Secuencia (1994), 29, mayo-agosto, 127-152 ISSN: 0186-0348, ISSN electrónico: 2395-8464 DOI: http://dx.doi.org/10.18234/secuencia.v0i29.466 La poblaci6n de la intendencia de Puebla en las postrimerias del regimen colonial Agustin Grajales Porras UMVERSIDADAur6NOMADEPUEBLA E I estado de la poblaci6n novohis­ . pana a fines del regimen colonial se conoce gracias a la recopila­ ci6n de los numerosos padrones parti­ culares de las almas de cada parroquia que se levantaron en todas las lnten­ dencias del territorio de Nueva Espana entre 1790 y 1794, y que conforman el llamado "censo" o "padr6n arnerica­ no". Para su elaboraci6n, el virrey don Juan Vicente de Guemes Pacheco y Pa­ dilla, segundo conde de Revillagigedo, solicit6 previamente la aprobaci6n del soberano espafiol, Carlos IV, en el mes de diciembre de 1789, apenas unas se­ manas despues de haber ocupado el cargo. El mencionado gobernante de Nue­ va Espana llev6 con determinaci6n es­ ta gran empresa estadistica hasta el ter­ mino de su mandato el 11 de julio de 1794; uno de sus objetivos principales era el "del mayor interes y beneflcio de la Real Hacienda ... ", 1 pues se identifi­ caria con mayor precision a las Iegiti­ mas gentes tributarias. Con el proposi­ to de que no hubiera inquietudes, ni recelos, ni deserciones, el virrey con­ fl6 al excelentisimo senor don Pedro de Lerena, del Consejo de su majestad, lo siguiente: "{precaviendolo todo] persuadi desde luego en mis primeras providencias que la importante forma­ ci6n de padrones no llevaba otro fin 1 Archivo General de la Nacion, Mexico (AGNM), Virreyes: vols. 158, 110, 112. Original reproducido por Hugo Castro Aranda en Secre­ taria de Programaci6n y Presupuesto/Direccion General de Estadistica (SPP­DGE), t er Censo, 1977, p. 46. 127 = SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales que el de instruir el Soberano animo del rey del numero de sus vasallos habi­ tantes en estos dominios". 2 Independientemente de los fines al­ tamente impositivos que movieron al gobernante de la colonia en la forma­ ci6n del censo americano, es justo re­ saltar ­a doscientos aiios del empadro­ namiento­ que la informacion que nos leg6 no es tan solo una lista negra de tributarios, sino que su espiritu ilustra­ do lo condujo tambien a escudriiiar las caracteristicas particulares de cada uno de los subditos del rey ­sus nom­ bres, sexo, edad, estados, calidades, parentescos y oficios­, lo que permite efectuar investigaciones sabre el con­ junto de la poblaci6n ode algunos de sus estratos, que son de sumo interes para el conocimiento historico de la poblaci6n novohispana en cuanto a su constituci6n social, econ6mica y de­ mografica. En el presente trabajo se investiga la conformaci6n de la intendencia de Puebla, el origen, la naturaleza y la cobertura territorial de los censos de Revillagigedo, y finalmente se elabo­ ra un analists somero, consecuente con los datos escuetos que proveen tres listados recapitulativos que ema­ naron de dicha informaci6n censal en el paso del siglo XVIII al XIX. A guisa de comparaci6n de las ultimas cifras con el resto de Nueva Espana, y con el objeto de destacar los puntos de vista de un cientifico conternpora­ neo, se revlsa el Ensayo politico de Alejandro de Humboldt. 3 La "intendencia de provincia de 2/b{d. 3 Humboldt, 128 Ensayo, 1984. Puebla de los Angeles" fue encomen­ dada al teniente coronel don Manuel de Flon y Tejada, quien fue instalado primeramente como gobernador por el ayuntamiento poblano el 14 de mayo de 1786, antes de la implantacion del sistema de division del territorio en in­ tendencias con arreglo a la Real Orde­ nanza del 4 de diciembre de 1786 eje­ cutada por el ministro de Indias, Jose de Galvez, Su nombramiento definiti­ vo como intendente lleg6 un aiio des­ pues? y no dej6 su cargo sino hasta su muerte a manos de los insurgentes, acaecida el 17 deenero de 1811, en la batalla de Puente de Calderon. 5 El titu­ lo del intendente quedo en el de "go­ bernador politico y militar de la ciudad [de Puebla de las Angeles], intendente de la provincia y comandante de las milicias". 6 En su calidad de gobernador politi­ co e intendente, Flan recibio de Revi­ llagigedo, en el mes de enero de 1790, el mandato de erigir un padr6n de po­ blaci6n de su provincia, a semejanza de aquel que se form6 en los reinos de la peninsula iberica en el afio de 1782. Sin retardo alguno, el intendente remi­ tio la ordenanza a sus subdelegados (antiguos alcaldes o corregidores) para que la ejecutaran; para su cometido deberian pedir la anuencia y valerse de la ayuda de los curas de las diversas feligresias, ernpefiados tambien en la tarea por su respectivo diocesano. Para entonces, la intendencia de 4 vease Liehr, Ayuntamtento, vol. 1, 1976, pp. 90y 123. 5 Vease Zirate, Mexico a traces de los siglos, vol. m, MbticoyBarcelona, 1889, pp. 197­198. 6yfase Leicht, Calles, 1980, pp. 327y 387. AGUSTIN GRAJALES PORRAS SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales = Puebla comprendia 18 "jurisdiccio­ nes" o bien 23 "partidos". Cada cabe­ cera de una "jurisdlccion" constituia la cabeza de un "partido", pero como al­ gunas de ellas contenian otros pueblos principales, estos se organizaron en "partidos" con fines administrativos. Los partidos eran las unidades politi­ cas y territoriales que componian una intendencia y en cuyas ciudades prin­ cipales debian residir los subdelegados del intendente, acompaiiados de otros oficiales reales. Estas demarcaciones, eran en su mayoria alcaldias o corregi­ mientos dentro del sistema eclesiasti­ co antiguo de distribuci6n geopolitica, que pertenecian ­junto con otras alcal­ dias que pasaron a formar parte de la recien creada intendencia de Vera­ cruz­ al obispado de Puebla. LA POBLACl6N DE LA INTENDENCIA DE PUEBLA De acuerdo con Ia "Razon de las ju­ risdicciones y territorios que se deben comprehender en el distrito de cada una de las intendencias de provincia en el reino de la Nueva Espaiia", anexa a Ia Real Ordenanza de 1786, las "juris­ dicciones" que formarian el "distrito" de la intendencia de Puebla son las si­ guientes: 7 Jade la ciudad capital; las de laalcaldiamayor de Tepeaca, ylasalcal­ dias de Atlixco y "Guauchinango" (las tres pertenecientes al ducado de Atlix­ co); las de Zacatlan de las Manzanas; SanJuandelosUanos; Tetela(con "Xo­ 7 AGNM, Historla, vol. 72, exp. 12, f. 176. Original reproducido por Commons, Geohtsto­ rla, 1971, pp. 49­50. Tambien esta anexado a la edici6n facsimilar de la 1984. UNAM, Real ordenanza, 129 = SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales notla "); Santiago Tecali; Tepeji de la Seda (y su agregado de "Guatlatlahuca" de la Puebla); Chiautla de la Sal (con el agregado de Teotlalco y "Xolalpa"); Acatlan (y "Piastla "); Tehuacan de las Granadas; Cholula, con la de Huexot­ zingo; Izucar (con sus agregados de Ahuatlan y Teopantlan) y el corregi­ miento de Chietla; "Guayacocotla" (y tendencia de Mexico, y esta ultima ce­ di6 a su vez las otras dos a la de Puebla, segun acuerdo de Ia Junta Superior de Real Hacienda de 23 de enero de 1792 y aprobada por la corona el 8 de sep­ tiembre del mismo afio.? En cuanto a la provincia de Tlaxcala, el intendente Flon nunca aprob6 su se­ paraci6n, quiza por haber tenido fuer­ Chicontepec); "Teusitlan" (y Atem­ tes diferencias con su gobernador, pan); la alcaldia de "Coautla­Amilpas" Francisco de Lisa, quien no reconocia (con los agregados de Tetela del "Vol­ su autoridad. Este pretendia que se can") yTochimilco; ademas de la juris­ trasladara la cabeza de la intendencia a dicci6n de la del gobierno de la ciudad la ciudad de los cuatro sefiorios, o bien de Tlaxcala. 