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Índice
Presentación
Vida del Dr. Atl
La renovación del arte mexicano
Ejes temáticos
Anexos
2
Presentación
El Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey y el Museo Colección Blaisten se complacen en
presentar Dr. Atl. Obras maestras, exposición compuesta por más de noventa piezas que
permiten atestiguar la evolución artística del Dr. Atl, personaje clave en la historia del arte
mexicano tanto por su producción artística como por su papel en la gestación del muralismo.
Gerardo Murillo, con seudónimo artístico Dr. Atl, fue un hombre curioso y autodidacta que dedicó su
vida a numerosas actividades y disciplinas, como lo hicieran personajes prominentes del
Renacimiento. Además de la pintura se dedicó a la literatura, fue promotor cultural, docente,
vulcanólogo, político, periodista, viajero y urbanista. En múltiples ocasiones llevó a cabo dos o más
actividades de manera simultánea.
Las obras que componen esta exposición —retratos, autorretratos, paisajes y aeropaisajes— ponen
en evidencia los fructíferos diálogos que el artista mantuvo con el arte europeo y mexicano desde su
postura como individuo y artista, mismos que le condujeron hacia una renovación del arte
mexicano.
Nombre de la exposición: Dr. Atl. Obras
maestras
Organizador: Museo Colección Blaisten
Curaduría: Andres Blaisten
Localización: Salas 6 a la 11 | Planta alta
Duración: Del 24 de mayo a agosto, 2012
Técnicas: Pintura, pastel, óleo, atl color y
esténciles.
Número de obras: 92 piezas, incluyendo tres
fotografías y un libro.
Autorretrato, 1959, Dr. Atl
Óleo sobre masonite
3
Vida del Dr. Atl
Yo soy el Dr. Atl, porque soy el Dr. Atl y todo lo bueno y lo malo que he hecho y que tenga
cierto valor, lo hice yo, el Dr. Atl, autobautizado paganamente
con el agua maravillosa de mi alegría de vivir…
Dr. Atl, carta al Colegio Nacional
Narrar la vida del Dr. Atl significa recorrer numerosas anécdotas que el mismo artista se encargó de
construir con una mezcla de ficción. Menciona Jorge Alberto Manrique: «lo trascendente y lo
anecdótico (del Dr. Atl) —su figura casi con tintes de picaresca— establecen una pantalla que dificulta
1
mirar su pintura».
Gerardo Murillo nace el 3 de octubre de 1875 en Guadalajara, Jalisco, hijo de un farmacéutico de
origen español, Eutiquio Murillo, y su esposa, Rosa Cornadó. A los 19 años inicia sus estudios de
2
pintura con Felipe Castro en la misma ciudad en la que nació. Radica por un breve tiempo en
Aguascalientes antes de dirigirse a los 21 años a la Ciudad de México en donde se entrevista con
Porfirio Díaz quien le otorga una beca de mil pesos para viajar a Europa para que el pintor
3
perfeccione su técnica mediante estudios de pintura.
Es probablemente en su travesía por el Atlántico que Gerardo Murillo cambia su nombre por Atl,
palabra náhuatl para agua, a la cual Leopoldo Lugones le agrega el título «doctor», surgiendo así el
4
nombre con el que Gerardo Murillo pasa a la historia. La pintura parece ser únicamente una excusa
para realizar el viaje, llega a París donde brevemente estudia dibujo, luego se dirige a Roma en
donde estudia filosofía y derecho en la Universidad de Roma con el marxista Antonio Labriola y el
5
anarquista Enrico Ferri. Estos estudios, sin embargo, no significan un alejamiento total del arte, al
cual se acerca de manera autodidacta mediante visitas a museos, bibliotecas y academias dejando la
pintura como medio para subsistir.6
En Roma toma parte de la política italiana participando en una huelga universitaria y una rebelión
7
por el precio del pan que concluye con un enfrentamiento con el ejército. Se dirige nuevamente a
París en donde recibe una medalla de plata en el Salón de París por un autorretrato, el cual se aleja
del academicismo imperante en México sin formar parte de la vanguardia artística que ya había
1
Manrique, Jorge Alberto. «La pintura del Dr. Atl» en Una visión del arte y la historia Vol. II. Universidad Nacional
Autónoma de México e Instituto de Investigaciones Estéticas: Ciudad de México, 2004, p. 85.
2
Arroyo, A. Luna. Dr. Atl. Editorial Melo: Ciudad de México, 1992, p. 24.
3
Ibid, p. 23.
4
Tibol, Raquel. «Época moderna y contemporánea tomo II» en Historia general del Arte Mexicano. Editorial Hermes:
Ciudad de México, 1969, p. 240.
5
Ibid, p. 240.
6
Op. Cit. Arroyo, A. Luna. Dr Atl. P. 24.
7
Ibid.
4
8
tomado al continente europeo en esas fechas. Posteriormente realiza viajes por España antes de
regresar a Italia. Posiblemente también viaja a Alemania, Rusia e Inglaterra, menos plausible es que
haya realizado viajes ese mismo año por Egipto, la India y China.
