mundoê musical

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GOBIERNO AUTÓNOMO DESCENTRALIZADO DE LA PROVINCIA DE SUCUMBÍOS
Saberes Ancestrales de Sucumbíos
Gobierno Autónomo Descentralizado
de la Provincia de Sucumbíos.
Ministerio Coordinador de Patrimonio
Nueva Loja 2011
ISBN:
Impreso en Ecuador
Las colaboraciones de Juan Carlos
Franco han sido cedidas únicamente
para esta publicación.
NACIONALIDAD
SIEKOPAI
Origen mítico
/ 58
Nombres y apellidos
ancestrales
/ 59
Tipos de
coronas
/ 62
Percepción
del tiempo
/ 74
Cosmovisión
/ 74
Relatos míticos
/ 75
Los espíritus
y las almas
/ 81
El mundo
del Yajé
/ 82
NACIONALIDAD
SIONA
Adornos faciales
y corporales
/ 112
Enfrentamiento
con los tetetes en
la laguna Socora
/ 118
Londoño destruyó
la fauna de
Cuyabeno
/ 118
La búsqueda
de sal
/ 118
Pérdida del
territorio
ancestral
/ 118
Cosmovisión
primera versión
/ 119
Cosmovisión
segunda versión
/ 119
El mito de la creación
/ 119
Percepción del tiempo
/ 121
Cacería
/ 126
Pesca
/ 128
Horticultura
/ 130
NACIONALIDADÊ AÕI
Adornos faciales
y corporales
/ 140
Percepción del
tiempo y entorno
/ 146
Cosmovisión y
mitología
/ 146
Relatos míticos
/ 149
Shamanismo
/ 150
Caceriía
/155
Pesca
/156
Nasipa
/156
Caceriía
/157
NACIONALIDAD
KICHWA
Adornos faciales
y corporales
/ 177
Percepción del
tiempo
/ 185
Mitología
/ 185
Cosmovisión
/ 188
Shamanismo
/ 188
Cacería
/ 193
Pesca
/ 195
Alimentación
/ 196
Plantas y árboles
medicinales
/ 201
Instrumentos
musicales
/ 207
Tipos de danza
/ 208
NACIONALIDAD
SHUAR
Nombres shuar
/ 216
Pinturas
/ 233
Percepción del
tiempo
/ 243
Espiritualidad
/ 245
Cosmovisión
/ 247
Mitología
/ 249
Cacería
/ 258
Pesca
/ 260
Horticultura
/ 266
Cestería
/ 280
Instrumentos
musicales
/ 285
Danza
/ 287
PUEBLO
AFROECUATORIANO
Tradición oral
/ 313
Adivinanzas
/ 316
Música ritual
/ 345
Música profana
/ 347
Ritmos
contemporáneos
/ 348
Instrumentos
musicales
/ 348
Semana Santa
/ 335
Cacería
/ 328
Cuaresma
/ 335
Fiesta de la
Virgen del Carmen
Navegación y
pesca
/ 328
/ 326
Agricultura
/ 331
Fiesta de San Antonio
/ 327
Ganadería
/ 334
Alimentación
/ 334
SABERES ANCESTRALES DE LAS NACIONALIDADES Y PUEBLOS AFROS
DE SUCUMBÍOS
SR. RENÉ ORLANDO GREFA CERDA
PREFECTO DEL GOBIERNO AUTÓNOMO DESCENTRALIZADO DE LA PROVINCIA DE
SUCUMBÍOS
LIC. JUAN CERDA
DIRECCIÓN DE DESARROLLO ECONÓMICO Y COMUNITARIO
LIC. GABRIEL SAANT
JEFE DE NACIONALIDADES Y PUEBLO AFROECUATORIANO
ING. EDWIN HERRERA
JEFE DEL PLAN DE DESARROLLO Y ORDENAMIENTO TERRITORIAL
INVESTIGACIÓN Y TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL
Armando Alvarado
Miguel Sanda
Ricardo Tapuy
Armando Yumbo
Ernesto Maniguaje
Hugo Payaguaje
Juan Taánt
Genis Mera
Narcisa Vera
Kichwa
Kichwa
Kichwa
A’I Cofán
Siona
Siekopai
Shuar
Pueblo afroecuatoriano
Pueblo afroecuatoriano
INVESTIGACIÓN, REDACCIÓN, NOTAS, SISTEMATIZACIÓN DE TEXTOS Y
COLABORACIÓN EN LAS PARTES INDICADAS
Juan Carlos Franco, Consultor-UNESCO
FOTOGRAFÍA
Eduardo Quintana
Erwin Patzel Archivo. Ministerio de Cultura (**)
Julio García. Archivo FEPP (***)
CORRECCIÓN DE TEXTOS Y CUIDADO DE LA EDICIÓN
Andrea Ávila Jácome
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
Sutti, arte&comunicación
RETOQUE FOTOGRÁFICO
Juan Zurita
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PRESIDENTES DE LAS FEDERACIONES Y ORGANIZACIONES
AGRADECIMIENTOS
Dra. María Fernanda Espinosa
Ministra Coordinadora de Patrimonio
Dr. Alfredo Villacrés
Director Programa Diversidad Cultural, Ministerio Coordinador de Patrimonio
Dr. Iván Fernández
Director de Proyectos Socioculturales-Unesco
Ec. Romaneli Carrillo
Coordinador Programa Diversidad Cultural en Sucumbíos
Dr. Kepa Fernández de la Larrinoa
Presidente Ejecutivo de LERA del País Vasco
Dra. Txuri Ollo
Antropóloga de LERA del País Vasco
Dr. Koldo Askune
Antropóloga de LERA del País Vasco
Lcdo. Domingo Kasent
Director de Educación Intercultural Bilingüe de las nacionalidades kichwa y shuar
de Sucumbíos
Lcdo. Abdón Yumbo
Director de Educacion Intercultural Bilingüe de las nacionalidades siona, secoya y
cofán de Sucumbíos
Paco Chuji
Nacionalidad Kichwa
Miguel Wisuma
Nacionalidad Shuar
Robinson Yumbo
Nacionalidad A’I Cofán
Javier Piaguaje
Nacionalidad Siekopai
Hugo Payajuaje
Nacionalidad Siona
Esperanza Ruiz
Pueblo Afroecuatoriano
INFORMANTES CLAVES
PUEBLO AFROECUATORIANO
Daniel Alarcón
Juan García
Fausto Quiñónez
Esperanza Ruiz
Pedro Cabeza
Zofía Cabeza
Digna Rodríguez
Zeida Mina
Edith Quiñónez
Luz Marina Ortiz
NACIONALIDAD KICHWA
Rafael Cerda
Bolívar Andi
Juana Andi
Domingo Aguinda
Ventura Mamallacta
Enrique Vargas
NACIONALIDAD SHUAR
Ermelinda Chiriap
Rosa Tsawant
Cristina Nankámai
Juan Huambotzara
Juan Entsakua
Bosco Guarusha
Hermelinda Sharup
María del Pilar
38
NACIONALIDAD A’I
Magdalena Chica Umenda
Emeregildo Criollo
Enma Chica
Martín Criollo
Enrique Criollo
Elcira Quinteros
Eduardo Chapal
NACIONALIDAD SIONA
Samuel Maniguaje
Teodora Piagauje
Simón Piaguaje
Alicia Suárez
NACIONALIDAD SIEKOPAI
Basilio Payaguaje
César Piaguaje
Joaquina Payaguaje
Juana Payaguaje
Roberto Piaguaje
Colón Piaguaje
Delfín Payaguaje
IMPRESIÓN
Primera Edición
Tiraje 1331 ejemplares
Imprenta Ediciones Continente
2011
Quito-Ecuador
39
El Gobierno Provincial de Sucumbíos creó en el año 2000 el Departamento de
Nacionalidades Indígenas y Pueblo Afroecuatoriano, con la finalidad de diseñar
políticas públicas que beneficien a estos sectores sociales históricamente excluidos y marginados. En este marco, se dio inicio a un proyecto para investigar los
diversos tópicos de la cultura de las nacionalidades indígenas y pueblo afroecuatoriano en la provincia de Sucumbíos, orientado a revalorizar la diversidad cultural de la provincia, potenciar las culturas ancestrales y sus distintas expresiones.
En una fase inicial el proyecto contó con el apoyo de Antropólogos sin Fronteras-Lera y más tarde con el del Programa Desarrollo y Diversidad Cultural para la
Reducción de la Pobreza y la Inclusión Social que se ejecuta a través del Ministerio
Coordinador de Patrimonio . En esta segunda etapa se trabajó con una metodología
participativa que incluyó un balance y compilación de la investigación levantada;
su profundización y validación con informantes claves; la revisión y confrontación
con fuentes bibliográficas y documentales; el registro fotográfico profesional; para
finalmente concluir con la sistematización y redacción de textos.
Saberes ancestrales es una publicación que reconoce la memoria histórica de
las nacionalidades indígenas y pueblo afro de la provincia de Sucumbíos, las mismas que durante siglos han sido víctimas del colonialismo, cuyos rezagos perduran todavía bajo distintos mecanismos. Por tanto, este trabajo busca contribuir a una profunda reflexión y concientización sobre la diversidad cultural y a
encontrar los mejores caminos hacia la construcción de un país intercultural y
plurinacional.
43
Hace diez años las nacionalidades KICHWA, SHUAR, COFÁN, SIONA, SECOYA Y
PUEBLO AFROECUATORIANO no tenían la posibilidad de participar de manera
directa y con IDENTIDAD en ninguna de las instituciones públicas de Sucumbíos.
Entonces llegó el año 2000. Solo el caminar de estas culturas vivientes, sus pasos de largos años por la selvas amazónicas, por ríos, en días y noches, han abierto
en Sucumbíos un nuevo mundo lleno de vivencias y de sabidurías ancestrales.
Poco a poco han ido escuchando y haciéndose escuchar sus voces, de exigencia
y reclamos a sus derechos individuales y colectivos.
Entonces, el Gobierno Provincial de Sucumbíos, ha sido una de las primeras
instituciones públicas del país que ha escuchado y asumido estas voces de exigencias y reclamos, abriendo, así sus puertas y dando espacio dentro de esta noble
Institución, creada para atender a estos sectores por siglos marginados.
Y así nació la sección de las Nacionalidades y Pueblo Afro de Sucumbíos, más
tarde Departamento y al momento con proyección a constituirse en una Dirección
que seguirá teniendo a su cargo el de promover y difundir la gran riqueza cultural.
Se puede decir con mucha propiedad que estos logros y los que están en camino
son sueños sucedidos de nuestros ancestros (abuelos, abuelas, guerreros, shamanes) que hoy descansan en las cascadas, desde donde siguen guiando en defensa de
su historia, tierra e identidad.
En mayo del año 2006, en una reunión entre el Dr. Kepa Fernández de Larrinoa, catedrático en Antropología de la Universidad de Navarra-España y Director
de Antropólogos Sin Fronteras-LERA y el Gobierno Provincial de Sucumbíos, el
personal del Departamento de Nacionalidades y Pueblo Afro de la misma institución, nace la idea de escribir una enciclopedia que consigne todo los saberes ancestrales de estas culturas vivas.
Luego de años de arduo trabajo de recopilación, sistematización de la información y consiguiente impresión, llegó el momento tan esperado, poner en las manos
y ojos de los educadores, académicos e investigadores nacionales e internacionales,
este material que guarda la riqueza y potencial cultural y turístico que cuenta la
provincia Sucumbíos.
Sr. René Orlando Grefa Cerda
PREFECTO DEL GOBIERNO AUTÓNOMO DESCENTRALIZADO DE LA
PROVINCIA DE SUCUMBÍOS
47
“Somos la suma de todos los patrimonios”
Un país lleno de vida, de naturaleza extrema, arte y arquitectura mística; un
paraíso de sabores y olores donde se mezclan los pueblos indígena, afroecuatoriano, montubio, mestizo y otras culturas, y la diversidad de animales y
plantas más grande del planeta. Eso somos, ese es nuestro legado, nuestro
patrimonio, que no es una abstracción ni un concepto tecnocrático sino un
espejo, un andamiaje concreto que le da soporte material y espiritual a nuestro
proyecto de fundar una sociedad humana, sustentable e incluyente.
El patrimonio no es solo valorar, comprender y aprender nuestra herencia
histórica sino también una construcción cotidiana del presente; es lo que somos y lo que tenemos, el pan y la sal de cada día, el alimento que nos permite
nutrir nuestro sentido de pertenencia dentro del ejercicio de la diversidad y la
interculturalidad.
La existencia de un Ministerio de Patrimonio es, en sí mismo, un hecho
revolucionario y único. Y es, por su nombre y función, una muestra clara del
compromiso del Gobierno de la Revolución Ciudadana por substituir una visión instrumental y mercantilista de los recursos naturales, culturales y humanos, por una visión de patrimonios como un bien colectivo y público.
El territorio de las provincias amazónicas forma parte de un ecosistema
necesario para el equilibrio ambiental del planeta. Es fundamental que los aspectos sociales, económicos, ambientales y culturales, junto a un ordenamiento territorial, nos lleven a garantizar la conservación y protección de sus ecosistemas. De ahí que es necesario articular los territorios y saberes. Es decir,
entender a los patrimonios como culturas vivas en los territorios ancestrales
del Ecuador. El objetivo debe estar relacionado con el rescate de los conocimientos ancestrales que constituyen en la actualidad valores fundamentales
que nos permitirán gozar del derecho a vivir en armonía con la naturaleza y
contar con extensos territorios en excelentes condiciones de conservación.
Por ello, la publicación “Saberes Ancestrales de Sucumbíos” constituye un
esfuerzo conjunto entre el Gobierno Provincial de Sucumbíos y el Ministerio
Coordinador de Patrimonio, en aras de fortalecer el ejercicio de derechos de
los pueblos indígena y afroecuatoriano, parte esencial de nuestro patrimonio
nacional. A través de su Programa Desarrollo y Diversidad Cultural, ejecutado
con apoyo del Sistema de las Naciones Unidas y el Fondo para el Logro de los
Objetivos de Desarrollo del Milenio de España, el Ministerio Coordinador de
Patrimonio realiza acciones en Esmeraldas, Chimborazo y Sucumbíos, para
construir políticas públicas interculturales, apoyar a emprendimientos culturales productivos y generar información estadística desagregada sobre nuestros pueblos. Así mismo, para apoyar iniciativas como la presente, a través de
la cual esperamos aportar en el cometido de alcanzar el buen vivir para todas
y todos los ecuatorianos.
María Fernanda Espinosa Garcés
MINISTRA COORDINADORA DE PATRIMONIO
49
NACIONALIDAD
SIEKOPAI
SIEKOPAI
HISTORIA E
IDENTIDAD
Los siekopai (gente de colores o gente
multicolor) como se autodenominan en
Ecuador; o airo-pai, en Perú (gente del
monte), conforman un pueblo binacional ancestral amazónico perteneciente al
complejo lingüístico-cultural tukano occidental del cual se desprende el paikoka
que fue considerada como una de las seis
principales lenguas habladas en América
durante la época colonial.
Según Vickers, “el territorio tradicional de los Tukanos Occidentales se extendió sobre un área de aproximadamente
82.000 kilómetros cuadrados entre las
lat. 1 grado N. a 3 grados S. y long. 72
grados E. a 77 grados Oeste, en lo que es
actualmente parte del Ecuador, de Colombia y Perú.” (Vickers, 1989: 49). En la
Amazonía colombiana habitan los coreguaje, macaguaje y siona; en la ecuatoriana, los siona y siekopai; en la peruana, los
siekopai (airo pai) y los mai huna (coto u
orejón). Al parecer, las sociedades tukano
occidentales mantuvieron cierta unidad
política para el control de sus territorios
y asentamientos fluviales, lacustres e interibereños (airo pai).
Desde mucho antes de la invasión
española, los siekopai se ubicaron entre
los ríos Napo y Putumayo, abarcando la
cuenca media y baja del río Aguarico, hasta su desembocadura en el Napo y desde
este hasta la unión con el río Wajoya. Documentación etnohistórica, toponímicos
y su rica tradición oral son pruebas fehacientes de este aspecto. La ribera derecha
del Napo a la altura de los ríos Tiputini1
y Yasuní fue, al parecer, un territorio en
disputa con los aushiris (probablemente
los waorani) mientras que en la cuenca
baja del Putumayo mantuvieron guerras
con los huitoto2.
Luego de la invasión española y una
vez instaurado el gobierno colonial, la
región de los tukano occidentales fue dependiente de la provincia de Quito a través de la Gobernación de Maynas que en
lo eclesiástico estuvo representada por
las órdenes religiosas jesuítica y franciscana. A los jesuitas se les encargó las
cuencas de los ríos Napo y Aguarico, y a
los franciscanos las de los ríos Putumayo
y Caquetá.
Los primeros misioneros que se internaron en el territorio de los tukano
occidentales con el afán evangelizador y
de adoctrinamiento en la religión católica, los denominaron encabellados por
sus largas y adornadas cabelleras, con
ese término fueron conocidos en los primeros siglos de la ocupación europea.
En el siglo XVII, alrededor de los años
1630-1635, los franciscanos fundaron las
misiones San Diego de Alcalá de los Encabellados y San Antonio de los Encabellados. Las misiones no progresaron. Los
malos tratos de los soldados españoles
hacia algunos indígenas provocaron la
muerte del capitán Juan de Palacios en
manos de los encabellados y se dio inicio a una sublevación de grandes proporciones que fue repelida a sangre y fuego
por parte de las tropas portuguesas que
arribaron desde Pará, por pedido expreso de los franciscanos Domingo de Brevia
y Andrés de Toledo. La trascendencia de
este episodio, que dejó muertos en ambos
lados y un gran número de prisioneros
siekopai, produjo una huella profunda
entre los encabellados que los llevó al renombramiento de uno de los escenarios
de esta desigual batalla: el río Sotoyá (de
arcilla) se convirtió en río Wajoya (de la
guerra).
En el siglo XVIII, a partir de 1720,
los jesuitas fundaron varias misiones en
territorio encabellado pero casi ninguna
logró subsistir. Cipolletti (2000: 158) señala entre las causas la resistencia a vivir
nucleados por conflictos shamanísticos, el
sistema de organización político sin jefatura visible y las imposiciones religiosas
en contra de las propias percepciones religiosas, del mundo y del cosmos. En la memoria de los siekopai se mantienen vivos
los recuerdos de las misiones católicas.
Ellos les hicieron salir a toda la ribera
del Napo para vivir. Mi abuelo contaba
que esos misioneros iban por todas las
casas, estaban dos días o una semana,
catequizando, enseñando a rezar a la
virgen según su doctrina. Pero como
era mucho trabajo pasar de una casa a
otra le decían a la gente que debería salir a la orilla del Napo para que puedan
vivir cerca de la iglesia. Les obligaron a
salir pero fue para mal porque la gente
que ha vivido en la selva no está vacunada, entonces les azotaron diferentes
enfermedades: viruela, sarampión,
tosferina y gripe. Se contagiaban y morían. Cantidad de gente murió así…
(Piaguaje, 1990: 20).
De esta página de la historia queda información sobre los nombres de algunas
misiones jesuitas que resulta muy valiosa porque, por un lado, está escrita en
lengua tukano, hoy idioma paikoka de la
nacionalidad siekopai; y, además, es una
evidencia etnohistórica del amplio poblamiento de los encabellados en su territorio ancestral y demuestra fehacientemen-
te la ocupación ancestral de los siekopai
entre los ríos Napo y Putumayo:
1736. Misión San Bartolomé de Nea okoya (Necoya). Debajo de la confluencia del
Aguarico en el Napo, en la ribera derecha. Nea okoya significa quebrada de
agua negra.
1737. Misión San Miguel de Ciecoya. Ribera izquierda del río Napo. Ciecoya o
siekoya significa río de la gente de rayas
o de dioses multicolores, lugar mítico y
de origen de la cultura siekopai.
1739. Misión Nombre de Jesús de Tiputini. Ribera derecha del río Tiputini antes
de su desembocadura en el Napo.
1739. Misión San Luis Gonzaga de Guasitaya (Wasiya). Margen derecha del río
Aguarico antes de la desembocadura del
Cuyabeno. Wasiya significa quebrada de
la lombriz de tierra.
1739. Misión Santa Cruz de Zeoqueya. En
la parte alta del río Cuyabeno. Sëokë’ya,
término de la lengua paikoka para denominar al río Cuyabeno, significa río de
aguas turbias.
1742. Misión Santa María de Guajoya.
Cerca de la confluencia del Wajoya con el
Napo. Guajoya o Huajoya significa río de
la batalla o quebrada del sitio de peleas.
Su denominación original fue Sotoya o
río de arcillas.
1742. Misión Santa Teresa de Pequeya.
Ribera izquierda del río pë’ë kë’ya (Lagartococha) que en lengua paikoka significa quebrada o río de lagartos. En el
mapa de Franciso de Requena del año
1779 consta con el nombre Puquilla.
1742. Misión Corazón de María de Zoncora. A un lado de la laguna de Sokora
(Zancudococha). Sokora es un término
paikoka que significa río o laguna de peces pequeños. El término se españolizó y
quichuizó por la presencia de inmigrantes quichuas que se apoderaron del sitio.
* Colaboración Juan Carlos Franco.
52
1 El nombre en paikoka es Kapeotinini, pero por la dificultad en la pronunciación se denominó Tiputini, nombre que se
ha mantenido hasta la actualidad.
2 En la memoria de los siekopai se conservan relatos de las guerras con esas sociedades, incluso sobre los saberes
shamánicos que utilizaron para acabar con aldeas enteras de los waodani, uno de sus más temibles enemigos.
53
SABERES ANCESTRALES
Mapa de las misiones jesuitas en territorio siekopai (encabellado). Siglo XVIII
SIEKOPAI
Pë´ë kë’ya: significa río de lagarto.
Mawasoya: término paikoka que designa
al río Zábalo, significa río de zábalos.
Jai Piaña: término paikoka que designa al
Amazonas, significa gran río de aves.
Sëokë`ya: término paikoka que designa
al río Cuyabeno, significa río de aguas
turbias.
Katëtsiayá: término paikoka que designa
al río Shushufindi, significa río de pindo.
Pakuya: significa río de palometas.
Es un lugar sagrado y mítico para los siekopai: la laguna fue creada a raíz de un
ritual shamánico de ingestión de yajé en
el que se convocó a Rutayó, personaje de
la mitología siekopai que vive al interior
de la tierra, quien hundió la tierra y así
apareció la laguna de Sokora.
1742. Misión Mártires de Japón. Margen
izquierdo del río Aguarico un poco más
abajo de la desembocadura del río Shushufindi en el Aguarico. Katëtsiayá es el
nombre que los siekopai dan al río Shushufindi. Es un lugar de asentamiento ancestral. Actualmente es el territorio de la
comunidad San Pablo de Katëtsiayá.
Otros sustentos irrefutables de la ocupación ancestral de los siekopai entre los
ríos Napo y Putumayo se encuentran en
la toponimia, tradición oral y en los relatos míticos y sagrados que se conservan
hasta hoy:
Katëyai: término paikoka que designa al
río Putumayo, significa gran río de pindo
o caña.
Yëwinetu: término paikoka que designa
al río Yubineto, significa gran río de balsa.
U`kuisiya: término paikoka para designar al río Angusilla, significa río de platanillos.
Yaricaya: término paikoka para designar
al río Yarikaya, significa río de bocachico.
Peneña: significa río de guabas.
Kokaya: significa río de conchas.
Siekoya: significa río de rayas o multicolor.
Jaiya: término paikoka para designar al
río Napo, significa río grande.
Las misiones religiosas católicas, ansiosas junto con soldados y administradores
coloniales por incorporar contribuyentes
a los sistemas de tributación colonial, fracasaron en su intento de evangelización y
adoctrinamiento de las sociedades tukano occidentales, y sus miembros se convirtieron en los principales portadores de
enfermedades, hasta entonces desconocidas, que provocaron grandes epidemias
que diezmaron sustancialmente el número de habitantes.
Francisco de Borja Medina (2000: 302)
señala que las pestes durante siglo y medio fueron recurrentes, y tuvieron una
periodicidad casi decenal durante el siglo
XVII (1660, 1669, 1680, 1691); luego se
registró un aparente intervalo saludable
de 58 años y a mediados del siglo XVIII
las enfermedades reaparecieron con un
ritmo septenal (1749, 1756, 1762). En el
siglo XIX, el viajero Simson reportó una
epidemia de viruela que habría causado
muchas muertes en el Cocaya, Zancudococha, la región cercana a la boca del
Aguarico, Cajucuma, Pañacocha, Angoteri, Oritoyacu y Tarapoto en la orilla izquierda del Napo, a la vez menciona que
existen muchas otras aldeas de piojés3
(encabellados).
De acuerdo con la información de
Simson, las sociedades tukano occidentales para 1860-1864 poblaban numerosos sectores entre las cuencas del Napo
y Putumayo, en los mismos lugares que
misioneros jesuitas y franciscanos los
habían ubicado tempranamente, lo cual
revela que durante casi cuatro siglos la
ocupación ancestral se mantenía. Salvo
por el decrecimiento demográfico que
provocaron las enfermedades introducidas, la cultura tradicional casi no había
sido alterada. No obstante, una de las
mayores fatalidades para las sociedades
amazónicas en su conjunto estaba por
acaecer.
Las epidemias sucesivas reaparecieron durante la época de explotación del
caucho que marcó el inicio de grandes
transformaciones sociales, territoriales,
culturales y demográficas en la Amazonía. La fiebre del caucho se inició en las
últimas décadas del siglo XIX y terminó
en las primeras del XX, alcanzó su apogeo entre 1879 y 1912-1930. Durante ese
tiempo las sociedades indígenas amazónicas fueron perseguidas, esclavizadas,
explotadas y, en algunos casos, exterminadas.
Para las sociedades tukano occidentales, el período del caucho constituyó
el inicio de la pérdida de sus territorios
ancestrales: peonadas de indígenas quichuas provenientes del alto Napo, al
mando de capataces caucheros o como
grupos esporádicos se adentraron en su
territorio. Algunos escaparon de sus patrones y andaban libres. Otros, una vez
concluida la explotación se quedaron y
expandieron su ocupación.
En los años 20 se registra la llegada
Daniel Peñafiel y su hijo Óscar, y de Rafael Izurieta y su hijo Pepe. En 1929 se
mantienen doce familias de runas en la
bocana del San Miguel. En la bocana del
Cuyabeno en el Aguarico se unieron dos
3 La identificación de piojés es también errónea: el término se deriva de la lengua paikoka/peohi y significa no hay
ninguna, expresión utilizada cuando los foráneos solicitaban alimentos.
54
55
SABERES ANCESTRALES
grupos de runas bajo el mando del colombiano Londoño. Para 1941, luego de
la guerra con el Perú, se contabilizaron
alrededor de cuarenta familias (Cabodevilla, 1987: 187-189).
Un censo del capuchino José Manuel
Astráin, en 1964, da cuenta de ocho familias quichuas con un total de treinta y
cinco personas que viven en el sector de
la bocana del Cuyabeno. Para esa época
todas las poblaciones tukano occidentales de las riberas del Napo habían desaparecido exterminadas por el proceso de
extracción del caucho. En su lugar quedaron grandes haciendas que más tarde se
desintegrarían, y pobladores runas4 del
alto Napo.
La demarcación territorial entre
Ecuador y Perú acentuó el despojo territorial. El conflicto bélico entre ambos
países, que terminó con la firma del protocolo de Río de Janeiro, significó para la
nacionalidad siekopai la pérdida de gran
parte de su territorio ancestral en la franja fronteriza, debido a que fue militarizada y declarada zona de seguridad nacional y, por tanto, se les impidió asentarse
en sus sitios originarios: las familias siekopai fueron forzosamente separadas y
reubicadas a ambos lados de la frontera.
La incomunicación duró más de cincuenta años.
En 1989, se creó la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno sin involucrar a las nacionalidades indígenas ancestrales siona y siekopai en la definición
de límites, lo cual provocó un nuevo proceso de despojo territorial a ambas nacionalidades, en especial a la siekopai. Los
a’i cofán invadieron el territorio ancestral
siekopai, fundaron la comunidad Zábalo
y suscribieron convenios de uso y manejo
con el Ministerio del Ambiente.
56
El Estado ecuatoriano ha reconocido
alrededor del 67% de la superficie de Cuyabeno bajo la modalidad de convenios
de uso y manejo a nacionalidades no originarias (kichwas y a’i cofanes). A los siekopai apenas se les reconoce 0,6% de un
territorio originalmente suyo.
