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Secuencia (1994), 29, mayo-agosto, 127-152
ISSN: 0186-0348, ISSN electrónico: 2395-8464
DOI: http://dx.doi.org/10.18234/secuencia.v0i29.466
La poblaci6n de la intendencia de Puebla
en las postrimerias del regimen colonial
Agustin Grajales Porras
UMVERSIDADAur6NOMADEPUEBLA
E
I estado de la poblaci6n novohis­
. pana a fines del regimen colonial
se conoce gracias a la recopila­
ci6n de los numerosos padrones parti­
culares de las almas de cada parroquia
que se levantaron en todas las lnten­
dencias del territorio de Nueva Espana
entre 1790 y 1794, y que conforman el
llamado "censo" o "padr6n arnerica­
no". Para su elaboraci6n, el virrey don
Juan Vicente de Guemes Pacheco y Pa­
dilla, segundo conde de Revillagigedo,
solicit6 previamente la aprobaci6n del
soberano espafiol, Carlos IV, en el mes
de diciembre de 1789, apenas unas se­
manas despues de haber ocupado el
cargo.
El mencionado gobernante de Nue­
va Espana llev6 con determinaci6n es­
ta gran empresa estadistica hasta el ter­
mino de su mandato el 11 de julio de
1794; uno de sus objetivos principales
era el "del mayor interes y beneflcio de
la Real Hacienda ... ", 1 pues se identifi­
caria con mayor precision a las Iegiti­
mas gentes tributarias. Con el proposi­
to de que no hubiera inquietudes, ni
recelos, ni deserciones, el virrey con­
fl6 al excelentisimo senor don Pedro
de Lerena, del Consejo de su majestad,
lo siguiente: "{precaviendolo todo]
persuadi desde luego en mis primeras
providencias que la importante forma­
ci6n de padrones no llevaba otro fin
1
Archivo General de la Nacion, Mexico
(AGNM), Virreyes: vols. 158, 110, 112. Original
reproducido por Hugo Castro Aranda en Secre­
taria de Programaci6n y Presupuesto/Direccion
General de Estadistica (SPP­DGE), t er Censo,
1977, p. 46.
127
=
SECOENClfi
Revistadehistorjaycienciassociales
que el de instruir el Soberano animo
del rey del numero de sus vasallos habi­
tantes en estos dominios". 2
Independientemente de los fines al­
tamente impositivos que movieron al
gobernante de la colonia en la forma­
ci6n del censo americano, es justo re­
saltar ­a doscientos aiios del empadro­
namiento­ que la informacion que nos
leg6 no es tan solo una lista negra de
tributarios, sino que su espiritu ilustra­
do lo condujo tambien a escudriiiar las
caracteristicas particulares de cada
uno de los subditos del rey ­sus nom­
bres, sexo, edad, estados, calidades,
parentescos y oficios­, lo que permite
efectuar investigaciones sabre el con­
junto de la poblaci6n ode algunos de
sus estratos, que son de sumo interes
para el conocimiento historico de la
poblaci6n novohispana en cuanto a su
constituci6n social, econ6mica y de­
mografica.
En el presente trabajo se investiga
la conformaci6n de la intendencia de
Puebla, el origen, la naturaleza y la
cobertura territorial de los censos de
Revillagigedo, y finalmente se elabo­
ra un analists somero, consecuente
con los datos escuetos que proveen
tres listados recapitulativos que ema­
naron de dicha informaci6n censal
en el paso del siglo XVIII al XIX. A guisa
de comparaci6n de las ultimas cifras
con el resto de Nueva Espana, y con
el objeto de destacar los puntos de
vista de un cientifico conternpora­
neo, se revlsa el Ensayo politico de
Alejandro de Humboldt. 3
La "intendencia de provincia de
2/b{d.
3 Humboldt,
128
Ensayo, 1984.
Puebla de los Angeles" fue encomen­
dada al teniente coronel don Manuel
de Flon y Tejada, quien fue instalado
primeramente como gobernador por
el ayuntamiento poblano el 14 de mayo
de 1786, antes de la implantacion del
sistema de division del territorio en in­
tendencias con arreglo a la Real Orde­
nanza del 4 de diciembre de 1786 eje­
cutada por el ministro de Indias, Jose
de Galvez, Su nombramiento definiti­
vo como intendente lleg6 un aiio des­
pues? y no dej6 su cargo sino hasta su
muerte a manos de los insurgentes,
acaecida el 17 deenero de 1811, en la
batalla de Puente de Calderon. 5 El titu­
lo del intendente quedo en el de "go­
bernador politico y militar de la ciudad
[de Puebla de las Angeles], intendente
de la provincia y comandante de las
milicias". 6
En su calidad de gobernador politi­
co e intendente, Flan recibio de Revi­
llagigedo, en el mes de enero de 1790,
el mandato de erigir un padr6n de po­
blaci6n de su provincia, a semejanza
de aquel que se form6 en los reinos de
la peninsula iberica en el afio de 1782.
Sin retardo alguno, el intendente remi­
tio la ordenanza a sus subdelegados
(antiguos alcaldes o corregidores) para
que la ejecutaran; para su cometido
deberian pedir la anuencia y valerse de
la ayuda de los curas de las diversas
feligresias, ernpefiados tambien en la
tarea por su respectivo diocesano.
Para entonces, la intendencia de
4 vease
Liehr, Ayuntamtento, vol. 1, 1976,
pp. 90y 123.
5 Vease Zirate, Mexico a traces de los siglos,
vol. m, MbticoyBarcelona, 1889, pp. 197­198.
6yfase Leicht, Calles, 1980, pp. 327y 387.
AGUSTIN
GRAJALES
PORRAS
SECOENClfi
Revistadehistorjaycienciassociales
=
Puebla comprendia 18 "jurisdiccio­
nes" o bien 23 "partidos". Cada cabe­
cera de una "jurisdlccion" constituia la
cabeza de un "partido", pero como al­
gunas de ellas contenian otros pueblos
principales, estos se organizaron en
"partidos" con fines administrativos.
Los partidos eran las unidades politi­
cas y territoriales que componian una
intendencia y en cuyas ciudades prin­
cipales debian residir los subdelegados
del intendente, acompaiiados de otros
oficiales reales. Estas demarcaciones,
eran en su mayoria alcaldias o corregi­
mientos dentro del sistema eclesiasti­
co antiguo de distribuci6n geopolitica,
que pertenecian ­junto con otras alcal­
dias que pasaron a formar parte de la
recien creada intendencia de Vera­
cruz­ al obispado de Puebla.
LA POBLACl6N
DE LA INTENDENCIA
DE PUEBLA
De acuerdo con Ia "Razon de las ju­
risdicciones y territorios que se deben
comprehender en el distrito de cada
una de las intendencias de provincia
en el reino de la Nueva Espaiia", anexa
a Ia Real Ordenanza de 1786, las "juris­
dicciones" que formarian el "distrito"
de la intendencia de Puebla son las si­
guientes: 7 Jade la ciudad capital; las de
laalcaldiamayor de Tepeaca, ylasalcal­
dias de Atlixco y "Guauchinango" (las
tres pertenecientes al ducado de Atlix­
co); las de Zacatlan de las Manzanas;
SanJuandelosUanos; Tetela(con "Xo­
7 AGNM, Historla, vol. 72, exp. 12, f. 176.
Original reproducido por Commons, Geohtsto­
rla, 1971, pp. 49­50. Tambien esta anexado a la
edici6n facsimilar de la
1984.
UNAM,
Real ordenanza,
129
=
SECOENClfi
Revistadehistorjaycienciassociales
notla "); Santiago Tecali; Tepeji de la
Seda (y su agregado de "Guatlatlahuca"
de la Puebla); Chiautla de la Sal (con el
agregado de Teotlalco y "Xolalpa");
Acatlan (y "Piastla "); Tehuacan de las
Granadas; Cholula, con la de Huexot­
zingo; Izucar (con sus agregados de
Ahuatlan y Teopantlan) y el corregi­
miento de Chietla; "Guayacocotla" (y
tendencia de Mexico, y esta ultima ce­
di6 a su vez las otras dos a la de Puebla,
segun acuerdo de Ia Junta Superior de
Real Hacienda de 23 de enero de 1792
y aprobada por la corona el 8 de sep­
tiembre del mismo afio.?
En cuanto a la provincia de Tlaxcala,
el intendente Flon nunca aprob6 su se­
paraci6n, quiza por haber tenido fuer­
Chicontepec); "Teusitlan" (y Atem­ tes diferencias con su gobernador,
pan); la alcaldia de "Coautla­Amilpas"
Francisco de Lisa, quien no reconocia
(con los agregados de Tetela del "Vol­ su autoridad. Este pretendia que se
can") yTochimilco; ademas de la juris­ trasladara la cabeza de la intendencia a
dicci6n de la del gobierno de la ciudad
la ciudad de los cuatro sefiorios, o bien
de Tlaxcala. 8 A todas estas "jurisdiccio­
que se declarase a esta independiente
nes" y (o) "partidos" hay que agregar
y sujeta a un gobernador militar; Lisa
los de Amozoc y Totomehuacan que argument6 para ello que la republlca
estaban sujetos a la jurisdicci6n de la de Tlaxcala habia prestado valiosos
ciudad de Puebla. Todas las antiguas
servicios al trono espafiol en la con­
alcaldias enlistadas con anterioridad
quista de Mexico. La opinion del conde
pertenecian al obispado de Puebla,
de la Cadena la encontramos en suDes­
con excepci6n de las de Huauchinan­
cripci6n de kl intendencia de Puebla
go, Teziutlan y Cuautla, que eran domt­ en 1806:
nio del arzobispado de Mexico.
