1 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares Atienza de los Juglares Número 51. Julio-Agosto 2013 Dirección y coordinación: Tomás Gismera Velasco Blog de Atienza de los Juglares: http://www.atienzadelosjuglares.blogspot.com Facebook: http://www.facebook.com/#!/atienzadelosjuglares Correo: [email protected] Si deseas colaborar con Atienza de los Juglares, o quieres ver tu trabajo publicado, relacionado con Atienza, la Serranía, el antiguo común de Villa y Tierra de Atienza, o cualquier otro aspecto en el que Atienza y su comarca tenga participación, puedes enviar tus colaboraciones a: [email protected] 2 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares SUMARIO: .- 5.- Atienza, arrieros contra carreteros. Juan Luis López Alonso. .- 17.- Atienza siglo XX. Crónicas de la historia reciente (18). Tomás Gismera Velasco. .- 23.- La ruta del Cid en su destierro. De los viajes por España del Doctor Kaestner. .- 27.- Médicos de Atienza en los siglos XVIII y XIX. Juan Luis López Alonso. .- 34.- Sucedió en julio. .- 35.- Sucedió en agosto. .- 36.- La trilla. .- 37.- Atienza. La imagen del mes. .- 38.- Así se escribió la Historia de la Villa de Atienza. .- 41.- Bustares en la Crónica Monumental del Cronista Juan Catalina García López. .- 42.- La excursión al Alto Rey de Manuel Pérez Villamil, de 1885. .- 45.- La Noche de Pastrana. 40 años sin José Antonio Ochaíta. Tomás Gismera Velasco. 3 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. 4 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. ATIENZA, ARRIEROS CONTRA CARRETEROS JUAN LUIS LÓPEZ ALONSO El 16 de julio de 1.766 tuvo lugar un suceso en Atienza del que resultaron varios heridos. Por ello el Alcalde Mayor de la Villa fulminó Causa Criminal contra algunos participantes. Participan numerosos personajes de la Villa: Alcalde Mayor, escribano, herrero, médico, cirujano, mayordomo pontifical, arrieros de Sigüenza y carreteros de la Real Carretería de Canicosa. En el Archivo Histórico Provincial de Guadalajara se encuentran 4 protocolos del escribano Diego Fernández Sopeña1: Poder a favor de Bernardo de la Iglesia, vecino de esta Villa, por Juan Andrés Martín; Fianza de Cárcel Segura por Juan Miguel Gil y Francisco Pérez; Poder a favor de José Blasco, por Juan Ángel Ruiz, vecino de Sigüenza; y Poder a favor del Procurador Francisco López Herrero, de la Real Chancillería de Valladolid. Esta documentación nos relata parcialmente los hechos acaecidos ese día. Para completar la visión se recurre al Registro de Ejecutorias de la Real Chancillería de Valladolid, donde se localiza la Ejecutoria de Pleito2. Procuraremos hacer una narración cronológica. Juan Andrés Martín, vecino de la Villa de Canicosa, mayoral de la Carretería de D. Domingo de Retes, transitaba con 43 carretas tiradas por bueyes cerca de la venta de Riofrío. Los mozos carreteros eran todos de Canicosa, hoy Canicosa de la Sierra (Burgos). Vienen de vacío, después de haber descargado carbón en Madrid, y se dirigen a cargar sal en las Reales Salinas de Imón para el Alfolí de Peñafiel. Llega a su altura con sus caballerías Juan Ángel Ruiz, arriero vecino de Sigüenza. La carretería lleva un novillo cojo y atado. Cuando lo vio Juan Ángel “comenzó a hacer fiestas para torearlo. Díjole Eusebio Miguel Gil: - Deje Vmd ese novillo, que no viene para eso. Respondió: - Soy torero, y haré burla de él, como he hecho de otros mejores”, según testimonio de Francisco Pérez. Este es el primer encuentro entre Juan Ángel Ruiz y el carretero Eusebio Miguel Gil, y origen del futuro pleito. El Pleito tuvo principio por Auto de oficio siguiente: “En la Villa de Atienza, el día 16 del mes de julio de 1.766, el Licenciado D. Diego Faustino Rodríguez, abogado de los Reales Consejos, Alcalde Mayor por S.M., por ante mí el presente escribano, digo: que siendo las 7 de la tarde de este día, poco más o menos, llegó a su casa un hombre que dijo llamarse Juan Andrés Martín, ser de la Villa de Canicosa, y mayoral de la cuadrilla de 43 carretas propias de D. Domingo Retes, vecino de la Villa y Corte de Madrid, de donde venía con ellas de vacío, por haber descargado allí carbón, e ir a las Reales Salinas de Imón 1 2 AHPGU. P-2320.2 ARCHVA. Registro de Ejecutorias, Caja 3327, 13 5 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares a cargar sal para el Alfolí de Peñafiel, dando cuenta de cómo en el camino que de esta Villa se va a su venta que llaman de Riofrío y a la Ciudad de Sigüenza, 3 hombres arrieros que pasaban con sus recuas cargadas, al parecer de grano, habían herido gravemente a sus dos alnados3, Eusebio y Juan Miguel Gil, mozos de sus cuadrillas de carretas: al primero, dándole una cuchillada muy larga y profunda en el brazo izquierdo; y al segundo, otra en el pecho. Ambas con una navaja de muelle muy ancha de hoja, con punta y cachas negras que le entregó a Su Merced, y retiene por ahora en su poder. Expresando asimismo quedar en el referido camino herido, uno de los dichos 3 arrieros que llevaba 4 caballerías mayores, por cuya guarda había dejado de centinela a un mozo llamado Eustaquio, y venido a dar cuenta y traer los dos primeros heridos, a efecto de que se tome la providencia más pronta y conducente. Y ejecutándolo así Su Merced, mandó: Se ponga (a los heridos) en el mesón que está a cargo de Miguel Medranda, vecino de esta Villa. Que Nicolás Sánchez, cirujano titular de ella pase inmediatamente, cosa la sangre, cure a los heridos, y declare la entidad y calidad de las que padecen, con qué instrumentos están ejecutadas. Que el Teniente Alguacil Mayor, Pedro Ruiz de Torremilano, asistido de 6 hombres cuidadosos, pase al camino señalado, y cuide del hombre que allí se dice estar herido. Ínterin pase Su Merced con el presente escribano, dicho cirujano, y D. Juan Manuel Gil, médico titular, pudiendo ser habido, para removerle y conducirle a esta dicha Villa, y mesón de cargo de Mateo Esteban. Haciendo, asimismo, que por medio de recado, y mediante la cercanía donde dicen se halla el otro herido, asista algún sacerdote o religioso confesor a lo que puede acaecer, que confiese y se le auxilie como corresponde, si lo pidiese el estado en que se encuentre, para en su vista proceder a lo que más conduzca, según lo que resulte de Autos y declaraciones de los heridos, que se recibirán prontamente. Y siguiente a todo lo demás que tuvieren noticia del hecho referido, conduciendo también a esta Villa y mesón referido las caballerías y bienes que se encontrasen de unos y otros, por los efectos que convenga. Dicho Alcalde Mayor proveyó, así lo declaró y firmó, de que doy fe.” Licenciado D. Diego Faustino Rodríguez. Ante mí: Diego Fernández Sopeña. 3 Alnado: hijastro 6 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares A continuación de dicho Auto se practicaron varias Diligencias, entre otras las declaraciones de los heridos y el cirujano. Por su importancia reflejamos la de uno de los heridos, que se realiza el mismo día 16 de julio. El Alcalde Mayor, como Juez de los Autos, pasa esa noche a la casa mesón de Miguel Medranda. Entra en la sala alta donde se halla en cama. El escribano, siempre presente, le toma juramento en la forma acostumbrada, y siendo preguntado sobre lo acaecido dijo: “ Se llama Eusebio Miguel Gil, mozo soltero, natural de la Villa de Canicosa, hijo legítimo de Pedro Miguel, difunto, y de Josefa Gil, mujer en segundas nupcias de Juan Andrés Martín, vecinos de dicha Villa, y criado en la cuadrilla de 43 carretas propias de D. Domingo Retes, vecino de la Villa y Corte de Madrid, que es mayoral dicho su padrastro, y que la herida que padece en el brazo izquierdo se la ha causado un hombre recio que, en compañía de otros dos, marchaban como entre 5 y 6 de la tarde por el camino que desde esta Villa se va a la Ciudad de Sigüenza y venta que llaman de Riofrío, con una navaja ancha de hoja, puntiaguda, negra de cachas, con muelle en ellas (en otro testimonio se dice que tiene una tercia de vara, cerca de 30 centímetros de hoja), la misma que el referido su padrastro entregó a Su Merced. De este modo que habiendo venido el declarante a esta Villa desde sus carretas, que tienen de suelta más acá de dicha venta, para herrar el caballo, como lo hizo en casa de un herrero que ignora su nombre y apellido, y está a la entrada de ella, frente al nuevo hospital.(Un testigo afirma que cuando estaba herrando el caballo, dijo al ver a los arrieros: “eran unos baladrones los de Sigüenza, expresándoselo así a Patricio Ruiz Rebolleda, herrador de esta Villa”, con intención de ir a buscarlos, “con altivez y arrogancia y ademanes de valiente”). Siendo como las 5 se volvió en dicho su caballo para dichas carretas, y más allá de la fuente que llaman El Caño, junto al Rollo, y entrada de dicho camino, encontró a dichos 3 hombres con diferentes caballerías mayores y menores, cargadas al parecer de grano (el abogado defensor del arriero dice: “es obvio que mi parte no tuvo, ni en él hubo, ni un remoto pensamiento de intentar quimera ni contienda con el ánimo del mencionado Eusebio, quien haciendo el guapo en su caballo se personó, dando alcance a mis partes en su compañía, haciendo alarde de valiente jinete sin duda, y mostrándose de guapo”). Y el más gordo de ellos dijo al que declara: - Alma de mierda, si anteayer hubiera estado en otra parte, de un sopapo te hubiera quitado la cara pues, por vida de Dios, que no hablan si no es adonde están adocenados, y todo cuanto quiera me pongo con usted -. Respondió: - Yo no quiero ponerme a nada -. Repitió dicho hombre gordo con mucha arrogancia: 7 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. 8 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares -¿Quiere jugar al truque y flor?, que tengo dinero. Sacando una bolsa de badana mostró un doblón de a 5 pesos. –Yo no quiero jugar,- dijo el que declara. Y al llegar a unos prados cercados de piedra que hay inmediatos al expresado camino, otro hombre de los 3, cogió una losa, y dijo al declarante si quería tirar a la barra. Respondió:- No se cansen ustedes, que ni quiero tirar a la barra, ni hacer otra ninguna apuesta Sin otra causa ni motivo los dos hombres, el gordo y el que tenía la losa en la mano, se agarraron de las riendas del caballo, diciendo: - Freno, que llevaba el caballo en que iba el declarante, diciendo: - A ver el dinero que lleva. Asegurándoles no llevar 6 cuartos, con muchas amenazas le dijeron si no lo sacaba: - Te hemos de cortar los cojones. Le hicieron apear, y el que desafió a la barra montó en dicho caballo, anduvo como 30 pasos y se volvió. Temeroso el declarante no le hiciesen mal por el inordinado modo con que le tiraban amenazas que le hacían, y descompostura en el hablar, deseaba acercarse a su carretería, o ver los mozos que pastoreaban la boyada. Como con efecto, al asomar a un repecho que tiene el camino, hacia las cañadas del monte que hay a la derecha, alcanzó a ver a sus compañeros con dicha boyada. Les dio voces y a este tiempo, el referido hombre arriero gordo sacó del bolsillo de su chupa la citada navaja. Y abierta le tiró un golpe hacia el lado izquierdo del que declara, que se retiró un poco, puso el brazo y se le abrió de una cuchillada desde la muñeca hasta más arriba del codo. Viéndole tan herido, y arrojar tanta sangre, marcharon precipitadamente con sus caballerías los otros dos hombres que acompañaban al gordo, diciendo: ¡matarlo!, ¡matarlo! 