En total, las adjudicaciones territoriales legalizadas a favor de la nacionalidad
siekopai apenas alcanzan las 31.248 has:
una de las cifras más bajas otorgadas a
nacionalidades indígenas en la Amazonía ecuatoriana.
SIEKOPAI
para que le sean adjudicadas y legalizadas por parte del Estado ecuatoriano.
Esta área que se localiza al interior de la
Reserva de Producción Faunística Cuyabeno (RPFC) representa apenas el 6.5%
respecto del territorio ancestral de esa
nacionalidad. Ahí se encuentran lugares sagrados, míticos e históricos siekopai.
Esta área, además, se une con el territorio de las comunidades siekopai de la
Amazonía peruana, aspecto fundamental para la salvaguarda de la integridad
cultural de esta nacionalidad ancestral
ecuatoriana. La enorme diferencia entre
el territorio ancestral (3.102.982,5 ha,
línea gruesa) y el territorio reclamado
(201.771,3 ha, línea fina) se puede ver en
el siguiente mapa:
En los 80, el Estado concesionó a la compañía Palmeras del Ecuador 9.850 has
dentro del territorio ancestral de caza de
la comunidad siekopai San Pablo de Katëtsiayá.
La situación territorial de esta nacionalidad es aún más crítica porque con
frecuencia colonos mestizos invaden su
escaso territorio. Las invasiones se facilitan por la existencia de vías abiertas
para la extracción de crudo y actividades
agroindustriales vinculadas a cultivos de
palma africana.
Ante esta situación crítica, los siekopai han iniciado, a través de su representante, la Organización Indígena Secoya
del Ecuador (OISE), un proceso para
que el Estado ecuatoriano repare sus
derechos colectivos, consagrados en la
Constitución de la República y en los instrumentos internacionales de derechos
humanos, y de los pueblos y nacionalidades, y se les restituyan sus territorios
ancestrales en Pë’ë kë’ya (Lagartococha)
y Sokora (Zancudococha).
Con base en la argumentación etnohistórica, antropológica y jurídica
expuesta, la nacionalidad siekopai ha
definido un área de 201.771 hectáreas
4 Runa: vocablo que en lengua kichwa significa ser humano. Término con el que se autodenominan los kichwas del Alto
Napo.
57
SABERES ANCESTRALES
Origen mítico
Existen al menos dos mitos ligados al
aparecimiento de los siekopai en la selva.
Según uno de ellos:
...al finalizar las tareas de creación del segundo cosmos, Ñañë descubre a los seres
humanos que vivían al interior de la tierra
cuando encuentra a un hombre que ha salido del interior a recoger barro rojo para
hacer chontaduro. Ñañë [le] señala su error y le da a conocer el verdadero chontaduro, que gusta tanto a estos seres que
los lleva a emerger desde el interior de la
tierra. Estos seres humanos tenían cola y
mientras van saliendo les corta las colas de
las cuales surgieron las diferentes especies
de monos. De aquí surgen los clanes más
importantes de los siekopai. Los Piaguaje
y los Payaguaje. Los Piaguaje “gente pájaro” fueron llamados así pues al emerger
lo hicieron llevando al cuello un collar de
pájaros disecados. A su vez los Payawajwe
(gente grasosa) surgieron del inframundo
con el rostro untado de grasa, una peculiaridad que se atribuye a los miembros de
este clan”. (Cipolletti: 2008: 50).
Se cree que este acontecimiento ocurrió en
Ñañë Jupo que fue el lugar en donde vivió
Ñañë antes de ascender al cielo. Como
manifestación del poder de Ñañë, en Ñañë
Jupo existe en el arbusto del guayabo una
lora que habla y pronuncia el nombre de
Ñañë; se ve una figura de piedra de un ser
humano en cuclillas a orillas del estero; se
oye como tonadas en la mata de Ñañë jetú
(carrizos blancos y amarillos de nudos largos)… (Piaguaje, 1996: 40).
Para los actuales siekopai Ñañë Jupo se
encuentra cerca del río Wajoya en la Amazonía peruana y constituye un punto del
territorio ancestral. Según la tradición, fue
allí que el dios Ñañë dio su forma actual al
cosmos y realizó su obra civilizadora (Cipolletti: 2008: 17).
58
El otro mito importante sobre el origen
de esta nacionalidad relata lo siguiente:
En tiempos anteriores en la quebrada
Siecoya, afluente del río Wajoya (Santa
María) vivieron los Ñañë Siecopai (dioses
de colores) que vinieron del cielo al lugar
que se llamaba “Katepo” (Caña Brava). En
este lugar los Piaguaje encontraron a los
Ñañë Siecopai “que vestían túnicas con
rayas multicolores, había también en este
sitio caña brava con rayas de arco iris, de
esas plantas salían pájaros azules. O sea
nacían en esas plantas. Los Ñañë Siecopai
les advirtieron que no hicieran chacras tan
cerca pues esa era su área… Los Piaguaje
regresaron a sus casas hasta que sus mujeres menstruaran y también para aprovisionarse de víveres y poder permanecer
más tiempo en ese lugar… Pero al regresar
vieron que la gente del cielo había abandonado sus viviendas, las plantas de adorno, las cañas bravas de donde nacían los
azulejos, sus guadúas para hacer lanzas
y flautas también multicolores… Nadie
supo qué sucedió y adónde se habían ido.
Supusieron que volverían al cielo…” (Cabodevilla, 1996).
El tiempo que vivieron en la selva los
Ñañë siekopai, legaron todos sus conocimientos a los siekopai. Los atuendos
y adornos tradicionales, las pinturas
corporales y faciales, los cantos e instrumentos musicales y otros aspectos de su
cultura, son la repetición de actos enseñados por los Ñañë en los tiempos míticos y se transforman en los paradigmas
que fundamentan su cultura e identidad
(Franco, 1997: 18).
Los nombres los otorgaban los seres
del mundo superior, a través del iti
paikë, cuando los menores tenían entre
dos y cinco años. Según el informante
siekopai, Roberto Piaguaje o Yëipi’anëwi:
el iti paikë, toma yajé y se comunica con
wiñao (para espíritu mujer) o wiñaë (para
SIEKOPAI
espíritu varón) quienes dicen: Yo me
llamo Yaipiara’sa y así se debía nombrar.
Juana Payaguaje (informante siekopai)
afirma: el iti paikë cogía al niño y lo llevaba
al monte, para que vea a los jaguares, ahí
le pintaban la cara con sus rasgos. Mi
padre me ha nombrado a mí Yaiwajapiao
(Pájaro pintas de jaguar). Los nombres
más utilizados son:
Nombres y apellidos ancestrales
Por: Hugo Payaguaje
Los nombres los otorgaban los seres del
mundo superior, a través del iti paikë,
cuando los menores tenían entre dos y
cinco años. Según el informante siekopai,
Roberto Piaguaje o Yëipi’anëwi: el iti paikë, toma yajé y se comunica con wiñao
(para espíritu mujer) o wiñaë (para espíritu varón) quienes dicen: Yo me llamo
Yaipiara’sa y así se debía nombrar.
NOMBRES DE VARONES
Co´si Sa´sahuë
Esqueleto que no deja que nada entre
Dawë sisi
Brujo barizo o chichico
Ëkora’sa
Planta medicina
Huajo Sa´ra
Pelea, guerra. Nombre de guerrero famoso
Katsëi ra´sa
Arbol pequeño para construcción
Këna wari
Piedra preciosa del universo
Kuri nëwi
Nombre de un ser espritual con pintura facial
Kuri ra’sa
Pintura facial+nombres de seres espirituales del mundo
Mañakuri
Perfume+pintura facial determinada, preparada
Mapiá ra’sa
Pájaro rojo
Ne’e nëwi
Morete tierna
Nëwi ra´sa
Plantita cortita tierna
Ñatara’sa
Estrella del amanecer
Omenu’tu
Flor de verano
Seo nëwi
Pájaro cacique tierno/a, casicus cela
Seokurí
Pájaro cacique, casicus cela+pintura facial
Siose´e
Iguana. Nombre de un guerrero siekopai
Ta’ri pi’ara’sa
Diseño pintura facial (nombre de una mujer espiritual)
Tsëi ra’sa
Pajarito de verano (cotinga)
Tsëi sawa
Pajarito de arbusto
Umura’sa
Pájaro oropéndola
Yai ña’se piia
Jaguar parientes de los siekopai
Yaipiara’sa
Pajarito jaguar
Yëi piara’sa
Pajarito algodón
Yëipi’a nëwi
Pajarito algodón en hojas tiernas
Yeo nëwi
Sereno, tierno
Juana Payaguaje (informante siekopai)
afirma: el iti paikë cogía al niño y lo llevaba al monte, para que vea a los jaguares,
ahí le pintaban la cara con sus rasgos. Mi
padre me ha nombrado a mí Yaiwajapiao
(Pájaro pintas de jaguar).
Yi’ýo sawa
Arbusto de yi’yo
Yi’yowari
Adornos del espacio
Yoko pi’a
Pájarito de yoko. Yocó-paullinia
Las distinciones identitarias entre clanes
y grupos se relacionan con lugares tradicionales, maneras de adornarse o de hablar: los Piawajë o Piaguaje se adornaban
con plumas de aves y vivían en las riberas
del río Aguarico; los Payowajë o Payaguaje vivían en la bocana del Aguarico y
por el río Huajoya; los Akutëre vivían por
el río Yuwinetu y eran llamados así por
su forma de hablar. El grupo sëtipë pai
(gente de abajo) vivían por el río Wajoya, y sus mujeres eran grandes y gordas.
Los okowajë (gente de agua) vivían en el
río Kapëya, que en la actualidad se llama
Campuya.
NOMBRES DE MUJERES
Ëko nëwio
Planta medicinal
Ëkowario
Planta medicinal
Kapo nëwio
Nombre de árbol frutal
Katëwario
Caña+espacio, universo, cielo rejuvenecer.
Lugar de caña. Espacio universo.
Këna wario
Piedra preciosa del universo
Këna yi’yopiao
Piedra preciosa+mullo+pájaro
Kënawario
Piedra+espacio, universo.
Piedra preciosa de universo
Kuri nëwio
Tierna + pintura facial
Ñumine’eo
Planta utilizada para
baños de purificación de recién nacidas
Otanëwio
Danza tiernita
Piawario
Pajarita del universo, espacio…
Seo nëwio
Pajarita tierna cacique, casicus cela
Seowario
Pájaro cacique de espacio
universo casicus cela
Wiña wario
Universo tiernita, espacio
Wiñanëwio
Angelita tierna
Yaiwaja pi’ao
Pajarita con pintas de jaguar
Yejanëwio
Tierra rejuvenecida (tierna)
Yeo nëwio
Serena, tierna
Yi’yowario
Adornos del espacio
59
SIEKOPAI
INDUMENTARIA
La indumentaria siekopai con todos sus
atuendos y adornos tradicionales es un
legado de los Ñañë
(dioses de colores), de cuando vivieron en la selva en
territorio siekopai. El hombre utilizaba la
juika, túnica hecha de waika’ko (Poulsenia
armata), árbol del que se extrae la corteza. La mujer se vestía con una falda corta
de chambira (Astrocaryum sp) llamada
ñukua ka´nio, y dejaba su dorso descubierto, pintado y adornado con diseños
simbólicos tradicionales.
Simson, quien recorre el área en el
siglo XIX, revela que aún hasta esa época, los siekopai confeccionaban sus trajes tradicionales con la corteza del árbol
waika’ko. Además, conservaban intactos
los conocimientos sobre la indumentaria
y adornos faciales y corporales: “el vestido de los hombres consiste en una especie de saco o camisa de llanchama que alcanza hasta las rodillas, mientras que las
mujeres usan una banda de fibra tejida
de chambira, de ocho pulgadas de ancho,
colocada alrededor de la cintura y tienen
el cuerpo pintado casi en su totalidad.
Sus ornamentos son plumas y collares de
dientes de jaguar, de pecarí y de mono.”
(1993: 189).
Para la elaboración de la juika se tum-
60
ba el árbol waika’ko (Poulsenia armata)
que alcanza una altura aproximada de
15 metros. El tronco se mide en relación
con la altura de la persona. Se machaca el
tronco con un palo hasta suavizar la corteza y, luego, se la lava en el río. Se seca la
corteza durante un día. La túnica se cose
con hilo de chambira y aguja de pambil
o con la espina de un árbol llamado en
paikoka sokë miu. Se decora la túnica
con pintura especial denominada makuri, y diseños y dibujos que el iti paikë ha
obtenido en sus visiones del yajé. Las figuras, por lo general, son pájaros, pintas
de algunos animales como el jaguar, insectos o langostas.
Para la elaboración de la ñukwa
kaa’nio, la falda tradicional de mujer, se
recogen los cogollos de chambira (Astrocaryum sp) y se sacan sólo las hojas
tiernas. Se eligen las fibras y se las cocina
para endurecerlas. Se las seca un día al
sol. Las fibras se tuercen y se sacan piolas para tejer la falda. Para tejer la falda
se amarran tiras de pambil en un poste;
otra tira de pambil es sujetada con dos
palos y amarrada sobre la tierra; luego
miden el ancho de la falda por 50 cm y el
largo por 80 cm, aproximadamente. Antaño se pintaba la falda con símbolos de
distintos animales.
La falda llega hasta las rodillas.
Para la elaboración de makuri, que se
utiliza únicamente para pintar túnicas:
se recogen las hojas de makuri que crecen en el bejuco del mismo nombre, se las
machaca en un recipiente de barro (a’ri
kwa’ko) hasta disolverlas completamente, se escurren las hojas hasta dejar únicamente el líquido de color rojo.
Los adornos corporales del hombre y la mujer se encuentran vinculados a la ritualidad festiva y sagrada, a momentos especiales
como la inauguración de la
tuikë wë´e o maloca tradicional siekopai, o en la
ceremonia de la toma del
yajé. También se utilizan
en visitas familiares.
Los hombres visten
con manillas o pulseras llamadas ñeñe, collares de huirima paii ëne o de dientes de
jaguar, bandas que atraviesan
oblicuamente el dorso y que
han sido elaboradas con semillas denominadas sewe, corona
(ñase maro) de tucán y de pájaro azulejo jiesaipë (cotinga)
que identifica la categoría social
de quien lo lleva, de la corona se
cuelgan hacia la espalda plumas
de guacamayos. En los brazos
llevan hojas tiernas de apo perfumadas, elaboradas y pintadas
con achiote. También se colocan
fragancias de plantas cuyo olor
dura alrededor de cinco días:
ma’ña: son arbustos sembrados por los siekopai y que no crecen más
de 30 cm; wirisaka (iryanthera hosma
nni): es un árbol que se encuentra en la selva cuya corteza se raspa y se la ponen en los
brazos; wa’isëyë (acalhypa cuneata): de fuerte
fragancia, se raspa la corteza y al siguiente día
se la ponen en los brazos; tununi: su fragancia se la raspa de la corteza con una cuchilla;
wako: se encuentra en la selva se recoge su flor
para la utilización corporal; yape: es un arbusto sembrado, para obtener su fragancia se corta con todos sus tallos y hojas y se lo pone en el antebrazo; kono
ma’ña: se corta con todos los tallos
y hojas para obtener su fragancia;
nu’tu: se coge flores para el perfume
(cyclanthus); y okoma’ña: es un
arbusto del que se utilizan hojas
y tallos para que despida buen
aroma.
Las mujeres llevan ma’ña,
un conjunto de manillas
y pulseras elaboradas con
plantas perfumadas sujetas
con chambira tejida deno
denominadas ñeñe, que se colocan
en las muñecas y antebrazos.
Las plantas perfumadas se lla
llaman yape, nu’tu, okoma’ña,
mëtokua’a y apo (palma). Ade
Además, se colocan yi’yo, un con
conjunto de collares elaborados con
chaquira y pepas de p
pai ëne y, en
algunos casos, plumas de tucán
y paujil. Las primeras vueltas se
confeccionan con chaquira de
colores, dejando la última vuelta
para colocar las pepas de p
pai ëne o
las plumas de tucán y paujil.
Cada corona tiene un proceso
de elaboración definido y se utili
utilizan de acuerdo con la ocasión, la
edad o la actividad que se realiza.
61
SABERES ANCESTRALES
Ñase maro. Se usa para
la fiesta y ceremonias de
yajé. Se elabora con ramas
del árbol denominado en
paikoka kokawasi (Xilopia Parviflora), de donde se extrae una pieza de
aproximadamente 60 cm
de largo. Se cepilla la pieza
hasta dejarla bien delgada
y flexible para que se pueda doblar fácilmente. La
medida depende del diámetro de la cabeza de la
persona que la va a usar.
Los dos extremos se amarran con fibras de chambira (Astrocaryum sp). Además, se recolectan plumas
de pájaro azulejo (cotinga)
que se pegan directamente
en la circunferencia de la
pieza elaborada. Luego se
juntan plumas de tucán de
diferentes colores las que,
amarradas con una piola
de chambira, se colocan
en la parte superior de la
corona. También se pueden amarrar las dos piezas
usando palitos de wa’jo
(attalca maripa).
62
Wa’jo (puti) maro. Para
visitas. Se saca una rama
de wa’jo (Attalca maripa). Se corta una pieza
de
aproximadamente
60 cm de largo, se dobla
de acuerdo al tamaño de
la cabeza, y las uniones
se amarran con fibras de
chambira (Astrocaryum
sp).
SIEKOPAI
Toya maro. Para visitas. Se
escinde una parte de un árbol llamado kokawasi (Xilopia Parviflora), pieza que
se la cepilla con cuidado
hasta dejarla bien delgada y flexible. Luego se dobla con cuidado midiendo
el tamaño de la cabeza de
quien la usará, finalmente
se pinta con kurí (pintura especial preparada) y
achiote.
Coronas del mundo superior. Durante el aprendizaje espiritual los wiñao wa’i, seres del mundo superior colocan al futuro
iti paikë distintos tipos de coronas. El número de coronas recibidas está en directa relación con la cantidad de enteógeno
ingerido y con el tiempo de ingestión entre una toma y otra.
Algunas de estas coronas reciben los siguientes nombres: Këná
Santëmá, Sërá Santëmá, Kirú to’namá.
Además, hombres y mujeres se perforan las orejas para
adornarse, mientras que los hombres se acicalan con plumas
de guacamayo, las mujeres usan como adornos lobulares palitos de wa’jo (Attalea maripa), una palma que generalmente
se encuentra en las lomas altas de la selva y que también sirve
para elaborar flechas.
En la nariz, los hombres se adornan con bigotes de guanta y
plumas de guacamayo mientras que las mujeres utilizaban palitos de wa’jo (Attalea maripa) como narigueras. Los hombres
Piawajë se adornaban con plumas de aves y los Payowajë adornaban su cara con aceites de juku (Fevillea cordilolia L) para
tener su cara grasosa.
Kaa’wi. Para el trabajo y
la cacería. Se cortan las
hojas ka’wi (Polybotrya
Crassirhizoma) y se envuelven con el mismo bejuco, amarrando entre las
uniones.
U’ku maro. Para el trabajo y la cacería. Se corta un pedazo del bejuco
denominado U’ku maro
(Philodendron cf) y se
amarra en la cabeza,
mientras se camina por
la selva o en jornadas de
cacería.
El cuerpo se pintaba con we’e huito5 y con polvo de carbón o
neo. En la cara, con kurí (achiote preparado). En los brazos, piernas
y abdomen se pintaban con jejeposa (achiote pegajoso preparado).
Los adornos faciales tenían diferentes simbologías y significados.
Las pinturas faciales se elaboraban con hojas de plantas especiales
como; kurí (achiote preparado), jejeposa (achiote pegajoso). Por
lo general, las elaboraban las mujeres. Fernando Payaguaje afirma
que para la guerra se pintaban rayas largas en el rostro con achiote
(Cipolletti y Payaguaje, 2008: 75).
Para la elaboración de jejeposa, con la cual se pintan antebrazos, pantorrillas y dorso, se requiere: posa (achiote), mëtokwa’a
(árbol perfumado), makuri. (planta o bejuco para pintar), nokwa
wi’to (látex de plátano), wasoka wi’to (látex de wasoka), nu’tu
(planta perfumada).
Wakë maro. Corona de
los jóvenes. Se extrae
una pieza de 60 cm de
largo por 5 cm de ancho del árbol denominado kokawasi (Xilopia
Parviflora). Se cepilla la
pieza con un machete
dejando una tablita delgada y flexible. Se mide
al tamaño de la cabeza y
se amarra con una piola de chambira (Astrocaryum sp). A continuación, se buscan las hojas
de guarumo, se recogen
los pecíolos de las hojas
y se doblan enseguida
antes de que se endurezcan. Luego se unen tres
pecíolos de guarumo y
se clavan con unas agujas elaboradas de wa’jo
(Attalca maripa). Se coloca esta pieza encima
de la corona sujetándola
con fibras de chambira
(Astrocaryum sp).
El kurí se utiliza únicamente para pintar el rostro y para su elaboración se requiere: posa (achiote), makuri (bejuco de pintura),
nu’tu (planta perfumada), ma’ña (planta de perfume) y mëtokwa’a
(árbol perfumado).
5 Es un árbol que crece en los pantanos o en las riveras de los ríos. Para obtener la pintura se rayaba el fruto y se
lo exprimía.
63
SIEKOPAI
VIVIENDA
palos transversales hacia el otro lado.
te´te wë´e, casa de estructura similar a la
tuikë wë´e con la diferencia de que un lado
de la vivienda se encontraba sin divisiones.
koti saiwë wë’e, chozón pequeño para pasar
la noche cuando se iban de cacería o de viaje.
La tuikë wë´e, conocida comúnmente
como maloca, constituía la unidad residencial de los siekopai. Estas se distribuían a lo largo de los ríos pequeños y
secundarios en un estilo habitacional que
abarcaba las cuencas y subcuencas de su
territorio.
Ñañë, principal deidad siekopai,
construyó la primera tuikë wë´e que se
convirtió en el modelo para las viviendas.
De un huevo primordial aparece en la tierra Ñañë. Wen’kë6 lo cría y la tierra crece
al compás del crecimiento del niño. Ñañë
se casa con las dos hijas de Wen’kë y crea
los alimentos y los peces; luego la gente
quiere matar a Ñañë y él los transforma en animales y a Wen’kë en sachavaca (danta). Sus dos mujeres se esconden
donde Moji’7. Ñañë enseña la elaboración
de la tuikë wë´e y ocurre la primera gran
fiesta en la nueva casa grande; pelea con
Moji’, lo parte en dos y lo transforma en
trueno, se presenta el diluvio y se hunde
la tierra. Este es el primer mundo siekopai, el primer ciclo de Ñañë, en el cual enseña a hacer la tuikë wë´e, en ella luego
de la pelea con Moji’, los siekopai hacían
fiestas tomando y soplando wamas (flautas, cornetas). Dios Ñañë tomaba acompañando a su gente.8
Una tuikë wë´e podía albergar a una
o varias familias ampliadas, por lo que su
tamaño dependía de la cantidad de personas que iban a habitarla. El trabajo de
construcción era liderado por el iti paikë
64
o bebedor de Yajé, quien distribuía el
trabajo de las familias de acuerdo al espacio que iban a ocupar. Los hombres se
encargaban de la recolección de los materiales, la construcción de la estructura,
paredes y techo; las mujeres, limpiaban
los terrenos aledaños para sembrar ají,
ñumi, ku’jima’ña, peji o floripondio, pi’re
y wa´ro. Algunas de esas especies eran
utilizadas exclusivamente por el iti paikë
en curaciones medicinales o en los rituales de bebida del yajé.
Cada familia tenía su parte asignada
dentro de la casa y su toapo (fogón propio), situado debajo de la hamaca donde
dormía la pareja conyugal para protegerse de los insectos y calentarse durante
las noches. Las medidas de cada espacio
familiar se tomaban con las referencias
corporales: una braza (lo que da de sí
con los dos brazos abiertos), media braza (lo que da un brazo hasta el pecho),
mano (medida desde la muñeca hasta el
final del dedo medio). A cada familia se
le asignaba un espacio aproximado de
cuatro brazas y media por braza y media.
Existían varios tipos de tuikë wë´e:
tuikë wë´e o casa maloca, era muy grande.
ka’mikara wë’e casa con puertas orientadas
hacia el río o hacia la selva (de norte a sur).
weatara wë´e, de estructura similar a la
tuikë wë´e pero con postes en el medio
que servían de soporte para extender los
6 Wenkë: Danta o tapir. Padre en algunas versiones de las esposas de Ñañë. Mantiene con este relaciones poco amistosas. Luego de numerosas tretas mutuas, Ñañë lo convierte en el primer tapir que existió (Cipolletti, 1988: 272).
7 Moji o Mujuë. Enemigo de Ñañë en los tiempos míticos. Le robó a sus dos esposas. Ñañë lo venció en una pelea y lo
conviertió en rayo.
8 Sintetizado por Juan Carlos Franco y tomado de Mercier (1990: 15 y 46).
La construcción de una tuikë wë´e requería de la selección y ubicación de un terreno plano y alto para evitar las inundaciones. El piso de tierra natural se aplastaba
y compactaba. Las viviendas se orientaban de este a oeste, orientación que los
siekopai denominan ka’mikararawë’e y se
relaciona con la protección de los vientos
y lluvias que circulan en esa dirección. En
la construcción se utilizaban: jati, ëtayoe
jati (vigas para el techo), wo´koroñoa
(palos para estructura de la vivienda),
ñëko pambil (para tejer puui), ora (tablillas de pambil para las paredes), pui (hojas para el techo), ya´i (bejuco para amarres), apitsene (para pilares) y kaapoo
(para las vigas). Yépez (2005: 7) señala
las distintas variedades de materiales en
la construcción de la maloca:
Nombre siekopai
Especies
pa’pa (hoja para techo)
Attalea butyraceae (Mutis exLf) WessBoer
huaquëneo (para vigas)
Cinnamomumnapoense an der Werff
neajati (para vigas)
ñe (palo para armazón)
Cremastosperma gracilipe R.E.Fr.
Duguetia spixiana Mart.
amero (para armazón)
Fusaea longifolia (Aubl.)Saff.
pui
Geonoma sp.
ma pui (hoja para techo)
Geonoma sp.
ya’i
Heteropsis spruceana var. Robusta G.S.Bunting
ora
Ireartea deltoidea Ruiz & Pavon
yajisiu (postes)
huai’sa huaquëneo (pilares)
Minquartia guiannesis Aubl
Neptandra pausinervia Coe-Teixera
toa (para estructura)
Pouteria hispida Eyma
ocohuehue ( para estructura)
Vitex schunkei Moldenke
A los pilares se les hacía una muesca con
el fin de que encajaran los palos transversales que se amarraban con ya’i (bejucos
resistentes que cuelgan de los árboles de
la selva). El tejado se elaboraba con hojas
de pui. Las dos puertas de la vivienda se
denominaban eta sa´ro. No había ventanas ni chimenea, por lo que el humo se
evacuaba por las rendijas de las paredes
o por el techo. La duración de una vivienda era de tres a seis años, pero si se la humeaba diariamente con los fogones encendidos, se conservaba por más tiempo.
En el interior de la tuikë wë´e y en el
espacio asignado a cada familia se colocaban las hamacas elaboradas con chambira. Las hamacas de la pareja conyugal
debían estar frente a frente y las de los
hijos atravesados. Del techo se colgaban
los yëwiya’riwa para mantener el casabe
y las tortas de yuca fuera del alcance de
los animales. Para el maíz el weaya’riwa.
Encima del toapo también se colgaba el
wa’i sëyoya´riwa para poner la carne a
secar mediante el ahumado. Las ollas,
cernedoras, cucharas, platos y demás
utensilios se colocaban en el kwa´ko
tuñaya’riwa.
Los fogones que servían para preparar alimentos se ubicaban en los extremos de la tuikë wë´e. El fuego se encendía con palos secos o con unas piedras
denominadas wa’i tseme. Durante las
mañanas y luego del trabajo de la tsio
(huerta), por la tarde, los miembros de
cada pareja conyugal recogían leña para
alimentar los fogones.
Para alumbrarse por las noches utilizaban antorchas de brea especial extraídas del árbol llamado ke’je, así como una
antorcha hecha con tiras finitas secas de
la corteza del árbol llamado ëo. Esta última la usaban cuando salían de la maloca
por la noche. También se utilizaba la cera
que producen las abejas, a la que se le ponía una mecha de tela.