[ ... J [Tlaxcala "consiguio" separarse]
Muy pronto, el mapa de la intenden­
por Real Cedula de 2 de mayo de 1793,
cia sufri6 modificaciones. Se dispuso
aunque se ignora el modo y terrninos en
alargar su territorio hasta el Pacifico, lo
que pudo fundarlo, respecto de que sus
que le proporcionaba ahora una salida
privilegios no pueden ya subsistir, por­
a cada oceano; a cambio de ello, cedi6
que ni la calidad y situaci6n del terreno
terreno por su cintura: las jurisdiccio­
(ya destituido y despoblado) lo permi­
nes de Tlaxcala y de Cuautla Amil pa se
ten, ni su actual estado en lo politico, ni
segregaron yen contraparte se agrega­
hay una copia o mirnero de sujetos que
ron las de Igualapa y Tlapa; subststien­
puedan justificar la legitima sucesi6n de
aquellos en cuyo favor fueron concedi­
do por lo tanto el mismo numero de
dos, ni mucho menos quienes puedan
partidos. Por lo que toca a las jurisdic­
disfrutarlos.U'
ciones de Cuautla, Tlapa e Igualapa, la
primera qued6 comprendida en la in­
s Los poblados y anexos territoriales a los
cuales encerramos entre signos de parenresls no
formaron "partidos" por si solos, pues quedaron
sujetos a la poblaci6n principal de la jurisdic­
cion; el rcsto de toponimicos descritos form6
cabcceras de partido.
130
9 Vease "Descripcion de la intendencia de
Puebla en 1806. Hecha por el intendente conde
de la Cadena", AGNM, Civil, vol. 2092, exp. 2, ff.
51­100. Original reproducido por Commons,
Geohistorta, 1971, pp. 50­65, especialmentc
pp. 5().51.
t0commons, Geohtstoria, 1971, p. 50.
AGUSTIN GRAJALES PORRAS
Para el mes de agosto del siguiente
afio, todos los regidores y los subdele­
gados morosos habian ya remitido sus
respectivos padrones, con excepcion
de las autoridades de Tiaxcala (obvia­
mente), Cholula12 e Izucar, que hacian
demoras en su tarea:
caso omiso a las repetidas instancias
para que entregaran la informaci6n de
Es cierto que hace dos afios me orden6
sus jurisdicciones. El virrey tuvo que
vuestra excelencia el ernpadrona­ dirigirse de inmediato a don Francisco
miento de esta intendencia para for­ de Lisa a Tia.xcalapara que cumpliese
mar un censo de poblaci6n de esta con su obligaci6n, y lo que obtuvo co­
Nueva Espana: pero tambien lo es que
yo cumpli inmediatamente su supe­ mo respuesta fue lo siguiente:
El 21 de enero de 1792, a dos largos
afios de haber recibido las instruccio­
nes para levantar el censo de su inten­
dencia, Manuel de Flon informa al vi­
rrey Revillagigedo de los progresos y
rior precepto, comunicandosela a to­
dos los justicias y remiriendoles los
estados correspondientes­ para que
formasen con distinci6n de pueblos.
Hasta la presente, solo lo han verifi­
cado los que expresa la relaci6nadjunta,
faltando el que lo ejecuten los que refie­
re la misma [ dicho listado se reproduce
en el cuadro 2 anexo].
Por mi parte, jamas se ha retardado
comunicar las 6rdenes de vuestra exce­
lencia a todos los partidos, y el que no las
cumplan con la prontitud que yo deseo
no depende de mi, asegurando a vuestra
excelencia de que si su justificaci6n no
toma alguna providencia contra los orni­
sos, se retardaria otros dos aiios para
que pueda hacer el resumen general
que vuestra excelencia tiene mandado.
En el dia de hoy he pasado oficio al
Ayuntamiento, insertando la superior
orden de vuestra excelencia de 18 del
corriente, yen toda la semana fa trasla­
dare a todos los justicias que no han
cumplido, que es lo que creo me corres­
ponde, porno tener otras facultades.
Dios guarde a vuestra excelencia mu­
chos afios, Angeles y enero 21 de 1792
[Rubrica].11
11 AGNM,
Historia, vol. 523, ff. 41­42v.
LA POBLAC16N
DE LA INTENDENCIA DE PUEBLA
La retardaci6n de los padrones que vues­
tra excelencia me acuerda en su respe­
table oficio de 7 del presente, no tiene
otra causa que la del mucho peso de este
gobiemo estar solo para todo, y haber
padecido de algunos tiempos a esta par­
te graves y seguidos accidentes que uni­
dos a la edad y otros motivos poco o
nada gratos que me ban ocurrido, sin
provocarlos ni pretenderlos, me ocupan
hasta las precisas horas del descanso,
siendo frecuente en esta agitada vida
que sigo, por necesidad contestar de no­
che, o al tiempo mismo de comer, y fir­
mar algunas veces en la cama en lo mas
molesto de mis achaques, de modo que
pido a Dios no en una sino en muchas
12
Para este partido no se cuenta tampoco
actualmente con el padr6n militar, pcro se pue­
de sustituir ventajosamente por otro listado que
cs un estado de a1mas eclesiistico levantado al·
gunos afios antes. Igualmcntc se ticnen noticias
de la poblacion tributaria de cada uno de los
pueblos del partido, incluycndo la cabecera, en
una retacton de los estaaos que don Manuel de
Flon dirigio al virrey Revillagigedoya los sciiorcs
flscales de Real Hacienda y de lo Civil, levantada
por el mismo intendente y fechada por su puiio
el 12 de mayo de 1790. AGNM, Intendentes, vol.
48, ff. 1­100; original tramcrito y paleografiado
por Roberto Velez Pliegoensu base de datos infor­
matizada:Descrtpdones; Puebla, desde 1987.
131
-
=
SECOENClfi
Revistadehistorjaycienciassociales
ocasiones, me conceda otro genero de
vida de algun sosiego para acabar con et
mi carrera,
Quedo trabajando diariamente en la
conclusion de ellos y me parece podre
pasarlos a manos de vuestra excelencia
en todo el pr6ximo venidero mes de octubre.
Nuestro Sefior guarde la importante
vida de vuestra excelencia muchos y felices afios, Tiaxcala y septiembre 17 de
1793. Francisco de lissa [rubrica] .13
poblaci6n incligena en cambio qued6
fuera del recuento en este tipo de cen­
sos. Los listados militares de los cuales
se dispone todavia ­quiza porque ha­
yan sido estos los unicos que se elabo­
raron­ son los de Tepeaca, Huejotzin­
go, Sanjuan de los Llanos, Tehuacan,
Igualapa, Teziutlin, Tlapa y Tochimil­
co, todos ellos formados en 1791, y los
de Atlixco, Chietla e Izucar (de Mata­
moros, en la actualidad), fechados un
afio despues.l>
Es indudable que ambos tipos de pa­
drones, de naturaleza civil y militar, se
ejecutaron en Puebla. A guisa de ejem­
plo, contamos con los padrones milita­
res de Tepeaca, Atlixco y Huejotzingo,
que se formaron ba]o la supervision
del mismo militar, don Ignacio Maney­
ro; en cambio las listas generates fue­
ron rubricadas ­al decir de Flon­ por
sus propios subdelegados: don Grego­
rio Juez Sarmiento, don Rafael Carvajal
y don Antonio Cruzado, respectiva­
mente. De igual manera, don Vicente
Nieto, comandante de las fuerzas del
regimiento de Tres Villas, sign6 las ma­
triculas militares de San Juan de los
Llanos (el 24 de agosto de 1791, en
Tehuacan) y de Tehuacin de las Grana­
das (el 28 de septiembre siguiente, en
Orizaba), a diferencia de los censos
que elaboraron los subdelegados don
Finalmente, tiempo despues de lo
prometido y sin avisar al intendente de
Puebla del censo tlaxcalteca, el gober­
nador lo envia directamente a Revilla­
gigedo en 1794.14
Si bien el virrey orden6, por un lado,
la formaci6n de un censo total "cir­
cunstanciado", incluyendo en los mis­
mos listados tanto a espafioles, mesti­
zos y pardos, como a los indios, elabo­
rados casa por casa y cuadro por cua­
dro en ciudades, villas y pueblos, en
haciendas y ranchos, su legado se liml­
ta ­en el caso de la intendencia de Pue­
bla­ a una regular cantidad de estados
demograficos de indole diversa. La
gran mayoria de padrones que llegaron
a nuestros dias son las matriculas mili­
tares que el mismovirrey mand6 levan­
tar a los oficiales del ejercito por los
mismos afiosyen todo el virreinato. En
los padrones de milicia, la materia pri­
ma eran unlcamente los varones blan­
15 AGNM, Padrones, vols. 2, 3, 7, 12, 18, 21,
cos, mestizos y negroides, los cuales 25, 27, 28 y 38. Por la naturaleza de los datos y
estaban obligados a servir al rey. Mer­ las fuentes que proporcionanlos cuadros de poced a ello se tienen noticias de sus pa­ blacion de diversas intendencias de Nueva Espa­
que aparecen en la publicaci6n del censo de
dres, mujeres, hijos y empleados. La na
Revillagigedode la SPP­DGE, 1 er Censo, 1977, los
13 AGNM,
Historia, vol. 523, ff. lOOv.
14 Vease Hugo
Castro Aranda en SPP­DGE, ler
Censo, 1977, p. 14.
132
"padrones militares" se encuentran en el fondo
de Padrones del Archivo General de la Nacion, y
los "listados generates" ­o por lo menos sus re·
sumenes­ estan depositados en la seccion de
Historia, del mismo archivo.