8 A todas estas "jurisdiccio­ que se declarase a esta independiente nes" y (o) "partidos" hay que agregar y sujeta a un gobernador militar; Lisa los de Amozoc y Totomehuacan que argument6 para ello que la republlca estaban sujetos a la jurisdicci6n de la de Tlaxcala habia prestado valiosos ciudad de Puebla. Todas las antiguas servicios al trono espafiol en la con­ alcaldias enlistadas con anterioridad quista de Mexico. La opinion del conde pertenecian al obispado de Puebla, de la Cadena la encontramos en suDes­ con excepci6n de las de Huauchinan­ cripci6n de kl intendencia de Puebla go, Teziutlan y Cuautla, que eran domt­ en 1806: nio del arzobispado de Mexico. [ ... J [Tlaxcala "consiguio" separarse] Muy pronto, el mapa de la intenden­ por Real Cedula de 2 de mayo de 1793, cia sufri6 modificaciones. Se dispuso aunque se ignora el modo y terrninos en alargar su territorio hasta el Pacifico, lo que pudo fundarlo, respecto de que sus que le proporcionaba ahora una salida privilegios no pueden ya subsistir, por­ a cada oceano; a cambio de ello, cedi6 que ni la calidad y situaci6n del terreno terreno por su cintura: las jurisdiccio­ (ya destituido y despoblado) lo permi­ nes de Tlaxcala y de Cuautla Amil pa se ten, ni su actual estado en lo politico, ni segregaron yen contraparte se agrega­ hay una copia o mirnero de sujetos que ron las de Igualapa y Tlapa; subststien­ puedan justificar la legitima sucesi6n de aquellos en cuyo favor fueron concedi­ do por lo tanto el mismo numero de dos, ni mucho menos quienes puedan partidos. Por lo que toca a las jurisdic­ disfrutarlos.U' ciones de Cuautla, Tlapa e Igualapa, la primera qued6 comprendida en la in­ s Los poblados y anexos territoriales a los cuales encerramos entre signos de parenresls no formaron "partidos" por si solos, pues quedaron sujetos a la poblaci6n principal de la jurisdic­ cion; el rcsto de toponimicos descritos form6 cabcceras de partido. 130 9 Vease "Descripcion de la intendencia de Puebla en 1806. Hecha por el intendente conde de la Cadena", AGNM, Civil, vol. 2092, exp. 2, ff. 51­100. Original reproducido por Commons, Geohistorta, 1971, pp. 50­65, especialmentc pp. 5().51. t0commons, Geohtstoria, 1971, p. 50. AGUSTIN GRAJALES PORRAS Para el mes de agosto del siguiente afio, todos los regidores y los subdele­ gados morosos habian ya remitido sus respectivos padrones, con excepcion de las autoridades de Tiaxcala (obvia­ mente), Cholula12 e Izucar, que hacian demoras en su tarea: caso omiso a las repetidas instancias para que entregaran la informaci6n de Es cierto que hace dos afios me orden6 sus jurisdicciones. El virrey tuvo que vuestra excelencia el ernpadrona­ dirigirse de inmediato a don Francisco miento de esta intendencia para for­ de Lisa a Tia.xcalapara que cumpliese mar un censo de poblaci6n de esta con su obligaci6n, y lo que obtuvo co­ Nueva Espana: pero tambien lo es que yo cumpli inmediatamente su supe­ mo respuesta fue lo siguiente: El 21 de enero de 1792, a dos largos afios de haber recibido las instruccio­ nes para levantar el censo de su inten­ dencia, Manuel de Flon informa al vi­ rrey Revillagigedo de los progresos y rior precepto, comunicandosela a to­ dos los justicias y remiriendoles los estados correspondientes­ para que formasen con distinci6n de pueblos. Hasta la presente, solo lo han verifi­ cado los que expresa la relaci6nadjunta, faltando el que lo ejecuten los que refie­ re la misma [ dicho listado se reproduce en el cuadro 2 anexo]. Por mi parte, jamas se ha retardado comunicar las 6rdenes de vuestra exce­ lencia a todos los partidos, y el que no las cumplan con la prontitud que yo deseo no depende de mi, asegurando a vuestra excelencia de que si su justificaci6n no toma alguna providencia contra los orni­ sos, se retardaria otros dos aiios para que pueda hacer el resumen general que vuestra excelencia tiene mandado. En el dia de hoy he pasado oficio al Ayuntamiento, insertando la superior orden de vuestra excelencia de 18 del corriente, yen toda la semana fa trasla­ dare a todos los justicias que no han cumplido, que es lo que creo me corres­ ponde, porno tener otras facultades. Dios guarde a vuestra excelencia mu­ chos afios, Angeles y enero 21 de 1792 [Rubrica].11 11 AGNM, Historia, vol. 523, ff. 41­42v. LA POBLAC16N DE LA INTENDENCIA DE PUEBLA La retardaci6n de los padrones que vues­ tra excelencia me acuerda en su respe­ table oficio de 7 del presente, no tiene otra causa que la del mucho peso de este gobiemo estar solo para todo, y haber padecido de algunos tiempos a esta par­ te graves y seguidos accidentes que uni­ dos a la edad y otros motivos poco o nada gratos que me ban ocurrido, sin provocarlos ni pretenderlos, me ocupan hasta las precisas horas del descanso, siendo frecuente en esta agitada vida que sigo, por necesidad contestar de no­ che, o al tiempo mismo de comer, y fir­ mar algunas veces en la cama en lo mas molesto de mis achaques, de modo que pido a Dios no en una sino en muchas 12 Para este partido no se cuenta tampoco actualmente con el padr6n militar, pcro se pue­ de sustituir ventajosamente por otro listado que cs un estado de a1mas eclesiistico levantado al· gunos afios antes. Igualmcntc se ticnen noticias de la poblacion tributaria de cada uno de los pueblos del partido, incluycndo la cabecera, en una retacton de los estaaos que don Manuel de Flon dirigio al virrey Revillagigedoya los sciiorcs flscales de Real Hacienda y de lo Civil, levantada por el mismo intendente y fechada por su puiio el 12 de mayo de 1790. AGNM, Intendentes, vol. 48, ff. 1­100; original tramcrito y paleografiado por Roberto Velez Pliegoensu base de datos infor­ matizada:Descrtpdones; Puebla, desde 1987. 131 - = SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales ocasiones, me conceda otro genero de vida de algun sosiego para acabar con et mi carrera, Quedo trabajando diariamente en la conclusion de ellos y me parece podre pasarlos a manos de vuestra excelencia en todo el pr6ximo venidero mes de octubre. Nuestro Sefior guarde la importante vida de vuestra excelencia muchos y felices afios, Tiaxcala y septiembre 17 de 1793. Francisco de lissa [rubrica] .13 poblaci6n incligena en cambio qued6 fuera del recuento en este tipo de cen­ sos. Los listados militares de los cuales se dispone todavia ­quiza porque ha­ yan sido estos los unicos que se elabo­ raron­ son los de Tepeaca, Huejotzin­ go, Sanjuan de los Llanos, Tehuacan, Igualapa, Teziutlin, Tlapa y Tochimil­ co, todos ellos formados en 1791, y los de Atlixco, Chietla e Izucar (de Mata­ moros, en la actualidad), fechados un afio despues.l> Es indudable que ambos tipos de pa­ drones, de naturaleza civil y militar, se ejecutaron en Puebla. A guisa de ejem­ plo, contamos con los padrones milita­ res de Tepeaca, Atlixco y Huejotzingo, que se formaron ba]o la supervision del mismo militar, don Ignacio Maney­ ro; en cambio las listas generates fue­ ron rubricadas ­al decir de Flon­ por sus propios subdelegados: don Grego­ rio Juez Sarmiento, don Rafael Carvajal y don Antonio Cruzado, respectiva­ mente. De igual manera, don Vicente Nieto, comandante de las fuerzas del regimiento de Tres Villas, sign6 las ma­ triculas militares de San Juan de los Llanos (el 24 de agosto de 1791, en Tehuacan) y de Tehuacin de las Grana­ das (el 28 de septiembre siguiente, en Orizaba), a diferencia de los censos que elaboraron los subdelegados don Finalmente, tiempo despues de lo prometido y sin avisar al intendente de Puebla del censo tlaxcalteca, el gober­ nador lo envia directamente a Revilla­ gigedo en 1794.14 Si bien el virrey orden6, por un lado, la formaci6n de un censo total "cir­ cunstanciado", incluyendo en los mis­ mos listados tanto a espafioles, mesti­ zos y pardos, como a los indios, elabo­ rados casa por casa y cuadro por cua­ dro en ciudades, villas y pueblos, en haciendas y ranchos, su legado se liml­ ta ­en el caso de la intendencia de Pue­ bla­ a una regular cantidad de estados demograficos de indole diversa. La gran mayoria de padrones que llegaron a nuestros dias son las matriculas mili­ tares que el mismovirrey mand6 levan­ tar a los oficiales del ejercito por los mismos afiosyen todo el virreinato. En los padrones de milicia, la materia pri­ ma eran unlcamente los varones blan­ 15 AGNM, Padrones, vols. 2, 3, 7, 12, 18, 21, cos, mestizos y negroides, los cuales 25, 27, 28 y 38. Por la naturaleza de los datos y estaban obligados a servir al rey. Mer­ las fuentes que proporcionanlos cuadros de poced a ello se tienen noticias de sus pa­ blacion de diversas intendencias de Nueva Espa­ que aparecen en la publicaci6n del censo de dres, mujeres, hijos y empleados. La na Revillagigedode la SPP­DGE, 1 er Censo, 1977, los 13 AGNM, Historia, vol. 523, ff. lOOv. 14 Vease Hugo Castro Aranda en SPP­DGE, ler Censo, 1977, p. 14. 