RAFAEL ALBERTI RAFAEL ALBERTI Debajo del poeta late siempre el pintor y viceversa. EL ABURRIMIENTO (Poema escénico) Me aburro. Me aburro. Me aburro. ¡Cómo en Roma me aburro! Más que nunca me aburro. Estoy muy aburrido. ¡Qué aburrido estoy! Quiero decir de todas las maneras lo aburrido que estoy. Todos ven en mi cara mi gran aburrimiento. Innegable, señor. Es indisimulable. ¿Está usted aburrido? Me parece que está usted aburrido. Dígame, ¿a dónde va tan aburrido? ¿Qué usted va a las iglesias con ese aburrimiento? No es posible, señor, que vaya a las iglesias con ese aburrimiento. ¿Que a los museos -dice- siendo tan aburrido? ¿Quién no siente en mi andar lo aburrido que estoy? ¡Qué aire de aburrimiento! Mi gran aburrimiento. Lo aburrido que estoy. Y sin embargo…¡Oooh! He pisado una caca… Acabo de pisar –Santo Dios- una caca… Dicen que trae suerte el pisar una caca… Que trae mucha suerte el pisar una caca… ¿Suerte, señores, suerte? ¿La suerte…la…la suerte? Estoy pegado al suelo. No puedo caminar. Ahora sí ya nunca volveré a caminar. Me aburro, ay, me aburro. Más que nunca me aburro. Muero de aburrimiento. No hablo más… Me morí. (Rafael Alberti) Rafael Alberti nace el 16 de diciembre de 1902 en el seno de una familia de origen italiano en Cádiz y muere también en Cádiz el 28 de octubre de 1999 a la edad de 96 años. Fue un escritor español especialmente reconocido como poeta, miembro de la generación del 27. Una generación literaria es un grupo de personas escritoras que, nacidas en fechas cercanas y movidas por un acontecimiento de su época, se enfrentan a los mismos problemas y reaccionan de modo semejante ante ellos. 1927 hubo un acontecimiento que unió y dio nombre a dicho grupo, se celebró la conmemoración del tercer centenario de Luis de Góngora. En el Ateneo de Sevilla tuvo lugar un encuentro de escritores para homenajear al poeta cordobés, al que van a considerar como el símbolo de esa poesía pura que todos anhelaban y que suponía el rechazo a la tradición academicista y a las ideas modernistas que ya consideraban superadas y agotadas. En 1917 se traslada con su familia a Madrid. Rafael Alberti había decidido seguir su vocación de pintor y su visita al Prado fue decisiva para él. En sus dibujos de esta época capta perfectamente la estética del vanguardismo más avanzado. Con la muerte de su padre en 1920 empieza a escribir sus primeros versos. Se traslada a Guadarrama por una afección pulmonar y es allí donde escribe su primer libro Marinero en tierra, con el que obtendrá el premio nacional de literatura. De regreso a Madrid irá introduciéndose en la Residencia de Estudiantes, donde conoce y se relaciona con otros jóvenes con los que se constituirá el más brillante grupo poético del siglo XX “la generación del 27”. La Residencia de Estudiantes era un punto de encuentro y confluencia de personas de diferentes ramas pero con las mismas inquietudes como; Pedro Salinas, Jorge Guillen, Gerardo Diego, Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Emilio Prados, Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre, y Rafael Alberti, hasta aquí los poetas de la generación del 27, pero también eran asiduos o visitantes personas como Miguel Hernández, Dalí, Buñuel, Miguel de Unamuno, Alfonso Reyes, Manuel de Falla, Juan Ramón Jiménez, José Ortega y Gasset, Blas Cabrera, Eugenio d´Ors. Rafael Alberti se comprometió activamente en la defensa de la segunda república española (1931-1939). Se afilió al partido comunista de España. Después de la derrota de la República y tras la guerra civil española, debido a sus actividades políticas, fue obligado al exilio. Desde el exilio con su compañera, la también escritora María Teresa León, vivió en Argentina hasta 1962. A partir de ese año residió en Roma, y no pudo regresar a España hasta 1977, tras el fin de la dictadura franquista. Tras treinta y ocho años de exilio fue elegido diputado por la provincia de Cádiz. El poeta recoge su vida durante los años de destierro en “La arboleda perdida (1959 y 1987)”. Su ya hoy mítica vida está ligada, durante casi un siglo, a los acontecimientos culturales, políticos y sociales más destacados de nuestro país. CANTO, RÍO, CON TUS AGUAS Canto, río, con tus aguas: De piedra, los que no lloran. De piedra los que no lloran. De piedra los que no lloran. Yo nunca seré de piedra. Lloraré cuando haga falta. Lloraré cuando haga falta. Lloraré cuando haga falta. Canto, río, con tus aguas: De piedra los que no gritan. De piedra los que no ríen. De piedra los que no cantan. Yo nunca seré de piedra. Gritaré cuando haga falta. Reiré cuando haga falta. Cantaré cuando haga falta. (Rafael Alberti) NOCTURNO Toma y toma la llave de Roma, porque en Roma hay una calle, en la calle hay una casa, en la casa hay una alcoba, en la alcoba hay una cama, en la cama hay una dama, una dama enamorada, que toma la llave, que deja la cama, que deja la alcoba, que deja la casa, que sale a la calle, que toma una espada, que corre en la noche matando al que pasa, que vuelve a su calle, que vuelve a su casa, que sube a su alcoba, que se entra en su casa, que se esconde la llave, que esconde la espada, quedándose Roma sin gente que pasa, sin muerte y sin noche, sin llave y sin dama. (Rafael Alberti) Rafael Alberti fusionará sus dos vocaciones, poesía y pintura creando las “liricografías”, en la que dibuja sus versos (“diérame ahora la locura / que en aquel tiempo me tenía / para pintar la poesía con el pincel de la pintura”). Su poesía es plástica, llena de color, luminosa como su pintura. Antes de escribirla, según él, tenía que verla dibujada. Y su pintura tiene todo el lirismo de sus versos. Picasso en un dibujo que le regaló, le puso la siguiente frase dedicatoria: “Del poeta Pablo Picasso al pintor Rafael Alberti” Alberti nunca abandonará su labor como pintor. Su sentido artístico lo llevará a decorar todo tipo de muebles y objetos (abanicos, espejos, cajas, puertas), como una lúdica actividad para sus amistades y complacer encargos puntuales que se le hacían. LIRICOGRAFIAS Poemas ilustrados ¡A VOLAR! Leñador, no tales el pino, que un hogar hay dormido en su copa. - Señora abubilla, Señor gorrión, hermana mía calandria, sobrina del ruiseñor; ave sin cola, martín pescador, parado y triste alcaraván; ¡a volar, pajaritos al mar! (Rafael Alberti) “La poesía de Alberti es para recitarla y oírla”, eso decía el autor. WEBGRAFÍA Poetas del 27 http://www.juntadeandalucia.es/educacion/educacion/poetasdel27/com/jsp/contenido.jsp?pag=/poetasdel27/c ontenidos/Poetas/laGeneraciondel27&seccion=poetas