Leer - Asociación Educar

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Monografía
Formación en Neurosicoeducación
Alumna: Ana Elena Davyt Bouissa
www.asociacioneducar.com
Mail: [email protected]
MSN: [email protected]
¡SOCORRO!
SOY DOCENTE…
¡SOCORRO! SOY DOCENTE…
HIPÓTESIS: Debemos conocernos neurológicamente para entendernos,
controlar nuestras ansiedades, nuestra parte emocional, logrando la necesaria
empatía con nuestro entorno y nuestros alumnos. Debemos recordar que
nuestros alumnos pertenecen a diversas familias, con entornos y situaciones
diferentes que comparten con nosotros y sus compañeros en el ámbito escolar
donde confluyen diferentes estímulos que van a favor o en contra del acto
educativo. Todo acto educativo debe implicar aprendizaje, el desarrollo mutuo
de nuestras emociones y el de nuestras funciones ejecutivas-cognitivas.
Cuando optamos estudiar para formarnos como docentes intervienen
diversos factores, pueden ser entre muchos:
1- Por un llamado vocacional.
2- Opción para lograr un título rápido como salida laboral a corto plazo.
3- Por no tener oportunidad de asistir a otro centro de nivel terciario.
4- Por descarte, no saber qué hacer.
5- Para tener muchos días de licencia (se escucha comúnmente).
En muchas ocasiones todo transcurre sin grandes sobresaltos hasta que se
comienza a trabajar dentro del aula directamente con los alumnos. Es aquí
donde generalmente aparecen los conflictos consigo mismo y con el medio,
nos invade la ansiedad, enfrentamientos, decepciones por no poder cumplir
con los objetivos propuestos o con lo que nos obligan. Las consecuencias
pueden ser diversas, desde abandonar el trabajo o llegar al stress crónico el
cual ya tiene su nombre: “síndrome del quemado”. Es aquí donde aparecen las
excusas para no ir a trabajar, apatía total hasta desencadenar en una
enfermedad orgánica.
¡Atención!, es increíble que esto no solo suele sucederle a los docentes sino
también a nuestros alumnos, porque debemos recordar que la clase la
formamos todos y el acto educativo es un ir y venir en forma constante.
Aparecen múltiples interrogantes al querer buscar explicaciones de lo
anteriormente descripto, como: -¿Qué nos está sucediendo?- ¿No logramos la
sintonía necesaria con los alumnos y ellos con nosotros?- ¿Quizás no nos
prepararon para ser docentes de los alumnos del siglo XXI?- ¿Por qué nos
cuesta tanto lograr la atención de nuestros alumnos?-¿Me falta experiencia?¿Quizás deba dejar porque hace muchos años que estoy trabajando?- Es así
que las interrogantes pueden continuar. Quizás el problema no está en la
interrogante en sí, sino en cómo nos la planteamos, muchas veces la
formulamos en forma equivocada.
A lo largo de la historia de la Pedagogía y de la Didáctica encontramos
diversos paradigmas que centran la atención en el alumno y el docente desde
diversos puntos de vista.
Sócrates nos habla del poder del diálogo, de las preguntas guiadas por él
para que emerjan los conocimientos de los educandos, como lo hace una
partera al ayudar nacer nuevas vidas a este mundo; vemos aquí un acto de
búsqueda de algo que ya existe en el ser.
Platón nos habla del Mundo de las Ideas y del Mundo de las Cosas, el ser
humano conoce a través del fenómeno llamado “reminiscencia” o recuerdo del
viaje de su alma a través del mundo de las ideas, mundo intangible y espiritual.
Jesús nos dice que la única manera de educar en forma permanente y eficaz
es a través del ejemplo.
En la época modera son múltiples y variadas las corrientes como Montessori,
Dewey, Paulo Freire, Vaz Ferreira, Mathew Lipman pudiendo seguir
enumerando en forma infinita.
Existe algo en común entre ellos y es que consideran que el acto de educar
se logra a través de una relación directa, constante, en armonía, atractiva,
permanente, buscando llegar a la empatía de ambas partes siendo el docente
el que debe dar el primer paso.
