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LA PROMOCIÓN DE LA LECTURA EN CONTEXTOS NO ESCOLARES EN
VENEZUELA1, 2
Profs. Oscar Alberto Morales
Ángel Gabriel Rincón
José Tona Romero
Grupo Multidisciplinario de Investigación en Odontología
Facultad de Odontología, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela
Yo creo que ellas encontraron una parte de sus corazones en las lecturas
que trabajamos, nunca pregunté qué entendieron o qué no entendieron
de la lectura, lo que sí me queda claro es que había manifestaciones de
afecto conmigo y con sus hijos, afecto que este espacio mágico les
proporcionaba a ellas y a mí (Merino Oliveros, 2004, p. 50).
INTRODUCCIÓN
En América y España se promueve ampliamente la lectura como práctica social, tanto
dentro como fuera de la escuela. En contextos no escolares se han llevado a cabo experiencias de
fomento de la lectura de las maneras más sorprendentes: se ha registrado y analizado desde las
bibliomulas, bibliobuses y bibliomorrales, hasta los bibliobotes, palabras compuestas que denotan
la característica del medio por el cual se ofrece acceso a la lengua escrita. Igualmente, se han
desarrollado programas de animación de la lectura en hoteles, bibliotecas públicas, hospitales,
transportes públicos, estadios, estaciones, calles y a través de la televisión.
Algunos de estos programas de promoción de la lectura tienen como principal audiencia
los ciudadanos comunes, especialmente quienes viven en zonas alejadas de los centros urbanos,
tienen dificultades económicas, u obstáculos culturales y psicológicos que lo han alejado de los
libros, del texto escrito (tanto impreso como electrónico), del acervo cultural de la humanidad. En
ocasiones, por medio de la lectura se ofrecen soluciones a los distintos problemas con que se
enfrentan diariamente los miembros de las comunidades.
Pese a tan variado repertorio de experiencias de promoción de la lectura, en Venezuela no
se ha estudiado sistemáticamente la manera como se anima, se fomenta la lectura en ambientes
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extra escolares. La mayoría de las investigaciones realizadas estudian las prácticas escolares que,
aunque de suma importancia, no representan la totalidad de las prácticas de la lectura como
práctica social que se da en una sociedad alfabetizada como la venezolana, no ofrece respuestas
ni representan alternativas para quienes han estado excluidos del sistema escolar.
En vista de esto, intentando lograr un acercamiento a la naturaleza del proceso de
promoción de la lectura en ambientes no convencionales, se plantea el siguiente estudio, de
carácter exploratorio, con el que se busca conocer cómo se promueve la lectura en contextos no
escolares en Venezuela.
La promoción la lectura
Según Petit (2001), la promoción de la lectura es una idea reciente. Por mucho tiempo,
tanto en Europa como en Latinoamérica, la preocupación se ha centrado en los peligros que
conllevan la práctica y difusión “descontrolada” de la lectura. Por lo general, los esfuerzos se
centran en determinar qué es lo que se debe leer, qué está proscrito, cuál es la buena y la mala
literatura, cuáles son los autores fundamentales, entre muchas otras limitaciones. Es en este
contexto, que son muy pocas las iniciativas dirigidas a hacer que una gran mayoría lea textos
significativos, independientemente de su contenido, para aprender, disfrutar o informarse.
Aunado a esto, numerosos estudios han demostrado que la lectura no se promueve de una
forma equitativa para todas las personas. Como lo señala Petit (2001), mientras que para algunos
todo está dado al nacer, para otros a las distancias geográficas se les agrega las dificultades
económicas y obstáculos culturales y psicológicos. Para quienes viven en barrios pobres o en el
campo, los libros son objetos raros y poco familiares. Estas personas están separadas de la lengua
escrita por verdaderas fronteras visibles e invisibles.
La promoción de la lectura es una práctica social dirigida a transformar positivamente las
maneras de percibir, sentir, valorar, imaginar, usar, compartir y concebir la lectura, como
construcción sociocultural. Desde esta perspectiva, la promoción de la lectura relaciona al
hombre con la lectura.