9
En 1903 regresa a México con la intención de quedarse en el país por unos meses y volver a Europa
pero dichos planes cambian cuando conoce a la sobrina del pintor Joaquín Clausell,10 con quien
11
mantendría amistad y quien influye en la pintura del Dr. Atl. Pasa a ocupar un lugar como maestro
en la Academia de San Carlos en donde tiene por alumnos a jóvenes pintores como José Clemente
Orozco y David Alfaro Siqueiros. Sus clases despiertan un espíritu de búsqueda e innovación. Junto
con esto transmite la idea de crear un arte mexicano equiparable al arte del Renacimiento tal como
se expresó en los murales renacentistas de Miguel Ángel.
En 1910, al celebrarse el centenario de la Independencia de México el gobierno porfirista realiza una
exposición de arte español, lo cual causó la protesta del Dr. Atl junto con un grupo de cincuenta
pintores y diez escultores. Dr. Atl lleva a cabo algunas negociaciones y recibe un apoyo de tres mil
pesos para montar una exhibición, el dinero es distribuido entre los artistas y cada uno presenta
piezas. La exposición fue un éxito y el grupo se organiza bajo el liderazgo del Dr. Atl para pintar los
muros de los edificios públicos. La Secretaría de Instrucción da su autorización para pintar los muros
del anfiteatro Bolívar pero el proyecto no puede llevarse a cabo debido al estallido de la Revolución
Mexicana.
Atl regresa en 1911 a Europa, específicamente a París, donde tiene éxito con la exposición de sus
paisajes de México, logrando vender varios de sus cuadros. Durante esta época publica la revista
Action d’ Art con la cual busca lograr adeptos para la realización de un proyecto urbano que reúna
en una sola ciudad a la élite intelectual del mundo. Tras los asesinatos de Francisco I. Madero y José
María Pino Suárez comienza a publicar el periódico La Revolution au Mexique con el cual busca
informar a la sociedad francesa de los acontecimientos bélicos en México.12
Regresa a México en 1914 y se integra a las filas de Venustiano Carranza, funda varios periódicos en
todo el país, entre los más importantes se encuentran Acción Mundial y La Vanguardia, este último
es editado mientras Carranza se encuentra en Veracruz, también sirve como negociador en varios
intentos de unificar las fuerzas revolucionarias. En 1917 toma parte en una conspiración contra
Carranza por lo que huye a Estados Unidos, regresa al poco tiempo apoyando nuevamente al líder
8
Manrique. «La pintura del Dr. Atl». P. 86.
Es difícil de establecer la veracidad de estos viajes por el tiempo de traslado que implican: «Tras otra breve estadía
en París, hubo un regreso a Roma y viajes rapidísimos por Egipto, la India y China, adonde llegó en la época bóxer,
durante una expedición punitiva de las naciones aliadas. De estos últimos viajes, realidad o sueño, es interesante
mencionar…». Arroyo, Luna Dr. Atl. P. 25.
10
Ibid, p. 25.
11
Manrique. «La pintura del Dr. Atl». P. 87.
12
Tibol, Raquel. «Época moderna y contemporánea tomo II». P. 244.
9
5
constitucionalista y a la muerte de este el Dr. Atl encuentra refugio en el antiguo convento de La
Merced en la Ciudad de México.
En 1921 conoce a Carmen Mondragón, a quien Dr. Atl bautiza como Nahui Ollin, quien fuera pintora y
escritora. El padre de Nahui es el general Manuel Mondragón quien tomo parte en la conspiración
para asesinar a Madero por lo que él y su familia tuvieron que salir del país. El Dr. Atl la conoce poco
después de su regreso a México. Ambos viven por un tiempo en la azotea de La Merced, y Atl es
nombrado el encargado de conservar dicho lugar. Esto no evita que la pareja tenga problemas con
los otros inquilinos, entre otras razones por su costumbre de meterse en los tinacos del edificio
13
ensuciando con ello el agua. La relación termina por los conflictos que causan los fuertes celos de
Nahui.
La Merced le sirve también para albergar una exposición de artes populares mexicanas en 1921 en el
marco de la celebración de la consumación de la Independencia. Esta exhibición fue el comienzo de
un proceso de revaloración de los productos artesanales mexicanos. Durante esta época también
tiene el proyecto de realizar la modernización de la Ciudad de México junto con Fernando Galván
mediante la apertura de espacios para comercio, transporte y de recreación pública, proyecto que
14
finalmente no se puede llevar a cabo. También en este periodo se publican algunos de sus libros
más celebres como Las iglesias de México, Cuentos bárbaros y Cuentos de todos los colores.
Valle de Pihuamo, ca. 1952, Dr. Atl
Óleo sobre tela
13
14
Poniatowska, Elena. Las siete cabritas. Ediciones Era: Ciudad de México, 2001, p. 72.
Arroyo, Luna. Dr. Atl. P. 84.
