Resumen Nº 217 JUNIO 2015 / Semana 2 / ACCESO

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Las crisis de Grecia y Ucrania inundan la agenda de la cumbre del G7
Fuente: El economista.es / Noah Barkin
Los líderes del Grupo de Siete (G-7) países más industrializados del mundo se reúnen
el domingo en los Alpes bávaros para una cumbre opacada por la crisis de deuda de
Grecia y la violencia que prosigue en Ucrania.
La anfitriona, la canciller alemana Angela Merkel, espera lograr compromisos de sus
invitados para frenar el calentamiento global, buscando generar impulso antes de la
gran cumbre sobre el clima que celebrará Naciones Unidas en diciembre en París.
La agenda germana también prevé discusiones sobre asuntos de salud global, desde
el ébola a los antibióticos y las enfermedades tropicales.
Pero en la noche previa a que la canciller reciba a los líderes del Reino Unido,
Canadá, Francia, Italia, Japón y Estados Unidos, ella y el presidente francés, Francois
Hollande, se vieron obligados a mantener su cuarta conversación de emergencia en
10 días con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, para intentar romper un freno en
las negociaciones de Atenas y sus acreedores internacionales.
Las dos partes llevan meses discutiendo los términos de un acuerdo de financiación
por reformas para Grecia. Sin ayuda de sus socios de la zona euro y el Fondo
Monetario Internacional, el país heleno podría dejar de pagar sus préstamos en
semanas, provocando posiblemente su salida del bloque monetario.
El incremento de la violencia en el este de Ucrania también tendrá un lugar destacado
en la reunión que se celebrará en Schloss Elmau, un hotel de lujo situado en las
pintorescas montañas del sur de Alemania, junto a la frontera con Austria.
Los observadores europeos culpan del conflicto a los separatistas prorrusos y los
líderes podrían decidir enviar un fuerte mensaje al presidente ruso, Vladimir Putin, que
fue aislado de lo que solía ser el G-8 tras la anexión por parte de Moscú de la
península ucraniana de Crimea el año pasado.
Antes de la cumbre, miles de manifestantes marcharon el sábado en la cercana
localidad de Garmisch-Partenkirchen. Hubo enfrentamientos esporádicos con la policía
y varios participantes fueron llevados al hospital con heridas, pero la violencia fue
menor comparada con otras cumbres.
Alemania desplegó 17.000 policías alrededor de la antigua sede de los Juegos
Olímpicos de Invierno, situada a los pies de la mayor montaña del país, el Zugspitze.
Otros 2.000 efectivos están preparados al otro lado de la frontera con Austria.
Antes del inicio de la cumbre, Merkel se reunirá el domingo por la mañana con el
presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Ucrania, la violencia en Oriente Medio
y el acuerdo de libre comercio que negocian Washington y la Unión Europea serán los
puntos principales de la agenda.
Obama también podría querer escuchar las últimas noticias de Merkel sobre las
conversaciones con Grecia.
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Funcionarios en Washington, preocupados porque una salida de los helenos del euro el denominado "Grexit"- pueda afectar a la economía mundial, aumentaron la presión
sobre sus pares europeos en las últimas semanas para que logren un acuerdo.
El lunes, la cumbre tratará también las amenazas de grupos militantes como Estado
Islámico y Boko Haram con los líderes de Nigeria, Túnez e Irak, como parte de un
grupo de "alcance" de países de fuera del G-7.
Merkel tendrá también un duro trabajo con las conversaciones sobre clima, ya que
junto a Hollande -que organizará la cumbre de la ONU- deberá superar la resistencia
de Japón y Canadá.
En un video publicado el sábado, Merkel dijo que la cita de París solo puede tener
éxito si el G-7 se compromete a limitar el aumento del promedio de la temperatura
global a dos grados Celsius por encima de los niveles preindustriales.
"De otra forma, no creo que haya un acuerdo climático en París y todos los
participantes lo saben", comentó.
La foto del gobierno mundial
Fuente: http://blogs.elpais.com / Lluís Bassets
Un año ya sin Rusia. Por segunda vez, el G-7 se ha reunido sin el presidente ruso,
después de una historia ya institucionalizada de 16 años, desde la cumbre de Denver,
cuando Bill Clinton invitó a Boris Yeltsin a que se incorporara al directorio mundial que
conforman los dirigentes de los siete países más industrializados.
