Nombre: Dolores del Rocío Cerda Villaeñor Matrícula: 09001116

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Nombre: Dolores del Rocío Cerda Villaeñor
Matrícula: 09001116
Curso: Ecología y preservación del medio ambiente
Módulo 2: La energía y la biodiversidad en los sistemas ecológicos
Actividad 2: El sistema y su capacidad de carga
Asesor: Edgar Hugo Dorsey del Ángel
Tarea 1: Ensayo concepto de capacidad de carga
Fecha: 17 de julio de 2011
1
Pero las estadísticas confiesan. Los datos ocultos bajo el palabrerío revelan que el
veinte por ciento de la humanidad comete el ochenta por ciento de las agresiones
contra la naturaleza, crimen que los asesinos llaman suicidio, y es la humanidad
entera quien paga las consecuencias de la degradación de la tierra, la intoxicación
del aire, el envenenamiento del agua, el enloquecimiento del clima y la dilapidación
de los recursos naturales no renovables.
Eduardo Galeano
TAREA 1: ENSAYO CONCEPTO DE CAPACIDAD DE CARGA
INTRODUCCIÓN.
El presente ensayo trata sobre la capacidad de carga de los sistemas humanos, la
relación entre la población, los recursos, el medio ambiente y la pobreza. Establece la
importancia del desarrollo económico como principal depredador de los recursos
naturales y la cultura del consumismo.
Las interrelaciones entre población y medio ambiente han sido motivo de
preocupación a nivel internacional en los últimos años. En la Agenda 21, plan de
acción aprobado por la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y
Desarrollo (Río de Janeiro 1992), así como en la Conferencia Internacional sobre la
Población y el Desarrollo (Cairo 1994), se reconoce la complejidad de las
interacciones entre crecimiento demográfico y consumo de recursos, la distribución de
las personas y las presiones que éstas ejercen sobre su medio ambiente1.
La Conferencia de El Cairo destacó que el estrés impuesto al medio ambiente y el
agotamiento de los recursos naturales refuerzan y, al mismo tiempo, son
incrementados por la desigualdad de género, la mala salud y la pobreza. El estrés
sobre el medio ambiente va en aumento debido a “patrones insostenibles de consumo
y producción” y también a factores demográficos, entre ellos, rápido crecimiento de la
población y distribución y migración de poblaciones2.
DESARROLLO.
1
Tomado de: La Dimensión de Género en las Políticas y Acciones Ambientales Ecuatorianas Silvia Vega
Ugalde, 1995
2
Ver referencia número 4.
2
Retomando la frase inicial de la página 2 de la lectura “La capacidad de carga de los
sistemas humanos”:
La capacidad de carga humana tiene que ser interpretada como la tasa
máxima de consumo de recursos y descarga de residuos que se puede sostener
indefinidamente sin desequilibrar progresivamente la integridad funcional y la
productividad de los ecosistemas principales, sin importar dónde se
encuentren estos últimos (Ress, 1990, citado por Prieto y Jiménez, 1994).
La “capacidad de carga” es definida como la población de una determinada especie que
un hábitat puede soportar indefinidamente, sin dañar permanentemente el ecosistema
del que son dependientes.
Sin embargo, existen factores étnicos, tecnológicos y culturales que son diferentes entre
las sociedades por lo que no se puede aplicar este concepto para todos los seres
humanos vinculados a un territorio específico.
En consecuencia. la capacidad de carga humana debe ser interpretada como la tasa
máxima de consumo de recursos y descarga de residuos que se puede sostener
indefinidamente un ecosistema humano sin desequilibrar progresivamente la integridad
funcional y la productividad de los ecosistemas principales, sin importar dónde se
encuentren estos últimos.
Por lo tanto, la población humana es una función de las relaciones entre el consumo
material y la producción de residuos per cápita o la productividad neta dividida por la
demanda per cápita (Rees 1990).
Esta formulación es un ajuste sencillo de la “Tercera Ley de la Ecología Humana”, de
Hardin (1991):
(Impacto humano total sobre la ecosfera) = (Población) x (impacto per cápita).
Lo interesante en este punto es que, según esta tercera ley, se puede disminuir el
impacto humano sobre la ecosfera mediante el manejo de dos variables.
a. Disminuyendo la población
b. Disminuyendo el impacto per cápita
Las políticas tendientes en los últimos años se han centrado en disminuir las tasas de
crecimiento poblacional de los países pobres, mientras que en los países ricos es al
contrario pues la población ha crecido a tasas bajas. Por ejemplo, Bélgica está creciendo
a tasas muy pequeñas
Fuente: CIA World Factbook; 11 de marzo de 2011
En general, en los países ricos las tasas de crecimiento están por debajo del 1%,
mientras que en los demás las tasas se encuentran por arriba del 1%.
