10 consejos para realizar la declaración

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Consejos para la declaración del Impuesto sobre la Renta;
Ya ha comenzado la campaña de la declaración del Impuesto sobre la Renta
de las Personas Físicas, y ha sido noticia la avalancha de peticiones de
datos, confirmaciones y borradores a la web de la Agencia Tributaria, cuyo
plazo se inició el pasado 10 de abril. Lógico en los tiempos que corren.
A partir del próximo 3 de mayo se inicia la fecha a partir de la cual ya puede
presentarse la declaración.
Existen multitud de factores que nos pueden ayudar a ahorrar a la hora de
hacer la declaración, si bien los mismos se deben planificar con anterioridad,
pues la declaración no se inicia en este mes de mayo, sino durante el año
anterior.
Dicho esto, veamos algunos consejos útiles de cara a la declaración de 2011,
algunos de los cuales pueden ayudar a reducir la factura fiscal.
1. Pedir a Hacienda sus datos, el borrador de la declaración.
Si el borrador coincide íntegramente con los datos de su declaración,
confírmelo.
Si el borrador le da a devolver, preséntalo cuanto antes. Las estadísticas
demuestran que las primeras declaraciones se cobran con mucha más
celeridad. Si le sale a pagar es obvio que la recomendación es justo la
contraria. En este caso, puede fraccionar el pago, así liquida un sesenta por
ciento y aplaza el resto. La fecha para ese segundo pago es el 5 de
noviembre de 2012.
Compruebe siempre que la cuenta de abono o cargo de su banco es correcta
o que no la ha cancelado.
2. Comprobar si estamos obligados a declarar.
Solo están obligados a presentar la declaración aquellas personas que
superen los 22.000 euros brutos anuales, en rendimientos del trabajo
(nómina, pensiones o subsidio por desempleo), cuando procedan de un
único pagador. En este caso, podrán declarar si desean hacerlo pero no
están obligados (en la mayoría de los casos el resultado de su declaración
será a devolver. En caso de tener dos o más pagadores, el límite para no
presentar declaración es de 11.200 euros, siempre y cuando las cantidades
recibidas del segundo y los siguientes no superan los 1.500 euros brutos
anuales.
Es decir, la práctica totalidad de los pluriempleados deberá presentar la
declaración. Por ejemplo, una persona que haya cambiado de empresa a
mitad de año pero que no supere la renta de 22.000 euros estará casi con
total seguridad obligada a declarar si ha cobrado más de 1.500 euros de la
segunda empresa y ha percibido más de 11.200 euros en todo el ejercicio. En
este punto, conviene aclarar que los pagos de la Seguridad Social (como por
ejemplo la prestación por desempleo) tienen la consideración fiscal de
segundo pagador a efectos fiscales.
Tampoco tendrán que declarar los contribuyentes que obtengan
exclusivamente rendimientos del trabajo, del capital, de actividades
económicas y ganancias patrimoniales, hasta un límite máximo conjunto de
1.000 euros anuales. Ni los contribuyentes que tengan pérdidas
patrimoniales de cuantía inferior a 500 euros.
A los efectos de la determinación de la obligación de declarar, en los términos
hasta aquí expuestos, no se tendrán en cuenta las rentas exentas.
Además, deberán declarar los contribuyentes que quieran beneficiarse de la
deducción por inversión en vivienda habitual, por cuenta ahorro-empresa o
por doble imposición internacional. También aquellos con aportaciones a
planes de pensiones, a mutualidades de previsión social, a planes de
previsión asegurados o a patrimonios protegidos de las personas con
discapacidad, planes de previsión social empresarial y seguros de
dependencia que reduzcan la base imponible.
3. Ingresos que no tributan.
En teoría, todos los ingresos que percibimos son susceptibles de imposición.
Pero, existen supuestos de no sujeción y/o exención que debemos tener en
cuenta.
Tal es el caso de los premios (de la lotería nacional o autonómica, quinielas,
primitivas, bonoloto y loterías de la Cruz Roja, la ONCE; los premios literarios,
artísticos y científicos, así como los premios Príncipe de Asturias);
indemnizaciones por despido, traslado y dietas en la cuantía que determine
el Estatuto de los Trabajadores; retribuciones en especie como tickets
restaurante, cursos, seguros sanitarios o acciones dentro de unos límites
establecidos; trabajos realizados en el extranjero de hasta 60.100 euros
anuales; prestaciones por desempleo percibidas en la modalidad de pago
único hasta 15.500 euros; pensiones de la Seguridad Social o del organismo
que la sustituya por incapacidad permanente absoluta y gran invalidez, tanto
en la modalidad contributiva como en la no contributiva; subvenciones y
ayudas (prestaciones por públicas por nacimiento, parto múltiple, adopción e
hijos a cargo, y prestaciones por maternidad de las comunidades autónomas
o de las entidades locales, becas públicas y becas concedidas por
determinadas entidades sin fines lucrativos para, entre otras cosas cursar
estudios reglados y la formación de investigadores, etc.
