Documento 16 (Informe Srbrenica)

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Informe presentado por el Secretario General
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Distr.
GENERAL
A/54/549
15 de noviembre de 1999
ESPAÑOL
Original: INGLÉS
Quincuagésimo cuarto período de sesiones
Tema 42 del programa
La situación en Bosnia y Herzegovina
Informe presentado por el Secretario General de conformidad
con la resolución 53/35 de la Asamblea General
La caída de Srebrenica
Índice
Párrafos
IIntroducción
1–9
II. Antecedentes
10–40
A. Disolución de la República Federativa Socialista de Yugoslavia y establecimiento de 10–14
la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas
B. La independencia de Bosnia y Herzegovina y el estallido de la guerra
15–19
C. Actividades humanitarias
20–23
D. Propuestas para una misión para el mantenimiento de la paz en Bosnia y
24–28
Herzegovina
E. El proceso de paz
29–32
F. Srebrenica antes de las resoluciones sobre la zona segura
33–40
III. Aprobación de las resoluciones 819 (1993), 824 (1993) y 836 (1993) del Consejo de 41–102
Seguridad
A. Consenso mínimo en el Consejo de Seguridad
41–44
B. El concepto de zonas seguras
45–51
C. Resolución 819 (1993) del Consejo de Seguridad
52–58
D. Acuerdo de desmilitarización de Srebrenica del 18 de abril de 1993
59–62
E. Misión del Consejo de Seguridad a Srebrenica y nuevo acuerdo de desmilitarización 63–65
del 8 de mayo de 1993
F. Resolución 824 (1993) del Consejo de Seguridad
66–69
G. Fin del Plan de Paz Vance–Owen; medidas para fortalecer el régimen de zonas
70–77
seguras
H. Resolución 836 (1993) del Consejo de Seguridad
78–79
I. Posiciones de los miembros de Consejo de Seguridad en relación con la resolución
80–92
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836 (1993)
J. Renuencia a utilizar la fuerza para impedir ataques contra las zonas seguras
K Informe del Secretario General presentado con arreglo a la resolución 836 (1993)
(S/25939)
L. Esfuerzos por levantar el embargo de armas
IV. Evolución de la política de zonas seguras: junio de 1993 a diciembre de 1994
A. Aplicación inicial de la política de zonas seguras
B. La crisis del monte Igman
C. Propuestas para intercambiar Srebrenica y epa por territorio alrededor de Sarajevo en
poder de los serbios
D. Matanza de Markale y desacuerdos sobre la utilización de la fuerza aérea
E. Evaluación efectuada por las Naciones Unidas de la política de zonas seguras al mes
de marzo de 1994
F. Ataque contra Gora de: marzo y abril de 1994
G. Informe del Secretario General de 9 de mayo de 1994 (S/1994/555)
H. El plan de paz del Grupo de Contacto
I. Ataque serbio contra la zona segura de Biha : octubre a diciembre de 1994
J. Informe del Secretario General de 1° de diciembre de 1994 (S/1994/1389)
V. Acontecimientos acaecidos entre enero y junio de 1995
A. El acuerdo de cesación completa de las hostilidades y su ruptura
B. Los ataques aéreos alrededor de Sarajevo
C. La crisis de los rehenes de la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas
D. Informe del Secretario General de 30 de mayo de 1995 (S/1995/444)
E. Intento bosníaco de romper el sitio de Sarajevo y sus consecuencias para las
Naciones Unidas
F. La fuerza de reacción rápida
G. Los enfrentamientos alrededor de Srebrenica
VI. Reseña del despliegue en Srebrenica: febrero a julio de 1995
VII. La caída de Srebrenica: 6 a 11 de julio de 1995
A. 6 de julio: ataque contra el puesto de observación Foxtrot y bombardeo de
Srebrenica; acogida desfavorable del pedido de apoyo aéreo inmediato; denegación del
pedido del ejército de la República de Bosnia y Herzegovina de que se le permita el
acceso a sus armamentos
B. 7 de julio: una pausa en el ataque de los serbios
C. 8 de julio: nueva acogida desfavorable de un pedido de apoyo aéreo inmediato; el
ejército de los serbios de Bosnia se apodera del puesto de observación Foxtrot; el
ejército de la República de Bosnia y Herzegovina mata a un soldado del batallón
neerlandés; el ejército de los serbios de Bosnia cerca dos puestos más
D. 9 de julio: los sucesos que llevaron al establecimiento de una posición de bloqueo y
una advertencia a los serbios
E. 10 de julio: el Ejército de los Serbios de Bosnia desoye la advertencia; se aplaza el
empleo de apoyo aéreo inmediato
F. 11 de julio: confusión inicial respecto del “apoyo aéreo”; despliegue de apoyo aéreo
inmediato; caída de Srebrenica
VIII. Secuelas de la caída de Srebrenica: 12 a 20 de julio de 1995
A. 12 de julio: reuniones con Mladi ; comienza la deportación
B. 12 de julio: resolución 1004 (1195) del Consejo de Seguridad
C. Noche del 12 de julio: comienzan las matanzas esporádicas
D. 13 de julio: comienza la matanza de cientos de hombres y muchachos desarmados
E. 14 de julio: comienzan las ejecuciones en masa; el negociador de la Unión Europea
se reúne con Miloševi y Mladi
F. 15 de julio: continúan las matanzas; acuerdo entre Mladi y la Fuerza de Protección de
las Naciones Unidas
G. 16 a 18 de julio: Mladi sigue sin cumplir los acuerdos relacionados con Srebrenica;
empiezan a conocerse de forma generalizada detalles de las atrocidades
H. 19 de julio: Mladi y el Comandante de la Fuerza de Protección de las Naciones
Unidas se reúnen de nuevo y celebran un acuerdo
93–95
96–98
99–102
103–174
103–105
106–113
114–116
117–123
124–130
131–145
146–152
153–156
157–163
164–174
175–225
175–184
185–189
190–200
201–209
210–212
213–220
221–225
226–238
239–317
239–245
246–249
250–261
262–276
277–296
297–317
318–393
318–328
329–339
340–345
346–360
361–374
375–382
383–390
391–393
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IX. La caída de epa y la “nueva” política de zonas seguras: julio a octubre de 1995
394–464
A. Preparativos para el ataque contra epa: 11 a 14 de julio de 1995
394–396
B. Ataque contra epa, resistencia y negociaciones: 14 a 20 de julio de 1995
397–402
C. Las primeras noticias oficiales de las atrocidades supuestamente cometidas en
403–404
Srebrenica; el batallón neerlandés abandona Poto ari
D. La reunión de Londres y el cambio de actitud respecto de los ataques aéreos
405–410
E. Los arreglos operacionales resultantes de la reunión de Londres
411–414
F. La caída de epa y la huida a Serbia
415–431
G. La Operación Tormenta y la iniciativa de paz dirigida por los Estados Unidos
432–437
H. Ataque contra el mercado de Markale en Sarajevo
438–441
I. Operación Fuerza Deliberada
442–445
J. Evaluación serbia de la Operación Fuerza Deliberada
446–447
K. La pausa; un nuevo mapa de paz; apertura de una carretera a Sarajevo
448–450
L. Reanudación de los ataques aéreos y terrestres
451–455
M. La iniciativa de paz promovida por los Estados Unidos; preocupaciones relacionadas 456–459
con el mandato
N. La ofensiva croata y el fin de las hostilidades
460–464
X. El mantenimiento de la Paz y el Acuerdo de Paz: octubre–diciembre de 1995
465–466
XI. La caída de Srebrenica: una evaluación
467–506
A. Papel de la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas en Srebrenica
470–474
B. Papel de las fuerzas bosníacas en el terreno
475–479
C. Papel de la fuerza aérea
480–483
D. Preguntas sin respuesta
484–487
E. Papel del Consejo de Seguridad y de los Estados Miembros
488–493
F. Falta de una apreciación cabal de los objetivos bélicos de los serbios
494–497
G. Lecciones para el futuro
498–506
Anexo
I. Altos funcionarios de las Naciones Unidas en la ex Yugoslavia mencionados en el informe, por
título
II. Personas entrevistadas durante la preparación del informe (abril a octubre de 1999)
Mapas
La ex Yugoslavia
Plan de Paz Vance–Owen (enero de 1993)
Las zonas seguras designadas en virtud de la resolución 824 (1993) del Consejo de Seguridad
Plan de unión de las tres repúblicas (agosto de 1993)
Plan de paz del Grupo de Contacto (julio de 1994)
Despliegue del batallón neerlandés alrededor de Srebrenica (junio de 1995)
Ataque armado de los serbios de Bosnia contra Srebrenica (julio de 1995)
Localización de las ejecuciones y las fosas comunes
Frontera entre las entidades establecidas en los Acuerdos de Paz de Dayton
I. Introducción
1. Este informe se presenta de conformidad con el párrafo 18 de la resolución 53/35 de la Asamblea
General, de 30 de noviembre de 1998. En ese párrafo, la Asamblea General pidió:
“un informe amplio, que incluya una evaluación, sobre los acontecimientos que se han producido desde
el establecimiento de la zona segura de Srebrenica el 16 de abril de 1993, en cumplimiento de la
resolución 819 (1993) del Consejo de Seguridad, de 16 de abril de 1993 — que fue seguido por el
establecimiento de otras zonas seguras — hasta que el Consejo de Seguridad manifestó su apoyo al
Acuerdo de Paz en su resolución 1031 (1995), de 15 de diciembre de 1995, teniendo en cuenta las
decisiones pertinentes del Consejo de Seguridad y los procedimientos del Tribunal Internacional a ese
respecto,”
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y alienta a los Estados Miembros y a otras partes interesadas a proporcionar información pertinente.
***
2. El 16 de noviembre de 1995, el Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia dictó un auto de
acusación contra Radovan Karad i (“Presidente de la República Srpska”) y Ratko Mladi (Comandante
del ejército de los serbios de Bosnia) por su supuesta responsabilidad en las atrocidades cometidas en
julio de 1995 contra la población musulmana de Bosnia de la zona de Srebrenica, designada por las
Naciones Unidas como zona segura. Tras haber examinado las pruebas presentadas por el Fiscal, el Juez
Riad confirmó la acusación manifestando que:
“Una vez que Srebrenica cayó en manos de las fuerzas serbias que la sitiaban, en julio de 1995, tuvo
lugar una terrible masacre de la población serbia. Las pruebas presentadas por el Fiscal describen escenas
de un salvajismo inimaginable: millares de hombres ejecutados y enterrados en fosas comunes,
centenares de hombres enterrados vivos, hombres y mujeres mutilados y asesinados, niños matados ante
los ojos de sus madres, un abuelo al que se obligó a comer el hígado de su propio nieto. Se trata de
escenas verdaderamente infernales, que forman parte de las páginas más negras de la historia de la
humanidad.”1
3. Las Naciones Unidas tenían el mandato de “impedir ataques” contra Srebrenica y otras cinco “zonas
seguras” en Bosnia y Herzegovina. A pesar de ese mandato, en esas zonas seguras y en sus
inmediaciones fueron asesinadas más de 20.000 personas, en su inmensa mayoría de la comunidad
musulmana de Bosnia. Además, la mayoría de los 117 miembros de la Fuerza de Protección de las
Naciones Unidas (UNPROFOR) que perdieron la vida en Bosnia y Herzegovina murieron en esas zonas
seguras o en sus inmediaciones. Al pedirme que presentara este informe, la Asamblea General me ha
dado la oportunidad de explicar por qué las Naciones Unidas no pudieron impedir el ataque serbio contra
Srebrenica y los espantosos acontecimientos que se produjeron seguidamente.
4. En mi afán por comprender mejor lo que ocurrió, me he remontado a los orígenes de la política de
zonas seguras, exponiendo la evolución de esa política a lo largo de un período de varios años. He
señalado a la atención del lector las resoluciones del Consejo de Seguridad y los recursos que se han
destinado a aplicarlas; he examinado de qué manera se aplicó la política sobre el terreno, así como los
ataques que se produjeron contra otras zonas seguras: Sarajevo, Gora de, Biha . He examinado el debate
que tuvo lugar en la comunidad internacional sobre el uso de la fuerza y, en particular, sobre el uso de la
fuerza aérea por la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN). También he examinado el
papel que desempeñó la UNPROFOR en la caída de Srebrenica, así como en el caso casi caído en el
olvido de epa. Por último, recuerdo cómo, tras no haber actuado de manera decisiva durante todos estos
acontecimientos, la comunidad internacional actuó con renovado brío tras la caída de Srebrenica y cómo,
tras haberse producido el último ataque serbio contra la zona segura de Sarajevo, se lanzó una operación
militar concertada para asegurar que no volvieran a producirse ataques de esa índole.
5. Al examinar estos acontecimientos, en modo alguno he pretendido desviar las críticas que se han
hecho a la Secretaría de las Naciones Unidas. Dado que durante gran parte del período que se examina
fui Secretario General Adjunto de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, estoy plenamente
familiarizado con el mandato encomendado a las Naciones Unidas y me doy cuenta con gran pesar de las
fallas de la Organización en la aplicación de ese mandato. Más bien, lo que me propongo al volver sobre
el fracaso de la política de la zona segura es iluminar el proceso mediante el cual las Naciones Unidas se
encontraron, en julio de 1995, ante estos aterradores acontecimientos. Hay un problema de
responsabilidad, y a las Naciones Unidas nos corresponde parte de esa responsabilidad, de lo que se deja
constancia al final de este informe. Igualmente importante es que lo que pasó puede servir de lección a
todos los que participaron en la formulación y aplicación de las respuestas internacionales a
acontecimientos tales como la guerra de Bosnia y Herzegovina. Puede servir de lección a la Secretaría, y
también a los Estados Miembros que conformaron la respuesta internacional al derrumbamiento de la ex
Yugoslavia.
6. Antes de dar comienzo a la relación de los acontecimientos en cuestión, es importante recordar que en
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la parte principal de este informe no se abordará en absoluto gran parte de la historia de la guerra de
Bosnia y Herzegovina. La guerra comenzó el 6 de abril de 1992. La mejor parte del territorio capturado
por los serbios se lo aseguraron éstos en los 60 primeros días de la guerra, antes de que la UNPROFOR
contara con una presencia importante en Bosnia y Herzegovina. Durante esos 60 días, fueron desplazadas
de sus hogares alrededor de 1 millón de personas. Varias decenas de millares de personas, la mayoría
musulmanes de Bosnia, fueron asesinadas. Por lo general, la UNPROFOR y otros representantes de la
comunidad internacional no fueron testigos de los actos de barbarie que acompañaron a esos
desplazamientos y asesinatos, y no forman parte de este informe. Además, la guerra librada en Bosnia y
Herzegovina incluyó nueve meses de guerra abierta entre las fuerzas principalmente musulmanas del
Gobierno bosnio y las fuerzas principalmente croatas del Consejo Croata de Defensa. Esta lucha, aunque
importante para comprender el conflicto de Bosnia y Herzegovina, no afectaba por lo general a las zonas
seguras en las que se centra este informe. Por consiguiente, en el presente documento no figura una
relación de ese conflicto.
7. Desde el principio deseo señalar que determinadas secciones de este informe pueden parecerse a
relatos de la caída de Srebrenica que ya han aparecido en algunos agudos libros, artículos de revistas e
informes de prensa. Esos relatos secundarios no se han utilizado como fuente de información para el
presente informe. Sin embargo, las cuestiones que plantean y la relación de los acontecimientos que en
ellos se expone se han vuelto a estudiar independientemente y se han examinado desde la perspectiva de
las Naciones Unidas. Espero que la confirmación o aclaración de esas relaciones contribuya a dejar
constancia histórica de este tema. También deseo señalar que no he sido capaz de dar respuesta a todas
las preguntas que hasta ahora han quedado sin contestación sobre la caída de Srebrenica, pese a un
sincero esfuerzo por hacerlo.
8. Este informe se ha preparado sobre la base de investigaciones en archivos del sistema de las Naciones
Unidas, así como sobre la base de entrevistas con particulares que, en una u otra calidad, participaron en
los acontecimientos en cuestión o tuvieron conocimiento de ellos. En aras de comprender con más
claridad estos acontecimientos, he tomado la medida excepcional de publicar información tomada de
archivos secretos de las Naciones Unidas. Además, deseo dar públicamente las gracias a los Estados
Miembros, organizaciones y particulares que me han dado información para este informe. En el anexo I
figura una lista de personas entrevistadas a este respecto. Aunque se trata de una lista bastante larga,
limitaciones de tiempo, presupuestarias y de otra índole impidieron entrevistar a muchas otras personas
que podrían haber aportado importantes perspectivas sobre el tema. En la mayoría de los casos, las
entrevistas se hicieron anónimamente para alentar la mayor sinceridad posible en las respuestas.
Asimismo, he atendido la petición de quienes me proporcionaron información para este informe a
condición de no citar su nombre.
9. Todas estas medidas excepcionales que he tomado para preparar este informe ponen de manifiesto la
importancia que doy a poner en claro lo que el juez Riad describe como “las páginas más negras de la
historia de la humanidad”.
II. Antecedentes
A. Disolución de la República Federativa Socialista de Yugoslavia y establecimiento de
la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas
10. La disolución de la República Federativa Socialista de Yugoslavia se aceleró en 1991, con las
declaraciones de independencia de las Repúblicas de Croacia y Eslovenia de 25 de junio de 1991. El
entonces Secretario General de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, se mostró en general
comedido en su reacción ante estos acontecimientos, ya que, como manifestó más tarde, le preocupaba
que el “reconocimiento temprano y selectivo pudiera ampliar el [presente] conflicto y crear una situación
explosiva, especialmente en Bosnia y Herzegovina” (S/23280, anexo IV). La causa principal de la
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cautela era la conciencia de que reconocer la independencia de las repúblicas yugoslavas dejaría a
importantes comunidades de serbios y otras etnias convertidas en minorías vulnerables en Croacia, la ex
República Yugoslava de Macedonia y, en particular, en Bosnia y Herzegovina. Inicialmente también
compartían esta preocupación los Estados Miembros de la Comunidad Europea, que establecieron una
comisión encargada de examinar si las repúblicas yugoslavas que querían ser reconocidas a nivel
internacional respondían a un determinado número de criterios, en particular en relación con la
protección constitucional de las minorías. Sin embargo, posteriormente estos Estados reconocieron a las
tres repúblicas pese a la preocupación de que sólo Eslovenia y la ex República Yugoslava de Macedonia
respondían a los criterios establecidos.
11. Tras la declaración de independencia de Eslovenia, estalló una lucha entre las fuerzas eslovenas y las
fuerzas predominantemente serbias del Ejército Popular Yugoslavo. Sin embargo, la lucha duró sólo 10
días y en ambos bandos se registraron pocas víctimas. El conflicto finalizó con el acuerdo de Brioni, de 7
de julio de 1991, y estuvo seguido, en los siguientes meses, por la retirada de las fuerzas del Ejército
Popular Yugoslavo y la independencia de facto de Eslovenia. En Croacia, el combate fue mucho más
serio. La declaración de independencia llevó a un aumento de los enfrentamientos armados que habían
venido produciéndose durante varios meses, en los que las fuerzas croatas combatían a la vez contra el
Ejército Popular Yugoslavo y contra las milicias de los serbios de Croacia. Estos enfrentamientos se
derivaron en una guerra de envergadura en agosto de 1991 y continuaron hasta el 2 de enero de 1992,
cuando se firmó una cesación del fuego en Sarajevo bajo los auspicios de las Naciones Unidas. Poco
después, las partes en el conflicto de Croacia aceptaron “plena e incondicionalmente” el “concepto para
una operación de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en Yugoslavia” presentado por el
Enviado Personal del Secretario General, Cyrus Vance (“el Plan Vance”) . Al final de esta etapa de la
lucha en Croacia, las fuerzas serbias conservaron el control de facto de aproximadamente un tercio de la
República de Croacia.
12. El 25 de septiembre de 1991, cuando la lucha en Croacia se encontraba en su punto más álgido, el
Consejo de Seguridad aprobó la resolución 713 (1991) por la que se decidió que “para establecer la paz y
la estabilidad en Yugoslavia, todos los Estados pondrán en vigor de inmediato un embargo general y
completo a todas las entregas de armamentos y pertrechos militares a Yugoslavia, hasta que el Consejo
de Seguridad decida lo contrario”. La resolución se aprobó por unanimidad, aunque en aquella ocasión
varios observadores señalaron que el principal efecto que tendría el embargo sería congelar las
propiedades militares de cada una de las partes — paso que daría una abrumadora ventaja a los serbios,
que eran la fuerza dominante en el ejército yugoslavo y, en menor medida, en la industria de
armamentos.
13. El 15 de febrero de 1992, el entonces Secretario General, Boutros Boutros–Ghali (quien ocupó ese
puesto desde el 1º de enero de 1992 al 31 de diciembre de 1996) presentó un informe al Consejo de
Seguridad por el que propuso el establecimiento de una fuerza de mantenimiento de la paz encargada de
aplicar el Plan Vance. En él hizo la siguiente observación:
“Si hasta ahora no he propuesto el despliegue de la fuerza, ha sido por las complejas dificultades y los
peligros que entraña la situación de Yugoslavia, y la necesidad derivada de ello de tener todas las
seguridades de que una fuerza de las Naciones Unidas conseguiría consolidar la cesación del fuego y, por
consiguiente, facilitar la negociación de una solución política general. Como se ha manifestado en
repetidas ocasiones, esto no sólo requiere una cesación del fuego sino también una aceptación clara e
incondicional del plan por todas las partes interesadas, con garantías igualmente claras de que están
dispuestas a cooperar en su aplicación ... He llegado a la conclusión de que el peligro de que una
operación de las Naciones Unidas de mantenimiento de la paz fracase por falta de cooperación de las
partes es menos doloroso que el peligro de que la demora en su envío lleve a una ruptura de la cesación
del fuego y una nueva conflagración en Yugoslavia.” (S/23592, párr. 28)
14. El Consejo de Seguridad aprobó el informe del Secretario General y, el 21 de febrero, por su
resolución 743 (1992) decidió establecer una Fuerza de Protección de las Naciones Unidas para prestar
asistencia en la aplicación del Plan Vance. El Cuartel General de la UNPROFOR se estableció en
Sarajevo el 13 de marzo de 1992. En esos momentos, se consideraba que Sarajevo era un lugar neutral, y
se esperaba que la presencia de la UNPROFOR en Bosnia y Herzegovina resultara ser un factor de
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estabilización entre las crecientes tensiones del país. Aunque por la resolución 743 (1992) se determinó
que observadores militares de las Naciones Unidas patrullaran determinadas zonas limitadas de Bosnia y
Herzegovina, esto debía tener lugar una vez que las zonas protegidas de las Naciones Unidas en Croacia
se hubieran desmilitarizado, cosa que no sucedió. Hasta junio de 1992, la Fuerza no tuvo otro mandato
en Bosnia y Herzegovina.
B. La independencia de Bosnia y Herzegovina y el estallido
de la guerra
15. La independencia de la República de Bosnia y Herzegovina fue reconocida por la Comunidad
Europea el 6 de abril de 1992 y por los Estados Unidos de América al día siguiente. Al mismo tiempo,
las luchas esporádicas que habían tenido lugar en algunas zonas comenzaron a intensificarse. Esta
situación se vio exacerbada con la retirada del Ejército Popular Yugoslavo de Croacia con arreglo al Plan
Vance, que había entrañado la reubicación de importantes cantidades de matériel, en particular armas
pesadas, en Bosnia y Herzegovina. Gran parte de este matériel pasó posteriormente a manos de los
serbios de Bosnia.
16. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CIRC) consideraba que el conflicto que había estallado en
Bosnia y Herzegovina tenía elementos de conflicto armado internacional (la invasión de ese país por la
República Federativa de Yugoslavia) y de conflicto armado interno. En su aspecto internacional, el
conflicto representaba una guerra entre el Ejército Popular Yugoslavo (posteriormente conocido como
ejército yugoslavo) por un lado, al mismo tiempo contra el ejército de la República de Bosnia y
Herzegovina y el Consejo Croata de Defensa, por el otro. Posteriormente en el curso del conflicto, entró
a participar en la lucha otra fuerza exterior, el ejército croata. En su aspecto interno, la guerra
representaba un conflicto entre fuerzas armadas asociadas a las principales nacionalidades de Bosnia y
Herzegovina.
17. Los bosníacos (llamados hasta 1993 “musulmanes” o “musulmanes de Bosnia”), que representaban el
44% de la población de Bosnia y Herzegovina de 4,4 millones de personas, eran la fuerza dominante en
el ejército de la República de Bosnia y Herzegovina. El ejército de la República de Bosnia y
Herzegovina, establecido oficialmente el 15 de abril de 1992, estaba integrado, ab initio, por distintos
elementos: unidades de defensa territorial, fuerzas de policía, fuerzas paramilitares y elementos
criminales. Disfrutaba de ventaja numérica sobre las demás fuerzas que participaban en el conflicto, pero
estaba mal equipado y en gran medida carecía de capacitación. Antes de abril de 1993, cuando estalló la
contienda entre bosníacos y croatas, el ejército de la República de Bosnia y Herzegovina consiguió una
cantidad limitada de matériel militar proporcionado por sus partidarios extranjeros a través de Croacia.
Los croatas, que constituían el 17% de la población, eran la fuerza dominante en el Consejo Croata de
Defensa. Esta fuerza también contaba con unidades de defensa territorial, fuerzas de policía,
paramilitares y determinados criminales notorios. Sin embargo, a diferencia del ejército de la República
de Bosnia y Herzegovina, el Consejo Croata de Defensa estaba respaldado por la República de Croacia,
que le proporcionaba apoyo de diversa índole.
18. Contra estas fuerzas se alineaban el Ejército Popular Yugoslavo (los restos del ejército regular de la
República Federativa Socialista de Yugoslavia), el “Ejército de la República Srpska”, llamado por la
comunidad internacional el Ejército serbio de Bosnia, y sus asociados paramilitares. Todas estas fuerzas
estaban dominadas por los serbios, que constituían el 31% de la población de Bosnia y Herzegovina. El
Ejército Popular Yugoslavo se retiró oficialmente de Bosnia y Herzegovina a la República Federativa de
Yugoslavia, bajo presión internacional, el 10 de mayo de 1992. De hecho, sin embargo, la retirada fue en
gran medida cosmética, dado que el Ejército Popular Yugoslavo “dejó atrás” las unidades cuyos
miembros eran nacionales de Bosnia y Herzegovina. Al General Mladi , comandante de las fuerzas del
Ejército Popular Yugoslavo en Bosnia y Herzegovina, se le dio el nuevo título de comandante del
ejército de los serbios de Bosnia. A lo largo de la guerra que vendría a continuación, el ejército de los
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serbios de Bosnia siguió estrechamente asociado con el Ejército Popular Yugoslavo/Ejército Yugoslavo
y con la República Federativa de Yugoslavia, de los que dependía el ejército de los serbios de Bosnia,
para obtener matériel, información, fondos y otras formas de apoyo. Los grupos paramilitares serbios,
que incluían un importante elemento criminal, solían operar en estrecha cooperación con los ejércitos
regulares de Yugoslavia y de los serbios de Bosnia.
