01 - APUNTES HISTORICOS DE LA TEORIA DEL CONFLICTO

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APUNTES HISTORICOS DE LA TEORIA DEL CONFLICTO
La historia de las especies es la de su permanente lucha con su
entorno para sobrevivir y entre sus congéneres para la supremacía
del más fuerte dentro
de la especie lo que a su vez garantizaba la
sobrevivencia de la especie. La historia de la especie humana es
idéntica hasta que constituye a sus
semejantes
en parte del
entorno hostil con el cual debe competir ya no para sobrevivir como
especie,
lo que al parecer
está garantizado,
sino para
conseguir,
como individuo, los beneficios culturales y materiales
del vivir en sociedad. Cuando sucede esto particularmente, por lo
menos para el interés de este trabajo, no es importante.
Al respecto se propone tener como referente la postura
sugerida
por Sigmund Freud, en el "Malestar de la Cultura" en la cual los
conflictos humanos
y el "malestar" que estos generan en los
individuos son el precio inevitable que por el progreso debe pagar
la especie humana. Según Freud, estos conflictos del individuo con
su entorno
conformado
ya claramente por sus
congéneres
existen desde
el momento
mismo
en que el hombre hizo
conciencia de
sociedad o comunidad;
en sus
palabras el
conflicto humano, el malestar (como ello llama) surgió
desde que
"el hombre primitivo, después de haber descubierto
que
estaba
literalmente en sus manos mejorar su destino en la tierra por medio del
trabajo, ya no pudo considerar con indiferencia el hecho de que el
prójimo trabajara con él o contra él. Aún antes, en su prehistoria
antropoidea, habla adoptado el hábito de construir familias, de modo
que los miembros de ésta probablemente fueran sus primeros auxiliares
o competidores." El concebir el conflicto
humano
como parte
esencial de su ser social y cultural, al punto de considerarlo ligado a
su origen, permite
asumir la conflictividad
como componente
permanente
de
los sistemas sociales y utilizarla, entonces, en
nuestro favor, como se propone en esta guía.
Hasta este momento
se ha presentado
el conflicto como algo
connatural a la vida en sociedad, sin hacer referencia a mecanismos
de solución, lo que resulta injusto con nuestra especie. Es preciso
ubicar la incidencia real de la conflictividad en la historia y, ahora, en
la cotidianidad de las relaciones humanas y reconocer que el ser
humano
ha incorporado,
desde
siempre,
mecanismos para
coartar la agresión y hacerla inofensiva o, en algunos casos, hasta
eliminarla. Algunos de estos métodos han sido brutales. Dentro
del normal desarrollo
de
la i vida cotidiana, lo común
es la
mecanización de las relaciones, en la medida en que, normalmente,
éstas resultan armoniosas. Esto es posible en la medida en que los
seres humanos, tienen la característica de interiorizar hábitos,
impuestos por la cultura y costumbres sociales "Vivimos dentro de una
red de relaciones sociales, la mayor parte de las cuales parecen
predecibles
de una manera casi mecánica y suaves
en su
1
funcionamiento" .
La explicación freudiana de ese control de la agresión es que
ésta es "internalizada, devuelta al lugar de
donde procede para
ser dirigida contra el propio yo, incorporándose
a una parte de
éste, que en calidad de super yo
se opone a la parte restante, y
asumiendo
la función de "conciencia" (mora!), despliega frente al
yo la misma dura
agresividad que
el yo, de
buen
agrado,
habría
satisfecho en individuos extraños.
La tensión creada
entre
el severo
super-yo
y el yo subordinado
a aquel
la calificamos
de
sentimiento de
culpabilidad;
y se
manifiesta bajo la necesidad
de castigo." Por consiguiente, la
cultura (el derecho -con
su
eficacia simbólicasería parte
de
elladentro
del amplio
concepto freudiano) domina la
peligrosa inclinación
agresiva
del
individuo debilitándolo,
desarmándolo
y haciéndolo vigilar por una instancia alojada
en
su
interior,
como
guarnición militar
en
la ciudad
conquistada." Pero dentro de
esta dinámica - en la cual la
cultura a través del super-yo,
operador interno de la cultura
incorporado
al individuo,
hace que
las relaciones sociales
fluyan
con cierta tranquilidad
y afabilidad - es inevitable que
se presenten
eventos en los cuales se
trunque el carácter
predecible de las relaciones sociales. Las personas,
en ejercicio
de
su libertad, establecen objetivos
y construyen
intereses
personales o grupa les que, eventualmente, son excluyentes con
los intereses
y objetivos
de
otra persona
o grupo:
Esta
incompatibilidad
de
intereses
es lo que podemos
llamar
conflicto, Es decir, la interacción entre los individuos
viviendo en
sociedad
hace que los intereses
inevitables
de
individuos
1
FILLEY. Alan C .. Solución de Conflictos Interpersonales.
Ed. Trillas. México. 1985. pág.
y grupos
no puedan
siempre converger hacía los mismos
fines y objetivos
y que el nivel la conflictividad siempre exista en
mayor
o
menor
grado
en
un
momento
histórico
determinado.
