Pamplona 8 de enero de 1923 Año XXIX BIBLIOTECA CATÓLICO-PROPAGANDISTA Teieria, -4-O, -2." Núm. 666 ADMINISTRACIÓN, ESLAVA, 3 DIRECCIÓN, NAVAS DE TOLOSA, 23, 2.» en derechura al mismo idéntico final desenlace. Que quiera Oíos no sea un salto en las tinieblas, que fuera muy expuesta y muy arriesgada manera de saltar. ¡Creerán luego ustedes que es una de las alegres fiestas de Navidad la que se conoce entre ellas con el título tan sugestivo de día de Año nuevo! ¡Como que en realiA sucesión de las cosas se llama tiempo, y de dad es el tal de más ceñudo cariz que el propio de Ceéste, a pesar de nuestra habitual distracción, niza, según que a todos nos la ponen, no en la frente, sinos damos, al parecer, cuenta más singular no en el alma, tales y tan serias consideraciones! cada vez que cambia de numeración el peY cuenta que no hay más que un recurso, uno ran ríodo de doce meses que se llama año. Nadie hay que solo, para no tenerles miedo a estas verdades. Que es no se sienta más o menos perdérselo a fuerza de mifilósofo al llegar esta ocaNAVARRA rarlas de frente. Lo ^cual solamente con una condisión, y la nota grave de ción se logra, y es... con estas filosofías, que frisan la de ser cristiano, y serlo con la teología, es la side toda verdad. guiente exclamación que asoma involuntariamente Es receta probada y a todos los labios, salida que la experiencia nunca de lo más hondo de todos ha desmentido, ni es polos corazones: sible desmienta jamás. La austeridad de la vida trae ¡Cómo se pasan los consigo la serenidad de la años! muerte. Ese no es para Lo cual tiene otra exel buen cristiano horrible presión aun más gráfica y saltar en las tinieblas, sino exacta, y es la siguiente: salir de ellas y amanecer ¡Cómo se pasa la vida! en días claros y en' horiY aun va tomando otra zontes nuevos de eterna, más cruda y de más amarsonriente luz. go y aterrador realismo: ¡Cómo nos vamos paPorque el concepto crissando nosotros! tiano de la vida presente [ y el de la vida futura anY viene luego, traído Clilst-ularie del dan así tan relacionados y por muy natural conseproporcionados como un cuencia, el triste inventario de los amigos que hemos visto desaparecer durante antecedente con su consiguiente, como una causa con su el año anterior que como nosotros pasaron anos, o meefecto, como el grano de semilla, que se encierra y mué-; jor, fueron los años quienes a ellos los pasaron por ojo, re, con la planta y flor y fruto que de aquélla nacen y hasta hundirlos, como náufragos, en el mar sin fondo ni viven, como dijo en su Evangelio el Divino Salvador. orillas de la eternidad. Y en seguida, el otro no menos Vean por donde les sale punto de meditación lo que al lúgubre comentario de que por donde pasan todos haprincipio pudieran creer no fuese más que artículo de bremos alfinde pasar nosotros, y de que un año más primer número de año nuestros amables lectores. de vida no es sino un año menos de ella y un paso más Meditación, sí, y que pues cada día debiéramos tenerMAESTRO • v LA AVALANCHA . la todos grabada en el alma, no será malo que una vez siquiera al año se la ponga ante los ojos nuestra revista, como primer saludo de este en que acabamos de entrar. ¿Dirán ustedes, acaso, que no es este sino el legendario, ya que no tan histórico "Morir habernos» del trapense? También a eso me conformo y eso acepto sin dificultad. Con que ¡a vivir! y esta es la palabra de ardiente fe y de indefectible esperanza que del cristiano concepto de la muerte deduce todo el que ha templado su corazón en las graves pero siempre alentadoras enseñanzas de la Religión. ¡A vivir! que equivale ¡a obrar! ¡a sufrir! ¡a merecer! ¡a ganarse tras las presentes congojas y pesadumbres la seguridad de eternas recompensas! Este sea ahora y siempre nuestro programa, y sea este ahora y siempre el de nuestros lectores. ¡Y sea lo que fuere de las infinitas miserias del siglo, de la tenaz guerra y abierta persecución que sufre la verdad, del odio enconado con que por las sectas se ven aborrecidos Nuestro Señor y sus más fieles amigos! El corazón, firme con la gracia de Dios en tales principios, permanecerá imperturbable ante todo y contra todos, sin más sentimientos que los de profunda lástima para los infelices que se la tengan a él. ¡Infelices! ¡Sí, infelices, y con la mayor y más desconsoladora infelicidad! • .-.' ' . , —No reconocen que ya no existen clases, ni categorías sociales, que todos los hombres, ¡todos, hasta los de diferentes razas, son hermanos! —Que no existen ni siquiera fronteras... —Eso es ¡ni fronteras! El telégrafo y los medios de comunicación han borrado las fronteras... ¡No reconocer eso! —No saber que todo eso es hijo de la civilización y el progreso... —¡Ah! Es que son verdaderamente recalcitrantes. —Y muy tercos y cortos de vista... —Tiene usted razón: muy cortos de vista... En este momento aparece en la puerta del comedor un caballero de venerable figura, acompañado por un negro corectamente vestido y de inteligente y simpática fisonomía. Se acercan a la mesa y toman asiento. Hay un movimiento de extrañeza en los comensales. Un murmullo sordo y disimulado primero; ruidoso y descarado al fin. Miradas de indignación al negro, palabras de protesta... El caballero del monóculo (el de la fraternidad universal), se dirige a) "maítre d'hoteln con acento de indignación... — ¡Pero esto es insoportable! ¡Hacernos comer con un mono! Y muchos se levantan y abandonan la mesa y el comedor... En efecto, ¡no reconocen que la civilización ha borrado clases y categorías y que ya, gracias al progreso, todos los hombres, ¡todos, hasta los de diferentes razas, son hermanos! ¡No reconocer esto! . L. L, F.S.YS. Navarros beneméritos Los civilizados D. SERAPIO PERALTA i (Crónica) A mesa está rodeada de honorables señores. Es la hora del almuerzo en el gran hotel. Se habla mucho, se habla de todo: de política, de arte, de teatros. Se comenta el último drama estrenado. Un señor calvo, de rostro rasurado y monóculo, lleva la voz cantante. Habla bien; él lo sabe, y le gusta escucharse y que le escuchen. Critica duramente el drama estrenado... La forma no está mal, pero la tesis... ¡oh!, la tesis es detestable. Es... ¿cómo diría él? ¡Vaya!, un fósil absurdamente modernizado, una antigualla con visos de actualidad... Toda la tesis no es otra cosa que una sátira contra la civilización moderna... ¡cuidado que se necesita tupé para satirizar la civilización moderna! ¡Y que el público aguante esto! El señor calvo no lo comprende... Una señorona muy compuesta que está frente al señor del monóculo, le escucha- con atención por la fluidez de aquella palabra... —No conozco ese drama...—dice la señora.