3
En consecuencia, el crecimiento poblacional de los países pobres, aunado al crecimiento
en el consumo per cápita de los países ricos genera impactos totales cada vez más
grandes.
Existen otros enfoques que mencionan que el impacto humano es un producto de la
población, de la afluencia (riqueza, consumo) y de la tecnología:
I =PAT (Impacto = Población X Afluencia X Tecnología)3.
En este caso, la incorporación del factor tecnológico genera un impacto mayor y
obviamente, la tecnología crece a una tasa más alta en los países ricos, por lo que el
impacto es mayor.
Lo que es de destacar es que a una cierta disponibilidad de recursos corresponde un
cierto nivel de bienestar para un cierto número de personas y mientras más personas
sean atendidas con los mismos recursos, el bienestar per cápita descenderá.
Efectos de la población sobre la utilización de los recursos
Las interacciones entre poblaciones humanas y medio ambiente no pueden ser
interpretadas solamente por números. El tamaño y la proporción de la huella
medioambiental que deja cada persona sobre la Tierra queda determinada por las
maneras en que esas personas utilizan los recursos. Por ejemplo, una persona que se
desplaza en transporte público y no come carne, deja impactos mucho menores que
alguien que se transporta en automóvil y fuma mucho.
La huella ecológica de una persona típica en un país de altos ingresos es unas seis veces
mayor que la huella ecológica de alguien en un país de bajos ingresos, y muchas más
veces mayor que la de alguien en los países menos adelantados. Las huellas ecológicas
combinadas de los habitantes de una región determinan qué posibilidad hay de salvar la
diversidad biológica de esa región o perderla para siempre.
A medida que van disminuyendo las tasas de natalidad, tendrán más importancia los
niveles de consumo y las pautas de consumo (riqueza), sumados a la tecnología, en
cuanto a determinar el estado del medio ambiente mundial.
Sin embargo, la población seguirá siendo el factor de importancia crítica.
Cerca del 80 por ciento de la población humana se encuentra en los países en desarrollo.
El crecimiento de la población se encuentra también concentrado en estos mismos
países. Cada año, la población humana aumenta en 90 millones de personas (150
millones de nacimientos contra 60 millones de muertes, aproximadamente).
Cerca del 90 por ciento de estos nuevos habitantes del planeta se localiza en el mundo
en desarrollo. Como consecuencia, las soluciones propuestas se encuentran dirigidas a
controlar la población de los países en desarrollo.
El flujo masivo de contraceptivos, esterilización en masa, dislocación cultural, y aún el
genocidio han sido propuestos para alcanzar este fin. Todo en nombre del medio
ambiente y del "desarrollo sostenible".
Sin embargo, la mayor parte de estos argumentos, así como la mayor parte de las
soluciones propuestas, son sólo el reflejo de la ignorancia, el racismo y los prejuicios
que saturan el debate internacional sobre población y desarrollo.
El principal impacto de la población sobre el medio ambiente se relaciona con dos
variables fundamentales:
3
(Ehrlich y Holdren 1971; Holdren y Ehrlich 1974).
4
1 El consumo de recursos
2 La producción de desperdicios y de contaminantes
En el año 2000 había aproximadamente 6,000 millones de personas en el planeta, 21%
en países industrializados, y el 79% restante en países en desarrollo. Sin embargo, los
países industriales eran responsables por cerca del 80% del consumo de recursos
naturales a nivel mundial.
Eran también responsables de cerca del 80% de la producción de desperdicios y
contaminantes.
Actualmente, las proporciones se mantienen.
Al momento de estar redactando este ensayo (domingo 17 de julio de 2011; 3:20 de la
mañana), la población mundial asciende a 6,824,623,975 (seis mil ochocientos
veinticuatro millones, seiscientos veintitrés mil novecientos setenta y cinco) personas,
donde el 42% de esta población se encuentra en tan solo 3 de los más de 200 países
existentes en el planeta, que son; China, India y Estados Unidos.
En lo que va del año se han emitido 16 mil 273 toneladas métricas de dióxido de
carbono, se han extinguido 14 mil 171 especies, se han deforestado 7 millones de
hectáreas y se han desertificado 3 millones 200 mil hectáreas.
