J. M. BUIL SANZ - CICCP - Colegio de Ingenieros de Caminos

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Los aprovechamientos
hidroeléctricos
Juan Manuel Buil Sanz
DESCRIPTORES
AUTOMATISMO
TELEMANDO
TELECONTROL
FLUYENTE
REGULACIÓN
BOMBEO
FRECUENCIA
POTENCIA
PRODUCCIÓN
RESERVA FRÍA
HORAS PUNTA
HORAS VALLE
HORAS LLANO
Historia de la energía hidroeléctrica
La energía hidroeléctrica tuvo un papel fundamental en la primera etapa de electrificación en España. Con el paso del
tiempo se han ido modificando los objetivos a obtener de ella,
pero sigue siendo un pilar básico en el sistema global de producción eléctrica.
Se pueden considerar las siguientes etapas:
• Electrificación incipiente. Lo más importante es disponer de
una cierta cantidad de energía, la calidad importa poco.
• Electrificación madura. Disponer de la energía hidroeléctrica es tan importante como garantizar la calidad técnica
(tensión y frecuencia) y de servicio (continuidad del suministro) –“cantidad y calidad”–. La electricidad de origen
térmico es cada vez más importante.
• Electrificación madura con gran desarrollo técnico-económico. La energía hidroeléctrica es sólo importante por su
calidad (puntas y regulación); la mayor parte de la curva
de carga es satisfecha por las centrales térmicas.
Electrificación incipiente
Comenzó a finales del siglo XIX. En muchos casos era la transformación de una instalación hidromecánica (fábricas textiles, papeleras, harineras, etc., que funcionaban de forma directa o con un embarrado y correas) a una hidroeléctrica, al
acoplar un generador al árbol de la turbina y motores eléctricos a las máquinas fabriles, permitiendo con ello mayor
versatilidad. Al principio, los generadores eran de corriente
continua, por lo que al ser casi imposible transportar la electricidad, debido a las elevadas pérdidas, obligaba a que las
industrias se ubicaran junto a los ríos y canales. Ejemplos se
tienen en Cataluña: los ríos Ter, Llobregat y el Canal de Piñana en el Noguera Ribagorzana; y en Castilla: en el Canal de
Castilla, donde se juntaban el azúcar cubano, que llegaba vía
Santander y el valle del Pas, con la harina de la Tierra de
Campos y la energía hidráulica, que propició la mayor concentración de fábricas de galletas del país.
Al disponer de cantidades relativamente importantes de
electricidad, aparecieron nuevas aplicaciones industriales basadas en los hornos eléctricos y la electroquímica, que salpicaron los ríos: refino de grafito, electrólisis del aluminio, elaboración de carburos, etc. Ejemplos son las colonias de los ríos
Ter y Llobregat, Monzón en el Cinca, Sabiñánigo y Triste en el
Gállego, Sástago y Flix en el Ebro, etc.
En esta época se comenzó la electrificación de poblaciones próximas a los ríos. La distribución de energía en España
era un sinfín de pequeñas compañías que, aisladas unas de
otras (islas eléctricas), funcionaban con criterios autóctonos,
sin ninguna norma preestablecida de calidad de servicio.
Las compañías productoras nacen con objeto de abastecer a las grandes poblaciones, aprovechando la fuerza hidráulica de los ríos más próximos o globalmente más interesantes. En muchos casos, la construcción de estas instalaciones es motivo de desarrollo para unas regiones hasta enton-58-
Fig. 1. Presa y central de Mequinenza. Endesa Generación. Río Ebro. Potencia: 324 MW. Producción en año medio: 816 GWh.
ces deprimidas; por una parte se crean puestos de trabajo durante la construcción y explotación, y por otra, las modernas
vías de acceso implantadas permiten una comunicación hasta entonces prácticamente inexistente.
El desarrollo de la corriente alterna, con su facilidad de
transporte, definió una segunda época en la que las industrias
se alejaron del origen de la generación eléctrica y ello incrementó fuertemente la demanda eléctrica. Comenzó a contemplarse la posibilidad de extraer la máxima energía hidráulica
que podían ofrecer los ríos; de este modo, en los años veinte
empiezan a plantearse los aprovechamientos integrales (aprovechamiento inconexo cuando se extrae menos del 50 % del
potencial energético del río; integral cuando se obtiene entre
el 50 % y el 80 %; superaprovechamiento cuando se utiliza
más del 80 %). En los años treinta se estudió el primer gran
aprovechamiento integral de un río español, el Duero, si bien
el primero en realizarse fue el del Noguera Ribagorzana, entre 1947 y 1962. Este río nace en el macizo de La Maladeta,
a la cota 2.470. La primera gota de agua se deriva en el lago Llauset, a la cota 2.192, y no deja de turbinarse a lo largo de sus 130 kilómetros de recorrido hasta su confluencia
con el Segre en Corbins, a la cota 175. En este recorrido alimenta 14 centrales, una de bombeo, 15 minicentrales, tres hilaturas, tres harineras y una papelera. En realidad, a través
de canales, se utiliza hasta la cota 73, en que cede sus aguas
al río Cinca en Fraga.
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Una vez alcanzada la universalización del suministro (en
Cataluña finalizaron las restricciones eléctricas en 1958, con
la entrada en servicio del salto de Puente de Montañana), se
inició la lucha por la calidad.
