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N U M E R O 101
SEPTIEMBRE-OCTUBRE • 2007 • $36.00
PLAZA DE LA CIUDADELA, 4, CENTRO HISTÓRICO
DE LA CIUDAD DE MÉXICO.
CP 06040. TELÉFONOS (55) 9172 47 lOY 12
CORREO ELECTRÓNICO;
[email protected]
CERTIFICADO DE LICITUD DETÍTULO # 6270
CERTIFICADO DE LICITUD DE CONTENIDO U 4380
CONSEJO N A C I O N A L PARA
L A C U L T U R A Y LAS A R T E S
2
Laurent G r e i l s a m e r
23
Rene Char:
Poesía de la claridad
(Antología)
41
Proverbios del infierno
PRESIDENTE
SERGIO VELA
DIRECTOR G E N E R A L DE BIBLIOTECAS
FEDERICO HERNÁNDEZ PACHECO
R E V I S T A B I B L I O T E C A DE M É X I C O
DIRECTOR FUNDADOR:
|AIME G A R C Í A TERRÉS f
D I R E C T O R : EDUARDO UZALDE
E D I T O R : | O S É ANTONIO MONTERO
E D I T O R A S O C I A D O : MARIO BOJÓRQUEZ
S E C R E T A R I O DE R E D A C C I Ó N :
JOSÉ D E L A COLINA
CONSEJO DE R E D A C C I Ó N :
JUAN ALMELA. FERNANDO ÁLVAREZ DEL CASTILLO,
MIGUEL CAPI5TRÁN. ADOLFO ECHEVERRÍA,VÍCTOR
W i l l i a m Blake
44
PROMOCIÓN EDITORIAL:
RUIZ
D I S E Ñ O : BRUNO ACEVES HUMANA
A S I S T E N C I A E D I T O R I A L : MARINA GRAF
ASISTENCIA TÉCNICA Y CORRECCIÓN:
UNA
GARAY
VAQUERA
RAÚL ZENDEJAS DE L A PEÑA
COMERCIALIZACIÓN Y DISTRIBUCIÓN:
RUYSDAEL N A V A
IMPRESIÓN:
EDICIONES CORUNDA, S.A. DE C.V
P O R T A D A : RENE CHAR POR VÍCTOR BRAUNER
2- D E F O R R O S : PAUL ÉLUARDY RENE CHAR
EN NIZA E N 1930
4- D E F O R R O S : WILUAM BlAKE A LOS 28 Y A LOS
6 9 AÑOS 0 £ E D A D . P O R FREDERICK TATHAM.
ILUSTRACIONES INTERIORES:
P Á G I N A 6: FOTOGRAFÍA DE RENE CHAR
REPRODUCIDA EN PATRICK V^íALDBERG.
SURREALISM.THAMES A N D HUDSON. L O N D O N ,
1965.
P Á G I N A 7: FOTOGRAFÍA DE BRETÓN, DALÍ,
CHAR Y ÉLUARD. REPRODUCIDA EN ALDO
PELLEGRINI, ANTOLOGÍA DE LA POESÍA SURREAL/STA.
COMPAÑÍA GENERAL FABRIL EDITORA. BUENOS
AIRES, 1961.
P Á G I N A 19: FOTOGRAFÍAS DE JEAN-PAUL
SARTREY ALBERT CAMUS REPRODUCIDAS EN
RENÉ-MARILL ALBÉRÉS ET AL. CAMUS (COLLECTION
CENÍES ET RÉAUTÉS). HACHETTE, PARÍS, 1966.
P Á G I N A S 28 Y 3 0 : OBRAS DE EDVARD MUNCH
REPRODUCIDAS E N PIPER-BÜCHEREl, EDVARD
M U N C H LE&ENFRIES. 46 GRAPHIKEN. R. PIPER & CO.
VERLAG, MUNCHEN. 1955.
P Á G I N A 34: OBRA DE PAUL KLEE REPRODUCIDA
EN JUAN GARCÍA PONCE. PAUL KLEE. IMPRENTA
MADERO. S.A., CIUDAD DE MÉXICO. 1965.
B
BIBLIOTECA
DE M É X I C O
Poetas de América
• Bill Bissett
• Michael Palmer
• Rafael Toriz
• osé Manuel Recillas
• ulio Eutiquio Sarabia
• Eduardo Langagne
•José Kozer
• W a l d o Leyva
• osé M á r m o l
• R o b e r t o Sosa
• Ernesto Cardenal
• uan G e l m a n
T O L E D O Y RAFAEL V A R G A S
MIGUEL G A R C Í A
Rene Char:
Un poeta en armas
58
Las antologías poéticas mexicanas
y sus propuestas
uan C)omingo Arguelles
René Char a los siete años junto a su madre en la casa natal del poeta
LAURENT GREILSAMER*
,
RENE CHAR:
UN POETA EN ARMAS**
TRADUCCiÓN DE MARTA DONís
* Periodista en Le Monde, ha publicado tres biografias en Editorial Fayard: Hubert Beuve-Méry (1990); Le prince foutroye_ La vie de Nicolas de Staiil (/998);
y LEclairaufront. La vie de René CiJar (2004).
** Una vez más Biblioteca de México agradece debidamente a Jacqueline André, encargada de la Mediateca de la Casa de Francia en México, su generosa y diligente participación para obtener los derechos de autor del texto e imágenes sobre René Char que aquí se publican , así como al autor y a
CULTURESFRANc. éditions, institución del Ministére de Alfaires Étrangeres francés, por conceder la autorización correspondiente.
1
BIBUOncA DE M[XICO
Los ojos por sí solos
son capaces también
de dar gritos.'
Centmario de René CIuu
(1907-1988)
No escribiré
poemas
de aquiescencia. 2
Ser de avanzada.
No del festín,
su epílogo. 3
A 10 largo de toda su vida René Char fue un
rebelde. Y esta rebelión comenzó muy pronto,
en el seno mismo de su familia y en la escuela.
Ya desde niño era insumiso y de adolescente se
convirtió en un sublevado. Un itinerario de mercurio. Nacido en 1907 en un país bendecido por
los dioses (en Provenza, y más precisamente en
el Luberon, no lejos de Aviñón) e hijo de una familia burguesa que reinaba como ama y señora
en su ciudad natal (L'Isle-sur-la-Sorgue) . Desde
antes de llegar a la adolescencia se opuso violentamente a su madre y a su hermano mayor.
Todo comenzó cuando murió su padre, industrial y patrón de la sociedad que administraba los hornos de yeso del departamento de Vaucluse, quien fue alcalde de L'Isle-sur-la-Sorgue.
René Char tenía once años. Mucho tiempo después escribió: En realidad no lloré sino una sola vez.
El sol, al desaparecer, hirió tu rostro. Tu cabeza rodó
en lalosa del cielo y ya no creí más en el mañana. 4
A partir de ese día, todo cambió drásticamente. No aceptó más la autoridad de su familia.
O, para ser más exactos, se consideró progresivamente el heredero legítimo, el jefe natural,
el representante real de la familia Charo Su hermano mayor, Albert, diez años mayor que él y
que conocía bien cómo desempeñar este papel,
chocó con un muro. René sufría sus órdenes, sus
bromas pesadas y sus golpes como injurias y humillaciones insoportables.
Fue en esos años, capitales en su formación ,
que René Char se sublevó, años en que maduró
su venganza y pensaba en el asesinato. Esto es
, Feuillets d HypIlOS, CEu vres complétes, París, Gallimard, col. Bibliothéque
de la P1éiade (en lo sucesivo o. C.) , 1983 , p. 200.
, !bid. p. 202 .
J !bid. p. 222 .
• o. c., op. cit., p. 362 .
1
BIBUOncA ¡ M[XICO
Publicamos en este número
de la revista un inteli¡ente y
brillante ensayo del escritor
y periodista francés Laurent
Greilsamer, que él mismo ha
titulado con fortuna René C1rar,
un poeta en armas, (CULTUaESnANCE, 2007, ediciones del
Ministerio francés de asuntos
extranjeros), El texto se publica
aqui, por supuesto, con la autorización del autor y los editores
y gracias a la siempre generosa
diligencia de nuestros amigos
de la Mediateca de la Casa de
Francia en México.
La versión española se debe
a nuestra colaboradora Marta Donís, que también se ha
encargado de traducir varios
poemas y materiales prosísticos publicados por el poeta en
distintas épocas de su vida.
¿Pero quién es Char para
nuestros lectores de hoy, este
gigante de un metro noventa
y tantos centímetros, pugilista
social e intelectual, siempre entregado con pasión a la batalla
contra todas las intolerancias,
los racismos y las injusticias
que le toca afrontar y padecer
en su patria entre las dos grandes guerras del siglo XX (la
primera la vivió en la infancia
y la segunda en la joven madurez)? El retrato del poeta en armas que nos entrega Laurent
Greilsamer es, además de impresionante y conmovedor, un
retrato de toda la generación
europea, y sobre todo francesa
del periodo de entreguerras, y
una radiografia de los conflictos ideológicos y sociales en
que se debatieron los militantes de todas las tendencias en
esa época,
Entre los centenares de páginas que ocupan en la obra de
Octavio Paz (otro poeta que anduvo siempre en armas y a punto estuvo como Char de hacerlo en forma fisica), hay algunas
como las de la entrevista concedida en Cambridge, Inglaterra
(1970), en el Churchill College
a Rita Guibert que cuando le
pregunta al poeta sobre el estado y los logros de la literatura
latinoamericana del momento
lo que se manifiesta en esta semiconfesión del
siguiente cuarteto:
He estrangulado a mi hermano
porque no le gustaba dormir
con la ventana abiertaS
Aquí la poesía disfraza el furor y el resentimiento. René Char se construyó a sí mismo contra ese hermano que se convirtió con el tiempo
en el símbolo de todo lo que detestaba: el conformismo burgués, la ideología reaccionaria, la
arrogancia de quienes se sienten portadores del
derecho de primogenitura. Cuando llegaron los
años de juventud, René Char expulsó a este rival
de su pensamiento. Para él ya no hubo más dudas: él era el jefe, el heredero. La residencia familiar, lugar central del poder del linaje de los Char,
seria obligatoriamente suya. Simbólicamente. De
ello hizo el punto fijo de su vida, y exigió poder ir
a pasar algunos días cuando él quisiera, sin tolerar el más mínimo comentario: "Dormiré en Névons, mi casa .. . es preciso que nadie 10 0Ivide",6
le escribió a su madrina, reafirmando enérgicamente que el título de propiedad no es nada en
comparación con el apego y la convicción. Mientras fue niño todavía, no tuvo ni la fuerza ni los
medios para imponer su ley. Pero fantaseaba con
la muerte del hermano re~hazado, odiado. Un día
consiguió que un amigo le prestara una pistola
(no cargada) durante veinticuatro horas. Para dispararle al hermano. Para fingir que lo hacía. Para
terminar con todo. Este simulacro dice mucho de
su sufrimiento y su resistencia. En esa lucha cuerpo a cuerpo sobrevino finalmente un momento
de gracia: cuando llegó a la adolescencia, René
Char creció desmesuradamente (al grado de llegar a medir 1.92 m) y se volvió musculoso. Jugaba en el equipo local de rugby. Al convertirse en
un coloso, decidió enfrentar fisicamente a su hermano en el primer incidente que se presentara. Y
le dio una tunda a trompadas para saldar todas
las cuentas pendientes.
Él mismo eligió a "sus hermanos" entre los
chicos del pequeño pueblo provenzal, con una
predilección por los humildes, los trabajadores
temporales y los marginados: como poeta los
llamaría los "transparentes". Francis Curel, su
, "Quatre ages", o. e, op. cit., p. 93 .
a las señoritas Roze, correspondencia particular. Citada en
L Ec/air au front. La vi. de René Char, Laurent Greilsamer, Paris, Fayard,
2004.
• <;:arta
mejor amigo de la infancia, era el hijo de un
peón caminero comunista. Mucho tiempo después René Char, hijo de la burguesía, ascendió a
aquel a un rango aristocrático llamándolo en un
poema "Louis Curel de la Sorgue".
La pulsión que 10 llevaba a los artesanos, los
buhoneros o los forasteros fue el sello distintivo
de su rechazo a las convenciones, de su primera resistencia a los códigos sociales. Por aquel
entonces se daba ya sus escapadas, optando por
los inconformes, los chiflados y los vagabundos.
Se rodeó de adultos que no eran de su mundo
y que 10 hacían soñar: tal fue el caso de JeanPancrace Nouguier, viejo sabio de barba blanca
trenzada, llamado el Armero de Dios; Marius
Dimier, el noble pescador, uno de los últimos
de L'Isle-sur-la-Sorgue; Jean Jaume, el nómada,
que le dejó como herencia su bastón de madera
de olivo; Diane Cance, de ojos verde jade y de
cuello alto a quien le habría gustado secarlo al
salir del baño.
Su madre se asustaba de sus amistades e intentó disuadirlo de que las frecuentara. Pero él
no se plegó a tales deseos, y ésos fueron sus primeros pleitos. Y las primeras incomprensiones.
Ese hijo nació rebelde, "nació con buena estrella" según la leyenda familiar, 10 que significa
que su cuerpo se presentó al salir del vientre materno envuelto en un redaño muy fino, en una
especie de membrana transparente: a sus ojos,
fue una señal de predestinación.
Él quería a su madre mientras ella no se saliera de su papel de madre amorosa. En cuanto
traspasaba ese círculo preciso y estrecho, él la
rechazaba. ¿Acaso intentaba darle una orden?
Char la ponía en la picota. ¿Acudía ella a ayudarlo o glorificarlo? Entonces él la bendecía.
Las órdenes lo dejaban indiferente. Desde estos
años, los demás estaban con o en contra de él.
Era necesario que escogieran. "Tengo una respiración congénitamente agresiva", 7 diría más tarde. Rechazaba cualquier coacción, vociferando
y brincando de impaciencia.
La escuela no le parecía aceptable sino sólo en
la medida en que le permitía estar con niños de
su edad, hacerse amigo de ellos, un grupo que le
era devoto. El colegio y el liceo de Aviñón donde estuvo de medio interno le hicieron pensar
en una mordaza. Se la arrancó. Solamente llegó
7
L Águassant,
o. e, op. cit., p. 765.
hasta segundo año de Preparatoria. Él mismo
puso fin a sus estudios: su profesor de literatura
lo sorprendió divagando en clase y como él no
soportó los comentarios que hizo acerca de él,
le lanzó violentamente al rostro su diccionario
de latín y abandonó la escuela, donde ya no se
le vio más.
El resto de sus estudios parece un aprendizaje de la bohemia. Frecuentaba como aficionado
los cursos de una escuela de comercio en Marsella. Fue la ocasión para dar largos paseos por la
ciudad y conocer de improviso a poetas, pícaros,
prostitutas y adivinas. Frecuentaba bares y burdeles y redondeaba sus fines de mes representando una marca de anisado. Su contacto con el
mundo le hizo olvidar sus deberes familiares y el
respeto que le debía a su madre. Le confiaba a su
madrina: Estoy definitivamente enojado con toda mi
familia; son chuscos todos esos seres repugnantes, ¿no
es cierto? .. ¡Ah!, mi madre' ¡Con cuánto gusto me
vería desaparecer de este mundo!"
En sus excesos y su concisión, la juventud le
permitió asimismo tomar algunas decisiones fundamentales. Decidió rechazar cualquier empleo
asalariado a fin de tener libertad de movimiento.
Eligió sobre todo ser poeta, con las manos llenas
de palabras, como granadas. ¿Poeta o dinamitero? Después de Les Cloches sur le CCEur, su primer
volumen (tenía veinte años) , publicó Arsenal. El
tono había cambiado. El romanticismo ya no era
admisible. En las guardas del primer ejemplar,
dice: HA Paul Éluard, ¡finalmente! ". Éluard le
respondió de inmediato invitándolo a que fuera
a verlo a París. Fue un encuentro decisivo que lo
hizo ascender otro poco en la revuelta y la resistencia. En un último artículo de su revista Mén·diens, que acababa de fundar junto con André
Cayatte, Char escribió: A partir de ahora será con
hombres con nombres como Paul Éluard, André Breton
y Louis Aragon, que se traducirán mis esfoerzos. Mis
ojos han encendido todos los bosques para verlos vivir.9
11
Char se instaló provisionalmente en París. Estaba más libre que nunca . Los grandes poetas del
siglo lo habían admitido como un par a su mesa.
Breton lo armó caballero en solemne ceremonia.
Aragon lo bautizó , Éluard lo trataba como su
Carta a las señoritas Roze, correspondencia particular. Citada en
L Éelair au /ront. op. cit.
o En la revista Méridiens, cahiers delittérattlre, d iciembre de 1929 .
8
s
BIBllomA Ol ',:[\1(0
(que era el del boom), recibe de
él la siguiente respuesta: "me
opongo a que se pretenda, por
razones de propaganda comercial y (publicidad desaforada)
que la literatura latinoamericana contemporánea se reduzca exclusivamente a la novela;
(esto es) ... una mutilación que
la cercena y la priva de la mitad
de su cuerpo; la poesía", y concluía Paz: "¡Imagínese 10 que
seria la literatura norteamericana sin Pound, sin Lowell, o
la francesa sin René Char, sin
Francis Ponge o Ives Bonnefoy! Ninguno de estos últimos
es un best sel/er ¿y qué?"
Ya desde los años 50 o 51 en
París, como asimismo 10 refiere Greilsamer, y cuando se estrecha la cercanía fraternal entre Char y Albert Camus (que
hace arnístad desde entonces
con Paz), el mexicano es testigo de las criticas, reticencias y
animadversiones que se provocan en el medio francés cuando
sale a la luz L Homme Revolté,
de Camus, el cual indignó a su
egregio maestro y amigo Jean
Paul Sartre, que acababa de
estrenar -dice Paz- su admirable obra dramática Le Diable
et le bon Dieu, donde se traslucía sin embargo "una indirecta
apología del stalinismo", que
también sublevó en esos años
al revolucionario René Charo
En otra sección de la revista
rendimos homenaje a un genío
de la lirica inglesa, William
Blake (1757-1827) de cuyo nacirníento se conmemoran 250
años en el presente. Se edita de
nuevo para este aníversario la
preciosa versión española que
Xavier Villaurrutia publicó en
1942 de Proverbios del infierno,
un fragmento del Matrimonio
del cielo y el infierno; fue célebre
también la versión castellana
de Pablo Neruda, en la revista
Cruz y Raya.
El número se cierra éon
otra antología de poetas americanos de distintas lenguas, que
nos entregan su colaboración y
a ésta se agrega un artículo del
poeta Juan Domingo Argüelles
sobre algunas antologías poéticas mexicanas de la historia.
E.L.
6
BIBLIOTECA DE MEXICO
hermano mellizo. En contacto con ellos, su fervor aumentó de intensidad. Se electrizó. Durante cinco años, sería un surrealista determinado
y devoto, combativo y militante. Había abandonado de paso su atuendo de sublevado para
adoptar la túnica de revolucionario. Al adherirse al surrealismo, se convirtió en comunista. 0,
más exactamente, entró en forma definitiva en
oposición frontal con la burguesía. Vive en una
contra-Iglesia impetuosa y tajante.
A partir de 1930 empezó a dar lecciones. Tenía veintidós años cuando participó en su primera expedición punitiva. Detrás de André Breton, penetró una noche de febrero en el cabaret
Le Maldoror, situado en Montparnasse, en París,
para armar un escándalo a fin de dar término a
lo que percibía como un sacrilegio: habían osado
dar el nombre sagrado de Maldoror, inventado
por el poeta Lautréamont, a un vulgar establecimiento nocturno .. . Había unos diez detrás de
ellos para armar el alboroto, y unas cien personas cenando adentro. La riña comenzó cuando
apenas había blandido Breton un garrote y dicho
con voz teatral: "¡Somos los invitados del conde
de Lautréamont'''.
La trifulca fue general. Hubo intimidación, injurias y puñetazos, y después la gente empezó a
aventar vasos y botellas. Por su tamaño y su fuerza, René Char se halló de pronto en primera fIla .
Las estocadas más duras le tocaron a él, así como
los ataques más nutridos. Al terminar el asalto,
fue el último combatiente de la pequeña tropa surrealista y recibió una cuchillada en la ingle. El
coloso se libró de ella con unos puntos de sutura.
La escena es conocida. Sirvió para levantar la
cortina y subrayar precisamente que René Char
no fue un poeta de salón. Desde el principio,
también fue un poeta en movimiento, un hombre de acción. La declamación no fue su género.
