Tema 1 - OCW - Universidad de Murcia

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GRADO EN GEOGRAFÍA Y ORDENACIÓN
DEL TERRITORIO. ASIGNATURA:
PATRIMONIO CULTURAL-TEMA 1
Mª Dolores Palazón Botella-María Griñán Montealegre
TEMA 1: EL PATRIMONIO CULTURAL. CONCEPTOS Y PRINCIPIOS PARA SU
CONOCIMIENTO Y APLICACIÓN
1. Patrimonio cultural: Definición y líneas de actuación
Patrimonio tiene su origen en la palabra latina patrimonium, cuya raíz deriva de la
palabra pater, y se emplea para referirse a los bienes que se heredan de las
generaciones anteriores o a los que una persona reúne a lo largo de su vida. Pero
también se usa para aludir al patrimonio colectivo, no ya al individual o propio, el cual
además tiene un componente cultural en nuestro caso, y que se encuentra formado
por los vestigios de las civilizaciones y culturas pasadas. Ello conforma una herencia
cultural digna de ser conservada por el valor que tiene, que debemos ir transmitiendo y
que actualmente puede servirnos no solo para conocerlo y valorarlo, sino para
convertirlo en protagonista de acciones que repercuten en nuestra sociedad dando
cobertura a nuevas iniciativas culturales, económicas y laborales. Por ello se considera
que “(…) es un activo valioso que transcurre del pasado al futuro relacionando a las
distintas generaciones” (Ballart, Juan, 2010, p. 12).
Así podemos decir que el patrimonio cultural lo conforman los bienes muebles,
inmuebles e inmateriales que la sociedad actual ha heredado de sus ascendientes, a
los que se ha dotado de valor por ser representantes de la identidad cultural de sus
ancestros y sobre los cuales se proyectan medidas y acciones destinadas a su
conservación y protección legal para evitar su pérdida y deterioro, con el objetivo de
que sigan transmitiéndose de generación en generación, a los que se suman los
referentes que su propio momento está generando.
Sus inicios son tan remotos como la propia historia del hombre, pues desde las
civilizaciones antiguas siempre ha habido un interés por mantener el legado de sus
antecesores o hacerse con el de sus oponentes, dependiendo del caso, con el
cometido de emplearlo como testimonio de su capacidad por apreciar los objetos
histórico-artísticos de otros, pensemos en el caso de la herencia griega y romana. Una
acción que a menudo también puede suponer un ejercicio de fuerza y poderío al
apropiarse de los referentes de otros, e incluso considerarlos parte de su botín de
guerra o provocar su destrucción con el fin de aniquilar la presencia de una civilización
admirada o negada, como testimonian algunas de las acciones abordas por Napoleón
durante sus campañas militares o los atentados que actualmente el patrimonio está
sufriendo en algunos países islámicos (Ballart, Juan, 2010).
Y antes proseguir se hace preciso realizar una concreción sobre los elementos que
engloba. Hemos indicado que tiene un sustrato material o tangible, es decir, que
tiene una esencia físico-espacial en la cual se engloban a su vez dos subtipos:
mueble, con unas características físicas que permiten su traslado sin que ello derive
en perder su significado (pintura, escultura, libro, etc.); e inmueble, aquel que por sus
características no se puede trasladar o en el caso de hacerlo pierde parte de su
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significado por estar vinculado a un entorno determinado (catedral, castillo, paisaje,
patio, iglesia, etc.). Por su parte el inmaterial o intangible se sustenta en un soporte
no físico, aunque dependa de elementos tangibles, y adquiere la forma de una
manifestación efímera o temporal como se puede testimoniar en una romería, un
desfile procesional, una representación teatral o un canto, entre otros múltiples
elementos que incluyen el lenguaje y formas de expresión determinadas.
Estos tres sustratos tienen una relación expresa con el territorio, quizás sea más
evidente en el caso del inmueble, pues se ubica en un entorno que acaba por ser parte
activa del mismo, y a la inversa, pero lo cierto es que el mueble se gesta para ubicarse
también en espacios concretos que pueden ser tanto su continente, los inmuebles que
los custodian, como los núcleos urbanos o paisajísticos en los que se asienta, caso de
una escultura.