La promoción de la lectura implica todas aquellas actividades que propician, ayudan,
impulsan y motivan un comportamiento lector favorable, o en algunos casos más intenso del que
se acostumbraba (Varela, 1999). En palabras de Petit (2001), es introducir a los niños,
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adolescentes y adultos a una mayor familiaridad y a una mayor naturalidad en el acercamiento a
los textos escritos.
Sastrías (1998) señala que la promoción de la lectura son todas aquellas prácticas que
tienen como propósito hacer que las personas se acerquen a lengua escrita y lean: padres,
maestros, estudiantes, amas de casa, obreros, desempleados (desocupados), hinchas, feligreses,
clientes, pacientes, votantes.
Desde la perspectiva del escritor, García Márquez (1996) sostiene que la promoción de la
lectura no debería ser mucho más que una buena guía de lecturas, un encuentro para sugerir,
recomendar libros, cuentos y novelas producto de la experiencia propia; una oportunidad para
embriagar al lector potencial con fragmentos encantadores, que atrapan, conectan y enamoran
hasta el lector más reticente. Cualquier otra pretensión, advierte este autor, sólo serviría para
alejar a los lectores, para asustarlos.
La promoción puede darse en distintos espacios: el hogar, la escuela, los espacios
públicos en general, los lugares de trabajo. Foucambert (1983) sugiere que la motivación en torno
a los libros, revistas, periódicos debería ampliarse y descentralizarse hacia los lugares de trabajo,
de vida y de esparcimiento. Lo que importa es que la gente descubra la calidad del lazo que se
establezca entre ellos y el texto. Se trata de hacer vivir a los libros en lo cotidiano.
Los promotores de la lectura
Para promover la lectura no hace falta formación académica, grandes equipos cuantiosos
materiales. Sólo se requiere tener deseo de construir nuevos lectores. Para Petit (2001), una
persona que ama los libros, en un momento dado, desempeña el papel de “iniciador”, alguien que
puede recomendar libros.
Jiménez (1999) sostiene que el promotor de la lectura es quien siembra y abona en el otro
la necesidad y el interés de leer, activa, a través de la oralidad, los saberes cotidianos que sirven
de bien para la lectura. Coincidiendo con García Márquez (1996) Petit (2001) define al promotor
como una persona que ama los libros, alguien que puede recomendar libros. Esta autora añade
que “…puede ser alguien cercano que ha tenido acceso a la lectura, puede ser de otro medio
social que uno conoce por la vía de relación o por la militancia. Puede ser algunas veces un
docente… o puede ser un bibliotecario o un trabajador social…” (pp. 25-26).
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Es evidente que la familia, el gobierno, las empresas públicas y privadas, la iglesia, en
general toda la sociedad, debe desempeñar un rol protagónico en la formación de nuevos lectores,
en mantenimiento de los existentes.
Formas de promover la lectura
Existen múltiples posibilidades de promover la lectura en nuestra sociedad, determinada
por la cultura alfabetizada e inundada de lengua escrita. Para crear lectores autónomos y
competentes se requiere la participación de todos los miembros de la sociedad. “Todos” incluye
la familia (papá, mamá, abuelo, abuela, hermanos, tíos, en fin, todos quienes puedan leer y
compartir la lectura, o puedan contar historias); el Estado, a través de las instituciones
gubernamentales: hospitales, oficinas, bibliotecas; escuelas, tanto oficiales como privada:
universidades, institutos, escuelas, colegios; las empresas públicas y privadas (consultorios
médico-odontológicos, peluquerías, panaderías, entre otras); y la iglesia. Esto indica que nadie
está exento de contribuir, en algún grado, con esta enorme responsabilidad.