132 "padrones militares" se encuentran en el fondo de Padrones del Archivo General de la Nacion, y los "listados generates" ­o por lo menos sus re· sumenes­ estan depositados en la seccion de Historia, del mismo archivo. AGUSTIN GRAJALES PORRAS SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales FranciscoMonroyydonNicolis Quilty de Valois.16 Los unicos padrones generates y cir­ cunstanciados de los cuales se tiene conocimiento de su sobrevivencia pa­ ra la misma provincia de Puebla, son Ios pertenecientes a cuatro de las pa­ rroquias de la ciudad de los Angeles que reposan en el archivo del Ayunta­ miento de la ciudad: 17 el de la Santa Cruz (cuya jurisdiccion abarca el no­ reste y este de la catedral); el del Santo Angel Custodio o Analco (el sureste); el de San Sebastian (el suroeste y oes­ te); y el de San Marcos (el noroeste); desgraciadamente los padrones de las parroquias mayores y centrales de Ia ciudad ­el Sagrario y San Jose­ estan perdidos. Para el conocimiento del tamafio y la estructura de Ia poblaci6n de la in­ tendencia de Puebla, en el ocaso del virreinato, se dispondria entonces so­ lamente de los cuatro padrones gene­ rales de las parroquias angelopolitanas y de los doce padrones parciales o de "gentes de raz6n". Afortunadamente, aun cuando no se cuenta con los estados originales completos del censo general para cada partido, se dispone de tres resefias so­ meras ­en un sentido demografico­ de la intendencia de Puebla. De estas se puede afirmar­en lo que toca a pobla­ t6 vease la relacion de Vicente Nieto en el padron militar de San Juan de los Llanos, AGNM, Padrones, vol. 7, ff. 1·13; en Roberto Velez Plie­ go, base de datos Descrtpcton, 1987. En esta iiltima se consultaron las descripciones o noti­ cias de Maneyro y del mismo Nieto. t 7 Archivo del Ayuntamiento de Puebla, Pa· drones de Estadistica, c. 3, vols. 128­129, legs. 1387­1390. LA POBLAC16N DE LA INTENDENCIA DE PUEBLA cion­ que son una sola con ligeras va­ riaciones. la cual debio alimentarse con los frutos frescos del censo general poblano (que no el militar) efectuado en el penultimo quinquenio del xvm.1s Para el presente ensayo solo nos detendremos a analizar las noticias es­ tadisticas de las tres descripciones que proporcionan, aunadas, informa­ ci6n sobre el tamaiio de la poblacion total de la intendencia, diferenciada se­ gun el sexo, y su distribuci6n por par­ tidos de acuerdo con su composicion etnica, El primero en tiempo de estos rela­ tos es el del coronel don Carlos de Urrutia y Matos: "Noticia geografica del reino de Nueva Espana y estado de su poblaci6n, agricultura, artes y co­ mercio (1794)" .19 Bajo la advertencia del mismo coronel Urrutia, estos re­ portes comprenden solamente lo rela­ tivo a geografia y poblacion, pero no solo eso, sino tarnbien una "conve­ niente[ ... ] noticia de nuestro sistema" sobre los ramos de Justicia, Hacienda, Guerra y Constituci6n Eclesi:istica. Desde el 30 de octubre de 1793, el virrey Revillagigedo habia cornisiona­ 18 Para cumplir cabalmente con el objetivo, es necesario, no obstante, efectuar una invesn­ gacion minuciosa por todos los curates de la intendencia, archivo por archive, a fin de inven­ tariar todos los status animarum que se forrna­ ron indistintamente en la diocesis de Puebla, como es el caso de los padrones de almas de San Pedro Cholula datados en 1782 yen 1786, y que permanecen en el archivo de su iglesia principal (Archivo Parroquial de San Pedro Cholula, Pa· drones, "Padrones del curato de San Pedro C~ lula de los aiios 1782 y 1786"). Vease Castillo Palma, "Mestizaje", 1992, p. 7. 19 Biblioteca Nacional (BN), Cedularios, 1402, ff. 206 a 296; reproducido por Florescano y Gil, Descripciones, 1973, pp. 68­127. 133 = SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales = do al ilustre coronel para quct"redujera a practican a la mayor brevedad posible el espiritu de los articulos 57 y 58 de la Real Ordenanza de Intendentes; pero su remoci6n al aiio siguiente no le per­ miti6 disfrutar de los resultados de su gran pesquisa. Fue algunos meses mas tarde, ya en los tiempos de su sucesor don Miguel de la Grua Talamanca y Branciforte, marques de Branciforte (12­vn­1794 al 31­v­1798),en el punto en que don Carlos de Urrutia puso en manos de su virrey esta noticia, habien­ dose nutrido para ello de 22 legajos que contenian los padrones militares y "los padrones de vecindarios hechos en los afios anteriores por los justicias y curas de los respectivos partidos", que le habia procurado el mismo Revi­ llagigedo. En virtud de que algunos in­ tendentes no remitieron en su oportu­ nidad las informaciones solicitadas por Revillagigedo, ni por Branciforte posteriormente, a instancias del comi­ sionado Urrutia, el recuento que este presentas6lo se refiere aciudades y pue­ blos de las jurisdicciones de las inten­ dencias de Mexico, Oaxaca, Valladolid, Guanajuato y con ellas la de Puebla.20 Las otras dos cr6nicas de la inten­ dencia de Puebla en lo particular las formul6 su propio titular, Manuel de Flon, sujeto tan ilustrado como respe­ table, al decir del baron de Humboldt. 21 La prirnera de ellas esta datada el 13 de enero de 1804 bajo el titulo de "Noti­ cias estadisticas de la intendencia de Puebla n, 22 y la segunda es SU "Descrip­ cion de la intendencia de Puebla" fe­ 20 21 Ibid.' pp. 68­70 y 76. Humboldt, Ensayo, 1984, p. 160. 22 AGNM, Archive Histortco de Hacienda (AHH), Consulado, leg. 917, exp. 3; original re· 134 chada el 2 de mayo de 1806 y citada con anterioridad. Ambas estan encau­ zadas al Consulado de Veracruz y solo divergen la una de la otra en unos pa­ rrafos del discurso introductorio que se incluyen en la primera, yen cuanto a los datos demogri.ficos hay rninuscu­ los descuidos de transcripci6nque sin embargo resultan yerros mayusculos cuando se estima la composici6n etni­ ca de la poblaci6n del partido de Te­ peaca y por ende el tarnafioy compost­ ci6n de la ciudad de Puebla, los cuales se sefialaran en su momento. En sus "Noticias estadisticas ... ", Flon previene al prior y c6nsules del Real Tribunal del Consulado de Vera­ cruz de la falta de nuevas de su jurisdic­ ci6n y la repetida reticencia de algunos de sus subdelegados, lo que recuerda la misma lucha que agobiaba al inten­ dente una decena de aiios arras: Por mas que he querido esforzar mis providencias para hacer que las noticias que vuestra sefioria me tiene pedidas a consecuencia de la real orden de 21 de junio de 1802 [vicerregenciaafuldedon Felix Berenguer de Marquina (30 de abril de 1800 a julio de 1802)], fuesen no solo con la exactitud debida a los propo­ sitos de vuestra sefioria, sino con la ma· yor extension posible de algunos pun­ tos hist6ricos o topograficos que fuesen conducentes, quedo con la mortifica­ ci6n de no haber conseguido uno ni otro, por no haber logrado las conresta­ ciones que aun espero de varios subde­ legados. producido por Florescano y Gil, Descripciones, 1976, pp. 158­181.Este docwnentotambien fue mimeografiado dentro de la coleccion de docu­ mentos del AHH, bajo la direccion de jesus Silva Herzog, enRelaclones, 1944, vol. m, ff. 49­69. AGUSTIN GRAJALES PORRAS SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales [ ... ] iPero como he de hablar con exactitud y acierto en una materia en que me faltan los datos? [ ... ] como los subdelegados aunque propuestos por los intendentes, no todos observan aquella ciega, sincera y punrual deferen­ cia que se debe a la superioridad; como algunos de ellos en estas materias no estan penetrados de todos los senti­ mientos patriotlcos que se necesitan, o acaso no son capaces de conocer el fin a que se dirigen [ ... ] En suma, quedo con la mortificacion de no desempefiar el encargo de vustra sefioria como quisiera, [ ... ] pero mien­ tras Hegana mis manos las contestacio­ nes [ ... ] paso ya a trasladarlelas noticias que he podido adquirir y protesto au­ men tar segun lleguen a mis conoci­ mientos [ ... ].23 Los estados de poblaci6n con que cont6 Flon son presumiblemente los mismos que los que tuvo Urrutia bajo sus ojos (los legajos de Revillagigedo), solo que el primero los enriqueci6 al abundar en el desglose por "razas". En efecto, Urrutia proporciona el numero global de habitantes por partido y el general de la intendencia (que no la suma, pues no concuerdan: "558 188" contra 551 351), en tanto que Flon pre­ senta en la mayoria de los casos los mismos guarismos por partido solo que descompone el total de sus almas en las " [ ... ] de es pafioles, [ ... ] de indios y las demas de mestizos yotras cast as". 24 Al no haber registrado el intendente todos los efectivos para esta ultima 23ftorescanoyGil,Descrtpciones, 1976, pp. 160­161. 