La estética de lo mínimo

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La estética de lo mínimo
Ensayos sobre
microrrelatos mexicanos
Pablo Brescia
coordinador
Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades
Universidad de Guadalajara
Primera edición, 2013
D.R. © Universidad de Guadalajara
Centro Universitario
de Ciencias Sociales y Humanidades
Editorial CUCSH-UDG
Guanajuato 1045
Col. La Normal
44260, Guadalajara, Jalisco, México
ISBN 978-607
Se prohíbe la reproducción, el registro o la transmisión parcial o total de esta obra por cualquier
sistema de recuperación de información, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético,
electro-óptico, por fotocopia o cualquier otro, existente o por existir, sin el permiso previo por
escrito del titular de los derechos correspondientes.
Impreso y hecho en México
Printed and made in Mexico
Índice
Introducción
Pablo Brescia
9
Macromicros: perspectivas plurales
Espacios paratextuales de la minificción en México
Gerardo Cruz
19
Lo ominoso en el microrrelato femenino mexicano
Cándida Elizabeth Vivero Marín
33
Wittgenstein en Coyoacán: la filosofía en la minificción
mexicana contemporánea
Lauro Zavala
44
Un mini: el precursor
De fusilamientos precursores, o la «estética de lo mínimo» en Julio Torri
María Guadalupe Sánchez Robles63
Minimexicanos: escritores y escritoras de minificción
Las 83 novelas de Alberto Chimal: de la brevedad del tweet
a la lectura fractal
77
Juan Carlos Gallegos
Ana Clavel: escritura posmoderna en la minificción «Una relación perfecta»
Bianca Eunice Castillo Villanueva
88
7
Alcanzar el horizonte: el carácter minificcional
de Las vocales malditas, de Óscar de la Borbolla
99
Alejandra Partida Vázquez
«Delirios razonables»: la minificción de Cecilia Eudave
Francisca Noguerol
108
La brevedad extrema en Circos de tres pistas
y otros mundos mínimos, de Luis Felipe Hernández
Laura Elisa Vizcaíno Mosqueda
125
Poética de la errancia: el caso de Guillermo Samperio
Alejandro Piña
136
La construcción de los personajes en Castillos que se incendian,
de José Luis Zárate. Hacia una semiosis de los actores
complejos en la minificción
Angélica Maciel Rodríguez
146
Sea breve: cien años de microrrelatos mexicanos
El microrrelato mexicano del último siglo: una bibliografía de creación
8
Javier Perucho
157
Datos de los colaboradores
165
Introducción
Pa b l o B r e s c i a
Cuentos brevísimos. Cuentos mínimos. Minicuentos. Microcuentos. Nanocuentos. Relatos hiperbreves. Minirrelatos. Microrrelatos. Minificciones. Microficciones. Ficciones súbitas. Minitextos. Microtextos. Textículos. ¿Cómo llamar a las
formas mínimas que aparecen en el horizonte de la producción literaria? ¿Qué
resultados funcionales puede arrojar, emprender una indagación en su nomenclatura? ¿O quizá debamos trazar coordenadas para su clasificación, canonización y
estudio? ¿Sería más aconsejable, tal vez, proceder inductivamente y examinar la
producción específica de autores y autoras de esta especie textual? Plantear estas
preguntas lleva a los apasionados por las formas breves a actuar, indefectiblemente, como aquellos lectores ideales de microrrelatos: curiosos, atentos, conscientes de las múltiples interdiscursividades, intertextualidades y significaciones
que habitan estas formas mínimas, los críticos-lectores se convierten en cocreadores y en coinvestigadores de su existencia —que no de la esencia, por siempre
escurridiza— y, al hacerlo, colocan bajo el microscopio los devenires no sólo de las
formas mínimas, sino también de las operaciones de lectura y análisis que se han
hecho sobre ellas.
