EXCURSIÓN A LA MANCHA 9 al 11 de Febrero de 2005 Este viaje se organizó con motivo de la celebración del IV Centenario de la edición de “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha” Como de costumbre salimos del parking del Rectorado a las 9,00 de la mañana, para dirigirnos por la A 4 a la población de Tembleque donde visitamos la Plaza Mayor, en la que ese día se celebraba el mercado semanal, con puestos sobre todo de ropa. La plaza es celebre por sus balconadas corridas de madera del siglo XVII... Desde allí continuamos hasta Consuegra; en unos cerros próximos se encuentran once molinos con su correspondiente Centro de Interpretación en el que pudimos visitar un molino por dentro, con todo su mecanismo de madera. Próximo a los molinos se encuentra el Castillo de San Juan, que se está restaurando; pero ya puede visitarse el interior, bastante bien habilitado. Tras subir y bajar por escaleras de madera bastante difíciles y que fueron superadas sin problemas iniciamos el camino a Puerto Lápice. El nombre de Puerto Lápice deriva de su cualidad de suave paso de esta zona de baja montaña y su característica geológica de ser tierra de piedra lapícea. Aquí estaban las ventas de Puerto Lápice, que se convirtieron en municipio en el final del siglo XVIII, en tiempos de Carlos III. Se puede ver una sencilla escultura de Don Quijote en el patio de una magnífica venta que lleva el nombre del Hidalgo, y que es del siglo XVII. En ella abundan las referencias al personaje cervantino. En el mismo patio, al lado de un brocal de pozo y un bebedero de piedra, hay una estatua metálica del caballero, que nos hace recordar el momento del inicio del periplo de Don Quijote y su graduación como caballero andante. En esa venta se nos sirvió un menú típico de la zona. Tras el almuerzo seguimos viaje hasta Manzanares, en donde tras una difícil localización pudimos visitar la Bodega del Señorío de Guadianeja. Curiosa bodega, ya que esta construida en un Polígono Industrial, en el que se ha excavado para hacer la “bodega” en que se encuentran las barricas a una temperatura y grado de humedad adecuados, como el que se encontraba en las más “naturales” habituales. La zona de elaboración del vino es muy moderna con tanques de acero inoxidable con refrigeración, controlada por un sistema informático a partir de una consola de control, en la que un solo operario controla todo el proceso de elaboración. Tras la visita llegamos al Hotel El Cruce, que como su nombre indica está en plena carretera. Bien alojados efectuamos allí la cena sin grandes inconvenientes. El día 10 después de desayunar en el Hotel salimos en el autobús hacia las Tablas de Daimiel. El nombre dado a este paraje: "Las Tablas", no es caprichoso, sino que responde al nombre de un ecosistema, en otros tiempos muy extendido en la llanura central de la Península Ibérica, y especialmente en La Mancha, y del que lamentablemente sólo queda este resquicio. Las tablas fluviales son desbordamientos de los ríos en sus tramos medios, que provocan grandes encharcamientos, debido a la escasez de desniveles en el terreno. Su carácter especial viene dado por su formación en la confluencia de los ríos Guadiana, permanente de aguas dulces y Cigüela estacional, de aguas salobres. Esta característica hace de las Tablas de Daimiel un ecosistema singular, único en su género, proporcionando una gran diversidad ecológica. Bajo la superficie, una inmensa esponja de piedra, denominada acuífero 23, originada por el fenómeno natural del Karst: descomposición primero de la roca caliza al infiltrarse el agua aportada por la lluvia y posterior ocupación de los intersticios de la piedra por el agua, en un proceso de millones de años de duración. Después de un recorrido por el Parque pasando de una a otra “isla” por unos pasillos de madera, contemplamos algunas aves, en especial en una laguna cerrada habilitada para recuperación y cría de aves. El almuerzo fue en el Mesón Restaurante Las Nieves, situado en un entorno de la ermita de Nuestra Señora de las Nieves. Patrona de Almagro. En este entorno existe una curiosa plaza de toros. Las mesas del restaurante estaban decoradas con encajes de Almagro y el menú nuevamente consistió en platos de la zona. Desde allí nos dirigimos a Almagro que es una de las grandes joyas de España. El lugar tiene algo menos de 10.000 habitantes, pero un sorprendente patrimonio, una ciudad que progresó bajo el dominio de la Orden de Calatrava y que luego recibió los favores de la historia en el siglo XVI de la mano de los banqueros alemanes y flamencos. Almagro es una ciudad sorprendente, con patios de todas clases. Patios con historia, con mucha historia. Las temperaturas extremas de La Mancha hicieron que los árabes trajeran hasta aquí la cultura de los patios. Una cultura que ha sobrevivido con el aporte de diversas épocas y civilizaciones. Esa cultura es patente desde su Plaza Mayor, una isla de influencia flamenca en plena meseta, y que se extiende por el Patio de los Fúcares (Függer), el Claustro del Convento de los Dominicos, el Palacio de los condes de Valdeparaíso, el Corral de Comedias, los Palacios Maestrales, el Parador Nacional (con 16 patios), el