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RIOS y UN SESQUIC
(1809-1837)
LEÓN TROTSKI*
NIKOLAI GÓGOL
Gógol nació el 19 de marzo de 1809. Murió el
21 de febrero de 1852. Vivió, por tanto, menos
de 43 años, mucho menos de lo que necesitaba
la literatura. Pero en el breve plazo de su penosa vida hizo lo inagotable. Hasta Gógol la literatura rusa pretendía existir. Desde Gógol, existe.
Él le dio existencia, enlazándola para siempre
con la vida. En este sentido fue el padre del realismo o escuela naturalista, cuyo padrino fue
Belinsky.
Hasta ellos, "la vida y las convicciones que la
vida alumbraba andaban por un lado, y la poesía por otro: la relación entre el escritor y el
hombre era muy tenue, y hasta los más vitales,
cuando cogían la pluma en calidad de literatos,
no se preocupaban a menudo más que de las
teorías acerca de la elegancia estilística, sin
atender, en general, a la significación de sus
obras, ni a trasponer la idea viva en la creación
artística". "De esta insuficiencia -carencia de
conexión entre las convicciones vitales del autor ,
y sus obras- sufría toda nuestra literatura, hasta
el momento en que la influencia de Gógol y
Belinski la transformó."1
Por razones perfectamente comprensibles, la
tendencia satírica (en el sentido amplio del término) fue siempre la más viva, la más honesta
y sincera , en la literatura rusa . No es en las
reflexiones versificadas de Lomonósov sobre la
utilidad del cristal, ni en la noble gallardía de las
odas dejarvinianas, ni en la enternecedora senti mentalidad de las novelas cortas kara'mzinianas, sino en la sátira de Kantemir, en las comedias de Fomvizin, en las fábulas y sátiras de
Krilov, en la gran comedia de Griboédov, donde
es posible percibir el pensamiento social vivo,
encarnado en formas más o menos artísticas.
Esta corriente alcanzó su mayor latitud y profundidad con Gógol, en el gran poema "indigencia e imperfección de nuestra vida"...
Al enraizar en la vida, la literatura se hizo
nacional .
• León Trotski . literatura y revolución. dos tomos. Ruedo Ibérico. varios
traductores. Impreso en Francia. 1964. 204 Y208 pp,
• Chernechevski: Ensayos sobre el periodo gogoliano de la literatura
rusa . 1893. p, 250,
CEREMONIAS DIFERIDAS
GÓGOL:
EL DEMONIO DEL JARDIN
NÚMERO 126
SIN PODAR
NOVIEMBRE-DICIEMBRE DE 2011 • $40 .00
PlAZA DE LA CIUDADELA 4, CENTRO HISTÓRICO
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VER A CHÉJOV CLARO
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LARRA CON UNAS VIOLETAS
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ARTlcULOS VARIOS
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CEREMONIAS DIFERIDAS
DOS BICENTENARIOS Y UN SESQUICENTENARIO
N inguna publicación se considera a plenitud con el espacio disponible para satisfacer sus necesidades editoriales. Siempre serán insuficientes las páginas dedicadas a los diversos materiales
que han de aparecer regularmente en ellas, de acuerdo con
proyectos y programas previamente establecidos. Biblioteca
de México no está exenta de tales limitaciones que, peor aún ,
reducen sus aspiraciones de
mantenerse al corriente en las
celebraciones de aniversarios
literarios ineludibles por su trascendente significación . Esto explica, sin que lo justifique, la conmemoración que en el presente
número de la revista se hace de
tres grandes escritores, ya con
una indiscutible reputación de
clásicos , cuya obra mantiene
atención , interés y gusto entre
estudiosos, críticos y lectores:
Nicolás Gógol (1809-1852), Antón Chéjov (1860-1904) Y Mariano José de Larra (1809-1837).
Gógol es uno de los enormes
escritores rusos cuya influencia
se dispersó por todo el
mundo, entre novelistas de
distintas épocas, que no
deja de reeditarse y de
adaptarse para el cine y la
televisión, como una mu~s­
tra de que perdura el vigor
de un estilo en donde predomina la mordacidad, no
carente del humor ácido,
con los cuales representará
la realidad de una época en
la vida rusa donde conviven
humillados y ofendidos, en
medio de avaricia , hipocresía y mentiras. Nunca denso o superficial , con unos
cuantos trazos describe formas de vida social: "Aquí es
imposible pasear, pues toda esa
gente que trabaja .. . llena la calle
de humo y hollín ;" La crítica hacia
hábitos y comportamientos es
cruel pero auténtica . El hombre
común -funcionario o empleadoes observado en su estrechez,
corrupción y decrepitud enfermizas: describe una sociedad sórdida . Antes de Gógol las letras rusas seguían patrones extranjeros;
con él aparece la literatura
nacional rusa. Las almas
muertas que noveló para
mostrar la corrupción oficial siguen con vida, y la
realidad supera a la ficción :
en la Grecia actual , víctima
de la globalización financiera, se descubrió que un
funcionario cobraba salarios de trabajadores fallecidos.
Gracias a Carlos Ancira , que representó el
Diario de un Loco en la
ciudad de México durante
16 años, incluso en San
Petersburgo , este gran
autor fue reconocido y disfrutado por un público lector mucho más amplio.
2
Biblioteca de México
Como Gógol , Chéjov ha sido
llevado a la televisión y el cine
pero con mayor profusión y sus
reediciones con estudios críticos
se multiplican año con año, merced a ello, Rusia, ese país que
fuera tan extraño para Occidente, es ahora no sólo más conocido, sino más atractivo. Si aquél
pibuja el precario y decadente
país que parecía no tener futuro ,
éste pinta el microcosmos de la
pequeña burguesía recién llegada a la urbe, donde hallará el difícil y sinuoso camino hacia la modernidad y preparará la incorporación de la intelligentsia al futuro que transformará radicalmente al país y a sus habitantes.
Conforme a la visión de Edmund
Wilson , Chéjov crea una "Comedia Humana" en miniatura . Tolstoi dijo de este gran autor de filigranas: ".. . es un artista de la
vida , un artista incomparable. El
mérito de su arte consiste en que
puede ser comprendido ... por
cualquier hombre en general." La
penetración psicológica en sus
personajes es prodigiosa y moderna: él no enjuicia, expone la
sofocación social y las ansias de
libertad de hombres y mujeres .
Si Mariano José de Larra
viviera hoy en su lamentada España tendría material
suficiente para redactar el
notable periodismo que no
sólo le dio fama , bienestar
económico transitorio y paso a la posteridad, sino que
mantendría la misma desazón que en su época, y volvería a reflexionar con semejante dolor: "Escribir en
Madrid es llorar, es buscar
voz sin encontrarla , como
en una pesadilla abrumadora y violenta ." Sólo que
Fígaro , a pesar del drama
que vivía España entonces , no
perdió nunca el humor ni el sarcasmo con que representaba la
vida española: "¿ ... dónde está
el cementerio? ¿Fuera o dentro?
¿Os movéis para ver muertos?
¿No tendréis espejos .. .?" Larra
sería, en esta hora y en cualquier parte de este mundo alanceado por las convulsiones
financieras, el mismo sarcástico
crítico de la fragilidad humana ,
dispuesto a atizar las palabras
para señalar y condenar vicios y
abusos que han provocado la
MEMORIA DE OTROS
GRANDES:
GÓGOL, CHÉJOV, LARRA
" Ceremonias
diferidas"
ha llamado a estos homenajes nuestro equipo de
redacción (con excesiva
depravación social : "intrigar, estar bien emparentado, lucir más
de lo que se tiene, mentir más
de lo que se sabe, calumniar al
que no puede responder, abusar
de la buena fe , escribir a favor y
no en contra del que manda". La
obra de Larra es tan trascendente que hasta ediciones para
niños se han publicado con
selecciones de sus mejores artículos periodísticos . Escribir es
comprometerse como persona y
no sólo como artista , ésa sería la
lección perdurable de Fígaro .
precisión
calendárica) ,
porque efectivamente los
bicentenarios del nacimiento de Nicolás Gógol
y de Mariano José de Larra se cumplieron en el
2009, y el sesquicentenario de Antón Chéjov se
cumplió en el año 2010.
Gógol (1809-1852) es
un legendario fundador y
un prosista de potencias
extraordinarias, cuyas Almas muertas y otros tex-
Ñiko\ai GO%O\
tos hoy muy célebres ,
ÑJl1as
marcaron la ruta colosal
tnUertaS
por la que se movieron
todos los escritores de la
era siguiente, hasta alcanzar la fascinación de
supremos creadores como el vasto e inigualable
Dostoievsky.
El propio Chéjov (18601904), de imponente obra
teatrai y narrativa y nacido más de una década
después de la muerte del
autor del Diario de un
loco, confesará la influen-
cia del talento de Gógol y
su incursión singular en
un nuevo género del rea-
3
Biblioteca de Mexico
EOMUNO WILSON*
GÓGOL:
EL DEMONIO DEL
JARDíN SIN PODAR
El centenario de la muerte de
Gógol , 21 de febrero,** lo celebraron los rusos tanto aquí
como en su patria , y fue tema
de una conferencia en Columbia; pero no ha inspirado,
hasta donde sé , ningún escrito
en inglés, excepto un librito de
Janko Lavrin, un profesor de
lenguas eslavas de la Universidad de Nottingham en Inglaterra : Nikolai Gogol: A Centenary $urvey. El profesor Lavrin
no es un gran crítico y no domina el inglés, pero a su manera , sin pretensiones , ha
hecho un trabajo útil para presentar a los escritores rusos
ante el mundo de habla inglesa , y este libro tiene su valor
para nosotros porque trata
ciertas fases de la vida de
Gógol de un modo más satisfactorio que D. S. Mirsky en su
History of Russian Literature, o
que Vladimir Nabokov en su
propio librito sobre el tema .
Estos dos escritores dan una
imagen más bien vaga de los
deprimentes últimos años de
Gógol , pero el profesor Lavrin
sigue , etapa por etapa , los
intentos desesperados del novelista por encontrar en la religión una fuerza que lo elevara
al nivel de su misión -la misión
que correspondía , según él , a
un gran escritor ruso-, de la
que tenía torturadores atisbos ,
pero sin poder confiar nunca
• Edmund Wilson. Ventana a Rusia , trad ucción de David Huerta y Paloma Vi lle9as,
Fondo de Cultura Económica , México, 1981 ,
348 pp .
•• De 1852
en que era capaz de cumplirla.
El presente escritor se propone hacer uso del libro del
profesor Lavrin como pretexto
para añadir su propia contribución a la actual conmemoración de este extraño y gran
escritor, el menos leído y
comprendido en inglés de los
cinco maestros rusos de la
narrativa . Debe señalarse
que una edición excelente de
Gógol , en seis volúmenes pequeños y baratos ha sido publicada recientemente en la
Unión Soviética, de modo que
la mayor parte de su obra es
ahora más accesible que en
muchos años ; durante los
cuales las ediciones presoviéticas tenían precios desorbitados. Esta nueva edición no
está completa, ya que omite,
junto con una serie de piezas
menores, casi todo el último
libro publicado de Gógol : Pasajes selectos de la correspondencia con sus amigos ,
en el que expresaba sus concepciones reaccionarias ; pero
los volúmenes están bien impresos y son manejables, están provistos de buenas notas
y llenos de curiosas ilustraciones tomadas de las ediciones
vi ejas . (Desafortunadamente
la traducción en seis tomos
de Constance Garnett está
agotada, pero Nabokov habla
bien de la traducción más reciente , hecha por B. G. Guerney, de El abrigo, El inspector
gen eral y Almas muertas.)
Quien esto escri be ha utiliza4
Biblioteca de Mexi c o
do esa edición soviética para
llenar las lagunas que había
en su conocimiento de Gógol
y ahora puede decir que ha
transitado por todas sus
obras principales en ruso , de
manera que en esa medida ,
por lo menos, está calificado
para escribir sobre el tema.
Es siempre arriesgado para
un extranjero, que tiene que
esforzarse para leer a un
autor, discutir acerca de los
clásicos de otro país con personas que los han conocido
toda la vida. (Aunque el profesor Lavrin es esloveno, evidentemente se maneja con
soltura en ruso .) A veces hay
cosas sumamente importantes acerca de la jerarquía, y la
calidad relativas que un extranjero no puede saber, porque sólo ha leído obras aisladas y no ve el desarrollo global de una literatura . He tratado de tener en mente una relación con esto , una observación que alguna vez me hizo
Jean Cocteau : "Maupassant
\
Gu y de Maupassant
es un gran escritor en ruso ."
Sin embargo, la necesidad
misma que tiene un extranjero de prestar mucha atención
a cada frase puede evitar que
la narración lo transporte tan
rápido que no pueda darse
cuenta de qué se está diciendo exactamente y cómo lo
está diciendo el autor, y llegar
fresco a un clásico reconocido, con una mente madura y
sin prejuicios, puede permitirle ver algunas cosas que han
quedado ocultas para los lectores de lengua nativa, por
sus asociaciones infantiles o
las interpretaciones convencionales. A veces uno llega a
tener esta experiencia con las
obras de la propia literatura ,
cuando uno descubre sólo
tardíamente en la vida la belleza y el sentido de alguna
obra de Shakespeare que
resultara aburrida cuando se
leyó en la escuela.
William Shakespeare
A propósito del primero de
estos puntos y antes de pasar
al segundo : una palabra acerca de la impresión que causa
el estilo de Gógol en el lector
que se enfrasca en la lectura
armado de un diccionario.
Ningún otro de los clásicos
rusos, en mi experiencia , presenta tantos obstáculos para
el extranjero . Los párrafos se
alzan ante él como sólidas
paredes; las frases parecen
continuar a lo largo de varias
páginas . El vocabulario es extraño y enorme . En los cuentos ucranianos de Gógol, las
palabras locales son un factor
que debe tomarse en cuenta,
como el escocés en Scott, y
los glosarios proporcionados
por el propio Gógol son con
mucho insuficientes, aunque
algo han hecho los nuevos
editores para completarlos .
Además , Gógol era afecto a
recoger los vocabularios de
las ocupaciones específicas y
de las distintas clases , así
como los dialectos locales, y
le gustaba inventar palabras .
Uno no debe descorazonarse
al encontrar, por ejemplo , en
el umbral del brillante fragmento Roma, la palabra áspera y hostil ishcher, que no
está ni en el más amplio de
los diccionarios, y enterarse
por fin , en las notas de esta
nueva edición , de que sólo
tenemos la palabra de Gógol
de que se trata de "una auténtica palabra rusa " que significa "carbón vivo". Si uno persiste, el embrujo de Gógol lo
conducirá por sobre todos
estos obstáculos y tropiezos ;
no conozco a ningún otro
escritor que exija tanto y que
retribuya tanto el esfuerzo del
lector. Gógol rara vez escribe
una oración que no tenga interés desde el punto de vista
literario -es decir, desde el
punto de vista de un uso especial del lenguaje para crear
impresiones-, y cualquiera de
sus largos párrafos contiene
tanta poesía y humor, hábil
fraseo e inesperadas imágenes , que resulta delicioso
verse forzado a seguir un
ritmo lento de lectura . Es
como si uno consumiera sin
pausa un gran tazón de sopa
ucraniana, llena de calabaza
y betabel y papas , pedazos
5
Bibliotec a de Mexico
lismo ruso . Ni Chéjov
(tenido por el artífice superior del cuento), ni Gógol , tuvieron existencia
muy larga (44 años de
vida) pero la producción
literaria que nos dejaron
es inmensa y fascinante.
Los ensayos magníficos que acompañan la
breve antología de los dos
rusos , pertenecen , como
se hace constar, a la pluma de Edmund Wilson y
están tomados de su gran
libro Ventana a Rusia
(FCE ,
1981), en su edición
española .
No hay lector de las
grandes obras del siglo
X IX
ruso que no haya
admirado la producción
de estos dos grandes. En
cambio, aunque goza del
merecido reconocimiento
de todos los críticos e historiadores de la literatura
hispana, bastante olvidado se encuentra para el
lector de aficiones contemporáneas el indispensable Mariano José de
Larra , que se suicidó a los
26 o 27 años de edad ,
dolido por su frustrado
amor de una joven española. Es vasta su obra de
cronista, de periodista y
narrador que sorprendió a
sus colegas desde que
Larra, con sólida formación española y francesa ,
Herman Melville
de esturión y tiras de carne de
res o de pato , con una base
de crema agria ... y no es que
conozca ninguna sopa rusa
así constituida (generalmente
tienen menos ingredientes),
pero no hay ningún otro escritor que parezca haberlo mezclado todo de esta manera .
El estilo de Gógol es una
variedad de esa prosa viscosa que -por razones bastante
difíciles de entender- era tan
popular a principios del siglo
XIX: el bizcocho de Charles
Lamb es un ejemplo típico.
Así , en un campo distinto es
el estilo narrativo, enloquecedoramente torturado, de un
Hawthorne o un Herman Melville. Este estilo no permite
ninguna progresión rápida.
Un párrafo parece un mero
amontonamiento de palabras ,
que lo mismo podría leerse
para atrás que para adelante
y en el que los ritmos logrados parecen un fin en sí mismo, ya que siempre están forzando al lector a detenerse y
prestar atención en lugar de
llevarlo hacia adelante . Este
estilo debe haberse debido a
alguna presión muy fuerte , ya
que lo comparten hasta cierto
punto un escritor que trabajaba en gran escala , como
Balzac, e incluso un escritor
popular, como Scott, que sí
quería contar una historia . El
establecimiento de un escenario en Balzac , los prelim inares de anticua rio en Scott son
a menudo enredos de este
estilo , cargado de paja y poco
funcional, que combina lo
pomposo con lo multifacético,
actualidades torpemente manejadas con alusiones mitológicas vistosas . Ahora bien ,
Gógol es un maestro de esta
prosa embrollada. Aunque
parece estar sólo dando vuelta tras vuelta a sus densas y
nutritivas páginas , como si se
tratara de una conserva de
fresas en una marmita , o de
kasha que debe comerse con
grosella o miel , o la masa
llena de almendras y semillas
de girasol para hacer una de
las formas más fantasiosas,
ricas y polimorfas del pan
ucraniano que estos campesinos comen siempre , al final
siempre resulta un plato terminado, que contribuye a un
bien ordenado menú . El genio
ruso del movimiento, que es
uno de los grandes rasgos de
la literatura rusa -no me disculpo , en relación con esto ,
por cambiar continuamente
de metáfora- nunca le permite al estilo de Gógol atorarse
realmente ; siempre hay un
6
Biblioteca de México
drama en pie que no nos
defraudará y, al mismo tiempo, las rapsodias, los inventarios, las anécdotas interpoladas y los enormes símiles
homéricos que son cuentos
cortos en sí mismos están
manejados con un gran sentido de la retórica, de manera
que no detienen nada, y siempre se convierten de un modo
curioso en partes orgánicas
de la narración. A pesar de
todo lo que podría resultar paralizante o estancado, como
la vida que Gógol pinta, siempre hay otra cosa que crea
suspenso : un elemento de lo
apasionado, lo détraqué , que
puede sorprendernos en cualquier momento. En estas páginas, que por su estilo se
asemejan a los intrincados
bosques y los jardines invadidos de malas hierbas que son
un motivo recurrente en la
obra de Gógol, desde sus primeros cuentos de duendes
hasta la propiedad de Plyushkin en Almas muertas, ocurren asombrosas transformaciones : de pronto aparecerá
un demonio al final de un
MENTI.ERe
publicó sus primeros trabajos.
Entre los varios seudónimos de los que hizo uso
como cronista , se volvió
celebérrimo el de "Fígaro". Innovador y liberal
muy avanzado en su tiemPortadas de Tara s Bulba
párrafo , se revelará un tesoro
-aunque los tesoros son espejismos producidos por los
demonios-; pero , a diferencia
de las novelas góticas o los
cuentos hoffmanianos de los
que deriva Gógol , estas visiones tienen una fuerza emotiva , una intensa identidad y
vida propia, que hacen parecer cerebral incluso a Poe y
las fantasías de Hawthorne
(como el velo negro del sacerdote y el sabbath negro del
joven Goodman Brown) como
simples fantasmas de palabras entretejidas.
Hablo aún de los primeros
cuentos ucranianos -Noches
en una granja cerca de Dikan 'ka, y su sucesora , la serie
de Mirgorod-, lo que me lleva
al segundo punto: la posibilidad de que un lector extranjero pueda captar algunas cosas
más fácilmente que un nativo.
Voy a suponer que difiero de
algunas de las explicaciones
de estos cuentos que podemos encontrar en los ensayos
de Lavrin , Nabokov y Mirsky.
Éste es el departamento de la
obra de Gógol más dado por
sabido por los rusos. Leyeron
por primera vez estos cuentos
como cuentos de hadas o farsas acerca de cómicos aldeanos. "Era ... este tipo de cosa",
dice Vladimir Nabokov, "los
po, declara con franqueza
pininos del falso humorista
Gógol , que los maestros de las
escuelas rusas hacían tragarse a los alumnos .. . Después
de un lapso de unos veinticinco años me forcé a releer las
Noches , y seguí tan inmune a
ellas como lo fui en los días en
que mi maestro no podía
entender por qué la terrible
venganza no me ponía la
carne de gallina o Shponka y
su tía no me mataba de risa" .
Taras Bulba , el más largo de
los cuentos de Mirgorod , está
aparentemente prescrito para
niños rusos como Ivanhoe lo
está , o estaba , para los nuestros : como un entusiasmante
relato histórico. Celebra las
hazañas de los cosacos en
ese período, más bien vagamente fijado en el siglo XV I o
XV II , en que combatían contra
los polacos o los tártaros . Sin
embargo, si uno llega a estos
cuentos después de leer
Almas muertas, ve que están
mucho más cerca de la obra
posterior de Gógol de lo que
Nabokov, por ejemplo , está
dispuesto a admitir. Taras Bulba mismo tiene mucho en
común con los terratenientes
maniáticos y toscos que encuentra Chichikov en la novela . A pesar del elemento heroico, a pesar de la interpolación
de pasajes que imitan el len7
Biblioteca de México
su disgusto por el estilo
aldeano y provinciano de
la literatura de su tiempo y
alcanza a publicar su novelesco libro El doncel de
don Enrique el Doliente.
Historias
caballerescas
del siglo xv, en el que lo
anima un espíritu romántico similar al de su también grande coterráneo, el
poeta Espronceda, muerto también en la juventud.
Julio Torri , agudísimo,
sabio y formidable lector,
recuerda en su insuperable breviario sobre la literatura española lo que un
especialista famoso , Lomba y Pedroza , dijo en la
edición de Clásicos castellanos:
"A nuestro parecer de la
pluma de este escritor y
no de otra alguna , salió la
prosa española de más
quilates .. . de cuantas se
escribieron en la primera
mitad del siglo
XIX."
E.L.
guaje de la balada popular o
de la épica , Gógol no puede
evitar hacer de su jefe cosaco
-que inicia gratuitamente una
guerra para dar a sus dos hijos
ocasión de exhibir su valentía;
mata a uno de ellos sin dudarlo cuando, enamorado de una
princesa polaca , el muchacho
se pasa al enemigo y venga la
muerte del otro , capturado y
ejecutado por los polacos ,
dejando a Polonia convertida
en un erial- menos un héroe
que un monstruo cómico. Si
Pushkin exclamaba, en relación con Almas muertas,
"iDios mío, qué triste es Rusia!" , podía haber dicho de
esta epopeya más temprana,
"iQué horrible era la vieja
Rusia!" Y la llegada de Taras al
ghetto de Varsovia, en el que
ha de esconderse por un tiempo, lanza a Gógol a un característico episodio , muy poco
épico, de magnífica lobreguez
cómica.
Tampoco son los personajes de Terratenientes del viejo
mundo, el primero de los cuentos de Mirgorod , tan diferentes
en realidad de los de Almas
muertas como uno se imaginaría por las descripciones que
hacen de este cuento Mirsky y
Lavrin (y Nabokov que cita a
Mirsky y concuerda con él). El
primero de estos críticos dice
que en ese cuento "los humores vegetales de la vieja pareja , su suciedad, su glotonería,
su egoísmo están idealizados
y sentimental izados, y la simpatía patética es la principal
emoción que despiertan en el
lector". Gógol , dice Lavrin ,
"asqueado del ruido y el movimiento de una gran ciudad",
convirtió a este anciano y a su
mujer en la "encarnación de su
propia idea de la paz y de ese
intocado mundo pastoral que
había conocido en su infancia ". La crónica de su glotone-
Alexander Pushkin
ría , continúa , no contiene "ninguna implicación de censura
moral, ya que no es en conjunto más que un ejemplo de la
'vuelta del hombre a la naturaleza ', al contentamiento de las
costumbres patriarcales desaparecidas o a punto de desaparecer, etcétera. Pero ¿es
cierto que esta pareja del viejo
mundo está muy idealizada por
Gógol? ¿Realmente aprueba
sus vidas vegetativas? El clímax de la historia llega cuando
la gata de la anciana señora
es seducida por los gatos forajidos que viven en los bosques
pero se introducen por un agujero debajo del granero. La
gata doméstica vuelve para
que le den de comer (como le
dan de comer continuamente
al viejo señor) ; luego, cuando
su ama alza el brazo para golpearla, escapa de nuevo hacia
la libertad. La señora toma
esto de inmediato como un
signo de que la muerte le llega.
Siente, sin duda, que la gata la
abandona , pero también se
crea la impresión de que esta
vida de paz, comodidad y so-
B blloteca de Mexico
brealimentación, que no le
basta a la gata, tampoco le
basta a ella . Sin embargo, ella
no puede huir como la gata,
sólo puede escapar muriendo.
Gógol es ciertamente elocuente en cuanto al dolor del anciano ante la muerte de la señora
pero no es sentimental ; el
autor deja claro que el luto por
su mujer también es un asunto
vegetal, que la echa de menos
por "hábito" y no por "pasión".
Las efímeras emociones de la
juventud parecen infantiles,
dice el autor, junto a este habituamiento largo y lento hasta
que otro ser humano se convierte en parte de un hombre
"que nunca se ha sentido
arrastrado por ningún sentimiento fuerte, sino que toda su
vida ha consistido simplemente en estar sentado en un alto
sillón , comiendo peras secas y
champiñones, y tomando parte en amables conversaciones". Pero no tenemos la impresión de que Gógol estaría
satisfecho con semejante existencia. No, también este hogar
es una selva , una condición
rellena de gratificaciones sensuales que nunca pueden bastarle al alma, un modo de vida
en el que, tarde o temprano,
las cosas tomarán un curso
extraño. Un impulso salvaje,
una llamada extraterrena pueden de pronto conmoverlo
todo. Los gatos del bosque se
han deslizado como demonios. El viudo, al caminar por
el huerto, cuyos árboles frutales con sus suculentos productos también han crecido en
demasía, piensa un día que
oye a su mujer llamarlo, y esto
resulta ser un presagio de su
muerte. Gógol nos dice aquí
que a veces en su niñez imaginaba, en un día claro y tranquilo, una voz que lo llamaba
por su nombre, y que entonces
corría para encontrar a ese
otro ser humano, posible consuelo de su sentimiento de
desolación . Ninguna noche de
furiosa tormenta , dice, en el
corazón de un bosque inextricable, podía haberlo asustado
tanto como el terrible silencio
en medio de un día transparente . Ésta es una historia sutil
e inquietante, en la que la Gemütlichkeit no es del autor sino
parte del tema ; sin embargo,
Marc Slonim, en su reciente
libro The Epic of Russian
Literature, es al parecer el
único crítico en inglés que ha
llegado a mencionar, por lo
menos, que "bajo la superficie"
de este cuento "respira el
horror habitual en Gógol por la
insignificancia y la trivialidad".