AGUSTIN
GRAJALES
PORRAS
SECOENClfi
Revistadehistorjaycienciassociales
FranciscoMonroyydonNicolis Quilty
de Valois.16
Los unicos padrones generates y cir­
cunstanciados de los cuales se tiene
conocimiento de su sobrevivencia pa­
ra la misma provincia de Puebla, son
Ios pertenecientes a cuatro de las pa­
rroquias de la ciudad de los Angeles
que reposan en el archivo del Ayunta­
miento de la ciudad: 17 el de la Santa
Cruz (cuya jurisdiccion abarca el no­
reste y este de la catedral); el del Santo
Angel Custodio o Analco (el sureste);
el de San Sebastian (el suroeste y oes­
te); y el de San Marcos (el noroeste);
desgraciadamente los padrones de las
parroquias mayores y centrales de Ia
ciudad ­el Sagrario y San Jose­ estan
perdidos.
Para el conocimiento del tamafio y
la estructura de Ia poblaci6n de la in­
tendencia de Puebla, en el ocaso del
virreinato, se dispondria entonces so­
lamente de los cuatro padrones gene­
rales de las parroquias angelopolitanas
y de los doce padrones parciales o de
"gentes de raz6n".
Afortunadamente, aun cuando no
se cuenta con los estados originales
completos del censo general para cada
partido, se dispone de tres resefias so­
meras ­en un sentido demografico­ de
la intendencia de Puebla. De estas se
puede afirmar­en lo que toca a pobla­
t6 vease la relacion de Vicente Nieto en el
padron militar de San Juan de los Llanos, AGNM,
Padrones, vol. 7, ff. 1·13; en Roberto Velez Plie­
go, base de datos Descrtpcton, 1987. En esta
iiltima se consultaron las descripciones o noti­
cias de Maneyro y del mismo Nieto.
t 7 Archivo del Ayuntamiento de Puebla, Pa·
drones de Estadistica, c. 3, vols. 128­129, legs.
1387­1390.
LA POBLAC16N
DE LA INTENDENCIA
DE PUEBLA
cion­ que son una sola con ligeras va­
riaciones. la cual debio alimentarse
con los frutos frescos del censo general
poblano (que no el militar) efectuado
en el penultimo quinquenio del xvm.1s
Para el presente ensayo solo nos
detendremos a analizar las noticias es­
tadisticas de las tres descripciones
que proporcionan, aunadas, informa­
ci6n sobre el tamaiio de la poblacion
total de la intendencia, diferenciada se­
gun el sexo, y su distribuci6n por par­
tidos de acuerdo con su composicion
etnica,
El primero en tiempo de estos rela­
tos es el del coronel don Carlos de
Urrutia y Matos: "Noticia geografica
del reino de Nueva Espana y estado de
su poblaci6n, agricultura, artes y co­
mercio (1794)" .19 Bajo la advertencia
del mismo coronel Urrutia, estos re­
portes comprenden solamente lo rela­
tivo a geografia y poblacion, pero no
solo eso, sino tarnbien una "conve­
niente[ ... ] noticia de nuestro sistema"
sobre los ramos de Justicia, Hacienda,
Guerra y Constituci6n Eclesi:istica.
Desde el 30 de octubre de 1793, el
virrey Revillagigedo habia cornisiona­
18 Para cumplir cabalmente con el objetivo,
es necesario, no obstante, efectuar una invesn­
gacion minuciosa por todos los curates de la
intendencia, archivo por archive, a fin de inven­
tariar todos los status animarum que se forrna­
ron indistintamente en la diocesis de Puebla,
como es el caso de los padrones de almas de San
Pedro Cholula datados en 1782 yen 1786, y que
permanecen en el archivo de su iglesia principal
(Archivo Parroquial de San Pedro Cholula, Pa·
drones, "Padrones del curato de San Pedro C~
lula de los aiios 1782 y 1786"). Vease Castillo
Palma, "Mestizaje", 1992, p. 7.
19 Biblioteca Nacional (BN), Cedularios,
1402, ff. 206 a 296; reproducido por Florescano
y Gil, Descripciones, 1973, pp. 68­127.
133
=
SECOENClfi
Revistadehistorjaycienciassociales
=
do al ilustre coronel para quct"redujera
a practican a la mayor brevedad posible
el espiritu de los articulos 57 y 58 de la
Real Ordenanza de Intendentes; pero
su remoci6n al aiio siguiente no le per­
miti6 disfrutar de los resultados de su
gran pesquisa. Fue algunos meses mas
tarde, ya en los tiempos de su sucesor
don Miguel de la Grua Talamanca y
Branciforte, marques de Branciforte
(12­vn­1794 al 31­v­1798),en el punto
en que don Carlos de Urrutia puso en
manos de su virrey esta noticia, habien­
dose nutrido para ello de 22 legajos
que contenian los padrones militares
y "los padrones de vecindarios hechos
en los afios anteriores por los justicias
y curas de los respectivos partidos",
que le habia procurado el mismo Revi­
llagigedo. En virtud de que algunos in­
tendentes no remitieron en su oportu­
nidad las informaciones solicitadas
por Revillagigedo, ni por Branciforte
posteriormente, a instancias del comi­
sionado Urrutia, el recuento que este
presentas6lo se refiere aciudades y pue­
blos de las jurisdicciones de las inten­
dencias de Mexico, Oaxaca, Valladolid,
Guanajuato y con ellas la de Puebla.20
Las otras dos cr6nicas de la inten­
dencia de Puebla en lo particular las
formul6 su propio titular, Manuel de
Flon, sujeto tan ilustrado como respe­
table, al decir del baron de Humboldt. 21
La prirnera de ellas esta datada el 13 de
enero de 1804 bajo el titulo de "Noti­
cias estadisticas de la intendencia de
Puebla n, 22 y la segunda es SU "Descrip­
cion de la intendencia de Puebla" fe­
20
21
Ibid.' pp. 68­70 y 76.
Humboldt, Ensayo, 1984, p. 160.
22 AGNM,
Archive Histortco de Hacienda
(AHH), Consulado, leg. 917, exp. 3; original re·
134
chada el 2 de mayo de 1806 y citada
con anterioridad. Ambas estan encau­
zadas al Consulado de Veracruz y solo
divergen la una de la otra en unos pa­
rrafos del discurso introductorio que
se incluyen en la primera, yen cuanto
a los datos demogri.ficos hay rninuscu­
los descuidos de transcripci6nque sin
embargo resultan yerros mayusculos
cuando se estima la composici6n etni­
ca de la poblaci6n del partido de Te­
peaca y por ende el tarnafioy compost­
ci6n de la ciudad de Puebla, los cuales
se sefialaran en su momento.
En sus "Noticias estadisticas ... ",
Flon previene al prior y c6nsules del
Real Tribunal del Consulado de Vera­
cruz de la falta de nuevas de su jurisdic­
ci6n y la repetida reticencia de algunos
de sus subdelegados, lo que recuerda
la misma lucha que agobiaba al inten­
dente una decena de aiios arras:
Por mas que he querido esforzar mis
providencias para hacer que las noticias
que vuestra sefioria me tiene pedidas a
consecuencia de la real orden de 21 de
junio de 1802 [vicerregenciaafuldedon
Felix Berenguer de Marquina (30 de
abril de 1800 a julio de 1802)], fuesen no
solo con la exactitud debida a los propo­
sitos de vuestra sefioria, sino con la ma·
yor extension posible de algunos pun­
tos hist6ricos o topograficos que fuesen
conducentes, quedo con la mortifica­
ci6n de no haber conseguido uno ni
otro, por no haber logrado las conresta­
ciones que aun espero de varios subde­
legados.
producido por Florescano y Gil, Descripciones,
1976, pp. 158­181.Este docwnentotambien fue
mimeografiado dentro de la coleccion de docu­
mentos del AHH, bajo la direccion de jesus Silva
Herzog, enRelaclones, 1944, vol. m, ff. 49­69.
AGUSTIN GRAJALES PORRAS
SECOENClfi
Revistadehistorjaycienciassociales
[ ... ] iPero como he de hablar con
exactitud y acierto en una materia en
que me faltan los datos? [ ... ] como los
subdelegados aunque propuestos por
los intendentes, no todos observan
aquella ciega, sincera y punrual deferen­
cia que se debe a la superioridad; como
algunos de ellos en estas materias no
estan penetrados de todos los senti­
mientos patriotlcos que se necesitan,
o acaso no son capaces de conocer el
fin a que se dirigen [ ... ]
En suma, quedo con la mortificacion
de no desempefiar el encargo de vustra
sefioria como quisiera, [ ... ] pero mien­
tras Hegana mis manos las contestacio­
nes [ ... ] paso ya a trasladarlelas noticias
que he podido adquirir y protesto au­
men tar segun lleguen a mis conoci­
mientos [ ... ].23
Los estados de poblaci6n con que
cont6 Flon son presumiblemente los
mismos que los que tuvo Urrutia bajo
sus ojos (los legajos de Revillagigedo),
solo que el primero los enriqueci6 al
abundar en el desglose por "razas". En
efecto, Urrutia proporciona el numero
global de habitantes por partido y el
general de la intendencia (que no la
suma, pues no concuerdan: "558 188"
contra 551 351), en tanto que Flon pre­
senta en la mayoria de los casos los
mismos guarismos por partido solo
que descompone el total de sus almas
en las " [ ... ] de es pafioles, [ ... ] de indios
y las demas de mestizos yotras cast as". 24
Al no haber registrado el intendente
todos los efectivos para esta ultima
23ftorescanoyGil,Descrtpciones, 1976, pp.