Y de igual modo ocurre con el inmaterial, el cual se desarrolla siempre en espacios
públicos vinculados a determinadas áreas territoriales, urbanas, rurales o marítimas,
que conforman parte de los mismos, pues sin ellos no sería posible contextualizar la
acción, es decir; las procesiones marineras que anualmente se celebran en nuestro
país en el día de la festividad del Carmen no se pueden desvincular del mar o los
tribunales de las aguas que todavía siguen en activo en el Levante español, no tienen
razón de ser sin el mantenimiento de los territorios huertanos que sus leyes llevan
siglos defendiendo.
Como se puede observar el patrimonio cultural, en cualquiera de sus vertientes, está
vinculado al territorio en el que se asienta, es indisoluble del mismo, y por lo tanto esta
mera cuestión, que es una de sus esencias, marca cualquier aspecto que pueda
desarrollarse sobre el mismo puesto que una mínima variación en su uso o una ligera
modificación en el espacio que lo conforman pueden derivar en la pérdida de aspectos
importantes para su mantenimiento. Por estos motivos el geógrafo debe conocer las
implicaciones del patrimonio cultural para poder así actuar sobre él de manera correcta
a la hora de tomar las decisiones que le afecten.
2. Del patrimonio histórico-artístico al patrimonio cultural
Pese a que para algunos el patrimonio cultural es una cuestión reducida al sustrato
histórico-artístico que tradicionalmente han sustentado los monumentos, la
arqueología y las obras de arte, realmente es un concepto en permanente
construcción que paulatinamente va abarcando bajo sus disposiciones nuevos
referentes y aspectos que le hacen ir ampliando sus fronteras. Por ello ha adquirido
varias formas conceptuales para consolidar cada una de las progresiones que ha
sufrido.
Inicialmente la manera de referirse a él se expresaba a través del patrimonio
histórico-artístico. Su base era el legado material que conformaban básicamente los
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monumentos, las obras de arte y la arqueología por su interés artístico e histórico,
potenciándose estos aspectos por encima de otros, situación que predominó hasta el
siglo XX cuando una serie de acontecimientos derivaron en una modificación en su
denominación. Ello estuvo sustentado en los cambios que impulsarían los conflictos
bélicos que protagonizaron la primera mitad del siglo XX, cuando se sumó la pérdida
total o paulatina de algunos referentes histórico-artísticos a una nueva manera de
concebir e interpretar el sustrato histórico a través de referentes patrimoniales que
hasta entonces no habían sido tenidos en cuenta, pero que conformaban la identidad
de los pueblos, caso de los elementos etnográficos. También se comenzó a ampliar su
frontera dado que se comenzó a apreciar el patrimonio de otros países y este se dejó
de constreñir a áreas geográficas determinadas, aquellas que se consideraban que
tenían un mayor protagonismo por su supuesto pasado histórico, así países africanos
y asiáticos comenzaron a ver valorado su propio patrimonio.
Estas disposiciones fueron paralelas a la activación de una serie de medidas
internacionales, como la creación de entidades tales como la “Organización de las
Naciones Unidas, para la Educación, la Ciencia y la Cultura” (UNESCO), que
impulsarían la atención sobre los referentes patrimoniales de los pueblos. Fruto de ello
fue la “Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto
Armado”1 (UNESCO, La Haya-1954), cuando el concepto de bien cultural comenzó a
adquirir forma y a sustituir al de monumento como vocablo exclusivo para referirse a lo
que era patrimonio, el cual ahora pasaba a ser una categoría del patrimonio cultural,
algo que permitió también modificar la consideración histórico-artística del patrimonio
por la de patrimonio cultural. En este documento se indicaba que pasarían a
considerarse bienes culturales: “(A) Los bienes, muebles e inmuebles, que tengan una
gran importancia para el patrimonio cultural de los pueblos, tales como elementos de
arquitectura, de arte o de historia, religiosos o seculares, los campos arqueológicos,
los grupos de construcción que por su conjunto ofrezcan un gran interés histórico o
artístico, las obras de arte, manuscritos, libros y otros objetos de interés histórico,
artístico o arqueológico, así como las colecciones importantes de libros, archivos o
reproducciones de los bienes antes definidos”. Así como “(B) los edificios cuyo destino
principal sea conservar o exponer los bienes culturales muebles definidos en el
apartado a), tales como museos, las grandes bibliotecas, los depósitos de archivos así
como los refugios destinados a proteger en caso de conflicto armado los bienes
culturales muebles definidos en el apartado a)”. Y “(C) los centros que comprenden un
número considerable de bienes culturales definidos en los apartados a) y b), que se
denominarán centros monumentales”.
