13 Una muerte digna - Facultad de Medicina

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Programa de Diplomado en Salud Pública y Salud Familiar
Jessica Gallardo A.
Belvy Torres N.
Módulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud
Familiar y Comunitaria y Promoción, La Serena 2005
Nadie puede elegir el momento de nacer,
ni el país en que crecerá,
ni la educación, religión o sistema político
que marcarán su vida.
Ni la Salud.
Nadie sabe que enfermedades o accidentes
pueden mutilar su cuerpo y su vida.
Educar a un niño es enseñarle a elegir para que sea dueño y
responsable de sus propios actos.
Para que sepa cuidar su salud, vote el partido que se le antoje
y rece a los dioses que más le gusten, para que viaje libremente y
para que pueda elegir cómo y donde quiere morir.
El éxito en la vida no sólo consiste en llegar a la muerte
sin haber pensado nunca en el suicidio.
El éxito también es una muerte digna.
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Módulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud Familiar y Comunitaria y Promoción
La Serena, marzo - abril del 2005
INTRODUCCIÓN
En la actualidad vivimos una época caracterizada por la presencia de diferentes
problemáticas sociales, donde los sistemas sociales se desplazan en un continuo que va
desde la simplicidad
a la complejidad, lo que es parte de la configuración de la vida
cotidiana de cada individuo y de la sociedad entera.
Una de éstas problemáticas se refiere al abordaje de la Eutanasia, la cual será
abordada en el presente ensayo, el cual permitirá considerar aquellos actores que se
encuentran inmersos en una sociedad competitiva, poco cálida y por lo tanto poco solidaria,
por lo que sería fundamental reflexionar respecto a aquellos sistemas que conviven en el
silencio que provocan aquellos estigmas construidos en la sociedad a lo largo de los años.
Un tema tan complicado e interesante como es “la Eutanasia”, sobre el cual ríos de
tinta se han volcado sin llegar, no obstante, a posturas coincidentes al respecto.
Eutanasia es un término, que si bien en nuestra sociedad tiene una carga emotiva
de tipo negativo, paradójicamente, deriva de las voces griegas eu (buena) y thanatos
(muerte). Es decir, hace alusión a un bien morir, lo cual, desde nuestro punto de vista, se
entiende como una muerte digna sin sufrimientos innecesarios y en las mejores condiciones
que cada caso permita.
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ANTECEDENTES DEL TEMA DE ESTUDIO
Es indudable, a nuestra manera de ver, que el primordial derecho que puede
asistir hoy a todo ser humano es el de la vida, pero cuando se ve afectado por unas
condiciones de salud lamentables, que llevan a quien las padece a verse en una situación en
la cual se ve recluido en una unidad de cuidados intensivos, de la cual no se sabe si saldrá,
donde su existencia está en la cuerda floja, donde puede existir una salida irreversible,
donde la existencia dependerá en el futuro de medios extraordinarios, conectado a máquinas
como el respirador artificial, cabe preguntarse si se está cuidando la vida o prolongando la
agonía que nos puede llevar a la muerte.
Es necesario considerar la noción de Eutanasia, desde un uso normatizado como
“Muerte sin sufrimiento físico” o “la que se provoca voluntariamente”. Desde el punto de
vista Fáctico “Muerte sin dolor” o “Muerte en estado de gracia”.
Para efectos prácticos consideraremos la definición de Eutanasia como el
derecho del paciente a decidir la forma y el momento de su muerte, pero que busca como
único fin el librar a una persona de su intenso sufrimiento.
Tema el cual tiene sus puntos a favor y en contra , además de las implicaciones
morales y legales que trataremos de vislumbrar en este ensayo.
Cabe destacar que, dependiendo de las voluntades en juego, la Eutanasia puede
clasificarse en voluntaria e involuntaria.
