
3. ¿Qué fármaco produce una disminución del apetito?
a) Ciproheptadina.
b) Fluoxetina.
c) Olanzapina.
4. La dosis óptima en la anorexia nerviosa tipo purgativa es:
a) 40 mg/día.
b) 60 mg/día.
c) 80 mg/día.
5. La hospitalización en la anorexia nerviosa debe hacerse cuando haya pérdidas de
peso superiores al:
a) 40 %.
b) 50 %.
c) 30 %.
6. De los siguientes fármacos, ¿cuál se puede utilizar como complementario en el
tratamiento de algunas manifestaciones clínicas de la anorexia nerviosa?
a) Naloxona.
b) Loracepam.
c) Cisaprida.
7. ¿Qué tipo de psicoterapia es la más utilizada en el tratamiento de la anorexia
nerviosa?
a) Terapia de apoyo.
b) Terapia cognitivo-conductual.
c) Psicoterapia dinámica.
302
Cuestionario
8. La psicoterapia dinámica trabaja con:
a) Interpretaciones.
b) Refuerzos positivos.
c) Pensamientos automáticos.
9. Señale la frase correcta.
a) Los pacientes con anorexia nerviosa deben ser pesados diariamente para vigilar su recuperación ponderal.
b) La técnica de prevención de respuesta está enfocada para el tipo purgativo de
la anorexia nerviosa.
c) La reinterpretación de la distorsión de la imagen corporal es una técnica
conductista.
10. Señale la frase incorrecta.
a) El tratamiento cognitivo-conductual se puede aplicar en régimen hospitalario
y ambulatorio.
b) Las técnicas de diversión se utilizan para apartar al paciente de pensamientos
y situaciones patógenas.
c) Los pensamientos automáticos son pensamientos que funcionan de forma
refleja y están sometidos a crítica por parte del paciente.
11. ¿Cuándo está justificado el uso de las sales de litio?
a) Cuando exista un trastorno bipolar de base.
b) Cuando el paciente esté abusando de diuréticos.
c) Para aumentar el apetito.
12. ¿Cuáles son los efectos secundarios de los antidepresivos tricíclicos?
a) Anorexia e hiperactividad.
b) Hipotensión y taquicardia.
c) Disminución del umbral convulsivo e hiperprolactinemia.
13. La terapia psicoanalitica, disminuye:
a) La ansiedad.
b) La angustia.
c) La conciencia.
14. Una posible ventaja de la psicoterapia de grupo frente a la individual es:
a) Economía de tiempo para el terapeuta.
b) Mayor esfuerzo económico para el paciente.
c) No potenciación de determinados fenómenos terapéuticos.
15. La duración del tratamiento grupal es de aproximadamente:
a) 2 a 5 años.
b) 5 a 6 años.
c) 1 a 3 años.
16. No es un objetivo de la terapia de familia:
a) Cambiar el síntoma y el tipo de interacción familiar.
303
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
b) Percibir el síntoma de forma diferente.
c) Que los padres acepten a su hijo.
17. Una adecuada intervención psicosocial afectaría en principio a:
a) Los supermercados.
b) Centros educativos.
c) Cines.
CONCEPTO BULIMIA
1. En la definición de la bulimia según el DSM-IV, se incluye como criterios diagnósticos:
a) Episodios recurrentes de voracidad, a los que le siguen conductas de compensación inadecuadas como el vómito.
b) Consumo excesivo de laxantes, fármacos y diuréticos, periodos de ayuno y/
o ejercicio intenso.
c) Ambas respuestas son correctas.
2. Es cierto respecto a la historia de la bulimia:
a) Los griegos se auto-inducían el vómito después de copiosos banquetes.
b) Etimológicamente la palabra bulimia proviene del latín.
c) Significa literalmente “tener hambre de buey” .
3. En el siglo X, ¿qué autor describió al “hambre mórbido” como un apetito feroz con
deglución en ausencia de masticación seguido del vómito auto-provocado?
a) Russell.
b) Aurelianus.
c) Hipócrates.
4. Qué signo característico de la Bulimia Nerviosa, es consecuencia médica del vómito auto-inducido:
a) Caries dental.
b) Existencia de grandes glándulas parótidas.
c) Ambas respuestas.
5. En la historia de la bulimia, señale la afirmación correcta:
a) En sus orígenes la bulimia fue considerada como un desorden somático causado por humores calientes.
b) El vómito fue utilizado como método de castigo y penitencia por las religiosas en la época feudal.
c) A comienzos del siglo XVII los diccionarios médicos describen a la bulimia
como la presencia de apetito voraz seguido de vómito propio de la histeria y
del embarazo.
6. Una de las siguientes afirmaciones es cierta:
a) En la actualidad la BN se presenta con mayor frecuencia que la Anorexia
Nerviosa ya que el 95% de las pacientes con TCA la padecen.
304
Cuestionario
b) En el año 1.979 la bulimia fue descripta por primera vez por Russel.
c) Ninguna es cierta.
7. Es falso en la bulimia que:
a) Existe malnutrición.
b) Los pacientes suelen practicar las técnicas de purgado en secreto, por lo que
los familiares pueden tardar más tiempo en detectarla.
c) Existe conductas de compensación inadecuadas y repetitivas para evitar la
ganancia de peso.
8. En el tipo purgativo de Bulimia nerviosa:
a) El individuo se provoca regularmente el vómito o usa laxantes y diuréticos,
que mediante sus efectos químicos, contribuyen a vaciar el contenido intestinal.
b) Emplea el ejercicio intenso, el ayuno, etc., para reducir la absorción calórica
de las grandes cantidades ingeridas.
c) Ninguna es correcta.
9. Los rasgos de personalidad que pueden encontrarse, entre otros, en estas pacientes
son:
a) Baja autoestima.
b) Sentimiento de desesperación.
c) a y b.
10. Una de las siguientes afirmaciones respecto a la bulimia es falsa:
a) Los individuos que tienen bulimia normalmente son impulsivos y tienden a
participar en comportamientos de alto riesgo tales como el abuso de alcohol
y drogas.
b) Es un criterio diagnóstico que los atracones y las conductas de compensación
suelen ocurrir al menos dos veces por semana durante un periodo de seis
meses.
c) Existen dos tipos de bulimia: purgativa y no purgativa.