En Venezuela, para apoyar los programas educativos: Misión Robinson I, que ofrece
alfabetización y la 1.º etapa de educación formal, Misión Robinson II, que ofrece la 2.º etapa de
educación formal, Misión Rivas, que gradúa hasta la 3.º etapa, y misión Sucre, que les garantiza
la culminación del bachillerato a jóvenes y adultos que históricamente habían sido excluidos del
sistema educativo formal, el Ejecutivo Nacional entrega una biblioteca familiar a egresados y
estudiantes de estos programas.
En Barcelona, España, el día de San Jorge o Sant Jordi, patrono de Cataluña, las personas
se regalan libros entre sí. Por supuesto, además de los lectores y promotores de lectura,
actualmente los promotores de tan interesante costumbre son las mismas empresas editoriales, las
cuales, para la celebración de este día, realizan campañas de mercadeo como la exposición y
venta de libros en las principales calles de la comunidad.
Antecedentes
En el ámbito escolar venezolano, se han realizado y ejecutados numerosos proyectos
pedagógicos de promoción de la lectura en las escuelas, bibliotecas y salones de clases.
Rodríguez (1994) ejecutó una propuesta de promoción y acercamiento hacia la lectura, con un
grupo de madres venezolanas, para desarrollar una toma de conciencia de que la lectura y la
escritura son herramientas para mejorar la calidad de vida de los miembros de la familia.
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Maldonado (1997) y Varela (1999), por su parte, desarrollaron sendos proyectos para promover
la lectura en el salón de clases de una escuela oficiales, como parte de los cuales crearon
bibliotecas literarias ambulantes para que los alumnos de distintos salones compartieran la
lectura.
Jiménez (1999) y Rangel (2000) diseñaron y ejecutaron proyectos dirigidos a promover la
lectura y la escritura de periódicos en el Estado Táchira: el primero mediante un periódico vecinal
y el segundo mediante periódico mural estudiantil.
Maldonado (1999) realizó un proyecto dirigido a incentivar el amor por la lectura en los
niños desde el preescolar del Jardín de Infancia Congreso de Angosturas, Táchira, a través de la
utilización de la mochila mágica del Banco del Libro.
En el nivel de educación Media diversificada, Tovar y Morales (2005) desarrollaron un
proyecto con propósito promover la lectura y la escritura de textos literarios breves,
especialmente cuentos y poemas.
En el ámbito universitario, Camejo, Marín y Morales (2004) desarrollaron un taller de
“cuento, ensayo y poesía” en la Facultad de Odontología de la Universidad de Los Andes.
Fuera del contexto escolar, Morales y Tovar (2000) realizaron una investigación basada
en la práctica de la lectura de cuentos de hadas en el Instituto Nacional del Menor (INAM),
Mérida, para brindarle a un grupo de niñas la posibilidad de disfrutar de la lectura de cuentos de
hadas, para aprovechar el potencial terapéutico para solucionar algunos de sus conflictos
emocionales.
El Círculo de Lectores Nuevos (CILEN) de Mérida desarrolla programas de alfabetización
y animación de lectura y escritura en zonas urbanas desfavorecidas socio-económicamente y en
comunidades rurales; además promueve el desarrollo de la lectura en comunidades ya
alfabetizadas que no tienen acceso permanente a la lengua escrita (Anzola, 1999).
El Banco del libro de Caracas tiene una reconocida trayectoria en la promoción de la
lectura. Han desarrollado varios proyectos e promoción de la lectura en cooperación con
empresas públicas y privadas. Entre estos se menciona (Banco del Libro, 2002): Refréscate
Leyendo y Leer para Vivir. El primero es un convenio con la empresa Coca-cola para
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promover la lectura. El otro consiste en propiciar encuentros afectivos e imaginativos por
medio de lecturas de cuentos y narración oral, dirigido a niños, padres y docentes de zonas que
han sido afectadas por destres naturales.
En el ámbito internacional, destacan las iniciativas y experiencias llevadas a cabo en
Puerto Rico (Biblioteca Juvenil de Mayagüez, Inc., 2000), en México y Estados Unidos
(Pulido, Ruiz, González, 2002; Merino oliveros, 2004) llevadas a cabo en comunidades
desatendidas y desfavorecidas socioeconómicamente.