65
SABERES ANCESTRALES
En el corredor interior, al lado del
espacio correspondiente a cada familia se ubicaban asientos elaborados con
pambil. Este corredor permitía el tránsito de las personas hacia sus espacios
familiares, así como hacia los extremos
de la tuikë wë´e, lugares en los que se
encontraban las herramientas utilizadas
en la elaboración de bebidas y alimentos:
to´owë o batea que servía para moler y
amasar la yuca y el maíz, hecho de madera de sandi rojo; to’okaa’wa, una especie
de sierra ovalada y ancha con dos asas,
que sirve para ir moliendo el casabe en la
batea o to´owë y es de la bamba de wewe;
sokotë’ki o plato grande de barro donde
se pone el casabe al fuego; tieño o cuchara de madera de sandi rojo para redondear el casabe; ko’meperupë especie de
cucharón alargado para remover lo que
hubiere dentro de las ollas.
Para la ceremonia de la toma de yajé
se acondicionaba un espacio llamado
Yajé tëwoni ukuye en el cual se colocaba
el okopë, taza de barro donde se ponía
agua y el ëkopë que es el recipiente para
el yajé. El kuyatetepë era el cucharón con
el que se servía el yajé.
Las mujeres menstruantes no podían
permanecer en la tuikë wë´e, para ellas
se construía un espacio aledaño a la casa
denominado si´siowa´i wë´e en el que
debían pasar hasta terminar su periodo.
Cuando la construcción de la tuikë
wë´e terminaba, se invitaba a los parientes y clanes cercanos a una gran celebración. Había que aplanar el piso de tierra
de la casa y dejarlo totalmente liso. En
este momento las manifestaciones musicales y dancísticas hacían su aparición
y ocupaban un primer plano. “Los hombres traían los instrumentos musicales
(watiwë, jetú, Ari ya’ riwa, huea picowë,
tsopicowë) y enseñaban a los jóvenes a
66
interpretarlos: mientras que las mujeres
enseñaban la danza y los cantos tradicionales.
De esta manera se plasma la continuidad mítica en la vida siekopai, desde la
construcción hasta la inauguración de la
tuikë wë´e, espacios creados por la divinidad en donde aflora el relacionamiento
humano y se reafirma la identidad.
El Yajé ukukë o bebedor de yajé ocupaba un lugar preeminente en la celebración, para ello, varios días antes se reunía
con otros bebedores en la casa del yajé,
para tomar el enteógeno y poder visualizar el futuro acontecimiento. Antes de
iniciar la fiesta, el yajé ukuke tenía que
probar, aprobar y bendecir las bebidas
preparadas. Durante la celebración al
interior de las malocas, los bebedores de
yajé cogían las hojas de mameko’ko (Pariana Radicflora) y cantaban corriendo
de un lado a otro diciendo que los espíritus buenos les acompañan, también podían en estas ocasiones celebrar bodas”.
(Franco, 2008: 90). Según Césareo Piaguaje, las parejas que querían casarse debían escuchar los consejos de los bebedores de Yajé y sus padres; si esto ocurría,
se lo hacía solamente en presencia de los
mayores de la comunidad al interior de la
maloca, mientras los jóvenes esperaban
afuera.
SIEKOPAI
Los siekopai nombran las casas con el
nombre de los hijos o hijas. No se utilizan
los nombres del padre ni de la madre. Basilio Payaguaje cuenta que cuando se iba
a casa de su cuñado Erico, él decía: me
voy a casa del papá de Mireya sayë Mireya ja´kë wë´ena, o cuando iba a casa de
Eduardo decía: me voy a casa del papá de
Edith sayë Edith ja´kë wë´ena.
Sobre los caminos, cuenta Basilio
Payaguaje que “siempre están dirigidos
hacia las orillas de los ríos y las casas
están ubicadas en las riberas. El camino
a la tsio se encuentra detrás de la casa.
Los siekopai cultivamos en la tsio, yuca,
maíz, plátano, caña y diversas plantas
más.” Las viviendas de los asentamientos
siekopai se ubican dispersas a lo largo de
la ribera de los ríos y distanciadas entre
ellas por no más de un kilómetro.
Después del matrimonio, los novios
van a residir en la casa de los padres del
esposo, luego se independizan y construyen su propia vivienda generalmente
ubicada a un costado de este lugar. Hay
familias que viven agrupadas. Otras,
cuando se casa el hijo, forman una familia más, y así aumenta el número de casas
dentro del mismo lugar.
Si la tuikë wë´e se abandonaba por
más de una semana podían ocuparla los
malos espíritus por lo que al volver se encendía sojo o látex del árbol denominado
con el mismo nombre para ahuyentarlos.
Los familiares se enterraban debajo
de la casa donde vivían, y la casa se abandonaba hasta que se pudriera. Todas las
cosas que tenía el difunto se quemaban.
Los familiares construían una nueva casa
para no sentir la presencia del muerto.
67
SIEKOPAI
POBLACIîN Ê YÊ
ORGANIZACIîN Ê
SOCIAL
La nacionalidad siekopai está conformada por varias comunidades asentadas
en la cuenca amazónica del Ecuador y
Perú. Su territorio ancestral se extendía
entre los ríos Napo y Putumayo y abarcaba toda la cuenca media y baja del río
Aguarico. Con el conflicto bélico entre
Ecuador y Perú que dio lugar a la demarcación de una nueva línea fronteriza, y
por los procesos de colonización y despojos territoriales, su territorio ancestral
ha sido sustancialmente reducido. En la
actualidad, no tienen un territorio unificado, sino fragmentado a ambos lados
de la frontera ecuatoriano-peruana. En
la Amazonía ecuatoriana los siekopai se
asientan en cinco comunidades ubicadas
en la cuenca media del río Aguarico, y en
la zona fronteriza de Pë´ë kë’ya (Lagartococha). Su población asciende a 582 personas.
En la Amazonía peruana los siekopai
o airo pai (gente de la selva), como allí se
autodenominan, se distribuyen en ocho
La tasa de natalidad de los siekopai
ha subido en los últimos años porque las
mujeres han dejado de tomar anticonceptivos naturales que eran proporcionados por el iti paikë en rituales específicos
y aceptados por la pareja conyugal. En la
cultura siekopai cada familia podía tener
de uno a tres hijos: mientras más pequeñas las familias, alimentación, salud
y educación eran más fáciles de asumir.
Segun algunos informantes, el bebedor
de yajé daba a la mujer para esterilizarla
una bebida con chicha o yoko. La influencia de la religión evangélica ha conducido
a aceptar cualquier número de hijos (un
promedio de cuatro a siete por familia)
porque se considera la voluntad de Dios.
COMUNIDAD
CANTÓN
PARROQUIA
POBLACIÓN
San Pablo de Katetsiayá
Shushufindi
San Roque
273
Siecoya Remolino
Shushufindi
San Roque
164
Poocoya (Copoal Lagarto cocha)
Shushufindi
Playas de Cuyabeno
Secoya Eno
Shushufindi
Tarapoa
75
Waina
Shushufindi
Tarapoa
45
TOTAL
68
comunidades y su población alcanza los
800 habitantes aproximadamente, ubicada en cinco sitios: San Belén en el río
Yaricaya; Mashunta en el río U’kuisiya
(Angusilla); Bellavista, San Martín, Santa Rita y Belén en Yëwinetú; Wajoya en
Napo; y Ma’ñoko en Pë’ë kë’ya.
25
582
Las viviendas de los asentamientos
siekopai se ubican en la ribera de los ríos.
El centro poblado es el lugar donde viven
más familias: ahí se encuentran los servicios comunitarios, la infraestructura de
educación, salud y telecomunicaciones.
Para la comunicación fluvial se utilizan canoas a remo y en distancias mayores, canoas a motor. Aunque tradicionalmente el acceso a las comunidades siekopai ha sido por vía fluvial, ahora se puede
acceder a San Pablo de Katetsiayá por vía
terrestre, a través de una carretera abierta
por el Municipio de Shushufindi. El asentamiento de algunas familias está a uno de
los costados de la vía. Un camino secundario construido por el consejo provincial
llega hasta la comunidad Wa’iya.
En Siecoya y San Pablo de Katetsiayá las viviendas cuentan con servicio de
energía solar, administrado por las comunidades. El agua se toma de vertientes
cercanas y de algunos pozos construidos
hace mucho tiempo que funcionan con
bombas de mecate. Hace poco se instaló
un sistema de agua entubada en San Pablo de Katetsiayá. Algunas familias cuentan con sistemas de recolección de agua
lluvia. Se ha dejado de utilizar la mayoría
de esteros por la contaminación hidrocarburífera y agroindustrial causada por
empresas nacionales y extranjeras que
operan en las inmediaciones del territorio legalizado siekopai.
En un inicio, los siekopai compartieron sus formas organizativas con los
siona. En asamblea realizada en agosto
de 1986, se aprobaron los estatutos de
la Organización de Centros Sionas y Secoyas con los siguientes objetivos: propender a la mayor coordinación de los
programas de educación, salud, infraestructura y artísticos; impulsar programas de desarrollo económico (ganadería, cultivos de café, cacao) cuyos fondos
serán canalizados por la organización
como ente jurídico; dar énfasis al trabajo
de concienciación y promoción social de
los dirigentes, a través de visitas trimestrales a cada centro, con el fin de mantener un diálogo permanente sobre sus
problemas; capacitar y formar maestros
de la nacionalidad que hablen en idioma
propio; conservar la identidad cultural; y
legalizar las tierras de propiedad colectiva.
Luego se crearon organizaciones diferentes para cada nacionalidad. Así, nació la Organización Indígena Secoya del
Ecuador (OISE) cuya directiva se elige
cada dos años. La elección del directorio se realiza con la intervención de sus
miembros, hombres y mujeres, debidamente inscritos en el respectivo registro
de cada comunidad. Cada centro tiene su
estatuto y reglamento interno como una
herramienta de manejo de conflictos y
organización comunitaria.
69
SIEKOPAI
TRADICIîN Ê ORAL
En la memoria histórica de los siekopai se
conservan distintos relatos con mención
a las relaciones interétnicas.
El guerrero Wajosa´ra
Los siekopai siempre estaban preparados
para la defensa en caso de un ataque
enemigo, especialmente de los huitotos y
waorani. Estos últimos eran más temidos
y fuertes que los huitotos. Cuentan que
una vez los waorani pasaron muchos días
escondidos cerca de las casas secoyas
observando y aprendiendo el paikoka.
Después de un tiempo decidieron atacar
de noche. Mataron a todos los siekopai
menos al guerrero Wajosa´ra, que se
quedó escondido dentro de la tuikë wë’e.
Cuando los waorani le llamaban, éste les
silbaba. Al penetrar en la casa, Wajosa´ra
empezó a tirarles lanzas, cuando agotó
todas sus armas corrió para escapar. Los
waorani quemaron la casa con toda la
gente siekopai dentro, excepto una niña
a la que se llevaron. Wajosa´ra se dio
cuenta de ello y siguió observando cada
movimiento de los waorani. Después de
varios días se pintó para hacerse pasar
por uno de ellos. Entró a su población,
agarró a la niña y se la llevó para traerla a
vivir otra vez en su entorno.
Clavo para pescar
Los más ancianos del lugar cuentan
que los españoles, a su llegada, trajeron
clavos, algo desconocido hasta entonces.
Los siekopai consiguieron un clavo de los
españoles y con él elaboraron un anzuelo.
Con ese único clavo pescaban todos los
siekopai: se lo turnaban día a día para
poder utilizarlo.
Los enemigos de los secoyas9
Los siekopai tenían enfrentamientos con
otras nacionalidades como los huitotos de
los ríos Yaricaya y Ukuisiya; los waorani
de awisirí, al sur del río Napo; los emu
pai u orejones que residen en la cuenca
amazónica. Estas tres nacionalidades
provocaban, amenazaban e inclusive
armaban guerras contra los siekopai que
tenían como defensores a Wajo Sa’ra y
Ko’si Sa’sawë. Ellos poseían un escudo
hecho con piel de danta roja, la más brava
de la selva. Wajo Sa’ra tenía un escudo
llamado Ke’ke kapë.
La guerra contra los orejones del
Amazonas sucedió cuando llegaron del
Este para saquear todas las pertenencias
de un hermano de Wajo sa’ra.
El dueño de la casa había ido a otra
casita que tenía en la chacra para tejer
su hamaca. Cuando regresó para recoger
la túnica, los enemigos ya se habían
apropiado de ella así como de otras
pertenencias y se habían escondido en
los cuartos. Cuando el hombre entró
no encontró a nadie, solamente vio a
una anciana que estaba recogiendo las
pertenecías de esa casa y dijo: Oyo tsipiri
kakaji (aquí ya entró un murciélago).
Los hombres salieron y lo rodearon.
El hombre se defendió con lanza, pero
los adversarios eran muchos. Mientras
luchaban, el hombre pisó unas escaleras
de plátano que estaban en el patio y se
cayó. La lanza le penetró en el cuerpo
y murió. Esos hombres templaron su
cuerpo con lanzas y lo dejaron parado
como si estuviera vivo; el cuñado del
muerto al ver esto corrió a avisar al
hermano mayor del fallecido.
Wajosa’ra, el hermano del muerto,
estaba persiguiendo una danta cuando
alcanzó a escuchar la voz del cuñado
Co’sisa’sawë, que venía a avisarle de la
muerte del hermano. Dijo: Estimado
cuñado traigo una mala noticia, los
llamados wajo ku’ji mataron a su hermano
menor y a mi cuñado, ya están muertos.
Al escuchar, exclamó: ¡Oh hermano mío!
El hombre tenía una herida en la pierna
producida por la mordedura de tejón,
cuando rastreaba la danta con los perros;
se curó masticando y soplando yoko.
Cuando el hombre llegó, los enemigos
ya se habían ido. Los persiguió hasta
encontrarlos. Los alcanzó cuando estaban
luchando con el padre del fallecido y
con otro hombre que también los había
buscado.
Luchó encarnecidamente contra esos
crueles. Gracias a este valiente guerrero
no les mataron. El padre les ordenó
regresar a la casa. Mientras retornaban,
los dos valientes guerreros, Wajo Sa’ra
y Ko’si Sa’sawë, y otros hombres que los
acompañaban, siguieron luchando.
El hombre luchó hasta derrotarlos.
En el puente de piquihua, cuando ya
se sentía rendido, los otros fingieron
su derrota y gritaron: ¡Posa wiwere je
nekoni neñe’ni, Posa wiwe tsiaro koare
kueko asajë’ë! (Al gavilán de achiote
no se le provoca cobardemente porque
resiste, es el nido, es el nido de gavilán
de achiote). Wajo sa’ra respondió: ¡Je pai
juri yaire nekoni neñe’niwajë tsie tsusu
du’teko ukukore! (La pantera de Juri
que tiene garras afiladas y que chupa la
sangre de los vivos nunca se acobarda).
Los orejones o wajo ku’ji se rindieron
y exclamaron: ¡Jao pako ëméorepa Ei,
Ei! (¡Oh mis hombres ríndase porque
hemos tocado al hombre invencible!).
Esta frase fue pronunciada en llanto
porque muchos murieron en la batalla.
Ko’si sa’sawë les siguió hasta el puente,
el cual trato de romper, pero no pudo
porque era de piquihua. Cuando el grupo
tiró desde el puente una lanza brujeada
de ñamase (epilepsia) se cayeron, se
ahogaron y murieron.
Después el hombre Ko’si sa’sawë
regresó ya de noche a la casa y pidió su
túnica nueva para cambiarse luego de
bañarse. No había podido hacerlo porque
se había transformado en diablo.
Esta fue la primera guerra de los
siekopai con los Emu pai. Esta primera
guerra surgió en el río Sotoya o Wajoya,
cuando los siekopai vivían en plena orilla
de este río.
Después de la derrota a los wajo
ku´ji, cuando oscurecía en la selva,
venía caminando una viejita de los wajo
ku’ji que cargaba una canasta llena de
cosas. Alzó la cabeza para ver al hombre
y asustada dijo: ¡Kuu…! Al instante
exclamó: ¡Porque sus nietos son crueles,
la misma crueldad les devuelvo! Clavó la
9 Este y los siguientes dos relatos han sido tomados del libro Siekoya Pai Panihuëositorepa de Celestino Piaguaje.
70
71
SABERES ANCESTRALES
lanza hasta traspasar el pie y la tierra de
tal manera que le dejó clavada, parada y
muerta. Esto hizo como venganza por el
hermano cuando lo mataron en el patio
de la casa.
Los siekopai para debilitar al enemigo
primero buscaban el yoko. Lo arrancaban
con todas las fuerzas, cuando se cae, se
quiebra por sí solo y luego se cogen estos
trozos. En el estero se raspan, se saca el
jugo y en ese momento aparece un insecto
llamado ao tëte. El alma del enemigo se
ahoga en el líquido de yoko que prepara
el siekopai, al hundirse esa mosca se
revienta y sale sangre al instante. Se
tapa con la misma cáscara del yoko. Esto
hacían los guerreros siekopai, el secreto
fue siempre practicado por los jóvenes
para afirmar que el enemigo no les hará
ningún daño.
El yoko es un bejuco, su poder se
manifiesta cuando el maestro siekopai lo
prepara para el efecto que él quiere lograr
y para descubrir lo buscado.
La segunda guerra con los
huitotos de Yaricaya
Los huitotos de Yaricaya vinieron para
atacar a los siekopai de las cabeceras del
río Wajoya. Un día cuando los defensores
de los siekopai, Wajo sa’ra y Ko’si sa’sawë
se encontraban en el pueblo siekopai, al
atardecer, alcanzaron a oír a uno de los
defensores: Cañari, Cañari. Wajo Sa’ra
se dio cuenta de que eran voces de los
huitotos del río Yaricaya, entonces hizo
alistar a la gente para el enfrentamiento.
Cuando ya estaba oscuro rodearon
al grupo de huitotos y gritaron: jërë
jërë para acobardar al enemigo, según
Wajo Sa’ra y Ko’si Sa’sawë. Al momento
que gritaron aparecieron los guerreros
siekopai. Los huitotos corrieron como
72
ranas, buceando en el agua, huyendo al
campamento a la orilla del río.
Un siekopai lanceó a un huitoto y
preguntó a Wajosa’ra: ¿puedo lamer la
sangre de huitoto? Wajo Sa’ra dijo que
los huitotos son traicioneros y cobardes
porque matan cuando se descuida la
defensa y le prohibió hacerlo.
La tercera lucha con los waorani
Los waorani vinieron del sur del Napo en
balsa. Pasaron al otro lado donde vivían
los siekopai. Los waorani caminaron
al norte del río Napo y llegaron al río
siekopai donde vivía una familia secoya.
Ahí permanecieron medio año hasta
aprender pocas palabras con el fin de
engañar y de traicionar hasta atacar.
Se cumplieron los planes. Pasaron
días y meses. En una noche cuando los
siekopai, después de tomar chicha de
chontaduro, se durmieron, los waorani
entraron en la casa y mataron a una
mujer. Los otros siekopai escaparon y se
libraron de la muerte.
Los waorani se fueron pero dejaron
excrementos en los fogones. Se llevaron
a una niña siekopai. El padre de la niña
invitó a los defensores Wajo Sa’ra y
Ko’si Sa’sawë para recobrarla y vengar la
muerte de la mujer.
Ya organizados fueron en busca de
los waorani. Estaban comiendo coquillos
(coco silvestre) cuando el padre de la
niña entró desnudo y llegó hasta donde
la tenían. Puso a su hija en su hombro
y se marchó del lugar. Los waorani se
sorprendieron y se preguntaron uno a
otro sobre la niña.
Al instante aparecieron los defensores
con sus fuertes gritos que asustaron a los
SIEKOPAI
waorani quienes corrieron como venados
hasta la orilla del río Napo, y de allí se
pasaron a la otra orilla, a la tierra de ellos.
Otro ataque de los waorani se
efectuó en el mismo sector, pero esa
vez los siekopai estaban asegurados y
preparados: las casas estaban encerradas
con pambil, en cada puerta de entrada
había un portero y guardián.
Una noche los waorani entraron,
abrieron la puerta de la casa y empezaron
a golpear las puertas. El siekopai que
estaba en la puerta lanceó al wao quien
herido, salió y corrió. Los otros waorani
lo siguieron. Mientras salían, el que
estaba de guardián aprovechó y lanceó
a muchos, en tanto que otros waorani
cargaban al muerto. De esta manera
concluyó la lucha entre los siekopai y los
amenazadores waorani.
Hubo también una ayuda en la lucha
y derrota de los waorani que muchas
veces resistían. Un amigo záparo estaba
con su mujer secando las flechas de
curare (veneno) en la candela en plena
playa del río Napo; entonces salieron
muchos waorani con sus lanzas a atacar
a un solo záparo. Al ver que se acercaban,
el záparo ordenó a su mujer subir en la
canoa mientras él seguía secando las
flechas. Los waorani se acercaron más,
empezaron a enviar lanzas, las cuales
no le alcanzaron; luego mandaron más
lanzas que tampoco le hicieron nada,
el záparo las agarraba por lo que tenía
bastante lanzas en su mano.
Cuando recuperó su salud fue a la
selva acompañado de un siekopai. Allá
encontró las avispas que tenían el cubo
dentro de un árbol seco y caído, metió el
palo para quitar el cubo y les ahuyentó
con hojas de ungurahua. Las avispas
abandonaron el cubo. Luego, el záparo
cogió el cubo de avispa y lo usó para
pescar. Este hombre dijo que era bueno
pasar el humo de ají sin respirar, para
que las avispas no piquen.
Un día el mismo záparo fue a bajar
chontaduro, subió en la palma y el
tallo del chontaduro se dobló cuando él
estaba encima junto a los racimos, en el
momento que se inclinaba el tallo, él se
viró para quedar con los pies en la tierra
y la cabeza hacia el firmamento, porque
si no se viraba hubiera quedado la cabeza
sobre la tierra y los pies hacia el cielo.
Después, el záparo enojado tumbó todas
las palmas de chonta de los siekopai.
El záparo empezó a lanzar y no
falló, así pudo matar a un gran número
de waorani y los otros se rindieron y
corrieron. El záparo se fue en su canoa.
Este hombre reposó por dos semanas
porque sus brazos y piernas estaban con
leves heridas.
73
SIEKOPAI
MUNDOÊ ESPIRITUAL
PERCEPCIÓN DEL TIEMPO
De acuerdo con sus conocimientos astronómicos, los siekopai identifican tres
épocas o estaciones en el año:
Ometëkawë. Empieza cuando las charapas depositan sus huevos en las playas
de los ríos. Posteriormente aparecerá en
el firmamento la constelación cabo de hacha tsu’ utëkao o constelación cinturón de
Orión. Cuando esta constelación, al atardecer, está en el centro del cielo (cenit)
o al occidente, es tiempo de sembrar pai
wea (maíz). Si se siembra en otros meses
el maíz no carga bien. En esta época los
siekopai sembraban sus principales productos: paiwea (maíz), a’so (yuca), nokwa
(plátano), ëne (chonta), ñajo (tubérculo)
y u’ kuisi (de la familia del jengibre).
Okotëkawë. Época que sigue a la de
Ometëkawë. Es tiempo de grandes lluvias, los ríos crecen. Época para cazar
monos pues se encuentran robustos.
Kakotëkawë. Época de cigarras, coincide con los meses de agosto, septiembre
y octubre. Las cigarras cantan, las lluvias
disminuyen, los ríos decrecen su caudal
y varias especies de peces migran desde
los ríos grandes, por lo que es época ideal
para la pesca. Pero sobre todo es la época
para beber yajé en donde los seres espirituales del cosmos siekopai se acercan a
la tierra y establecen comunicaciones con
los iti paikë. En el firmamento aparece
kakoyowë, constelación Cruz del Sur. En
74
ella y en una canoa viene Kako Witoyai,
un maestro, profesor de las verdades espirituales, que es un propio bebedor de
yajé. Los abuelos afirman que llega conjuntamente con los kako, un cierto tipo
de cigarra, durante noventa días (Piaguaje, 1996: 36). En esta época, la madre
de los jaguares Watea’ko rejuvenece, los
espíritus están a la altura de los árboles
y aparecen mariposas de diferentes colores. Esta temporada es propicia para
sembrar y evitar plagas en los cultivos, se
siembran por lo general los mismos productos de Ometëkawë: paiwea (maíz),
a’so (yuca), nokwa (plátano), ëne (chonta), ñajo (tubérculo), u’ kwisi (de la familia del jengibre).
COSMOVISIÓN
Los relatos míticos y algunos de la tradición oral permiten una comprensión adecuada de la cosmovisión de los siekopai,
quienes creen en un cosmos con distintos estratos que a la vez es la morada de
los distintos seres (Cipolletti-Payaguaje,
2008: 54).
Ma’tëmó. Es el cielo o mundo superior. En él habitan: Ñañë (luna), Repáo
(una de las esposas de Ñañë y hermana
de Rutayó), Esë (sol), Wañë (segundo
sol), Wiñáo wá’i (pertenecen a una categoría ontológica distinta a la humana),
Ma’të (mó) pai (son iguales a los seres
humanos pero viven en los cielos, no
enferman ni mueren), Watí (seres an-
tropoformos de pequeño tamaño y con
distintos poderes), los muertos siekopai y
de otros grupos tukano occidentales emparentados (siona, coreguaje) y los Ma’të
yái (jaguares del cielo).
Yejá. Es la tierra, en donde habitan:
los seres humanos, los Mawa’jó pai (gente mariposa), los Watí (seres antropoformos de pequeño tamaño y con distintos
poderes), Okomé (jefe de los animales
acuáticos), Aña Pëkë (peces grandes que
no se pueden ver a simple vista, solo a
través de la bebida de yajé; son parecidos al bagre, alrededor de la boca tienen
como el color de arcoiris, viven en los remolinos y a veces atacan las canoas devorando a sus ocupantes), Okó yái (jaguares
del agua)y Naso ta’ñë (jefe de las especies
de monos).
Yejá We’e we. Corresponde al
inframundo, en donde habitan: Rutayó
(esposa de Ñañë y hermana de Repao),
los descendientes de la humanidad
primigenia, numerosas especies de
animales (dantas, pecaríes) y las
sociedades de jaguares.
Relatos míticos
La creación de los seres humanos
Un día salió una persona del interior de la
tierra en busca de bejucos para amarrar
una parrilla y secar chontaduro. El
chontaduro que decía la persona no era
el propio chontaduro sino arcilla de color
rojo: tierra colorada. Luego de cortar los
bejucos, regresó jalándolos. De pronto
apareció una persona: Ñañë Paina, quien
era dios y pisó los bejucos.
La persona que estaba jalando, jalaba
duro pensando que se había enganchado
en una estaca y decía: “no hay palos para
que me agarre”. De tanto jalar volteó su
cara y vio una persona parada pisando
los bejucos. Preguntó Ñañë Paina
Dios: ¿Qué está haciendo? Y el hombre
contestó: Estoy cortando bejucos para
amarrar
una parrilla para ahumar
chontaduro. Entonces Ñañë Paina le dijo
al hombre vaya a traer chontaduro, y se
metió al interior de la tierra para traerlo.
Trajo tierra colorada. Al ver esto Ñañë
Paina dijo: Esto no es chontaduro, es
barro. Ahora yo voy a traer chontaduro
de verdad. En su casa se estaba haciendo
chicha de chontaduro y de maíz. Al llegar
cogió las hojas de maíz para envolver la
masa de chontaduro y de maíz y llevo
también una pepa de chontaduro sin
cocinar. Llegó donde estaba el hombre y
dijo: Pruébale, este es propio chontaduro.
Dio de probar la chicha de chontaduro
y les entregó la masa para que dé a probar
al resto de las personas que estaban
dentro de la tierra. Antes que él entre,
dijo: Solamente da de probar a nuestra
tribu, no a otras. Bajo esa condición
entró en la tierra. Al llegar donde estaba
la gente le preguntaban: ¿Qué llevas? Y
el hombre no hizo caso dando de probar
a todos los que encontraba, cuando llegó
donde su familia muy poco llevaba y lo
hizo probar. Al probarlo empezaron a
salir de dentro de la tierra y cuando ya
salieron todos sonó un trueno. Salieron
Coreguajes, Tama, Waoranis, la gente
mestiza, siekopai, entre otras.
Al principio la gente tenía cola.
Cuando salieron del interior de la
tierra, Ñañë Paina estaba sacando las
colas convirtiendo a monos de distintas
especies. Es decir, de las colas de los
siekopai salieron monos; de las colas de
waorani, maqui sapas; de las de tama,
coreguajes; de los anguteros, mono
aulladores; colas de huitotos crearon los
paraguayos.