Pero ¿qué pasa con el acto de educar en el mundo posmoderno, globalizado
y con exceso de estímulos que nos toca vivir hoy?
Hoy las diferentes Ciencias nos han afirmado y demostrado que el ser
humano actual es un todo formado de cuerpo, cerebro, mente en un medio
ambiente donde confluyen todos los caracteres genéticos y los adquiridos. A
partir de la década de los 90 comienzan los estudios en profundidad de las
llamadas Neurociencias, o sea el estudio de nuestro cerebro en vivo, con
diferentes técnicas gracias a los adelantos científicos. Esto demostró que la
evolución del cerebro ha pasado por diferentes etapas hasta llegar al ser
humano actual donde a través de nuestros lóbulos frontales de nuestro cerebro
poseemos funciones ejecutivas-cognitivas. Si desarrollamos esta parte
seremos capaces de razonar, de planificar, de darnos cuenta de nuestros
errores, dominar nuestra parte instintiva y emocional logrando un equilibrio que
nos dará la posibilidad de sentirnos felices. Todo este proceso parece sencillo
cuando lo explicamos pero para que se logre han tenido que pasar millones de
años y tienen que sucederse infinitas conexiones neurológicas produciendo
diferentes neurotransmisores que hacen que nuestra vida pueda tener un
sentido no solo de supervivencia sino también de trascendencia.
En el mundo de ayer todo era más lento, había mayor posibilidad de
tomarnos mayor tiempo para reaccionar y tomar decisiones pero hoy la
vorágine del mundo capitalista, consumista y globalizado hace que nuestros
comportamientos sean cada vez más vertiginosos y menos pensados, vivimos
en el mundo del aquí y del ahora. Como nos explica Asociación Educar, la
prioridad del hoy es: Hacer, Tener y Ser en última instancia, posee solamente
el sentido de supervivencia. Podemos a través de nuestro autoconocimiento y
de la educación invertir esta escala y lograr: SER, HACER, TENER.; aquí
estamos presentes ante el acto de trascender que nos hará cada vez más
solidarios, dejar caminos hechos y allanados para los que nos siguen, logrando
un equilibrio en nuestro ser que nos llevará a ser felices.
Los diferentes conocimientos que nos brindan las Neurociencias pueden ser
aplicados a través del acto más buscado y discutido por nosotros a través de la
EDUCACIÓN. Aquí se comienza a trabajar con una nueva rama llamada
Neurosicoeducación.
“La Neurosicoeducación es una disciplina que integra los más modernos
conocimientos de las Ciencias y Neurociencias que hacen a la comprensión y
modelación del comportamiento humano.” (Asociación Educar).
Bleger nos explica que nuestras conductas están formadas por la suma de
distintos comportamientos, pues ahora podemos decir que la base de esos
comportamientos están en nuestros cerebros formando un todo con el cuerpo y
la mente, siendo esta última el producto del cuerpo y el cerebro. Esta fusión del
cuerpo, cerebro y mente (UCCM) debe considerarse siempre dentro del
medio ambiente donde nos desarrollamos.
“La alfabetización neurocientífica, tiene la capacidad de producir, en
quien la recibe y la aplica a su vida una reorganización neuronal que
induce al cambio progresivo de su desarrollo mental”.
Dr Carlos Logatt Grabner.
Partiendo de la base de que somos un todo dentro de un medio natural y social
es que podemos entender cómo han influido en nosotros los diversos factores
en la evolución de nuestro cerebro y cuáles serán las consecuencias favorables
o no que tengamos según el camino que sigamos.
Debemos tener en cuenta nuestro legado evolutivo. Es aquí donde nos damos
cuenta que no nos es nada simple detener nuestros instintos de supervivencia,
o poder controlar nuestro mundo emocional; es aquí donde comienza la gran
tarea de nuestros lóbulos frontales los cuales tienen la capacidad ejecutiva –
cognitiva. Ahora estamos en condiciones de afirmar que estimulando la parte
cerebral frontal estaremos logrando un equilibrio con nuestra áreas más
primitivas.
Todos tenemos derecho a poseer un cerebro sano. ¿Cómo lograrlo? Existen
múltiples factores y variables que lo determinan, por ejemplo:
1- Correcta alimentación.
