ALABAUSIMISANTO, ¿todo eso proviene de la religión?

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Diversas expresiones religiosas forman parte de la identidad de los jóvenes cubanos y, como componente
sociocultural activo, nutren muchas áreas, dentro de ellas el lenguaje.
Diversas expresiones religiosas forman parte de la identidad de los jóvenes cubanos y, como componente
sociocultural activo, nutren muchas áreas, dentro de ellas el lenguaje.
Si algo extraño, curioso o alarmante le sucede al pinareño, la expresión «alabao» aflora en primera instancia; para
el centro del país, las locuciones mutan, aunque en objetivos similares. «Ave María», «sea», «Dios Mío», «si Dios
quiere», «asere», «ñampiarse», «chivo que rompe tambor con su pellejo paga», «fula», «un palo no hace monte», entre
otras frases más o menos conocidas, muestran una idiosincrasia reflejo de la diversidad socioreligiosa presente
en lenguaje de muchos jóvenes en el país.
Disímiles vertientes de credos nutren la cultura cubana que, como la de cualquier nación ?y así lo recalca el
reverendo Raúl Suárez, director del centro macroecuménico Dr. Martin Luther King Junior?, se explica
integralmente al tener en cuenta el papel de la religión, o más bien del conjunto de estas formas intervinientes,
entre las institucionalmente organizadas y aquellas que el pueblo produce de forma espontánea.
En este sentido, la utilización de terminologías religiosas resulta familiar, no solo entre practicantes, sino que
traspasa las fronteras de las creencias, la edad y el nivel educacional. Su uso es tan habitual en el léxico común,
que a veces conviven sin que los interlocutores conozcan su origen y significado.
Un palo sí hace monte
Un primer acercamiento al tema lo brinda Ofelia Pérez, máster en Ciencias de las Religiones, para quien el
fenómeno deviene «una manera de exteriorizarse la religión en el pueblo, asociada a la vida cotidiana y a la
inmediatez, con un carácter predominantemente utilitario: donde pido, me encomiendo y agradezco porque
necesito resolver situaciones. Por tanto, emerge bajo formas sincréticas, espontáneas y asistemáticas. Hoy día
resulta habitual que una persona participe en una misa católica y horas después se consulte con el babalao».
En un contexto actual favorable a la coexistencia de distintos cultos, comprende un hecho interesante el empleo
de vocablos de procedencia espiritual en el lenguaje cotidiano del joven. Como enfatiza, Suárez, el hecho está
presente en la simple nominación de objetos, lugares y nombres propios, así como en dicharachos, proverbios y
piropos habituales en el argot popular.
Hoy día es frecuente ver en televisión a un pelotero persignándose o a un conductor despidiendo hasta la
próxima emisión «si Dios quiere». Más allá de ello, el habla común resulta de mayor enjundia, pues en la
cotidianidad concurren otras expresiones vinculadas a la religión, en tanto algunas de ellas adquieren nuevos
significados y connotaciones, que evidencian la interrelación entre esta y la sociedad.
Del «usimi santo» al «alabao»
Aunque existen estudios sobre el tema y algunas propuestas de diccionarios, constituye tarea difícil conocer a
plenitud todos los vocablos del habla popular provenientes de las religiones.
Algunos expertos enuncian ejemplos. Natalia Bolívar, investigadora y practicante de la Regla de Osha y de Palo
Monte, afirma que en la cotidianidad se conocen voces abakuá como «asere», «ñampiarse» y «chivo que rompe
tambor con su pellejo paga». Asimismo explica que «fula», «mayimbe», «un palo no hace monte», «cambiar de palo
pa´ rumba», y otros, provienen de vertientes de la religión del Palo.
Sin lugar a dudas en el lenguaje diario emergen palabras de origen o ascendencia bantú: «chicherekú/chichirikú»,
«murumba/burumba», «nganga/ganga», «talanquera», «timba», «yaya», «taita», «yute» (...) En tanto, están presentes
otros términos abakuá: «ñáñara», «ñanga», «ecobio», «monina».