9 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares Y llegando a ese mismo tiempo Juan Manuel Gil, hermano del que declara, Francisco Pérez, y Pedro de Marcos, sus compañeros mozos, solteros, naturales de la Villa de Canicosa, acometió hacia ellos con dicha navaja en la mano, el expresado hombre gordo. Y al retirarse su hermano Juan Miguel Gil, cayó en tierra. Entonces le dio una cuchillada y le abrió el pecho (“Acción de hombre desalmado, y de ánimo tirano, querer ensangrentarse como lobo carnicero en quien está rendido en el suelo, cuya circunstancia sola, le hace merecedor de la pena ordinaria de último suplicio”, dirá más tarde el procurador de los carreteros). Y viendo que de ella manaba mucha sangre, el nominado Francisco Pérez le dio un garrotazo en un brazo, con que soltó dicha navaja, y otro, u otros dos, en la cabeza. Y a dicho tiempo le sacudió otros garrotazos en el cuerpo el nominado su hermano, con que cayó dicho hombre gordo, retirándose el que declara, su hermano y acompañantes a una cañada que hay a la parte de abajo de dicho camino, para que les curasen con unos pañuelos las heridas, a ver si podían restañar la mucha sangre que le salía. Vieron que se levantó el dicho hombre, fue a las 4 caballerías de su recua, y yendo hacia el nominado Francisco Pérez, para que no marchase, se volvió a tender en el suelo, donde lo dejaron, marchando el nominado Juan Miguel montado en dicho caballo a llamar a su padrastro Juan Andrés Martín, que estaba en las carretas, cerca del nominado puesto. Y habiendo venido en compañía de otros tres mozos, llamados Eustaquio Ibáñez, Juan Martín y Bartolomé Ayuso, dejó con el citado hombre gordo, para que tuviese cuenta de sus 4 caballerías, al dicho Eustaquio Ibáñez. Y vino con el declarante y su hermano a dar cuenta a Su Merced. (A continuación declara como motivo el incidente del novillo de dos días antes). Seguidamente el Alcalde Mayor y el escribano, con las formalidades acostumbradas, tomaron juramento al otro herido, Juan de Miguel Gil, hermano del anterior, que se ratificó en lo declarado por su hermano. A continuación, el Alcalde Mayor y el escribano, el mismo día 16, fueron al mesón que regentaba Mateo Esteban, y entrando en la pieza donde se encontraba el arriero gordo, le tomaron juramento, y declaró: “Dijo llamarse Juan Ángel Ruiz, marido de María Hernández, vecinos de la Ciudad de Sigüenza. Viniendo de esta Villa el dicho día 16 con sus 4 caballerías mayores por trigo para la panera de Su Ilustrísima, que se lo entregó D. José Cabreriza, su Mayordomo Pontifical, con una carta y 50 doblones, para que los entregase al Mayordomo Mayor que tiene dicha Ciudad. 10 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares Que habiéndose encontrado junto a la taberna de abajo con dos sujetos de Sigüenza, el uno llamado Joaquín, hijo del que nominan Malva; y el otro, Sebastián Manchega, que con 10 o 12 caballerías de menor y una de mayor, llevaban también trigo a la referida Ciudad. Con ánimo de ir juntos a ella, salieron de esta Villa, poco más o menos, a las 5 de la tarde, y encontraron más allá de la fuente del Caño, junto al Rollo, al entrar en el camino de la venta que llaman de Riofrío, con un carretero que iba en un caballo. Conocí el que declara era el mismo que el lunes de esta semana, estando de vuelta con su carretería, le agarró de la soga que traía atado un novillo y le riñó, diciéndole le dejase que no tría gana de fiesta. Y le dije: - Ustedes sólo hablan donde hay mucha gente. Y continuando el camino llegaron a unos prados que hay inmediatos a esta citada Villa de pared de cerradura. Tomó el expresado Joaquín un canto con el que tirar dos tiros. Poco más adelante sacó el declarante de un bolsillo de badana el doblón de 5 pesos que tenía, diciendo al carretero: - A ver lo que te llevas. Para lo que se agarró al que declara, y entonces sacó la navaja que regularmente lleva en su bolsillo para partir pan y picar el cigarro, ancha de hoja, cachas negras, con muelle, advirtiéndole y teniéndola en la mano, no se a cuantos hirió de los compañeros que vinieron. Y llamó el expresado carretero por estar atolondrado el que declara de los palos que le dieron, diciendo: - Pícaro, ladrón. Y como los dos dichos vecinos de Sigüenza marcharon con su recua, dejaron solo al declarante, y cayó privado en tierra. No puede decir lo demás. De que dicho D. José Cabreriza llegó allí paseándose con otros sujetos, le entregó su carta y dinero, y que después pasó gente, que ya estaba más despabilado, y poniéndose sobre sus caballerías le trajeron con cuidado y pusieron en la cama donde se halla. Ha confesado y recibido el Santo Sacramento de la Eucaristía. Que todo cuanto declara es la verdad”. No firmó porque dijo no poder, aunque sabe. Esa misma noche compareció Nicolás Sánchez, cirujano titular, ante el Alcalde Mayor y el escribano, que con las formalidades acostumbradas, le tomaron juramento y dijo que había pasado a la posada que tiene a su cargo Miguel Medranda, cosiendo la sangre de las heridas de Eusebio Miguel Gil “de la herida que tiene en el brazo izquierdo desde el codo hasta casi el sobaco, hecho con instrumento cortante y bastante ancho de hoja, con perdimiento de sustancia(...) con flujo de sangre por haber cortado algunas venas, por lo que fue preciso darle 10 puntos y aplicarle el agua arterial y su ligadura compresiva, para que cesase el flujo de sangre, que por las muchas horas estaba exánime.” Al hermano herido también reconoce y cura: “padece en el pecho, sobre el esternón, desde debajo de la clavícula, hasta el medio del pecho, de la longitud que se infiere por lo antecedente señalado, hecha también con instrumento cortante, con punta tan profunda que llega a tocar el mismo esternón, y al remate al medio del pecho cortó un vaso arterial, a lo que se siguió flujo de sangre. Y para cortarlo le dio 7 puntos y le aplicó la dicha agua arterial (…) siendo una y otra herida de bastante riesgo”. Esa misma noche pasa el cirujano a la posada de Mateo Esteban, donde cura a Juan Ángel Ruiz “las 4 heridas hechas con instrumento contundente en la cabeza, 3 sobre el hueco coronal de longitud 11 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. 12 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. 13 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares de 3 dedos, otra sobre la comisura coronal y occipital, también como de longitud de dedo y medio, a la que no pudo darle puntos, otra sobre el hueso occipital de la longitud de más de 6 dedos con perdimiento de sustancia, descubriendo parte del cráneo (…) con bastante inflamación. No puedo reconocer si había alguna lesión en el cráneo”. También describe la gran herida de la mejilla, y “siendo todas en parte tan principal como la cabeza, y de tanta gravedad, la considera por de gravísimo riesgo”. Se notifica al médico titular de la Villa, D. Juan Manuel Gil de Vergara para que asista y medicine diariamente a los tres heridos. Se embargan los bienes de los 3 arrieros, y se ordena la búsqueda y captura de Joaquín Domínguez y Sebastián Sánchez, los arrieros fugitivos. Según sus mujeres, se encuentran en la Alcarria porteando vino. El 6 de agosto, el Alcalde Mayor, con médico y cirujano, comprueban que las heridas de Eusebio Miguel Gil, están cicatrizadas y puede ingresar en la cárcel. Juan Manuel Gil, “se levanta y anda por dicha posada de orden de los que declaran”. Ordena el Alcalde Mayor “se pase, ponga y esté en una de las dos piezas que hay en la habitación alta de la cárcel pública que llaman El Oratorio, y la otra, la sala grande cuya reja y ventana cae a la Plaza Mayor, donde con igual o mejor comodidad puede andar por ella, con el sosiego y quietud que allí logrará”. Juan Andrés Martín, declara en 12 de agosto los daños que sufre la carretería, por causa del suceso son los siguientes: - 8.490 reales de valor por el porte que se ha perdido por falta de 3 mozos, a razón de 200 reales cada carreta. - 4.200 reales por la pérdida y desfalco de los 84 bueyes por falta de cuidadores. - 1.320 reales el valor de los novillos perdidos de las carretas por falta de mozos. - 880 reales por multa de haber entrado 5 novillos en el agostadero. - 80 ducados, por el valor de 2 bueyes que se han desgraciado A primeros de octubre de ese mismo año Juan Esteban Pérez, vecino de Atienza, apoderado de Juan Ángel Ruiz, defiende a su parte exponiendo los gastos que le han ocasionado y las heridas mortales causadas a su defendido: “las heridas mortales que ha padecido y padece, sobre que protesto pedir a su tiempo, ejecutándolo todo en sus personas y bienes hasta la pena de muerte a que son acreedores”, por lo menos se prisión rigurosa (los carreteros habían salido bajo fianza días antes), que se encuentran sueltos “asegurándoles con prisiones fuertes”, sin permitirles que paseen por las calles y plazas de Atienza y se les embarguen sus bienes. Solicita libramiento bajo fianza de su cliente, y alzamiento de su embargo de bienes. No se le concedió. En octubre hay nuevos informes de médico y cirujano: Eusebio quedó con “perdición y manquedad de dos dedos” e imposibilidad de manejo hacia atrás del brazo izquierdo; Juan Ángel tiene perfectamente cauterizadas sus heridas, a excepción de los dedos de la mano izquierda, que tiene 14 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares entumecidos, y con el uso y algunos baños sanarán. El 30 de marzo de 1.767 se dicta sentencia por el Alcalde Mayor de Atienza: Se condena a Juan Ángel Ruiz “que sirviese a S.M. en uno de los Presidios o Arsenales por espacio de 8 años, el que no quebrante, pena de la vida”, y 9.335 reales en esta forma: - 375 a Mateo Esteban por asistencia y manutención en su posada de las 4 mulas. - 4.000 a Eusebio de Miguel Gil, por razón de gastos y costas personales. - 200 a Juan Manuel Gil, por razón de gastos y costas personales de la herida sufrida. - 4.760 a Juan Andrés Martínez, mayoral de carretas por agravios, detención y falta de asistencia de los mozos. Se absuelve, manda soltar y desembargar sus bienes de Juan Manuel Gil y Francisco Pérez. Se condena a Sebastián Sánchez y a Joaquín Domínguez, reos contumaces, a 8 años de destierro a 8 leguas de esta Villa, “que no quebrantarán, pena de cumplir otros tantos en uno de los presidios de África, y además en la cuarta parte de las costas procesales”, las otras tres cuartas son para Juan Ángel Ruiz. El 26 de noviembre de 1.767, los Alcaldes de Crimen de la Real Chancillería de Valladolid D. Manuel Gómez de la Torre y D. Pedro Martínez Feijoo rebajan la sentencia de Juan Ángel Ruiz a 4 años de destierro a 8 leguas de Atienza, pago de costas e indemnizaciones. Para ello se elabora previamente un Libro de Tasación con tasas y costas con 19 puntos. Se aprueba la tasación, que todavía el 8 de marzo de 1.768 se aumentará en 229 reales. Dado en Valladolid, 20 de abril de 1.768. Fdo.: D. Manuel Fernández Vallejo, D. Manuel Gómez de la Torre, D. Gerónimo Velarde y Sola y D. Atilano Calvo Ibáñez. Escribano: D. Manuel de Barrada. Además de lo expuesto, las boyadas de los carreteros solían ocasionar grandes daños en los pastos de los pueblos por los que pasaban, debido al alto número de bueyes de cada carretería, y a que la Real Carretería tenía autorizaciones para poder pastar en todos los lugares de tránsito. 