Electrificación madura
Se caracterizó por la búsqueda de la cantidad y de la calidad; no bastaba con abastecer el mercado, había que hacerlo garantizando que la industrialización incipiente dispusiera de una energía fiable y con unos mínimos de calidad
(tensión y frecuencia estables). Esto obligó a realizar un gran
esfuerzo en redes de transporte, para unir las distintas islas
eléctricas que existían en el país, y en el incremento de la potencia instalada, especialmente de la hidráulica al principio
del periodo, y de la térmica al final.
Entre los años cincuenta y setenta se instalaron 8.977 MW
de los 18.196 MW de potencia hidráulica existentes en la actualidad. Esto da idea del gran esfuerzo tecnológico e inversor.
España pasó de ser un país que importaba ingeniería eléctrica
a ser un país exportador, tanto de equipos como de ingeniería
civil y electromecánica. En esta época estaba prácticamente
garantizada la rentabilidad de cualquier salto hidroeléctrico.
En este periodo comenzó a desmontarse la autarquía y se
inició el desarrollismo (plan de estabilización, planes de desarrollo, crecimiento del turismo, etc.), por lo que la demanda de
electricidad se incrementó espectacularmente (eran normales
O.P. N.o 52. 2000
Fig. 2. Presa de Doiras. Río Navia. Centrales de Doiras y Silvón. Endesa Generación.
Potencia: Doiras: 30 MW. Silvón: 60 MW. Producción en año medio: Doiras + Silvón: 324 GWh.
incrementos porcentuales de dos dígitos). Este crecimiento hizo que no fuera suficiente la energía hidroeléctrica y, en
1973, la producción térmica pasó a ser la principal.
A lo largo de estos años las empresas eléctricas dejaron
de ser un mundo aislado, en el que cada una tenía que garantizar su cobertura, con sus hidráulicas y sus térmicas, con
más o menos deficiencias, y se unieron creando un repartidor
de cargas central, Reca, que coordinaba a nivel nacional los
intercambios entre empresas, la calidad y seguridad del sistema eléctrico y las interconexiones con Francia y Portugal. La
energía hidroeléctrica pasó, al principio del periodo, de ser
la energía de base (cubría la demanda durante las veinticuatro horas del día, mientras que la térmica sólo funcionaba
cuando faltaba la hidráulica), a ser una energía de calidad,
reservada para la regulación, las emergencias (regulación secundaria, terciaria y potencia rodante), así como para cubrir
la demanda de las horas de punta y llanas.
El número de empresas eléctricas disminuyó drásticamente, apareciendo grupos empresariales claramente más importantes, que han sido el embrión de los actuales.
Electrificación madura con gran desarrollo técnico-económico
Se caracteriza por confirmar lo que comienza a vislumbrarse
en el periodo anterior: gran crecimiento de la térmica convencional, desarrollo de la térmica nuclear y dificultades crecientes
para construir hidráulicas. La gran masa de la producción eléctrica (energía de base) la aportan las térmicas y las nucleares,
Fig. 3. Central de bombeo de Aguayo. Endesa Generación.
Potencia: 340 MW en turbinado y 400 MW en bombeo.
Producción en año medio: 360 GWh.
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que tienen un notable desarrollo, mientras que las hidráulicas
tienen un ligero crecimiento debido principalmente a los saltos
de bombeo, que son un complemento para el correcto funcionamiento de las térmicas y nucleares. De los 8.861 MW hidráulicos instalados desde el año 1969 hasta hoy, 2.500 MW
son de bombeo mixto y 2.400 MW de bombeo puro.
Aunque aparentemente la hidroelectricidad pierde importancia, la apreciación no es del todo correcta; la pérdida es
clara en cuanto a la cantidad, pero no es así en cuanto a la
calidad. La sofisticación tecnológica y el aumento del nivel de
vida exigen a la electricidad elevados condicionantes de calidad, que tan sólo los grupos hidroeléctricos pueden aportar
con sencillez. La tendencia actual es que la energía hidroeléctrica se reserve para la regulación secundaria –frecuencia-potencia, potencia rodante (grupos hidráulicos trabajando a baja potencia, susceptible de incrementarla instantáneamente)–,
terciaria (potencia disponible en 15 minutos), emergencias,
puntas y bombeos (almacenamiento de energía). El futuro se
prevé en esta dirección, por lo que se favorecerá el sobreequipamiento de potencia en las centrales de embalse para producir en puntas, la ejecución de contraembalses para minimizar
las fluctuaciones de caudal en los ríos y, de forma marginal, la
constitución de medianos y pequeños saltos con poco impacto
ambiental y el equipamiento de los embalses multiusos, proyectados además para abastecimientos, riegos y trasvases.
En España, gracias a la construcción de más de 1.000
grandes presas, se consigue tener una regulación con garantía adecuada de 46.300 hm3, aproximadamente el 40 % de
los recursos. De esa cantidad, el 37 % (17.200 hm3) son regulados por embalses construidos por empresas eléctricas.
