EL ARTÍCULO 23 DE LA LEY GENERAL DE SALUD Y SU

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EL ARTÍCULO 23 DE LA LEY GENERAL DE SALUD Y SU APLICACIÓN EN LA
FIGURA DEL SECRETO PROFESIONAL.
Ana Victoria Suárez Farfán1
I. INTRODUCCIÓN
El presente artículo ha sido elaborado con la finalidad de brindar un aporte argumentativo
que reconoce la relevancia normativa que tiene la figura del secreto profesional aplicada a
las funciones de las y los médicos.
Tanto nuestra Constitución Política como otras normas que componen nuestro sistema
jurídico reconocen de manera expresa la importancia de esta figura, sin embargo es posible
apreciar que existe incompatibilidad e incoherencia normativa entre las normas que
componen el reconocimiento y protección de la figura en mención.
Además de ello muy pocos profesionales médicos conocen la implicancia del secreto
profesional en el ejercicio de sus funciones, particularmente en la atención de los servicios
relacionados con la salud sexual y salud reproductiva de las mujeres, creando en el ejercicio
médico además de inseguridad, confusión y temor.
En el marco de ello no es difícil apreciar que cuando una mujer se encuentre en una
situación de post aborto o un aborto incompleto ésta no pueda recibir atención médica a la
cual tiene derecho, debido a que se presume la comisión del delito de autoaborto y el
médico se encuentre en el dilema de no brindarle atención médica e ir en contra de sus
funciones como médico, de brindarle los servicios médicos y denunciarla o de brindarle
dichos servicios y no denunciarla bajo el temor de incumplir normatividad existente y
cometer el delito de omisión de denuncia estipulado en nuestro Código Penal.
En nuestro país, de acuerdo a la investigación realizada por la antropóloga y demógrafa
Delicia Ferrando en torno al aborto, de “cada aborto hospitalizado representa otros siete
1
Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Consultora Legal en el Instituto Peruano de Paternidad
Responsable (INPPARES).
1
que no se registran en las estadísticas hospitalarias debido a que se realizan en condiciones
seguras y no experimentan complicaciones, las complicaciones se tratan ambulatoriamente,
o son tan serias que la paciente muere sin recibir tratamiento. Al multiplicarse el número de
mujeres hospitalizadas por aborto incompleto por otras siete se obtiene una cifra de 376 000
abortos”2.
Una cifra realmente alarmante y que nos da a conocer la problemática de salud pública que
vive nuestro país, problemática que se ubica principalmente entre el respeto y protección
de la vida y salud de las mujeres y el ejercicio seguro de las funciones de nuestras y
nuestros médicos. Función que se encuentra amparada por la figura del secreto profesional
cuyo ejercicio implica además la garantía de ejercicio de derechos fundamentales de las
mujeres como la vida, la salud, la integridad, la intimidad personal, la información entre
otros.
Por ello, con el desarrollo del presente artículo pretendemos brindar un aporte
argumentativo legal que se sustentará básicamente en las reglas que se aplican a nuestro
sistema normativo y los principios de interpretación constitucional que lo sustentan como el
de constitucionalidad, jerarquía y coherencia normativa sobre los cuales se debe asentar
nuestro sistema jurídico.
2
FERRANDO, Delicia. El aborto clandestino en el Perú, Lima. Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán.2006,
p.29
2
II. LA REGULACIÓN DEL SECRETO PROFESIONAL MÉDICO
El secreto profesional médico se traduce en la obligación de mantener en reserva la
información que recibe de él o la paciente y en principio ésta sólo podrá revelarse con el
consentimiento de aquél o aquella.
El médico debe guardar reserva sobre el acto médico practicado, éste deber se extiende a
cualquier otra información que le hubiere sido confiada por el o la paciente o por su
familia con motivo de su atención.
Un elemento fundamental relacionado con la figura del secreto profesional es la
confidencialidad, esta tiene estrecha relación con tres elementos como indica un gran sector
doctrinario: la autonomía que se relaciona con la confidencialidad en la medida en que la
información personal sobre una persona le pertenece a ella y no debe ser dada a otros sin su
consentimiento; el respeto ya que la confidencialidad se traduce en respeto al mantener la
privacidad de los hechos confiados; la confianza que es la parte esencial en la relación
médico- usuaria o paciente. No olvidemos que para recibir atención médica éste o ésta
deben revelar información personal a su médico.