19. El conflicto entre estas fuerzas se diferenciaba de la guerra convencional en aspectos importantes. En
primer lugar, gran parte de la contienda se libraba a nivel local, y en ella participaban combatientes
regulares y no regulares que operaban en la proximidad de sus hogares. En segundo, un objetivo central
del conflicto era el recurso a medios militares para aterrorizar a poblaciones civiles, muchas veces con
objeto de obligarlas a huir en un proceso que llegó a conocerse como “depuración étnica”. Y en tercero,
aunque varios centenares de millares de hombres lucharon durante tres años y medio, y aunque varias
decenas de millares de combatientes resultaron muertos, el conflicto fue una guerra de desgaste, terror,
gangsterismo y negociación más que una guerra de alta intensidad.
C. Actividades humanitarias
20. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) fue el
organismo que dirigió las actividades humanitarias internacionales en Bosnia y Herzegovina,
estableciendo una importante presencia en el país casi en cuanto estalló el conflicto. Convoyes del
ACNUR distribuyeron ayuda alimentaria, materiales para construir refugios y suministros “de
acondicionamiento para el invierno”, simientes, ropas y otros productos humanitarios a las autoridades
de las tres comunidades. A continuación, las autoridades locales distribuían estos productos a las
poblaciones locales (inevitablemente desviando una determinada cantidad hacia las diversas fuerzas
militares y al mercado negro).
21. Desde el comienzo, los serbios limitaron la corriente de ayuda humanitaria a Srebrenica y a otras
comunidades bosnias aisladas. Se sometía a los convoyes a engorrosos procedimientos aduaneros y a
otras formas de hostigamiento y obstrucción. Al parecer, los serbios no pretendían matar de hambre por
completo a la población de los enclaves bosníacos, sino más bien reducirla a una situación de privación
extrema. A partir de este régimen de privación, los serbios consolidaban su control sobre los enclaves.
Además, los serbios (al igual que algunas contrapartes en las demás comunidades) obtenían ventajas
económicas del sistema al establecer un mercado negro con los bosnios sitiados.
22. Mientras duró la guerra, el ACNUR entregó diariamente un promedio de alrededor de 750 toneladas
de ayuda humanitaria a Bosnia y Herzegovina, pero gran parte de esa ayuda fue a parar a zonas cuyo
acceso no controlaban los serbios. En los enclaves bosníacos, el ACNUR rara vez pudo cubrir las
necesidades de la población. Incluso cuando se podía entregar suministros de alimentos a estos lugares,
otros artículos que se necesitaban para cubrir las necesidades humanitarias de la población, incluido
equipo médico y materiales para construir refugios de emergencia, solían bloquearse en su totalidad.
Aunque los casos de inanición fueron casi inexistentes en la guerra de Bosnia y Herzegovina, los
enclaves bosníacos padecieron períodos prolongados de privaciones materiales y sufrimientos
psicológicos.
23. En julio de 1992, el ACNUR, sobre la base del acuerdo sobre el uso del aeropuerto negociado por la
UNPROFOR el 5 de junio (véase parr. 27 infra), inició un puente aéreo humanitario a Sarajevo. Los
serbios, sin embargo, controlaban el uso del aeropuerto de Sarajevo, por lo que las restricciones que
aplicaban a los convoyes por carretera también fueron aplicadas, en medida considerable, al puente aéreo
de Sarajevo. En febrero de 1993, los suministros de socorro llevados por los convoyes por carretera y el
puente aéreo del ACNUR empezaron a complementarse con un programa de ayuda arrojada desde el
aire. Aviones de transporte de Francia, Alemania y los Estados Unidos hicieron 2.735 despegues y
lanzaron ayuda humanitaria a Biha , Gora de, Srebrenica, epa y otras zonas aisladas cuyo acceso a los
convoyes estaba sujeto a restricciones. Amenazas a la seguridad de los aviones pusieron fin al programa
en agosto de 1994, fecha a la que se habían arrojado casi 18.000 toneladas por ese procedimiento,
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ayudando en cierta medida a las comunidades más vulnerables.
D. Propuestas para una misión para el mantenimiento de la paz en Bosnia y
Herzegovina
24. Cuando estalló la contienda en Bosnia y Herzegovina, el Consejo de Seguridad pidió al Secretario
General que estudiara la posibilidad de establecer una operación de las Naciones Unidas para el
mantenimiento de la paz en Bosnia y Herzegovina. El Secretario General, por consiguiente, envió a la
región al que entonces era su Secretario General Adjunto de Operaciones de Mantenimiento de la Paz;
Marrack Goulding que permaneció en la región del 4 al 10 de mayo de 1992. El 12 de mayo de 1992,
refiriéndose a la situación en Sarajevo sobre la base de la visita realizada por el Sr. Goulding el
Secretario General informó al Consejo en los siguientes términos:
“La ciudad sufre regularmente bombardeos intensos y fuego de francotiradores durante la noche, y otras
veces bombardeos intermitentes en forma irregular, realizados por fuerzas irregulares serbias situadas en
las colinas circundantes, que usan morteros y artillería ligera, facilitados, según se alega, por el Ejército
Popular Yugoslavo ... Incluso en los días en que el bombardeo es poco intenso, no hay transporte
público, pocas personas pueden desplazarse hasta su trabajo y las calles están en gran parte desiertas. El
aeropuerto civil de la ciudad está habitualmente cerrado. La vida económica está paralizada y hay una
escasez cada vez mayor de alimentos y otros suministros esenciales, debido al bloqueo impuesto a la
ciudad por las fuerzas serbias ... Se desarrollan intensas hostilidades en otros lugares de la República,
particularmente en Mostar y en el valle de Neretva ..., en Bosanska Krupa ... y en Bosnia oriental.
Todos los observadores internacionales están de acuerdo en que lo que hay es un esfuerzo concertado por
los serbios de Bosnia y Herzegovina, con la aquiescencia, y al menos con un cierto apoyo, del Ejército
Popular Yugoslavo, para crear regiones ‘étnicamente puras’ en el contexto de las negociaciones sobre la
‘cantonización’ de la República ... Las técnicas usadas son la ocupación de territorio por la fuerza militar
y la intimidación de la población no serbia. La conclusión de un acuerdo de cesación parcial del fuego
entre los dirigentes croatas y serbios el 6 de mayo de 1992 ha reavivado las sospechas de una división de
Bosnia y Herzegovina entre croatas y serbios, dejando un territorio mínimo a la comunidad musulmana
que constituye la mayor parte de la población. Otro motivo de preocupación ha sido la decisión, tomada
por las autoridades de Belgrado, de retirar de Bosnia y Herzegovina antes del 18 de mayo a todos los
miembros del Ejército Popular Yugoslavo que no sean ciudadanos de esa república. Ello dejará en
Bosnia y Herzegovina, sin control político efectivo, hasta 50.00 soldados, la mayoría serbios, y su
armamento. Es probable que esas tropas pasen a depender del partido serbio.
Las luchas y la intimidación han ocasionado un desplazamiento masivo de personal civil ... Los esfuerzos
de la comunidad internacional para socorrer a las poblaciones víctimas de esos sufrimientos se ven
considerablemente obstaculizados por las partes contendientes cuyos objetivos demográficos pueden
verse frustrados. La libertad de movimiento es prácticamente nula: recientemente un convoy del ACNUR
tuvo que sortear 90 bloques en las carreteras entre Zagreb y Sarajevo, muchos de ellos ocupados por
soldados indisciplinados y ebrios, de filiación política indeterminada que no eran responsables ante
ninguna autoridad central identificable. Los suministros de socorro son robados, los vehículos asaltados y
los trabajadores de la ayuda internacional amenazados e insultados.” (S/23900, párrs. 3 a 6)
25. El Secretario General señaló que el Sr. Goulding había celebrado consultas con representantes de las
diferentes comunidades y averiguado que el Presidente Alija Izetbegovi , y Fikret Abdi (ambos
musulmanes de Bosnia) y Mariofil Ljubi (croata de Bosnia) habían apoyado una intervención inmediata
de las Naciones Unidas. El Presidente Izetbegovi había apoyado una operación de observancia de la paz
para “restaurar el orden”. El Sr. Goulding también se reunió con Radovan Karad i y otros dirigentes
serbios, que no consideraban que las Naciones Unidas tuvieran función alguna que desempeñar en ese
momento, aunque tanto él como el Presidente, de Croacia, Franjo Tudjman no habían excluido “una
función posible para los encargados del mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en lo que
respecta a ayudar a poner en práctica el acuerdo constitucional que se esperaba lograr” del proceso de
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paz patrocinado por la Comunidad Europea (S/23900, párr. 17).
26. El Secretario General concluyó su exposición con las siguientes palabras:
“La situación en Bosnia y Herzegovina es trágica, peligrosa, violenta y confusa. No creo que en su fase
actual el conflicto responda a las medidas de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
Cualquier operación exitosa de mantenimiento de la paz tiene que basarse en alguna clase de acuerdo
entre las partes en el conflicto. Un acuerdo de esa índole puede ir desde una simple cesación del fuego
hasta un arreglo amplio de su controversia; pero sin un acuerdo de alguna clase, no es posible definir un
mandato viable y resulta imposible mantener la paz ...
También cabe observar que una operación exitosa de mantenimiento de la paz exige que las partes
respeten a las Naciones Unidas, a su personal y a su mandato. Uno de los rasgos más perturbadores de la
situación actual en Bosnia y Herzegovina es que, aunque de palabra son muy respetuosas, de hecho,
ninguna de las partes en el conflicto puede afirmar que cumple dicha condición ... No son éstas las
condiciones que permiten que una operación de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas aporte
una contribución eficaz.” (S/23900, párrs. 25 y 26)
27. El Consejo de Seguridad pidió a continuación al Secretario General que asumiera algunas funciones
limitadas en la zona de Sarajevo. En su resolución 757 (1992) de 30 de mayo de 1992 por la que también
se impusieran sanciones económicas generalizadas a la República Federativa de Yugoslavia, el Consejo
pidió al Secretario General que siguiera interponiendo sus buenos oficios a fin de lograr los objetivos
para la entrega sin trabas de suministros de carácter humanitario a Sarajevo y otros lugares de Bosnia y
Herzegovina, incluido el establecimiento de una zona de seguridad que abarcara a Sarajevo y su
aeropuerto. El Secretario General informó al Consejo de Seguridad el 6 de junio de que, el día anterior, la
UNPROFOR había negociado un acuerdo sobre la reapertura del aeropuerto de Sarajevo para fines
humanitarios. De conformidad con el acuerdo, se pidió a la UNPROFOR que asumiera la
responsabilidad operacional total del funcionamiento y la seguridad del aeropuerto de Sarajevo. El
Secretario General manifestó la opinión de que el acuerdo representaba un “avance significativo” en el
trágico conflicto de Bosnia y Herzegovina, aunque no era más que un primer paso, y añadió:
“Opino que hay que aprovechar la oportunidad creada por la voluntad de las partes de concertar el
presente acuerdo ... Dado que en las colinas que dominan Sarajevo y su aeropuerto seguirá habiendo
armas pesadas, bien que bajo la supervisión de la UNPROFOR, la viabilidad del acuerdo dependerá de la
buena fe de las partes, particularmente de la parte serbia de Bosnia, para cumplir sus obligaciones
estrictamente ...
De ahí que recomiende al Consejo de Seguridad que tome la decisión necesaria para reforzar a la
UNPROFOR y ampliar su mandato, en los términos propuestos en el presente informe. Cabe esperar que
ésta será la primera etapa de un proceso que restablezca la paz en la República de Bosnia y
Herzegovina.” (S/24075, párrs. 11 y 13)
28. El Secretario General propuso el despliegue inmediato al aeropuerto de observadores militares de las
Naciones Unidas a lo que seguiría el despliegue de un batallón de infantería de la UNPROFOR. Esta
propuesta fue aprobada por el Consejo de Seguridad en su resolución 758 (1992) de 8 de junio, lo que
marcó el comienzo oficial del mandato de la UNPROFOR en Bosnia y Herzegovina.
E. El proceso de paz
29. Durante gran parte de la guerra en la ex Yugoslavia, las negociaciones de un arreglo político del
conflicto se llevaron a cabo bajo los auspicios de la Conferencia Internacional sobre la ex Yugoslavia
establecida por la Conferencia sobre la ex República Federativa Socialista de Yugoslavia que se celebró
en Londres los días 26 y 27 de agosto de 1992 (a la que se hará referencia en lo sucesivo como la
“Conferencia de Londres”). El Secretario General, en noviembre de 1992, describió la Conferencia
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Internacional sobre la ex Yugoslavia en los siguientes términos:
“una empresa innovadora que aúna los esfuerzos de las Naciones Unidas y la Comunidad Europea, así
como de otras organizaciones internacionales como la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación
en Europa (CSCE) y la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) ... La Conferencia Internacional
une la diplomacia preventiva activa, actividades de establecimiento y de mantenimiento de la paz y
también un posible componente de resguardo de la paz.” (S/24795, párr. 1)
Inicialmente el Comité Directivo de la Conferencia Internacional estuvo presidido conjuntamente por
Cyrus Vance, representante del Secretario General de las Naciones Unidas, y David Lord Owen, en
representación de la Presidencia de la Comunidad Europea.
30. Sobre la base de la declaración de principios aprobada por la Conferencia de Londres, la Conferencia
Internacional sobre la ex Yugoslavia estableció la base para un arreglo político del conflicto en los
siguientes términos:
“La población de Bosnia y Herzegovina está inseparablemente entremezclada. Por lo tanto, no parece
haber medio viable de crear tres Estados con territorios separados sobre la base de principios étnicos o
religiosos. Cualquier plan en ese sentido supondría incorporar un número muy grande de miembros de
otros grupos étnico–religiosos o daría lugar a una serie de enclaves separados de cada grupo étnico–
religioso. Un plan de ese tipo solamente permitiría lograr homogeneidad y fronteras coherentes mediante
un proceso de traslados forzosos de la población, lo cual ya había sido condenado ... Por lo tanto, los
Copresidentes consideraron necesario rechazar cualquier modelo basado en tres Estados separados sobre
bases étnico–religiosas. Además, una confederación formada por tres Estados de ese tipo sería
intrínsecamente inestable, pues al menos dos de ellos seguramente forjarían de inmediato vínculos más
fuertes con Estados limítrofes ...
Los Copresidentes también reconocieron que un Estado centralizado no sería aceptado por lo menos por
dos de los principales grupos étnico–religiosos de Bosnia y Herzegovina, ya que un Estado de ese tipo no
protegería sus intereses una vez resuelta la sangrienta guerra civil que desgarra actualmente al país ...
Por consiguiente, los Copresidentes creen que la única solución viable y estable que no entrañe la
aceptación de la depuración étnica que ya ha tenido lugar ni de otras prácticas internacionalmente
inaceptables es el establecimiento de un Estado descentralizado.” (S/24795, párrs. 36 a 38)
31. El 2 de enero de 1993, los Copresidentes revelaron su proyecto de plan para poner fin al conflicto,
que fue conocido con el nombre de Plan de Paz Vance–Owen. El plan comprendía tres partes: una serie
de principios constitucionales por los que se habría de establecer un Estado descentralizado de Bosnia y
Herzegovina; disposiciones militares que establecían una cesación del fuego y la desmilitarización
eventual de todo el país; y un mapa que delineaba 10 provincias (véase el mapa al final de este capítulo).
Las 10 provincias se trazaron, en gran medida, de manera que reflejaban las zonas en que las tres
comunidades habían vivido antes de la guerra, por lo que se invertía fundamentalmente el proceso de
“depuración étnica”. Cada una de las comunidades constituiría una mayoría en tres provincias, mientras
que en Sarajevo, la décima provincia, no habría mayoría. Ninguna de las comunidades tendría tenido un
territorio compacto, y los serbios estarían divididos en cinco zonas aisladas, lo que pondría fin
definitivamente a sus esperanzas de seccionarse de Bosnia y Herzegovina. Se informó de que las
objeciones de los dirigentes serbios se concentraban, en la provincia 5, que habría tenido mayoría
bosníaca. Esa provincia incluía no solamente Srebrenica y epa sino también la mayoría de las zonas de
Bosnia oriental que habían sido “depuradas étnicamente” recientemente por el Ejército Popular
Yugoslavo, el ejército de los serbios de Bosnia y sus asociados paramilitares. Cuando se presentó el Plan
Vance–Owen, el ejército de los serbios de Bosnia controlaba aproximadamente el 70% del país. La
superficie de las provincias con mayoría serbia propuestas en virtud del Plan Vance representaría el 43%
del territorio de Bosnia y Herzegovina, lo que exigiría que los serbios se retiraran de un tercio del terreno
que ocupaban en aquel momento. Este plan fue criticado enérgicamente por los Estados Unidos y, por
consiguiente, nunca fue hecho suyo por el Consejo de Seguridad, que se limitó a dar un aliento cauteloso
al “proceso de paz Vance–Owen”.
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32. Los representantes de la comunidad croata aceptaron el Plan de Paz Vance–Owen inmediatamente.
Sin embargo, los representantes de las otras dos comunidades no se mostraron satisfechos, y a lo largo de
los meses siguientes fue necesario hacer algunos ajustes negociados. Del 16 al 25 de marzo de 1993,
cuando se agudizaba la primera crisis de Srebrenica, se reunieron en Nueva York representantes de las
tres comunidades. Los representantes bosníacos y croatas firmaron la versión modificada del plan el 25
de marzo. Los representantes serbios no firmaron. Una vez que se hubieron aplicado presiones
concertadas a nivel internacional sobre el Presidente de Serbia, Miloševi , en una reunión que se celebró
en Atenas el 2 de mayo se convenció al Sr. Karad i de que firmara en nombre de los serbios de Bosnia.
Sin embargo, la firma del Sr. Karad i se estampó sujeta a la aprobación de la “Asamblea Nacional de la
República Srpska” que, en una sesión que celebró en Pale los días 5 y 6 de mayo de 1993, rechazó el
Plan.
F. Srebrenica antes de las resoluciones sobre la zona segura
33. Srebrenica está situada en un valle montañoso en Bosnia oriental, cerca de la frontera con Serbia.
Cuando se levantó el censo de 1991, el municipio contaba con una población de 37.000 personas, el 73%
de las cuales eran bosníacas y el 25% serbias. Pese a la preponderancia de los bosníacos en la población
de antes de la guerra, paramilitares serbios de Srebrenica y de otras partes de Bosnia oriental controlaron
Srebrenica durante varias semanas a comienzos del conflicto de Bosnia y Herzegovina. Durante este
período, los bosníacos de la zona general de Srebrenica no sólo fueron expulsados de sus hogares en
muchas de las zonas, sino que también fueron sometidos a malos tratos todavía más graves. Por ejemplo
en Bratunak, ciudad de mayoría bosníaca situada unos 10 kilómetros al norte de Srebrenica, varios
centenares de bosníacos fueron detenidos en una escuela local, en la que se sometió a tratos inhumanos y
se mató posteriormente a numerosos de ellos, incluido un imam local. Durante ese período, bosníacos
armados huyeron a las colinas de los alrededores.
34. Al 6 de mayo de 1992, esos bosníacos se habían reagrupado y habían empezado a oponerse al control
serbio de Srebrenica. El 8 de mayo resultó muerto en una emboscada Goran Zeki , dirigente de la
comunidad serbia de Srebrenica, y poco después los serbios empezaron a huir de la ciudad o fueron
expulsados de ella. La ciudad fue tomada por los bosníacos el 9 de mayo. Las fuerzas bosníacas que se
hicieron con el control de Srebrenica estaban integradas por varios grupos de combatientes sin estructura
militar concreta. El más poderoso de estos grupos estaba dirigido por Naser Ori , de Poto ari. Sin
embargo, otros grupos seguían operando con cierta medida de independencia, y hasta la caída de
Srebrenica en 1995, la vida en el enclave se caracterizó por violentas rivalidades entre diferentes
facciones dentro de la comunidad bosníaca.
35. El enclave bosníaco centrado en Srebrenica se expandió bajo el liderazgo de Ori , a lo largo de un
período de varios meses, a las zonas vecinas. La mayor parte de los combates que se libraron durante este
período no constituían una guerra ordinaria, sino más bien una serie de incursiones y contraincursiones
de grupos armados de una u otra comunidad. A medida que los bosníacos avanzaban, utilizaban técnicas
de depuración étnica similares a las usadas por los serbios en otras zonas, quemando casas y
aterrorizando a la población civil. Fuentes serbias alegan que más de 1.300 personas resultaron muertas a
manos de combatientes bosníacos a medida que se expandían fuera de Srebrenica, y que muchísimos más
fueron desplazados de sus hogares. Fuentes serbias y observadores internacionales de derechos humanos
han informado de incidentes en los que al parecer se torturó y mutiló a serbios2. Al mismo tiempo los
bosníacos, en cantidades mucho mayores, sufrían suertes similares en las zonas que permanecían bajo
control serbio.
36. En septiembre de 1992 las fuerzas bosníacas de Srebrenica establecieron contacto con las de epa, una
pequeña aldea controlada por los bosníacos en la zona de densos bosques al sur de Srebrenica. El enclave
de Srebrenica llegó a su punto de mayor extensión en enero de 1993, cuando se le unió el enclave vecino
bosníaco de Cerska, al oeste de Srebrenica. El enclave de Srebrenica, cuando su extensión fue mayor,
cubría casi 900 km2 de territorio en Bosnia oriental. A pesar de su expansión, el enclave nunca se unió al
cuerpo principal del territorio controlado por el Gobierno más hacia el oeste, lo que lo dejaba en una
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situación vulnerable al aislamiento y a los ataques por las fuerzas serbias3.
37. El 7 de enero de 1993, fuerzas bosníacas lanzaron un ataque fuera del enclave contra la aldea de
Kravica, habitada por serbios. Fuentes serbias informaron de que en el ataque habían resultado muertos
40 civiles serbios. Poco después del ataque contra Kravica, fuerzas serbias comenzaron a preparar una
contraofensiva. En marzo de 1993 las fuerzas serbias avanzaban rápidamente, asesinando e incendiando
a su paso. Pronto fueron tomadas las aldeas de Konjevi , Polje y Cerska, y en última instancia la
población de esas aldeas, junto con los restantes residentes de Srebrenica de antes de la guerra, cuyo
número totalizaba de 50.000 a 60.000, quedó comprimida en una zona montañosa de alrededor de 150
km2 que tenía su centro en la ciudad de Srebrenica. Durante la misma ofensiva epa fue separada de
Srebrenica, convirtiéndose en un enclave aislado a su vez, separado por un estrecho corredor de tierra
serbia. epa permaneció aislada hasta que fue tomada por los serbios tras la caída de Srebrenica en julio de
1995.
38. Algunas personas, periodistas bosníacos y extranjeros, informaron a Sarajevo y al mundo exterior de
la desesperada situación de Srebrenica, lo que llevó al Comandante de las fuerzas de la UNPROFOR en
Bosnia y Herzegovina a viajar a ese lugar con un pequeño grupo de la UNPROFOR el 11 de marzo de
1993. Cuando llegó a Srebrenica, la ciudad ya vivía en situación de asedio. Casi no había agua corriente,
dado que los serbios habían destruido el suministro de agua de la ciudad a medida que avanzaban.
Tampoco había más electricidad que la producida por algunas ruedas hidráulicas artesanales. El
hacinamiento constituía un problema grave, ya que las escuelas, los edificios de oficinas y otras
estructuras se habían vaciado para dar cabida a sucesivas olas de personas desplazadas que huían ante el
avance serbio. No se había llegado a la inanición, pero la comida escaseaba y la higiene pública se
deterioraba rápidamente. El ambiente de pánico se había hecho endémico. Inicialmente, los habitantes de
la localidad impidieron la partida del Comandante de la UNPROFOR, pero finalmente le dejaron
marchar el 13 de marzo. Antes de partir, habló en una reunión pública en Srebrenica y dijo a los
congregados que se encontraban bajo la protección de las Naciones Unidas y que él no los abandonaría4.
39. Durante las semanas que siguieron, el ACNUR consiguió hacer penetrar en Srebrenica a algunos
convoyes de ayuda humanitaria y evacuar a la seguridad relativa de la ciudad de Tuzla, controlada por el
Gobierno, a numerosas personas vulnerables. En general, a esas evacuaciones se opusieron, a veces por
la fuerza, las autoridades del Gobierno bosnio en Sarajevo, que consideraban que contribuían a la
“depuración étnica” del territorio. Las evacuaciones recibieron el apoyo de los serbios de Bosnia, que
estaban dispuestos a permitir al ACNUR enviar camiones vacíos a Srebrenica para llevarse evacuados,
pero que mostraban renuencia a autorizar la entrada en el enclave de ayuda humanitaria. El Enviado
Especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados declaró que apoyaba las
evacuaciones como último recurso para salvar vidas.
40. El primer convoy del ACNUR entró en la ciudad el 19 de marzo de 1993, mientras dirigentes
bosníacos, croatas y serbios se reunían en Nueva York para debatir el Plan Vance–Owen, y regresó a
Tuzla al día siguiente con más de 600 civiles bosníacos. El 28 de marzo llegó a Srebrenica un segundo
convoy. El 29 de marzo seis personas fallecieron mientras alrededor de 1.600 personas se amontonaban
en los camiones preparándose para regresar a Tuzla, siete más fallecieron en los hacinados vehículos
mientras viajaban hacia Tuzla. Una escena similar de pánico de masas y de muertes tuvo lugar tras la
llegada a Srebrenica de un tercer convoy, el 31 de marzo. Cerca de 3.000 mujeres y niños, además de
hombres ancianos, fueron evacuados en 14 camiones, y se registraron seis muertes causadas por el
hacinamiento o la exposición a los elementos. El 2 de abril, las autoridades bosníacas de Srebrenica
anunciaron que no se permitirían más evacuaciones. Pese a las objeciones y obstrucciones de las
autoridades, hubo algunas otras evacuaciones del ACNUR, aunque a escala limitada. El 8 de abril, dos
días después de que los serbios hubieran cortado el principal suministro de agua potable a Srebrenica,
aproximadamente 2.100 personas desafiaron a las autoridades locales entrando por la fuerza en 14
camiones. El 13 de abril fueron evacuadas otras 800 personas. Cuando las evacuaciones terminaron por
completo, a fines de abril de 1993, habían sido transportadas a la seguridad de Tuzla de 8.000 a 9.000
personas. Cuando se le entrevistó para la preparación de este informe, el Presidente Izetbegovi dijo que,
considerándola retrospectivamente, la política de su Gobierno de limitar las evacuaciones del enclave de
Srebrenica había sido desacertada.