En cuanto a la celebrada
Pelea de los dos Ivanes, como sintetizó Lavrin el título ,
me parece un ejemplo típico
de un clásico que todo el
mundo conoce tan bien (los
rusos lo invocan como los libros de "Alicia") que nadie le
presta ya atención. Se supone que es un cuento enormemente divertido -aunque con
un famoso suspiro y encogimiento final de hombros-,
que narra una ridícula pelea
entre dos ancianos raros y
chiflados, uno de los cuales
llama "ganso" al otro. Los rusos hablan de este cuento
con la sonrisa prefabricada
que tenemos nosotros para
Tom Sawyer pintando la cerca
o el viejo Weller diciendo al
tribunal que su nombre se
escribe con "we".* Ni por el
comentario de Lavrin sobre
este cuento ni por ningún otro
de estos críticos podría uno
hacerse una idea de su verdadero tema , porque a todos
les parece que la pelea no
tiene sentido . Lavrin sí afirma
claramente que el cuento es
en esencia amargo , pero sólo
nos dice que el problema entre los dos viejitos locos es
que "Iván Ivanovich quería
comprarle a su amigo una pistola vieja que el otro no quería
vender." En realidad , el problema es que Iván Ivanovich
no puede soportar el sentimiento de inferioridad que le
inflige la visión de la sirvienta
de su vecino en el acto de colgar a secar todo un guardarropa de viejos uniformes, viejos
trajes de fiesta y otros signos
del rango superior que tiene su
amigo , y le pide a Iván Nikoforovich que le dé la pistola ,
para inducirlo a conferirle
algún signo de igualdad . La
pelea no pod ría haberse resuelto nunca porque Iván
Nikoforovich no podría jamás,
en una crisis , refrenarse de
tratar a Iván Ivanovich de haut
en bas, e Iván Ivanovich nunca tampoco podría perdonarlo
por ello . Se trata de una tragedia en la que el esnobismo
provinciano destruye buenas
relaciones humanas en una
Juego de palabras intraducible: we, que el
viejo Welle r emplea incorrectamente como
nombre de la letra W, significa nosotros . [T.]
*
9
Biblioteca de México
comun idad tan aburrida y
falta de estímulos que uno
podría pensar que la gente
intentaría preservarlas ; aunque el asunto es , por supuesto , que ciertamente la vulgar
insistencia de Iván 1. incita a
Iván N. a ponerse insolente y
que, para hombres que no tienen nada que hacer, una guerra de orgullos que implica
una cuestión de clase puede ,
al estimular cierto interés ,
resultar más satisfactoria que
una amistad pacífica . En cualquier caso, los dos Ivanes, a
su modo humilde, son monstruos que dan paso a los
monstruos más formidables
que encontraremos luego en
Almas muertas.
En Almas muertas ha desaparecido ya toda la gloria de
la antigua leyenda ucraniana
así como la divertida mitología de la tradición campesina
ucraniana , e incluso la suavidad y la decencia de los confortables "terratenientes del
viejo mundo". Nos vemos sumergidos en la vida revuelta ,
sucia , maloliente y agotada
de los terratenientes borrachos , peleoneros , tétricos e
ineficaces, brutales yautoafirmativos o locamente adquisitivos o estúpidamente ávidos .
Luego de un preámbulo casi
pickwickiano , en el que un
hombre instala una hostería ,
este libro extraño , que nunca
cesa de ser humorístico , nos
condu ce a un dominio de horror: otra selva más densa ,
que es también un cenegal
estancado . Gógol se demora,
como sus personajes , en párrafos de un estilo apretado ,
aparentemente flemático, que
ahora ha alcanzado la perfección ; sin embargo, este esti lo
tiene una corriente subterrá nea y continua de tristeza,
asco , dolor: una corri ente que
condena y corroe . Hay todavía el extraño suspenso que
en ocasiones se rompe por la
violencia , pero que nunca se
disipa del todo . ¿Qué significa
-nos preguntamos- esta crónica de Chichikov, el alma vacía, que compra los nombres
de siervos (llamados "almas"
en la vieja Rusia) que han
muerto a partir del último censo , para fingir que los posee y
para pedir dinero a crédito?
¿No están también muertas
las almas de sus amos? ¿Son
estos terratenientes en realidad demonios que se le aparecen a Chichikov o es él
mismo un demonio que ha venido a buscarlos a ellos? Descubierto en el distrito donde
ha estado trabajando , se le ve
por última vez alejarse en su
carruaje . Hay un momento de
respiro y horizontes abiertos:
la troika se aleja velozmente
con sus alegres campanillas .
En esta Rusia aletargada y
enmohecida , algo se ha puesto en movimiento, y Gógol
tiene un momento de exaltación . Pero ¿a dónde va? ,
pregunta , y el horizonte no
ti ene respuesta . Tampoco él
es capaz de escapar de este
mun do tan ted ioso como
absurdo; y no tiene el poder
10
Biblioteca de Mexico
de redimir a su héroe mediante el Purgatorio que planea
como sucedáneo de este Infierno . En los fragmentos que
nos han llegado de la Segunda Parte, el aventurero Chichikov, aunque encarcelado,
aparece de nuevo como un
canalla , y los personajes supuestamente virtuosos son
víctimas de obsesiones como
los de la Primera.
La vida de Gógol estuvo
llena de absurdos y Nabokov
se aprovecha de ello, de un
modo más bien cruel , para
ridiculizar su última fase . Ésta
es bastante más comprensible en el relato de Lavrin. El
pobre Gógol , que creía que
era su deber proporcionar a
su público algo más positivo ,
responder a la pregunta que
había enviado tras la troika
fugitiva , ahora recurría a una
especie de fanatismo impostado : se erigía en predicador
y maestro y publicaba los
Pasajes selectos de la correspondencia con sus amigos,
donde glorificaba al terrateniente ruso como agente de
Dios sobre la tierra y se oponía a la educación de los
campesinos que, decía , no
deberían siquiera conocer la
existencia de otro libro que no
fuese la Biblia . Pero las respuestas indignadas de sus
amigos , con quienes había
adoptado un tono didáctico,
parecen haber conmovido seriamente su confianza en sí
mismo. Llegó a sentir que,
con todas sus pretensiones ,
en realidad no había encontrado aún a Dios. Visitó Palestina con la esperanza de
una nueva revelación , pero
no pudo encontrar a Dios ni
siquiera allí, y finalmente cayó
bajo la influencia de un sacerdote ruso de fuerte personalidad que, beato e ignorante en
literatura , trató de persuadirlo
a que dejara de escribir. Diez
días antes de su muerte -ante la insistencia, tal vez, del
sacerdote- quemó !a Segunda Parte de Almas muertas, en la que había invertido
años de trabajo, y declaró
más tarde que esto había sido
un error y que el Demonio lo
había inducido a cometerlo.
La típica situación en Gógol
es un súbito derrumbe de los
cimientos de una impresionante construcción que hemos visto levantar con esfuerzo. Tenemos, así, la disolución de los terratenientes del
viejo mundo; la pérdida de los
dos hijos de Taras Bulba; la
explosión entre los dos Ivanes; el robo del sobretodo en
el famoso cuento posterior;
los cataclísmicos descubrimientos, demasiado tardíos
en las obras de teatro, de una
impostura en gran escala: la
de El inspector general y la del
juego de confianza en Los
jugadores; el abyecto salto
por la ventana del prometido
de La boda en el momento en
que, con infinita dificultad , se
ha logrado su casamiento; el
derrumbe del tráfico fraudulento de Chichikov justo en el
momento de su triunfo, cuando se le festeja con un brindis
de la ciudad.
Tu rgueniev
se sugiere para estos casos y
ha llegado a ser un tanto sospechosa . Sin embargo , indudablemente la derrota de
Gógol está vinculada al hecho
de que nunca lograra una vida
sexual satisfactoria. El miedo
al matrimon io es el tema cómiGógol presenta un caso poco ca del cuento Shponka y su
común de frustrante callejón tía , deliberadamente inconclusin salida del espíritu , un can- so , y de la comedia más bien
dado neurótico sin esperanza , menor La boda , y las dificultacombinados con un gusto por des de Gógol en este sentido
la vida, una enorme vitalidad aparecen en otro tipo de tema ,
artística. Tan vigoroso y rico es que nunca logra desarrollar: el
su talento que debe haber sido de la mujer ideal , brevemente
difícil para sus amigos y lecto- entrevista y adorada de lejos:
res prever que había de asfi- la casta pensionnaire que
xiarse . Lavrin sugiere que hace tal impresión en Ch ichipuede rastrearse el problema kov; la belleza italiana que brihasta un complejo de Edipo, IIa entre la multitud a los ojos
explicación que tantas veces del héroe de la proyectada
Así Gógol y su gran libro, en
el momento en que según
Turgueniev toda la atención
de Rusia se centraba en él y
en su obra , inesperadamente
se hundieron juntos.
11
Biblioteca de Mex ico
novela sobre Roma . El magnífico principio de esta novela
tiene más inspiración positiva
que todo lo que ha sobrevivido
de la Segunda Parte de Almas
muertas . La nostalgia de
Gógol por un mundo feudal se
vuelve de algún modo más
comprensible cuando se dramatiza en la persona de un
príncipe italiano que regresa
de su exilio miserable, para
descubrir por primera vez su
Roma nativa ; pero en el
momento en que por fin se
vuelve necesario, tras el largo
y monumental principio, traer
al príncipe a las relaciones
directas con la deslumbrante
Annunziata , la historia se quiebra abruptamente. En Viy, de
la serie de Mirgorod , el viajero
y la bella -tanto Gógol como
sus héroes están siempre viajando- sí traban relación, pero
con fatales resultados , y hasta
qué punto este final fatal era
inevitable en la vi sión de la
vida que tenía el autor se ve
por la modificación que hace
del relato popular de que deriva el cuento . Se trata de una
versión de la leyenda de vampiros en que un joven debe
velar durante tres noches el
cadáver de una mujer, que a
medianoche resucita y lo
ataca. Gógol dice que siguió el con el muchacho en el paseo
cuento popular con exactitud , que tan mal fin tiene para él
pero en las versiones de este -de vuelta en el colegio y
relato que se encuentran en la calentándose en torno a sus
colección de Afanasiev, el tazas- discuten largamente su
Grimm ruso, el joven siempre destino. Dado que no han tenies capaz de defenderse con el do que compartir la prueba,
salterio y el signo de la cruz, y deciden que si no hubiera sido
finalmente derrota a la bruja . miedoso la bruja no hubiera
Por lo que suelen ser los hábi- podido hacerle daño: 'Todo lo
tos de los cuentos populares que hay que hacer es persigen general, podemos suponer narse y escupir en su cola, y
que es el propio Gógol -el sóli- nada te pasa ." Pero este rito
do ambiente ucraniano, más o nunca le ha dado resultados a
menos realistamente presen- Gógol. Siempre es el Diablo el
tado , es ciertamente muy de que se le aparece, nunca el
Gógol- el responsable de que Salvador que tanto espera, y
el estudiante sucumba en la cuando la aparición femenina
tercera vigilia y caiga muerto a la que aspira llega a acercarde miedo cuando el vampiro se a alguno de sus héroes,
pide refuerzos al Infierno (lo resulta ser diabólica también
mismo que, en Taras Bulba , el ella.
joven Andrei se ve destruido
Sólo a Dostoievsky, en la
por el encantamiento irresisti- siguiente
generación,
le
ble que ha vertido sobre él la correspondería la revelación
princesa polaca). Debe seña- cristiana. Uno de los rasgos
larse que la joven está ven- más notables de la continuigándose. Antes se había pren- dad de la literatura rusa condido del estudiante bajo la siste en que Dostoievsky no
forma de una vieja harpía, y él sólo mostrará una fuerte insólo pudo librarse de ella fluencia literaria de Gógol
matándola a golpes, momento sino que incluso dará la imen que hubo de revelarse presión de verse perseguido
como la típica belleza gogolia- por los demonios de Gógol y
na, atemorizante e inalcanza- por la obligación de salvar el
ble. En una irónica escena alma de Gógol.
final , los compañeros que iban
12
Biblioteca de México
NIKOLAI VASILIEVICH GÓGOL
DIARIO DE UN LOCO*
embargo, fíjate en la villa que alquila durante
el verano. No se te ocurra regalarle una taza
Hoy ha tenido lugar un acontecimiento extra- de porcelana dorada, pues te dirá que eso es
ordinario. Me levanté bastante tarde , y cuando digno de un médico. Él se conforma tan sólo
Marva me trajo las botas relucientes , le pre- con un coche de lujo o unos drojkas o una piel
gunté la hora. Al enterarme de que eran las de visón de 300 rublos . Y, no obstante, por su
diez pasadas , me apresuré a vestirme . Reco- aspecto parece tan modesto, y al hablar es
nozco que de buena gana no hubiera ido a la tan fino. Te pide , por ejemplo, que le prestes
oficina, al pensar en la cara tan larga que me la navaja para sacar punta a su pluma , y si te
iba a poner el jefe de la sección. Ya desde descuidas un poco, te despluma de tal forma,
hace tiempo me viene diciendo: "Pero, amigo, que ni siquiera te deja la camisa .
Pero reconozco que nuestra oficina es dife¿qué barullo tienes en la cabeza? Ya no es la
primera vez que te precipitas como un loco y rente, y en toda ella reinan una limpieza de
enredas el asunto de tal forma que ni el mis- conducta y una honradez tales, que ni por
mo demonio sería capaz de ponerlo en orden . soñación puede haberlas en la Administración
Ni siquiera pones mayúsculas al encabezar Provincial. Además, todos los jefes se tratan
los documentos, te olvidas de la fecha y del de usted . Confieso que, a no ser por la honradez y el buen tono de mi oficina, hace ya munúmero. iHabráse visto!. .. "
iAh! iCondenado jefe! Con toda seguridad cho tiempo que hubiera dejado el departaque me tiene envidia por estar yo en el des- mento ministerial.
Me puse el viejo capote y cogí el paraguas,
pacho del director, sacando punta a las plumas de su excelencia . En una palabra , no hu- pues llovía a cántaros . En la calle no había
biera ido a la oficina a no ser porque espera- nadie. Sólo tropecé con mujeres de pueblo
ba sacarle a ese judío de cajero un anticipo que se arropaban con los faldones de sus
sobre mi sueldo. iTambién ése es un caso! abrigos , comerciantes que caminaban resiAntes de adelantarme algún dinero sobre- guardándose de la lluvia bajo sus paraguas, y
vendrá el Juicio Final! iJesús, qué hombre! Ya cocheros. Gente bien no se veía por ningún
puede uno asegurarle que se encuentra en la sitio, a excepción de nuestra modesta persomiseria y rogarle y amenazarle ; es lo mismo: na, que caminaba bajo la lluvia. En cuanto la
no dará ni un solo centavo. Y, sin embargo , en vi en un cruce, pensé en seguida: "iEh, amisu casa, hasta la cocinera le da bofetadas . guito! Tú no vas a la oficina . Tú estás disEso todo el mundo lo sabe .
puesto a seguir a ésa que va delante de ti y
No comprendo qué ventajas se tiene al tra- cuyas piernas estás mirando. iQué locuras
bajar en un departamento ministerial. Ni son ésas! La verdad es que eres peor que un
siquiera dispone uno de recursos. Pero no su- oficial . Basta con que pase cualquier modisticede así en la Administración Provincial , ni en lla para que te dejes engatusar. "
Precisamente en el momento en que estaba
el Ministerio de Hacienda, ni en el Tribunal Civil. Allí ves a un empleado cualquiera sentado pensando esto vi cómo una carroza se detehumildemente en un rincón escribiendo. Lleva nía ante un almacén junto al que yo me enun frac gastado y su aspecto es tal que ni si- contraba . En seguida reconocí la carroza: era
quiera merece que se le escupa encima . Sin la de nuestro director. Me supuse que debería
de ser de su hija, pues él no tenía por qué ir a
estas horas a un almacén , El lacayo abrió la
• Nikolai Vasilievich Gógol . Obras completas . tradu cción de
3 de octubre
IreneTehernowa . Aguilar. Madrid. 1955. 1580 pp .
13
Biblioteca de México
portezuela, y la joven saltó del coche, como
un pajarito. Echó unas miradas en torno suyo,
y al alzar sus ojos sentí que mi corazón quedaba herido ... iDios mío, estoy perdido! iEstoy
perdido irremediablemente!
y ¿por qué habrá salido ella con este mal
tiempo? Después de esto nadie se atrevería a
decir que las mujeres no se vuelven locas por
los trapos.
Ella no me reconoció y yo procuré ocultarme y pasar inadvertido, pues llevaba un capote muy manchado y cuyo corte, además, estaba pasado de moda. Ahora se llevan las
capas con cuellos muy largos, y el mío era
muy corto; además, el paño de mi capote distaba mucho de ser elegante. Su perrita no
tuvo tiempo de entrar y se quedó en la calle.
Yo la conozco, se llama Medji. No había transcurrido ni un minuto, cuando oí de repente una
vocecilla que decía:
-iHola, Medji!
Vaya. ¿Quién será el que habla? Miré y vi a
dos señoras que caminaban debajo de un paraguas. Una de ellas era ya anciana; la otra,
muy jovencita. Pero ellas ya habían pasado, y
nuevamente ·volví a oír la misma voz a mi
lado.
-¡Debería darte vergüenza, Medji!
iQué diablos! Vi que Medji estaba olfateando al perro que iba con las dos señoras.
"¡Vaya! ¿No estaré borracho? -pensé para
mis adentros-o ¡Menos mal que esto no me
ocurre a menudo!"
-No, Fidele; estás equivocado. Yo estuve ...
Hau , hau .. . Yo estuve muy enferma.
iVaya con la perrita! Confieso que me quedé muy sorprendido al oírle hablar como una
persona; pero después de reflexionarlo bien ,
no hallé en ello nada extraño. En efecto, en el
mundo se dan muchos ejemplos de la misma
índole. Cuentan que en Inglaterra emergió un
pez y dijo dos palabras en un idioma extraño,
tan raro, que desde hace dos o tres años los
sabios hacen investigaciones acerca de él y
aún no han logrado clasificarlo. También leí en
los periódicos que dos vacas entraron en una
tienda y pidieron medio kilo de té. Pero reconozco que me quedé aún mucho más sorprendido al oírle decir a Medji:
-iEs verdad que te escribí, Fidele! Seguramente Poi kan no te llevaría la carta.
Aunque me juegue el sueldo, apostaría que
nunca se ha dado el caso de un perro que
escriba. Sólo los nobles pueden escribir. Claro
que también algunos comerciantes, oficinistas
y, a veces, hasta la gente del pueblo sabe escribir un poco; pero lo hace de un modo mecánico, sin poner ni comas, ni puntos, y, claro
está, sin ningún estilo.
Esto me dejó muy sorprendido. He de confesar que desde hace algún tiempo a veces oigo
y veo unas cosas que nadie vio ni oyó jamás.
"Voy a seguir a esta perrita, y así me enteraré de quién es y de lo que piensa", resolví
para mí. Abrí el paraguas y me puse a seguir
a las dos señoras. Cruzamos la calle Gorojovaia y nos dirigimos a la calle Meschanskaia, y desde allí a la de Stoliar, y, finalmente,
llegamos al puente de Kokuchkin, deteniéndonos ante una casa de grandes dimensiones.
"Conozco esta casa -pensé para mí-: es la de
Zverkov. i Un verdadero hormiguero! Pues sí
que viven allí pocos cocineros y viajantes. En
cuanto a los empleados, abundan como chinches. Allí vive un amigo mío que toca muy
bien la trompeta."
Las señoras subieron al quinto piso. "Bueno
-pensé- ahora me voy a ir, pero antes he de
fijarme bien en el sitio, para aprovecharlo en la
primera ocasión que se me presente."
*
4 de octubre
Hoyes miércoles, y por eso estuve en el despacho de nuestro director. Vine a propósito un
poco antes. Me senté y me puse a sacar
punta a todas las plumas. Nuestro director
debe de ser un hombre muy inteligente; tiene
el despacho lleno de armarios con libros. Leí
los títulos de algunos libros, y todos son científicos; así que ni en sueños son asequibles a
nosotros, los empleados; además, todos
están o en francés o en alemán. Cuando se
mira a nuestro director, sorprende a uno por
su aspecto imponente y por la seriedad que
refleja toda su persona. Todavía no he oído
nunca que haya dicho una palabra de más.
Sólo cuando se le entregan los documentos
suele preguntar:
-¿Qué tiempo hace fuera?
-Hace mucha humedad, excelencia.
La verdad es que las personas, como nosotros, no se pueden comparar con él. Es lo que
se dice un verdadero hombre de Estado. He
notado, sin embargo, que me tiene especial
cariño. ¡Ah, si su hija ... ! iNo, eso es una canallada!. .. Me entretuve leyendo La Abeja. iQué
gente tan estúpida son los franceses! ¿Qué es
15
Biblioteca de México
lo que pretenden? i De buena gana los hubiera cogido a todos y les hubiera dado una
buena paliza !
Allí también leí la descripción de un baile
hecha por un terrateniente de la provincia de
Kurck. Los terratenientes de Kurck suelen
escribir muy bien. Después me di cuenta de
que eran ya las doce y media y que nuestro
director aún no había salido de su dormitorio.
Pero a eso de la una y media tuvo lugar un
acontecimiento que ninguna pluma sería capaz de relatar. Se abrió la puerta, yo me levanté de un salto con los papeles en la mano,
pensando que sería el director; pero cuál fue
mi sorpresa cuando vi que era ella. iJesús,
cómo iba vestida! Llevaba un traje blanco y
vaporoso como un cisne. iY qué vaporoso! Y
al alzar los ojos creí que me alcanzaban los
rayos del sol. Me saludó y dijo con una voz
semejante a la de un canario:
-¿No ha venido papá?
"Excelencia -quise decirle-, ¿quiere usted
castigarme? Pues si tal es su deseo, que lo
haga su excelencia con su propia manita."
Pero iqué demonios! La lengua se me trabó;
así es que sólo pude decir:
-No, no estuvo.
Ella me echó una mirada y miró también los
libros y... dejó caer su pañuelo. Yo me precipité en seguida para recogerlo, pero resbalé
sobre ese maldito entarimado y poco me faltó
para caerme; sin embargo, logré conservar el
equilibrio y alcancé el pañuelo. iSeñor, qué
pañuelo! Era de batista finísima .
Ella me dio las gracias y sus labios esbozaron una sonrisa un tanto irónica; luego se fue .
Yo me quedé una hora hasta que el criado
vino y me dijo:
-Márchese a casa , Aksenti Ivanovich. El
señor ya salió.
No puedo soportar a los criados; siempre
están tumbados en el vestíbulo, y ni por
casualidad saludan a uno. Y no sólo eso, sino
que un día, a una de estas bestias se le ocurrió ofrecerme un poco de tabaco sin levantarse de su sitio. iComo si no supiera el muy
tonto que yo soy un funcionario de familia
noble! No obstante, cogí yo mismo mi sombrero y mi capote y me los puse, pues sería
inútil esperar ayuda de esa gente. Salí a la
calle. Al llegar a casa me pasé un buen rato
tumbado en la cama . Después copié unos versos muy bonitos:
iMi almita! En tu ausencia, una hora,
un año completo parece pasado sin ti.
iOdiosa es la vida, ya solo, señora!
Por eso yo pienso: "Si tú no vinieses , mejor
[es morir"
Deben de ser de Pushkin. Por la tarde, arropándome bien con mi capote , fui a casa de su
excelencia , en donde estuve esperando para
ver si la veía salir al subir en coche; pero ella
no salió.
6 de noviembre
El jefe de personal me ha puesto fuera de mí.
Hoy, cuando llegué a la oficina , me hizo llamar
y me dijo lo siguiente:
-Pero dime: ¿qué es lo que estás haciendo?
-iCómo! Yo no hago nada -le respondí.
-Bueno. Reflexiona un poco. Ya has pasado de los cuarenta ; me parece que es hora de
que te vuelvas un poco más inteligente.
¿Crees acaso que no estoy enterado de todas
tus andanzas? iSé muy bien que andas detrás
de la hija del director! Pero , hombre, imírate al
espejo! iPiensa en lo que eres! iNO eres más
16
Biblioteca de México
que un cero, que es menos que nada! ¡Si no
tienes ni un centavo! Pero ¡mírate ... , mírate la
cara en el espejo! iCómo puedes tú pensar en
esas cosas!
¡Demonios! ¿Qué se habrá creído él? Si
tiene cara de bola de billar con cuatro pelos en
la cabeza que se unta de pomada y lleva rizados que es una irrisión. Y se cree que a él
todo le está permitido . Ya comprendo por qué
está furioso: es que me tiene envidia.
Seguramente habrá visto que soy objeto de van , aunque se les regale el billete . También
sus marcadas preferencias . ¡Pero ya puede cantó muy bien una artista . Me acordé de
decir cuanto quiera , que me tiene sin cuidado! aquello .. ., ¡bueno, es una canallada! .. .; así es
¡Pues tampoco tiene tanta importancia un que no digo nada .. .
consejero de la Corte! ¡Por llevar una cadena
de oro en su reloj y encargarse unas botas de
30 rublos se cree alguien! ¡Que se vaya al diablo! ¿Acaso se cree que soy hijo de un plebe9 de noviembre
yo o de un sastre o de un sargento? Soy
noble. También yo puedo llegar a obtener el A las ocho fui a la oficina . El jefe de la sección
mismo cargo que él. Sólo tengo cuarenta y hizo así como si no reparara en mí y en que
dos años , que en realidad es la edad cuando había llegado. Yo también hice como si entre
precisamente se empieza a trabajar. ¡Espera , nosotros nada hubiera ocurrido . Me entretuve
amigo: también yo llegaré a ser coronel , y con ojeando los anuncios y luego comparándolos.
la ayuda de Dios quizás algo más! También yo Salí a las cuatro y pasé delante del piso del
gozaré de una reputación mejor que la tuya . director, pero no vi a nadie. Después de comer
¿Qué te crees, que en el mundo no hay hom- estuve casi todo el tiempo echado en la cama .
bre más formal que tú? Espera un poco: cuando yo tenga un frac cortado a la moda y una
corbata como la tuya , entonces no me llegarás n¡ a la punta de los zapatos . Lo malo es
que no dispongo de medios.
11 de noviembre
Hoy estuve en el despacho de nuestro director y saqué punta a veinticuatro plumas de su
excelencia y a cuatro de su hija. A él le gusta
y encanta que haya muchas plumas . iAh , qué
8 de noviembre
cerebro el suyo! Siempre está callado , pero su
Estuve en el teatro. Ponían Fila tka , el tonto cabeza debe de estar siempre reflexionando.
ruso . Me reí mucho. Daban también un vau- Me hubiera gustado saber en qué suele pendeville con unas canciones muy graciosas sar y qué es lo que encierra aquella cabeza .
sobre los jueces, particularmente uno que se Me interesaría observar de cerca la vida de
refería a un consejero de registro , y que era estos señores , conocer todas las intimidades
tan fuerte , que me extrañó que le hubiera y las intrigas de la Corte , saber cómo piensan
dejado pasar la censura . En cuanto a los co- y lo que suelen hacer entre ellos . Muchas vemerciantes, se decía que abiertamente enga- ces pensé entablar conversación con su exceñaban al pueblo, y que sus hijos armaban lencia , pero el caso es que mi lengua se niega
unas juergas terribles y se esforzaban por lle- a obedecerme . Sólo consigue pronunciar:
gar a ser nobles. También había un cantar "Afuera hace frío o calor", y de all í no pasa .
muy gracioso sobre los periodistas y la pasión Me hubiera gustado echar una mirada al salón
que tienen de criticarlo todo ; de modo que los cuya puerta a veces está abierta , y también a
autores de hoy en día escriben unas piezas las otras habitaciones. ¡Qué lujo y qué riqueza
muy entretenidas. A mí me gusta mucho ir al hay allí! ¡Qué espejos y qué porcelanas!
teatro. En cuanto tengo algún dinero en el bol- ¡Cuánto me alegraría echar una mirada a
sillo no puedo contenerme y voy. Pero entre aquella parte del piso donde se encuentra la
nosotros los empleados hay muchos que no hija de su excelencia! iAh , esto sí que me gustaría! ... Estar allí en el tocador, donde hay
17
Biblioteca de México
todos esos tarritos y cajitas, esas flores tan
delicadas que da miedo tocarlas ; ver su vestido, más ligero que el aire , por allí tirado . Me
encantaría ver su dormitorio ... Debe de ser un
sueño, un verdadero paraíso de ésos que ni
en el cielo existen . Si pudiera ver el taburetito
sobre el cual pone el pie al levantarse de la
cama y cómo se pone una media blanca como
la nieve sobre aquella pierna ... iAy, Señor! ...
No. Mejor es que me calle y no diga nada .. .
Sin embargo , hoy parece ser que el cielo
me ha iluminado, pues de repente me acordé
de la conversación que oí en el Nevski a los
dos perros . "Está bien -pensé para mis adentros- ahora lo averiguaré todo. Es preciso que
intercepte la correspondencia de estos dos
perros , pues ella me procurará muchos datos ." He de confesar que una vez llamé a
Medji y le dije:
-Escúchame, Medji: ahora estamos solos ;
si quieres, hasta puedo cerrar la puerta para
que nadie nos vea. Anda, cuéntame todo lo
que sepas sobre tu señorita: dime cómo es, y
yo te juro que no se lo diré a nadie.