160­161.
24 vease "Descripci6n de la intendencia de
Puebla en 1806 ... ", en Commons, Geohtstoria,
1971, p. 57.
LA POBLACl6N DE LA INTENDENCIADE PUEBLA
agrupaci6n etnica de la poblaci6n de
cada partido de toda la intendencia, ni
tampoco los correspondientes al total
y los desagregados etnicos de la [uris­
dicci6n de la ciudad de Puebla, se tuvo
que calcular su tamafio mediante una
simple sustracci6n, gracias en todo ca­
so a que atinadamente comenz6 sus
dos informes cifrando Ia pobJaci6n to­
tal de la intendencia y su distribuci6n
etnica (vease cuadro 1).
Aparte de algunas minucias en que
Flon no se pone de acuerdo con res­
pecto a sus datos en Ios reportes de
1804 y de dos aiios detras, as se Iocall­
zan dos contrariedades significativas
para los partidos de Tepeaca y de
Huauchinango. Enla relacion de 1804,
el intendente Flon traslada equivoca­
damente (~de Urrutia o del documento
que este mismo manej6?) el numero de
almas del partido de Tepeaca; en lugar
de apuntar "72 479" (como lo hace en
1806), invierte distraidamente los dos
primeros numeros. 26 Este descuido re­
producido en diversas publicaciones
ha conducido a algunos estudiosos a
menguar la importancia de Tepeaca
derrocandola del primer sitio como
25 Como son las cifras de indios en Izucar y
en Huayacocotla: 16 800 y 16 916, respectiva­
menre, en sus "Noticias"; en tanto que cien y uno
solo mas, en SUS "Descripciones". La misma ml·
nima diferencia se repite en el caso de los espa­
fi.oles de Totomehuacan.
26[.a cifra que adelanta de "50 140"' nada mas
para los Indios de ese partido, seria inadmisible;
el error es obvio puesto que si se adiciona esta
cantidad de indios a los "10 250" espafioles y a
los 12 089 mestizos y mulatos (obtenidos por
sustraccion del integral supuestamente fiel del
partido ), es la unica manera de que ajuste una de
las dos cifras tot.ales dadas, la correcta, de 72
479.
135
=
SECOENClfi
Revistadehistorjaycienciassociales
=
partido mas numeroso de la intenden­
cia y, en contraparte, a sobreestirnar la
poblaci6n de la jurisdiccion de Puebla
en 45 000 habitantes. 27
Con respectoal partido de Huauchi­
nango, en el escrito de 1804 el inten­
dente anota "35 934" almas, en tanto
queen el posteriorles aumenta exacta­
mente 4 000. Urrutia, por su parte, en
su "Noticia geograflca", fija la clfra en
"33 934" pobladores (vease la pernilti­
ma columna del cuadro 1). Como se
puede apreciar, de las tres cifras solo
cambian las unidades de millar, por lo
que se infiere que en el caso de dos de
ellas se trata de una desafortunada co­
pia de la fuente original, al parecer
muy turbia en este renglon. Si se juega
con las cifras, y comparando con los
datos que aporta Urrutia tanto para los
diferentes partidos como para el total
de la intendencia y para la ciudad de
Puebla en lo particular (este Ultimotes­
timonio a su vez respaldado lO copia­
do? por Humboldt), zs el guarismo que
mas se ajusta a nuestro modo de ver es
el de la "Descripci6n" de Flon de 1806.
En todo caso las cifras que nos parecen
mas trabajadas y detalladas son las que
provienen de este ultimo reporte, y pa­
ra fines del presente analisis solo se le
agregaran los datos de Tlapa e Igualapa
que proporciona Urrutia y que se re­
producen en conjunto en la ultima co­
27 Se habla de una sobreestimad6n para la
jurisdicci6n de Puebla concretamente, puesto
que hay que recordar que Flon no provee su
volumen y cualquier equivocacion en los datos
de alguno de los partidos se refleja en el residuo
con respecto al global de la intendenda, que no
seria otro que el de la ciudad y su hinterland
rural.
28Vease Humboldt, Ensayo, 1984, p. 38.
136
lumna del cuadro 1. 29 De ahi que se
halle tarnbien una amplia diferencia
de poco mas de 50 000 parroquianos
entre el global de la poblaci6n de la
intendencia de Puebla "calculado" por
el oficial virreinal y el de su propio
gobernante local.
Otras discrepancias ­ahora entre
los relatos de Flon de 1806 y Urrutia­
aparte de las que ya se han sefi.alado,
son acerca del partido de Zacatlan:
"41 625" almas para el primero y
"49 625" para el segundo; una incohe­
rencia mas, en este caso por la copia
defectuosa ­una vez mas de los rnilla­
res­ en la "Noticia geogcifica", y la
omisi6n en esta ultima de datos refe­
rentes a los partidos de Totomehuacan
y Amozoc, pr6ximos a la ciudad de
Puebla. En revancha, don Carlos de
Urrutia ilustra el lienzo de la ciudad de
Puebla y expresa que "la total pobla­
ci6n del casco [es de] 52 717yla de sus
suburbios [de] 4142, cuyototalascien­
de a 56 859 personasr.w Flon, al no
ofrecer esta informaci6n, deja que se
cuenten 54 307 habitantes, que si se les
agrega o no los de Totomehuacan por
formar parte en anteriores ocasiones
29 Don Carlos de Urrutia aporta las referen­
cias de estas dos Ultimas jurisdicciones acaso
fundamentado en recuentos que obraban en po­
der de la intendencia o del antiguo arzobispado
de Mexico; hay que recordar que en 1791, aiio
en que se elaboraron al menos los padrones mi­
litares de estos dos partldos, ambos pertenecian
aun a los dominios de la de MCxico. En cambio,
don Manuel de Flon insiste ­como se hara paten·
te mas adelante­ en no tener ninguna informa­
cion acerca de ellos en vista de que los subdele­
gados no habian enviado las noticias que se les
habia requerido.
30 Florescano y Gil Descripctones, 1976, p.
114.
AGUSTIN GRAJALES PORRAS
SECOENClfi
Revistadehistorjaycienciassociales
de la misma jurisdicci6n, de cualquier
manera las cifras se acercan demasia­
do, ligeramente por arriba o por abajo,
segun sea el caso (vease cuadro 1).
El gobernante de Puebla, conde de
la Cadena a partir de 1804, 31 asienta
que la provincia de Puebla
es por su graduaci6n la segunda del rei­
no. Su extension corre desde la costa sur
en el partido de Igualapa y tierras de
Chasumba, hasta la costa del norte y
Venta Blanca [porTuxpan y la laguna de
Tamiahua] en el partido de Guauchinan­
go, y desde el partido de Sanjuan de los
Llanos [Libres, actualmente], confinan­
te con la intendencia de Veracruz en el
pueblo de Perote por la parte del orien­
te, hasta los pueblos de Guaquichula del
partido de Atlixco, en que por la parte
del poniente confina con la intendencia
de Mexico.32
[ ... ] Comprende [ ... ] (sin incluir en
este resumen los partidos de Igualapa y
Tlapa ulttmamenre agregados a ella,
porque aun no SC ban dirigido SUS pa­
drones, ni los subdelegados ban enviado
las noticias que se les ha pedido), cinco
ciudades [Puebla, Cholula, Huejotzin­
go, Tehuacan y Tepeaca], una villa [At­
lixco], 607 pueblos, 133 parroquias,
425 haciendas, 886 ranchos, siete estan­
cias de ganado, 21 conventos de religio­
31 vease Hwnboldt, Ensayo, 1984, p. 160, y
Leicht, Caues, 1980, p. 387.
32 Hwnboldt senala que SU "largo mayor, des­
de el embocadcro del nachuelo de Tecoyama
hastacercadeMextitlin,esde 118leguas [657.6
km]; su mayor anchura, desde Tehuacin hasta
Amecameca, esde 50 leguas (278.6.km]". Ensa­
yo, 1984, pp. 157·158.La conversion de las me­
didas de longitud y de los valoresmonetarios que
se exhfben mis adelante, se consultaron en cl
anexo m, elaborado por Juan A. Ortega y Medina
en tbld., pp. CXUD­CXLV.Igualmentese coeejo con
Florcscano y Gil, Descripciones, 1976, pp. 265­
268.
LA POBLACl6N DE LA INTENDENCIADE PUEBLA
sos, doce idem de monjas [once segun
Ia relaclon de 1804), cuatro colegios de
hombres, cinco idem de mujeres y cin­
co hospitales.33 EI total de sus habitan­
tes segun los ulttmos padrones [los del
primerlustro de 1790}34asciende a 508
028 almas, las 251 397 hombres y las
demas rnujeres, a saber: 585 clertgos,
446 religiosos, 427 religiosas, 25
517 espafioles, 29 393 espafiolas, 187
531 Indios, 186 221 indias, 37 318
hombres de otras castas y 40 590 mujeres de lo mismo, en que se incluyen tri­
butarios.35
El baron de Humboldt suministra
en su Ensayo politico una recension
casi identica yubicalas cifras­puntual
pero ut6picamente­ para el afio de
1793 en que "se contaban en la inten­
dencia [ ... ] sin comprenderlos cuatro
distritos de Tiaxcala, Cuautla, Igualapa
y Tiapa", un total de "508 128" indivi­
duos; una centena adicional a la que
Flon acot6. Ambas sumas son correc­
tas, ya que el cientifico alernan agrega
esta diferencia a la cifra de los espafio­
les varones ("25 617"), mientras que el
resto de los datos adelantados por Flon
Ios sostiene. Por otro lado, sin incurrir
33 Al parecer habia mas nosocomlos en la
intendencia en este periodo; tan solo en la capi­
tal habia cuatro, y no hay que olvidarlos de Atlix­
co, Izucar y Tehuacan. Vease Liehr, Ayunta­
mtento, 1976, pp. 59­60.