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III. Aprobación de las resoluciones 819 (1993), 824 (1993) y 836
(1993) del Consejo de Seguridad
A. Consenso mínimo en el Consejo de Seguridad
41. Según iba empeorando la situación en Bosnia y Herzegovina, la actividad del Consejo de Seguridad
aumentaba. Durante el período de 18 meses comprendido entre el inicio de las hostilidades declaradas en
Bosnia y Herzegovina el 6 de abril de 1992 y el 5 de octubre de 1993, se aprobaron 47 resoluciones del
Consejo de Seguridad y se publicaron 42 declaraciones del Presidente del Consejo sobre asuntos
relacionados con el conflicto en la ex Yugoslavia. La mayor parte de esos documentos se referían
directamente al conflicto en Bosnia y Herzegovina. Hasta la fecha, ninguna cuestión en la historia del
Consejo de Seguridad ha generado más resoluciones y declaraciones en un plazo comparable.
42. Sin embargo, a pesar de esa corriente sin precedentes de resoluciones y declaraciones, el consenso en
el seno del Consejo de Seguridad era limitado. Había un acuerdo general sobre la necesidad de tomar
medidas, pero el nivel de acuerdo acerca de qué medidas era necesario adoptar era menor. El Secretario
General entendió que el Consejo podía alcanzar un consenso en torno a tres amplias esferas: la necesidad
de mitigar las consecuencias de la guerra; la necesidad de contener el conflicto; y la necesidad de mejorar
las perspectivas de un acuerdo de paz negociado. Hasta ese momento, las medidas que se habían
adoptado para satisfacer esas tres necesidades eran las siguientes:
a) Entre las medidas para aliviar el sufrimiento causado por el conflicto figuraba una ampliación
progresiva del mandato de la UNPROFOR para apoyar el envío, por tierra y aire, de asistencia
humanitaria a las personas que la precisaban;
b) Entre las medidas para contener el conflicto y mitigar sus consecuencias figuraba la imposición de un
embargo de armas a todas las partes en el conflicto en la ex Yugoslavia (la resolución 713 (1991) del
Consejo de Seguridad, en virtud de la cual se impuso el embargo de armas, fue aprobada por unanimidad
el 25 de septiembre de 1991). Esa política se amplió después, en la resolución 781 (1992) del Consejo, a
la prohibición de vuelos militares en el espacio aéreo de Bosnia y Herzegovina;
c) Entre las medidas para mejorar las perspectivas de un acuerdo de paz negociado figuraba la
negociación de arreglos locales de cesación del fuego y de otro tipo para estabilizar la situación sobre el
terreno mientras continuaban las conversaciones de paz bajo los auspicios de la Conferencia
Internacional sobre la ex Yugoslavia.
43. En una etapa relativamente temprana del conflicto surgió una pauta perceptible en el proceso de
adopción de decisiones en el Consejo de Seguridad. Los países que se oponían al levantamiento del
embargo de armas aportaron cada vez más tropas a la UNPROFOR, pero se opusieron a los esfuerzos por
ampliar el mandato de la UNPROFOR de una forma que hiciese entrar a la Fuerza en confrontación
militar directa con los serbios de Bosnia. Los países que favorecían medidas más enérgicas, pero que no
contaban con tropas sobre el terreno, intentaron progresivamente ampliar el mandato de la UNPROFOR
y utilizar a la Fuerza para enfrentarse directamente a los serbios. El resultado fue el despliegue de
fuerzas, por parte de Francia, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y otros países,
configuradas y equipadas en mayor medida para tareas tradicionales de mantenimiento de la paz que para
aplicar medidas coercitivas. Al mismo tiempo, en un esfuerzo por alcanzar el consenso en el Consejo, se
adoptaron resoluciones en las que se dio cabida a algunos de los términos más enérgicos que favorecían
los países que no aportaban tropas. El Capítulo VII de la Carta se invocó cada vez con mayor frecuencia,
aunque a menudo sin especificar la relación que guardaba con las operaciones de la UNPROFOR. De esa
forma, los esfuerzos de los Estados Miembros por encontrar un compromiso entre posiciones divergentes
condujeron a que el mandato de la UNPROFOR sobre el papel fuese más robusto que la propia Fuerza.
Durante el período de 18 meses de máxima actividad del Consejo de Seguridad en torno a esta cuestión,
las fuerzas de los serbios de Bosnia operaron casi sin control; para cuando se estabilizó la línea de
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confrontación, a mediados de 1993, aproximadamente 2 millones de personas, es decir la mitad de la
población total de Bosnia y Herzegovina, habían abandonado sus hogares o habían sido expulsadas.
44. Yasushi Akashi, designado Representante Especial del Secretario General en enero de 1994, escribió
más tarde:
“No existiendo un consenso en el Consejo, careciendo de una estrategia y cargada con un mandato
impreciso, la UNPROFOR se vio obligada a trazar su propio rumbo. El apoyo a una política
coercitiva ‘enérgica’ de la UNPROFOR era limitado. Así pues, la UNPROFOR decidió adoptar
una política relativamente pasiva, el mínimo común denominador con el que más o menos estaban
de acuerdo todos los miembros del Consejo.”5
B. El concepto de zonas seguras
45. Una de las propuestas que surgió durante la búsqueda de un compromiso en el Consejo de Seguridad
fue la de establecer “zonas de seguridad”, “sectores protegidos” y “zonas protegidas” para la población
bosníaca. En los comentarios que formuló en la Conferencia de Londres, celebrada los días 26 y 27 de
agosto de 1992, el Presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Cornelio Sommaruga, dijo que la
comunidad internacional tenía un papel vital que desempeñar. “Los traslados forzosos, el hostigamiento,
las detenciones y las muertes deben cesar de inmediato”, declaró. Añadió que habría que encontrar un
refugio para unos 10.000 detenidos a los que ya visitaba el CICR en el norte y el este de Bosnia. A
continuación preguntó a los delegados si estaban dispuestos a considerar la posibilidad de establecer
“zonas protegidas” entre otras posibles soluciones para hacer frente a la crisis humanitaria en Bosnia y
Herzegovina. En octubre de 1992, el CICR hizo público un documento en el que afirmaba “La presente
situación exige la creación de zonas ... que necesitan protección internacional”. El CICR se refirió a la
necesidad de dar protección a las comunidades amenazadas en sus lugares de residencia. “Para que esa
protección sea eficaz, las partes en el conflicto deben facilitar el despliegue de los contingentes de la
UNPROFOR y debe ampliarse el mandato de las fuerzas de las Naciones Unidas.”6
46. Algunos representantes de las Naciones Unidas también apoyaron esa idea en la etapa inicial. En su
informe sobre la situación de los derechos humanos en el territorio de la ex Yugoslavia, de fecha 27 de
octubre de 1992, el Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos en el territorio de la
antigua Yugoslavia, Tadeus Mazowiecki, concluyó que “un gran número de personas desplazadas no
tendrían que buscar refugio en el extranjero si se pudiera garantizar su seguridad y si contaran con
alimentos suficientes y atención médica adecuada. En este contexto, habría que llevar adelante
activamente la idea de crear zonas de seguridad en el territorio de Bosnia y Herzegovina”.
(E/CN.4/1992/S–1/10, párr. 25 b)).
47. Austria, a la sazón miembro no permanente del Consejo de Seguridad, fue el primer Estado Miembro
en estudiar activamente la posibilidad de establecer zonas seguras en Bosnia y Herzegovina. En general,
los miembros permanentes del Consejo de Seguridad no apoyaban la idea, y la primera ronda de debates
sobre esta cuestión tan sólo condujo a un párrafo cuidadosamente redactado en la resolución 787 (1992),
de 16 de noviembre de 1992, en el que se invitaba “al Secretario General a que, en consulta con la
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y otros organismos
internacionales pertinentes, estudie la posibilidad y la necesidad de promover zonas seguras para fines
humanitarios”.
48. Casi inmediatamente, se hicieron patentes varios problemas. En primer lugar, para que las zonas
seguras funcionaran eficazmente tendrían que establecerse con el consentimiento de las partes,
consentimiento con el que tal vez no se pudiera contar. En segundo lugar, el concepto que adelantaron
los organismos humanitarios era el de zonas ocupadas enteramente por civiles, abiertas a todos los
grupos étnicos y libres de cualquier actividad militar. Por definición, tendrían que ser zonas
desmilitarizadas, pero no existían zonas de esa naturaleza en el país. En tercer lugar, tanto si las zonas
seguras se desmilitarizaban como si no, era probable que la UNPROFOR tuviera que protegerlas, lo que
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requeriría una nueva contribución sustancial de tropas, con la que tal vez tampoco pudiera contarse. En
cuarto lugar, el establecimiento de zonas seguras entrañaba que otras zonas no lo serían y no estarían
protegidas, lo que atraería sobre ellas los ataques de los Serbios. Los copresidentes de la Conferencia
Internacional sobre la ex Yugoslavia, Lord Owen y el Sr. Vance, comenzaron a exponer públicamente
esos problemas. Hacia fines de noviembre de 1992, Lord Owen declaró que, en su opinión, las
propuestas para el establecimiento de zonas seguras adolecían de “errores de concepto”. El mes
siguiente, el Sr. Vance repitió un mensaje similar cuando dijo ante el Consejo de Seguridad que, en su
opinión, el establecimiento de zonas seguras alentaría la intensificación de la “depuración étnica”.
49. La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados, Sadako Ogata, en su carta al
Secretario General de fecha 17 de diciembre de 1992, expresó cautela en relación con ese tema. Apoyaba
el principio general de que debía proporcionarse seguridad in situ y desplegarse personal de
mantenimiento de la paz para proporcionar protección militar a los grupos perseguidos. Opinaba, sin
embargo, que el concepto de las zonas seguras “debía ser tan sólo un último recurso”. Expresó una
preocupación especial por la posible reacción de las partes en el conflicto que, o bien se oponían al
concepto o querían utilizarlo en provecho de sus propios objetivos militares. También señaló que la
comunidad internacional debería contar con cierta capacidad para adoptar medidas coercitivas, e incluso
así “sería dudoso que pudiera garantizarse plenamente la seguridad”. Concluía diciendo que “en ausencia
de un arreglo político, se correría el peligro de perpetuar situaciones similares a los campamentos de
refugiados”.
50. La Secretaría convino en que, para que las zonas seguras fueran viables, las Naciones Unidas
tendrían que ejercer cierto grado de control político sobre las autoridades locales, para garantizar que no
emprendieran acciones (como la utilización de las zonas seguras como bases desde las que lanzar
operaciones militares) que pudieran hacer aumentar el riesgo de que fueran atacadas. La Secretaría
preveía sin embargo, que sería muy difícil ejercer ese control. También puso en duda que las normas para
entablar combate aplicadas tradicionalmente en las operaciones de mantenimiento de la paz fueran
suficientes para desalentar la violación de las zonas seguras.
51. El Comandante de la Fuerza (UNPROFOR) se opuso al concepto de establecer zonas seguras que no
hubieran sido acordadas entre los beligerantes. En su opinión, la naturaleza del mandato que se proponía
en relación con las zonas seguras sería inherentemente incompatible con el mantenimiento de la paz. No
se opuso al principio de proteger al Gobierno bosnio y sus fuerzas armadas frente a los ataques serbios,
pero opinaba que las tropas encargadas del mantenimiento de la paz no podían de ninguna manera
participar en una operación de esas características. En su opinión, la misión de proteger las zonas seguras
correspondía a una operación de imposición de la paz dotada de medios para combatir. Resumió su
posición en una comunicación enviada a la Secretaría en la que declaró que “no se puede hacer la guerra
y la paz al mismo tiempo”.
C. Resolución 819 (1993) del Consejo de Seguridad
52. Antes de que el Consejo de Seguridad tuviera tiempo para finalizar su posición acerca del concepto
de las zonas seguras, los acontecimientos sobre el terreno exigieron nuevas medidas. El 2 de abril de
1993, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados comunicó al Secretario General
que la población de Srebrenica estaba convencida de que “los serbios de Bosnia alcanzarán su objetivo
militar de obtener el control de Srebrenica” (S/25519). Señaló que una de las opciones era la evacuación
de los no combatientes de Srebrenica, y que esas personas “tratan desesperadamente de escapar hacia un
lugar seguro, ya que no ven otra alternativa que la muerte si permanecen en el lugar”. Hizo hincapié, sin
embargo, en que las autoridades del Gobierno bosnio se oponían a la continua evacuación de la
población, que veían encaminada a vaciar la ciudad de mujeres y niños para facilitar una posterior
ofensiva de los serbios. Dadas las circunstancias, la Sra. Ogata concluyó:
“A mi juicio tenemos ante nosotros dos opciones para salvar las vidas de las personas atrapadas en
Srebrenica. La primera consiste en aumentar inmediatamente la presencia internacional, incluida la de la
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UNPROFOR, a fin de convertir el enclave en una zona protegida por las Naciones Unidas e introducir la
asistencia imprescindible en una escala mucho mayor que la que es posible en la actualidad ... De no ser
así, la otra opción que quedaría consistiría en organizar una evacuación en gran escala de la población en
peligro en Srebrenica.” (S/25519)
53. El Secretario General transmitió al Consejo de Seguridad la carta de la Alta Comisionada, tras lo que
se celebraron prolongadas consultas entre los miembros del Consejo. En general los miembros del
Movimiento de los Países No Alineados, miembros del Consejo de Seguridad representados
principalmente por el Pakistán y Venezuela, propusieron medidas enérgicas “para invertir la agresión
Serbia”. Inicialmente, favorecieron dos líneas de acción: acentuar las sanciones contra la República
Federativa de Yugoslavia y levantar el embargo de armas establecido en virtud de la resolución 713
(1991) del Consejo en la medida en que se aplicaba al Gobierno de Bosnia y Herzegovina. Al explicar la
segunda propuesta, los países no alineados miembros del Consejo de Seguridad dijeron que el embargo
ponía trabas al ejercicio por el Gobierno de Bosnia y Herzegovina del derecho de legítima defensa.
54. Los países no alineados miembros del Consejo de Seguridad presentaron un proyecto de resolución a
esos efectos que el Presidente del Consejo decidió someter a votación el 26 de abril. Sin embargo, la
evolución de los acontecimientos sobre el terreno se adelantaba a las consultas del Consejo de Seguridad.
El 13 de abril de 1993, los comandantes serbios comunicaron al representante del ACNUR que entrarían
en Srebrenica en dos días a menos que la población se rindiese y se evacuara a la población bosníaca7. El
16 de abril, el Asesor del Secretario General en Asuntos Políticos, Chinmaya Gharekhan (que
representaba al Secretario General en el Consejo de Seguridad), comunicó al Consejo que había estado
en contacto con el Comandante de la Fuerza (UNPROFOR) y que los observadores militares de las
Naciones Unidas estacionados en Srebrenica habían informado de que aunque la ciudad no había caído
todavía, sus autoridades habían ofrecido su rendición con tres condiciones: que se evacuase por aire a los
soldados heridos; que se evacuase a todos los civiles; y que se garantizase paso franco a todo el personal
militar, que se trasladaría a pie a Tuzla.
55. Hubo una considerable confusión en el Consejo de Seguridad, y el representante de un Estado
Miembro indicó que había sabido de fuentes nacionales que Srebrenica ya había caído. Tras un amplio
debate, el Consejo aprobó el 16 de abril un proyecto de resolución presentado por los no alineados
miembros del Consejo de Seguridad como resolución 819 (1993), en el que se exigía “que todas las
partes y demás interesados consideren a Srebrenica y sus zonas circundantes zonas seguras, libres de
ataques armados o de cualquier otro acto hostil”. También se exigía “la cesación inmediata de los ataques
armados de las unidades paramilitares de los serbios de Bosnia contra Srebrenica y su inmediato retiro de
las zonas en torno a Srebrenica” y se exigía además “que la República Federativa de Yugoslavia ponga
fin de inmediato al suministro de armas, equipo y servicios militares a las unidades paramilitares de los
serbios de Bosnia en la República de Bosnia y Herzegovina”. Sin embargo, no se impusieron
restricciones concretas a las actividades del ejército de la República de Bosnia y Herzegovina. Al tener
conocimiento de la resolución, la UNPROFOR expresó a la Secretaría su preocupación porque ese
régimen no podría aplicarse sin el consentimiento de ambas partes, lo que, dado el dominio de los
serbios, requeriría sin duda que las fuerzas del Gobierno bosnio depusieran las armas.
56. El Consejo de Seguridad, aunque actuaba al amparo del Capítulo VII de la Carta, no había dado a la
UNPROFOR ni el mandato ni los recursos necesarios para imponer a las partes el cumplimiento de sus
exigencias. En vez de eso, pidió al Secretario General que “con miras a vigilar la situación humanitaria
en las zonas seguras, tome medidas inmediatamente para aumentar la presencia de la Fuerza de
Protección de las Naciones Unidas en Srebrenica y sus zonas circundantes”.
57. Así pues, el Consejo de Seguridad parecía rechazar la alternativa de la evacuación propuesta por la
Sra. Ogata, y en su lugar condenó y rechazó “las acciones deliberadas de los serbios de Bosnia para
obligar a la evacuación de la población civil de Srebrenica y sus zonas circundantes, así como de otras
partes de Bosnia y Herzegovina, como parte de su abominable campaña general de 'depuración étnica'”.
58. Tras la aprobación de la resolución 819 (1993), y sobre la base de las consultas celebradas con los
miembros del Consejo, la Secretaría comunicó al Comandante de la Fuerza (UNPROFOR) que, en su
opinión, la resolución, en la que se pedía a las partes que adoptasen determinadas medidas, no imponía a
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la UNPROFOR la obligación militar de establecer o proteger esa zona segura.
58.
D. Acuerdo de desmilitarización de Srebrenica del 18 de abril de 1993
59. Mientras el Consejo de Seguridad condenaba enérgicamente las acciones de los serbios de Bosnia, la
UNPROFOR se enfrentaba a la realidad de que los serbios estaban en una situación de completo dominio
militar en torno a Srebrenica y que la ciudad y su población estaban en peligro. Así pues, los
comandantes de la UNPROFOR adoptaron un enfoque distinto al del Consejo, y convencieron a los
comandantes bosníacos de que debían firmar un acuerdo por el que las fuerzas bosníacas entregarían sus
armas a la UNPROFOR a cambio de la promesa de una cesación del fuego, la introducción de una
compañía de la UNPROFOR en Srebrenica, la evacuación de los heridos y enfermos graves, el acceso
sin trabas del ACNUR y el CICR y algunas otras disposiciones (véase el documento S/25700). Los
representantes del Gobierno bosnio parecían divididos en cuanto a la forma de proceder. Según el
General Halilovi , a la sazón comandante del ejército de la República de Bosnia y Herzegovina, el
Presidente Izetbegovi era favorable a la propuesta de la UNPROFOR que, según su apreciación,
significaba que los bosníacos entregarían sus armas a la UNPROFOR a cambio de su protección.
60. El texto del acuerdo se negoció en Sarajevo el 17 de abril de 1993 y fue firmado por el General
Halilovi y el General Mladi en las primeras horas de la mañana del 18 de abril. El Comandante de la
Fuerza fue testigo del acuerdo en nombre de la UNPROFOR. En el acuerdo se exponían las condiciones
de la desmilitarización de Srebrenica, aunque no se definía la zona que debía desmilitarizarse.
Posteriormente, Halilovi declararía haber entendido que el acuerdo contemplaba tan sólo la zona urbana
de Srebrenica, y no las partes rurales del enclave. La UNPROFOR también parece haber entendido el
acuerdo de esa forma. Los serbios, sin embargo, no lo entendieron así. En el acuerdo también se
establecía el despliegue de tropas de la UNPROFOR en la zona para las 11.00 horas del 18 de abril a fin
de preparar una pista de aterrizaje para los helicópteros destinados a evacuar al personal herido de
Srebrenica; la vigilancia de la cesación del fuego en Srebrenica y en las zonas fuera de la ciudad desde
las que pudieran utilizarse contra ella armas de tiro directo; y el establecimiento de enlaces con jefes
militares autorizados de ambas partes.
61. El 18 de abril se desplegaron en la zona de Srebrenica aproximadamente 170 efectivos de la
UNPROFOR, principalmente del contingente canadiense, con lo que se estableció por primera vez una
presencia sustancial de la UNPROFOR. A continuación, la fuerza canadiense procedió a supervisar la
desmilitarización de la ciudad de Srebrenica, aunque no de la zona circundante. Halilovi ha declarado
que él ordenó a los bosníacos de Srebrenica que no entregasen municiones ni armas en condiciones de
funcionamiento. En consecuencia, los bosníacos entregaron aproximadamente 300 armas, gran número
de las cuales estaban fuera de servicio. También entregaron un pequeño número de armas pesadas, para
las que no disponían de munición suficiente. Gran número de armas ligeras se trasladaron a zonas
situadas fuera de la ciudad.
62. La Secretaría comunicó al Comandante de la Fuerza que, habida cuenta de las opiniones de varios
miembros del Consejo de Seguridad, no debía llevar a cabo con excesivo celo el proceso de
desmilitarización en Srebrenica, lo que excluía por ejemplo, el registro casa por casa en busca de armas.
El 21 de abril, la UNPROFOR emitió un comunicado de prensa titulado “el éxito de la desmilitarización
de Srebrenica”. En ese documento podía leerse que “desde el 18 de abril se han desplegado en Srebrenica
tropas de la UNPROFOR, efectivos de la policía civil y observadores militares para recoger armas,
municiones, minas, explosivos y pertrechos de combate y para el medio día de hoy habían completado la
tarea de desmilitarizar la ciudad”. En la nota se decía además que “se ha evacuado en helicóptero de
Srebrenica a casi 500 personas enfermas y heridas y desde el domingo han estado llegando a la ciudad
convoyes con ayuda humanitaria”. Se citaron las siguientes palabras del Comandante de la Fuerza
(UNPROFOR): “Puedo confirmar que al medio día de hoy la ciudad ha quedado desmilitarizada ... el
equipo [de la UNPROFOR] preparó un inventario definitivo de todas las municiones y armas recogidas,
que fueron destruidas posteriormente por la UNPROFOR”.
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E. Misión del Consejo de Seguridad a Srebrenica y nuevo acuerdo de desmilitarización
del 8 de mayo de 1993
63. Tras la aprobación de la resolución 819 (1993) del Consejo de Seguridad, los miembros del Consejo
tuvieron una oportunidad poco común para evaluar de primera mano la situación sobre el terreno cuando
una misión del Consejo de Seguridad encabezada por Diego Arria, Representante Permanente de
Venezuela, ante las Naciones Unidas llegó a Srebrenica el 25 de abril. A su llegada a Srebrenica, los
miembros de la misión señalaron que, aunque en la resolución 819 (1993) del Consejo se exigía que los
serbios de Bosnia adoptaran determinadas medidas, en el acuerdo alcanzado el 18 de abril de 1993 con la
mediación de la UNPROFOR se había exigido el desarme de los bosníacos. Enfrentados a la realidad de
la situación sobre el terreno, los miembros del Consejo parecieron apoyar el camino que había seguido la
UNPROFOR. En su informe, presentado poco después de su regreso a Nueva York, los miembros de la
misión del Consejo de Seguridad escribieron que “la alternativa habría podido ser una matanza de 25.000
personas. Se trató sin duda de una situación de emergencia extraordinaria que obligó a la UNPROFOR a
actuar ... no cabe duda de que si este acuerdo no se hubiera alcanzado es probable que se hubiera
producido una matanza, lo que justifica los esfuerzos desplegados por el Comandante de la
UNPROFOR” (véase S/25700). Seguidamente los miembros del Consejo condenaron a los serbios por
llevar a cabo “un lento proceso de genocidio”. Al comparar el enfoque del Consejo con el de la
UNPROFOR un oficial canadiense de la UNPROFOR dijo a los miembros del Consejo que “aunque es
evidente que el Consejo de Seguridad es un órgano importante de las Naciones Unidas, los serbios de la
zona no reconocen su importancia” (ibíd).
64. En el informe de la misión del Consejo de Seguridad se señaló la discrepancia entre las resoluciones
del Consejo y la situación sobre el terreno. En él se decía que “aunque en la resolución 819 (1993) del
Consejo de Seguridad se declara a la ciudad [de Srebrenica] zona segura, es obvio que la situación no se
corresponde con el espíritu ni con el objetivo de la resolución”. Se decía seguidamente que “las fuerzas
serbias deben retirarse a los puntos desde los que no puedan atacar, hostigar o aterrorizar a la ciudad. La
UNPROFOR debe poder determinar los correspondientes parámetros. La misión cree, al igual que la
UNPROFOR, que los límites actuales de 4,5 por 0,5 kilómetros deben ampliarse considerablemente”. No
se indicaba la forma en que esto debía hacerse. En el informe de la misión se recomendaba que también
se declarasen zonas seguras las ciudades de Gora de, epa, Tuzla y Sarajevo, “como acto de diplomacia
preventiva”. El informe concluía reconociendo que “esa decisión exigiría una presencia más amplia de la
UNPROFOR, un mandato revisado para supervisar la cesación del fuego y las zonas seguras y diferentes
normas para entablar combate”. Se propuso la introducción por etapas de medidas que, si los serbios
hicieran caso omiso de la integridad de las zonas seguras, conducirían a “examinar ... en una fase
ulterior” la adopción de “medidas ... en relación con el ataque militar”.
65. Sobre el terreno, los acontecimientos se desarrollaban en distinta dirección. Al acuerdo del que fue
testigo el Comandante de la Fuerza el 18 de abril siguió el 8 de mayo otro acuerdo más completo en el
que el General Halilovi y el General Mladi acordaron medidas que abarcaban la totalidad del enclave de
Srebrenica y el enclave adyacente de epa. Según las condiciones del nuevo acuerdo las fuerzas bosníacas
situadas en el enclave entregarían sus armas, municiones y minas a la UNPROFOR, tras lo que los
serbios “retirarían las armas pesadas y las unidades que constituyen una amenaza para las zonas
desmilitarizadas que se habrán establecido en epa y Srebrenica”. En el acuerdo del 8 de mayo, a
diferencia del acuerdo anterior, se disponía específicamente que Srebrenica debía considerarse como una
“zona desmilitarizada” según lo dispuesto en el artículo 60 del Protocolo Adicional a los Convenios de
Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados
internacionales (Protocolo I).