Pero la muy astuta encogió el rabo entre las
patas y se escabulló silenciosamente por la
puerta como si no hubiera oído nada .
Sospeché desde hace tiempo que los perros
son mucho más inteligentes que las personas ,
y que incluso pueden hablar; sólo que son
bastante tercos . El perro es un verdadero político: todo lo nota, no se le escapa ni un paso
del hombre . Mañana sin falta he de ir a casa
de Zverkov. Interrogaré a Fide/e , y si puedo , le
cogeré todas las cartas que le escribe Medji.
-Necesito hablar con su perrita -le respondí. La joven era tonta y yo lo noté en seguida.
Mientras tanto, la perrita se precipitó ladrando;
yo quise cogerla, pero la muy bribona por
poco me muerde la nariz. Pero yo ya había
visto su nido o camita , y era justamente lo que
buscaba. Me acerqué a él y revolví la paja que
había en un cajón ; con sumo placer vi un
paquete con pequeños papelitos. Esa maldita,
al ver lo que hacía , me mordió primero en la
pantorrilla, y después, al darse cuenta de que
yo cogía los papeles , empezó a ladrar con
ademán de acariciarme ; pero yo le dije: "No,
guapa; no hay nada que hacer." Me parece
que la joven debió de tomarme por un loco,
pues se asustó terriblemente. Al llegar a casa
quise ponerme en seguida a descifrar esos
papeles , porque no veo muy bien a la luz de
las velas. Pero a Marva se le ocurrió fregar el
suelo. Estas estúpidas finlandesas siempre
son de lo más inoportunas. Así es que no me
quedó otro remedio que el de ponerme a
pasear reflexionando sobre lo ocurrido . Ahora,
por fin , iba a enterarme de todo ; las cartas me
lo revelarían todo. Los perros son muy inteligentes y no ignoran todas las relaciones íntimas; por eso seguramente en ellas hallaré la
descripción del marido y de sus asuntos. De
seguro que encontraré allí algo referente a
ella ... i No, más vale callarse! Al atardecer llegué a casa y estuve la mayor parte del tiempo
acostado en la cama .
13 de noviembre
12 de noviembre
Al día siguiente salí a las dos, con la firme
intención de ver a Fidele y de interrogarla . El
olor a repollo que sale de todas las tiendas de
la calle Meschanskaia me pone enfermo , y
además , las alcantarillas de las casas tienen
un olor tal , que no tuve más remedio que taparme la nariz con el pañuelo y echar a correr.
Aquí es imposible pasear, pues toda esa gente que trabaja en oficios llena la calle de humo
y hollín .
Al tocar la campanilla , vino a abrirme una
joven bastante mona, con la cara salpicada de
pecas; era la misma que acompañaba a la
anciana . Se ruborizó un poco al verme, y yo
comprendí en seguida que ansiaba tener novio.
-¿Qué desea? -me preguntó.
Bueno; vamos a ver. La carta parece bastante
clara ; sin embargo, la letra pone en evidencia al
perro.
Leamos :
"Querida Fidele: Aún no puedo acostumbrarme a un nombre tan mezquino como el
tuyo . iComo si no hubieran podido ponerte
otro mejor! Fidele, Rosa , todos esos nombres
son de un cursi subido . Pero dejemos esto a
un lado. Estoy muy contento de que se nos
haya ocurrido entrar en correspondencia .. ."
La carta estaba redactada muy correctamente en cuanto a la puntuación y ortografía.
Ni nuestro jefe de sección sería capaz de
hacer otro tanto , aunque asegura haber estado estudiando en una universidad. Veamos
más adelante:
18
Biblioteca de México
~ Mm aJ QHJ1pa ~ WhII %KOAM 'l3IKUA/)(J(J(ItI(1; ~tvm
1{j()9 -1c552
"Me parece que uno de los mayores place- gente de dar a los perros migas de pan heres en el mundo está en cambiar pensamien- chas bolitas . Siempre, durante las comidas ,
tos, impresiones y sentimientos con los de- algún señor empieza a triturar las migas de
más ..."
pan con sus manos, que Dios sabe qué poriBueno! Éste es un pensamiento cogido de querías habrán tocado antes , y te llama desuna obra traducida del alemán y cuyo título no pués para meterte entre los dientes esa dichorecuerdo ahora .
sa bolita . Rechazarlo resultaría descortés; así
"Lo digo por experiencia , aunque no haya es que no tienes más remedio que comértela
corrido mucho mundo, pues no he pasado la a pesar del asco que te infunde ... "
verja de nuestra casa . Pero ¿acaso mi vida no
iVoto a mil diablos, qué tontería! iComo si
transcurre felizmente? Mi señorita Sofía , así la no hubiera nada mejor sobre qué escribir!
Veamos si en la otra carilla hay algo más intellama papá , me quiere con locura ... "
iNO está mal! iNO está mal! iPero callémo- resante .
nos! .. .
"Me place mucho informarte de todo cuanto
"Papá también me acaricia a menudo. ocurre en nuestra casa . Creo que ya te hablé
Además me dan café con nata . ¡Ah, ma che- del señor más importante de la casa , al cual
re! * He de decirte que no encuentro nada en Sofía llama papá. Es un hombre muy raro .. ."
los grandes huesos, bien pelados , que come
iAh , por fin! Ya sabía yo que los perros tiePoi kan en la cocina. Los huesos sólo son bue- nen opiniones políticas sobre todas las cosas .
nos cuando provienen de alguna cacería y a Veamos lo que dice sobre papá .. .
"... Un hombre muy raro . Permanece la
condición de que no hayan chupado ya el tuétano. También está muy bien mezclar algunas mayoría del tiempo callado . Rara vez habla ;
salsas, pero sin verduras ni especias . Pero no pero la semana pasada hablaba sin cesar
hay cosa peor que esa costumbre que tiene la consigo mismo. No hacía más que preguntarse : '¿Lo recibiré o no?' Cogía un papel en una
• En fran cés en el original.
mano, mientras la otra permanecía vacía , y
19
Bibliotec a de México
Nikf""\lái Gógol
EL
CAPOTE
Noemí Vi lla muzo
volvía a repetir: '¿Lo recibiré o no?' Una vez
hasta se dirigió a mí con la siguiente pregunta : 'Tú qué crees , Medji, ¿lo recibiré o no?' Yo
no pude comprender lo que quería decirme
con eso ; sólo olfateé su zapato y me fui. Una
semana después, ma chere , papá estaba loco
de alegría . Toda la mañana recibió visitas de
unos señores vestidos de uniforme que lo felicitaron por algo . Durante la comida estuvo tan
alegre como nunca le viera ; no paraba de contar chistes . Después de comer, me levantó en
sus brazos y me acercó a su cuello , diciéndome: 'iMira , Medji, lo que llevo!' Yo vi sólo una
cinta , la olfateé , pero no hallé en ella ni el
menor aroma ; finalmente , la lamí con cuidado,
estaba algo salada ."
iBueno! Me parece que este perro es un
poco demasiado atrevido . Haría falta darle
una buena paliza . iASí, pues , nuestro hombre
es ambicioso! Habrá que tenerlo en cuenta .
"Adiós , ma chere. Me marcho corriendo ...
Mañana acabaré la carta .
"i Hola , otra vez estoy contigo! Hoy, con
Sofía , mi señorita ... "
i Ah , veamos lo que pasa con Sofía! iEs una
cana llada! Bueno, no importa , no importa;
vamos a continuar...
" .. .Sofía, mi señorita , estuvo todo el día
sumamente ag itada . Se preparaba a asistir a
un baile , y yo me alegré, pues aprovecharía
su ausencia para escribirte. Mi Sofía está
siempre muy contenta cuando va a un baile,
aunque mientras se arregla siempre está
enfadada. No logro comprender, ma chere, el
placer que encuentra la gente yendo a un
baile. Sofía vuelve a casa a las seis de la
mañana. Y siempre veo, por su aspecto cansado y su cara pálida, que a la pobrecilla no le
han dado de comer. Confieso que jamás podría vivir de este modo. Si no me dieran perdices con salsa o alas de pollo fritas, no sé lo
que sería de mí. También es muy bueno un
poco de salsa con kacha.* Pero las zanahorias , las alcachofas y los nabos nunca serán
buenos ..."
Tiene un estilo irregular. En seguida se ve
que esta carta no ha sido escrita por una persona . Empieza bien, pero acaba de cualquier
forma . Veamos otra carta; parece demasiado
larga; además , no lleva ni fecha .
"¡Ay, querida mía! Cómo siente una la proximidad de la primavera. Mi corazón palpita
como si aguardara algo . Me zumban los oídos.
Así es que a menudo tengo que levantar la
pata y me apoyo y acerco a una puerta para
escuchar. He de decirte que tengo muchos
admiradores. A menudo los contemplo sentada
en la ventana . ¡Ay, si supieras qué feos son
. algunos! Uno de ellos es de lo más vulgar, es
un perro callejero de lo más estúpido y creído;
camina por la calle dándose aires de importancia. Y cree que todos han de mirarle. Pero iqué
va , yo ni siquiera me he fijado en él! También
un dogo, de aspecto terrible, suele pararse
ante mi ventana . Si se levantara sobre las
patas traseras , lo que de seguro el muy tonto
no sabrá hacer, le llevaría la cabeza al papá de
Sofía, no obstante ser éste un hombre bastante alto y corpulento . Debe de ser de lo más
insolente. Yo gruñí un poco en dirección suya;
pero él , como si nada . Podría haberme hecho
un guiño, pero es un bruto, no tiene modales.
Se está mirando mi ventana, con sus orejas largas y su lengua al aire . ¿Y crees acaso que mi
corazón permanece insensible a todas estas
ofertas? No, te equivocas, ma chere ... iSi hubieras visto a uno de mis admiradores, llamado
Trésor, cuando salta la verja de la casa vecina!. .. iAy ma chere, qué carita tiene!"
¡Bah ! iQué asco! iQué demonios! ¿Cómo
es pos¡ble llenar las páginas con semejantes
tonterías? Ya no quiero saber nada de perros;
quiero a una persona . Sí, eso es, una persona
• Especie de cereal. Manja r típica me nte ru so .
20
Biblioteca de México
para que pueda enriquecer el caudal de mi
alma ... , y en vez de ello, iqué es lo que encuentro! iTonterías, sólo tonterías! Demos la
vuelta a la página, a ver si hay algo mejor.
"Sofía estaba sentada junto a una mesita
cosiendo; yo miraba por la ventana a los paseantes, pues me gusta mucho observarlos,
cuando entró el lacayo y anunció :
"-El señor Teplov.
"-Que pase -exclamó Sofía , y se abalanzó
sobre mí para besarme-o iAy, Medjí! iSi supieras quién es! Es un gentilhombre de la
Cámara , moreno, con ojos negros y brillantes
como el fuego.
"Sofía se marchó corriendo a su habitación .
Un minuto después entraba el joven gentilhombre de la Cámara , que gastaba patillas. Se
acercó al espejo y se atusó el cabello, luego
inspeccionó la habitación. Yo dejé oír un gruñido y me senté en mi sitio. Sofía no tardó en
venir y respondió alegremente a su saludo, y
yo, como si no reparase en nada, continuaba
mirando por la ventana , no obstante haber inclinado la cabeza en dirección a ellos para oír lo
que decían. iAy ma chére! iDe qué tonterías
hablaban! Hablaban de una señora que durante el baile se equivocó e hizo una figura en vez
de otra; de un tal Bobov, que llevaba charretera y se parecía mucho a una cigüeña , y que por
poco se cae. También contaron que una tal
Lidina se imaginaba tener los ojos azules,
cuando en realidad los tenía verdes, y otras
tonterías por el estilo . 'i Qué diferencia tan grande hay entre el gentilhombre y Trésorf , pensé
para mí. Ante todo, el gentilhombre tiene una
cara ancha y completamente plana , con unas
patillas alrededor, como si se las hubiera atado
con un pañuelo negro. Trésor, sin embargo,
tiene una carita fina y en la frente una pequeña
calva blanca . iEn cuanto al talle de Trésor, ni se
le puede comparar con el de Teplov! iY no
hablemos ya de los ojos y de los modales!
iJesÚS, qué diferencia! iNo sé, ma chére , lo
que ha podido encontrar en su Teplov y por qué
se muestra tan entusiasmada! ... "
A mí también me parece eso un poco extraño. No puede ser que Teplov la haya seducido
hasta tal punto . Veamos más adelante.
"Me parece que, si le gusta este gentilhombre, le ha de gustar también ese funcionario
que está en el despacho de papá. ¡Ay ma
chére , s¡ vieras qué feo es! Se parece a una
tortuga vestida con un saco .. .
"¿Quién será este funcionario? .. . Tiene un
apellido rarísimo. Siempre está sentado
sacando punta a las plumas . Su pelo es como
el heno y papá lo manda siempre en lugar del
criado ... "
Me parece que esta perra maldita hace alusiones sobre mí. iPero qué voy a tener yo el
pelo como el heno!
"Sofía no puede menos que reírse cada vez
que lo ve ... "
iMientes, perra maldita! iHabráse visto qué
lengua de víbora! ¡Como si yo no supiera que
todo ello es pura envidia! Acaso se figura que
ignoro que son cosas del jefe de sección . Ya
sé que me tiene un odio feroz y que hace
cuanto está en sus manos para fastidiarme .
Pero voy a mirar otra carta . Puede que encuentre allí la clave de todo .
"Mi querida Fide/e , perdóname por no haberte escrito en tanto tiempo , pero es que estaba completamente hechizada . Ha dicho un
escritor que el amor es una segunda vida, y
esto es muy exacto. Además , en casa han
sucedido grandes cambios. El gentilhombre
viene ahora todos los días, y Sofía está perdidamente enamorada de él. Papá está muy
contento . Hasta le oí decir a Gregorio, que es
el que nos barre el suelo y que casi siempre
habla consigo mismo solo , que pronto habrá
boda , porque papá quiere casar a Sofía , o con
un general , o con un gentilhombre de Cámara ,
o con un coronel ... "
iQué diablos! No puedo seguir leyendo .. .
Todo lo mejor ha de ser siempre , o para un
gentilhombre de Cámara o para un general.
¡Parece que has encontrado un pobre tesoro
y crees que podrás conseguirlo , pero te lo
arrebata un general o un gentilhombre de Cámara! iQué demonios! Quisiera ser general ,
no para obtener su mano y las demás cosas ,
sino para ver con qué consideración iban a
tratarme y cuántos miramientos me dedicarían . Después podría decirles en pleno rostro
que me importaban un bledo .
¡Demonios, qué pena! Rompí en mil pedazos las cartas de la estúpida perra .
3 de noviembre
No puede ser. Es mentira . iLa boda no se
efectuará! iQué más da que sea un gentilhombre de Cámara! Esto no es más que un
cargo de dignidad , no es ninguna cosa visible
que se pueda coger con las manos. Por ser él
un gentilhombre de Cámara no le va a salir
21
Biblioteca de México
otro ojo en la frente ni va a tener una nariz de
oro , sino que la tiene igual que yo y que todos
los demás mortales; pero no come ni tose con
ella , sino que huele y estornuda como todos.
Ya en diversas ocasiones quise averiguar de
dónde proven ían semejantes diferencias .
¿Por qué he de ser yo un consejero titular y
con qué motivo? Puede que yo sea algún conde o algún general, y que sólo así paso por un
consejero titular. Quizá ignore yo mismo quién
soy. iCuántos ejemplos hay en la historia! Se
ha dado el caso de que un sencillo villano, no
digamos ya un noble, o un vulgar campesino
de repente descubre que es todo un personaje e incluso, a veces , un rey. iY si un sencillo
mujik llega a estas alturas , qué será entonces
de un noble! Si , por ejemplo, de repente entrase yo vestido con el uniforme de general , lIevando una charretera en el hombro derecho y
otra en el izquierdo, y con una cinta azul en el
pecho , ¿qué pasaría entonces? ¿Qué diría mi
hermosa ninfa? ¿Se opondría su papá , nuestro director? ¡Oh! Él es muy vanidoso . Es un
masón , no cabe duda de que es masón , aunque aparente ser tan pronto una cosa como
otra. Pero yo en seguida me di cuenta de que
era masón , y si le tiende la mano a uno, sólo
le da los dos dedos. ¿Acaso no puedo ser
nombrado ahora mismo general , gobernador
o intendente , o recibir cualquier cargo importante? ¿Me gustaría saber por qué soy consejero titular? ¿Sí, por qué he de ser precisamente consejero titular?
nes de índole familiar o por temor a las potencias vecinas, como Francia y los demás países , se ve obligado a esconderse . También
puede ser por otros motivos.
8 de diciembre
Ya estaba dispuesto a ir a la oficina, pero me
detuvieron diferentes motivos y en particular
mis reflexiones . No puedo dejar de pensar en
los asuntos de España . ¿Cómo puede ser que
una doña sea reina? No lo permitirían.
Inglaterra , sobre todo , no lo permitiría, y, además, los asuntos políticos de toda Europa .
También se opondrán a ello el emperador de
Austria y nuestro zar.. . Confieso que estos
acontecimientos obraron con tanta fuerza sobre mí, que fui incapaz de hacer nada durante todo el día . Marva me hizo observar que durante la comida estuve muy agitado . En efecto, al parecer, dejé caer dos platos al suelo ,
que se hicieron añicos ; tan distraído me hallaba oDespués de comer, salí; pero no pude sacar nada en limpio. Después, estuve la mayor
parte del tiempo tumbado en la cama , reflexionando sobre los asuntos de España .
5 de diciembre
Hoy estuve toda la mañana leyendo periódicos . iQué cosas tan raras suceden en España! iHasta me fue imposible comprenderlo
del todo! Se dice que el trono se halla vacante y que los altos dignatarios están en una
situación muy difícil respecto a la elección del
heredero, y que de allí proviene la indignación
general. Esto me parece sumamente extraño.
¿Cómo puede estar el trono vacante? Dicen
también que cierta doña ha de subir al trono .
Pero una doña no puede subir al trono , eso es
imposible, pues el trono debe ser ocupado por
un rey. Pero dicen que no hay rey, mas es
inadmisible que no haya un rey. Un Estado no
puede estar sin un rey. Éste debe de existir,
pero seguramente está de incógnito. A lo
mejor, se encuentra allí mismo; pero por razo22
Biblioteca de México
Ilustración de Marc Chagall , para una obra de Gógol
Año 2000. 3 de abril
iHoy es un gran día! iEn España hay un rey!
iPor fin ha sido encontrado! Y este rey soy yo .
Reconozco que al parecer me ha iluminado un
rayo. No comprendo cómo pude pensar e imaginarme que era un consejero titular. ¿Cómo
pudo ocurrírseme una idea tan loca? Menos
mal que entonces no se le antojó a nadie meterme en una casa de locos. Ahora me ha sido
revelado todo, ahora lo veo todo con claridad .
Antes no comprendía, antes diríase que todo
lo que veía estaba sumido en la niebla. Todo
esto sucede, creo yo, porque la gente se imagina que el cerebro de una persona está en su
cabeza ; pero no es así, es el viento quien lo
trae del mar Caspio . Primero declaré a Marva
quién era yo. Al enterarse de que se hallaba
ante el rey de España, alzó los brazos' al cielo
y por poco se muere del susto. Ella es tonta y
jamás habrá visto al rey de España. Sin
embargo, procuré calmarla y le aseguré con
palabras indulgentes que estaba lleno de
benevolencia para con ella y que no le guardaba rencor por haberme limpiado mal los zapatos algunas veces. Hace falta tener en
cuenta que la pobre forma parte del pueblo y
que no se le puede hablar de temas elevados.
Se asustó porque está convencida de que todos los reyes de España son como Felipe 11.
Pero yo le expliqué que entre Felipe II y yo no
había el menor parecido, y que yo no tenía
capuchinos . No fui a la oficina . iQue se vaya
al diablo! iNO, ya no me cogerán más, amigos!
iSe acabó, ya no copiaré más sus odiosos documentos!
86 de marzo
Entre el día y la noche.
Hoy vino a verme el ejecutor con el propósito de que fuera a la oficina, pues hacía más de
tres semanas que no aparecía por allí. Yo fui a
la oficina por pura broma . El jefe de sección
pensaba seguramente que yo iba a saludarlo y
pedirle excusas ; pero yo sólo le eché una mirada indiferente, que no era ni demasiado colérica ni demasiado familiar o benévola . Miré a
todos esos bribones que estaban en la cancillería, y pensé : "¿Qué pasaría si supieran
quién está entre ustedes? .. " iDios mío! iQué
lío se armaría! El jefe de la sección en persona vendría a saludarme, haciéndome un profundo saludo, igual que hace ahora con nuestro director. Pusieron delante de mí unos documentos para que hiciera un resumen de ellos.
Pero yo ni siquiera moví un dedo. Unos cuantos minutos después todos se hallaban sumamente agitados; al parecer, iba a venir el director. Muchos empleados se precipitarían a su
encuentro. Pero yo no me moví de mi sitio.
Cuando el director pasó por nuestra sección ,
todos se abrocharon el frac; mas yo no hice
nada. iVenía el director! Bueno, ¿y qué? iJa-
23
Biblioteca de México
más iba a levantarme delante de él! iQué era
un director! (iEra un corcho y no un director!
Un corcho de lo más corriente y nada más.)
Uno de esos corchos con los que se tapan las
botellas. Lo que más me hizo gracia fue cuando me trajeron un documento para que lo firmase. Ellos se figuraban que iba a firmar
humildemente en el bajo de la página, pero yo
escribí en el sitio principal, allí donde firma el
director, Fernando VIII . Hacía falta ver qué
silencio tan religioso reinó en la sala. Yo sólo
hice un ademán con la mano y dije: "No son
necesarios juramentos de fidelidad. " Después
de lo cual salí. Me fui directamente al piso del
director, que no estaba en casa . El criado no
quería dejarme pasar; pero yo le dije unas
cuantas palabras, y su efecto fue tal , que se
quedó helado con los brazos caídos. Me dirigí
sin cavilar al gabinete. La hallé sentada ante el
espejo . Al entrar yo , dio un salto atrás . Yo, sin
embargo, no le dije que era el rey de España ;
sólo le declaré que le esperaba una felicidad
tal , que ni siquiera podía imag inársela, y que,
a pesar de todas las intrigas de nuestros enemigos, estaríamos juntos. No quise decirle
más, y sal í. iOh , qué ser más pérfido es la
mujer! Sólo ahora he comprendido lo que son
las mujeres. Hasta ahora nadie sab ía de quién
estaba enamorada la mujer. Yo fui el primero
en descubrirlo. La mujer está enamorada del
demonio. Sí, y esto no es ninguna broma . Los
fisiólogos escriben tonterías acerca de ella ;
pero ella sólo ama al demonio. Mire, desde el
palco pasea sus gemelos. ¿Cree usted que
mira a ese señor gordo con una condecoración? Nada de eso , mira al demonio que tiene
detrás de su espalda . iMírele, se ha escondido
en la condecoración! iMire ahora cómo le hace señas con el dedo! Y ella se casará con él.
Sí, se casará . Y todos esos funcionarios padres de familia , todos esos que se insinúan en
todos los sitios procurando introducirse en la
Corte, y dicen que son patriotas y esto yaquello, todos esos patriotas no aspiran más que a
conseguir arrendamientos. Serían , por dinero,
capaces de vender a su madre, a su padre e
incluso a Dios.
Todo esto no es más que vanidad , yeso se
explica , porque debajo de la lengua hay una
pequeña ampolla, y dentro de ella , un gusanillo del tamaño de un alfiler, y todo esto lo hace
cierto barbero que vive en la calle Gorojovaia.
No me acuerdo cómo se llama; pero todo el
mundo sabe que quiere predicar el mahometismo por el mundo entero , junto con una co-
madrona. Por eso dicen que en Francia la
mayoría de las personas se convierten al
mahometismo.
Cierta fecha.
El día era sin fecha. Me paseé de incógnito
por el Nevski. Pasó el coche del zar, y toda la
gente se quitó el sombrero; yo también lo hice
y me comporté como si no fuera rey de
España. Encontré poco adecuado descubrir
mi personalidad , así, delante de todos. Ante
todo, he de presentarme en la Corte. Lo único
que me retiene hasta ahora es que no tengo
ningún traje de rey. Si por lo menos pudiera
conseguir algún manto ... Pensé encargárselo
al sastre; pero esta gente es tan burra, y, además, no cuidan de su trabajo desde que se
han dedicado a los asuntos, y se están la
mayoría del tiempo en la calle. Decidí hacer el
manto de mi nuevo uniforme de gala , que sólo
me puse dos veces ; pero temiendo que estos
granujas fueran a estropeármelo , resolví hacerlo yo mismo. Cerré la puerta de mi cuarto
para que nadie me viera, y emprendí la labor.
Lo desarmé todo con ayuda de las tijeras,
pues su corte ha de ser totalmente distinto.
No me acuerdo de la fecha ni tampoco del
mes. El diablo sabrá qué mes era .
El manto ya está acabado . Marva dio un
grito cuando me lo vio puesto. Sin embargo,
no me atrevo aún a presentarme en la Corte .
Hasta ahora no ha llegado la diputación de
España . Y sin la diputación resultaría incorrecto . Rebajaría con ello mi dignidad . La estoy esperando a cada momento.
24
Biblioteca de México
Gógol
Me extraña que los diputados tarden tanto .
¿Qué motivos pudieron retenerlos? ¿Acaso
Francia? Sí, es el reino más desfavorable a
todo. Fui a Correos para informarme de si habían llegado los diputados españoles. Pero el
empleado de allí es completamente estúpido y
no sabe nada. Sólo me dijo: "No; aquí no hay
ningún diputado español; pero si quiere mandar
una carta, puede hacerlo y nosotros la certificaremos según la tarifa indicada." iVoto a mil diablos! iQuién habla de cartas! Eso son tonterías.
Las cartas sólo las escriben los farmacéuticos ...
Madrid, 30 de febrero
y heme aquí en España . Esto ha sucedido con
tanta rapidez, que apenas si puedo volver de
mi asombro . Esta mañana se presentaron en
casa los diputados españoles, y yo me fui con
ellos en una carroza. Me extrañó la extraordinaria rapidez del viaje, íbamos con tanta velocidad, que en menos de media hora llegamos a
la frontera de España. Claro está que ahora en
toda Europa los caminos de hierro colado son
muy buenos y el servicio de barcos está muy
organizado. iQué país tan extraño es España!
Al entrar en la primera habitación, vi a muchas
personas con el pelo cortado al rape, y en
seguida me figuré que debían de ser dominicos
o capuchinos, pues tienen el hábito de afeitarse la cabeza. El comportamiento del canciller
de Estado conmigo me pareció de lo más
extraño : me llevó de la mano y me condujo a un
cuarto , a cuyo interior me empujó, diciéndome:
-Quédate aquí. Y si persistes en pasar por
el rey Fernando, ya te quitaré yo las ganas de
seguir haciéndolo.
Pero yo sabía que esto no era más que una
prueba, y protesté enérgicamente, lo que me
valió por parte del canciller dos golpes en la
espalda . Fueron tan dolorosos, que me faltó
poco para gritar; pero me contuve al pensar
que esto era sólo una costumbre caballeresca
que siempre tenía lugar en los grandes acontecimientos, ya que en España se conservaban aún las tradiciones caballerescas . Al quedarme solo decidí ocuparme de los asuntos
de Estado. Descubrí que la China y España
eran el mismo país, y que sólo por ignorancia
se consideran como estados diferentes. Aconsejo a todo el mundo que escriba en un papel
la palabra España, y verá como sale China.
Pero me está disgustando sumamente un
acontecimiento que tendrá lugar mañana . Mañana, a las siete, se producirá un fenómeno
terrible . La Tierra va a sentarse sobre la Luna .