Se han sacrificado 158 millones de reses, 723 millones de puercos, 27 mil (sí, 27 mil)
826 millones de pollos, 1,426 millones de patos y 620 millones de conejos.
Existen 130 millones de personas con malaria, 35 millones infectadas de SIDA y 104
millones de personas con autismo4.
La “población óptima” que la Tierra puede soportar con un aceptable nivel de vida es
menos de dos mil millones, incluyendo a menos de 200 millones en los Estados Unidos,
según David Pimentel, profesor de ecología de la Universidad de Cornell.
Pero si la población mundial alcanza los 12,000 millones, como se predice para dentro
de 50 años, al menos 3,000 millones estarán mal nutridos y serán vulnerables a las
enfermedades.
La competencia por el agua dulce también se está intensificando. La producción
agrícola consume más agua dulce que cualquier otra actividad humana (alrededor del
87%) y un 40% de la población mundial vive en regiones que compiten directamente
por un agua que se consume más rápidamente de lo que se restablece.
Es más, la escasez de agua acentúa los problemas sanitarios. Cerca de un 90% de las
enfermedades en los países en vías de desarrollo provienen de la falta de agua potable.
A escala mundial, se contraen unos 4,000 millones de enfermedades cada año por las
malas condiciones del agua y unos 6 millones de personas mueren por enfermedades
derivadas del agua en mal estado, concluyen los científicos de Cornell.
Por otra parte, la utilización de los combustibles fósiles de manera acelerada está
determinando mercados cuyos precios son cada vez más altos.
Para aumentar la producción y por lo tanto el bienestar de la población (según la
ortodoxia social), es necesario consumir más combustible y por lo tanto liberar más
dióxido de carbono.
Como dato curioso, un avión viajando de Nueva York a Londres utiliza en su trayecto
4
Ver referencia número 2.
5
cerca de 230 mil litros de gasolina y consume más oxígeno que un hombre en 60 años.
Por otra parte, los científicos de Cornell señalaron dos alarmantes tendencias:
a.
b.
La población mundial crece geométricamente.
La disponibilidad de granos per cápita, que representa el 80% de la
alimentación mundial, ha estado cayendo en los últimos 15 años5.
Las exportaciones desde los pocos países que ahora disponen de los recursos para
producir excedentes se detendrán cuando se necesite alimentar a sus propias crecientes
poblaciones. Esto influirá grandemente a las naciones ricas por la falta de alimentos.
Señala Pimentel; “Cuando se alcancen los límites globales biológicos y físicos de la
producción nacional, la importación de alimentos no será una opción viable para ningún
país. En este momento la importación de alimentos para los ricos sólo se podrá
mantener privando de alimentos a los pobres sin poder”.
Actualmente, si tomamos como referencia el consumo promedio de los países pobres y
lo comparamos con el consumo promedio de los países ricos, encontramos que lo que
consumen los países ricos alcanza para dar de comer a una población de 19,000
millones de personas si consumieran en promedio lo que los países pobres.
Lo anterior, en mi opinión, es resultado de una mala administración ambiental y de su
desarrollo.
5
Ya en 1798, el economista británico Thomas Robert Malthus perteneciente a la corriente pesimista de la
escuela clásica (de economía), afirmaba lo mismo, argumentando que “La población y la riqueza pueden
crecer, pero hay un límite, alcanzado el cual, se llegará a un estado estacionario en el que la vida será
miserable, mera supervivencia”. Argumentaba igualmente que la población crecía geométricamente
mientras que la producción lo hacía aritméticamente.
6
CONCLUSIÓN.
Es evidente que estamos violentando la capacidad de carga de nuestro planeta. Las tasas
de depredación de los recursos naturales es cada vez más creciente y la humanidad no
parece entender lo inminente del problema. Incluso existen partidarios del estatus
económico actual y de las políticas actuales que se llevan en la mayor parte del planeta.
Con respecto a esta problemática, existen al menos 3 grandes controversias
identificadas como relevantes:
a) “El crecimiento de la población es la causa de los problemas ambientales”
El pensamiento moderno sobre medio ambiente ha estado influido por preocupaciones
demográficas. En los años 70, “el baby boom” (Ehrlich 1971) y varios estudios e
informes realizados sobre población y medio ambiente, al alertar sobre el impacto del
crecimiento de la población sobre el medio ambiente, formularon argumentos que
intentaban mostrar al crecimiento demográfico como la causa del deterioro ambiental
(Meadows, 1972).