15 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. 16 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. ATIENZA SIGLO XX, CRÓNICAS DE LA HISTORIA RECIENTE (18) Tomás Gismera Velasco Comenzó 1925 con aquellos preparativos municipales y los ojos puestos en la gran manifestación de apoyo a la dictadura de Primo de Rivera. Por parte de los responsables del Ayuntamiento y por parte de los hermanos de la Cofradía de La Caballada, que ofrecieron portar su bandera en representación del municipio. Eran otros tiempos claro está. No obstante esa primavera más de cuatro periódicos de tirada nacional se ocuparon de La Caballada y de los “recuerdos” de Atienza. Decía El Globo tras el consabido recorrido histórico: Para premiar aquella acción de los valientes arrieros de Atienza, en cuanto el rey don Alfonso fue proclamado por las Cortes del Reino, les concedió el privilegio de llamarse caballeros y de poder constituirse en Hermandad o Cofradía para practicar entre sí la caridad y ayudarse mutuamente… ¡Vaya! Descubrimos que estas líneas, tantas veces repetidas, no las escribió el Sr. Layna Serrano, como se suponía. No era el único evento que se anunciaba al comienzo del año. Una huelga, como no podía ser menos, amenazaba también a lo más sagrado de las instituciones. Los sacristanes de todas las iglesias, en protesta por sus bajos sueldos, convocaron huelga general al día siguiente de la festividad de los reyes, a menos que se solucionasen sus problemas. ¿Se podría aquello consentir? ¿Podría consentirse que los párrocos de cada uno de las iglesias provinciales tuviesen que abrir y cerrar las puertas y sin ayuda llegar a tocar incluso las campanas? Y es que, como decía el sacristán de Budia: “los imprescindibles, somos los últimos”. Pero dejando ese asunto a un lado, volvemos a Atienza. A sus juegos, a los entretenimientos de aquellos tiempos en los que los jóvenes no jugaban al fútbol, ni al golf, ni a cosas semejantes. Entonces los atencinos jugaban al tiro de la barra y al frontón. que tres o cuatro lugares llegó a tener Atienza en donde se jugaba y apostaba al juego de la pelota, heredado de tierras norteñas. Pues jugando a la pelota se encontraban Federico Ruilópez y Gregorio del Castillo pocos días antes de las ferias de San José cuando se liaron a golpes y Federico, con la pala de jugar a la pelota dio a Gregorio semejante palazo que le abrió la cabeza. Unos días después el susto lo protagonizó el fuego originado en el monte Marojal, que ardió por los cuatro costados sin que nadie supiese cómo ni por qué. Se señaló que el fuego se originó por la limpieza de algunas partes del monte destinadas a la corta de leña; aunque también se acusó a algunos pastores. En el fondo, a juicio de otros, se encontraba el no menos interesante negocio de la caza. Como decía el otro: ¡vaya usté a saber! El caso es que el monte Marojal, ardió sospechosamente en pleno mes de marzo, sin que las autoridades municipales se molestasen demasiado. 17 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. 18 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares Claro que lo de que el monte ardiese era una cosa. Otra muy distinta era derribar las murallas de Atienza. Sí, sí. No habéis leído mal. Derribar las murallas de Atienza. Esos retales de piedra que la historia nos fue legando a través de los siglos. Sucedía que las murallas por algunas partes se encontraban en tan lamentable estado que amenazaban ruina. Por otros se fue derruyendo, y por algunos más se fue aprovechando parte de aquella piedra como la mejor cantera para nuevas edificaciones. El último derrumbe, entre el portillo de Palacio y el de la Virgen, a pesar de que no causó heridos, sí que provocó graves perjuicios, por lo que el Ayuntamiento encabezado por el señor Alcalde, don Trinidad Galán, acordó ir derruyendo poco a poco las murallas que dentro del caso urbano podían afectar a la población. Sucedía que aquello tenía un coste, para reconstruirlas no había dinero, pero para derribarlas era necesario, por lo que el señor Gobernador Civil de la provincia se trasladó a Atienza el día 15 de abril y tras reunirse con los concejales recorrieron el pueblo para ir marcando los lugares en los que la muralla sería derribada. La piedra quedaría en poder del Ayuntamiento, con capacidad para venderla o aprovecharla a su gusto. El Gobierno Civil de la provincia, encabezado por su Gobernador, Sr. Gil Angulo, corría con todos los gastos, a cuentas de las subvenciones del estado. Gracias a aquella intervención probablemente se salvó de la ruina alguna casa cercana, aunque también es cierto que gracias a ella unos cuantos concejales hicieron un capitalito con la piedra, de los tramos derribados por San Gil, Fueralavilla, La Trinidad, y algunas partes más. El Alcalde de Atienza declaró a la prensa que: El vecindario de Atienza está muy reconocido a las gestiones llevadas al cabo por el Sr. Gil de Angulo para conseguir una mejora tan importante como es el derribo de la muralla de esta localidad en la parte que no ha de ser conservada como monumento artístico. Cosas que pasaban. También es cierto que aunque hoy nos parezca aquello una aberración, probablemente quienes tomaron la decisión fue porque… pues eso. O sea, que quedamos en que parte de las murallas de Atienza las derribó el tiempo. Parte de las murallas las guerras medievales, y otra parte más, los propios atencinos con conocimiento de causa. Por supuesto que el derribo contó con todos los plácemes, incluido el veredicto favorable de la Comisión Provincial de Monumentos, presidida por el propio Gobernador, asistido de los Sres. Vergara Martín, Diges Antón, Cordavias, Francisco Mariño, Salvador de Prado, Francisco Julianis, 19 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. 20 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares José de Sancho y el arquitecto provincial de la Diputación de Guadalajara. En la misma sesión que dieron el visto bueno al derribo de las murallas de Atienza lo dieron al también derribo de la iglesia de San Gil de Guadalajara. Con conocimiento, aunque sin demasiada consistencia, los mozos de Retortillo colocaron su mayo en el último día de abril. Probablemente nadie quede en Atienza que recuerde aquellos días. El caso es que a los mozos se les revolvió el mayo, y fue a caer sobre el tendido eléctrico, provocando que toda la serranía de Atienza se quedase a dos velas. Don Modesto Almazán, propietario del tendido en nombre de la Eléctrica de Santa Teresa, se encargó de poner la correspondiente denuncia. Don Modesto se encargó de que la justicia llegase a los onces jóvenes que en Retortillo y ese año tomaron parte de la fiesta de los mozos como quintos y responsables. Fueron detenidos por la guardia civil y como pudieron se vieron obligados a hacerse cargo de los daños ocasionados con la solidaridad de aquel pueblo. Algunos vecinos de Atienza se preguntaban si el motivo del cierre de la oficina telegráfica de Atienza se debía a ello. La respuesta del Alcalde tranquilizó a todo el mundo. No se debía a una caída o fallo de cables, se debía a que no había personal para atenderla. Y eso que España atravesaba por una de sus famosas “crisis de empleos”, o dicho de otra manera, que el paro afectaba a más del veinte por ciento de la población. Tras la queja del Alcalde la oficina fue abierta, en el mes de julio, encargándose de ella doña Aurea Pereda. Llegó a Atienza con buen tiempo, unos días antes estuvo lloviendo, afortunadamente, porque aquellas aguas salvaron las cosechas. El trigo subió de los 84 a los 86 reales la fanega y los huevos bajaron de los 9 a los 8 la docena, y a la iglesia de San Juan llegó, como nuevo párroco, don Daniel Pardillo y a la de la Trinidad, ya en marzo de 1926, don Julio de la Llana Hernández. La llegada de don Julio a Atienza coincidió con el fallecimiento de Brihuega de uno de esos personajes a los que Atienza recordaba con todo cariño, Eduardo Contreras de Diego. Eduardo Contreras llegó a Atienza en los años finales del siglo XIX para dirigir la oficina de correos y telégrafos integrándose en la sociedad atencina hasta el punto de ser, como ya está contado, uno de los pilares sobre los que se sustentó la cultura de la Atienza de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Fue el fundador de la revista Atienza Ilustrada, y el nombre de Atienza comenzó a ser conocido algo más allá de los límites de la Serranía. Colaborador de innumerables medios de prensa, y con unas ideas muy avanzadas para su tiempo, escribió algunos folletos en torno a la comarca y sobre todo de la de Jadraque, Hiendelaencina y Brihuega. Fue enterrado en el cementerio de Jadraque, donde se mantiene su lápida sepulcral, como él pidió, sin ningún ornamento y con la única y sencilla inscripción de los apellidos familiares. El año, como el anterior, transcurrió sin incidentes dignos de señalar, como si después de unos años pasados con exceso de alboroto, hubiese comenzado el tiempo de la calma. Tal vez lo más movido fue que, al igual que Benito Pérez Galdós tomase Atienza como modelo urbano para algunas de sus obras, ahora lo hiciese el novelista por entregas de mayor éxito de la España de esos tiempos, Manuel Fernández y González. El Dumas español. Luis de Hoyos Sainz dio a conocer sus estudios sobre el traje regional de Atienza y su comarca; Ortega y Gasset publicó sus “Notas del Vago Estío”, con atencino protagonismo; Juan G. Olmedilla también sacó a Atienza en sus novelas y Menéndez Ormaza dio a conocer los viajes por España del doctor Kaestner, haciendo parada obligatorio en la Atienza cidiana. 21 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares Eso sí, la población atencina había comenzado a descender. De los algo más de dos mil habitantes con los que comenzó el siglo, contaba a finales del año 1926 con un censo oficial de 1.578 habitantes. Fin de año que volvió a dejar a Atienza cubierta por la nieve y el silencio invernal, pues quienes pudieron, sobre todo las clases privilegiadas, entre ellas doña Paquita Pascual Ruilópez, que llegó a Atienza por el mes de agosto, y marchó a Madrid por Navidad. También se marchó el teniente de la Guardia civil, y hasta don Honorio Tarancón, cura párroco de la iglesia de la Trinidad. Este se iba definitivamente, al pueblo de Campillo de Dueñas. Ya tampoco fueron demasiadas las novedades que vinieron con el año 1927, salvo las del frío y la nieve. Eso sí, Atienza tenía un nuevo abogado en ejercicio dentro de la población. Se trataba de D. Antonio Solís, hijo y nieto de los médicos de la villa, se estrenó en los juzgados de la calle de Cervantes en los primeros días de febrero. Y el día 2, también de febrero, la iglesia de San Juan se vistió de gala, ya que ese día se quedó instalado y bendecido el Vía-Crucis que todavía hoy se conserva. De estilo gótico y adquirido por el párroco de dicha iglesia don Bartolomé Llabrés. Afortunadamente lo vio colocado en las paredes de la iglesia, pues don Bartolomé falleció el 8 de abril víctima de una angina de pecho. En misa comenzó a sentirse mal y poco después de terminar el sermón fallecía en la misma sacristía de la iglesia. Su entierro, presidido por el obispo de Sigüenza, fue una auténtica manifestación del sentir de Atienza. 