24 vease "Descripci6n de la intendencia de Puebla en 1806 ... ", en Commons, Geohtstoria, 1971, p. 57. LA POBLACl6N DE LA INTENDENCIADE PUEBLA agrupaci6n etnica de la poblaci6n de cada partido de toda la intendencia, ni tampoco los correspondientes al total y los desagregados etnicos de la [uris­ dicci6n de la ciudad de Puebla, se tuvo que calcular su tamafio mediante una simple sustracci6n, gracias en todo ca­ so a que atinadamente comenz6 sus dos informes cifrando Ia pobJaci6n to­ tal de la intendencia y su distribuci6n etnica (vease cuadro 1). Aparte de algunas minucias en que Flon no se pone de acuerdo con res­ pecto a sus datos en Ios reportes de 1804 y de dos aiios detras, as se Iocall­ zan dos contrariedades significativas para los partidos de Tepeaca y de Huauchinango. Enla relacion de 1804, el intendente Flon traslada equivoca­ damente (~de Urrutia o del documento que este mismo manej6?) el numero de almas del partido de Tepeaca; en lugar de apuntar "72 479" (como lo hace en 1806), invierte distraidamente los dos primeros numeros. 26 Este descuido re­ producido en diversas publicaciones ha conducido a algunos estudiosos a menguar la importancia de Tepeaca derrocandola del primer sitio como 25 Como son las cifras de indios en Izucar y en Huayacocotla: 16 800 y 16 916, respectiva­ menre, en sus "Noticias"; en tanto que cien y uno solo mas, en SUS "Descripciones". La misma ml· nima diferencia se repite en el caso de los espa­ fi.oles de Totomehuacan. 26[.a cifra que adelanta de "50 140"' nada mas para los Indios de ese partido, seria inadmisible; el error es obvio puesto que si se adiciona esta cantidad de indios a los "10 250" espafioles y a los 12 089 mestizos y mulatos (obtenidos por sustraccion del integral supuestamente fiel del partido ), es la unica manera de que ajuste una de las dos cifras tot.ales dadas, la correcta, de 72 479. 135 = SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales = partido mas numeroso de la intenden­ cia y, en contraparte, a sobreestirnar la poblaci6n de la jurisdiccion de Puebla en 45 000 habitantes. 27 Con respectoal partido de Huauchi­ nango, en el escrito de 1804 el inten­ dente anota "35 934" almas, en tanto queen el posteriorles aumenta exacta­ mente 4 000. Urrutia, por su parte, en su "Noticia geograflca", fija la clfra en "33 934" pobladores (vease la pernilti­ ma columna del cuadro 1). Como se puede apreciar, de las tres cifras solo cambian las unidades de millar, por lo que se infiere que en el caso de dos de ellas se trata de una desafortunada co­ pia de la fuente original, al parecer muy turbia en este renglon. Si se juega con las cifras, y comparando con los datos que aporta Urrutia tanto para los diferentes partidos como para el total de la intendencia y para la ciudad de Puebla en lo particular (este Ultimotes­ timonio a su vez respaldado lO copia­ do? por Humboldt), zs el guarismo que mas se ajusta a nuestro modo de ver es el de la "Descripci6n" de Flon de 1806. En todo caso las cifras que nos parecen mas trabajadas y detalladas son las que provienen de este ultimo reporte, y pa­ ra fines del presente analisis solo se le agregaran los datos de Tlapa e Igualapa que proporciona Urrutia y que se re­ producen en conjunto en la ultima co­ 27 Se habla de una sobreestimad6n para la jurisdicci6n de Puebla concretamente, puesto que hay que recordar que Flon no provee su volumen y cualquier equivocacion en los datos de alguno de los partidos se refleja en el residuo con respecto al global de la intendenda, que no seria otro que el de la ciudad y su hinterland rural. 28Vease Humboldt, Ensayo, 1984, p. 38. 136 lumna del cuadro 1. 29 De ahi que se halle tarnbien una amplia diferencia de poco mas de 50 000 parroquianos entre el global de la poblaci6n de la intendencia de Puebla "calculado" por el oficial virreinal y el de su propio gobernante local. Otras discrepancias ­ahora entre los relatos de Flon de 1806 y Urrutia­ aparte de las que ya se han sefi.alado, son acerca del partido de Zacatlan: "41 625" almas para el primero y "49 625" para el segundo; una incohe­ rencia mas, en este caso por la copia defectuosa ­una vez mas de los rnilla­ res­ en la "Noticia geogcifica", y la omisi6n en esta ultima de datos refe­ rentes a los partidos de Totomehuacan y Amozoc, pr6ximos a la ciudad de Puebla. En revancha, don Carlos de Urrutia ilustra el lienzo de la ciudad de Puebla y expresa que "la total pobla­ ci6n del casco [es de] 52 717yla de sus suburbios [de] 4142, cuyototalascien­ de a 56 859 personasr.w Flon, al no ofrecer esta informaci6n, deja que se cuenten 54 307 habitantes, que si se les agrega o no los de Totomehuacan por formar parte en anteriores ocasiones 29 Don Carlos de Urrutia aporta las referen­ cias de estas dos Ultimas jurisdicciones acaso fundamentado en recuentos que obraban en po­ der de la intendencia o del antiguo arzobispado de Mexico; hay que recordar que en 1791, aiio en que se elaboraron al menos los padrones mi­ litares de estos dos partldos, ambos pertenecian aun a los dominios de la de MCxico. En cambio, don Manuel de Flon insiste ­como se hara paten· te mas adelante­ en no tener ninguna informa­ cion acerca de ellos en vista de que los subdele­ gados no habian enviado las noticias que se les habia requerido. 30 Florescano y Gil Descripctones, 1976, p. 114. AGUSTIN GRAJALES PORRAS SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales de la misma jurisdicci6n, de cualquier manera las cifras se acercan demasia­ do, ligeramente por arriba o por abajo, segun sea el caso (vease cuadro 1). El gobernante de Puebla, conde de la Cadena a partir de 1804, 31 asienta que la provincia de Puebla es por su graduaci6n la segunda del rei­ no. Su extension corre desde la costa sur en el partido de Igualapa y tierras de Chasumba, hasta la costa del norte y Venta Blanca [porTuxpan y la laguna de Tamiahua] en el partido de Guauchinan­ go, y desde el partido de Sanjuan de los Llanos [Libres, actualmente], confinan­ te con la intendencia de Veracruz en el pueblo de Perote por la parte del orien­ te, hasta los pueblos de Guaquichula del partido de Atlixco, en que por la parte del poniente confina con la intendencia de Mexico.32 [ ... ] Comprende [ ... ] (sin incluir en este resumen los partidos de Igualapa y Tlapa ulttmamenre agregados a ella, porque aun no SC ban dirigido SUS pa­ drones, ni los subdelegados ban enviado las noticias que se les ha pedido), cinco ciudades [Puebla, Cholula, Huejotzin­ go, Tehuacan y Tepeaca], una villa [At­ lixco], 607 pueblos, 133 parroquias, 425 haciendas, 886 ranchos, siete estan­ cias de ganado, 21 conventos de religio­ 31 vease Hwnboldt, Ensayo, 1984, p. 160, y Leicht, Caues, 1980, p. 387. 32 Hwnboldt senala que SU "largo mayor, des­ de el embocadcro del nachuelo de Tecoyama hastacercadeMextitlin,esde 118leguas [657.6 km]; su mayor anchura, desde Tehuacin hasta Amecameca, esde 50 leguas (278.6.km]". Ensa­ yo, 1984, pp. 157·158.La conversion de las me­ didas de longitud y de los valoresmonetarios que se exhfben mis adelante, se consultaron en cl anexo m, elaborado por Juan A. Ortega y Medina en tbld., pp. CXUD­CXLV.Igualmentese coeejo con Florcscano y Gil, Descripciones, 1976, pp. 265­ 268. LA POBLACl6N DE LA INTENDENCIADE PUEBLA sos, doce idem de monjas [once segun Ia relaclon de 1804), cuatro colegios de hombres, cinco idem de mujeres y cin­ co hospitales.33 EI total de sus habitan­ tes segun los ulttmos padrones [los del primerlustro de 1790}34asciende a 508 028 almas, las 251 397 hombres y las demas rnujeres, a saber: 585 clertgos, 446 religiosos, 427 religiosas, 25 517 espafioles, 29 393 espafiolas, 187 531 Indios, 186 221 indias, 37 318 hombres de otras castas y 40 590 mujeres de lo mismo, en que se incluyen tri­ butarios.35 El baron de Humboldt suministra en su Ensayo politico una recension casi identica yubicalas cifras­puntual pero ut6picamente­ para el afio de 1793 en que "se contaban en la inten­ dencia [ ... ] sin comprenderlos cuatro distritos de Tiaxcala, Cuautla, Igualapa y Tiapa", un total de "508 128" indivi­ duos; una centena adicional a la que Flon acot6. Ambas sumas son correc­ tas, ya que el cientifico alernan agrega esta diferencia a la cifra de los espafio­ les varones ("25 617"), mientras que el resto de los datos adelantados por Flon Ios sostiene. Por otro lado, sin incurrir 33 Al parecer habia mas nosocomlos en la intendencia en este periodo; tan solo en la capi­ tal habia cuatro, y no hay que olvidarlos de Atlix­ co, Izucar y Tehuacan. Vease Liehr, Ayunta­ mtento, 1976, pp. 59­60. 