El potencial hidroeléctrico bruto en España se estima en
unos 150.000 GWh en año medio, de los cuales son técnicamente desarrollables 65.600 GWh (59.000 GWh con grandes saltos y 6.600 GWh con centrales de menos de 5 MW), de
los cuales la tercera parte son de difícil ejecución por su situación (parques naturales, zonas pobladas), ser prioritarios otros
usos, etc. Del resto, deducidos los ya construidos, podrían utilizarse algo más de 14.000 GWh, siendo la decisión de su ejecución meramente económica y de mercado.
A finales de los ochenta, el producible medio anual del parque hidroeléctrico español era de aproximadamente 32.000
GWh, mientras que al final de los noventa alcanzó un valor del
orden de unos 28.000 GWh. Esta disminución se debe al descenso de precipitaciones y, fundamentalmente, a las detracciones para otros usos. Se considera que los regadíos disminuyen
el producible hidroeléctrico del orden del 0,36 % anual.
La potencia total hidroeléctrica instalada en España a finales de 1999 es de 17.963 MW, frente a 26.682 MW térmicos convencionales y 7.749 MW térmicos nucleares.
La producción media de energía hidroeléctrica en España
en la última década ha sido de 29.520 GWh.
En 1999 la producción de energía hidroeléctrica ha sido
de 27.870 GWh, la termoeléctrica clásica de 118.857 GWh,
la termoeléctrica nuclear de 58.852 GWh, y la eólica de
2.676 GWh. La producción de energía eléctrica total en España ha sido de 208.256 GWh, con un incremento del 6,2 %
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CUADRO 1
Aportaciones al valor añadido bruto nacional,
a precios de mercado, de los usos hidráulicos más importantes
VAB (%)
Demanda (hm3/año)
Energía térmica
1,9
4.915
Energía hidráulica
0,7
16.000
Regadíos
1,25
26.341
Abastecimientos
0,5
4.489
33,0
1.945
Usos
Industria no energética
sobre 1998. La hidroeléctrica, sin embargo, ha tenido una
disminución del 21,6 % sobre el año anterior, debido a la baja hidraulicidad. De todos modos es de destacar el perfecto
equilibrio que se obtiene en el sistema de producción de energía eléctrica en España, con los porcentajes actuales de hidráulica, térmica y nuclear.
En el cuadro 1 se exponen las aportaciones al valor añadido bruto nacional, a precios de mercado, de los usos hidráulicos más importantes, extraídos del Libro Blanco del
Agua, elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente. Hay
que reseñar que las necesidades hidroeléctricas y térmicas no
son consuntivas, mientras que sí lo son las de los riegos, con retornos del 20 %, y las de abastecimientos e industriales, con
retornos del 90 %.
Salvo en la zona pirenaica, que es de régimen nival, el
resto de la Península es de régimen pluvial, siendo una gran
parte de las precipitaciones invernales, lo que hace coincidir
la mayor generación hidroeléctrica con la época de mayor
demanda (periodo crítico: diciembre, enero y febrero), aunque en los últimos años en las zonas mediterránea y andaluza son julio y septiembre los de máxima demanda, por el uso
del aire acondicionado.
España dispone de un parque hidroeléctrico de unas
1.300 centrales, que es uno de los mayores del mundo y el
octavo de la OCDE. Sólo es superado por países muy grandes y/o con grandes recursos hídricos, como Estados Unidos,
Canadá, Rusia, Suecia y Noruega. De esas 1.300 centrales,
las 22 de más de 200 MW suponen el 52 % de la potencia
instalada y las 15 de entre 200 y 100 MW, el 12,2 %.
Esquemas técnicos
Existen básicamente dos disposiciones clásicas para aprovechar la energía hidráulica, que se han mantenido durante
mucho tiempo, y una tercera más moderna derivada de las
necesidades propias de la cobertura de la demanda eléctrica.
En el primer caso, se trata de los saltos con regulación y de
los saltos fluyentes; y en el segundo, de los bombeos.
El aprovechamiento con regulación utiliza la existencia de
un embalse con el fin de almacenar y regular las aportaciones. La central se puede disponer al pie de la presa, o bien
separada aguas abajo, siendo todo el circuito hidráulico a
presión. Permite instalar una potencia superior a la del caudal medio, con la intención de concentrar la producción en
las horas de mayor demanda, en las que, además, el precio
O.P. N.o 52. 2000
Fig. 4. Presa y central de Alcántara. Iberdrola. Es el último embalse del Tajo
en España. Potencia: 934 MW. Producción media anual: 1.850 GWh.
Fig. 5. Esquema del reparto de la demanda diaria de energía eléctrica,
según los distintos sistemas de producción.
del kilovatio-hora en el mercado eléctrico es mayor. Las horas
de utilización anual están en torno a las 1.200-2.000, atendiendo a esta característica de producir en horas punta.
El aprovechamiento fluyente consiste en derivar mediante
un azud o pequeña presa una parte del caudal del río por
una conducción paralela en lámina libre, que, con poca pérdida de carga, permite ir superando la mayor pendiente del
río, para utilizar el salto en el punto más conveniente. No permite almacenar energía, turbinando como máximo el caudal
de proyecto, que suele estar entre el Q60 y el Q120 (el caudal
sobrepasado 60 o 120 días en año medio). Las horas de utilización suelen ser superiores a 3.000, de acuerdo con las características hidrológicas del río.