34 Humboldt advierte que los sucesores de
Revillagigedono renovaronel censo ni se ocupa­
ron de nuevas indagaciones. "Vartas memorias
que los intendentes han formado (actualmente)
[ ... ] contienen exactamente los mismos nume­
ros que el plan de 1793, como si la poblaci6n
pudiera permanecer siempre la misma por espa­
cio de diez aiios." Bnsayo, 1984, p. 39.
35 "Descripci6n de la intendencia de Puebla
en 1806... ", en Commons, Geohistoria, 1971,
pp. 50­51.
137
=
=
SECOENClfi
Revistadehistorjaycienciassociales
en ninguna falta, don Alejandro se re­
fiere a "seis ciudades" (las cinco, mas
la villa de Atlixco) ya "33 oonventos,
de los cuales los dos tercios son de frai­
Ies" (efectivamente).36
Tales estados poblanos que us6 el
baron para nutrir su Ensayo (18081811) pudo haber sido que los haya
conseguido de algun cuadro sumario
conocido de Revillagigedo y de Flon, o
incluso hasta de Ia misma descripci6n
de 1804 del intendente, a quien cono­
ce personalmente en la Puebla de los
Angeles el 22 de enero del mismo afio,
ya en su camino de regreso para Ame­
rica del Norte y el viejo continente,
oportunidad en la que bien pudo aquel
mostrarle sus NoticiasX' Curiosamen­
te, ambos personajes habian presenta­
do sus primeras conclusiones estadis­
ticas unos cuantos dias previos a su
encuentro: Humboldt, sus Tablasgeo­
graficas poiiticas del reino de Nueoa
Espafia3B al virrey Iturrigaray, y Flon,
sus "Noticias" al Consulado. El sabio
berlines data sus Tablas el 3 de enero
de 1804, las cuales retoma como "pri­
mer bosquejo" que deseaba enrique­
cer con mas "imaginaci6n y ciencia", y
cuyo resultado fue el Ensayo; en tanto
que el politico novohispano lo htzo,
como ya se indic6, diez dias despues.
36Vease Humboldt, Ensayo, 1984, p. 159.
37 Vease en Ibid el estudio preliminar de
Onega y Medina, pp. xtn.xun, xuxv c.
38 Alejandro de Humboldt, "Tablas geografi­
cas politicas del reino de Nueva Espana, que ma·
nifiestan la superficie, poblacion, agricultura,
fabricas, comercio, minas, rentas y fuerza mili­
tar (enero de 1804)n, AGNM, Histona, vol. 72~ ori­
ginal reproducido por Miguel S. Wionczek y E.
Florescano en una edicion de Ia DGE, en 1970;, y
copiada fielmente en Florescano y Gil, Descrip­
clones, 1976, pp. 128­171.
138
En sus Tablas geograficas, el noble
teut6n no proporciona las mismas ci­
fras que Flon sobre la intendencia; mas
bien ofrece datos muy escuetos y ajus­
tados por el pero estimados para el afio
de 1803, sobre labaseindudablemente
de la informaci6n revillagigediana. 39
Segun las noticias que los intenden­
tes y gobernadores de provincia habian
dado has ta el 12 de mayo de 1794, la
poblaci6n empadronada de Nueva Espana era de "4 483 559" habitantes. En
Ia intendencia de Puebla residia el 13%
de Ios efectivos globales del virretna­
to. Sus numeros alcanzan las "566 443"
almas que, si se comparan con la suma
de las ci fras que adelantan Flon y Urru­
tia (iiltima columna del cuadro 1), ape­
nas difieren en un uno por ciento.t?
Otras intendencias novohispanas que
contaban con mas de 300 000 pobla­
dores ­pero menos del medio millon­
eran las de Guadalajara, Oaxaca, Gua­
najuato y Yucatan. La de Mexico, por
supuesto, era la mas numerosa, pero
en aquella epoca apenas duplicaba a
la poblaci6n de la de Puebla; casi en
Identica proporcion se encontraban
sus ciudades capitales, con "112 926"
moradores en la del virreinato.
Los anteriores resultados ­asegura
39 Vease Florescano y Gil, Descripciones,
1976, pp. 121H29y 152­153.
40vease Humboldt, Ensayo, 1984, pp. 37·38.
Humboldt publica estas estadisucas segun la co­
pia conservada en los archivos del virrey, y pre­
viene que hay otras copias que clrculan en el
interior del pais que tienen algunos numeros
equivocados, "por ejernplo, 638 771 almas en la
intendencia de la Puebla, comprendida la anti·
gua republica de Tiaxcala ". No obstante, el mis­
mo se ve compelido a utilizar esta ultima cifra
mis adelante, cuando estudia el peso relativo de
la casta de blancos en la colonia; ibid., p. 77.
AGUSTIN GRAJALES PORRAS
Humboldt­ ofrecen el minimo de Ia
poblacion que se podia considerar en
aquella epoca:
En el nuevo continente, como en el anti­
guo, el pueblo considera todo censo co­
mo el anuncio siniestro de alguna opera­
ci6n de real hacienda; cada padre de
familia, temiendo el aumento de contri­
buciones, busca los modos de disminuir
el numero de individuos de su casa en la
lista que debe presentar.O
Puesto en este empeiio, el baron ar­
gumenta que hay que agregarle por Io
menos una decima parte al recuento;
no obstante, los estadistlcos novohis­
panos contemporaneos ya habian re­
mediado los mimeros en una sexta yun
cuarto, por lo que la nueva cifra redon­
deada era de 5 200 000 almas para Ia
Nueva Espana de "1793 ".
,, La jurisdicci6n de la provincia de los
Angeles abarcaba 2 696 leguas cuadra­
das, y por este concepto ocupaba el
antepenulrimo sitio entre las doce in­
tendencias primitivas de la ordenanza
de 1786; unicamente se instalaba por
encima de la de Zacatecas (2 355 le­
guas cuadradas) y de la mas pequefia,
que era la de Santa Fe de Guanajuato
(911 leguas cuadradas); por el Iado
opuesto, las tres mas extensas eran las
intendencias norteiias de San Luis Po­
tosi, Arizpe (Sonora) y Durango (o
Nueva Vizcaya), las cuales sextuplica­
ban y hasta decuplicaban su territorio.
Con relacion al tamaiio del virreinato
de NuevaEspaiia porentero, excluyen­
do al reino de Guatemala, la de Puebla
Se beneficiaba tan Solo del 2.3% de SU
superficie; empero llegaba casi a trip Ii­
41 tu«,
p. 38.
LA POBLAC16N
DE LA INTENDENCIA
DE PUEBLA
car su extension relativa si se sustraen
del total las vastas "provincias intemas
occidentales": Sonora, Durango, Nue­
vo Mexico y las dos Californias: la "an­
tigua" -Ia Baja­ y la "nueva"; y las pro­
vincias orientales: Coahuila, Texas,
Nuevo Santander (Tamaulipas) y el
Nuevo Reino de Leon.
Dada la dimension de su territorio y
la magnitud de su poblaci6n, la inten­
dencia de los trigos, del ganado de cer­
da, de los tejidos, la jarcia, la loza y el
vidrio, ocupa sendas segundas posi­
ciones por lo que toca a densidad de
poblaci6n ya volumen ( como ya se ha­
bia seiialado y tal como Flon lo intuia o
se aferraba a la tradici6n, pero que su­
ponemos no lo sabia). Luego de la in­
tendencia de Guanajuato, que cuenta
con 568 almas por legua cuadrada,
continua a lo lejos la de Puebla con
301, y esta a su vez, seguida de corto
por la de Mexico con 255 habitantes.
Siguiendo el mismo indicador, Puebla
rebasaba con mucho a intendencias
populosas tales como Oaxaca, Merida,
Valladolid y Guadalajara; y ni se diga de
las otras dilatadas y despobladas pro­
vincias internas que ubicaban, a lo
mas, diez solitarios colonos en toda
una legua cuadrada.42 El baron de
Humboldt atribuye estas diferencias al
desigual grado de desarrollo existente
en la agricultura. En efecto, pero la ex­
plicacion no se puede limitar a eso so­
42 Las cifras que funclamentan estas compara­
clones son aquellas que presenta Humboldt ajus­
tadas a la "epoca de 1803". El cientifico proyecta
los estados de" 1793" bajo los siguientes supues­
tos: lo. Se omite del censo una decima parte de
la poblaci6n, y 2o., el crecimiento natural en
diez afios es de dos decimas, Vease Humboldt,
Ensayo, 1984, pp. 39, 43y104­108.
139
-
lamente, hay que remontarse a los
tiempos precolombinos, cuando la
gran Chichimeca estaba habitada por
grupos barbaros y n6madas, en tanto
que la meseta central era la mas pobla­
da, culta y floreciente, en donde resi­
dian los centros de poder politico y
econ6mico, adoptados en su momen­
to por los conquistadores. Tai disime­
tria en la distribuci6n de la poblaci6n,
se acentu6 en los tiempos coloniales
en virtud del despoblamiento por epi­
demias, el cual result6 mas catastrofl­
co en las zonas allende el altiplano.