—¿Qué argumento tiene? —Una cosa fantástica, señora; imagínese un pueblo que antes vivía en paz, a la antigua, y que al entrar en la civilización se corrompe, y se desmoraliza, y se pierde. ¿Ha visto usted nada más estúpido en su vida? —Verdaderamente... — Debe estar escrita por algún fraile... —O por un reaccionario de esos que se empeñan en que volvamos a los tiempos de Felipe II. —¡Se atreven a negar* los triunfos del progreso!... — ¡Cuidado que ios triunfos del progreso!... —¿De modo que para esos caballeros no existe la electricidad, ni la aviación, ni la telegrafía sin hilos... nada, no existe nada? —¡Hasta se atreven a negar la filantropía, y la fraternidad universal!... —Es inaudito... ¡Negar la fraternidad universal!... LA IGA DE MONREAL. — CALVARIO NOCTURNO. - L A CRUZ Y LA ESPADA. os primeros rayos de la luna derraman una luz tibia sobre aquella naturaleza que la noche ha cubierto de misteriosa obscuridad. Las colinas que encierran el valle de Ibargoiti proyectan la negrura de sus siluetas en el horizonte, a través del cual, por entre jirones de nubes despiden las estrellas sus fulgores oscilantes, y a un lado de aquel cuadro de pavorosa seriedad, como nudo grandioso de la cadena de montañas que en todas direcciones se extienden, álzase imponente y solitaria la Iga de Monreal, pirámide inmensa que parece sentir los anhelos del Excelsior para contemplar desde su puntiaguda cúspide los montes y valles de Navarra y velar por los pueblos que duermen patriarcales a sus pies. En lo más enriscado de su altura, la fe eúskara, sólida como los cimientos de la Iga, audaz como su elevación, venera desde tiempo inmemorial a Santa Bárbara. Su ermita es la defensa con que cuentan verse libres de rayos y malas nubes los que han aprendido en el ejemplo de los mayores a esperar de lo alto la bendición divina que sirva de complemento a sus trabajos. ...Es el mes de octubre de 1876. Monreal descansa plácido a la falda de la enhiesta cumbre. El recio bregar de las labores diurnas no permite a sus sencillos habitantes el inútil lujo de trasnochar. De pronto, y haciendo sentir en el tosco empedrado de las calles su andar firme y decidido, avanza hacia las afueras de la villa un hombre de regular estatura. Piér. dése entre las sinuosidades del terreno y vueive a apare, cer, saltando con el ímpetu y la agilidad del ciervo cuan. • . - , ; > . - , - . ':,'"' . '-'y,T""'•'-""•'-'""''••.••' ••'•''.'• LA AVALANCHA tos obstáculos se le oponen. Indudablemente, sus múscuno, enérgico y humilde, emprendedor y recogido, Cayo los son de hierro. nombre figura a la cabeza de este escrito. Acaba de penetrar en un viñedo, y, después de una La oración y la penitencia iban a suceder a la fogosicorta detención, vésele salir de él en la forma más extradad del movimiento; el silencio, al bullicio de los combaña que pudiera imaginarse. Dejando entre los sarmientos tes; la placidez de la vida oculta y las obras pequeñas en el calzado y abrazándose con una íarga y pesada cruz que la opinión mundana y grandes en el sentir de Dios, a los sin duda guardaba escondida en el tupido desarrollo del trabajos más o menos ruidosos que el siglo no sabe reramaje, cárgasela sobre los hombros, no sin haberse ancompensar más que con un aplauso estéril. tes santiguado, dirige hacia la ermita de la cumbre una Cuarenta años habían de transcurrir consagrados por m.rada y acomete resuelto en esta guisa la ascensión. aquel hombre al servicio de una causa más noble y más l Es penosa. La senda, groseramente entallada a trozos estable que todas las de la tierra, si bien jamás pensó en en la roca viva, serpea describiendo curvas o lanzándose ofrecer sus energías a la que entonces veía sepultada en en alto a través de la pendiente erizada de malezas. Pero el abismo de un lamentable fracaso, sino en atención al el hombre de la cruz no ceja. Impasible, cual si los guijos triunfo del bien y de la verdad católica. del camino no destrozaran la desnudez de sus pies, cual Cuatro años antes del momento en que le vemos trosi el enorme leño no abrumara sus espaldas, sigue impercarse en nazareno, para ofrecer al Altísimo aquella expiatérrito las tortuosidades del sendero, dejando escapar a ción insólita en la escarpada pendiente de la Iga de Monratos, como expresión de lo .',•.. , real, habían resonado en los que siente, algún hondo susvalles inmediatos los gritos NAVARROS BENEMÉRITOS piro de su pecho. de ¡Viva el General Peralta! con que le recibían en todos Ha doblado la media nolos pueblos las madres navache cuando logra ganar la rras, entregándole sus hijos cima. Allí ora. para que lucharan junto a él Desde allí él, que conoce por su Religión y su Patria. palmo a palmo toda aquella No era General, no habia tierra de Navarra, puede disde lucir nunca ni galones ni tinguir, gracias a los desteentorchados en su manga; pellos de la luna que los ilumiro era de la raza de aquena, toda la serie de montes llos por los cuales se hubiera cuyas cumbres tantos recuerpodido salvar Israel. No se dos encierran de su vida azasalvó porque, desgraciadarosa, de sus trabajos ímpromente, si los Peraltas abunbos, de los malogrados esdaban en el pueblo, en tas fuerzos por el triunfo de una alturas apenas existían. causa que acaba de perecer. Aralar y Belate, Andía y Su móvil, la chispa eléctriLeire, Sarbíl e Izaga, Muru, ca que prendió en su coraMontejurra y Alaiz, Carras- . zón el incendio del entusiascalyel Perdón...¡Oh! Sin du- • mo fue, ante todo y sobre toda perdón necesita la humado, el primer grito que colonidad, perdón es menester có al comienzo del bando con pedir por ella. Aun parece que inició su alzamiento en sentirse en el ambiente el vafavor de la causa cariista. ho cálido de tanta sangre derramadaencuatroaños de lucha cruel y fratricida. Por enD. Serapio Peralta, jefe del tre las abruptas elevaciones alzamiento verificado en la de aquellas sierras y desde ciudad de Olite al grito de las profundidades de aque/ Viva la Religión! ¡ Viva Esllos valles percíbense en el paña! ¡Abajo el Extranjero!l fondo del corazón y en medio del silencio de la noche ¡Viva Carlos Vil! DON SERAPIO PEkALTA los ecos ya medio apagados . , A los habitantes de Olite de Abeles y ¡ay! también de ~"~ previene: f Pamplona el 19 de mayo de 1916 Caínes, que envueltos caye•...i. ;.\.'-t.':.. 1-° Se prohibe la salida ron en una guerra triste. • ' ' -de la población a toda persoEl hombre de la cruz, por cuya mente desfilan en conna sín previo permiso del jefe del movimiento. fuso turbión todos aquellos sucesos, vuelve la vista al cie2.° Las tabernas, cafés y demás establecimientos púlo y comprende que hay que orar, que hay que hacer blicos serán cerrados para las ocho de esta noche, bajo penitencia. Los desaciertos de los unos, las procacidades la responsabilidad de sus dueños o representantes. de los otros, los pecados de todos, han excitado las ener3.° Todos los vecinos que no tomen parte en el alzagías indomables de su fe, y el temple de aquel corazón miento se retirarán a sus casas a las ocho de la noche, fuerte que late en un caballero sin miedo y sin tacha le debiendo justificar en el caso de hacer alguna salida el ha impulsado a ver un Calvario en la Iga y a convertirse motivo que a ello les obligue. a sí mismo,durante la sucesión de catorce noches, en vo4.° Queda prohibida toda perturbación, desorden y luntario y penitente nazareno. tropelía, encargando desde luego a los ofendidos pongan Después de orar, vuelve a cargarse el peso de la cruz en conocimiento del jefe militar cualquier acto violento. y desciende en la misma forma, no sé si con menos o con 5.° Los que al grito santo de Religión y legitimidad más fatiga; oculta el leño, se calza y penetra en Monreal, enarbolen la bandera de nuestro augusto Rey D. Carno mucho antes del alba, para tomar un descanso que el los, se portarán con moderación y dignidad propias de primer toque de oraciones se encargará de interrumpir. tan noble causa, considerando con caritativa benevolenCuando otra vez cierre la noche, descalzo y con la cruz cia a tos adversarios y atendiendo a la custodia de sus a cuestas emprenderá de nuevo la ascensión. personas e intereses con rigurosa justicia. 6.° Todo el que directa o indirectamente contraviniere a estas disposiciones será juzgado con arreglo a las *** leyes militares, sufriendo inmediatamente el castigo coi s, rrespondiente. . ...... Aquellas noches de octubre de 1876 dibujan una línea 1 Amadeo de Saboyav Rey a la sazón de España. '•/"'- divisoria en la vida del caballero profundamente cristia- LA AVALANCHA Olite 21 de abril de 1872.