La preservación de la confidencialidad del paciente “es un principio fundamental del
profesionalismo médico con raíces hipocráticas. La confidencialidad tiene un enorme
significado instrumental cuando surgen temas sensibles de salud sexual y reproductiva
puesto que personas enfermas y en riesgo a veces están dispuestas a renunciar a la ayuda
necesaria, para no buscarla en individuos y entidades que no protegen sus identidades e
información”3.
Efectivamente, la confidencialidad, al abordar una situación en la cual una mujer haya
interrumpido su embarazo toma mayor importancia ya que cualquier práctica distinta a la
terapéutica resulta ilegal y por tanto sancionada penalmente.
3
COOK, Rebecca J. Salud reproductiva y derechos humanos. Integración de la medicina, ética y el derecho.
Bogotá. Pro familia Asociación pro bienestar de la Familia Colombiana, 2003 p.367-368.
3
Por ello, a nivel ético “es objetable que el Estado ponga proveedores de salud frente a un
conflicto
de intereses cuando atiende a sus pacientes obligándolos a actuar como
informantes de la policía”4 . Ya que personas que se encuentren en situaciones en las cuales
su vida y salud peligren se verían disuadidas de acudir al servicio médico que requieran
por temor a ser denunciadas.
A nivel legal, “los médicos tienen el deber legal y ético de proteger la identidad de sus
pacientes tanto como les sea posible…a menos que la policía obtenga una orden judicial en
firme…”5. Y aún en el marco de un proceso podrá dar a conocer sólo lo estrictamente
necesario, ya que como veremos más adelante las normas de carácter procesal penal
protegen el derecho – deber del secreto profesional.
No debemos olvidar que “el derecho del paciente a que la información que proporciona al
médico se mantenga en forma confidencial es una premisa fundamental de la atención
medica”6.
Ello teniendo en cuenta que el o la paciente acuden ante un médico no con la finalidad de
ser juzgados por sus actos sino porque desean que la afectación causada sea manejada por
aquel profesional médico encargado de manera directa sobre el tema. Al dar a conocer su
situación de salud pone en evidencia aspectos de su intimidad personal, aspectos que
involucran su esfera privada y que no tendría por qué verse vulnerada.
Cabe indicar que la obligación por parte del médico a guardar el secreto profesional “se
funda por entero en un doble hecho completamente legítimo: en primer lugar al haber
abrazado la profesión de la medicina, la cual exige en nombre del bien particular de los
enfermos y en general de la sociedad el secreto más riguroso; y en segundo el ejercer su
profesión en beneficio de determinado enfermo, ejercicio que implica esencialmente la
promesa tácita de guardar reserva”7.
4
5
6
Ibíd. p. 368
Ibíd. P.368
VILLAPANDO GJ. Ética Médica. Rev Med IMSS (Mex) 1991.p.12 En: FERNANDEZ
profesional. Anales Médicos Vol. 44 N 1 Enero- Marzo 1999. p 45.
7
Ibíd. p. 46
4
Juan Manuel Secreto
Además su ejercicio encuentra justificación en “ a) dar confianza al paciente, que es
fundamental en la relación médico- paciente; este tiene que estar seguro que pueda confiar
su intimidad a una persona la cual va a revelar lo no conocido b) la de no producir daño al
paciente c) es el derecho que el paciente tiene a su privacidad” 8.
El secreto profesional se ha normado tanto a nivel internacional como nacional.
A nivel internacional, deseamos mencionar algunos documentos internacionales que fueron
parte de la argumentación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos cuando
dirimió en el caso de la señora María Teresa De la Cruz Flores9 contra el Estado peruano
al ser acusada de ser integrante de Sendero Luminoso por brindar atención médica,
curaciones,
operaciones entrega de medicina e instrumental médico para la atención
delincuentes terroristas. Acusación que se vio totalmente desvirtuada por la Corte ya que
consideró que la atención brindada por la médico era un acto lícito en la medida en que
actuó en el marco de sus funciones y además determina que resulta ilegal obligar a los
médicos realizar cualquier denuncia que implicara develar la información que fuera
conocido en el marco del ejercicio de su profesión.