La propia intendencia de Puebla es
muestra de ello. La poblaci6n se distri­
buye ahi muy desigualmente. El propio
viajero aleman lo constato al manifes­
tar que esta se concentra
en el llano que corre desde la falda
oriental de los nevados hasta las in·
mediaciones de Perote, sobre todo
en los altos y hermosos llanos entre
Cholula, Puebla y Tlaxcala. Pero casi
todo el pais, que se extiende desde el
llano central hacia San Luise Igualapa,
cerca de las costas del Mar del Sur, esta
desierto [ ... ]43
Retomando las lineas finales de Flon
en el discurso introductorio a su "Des­
cripci6n", uno se percata de que su
poblaci6n es ampliamente indigena,
ya que este subgrupo significaba cerca
de sus tres cuartas partes; las castas (el
producto del mestizaje de blancos, ne­
gros e indios ­incluyendo en esta care­
goria a los negros puros­ adernas de su
propia reproducci6n en tanto que cla­
ses ya mezcladas) constituian el 15% de
43
140
tu«. p. 157.
la poblaci6n, y el grupo espafiol ape­
nas rebasaba una decima parte del con­
junto (tomando en cuenta a clerlgos y
religiosos de ambos sexos).
Si se pretende que la poblaci6n
blanca y mestiza tenia sobre todo un
habitat urbano ­en tanto que los indios
se diseminaban en pueblos, rancherias
y haciendas­, se podria aceptar que la
gente que se acomodaba en un empa­
rrillado urbano (ya sean las capitales o
los pueblos principales) no podia reba­
sar grosso modo la misma cuarta parte
de la poblaci6n. Para vislumbrar me­
nos hipoteucamente el significado de
la "urbanizacion" de la epoca, nos aco­
gimos a los datos que proporcionan los
padrones militares para las cabeceras
de algunos parttdos+' y de ahi relacio­
narlos proporcionalmente
con las cl­
fras de las cuales se dispone en este
ensayo para espafioles y castas por par­
tido en su conjunto. A partir de ello se
puede suponer ­despues de jugar con
las cifras y extrapolandolas­ que la mi­
tad de la poblaci6n no indigena de la
intendencia se abrigaba en un "empa­
rrillado urbano" de cierta magnitud, y
que alli convivia a lo sumo un indio por
dos blanquizos; entonces, la propor­
ci6n de poblaci6n "urbana" tocaria
apenas a una quinta parte del conjun­
to. Hoy en dia el proceso moderniza­
dor desequilibrado ha promovido que
la poblaci6n urbana del estado de Pue­
bla rebase la mitad de sus efectivos.
Una vez mas, la intendencia ocupa
un segundo puesto, ahora detras de la
de Oaxaca, como entidad que alberga
un sinmimero de vecinos indios (en
44 vease Hugo Castro­Aranda
Censo, 1977, pp. 64-67.
en
SPP..DGE,
Ier
AGUSTIN GRAJALES PORRAS
SECOENClfi
Revistadehistorjaycienciassociales
­
recintos urbanos, peones en hacien­
das, asi como pueblos y rancherias en­
teramente indigenas). Hoy dia, ambos
estados aun conservan un lugar promi­
nente en este aspecto. En el territorio
oaxaqueiio se contaban hacia el pri­
mer lustro de los aiios 1790, hasta 88
indios por cada 100 habitantes: ya con­
tinuaci6n de la intendencia de Puebla,
se colocaban casi a la mitad de su con­
tenido indigena las de Guanajuato y Va­
lladolid con un poco mas de dos quin­
tas partes de indios frente al resto blan­
co, mestizo y negrotde.s?
45 Una vez mas, Humboldt se percaro de que
los "hombres de color bronceado" eran muy ra­
ros en el none de Nueva Espana, y que apenas
los habia en las provincias internas. Ensayo,
1984, pp. 51, 77y91.
LA POBLAC16NDE LA INTENDENCIADE PUEBLA
En contra de lo que se imaginaba en
el viejo mundo, la poblaci6n blanca y
mestiza no habia reernplazado ni con
mucho a los aborigenes; esta nocion
pudo haber tenido cierto sen ti do hacia
mediados del siglo xvn, punto en el
cual la poblacion indigena pis6 el fon­
do de su capacidad de aguante ante la
inercia de su desaparici6n, luego del
embate catastr6fico de las epidemias
del siglo de la conquista; no obstante,
su recuperaci6n se desencaden6 en es­
te punto, de manera lenta pero ince­
sante, hasta el siglo XIX, cuando por
vias del mestizaje su grupo como tal
dej6 de crecer.
Las regiones en donde efectivamen­
te se pluralize la poblaci6n blanca es
en las del norte, en razon de su preeml­
nencia minera y a falta de poblacton
141
=
SECOENClfi
Revistadehistorjaycienciassociales
aborigen; por el contrario, en las dos yor oferta de sustento, y por el tamafio
intendencias con mayor poblacion in­ mismo de los asentamientos (lo que
digena, Oaxaca y Puebla, el criollo -In- facilita el pasar inadvertido para ser
cluido el europeo, solo que con una enrolado), es de esperarse queen las
representatividad minima dentro del cinco ciudades de la intendencia -y de
grupo blanco­ se encontraba en una rnanera mas sobresaliente en la capi­
relacion de seis y de diez hombres por tal­ las diferencias raciales en cuanto
cada cien. En Puebla, los vecinos que al desbalance entre los sexos se acen­
no se declararon expresamente indios
nren.
llegaron apenas a sobrepasar el cuarto
La ciudad de Puebla de los Angeles
de la poblaci6n total.
(54 307 habitantes) estaba mas pobla­
La relaci6n de masculinidad a nivel da que muchas capitales importantes
del conjunto (98 hombres por cada del nuevo mundo, como Lima, Quito y
100 mujeres), indica que el recuento Caracas. Solo despues de Mexico y La
censal es en principio de aceptable ca­ Habana, alternaba su superioridad con
lidad, a pesar de la subenumeracion
Santa Fe de Guanajuato, Su jurisdic­
advertida por los contemporaneos; ci6n albergaba a diez de cada cien JX>·
que las mujeres no fueron menospre­
bladores de la intendencia, de los cuaciadas de manera sisternatica, y expre­ les aproximadamente nueve se guare­
sa adernas ­haciendo a un lado cual­ cian dentro de sus "muros". En virtud
quier otra causa­ la sobremortalidad
de su volumen y lo estrecho de su terri­
general masculina. No obstante, los in­ torio, era el asentamiento mas denso
dices de masculinidad calculados para de la intendencia. No obstante, el par­
cada estrato socioetnico: indios, mesti­ tido de Tepeaca era el mas poblado, en
zos y pardos, y espafioles (100.7; 91.9 donde residia el 13% de su poblacion
y 89.0), dan cuenta de diferencias ne­ (vease cuadro 1).
tas, ya que a medida que se desciende
De acuerdo con su importancia nu·
en la escala social, el numero de horn: rnerica, a las dos jurisdicciones mas JX>·
bladas le seguian los partidos de San
bres disminuye. Esto puede atribuirse
a la combinaci6n de diversos factores,
Juan­ de Ios Llanos, Tehuacan de las
entre ellos: comportamientos migra­ Granadas y Zacatlan de las Manzanas,
torios desiguales seg(m el sexo y tam­ que abrigaban a cerca de 42 000 indi­
viduos cada uno; Huauchinango te­
bien JX>r grupo etnico; una longevidad
diferencial, segun el sexo, cada vez nia 40 000; San Agustin Tiapa, 37 000;
mas amplia para los grupos mestizos y Atlixco, 28 000; Izucar y Huejotzingo
blancos, ademas de un posible oculta­ 23 000 moradores; Cholula, 22 000, y
Tepeji de la Seda, 20 000. Los partidos
miento o fuga de varones no indigenas
en edad militar a cambio de un mayor referidos significan la mitad de los de
control sobre los indios tributarios, en la intendencia, y aglutinaban a las cua­
tro quintas partes de su poblaci6n.
gran medida del sexo masculino.
Las once jurisdicciones restantes
En raz6n de una mayor movilidad
cuentan con menos de 20 000 poblado­
espacial de su poblacion, de la inmigra­
ci6n femenina en respuesta a una ma­ res, y de estas, las que tenian menos de
142
AGUSTIN GRAJALES PORRAS
SECOENClfi
Revistadehistorjaycienciassociales
10 000 significaban una cuarta parte Tepeaca y luego Izucar, eran las princi­
del total de los partidos, pero admitian
pales regiones habitadas hacia 1570,
tan solo al 5% del global de habitantes perdio tres cuartas partes de sus tribu­
de la intendencia en virtud de su exten­
tarios desde entonces; por su parte,
sion igualmente reducida. Los San Fran­ Izucar se retraia en mas de la mi tad. San
ciscos: Chietla y Totomehuacan, eran Juan, en cambio, ascendia de un deci­
los partidos mas pequefios con 3 038 y moprimer sitio que ocupaba en 1570,
3 87 4 vecinos, respectivamente.
a un segundo ­por lo que respecta a
Como se mencion6 parrafos arriba,
indios tributaries­ a fines del siglo
xvm. Es importance agregar, en este
el territorio de la intendencia estaba
colmado de nucleos indigenas. Tepea­ contexto de numeros relativos, que el
ca era el partido con el mayor contin­ volumen de la poblacion indigena de la
gente de aborigenes (50 140); SU nu· intendencia, 0 mas precisamente, del
mero se acercaba al total de los habitan­
obispado de Puebla, era mayor hacia
tes de la jurisdiccion de Puebla, lo que
1570; que luego de la despoblaci6n
significa que aproximadamente uno que continue hasta mediados del siglo
de cada ocho indios residia dentro de siguiente, ya pesar de la recuperaci6n
sus confines (cuadro 1). Otros centros de su poblacion a partir de entonces,
indigenistas relevantes fueron Tehua­ no se alcanzo el mismo nivel para fines
can, Zacatlan y los Llanos, en donde se del XVIII que, de acuerdo con la trayec­
contaban en promedio 35 000 almas toria de los tributarios, aun era menor
en cada uno. En el partido nortefio de en un 30 por ciento·46
La composicion etnica de las juris­
Huauchinango habia 28 000; en el va­
lle de Atlixco, 23 000, yen las jurisdic­ dicciones era muy desigual. En la mi·
clones de Cholula, Puebla y Tcpeji, al­ tad de ellas ­entre las que se encuen­
rededor de 19 000 en cada una. El resto tran los valles agricolas mas poblados y
de los partidos contenian una propor­ productivos como San Juan de los Lla­
cion menor 5% y hasta el 1 % del total nos, Cholula, Atlixco y Tehuacan, y
de indios registrados (sin tomar en por ende las haciendas y ranchos mas
cuenta en esta distribucion a los parti­ pr6speros que demandaban abundan­
ce mano de obra indigena, la cual a su
dos de Tiapa e Igualapa).