6
En 1943 ocurre un hecho que influye de manera determinante en la pintura y vida de Dr. Atl, nace el
volcán Paricutín en el estado de Michoacán. El pintor se dirige al lugar y estudia el desarrollo de este
fenómeno geológico a lo largo de varios años. En conjunto al estudio científico del volcán realiza
numerosos dibujos y pinturas, más de trescientos, con ciento treinta de estos dibujos y once cuadros
realiza una exposición en el Palacio de Bellas Artes, mismas que dona al Instituto Nacional de Bellas
15
Artes. En 1950 publica Cómo nace y crece un volcán en donde conjunta sus estudios de
vulcanología con los dibujos y pinturas que había realizado del volcán. El calor de la lava, así como
los diversos vapores tóxicos que emanan del volcán afectan su salud y posteriormente le acarrean
complicaciones en su pierna izquierda la cual le amputan para salvarle la vida de una fuerte
infección.16
Hacia la última parte de su vida recibe varios reconocimientos, es nombrado miembro del Colegio
Nacional en 1950, pero en 1951 renuncia a su nombramiento. En 1956 es condecorado con la Medalla
«Belisario Dominguez» por parte del Gobierno de México y en 1958 gana el Premio Nacional de
Artes. Fallece en la Cuidad de México el 15 de agosto de 1964.17
15
Arroyo, Luna. Dr. Atl. P. 19.
Ibid. P. 11-13.
17
Colegio Nacional. «Vida y obra» en Gerardo Murillo (Dr. Atl)
http://www.colegionacional.org.mx/SACSCMS/XStatic/colegionacional/template/content.aspx?se=vida&te=detallem
iembro&mi=175 (Revisado el 15 de mayo de 2012).
16
7
La renovación del arte mexicano
De la obra temprana del Dr. Atl cabe retener su
rebeldía y alejamiento respecto del ambiente académico mexicano...
Jorge Alberto Manrique, La pintura del Dr. Atl
Antes de que iniciara la Revolución Mexicana en 1910 se comenzó a gestar una revolución en el arte
mexicano. La llegada del Dr. Atl a la Academia de San Carlos dio nuevos bríos a la enseñanza en el
que había sido el principal centro de formación artística en México desde los últimos años de la
Colonia. La situación de San Carlos no había variado mucho desde su fundación en 1875, año en que
fuera creada por decreto del rey Carlos III de España, teniendo como principal función la formación
de los artistas, pintores, escultores y arquitectos mexicanos.
El método educativo consistía en imitar y copiar los cuadros y modelos clásicos, los principales
temas tratados dentro de la pintura eran los religiosos y ya en la vida independiente del país surgió
dentro de la Academia la tendencia de la pintura costumbrista que retrataba las actividades y la vida
en el México decimonónico, en lo que puede ser visto como los primeros pasos de un arte
18
nacionalista.
El único cambio que la Academia había sufrido en sus primeros cien años se dio en términos
administrativos. Bajo el gobierno de Antonio López de Santa Anna en 1843 se decretó una
reestructuración de San Carlos pero esto no significó que se dejaran de imitar los cánones del arte
español. Hacia finales del siglo XIX el arte que se buscaba imitar en la Academia era el francés
aunque también se empezó a reforzar el nacionalismo con pinturas de corte histórico que toman
19
temas del pasado prehispánico del país y de la conquista.
Esta revaloración del pasado prehispánico no implicaba, sin embargo, una búsqueda y desarrollo de
nuevas formas artísticas sino que se mantenía en el academicismo. La imitación de los modelos
clásicos de pintura no iba acompañada de un entendimiento y manejo completo de la técnica usada
por los artistas del clasicismo y el neoclasicismo. Mencionaba José Clemente Orozco en su
autobiografía la mentalidad que se transmitía en San Carlos: «ya los antiguos llegaron a la
perfección, ya hicieron todo lo que es posible hacer y solo nos queda copiarlos e imitarlos
servilmente…».
20
El estancamiento de San Carlos era una muestra del estado general de la plástica mexicana, su
alejamiento de las innovaciones artísticas que surgían en Europa y que a la postre desembocarían en
18
Buhmann, Andrea. Der Umganf mit dem indianischen Erbe in der zeitgenoessichen mexikanischen Malereie am
Beispiel von drei Kuenstlern aus Oaxaca en http://www.grin.com/de/e-book/121550/der-umgang-mit-demindianischen-erbe-in-der-zeitgenoessischen-mexikanischen (Revisado el 14 de mayo de 2012).
19
Ibid.
20
José Clemente Orozco en Arroyo, Luna. Dr. Atl. P. 32.
8
una manera completamente nueva de entender el arte. La postura artística del Dr. Atl implicó una
visión moderna del arte, su realización a partir de otros valores que se alejan de la imitación, la
copia y la repetición para llevar al arte a los terrenos de la innovación, exploración y generación de
propuestas estéticas. Este cambio de valores fue acompañado de una búsqueda explicita de un arte
que fuera identificable como mexicano.
El modernismo pictórico que fue traído por Atl de Europa era aquel que había roto con la tradición,
el impresionismo con sus derivados, el post-impresionismo, el neo-impresionismo y el fauvismo,
siendo este último no solo un rompimiento con el pasado sino también con el impresionismo que le
21
antecedía. El estilo de Atl era lejano al academicismo, probablemente, menciona Jorge Alberto
Manrique, por no haber estudiado formalmente en la Academia de San Carlos.