No se contentó con las palabras. En él, el paso al
acto fue natural.
Por el momento, se embriagaba con el surrealismo, fraternizaba con su nueva familia . Aprendió rápido el alfabeto revolucionario y se convirtió en un profesional del anticolonialismo, un
amante exaltado del ateísmo, un perdonavidas
de la patria, un despreciador de las virtudes burguesas. Se embarcó en el oscuro y magnífico navío surrealista, del que nadie sabía a qué costa
bogaba. La bandera roja servía de estandarte,
izada hasta lo más alto. Una vez que entró en la
resistencia intelectual, siguió adelante hasta tocar fondo. Del patriotismo azul-blanco-rojo dice:
Lo que nos interesa es la destrucción total del edificio
en una de cuyas ventanas viene a inclinarse periódicamente la solterona tricolor. 10 Dice de su madre: Sin
lugar a dudas, "me considera capaz de cualquier
cosa", pero la seguridad de hacer que triunfe la Moral
sobre el monstruo presta aún a su imaginación recursos insospechados. Encantadora madre mía. ¡En la
época de las guerras de religión, era rara la vez en que
uno lograba poner de su lado una cantidad de tnúnfos
tan apreciablefl l Sobre la religión: El más miserable
de los sacerdotes maneja con igual felicidad el garrote
que la cruZ. 12 Sobre los presidios y el colonialismo: Pese a que de Biribi uno no regresa, en Indochina se cita a los indígenas a los tribunales franceses, y
luego son asesinados a sangre fría por haber intentado
librarse del espantoso yugo que los oprime. 13
Estas ásperas citas se han extraído de uno de
sus primeros textos publicados en la revista del
grupo. Lo que sorprende, además de la violencia
expresada, es la madurez del pensamiento. Aunque abandonó la escuela, estudió bien y bonito.
Nunca sorprendemos en falta a este autodidacta.
y el surrealismo le sirvió de universidad. Durante todos esos años participó y firmó los libelos
inflamados de sus camaradas, llamando con sus
deseos a la Gran Noche. Su fidelidad fue intachable. Su gusto por la revolución, completo.
Bretón. Dalí, Char y Éluard
Se detuvo simple y resueltamente en el umbral del Partido Comunista. Al respecto, juzgó
severamente lo que consideró como la traición
de Louis Aragon , en 1932, y compartió la cólera
de Breton y de Éluard. Este último, que no estaba en París, le pidió que actuara y redactara un
panfleto a su nombre: Cuento mucho contigo para
que me sustituyas con extrema violencia y la mayor
a
'O" Le jour el la nuít de la liberté" ,
c. , op. ell. , pp. 1282· 1284. Le Surrea·
lisme au service de la révolutiol1 , núm . 1, julio de 1930.
" [bid.
" " Les pores en líberlé",
C. op. cil., pp. 1284- 1285 .
IJ [bid.
o.
7
81BlIOHCA O[ ,',:[\1(0
objetividad en la elaboración del ataque contra Aragon; ya que no podemos dejar que éste, revolucionario
de pacotilla a más no poder, peligrosa veleta, nos deje
plantados en esa encantadora forma. 14
Char cumplió el mandato con René Crevel.
Se encarnizó con él. Volcó toda su rabia. Pero,
por desgracia, por órdenes de Breton, tuvo que
reescribir el texto, hacerlo más aséptico ... Aun
así, algunas frases permanecieron: Surrealistas,
para nosotros no se vale usar a la poesía como pretexto para rechazar la acción política. Hemos visto cómo
Aragon [. . .] no hacía más que introducir entre nosotros una creciente confosión con sus continuas evasiones, sus dilaciones, su pasividad, sus cambios súbitos
de opinión; el artículo de L'Humanité ha revelado
finalmente sus móviles y segundas intenciones. 15
No es el libelo del siglo pero es una fecha ; pues
ya se sentía que aumentaba el fastidio de René
Char ante las imposiciones de André Breton.
Para su gusto, este último se parecía demasiado
a un sumo sacerdote. Y a Char lo descomponían
las iglesias. Poco a poco empezó a alejarse del
cuartel general parisino para irse a Provenza, o
para viajar a España y Suiza. O incluso para hacer una rápida incursión en Alemania.
En realidad, sólo el ascenso de los fascismos
captó en adelante su atención. Al día siguiente de
la jornada del 6 de febrero de 1934, en la que las
Ligas patrióticas de extrema derecha quisieron
tomar por la fuerza la Asamblea nacional y hacer caer la República, regresó precipitadamente
a París para participar en la contra-manifestación
del 9 de febrero alIado de André Breton, de Benjarnin Péret, de Tristan Tzara y de Yves Tanguy.
Prohibida por la prefectura de policía, la
concentración adoptó el aspecto de un campo
atrincherado en los barrios de Belleville y de la
estación de ferrocarriles del Norte y el Este. Los
surrealistas, los anarquistas, los comunistas y los
socialistas se encontraban en desorden frente a la
policía. Char y sus amigos levantaron una barricada junto con los comunistas. Fue un momento
de fusión insólito. Un momento feliz en el que
la acción barrió todo. Una vez que pasaron las
escaramuzas, se levantaron nueve muertos y centenares de heridos.
Char salió ileso, como siempre. Pero ahí , sin
ponerlo mucho en duda, firmó su adiós al su-
René Char en 1973
rrealismo. Discretamente dejó de tomar parte en
las reuniones del grupo, se alejó cada vez más y
terminó por instalarse en los Névons, en la residencia familiar de L'Isle-sur-la-Sorgue. Hizo falta una intriga de Benjarnin Péret para sacarlo de
sus casillas y explicar públicamente su ruptura:
En el curso de los dos últimos años el surrealismo ha
adoptado resueltamente un camino que lo conduce infaliblemente al asilo de ancianos de las Bellas Letras y la
Violencia reunidas. ¿Por qué no reconocer honestamente
que, después del admirable Dada, hubo errores desde el
principio? Nos equivocamos. Pero eso no es nada. Lo
más grave es haber carecido de valor. Era necesario "disolver" al surrealismo en belleza, pura y simplemente,
para evitarle la vergüenza de llegar a ser centenario, pero
ustedes no son fatalistas. 16 Aquí Char se puso de pie
en forma definitiva. Se reveló adulto no sólo polí-
" Carta de Paul Éluard aRené Char, correspondencia particular. Citada
en Chay, dans 1atelierdu poéte, Marie·Claude Char (ed .), Paris, Gallimard,
col. "Quarto ", p. 167.
" Paillasse', citado en Chay, dans 1atetier du poéte, op. cit., pp. 169·170 .
" Carta a Benjamin Péret , L' lsle·sur·la·Sorgue, 7 de diciembre de 1935 .
Citada en Chay, dans 1atetierdll poéte, op. cit., pp. 227·229.
8
BIBllOmA o¡ M¡XICO
Así, observó estremecido el ascenso de los
peligros. Solitario e impotente. Al sur, España
estaba al borde de la guerra civil. Al este, Italia
se doblegaba bajo el puño de Mussolini. En Alemania, el Tercer Reich desplegaba sus pompas
nazis y revelaba su verdadera naturaleza. Como
era un hombre de premoniciones presintió lo
peor, adivinó la amenaza ciega que avanzaba.
Asistió asqueado a la anexión de Austria en marzo de 1938. Se enfureció al enterarse cuando se
fIrmaron los acuerdos de Munich, en septiembre
del mismo año; Londres y París cedieron ante la
ofensiva de Hitler para apoderarse de los Sudetes
en Checoslovaquia. A sus ojos todo estaba dicho. La Historia ya estaba escrita. En este punto,
su pensamiento estaba armado. Cual un gigante trabado, retumba y eructa su cólera. En una
carta a Picasso, del 14 de enero de 1939, dice:
En las abominables horas en que vivimos, en las que
Francia -esta marrana, esta Cleopatra de canal- le
da la espalda a España, es imposible pensar en otra
cosa que en el acero empapado de muerte ... 18 En el
momento en que las divisiones alemanas comenzaron a invadir el Este de Francia, en 1939,
Char supo que por muchos años nada sería igual
que antes. Escribió lo siguiente a su amigo más
cercano en ese momento, Gilbert Lély: Como tú,
querido hermano, estoy estupefacto, horrorizado ante
la incomprensión total que tiene la mayoría de la gente
de los acontecimientos. No entienden quién es Hitler;
no perciben la monstruosidad absolutamente inédita
del personaje que hace de esta guerra un conflicto sin
relación alguna con todo lo que haya podido tener lugar sobre la tierra antes de la cruz gamada. 19
Char formó parte, pues, de las poquísimas
personas que no se engañaron, que propusieron
una lectura política clara de lo sucedido. ¿Poeta?
Sí, ciertamente: fue ante todo un poeta; pero un
poeta en movimiento. Un poeta en resistencia.
ticamente sino decidido a asumir una larga carrera solitaria si ello era preciso. A Paul Éluard, que
lamentó su alejamiento del grupo, le escribió lo
siguiente: No he hecho más que afirmar una rebelión
que bramaba dentro de mí desde hacía mucho tiempo.
Para mí no hay "surrealistas ", sino solamente hombres,
y algunos de ellos se comportan como aquellos contra
los que me rebelé a los quince años, incluso peor. En ese
sentido nunca, nunca me someteré a riesgo de perderlo
todo. No tengo miedo de la soledad ni de la maldad. 17
No fue un repliegue político ni un alineamiento al
conformismo reinante, sino que más bien se trató
de un claro y nítido rechazo al más mínimo reclutamiento. La época de los libelos políticos firmados colectivamente había caducado. René Char
estaba resuelto en lo sucesivo a comprometerse
solamente a su nombre. A riesgo del aislamiento.
17
111
Una oropéndola le anunció que el tiempo de los
monstruos había llegado. El pájaro entró en su
habitación y silbó con un timbre fúnebre el fInal
de la preguerra. A partir de ese día de 1939 René
Char fue un hombre en armas, decidido a devolver golpe por golpe, ojo por ojo. Se fue al frente
de Alsacia, impaciente por pelear, irritado ante
\8 Carta de René Char a Pablo Picas so, fechada el 24 de enero de 1939
(archivos del museo Picasso, hótel Salé, Paris).
\9 Citada en L Éclair au front , op. cit. (correspondencia particular) .
Citada en L Éclair aufront, op. cit. (corresponde ncia particular) .
9
BIBliOTECA Dl MÉXICO
Aguafuerte de George, Braque
10
818110mA o¡ M[XICO
una guerra singular que (sabía) anunciaba la barbarie. Incluso antes de que Francia se derrumbara entre mayo y junio de 1940, que el ejército
sumera una humillante derrota y que los franceses se vieran precipitados a las rutas del éxodo,
Char tomó partido. Capitular no tenía sentido
para él. Siguiendo el ejemplo de Napoleón, que
retiró la palabra "imposible" de su diccionario, él
desterró este verbo de su pensamiento. Cuando
los generales comenzaron a debilitarse, invocó el
valor y la crueldad: Es preciso que este país salga de
su entorpecimiento, de sus prejuicios imbéciles, de su
ancianidad caduca. Hay que ir hacia delante, volvernos crueles si queremos vencer. ¿No se dan cuenta de
eso los gobernantes-¡Zo
Char entró psicológicamente en la resistencia
cuando la mayoría se hundía en la desesperación, el abandono y la negación. Su mujer lo conocía demasiado y se preocupaba por los arrebatos de este hombre temible. ¿Las descargas? No
les temía, convencido de que era invencible en lo
más profundo. ¿El mo, el hambre? No pensaba
en eso. Para él, el combate había comenzado.
Soñaba con pelear: Hay que esperar una barbarie
sistemática de parte de estos crápulas. j Te pido que
creas que no trato con miramientos a los que llegan a
mis manos (paracaidistas y espías)! y menos aún en
los próximos díasfl1 "Hay que": ése fue su nuevo
credo. Su imperativo. No lo dejó ya nunca más.
Hacía tiempo que había olvidado sus diatribas
antipatrióticas, su disgusto por el nacionalismo;
pero cuando la Wehrmacht empezó a acudir en
tropel a Francia, peleó como un león, resistió en
el Loira, provocó la admiración de sus jefes. La
guerra era una cosa horrorosa, repulsiva, con su
cortejo de heridos y de muertos, pero él la atravesó igual que un semidiós furioso y vencedor,
optimista y determinado. Le escribió a su mujer: Sé que saldré vivo para después. He tenido en mis
brazos a niños y mujeres ensangrentados, cuando la
mayoría de quienes debían socorrerlos huían aterrorízados por las bombas de los aviones. Pero no he visto
otra cosa que cobardes. Aquí y allá HOMBRES, los
hombres del mañana. Amor mío, cree en el porvenir,
en nuestro porvenir. [. . .] Tu pensamiento todo me escolta y me protege.22
y de hecho salió ileso en una Francia despedazada: el norte estaba ocupado por los alemanes;
el sur se hallaba bajo el dominio del régimen de
Vichy, encabezado por el mariscal Pétain y Pierre Laval. Como un boxeador al que le han dado
una buena zurra, se replegó a L'Isle-sur-la-Sorgue después de su desmovilización del ejército.
Observaba y era observado. Ni uno solo de sus
desplazamientos escapaba a la vigilancia policíaca de que era objeto, por órdenes de la dirección
central de los servicios secretos de Información.
Aquellos días de sospecha generalizada no le
fueron favorables. Si bien se sentía libre de cualquier capilla política, estaba claramente situado
en el campo de los revolucionarios. Muy pronto
fue catalogado como un comunista peligroso.
La policía no se preocupó por sutilezas. Denunciado en los archivos de la Seguridad General como un miembro activo del grupo de los
surrealistas, se lo consideró como un extremista
que profesaba la erradicación del modelo social y
político existente. Lo rastrearon . El gobierno de
Vichy se impacientaba ante la lentitud de los inspectores encargados de averiguar sus relaciones y
su vida y milagros. El gobierno de Vichy se mostró enervado cuando le reportaron, a nivel departamental, que René Char estaba tranquilo. Al
finalizar el año de 1940, se programó finalmente
una indagación en los Névons. En la madrugada del 20 de diciembre, a las 6: 15 horas para ser
exactos, unos inspectores atravesaron el parque e
ingresaron en la residencia familiar. Casi cuatro
horas más tarde, no tenían contra él más que la
posesión de una pistola automática calibre 6.35
de seis balas. René Char salió bien librado. En el
momento de retirarse, uno de los policías le dijo:
"Váyase mientras pueda. Nosotros regresaremos
en unos días para detenerlo. " 23
¿Irse? Dejar Francia no le agradaba. Sin embargo en Marsella visitó, en la villa Air-Bel, a sus
antiguos amigos André Breton, Max Ernst, Marcel Duchamp, Victor Brauner y Oscar DomÍnguez. Todos esperaban y tenían la esperanza de
obtener una visa, algo que les permitiera llegar al
Nuevo Mundo, allende el Atlántico. Man Ray,
Yves Tanguy y Salvador Dalí los habían precedido. René Char no los juzgó, así como tampoco
los criticó en modo alguno. Pero ni por un segundo examÍnó esa posibilidad para sí mismo.
En cambio muy pronto comprendió la necesidad de irse de los N évons, de levantar una
,. Carta a Gilbert Lély, correspondencia particular. Citada en L te/air au
front, op. cit.
21 !bid.
2l
[bid.
23
Testimonio de René Charo
11
BIBlIOmA Of M[XlCO
cortina de humo entre él y la policía. Para ello a preguntaba sobre los últimos sucesos y siempre
veces bastaban unas cuantas cosas: una fronte- esperaba una respuesta detallada antes de aflora departamental, por ejemplo. Se estableció en jar el puño. Poco a poco, se fueron afinando los
el departamento de Vaucluse, instalándose con contornos políticos del pueblo. A su juicio estaba
toda discreción ahí, en una localidad cercana a sano. Como hace un castrador de animales estulos Alpes Bajos y más allá de Apt, la prefectura, dió a las diferentes figuras locales, a los notables
en el pueblo de Céreste, dominado por un sólido y los de abajo. Solamente ubicó algunas soplonas
potenciales en el correo y un médico poco segucampanano.
La elección de Céreste no fue precipitada, sino ro. En suma, pocos fanáticos o quizá ninguno.
Durante sus caminatas
que por el contrario la
siempre se le unía una
meditó detenidamente.
cohorte de niños. Se deFueron muchos años los
tenía para hablar con los
que Char estuvo en esa
ganaderos y los pastores
región salvaje donde pacon quienes se cruzaba.
saba temporadas largas
Inspiró confianza al insde varios meses. Para catante;
hablaba bastante
minar y escribir con calbien el provenzal para
ma. El pueblo es pobre
establecer un lazo casi
y secreto, hecho de piecarnal. Lo sintieron sódras secas y de silencios,
lido. Sabía escuchar. Era
un pueblo agobiado por
un hombre de la tierra,
el sol durante el verano y
pensaban. Y él se decía
traspasado por el frío duque Céreste tenía que rerante el invierno. Unos
sultar,
que Céreste debía
republicanos españoles
convertirse
en su pueblo,
encontraron refugio ahí
un pueblo de piedra, un
al fmalizar la década de
pueblo tranquilo y tranlos treinta. Ahí también
quilizador. Pues la paraconoció complacido a la
doja quería que Céreste,
familia Roux, una famipara
cumplir su designio,
lia del tipo que le encanRené Char en 1975
se abstuviera de toda extaba. Una familia con
instinto. El padre notario y muchos híjos llenos citación, de todo nerviosismo, de toda demostración intempestiva. Céreste habría de aprender a
de fuego y poetas.
Fue en este valle, pues, donde se replegó para vivir camuflado, enteramente dirigido a difundir
recuperar sus fuerzas, para salvarse y finalmente el espiritu de la resistencia sin ofrecer un botín al
para luchar. Haría de Céreste su punto de parti- enemigo.
y él mismo comprendió la necesidad de mada. Su República. La sitúa "en la montaña" ...
¿Mentira de poeta o fantasía de pureza? Señal en tar en él no al poeta pero sí al autor. En los pritodo caso de un deseo de reencontrar el aire de meros meses de la Ocupación aún creía posible
las cimas. Transfiguró este corredor prealpino publicar un libro de poemas a cuenta de autor.
en un lugar fuera del mundo donde podría re- Pero muy pronto se dio cuenta de que todas las
nacer, en un fortín inexpugnable, en una mítica publicaciones, incluso las más confidenciales,
isla protectora.
como los poemas, se sometían al arbitrio de la
Aquí, todo es bosque, pedernal y escarcha ... 24
censura. Renunció. Decidió continuar escribienEn cuanto llegó, examinó a los habitantes del do lo más posible, pero para él. La publicación
pueblo y a los campesinos de los alrededores.
debería esperar tiempos mejores, de libertad. ExEscuchaba y hablaba poco. Las abuelas aprecia- plicó sus razones a su amigo Francis Curel: No
ban su apretón de manos, largo y firme. Él les deseo publicar en una revista los poemas que te envío.