22 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. LA RUTA DEL CID EN SU DESTIERRO De: Viajes por España del Doctor Kaestner. Por tierras de Guadalajara Muy de mañana emprendimos el ascenso a la cumbre del Alto Rey, desde las minas francesas de Villares. Nos acompañó el director sirviendo a María de cortejo. A cada fineza de su acompañante relampagueaba entre los negros rizos del picaresco rostro de la galanteada el blanco en grana de su juvenil sonrisa. La amazónica Isabel marchaba delante, silenciosa y pensativa, escuchando al Arcipreste recitar versos medievales. Cabalgábamos el doctor y yo bastante rezagados a causa de que, por estar a régimen Kaestner, según me dijo, se detenía a refrescar con agua y coñac muy a menudo. A partir del pueblecillo de Bustares, donde el doctor se despachó a su gusto, convidándose y convidando a medio pueblo para marear a preguntas a todo bicho viviente, el ascenso se hizo penoso. No encontramos persona alguna en el camino, salvo un pordiosero que, retirándose a un lado, nos dejó paso alargando la mano en demanda de una limosna sin hablar palabra. Crines más que cabellos bajo un casquete de piel, encuadraban con la barba hirsuta la expresión idiota de su rostro. Vestía por todo traje sobre sus sarmentosos miembros, descalzos de pie y pierna, la clásica anguarina del país, de color pardo, especie de tabardo con las mangas bobas. -Es el Bafometo -nos dijo el arcipreste-, un mendigo de los caminos, sordomudo, al que llaman así porque tiene la cabeza blanca y las barbas negras. Es loco pero inofensivo. Tiene la manía de seguir desde lejos a los caminantes. 23 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares Efectivamente, alejándose cada vez de Kaestner trataba de acercarse a él nos siguió a distancia hasta la ermita para instalarse como en acecho en lo alto de un paredón ruinoso, donde con las piernas cruzadas sobre la cumbre semejaba una gárgola. Creo lo mejor para relatar la visita a la ermita reproducir la conferencia pronunciada por Kaestner a los postres del almuerzo a petición de la concurrencia, sentado a la redondo junto al resquebrajado paredón oriental de la capilla. Sólo faltaba Isabel, entretenida en sacar fotografías de las ruinas que rodean al santuario. En esta cumbre de la sierra del Alto Rey, nudo geológico de la histórica grandeza española levantemos bandera por la eterna belleza de la acción. Desde lo alto de este valiente sinclinal cuarcitoso que la sierra del Alto Rey constituye, desmenuzamos el concepto del paisaje. La ermita, últimos restos que techados se conservan de las ruinas que la rodean fue edificada según reza la losa de la portada en 1785 por mediación sin duda del Cabildo de Sigüenza; así lo indica el escudo de piedra donde aparece grabado el vaso de azucenas emblema del obispado. Tomando esta fecha como punto de partida retrocedamos en el tiempo y observaremos como se enreda el nudo de la acción en estas alturas desde donde se dominan cuatro provincias. La ermita fue construida con los restos del antiguo convento de los templarios del que no quedan más que paredones arruinados, sobre uno de los cuales nos observa como en acecho Bafometo, sumido en su silencio de alienado. Allá a lo lejos, donde el sol se pone, que dice nuestro guía, la sierra de Ayllón bifurca sus silurianos picos rocosos empujando hacia el norte el cauce del Duero. A Levante Miedes nos separa de la medieval Atienza, alcanzándose a ver tan sólo de esta su arruinado castillo sobre ingente roca. Ayllón y Atienza determinaban en aquellos tiempos el cordón de fortalezas moras que en acecho de los pasos del Duero constituían la cristiana frontera. Y he aquí que trescientos caballeros cubiertos de hierro, cabalgando en seguimiento del Campeador, atraviesan el río cruzando la calzada romana de segundo orden que unía las minas romanas con las vías romanas principales. Desterrados de Castilla contemplaban desde estas alturas al enemigo territorio cruzado de torreones y castillos y deciden jugarse el dodo por el todo atacando Castejón, la enemiga plaza fuerte que el Henares bordea. Nos le queda otro camino posible a los castellanos. Han dejado a sus espaldas San Esteban. Observad como plasman los viajes las nebulosas referencias históricas. Allá a lo lejos se denomina hoy un pueblecillo Torremocha de Ayllón, que indudablemente cuando Dios quería no fue mocha, sino de Ayllón, el castillo cuyas torres sirvieron al juglar de referencia para precisar la ruta del Cid en su destierro, y que efectivamente al diestro queda llegando de San Esteban. Lugarejo hoy día sin importancia, alejado de toda carretera; su desconocimiento fue la probable causa de que el insigne Menéndez Pidal cambiara el lugar de un verso del poema sustituyendo Ayllón por Atienza que 24 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares en nada se parecen, haciendo repetir a infinidad de gramófonos de la erudición, marca “La voz de su amo” lo de Atienza las torres las han que nunca el juglar dijo. Y ahora volved vuestra vista a los escalonados valles y barrancos, por donde al Sur serpea el Bornoba a la busca del Henares camino de la corte de las Españas. A vuestros pies las minas, cuya complicada maquinaria moderna ha sustituido a la rudimental batea aurífera. A lo lejos el camino de hierro bordeando el castillo de Jadraque, que dominó durante siglos los restos de la que fue calzada romana. Salpicados de saltos de agua, el Bornoba y el Henares distribuyen la corriente eléctrica iluminando villas y lugares, convirtiendo las rocas en cemento, en tablas los maderos de la sierra y en harinas las cosechas. Y al contemplar todo ello erizado de derruidos torreones medievales, comprenderéis como tanta magnificencia tuvo por primitivo impulso la decisión tomada por aquel orgulloso castellano al desterrarse a sí mismo por cuatro años, en vista de que el Rey le desterraba por dos de su Castilla. J. Menéndez Ormaza Julio/Agosto/1925 25 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. 26 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. MÉDICOS DE ATIENZA EN LOS SIGLOS XVIII-XIX Juan Luis López Alonso Para buscar médico, el Ayuntamiento de Atienza, como parte contratante, solía comisionar a alguno de sus miembros para localizar uno experimentado y aprobado por el Real Tribunal del Protomedicato. A continuación damos noticia de algunos de ellos. Entre los años 1.737 y 1.740 se encuentra ocupando la plaza de médico en Atienza D. Francisco Montero. De 1.740 a 1.742 fue médico D. José Sánchez de Casseda4, que lo había sido antes de Jadraque. Tiene un sueldo de 2.500 reales de vellón y 300 fanegas de trigo. Se le nombra en contra de la opinión del Alcalde Mayor. El 17 de octubre de 1.742 La Villa de Atienza hace Escritura5 con el médico de Molina de Aragón, D. José Mendoza, con las mismas condiciones que se expresarán en las de D. Jacinto Arbeteta. El 23 de abril de 1.747, la Villa contrata a D. José Vellosillo, médico de la Villa de Estremera con las mismas condiciones. No cumple la totalidad de su contrato porque le sobreviene la muerte, y la Villa tiene que contactar con D. Jacinto Arbeteta, médico de la Ciudad de Huete. ESCRITURA ENTRE LA VILLA DE ATIENZA Y D. JACINTO ARBETETA. En la Villa de Atienza el 24 de febrero de 1.748, ante el escribano Diego Fernández Sopeña y los testigos Lucas Gil y Olmo, Manuel de Villavieja y Francisco López, comparecieron presentes entre partes: De la una, los Señores Justicia y Regimiento de esta dicha Villa, estando juntos y congregados en las casas de Ayuntamiento6 de ella, como lo han de costumbre, para conferir en utilidad del Común, especial y señaladamente, el Señor Licenciado D. Francisco Gómez del Río, abogado de los Reales Consejos, Alcalde Mayor por S.M., D. Francisco Beladíez y Torres, D. Pedro Álvarez del Valle, y D. Juan Manrique Lozano, Regidores Perpetuos, Miguel Rodríguez, Diputado Regidor por el estado de hombres buenos, y Manuel de Mingo, Procurador Síndico General de esta dicha Villa, que declararon ser la mayor parte de los Capitulares de que se compone el Ayuntamiento de ella. En voz y nombre de los demás ausentes, enfermos y por venir, por cuanto prestaron voz y caución de rato grato solvendo iudicato a estar y pasar, que estarán y pasarán por todo cuanto se otorga en esta Escritura para que hicieron obligación de todos los bienes propios y rentas presentes y futuros de esta dicha Villa. Y de la otra el Sr. D. Jacinto Arbeteta, natural de Cifuentes, y médico titular de la Ciudad de Huete, y dijeron: 4 5 6 AHPGU. P-2317.B AHPGU. P-2483 AHPGU. P-2318.1 27 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares Que mediante haber sido Dios llamado de llevarse a D. José Vellosillo, médico titular y asalariado que se hallaba en esta dicha Villa la fue preciso llamar al referido D. Jacinto, y habiendo concurrido a ella, se hallan convenidos y ajustados en que la haya de asistir por tal médico, para la curación y cuidado de los enfermos que hubiere en esta dicha Villa, su arrabal de Bochones, y demás lugares y sitios que se expresarán, por tiempo y espacio de 4 años que empiezan a correr y contarán desde hoy día de la fecha, y cumplirán en otro tal día del año que vendrá de 1.752. De salario en cada uno de ellos 2.000 reales de vellón en dinero efectivo de los Propios de esta Villa, o por repartimiento entre sus vecinos, no habiendo caudales en dichos efectos, y 300 fanegas de trigo de las mismas, que pagan en renta algunos vecinos por las heredades que labran y tienen propias del efecto de suertes, percibiéndolas de los dichos renteros que se le señalaren por el día de Nuestra Señora de septiembre, de cada uno de dichos 4 años y entre lo que hasta entonces hubiere caído. Y dichos 2.000 reales por tercios de cuatro en cuatro meses, lo que se compondrá para lo que este dará forma y lucimiento, todo bajo lo pactado y acondicionado, que es como sigue: 1ª. Primeramente, que dicho D. Jacinto Arbeteta ha de hacer en cada un día dos visitas precisas por mañana y tarde a cada uno de los enfermos que hubiere en esta dicha Villa; y si la enfermedad que padecieren fuere grave y necesitaren de más, las ha de hacer, con la misma obligación que las dos señaladas, de manera que no haga falta, ni para ello ponga repugnancia. 2ª. Que ha de asistir y visitar en dicha conformidad, y con la misma obligación que a los vecinos de esta Villa, a los pobres que hubiere enfermos en los hospitales de S. Julián, S. Marcos y S. Lázaro de ella, a los religiosos del Convento de Nuestro Padre S. Francisco, y al Comendador, su familia y enfermos de la casa y hospital de San Antonio Abad, extramuros de esta Villa. 3ª. Es condición que ha de asistir y visitar asimismo a los vecinos enfermos que hubiere en el arrabal de Bochones, a los de la Venta que llaman de Riofrío, Molino Blanco, el del Ocino, el de la Capellanía de San José que hoy posee D. Diego Arias, los de Bornova que se hallan en término de esta Villa, y el de la Obra Pía de Bernardo Gutiérrez que está por debajo del Lugar de Cincovillas, los cuales han de ser obligados a pagarle por cada una visita que hiciere, 4 reales de vellón; y en el dicho arrabal, además un real de pulso a pulso. 