Así menciona el I Convenio de Ginebra del 12 de Agosto de 1949 para “Aliviar la Suerte
que Corren los Heridos y los Enfermos de las Fuerzas Armadas en campaña” en el que se
contempla el artículo 18 que indica de manera expresa que “nadie podrá ser molestado o
condenado por el hecho de haber prestado asistencia a heridos o a enfermos”. Asimismo lo
indica en el párrafo 95 de la sentencia de la Corte, el artículo 16 del Protocolo I y artículo
10 del Protocolo II, ambos protocolos de los Convenios de Ginebra de 1949 y señalan que
“no será castigado nadie por haber ejercido una actividad
médica conforme con la
deontología, cualquiera hubiera sido las circunstancias o beneficios de dicha actividad”.
Es decir que el o la profesional de la salud tiene como prioridad el ejercicio de la medicina
a favor de aquel o aquella que acude hacia él o ella, sin importar las circunstancias o
situación en la que se pudiera encontrar. Es así que una o un médico está obligado a atender
8
Ibíd. p.46
Caso De la Cruz Flores vs. Perú. Corte Interamericana de Derechos Humanos. Sentencia del 18 de Noviembre de 2008.
www.bibliojuridica.org/libros/5/2194/30.pdf
9
5
a una mujer en situación de post aborto o aborto incompleto y debe ser consciente de que lo
prioritario es velar por la salud y vida de aquella mujer.
El Código Internacional de Ética Médica de la AMM10 adoptado por la 3ª Asamblea
General de la AMM, Londres, Inglaterra, octubre 1949 y enmendado por la 22ª Asamblea
Médica Mundial, Sídney, Australia, agosto 1968 y la 35ª Asamblea Médica Mundial,
Venecia, Italia, Octubre 1983 indica que “el médico debe guardar absoluto secreto de todo
lo que se le haya confiado, incluso después de la muerte del paciente”.
La extensión temporal
nos da a conocer el valor que tiene la información que es
transmitida por el o la paciente – usuaria a la o el médico.
Estos documentos internacionales fueron considerados en el caso en el cual el Estado
peruano fue demandado ante la injusta prisión de una profesional médico que actuó en el
marco de sus funciones. Por ello se responsabilizó al Estado, entre otros temas, por
obligarla a desviar su verdadera función que es la de velar por la vida y salud de él o la
paciente que podría solicitar de sus servicios ante cualquier circunstancia.
Por otro lado, a nivel nacional el secreto profesional es amparado por los siguientes
instrumentos normativos:
La Constitución Política del 1993 que lo contempla en el Artículo 2 – numeral 18 que
indica que “toda persona tiene derecho: A mantener reserva sobre sus convicciones
políticas, filosóficas, religiosas o de cualquiera otra índole, así como a guardar el secreto
profesional”.
De ello se desprende que se reconoce el derecho de no develar información que se conoce
en el marco del desarrollo profesional. Y es que el secreto profesional consiste en “la
10
http://www.alfinal.com/Salud/amm.shtml - Asociación Médica Mundial (AMM) es una organización internacional que
representa a los médicos. Fue fundada el 18 de septiembre de 1947, cuando médicos de 27 países diferentes se reunieron
en la Primera Asamblea General de la AMM, en París. La organización fue creada para asegurar la independencia de los
médicos y para servir los niveles más altos posibles en conducta ética y atención médica, en todo momento.
6
reserva de lo que un profesional se ha enterado de la vida de un cliente suyo…de acuerdo a
las normas de ética profesional existentes, el secreto profesional no es sólo un derecho sino
también un deber del profesional frente a su cliente”11.
La Ley General de Salud (LGS) – Ley 26842 vigente desde el año de 1997 no sólo
reconoce el secreto profesional médico e indica algunas limitaciones en el ejercicio de éste
sino que además contempla los derechos de los usuarios de los servicios médicos:
El artículo 15 señala que: toda persona, usuaria de los servicios de salud, tiene derecho a:
b) A exigir la reserva de la información relacionada con el acto médico y su historia
clínica, con las excepciones que la ley establece12.