11. Según el modelo cognitivo de Mc Pherson, se interrelacionarían una serie de
distorsiones cognitivas, entre las que destacan:
a) Pensamiento invertido.
b) Autovaloración global y generalizada.
c) Infraestimación de la imagen corporal.
12. Es cierto respecto a la bulimia que:
a) La BN empezó a considerarse como una “epidemia social” en la década de
los 90.
b) Estas pacientes suelen tender al sobrepeso.
c) No existen alteraciones en el esmalte dental a diferencia de otros trastornos
del comportamiento alimentario.
305
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
EPIDEMIOLOGÍA BULIMIA NERVIOSA
1. De las siguientes afirmaciones sobre la bulimia, señale la afirmación correcta:
a) La bulimia es una enfermedad que afecta fundamentalmente a adolescentes
del sexo femenino, siendo menos frecuente que la anorexia nerviosa.
b) Tanto en la anorexia como en la bulimia existe una preocupación excesiva por
el aspecto físico y la imagen.
c) Ninguna afirmación es correcta.
2. De las siguientes características de la bulimia, es cierto que:
a) La sobrevaloración del aspecto físico y la imagen como elemento decisivo
para la autoestima es constante y relevante.
b) La relación entre mujeres y varones es de 5:1.
c) El diagnóstico es más fácil que en los casos de anorexia nerviosa.
3. Sabemos que los TCA son hoy el trastorno más frecuente de entre las enfermedades crónicas que afectan a mujeres entre 13 y 23 años, y respecto a la bulimia, es
cierto que:
a) Es una enfermedad que se inicia en la adolescencia, aunque puede pasar
desapercibida y manifestarse claramente en los adultos jóvenes.
b) Se presenta de forma preferente en adolescentes de clases con alto poder
adquisitivo, aunque se ha descrito en todas las clases sociales.
c) Ambas afirmaciones son correctas.
4. Es falso que en la bulimia:
a) La incidencia se estima entre un 1 y 3% de los adolescentes.
b) Diversos estudios sobre la incidencia de la bulimia han mostrado una tendencia descendente en los últimos años.
c) La bulimia es una enfermedad que afecta fundamentalmente a adolescentes
del sexo femenino, siendo más frecuente que la anorexia nerviosa.
5. De los diversos estudios realizados sobre la bulimia, sabemos que:
a) La tasa de mortalidad es de alrededor del 2,4%, mientras que en la AN oscila
entre el 6 y el 10%.
b) Estimaciones de la prevalencia relativamente recientes a través de cuestionarios la cifran entre el 6 y el 10% de la población general.
c) Ninguna respuesta es cierta.
6. En estudios realizados en otros países sobre la prevalencia de esta enfermedad,
encontramos que:
a) En una encuesta llevada acabo en 1998 en adolescentes italianas, se encontraron una prevalencia del 1% de bulimia nerviosa.
b) En Suiza, entre las adolescentes de 14 a 17 años se encontró una prevalencia
de bulimia nerviosa de 0,5%.
c) Todas son falsas.
306
Cuestionario
7. En nuestro país, un estudio realizado en Madrid sobre incidencia, mostró una
incidencia de bulimia nerviosa del:
a) 0,5%.
b) 7%.
c) 1,25%.
8. Una de las siguientes afirmaciones sobre la bulimia nerviosa es falsa.
a) Los estudios sobre Bulimia Nerviosa (BN) presentan prevalencias heterogéneas
dependiendo del criterio de inclusión y de la forma de medir la alteración.
b) Las pacientes puramente bulímicas no desarrollan nunca una restricción voluntaria y permanente de nutrientes que les lleve a un cuadro de malnutrición
crónica.
c) A pesar de que podemos encontrar referencias históricas aisladas, no se empezaron a publicar trabajos de forma sistemática hasta los años cincuenta.
9. Respecto a la prevalencia de la BN:
a) Usando criterios diagnósticos estrictos, ha sido estimada en un 2% en mujeres
adolescentes y prácticamente nula en varones del mismo rango de edad.
b) El síndrome completo es raro en varones, pero las conductas de purga y
vómitos aparecen con relativa frecuencia en grupos específicos de población
de varones.
c) a y b son correctas.
10. Entre los factores de riesgo de la bulimia, están:
a) Sexo femenino, adolescencia y preadolescencia.
b) Práctica de determinados deportes: ballet, gimnasia..
c) Ambas son correctas.
11. Son factores de riesgo de la bulimia, señale la falsa:
a) Baja autoestima.
b) Trastornos de la personalidad.
c) Sexo masculino.
12. Entre los posibles factores de riesgo socioculturales para la bulimia se encuentran:
a) Conflictividad en la integración escolar o en las relaciones interpersonales.
b) Trastornos de la personalidad.
c) a y b son ciertas.
13. Una de las siguientes afirmaciones sobre la bulimia es falsa:
a) Los medios de comunicación actuales (publicidad abierta y subliminal) desempeñan un papel importante como factor de riesgo sociocultural.
b) La bulimia nerviosa es una enfermedad en la que se han descrito un mayor
número de trastornos por abuso de sustancias.
c) No hay ninguna respuesta falsa.
14. Se define a las personas bulímicas según las múltiples escalas de personalidad,
como:
307
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
a) Personas impulsivas, con elevada sensibilidad interpersonal y baja autoestima.
b) Alta autoestima.
c) Actuar de forma predecible y controlada.
15. Es cierto respecto a la bulimia, que:
a) La prevalencia de trastornos de la personalidad en pacientes bulímicas oscila
entre un 21% y un 77%.
b) Principalmente el trastorno límite de la personalidad y el histriónico, son los
asociados de forma más específica con la bulimia.
c) Amebas son ciertas.