Frente a estas posiciones se desarrollaron también otras líneas de pensamiento que
intentan minimizar el crecimiento poblacional y más bien plantean que los problemas
más importantes que afronta el mundo moderno no son físicos (por escasez de recursos)
sino sociopolíticos y están basados en la desigual distribución del poder, tanto
internacional como dentro de los países en todo el mundo.
El resultado es una sociedad opresiva y alienada a sus patrones de consumo, asentada en
gran parte en la explotación. El deterioro del medio ambiente no es una consecuencia
inevitable del progreso humano, sino el resultado de una organización social cimentada
en valores en gran parte destructivos.
Este debate si bien no ha concluido, ha puesto en evidencia la complejidad de las
relaciones entre población y medio ambiente.
b) “El crecimiento de la población no afecta el medio ambiente, lo que lo afecta es
el consumo excesivo de los países ricos”
Tanto el tamaño de la población como las pautas de consumo elevado contribuyen a
aumentar la degradación ambiental. El Norte tiene aproximadamente la quinta parte de
la población del mundo y cuatro quintas partes de su ingreso, y consume un 70% de la
energía mundial, un 75 % de sus metales y un 85 % de sus maderas.
Se considera que gran parte de la degradación ambiental que se observa hoy en día se
debe a dos grupos de personas: los 1,000 millones más ricos y los 1,000 millones más
pobres. Los mayores consumidores en América del Norte, Europa y Asia destruyen el
medio ambiente indirectamente a través de su capacidad de consumir recursos y generar
grandes cantidades de desechos.
Por otra parte, los 1,000 millones más pobres se ven en muchos casos obligados a
destruir su propia base de recursos por necesidad o por falta de opciones. En algunas
regiones ecológicamente vulnerables de los países en desarrollo, como las zonas áridas,
semiáridas o las regiones de montaña, la pobreza obliga a veces a cultivar terrenos
marginales, a la explotación excesiva de las praderas, a poner en riesgo la biodiversidad,
a agotar los recursos forestales, a sobreexplotar los recursos de agua, con lo que se
degradan el suelo y los recursos hídricos, de manera que se reduce la productividad
agropecuaria y aumenta la pobreza.
7
c) “El verdadero problema de los países en desarrollo es la pobreza. El desarrollo
económico podría resolver tanto el crecimiento de la población como los
problemas del medio ambiente”
En 1974 en la Conferencia de Población en Bucarest se afirmaba que “el desarrollo es el
mejor anticonceptivo” para significar que el crecimiento económico podría incidir en la
reducción de las tasas de fecundidad. La experiencia de los últimos 35 años ha mostrado
la fragilidad de tal argumento. Si bien es cierto que la economía mundial creció, la
distribución de esos logros de bienestar ha sido muy desigual.
Las desigualdades de las condiciones de vida entre regiones y naciones son
considerables. Según estimaciones 1,225 millones de habitantes de la tierra viven en
situación de pobreza, de los cuales el 35 % viven en América Latina. Se estima que
estas personas viven con un ingreso promedio de un dólar diario y que sus tasas de
crecimiento demográfico son elevadas. El crecimiento económico en muchas regiones
del mundo se ha dado a expensas de la explotación de los recursos como los bosques, el
humus, el agua subterránea, el agotamiento de las especies, etc.
La idea de que el crecimiento económico es una condición necesaria y suficiente para
reducir las tasas de crecimiento poblacional, se origina en la tonta suposición de que
aumentos en el ingreso per cápita generan automáticamente demanda por
anticonceptivos. Las evidencias mostraron que incrementar los ingresos no es
suficiente. Antes bien, es necesario un enfoque integral que mejore las condiciones de
salud, educación, empleo, especialmente de las mujeres.
Por otra parte, los valores y la percepción del bienestar son variables inherentes a la
condición humana. El ser humano se mueve con base a paradigmas y desde el punto de
vista del bienestar, el concepto de felicidad es el profesado por las economías ricas. Es
decir, actualmente si alguien no tiene TV, automóvil, celular o refrigerador, se siente
(ojo, se siente) una persona pobre. Es la condición humana.
Si tomamos como base la siguiente frase paradigmática:
“Todo ser humano camina por el mundo abrevando de dos aguas; las
expectativas y las emociones. Las expectativas generan en él la
necesidad de superación y las emociones nutren su deseo de vivir, de
sentirse humano. Esto significa una actividad constante canalizada
hacia el logro de objetivos o metas fijadas con el propósito de lograr la
mayor satisfacción posible dentro de cada uno de sus actos6”.
