tema 5: diversidad geográfica y paisajes en españa

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TEMA 5: DIVERSIDAD GEOGRÁFICA Y PAISAJES EN ESPAÑA
España posee una diversidad biológica elevada. Destacan tres características: variedad de
hábitats, flora vascular muy diversa y riqueza faunística. España posee una notable
biodiversidad, el número de especies amenazadas ha incrementado y son aves, flora,
mamíferos y reptiles. Este incremento está vinculado a la expansión de la actividad humana.
En cuanto a las formaciones vegetales, son el conjunto de especies vegetales en un territorio,
que se dividen en reinos florales. La península consta de tres reinos florales: -Boreoalpina:
Pirineos y Cordillera Cantábrica. -Eurosiberiana: Norte de la península, Sistema Central y
Sistema Ibérico. -Mediterránea: el resto de la península. En Canarias se encuentra la
Macaronésica.
Fundamentalmente existen tres tipos básicos de vegetación: bosque, matorral y prado. Estos
tres tipos de vegetación se deben a una serie de factores. Factores climáticos: como la luz
solar, la temperatura y el agua. Factores edáficos: se producen por interacciones entre el suelo
y la vegetación. Factores topográficos: como el relieve, la altitud que hacen que la vegetación
se organice en pisos bioclimáticos.
En cuanto a las regiones biogeográficas destacamos la región biogeográfica alpina que se da en
los Pirineos donde la vertiente norte es más húmeda y la sur su pluviometría es menor. El
sector occidental posee rasgos atlánticos y el oriental rasgos mediterráneos. También posee
rasgos de alta montaña. Los fondos de valle son los lugares más habitados y existen numerosos
recursos en cada piso. También se encuentra la región biogeográfica atlántica se extiende
desde Galicia hasta los Pirineos. Predomina el bosque caducifolio, con hayas y robles; si la
vegetación permanece en buen estado se producen bosques cerrados, y, a veces, bosques
donde se combinan hayas y robles. En los sectores litorales, la influencia del mar incide en la
organización de la vegetación y la fauna y las zonas bioclimáticas, organizadas en pisos
bioclimáticos. En cuanto a la región biogeográfica mediterránea se da desde la Península
Ibérica hasta la Península de Anatolia. Posee una prolongada estación seca y calurosa en
verano, y carácter templado en el resto de estaciones. Tiene precipitaciones muy irregulares.
En ella se pueden diferenciar la franja litoral e islas baleares donde es importante la influencia
del mediterráneo, posee encinares mediterráneos y vegetación y fauna adaptadas a zonas
desérticas; también está la meseta y las depresiones que están alejadas de la influencia del
mar, tienen un gran contraste entre veranos e inviernos, conservan sus bosques y tienen
especial importancia los ríos y humedales; por último las áreas de montaña, donde hay
periodos de luz mayores, un régimen térmico más suave y presentan algunos rasgos
característicos de alta montaña. Por último, la región biogeográfica macaronesica que se da en
las islas canarias, islas volcánicas situadas en el atlántico Medio. En el archipiélago canario las
masas de aire son frescas y húmedas, y ,en ocasiones, el aire es seco y cálido. Las comunidades
vegetales se adoptan a condiciones subdesérticas, predominan los bosques perennifolios
dominados por laureles, pinares y matorrales de leguminosas. Puede aparecer vegetación de
alta montaña.
En cuanto al suelo está formado por la combinación de partículas, minerales, rocas, materia
orgánica, aire y agua. Cabe diferenciar entre litosfera (minerales), biosfera (seres vivos),
atmosfera (clima) e hidrosfera (agua). Podemos destacar los factores que afectan a la
formación del suelo que son la roca madre, el suelo será de una forma u otra según la roca
madre; el clima, el cual influye mecánicamente y químicamente; la topografía, puesto que la
erosión hará relieves; los seres vivos, que enriquecen el suelo; el ser humano, quien mejora o
destruye; y el tiempo, la formación del suelo es lenta.
Hablando de los horizontes, donde decimos que el suelo se forma por la alteración de la roca,
a través de procesos físicos, químicos y biológicos. La acción de los agentes atmosféricos
fragmenta la roca y altera sus minerales, y la circulación del agua transporta las partículas en
su interior y favorece un gran número de intercambios; la combinación de diferentes procesos
permite que en un suelo se diferencien horizontes. El horizonte A es el mas próximo a la
superficie y abunda materia orgánica descompuesta, el horizonte B es donde se acumulan los
materiales que son transportados desde el horizonte A por procesos de lixiviación y iluviación,
el horizonte C es donde se encuentra el material rocoso sobre el que se ha formado el suelo, y
la roca madre es el material rocoso que todavía no se ha alterado. En la descomposición del
suelo diferenciamos los componentes inorgánicos, que proceden de la alteración de los
materiales sobre los que se ha formado el suelo dependiendo del tipo de roca madre; y los
componentes orgánicos, que se originan por la acumulación de restos de tejidos vegetales y
residuos animales.
En el valor del suelo diferenciamos el ecológico, donde a partir de la vegetación se nutre la
fauna, la cual contribuye a la edafogenesis, favoreciendo así la biodiversidad en el interior del
suelo, todo esto hace posible la vida. El económico, la capacidad de un suelo para producir
alimentos. Y el cultural, las sociedades agrarias han desarrollado procedimientos para
conservar el suelo, muchos de ellos constituyen una gestión sostenible del suelo; durante la
formación de un suelo ha existido actividad humana.
Por último, en cuanto a tipos de suelo podemos distinguir entre los suelos condicionados por
el material sobre el que se han formado, los suelos poco desarrollados, los suelos que están en
una etapa incipiente de formación, los suelos con acumulación de carbonato cálcico, yeso o
sales solubles, y los suelos con acumulación por iluviación.
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