16. Es cierto respecto a la bulimia:
a) Respecto al nivel socioeconómico se ha sugerido que estaría más relacionada
con niveles socioeconómicos altos, al contrario que la anorexia nerviosa.
b) Se observa frecuentemente la existencia de dos o más trastornos de personalidad asociados.
c) En la pubertad, las jóvenes que experimentan más sentimientos positivos
sobre su cuerpo tienen más riesgo de desarrollar dificultades alimentarias.
17. Según Sohlberg el predictor más importante de mala evolución a largo plazo de
los trastornos de la alimentación es:
a) Abuso de alcohol.
b) La impulsividad.
c) Aburrimiento.
ETIOPATOGENIA BULIMIA NERVIOSA
1. Los últimos estudios consideran a la bulimia nerviosa:
a) Como una enfermedad social.
b) Como una enfermedad psicológica.
c) Como una enfermedad multifactorial.
2. Se consideran factores etiopatogénicos biológicos para la bulimia nerviosa:
a) Mujer adolescente.
b) Menarquia con IMC >30 o <10.
c) Ambos.
3. La concordancia en gemelos homozigotos para la bulimia nerviosa es de:
a) 50%.
b) 23 %.
c) 5 %.
4. Actualmente, respecto a los neurotransmisores en la bulimia nerviosa, es cierto que:
a) Son una causa fundamental.
b) Sus alteraciones sólo pueden considerarse como una consecuencia de la enfermedad.
308
Cuestionario
c) Los neurotransmisores y el sistema hormonal son alterados por la malnutrición
creando una interacción.
5. Se considera el principal factor precipitante de la bulimia nerviosa:
a) La depresión.
b) La insatisfacción con el peso y la figura.
c) Una vivencia traumática.
6. Los expertos encuentran en la bulimia nerviosa trastornos de la personalidad de
tipo:
a) Personalidad histriónica.
b) Trastorno límite de la personalidad.
c) Ambos.
7. Es frecuente encontrar en los enfermos de bulimia nerviosa un patrón familiar de:
a) Madre ausente.
b) Madre dominante, rígida e impulsiva, con patrones de sobreprotección e intolerancia.
c) Padre sobreprotector.
8. Cual de las siguientes es falsa en relación a la etiopatogenia de la bulimia nerviosa:
a) La hipótesis multifactorial ha reemplazado a la de un único factor.
b) Son los mismos factores los que predisponen, inician y perpetúan esta enfermedad.
c) Se considera una enfermedad biopsicosocial.
9. Diga lo cierto respecto a la etiopatogenia de la bulimia nerviosa:
a) Se ha encontrado relación con antecedentes de alteraciones del comportamiento alimentario en familiares de los pacientes con esta patología.
b) La malnutrición, por sus efectos sobre la psique y el organismo en general,
sería un factor precipitante básico.
c) Los patrones familiares que alientan la independencia parecen predisponer a
la aparición de esta enfermedad.
10. De los múltiples factores que contribuyen a la etiopatogenia de la bulimia nerviosa, actualmente se cree que los más determinantes son:
a) Biológicos.
b) Socioculturales.
c) Psicológicos.
CLÍNICA DE LA BULIMIA NERVIOSA
1. El estudio suprarrenal en la BN muestra:
a) Cortisol basal disminuido.
b) Frenación con 1 mg de Dexametasona.
c) Frenación con dosis altas de dexametasona.
309
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
2. El estudio funcional tiroideo en la BN muestra:
a) Aumento de T4.
b) Aumento de T3.
c) Aumento de T3-reverse .
3. Es típico de la BN :
a) Conducta metódica y ordenada.
b) Desnutrición.
c) Atracones y conductas de purga.
4. El signo de Rusell, hace referencia a:
a) Pérdida del esmalte dental.
b) Erosiones en el dorso de los dedos.
c) Hipertrofia de las glándulas parótidas.
5. En la analítica de la BN, podemos encontrar:
a) Disminución del nivel de colesterol.
b) Poliglobulia.
c) Niveles de ácido fólico disminuidos.
6. En los familiares de pacientes con BN, es frecuente:
a) El alcoholismo.
b) La esquizofrenia.
c) Ambos.
7. La incidencia de BN es mayor:
a) En pacientes con síndrome de ovario poliquístico
b) En niveles socio-económicos bajos.
c) A edades muy jóvenes.
8. ¿Qué afirmación es cierta, en la BN?:
a) No tiende a la cronicidad.
b) Suelen ser personas comunicativas y extrovertidas.
c) Es frecuente la depresión y las ideas de suicidio.
9. La Bulimia multimpulsiva:
a) Tiene mejor pronóstico que otros tipos de Bulimia.
b) En los casos extremos puede llegar al trastorno límite de la personalidad.
c) Suele responder bien al tratamiento.
10. La causa más frecuente de ingreso en la BN es:
a) Acidosis metabólica.
b) Hipopotasemia.
c) Hipercalcemia.
TRATAMIENTO NUTRICIONAL DE LA BULIMIA
1. Son objetivos del tratamiento:
310
Cuestionario
a) Desarrollar actitudes/creencias realistas acerca de la imagen corporal y el
peso.
b) Establecer un patrón normal de peso.
c) a y b
2. Una de las siguientes afirmaciones sobre los objetivos del tratamiento de la bulimia no es cierta:
a) Reducción del descontrol en la ingesta, vómitos y abusos de laxantes
b) La paciente tiene que acudir con motivación para el tratamiento y corresponde a la familia
c) Establecer un patrón normal de peso
3.El tratamiento de la BN consiste en:
a) Psicoterapia individual, grupal y/o familiar
b) Orientación nutricional
c) a y b de forma conjunta
4. Una de las siguientes afirmaciones no es correcta:
a) La hospitalización es necesaria siempre en todos los casos
b) La psicoterapia y seguimiento médico a largo plazo son esenciales
c) La psicoterapia se puede usar para evaluar y para aumentar la conciencia
individual de los hábitos alimenticios.