Acerca de esto ha escrito el célebre químico
inglés Wellington . Confieso que sentí cómo mi
corazón empezaba a latir de inquietud al pensar en la delicadeza y falta de resistencia de la
Luna . Todos sabemos que la Luna se fabrica
generalmente en Hamburgo, y, además, muy
mal. Me sorprende cómo Inglaterra no presta
atención a ello . La fabrica un tonelero cojo, y
es evidente que el muy tonto no tiene el menor
conocimiento de la Luna . Ha puesto una cuerda de alquitrán y el resto es de aceite de
madera , y por eso huele tan mal por toda la
Tierra , de tal forma que tiene uno que taparse
las narices. Pero la Luna es un globo tan delicado , que es imposible que la gente viva allí, y
ahora sólo viven las narices. Ésta es la razón
por la cual no podemos ver nuestras narices,
ya que todas están en la Luna . Al pensar que
la Tierra , materia pesada y potente , iba a sentarse sobre la Luna , y al imaginarme el tormento que sufrirían nuestras narices, se apoderó de mí una inquietud tal , que me puse los
calcetines y me calcé en el acto para correr a
la sala del Consejo de Estado y dar órdenes ,
con el fin de que la policía no permitiese a la
Tierra sentarse sobre la Luna . Los numerosos
capuchinos que hallé en la sala del Consejo de
Estado eran personas muy inteligentes, y
cuando les dije: "Caballeros , salvemos a la
Luna , porque la Tierra quiere sentarse encima
de ella", todos en el acto ,se precipitaron para
25
Biblioteca de Méx ico
Yo permanecí callado.
Después dijo:
-iAksanti Ivanovich , consejero titular, noble!
Pero yo permanecía callado.
-iFernando VIII, rey de España!
Yo quise sacar la cabeza, pero pensé: "No,
amigo, ya no me engañas . Otra vez me vas a
echar agua fría sobre la cabeza. " Pero debió de
verme, y me hizo salir con su palo de debajo de
la silla. iQué daño hace ese maldito palo! Sin
embargo, fui recompensado de todo con el
Enero del mismo año, que tuvo lugar hallazgo que hice hoy. Descubrí que cada gallo
después de febrero tiene una España y que la lleva debajo de las
plumas. Pero el gran inquisidor se fue muy
Hasta ahora no puedo comprender qué país enfadado, amenazándome con terribles castitan raro es España. Las costumbres populares gos. Yo no hice caso de su ira impotente, ya
y el ceremonial de la Corte son completamente que obra sólo como una máquina, como un insextraordinarios. No comprendo, decididamente trumento en manos de los ingleses.
no comprendo nada. Hoy me han afeitado la
cabeza, a pesar de que grité como un condenado, diciendo que no quería ser un monje.
Día 34 de febrero de 343
Pero ya soy incapaz de recordar lo que me
pasó cuando empezaron a verterme agua fría
sobre la cabeza. iJamás experimenté un infier- iNO, ya no tengo fuerzas para aguantar más!
no semejante! Estaba a punto de volverme iDios mío! , ¿qué es lo que están haciendo
rabioso, y apenas pudieron retenerme. No conmigo? Me echan agua sobre la cabeza . No
comprendo el significado de esta extraña cos- me hacen caso , no me miran ni me escuchan .
tumbre. iES una costumbre estúpida , absurda! ¿Qué les he hecho yo , Señor? ¿Por qué me
Me niego a comprender la insensatez de los atormentan? ¿Qué es lo que esperan de mí?
reyes, que hasta ahora no han sabido desha- jAy, infeliz de mí! ¿Qué les puedo dar yo? Yo
cerse de estas costumbres. A juzgar por todo , no tengo nada . No tengo fuerzas , no puedo
me figuro que habré caído en manos de la In- aguantar más todos los martirios que me
quisición, y seguramente aquel a quien tomé hacen . Tengo la cabeza ardiendo , y todo da
por el canciller no es más que el gran inquisi- vueltas en torno mío. iSálvenme, lIévenme de
dor. Pero lo único que aún no logro comprender aquí! iQue me den una troika con caballos vees cómo un rey puede someterse a la loces! iSiéntate, cochero , para llevarme lejos
Inquisición . Claro que de esto pueden tener la de este mundo! i Más lejos, más lejos, para
culpa Francia y Polignac. iAh, este Polignac! que no se vea nada!. .. iCómo ondea el cielo
iQué bestia! iJuró oponerse a mí hasta la delante de mí! A lo lejos centelleaba una
muerte! Y por eso me persiguen todo el tiempo; estrella , el bosque de árboles sombríos desfipero ya sé , amigo mío, que obras bajo la pre- la ante mis ojos , y por encima de él asoma la
sión de Inglaterra. Los ingleses son unos gran- luna nueva . Bajo mis pies se extiende una niedes políticos que siempre se insinúan en todos bla azul oscura; oigo una cuerda que sueña
los sitios . Y sabe el mundo entero que cuando en la niebla; de un lado está el mar, y del otro,
Inglaterra aspira rapé, Francia estornuda .
Italia ; allí, a lo lejos, se ven las chozas rusas .
¿Quizá sea mi casa la que se vislumbra allá a
lo lejos? ¿Es mi madre la que está sentada a
la ventana? iMadrecita, salva a tu pobre hijo!
Día 25 iVierte unas cuantas lágrimas sobre su cabeza enferma! iMira cómo lo martirizan! iAmHoy el gran inquisidor vino a mi habitación . para en tu pecho a tu pobre huérfano! En el
Pero yo, en cuanto oí sus pasos desde lejos, mundo no hay sitio para él. iLO persiguen!
me escondí debajo de la silla. Él , al ver que no iMadrecita , ten piedad de tu niño enfermo!. ..
estaba, empezó a llamarme . Al principio gritó: i Ah ! ¿Sabe usted que el bey de Argel tiene
-i Poprischew!
una verruga debajo de la nariz?
cumplir mi real deseo. Algunos treparon por
las paredes con el fin de alcanzar la Luna; pero
en aquel momento entró el gran canciller. Al
verle, todos echaron a correr y yo, como rey,
me quedé solo. Pero, con gran sorpresa por mi
parte, me golpeó con un palo y me echó a mi
cuarto . Tal es el poder de las costumbres
populares y tradicionales en España.
26
Biblioteca de México
EOMUNO WILSON
VER A CHÉJOV CLARO
Escribir acerca de Chéjov,
para un crítico de habla inglesa , ha significado generalmente enredarse en las traducciones incompletas y revueltas de Constance Garnett
y otros. He aquí un libro sobre
ese tema -Chekhov: A
Biographical and Critical Study (Chéjov: Estudio crítico y
biográfico) , de Ronald Hingley-, escrito por un inglés
que sabe ruso y que ha logrado obtener el nuevo material
publicado por los soviéticos.
Un rasgo curioso de la vida
soviética es que el desaliento
despiadado que se depara al
talento en el campo de la literatura contemporánea apenas
si parece haber afectado , en
el campo académico, la publicación de ediciones de los
clásicos rusos, a veces de una
excelencia sin precedentes.
Las Obras y cartas completas
de A. P Chéjov, publicadas en
veinte volúmenes entre 1944
y 1951 , contienen , en orden
cronológico, todas las creaciones de Chéjov, hasta la última
pieza, publicadas y no publicadas, con todas las variantes, los borradores y los pasajes suprimidos por el censor.
[Me enteré luego, sin embargo, por un trabajo de Gleb
Struve, que en el caso de las
cartas de Chéjov sobre el
director liquidado Meyerhold ,
los soviéticos hicieron sus
propias supresiones . 1971 .]
Cuando Hingley escribió su
libro sólo habían aparecido los
primeros once tomos, pero
éstos, que incluían una
inmensa cantidad de materiales publicados en revistas y
que Chéjov nunca había reunido -reseñas y notitas tópicas , pies de dibujos humorísticos e incluso una columna de
comentarios sociales moscovitas que Chéjov tuvo en su
juventud-, proporcionaron a
Hingley una posición mejor
para dar un panorama de la
obra de Chéjov que la de cualquier otro crítico , rusos incluidos , que escribiera en
inglés. El libro es claro, sensato, competente , y ayudará a
levantar la atmósfera crepuscular que ha velado parcialmente a Chéjov en inglés y
que es resultado menos, como la gente cree , de sus cualidades morales y artísticas,
que de la lejanía de Rusia y
de los obstáculos que existen
entre sus textos y nosotros.
Nada podría ser más divergente de la concepción occidental de Chéjov que la del
literato ruso promedio . En
Inglaterra y Estados Unidos,
Chéjov ha sido leído casi exclusivamente por un público
literario especializado , para
el cual ha llegado a ser en
ocasiones un culto y por el
que se ve considerado como
el maestro de un arte tan exquisito, tan lejano de lo obvio
por sus temas y su técnica,
que sólo se puede comparar
la actitud con que se le lee
con la que existía hacia Hen-
27
Biblioteca de México
ry James en los tiempos en
que aún no había entrado a
figurar como uno de los pilares del panteón nacional. Pero las primeras publicaciones
de Chéjov eran esbozos humorísticos y notitas de comentarios para las revistas ,
del tipo de nuestras viejas
Life y Puck, que escribía a los
veintitantos años para juntar
dinero para vivir mientras estudiaba medicina . Y entre los
rusos siempre ha tenido un
público que, aunque en ocasiones del todo insensible a
sus obras maestras, nunca
dejó de deleitarse con la fantasía de este humor inicial. La
situación de Chéjov, de hecho , a partir del momento en
que lo alentó el novelista Grigorovich a tomarse más en
serio como escritor, como
Howells a Mark Twain , no es
diferente de la de Mark Twain
cuando , después de publicar
Huckleberry Finn , se vio en
dificultades para quitarse su
. Mark Twa in
Ibsen
reputación original como escritor divertido y popular. Algunos de los primeros cuentos cómicos de Chéjov -como el que aparece en inglés
bajo el título A Horsey Name
(Un apellido de caballo)- han
tenido el mismo tipo de éxito
que The Jumping-Frog of Calaveras County (La rana saltadora del condado de Calaveras), de Mark Twain . Son
tan divertidos que Chéjov, el
artista , se vio en dificultades
para librarse de ellos , aunque
el sentido de un chiste como
Un apellido de caballo tiene
una relación con la verdad
psicológica que el cuento de
Twain no tiene, y el elemento
de humor en Chéjov -aunque
ciertamente se volvió más refi nado- siempre ha sido mucho más fuerte de lo que
pueden captar los lectores
extranjeros.
La transición del humor
temprano al posterior está
bien expuesta por David Magarshack, un británico nacido
en Rusia que escribe en inglés, en otro libro reciente
sobre Chéjov, Chekhov the
Dramatist (Chéjov el dramaturgo) . Esta transición puede
rastrearse claramente en las
sucesivas revisiones que se
han logrado reunir ahora del
humorístico monólogo dramático Sobre el daño que hace el tabaco, el cual llegó a
ser y es aún una pieza de
repertorio para recital . La primera versión, de 1886, es
una pieza cómica de vaudevilIe llena de toques tomados
de los semanarios de peluquería , en que un conferenciante que habla contra el tabaco , un poco achispado ,
pierde el hilo de su discurso,
se confunde hasta el punto
de sacar una caja de rapé, y
hace al público confidencias
amplias acerca de su astuta
mujer y sus muchas e incasables hijas: sin embargo , aun
aquí, la base del chiste es la
situación humana y la desmoralización del conferenciante tiene ya una nota macabra . La última versión de
esta obra , escrita en 1902, al
final de la vida de Chéjov, es
una revelación . horrenda y
conmovedora de la patética
personalidad del conferenciante : "iOh! ", grita , en un estallido final , "itirar todo a la
basura!. .. iSi sólo pudiera escapar de esta vida baja y
despreciable y común que
me está convirtiendo en un
viejo idiota!. .. ¡Oh, ser capaz
de huir a alguna parte, muy,
muy lejos por los campos ,
donde pudiera levantarme
como un árbol , como una columna , como un espantapájaros sobre las hortalizas, bajo
el ancho cielo , donde poder
mirar la luna brillante y quieta
colgada sobre la cabellera
toda la noche, y olvidar, olvidarlo todo!" Entonces ve a su
autoritaria mujer, que lo observa desde bambalinas, y
conduce su conferencia a
una conclusión correcta . Las
diferentes etapas de esta pie-
28
Biblioteca de México
cecita muestran en miniatura
todo el desarrollo de Chéjov.
Sin embargo , esta vena de
humor que recorre todo Chéjov no es más que uno de los
diversos rasgos que el extranjero puede ignorar o malentender. Si Chéjov ha resultado desconcertante para los
rusos, ello se debe a que quisieran situarlo en una posición política definida que él
siempre se negó a tener. Su
trabajo no es vago, sino compacto y denso, hecho de detalles concretos y rodeado de
alusiones a cosas específicas . Sin embargo , tanto sus
cuentos como sus obras de
teatro , que han fascinado a
los lectores occidentales , los
han dejado en blanco o inseguros. Para tales lectores -a
pesar de que estos relatos
están bien enmarcados en su
tiempo y su espacio , como los
de Flaubert o las obras de
Ibsen o Shaw- parecen ocurrir en un reino onírico . "No
están iluminados [los personajes de Chéjov]" , escribe
Somerset Maugham, en el
prefacio a una antología de
sus propios cuentos , "por la
dura luz de la vida cotidiana
Anton Chéjov
sino imbuidos de una misteriosa grisura . Se mueven en
ella como si fueran espíritus
desencarnados. Pareciera que
uno ve sus almas. Lo subconsciente parece surgir a la
superficie , y se comunican
unos con otros directamente,
sin los impedimentos del lenguaje. Extrañas criaturas fútiles, con descripciones de su
apariencia externa, impuestas
sobre ellas como tarjetas de
una exposición de museo, se
mueven tan misteriosamente
como las almas torturadas
que se arremolinaban alrededor de Dante en el Infiemo .
Se tiene la sensación de una
vasta, gris, enorme multitud
que vaga sin rumbo en un inframundo tenebroso ." Sin embargo, creo, no podemos culpar enteramente a las pálidas
traducciones por el efecto neblinoso que Chéjov le produce
a Maugham. Es verdad que
Constance Garnett hizo a todos los escritores rusos sonar
más o menos igual, mientras
que la escritura de Chéjov,
aunque a veces carece de color, nunca es oscura en ruso;
más bien da la impresión de
líneas enérgicamente grabadas en un magistral trabajo
sobre acero. Pero , por supuesto, Maugham apenas si
se siente en casa en estas
William Somerset Maugham
cuestiones de arte literario. Es
más interesante que Virginia
Woolf se encontrara desconcertada por Chéjov. En The
Common Reader, escribe :
Nuestras primeras impresiones
de Chéjov no son de simpleza
sino de extravío. ¿De qué se
trata, y por qué hace una historia de semejantes cosas? , nos
preguntamos conforme leemos
cuento tras cuento ... Estas historias no concluyen , nos decimos, y procedemos a practicar
una crítica basada en la suposición de que los cuentos
deben concluir de una manera
reconocible ... Tenemos que
especular para descubrir dónde está realmente el énfasis .. .
¿Se trata de que está principalmente interesado no en la relación del alma con otras almas,
sino en la relación del alma con
la salud ; en la relación del alma
y la bondad? Estos cuentos
nos muestran siempre cierta
afectación, pose, insinceridad .
Alguna mujer ha establecido
una falsa relación ; algún hombre ha sido pervertido por la
inhumanidad de las circunstancias. El alma está enferma; el
alma está curada ; el alma no
está curada . Ésos son los puntos de énfasis en sus cuentos.
Está claro que, para estos dos
novelistas ingleses tan distintos, Chéjov es una especie de
aparición , más bien insustancial y espeluznante , abstraída
del tiempo y el espacio, que
narra cosas que ellos apenas
pueden distinguir. "No dudo",
dice Maugham , con el leve
tono de superioridad que le
gusta adoptar con sus superiores , "de que Chéjov habría
escrito cuentos de argumento
ingenioso, original e impresionante si hubieran podido ocurrírsele. No estaba en su temperamento. Como todos los
29
Biblioteca de México
Virginia Woolf
buenos escritores , convirtió
sus limitaciones en mérito. "
Bueno, Chéjov sí logró en su
primera fase -en la novela llamada en inglés The Shooting
Party (Jl.paMa HaOxoTe): La partida de caza- un suspenso
ciertamente original y lleno de
sorpresas . (Se usó recientemente para una pelicula de
Hollywood .) Esta novela, escrita para ganarse la vida ,
como folletón para una revista,
es un trabajo muy característico de astuta observación
social y aguda penetración
psicológica (resulta extrañ o
que Hingley describa este
cuento extraordinario como
"carente de mérito literario
serio"); pero a Chéjov le importaba tan poco la narrativa
de argumento que nunca la
incluyó en un libro. Uno no
puede esperar que Maugham
apruebe el precepto que, según Iván Bunin , predicaba
Chéjov : que al escribir un
cuento uno debía quitarle el
principio y el final. Pero debiera ser obvio para cualquiera
cuya noción de cómo deben
escribirse los cuentos no se
informara con el argumento
bien armado, con el "iOh! ," del
párrafo final que Chéjov evitaba , que los cuentos y las obras
de Chéjov son a la vez complejos y están muy densamente construidos. Hingley, que en
ocasiones , al sintetizar los
cuentos de Chéjov, sugiere
que no ha percibido la estructura de éstos, no expone el
sentido de la forma tan bien
como Magarshack, quien analiza los modelos en las obras
de teatro y demuestra la sutileza y tersura de su hermosa
habilidad. Sin embargo , no
cabe duda de que los lectores
occidentales han sido seriamente desafiados por Chéjov
más todavía que por cualesquier otros escritores rusos,
por falta de familiaridad con
los antecedentes culturales y
sociales del mundo acerca del
cual escribe. Es mucho más
limitado y local que Tolstoi o
Oostoievsky, y no siempre
captamos sus alusiones o
entendemos lo que quiere
decir. Aunque Chéjov siempre
es específico, muy seguro y
preciso , nos parece que es
elusivo y vago. "Estos matices
evocativos en el diálogo",
escribe correctamente Magarshack sobre las referencias
literarias de Chéjov, "se pierden completamente en la traducción, con el resultado de
que una versión inglesa de
una obra de Chéjov distorsiona la reacción emocional que
se supone ha de produci r
entre el público, creando la
impresión de que los personajes se expresan tan extravagantemente porque son 'rusos'." Tampoco se captan
completamente todas las implicaciones sociales de los
personajes chejovianos . Virginia Woolf, por ejemplo , ha
señalado algo esencial en
Chéjov, algo que puede entenderse en todas partes ,
pues si Chéjov no tuviera una
significación humana general ,
no pertenecería a la gran tradi-
Dostoievsky
ción rusa , y fuera de Rusia
nunca hubiera ejercido tan
grande influencia. Pero también es parte de la tradición
rusa tratar críticamente los
problemas específicos de Rusia , y Chéjov no es una excepción a esto. No tenía un mensaje religioso , como Oostoievsky y Tolstoi , y deliberadamente se puso al margen
de la política ; pero , después
de todo, su cuento El Pabellón
6 fue uno de los relatos contemporáneos que más exaltaron a Lenin en su juventud , y
toda su obra es un documento
social de una poderosa calidad, si bien grandemente negativo.
Un obstáculo adicional e
innecesario para la comprensión de Chéjov en el extranjero procede de la traducción
de Garnett, que revuelve los
cuentos , no da ninguna indicación de cuándo fueron escritos y a veces coloca en
contigüidad producciones separadas por décadas, de ma30
Biblioteca de México
nera que destruye completamente la secuencia de unos
veinticinco años de trabajo.
O. S. Mirsky se quejaba de
esto en su Contemporary Russian Literature (La literatura
rusa contemporánea) , y Hingley insiste en ello . En las
ediciones rusas los cuentos
están generalmente presentados en el orden correcto, y
en la nueva edición soviética
cada uno ha sido cuidadosamente fechado . Sólo leyéndolos así es posible hacerse
una idea del desarrollo artístico de Chéjov o de su visión
total de la vida rusa .
Si seguimos esta línea de
desarrollo, vemos que, empezando por las piezas satíricas, Chéjov pasa a dominar el
arte de la anécdota irónica, tan
a menudo patética o trágica
(difícilmente podría uno quejarse, me parece, de que no se
entiende lo que quieren decir)
y finalmente -en lo que
Hingley llama el período tolstoiano de Chéjov (por ejemplo,
en Una crisis nerviosa}- adquiere un interés moral o
alcanza, como en su período
"clínico" (El monje negro) , una
nueva profundidad psicológica. Estos estudios se vuelven
más amplios -La estepa, A
Dreary Story (Un cuento melancólico), El Pabellón 6}- de
manera que cubren toda una
vida en raccourci, o una experiencia, con mayor detalle .
Estas obras no son cuentos
sino lo que Henry James llamaba nouvelles. (The Shooting Pariy, La partida de caza,
que es anterior, es la única
verdadera novela de Chéjov.)
Chéjov entra en su fase final ,
que se extiende de 1894 hasta
su muerte en 1904, en mi opinión a partir del cuento llamado A Woman 's Kingdom (El
reino de una mujer), que sigue
inmediatamente a El monje
negro. El Monje habia sido una
obra maestra de un tipo diferente de cualquiera de estas
últimas: una historia acerca de
lo sobrenatural , que tenía algo
en común con Hawthorne,
aunque también era la historia
"clínica" de un caso psiquiátrico; y a través de todos los
cuentos anteriores , incluso
cuando se ocupan de vidas
monótonas o sórdidas , había
cierta vena grotesca, una nota
no del todo plausible : un elemento de alivio satírico, de
exageración cómica , incluso,
en algunos casos, de fábula y
de cuento de hadas. Pero no
hay nada de esto en A Woman 's Kingdom , que simplemente describe un día en la
casa de una mujer soltera: una
crónica de incidencias do mésticas, sólida y soberbiamente tratadas , en que el as censo de la clase media industrial (tema de varios de los
cuentos tardíos) recibe su primer tratamiento intensivo.
Cambian aquí tanto el método
como la escala . Rara vez tenemos una sola situación que
-como en El Pabellón 6-, lIegue a un clímax irónico.
Esta serie final de cuentos ,
de los que Chéjov sólo lograba producir unos pocos por
año, se vuelven más y más
complejos , implican diversos
personajes y presentan , como
las obras teatrales de estos
años , todo un microcosmos
social. Se trata en realidad de
novelas comprimidas , y pronto llegamos a ver que Chéjov
está componiendo, en su último período, una especie de
Comedia Humana en miniatura . Está cubriendo toda la Ru31
Biblioteca de México
sia contemporánea mediante
una secuencia de estudios
significativos, cada uno de los
cuales , o cada grupo, se propone ocupar -y, para los fines
del autor, más o menos agotar- un ambiente claramente
definido. En efecto, se concentra aquí más en una anatomía de la sociedad rusa que
en apreciar la cordura , como
Virginia Woolf creía que estaba haciendo, de talo cual alma individual. En A Woman 's
Kingdom (6a6be UapCTBo),
y luego en A Doctor's Visit
(CJlY'faH 83 npaKTHKH): Una
visita del médico) y The New
Villa (La nueva villa), se trata
de la burguesía recién llegada, que ha crecido con las
fábricas modernas y la moderna ingeniería, y ahora se
encuentra aislada del pueblo
del que surgió. En Tres años,
se trata del viejo mundo de los
comerciantes
moscovitas ,
casi tan cerrado como ghetto,
en que la fuerza de la vieja
generación, beata , dura y
opresiva, se ve por fin debilitada por la defección de sus
hijos, que se casan con mujeres de clase más alta o intentan , como intelligentsia, escapar a un mundo más libre y
más refinado; pero el intento
no fructifica: no pueden adaptarse , y la esposa del hermano que se ha quedado con el
negocio -una mujer de una
familia del "condado", que ha
sufrido mucho a causa de su
grosera familia política- llega
a sentir a la larga que su marido ha elegido al mejor bando.
En El asesinato , se trata de
una familia de posaderos que
han aprendido a leer la Biblia
y se encuentran poseídos por
fanáticas ideas religiosas: una
forma de iluminación que no
los salva del salvajismo y la
ignorancia. Los campesinos
es un estudio del mundo campesino, que Chéjov está lejos
de idealizar, como gustaba de
hacer Tolstoi , o de sentimentalizar, como hacía a veces
Turgueniev. Un campesino de
la izba , que ha mejorado hasta el punto de convertirse en
mesero en Moscú , cae en·fermo y vuelve al pueblo donde vive su familia, acompañado de su esposa y su hijo;
aquí, rodeado de miserias y
horrores a los que se ha desacostumbrado, se le deja morir
de tuberculosis , mientras su
mujer y su hija se hunden en
el nivel sórdido y servil de la
anterior generación . En un
relato acompañante del ante-
rior, In the Ravine (En la hondonada), Chéjov se ocupa de
la influencia brutalizadora de
los kulaks, la clase constituida
por los campesinos prósperos. En esta familia un tanto
más acomodada , el padre
tendero vende carne mala ,
uno de sus hijos pasa dinero
falso y la emprendedora nuera , que está construyendo una
adobería en la tierra de su
suegro y que teme que la priven de ella , elimina al nietecito, probable heredero, echándole encima agua hirviendo.
Todo el mundo sabe lo que ha
ocurrido, pero los campesinos
más pobres no se atreven a
protestar y no se hace nada al
respecto . Estas dos historias
sobre la vida campesina son
como cultivos de gérmenes
malignos examinados a través
de un microscopio. En Elobispo, el penúltimo cuento que
Chéjov llegó a completar antes de su muerte, fija en el
microscopio un espécimen del
tejido no del todo enfermo
pero tampoco demasiado vigoroso de la Iglesia ortodoxa
griega: un obispo campesino
en agonía , que se ha elevado
sobre el nivel de sus progeni32
Biblioteca de México
tores , pero ahora descubre
que no tiene a nadie cerca de
él, se ha convertido en un clérigo profesional, preso en la
rutina de sus deberes, sin
haber experimentado ni un
momento de sentimiento religioso genuino; claramente debía haber sido un intelectual
laico, pero nunca tuvo oportunidad de convertirse en tal. En
éstos , y en los cuentos inmediatamente anteriores, se presenta una variedad de otros
tipos de campesinos , ex campesinos y clase media baja,
cuyos miembros se conocen
en Rusia como meshchane,
junto con médicos, profesores , pequeños funcionarios
provincianos, y -con tratamiento a gran escala en El
duelo de 1891-la pretensiosa
e inepta intelligentsia.
Hay que señalar que en los
cuentos de este período Chéjov no nos da una visión comparable de la clase terrateniente en decadencia, que es
el tema de tres de sus últimas
obras de teatro, y que esta
clase, cuando llega a aparecer
-el cuento titulado en inglés
An Artist's Story es la única
posible excepción- figura ge-
neralmente, como en Mi vida,
en un papel meramente incidental y está presentada en el
grado máximo de degradación. Aquí no hay lagos con
simbólicas gaviotas, no hay
jardines de cerezos en flor.
Magarshack da gran importancia a la repetida insistencia de
Chéjov de que El jardín de los
cerezos se planteaba como
una comedia no lejana a la
farsa, y dice que la intención
del autor fue traicionada por
Stanislavsky, que convirtió la
obra en una cosa romántica; y
es cierto que, si uno la lee,
encuentra que el humor es
más abierto, el glamour es
menos denso, de lo que pueden hacer pensar las memorias de las producciones del
Teatro de Arte de Moscú, vistas sin conocer el idioma. Sin
embargo, la poesía y el pathos
están allí: Chéjov los puso allí.
Magarshack ciertamente se
equivoca al pensar que no era
el propósito de Chéjov hacernos pensar que el viejo mayordomo Firs debe morir en la
casa tapiada, abandonado por
sus irresponsables amos. La
explicación que yo doy a las
quejas de Chéjov en torno a la
puesta en escena que hizo
Stanislavsky de El jardín de
los cerezos es que le incomodaba la ternura que, en estas
últimas obras, él mismo mostraba por los dvoryane, los
señores, clase a la que no pertenecía por su cuna y con la
que siempre había adoptado
un tono desdeñoso. Si parece
protestar demasiado en sus
cartas sobre el asunto de El
jardín de los cerezos, podemos adivinar que queria evitar que se le achacara excesiva admiración (como
Dickens en Our Mutual Friend,
perturbado por el poder amenazante de la clase menos
advenediza, sentía una cierta
nostalgia por las clases altas
cultivadas que hasta aquí
había ignorado o ridiculizado).