Convento de la Encarnación o el Santuario de Nuestra Señora de las Nieves, patrona de la localidad, conformando un encaje de patios a imagen y semejanza del otro encaje, el de bolillo, de tradición flamenca, que fue introducido en Almagro por los banqueros de Felipe II y sus acompañantes cuando se instalaron allí en el siglo XVI. Visitamos el Corral de Comedias y el Museo del Encaje, en el que las señoras disfrutaron y todos nos admiramos del tiempo que se empleaba para confeccionar las piezas de “blonda”. Ya tarde volvimos al Hotel donde cenamos como la noche anterior. Al día siguiente 13 desayunamos en el Hotel y ya con los equipajes salimos en el autobús hacia las Lagunas de Ruidera una zona de atractivo turístico. Las lagunas de Ruidera son quince, situadas entre las provincias de Albacete y Ciudad Real. Al municipio de Osa de Montiel pertenecen varias: la Blanca, Conceja, Tomilla, Tinaja, San Pedro, Redondilla, La Lengua, La Salvadora, La Batana. La Colgada comparte los términos de Ossa y Ruidera. Luego están las Morenilla, Coladilla, Cenagosa y –por fin- el embalse de Peñaroya. Las lagunas se localizan en un valle excavado de una longitud de unos 27 kilómetros y desnivel de 120 metros. Son formaciones lagunares escalonadas, unidas mediante torrenteras y cascadas. Tradicionalmente se adjudican a éstas la cualidad de fuentes del Guadiana, río que luego desaparece. Este grupo de lagunas es una importante zona húmeda, aunque deteriorada por el urbanismo especulativo (ahora mismo se está haciendo un monstruoso hotel encima de un otero que domina el paraje). Hay una buena población de aves acuáticas compartiendo el ecosistema con rapaces y fauna acuática. La extensión de las lagunas es pequeña. Suelen tener forma alargada, paralela a las orillas del valle. Las mayores son las de San Pedro (1.600 metros de largo) Colgada y del Rey (2.500). Su profundidad es variable. No suele pasar de los 15 metros. Subimos hasta la cabecera y fuimos descendiendo acercándonos a algunas de ellas. Hay que tener en cuenta que debido a la sequía de este año el aspecto de las lagunas no era el más adecuado. Nuevamente en el autobús llegamos a Campo de Criptana, cuya imagen nos recordó a El Quijote. Sobre el otero que domina al pueblo aparece un magnífico conjunto de molinos de viento, una de las imágenes más famosas del territorio. El lugar tiene unos 13.000 habitantes y surgió en torno al castillo de Chitrana, derruido en los días de los Reyes Católicos. Fue un importante centro de molienda de cereales en el que hubo, al parecer, hasta cuarenta molinos de viento. Hoy quedan diez, algunos de los cuales tiene ya unos quinientos años. Se dedican a varios aspectos. Uno de ellos está dedicado a un personaje popular del lugar: la actriz Sara Montiel. Desde Campo de Criptana surge una carretera que va en dirección hacia el norte, que nos permitió llegar a otro pueblo mítico: El Toboso. En el camino, nos sorprendió pasar ante una inmensa granja de avestruces, que lejos de llevarnos el pensamiento hacia los días de Cervantes nos lleva a los ámbitos centroafricanos. Pero al fondo, El Toboso es un lugar de mucho encanto, no sólo por ser un lugar cuidado, sino –sobre todo- por ser la cuna de Aldonza Lorenzo, la “princesa Dulcinea del Toboso”. “Don Quijote pensó que un caballero sin amor era como un árbol sin fruto o un cuerpo sin alma”. Según el relato, “en un lugar cerca del suyo hubo una mujer, Aldonza Lorenzo, de quien él un tiempo estuvo enamorado. La llamó "Dulcinea del Toboso, señora de sus pensamientos”. La patria de Dulcinea, apenas tiene ahora unos 2.000 habitantes. En ella visitamos la casa de Dulcinea, que para los lugareños es el lugar donde habitó la princesa de los sueños del loco caballero. Se trata de un noble edificio del siglo XVI, que alberga un museo de carácter etnográfico. En un zaguán existe una viga de una prensa de lagar de unas dimensiones descomunales que fue la admiración de los compañeros de Montes. En las cercanías está el convento de las Trinitarias, de sencilla y austera arquitectura herreriana. También está próximo el de las Franciscanas, con aire recoleto. En la magnífica plaza un Don Quijote metálico se humilla en amores ante la princesa local. Está bien cuidada la plaza, con bellos edificios, entre ellos un museo cervantino, y con la poderosa iglesia parroquial de San Antonio Abad. Del siglo XVI, y de notable grandeza. El pueblo está cuidado, y agrada la blancura encalada de sus casas. En unos de los restaurantes del lugar (La Noria), se nos sirvió un magnifico almuerzo, que aunque había sido necesario avisarle el día anterior para que cambiaran el menú, ya que alguien se dio cuenta de que era viernes de Cuaresma; a la hora de la verdad, y cuando sacaron varias raciones de diversas especialidades no hubo mucho cuidado en averiguar la composición. Al final brindamos con cava y todo ya que era el “cumple” de Clara, esposa de Juan Julián Gallego- Iniesta, nacida en el Toboso y donde reside su familia. Evidentemente Juan Julián había sido el organizador del viaje y al que por tanto agradecemos el satisfactorio resultado que consiguió. Al finalizar del almuerzo salimos directamente para Madrid.