2- Buen descanso.
3- Ejercicios al aire libre y a la luz del sol.
4- Afecto y comprensión.
5- Límites claros y precisos.
Cuando la mayoría de estas condiciones se cumplen estaremos en
condiciones de lograr que el acto del aprendizaje sea de ida y vuelta, de
continua retroalimentación y se vuelva sustancioso y placentero tanto para el
educando como para el educador.
El conocimiento de las etapas del aprendizaje en forma conjunta con una
estimulación correcta de la atención y la memoria lograrán un resultado final
que será un educando feliz, sano, tolerante y
a quien le importarán sus
semejantes y el hábitat donde vive, tendrá una conciencia social y ecológica.
Comenzará poco a poco en pensar en el nosotros, en un futuro comprometido
consigo mismo y su medio, estaremos formando un ciudadano para el
mundo.
Pensemos que nuestro trabajo como docentes no solo va dirigido a los
alumnos sino a su medio familiar donde está inserto, no es por lo tanto una
tarea poco compleja e importante.
Mathew Lipman nos dice en sus obras de Filosofía para niños, que la
educación en el mundo posmoderno tiene sentido cuando dejamos de dar un
cúmulo de conocimientos sin sentido a los educandos, que puede ser valedero
hoy pero probablemente mañana no, y comenzamos a trabajar con las
herramientas necesarias para que el educando pueda organizar su mente y a
través del proceso del aprendizaje posea la capacidad de saber captar cómo,
cuándo y dónde actuar. Describe Lipman el pensar como la yuxtaposición del
pensar crítico, creativo y cuidadoso. Es aquí el proceso de metacognición
fundamental; adquirir una conciencia social y saber ponerse en el lugar del otro
y lograr actuar en forma conjunta para sumar nuestros conocimientos y no
restar.
Nuestro cerebro, a través de la capacidad que posee de desarrollar funciones
cognitivas-ejecutivas, puede planificar para actuar en el futuro, posee
perspectiva del mañana por lo tanto tiene la capacidad de prevenir lo cual es
tan importante en la educación.
El cerebro emocional posee gran relevancia ya que el desarrollo y el control
de nuestras emociones son fundamentales para estar preparados para el
aprendizaje y la correcta convivencia social.
Damasio señala que si no logramos la comprensión de las emociones no
llegaremos a los desempeños más humanos, como la ética, las leyes, la
creatividad tecnológica, científica y artística. Se ha comprobado que se
aprende mejor cuando un determinado contenido presenta ciertos contenidos
emocionales, en consecuencia es muy importante un entorno educativo
agradable. Podemos afirmar que: emoción y motivación dirigen el sistema de
atención el cual decide qué informaciones se archivan y por lo tanto se
aprenden. (Posner).
Si hablamos de formar alumnos con capacidad de toma de decisiones y de
autonomía no debemos olvidar que en esa toma de decisiones racional, las
emociones son imprescindibles, ayudan a entender ciertas conductas que
desde otra perspectiva llega a ser imposible.
Goleman ha estudiado la relación de las emociones con la educación,
específicamente nos habla de la inteligencia emocional. La inteligencia
emocional es descripta como un conjunto de habilidades que permiten ser
capaz de motivarse y persistir frente a las decepciones, controlar el impulso y
demorar la gratificación, regular el humor y evitar que los trastornos disminuyan
la capacidad de pensar, mostrar empatía y tener esperanzas. Señala que el
concepto de inteligencia tradicional no ofrece prácticamente
ninguna
preparación para los problemas o las oportunidades que acarrea la vida.
Solovey, entiende a la inteligencia emocional como una inteligencia social que
incluye de la habilidad de supervisar y entender las emociones propias y la de
los demás, y usar la información para guiar el pensamiento y las acciones
propias.
Lo cierto que ante estos planteos se necesitan docentes interesados en la
construcción, por parte de los alumnos y con su ayuda, del significado y la
comprensión de los contenidos que están aprendiendo, logrando ambientes de
trabajo menos temibles o estructurados y más desafiantes, tanto para el
docente como para el alumno. La única manera de comenzar a desarrollar lo
anteriormente mencionado, es que los docentes comencemos a indagar en las
Neurociencias para entendernos nosotros y poder lograr nuestros objetivos.