Igualmente hallan espacio con asiduidad dentro del argot popular algunos vocablos y dichos relacionados con
los credos de origen afro, y cuya procedencia desconocen muchos de los interlocutores: «clavo saca clavo o se
quedan los dos dentro»; «hay muchas formas de sacar al cimarrón del monte»; «quien da comida a perro ajeno,
pierde la comida y pierde al perro»; «el mal que haces vuelve a ti»; «el pez grande se come al chico»; «hoy es hoy,
mañana será mañana»; «cuando suena el río, algo trae»; «la avaricia rompe el saco» y «no van lejos los de alante, si
los de atrás corren bien».
Desde otra perspectiva, Bárbaro Marrero, máster en Teología, comenta de la existencia de términos con un gran
valor cristiano, en el lenguaje cotidiano. «Escuchamos dichos y frases que se encuentran en la Biblia, por
ejemplo: ?todo tiene su tiempo?, ?el hombre propone y Dios dispone?, ?de la abundancia del corazón habla la
boca?, entre otras frases que encuentran equivalente en proverbios bíblicos»
Otras de las expresiones que mantienen nexo con la religión ?cristiana? y que hayan cobertura en el empleo
popular para explicar situaciones sociales de diversa índole, son: «Al César, lo que es del César y a Dios, lo que
es de Dios«; «el beso de Judas»; «lavarse las manos como Poncio Pilato»; «Quien tiene padrino se bautiza, quien no,
se queda judío»; «está hecho/a una magdalena»; «ese es el pan nuestro de cada día»; «mejor es que digan: aquí
huyó, que aquí murió»; y «y pa´ adivino Dios y pa´ sabio Salomón».
Encuesta realizada a más de cien jóvenes arrojó igualmente que resultan comunes, siempre en dependencia de
las regiones de procedencia: «¡Ay Dios mío!»; «si Dios quiere»; «Ave María»; «te acuerdas de Santa Bárbara
cuando truena»; «te echaron bilongo»; «hazte un despojo»; «vete al babalao»; «se formó un bembé»; «estoy osogbo»;
«estoy iré»; «ashé pa ti»; «dime ecobio»; «asere qué bolá», entre otras.
Con menor frecuencia, dentro de estos recursos lingüísticos coexisten los populares piropos: «Mami, eres una
diosa»; «niña, estás como tú quieres y no como Dios manda»; «que Dios te bendiga y malos ojos no te vean»; «Oye,
si San Lázaro te ve, bota las muletas y se manda a correr».
Ser santo o hacerse el santo
Dentro del empleo frecuente, por parte de jóvenes, de estas frases de origen sociorreligioso, la polisemia, como
fenómeno lingüístico, hace lo suyo. Hoy día no se sabe si un ángel es un ser divino o una persona que siempre
nos ayuda; por «bilongo» se conoce a una práctica de hechicería al estilo africano, pero también nomina un tipo
de alfiler.
En este misma línea, «fula» no solo es un término del Palo Monte que significa pólvora, también designa al
dinero extranjero, sobretodo el dólar americano, y el mal carácter de una persona. En tanto, la frase «no hay santo
que ruegue si Dios no quiere» refiere a la supremacía de Dios sobre las demás divinidades, y en la cotidianidad,
al poder de los superiores. En la misma cuerda «cambiar de Palo pa´ rumba» denomina tanto al cambio de la
religión del Palo Monte por otra creencia, como a la conducta variable de una persona.
El fenómeno es bien complejo. Cierta vez un pastor predicó en su iglesia sobre la santidad, y concluyó que el
único requisito para ser santo era creer, verdaderamente, en el sacrificio de Jesucristo en la cruz, pues esta fe
generaría en la persona cambios que lo harían diferente a los demás. Tiempo después, en otra prédica, el pastor
lanzó una pregunta a la congregación: «Bueno, ¿cuántos de ustedes son santos?», a lo que un joven recién
iniciado en la fe respondió: «Pastor, ¿no son santos los de la iglesia católica y los batiblancos de la religión afro?