En el comienzo de La estética de lo mínimo. Ensayos sobre microrrelatos mexicanos se planteó un recorte sobre el área de estudios. Por esto el proyecto centró su
atención en una especie literaria, el microrrelato o minificción, y en un sector geográfico, México. Consideramos que tanto la abundante producción literaria como
la creciente atención crítica sobre el género en ese país ameritaba un estudio de
este tipo. En la primera década del siglo x x i , las formas mínimas en México han
sido objeto de importantes antologías y monografías que les han ganado un lugar
como objeto de estudio de la crítica literaria; nuestro volumen es quizás uno de
los pocos que reúnen ensayos de varios investigadores sobre el tema y así emprenden una labor colectiva polifónica sobre esta especie literaria. Así, esperamos que
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dicha labor comience a constituir un archivo de autores, microrrelatos y perspectivas críticas.
Partiendo de estos parámetros, La estética de lo mínimo. Ensayos sobre microrrelatos mexicanos buscaba, por un lado, acercarse tanto a los cultivadores del
microrrelato mexicano en los últimos veinte años como a sus diversas estéticas/
poéticas y, por otro, analizar los modos de circulación, recepción y canonización
del género. De este modo, nuestra intención era ofrecer un mapa de la trayectoria
del microrrelato o la minificción en México. Los resultados mismos propusieron
una división de este mapa en cuatro territorios.
El primer sector, que denominamos Macromicros: perspectivas plurales, está
constituido por tres trabajos que proponen una dimensión amplia, tanto en su
corpus como en su análisis, para el examen de la minificción mexicana. El ensayo
de Gerardo Cruz, «Espacios paratextuales de la minificción en México» no sólo
releva autores (Julio Torri) y publicaciones (El Cuento. Revista de Imaginación) clave
para el desarrollo del género en México, sino que también se ocupa de practicantes
contemporáneos como Guillermo Samperio y, en especial, Alberto Chimal, con el
objeto de examinar lo que ocurre con estas piezas breves y su circulación antes de
entrar a la canonización por medio del libro. Las nociones de paratextualidad y
epitextualidad propuestas por Gérard Genette le permiten a Cruz distinguir entre
espacios de tránsito privados y públicos que se encuentran ligados a cuestiones de
transitoriedad y temporalidad. Estas categorías, según Cruz, han resultado y aún
hoy resultan esenciales para la construcción de la tradición literaria de la minificción en México. La óptica de Cándida Elizabeth Vivero Marín en «Lo ominoso en el
microrrelato femenino mexicano», en cambio, elige dar prioridad a un cruce entre
práctica temática —el terror ligado a la infancia— y categoría teórica —el psicoanálisis visto desde una perspectiva feminista— para hablar de los microrrelatos
de cuatro narradoras: Guadalupe Ángeles, Sofía Ramírez, Socorro Venegas y Cecilia Eudave. En ellos, Vivero Marín observa una angustia ante lo desconocido que
muchas veces representa la Ley o el Logos, aunque la infancia en tanto tema abre
la puerta a la interrogación literaria sobre la imaginación, la inocencia, la añoranza
y la melancolía. Dichos aspectos, vistos desde las perspectivas antes mencionadas,
transitan por los microrrelatos de estas escritoras. Para cerrar esta sección, Lauro
Zavala propone en «Wittgenstein en Coyoacán: la filosofía en la minificción mexicana contemporánea» un paseo por algunos ejemplos de la producción de Rogelio
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Guedea, Guillermo Fadanelli, Mónica Lavín, Luis Bernardo Pérez y Óscar de la
Borbolla. Zavala plantea como idea central la aparición de un fenómeno discursivo
notable en el microrrelato mexicano, esto es, su naturaleza reflexiva que alterna
elementos de la narrativa y el ensayo. Dichos textos, además, sugieren un engarce
con la noción filosófica de los juegos del lenguaje propuesta por Ludwig Wittgenstein, dado que los autores estudiados no solamente imbuyen a sus escritos un
estilo propio sino que establecen las reglas para la construcción de dicho estilo.