4. Deducción por inversión en vivienda habitual y obras.
El Gobierno cumplió con su promesa de recuperar para todos y con efectos
retroactivos desde el 1 de enero de 2011 la desgravación fiscal para la
vivienda en propiedad. La más popular de las deducciones en el IRPF vuelve
tal y como estaba diseñada antes de los cambios fiscales acometidos por el
anterior Ejecutivo.
Se recupera la deducción: un 15% de las cantidades invertidas, con una base
máxima de deducción de 9.040!. Esta medida tiene carácter retroactivo,
aplicándose a las adquisiciones de viviendas realizadas durante el 2011.
También se eleva la base máxima sobre la que se podía aplicar la deducción
por obras e instalaciones de adecuación en la vivienda habitual hasta los
12.080 euros anuales.
5. Deducción por alquiler de vivienda.
Quien viva de alquiler podrá deducirse hasta un 10,05% de las rentas
satisfechas, siempre y cuanto su base imponible sea inferior a 24.107,20
euros anuales. También la base máxima de deducción crece ligeramente,
aunque varía en función de los ingresos del inquilino.
En cuanto a los propietarios, este año se verán libres de impuestos hasta el
60% de lo que hayan ingresado por el alquiler, incrementándose el
porcentaje hasta el 100% para quienes tengan alquilada su casa a jóvenes
de entre 18 y 30 años.
6. Reinversión en vivienda habitual.
Recuerda que si has vendido tu casa y reinviertes el importe en obtener otra
vivienda de carácter habitual puedes neutralizar las ganancias, acogiéndote
a la exención por reinversión en vivienda habitual.
7. Planes de pensiones.
Los planes de pensiones son una de las fórmulas más habituales para pagar
menos impuestos declaración de la renta. La fiscalidad de los planes de
pensiones es una de sus ventajas que encaja dentro de la política de
incentivar el ahorro a largo plazo como complemento a la pensión que ofrece
la Seguridad Social.
La fiscalidad de los planes de pensiones los convierte en un elemento a tener
en cuenta a la hora de hacer nuestra planificación fiscal. Su principal ventaja
es que las aportaciones están sujetas a desgravaciones. Es decir, es posible
deducir las aportaciones de la base imponible de la declaración de la renta,
siempre dentro de los límites marcados por la ley.
8. Gastos deducibles.
Hay muchos gastos deducibles para trabajadores como cotizar a colegios
profesionales o sindicatos, amén de gastos de defensa jurídica y
rendimientos del trabajo percibidos por trabajos en el extranjero, etc.
Los autónomos se podrán deducir todos aquellos gastos vinculados a la
actividad económica (consumos de explotación, sueldos y salarios, seguridad
social a cargo de la empresa, gastos de formación, arrendamientos y
cánones, reparaciones, servicios de profesionales independientes, etc).
Los que obtengan rentas por alquileres pueden deducirse los intereses
producidos por créditos que se abonen por la compra de la vivienda, los
tributos que incidan sobre los rendimientos o sobre la vivienda, los gastos de
formalización del arrendamiento y los de defensa de carácter jurídico, los
gastos de conservación y reparación, servicios y suministros, y el importe que
se destine a la amortización de la vivienda, siempre que responda a su
depreciación efectiva.
9. Depósitos.
Los depósitos bancarios son uno de los productos financieros más utilizados
por los españoles para rentabilizar sus ahorros gracias a sus sencillez y a las
garantías que ofrecen, y tributan en la base imponible del ahorro.
Los tipos de gravamen aplicables a las ganancias obtenidas son del 19%
hasta 6.000 euros y del 21% si la cuantía supera ese monto. Tipos que se han
incrementado para los ejercicios 2012 y 2013.
10. Donaciones.
Las donaciones permiten deducir un 10%, 20% ó 30% cuando se realizan a
entidades sin ánimo de lucro, actividades de mecenazgo y otras similares
previstas por la ley. El porcentaje de la deducción dependerá del tipo de
institución y la actividad que realice
Por Pilar Pavón, abogada especialista en Derecho Tributario del Bufete
Buades.
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