Igualmente, Colombia tiene una amplia tradición en programas de promoción de lectura.
Desde el año 1988, Espantapájaros Taller (2000): un proyecto cultural ha procurado ofrecerles a
los colombianos, en especial a los niños, la oportunidad de crecer como lectores desde el
comienzo de la vida, y permitirles que encuentren placer en el encuentro con los libros. El
proyecto Cuentos en Pañales “una comunicación mágica para mamás y bebés”, club de
promoción de lectura para infantes, persigue desarrollar el interés por la lectura de niños de la 1.º
infancia, incentivando a las mamás a que les lean a los niños frecuentemente. Desde el año 1996,
en Cali, Miguel Caro Gamboa (2000) ha venido desarrollando talleres de promoción de lectura y
escritura fuera del horario escolar, dirigidos a niños y jóvenes.
En Argentina, la Institución argentina no gubernamental “Fundación Leer” (fundación
leer, 2005) realizó una investigación a objeto de diagnosticar la situación educativa relacionada
con el hábito de lectura. La investigación identifica la falta de habilidades de lectura como uno de
los motivos principales de la deserción escolar y la repitencia. Entre las iniciativas para mejorar
esta realidad se encuentran la distribución de textos literarios que el gobierno, en cooperación con
algunos escritores, realiza en algunas canchas de fútbol (Intentan promover la…, 2003).
En España, en un esfuerzo por lograr disminuir los índices de desinterés por la lectura, el
Gobierno Español ha firmado un convenio con los tres grandes diarios de ese país. El convenio
consiste en llevar diariamente cientos de ejemplares de los periódicos a las escuelas para que los
estudiantes lean y discutan, tanto dentro como fuera de clases (Comunidad Escolar, 2004).
Propósito
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La presente investigación persiguió analizar las prácticas de promoción de la lectura en
ambientes extra escolares, tanto urbanos como rurales, que se llevaban a cabo en el Estado
Mérida, Venezuela.
Preguntas de investigación
El logro de este propósito supone responder las siguientes preguntas de investigación:
¿Cómo se promueve la lectura en ambientes extra escolares?, ¿Qué actividades contempla las
prácticas de promoción?, ¿Es este un proceso consciente o inconsciente, formal o informal,
voluntario o involuntario?,
¿Qué instituciones promueven la lectura?, ¿Quiénes son los
responsables?, ¿A quiénes está dirigida la promoción de lectura?, ¿Cómo percibe la audiencia
esta práctica?, ¿Para qué se promueve la lectura?
Metodología
Esta es una investigación descriptiva explicativa, basada en el paradigma cualitativo. Se
adoptó este enfoque, ya que para estudiar la promoción de la lectura en contextos naturales es
necesario describir las actividades diarias, los motivos y significados, así como las acciones y
reacciones de los participantes en los contextos donde ocurren los eventos. Se consideraron sólo
los lugares públicos, ubicados tanto en zonas rurales como urbanas, que no se dedicaran a las
actividades escolares, Mérida, Venezuela.
Procedimientos de recolección de datos
Se utilizaron técnicas etnográficas de recolección de datos, tales como:
Entrevista no estructurada: Se entrevistaron los responsables y los participantes
beneficiarios y los promotores de la promoción de la lectura.
Observación participante: Se realizaron observaciones a las prácticas de promoción de
lectura en kioscos de revistas y periódicos, consultorios, hospitales y clínicas, plazas públicas,
edificios gubernamentales, templos religiosos, parques, centros comerciales, peluquerías,
panaderías, mercados.
Igualmente, se elaboró un álbum fotográfico digital, en el que se registraron las imágenes
más significativas para dar testimonio e ilustrar los resultados de la investigación. Dichas
fotografías sirvieron como un instrumento de registro de apoyo para analizar los datos de la
observación.
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Análisis de documentos escritos: Se analizaron los textos que se distribuyen en los sitios
públicos (Folletos, dípticos, y otros avisos informativos y publicitarios).