Excepciones que se traducen en limitaciones e incompatibilidad normativa cuando las y los
médicos se encuentran ante normas que obligan a denunciar las sospechas de aborto
denominado criminal. Nosotros tenemos claro que el aborto es considerado un delito en
nuestro país y que la única práctica no punible es la de características terapéuticas, aquella
práctica que implica salvar la vida de la mujer o evita en su salud un mal grave y
permanente, sin embargo no creemos que la función de nuestras y nuestros médicos deba
verse condicionada por el afán de persecución de la mujer que se lo pudo haber practicado
11
RUBIO, Marcial. Para conocer la Constitución Política de 1993. Lima Fondo Editorial de la Pontificia Universidad
Católica del Perú, 2008. p.38-39
12
Se exceptúan de la reserva de la información relativa al acto médico en los casos siguientes: b) Cuando sea requerida
por la autoridad judicial competente; d) Cuando fuere proporcionada a familiares o allegados del paciente con el propósito
de beneficiarlo, siempre que éste no lo prohíba expresamente; e) Cuando versare sobre enfermedades y daños de
declaración y notificación obligatorias, siempre que sea proporcionada a la Autoridad de Salud; f) Cuando fuere
proporcionada a la entidad aseguradora o administradora de financiamiento vinculada con la atención prestada al paciente
siempre que fuere con fines de reembolso, pago de beneficios, fiscalización o auditoría; y, g) Cuando fuere necesaria para
mantener la continuidad de la atención médica al paciente.
La información sobre el diagnóstico de las lesiones o daños en los casos a que se refiere el Artículo 30o de esta ley,
deberá ser proporcionada a la autoridad policial o al Ministerio Público a su requerimiento.
7
o por el temor de atenderla por lo que ello implica. Tenemos entendido que esa función
persecutoria ha sido encargada a otros profesionales no a las o los médicos.
En el artículo 25o. de la misma Ley reconoce que “toda información relativa al acto
médico que se realiza, tiene carácter reservado. El profesional de la salud, el técnico o el
auxiliar que proporciona o divulga, por cualquier medio, información relacionada al acto
médico en el que participa o del que tiene conocimiento, incurre en responsabilidad civil o
penal, según el caso, sin perjuicio de las sanciones que correspondan en aplicación de los
respectivos Códigos de Ética Profesional13.
Esta norma no sólo reconoce el carácter reservado de la información sino que además
menciona el delito penal en el cual podría incurrir una o un médico al develarla sin
perjuicio de la aplicación de otro tipo de sanciones como las contempladas en el Código de
Ética y Deontología Médica.
Es así que las normas de carácter penal no sólo contemplan sanción a la violación del
secreto profesional sino que además reconocen la importancia de la figura en su aplicación.
Así tenemos:
Código Penal de 1991 (Decreto Legislativo No 635)
Indica en su artículo 165 que “el que, teniendo información por razón de su estado, oficio,
empleo, profesión o ministerio, de secretos cuya publicación pueda causar daño, los revela
sin consentimiento del interesado, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor
de dos años y con sesenta a ciento veinte días-multa”.
Configurándose el delito de violación al secreto profesional.
Código Procesal Penal de 2004 (Decreto Legislativo No 957)
En este cuerpo normativo se contempla la posibilidad de abstenerse de rendir testimonio en
el artículo 165-2 literal a): “deberán abstenerse de declarar, con las precisiones que se
13
Entiéndase, para el caso específico, el Código de Ética y Deontología Médica emitido por Resolución de Consejo
Nacional No 5295- CN- CMP- 2007.
8
detallarán a quienes según la Ley deben guardar secreto profesional: Los vinculados por el
secreto profesional no podrán ser obligados a declarar sobre lo conocido por razón del
ejercicio de su profesión, salvo los casos en los cuales tengan la obligación de relatarlo a la
autoridad judicial. Entre ellos se encuentra…médicos y personal sanitario…dispensados
por ley expresa…”.