El G-7 ya no volverá a ser nunca el G-8, tal como se le denominaba durante los años
de asistencia rusa. Era una participación más fruto de una voluntad diplomática
integradora que de una realidad política y económica. Ni Rusia era entonces mucho
más democrática que ahora ni entonces era, como no es ahora, una de las potencias
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económicas que más cuenta en el mundo. Se trataba de cerrar las heridas de la
guerra fría e incluirla en la cima de la gobernanza mundial. Todo esto se fue al garete
con la anexión de Crimea en marzo de 2014.
Cayeron las sanciones económicas sobre Rusia y se suspendió provisionalmente la
participación de todos los socios occidentales en la cumbre que precisamente debía
celebrarse en Sochi, en el Mar Negro, bajo presidencia rusa. A la vista de cómo ha
evolucionado el conflicto entre Rusia y Ucrania, la suspensión ya no es provisional y el
G-7 regresa a su formato original, como directorio de los países democráticos e
industrializados, todos aliados de Washington, es decir, las potencias occidentales
más Japón. Nada permite intuir que las cosas vayan a cambiar en los próximos años,
ni por la evolución económica de Rusia ni tampoco por la política. Por eso Rusia no
volverá.
El G-7 pesa mucho: representa solo el 11% de la población, pero acumula un tercio
del PIB mundial. Durante la crisis económica pudo parecer que el G-20, que reúne
teóricamente las economías más grandes del planeta, le pasaba la mano por la cara.
Pero no ha sido así. “En la práctica, el G-20 básicamente amplía la base de apoyo y el
alcance de los compromisos directos del G-8”, dice Josep M. Colomer en su libro El
gobierno mundial de los expertos (Anagrama).
El problema del G-8 es otro: su población se encoge, es la más anciana del mundo y
sus economías también serán cada vez más pequeñas con relación al conjunto. Quien
falta en el directorio mundial no es Rusia, sino China, y luego India, Brasil, y todo lo
que sigue.
Al final, la reunión del G-7 se sintetiza en un largo y tedioso comunicado, unas
conferencias de prensa y unas fotos. Ahí está la lista entera de los graves problemas
mundiales, en la letra pequeña que a pocos interesa.
Como corresponde a los tiempos de la política de la imagen, el país anfitrión elige
escenarios de gran fotogenia. Quienes pretenden gobernar el mundo quieren que sus
reuniones ocupen las primeras páginas de los periódicos y los prime time de las
televisiones.
En la foto de este año, en Baviera, no está Putin y solo se ve a Merkel con los brazos
extendidos, como si cantara, y Obama, que la escucha sentado en un banco ante un
escenario alpino de película. De la política de la imagen surge al final la imagen que
queda de la política.
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El G7 quiere ampliar el intercambio de información fiscal y atajar el fraude
Los miembros del G7, paseando después de la reunión de este lunes Adrian Wyld 7
AP
El organismo discute medidas contra la evasión y para acabar con las estrategias de
algunas multinacionales para pagar menos impuestos
Fuente: Elmau (Alemania). (EFECOM)
El G7 destacó este lunes su interés por ampliar los programas internacionales de
intercambio de información tributaria para atajar tanto el fraude fiscal como las
estrategias de algunas multinacionales para pagar menos impuestos.
Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia recogieron
este asunto en el comunicado conjunto final de la cumbre a la que han asistido sus
líderes entre ayer y hoy en el palacio de Elmau (sur de Alemania).
El G7 desea por un lado una "rápida implementación" del nuevo estándar global para
el intercambio automático de información tributaria para finales de 2017 o 2018, un
protocolo ratificado por unos 50 países hasta la fecha. Este acuerdo, anunciado el
pasado octubre en Berlín, busca por un lado facilitar la persecución de las personas
que tratan de engañar al fisco ocultando dinero en el extranjero y, por otro, evitar las
prácticas -legales, pero polémicas- de ingeniería tributaria de ciertas multinacionales.
Entre los firmantes hay un gran número de países europeos (aunque no Suiza), tres
latinoamericanos (Argentina, Colombia y México), dos asiáticas (Corea del Sur y
Mauricio) y una africana (Suráfrica), aunque falta Estados Unidos.
Mediante este pacto, basado en unas reglas de intercambio automático de información
financiera pergeñadas por la OCDE, se registrarán a partir de 2016 los datos de todas
las nuevas cuentas bancarias y comenzarán a compartirse de forma rutinaria desde
septiembre de 2017.
Entre los datos que se compartirán están incluidos los saldos, los intereses aplicados,
los dividendos, los beneficios procedentes de productos financieros y los números de
identificación fiscal (NIF).
Además, el comunicado del G7 instó a la comunidad internacional a sumarse
"expeditivamente" al programa internacional de intercambio de información tributaria
bajo demanda, un mecanismo previo para compartir datos fiscales. Asimismo, los
países miembros del G7 "reafirmaron su compromiso" de hacer avanzar el plan de
acción contra la Erosión de la Base Fiscal y el Movimiento de Beneficios (BEPS), en
referencia a las estrategias fiscales de las multinacionales.