A esta combinación —narratividad/reflexión/juegos del lenguaje— Zavala decide
llamarla minificción, textos de naturaleza híbrida, irónica y metaficcional.
No obstante el enfoque contemporáneo de nuestro libro, María Guadalupe
Sánchez Robles eligió ocuparse de la obra que es considerada un hito fundacional
en el microrrelato mexicano: De fusilamientos (1940), de Julio Torri. De tal modo,
«De fusilamientos precursores, o la estética de lo mínimo en Julio Torri», único
ensayo habitante del segundo sector de nuestro mapa al que llamamos Un mini: el
precursor, sirve de puente entre los acercamientos generales y los particulares a la
minificción mexicana al proponer una mirada fuera de la contemporaneidad de las
prácticas actuales del género. Para Sánchez Robles es indudable el carácter precursor de la obra de Torri y su análisis establece algunos patrones para caracterizar la
estética de sus microrrelatos, entre ellos, la brevedad, la narratividad, la caracterización básica, el uso del humor y la ironía, la fusión de géneros y discursos y un
sistema de oposiciones coronado por la persistente oposición al cambio.
Minimexicanos: escritores y escritoras de minificción es el tercer paraje del mapa
del microrrelato mexicano que propone este volumen y es el más numeroso, ya
que contiene siete ensayos que analizan, desde perspectivas variadas, autores contemporáneos que cultivan estas formas mínimas. En «Las 83 novelas de Alberto
Chimal: de la brevedad del tweet a la lectura fractal», Juan Carlos Gallegos examina un caso paradigmático para los tiempos que corren: la actividad de Chimal
en el género, sobre todo en torno a la influencia del internet y el Twitter en sus
microrrelatos. Gallegos enfatiza los avatares de la brevedad, la fractalidad y la
seriación, apoyándose en críticos de esta especie literaria como Omil y Zavala y
concluye que, si bien la brevedad tiene relación estrecha con el medio virtual, la
fractalidad depende más de la categoría autorial. Este tipo de escritura se relaciona
así con la fragmentación textual visible en algunas prácticas culturales actuales,
acicateadas estas por la naturaleza hipertextual de los medios electrónicos. Por
11
su parte, Bianca Eunice Castillo Villanueva, en «Ana Clavel: escritura posmoderna
en la minificción ‘Una relación perfecta’», adopta una perspectiva precisamente
mínima para hablar de un solo relato de Clavel y plantear una lectura a la luz de,
por un lado, las propuestas de críticos del género como Rojo y Zavala, y, por otro,
los conceptos de Clavel en su «poética de las sombras». Concentrándose tanto en la
estructura como en el discurso ambiguo y el significado metafórico de este microrrelato, Castillo Villanueva concluye que el texto expresa tanto las ansiedades del
ser humano posmoderno, como las eternas indagaciones en la soledad y la identidad y ofrece un acabado ejemplo de un buen matrimonio entre la poética particular de una escritora y la estética de la minificción. Alejandra Partida Vázquez, en
tanto, propone en «Alcanzar el horizonte: el carácter minificcional de Las vocales
malditas, de Óscar de la Borbolla» acercarse a tres relatos —el de la «a», el de la «e»,
y el de la «o»— de posiblemente uno de los libros de microrrelatos más reconocidos en México. Como en casos anteriores, se recurre a la crítica sobre el género y se
engarza esta aproximación con una característica particular de los textos estudiados, en este caso la transgresión de modelos moralizantes del archivo judeocristiano. Para Partida Vázquez, el caso particular del microrrelato como género exige
un lector atento que pueda explotar las potencialidades del texto.