Sin embargo, a Lopajin, que
compra el jardin -un siervo liberto, como el padre de Chéjov-, pero no puede, debido a
sus orígenes, inducir ni siquiera a una parienta pobre de los
dueños originales a que se case con él, Chéjov no lo trata
como un héroe, como tampoco al narrador de La partida de
caza. Éste, un hombre listo
pero corriente, magistrado examinador provinciano, a la vez
desprecia y envidia al conde
local, dueño de una propiedad
ruinosa y de una familia decadente no muy distinta pero sí
menos atractiva que la de El
jardín . Asesina con impunidad ,
ante los ojos del noble, a una
muchacha que ha sido amante de ambos, al ver que ella
prefiere al conde a pesar de lo
poco atrayente que es, antes
que al narrador, por quien sí
siente cierta pasión fisica. El
narrador engaña completamente a las autoridades del
distrito y logra hacer enviar a
Siberia a un campesino inocente, castigado por el delito
que él mismo ha cometido. Finalmente lleva al conde a vivir
con él, cuando éste se ha bebido su fortuna entera, porque
es aún susceptible al prestigio
del anciano y en consecuencia, disfruta su degradación .
Este hombre de clase media
en ascenso es la figura central
en Chéjov. Éste es el tema
-traspuesto a los términos de
diversos medios sociales- de
todos los cuentos mencionados antes. Y es preciso en
este momento inquirir cómo
juzgaba Chéjov a estos personajes. Es este tipo de gente el
que llegó al poder al triunfar la
Revolución rusa. Resulta chejovianamente irónico que, al
preservar cuidadosamente su
33
Biblioteca de México
obra , los rusos soviéticos
supongan siempre -por lo
menos cuando hablan de él en
público- que todos los tipos
que Chéjov describió eran
monstruos y parásitos producidos por la corrupción del antiguo régimen , cuando, en su
manera de rebajarse ante la
autoridad , en su educación a
medias y sus vulgares ambiciones, tienen tanto en común
obviamente con quienes gobiernan la Unión Soviética.
Veamos, entonces, qué pensaba Chéjov de estas gentes,
de las que él mismo era parte y
de cuyas cobardías, servilismos e hipocresías se preciaba
-en una notable carta citada
por Hingley- de haberse librado, declarando que había
logrado finalmente "exprimir de
mí mismo hasta la última gota
de sangre servil" y convertirse
en "un verdadero ser humano".
Parecía muy consciente de
que el futuro les pertenece.
Hingley dedica algún espacio
al inexistente problema de si
Chéjov debía ser considerado
un escritor "optimista" o "pesimista". "Hay consenso general", dice, "hoy día en Rusia en
que Chéjov era un optimista,
tanto en sus escritos como en
su vida personal , y esta idea
tiene el importante apoyo del
propio Chéjov." Magarshack
Chéjov y Gorki
insiste en que las cuatro últimas obras de Chéjov representan "un drama de valor y
esperanza". Ahora bien , es
cierto que algún parlamento
ocasional en estas obras da
expresión al valor y la esperanza, pero cada vez que se toca
esa nota --como se toca en el
final de Las tres hermanas,
cuando aquellas mujeres, carentes de marido o de amante ,
incapaces de romper con la
vida de su estancada ciudad ,
empiezan a hablar del tiempo
en que "nuestros sufrimientos
se convertirán en alegría por
aquellos que vivirán después
de nosotras" y "la paz y la felicidad reinarán en la tierra"- ,
tales deseos y decisiones están vistos en una perspectiva
patética . Es cierto que Chéjov
mismo se sintió ocasionalmen-
te impelido a profetizar en idéntico sentido. A. A. Kuprin cuenta que Chéjov le decía: "¿Sabes? , en trescientos o cuatrocientos años toda la tierra se
convertirá en un jardín en flor."
Pero el prospecto inmediato de
un mundo administrado por los
personajes de Chéjov no es en
absoluto alegre. Uno no puede
esperar, por supuesto , que
haya una fe robusta en un
hombre que se muere de tuberculosis, aunque tales inválidos tienen sus momentos de
esplendor, pero la susceptibilidad de Chéjov a esta enfermedad -de la que padecen varios
de sus últimos personajes ,
como por ejemplo Nikolai en
Los campesinos- era en parte
producto, sin duda, del duro
esfuerzo por adaptarse intelectual , social y físicamente, del
34
Biblioteca de México
que tantos de sus personajes
padecen. "Lo que los escritores que pertenecen a la clase
alta reciben como regalo de la
naturaleza", escribía en una
carta de 1889, "nosotros la
intelligentsia de origen bajo, lo
compramos al costo de nuestra juventud"; este costo en esfuerzo debilitador y la frecuente insuficiencia de lo que así se
compraba estaban siempre
presentes en Chéjov. Con todo, en uno de sus mejores
cuentos, La estepa, nos hace
sentir que las esperanzas de
los campesinos que envían a
su hijo lejos para que estudie
pueden ser algo más que simplemente conmovedoras, que
algo nuevo y sólido puede resultar de ello -aunque el obispo del penúltimo cuento bien
podría ser este muchacho, ya
viejo, que separado de su madre campesina nunca ha encontrado su verdadera vocación.
Pero -curiosa y tal vez significativamente y, por cierto, de
modo sorprendente para el lector que ha tomado estas obras
en su orden cronológico- el
último cuento que Chéjov terminó, Betrothed (HeBecTa: La
prometida), enterrado por la
señora Garnett en un volumen
de obras de fecha muy anterior, suena como una nota de
triunfante confianza . Una muchacha de provincias, espíritu
independiente, rechaza a su
prometido provinciano, cuya
poshlost (esa combinación
especial de vulgaridad, banalidad y afectación) siente que
no puede tragar. Ha sido influida por un primo artista, que le
ha dicho que debe ir a San Petersburgo a estudiar en la universidad, que cuanta más gente como ella se "dedique" y
entrene, "antes descenderá a
la tierra el Reino de los Cielos.
Entonces, poco a poco, no
quedará de tu ciudad piedra
sobre piedra. Todo se volteará
de cabeza ; todo cambiará , como por acto de magia. Se le-
vantarán grandes y espléndidas casas, parques maravillosos, extraordinarias fuentes,
personas notables." Este primo, un típico raté chejoviano,
ha pasado de la pintura a la
arquitectura, de la arquitectura
a trabajar con un litografista, y
nunca ha sido bueno para
nada excepto para convencer
a sus amigas de que manden
al diablo su vida de familia. A
diferencia de las tres hermanas, la Nadya de este cuento
sí logra la ruptura, y encuentra,
cuando vuelve de vacaciones,
que su casa parece ahora
pequeña e innoble. Le repele
la vieja tradición , continuada
por su abuela y su madre, de
amontonar a los sirvientes en
pequeñas habitaciones y hacerlos dormir en el suelo. No
siente gran pena al descubrir
que su madre y su abuela han
abandonado incluso su círculo
social como resultado de su
impropia conducta al abandonar a su prometido. Ni siquiera
la conmueve mucho recibir un
telegrama que dice que su
primo, que la había impulsado,
ha muerto de tuberculosis. Se
sacude la vieja casa y la ciudad -es como si la antigua
vida hubiera ardido y las cenizas se las llevara el viento- y,
llena de vida , alegría y esperanza, vuelve a su propio trabajo en la ciudad .
Chéjov, así, al final de su
vida , nos recuerda al Guardián
del Camino, del bello poema
de Edwin Arlington Robinson ,
en The Town Down the River.
En él , Robinson hablaba, con
sólo unos años de diferencia
respecto de Chéjov, de un período de Estados Unidos que
parece a veces, aunque no
por las mismas razones, tan
desalentador, tan lleno de frustraciones, como le parecía a
Chéjov la Rusia de su tiempo .
El guardián del camino que
lleva a una gran ciudad · moderna advierte a la gente que
viaja ansiosamente hacia ella ,
como los personajes de Chéjov viajan hacia Moscú y San
Petersburgo, de sus peligros y
desilusiones. Pero, cuando su
propia vida está por terminar, y
los viejos que han tenido éxito
vuelven para decirle que ahora
ven que tenía razón y para advertirle en cambio que su fin
está próximo y que todos deberían abandonar sus esperanzas:
["Apagadas están , empero , vuestras linternas
"But your lanterns are unlighted
And the Town is far before you:
Let us hasten, I implore you,"
Said the Watcher by the Way.
"Long have I waited,
Longer have I known
That the Town would have its own,
And the call be for the fated.
y la Ciudad está lejos ante vosotros:
Apresurémonos , os lo imploro".
Dijo el guardián del camino.
"Largo tiempo he esperado
y más tiempo he sabido
Que la Ciudad tendría lo suyo
y el llamado es para los destinados .
"En nombre de todo lo creado ,
No escuchemos más, hermanos:
¿Somos más viejos que todos?
¿Se interponen los planetas?"
"iOíd!", dijo uno: "Yo oigo el Río,
Que llama siempre, noche y día."
"iAdelante, entonces! Las luces brillan",
Dijo el guardián del camino.]
"In the name of all created,
Let us hear no more, my brothers;
Are we older than all others?
Are the planets in our way ?'~
"Hark, " said one; "1 hear the River,
Calling always, night and day. ""Forward, then! The lights are shining,"
Said the Watcher by the Way.
22 de noviembre de 1952
35
Biblioteca de México
ANTÓN CHÉJOV
EL GORDO Y EL FLACO*
En la estación del ferrocarril de Nicolaevski se
encontraron dos amigos: el uno era gordo y el
otro flaco. El gordo acababa de comer en la
estación, y sus labios, húmedos de grasa, relucían como dos cerezas maduras. Exhalaba un
olor a jerez y a azahar. El flaco , que se apeaba
en aquel momento del vagón , iba cargado de
maletas, bultos y cajas y olía a jamón y a posos
de café . Tras él asomaba una señora delgadita
y de larga barbilla , su mujer, y un alto colegial
que guiñaba un ojo, su hijo.
-iPorfirii! -exclamó el gordo al ver al flaco- .
¿Es posible que seas tú? .. iAlma mía!. ..
iCuántos añosl. ..
-iDios mío! -se asombró el flaco-. iMischa!. .. iAmigo de la infancial ¿De dónde sales? ..
Ambos amigos de la infancia se abrazaron
hasta tres veces y fijaron sus ojos llenos de lágrimas el uno en el otro. Ambos se sentían
gratamente aturdidos.
-iQuerido mío! -empezó a decir el flaco después del abrazo-. iEStO no lo esperaba! iQué
sorpresa!. .. A ver... , imírame bien!. .. iTan guapo
como antes!. .. iTan encantador y tan petimetre!. .. iOh Dios mío!. .. Bueno ¿y qué es de ti? ..
¿Rico? .. ¿Casado? .. Yo, como ves , ya lo estoy. Esta es mi mujer, Luisa , nacida Vanzenbaj .. .
luterana ... Este es mi hijo, Nafanail, alumno de
tercer año ... iY éste, Nafania, es mi amigo de
infancia!. .. iEstudiamos juntos en la escuela!
Nafanail, después de pensarlo un poco , se
quitó la gorra .
-Estudiamos juntos en la escuela -repitió el
flaco-. ¿Te acuerdas cómo te impacientabas
cuando te llamaban Eróstrato porque habías
quemado con el cigarrillo un libro oficial? .. A mí
me llamaban Efialtes porque me gustaba acusar. iJa, ja!. .. iQué chiquillos éramos!. .. iNO tengas miedo, Nafanail! iAcércate a él!. .. Esta es
mi mujer, nacida Vanzenbaj ... , luterana ...
Nafanail, de nuevo después de pensarlo un
poco , se escondió tras la espalda de su padre .
-iBien!. .. Y ¿qué tal vives tú , amigo? -preguntó el gordo, contemplándole con admiración-. ¿Trabajas? ¿Has prosperado? ..
-Sí, amigo, sí trabajo ... Ya va a hacer dos
años que soy asesor colegiado y tengo la
• Antón Chéjov. Cuentos completos, versión directa del ru so de E.
Podgursky y A. Aguilar, S. A. de Ediciones, Madrid , 1957, 1310 pp .
Estanislao.' El sueldo es flojo , pero ... iqué se le
va a hacer! ... Mi mujer da lecciones de música,
y yo, en los ratos libres, hago pitilleras de
madera . iUnas pitilleras magnificas! Las vendo
a un rublo la pieza ... Y al que me lleva diez .. . o
más de diez .. . le hago un descuento. Total , que
nos defendemos. Estaba en la Delegación ,
pero ahora me han trasladado aquí, al mismo
departamento. Y aquí seguiré trabajando ... Pero bueno ... , ¿y tu? Seguro que ya eres consejero civil ... ¿Eh? ... ¿A que sí? ... ¿No? ..
-No, querido. Sube un poco más -dijo el
gordo-o He llegado a consejero secreto. Tengo dos estrellas .. .
El delgado palideció súbitamente y quedó
petrificado , pero pronto en su rostro , yesparciéndose en todos sentidos , vino a dibujarse
una ancha sonrisa . Diríase que sus ojos y
todo su semblante irradiaban chispas , Todo él
se encogió , se encorvó ... Sus maletas, bultos
y cajas se encogieron y se arrugaron ... La
larga barbilla de su mujer se alargó todavía
más, Nafanail se cuadró y se abrochó todos
los botones del uniforne ,
- Yo ... , excelencia ... iOh , qué satisfacción! .. .
iUn amigo ... de la infancia , puede decirse .. ., y
que resulte ser un personaje! ... iJe ... , je! .. .
-Basta ... , ya está bien -dijo el gordo con un
gesto de desagrado-. ¿Por qué empleas ese
tono? iSomos amigos de la infancia, y esa apreciación de las categorías está fuera de lugar!
-iPOr Dios! .. . iQué está usted diciendo!
- contestó con una risita el flaco , encogiéndose todavía más-o La generosa atención que
su excelencia me presta es para mí algo así
como un licor vivificante ... Este , excelencia , es
mi hijo Nafanail ... Mi mujer, Luisa ... , luterana ,
hasta cierto punto ...
El gordo quiso replicar algo , pero el rostro
del delgado expresaba tal veneración ... tal
dulzura ... , tan respetuosa actitud .. ., que el
consejero secreto sintió náuseas. Volviendo la
cabeza , tendió una mano para despedirse,
El delgado estrechó los tres dedos, saludó
con todo su cuerpo y con la risita de un chico rió:
-iJe ... je ... je! ...
La mujer sonrió , Nafanail chocó los talones
y dejó caer la gorra . Los tres estaban gratamente aturdidos .
• Condecoración.
37
Biblioteca de México
LA DAMA DEL PERRITO
Corrió la voz de que por el malecón se había
visto pasear a un nuevo personaje: La dama
del perrito.
Dmitrii Dmitrich Gurov, residente en Yalta
hacía dos semanas y habituado ya a aquella
vida , empezaba también a interesarse por las
caras nuevas. Desde el Pabellón Verne , en
que solía sentarse , veía pasar a una dama
joven , de mediana estatura , rubia y tocada
con una boina . Tras ella corría un blanco lulú.
Después, varias veces al día , se la encontraba en el parque y en los jardinillos públicos .
Paseaba sola, llevaba siempre la misma boina
y se acompañaba del blanco lulú. Nadie sabía
quién era y todos la llamaban La dama del
perrito.
"Si está aquí sin marido y sin amigos, no
estaría mal trabar conocimiento con ella",
pensó Gurov.
Éste no había cumplido todavía los cuarenta años , pero tenía ya una hija de doce y dos
hijos colegiales . Se había casado muy joven ,
cuando aún era estudiante de segundo año , y
ahora su esposa parecía dos veces mayor
que él. Era ésta una mujer alta , de oscuras
cejas , porte rígido, importante y grave y se llamaba a sí misma intelectual. Leía mucho, no
escribía cartas y llamaba a su marido Dimitrii,
en lugar de Dmitrii. Él , por su parte , la consideraba de corta inteligencia , estrecha de
miras y falta de gracia , por lo que temiéndola ,
no le agradaba permanecer en el hogar. Hacía
mucho tíempo que había empezado a engañarla con frecuencia , siendo sin duda ésta la
causa de que casi siempre hablara mal de las
mujeres . Cuando en su presencia se aludía a
ellas , exclamaba:
- i Raza inferior!
Considerábase con la suficiente amarga
experiencia para aplicarles este calificativo ,
no obstante lo cual , sin esta raza inferior no
podría vivir ni dos días seguidos . Con los
hombres se aburría , se mostraba frío y poco
locuaz; y, en cambio , en compañía de mujeres
se sentía despreocupado. Ante ellas sabía de
qué hablar y cómo proceder, y hasta el permanecer silencioso a su lado le resultaba
fácil. Su exterior, su carácter, estaba dotado
de un algo imperceptible , pero atrayente para
las mujeres. Él lo sabía, y a su vez se sentía
llevado hacia ellas por una fuerza desconocida .
La experiencia, una amarga experiencia, en
efecto, le había demostrado hacía mucho tiempo que todas esas relaciones que al principio
tan gratamente amenizan la vida, presentándose como aventuras fáciles y agradables, se
convierten siempre para las personas serias,
principalmente para los moscovitas, indecisos y
poco dinámicos, en un problema extremadamente complicado, con lo que la situación acababa haciéndose penosa . Sin embargo, a
pesar de ello, a cada nuevo encuentro con una
mujer interesante, la experiencia, resbalando
de su memoria, se deslizaba no se sabía hacia
dónde ... Quería uno vivir, y itodo parecía tan
sencillo y tan divertido!. ..
Así, pues, hallábase un día al atardecer
comiendo en el jardín, cuando la dama de la
boina , tras acercarse con paso reposado , fue
a ocupar la mesa vecina. Su expresión , su
manera de andar, su vestido, su peinado, todo
revelaba que pertenecía a la buena sociedad ,
que era casada , que venía a Yalta por primera vez, que estaba sola y que se aburría ...
Los chismes sucios sobre la moral de la
localidad encerraban mucha mentira. Él aborrecía aquellos chismes; sabía que la mayoría
de ellos habían sido inventados por personas
que hubieran prevaricado gustosas de haber
sabido hacerlo; pero , sin embargo, cuando
aquella dama fue a sentarse a tres pasos de
él, a la mesa vecina, todos esos chismes acudieron a su memoria: fáciles conquistas ...,
excursiones por la montaña ... Y el pensamiento tentador de una rápida y pasajera novela junto a una mujer de nombre y apellido
desconocidos se apoderó de él. Con un ademán cariñoso llamó al lulú, y cuando lo tuvo
cerca le amenazó con el dedo. El lulú gruñó,
y Gurov volvió a amenazarle . La dama le
lanzó una ojeada, bajando la vista en el acto.
-No muerde -dijo, enrojeciendo .
-¿Puedo darle un hueso?
Ella movió la cabeza en señal de asentimiento.
-¿Hace mucho que ha llegado? -siguió
preguntando Gurov en tono afable.
-Unos cinco días.
-Yo llevo aquí ya casi dos semanas.
38
Biblioteca de México
Quedaron un momento silenciosos.
-El tiempo pasa de prisa y, sin embargo , se
aburre uno aquí- dijo ella sin mirarle.
-Suele decirse, en efecto, que esto es aburrido ... En su casa de cualquier pueblo ..., de
un Beleb o de un Jisdra ... , no se aburre uno, y
se llega aquí y se empieza a decir en seguida :
"iAh , qué aburrido! iAh , qué polvo!. .. " iEnteramente como si viniera uno de Granada!
Ella se echó a reír. Luego ambos siguieron
comiendo en silencio , como dos desconocidos; pero después de la comida salieron juntos y entablaron una de esas charlas ligeras,
en tono de broma , propia de las personas
libres, satisfechas , a quienes da igual adonde
ir y de qué hablar. Paseando comentaban el
singular tono de luz que iluminaba el mar:
tenía el agua un colorido lila , y una raya dorada que partía de la luna corría sobre ella .
Hablaban de que la atmósfera , tras el día
caluroso , era sofocante . Gurov le contaba que
era moscovita y por sus estudios , filólogo ,
pero que trabajaba en un Banco. Hubo un
tiempo en el que pensó cantar en la ópera ,
pero lo dejó. Tenía dos casas en Moscú ... De
ella supo que se había criado en Petersburgo,
casándose después en la ciudad de S***,
donde residía hacía dos años , y que estaría
todavía un mes en Yalta , adonde quizá vendría a buscarla su marido, que también quería
descansar. En cuanto a en qué consistía el
trabajo de éste , no sabía explicarlo , cosa que
la hacía reír. También supo Gurov que se llamaba Anna Sergueevna .
Después, en su habitación, continuó pensando en ella yen que al otro día seguramente volvería a encontrarla. Y así había de ser.
Mientras se acostaba repasó en su memoria
que aquella joven dama aún hacía poco estaba estudiando en un pensionado , como ahora
estudiaba su hija. Recordó la falta de aplomo
que había todavía en su risa cuando conversaba con un desconocido. Era ésta seguramente la primera vez que se veía envuelta en
aquel ambiente .... perseguida , contemplada
con un fin secreto que no podía dejar de adivinar. Recordó su fino y débil cuello , sus bonitos ojos de color gris.
"Hay algo en ella que inspira lástima", pensaba al quedarse dormido.
11
Ya hacía una semana que la conocía. Era día
de fiesta . En las habitaciones había una
atmósfera sofocante , y por las calles el viento ,
arrebatando sombreros , levantaba remolinos
de polvo . La sed era constante , y Gurov entraba frecuentemente en el pabellón , tan pronto
en busca de jarabe como de helados con que
obsequiar a Anna Sergueevna . No sabía uno
dónde meterse. Al anochecer, cuando se
calmó el viento , fueron al muelle a presenciar
la llegada del vapor. El embarcadéro estaba
lleno de paseantes y de gentes con ramos en
las manos que acudían allí para recibir a
alguien. Dos particularidades del abigarrado
gentío de Yalta aparecían sobresalientes: que
las damas de edad madura vestían como las
jóvenes y que había gran número de generales. Por estar el mar agitado el vapor llegó con
retraso , cuando ya el sol se había puesto , permaneciendo largo rato dando vueltas antes
ser de amarrado en el muelle.
Anna Sergueevna miraba al vapor y a los
pasajeros a través de sus impertinentes,
como buscando algún conocido, y al dirigirse
a Gurov le brillaban los ojos . Charlaba sin cesar y hacía breves preguntas , olvidándose en
el acto de lo que hab ía preguntado . Luego
extravió los impertinentes entre la muchedumbre . Esta , compuesta de gentes bien vestidas,
empezó a dispersarse ; ya no pod ían distinguirse los rostros . El viento había cesado por
completo .
Gurov y Anna Serg ueevna continuaban en
pie , como esperando a que, alguien más baja-
Chéjov en 1893
39
Biblioteca de México
ra del vapor. Anna Sergueevna no decía ya
nada, y sin mirar a Gurov aspiraba el perfume
de las flores.
-El tiempo ha mejorado mucho -dijo éste-o
¿Adónde vamos ahora? ¿Y si nos fuéramos a
alguna parte?
Ella no contestó nada.
Él entonces la miró ·fijamente y de pronto la
abrazó y la besó en los labios, percibiendo el
olor y la humedad de las flores ; pero en seguida miró asustado a su alrededor para cerciorarse de que nadie los había visto.
-Vamos a su hotel- dijo en voz baja .
y ambos se pusieron en marcha rápidamente.
El ambiente de la habitación era sofocante
y olía a perfume comprado por ella en la tienda japonesa . Gurov, mirándola, pensaba en
cuántas mujeres había conocido en la vida.
Del pasado guardaba el recuerdo de algunas
inconscientes, benévolas , agradecidas a la felicidad que les daba, aunque ésta fuera efímera ; de otras , como , por ejemplo , su mujer,
cuya conversación era excesiva , recordaba su
amor insincero, afectado, histérico ..., que no
parecía amor ni pasión , sino algo mucho más
importante. Recordaba también a dos o tres
bellas, muy bellas y frías , por cuyos rostros
pasaba súbitamente una expresión de animal
de presa , de astuto deseo de extraer a la vida
más de lo que puede dar. Estas mujeres no
estaban ya en la primera juventud, eran caprichosas , voluntariosas y poco inteligentes, y su
belleza despertaba en Gurov, una vez desilusionado , verdadero aborrecimiento , antojándosel e escamas los encajes de sus vestidos .
Aquí , en cambio , existía una falta de valor,
la falta de experiencia propia de la juventud ,
tal sensación de azaramiento que le hacía a
uno sentirse desconcertado, como si alguien
de repente hubiera llamado a la puerta . Anna
Sergueevna , la dama del perrito , tomaba
aquello con especial seriedad , considerándolo
como una ca íd a, lo cual era singular e inadecuado . Como la pecadora de un cuadro antiguo, permanecía pensativa , en actitud desconsolada .
-iEsto está muy mal -dijo-, y usted será el
primero en no estimarme!
Sobre la mesa había una sandía , de la que
Gurov se cortó una loncha , que empezó a
comerse despacio. Una media hora , por lo
menos, tran scu rrió en silencio . Anna Sergueevna presentaba el aspecto conmovedor,
ingenuo y honrado de la mujer sin experiencia
de la vida . Una vela solitaria colocada encima
de la mesa apenas iluminaba su rostro; pero,
sin embargo, veíase su sufrimiento .
-¿Por qué vaya dejar de estimarte? -preguntó Gurov-. No sabes lo que dices.
-iQue Dios me perdone!. .. -dijo ella , y sus
ojos se arrasaron en lágrimas-. ¡Esto es terrible!. ..
-Parece que te estás excusando.
-iExcusarme!. .. ¡Soy una mala y ruin
mujer!. .. iMe aborrezco a mí misma!. .. iNO es
a mi marido a quien he engañado ...; he engañado a mi propio ser! iY no solamente
ahora ... , sino hace ya tiempo!. .. ¡Mi marido es
bueno y honrado, pero ... un lacayo! iNO sé
qué hace ni en qué trabaja, pero si sé que es
un lacayo!. .. ¡Cuando me casé con él tenía
veinte años! iDespués de casada , me torturaba la curiosidad por todo!. .. iDeseaba algo
mejor! iQuería otra vida!. .. iDeseaba vivir!. ..
iAquella curiosidad me abrasaba!. .. iUsted no
podrá comprenderlo , pero juro ante Dios que
ya era incapaz de dominarme!. .. iAlgo pasaba
dentro de mí que me hizo decir a mi marido
que me encontraba mal y venirme!. .. iAquí, al
principio, iba de un lado para otro , como presa
de locura .... y ahora soy una mujer vulgar... ,
mala ..., a la que todos pueden despreciar!
A Gurov le aburría escucharla. Le molestaba aquel tono ingenuo, aquel arrepentimiento
tan inesperado e impropio. Si no hubiera sido
por las lágrimas que llenaban sus ojos , podía
haber pensado que bromeaba o que estaba
representando un papel dramático.
-No comprendo -dijo lentamente-. ¿Qué
es lo que quieres?
Ella ocultó el rostro en su pecho y contestó :
-iCréame!. .. iCréame, se lo suplico!. .. iAmo
la vida honesta y limpia y el pecado me parece repugnante!. .. iYO misma no comprendo mi
conducta! La gente sencilla dice: "iCulpa del
maligno!" ... Y eso mismo digo yo ... : iCulpa del
maligno!
-Bueno , bueno ... -masculló él.
Luego miró sus ojos , inmóviles y asustados,
la besó y comenzó a hablarle despacio, en
tono cariñoso, y tranquilizándose ella, la alegría volvió a sus ojos y ambos rieron otra vez.
Después se fueron a pasear por el malecón ,
que estaba desierto. La ciudad, con sus cipreses , tenía un aspecto muerto; pero el mar
rugía al chocar contra la orilla . Sólo un vaporcilla , sobre el que oscilaba la luz de un farolito, se mecía sobre las olas . Encontraron un
isvoschik y se fueron a Oranda.
40
Bibliote ca de Méx ico
-Ahora mismo acabo de enterarme de tu
apellido en la portería . En la lista del hotel está
escrito este nombre: "Von Dideritz" -dijo
Gurov-. ¿Es alemán tu marido?
-No; pero, según parece , lo fue su abuelo .
Él es ortodoxo .