5. El tratamiento de la bulimia debe ser:
a) Individualizado
b) Plan de tratamiento basado exclusivamente en el control del peso.
c) Ninguna es correcta
6. Es cierto en el tratamiento de la bulimia que:
a) A todos los niveles de cuidado, el tratamiento generalmente incluye altos
niveles de estructura y un plan de tratamiento conductual basado en el peso
del paciente y sus hábitos de comer.
b) Se corregirá la alteración biológica que pueda presentar el paciente, con la
incorporación y modificación progresiva de los hábitos alimentarios erróneos.
c) Ambas respuestas son ciertas
7. La alimentación de la paciente bulímica debe ser:
a) Selectiva
b) Equilibrada
c) Hiperproteica
8. El Plan nutricional consiste en:
a) Consumir los alimentos en varias tomas a lo largo del día para evitar los
atracones y la sensación de hambre.
b) Atractiva, para aumentar el grado de satisfacción del paciente hacia las comidas y evitar el rechazo de las mismas.
c) Las respuestas anteriores forman parte, entre otros criterios, del plan de tratamiento.
311
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
9. Es falso respecto al tratamiento nutricional de la bulimia:
a) Inclusión progresiva en la dieta de los alimentos que al paciente le produzcan
temor o rechazo además de los que aumentan su ansiedad.
b) Los alimentos se consumirán en dos tomas al día para evitar los atracones y
la sensación de hambre.
c) El registro de las tomas realizadas puede constituir una ayuda tanto para el
paciente como para el profesional, y permite valorar el tratamiento y pautar
medidas correctoras.
10. Los cereales en el tratamiento nutricional de la bulimia:
a) Se incorporan de manera progresiva
b) Los pacientes tienen tendencia a rechazarlos
c) a y b son correctas
11. Es cierto respecto al tratamiento nutricional de la bulimia:
a) El consumo de pescado se recomienda en 4 o 5 veces a la semana
b) El consumo de huevos se limitará a 1 por semana y la clara 3 veces por
semana.
c) Ninguna es cierta
12. Es falso que en la alimentación de las pacientes bulímicas:
a) Las carnes rojas (cerdo, cordero y ternera) se limitará a 1 o 2 días por semana
por su elevado contenido en colesterol y grasas saturadas.
b) Se tomará pescado azul preferentemente
c) Se recomienda la ingesta diaria de al menos dos piezas de frutas
TRATAMIENTO PSICOFARMACOLÓGICO DE BULIMIA
1.¿Qué profesionales conforman el equipo multidisciplinar en el tratamiento de la
BN?
a) Endocrinólogo y Psiquiatra.
b) Especialistas en nutrición, psicólogos, terapeutas ocupacionales, personal de
enfermería y psiquiatras.
c) Psiquiatras, endocrinólogos y psicólogos.
2. ¿Cuántas veces debe pesarse el paciente en régimen de hospitalización?
a) Una vez a la semana.
b) Todos los días.
c) Tres veces por semana.
3. ¿Qué conforma el programa de rehabilitación nutricional?
a) Dieta equilibrada dividida en tres comidas principales y dos suplementos.
b) El paciente elige los alimentos que va a tomar.
c) Dieta equilibrada dividida en dos comidas y un suplemento.
4. ¿Qué pacientes quedan excluidos de la posibilidad de tratamiento y seguimiento en
hospital de día?
312
Cuestionario
a)Pacientes con riesgo suicida, riesgo agudo médico y/o abuso grave de sustancias tóxicas.
b)Es el propio paciente quien elige ser tratado en régimen de hospitalización o
ambulatorio.
c)Aquellos que han estado alguna vez ingresados por este motivo.
5. ¿De cuántas sesiones consta el modelo de Fariburn cognitivo-conductual?
a) 15.
b) 17.
c) 19.
6. ¿En cuantas fases se realiza el tratamiento siguiendo el modelo mencionado en la
pregunta anterior?
a) 1.
b) 2.
c) 3.
7. ¿Qué sesiones conforman la segunda fase?
a) De la 7 a la 10
b) De la 9 a la 16.
c) De la 10 a la 20.
8. ¿Qué se pretende conseguir en la tercera fase del tratamiento?
a) Pautas alimenticias y modelos regulares de comida.
b) Reestructuración cognitiva.
c) Mantenimiento de logros y prevención de recaídas.
9. ¿Y en la segunda?
a) Pautas alimenticias y modelos regulares de comida.
b) Reestructuración cognitiva.
c) Mantenimiento de logros y prevención de recaídas.
10. ¿Y en la primera fase?
a) Pautas alimenticias y modelos regulares de comida.
b) Reestructuración cognitiva.
c) Mantenimiento de logros y prevención de recaídas.
11. ¿Qué sesiones conforman la primera fase?
a) De la 1 a la 8.
b) De la 5 a la 10.
c) De la 3 a la 7.
12. ¿Y la tercera fase?
a) De la 17 a la 19.
b) De la 10 a la 20.
c) De la 12 a la 15.
13. ¿En qué fase del tratamiento se incorpora la familia a la terapia?
a) Primera fase.
313
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
b) Segunda fase.
c) Tercera fase.
14. ¿Cuál es el motivo por el que no se usa Bupropion en el tratamiento de la BN?
a) Aparición de vómitos como efecto secundario.
b) Muerte súbita.
c) Mayor frecuencia de crisis convulsivas en estos pacientes.
15. ¿A qué dosis de Trazodona disminuye la frecuencia de los atracones en un 30%?
a) 60 mg/día.
b) 20 mg/día.
c) 400 mg/día.
16. ¿Cuál es la dosis eficaz de fluoxetina?
a) 60 mg/día.
b) 20 mg/día.
c) 400 mg/día.
17. ¿Qué estabilizador del humor se está estudiando como posibilidad terapéutica por
sus efectos anorexígenos?
a) Gabapentina
b) Topiramato
c) Valproato
18. ¿Qué asociación de fármacos parece ser más eficaz que cada uno de forma
separada?
a) Benzodiacepinas y Fluoxetina.
b) Fluoxetina y Naltrexona
c) Topiramato y Fluoxetina.
19. ¿Cuál debe ser la duración del tratamiento con Fluoxetina?
a) Tres meses.
b) De seis meses a un año.
c) Toda la vida.
20. ¿Cuál es el porcentaje de éxitos al utilizar ADT en el tratamiento de la BN?
a) 75%.
b) 4-20%.
c) 90-95%.