El compendio de donde los he sacado, en el que trabajo
" Carta de René Char a Gi1bert Lé1y fechada el 15 de julio de 1941 (archivos particulares). Citada en L Éelair au front, op. cit.
pese a la adversidad, podría tener como título Seuls
11
BIBliOTECA DE MÉXICO
demeurent. Pero te repito que permanecerán inéditos tropa anónima. En la planicie de Albion, en el
por mucho tiempo, todo el tiempo necesan'o hasta que macizo del Luberon, por todos lados se dibujan
suceda algo que cambie por completo la innombrable si- los contornos de una red de valerosos.
tuaciónen la que nos hallamos inmersos. Me dicta mis
Cuando se volvió inspector de los Movimienrazones el muy increíble y detestable exhibicionismo de tos Unidos de la Resistencia (MUR) , René Char
que han hecho gala desde el mes de junio de 1940 mu- comenzó a llevar la vida de un viajante de cochos intelectuales, entre los que había unos cuyo nom- . mercio de la Resistencia. Iba a Aix-en-Provenbre estaba precedido o seguido de un prestigio benéfico,
ce, a Marsella, a Tolón, a Niza, a todo lo largo
de una garantía de solidez cuando viniera la prueba no del valle de Durance. En todas partes establecía
dificil de prever. i Uno puede
contactos, daba confianser un agitado, estar deprimiza, seducía, tranquilizaba,
do o ser moralmente inestaprometía, acallaba las preble pero mantener su honor!
guntas: "No estamos so¿ Tengo que enumerarlos? Selos. ¡Lo sé mejor que tú!"
ría demasiado penoso. 25
Si consiguió sus fines fue a
Todo estaba listo para
causa de su encanto y de su
que entrara cabal y totalautoridad natural. Y si este
mente en la Resistencia.
coloso reconocible entre toMuy pronto no escribiría
dos no se hizo arrestar fue
más que fragmentos, astiporque nació, literalmente,
llas que volaran hacia la
para la clandestinidad y la
acción. Frases duras, lapiguerra . .. Poseía la capacidarias. Anotaciones para
dad de llevar a cabo todo
no olvidar, para fijar el
de frente e igualmente de
instante. Aforismos como
tener siempre razones para
el siguiente:
viajar: una reunión con
Actuar en forma prisus amigos (que realmente
mitiva y prever como estuvo lugar), un encuentro
tratega.26
amoroso
(que sucedió con
~",
'~'
Aplicóalaletraestepro- ' , .P......t wt¿.. ~ S~".,...¿~
toda exactitud), un contac¡¿"JA-.
grama. En 1941 y 1942,
to para un negocio (conCol/age de André Bretón y Paul Éluard
tejió su tela, elaboró la esfirmado). René Char vivía
tructura de su red clandestina. Visto de lejos, el frugalmente en Céreste, se vestía con sencillez,
trabajo de los primeros resistentes puede juzgarse circulaba sin ostentación, pero poseía la segua la vez como irrisorio y admirable. Irrisorio por- ridad de los grandes burgueses, confiados en sí
que en la noche de la Ocupación hacer contacto mismos. A pesar de su tamaño, pasaba entre las
con unos hombres y comprobar su lealtad, puede mallas de todas las redes, haciendo ostentación
parecer muy poco fructífero. Admirable porque siempre de una sangre fría que confundía.
de este trabajo de hormiga nació el ejército de las
Sí, había nacido para la clandestinidad y su
sombras.
red lo comprendió instintivamente. Incluso anAl explorar en e! oriente de! departamento, tes de que los paracaidistas británicos comenzaen Manosque, entró en contacto con e! socialista ran a suministrar documentos falsos, comida,
Louis Martin-Bret, antiguo consejero general y armas y explosivos, llegó a ser el responsable del
presidente de la cooperativa agrícola. Organizó sector de la Durance-Sud dentro del Ejército seuna primera cardada con Elols Castor en Simiane, creto (AS), bajo el seudónimo de Alexandre, hoMarius Bardouin y Élie Figuiere en Forcalquier, menaje explícito a Alejando el Grande, amo de
Roger Chaudon en Oraison, Fran~ois Cuzin en Grecia antigua en el siglo IV antes de Jesucristo,
Digne y Gabriel Besson en Manosque. En cada gran guerrero prendado de la filosofía; una repueblo uno o dos hombres seguros se unen a esta ferencia inconsciente, también, al alejandrino,
verso de doce pies que fue el molde privilegiado
""Billets á Francis Curel" , Q e, op.cit., pp. 632-633.
26 Feuil/ets d Hypnos, O. e, op. cit., p. 192.
de la poesía francesa clásica y romántica.
.
Il
BIBlIOncA O¡M[XlCO
Rene Char en 1950
fomen visiblemente menos que ellos. No prefieran más
a uno que a otro. Sólo admitan alguna mentira improvisada y gratuita. No dejen que se llamen entre sí de
lejos. Que mantengan limpios su cuerpo, su cama y su
ropa de cama. Que aprendan a cantar en voz baja y a
no silbar algo obsesiva mente, a decir la verdad cuando
se ofrezca. De noche, que caminen en la onlla de los
senderos. Sugieran precauciones: déjenles el mérito de
descubn·rlas. Emulación excelente. Combatan las costumbres monótonas. Den inspiración a aquellos que
no quieran ustedes ver morir muy pronto. Finalmente,
amen en el mismo momento que ellos a los seres que
ellos aman. Sumen, no dividan. 27
N o es más que un extracto que no obstante
restituye un tono de época: el maquis de René
Char comienza con unas cuantas decenas de
muchachos perdidos y algunos militares verdaderos que habían desertado, para terminar con
dos mil hombres entrenados y dispuestos a morir bajo el fuego .
Por el momento, a veces Char se comparaba
con Hipnos, el semidiós griego hermano de la
muerte. Y sí, veía todos los peligros que se cernían en la noche ininterrumpida de la Ocupación, "este tiempo de álgebra condenada" .28 En
A fines de 1942 todo estaba listo. Había extendido su red, y tanto Céreste como los caserios
de los alrededores eran partidarios suyos. Fue
admirable este pueblo en el que los gendarmes
estaban de su lado y desempeñarian un papel
considerable a su servicio. La familia Roux le
brindó una gran ayuda para que rentara algunos
apriscos aislados. Al vender unos terrenos recibidos como herencia, constituyó diversas provisiones. Así también fue como pudo recibir a los
primeros guerrilleros de la Resistencia durante
el invierno de 1942-1943 , cuando el régimen de
Vichy puso en marcha el Servicio de Trabajo
Obligatorio (STO), cuyo objetivo era enrolar a
los jóvenes franceses a fin de enviarlos a Alemania y contribuir al esfuerzo de guerra nazi.
La labor fue inmensa: fue preciso ocuparlos,
ponerlos a trabajar, alimentarlos, vestirlos, darles
donde vivir. René Char, hombre rudo y violento,
jugaria por supuesto el papel de padre protector.
y todos estos jóvenes le hablaban con una deferencia espontánea. Tenían veinte años; él tenía
treinta y cinco. En un texto célebre que publicó
después de la guerra, da consejos en forma de
consignas a sus ayudantes sobre cómo dirigir a
esta joven tropa: En el trabajo, esfoércense más que
cada uno de ellos, sin pavonearse por ello. Coman y
" Feuilletsd Hypnos,
" Feuillets d Hypnos,
14
818l10ncA O[ MÉXICO
o. c., op. cit., pp. 195· 196.
o. c., op. cit., p. 180.
lo sucesivo se necesitarían armas para preparar
la liberación y devolver al país su limpidez.
La providencia lo escuchó. En 1943, un enviado especial de Londres, Camille Rayón, alias
Archiduc, de treinta años, se presentó con él y le
propuso una alianza. A ambos se les asignó la
sección de aterrizaje y lanzamiento de paracaídas de la Región 2, esto es los siete departamentos del sudeste: Dróme, Vaucluse, los Alpes Bajos, los Alpes Altos, Bouches-du-Rhóne (campo),
Var y los Alpes Marítimos. Camille Rayón llegó
con el dinero y los medios de enlace de radio con
Londres; Rene Char poseía la ciencia del terreno
y la red. CamUle Rayón reconstruyó su diálogo:
-Sí usted me ayuda, nosotros tendremos las armas, debe aprovecharlo. Muchas armas. Todos los
lanzamientos de paracaídas los haremos nosotros.
Tendremos el dinero y las armas.
-Es políticamente determinante; pero ¿ya le dijeron? No soy nada fácil
-Usted manda. Se lo digo solemnemente: me
sentiré muy honrado de tenerlo como asociado. Nosotros dos cubriremos toda la Región 2. Tendremos
carta blanca de Londres y de Argel
-Quiero seguir ocupándome de los Alpes Bajos.
-Usted dirigirá los Alpes Bajos, que le pertenecen, y me ayudará en lo restante de la red Acción.
Se concluyó el acuerdo. A partir de ese día
Rene Char se convirtió en el capitán Alexandre. Toda su tropa se movilizó para identificar
y acondicionar unos diez terrenos de aterrizaje
para aviones de tipo Lysander. Otros lugares se
balizaron para permitir el largamiento de armas
y explosivos. Al comienzo fue un trabajo inmenso que requería de discreción: a veces se trataba
de trabajos de aplanamiento y de desmonte.
Su arte consistiría en enardecer a esos hombres, en conseguir aprovisionar enormes depósitos de explosivos y de armas sin que lo prendieran, y en neutraüzar la presión cada vez mayor
de la Gestapo. Para eUo, era menester que sujetara con una mano invisible al pueblo de Céreste,
donde estableció su cuartel general, castigar sin
flaquear a los traidores y soportar los golpes.
¿Y Céreste? Él cuidaba su pueblo, lo escuchaba y lo observaba como un médico vigila la respiración de un enfermo. Céreste no debía ceder.
Debía ser irreprochable. Un solo aldeano podía
hacer que todo se viniera abajo. Una sola habla^' Testimonio de Camille Rayón al autor.
duría, un rumor malévolo podían desmorahzar
a una colectividad. Cuando Céreste llegaba a
dudar, Char investigaba. Un día se enteró de que
una anciana que se había especiahzado en curar
el dolor de muelas poniendo a hervir alfileres,
había predicho la victoria de los alemanes. Con
mirada sombría y furor contenido, entró campechanamente en su casa, se sentó, sacó la pistola
y la puso sobre la mesa. La miró fijamente con
aire malvado:
-¡Madre, los Aliados son los que van a ganar esta
guerra!
-Eso es lo que usted dice, ¿verdad?
-... ¡Sí, por supuesto!
-Tiene usted razón. Nosotros tenemos la misma
certeza. ¡Los Aliados! Acuérdese bien: ¡los Aliados!^"
Jugó unos segundos con su pistola, luego se
fiíe. Sabía que la vieja no hablaría más. No tenía
duda alguna respecto de los medios a utilizar.
Tenemos que espantar más que la Gestapo, pensaba. Terror contra terror. Sin piedad.
Los traidores eran Hquidados porque la supervivencia del grupo estaba de por medio. En el
curso de una reunión trazó la línea de conducta:
Las cuentas se arreglan en el acto. Estamos en guerra,
por lo tanto nos asiste la legítima defensa. No podemos
permitirnos ser compasivos con los enemigos. Nosotros
mismos haremosjusticia.^' En consecuencia los soplones eran ejecutados. Se trataba de medidas
excepcionales, dolorosas. Rene Char tuvo cuidado de que se asignaran estos trabajos sucios a
adultos experimentados. ¿Sahó de eUo indemne?
En una larga carta detenidamente meditada se
confía a Francis Curel: Nunca quiero olvidar que
fui obligado a convertirme -¿por cuánto tiempo?- en
un monstruo de justicia y de intolerancia, en un simplificador recluido, en un personaje ártico que se desinteresa de la suerte de todo aquel que no se vincule a
él para abatir a los canes del infierno.^^
En otro lado el combatiente reconoce que el
tiempo de la guerra es una burbuja extraña en
la que el cursor de los valores enloquece. En el
momento que comienza una guerra la vida ya no vale
nada. La bebemos como un vaso de agua.^^ Y la tierra tenía sed en esos tiempos que se volvieron de
nuevo primitivos.
^ Testimonio de Rene Char y de la familia Roux.
Testimonio de Camille Rayón al autor.
"Billets á Francis Curel", O. C, op. rít.. p. 633.
" Testimonio a Jean Pénard. Citado en Jean Pénard, Rsncontres avecRmé
Char.B^assÍ..&mi.QQl,
"Enlisantenécáyajit". 1591,
_
La muerte de Roger Bernard, joven poeta al
que había tomado bajo su protección, marcó
también los límites de su poder. Arrestado por los
alemanes cerca de Céreste, Bernard sería fusilado
poco tiempo después. De esta muerte René Char
se sentiria no culpable pero sí responsable, y cargaría con el cargo de conciencia obsesivo hasta su
misma muerte. En Feullets d Hypnos escribió esta
página que lo dice todo: ¡Fue un día horn"ble! Asistí,
a una distancia de algunos centenares de metros, a la
ejecución de B. ¡ Yo no tenía más que apretar el gatillo de
la ametralladora y lo podría haber salvado' Estábamos
en los montes que dominan Céreste, con armas que harían crujir los matorrales y éramos por lo menos iguales
en número a las Ss. Ellos no sabían que estábamos ahí.
A los ojos que me imploraban alrededor y por doquier la
señal de abrir elfuego, respondí que no con la cabeza. El
sol de junio deslizaba un frío polar en mis huesos.
Cayó como si no distinguiera a sus verdugos y con
tanta ligereza, así me lo pareció, que el menor soplo del
viento lo habría levantado de la tierra.
~
.~
'!Y tP_'¿?
•
Muchos otros camaradas caerían bajo las balas enemigas, y en cada ocasión René Char sintió
una terrible amputación. A propósito de Émile
Cavagni, el sólido militante comunista en el que
se apoyaba, escribió después: Con la desaparición
de este hombre un gran pedazo de Sol se rompió y se
vació de felicidad. El optimismo deteriorado que yo
debía mantener en torno mío me asfixiaba. 35
Las escaramuzas con el ejército alemán se
multiplicaban. El nerviosismo aumentaba de una
y otra partes después del desembarco aliado el 6
de junio de 1944 en las playas de N ormandía. La
intensificación de los lanzamientos de paracaídas
provocó búsquedas e investigaciones por parte de
los alemanes y cada vez se hacía más dificil disimular las armas y los explosivos recibidos. En julio,
René Char recibe la orden de incorporarse a Argel
a fin de ayudar en la preparación del desembarco
en las costas de Provenza. Este resistente se sintió
desconsolado al dejar a sus hombres. A cada uno
de sus ayudantes, le confió una misión precisa y a
todos les dejó una última proclamación:
-
V~'l.atJ~/~ ~~,
VIXt4
~
Rebeldes, camaradas míos, hoy día
ya sois muchos y cada día aumentáis.
Todos los bosques de Francia que os ocultan
se entreabrirán pronto para dejaros pasar,
a vosotros y a vuestro ejército victorioso,
¡vuestro ejército de hombres libres'
El enemigo os teme. No debéis defraudarlo.
Pero no cometáis la imprudencia
de ofreceros a él.
Debemos ser los últimos en estar vivos
y batirnos con él hasta lo último.
Rebeldes, nada me preocupa:
Tengo confianza en vosotros.36
"-~ ~ . ~ .
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5
Cuando regresó un mes después, guiando a
las tropas estadounidenses en el valle de Durance, el capitán Alexandre se preparó para cerrar
un largo ciclo de violencia y odio. Estaba sano y
salvo. Liberado de la guerra. Libre de reencontrarse con la poesía. Pero este combatiente seguía estando eminentemente lúcido. Había sido
jefe de cuadrilla, y lo seguiria siendo; esto lo resume así en una de sus cartas:
Soy hombre de tiempos peligrosos y no de días
apacibles. 37
~
. _ ~ '. " d-U-"~-..,
Rebeldes. camarada5 míos, .. página manuscrita de René Char
No di la señal porque había que salvar al pueblo a
toda costa. ¿Qué es un pueblo? ¿ Un pueblo parecido a
otro? ¿Lo habrá sabido él en ese último instante?3 4
La muerte de Roger Bernard resume el peso
de la responsabilidad del jefe. De su necesaria
monstruosidad. Era la muerte de un amigo o la
seguridad ver a Céreste rodeado y castigado al
día siguiente. Su cuartel general arrasado y la
promesa de la victoria disminuida.
,. Feuillets d Hypnos, o.
lS "La lune d'Hypnos ", o. c., op. cit., pp. 640-643.
,. Proclamation du capitaine Alexandre, chef de la SAP des Basses.Alpes
(archivos particulares).
" Carta de René Char a Marcelle Pons-Sidoine (archivos particulares) .
e, op. cit. , p. 208.
16
BIBliOTECADE MEmO
IV
un texto breve, "Tuez-nous" ,39 que apareció en el
semanario Les Lettres franraises. Informaba a sus
amigos que no descansaría sino hasta que el culpable fuese arrestado. "Escribiré menos poesía" 40
Cuando llegó al funeral la policía estaba presente. El entierro tuvo lugar bajo su protección. Los
amigos del difunto obligaron al periodista Georges Dubois, a quien los rumores acusaban de haber financiado el asesinato, a abandonar el lugar.
Antes de que Char se uniera al cortejo un comisario de la brigada móvil de Niza fue a su encuentro para disuadirlo de que tomara la palabra ante
la tumba y para decirle que se habían proferido
amenazas de muerte en su contra. Tendría que haber muchas para alterarme, le escribió a un amigo. No
desvarío fácilmente. Mantendré esto en secreto, simplemente redoblaré la vigilancia.41 Pero estas amenazas
le impidieron concentrarse en las razones que
condujeron a la muerte de Gabriel Besson. Varios
dirigentes comunistas locales hicieron correr el
rumor de que el capitán Alexandre era un hombre de la sombra, un agente equívoco, un antiguo
miembro del servicio secreto. Se le acusaba de
dedicarse al mercado negro e incluso de haberse
unido al campo de milicianos .. .
Estas acusaciones increíbles, ¿tenían por finalidad legitimar su asesinato? Char así lo creía.
Por lo demás, al prefecto le empezaron a llegar
anónimos como éste: "El doctor Jean Roux de
L'Isle-sur-la-Sorgue, en una casa que recientemente compró a Robion, tiene un suministro
muy importante de armas bélicas. El doctor sólo
es una sombra. Busque y encontrará detrás de él
la máscara hipócrita de un cagoulard [movimiento de extrema derecha], un antiguo oficial de la
difunta Dger cuyo único pensamiento es armar
a los maquis blancos contra el pueblo en caso de
que la reacción consiga algún día levantar la cabeza nuevamente." Y lo firmaba: "Un grupo de
patriotas de Vaucluse ".
Fue aquí donde intervino el segundo choque
con la mentira. Convencido de ser el blanco de
una operación del Partido Comunista de los Alpes Bajos por motivos inconfesables y subalternos, recurrió a las instancias nacionales del partido y especialmente a su antiguo amigo Louis
Aragon. Simplemente exigia una investigación
¿Existieron días apacibles en la vida de René
Char? Si bien se rehusó obstinadamente a llegar
a ser miembro de un tribunal especial de justicia para juzgar a los colaboradores, y pese a
que afirmó que no quería prolongar "un clima
de excepción",38 aceptó no obstante permanecer
más de un año en el ejército a fm de liquidar su
red, según la expresión de la época. Se trataba
de poner en limpio las listas de hombres y mujeres que habían combatido en la clandestinidad,
de reconocer a cada uno su participación en el
combate. Se trataba, asimismo, de conseguirles
trabajo a algunos, de permitir a otros retomar
sus estudios. El capitán Alexandre, enemigo del
papeleo, redactó con todas sus fuerzas certificados, peticiones de medallas. Intentó organizar
lo mejor posible la vida de las famillas que habían perdido a alguno de los suyos. Intercedió,
intervino, se puso en contacto con abogados y
notaríos, y con directores de establecimientos
escolares y de internados.
Esta inmensa labor no le impidió preparar
una reedición de su principal compendio, Le
Marteau sans maitre, en José Corti, y la de Seuls
demeurent en Gallimard. Paralelamente, después
de haber recuperado estas notas tomadas durante la guerra en Céreste, escribió y compuso los
fragmentos de Feuillets d Hypnos. Éstos, todavía
vibrantes del fuego de la guerra y la clandestinidad, constituyen su verdad, una verdad a la que
se aferró por encima de todo y que lo tuvo en
vilo todo el tiempo durante la posguerra.
En tres ocasiones se enfrentó con el muro de
la mentira. La primera fue la más violenta. Los
hechos se ubicaron en los lugares mismos de su
Resistencia, en Céreste y en los Alpes Bajos. Gabriel Besson, uno de sus compañeros más cercanos durante la clandestinidad, fue asesinado con
bala de fusil en la espalda, en Manosque, el 28
de febrero de 1946. Besson regresaba de su trabajo. Era uno de esos -lo que era bastante poco
frecuente- en los que Char confiaba totalmente;
lo apodaba "el Nadador" y era quien llevaba los
mensajes más confidenciales.
Apenas recibió el telegrama que le informaba del drama, interrumpió todas sus actividades,
abandonó París y se dirigió a Manosque. Redactó
)9 UTuez-nous". Les úttres fran faiMs, marzo de 1946 .
., Carta a Gilbert Lély fechada el 13 de marzo de 1946 (archivos par·
ticulares).
41 Carta a Louis Leboucher, alias Georges Mounin (archivos particulares).
"Después del incendio, somos partidarios de borrar las huellas y de
tapiar el laberinto. Que no se prolongue un clima de excepción" ("Billets
JI
a Francis Curel", o. e, op. cit., pp. 635-639).
17
il8l10mA Ol MÉXICO
de Georges Dubois: Sé que este crápula que ha los actos de valentía de la Francia combatiente.
formado una pandilla en esta región y en el interior La piadosa y bella mentira de un país unido en
del partido, continúa su sucia tarea, y que amenaza la lucha contra el ocupante nazi se construyó,
gracias a las rivalidades de clan con tener éxito en sus así, piedra sobre piedra y arrojó a la penumbra
hazañas durante un tiempo todavía. Le he hecho y le los sucios compromisos de los colaboradores.