Mesulam, especialista en neurología cognitiva, decía: “el secreto del cerebro
humano es la búsqueda de la diversidad. Sentimos una urgencia intrínseca de
buscar lo novedoso…lo peor para el cerebro humano es el aburrimiento”.
Levi-Montalcini, premio Nóbel de Medicina, recomienda: “Mantén tu cerebro
ilusionado, activo, hazlo funcionar y nunca se degenerará. La clave es
mantener curiosidades, empeños, tener pasiones..”
Blackemore y Frith afirman: “Solo comprendiendo cómo el cerebro adquiere y
conserva información y destrezas seremos capaces de alcanzar los límites de
su capacidad para aprender”.
Hasta ahora hemos hablado del acto del aprendizaje pero no hemos
determinado en qué consisten las funciones ejecutivas de nuestro cerebro,
responsables en última instancia del aprendizaje. Se han definido como
aquellas que incluyen a los proceso cognitivos esenciales para llevar a cabo
una conducta eficaz, creativa y aceptada socialmente. Permiten la anticipación
y el establecimiento de metas, diseño de planes, inicio de operaciones y
actividades mentales, autorregulación y control de las tareas, flexibilidad en el
trabajo cognitivo con la organización en el tiempo y el espacio. (Ustarroz y
Muñoz- Cépedes).
Estamos en el momento de concluir que las funciones ejecutivas son muy
susceptibles al acto del aprendizaje, por lo tanto la EDUCACIÓN actúa de
manera muy influyente sobre los procesos cognitivos, emocionales y
conductuales, teniendo todos ellos una base neurológica.
Desde hace unos años se pensó que incentivar la memoria no facilitaba el
proceso de aprendizaje razonado, sin embargo se ha comprobado que sin el
estímulo de la memoria es imposible un aprendizaje sólido y duradero.
Mayer nos dice: “El aprendizaje es la construcción del conocimiento; la
memoria es el almacenamiento del conocimiento y el pensamiento es la
manipulación lógica de ese conocimiento”. “Por lo tanto la memoria, más que
un proceso lineal de recordar y hacer se comporta como un sistema complejo
de procesos que depende del material que se debe memorizar y de la forma en
que éste se presenta al sujeto que aprende.”
Distintos autores nos hablan de diferentes tipos de memorias, el sentido para
un educador es ejercitarlas a todas con diferentes técnicas.
No es menor en el acto del aprendizaje la importancia de la atención,
teniendo bases neurológicas y existiendo estrategias para su desarrollo,
teniendo en cuenta el mundo con excesos de estímulos que nos toca vivir,
pues uno de los desafíos del docente actual es captar y mantener la atención
de sus alumnos.
PREMISA: Sin atención no hay memoria, y si no hay memoria, no hay
aprendizaje.
En nuestros lóbulos frontales encontramos la atención ejecutiva, la cual tiene
las siguientes características: VOLUNTARIA – SELECTIVA –SOSTENIDA.
Podemos definir la atención como la capacidad que nos permite fijarnos en uno
o varios aspectos de la realidad prescindiendo de los restantes; esta capacidad
nos permite mejorar nuestro rendimiento en una tarea específica que en ese
momento es el foco, lo esencial y primordial.
Torkel y Posner nos explican que el período de la atención tiene un tiempo
determinado y que fluctúa según ciertas variables como: edad, alimentación,
horas de descanso, estado emocional y temas pendientes que tengamos sin
resolver.
Las unidades de atención disminuyen:
a- cuanto más nueva y compleja sea la información presentada al alumno;
b- si no tiene donde asociarse;
c- si esa información contiene palabras difíciles y largas.
Para captar y mantener la atención ejecutiva debemos considerar que
nuestras propuestas tengan
a- Sentido, significación y dirección.
b- Estar relacionadas con conocimientos anteriores.
c- Ser atractivas.
d- Sumar propuestas motivadoras y desafíos.