Entrevistas informales ocasionales no estructuradas: En los momentos cuando fue
posible, se sostuvieron conversaciones informales con miembros de las comunidades a objeto de
tratar temas generales referidos a la promoción de la lectura.
Indicadores que sirvieron como marco de referencia para la recolección de los datos
Los siguientes indicadores orientaron la recolección de los datos:
• Las prácticas de promoción de lectura que se realizan espontáneamente o de manera
planificada.
• Los textos que se distribuyen espontáneamente o de manera planificada.
• Actitud de los lectores y promotores frente a las prácticas de promoción de lectura.
• Discusiones en torno a la lectura.
RESULTADOS
Las siguientes categorías surgieron durante el proceso de análisis de los datos:
La lectura se puede promover en cualquier lugar
Se encontró que fuera de la escuela hay un sin fin de lugares en donde se práctica la
lectura y funcionan como centros de promoción de lectura: 1) Los kioscos de revistas y
periódicos es un especio que agrupa a lectores. 2) Los consultorios médicos y odontológicos son
lugares que generalmente implica esperar, según su naturaleza, poco tiempo o largos ratos. 3) Las
peluquerías y centros de belleza también le exige al cliente tiempo de espera, el cual se hace
menos pesado si hay la posibilidad de leer. 4) Los terminales de autobuses, aeropuertos y
estaciones son lugares en donde los pasajeros desean tener algún texto que leer para hacer más
corta la espera. 5) Los cafés, fuentes de soda, restaurantes y bares también son espacios propicios
para leer. 6) Los estadios y canchas pueden servir para estimular la lectura entre los fanáticos. 7)
Los parques y plazas públicas representan los lugares más idóneos para que las personas lean
placidamente y compartan lo que lean. 8) En las iglesias y templos, la lectura puede permitir que
los feligreses se acerquen a Dios. 9) Las oficinas públicas en las que los trámites administrativos
exigen largas esperas pueden favorecer la lectura.
El kiosco de periódicos: espacio natural para la lectura y su promoción
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La mayoría de los kioscos de revistas y periódicos funcionan como espacios de
encuentros entre los usuarios, que no siempre son clientes. Permiten que las personas lean y
compartan la lectura aún cuando no vayan a comprar el ejemplar en ese momento. Se acercan al
kiosco quien va a comprar el periódico o una revista, quien quiere enterarse gratuitamente de lo
que ha ocurrido en la región, el país o el mundo.
Generalmente, el dueño del local no se molesta por el hecho de que concurran a su lugar e
trabajo tanto quienes compran como quienes no lo hacen. Esta permisividad la apoyan en el
hecho de que las ventas se mantienen independientemente de si hay lectores no compradores.
Sólo se requiere que sean respetuosos y ordenados. Si mantienen las cosas como estaban, si no
destruyen ni obstaculizan el tránsito, entonces no hay problema.
Consideran que, en oportunidades, los kioscos más concurridos llaman los clientes. Si hay
mucha gente es por alguna razón. La presencia de lectores no clientes acerca a otros clientes
reales y potenciales.
Algunos sienten que realizan una labor social al permitir leer o las personar o al convertir
sus kioscos en centros de documentación. Estos son algunos testimonios:
“Si no hay bibliotecas y los niños necesitan hacer las tareas, no pierdo nada con
ofrecerles la posibilidad de que aprendan, se eduquen”.
“si alguien anda buscando trabajo, por ejemplo, uno puede ayudarlo dejando que lea el
periódico. Tal vez encuentra trabajo”.
“Ellos viene, como el señor (señalando a uno de los lectores), y comparten con uno. Si no
leo el periódico, él lo lee y e cuenta qué pasó. Ahí uno comparte”.
“Para las tareas, por ejemplo, llegó alguien y me dijo guárdeme los periódicos que hablen
de la vaguada, de la tragedia de Santa Cruz. Yo se los guardé”
“Otros los regalo, pero pierdo, es así como una cosa mía. Me dicen tiene algo por ahí de
tal cosa, un periódico viejo y yo le doy uno o dos o revistas viejas”.