F. Resolución 824 (1993) del Consejo de Seguridad
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66. Como había sucedido los días 16 a 18 de abril, las negociaciones de cesación del fuego de los días 6 a
8 de mayo tuvieron lugar al mismo tiempo que las consultas del Consejo de Seguridad. En un proyecto
de resolución presentado por los países no alineados miembros del Consejo de Seguridad se acogían con
beneplácito las recomendaciones de la Misión del Consejo de Seguridad a Bosnia y Herzegovina y se
proponía extender el régimen de zona segura a la ciudad de Sarajevo, “y otras zonas amenazadas, en
particular en las ciudades de Tuzla, epa, Gora de, y Biha ”. Durante las consultas del Consejo de
Seguridad celebradas el 5 de mayo, el Asesor Especial del Secretario General en Asuntos Políticos
señaló que lo normal sería pedir al Secretario General que formulara recomendaciones acerca de los
recursos necesarios para velar por que se respetase el estatuto de esas ciudades como zonas seguras.
Añadió que no podía esperarse que la UNPROFOR asumiera esa responsabilidad adicional con los
recursos de que disponía y que necesitaría al menos una brigada en cada ciudad que se declarase zona
segura. Concluyó diciendo simplemente que el Secretario General no disponía de los medios necesarios
para aplicar el proyecto de resolución.
67. El 6 de mayo, llegó a conocimiento de los miembros del Consejo de Seguridad que la “Asamblea” de
los serbios de Bosnia había rechazado el Plan de Paz Vance–Owen. El Consejo aprobó a continuación el
proyecto de resolución que se estaba debatiendo como resolución 824 (1993), en la que se disponía que
Sarajevo y otras ciudades, como Tuzla, epa, Gora de, y Biha , debían ser tratadas como zonas seguras por
todas las partes interesadas y debían permanecer libres de ataques armados y de cualquier otro acto
hostil. Se dispuso también que en las zonas seguras debían observarse las siguientes medidas:
a) La cesación inmediata de los ataques armados o de cualquier otro acto hostil contra las zonas seguras
y la retirada de esas ciudades de todas las unidades militares o paramilitares serbias de Bosnia a una
distancia desde la cual dejasen de constituir una amenaza para su seguridad y la de sus habitantes; esto
debería ser vigilado por observadores militares de las Naciones Unidas;
b) El pleno respeto por todas las partes de los derechos de la UNPROFOR y de los organismos
humanitarios internacionales al acceso libre y sin trabas a todas las zonas seguras en la República de
Bosnia y Herzegovina y el pleno respeto de la seguridad del personal encargado de esas operaciones.
(Al final del presente capítulo figura un mapa en el que se muestra la situación general de las que se
designaron como zonas seguras.)
68. Como fue el caso con la resolución 819 (1993), todas las exigencias del Consejo de Seguridad que
figuraban en la resolución 824 (1993) iban dirigidas a los serbios de Bosnia. La UNPROFOR, como
había hecho anteriormente, declaró que no podía aplicar la resolución a menos que hubiese un acuerdo
entre las partes o se le dieran los recursos necesarios para hacerla cumplir aun con la oposición de los
serbios. Sin embargo, en el texto de la resolución 824 (1993) no se mencionaban medidas coercitivas,
que se habían propuesto en un proyecto de resolución presentado por el Movimiento de los Países No
Alineados miembros del Consejo de Seguridad. En su lugar, el Consejo autorizó al Secretario General a
reforzar la UNPROFOR con otros 50 observadores militares de las Naciones Unidas sin armas.
69. Observando la discrepancia entre el acuerdo del 8 de mayo de 1993 que la UNPROFOR había
negociado sobre el terreno y la resolución aprobada simultáneamente por el Consejo de Seguridad, la
Secretaría explicó a la UNPROFOR que en la resolución 824 (1993) el Consejo había hecho especial
hincapié en la retirada de los serbios de Bosnia de las posiciones que amenazaban las “zonas seguras”.
La Secretaría opinaba que era esencial que la UNPROFOR reiterase que estaba dispuesta a garantizar la
aplicación de las partes del acuerdo que se referían a la retirada de los serbios de los alrededores de las
zonas seguras. La Secretaría añadió que la secuencia implícita en el acuerdo, primero el desarme de las
fuerzas del Gobierno y después la retirada de los serbios, sería inaceptable para el Consejo de Seguridad.
69.
G. Fin del Plan de Paz Vance–Owen; medidas para fortalecer el régimen de zonas
seguras
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70. Tras el rechazo del Plan Vance–Owen por la “Asamblea” de los serbios de Bosnia, los días 15 y 16
de mayo se celebró un “referéndum” en el territorio controlado por los serbios. Las autoridades de Pale
afirmaron que el resultado del referéndum confirmaba abrumadoramente la decisión de la “Asamblea” de
rechazar el plan de paz, que el Sr. Karad i había firmado con sujeción a la concurrencia de la
“Asamblea”. Esto condujo a una nueva etapa de actividad en la comunidad internacional, centrada en
torno a cómo estabilizar la situación militar sobre el terreno.
71. El 14 de mayo, el Representante Permanente del Pakistán transmitió al Presidente del Consejo de
Seguridad un memorando en que figuraban los puntos de vista e inquietudes del Movimiento de los
Países No Alineados miembros del Consejo de Seguridad con respecto a la situación en Bosnia y
Herzegovina (S/25782). En el memorando se presentaba el argumento de que el concepto de zonas
seguras no tendría éxito a menos que esas zonas fuesen “garantizadas y protegidas” por la UNPROFOR.
Sin esas garantías de protección, se decía en el memorando, esas zonas seguras “no protegen a sus
habitantes sino que, por el contrario, los condenan al sometimiento y la indefensión”. El que la
comunidad internacional no hubiese aplicado o amenazado con aplicar medidas coercitivas
“inevitablemente culminará en una utilización mucho mayor de la fuerza en el futuro ... Todos nosotros
deberíamos haber aprendido la lección más importante que se desprende de este conflicto: la comunidad
internacional no será respetada hasta que se decida a adoptar medidas eficaces”. Refiriéndose a la
UNPROFOR, en el memorando se decía que “a pesar de que la Fuerza se ha establecido en virtud del
Capítulo VII, sus funciones han sido interpretadas restringidamente y su alcance se ha limitado a la
prestación de asistencia humanitaria, basada además en el consentimiento de los autores de la agresión.
Esta interpretación restringida, unida a la negación del derecho inmanente de Bosnia y Herzegovina de
invocar el Artículo 51 de la Carta ha alentado a los serbios a proseguir con su agresión” (S/25782, párrs.
7 a 10).
72. La siguiente respuesta vino del Representante Permanente de Francia, que el 19 de mayo envió al
Presidente del Consejo de Seguridad un memorando. En el memorando enviado por Francia se esbozaba
la forma en que se debería modificar el mandato de la UNPROFOR “a fin de encargarle oficialmente y
con mayor claridad que en la resolución 824 (1993) la labor de garantizar la seguridad de las zonas
seguras. Para este fin, una nueva resolución debería disponer explícitamente la posibilidad de recurrir a la
fuerza, por todos los medios necesarios” (S/25800, párr. 4). Se explicaba también que “el objetivo
general del proyecto debería ser poner fin a las conquistas territoriales de las fuerzas serbias” (ibíd., párr.
3).
73. En su memorando, Francia exponía tres posibles opciones, a saber:
a) Una opción ligera sin unidades constituidas;
b) Una opción ligeras con unidades constituidas;
c) Una opción pesada.
La tarea de la UNPROFOR en las dos primeras opciones sería “disuadir las agresiones”. Los criterios
que se aplicarían para desencadenar el uso de la fuerza “estipulados en forma limitada” serían los
siguientes:
a) El bombardeo de las zonas seguras por las fuerzas de una de las facciones;
b) La incursión armada en zonas seguras;
c) La denegación de la libertad de circulación de la UNPROFOR y de los convoyes humanitarios
protegidos.
74. En el memorando de Francia se especificaba que sería necesario establecer “una presencia simbólica
de las Naciones Unidas” en cada una de las zonas seguras en el caso de la “opción ligera sin unidades
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constituidas”. En el caso de la “opción ligera con unidades constituidas” sería necesaria una brigada
(5.000 soldados) en Sarajevo, además de un batallón (900 soldados) en cada una de las ciudades de Biha
y Tuzla, un batallón dividido entre Srebrenica y epa, y un batallón dividido entre Gora de y Fo a. En el
caso de la “opción pesada” sería necesaria una división en Sarajevo y una brigada en cada una de las
demás zonas. En el memorando se concluía que “la participación eficaz sobre el terreno de los Estados
Unidos de América y de la Federación de Rusia junto a los países que ya están participando aumentaría
la credibilidad de ese concepto de zonas seguras y permitiría que fuera suficiente la aplicación de las
opciones ligeras” (S/25800, párrs. 5 a 8).
75. Una tercera respuesta llegó el 22 de mayo, cuando representantes de los Gobiernos de España, los
Estados Unidos, la Federación de Rusia, Francia y el Reino Unido se reunieron en Washington, D.C., y
acordaron un programa de acción conjunta. La reunión siguió a una misión sin éxito de la Secretaria de
Estado de los Estados Unidos a Europa en busca de apoyo para una “política de levantamiento y
ataque” (es decir, levantamiento del embargo de armas y ataque desde el aire contra el ejército serbio de
Bosnia). En el programa de acción conjunta se intentaba aunar las posiciones de los diversos gobiernos
interesados. En vez de insistir en que los serbios aceptasen el Plan de Paz Vance–Owen como un paquete
cerrado, como se había hecho en anteriores declaraciones, en el Programa se hablaba de “base en el
proceso Vance–Owen”, y se alentaba a las partes en el conflicto a la “pronta aplicación de las
disposiciones de mutuo acuerdo en el marco del Plan Vance-Owen”. En el programa se hacía referencia a
la continuación de la asistencia humanitaria, el estricto cumplimiento de las sanciones contra los serbios,
el posible cierre de la frontera yugoslava con Bosnia y Herzegovina, el mantenimiento de la zona de
prohibición de vuelos, la pronta instauración de un tribunal de crímenes de guerra y la “contribución
valiosa” que podría aportar el concepto de zonas seguras (véase S/25829).
76. El programa de acción conjunta fue fuertemente criticado por miembros del Movimiento de los
Países No Alineados miembros del Consejo de Seguridad que se oponían a la falta de un “compromiso
claro para invertir las consecuencias de la agresión de los serbios”. Esos países expresaron también su
preocupación por lo que sus miembros percibían como el abandono del Plan de Paz Vance–Owen y se
mostró especialmente escéptico por el adelanto de una débil política de zonas seguras en sustitución de
una acción más resuelta, como el levantamiento del embargo de armas.
77. El Consejo de Seguridad pidió posteriormente a la Secretaría que preparase en 24 horas un
documento de trabajo sobre las zonas seguras que se presentó al Consejo el día siguiente, 28 de mayo. En
ese documento de trabajo oficioso se decía que “cualquier concepto de zonas seguras debe contar con la
cooperación de las partes en conflicto. Sin la cesación del fuego en la región de las zonas seguras, es
virtualmente imposible aplicar ese concepto”. En el documento se exponía el argumento de que las
operaciones de mantenimiento de la paz sólo podían tener éxito con el consentimiento de las partes, y
que los serbios se opondrían con toda seguridad a cualquier arreglo que convirtiera a la UNPROFOR en
un obstáculo para alcanzar sus objetivos militares. Dicho eso, en el documento se decía que “si se da a la
UNPROFOR la tarea de imponer el establecimiento de una zona segura (es decir, recurriendo al Capítulo
VII) es probable que necesite armas de apoyo para el combate, como artillería y tal vez apoyo aéreo
inmediato”. En el documento de la Secretaría se exponían varias opciones acerca del tamaño y la
composición de las unidades de las Naciones Unidas en cada una de las zonas seguras, que figuran a
continuación:
a) Nominal, predominantemente observadores militares y policía civil de las Naciones Unidas;
b) Una presencia militar sustancial de las Naciones Unidas, dotada de capacidad militar para proteger la
zona segura;
c) Una presencia de la UNPROFOR capaz de defender la zona segura contra posibles agresiones.
No se explicaba la distinción entre “capacidad militar para proteger la zona segura” y una presencia de la
UNPROFOR “capaz de defender la zona segura contra posibles agresiones” no se explicaba, aunque la
estimación de los efectivos necesarios para poner en práctica cada una de las opciones era la siguiente:
para la opción a): 110–2.200; para la opción b): 4.500–12.500; para la opción c): 15.000.
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H. Resolución 836 (1993) del Consejo de Seguridad
78. Posteriormente, España, los Estados Unidos, la Federación de Rusia, Francia y el Reino Unido
patrocinaron un proyecto de resolución basado sustancialmente en el memorando de Francia de fecha 19
de mayo. El Consejo de Seguridad comenzó sus deliberaciones el 1° de junio y el proyecto de resolución
se sometió a votación el 4 de junio de 1993. El proyecto se aprobó por 13 votos a favor con 2
abstenciones, con lo que se convirtió en la resolución 836 (1993). Los siguientes tres párrafos de la
resolución, que se aprobó al amparo del Capítulo VII de la Carta, se percibían como especialmente
importantes:
“5. ... decide ampliar ... el mandato de la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas para que, en
las zonas seguras a las que se hace referencia en la resolución 824 (1993), pueda prevenir los
ataques contra las zonas seguras, vigilar la cesación del fuego, promover la retirada de las unidades
militares o paramilitares, salvo las del Gobierno de la República de Bosnia y Herzegovina, y
ocupar algunos puntos clave sobre el terreno, además de participar en la entrega de socorro
humanitario a la población, según lo dispuesto en la resolución 776 (1992), de 14 de septiembre de
1992;
9. Autoriza a la Fuerza a que, además del mandato enunciado en las resoluciones 770 (1992), de 13 de
agosto de 1992 y 776 (1992), en cumplimiento del mandato definido en el párrafo 5 supra y actuando en
legítima defensa, adopte todas las medidas necesarias, incluido el uso de la fuerza, en respuesta a los
bombardeos contra las zonas seguras efectuados por cualquiera de las partes o a las incursiones armadas
en dichas zonas, o en caso de que se produzca cualquier obstrucción deliberada de la libertad de
circulación de la Fuerza o de los convoyes humanitarios protegidos en dichas zonas o en sus
inmediaciones;
10. Decide que ... los Estados Miembros, actuando con carácter nacional o por conducto de
organizaciones o acuerdos regionales, bajo la autoridad del Consejo de Seguridad y en estrecha
coordinación con el Secretario General y la Fuerza, podrán adoptar todas las medidas necesarias,
mediante el empleo de la fuerza aérea, en las zonas seguras de Bosnia y Herzegovina y alrededor de
ellas, para proporcionar apoyo a la Fuerza en el cumplimiento de su mandato enunciado en los párrafos 5
y 9 supra;”
79. Es esencial observar que en la resolución se evitó utilizar las palabras “proteger” y “defender”, y tan
sólo se pidió a la UNPROFOR “ocupar algunos puntos clave sobre el terreno” y se vinculó el uso de la
fuerza con la frase “actuando en legítima defensa”. Como se indica en la siguiente sección, algunos
miembros del Consejo adoptaron, no obstante, una visión más amplia de la resolución.
I. Posiciones de los miembros del Consejo de Seguridad en relación con la resolución
836 (1993)
80. En la reunión en la que se sometió a votación el proyecto, los representantes de los 15 miembros del
Consejo de Seguridad así como los representantes de Bosnia y Herzegovina y Turquía formularon
declaraciones acerca de la resolución (véase S/PV.3228).
81. El representante de Bosnia y Herzegovina, país que no era miembro del Consejo de Seguridad, señaló
que en el documento de trabajo oficioso presentado por la Secretaría se decía que la aplicación de la
política de zonas seguras “no es posible desde una perspectiva realista”. Dijo que la resolución parecía
una “cobertura diplomática para mitigar la necesidad y la responsabilidad de adoptar medidas más
resueltas y generales”. Habló de “una constante falta de voluntad de hacer frente” a los ataques de los
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serbios contra los enclaves bosníacos. El representante de Turquía también se mostró escéptico en cuanto
a la eficacia de la resolución y aseguró que, al aprobar la resolución, “la comunidad internacional
continúa con su indecisión y no ha adoptado medidas coercitivas que pongan fin de una vez por todas a
la agresión”. Dijo que su Gobierno seguía “propugnando firmemente el uso de la fuerza para detener la
agresión serbia”. Añadió que en la resolución no se reconocía el derecho de legítima defensa de Bosnia y
Herzegovina, “un derecho que se le ha negado durante demasiado tiempo” y repitió que Turquía estaba
dispuesta a aportar tropas a la UNPROFOR.
82. El representante de Francia señaló que su Gobierno había enviado el memorando de 19 de mayo en el
que se desarrollaba el concepto de las zonas seguras y dijo que habían sido Francia y sus asociados los
que, tras la aprobación del programa de acción conjunta en Washington, habían propuesto al Consejo la
aprobación de un proyecto de resolución destinado a “garantizar el pleno respeto de las zonas seguras a
que se hace referencia en la resolución 824 (1993) ...”. Dijo que en el proyecto de resolución se
contemplaban dos objetivos: el humanitario de garantizar la supervivencia de la población civil de las
zonas seguras, y el político de mantener la base territorial que precisaba el Plan de Paz para Bosnia y
Herzegovina. Dijo también que “la designación y la protección de las zonas seguras no constituyen un fin
en sí, sino una medida temporal, una etapa que llevará hacia una solución política justa y duradera”.
Calificó el proyecto de resolución como “realista y operacional” y añadió que, en su opinión, sería la
primera etapa para poner en vigor las disposiciones del Plan de Paz Vance—Owen. Concluyó diciendo
que, al aprobar el texto, “nuestro Consejo demostrará que la comunidad internacional no está de brazos
cruzados”.
83. El representante de Venezuela, que se abstuvo en la votación del proyecto de resolución, hizo amplio
uso de la palabra y lo criticó por dos motivos: en primer lugar, porque no podría ponerse en práctica en
ausencia de recursos sustanciales de los que tal vez no se dispusiera y, en segundo lugar, porque daba
cobertura a la renuencia política a apoyar “la meta más amplia y significativa de la justa y equitativa
distribución territorial entre las distintas comunidades de Bosnia y Herzegovina”. En relación con el
primer aspecto, el representante dijo que “Este proyecto de resolución no podría ser ejecutado — en la
medida en que haya voluntad de hacerlo — hasta tanto el Secretario General tenga los recursos y los
medios necesarios ...”. Señaló que el Movimiento de los Países No Alineados miembros del Consejo de
Seguridad habría deseado que el Secretario General presentara un informe oficial sobre el concepto de
las zonas seguras antes de que se sometiera a votación el proyecto de resolución. “Lamentablemente no
se quiso esperar a la opinión del Secretario General”. El representante se refirió a la “evaluación
altamente crítica y objetiva” del concepto formulada por el Secretario General en el documento de
trabajo oficioso de fecha 28 de mayo. Señaló que el Secretario General ya había planteado a los
miembros del Consejo “preguntas especialmente válidas” acerca de la función exacta de las Naciones
Unidas y de si se pretendía o no que las Naciones Unidas recurrieran al uso de la fuerza en caso de que
los serbios no cumpliesen la resolución. Señaló también que nadie había contestado satisfactoriamente a
esas preguntas y pronosticó que las zonas seguras no podrían calificarse como “seguras”. En cuanto al
segundo aspecto, criticó el programa de acción conjunta y la opinión de que “lo único que se requiere son
medidas de contención y medidas de prevención: zonas seguras, vigilancia de las fronteras, refuerzo de
las sanciones, prohibición de sobrevuelos, un tribunal de justicia para los crímenes contra el derecho
humanitario”. Preguntó si los miembros del Consejo creían que esa actitud iba a “convencer a los
agresores de que es mejor renunciar graciosamente a lo que han conquistado por el terror y por la
fuerza”. Hizo un llamamiento al Consejo para “respetar y aplicar la seguridad colectiva ... y respetar el
derecho de legítima defensa consagrado en la Carta”.
84. El representante del Pakistán, que también se abstuvo en la votación, apoyaba “medidas decisivas,
expeditivas y amplias al amparo del Capítulo VII de la Carta con el fin de hacer cumplir sus decisiones y
autorizar el uso de todas las medidas necesarias, incluidos los ataques aéreos contra objetivos
estratégicos clave, a fin de detener la agresión serbia, invertirla imponiendo la retirada de todos los
territorios ocupados mediante el uso de la fuerza y la ‘depuración étnica’ ...” Señaló a la atención de los
miembros del Consejo “las fallas fundamentales de este concepto” de las zonas seguras, pero reiteró el
ofrecimiento de su Gobierno de aportar tropas a la UNPROFOR en relación con la aplicación del
proyecto de resolución. Instó al Consejo a “que adopte con urgencia medidas ulteriores adecuadas,
incluidos el levantamiento del embargo de armamentos contra Bosnia y Herzegovina de conformidad con
su derecho inmanente de legítima defensa consagrado en el Artículo 51 de la Carta ...”.
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85. El representante de Nueva Zelandia declaró que su Gobierno apoyaba el proyecto de resolución en la
inteligencia de que podría utilizarse la fuerza, en forma de ataques aéreos, si se impidiera a la
UNPROFOR el cumplimiento de sus tareas o si se obstaculizara la prestación de asistencia humanitaria.
Instó al Consejo a que enviase un mensaje claro a los serbios para que pusieran fin a sus actividades en
las zonas seguras y sus alrededores o se atuvieran a las consecuencias inmediatas. “Cualquier mensaje
menor que éste — como primera medida — sería, a nuestro juicio, muy perjudicial para la reputación del
Consejo y, ciertamente, para las Naciones Unidas en su conjunto”. El representante de Djibouti dijo que
votaría a favor del proyecto de resolución y aceptaría “de buena fe la rotunda afirmación de los
miembros que lo han patrocinado de que esta vez la cosa va en serio”.
86. El representante del Brasil dijo después de la votación que “nadie puede dudar que esta resolución no
puede ser considerada ni el ideal ni la respuesta final del Consejo de Seguridad al conflicto”. Había
votado a favor de la resolución porque “a pesar de sus deficiencias, constituye una medida concreta y
encarna un cambio cualitativo importante en la forma en que el Consejo se ha ocupado hasta ahora de
esta cuestión”.
87. El representante de la Federación de Rusia señaló que su delegación estaba entre los patrocinadores
de la resolución y que en ésta se establecía “un importante conjunto de medidas muy eficaces y
genuinamente factibles”. Su delegación estaba convencida de que la aplicación de la resolución sería “un
paso importante y práctico dado por la comunidad mundial para limitar verdaderamente la violencia y
poner fin a los tiroteos en la tan afligida tierra de los bosnios. En adelante, cualquier intento de acción
militar, tiroteo o bombardeo en las zonas seguras, cualquier incursión armada en esas zonas, y cualquier
obstáculo a la prestación de asistencia humanitaria serán impedidos por las fuerzas de las Naciones
Unidas, que utilizarán todos los medios necesarios, incluido el recurso a la fuerza armada”. Habló en
favor del programa de acción conjunta y concluyó que “el programa de Washington no excluye la
adopción de medidas nuevas y más firmes: no se ha incluido ni excluido nada”.
88. La representante de los Estados Unidos de América dijo que su Gobierno había patrocinado la
resolución porque “la consideramos un medio para salvar vidas ...”. Añadió que: “los Estados Unidos han
votado a favor de esta resolución sin ilusiones. Es un paso intermedio, ni más ni menos. En realidad,
tanto el Consejo de Seguridad como los gobiernos que elaboraron el programa de acción conjunta han
llegado al acuerdo de que mantendrán opciones abiertas par tomar medidas nuevas y más duras, ninguna
de las cuales ha sido prejuzgada ni excluida. La opinión de mi Gobierno sobre lo que deben ser esas
medidas más duras no ha cambiado”. El Gobierno de los Estados Unidos esperaba “contar con la total
cooperación de los serbios de Bosnia para aplicar esta resolución. Si esa cooperación no se hace presente,
nos veremos obligados a tomar medidas adicionales en el Consejo de Seguridad”.
89. El representante de China señaló que la situación humanitaria en Bosnia y Herzegovina había
empeorado dramáticamente. “En las circunstancias actuales, el establecimiento de una serie de ‘zonas
seguras’ en Bosnia y Herzegovina puede ensayarse como una medida temporal para reducir los
conflictos y los sufrimientos de la población”. Hizo hincapié, sin embargo, en que la política de zonas
seguras no podía ofrecer una solución política básica al conflicto y predijo que esa política podía
encontrar “muchas dificultades en su aplicación”. Dijo que “el invocar en esta resolución el Capítulo VII
de la Carta, que autoriza el uso de la fuerza, así como afirmar en ella de manera implícita que se podrían
llevar a cabo otras acciones militares en Bosnia y Herzegovina, en lugar de favorecer los esfuerzos por
buscar una paz duradera para la región, podría complicar la cuestión y afectar adversamente el proceso
de paz”.
90. El representante de Hungría dijo que “las soluciones esbozadas en esta resolución están lejos de ser
ideales ... Esta resolución no representa sino un tratamiento sintomático, ya que no da una respuesta
plenamente convincente a la cuestión clave del conflicto de Bosnia hoy en día, la de deshacer los
resultados de la agresión que continúa impunemente en ese país”. Hungría había votado a favor de la
resolución porque entendía que autorizaba “a la UNPROFOR a recurrir a la fuerza en respuesta a los
bombardeos contra las zonas seguras, a las incursiones armadas o si se establecen obstáculos deliberados
en esas zonas o sus alrededores a la libertad de circulación de la UNPROFOR o los convoyes
humanitarios protegidos”. Dijo que “la acción que la comunidad internacional inicia en este momento
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pertenece a la categoría de 'demasiado escasa y demasiado tarde’”.
91. El representante del Reino Unido se refirió favorablemente al programa de acción conjunta y
describió la política de zonas seguras como “paso esencial en las medidas inmediatas” del Programa. “El
objetivo consiste en proporcionar más ayuda a grandes concentraciones de población civil, en su mayoría
musulmanes”. Un elemento nuevo era que el Reino Unido “junto con Francia y los Estados Unidos, y
probablemente actuando en el marco de la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN),
estamos dispuestos a brindar fuerza aérea para responder a los pedidos de asistencia de las fuerzas de las
Naciones Unidas para las ‘zonas seguras’ y sus inmediaciones. Para aplicar en forma eficaz este
concepto de ‘zonas seguras’, las Naciones Unidas necesitarán más tropas, y apoyaremos al Secretario
General en sus esfuerzos para atraer nuevas contribuciones, incluidas las de algunos Estados islámicos”.
Las zonas seguras no pondrían fin a la guerra y no eran sino una medida temporal. El representante del
Reino Unido señaló que había algunas sugerencias de que una política de “zonas seguras” podría
combinarse con un levantamiento del embargo de armas y dijo que su Gobierno no veía factible la
combinación de esos elementos y que las dos políticas eran distintas y mutuamente excluyentes. “Sería
difícil reconciliar el suministro de armamentos con las operaciones de las Naciones Unidas de
mantenimiento de la paz sobre el terreno”. A continuación habló en favor de los esfuerzos negociadores
del Sr. Vance y de Lord Owen, y señaló que ni el programa de acción conjunta ni la opinión del
Gobierno del Reino Unido descartaban “otras medidas más enérgicas de acuerdo con la evolución de la
situación”.