PREVENCIÓN ANOREXIA Y BULIMIA
1. Respecto de los trastornos del comportamiento alimentario, las medidas de prevención pueden contribuir (señale la falsa):
a) Disminuir la incidencia de los mismos.
b) Elevar los costes derivados de estas patologías.
c) Mejorar su pronóstico.
314
Cuestionario
2. Uno de los siguientes factores no influye en la patogenia de los trastornos del
comportamiento alimentario, señálelo:
a) Factores predisponentes.
b) Factores precipitantes.
c) Factores alternantes.
3. ¿Cuál de los siguientes factores puede ser precipitante de una anorexia nerviosa?:
a) El inicio de una dieta estricta.
b) Las consecuencias psicológicas de la inanición.
c) La autoestima.
4. La prevención primaria tiene como principal objetivo:
a) Evitar la aparición de nuevos casos.
b) Acelerar la curación del paciente.
c) Reducir en lo posible las secuelas del proceso.
5. En los programas de prevención primaria, las intervenciones irán dirigidas preferentemente a (señale la falsa):
a) La población considerada de riesgo.
b) Profesionales relacionados de alguna manera con los jóvenes.
c) Los poderes públicos.
6. Los fenómenos de emulación y mimetismo que se dan en la adolescencia pueden
provocar que, en determinadas circunstancias, una campaña de información genere:
a) Justo el efecto contrario al pretendido, con incremento del riesgo de aparición
de nuevos casos.
b) Mensajes muy parecidos en los medios de comunicación.
c) La aparición de hábitos saludables en la población.
7. ¿A quién debe ir dirigida la información dentro de un programa de prevención
primaria de los trastornos de conducta alimentaria? (Marque la falsa):
a) A los sujetos de riesgo.
b) A las familias.
c) A los pacientes.
8. ¿Cuál es la conducta precursora-precipitante que debe ser corregida con más frecuencia dentro de un programa de modificación de conductas en la prevención
primaria de los trastornos de la conducta alimentaria?:
a) La variación de la dieta o el inicio de dietas restrictivas por motivos no
claramente justificados.
b) El consumo de chucherías en los niños.
c) Las conductas asociadas al “botellón”.
9. EAT-40, EDI, BITE son:
a) Fármacos de nueva generación para el tratamiento de la anorexia.
b) Asociaciones internacionales para el seguimiento de los trastornos de conducta alimentaria.
315
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
c) Cuestionarios mediante los cuales se podrían detectar aquellos sujetos en
riesgo de presentar este tipo de trastornos.
10. En determinadas circunstancias las modelos, gimnastas, deportistas, etc. Pueden
constituir:
a) Grupos de riesgo de padecer trastornos del comportamiento alimentario.
b) Modelos imitables por la población.
c) Ambas son ciertas.
11. El mensaje “belleza física igual a éxito”:
a) Debe ser trasmitido a la juventud en cualquier campaña de prevención de la
anorexia nerviosa.
b) Debería procurarse que fuese neutralizado por las campañas de prevención de
la anorexia nerviosa.
c) Responde a una realidad comprobada.
12. Una prevención primaria de los trastornos del comportamiento alimentario debe
incidir:
a) Sobre la educación escolar.
b) Sobre los estereotipos culturales de belleza.
c) Sobre ambos.
13. La prevención secundaria de los trastornos de la conducta alimentaria trata de:
a) Evitar la aparición de nuevos casos.
b) Reducir la prevalencia del problema.
c) Disminuir la incidencia del problema.
14. Un diagnóstico y tratamiento precoces forman parte de:
a) La prevención primaria.
b) La prevención secundaria.
c) La prevención terciaria.
15. Uno de los siguiente no es motivo de retraso en el tratamiento de la anorexia
nerviosa:
a) Un diagnostico tardío.
b) Una alta accesibilidad a los dispositivos de asistencia.
c) La pretensión de resolver el problema sólo desde una perspectiva somática.
16. ¿Las caries en la cara palatina de los dientes o la amenorrea pueden ser signos
o síntomas de un trastorno del comportamiento alimentario?
a) Sí.
b) No.
c) Sólo la amenorrea.
17. Señale cuál de los siguientes es un objetivo del tratamiento correcto de un trastorno de la conducta alimentaria:
a) Recuperar un peso saludable.
b) Prevenir las recaídas.
c) Ambos.
316
Cuestionario
18. Para la prevención de recaídas (señale la falsa).
a) Pueden utilizarse medidas farmacológicas.
b) No es necesario un seguimiento de los casos resueltos favorablemente.
c) Son necesarias medidas combinadas, psicosociales, de educación, etc.
19. La prevención terciaria está especialmente indicada en:
a) Pacientes crónicos, refractarios al tratamiento.
b) Aquellos pacientes cuya respuesta terapéutica ha sido negativa en un primer
intento.
c) Los pacientes hospitalizados.
20. Señale la afirmación incorrecta:
a) Los trastornos del comportamiento alimentario han llegado a convertirse en
un problema de salud pública en los países occidentalizados.
b) Necesitan de un enfoque pluridisciplinario, tanto en su tratamiento como en
su prevención.
c) Las medidas de prevención aplicadas hasta el momento se han mostrado
ineficaces para mejorar su pronóstico.
21. La prevención terciaria de los trastornos de la conducta alimentaria pretende
(señale la incorrecta):
a) Disminuir las hospitalizaciones.
b) Actuar sobre los factores que mantienen o prolongan el cuadro.
c) Prolongar la estancia media por hospitalización.