En una perspectiva ·de larga dura­ vez explotaba sus tierras comunales­
cion, desde el Ultimo cuarto del siglo cuatro de cada cinco habitantes eran
indios. y de todos los partidos, los mas
XVI, las regiones antes descritas como
asentamientos importances de grupos aislados etnicamente eran Huayaco­
indigenas no perdieron su rango pri­ cotla ( cuyas industrias sobresalientes
eran el hilado de calcetas y encajes de
mitivo, como Tepeaca que conserve
su supremacia. Pero hay que destacar algodon, adernas de la explotaci6n de
trapiches); Tepeji (tejidos de palma);
que bubo movimientos importantes
en la jerarquia, como es el caso de Cho­ Tecali (6nix, palma, maiz y frijol), y
lula, Izucar y Huejotzlngo, que perdie­
ron posiciones importantes a lo largo
46Vease Velez Pliego, "Distribucion", 1991,
de 200 afios, Cholula que, junto con pp. 28-31.
LA POBLACl6N DE LA INTENDENCIADE PUEBLA
143
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146
AGUSTiN GRAJALES PORRAS
SECOENClfi
Revistadehistorjaycienciassociales
Totomehuacan (maiz, frijol y cante­ ma, cilido en aquellas zonas. Conjuga­
ria), a pesar de que este Ultimo estaba do a lo anterior se juzgo necesario, du­
situado en las inmediaciones de la ciu­ rante los siglos XVI y XVII, el estableci­
dad de Puebla.
miento de personas de sangre negra
Los partidos que acogian mayor nu· ­rnejor adaptadas al medio­ a fin de
mero de "genres de razon" eran sucesi­ realizar diversas faenas como la de
vamente los de Puebla, Tepeaca, San abastecer de materia prima a la inci­
Juan de los Llanos, Acatlan, Izucar, piente industria del azucar, En efecto,
Huejotzingo, Zacatlan y Atlixco. Bstos en lgualapa las "castas" ­grupo etnico
ocho reunian casi a las tres cuartas par­ que incluye a mulatos y pardos­ supe­
tes de la poblaci6n no indigena de la ran a los espaiioles en razon de 25 a
intendencia. La capital, por si misma, uno; en Chietla la relaci6n disminuye
albergaba a mas de la cuarta parte, y (al igual que la altitud aumenta y la tem­
junto con Tepeaca y los llanos ­es de­ peratura baja), a cinco personas de
cir, menos del 15% de los partidos­ lo sangre mezclada por un solo espaiiol.
hacian con la mitad.
Aunque inmersos en poblaciones indi­
En la capital de la intendencia los genas de mayor envergadura, se perci­
indigenas tenian apenas una represen­ be un desbalance parecido entre
tatividad de poco mas de un tercio. miembros de las castas y espaiioles en
Otros partidos en donde el peso de los partidos de Huauchinango (14 a
esta poblaci6n rambien se ubica signifi­ uno ), Chiautla (nueve a uno) e Izucar
cativamente por debajo del promedio
(ocho a uno), tres regiones de clima
de la intendencia, son Chietla (50%), calido 0 semicalido, conteniendo la
Acatlan (58%), Igualapa (59%) y Amo­ primera territorios que alcanzan el
zoc (60%). Hay que recalcar empero,
Golfo de Mexico por Tuxpan y la lagu­
que estas poblaciones admiten seg­ na de Tamiahua.
mentos indigenas mayoritarios, aun­
Basta con atraer la mirada hacia los
que sea en un poco mas de su mitad,
cuadros sumarios de los padrones mi­
con la excepci6n de Puebla y de litares citados con anterioridad, co­
Chietla. En el caso de Amozoc se expli­ rrespondientes a algunos de estos par­
ca por su cercania a la ciudad de Pue­ tidos, para corroborar que el fenotipo
bla, yen cuanto a Chietla e Igualapa ­al negroide ­fuera del indigena­ era ma­
suroeste del territorio­ por una mayor yoritario. En el seno de las castas exclu­
reduccion de poblaci6n indigena en sivamente, habia en Igualapa ocho par­
los siglos anteriores, 47 Io que estaria en dos, morenos o mulatos por cada casti­
zo o mestizo; en Izucar, casi dos por
relaci6n con las tesis del despobla­
miento vinculadas a la altitud y al cli­ uno, yen Chietla y Tlapa, en razon de
tres a dos. Delos once partidos de la
intendencia en que hubo oportunidad
47 Chietla, por ejemplo, al igual que Chiautla,
de efectuar un somero analisis, los an­
sufren la mayor reducci6n de poblaci6n tributa­ teriores son los unicos en donde se ob­
ria que haya experimentado ninguna region de
Puebla entre 1570y1626.Vease ibid., cuadro 1 serva tal predominio. El caso de Tehua­
can tambien es muy interesante: a ni­
enp. 29.
LA POBLACl6N DE LA INTENDENCIADE PUEBLA
147
=
=
vel del conjunto del partido, el elemen­
to mestizo supera al negroide ­no en
mucho, como en otras zonas del alti­
plano­ en un 22%,pero en la ciudad de
las Granadas esta relaci6n se dispara
hasta llegar a 34 mestizos por cada diez
personas de origen africano; lo que su­
cede es que el millar de pardos que no
habitaban en la cabecera se distribuia
sobre todo en las tierras mas bajas y
calidas del partido, como la jurisdic­
ci6n de Coxcatlan, en donde se cultiva
la cafia de azucar y se localiza el famoso
trapiche de Calipan. 48
Puebla de los Angeles contaba en su
composici6n con una tercera parte de
europeos y espafioles; era el sitio en
donde ­ademas de atraer al mayor nu­
mero de individuos de esta clase­ su
peso relativo era mucho mayor que en
cualquier otro partido. El hecho se ex­
plica facilmente considerando que la
ciudad era el centro comercial, manu­
facturero y de servicios religiosos y ad­
ministrativos de la intendencia. Asimis­
mo, era un nucleo reproductor de po­
blaci6n mestiza, ya que en SU ambito
deambulaban casi igual numero de ve­
cinos blancos, mestizos y cobrizos. La
proporci6n de indigenas de poco mas
de un tercio no era nada despreciable,
sin embargo estos se domiciliaban pre­
ferentemente en las haciendas, ran­
chos, molinos y pueblos aledafios, asi
como en los barrios de las parroquias
que colindaban con las feligresias
centrales del Sagrario y San Jose.
Al igual que en Puebla, en Tepeaca
(el otro nucleo amplio de poblaci6n e
igualmente centro de mestizaje) se no­
48 Vease Grajales Porras
"Perfil", 1992, pp. 53­76.
148
y Aranda Romero,
ta un equilibrio parecido entre espafio­
les y castas; ya no asi con los indigenas
que los superan en raz6n de dos a uno.
Otro partido que presenta las mismas
caracteristicas en lo tocante a su com­
posici6n etnica es elde Teziutlan, so­
lo que en un contexto de poblaci6n
mas reducido.
Por lo que se refiere todavia a pobla­
ci6n no indigena, en las jurisdicciones
de Zacatlan y sobremanera en Tetela
de Jonotla, se percibe una mayor con­
centraci6n de espafioles que de mesti­
zos y mulatos. Son los unicos partidos
de toda la intendencia en donde los
espafioles los superan en razon de
quince a diez, y has ta de 3 7 a diez. Lo
anterior obviamente no se debe atri­
buir al azar: ambos partidos son los uni­
cos a lo largo de la dilatada intenden­
cia, eminentemente agricola, en don­
de se explotaban yacimientos aurife­
ros y argentiferos; aunqueya para est as
epocas ­a decir del intendenteManuel
de Flon­ lamina de plata de San Miguel
Tenango, Zacatlan, y las del partido de
Tetela, "uno de los reales de minas de
bastante credito", se hallaban en deca­
dencia:
en el afio pasado de 1802 salieron para
registrarse en Mexico apenas 29 mar­
cos de oro (3 944 pesos fuertes] y 1672
de plata (14 212 pesos fuertes] ( ... ] algunos pocos [del vecindario se dedican] a
las minas que son varias, y en que hay
muchos socavones, sin que a la presente
se trabajen con utilidad otras que la que
nombran de las Espejeras y la de San
Juan del Alto.49
49 Vease Manuel de Flon, "Descripcion de la
Intendencia de Puebla en 1806 ... n, en Com­
mons, Geohistoria, 1971, p. 62.
AGUSTIN GRAJALES PORRAS
SEC<IENClf!