Figura N.º 1 la lectura en torno al kiosco de revistas y periódico
Algunos sienten que su aporte puede trascender el kiosco. Envían a las escuelas de la
comunidad algunas de las revistas y periódicos que no se hayan vendido. Con eso, contribuyen
con la formación de los niños y llenan la carencia de bibliotecas escolares y públicas.
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En el kiosco se comparte la lectura de manera espontánea
Posterior a la lectura que se realiza en torno al kiosco de revistas y periódicos, se
desarrollan interesantes intercambios, tanto para argumentar puntos de vista como para incentivar
a que otro lea o se incorpore a las discusiones. Generalmente, se discuten sobre temas políticos,
sociales, económicos y deportivos. Hay usuarios fijos que, a pesar de la frecuencia con que
visitan el kiosco, no llegan a ser clientes; sin embargo, son estimados y extrañados.
Figura N.º 2 Las conversaciones en torno a la lectura en el kiosco
Promoción de la lectura y promoción de la salud: matrimonio fecundo
Existe una relación de cooperación recíproca entre la lectura y la educación para la salud.
Uno de los principales medios para la promoción de la salud y la prevención de enfermedades es
la lectura. Tanto en las clínicas privadas, hospitales públicos como en los consultorios médicos y
odontológicos, la lectura tiene un espacio ganado.
Para mantener textos disponibles en las salas de espera, sólo se requiere contactar a los
laboratorios y empresas que se encargan de la distribución de textos publicitarios sobre
medicamentos, materiales y equipos que, generalmente, están complementadas con algunos
textos de divulgación científica médicos odontológicos. “A veces se les dan los textos que las
empresas Colgate, Oral B, 3-M traen a los consultorios”
Los centros médicos públicos son los establecimientos que menos disponen de textos que
posibiliten la lectura. Generalmente, la presencia de textos para la promoción de la salud y la
prevención de enfermedades depende de iniciativas individuales o forman parte de las actividades
académicas y de extensión de las facultades del área de Ciencias de la Salud. No evidenció la
presencia de programas, planes ni proyectos de promoción de la salud ni de promoción de lectura.
Desde la perspectiva de los prestadores de servicio odontológico, “siempre he querido tener una
mesita para que el paciente tenga información para que aprendan sobre odontología”.
Otra persona agregó (yo deseo) “mejorar el ambiente de trabajo, hacerlo más acogedor y
atractivo para los pacientes y visitantes”. La posibilidad de ofrecer posibilidades de lectura y, por
medio de esta, promover la salud, es sólo una consecuencia.
Las personas están a favor, “Me parece muy importante y muy bien que haya carteleras
informativas y recreativas en el consultorio… Uno se informa sobre las enfermedades, su
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prevención y tratamiento, como la fiebre amarilla… además se distrae de la larga espera que hay
que vivir en los consultorios y ambulatorios públicos”.
Los empleados señalan que la presencia de textos es buena no sólo para los pacientes y
usuarios, sino también para ellas, como prestadoras de servicio. “Una aprende de todo, a como
prevenir infecciones, por ejemplo”.
Predomina la variedad textual
Existe una gran variedad, tanto temática como en la tipología textual. Se encuentran textos
publicitarios propiamente dicho, como avisos, propagandas y publicidades; textos expositivos;
literatura (narrativa y prosa breve); textos de divulgación científica (de educación para la salud
bucal, la salud en general y de temas científicos de otras áreas); textos de opinión científica;
textos jurídicos y textos religiosos. Desde el punto de vista de la función, predomina la persuasiva
con propósitos publicitarios. Es un tipo de publicidad atenuada a través de textos significativos e
interesantes.
Generalmente se encuentran revistas viejas que vienen encartadas en periódicos de
circulación regional y nacional; adicionalmente, hay revistas de interés general y de divulgación
científica: Nacional Geographic, Times, News Week, Reader’s Digest, Muy Interesante.