22
Atl fue influenciado por los movimientos pictóricos antes mencionados pero su desarrollo tuvo un
carácter personal alejado de los cánones de estos movimientos. En la obra temprana Las bañistas,
ca. 1902, se puede apreciar dicha influencia que fue pasando de una pincelada corta a una más
larga,23 en un proceso en el que Atl desarrolló su propio estilo. Sería un amigo cercano, el pintor
mexicano Joaquín Clausell, quien desarrollaría el paisajismo de manera más apegada, aunque no
totalmente, del impresionismo en México.
Más que implantar un estilo, Dr. Atl trajo consigo los valores estéticos que representaban el
impresionismo y sus derivados, «la negación de las tradiciones pictóricas anteriores, la
24
incorporación de nuevas tecnologías e ideas y el retrato que hacía de la vida moderna», con lo que
se abrió la posibilidad de desarrollar estilos propios en un proceso de innovación constante que dio
rienda suelta a que los artistas experimentaran en vez de imitar.
Simultáneamente el Dr. Atl sembró la semilla del arte mural en los jóvenes artistas de los que fue
maestro, aunque él pintó contados murales con poca suerte. Inspirado por la Capilla Sixtina y otras
obras renacentistas que seguramente vio durante su estadía en Roma, instigó a sus alumnos a
seguir dicho camino, un arte monumental que curiosamente era la asunción de algunos de los
valores más clásicos del arte al lado de los valores modernistas.
Este arte monumental al que el Dr. Atl instigaba tenía un franco corte nacionalista en la clave de un
arte que representara lo propio de México en relación tanto al estilo como a los temas. Tal idea sería
llevada hasta sus últimas consecuencias por los muralistas. Tanto Orozco como Siqueiros partieron
de este pensamiento de un arte mexicano que tenía valor por sí mismo y no por la imitación de los
cánones europeos o del pasado. Orozco cuenta:
21
Rewald, Sabine. Fauvism en http://www.metmuseum.org/toah/hd/fauv/hd_fauv.htm (Revisado el 14 de mayo de
2012).
22
Manriqu. «La pintura del Dr. Atl». P. 86.
23
Ibid. P. 86-90.
24
Samu, Margaret. Impressionism: Art and modernity en http://www.metmuseum.org/toah/hd/imml/hd_imml.htm
(Revisado el 14 de mayo de 2012).
9
«En aquellos talleres nocturnos donde oíamos la entusiasta voz del Dr. Atl, el agitador,
empezamos a sospechar que toda aquella situación colonial era solamente un truco de
comerciantes internacionales; que teníamos una personalidad propia que valía tanto como
cualquier otra. Debíamos tomar lecciones de los maestros antiguos y de los extranjeros,
pero podíamos hacer tanto o más que ellos. No soberbia, sino confianza, en nosotros
mismos, conciencia de nuestro propio ser y destino».25
Si bien Atl no es recordado por sus pinturas murales, realizó pocos y ninguno sobrevive, llegó a
realizar en su arte aquello que los muralistas realizaron en términos generales. El paisaje, el género
pictórico por excelencia que llevó a cabo, presenta un género tradicional de la pintura así como una
innovación dentro del mismo a la par de un estilo marcadamente propio que expresa de una nueva
manera la fuerza del paisaje representado en la pintura.
Debido al cambio de valores estéticos la invención del atl color no es gratuita, la misma búsqueda e
investigación para desarrollar esta técnica de color encuadra con la idea de la solución de diversos
problemas en la realización de una obra, en este caso los técnicos frente a pintores que:
«… ignoraban casi en absoluto la parte física y química de su oficio. Para ellos era un
misterio indescifrable lo que eran los colores. Lo único que sabían era ir a comprar al
comerciante tantos metros de tela y una colección de tubos de color. Cómo estaba
preparada la tela, qué había dentro de los tubos y qué reacciones químicas iban a
producirse, eran cosas totalmente desconocidas y ni siquiera trataban de averiguarlo».26
Estos colores que se asemejan al pastel son una pasta dura hecha con una mezcla de resinas, cera y
petróleo parecida a la usada en la encáustica griega,27 y ya habían sido inventados por el Dr. Atl para
cuando impartió clases a Orozco y Siqueiros. Dicho colores le permitían al artista pintar sobre varios
materiales ya fuera papel, tela, yeso, cartones o madera, al interior o a la intemperie. Dada su
composición los colores no pueden mezclarse sino que, al aplicarse, van superponiéndose unos a
otros lo cual permite obtener tonos mate a la vez que luminosos. El atl color puede aplicarse sobre
óleo, acuarela, al temple o al fresco; Dr. Atl lo empleaba para dar los acabados a las pinturas donde
usaba las demás técnicas.
El Dr. Atl realizó un arte original que se alimentaba de diversas fuentes, una mezcla de tradición e
innovación, y con ello sembró la semilla para que los jóvenes artistas de inicios del siglo XX
asumieran las diversas tradiciones que tenían en su haber al tiempo que se adentraban en la
búsqueda de un arte nuevo diferente que permitió la creación de un arte mexicano reconocido a
nivel mundial.
25
José Clemente Orozco en Arroyo, Luna. Dr. Atl. P. 32.
Ibid. P. 33.
27
Arroyo, Luna. Dr. Atl. P. 132.