4ª. También es condición que el dicho Doctor no ha de poder hacer noche fuera de esta Villa, a no ser con licencia y expreso conocimiento de su Ayuntamiento, o del Sr. Alcalde Mayor y dos Regidores, los más antiguos; y en caso de hacerla sin la referida licencia, ha de pagar de multa 10 ducados por cada vez, aplicados para la curación de los enfermos de los hospitales. 5ª. Ítem. Que no se le han de repartir cargas, gabelas, ni gravarle con ninguno de los oficios que se entregan, reparten y contribuyen a los vecinos de esta Villa. Ni tampoco alojamientos de soldados de los que transitaren y alojaren en ella, a no ser preciso por no caber en este pueblo o falta de cómodo alojamiento. Y sin embargo de que usare y comerciare en lo que le parezca, no siendo género y comercio prohibido, que para lo demás se le da facultad y licencia amplia, y ha de gozar de todas las exenciones y preminencias que gozan los vecinos de esta Villa, en virtud de los Reales Privilegios y Cartas Ejecutorias, dándole, asimismo, en las funciones y actos públicos a que asiste el Ayuntamiento, el asiento y lugar que esta Villa ha acostumbrado dar a sus antecesores. 28 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares 6ª. Que si dicho D. Jacinto Arbeteta estuviere enfermo, y la enfermedad pasase de 15 días, es de su obligación el traer médico de satisfacción que asista a los enfermos que hubiere en esta dicha Villa y demás partes que va expresado, siendo dicho médico que trajere, de la aprobación de este Ayuntamiento, por quien se ha de poder buscar en caso de no efectuarse por dicho D. Jacinto, dándole prorrata lo que corresponda, o el salario que le va señalado. Entendiéndose lo mismo siempre que hiciere ausencia de esta Villa y tuviere licencia de dichos Señores, pues sin ella no ha de poder hacerla, aunque se llamado de apelación. 7ª. Es condición se le ha de dar licencia por esta Villa al dicho médico para que pase a la Universidad de Alcalá, a las oposiciones de Cátedras, y siempre que fuere llamado por sus catedráticos, dejando en esta Villa médico de la satisfacción dicha que asista a los enfermos. 8ª. Que siempre que llegare el caso de que dicho D. Jacinto Arbeteta se mudare de esta Villa y su partido, o ella con justa causa le hubiere de despedir, la una parte a la otra se han de avisar dos meses antes para que pueda buscar médico y partido. Y no lo haciendo la una ni otra, haya de ser visto continuar esta Escritura por otros 4 años, con las mismas condiciones y salario señalado. 9ª. Asimismo lo es, no se le ha de impedir ni estorbar tenga de partido todos los lugares que pudiere adquirir, como no excedan y sean los mismos que tuvo D. Francisco Montero, médico que fue de esta Villa, y cumpliendo con las anteriores condiciones. 10ª. Que en cada un año, además del salario señalado, se le ha de dar a dicho Doctor por esta Villa, de efecto de Propios, 15 ducados para ayuda de pagar la renta de la casa en que viviere, y en atención a la distancia que hay desde la Ciudad de Huete a esta Villa, se le han de dar, asimismo, por una vez, para conducción de sus trastos, 400 reales de vellón. En cuya conformidad, y bajo las dichas condiciones se halla convenida esta Villa y el referido D. Jacinto Arbeteta, que han de observar, guardar, cumplir y ejecutar en todo y por todo, obligándose, como se obligan, el dicho Doctor, asimismo por médico entre partes y parajes señalados todo el tiempo de los dichos 4 años, por el salario en cada uno de ellos de 2.000 reales de vellón en dinero efectivo, 15 ducados para la renta de casa, y 300 fanegas de trigo, pagadas para Nuestra Señora de septiembre, de los renteros del estado de suertes, y los 2.000 reales en plazos de 4 en 4 meses, según va referenciado de los propios de esta Villa, o por repartimiento entre sus vecinos, a cuya paga se obligan y obligaron dichos Señores Justicia y Regimiento en nombre de esta Villa y referido estado, y también al cumplimiento de lo demás expresado en esta Escritura, la que será firme y valedera, observando sus condiciones y pagando por ellas al dicho D. Jacinto Arbeteta en cada un año los referidos 2.000 reales, 15 ducados y 300 fanegas de trigo, a los plazos y días señalados, y dichos 400 reales por una vez , realmente y con efecto por todo lo que ha de poder dicho médico pedir, compeler y apremiar a esta Villa y Estado por ejecución y demás remedios del derecho. E igualmente contra el susodicho faltando a cualquiera de las condiciones expresas en esta Escritura que se han de observar y ejecutar inevitablemente, sin ir ni venir contra su tenor y forma, en todo ni parte, pues silo hicieren y quisieren excepciónarlas, quieren no ser oídos en Juicio ni fuera de él. Para lo que y 29 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares mejor cumplimiento cada una de las partes, por lo que les toca se obligaban y obligaron los dichos Señores Justicias y Regimiento con los bienes propios y rentas presentes y futuros de esta dicha Villa y referido de estado de suertes como dicho tienen y el expresado Doctor D. Jacinto Arbeteta con su persona y bienes, muebles y raíces, habidos y por haber, dando como dieron todo su poder cumplido a las Justicias y Jueces de S.M. para que a ello los compelan por todo rigor de derecho y vía ejecutiva, como por sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, y renuncian a todas las Leyes, Fueros y derechos de favor de esta de menor edad, y dicho médico las de su favor con la general renunciación en forma. En cuyo testimonio lo otorgaron así siendo testigos Lucas Gil y Olmo, Manuel de Villavieja y Francisco López, vecinos de esta dicha villa de Atienza. Y yo el escribano de S.M., número y Ayuntamiento de ella, presente me hallé y conozco a los Señores otorgantes, que lo firmaron, de que doy fe. Licenciado D. Francisco Gómez del Río, D. Pedro Álvarez del Valle, D. Juan Manrique Lozano, Manuel de Mingo, D. Jacinto Arbeteta. Ante mí: Diego Fernández Sopeña. El 23 de octubre de 1.750 D. Jacinto Arbeteta da un Poder7 al Licenciado D. Antonio Arbeteta, Abogado de los Reales Consejos, residente en la Villa de Cifuentes, e hijo suyo, para que representándole, cobre unas deudas en Huete y Cifuentes, junto con su hermana Dª Jacinta Arbeteta. El 4 de diciembre de 1.750 D. Jacinto Arbeteta da un Poder a su mujer Dª María Teresa Cuenca, y a Roque Cabellos, vecino de Cifuentes, para que le representen y administren su hacienda de casas, heredades, cuevas, majuelos, viñas, tierras y demás bienes, que suyos propios tiene en la Villa de Cifuentes, para que se labren, usufructuándolas con beneficio y venta de sus frutos, o las arrienden. Gran parte de sus ingresos provienen de esta hacienda. María Teresa Cuenca es su segunda mujer. Se había casado con ella en segundas nupcias en 1.745. Su primera mujer fue Josefa Ballesteros, con la que tuvo al menos 9 hijos: Antonio (Abogado de los Reales Consejos, vecino de Cifuentes. Alcalde Mayor por el estado noble en 1.772), Francisco Antonio8 (Cura de Veguillas, y después de Monasterio y Villaverde de Madrid), Francisco Javier 7 AHPGU. P-2319.1 Francisco Antonio Arbeteta es el prototipo de reformista ilustrado. El 1 de enero de 1.777 envía desde Monasterio una carta al Gabinete de Historia Natural ofreciendo enviar muestras de las especies de jaspe encontrado en una cantera. Ese mismo año publica en Madrid, en la imprenta de D. Antonio Muñoz del Valle, la “Oración Panegírico Moral que en la solemne fiesta que celebró la Ilustre Congregación de Naturales del Obispado de Sigüenza a su gloriosa patrona Santa Librada”. Participa con Antonio Ponz en el fomento de plantíos de árboles, siendo cura de Villaverde de Madrid. Sobre este punto escribe una carta a Floridablanca, el 5 de agosto de 1.785 (AHN. Estado. Leg. 2928, caja 2), haciendo relación de la visita de Ponz a Villaverde, y siguiendo sus consejos había predicado a sus parroquianos sobre los beneficios de los plantíos, solicitando plantas de los Reales Viveros, “ofrezco dar a mis parroquianos un ejemplo práctico, siendo el primero que plante los árboles las tierras de mi Curato, para acreditar la sumisión y respeto a la Patria”. En el mismo legajo se encuentra un informe de Ponz a Floridablanca sobre plantíos y las ideas de Francisco Antonio Arbeteta, del que dice que “es la persona más celosa que puede darse para exhortar” acerca de los plantíos. 30 8 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares (Cura de Covertelada, Soria), Jacinta, Micaela, Teresa Gertrudis, Josefa María, Antonia y María Josefa. Durante su ejercicio en Atienza vivieron todos en la Villa. Fueron criados por su segunda mujer hasta “ponerlos en estado”. Según dirá en su testamento tuvo unas importantes ganancias anuales: “Y porque 19 años que hace nos casamos, no ha bajado mi empleo y sueldos de 1.000 ducados cada año”. Antes de fallecer, el 20 de junio de 1.765, manda en su testamento9 que se le entierre en San Francisco de Atienza, al pie del altar de San Antonio. Distribuye sus bienes de Atienza y Cifuentes entre sus herederos. A esta última Villa le deja un majuelo con 1.000 vides, que “se dé a los Alcaldes y Cura de la Villa de Cifuentes, mi honrada Patria, para que éstos lo dispongan y determinen, de modo que participen de él todos los vecinos por lo mucho que les debo de que estoy reconocido, y por la estimación que mis padres y yo hemos merecido a dicha Villa.” Sin duda fue un apreciado médico por sus vecinos, que le renovaron su ejercicio durante 17 años, hasta el día de su muerte. Ello ocasionó que la Villa se quedase sin médico y hubo que buscarlo de nuevo. El Ayuntamiento, el 27 de julio de 1.765, confiere la comisión de encontrarlo a D. José Álvarez, que pasa a la Villa de Auñón y contacta con su médico titular, D. Juan Manuel Gil, “quien condescendió el venir a esta Villa por su médico titular”. “Y visto por este Consistorio, acordaron que se llame a dicho D. Juan Manuel Gil, y habiendo concurrido, y después de haber reiterado los agradecimientos a sus mercedes, trataron sobre el modo de Escritura, y héchose cargo de las condiciones que se pusieron en la que otorgó el antecesor, D. Jacinto Arbeteta, porque todas son importantes para el beneficio de esta Villa, y mejor asistencia de sus enfermos, se conformó y para proceder al otorgamiento de la referida Escritura por tiempo de 4 años” dieron comisión a D. Valentín Hurtado Bustamante y D. José Álvarez. La Escritura se realiza el uno de agosto. Es exactamente igual que la de su antecesor. La remuneración asciende a 6.600 reales anuales. Pasan los años y los médicos se suceden en Atienza con pocos cambios en sus Escrituras de Obligación. Haremos mención de otro ilustre galeno. El 1 de abril de 1.829 se reúne el Ayuntamiento de la Villa10, presidido por el Licenciado D. Francisco Saturio de Puerta, Corregidor; Miguel de la Vega Pérez, Bernardo Pérez, José Noguerales, Francisco Muñoz, José Cabellos Galán y Matías Rosuero, Regidores, Diputados y Procurador Síndico y Procurador Personero. El motivo de la junta es el comisionar a Miguel de la Vega Pérez, como Regidor Decano; a Francisco Muñoz, como Diputado Segundo; y a José Cabellos Galán, como Procurador Síndico, para que se encarguen de localizar un médico de prestigio para la Villa. Localizan a D. Pascual Alonso, con el que se comienzan a tratar las condiciones del cargo. Se formaliza la Escritura de Obligación en Atienza, el 28 de diciembre de 1.829, ante el escribano Antonio Pascual Alberto, los testigos Leoncio Pascual Vela, Felipe Zúñiga y Pío Pascual Vela, y el otorgante D. Pascual Alonso. Se establece un periodo de 2 años, y una retribución anual de 600 ducados. Se mantienen invariables los 10 puntos del condicionado de D. Jacinto Arbeteta, variando solamente pequeños detalles. Como conclusión añadimos que Atienza no era una población desasistida, o en manos de sanitarios no regulados o curanderos, como se ha mantenido en ocasiones, sino que estuvo atendida por prestigiosos profesionales. Al objeto de abrir nuevas líneas de investigación sobre el tema, me remito al Memorial11 “Al Excmo. Sr. Conde de Floridablanca. Que presenta el Dr. Vicente Crespo, Médico Titular de la Villa de Brihuega”, con fecha 30 de diciembre de 1.785. En él expone la problemática del médico rural en la sociedad agraria del siglo XVIII que, sin duda, tiene puntos comunes con la sanidad de la Villa de Atienza. 