75
SABERES ANCESTRALES
Justo cuando estaban saliendo más
gente del interior de la tierra, hubo
una señorita que estaba en su primera
menstruación y estaba en un lugar
apartado de la gente. Viendo que estaba
saliendo la gente ella también se decidió
a salir del lugar donde estaba; al ver que
ella salió la gente se quedó en el interior
de la tierra, casi la mitad salieron. Por
eso en la cultura siekopai, las mujeres
menstruantes no deben andar con la
gente. Ñañë Paina se enojó cuando salió
la mujer menstruada y dijo: Conviértase
en venado. Por eso el venado es saltarín,
ágil y rápido.
animales. Ñañë Paina les pidió golpear
entre las lanzas imitando el sonido de
los puercos sajinos. Cuando los hombres
hicieron esto inmediatamente se
convirtieron en sajinos y ahora andan en
manadas pequeñas, de no más de cinco.
Cuando ya estaba grandecito, dicen
que se ha pasado a otra olla más grande
y que estaba tapado con un cernidor,
encima de la olla estaba su hermana lora,
cantando pasaba, para que no llore su
hermano.
Siguió caminado Ñañë Paina entre
las chacras cuando se encontró con otras
personas que pintaban achiote llamado
en paikoka, kurí. Como estas personas
estaban pintando achiote en el cuello y en
las patas Ñañë Paina dijo: Conviértanse
en pavas coloradas, porque a pavas
coloradas se parecen. Y se convirtieron.
Al salir a la superficie de la tierra, cada
grupo hablaba el mismo idioma. Para
que cada grupo se divida Ñañë Paina hizo
equivocar el idioma. En ese mismo rato
se dividieron los diferentes pueblos que
existen en la Amazonía y se agruparon
solo los que se entendían.
Siguió caminando en la faz de la tierra
cuando encontró a otro grupo haciendo
fiesta y tocando tambores. Ñañë Paina
escuchó una y otra vez el sonido de los
tambores hasta que dijo: conviértanse
en trompeteros. En la actualidad, las
aves trompeteras cantan con sonido de
tambor.
En los días posteriores llegó de visita
la tía del niño, como estaba encima de
la olla la lora cuidando a su hermano
no dejaba que nadie se acercara. La tía
entonces cogió un palo y pegó a la lora.
La arrojó al suelo. Al preguntar quién era,
la lora contestó que era su hijo. Al ver a
su tía (tsiña en paikoka), el niño empezó
a llorar. Su mamá estaba en la chacra
recogiendo leñas para cocinar y escuchó
de lejos que lloraba y decía: Mi tía me ha
visto, mi tía me ha visto. Lloraba y lloraba y
no se calmaba. La mamá recogió apurada
la leña y la metió en un canasto. Cuando
llegó a la casa el niño seguía llorando
igual. Al escuchar a su mamá cogió un
poco de achiote y le tiró en la espalda a
la tía diciendo: Usted es maldita. En ese
mismo instante las mujeres quedaron
para siempre menstruando cada mes
hasta la eternidad. Antes las mujeres no
menstruaban.
Ñañë Paina convierte la gente en
animales
Un día Ñañë Paina andaba en las
montañas. En ese paseo encontró a
las personas elaborando lanzas. Las
cepillaban y lijaban; el sonido era como
escuchar rugir a una huangana. Ñañë
Paina preguntó qué estaban haciendo
y al enterarse de que eran lanzas para
matarlo a él por convertir a los humanos
en animales ordenó que al momento de
lijar y escuchar rugir como huangana los
hombres se convirtieran en estas. Desde
entonces, las manadas de huanganas
siempre están constituidas por más de
quince individuos.
Luego Ñañë Paina paseaba en las
chacras cerca de las casas y se encontró a
otro grupo. Igualmente ellos elaboraban
armas para matar a Ñañë Paina que
convertía a los seres humanos en
76
SIEKOPAI
Origen del sol
Antaño, los hombres siekopai bebían
yoko en la madrugada. Era una costumbre
de tres a cuatro de la mañana. Luego se
hilaba chambira. Antes, los hombres se
embarazaban para tener hijos igual que
sucede con las mujeres en la actualidad.
Ellos también menstruaban y no debían
estar con la gente sino cumplir su regla
apartados de la casa. Luego debían
bañarse con hojas de guaba (siri peene) y
con agua caliente. Entonces Ñañë Paina
sacó su hijo en las rodillas y lo puso en una
olla grande. Después de haber extraído
en su rodilla al hijo, Ñañë Paina tenía su
mujer, hija de Weapau, ella se encargaba
de dar de mamar al bebé que estaba
dentro de una olla. Solo en las noches
daba de mamar la hija de Weapau, para
que la gente no vea.
Luego al ver que lloraba el niño, Ñañë
Paina tocaba las flautas para calmarlo.
Cuando su mamá quemaba ollas de barro
nuevo tenía a su hijo con ella y el niño
decía: Ya nos vamos a quemar. Su mamá
cogió y lo puso otra vez en la olla que iba
a quemar. En ese mismo rato dejó de
llorar. Quería quemarse porque su tía
(tsiña) lo había visto. Su mamá empezó
a poner leña alrededor de la olla, prendió
la llama y quemó. Dentro de la llama el
niño estaba sonriendo, sin quemarse.
Prendió más fuego y ya no se veía al
niño dentro de esa llama. El niño sopló
la flauta y al mismo tiempo se convirtió
en sol. En el mismo lugar de los hechos
estaba un anciano de edad avanzada, vio
lo que hicieron al niño las llamas, quiso
hacer lo mismo pero él sí se quemó.
Ñañë Paina asciende al cielo
El lugar que habitó Ñañë Paina se llamaba
en paikoka, Jupo que significa cascada.
En ese lugar hacía todas las actividades
del mundo: crear especies humanas,
animales, plantas, árboles, peces,
insectos... Ñañë Paina vivía un buen
tiempo después de haber nacido en el
mundo creando especies, comprobando
si el ambiente era bueno para que vivan
los seres humanos. En ese lugar vivían
ángeles (ma’ñoko pai) con su tío Ñañë,
alrededor de la casa tenía plantas frutales
(arari) donde vivía y cantaba una lora.
Un día Paina dijo: “voy a regresar al
cielo; si escuchan mi voz, rejuvenecerán”.
Después de haberlo dicho pasó el tiempo
y todavía estaba realizando actividades
en la tierra. Vivía en un río llamado
Yai tsiaya, en el mismo río barbasqueó
para coger los peces, más abajo de su
casa Paina tapó con hojas para que no
pasen los peces. La misma barrera que
tapó Paina se ha convertido en cascada;
en esa misma cascada dejó el trapo con
que limpiaba su cara. En la actualidad
se encuentra la pisada de Paina en la
cascada, también se encuentra la pisada
de tigre de Paina.
Después de haber hecho las
actividades en una noche empezó a ir
al cielo, como decía Paina antes: “todas
las personas que escuchan mi voz se
rejuvenecerán”. A medianoche subió
al cielo diciendo: “Ñañë se’eru, Paina
se’eru” todas las personas se durmieron,
nadie escuchó lo que decía Ñañë Paina.
Solamente una anciana escuchó. Los
animales sí escucharon, casi todos. Hasta
los árboles escucharon. Los animales que
escucharon: serpiente, lagartijas, boas,
77
SABERES ANCESTRALES
anacondas; y los árboles que escucharon:
las capirona, cambian de piel y corteza
cada año.
Después de haber subido al cielo, el
lugar donde vivio Ñañë Paina permaneció
varios años sin remontar, todavía vive la
lora en ese lugar en la planta llamada
arariyë.
En los últimos tiempos un grupo
de excursionistas siekopai llegaron el
lugar donde habitó Paina, en el lugar se
encuentra una piedra grande, un poste
que era casa, una mata de caña guadúa
para flautas y una laguna.
Surgimiento del mundo
Cuando ya habitó Wea Pau, la primera
familia siekopai, bajó una piedra preciosa
en un río y las hijas de Wea Pau cogieron
la piedra y la dejaron en un tronco. Al
amanecer de la piedra nació Ñañë Paina
y la piedra se partió en la mitad: la parte
derecha subió al cielo y la izquierda se
quedó en la tierra y se convirtió en tina.
En esa tina se bañaba Ñañë Paina durante
su niñez.
En ese momento Ñañë está en la tierra
para ayudar, enseñar, crear nuevas cosas,
para mostrar la forma de subsistir a la
nacionalidad secoya. Ese era Ñañë Paina
creador, Dios de los secoya. Cuando nació
Ñañë ya estaba creado el mundo y vivió
Wea Pau, primera familia siekopai. Wea
Pau sufría mucho para sembrar, hubo
árboles duros y grandes como las rocas,
hierbas de piedra. Así Wea Pau sembraba
para el consumo, sembraba yuca, maíz,
plátano, caña de azúcar y chontaduro.
Infancia de Ñanë Paina
Ñañë de cinco a nueve años se paseaba
por la faz de la tierra visitando a la gente
siekopai que trabajaba. Preguntó a un
78
SIEKOPAI
hombre: ¿Qué está haciendo? El hombre
contestó: Estoy sembrando maíz, plátano
y chontaduro para comernos cuando esté
maduro. Y Ñañë contestó: Jëë. Y continuó
su viaje. Encontró a otro hombre que
estaba sembrando y preguntó: ¿Qué está
haciendo? Él groseramente contestó:
¡No me ves lo que yo estoy sembrando!
Siembro plátano para comer ¿acaso estoy
sembrando piedra? Continuó caminando.
Se encontró con una mujer y le preguntó.
¿Qué está sembrando? Y ella contestó:
yuca para comernos cuando esté grande.
Llegó donde otra mujer e hizo de la misma
forma. Y ella le dijo, groseramente: ¡Estoy
sembrando trozos de piedra! La siembra
creció rápidamente, de la noche a la
mañana ya estaba para cosechar maíz,
plátano, chonta y yuca. Las personas
que respondieron mal amanecieron tal
como ellos respondieron: sus chacras se
convirtieron en piedras.
en quichua lanchama. Los trajes que
utilizó Ñañë eran hechos por la familia
de Wea Pau. A Ñañë Paina le dieron las
prendas bien blancas y especiales, la
túnica era pintada de achiote especial,
también le dieron collares, le pintaron la
cara y él decía: Yo voy a enseñar a ustedes.
Y empezó a enseñar pinturas faciales.
Nombró cada pintura y cada signo.
Desde entonces, Ñañë hizo los
primeros milagros con la gente siekopai,
pues de la noche a la mañana crecieron
los sembríos. Entonces se dieron cuenta
de que él era Ñañë Paina (Dios de
los siekopai). Paina, significa: sabio,
inteligente, creativo, maestro, entre otras
cosas más. Esas son sus primeras obras,
las que hizo en su infancia.
Ya era joven Ñañë y pensó mucho.
¿Cómo se van a generar la gente siekopai?
Reproduciéndose
humanamente
y
multiplicándose. También se dio cuenta
de lo solo que estaba Wea Pau. Ñañë
empezó a buscar mujeres. Como era
Ñañë Paina, no tenía mujer y pensó
mucho sobre la relación que el hombre y
la mujer tienen que tener.
La juventud de Ñañë Paina
Primera mujer de Ñañë Paina: Këi
to’kapo, larva gusano
La familia de Ñañë Paina era Wea Pau.
La primera familia que habitó en el globo
terráqueo, a los que han criado Ñañë dijo
al Wea Pau y a la mujer de Wea Pau, ja´kë
a papá, ja’ko a mamá. A las hijas de Wea
Pau dijo ñañas. Así vivió Ñañë Paina con
la familia de Wea Pau.
Cuando él quería andar visitando a
otras familias, la familia de Wea Pau le
dijo: no irás a otras casas. Su traje era
hecho de la corteza de un árbol llamado
Entonces Ñañë pensó cómo se debe
cambiar al mundo para que sea fértil la
tierra y fácil de sembrar: tumbar árboles
que sean pequeños y suaves.
Hubo otra persona Ënejoa que
vivió dentro de la tierra como Ñañë
Paina. Ënejoa tenía todo: chontaduro,
maíz, plátano, caña de azúcar. Ënejoa
no compartía nada con otros grupos
siekopai, era envidiosa y nunca quería
compartir.
Caminaba en la faz de la tierra buscando
crear una mujer para el hombre.
Ñañë deseó crear a una mujer. Un día
caminaba por el yucal y encontró una
larva de gusano llamado këi to’kapo,
unas mariposas que se crían en las matas
de yuca. Y dijo, Ñañë viendo la larva:
¡Qué bonita es la larvita! ¡Si tú fueras
mujer me hubiera casado contigo! Por la
noche llegó a la casa de Ñañë, këi to’kapo
y se presentó delante de Ñañë como una
señorita. Y Ñañë preguntó: ¿Quién es
usted?, y respondió: ¡Tú me llamaste!
Soy këi to’kapo. Ñañë ya sabía quién
mismo era ella.
A la señorita preguntó: ¿Qué trabajas?
Y ella contestó: Trabajo ñeñe, siembro
yuca, entre otras cosas. Entonces Paina
dijo: Está bien. Ñañë dijo: ¿Qué es
ñeñe? Y ella contestó: son las manilleras
para los brazos. Las rayas o cuadros de
la manillera son las pintas gusano këi
to’kapo, y la mujer këi to’kapo tejió tal
como tiene las rayas o cuadros del gusano
këi to’kapo.
Ñañë comprobó con la mujer këi
to’kapo las relaciones sexuales y cómo
van a tener hijos e hijas las generaciones
siekopai.
Durante el tiempo que estaba la
mujer këi to’kapo con el Ñañë Paina, këi
to’kapo aparecía solo de noche, no vieron
la familia de Paina Wea Pau. Alrededor
de Ñañë, donde él dormía, tenía
bastantes fibras de chambira rechazadas
de su trabajo de hilar. No quemaba
Paina porque su mujer këi to’kapo estaba
dentro de esas fibras.
Un día Ñañë dijo a su madre que no
barriera ese lugar y le indicó por dónde
debía hacerlo. Dijo: No barras esas fibras
de chambira ni quemes el bulto de fibras
rechazadas.
Pasaron días. Ñañë se fue de cacería,
la mujer de Wea Pau barrió el lugar
donde Ñañë indicó que no lo hiciera y
lo botó en el fuego con todo këi to’kapo.
Todo prendió y dentro del bulto reventó
expulsando una bebé, llorando estaba
en el suelo. La tomaron de la mano, era
una mujercita. La primera hija de Ñañë
Paina.
79
SABERES ANCESTRALES
Como era hija de Ñañë creció rápido,
pronto tuvo ocho años. Ella dijo a su padre
Ñañë: Padre quiero que coja algodón
y me lo dé. Su padre Ñañë lo cogió y se
lo entregó. Ella empezó a masticar el
algodón, después de masticar lo dejó en
una ollita de barro y la tapó. Al siguiente
día amanecieron ya hechas manillas.
Viendo las manillas preguntó su
padre Ñañë Paina: ¿Cómo hizo? Y ella
dijo, así hice: Mastiqué el algodón y dejé
guardado en una olla y al siguiente día
amanecieron listas.
Entonces Ñañë dijo: ¿Cómo podemos
hacer? ¿Es posible hacer hilos? Y ella
empezó a hilar el algodón. Ya era joven.
Tejió la manilla. Vio la primera que
hizo y enseñó a los demás para que se
multiplique la enseñanza.
La segunda mujer de Ñañë Paina: Toa
tarapë, palo de leña
Pensó Ñañë que los siekopai serían de
diferentes colores de piel y ágiles en tejer.
Por eso buscaba diferentes mujeres para
que sean diferentes grupos de la misma
nacionalidad. Paseaba por la tierra y se
encontró con una linda llama: un palo que
contenía llama y mientras se quemaba,
sonaba piri, piri. Viendo tan bonita llama,
Ñañë dijo: si fuera una persona o mujer
me hubiese casado contigo.
Atardeció y por la noche llegó una
mujer a la casa de Paina, directamente
donde él. Le preguntó: ¿A qué vienes? Ella
contestó: Tú me llamaste en la mañana
diciendo: si fuera una mujer me hubiera
casado. Vengo para ayudarte a hacer las
cosas que necesitas. Ella no era una mujer
buena, era mala desde el punto de vista
de Paina: no se bañaba completa, solo de
los hombros para abajo, no se mojaba la
cabeza porque era palo con llama.
80
Ñañë comprobó que la mujer era
trabajadora: no faltaba leña, barría el
patio, siempre tenía prendido el fogón.
Un día Paina salió de su casa en busca de
crear o inventar nuevas cosas para que su
gente viva sin necesidad de buscar.
Cuando Ñañë estaba en el campo, la
mujer se quedó con su familia Wea Pau,
la mujer del fogón bajó a bañarse. Luego
las cuñadas bajaron a bañarse. Las hijas
de Wea Pau se dieron cuenta que la mujer
fogón no metía todo el cuerpo dentro del
agua y la obligaron a mojarse la cabeza.
Apenas metieron su cabeza dentro del
agua se convirtió nuevamente en palo
con fogón. Intentaron prenderla otra vez
pero nunca se volvió a prender. Se murió
sin hijos.
La tercera mujer de Ñañe Paina: Manë
Paiño, mujer cera de abejas
Un día Ñañë Paina dijo: Voy a elaborar
una muñeca de cera de abejas. Cogió la
cera de abeja e hizo una muñeca como
una mujer con senos hermosos. Al verla
Ñañë exclamó: ¡Mira qué linda eres!
Si fueras una mujer me casaría contigo
ahora mismo. Y dejó la muñeca sobre un
palo.
Por la noche, la muñeca se presentó
como una mujer ante Ñañë Paina. Al
verla, le preguntó: ¿Quién eres? Ella
respondió: Vengo a vivir contigo porque
tú dijiste que si fuese una mujer te
hubieras casado conmigo.
Era una mujer completa, hacía todo:
preparaba casabe, chicha y se bañaba. Su
desventaja era que no trabajaba al aire
libre cuando hacía mucho sol. Cuando
sembraba yuca, se tapaba la cabeza con
una hoja porque si no lo hacía, el calor
del sol la podía derretir como si fuese de
brea.
SIEKOPAI
Un día todos salieron a sembrar yuca
en una chacra recién quemada en el
verano. Ella también salió a sembrar y
se tapó la cabeza con hojas. Sus cuñadas,
juguetonas, le quitaron las hojas. Al rato,
cuando quiso pasar al otro lado del palo
caído, tocó el tronco y se derritió porque
el árbol tumbado estaba caliente. Ñañë
lloró mucho porque él elaboró con sus
propias manos a la mujer. Cuando se
derritió, ella estaba embarazada: le
faltaban dos meses para el parto. Ñañë
dijo: “la familia de la muñeca de brea que
fue convertida en mujer tendrá un poco
negra la piel”.
Cuarta mujer de Ñañë Paina: Paau
Nictivio
Un día atardeció soleando y por la noche
fue luna llena, noche clara. Al anochecer,
como a las siete de la noche, cantaba
Paau Nictivio: jeji, jejiii… Al escuchar que
cantaba su voz prolongada, Ñañë dijo:
Si fuera mujer la que está cantando me
hubiese casado con ella. Así llegó Paau
Nictivio a la casa donde vivía Ñañë.
Los espíritus y las almas
Para los siekopai existen el espacio
donde vivimos, el espacio donde viven
los espíritus y otro lugar, donde se van
a vivir los muertos. Dada la variedad de
espíritus y almas en el mundo oculto,
los sabios hablan de cielos, en plural,
porque existen diferentes cielos en donde
puede vivir un ser humano después de la
muerte, quien se va con todo el cuerpo a
la vista de todos. Esto lo hacían los sabios
de acuerdo con las actitudes que habían
construido en la tierra. También llevaban
a sus familiares los ya muertos que vivían
en el cielo.
Existen cielos dentro del agua (tsiaya
Sa’nawë), en el interior de la tierra
(yeja Sa’nawë), un río en el cielo (Ume
tsiaya). Esos son los principales cielos
que determinaban los pai. También hay
espacios secundarios: el que vemos (Iye
de’oto) donde circulan los espíritus, el
otro es donde terminan de caer las hojas
(ja’o kararaiwe’ña).
Río del cielo (Ume tsiaya) recibe las
personas que no tenían problemas y no
hacían mal a los demás. Dentro de Ume
tsiaya hay otro lugar: al otro lado del río
van las personas que hicieron mal, como
los brujos y asesinos. En ese lugar llegan
vestidos de una sola parada y cuando su
túnica se deteriora vivirán para siempre
desnudos como castigo. En el lugar del
castigo se ve morir dos veces y viven
almas perdidas.
Las almas o vida espiritual habitan
en estos lugares: Ume tsiaya, sariweko
tsiaya, tsiya pai kë’ro, yeja pai kë’ro. Ahí
viven gentes con las mismas costumbres
de los humanos: comen, trabajan
siembran, elaboran artesanía...
Los espíritus de animales van a
otros lugares, a la casa de los jaguares,
panteras, a naso ta’ñë (jefe de los
monos). Los espíritus se transformaban
en diablos. No era fácil. No lo hacía
cualquier persona, es una religión para
los siekopai el beber yajé y alcanzar ese
nivel de convertirse en cualquier especie
de espíritus, como tigre, puerco o sajinos.
Cuenta César Piaguaje:
Mi tío me ha dicho a los ángeles del
cielo, cuando quieren bajar en esta
tierra donde están bebiendo yajé
les colocaban hacia la tierra un palo
llamado en paikoka nuniño para bajar,
ese palo se convierte como un camino
y los ángeles llegan en esta tierra,
igualmente para ir donde ellos se
puede tomar ese mismo camino, pero
de pronto quiebra o rompe ese palito
se siente como uno está cayendo en
81
SABERES ANCESTRALES
el abismo, o como que siente que está
cruzando en un bejuco largo en medio
de eso se mueve y como que se siente
cayendo, y logran llegar donde los
ángeles que viven en cielo.
Sokë yawiri wati, espíritu de árboles
(vive entre los árboles).
Juri wati, espíritus de murciélago.
Wekë ta’uu, tapir flaco.
Allí escondieron los sabios sus almas, o
se puede decir allá se fueron sus almas
cuando estaban cantando la canción de
yajé. El cuerpo se ve que está sentado
pero su espíritu anda donde los ángeles
y las voces que están cantando imitan lo
que dicen los ángeles en el cielo.
Los espíritus del agua (tsiaya aye) son:
Los espíritus de la selva (airo akowa’i
ëjao) son:
Okome- u’kwisikë, jefe de los que habitan
Sese ta’ñë, jefe de puercos selvático.
Mawa’jo, malos espíritus (hechizos).
Naso ta’ñë, jefe de monos.
Ma kë’yo (emu wati), espíritu de mono
colorado.
Yëtë wati, espíritu malo (mata gente).
Sa’sa joyo wati, espíritu subterráneo.
dentro del agua.
Na’i wati, espíritu que hace oscurecer.
Wa’i sa’same nomio, jefa de peces
(sirena).
Pai kee’ke (ti’uu), gusano convertido a
un niño.
Watea’ko (yai ëjao, ja’ko), jefe de los
jaguares (tigres).
EL MUNDO DEL YAJÉ*
Ma su’te ëjao (kooa koosokë), espíritu
Uno de los aspectos más relevantes de
la cultura siekopai gira en torno a la
especialización religiosa a través del
consumo de enteógenos. Quien recorría el
duro y largo camino que esta preparación
demandaba era considerado yajé ukukë
o iti paikë (bebedor de yajé). Quien no
concluía exitosamente su proceso de
aprendizaje y había cedido a la tentación
de hacer daño era considerado Dawé o
shamán maligno: los siekopai consideran
que quienes que no llegaron a graduarse
de iti paikë eran los malos shamanes que
mataban la gente con su brujería.
maligno, mentiroso.
Mie ma ka ta’ñë, jefe de oso hormiguero.
Ma oma ëjao, espíritu maligno (da fuerza
para matar).
Pai sëwi wati, espíritu malo (brujea).
Wii wati (Pai pi’te wati), espíritu malo
(roba el alma).
Saëpë wati, espíritu que apaga fogón y lo
hechiza.
Ñauro wati (ñu’kwa), espíritu de ranas.
* Colaboración Juan Carlos Franco.
82
El iti paikë lideraba espiritualmente
a un grupo de familias ampliadas
estrechamente ligadas por lazos de
SIEKOPAI
parentesco, curaba a los enfermos y
otorgaba el bienestar material a su
sociedad, pues gracias a sus rituales
de incursión a los mundos del cosmos
siekopai, pactaba con los jefes de los
animales para que los enviara a la tierra
para ser cazados. Lo mismo hacía con
Okomé, el jefe de los peces y animales
acuáticos.
La vocación para la especialización
religiosa viene, por lo general, por
tradición familiar y no se exceptúan
las mujeres. No obstante los duelos o
la tristeza pueden inducir a iniciarse
en este proceso. De cualquier manera,
quien quiera ser un iti paikë verdadero
debe superar distintas pruebas mientras
progresivamente consume los enteógenos,
entre estas se encuentran el mantener una
dieta estricta, abstenerse de dormir con
mujeres, no tener relaciones sexuales y,
fundamentalmente, resistir la tentación
de hacer daño. Quienes se inician en la
especialización religiosa no pueden comer
carne de hembras de los puercos del
monte, ají maduro ni pescados. Si se viola
alguna de estas reglas se considera que
las visiones se anularán o limitarán y no
se alcanzarán los poderes y conocimientos
del cosmos siekopai.
El consumo progresivo y cada vez más
especializado de enteógenos permitía
la entrada a los distintos espacios del
mundo cósmico siekopai. Se utilizaban
seis variedades de banisteriopsis (yajé);
siete de brugmansia-datura (pejí) y
cuatro de brunfelsia sp. Por lo general se
colocaban aditivos de otras plantas.10
“Al más avanzado se le decía ínti páike
repá (el shamán) que no hacía mal a otros,
no brujeaba. A éste se le consideraba un
hombre de honor.
Y al que hacía mal a otras personas se le
decía nomio Ko’ake (mujer malvada, lo
cual es una ofensa. (Cipolletti-Payaguaje,
2008: 94).
Tradicionalmente cada asentamiento
tenía entre dos y cuatro iti paikë,
de los cuales uno era el de mayor
jerarquía. Cuando una persona moría
por haber sufrido daño de algún dawé,
el iti páikë repá tomaba yajé y miraba
quién había sido el dawé que hizo el
daño. Inmediatamente comunicaba
a los familiares de la víctima quienes
preparaban la venganza y mataban al
malhechor.
El iti paikë puede convertirse en
huangana, danta y jaguar. En los dos
primeros casos su conversión se realiza en el
marco de rituales individuales o colectivos
destinados a llamar a estos animales para
que sean cazados. En el último caso, su
conversión en jaguar obedece a un estatus
avanzado de conocimiento shamánico,
no obstante debe abstenerse de hacer
daño, porque los jaguares le entregan
una enfermedad que hace morir a los
niños y adultos denominada weee dawë
o yaí dawë (enfermedad del jaguar). El
iti paikë puede convertirse en todos los
jaguares que habitan los distintos estratos
del cosmos siekopai y solicitar la ayuda de
estos para ir a devorar a los enemigos.
Antiguamente los siekopai tuvieron
muchas guerras y conflictos con los
Waorani. A fin de eliminarlos el iti paikë
bebía yajé y visualizaba en donde vivían y
cuántos eran. Al día siguiente contactaba
con los jaguares del cielo y de la tierra
y juntos se dirigían a devorar a los
enemigos. El iti paikë llamaba también
al sokë yawirí watí, espíritu aliado que
quitaba y escondía las lanzas de los
waorani en lugares desconocidos para
ellos, de esta forma no podían lancear a
los jaguares cuando estos les atacaban.
10 Payaguaje y Cipolletti que entregan esta información consideran que estas diecisiete plantas distintas se reducen a
cuatro o cinco según la clasificación botánica occidental. (2008: 45)
83
SIEKOPAI
SUBSISTENCIA
CACERÍA
Hay un camino especial por el que
suben los puercos, es el camino que
va directo al interior de la tierra. Los
puercos suben y cuando están en la superficie de la tierra se ponen a comer
plantas, y luego andan por un sendero.
De esta forma se ve en las visiones. Es
un solo camino, por el mismo camino
suben todos los animales. Las guatusas
y los venados viven en las partes más
cercanas del camino, por eso salen más
rápido…11
La cacería es fundamental en la vida siekopai, es la actividad central para la provisión de proteínas. El aprendizaje de las
técnicas y la construcción de las herramientas se transmiten de generación en
generación.
El iti paikë o bebedor de yajé cumplía
un rol fundamental para la cacería: el consumo del yajé y las visiones obtenidas le
permitían incursionar en otras regiones
del cosmos siekopai a fin de negociar con
los jefes de los animales y lograr que estos
los enviaran a la tierra para ser cazados.
