COLEGIO PEDRO CHANEL Nace en el ciclo escolar 2006-2007 con tres grupos en preescolar (uno de cada grado) y cuatro grupos en primaria (dos en primer grado, un segundo grado y un tercer grado). Actualmente contamos con dos grupos en preescolar, y diez grupos en primaria, y hemos podido compartir la vida con más de 2000 alumnos y sus familias. NUESTRA MISIÓN: “Formar niños y niñas de manera integral, acompañando y guiando el proceso personal de aprendizaje dentro de un ambiente marista, para que lleguen a ser cristianos comprometidos, buenos ciudadanos y sabios” NUESTRO PROYECTO EDUCATIVO: A través de la Plataforma Educativa “UNO” de Santillana en primaria, y de acuerdo a los programas de la SEP, educamos en competencias, en valores y en el uso y comprensión del inglés; en un ambiente digitalizado y amable. Promovemos el deporte como parte indispensable de la formación humana, así como el desarrollo de habilidades académicas, sociales y espirituales. NUESTROS VALORES: PEDAGÓGICOS: Pedagogía de la presencia: El educador tiene un medio inmediato e indispensable que ha de comprender y aceptar, como condicionante de su proyección educativa: su presencia. Esta pedagogía lleva consigo la inmensa riqueza afectiva de toda la personalidad del educador. La presencia del educador es pacificadora, produce distensión y anima; es un fermento que crea ambiente; antes que palabra oportuna es una actitud que propicia la comunicación; así el conocimiento del alumno y el del maestro se realizan con mayor eficacia que con procedimientos técnicos. La presencia del educador que se prolonga en el patio, en entradas y salidas, en tiempos libres, deportes, convivencias o paseos, multiplica la acción educativa, limitada por el tiempo y el espacio. No cuentan las horas, ni cuentan las actividades, lo importante son las personas; "se necesita que estemos en medio de nuestros alumnos, que permanezcan mucho tiempo con nosotros“. Educación integral: Tratamos de unir la adquisición de los valores y el aprendizaje del saber, la educación académica y la educación para la vida, para nosotros la adquisición de conocimientos y la formación personal deben ser paralelos y complementarios. Si solo se tratase de enseñar las Ciencias a los niños nos limitaríamos a ser capacitadores, nuestra meta es muy superior: queremos educarlos, es decir, darle a conocer sus deberes, enseñarles a cumplirlos, infundirles valores y sentimientos morales y hacerles adquirir las virtudes. Por eso debemos ser formadores y estar en relación con los alumnos todo el tiempo posible. Disciplina: Como indispensable para encariñar a los alumnos a la escuela. Disciplina preventiva y no represiva; la disciplina sana, humana, adaptada a las necesidades de los alumnos, a las circunstancias del momento y al tipo de escuela y sociedad, se constituye en el Colegio como marco imprescindible para la superación académica y la formación de la voluntad. Responsabilidad profesional: El conocimiento cabal de los programas de estudio, de las bases para la evaluación, de la normatividad escolar, junto a una preparación cuidadosa de las clases, asegura al educador el empleo útil y productivo del tiempo y un adecuado rendimiento escolar. El maestro se preocupa por ayudar a todos sus alumnos, pero procura tener una atención exhaustiva por los alumnos con problema y por los menos favorecidos, atendiendo a un sentido de generosidad y justicia. Además, el maestro busca actualizarse mediante el estudio personal, los intercambios en grupos de estudio, la participación en cursos, seminarios y en los programas de capacitación y desarrollo humano. HUMANOS: Sentido de honestidad: Cultivamos un sentido muy vivo de honestidad y una entrega generosa en el servicio. Buscamos despertar en nuestros alumnos el sentido de rectitud y el verdadero sentido del hombre y de su dignidad. En nuestro Colegio buscamos una “educación que tome en cuenta las exigencias de una actualidad en constante mutación”, “Una educación que suscite en los niños/as y jóvenes el sentido crítico de la vida, equipándolos contra las presiones sociales, culturales y políticas que enajenan la libertad", “Una educación que quebrante los individualismos y lance a la persona al diálogo y a la acción en la comunidad de los hombres al servicio de los más desamparados”. Laboriosidad: Buscamos crear un ambiente de esfuerzo y perseverancia, que exige atención, insistencia, aprovechamiento del