9 AHPGU. P-2320.2 AHPGU. P-2603.A 11 Archivo General de Simancas. AGS. Gracia y Justicia. Leg.990 10 31 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. 32 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. 33 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. SUCEDIÓ EN JULIO -De 1853. En Madrid, junto a la Puerta de Alcalá, comenzó a venderse al público de la capital, en el mes de julio de este año, las pizarras más afamadas de Castilla, procedentes de Almiruete, y los alabastros de mayor calidad, procedentes de Aleas, ambas poblaciones en la provincia de Guadalajara y serranía de Atienza. -1871.- Se leía en el Gil Blas del 9 de julio: Un niño español, al salir de la escuela de Cantalojas pronunció un discurso contra la dinastía reinante. El juez de Atienza le ha procesado criminalmente. Quiero decir que le ha formado causa criminal. Me gustaría ver a un juez pequeñito; a un fiscal muchacho y a un abogado impúber discutiendo la criminalidad de un discursito de chiquillo contra una dinastía de seis meses. Lo miraría, por supuesto, con microscopios. -1902.- El 7 de julio de este año falleció en la villa de Miedes el médico de la población. Se llamaba Paulino Izquierdo Díaz y estaba casado con Romana Iturralde Morloto; tenía tres hijos, Fabiana, Julio y Delfina. Fabiana estuvo casada con el también médico de Miedes y más tarde de Atienza, Jorge de la Guardia, colaborador habitual del mundillo cultural atencino. A don Paulino el ayuntamiento de Miedes, después de haberlo contrato, le hizo la vida imposible a lo largo de varios años porque no le gustaron sus métodos sanitarios que demostró acertados. En lugar de indemnizarle para que se fuese, como hubiera sido lo más lógico, algunos concejales llegaron incluso a volarle media casa con dinamita que les resultaba más barato. -1882.- En el pozo del Molino de la Hoz, de Atienza, fue hallado el cadáver del joven Manuel Delgado en el mes de julio de ese año. Se trataba de un mozo al servicio del molino. Después de tres días buscándolo apareció ahogado. El joven se había caído al pozo cuando se preparaba para la molienda. -1931.- A primeros del mes de julio de este año se publicó la lista completa de todos los castillos que se declaraban “Monumento Nacional”, a fin de protegerlos y que en lo posible nadie actuase contra ellos, por ejemplo, llevándose sus piedras. Fueron varias decenas en toda España, y tan sólo tres de la provincia de Guadalajara, entre estos tres, el de Atienza. 34 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. SUCEDIÓ EN AGOSTO -De 1805: El 8 de agosto se anunció la subasta, en Guadalajara, Atienza y Somolinos, del arriendo de un martinete para la elaboración de cobre. Los interesados debían ponerse en contacto con el administrador del duque del Infantado, su propietario, o con su administrador, residente en Argecilla, Fernando Maynez Herreros. -De 1899: En la iglesia de San Ildefonso, de Madrid, tuvo lugar el 10 de agosto de este año una de las llamadas “bodas de postín”. La llevada a cabo entre Juan Jaume y Luisa Méndez. Luisa era hija de un conocido industrial madrileño, José Méndez, con comercio en la calle del Pez. Juan Jaume era uno de los notarios de Atienza. Los novios, desde Madrid, salieron en viaje de novios, a tomar posesión de su casa atencina. -De 1907: En este mes, y año, falleció repentinamente en Atienza, mientras se encontraba de vacaciones, Manuel Ranz, de profesión maestro, al igual que sus hijas, Prudencia y Emilia. Habían llegado a pasar el mes de agosto, desde Valencia. -De 1908: A lo largo del mes de agosto tuvo lugar una de las primeras rondas ciclistas entre Madrid y las provincias limítrofes, entre ellas Guadalajara. La ruta estaba organizada por la Unión Velocipédica Española, y tenía un carácter cultural y recreativo. Los ciclistas, en plan excursión, recorrieron la provincia de Guadalajara y el día 18 de agosto llegaron a Atienza. El Alcalde, Juan Asenjo, los estaba esperando en la Fonda y a modo de bienvenida organizó un baile en el salón del Ayuntamiento, al cabo de la tarde los ciclistas emprendieron la marcha nuevamente en dirección a Riofrío y Jadraque. -De 1903: En Pálmaces de Jadraque ocurrió el 25 de agosto de ese año uno de los sucesos más macabros que conoció la comarca de Atienza. Una joven de la población, soltera y menor de edad, al quedar embarazada y dar posteriormente a luz, llegó al acuerdo con sus padres de deshacerse de la criatura. A los padres no se les ocurrió mejor manera de desprenderse del pequeño que, después de quitarle la vida, echárselo a los cerdos. Fueron detenidos, trasladados a la cárcel de Atienza y condenados a más de treinta años de prisión. La denuncia partió del médico de la localidad. -De 1901: Publicaba el diario La Lucha de Tarragona el día 15 de agosto: Comunican de Atienza que un muchacho llamado Juan Sanz, dio una tremenda puñalada a una muchacha hermosísima llamada Juana Plaza, que falleció a los pocos instantes. El móvil del crimen fue el haberse visto rechazado el muchacho en sus pretensiones amorosas. Después de cometer el crimen Juan Sanz se dio a la fuga internándose en el bosque. 35 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. 36 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. ATIENZA, LA IMAGEN DEL MES A lo largo de los meses de julio, agosto y parte de septiembre, las eras de Atienza, hasta no hace demasiados años, tenían vida propia. La que originaban las labores agrícolas. La campaña del cereal en la villa, por ser terreno tardío, se iniciaba con la siega a mediados del mes de julio; continuaba con el acarreo a la era y hacía finales de mes comenzaba la labor de la trilla, si el tiempo era favorable. Labor que se prolongaba hasta los primeros días de septiembre, con él último fruto de la cosecha, la trilla de los garbanzos, en los días anteriores a las fiestas del Cristo. La imagen, que recuerda aquellos tiempos, nos lleva a la Atienza de los comienzos de la década de 1970. Está fechada en el mes de agosto de 1975, con una estampa de Atienza muy distinta a la que hoy conocemos. 37 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. ASÍ SE ESCRIBIÓ: LA HISTORIA DE LA VILLA DE ATIENZA, DE FRANCISCO LAYNA SERRANO. Tomás Gismera Velasco Cuando Francisco Layna Serrano dio por terminada su obra “Historia de la Villa de Atienza”, hace algo más de setenta años, era consciente de que hasta ese momento no se había llevado a cabo una recopilación histórica en torno a la villa de Atienza como la que él estaba a punto de dar a la imprenta. Escribir un libro sobre la historia de Atienza formaba parte de las aspiraciones de su tío, y cronista provincial, Manuel Serrano Sanz, quien ideó y comenzó el proyecto en 1926, un año después de ser nombrado Cronista Provincial por la Diputación de Guadalajara. El desleal comportamiento de la Diputación para con el Sr. Serrano Sanz, motivo de su dimisión como cronista dos años más tarde, y su muerte en 1932 interrumpieron el proyecto, retomado más tarde por Layna Serrano. De todos los estudiosos es conocido que Francisco Layna Serrano no era historiador de profesión, sino de vocación, y ello lo deja bien probado en cuantas publicaciones fueron apareciendo sobre Atienza, bien sobre la villa en general, su castillo o La Caballada. En muy contadas ocasiones con anterioridad a la edición de sus obras, visitó Atienza el Sr. Layna. Su primera visita a Atienza, de pasada, la llevaría a cabo en el verano de 1932, y la repetiría en el verano siguiente, en esta ocasión viajando con el fotógrafo Tomás Camarillo y sus respectivas esposas alojándose por dos días en una pensión de la calle de Cervantes. Será a partir de esta segunda visita cuando retomando los apuntes de su tío Manuel, comenzará a trabajar en la historia de Atienza, pero de una manera muy peculiar, ya que no pisará ninguno de sus archivos, civiles o eclesiásticos, hasta diez años 38 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares después, con motivo de su tercera visita a la villa. No estaban en aquellos años los archivos de Atienza en las mejores condiciones para la investigación, también es cierto. Los eclesiásticos se encontraban distribuidos a través de cada una de sus parroquias y el municipal había perdido una gran parte de sus fondos a consecuencia del incendio a que se sometió la entonces casa del concejo en el mes de enero de 1811 por cuenta de las tropas francesas. Algo similar sucedió con parte de los archivos del antiguo convento de San Francisco, por lo que a la vista de que sería mucho el tiempo que el Sr. Layna tendría que emplear en investigar, catalogar, estudiar… los archivos existentes, prefirió pasar de largo por ellos, salvo las ligeras referencias que desde Atienza le llegaron, bien por parte del Ayuntamiento y su Secretario municipal, bien por parte del Arcipreste local, así como del Secretario de la cofradía de La Caballada. Con aquellos informes fue el Sr. Layna Serrano elaborando su obra hasta dejarnos, como señalaba al comienzo, una apreciable recopilación de textos escritos sobre Atienza. Recopilación que, probablemente suponiendo que no llegarían a conocerse sus originales, evitó en la mayoría de los casos referencias bibliográficamente. Toma datos y texto para sus dos primeros capítulos, en cuanto hace al origen de Atienza, de textos escritos y publicados, principalmente de las memorias arqueológicas de Juan Cabré, publicadas en los inicios de la década de 1930, y de las publicaciones de la Comisión Nacional del Mapa Geológico, editadas en los años finales del siglo XIX. Llama curiosamente la atención el que algunos partes sean transcripciones íntegras de textos de otros autores, editados principalmente a través del Boletín de la Real Academia de la Historia. De la misma manera que de la Real Academia de la Historia tomará apuntes para ir avanzando a través de los siglos, 39 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares con las diversas crónicas de los reyes de Castilla, tomando igualmente al pie de la letra los textos de la crónica de don Alvaro de Luna para cuanto hace al capítulo de las guerras de los infantes de Aragón; o la Crónica de los Reyes Católicos, de Hernando del Pulgar, para darnos cuenta de lo sucedido en torno a los siglos XV-XVI. Tampoco es demasiado meticuloso al reflejarnos el viaje de Felipe II a Atienza, tomado de “La Jornada de Tarazona” de Enrique Cock, pues a pesar de tomar el texto de este autor, lo transcribe con algunos errores que han llegado formar parte de nuevos y equivocados textos sobre la Atienza histórica. Obra de referencia, a la hora de transcribir sus textos en la historia de Atienza serán los estudios históricos del deán de la catedral de Sigüenza, Francisco de Mendoza, llevados a cabo en el siglo XVIII, y por supuesto, el Catalatto Seguntino, del que íntegramente toma cuanto hace referencia a las Santas Espinas de Atienza. Por supuesto que en su obra no faltan las notas que dejó manuscritas don Juan Catalina García para el Catálogo Monumental de España, o los estudios históricos de Pareja Serrada. Sin duda alguna, la Historia de la Villa de Atienza supuso en su momento un importante legado para dar a conocer la importancia histórica de Atienza, no obstante, es mucho lo que don Francisco Layna dejó sin reseñar, y mucho también lo que transcribió errado. Errores que se mantienen y que, incluso, quienes toman los textos erróneos del Sr. Layna para ilustrar nuevas obras, no admiten la corrección, puesto que “si Layna lo escribió…”. Errores en los que muchos hemos caído, y que con el tiempo no hemos tenido más remedio que rectificar. Sirvan estas líneas para animar a los estudiosos de la historia de Atienza para que, sin dejarse llevar de las pasiones, profundicen e investiguen aquello que tratan de dar a conocer. Puesto que sí, la Historia de la Villa de Atienza es una gran recopilación de los textos conocidos hasta 1942, pero carentes en muchos casos del suficiente rigor. 