Los bombeos surgen como complemento a las centrales nucleares en el momento en que las empresas eléctricas trabajan
en ciclo cerrado y tienen que ajustar su producción a su demanda. Su misión consiste en bombear el agua con energía
marginal y turbinarla en las horas punta (máxima demanda). La
característica básica del bombeo es la capacidad de almacenamiento de energía; por lo tanto, hay dos factores que influyen
positivamente: el desnivel entre depósitos y el volumen de agua
embalsable. Ambos deben ser lo más grandes posible, ya que
el producto entre ellos es proporcional a esta capacidad de
energía almacenada. Los bombeos pueden ser diarios, semanales y estacionales, atendiendo al número de horas a la máxima
potencia que permite turbinar hasta vaciar el embalse superior.
Los bombeos perdieron su importancia en los años ochenta
y noventa, cuando la energía eléctrica estaba regulada por el
“marco estable”, dado que en el cómputo global nacional no
existía la necesidad de utilizar sobrantes para emplearlos después. Actualmente su uso es meramente económico; cuando la
energía está a precio bajo, se compra y se bombea, y cuando
su precio es alto, se turbina y se vende. El mercado regula su uso.
El reparto de la producción de energía eléctrica a lo largo del día depende de la demanda. En el gráfico de la figura 5 puede apreciarse que la energía procedente de una hidráulica fluyente se encuentra al mismo nivel que la de las térmicas convencionales y la de las nucleares, mientras que la
procedente de una hidráulica con regulación se utiliza para
cubrir las horas punta, al igual que los bombeos.
En cuanto a tipos de turbinas, las más utilizadas son las Pelton, Francis y Kaplan, para desniveles grandes, medios y bajos, respectivamente. Los grupos (turbina-alternador) de mayor
potencia son de eje vertical, siendo los pequeños de eje horizontal. Los grupos utilizados en los bombeos modernos son binarios, en los que la turbina hace de bomba cambiando el giro del grupo, y el alternador es motor a su vez.
Las centrales hidroeléctricas actualmente funcionan con
muy poco personal, gobernándose desde los centros de control que poseen las compañías eléctricas. Existen tres conceptos utilizados principalmente:
• Automatismo: Se utiliza para saltos fluyentes. La potencia de
los grupos se adapta al caudal que aporta el río, inyectando a la red toda la energía que se produce. Cuando la central se para por algún fallo recuperable, el arranque se produce automáticamente. Solamente es necesario personal para el mantenimiento normal de los equipos e instalaciones.
Un ordenador controla todos los aspectos de la central.
• Telemando: Se utiliza para aprovechamientos con regulación. La central funciona con las consignas que envía el
centro de control, el cual puede aumentar o disminuir la
potencia de acuerdo con la demanda. La central sólo requiere personal para mantenimiento.
• Telecontrol: Desde el centro de control se conocen en todo momento los parámetros de funcionamiento de la central. El gobierno de la central se efectúa in situ, o bien es automática.
Ventajas e inconvenientes
de la energía hidroeléctrica
La energía hidroeléctrica tiene ventajas sobre el resto de sistemas de producción eléctrica, en aspectos tan importantes
como el medioambiental y técnico; el mayor inconveniente,
entre otros, radica en la hidraulicidad tan dispar que tienen
nuestros ríos, siendo muy difícil hacer previsiones a plazo de
la energía producible.
La mayor ventaja desde el punto de vista ecológico es que
se trata de una energía renovable que se genera sin consumo
de oxígeno y, por lo tanto, sin producción de CO2. Es una
energía absolutamente limpia y natural. No está exenta de
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producir distorsiones al medio ambiente, derivadas de la necesidad de reducir el paso del agua por los cauces naturales,
y de la necesidad de construir embalses para su regulación.
Sin embargo, se estima que el balance global es positivo.
El rendimiento global de aprovechamiento energético es
muy elevado, encontrándose actualmente con equipos modernos en torno al 90 % e incluso superior. Algunas turbinas
alcanzan rendimientos, en su punto óptimo, del 95 %.
Desde el punto de vista técnico, las centrales hidráulicas
de pie de presa y los bombeos permiten la regulación del sistema, de modo que automáticamente se adapta la producción
al consumo. Este método es absolutamente simple y se basa
en mantener constantes las revoluciones del conjunto turbinaalternador: cuando la demanda instantánea aumenta, los generadores de estas centrales de regulación frecuencia-potencia tienden a frenarse porque les falta agua para producir la
energía demandada, en ese momento el regulador se abre
automáticamente aumentando el caudal de turbinado, manteniendo las revoluciones de la máquina y ajustando la potencia al consumo. Igualmente, cuando la demanda baja, la
máquina que regula tiende a acelerarse, por lo que también
instantáneamente el regulador se cierra, disminuyendo los
caudales y las potencias. La velocidad de incremento y disminución de potencia en una máquina hidráulica es muy elevada, pasando en muy pocos segundos de la potencia mínima
a la máxima, y viceversa.
Esta facilidad de variación de potencia permite que existan algunas centrales cuyos grupos funcionen conectados a la
red pero con muy baja potencia respecto a la normal, con el
fin de que puedan ser utilizados como elementos de reserva
(reserva fría) en el caso de fallos de otros sistemas de producción masiva (térmicas y nucleares).