26
10
Ejes temáticos
El proceso creativo del Dr. Atl
Paisaje con el Iztaccíhuatl, 1932, Dr. Atl,
Técnica mixta sobre madera
El estilo de la pintura del Dr. Atl «no es una línea continua, sino que a menudo se adelanta y
regresa».28 En cada momento de su trayectoria artística realiza cambios de estilo, aunque los
tiempos de cada estilo no están perfectamente marcados y en varias obras conjuga diversos estilos.
A manera general, el Dr. Atl utilizó en sus primeras obras líneas en las que superpone los colores
creando efectos de luz.
En la década de 1920 su obra se caracteriza por una preocupación por la luz que con el tiempo daría
paso a una preocupación por el volumen creado a partir de los colores. A lo largo de este proceso su
pincelada se va haciendo más gruesa. En la misma década los colores usados por el artista se
reducen pero se siguen manteniendo cierta «luminosidad». Con las pinturas que realizó en la década
de 1940 los colores que usa pasan a ser más sombríos al lado de rojos intensos para poder retratar
el volcán Paricutín.
29
El proceso de realización de las pinturas del Dr. Atl era fragmentado. A partir de una primera
impresión realizaba un esquema a blanco y negro muy rápido. Los paisajes que pintaba le causaban
una sensación intensa, o como él mismo menciona: «yo nunca salgo a buscar un paisaje: siempre
28
29
Manrique. «La pintura del Dr. Atl». P. 87.
Ibid, p. 86-91.
11
30
dejo que el paisaje me busque a mí, que se eche violentamente sobre mi sensibilidad». Este primer
momento de la creación artística no le tomaba al Dr. Atl más de unos cuantos minutos.
La creación del cuadro no sucedía inmediatamente, a veces transcurría un mes o incluso hasta uno,
dos o más años antes de que retomara el esquema. Decía que «la sensación prístina perdura sin
debilitarse por largo tiempo».31 Sin embargo, la obra no la concluía en ese momento sino que
estando a punto de acabarla la dejaba de trabajar durante dos o tres semanas para finalmente
terminarla utilizando el atl color.
El Dr. Atl no era partidario de realizar estudios o preparaciones para realizar los cuadros. Apreciaba
más lo espontáneo y la emoción. Su forma de llevar a cabo sus pinturas recuerda a los postulados
románticos del arte como algo inmediato que despierta emociones y sentimientos, alejado del
racionalismo y la planeación, siendo así la principal función de la pintura transmitir esa sensación de
conmoción y belleza que causa el paisaje en el artista.
Otra forma de producción plástica que aplicó el Dr. Atl durante un breve periodo fue el esténcil. El
mismo artista describe:
«… es un procedimiento de impresión a mano. Consiste en recortar en una hoja de papel
impermeable o en una muy delgada lámina de metal, un dibujo, colocarla sobre una
superficie plana y pasar sobre los claros recortados una brocha redonda impregnada con
alguna tinta».32
El esténcil permite realizar varias reproducciones. Se trata de una antigua técnica utilizada en
diferentes regiones como China, Grecia, Roma y por los bizantinos. Con esténcil, que permite una o
más tintas, se han decorado muros y telas. En México fue usado durante la Colonia para decorar
muros interiores con un mismo motivo, generando así la sensación de estar frente a un papel tapiz.
En el siglo XX adquirió un uso comercial para poder realizar el mismo dibujo de manera repetida
aunque también ha encontrado su uso en el arte urbano.
Del paisaje al aeropaisaje
El paisaje es un género antiguo en la historia de la pintura. Los griegos y romanos solían pintar
paisajes en pinturas murales, al igual que en China y Japón. Con la caída del imperio romano y el
inicio de la Edad Media cayó en desuso el paisajismo hasta que en el siglo XVI adquirió popularidad
entre la burguesía de los Países Bajos, que debido a sus creencias religiosas buscaba un arte secular
30
Arroyo, Luna. «Dr. Atl» en“El paisaje en Dr. Atl. P. 135.
Ibid, p. 135.
32
Ibid,p. 125.
31
12
para decorar sus casas. En el resto de Europa el paisajismo adquiriría aceptación como un género
autónomo dentro de la pintura hasta finales del siglo XVIII.33
En México el paisajismo cobra relevancia en el siglo XIX. El primer impulso al paisajismo vino con la
34
llegada de Eugenio Landesio a la Academia de San Carlos. Este pintor formado en Roma aplicó sus
conocimientos sobre la pintura de paisajes a los escenarios mexicanos. El paisajismo alcanzó su
cúspide en el siglo XIX con José María Velasco, uno de los discípulos y amigos de Landesio. Velasco
elaboró numerosos cuadros del Valle de México, los cuales ofrecen una visión del territorio nacional
así como un sentimiento nacional. El Dr. Atl no fue influenciado por Velasco en el paisajismo aunque
los dos pintaron de manera recurrente imágenes del Valle de México. Las pinturas del Dr. Atl tienen
un dinamismo y una fuerza que no se encuentran en la de su antecesor.
Vista del Popocatépetl, 1934, Dr. Atl, Temple y atl color sobre masonite
33
Brief history of the landscape genre en
http://www.getty.edu/education/teachers/classroom_resources/curricula/landscapes/background1.html (Revisado
el 14 de mayo de 2012).