34 Humboldt advierte que los sucesores de Revillagigedono renovaronel censo ni se ocupa­ ron de nuevas indagaciones. "Vartas memorias que los intendentes han formado (actualmente) [ ... ] contienen exactamente los mismos nume­ ros que el plan de 1793, como si la poblaci6n pudiera permanecer siempre la misma por espa­ cio de diez aiios." Bnsayo, 1984, p. 39. 35 "Descripci6n de la intendencia de Puebla en 1806... ", en Commons, Geohistoria, 1971, pp. 50­51. 137 = = SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales en ninguna falta, don Alejandro se re­ fiere a "seis ciudades" (las cinco, mas la villa de Atlixco) ya "33 oonventos, de los cuales los dos tercios son de frai­ Ies" (efectivamente).36 Tales estados poblanos que us6 el baron para nutrir su Ensayo (18081811) pudo haber sido que los haya conseguido de algun cuadro sumario conocido de Revillagigedo y de Flon, o incluso hasta de Ia misma descripci6n de 1804 del intendente, a quien cono­ ce personalmente en la Puebla de los Angeles el 22 de enero del mismo afio, ya en su camino de regreso para Ame­ rica del Norte y el viejo continente, oportunidad en la que bien pudo aquel mostrarle sus NoticiasX' Curiosamen­ te, ambos personajes habian presenta­ do sus primeras conclusiones estadis­ ticas unos cuantos dias previos a su encuentro: Humboldt, sus Tablasgeo­ graficas poiiticas del reino de Nueoa Espafia3B al virrey Iturrigaray, y Flon, sus "Noticias" al Consulado. El sabio berlines data sus Tablas el 3 de enero de 1804, las cuales retoma como "pri­ mer bosquejo" que deseaba enrique­ cer con mas "imaginaci6n y ciencia", y cuyo resultado fue el Ensayo; en tanto que el politico novohispano lo htzo, como ya se indic6, diez dias despues. 36Vease Humboldt, Ensayo, 1984, p. 159. 37 Vease en Ibid el estudio preliminar de Onega y Medina, pp. xtn.xun, xuxv c. 38 Alejandro de Humboldt, "Tablas geografi­ cas politicas del reino de Nueva Espana, que ma· nifiestan la superficie, poblacion, agricultura, fabricas, comercio, minas, rentas y fuerza mili­ tar (enero de 1804)n, AGNM, Histona, vol. 72~ ori­ ginal reproducido por Miguel S. Wionczek y E. Florescano en una edicion de Ia DGE, en 1970;, y copiada fielmente en Florescano y Gil, Descrip­ clones, 1976, pp. 128­171. 138 En sus Tablas geograficas, el noble teut6n no proporciona las mismas ci­ fras que Flon sobre la intendencia; mas bien ofrece datos muy escuetos y ajus­ tados por el pero estimados para el afio de 1803, sobre labaseindudablemente de la informaci6n revillagigediana. 39 Segun las noticias que los intenden­ tes y gobernadores de provincia habian dado has ta el 12 de mayo de 1794, la poblaci6n empadronada de Nueva Espana era de "4 483 559" habitantes. En Ia intendencia de Puebla residia el 13% de Ios efectivos globales del virretna­ to. Sus numeros alcanzan las "566 443" almas que, si se comparan con la suma de las ci fras que adelantan Flon y Urru­ tia (iiltima columna del cuadro 1), ape­ nas difieren en un uno por ciento.t? Otras intendencias novohispanas que contaban con mas de 300 000 pobla­ dores ­pero menos del medio millon­ eran las de Guadalajara, Oaxaca, Gua­ najuato y Yucatan. La de Mexico, por supuesto, era la mas numerosa, pero en aquella epoca apenas duplicaba a la poblaci6n de la de Puebla; casi en Identica proporcion se encontraban sus ciudades capitales, con "112 926" moradores en la del virreinato. Los anteriores resultados ­asegura 39 Vease Florescano y Gil, Descripciones, 1976, pp. 121H29y 152­153. 40vease Humboldt, Ensayo, 1984, pp. 37·38. Humboldt publica estas estadisucas segun la co­ pia conservada en los archivos del virrey, y pre­ viene que hay otras copias que clrculan en el interior del pais que tienen algunos numeros equivocados, "por ejernplo, 638 771 almas en la intendencia de la Puebla, comprendida la anti· gua republica de Tiaxcala ". No obstante, el mis­ mo se ve compelido a utilizar esta ultima cifra mis adelante, cuando estudia el peso relativo de la casta de blancos en la colonia; ibid., p. 77. AGUSTIN GRAJALES PORRAS Humboldt­ ofrecen el minimo de Ia poblacion que se podia considerar en aquella epoca: En el nuevo continente, como en el anti­ guo, el pueblo considera todo censo co­ mo el anuncio siniestro de alguna opera­ ci6n de real hacienda; cada padre de familia, temiendo el aumento de contri­ buciones, busca los modos de disminuir el numero de individuos de su casa en la lista que debe presentar.O Puesto en este empeiio, el baron ar­ gumenta que hay que agregarle por Io menos una decima parte al recuento; no obstante, los estadistlcos novohis­ panos contemporaneos ya habian re­ mediado los mimeros en una sexta yun cuarto, por lo que la nueva cifra redon­ deada era de 5 200 000 almas para Ia Nueva Espana de "1793 ". ,, La jurisdicci6n de la provincia de los Angeles abarcaba 2 696 leguas cuadra­ das, y por este concepto ocupaba el antepenulrimo sitio entre las doce in­ tendencias primitivas de la ordenanza de 1786; unicamente se instalaba por encima de la de Zacatecas (2 355 le­ guas cuadradas) y de la mas pequefia, que era la de Santa Fe de Guanajuato (911 leguas cuadradas); por el Iado opuesto, las tres mas extensas eran las intendencias norteiias de San Luis Po­ tosi, Arizpe (Sonora) y Durango (o Nueva Vizcaya), las cuales sextuplica­ ban y hasta decuplicaban su territorio. Con relacion al tamaiio del virreinato de NuevaEspaiia porentero, excluyen­ do al reino de Guatemala, la de Puebla Se beneficiaba tan Solo del 2.3% de SU superficie; empero llegaba casi a trip Ii­ 41 tu«, p. 38. LA POBLAC16N DE LA INTENDENCIA DE PUEBLA car su extension relativa si se sustraen del total las vastas "provincias intemas occidentales": Sonora, Durango, Nue­ vo Mexico y las dos Californias: la "an­ tigua" -Ia Baja­ y la "nueva"; y las pro­ vincias orientales: Coahuila, Texas, Nuevo Santander (Tamaulipas) y el Nuevo Reino de Leon. Dada la dimension de su territorio y la magnitud de su poblaci6n, la inten­ dencia de los trigos, del ganado de cer­ da, de los tejidos, la jarcia, la loza y el vidrio, ocupa sendas segundas posi­ ciones por lo que toca a densidad de poblaci6n ya volumen ( como ya se ha­ bia seiialado y tal como Flon lo intuia o se aferraba a la tradici6n, pero que su­ ponemos no lo sabia). Luego de la in­ tendencia de Guanajuato, que cuenta con 568 almas por legua cuadrada, continua a lo lejos la de Puebla con 301, y esta a su vez, seguida de corto por la de Mexico con 255 habitantes. Siguiendo el mismo indicador, Puebla rebasaba con mucho a intendencias populosas tales como Oaxaca, Merida, Valladolid y Guadalajara; y ni se diga de las otras dilatadas y despobladas pro­ vincias internas que ubicaban, a lo mas, diez solitarios colonos en toda una legua cuadrada.42 El baron de Humboldt atribuye estas diferencias al desigual grado de desarrollo existente en la agricultura. En efecto, pero la ex­ plicacion no se puede limitar a eso so­ 42 Las cifras que funclamentan estas compara­ clones son aquellas que presenta Humboldt ajus­ tadas a la "epoca de 1803". El cientifico proyecta los estados de" 1793" bajo los siguientes supues­ tos: lo. Se omite del censo una decima parte de la poblaci6n, y 2o., el crecimiento natural en diez afios es de dos decimas, Vease Humboldt, Ensayo, 1984, pp. 39, 43y104­108. 