En Oranda estuvieron un rato sentados en
un banco , no lejos de la iglesia , silenciosos y
mirando el mar a sus pies . Apenas era visible
Yalta en la bruma matinal. Sobre la cima de
las montañas había blancas nubes inmóviles,
nada agitaba el follaje de los árboles , oíase el
canto de la chicharra y de abajo llegaba el
ruido del mar hablando de paz y de ese sueño
eterno que a todos nos espera . El mismo ruido
haría, el mar allá abajo, cuando aún no existían ni Yalta ni Oranda .. .; el mismo ruido indiferente seguirá haciendo cuando ya no existamos nosotros. Y esta permanencia , esta completa indiferencia hacia la vida y la muerte en
cada uno de nosotros constituye la base de
nuestra eterna salvación , del incesante movimiento de la vida en la tierra , del incesante
perfeccionamiento .. . Sentado junto a aquella
joven mujer, tan bella en la hora matinal , tranquilo y hechizado por aquel ambiente de
cuento de hadas, de mar, de montañas, de
nubes y de ancho cielo ... Gurov pensaba en
que, bien considerado , todo en el mundo era
maravilloso .. . iY todo lo era , en efecto .. ., excepto lo que nosotros pensamos y hacemos
cuando nos olvidamos del alto destino de
nuestro ser y de la propia dignidad humana!. ..
Un hombre, seguramente el guarda , se
acercó a ellos . Los miró y se fue , pareciéndole este detalle también bello y misterioso.
Iluminado por la aurora y con las luces ya apagadas , vieron llegar el barco de Feodosia .
-La hierba está llena de rocío -dijo Anna
Sergueevna después de un rato de silencio .
-Sí. Ya es hora de volver.
Regresaron a la ciudad .
Después, cada mediodía , siguieron encontrándose en el malecón . Almorzaban juntos,
comían , paseaban y se entusiasmaban con la
contemplación del ma r. Ella observaba que
dorm ía mal y que su corazón palpitaba intranquilo. Le hacía las mismas preguntas , tan
pronto excitadas por los celos como por el
miedo de que él no la estimara sufIcientemente. Él , a menudo, en el parq ue o en los jardini1I0s, cuando no había nadie cerca , la abrazaba de pronto apas ionadamente. Aquella completa ociosidad , aquellos besos en pleno día,
llenos del temor de ser vistos; el calor, el olor
a mar y el perpetuo vaivén de gentes satisfe-
41
Biblioteca de Méx ico
chas , ociosas , ricamente vestidas, parecían
haber transformado a Gurov. Este llamaba a
Anna Sergueevna bonita y encantadora , se
apasionaba , no se separaba ni un paso de
ella ; que, en cambio, solía quedar pensativa,
pidiéndole que le confesara que no la quería y
que sólo la consideraba una mujer vulgar.
Casi todos los atardeceres marchaban a algún sitio de las afueras, a Oranda o a contemplar alguna catarata . Estos paseos resultaban gratos, y las impresiones recibidas en
ellos siempre prodigiosas y grandes.
Se esperaba la llegada del marido. Un día ,
sin embargo , recibióse una carta en la que
éste se quejaba de un dolor en los ojos , suplicando a su mujer que regresara pronto a su
casa . Anna Sergueevna aceleró los preparativos de marcha .
-En efecto, es mejor que me vaya -dijo a
Gurov-. ¡Así lo dispone el Destino!
Acompañada por él y en coche de caballos ,
emprendió el viaje , que duró el día entero .
Una vez en el vagón del rápido y al sonar la
segunda campanada , dijo:
-iDéjeme que lo mire otra vez! iOtra vez!
iAsí!. ..
No lloraba, pero estaba triste; parecía enferma y había un temblor en su rostro .
-iPensaré en usted! - decía-o iLo recordaré! iQuede con Dios !. .. iGuarde una buena
memoria de mí! iNos despedimos para siempre! iEs necesario que así sea ! iNo deberíamos habernos encontrado nunca ! iNo!. ..
iQuede con Dios!
El tren partió veloz, desaparecieron sus
luces, y un minuto después extinguíase el
ruido de sus rueda s, como si todo estuviera
ordenado a que aquella dulce enajenación ,
aquella locura , cesaran más de prisa . Solo en
el andén , con la sensación del hombre que
acaba de despertar, Gurov fijaba los ojos en la
lejanía , escuchando el canto de la chicharra y
la vi bración de los hilos telegráficos. Pensaba
que en su vida había ahora un éxito, una
·aventura más, ya terminada , de la que no quedaría más que el recuerdo . Se sentía conmovido , triste y un poco arrepentido. Esta joven
mujer, a la que no volvería a ver, no había sido
feliz a su lado. Siempre se había mostrado
con ella afable y afectuoso ; pero , a pesar de
tal proceder, su tono y su mismo cariño traslucían una ligera sombra de mofa, la brutal
superioridad del hombre feliz, de edad casi
doble. Ella lo calificaba constantemente de
bueno , de extraordina rio, de elevado . Lo con-
Antón Ché¡ov
la dama del perrito
ttlfia os
sideraba , sin duda, como no era , lo cual significaba que la había engañado sin querer.. . En
la estación comenzaba a oler a otoño y el aire
del anochecer era fresco .
"iYa es hora de marcharse al Norte! - pensaba Gurov al abandonar el andén-o iYa es
hora!. .."
111
En su casa de Moscú todo había adquirido
aspecto invernal : el fuego ardía en las estufas
y el cielo , por las mañanas, estaba tan oscuro
que el aya , mientras los niños, disponiéndose
para ir al colegio , tomaban el té , encendía la
luz. Caían las primeras heladas ... iEs tan grato en el primer día de nieve ir por primera vez
en trineo!. .. iContemplar la tierra blanca , los
tejados blancos!. .. iAspirar el aire sosegadamente: en tanto que a la memoria acude el
recuerdo de los años de adolescencia!. .. Los
viejos tilos , los abedules , tienen bajo su blanca cubierta de escarcha una expresión bondadosa . Están más cercanos al corazón que los
cipreses y las palmeras , y en su proximidad
no quiere uno pensar ya en el mar ni en las
montañas .
Gurov era moscovita. Regresó a Moscú en
42
B iblio t e ca de M éxico
un buen día de helada y cuando, tras ponerse la
pelliza y los guantes de invierno, se fue a pasear por Petrovka,' así como cuando el sábado,
al anochecer, escuchó el sonido de las campanas, aquellos lugares visitados por él durante su
reciente viaje perdieron a sus ojos todo encanto. Poco a poco comenzó a sumergirse otra vez
en la vida moscovita. Leía ya ávidamente tres
periódicos diarios (no los de Moscú, que decía
no leer por una cuestión de principio), le atraían
los restaurantes, los casinos, las comidas, las
jubilaciones ... ; le halagaba frecuentaran su casa
abogados y artistas de fama , jugar a las cartas
en el Círculo de los médicos con algún eminente profesor y comerse una ración entera de
selianka.* Un mes transcurriría y el recuerdo de
Anna Sergueevna se llenaría de bruma en su
memoria (así, al menos, se lo figuraba) , y sólo
de vez en vez volvería a verla en sueños, con
su sonrisa conmovedora, como veía a las otras.
Más de un mes transcurrió , sin embargo;
llegó el rigor del invierno y en su recuerdo permanecía todo tan claro como si sólo la víspera se hubiera separado de Anna Sergueevna .
Este recuerdo se hacía más vivo cuando , por
ejemplo, en la quietud del anochecer llegaban
hasta su despacho las voces de sus niños
estudiando sus lecciones, al oír cantar una
romanza , cuando percibía el sonido del órgano del restaurante o aullaba la ventisca en la
chimenea ... Todo entonces resucitaba de
pronto en su memoria : la escena del muelle, la
mañana temprana , las montañas neblinosas.
el vapor de Feodosia, los besos . Recordándolo y sonriendo paseaba largo rato por su
habitación , y el recuerdo se hacía luego
ensueño, se mezclaba en su mente con imágenes del futuro . Ya no soñaba con Anna
Sergueevna. Era ella misma la que le seguía
a todas partes como una sombra . Cerraba los
ojos y la veía cual viva, más bella , más joven ,
más tierna y afectuosa de lo que era en realidad . También él se creía mejor de lo que era
en Yalta. Durante el anochecer, ella le miraba
desde la librería, desde la chimenea , desde
un rincón .. . Percibía su aliento y el suave roce
de su vestido. Por la calle, su vista seguía a
todas las mujeres, buscando entre ellas alguna que se le pareciera .
El fuerte deseo de comunicar a alguien su
recuerdo comenzaba a oprimirle , pero en su
casa no podía hablar de aquel amor, y fuera
de ella no tenía con quién expansionarse . No
, Una de las calles principales de Moscú.
• Manjar ruso .
podía hablar de ella con los vecinos ni en el
Banco.. . ¿Encerraban algo bello , poético ,
aleccionador, o simplemente interesante, sus
sentimientos hacia Anna Sergueevna? ... Tenía que limitarse a hablar abstracta mente del
amor y de las mujeres. ; pero de manera que
nadie pudiera adivinar cuál era su caso , y tan
sólo la esposa , alzando las oscuras cejas ,
solía decirle:
-¡Dimitrii! iEI papel de fatuo no te va nada
bien!
Una noche, al salir del Círculo médico con
su compañero de partida , el funcionario , no
pudiendo contenerse dijo a éste :
-iSi supiera usted qué mujer más encantadora conocí en Yalta! ...
El funcionario , tras acomodarse en el asiento del trineo, que emprend ió la marcha, volvió
de repente la cabeza y gritó :
-iDmitrii Dmitrich! ...
-¿Qué?
-iTenía usted razón antes ! ¡El esturión no
estaba del todo fresco!
Tan sencillas palabras, sin saber por qué,
indignaron a Gurov. Se le antojaban sucias y
mezquinas ... iQué costumbres salvajes aquellas! iQué gentes! iQué veladas necias! iQué
días anodinos y desprovistos de interés! .. .
iTOdo se reducía a un loco jugar a los naipes, a
gula, a borracheras, a charlas incesantes sobre
las mismas cosas! El negocio innecesario, la
conversación sobre repetidos temas absorbía
la mayor parte del tiempo y las mejores energías, resultando al fin de todo ello una vida absurda, disforme y sin alas , de la que no era posible huir, escapar, como si se estuviera preso en
una casa de locos o en un correccional.
Lleno de indignación , Gurov no pudo pegar
los ojos en toda la noche, y el día siguiente lo
pasó con dolor de cabeza . Las noches sucesivas durmió también mal y hubo de permanecer sentado en la cama o de pasear a grandes pasos por la habitación . Se aburría con
los niños, en el Banco, y no ten ía gana de ir a
ninguna parte ni de hablar de nada.
En diciembre , al llegar las fiestas, hizo sus
preparativos de viaje , y diciendo a su esposa
que, con motivo de unas gestiones en favor de
cierto joven , se veía obligado a ir a Petersburgo , salió para la ciudad de S***. Él mismo
no sabía lo que hacía . Quería solamente ver a
Anna Sergueevna , hablar con ella , orga nizar
una entrevista si era posible .
Llegó a S*** por la mañana , ocupando en la
fonda una habitación, la ,mejor, con el suelo
43
Biblioteca de México
alfombrado. Sobre la mesa, y gris de polvo,
había un tintero que representaba a un jinete
sin cabeza , cuyo brazo levantado sostenía un
sombrero. Del portero obtuvo la necesaria
información . Los von Dideritz vivían en la calle
Staro-Goncharnaia, en casa propia, no lejos
de la fonda . Llevaban una vida acomodada y
lujosa, tenían caballos de su propiedad yen la
ciudad todo el mundo los conocía ...
-Dridiritz -pronunciaba el portero .
Gurov se encaminó a paso lento hacia la calle
Staro-Goncharnaia en busca de la casa mencionada . Precisamente frente a ésta se extendía una larga cerca gris guarnecida de clavos .
"i A cualquiera le darían ganas de huir de
esta cerca! -pensó Gurov mirando tan pronto
a ésta como a las ventanas- o Hoyes día festivo -seguía cavilando- y el marido estará en
casa seguramente. De todas maneras sería
falta de tacto entrar. Una nota pudiera caer en
manos del marido y estropearlo todo. Lo mejor
será buscar una ocasión. "
y continuaba paseando por la calle y esperando junto a la cerca aquella ocasión. Desde
allí vio cómo un mendigo que atravesaba la
puerta cochera era atacado por los perros .
Más tarde , una hora después, oyó tocar el
piano . Sus son idos llegaban hasta él , débiles
y confusos. Sin duda era Anna Sergueevna la
que tocaba . De pronto se abrió la puerta principal dando paso a una viejecita , tras de la
que corría el blanco y conocido fufú. Gurov
quiso llamar al perro , pero se lo impidieron
unas súbitas palpitaciones y el no poder recordar el nombre del fufú .
Siempre paseando , su aborrecimiento por
la cerca gris crecía y crecía , y ya excitado ,
pensaba que Anna Sergueevna se había olvidado de él y se divertía con otro, cosa sumamente natural en una mujer joven obligada a
contemplar de la mañana a la noche aquella
maldita cerca . Volviendo a su habitación de la
fonda , se sentó en el diván , en el que permaneció largo rato sin saber qué hacer. Después
comió y pasó mucho tiempo durmiendo.
"iQué necio e intranquilizador es todo esto!
-pensó cuando al despertarse fijó la vista en
las oscuras ventanas por las que entraba la
noche-o Tampoco sé por qué me he dormido
ahora ... ¿Cómo vaya dormir luego?"
Después, sentado en la cama y arropándose en una manta barata de color gris, semejante a las usadas en los hospitales, decía
enojado , burlándose de sí mismo:
"iToma dama del perrito!. .. iToma aventura!. .. iAquí te estás sentado!. .."
Chéjov y Tolstoi
De pronto pensó en que todavía , por la
mañana , en la estación , le había saltado a la
vista un cartel con el anuncio en grandes
letras de la representación de Geisha .. .
Recordándolo , se dirigió al teatro .
"Es muy probable que vaya a los estrenos",
se dijo.
El teatro estaba lleno . En él, como ocurre
generalmente en los teatros de provincias ,
una niebla llenaba la parte alta de la sala ,
sobre la araña ; el paraíso se agitaba ruidosamente, y en primera fila , antes de empezar el
espectáculo, veíase en pie y con las manos a
la espalda a los petimetres del lugar. En el
palco del gobernador, y en el sitio principal,
con un boa al cuello , estaba sentada la hija de
aquél, que se ocultaba tímidamente tras la
cortina , y de la que sólo eran visibles las
manos. El telón se movía y la orquesta pasó
largo rato afinando sus instrumentos. Los ojos
de Gurov buscaban ansiosamente, sin cesar,
entre el público que ocupaba sus sitios . Anna
Sergueevna entró también . Al verla tomar
asiento en la tercera fila , el corazón de Gurov
se encogió , pues comprendía claramente que
no existía ahora para él un ser más próximo,
querido e importante. Aquella pequeña mujer,
en la que nada llamaba la atención , con sus
vulgares impertinentes en la mano, perdida en
el gentío provinciano, llenaba ahora toda su
vida , era su tormento, su alegría , la única felicidad que deseaba . Y bajo los sonidos de los
44
Biblioteca de México
malos violines de una mala orquesta pensaba
en su belleza. Pensaba y soñaba.
Con Anna Sergueevna y tomando asiento a
su lado había entrado un joven de patillas cortitas, muy alto y cargado de hombros. Al andar,
a cada paso que daba, su cabeza se inclinaba
hacia adelante, en un movimiento de perpetuo
saludo. Sin duda, era éste el marido, al que ella
en Yalta, movida por un sentimiento de amargura, había llamado lacayo. En efecto, su larga
figura, sus patillas, su calvita, tenían algo de
tímido y lacayesco. Su sonrisa era dulce y en
su ojal brillaba una docta insignia, que parecía,
sin embargo, una chapa de lacayo.
Durante el primer entreacto el marido salió
a fumar, quedando ella sentada en la butaca .
Gurov, que también tenía su localidad en el
patio de butacas, acercándose a ella le dijo
con voz forzada y temblorosa y sonriendo:
-iBuenas noches!
Ella alzó los ojos hacia él y palideció .
Después volvió a mirarle, otra vez espantada ,
como si no pudiera creer lo que veía. Sin duda,
luchando consigo misma para no perder el
conocimiento, apretaba fuertemente entre las
manos el abanico y los impertinentes. Ambos
callaron . Ella permanecía sentada . Él , en pie,
asustado de aquel azaramiento, no se atrevía a
sentarse a su lado. Los violines y la flauta, que
estaban siendo afinados por los músicos, empezaron a cantar, pareciéndoles de repente que
desde todos los palcos los miraban. He aquí
que ella , levantándose súbitamente, se dirigió
apresurada hacia la salida. Él la siguió. Y ambos, con paso torpe , atravesaron pasillos y
escaleras, tan pronto subiendo como bajando,
en tanto que ante sus ojos desfilaban, raudas,
gentes con uniformes: unos judiciales, otros
correspondientes a instituciones de enseñanza,
y todos ornados de insignias. Asimismo desfilaban figuras de damas: el vestuario, repleto
de pellizas; mientras el soplo de la corriente les
azotaba el rostro con un olor a colillas.
Gurov, que empezaba a sentir fuertes palpitaciones , pensaba:
"iOh Dios mío!. .. ¿Para qué existirá toda
esta gente .. ., esta orquesta?"
En aquel momento acudió a su memoria la
noche en que había acompañado a Anna
Sergueevna a la estación , diciéndose a sí
mismo que todo había terminado y que no volverían a verse .. . iCuán lejos estaba todavía,
sin embargo, del fin!
En una sombría escalera provista del siguiente letrero: "Entrada al anfiteatro", ella se
detuvo.
-iQué susto me ha dado usted! -dijo con el
aliento entrecortado y aún pálida y aturdida-o
iApenas si vivo! ¿Por qué ha venido? ¿Por
qué? ..
-iCompréndame, Anna! iCompréndame!
-dijo él de prisa y a media voz-o iSe lo suplico! iVámonos!
Ella lo miraba con expresión de miedo, de
súplica , de amor. Lo miraba fijamente , como si
quisiera grabar sus rasgos de un modo profundo en su memoria.
-iSufro tanto! -proseguía sin escucharlo-.
¡Durante todo este tiempo sólo he pensado en
usted! ¡No he tenido más pensamiento que
usted! ¡Quería olvidarlo!. .. iOh! ¿Por qué ha
venido? .. ¿Por qué? ..
En un descansillo de la escalera , a alguna
altura sobre ellos, fumaban dos estudiantes,
pero a Gurov le resultaba indiferente. Atrayendo
hacia sí a Anna Sergueevna, empezó a besarla
en el rostro, en las mejillas, en las manos.
-¿Qué hace usted? ¿Qué hace? .. -decía
ella rechazándolo presa de espanto-o ¡Estamos locos! iMárchese hoy mismo! iAhora
mismo!. .. iSe lo suplico!. .. iPOr todo cuanto le
es sagrado se lo suplico!. .. iOh! iAlguien viene! ... -alguien subía , en efecto, por la escalera-. iES preciso que se marche! -proseguía
Anna Sergueevna en un murmullo-. ¿Lo oye ,
Dmitrii Dmitrich? .. iYO iré a verlo a Moscú ,
pero ahora tenemos que despedirnos, amado
mío!. .. iDespidámonos!
Estrechándole la mano, empezó a bajar
apresuradamente la escalera , pudiendo leerse en sus ojos , cuando volvía la cabeza para
mirarlo, cuán desgraciada era , en efecto.
Gurov permaneció allí algún tiempo, prestando oído ; luego, cuando todo quedó silencioso , recogió su abrigo y se marchó al tren.
IV
y Anna Sergueevna empezó a ir a visitarlo a
Moscú . Cada dos o tres meses una vez y
diciendo a su marido que tenía que consultar
al médico, dejaba la ciudad de S*** . El marido
a la vez le creía y no le creía . Una vez en
Moscú , se hospedaba en el hotel Slavianskii
Basar, desde donde enviaba en seguida aviso
a Gurov. Este iba a verla , y nadie en Moscú se
enteraba . Una mañana de invierno y acompañando a su hija al colegio , por estar éste en su
camino , se dirigía como otras veces a verla
(su recado no lo había encontrado en casa la
víspera). Caía una fuerte nElvada .
-Estamos a tres grados sobre cero y nieva
45
Biblioteca de México
los demás a través de sí mismo, no daba crédito a lo que veía , suponiendo siempre que en
cada persona , bajo el manto del misterio
como bajo el manto de la noche, se ocultaba
la verdadera vida interesante. Toda existencia
individual descansa sobre el misterio y quizá
es en parte por eso por lo que el hombre culto
se afana tan nerviosamente para ver respetado su propio misterio.
Después de dejar a su hija en el colegio,
Gurov se dirigió al Slavianskii Basar. En el
piso bajo se despojó de la pelliza y tras subir
las escaleras llamó con los nudillos a la puerta . Anna Sergueevna , con su vestido gris, el
preferido de él , cansada del viaje y de la espera , lo aguardaba desde la víspera por la
noche . Estaba pálida ; en su rostro, al mirarlo,
no se dibujó ninguna sonrisa y apenas lo vio
entrar se precipitó a su encuentro, como si
hiciera dos años que no se hubieran visto.
-¿Cómo estás? -preguntó él-. ¿Qué hay
de nuevo?
-Espera ... Ahora te diré ... iNO puedo!. ..
No podía hablar, en efecto, porque estaba
llorando. Con la espalda vuelta hacia él, se
apretaba el pañuelo contra los ojos .
-decía Gurov a su hija-o iClaro que esta temperatura es sólo la de la superficie de la tierra!. .. iEn las altas capas atmosféricas es
complemente distinta! .. .
-Papá. .. , ¿por qué no hay truenos en invierno?
Gurov le explicó también esto. Mientras hablaba pensaba en que nadie sabía ni sabría ,
seguramente nunca , nada de la cita a la que
se dirigía . Había llegado a tener dos vidas :
una , clara , que todos veían y conocían , llena
de verdad y engaño condicionales , semejante
en todo a la de sus amigos y conocidos ; otra ,
que discurría en el misterio. Por una singular
coincidencia , tal vez casual , cuanto para él
era importante, interesante , indispensable ... ,
en todo aquello en que no se engañaba a sí
mismo y era sincero ..., cuanto constituía la
médula de su vida , permanecía oculto a los
demás, mientras que lo que significaba su
mentira , la envoltura exterior en que se escondía , con el fin de esconder la verdad (por
ejemplo , su actividad en el Banco, las discusiones del Círculo sobre la raza inferior, la
asistencia a jubilaciones en compañía de su
esposa) , quedaba de manifiesto. Juzgando a
46
Biblioteca de México
"La dejaré que llore un poco mientras me
siento" , pensó él acomodándose en la butaca .
Luego llamó al timbre y encargó que trajeran el té. Mientras lo bebía , ella , siempre junto
a la ventana, le daba la espalda ... Lloraba con
llanto nervioso, dolorosamente consciente de
lo aflictiva que la vida se había hecho para
ambos ... iPara verse habían de ocultarse ... ,
de esconderse como ladrones!. .. ¿No estaban
acaso deshechas sus vidas? ..
-No llores más -dijo él.
Para Gurov estaba claro que aquel mutuo
amor tardaría en acabar.. . No se sabía en realidad cuándo acabaría . Anna Sergueevna se
ataba a él por el afecto, cada vez más fuertemente. Lo adoraba y era imposible decirle que
todo aquello tenía necesariamente que tener
un fin. iNO le hubiera creído siquiera!. ..
En el momento en que, acercándose a ella, la
cogía por los hombros para decirle algo afectuoso, alguna broma ... , se miró en el espejo.
Su cabeza empezaba a blanquear y se le
antojó extraño que los últimos años pudieran
haberlo envejecido y afeado tanto ... Los
cálidos hombros sobre los que se posaban
sus manos se estremecían . Sentía piedad de
aquella vida , tan bella todavía , y, sin embargo ,
tan próxima ya a marchitarse, sin duda , como
la suya propia. ¿Por qué la amaba tanto? ..
Siempre había parecido a las mujeres otra
cosa de lo que era en realidad . No era a su
verdadera persona a la que éstas amaban ,
sino a otra, creada por su imaginación , y a la
que buscaban ansiosamente , no obstante lo
cual , descubierto el error, seguían amándolo .
Ni una sola había sido dichosa con él. Con el
paso del tiempo las conocía y se despedía de
ellas sin haber ni una sola vez amado . Ahora
solamente , cuando empezaba a blanquearle
el cabello , sentía por primera vez en su vida
un verdadero amor.
El amor de Anna Sergueevna y el suyo era
semejante al de dos seres cercanos, al de familiares, al de marido y mujer, al de dos entrañables amigos . Parecíales que la suerte misma
los había destinado el uno al otro, resultándoles incomprensible que él pudiera estar casado
y ella casada . Eran como el macho y la hembra
de esos pájaros errabundos a los que, una vez
apresados, se obliga a vivir en distinta jaula.
Uno y otro se habían perdonado cuanto de vergonzoso hubiera en su pasado, se perdonaban
todo en el presente y se sentían ambos transfomados por su amor.
Antes, en momentos de tristeza , intentaba
tranquilizarse con cuantas reflexiones le pasaban por la cabeza . Ahora no hacía estas reflexiones. Lleno de compasión , quería ser sincero y cariñoso .
-Basta ya , buenecita mía! -le decía a ella-.
iYa has llorado bastante! iHablemos ahora y
veamos si se nos ocurre alguna idea!. ..
Después invertían largo rato en discutir, en
consultarse sobre la manera de liberarse de
aquella indispensabilidad de engañar, de
esconderse , de vivir en distintas ciudades y de
pasar largas temporadas sin verse.
"¿Cómo liberarse, en efecto, de tan insoportables tormentos? .. ¿Cómo? .. -se preguntaba él , cogiéndose la cabeza entre las
manos-o ¿Cómo? .. "
y les parecía que pasado algún tiempo más
la solución podría encontrarse ... Que empezaría entonces una nueva vida maravillosa ...
Ambos ve ían , sin embargo , claramente que
el final estaba todavía muy lejos y que lo más
complicado y difícil no había hecho más que
empezar.
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Bibliotec a d e México
LUIS CERNUDA *
A LARRA
CON UNAS
VIOLETAS
se queja su alma vagamente,
El oscuro vacío de su vida.
Mas no pueden pesar sobre esa sombra
Algunas violetas ,
y es grato así dejarlas,
Frescas entre la niebla,
Con la alegría de una menuda cosa pura
Que rescatara aquel dolor antiguo.
H u(l
Quien habla ya a los muertos,
Mudo le hallan los que viven .
Yen este otro silencio, donde el miedo impera,
Recoger esas flores una a una
Breve consuelo ha sido entre los días
Cuya huella sangrienta llevan las espaldas
Por el odio cargadas con una piedra inútil.
Si la muerte apacigua
Tu boca amarga de Dios insatisfecha,
Acepta un don tan leve, sombra sentimental ,
En esa paz que bajo tierra te esperaba ,
Brotando en hierba, viento y luz silvestres,
El fiel y último encanto de estar solo.
Curado de la vida, por una vez sonríe ,
Pálido rostro de pasión y de hastío.
Mira las calles viejas por donde fuiste errante ,
El farol azulado que te guiará, carne yerta,
Al regresar del baile o del sucio periódico,
y las fuentes de mármol entre palmas:
Aguas y hojas, bálsamo del triste.
La tierra ha sido medida por los hombres,
Con sus casas estrechas y matrimonios sórdidos,
Su venenosa opinión pública y sus revoluciones
• Luis Cernuda , La realidad y el deseo (1924-1956), Fondo de Cultura Económica, México, 1958, 344 pp.
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Biblioteca de México
Más crueles e injustas que las leyes,
Como inmenso bostezo demoníaco;
No hay sitio en ella para el hombre solo,
Hijo desnudo y deslumbrante del divino pensamiento.
y nuestra gran madrastra, mírala hoy deshecha,
Miserable y aún bella entre las tumbas grises
De los que como tú, nacidos en su estepa,
Vieron mientras vivían morirse la esperanza,
y gritaron entonces, sumidos por tinieblas,
A hermanos irrisorios que jamás escucharon.
Escribir en España no es llorar, es morir,
Porque muere la inspiración envuelta en humo,
Cuando no va su llama libre en pos del aire.
Así, cuando el amor, el tierno monstruo rubio,
Volvió contra ti mismo tantas ternuras vanas,
Tu mano abrió de un tiro , roja y vasta, la muerte.
Libre y tranquilo quedaste en fin un día,
Aunque tu voz sin ti abrió un dejo indeleble.
Es breve la palabra como el canto de un pájaro,
Mas un claro jirón puede prenderse en ella
De embriaguez, pasión, belleza fugitivas,
y subir, ángel vigía que atestigua del hombre,
Allá hasta la región celeste e impasible.