Es de destacar el fundamental uso que se les da a las centrales hidroeléctricas para levantar un cero de la red, ya que
son las que van por delante, regulando y permitiendo la entrada del resto de sistemas productivos de origen térmico, mucho más rígidos en la rapidez de aumento de potencia inyectada en la red.
Continuando con las ventajas de la energía hidroeléctrica,
cabe indicar la facilidad que tienen para compensar la energía reactiva que introducen en la red algunos sistemas rígidos,
como el eólico, y que gracias a ello permiten la utilización de
estos nuevos sistemas de energía limpia de gran desarrollo.
Ventajas adicionales se tienen con los embalses propiedad
de las empresas eléctricas, muchos de ellos con aprovechamiento multiuso para el abastecimiento de agua sanitaria a
poblaciones y regadíos, además del beneficio que producen
por regulación de caudales y laminación de grandes avenidas. El uso lúdico está siendo cada vez más extendido, sobre
todo en actividades náuticas y de pesca.
El capital necesario para construir un aprovechamiento hidroeléctrico es muy elevado, teniendo la amortización de las
inversiones un peso muy elevado en el coste del kilovatio-hora producido. La construcción de nuevos aprovechamientos hidroeléctricos en España es difícil; por una parte, el precio de
venta de la energía eléctrica está disminuyendo, y por otra, las
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Fig. 6. Central de Mequinenza. Endesa Generación. Río Ebro.
Potencia: 324 MW. Producción en año medio: 816 GWh.
centrales que quedan por construir son las más costosas. Sin
embargo, el precio del combustible (el agua) es barato y no
consuntivo con respecto a los combustibles fósiles, por lo que
permite mantener un precio constante del kilovatio-hora generado. Hay que destacar la independencia que posee la energía hidroeléctrica frente a condicionantes externos, siendo un
tipo de energía absolutamente autóctono, que no depende de
suministros ni de políticas de precios de combustible.
Los aprovechamientos hidroeléctricos tienen unos costes de
operación y mantenimiento bajos comparados con otros sistemas de producción de energía eléctrica. La automatización ha
permitido reducir el personal fijo en las centrales, existiendo
un gran número que funcionan prácticamente abandonadas.
Hay que destacar también la larga vida útil que poseen
las infraestructuras hidroeléctricas, encontrándose bastantes
instalaciones funcionando correctamente con más de 75 años
de vida. Las máquinas hidráulicas y alternadores son equipos
que giran a pocas revoluciones, por lo que es normal encontrar funcionando instalaciones antiguas; sin embargo, la tecnología ha conseguido mejores prestaciones en los equipos
modernos, por lo que es frecuente su sustitución.
Entre los inconvenientes, ya se ha indicado como más grave el de la sensibilidad hacia la meteorología. También hay que
indicar el efecto que los regadíos tienen sobre la producción hidroeléctrica, provocando fuertes y sistemáticas reducciones de
las aportaciones y la rigidez del uso de muchos embalses, con
la consecuente disminución de la calidad de la energía.
Un inconveniente no exento de problemática es que la generación hidroeléctrica suele estar alejada de los centros de
consumo, lo que obliga a la ejecución de líneas de transporte, lo cual, además de encarecer la inversión, provoca pérdidas de energía y un impacto ambiental, el paisajista, cada
vez más cuestionado en un país turístico como el nuestro.
O.P. N.o 52. 2000
Fig. 7. Presa de Susqueda. Endesa Generación. Uso múltiple: abastecimiento y producción de energía eléctrica.
Marco administrativo
Marco económico
La utilización de aprovechamientos hidráulicos está regulada
por Concesiones Administrativas que otorga el Ministerio o la
Autoridad de cuenca correspondiente. Las primeras concesiones, que datan del siglo XIX, se daban a perpetuidad, pero a
partir de 1985 se limitaron a, como máximo, 75 años. Las
nuevas concesiones suelen otorgarse con plazos variados, generalmente en el rango de 25 a 40 años, siempre con reversión de las instalaciones a la Administración una vez finalizado el periodo concesional.
El sistema que está empleando la Administración actualmente es el de subasta, sacando a concurso tramos de interés
o aprovechamientos del salto de presas con titularidad de la
Administración. El ofertante en estos casos propone un canon
por la energía producible, estando generalmente compuesto
por una parte fija anual y una variable relativa a la energía
producida. También se oferta el plazo concesional.
Un tema delicado y no exento de polémica es el de la reversión de las instalaciones al término del plazo concesional.
No parece que queden muy claros los términos, ni tampoco
cuáles son las instalaciones, ni el estado de conservación, etc.
El hecho de que todavía no se hayan materializado casos concretos deja volar un poco a la imaginación. Una solución sería pactar, una vez vencidos los plazos, un alargamiento de los
mismos, basándose en un aumento de los cánones. De este
modo, se evitarían todas las suspicacias sobre el estado en que
hay que entregar las instalaciones. Debería analizarse con
cuidado esta situación que está comenzando a producirse.
La evolución del marco económico regulador de los precios
de los últimos años ha sido muy importante, y ha condicionado en algunas ocasiones, contrariamente a la lógica, el dimensionamiento de los equipos.