Algunos jefes de animales ëjáë vivían en el
inframundo del cosmos siekopai, en donde la sucesión del día y la noche es inversa.
El dueño de las huanganas es Sese tañë,
mientras que el de las dantas se llama
Wekë ëjao. Ellos abrían las puertas luego de acordar con el iti paikë para que los
animales salgan a la tierra.
En rituales individuales o colectivos
acompañados de cantos y conversaciones
específicas en el lenguaje de los jefes de
los animales que solo el Iti paikë conoce, él llama a las huanganas. En el ritual,
además, se convierte en una de ellas.
Cuando uno toma yajé y quiere llamar
a las huanganas, gira la cabeza para
mirar y ya ve que están viniendo. Uno
toma yajé y coge una taza, y así anda
por la casa cantando. Cuando uno canta solo responden los que saben cómo
hacerlo. El que sabe más canta, y la
demás gente solo repite. (…) cuando
ya amanece, se deja de cantar y se empieza a hablar. Ahí uno está llamando a
las huanganas. El resto de la gente está
acostada en las hamacas. Y por debajo de una mesita de pambil, donde se
pone el yajé, por ahí abajo anda un
puerquito pequeño. La gente que está
allí lo ve con los ojos, no en visión. Lo
ven andar, y él imita a una huangana
pequeña. El kuraka que está llamando
a los puercos, habla de todos los animales que van a venir del monte, de lo que
los presentes van a comer. Y el kuraka
se convierte en un puerco, sus dientes
se convierten en dientes de huangana.
Y hace el mismo ruido de la huangana
cuando está comiendo frutos…
Una vez terminado el ritual el iti paikë
ya sabe por donde van a llegar las
huanganas y da instrucciones a la gente para cazarlas, indicando los caminos
por donde llegarán y la forma como de-
ben cazarlas (sic). Las huanganas del
inframundo siekopai son diferentes a
las de la tierra, tienen la cabeza grande
y la parte de la nariz larga. Se llaman
Tëyerë sesé y vienen del Okó tupë, lugar del inframundo donde hay agua
(Payaguaje y Cipolletti, 2008: 142).
Las huanganas llegan en manadas, la primera manada es de puercos pequeños y
hay que dejarla pasar. En la segunda vienen los jefes de estas manadas, a estos
hay que cazarlos porque son más grandes. Inmediatamente vienen puercos medianos a los que también se cazan (Ibid:
82-83).
El iti baikë baike podía obtener una
caña guadúa especial del cosmos superior
o cielo. Sucedió así con el padre de Fernando Payaguaje, prestigioso iti baikë: “a
la guadúa la usábamos para lancear a las
huanganas. Cuando lanceaba la puntería
no fallaba, porque las cañas
no eran de aquí
eran del cielo,
de la gente del
cielo, los umejatsiaya pái, tienen sembradas
esas cañas: una
es medio verde,
la otra media
amarilla…” (Payaguaje y Cipolletti, 2008:
101).
Los
siekopai
tienen técnicas
e instrumentos
de cacería.
Lanza. Se elaboraba con madera de
chonta, pambil o con la madera de
un árbol que en paikoka se denomina
kokawasi. La punta era de caña guadúa,
seca y ahumada. Para que se endureciese,
se la amarraba con una piola de chambira
y se le añadía cera de abeja para que se
pegara bien. Era extremadamente filuda
y podía traspasar a los animales. Con la
lanza se cazaban animales grandes como
danta, sajino, huangana, pecarí y jaguar.
Jëowë (cerbatana). Fabricada con
kokawasi. Este árbol se partía por la mitad y se lijaba con arena. Por el centro se
labraba una ranura de punta a punta, luego se lijaba con una hoja especial hecha
con la piel de raya seca y después se frotaba con otra lija más fina. Así, durante tres
veces para que quedara bien brillante, sin
obstrucción. Por fuera la cepillaban con
un cuchillo hasta que se consiguiera el
modelo deseado. Luego las vendaban con
jëotëaka (tira de bejuco). Por último se
embadurnaba con brea de un árbol llamado en paikoka wasoka, mezclado con
brea de abejas.
La preparación del veneno tsima o
curare para
las flechas de
la bodoquera
se hacía con el
bejuco de mismo nombre y
otras plantas
más (bejucos
toto
wemo,
naso tsima, y
ñasesa´ra). Se
cocinaba un
buen tiempo
hasta que quedara espeso, bien negro. El
veneno se untaba en las puntitas de los
dardos y quedaban disponibles para flechar a todo tipo de animales. Con el veneno tsima se mataban sajinos, monos,
11 Relato de Fernando Payaguaje sobre los animales que suben del inframundo a la tierra luego de que el bebedor de
yajé ha negociado con sus jefes.
84
85
SABERES ANCESTRALES
pavas, paujiles, tucanes y todo tipo de
aves y animales que vivieran encima de
los árboles.
Los arpones se elaboraban con pambil,
palma llamada en paikoka de´re. Con
posterioridad se construían con clavos.
Trampas. Se hacían con palos y troncos de pambil para aplastar al animal y
se colocaban en los caminos por donde
estos pasaban. Las trampas para atrapar
guanta, armadillo, guatusa, se hacían de
la siguiente manera: ambos lados de la
trampa se cerraban y dejaban un hueco por donde el animal debía pasar. Por
arriba, a unos cuarenta centímetros, se
colocaba verticalmente un palito atravesado y sobre este, varios troncos de palos
pesados. Al introducirse el animal, pisaba el palito, los troncos se venían contra
él y quedaba atrapado.
Miupa. Significa barrera de espinas y
era una trampa que se utilizaba para cazar aves: perdices, pavas, trompeteros,
palomas, panguanas, entre otras. Se colocaba en lugares estrechos de los esteros, con una pared de hojas que tapaba
todo el tramo y dejando un hueco para
que los animales pasaran por ahí. En
este hueco se colocaban palitos flexibles,
cuya punta estaba amarrada con piola de
chambira. Cuando el ave pisaba el palito,
este se alzaba y el ave quedaba amarrada
a la piola.
El cazador en la selva se orienta a través
del sol, mirando siempre los cuatro puntos cardinales. También, por las quebradas y los árboles cuando está nublado.
Las mujeres salen muy poco de cacería.
Existen diferentes modalidades para cazar animales. Por ejemplo, para matar
la danta se siguen sus pisadas, en el más
absoluto silencio. Se sabe de su cercanía
porque la danta siempre defeca en un es-
86
SIEKOPAI
tero al acostarse; esa es la señal que hay
que seguir atentamente, mirando a todos
los lados para ver si está acostada. Las
pisadas se deben seguir cuando la tierra
se encuentra suave con la lluvia del día
anterior, para no confundirlas con las
de otro animal. Además, se dispone de
perros cazadores que cuando ladran, la
danta huye por el estero, se queda ahí escondida, el cazador se acerca y le tira la
lanza a las costillas. Para cazar sajino o
guangana se actúa de la misma manera.
El jaguar solo se mataba cuando quería
vengarse de la gente y atacaba o comía a
alguien o mataba a alguno de los perros
cazadores.
cazan guantas, armadillos y jaguares, de
estos últimos solo se aprovecha la piel.
La imitación de los diferentes sonidos
de los animales como guatusos, monos,
panguana (perdiz pequeño) y trompetero, para que se acercaran más, es otra
técnica de caza. El guatuso se imita a su
manera, así se acerca más sobre todo en
la época de criar. La danta se imita con
el chiflido, porque estos animales saben
chiflar y pueden contestar hasta a una
distancia de 50 m.
PESCA
El mes para cazar monos es mayo porque sus cuerpos tienen bastante grasa y
son robustos. Para los saínos, guanganas
y pavas es preferible agosto. Por lo general la cacería se hace a nivel individual,
pero si se ve una manada de guanganas,
se caza en grupo.
A partir de los diez años los niños
acompañan a los padres siempre y cuando estos lo crean oportuno. El tiempo de
dedicación a la caza depende de las necesidades de las unidades familiares, pudiendo ser una vez a la semana. Si se consigue una presa grande se sale después de
dos semanas. La distancia del recorrido
de un cazador es de diez kilómetros. El
cazador siempre lleva consigo una tonguita con chucula y fariña. En la noche se
En la cacería también importan los
sueños, aquellos que ocurrían el día anterior a la jornada de caza, predecían el
éxito o fracaso de la misma. Eran sueños
de revelación. Si se soñaba a una persona
cortando plátano maduro se auguraba la
cacería exitosa de una danta gorda; si un
grupo de militares aparecía en los sueños, era símbolo de que se encontrarían
una manada de huanganas; si una persona lanzaba en sueños tiestos rotos al cazador era la advertencía de que un jaguar
atacaría al cazador y lo devoraría.
Antes solo existían canoas pequeñas
(quillas) con remos que medían de 6 a 10
metros de largo por 40 a 60 cm de ancho.
Se construían casi exclusivamente con
mëa yowë (madera de cedro), debido a
su durabilidad y dureza, aunque también
se utilizaban el palo amarillo y el chun
chuncho, pero las embarcaciones eran menos
resistentes. Para la construcción de canoas había que tumbar el árbol, medir el
tronco de acuerdo a lo que querían construir, partirlo por la mitad, hacer el plano
y dibujarlo de acuerdo a las necesidades
del que quería utilizarlo. Para el plano, se
solía hacer un boceto con palos de ungurahua. Después se sacaban los palos y se
labraba el fondo con una profundidad de
unos 30 cm, aproximadamente. Cuando
terminaban por dentro empezaban por
fuera. Se trabajaba con un hacha, luego
con azuela hasta que quedaba de una pulgada de grosor. La construcción duraba
una semana y media. Para el acabado
quemaban el hueco con hojas secas.
La canoa se utilizaba para pescar,
como medio de transporte, para llevar
carga y al salir de cacería. Las especies
que más se pescaban en los ríos eran las
sardinas (pee’suwa’i), zábalos, zabaletes,
palometas, pirañas y pescado ratón. En
las lagunas se pescaban guanchiches, viejas, mojarras, ku´ji y pëa. Los pescados
preferidos eran los zabaletes ñakose´re,
el pescado ratón putiya, y las mojarras
viejas wani. Las especies con las que más
cuidado se tenía eran los ku’ji, porque si
el anzuelo fallaba y el pez regresaba al
agua, se iba más abajo del lugar de pes
pesca y avisaba a los miembros de su especie
sobre la presencia de personas río arriba.
Todo lo que se pescaba se comía
y solo había limitaciones para las
mujeres embarazadas o menstruantes o para quienes se habían iniciado en la especialización religiosa para convertirse en iti paikë.
Según
Joaquina
Payaguaje,
los anzuel o s
s e
elaboraban con la columna vertebral del
armadillo. Se afilaban los huesos y se les
daba la forma de anzuelos. La cuerda se
hacía con la hoja de chambira y para la
caña se solía cortar un tipo de arbolito especial, conocido en paikoka como
se´keyo. Antes, no existían las redes
ni nailon, se usaban piolas hechas con
chambira këome.
Para atrapar lagartos, como lo cuenta Basilio Payaguaje, se empleaba una
trampa que consistía en dos palos pareci-
87
SABERES ANCESTRALES
dos al pambil de´re, pero más pequeños.
Se amarraban con piolas en forma de
cruz y se les colocaba la carnada. Cuando
el lagarto acudía a comer la carnada, esta
se le trababa en la garganta. El animal
quedaba herido y los pescadores podían
matarlo.
En los ríos pequeños, durante todo el
año, en invierno como en verano, aunque
lloviera, se utilizaba la técnica del barbasco para pescar. En verano, se barbasqueaba en grupo, con unas cinco o seis
familias, en ríos mayores o esteros.
La pesca obtenida se repartía equitativamente. Quien había pescado más piezas,
le regalaba a quien había conseguido menos. El barbasco, eo en paikoka, se sigue
preparando con un bejuco de aproximadamente un metro que se busca selva
adentro. Primero, se golpea el bejuco con
un palo hasta suavizarlo y suelta una savia lechosa, blanca y venenosa. A la media hora, los peces enloquecen o mueren
y se aprovecha para cogerlos. Debido al
veneno, mientras se realizaba la captura,
los siekopai tienen una sensación de frío
en la boca. En la parte baja de la corriente
se suele situar una barrera con palos para
que los peces no escapen y detrás de ella,
una superficie plana para que los peces
que salten la barrera caigan encima.
Más tarde, se limpia bien los pescados
para eliminar todos los restos de barbasco y poder comerlos.
Para pescar con anzuelo se solía recurrir a las larvas de avispas y abejas, a
los mayones, a una especie de hormigas
que habitan dentro de los árboles que los
siekopai llaman kasero, a los gusanos que
habitan dentro de las pepas de conambo
pa´pa´ ji´kó, y a las lombrices.
Para atrapar las pirañas y bagres se
88
utilizaban cebos de carne o de peces.
Según Basilio Payaguaje, cuando se
salía de pesca, los que estaban en la casa
no debían bañarse porque los peces los
escuchaban, y no hacían caso a los cebos,
los cuales se esparcían por el río durante un largo tiempo, y cuando los peces
se amontonaban a comerlos, se lanzaba el anzuelo. La pesca era abundante,
en una sola jornada se podían pescar de
60 a 100 peces. En las noches se pescaba
cerca de la casa guanchiches y bagres (en
paikoka, orajo) ambos, peces nocturnos.
Para alumbrar se utilizaba una antorcha
elaborada con una especie de brea.
Las épocas de mayor abundancia eran
enero y febrero porque los peces suben
SIEKOPAI
y no volver a ayudar a los siekopai en la
pesca.
Aquello que se soñaba, la noche anterior a salir de pesca tienen suma importancia. Así, si se sueña cosechando maíz,
se debe ir en busca del putiya ratón. Los
augurios se interpretaban del mismo
modo: el pájaro que se llama surio o sujio
en paikoka cuando caminaba por la selva
decía: surio, surio, surio. Si lo decía varias veces significaba que sí era posible
la pesca, si lo decía una sola vez, no iba
a haber pesca. Este pájaro también daba
anuncios para la cacería.
ALIMENTACIÓN
Los siekopai mantienen una alimentación
equilibrada mediante el consumo de varios productos que provienen de la cacería, pesca, recolección y horticultura.
Los bebés lactan hasta los dos años.
A partir de los tres, pueden comer carne
ahumada pedaceada. Cuando los hombres salían de cacería no ingerían alimentos por la mañana, solo tomaban yoko
(paulinia yoko).
desde el Okotupë (Amazonas), se distribuyen en los afluentes e incluso llegan a
las cabeceras fluviales.
Para salir de pesca los iti paikë solían
beber yajé. En la visión le pedían al dueño de los peces, Okome, que les indicara
qué debían comer todo tipo de cebos. Al
día siguiente el río amanecía lleno de peces que comían toda clase de cebos y no
tenían miedo a los pescadores. Cuando
Okome visitaba al iti paikë en la visión,
las personas no debían caminar ni burlarse de él, porque podía regresar al río
Cuando regresaban con la presa por la
tarde, las mujeres preparaban la carne
mezclándola con zumo de yuca y la servían con casabe. Luego tomaban un tazón
de wea kono (chicha de maíz) o de katë
kono (chicha de caña). También mezclaban el maduro cocinado con el morete ya
preparado (solo la pulpa), la bebida se
denomina kë’ne kono. Las mujeres comían lo mismo pero en diferentes platos.
Lo mismo se hacía con el pescado.
Cuando no iban de cacería comían entre
las 8 o 9 de la mañana luego de haber
tomado yoko por la madrugada y haber
ido al trabajo, para ello invitaban a las fa-
milias del lugar. Luego a las 5 de la tarde
volvían a comer y a las 7 de la noche ya
se acostaban a dormir en las hamacas. Se
levantaban a partir de las 3 de la mañana
a tomar yoko y a torcer la chambira.
Son varias clases de pescados que
los siekopai comen: mawaso (zábalo),
Ñakose’re (zabaleta), Pakú (palometa),
Ku’ji, Waní, ka’iya (sardina), suara (bocachico). También, ciertas aves: ta’mu
pava colorada), uje (pava negra), kë’jepë
(paujil), yoto (perdiz), aka (perdiz pequeña), totojëo (perdiz pequeña), ñase (tucán), maa (guacamayo), përiri. Y algunos
animales: sese (huangana), ya’wë (sajino), weke (danta), seme (guanta), wëë
(guatusa), jamu (armadillo).
La carne de armadillo era prohibida
para las mujeres embarazadas porque endurece la placenta. Hasta los seis meses
de embarazo, no podían comer carne de
mono o lagarto ni peces capturados con
anzuelo. También se les prohibía comer
carne de tortuga al igual que a las adolescentes después de su primera menstruación. Nadie podía comer venado por una
cuestión mítica (tabú).
Cuando se mataba una presa grande
como el tapir, la preparaban e invitaban
a comer a todos los familiares que residían en la misma casa. Se tendían hojas
de plátano en el suelo y se servía en un
plato de arcilla para los hombres y otro
para las mujeres. La carne se acompañaba con casabe. Quien servía era la esposa
del cazador.
Para conservar la carne y los pescados
se los ahumaba, guardaba en un canasto y
colocaba en una parrilla encima del fogón.
Después de comer tomaban kono (chicha). cuando no tenían carne solo se bebía wea kono (chicha de maíz), katë kono
(chicha de caña) y naka kono (chucula).
89
SABERES ANCESTRALES
Para cocinar usaban combustible de
leña proveniente de árboles específicos:
yaka, kokawai, soko, suni, utuao, orá
(pambil) porque otros no prendían bien
el fogón.
Los antepasados utilizaban sal cuando la obtenían de otros lugares de la
Amazonía (en el río Huallaga, por ejemplo) a trueque, para lo cual organizaban
grandes expediciones. Usaban nea pia
(ají preparado) como condimento.
Los siekopai tienen algunas chichas:
Naka kono.
Ëne kono.
Wea kono.
Wajë kono.
Kë´ne kono.
Wea wajë kono.
Katë kono.
Koosa kono.
Ne’é kono.
Katë kono.
A’so kono.
Noka Sëyë.
Poore.
Poore kono.
Chucula. Jugo de plátano maduro mezclado con agua.
Chicha de chonta.
Chicha de maíz.
Chicha de jora con maíz tierno.
Chicha de maduro.
Chicha con maíz y maduro.
Chicha de caña.
Chicha de ungurahua con maduro.
Chicha de morete con maduro.
Chicha de caña y maíz con camote.
Chicha de yuca.
Plátano ahumado.
Cultivo de hongos en plátano (para chicha de plátano de
verde).
Chicha preparada con hongos y mezclada con yuca
asada. Se la deja reposar tres días antes de servir.
Algunas recetas de la culinaria siekopai:
U’kuisira’ka. Caldo de pescado condimentado con el fruto del U’kuisi (Ranealmia Alpinia).
Pia ra’ka. Zumo de yuca condimentado
con pepas de ají de monte que se mezclaba con carne de monte o con pescado.
Noka juru. Se elaboraba con verde rayado mezclado con agua y se revolvía. Luego se ponía en la olla en donde se preparaba la carne de monte, por lo general
carne de mono. Si se hacía noka juru con
carne de guatusa o monos pequeños se
colocaba Nea pia.
12 Bebida fuerte que se tomaba en las fiestas.
90
Wea juru. Se elaboraba con maíz almacenado. Los granos se molían en el
to’oka’wa. Se colocaba en la olla en donde
se preparaba el pescado y se revolvía por
cinco minutos. Antes, en la olla se habían
colocado pepas de ají.
Kaaturi. Se elabora con maíz enconado,
casi dañado, que se seca y se muele en la
to’oka’wa. Se elabora zumo de yuca fermentado por un día. Estos productos se
colocan en la olla donde se cocina el pescado y se remueve por diez minutos.
Nea pia. Ají negro que sale de la yuca: se
pela la yuca y luego se raya con las espinas del tallo de la palma Ñëko saiwe; se
la exprime con sënoriya; el jugo que sale
se deja reposar para que se asienten los
almidones; el zumo sin almidones se vacía en otra olla y se lo deja reposar un día
para que fermente; se coloca el líquido en
una olla y se lo cocina varias veces hasta
obtener una pasta negra que se denomina nea pia.
Nea piara´ka. Caldo de pescado con ají
negro. Se cocina el pescado y luego se coloca pasta de ají negro.
A’so da’ka. Caldo de pescado o carne elaborado con zumo de yuca.
Yakë. Caldo de carne de armadillo elaborado con hojas rayadas de yuca tierna y
ají de monte. El armadillo se destripa, se
corta la cabeza, se lo descuartiza y se cortan distintos pedazos.
A’so juru da’ka. Caldo de pescado elaborado con almidón de yuca.
Poo’jo ja’o. Hojas de la planta poo’jo que
se usaban en la preparación de caldos de
pescado.
SIEKOPAI
Ëne payo. Aceite de chonta que se elabora así: se coge el fruto de chonta; se lo
cocina en agua; se extrae el aceite, el cual
se vuelve a cocinar hasta que quede solo
líquido; se guarda el aceite en una olla
y se lo usa en caldos de pescado o carne
ahumada.
Poo ao. Casabe de yuca. Se pelan las yucas y se las coloca en la to’owë (batea);
se rayan con un rayador elaborado con
metal (antes se lo hacía con tallos de
Ñëkokwa’a); se exprimen los pedazos con
la mano y el líquido (a’sora’ka) se deposita en una olla, cuando se lo deja reposar
se decanta el almidón (jo’jo); los pedazos
del bagazo rayado13 se ponen en la sënoriya (exprimidora); el bagazo de yuca se
vuelve a colocar en la to’owe (batea) y
luego, en un cernidor (ji’jeo o ji’jepë); la
harina que se obtiene primero se coloca
en mates, luego en el tiesto (sokotë’ki)
que se encuentra en el fuego y que previamente se calienta por más de media hora.
La harina se compacta con los mates,
para que la capa de casabe salga delgada.
Los filos de la torta para que salgan redondos y uniformes se los pasa con tieperupë, utensilio que sirve también para
dar la vuelta a la torta.
Se esperan tres minutos y se saca la torta del fuego; se lleva nuevamente la torta
a la batea (to’owë) y se embadurna (kërësiko) un lado con almidón de yuca (jo’jo).
El casabe está listo para comer porque
está blandito. También se lo pasa al sol
embadurnado para que se seque. Si no
hace sol se seca en los tiestos dándoles
vueltas.
El casabe acompaña todo tipo de platos de pescado o carne. Su preparación
es tradicional de las mujeres. Se cree que
los hombres no deben intervenir porque
no iban a ser buenos cazadores.
Jo’jo ao. Elaborado con restos de almidón, con el mismo procedimiento usado
para hacer casabe.
Wea ao. Casabe de maíz. Se desgranan
las mazorcas; se llevan los granos a la
to’okawa (batea para moler); los granos
molidos se mezclan con yuca rayada y exprimida a mano; se cierne y se pasan a
los tiestos para colocarlos al fuego. Este
casabe no se recubre con almidón y antiguamente era el que más se consumía.
Wajë ao. Casabe especial de maíz.
Rëjë ao. Casabe especial de fariña. La
yuca pelada se la pone en un recipiente
de agua y cuando está blanda se saca a la
to’owë (batea), se la exprime, cierne y se
pasa al tiesto pero no se la recubre con
almidón. El sabor es diferente.
Fariña. Granola de yuca elaborada con
yuca pelada en un recipiente con agua;
cuando está blanda se saca a la to’owë
(batea), se la exprime y cierne. Este producto se coloca en una olla seca previamente calentada en el fuego. Con una cuchara de palo grande se remueve durante
varias horas evitando que se queme. Aparecen granulados pequeños que una vez
enfriados están listos para consumir. Se
comía directamente o se disolvía en agua
para tomar como fresco.
Përi. Torta de maíz. Se aplasta el plátano
maduro dejando una masa; se cierne el
maíz molido y se lo mezcla con la masa
que luego se coloca en la hoja de plátano saparo, sirinokwa o seranokwaja’o;
se tapa con otra hoja igual y se coloca al
fuego en el tiesto del casabe, volteándola
durante diez minutos.
Akupia. Tamal de plátano maduro y maíz.
13 Con este líquido se hacía nea pia.
91
SABERES ANCESTRALES
Para elaborarlo: se aplasta el plátano maduro hasta conseguir una masa; se cierne
el maíz molido y se lo mezcla con la masa
que luego se envuelve en hojas especiales
y se la cocina en una olla de agua durante
veinte minutos.
Akuya’yu. Máchica de maíz. Se desgranan
las mazorcas; los granos se remueven en
un tiesto calentado hasta que se asen; se
muelen los granos y se ciernen varias veces. El producto puede combinarse con
maduro asado o azúcar, o disolverse en
agua.
Aojaro. Fariña o granula de yuca.
Tsiaya wa’i kwaisu’u. Maito de pescado
con ají. En una hoja se colocan sardinas,
ají de monte, sal y se hornea, , dando
vueltas, a un lado del fuego.
Jojo kwaisu’u. Maito de sapo. Se coloca
en una hoja el sapo denominado yai jojo
pelado, con pepas de ají y sal. Se hornea
a un lado del fuego, dándole vueltas.
Kwai u’kwisi. Se recolecta el u’kwisi.
Se hace una masa con la pulpa, luego se
golpea con un mazo para sacar las semillas, se envuelve en las hojas de la misma planta. Se coloca en un tiesto viejo y
se hornea dándole vueltas.
BOTçN ICAÊ
MEDICINAL
Los siekopai identifican distintas formaciones vegetales en función de la observación
directa de especies indicadoras (Yépez et.
al., 2005):
Dayahuë, bosque inundable.
Watí Nuni, nuni que espanta watí y cura
mal aire y vientos.
Poocodayahuë, bosque inundable por
aguas blancas.
Yainuni, nuni de jaguar, para que las
mujeres no tengan más hijos.
Sehuayejá, término para determinar la
formación vegetal de terrenos planos.
Sainuni, nuni sagrado.
Tëtësehuayeja, formación vegetal localizada
en terrenos planos ligeramente elevados,
escasa y estacionalmente inundado por ríos
de aguas blancas.
Ukununi, nuni para beber, para la pereza
o la anemia.
Yi’yonuni, para la anemia y para regular la
dieta.
Tsioyeja, formación de suelos ricos en
nutrientes ubicada a las orillas de grandes
ríos de aguas blancas y correspondiente a
las huertas.
Añanuni, para picaduras de culebra.
Neaocodayahuë, bosque inundable por
aguas negras.
U´ku pëa aire’o sokë maja’i ja’o, para dolor
de muelas.
Tsiaya Dayahuë, zona inundable por los
ríos de aguas negras.
Raíz de guaba y raíz de algodón, para
cólicos menstruales.
Jaira Dayahuë, ecosistema lacustre.
Ñatakërë, para el mal aire.
Tsiayá huahua joro, vegetación flotante de
ecosistemas acuáticos.
Raíces de imi pu’e, para prevenir y proteger
las caries.
Ne’e capë dayahuë, bosques que crecen
en suelos inundados por mal drenaje,
equivalente al moretal.
Noemoa, para las cataratas.
Onocapo, mancha de vegetación a orillas
de una laguna de aguas negras.
Añawo’ko, para curar hongos de la piel.
Aicuti yeja, bosques con topografía
irregular con presencia de colinas y partes
bien drenadas.
92
Algunas especies medicinales y sus usos
son:
Kajopëa sokë së’iye, para la fiebre, dolor
del cuerpo y de cabeza.
Añayo’ki, para la picadura de culebras.
Jai ja’o kajo, para el dolor de rodillas.
Ju’ju, para el aborto.
93
SIEKOPAI
ALFARERêA
Kwako’tëoñe el término para designar las actividades relacionadas con la elaboración de objetos
cerámicos, una labor exclusiva de las mujeres. Su origen es mitológico. Con el barro se hacían ollas de
diferentes modelos y diferentes usos que pueden ser: cocer carne, preparar chicha, guardar chicha y
cargar agua. También se elaboraban platos y tazas decoradas con diferentes figuras de animales. El barro
se consigue en determinados esteros y quebradas y es de color plomizo. Kwa’ko es el término general
para designar a las ollas de cerámica.
Jai kwa´ko. Olla grande de cerámica
para cocinar alimentos, elaborar y
almacenar chicha de maíz o de caña.
Tiene 60 cm de altura con una boca
de 45 cm de diámetro, aproximadamente. Elaboración: Se ubica y selecciona el barro en las orillas de los
esteros o ríos. Se extrae la corteza del
ya’so, se la coloca al fuego y se recoge
la ceniza y se la cierne. Este producto
se mezcla con el barro. Se elaboran
rollos largos (8 cm de diámetro). Se
coloca el rollo en una tabla y moldea
dándole vueltas hacia arriba en forma circular de acuerdo a la forma del
objeto. Se pule la olla con wa’we toto
(árbol wa’we) (jacaranda copaia). Se
deja secar un mes y se vuelve a pulir.