— El jefe del movimiento, SERAPIO PERALTA. *•• ¡La Cruz y la espada! El bando de Olite y los Calvarios de la Iga; 1 he aquí los dos puntos culminantes de la doble etapa en que nos ofrece D. Serapio Peralta el suave recuerdo de una vida perfumada por las dulzuras de una intención recta y los alientos de una fe robusta. Pienso que ha de ser grato a mis lectores asomarse a las interioridades de aquel hombre bueno, ver las luchas de sus días de prueba, seguirle a través de sus vicisitudes y comprender con él la gran lección de la vida, es a saber: que lo único que de ella queda estable entre los vaivenes y mudanzas del tiempo es el tesoro de las obras virtuosas. Lástima que encierre tanta verdad la hermosa frase con que un gran amigo de D. Serapio desde los primeros años de la vida, el Sr. Aranzadi (D. Estanislao), (q. e. p. d.) comienza las breves cuartillas que le dedicó, con el fin de que, en unión de otros documentos, pudieran orientarme en mi trabajo. "...Realmente yo no sé qué decir, porque con valer tanto, su modestia, mayor que su valer, nos ha dejado exhaustos de datos con que poder enaltecerle. „ VICTORIANO P. DE GAMARRA, C- SS. /?. 1 Escribimos Iga sin el aditamento de la h, que tal vez el sonsonete de la palabra castellana ha hecho introducir a algunos desatentadamente. El nombre de la célebre cumbre de Navarra no puede ser más castizamente euskeldum, como derivada del verbo Igo o igan, que significa subir, ascender. VARIEDADES LO QUE HABLÓ EL TIEMPO UE el Tiempo les había hecho muchas y muy malas jugarretas a los hombres, era indudable, a juzgar por la unanimidad y el tesón con que pidieron a sus Gobiernos, respectivos que citasen al Tiempo a juicio, expidiendo contra él, en caso de no comparecer, órdenes severas encaminadas a su busca y captura. La electricidad entró en juego, cambiando entre sí, las naciones del mundo entero, tele, cale y marconigramas, alentándose a la persecución del Tiempo y a ponerle a buen recaudo; tarea difícil, pues sabido es que *Placery hora no se atan con sogaB y que "Podráse hacer parar al reloj, pero al tiempo noM. Hasta las coplas lo dicen, o lo cantan, que es más sonado: Al Tiempo no hay quien le avive, .•.;*• al Tiempo no hay quien le pare, pues trae su camino hecho y no le tuerce por nadie. Funcionarios públicos hubo a quienes las órdenes de captura les ocasionaron perturbaciones que ellos calificaron de cerebrales; lisonjerísimo diagnóstico perpetrado con notario agravio a la Modestia y a la Verdad, si es que todo ha de decirse. Uno de ellos marconigrafió así a su jefe inmediato: . Se habla aquí de más de un Tiempo; . •"•'.. a lo menos mentan tres: : • .« 'el Presente, que está andando; • i ^ . el Pasado, que se fue, > ."" : v ,; y el Porvenir, qu& vendrá. • \ •• . - ¿A cuál debo detener? Les dejó esta consulta colgados de la duda (que no es floja escarpia) a tos Consejos de Estado de todos los Estados. Reuniéronse, sin que faltase uno (creo recordar que fue en Bolonia), los conspicuos y perspicuos personajes que los constituían, y después de gastar mucha saliva y muchísimo dinero en dietas, lograron, como quintaesencia de sus trabajos, coincidir en estas conclusiones: ¿4.—Todos los Consejos que vienen aconsejando a cuantos hombres tienen vecindad en o sobre la Bola Terrestre, han oído hablar de los tres tiempos a que se refiere la consulta. El Pasado es un tiempo de mucha hisjoria, y en historias anda. Debe buscársele en ellas. El Presente está aquí ahora como estará a la vez en todas partes; pero observamos que se pasa ¡que es un horror! No hemos acabado aún de escribir esta conclusión y ya no es Presente. Va camino adelante a meterse también en la Historia. Por allí rebulle. El Porvenir está al llegar. Todavía no ha hecho cosa mala. El Cuerpo de agoreros y profetas anuncia sus propósitos; pero no se puede proceder contra él, porque, ¿quién se mete en el sagrado de las intenciones? (Los Consejos apellidan sagrado al domicilio de las mencionadas señoras, no por creerlo verdad, sino obedeciendo al imperio de la costumbre.) B.—Los agravios de que la Humanidad se queja son indudables. Hace falta un reo sobre el cual ejemplaricemos los que para algo somos Poderes. Quizá signifique esta conclusión de la existencia de alguno, pero para algo nos hemos reunido, y aun vive en la conciencia de todos el vulgarísimo decir: "Junta de rabadanes, oveja muerta». Urge, pues, buscar quien pague los vidrios rotos. C.—A falta de otro, puede dirigirse el procedimiento contra Cronos, o séase el Tiempo, que inmortalizaron las Bellas Arles y las Bellas Letras. Es un viejecillo encorvado, al que tantas alas le dló la Iconografía que le arrastran casi. Lleva consigo un reloj de arena y una guadaña, y le cubre un traje de corte y hechura del que usó Saturno. No ciñe sus huesos un terno de Sabadell, sino un ambo adquirido en los Campos Elíseos; una capa o manto, o cosa así. Bastan estas señas para formalizar los oportunos edictos, oportunos siempre. Compendiadas las tareas del Consejo Internacional en el anterior A B C , fue este propagado en forma de cartilla que deletrearon todos los centros policíacos, ansiosos de cantársela al Tiempo cuando fuese habido. Resultaba esto último algo difícil, porque dio el Tiempo en correr, y ya saben ustedes lo veloz que es el Tiempo cuando ahueca el ala; ¡se pierde de vista! Nadie logró •echarle la suya encima, y el tiempo que se gastó en perseguir al Tiempo fue tiempo perdido. • Presentóse una mañana por encima de las tejas un espectáculo sorprendente. Campanarios, picachos y azoteas pobláronse de gentes que oteaban el verlo, deseosas de gozar la novedad de lo que pasaba sobre sus cabezas. Las aves hendían y surcaban el espacio piando fuerte, como si dijesen: Alas, ¿para qué os quiero? Huían aterradas, de algo que se les venía encima. Los aeroplanos escoltaban a un no se qué que paseaba bajo la bóveda azul. ¿Qué era aquello? Parecía un ave de gran tamaño. Del interés con que le seguían se deducía que era un pájaro de grandes vuelos; sin duda alguna un pájaro de cuenta. Claro que sí. ¡Ei a el Tiempo! Permitió que le cercasen todos, y... dio al fin la cara. Pero ¡qué distinta mostró la suya a la supuesta en esculturas, óleos y grabados. Nadie que le vio se atrevió a negar que aun siendo violentas e inesperadas las vueltas que da el saltimbanqui del Tiempo, como la última no había dado ninguna. El Tiempo ya no tenía pelos en la cara. Se había afeitado cuidadosamente, y su cabeza, más que un rastrojo, parecía un barbecho, pues se había cortado el pelo a máquina, y muy por bajo del cero. Los curiosos que le miraron de cerca echaron de menos la guadaña y el reloj de arena que antaño exhibía el Tiempo, sin apartarse de ellos. Reloj sí que lo tenía, ¡un relojito pulsera que era una monada! Permitió que le intervíeasen (o como se diga), y un •>• - •' - r ' > • - • > - • - - • ' / " " ; : . - ; \ . ' . . . ! * . . - ' * * • • • - " ; • ; , . • ; • - • • • ; " : . ; • , . . " • • • - ' LA AVALANCHA periodista, aviador a la vez, pescó al vuelo la información que aquí va, montada al aire. ' . "- : —¿Conque usted es el Tiempo? :. — P a r a t o q u eu s t e d g u s t e m a n d a r . . ' - . ••••-'. =•" —Estimando. Parece que por ahí abajo andan todos con usted un poco torcidos y se las tienen juradas. Dicen que usted se porta malamente con ellos y que se las juega usted de puño. —También les sirvo cositas dulces. . • • • . —Más son los Viernes Santos que los Domingos de Ramos, si se les ha de creer a los nombres, pues se quejan de que usted les da el bien por onza roída y el mal por arroba corrida. Según ellos, se les van acabando las existencias de lágrimas y suspires, porque no hay jipíos para tantas penas y acabarán por llorar en seco, que es llanto más amargo. En coplas y refranes le tratan a usted muy malamente. —Si anduviesen mejor de memoria recordarían los más oportunos, que son: "Gloria aquí y gloria arriba, tararira,,, "Cosa cumplida, en la otra vidaa. "Del todo bueno, aquí abajo no lo hay de ello,,. Lo dijeron con Jorge Manrique muchos poetas que habían bebido el agua donde nació, para cogerla más pura, y lo dice el pueblo en este, entre otros cantares: ' v *., ...