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Merkel y Obama, amigos y aliados, en la cumbre del G-7 en Baviera
Ambos líderes deciden estrechar lazos y aparcar sus últimas divergencias tras los
casos de espionaje por parte de EEUU
En el programa, el conflicto en Ucrania, la creación de empleo en Europa, la
cooperación internacional y la lucha contra el cambio climático
Foto de familia de los mandatarios del G-7, en Elmau (Alemania).
Matthias Schrader / AP
Fuente: EFE / ELMAU (ALEMANIA)
La cancillera alemana, Angela Merkel, y el presidente estadounidense, Barack Obama,
se presentaron este domingo como amigos y aliados a pesar de las "diferencias de
opinión" que, recordó la líder germana, puede haber entre los dos países.
"A pesar de nuestras diferencias de opinión, Estados Unidos es nuestro amigo,
nuestro aliado, un aliado esencial con el que cooperamos estrechamente en interés
mutuo", subrayó Merkel en un breve discurso al recibir a Obama en la pequeña
localidad alpina de Krün, en Baviera, antes de comenzar la cumbre del G7.
"Hoy celebramos una de las alianzas más firmes que existen en el mundo", subrayó,
por su parte, Obama en referencia a la amistad germano-estadounidense, sin aludir a
las divergencias últimas entre ambas potencias tras revelarse los programas de
espionaje de EEUU en suelo germano.
25 AÑOS DE LA REUNIFICACIÓN
Alemania conmemora este año el 25º aniversario de la reunificación del país y Merkel
quiso agradecer la contribución de EEUU, un país con el que apostó por cooperar
"estrechamente" ante la existencia de valores compartidos.
Ante los vecinos de Krün reunidos para recibir a ambos mandatarios con los trajes
tradicionales bávaros, Obama se mostró agradecido por "la amistad y el liderazgo" de
Alemania en la OTAN, en la UE y en el contexto internacional.
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EJE DE LA REUNIÓN
El presidente estadounidense repasó los ejes de la reunión del G7 y, en concreto, su
apuesta por "hacer frente a la agresión de Rusia en Ucrania".
En materia económica, recordó, se abordarán las bases de una economía global que
cree puestos de trabajo y el futuro de prosperidad y bienestar de la Unión Europea, sin
olvidar otros capítulos como la cooperación internacional contra los extremismos
violentos o la lucha contra el cambio climático.
Obama reconoció que los retos son difíciles, pero, en el 70 aniversario del final de la
Segunda Guerra Mundial y 25 años después de la reunificación alemana, puso a
Alemania como ejemplo de que es posible realizar grandes avances.
En tono de broma, recordó que ésta es su cuarta visita a Alemania y lamentó haber
olvidado sus pantalones de cuero, parte esencial del traje bávaro que lucían este
domingo la mayoría de los varones asistentes al acto.
Según señaló, cuando supo que Merkel iba a organizar la cumbre del G7 en Baviera
confió en que tuviera lugar durante la Oktoberfest, la famosa fiesta de la cerveza de
Múnich, aunque "nunca es mal momento para una cerveza y una salchicha", apuntó
sonriendo ante el desayuno bávaro dispuesto para recibirle en Krün.
CERVEZA Y SOL
Entre risas pidió a la cancillera celebrar las reuniones previstas en el exterior y "beber
cerveza", bajo el espléndido sol que lucía esta mañana en Baviera.
"Pero creo que tendremos que negociar con la gente de seguridad", concluyó entre los
aplausos de los vecinos.
Obama optó por el tono distendido y obvió cualquier referencia a las tensiones que
han atravesado las relaciones bilaterales en los últimos meses tras revelarse detalles
sobre los programas de espionaje masivo de EEUU en suelo alemán, donde llego a
ser escuchado uno de los móviles de la canciller.
Merkel se encuentra bajo presión en estos momentos en su país después de que se
filtrara que los servicios secretos de exterior alemanes (BND) habían colaborado con
la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) en el espionaje de objetivos europeos,
presumiblemente tanto institucionales como empresariales.
Una comisión de investigación parlamentaria estudia el caso y ha solicitado tener
acceso al listado de objetivos, pero Berlín ha señalado que tomará una decisión al
respecto cuando concluya el proceso de consultas que ha abierto con la
administración estadounidense y que todavía sigue en marcha.
Las críticas han arreciado también sobre la cancillera tras comprobarse que nunca
verá la luz el prometido acuerdo bilateral de no espionaje.