Inicialmente, como ya se ha indicado, las empresas eléctricas producían y distribuían a un mercado propio, que generalmente no estaba compensado, necesitando en algunas
ocasiones tener que adquirir energía a otras compañías; ello
permitía un cierto mercadeo que, en situaciones de escasez,
podía ser muy ventajoso para las centrales que disponían de
embalses reguladores disponibles en el momento.
Fig. 8. Central de Aldeadávila II. Iberdrola. Potencia: 420 MW.
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A principios de los años ochenta se crea Red Eléctrica, y
se separa el sistema productivo del mercado de distribución,
de modo que la energía se inyecta en la red y se cobra por
ello, y se consume de la red pagándose por ello. De este modo, se crearon las bases del sistema actual de negocios totalmente separados (producción y distribución de energía eléctrica). En cuanto a la producción, primaba la disponibilidad
de potencia sobre la producción de energía, siendo básico
garantizar el abastecimiento de la red. Este sistema condujo
a diseñar centrales hidráulicas con mucha potencia y bajas
horas de utilización, de acuerdo con estos requerimientos. No
cabe duda de que ello llevó a la construcción de un parque
de producción hidráulico y térmico excesivamente conservador, cuya consecuencia, al entrar en el mercado libre actual,
ha sido la falta de competitividad de esas instalaciones, motivo por el cual ha sido necesario compensar con los C.T.C.
(Costes de Transición) a las empresas eléctricas, a tenor de los
activos “incompetentes en la etapa actual” que se tuvieron
que construir en la etapa del “Marco Estable”.
En la actualidad el mercado es libre, ofertándose potencias y precios horarios el día anterior por la energía del día
siguiente, marcando el precio del kilovatio-hora de todas las
centrales el de la oferta más alta que deba entrar en servicio
cada una de las horas. Los precios se definen en el denominado “mercado mayorista”, gestionado por una entidad privada denominada Operador del Mercado.
Las centrales hidroeléctricas que regulan potencia y frecuencia y las que están en reserva tienen una pequeña retribución económica adicional por estos servicios prestados.
Los aprovechamientos hidroeléctricos de nueva construcción de potencia igual o inferior a 50 MW, pueden acogerse
en la actualidad a un régimen especial incentivado regulado
por la Ley 54/1997 de 27 de noviembre, del Sector Eléctrico, y por el Real Decreto 2818/1998 de 23 de diciembre, sobre producción de energía eléctrica por instalaciones abastecidas por recursos o fuentes de energía renovables, residuos
y cogeneración.
A los efectos de la aplicación del límite de potencia para
acogerse a dicho Régimen Especial, se entiende por potencia
de la instalación la suma de las potencias de cada uno de los
grupos integrantes de una misma concesión hidráulica que
tengan la misma cota altimétrica de desagüe y toma.
Los aprovechamientos hidroeléctricos acogidos a este Régimen Especial tienen derecho a conectarse en paralelo a la red
de la compañía eléctrica distribuidora y a transferir al sistema
a través de dicha compañía su producción de energía, siempre que técnicamente sea posible, percibiendo por ello por cada kilovatio-hora el precio del mercado mayorista más unos incentivos o primas que son revisados anualmente por decreto.
R = Pm + Pr ± ER
Siendo:
R = Retribución (pta/kWh)
Pm = Precio de mercado
Pr = Prima
ER = Complemento de energía reactiva.
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El complemento por energía reactiva (ER) será un abono
o un descuento en función de si el factor de potencia de la
energía entregada a la red es superior o inferior a 0,9.
La prima (Pr), para el año 2000, para las instalaciones de
potencia igual o inferior a 10 MW, es de 4,97 pta/kWh. Para potencias superiores dicha prima se va reduciendo, hasta
valor cero para potencia igual a 50 MW, mediante la expresión 4,97 x (50-Potencia)/40.
El precio del mercado mayorista (Pm) aplicable al régimen
especial es el precio medio que en cada hora deben abonar
los adquirientes de energía en el mercado de producción. Dichos precios horarios son publicados mensualmente por el
Operador del Mercado.
Las instalaciones de potencia igual o inferior a 10 MW
pueden optar, como alternativa a la anterior de carácter general, por tomar como precio del mercado mayorista los precios medios mensuales en periodo punta y en periodo valle,
también calculados y publicados por el Operador del Mercado. El precio valle es la media aritmética de los precios horarios del mercado mayorista de las ocho primeras horas de los
días del mes de facturación. El precio punta es el correspondiente al resto de horas del mes.
Asimismo, las instalaciones de potencia igual o inferior a
10 MW pueden optar también por tomar un precio fijo total
(R), establecido para el año 2000 en 10,59 pta/kWh.
En España el peso de la energía hidráulica sobre el resto
de sistemas de producción eléctrica es bajo; por eso la hidraulicidad influye poco en el precio, siendo los costes del
gas y del petróleo los que más influyen. Sin embargo, en otros
mercados, como los sudamericanos, con la mayor parte de
producción hidráulica, los precios sufren enormes oscilaciones, ligadas a la pluviometría, llegando en ocasiones de sequía a precios superiores a las 25 pta/kWh, y en periodo húmedo a costes marginales de operación y mantenimiento.