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Biblioteca de México
LA REALiDAD
Y EL DESEO
MARIANO JOSÉ DE LARRA *
FíGARO DADO AL MUNDO
Et resurrexit tertio die.
tuvo en eso mejor fin que las otras, le encuentro al menos la ventaja de ser la única de la
cual una vez muerto se resucita al tercer día.
Estoy decididamente por aquel género de
muerte de que se resucita ; para no resucitar
no vale la pena de morirse: de suerte que
cuando en mi último artículo quedaba en el
cementerio, me hallaba precisamente en el
mismo caso que aquel de quien se cuenta que
reconvenido porque oía con raras muestras de
alegría un sermón de Pasión respondió :
-Es que estoy en el secreto.
-¿Qué secreto?
-Toma -repuso-, en que ha de resucitar al
tercer día .
Yo, que me conozco, que sé mejor que
nadie hasta qué punto soy capaz de vivir en un
cementerio, sabía también que había de volver, como mi Divino Maestro, a juzgar a los
vivos y a los muertos.
Heme aquí de nuevo saliendo de entre las
tumbas, impasible como un muerto; sacando
la cabeza por entre las ruinas como un secretario de la Gobernación ; impalpable, imprendible, inconfinable, como cuerpo glorioso, y no
dándoseme nada por nada , como alma de barbero; bacía debajo del brazo , como tienen la
cabeza la mayor parte de las gentes que en
vida y en muerte traté ; y navaja en mano, buscando barbas que hacer, como tienen el estilo
los más de los oradores del día; páseseme el
sustantivo por adjetivo en la actual confusión
de cosas, para que pueda haber juego de
palabras , juego inocente en un país donde se
juega a la bolsa y a las conspiraciones descubiertas .
Regañón y malhumorado en mi primera
vida , dábame al diablo por cualquier cosa ;
después de salido del cementerio, heme ya
otro hombre, determinado en lo sucesivo a
darme al mundo en lugar de darme al diablo.
En mi entender es un error decir que cierra uno
el ojo cuando baja a la tumba ; el cementerio
me ha abierto los míos; convencido de esa
verdad , juro a Dios, a fe de Fígaro , que no les
(Pasión según los evangelistas)
En punto a pasiones estoy, ivive Dios!, por la
de nuestro Señor Jesucristo: óiganme los que
no sean sordos , esto es, los que no sean
ministros, y quiero ser diputado para estas
Cortes y aprobar las medidas desmedidas, si
no me dan cuantos me lean la razón .
Recorramos las demás pasiones. Si la ambición es algo, es en gracia de suponerse que el
que llega a mandar a sus semejantes (si el que
manda tiene semejantes) les es en mérito y talento superior; por consiguiente en España es
preciso ser muy modesto para ser ambicioso.
No quiero hablar de la avaricia. Pasión de
ricos . ¿Qué más quisiéramos nosotros que
poder ser avaros? Pero para guardar algo es
preciso tener algo .
No digo nada de la envidia . Francamente.
Mirémonos despacio unos a otros. ¿A quién
tener envidia? ¿Qué es ganga aquí? ¿Ser
empleado? Un empleado es como camisa de
pobre, que tira todo lo más de domingo a jueves. ¿Ser propietario? En España todos tienen
su viña a orillas del camino. ¿Tener ejecutorias
de nobleza? Es como poseer papel del
Estado. ¿Ser liberal? Tal cual teniendo casa en
Canarias ... ¿Ser ministro? Es casi mejor ser
liberal. ¿Ser escritor? Es mejor ser ministro,
como es mejor ser gato que ratón .
En una palabra , es preciso no tener sentido
común para tener envidia en España.
Entremos con el amor. Pero esta no es
pasión , que es tontería , y si fuera pasión, sería
la que más se pareciera a la de nuestro Señor
Jesucristo.
Dejemos en paz las demás pasiones, que
no hacen a nuestro propósito; yo doy la preferencia a esta última, porque de las demás he
oído decir que han llevado a muchos al sepulcro, y si bien la de nuestro Señor Jesucristo no
• Mariano José de Larra , Artículos completos , recopilación , prólogo y
notas de Melchor de Almagro San Martín , Aguilar, SA , de Ediciones ,
Madrid , 1968, 1482 pp .
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Biblioteca de México
Mariano José de Larra
Fígaro
\,"
.
deseo a los que nos dirigen otro mal sino que
aprendan más de lo que saben , y ruego a Su
Divina Majestad, en consecuencia , que les
haga pasar por unos cuantos años de cementerio. Hombres además tan amigos de la igualdad como de sus discursos parece , y tan desiguales en todo de los demás como de sus
actos consta , han menester para igualarse con
ellos pasar por ese aprendizaje, si es verdad ,
como comúnmente se dice, que la muerte lo
iguala todo .
Los filósofos cristianos han llamado unánimemente al mundo un valle de lágrimas; a ningún mundo viene más de molde esa lacrimosa
y romántica calificación que a este donde voy
a hacer mi entrada , mundo de dolor y de amargu ra, de fisonomías de cortes y de comunicados; no se puede dar un paso en él sin tropezar con la triste verdad. Porque ¿qué verdad
más triste que un periódico de la oposición?
Según ellos , las almas piadosas debemos
creer que estamos en el mundo de paso . ¿A
quién podrá cuadrar esta sentencia mejor que
a los redactores de este periódico? Si a nosotros aludieron los filósofos al sentar aquella
proposición , sin duda quisieron decir que estábamos de paso para Canarias. El padre
Almeida asegura que en el mundo no hacemos más que una peregrinación : ioh padre
perspicaz! Peregrinación , sin duda, a las islas
adyacentes por medios verdaderamente peregrinos; ni nos falta el palo para seguir nuestro
camino; cada día nos dan alguno nuevo y no
esperado; no nos falta la calabaza; ni ¿cómo
pudiera faltarnos en país donde cada hombre
que sale y sube , y se da a luz, sale calabaza?,
ni las reliquias, en fin, porque ¿qué otra cosa
es todo lo que estamos viendo sino reliquias
de lo pasado? Y si no tenemos sandalias ,
hagámonos cargo de qué parte de la peregrinación se ha de hacer por mar, y en cambio
tenemos zapatos, mientras nos queden treinta
y siete reales en el bolsillo propio o en el ajeno .
y zapatos ingleses, que no hay sino decir:
pies, ¿para qué os quiero sino para estos
zapatos? Verdadera peregrinación , durante la
cual nunca sabemos dónde nos tomará la
noche, si bien nos consta que haremos noche,
y, aun en caso de no tomarnos la noche, todas
las demás cosas nos tomarán incluso las
medidas.
Estamos de acuerdo en todo y por todo con
el padre Almeida , hasta cuando dice que no es
en este mundo donde está la felicidad , verdad
que no necesita que se la diga el padre
Almeida a quien tiene ojos en la cara ; a la salida de este mundo está , venerable padre , y el
enigma se ha descubierto porque , saliendo de
él como saldremos para Canarias , debemos
tener presente que los antiguos llamaban a
estas islas las islas Fortunadas, es decir, la
mansión de la felicidad ; así sea , que pronto lo
hemos de ver.
Hecha nuestra entrada en este miserable
mundo, mundo de persecución y de justicia,
mundo de desengaños y de fiscales de imprenta , mundo todo de jueces de hecho, y de denuncias y delaciones, recibamos el bautismo de
sangre, primer sacramento que recibe todo cristiano que entra en él , y aguardemos con resignación el sacramento no menos serio de la
penitencia que a vuelta de hoja nos espera .
Váyase porque tampoco hay otros sacramentos: el de las órdenes no debe dar cuidado a
quien como nosotros está dispuesto a no obedecerlas; el de la comunión lo dejamos para
otros fieles , en tiempos como estos, en que nos
quieren hacer comulgar con ruedas de molino;
en cuanto al del matrimonio, bastante infierno
tenemos con el señor juez y el fiscal de imprenta , con quienes parece que estamos casados,
según lo mal que nos llevamos. Nosotros no
nos casamos con nadie, y sólo nos parecemos
a los demás gentes del mundo en estar casa52
Biblioteca de México
dos con nuestra opinión, bien diferentes en eso
de las gentes que gobiernan, que cada día tienen una, verdaderos sectarios en ese punto de
la poligamia , y de las costumbres de Oriente,
por más que a primera vista parezcan personas
enteramente desorientadas y que pierden el
tino a un dos por tres.
Individuos ya del mundo, saludamos a nuestra entrada a los que en él nos han precedido ,
y, preparados a la lid que nos espera, lo consideramos como un circo romano, en el cual
vamos a luchar con las fieras ; no nos parece
necesario indicar quiénes son las fieras y quiénes somos nosotros; y vueltos al César, al tirano, es decir, al Gobierno, pronunciamos, como
los atletas que van a morir, la antigua fórmula
de costumbre:
Cesar, morituri te salutant; es decir:
Ministerio Calatrava, los escritores que vas a
desterrar te saludan.
Después de tomada la venia de la autoridad ,
sólo nos resta quitarnos la montera con desenfado , y ofrecer la primera fiera que caiga a la
salud del presidente y de toda la concurrencia .
Pero si nosotros caemos , caeremos al
menos como hombres de mundo, moriremos
cantando como canarios , es decir, enjaulados ,
ya que la suerte quiere que no haya jaulas en
España sino para los vivientes de pluma , que
no son otra cosa los escritores.
LAS CIRCUNSTANCIAS
Las circunstancias , he pensado muchas
veces , suelen ser la excusa de los errores y la
disciplina de las opiniones. La torpeza o mala
conducta hallan en boca del desgraciado un
tápalo-todo en las circunstancias que, dice, le
han traído a menos. En estas reflexiones estaba ocupada mi fantasía no hace muchos días,
cuando recibí una carta , que, por confirmar
mis ideas en el particular y venir tan oportunamente a este objeto, de que pensaba hacer un
artículo de costumbres, quiero trasladar ad
pedem litterae a mis lectores. Decía la carta :
"Señor Fígaro. Muy señor mío: A usted , señor
Fígaro , observador de costumbres, me dirijo
con dos objetos: primero, quejarme de mi mala
estrella ; segundo, inquirir de su experiencia,
pues le imagino a usted, por sus escritos, hombre de esos que han vivido más de lo que les
queda que vivir, si hay, efectivamente, de tejas
abajo una fatalidad que persigue a los humanos, y una desgracia en el mundo, que se asemeje a la desgracia mía. Soy un verdadero
juguete de las circunstancias, cuyo torrente no
pude nunca resistir, y que así me envolvieron
como envuelven los violentos remolinos de una
hoya al inexperto nadador, que se arrojó incauto en la pérfida corriente del caudaloso río.
Mi padre era inglés y rico , señor Fígaro , pero
MAR
O JOSE DE
LA
ARTl ULO
53
Biblioteca de México
OasicosLitu'tlr70s
D. MARIANO lOSE DE LARRA
{FIGAJIO)
-,
Editorial A.top"61~!
hallábase aislado en el mundo; era naturalmente metido en sí, y sólo un amigo tenía ;
antojósele a este amigo entrometerse en una
conspiración ; confió a mi padre varios papeles
importantes; descubrióse la conspiración , y
ambos tuvieron que huir. Vínose mi padre a
España , reducido a oro lo que pudo realizar de
sus cuantiosos bienes ; vio una linda gaditana,
prendóse de ella , casóse, y antes de los nueve
meses murió inconsolable, dando y tomando
siempre en lo de la conspiración , que hubo de
volverle el juicio. Vea usted aquí, señor Fígaro ,
a Eduardo Priestley, humilde servidor de
usted , cuyo destino debía haber sido , sin
duda , ser inglés, protestante y rico, español ,
católico y pobre , sin que pudiese encontrar
más causa de este trastueque que las circunstancias . Ya usted ve que la tomaron conmigo
desde pequeñito. Mi madre era mujer de rara
penetración y de ilustradas ideas. Crióme lo
mejor que supo , y en darme toda la educación
que se podía dar entonces en España consumió el poco caudal que le dejara mi padre .
Lleno yo de entusiasmo por la Magistratura, y
aborreciendo la carrera militar a que querían
destinarme, estudié leyes en la Universidad ;
pero puedo asegurar a usted que, a pesar de
eso , hubiera salido buen abogado, pues era
raro mi talento , sobre todo para ese estudio .
Probablemente, señor Fígaro , después de
haber sido gran abogado, hubiera vestido una
toga , hubiera calentado acaso una silla ministerial , y el Consejo de Castilla me hubiera
recogido al fin de mis días en su seno, donde
hubiera muerto descansadamente, dejando
fama imperecedera. Las circunstancias, sin
embargo, me lo impidieron . Había un
Napoleón en el mundo, y fue preciso que este
quisiera ser emperador, y emplear a sus hermanos en los mejores tronos de Europa para
que yo no fuese ni buen abogado ni mal ministro.
"Yo tenía sentimientos generosos; mis compañeros tomaron las armas y dejaron el estudiar nuestras leyes para defenderlas, que
urgía más. ¿Qué remedio? Dejé, como fray
Gerundio, los estudios , y me metí a predicador; es decir, me hice militar en obsequio de la
patria . En la campaña perdí mi carrera , la
paciencia y un ojo y las circunstancias me
dejaron tuerto y capitán ; sabe el cielo que para
ninguna de esas dos cosas servía . Yo , señor
Fígaro , era impetuoso y naturalmente inconstante ; menos servía , pues , para casado , ni
nunca pensara en serlo ; pero de resultas del
bombardeo de Cádiz murió mi madre, que,
gozando por sus relaciones de familia de algú n
favor, hubiera adelantado mi carrera . Otro
favor que me hicieron las circunstancias . Vime
solo en el mundo, y en ocasión en que una
linda aragonesa , hija de un diputado de las
Cortes de Cádiz, recogiéndome y ocultándome
en su casa , cubierto de heridas, me salvó la
vida por una rara combinación de circunstancias ; caséme de honrado y de agradecido, que
no de enamorado ; es decir, que me casaron
las circunstancias . En mi segunda carrera
debiera haber llegado a general , según mis
servicios, que a otros fajaron haciéndoselos
muy flacos a la patria ; pero era yerno de un
diputado: quitáronme las charreteras , envolviéronme en la común desgracia , y las ci rcunstancias me llevaron a Ceuta , adonde bien
sabe Dios que yo no quería ir; ah í hice la vida
de presidiario y de mal casado, que cualquiera
de esos dos dogales, por sí solo , bastara para
acabar con un hombre. Ya ve usted que yo no
tenía la culpa . ¿Quién diablos me casó?
¿Quién me hizo militar? ¿Quién me dio opiniones? En presidio no se hace carrera , pero se
hace mucho rencor. Sin embargo, salimos de
presidio , y como yo era hombre de bien , contúveme; pretendí, pero como no anduve por
los cafés , ni peroré , medios que exigían entonces las circustancias para prosperar, no sólo
no me emplearon , sino que me cantaron el trágala . Irritéme; el cielo es testigo que yo no
había nacido para periodista ; pero las circunstancias me pusieron la pluma en la mano: hice
artículos contra aquel Gobierno; y como enton54
Biblioteca de México
ces era uno libre para pensar como el que
estaba encima, recogí varias estocadas de
unos cuantos aficionados, que se andaban
haciendo motines por las calles . Esta fue la
corona de laurel que dieron las circunstancias
a mi carrera literaria. Escapéme, y fui a reunirme con los de la fe ; dijéronme allí que las circunstancias no permitían admitir en las filas a
un hombre que había sido marido de la hija de
un diputado de las Cortes de Cádiz, y no me
ahorcaron por mucho favor.
"'No pudiendo vivir como realista , fuime a
Francia, donde, en calidad de liberal, me colocaron en un depósito, con seis cuartos al día.
Vino , por fin, la amnistía, señor Fígaro. iEh!
Gracias a una reina clemente, ya no hay colores, ya no hay partidos. Ahora me emplearán ,
digo yo para mí; tengo talento, mis luces son
conocidas, soy útil .. . Pero, iay! , señor Fígaro ,
ya no tengo madre, ya no tengo mujer, ya no
tengo dinero, ya no tengo amigos ; las circunstancias de mi vida me han impedido adquirir
relaciones. Si llegara a hacerme visible para el
Poder, acaso lograría; sus intenciones son las
mejores del mundo; mas ¿cómo abrirme paso
por entre la nube de porteros y ujieres que
parapetan y defienden la llegada a los destinos? Las solicitudes que se presentan solas
son papeles mojados. iHay tantos que piden
por pedir! iHay tantos que niegan por negar!
Cien memoriales he dado, otras tantas espaldas he visto . "Deje usted; veremos si estas circunstancias se fijan " -me dicen los unos-o
"Espere usted -me responden los otros-; hay
tantos pretendientes en estas circunstancias. "
Pero , señor, replico yo, también es preciso vivir
en estas circunstancias . ¿Y no hay circunstancias para los que logran?
"Esta es, señor Fígaro , mi posición : o yo no
entiendo las circunstancias , o soy el hombre
más desdichado del mundo. El hijo del inglés,
el que debía haber sido rico , magistrado, literato, general, hombre ajeno de opiniones , acabará probablemente sus tres carreras distintas
en un solo hospital verdadero, merced a las
circunstancias; al mismo tiempo que otros que
no nacieron para nada, y que han tenido realmente todas las opiniones posibles, anduvieron , andan y andarán siempre levantados en
zancos, por esas mismas circunstancias. De
usted, señor Fígaro ,
No puedo menos de contestar al señor de
Priestley que el daño suyo estuvo, si hemos de
hablar vulgarmente , en nacer desgraciado,
mal que no tiene remedio; si hemos de raciocinar, en traer siempre trocadas las circunstancias ; en no saber que, mientras haya hombres,
la verdadera circunstancia es intrigar, estar
bien emparentado, lucir más de lo que se
tiene , mentir más de lo que se sabe , calumniar
al que no puede responder, abusar de la
buena fe, escribir en favor y no en contra del
que manda, tener una opinión muy marcada,
aunque por dentro se desprecien todas , procurando que esa opinión que se tenga sea siempre la que haya de vencer, y vociferarla en
tiempo y lugar oportunos ; conocer a los hombres , mirarlos de puertas adentro como instrumentos y tratarlos como amigos , cultivar la
amistad de las bellas como terreno productivo,
casarse a tiempo y no por honradez, gratitud ni
otras ilusiones, no enamorarse sino de dientes
afuera , yeso de las cosas que puedan servir...
Pero, santo Dios, gritará un rígido moralista,
iqué cuadro! iiiMaquiavélicos principios!!!
Fígaro no dice que sean buenos, señor moralista; pero tampoco Fígaro hizo al mundo como
es , ni lo ha de enmendar, ni a variar el corazón
humano alcanzarán todas las mejoras del
mundo. Las circunstancias hacen a los hom-
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55
Biblioteca de México
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con los hombres débiles; los hombres fuertes
las hacen a su placer, o, tomándolas como vienen , sábenlas convertir en su provecho. ¿Qué
son , por consiguiente, las circunstancias? Lo
mismo que la fortuna: palabras vacías de sentido con que trata el hombre de descargar en
seres ideales la responsabilidad de sus desatinos; las más veces, nada.
Casi siempre el talento es todo.
DIA DE DIFUNTOS
[)E 1836
Fígaro , en el cementerio
Beati qui moriuntur in Domino.
En atención a que no tengo gran memoria, circunstancia que no deja de contribuir a esta
especie de felicidad que dentro de mí mismo
me he formado , no tengo muy presente en qué
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artículo escríbí (en los tiempos en que yo
escribía) que vivía en un perpetuo asombro de
cuantas cosas a mi vista se presentaban .
Pudiera suceder también que no hubiera escrito tal cosa en ninguna parte , cuestión en verdad que dejaremos a un lado por harto poco
importante en época en que nadie parece
acordarse de lo que ha dicho ni de lo que otros
han hecho. Pero suponiendo que así fuese ,
hoy, día de difuntos de 1836, declaro que si tal
dije es como si nada hubiera dicho, porque en
la actualidad maldito si me asombro de cosa
alguna . He visto tanto, tanto, tanto .. ., como
dice alguien en El califa . Lo que sí me sucede
es no comprender claramente todo lo que veo ,
y así es que al amanecer un día de difuntos no
me asombra precisamente que haya tantas
gentes que vivan ; sucédeme , sí, que no lo
comprendo.
En esta duda estaba deliciosamente entretenido el Día de los Santos, y fundado en el
antiguo refrán , que dice: Fíate en la Virgen y
no corras (refrán cuyo origen no se concibe en
un país tan eminentemente cristiano como el
nuestro), encomendábame a todos ellos con
tanta esperanza , que no tardó en cubrir mi
frente una nube de melancolía; pero de aquellas melancolías de que sólo un liberal español ,
en estas circunstancias, puede formar una
idea aproximada. Quiero dar una idea de esta
melancolía; un hombre que cree en la amistad ,
y llega a verla por dentro; un inexperto, que se
ha enamorado de una mujer; un heredero,
cuyo tío indiano muere de repente sin testar;
un tenedor de bonos de Cortes, una viuda que
tiene asignada pensión sobre el Tesoro español , un diputado elegido en las penúltimas
elecciones , un militar que ha perdido una pierna por el Estatuto y se ha quedado sin pierna
y sin Estatuto, un grande que fue liberal por ser
prócer y que se ha quedado sólo liberal , un
general constitucional que persigue a Gómez,
imagen fiel del hombre corriendo siempre tras
la felicidad , sin encontrarla en ninguna parte ;
un redactor de El Mundo, en la cárcel , en virtud de la libertad de imprenta; un ministro de
España y un rey, en fin , constitucional , son
todos seres alegres y bulliciosos , comparada
su melancolía con aquella que a mí me acosaba , me oprimía y me abrumaba en el momento de que voy hablando.
Volvíame y me revolvía en un sillón de estos
que parecen camas , sepulcro de todas mis
meditaciones, y ora me daba palmadas en la
frente , como si fuese mi mal mal de casado;
56
Biblioteca de México
ora sepultaba las manos en mis faltriqueras , a
guisa de buscar mi dinero, como si mis faltriqueras fueran el pueblo español y mis dedos
otros tantos gobiernos; ora alzaba la vista al
cielo como si , en calidad de liberal, no me quedase más esperanza que en él; ora la bajaba
avergonzado, como quien ve un faccioso más,
cuando un sonido lúgubre y monótono, semejante al ruido de los partes, vino a sacudir mi
entorpecida existencia.
iDía de difuntos!, exclamé, y el bronce herido que anunciaba con lamentable clamor la
ausencia eterna de los que han sido, parecía
vibrar más lúgubre que ningún año, como si
presagiase su propia muerte. Ellas también ,
las campanas, han alcanzado su última hora ,
y sus tristes acentos son el estertor del moribundo; ellas también van a morir a manos de
la libertad , que todo lo vivifica, y ellas serán las
únicas en España, isanto Dios! , que morirán
colgadas . iY hay justicia divina!
La melancolía llegó entonces a su término;
por una reacción natural, cuando se ha agotado una situación , ocurrióme de pronto que la
melancolía es la cosa más alegre del mundo
para los que la ven, y la idea de servir yo entero de diversión .. . iFuera , exclamé , fuera! ,
como si estuviera viendo representar a un
actor español ; ifuera!, como si oyese hablar a
un orador en las Cortes; y arrojéme a la calle ;
pero , en realidad , con la misma calma y despacio como si tratase de cortar la retirada a
GÓmez.
Dirigíanse las gentes por las calles en gran
número y larga procesión serpenteando de
unas en otras , como largas culebras de infinitos colores; ial cementerio, al cementerio! i Y
para eso salían de las puertas de Madrid!
Vamos claros, dije yo para mí; ¿dónde está
el cementerio? ¿Fuera o dentro? Un vértigo
espantoso se apoderó de mí, y comencé a ver
claro. El cementerio está dentro de Madrid.
Madrid es el cementerio. Pero vasto cementerio, donde cada casa es el nicho de una fam ilia, cada calle el sepulcro de un acontecimiento , cada corazón la urna cineraria de una esperanza o de un deseo.
Entonces, y en tanto que los que creen vivir
acudían a la mansión que presumen de los
muertos, yo comencé a pasear con toda la
devoción y recogimiento de que soy capaz las
calles del grande osario.
"Necios , decía a los transeúntes , ¿os
movéis para ver muertos? ¿No tenéis espejos ,
por ventura? ¿Ha acabado también Gómez
con el azogue de Madrid? iMiraos, insensatos ,
a vosotros mismos, y en vuestra frente veréis
vuestro propio epitafio! ¿Vais a ver a vu estros
padres y a vuestros abuelos cuando vosotros
sois los muertos? Ellos viven , porque ellos tienen paz; ellos tienen libertad, la única posible
sobre la tierra , la que da la muerte; ellos no
pagan contribuciones, que no tienen ; ellos no
serán alistados ni movilizados; ellos no son
presos ni denunciados; ellos , en fin , no gimen
bajo la jurisdicción del celador del cuartel ; ellos
son los únicos que gozan de la libertad de
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~.
57
Biblioteca de México
ma. Los muchachos se habían divertido en
tirarle piedras, y la figura maltratada llevaba
sobre sí las muestras de la ingratitud .
y este mausoleo, a la izquierda. La Armeria.
Leamos:
Aquí yace el valor castellano, con todos sus
pertrechos. R. l. P
Los ministerios. Aquí yace media España.
Murió de la otra media.
Doña María de Aragón. Aquí yacen los tres
años.
y podía haberse añadido: aquí callan los
tres años . Pero el cuerpo no estaba en el sarcófago; una nota , al pie, decía:
El cuerpo del santo se trasladó a Cádiz en el
año 23, y allí, por descuido, cayó al mar.
y ni los v... ni los diablos veo.
y otra añadía, más moderna , sin duda: Y
resucitó al tercer día.
En el frontispicio decía: "Aquí yace el trono;
Más allá , isanto Dios! : Aquí yace la inquisinació en el reinado de Isabel la Católica, murió ción, hija de la fe y del fanatismo. Murió de
en La Granja, de un aire colado." En el basa- vejez. Con todo , anduve buscando, alguna
mento se ve ían cetro y corona y demás orna- nota de resurrección; o todavía no la habían
mentos de la dignidad real. La Legitimidad, puesto, o no se debía de poner nunca.
figura colosal , de mármol negro, lloraba enciAlgunos de los que se entretienen en poner
imprenta, porque ellos hablan al mundo.
Hablan en voz bien alta , y que ningún jurado
se atrevería a encausar y a condenar. Ellos, en
fin, no reconocen más que una ley, la imperiosa ley de la naturaleza que allí los puso, y esa
la obedecen."
¿Qué monumento es este?, exclamé al
comenzar mi paseo por el vasto cementerio.
¿Es el mismo un esqueleto inmenso de los
siglos pasados o la tumba de otros esqueletos? iPalacio! Por un lado mira a Madrid, es
decir, a las demás tumbas; por otro, mira a
Extremadura, esa provincia virgen .. ., como se
ha llamado hasta ahora . Al llegar aquí me
acordé del verso de Quevedo :
58
Biblioteca de México
letreros en las paredes había escrito, sin
embargo, con yeso, en una esquina , que no
parecía sino que se estaba saliendo, aun
antes de borrarse: Gobernación. iQué insolentes son los que ponen letreros en las paredes!
Ni los sepulcros respetan .
¿Qué es esto? iLa cárcel! Aquí reposa la
libertad del pensamiento. iDios mío, en
España, en el país ya educado para instituciones libres! Con todo, me acordé de aquel célebre epitafio, y añadí involuntariamente:
Santo; pero ya el Espíritu Santo no baja al
mundo en lenguas de fuego.
Aquí yace el Estatuto;
vivió y murió en un minuto.
Sea por muchos años, añadí; que así será .
Este debió de ser raquítico, según lo poco que
vivió .
El Estamento de Próceres. Allá , en el Retiro.
Cosa singular. iY no hay un Ministerio que dirija las cosas del mundo, no hay una inteligencia provisora , inexplicable! Los próceres, y su
sepulcro en el Retiro .
El sabio, en su retiro, y el villano, en su rincón .
Pero ya anochecía , y también era hora de
retiro para mí. Tendí una última ojeada sobre
el vasto cementerio. Olía a muerte próxima .
Los perros ladraban, con aquel aullido prolongado, intérprete de su instinto agorero ; el gran
coloso , la inmensa capital , toda ella , se removía como un moribundo que tantea la ropa ;
entonces no vi más que un gran sepulcro; una
inmensa lápida se disponía a cubrirlo como
una ancha tumba .