139 - lamente, hay que remontarse a los tiempos precolombinos, cuando la gran Chichimeca estaba habitada por grupos barbaros y n6madas, en tanto que la meseta central era la mas pobla­ da, culta y floreciente, en donde resi­ dian los centros de poder politico y econ6mico, adoptados en su momen­ to por los conquistadores. Tai disime­ tria en la distribuci6n de la poblaci6n, se acentu6 en los tiempos coloniales en virtud del despoblamiento por epi­ demias, el cual result6 mas catastrofl­ co en las zonas allende el altiplano. La propia intendencia de Puebla es muestra de ello. La poblaci6n se distri­ buye ahi muy desigualmente. El propio viajero aleman lo constato al manifes­ tar que esta se concentra en el llano que corre desde la falda oriental de los nevados hasta las in· mediaciones de Perote, sobre todo en los altos y hermosos llanos entre Cholula, Puebla y Tlaxcala. Pero casi todo el pais, que se extiende desde el llano central hacia San Luise Igualapa, cerca de las costas del Mar del Sur, esta desierto [ ... ]43 Retomando las lineas finales de Flon en el discurso introductorio a su "Des­ cripci6n", uno se percata de que su poblaci6n es ampliamente indigena, ya que este subgrupo significaba cerca de sus tres cuartas partes; las castas (el producto del mestizaje de blancos, ne­ gros e indios ­incluyendo en esta care­ goria a los negros puros­ adernas de su propia reproducci6n en tanto que cla­ ses ya mezcladas) constituian el 15% de 43 140 tu«. p. 157. la poblaci6n, y el grupo espafiol ape­ nas rebasaba una decima parte del con­ junto (tomando en cuenta a clerlgos y religiosos de ambos sexos). Si se pretende que la poblaci6n blanca y mestiza tenia sobre todo un habitat urbano ­en tanto que los indios se diseminaban en pueblos, rancherias y haciendas­, se podria aceptar que la gente que se acomodaba en un empa­ rrillado urbano (ya sean las capitales o los pueblos principales) no podia reba­ sar grosso modo la misma cuarta parte de la poblaci6n. Para vislumbrar me­ nos hipoteucamente el significado de la "urbanizacion" de la epoca, nos aco­ gimos a los datos que proporcionan los padrones militares para las cabeceras de algunos parttdos+' y de ahi relacio­ narlos proporcionalmente con las cl­ fras de las cuales se dispone en este ensayo para espafioles y castas por par­ tido en su conjunto. A partir de ello se puede suponer ­despues de jugar con las cifras y extrapolandolas­ que la mi­ tad de la poblaci6n no indigena de la intendencia se abrigaba en un "empa­ rrillado urbano" de cierta magnitud, y que alli convivia a lo sumo un indio por dos blanquizos; entonces, la propor­ ci6n de poblaci6n "urbana" tocaria apenas a una quinta parte del conjun­ to. Hoy en dia el proceso moderniza­ dor desequilibrado ha promovido que la poblaci6n urbana del estado de Pue­ bla rebase la mitad de sus efectivos. Una vez mas, la intendencia ocupa un segundo puesto, ahora detras de la de Oaxaca, como entidad que alberga un sinmimero de vecinos indios (en 44 vease Hugo Castro­Aranda Censo, 1977, pp. 64-67. en SPP..DGE, Ier AGUSTIN GRAJALES PORRAS SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales ­ recintos urbanos, peones en hacien­ das, asi como pueblos y rancherias en­ teramente indigenas). Hoy dia, ambos estados aun conservan un lugar promi­ nente en este aspecto. En el territorio oaxaqueiio se contaban hacia el pri­ mer lustro de los aiios 1790, hasta 88 indios por cada 100 habitantes: ya con­ tinuaci6n de la intendencia de Puebla, se colocaban casi a la mitad de su con­ tenido indigena las de Guanajuato y Va­ lladolid con un poco mas de dos quin­ tas partes de indios frente al resto blan­ co, mestizo y negrotde.s? 45 Una vez mas, Humboldt se percaro de que los "hombres de color bronceado" eran muy ra­ ros en el none de Nueva Espana, y que apenas los habia en las provincias internas. Ensayo, 1984, pp. 51, 77y91. LA POBLAC16NDE LA INTENDENCIADE PUEBLA En contra de lo que se imaginaba en el viejo mundo, la poblaci6n blanca y mestiza no habia reernplazado ni con mucho a los aborigenes; esta nocion pudo haber tenido cierto sen ti do hacia mediados del siglo xvn, punto en el cual la poblacion indigena pis6 el fon­ do de su capacidad de aguante ante la inercia de su desaparici6n, luego del embate catastr6fico de las epidemias del siglo de la conquista; no obstante, su recuperaci6n se desencaden6 en es­ te punto, de manera lenta pero ince­ sante, hasta el siglo XIX, cuando por vias del mestizaje su grupo como tal dej6 de crecer. Las regiones en donde efectivamen­ te se pluralize la poblaci6n blanca es en las del norte, en razon de su preeml­ nencia minera y a falta de poblacton 141 = SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales aborigen; por el contrario, en las dos yor oferta de sustento, y por el tamafio intendencias con mayor poblacion in­ mismo de los asentamientos (lo que digena, Oaxaca y Puebla, el criollo -In- facilita el pasar inadvertido para ser cluido el europeo, solo que con una enrolado), es de esperarse queen las representatividad minima dentro del cinco ciudades de la intendencia -y de grupo blanco­ se encontraba en una rnanera mas sobresaliente en la capi­ relacion de seis y de diez hombres por tal­ las diferencias raciales en cuanto cada cien. En Puebla, los vecinos que al desbalance entre los sexos se acen­ no se declararon expresamente indios nren. llegaron apenas a sobrepasar el cuarto La ciudad de Puebla de los Angeles de la poblaci6n total. (54 307 habitantes) estaba mas pobla­ La relaci6n de masculinidad a nivel da que muchas capitales importantes del conjunto (98 hombres por cada del nuevo mundo, como Lima, Quito y 100 mujeres), indica que el recuento Caracas. Solo despues de Mexico y La censal es en principio de aceptable ca­ Habana, alternaba su superioridad con lidad, a pesar de la subenumeracion Santa Fe de Guanajuato, Su jurisdic­ advertida por los contemporaneos; ci6n albergaba a diez de cada cien JX>· que las mujeres no fueron menospre­ bladores de la intendencia, de los cuaciadas de manera sisternatica, y expre­ les aproximadamente nueve se guare­ sa adernas ­haciendo a un lado cual­ cian dentro de sus "muros". En virtud quier otra causa­ la sobremortalidad de su volumen y lo estrecho de su terri­ general masculina. No obstante, los in­ torio, era el asentamiento mas denso dices de masculinidad calculados para de la intendencia. No obstante, el par­ cada estrato socioetnico: indios, mesti­ tido de Tepeaca era el mas poblado, en zos y pardos, y espafioles (100.7; 91.9 donde residia el 13% de su poblacion y 89.0), dan cuenta de diferencias ne­ (vease cuadro 1). tas, ya que a medida que se desciende De acuerdo con su importancia nu· en la escala social, el numero de horn: rnerica, a las dos jurisdicciones mas JX>· bladas le seguian los partidos de San bres disminuye. Esto puede atribuirse a la combinaci6n de diversos factores, Juan­ de Ios Llanos, Tehuacan de las entre ellos: comportamientos migra­ Granadas y Zacatlan de las Manzanas, torios desiguales seg(m el sexo y tam­ que abrigaban a cerca de 42 000 indi­ viduos cada uno; Huauchinango te­ bien JX>r grupo etnico; una longevidad diferencial, segun el sexo, cada vez nia 40 000; San Agustin Tiapa, 37 000; mas amplia para los grupos mestizos y Atlixco, 28 000; Izucar y Huejotzingo blancos, ademas de un posible oculta­ 23 000 moradores; Cholula, 22 000, y Tepeji de la Seda, 20 000. Los partidos miento o fuga de varones no indigenas en edad militar a cambio de un mayor referidos significan la mitad de los de control sobre los indios tributarios, en la intendencia, y aglutinaban a las cua­ tro quintas partes de su poblaci6n. gran medida del sexo masculino. Las once jurisdicciones restantes En raz6n de una mayor movilidad cuentan con menos de 20 000 poblado­ espacial de su poblacion, de la inmigra­ ci6n femenina en respuesta a una ma­ res, y de estas, las que tenian menos de 142 AGUSTIN GRAJALES PORRAS SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales 10 000 significaban una cuarta parte Tepeaca y luego Izucar, eran las princi­ del total de los partidos, pero admitian pales regiones habitadas hacia 1570, tan solo al 5% del global de habitantes perdio tres cuartas partes de sus tribu­ de la intendencia en virtud de su exten­ tarios desde entonces; por su parte, sion igualmente reducida. Los San Fran­ Izucar se retraia en mas de la mi tad. San ciscos: Chietla y Totomehuacan, eran Juan, en cambio, ascendia de un deci­ los partidos mas pequefios con 3 038 y moprimer sitio que ocupaba en 1570, 3 87 4 vecinos, respectivamente. a un segundo ­por lo que respecta a Como se mencion6 parrafos arriba, indios tributaries­ a fines del siglo xvm. Es importance agregar, en este el territorio de la intendencia estaba colmado de nucleos indigenas. Tepea­ contexto de numeros relativos, que el ca era el partido con el mayor contin­ volumen de la poblacion indigena de la gente de aborigenes (50 140); SU nu· intendencia, 0 mas precisamente, del mero se acercaba al total de los habitan­ obispado de Puebla, era mayor hacia tes de la jurisdiccion de Puebla, lo que 1570; que luego de la despoblaci6n significa que aproximadamente uno que continue hasta mediados del siglo de cada ocho indios residia dentro de siguiente, ya pesar de la recuperaci6n sus confines (cuadro 1). Otros centros de su poblacion a partir de entonces, indigenistas relevantes fueron Tehua­ no se alcanzo el mismo nivel para fines can, Zacatlan y los Llanos, en donde se del XVIII que, de acuerdo con la trayec­ contaban en promedio 35 000 almas toria de los tributarios, aun era menor en cada uno. En el partido nortefio de en un 30 por ciento·46 La composicion etnica de las juris­ Huauchinango habia 28 000; en el va­ lle de Atlixco, 23 000, yen las jurisdic­ dicciones era muy desigual. En la mi· clones de Cholula, Puebla y Tcpeji, al­ tad de ellas ­entre las que se encuen­ rededor de 19 000 en cada una. El resto tran los valles agricolas mas poblados y de los partidos contenian una propor­ productivos como San Juan de los Lla­ cion menor 5% y hasta el 1 % del total nos, Cholula, Atlixco y Tehuacan, y de indios registrados (sin tomar en por ende las haciendas y ranchos mas cuenta en esta distribucion a los parti­ pr6speros que demandaban abundan­ ce mano de obra indigena, la cual a su dos de Tiapa e Igualapa). En una perspectiva ·de larga dura­ vez explotaba sus tierras comunales­ cion, desde el Ultimo cuarto del siglo cuatro de cada cinco habitantes eran indios. y de todos los partidos, los mas XVI, las regiones antes descritas como asentamientos importances de grupos aislados etnicamente eran Huayaco­ indigenas no perdieron su rango pri­ cotla ( cuyas industrias sobresalientes eran el hilado de calcetas y encajes de mitivo, como Tepeaca que conserve su supremacia. Pero hay que destacar algodon, adernas de la explotaci6n de trapiches); Tepeji (tejidos de palma); que bubo movimientos importantes en la jerarquia, como es el caso de Cho­ Tecali (6nix, palma, maiz y frijol), y lula, Izucar y Huejotzlngo, que perdie­ ron posiciones importantes a lo largo 46Vease Velez Pliego, "Distribucion", 1991, de 200 afios, Cholula que, junto con pp. 28-31. LA POBLACl6N DE LA INTENDENCIADE PUEBLA 143 -- N r­. 0\ 00 -~ "°o,­. . ·N 0\ ­ ~+ r­. oo- Ir\ " N 0 N \0 rV\N - t-- o "" '-' 0\ N CX) ~ - ~ ~ ~ \0 \0 N N 0\ "° ~~or..:-N~ ~ 0\ "° ~.... lr"I ~ ~ N 0\ N CX) o \0 ~ ~ ,. . \0 o N ~ 0 ~ 00 . N " "° - .... 144 AGUSTIN GRAJALES PORRAS 0 CC? ~ ..... ..... 0 ~ 0-. 0-. ~ !'<'\ N 0 ..... 0 N !'<'\ ~ N oo ~ oo 0 N ~ ,..., N oo 0-. ~ \I\ ~ ~~~~~~~~~~~~~~~8~~· ~-- 00 0 . N8~8\08o-.8o-.8!'<18\080-.o\08 0,...,N,...,,...,,...,,...,,...,0-.,...,0-.,...,,...,,...,0'.0~- N ,..., ~ v­. ~ "" ci 00 o ~ ~ II'\ ..... II'\ '° N N ~ ,..., ~ oo..... N "" II'\ ~ N o N 00 \0 \0 N ~ 00 ~ ..... '° ,. , ~ 00 co ~ 0 \0 0 g 0 ..... : 0 g..... ti'\ o ~- ~~ \0 ..... "" "" N ~ ~ ..... ~ ~ 0 ~ ~ 0 N "" ~ \0 ~ 0 g \I\ ~ ..... ~~~~~~~~$~8~~~~~~~~~~~ ~~ ..... $!'<1~\0~~~~~~~~~0-.~~~~~ ~ 0 \I\ \0 !'<'\ ~ ~ \0 ~ \I\ ~ CO N \0 ,..., N ~ ..... N =~=~=~=~=~=~=~=~=*=~=~ ..... ~ LA ..... ~ ..... \I\ '°,..., ~..... 00 ..... N POBLACl6N DE LA INTENDENCIADE PUEBLA ""~~ . N\O 00 ~ r-. =~ !'<'\ N 145 = 146 AGUSTiN GRAJALES PORRAS SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales Totomehuacan (maiz, frijol y cante­ ma, cilido en aquellas zonas. Conjuga­ ria), a pesar de que este Ultimo estaba do a lo anterior se juzgo necesario, du­ situado en las inmediaciones de la ciu­ rante los siglos XVI y XVII, el estableci­ dad de Puebla. miento de personas de sangre negra Los partidos que acogian mayor nu· ­rnejor adaptadas al medio­ a fin de mero de "genres de razon" eran sucesi­ realizar diversas faenas como la de vamente los de Puebla, Tepeaca, San abastecer de materia prima a la inci­ Juan de los Llanos, Acatlan, Izucar, piente industria del azucar, En efecto, Huejotzingo, Zacatlan y Atlixco. Bstos en lgualapa las "castas" ­grupo etnico ocho reunian casi a las tres cuartas par­ que incluye a mulatos y pardos­ supe­ tes de la poblaci6n no indigena de la ran a los espaiioles en razon de 25 a intendencia. La capital, por si misma, uno; en Chietla la relaci6n disminuye albergaba a mas de la cuarta parte, y (al igual que la altitud aumenta y la tem­ junto con Tepeaca y los llanos ­es de­ peratura baja), a cinco personas de cir, menos del 15% de los partidos­ lo sangre mezclada por un solo espaiiol. hacian con la mitad. Aunque inmersos en poblaciones indi­ En la capital de la intendencia los genas de mayor envergadura, se perci­ indigenas tenian apenas una represen­ be un desbalance parecido entre tatividad de poco mas de un tercio. miembros de las castas y espaiioles en Otros partidos en donde el peso de los partidos de Huauchinango (14 a esta poblaci6n rambien se ubica signifi­ uno ), Chiautla (nueve a uno) e Izucar cativamente por debajo del promedio (ocho a uno), tres regiones de clima de la intendencia, son Chietla (50%), calido 0 semicalido, conteniendo la Acatlan (58%), Igualapa (59%) y Amo­ primera territorios que alcanzan el zoc (60%). Hay que recalcar empero, Golfo de Mexico por Tuxpan y la lagu­ que estas poblaciones admiten seg­ na de Tamiahua. mentos indigenas mayoritarios, aun­ Basta con atraer la mirada hacia los que sea en un poco mas de su mitad, cuadros sumarios de los padrones mi­ con la excepci6n de Puebla y de litares citados con anterioridad, co­ Chietla. En el caso de Amozoc se expli­ rrespondientes a algunos de estos par­ ca por su cercania a la ciudad de Pue­ tidos, para corroborar que el fenotipo bla, yen cuanto a Chietla e Igualapa ­al negroide ­fuera del indigena­ era ma­ suroeste del territorio­ por una mayor yoritario. En el seno de las castas exclu­ reduccion de poblaci6n indigena en sivamente, habia en Igualapa ocho par­ los siglos anteriores, 47 Io que estaria en dos, morenos o mulatos por cada casti­ zo o mestizo; en Izucar, casi dos por relaci6n con las tesis del despobla­ miento vinculadas a la altitud y al cli­ uno, yen Chietla y Tlapa, en razon de tres a dos. Delos once partidos de la intendencia en que hubo oportunidad 47 Chietla, por ejemplo, al igual que Chiautla, de efectuar un somero analisis, los an­ sufren la mayor reducci6n de poblaci6n tributa­ teriores son los unicos en donde se ob­ ria que haya experimentado ninguna region de Puebla entre 1570y1626.Vease ibid., cuadro 1 serva tal predominio. El caso de Tehua­ can tambien es muy interesante: a ni­ enp. 29. LA POBLACl6N DE LA INTENDENCIADE PUEBLA 147 = = vel del conjunto del partido, el elemen­ to mestizo supera al negroide ­no en mucho, como en otras zonas del alti­ plano­ en un 22%,pero en la ciudad de las Granadas esta relaci6n se dispara hasta llegar a 34 mestizos por cada diez personas de origen africano; lo que su­ cede es que el millar de pardos que no habitaban en la cabecera se distribuia sobre todo en las tierras mas bajas y calidas del partido, como la jurisdic­ ci6n de Coxcatlan, en donde se cultiva la cafia de azucar y se localiza el famoso trapiche de Calipan. 48 Puebla de los Angeles contaba en su composici6n con una tercera parte de europeos y espafioles; era el sitio en donde ­ademas de atraer al mayor nu­ mero de individuos de esta clase­ su peso relativo era mucho mayor que en cualquier otro partido. El hecho se ex­ plica facilmente considerando que la ciudad era el centro comercial, manu­ facturero y de servicios religiosos y ad­ ministrativos de la intendencia. Asimis­ mo, era un nucleo reproductor de po­ blaci6n mestiza, ya que en SU ambito deambulaban casi igual numero de ve­ cinos blancos, mestizos y cobrizos. La proporci6n de indigenas de poco mas de un tercio no era nada despreciable, sin embargo estos se domiciliaban pre­ ferentemente en las haciendas, ran­ chos, molinos y pueblos aledafios, asi como en los barrios de las parroquias que colindaban con las feligresias centrales del Sagrario y San Jose. Al igual que en Puebla, en Tepeaca (el otro nucleo amplio de poblaci6n e igualmente centro de mestizaje) se no­ 48 Vease Grajales Porras "Perfil", 1992, pp. 53­76. 