En un número significativo de lugares, principalmente consultorios médico odontológicos
y peluquerías, hay las revistas de farándula y estética: Vanidades, Variedades, Farándula.
Generalmente, es el dueño del establecimiento o el médico-odontólogo responsable quien lleva
este material.
Sólo en los consultorios médicos y odontológicos privados se encuentran revistas de
divulgación científica especializadas en salud y salud bucal, tal como Salud Integral.
Los usuarios están de acuerdo con el contenido, el tipo de texto y la fuente (o el
contenedor donde viene empaquetado) de los textos presentes. Están de acuerdo con la presencia
de textos aun cuando éstos estén desactualizados, sean de una publicación vieja o tengan una
presentación poco atractiva, como fotocopias, por ejemplo. Hay descontento, en cambio, sólo en
los casos en los cuales los establecimientos y lugares no cuentan con ningún tipo de material
impreso.
Existe una presencia permanente de periódicos en ambientes públicos no escolares. En
algunos casos, son los mismos usuarios, pacientes, clientes y acompañantes que los obsequian.
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Sustentan esta práctica en el hecho de ponerse en la posición del otro y aprender de la propia
experiencia. Muchas veces, han ido a lugares públicos donde tuvieron que esperar y
desafortunadamente no tuvieron textos para leer. “Es una pequeña contribución con la lectura”.
Muchas personas, pacientes y clientes, toman prestados los materiales de lectura cuando
hay textos interesantes que no logran terminar de leer y lo devuelven en su próxima visita. Otros,
en cambio, no los devuelven. En todo caso, la presencia de textos promueve la lectura inmediata
y diferida.
La lectura forma parte esencial de la espera
La primera opción a la que recurren los informantes mientras esperan es leer. Consideran
que cuando se lee, el tiempo de espera se hace más corto. Además, disminuye las preocupaciones,
el estrés. En el caso de las consultas médicas, los pacientes disipan el miedo al procedimiento
clínico y las preocupaciones por la enfermedad. Ellos lo han expresado de la siguiente manera:
“(leer) Es bueno porque se pasa rápido el tiempo de la espera”
“En los consultorios una se aburre y el tiempo de espera es largo cuando no hay que leer”
“procuramos que haya materiales de lectura para que los pacientes se distraigan, se
informen y hagan su estadía más confortable”.
“siempre llego… toma la revista y leo lo que me interesa”
Los clientes, pacientes y usuarios reclaman promoción de lectura
Permanentemente, los usuarios exigen que se adquiera material de lectura para que quien
lo desee pueda leer y, en consecuencia, aprender, educarse. “Debería haber revistas sobre salud…
para leer y educarse en relación con la salud y la enfermedad”. “me gusta que haya cosas para
leer… preferiblemente relacionado con la enfermedad”.
Contra los pronósticos pesimistas de que la televisión desplazará a la práctica de la lectura
y al texto escrito, todos los pacientes y acompañantes entrevistados sostuvieron que preferían la
lectura que la televisión. En vista de esto, sugerían y algunos exigían la presencia de revistas,
periódicos y folletos.
“Prefiero consultorios que tengan revistas actualizadas… prefiero leer que la televisión”
La recepcionista de una clínica privada muestra su testimonio en relación con lo que
hacen los pacientes: “Aquí llegan pacientes muy enfermos… hay pacientes con cáncer… ellos no
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ven televisión… a ellos les gusta más bien alguna revista que les hable de la enfermedad que
tienen”
El abismo entre lo rural y lo urbano en relación con la promoción de la lectura
Las comunidades que se encuentran en contextos rurales y semirurales están doblemente
desfavorecidas en relación con la promoción de la lectura. Por un lado, padecen las carencias que
comparte toda la sociedad: falta de bibliotecas, ausencia de programa, proyectos y panes de
lectura, tanto públicos como privados; por otro lado, tampoco gozan de las iniciativas aisladas de
promoción de lectura que se llevan a cabo en algunos lugares públicos en las zonas urbanas:
peluquerías, kioscos, consultorios, panaderías, fuentes de soda, salas de espera, entre otros.