Por su parte René Char se propuso ofrecer
hago frente. Sin embargo, la situación no tiene por qué
eternizarse. Cuento contigo para que me envíen a dos un cine verdad. Encontró el título: "Le cancer
miembros del Comité nacional de los escritores, miem- au pays natal" . Redactó diez folios para resumir
bros del partido también, para contrarrestar la porque- su argumento y mostrar toda la complejidad de
ría. Es urgente.42 Pero la respuesta tardó. Aragon una historia en la que los héroes se cuentan en el
se escabulló. Fueron necesarios varios meses para mejor de los casos por miles. No quería pretexque Georges Dubois quedara excluido del Parti- tos falsos, atenuaciones ni mentiras. De entrada,
do Comunista francés. Y el misterio de la muerte escribió: Mostrar el lado arriesgado de la empresa en
toda su verdad. Los errores
de su amigo Besson no se
del enemigo son lo que nos
resolvió en absoluto.
favorece sobre todo. Sin el
El tercer choque sotrabajo forzado en Alemabrevino cuando Char
nia, las persecuciones, solaexpresó la intención de
mente un pequeño número
hacer una película sobre
de jóvenes habría tomado el
la Resistencia. Esto sucemaquis y las armas. Condió en 1949. El gran cine
trariamente a la opinión
siempre lo hizo soñar; el
corriente el heroísmo genecine que apresa la vida;
ra pocos adeptos.44
el cine que hace que uno
Más adelante precisa:
tiemble y se estremezca,
Los intermediarios del eneque recrea y abraza el
mundo. Esbozó las primigo, los traidores franceses
que le sirven de neblina armeras escenas. Queria
tificial, deben quedar exhimostrar a Francia y a la
"Francette" (la Francia
bidos en toda su culpabilidel mariscal Pétoche,43
dad. 45
Programa elocuente,
para retomar su exprepropiamente revoluciosión) a los resistentes y los
nario. No es ni un guión
colaboradores, los leales
ni una sinopsis clásica.
y los traidores. ProyecRené Char
Es algo de Charo Más
to magnífico, grandioso.
Proyecto literalmente loco ya que las dos grandes de treinta años antes del documental de Marcel
fuerzas políticas que maniobraban en el momen- Ophuls Le Chagrin et la Pitié, con una inconsto -el gaullismo y el comunismo- se dedicaban a ciencia prodigiosa quería rasgar el velo que se
reescribir la historia reciente para purgada de sus empezaba a extender sobre la memoria francesa. Corrió a París a buscar un productor. Escucobardías y crímenes.
El Partido Comunista, que había salido to- charon con deferencia al poeta convertido, junto
dopoderoso de la guerra, olvidó sus principios con Éluard y Aragon, en una de las glorias del
calamitosos, especialmente su apoyo al pacto París de las letras; pero no lo comprendieron.
germano-soviético de 1939, para recordar única- Hicieron como que estudiaban su proyecto pero
mente su odisea clandestina y sus "cien mil fusi- sin convicción alguna. Y muy pronto el asunto
lados" . El general De Gaulle, desde lo alto de su quedó estancado.
Durante aquellos años de estalinismo triunresistencia, borró los pecados franceses y exaltó
fante Char se rebeló a las corrientes dominantes.
'" Carta a Louis Aragon (Fondo Aragon del Institut d'Histoire du Temps
Présent/ CNRS) .
.. Sinopsis de "Cancera au pays natal" (archivos particulares).
45 !bid.
.o Mieditis, alusi6n a la cobardía del mariscal Pétain durante la ocupa-
ción nazi.
18
BIBlIOncA DE M[XICO
El caso Kravchenko, en 1949,
honores y desdeñó los convenle dio la ocasión de hacer oír su
cionalismos. Y reveló su desmúsica. El tránsfuga soviético,
precio cuando lo juzgó conveautor de un libro de mucho éxiniente.
to (J ai choisi la liberté) en el que
En el panorama intelectual
cuenta la represión comunista,
francés de los años cincuenta,
fue calumniado en la prensa cermarcado por el enfrentamiento
cana al PCF. Les Lettresfran~aises
de los dos bloques constituidos
lo acusaron de ser un escribano
por Estados Unidos y la Unión
al servicio de la propaganda
Soviética, dos polos se perfilaestadounidense. La pasión poran cada vez con mayor nitidez .
lítica estaba en la cúspide. EsEl primero se cristalizó en torno
talinistas y antiestalinistas se
de la figura de Jean-Paul Sartre
enfrentaban verbalmente con
(1905-1980): filósofo y promoJean-Paul Sartre
tor del existencialismo, novelisviolencia extrema. La denuncia
de difamación de Victor Kravchenko contra el ta, dramaturgo y ensayista; fue asimismo, de masemanario comunista permite calibrar el peso nera cada vez más marcada , compañera de ruta
del PCF en la sociedad francesa .
del Partido Comunista y director de una revista
Char consiguió asistir a una o dos audiencias.
comprometida, Les Temps modernes. El segundo
El testimonio de Margarete Buber-Neumann, co- polo emerge con Albert Camus (1913-1960) , tomunista alemana que fue sucesivamente rehén de cado por la gloria desde la aparición de su prilos estalinistas en el gulag siberiano y luego de mera novela en 1942, El extranjero, y transfigulos nazis en el campo de Ravensbrück, lo con- rado por su activo papel en la Resistencia. Tammovió. Pero más que ladrar en manada o dar la bién dramaturgo y ensayista imprimió su sello
razón a uno u otro campo, prefirió nuevamente en la opinión pública entregando todos los días
decir su verdad. Eligió Combat el25 de febrero de un editorial al prestigioso diario Combat en los
1949 para expresarlo. En unas cuantas indirectas años inmediatamente posteriores a la guerra. Su
afinadas, fastidia a Kravchenko: "Acogido por desconfianza del bloque comunista era evidente.
los estadounidenses, no tenía más que callarse y ¿Cómo no escuchar la información o los graves
dejar que lo hospedaran. Tendríamos entonces rumores que referían en detalle el mecanismo de
libertad de concederle o no nuestra simpatía", una represión política y policíaca despiadada, la
decide al final. Pero también ajusta las cuentas existencia de campos de deportados en Liberia,
con severidad a la potencia calumniadora: "En el gulag y una injusticia represiva que se nutría
cuanto a las Lettres fran~aises su posición es insos- de procesos preparados de antemano?
tenible y su melaza irrespirable. Ahí se ve adónde
Camus y Char se conocieron bien. Los dos
lleva el uso de una dialéctica enloquecida al ser- estaban en la cima de su notoriedad, ambos conocían con amplitud la tragedia
vicio de una causa que carece de
que se desarrollaba al otro lado
fundamento moral."
Este equilibrio no estaba de
de la Cortina de hierro. Así fue
moda; y menos aún esa manera
como Char animaría y sostendefinitiva de poner a los comudría sin desfallecer a su amigo a
todo lo largo de la preparación
nistas en su lugar. N o obstante,
ése sería su camino. Una vía dide un ensayo que prometía desficil que adoptó mofándose, toencadenar la ira de los existentalmente decidido a resistirse a
cialistas. Camus deseaba efectilas presiones y a las intrigas. Su
vamente analizar el mecanismo
carácter, su mal carácter atestide perversión de los ideales más
guado, le permitió mantenerse
puros, demostrar los peligros
firme y descartar las ofertas de
de las utopías, denunciar los
compromiso. Su independencia
medios de coerción puestos en
Albert e . mus
no fue negociable. Rechazó los
marcha por los revolucionarios
19
iliUOTECAOfM[XlCO
intelligentsia y los golpes que se anunciaban.
Char le confió a Camus su juicio: Después de haber leído y releído su Homme révolté, busqué quién
y qué obra de este orden -el más esencial- pudiera
parecerse a usted ya su obra en esta época. Nadie ni
ninguna obra. Le digo esto con entusiasmo reflexivo.
[. . .} He admirado a qué altura familiar (que no lo
pone a usted jUera de alcance y haciéndolo solidario lo expone a todos los golpes) se ha colocado usted
para devanar su hilo de centellas y de sensatez. ¡Qué
generoso corajef46
para lograr sus fines, volver a decir que la URSS
era "hoy día una tierra de esclavos balizada con
torres de observación" .
Aragon acababa de publicar L Homme communiste; Camus se proponía escribir El hombre
rebelde. En silencio reunió una documentación
considerable. Después se puso a escribir. Desde
la primavera de 1951 envió un primer bosquejo
a Char que le pidió más. Pronto estuvo terminado, y René Char percibió de golpe el coraje
que se requería para la publicación de un libro
semejante. Fue el primero en presentir la polémica que vendría, la violenta reacción de la
.. Correspondencia con Albert Camus (biblioteca Méjannes. Aix-enProvence, Centro de Documentación Albert Camus).
lO
BIBlIOHCA OE M[XICO
La historia literaria recuerda que Camus regaló a Char el ejemplar dactilografiado de su manuscrito con los tachones que muestran la evolución de su trabajo. En la dedicatoria puede leerse:
"Para usted, querido René, la primera versión de
este libro que yo quería que fuera nuestro y que,
sin usted, jamás habría podido ser un libro de
esperanza." Esta historia recuerda la solidaridad
sin grietas entre los dos escritores en el combate más profundo y más constante por la defensa
de la verdad y de la democracia. Mientras que
Jean-Paul Sartre y sus amigos condenaban a Camus, culpable ante sus ojos de antiestalinismo
y de defender los valores burgueses, René Char
clamaba su rabia en Combat bramando: "¿Qué
tiene que ver con eso El hombre rebelde, gran libro
de socorro, patético y limpio como una cabeza .
trepanada?" Con una frase, midió el extravío de
una época y el peso de la mentira permanente.
En un movimiento que le era natural, levantó la
cabeza y dirigió la mirada al cielo. Vagabundeó
por los aires, fue de una constelación a otra, desbrozó la Vía Láctea. Ése era su país secreto, su
patria inviolada que le permitía descansar de una
Tierra penosa y decepcionante. No había una
sola tarde, ni una sola noche sin que desgranara
los nombres de las estrellas, sin que acariciara
la bóveda celeste, sin que intentara reencontrar
indicios de los principales planetas a simple vista. En este granero de la Tierra, inmenso e insondable, colocó todas sus esperanzas poéticas y
humanas. Reserva intocable y virginal, la creyó
eterna hasta el día del sacrilegio.
Ese día, el 4 de octubre de 1957, los soviéticos lograron lanzar el primer satélite artificial
al espacio. Lo siguieron muchos otros. Lo invadió un desencanto inmenso: se rebeló y se sintió
humillado. Algunas lineas hablan de su profunda ira y desesperación: El hombre del espacio que
hoy nace será mil millones de veces menos luminoso
y revelará mil millones de veces menos cosas ocultas
que el hombre parecido al granito, encerrado y yacente de Lascaux, de duros miembros desenlodados de la
muerte. 47 No se hacía ninguna ilusión en cuanto
a la fuerza de su protesta. ¿Qué peso tenía una
decena de lineas impresas en unas cuantas decenas de ejemplares de grandes hojas? Y, sin em-
bargo, esta lucha contra la violación repetida de
la "naturaleza" se convertiría en su último combate. Un combate de frentes múltiples en el que
se manifestaron tanto la amargura de asistir a la
degradación del paisaje y del ambiente como la
angustia ante el despliegue de técnicas de poderes considerables y en parte incontrolables.
El episodio de los misiles balísticos de la planicie de Albion simboliza a la perfección esta
nueva insurgencia militante en René Charo En
el otoño de 1965 se enteró de que el ejército había comenzado a comprar tierras en la planicie
de Albion, al este del macizo de Ventoux. Vagos
al principio los informes se precisaron. En realidad el gobierno adquirió miles de hectáreas en
forma preferencial. El ministerio de la Defensa
codiciaba este sitio salvaje para cavar silos con
objeto de instalar misiles balísticos con cargas
nucleares. La elección, realizada por el general
de Gaulle, se tenia por estratégica e irreversible.
En los departamentos de la alta Provenza y de
Vaucluse militantes de izquierda comenzaron
a reunirse y buscaron movilizar a la opinión
pública contra este proyecto. Pero muy pronto
comprobaron que, sin una figura carismática, su
movimiento no cobraría fuerza jamás. Fue así
como se pusieron en contacto con René Char,
y éste respondió en el acto. La noche siguiente
redactó un texto en forma de libelo.
Para Char este combate abrazaba una preocupación central, vital. Para él era también un
renacimiento. Retomó el maquis. La imprenta
Union, en la calle Lecourbe en París, recibió
de parte suya una orden para imprimir dos mil
ejemplares de su texto. Char estaba enardecido, ofensivo. Escribió a una amiga lo siguiente:
Estos cerdos van a comenzar a hacer perforaciones
para esconder su porquería de hierro y de muerte en
Ventoux. Te hago llegar un pequeño texto: el último
juramento de la rebelión y del rechazo. 48 Entregó todas sus fuerzas a este combate. De nueva cuenta
fue momento de conciliábulos, de fraternidad y
de unidad. Y de nueva cuenta estaba al mismo
tiempo comprometido y pesimista, tranquilo y
febril. Suscitó ecos y artículos en la prensa regional, convocó a una manifestación en Sault
que logró reunir algunos miles de habitantes de
la Vaucluse, entre los que se hallaban muchos
alcaldes y consejeros municipales. Todos denun-
""Aux riverains de la smgue", 1959, a
.. Correspondencia particular.
V
e, p. 412.
11
BIBliOTECA o¡ M[XICO
raron, que más formaron su horizonte, fueron
según él objeto de un saqueo sistemático.
Esta conciencia de una degradación irremediable no se tradujo en una queja mecánica y
nostálgica . La vivió como un drama , como una
tragedia de alcance universal. Fue la prueba del
sabotaje y la obcecación modernos, estúpidos.
De una mancha esencial. René Char no reconocía ya ni siquiera el Sorgue, el río nutricio que en
otro tiempo estuvo repleto de peces: Las aguas se
reparten todavía, pero bajan sus párpados para ya no
ver las orillas saturadas de fealdad, acumulada año
tras año para complacer a los nuevos ricos. 50 Ya no sé
con qué me identifico de mi región. Cada vez me siento
más perdido en ella. 5\ Oscilaba entre la indignación y la insurrección. El furor siempre estaba
ahí; pero más aún el deseo de tomar las armas
para pelear y cambiar el curso de las cosas. A
Gilbert Lély le confió lo siguiente en 1968: Querido Gilbert, estamos decayendo. La Tierra -y sus habitantes malditos- está en caída ininterrumpida. La
bomba atómica mental ha explotado en forma terminal mucho antes que su hermana menor. 52
Confirmó atormentado los estragos de la
contaminación, se ahogó de vergüenza y de ira
ante los espectáculos que descubría. Un día , caminando con su amigo Claude Lapeyre en un
macizo rocoso a casi seiscientos metros de altura, unos bancos de nubes tristes se asentaron
en el valle. Char se sintió embargado de una
desesperación inmensa: Claude, mira la niebla con
llovizna.53 Se cerró en sí mismo y ya no dijo nada
más. El coloso se tapió y su amigo comprendió
que era hora de regresar lo más pronto posible.
Apenas llegó a su casa René Char descargó una
violenta amargura contra la sociedad. ¡Los hombres han podrido la tierra(54
Fue una de sus últimas insurrecciones. Protestó contra los poderes plenos otorgados a la
técnica. Fue su testamento. Su coletazo. Su último llamado a la resistencia.
La ciencia no puede dar
al hombre devastado
más que un faro ciego,
un arma de aflicción,
herramientas sin leyenda SS
ciaban la concentración de pertrechos nucleares
en la región.
En forma metódica Char intentó entonces
construir un movimiento de protesta nacional.
Redactó un texto destinado a servir de plataforma para una petición nacional : Que qu ienes perfo ran la noble corteza terrestre de Albion midan bien
esto: nosotros peleamos por un sitio donde la nieve
no es solamente la loba del invierno sino el aliso de
la primavera. El Sol sale ahí sobre nuestra sangre
exigente y el hombre no está jamás encarcelado en
casa de su prójimo. Desde nuestro punto de vista, este
lugar vale más que nuestro pan porque nada puede
reemplazarlo 49 Picasso le ofreció un dibujo para
la ilustración: un trío compuesto por Zeus, el
Sol y un águila que observa colérica la Tierra
degradada. Los grandes nombres firmaron : escritores, pintores, políticos. Se planeaba una
concentración el 5 de junio de 1966 en Fontaine-de-Vaucluse. René Char militaba sin interrupción , sacaba fondos de su tesoro de guerra,
pedía prestado para financiar octavillas y reuniones, traslados e impresión de carteles. Sin
embargo la coalición de protesta no logró una
gran adhesión popular. Y Char lo sintió. Detrás
de la gran pancarta que proclamaba "N o a los
cohetes atómicos en la alta Provenza" no había
el suficiente brío.
Cuando retomó el combate sobre el mismo
tema, en 1967, en vísperas de las elecciones legislativas de marzo, consiguió la derrota de los
candidatos gaullistas del departamento. A pesar
de su vigilancia los promotores de los misiles de
Albion triunfaron. El aparato de Estado permanecería sordo a la rebelión de los mendigos de
Vaucluse, y la planicie terminaría por abrigar su
lote de cohetes balísticos. "El gusano está por
todos lados y para todos, escribió Char al poeta
Gustaf Sobin. No hay más que escalas en este
sombrío viaje."
Su militancia jamás sería ciega. Sus últimos
combates estuvieron impregnados de pesimismo. Pero su lucidez no era desconcertante. Su
amistad con el filósofo alemán Martin Heidegger (1889-1976) cuajó en parte sobre esta base: la
importancia que se da a la región natal. Ahora
bien, Char llevaba en él una imagen de la Provenza sobre la que se superpuso una imagen
degradada, envilecida. Los lugares que lo inspi-
" Citado en L Éclar au frOnl, op. cit., p. 361 (correspondencia particular).
Sllbid.
" Carta a Gilbert Lély fechada el 27 de enero de 1968 (biblioteca literaria
Jacques-Doucet, París).
Testimonio de Claude Lapeyre al autor.
Testimonio de Anne al autor.
55 "Les apparítions dédaignées ", o.
op. cit., pp. 466467.
53
" Cartel en el que aparecen el texto de Char y un dibujo de Pablo Pi-
S4
caSSQ.
12
818l10ncA OlM[XICO
c.,
Grabado de Pablo Picasso
,
RENE CHAR:
,
POESIA
DE LA CLARIDAD
,
(ANTOLOGIA)
2l
¡1¡lIOmA O¡M[XICO
Profunda y nítida, suave y férrea , oscura y transparente, tradicional y vanguardista, la poesía
de René Char mantiene sin mutaciones su trascendente belleza desde los primeros, originales
libros, hasta los últimos, en un transcurso que va de 1929 -sus 22 años- a 1988, año de su fallecimiento.
En su poesía está el niño, el hombre, la vida, la acción, la reflexión y las ideas indispensables
para encontrar la claridad en un mundo nublado; no se halla en cambio en ella lo "poético" , "el
más pernicioso de los venenos para la poesía ... " ni "la subjetividad enígmática que tantos estragos ha causado en el siglo xx" , como escribió acerca de él René Ménard.
En el lenguaje poético de René Char sólo subsiste lo esencial y la emoción no elimina a la
razón. Ese rigor le permite unir realidad e imaginación sin traicionar ni una ní otra y transitar de
lo circunstancial a lo histórico.
René Char no busca hacer un poema como tantos versificadores superficiales, sino crear su
poesía después de un disciplinado trabajo con las palabras -"la disciplina sangra"-, como si puliera un trozo de mármol. Poesía hecha para los demás, para que los demás valoren a la poesía,
no al poeta. El poeta desaparece, permanece la obra, no a la inversa.
Esta selección de su vasta producción poética sólo pretende, como en el caso de otros autores
publicados en Biblioteca de México, invitar a quienes no lo conocen a que lo lean y a quienes ya lo
han disfrutado a que lo relean. El trabajo de los traductores se extiende desde 1961 hasta la fecha
y revela la importancia del poeta.
José Antonío Montero
VERSIONES DE MARTA DONís
DONNERBACH MÜHLE
Invierno de 1939
N oviembre de brumas, escucha bajo la madera
cómo franquea la noche y desaparece
la campana del último sendero,
cómo el deseo lejano del viento separa
el regreso al cautiverio de la ausencia que pasa.