Además de la posibilidad de abstenerse a rendir testimonio, tenemos el artículo 327 -2 que
indica: “no se encuentran obligados a denunciar: … cuando el conocimiento de los hechos
está amparado en el secreto profesional”.
Código de Procedimientos Penal (Ley No 9024)
Contempla en su artículo 141 que no podrán ser obligados a declarar:
1º Los eclesiásticos, abogados, médicos, notarios y obstetrices, respecto de los secretos que
se les hubiera confiado en el ejercicio de su profesión.
Estas normas guardan total coherencia con lo enmarcado por nuestra Constitución Política
en lo que al derecho – deber a la reserva del secreto profesional se refiere. Sin embargo y
tal como veremos en el siguiente punto estas normas colisionan de manera constante con el
artículo 30 de la Ley General de Salud 14, generándose no sólo incompatibilidad e
incoherencia con la norma constitucional sino además con las otras normas que tiene rango
de Ley, y es sobre esa situación que será de gran utilidad el artículo 23 contemplado en la
Ley General de Salud.
III. EL ARTÍCULO 23 DE LA LEY GENERAL DE SALUD
Nuestro ordenamiento jurídico “lo conforman
un conjunto de fuentes formales
del
Derecho y los principios que las organizan, según son reconocidos por el Tribunal
14
El artículo 30º indica que “El médico que brinda atención médica a una persona por herida de arma blanca, herida de
bala, accidente de tránsito o por causa de otro tipo de violencia que constituya delito perseguible de oficio o cuando
existan indicios de aborto criminal, está obligado a poner el hecho en conocimiento de la autoridad correspondiente.
9
Constitucional”15. Este órgano de control de la Constitución Política de 1993 “…reconoce
primacía a la legislación, entendida como el conjunto de normas escritas de carácter general
que emiten los órganos del Estado en el ejercicio de sus atribuciones normativas”16.
Así el Tribunal Constitucional ha desarrollado las denominadas reglas de este orden
legislativo y se distinguen dos reglas de ordenamiento17:
La primera regla es la jerarquía de normas, reglas según la cual hay normas superiores y
norma inferior en rango, de tal manera que las superiores condicionan tanto la forma de
emisión de las normas como su contenido.
Efectivamente, tal como el artículo 30 de la LGS se encuentra condicionada a la norma
constitucional que contempla el secreto profesional en su artículo 2- numeral 18 y sobre el
cual algunos interesados en el tema han desarrollado sobre su inconstitucionalidad luego
de la aplicación de un Test de Ponderación e identificar en principio dos bienes jurídicos
protegidos , el secreto profesional y la administración de justicia
particularmente en
situación de aborto, concluyendo que “… no se cumple con el requisito de necesidad dado
que existen otras medidas menos lesivas al secreto profesional y que pueden contribuir en
la realización de los mismos fines ( correcta administración de justicia y la protección de
concebido) …” es así que el artículo 30 de la LGS “ resulta inconstitucional ya que
restringe de manera desproporcionada e injustificada el secreto profesional…”18
Queda claro que el artículo 30 de la LGS, es incompatible con la norma de rango superior,
ya que ésta ampara como se indicó el secreto profesional. Figura que además es garante de
derechos contemplados constitucionalmente como la vida, la salud, la integridad, la
15
RUBIO, Marcial. El sistema jurídico. Introducción al derecho. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del
Perú, Lima 2009. p. 14
16
Ibíd. p.14
RUBIO, Marcial. La interpretación de la Constitución según el Tribunal Constitucional. Fondo Editorial de la Pontificia
Universidad Católica del Perú, Lima 2005 .p 17
18
Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (PROMSEX). El artículo 30. Análisis de la
constitucionalidad de la Ley General de Salud sobre la obligación de los médicos y médicas de denunciar. Lima, Octubre
2006, pp. 23, 24,28, y 36.
17
10
libertad, la intimidad, entre otros directamente relacionados con la atención de una mujer en
una situación de post aborto o aborto incompleto.