La Eutanasia voluntaria es aquella en la que el paciente acepta que se le
suspendan los tratamientos terapéuticos que le prolongan la vida y/o solicita que se le
suministren medicamentos que le produzcan la muerte. Este tipo de Eutanasia se caracteriza
porque el paciente presta su consentimiento para la acción (suministrar fármacos) o la
omisión (suspensión de tratamientos o desconexión de aparatos), cuyo resultado esperado
es el fin de su vida.
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La Serena, marzo - abril del 2005
Por otra parte, la Eutanasia involuntaria es aquella en la cual el paciente no
presta su consentimiento para la muerte. En ella el fin de la vida se produce ya sea sin el
consentimiento del paciente o bien contra su voluntad. En estos casos se habla de dar una
"muerte piadosa".
Ambas clases de Eutanasia pueden a su vez sub-clasificarse en activa, positiva o
directa y pasiva, inactiva o indirecta.
La Eutanasia activa es aquella en la que existe una acción positiva tendiente a
producir la muerte, como por ejemplo proporcionar una sobredosis de píldoras conciliadoras
del sueño o suministrar una inyección de cloruro de potasio.
La Eutanasia pasiva inactiva o indirecta es la producida por la omisión de los
tratamientos o medicamentos o terapias o alimentos que prolongan el proceso de morir.
DISCUSIÓN
Los temas
como éste siempre alarman. Sin dar siquiera la oportunidad de
investigar un poco, y detenerse a pensar que es lo que considero como bueno o malo, juzgo
una palabra, juzgo un hecho e incluso a la personas que lo realizan.
No solamente con la Eutanasia pasa esto; es lo mismo con el Aborto, las
relaciones prematrimoniales, los divorcios, los homosexuales, etc... Es como sí, no lograra
comprender más que lo aceptado por mis reglas o lo aceptado por la sociedad.
Nos hemos dado cuenta que esta actitud lo único que hace es convertirnos es
personas rígidas y estructuradas de pensamiento y de actuar, no nos permite respetar que
cada hombre es diferente y que tiene distinta ideología, educación y cultura. No tenemos el
derecho de juzgar al otro cuando ni siquiera nos hemos enterado de las circunstancias en las
que vive.
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Preguntas éticas respecto a nuestra discusión sobre Eutanasia:
Un gran porcentaje de pacientes terminales sufre de dolor intratable y o
experimenta una intolerabilidad hacia su pobre calidad de vida. Ellos, más bien preferirían
que su vida termine en vez de que continúe hasta que su cuerpo muera. ¿Se les debe dar
asistencia?.
El suicidio es un acto legal que teóricamente cualquiera puede practicar. Pero
una persona que esta terminalmente mal, está en un hospital o es incapacitado puede
ejercer esta opción. En efecto, ellos están siendo discriminados. ¿Debe dárseles la misma
opción de suicidio que la gente sana tiene?.
Muchos grupos de fe como el cristiano y el judío, creen que Dios da vida y por lo
tanto solo el debería quitarla. Entonces el suicidio sería considerado como un rechazo a la
soberanía de Dios y a su plan de amor. Sin embargo, parece fundamentalmente injusto
utilizar un argumento religioso para decidir política y públicamente. Existe un número
considerable de adultos, con sus creencias religiosas, que toman Eutanasia como una
opción moral deseable en algunos casos. Algunos cristianos prefieren que se modere el uso
de analgésicos, a fin de aceptar voluntariamente por lo menos una parte de su sufrimiento y
así asociar en sí mismos de manera consciente los sufrimientos de Cristo crucificado. Estas
pueden ser sugerencias significativas para algunos creyentes cristianos. Sin embargo, éstos
parecen argumentos pobres para justificar la negación de la Eutanasia a las personas que no
comparten estas creencias.
Mucha gente argumenta que el dolor experimentado por los enfermos terminales
puede controlarse mediante el tratamiento apropiado.
Sin embargo la mayoría de los
individuos no tienen acceso a la salud pública adecuada, y tal control de dolor no esta
disponible para todos los enfermos.
Para algunos el dolor intratable no es la principal acción para que deseen morir,
puede ser una pérdida de independencia, dignidad y capacidades.