A continuación en la tercera región de nuestro mapa, Francisca Noguerol hace
un detallado recorrido por el libro de microrrelatos Para viajeros improbables en
«“Delirios razonables”: la minificción de Cecilia Eudave». Noguerol postula que
Eudave se inscribe en la ilustre tradición mexicana de textos breves mediante una
multiforme exploración de lo insólito basada principalmente en dos rasgos: uno
estructural —su carácter de inventario— y otro temático —la denuncia y sátira
sobre la condición humana—. Haciendo gala de una estimable fuente de recursos
críticos, este análisis comprueba la aparente capacidad infinita de la imaginación
literaria de Eudave y su tránsito por lo fantástico en busca de un cuestionamiento
profundo de la realidad que nos rodea. Laura Elisa Vizcaíno Mosqueda, por su
parte, intenta poner bajo la lupa la intensidad que proviene de la mínima extensión en «La brevedad extrema en Circos de tres pistas y otros mundos mínimos, de
Luis Felipe Hernández». Al poner énfasis en recursos como la fragmentación, la
parodia, los cierres y el paratexto, concluye que, de manera sugerente, en el ejercicio lúdico que plantean los microrrelatos de Hernández no es la temática sino
la forma misma el objetivo principal de la plasmación textual, y que ello puede
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constituir una diferencia crucial entre la narrativa breve del pasado y la del presente. Con «Poética de la errancia: el caso de Guillermo Samperio», Alejandro Piña
ofrece un enfoque ceñido a una serie de textos y propone examinar la mutabilidad de la minificción como género a partir de la serie de Samperio. Este ensayo
estudia cómo la serie de textos «trashumantes» de Samperio funciona mediante la
adición y recomposición, realzando el juego formal. Para Piña este juego subraya
cómo la errancia de la minificción se hace metáfora de la errancia humana donde
la forma sin forma del humo es consonante con la estética del escritor mexicano.
Por último, Angélica Maciel Rodríguez trabaja el género desde un enfoque poco
cultivado: la función del personaje. Así, «La construcción de los personajes en
Castillos que se incendian, de José Luis Zárate. Hacia una semiosis de los actores
complejos en la minificción» va contra la corriente crítica, en cuanto ésta propone
que en los microrrelatos la circunstancia muchas veces eclipsa al personaje. Maciel
Rodríguez plantea que, al menos en el caso de este libro y este autor, los personajes, muchas veces insólitos, son ejes de la acción y proponen categorías de análisis
—normalidad vs. anormalidad; lo colectivo vs. lo individual; Yo vs. lo otro— que
nos hacen repensar la función de los personajes en la minificción.
Como cierre del volumen, la sección Sea breve: cien años de microrrelatos mexicanos está integrada por la bibliografía que compila Javier Perucho en «El microrrelato mexicano del último siglo: una bibliografía de creación». Allí se ofrece uno
de los más exhaustivos catálogos que existen en el horizonte de la crítica de libros
de microrrelatos de autores y autoras mexicanas, antologías en papel y virtuales,
y decálogos y poéticas.