- . . : Esta vida es una venta; cuanto más larga la estancia, . v más larga será la cuenta. Siendo así, ya supondrá usted que no se le pueden pedir muchos desahogos a un pasillo. Y dispénseme de hacer más citas en mi apoyo, porque sé que el Tiempo es oro y no quiero perderle, y matarle, menos, pues si tal hiciese, sería un suicida. —Dicen algunos infelices que si no distinguen bien es porque han perdido tos ojos a fuerza de tanto llorar, y alegan que el llanto les niebla. —No están en lo justo. El dolor afina los sentidos y la adversidad es maestra que enseña mucho, y de aquí que se diga: "Quien bien te qyiera te hará llorar», pues *' ' •• - . ' ' No enturbia la vista el llanto. Tras el cristal de las lágrimas el cielo se ve más claro. v , Dejó el Tiempo al aviador repórter sin poderle hacer más preguntas. Ahuecó las alas y se fue. Aquí abajo se quedaron cuantos, quejosos de su conducta, querían acabar con el Tiempo. Algunos de ellos han rectificado sus intenciones, pues se pasan gran parte de la vida haciendo tiempo. . Quizá sea este el más seguro medio de deshacerle. FERMÍN SACRISTÁN. • —f ¡Oh, no! Me parece que nada he cambiado de lo mismo que era cuando me arrullabas ¡ay! en tu regazo. Sigo tus consejos, . -. tan buenos, tan sabios; los.que me enseñaste, puesto en tus rodillas, , con besos y abrazos. Pues, ¿cuál será entonces • .- . ",el motivo extraño de ese olvido triste en que me han sumido ' los tres Soberanos? " ;. > i ; , ' Observo tus máximas ' ferviente y honrado, ,• . ly en todo momento, tu nombre bendito pronuncian mis labios! Y cuando me acuesto, 'L cuando me levanto, " -, rezo las plegarias que de ti aprendiera en felices ratos. , _,.'; , Y todos los días . ' ' " " •a la iglesia marcho, y por tu descanso, mil devotas súplicas elevo a lo alto. Y a fe, no me explico, • , t : si cumplo cristiano, ' '• que esos generosos Señores de Oriente me hayan postergado... .. Mas hoy, como sabes, • ... ~ , , iré a visitarlos, y espero me digan por qué de este chico no se han acordado. •- »•• .-'' Ayer, cuando solo, i pobrico y callado, ¿ me metí en mi alcoba para irme a la cama, puse mis zapatos y oré, como siempre, ; : ante el Cristo de ébano que en tu hora postrera, por mí tan llorada,. enlazó (us manos. -.„_; Pero esta mañana, ••••"' •,•..;' al s a l i r t e m p r a n o , • ' ' •'•••;:"*••'."lleno de alegría, como un corderillo ,'. í K dando grandes salto's, . ..s, •-„",, t ' ' : ¡oh, qué desconsuelo!, . *?*' ' . y ;; ¡oh, qué desencanto!, - /;•"• ¿j los hallé vacíos, ¡vacíos del todah.. , ^ r fríos... escarchados... , ' •,j'\*\^- Y mis compañeros •--;- - •'- *-£? después me enseñaron - j' "la marB de juguetes, con que, más dichosos, fueron agraciados. -_ : ^ w . ^ ••. MONÓLOOO INFANTIL ¿Por qué, madre raía, como en otros años, yo no he recibido los lindos obsequios de los Reyes Magos? .... ; ¡Ah!ya lo comprendo, ...<••• ya lo veo claro: .. . es porque te fuiste, y sin tu cariño, soy... ¡un pobre huérfano! LA ORACIÓN DEL HUÉRFANO (En la mañana de los Santos Reyes) ¿Por qué, madre mía, ' .- :. • ": como en otros años, • _ . ' .: yoriohe recibido tos lindos obsequios de los Reyes Magos? ¿Y por qué no, anoche, , ,• • • los Monarcas santos, como de costumbre, en mis limpias botas, "cosas,, me dejaron? . t " , ¡Madre idolatrada! • ' ¿Me habré vuelto malo '. • x desde que solico vivo en este mundo ' . sin tu dulce amparo? ','..- ( ¡Virgen del Camino: • , . haced un milagro "' ' ' para que lo mismo que esos mis amigos tenga yo regalos! r J BALDOMERO BARON. r IfA AVALANCHA El ferrocarril de Pamplona a San Sebastián (NOTAS SOBRE EL TRAYECTO) AC a la amabilidad de un estimado amigo nuestro podemos ofrecer a nuestros lectores interesantes fotografías de la línea férrea de Pamplona a San Sebastián, que nos da motivo para una información de este pintoresco trayecto, haciendo antes una relación del material. locomotoras Son, estéticamente consideradas, hermosas, gallardas y dan una fuerte sensación de poder: fueron construidas por la casa Maffei, alemana, y por la casa Krauss, alemana también, de Munich. Cada una de estas locomotoras en tren de marcha, es decir, con todos los anejos correspondientes, ténder, agua, carbón, etc., pesa 61 toneladas. -w_,t v . .; -.,. ; V:-, * Estos compartimientos son elegantísimos saloncitos donde hay ocho butacas tan lujosas, tan mullidas, tan cómodas que no puede pedirse-más refinamiento. Las ocho butacas están colocadas al lado de las ventanillas, que no son ventanillas, sino unas ventanas amplias, con cristal de primera y cerradas herméticamente por medio de un mecanismo ingenioso. Entre cada dos butacas (las que están frente a frente) hay una mesita plegable, linda miniatura de las típicas mesas plegables de las cocinas navarras. El coche está-alfombrado— una alfombra verde y mullida -con muy buen gusto. El color del coche es verde, un verde elegante y sufrido como lo hubiera escogido una buena ama de casa. Y todo io demás del coche, adornos, cortinas, redes para el equipaje, etc., corresponden a este buen gusto. Para cada cuatro asientos tiene dos lámparas metálicas de 25 bujías. Estos coches, como todos, incluidos los vagones de mercancías, son producto de la industria nacional, están construidos en Beasáin. ; La suspensión de todos los coches, es decir, la manera de estar colocados en el cirro, es la misma que tienen los coches de lujo de los rápidos del Norte. Los carruajes de segunda clase tienen la misma distribución que los de primera, diferenciándose de ellos en el lujo del decorado. . -• •. ... ><• . - . . . . • • : El tren d e l Plazaola e n la Estación d e P a m p l o n a (ciudad) El cuerpo de la locomotora va puesto en un carro giratorio que da a la máquina una estabilidad siempre igual. En la locomotora está el freno por el vacío para todo el tren, y el distribuidor del vapor para la calefacción de todos los coches. -.^.-.^ •: - , , i; •"'>:j£./-''>!-ó. '•;• ; t , : ; ^ ' - - ^ : : / " ' ; ' - ' El tren Se compone de locomotora, coches de viajeros y vagones para las mercancías. Todo tren tiene freno automático por el vacío, y todos los coches tienen también aparato de alarma, calefacción por vapor, profusión de luz eléctrica; retrete, y lavabo, además, los coches de segunda y primera. Los coches Los de primera clase son elegantísimos y muy cómodos. El coche está dividido en dos compartimientos de a ocho asientos cada uno; tiene un pasillo central a lo largo (como todos, de manera que puede recorrerse todo el tren por el interior) y en la separación de estos dos compartimientos hay dos cuartos, uno a cada lado del pasillo; uno de ellos es el retrete y otro el lavabo; elegantes, limpios, bien alumbrados, con agua corriente, con todas las comodidades, en una palabra. Los coches de tercera tienen 24 asientos^ Son coches muy bien construidos, muy cómodos. A un lado del pasillo van colocados de uno en uno, y al otro lado, de dos en dos, Todos los coches de tercera tienen calefacción por vapor, aparato de alarma, freno automático, y profusión de luz. La luz eléctrica, que es el alumbrado de todos los coches, se produce por dinamos durante la marcha, y por medio de baterías de acumuladores^ durante las paradas. Las dinamos y las baterías de acumuladores van colocadas en coches de tercera clase, y en los mixtos de tercera y de correo. -> . ITINERARIO v ? °í v De Pamplona a Ainzoáin La línea describe, a la salida de la estación de San Nicolás, una curva muy abierta sobre los terrenos de labor de la Vuelta del Castillo. Corta todos los caminos vecinales y las carreteras. Pasa por las tierras de la Granja y entra en el primer túnel —el que está bajo la carretera de la Estación—y en el primer puente, el puente sobre el Arga. LA AVALANCHA En todo el recorrido hasta San Sebastián ¡sobre cuántos puentes y bajo cuántos túneles pasan los trenes! Después de atravesar varias huertas