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Los debates que se llevan a cabo sobre la Eutanasia generalmente terminan
enredados por prejuicios morales, religiosos, emocionales, etc. Pero en realidad, sin
cuestionar los diferentes puntos de vista, la pregunta que se debe hacer es:
¿A una persona que se siente completamente mal, siente que su vida no es
suficiente razón para vivir el dolor intratable, la pérdida de dignidad o la pérdida de algunas
facultades pide repetidamente ayuda para un suicidio, esta consciente, se le puede aplicar la
Eutanasia o asesorarla en su suicidio?
En los debates sobre Eutanasia no se debe discutir:
Si un enfermo terminal debe pedir la Eutanasia, lo que siempre es una decisión
personal, sino si la gente en general debería darse la elección para pedir su aplicación.
Por último la Eutanasia es una pregunta de elección: Se debe facultar a la gente
para tener control sobre sus propios cuerpos .
Tomando el esbozo histórico, desde el “no matarás” de los mandamientos o
tablas de Dios, esto es solamente cierto para el momento histórico que se vivía en aquella
época. En la actualidad, con intereses diferentes, con ritmos
de vida distintos, con
horizontes de vida mucho mayores, con una sociedad más evolucionada, con mayores
avances tecnológicos ya podría pensarse en ir reconociendo la Eutanasia.
Déjennos preguntarles ¿que es para ustedes la dignidad?.
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POSTURA
Creemos que se debe reconocer algo al ser humano, este derecho a que se le
reconozca la posibilidad de disponer de su propia vida en situaciones especiales
simplemente por la dignidad que este puede tener al reconocerle a un ser humano la
posibilidad de definir que hacer con su vida es respetar la humanidad del otro (su
humanidad), es el respeto de la libertad de la propia vida, y esto nos ayuda a definir lo que
es una vida digna, se puede argumentar desde este punto de vista, de la dignidad humana,
la exigencia de instaurar la Eutanasia (bajo ciertas condiciones) como una lucha por el
reconocimiento del derecho a una muerte digna, entendiendo por muerte indigna aquella que
prolonga inmisericordemente la vida por medios artificiales, en la que la vida se escapa
lentamente y se da un apego puramente al cuerpo físico.
El morir dignamente sería entonces el morir libre de dolor, con los analgésicos y
tranquilizantes necesarios para el desasosiego, siendo respetado y tratado como ser
humano. Aunque no solamente reduciendo el dolor, lo que vale es una vida con cierta
autonomía y libertad. El morir dignamente es que se respete la dignidad del enfermo, y no
destruir ésta por un deber moral.
El determinar como derecho la Eutanasia se podría hacer a través del uso de la
autoconciencia que va constituyendo lo humano del hombre dentro del entorno natural, lo
que conlleva a que la determinación sobre la muerte sea una cuestión de reconocimiento
propio y de autoconciencia. Además, sólo mediante la satisfacción de necesidades como la
libertad y la dignidad, que van más allá de las que pueden definirse como básicas, obtiene el
reconocimiento de otros individuos con los cuales interactúa socialmente.
Tengo un derecho a disponer de mi propia vida, y puedo reivindicar la autonomía
como parte integral de la dignidad humana y expresión de ésta.
Una vida en determinadas condiciones es indigna, al imagen que proyecto ante
los seres cercanos o aún en los otros, puede ser considerada como humillante e indigna.
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¿Porqué aceptar una forma de existencia en circunstancias limitadísimas?,
sacrificando, en cierta forma, a parientes y amigos?.
Así como se tiene un derecho a vivir con dignidad, ¿porqué no tener un derecho
a morir dignamente?.
No debe intentarse prolongar la vida cuando ésta no se puede vivir, haciendo del
paciente no un ser humano, sino un casi clínico interesante. ¿Es justo morir de un modo
doloroso?.
La vida no vale por sí misma, sino en función de un proyecto de vida ligado con
una libertad y una autonomía, ésta se justifica si permite la base material para una vida
digna.
¿Existen, pues, unos derechos del enfermo moribundo?