34
Tibol, Raquel. «Época moderna y contemporánea tomo I» en Historia general del Arte Mexicano. Editorial Hermes:
Ciudad de México, 1969, p. 106-107.
13
La manera que tenía Atl de ver el paisaje estaba cargado de cierto romanticismo, de un maravillarse
ante la belleza de lo que se observa.
«Pero para un pintor, para el artista, para aquel que pueda captar un fragmento de la vasta
extensión de los cielos y la tierra, para un caminante, para un indio —ser contemplativo por
excelencia—, el paisaje es el ritmo de ondas que la naturaleza extiende, tal vez
generosamente, donde saturamos al espíritu de excelsas sensaciones de belleza y de
energía».35
Cerca de 1933 el Dr. Atl se familiarizó con la noción de Luis G. Serrano acerca de la perspectiva
curvilínea. En contraste con la perspectiva recta que normalmente se maneja en la pintura, el
sentido de la vista capta mejor la perspectiva curvilínea del entorno plasmado. El uso de esta
perspectiva dotó a sus cuadros un mayor dinamismo del que ya poseían.
No conforme con haber realizado numerosos paisajes desde las perspectivas altas que le brindaban
las montañas que escalaba en sus caminatas, dio un paso adelante y propuso el aeropaisaje como el
siguiente momento en la historia del paisajismo. Aprovechando al aeroplano, que para ese
momento ya tenía casi medio siglo de haber sido inventado.
A partir de la mirada aérea, el paisaje adquiere una nueva dimensión.
«Los horizontes se curvan, las cimas están abajo y los montes se transforman en ondas de
luz; el claroscuro se disloca; las nubes ruedan a nuestros pies y el movimiento del aeroplano
sobre el movimiento de los cúmulos vaporosos multiplica nuestras sensaciones y las
sobreponen con fantástica rapidez».36
No conforme con el aeropaisaje, la imaginación del Dr. Atl en contubernio con la evidencia del
avance técnico llevaron a que el pintor planteara que después de esta nueva forma de paisajismo
llegaría un astropaisaje, en el que se pintarían los paisajes creados con los cuerpos celestes
mirándolos desde el espacio; y posteriormente un galaxopaisaje, el cual sería una visión de las
galaxias. Todo lo cual habría de producir, como el aeropaisaje, sensaciones nuevas y fuertes en el
espectador. Una pista de lo que habría sido el astropaisaje lo dan las pinturas donde los volcanes y
las montañas conviven con un cielo estrellado que parece estar a la misma altura, como Boca del
volcán, 1958, y Cráter y la Vía Láctea, 1960.
35
36
Arroyo, Luna. Dr. Atl. P. 129.
Texto en sala.
14
Los volcanes
Parte importante del paisaje en el Valle de México son los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl,
retratados en numerosas ocasiones por el Dr. Atl. Ambas formaciones geológicas, que dominan el
paisaje de Puebla y la Ciudad de México a la vez que sirven de marca característica de la geografía
mexicana, también han sido material para la creación de mitos y escenario de la historia mexicana.
Los volcanes representan un punto de encuentro entre el poderío de la naturaleza con el aspecto
fértil. El poderío de la naturaleza por mucho sobrepasa a la fuerza humana, y las tierras que rodean
a los volcanes son altamente fértiles por los minerales que depositan en el suelo, posibilitando la
agricultura y con ello la vida humana. Dr. Atl tuvo una estrecha relación con los dos volcanes del
Valle de México, los escalaba y por algunos periodos vivió a las faldas de ambos. Los volcanes son
poseedores de una gran belleza que debió de haber impactado de manera profunda al pintor. Los
retrató de diversas maneras: como un paisaje convencional desde cierta lejanía en Vista del
Popocatépetl, 1934; desde el mismo volcán como en Volcán Popocatépetl, 1947; con la vista
curvilínea, Volcanes y horizontes, 1935; y desde el aeropaisaje, El Popocatépetl desde un avión,
1948.
Paricutín, 1946, Dr. Atl, Óleo y atl color sobre masonite
15
Además de pintar los volcanes, el Dr. Atl los estudió. Es posible que aparte de sus estudios de
filosofía y derecho en Roma, también haya estudiado un poco de vulcanología. Junto a sus pinturas
de los volcanes, existen textos del Dr. Atl de carácter científico.
El acercamiento multidisciplinar del Dr. Atl a los volcanes encontró su mejor momento en 1943,
cuando decidió trasladarse al poblado de Parangaricutirimícuaro a seguir desde el arte y la ciencia el
surgimiento y desarrollo del volcán Paricutín. En aquel año el mundo pudo presenciar su
crecimiento desde ser una exhalación de humo y explosiones al ras del suelo hasta la elevación
geológica que es actualmente.
El Dr. Atl se trasladó de la Ciudad de México a las cercanías del volcán y realizó una gran cantidad de
dibujos y pinturas que sirven de crónica de la vida del volcán desde 1943 hasta 1948, cuando el Dr.