Un repaso necesariamente breve por los estatutos de la minificción o el microrrelato pone de manifiesto la complejidad del proceso literario y comunicativo que
encarna este género o subgénero y la necesidad de enfoques plurales que rechacen
los encasillamientos pero que, a la vez, produzcan un avance sobre su estudio. No
es un dato menor que, por ejemplo, alcanzar un consenso sobre el nombre apropiado para esta especie literaria aun hoy siga siendo material para la discusión. El
traslado de minicuento a microrrelato propuesto por Dolores Koch hace ya varios
años —José Emilio Pacheco utilizó este último término por primera vez en 1977,
legitimando su uso— ha dado lugar al debate actual entre microrrelato y minificción. En este libro elegimos usar estos dos términos indistintamente. Tampoco
es casualidad que, si bien el límite del número de palabras sugerido por algunos
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críticos como Lauro Zavala no resulta funcional a la hora de reconocer y analizar
microrrelatos, el asunto de la extensión —¿cuán breve debe ser un texto para ser
considerado microrrelato?— es uno de los pilares básicos para esta forma literaria,
así como también lo son la ficcionalidad, el género y la narratividad. Sin imponer
condiciones suficientes y necesarias, es posible afirmar que, por lo general y a la
luz tanto de las prácticas literarias como de los análisis críticos, un microrrelato o
minificción se caracteriza por su brevedad y condensación extremas, una polisemia
que aspira a la máxima concentración de significados, muchos de ellos indefinidos
o indeterminados, un núcleo narrativo por más leve que sea, una alta competencia
(lingüística, cultural, intertextual) no solo desde el acto creativo sino también en
el acto de recepción, y un pacto de lectura que trabaja con sobreentendidos e implicaciones. A estos elementos se les agregan, por un lado, cuestiones formales que
en el análisis privilegian el título, el inicio, el final y las elipsis en un determinado
microrrelato y, por otro, estrategias discursivas o temáticas que apelan a la intertextualidad, el humor y la ironía, la paradoja y la hibridez. A todo ello se suman,
por una parte, el reconocimiento de antecedentes del microrrelato en las formas
de la tradición como el consejo, los refranes, los aforismos, los proverbios y las
máximas y, por otra, las formas contemporáneas que trasuntan una estética de la
innovación o sorpresa, con una fuerte influencia de la condición posmoderna —
con su carga metaficcional, escéptica, relativista y fragmentaria— y de los medios
digitales —que apuntan al resumen, a la interrupción y a la velocidad—. En el
campo de fuerzas culturales donde actúa la minificción literaria de nuestros días,
la miniaturización del mundo propuesta por las formas breves provoca, a la vez,
un reconocimiento y un extrañamiento que nos invitan siempre a seguir leyendo.
Desde esta perspectiva, La estética de lo mínimo. Ensayos sobre microrrelatos
mexicanos constituye un aporte sólido a los estudios sobre la minificción mexicana. En primer lugar, propone aproximaciones generales que permiten estudiar
en conjunto varios microrrelatos y plantear cuestiones que atañen tanto a la inmanencia como a la pragmática de los textos. En segundo lugar, reconsidera a uno
de los precursores del género en México, Julio Torri. En tercer lugar, sugiere la
lectura y el estudio de autores y autoras en actividad como Alberto Chimal, Guillermo Samperio, Guadalupe Ángeles, Sofía Ramírez, Socorro Venegas, Cecilia
Eudave, Rogelio Guedea, Guillermo Fadanelli, Mónica Lavín, Luis Bernardo Pérez,
Óscar de la Borbolla, Ana Clavel, Luis Felipe Hernández y José Luis Zárate. Y en
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cuarto lugar ofrece una bibliografía primaria sobre el tema, a la que agregamos
una bibliografía mínima para aquellos interesados en iniciar o ahondar en el estudio del género. En los diversos acercamientos de los colaboradores de este libro a la
minificción mexicana notamos intereses que se intersectan con lo anteriormente
establecido, como los mecanismos de circulación y legitimación de los microrrelatos, la importancia de los medios digitales para la constitución del género, las
diversas variantes temáticas que ofrecen las formas breves, a veces insertadas en
el contexto de la posmodernidad, y, por último, la atención a los aspectos estructurales de los microrrelatos y el énfasis en su relevancia tanto para la creación como
para la recepción.
Como es costumbre en los libros editados por la Universidad de Guadalajara,
se invitó a alumnos y a ex alumnos de la universidad a colaborar en este volumen.
A ellos se unieron prestigiosos especialistas en el género como Francisca Noguerol, Javier Perucho y Lauro Zavala. Vaya nuestro agradecimiento con todos ellos.