Se pasa una piedra lisa. Se pinta con
barro de color amarillento (anaka).
Se coloca al fuego.
94
Ëkopë. Copa para servir yajé usada
exclusivamente en los rituales de
toma del enteógeno. Su dimensión
es 10 cm de alto y 20 cm de diámetro. Para su elaboración se siguen
los tres primeros pasos que se dan
para fabricar las ollas y luego: se
elaboran rollos largos de 5 cm de
diámetro. Se coloca el rollo en una
tabla y se le moldea dándole vueltas
hacia arriba en forma circular de
acuerdo a la forma de el objeto. Se
pule con árbol wa’we y para perfeccionar la boca, se pasa una hoja de
maíz. Se deja secar una semana y se
vuelve a pulir. Se deja un mes para
que se desprenda toda el agua. Se
pasa una piedra lisa. Se pinta con
barro amarillento y blanco. Se lleva
al fuego.
Soko të’ki. Tiesto para hornear casabe, de 80 a 100 m de diámetro, y grosor de 2 cm. Elaboración: se siguen
los tres primeros pasos que en la fabricación de las ollas. Luego: se hace
un molde redondo con la corteza del
árbol yëwi. Se rellena con tierra para
dar forma y se cubre con hojas de
plátano. Se elaboran rollos largos de
10 cm de diámetro. Se coloca el rollo
en un molde y se voltea hacia los costados en forma circular de acuerdo a
la forma del objeto.Se pule con árbol
wa’we y, para perfeccionar en los
bordes, se pasa una hoja de maíz. Se
deja secar dos semanas y se vuelve a
pulir. Se deja secar un mes y medio
para que desprenda toda el agua. Se
pasa una piedra lisa kaa’tapë. Se coloca al fuego.
Yurupë. Olla de cerámica para recoger y conservar el agua de uso
doméstico. Tiene 35 cm de alto, 38
cm de diámetro y una boca de 10
cm de diámetro. Elaboración: se
siguen los seis primeros pasos dados para la jai kwa´ko. Luego: se
deja secar una semana y se vuelve
a pulir. Se deja secar un mes para
que se desprenda toda el agua. Se
pasa una piedra lisa, se pinta de
amarillo y blanco y se coloca al
fuego.
Seopë. Objeto de cerámica utilizado para servir wea kono (chicha de maíz), katë kono (chicha
de caña), ne’é koono (chicha de
morete) y yoko (Paullinia Yoko).
Sus dimensiones aproximadas
son 10 cm de alto y 20 cm de diámetro. Su elaboración es similar
a la seguida en la jai kwa´ko, sólo
que esta se pinta con barro amarillento (anaka) y kënapoo de color blanco.
Tsiaya wa’i kua’ko. Olla para
cocer pescado. Sus dimensiones aproximadas son: 20 cm
de alto por 28 cm de diámetro. Su elaboración tiene una
sola diferencia en la seguida
para fabricar yurupë: luego de
moldearla, se pule la olla con
wa’we toto (árbol wa’we) y para
perfeccionar la boca, se pasa
una hoja de maíz.
Nea piia kwa’ko. Olla de cerámica mediana para cocinar carne,
pescado y preparar nea pia (ají
negro) . Mide de 25 a 30 cm de
altura y 35 cm de diámetro. Elaboración: Se siguen los seis primeros pasos que se dan para la
jai kwa´ko. Luego: se perfecciona
la boca con una hoja de maíz. Se
seca por una semana y moldea
otra vez hasta que adquiera una
forma perfecta. Se deja secar un
mes y se vuelve a pulir. Se pasa
una piedra lisa, se pinta y se coloca al fuego.
Toa Sa’a. Conjunto de tres piezas de cerámica que sirven de
soporte para colocar las ollas
en el fuego. Sus dimensiones
pueden variar entre los 8 y 15
cm de altura. En su elaboración se siguen los mismos pasos que en la jai kwa´ko.
Soto re’wa. Plato de cerámica utilizado para servir sopas, caldos de
pescado o de carne. Su dimensión
aproximada es de 35 a 40 cm de diámetro. La elaboración es igual a la
seguida en la jai kwa´ko solo que, en
este caso, se elaboran rollos largos de
6 cm de diámetro aproximadamente
y se pintan de amarillo y blanco.
95
SIEKOPAI
CESTERêA
Diferentes especies de bejucos además de la fibra de chambira se utilizan en la elaboración
de cestos, escobas, y cernidores. Todos los abanicos o aventadores (jaëpa) siguen el
mismo proceso de elaboración (menos el kajaëpa): se extrae la base de chambira, se
parte por la mitad, se quitan las pelusas, se teje. Lo que varía en los aventadores es su
tamaño. El nombre lo reciben por su forma.
El tijaëpa y el mëkaturuo sirven para avivar el fogón, el primero es de 20 cm de
ancho y 25 cm de largo, y el segundo, 18 cm de ancho y 24 cm de largo. El jaëparepa
(abanico) y yuasa´a. avivan el fogón o refrescan del excesivo calor. Tienen 21 cm de
ancho y 25 cm de largo, y 20 cm de ancho y 25 cm de largo respectivamente. El kajaëpa
sirve para aventar el fogón y se elabora con las plumas del ala de la pava de monte,
el paujil, el mondete, entre otros. Su tamaño es 18 cm de ancho y 25 cm de largo. Se
elabora así: se extraen plumas del ala de las aves mencionadas. Se quitan las pelusas de
las plumas. Se extrae ya’i. Se quita la cáscara de ya’i. Se lo parte en cuatro partes. Se teje
con ya’i.
Hay diferentes canastos. Los do´ro se
elaboran con ya’i (un tipo de lianas). Se
cuelgan en la espalda y se sujetan en la
frente con una tira de la corteza de jati.
Këwiro´ro. Canastos de diferentes
tamaños que pueden alcanzar los 80 cm
de alto por 70 u 80 de diámetro. Se usan
para cargar yuca, plátano, chonta, leña
y carne de cacería ahumada. Su proceso
de elaboración es: se extraen bejucos
denominados ñama ya’i.Se saca la cáscara
del bejuco. Se miden y cortan los bejucos
de acuerdo al tamaño del canasto. Se
divide en tres partes el bejuco. Se quitan
las pelusas. Se tejen los bejucos dando
forma al canasto.
Sai ro’ro. Canasto con tejido diferente,
su tamaño es de 75 cm de alto por 1 m
de diámetro aproximadamente. Se usan
para cargar leña, yuca y plátano. En su
elaboración se siguen los mismos pasos
que en el canasto anterior pero, al final,
en el filo de la boca del canasto se amarra
circularmente un bejuco más grande que
los utilizados en la elaboración del cesto.
96
Tsëro´rowë (mëkaro´rowë). Canasto
con tejida más tupida, su tamaño puede
alcanzar 40 cm de alto, con un diámetro
de 60 a 70 cm de diámetro. Se usa para
cargar yuca y plátano. En su elaboración
se siguen los mismo pasos que en los
këwiro´ro.
En la fabricación de cada tipo de cernidor
(ji’je) se siguen los mismos pasos, lo que
cambia es la forma del tejido y de ahí el
nombre que reciben. Todos tienen lados
de entre 40 y 50 cm y son cuadrados. El
primer paso es extraer el tallo de wëwë
(planta parecida al bambú). Se corta 40
o 50 cm de largo. Se quita la corteza y se
hacen tiras pequeñas. Se extrae la bulba
dejando la fibra resistente. Se inicia el
proceso de tejido. En los bordes se coloca
una tira de wi y se amarra con una piola
de chambira.
Koripë y Aipë . Se usa para cernir
almidones de yuca y maíz molido.
Jëjë saapë, wea aao ji’jepë. Se usa para
cernir harina de maíz mezclada.
Tsakwipë, tsiaro ji’jeo. Es utilizado para
colar chicha de chonta, de maíz, maduro
cocinado, ungurahua, morete y yuca. Su
tejido es más tupido que los otros.
Ji’tu ëtapë y se’kepë. Se usan para cernir
almidón de yuca y maíz molido.
La ñukuayua sëo es la escoba elaborada a
base de chambira con forma de abanico.
Es utilizada para barrer el interior de
la vivienda y el patio. Los pasos para
elaborarla son: se corta el cogollo de
chambira, se sacan fibras en forma de
palillos, se quitan las pelusas, se tejen las
fibras.
97
SABERES ANCESTRALES
SIEKOPAI
MUNDOÊ MUSICAL
Pewë. Asiento bajo de madera
de cedro. Se elabora con
los trozos residuales de la
fabricación de canoas.
Sënoriya. Exprimidor de yuca.
Se elabora con las fibras de los
árboles mawaso jati y mayëi.
Mide 2.70 m de largo y 50 cm
de ancho. En los últimos años
se lo teje con fibras de boya que
duran más. Elaboración: se
extrae la corteza de los árboles,
se cortan troncos de tres metros
de largo, se golpea la corteza y
se sacan las fibras, se secan al
sol por cuatro días o más, y se
tejen en forma de estera.
Ko’me perupë. Especie de
cuchara para remover los
alimentos mientras se cocen.
Mide 60 cm de largo por 5 a 6 cm
de ancho. Para su elaboración: se
extrae una parte de la madera de
kokawi, se hace una tablita con
machete, se da la figura.
Kuyatetepë. Cuchara de calabaza que
se usa para mover y servir la comida.
Elaboración: se extrae sasapë o mate,
se parte por tres o cuatro partes por
igual, se quita la bulba y se raspa con
un objeto filudo dejando limpio el
fondo.
Së’kë sarawa. Especie de batidor
de chucula, chicha de maíz, entre
otros que se elabora con las ramas
del árbol wirisaka. Mide entre 30
y 35 cm de largo. Para elaborarlo:
se extraen las ramas o el tallo de
wirisaka, se calientan en el fuego
las ramas, se elimina la corteza y
se guarda encima del fogón para
que endurezca.
Yoperupë. Remo, de 1.30 m de
largo por 30 cm de ancho en su
parte más ancha (aleta). En su
elaboración se utiliza la madera de
los árboles oyosiwi, cedro y ñukwa
totopë, jëjë ao sokë.
PARRILLAS. Yëwi ya´riwa. Para conservar el casabe dentro de la
casa. Elaboración: se extraen palos de boya de diámetros pequeños, se
colocan tres palos cruzados y encima se colocan otros palos cruzados y
se amarran con fibras vegetales. Wea ya´riwa. Parrilla elaborada con
tablillas de pambil que se usa para guardar el maíz encima del fogón.
Para elaborarla se extraen las tablillas de pambil, se colocan tres tablillas
cruzadas y por encima se colocan otras. Al final, se amarran las tablillas
sobre los palos atravesados.
98
Las expresiones musicales de los siekopai
constituyen un legado de sus deidades,
varios relatos mítológicos conservados en
su memoria histórica dan cuenta de ello.
Por una parte, el río Siekoya, afluente del
Wajoya fue el lugar de la manifestación
de lo sagrado, en donde los ma’ñokopose
(jóvenes multicolores del mundo superior) enseñaron a construir los diversos
tipos de flautas utilizadas hasta el día de
hoy por los siekopai. Por otra parte, fue la
misma deidad Ñañë Paina quien enseñó a
los siekopai a ejecutar estas flautas y una
de sus mujeres, quien le enseñó el arte del
canto a las mujeres.
En la música siekopai se encuentran
tres grupos de expresiones musicales: las
que se interpretan en ocasiones festivas,
de lenguaje simple (otaoyé); las shamánicas ejecutadas en rituales de ingestión de
enteógenos (wiña kashé) y aquellos cantos y ejecuciones instrumentales vinculados a aspectos de la vida cotidiana. En
cualquier caso, las expresiones musicales
están marcadas por el tiempo mítico y la
sacralidad, y se manifiestan en la ritualidad y cotidianidad, siendo casi imposible
establecer una línea demarcadora entre
lo sagrado y lo profano. Aún en aquellas
manifestaciones musicales vocales-instrumentales de uso colectivo, vinculadas
a grandes celebraciones (bodas, inauguración de malocas, fiestas para beber
chicha), así como las melodías vocales
e instrumentales de la vida cotidiana, la
envoltura de las enseñanzas divinas está
manifiesta, y les otorga una simbología y
significación profundas.
Fueron dos los espacios principales
para las ejecuciones instrumentales ligados a diferentes momentos ritualísticos.
El primero representado por la tuiquë
huë, vivienda tradicional siekopai, cuya
construcción también es una enseñanza
de Ñañé Paina en los tiempos míticos y
en donde según la mitología se hicieron
las primeras grandes celebraciones; y la
Casa del Yajé, espacio fundamental para
el desarrollo de la espiritualidad siekopai, construida al interior de la selva y
separada de las zonas residenciales. En
ella y en la época Kakotekawe, cuando
la constelación Kakoyowë aparece en el
firmamento, los seres espirituales del
cosmos siekopai se acercan a la tierra y
establecen comunicaciones con los iti
paikë (bebedores de yajé y líderes espirituales), quienes conducen los rituales
y permiten a sus participantes mantener
contacto con las deidades a través de los
cantos exclusivos e inteligibles de cada
iti paikë. Estos también pueden curar las
enfermedades o dolencias espirituales de
su grupo.
Cuando una Tuiquë huë se inauguraba, los siekopai acostumbraban a organizar una gran celebración, cuya conducción recaía en el iti paikë quien, varios
días antes, se reunía con otros bebedores
de yajé en la Casa del Yajé, para predecir,
en un ritual específico de ingestión del
enteógeno, el desenlace de la festividad.
Antes de iniciar la fiesta, el iti paikë debía
probar, aprobar y bendecir las bebidas de
chicha y guarapo preparadas con tal finalidad. De igual manera, conjuntamente
con otros bebedores, corrían de un lado a
otro de la tuiquë huë aventando las hojas
de mamecoco para invocar la protección
de diversos seres espirituales.
* Colaboración de Juan Carlos Franco.
99
SABERES ANCESTRALES
En las celebraciones de la tuiquë huë,
hombres y mujeres vestían su indumentaria tradicional y lucían sus adornos faciales y corporales. Los hombres traían
los instrumentos musicales (watiwë, jetú,
ari ya’ riwa, huea picowë, tsopicowë) y
enseñaban a los jóvenes a interpretarlos,
mientras que las mujeres enseñaban a
las jóvenes la danza y los cantos tradicionales.
La principal danza simulaba una procesión con varias filas de instrumentistas
masculinos seguidos de filas de tres o cuatro mujeres que agarradas de sus manos y
Tsopikowë
(aerófono).
Flauta horizontal que
mide aproximadamente
75 cm. Para elaborarla,
se corta un segmento de
caña delgada a la altura
de los nudos, se dejan los
dos extremos cerrados totalmente. Luego, a lo largo de la caña se perforan
tres orificios: uno, ubicado hacia un extremo para
insuflación y dos del otro
extremo para digitar al
momento de la ejecución.
Su uso es ritual, festivo y
cotidiano.
100
SIEKOPAI
moviendo la cabeza interpretaban el tema
ancestral Ayejë con algunas variaciones.
Las mujeres jóvenes podían en cualquier
momento incorporarse a la danza pues
era un espacio de aprendizaje.
Los temas musicales de la agrupación
instrumental podían variar, sin embargo,
las mujeres mantenían siempre el canto
con algunas variaciones. La danza podía
interrumpirse en cualquier momento en
que una mujer ofrecía chicha a alguno de
sus asistentes cantando un tema improvisado en ese momento.
Ari ya’riwa (aerófono).
Flauta de pan pequeña de
dos cañutos. Se elabora
con dos segmentos de la
caña guadúa delgada, del
mismo diámetro pero de
diferente largo (30 cm y
25 cm). El extremo inferior de los cañutos se cubre con cera de abeja y se
deja un pequeño orificio.
Los cañutos son amarrados con fibra de ñukua. Su
uso es ritual y festivo.
Watiwë (bimembranófono). Pequeño tambor de
doble membrana. Se construye con un pedazo de
tronco de un árbol llamado
peta, el cual es vaciado por
completo y cubierto en el
extremo en que se ejecuta
con cuero de mono capuchino. En el otro extremo
con cuero de trompetero,
mono parahuaco, paujil,
guatusa, mono machín o de
mono capuchino. Su ejecución se realiza utilizando
como percutores dos palos
pequeños de chonta. Su
uso es ritual y festivo. Está
a cargo de los hombres.
Huea pikowë (aerófono).
Flauta vertical pequeña
parecida a una quena, elaborada con un segmento
del tallo de la planta de
maíz, cortado entre sus
nudos. En el extremo superior se coloca cera de
abeja y se deja un orificio
para insuflación, mientras
que en el nudo inferior se
perfora un pequeño agujero central. A la altura de
la mitad del canuto y hacia el extremo inferior se
perforan cuatro orificios
para la digitación del instrumento con los dedos
índice y medio de ambas
manos. Su uso es ritual,
festivo y cotidiano.
Jetú o Jetuwë (aerófono). Flauta vertical construida con “mame, caña
guadúa grande de 80-85
cm de largo. Para elaborar este instrumento se
corta un segmento de la
caña a la altura de los nudos, dejando un extremo
abierto para introducir
agua tibia y evitar que la
guadúa se parta, luego se
evacúa el agua y se coloca
cera de abeja en la abertura, se deja un pequeño
orificio que sirve para
tocar el instrumento. Su
uso es ritual y festivo.
Duruwë
(aerófono).
Trompeta de cerámica elaborada con arcilla
blanca mezclada con la
corteza de un árbol denominado ya´so, material
moldeado con las manos
en una tabla especial y cocido al fuego, en el proceso adquiere un color café
anaranjado. Luego se decora con tintes vegetales
de color blanco o amarillo, con diversos diseños
simbólicos. La elaboración de este instrumento,
y de todos los objetos de
cerámica tienen un fundamento mítico y es una
actividad exclusiva de las
mujeres. Sin embargo,
su ejecución, aunque no
está restringida, es mayoritariamente masculina. Su uso actual es para
convocar a reuniones o
asambleas comunitarias,
pero antiguamente existían diversos toques instrumentales con distintas
finalidades.
101
SABERES ANCESTRALES
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SIEKOPAI
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SABERES ANCESTRALES
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SIEKOPAI
105
NACIONALIDAD
SIONA
SIONA
HISTORIAÊ EÊ
IDENTIDAD
La nacionalidad siona pertenece a la familia lingüística cultural tukano occidental. El idioma es el baicoca que significa:
bai (gente) y coca (palabras). El pueblo
está conformado, en Ecuador, por alrededor de 446 habitantes. Sobre la supuesta
autodenominación siona, que significa
hacia el jardín, mal interpretada por los
antropólogos, los actuales habitantes manifiestan su discrepancia porque el nombre siona fue impuesto por los españoles
y realmente significa sio (quitar) y na
(sin significado). El vocablo tsio significa
huerto pero no está relacionado con su
propia autoidentificación.
El territorio ancestral de la nacionalidad siona se situaba entre los ríos Napo,
Cuyabeno, Eno, San Miguel, Putumayo
yAguarico. Al igual que los cofanes, los
sionas pertenecieron a la gran nación
de los encabellados, denominada así por
antropólogos y misioneros españoles en
alusión a las largas cabelleras trenzadas y
adornadas que usaban sionas.
Noticias de esta nación se tienen desde
el siglo XVI, a partir de las crónicas de los
viajeros ibéricos. Los sionas junto a los
siekopai protagonizaron la más drástica
resistencia a los españoles y portugueses,
y a la misión jesuítica encomendada por
el Rey de España para la evangelización
y la reducción de las poblaciones indígenas.
La forma de organización política de
108
los grupos sionas y su consiguiente oposición a vivir en centros poblados hizo
fracasar la imposición de la fe católica.
Las misiones religiosas son expulsadas
definitivamente en el siglo XVIII pero
dejaron como herencia enfermedades no
conocidas como la viruela, la gripe y el
sarampión que diezmaron significativamente a la población originaria.
A finales del siglo XIX e inicios del XX
la explotación del caucho en la cuenca
amazónica fomentó un nuevo proceso de
colonización para el saqueo de recursos,
cuyo modo productivo se basó en el sometimiento a las familias pertenecientes
a pueblos o nacionalidades originarios de
la Amazonía.
En la era del caucho, los sionas tuvieron que convivir con los kichwas traídos
del alto Napo de quienes aprendieron su
idioma: el runa shimi. Los conflictos con
los caucheros y otros relacionados con la
práctica del shamanismo, desencadenaron una estrategia de poblamiento que
ocupó varios lugares de su territorio ancestral: la bocana del río Cuyabeno; el río
Katëtsiayá y el Eno, lugares que constituían zonas de excursión de caza y pesca.
En esos territorios se vivió el primer proceso de adopción de la lengua española
con la presencia de españoles y comerciantes caucheros: la gente siona tuvo
que trabajar para los mercaderes mestizos y aprender su idioma.
El contagio de enfermedades se hizo
presente una vez más.
A mediados del siglo XX, a pesar de
oponer cierta resistencia a ser evangelizados por los misioneros del Instituto
Lingüístico de Verano (ILV), no pudieron evitar verse inmersos en los sistemas
educativos y de evangelización de ese organismo. El ILV impulsó el aprendizaje
y uso del español, y con el bautismo se
introdujeron los nombres en ese idioma,
despreciando aquellos en baicoca que se
concedían según los atributos de la persona y la familia, y constituían nombres
espirituales para acompañar y proteger
la vida de las personas en los bosques
tropicales.
Los nombres de las personas eran otorgados por el yajé cuque (bebedor de yajé)
luego de un ritual específico y después de
las visones que había experimentado con
la ingestión del enteógeno.
Algunos nombres son:
-
Para hombre: BëdÁza (mordido
por el lagarto), Cocaraza (facilitador de ritual) Cocoguari (lluvioso), Mañacuri (adornado con flores de colores), Omedutu (verano
tricolor), Omeguari (Verano).
-
Para mujer: Ñumio (dueño de las
plantas medicinales), Ocoguario
(lluviosa) Omeguario (verano).
Los apellidos originales ancestrales de la nacionalidad siona estaban relacionados con sus filiaciones clánicas,
por ejemplo: Biaguaje (gentes de aves),
Payaguaje (gentes de miel), Maniguaje
(gentes de mojarra), Yaiguaje (gentes del
jaguar), Ocoguaje (gentes del agua), Jamoguaje (gentes del armadillo).
Algunos sionas todavía son conocidos
por los apodos que culturalmente se establecían en su sociedad: Victoriano Criollo
es Mayai (tigre rojo), Víctor Yiyocuro es
Tiguacuro (aves de monja), Reinaldo Piaguaje es Naso jëtë (brazo de mono), Chala Yiyocuro es Cucú (lechuza).
Otros nombres originarios son los
otorgados a sus ríos. La hidrografía del
territorio Siona está compuesta por el
Bacuya, Emuya, Bëquëya (Lagarto Cocha), Ne’eña (Eno), Sëoquëya (Cuyabeno) y Tarapë aya (Tarapuya). Estos, que
se enumeran a continuación, son reconocidos nacional e internacionalmente por
albergar una significativa biodiversidad.
Los siekopai llegaron desde Perú al
territorio Cuyabeno de la nacionalidad
siona en 1942 para compartir la forma de
vida cotidiana. La primera escuela de la
nacionalidad siona y siekopai se llamó Simón Bolívar y fue creada por el Instituto
Lingüístico de Verano en las inmediaciones de las lagunas de Cuyabeno (Sëoquëya), en el sector Puerto Bolívar. El sistema de enseñanza se realizó en español y
baicoca, por lo que fue nombrada escuela
bilingüe. Los primeros maestros fueron
Celestino Piaguaje de la nacionalidad siekopai y Simón Piaguaje de la nacionalidad siona. Los misioneros elaboraron las
cartillas para el sistema de enseñanza.
En la actualidad, mujeres y hombres
sionas hablan en baicoca aunque por el
sistema de enseñanza y la relación con el
Estado y el mercado, también español,
sobre todo cuando salen a las ciudades.
Las comunidades Tarapuya y Puerto Bolívar son las más impactadas por el uso
del español porque tienen problemas
para expresarse en su propia lengua.
La territorialidad ancestral de las nacionalidades que forman parte de la familia lingüística tukano occidental ha sido
109
SABERES ANCESTRALES
profundamente afectada por diversos
procesos de movilidad humana y de formulación de políticas estatales exclusivamente de carácter extractivista o conservacionista.
Según la división política administrativa del Estado ecuatoriano, la nacionalidad siona está ubicada en la provincia de
Sucumbíos, en los cantones Cuyabeno,
Shushufindi y Putumayo. Las comunidades se encuentran en diversas zonas de
las riberas de los ríos Aguarico y Cuyabeno (Sëoquëya); a orillas del río Tarapuya
(Tarapë aya) en el cantón Shushufindi y
el río Eno; y en el cantón Putumayo a orillas del río Cuyabeno.
Con el fin de conservar el territorio ancestral, la Organización de la Nacionalidad Indígena Siona del Ecuador (ONISE)
tiene firmado un convenio con el Ministerio del Ambiente, para preservar las
138.046 has que están dentro de la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno (RPFC), y las 47.208 has ubicadas en
el sector del río Aguarico, territorio de
las comunidades Biaña, Aboquewiara y
Tsaotosiayá, cuyos títulos de propiedad
pertenecen a las nacionalidades siona y
siekopai.
NOMBRES BIODIVERSIDAD
110
Bacuya
río de garopas (pez).
Emuya
río de mono aullador.
Bëquëya
río de lagarto.
Ne’eña
(Eno) río de Morete (palmas).
Sëoquëya
(Cuyabeno) río de bolsas de hojas.
Tarapë aya
(Tarapuya) río de alisados.
Bo´ocoya
río blanco.
Gatëtsiaya
río de caña.
Ñacosereya
río de sabalete.
Waiya
río de peces.
Cocaya
río de voz.
Waniya
río de mojara.
Ocovetoya
río de coco.
Waniya
río de mojarra.
INDUMENTARIA
Los hombres y las mujeres sionas usaban una túnica de una sola pieza llamada
cacoca (tela de corteza) que se fabricaba
con el árbol huaicaco (Poulsenia armata).
Su manufactura seguía el siguiente proceso: se tumbaba el árbol, se extraía la
corteza, se lavaba la corteza en el río, se la
secaba en el sol por un día, se medían los
cortes para hombres y mujeres, y se confeccionaban los trajes. En los bordes y superficie se pintaban distintos ideogramas
(que podían representar a la rana, guanta, jaguar, gusano, estrella del cielo, entre
otros), para lo cual se preparaba una pintura con achiote (Bixa Orellana), hojas,
flores y pepas de la planta turi mañá.
El proceso de elaboración consistía en
cocinar hojas y flores en agua hasta obtener un líquido pastoso. La preparación
se guardaba en un vaso de hoja de maíz.
La túnica semeca juicacá era utilizada en la cacería, llevaba diseños propios
de líneas gruesas pintadas con los dedos
untados con achiote. La túnica jojoca juicaca tenía líneas finas pintadas con palos
delgados y se utilizaba para enamorar y
para las fiestas. Además, originalmente,
los hombres se peinaban con una raya en
el medio y las peinillas eran elaboradas
con materiales de cananbo (tipo de palma), guadúas y palmas. El corte de cabello contenía flequillo hasta los ojos lo que
permitía tener la vista clara.
Más tarde y a través del trueque por
caucho, los sionas consiguieron telas de
algodón con las que elaboraron el mismo
vestido denominado juica para los hombres, mientras que las mujeres continuaron con el uso de la cacoca.
Las mujeres luego cambiarían su vestimenta por un conjunto de dos piezas
denominado jëña sara, constituido por
una blusa corta hasta el ombligo y una
falda hasta la rodilla. La indumentaria
originaria del pueblo siona, poco a poco,
111
SABERES ANCESTRALES
fue desapareciendo y se inició el comercio de ropa con Colombia, a través de un
camino que iba desde Puerto Montúfar
hasta Puerto Ospina, cuyo recorrido duraba un día. Así se introdujeron telas tipo
Victoria de diversos colores. Los sionas
realizaban el corte y la confección
de su indumentaria. Solamente
Teodora Piaguaje del sector del río Eno
conservó su vestimenta tradicional hasta el año 1930. Los cambios en los vestidos ocurrieron en la
época de los caucheros entre
1935 y 1945,
aproximadamente.
Debido al
contacto e
influencia de
los colonos mestizos también se comenzó a usar ropa
interior.