de la Rochapea, y de cortar la carretera de la Estación a Villava, se llega a la estación llamada Pamplona-Empalme. Es una estación de primera, con sus depósitos de máquinas y coches, muelles, almacenes, grúa, placa giratoria y báscula. De esta estación parte el ramal que va a empalmar con la línea del Norte. Su estación se halla enclavada en término de Ártica. El lector va en la plataforma de un coche. Sale el tren del Empalme. Vamos viendo: Ártica y Berriozar a la derecha (derecha e izquierda yendo a San Sebastián) y estación de Ainzoáin a la izquierda. De Ainzoáin a Sarasa La estación de Ainzoáin es de segunda clase. Salimos de Ainzoáin; pasa a nivel de la carretera de Ulzama; quedan Oronsospe a la derecha y Berrioplano a la izquierda. Túnel de Berriosuso, por debajo del pueblo, de 220 metros. A la derecha se ve un pueblo minúsculo, de 6 casas: Ballariáin. Mirando a Pamplona desde este paraje oculto, silencioso y triste, se ve toda la ciudad. Por la izquierda se ve la fértil planicie de la Cuenca. Este paraje por donde ahora se mete el tren da la sensación de que nos hallamos entre arrugas de montes, en un páramo inhabitado, abandonado: así es de hosco y de callado. Quedan a la derecha Elcarte y Oteiza; a la izquierda, Añézcar. Túnel de Añézcar, en la misma cumbre, que tiene 90 metros. Poco después de haber salido del túnel empieza ya la mirada a tener su recreo en bellos paisajes, porque se ven los montes lejanos de Val de Goñi, y dilatadas vegas salpicadas de poblados, Zuasti, Aldaba,' Olza, etc. De Sarasa a Irurzun Y se llega a la estación de Sarasa, también de segunda, NAVARRA Vista de Irurzun desde el Plazaola pero también con más carácter que la estación de Pam- " piona. La estación está a la izquierda, y el pueblo, a la derecha y a pocos metros de distancia. Erice queda allá abajo. Dará idea de la altura a que pasa el tren sobre Eriee, el detalle de que pasa por un terraplén que tiene 16 metros de cota, y la base de ese terraplén está sobre la carretera. Este terraplén y una enorme trinchera próxima son dos obras fuertes. De este sitio se sacó todo el balasto de la vía hasta Pamplona. En término de Erice el ferrocarril ha variado la marcha de la carretera. En 800 metros ha sido modificado el trazado de ella por haber ocupado su camino la vía. ProFERROCARRIL DE PAMPLONA A SAN SEBASTIÁN -.« • • - " " ' " . -• Estación de E m p a l m e bablemente esta modificación ha sido el único beneficio que ha recibido la carretera a San Sebastián. Sarasate queda a la derecha; en el kilómetro 20 hay otro terraplén y otra trinchera enormes. Y pasa el tren por el viaducto de Gulina, de 190 metros de largo y 13 de alto, que es una obra importante, la más importante, con el túnel de Aizcorbe del trayecto Pamplona-Irurzun. Paso a nivel de la carretera de Gulina y entrada en el túnel de Aizcorbe, que tiene más de 600 metros. El ferrocarril va muy en alto, y cuando se llega a dar ..: .vista a-Irjrzun parece como que se viaja en aeroplano. La vista del valle de Araquil, y la de toda la Barranca son las dos primeras grandes vistas de paisaje.Como los montes y las vegas se ven muy de lo alto, porque la línea va por la falda del monte de la Trinidad, a una altura bastante respetable, resultan nuevos los paisajes para las personas que los conocen por haberlos visto desde el ferrocarril del Norte. La estación de Irurzun es un magnífico punto de vista. De allí se ve desde la Cuenca de Pamplona hasta los confines de la Burunda. Desde la estación se ha tendido una carretera que bajá a unirse con la general a la entrada de Irurzun. (. • ¡ .:' La estación de Irurzun, que es de las clasificadas como de primera clase, es un recio edificio de piedra. En la planta baja están todos los servicios, y en el piso principal, las habitaciones del jefe. Todas las habitaciones y oficinas, son amplias. La estación tiene marquesina sobre el andén. Hay además buenos muelles; uno abierto, con grúa,-y otro cerrado, y depósito de coches, báscula, etc. Todo .lo necesario en una buena estación. .. ,. .-., .,, LA AVALANCHA -•''•'• De lrurzun a Latasa En lrurzun empieza a ser este ferrocarril extraordinariamente interesante por el paisaje que recorre. Desde aquí hasta el final del trayecto, es decir, en unos 70 kilómetros, el viajero que sepa sentir—que tenga la dicha de poder y saber sentir—la emoción del paisaje, prepárese a gustar las más deliciosas emociones. A poco de salir de lrurzun se pasa un túnel de 150 metros y se sale a un paraje desde donde se ve la imponente mole del macizo de la Barranca y la risueña y siempre florida vega del río Araquil. El tren va como a incrustarse en la Formidable mole de una de las dos peñas llamadas "Las dos hermanas». Se entra por ¡a entraña de piedra, recorriendo aquella masa rocosa por un túnel de 150 metros que tiene una particularidad bien extraña Hacia la mitad, próximamente, del túnel está cruzada por una banda de luz. Es que el túnel está partido, abierto, quebrado, como si en la mitad de él hubiera dado un hachazo algún titán... La visión momentánea, al llegar a este claro del túnel, da una emoción fuerte. El túnel está interrumpido por una grieta, por una arruga de la peña gigantesca, y mirando por la izquierda se ve cómo aquella grieta es un precipicio que cae sobre la carretera precisamente en la angosta cañada donde no hay más que la carretera y el río, más abajo aún; el río que allí se quiebra y salta. Sigue el camino de hierro apoyado en el monte y paralelo a la carretera y al río, y hay un trecho en el que parece, mirando hacia abajo, hacia el río, que es el río el primer peldaño, la carretera el segundo y el ferrocarril el tercero, de una enorme escalera que estuviese abierta en la ladera de aquel monte. Ofrecen un espectáculo imponente "Lasdos hermanas,, vistas desde el tren. Cuando se viene hacia Pamplona este espectáculo es aún más imponente, porque hasta que se entra en el túnel nadie puede adivinar por dónde se abrirá paso el convoy. El ferrocarril se encuentra con la carretera y la cruza, a nivel, al lado mismo de la ferrería. Y entonces, de ir muy por encima de ella, pasa a ir muy por debajo de la carretera, entre ia carretera y el río, por una estrecha y retorcida garganta cuyo hueco va señalando el río Larráun. Es un paso muy cerrado y pintoresco. .- • . . ... . (Concluirá) mento, que DO debe morir porque tiene uu historial gloriosísimo y porque no se ha envilecido moviendo bailes indecentes y obscenos. BIBLIOTECA CATÓLICO-PROPAGANDISTA Relación de los folletos y hojas repartidos por la Biblioteca Católico-Propagandista durante el segando semestre de ¡922. OPÚSCULOS Imitación de Cristo La plaga de la deshonestidad . ' ' . , ' ' ' " ' ' : " • • '' - ' HOJAS 5 . "La Lectura Popular,, ¡Dime algo! Autosermón Los garbanzos del cocido Los animales comunistas El diablo predicador ¡Se lució el mozo! ¿Hombres o bestias? En la ratonera , Las influencias del tío Toñina La mujer cerebro Igualdad Jesucristo en la plenitud de los tiempos. ' 100 400 ... . 0 0 ;. ; 12.000 1.000 1.000 \ .000 I .OoO Í.OOO 1.000 l .000 i .000 1.000 i .000 i.OOO 300 23.300 Ejemplares de LA AVALANCHA. .'..'/. ' RESUMEN DE 14.000 1923 Opúsculos repartidos en el primer semestre Id Id segundo ¡d - • • - . . • - • . ' • N • ' • - ' , . / ; 1.100 500 . ' • • '. Hojas repartidas en el primer semestre.. < Id id segundo id . ,'.•'- ' . 