Es así que, además de ello, el aplicar el Principio de Constitucionalidad que “establece que
la Constitución prima sobre cualquier otra norma del orden jurídico y que, en caso de
incompatibilidad, se aplicará la constitucionalidad sobre la inferior se hace control difuso y
quedará eliminada del orden jurídico”19, traería como consecuencia directa que en la
aplicación, el artículo 30 de la LGS quede eliminado de nuestro sistema jurídico.
Siendo eliminado del sistema, tenemos el artículo 23 de la misma Ley General de Salud
que contempla que: “las incompatibilidades, limitaciones y prohibiciones así como el
régimen de sanciones aplicables a los profesionales a que se refiere el presente Capítulo, se
rigen por los Códigos de Ética y normas estatutarias de los Colegios Profesionales
correspondientes”. De esta manera se brinda la posibilidad de aplicar:
1. Lo regulado en el Título II de la Ley General de Salud “De los deberes,
restricciones y responsabilidades en consideraciones a la salud
de terceros –
Capitulo I del ejercicio de las profesiones médicas y afines y de las actividades
técnicas y auxiliares en el campo de la salud”.
2. Y ante posibles incompatibilidades, limitaciones o prohibiciones o sanciones
contempladas previamente en la Ley General de Salud sea posible, por remisión
expresa de la Ley, aplicar el Código de Ética y Deontología Médica (CEDM).
-
La posible incompatibilidad entre las normas existentes en la misma LGS que
regulan las funciones y labor médica y remite su manejo al CEDM.
19
-
Limitaciones existentes en la LGS que pueden regirse por el CEDM
-
Prohibiciones reguladas en la LGS que además pueden regularse por el CEDM.
-
Sanciones contempladas no sólo en la LGS sino además en el CEDM
Op.cit p.39
11
Y es ante tales situaciones que esta norma de rango legal remite su manejo al CEDM,
documento que sustenta en el “estricto respeto de la dignidad, autonomía e integridad de los
pacientes, su familia y su comunidad”20.
El artículo 23 de la LGS es una norma que no sólo reconoce que puede existir
incompatibilidad, limitación o alguna prohibición regulada en la LGS que
no sea
coherente con lo regulado en la misma norma sino además remite en situaciones como las
mencionadas a un documento como el Código de Ética y Deontología Médica. Brindando
de esta manera a la labor médica un mayor ámbito de ejercicio de su profesión. Ya que si
tomamos en cuenta la remisión que esta norma de rango legal hace al CEDM tendríamos
como excepción al secreto profesional médico lo estipulado en su art. 91° que indica que
“el médico tratante que tiene conocimiento de la condición patológica de un paciente
que pueda resultar en daño a terceras personas, queda eximido de la reserva
correspondiente en todo cuanto se refiera estrictamente a dicha condición, a fin de evitar
que el daño se produzca”.
La condición patológica a la que se hace referencia implica encontrarse en una situación o
estado de enfermedad que pudiera afectar a terceros, a la sociedad en sí. Bajo tales
parámetros podría, en principio, quedar eximido de mantener la reserva de la información
conocida.
La segunda regla que deseamos desarrollar es la coherencia normativa, que tiene dos
consecuencias dentro del orden jurídico…una de ellas es que debemos interpretar las
normas de cada uno de los niveles jerárquicos como coherentes entre sí; esto es, buscar
aquella interpretación que permita hacerlas armónicas y no la que las haga contradecirse.
Si en algún momento tenemos dos posibilidades de interpretación, una armónica y la otra
contradictoria por fuerza debemos elegir la armónica y desechar la contradictoria. Otra
consecuencia consiste en que las normas inferiores no deben contradecir a las superiores de
manera que resulten incompatibles con ellas.
20
Preámbulo del Código de Ética y Deontología Médica.