40 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. BUSTARES, EN EL CATÁLOGO MONUMENTAL DEL CRONISTA JUAN CATALINA GARCÍA LÓPEZ En las raíces de la ladera oriental de aquella singularísima montaña que desde la Edad Media lleva el nombre de Alto Rey de la Majestad, que recibió porque sobre la cumbre de sus más enhiestas piedras hubo y hay una ermita donde se venera la imagen de Jesucristo, se levantó el caserío de Bustares, en un rellano de tierra laborable cuyas selvas se quemaron o por la mano del hombre para aprovechar su suelo y sembrar en él semillas útiles, o por un incendio casual (Bustares vale tanto como “los quemados” de bustuin, palabra latina. También significó en la Edad Media campos de pasto y pradera). Me consta que existía ya la villa entonces, de seguro lugar insignificante mediado el siglo XIII, pero quizá tiene más antiguo origen. Por lo antiguo que queda de la iglesia se puede asegurar que fue erigida en aquel tiempo. Lo que queda de entonces son algunos trozos de los muros y un portiquillo algo interesante, aunque no muy ornamental. Porque la mayor parte de la construcción presente fue hecha y rehecha en los siglos XVI y XVII. No es de gran interés tampoco lo que hay dentro de ella, ni retablos, ni imágenes ni vestiduras y vasos sagrados. Está dedicado el templo a San Lorenzo. En la misma plaza de la iglesia hay un caserón con atrio o patio delante de su fachada principal y en esta empotrado un gran escudo de armas del emperador Carlos V, y encima de él dentro de una hornacina, una imagen de Jesucristo que según allí dicen es representación de la que se venera en la ermita de la vecina montaña del Alto Rey. Parece que aquel escudo indica que el lugar era de realengo, pero en el siglo XVI aparece como del señorío de los duques del Infantado. 41 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. LA EXCURSIÓN AL ALTO REY DE MANUEL PÉREZ VILLAMIL, DE 1885. Aún no se había levantado el sol cuando al día siguiente estábamos nosotros en pie, dispuestos á subir á la cima del Alto Rey. Hecho el repuesto necesario de provisiones, montamos á caballo á las seis. Salimos de Albendiego con intención de visitar los pinares de Condemios, que á costa de una legua de rodeo sirven de camino para la montaña gigantesca. Camino pintoresco en verdad, que más bellos y variados panoramas podría ofrecer á los artistas que los que figuran en los cromos y grabados que la industria extranjera produce para adornar las paredes de nuestros gabinetes. Primero atravesamos un ribazo cubierto de floridas estepas y frondosos enebros, que un jardín silvestre parecía, tendido como una alfombra á los pies de la sierra. Luego nos internamos en los pinares, espesos y cerrados como una selva, y nutridos de árboles gigantescos, por entre los que se camina con dificultad, como penetran con trabajo los rayos del sol. Es el pino, diremos parodiando á un poeta, el compañero del pobre serrano, de cuyo destino participa, pues crece y muere como él, desconocido, entre breñas inaccesibles, en donde se perpetúa su posteridad igualmente ignorada. Los pinos en su gran mayoría son tan derechos como un huso, y extienden casi horizontalmente sus ramas formando zonas que cubren el tronco. Con razón ha dicho un viajero que el pino tiene algo de monumental; sus ramas son piramidales, y su tronco semeja el fuste de una columna. Más de una vez nos vimos expuestos á caer del caballo al golpe de las ramas tendidas sobre nuestras cabezas; lo que hace toda precaución escasa para no ser víctima del horrible suplicio de Absalón. Por la áspera corteza de los pinos trepan las ágiles ardillas, que saltan de un pino á otro con la misma facilidad de un pájaro. También tienen allí su morada las astutas zorras y los dañinos lobos, fieros animales que van desapareciendo tal vez, porque la civilización moderna ha enseñado á los hombres el ejercicio de todas sus malas artes. Pasamos de un pinar á otro al través de un valle que riega un arroyo de frescas y cristalinas aguas; valle bellísimo y melancólico, así por su naturaleza á la vez árida y frondosa, como por las casillas 42 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares de pizarra negra que á un lado y otro del arroyo están colocadas. Dejamos el segundo pinar en el puerto de Pela-gallinas, sin duda llamado así por el impetuoso viento que hacia él envía el Valle del Infierno, situado en la falda NE. de la sierra del Alto-Rey. Después de un agria subida llegamos á la fuente de la Entablada, situada á un kilómetro escaso de la cima de la famosa montaña. Allí dejamos los caballos, y siguiendo la pendiente del terreno, descubrimos una gran explanada, donde pastaban tranquilamente algunos rebaños de ovejas. En un extremo de la llanura se levanta un cerro cónico cubierto de ruinas y coronado por una ermita. Al llegar á su falda, el sacristán de Albendiego, que nos acompañaba, nos dijo si queríamos, siguiendo la piadosa costumbre del país, subir al santuario rezando la Letanía de la Santísima Virgen. Con mucho gusto aceptamos la idea, y con religioso recogimiento, hiriendo el aire con nuestros cánticos de devoción, subimos pisando ruinas venerables, hasta la ermita, donde adoramos al Alto-Rey de la gloria y á la santísima Reina de los Angeles. Con razón ha dicho un autor que una montaña es el pedestal de Dios: así el viajero se conmueve en sus vertientes, se descubre en sus mesetas y se postra en su cumbre. Es la ermita un sólido edificio de piedra de sillería construido en el año de 1784 sobre las ruinas, á mi juicio, de otro templo antiguo. En el interior, que forma un pequeño rectángulo cubierto por una bóveda de medio cañón, existe un altar dedicado, como hemos dicho, á la Reina de los Angeles, que ocupa el cuerpo principal, y al Salvador, que con el título que da nombre á la sierra de Alto-Rey, descansa sobre la mesa del mismo altar. De las paredes laterales de la ermita penden dos largas y pesadas cadenas, que como tributo de gratitud depositarían en el antiguo templo algunos cautivos, de quien no se conservaba más que esta vaga memoria. A este santuario suben en religiosa peregrinación todos los años los pueblos de la comarca, comenzando Albendiego esta serie de peregrinaciones el día de la Ascensión, y continuándola en los domingos siguientes todos los demás pueblos. ¡Santas costumbres que en los rincones de las sierras y lo más agrio de las montañas se conservan como recuerdo sublime de la piedad católica, que fue en los antiguos tiempos el brillante blasón de todas las glorias españolas! No me cansaré nunca por esto de alabar la acertada providencia que ha levantado un altar sobre la cumbre del Alto-Rey, inspiración propia de aquellos siglos en que los hombres obraban maravillas bajo los estandartes de la Cruz. Esta consideración despierta en mi memoria un dato histórico que realza la importancia del AltoRey. Aquí fue donde el Cid, huyendo de las asechanzas de D. Alfonso VI, se detuvo, tal vez para encomendarse al Dios de las batallas, según recuerdan los siguientes versos de su famoso poema: 43 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares «A la sierra de Miedes ellos yban posar; Avn era de día, non era puesto el sol. Mando uer sus yentes Myo Cid el Campeador: Sin las peonadas e ommes valientes que son, Xotá trezientas langas que todas tienen pendones Temprano dat geuada, si el Criador nos salue. El qui quisiere comer y que non caualge. Passaremos la sierra que fiera es e grand. La tierra del rey Alfonsso esta noch la podemos quitar. Después qui nos buscare fallar-nos podrá. De noch passan la sierra: viuida es la mannana E por ia loma ayuso pienssan de andar. En medio dmta niontanna marauillosa e grand Fizo Myo Cid posar e geuada dar. Dixoles á todos commo quería tras-nochar… La calina de la tarde iba empañando el horizonte, como un velo tendido por un mago envidioso, para ocultar á mis ojos el magnífico panorama. Pero ¡ay! que el tiempo pasa, y con el tiempo los breves instantes de alegría que disfrutamos sobre la tierra. La voz de mis compañeros vino muy pronto á sacarme de tan dulce arrobamiento, para anunciarme que se hacía urgente dejar aquel sitio, pues la vertiente de la montaña por la cual habíamos de bajar es de lo más agrio y peligroso que puede imaginarse. Después de orar un rato en la ermita, comenzamos á descender, visitando al paso la Cueva del Aceite, en donde, según la tradición, brotaba antiguamente este líquido, para alimentar la lámpara del santuario de la montaña. Es una gruta bastante grande; formada por rocas enormes y muy húmedas por la traspiración del terreno, que la ha tapizado de verde musgo. El camino hasta La Constante es en extremo pintoresco; primero la estribación de la sierra cubierta de flores y de arbustos; luego Gascueña, con sus casas de pizarra, su iglesia, que conserva una portada gótica, sus campos fértiles y sus arboledas sombrías; después un camino por entre rocas hincadas de punta, y tapias formadas de losas enormes que tienen todas las apariencias, por más que no lo sean, de antiguos monumentos célticos. Por último, en el fondo de un estrecho barranco, la fábrica inglesa denominada La Constante, destinada al beneficio de las minerales de plata que producen las próximas minas de Hiendelaencina. IY aquí suspendemos el viaje, para no fatigar con largas jornadas la atención de nuestros lectores. Manuel Pérez Villamil. Agosto/1885 44 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. LA NOCHE DE PASTRANA (17/18 de julio de 1973) CUARENTA AÑOS SIN JOSÉ ANTONIO OCHAÍTA Cuando la copla, el arte, la cultura y la Alcarria, se vistieron de duelo. Tomás Gismera Velasco Me han contado que esa noche, por los campos de Pastrana, se sentía un embrujo especial. Un algo de embrujo. Hace unos años, escuchando hablar de aquellos días al maestro Bazán sentado en una silla de enea en una de esas placitas sevillanas que tanto alegran como cautivan, me dijo: “había misterio”. Después en Madrid, en su academia de coplas de la calle del Amor de Dios, hablando de Luis Cantero y de José Antonio, añadió: “no sé lo que había, pero algo había”. Lo debía de haber, porque Carlos Murciano, poeta de sentimiento y buen arte, había añadido a mi colección de sentimientos sobre aquella noche un poema de urgencia, escrito a máquina y con demasiadas prisas, en el que conjugaba el arte con la poesía y esta con la torería. La torería con el arte y el arte con el sentimiento. El sentimiento con la amistad, y la amistad con el dolor cuando la pena la parte… Josepe, José Antonio Suárez de Puga, que también estaba allí, como a tantos otros cuando se toca el tema, se le encoge el corazón y los ojos se le ponen turbios, como si mirando a aquel rincón de la Pastrana que se enzarza entre lo morisco, lo judío, lo cristiano y se engarza con retratos de los Fernández de Moratín, deseara regresar a las puertas de la colegiata y decirle a su otro yo: “¡para el tiempo!”