Una de las pocas fuentes de promoción de la lectura es la que llevan a cabo las distintas
iglesias asociadas al cristianismo: Católica, Evangélica, Mormón, Testigos de Jehová. A través de
su peregrinación, le ofrecen a los miembros de la comunidad, gratuitamente o a muy bajos costos,
textos humanísticos, religiosos, literarios (fábulas, parábolas, cuentos).
¿Para qué se lee fuera de la escuela?
Fuera de la escuela, la lectura se usa para vehiculizar las distintas funciones y usos del
lenguaje. Los informantes de este estudio indicaron que usan la lectura para: distraerse y
entretenerse, hacer agradable la espera, informarse, educarse y aprender, compartir, ayudar a
otros, disminuir la ansiedad y el estrés.
Es evidente que supera a la escuela en relación con los usos que s le da a la lectura. En
ningún caso, se registró la lectura para controlar, penalizar, castigar, o ridiculizar, usos
característicos de la lectura en la escuela (Morales, 2000).
CONCLUSIONES
Todas las prácticas de promoción de lectura encontradas son espontáneas; dependen de la
concepción de lectura, lector y promoción de lectura que tiene el promotor. En ningún caso,
responden a políticas estatales o institucionales de lectura; tampoco forman parte de proyectos de
empresas ni instituciones educativas.
La mayoría de las iniciativas privadas son guiadas predominantemente por los intereses
publicitarios, por el interés de promover un producto o un servicio; sin embargo, indirectamente,
promueven el interés por leer, fomenta esa práctica, ya que además del texto publicitario incluyen
textos sobre temas de interés general, especialmente de promoción de la salud, atractivos,
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generalmente para todo el público. Adicionalmente, cuando hay textos sobre salud y enfermedad,
además de la publicidad y la lectura, también se promueve la salud.
La promoción de la lectura se percibe como una labor social que se desea hacer, como una
contribución con la comunidad. De esa manera la comunidad asume el rol protagónico en la
promoción de la lectura que debieran tener la universidad y el Estado, entro otras instituciones.
A pesar de que muchos estudios han mostrado que la televisión ha desplazado al texto y a
la lectura, informantes de este estudio indicaron que preferían la presencia de libros, revistas y
folletos. La espera, en este sentido, está asociada a la lectura. Se recurre a la televisión sólo en
aquellos casos cuando es la única alternativa, cuando no hay que leer.
Esto demuestra que la promoción de la lectura es una tarea de todos, que se desarrolla día
a día, con la contribución de toda la sociedad. Aun cuando el estado no desarrolle políticas de
promoción, se debe fortalecer las iniciativas individuales.
Es indispensable que la escuela aprenda de las prácticas de lectura y su promoción que se
llevan a cabo fuera de ella; si queremos abolir el analfabetismo (incluido en funcional), y
aumentar el número de lectores autónomos y competentes, si queremos hacer que crezca el
número de amantes de la lengua escrita, debemos crear programas para todos.
Notas:
1 Este trabajo forma parte de un proyecto de investigación más amplio sobre la promoción de la
lectura titulado “Promoción de la lectura en ambientes extra escolares en el Estado Mérida,
Venezuela”, Código: O-092-04-04-A, financiado por el Consejo de Desarrollo Científico,
Humanístico y Tecnológico (CDCHT) de la Universidad de Los Andes.
2 Partes de esta investigación fueron presentadas como ponencia en el VIII Congreso
Latinoamericano para el Desarrollo de la Lectura y La Escritura, realizado en San Juan,
Puerto Rico, Junio del 2005, con el financiamiento del Consejo de Desarrollo Científico,
Humanístico y Tecnológico (CDCHT) de la Universidad de Los Andes, y en el .
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Figura N.º 1 la lectura en torno al kiosco de revistas y periódico
Figura N.º 2 Las conversaciones en torno a la lectura en el kiosco
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