Atl dejó de documentar las explosiones y ríos de lava que salían del volcán.37 Con una parte de los
dibujos y notas que realizó se montó una de las exposiciones más grandes que tuvo en vida en el
Palacio de Bellas Artes. Con esos mismos materiales y sus apuntes técnicos en 1950 fue editado el
libro Cómo nace y crece un volcán. Atl retrató al volcán en diversos estados, tanto en erupciones
donde sobresale el rojo de la lava como los ríos de lava secos y petrificados, dando una panorama
totalmente distinto al ofrecido por los dos volcanes del Valle de México, en donde la vegetación
desaparece casi completamente.
Retratos y autorretratos
El paisajismo no fue el único género pictórico
que cultivó el Dr. Atl. También realizó varios
retratos y autorretratos, aunque en mucha
menor
medida
que
los
paisajes.
El
autorretrato y el retrato tienen como punto
común el ser la representación de un sujeto.38
Los retratos del Dr. Atl se mueven dentro de
la lógica clásica del género en el que se busca
una representación fiel de la persona39
aunque por las técnicas usadas la misma
representación no sea una imagen idéntica
del sujeto.
Nahui Ollin, ca. 1921, Dr. Atl, Atl color sobre fresco
37
Arroyo, Luna. Dr Atl. P. 10.
Martínez Artero, Rosa. El retrato: del sujeto en el retrato. Ediciones de Intervención Cultural: España, 2004, p. 11.
39
Martínez Artero, Rosa. El retrato: del sujeto en el retrato. P. 12.
38
16
En los retratos del Dr. Atl se puede observar el desarrollo de su técnica. De sus primeros retratos
como Retrato de Joaquín Clausell, 1908; Retrato de Luis G. Urbina, 1907, y Retrato de Rubén María
Campos, ca. 1906, en donde todavía no desarrolla de manera total su estilo personal. En los retratos
que hiciera de Nahui Ollin en la década de 1920 su estilo personal ya se ha consolidado. Los retratos
de Nahui muestran tanto la forma que el Dr. Atl tenía de ver a su musa, esta exuberante mujer cuyos
ojos impactan las pinturas, como la manera en la que ella veía en esos momentos. Esta serie de
pinturas atestiguan la identidad de Nahui.
Retrato de Luis G. Urbina, 1907, Dr. Atl, Pastel sobre papel
El primer autorretrato que realizó el Dr. Atl fue aquel con el que ganó una medalla de plata en el
Salón de París a inicios del siglo XX. En dicho autorretrato Atl se dotó de una mirada penetrante
dirigida al espectador, misma que se repetiría en todos su autorretratos posteriores.40 Esa mirada
con la que se autorretrató dota a las obras de cierto grado de dramatismo. Es significativo que Atl se
autorretrate no en un fondo plano o en su estudio sino teniendo como fondo el mismo paisaje tan
característico de sus obras,41 lo cual es una ruptura con la tradición del autorretrato, en el que los
artistas solían retratarse en su estudio o en lugar cerrado. Si bien Atl se representó a sí mismo en
algunas ocasiones en espacios cerrados, la mayor parte de las veces lo hizo con un fondo natural.
40
Manrique. «La pintura del Dr. Atl». P. 86.
Basilio, Miriam. «Dr. Atl (Gerardo Murillo Mexican 1875-1964)» en
http://www.christies.com/LotFinder/lot_details.aspx?intObjectID=5077528 (Revisado el 14 de mayo 2012).
41
17
Los paisajes se vuelven una constante dentro de su autorretrato, el paisaje se traslada a su figura e
imprime dinamismo al retrato. La presencia de las montañas y los volcanes en muchos de sus
autorretratos hablan del estrecho vínculo que el artista sentía con el medio que pintaba.
18
Anexos
42
José Clemente Orozco sobre el Dr. Atl
Poco después encontré a Atl en la Academia; tenía ahí un estudio y asistía con nosotros a los talleres
de pintura y de dibujo nocturno; mientras trabajábamos, él nos contaba con su palabra fácil,
insinuante y entusiasta, sus correrías por Europa y su vida en Roma; nos hablaba con mucho fuego
de la Capilla Sixtina y de Leonardo. ¡Las grandes pinturas murales! ¡Los inmensos frescos
renacentistas, algo increíble y tan misterioso como las pirámides faraónicas, y cuya técnica se había
perdido por 400 años!
Los dibujos que hacía Atl eran de gigantes musculosos en actitudes violentas como los de la Sixtina.
Los modelos que copiábamos eran obligados a parecerse a los condenados del Juicio Final.
[…] En aquellos talleres nocturnos donde oíamos la entusiasta voz del Dr. Atl, el agitador,
empezamos a sospechar que toda aquella situación colonial era solamente un truco de
comerciantes internacionales; que teníamos una personalidad propia que valía tanto como
cualquier otra. Debíamos tomar lecciones de los maestros antiguos y de los extranjeros, pero
podíamos hacer tanto o más que ellos. No soberbia, sino confianza en nosotros mismos, conciencia
de nuestro propio ser y de nuestro destino.