EVOLUCION Y PRONOSTICO DE ANOREXIA Y BULIMIA
1. El curso de la anorexia nerviosa dependerá de:
a) De la actitud de la paciente a su enfermedad
b) Del momento evolutivo en que la paciente es diagnosticada
c) Ambas son correctas
2. Señale la respuesta falsa en relación al pronóstico de la anorexia nerviosa:
a) El porcentaje de curación es cercano al 25%
b) Fallecen entre el 6 y el 18% de los pacientes
c) El 50% de los pacientes evoluciona a bulimia nerviosa
3. Uno de los siguientes no es un factor de mal pronóstico de la anorexia nerviosa:
a) Edad de inicio avanzada
b) Peso inicial normal
c) Problemas de personalidad premórbidos
4. Señale la respuesta correcta respecto a la bulimia nerviosa:
a) Pocos casos evolucionan a anorexia nerviosa
b) El pronóstico es peor al de la anorexia nerviosa
c) La mejoría conlleva aumento de peso
317
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
5. Señale la respuesta falsa respecto a la bulimia nerviosa:
a) Su curso es intermitente.
b) La mejoría de los síntomas bulímicos suele acompañarse de mejoría en la
sintomatología.
c) Con frecuencia la enfermedad es debilitante.
6. Uno de los siguientes no es un factor de mal pronóstico de la bulimia nerviosa:
a) Larga evolución del trastorno.
b) Baja frecuencia de atracones y vómitos.
c) Historia familiar de alcoholismo y depresión.
CALIDAD DE VIDA ANOREXIA Y BULIMIA
1. De las siguientes afirmaciones, una es falsa, señálela:
a) El interés por la Calidad de Vida ha existido desde tiempos inmemorables.
b) El concepto de calidad de vida propiamente dicho no es reciente.
c) La idea comienza a popularizarse en la década de los 60 hasta convertirse hoy
en un concepto utilizado.
2. Respecto al concepto de calidad de vida, señale la opción correcta:
a) Es la combinación de las condiciones de vida y la satisfacción personal ponderadas por la escala de valores, aspiraciones y expectativas personales.
b) Aún existe una falta de consenso sobre la definición del concepto.
c) Ambas respuestas son correctas
3. La calidad de vida en la Anorexia y la bulimia:
a) Es de interés por años de vida perdidos entre otras pérdidas de salud medibles
y objetivables.
b) La evaluación de la calidad de vida no va a servir como complemento a la
perspectiva de los clínicos.
c) Ambas son correctas
4. Como cuestionario genérico de salud, el SF-36, Health Survey, proporciona:
a) Un perfil del estado de salud
b) Sus ítems detectan tanto estados positivos como negativos de la salud.
c) a y b son ciertas
5. Entre las dimensiones que evalúa el SF-36, Health Survey, se encuentran algunas
de las siguientes:
a) Funcionamiento físico y rol físico
b) Funcionamiento social y rol emocional
c) Todas son ciertas
6. El Eating Attitudes Test de Garner y Garfinkel evalúa las características conductuales
y cognitivas de los pacientes con anorexia o bulimia en tres factores, ¿cuales son?
a) Control oral, dieta y bulimia
318
Cuestionario
b) Control oral, tratamiento y bulimia
c) Control oral, control mental y dieta
7. Es cierto que:
a) El Eating Attitudes Test de Garner y Garfinkel, consta de 40 ítems puntuables
de 0 a 3.
b) Se contestan con una escala de cuatro posibles respuestas, desde “nunca”
hasta “siempre”.
c) Ninguna es cierta
8. El SF-36, Health Survey:
a) Es un cuestionario, en el que las puntuaciones oscilan entre 100, que significaba máxima capacidad o bienestar, a cero, mínima capacidad o bienestar.
b) Aún no ha sido traducido y validado en España.
c) Evalúa 6 dimensiones de la salud.
9. La Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria (The Hospital Anxiety and Depression
Scale, HAD), es un cuestionario, que se caracteriza por:
a) Es una escala de cribado
b) Sus puntuaciones permiten clasificar a los pacientes casos clínicos confirmados.
c) El punto de corte se ha establecido 30 puntos.
10. En el Eating Attitudes Test de Garner y Garfinkel, señale la respuesta falsa:
a) Es un cuestionario que ha sido traducido y validado en muestras españolas.
b) El rango de puntuaciones oscila entre 0 y 120 puntos, y el punto de corte se
ha establecido en más de 30 puntos para poder considerarse caso clínico.
c) Las puntuaciones globales más elevadas son indicativas de una menor severidad en el trastorno alimentario.
11. El HAD está estructurado como una escala de tipo Likert, y valora:
a) Los sentimientos que han experimentado los pacientes durante la última semana.
b) Posible caso clínico de ansiedad y/o depresión si obtiene una puntuación a
partir de 11.
c) a y b son ciertas .
12. De los estudios publicados, con los datos del SF-36 en sus medidas resumen,
sabemos que:
a) Los pacientes con trastornos de alimentación tienen una calidad de vida peor
que la población general de su mismo sexo y edad.
b) El área física es la que más afectación presenta.
c) Ambas respuestas son correctas
13. Una de las siguientes afirmaciones es falsa, señálela:
a) El subgrupo de anorexia purgativa es el que peor calidad de vida presenta, así
como en el área de rol físico.
319
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
b) Los pacientes con trastornos de alimentación perciben un deterioro de la
salud en comparación con los sujetos de su mismo sexo y edad.
c) Sólo en una de las dimensiones mentales, el grupo de pacientes con trastornos
de la alimentación se acercaba al grupo de población general.
14. Los pacientes con una sintomatología más grave muestran también una mayor
afectación de la calidad de vida, siendo especialmente perceptible en:
a) Áreas, como el funcionamiento social
b) Áreas acerca del rol emocional y la salud mental
c) Todas son correctas
OTROS TRASTOSNOS
ALIMENTARIO
DEL
COMPORTAMIENTO
1. ¿A partir de qué edad se considera anormal la pica?
a) 6 meses.
b) 12 meses.
c) 18 meses.
2. Señale la edad a la que suele aparecer el mericismo:
a) 3-12 meses.
b) 6-12 meses.
c) 12-18 meses.
3. ¿Cómo está el peso el los paciente con bulimia nerviosa atípica?
a) Normal.
b) Superior a lo normal
c) Ambas respuesta son correctas.
4. ¿ Cuál es la tasa de mortalidad de la rumiación?
a) 10%.
b) 20%.
c) 25%.
5. ¿Con qué patología se ha de hacer el diagnóstico diferencial de la potomanía?
a) Mericismo.
b) Diabetes insípida.
c) Diabetes mellitus.