REFLEXIONEMOS
Sintetizando podemos decir que para que se logre con éxito el aprendizaje,
tenemos que lograr que nuestros lóbulos frontales participen en dos funciones
ejecutivas estrechamente relacionadas pero diferentes:
1- Solución de problemas, planificación, formación de conceptos, desarrollo e
implementación de estrategias, memoria de trabajo etc. Estas son las
llamadas memorias ejecutivas “metacognitivas”
2- Coordinación de la cognición y emoción, motivación, es decir satisfacer
loas necesidades biológicas de acuerdo a las condiciones existentes.
Asociación Educar.
ETAPAS DEL APREDIZAJE
Existen diversas clasificaciones de las etapas del aprendizaje, pero creo que
luego de todo lo analizado podemos distinguir las siguientes:
1- Inconsciente no capacitado (ignorancia de la ignorancia). Aquí todavía no
logramos captar cuál es nuestra ignorancia.
2- Consciente no capacitado. Aquí comenzamos a ser conscientes de la
ignorancia, paso muy importante para comenzar con la búsqueda de los
conocimientos.
3- Búsqueda del conocimiento.
4- Zona del aprendizaje teórico. Es fundamental vencer dos grandes
enemigos: el aburrimiento y la ansiedad.
5- Confusión. Encuentro entre los viejos y nuevos conocimientos. Aquí
es fundamental llegar a conclusiones verdaderas a través del análisis y
comparación de los conocimientos. Fundamental cómo se les presentan
esos conocimientos a los educandos.
6- Comprensión del conocimiento. Si esta etapa no se cumple es imposible
continuar con el proceso; aquí hay que detenerse, buscar diferentes
estrategias hasta lograrlo.
7- Consciente capacitado. Es el fin del primer nivel del aprendizaje.
8- Entrenamiento en frío. Se lleva a cabo la ejercitación del conocimiento
llamado en frío porque necesitamos de todas nuestras funciones para
realizarlo, debe hacerse en forma totalmente pensada, razonada y con el
máximo de atención para que se vaya incorporando el conocimiento.
9- Aplicación del conocimiento en la vida. Aquí decimos que actuamos en
caliente porque ya hemos transitado todo el camino anterior y tenemos
incorporados los conocimientos.
10- Automatización del conocimiento. Aquí ya estamos en condiciones de
comenzar con la incorporación de nuevos conocimientos. En este momento
es donde el inconsciente se capacitó.
CONCLUSIÓN
Ser docente en estos tiempos de cambios constantes y vertiginosos no es
tarea sencilla.
En la sociedad crítica de hoy la Educación ha sido y es acusada en forma
constante de ser causa fundamental de la crisis, de ser responsable de vacíos
éticos, de no brindar conocimientos necesarios para las demandas sociales y
económicas.
Estamos en condiciones de afirmar que el panorama crítico en el que estamos
inmersos necesita de una Educación que sea flexible y se adapte al constante
dinamismo, que sea capaz de educar para enfrentarse a esas crisis y poder
sobreponerse con valentía y con éxito. Debe tener como fin un sujeto que
pueda autorregularse emocionalmente ante los constantes desafíos y poder
aplicar sus conocimientos en ese permanente cambio.
El ser humano de este siglo no solo necesita de las destrezas del lenguaje y
de la matemática de su edad, sino que requiere aplicar destrezas de alto nivel
de razonamiento como la resiliencia emocional y la autorrealización para
enfrentarse a este mundo inestable, fragmentado e impredecible.
A lo largo de la historia de la educación puedo afirmar que el rol que debe
cumplir el docente de nuestros tiempos es la piedra angular para lograr
transmitir conocimientos que llenen esos vacíos y suplanten lo que ya fue, lo se
pasó a ser secundario. Esos conocimientos tienen que ser herramientas para
nuevos conocimientos y que no tengan “fecha de vencimiento” sino que sean
maleables a los tiempos y las necesidades del momento.
Invito a los colegas que comiencen a indagar en la Neurosicoeducación para
poder ser realmente un educador agente de salud mental y obtener los
resultados antes mencionados, aprender a aprender y dominar su parte
emocional para ser realmente feliz disfrutando de lo que nos toca vivir en
el día de hoy.
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