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La economía y el terrorismo centran la cumbre del G7 en Alemania
"Hoy celebramos una de las alianzas más firmes que existen en el mundo" ha
subrayado Obama en referencia a la amistad germano-estadounidense, sin aludir a las
divergencias últimas entre ambas potencias tras revelarse los programas de espionaje
de EEUU en suelo germano. También han abordado la situación de la eurozona y la
crisis griega.
La economía y el terrorismo centran la cumbre del G7 en Alemania. EFE
La cumbre del G7, con los líderes de EE.UU., Alemania, Japón, Reino Unido, Francia,
Italia y Canadá, ha comenzado en el palacio bávaro de Elmau (sur de Alemania),
centrada en la economía internacional y con la crisis griega como inevitable referencia.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha ejercido de anfitriona de la reunión y ha
comenzado la jornada con una entrevista bilateral con el presidente estadounidense,
Barack Obama, con quien ha mantenido además un encuentro con ciudadanos en la
pequeña localidad alpina de Krün, de apenas 2.000 habitantes.
La primera sesión de trabajo de la cumbre tenía como objetivo analizar la coyuntura
económica global y las posibles fórmulas para dinamizarla ante la falta de pegada de
los países industrializados y la ralentización de las grandes potencias emergentes.
Más de 22.000 agentes velan por la seguridad de la Cumbre
La canciller alemana y el presidente estadounidense se han presentado como amigos
y aliados a pesar de las "diferencias de opinión" que, recordó la líder germana, puede
haber entre los dos países. "A pesar de nuestras diferencias de opinión, Estados
Unidos es nuestro amigo, nuestro aliado, un aliado esencial con el que cooperamos
estrechamente en interés mutuo", subrayó Merkel en un breve discurso al recibir a
Obama.
"Hoy celebramos una de las alianzas más firmes que existen en el mundo", subrayó,
por su parte, Obama en referencia a la amistad germano-estadounidense, sin aludir a
las divergencias últimas entre ambas potencias tras revelarse los programas de
espionaje de EEUU en suelo germano.
Obama se mostró agradecido por "la amistad y el liderazgo" de Alemania en la OTAN,
en la UE y en el contexto internacional. El presidente estadounidense repasó los ejes
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de la reunión del G7 y, en concreto, su apuesta por "hacer frente a la agresión de
Rusia en Ucrania". Además el presidente norteamericano reconoció que los retos son
difíciles, pero, en el 70 aniversario del final de la II Guerra Mundial y 25 años después
de la reunificación alemana, puso a Alemania como ejemplo de que es posible realizar
grandes avances.
Los líderes han abordado también las principales crisis internacionales en una cena de
trabajo. El foco de atención está, según fuentes del Gobierno alemán, en la guerra en
Siria, tras los últimos avances del Estado Islámico (EI), y a la crisis de Ucrania, donde
los enfrentamientos entre el ejército de Kiev y los separatistas prorrusos se han
recrudecido en las últimas semanas.
Éste es el segundo año consecutivo en el que el presidente ruso, Vladimir Putin, no
participa en la cumbre del G7, después de que los líderes del G7 decidieran aparcar el
formato G8 ante la anexión de Crimea por parte de Moscú. Las sanciones políticas y
económicas que Occidente impuso a Rusia por este motivo serán previsiblemente
ratificadas en la reunión de líderes de Elmau. La cita se celebra rodeada de
extraordinarias medidas de seguridad, con más de 22.000 agentes implicados en el
dispositivo diseñado para evitar que los activistas contrarios al G7, un foro de carácter
informal que representa al 11 % de la población mundial y un tercio de la economía
global.
El dispositivo policial incluye el bloqueo de varias carreteras locales, la reintroducción
temporal de los controles fronterizos y el cierre parcial del espacio aéreo en un área de
100 kilómetros de radio alrededor del palacio de Elmau.
El Gobierno alemán y el de Baviera tratan con este despliegue de que no se repitan en
este encuentro los altercados violentos que tuvieron lugar en Fráncfort el pasado mes
de marzo con motivo de la inauguración de la nueva sede del Banco Central Europeo.
Sanciones a Rusia hasta que cumpla los acuerdos de paz de Minsk
Barack Obama y Angela Merkel han celebrado una reunión bilateral antes de la
cumbre del G7 AFP
Fuente: Elmau, Alemania (EFE)
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela
Merkel, han coincidido en vincular la duración de las sanciones a Rusia con el pleno
cumplimiento de los acuerdos de Minsk sobre el conflicto en Ucrania.