92. El representante de España dijo que “con la ampliación del mandato de la UNPROFOR para
garantizar el pleno respeto de las ‘zonas seguras’, hemos dado hoy un paso importante destinado a salvar
vidas, preservar territorios amenazados, permitir el libre acceso de la ayuda humanitaria y también
facilitar la futura aplicación del Plan de Paz Vance-Owen”. Añadió que “la protección reforzada por
parte de la UNPROFOR de las seis zonas mencionadas en esta resolución ha de contribuir a incrementar
su seguridad y a proporcionar mayores niveles de seguridad y bienestar para la población civil
amenazada”.
J. Renuencia a utilizar la fuerza para impedir ataques contra las zonas seguras
93. Tras la aprobación de la resolución 836 (1993) del Consejo de Seguridad, los serbios de Bosnia
continuaron bombardeando las zonas seguras más o menos al mismo ritmo que anteriormente. En
Sarajevo, por ejemplo, las bombas serbias continuaban cayendo en las zonas seguras a un ritmo
promedio de unas 1.000 cada día, normalmente en zonas habitadas por civiles, a menudo de una forma
calculada para provocar el mayor número posible de bajas entre los civiles, algunas veces de forma
aleatoria, y tan sólo ocasionalmente con fines claramente militares. Esa pauta, que había comenzado el 6
de abril de 1992, continuó, con períodos de calma de duración variable, hasta la puesta en marcha de la
Operación Fuerza Deliberada en agosto de 1995. Los serbios continuaron también coartando la libertad
de movimientos hacia todas las zonas seguras, tanto para la UNPROFOR como para los convoyes
humanitarios, imponiendo un sistema de permisos cuyo efecto principal era limitar la eficacia de la
UNPROFOR y ralentizar la prestación de asistencia humanitaria.
94. Poco después de la aprobación de la resolución 836 (1993), la Secretaría convocó una reunión de los
patrocinadores de la resolución (España, los Estados Unidos, la Federación de Rusia, Francia y el Reino
Unido) y el Canadá. En una presentación oral, la Secretaría dijo que para aplicar el concepto de las zonas
seguras serían necesarios unos 32.000 efectivos adicionales. Esto encontró una fuerte oposición,
especialmente del Representante Permanente del Reino Unido, que insistió en que el enfoque preferido
estaría más cerca de la “opción ligera” presentada en el memorando de Francia, que entrañaría unos
5.000 efectivos adicionales.
95. La Secretaría informó entonces a la UNPROFOR de que ninguno de los patrocinadores estaba
dispuesto a aportar tropas adicionales para la UNPROFOR, y que ninguno de ellos parecía prever una
fuerza capaz de defender eficazmente esas zonas. La Secretaría creía que la opinión unánime entre los
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patrocinadores era que no debía interpretarse que la ampliación del mandato de la UNPROFOR de forma
que incluyese la capacidad de impedir ataques contra las zonas seguras entrañaba el despliegue de un
contingente capaz de repeler ataques por la fuerza de las armas. La principal capacidad disuasoria de la
UNPROFOR se derivaría de su presencia en las zonas seguras, más que depender de la fuerza militar. La
Secretaría se refirió al ejemplo positivo de Srebrenica, donde se pensaba que había quedado demostrado
el éxito de ese enfoque. La Secretaría añadió que la función de la UNPROFOR de “promover la retirada
de fuerzas militares y paramilitares” parecía requerir más persuasión que coerción. La Secretaría informó
a la UNPROFOR de que los patrocinadores de la resolución compartían la propia preocupación de la
Secretaría de que los ataques aéreos entrañarían un grave peligro para el personal de la UNPROFOR y
los convoyes humanitarios y, por tanto, debían utilizarse con cautela y, esencialmente, en legítima
defensa.
K. Informe del Secretario General presentado con arreglo a la resolución 836 (1993)
(S/25939)
96. El 14 de junio, el Secretario General presentó el primero de varios informes en los que exponía sus
opiniones acerca de la aplicación del concepto de zonas seguras. Señaló que “el Comandante Fuerza
(UNPROFOR) estimó que, a fin de garantizar el pleno respeto de las zonas seguras, se consideraban
necesarios efectivos adicionales a un nivel indicativo de unos 34.000 para lograr la disuasión mediante la
fuerza”, y señaló también, que “sería posible comenzar a dar cumplimiento a la resolución en virtud de
una opción ligera previendo un refuerzo mínimo de unos 7.600 efectivos. Si bien esta opción no puede,
de por sí, garantizar completamente la defensa de las zonas seguras, tiene a su favor la amenaza de la
acción aérea contra cualquier beligerante” (S/25939, párr. 5).
97. En relación con Srebrenica, el Secretario General declaró que no sería necesario reforzar los niveles
existentes de fuerza en el marco de la opción ligera. Sin embargo, dijo que “como se supone que los
efectivos terrestres de la UNPROFOR no serán suficientes para resistir a un ataque concentrado en
ninguna de las zonas seguras, debe hacerse especial hincapié en la disponibilidad de una dotación de
ataque aéreo proporcionada por los Estados Miembros. Esto requeriría el despliegue de controladores
aéreos de avanzada a fin de que las características de multiplicación de la fuerza aérea puedan ser
explotadas plenamente si es necesario” (S/25939, párr. 4). Posteriormente se desplegaron controladores
aéreos de avanzada en todas las zonas seguras.
98. En su resolución 844 (1993), de 18 de junio de 1993, el Consejo de Seguridad, actuando al amparo
del Capítulo VII de la Carta, entre otras cosas, aprobó el informe del Secretario General; decidió
autorizar el despliegue de los 7.600 efectivos adicionales propuestos en la “opción ligera”; y reafirmó su
decisión que figuraba en el párrafo 10 de la resolución 836 (1993) acerca del empleo de la fuerza aérea.
L. Esfuerzos por levantar el embargo de armas
99. Poco después, representantes del Movimiento de los Países No Alineados miembros del Consejo de
Seguridad distribuyeron un proyecto de resolución que hubiera excluido al Gobierno de Bosnia y
Herzegovina del embargo de armas impuesto a la ex Yugoslavia en virtud de la resolución 713 (1991). El
proyecto de resolución se sometió a votación en el Consejo de Seguridad el 29 de junio y fue rechazado
por seis votos a favor (Cabo Verde, Djibouti, Estados Unidos, Marruecos, Pakistán y Venezuela),
ninguno en contra y nueve abstenciones (Brasil, China, España, Federación de Rusia, Francia, Hungría,
Japón, Nueva Zelandia y Reino Unido).
100. Varios miembros del Consejo y algunos otros representantes permanentes que habían solicitado
participar en el debate del proyecto de resolución hicieron notar la relación entre la política de zonas
seguras y el esfuerzo por levantar el embargo de armas. Representantes de varios miembros de la
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Organización de la Conferencia Islámica dijeron que contemplaban el concepto que subyacía en la
resolución 836 (1993) del Consejo de Seguridad como “erróneo desde el principio”. Sugirieron que, si el
Consejo era incapaz de adoptar medidas para detener el conflicto o para proteger a la población bosníaca,
debía al menos permitir a los bosníacos defenderse por sí mismos. El representante de Bosnia y
Herzegovina veía el régimen de las zonas seguras como una expresión de la falta de voluntad de algunos
países para proporcionar un elemento disuasorio eficaz contra la agresión de los serbios. Siendo así, el
régimen de las zonas seguras podría, en el mejor de los casos, beneficiar temporalmente a algunas
personas, sin beneficiar permanentemente a nadie. Dada la falta de voluntad en la comunidad
internacional, la República de Bosnia y Herzegovina trató de reclamar su derecho a obtener los medios
para su legítima defensa.
101. El representante del Pakistán señaló que su país, junto con otros países no alineados miembros del
Consejo de Seguridad, había apoyado originalmente el establecimiento de zonas seguras, pero opinaba
que la experiencia de Srebrenica, epa y Gora de había revelado los inconvenientes fundamentales del
concepto en ausencia de una determinación real. En su opinión, la política de zonas seguras se había
convertido en un instrumento para congelar la situación sobre el terreno, que daba una ventaja total a los
serbios. Opinaba que la falta de determinación en el seno del Consejo había enardecido a los serbios.
Trece representantes de Estados miembros de la Organización de la Conferencia Islámica hablaron
también a favor del proyecto de resolución, como hicieron también los representantes de Costa Rica,
Eslovenia, los Estados Unidos y Venezuela.
102. El representante del Reino Unido, que encabezaba a los que se oponían al proyecto de resolución, se
refirió también a la política de zonas seguras. Dijo que en Bosnia, sobre el terreno, era preciso dar la
máxima prioridad a la seguridad de las zonas seguras. Describió la respuesta a las decisiones del Consejo
Seguridad de reforzar la UNPROFOR con 7.500 efectivos y apoyar a esas tropas con la amenaza
disuasoria del empleo de ataques aéreos como “alentadora”. El representante de Francia, que se oponía
también al proyecto de resolución, dijo que había razones de “principio, oportunidad y sustancia” que
impedían excluir a la República de Bosnia y Herzegovina del embargo de armas. Dijo que la función del
Consejo no era hacer la guerra. Levantar el embargo de armas de forma selectiva, en su opinión,
contravendría los principios del Consejo. “Esa decisión interferiría de forma desastrosa con las
conversaciones en curso en Ginebra”. Añadió que, aunque no era perfecto, debía darse al concepto de
zonas seguras una oportunidad de demostrar su eficacia. Señaló que los países participantes podían
aportar más de 6.000 hombres. Concluyó diciendo que Francia había aportado 6.300 efectivos a la
UNPROFOR y que su país “no aceptaría lecciones de moralidad de nadie”. Croacia, Yugoslavia, el
Japón, Ucrania, la Federación de Rusia, Hungría, China, el Brasil, Nueva Zelandia y España se
pronunciaron también en contra del proyecto de resolución.
IV. Evolución de la política de zonas seguras: junio de 1993 a
diciembre de 1994
A. Aplicación inicial de la política de zonas seguras
103. Ninguno de los patrocinadores de la resolución 836 (1993) del Consejo de Seguridad se ofreció
inicialmente a proporcionar efectivos adicionales para aplicar la resolución (si bien Francia
posteriormente proporcionó efectivos adicionales para las zonas seguras de Sarajevo y Biha , y el Reino
Unido desplegó efectivos en Gora de). Varios miembros de la Organización de la Conferencia Islámica
se ofrecieron a suministrar contingentes numerosos. Sin embargo, la Secretaría veía varios de estos
ofrecimientos con preocupación, pues preveía que los serbios de Bosnia no darían su consentimiento para
el despliegue de los efectivos y porque la capacidad de los efectivos para cumplir sus funciones se vería
considerablemente menoscabada si no se obtenía ese consentimiento.
104. Además de las dificultades para obtener un número suficiente de efectivos en general, la
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UNPROFOR tropezó con el problema de que los Estados Miembros se oponían a que se desplegase en
las zonas seguras el personal que ya se encontraba en el teatro de operaciones. Los efectivos desplegados
inicialmente por la UNPROFOR en Srebrenica formaban parte del batallón canadiense. El 25 de
septiembre el Comandante de la Fuerza (UNPROFOR) informó a la Secretaría de que había dado
órdenes para que los efectivos canadienses fueran reemplazados por efectivos del batallón nórdico
cuando los canadienses salieran del enclave de conformidad con el programa de rotación, pero que el
comandante del batallón nórdico, siguiendo instrucciones del Gobierno de Suecia, se había negado a ello.
Por lo tanto, los efectivos canadienses habían permanecido en Srebrenica hasta que parte de los efectivos
de un batallón neerlandés había conseguido desplegarse en el lugar en enero de 1994, tras prolongadas
demoras provocadas por la obstrucción serbia.
105. A pesar de las dificultades políticas vinculadas con el despliegue de unidades en Srebrenica, durante
la mayor parte del período en examen la presencia de la UNPROFOR en ese lugar siguió consistiendo en
dos o tres compañías de infantería. El número de efectivos concordaba en términos generales con el
previsto en la opción b) expuesta en el memorando del Gobierno francés de 19 de mayo. También estaba
de acuerdo con la opción ligera descrita por el Secretario General en su informe al Consejo de Seguridad
de 14 de junio. Si bien se expresó cierta preocupación respecto del nivel de los efectivos, la UNPROFOR
informó de que la presencia canadiense bastaba para llevar a cabo las tareas asignadas a la UNPROFOR
en el enclave. Además, el número general de efectivos de la UNPROFOR en Bosnia y Herzegovina
aumentó constantemente en respuesta a las responsabilidades adicionales que se confiaron a la Fuerza
hasta llegar a un máximo de más de 30.000 soldados hacia mediados de 1995; el Reino Unido y Francia
proporcionaron los contingentes más numerosos.
B. La crisis del monte Igman
106. El régimen de zonas seguras fue puesto a prueba por primera vez en forma significativa en agosto
de 1993. El 30 de julio, las fuerzas serbias de Bosnia lanzaron la última etapa de una ofensiva que les
permitió tomar importantes posiciones en el monte Bjelašnica y en el monte Igman, en las proximidades
de Sarajevo. De este modo, los serbios, que ya controlaban la mayoría de las posiciones estratégicas en
las colinas de la zona de Sarajevo, consolidaron aún más su control del valle en que se encuentra
Sarajevo. A principios del mes de agosto, las fuerzas serbias en el monte Igman estaban listas para cortar
la última carretera de salida de Sarajevo que aún estaba en poder del Gobierno. Sarajevo, que había
dependido de esta ruta para obtener suministros militares y de otra índole, quedaría así totalmente
aislada.
107. El 2 de agosto, el Presidente Izetbegovi anunció que se retiraba de las negociaciones de paz que se
estaban celebrando en Ginebra y que no volvería a ellas mientras las fuerzas serbias no se retiraran del
monte Igman. Esa noche, Manfred Wörner, Secretario General de la OTAN, informó al Secretario
General de las Naciones Unidas de que el Consejo del Atlántico del Norte había examinado la propuesta
de uno de sus miembros de que se utilizase la fuerza aérea de la OTAN en apoyo de las negociaciones de
Ginebra. El Sr. Wörner también envió una copia de una declaración emitida por él en la que decía que la
alianza había decidido prepararse para adoptar “medidas más enérgicas, incluidos los ataques aéreos”,
que aplicaría si continuaba “la estrangulación de Sarajevo”. Añadía que esas medidas se adoptarían bajo
la autoridad del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y en el marco de las resoluciones
pertinentes del Consejo de Seguridad. Asimismo se refería a la “plena coordinación con la UNPROFOR,
las opciones operacionales de ataque aéreo, incluidas las disposiciones relativas al mando y control
apropiados, y a la adopción de decisiones” pero sin entrar en detalles.
108. Seguidamente, las dos organizaciones intercambiaron opiniones sobre la utilización de la fuerza
aérea de la OTAN. El Secretario General de las Naciones Unidas reafirmó su enérgico apoyo al principio
de que la utilización de la aviación podía ayudar a lograr los objetivos establecidos por el Consejo de
Seguridad. Sin embargo, añadió que le preocupaban las opiniones de ciertos miembros del Consejo del
Atlántico del Norte de que los ataques aéreos propuestos debían llevarse a cabo “en la oportunidad y en
los lugares que la OTAN determinase”. Declaró que toda medida de esa índole debería adoptarse
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únicamente después de que hubiera tenido la oportunidad de recibir el asesoramiento de su Representante
Especial en la ex Yugoslavia, dada la responsabilidad de la Organización respecto de la seguridad de su
personal en la zona. También insistió en la importancia de establecer una distinción entre el “apoyo aéreo
inmediato”, que era un medio de defensa de alcance limitado, con arreglo al cual los ataques aéreos se
utilizaban para proteger al personal de la UNPROFOR que era objeto de un ataque inmediato, y los
“ataques aéreos”, arma ofensiva que debía utilizarse contra objetivos que podían estar alejados del campo
de batalla a fin de alcanzar un objetivo militar o político más amplio.
109. El Consejo del Atlántico del Norte se reunió nuevamente el 9 de agosto y aprobó disposiciones de
mando y control, con arreglo a las cuales el Secretario General de las Naciones Unidas autorizaría la
primera utilización de la fuerza aérea. También convino en que sólo se llevarían a cabo ataques aéreos
con el consentimiento del Comandante de la Fuerza (UNPROFOR) y el Comandante en Jefe de las
Fuerzas Aliadas del Sur de la OTAN (el sistema de “doble llave”), y sólo cuando cada uno de ellos
hubiese sido autorizado para proceder. Además aprobó tres opciones para los ataques aéreos que
preveían una escalada progresiva de los ataques aéreos. La opción 1 (“ataque inicial”) consistiría en
utilizar la fuerza aérea contra objetivos de importancia militar y que evidentemente obstaculizaban o
impedían la aplicación de las resoluciones del Consejo de Seguridad. La opción 2 (“seguimiento”)
consistiría en el uso de la fuerza aérea contra un conjunto más amplio de objetivos vinculados a las zonas
sitiadas. La opción 3 (“zona ampliada de acción”) consistiría en utilizar la aviación fuera de las zonas
sitiadas inmediatas.
110. Casi inmediatamente surgieron diferencias de interpretación entre la OTAN y las Naciones Unidas
respecto de esas disposiciones. Los objetivos declarados de la OTAN eran proporcionar apoyo a la
UNPROFOR, respaldar las negociaciones de Ginebra y demostrar su solidaridad y determinación. En
particular, la OTAN consideraba que esas disposiciones eran un instrumento para inducir a los serbios de
Bosnia a levantar sin demora el sitio de Sarajevo y colocar las colinas circundantes y los medios de
acceso a la ciudad bajo el control de la UNPROFOR. Además, la OTAN las consideraba un instrumento
para poner fin a las provocaciones que hacían peligrar la entrega de ayuda humanitaria. Por su parte, la
Secretaría de las Naciones Unidas valoraba el apoyo de la OTAN a la UNPROFOR, pero seguía
preocupada por la vulnerabilidad de su personal sobre el terreno a las represalias de los serbios de
Bosnia.
111. Ante esas distintas perspectivas, la Secretaría se enzarzó en un serio debate interno sobre la cuestión
y poco después comunicó a la UNPROFOR su opinión sobre las circunstancias que debían darse para la
utilización de la aviación con arreglo a las resoluciones 836 (1993) y 844 (1993). Dichas circunstancias
eran las siguientes:
a) En legítima defensa;
b) En respuesta a bombardeos contra las zonas seguras;
c) En respuesta a incursiones armadas en las zonas seguras;
d) A fin de neutralizar las tentativas de obstrucción de la libertad de circulación de la UNPROFOR o de
los convoyes humanitarios.
112. El Comandante de la Fuerza (UNPROFOR) desarrolló el concepto relativo a la utilización de la
fuerza aérea según los parámetros mencionados indicando los criterios específicos que determinarían la
utilización de la fuerza aérea en determinadas situaciones. Sin embargo, declaró que “para que esta arma
tenga un máximo poder de disuasión, deben existir dudas sobre los criterios exactos que han de
determinar su uso. En realidad, la publicación de criterios ... en relación con el número de las víctimas o
el nivel de destrucción que se tomarían como criterio para activar la utilización del apoyo aéreo podría
llevar a los beligerantes a perpetrar actos hostiles de una intensidad apenas por debajo del umbral
establecido”. El 18 de agosto, el Secretario General informó al Consejo de Seguridad de que se había
establecido la capacidad operacional para utilizar la aviación en apoyo de la UNPROFOR (S/26335).
113. El 14 de agosto, los serbios de Bosnia convinieron en retirarse de posiciones clave en el monte
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Bjelašnica y en el monte Igman, lo cual se llevó a cabo bajo la supervisión de la UNPROFOR. El Mando
de la UNPROFOR en Bosnia y Herzegovina estimó que la actitud máscooperativa de losserbios
obedecía, al menosen parte, a la amenaza de ataquesaéreos.
C. Propuestas para intercambiar Srebrenica y epa por territorio alrededor de Sarajevo
en poder de los serbios
114. Despuésde que losserbiosse hubieron retirado del monte Bjelašnica y el monte Igman, el
Presidente Izetbegovi volvió a ocupar su lugar en lasnegociacionesde paz de Ginebra y, posteriormente,
a bordo del buque de guerra HMS Invincible del Reino Unido. Con arreglo al conjunto de medidas
ultimadasa bordo del Invincible, se establecería una unión de tresrepúblicas: una de ellascon una
mayoría bosníaca, otra con una mayoría croata y la tercera con una mayoría serbia. A la república con la
mayoría bosníaca le correspondería el 30% del territorio de Bosnia y Herzegovina, incluidasSrebrenica y
epa. (Véase el mapa al final del presente capítulo.) Loslíderesserbiosde Bosnia apoyaban el plan en
principio, pero se oponían a lasdisposicionesrelativasa Srebrenica y epa que, por razonesestratégicas,
querían que estuviesen ubicadosen la república con la mayoría serbia. Así, propusieron un intercambio
de territorio con loslíderesbosníacos, con arreglo al cual Srebrenica y epa se cederían a la república con
la mayoría serbia; a cambio de ello, determinadosterritorioscontroladospor losserbiosalrededor de
Sarajevo se incorporarían a la república con la mayoría bosníaca.
115. El 28 y el 29 de septiembre, losrepresentantesde la comunidad bosníaca se reunieron en Sarajevo
para votar sobre el conjunto de medidasde paz. Una delegación de bosníacosde Srebrenica fue
transportada a Sarajevo en un helicóptero de la UNPROFOR para que participase en el debate. Antesde
la reunión, la delegación se reunió en privado con el Presidente Izetbegovi , quien lesinformó de las
propuestasserbiasde intercambiar Srebrenica y epa por territoriosalrededor de Sarajevo. La delegación
se opuso a esa idea y no volvió a hablarse de la cuestión. Algunosde lossobrevivientesde la delegación
de Srebrenica han declarado que el Presidente Izetbegovi también lesdijo que se había enterado de que
era posible que la OTAN interviniera en Bosnia y Herzegovina, pero que ello sólo sucedería si los
serbiosentraban en Srebrenica y mataban por lo menosa 5.000 personas. El Presidente Izetbegovi ha
negado categóricamente haber formulado esa clase de declaración. Trasesa reunión privada, la Asamblea
bosníaca se reunió en plenario y votó en contra del conjunto de medidasacordadasa bordo del Invincible
en la forma en que habían sido presentadas, y pidió que se celebraran nuevasconversacionesy se
devolvieran todoslosterritoriostomadospor la fuerza.
116. Trasla decisión de losbosníacosde rechazar el conjunto de medidasacordadasa bordo del
Invincible en la forma en que habían sido presentadas, se reanudaron lasconversacionesde paz, mientras
continuaban loscombatesen tierra. En losmesessubsiguientes, con losauspiciosde la Unión Europea,
se elaboró una versión modificada del conjunto de medidasacordadasa bordo del Invincible. Con arreglo
al denominado “Plan de la Unión Europea”, la república con una mayoría bosníaca tendría el 33,5% del
territorio de Bosnia y Herzegovina. Losmapasnuevamente incluían a Srebrenica y epa en el territorio
que se administraría como parte de la república con la mayoría bosníaca y, una vez más, losserbios
propusieron intercambiar territorio. Loslíderesbosníacosse reunieron con loslíderesserbiosen Sarajevo
y en otroslugarespara examinar la posibilidad de ceder Srebrenica y epa a la república con la mayoría
serbia, pero lasNacionesUnidasno tienen conocimiento de que se haya llegado a un acuerdo sobre el
tema. La iniciativa de paz en cuyo contexto tuvieron lugar estasdeliberacionesfinalmente fracasó en
enero de 1994.
D. Matanza de Markale y desacuerdos sobre la utilización de la fuerza aérea
117. El 5 de febrero de 1994, un tiro de mortero estalló en la plaza del mercado de Markale, en el centro
de Sarajevo; 68 personas, en su mayoría civilesbosníacos, resultaron muertos, y másde 200 fueron
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heridas. Las imágenes de la matanza, filmadas por equipos de televisión, fueron transmitidas en todo el
mundo y provocaron gran indignación. El incidente sucedió a otro ocurrido el día anterior en el que 10
personas habían resultado muertas por fuego de mortero serbio mientras se encontraban haciendo fila
para obtener agua en la zona de Dobrinja en Sarajevo. Los representantes de Francia, el Reino Unido y
los Estados Unidos se reunieron en Nueva York para examinar esos ataques y convinieron en que debía
alentarse al Secretario General de las Naciones Unidas a que apoyase la adopción de enérgicas medidas
por la OTAN. Al enterarse de sus opiniones, el Secretario General escribió al Presidente del Consejo de
Seguridad diciendo que “estos dos incidentes hacen que sea necesario, de conformidad con los párrafos 9
y 10 de la parte dispositiva de la resolución 836 (1993), prepararse urgentemente a efectuar ataques
aéreos para impedir nuevos ataques de ese tipo” (S/1994/131). También escribió al Secretario General de
la OTAN el 6 de febrero diciéndole que le agradecería que:
117.“adoptara las medidas para lograr, lo antes posible, una decisión del Consejo del Atlántico del Norte
de autorizar al Comandante en Jefe del Comando Sur de la OTAN para que efectúe ataques aéreos, a
solicitud de las Naciones Unidas, contra posiciones de artillería o morteros en Sarajevo o alrededores de
ésta que, según lo determine la UNPROFOR, sean responsables de ataques contra objetivos civiles en esa
ciudad” (S/1994/131, anexo).
118. Sin embargo, el Comandante de la UNPROFOR en Bosnia y Herzegovina se opuso a que se
adoptara ese enfoque aparentemente por considerar que podía “implicar a las Naciones Unidas en la
guerra”8. Asimismo, trató de convencer al Gobierno de su propio país de que no apoyara una utilización
más amplia de la fuerza aérea de la OTAN con el objeto de obligar a los serbios a acudir a la mesa de
negociaciones. Posteriormente, describió la forma en que había intervenido cuando pensó que un alto
ministro del Gobierno de su país “bajo presión de los norteamericanos y la OTAN vacilaba seriamente en
relación con la cuestión de los ataques aéreos”9.