Algunos equiparan los logros obtenidos con respecto a los buscados, como una forma
de medir lo que mucha gente conoce como “Felicidad”.
De esta manera, quien más se acerca a las metas establecidas, está en posición de decir
que ha obtenido un grado más alto de Felicidad. La primera conclusión de este precepto
es que la felicidad es relativa y subjetiva. Pero esto es un problema filosófico.
Por otra parte, este proceso implica que el establecimiento de objetivos plantea una
carencia (puesto que no se tiene lo que se busca), lo que significa que se ha generado
una necesidad por alcanzarlos. Una vez logrados los objetivos, se obtiene la satisfacción
y los grados de felicidad correspondientes.
Lo que busco dejar en claro, es que las sociedades definen su comportamiento social
mediante códigos de valores, los cuales incluyen sus temores, ansiedades, ilusiones y
6
Frase inventada por quien escribe y es con fines exclusivamente didácticos, el entrecomillado (las
comillas) es para impresionar.
8
sus tabúes. Esto, los hace peligrosamente mega consumidores potenciales.
Finalmente, es de mencionar que la problemática de la capacidad de carga puede tener
solución.
El primer paso hacia la reducción del impacto ecológico, es reconocer que la crisis
ecológica no es tanto un problema del medio ambiente o técnico, sino un problema
social y de conciencia. Por tanto, se puede resolver principalmente desde la perspectiva
de soluciones sociales y de comportamiento. En un planeta finito, con esta capacidad de
carga humana, una sociedad movida fundamentalmente por el individualismo egoísta
tiene el mismo potencial de sostenibilidad que disfrutar una excelente cena en el Titanic
la noche del 14 de abril de 1912.
Los seres humanos son organismos ciertamente competitivos, pero también son seres
socialmente cooperativos. Desde luego es evidente que algunas de las sociedades que
han tenido mayor éxito económico y competitivo, han sido aquellas que mejor han
cooperado internamente, aquellas que poseían mayores reservas de capital social y
cultural.
Ya lo mencionaba en un trabajo anterior, el problema ambiental tiene muchas aristas y
como tal debe de encontrarse una solución integral. El siguiente esquema establece las
interrelaciones que influyen en la problemática ambiental.
Por otra parte, es bien cierto que la búsqueda de mejores niveles de vida ha generado
una voracidad en los patrones de consumo no importando la degradación ambiental. Se
estima que actualmente existen efectos que son irreversibles en los ecosistemas y la
biodiversidad. Los esfuerzos de los gobiernos se ven obstaculizados por los grandes
intereses que existen para aprovechar las condiciones de mercado y lucrar con los
consumidores.
La verdad resulta alarmante la situación ambiental actual, pero confío en que la difusión
de estas ideas y el avance de la ciencia ecológica nos permita dejar a generaciones
futuras un mundo mejor que el que actualmente hemos generado.
9
Referencias:
1. Ehrlich, Paul R. & Holdren, John P.; (Mar. 26, 1971), Impact of Population Growth;
Science; New Series, Vol. 171, No. 3977 pp. 1212-1217; Published by: American
Association for the Advancement of Science; recuperado el 17 de julio de 2011 de
http://www.jstor.org/pss/1731166
2. Sin Autor, (sin fecha); Poodwaddle.com; World Clock, recuperado el 17 de julio de
2011 de http://www.poodwaddle.com/clocks/worldclock/
3. Rodriguez, Lilia, (1999); Género, población y medio ambiente, publicaciones
CEPIS, recuperado el 17 de julio de 2011 de
http://www.bvsde.paho.org/eswww/fulltext/pciudada/genero/genero.html
4. Sin Autor, (sin fecha); UNFPA; Estado de la población mundial 2004, recuperado
el 17 de julio de 2011 de http://www.unfpa.org/swp/2004/espanol/ch3/index.htm
5. Pearce, David W. & Warford, Jeremy J., (1993); World without end : economics,
environment, and sustainable development; Published for the World Bank [by]
Oxford University Press,New York, N.Y.
6. Sin Autor, (sin fecha); Avion travel; El consumo de gasolina de un avión Boeing
747, recuperado el 18 de julio de 2011 de
http://avionestravel.blogspot.com/2008/08/el-consumo-de-combustible-de-unavin.html
7. Sin Autor, (sin fecha); Eumed.net; Grandes economistas, Thomas Robert Malthus,
recuperado el 18 de julio de 2011 de
http://www.eumed.net/cursecon/economistas/malthus.htm
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