1 - 6 0 0 36.300 23.300 . Número de ejemplares de LA AVALANCHA repartidos el año 1922 ¡59.600 23.000 Pamplona, 31 de diciembre de 1922. - ,. - • . - ' , ' ;. ,. El Bibliotecario, Feliciano Goñi e Izura. Los chistularis del Baztán En eete número publica moa un fotograbado de dos símpateos chietularie y un tamborilero del valle de Baztán. Son tos músicos popu'ares vascos, loe que saben ejecutar en eeoa instrumentos primitivos las más du'ces melodías, aflorantes, melancólica?, gratas n cuantos han vivido lo vida, entre arcadieeca y bucólica, de nuestras incomparables montafias. Un entusiasta escritor, admirador de nnestras tradicionales bellezas, dice, describiendo este ioetrumento: «Da el cchistu> (en castellano se llama tibia vasca) más de dos octavas, y tiene unas vocee aflautadas de una sonoridad muchísimo mayor que la fhuta y el flautín. Precisamente en BU simplicidad está s i mayor encanto.» El «chistu» ha sido la música inspirada y melodiosa que ha acompañado los honestos, elegantes, gimnásticos y cereaiouiosos bailes de nuestro país vasco. La mutiild»nza, de una estética incomparable, que ee baila en el Baztán, muévese al compás de las sonoras noifts del «chista». En eetos últimos tiempos, la Sociedad de Estudios Vascos ba contribuido a la propagación de ese instru- DEL, MOMBXTO ¡Alerta, católicos españoles! leído en varios colegas un importante artículo de fondo de «El Siglo Fataro», en el qne ee da la voz de alerta a los católicos; porque el reformismo ba exigido qne ee implante BU programa contra la Iglesia, declarando la libertad de cnltoa y el programa de la Beealarícación de ese partido. Para ello ee intenta sustituir al actual embajador en Boma, Marqués de Villanda, por don Ama lio Jimeno. No en nombre solamente de la religión, sino en nombre de la Patria, debieran levantarse como un solo hombre todos toe españolea, pues, como dijo Menéndez Pe layo, no hay en nuestra historia más gloria qne la de la uuidad católica, alma de nuestra nación, ínente de todos loa heroísmos y toda su ciencia y literatura, y si algún BHOS • J LA AVALANCHA día llegase a perderla, volveríamos al cantonalismo de loa arevacos. Afortunadamente, el espirita católico no ha muerto. Duerme, a lo eumo, por esa política de coÜtémporarizsciones y transigencias y por esa prensa incolora, llamada de orden, que solo ee inquieta cuando se toca al vil meta), pero que duerme a pierna suelta cuando ae ataca al dogma y a la moral o a los derechos de la Iglesia; pero aún hay fe en Israel y prensa netamente católica que levantará las fuerzan católicas en contra de las pretensiones del reformiamo. Jamás hemos temido la lucha franca, porque el poder de Dios es superior al de los hombres; tememos más a esa política enervante de los partidos conservadores, que en el fondo tienen la misma doctrina y sólo se distinguen en los grados, como BU cede en ia ñebre. Esperemos tranquilos, pero arma al brazo, los acontecimientos. REVUELTA Nuestros amigos difuntos.—Confortado con IOJ santos sacramentos, falleció el día 30 de diciembre último el apreciable y ejemplar joven Antonio Asurmendi y Atondo, hijo de nuestro querido compañero D. Robustiano Asurmendi, tesorero de la «Biblioteca Católico-Propagandista > y administrador de LA AVALANCHA. Muy de veras nos asociamos a la pena que su estimada familia experimenta en estos momentos, y suplicamos a nuestros amigos encomienien ea ems oraciones el alma del finado. RI.P, Un donativo.—De unas virtuosas señoritas de esta capital hemos recibido un donativo de diez pesetas que destinan a nuestra revista y propaganda. Dios ae lo pague a las caritativas donantes el favor que dispensan a nuestra modesta propaganda. BIBLIOGRAFÍA N u e s t r a p a t r i a * — Lecturas para fomentar el patriotismo en las escuelas españolas, ordenadas por el R. P.-Ramón R. Amado, S. J., Consejero de Instrucción Pública. Con gusto recomendamos esta importante obra del ilustre jesuíta que tanto admiran los lectores de LA AVALANCHA. Eí nervio del patriotismo español ha de ser el conocimiento y amor de nuestra gloriosa Historia, cuyos timbres más sublimes son el perpetuo amor a la independencia, que levantó a los españoles contra todo invasor desde Amílcar hasta Napoleón; y la cruzada de ocho siglos, por la patria y por la fe, que tuvo su resonancia en la evangelizaron de América y la defensa del Catolicismo en Europa. Estos son nuestros blasones; esto es lo único que hoy puede unir a los españoles. La mayor parte de este hermoso libro va ilustrado con numerosos grabados, ya de obras de arte, ya de monumentos nacionales. La descripción de sus regiones se ha hecho, rio histórica, sino geográficamente, notando al paso sus monumentos históricos y sus bellezas naturales y riquezas. Es digno de meditación el párrafo final: *Bueno es y hermoso y laudable que entonemos himnos a la bandera; pero acompañémoslos con el batir de los martillos sobre el yunque, con el golpear de la tierra con la azada, con el choque del pico en la cantera, con el ritmo de la actividad ordenada; y trabajando con los ojos en el Cielo, hagamos del trabajo una bendición y una plegaria por la Patria!,, Un tomo en 8.° mayor, en rústica, pesetas 3'50¡ encartonado, pesetas 4,50, en la casa editorial, Librería religiosa, Av¡ñó,20, Barcelona, y en las principales librerías de nuestra capital. • . K l N l f i o Amor.—Acaba de editar la revisia ."Razón y FeB esta linda obra del laureado poeta e ilustre jesuíta P. G. Pintado. El amor del Niño Jesús al bendito Patriarca y a su Madre divina; el ansia de hacer bien a sus hermanos; los deseos de ensayar, como en juegos infantiles, el celo de las almas y. las terribles amarguras que preveía para más tarde; y todo envuelto en primores de luz y color, en representaciones vivas, ora de campestres idilios, ora de bulliciosos juegos de muchachos sin escuela, ora en escenas familiares encantadoras de aquellas que atraían sobre el taller del carpintero y la casita de la Virgen los ojos de los ángeles, es lo que contiene este libro. La imaginación fresca y lozana del autor, su fácil y galano dominio del verso, su piedad tierna, sencilla, dan a todas y a cada una de las composición es un encanto singular. Muchas de las composiciones han alegrado ya devota y poéticamente las veladas del Niño Dios; y forman el verdadero Libro de Navidad, indispensable en los colegios cristianos, útilísimo en las familias cristianas, agradabilísimo para los aficionados a las buenas lecturas. . - Forma un tomo de 219 páginas, con elegante cubierta. Precio 3 pesetas, en la Admon. de la citada revista, Plaza ele Santoi Domingo, 14, , Recomendamos de veras su adquisición. " . . -_„ ¡y--, .. • .• . - - , . r :,vy, r,,í., .¡J..'i , " • . -.. •• • ,•', .f.- t-b El tercer centenario de San Francisco dé Sales en Pamplona.—Revistieron gran brillantez loe cultos que, como anunciamos en nuestro número anterior, celebra* ron las MM. Salesas en honor de su santo Fundador y Patrono de la Buena Prensa; singularmente los actos del día 28 de diciembre último, fecha del tercer centenario del tránsito del dulcísimo San Francisco de Sales, resultaron solemnísimos. Celebró la misa de comunión general el M. I. Sr. D. Manuel Limón, chantre de esta Catedral. Ea eate acto se repartieron por nuestra cBiblioteca Católico-Propagandista > unas hojitas tituladas «Jesucristo en la plenitud de los tiempos, dominando el pasado y el porvenir». El celoso jesuíta P. Marcelino fireño hizo los fervorinea. Hemos de agradecer a-este ilustre hijo de S. Ignacio las frases de elogio para nuestra Sociedad Propagandista y para los que le prestan sus ayudas pecuniarias. Ea la función principal y ea la bendición de la noche ofició en eBte día nuestro iluetre paisano el Exctno. señor Obispo dimisionario de Oviedo D. Francisco Baztán. LA AVALANCHA B6 congratula de loe solemnes cultos tributados en Pamplona al dulcísimo San Francisco de Sales, apóstol de la Buena Prensa. aune Del Centenario de Pasteur.—«En la iglesia de SaintJacquee d'Au se ha celebrado una ceremonia religiosa en honor de Pasteur.» Esto es francés puro, y lo demás son chufas... No pueden evitar que Pasteur sea una gloria del Catolicismo. Pero, al meuos, dicen esas cosas tan raras, para quedar bien consigo miemos: '-'"• " «Ceremonia religiosa,en honor...» ' ' ' ¡ «Funeral en sufragio del alma», «monsieurs». 