Estación de animales pacíficos, de chicas sin maldad,
tenéis poderes que mi poder contradice;
tenéis los ojos de mi nombre,
el nombre que me piden que olvide.
Tañido fúnebre de un mundo demasiado amado,
oigo a los monstruos patear en una tierra sin sonrisa.
Mi hermana bermeja está bañada en sudor.
Mi hermana furiosa llama a las armas.
La luna del lago se asienta en la playa
donde el suave fuego vegetal del verano
desciende a la ola que la lleva
a un lecho de profundas cenizas.
Rastreada por el cañón -vivir,
límite inmensola casa en el bosque se encendió:
trueno, arroyo, molino.
14
BIBlIOHCA O¡ Mimo
ÉVADNÉ
El verano y nuestra vida eran una sola cosa
El campo engullía el color de tu oloroso vestido
Avidez y apretura se habían reconciliado
El castillo de Maubec se hundía en el barro
Muy pronto se derrumbaría el balanceo de su lira
La violencia de las plantas nos hacía vacilar
Un oscuro cuervo remador desviándose de la escuadra
En el mudo pedernal del mediodía descuartizado
Acompañaba nuestro concierto de suaves movimientos
La hoz por doquier debía descansar
Nuestra rareza iniciaba un reino
(El viento insomne que nos arruga el párpado
Al pasar cada noche la página acordada
Quiere que cada parte tuya que yo recuerde
Se extienda a un viejo país hambriento de lagrimal gigante)
Fueron al principio años adorables
La tierra nos amaba un poco me acuerdo.
EL ALUMBRADO DEL PENAL
He deseado para ti noche tan corta
que tu madrastra taciturna
envejeció antes que concibiera
los poderes de tal noche.
Ha soñado estar a tu lado
este fugitivo armonioso,
de la persona apenas indicada,
de beneficio proveniente
de camino triste y angélico.
Nadie se atreve a retrasarlo.
Se ha encogido de pronto el día.
Al perder a todos los muertos que amaba,
despacho a este perro la rosa,
último viviente, distraído verano.
Soy el excluido y el colmado.
Dame tu último toque,
belleza que te ciernes,
con ebrios párpados mal cerrados.
Cada herida pone en la ventana
sus ojos de fénix despabilado.
La satisfacción de resolver
canta y gime en el oro del muro.
No es, de nuevo, más que el viento del yugo.
25
BIBlIOHCA O¡ M[XICO
Viñeta de José Antonio Montero
CONDUCTA
Pasa.
La reja sideral
que ahí estaba en otro tiempo
se hundió.
Esta noche una nube de pájaros
desde muy alto exulta y pasa.
Escucha las sienes rocosas
de las presencias dispersadas
la palabra que hará tu sueño
cálido cual árbol septembrino.
Ve cómo se mueve el tejido
de las certezas que lograron
cerca de nosotros
su quintaesencia,
¡oh mi Bieldo, mi ansiosa Sed!
El rigor de vivir se esmerila
sin cesar para codiciar el exilio.
Con una lluvia fina de almendra
mezclada con dócil libertad,
se ha producido tu alquimia guardiana,
¡oh, bien amada mía!
PARA QUE UN BOSQUE ...
P ara que un bosque sea magnífico
le hacen falta edad e inftnito.
No muráis muy rápido,
amigos del tentempié bajo el granizo.
Abetos que dormís en nuestra cama,
eternizad nuestros pasos en la híerba.
Alsacia, 1939.
26
818110mA O[MÉXICO
ARTINA*
(FRAGMENTOS)
Al silencio de aquella que permite soñar.
En la cama que me prepararon había: un animal sanguinolento y maltrecho del tamaño
de un bollo, un caño de plomo, una ráfaga de viento, un molusco helado, un cartucho sin
pólvora, dos dedos de un guante, una mancha de aceite; no había una puerta de prisión, pero
sí el sabor de la amargura, un diamante de vidriero, un pelo, un día, una silla rota, un gusano
de seda, el objeto robado, una presilla de sobretodo, una mosca verde domesticada, una rama
de coral, un clavo de zapatero, una rueda de ómnibus.
Ofrecer un vaso de agua al paso de un caballero que se lanza a rienda suelta en un
hipódromo invadido por la multitud supone, de una y otra parte, una falta absoluta
de habilidad; Artina traía a los espíritus que visitaba esa aridez monumental.
El impaciente se daba perfecta cuenta de la clase de sueños que en adelante
frecuentarían su cerebro, sobre todo en el dominio del amor cuya actividad voraz
se manifestaba de ordinario fuera de la época sexual. La asimilación alcanzaba su
desarrollo en la noche profunda de los invernaderos herméticamente cerrados.
Artina cruzó sin dificultad el nombre de una ciudad. Es el silencio que hace
surgir el sueño.
Los objetos designados y reunidos con el nombre de naturaleza-concreta
forman parte del escenario en el cual se desarrollan los actos de erotismo de las
seriesfatales, epopeya cotidiana y nocturna. Los ardientes mundos imaginarios que
circulan sin interrupción por la campiña en la época de las cosechas tornan el ojo
agresivo y la soledad intolerable para aquel que dispone del poder de destrucción.
En los cataclismos extraordinarios, resulta directamente preferible apelar sin
reserva a ellos.
* Traducciones de A1do Pellegrini, Antología de la p oesía sumalista, Compañía General Fabril Editora, Buenos Aires, 1961 , 360 pp.
27
ilillOmA D[ MÉXICO
Edvard Munch
LA LUJURIA
El águila ve cómo se borran gradualmente las huellas de la
memoria helada
La extensión de la soledad hace apenas visible la presa que huye
A través de cada una de las regiones
Donde uno mata donde a uno lo matan lib~emente
Presa insensible
Proyectada indistintamente
Más acá del deseo y más allá de la muerte
El soñador embalsamado en su camisa de fuerza
Rodeado de utensilios efimeros
Figuras que se desvanecen apenas formadas
Su revolución celebra la apoteosis de la vida que declina
La desaparición progresiva de las partes lamidas
La caída de los torrentes en la opacidad de las tumbas
Los sudores y malestares que anuncian el fuego central
y finalmente el universo con todo su pecho atlético
Necrópolis fluvial
Después del diluvio de los rabdomantes
Ese fanático de las nubes
Tiene el poder sobrenatural
De desplazar a considerables distancias
Los paisajes habituales
De romper la armonía acumulada
De tornar irreconocibles los lugares fúnebres
Al día siguiente de los homicidios provechosos
Sin que la conciencia originaria
Se cubra con el deslizamiento purificador del suelo.
Le Marteau Sans Maitre
28
BIBLIOTECA DE MÉXICO
METEOROS ROBUSTOS*
En los bosques se oye hervir el gusano
La crisálida volviendo al claro rostro
Su natural liberación
Los hombres tienen hambre
De carnes secretas de herramientas crueles
Levántense bestias a degollar
A ganar el sol.
Arsenal, 1929.
ARGUMENTO
¿Cómo vivir sin un enigma delante?
Los hombres de hoy quieren el poema a imagen de su vida; hecha
de tan pocos miramientos, de tan poco espacio y quemada de
intolerancia.
Dado que no les es permitido ya obrar de modo supremo, en
esta preocupación fatal de destruirse por medio del semejante,
dado que su inerte riqueza los frena y los encadena, los hombres
de hoy, debilitado el instinto, pierden, aunque se conserven vivos,
hasta el polvo de sus nombres.
Nacido del llamado del devenir y de la angustia de la
retención, el poema, al elevarse de su pozo de barro y de estrellas,
testimoniará casi en silencio que nada hay en él que no existiera
realmente en otro lugar, en ese rebelde y solitario mundo de las
contradicciones.
Le poeme pulverisé, 1947.
* Selección y versión de Raúl Gustavo Aguirre. René Char, Antologío, Ediciones del Mediodía, Buenos Aires, 1968,200 pp.
29
!1!lIOmA Ol MÉXICO
ELLA JADEABA
Tú caminas como el incendio de un bosque
Puma mi bienamado
Cómo seguirte
De pronto las piedras se hincharon hasta estallar
El estiércol desapareció
Los matorrales se abrazaron
En la cima de un cedro se encendió un faro salvaje
El cielo sudoroso asestó su humo
Al orzuelo de los ojos más cansados del mundo
Pies heridos de tropezar
Manos delgadas de debatirse
Suerte
Por el tubo del amor
Bienamado escuchó
y derecho se irguió
Oh su frente sublime de habano encendido
Oh su garganta de forja de hada
El cielo demente retrocedió
La baba del fuego se hundió en la tierra
Un vaho de osamentas apareció bailó con los enanos
Una pupila de eucalipto se convirtió en una luna
embalsamada
Muchachas atrevidas
Está bien ser imprudentes
Pero por el amor
De su puma
Con sus labios mojen la llama
Cuando florezca en ellos su imagen.
Placard pour un chemin des écoliers, 1937.
Edvard Munch
lO
BIBLIOTECA DE MÉXICO
LOS PUÑOS APRETADOS
Los puños apretados
Los dientes rotos
Las lágrimas en los ojos
La vida
Apostrofándome sacudiéndome y burlándome
Yo espiga adelantada de las cosechas de agosto
Distingo en la corola del sol
Una yegua
En su orina abrevo.
" Placard pour un chemin des écoliers, 1937.
HOJAS DE HIPNOS
(FRAGMENTOS)
Toda la autoridad, la táctica y el ingenio no pueden
reemplazar una partícula de convicción al servicio de
la verdad. Creo haber mejorado este lugar común.
*
Dejar para más tarde la parte imaginaria, que,
también ella, es susceptible de acción.
*
El poeta no puede permanecer por mucho tiempo
en la estratósfera del Verbo. Debe enroscarse en nuevas
lágrimas y adelantar más en su orden.
*
Tiempo en que el cielo exhausto penetra en la tierra
donde el hombre agoniza entre dos menosprecios.
*
Si el hombre a veces no cerrara soberanamente los
ojos, terminaría por no ver ya lo que vale la pena
mirar.
*
Sólo se combate bien por aquellas causas que uno
modela por sí mismo y con las cuales uno se quema
identificándose.
*
Los ojos, solos, son todavía capaces de lanzar un
grito.
*
La eternidad no es mucho más larga que la vida.
*
Somos parecidos a esos sapos que en la austera
noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando
con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
*
En todas nuestras comidas en común, invitamos a
la libertad a sentarse. El lugar permanece vacío pero el
cubierto está puesto.
31
BIBLIOTECA DE MEXICO
ESTRANGULÉ A MI HERMANO*
Estrangulé
A mi hermano
Porque no le gustaba dormir
Con la ventana abierta
Hermana mía
Dijo antes de morir
Noches enteras he pasado
Mirándote dormir
Inclinado sobre tu resplandor en el vidrio.
Placard pour un Chemin des Écoliers, 1937.
FIDELIDAD
Por las calles de la ciudad va mi amor. Poco importa hacia dónde en el tiempo
dividido. Ya no es mi amor, todos pueden hablarle. Ella no recuerda ya; ¿quién en
verdad la amó?
Busca su igual en el ruego de las miradas. El espacio que recorre es mi fidelidad . Dibuja la esperanza y suavemente la despide. Es decisiva sin que tenga que
ver en ello.
Yo vivo en su profundidad como un despojo feliz . Sin que lo sepa, mi soledad es
su tesoro. En el gran meridiano donde se inscribe su vuelo, mi libertad lo excava.
Por las calles de la ciudad va mi amor. Poco importa hacia dónde en el tiempo
dividido. Ya no es mi amor, todos pueden hablarle. Ella no recuerda ya: ¿quién en
verdad la amó y la ilumina desde lejos para que no se caiga?
Fureur et Mystere, 1948.
* Versiones de Raúl G ustavo Aguirre. Poetasfrancesescontemporáneos, Ediciones Librerías Fausto, Buenos Aires, 1974, 400 pp.
32
ilillO¡ECA OE M[xICO
ANTONIN ARTAUD
N o tengo voz para elogiarte, hermano mío.
Si me inclinara sobre tu cuerpo que la claridad va a dispersar,
Tu risa me rechazaría.
El corazón entre nosotros, durante lo que se llama
impropiamente una hermosa tormenta.
Da en tierra varias veces,
Mata, cava e incendia,
Luego renace más tarde en la dulzura del hongo.
N o necesitas un muro de palabras para exaltar tu verdad.
Ni las volutas del mar para ungir tu profundidad.
N i de esta mano febriciente que nos rodea la muñeca,
Y suavemente nos conduce a derribar un bosque
En donde el hacha son nuestras entrañas.
Está bien. Vuelve al volcán.
Y nosotros,
Que lloremos, asumamos tu relevo o preguntemos: "¿Quién es
Artaud?" a esa espiga de dinamita de la que ningún grano
se separa,
Para nosotros, nada habrá cambiado,
Nada, sino esta quimera viviente del infierno que se despide
de nuestra angustia.
(Paris, 8 de marzo de 1948).
LesMatinaux, 1950.
LA ALDEA VERTICAL
C o m o lobos ennoblecidos
Por su desaparición
Acechamos el año de miedo
Y de hberación.
Lobos nevados
De las lejanas batidas,
De fecha borrada.
Bajo el porvenir que gruñe,
Furtivos, esperamos,
Para afiliarnos,
La ampHtud de la altura.
Sabemos que las Cosas ocurren
Repentinamente,
Oscuras o demasiado adornadas.
El dardo que unía los dos paños
Vida contra vida, clamor y monte.
Fulguró.
LeNuperdu, 1971.
LA BESTIA INNOMBRABLE
La Bestia ínnombrable cierra la marcha del gracioso rebaño,
como un cíclope bufo.
Ocho improperios le sirven de ornamento, se dividen
su demencia.
La Bestia eructa devotamente en el aire rústico.
Sus flancos rellenos y vacilantes son dolorosos,
están por vaciarse de su preñez.
Desde sus cascos hasta sus vanos colmillos,
está envuelta en fetidez.
Así se me aparece, en el friso de Lascaux, madre
fantásticamente disfrazada,
La Sabiduría con los ojos llenos de lágrimas.
La Paroi et la Prairie, 1951.
HAMBRE ROJA
Eras insensata.
¡Qué lejos ya!
Moriste, un dedo ante tu boca,
En un noble movimiento,
Para poner punto a la efusión;
En el frío sol de un verde límite.
Eras tan bella que nadie advirtió tu muerte.
Más tarde, era de noche, echaste a andar conmigo.
Desnudez sin recelo,
Senos corroídos por tu corazón.
A sus anchas en este mundo que ocurre,
Un hombre que te había estrechado en sus brazos.
Se sentó a la mesa.
Está bien, no existes.
Le Nu perdu, 1971.
34
BIBlIOmA Of MÉXICO
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LOS SOLES CANOROS*
Las desapariciones inexplicables
Los accidentes imprevisibles
Los infortunios quizá excesivos
Las catástrofes de todo orden
Los cataclismos que ahogan y carbonizan
El suicidio considerado crimen
Los degenerados intratables
Los que se enrollan en la cabeza un delantal de herrero
Los ingenuos de primera magnitud
Los que colocan el féretro de su madre en el fondo
de un pozo
Los cerebros incultos
Los sesos de cuero
Los que invernan en el hospital y conservan la embriaguez
de las ropas desgarradas
La malva de las prisiones
La ortiga de las prisiones
La parietaria de las prisiones
La higuera nodriza de ruinas
Los silenciosos incurables
Los que canalizan la espuma del mundo subterráneo
Los enamorados en éxtasis
Los poetas excavadores
Los que asesinan a los huérfanos tocando el clarín
Los magos de la espiga
Imperan temperatura benigna alrededor de los sudorosos
embalsamadores del trabajo.
L Action de la justice est éteinte
• Ant%gla de /0 poesía su"ea/ista francesa , Ediciones Coma, Traducciones de Aldo PeUegrini, Emilio
Adolfo Westphalen, César Moro, Ricardo Baeza, Guillermo de Torre, México, 1981 , 336 pp.
35
ilillOmA Ol MlXICO
A LA SALUD DE LA SERPIENTE
Yo canto el calor con rostro de recién nacido, el calor desesperado.
11
Le toca al pan romper al hombre, le toca ser la belleza del amanecer.
IV
En la ronda de la golondrina una tormenta se forma , un jardín se diseña.
V
Siempre habrá una gota de agua que dure más que el sol
sin que el ascendiente del sol sufra por eso.
VII
Lo que viene al mundo para no trastornar nada, no merece
ni consideración ni paciencia.
XI
Tú harás deJ alma que no existe, un hombre mejor que ella.
XX
No te encorves sino para amar. Aun muerto, sigues amando.
XXIV
Si habitamos un relámpago, allí está el corazón de lo eterno.
XXVI
La poesía es de todas las aguas claras la que menos se
demora ante los reflejos de sus puentes.
Poesía, vida futura en el interior del hombre que ha ganado en calidad.
Le Poeme pulvérisé
DECLARAR EL PROPIO NOMBRE*
Yo tenía diez años. El Sorgue me engastaba. El sol cantaba las horas sobre la
esfera tranquila de las aguas. La despreocupación y el dolor habían inmovilizado
al gallo de hierro sobre el tejado de las casas y juntos se soportaban. Pero. ¿qué
rueda en el corazón del niño al acecho giraba más fuerte, giraba más de prisa que
la del molino de su incendio blanco?
* Traducción de Alicia Bleiberg. René Cbar, Común presencia, Edición Bilingüe, Alianza Editorial, Madrid, 1986, 392 pp.
36
818l10mA O[ MEmO
JUVENTUD DE LOS NÉVONS
En el recinto del parque,
el grillo sólo se calla para imponerse más
En el parque de los Névons
Ceñido de praderas,
U n arroyo sin pendiente.
Un niño sin amigo
Difiíminan su tristeza
Y viven mejor así.
En el parque de los Névons
U n rebelde se ha unido
Al arroyo, al niño,
A su mismo espejismo.
En el parque de los Névons
Mortal sería el verano
Sin la voz de un grillo
Que, un instante, se calla.
EL ADOLESCENTE ABOFETEADO
Los mismos golpes que lo arrojaban contra el suelo lo lanzaban al mismo tiempo
vida adelante, hacia los años futuros en los que, cuando sangrara, ya no sería por
la iniquidad de uno solo. Semejante al arbusto al que sus raíces reconfortan y que
apoya sus ramas herídas contra su tronco resistente, se replegaba a continuación
en el mutismo de ese saber y en su inocencia. Al fin se escapaba, huía y se sentía
soberanamente dichoso. Llegaba hasta el prado y la barrera de cañas cuyo limo
acariciaba y cuyo seco estremecimiento percibía. Parecía que lo que la tierra
había producido de más noble y de más perseverante lo había adoptado, en
compensación.
Volvería a empezar así hasta el momento en que, desaparecida la necesidad de
romper, se irguiera atento entre los hombres, a la vez más vulnerable y más fuerte.
¡VIVA... !
Este país no es más que un
deseo del espíritu, un contrasepulcro.
En mi país se prefieren las tiernas pruebas de la primavera y los
pájaros mal vestidos a las metas lejanas.
La verdad espera la aurora al lado de una vela. N o se presta
atención al cristal de ventana. Qué le importa al hombre vigilante.
En mi país, no se interroga a un hombre conmovido.
No hay sombra maligna sobre la barca volcada.
Buenos días apenas, es desconocido en mi país.
Sólo se toma prestado lo que puede devolverse con creces.
37
siwaDErálco
COMÚN PRESENCIA
Tienes prisa por escribir,
Como si fueras con retraso respecto de la vida.
Si es así, acompaña a tus fuentes.
Apresúrate.
Apresúrate a transmitir
Lo que te corresponde de maravilloso de rebeldía de generosidad.
Efectivamente vas con retraso respecto de la vida,
La vida inexpresable,
La única a fin de cuentas a la que aceptas unirte,
La que cada día te niegan los seres y las cosas,
De la que obtienen penosamente aquí y allá algunos fragmentos descarnados
Al cabo de luchas inmisericordes.
Fuera de ella, todo es sólo agonía sumisa, grosero fin.
Sí encuentras la muerte en el curso de tu esfuerzo,
ReClbela como la nuca sudorosa agradece el pañuelo seco,
Inclinándote.
Si quieres reír,
Ofrece tu sumisión,
Nunca tus armas
Has sido creado para momentos poco comunes.
Modíficate, desaparece sin pena
A merced del rigor suave.
Fase tras fase la liquidación del mundo prosigue
Sin interrupción, sin extravío.