6. Tipo de psicoterapia más utilizada en el tratamiento del trastorno por atracón:
a) Psicoterapia dinámica breve.
b) Terapia de apoyo.
c) Terapia cognitivo-conductual.
7. ¿Con qué tres cuadros se asocian con frecuencia los pacientes con trastornos por
atracón?
320
Cuestionario
a) Depresión, trastornos de personalidad y abuso de sustancias.
b) Dismorfofobia, trastorno delirante y depresión.
c) Trastorno de personalidad, abuso de sustancias y trastorno delirante.
8. Según el DSM-IV, los pacientes con trastorno por atracón, tienen una media de
dichas conductas:
a) Al menos 3 días a la semana durante 1 mes.
b) Al menos 3 días a la semana durante 6 meses.
c) Al menos 2 días a la semana durante 6 meses.
9. Señale lo cierto acerca de la anorexia nerviosa atípica:
a) Es debida a una etiología somática conocida.
b) Es frecuente encontrarla en atención primaria.
c) Son frecuentes los signos de pérdida significativa de peso y amenorrea.
10. Señale la falsa:
a) La hiperfagia psicógena no se debe a los efectos secundarios de algunos
fármacos.
b) Los vómitos en otras alteraciones psicológicas son autoprovocados.
c) Los vómitos psicógenos pueden aparecer en trastornos conversivos.
11. El rechazo alimentario aparece en:
a) Fases iniciales de la anorexia nerviosa.
b) Fases finales de la anorexia nerviosa.
c) No aparece en la anorexia nerviosa.
12. La potomanía puede ser el síntoma de:
a) Diabetes insípida y trastorno por simulación.
b) Trastorno por simulación y anorexia.
c) Las dos son correctas.
13. ¿Cuál es la edad de inicio del trastorno por atracón?
a) Al final de la niñez y final de la adolescencia.
b) Al inicio de la niñez y en la segunda década de la vida.
c) Al final de la adolescencia y tercera década de la vida.
TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO
Y DEPORTE
1. Entre los componentes de la Tríada de la mujer deportista se encuentran:
a) Desórdenes alimenticios.
b) Amenorrea y disminución de la masa ósea.
c) a y b son correctas.
2. ¿En qué deportes se dan con mayor frecuencia los trastornos en la conducta
alimentaria?
321
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
a) Deportes de equipo
b) Deportes individuales.
c) a y b son correctas.
3. ¿Cuál de estas aseveraciones no es correcta?
a) Los trastornos de la conducta alimentaria son más frecuentes en varones que
en mujeres.
b) Existe un aumento progresivo de los trastornos de la conducta alimentaria en
los países desarrollados.
c) En la última década el incremento de los trastornos de la conducta alimentaria
en varones es notable.
4. La edad de mayor riesgo para la aparición de trastornos en la conducta alimentaria es:
a) La edad adulta.
b) La adolescencia.
c) La infancia.
5. La vigorexia puede ir acompañada de alteraciones psicológicas como:
a) Ansiedad.
b) Depresión.
c) a y b son correctas.
6. Entre los deportes entre los cuales surgen con mayor frecuencia comportamientos
alimentarios patológicos se encuentra:
a) Fútbol.
b) Patinaje artístico.
c) Tenis.
7. ¿Cuál de estas aseveraciones es falsa?
a) Es verdaderamente difícil llevar a cabo estudios de prevalencia precisos sobre
trastornos del comportamiento alimentario con poblaciones de deportistas.
b) Las deportistas contestan siempre con sinceridad en los cuestionarios oficiales
de hábitos alimenticios.
c) La prevalencia documentada de desórdenes alimenticios en algunos deportistas universitarios y de élite es igual o superior a la prevalencia hallada en la
población general.
8. Los vigoréxicos suelen ser personas:
a) Con problemas de integración y baja autoestima.
b) Extrovertidas.
c) Maduras.
9. Un ejercicio extenso y la anorexia nerviosa se han asociado en los hombres a:
a) Osteoporosis.
b) Hipogonadismo.
c) a y b son correctas.
10. Entre los factores desencadenantes asociados al comienzo de los trastornos del
comportamiento alimentario en las deportistas se encuentran:
322
Cuestionario
a) Un aumento lento y progresivo del volumen de entrenamiento.
b) Un hecho traumático como la pérdida del entrenador.
c) a y b son falsas.
11. Las principales causas de morbilidad a corto plazo durante las purgaciones son
las pérdidas de fluidos y electrolitos. Entre las consecuencias derivadas de éstas se
incluyen:
a) Deshidratación y trastornos electrolíticos.
b) Arritmias cardíacas.
c) a y b son ciertas.
12. ¿Cuál de estas aseveraciones es falsa respecto a la tríada de la mujer deportista?
a)Se presenta sólo en deportistas de élite.
b) Puede presentarse en jóvenes y mujeres físicamente activas que participan en
una amplia gama de actividades físicas.
c) Puede presentarse en aquellas que no se están entrenando o compitiendo en
un deporte especifico.
13. Una reducción de peso excesiva puede tener efectos nocivos para la salud y el
rendimiento del deportista. Entre sus consecuencias pueden destacar:
a) Empeoramiento de las marcas.
b) Fatiga constante y enlentecimiento del período de recuperación de las lesiones.
c) a y b son ciertas.
14. ¿Cuál de estas afirmaciones es incorrecta respecto a los trastornos del comportamiento alimentario en deportistas?
a) Se dan más en deportistas de élite o que pretenden serlo que en practicantes
corrientes.
b) Se dan más en adultos que en adolescentes.
c) Son más frecuentes en mujeres que en varones.
15. La vigorexia o dismorfia muscular se puede encuadrar dentro de los trastornos
denominados:
a) Dismorfias corporales.
b) Obsesivos–compulsivos.
c) Todas las anteriores son ciertas.