3MHC ' •' - Vaya unos ministros—El ministro de Instrucción Pública Sr. Salvatella, no teniendo, BÍU duda, otra cosa más urgente que hacer, ha suprimido le Fiesta del Estudiante, instituida oficialmente para el 7 de marzo de cada año, día de Sauto Tomás de Aquino. , La mayoría de lo? estudiantes es contraria a esta resolución sectaria del ministro, y la Confederación Nacional de estudiantes católicos ha publicado una protesta de que un minietro liberal proceda, sin consideración alguna a la opinión de la mayoría de los interesados, en el acuerdo y anunciando que aunque el ministro la suprima los estudiantes harán la fieBta de Santo Tomás. .*$:-.¿¿I/ÍMP •••• *• « La hora d é l a s VerdadeSi^—í>icen de BHban; cha 1 de enero: «El módico D. José Madinabeitia, que 'i -~'. LA AVALANCHA ÍO tanto ee distinguió por en actuación en el partido socialista y se baila gravemente enfermo, al recibir ayer la visita del Padre franciscano Vidaechea, antiguo amigo BOJ o, espontáneamente le pidió confesión. Después se le administró la sagrada comunión.» Nuestro querido colega «La Gaceta del Norte», en sn número del inióicoles, al dar noticia de su fallecimiento, dice lo siguiente: «Su muerte fue de gran ejeoiplaridad. Con gran piedad se acercó a Dios, que habrá recibido en su eeno eu alma. Para que así sea, elevemos a Él nuestras oraciones.» Demos gracias a Dio?. . •'. , -' • . $ LA PORTERÍA DEL CIELO ( C u e n t o • p o p u l a r ) I \ - - , • • '•.' .",'•. •'-• ' • ' . . . , ' h tío Paciencia era tm pobre zapatero remendón que ganabahonradamente el pan, mete que mete la lezna y tira que tira del cáñamo, en un portal de Madrid, y debía el apodo con que era conocido a la resignación con que durante BU vida había sufrido los muchos trabajos que el Señor le habla dado. Allá por la época constitucional .de 1820 era ya muchacho de quince a diez y seis efioe, pero tenía la inocencia de un niño de ocho, y como oyese decir que todos los hombres eran igualeB, preguntó a BU maestro si era verdad aquello. —Ríete de semejantes dichos—le contestó el inaeBtro.—Sólo en el cielo son los hombres iguales. Ei muchacho sintió que no lo fueeen también en la tierra; pero se coueo!ó con que lo fuesen eu el cielo, y cuando algún parroquiano de ¡a zapatería convidaba al maeetro a echar uoa copa en la taberna de al lado, decía para eí el pobre aprendiz: —Es lástima que no seamos todos los hombres iguales en la tierra como en el cielo, porque ei fuese así, ese parroquiano no me diferenciarla del maestro, y como el maeetro, iría yo a echar mi copita en la taberna de al lado; pero paciencia, que en el cielo seremos todoB iguales. Tocóle la quinta dos aflos después y entonces tuvo más motivos que nunca para lamentarse de que los hombres no fuesen iguales en la tierra como en el cielo, porque en su compañía habla soldados distinguidos y caboB y sargentos y oficiales que probaban ser verdad lo que su maestro le habla diebo tocante a la igualdad humana; pero se consolaba también pensando que en cielo serian todos iguales. Volvió de servir al rey, y aprovechando lo poco que había aprendido de zapatería se estableció en el portal consabido y allí paeó el resto de su vida, consolándose de SUB peuas y privaciones con la esperanza de ir al cielo y gozar de la igualdad que DO había encontrado en la tierra. En el piso principal de la casa cuyo portal ocupaba, vivía uu marqués, que le hubiera dado muy malos ratos con el espectáculo de su opulencia, a no aer el marqués un señor muy bueno, a no ser tanta su paciencia, y sobre todo, a no eer tanta su esperanza de decir un día al marqués en el cielo: «¡Amiguito, aquí todos somos iguales!» Pero no era eólo el marqués del piso principal el- qne le hacía sentir que eu la tierra no fuesen todos los hombree iguales como en el cielo, pues hasta ene amigos más íntimos pretendían diferenciarse de él. Estos amigos eran el tío Mamerto y el tío Macano, hombres de tan buena conducta que el tío Paciencia no podía vivir sin su honrada compañía. " - _ . ' El tío Mamerto tenía una afición bárbara a los toros y la echaba de inteligentísimo en materia de tauromaquia; Cuando en tiempo de Fernando VII ee creó una escuela para enseñar esta ciencia estuvo a punto de ser nombra* do catedrático de ella, y este precedente le hacía considerarse Buperior al tío Paciencia, quien reconocía esta superioridad y Be consolaba pensando que si BU querido amigo y él no eran iguales eu la tierra, lo serían en el cielo. El tío Macario era muy feo y se caeó con una muchacha muy guapa; pero le salió su mujer tan perra, que no tenía el diablo por donde desecharla. Al cebo de veinte años de peloteras y otras cosas que por decencia ae callan, se le murió la bribona de su mujer y el buen hombre quedó como en la gloria; pero al fia y al cabo ee encalabrinó con otra muchacha que era también como una rosa y se caeócon ella, a pesar de que su amigo, el tío Paciencia, trató de quitárselo de la cabeza, considerándolo una enorme tontería. Como el tío Paciencia nunca había conseguido que las mujerea le quisieran, y habían querido a pares al tío Macario, éste creía tener cierta su* perioridad sobre el tío Paciencia, quien no podía menos de reconocerla, y hubiera pasado malos ratos a no considerar que su buen amigo y él serían iguales en el cielo, ya que no lo eran en la tierra. El tío Mamerto era capaz de ir al ün del mundo por ver una corrida de toros, tanto que solía decir: «Por una corrida de toros dejo yo la gloria eterna», a lo cual replicaba escandalizado el tío Paciencia: t¡Hombre, no digas bestialidades!» Un día que se asaban los pájaros, había novillos en Getsfe, y el tío Mamerto fue a verlos a patita y andando, y al volver cayó en cama con un tabardillo, y tabardillo fue que se le llevó al otro mundo. Aquel mismo día estaba muy malo en cama el tío Macario, de resultas de un sofocón que le había dado su mujer, pues si la primera se los había dado grandes, la segunda se los daba morrocotudos. Su mujer, que no desperdiciaba ripio para quitarle cuanto antes del medio, se aproximó a darle la noticia de que el tío Mamerto ha* bía estirado la pata, y el pobre tío Macario, que estaba ya para pocos sustos, estiró la suya apenas supo que su amigóte había cerrado el ojo. Ya he dicho que el tío Paciencia no podía vivir sin SUB dos amigos, porque los quería entrañablemente. Extrañando que todo e) santísimo día no hubiesen pasado por el portal a echar en su compañía un párrafo y un cigarro, cuando dejó el trabajo al anochecer fue a buBcarlos y eupo que ambos habían muerto. Aquella terrible noticia fue para él un escopetazo, y aquella misma noche tomó tras ellos el camino del otro mundo, con el consuelo de que pronto se iba a ver donde todos los hombres eran iguales. Toda la vecindad sintió mucho la muerte del tío Paciencia, pues todos tenían tal confianza en BU honradez y su carácter servicial, que cuando tenían que cambiar billetes del Banco de España se loe entregaban al tío Paciencia, y éste se exponía a morir reventado por eambiarloB. A la mañana siguiente de morir IOB tres amigos, el bruto del ayuda de cámara del marqués, cuando entró el chocolate a BU amo, tuvo la imprudencia de decirle a éste que el zapatero del portal había muerto al saber que habían expirado caei de repente dos amigos suyos. Y como el marqués era un hombre muy aprensivo y por aquellos días se decía si había o no cólera en Madrid, se aauetó tanto con la salida de pie de banco del ayuda de cámara, que pocas horas después era cadáver, con gran sentimiento de los pobres del barrio, pues era un señor caritativo. Y por todo el barrio no Be oía más exclamación que esta: —iQué barbaridad la gente qne muere! , . - ' - • II El tío Paciencia emprendió el camino del cielo muy contento, con la esperanza de gozar