12
Esta regla además es considerada como un principio de carácter constitucional, el Principio
de coherencia normativa que se sustenta en que “en el Derecho como sistema, las diversas
normas son consonantes entre sí y trabajan armónicamente. Sólo en el caso de no poderse
encontrar un vínculo entre ellas, o cuando son antagónicas, quien trabaja en el derecho
debe elegir una de las dos y desechar la otra…”21
En el marco de esta segunda regla y el mencionado principio constitucional apreciamos que
existe una clara incoherencia
normativa entre las normas que amparan el secreto
profesional no sólo a nivel constitucional sino además a nivel legal y que trae como
consecuencia una interpretación poco armónica de las mismas; tenemos normas con rango
de ley como las del Código de Procedimientos Penales ( que contempla que los médicos no
están obligados a declarar respecto de los secretos que se les hubiera confiado en el
ejercicio de su profesión), el Código Procesal Penal ( que indica la posibilidad que tienen
los médicos de abstenerse de rendir su testimonio y la no obligación de los médicos de
denuncia cuando el conocimiento de los hechos está amparado en el secreto profesional),
Código Penal (que contempla el delito de violación del secreto profesional) y algunos
artículos de la propia LGS que contemplan claros márgenes de protección del secreto
profesional frente a otra norma legal incoherente en el marco de nuestro sistema jurídico,
como el artículo 30 de la LGS.
A diferencia del artículo 23 de la LGS que sí es coherente con las otras normas legales
contenidos en el sistema que protegen de manera directa el secreto profesional. Esta norma
no resulta incompatible con nuestra Constitución Política ya que su contenido no implica
trasgresión al derecho- deber del secreto profesional y además reconoce de manera expresa
la utilidad y especialidad de un documento como el CEDM, que si bien no es parte de
nuestro sistema jurídico, regula la labor ética y médica de nuestras y nuestros médicos. Este
documento maneja una clara visión de lo que implica el respeto a la reserva de la
información brindada por la usuaria – paciente.
21
Op.cit. pp. 76-77
13
El Código de Ética y Deontología Médica es un documento que desarrolla claramente qué
implica la reserva del secreto profesional en el ejercicio de sus funciones médicas y además
reconoce como se indicó en líneas anteriores, de manera expresa cuál es la circunstancia de
excepción por la cual se podría obviar la reserva de la información dada a conocer por el o
la paciente.
El CEDM contempla lo siguiente en la materia:
El art. 63°contempla que “el médico debe respetar y buscar los medios más apropiados para
asegurar el respeto de los derechos del paciente, o su restablecimiento en caso que éstos
hayan sido vulnerados. El paciente tiene derecho a:
a) Que se le atienda con consideración y pleno respeto de su intimidad y privacidad.
g) Que se respete la confidencialidad del acto médico y del registro clínico.
h) Que las discusiones de su caso clínico, las consultas, los exámenes y el tratamiento sean
confidenciales y conducidos con la mayor discreción.
El artículo
89° indica que “el médico debe mantener el secreto profesional para
proteger el derecho del paciente a la confidencialidad de los datos que le ha
proporcionado, no debiendo divulgarlos, salvo expresa autorización del paciente.
Además el art. 90°señala que “el médico debe guardar reserva o la confidencialidad
sobre el acto médico practicado por él o del que hubiere podido tomar conocimiento en su
condición de médico consultor, auditor o médico legista. Este deber se extiende a cualquier
otra información que le hubiere sido confiada por el paciente o por su familia con motivo
de su atención o de su participación en una investigación. La muerte del paciente no exime
al médico del cumplimiento de este deber”.
Como se indicó el art. 91°contempla como eximente a la obligación de reserva de la
información brindada la siguiente “el médico tratante que tiene conocimiento de la
condición patológica de un paciente que pueda resultar en daño a terceras personas,
queda eximido de la reserva correspondiente en todo cuanto se refiera estrictamente a
dicha condición, a fin de evitar que el daño se produzca.
14
Es así que estas dos reglas aplicadas de manera conjunta al caso en concreto, nos permite
apreciar de qué manera el artículo 30 de la LGS se convierte en una norma claramente
incoherente con todas las demás normas que regulan el secreto profesional. Y es que
además de una clara incompatibilidad normativa en razón de la jerarquía constitucional
también es cierto que no guarda coherencia normativa con el resto de normas con rango de
Ley que contemplan de manera expresa el secreto profesional médico. Bridándonos el
artículo 23 de la LGS una interesante salida ante la incompatibilidad e incoherencia
normativa.
15
BIBLIOGRAFÍA
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ética y el derecho. Bogotá. Pro familia Asociación pro bienestar de la Familia Colombiana,
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25076
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