No había aquí yace todavía ; el escultor no
quería mentir; pero los nombres del difunto saltaban a la vista , ya distintamente delineados.
i Fuera , exclamé, la horrible pesadilla, fuera!
iLibertad! iConstitución ! iTres veces! iOpinión
nacional! iEmigración! iVergüenza! iDiscordia!
Todas estas palabras parecían repetirme a un
Aquí el pensamiento reposa ,
en su vida hizo otra cosa .
Dos redactores de El Mundo eran las figuras
lacrimatorias de esta grande urna . Se veían en
el relieve una cadena , una mordaza y una
pluma. Esta pluma , dije para mí, ¿es la de los
escritores o la de los escribanos? En la cárcel
todo puede ser.
La calle Postas, la calle de la Montera .
Estos no son sepulcros. Son osarios , donde,
mezclados y revueltos, duermen el comercio,
la industria, la buena fe , el negocio.
Sombras venerables , ihasta el valle de
Josafat!
Correos. iAquí yace la subordinación militar!
Una figura de yeso, sobre el vasto sepulcro,
ponía el dedo en la boca ; en la otra mano, una
especie de jeroglífico hablaba por ella ; una disciplina rota.
Puerta del Sol. La puerta del Sol ; esta no es
sepulcro sino de mentiras.
La Bolsa . Aquí yace el crédito español.
Semejante a las pirámides de Egipto, me pregunté, ¿es posible que se haya erigido este
edificio sólo para enterrar en él una cosa tan
pequeña?
La imprenta Nacional. Al revés que la Puerta
del Sol, este es el sepulcro de la verdad . Única
tumba de nuestro país donde , a uso de
Francia , vienen los concurrentes a echar flores.
La Victoria . Esa yace para nosotros en toda
España . Allí no había epitafio, no había monumento. Un pequeño letrero que el más ciego
podía leer, decía solo: iEste terreno lo ha comprado a perpetuidad, para su sepultura, la
Junta de Enajenación de Conventos!
iMis carnes se estremecieron ! iLo que va de
ayer a hoy! ¿Irá otro tanto de hoya mañana?
Los Teatros. Aquí reposan los ingenios
españoles. Ni una flor, ni un recuerdo, ni una
inscripción.
El Salón de Cortes . Fue casa del Espíritu
libro RTV
VUELVA USTED MAÑANA
Y OTROS ARTICULOS
59
B i bl io t eca de M éxico
tiempo los últimos ecos del clamor general de han andado los pueblos muy acordes, ni los
filósofos muy acordados, me limitaré a sentar
las campanas del día de difuntos de 1836.
Una nube sombría lo envolvió todo. Era la la proposición de que hay quien sueña a
noche. El frío de la noche helaba mis venas . voces , sin contar los que sueñan a golpes y
Quise salir violentamente del horrible cemen- porrazos . Hay tal que sueña, además, lo que le
terio . Quise refugiarme en mi propio corazón , está pasando; y muchas veces acontece ,
lleno no ha mucho de vida, de ilusiones, de decía Sancho, soñar uno que se cae de una
alta torre a un hondo abismo y encontrarse al
deseos.
iSanto cielo! También otro cementerio. Mi despertar sin saber cómo ni por dónde, cubiercorazón no es más que otro sepulcro. ¿Qué to de contusiones y cardenales ; esto es precidice? Leamos . ¿Quién ha muerto en él? samente lo que suele suceder a los que sueñan en política.
iEspantoso letrero! iAquí yace la esperanza!
iSilencio, silencio!
Quisiera yo, además, que me asegurasen
hábiles filósofos cuándo sueño y cuándo estoy
despierto, porque es a veces tanta la confusión que de la contrariedad de los sucesos
El FIN DE LA FIESTA
nace en mi fantasía , que, perdido ya el hilo, me
Gran cosa es soñar, sobre todo para el que entrego a creerlo y a dudarlo todo , y no diera
pueda buenamente soñar despierto, que soñar un real de a ocho por la certeza de aquello
dormido eso cualquiera lo hace, y la dificultad mismo que estoy viendo: iCómo de esas veces
entonces ya no está en soñar, sino en dormir. nos ha ocurrido tener ya encontrado un tesoro ,
Pero dejando aparte si en general dormimos o y apretarlo con las manos y restregarnos los
soñamos, y si nos movemos para despertar, o ojos, exclamando: iOh, esta vez estoy dessi sólo nos volvemos del otro lado, así como el pierto; esta vez no se escapará!, y despertar a
punto discutido, de si son los sueños combina- poco vacías las manos y llena la cabeza! A
ciones casuales que se forjan y complican esos tales hábiles filosofos preguntaríales de
sobre ideas conocidas, o proféticos y misterio- buena gana, por ejemplo , si fue realidad lo del
sos anuncios del porvenir, porque en esto no año 20 o pesadilla ; si fue obra de sonámbulos
60
Biblioteca de México
lo del 23, o verdadero candilazo de moro
encantado, y si salen los sueños de muchas
gentes de ahora por la puerta de marfil o por la
de cuerno, según la clasificación que de los
sueños ciertos y mentidos hizo Homero.
Adónde iríamos a parar con tal preámbulo, y
dónde despertaríamos, si nos dejaran después
de tanto dormir, ni es eso para pensado ni
menos es para dicho. Retrocedamos , o vámonos siquiera más despacio, ya que así lo exigen las circunstancias, y antes de que me sospeche mi lector de malicia, confesaré que todo
este preámbulo conduce a contarle un sueño
que no ha mucho tiempo he tenido .
Fue el caso que dormía yo , y dormía hacía
rato como cada hijo de vecino, con el tranquilo
sueño de costumbre, cuando se me representó de pronto que había andado mucho camino,
cosa que, por cierto, no era del todo verdad ,
como luego, en despertando, averigüé, y halléme en Bilbao poco más o menos, mezclado
entre multitud de gentes que iban y venían ,
con notable turbación y desaliento. Ruido de
armas sonaba por todas partes, voces y alaridos oía en derredor, chillones y quejumbrosos,
como de quien está llevando una pesada
zurra, y veía gran muchedumbre de facciosos
fantasmas, que tal me parecieron , porque en
queriendo llegar a tocarlos , luego se desvanecían . iCosa más natural en sueños!
-¿Qué hacemos aquí? -gritaban unos.
-¿Qué hemos hecho? -gritaban otros .
-¿Qué haremos? -pensaban los más.
-¿Qué nos harán? -añadían algunos.
Estas fantasmas están adelantadas, dije yo
para mí; ahora se andan en las conjugaciones ;
mejor les fuera contentarse con declinar. Por lo
visto, añadí, saben lo de Peñacerrada y lo de
Vitoria ; y era así que lo sabían y que toda la
algazara era motivada de hallarse esperando
la decisión de lo que ellos llamaban su Gobierno . Fuime introduciendo como pude hasta
la sala de la asamblea, y no fue poca fortuna ;
poco después de entrar yo cerráronse las
puertas, porque empezaba la sesión . Nadie
echó de ver mi persona , porque aquellas gentes ya de suyo veían poco y en aquellos
momentos sobre todo no estaban para distinguir de colores . Componían la reunión parte de
los de Bilbao, parte de los escapados de Vitoria. Había quien no quitaba los ojos de la
puerta , quien hablaba volviendo atrás la cabeza a cada frase , creyéndose perseguido , y
quien cantaba por lo bajo para espantar el
miedo.
Levantóse , por fin , uno que hacía de principal , y con voz mal segura :
-Señores -dijo-, no hay que tener miedo:
no hagan ustedes caso de mí. Han vencido a
los de Vitoria , pero a nosotros no nos vencerán .
-De eso, yo respondo- interrumpió otro,
colocándose las espuelas .
-En buena hora; procedamos entonces a
deliberar lo que en tan urgente caso se ha de
hacer. Señores, el error ha estado en reunirnos
y querernos constituir en orden y gobierno;
opino que nos desbandemos, y si nos llaman
facciosos , ¿qué importa? A bien que las palabras no matan . Sabidas son las ventajas de
esa especie de guerra. Tomadas, pues , las
medidas que para satisfacer a nuestro pueblo
bajo creamos necesarias, y publicada una proclama , q!Je ya veremos de redactarla como
podamos, por la cual se varíe la forma de nuestra existencia según las urgencias del momento , falta saber si habrá quien tenga ánimo para
hacer la vida de faccioso andante ...
- Todos- clamaron los presentes-, todos.
Alzándose entonces varios de los concurrentes, salió de sus filas el más osado , y dirigiéndose al presidente con gran sumisión y
respeto , imaginé hallarme de pronto trasladado a los antiguos tiempos de la caballería ,
según la petición , ceremonia y lenguaje que
creí presenciar y oír. "Cosa increíble", dirán
algunos ; pero como de esas cosas se ven en
sueños , y como de esos sueños hay que verdades son .
-Dos veces , señor Rebeldísimo (comenzó ,
que tal era el tratamiento que se me figuró oír,
como había de haber oído excelentísimo u otro
semejante); dos veces, señor Rebeldísimo, fui
faccioso , y tengo para mí que es la vida que
hay que hacer, y nada de esto de orden y
Gobierno, como han tratado, gravemente errados, vuestras Rebeldísimas de plantearlo. Las
causas perdidas , no nos hagamos ilusión
ahora que el pueblo no nos oye , han de defenderse con gentes perdidas . Suplico a vuestra
Rebeld ísima , pues , me avíe y autorice para
salir de población y no volver a obedecer a
especie alguna de bando , ni forma de Gobierno o Junta, y para volver a los montes, de
que nunca debiera haber salido, según es
grande la necesidad que tienen de mí los despoblados, y me dé licencia de pelear en calidad de faccioso para enderezar los del señor
emperador Carlos v, nuestro amo y señor natural (que en paz descar;¡sa ), los cuales tengo
61
Biblioteca de México
para mí que andan a la sazón en estos sus reinos, un tanto cuanto torcidos .
-Levantaos -dijo el presidente , oh nuevo
Don Merino-, y creed .. .
-No me levantaré , señor Rebeldísimo,
mientras no me otorgue el don que pedirle
intento; no me haga vuestra Rebeldísima tan
ignorante que no sepa , después de dos salidas que hice de mi aldea , con este mismo
objeto, de correr los montes como faccioso en
honra de Dios y provecho mío, enderezando
derechos de gente menesterosa , y deshaciendo casas y otras frioleras ; no me haga, repito,
tan ignorante que no sepa debo recibir la primera licencia de la Rebeldísima más inmediata , que luego las demás yo me las tomaré .
-Yo os lo otorgo -dijo contestando el presidente en el mismo estilo anticuado y quijotesco
de aquella gente atrasada-, yo os lo otorgo y os
hago faccioso , aunque vos os lo pudierais hacer
solo, para que toméis libremente y sin escrúpulo de conciencia el dinero de las administraciones, como es uso y costumbre de caballeros
facciosos, saqueéis a vuestro sabor los pueblos
que alcancéis a ver, huyáis de los más y acometáis a los menos, como en buena ley de esta
orden que abrazáis se usa; y para que toméis
en boca el nombre santo de la rel igión y del
trono, siempre que alguna de las mencionadas
cosas penséis hacer, que con eso os seguirán
los pueblos enteros como la soga sigue al caldero, y os llevaréis de calle a las gentes; y nombrad la religión aunque os las hayáis con enemigos más cristianos que vos, si cabe, que sí
cabrá , pues eso no importa al intento.
-No me levantaré -añadió el andante faccioso-, mientras no me absuelva vuestra
Rebeldísima del voto que en una malhadada
exposición hice de defender los derechos de la
reina doña Isabel ...
-iMiren en qué se para el señor faccioso!
-susurraron entonces los fantasmas todos.
-Yo os levanto -repuso el presidente-, a
pesar de no ser necesario: que yo tengo
entendido que el caballero faccioso puede
jurar y perjurar como y cuando y lo que guste,
en poblado o en despoblado, de palabra o por
escrito, con tal que no haga ánimo de cumplirlo. Además de que yo tengo para mí que faccioso tan cumplido como vuestra merced haría
al jurar una restricción mental , como en
muchos autores de estas cosas se encuentra .
-S í hice.
-Tanto más, señor andante , cuanto que el
toque de ser faccioso está en salir a correr el
campo, y no a jurar, y que si ha de correr el tal
campo ha de ser por el caído, y no por el que
mande; porque en otro caso no habría facción .
Asiendo en seguida de una espada , ciñósela, añadiendo:
-Con ella cortaréis cristianamente , hasta la
quinta generación , los miembros de todos
aquellos que pilléis desbandados y que no
reconozcan al gran don Carlos v, y aun en caso
de apuro, a los que le reconozcan . Este bastón
-añadió, dándole el suyo propio, con las iniciales A. S. en el puño, que debían de querer decir
a saltear- os servirá de mandar a palos .
Dióle entonces un bofetón, en insignia y representación de los muchos que lleva diariamente su causa , y díjole:
-Dios haga a vuestra Rebeldía muy buen
faccioso y le dé ventura y aventuras .
En cuanto a dinero, camisas y espuelas , fue
advertido que no las traía , y preguntóle el que
le armaba el porqué , a lo cual repuso que dinero no llevaba porque era sabido que un faccioso tenía dinero en todas partes donde lo hubiese , y que él pensaba ganar tanto y tan bueno
en el primer encuentro, que no había de poderse contar; en lo de camisa , dijo que él no sab ía
que ningún faccioso hubiese usado nunca
camisa ; en punto a espuelas , contestó que él
no había leído en ninguna parte , si bien no
gustaba de leer, que llevasen los facciosos
espuelas a sus expediciones, sino antes que
había visto muchos que ni estribos llevaban ,
cuanto más espuelas ; pero que si lo juzgaba
conveniente tan gran faccioso como era el
señor Rebeldísimo, que él daría la vuelta a su
lugar, donde conocía a un negro a quien pensaba pedírselas prestadas , pena de la vida .
Díjole su Rebeldísima a esto que nada decían los libros de las espuelas , como cosa que
se callaba por sabida , y que reparase , si no,
cómo en todas las partes se aseguraba que se
salvaban muchas veces los caballeros facciosos por la velocidad de sus caballos .
Dio, pues , palabra el faccioso de llevar
espuelas, y en cuanto a lo del velar las armas ,
convínose que no las velaría , por hallarse el
cabecilla Sarsfield algo cerca ya de Bilbao a
aquella hora , y porque harto tendría que velar
quien había de anda r siempre a salto de mata ;
con lo cual se acabó la ceremonia , creyéndola
yo ver repetir poco más o menos con los
demás que a tanta distinción y a tan holgada
vida aspiraban ; y tomando en seguida todos
para el despoblado, con los que del pueblo
quisieron seguirlos , que fueron los menos.
62
Bibliote ca de México
Gran bulla y confusión se armó, al llegar
aquí, entre las gentes que en la plaza esperaban tumultuariamente ; desesperábanse los
del Gobierno y pedían tiempo; pero como no
fuera posible aplacar a la muchedumbre,
cogió el presidente un papel blanco, y con
gran prisa y temor, zurció una proclama, con
honores de decreto, y saliendo a la escalera ,
y puesto en el dintel de la anchurosa puerta ,
comenzóla a leer, en los términos siguientes ,
si mal no me acuerdo, y decía conforme yo la
oí en medio de mi pesadilla:
"Fieles vasallos que ibais a ser del señor
don Carlos v: Las cosas van de mal a peor y
se acercan las tropas del cabecilla Sarsfield.
¿Cómo han llegado hasta aqui?, se me preguntará. Ahí veréis. Vuestra Junta, sin embargo, no cree oportuno esperarle; vosotros mismos conocéis que todo encuentro con él sería
desagradable. Vuestro Gobierno, pues, meditada su situación, y que probablemente no
podrá mandar donde manden las tropas de la
reina, por antiguas antipatías que entre unos y
otros existen, ha pensado jugarles una burla y
darles un brillante chasco: pensarán acaso
que los esperamos; pero vuestro Gobierno no
espera a nadie; quédense, pues , solos , y ahí
les quedan las provincias; nosotros imitemos
al señor don Carlos v, y sigámosles la paralela. Hijos, corred , volad , no ya a las armas ,
pero corred, corred a donde podáis . Ellos
quieren que haya libertad de pensar y de
obrar..."
-iQue escándalo! -gritó el pueblo.
-Si no queréis pensar, pues, salvaos .
Vuestro Gobierno ha decretado lo siguiente:
"10 El Gobierno del señor don Carlos v se
desgobierna por sí y ante sí.
"20 En vista de que su majestad señor don
Carlos v (que decíamos) se ha atenido a la
paralela que le sigue el cabecilla Rodil , a lo
largo del Portugal, declara el señor Carlos v
nulo para el paso, y antes de desgobernarse
nombra por su sucesor al señor Carlos VI , yasí
sucesivamente hasta el fin de la numeración
conocida, si fuese necesario.
"30 Vuestro Gobierno, al desgobernarse, no
queriendo separarse de lo usado en tales circunstancias, se lleva los fondos que tiene a su
disposición, con el objeto de pasar a Francia o
a cualquiera otra parte , pues es de todo rigor
en esta clase de levantamientos que se salven
las cabezas y sólo sean cogidos y fusilados los
pobres que se han sacrificado."
Larra
ARTICUlOS
DE COSTUMBRES
AI1rologf. d ispueSIB y prologad. po<
AZORIN
Deeimou.ft.
e4~cI 6 n
-¡Bravo! iBravo! -interrumpió de nuevo el
pueblo, enternecido, llorando a lágrima viva de
entusiasmo y gratitud-o iBravo! iViva nuestro
paternal Gobierno!
"40 Vuestro Gobierno prohíbe a cualquiera
de vosotros que penséis sobre ese ni sobre
otro particular ninguno, debiendo dejar en libertad de pensar y obrar para los enemigos
del señor ex Carlos v, quien tampoco piensa ni
obra.
"50 Vuestro Gobierno autoriza a todo el que
quiera para salir a los campos a ser faccioso ,
y los gajes todos y manos puercas de esta
especie de ocupación .
"60 Da por nulos los ejercicios todos que diariamente celebrasteis por espacio de mes y
medio, para prepararnos a recibir al enemigo,
en vista de que ya no se le espera.
"70 El Gobierno, en fin, de Su Majestad el
señor don Carlos VI , rey por disposición de su
augusto padre, quien le deja en herencia el
cetro que nunca tuvo, os suelta y desata de
todos cuantos vínculos os ligan a su causa , y
renuncia generosamente a gobernaros, en vista
de las vivísimas instancias que para ello le hace
el cabecilla Sarsfield; pudiendo, el que guste, a
su llegada, manifestarse fiel a sus principios y
su causa, y decirse oprimido y forzado y demás
fórmulas de estilo, hasta o asión más favorable.
63
B ib lioteca de Méxi co
"Dada y tomada en Bilbao, antes del año 1,
si cabe. "
-iViva , viva! -gritaron a un tiempo los concurrentes .
Grave rumor oí entonces que se acercaba
por las calles: "iSarsfield! iSarsfield", gritaban
varios. "iCarios v!", añadían débilmente algunos; y tal jira se armó y tal zalagarda, que imaginé que me llevaban los diablos, es decir, los
facciosos en cuerpo y alma. Esparcióse entonces en derredor progresiva y densísima obscuridad , que unos decían ser el crepúsculo de la
mañana y otros el de la noche; ni uno ni otro;
era una opaca niebla que, a mi entender, se
alzaba de la ría a proteger a los que huían.
Veíase cada vez menos, oíanse truenos a lo
lejos y tiros a lo cerca ; encontrábanse todas
unas con otras, las fantasmas , y se empujaban
y me hablaban a manera de soplo frío, y con un
ruido monótono semejante al g/u g/u de botella
que se vacía; palpábame, y mi carne se estremecía . Doblábanse las sombras, aparecían
inmensos grupos a través. Por último, sucedió
el silencio y desapareció aquella batahola de
movedizas y apiñadas figuras ; como agua que
se desliza se derramó y corrió fuera de las
calles y plazas .
De allí a poco, al estrépito y acompasado
estruendo de las cajas y clarines y de numerosos vivas a Cristina y a Isabel , creí ver que la
. niebla se esparcía y disipaba; seguíala yo por
ver si era ella la que me ocultaba la inmensa
muchedumbre del bando carlista ; pero en vano
tendía la vista por uno y otro lado. Habrá quedado vacía la población , exclamé ; pero Bilbao
estaba allí , y más numeroso gentío que antes
llenaba de nuevo las calles y las plazas; las
ventanas estaban llenas de gentes, lleno el
aire de vivas ; alguna que otra cara , creí reconocer de las pasadas en la multitud ... (Cosas
de sueños .) Pero ¿y los facciosos? Ellos y la
niebla , todo había desaparecido. El entusiasmo, en fin , y la apretura , me despertaron dudoso y fatigado. "¿Fue sueño? -exclamé-. ¿Fue
realidad? ¿Y las provincias rebeldes? " En
aquel punto entró hasta mi lecho mi criado , y
dándome un papel : "Señor -dijo-, la Gaceta
extraordinaria ."
iViva Cristina! iViva Isabel II! Las provincias
son ya nuestras, y allí ya la fiesta es acabada.
64
Biblioteca de México
C o n m o t i v o de la presencia de A l e m a n i a c o m o invitada de h o n o r a la Feria
I n t e r n a c i o n a l del L i b r o de Guadalajara 2 0 1 1 , el G o e t h e - I n s t i t u t M e x i k o y el
C o n a c u l t a , a t r a v é s de la Biblioteca de M é x i c o " J o s é V a s c o n c e l o s " y la Biblioteca
V a s c o n c e l o s p r e s e n t a n el ciclo de lecturas b i l i n g ü e s e s p a ñ o l - a l e m á n :
Sábado 19 de noviembre de 2 0 1 1 , 13:00 horas
Leyendo a Wladimir Kaminer
lENALi
ITERNACIONAl
Nadia Legarreta y Katharina Storch
ERA||^
Sábado 26 de noviembre de 2 0 1 1 , 13:00 horas
Leyendo a Siegfried Lenz
Lectoras:
Nadia Legarreta y Franca Seipolt
MÉXICO
1-6
DE OCTUBRE
2012
Sábado 03 de diciembre de 2 0 1 1 , 13:00 horas
L e c t u r a con la escritora Monika Marón
Participan: la autora y Sandra Félix
CONCURSO INTERNACIONAL
DE PRODUCCIONES
RADIOFÓNICAS
Lecturas dirigidas a público adolescente y adulto | Entrada gratuita
Muestra al mundo cómo suena la radio hoy.
Presentaciones:
Mezanine de la Biblioteca Vasconcelos
¡Participa! Consulta las bases en
www.bienalderadio.gob.mx
©BienalRadio D Bienal de Radio
Ubicada en Eje 1 Norte s / n esquina Aldama, Col. Buenavista.
Informes:
Biblioteca Vasconcelos 9157 2800 ext. 4 0 6 4 y 4043
Biblioteca de México 4155 0 8 3 0 ext. 3859
bibliotecademexicoe)yahoo.com.mx
www.bibliotecademexico.gob.mx
www.mexlcoescultura.com
www.goethe.de/mx
Fomentando la cultura construimos un Mcvico más fuerte
REVISTADELA
M i g u e l Á n g e l G r a n a d o s CIJ^F
Texto inédito
!
'
Λ F e r n a n d o del Paso
flbe
CANAL 22
PRESENTA
LaDi^hO^
PALABRA
la mano de Dios
La celebración de nuestro lenguaje
^^Wnás
Segovia
C o n d u c e n Laura García. Germán Ortega,
^ P ^ ^ t r a s repúblicas
I^HPel G o n z á l e z
Dueñas
^ ^ o b j s e Tomás Segovia
Emmanuel Carballo
Poetas e s p a ñ o l e s del e x i l i o
Gonzalo Celorio
Fray S e r v a n d o y V a l l e - A r i z p e
Antonio Navalón
Las razones de O b a m a
I g n a c i o Solares
Cieeren Dios en tiempos violent
G u i l l i r m o Vega Zaragoza
S o b r e Tomas Transtromer
Pable Espinosa
Textos de
I
Federico Alvarez
•
Adolfo Gilly
•
Anamari G o m í s ,
Τ
M o n i c a Lavín
En el, oído de O d i s e o
Fabienne Bradu
Manael Rodríguez Lozano
y Antónieta Rívas Mercado
Myriam Moscona
N a d i a Villafuerte
Reportaje gráfico
José Woldenberg
Manuel Rodríguez Lozano
Pablo Boullosa, Eduardo Casar y Nicolás Alvarado
ANTÓN CHÉJOV
EN EL DEPARTAMENTO
DE CORREOS
I
•
Hace pocos días enterramos a ia joven esposa de
nuestro viejo compañero Sladl<opertzev. Después
del entierro de aquella belleza, y según costumbre
seguida por nuestros padres y abuelos, nos reunimos en el departamento de Correos para honrar su
memoria. Cuando se sirvieron los blini,^ el viejo viudo
se echó a llorar, y dijo:
-¡Estos blini tan sonrosados me recuerdan a la
difunta! ¡Son igual de bonitos! ¡Exactamente igual!
- E n efecto -asintieron los que honraban la memoria de ésta-, tenía usted una mujer que era realmente una belleza. ¡Una mujer de primera clase!
-Sí, señores... Al verla quedaba todo el mundo
asombrado... Pero yo no la quería por su belleza ni
por su buen carácter. Esas dos cualidades son comunes a cualquier naturaleza femenina y se encuentran con bastante frecuencia en la vida. La quería por otra cualidad de su alma. Quería a la difunta
porque, a pesar de la viveza y animación de carácter, era fiel a su marido. Me era fiel, aunque sólo
tenía veinte años, mientras que yo estoy próximo a
cumplir los sesenta. ¡A mí..., un viejo..., me era fiel!...
El diácono, que comía con nosotros, expresó su
duda con una tos y un mugido elocuentes.
-¿Quiere usted decir que no lo cree? -dijo el viudo, dirigiéndose a él.
- N o es que no lo crea - s e azoró el diácono-. Pero
es que hoy en día las mujeres jóvenes... son demasiado rendez vous..., demasiado sauce provencale...
-Pues aunque lo dude, se lo he de demostrar. Yo
me valía de distintos medios..., llamémoslos estratégicos..., como una especie de fortificación..., para
sostener su fidelidad. Con aquel proceder y con mi
astucia no había posibilidad de que mi mujer me
engañara jamás. Defendía mi vida matrimonial
pleando la astucia. Utilizaba unas palabras...,
una contraseña... Sabía que me era suficiente
nunciar una sola de aquellas palabras para pe
dormir tranquilo en lo tocante a su fidelidad.
- ¿ Y qué palabras eran ésas?
- L a s más sencillas. Hice correr un rumor malic
por la ciudad. Un rumor que les es a ustedes
conocido. A todos iba diciendo: "Mi mujer, Aler
tiene relaciones amorosas con nuestro jefe
Policía, Iván Alekseich Salijvatsky." Estas palafc
bastaban. Por miedo a la ira del jefe de Policía,
había un solo hombre que se atreviera a hacer I
corte a Aleña. Hasta se daba el caso de que salier
huyendo cuando la veían para no dar que pensar i
Salijvatsky. ¡Je..., je..., je...! ¡Porque eso sí...!
alguno se hubiera tropezado con ese ídolo bigotuc
lo hubiera pasado muy mal! ¡Por menos de nada es
capaz de echarte encima cinco denuncias oficiales
amparándose en la cuestión sanitaria..., o de, si ve
tu gato en la calle, denunciártelo como si se tratara
de una bestia vagabunda!
- ¿ S u mujer no tenía entonces relaciones con Iva
Alekseich? - n o s asombramos.
- ¡ Q u é iba a tener, señores! ¡Todo era astucia i
¡Je..., je..., je...! ¿Verdad, jóvenes, que los he tenic
muy bien engañados?... ¡Así es!
Transcurrieron cerca de tres minutos en silenc
Estábamos sentados, callados, dolidos y a la ve
avergonzados de que aquel viejo gordo de la nariz
colorada hubiera sabido engañarnos de modo tan
taimado.
- B i e n . Si Dios quiere, te volverás a casar -gruño
el diácono.
' Especie de bocadillos
ilquier p a r t i d o p o l í t i c o . Q u e d a p r o h i b i d o el us
fomentando
Vivir Mejor
la cultura construimos
www.gobiernofederal.gob.mx
un México más fuerte
www.conaculta.gob.mx
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