Enjambra el polvo.
Nadie descubrirá vuestra unión.
LA VERDAD OS HARÁ LIBRES
Eres lámpara, eres noche;
Esta lucera es para tu mirada,
Esta tabla para tu fatiga,
Este poco de agua para tu sed,
Las paredes enteras pertenecen a aquel a quien tu
caridad da a luz.
¡Oh cautiva, oh Desposada!
CANTO DEL RECHAZO
COMIENZO DEL PARTISANO
El poeta ha vuelto para largos años a la nada del padre. No lo Uamas, todos
vosotros que lo amáis. Si os parece que el ala de la golondrina ya DO tiene espejo
sobre la tierra, olvidad esa dícha. Quien panificaba el sufrimiento ya no es visible
en su letargo rojizo.
¡Ah! ¡Hagan la belleza y la verdad que estéis presentes en gran número en las
salvas de la liberación!
\,
I
LA OROPÉNDOLA
3 de septiembre de 1939
La oropéndola entró en la capital del alba.
La espada de su canto cerró el lecho triste.
Todo terminó para siempre.
LA LIBERTAD
Vino por esta linea blanca que tanto puede significar el comienzo del alba como
la palmatoria del crepúsculo.
Pasó las playas maquinales; pasó las cimas hendidas.
Se acababan la renunciación con rostro de cobarde, la santidad de la mentira,
el alcohol del verdugo.
Su verbo no fue un ciego carnero sino el lienzo donde se inscribió mi aliento.
Con paso de no orientarse mal más. que tras la ausencia, vino, cisne sobre la
herida, por esta linea blanca
LOS SEÑORES DE MAUSSANE*
jUno tras otro, quisieron predecirnos un futuro dichoso,
Eclipsando su imagen y todo la angustia conforme con nosotros!
Desdeñamos tal igualdad,
Dijimos no a sus frecuentes palabras.
Seguimos el empedrado que nuestro corazón había trazado
Hasta las llanuras del aire y el silencio único.
Hicimos sangrar a nuestro amor exigente,
Luchar nuestra felicidad cón cada guijarro.
Dicen ahora que más allá de su visión,
Más pavor les provoca el granizo que la nieve de los muertos.
* Selección y traJ'ucción de Miguel Ángel Flores y Alberto Oliveira. POdaS franceses del siglo XX; presenta·
ción y notas: Miguel Ángel Flores y Alberto Oliveira, Editorial Letras Vivas, México, 2004, 288 pp.
39
818UOmA Of M~ICO
EL CUARTO EN EL ESPACIO
Así es el canto de la paloma cuando
la tormenta se avecina -el aire se
pulveriza con la lluvia, el sol que
regresa- me despierto lavado, me
derrito al levantarme; yo vendimio el
cielo novicio.
Acostado a tu lado, muevo tu libertad.
Soy un pedazo de tierra que reclama su
flor.
¿Es la afinada garganta más radiante
que la tuya? ¡Preguntar es morir!
El ala de tu suspiro pone un plumón en
las hojas. El rasgo de mi amor cierra tu
fruto, lo bebe.
Estoy en la gracia de tu rostro cuando
mis tinieblas se cubren de alegría.
¡Qué hermoso tu grito que me entrega
tu silencio!
VICTORIA RELÁMPAGO
El pájaro labra la tierra,
La serpiente siembra,
La muerte mejorada
Aplaude la cosecha.
¡Plutón en el cielo!
La explosión en nosotros.
Allí solamente en mí.
Loco y sordo, ¿cómo podría yo ser más?
¡Un segundo más en sí mismo, rostro mudable, más estación para la
llama y estación para la sombra!
Con la lenta nieve descienden los leprosos.
De repente el amor, semejante al terror,
Con una mano jamás vista detiene el incendio, incorpora al sol,
reconstruye a la Amiga.
Nada anunciaba una existencia tan fuerte.
r, t· 1
lt. .Jo~
40
BIBliOTECA OE MEXICO
1110
WILLlAM BLAKE
( I 757 - I 827)
En la Navidad de 1942 tenrunó de imprimirse, al cuidado del poeta español Emilio Prados, la traducción que Xavier Vi ll aurrutia
hiciera del más reconocido poema de William Blake: El matrimonio del Cielo y de/ Infierno; de esa plaquene se ha hecho la selección que
aquí aparece para conmemorar el 250 aniversario del nacimiento del gran poeta inglés. Ahí también se evocará en nota introductoria
un texto de Chesterton que dice en resumen : " Como un titán , Blake, emerge, con su talla colosal y su voz atronadora. Por entre las
tinieblas y el caos de su obcecado simbolismo y sus perversas teorias, por entre la tormenta de delirio y la noche cerrada de su locura ,
reitera, con precisión apasionada, que sólo puede ser adorable aquello que es digno de ser amado, que la divinidad está en una persona
o en una brisa, que tanto más conozcamos las cosas altas, más habremos de hallarlas palpables y encarnadas, y que la form a entera
de los cielos es toda semejanza de la apariencia de un hombre. "
PROVERBIOS
DEL INFIERNO
La desnudez de la mujer es la obra de Dios.
La Prudencia es una vieja solterona rica y fea
cortejada por la Incapacidad.
Está pronto a decir siempre tu opinión, y el ruin te evitará.
Aquel que desea pero no obra, engendra peste.
Nunca perdió más tiempo el águila que cuando escuchó las lecciones del cuervo.
El reloj cuenta las horas de la necedad, pero ningún reloj puede
contar las horas de la sabiduría.
La zorra se provee; pero Dios provee al león.
Ningún pájaro se eleva demasiado alto, si vuela con sus propias
alas.
Piensa por la mañana, obra al mediodía, come por la tarde y duerme por la noche.
Un cuerpo muerto no venga las
injurias.
Aquel que ha permitido que abuses de él, te conoce.
Si el necio persistiera en su necedad se volvería sabio.
Del agua estancada espera veneno.
Pudor, máscara del orgullo.
Las pnslOnes están construidas
con piedras de la Ley; los burdeles
con piedras de la Religión.
Bd. librO" cu:abó rú UnJH'imir 41 cita 24 tU D ici8mbr, tk 1942. en Iot
I4Uu.. .. A,tu Gr4/itu
Comcrcica.&t... IX Mbico.
bojo '- direoct6n tipogr&f - de EmiliQ Prado..
* WiJliam Blake, El matrimonio del cielo y el infierno,
traducción de Xavier Villaurrutia , El clavo ardiendo, Editorial Séneca, México, 1942, 60 pp.
41
BIBLIOTECA Ol MlXICO
Escucha el reproche de los necios:
es un título real.
Así como la oruga elige las hojas
más hermosas para poner sus huevos, el sacerdote deposita su maldición sobre los mejores goces.
Grabado de William Slake
ríos, montañas, lagos, ciudades, naciones y todo
lo que sus enormes numerosos sentidos podían
percibir.
Estudiaban particularmente el genio de cada
ciudad y país colocándolo bajo la tutela de una
deidad espiritual.
Bien pronto, para ventaja de algunos y esclavitud de muchos, se formó un sistema intentando
dar realidad a las deidades espirituales o abstraerlas de su objeto. Así dio principio el sacerdocio,
instituyendo ritos según los relatos poéticos.
Y, al fin, declararon que los Dioses lo habían
querido de este modo.
Así olvidaron los hombres que todas las deidades residen en el corazón.
Crear una sola flor es trabajo de siglos.
Exuberancia es Belleza.
Antes asesina a un niño en su cuna que nutras
deseos que no ejecutes.
Nunca puede ser dicha la verdad de manera que
pueda ser comprendida sin ser creída.
¡Bastante! o, más aún, demasiado.
Los poetas de la antigüedad animaron los objetos sensibles con dioses y genios, nombrándolos
y dotándolos con las propiedades de los bosques,
41
BIBlIOmA o¡ Mfxl(O
VISiÓN MEMORABLE
Así Swedenborg se envanece de que cuanto
escribe es nuevo, aunque sólo es un índice o un
catálogo de libros publicados antes.
Un hombre lleva un mono a una fiesta y porque era un poco más sabio que el mono se infló
de vanidad y se consideró más sabio que siete
hombres.
Me hallaba en una imprenta, en el Infierno, y
vi el método por el cual se transmite el conocimiento de generación en generación.
En la primera cámara había un Dragón-hombre barriendo los despojos a la boca de una ca-
Grabado de WiIliam Blake
verna; en el interior, multitud de dragones ahondaban la caverna.
En la segunda cámara había una serpiente
enredada en torno a la roca y la caverna, y otras
adornándola con plata, oro y piedras preciosas.
En la tercera cámara, un águila de alas y plumas de aire; y el águila hacía el interior de la caverna infinito; y a mi alrededor, un gran número
de hombres águilas edificaban palacios sobre las
rocas enormes.
En la cuarta cámara, leones de ardientes llamas se paseaban furiosos y fundían metales en
fluidos vivientes.
En la quinta cámara, formas sin nombres
arrojaban al espacio los metales.
Estos metales eran recibidos por hombres en
la sexta cámara y tomaban la forma de libros y
eran colocados en bibliotecas.
Siempre me ha parecido que los Ángeles tienen
la vanidad de hablar de sí mismos como si sólo
ellos fueran sabios; lo hacen con una confianza
insolente que nace del razonamiento sistemático.
Así es en el caso de Swedenborg que muestra
la locura de las iglesias y quita la máscara de los
hipócritas e imagina que todos los hombres son
religiosos y que él es el único hombre en la tierra
que rompió las mallas de la red.
Ahora , oíd el hecho tal como es: Swedenborg
no ha escrito una sola verdad nueva.
Y, ahora, oíd la causa: conversaba con los ángeles que son, todos, religiosos, y no conversaba
con los demonios que odian la religión, porque
sus prejuicios lo hacían incapaz.
Así es que las obras de Swedenborg son una
recapitulación de todas las opiniones superficiales, y un análisis de las más sublimes; nada más.
He aquí otro hecho: cualquier hombre de talento mecánico puede extraer de las obras de Paracelso o de Jacob Behmen diez mil volúmenes de
igual valor que los de Swedenborg, y un número
infinito de los libros de Dante o Shakespeare.
Pero, cuando lo haya hecho, que no pretenda
saber más que su maestro porque sólo sostiene
una bujía en pleno sol.
4]
818l10mA Of M[XICO
POETAS
,DE
AMERICA*
* Las viñetas que oman y honran esta secclOn de poesía son de Ricardo MartlOez, gran pintor y gran ilustrador, cuyas Imágenes decoraron también,
entre otros libros. Muerte Sin fin, de José Gorostlza. en edición de la UNAM, y Junca de sombras, de Alfonso Reyes. Esta oportunidad nos permite
recordar y reconocer una obra plástica emlOente, que no debiera nunca pasarse por a lto a pesar de la discreción con que la creó su autor. El libro de
donde proVIenen es de Enrique Díez Canedo: Epigramas amen'canos, Joaquín Mortiz, Editor, México, 1945 ,84 pp.
44
BIBliOTECA OE MÉXICO
BILL BISSETT*
(Canadá, 1939)
TRADUCCiÓN DEL INGLÉS POR BENJAMíN VALDIVIA**
A VIOLENT PRSON
is marreed 2 a changling
I PERSONA BIOLENTA
¡r
Se kasó kon alguien ke fue kambiado
th changling can adapt
can sumtimez radikalee b
on her his gud side evreethings
going swirnminglee sumtimez
get shit whn he she runs out
uv prsonas masks goez 2
th closet n thers nothing
el kambiado pued adaptarse
pued a beces radikalmente star
en su lado bueno kada kosa
va deslisadamente a beces
de porkeria kuando se kansa
d personas máskaras va asia
el armario i no ai nada
hanging ther can b myself he
she thinks thn thats th feer
that th punishment will cum
fr sure if he she cant leev her
him self fast enuff breeth b
call her him n start packing
aí colgado puedo estar 10
piensa entons aí stal miedo
d kel kastigo bendrá
d sierto si no puede abandonarle tan belós kual suspiro
decir ke empiese a empakar
hirn her self is alredee enuff
is alredee fine is alredee a11 ther
can go now can b now she he is
sew flexibul now who 2 trust or
2 find discovr
konsigo lla es suficien t
lla stá bien lla todo kompleto
ke lla se baIla sí aora se be
fleksible ahora para konfiar o
alIarse deskubierto
a mountin sliding in2 th sand
sumwun who wud stay yu cud
with hold n they cud find yu they
wudint leev n yu wud bcum a11
ther with them not that
thers anee all ther
una montaña deslisada asia larena
alguien ke permaneska poder
abrasar i te enkuentren no puedan
d jarte i t kombiertas en todo
aí kon ellos no eso
ai kualkier todo eso
th changling writes lettrs 2 her him
selvs in th ambr waves n touchinglee
with lave keeps th nite
el kambiado le eskribe kartas
en las olas ámbar i gentilmen t
kon amor manti n la noche
* BilI Bissett, nacIó en Halifax, Canada en 1939. es un autor reconocido por sus aportaciones en el campo de la exploraCión rnorfosintacrica, su
pnnclpal fa go de tilo e!:i la ex nmentaclon y subversión del orden gramancal. Sus libros más recientes son: B Ice l' ahu/ char ak In Burnaby, Re.
TaJonbooks,2000 S"" n /h fhon BUI naby B C Talonvooks, 1999
Ber\lamin Valdivia nacio en Aguascahemes. MéXICO, en 1960 Es M,embro correspondIente de la AcademIa Mexicana de la Lengua y de la Academia
Norteamericana de la Lengua Española Cuenta con estudIos de doctorado en Filosofía (UNAM), en EducaCIón (VG) y en Humanidades y Artes
(UAZ) Es prole,or en la UniverSIdad de GuanaJuato ... la fecha funge como dIrector académIco del Centro de Estudios CervalltlllOs, A. C., Y es
presidente de la Red CervantlOa Mundial Su libro mas reciente es Hablar<lIlmguas (Azafrán y Cinabno, 2006).
** La njevr Í1tItUI&fI1IIdI. Poetas CGIIIIdimses C07llmlporáneos. Selección, traducción y prólogo de Benjamin Valdivia, Universidad de Guanajuato, Guanajuato, México 2002, p. 68-71.
45
BIBliOTECA O¡ MlXICO
MICHAEL PALMER*
(Estados Unidos, 1943)
TRADUCCiÓN DEL INGLÉS POR ROMÁN LUJÁN**
NIGHT GARDENING
JARDINERíA NOCTURNA
A reader writes to complain
U n lector escribe para quejarse
that there are no cellphones in my poems,
so here is one,
de que no hay celulares en mis poemas,
así que aquí está uno,
its body chrome,
its face a metallic blue.
It's neither transmitting nor receiving.
su cuerpo cromado,
su rostro azul metálico.
No está llamando ni recibiendo.
A woman from Duluth requests
that 1 cease sending secret messages
to her in my poems.
Una mujer de Duluth solicita
que deje de enviarle mensajes
secretos en mis poemas.
This 1 will do forthwith .
Lo haré sin mayor trámite.
And the blackbird at evening.
y el mirlo en el atardecer.
She says, You have misrepresented the river
there where it turns
Me dice, Has tergiversado el río
ahí donde gira
by the holm oak and the bed
of winter hyacinths.
cerca de la encina y el lecho
de invernales jacintos.
This 1 will correcto
Corregiré esto.
A recent letter unsigned:
You've mangled the citations from H6lderlin,
Una carta reciente sin firma :
Has destrozado las citas de H6lderlin
and none will mistake your skies
for those of Dominikos Theotokopoulos.
y nadie confundirá tus cielos
con los de Dominikos Theotokopolous.
Opines a good citizen, concerned parent,
Your nefarious syntax
has infected my fust-born-
Opina un buen ciudadano, padre consternado,
Tu nefasta sintaxis
ha infectado a mi primogénito-
have you a heart of stone?
¿es que tienes de piedra el corazón?
And the poem, from its homeless home,
writes of blindsight and silence,
y el poema, desde su hogar desamparado,
the blackbird at evening,
nothing you can see.
del mirlo en la tarde,
nada que puedas ver.
escribe de ceguera y silencio,
* Michael Palmer, nació en New York, en 1943, es autor de Campany af Moths (New Directions, 2005); Codes Appearing: PoenlS 1979·1988 (2001); 71" Pramises
01 Class (2000). Actualmente reside en San Francisco y ha recibido recientemente el Wallace Stevens Award de la Acaderny of American Poets.
** Román Luján (Monclova, Coahuila, 1975), es autor de los poernarios blStnJcciones para hacerse t'l valiente (Premio Nacional de Poesía Abigael
Bohórquez , 1997) , Aspa de Viento (2003) en colaboración con el pintor Jordi Baldó y Deshuesadero (Premio Nacional de Poesía Francisco Cervantes
Vidal, 2005). Actualmente estudia un posgrado de Literatura en la University of California, Los Ángeles.
46
BIBLIOTECA DE M[XICO
RAFAEL T ORIZ
(México, 1983)
DANZAR LA PROSA
La prosa se precipita hacia su propia destrucción
Michel Tournier
Hablar de la presencia es hablar de la voz: puro espectro que puebla con su
ausencia. Ensayar, transcurrir discurriendo, es el arte del diálogo, la calidez de la
plática. El ensayo verdadero -lo supo Platón- es una escritura a medio camino
entre el teatro y la ftlosofia: un lugar para fantasmas.
Es la conversación la forma líquida del ensayo.
El ensayo es también el fuego, luz devoradora que expande y multiplica, con
palabras como ideas, las cenizas del lenguaje.
y por eso es un arte mayor, porque al igual que la prosa profunda sabe que no
durará: el ensayo -en esencia- sólo existe y permanece en su actualización, el
instante del latido y el parpadeo.
Todo ensayo, para serlo, es la sólida expresión de un pensamiento finito,
sincopada luciérnaga en el campo de la noche.
Todo ensayo decoroso no aspira sino a su propia destrucción: una consciencia
que colapsa en su reflejo.
Es preciso remarcarlo: la prosa tiene un origen humilde, mundano, prosaico;
es pura experimentación, tanteo, levedad y sugerencia; nace en la soledad del
hombre que se interroga en monólogo silente.
La poesía, por el contrario, cuenta con padrinos celestes, dioses y diablos
guardianes que custodian su legado y aseguran la permanencia: Mnemosyne
aguarda entre la rima y el verso, en la música de la palabra que marca su huella y
sedimento.
El ensayo asume su condición pasajera: ruta de tránsito entre el pensamiento y lo
pensado (escribir ensayo es tender puentes entre el pantano y la ribera).
Se escribe ensayo desde el margen, en las orillas que se presienten pero se
desconocen.
Se escribe ensayo porque la vida es cuestión de gusto y vulgar la circunstancia.
Pero sobre todo, se escribe ensayo para incendiar la angustia y porque es lo único
que (me) queda cuando ya te has ido.
47
ilillOmA Ol M[XICO
JOSÉ MANUEL RECILLAS
(México, 1964)
PIRíTOO ENTRE LAS SOMBRAS*
A mi hermano Eduardo
"Estas sombras que ves no sombras son,
apenas un hundirse de hojas
en el húmedo telar de la noche;
un lento atardecer mejor seria entre las manos
o la cabeza reposar en sueños
y así mejor mirar lo que se va,
lo que de uno en otros queda ...
olvido ...
o fragmentos ...
un desvanecimiento.
A ti que vi por última ocasión
dejar en el vacío mi extendida mano
a fm de remontar el horizonte
que sólo los Supremos cruzar pueden
recuerdo en esta noche desbordada
y apenas sé a quién recuerdo ...
No el Hades que conoce quien historias lee me condena a cada instante,
otro me rodea que ya antes aquí estaba.
Aquí Cerbero no hace falta ni óbolo que alguno ofrezca o traiga.
No será por Cronos que el pasado o lo vivido borrados queden
si todo en un vacío empíreo es un desvanecerse
que a veces entre comensales se comparte inesperadamente
y en intervalos las historias entremezcladas quedan.
Si vinieras de día sin saber a qué has venido,
lo mismo sucederia al fmal de la jornada,
cuando dejases el escabroso sendero
y te dirigieras tras la pocilga hacia la opaca fachada
y a la lápida sepulcral, y aquello por lo cual creías venir
es solamente una concha, una cáscara de significado
que el propósito rompe sólo cuando ha sido cumplido ...
-otros lugares hay que son también el fin del mundo."