El texto no recogía una definición explícita y concreta de bien cultural, algo que
aportaría el trabajo desarrollado en Italia la “Commissione Franceschini”, quien entre
1964 y 1967 analizó la situación del patrimonio cultural italiano, donde se definió el
mismo como: “(…) los bienes que hagan referencia a la historia de la civilización”
(González-Varas, 1999, p. 45).
1
Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado:
http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=13637&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html [16/06/2015].
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Con estas nuevas disposiciones era posible ampliar los límites de lo hasta entonces
considerado patrimonio, aspectos que serían reforzados por la “Convención sobre la
Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural” (UNESCO, París-1972)2, donde
se indicaba que se consideraría patrimonio cultural aquellos elementos que se
ajustarán a su distribución en:

Monumentos: Obras arquitectónicas, de escultura o de pintura monumentales,
elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y
grupos de elementos, que tengan un valor universal excepcional desde el
punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia.

Conjuntos: Grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura,
unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde
el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia.

Lugares: Obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así
como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor
universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o
antropológico.
Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural (UNESCO, París1972).
Conceptos:
- Patrimonio cultural: Patrimonio colectivo representado en los bienes muebles,
inmuebles e inmateriales que la sociedad actual ha heredado de sus ascendientes, a
los que se ha dotado de valor por ser representantes de la identidad cultural de sus
ancestros y sobre los cuales se proyectan medidas y acciones destinadas a su
conservación y protección legal para evitar su pérdida y deterioro, con el objetivo de
que sigan transmitiéndose de generación en generación, a los que se suman los
referentes que su propio momento está generando.
- Bien cultural: Cada uno de los elementos que conforman el patrimonio cultural.
- Patrimonio material o tangible: Aquel que tiene un sustrato físico y espacial en el
que se engloban a su vez los subtipos:
o
Mueble: Con unas características físicas que permiten su traslado sin
2
Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural: http://whc.unesco.org/archive/conventiones.pdf [16/06/2015]. Este documento asentaría las bases para la puesta en marcha de la Lista de Patrimonio de la
Humanidad donde los elementos culturales y naturales más significativos serían reconocidos con esta distinción. En lo
que respecta al patrimonio natural indicar que el citado documento también recoge las figuras en las que se
englobarían sus referentes: los monumentos naturales constituidos por formaciones físicas y biológicas o por grupos de
esas formaciones que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético o científico; las
formaciones geológicas y fisiográficas y las zonas estrictamente delimitadas que constituyan el hábitat de especies,
animal y vegetal, amenazadas, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético o científico; y
los lugares naturales o las zonas naturales estrictamente delimitadas, que tengan un valor universal excepcional desde
el punto de vista de la ciencia.
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o
que ello derive en una pérdida significativa de su significado (pintura,
escultura, etc.).
Inmueble: Aquel que por sus características no se puede trasladar o
en el caso de hacerlo pierda su significado (catedral, castillo,
monasterio, etc.).
- Patrimonio inmaterial o intangible: Referentes que se sustenta en una
manifestación efímera o temporal a través de una tradición, interpretación o
recreación que emplea elementos materiales.
Estas cuestiones supusieron que a partir de entonces el patrimonio cultural acoja los
elementos identitarios de los pueblos, sin basarse únicamente en el criterio artístico,
su cronología o su ubicación en un país o continente determinado. Pero es que
también permitiría incluir bajo su sustrato nuevos referentes patrimoniales y verlos de
manera conjunta y no sesgada, entre los cuales se encontraban los referentes
paisajísticos, arquitectónicos y urbanos, aspectos vinculados al territorio.
Evolución denominación
patrimonio
Patrimonio histórico-artístico
Patrimonio cultural
Patrimonio integral
Valores históricos y artísticos
Obras de arte
Monumentos
Sustrato arqueológico
Valoración de aportes históricos,
artísticos y científicos
Consideración de los referentes
de todos los pueblos y culturas
Aparición del concepto de bien
cultural
Conexión del referente con su
entorno
Patrimonio cultural + Patrimonio
natural
Resumen evolución concepto patrimonio. Fuente: Palazón.
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Con estos aportes se demuestra como el patrimonio histórico-artístico pasó a
englobarse dentro del patrimonio cultural, donde ya era posible atender nuevas
cuestiones, y en donde el territorio era una línea de acción común, pues no son
elementos ajenos, sino que existe una estrecha relación entre ambos dado que el
referente patrimonial no se debe ver, ni tratar, de una manera aislada sino que cada
vez más se tiene en cuenta la consideración que se establece entre este y su entorno.