148 y Aranda Romero, ta un equilibrio parecido entre espafio­ les y castas; ya no asi con los indigenas que los superan en raz6n de dos a uno. Otro partido que presenta las mismas caracteristicas en lo tocante a su com­ posici6n etnica es elde Teziutlan, so­ lo que en un contexto de poblaci6n mas reducido. Por lo que se refiere todavia a pobla­ ci6n no indigena, en las jurisdicciones de Zacatlan y sobremanera en Tetela de Jonotla, se percibe una mayor con­ centraci6n de espafioles que de mesti­ zos y mulatos. Son los unicos partidos de toda la intendencia en donde los espafioles los superan en razon de quince a diez, y has ta de 3 7 a diez. Lo anterior obviamente no se debe atri­ buir al azar: ambos partidos son los uni­ cos a lo largo de la dilatada intenden­ cia, eminentemente agricola, en don­ de se explotaban yacimientos aurife­ ros y argentiferos; aunqueya para est as epocas ­a decir del intendenteManuel de Flon­ lamina de plata de San Miguel Tenango, Zacatlan, y las del partido de Tetela, "uno de los reales de minas de bastante credito", se hallaban en deca­ dencia: en el afio pasado de 1802 salieron para registrarse en Mexico apenas 29 mar­ cos de oro (3 944 pesos fuertes] y 1672 de plata (14 212 pesos fuertes] ( ... ] algunos pocos [del vecindario se dedican] a las minas que son varias, y en que hay muchos socavones, sin que a la presente se trabajen con utilidad otras que la que nombran de las Espejeras y la de San Juan del Alto.49 49 Vease Manuel de Flon, "Descripcion de la Intendencia de Puebla en 1806 ... n, en Com­ mons, Geohistoria, 1971, p. 62. AGUSTIN GRAJALES PORRAS SEC<IENClf! Revis1adehistoriaycienciassociales Otto lugar en donde se intentaba extraer plata fue Totomehuacan; no obs­ tante, "hasta ahora nose saben de [la mina][ ... ] otras resultas que la tentati­ va y gastos que algunos han hecho para su beneficio" .5° En contraste, a cinco leguas de la cabecera de Zacatlan de las Manzanas habia una pr6spera "mi­ na y fabrica de alcaparrosa [sulfato de hierro o de cobre J de que se provee todo el reino, y otra de azufre de supe­ rior calidad, que se lleva a Mexico para la fabrica de la p6lvora" .51 Fuera de las minas en activo que Flon acota, expli­ ca que en Ixtacamaxtitlan, en el parti­ do de Sanjuan de los Llanos, todos [los cerros] son minerales de oro, plata, cobre, plomo y alcaparrosa que en lo antiguo, segun tradici6n constante de aquellos indios y segun manifiestan los varios socavones que aun existen, se tra­ bajaron con utilidad, ignorandose si su abandono ha sido por la esterilidad de las minas o por falta de medios y pericia de los que las han trabajado.52 La informaci6n global que proveen los padrones militares ayuda a jerarqui­ zar las cabeceras o capitales de Ios par­ tidos, al menos por lo que respecta al tamafio de su poblacion blanca, mesti­ za y negroide. A una larguisima distan­ cia nurnerica de la ciudad capital, Ia p. 53. p. 63. 52 Ibid., p. 61. Muestra del florecimiento de 50 Ibid., 51 Ibid., Ixracamaxtitlan, es la magnifica edificaci6n de su iglesia parroquial, asombrosamente enclava­ da en una zona aislada, accidentada y agricola­ mente muy pobre. Al lado de las minas de este lugar, Humboldt agrega las de Temeztla y de Atlatlauquitepec (del mismo partido de los Llanos). Humboldt, Ensayo, 1984, p. 161. l.A POBLACIQN DE LA INTENDENCIA DE PUEBLA villa de Atlixco encabeza la lista con cerca de 3 367 individuos ernpadrona­ dos en 1 792;53 le sigue la ciudad de Tehuacan de las Granadas con 2 776 habitantes enlistados por el oficial mi­ litar; 54 el pueblo de Teziutlan y la ciu­ dad de Tepeaca contaban con poco menos de 2 500 pobladores no indige­ nas; la ciudad de Huejotzingo se acer­ caba a los 2 000 feligreses, e Izucar, San Agustin Tiapa y Sanjuan, albergaban a mas de 1 000; por Ultimo, en San Fran­ cisco Chietla, en Tochimilco y Omete­ pee (lgualapa) residian menos de 1 000 individuos de estos grupos etnicos se­ leccionados para la matricula militar. 55 Los datos anteriores permiten averi­ guar toscamente la atraccion que ejercian sobre tal segmento de pob]aci6n las cabeceras de Ios partidos. Se ofre­ cen dos casos extremos, el de Teziutlan y el de Tepeaca: en el de la sierra norte, la poblacion blanca y mestiza se aglo­ meraba en el pueblo principal (mas del 80%); era el territorio que contenia el menor nurnero de pueblos (excep­ tuando a Amozoc, Chietla y Totome­ huacan que eran muy pequefios) y solo contaba con cinco haciendas; asimis­ mo, su fuerza de trabajo masculina ejercia nurnerosos oficios comunes, entre los cuales los de herreros y area­ buceros, "teniendo estos mucho credi­ to en todo el reino por la fabrica de sus 53VeaseGrajalesPorras, 326. "Hogares", 1991,p. 54 Vease Grajales Porras y Aranda Romero, "Perfil", 1992. Las cifras que proporciona el "re­ sumen general" no son compatibles con los rota­ les que se obtuvieron del recuento pormenoriza­ do de las listas originates. 55 Vease Hugo Castro Aranda en SPP­DGE, 1 er Censo, 1977, pp. 64­67. 149 = SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales = cafiones y Haves".56 En tanto queen el partido del valle central el 90% de esta poblaci6n, tan abundante en su caso, se diseminaba a lo largo de su territo­ rio, quiza porque su jurisdicci6n con­ tenia con mucho el mayor numero de haciendas (167, el 40% del total de la intendencia) y ranchos (203, casi la mi­ tad), ademas de 53 pueblos (el numero mayor de ellos para una sola jurisdic­ ci6n, s6Io despues de los 79 que habia en Huauchinango y los mas de cien de Tiapa).57 Una mayor precision, a mane­ ra de explicar esta situaci6n, es que a diferencia del resto de Ios partidos el de Tepeaca contaba con una mayor cantidad de pueblos de cierta impor­ tancia: Acajete, Acatzingo, Aljojuca, Molcaxac, Nopalucan, Quecholac, San Agustin del Palmar, San Andres Chalchicomula, San Salvador el Seco y Tecamachalco, varios de los cuales se ordenaban a lo largo de los dos cami­ nos reales mas importantes y comer­ ciales del sistema colonial, los de Ve­ racruz a la ciudad de Mexico, via Iala­ pa y via Orizaba; con este Ultimo en­ troncaba a su vez, en la ciudad de Te­ huacan, el camino real que procedia desde Guatemala a craves de Oaxaca. En cuanto a Ia gravitaci6n que ejer­ cian las capitales en el resto de los par­ tidos, aparte de Ios casos extremos se­ iialados anteriormente, se descubren dos grupos: Atlixco, Tochimilco y Te­ huacan, que captaban entre Ia mitad y los dos tercios de los habitantes no in­ digenas; y por otro lado los que ejer­ 56 Vease Manuel de Flon, "Descripcion de la intendencia de Puebla en 1806... ", en Com­ mons, Geohistoria, 1971, pp. 61­62. 57 Ibid., pp. 59y64. 150 clan una pobre influencia sobre ellos (menor a un tercio): Huejotzingo, Izu­ car, San Juan de los Llanos, Tiapa e Igualapa. Gracias a los tres cuadros sumarios que llegaron a nuestros dias acerca de la poblaci6n de tres parroquias de la ciudad de Puebla: San Sebastian, El Santo Angel Custodio (Analco) y la Santa Cruz, se puede reconstruirla es­ tructura por edad y sexo de la pobla­ ci6n y su distribucion de acuerdo al estado matrimonial. Hay que recordar que se trata de los resultados del pa­ dr6n general, y por lo tanto se incluye a la poblaci6n india de Ia ciudad y de los barrios que caen dentro de Ia [uris­ dicci6n detales parroquias. Hay tam­ bien que advertir que los resultados no se pueden atribuir al conjunto de la ciudad de Puebla, puesto que estas tres parroquias son perifericas y las mas pequeiias de la ciudad (12 083 individuos); las otras tres abrigan a cerca de las cuatro quintas partes de la poblaci6n capitalina y su composi­ cion es mayormente espafiola y de castas. La mitad de la poblaci6n de las tres parroquias aledaiias es de Indios; un poco mas de la quinta parte son espa­ fioles (donde se incluye a 32 euro­ peos), y el resto de castizos, mestizos y mulatos. 58 La distribuci6n de la pobla­ ci6n segun el sexo y la edad indica ano­ malias en el registro y comportamien­ tos demograficos diferenciales. Igual queen la mayoria de recuentos anti­ guos, las mujeres en las edades previas a la adolescencia, asi como las de eda­ S8 Vease 152. SPP.DGE, Ier Censo, 1977, pp. 151­ AGUSTIN GRAJALES PORRAS des avanzadas, no son motivo de ex­ haustividad en su registro. Los mucha­ chos que ya estan en edad de confesar y pr6ximos a la milicia, nose encuentran, sorprendentemente, subregistrados. Si bien estas tendencias o patrones generales no son particulares a la po· blaci6n de Ia intendencia de Puebla y se repiten en numerosas poblaciones de antafio, es verdad que el analisis del comportamiento de cada grupo etnico por separado, ofrece esque­ mas singulares y tajantes entre los in· dios y los dernas grupos sociales. En el presente ensayo se describen las fuentes principales que permiten reconstruir el tamafio y la compost­ ci6n sociodemografica de la poblaci6n de la intendencia de Puebla a fines del regimen espafiol; asimismo, (mica­ mente se esbozan las generalidades so­ bre su distribuci6n y estructura. LA POBLACl6N DE LA INTENDENCIADE PUEBLA Solo el estudio detallado y sisternati­ co ­en equipo, o bien la suma de inves­ tigaciones aisladas­ de todos Ios lista­ dos de poblaci6n de los que se dispo­ ne, conjuntados a las matriculas de tri­ butarios, y su confrontaci6n con los registros parroquiales de bautismos, matrimonios y defunciones, puede arrojar conocimientos mas profundos de la estructura y de la dinamica de la poblaci6n hist6rica de Puebla. 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