119. El Comandante de la UNPROFOR en Bosnia y Herzegovina propuso lo que consideraba un arreglo
más equilibrado para aliviar la tensión en Sarajevo sin recurrir a la fuerza. El 9 de febrero reunió a las
dos partes en Sarajevo y las instó a que apoyaran un acuerdo de cuatro puntos con arreglo al cual se
declararía la cesación del fuego, se retirarían las armas pesadas a una distancia de 20 kilómetros, los
efectivos de la UNPROFOR tomarían posiciones a lo largo de la línea de enfrentamiento y se
establecería una comisión mixta para examinar la aplicación del acuerdo. Los serbios dieron su acuerdo
inmediatamente, en parte, a juicio del Comandante de la UNPROFOR, debido a la amenaza de ataques
aéreos10. El Gobierno de Bosnia y Herzegovina se había mostrado renuente a aceptar las condiciones de
la cesación del fuego cuando se le habían explicado la víspera. Sin embargo, el Comandante de la
UNPROFOR les dijo que la investigación inicial llevada a cabo por las Naciones Unidas del cráter
dejado por la bomba en la plaza del mercado indicaba que la bomba había sido lanzada desde la parte
bosnia de las líneas de combate, o tal vez, detonada in situ11. En realidad, el análisis ulterior contradijo
esa conclusión12, pero la sugerencia aparentemente surtió efecto pues tras la presión adicional ejercida
por el Comandante de la UNPROFOR, los bosníacos también aceptaron condiciones para la cesación del
fuego que, a su juicio, les eran desfavorables.
120. Ese mismo día el Secretario General de la OTAN informó al Secretario General de las Naciones
Unidas de que el Consejo del Atlántico del Norte se había reunido y había acordado responder
positivamente al pedido de las Naciones Unidas de que autorizara ataques áreos para prevenir nuevos
ataques contra Sarajevo. El Consejo había pedido que, en un plazo de 10 días, las armas pesadas de los
serbios fueran retiradas o reagrupadas a una distancia de por lo menos 20 kilómetros del centro de
Sarajevo (“zona de exclusión de Sarajevo”) y colocadas bajo el control de la UNPROFOR. También
había pedido al Gobierno de Bosnia y Herzegovina que colocara sus armas bajo el control de la
UNPROFOR, y que declarara la cesación del fuego. Además, el Consejo había decidido que las armas de
las partes que se encontraran dentro de la zona de exclusión de Sarajevo después de expirado el plazo de
10 días fueran objeto de ataques aéreos junto con las instalaciones de apoyo militar directo y esencial.
121. A medida que se aproximaba el plazo para el retiro de las armas pesadas serbias, algunos
funcionarios de las Naciones Unidas comenzaron a expresar preocupación respecto de la forma en que
parecían evolucionar los acontecimientos. El 16 de febrero se reunieron altos representantes de la
Secretaría, la Conferencia Internacional sobre la ex Yugoslavia, la UNPROFOR y el ACNUR para
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examinar la cuestión de los posibles ataques aéreos en torno a Sarajevo. Algunos de los participantes
expresaron serias reservas respecto de la intención de la OTAN de lanzar ataques aéreos contra las armas
pesadas que no hubieran sido retiradas o colocadas bajo el control de la UNPROFOR para el 20 de
febrero a más tardar. Expresaron la opinión de que la estrategia de la OTAN parecía basarse en lo que, a
su juicio, era una hipótesis cuestionable, a saber, que los ataques aéreos demostrarían la determinación de
la OTAN, reforzarían la credibilidad de la comunidad internacional y lograrían que los serbios
cumplieran los planes de la comunidad internacional para un arreglo de la cuestión bosnia. Otros
participantes recuerdan que en general estaban de acuerdo con la estrategia de la OTAN y trataron de
utilizarla como medio de complementar las negociaciones de la UNPROFOR con los serbios.
122. Muchas de las armas, aunque no todas, fueron retiradas o reagrupadas por ambas partes antes de que
venciera el plazo fijado y, aunque el ultimátum y la cesación del fuego no pusieron término a todos los
combates en la zona de Sarajevo, permitieron reducir considerablemente el número de incidentes creados
por disparos y estabilizar la línea de enfrentamiento. Posteriormente, la UNPROFOR, basándose en estos
acontecimientos positivos, consiguió negociar, el 17 de marzo de 1994, un acuerdo de libertad de
circulación entre las partes. Con arreglo a dicho acuerdo, se inauguraron varias “rutas azules” a lo largo
de las cuales se permitía la circulación de un número limitado de civiles de ambas partes. La situación
humanitaria en la zona segura de Sarajevo mejoró considerablemente durante este período, y durante
varios meses la vida en la ciudad volvió a tener ciertos visos de normalidad, tras lo cual la situación
gradualmente empeoró una vez más.
123. Con el establecimiento de la zona de exclusión en torno a la zona segura de Sarajevo, la
UNPROFOR, por primera vez, estableció una importante presencia en el lado serbio de la línea de
enfrentamiento. Algunos observadores se oponían a que así fuera por considerar que el personal de la
UNPROFOR podía ser tomado como rehén en épocas de crisis. Sin embargo, varios cientos de efectivos
de la UNPROFOR (principalmente de Francia y Ucrania) fueron desplegados en las zonas bajo control
serbio en torno a la ciudad para vigilar los centros de recolección de armas en que se habían guardado las
armas serbias. Un batallón ruso también se desplegó en el distrito de Grbavica, que se encontraba bajo
control serbio.
E. Evaluación efectuada por las Naciones Unidas de la política de zonas seguras al mes
de marzo de 1994
124. A pesar de los acuerdos celebrados con la OTAN y del “poder multiplicador de la aviación” de que
ahora disponía para apoyar a la misión de la UNPROFOR, la Secretaría de las Naciones Unidas y la
UNPROFOR comenzaron a experimentar creciente desaliento por el hecho de que los Estados
Miembros, en particular los patrocinadores de la resolución 836 (1993), no proporcionasen efectivos
suficientes para aplicar la política de zonas seguras. En esas circunstancias, la UNPROFOR no pudo
aplicar enérgicamente la política de zonas seguras. Antes de su partida en diciembre de 1993, el entonces
Comandante del Mando de la UNPROFOR en Bosnia y Herzegovina señaló que su misión se había visto
entorpecida por “la brecha abismal entre las resoluciones del Consejo de Seguridad, la voluntad para
poner en práctica esas resoluciones y los medios puestos a disposición de los comandantes sobre el
terreno”. Añadía que había dejado de leer las resoluciones del Consejo de Seguridad13.
125. En su informe a la Asamblea General de 7 de enero de 1994 (A/48/847), el Secretario General
señalaba que, a pesar de que se habían autorizado 7.600 efectivos adicionales para las zonas seguras,
menos de 3.000 habían llegado al teatro de operaciones casi siete meses más tarde. Añadía que seguían
existiendo problemas en relación con el despliegue de los efectivos del Pakistán (3.000 ofrecidos) y
Bangladesh (1.220 ofrecidos), ya que los gobiernos interesados habían declarado que no podían equipar
adecuadamente a sus soldados para las tareas que debían cumplir. Asimismo señalaba que los serbios de
Bosnia no habían cumplido lo dispuesto en las resoluciones 819 (1993), 824 (1993) y 836 (1993). En
relación con la zona segura de Sarajevo, informaba de que los serbios no habían levantado el sitio y que
habían recrudecido los bombardeos de la zona segura.
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126. La preocupación a nivel de la Secretaría de las Naciones Unidas y entre los comandantes de la
UNPROFOR respecto de la brecha entre las expectativas y los recursos aumentó tras la declaración
hecha por los Jefes de Estado y de Gobierno del Consejo del Atlántico del Norte el 11 de enero de 1994.
En la declaración se reafirmaba que la OTAN estaba dispuesta a “realizar ataques aéreos a fin de impedir
la estrangulación de Sarajevo, las zonas seguras y otras zonas amenazadas de Bosnia y
Herzegovina” (S/1994/131, anexo). También se instaba a las autoridades de la UNPROFOR a hacer
planes para asegurarse de que se llevase a cabo la rotación de contingentes de la UNPROFOR en
Srebrenica y epa, que estaba bloqueada, así como a examinar la posibilidad de abrir el aeropuerto de
Tuzla con fines humanitarios. Así se hizo, si bien el 28 de enero el Secretario General escribió al Consejo
de Seguridad que toda tentativa de cumplir esos cometidos sin el consentimiento de las partes entrañaría
“un riesgo considerable para las operaciones de la UNPROFOR y para los soldados que participan en su
aplicación, así como para la operación de asistencia humanitaria” (S/1994/94). Seguidamente se
celebraron negociaciones, tras las cuales se reanudó la rotación de los efectivos de la UNPROFOR en
Srebrenica y epa, si bien con restricciones impuestas por los serbios.
127. La preocupación respecto de la brecha entre las expectativas y los recursos aumentó aún más el 4 de
marzo de 1994 cuando el Consejo de Seguridad, en su resolución 900 (1994), pidió al Secretario General
que informase sobre la viabilidad de hacer extensiva a Maglaj, Mostar y Vitez la aplicación del régimen
de zonas seguras. Esta opción fue rechazada por el Secretario General en su informe al Consejo de 11 de
marzo de 1994 (S/1994/291), en el que observaba que la eficacia del concepto de “zona segura” dependía
de la actitud de las partes y de la “determinación de la comunidad internacional tal como la perciban las
partes”. En ese contexto, argumentaba que era posible que “un poderío mínimo sea suficiente para
garantizar la supervivencia básica: las 'zonas seguras’ de Gora de, Srebrenica y epa no han sido objeto de
ataques aéreos a pesar de que la presencia de la UNPROFOR se ha limitado a dos compañías en
Srebrenica, una compañía en epa y solamente ocho observadores militares desarmados en Gora de ... la
presencia de la UNPROFOR en las zonas seguras ha salvado vidas humanas, pero no ha logrado que esas
zonas fueran verdaderamente 'seguras’”. El Secretario General señalaba que la UNPROFOR no estaba en
condiciones, con los recursos disponibles de contribuir a mitigar las calamitosas condiciones de vida y
expresaba la opinión de que el concepto de zonas seguras podría funcionar mejor si se redefiniera a fin
de impedir “de manera efectiva a las tropas exentas de la desmilitarización obtener ventajas militares
tácticas mediante su presencia en una zona segura. Asimismo, la presencia de la UNPROFOR en tales
zonas debe ser en número suficiente no sólo para prevenir ataques sino también para permitir desarrollar
condiciones de vida normales”.
128. En un informe posterior de fecha 16 de marzo de 1994 (S/1994/300) se expresaban reservas aún
mayores respecto de la política de zonas seguras. En él el Secretario General manifestaba su
preocupación por el hecho de que las zonas seguras fueran utilizadas por el ejército del Gobierno de
Bosnia y Herzegovina “como lugares de descanso, entrenamiento y equipamiento de sus tropas, así como
para disparar contra posiciones serbias, lo que ha provocado represalias por parte de los serbios”.
También reiteraba su opinión de que para mantener el concepto de zonas seguras, se requería “la plena
desmilitarización de ambas partes con arreglo a condiciones convenidas, la garantía de la libertad de
circulación, la incautación o el retiro de los armamentos pesados y un amplio despliegue de la
UNPROFOR”. Dada la falta de recursos, declaraba el Secretario General, “es indispensable la
cooperación activa de las partes para lograr la viabilidad de las zonas seguras”.
129. Al Secretario General le preocupaba especialmente el problema de la imparcialidad, que
normalmente se considera la piedra angular para el éxito de las operaciones de mantenimiento de la paz.
En ese contexto, el Secretario General argumentaba lo siguiente:
“El constante acrecentamiento de los mandatos otorgados por el Consejo de Seguridad ha
transformado el carácter de la misión de la UNPROFOR en Bosnia y Herzegovina y ha puesto de
relieve ciertas contradicciones implícitas. Durante mucho tiempo se consideró que el mandato
primordial de la UNPROFOR en Bosnia y Herzegovina era ayudar a la prestación de asistencia
humanitaria, objetivo que sólo podía alcanzarse con la activa cooperación de las partes. El
incremento de las tareas asignadas a la UNPROFOR en resoluciones posteriores ha puesto a
prueba inevitablemente su capacidad para ejecutar ese mandato básico. Las principales
consecuencias de ello han sido las siguientes:
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Informe presentado por el Secretario General
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a) Varias de las tareas más recientes han puesto a la UNPROFOR en la posición de frustrar los
objetivos militares de una de las partes con lo que se ha comprometido su imparcialidad, que sigue
siendo fundamental para su eficacia en el cumplimiento de sus responsabilidades humanitarias;
b) Debido a que la percepción de su imparcialidad ha cambiado, la Fuerza ha sido objeto de un
mayor número de incidentes de obstrucción y hostigamiento, en particular por parte de los serbios
de Bosnia y de los croatas de Bosnia, al tratar de desempeñar sus responsabilidades humanitarias;
c) Las nuevas tareas requieren recursos que la comunidad internacional no ha proporcionado con
prontitud ...”
130. A pesar de esas preocupaciones, el Secretario General aconsejaba que no se redefinieran los
mandatos “en forma congruente con los recursos que la comunidad internacional está dispuesta a poner a
disposición de la UNPROFOR” y señalaba con cierto optimismo “la estrecha colaboración que se ha
desarrollado entre las Naciones Unidas y la OTAN con respecto a la ex Yugoslavia”. En particular,
indicaba que la amenaza de usar la fuerza aérea de la OTAN se había empleado eficazmente para lograr
resultados positivos en la zona segura de Sarajevo. Por lo tanto, sacaba en conclusión que “perseverar
parece preferible a retirarse y claudicar”.
F. Ataque contra Gora de: marzo y abril de 1994
131. La UNPROFOR hizo su primer pedido de apoyo aéreo a la OTAN el 12 de marzo de 1994. Un
tanque serbio había estado bombardeando Biha y varios disparos habían caído cerca de las posiciones
francesas de la UNPROFOR en la zona segura. El comandante del batallón de la UNPROFOR había
enviado al cuartel general de la UNPROFOR su pedido de despliegue de apoyo aéreo inmediato. Sin
embargo, no se prestó dicho apoyo debido a varias demoras vinculadas al proceso de aprobación, que se
estaba ensayando por primera vez.
132. El 31 de marzo se produjo un incidente más serio que puso a prueba el sistema. En la oportunidad,
las fuerzas serbias de Bosnia lanzaron una ofensiva contra la zona segura de Gora de. Mientras las
fuerzas serbias ingresaban en el enclave y se acercaban a la ciudad, la comunidad internacional y las
Naciones Unidas se debatían sobre la forma de responder al ataque. La UNPROFOR se oponía al uso de
la fuerza para desalentar los ataques serbios. El Comandante de la UNPROFOR informó al Gobierno de
Bosnia y Herzegovina de que “la UNPROFOR era una fuerza de mantenimiento de la paz que sólo podía
usar un grado limitado de fuerza militar para desalentar los ataques contra las zonas seguras. Sólo el
Consejo de Seguridad en Nueva York podía hacer los cambios necesarios en el mandato de las Naciones
Unidas para que se autorizaran ataques aéreos de nivel estratégico”14. En una carta enviada a la Sede de
las Naciones Unidas el 8 de abril de 1994, el Comandante de la UNPROFOR declaraba que la
comunidad internacional, al aprobar la opción ligera con respecto al nivel de las fuerzas, había aceptado
que las zonas seguras se establecieran mediante acuerdo y no por la fuerza. Sostenía que esa decisión
constituía un claro rechazo de una política de establecimiento de la paz o de imposición de la paz, así
como la aceptación de que el objetivo se lograría mediante actividades de mantenimiento de la paz.
133. El Comandante de la UNPROFOR opinaba que un ataque serbio contra las fuerzas del Gobierno
bosnio que defendiesen una línea de enfrentamiento en torno a una zona segura no se ajustaría a la
definición que daba la UNPROFOR de un ataque contra una zona segura. En consecuencia, trató de
detener la ofensiva mediante un acuerdo de las partes. Durante los primeros diez días del mes de abril,
organizó una serie de negociaciones sobre la cesación del fuego, que no culminaron en acuerdo alguno.
Posteriormente, la UNPROFOR llegó a la conclusión de que los serbios se habían escudado en las
negociaciones con las Naciones Unidas para seguir adelante con su ofensiva.
134. A pesar del fracaso de las negociaciones sobre la cesación del fuego, el Comandante de la
UNPROFOR calculó que los serbios no continuarían avanzando hacia Gora de. Sin embargo, el 10 de
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abril las fuerzas serbias reanudaron su avance. El Comandante de la UNPROFOR advirtió entonces al
General Mladi que, a menos que cesaran los ataques contra Gora de, pediría que se llevaran a cabo
ataques aéreos contra las fuerzas serbias “de conformidad con la resolución 836 (1993) del Consejo de
Seguridad”.
135. Como la artillería y los tanques serbios seguían disparando contra la ciudad en la tarde del 10 de
abril, la UNPROFOR pidió a la OTAN que comenzase el apoyo aéreo inmediato. La impresión de los
serbios de que los ataques aéreos formaban parte de una operación más amplia para detener su avance se
vio confirmada cuando, debido al mal tiempo, fracasaron los esfuerzos iniciales por ubicar y destruir a
los tanques que atacaban; en cambio, se pidió a la OTAN que atacara una instalación de mando de
artillería. A las 18.26 horas, se llevó a cabo un ataque de apoyo aéreo inmediato al lanzar un avión F–16
de los Estados Unidos tres bombas que destruyeron la instalación. Con ello cesó el bombardeo serbio de
Gora de. El General Mladi advirtió a la UNPROFOR que se daría muerte al personal de las Naciones
Unidas si no cesaban los ataques de la OTAN.
136. Al día siguiente (11 de abril) los serbios reanudaron el bombardeo de Gora de. El Comandante de la
UNPROFOR, con la aprobación del Representante Especial del Secretario General, recurrió nuevamente
al apoyo aéreo inmediato, que estuvo dirigido contra un tanque serbio y dos vehículos blindados de
transporte de personal que, según se informó, fueron destruidos. Una vez más, cesaron los bombardeos
serbios y, una vez más, el General Mladi amenazó con tomar represalias contra el personal de las
Naciones Unidas, contra el cuartel general de la UNPROFOR en Sarajevo y contra los aviones que
atacaban.
137. A continuación, durante tres días reinó una calma relativa, que fue interrumpida el 14 de abril
cuando los serbios tomaron como rehenes a unos 150 miembros del personal de las Naciones Unidas, la
mayoría de los cuales eran efectivos de la UNPROFOR destacados en centros de recolección de armas
pesadas en el territorio controlado por los serbios cerca de Sarajevo. Al día siguiente, cayeron ciertas
líneas de defensa del ejército de la República de Bosnia y Herzegovina de importancia crítica, lo cual
permitió a las fuerzas serbias llegar hasta el borde de la zona edificada de Gora de. En las Naciones
Unidas las opiniones de en cuanto a lo que estaba sucediendo sobre el terreno estaban muy divididas. Los
observadores militares de las Naciones Unidas, apoyados por el ACNUR, consideraban que los
bosníacos habían sido derrotados y que los serbios, aprovechando su superioridad militar, estaban
sometiendo a la población civil de Gora de a un intenso bombardeo. El Comandante de la UNPROFOR,
apoyado por un pequeño grupo de observadores británicos que se encontraban en el enclave, consideraba
que, como escribió posteriormente en sus memorias, el ejército bosnio “probablemente se había retirado
a fin de implicar a las Naciones Unidas y a la OTAN en la guerra15 ... En los estrechos desfiladeros y
cañadas cualquiera podría haber detenido el ataque de los tanques [serbios] nada más que con una
palanca ... los bosnios habían dado media vuelta, se habían dado a la fuga y habían dejado a las Naciones
Unidas la tarea de componer el daño”15. También consideraba que los informes enviados por los
observadores militares de las Naciones Unidas habían sido inexactos, pues exageraban el alcance de los
ataques contra objetivos civiles16.
138. El 16 de abril, los tanques serbios atacaron a las fuerzas restantes del ejército bosnio al este de la
ciudad de Gora de. El Comandante de la UNPROFOR inició los trámites para recurrir nuevamente al
apoyo aéreo inmediato, que fueron aprobados por el Representante Especial del Secretario General. Sin
embargo, un avión de la OTAN que trataba de trabar combate con los tanques serbios, fue derribado por
un proyectil antiaéreo serbio. La OTAN y las Naciones Unidas interpretaron este acontecimiento de
manera diferente. Los comandantes de la OTAN expresaron preocupación por el hecho de que la
UNPROFOR hubiera pedido al piloto que sobrevolara varias veces el objetivo para confirmar que el
tanque que se proyectaba atacar estaba efectivamente atacando, lo cual había puesto en peligro al avión.
El Comandante en Jefe del Mando Sur de la OTAN informó al Comandante de las fuerzas de las
Naciones Unidas en Bosnia y Herzegovina de que, debido al riesgo que ello representaba para sus
aviones, no aprobaría ningún nuevo ataque contra objetivos de importancia táctica, sino sólo contra
aquéllos de importancia estratégica. Esa tarde se anunció que los serbios habían acordado una cesación
del fuego y la puesta en libertad de los rehenes de las Naciones Unidas a cambio de que cesaran las
patrullas aéreas de combate sobre Gora de17.
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139. Mientras las fuerzas serbias de Bosnia seguían avanzando, las Naciones Unidas no se ponían de
acuerdo sobre la mejor forma de responder. Un asesor superior del Representante Especial del Secretario
General propuso “alguna clase de medida psicológica en lugar de la operación militar que permitiese
salir del estancamiento en que se encontraba la situación política”. Entre otras medidas, propuso que se
ofreciera a los serbios la independencia o el levantamiento de las sanciones que pesaban contra ellos. Sin
embargo, la Secretaría de las Naciones Unidas estaba tomando una actitud menos conciliatoria. La
Secretaría propuso al Representante Especial del Secretario General “que se estableciese un enfoque que
permitiese actuar más decididamente para proteger las zonas seguras a fin de impedir que se repitiesen
los acontecimientos de Gora de”. Posteriormente el Secretario General pidió a la OTAN que autorizase a
sus comandantes a efectuar, a solicitud de las Naciones Unidas, ataques aéreos contra la artillería, los
morteros o los tanques en las zonas seguras o en zonas circundantes.
140. En consecuencia, el 22 de abril el Consejo del Atlántico del Norte tomó dos grupos de decisiones.
En el primer grupo de decisiones declaraba que el Comandante en Jefe del Mando Sur de la OTAN
estaría “autorizado para ordenar ataques aéreos contra el armamento pesado y otros objetivos militares de
los serbios de Bosnia dentro de un radio de 20 kilómetros, contados desde el centro de Gora de (pero
dentro del territorio de Bosnia y Herzegovina)” a menos que:
“a) Cesaran inmediatamente los ataques de los serbios de Bosnia contra la zona segura de Gora de;
b) Las fuerzas de los serbios de Bosnia se retirasen, antes de las 00.01 horas (HU) del 24 de abril;
c) A partir de las 00.01 horas (HU) del 24 de abril de 1994, las fuerzas de las Naciones Unidas, los
convoyes de ayuda humanitaria y los equipos de asistencia médica tuviesen libertad para entrar sin
obstáculos en Gora de y se permitiesen las evacuaciones con fines médicos.”
141. En el segundo grupo de decisiones se indicaba que se establecía “una zona de exclusión militar” “en
un radio de 20 kilómetros alrededor de Gora de”, y se exigía “que todo el armamento pesado de los
serbios de Bosnia ... se retirara a más tardar a las 00.01 horas (HU) del 27 de abril”. Asimismo se decidió
que el “si, en opinión de los comandantes militares de la OTAN y los comandantes militares de las
Naciones Unidas, se produjera una concentración o movimiento de armamento pesado en un radio de 20
kilómetros de esas zonas” ... éstas serían designadas zonas de exclusión militar. También se acordó lo
siguiente:
“a) Con efecto inmediato, en caso de realizar los serbios de Bosnia un ataque con armamento pesado
contra las zonas seguras de Gora de, Biha , Srebrenica, Tuzla y epa, designadas por las Naciones Unidas,
estos armamentos y otros elementos militares de los serbios de Bosnia, al igual que sus instalaciones de
apoyo militar directas y esenciales, incluyendo, pero no exclusivamente, las reservas de combustible y
los depósitos de municiones, serán objeto de ataques aéreos de la OTAN ...
b) Después de las 00.01 horas (HU) del 27 de abril de 1994, si se encontraran armamentos pesados de los
serbios de Bosnia en algunas de las zonas de exclusión militar que se han mencionado, estos armamentos
y otros elementos militares de los serbios de Bosnia, al igual que sus instalaciones de apoyo militar
directas y esenciales, incluyendo, pero no exclusivamente, las reservas de combustible y los depósitos de
municiones, serán objeto de ataques aéreos de la OTAN ...”
Por último el Consejo hacía un llamamiento al Gobierno de Bosnia y Herzegovina “para que no realizase
acciones militares ofensivas desde el interior de las zonas seguras y, con este objeto, a que colaborase
con cualquier inspección de la UNPROFOR de su armamento pesado”.
142. También el 22 de abril, el Consejo de Seguridad aprobó la resolución 913 (1994). En ella exigía la
concertación inmediata de un acuerdo de cesación del fuego y condenaba a los serbios por sus ataques
contra la zona segura de Gora de. Asimismo exigía a los serbios que retiraran sus fuerzas y armas, pero
también, por primera vez, imponía limitaciones considerables a las actividades de las fuerzas del
Gobierno bosnio. En el párrafo 4 de la resolución, el Consejo pedía que se pusiera fin “a todo acto de
provocación, quienquiera sea que lo cometa, en las zonas seguras y los alrededores de éstas”.
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143. Al día siguiente, en presencia del Presidente serbio Miloševi , el Representante Especial del
Secretario General y los líderes serbios de Bosnia Karad i , Krajišnik y Mladi llegaron a un acuerdo en
Belgrado. La UNPROFOR trató de persuadir a los serbios de que en el acuerdo aceptaran tantos
elementos como fuera posible de las decisiones del Consejo del Atlántico del Norte, con el fin de “salvar
las apariencias”. Sin embargo, los representantes del Gobierno bosnio no estaban presentes y no tomaron
parte en el acuerdo. El acuerdo, que debía entrar en vigor el 24 de abril, preveía la cesación del fuego, la
desmilitarización de una zona dentro de un radio de 3 kilómetros a contar del centro de la ciudad, la
evacuación de los heridos y la libertad de circulación del personal de la UNPROFOR y las
organizaciones de asistencia humanitaria. En el acuerdo no se exigía a los serbios que se retirasen de la
mayor parte del territorio que habían tomado alrededor de Gora de, con lo cual seguían controlando
aproximadamente el 15% de lo que anteriormente se había considerado que era la zona segura de Gora
de. Posteriormente, la Secretaría indicó en varios informes al Consejo de Seguridad que la falta de
límites claramente definidos para las zonas seguras (salvo en Srebrenica y epa) había complicado los
intentos de la UNPROFOR por determinar el alcance de los ataques lanzados contra ellas o desde ellas.