Ese nivel inevitable de conflictividad
debe
ser controlado por el Derecho
con su
eficacia material usando
efectivamente la fuerza, y por la Cultura de la que forma
parte
el Derecho
cuando
ha sido asumido
y aceptado a través del
super-yo
incorporado en cada individuo,
Es decir, aunque
informal y des institucionalizada, la Cultura es el primer mecanismo
para el control
y manejo de
los conflictos
y el Derecho su
sucedáneo
formal. Los mecanismos
alternativos de solución
de conflictos, como la conciliación
y el arbitramento,
ante la
ineficacia simbólica
u
operativa del Derecho, no son más que
un intento de resolverlos, dentro del marco legal que sustenta
estas figuras, reenviándolos
al espacio original de la Cultura
para que
a través de
sus
mecanismos
de cohesión
social
incorporados
a la psiquis de
los individuos
se
resuelvan sin
la imposición
de
una solución externa.
Por esto
último
es
que
las herramientas del conciliador
y, en algunas ocasiones,
del árbitro,
más
que
las reglas que conforman el Derecho
Sustantivo,
son
los referentes
culturales
que
puedan
compartir
las partes en conflicto
y que
el conciliador
o
árbitro
debe
al menos
conocer, siendo
ideal que
también
las comparta.
"La erradicación de los conflictos y su disolución
en una cálida
convivencia no es
una meta alcanzable, ni deseable, ni en la vida
personal -en el amor y la amistad-, ni en la vida colectiva." 2. La idea
de
buscar la construcción
de un sistema
social en el que
reine
la armonía absoluta
entre sus integrantes, no es más
que
una utopía y, mientras ésta no
se
realice -admitiéndola
como posible,
debemos
aceptar
como
grupo
humano
involucrado (familia, sector social, clase social, gremio, nación) que
el conflicto es natural para hacer de él un fenómeno productivo y
no un obstáculo para el desarrollo.
2
ZULETA. Estanislao, Elogio de la dificultad y otros ensayos. Sobre la guerra. Ed. Fundación
Estanislao Zuleta, Call, 1997, pág. 72.
La Teoría del Conflicto que se presenta
como referente de la
presente guía de aplicación
de la conciliación y el arbitramento,
surge en un
momento
histórico determinado
que es preciso
reconocer.
Ante la utilización, por parte de los Estados Unidos de
América, de la bomba atómica, los días 6 y 9 de agosto de 1945
sobre las ciudades japonesas
de
Hiroshima
y Nagasaki
para
finalmente ganar la guerra a un bajo costo, en vidas, para el
vencedor
pero con un alto costo en vidas y dignidad para el
vencido surgió la necesidad de profundizar un estudio teórico del
conflicto como una disciplina autónoma, que formara parte de la
sociología, en un intento para dar respuesta a la contundencia de
los hechos.
La humanidad
a la par del desarrollo
de
sus
fuerzas productivas desarrolló
fuerzas destructivas que podrían
incluso ser la causa de la extinción de la especie y, con los hechos
expuestos le llegó el momento
que debía asumir las consecuencias.
Este gigantesco desarrollo de las fuerzas destructivas hizo necesaria
la creación de
un
nuevo
modelo
de
administración
del
conflicto, renunciando
a la pretensión
de eliminar o someter
totalmente al rival o aplazando indefinidamente
tales acciones. La
famosa crisis de los misiles soviéticos en Cuba, demostró
que
ante la posibilidad de
un daño masivo y dramático para las dos
partes éstas dejaron la solución definitiva del conflicto
para luego
y mientras tanto asumieron administrarlo.
La posibilidad de la destrucción mutua
de
los actores de
la
guerra fría, teóricamente irreconciliables y armados los dos con
armas nucleares, impuso el estudio del conflicto humano como un
espacio del conocimiento
autónomo que diera esperanzas en el
manejo del conflicto
sin que
fuese necesario revisar las teorías
sustento de las posiciones de las partes. Ni los soviéticos ni los
norteamericanos
tuvieron que renunciar a sus principios para
asumir la teoría de la convivencia pacífica. Las tesis sobre el conflicto
que
se presentarán como marco teórico de la conciliación con
propósito constructivo es la que se pretende asuman
las personas
que ejerzan las funciones de conciliadores en derecho o árbitros a
quienes va dirigida esta guía.
La necesidad de teorizar para desechar del discurso la posibilidad
de imponer totalmente la pretensión de una de las partes lleva
necesariamente a dejar de percibir al conflicto como una patología
social
e invita a reconocerlo
como
un fenómeno natural, tan
relevante, que, "mal" enfocado tendría la entidad suficiente para llevar
a la especie humana a la extinción y que mirado
ser generador de progreso colectivo.
positivamente pude
Dos mil años atrás el filósofo y estratega militar chino Sun Tzu,
sentaba las bases de una teoría del conflicto constructiva cuando
consideraba
que, para resolver conflictos,
la fuerza militar sólo
debía utilizarse en caso de ser
absoluta-mente necesario y que
cuando fuese necesario utilizarla debería hacerse en la menor
cantidad
posible. Esta infringir una derrota de tal magnitud que
logre
la desaparición o
la sumisión eterna del enemigo. La
recomendación de Sun Tzu sugería una profunda comprensión del
enemigo con la cual se le podría vencer, inclusive, sin utilizar el
aparato militar.
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