En la actualidad, las vestimentas se
confeccionan con telas industriales y de
diferentes colores: amarillo, verde, rojo y
morado.
Adornos faciales y corporales
Hombres y mujeres se pintan diversas
partes del cuerpo (cara, brazos, manos
y pies) con achiote (Bixa Orellana) para
lo cual utilizan distintos diseños que representan animales de la selva (gusanos,
grillos, arañas, boas, cangrejos) o astros
como el sol. Los diseños dependen de la
actividad que realizarán (cacería, visita
a familiares, trabajo) o si buscan protegerse de espíritus negativos, los cuales se
alejan al ver estos símbolos sobre el cuerpo.
Los diseños que se llevan en el rostro
otorgan fuerza al cuerpo y al espíritu. En
112
SIONA
dor. Esta era sagrada: cuando alguien la
tocaba podía ser víctima de enfermedades, ataques, sustos, desmayos y locuras.
Existían distintos tipos de acuerdo al estatus social. La del bebedor de yajé cuquë
era la más elaborada y contenía un mayor número de elementos que las otras.
Las coronas las hacían y eran utilizadas
únicamente por los hombres para visitas
familiares, en las fiestas o en los rituales
de ingestión de yajé.
la cara se pintan con achiote (Bixa
Orellana) y wito (Brosimum utile).
Algunas familias complementan su indumentaria con la corona y en las visitas
suelen llevar chambira (Astrocaryum sp.)
para torcer mientras conversan.
La elaboración de las coronas sigue los
siguientes pasos: la circunferencia para
sostenerla en la cabeza se elabora con
madera del árbol huai caco. Alrededor y
en la parte superior se colocan plumas
amarillas y rojas de tucán; en la parte
inferior plumas azules del pájaro denominado jë´esaibë, al centro de la corona
se pinta de color rojo un símbolo parecido a una cruz toabeca (aves de rojo). Por
la parte de atrás, cuelgan varias plumas
grandes de diversos colores.
Narigueras y orejeras. Hombres y mujeres acostumbraban a perforarse la nariz y
las orejas para colocarse plumas de guacamayos, tucanes, loros y trozos pequeños de madera.
Collares. Se colocan cruzando el pecho,
largos collares elaborados con diversas
pepas de selva sewe-ocovetogoña. En el
cuello se usa un collar de varias vueltas
confeccionado con pepas denominadas
sewe, wiririma, milisho o tucú y de schabicha. Se colocan también colmillos de
jaguares o de huanganas. Varios de estos
productos eran conseguidos por el yajé
cuquë (bebedor de yajé).
En las muñecas se colocan plantas
perfumadas, como el turi maña, amarradas con piola de algodón. En los brazos
y los antebrazos se colocan manillas con
pepas de tëomea enlazadas con el mismo
tipo de piola.
Los tobillos se pintan con una pintura preparada con achiote (Bixa Orellana)
y hongo de chontaduro. Se denominaba
wito sëiñe que significa pintado pegajoso.
Se acostumbra a masticar semillas de
la planta de hue´oco que esparcen el color negro en los dientes y labios. Se usan
para visitar a familias cercanas o para
conservar la dentadura.
Maró (Corona). Los sionas consideran a
la corona como un adorno de suma importancia que otorga poderes a su porta-
113
SIONA
VIVIENDA
Exteriormente, la bui huëé, vivienda
tradicional de los sionas, tenía forma de
media circunferencia y su interior, forma
elíptica. A cada vivienda se la conocía por
el nombre o apodo del propietario.
de los compañeros cazó un caimán y lo
comimos entre todos los que estábamos
trabajando allá. A los pocos meses esta
casa fue invadida por los comejenes y
quedó destruida”.14
El diseño y las técnicas utilizadas en
su construcción son conocimientos ancestrales que permanecen en la memoria
de los más ancianos. La bui huë’e medía,
aproximadamente, 12 metros de largo
por 8 de ancho. El piso se asentaba sobre la tierra en una planta de alrededor
de 40 metros de diámetro. El techo de las
casas se construía con hojas de bui (palma). Este material podía durar de 15 a 20
años. En el techo se usaba el ya’i (bejuco
silvestre) para amarrar los pilares que se
construían con guaso. Los quince postes
eran de ora (pambil) y las paredes de ora
cuaña (cáscara de pambil).
La vivienda albergaba a una familia
ampliada. Cada familia nuclear tenía su
propia puerta de entrada y salida, su respectivo fogón, sus instrumentos de cacería y pesca, y los utensilios para la preparación de alimentos. Hombres y mujeres
dormían en hamacas, los bebés con sus
madres. Se sentaban en el suelo que era
el lugar donde se servían los alimentos.
Todos dormían al lado del fogón para
abrigarse y para ahuyentar a los insectos.
Se cuidaba que el fuego no se apagara
porque ayudaba a conservar la madera.
Los fogones se alimentaban con leña que
era recogida durante el día. Para encender los fogones se utilizaba: toa pebë (piedras de fuego), palos secos pequeños de
peine de mono, duasaihue (mata palo),
cocawasi (raspado de árbol), y algodón.
Entre los palos se colocaba una tirita de
yëi (algodón de ceibo). Cuando los palos
se frotaban, se producía una chispa y el
algodón se encendía.
Se tenían dos tipos de casas: bui huëe
o casa de palmita y tuique huëe o casa del
jaguar en la cual la familia convivía con
un jaguar domesticado que les acompañaba en las cacerías. También existían la
sewa huë´e o casa de tagua y la ora huë´e
o casa de pambil, que eran construcciones pequeñas alejadas de las viviendas
habituales y que se ocupaban en los días
de cacería para guardar la comida, descansar e incluso dormir alguna noche si
hacía falta.
Los siona creen hasta hoy que mientras se construye la vivienda no se debe
comer carne de caimán porque atrae al
comején y destruye la madera: “Cuando
estábamos construyendo una casa, uno
14 Relato de Francisco Piaguaje
114
brarse también servía para protegerse del
espíritu negativo Jurí.15
Cada mañana se acercaban las familias donde el más anciano para escuchar
los consejos. Él era quien autorizaba las
actividades de caza, pesca y otras. Por lo
general esta persona era un reconocido
bebedor de yajé.
Alrededor de la casa sembraban tabaco, uvas, guabas, achiote y plantas medicinales como yajé o guanto. Cerca estaba
la chacra donde había más productos alimenticios.
Para el alumbrado y jornadas de cacería nocturnas utilizaban cera producida por las abejas denominada uimajá.
Con un pedazo pequeño de palma (wajo)
se elaboraba un objeto en forma de vela,
este objeto se calentaba en el fuego por
aproximadamente dos minutos, se recubría el objeto con uimajá, (cera de abeja)
y en la parte superior se recubría con yëi
(algodón de ceibo). Esta forma de alum-
15 Los Jurí son seres espirituales negativos en la mitología de algunas culturas amazónicas. En la memoria de los sionas se conserva el siguiente relato: “Barbasquearon los abuelos un río para pescar y cuando estaban ahumando los pescados, por la noche
llegó Jurí y a todos les sacó los ojos. La gente enloqueció, entonces los jaguares les atacaron, también las boas y las nutrias
gigantes. Quedó un shamán que observó el hecho y se comunicó con Jurí, éste le dijo que la gente había matado demasiado
pescado y que por eso los había atacado.”
115
SIONA
POBLACIîN Ê YÊ
ORGANIZACIîN Ê
SOCIAL
Hay 446 habitantes, según el censo realizado por la ONISE.
Los sionas se encuentran representados en la Organización de la Nacionalidad Siona del Ecuador (ONISE), creada el 24 de Mayo de 1993. Sus bases la
conforman los habitantes mayores a 18
años de Orahueaya, Puerto Bolívar, Biaña, Aboquewira, Soto Tsiaya, Tarapuya y
San Victoriano.16 La directiva la integran:
presidente, vicepresidente, secretario,
tesorero, primer vocal, segundo vocal,
tercer vocal y un síndico. La directiva es
elegida por votación directa en una asamblea ordinaria y dura en sus funciones
tres años, pudiendo ser reelegida en la
misma dignidad. Los problemas internos
se resuelven en las asambleas y en casos
excepcionales se acude a las autoridades
cantonales o provinciales.
La división del trabajo establecía roles:
las mujeres estaban a cargo del huerto
(tsio) y los alrededores de la vivienda,
del cuidado de infantes, del lavado de
ropa. Los varones se dedicaban a la construcción de canoas, la caza y pesca, y la
preparación del yajé. Las mujeres a más
del cuidado y aseo de los niños y niñas,
les enseñaban a hablar en bai coca y las
normas de comportamiento y de relación
al interior de la familia. Cuando los menores se dirigían a sus abuelos y abuelas
lo hacían en voz baja y jamás decían palabras inadecuadas. Si enfermaban, sus
padres acudían al shamán quien les solicitaba plantas medicinales o yajé para
curarlos.
Hijos e hijas debían cumplir una serie de normas para una convivencia saludable y sin riesgos en la selva, no podían:
subir a los árboles (peligro de caídas y
fracturas), alejarse de la casa e internarse en la selva (peligro de picaduras de
serpientes), embarcarse solos en canoas
(peligro de ahogarse en los ríos), acudir
solos donde el shamán (peligro de que
pueda hacerles daño), mentir a los ancianos y ancianas a quienes debían tratar
bien.
para saludar, usan diferentes palabras de
acuerdo a la hora del día: baico (cómo está
mujer), de 06:00 a 12:00. Baiquë (cómo
está señor), de 06:00 a 12:00. Deóneato
(buena tarde), de 12.00 a 18:00. Deoñami (buena noche), de 18:00 a 24:00.
Cada cierto tiempo, en el lapso máximo de un mes, se realizaban visitas a las
familias emparentadas. Se acostumbraba
a llevar fibra de chambira para torcerla y
tejer algún objeto. Por lo general las visitas concluían cuando se acababa la chicha que era brindada por los anfitriones.
Cuando necesitaban apoyarse en
actividades que requerían del concurso
de varias personas como la siembra de
yuca y maíz, la limpieza de los exteriores
de las casas o su construcción, se ejecutaba el apoyo comunitario voluntario en
el que participaban mujeres y hombres,
según el tipo de trabajo, e incluso los más
pequeños. No se hacía ninguna convocatoria sino que cuando unos veían a otros
trabajando, se sumaban y participaban.
La transmisión oral de mitos, leyendas o eventos extraordinarios de la cultura se efectuaba de 19:30 a 23:30. Los relatos podían referirse a enseñanzas sobre
la pesca, cacería, amor en pareja, menstruación, o los seres y espíritus que habitan en la selva. Se realizaba de abuelos
y abuelas a todos los jóvenes. La leyenda
de pesca de tsiaya guequë (vaca marina)
se contaba solo a las 23:30, cuando existía silencio total. Para ello bebían tabaco.
Quienes aprendían la tradición oral debían repasar durante el día y regresar por
la noche a corregir errores. Así se garantizaba la fidelidad en los relatos.
Las abuelas enseñaban las técnicas
de la alfarería a las niñas; los abuelos y
abuelas les enseñaban a niños de ambos
sexos la elaboración de los objetos de
cestería. Estos conocimientos se transmitían oralmente en las madrugadas y
su práctica podía efectuarse en cualquier
momento.
Los jóvenes y adultos tenían buena
disciplina, la cual se conseguía a través
de la toma de yajé: al tomar el líquido
preparado, cambiaba la filosofía de vida,
había más respeto.
Los sionas no estrechaban la mano
16 La comunidad San Victoriano es de creación reciente. Surgió por discrepancias internas sobre los procesos extractivos petroleros en el territorio siona.
116
117
TRADICIîN Ê ORAL
Enfrentamiento con los tetetes en la laguna Socora
Los sionas siempre solían estar preparados para defenderse. En sus casas mantenían lanzas y bodoqueras y cuando iban
de visita o de cacería siempre las portaban. Según el relato de Francisco Piaguaje, una vez los sionas se enfrentaron en
Socora cerca de la laguna de Lagartococha (Bëquëya) con los tetetes (aunque
algunos decían que eran secoyas y otros
que eran aucas).
Se encontraron frente a ellos y un siona
anciano comenzó a fumar un cigarrillo,
al ver el humo los otros empezaron a discutir porque ellos consideraban dañino
para la salud y decían que provocaba la
gripe. Pronto empezaron a pelear, los sionas cogieron las bodoqueras y los tetetes
las lanzas. Cayeron unos quince tetetes
y otros tantos corrieron hasta el río Sëoquëya o Cuyabeno. Los sionas se embarcaron en canoas y los persiguieron. Los
tetetes atacaron con lanzas mataron más
de docientas personas pero no pudieron
ganar la batalla. Se fueron a la bocana del
rió Tarapë aya o Tarapuya y ahí construyeron sus hogares, se instalaron pero vivieron poco tiempo y desaparecieron. Los
sionas no saben las causas.
Londoño destruyó la fauna de Cuyabeno
Es conocido el caso de un comerciante
colombiano de apellido Londoño que incursionó en el territorio ancestral de la
nacionalidad siona en Cuyabeno en 1938.
Se dedicaba a vender animales de la selva: tari (charapas marinas), gou (tortu-
118
ga gigante), yai gáni (cuero de jaguar) y
bë´ë gáni (cuero de caimán). Transportaba los productos en balsa desde la laguna
grande hasta Perú y Colombia, y luego
regresaba en canoa. A cambio de obtener
los animales del territorio siona, vendía
ropa, sal y utensilios de cocina a los sionas, con lo cual estableció relaciones de
explotación.
La búsqueda de sal
Encontrar sal era difícil para los antepasados de los sionas. Cuentan que un
siona que se llamaba Toagüe y su esposa
salían desde la bocana del río Napo, bajaban por sus aguas en una canoa grande,
luego cogían el río Marañón hasta llegar
al mar en donde encontraban la sal en un
objeto parecido a un árbol. Ahí cortaban
varios pedazos y regresaban hasta la bocana del río Napo y repartían la sal entre
sus familiares. El viaje duraba dos años y
al regreso contaban las historias del mismo. Había árboles y bejucos que tenían
veneno (tsima), por lo que no se podían
tocar ni comer sus frutos o cogollos.
Pérdida del territorio ancestral
En 1979 el Estado ecuatoriano creó la
Reserva Producción Faunística Cuyabeno con lo que se despojó a los sionas de
sus territorios ancestrales en Cuyabeno
(Sëoquëya). La creación de la reserva se
hizo sin la consulta ni el consentimiento
previo, libre e informado a la nacionalidad siona. Hoy en día el territorio ancestral siona se encuentra en manos del
Estado ecuatoriano representado por el
Ministerio del Ambiente.
MUNDOÊ ESPIRITUAL
Cosmovisión primera versión. La cosmovisión ancestral de los sionas describe a
un mundo parecido a un mate que se divide en dos: en la parte de abajo vive la
gente que tiene rabo. Los que vivimos en
la tierra no tenemos rabo, pero antes vivíamos en el subsuelo y Baina nos arrancó el rabo.17
Encima de la tierra existe otro mundo
en donde viven las personas que no mueren. Ahí habita el trueno. En otro lugar de
este mundo viven los muertos.
El sol es como una canoa que tiene un
espejo delante, la canoa es conducida por
el hijo de Baina.
Cuando un shamán muere, sube dando la vuelta por debajo del mundo. Los
shamanes vivos salen por los lados de
la tierra, ya que no pueden salir directamente por arriba porque el mundo está
cerrado.
El mundo tiene dos salidas a ambos
lados de la tierra y está sostenido por
cuatro tulpas y está colocado encima del
agua que se creó con la caída del ceibo en
los primeros tiempos (Estudios Sociales,
1998: 111).
Cosmovisión segunda versión. Hay varios mundos. La tierra en que vivimos se
encuentra dentro de otro mundo en donde habitan hombres más pequeños de un
metro de altura, algunos con cola; allá
solo hay un río grande cuyo curso siempre va al Oeste. El sol rodea a los dos planetas y navega en una canoa (ësë yohuë)
acompañado de dos personas. En la mitad de la canoa hay una luz que permite
alumbrar hacia abajo.
En un tercer mundo o planeta existe
una parte de la naturaleza en donde viven los animales muertos, otros lugares
se encuentran llenos de caña. En este
mundo viven Baina (principal deidad siona), su esposa Debao, gentes espirituales,
gente muerta que vive en las orillas de las
lagunas y gentes invisibles que cosechan
maíz. En este mundo existe un solo día.
Un cuarto mundo se ubica más arriba
del tercero. Ahí viven dos espíritus: Ucuboy (la palo) y Cocatete (espíritu de garza). Viven colgados en un poste de hierro
(quëna saihuë) sujetados con las uñas.
Las creencias de los siona se sustentan en
los relatos míticos de su principal deidad,
Baina. Al igual que otros pueblos amazónicos, cuentan con un conjunto de relatos
míticos que guardan estrecha relación
con sus creencias y modo de vida en la
selva. Lamentablemente, estos conocimientos desaparecen progresivamente
debido a los cambios culturales impuestos desde la cultura occidental y por los
nuevos modelos de desarrollo.
El mito de la creación
Es uno de los mitos más importantes de la
17 Relato mítico presente tanto en la nacionalidad Siona como Siekopai, el cual señala que Paina Ñañé para los siekopai y Baina para los sionas sacó a la gente siekopai, ankutere, siona, witoto del inframundo (debajo de la tierra), les
arrancó el rabo y formó con estos las distintas especies de monos que existen en la selva. No salieron todos por lo que
gente con rabo vive todavía debajo de la tierra.
119
SABERES ANCESTRALES
cultura siona, según el cual: Lutayo y Rebao, esposas de Danta, estaban haciendo
chicha. Danta buscó a Baina en su casa, y
retornaron al hogar del primero quien en
ese momento se volvió feo. Estaban celebrando, tomando en su casa, Danta incitó
a Baina a pelear por las mujeres y él aceptó. Danta no pudo atacar a Baina con su
machete, este resistió el machetazo pero
la parte inferior se desprendió. La sangre
derramada se convirtió en pájaros.
Lutayo estaba preparando chicha
mientras que Debao estaba nadando
cuando supieron de la noticia. Esta última
fue atacada por Baina y se convirtió en un
peine que fue portado por el hombre. En
este momento, Baina se encontraba sobre
un pedazo de tierra sobre el agua, cuando
un armadillo colocó un poco más de tierra en sus pies y al ser pisada por Baina,
creó la tierra nuevamente.
Baina caminó junto a Debao, juntos
recorrían la tierra que era como una playa sin árboles ni hojas. Debao le preguntó
cómo se puede hacer una casa para dormir cuando de repente apareció un demonio (Wi watí) y Baina le dijo que gritara: en ese momento empezó a crearse
una selva muy densa y tupida, donde era
difícil caminar. Baina quemó un poco de
selva y pudieron caminar. Así empezó a
sacar gente de la tierra, un (jicomo bai)
una persona con cola, el cual cortaba bejucos. Baina se paró junto al bejuco y este
le preguntó qué iba a hacer con la liana,
Baina le pidió que le trajese fruta. La persona ingresó en el hoyo y le trajo arcilla
roja. Baina la rechazó porque buscaba
chontaduro. Baina le entregó la verdadera fruta y le pidió que se la llevase a su
gente. Cuando salieron estos diablos, Baina les quitó sus colas y así se convirtieron
en diferentes nacionalidades. Las colas
se transformaron en monos arañas y monos cotos, al tiempo que salió una mujer
que menstruaba. Esto molestó a Baina y
no permitió que salieran más personas.
Hoy, esta es la gente que vive debajo de
este mundo.
Al principio la persona Wequë o Danta, quiso ser como un dios, él hizo una
trampa en el río y cazaba gusanos (creyeron que eran sardinas). Ante esto Baina, le dijo que debía comer peces en vez
de gusanos. Cuando Baina trajo pescado,
Wequë se enojó y se volvió. Las mujeres asaron los pescados y los comieron
con ají negro. El olor llegó a la nariz de
Wequë, el cual le fue agradable. Cuando
Baina vio que Wequë quería comer, les
dijo a sus esposas que le convidaran un
poco para que lo pruebe. Wequë quería
ver los peces, ante lo que Baina le ordenó que comiese primero y luego los podía
ver. Luego de comer Wequë fue a ver la
trampa construida por Baina, al ingresar
al agua las espinas lo hirieron en las manos y pies y no pudo capturar peces. Al
regresar a la casa, le pidió a Baina que le
extrajera las espinas, Baina tenía agujas
de palma (Orá) (Irirartea) y le extrajo las
espinas pero dejó las agujas de (Orá) dentro. Luego, Baina le pidió que presionara
para ver si existía dolor. Wequë pateó y
Baina le dijo que ella era la danta y que
actúe como una. Así, Wequë huyó como
una de ellas. Baina les pidió a sus esposas
que hicieran chicha de maíz y que pongan un poco de masato (concentrado que
se mezcla con agua para hacer chicha en
cada trocha). En un sendero han comido
solo venados pero otro ha sido visitado
por la danta. Baina mencionó a sus mujeres que su padre no morirá jamás, siempre habrá dantas y ellas nunca acabarán.
La danta preguntó a Baina qué debía
comer, a lo cual respondió que todas las
hojas son su alimento, la fruta de (ne?e18,
mauritia) también pero solo en temporada. Unos días después la danta volvió y le
SIONA
dijo que era muy pesada, ante lo que Baina le aconsejó bañarse en el río. Cuando
terminó el baño, lo partió en dos con su
machete, quedando su parte posterior en
el río y se convirtió en (siáya Wequë) o
danta de río o vaca marina. De su sangre,
salió una danta delgada, que es el demonio de las dantas que vive en la selva.
Después, Baina acabó con los animales. Había una (cutigoë) o tortuga que
atesoraba el agua, era un árbol que llegaba al cielo y era un río. Una ardilla se
trepó a él por sus ramas. Baina hizo que
el árbol cayera y se formaron los ríos.
Luego pensó qué bebería la gente, y entonces creó la (noca) o plátano, para ser
mezclada con el agua. De esta forma proveyó a la gente de alimentos a fin de que
tuvieran qué comer.
Más adelante, Baina envió a sus sobrinos Usebo baĩ o Pléyades a perseguir
a la danta. Pasaron por el río Napo y siguieron a la danta. Mientras que las heces de (ne?e) preguntaron cuándo partió
su padre, y estas replicaron que su padre
estaba muy lejos. Ellos llegaron a un gran
río, y vieron a un gran caimán, al cual
se lo llamó (co´eo) o abuela. El hermano mayor cruzó primero el río en la espalda del caimán, mientras pronunciaba
esta palabra, de igual manera lo hizo su
hermano menor. En este caso, dijo que
no era una abuela sino un caimán, ante
lo que el caimán pretendió sumergirse
pero de nuevo repitió (co´eo). Al llegar
al otro lado, el hermano trató de golpearle el ojo y el animal le arrancó su pierna.
Usebo baĩ trató de sacar el río con nidos
de termitas para recobrar su pierna pero
fracasó. Al fin encontraron a un perezoso que tenía un palo con el poder de secar el río. Le quitaron el palo y el río se
secó. Aquí, los hermanos preguntaron a
los caimanes sobre la abuela, la pierna
arrancada les contestó, que allí estaba.
Así el hermano mayor llevó al caimán a la
tierra y lo mataron con un hacha. Luego
trataron de cocinarlo en el fuego, ante lo
que le preguntaron si se estaba cocinando, el caimán dijo que no, que solo se estaba abrigando. Cuando los hermanos no
lo pudieron cocinar, el caimán les pidió
leña de ortigas (susi). Así lo hicieron y lo
cocinaron, se alimentaron de su carne y
colgaron el hueso de la quijada en una
liana. Más tarde, recuperaron la pierna
del vientre del caimán y la ensamblaron.
Usebo baĩ continuó persiguiendo a la
danta y cuando le dieron alcance la mataron. Ellos derritieron la grasa de la danta
y se bañaron con la misma.
Una de las hermanas comió algo de
carne. Cuando los hermanos lo supieron,
le preguntaron por qué lo hizo pero no
hubo respuesta. Cuando se bañaron en la
grasa esta empezó a quemar y las llamas
soplaron como las notas de una flauta, así
se transformaron en Usebo baĩ o la constelación de los Pléyades. Hoy ellas son
las que hacen la estación seca (Vickers
1989).
Percepción del tiempo
Los sionas reconocen tres estaciones
climáticas en el transcurso del año: Ësë
tëcahuë (tiempo de verano), Oco ñañë
(tiempo de lluvia) y Caco Nañe (tiempo
de cigarras) (Agosto).
Ësë tëcahuë (tiempo de verano). Dura de
noviembre a febrero. Los ríos se secan y
los animales como el jaguar aparecen en
las orillas para tomar agua y comer peces.
Época fácil para obtener presas de caza
y pesca pero complicada para la navegación con canoa, porque el caudal del río
y las lagunas decrecen. En este tiempo se
aprovecha para limpiar los árboles podridos de la chacra, y es propicio para la
siembra de yuca y plátano.
18 Llevarán un signo de interrogación las palabras de las cuales no se tenga clara su escritura.
120
121
SABERES ANCESTRALES
Oco ñañë (tiempo de lluvia). Inicia en
marzo y permanece hasta julio. Periodo
durante el cual los ríos vuelven a recuperar su caudal. No son meses propicios
para la cacería ni la pesca, los sionas dependen en gran medida de los productos
de la chacra y de ciertos animales obtenidos con anterioridad y mantenidos en
cautiverio como las cutigoiu (tortugas de
tierra).
Caco Nañe (tiempo de cigarras). Corresponde al mes de agosto. Es un mes seco
en el que los espíritus descienden y es
más fácil aprender de su sabiduría y de
sus conocimientos. En agosto, el yajé cuquë bebe diariamente yajé e ingiere pejí
(guanto) dos o tres veces en el mes. Este
periodo se aprovecha para sembrar porque se cree que la cigarra ayuda a que
no se dañen las semillas. Es buena época
para la pesca porque el río baja con menor caudal.
Durante septiembre y octubre, los ríos
suben y bajan su caudal constantemente.
Son días soleados con fuertes lluvias por
la tarde y noche. En el firmamento aparecen siete estrellas seguidas, constelación
que los sionas llaman tarisiago’o. Así, inicia la cosecha de los huevos de charapa y
el tiempo de verano o ësë tëcahuë.
CICLOÊ VITAL
Nacimiento
Se dice que las niñas y los niños se consiguen en la casa del comején. Eso es lo que
se les cuenta a los pequeños cuando nace
un nuevo hermanito o hermanita.
El nacimiento de un
niño requería de la observancia de varias normas y
tipos de conducta que debían cumplir obligatoriamente madres y padres.
Las mujeres embarazadas
tenían prohibido comer
carne de armadillo, mono
aullador, chorongo, tortuga. Tampoco podían consumir la fruta de wasoca.
El esposo de la embrazada
debía cuidar a su mujer:
no podía manipular breas
o plantas silvestres que tuvieran látex.
Cuando el parto se
acercaba se contaba un
relato y soplaban en un
recipiente de agua que tenía que estar cubierto con
hojas de guarumo y de ortiga. La mujer
se bañaba con esa agua en la madrugada
para que el parto fuera rápido y bueno. Las
ancianas le daban de tomar varios preparados medicinales, elaborados con la hoja
de ortiga, cáscara de guarumo, entre otros.
El rol del esposo era importante, ayudaba
122
a su mujer a ingerir los brebajes medicinales y permanecía presente durante todo
el parto.
El lugar para dar a luz podía ser la
hamaca o se acondicionaba un espacio
con dos troncos enterrados en cuyos
extremos se amarraba la hamaca, la mujer
se sentaba en ella y se
agarraba de los troncos.
Esta era una de las posiciones más habituales
para dar a luz. Cuando
la madre era soltera le
ayudaba su madre o alguna amiga en el parto,
pero algunas mujeres
daban a luz solas, lo que
ponía en riesgo sus vidas. Entre los sionas no
existían mujeres parteras, este era un saber
común a todas las mujeres.
Después del parto
se cubría al recién nacido con plantas de ñumi,
se lavaba su cuerpo y se
le contaban leyendas contra los malos
espíritus para que no tuviera enfermedades. La madre bebía agua de ñumi y se
lavaba los senos para que no entraran los
malos espíritus.
Al recién nacido no se le podía bañar
123
SABERES ANCESTRALES
en agua fría ni llevar a la selva. Su padre
debía abstenerse de consumir alcohol y
matar jaguares; solo le estaba permitido
consumir carne de paujil, perdiz, pavas
coloradas o negras, armadillo, guanta y
danta. Si mataba un jaguar en esos días,
el bebé podía enfermarse con diarreas,
vómitos, enflaquecer y morir.