144. El 24 de abril, los efectivos franceses y ucranios de la UNPROFOR ingresaron en la zona segura. Si
bien la situación sobre el terreno seguía siendo inestable y el cumplimiento de las decisiones de la OTAN
por parte de los serbios deficiente, las fuerzas serbias detuvieron su avance. Las relaciones entre la
UNPROFOR y los serbios, que habían sido tirantes durante la ofensiva, mejoraron ligeramente durante el
período subsiguiente, en particular después del 3 de mayo, cuando el Representante Especial del
Secretario General aprobó un pedido del Sr. Karad i de que se permitiera a varios tanques desplegarse
nuevamente a través de la zona de exclusión de Sarajevo a bordo de vehículos de transporte de tanques y
con la escolta de la UNPROFOR. Esta decisión fue duramente criticada por la Secretaría, y el
Representante Especial ha indicado que, retrospectivamente, lamentaba haber dado su consentimiento
para ese desplazamiento.
145. Al examinar la ofensiva de los serbios de Bosnia, los funcionarios de la UNPROFOR llegaron a la
conclusión de que los serbios habían avanzado en una serie de etapas, deteniéndose cada vez a
determinar si la OTAN usaría o no la fuerza contra ellos. Cuando los serbios llegaban a la conclusión de
que podían avanzar sin que recrudecieran los ataques aéreos, lo hacían. La UNPROFOR también llegó a
la conclusión de que, por lo menos a corto plazo, el ultimátum de la OTAN había servido para que los
serbios no llevasen hasta sus últimas consecuencias el ataque contra Gora de18. Como dijo el entonces
Comandante de la UNPROFOR en Bosnia y Herzegovina “el poderío aéreo de la OTAN contribuyó a
prevenir los ataques de los serbios de Bosnia contra las zonas seguras y ello preservó las zonas de
exclusión total de armas pesadas alrededor de Sarajevo y Gora de19.
G. Informe del Secretario General de 9 de mayo de 1994 (S/1994/555)
146. Tras la ofensiva serbia contra Gora de, el Secretario General presentó al Consejo de Seguridad un
importante informe sobre la política de zona segura que tenía por objeto informar al Consejo sobre “los
resultados obtenidos y las enseñanzas sacadas ...” (S/1994/555).
147. El Secretario General comenzó examinando el mandato de zona segura e indicando que el concepto
se había aplicado con mayor grado de eficacia en Srebrenica y epa que en las otras zonas seguras como
consecuencia de los acuerdos de desmilitarización vigentes respecto de esas dos zonas. Planteó también
en términos relativamente positivos la situación en Sarajevo, donde la amenaza de intervención aérea de
la OTAN había hecho posible negociar un acuerdo sobre la retirada de las fuerzas pesadas y su control
por la UNPROFOR. Agregó que el cumplimiento del acuerdo había sido un éxito — Sarajevo había
estado libre de ataques con armas pesadas desde la entrada en vigor del acuerdo — como resultado de “la
posibilidad de que una tercera parte creíble impusiera el cumplimiento de lo convenido”, dispuesta a usar
ataques aéreos en caso de incumplimiento.
148. Con respecto a Gora de, el Secretario General usó términos menos positivos. Observó que la escasez
de tropas a disposición de la UNPROFOR, unida a la renuencia de las partes a negociar, había limitado a
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la UNPROFOR: había sólo ocho observadores en el enclave cuando se inició la ofensiva serbia, y la
UNPROFOR no había podido delimitar con precisión la zona segura. Observó además que el primer uso
de apoyo aéreo inmediato había hecho que los serbios detuvieran a personal de las Naciones Unidas e
impusieran obstáculos a la libertad de circulación. Llegaba a la conclusión de que los serbios habían
accedido solamente a retirar sus fuerzas de una zona de 3 kilómetros y de retirar las armas pesadas de
una zona de 20 kilómetros “tras enérgicos esfuerzos de la UNPROFOR, unidos a una nueva amenaza de
ataques aéreos de la OTAN”.
149. A pesar de esta evaluación de que la amenaza del uso de la potencia aérea de la OTAN había sido
eficaz en momentos críticos alrededor de Sarajevo y Gora de, el Secretario General expresó cautela
acerca de la utilización de ataques aéreos de la OTAN. Subrayó que la UNPROFOR estaba obligada a
velar por que los ataques aéreos se fundamentaran en información verificada, observando además que la
utilización de la fuerza aérea podía exponer a medidas de retorsión al personal militar y civil de las
Naciones Unidas. “Atendiendo a esas inquietudes, la OTAN se ha avenido a actuar solo tras consultar
plenamente a la UNPROFOR”.
150. El Secretario General observó a continuación “el hecho de que las partes combatientes no hayan
comprendido ni respetado plenamente el concepto de zona segura”, y que “la UNPROFOR se encontró
en una situación en la que muchas de las zonas seguras no lo eran, en la que la existencia de esas zonas
parecía dificultar las actividades de uno solo de los ejércitos en conflicto, poniendo así en entredicho la
imparcialidad de la UNPROFOR”. Al buscar “qué se ha de hacer” el Secretario General indicó que había
hecho un “minucioso análisis” de las resoluciones pertinentes e informes del Consejo de Seguridad, y
entendía la misión de la UNPROFOR de la manera siguiente:
“Proteger a la población civil de las zonas seguras designadas contra ataques armados u otros actos
de hostilidad mediante la presencia de sus contingentes y, de ser necesario, recurriendo al empleo
de la fuerza aérea de conformidad con procedimientos convenidos.”
Este uso consciente de la palabra “proteger” estaba encaminado a obtener la aquiescencia del Consejo en
una interpretación más amplia del mandato de zona segura que lo que habían justificado las resoluciones
iniciales. No obstante, el Secretario General observó que la capacidad de la UNPROFOR para cumplir
esa misión era limitada, y declaró que “la UNPROFOR, si su presencia resultase insuficiente para
disolver un ataque, podría verse obligada a recurrir al apoyo aéreo inmediato para proteger a sus propios
miembros o a pedir ataques aéreos para que se ponga fin a la ofensiva sobre las zonas seguras”.
151. El Secretario General pidió al Consejo de Seguridad que confiriera a la UNPROFOR un mandato
para que estableciese, por su propia cuenta, los límites operacionales de las zonas que la propia Fuerza se
considerase en condiciones de proteger. Dijo que la demarcación de las zonas seguras propuesta por la
UNPROFOR sería “práctica y concretable” desde el punto de vista militar. A continuación pidió al
Consejo que considerara la posibilidad de afinar el concepto de zona segura de manera de aceptar tres
principios fundamentales, a saber:
a) Que las zonas seguras obedecían primordialmente al propósito de proteger gente y no de defender
territorio y que el hecho de que la UNPROFOR las protegiera no obedecía al propósito de hacerla parte
en el conflicto;
b) Que la forma en que se desempeñaban las funciones relativas a las zonas seguras en la medida de lo
posible no debía redundar en detrimento, sino en beneficio, de los mandatos originales de la
UNPROFOR en Bosnia de prestar apoyo a las operaciones de asistencia humanitaria y aportar una
contribución al proceso general de paz por conducto del cumplimiento de acuerdos de cesación del fuego
y de separación de fuerzas locales;
c) Que el mandato debía tener en cuenta las limitaciones de recursos de la UNPROFOR.
152. El Consejo de Seguridad estaba dividido en cuanto a la manera de proceder. El Representante
Permanente de Bosnia y Herzegovina hizo algunos comentarios, particularmente con respecto a la
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política de zona segura. Respecto de la declaración del Secretario General de que “la UNPROFOR ha
tratado de redefinir el concepto de zona segura”, concentrándose en la protección de la población civil
más bien que en la del territorio, citó la declaración formulada por el Representante Permanente de
Francia en el momento de la votación de la resolución 836 (1993). Explicando el voto de su Gobierno,
ese representante dijo que la resolución 836 (1993) “responde también a un objetivo político de
importancia primordial, a saber, el mantenimiento de la base territorial necesaria para el desarrollo y la
puesta en marcha del plan de paz para Bosnia y Herzegovina” (véase S/1994/575). En definitiva el
Consejo de Seguridad no respondió en absoluto a las preocupaciones del Secretario General acerca de la
posibilidad de aplicar el concepto de zona segura ni a los ajustes que propuso a ese respecto.
H. El plan de paz del Grupo de Contacto
153. Después del ataque de los serbios de Bosnia contra Gora de volvió a Bosnia y Herzegovina durante
varios meses un período de calma relativa. Esfuerzos intensos desplegados por el Gobierno de los
Estados Unidos provocaron el término de la guerra entre el Gobierno bosnio y la parte croata de Bosnia.
El 23 de febrero de 1994 se firmó una cesación del fuego negociada por la UNPROFOR, el 1° de marzo
se firmó un acuerdo marco de paz y la Federación de Bosnia y Herzegovina se estableció en virtud del
Acuerdo de Washington de 10 de mayo de 1994. En abril de 1994 se había establecido un “Grupo de
Contacto”, en el que participaban los representantes de Alemania, los Estados Unidos de América, la
Federación de Rusia, Francia y el Reino Unido. A partir de ese momento el Grupo de Contacto asumió
en gran medida la función de establecimiento de la paz en Bosnia y Herzegovina que hasta ahora había
sido ejercida exclusivamente por la Conferencia Internacional sobre la ex Yugoslavia. En las tres
comunidades de Bosnia y Herzegovina había cierto grado de expectativa de que el plan de paz preparado
por el Grupo de Contacto pudiera poner fin al conflicto, y esto contribuyó aparentemente a una reducción
sustancial de la lucha. El ACNUR y otras organizaciones humanitarias internacionales pudieron
aprovechar esta calma para llevar más ayuda humanitaria al país que en ningún momento anterior al
comienzo del conflicto.
154. El Grupo de Contacto dio a conocer su plan de paz el 4 de julio de 1994. Las disposiciones
territoriales preveían que el 51% del país fuera administrado por la Federación Bosnio–Croata, y el
restante 49% del país sería administrado por las autoridades serbias de Bosnia (véase el mapa al final de
este capítulo). Los miembros del Grupo de Contacto sabían que el plan de paz podía no ser aceptable
para todas las partes, y en particular para los serbios de Bosnia. En consecuencia, el Grupo de Contacto
había preparado lo que llamó un paquete de “desincentivos” que se haría funcionar respecto de
cualquiera de las partes que rechazara el paquete de paz. Entre los desincentivos se incluían,
principalmente, tres medidas: la imposición de un régimen de sanciones más estricto, la imposición y
aplicación estricta de “zonas de exclusión total” de armas pesadas alrededor de las seis zonas seguras y,
como último recurso, el levantamiento del embargo de armas respecto de la parte que hubiera aceptado el
paquete. Las Naciones Unidas expresaron algunas preocupaciones acerca del paquete de desincentivos.
El Secretario General escribió al Presidente del Consejo de Seguridad el 24 de julio sugiriendo que las
operaciones de la UNPROFOR en Bosnia y Herzegovina dejarían de ser viables si los países del Grupo
de Contacto hubieran de aplicar los desincentivos por la fuerza. El Secretario General explicó más tarde,
en un informe posterior presentado al Consejo de Seguridad (S/1994/1067), que la continuación de la
aplicación de las sanciones no se estimaba objetable, pero que una aplicación más estricta de las zonas de
exclusión alrededor de las zonas seguras “pondría inequívocamente a la UNPROFOR en uno de los lados
de un conflicto activo”.
155. El rechazo por los serbios del plan del Grupo de Contacto llevó tanto a los serbios como al
Gobierno a intensificar sus operaciones militares. Los serbios retiraron cinco armas pesadas de un puesto
de recolección de armas vigilado por la UNPROFOR cerca de Sarajevo el 5 de agosto. La UNPROFOR
pidió una acción aérea limitada de la OTAN contra un vehículo blindado serbio dentro de la zona de
exclusión de Sarajevo. El Secretario General informó a continuación al Consejo de Seguridad que no se
habían retirado más armas, pero que los combates habían continuado, sin embargo, en la zona de
Sarajevo. A medida que se intensificaban los combates, había llamamientos cada vez más intensos de la
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OTAN y de otros en favor de una reacción más enérgica de la UNPROFOR. El 9 de septiembre la
Secretaría de las Naciones Unidas expresó a la UNPROFOR su preocupación por cuanto podría no estar
respondiendo en medida suficiente, dentro de su mandato actual, a la actividad militar serbia alrededor de
la zona segura de Biha y Sarajevo.
156. La UNPROFOR estaba dividida a este respecto. El Comandante de la UNPROFOR en Bosnia y
Herzegovina se oponía al uso más amplio de la fuerza, por cuanto los ataques aéreos de la OTAN ponían
en peligro la misión humanitaria de las Naciones Unidas, exponían al personal de las Naciones Unidas a
represalias de los serbios y cruzaban la “línea de Mogadishu”, que separaba el mantenimiento neutral de
la paz de los combates bélicos. Observó además que los combates alrededor de Sarajevo implicaban
transgresiones de las fuerzas del Gobierno tanto como de los serbios, e incluso propuso, en un momento,
el uso de fuerza aérea de la OTAN contra objetivos del ejército de Bosnia y Herzegovina que habían
violado los acuerdos en vigor, aunque esto fue rechazado por la OTAN. Hubo opiniones disidentes en la
UNPROFOR oponiéndose a lo que se mencionó en una comunicación como una “política incesante de
apaciguamiento”. No obstante, prevaleció la opinión del Comandante de la UNPROFOR en Bosnia y
Herzegovina, que fue apoyada ampliamente por sus superiores inmediatos en Zagreb, el Comandante de
la Fuerza y el Representante Especial del Secretario General.
I. Ataque serbio contra la zona segura de Biha : octubre a diciembre de 1994
157. Desde fines de 1993 hasta mediados de 1994 la situación alrededor de la zona segura de Biha había
sido dominada por el conflicto entre los dos ejércitos de Bosnia. Las fuerzas leales al Gobierno de Bosnia
y Herzegovina, principalmente el quinto cuerpo del ejército de la República de Bosnia y Herzegovina,
controlaba la ciudad de Biha y los demás centros principales de población del enclave. Pero la parte
meridional del enclave había sido controlada por las fuerzas leales a Fikret Abdi , que había sido elegido
para la Presidencia de Bosnia y Herzegovina en 1990 y que ahora se llamaba así mismo “Presidente de la
Provincia Autónoma de Bosnia Occidental”. Aunque superadas en número, las fuerzas leales a Abdi
contaban con el apoyo militar de los serbios de Croacia y el apoyo político y económico del Gobierno de
Croacia. La situación cambió en forma notable en agosto de 1994, sin embargo, cuando las fuerzas del
Gobierno derrotaron a los “autonomistas”, haciendo que Abdi y unos 35.000 de sus partidarios de Bosnia
buscaran refugio en las zonas de Croacia en poder de los serbios.
158. Liberado de su conflicto interno con los autonomistas, el quinto cuerpo del Ejército de la República
de Bosnia y Herzegovina salió de la zona segura de Biha el 23 de octubre de 1994. Avanzando hacia el
sur de Biha , los bosníacos tomaron brevemente el control de varios cientos de kilómetros cuadrados de
territorio, incluida la estratégica meseta de Grabez y la ciudad de Kulen Vakuf, en la frontera con
Croacia. Los primeros días de noviembre de 1994 comenzó un contraataque concertado serbio contra las
fuerzas bosníacas sobreextendidas. Unidades serbias de Bosnia avanzaron desde el sur y el sudeste;
unidades serbias de Croacia y unidades bosníacas leales a Fikret Abdi avanzaron desde el noroeste y el
norte, con apoyo aéreo basado en las zonas de Croacia en poder de los serbios. En esos ataques aéreos se
usaron bombas de fragmentación y napalm, aunque en escala limitada. Las unidades serbias de Bosnia
habían cruzado pronto las líneas de enfrentamiento anteriores al rompimiento bosníaco, y se estaban
aproximando al límite sur de la ciudad de Biha .
159. El 16 de noviembre la Secretaría dio instrucciones a la UNPROFOR de informar a los serbios de
Bosnia de la delimitación exacta de la zona segura de Biha , y que todo ataque contra esa zona segura
daría como resultado el uso de la fuerza aérea. Esto se hizo y se empleó la fuerza aérea de manera
limitada el 21 de noviembre, cuando se lanzó un ataque aéreo contra la pista aérea de Udbina. La OTAN
deseaba neutralizar la pista aérea y las instalaciones conexas, pero la UNPROFOR insistió en que sólo se
atacara la pista aérea y no los aviones que operaban desde ella. El Representante Especial del Secretario
General consideraba que esta era “una respuesta necesaria y proporcionada” a los ataques dirigidos por la
aviación serbia contra la zona segura de Biha 20.
160. La Secretaría informó a continuación a la UNPROFOR de que algunos miembros del Consejo de
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Seguridad eran partidarios de ataques aéreos preventivos o incluso extensos para hacer frente a una
incursión serbia, e hicieron hincapié en que la decisión acerca de la forma de utilizar la fuerza aérea
quedaría entregada al comandante sobre el terreno. Las fuerzas serbias de Bosnia que avanzaban
cruzaron hacia la nueva zona segura delineada el 23 de noviembre, tomando las alturas conocidas como
Debeljaca. La Secretaría recibió a continuación diversas gestiones de Estados Miembros, exhortando a la
UNPROFOR a que autorizara a la OTAN a realizar ataques aéreos punitivos y generalizados en todo el
territorio de Bosnia y Herzegovina. La UNPROFOR expresó renuencia.
161. Después de las críticas de algunos dirigentes nacionales de que la UNPROFOR había fracasado en
la disuasión de los ataques contra las zonas seguras de Biha , la Secretaría convocó el 28 de noviembre
una reunión de países que aportaban contingentes para plantear la cuestión de si deseaban que sus fuerzas
participaran en medidas aéreas más enérgicas para imponer el cumplimiento. La Secretaría explicó que la
OTAN tenía renuencia a realizar ataques aéreos contra los serbios de Bosnia sin eliminar primero los
activos de defensa aérea serbios en la zona, y que los comandantes de la UNPROFOR no habían podido
llegar a un acuerdo acerca de un uso tan generalizado de la fuerza aérea, “que equivaldría a declarar la
guerra a los serbios”.
162. La Secretaría agregó que los comandantes sobre el terreno se oponían a ataques aéreos difundidos y
generalizados (de hecho, el Comandante de la UNPROFOR en Bosnia y Herzegovina declaró
posteriormente: “al determinar los objetivos que se debían perseguir y el nivel de la fuerza, no podía, en
tanto comandante, desconocer los aspectos humanitarios primordiales de la misión, o incluso olvidar que
2,7 millones de personas seguían dependiendo de la ayuda de las Naciones Unidas para su supervivencia.
Cada vez que pedía ataques aéreos de la OTAN se detenía el movimiento a través del territorio en poder
de los serbios y moría gente”21). La Secretaría concluyó su información indicando que, si los Estados
que aportaban contingentes deseaban anular las decisiones de los comandantes, el Secretario General
estaría dispuesto a recabar la autorización del Consejo de Seguridad “para cruzar la línea que divide el
mantenimiento de la paz de la imposición de la paz”.
163. Diecisiete Representantes Permanentes utilizaron a continuación la palabra, nueve de ellos,
incluidos tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad, en apoyo de la interpretación
relativamente restrictiva de la UNPROFOR del mandato, en tanto que ocho expresaron su incapacidad
para comprender por qué no se estaban adoptando medidas más enérgicas. No se adoptó una decisión
firme. En los días siguientes los combates continuaron en las afueras de Biha y los serbios siguieron
bombardeando posiciones dentro de las zonas seguras. A continuación el ataque serbio se detuvo, y al 3
de diciembre se había estabilizado la línea de enfrentamiento.
J. Informe del Secretario General de 1° de diciembre de 1994 (S/1994/1389)
164. A medida que se desarrollaba la crisis en Biha el Consejo de Seguridad aprobó la resolución 959
(1994), en que se pidió al Secretario General “que actualice sus recomendaciones sobre las modalidades
de la aplicación del concepto de zonas seguras y que aliente [UNPROFOR] a que, en cooperación con las
partes de Bosnia, prosiga sus esfuerzos encaminados a lograr un acuerdo sobre el fortalecimiento de los
regímenes de zonas seguras ...” El Secretario General presentó su informe (S/1994/1389) al Consejo el 1°
de diciembre de 1994, en momentos en que las fuerzas serbias de Bosnia seguían operando dentro de la
zona segura de Biha .
165. El Secretario General hizo su informe recordando que había señalado que la UNPROFOR
necesitaría cerca de 34.000 soldados para disuadir con eficacia los ataques a las zonas seguras, pero que
el Consejo sólo había autorizado una “opción ligera” de 7.600 soldados adicionales, los últimos de los
cuales habían llegado al teatro de operaciones un año después. Observó a continuación que el concepto
de zona segura se había aplicado en Srebrenica y epa con mayor eficacia que en las demás zonas, pero
señaló también “un temor acrecentado de los habitantes de Srebrenica por su vulnerabilidad ante un
ataque serbio resultante de acontecimientos políticos y militares de mayor alcance”. No se abundó en
este aspecto, salvo para decir que los serbios habían obstaculizado el acceso internacional a los tres
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enclaves orientales, lo que había entorpecido las patrullas de la UNPROFOR e impedido la entrega de
ayuda humanitaria.
166. El Secretario General tenía relativa certeza acerca de las zonas seguras de Tuzla y Sarajevo. “Las
condiciones de vida de los residentes de Sarajevo mejoraron apreciablemente durante los cuatro meses
siguientes al acuerdo de 9 de febrero de 1994 sobre el retiro de las armas de gran calibre o su sujeción al
control de la UNPROFOR y el acuerdo posterior de 17 de marzo de 1994 sobre la libertad de circulación.
Durante este período aumentó considerablemente la disponibilidad de agua, electricidad y otros servicios
públicos”. Observó que la situación se había deteriorado nuevamente en cierta medida después de agosto.
167. Respecto de la situación de Biha , el Secretario General señaló que la UNPROFOR había delimitado
claramente la zona segura, pero que no obstante las fuerzas serbias habían ingresado en la zona. Dijo que
la UNPROFOR estaba concentrando sus actividades en las tres esferas siguientes: la negociación con las
partes con el propósito de lograr un acuerdo sobre la cesación inmediata de las hostilidades y la
desmilitarización de la zona segura de Biha ; las medidas para estabilizar la situación sobre el terreno,
incluidos los preparativos para el establecimiento de un acuerdo, y las medidas para garantizar el acceso
a la zona de los convoyes de reabastecimiento para la UNPROFOR así como de los convoyes de socorro
humanitario. Agregó: “La experiencia reciente de Biha ha demostrado una vez más ... las deficiencias
inherentes al actual concepto de zona segura, a expensas de la población civil que se encuentra en una
situación lamentable”.
168. Analizando la experiencia de la UNPROFOR en las zonas seguras, el Secretario General abundó en
tres temas: la limitación de la disuasión y las consecuencias del uso de la fuerza aérea; el uso de zonas
seguras con fines militares, y la delimitación de las zonas seguras. Respecto del primer tema, dijo que:
“las experiencias de Gora de y Biha demuestran claramente que si no hay anuencia ni cooperación no
puede esperarse que “una opción ligera” adoptada como medida inicial con el apoyo únicamente de la
fuerza aérea, sea eficaz en la protección de la zonas seguras”. Observó a continuación algunas
“limitaciones técnicas” que mermaban la eficacia del empleo de la fuerza aérea. Se refirió a la dificultad
de determinar con claridad los blancos de los ataques aéreos, la presencia de un mayor número de
emplazamientos de misiles tierra–aire de los serbios (que la UNPROFOR no estaba dispuesta a eliminar,
porque podría provocar a los serbios a atacar a su personal), y otros problemas. “Esta extrema e
inevitable vulnerabilidad de las tropas de la UNPROFOR a convertirse en rehenes y a otras formas de
hostigamiento, unida a las limitaciones políticas que impiden la intensificación de los ataques aéreos,
reduce considerablemente la medida en que la amenaza de la utilización de la fuerza aérea puede disuadir
a un combatiente resuelto”.
169. Respecto del uso de las zonas seguras por las fuerzas del Gobierno bosnio con fines militares, el
Secretario General señaló que: “la mayor parte de las actividades ofensivas emprendidas por fuerzas del
Gobierno desde el enclave de Biha no se lanzaron desde el interior de la zona segura tal como ésta es
definida por la UNPROFOR. No obstante, el hecho de que esa ofensiva en gran escala se llevara a cabo
desde el cuartel general del Quinto Cuerpo de Ejército en la ciudad de Biha contribuyó, a juicio de la
UNPROFOR, al ataque de los serbios de Bosnia contra la ciudad”.
170. Respecto de la delimitación de las zonas seguras, el Secretario General señaló que “la ausencia de
límites claramente definidos parece haber producido una cierta confusión relativa al tamaño y la
configuración de la zona segura de Biha y haber creado falsas expectativas de parte del Gobierno de
Bosnia y Herzegovina en relación con el alcance de las responsabilidades de la UNPROFOR”.
171. El Secretario General presentó sus propuestas relativas a un régimen modificado de zona segura de
la manera siguiente:
“Las lecciones que quedan expuestas plantean la necesidad de examinar de nuevo el concepto de
zona segura ... Además, como ya queda explicado, el empleo de la fuerza, especialmente de la
fuerza aérea, para proteger las zonas seguras no puede resultar eficaz si se convierte en un factor
de desestabilización y entorpece la misión primordial de carácter humanitario de la
UNPROFOR ... Rebasado cierto límite, el empleo de la fuerza agravaría la situación de la
población de las zonas seguras, aumentando los riesgos a que está expuesto el personal de la
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UNPROFOR, impidiendo la entrega de asistencia humanitaria e intensificando el conflicto en toda
Bosnia y Herzegovina ... No obstante, es importante que la comunidad internacional siga
comprometida con el régimen de zonas seguras, aun cuando no exista un acuerdo entre las partes,
y que siga exigiendo el cumplimiento de las decisiones pertinentes del Consejo de Seguridad. La
UNPROFOR reconoce que la protección de la población de las zonas seguras no puede depender
exclusivamente del acuerdo entre las partes. También debe aceptarse, no obstante, que la
capacidad de una fuerza de mantenimiento de la paz como la UNPROFOR para hacer respetar las
zonas seguras por partes que no tienen voluntad de hacerlo es muy limitada, a menos que se
pongan a su disposición más tropas y el armamento y equipo necesarios.”
172. A continuación expresó su convicción de que “con el fin de lograr el objetivo primordial de las
zonas seguras, a saber, la protección de la población civil y la entrega de asistencia humanitaria, debe
modificarse el régimen actual para incluir las siguientes normas:
a) Delimitación de las zonas seguras;
b) Desmilitarización de las zonas seguras y cesación de las hostilidades y los actos de provocación en
ellas y en sus alrededores;
c) Medidas provisionales para la desmilitarización completa;
d) Total libertad de movimiento.