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"Los dos líderes han abordado la actual crisis en Ucrania y acordado que la duración
de las sanciones debería de vincularse claramente a la plena implementación de los
acuerdos de Minsk y al respeto de la soberanía ucraniana", han informado fuentes
estadounidenses.
Ambos líderes han celebrado una reunión bilateral en la localidad bávara de Krün,
cercana a la frontera entre Alemania y Austria, y antes de comenzar la reunión del G7
en el palacio de Elmau, a la que además de Merkel y Obama asisten los líderes de
Reino Unido, Italia, Francia, Canadá y Japón, más los presidentes de la Comisión y el
Consejo Europeos.
Fuentes del Gobierno alemán han destacado por su parte de esa cita bilateral el
intercambio de impresiones sobre la situación en Ucrania, que consideran que ha
empeorado en los últimos días, y sobre cuál debe ser su postura común frente al
presidente de Rusia, Vladímir Putin. "Mi intención es que hoy el G7 reconfirme su
unidad sobre el régimen de sanciones. La UE y el G7 al completo siguen apoyando
con firmeza la plena integridad territorial de Ucrania, su soberanía y su
independencia", ha dicho por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Donald
Tusk, en conferencia de prensa.
Tusk también ha subrayado que los últimos enfrentamientos en el este de Ucrania han
sido muy violentos, y ha insistido en que "Rusia tiene que implementar los acuerdos de
paz de Minsk II", alcanzados en febrero pasado en la capital bielorrusa con Ucrania y
Rusia y los separatistas con la intermediación de Francia y Alemania.
Del encuentro bilateral entre Obama y Merkel, fuentes estadounidenses han señalado
que también han abordado la evolución de las negociaciones entre Bruselas y
Washington para alcanzar un ambicioso tratado de libre comercio e inversiones (TTIP).
"El TTIP quiere promover el crecimiento y el empleo entre ambos lados del Atlántico",
han indicado las fuentes, que también han señalado que han tratado sobre las
negociaciones de cara a la conferencia sobre el cambio climático que en el marco de
la
ONU se celebrará en París a fines de año.
Han agregado que Obama y Merkel "han hablado de la importancia de trabajar juntos
para promocionar un acuerdo exitoso a ese respecto para finales de año". Los líderes
del G7 abordarán en su discusión del lunes la evolución de esas negociaciones y
reafirmarán su apoyo a la reunión de París.
Merkel: Las sanciones a Rusia no se suspenderán
sin cambio de rumbo de Moscú
Fuente: La Vanguardia
La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró hoy en el marco de la cumbre del G7
que las sanciones impuestas a Rusia a causa del conflicto en Ucrania sólo podrán
retirarse cuando desaparezca la razón que las causó.
En una entrevista concedida a la cadena pública "ZDF" en el palacio de Elmau, el hotel
de lujo que acoge la cumbre, la jefa del Gobierno alemán dio cuenta de la unidad de
criterio de los miembros del G7 -EEUU, Reino Unido, Japón, Canadá, Alemania,
Francia e Italia- con respecto a su antiguo socio en el G8, Rusia.
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Merkel dio por supuesto que en la cena de trabajo que tendrá lugar esta noche sobre
política exterior los líderes de este foro informal van a dar una "señal unánime" sobre
la crisis de Ucrania y que las sanciones políticas y económicas contra Moscú serán
prolongadas.
"Las sanciones podrán retirarse cuando desaparezcan las causas por las que se
pusieron en marcha", afirmó la canciller.
Estas medidas de presión sobre el Gobierno del presidente ruso, Vladímir Putin, se
aprobaron en sucesivas oleadas por la anexión rusa de Crimea y la ayuda económica
y militar de Moscú a los separatistas prorrusos en el este de Ucrania.
Merkel indicó que las sanciones podrían reducirse si se implementa íntegramente el
segundo acuerdo de Minsk, suscrito por Putin y el presidente ucraniano, Petró
Poroshenko, con los separatistas el pasado febrero con la mediación directa de la
canciller alemana y el presidente francés, François Hollande.
Por eso, argumentó, la derogación de estas medidas es algo que está "en las manos"
de Rusia y Ucrania.
Asimismo, Merkel recalcó, como ha hecho en otras ocasiones, que las sanciones "no
son un fin en sí", aunque en ocasiones son "necesarias".
Rusia fue expulsada temporalmente del G8 tras la anexión de Crimea, dentro de una
batería de sanciones políticas.
La canciller añadió en la entrevista que no abordó con el presidente estadounidense,
Barack Obama, sus diferencias a causa del escándalo del espionaje de EEUU en
Alemania ya que este asunto se está tratando ya en otros foros.
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