No es fácil efectuar el análisis de rentabilidad de un aprovechamiento hidroeléctrico; al ser un negocio de muy larga
vida existen una serie de factores que es prácticamente imposible extrapolar a lo largo del futuro de la central.
Las aportaciones de agua por el río son relativamente fáciles de conocer, consideradas como factor probabilista, y por
lo tanto se pueden conocer las producciones teóricas, sin embargo la realidad puede ser distinta a la previsión. Unas producciones por debajo de la media durante los primeros años
de la puesta en servicio, reducen de forma drástica la rentabilidad del aprovechamiento; sin embargo unos años hidráulicamente buenos al principio pueden disparar hacia arriba
los indicadores económicos. A largo plazo este parámetro se
neutraliza, pero los primeros años son fundamentales desde
el punto de vista económico.
El precio de venta de la energía es otro factor muy difícil
de extrapolar; en este caso el corto plazo suele estar bien resuelto, pero no es así con el largo plazo, que por depender
de múltiples factores se hace imposible predecir.
Los costes de explotación y mantenimiento suelen estar
muy bien calibrados, y por este apartado no suele haber sorpresas, a no ser a causa de algún defecto de construcción.
O.P. N.o 52. 2000
Por ser un negocio, como ya se ha indicado, de muy larga duración, la rentabilidad es difícil de calcular en los “bussines plan”; generalmente se consideran plazos de 25 o 30
años, en los que, como ya hemos indicado, no existe varita
mágica para conocer los parámetros de los últimos años; muchas veces las predicciones de precios son difíciles de extrapolar más allá de 10 años. También hay que considerar el valor residual de la instalación, pues hay que tener en cuenta
que al final de los 30 años del cálculo económico, la central
suele estar en perfectas condiciones de funcionamiento, habiéndose reducido únicamente su valor por amortización, pero no por obsolescencia ni por deterioro.
Desde un punto de vista simplista, los aprovechamientos
hidroeléctricos siempre son rentables, ya que los costes de
operación y mantenimiento casi siempre son inferiores a los
ingresos por venta de energía. El “cash flow” es en estos casos positivo, por lo que la rentabilidad sobre la inversión total
siempre existe, aunque en casos extremos puede ser pequeña.
En el mercado autoproductor, las incertidumbres se reducen a la hidraulicidad, ya que los precios de venta de la energía tienen un valor más rígido, y aunque sea difícil predecir
la “prima” que recibirán los años futuros, no parece que el
precio final pudiera variar mucho. En estos casos el valor que
más se utiliza para considerar el valor de mercado de una
central, es el “costo del kilovatio-hora”, es decir, la inversión
que hay que realizar para producir un kilovatio-hora en un
año hidráulicamente medio. Este valor lógicamente depende
de la rentabilidad que desee el inversionista, de modo que
para altas rentabilidades el costo del kilovatio-hora es bajo,
y para bajas rentabilidades alto. En la actualidad este parámetro para inversores medios está oscilando entre las 90 y
120 pesetas, pero es un valor muy cambiante, puesto que influye también mucho sobre él el interés del capital en el mercado, de modo que para un interés alto el precio bajaría. Históricamente, cuando los intereses se encontraban en torno al
15 %, los valores del “costo del kilovatio-hora”, oscilaban entre 50 y 75 pesetas para estas minicentrales.
Fig. 9. Presa de Baserca. Endesa Generación. Baserca es el embalse inferior
del bombeo de Moralets, y Llauset es el embalse inferior. Potencia: 200 MW.
Consumo medio anual: 300 GWh. Producción media anual: 260 GWh.
Capacidad de almacenamiento: 24 GWh. Los embalses de Baserca
y Llauset regulan la aportación de la cabecera del Noguera-Ribagorzana.
Futuro
En España la energía hidroeléctrica está muy aprovechada,
quedando pocos recursos rentables por utilizar. Dado que algunas de nuestras instalaciones son muy antiguas, cabe la
posibilidad de modernizar los equipos, pudiendo repotenciar
las centrales a base de disponer rodetes con mejores rendimientos. Ello permitirá, además de incrementar ligeramente
la producción, alargar su vida útil, ya de por sí elevada.
En algunas disposiciones, en espacial cuando se presentan
embalses solapados, cabe la posibilidad de aumentar la potencia, disponiendo de grupos adicionales. Ello permitirá tener
más producción en horas punta, y disponer de más recursos
para regular frecuencia-potencia y como “reserva fría” (potencia susceptible de ser puesta en la red instantáneamente).
En el régimen especial, es posible todavía construir algunas centrales hidráulicas de baja potencia con rentabilidades
aceptables, siempre y cuando se mantenga el sistema de prima similar al vigente en la actualidad.
Fig. 10. Presa de Llauset. Endesa Generación.
Llauset es el embalse superior del bombeo de Moralets.
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En el mundo el panorama es distinto; todavía queda mucha energía por aprovechar. El potencial bruto teórico es de
12.320 TWh/año, del cual son rentables unas 8.100 TWh/año.
En servicio hay en estos momentos 700 GW de potencia, que
permiten una producción media anual de 2.600 TWh. En estos momentos hay en construcción 108 GW.