. Esa noche, ahora hace 40 años y parece que fue ayer para tantos. Pastrana y con ella la Alcarria y Guadalajara entera, se vistieron de luto. Se fue José Antonio Ochaíta. Ochaíta era uno de esos genios que de cuando en cuando salen a la luz de los pueblos, en este caso Jadraque, y dan el salto obligado por las circunstancias y se convierten en una de esas figuras míticas que nunca se olvidan. Hace años, repasando uno de tantos cancioneros tradicionales, encontré entre sus páginas algunos de esos romances que nuestras abuelas decían que son “de los de toda la vida”, o “del tiempo de los moros” o de “váya usté a saber”. Y no, no eran de aquellos tiempos, eran canciones de esas que habían dejado escritas los dos tríos: Ochaíta-Valerio y Solano, o Quintero-León y Quiroga, o León-Ochaíta y Solano. Los tríos de la copla, que era, y es como decir… (que cada cual se invente su dúo, o su trío). 45 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares A la copla, porque dicen que vivió sus tiempos de esplendor en los años tristes, se la ha denostado, se la ha etiquetado, se la ha… y sin embargo, con la copla, que es un arte único y español por los cuatro costados, Manolo Vázquez Montalbán, que no tenía ningún asomo de… de nada con quienes en aquellos años tristes estaban en lo alto de la gloria poderosa de todos los poderes, definió la copla como un arte universal, y Vázquez Montalbán, que de escribir entendía un rato, dejó escrito que la copla “era el arte de escribir un novela en folio y medio, cantarla en tres minutos, y dejarla al juicio de la historia”. Claro, Manolo Vázquez Montalbán era un admirador de la copla, a la que dedicó unos cuantos renglones bien escritos. Esa noche, volviendo a la noche de Pastrana, cuando José Antonio Ochaíta, el autor de letras que tan bien nos suenan como “La Lirio”, “Eugenia de Montijo”, “Cinco Farolas”, “La niña de Punta Umbría”…. Y así hasta cerca de un millar, que hoy se cantan y recantan en las plazas mayores de todos y cada uno de los pueblos de España…. José Antonio Ochaíta, decía, andaba tristón, como decaído. Me contaba María Luisa, su sobrina, que José Antonio Ochaíta era mucho de chascarrillo. Que hoy habría triunfado como ¿“colaborador”, se dice? En cualquier programa de esos que da la tele a cualquier hora hablando de todos y de todo sin aclarar nada, aportar nada y dejar nada de sustancia, o tal vez si, la sesera hueca de los participantes en ellos y… en fin. Cada cual aguante su vela. Pues esa tarde, cuando Ochaíta y Rafael Duyós, poeta metido a monje, se fueron a buscar a Carlos Murciano, Rafael Duyós ya lo encontró un poco ausente, y al regreso a Pastrana, cuando al pasar por la delantera del cementerio de Hontoba, y José Antonio les dijo aquello de “el mejor cementerio para descansar”, o algo así; para corregir luego que el más hermoso y con mejores vistas era el de Atienza, lo encontraron con un algo de perdido. Y tiene que ser duro eso de tener amores divididos a la hora de que la ceniza ocupe su parte de la huesa. Porque Ochaíta andaba en ello: que si Sevilla, que si Santiago, que si Antieza, Hontoba, Jadraque. Quería, porque no podía ser entonces de otra manera, terminar en Jadraque. En estos tiempos está la cosa más fácil: te adelantas a los gusanos y divides las cenizas. De poderlo hacer, eso hubiese hecho José Antonio Ochaíta. Aquella noche, entrando la balanza en la fiel división de los dos días, cuando del escenario de la platea dorada de luna de la noche de Pastrana, don Paco, el mítico don Paco Cortijo de los relatos de Cela dio a José Antonio la palmada y le dijo: “¡que te toca!”, lo encontró ausente. Baldomero García Jiménez, ( ¡Baldomero de la Alcarria!, diría yo, de tiempos en los que no existían intereses y tan solo habían voluntades buenas), había dicho ya aquello de: -José Antonio Ochaíta, el poeta de Jadraque. Ese hombre que nos parece como un árbol plantado a la orilla de cualquiera de nuestros caminos… Y Ochaíta sube al escenario, y entonces es cuando tiene lugar ese mágico momento que lo hace pasar a la leyenda. Que lo glorifica para siempre y mitifica en aras de la eternidad. 46 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares José Antonio, que suele jugar con sus manos en la declamación de sus versos, mira a la gente que lo ha de escuchar. Me contaba Antonio Herrera Casado, que también estaba allí, que tenía la cara ensombrecida, como… Y entonces, tras un silencio de segundos que a veces son eternidad, José Antonio comienza a declamar su poema, ese ya mítico poema que quedó incompleto y tanto se ha confundido el nombre con la frase, el verso, el momento o la palabra. Manos nuevas para mi tierra vieja, se llamaba el poema. Y Ochaíta comienza: -Tengo la Alcarria entre mis manos… Atienza, donde los ángeles bailaban un rigodón, a su decir, se relamía de luna de plata; y en Guadalix de la Sierra, donde Lolita Sevilla, del brazo de Paco Morán y Pepe Isbert cantó lo de Bienvenido Mister Marshall y américanos os recibimos con alegría…. Cinco mil pesetas de la época me contaron que cobró José Antonio Ochaíta por escribir la letras de aquellas canciones de la película mítica que nada sería sin la aportación de la letra de José Antonio Ochaíta, que José Antonio las escribió. Y el Porompompero y …. (Si, ya, letras a veces tontas, pero que hoy día, aunque no lo queramos reconocer, son parte de la historia, y hay quien las confunde con esos “romances de toda la vida” y los pone en ediciones financiadas por los altos poderes del Estado), entonces era lo que el pueblo quería. Como ahora quiere recordar el año que España ganó el mundial o que Contador gane el Giro. A cada momento su tiempo y a cada tiempo su momento. Las piedras de Jadraque, en aquel momento en el que José Antonio Ochaíta comenzaba a declamar su poema, andaban en danza. Por ver cuál de ellas alcanzaría la gloria de ser la almohada de sus huesos: “una piedra cualquiera del castillo…” Y continúa José Antonio Ochaíta su poema: … no en las que veis, gusanas viejas… cansadas de coger del aire mi voz inútil…. Y el silencio en aquel instante es eterno. El poeta, el inmortal poeta de Jadraque, parece que ha olvidado lo que debía de continuar, lo que debía de decir. Unos segundos, instantes apenas. Una eternidad en quien ve la duda de quien está sobre un escenario. Y cae el rayo. Es como si la tormenta sin nubes hubiese lanzado todas sus flechas sobre el entarimado de la delantera de la Colegiata de Pastrana. El sonido hueco del entarimado al recibir el cuerpo. El momento de angustia de quienes lo ven caer. El correr de los médicos que allí estaban, ¡más de veinte! Por ver lo que sucede. 47 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Atienza de los Juglares José Antonio Ocháita, la voz de la Alcarria, el inmortal poeta al que llegó el momento de no tener que escribir para vivir, porque ya cantaban sus canciones y los derechos de sus canciones le permitían todos los caprichos que le privó la tristeza de la infancia y los trabajos de la juventud, entraba, en brazos, como el torero al que llevan en volandas tras la gravedad de una cogida a destiempo, en la Colegiata de Pastrana. Don Licinio, que lo conoció mozo allá en Jadraque, ahora, en Pastrana, le daba la extremaunción. José Antonio Ochaíta había sufrido un derrame cerebral irreversible. Las prisas. Las llamadas. Las carreras…. La incredulidad de la muerte de José Antonio Ochaíta, a los 67 años de edad… A la otra mañana, cuando Jadraque se arropaba en llanto todavía, la mítica foto de ese gran hombre retratador de paisajes, hombres y momentos, que es Santiago Bernal, daba la vuelta a España. Era la comitiva funeraria que acompañaba a José Antonio Ochaíta al cementerio. “fue Ochaíta quien me llevó a conocer La Caballada de Atienza”, confiesa una y otra vez Santiago. En esa foto de Santiago Bernal que dio la vuelta a España, no aparecen Rocío Jurado, ni Manolo Escobar, El Fari o Concha Piquer…. Y tantos más, que tanto debían a José Antonio Ochaíta. Era la foto del pueblo acompañando a su hijo más ilustre de los últimos tiempos. Me quedo con el recuerdo del poeta que murió, herido por el rayo, en la noche de Pastrana. El que mejor retrató a Jaén, a Guadalajara, a Sevilla. Un poeta desconocido para muchos de los guadalajareños. Uno de esos reyes de la copla. Me quedo con los últimos versos de Carlos Murciano, en su poema de urgencia a la muerte de José Antonio Ochaíta: … morir con los versos puestos, Y entre las manos, tu Alcarria… Me quedo con los versos de José Antonio Alonso Gamo: ---tengo la Alcarria en mis manos Iba cantando Ochaíta… Hace 40 años había teatro en Pastrana, se representaba “La Alcaidesa de Pastrana”, de Eduardo Marquina. José Antonio Ochaíta, que comió y durmió ese día en la misma pensión que Cela, en La Favorita, camino de la representación saludó por el camino a Paulino Aparicio, que representaba a Antonio Pérez. Eran las fiestas del Carmen en Pastrana…. Hace 40 años, cuando José Antonio Ochaíta pasaba a ser leyenda. Os invito a que conozcáis a José Antonio Ochaíta, a través de su obra. Merece la pena. 48 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Un libro en el que se da cuenta de “la otra historia de Guadalajara”, la de la lucha por la recuperación de su historia, de la reconstrucción de sus monumentos, y de las iniciativas culturales. A la venta en: [email protected] 20 € (Incluidos gastos de envío) El importe íntegro de la venta de este libro está donado a la Casa de Guadalajara en Madrid, donde también se puede adquirir. Más información en: http://flaynaserrano.blogspot.com.es/ 49 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013. Para conocer el desarrollo de la medicina moderna en la provincia de Guadalajara, a partir del siglo XIX, y los sucesos y desarrollo de unas epidemias que en muchas ocasiones, diezmaron los pueblos. A la venta en: [email protected] 20 € (Incluidos gastos de envío) Más información en: http://guadalajaraentiemposdelcolera.blogspot.com.es/ 50 Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Atienza de los Juglares. 7/2013.