¿A quién le creo?».
De manera que, cohabita un término con múltiples acepciones (significados) en dependencia de cada credo, a la
vez que extrapola a la sociedad expresiones tan diferentes como: «mi santo, ¿podrías decirme la hora?»; «ese
hombre es un santo», «de santo no tienes ni un pelo» y «se le subió el santo».
Frente a este proceso de nuevos significados, Luis Pérez, máster en Filología plantea que «es muy peligroso
hablar de empobrecimiento del lenguaje, mejor decir que son realizaciones idiomáticas adecuadas a
determinadas etapas. Desde una perspectiva generacional los usos varían y no por ello vamos a hablar de
decadencia lexical».
Desde una mirada sociológica, Ofelia Pérez, plantea que la presencia de estos términos y sus recientes usos en la
cotidianidad del joven cubano constituyen un fenómeno general. «Todos somos parte de esa construcción social,
como receptores y como garantes a mantener tradiciones. El proceso forma parte de un enriquecimiento
cultural: dichas frases de origen religioso conforman el lenguaje popular y lo han conseguido porque,
justamente, representan un sentido, y la gente las recepcionan y trasmiten. Cuando pierdan esa utilidad y valor
dejarán de existir y serán sustituidas por otras frases».
¿Identidad, creencia, comunicación o moda? ¿Una sola, o todas a la vez?
Hoy, en pleno siglo XXI, aventurarse a dar conclusiones sería bien engorroso. Aunque, para muchos estudiosos,
todo apunta a la perdurabilidad de las terminologías religiosas en el habla popular. No por gusto, la UNESCO le
da miles de años de antigüedad al patrimonio oral de Ifá y a la imprenta de la Biblia.
En este mejunje de costumbres, tradiciones y fe, el joven cubano es un ser peculiar. Bajo esta diversidad, la
mayoría «profesa a su manera». La vida cotidiana los hace partícipes, conscientes o no, de dogmas espontáneos
imperantes en la sociedad. Algunos dicen «no creer en nadie», pero exclaman «¡ay Dios mío!». Otros son
cristianos, pero llaman «asere» al hermano y le desean «ashé». Están aquellos que van a misa, se confiesan con el
padre y después «consultan al babalao». Y no faltan tampoco los que aconsejan «hacerse despojos», en tanto se
persignan y llaman a Dios, aunque no crean en Él.
Nota: Este trabajo forma parte de un conjunto de reportajes de la Tesis para la producción Alabao.
Terminologías religiosas en el habla popular en jóvenes.
Algunas terminologías utilizadas en el lenguaje popular
Terminología
religiosa o
equivalente
Uso popular
Origen/Significado
Fula
Rompimiento
Dinero convertible/ Estado
negativo de algo o alguien
Término que significa
Lanzamiento del pitcher en el
beisbol
Término que se refiere
pólvora en la religión del Palo
a un ritual en la Regla
de Osha
Saludo o expresión
Asere
Término abakuá que
coloquial entre
significa saludo
compañeros
Un palo no hace
monte
Expresión que refleja la
incapacidad de una persona ante Refrán palero
determinado problema cuando no
tiene aliados
En la tierra de los
Refrán que expresa la ventaja de Refrán santero
ciegos el que tiene un quienes tienen algo con respecto a
ojo es rey
los que no tienen nada
Amén
Amén de que así sea?
Expresión bíblica que
significa «así sea»
Hallar gracia
Caerle en gracia a alguien
Expresión bíblica Génesis 39: 4 y
Ester 5: 2
Las malas
conversaciones
Proverbio bíblico
Dime con quién
1 Corintios 15: 33
corrompen las buenas andas y te diré quién eres
costumbres.
El que siembra
escasamente,
Proverbio bíblico
Uno recoge lo que siembra
2 Corintios 9: 6
también segará
escasamente (?)
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