1.agosto.2007
* Pirítoo es un personaje oscuramente relacionado co n la leyenda de los ArgonaUlas, enrre otros episodios; en la
niada (1 , 262) se le presenta como hijo de Zeus; Hesíodo (fragmento 280) menciona su relación con Teseo, co n qu ien
participa en el rapto de Helena (OdiseQ, Xl, 631), Yposteriorm ente éste le acompañará al Hades en su intento por raptar
a Persefone, motivo por el cual permanecerá en aquel lugar, mientras Teseo partirá si n poder rescatar a su amigo.
vv. 22·28: Tomados de T. S. Eliot, " Linie Gidding" , " 28·33 Y 37·38, ligera mente retocados a partir de la espléndida
vers ión de Vicente Gaos de 1951 .
48
ilillOmAO[ M~I(O
JULIO EUTIQUIO SARABIA
(México, 1957)
TRASUNTO
Melanie Birds emerge desde la oscuridad anterior a toda sombra.
Luz negra, la adivino, que se desplaza entre mendicantes ayunos de mascotas;
sus dedos, en el arpa suprema de la obediencia a las pulsiones,
conciben melodías en las que disputan los ángeles sus arias y sus coros;
menos visible la espuma de su pecho y más turbulentas las aguas
que concitan la furia del relámpago y el atropellado descenso de los ríos.
Amniótico aún su balbuceo, del lecho se desprende con el vientre encendido de las
parturientas
que anuncian basiliscos, desasosegados murciélagos en las ahnenas, potras que Uevan
la muerte en la montura...
-Si sólo cantara.
Empavorece la muchedumbre ante su faz lavada por la niebla
-el sitio de la Hilandera que prende calamitosos alfileres en el sayo
mientras desgrana su boca confusos parabienes,
emite graznidos de cuerva sometida a la abstinencia
y, uno tras otro, los túmulos va cubriendo con ceniza.
(No digo yo quién habla ni habla quien yo digo.
Está en el vahído y en el útero, en el nirvana y en la Biblia,
en el puñal de Ótelo y en el paisaje desolado del cianuro.)
Interminable polvo se levanta de la tierra
y toma más árido sobre el legado de los muertos:
cardos ni lilas brotan; zanates revolotean como pavesas
de recurrentes hecatombes que, a intervalos,
vuelven con una luz que provoca escalofrío.
Estalla, de pronto, en tartajeos de estrella aprisionada por el talle,
loca la luz que surge de su idioma, delirante el aya que se entrega a dudosas
abluciones
y olvida el mantra entre oráculos y rondas.
La fulmina el vacilante tentar de la ceguera
(¿ven aquellas larvas el arrojo voraz de sus verdugos?,
¿miran las ciervas cuan suculentas han vuéltose sus ancas?)
como si un aleteo acompañara su estancia en Roma o en la bahía,
por donde cruza después de interrogar al envejecido Caronte que suministra bártulos
de caza
y frascos de polvos mil veces maravillosos,
gramos de luz como lluvia de estrellas en los plexos.
"Nadie", podria decir para perderse en el páramo o en la jungla.
"Amanuense", también podria argüir para inclinarse en el venero de las
purificaciones.
Pero no: estatua temblorosa, soplo de frágil continente,
Melanie Birds emprende la marcha tras el tañido que doblega sierpes, piedras, ríos,
exuberantes vegetales;
4»
ÍIJUOTECíOf MÉXICO
vuelve los ojos de musgo iluminado por la lluvia;
cavila, delata nubarrones en sus labios; muda los hábitos de las (
carraspea sincopadas melodías en medio del delirio...
Melanie Birds levanta olas a su paso
y vierte ceniza en la ingente orfandad de los espejos:
abraza clavículas que llama corazón, evoca solteros de reojo.
(Novia de pretéritos azahares se recuerda.
A su lado la dicha caminaba.
Lo supo -rememora- porque ninguna sombra
turbó su andar al borde de las caUes
ni querubín alguno la abandonó
cuando las palomas la rodearon en San Marcos.)
Melanie Birds calcula la proporción de su deseo al expeler el humo
de un Gauloise.
La barca prosigue entre presagios, muy lejos aún de la ribera.
Pañuelos como espuma flotan en el agua. Moscas difuntas
desde el cielo descienden con tornasolados guardianes
que contemplan, pasmados, el prodigio. (¿Melanie? ¿Las aves
multiplicadas una vez?)
Caía el sol a plomo sobre las olas mortecinas
y la furia cainita del homo sapiens aplacaba sus tizones.
Yesca resguarda Melanie Birds de sus estancias pasajeras.
(Soporífera leche bebía para eludir la culpa
que agudizábase al paso de los trenes.
Trajes roídos surgían ante sus ojos de espabilada hembra
que peina sus cabellos con dejos de indolencia.)
Horror vacuno advierte en cada fisgón tras las ventanas,
ahora revestidas de oropel y melosos corazones.
Un instante detiene su andar
y luego, placer antiguo de alquimistas, a un chasquido le siguen yerbajos
y pedruscos.
Melanie Birds consiente pesadillas al ene embotamiento
e ignora que obsequia especies muertas tras el descenso de su Arca;
sobreviven ofidios, quirópteros, pedestres piezas engalanadas por el mar.
Oscuras túnicas en las mañanas de cobalto
velan su cuerpo enternecido por ósculos y magullones;
vesánica leche alienta dislates y dislaha: ictus, carcax, cambujo, ulié...
Colecciona amuletos píira quebrantar la rutina de los padres y para encender
hogueras
y engranajes que ocultan el deshielo de la depresión en el dulce de amaranto.
Abre sus manos y exime al mundo de baratijas y de dioses.
-Si sólo cantara.
-Si sólo emitiera la luz de las luciérnagas que pueblan la bóveda celeste.
(Desconfía de las palabras que no brotan del trastabillón de la lengua.)
so
-----------~--_ . .,..
EDUARDO LANGAGNE
(México, 1952)
PERCUSIONES
(CANTO GRAVE PARA TAMBOR SOLO)
Madre
madre muerta
mi tambor sobre tu tumba madre muerta
suena el cuero del tambor sobre tu tumba
y mis manos sobre el cuero de~ tambor sobre tu
tumba
las uñas de mis manos
golpeando sobre el cuero del tambor sobre tu tumba
madre muerta
La sangre de las uñas de mis manos
sobre el cuero del tambor sobre tu tumba
La sangre de tu cuello está en las uñas de mis manos
que golpean sobre el cuero del tambor
sobre tu tumba madre muerta.
SI
ilillomA o¡ MfXICO
JOSÉ KOZER
(Cuba, 1940)
SATORI
Prestancia de Fujiwara no Teika cuando se sienta para siempre entre las
costureras de la era Meiji (están todos en la
decimonovena reencarnación): los
batilongos y las camisas sin mangas
serán puestos a la venta para vestir
al público, jubón y saya bordados
con hilo de oro (añil) (escarlata)
(la paulonia y el pájaro innombrable)
(nada de telas sintéticas) para la Casa
Imperial.
Ésa que perderá en lo adelante todas las guerras, no Teika con la espada
larga, con el pincel caligráfico, mantras y
repeticiones a un buda refractario
a su pueblo, no lo podrá impedir:
el exquisito perfeccionista Fujiwara
no Teika se impone como ejercicio
espiritual la fabricación del Toyota
(en serie) ideal, la seda artificial
(al baratillo) que nada tiene que
envidiar al telar del gusano (ahorro
en el consumo de morera). Retirada
de los bonzos, las artes marciales
un juego para impúberes y miembros
de la tercera edad: encontró Japón
su camino (nada que añadir).
Una suerte que no Teika en unos meses alcance Nirvana. El hueso de la
alegria está más alegre que nunca, los ojos
ya entienden a la perfección el modo
de aislar para descartar las imágenes,
el oído sólo oye la plegaria al Buda
Maitreya (se la sabe de memoria) gran
gloria ver venir el Paraíso disuelto,
momentos antes (basta ya de fulgores)
el aposento, la casa, la llave, retirarse
de espaldas.
52
818110mA OE MÉXICO
WALDO LEYVA
(Cuba, 1944)
DEFINITIVAMENTE JUEVES
Quiero que el veintiuno de agosto
del año dos mil diez,
a las seis de la tarde como es hoy,
pases desnuda atravesando el cuarto
y preguntes por mí.
Si estoy, pregunta, y si no existo,
o si me he extraviado en algún lugar de la casa,
de la ciudad, del mundo,
pregunta igual, alguien responderá.
El primero de enero del año dos mil uno será lunes
pero el veintiuno de agosto de la fecha indicada
tiene que ser definitivamente jueves
y el calor, como hoy, agotará las ganas de vivir.
Las calles serán las mísmas para entonces,
los flamboyanes de efe y trece seguirán floreciendo,
muchos amígos no estarán
y el tiempo habrá pasado por la historia de la casa,
de la ciudad, de mí país, del mundo.
Quiero que el veintiuno de agosto, al despertar,
prepares la piel
el corazón
las ganas de vivir.
5]
BIBlIOmA Of M[XlCO
JOSÉ MÁRMOL
(República Dominicana, 1960)
MIS MANOS
Mis manos son dos arcas hinchadas de rocío,
desiertos que se abren tempestuosos a la espera
de una piel recién mojada en bajío y en deseo.
Mis manos aparecen cuanto las ansias piden.
Sus dedos como pinos o sauces llorones,
sus palmas como deltas abiertos a tus lunas.
Mis manos son la sombra disecada de tus manos.
Escriben cuanto dices. Dibujan lo que sueñas.
y del suspiro a tientas mis dedos sueñan formas:
el trote de la yegua , el acezante brio de la sed
entre sus partes.
S4
818l10TECA OE M[XICO
ROBERTO SOSA
(Honduras, 1930)
JUEGO DE NIÑOS
Duérmete hija mia
y cruza los puentes
que el agua construye.
Camina
hacia donde los soles astillan sus cruces.
y despierta
allí donde juegan iguales los niños.
ELEGíA SIMPLE
He caminado mucho.
Poco a poco -parece- se emosca la deshora.
Toco la cruz sin brazo.
Sí,
usted está ahí bajo los hormigueros.
Quiero estrechar el polvo de su mano, levantarlo, besarlo
y confesarle algo amarrado como un nudo ciego.
Todo
se viene abajo y yo digo su nombre lo más dulce que puedo.
He caminado mucho, padre mio,
mucho.
55
&1&lIOmA Dl MixlCO
ERNESTO CARDENAL
(N icaragua, 1925)
APUNTES
Amanece
El lago gris con obtas
Tres islas
-enfrenteborrosas por la lluvia:
gris la de atrás
verde-gris la de en medio
verde-tierno la más cerca
Una gran garza blanca vuela lenta
Varios pájaros negros pasan rápido
11
Las nubes color rosa blanco amarillo
(sólo un poco más borrosas
que las de arriba)
en el cristal del lago
111
La calmura de este lago
plata y azul
más plateado que azul
Los volcanes lejanos azul tierno
Arriba como cordilleras nevadas
o crema de afeitar:
su reflejo en el lago
10 que 10 hace plateado
56
818l10HCA o¡ MÉXICO
JUAN GELMAN
(Argentina, 1930)
ALBAS
In memoriam Rapi Diego
El alba
que va del mar a la colina
con la huella del color que pasó y
la memoria del color que tendrá
la quietud de la sangre,
cruza árboles delante del invierno,
trae la dicha y la desdicha
del nacido de un cuerpo.
Pero qué sol el sol que cae
y saca palabras de la tierra:
cosecha el vuelo indestructible
de los granos del sueño.
El aire del amor en la
mano que dibuja la muerte.
57
BIBLIOTECA o¡ MÉXICO
JUAN DOMINGO ARGÜELLES
,
LAS ANTOLOGIAS
POÉTICAS
MEXICANAS
Y SUS PROPUESTAS
concepto un poco más claro de la justicia y de
la modestia, las antologías deberian presentarse
como propuestas mínimas de lectura para quienes a partir de uno o unos pocos textos, especialmente atractivos o interesantes, puedan buscar
las páginas de! autor que les llamó la atención o
los sedujo en algún momento.
Habrá que observar que no siempre los textos
antológicos llevan a los lectores a otros de un
mismo autor; a veces, por ejemplo, por lo que
respecta a la poesía, hay autores con algunas
piezas que se consideran antológicas per se y que
son las mismas de siempre porque dicho autor
no dejó otras de la misma calidad. Incluirlas en
una antología cumple con el propósito de ofrecerlas al lector para que al menos sepa dónde
encontrarlas cuando las quiera releer.
Zaid sugirió un remedio luego de adelantar el
diagnóstico acerca de una enfermedad que, más
de treinta años después, sigue cobrando víctimas:
"Hay que desmitificar las antologías, convertir
ese deseo y terror del Juicio Final, en buen juicio
dialogante, para no acabar sumidos a esa injusticia inherente, benévola o terrible de la Posteridad Absoluta. Pero no depende de uno solo. La
sumisión está en e! ambiente. Nuestros pequeños
dedócratas literarios surgen de las expectativas
colectivas. En cuanto se deja de creer en que hay
auténticos lectores (y hay tan pocos), ¿en qué se
va a creer sino en el Dedo Señalador? Desde esta
perspectiva, hacer crítica pertenece a la peor especie de acto surrealista: sacar el Dedo y tirar contra
la multitud. Lo pide el inconsciente colectivo, si
no la porra. (¡A comprometerse, valientes! ¡Juicios! ¡Nombres!). Acaban por creerlo los críticos."
Para realizar una antología se debe tener conocimiento y disponer de información al respecto,
como una ley de sentido común. Justo es advertir
también que con esto no es suficiente. Son importantes inteligencia y sensibilidad. Y tampoco son
suficientes. Porque habría que añadir una serie
de factores, subjetivos unos y objetivos otros, respecto de las obras y los autores incluidos u omitidos: el desprejuicio ante los prestigios y ante la
falta de ellos; la plena valoración literaria de los
escritos y la despreocupación por los presuntos
valores políticos e ideológicos. Es necesario también no dejarse impresionar por e! peso de las
simpatías y las antipatías, y quién sabe cuántas
cosas más que hay que tomar en cuenta y que,
en general, no es posible abarcar y que casi fatalmente se confabulan en ausencia para que las
más de las veces se produzca una antología más,
otra entre tantas o, lo que es peor, que argumentando el gusto personal se incluya a hermanos,
parientes, amigos y favoritos, sin preocuparse en
absoluto por el juicio de los lectores.
Tal ha sido e! drama de los antólogos: no
escapar a estas imposiciones o aquellas limitaciones, dando como resultado antologías que
serán rebatidas, desdeñadas, atacadas, insultadas, aborrecidas e incluso elogiadas por quienes
de haberlas emprendido las hubieran realizado,
probablemente, muy similares a las que desdeñan o muy diferentes a las que elogian.
El drama de las antologías es que, como una
vez lo señaló Gabriel Zaid, quieren asumirse
como el juicio final, que es el cese de todo juicio
y por lo mismo de todo posible diálogo. Con un
58
ilillOmAOlM[XlCO
•
Para un antologo, tratar con el pasado no
significa tanto problema como la valoración del
presente. Lo sabe todo el mundo, estamos condenados a no saber tomar distancia de nuestros
contemporáneos, a quienes por tener demasiado
cerca los encuadramos desde el prejuicio de las
simpatías o las antipatías, la fiíerza del prestigio
o la aún más aplastante fuerza del desprestigio,
la admiración o la animadversión, y toda una
serie de condicionantes.
En uno de los ensayos de su libro Verdad y
mentiras en la literatura, el novelista y ensayista
húngaro Stephen Vizinczey explica esta fatalidad
del siguiente modo: "Podemos ver a los personajes desde una perspectiva clara si nuestro ego
no está implicado en sus creencias y acciones,
er
en sus hábitos y modo de vida; en otras palabras,
sii están alejados de nosotros en el tiempo y en
el espacio. Puede haber grandes escritores contemporáneos, pero muy pocos grandes lectores
contemporáneos; estamos demasiado inmersos
en conflictos actuales, demasiado hipnotizados
por las falsedades dominantes del presente, demasiado acostumbrados a lo que por casualidad
está 'bien' o 'mal' en un momento dado, para
poder alcanzar la perspicaz imparcialidad de la
an literatura".
A veces, como excepción, negando la preen
eminencia
del gusto que muchos aducen como
razón y fundamento de toda antología, aceptamos incluir aquello que nos disgusta, pero que
parece necesario para un determinado tipo de
lector que incluso podría no interesarnos salvo
por el juicio adverso que verterá sobre nosotros.
Tal fue el caso de Jorge Cuesta, en 1928, cuando incluyó a Amado Ñervo en su Antología de la
poesía mexicana moderna, a quien calificó de un
modo devastador:
"Fue Ñervo una víctima de la sinceridad; no
sin ironía puede pensarse que éste fue su heroísmo. Nadie mejor que él puede servir de pretexto
para meditar sobre esa antítesis que se ha hecho
de la vida y el arte. Para quienes predican su
deshumanización 'y que rompa las amarras que
a la vida lo sujetan', el ejemplo de este poeta
es un argumento valioso: el hombre, allí, acabó
por
P destruir al artista".
Cuando lo desaprobaron por haber dicho
eesto, Jorge Cuesta dijo aun más. En una carta
de respuesta a su cuestionador Manuel Horta
enfatizó: "Encuentro que tanto Amado Ñervo y
Rafael López, que figuran en la antología, como
Manuel Gutiérrez Nájera y José de I Núñez y
Domínguez que no figuran en ella, me parecen
detestables poetas", y acto seguido, con magistral retórica, procedió a argumentar su compromiso con el interés y no tanto con el gusto.
Así, al insistir en su apreciación sobre Gutiérrez
Nájera y Ñervo, remató con otra frase de desprecio: "Aquél no vive para mi, no atrae mi interés, y éste apenas cuando me esfuerzo y me
violento. Y como siempre me parece un poeta
inevitablemente mediocre, no debo de atribuir
mi elección a la manifestación de mi gusto, sino,
como también muy acertadamente se sospecha,
a la conservación de mi interés."
A diferencia de Cuesta, otros argumentan lo
contrario, y señalan que como se trata de sus antologías ellos están en todo el derecho de que
antes que a ninguno sea a ellos a quienes les
guste leerla. Por lo tanto, no incluyen nada que
no sea el fruto de su gusto individual y soberano, y el que quiera otra antología que vaya y la
haga y que si puede también la publique, pero
que ésta es la suya y nada más, que quede bien
claro. Caso extraño de conclusión si consideramos que no se están refiriendo a su original o
a su copia mecanográfica sino a la edición de
al menos un millar de ejemplares más sobrantes
para reposición.
He aquí algunos de los tropiezos y los dilemas de esta tarea. Y he aquí algunas de las soluciones que han encontrado los antólogos. Otra
reflexión sería plantear, a manera de cuestionamiento, qué es lo antológico y qué lo antologable,
porque el problema parece radicar en estos dos
puntos donde muy pocos se ponen de acuerdo.
II
Hemos visto, y la historia se repite cada día, que
entre todas las posibilidades del antologo para
reahzar su tarea hay dos posturas muy frecuentes: la primera, cada vez más desprestigiada, es
darle un poco de razón al gusto popular; la segunda, cada vez más empleada, es negarle toda
verdad a ese gusto colectivo y concederle la total
autoridad al gusto único y personal, por arbitr^
rio, limitado o prejuiciado que sea.
En los últimos años, y sobre todo a partir de
la segunda mitad de este siglo, la autoridad del
gusto personal (que a veces se pretende justi|
ficar como objetividad científica) es la actitua
IISLIOTia DE MÉXICO
autores de los que ya nadie se
acuerda, con textos que ya nadie lee y que probablemente sólo
leyó con entusiasmo, en su momento, el antologador que por
ellos "apostó" .
¿Quién cree hoy realmente
que Las cíen mejores poesías líricas
de la lengua castellana, que canonizó , en su tiempo, don Marcelino
Menéndez y Pelayo (1856-1912),
son en efecto las cien mejores? De
esas cien piezas elegídas por "el
mejor critico e historiador de la
literatura que produjo España en
el siglo XIX" (según el Diccionario
Oxford de la literatura española), ¿cuántas han sobrevivido siquiera? ¿De veras se podía creer que
Federico Balart, Manuel del Palacio, Pablo Piferrer, Vicente W. Querol, Ventura Ruiz Aguilera,
Eulogio Florentino Sanz, José Selgas y Gabriel
García Tassara, por sólo mencionar a algunos
ahí incluidos, habria escrito, cada quien, al menos una de las cien mejores poesías líricas de la
lengua castellana? Si don Marcelino Menéndez
y Pelayo lo creyó realmente al llevar a cabo su
crestomatía, el tiempo terminó por derrotarlo,
precisamente por culpa de sus contemporáneos,
porque, por el contrario, y como era de esperarse, no fue víctima de la equivocación (¡cómo
podía serlo!) con autores como Gutierre de Cetina, San Juan de la Cruz, Andrés Femández
de Andrada, Luis de Góngora, Jorge Manrique,
Francisco de Quevedo, Garcilaso de la Vega y
Lope de Vega.