Ciertamente. El derecho a una auténtica muerte digna incluye:
? El derecho a no sufrir inútilmente
? El derecho a que se respete la libertad de su conciencia
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CONCLUSIÓN
Como podemos ver, el mar de preguntas que nos arrastra aún es grande, sin
embargo, ya existe una cierta conciencia en nuestro tiempo para que ella sea aceptada de
alguna manera, los valores se han ido transformando poco a poco y ya se está llegando, a
que algún día no muy lejano, se apruebe el derecho a una muerte justa, en los términos aquí
planteados. Los individuos están tomando más en serio su papel dentro de este momento
histórico y se comienzan a preguntar sobre aspectos trascendentales en la existencia del ser.
Sin embargo, los riesgos de que éste individuo sea absorbido y manipulado por el sistema
capitalista están latentes, ya que éste puede manipularlo para volverlo desechable y hasta
productivo en un momento dado.
Aunque de por sí, en un país como el nuestro, podría ser causa más de perjuicios
que de beneficios, dado que no están dadas las condiciones de consciencia , de legislación,
y de cubrimiento necesarias para que se pueda tener de alguna manera en cuenta en éste
país.
Aún existen muchos aspectos indeterminados en torno a la Eutanasia, cabe
mencionar algunos como la dignidad humana y la autonomía, el no tomar al ser humano
desde un punto de vista eminentemente biológico, la calidad de vida y la libertad de elección.
Simplemente tratar de hacernos personas más críticas, logrando que ésta criticidad nos lleve
a ser más humanos, más comprensivos con los que nos rodean. Que dejemos de
condicionar como malos actos que para nosotros no son aceptados. Lo único que creem os,
es que la apertura de mente nos puede hacer personas más comprensivas con nuestros
semejantes y esto sí definitivamente mejora la convivencia humana.
Sin embargo consideramos ayuda necesaria y humana para ser dueño y
soberano de lo único que el ser humano puede llamar realmente “Mío”, es decir, el cuerpo y
lo que él es o está la vida y su conciencia.
La muerte desde la vida, el deseo de morir, la premisa es conocida el deseo de
una dignidad asociada a esa muerte, personalidades comprendidas e incomprendidas,
principios cuestionados, y un deseo de muerte que no cesa. El debate está servido, a causa
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de la temática a flote la cual siempre dejará sensaciones encontradas ante el deseo de
muerte asociado a la dualidad de vivir muriendo poco a poco. Ya que el paciente moribundo
ocupa un papel muy importante que hunde sus raíces en la concepción de la vida y del
hombre.
No es que mi conciencia se halle atrapada en la deformidad del cuerpo atrofiado
e insensible, sino en la deformidad, atrofia e insensibilidad de vuestras conciencias.
“El ser humano es un ser sin razón de ser, y lo sabe y pone multitud de
mecanismos en funcionamiento par justificar su existencia, para legitimarla, para explicarla, y
es comprensible. Que respeten el derecho a la vida, y en consecuencia, el derecho a la
muerte, y no puede defender el primero sin asegurar el segundo, en todas sus formas y
variedades y modalidades, sin escándalos ni artificiosas hipocresías“
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BIBLIOGRAFÍA
1. El Derecho a morir: Dereck Humphry. Editorial Tusquets, Barcelona 1986, 264 págs.
2. Saber morir. Javier Sádaba. Ediciones Libertarias Prodhufi, Madrid, 1991. 183 págs.
3. La muerte sin dolor: Suicidio y Eutanasia: Maurice Verzele. Editorial Txalaparta Tafalla
1999,130 págs.
4. Morir con dignidad: Hans Kung y Walter Jens. Editorial Temas de Hoy, Madrid, 1995,
94 págs.
5. Sobre Morir, Eutanasia, derechos y razones: Víctor Méndez Baiges, Editorial Trotta,
Madrid, 2002.
6. El valor de la Autonomía de la voluntad ante la decisión de la muerte: Medina,
Graciela.
7. Eutanasia, el derecho a la muerte, el derecho a la vida: Silva, Jorge.
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