tiempo, dedicación continúa. Ponemos el acento en el desarrollo constante de las facultades del aprendizaje, en la convivencia y la aceptación de los demás y en el uso adecuado y eficiente de los recursos técnicos. El ejemplo del maestro llega a convencer, se opera una verdadera transferencia del maestro a los alumnos respecto al esfuerzo, la constancia y el amor al trabajo. Motivación: Hay motivaciones de tipo pedagógico, pero indudablemente la mejor motivación la constituye la persona misma del educador y su voluntad de compartir con el niño/a y el joven su tiempo y sus mejores ilusiones, sus convicciones y su alegría. La variación y la amenidad en la forma de impartir la clase y de promover actividades escolares consiguen colaboración, entusiasmo y afición al estudio e impulsan a los alumnos en el fortalecimiento de la autoafirmación. Alegría: El maestro vive alegre por que tiene fe en su vocación de educador y sabe que en el niño/a y joven de hoy crece el hombre/mujer del mañana. Este sentimiento de alegría trasciende a cuantos lo rodean, particularmente a sus alumnos, quienes por eso quieren a su escuela. Cordialidad: La idea es que en el Colegio reine un ambiente de familia, fraterno, donde la atención, el servicio, la amistad y el interés por las personas predominen. Este espíritu se manifiesta en el trato sencillo y franco de los alumnos, que permite acercarnos a su inteligencia y a su corazón, y en la disposición a dialogar con los padres de familia en sus dudas e inquietudes educativas. "Para educar bien a los alumnos es preciso amarlos, y se les ama, dedicándose completamente a su educación y formación humanista. Amarlos es tener en cuenta que son seres débiles, que se les ha de tratar bondadosamente y enseñarles con inagotable paciencia. Amarlos es soportar sin quejarse sus defectos y aun sus ingratitudes, no hay nada tan opuesto al verdadero amor a los alumnos, como las injustas preferencias". Respeto: Principio fundamental para la buena convivencia humana y particularmente en la educación pocas cosas son tan necesarias como el respeto mutuo que se deben maestros y alumnos. Nadie duda que los maestros exijan respeto de parte de sus alumnos como condición indispensable para poderles educar, tampoco nadie debe dudar que es condición indispensable para la buena educación que los maestros respeten a sus alumnos. ESPIRITUALES Amor a Dios: Sabiéndonos amados y elegidos por Dios, queremos responder en nuestro existir diario, cada acción, pensamiento, palabra es una respuesta libre al amor de nuestro padre. Caridad: Permanecemos constantemente en oración y contemplación, para lograr vivir la caridad; es decir, para mirar a los otros y otras como los mira Dios, y compartir la vida como lo hace Dios con cada hijo e hija. Abnegación Propia: La Comunidad es el resultado de despojarnos de nuestro egoísmo, para mirar de manera conjunta los caminos que lleven a vivir la voluntad amorosa de Dios. Nos esforzamos por dejar de lado intereses personales y buscamos el bien comunitario sobre el individual, que se da como consecuencia del primero. Espíritu de humildad: La educación de la niñez no es un oficio, es un verdadero apostolado. Educar es una obra de celo, abnegación y sacrificio y para cumplir dignamente tal misión hay que tener el espíritu de humildad para reconocer sus propias insuficiencias, sus cualidades y capacidades y aprovecharlas para obrar el bien sin llamar la atención ni requerir el aplauso ajeno, considerando como hecho así mismo todo el bien o todo el mal que hagamos a los demás. SAN PEDRO CHANEL Pedro Luis María Chanel nació en “La Potiére” (Francia), el 12 de julio de 1803. En julio de 1827 recibe la ordenación sacerdotal; y con la idea de las misiones se une en 1831 a la congregación de los Padres Maristas, quienes le encomiendan la tarea de director y profesor en un colegio en Belley. En 1836 parte con otros compañeros rumbo a Oceanía, desembarcando él en la isla de Futuna el 11 de noviembre de 1837. Allí comenzó a evangelizar a los nativos, al punto de convertir al cristianismo al hijo del rey de la isla acción que le valió la muerte. Pedro fue martirizado el 28 de abril de 1841, siendo protomártir de Oceanía y de los Padres Maristas. Fue Beatificado por León XIII y declarado santo por Pío XII en 1954. CONTACTO Avenida del Parque 291, col. San Rafael. C.P. 44810 Guadalajara, Jal. Teléfono: (0133) 36-43-02-48 e-mail: [email protected]