Y extiendo unas gracias especiales a la Dra. Cecilia Eudave. El año pasado, en una
de nuestras tantas y amenas charlas en Guadalajara, surgió la posibilidad de este
proyecto. Cecilia confió en mí para llevarlo a buen puerto. Con este libro, volví a la
edición después de varios años y la tarea me recordó lo mucho que se aprende y lo
placentero que puede llegar a ser.
Bibliografía mínima para el estudio
del microrrelato hispanoamericano y mexicano
Andrés Suárez, Irene; Antonio Rivas, eds. La era de la brevedad: el microrrelato hispánico. Actas del
IV Congreso Internacional de Minificción. Palencia: Menoscuarto, 2006.
Calvo Revilla, Ana; Javier de Navascués, eds. Las fronteras del microrrelato. Teoría y crítica del
microrrelato español e hispanoamericano. Madrid/ Frankfurt: Iberoamericana/Vervuert, 2012.
Castañón, Adolfo. «Magnitudes del jíbaro o de las formas breves en la literatura hispanoamericana
contemporánea». En América sintaxis. México: Aldus, 2000. 11-22.
Epple, Juan Armando, coord. Revista Interamericana de Bibliografía, vol. 46, núms. 1-4 (1996).
Koch, Dolores. «El microrrelato en México: Torri, Arreola, Monterroso y Avilés Fabila» Hispamerica
núm. 30 (1981). 123-130.
—, coord. Antes y después del dinosaurio: el microrrelato en América Latina. Hostos Review/Revista
Hostosiana, núm. 6 (2009).
Lagmanovich, David. El microrrelato. Teoría e historia. Madrid: Menoscuarto, 2006.
Noguerol Jiménez, Francisca, coord. Escritos disconformes. Nuevos modelos de lectura. Salamanca:
Universidad de Salamanca, 2004.
Omil, Alba. El microrrelato y otros ensayos. Tucumán, Argentina: Universidad Nacional de Tucumán-Ediciones del Rectorado, 2000.
15
Perucho, Javier. El cuento jíbaro. Antología del microrrelato mexicano. México: Universidad Veracruzana-Ficticia, 2006.
—, Dinosaurios de papel. El cuento brevísimo en México. México: Ficticia-Universidad Nacional
Autónoma de México, 2009.
Pollastri, Laura. «Una escritura de lo intersticial: las formas breves en la narrativa hispanoamericana». En El puente de las palabras. Homenaje a David Lagmanovich. Inés Azar, ed. Washington: Organization of American States, 1994. 341-352.
Rojo, Violeta. Breve manual para reconocer minicuentos. México: Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Azcapotzalco, 1997.
—, coord. Katatay. Revista Crítica de Literatura Latinoamericana, vol. 2, núms. 3-4 (2006): 31-57.
Roas, David, comp. Poéticas del microrrelato. Madrid: Arco/Libros, 2010.
Siles, Guillermo. El microrrelato hispanoamericano. La formación de un género en el siglo XX.
Buenos Aires: Corregidor, 2007.
Tomassini, Graciela; Stella Maris Colombo. Comprensión lectora y producción textual. Minificción
hispanoamericana. Rosario: Fundación Ross, 1998.
Zavala, Lauro, coord. La minificción en Hispanoamérica. De Monterroso a los narradores de hoy.
Quimera 211-212 (2002).
—, comp. Minificción mexicana. México: UNAM, 2003.
—, Cartografías del cuento y la minificción. Sevilla: Renacimiento, 2004.
—, La minificción bajo el microscopio. México: UNAM, 2006
16
La estética de lo mínimo.
Ensayos sobre microrrelatos mexicanos
se terminó de imprimir en noviembre de 2013, en los talleres de
Editorial Página Seis, S.A. de C.V.
Se tiraron 500 ejemplares más sobrantes para reposición.
Diseño de portada, diagramación y cuidado del texto:
Editorial Página Seis, S.A. de C.V.
Morelos 1742, Col. Americana, CP 44160
Guadalajara, Jalisco, México
Tel: (33)3657-3786 y 3657-5045
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