173. En sus observaciones finales el Secretario General señaló que la UNPROFOR no estaría en
condiciones de asumir las tareas señaladas sin “recursos adicionales adecuados”. Dijo además: “no creo
que la UNPROFOR deba ocuparse de hacer respetar el régimen de zonas seguras ... Ese mandato sería
incompatible con la función de la UNPROFOR de fuerza de mantenimiento de la paz”.
174. El Representante Permanente de Bosnia y Herzegovina sostuvo que “la desmilitarización de las
zonas seguras como medida independiente podría efectivamente tener el efecto contraproducente de
exponer las zonas seguras y su población a mayor peligro”, y que toda medida que implique revocar el
concepto de zona segura debía basarse primordialmente “en el reforzamiento de la voluntad y la
capacidad, incluidas las de la UNPROFOR y la OTAN, de defender las zonas seguras y disuadir los
ataques contra ellas”. Criticó al Secretario General por promover el desarme de los bosnios sin ningún
compromiso concomitante de proteger a la población una vez desarmada. Señaló que, aunque su
Gobierno había expresado la voluntad de desmilitarizar ciertas zonas, “las reacciones anteriores de la
UNPROFOR y la OTAN a los ataques contra las zonas seguras no generan confianza”. Agregó que “los
mismos Estados Miembros que estaban promoviendo la desmilitarización de las fuerzas del Gobierno
bosnio eran los que estaban obstaculizando el consenso relativo a una UNPROFOR más robusta y a una
OTAN más activa y resuelta”. Comentando los argumentos de Bosnia, el Representante Especial del
Secretario General opinó que la desmilitarización de las zonas seguras iría acompañada de la cesación de
los ataques, hostilidades u otras acciones provocativas contra las zonas seguras o las poblaciones de ellas.
V. Acontecimientos acaecidos entre enero y junio de 1995
A. El acuerdo de cesación completa de las hostilidades y su ruptura
175. En los últimos días de 1994 hubo intensas conversaciones a nivel internacional para estabilizar la
situación sobre el terreno. Los esfuerzos del Representante Especial del Secretario General se vieron
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complementados brevemente por los del ex Presidente Carter de los Estados Unidos y culminaron con la
concertación de dos acuerdos entre representantes del Gobierno bosnio y los serbios de Bosnia: un
acuerdo de cesación del fuego firmado el 23 de diciembre de 1994 y un acuerdo más amplio de cesación
completa de las hostilidades firmado el 31 de diciembre de 1994. La duración de este último pretendía
ser de cuatro meses. Dos días después de su firma, el texto que negociaron el Gobierno bosnio y los
serbios de Bosnia se presentó a los croatas de Bosnia en Mostar, los cuales lo firmaron sin pedir ninguna
enmienda. También se intentó sin éxito que las fuerzas leales a Fikret Abdi se sumaran al acuerdo.
176. Con la firma de los acuerdos, la situación mejoró notablemente durante un tiempo en muchas zonas
de Bosnia y Herzegovina. Los convoyes de ayuda humanitaria pudieron circular con relativa libertad
después de un período en que habían estado muy restringidos. La UNPROFOR pudo negociar la
reapertura de las “rutas azules” de Sarajevo en febrero de 1995, lo que permitió que miles de civiles
circularan todos los días con relativa libertad de una parte a otra de la ciudad. También pudo negociar
acuerdos más firmes para el suministro a la ciudad de cantidades limitadas de gas, electricidad y agua.
177. A pesar de tales mejoras de la situación sobre el terreno, en algunas zonas continuó la inestabilidad.
Las fuerzas croatas, que durante tiempo habían mantenido una relación relativamente estable con los
serbios de Bosnia, iniciaron una ofensiva contra los serbios en la zona del valle de Livno, al suroeste de
Bosnia y Herzegovina. Dicha ofensiva continuó metódicamente durante los meses siguientes y culminó
el 29 de julio de 1995 con la captura de Glamo y Grahovo. Otro lugar en que continuó la inestabilidad a
pesar de la cesación del fuego y del acuerdo de cesación completa de las hostilidades fue la zona de
Biha , donde fuerzas leales a Fikret Abdi se vieron reforzadas por los serbios de Croacia y pudieron
ganar terreno a costa del quinto cuerpo del Ejército de la República de Bosnia y Herzegovina.
178. La situación en Srebrenica tampoco era estable. Durante el relevo del segundo batallón neerlandés
por el tercer batallón neerlandés, que tuvo lugar oficialmente el 18 de enero de 1995, fuerzas serbias
situadas al oeste del enclave lo invadieron, estableciendo nuevas posiciones en la línea que había sido
patrullada por el segundo batallón neerlandés. Los bosníacos instaron a la UNPROFOR a que
restableciera el status quo ante. Cuando las unidades neerlandesas recién llegadas no pudieron hacerlo,
los comandantes bosníacos respondieron restringiendo el acceso de la UNPROFOR a la zona afectada,
que empezaba a conocerse como triángulo Bandera. El 27 de enero, elementos del nuevo batallón
neerlandés entraron en la zona a pesar de la advertencia de los bosníacos, después de lo cual éstos
tomaron a unos 100 miembros de la UNPROFOR como rehenes durante cuatro días. Después de ese
incidente, el tercer batallón neerlandés patrulló en muy raras ocasiones por el triángulo Bandera.
179. Otro indicio de lo inestable de la situación en Srebrenica se produjo el 3 de febrero, cuando el
Comandante de la Fuerza (UNPROFOR) visitó Srebrenica. Se reunió con el Comandante de las fuerzas
bosníacas en el enclave, Naser Ori , el cual expresó el deseo de regresar a Sarajevo en helicóptero con el
General. Al preguntarle el motivo, Ori contestó que deseaba hablar con el Presidente Izetbegovi y con los
dirigentes del Gobierno bosnio los cuales, en su opinión, se estaban preparando para negociar la entrega
del control bosnio de Srebrenica como parte de un acuerdo de paz. El Comandante de la Fuerza
(UNPROFOR) no pudo aceptar. Ori abandonó finalmente el enclave, al que nunca regresó, en abril de
1995.
180. Ya en febrero de 1995 los serbios empezaban a imponer nuevas restricciones a la circulación de los
convoyes internacionales hacia los enclaves orientales, en particular Srebrenica. Los convoyes de ayuda
humanitaria se vieron afectados, al igual que los convoyes de la UNPROFOR utilizados para la rotación
de efectivos y el reabastecimiento de las fuerzas. Los serbios acordaron permitir que circularan algunos
convoyes a Srebrenica, pues pensaron que la circulación de convoyes internacionales por carretera, como
eran objeto de controles por las fuerzas de serbia, era preferible al reabastecimiento aéreo. El nuevo
Comandante de la UNPROFOR en Bosnia y Herzegovina viajó a Srebrenica el 7 de marzo y en su viaje
de vuelta se reunió con el General Mladi en Vlasenica. En la reunión, el General Mladi manifestó su
descontento con el régimen de la zona segura e indicó que podría emprender una acción militar contra los
enclaves orientales. También añadió que, de producirse los ataques, garantizaría no obstante la seguridad
de la población bosníaca de esas zonas. El Comandante de la UNPROFOR le advirtió que no atacara los
enclaves, y le manifestó que tales acciones provocarían sin duda una intervención militar internacional
contra los serbios. El General Mladi se mostró indiferente.
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181. La situación en Sarajevo también empezó a deteriorarse de nuevo en ese momento. Empezaron a
aumentar las acciones de francotiradores, que ambas partes habían reducido durante algún tiempo. Un
incidente sucedido en marzo de 1995, en el que dos niñas serbias resultaron muertas por disparos de un
francotirador bosníaco en el distrito de Grbavica de Sarajevo, llevó a los serbios a cerrar las rutas azules.
Los serbios también interrumpieron el puente aéreo humanitario de Sarajevo el 8 de abril, alegando que
la UNPROFOR estaba incumpliendo el acuerdo de 5 de junio de 1992 en virtud del cual los serbios
entregaron el control del aeropuerto a la UNPROFOR. A medida que la situación en Sarajevo se
deterioraba, las bajas de la UNPROFOR también empezaban a aumentar, en particular entre las fuerzas
francesas que contaban con el contingente más numeroso en Sarajevo.
182. El 31 de marzo de 1995, el Consejo de Seguridad decidió reestructurar la UNPROFOR,
sustituyéndola por tres misiones independientes pero relacionadas entre sí desplegadas en Croacia,
Bosnia y Herzegovina y la ex República Yugoslava de Macedonia, con mandatos que se extendían hasta
el 30 de noviembre de 1995. Las tres operaciones, conocidas colectivamente como Fuerzas de Paz de las
Naciones Unidas (FPNU), tenían su cuartel general en Zagreb y se encontraban bajo el mando y el
control general del Representante Especial del Secretario General (Yasushi Akashi). Bajo su autoridad, el
Comandante de las Fuerzas del teatro de operaciones (en lo sucesivo denominado “Comandante de las
Fuerzas”) ejercía el mando general de los contingentes militares de las tres operaciones, cada uno de los
cuales tenia su propio Comandante. La operación de Bosnia y Herzegovina, con su cuartel general en
Sarajevo, mantuvo el nombre de UNPROFOR. (El Comandante militar de las fuerzas de las Naciones
Unidas en Bosnia y Herzegovina (denominado en lo sucesivo “Comandante de la UNPROFOR”), siguió
informando directamente al Comandante de las Fuerzas en Zagreb.)
183. A principios de abril de 1995, la situación en Sarajevo, y en la mayoría del país, era una vez más de
guerra generalizada. En abril de 1995, el Representante Especial del Secretario General intentó negociar
una prórroga de la cesación del fuego y del acuerdo de cesación completa de las hostilidades. No
obstante, las tres partes parecían entregadas a las opciones militares y las negociaciones fracasaron. El 1°
de mayo de 1995, fuerzas del Gobierno croata lanzaron la “Operación Flash” que precipitó la expulsión y
la huida de varios miles de serbios de Croacia que cruzaron la frontera para entrar en territorio controlado
por los serbios de la República de Bosnia y Herzegovina, instigando una nueva ola de “depuración
étnica” en Bosnia occidental, de la que fueron expulsados bosnios y croatas para dejar paso a la afluencia
de serbios desplazados.
184. A medida que se deterioraba la situación militar, los serbios restringieron aún más el acceso a los
enclaves orientales, tanto a la UNPROFOR como a las organizaciones humanitarias internacionales. En
el caso de las unidades de la UNPROFOR que se encontraban dentro de los enclaves, la restricción del
acceso provocó la degradación de su capacidad militar, mientras que para la población local la situación
se tradujo en un nuevo empeoramiento de las condiciones de vida. El Comandante de la UNPROFOR en
Bosnia y Herzegovina propuso que los enclaves se abastecieran por helicóptero, utilizando la fuerza
aérea de la OTAN si los serbios intentaban interceptar cualquiera de los helicópteros. Su superior en
Zagreb, el Comandante de las Fuerzas, consideró que había muchas posibilidades de que los serbios
abrieran fuego contra los helicópteros, por lo que pidió la opinión de los Estados Miembros cuyas tropas
o fuerzas aéreas se utilizarían para dirigir la operación. Los Estados no respondieron favorablemente.
B. Los ataques aéreos alrededor de Sarajevo
185. La situación en Sarajevo empezó a ser especialmente preocupante. El 7 de mayo de 1995, 11
personas, personal tanto civil como militar, resultaron muertas por un disparo de mortero lanzado por los
serbios de Bosnia en el distrito de Butmir en Sarajevo. El proyectil fue a parar a la entrada del estrecho
túnel que atravesaban los bosníacos para salir de Sarajevo cuando viajaban a territorio controlado por el
Gobierno en el monte Igman y más allá. En la noche del 7 al 8 de mayo continuaron los bombardeos, que
se extendieron a zonas civiles de Sarajevo. El Comandante de la UNPROFOR pidió que se lanzaran
ataques aéreos contra posiciones serbias alrededor de Sarajevo, pero su petición fue rechazada por el
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Representante Especial del Secretario General.
186. Las evaluaciones divergentes del Comandante de la UNPROFOR en Bosnia y Herzegovina, que se
mostraba partidario de una respuesta más firme a las violaciones de las zonas seguras cometidas por los
serbios, y del Representante Especial del Secretario General y el Comandante de las Fuerzas, partidarios
ambos de un enfoque más prudente, empezaron a ser motivo de preocupación, y el Secretario General
trató el asunto en una reunión que celebró con los tres en París, el 12 de mayo. El Secretario General les
manifestó que siempre basaría sus propias decisiones respecto del uso de la fuerza en las decisiones de
los altos funcionarios de las Naciones Unidas en la ex Yugoslavia, pero que esperaba recibir una posición
más consolidada y unificada. El Representante Especial hizo hincapié en que “el costo de hacer un uso
de la fuerza más enérgico era elevado” y sugirió en su lugar que podría ser más adecuado aspirar a una
“reducción drástica” del tamaño y el mandato de la UNPROFOR. El Comandante de las Fuerzas expresó
su preocupación por el hecho de que la UNPROFOR pudiera verse arrastrada en cualquier momento a
una “aventura de escalada militar — un avión de la OTAN podría responder atacando a un radar, o se
podría pedir que se lancen ataques aéreos en una zona segura. Ello provocaría la toma de rehenes y
algunas bajas”. Señaló que sería un “error” introducir el apoyo aéreo en la misión dadas las
circunstancias.
187. El Comandante de las Fuerzas trató alguna de esas cuestiones en la reunión informativa que
mantuvo con el Consejo de Seguridad el 24 de mayo de 1995. Transmitió dos propuestas concretas al
Consejo con la que se pretendía, en su opinión, lograr que las Fuerzas de la UNPROFOR estuvieran
menos expuestas a ser tomadas como rehenes. Una de esas propuestas era retirar los batallones de la
UNPROFOR de los encalves orientales y dejar sólo a los observadores militares de las Naciones Unidas.
Otra propuesta era retirar los centros de recolección de armas pesadas situados en la zona de exclusión
total alrededor de Sarajevo, pues su supervisión era difícil y de dudosa utilidad, y dejaba a los soldados
de la UNPROFOR expuestos y vulnerables a lo largo de la zona de exclusión total del territorio
controlado por el ejército de los serbios de Bosnia. Varios miembros del Consejo de Seguridad
interpretaron tales propuestas de forma diferente. Expresaron su profunda preocupación por el hecho de
que los mandos de las Fuerzas de Paz de las Naciones Unidas parecían oponerse, por principio, a utilizar
la fuerza aérea contra los serbios excepto en legítima defensa. No creían que la misión de mantenimiento
de la paz estuviera dispuesta a recurrir a ataques aéreos en respuesta a los ataques serbios contra las
zonas seguras; a falta de dicho apoyo aéreo, la retirada de las tropas de la UNPROFOR de los enclaves
las expondría a más peligros.
188. La situación alrededor de Sarajevo se deterioró aún más cuando el 22 de mayo fuerzas de los serbios
de Bosnia se llevaron dos armas pesadas de sendos centros de recolección de armas situados cerca de la
ciudad. Posteriormente, fuerzas del Gobierno bosnio retiraron armas que les pertenecían y se produjo una
escalada de los enfrentamientos. Los serbios se llevaron otras tres armas pesadas y el 24 de mayo, el
Representante Especial hizo una declaración resaltando la gravedad de la situación. Seguidamente, el
Comandante de la UNPROFOR advirtió a ambas partes que serían atacados por la aviación si la artillería
pesada no cesaba el fuego para las 12.00 horas, hora local del día siguiente. Veinticuatro horas más tarde
se estableció un segundo plazo en el que las partes tenían que retirar sus armas pesadas de la zona de
exclusión de armas pesadas o bien emplazarlas en los centros de recolección. Las fuerzas serbias no
cumplieron lo establecido, aunque algunos de sus representantes manifestaron más tarde que estaban
haciéndolo.
189. El Representante Especial autorizó ataques aéreos a las 16.20 horas, hora local del 25 de mayo. A
las 16.33 horas, un oficial de enlace de la OTAN informó al Representante Especial de que seis aviones
de la OTAN habían atacado dos depósitos de municiones cerca de Pale. Los serbios de nuevo no
cumplieron lo dispuesto y siguieron bombardeando Sarajevo. También empezaron a tomar represalias
contra las zonas seguras y, en particular, contra objetivos civiles vulnerables en otras partes de Bosnia y
Herzegovina. En Tuzla, una bomba de explosión aérea explotó en una concurrida zona del centro,
causando 71 muertos, la mayoría de ellos hombres y mujeres jóvenes, y casi 200 heridos. (S/1995/444,
párr. 12).
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C. La crisis de los rehenes de la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas
190. Al día siguiente, el Representante Especial autorizó una segunda serie de ataques aéreos. Los
objetivos fueron seis depósitos de municiones situados en el complejo atacado el día anterior. En ese
momento, los serbios tomaron como rehenes a varios cientos de funcionarios de las Naciones Unidas, en
su mayoría observadores militares y personal militar de la UNPROFOR destacados en los centros de
recolección de armas pesadas situados alrededor de Sarajevo. Para el 26 de mayo por la tarde, más de
400 funcionarios de las Naciones Unidas habían sido capturados como rehenes o se encontraban en
lugares del territorio controlado por los serbios de los que no podían moverse y a los que se impedía el
acceso. Varios funcionarios de las Naciones Unidas fueron utilizados por sus captores serbios como
escudos humanos para evitar más ataques aéreos contra posibles objetivos. Algunos de los rehenes
fueron mostrados en la televisión serbia esposados a los posibles objetivos. La artillería pesada serbia
siguió atacando desde los alrededores de Sarajevo y desde los centros de recolección de armas pesadas.
Los serbios también cortaron el suministro de electricidad a Sarajevo, que controlaban en gran parte.
191. Cuando la noticia de la toma de rehenes llegó a Nueva York, la Secretaría recomendó al
Representante Especial que no decidiera lanzar nuevos ataques aéreos con arreglo al ultimátum del
Comandante de la UNPROFOR, a menos que se considerara que se había producida una violación grave
en las zonas de exclusión y no hubiera otra alternativa.
192. En las primeras horas de la mañana del 27 de mayo, fuerzas de los serbios de Bosnia con equipo y
uniformes franceses invadieron un puesto de control de la UNPROFOR en el puente estratégico de
Vrbanja en el centro de Sarajevo y capturaron a 11 soldados franceses. Tres horas más tarde, el
Comandante de la UNPROFOR del sector de Sarajevo decidió que había que “poner un límite” y tomó la
decisión de responder con determinación. Las fuerzas francesas de la UNPROFOR contraatacaron y
recuperaron el puente, matando a un soldado serbio y capturando a tres. Dos soldados franceses
resultaron muertos y dos heridos.
193. El Representante Especial informó a la Sede de que era fundamental no complicar aún más la
situación de la seguridad de la UNPROFOR. Dada la amenaza que pesaba sobre los detenidos de las
Naciones Unidas y la actitud decidida de los serbios de Bosnia, señaló que había dado instrucciones al
Comandante de la UNPROFOR de que, por el momento, la ejecución del mandato quedara supeditada a
la seguridad del personal de las Naciones Unidas. El Comandante transmitió dicha orden a sus
subordinados, al tiempo que les ordenó que consolidaran las posiciones de la UNPROFOR en lugares
que pudieran defender y abandonaran las posiciones amenazadas del territorio controlado por los serbios
que no pudieran recibir apoyo.
194. Durante ese período de incertidumbre hubo varias conversaciones entre el General Mladi y el
Comandante de la UNPROFOR. El primero insistió en que la UNPROFOR debía volver a los “principios
de las Naciones Unidas del establecimiento de la paz” y definió la disposición del Comandante de la
UNPROFOR de recurrir a las fuerzas aéreas de la OTAN como una decisión “falta de juicio y poco
razonable”. El Sr. Karad i escribió al Secretario General para pedirle que “las Naciones Unidas y los
países de la OTAN den garantías de que ya no se baraja la posibilidad de utilizar la fuerza”. Karad i no
recibió tales garantías, aunque el Comandante de las Fuerzas reiteró al Comandante de la UNPROFOR
que la liberación de los rehenes de la UNPROFOR y la seguridad de todas las fuerzas de la UNPROFOR
eran sus máximas prioridades. Teniendo en cuenta que las Naciones Unidas se pondrían pronto a
negociar, o a participar en negociaciones para liberar a los rehenes, el Comandante de las Fuerzas hizo
hincapié en que la UNPROFOR debía evitar definitivamente emprender cualquier acción que pudiera
degenerar en enfrentamiento, una nueva escalada de la tensión o el posible recurso a las fuerzas aéreas.
Su objetivo era mantener la libertad política de maniobra, permitiendo así a los dirigentes políticos
celebrar negociaciones que desembocaran en la puesta en libertad de los rehenes y la firma de acuerdos
más amplios.
195. Los rehenes de las Naciones Unidas fueron liberados en varios grupos entre el 2 y el 18 de junio. A
pesar de la retórica propagandística que emplearon seguidamente los serbios, la liberación de los rehenes
continuó, tal vez debido a la intervención del Presidente Miloševi , ante el que intercedieron varios
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agentes internacionales, incluidos los Copresidentes de la Conferencia Internacional sobre la ex
Yugoslavia. Mientras se procedía a la liberación, e inmediatamente después, altos funcionarios de la
comunidad internacional y el General Mladi celebraron varias reuniones. En la primera de ellas participó
el Comandante de las Fuerzas y se celebró en Mali Zvornik, en Serbia, el 4 de junio. El General Mladi se
reunió también el 6 de junio cerca de Pale con un ex Comandante de la Fuerza (UNPROFOR) (que
actuaba entonces como asesor del negociador de la Unión Europea para la ex Yugoslavia), y los días 17 y
29 de junio de nuevo con el Comandante de las Fuerzas.
196. Cuando empezó a saberse de la celebración de esas reuniones, que no se habían anunciado a los
medios de comunicación, empezaron a circular informaciones de que el Comandante de las Fuerzas
había llegado a un entendimiento con los serbios. Se informó de que se estaba liberando a los rehenes a
cambio del compromiso de que no se volverían a utilizar las fuerzas aéreas de la OTAN contra los
serbios. En las informaciones también se destacaba que el Presidente de la Federación de Rusia Boris
Yeltsin había manifestado posteriormente que el Presidente de Francia Jacques Chirac, le había
asegurado que ya no se lanzarían más ataques aéreos en Bosnia y Herzegovina22. El Secretario General
de la OTAN, Willy Claes, escribió al Secretario General de las Naciones Unidas el 21 de junio,
señalando las especulaciones de la opinión pública en el sentido de que la liberación de los rehenes no
había sido incondicional, y podría haber ido acompañada de compromisos o garantías en relación con el
uso en el futuro de la aviación de la OTAN. El Sr. Claes pedía aclaraciones sobre dicha cuestión. El
Secretario General de las Naciones Unidas consultó con su Representante Especial, el cual contestó que
ni él ni el Comandante de las Fuerzas habían dado tales garantías. Dicho mensaje fue trasmitido a
continuación al Secretario General de la OTAN.
197. Según las entrevistas celebradas durante la preparación de este informe, se confirmó que el
Comandante de las Fuerzas se reunió con el General Mladi en junio de 1995 en esas tres ocasiones. El
propósito fundamental de esas reuniones fue mantener un cauce de comunicación con el ejército de los
serbios de Bosnia, dado que el Comandante de la UNPROFOR en Bosnia y Herzegovina había roto los
contactos con Mladi porque no quería que se le viera negociando con los responsables de tomar tropas
bajo su mando como rehenes. El Representante Especial del Secretario General estuvo de acuerdo con
esa posición y estuvo al tanto de cada ocasión en que el Comandante de las Fuerzas se reunía con el
General Mladi . En las investigaciones realizadas durante la preparación del presente informe no se
averiguó nada que sugiriera que el Comandante de las Fuerzas hubiera llegado a acuerdo alguno con el
General Mladi sobre la liberación de los rehenes o la interrupción del recurso a la fuerza aérea contra los
serbios.
198. El General Mladi y el Comandante de las Fuerzas sí discutieron sobre la liberación de los rehenes en
la primera reunión que celebraron en Mali Zvornik, aunque al parecer fue el primero el que planteó la
cuestión. El General Mladi tenía preparado un acuerdo para que lo firmara el Comandante de las Fuerzas,
en que se establecía una relación entre la liberación de los rehenes y la interrupción del recurso a la
fuerza aérea contra los serbios. El Comandante de las Fuerzas comunicó por escrito a la Sede de las
Naciones Unidas, 11 días después de que se celebrara la reunión y en respuesta a una pregunta de la
Secretaría, que se había negado a firmar el acuerdo y que en cambio había manifestado al General Mladi
que la actitud de los serbios (la toma de rehenes) era inaceptable. También pidió la inmediata liberación
de los rehenes.
199. Las reuniones con el General Mladi tenían como objetivo, desde el punto de vista del Comandante
de las Fuerzas, celebrar conversaciones y llegar a un acuerdo sobre cuatro puntos importantes. En primer
lugar, consideraba fundamental que los serbios permitieran la entrada de ayuda humanitaria a las zonas
seguras. Segundo, quería que el General Mladi abriera el aeropuerto de Sarajevo. Tercero, quería lograr
el acuerdo del General Mladi para que se pudiera reaprovisionar por carretera a los efectivos de la
UNPROFOR desplegados en los enclaves. Cuarto, manifestó al General Mladi que el ejército serbio de
Bosnia debía dejar de atacar objetivos civiles en las zonas seguras.
200. El Comandante de las Fuerzas se volvió a reunir con el General Mladi los días 17 y 29 de junio.
Después de esa última reunión, el Comandante de las Fuerzas se puso en contacto con el Jefe de Misión
de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), para
alentarlo encarecidamente a que aceptara un arreglo propuesto por el General Mladi , según el cual se
http://www.unhchr.ch/Huridocda/Huridoca.nsf/0/88b8ddb33d7b8a868025683a005c6e... 31/08/2011
Informe presentado por el Secretario General
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permitiría entrar en Sarajevo a los convoyes con la condición de que se distribuyera la misma cantidad de
alimentos a las comunidades serbias de Bosnia oriental. Según el ACNUR, el Comandante de las Fuerzas
argumentó que si se aceptaba dicho arreglo, que el ACNUR consideraba injusto, se abriría una
oportunidad para las negociaciones políticas que celebraba entonces el Enviado Especial de la Unión
Europea para la ex Yugoslavia (Carl Bildt, sucesor de Lord Owen). El Jefe de Misión del ACNUR se
negó a ello y el ACNUR ha mantenido desde entonces que tenía la sensación de estar siendo
“intimidada” por las Fuerzas de Protección de las Naciones Unidas23.
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