eternamente de la gloria, de vivir en un mundo donde todos los hombres eran iguales y de encontrar allí a sos queridos amigos •;\-I LA AVALANCHA Mamerto y Macario. En cuanto a este último no dejaba de tener PUS dudillas, porque el buen hombre decía con mocha razón: —[Qué lance fuera que H aquelloB no les hayan querido abrir las puertas del cielo! Ellos siempre fuerou hombrea de bieu a carta cabal; pero la picara afición de Mamerto a los toros y la tontería de Macario de casarse por secunda vez, habiéndole ido tan mal la primera, me dan muy mala eppina. Para salir algún tanto de dudas preguntó a un peo a caminero si habla visto pasar por allí a dos sujetos de estas y iae otrus señus, y el peón le contestó afirmativamente, con lo cual el tío Paciencia continuó eu camino, cantando mas alegre que unaB pascuas. El caLUIDO del cielo era áspero y penoso como un demonio, por lo cual, siu duda, no ee veía en él más que gente pobre y acostumbraba a la fatiga. Chocándole mucho al tío Paciencia, no ver » ningún rico entre tanto caminante, decía para eí. —No es extraño que loe señores no hagan este viaje, porque tendrían que hacerlo en el caballito de San Francisco. Si pudieran hacerlo en coche, mil demontres me lleven si no veíamos por aquí más carretelas que en el Prado y la Fuente Castellana. El tío Paciencia interrumpió sus reflexiones viendo venir hacia el cielo un hombre que lloraba como un becerro y daba muestras de la mayor desesperación. Aquel hombre era nada menos que el tío Mamerto. Al tío Paciencia le dio un brinco el corazón, anunciándole alguna desgracia, cuando reconoció a su amigo. —¿Qaé te pasa, hombre?—preguotó al tío Mamerto. —|Qué demonios me ha de pasar! que por bruto me han cerrado para siempre las puertas del cielo. —¿Pero cómo ha sido eso, hombre? Explícate con doscientos mil de a caballo, que me tienes con el alma en un hilo. Siempre habrá sido por tu picara afición a los toros. —Algo ha habido de eao. —Pues cuéntame lo que ha habido, y no seas machaca. —Llegué a la portería del cielo y encontré allí una porción de personas que aguardaban a entregar el pasaporte para el otro mundo. El portero que revisaba los papeles, con eu gran calva a la vergüeuza y su manojo de llaves en la mano, gastaba mucha calma y molla a todo prójimo con preguntas y respuestas antes de permitir la entrada. Yo que, como era natural, tenía gana de colarme cuanto antes dentro, dije para mí: —¿Qué va, a que eBte viejo con su pesadez me tiene aquí basta la noche? No, pues como se descuide un poco, me cuelo dentro, aunque luego me saquen de una oreja, que ese señor debe ser muy aficionado a ellas, como lo prueba el pobre Maleo. Poco después veo que el tal portero arma una pelotera con un pobre diablo, a quien no dejaba entrar so pretexto de si habla sido o no aficionado a toroB. —¡Ciertos son los toros! dije yo al ver aquello. El abuelo ese me va a tener aquí fastidiado haeta las mil y quinientas, y si llega a oler que también he sido aficionado a corridas me me ¿a la entrad* como a ese otro. ¿Y qué hago? ael que el portero dé una media vuelta, jechifl me cuelo dentro. Daba yo gracias a Dioe por haberlo hecho, porque dentro estaba uno como en la gloria, cuando le da la gana al portero de contar los que estaban en la portería y nota que le falta uno. —¡Uno me falta!—grita hecho un solimán, —y apuesto una oreja a que eB el madrileño. De Madrid había de ser él para que no fuera gato; ¡pero juro a bríos que yo le he de ajustar las cuentas! —Señor—le dice un adula^orzuelo que tenía traza de cortesano—¿quiere usted que yo le aaque de una oreja? —Déjese uBted de orejas, hombre—contesta el abuelo. Y llamando a uuos múeicoa, a quienes ponía muy buena cara, porque parece que se los había recomendado Santa Cecilia: . ... 11 —Toqueu uetndea — le* dice—salida del toro. Y loa músicos la tocan, y yo, bruto de mí, al oir aquel toque, creo que hay c »rn Ja de tor >s en la portería, y aalgo H verla como una saeta, y entonces el portero cierra la puerta y me deja fuera, con un palmo de naricea, di— V«ya usted al infierno, que afición a toros como la de ustfíd no tiene perdón de Dios. Y aquí me tienes, querido Paciencia, que voy camino del infierno por mi condenada afición a la tauromaquia. E¡ tío Paciencia prorrumpió en amargo llanto al ver la infelicidad de su pobre amigo, a quien no echó un buen eermóu considerando que ya sería predicar en desierto, y ambos continuaron su camino, el tío Paciencia el del cielo, que era cuesta arriba, y el tío Mamerto el del infierno, que era cuesta abajo. —¿Qué va a que a mí también me sucede algún percance en la portería? ¡Se conoce que el señor portero tiene un geniecito endemoniado! Así decía el tío Paciencia, conforme caminaba, cuando vio que venía otro hombre de hacia el cielo. Aquel no lloraba, ni Be arrancaba los pelos como un condenado; pero traía la cabeza baja y denotaba una profunda tristeza. —¡Calla!—dijo el tío Paciencia—jmil demonios me lleven BÍ eee no es el tío Macariol ¡Toma, pues es el mismo! Y en efecto el tío Macario era el de la cabeza baja. Los amigos se abrazaron conmovidos. —¡Tú por aquí, Paciencial—dijo el tío Macario.— ¿Adonde vaat hombre? —¿Adonde he de ir? Al cielo. —Difícil aera que entres. —¿Por qué? —Porque es muy difícil entrar allí. —¿Y en qué está la dificultad? —Ea que el portero es el viejo más cócora que yo me he echado a la cara. Mira tú si no lo que me ha pasado a mí con él... —Pero ¿qué te ha pasado, hombre? ' —¡Una friolera! llegamos otro y yo a la puerta, llamamos, y sale el portero con BU calva descubierta y su manojo de llaves en la mano. —¿Qué querían ustedes?—noa pregunta. —¡Vaya una salida!—contesto yo.—¿Qué hemos de querer sino entrar? —¿Es usted casado o Boltero?—pregunta a mi camarada. —Casado—le contesta. —Pues pase usted, que basta esa penitencia para ganar el cielo, por gordos que sean los pecados que se hayan cometido. Y mi compañero ae coló dentro. —¡Arrea!—dije yo par» mi;—¡pues si eBte ha ganado el cielo con haberse casado una ves, mejor le habré ganado yo con haberme casado dos veces. Y faí a cotarras trae de mi compañero. . —¿Adonde va usted?—me preguntó el portero, deteniéndome de nna oreja. —Hombre—le repliqué, —¿tiene usted gana de que le regalen el oído? Voy al cielo. —¿Es usted casado o soltero? —Casado dos veces, a falta de una. —¿DOB veces? —Sí, señor. —Pues vaya usted al limbo, que en el cielo no entran tontos como usted. ' Y aquí me tienes, querido Paciencia, que voy camino del limbo. Vamos, [si las cosas que a mí me suceden!... —Te está muy bien empleado—dijo el tío Paciencia, entre compadecido e indignado de la tontería de su amigo.—¿No te <lecía yo que no tenía perdón de Dios el casarse dos yecea? Pues anda, hijo, que harto bien librados salen los tontos con vivir ein pena ni gloria. . \ ..: ' l"-;i. ANTONIO DE TRUBBA. (Concluirá) v • . ' ;' ., PAMPLONA.—Imprenta Librería y Cintro de suscripciones ae Jesús- García, calle da la Estafeta, numero 31 LA AVALANCHA 12 GAJA DE AHORROS DE "LA í ASCONIA, RELOJERÍA Y ÓPTICA CASA ARRILLAGA HUCHAS METÁLICAS LA VASCONIA, Sociedad anónima de Banca y Crédito, ha implantado en su Caja de Ahorros las huchas metálicas que tanto éxito han alcanzado en el extranjero y en varias provincias de España, con cuyo sielema se fomenta la virtud del ahorro que tantos beneficios proporciona al que la practica. Es la primera Sociedad que establece este servicio en Navarra, El dinero ingresado en estas huchas y depositado en la Caja de Ahorros de LA VASCONIA, produce al imponente un interés de tres por ciento anual, que se computa por decenas, y es dinero disponible a la vista todos los días laborables, mañana y tarde. LA VASCONIA facilita gratis a sus clientes estas huchas en condiciones que se darán a conocer al que lo desee. 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