HISTORIAS CLÍNICAS
1. Cual es el diagnostico de una paciente de 31 años de edad, sexo femenino, soltera,
profesora de EGB, con incapacidad laboral y social los últimos 6 años, vive en
el domicilio de los padres. Presenta un cuadro de 14 años de evolución de inicio
en el 1992, sobre los 17 años, con conductas eméticas por cuadro de sobreingesta
alimentaria, con un peso inicial que oscilaba entre 45-52 Kg para una talla de 165
cm, sube hasta 60kg, se inicia cuadro de vómitos autoinducidos, intentando vaciar
del todo su estomago tras las comidas.
323
Trastornos del comportamiento alimentario: anorexia y bulimia
a) Anorexia Nerviosa.
b) Anorexia Nerviosa purgativa.
c) Bulimia Nerviosa.
2. Cual es el diagnostico de una paciente de 31 años de edad, sexo femenino, soltera,
con incapacidad laboral y social los últimos 6 años, que vive en el domicilio de
los padres. Presenta un cuadro de 14 años de evolución, sobre los 17 años, comienza con conductas eméticas, con un peso inicial que oscilaba entre 45-52 Kg para
una talla de 165 cm, sube hasta 60 kg, se inicia cuadro de vómitos autoinducidos,
intentando vaciar del todo su estómago tras las comidas. A partir del 1993 inicia
episodios muy recortados sin vomitar a base de no comer nada, desde el 1999 se
provoca el vómito en medio de la ingesta, se pesa antes de empezar y tras vomitar
para llegar al mínimo peso, o bien otras fases restrictivas con varios días sin comer
ni beber nada. Suele realizar ejercicio físico a diario. En el 2001 atracones y
vómitos 3-4 veces al día (ha habido épocas en que ha llegado a vomitar hasta 25
veces al día). Ha precisado múltiples ingresos hospitalarios unos por intento de
autolisis en el 1992, 1999, 2000 y otros por depresión y por descompensación de
su trastorno de conducta alimentaria. Ha cursado con periodos de amenorrea,
hiperactividad, compulsión hacia la limpieza, estado de ánimo triste, con sensación
de gran confusión y en otras etapas depresión franca con intentos de autolisis.
a) Bulimia Nerviosa.
b) Anorexia Nerviosa tipo purgativo con episodios bulímicos.
c) Anorexia Nerviosa tipo purgativo con episodios bulímicos, con patologías
asociadas.
3. En el caso anterior que tratamiento precisaría:
a) Sólo nutricional.
b) Sólo Psiquiátrico.
c) Multidisciplinar (medico-nutricional, psiquiátrico).
4. Que fármacos no daría en el caso anterior:
a) Zyprexa, noctamid.
b) Topamax, seroxat, tofranil.
c) a y b son correctas.
5. Que pruebas utilizaría para el diagnóstico:
a) Valoración nutricional.
b) Analítica, valoración nutricional, valoración psiquiátrica y criterios de la CIE10 y DSM-IV.
c) Valoración sólo psiquiátrica.
6. Cual es el diagnóstico de una mujer de 28 años de edad, soltera, ha realizado
trabajos esporádicos con dificultades notables para el ajuste laboral y vocacional,
vive con los padres, presenta un cuadro de evolución de más de 10 años, de
trastorno de conducta alimentaria (dieta hipocalórica) junto a episodios de cleptomanía
o ahorro compulsivo de dinero, ludopatía, y consumo de cannabis. Son frecuentes
los baches depresivos, con sentimientos de vacío y abandono, incapacidad para
324
Cuestionario
adaptarse a situaciones rutinarias, altos niveles de angustia que ha tratado de contener con una actividad incesante y el consumo de sustancias.
a) Trastorno tipo limite de personalidad.
b) Bulimia Nerviosa.
c) Anorexia nerviosa típica y trastorno tipo limite de personalidad.
7. ¿Cuál cree que sería el diagnóstico de un caso de una chica que comienza a los
15 años, con un cuadro psicopatológico tórpido, con vómitos, que tras largos años
de evolución le han provocado cuadro de desnutrición (ha llegado a pesar en
algunos momentos 32 kg.) y osteoporosis?. En el último año ha precisado ocho
ingresos hospitalarios, en la unidad de agudos de psiquiatría y endocrinología (uno
de ellos por intento de autolisis.
a) Bulimia Nerviosa y trastorno de personalidad Anancastica
b) Anorexia Nerviosa, Bulimia Nerviosa y trastorno de personalidad Anancastica.
c) T.C.A sin especificar.
8. El tratamiento del caso anterior es:
a) Sólo con psicofarmacos (anafranil, meleril, tranxilium 50, noctamid, orfidal).
b) Tratamiento Nutricional, educación sobre hábitos alimentarios, tratamiento
psiquiátrico, y tratamiento con psicofármacos entre otros.
c) a y b son incorrectas.
9. Cual cree que sería el diagnóstico de una paciente de 16 años, sexo femenino, que
acude a la consulta acompañada de sus padres, que están preocupados por la
pérdida de 12 kilos de peso en los últimos seis meses. Ha dejado de tomar alimentos como los dulces, pan, chocolate. No tolera la grasa, ni los fritos. Come muy
despacio, cortando los alimentos en trozos pequeños que esparce por el plato,
bebiendo más de 4 litros de agua al día, sobre todo antes de la ingesta. Se queja
cuando se le sirve la comida, considerando que es demasiado, se muestra irritable
e intenta retrasarse para sentarse a la mesa. La observan muy activa durante todo
el día, hace ejercicio en casa, va durante dos horas al día al gimnasio.
a) Anorexia Nerviosa purgativa.
b) Anorexia restrictiva.
c) a y b son incorrectas.
10. El tratamiento incluye:
a) Modificación de conducta alimentaria, dieta hipercalorica.
b) Restricción del ejercicio físico y abordaje familiar.
c) a y b son correctas.
11. En el caso anterior en la exploración física podemos encontrar:
a) Talla 1,54 cm, peso 27 kg, IMC 21,39 kg/m2, TA 85/45, temperatura axilar
37,5ºC,
b) Talla 1,54 cm, peso 27 kg, IMC 11,39 kg/m2, TA 85/45, temperatura axilar 35
ºC. X
c) a y b son incorrectas.
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