Las empresas eléctricas españolas tienen intereses en el
mercado eléctrico de Iberoamérica, encontrándose muy bien
posicionadas en el mismo. En esa zona el potencial de desarrollo futuro es muy elevado, existiendo muchas posibilidades
de utilización de los recursos hidráulicos. En los últimos tiempos la construcción de grandes embalses está siendo muy
cuestionada por temas medioambientales, por lo que será necesario considerar otras alternativas a base de aprovechamientos de menor tamaño con esquemas hidráulicos más respetuosos con el entorno.
Problemática medioambiental
No se detalla mucho este aspecto, por existir otro artículo monográfico dedicado a este tema en esta misma publicación.
La problemática medioambiental aparece en diversos aspectos, pero básicamente son dos: la inundación de zonas
por embalses y la reducción de caudales en el cauce natural.
La inundación de zonas por los embalses crea una problemática muy compleja. Por una parte, se desplaza a poblaciones de su medio tradicional de vida, con unas costumbres
que son difíciles de cambiar y de valorar. Los terrenos afectados son adquiridos mediante pacto a sus propietarios, o bien
expropiados forzosamente debido a la utilidad pública de las
instalaciones. Sin embargo, existen daños inmateriales e intangibles que se provocan en las personas que no se pueden
satisfacer fácilmente y que crean malestar entre los afectados.
Otro problema grave al construir un gran embalse es la
afección a las comunicaciones, que son utilizadas por las poblaciones próximas y que se derivan en unos cambios en la
forma de vida diaria. En algunas zonas sudamericanas se ha
llegado a incomunicar poblaciones antes vecinas.
Como es natural, la construcción de embalses también
afecta a la fauna y a la flora, con destrucción de hábitats y
desplazamiento de especies, pero siempre en un plano distinto de la afección a personas.
La utilización hidroeléctrica de los embalses no produce
directamente contaminación de las aguas, sino todo lo contrario; de hecho es bien conocido el efecto depurador que poseen los embalses; sin embargo, un almacenamiento del agua
prolongado, en embalses que reciban una excesiva carga de
nutrientes (compuestos inorgánicos de nitrógeno y fósforo) o
de materia orgánica (vertidos residuales) puede provocar situaciones de eutrofización, con la consiguiente alteración de
la calidad del agua, particularmente manifiesta en los periodos estivales a través de un descenso continuado, incluso hasta el agotamiento, de la concentración del oxígeno disuelto en
las aguas más profundas.
Las consecuencias de la eutrofia se manifiestan de diferentes formas, siendo las más graves la afección a las poblaciones
piscícolas (toxicidad, falta de oxígeno disuelto) y la generación
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de plantas acuáticas, malos olores y baja calidad del agua, invalidando la posibilidad de otros usos. Estos efectos se pueden
dar tanto en el interior del embalse como aguas abajo.
La implantación de embalses conlleva otro tipo de problemática, además de la mencionada, como es la retención de
sedimentos que de forma natural son transportados por el río,
el cambio climático que producen en el entorno, derivado de
las nieblas y la humedad, así como la barrera que la presa
supone para la fauna piscícola, muchas veces imposible de
salvar. En cuanto a la reducción de caudales por los cauces,
lo natural es exigir un caudal ecológico que permita mantener la biodiversidad de los elementos en el cauce sin que se
vea afectada por el cambio.
Existe una problemática difícil de solucionar, derivada de
la exigencia social cada vez más elevada en los aspectos medioambientales que atañen a los cauces fluviales. Las antiguas concesiones no exigían caudales ecológicos, por lo que
no es extraño observar cauces absolutamente secos cuando
existe un canal en derivación que circula en paralelo. Algunas Administraciones están empezando a exigir la circulación
de caudales ecológicos por los cauces, sin aportar ninguna
contrapartida a cambio. Es evidente que la exigencia social
debe estar por encima de los intereses de utilización hidroeléctrica, pero sin afectar los intereses económicos de las inversiones realizadas. Una solución podría estar en un pacto
entre el Concesionario y la Administración, de modo que se
aumentase el plazo concesional a cambio de una reducción
de los caudales aprovechables. En el caso de embalses con
centrales en derivación, podría autorizarse la construcción de
centrales de pie de presa para caudales ecológicos. De este
modo, se paliarían en parte las pérdidas producidas por la
central principal.
Una forma de considerar los beneficios de la energía hidráulica, desde el punto de vista de energía renovable con
ausencia de emisiones de CO2, es la de primar su producción
a nivel mundial a base de “bonos ecológicos”, de modo que
las empresas deban tener un determinado porcentaje de producción no contaminante, pudiendo comerciar con el exceso
de la misma a fin de compensar a los deficitarios.
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Juan Manuel Buil Sanz
Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos
Endesa Generación–Ingeniería e I+D–Área Hidráulica. Subdirector.
Profesor encargado de “Presas y aprovechamientos hidroeléctricos”
E.T.S.I.C.C.P. de Barcelona, U.P.C.
Referencias
– Unesa
– Dams and Energy: Hidropower as the Preferred Alternative, A. Bartl. I.H.A.
– Energía hidroeléctrica. Repaso formal a algo más de 100 años de historia, J.M. Bergua.
– Endesa Generación. Equipo hidráulico.
– Archivo fotográfico Endesa Generación. Iberdrola.
O.P. N.o 52. 2000
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