Fue entonces cuando los pintores se dieron cuenta cabal de país donde vivían. Fue entonces cuando
Saturnino Herrán pintaba ya criollas que él conocía, en lugar de manolas a la Zuloaga. El Dr. Atl se
fue a vivir al Popocatépetl y yo me lancé a explorar los peores barrios de México. En todas las telas
aparecía poco a poco, como una aurora, el paisaje mexicano y las formas y los colores que nos eran
familiares. Primer paso, tímido todavía, hacia una liberación de la tiranía extranjera, pero partiendo
de una preparación a fondo y de un entrenamiento riguroso […]
Para celebrar el Primer Centenario del Grito de Dolores, en 1910, el gobierno hizo grandes festejos, y
uno de los números fue una gran exposición de pintura española contemporánea de la época, cuyos
gastos fueron cubiertos por México; parece ser que la subvención era algo así como de 20 mil a 25
mil pesos, sin incluir un costoso pabellón especialmente construido para el caso en la Avenida
Juárez, frente al Hotel Regis.
Estaban representados con numerosos cuadros de Zuloaga y Sorolla, muy en boga. Pero entonces
nosotros protestamos ante la Secretaría de Instrucción: la exposición española estaba
perfectamente, pero ¿qué no se nos daría nada a nosotros, mexicanos, cuya independencia era
42
Orozco, en Arroyo. P. 30-34.
19
precisamente lo que se celebraba? El Dr. Atl, en su calidad de líder, hizo entonces algunas
negociaciones y, como resultado de ellas, se nos favoreció con tres mil pesos para una exposición
colectiva en la Academia. Nuestro grupo era de unos 50 pintores y unos diez escultores […]
El Dr. Atl y Nahui Ollin
Poema del Dr. Atl a Nahui Ollin
Fulgor vertiginoso
Radiación destructora de la muerte
Ansia luminosa de mayor esplendor
Desesperación de mayor vida
Hoguera en cuyo centro vibra la llamarada azul de tu más vivo deseo
Inquietud ardiente
Energía radiante
Flama suavemente coronada de áureo resplandor
Fulguración en cuya lumbre la conciencia se precipitó como un planeta desorbitado en el fuego de
un sol…
Es tu nombre el más grandioso símbolo de las cosmogonías
Es tu boca la más hermosa de todas las bocas
Son tus ojos dos abismos abiertos entre el polvo sideral
Anillos de una nebulosa a través de los cuales se miran los abismos del caos
Gloria ardiente es tu cuerpo y es tu pensamiento una rotación que conmueve el universo e ilumina
mi corazón.43
43
Barron Echauri, Mónica. Yo soy el Dr. Atl porque yo soy el Dr. Atl en
http://www.inehrm.gob.mx/Portal/PtMain.php?pagina=exp-doctor-atl-articulo (Revisado el 15 de mayo de 2012), y
‘Real de lo virtal’ en Carta del Dr. Atl a Nahui Ollin en http://muerodeti.blogspot.mx/2010/02/carta-del-dr-atl-nahuiolllin.html#links (Revisado el 21 de mayo de 2012).
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Carta de Nahui Ollin al Dr. Atl
Antes de acercarme a ti esta noche sufrí mucho en los cortos instantes que me separaban de tu
contacto, y me mataba la lentitud del tiempo —y sentía un sudor frío— y te vi cerca y me siento feliz,
pero lloro porque no puedo todavía dormir sobre tu pecho después de ser tuya, porque no oigo tu
voz y no me deslumbra el brillo de tus ojos.
Cuanto más te amo cada día me da miedo, y me da miedo que no me creas, pero te amo con el más
grande amor y ante ti se empequeñecen todas las cosas del Universo. Mi corazón está lleno de ti, de
tu persona adorada, estoy enamorada y sufro porque no puedo regalarte lo que más deseo darte,
que es mi cuerpo joven y maravilloso que no cambiarás por todas las cosas del mundo…
La vida.
La fuerza.
La inteligencia.
Todo nuestro propio ser.
Todo tú, toda yo.
Engendraremos el infinito en una noche de amor, la primera, la eterna.44
45
Fragmento de Cómo nace y crece un volcán
Por lo que llevamos dicho, el lector comprenderá que los volcanes que el hombre ha visto nacer, y
de los cuales ha llevado un récord, son en números insignificantes, y ellos mismos insignificantes
también ante el Paricutín, que los supera a todos por su longevidad y su belleza […]
I. Sus erupciones han sido las de mayor potencia y duración entre todas las que se conocen, con
excepción de las del Krakatoa y del Monte Pelée. Las del primero, que fueron formidables, duraron
unas cuantas semanas, y las del Monte Pelée fueron periódicas y de corta duración. En cambio las
del Paricutín alcanzaron, desde principios de junio hasta comienzos de noviembre de 1943, un
volumen de millones de metros cúbicos y una altura que ha sobrepasado los 12 kilómetros de
elevación sobre el nivel del cráter.
II. Su sorprendente método de trabajo, rítmico y preciso, constructor, destructor y reconstructor,
constituye un caso singular en la historia de la vulcanología.
44
45
Carta de Nahui Ollin a Dr. Atl en Arroyo, p. 71-72.
Arroyo, p. 99-100.
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III. Es el aparato volcánico más completo que el hombre ha podido contemplar y estudiar desde su
nacimiento y durante un corto periodo.
IV. El Paricutín se singulariza, finalmente, por un tipo de erupción sui generis; una erupción dual
típicamente paricutinea y totalmente diferente de las erupciones (e)strombolianas y vulcaneanas a
las que arbitrariamente se pretende asimilarlas.
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