Revis1adehistoriaycienciassociales
Otto lugar en donde se intentaba
extraer plata fue Totomehuacan; no obs­
tante, "hasta ahora nose saben de [la
mina][ ... ] otras resultas que la tentati­
va y gastos que algunos han hecho para
su beneficio" .5° En contraste, a cinco
leguas de la cabecera de Zacatlan de
las Manzanas habia una pr6spera "mi­
na y fabrica de alcaparrosa [sulfato de
hierro o de cobre J de que se provee
todo el reino, y otra de azufre de supe­
rior calidad, que se lleva a Mexico para
la fabrica de la p6lvora" .51 Fuera de las
minas en activo que Flon acota, expli­
ca que en Ixtacamaxtitlan, en el parti­
do de Sanjuan de los Llanos,
todos [los cerros] son minerales de oro,
plata, cobre, plomo y alcaparrosa que
en lo antiguo, segun tradici6n constante
de aquellos indios y segun manifiestan los
varios socavones que aun existen, se tra­
bajaron con utilidad, ignorandose si su
abandono ha sido por la esterilidad de
las minas o por falta de medios y pericia
de los que las han trabajado.52
La informaci6n global que proveen
los padrones militares ayuda a jerarqui­
zar las cabeceras o capitales de Ios par­
tidos, al menos por lo que respecta al
tamafio de su poblacion blanca, mesti­
za y negroide. A una larguisima distan­
cia nurnerica de la ciudad capital, Ia
p. 53.
p. 63.
52 Ibid., p. 61. Muestra del florecimiento de
50 Ibid.,
51 Ibid.,
Ixracamaxtitlan, es la magnifica edificaci6n de
su iglesia parroquial, asombrosamente enclava­
da en una zona aislada, accidentada y agricola­
mente muy pobre. Al lado de las minas de este
lugar, Humboldt agrega las de Temeztla y de
Atlatlauquitepec (del mismo partido de los Llanos). Humboldt, Ensayo, 1984, p. 161.
l.A POBLACIQN
DE LA INTENDENCIA DE PUEBLA
villa de Atlixco encabeza la lista con
cerca de 3 367 individuos ernpadrona­
dos en 1 792;53 le sigue la ciudad de
Tehuacan de las Granadas con 2 776
habitantes enlistados por el oficial mi­
litar; 54 el pueblo de Teziutlan y la ciu­
dad de Tepeaca contaban con poco
menos de 2 500 pobladores no indige­
nas; la ciudad de Huejotzingo se acer­
caba a los 2 000 feligreses, e Izucar, San
Agustin Tiapa y Sanjuan, albergaban a
mas de 1 000; por Ultimo, en San Fran­
cisco Chietla, en Tochimilco y Omete­
pee (lgualapa) residian menos de 1 000
individuos de estos grupos etnicos se­
leccionados para la matricula militar. 55
Los datos anteriores permiten averi­
guar toscamente la atraccion que ejercian sobre tal segmento de pob]aci6n
las cabeceras de Ios partidos. Se ofre­
cen dos casos extremos, el de Teziutlan
y el de Tepeaca: en el de la sierra norte,
la poblacion blanca y mestiza se aglo­
meraba en el pueblo principal (mas del
80%); era el territorio que contenia el
menor nurnero de pueblos (excep­
tuando a Amozoc, Chietla y Totome­
huacan que eran muy pequefios) y solo
contaba con cinco haciendas; asimis­
mo, su fuerza de trabajo masculina
ejercia nurnerosos oficios comunes,
entre los cuales los de herreros y area­
buceros, "teniendo estos mucho credi­
to en todo el reino por la fabrica de sus
53VeaseGrajalesPorras,
326.
"Hogares", 1991,p.
54 Vease Grajales Porras y Aranda Romero,
"Perfil", 1992. Las cifras que proporciona el "re­
sumen general" no son compatibles con los rota­
les que se obtuvieron del recuento pormenoriza­
do de las listas originates.
55 Vease Hugo Castro Aranda en SPP­DGE, 1 er
Censo, 1977, pp. 64­67.
149
=
SECOENClfi
Revistadehistorjaycienciassociales
=
cafiones y Haves".56 En tanto queen el
partido del valle central el 90% de esta
poblaci6n, tan abundante en su caso,
se diseminaba a lo largo de su territo­
rio, quiza porque su jurisdicci6n con­
tenia con mucho el mayor numero de
haciendas (167, el 40% del total de la
intendencia) y ranchos (203, casi la mi­
tad), ademas de 53 pueblos (el numero
mayor de ellos para una sola jurisdic­
ci6n, s6Io despues de los 79 que habia
en Huauchinango y los mas de cien de
Tiapa).57 Una mayor precision, a mane­
ra de explicar esta situaci6n, es que a
diferencia del resto de Ios partidos el
de Tepeaca contaba con una mayor
cantidad de pueblos de cierta impor­
tancia: Acajete, Acatzingo, Aljojuca,
Molcaxac, Nopalucan, Quecholac,
San Agustin del Palmar, San Andres
Chalchicomula, San Salvador el Seco y
Tecamachalco, varios de los cuales se
ordenaban a lo largo de los dos cami­
nos reales mas importantes y comer­
ciales del sistema colonial, los de Ve­
racruz a la ciudad de Mexico, via Iala­
pa y via Orizaba; con este Ultimo en­
troncaba a su vez, en la ciudad de Te­
huacan, el camino real que procedia
desde Guatemala a craves de Oaxaca.
En cuanto a Ia gravitaci6n que ejer­
cian las capitales en el resto de los par­
tidos, aparte de Ios casos extremos se­
iialados anteriormente, se descubren
dos grupos: Atlixco, Tochimilco y Te­
huacan, que captaban entre Ia mitad y
los dos tercios de los habitantes no in­
digenas; y por otro lado los que ejer­
56 Vease Manuel de Flon, "Descripcion de la
intendencia de Puebla en 1806... ", en Com­
mons, Geohistoria, 1971, pp. 61­62.
57 Ibid., pp. 59y64.
150
clan una pobre influencia sobre ellos
(menor a un tercio): Huejotzingo, Izu­
car, San Juan de los Llanos, Tiapa e
Igualapa.
Gracias a los tres cuadros sumarios
que llegaron a nuestros dias acerca de
la poblaci6n de tres parroquias de la
ciudad de Puebla: San Sebastian, El
Santo Angel Custodio (Analco) y la
Santa Cruz, se puede reconstruirla es­
tructura por edad y sexo de la pobla­
ci6n y su distribucion de acuerdo al
estado matrimonial. Hay que recordar
que se trata de los resultados del pa­
dr6n general, y por lo tanto se incluye
a la poblaci6n india de Ia ciudad y de
los barrios que caen dentro de Ia [uris­
dicci6n detales parroquias. Hay tam­
bien que advertir que los resultados
no se pueden atribuir al conjunto de
la ciudad de Puebla, puesto que estas
tres parroquias son perifericas y las
mas pequeiias de la ciudad (12 083
individuos); las otras tres abrigan a
cerca de las cuatro quintas partes de
la poblaci6n capitalina y su composi­
cion es mayormente espafiola y de
castas.
La mitad de la poblaci6n de las tres
parroquias aledaiias es de Indios; un
poco mas de la quinta parte son espa­
fioles (donde se incluye a 32 euro­
peos), y el resto de castizos, mestizos y
mulatos. 58 La distribuci6n de la pobla­
ci6n segun el sexo y la edad indica ano­
malias en el registro y comportamien­
tos demograficos diferenciales. Igual
queen la mayoria de recuentos anti­
guos, las mujeres en las edades previas
a la adolescencia, asi como las de eda­
S8 Vease
152.
SPP.DGE,
Ier Censo, 1977, pp. 151­
AGUSTIN GRAJALES PORRAS
des avanzadas, no son motivo de ex­
haustividad en su registro. Los mucha­
chos que ya estan en edad de confesar y
pr6ximos a la milicia, nose encuentran,
sorprendentemente, subregistrados.
Si bien estas tendencias o patrones
generales no son particulares a la po·
blaci6n de Ia intendencia de Puebla y
se repiten en numerosas poblaciones
de antafio, es verdad que el analisis
del comportamiento de cada grupo
etnico por separado, ofrece esque­
mas singulares y tajantes entre los in·
dios y los dernas grupos sociales.
En el presente ensayo se describen
las fuentes principales que permiten
reconstruir el tamafio y la compost­
ci6n sociodemografica de la poblaci6n
de la intendencia de Puebla a fines del
regimen espafiol; asimismo, (mica­
mente se esbozan las generalidades so­
bre su distribuci6n y estructura.
LA POBLACl6N DE LA INTENDENCIADE PUEBLA
Solo el estudio detallado y sisternati­
co ­en equipo, o bien la suma de inves­
tigaciones aisladas­ de todos Ios lista­
dos de poblaci6n de los que se dispo­
ne, conjuntados a las matriculas de tri­
butarios, y su confrontaci6n con los
registros parroquiales de bautismos,
matrimonios y defunciones, puede
arrojar conocimientos mas profundos
de la estructura y de la dinamica de la
poblaci6n hist6rica de Puebla.
BIBUOGRAAA
­Castillo Palma, Norma A., "Mestizaje y ma­
trimonio mixto en Cholula, 1649­1789", ponencia presentada en Elpoblamiento de las
Americas­Lepeuplement des Ameriques­
The Peopling of the Americas, sesion
nurn. 14: "Matrimonios interracialesetnteret­
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151
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SECOENClfi
Revistadehistorjaycienciassociales
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AGUSTIN GRAJALES PORRAS
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