Ciertamente, le tuvo temor a la historia y, para
protegerse - y para no comprometerse tambiénexcluyó de modo deliberado a los autores vivos,
y hasta se disculpó un tanto por la parte del gusto individual que había puesto en su tarea. Para
compensar ese sentimiento de culpa, explicó que
había procurado "no omitir ninguna de las poesías ya consagradas por la universal admiración,
ni dar entrada a ninguna que no tenga a nuestros
ojos mérito positivo, aunque no siempre llegue a
la absoluta perfección formal" .
Que en su oficio de antólogo don Marcelino
temió el juicio de la historia, lo prueba el hecho de que, por si las dudas, se curó en salud:
"Nuestra tarea era relativamente fácil tratándose del siglo XVIII, el más prosaico de nuestra his-
más común de los antólogos. Se
desdeñan así las preferencias populares con el argumento de que
no todo lo que le gusta a mucha
gente debe ser necesariamente
bueno y que, en muchos casos,
no sólo no es bueno sino inclusive pésimo.
Entre estas posturas encontradas de los antólogos, podria
darse un término medio de equilibrar la apreciación estética lo
más objetivamente posible y la
preferencia histórica o de época
que determina muchas veces que
un texto permanezca vivo pese al
tiempo transcurrido. Este tipo de eclecticismo
puede ser visto como un signo de pusilanimidad
del antólogo, sobre todo por aquellos que consideran lo antologable como un deber egoísta de
la soberanía personal.
La libertad del antólogo por excelencia, que
está pensando en los textos que le gustan y en
los que cree por encima de todo, supone, en ese
arranque de severo optimismo que habrá al menos, en una población de millones, tres millares
o acaso cinco, de lectores parecidos a él, que
estarán encantados de encontrar una antología
como a cada uno de ellos les hubiera gustado
hacerla, o leerla.
Caso contrario el del antólogo ecléctico, pues
piensa, con cierto pesimismo y no sin algo de
razón, que no pueden ser tantos los lectores con
similar arbitrio y que, por tanto, habrá que conciliar entre lo "objetivo" y lo "popular" para que
una antología responda verdaderamente a lo
que buscan diversos lectores que, sin embargo,
esperan encontrar en una antología las páginas
(no siempre las mismas para todos) que quisieran releer.
A veces, en el colmo de nuestro optimismo
individualista, justificamos nuestras inclusiones
y les llamamos, pomposamente, apuestas. Se trata de textos que no son ni apreciados por la multitud ni prestigíados por la élite, pero que nos
encantan a nosotros que somos los antologadores. Hay que preguntarnos cuántas antologías,
a lo largo del tiempo, han conseguido hacer
fructificar sus "apuestas". A veces se convierte
en l1n experimento descorazonador revisar diversas antologías donde aparecen nombres de
60
818l10TECA OE MÉXICO
tona literaria; pero se tornaba diasamblea
como el "Nocmrno a Rosario",
de poetas jóoenes fuese hoy impopular es bastante
ficilísima respecto de la opulenta
y^^-^
de méxíco
producción poética del siglo XIX,
probable que ya no figurase en
que sin ser superior a la antigua,
e antología alguna si ésta dependiecomo lo ha sido en Francia y en
ra de las nuevas generaciones de
otras partes, ha continuado con
antólogos que, con frecuencia, no
nuevo espíritu la tradición de las
sólo no reparan en el valor lírico
formas líricas, las ha remozado a
de Acuña sino que incluso lo desveces merced al impulso genial de
deñan, del mismo modo que desdeñan a Ñervo, por popular, a Díaz
los poetas y al contacto con extraMirón, por popular, a Jaime Sabiñas literaturas y ofrece buen nú- y .
nes, por popular, etcétera, y encummero de obras ya sancionadas por
bran a algunos impopulares (por
el común aplauso. E n esta parte
desconocidos y no leídos) que ellos
más que en ninguna solicitamos y
pReser>tación de creen que son magníficos, ampaesperamos indulgencia."
gabRiel zaió rados en el principio fundamental
Y es aquí donde surgen las preguntas obligadas: los contemporáneos de don de que no son populares y que, por ello mismo,
deben ser seguramente mejores. (Por lo general,
Marcelino, ¿en verdad fueron y eran importantes?, ¿objetivamente eran buenos?, ¿o sólo el hecho de que sean mejores radica en el único
e incontrovertible argumento de que son, ni más
eran quizá los que impusieron, en ese tiempo,
su prestigio doméstico? A u n suprimiendo las ni menos, sus amigos.)
suspicacias, a no pocos lectores les quedará
la certeza extemporánea de que, bien mirado,
don Marcelino, que no era poeta, tenía más
bien pésimos gustos, como muy charros nos
parecen hoy los gustos de la mayor parte de los
antólogos que plantearon su crestomatía como
si nunca se hubiese hecho una en el mundo y
ellos estuvieran fundando la Villa Rica de la
Antología.
Lo que la gente suele olvidar, con mucha facilidad, es que entre todas las cosas no hay peor
gusto que el gusto mismo: un gusto que se modifica, a veces de la noche a la mañana, o que
cambia radicalmente de un año a otro o de una
época a otra, influyendo en ello las experiencias,
las lecturas, los prejuicios, las simpatías y las antipatías o cualquier otra disposición o indisposición de ánimo que hace que los antologadores
de entonces, ya no sean los mismos mañana.
El gusto popular, ciertamente, también se
modifica y cambia de manera drástica, pero no
hay duda que tiene u n mayor margen de permanencia. En este punto es justo concederle la
razón a Jorge Ibargüengoitia cuando dijo: "Ningún hbro ha llegado a ser famoso por aburrido.
Todos los libros 'consagrados' tuvieron un momento o muchos en que resultaron fascinantes
para muchas personas".
Si el famoso "Nocturno", de Manuel Acuña,
conocido popularmente (por su dedicatoria)
¿Qué es lo antológico y qué lo antologable?
En el universo de las antologías y de los antólogos aún no hay acuerdo en estos dos conceptos
y es muy probable que nimca lo haya. Porque
cada antología pretende erigirse como una piedra de verdad y como una roca de salvación en
medio de las aguas agitadas de la confusión y
la torpeza, y porque cada antología cree salvar
para el mundo aquellas páginas que, supuestamente, no deberían extraviarse o perderse entre
la inadvertencia de quienes no han sabido mirar
ni mucho menos leer.
Por todo eUo, la respuesta a qué es lo antológico y qué lo antologable tal vez debería considerar,
antes que a nadie, a los lectores; pues si no es
para ellos que se hacen las antologías, ¿entonces
para quién?
Imponerse el deber de ser moderno, dijo Borges,
es una obligación del todo superflua: "Ser moderno es ser contemporáneo, ser actual; todos
fatalmente lo somos". Del mismo modo, por
fatalidad, nadie escapa a ser nacional. Al igual
que Borges fue argentino sin él proponérselo, de
esta misma manera los poetas mexicanos fueron
y son nacionales con o sin su propósito.
Una forma posible de la antología, que no
deja de ser discutible, es proponer, desde el prólogo mismo, y con el carácter temático de los
61
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textos incluidos, una historia social de la poesía,
en lugar de ofrecer al lector una imagen literaria, eminentemente lírica, marginalmente política, donde lo que prevalezca sea la poesía misma
y no su contexto.
En la antología que privilegia la historia social, los autores y los textos se explican desde
una perspectiva de política y de historia (como
si el hecho poético estuviera supeditado al hecho
social) en vez de presentarse, antes que nada,
como un ejercicio gozoso de lectura. En la poesía
mexicana, este criterio ha sido muy concurrido
y estimado lo mismo para el siglo XIX -donde el
elemento social y político está
más estrechamente vinculado
a la creación literaria- que para
el siglo xx, pese a la intención
muy concreta de algunos poetas principales de huir del tema
social declarado y enfático.
Esto en lo que respecta a lo
nacional, pero por lo demás,
del mismo modo que los poetas
mexicanos del siglo XIX fueron,
fatalmente, mexicanos, de ese
mismo modo ineludible fueron
también modernos. Entre el ser
contemporáneo de los poetas del
siglo XX y el ser contemporáneo
de los poetas del XIX no existe mucha diferencia.
Los hombres de la Edad Media, se ha dicho, jamás supieron que vivían una Edad Media. Igual
los mexicanos del XIX: ignoraron que vivían una
etapa de transición hacia "la modernidad nacional", y no hubiesen creído ser menos "actuales"
que quienes los "levarlan en el siglo XX.
Muy pronto, a la vuelta de unos años, las generaciones adultas serán consideradas por las
más jóvenes como del siglo pasado, y muy pronto el siglo XX se convertirá (con todas sus candorosas supersticiones milenaristas incluidas) en la
"época superada"; los nuevos "decimonónicos"
(si es posible decirlo así, alterando lo temporal,
nada más para poner el acento en la carga estigmática del concepto) serán entonces los del
siglo XX y la modernidad (digital o no) será propiedad de los del siglo XXI. No deja de ser una
ingenuidad pensar que somos mejores porque
vivimos en un tiempo diferente, con "su progreso renombrado", diría desde hace muchos años
Luis Cemuda. En esencia somos los mismos, y
cada generación, con feliz inadvertencia, se afana (y se ufana) en cavar la tumba de sus padres
como si estuviera fundando la historia y, gracias
a ella, fuera a vivir por siempre.
Al revisar atentamente la historia escrita de
la poesía mexicana, con frecuencia nos topamos
con una especie de desdén, implícito o explícito, por la obra producida en el siglo XIX. Da la
impresión de que algunos están convencidos de
que la "mejor" poesía mexicana nace en el '-siglo XX merced a la Revolución y al Progreso. El
abuso en el concepto de "modernidad", por lo
demás ambiguo, acaba por definir la imposición
nacionalista de un país que celebra haber salido del atraso y
que luego institucionaliza su
Revolución con el discurso del
"progreso" y pretende incluir
en ella a la poesía misma, aunque López Velarde siguiera
contemplando con arrobo el
pasado y lamentándose por el
"edén subvertido". Ni la poesía del siglo XX es mejor que
la del XIX, ni aquélla ha sido
juzgada aún por el siglo XXI
que, previsiblemente, también,
en un discurso lineal y "ascendente" de progreso, se apropiará de la "modernidad" y de la "actualidad"
y verá, si acaso con indulgencia, el pasado y sus
vanguardias que tan decisivas nos parecieron a
nosotros y que, con un abuso de la interpretación histórica, sólo serán entonces antiguallas.
En realidad, los poetas del siglo XIX mexicano no fueron menos modernos ni menos actuales que los del XX. SUS vanguardias (el romanticismo, el modernismo, el antimodernismo) no
fueron menos vanguardistas que las del siglo
que está por terminar (el surrealismo, el intelectualismo, el coloquialismo y todas esas rupturas
de la tradición a las que constantemente se refirió Octavio Paz). En el abuso de su discurso casi
antiestético, la historia social de la litelatu:ra
mexicana llega a creer, no sin ingenuidad, que,
en el siglo XIX, los neoclásicos y los académicos eran menos mexicanos que los románticos,
pues éstos pugnaron por el nacionalismo y por
la independencia cultural respecto de Bspaitl.¡
mientras que los otros segufan cultivaDc10
f011DaS, apegados (yapapdos), por'.CQllíOCUllIIII
al dominio español; pero lo cierto es que no tenían por qué entender, en su calidad de poetas,
otra forma de ser mexicanos. Eran novohispanos bajo un concepto político y geográfico, y no
tanto como una definición del espíritu; por ello,
la mejor poesía de ese tiempo no es nada más
un simple testimonio de la época: todavía se
puede leer y disfrutar pese a los años que sobre
ella han pasado.
Si Martínez de Navarrete y Sánchez de Tagle
eran imitadores de una estética, no menos imitadores de otra eran Quintana Roo, Fernando Calderón y Rodríguez Galván. La poesía y, en general, la literatura, se alimenta de
influencias propias y ajenas y si el
modernismo rompió con España
y puso los ojos en Francia -igual
que lo haría, muchos años después, la generación vigesimonónica de "Contemporáneos"-, en el
caso de poetas posteríores, como
Octavio Paz, su búsqueda está lo
mismo en Francia que en otros
países europeos (incluido España) pero también en los Estados
Unidos y en otras tradiciones sin
que por ello sean menos nacionales ni más audaces. La poesía no
es una cuestión de llegar primero,
y ni siquiera de llegar a ninguna parte que no sea
el poema mismo.
En una propuesta de lectura, que esto debería ser toda antología, la poesía del XIX tiene
momentos tan luminosos como la del xx, y ni
siquiera es seguro que algunos prestigiados autores de hoy lleguen, mañana, a tener el peso
poético de, por ejemplo, un Manuel M . Flores,
un Manuel José Othón, o un José Juan Tablada, con todo y heráldica incluida, con todo y
premios nacionales e internacionales, con todo
y los prestigios que pueden ser tan efímeros de
un siglo a otro. Falta el juicio del tiempo y la
valoración continua de los lectores. No hay que
creer demasiado en lo que nos dicen que debemos
encontrar cuando leemos poesía; hay que creer,
sobre todo, en lo que cada uno de nosotros encuentra cuando verdaderamente la leemos. (Con
frecuencia , la tiranía de los prestigios y el temor
al ridículo impiden a los lectores exteriorizar
la certeza de que el rey va desnudo cuando, en
efecto, no va vestido.)
Para entender el contexto (y nada más el
contexto) en el que se desarrolla la poesía mexicana decimonónica, bien vale tener en cuenta
lo que explica José Emilio Pacheco en el prólogo de su antología de la poesía mexicana del
XIX: "con fray Manuel de Navarrete acaba la
literatura de la Nueva España sin que comience aún la poesía mexicana" . Más aún: "Entre
los últimos poetas novo hispanos sólo Andrés
Quintana Roo cruza las líneas y se afilia a la
causa de Morelos que pugna por la igualdad racial, la abolición de privilegios y la restitución
de tierras a los indios. Lizardi permanece en territorio realista aunque contribuye, dentro de sus limitaciones, a
la empresa insurgente. La poesía
no muestra nada que iguale a El
Periquillo Sarniento, libro fundador de la novela mexicana aun
antes de que exista la nación" .
Como explicación del contexto en el que se crea la poesía
del XIX, la valoración de Pacheco es del todo justa; lo demás es
no perder de vista que la poesía,
como tal, se deslinda de la historia y permanece o perece por sus
propios valores, por la supervivencia o la caducidad de sus formas y por la eficacia de sus medios para transmitir y comunicar emociones que también son
verdades. Así, por ejemplo, cada día que pase,
El Periquillo Sarniento deberá enfrentar su sobrevivencia más como producto literario que como
testimonio histórico, y si no lo consigue, entonces su valor será de otro tipo.
"En 1821 -advierte Pacheco- nuestra lírica
padece una miseria en que tampoco tuvo parte. Porque todo se le dio hecho, hasta la blanda esterilidad o la exhortación engolada del
neoclasicismo. A partir de entonces la idea de
encontrar la independencia cultural obsesionará
a los escritores ... Según el sitio que ocUpen en la
organización social, los poetas sustentarán las
ideas del liberalismo o del Partido Conservador,
serán románticos o académicos. Hay intercambios y contaminaciones pero nadie permanece
al margen. Por eso la mejor literatura mexicana
anterior al modernismo resulta casi siempre la
que no es en primera instancia literatura: el periodismo y la historiografía."
63
818l10mA o¡ MfXICO
carán lo mismo a López Velarde que a Reyes y
a su vez serán atacados por los nacionalistas a
ultranza bajo la acusación de ser unos descastados por preferir a Stendhal y no a Federico
Gamboa; esos mismos nacionalistas trasnochados serán los que pretenderán descalificar a
Reyes menoscabándole su mexicanismo por el
grave pecado de abrevar en 10 universal.
Vendrá después la generación de Taller (con
Octavio Paz a la cabeza) que reivindicará a los
Contemporáneos del mismo modo que las otras
generaciones que estimarán unas veces y negarán otras a Octavio Paz, hasta llegar a nuestros
días cuando nacionalidad y nacionalismo no significan 10 mismo que en las primeras décadas
del siglo XX ni mucho menos lo que significó (y
por lo que tanto se peleó al grado de enfrentar
a los poetas) en el siglo XIX . Hay batallas que
ya no tienen que librarse y que incluso pelearlas
constituye una beligerante ridiculez. Hoy priva
el escepticismo (a despecho del "México, creo
en ti") respecto de la virtud del que se siente ufano de ser meXicano y además, no conforme con
ello, lo publica.
Todo esto es anecdótico y puede constituir el
discurso de una historia social de la literatura
mexicana. Lo cierto es que, para los fines del
arte, lo que permanece y 10 que verdaderamente importa es la poesía, más allá de sus pugnas
y sus contextos. Lo cierto es que finalizando el
siglo xx, permanece una desazón muy parecida a la que fue consustancial a nuestros antepasados: las novísimas generaciones desconfian profundamente de las anteriores y prácticamente no leen a los poetas muy anteriores,
ocupados como están en creer que las nuevas
tecnologías y la era digital del siglo XXI superarán toda expectativa y enterrarán, de una vez
y para siempre, la anticuada visión de las letras
nacionales.
La ingenuidad a la que se refería Borges sigue
cobrando sus víctimas propiciatorias en espera de que, ineludiblemente, vengan los otros,
los que aún no han nacido, a negar a sus
antecesores en un continuo ejercicio intelectual del desprecio. Todos se imponen el estéril deber de ser modernos, sin querer
darse cuenta de que, irremisiblemente, son modernos, como 10 fueron los
del XIX y los del xx, y como lo serán,
en su cumplido tiempo, los del XXI.
Si con esta visión de continuidad antagónica
el romanticismo de Ignacio Manuel Altamirano se esfuerza por fundar la verdadera literatura nacional, y si Gutiérrez Nájera y Nervo y
Tablada y Rafael López y Rebolledo se revelan
contra 10 autóctono desde su afrancesamiento modernista, entonces se comprueba la tesis
tan famosa de Octavio Paz respecto de la tradición de la ruptura y las rupturas de la tradición. Sin embargo, no hay que perder de vista
que el desarrollo de la poesía mexicana, como
el desarrollo de toda literatura, no es líneal sino
de sobresaltos, contradicciones y coincidencias
(ideológicas y estéticas) que complementan una
imagen cuyo rostro más fiel será el de sus logros
artísticos y no tanto el de sus propósitos políticos. En este sentido, Altamirano no pertenece
más a la literatura nacional que Tablada. Es el
tiempo que pasa sobre una obra, y nuestra visión extemporánea que sobre ella tenemos, 10
que nos hace pensar, a veces con demasiada insistencia, que 10 decisivo de sus "revoluciones"
fue el propósito y no el producto. A final de
cuentas, el único valor de la literatura y, particUlarmente de la poesía, es lo que permanece
por sus méritos artísticos inobjetables, y no lo
que nos queda (memoria, anecdotario, chisme,
documento) por sus rivalidades, sus manifiestos
y sus proclamas.
La transición del XIX al XX ha sido vista
por Carlos Monsiváis encarnada en la figura
de Ramón López Velarde: "con él se consuma
significativamente la agonía de algo que podría
denominarse el 'siglo XIX mexicano', cuyo sentimentalismo se ve expresado en formas que al
serles hostiles o ajenas lo desconocen y niegan."
Vendrían después Alfonso Reyes y el ateneísmo.
Por lo que respecta al anecdotario de las rivalidades, José Emilio Pacheco y Gabriel Zaid han
documentado la animadversión mutua entre López Velarde y Reyes: el primero prefiere al segundo "fuera de la lírica" y éste lo satiriza
en una fantasía calificándolo como "poeta
de campanario" . Mas para los fines de la
poesía, son tan válidos los enemigos como
los compañeros de viaje, de grupo, de generación.
Con esta imagen, donde 10 que
importa es la literatura, los Contemporáneos, con Villaurrutia, Cuesta,
Gorostiza, Novo y los demás, reivindi64
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REVISTADELA
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Francisco Hernández
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VALIDO AL 31 DE DICIEMBRE DE 2007
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