E incluso la afección cultural acabaría dando paso a la de patrimonio integral, donde
se articulan en un mismo ente el patrimonio cultural y el patrimonio natural, puesto que
lo que se quiere poner de relieve, una vez más, es la conexión entre ambos, al ser el
territorio el vínculo de la unión de estos dos patrimonios diferentes en sus formas pero
con una relación implícita.
Cada uno de estos cambios en su denominación ha ido acompañado de un aumento
de sus fronteras que, sin embargo, no ha impedido que pervivan sus denominaciones,
pues actualmente se emplea para referirse a lo mismo patrimonio histórico, patrimonio
histórico-artístico o patrimonio cultural.
3. Los bienes culturales: Características y categorías
Los bienes culturales aglutinan bajo esta disposición obras maestras del hombre,
ejemplos de cambio y progresión, testimonios únicos y excepcionales, ejemplos de
períodos históricos u acontecimientos, tradiciones e ideas que tienen un significado
excepcional (Macarrón, 2008).
Los mismos se engloban en dos grandes categorías: material o tangible, con sus
subtipos en muebles e inmuebles; e inmaterial o intangible. En esta primera
consideración se tiene en cuenta su soporte y características físico-espaciales. Pero
hay otras categorías entre las cuales se engloban los mismos, sus referentes, y que es
preciso conocer en este momento inicial para ir teniendo constancia de las mismas ya
que serán el soporte de próximas cuestiones a ver.
La legislación española reconoce dentro de los bienes culturales a bien de interés
cultural (BIC), siendo una figura otorgada por las administraciones con competencias
en el patrimonio cultural para remarcar aquellos que van a tener la máxima figura de
protección; una protección total que va a limitar cualquier intervención, actuación o
decisión sobre los mismos. Es por tanto una figura protectora plena que pretende
ayudar en su conservación y revalorización. Asignar esta figura lleva implícito otorgarle
una nueva categoría, que los engloba en varias figuras dependiendo de la ley
patrimonial que se le aplique.
España cuenta con dos soportes legislativos en materia de patrimonio cultural
específicos. El primero es de corte nacional y se recoge en la ley de patrimonio
histórico español que desde 1985 es la herramienta que regula el mismo en todo el
territorio. El segundo es de corte autonómico y atendiendo a la consideración de
nuestro país basado en un régimen de autonomías que tienen las competencias sobre
el patrimonio de su territorio, cada una de estas secciones ha ido desarrollando su
propia legislación en esta materia, motivo que ha derivado en que se disponga de una
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ley patrimonial por cada comunidad. Hasta la articulación y entrada en vigor de estas
leyes propias, ha predominado la ley nacional que ha sido la base para el sustento de
sus homologas, pero a la vez ha sido superada por estas dado que la nacional no se
ha adaptado a las nuevas disposiciones, ni a los nuevos avances que en los últimos
30 años se han producido en este campo. Es en estas leyes donde se recogen las
disposiciones para que las comunidades, en este caso, asignen la categoría de BIC,
un aspecto que lleva aparejada la necesidad de aglutinarlo, en el caso de los
inmuebles, bajo una de las categorías que tienen determinadas.
La UNESCO, en su convención de París los englobaba en monumentos, conjuntos y
lugares, siguiendo esta disposición en España su ley nacional articuló que los BIC´s se
deberían acoger a estas figuras3:
o
Monumento: Bienes inmuebles que constituyen realizaciones arquitectónicas
o de ingeniería, u obras de escultura colosal siempre que tengan interés
histórico, artístico, científico o social.
o
Jardín histórico: Espacio delimitado, producto de la ordenación por el hombre
de elementos naturales, a veces completado con estructuras de fábrica, y
estimado de interés en función de su origen o pasado histórico o de sus valores
estéticos, sensoriales o botánicos.
o
Conjunto histórico: Agrupación de bienes inmuebles que forman una unidad
de asentamiento, continua o dispersa, condicionada por una estructura física
representativa de la evolución de la humanidad por ser testimonio de su cultura
o constituir un valor de uso y disfrute para la colectividad. Asimismo es
conjunto histórico cualquier núcleo individualizado de inmuebles comprendidos
en una unidad superior de población que reúna esas mismas características y
pueda ser claramente delimitado.
o
Sitio histórico: Lugar o paraje natural vinculado a acontecimientos o
recuerdos de pasado, a tradiciones populares, creaciones culturales o de la
naturaleza, y a obras del hombre, que poseen valor histórico, etnológico,
paleontológico o antropológico.
o
Zona arqueológica: Lugar o paraje natural donde existen bienes muebles e
inmuebles susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica,
hayan sido o no extraídos y tanto si se encuentran en la superficie, en el
subsuelo o bajo las aguas territoriales españolas.
Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español.
Figuras que en la ley de patrimonio cultural de la Región de Murcia (2007) se han
respetado con una ligera modificación, consistente en una ampliación de las mismas4:
3
Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español: https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-198512534 [15/06/2015].
4
Ley 4/2007, de 16 de marzo, de Patrimonio Cultural de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia:
http://noticias.juridicas.com/base_datos/CCAA/mu-l4-2007.html [15/06/2015].
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•
Monumento: La construcción u obra producto de la actividad humana, de
relevante interés histórico, arquitectónico, artístico, arqueológico, etnográfico,
científico, industrial, técnico o social, con inclusión de los muebles,
instalaciones y accesorios que expresamente se señalen como parte integrante
del mismo, y que por sí sola constituya una unidad singular.
•
Conjunto histórico: La agrupación de bienes inmuebles que forman una
unidad de asentamiento, continua o dispersa, condicionada por una estructura
física representativa de la evolución de una comunidad humana, por ser
testimonio de su cultura o constituir un valor de uso y disfrute para la
colectividad, aunque individualmente no tengan una especial relevancia.
•
Jardín histórico: El espacio delimitado, producto de la ordenación por el
hombre de elementos naturales, a veces complementado con estructuras de
fábrica, y estimado de interés en función de su origen o pasado histórico o de
sus valores estéticos, sensoriales o botánicos
•
Sitio histórico: El lugar o paraje natural vinculado a acontecimientos o
recuerdos del pasado, creaciones culturales o de la naturaleza, y a obras del
hombre que posean valores históricos, técnicos o industriales.
•
Zona arqueológica: El lugar o paraje natural en el cual existen bienes muebles
o inmuebles susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica,
tanto si se encontrasen en la superficie como en el subsuelo o bajo las aguas.
•
Zona paleontológica: El lugar o paraje natural en el cual existen fósiles que
constituyen una unidad coherente y con entidad propia, aunque
individualmente considerados carezcan de valor relevante, tanto si se
encontrasen en la superficie como en el subsuelo o bajo las aguas.
•
Lugar de interés etnográfico: Aquel paraje natural,
conjunto de
construcciones o instalaciones vinculadas a formas de vida, cultura y
actividades propias de la Región de Murcia.
Ley 4/2007, de 16 de marzo, de Patrimonio Cultural de la Comunidad Autónoma de la Región de
Murcia.
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Bibliografía:
Ballart Hernández, J., Juan i Tresserras, J., Gestión del patrimonio cultural.
Barcelona: Editorial Ariel, 2010.
González-Varas, I., Conservación de bienes culturales. Teoría, historia, principios y
normas. Madrid: Cátedra, 1999.
Macarrón, A., Conservación del patrimonio cultural. Criterios y normativas. Madrid:
Síntesis, 2008.
Morales, A. J., Patrimonio histórico-artístico. Madrid: Historia 16, 1996.
Querol, Mª A., Manual de gestión del patrimonio cultural. Madrid: Akal, 2010.
Tugores, F., Planas, R., Introducción al patrimonio cultural. Gijón: Trea, 2006.
Documentos:
Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado
y
Reglamento
para
la
Aplicación
de
la
Convención
(1954):
http://portal.unesco.org/es/ev.phpURL_ID=13637&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html [15/06/2015].
Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural (1972):
http://portal.unesco.org/es/ev.phpURL_ID=13055&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html [15/06/2015].
Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español:
https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1985-12534 [15/06/2015].
Ley 4/2007, de 16 de marzo, de Patrimonio Cultural de la Comunidad Autónoma de la
Región de Murcia: http://noticias.juridicas.com/base_datos/CCAA/mu-l4-2007.html
[15/06/2015].
Vídeos:
Traslado Templos Abu Simbel:
https://www.youtube.com/watch?v=PkQQ36Jws7E
Traslado Constitución 1812 de Madrid a Cádiz:
https://www.youtube.com/watch?v=iEjG-Go8sMw
https://www.youtube.com/watch?v=BpEXjpApehE
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