El cordón umbilical se cortaba con la
hoja de tagua para que no hubiera inflamaciones o infecciones y se consideraba
que tenía propiedades medicinales. Se lo
colocaba en un recipiente de agua durante cinco minutos para luego verterlo en
los ojos del recién nacido a fin de que durante su vida tenga buena vista.
La placenta de la madre se enterraba en un lugar cercano y no se la podía
dejar en cualquier sitio porque el niño
podía contraer el mal viento u otras enfermedades que incluso podían llevarlo a
la muerte.
Cuando ocurría un aborto se enterraba el cuerpo cerca de la casa, pero la
madre no recibía visitas familiares. Si la
madre muere durante el parto se la entierra con su hijo o hija en el mismo lugar.
Después de dar a luz la madre no se
bañaba durante ocho días en el río, ni
se adentraba en la selva. Cuando quería
bañarse le pedía al anciano que le contara cuentos contra los malos espíritus
y le preparara para las actividades diarias. Para evitar los problemas, después
del parto las mujeres acudían al iti baikë
o bebedor de yajé, quien protegía tanto
a la madre como a la nueva criatura del
mal viento y de cualquier posible daño
de brujos enemigos. Después del parto se
construía una casa aparte especialmente
para que la mujer viviese durante treinta
días y adonde su familia le llevaba comida. La parturienta tenía un plato aparte.
124
Matrimonio
Tradicionalmente la decisión sobre la
unión de las parejas estaba en manos del
padre y madre de la futura esposa. Ellos
elegían a un joven y lo vigilaban conjuntamente con su hija durante un tiempo, a
fin de constatar si era trabajador, respetuoso, bebedor de yajé, si sabía elaborar
cerbatanas, canoas, remos, cernidores, si
era un buen cazador y pescador.
La mujer antes de casarse vivía lejos
sin ver al pretendiente, no tenía relación
con el muchacho. Sus padres la obligaban
a ir a casa del joven donde se entrevistaban con el padre de él. Si este aceptaba la
propuesta, se hacía la entrega de la hija.
La acostaban en la hamaca, luego ambos
se abrazaban y aceptaban la relación. Escuchaban juntos los consejos de los padres, madres y ancianos y el matrimonio
se daba por hecho. No había más ceremonias de casamiento ni fiesta alguna.
Otra manera consistía en ofrecer
yocó a la novia en la mañana. Luego de
que tomaba la bebida sus padres le aconsejaban, la llevaban donde el joven y la
entregaban. Le acompañaban su abuelo
y abuela para aconsejarles sobre el bienvivir. Cuando surgían problemas en la
pareja podían intervenir los padres de
los desposados para corregir las malas
inclinaciones.
SIONA
sa que puede ser el fin del mundo, pero
recurre a sus shamanes quienes tienen la
capacidad de arreglar el mundo tomando
yajé.
Cuando un siona moría se le colocaba
trozos pequeños de madera en las orejas
y en la nariz para que fuera recibido de
buenas maneras en el otro mundo. En la
despedida funeraria todos los visitantes
tenían la obligación de pintarse la cara
con barro blanco y rojo. Esto se hacía
para evitar maldades de bebedores de
yajé que no han culminado su preparación espiritual. El cadáver se colocaba en
la hamaca. Los familiares lo abrazaban y
lloraban. Se lo velaba durante un día para
después proceder al entierro.
Luego del fallecimiento el espíritu
sale del cuerpo, observa a su familia y le
comunica al yage cuquë. Luego visita a
sus familiares y regresa al cadáver para
levantarlo y llevárselo al otro mundo.
Después será el yage cuquë quien dialogará y mantendrá una buena relación con
el espíritu del fallecido. Esto puede durar
unos tres o cuatro meses para luego desaparecer. A veces el espíritu del fallecido
se transforma en un ser negativo y será
el yage cuquë quién intentará controlar
los daños que pudiera ocasionar. La casa
del fallecido era purificada por el yage
cuquë con hojas de mameco’co (Pariana
Radiflora) a fin de expulsar a los espíritus negativos.
Si el muerto era un sabio, las mujeres
embarazadas, los niños y niñas no podían estar en su velación. Si moría algún
personaje poderoso como el yage cuquë,
se le echaba agua al cuerpo para que se
pudriera, no pudiera levantarse y causar daño a las gentes. Con el agua que se
servía otro yage cuquë se le quitaba poder, sus conocimientos y su sabiduría,
ya que en el caso de que despertase una
vez muerto, podría hacer daño a la gente. Esta costumbre se sigue manteniendo
aún.
La ropa del muerto no se podía botar,
más bien se la quemaba para que se vaya
con el fallecido al otro mundo. Los seres
queridos al fallecer eran enterrados dentro de la casa para tenerlos cerca porque
seguían existiendo: aunque con otro tipo
de vida, estaban presentes.
Muerte
Cuando el día permanece todo oscuro –
cuenta Víctor Yiyocuro, iti baikë siona- el
aire sopla fuerte, en el cielo se escuchan
truenos y otros sonidos diferentes; la naturaleza se llena de espíritus malos para
atacar a la humanidad, matar a alguien.
Puede provocar terremotos y destruir el
mundo. El pueblo siona se asusta, pien-
125
SIONA
SUBSISTENCIA
Los sionas basan su alimentación en los
productos de la huerta (tsio), la caza y la
pesca. En menor medida, la recolección
de frutos y plantas silvestres. La yuca
y el plátano son los productos que más
se cultivan, y en menores cantidades se
siembran maíz, zapote, camote, uva de
monte, chontaduro, caña, cacao, guaba,
arroz, café, aguacate, papaya, piña, morete, naranja, mango, borojó, arazá, fréjol,
cebolla blanca, achiote, naranjilla y toronja. En la comunidad de Puerto Bolívar
se cultivan cuatro tipos de yuca: blanca,
negra, amarilla y venenosa; tres tipos de
maíz: blanco, amarillo y rojo (siona). Este
último se encuentra en peligro de desaparecer porque las nuevas generaciones no
se interesan en cultivarlo. En cuanto a
insectos y gusanos, se consumen únicamente el chontaduro y el mayón.
Chicha de chonta: se cocina la chonta y
cuando está muy suave, se la cierne.
Chicha de yuca: se cocina y maja la yuca,
se mezcla con agua para tomar. Se puede
tomar fermentada o como jugo.
Chicha de yuca con camote: se cocinan la
yuca y el camote, se majan y se mezclan
con agua.
Chicha de chonta con maduro: se prepara igual que la chicha de chonta, pero al
final se le agrega maduro cocinado y se
cierne.
Existen plantas obtenidas por los
yage cuquë de los reinos celestiales y que
contienen poderes para la cacería y la
pesca. Vickers menciona las siguientes:
el bulbo de la planta mágica (nuni o piripiri) (Cyperus) es frotada en la puntas
de las lanzas y en las manos para que el
animal no escape.
El término (ma?ña) es una clase de
planta que se considera perfume. Sus hojas se cortan por la mitad y se ponen en
el hocico de los perros de caza (se los especializaba en seguir el rastro de los animales). También se frotan en los hilos y
anzuelos en el caso de la pesca.
Algunas recetas de la culinaria siona son:
Casabe: tortilla de yuca, asada en un tiesto. Se hace con yuca cruda, rallada y exprimida.
Fariña: Harina de yuca elaborada con
yuca podrida y tostada.
Colada de maíz con maduro : preparada con plátano majado y maíz molido.
126
animal tiene un guardián específico), seres espirituales que guardan a los animales en un corral y son quienes posibilitaban que los animales se acercaran a las
áreas pobladas. Después de las visiones y
observando cómo amanecía, avisaba a la
gente que podía ser un día propicio para
la caza. Según Vickers (1989), la creencia de los sionas se fundamenta en que
mientras mayor es el poder del shamán,
mayor será la abundancia de los alimentos obtenidos. Cuando los cazadores han
tenido mala suerte acuden donde el shamán para que realice rituales de yajé para
atraer a los animales. El ritual más elaborado es el que sirve para atraer la danta (Tapirus terrestres) debido a que su
carne puede proveer de alimento a gran
parte de la aldea.
Caldo de pescado y maíz: preparado con
maíz seco y molido.
Cacería
Chucula: se cocina el maduro hasta que
esté suave, después se lo aplasta y se mezcla con agua.
Tradicionalmente la provisión de proteínas procede de la caza y la pesca. El yage
cuquë a través de la toma del yajé negociaba con los jefes de los animales (cada
La (Wẽquë) (comezón de la danta)
(Xanthosoma) es una planta que se cultiva, sus hojas son similares a las orejas
de la danta. Se cocina con plátano y se la
da a los perros para que la danta no se les
escape.
La (Yahuë) (comezón de saíno) (Xanthosoma) se prepara y se usa de la misma
forma de la (Wẽquë–ca´o). Sirve específicamente para atrapar saínos o pecaris
de collar (Tayassu tajacu).
Los sionas usaban los siguientes instrumentos de caza:
Trampa Acaba. Elaborada con piola de
chambira y caña guadúa.
Trampa Yocoturubë. Red de chambira.
Lanza. Elaborada con madera de chonta,
de punta bien afilada.
Jëohuë. Bodoquera elaborada con madera
de chonta o madera de wito en la que se
introducían flechas delgadas elaboradas
con chonta, envueltas en algodón silvestre
obtenido del ceibo, en cuya punta se colocaba el veneno denominado sima. El objeto para cargar las flechas, huajo turubë,
era elaborado con caña guadúa y cuerda
de chambira. En un pequeño calabazo se
guardaba el algodón y los colmillos de piraña que se colocaban un poco más abajo
de la punta de las flechas o dardos, y servían para enganchar sólidamente el dardo
a la presa y evitar que se saliera con facilidad.
Tëtopebë. Trampa elaborada con palos de
madera de chonta o pambil. Servía preferentemente para la caza de guatusas, guatines y guantas.
Sesosarahua. Arpón construido con hierro, mango de madera y piola de chambira que no era elaborado por los sionas
sino que se compraba en Perú o Colombia.
Con este se cazaban la tortuga gigante, la
charapa y grandes peces como el paiche o
grandes mamíferos de agua como el manatí (vaca marina).
El uso de las trampas acaba y tëtopebë requería de que el cazador estuviera escondido y vigilante de los animales, para en
un momento oportuno activar la trampa.
La trampa yocoturubë se colocaba en cuevas en donde se escondían los animales,
servía preferentemente para cazar guantas. Cuando los sionas conocieron la escopeta, colocaban pepas machacadas de
la planta ñumi en el calibre para atraer a
127
SABERES ANCESTRALES
las presas. Este dato demuestra la combinación de los saberes tradicionales con la
tecnología occidental.
Los cazadores para atraer a sus presas
utilizaban diversas estrategias, por ejemplo, imitaban el sonido de los animales
como capibara, danta, guatusa, tucán,
pava colorada o perdiz para que estos se
acercaran y facilitar así su apresamiento.
Uno de los lugares preferidos para
la cacería eran los tuaro (saladeros), término que se utiliza para denominar a la
tierra salada comida por los animales.
Ahí se podían encontrar: danta, sajino,
huangana, pavas, pavas negras, venados,
paujiles, entre otros.
Los animales preferidos más cazados
por los sionas eran el chorongo, mono
aullador, danta, paujil, pava colorada,
pava negra, sajino, guangana, guatusa,
guatín, guanta, capibara, pato, pato de
monte, guacamayos, loros y lagartos. El
animal que más prestigio daba al cazador
era la tortuga gigante gou (de unos 80 cm
de largo) porque su carne era una de las
preferidas de la población.
También tenían un grupo de animales que les estaba prohibido comer: gallinazo, garza, nutria, jaguar, todas las
especies de sapos, todas las especies de
serpientes y los venados. Se consideraba
que el venado tenía un espíritu que conversaba con el iti baikë, por lo que se lo
debía proteger.
La mayor parte de las veces la caza
era individual o solo un hijo acompañaba al padre. Los niños participaban para
aprender progresivamente el arte de la
caza, practicar las técnicas y ayudar a
cargar lo cazado. Normalmente la caza
era de un día o de unas horas según la
suerte del cazador. Las niñas solo podían
acompañar a su padre o sus hermanos
cuando se trataba de cacerías familiares que duraban varios días. Pocas veces
128
iban en grupo, quizás porque habían visto una manada de huanganas, entonces
uno avisaba a otros y juntos iban con la
esperanza de que cayeran unas cuantas
presas. Esta práctica se mantiene hoy
en día. Otras veces, cuando escaseaba la
caza cerca de la población y se tenían que
desplazar más lejos, planificaban ausentarse varios días y llevaban provisiones,
iban en grupo, incluyendo mujeres y niñas. Era entonces que utilizaban la sewa
Huë´e (casa de tagua) o la oraHuë´e
(casa de pambil) que eran las casas pequeñas alejadas de las poblaciones. Al
término de la expedición se repartían lo
cazado entre las diferentes familias participantes de una manera ordenada.
Noviembre, diciembre, enero y febrero eran los mejores meses para la cacería, porque en este tiempo llovía poco,
se secaban los esteros y los animales se
acercaban más a las orillas de los ríos en
busca de agua. El peor mes era abril, ya
que llovía demasiado y casi no se salía de
la vivienda.
Los sueños podían predecir el éxito o
no de la cacería. Abrazar a una persona
de otra nacionalidad en sueños era el augurio de una cacería, si se soñaba en tomar chontaduro o chicha de yuca el presagio era el de una caza exitosa de sajino
o huangana; chupar sandía en sueños, en
cambio, era el indicio de una caza exitosa
de danta.
Antes nunca se quitaba la piel a los
animales: se les sumergía en agua caliente para quitarles los pelos o las plumas, a
excepción de las perdices que se desplumaban inmediatamente después de matarlas. Los sionas nunca chamuscaron a
los animales para sacarles la piel, esa es
una costumbre introducida.
SIONA
Pesca
Teodora Piaguaje aconseja a sus hijos e
hijas que antes de salir a la pesca preparen la carnada (presa) para el anzuelo,
frutas, carnes, gusanos, grillos, pescado;
se soplan las carnadas –dice- y se meten
en una fundita para llevarlas al río. Según
el tipo de pez que se quiera pescar así es el
tipo de carnada. Frutas se ponen para zabalete, zábalo, garopa, paco; carne de res
para zabalete, zábalo, paco, piraña, bagre,
picalón, corvina, paiche; gusanos de morete para garopa, zabalete, zábalo, mojarra, ratón; grillos para zabalete,
zábalo, garopas. Si se lleva arpón la noche anterior se toma
un líquido hecho con tabaco. Cuando el pescador
sale a pescar le huelen
y
le siguen, siendo así
fácil,
sobre todo, la pesca de
charapa y paiche,
también
puede asomar la vaca marina.
Practicada por todas las familias sionas, la pesca es una actividad fundamental
para la provisión de proteínas. Las técnicas y la construcción de los instrumentos
para esta actividad se aprendían progresivamente desde la niñez en cada una de las
familias. Por las noches se acudía donde el
iti baikë o algún sabio o sabia para tomar
tabaco, escuchar relatos que facilitaban la
pesca y conversar sobre las técnicas a utilizar.
Para pescar se utilizaban la barra, palo
o caña de pescar, fabricada con ramas largas y rectas del arbusto llamado moño. La
cuerda o piola era de chambira y el anzuelo se elaboraba con hueso de armadillo.
Se utilizaba una trampa que se colocaba en los ríos o esteros. La trampa tenía forma de jaula y estaba elaborada con
hojas de canambo, amarradas con cuerda
de chambira. Cuando las presas entraban
ya no podían salir. Para atraerlas, en
su interior se depositaban alimentos apetecidos por los peces,
según Vickers (1989): gusanos de tierra pequeños
y grandes, larvas de
palma, saltamontes, avispas,
trozos de
carne
y plátanos
y fruta de
palma (Bactris y
Mauritia).
Otra manera consistía en
colocar palos de pambil con una
ranura en el medio en ambos lados de
un río con bajo caudal, cuando aumentaba
el caudal los peces ingresaban por la ranura, subían a la parte alta, la ranura se cerraba y quedaban atrapados. Otra técnica
consistía en botar comején al río tres veces
y los peces venían en grandes cantidades,
lo cual era aprovechado para pescar. También se barbasqueaban ríos o lagunas con
bejuco silvestre que se encontraba en la
selva: se lo cortaba, machacaba y se botaba al río. Luego de 5 o 10 minutos, los peces quedaban debilitados y lentos, factor
que debía ser aprovechado de inmediato:
se debía matarlos con machete o arpón,
antes de que el efecto del barbasco termine y los peces escapen. El barbasco no
perjudicaba a los peces ni a la salud de la
gente, los huevos quedaban intactos y en
el fondo de los ríos. Para esta técnica se
preferían los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero por las pocas lluvias.
Cuando se barbasqueaba, participaban
niños, niñas, jóvenes, mujeres y hombres,
porque siempre había que coger, lo más
rápido posible, muchos pescados. Las mujeres embarazadas no podían entrar en las
aguas, ya que el feto podía ser afectado. Si
la mujer estaba menstruando también se
le prohibía la entrada para que no dañara
129
SABERES ANCESTRALES
la pesca. El organizador de la barbasqueada invitaba a mucha gente, cada uno cogía
todo lo que podía. A quienes no atrapaban
nada, se les regalaba pescado. Se corría
el riesgo de picaduras de raya las cuales
podían ser mortales, pero si se atendía al
enfermo con plantas medicinales se podía
curar.
Las canoas y embarcaciones pequeñas
(quillas) se construían con madera de cedro de acuerdo con el siguiente procedimiento: se vaciaba el tronco del árbol con
azuela y hacha; se llevaba la canoa al patio
de la casa del dueño del árbol en donde se
la limaba para dejar completamente lisa
la superficie interna y externa; y se la quemaba de la siguiente manera: se la llenaba
con hojas secas de canambo o de morete y
palos, se ponía un tipo de barro especial en
los bordes para protegerlos, se la colocaba
boca abajo y se prendía fuego.
Los peces para la alimentación del pueblo siona eran: zábalo, zabalete, palometa,
bocachico, pintadillo, tucumari, mojarra,
pez ratón y paco. Los peces prohibidos de
comer: bagre, zapote, barbudo, piraña, pez
eléctrico y pez sapo.
El pez más complicado para pescar era
el bocachico porque no se alimentaba de
frutas, sino de tierra y no se podía pescar
con anzuelo. Para atrapar pirañas (buñu)
(Serrasalmus) se golpeaba el agua. Los
colmillos de piraña se usaban en las flechas y dardos de las bodoqueras (jëohuë).
Tsió (horticultura)
La tsió o huerto se ubicaba cerca de la
casa, preferentemente en un sitio con pocos árboles y su dimensión no superaba la
hectárea. Los árboles que se querían tumbar se descortezaban por abajo para irlos
secando; se recogía todo tipo de ramas y
hojas, se amontonaban y se quemaban al
lado del árbol, de esta manera se lo iba secando hasta que se caía. Luego se quemaban los rastrojos.
En los huertos se sembraban yuca, plátano, camote, maíz, entre otros productos;
árboles frutales como caimitos, guabas,
uvas, verdes, chontaduros y papayas. Con
los machetes bien afilados (para lo cual se
utilizaba una piedra llamada huati diubë)
y con palos de pambil se colocaban los esquejes de yuca o de verde. El yagé waquë
era el encargado de proteger la tsió, invocando a los espíritus y alejando los maleficios. Las semillas que se reservaban para
la siembra se guardaban encima del fogón
para que con el humo se protegieran y no
se malearan, ni quedaran a expensas de los
gorgojos.
La primera semana de agosto era la
más apropiada para sembrar yuca, plátano, camote, maíz y otros productos. En ese
tiempo cantaban las cigarras y se decía que
protegían las semillas. De manera general
se sembraba en luna llena porque se consideraba que la semilla se agranda al igual
que la luna19. Cuando el tucán cantaba no
se podía sembrar el chontaduro porque la
semilla tomaba la forma del ojo del tucán
y perdía su fertilidad. Si las loras y pericos
empezaban a comer el maíz se untaban con
brea de nido de abejas para protegerlo.
Hombres y mujeres, niños, niñas y jóvenes colaboraban con las tareas de la tsió.
La mujer en los días de menstruación no
podía trabajar en ella, ni podía salir de la
casita que se le adjudicaba para esos días.
No podía cruzarse en el camino de los yage
cuquë pues le provocaría enfermedades.
Las embarazadas sí podían trabajar en la
tsió.
Todo lo cultivado era para el consumo familiar o para intercambiar entre las familias.
ALFARERêAÊ Y
CESTERêA
Tradicionalmente los sionas han utilizado varios objetos cerámicos vinculados a
sus actividades cotidianas y religiosas. Su
elaboración es una tarea exclusiva de las
mujeres. El origen y aprendizaje de este
arte se encuentra en el siguiente relato
mítico recogido por Vickers (1989).
Una mujer no era bien vista por un
grupo de mujeres quienes fueron un día a
traer arcilla (sotó) y se trasladaron a una
quebrada. La chica quería acompañarles
y pidió permiso a su madre quien la autorizó. Fueron todas. El grupo se encontraba en la orilla
y la mujer sola, en la
quebrada. El grupo
sacó arcilla, tiró a la
mujer y la enterró
con el material, dejando libre su rostro. Ella trató de
desenterrarse con
su mano. Cuando
salió de la quebrada
se encontró con un
tigre (sotó yái) y le
contó lo que le había sucedido. El tigre
le dio su apoyo y le aconsejó bañarse. Ella
lo hizo. El tigre fue a la quebrada y trajo
ollas, la muchacha recogió grandes cantidades de ollas para cocinar (cuacoró).
El grupo de mujeres, mientras tanto se
encontró con el esposo de la mujer, le dijeron que ella seguía en el sitio de sotó.
El esposo acudió a verla y ella le relató
los sucesos de ese día. Juntos tomaron
las vasijas y las llevaron hasta la chacra.
Algunas fueron traídas a la casa y por su
calidad fueron admiradas por el grupo de
mujeres que molestaban a la chica. Había
ollas, platos, tiestos y socoteñá (platos
grandes de arcilla para cocinar casabe).
La mujer prestó las ollas tan solo a las
mujeres que no le fallaron, aquellas con
las que simpatizaba. Las ollas eran finas,
no se quebraban y fueron usadas como
modelos para crear nuevas ollas, que imitaban su decoración y técnica.
Como resultado,
ante el dominio de
la técnica alfarera
de la muchacha, el
grupo de mujeres
que la envidiaban
hechizó al esposo y
él murió. Este arte
fue disperso gracias a la madre de
su esposo, una vez
que la mujer murió
por vejez.
De manera general la elaboración de
los distintos objetos cerámicos sigue los
siguientes pasos: búsqueda y extracción
de arcilla apropiada en las riberas de
los ríos y lagunas; extracción de la corteza del árbol denominado yaso la cual
se quemaba en el fogón para obtener su
ceniza; mezcla de la ceniza con el barro,
producto con el cual se confeccionaban
19 En cambio, para cortar árboles maderables para la construcción de casas es mejor la luna nueva u oscura ya que la
madera está más dura en ese momento.
130
131
SABERES ANCESTRALES
distintos objetos cerámicos, para lo cual
se utilizaba la wahuepebë (nivelador de
cerámica).
Los objetos cerámicos sionas son:
Cuacobë, Olla para recoger agua. Cuacoro, olla para cocinar los alimentos y
preparar yajé. Yage Ocubë, recipiente de
forma circular exclusivo para beber yajé,
no puede ser topado por personas no autorizadas. Trompeta de cerámica, utilizada antiguamente para convocar a la población a reuniones, la pesca y la cacería.
Con las fibras de varias palmas los sionas elaboran objetos para el descanso,
aseo personal,
preparación de
alimentos y carga de productos. El origen y
aprendizaje de
estos
objetos
guarda relación
con un relato
mítico recogido por Vickers
(1989),
sobre
un curaca que
aprende a hacer
canastos y otros
objetos.
Cuando los miembros de un caserío
salían de cacería se encontraron en una
laguna bastantes sábalos (maoso). Algunos fueron en busca de barbasco. Cuando
barbasquearon el sitio, obtuvieron gran
número de sábalos, pero el curaca pudo
observar a los juri–juri, seres míticos del
monte que solo pueden ser discernidos
por los curacas. Estos seres habían advertido a los humanos que no consumiesen
los maosó pero algunos no lo hicieron.
132
El curaca fue a buscar a los juri-juri
y al ingresar en sus casas encontró cosas
tejidas, como abanicos, rejillas, cernidores, y aprendió su elaboración. Los
seres míticos mencionaron que las canastas servían para almacenar especies de
plantas que se comen como frutas. Antes
de retornar, al curaca se le advirtió de
que consiga un tronco con un hoyo donde
pueda escapar de ellos. Al lado del hoyo
debía existir una especie de planta que
se convertiría en perro y que ladraría cuando se alejaran los juri-juri.
Quienes comieron los pescados fueron atacados y perdieron sus ojos, así
como aparecieron en ellos garras. En
otros
casos,
como
aconsejaron
los
juri-juri, el curaca quien se
salvó al igual
que su hermana, lanzaron
a
quienes
carecían
de
ojos, pepas de
chonta y se
convirtieron
en puercos. Al siguiente día el curaca regresó con otros aldeanos para vengarse
de los seres espirituales: llevaron cinco
canastas de ají y colocaron debajo del árbol donde se encontraban.
Hicieron un fogón y empezaron a
quemar el ají que les provocó tos a los
enemigos. Poco a poco fueron muriendo, incluso mayores y niños. Sobrevivió
un bebé que fue llevado donde la gente
de la aldea. Allí fue criado allí. Cuando
SIONA
creció, mató a un bebé de esas personas
y escapó. Huyó gracias al viento a quien
pidió ayuda.
Los sionas elaborán los siguientes cestos
y objetos tejidos:
Jijebë. Cernidor elaborado con la fibra
de wigosa. Sirve para cernir la chucula y
el yajé. De acuerdo a la forma del tejido
existían tres tipos de cernidores: siaro
jigebë (cernidor de cuadro); tséquebë
(cernidor en forma vertical); aojijebë
(cernidor de uno en uno).
Memeña. Bandeja elaborada con fibra
de chambira. Su procedimiento consistía en recoger el cogollo tierno de la
palma, cortar por la mitad las fibras,
para luego tejerlas con la forma de un
plato o bandeja. La bandeja con casabe
y ají se colocaba en el piso de la vivienda, alrededor del cual se sentaban los
familiares para comer.
Jaëba. Aventador de forma
cuadrada usado para avivar el
fuego. Se elabora con fibra de
cambira.
Yuasëabo. Escoba elaborada con un
bejuco denominado ñama ya’i, servía
para barrer el patio y el interior de la
vivienda.
Turubë. Bolsa tejida con fibra de chambira, elaborada únicamente por las
mujeres.
Jaërë. Red elaborada con fibra de
chambira, palma que en pai coca se
denomina Ñocua. Se recogía el cogollo
tierno ubicado en parte inferior de las
hojas. Se lo cocinaba, luego se lavaba
en el río para finalmente ponerlo a secar al sol.
Para dejar las fibras delgadas y flexibles
se las torcía con la palma de la mano en
la pierna, trabajo que se realizaba de tres
a siete de la mañana luego de haber tomado yoko. Las fibras se coloreaban con
achiote y curí. Posteriormente se procedía a tejerlas.
Dorohuë. Canasto elaborado con el bejuco ñamaya’i
que servía para cargar
morete (neé), madroño
(majaro), leña (jeca), coco
(veto), carnes ahumadas
(hua’i sëyose´e).
133
SABERES ANCESTRALES
134
SIONA
135
NACIONALIDAD
A’I
A« I
HISTORIAÊ E
IDENTIDAD
Aguarico Na’esu A’i (gente del Río Aguarico) es el término con el que los A’indeccu
se autodenominan. Luego de la invasión
española, se llamó cofán a esta nacionalidad. Robinson (1996: 23) señala que cofán
es un término occidental que se refiere a un
grupo de personas que hablan un lenguaje
común y que viven en las fuentes de dos
grandes ríos del Alto Amazonas, el Aguarico y el San Miguel pero la designación es
desconocida para los A’indeccu: “nosotros
nos llamamos A’i (A’indeccu, en plural)
que quiere decir gente, persona. Cofanes
nos llamaron los españoles y no sabemos
bien qué significa…”. (Criollo, 2002: 74).
Su territorio ancestral se ubicaba en lo
que actualmente constituye una porción
de la zona fronteriza amazónica colombo-ecuatoriana ubicada entre los ríos San
Miguel y Guamués al norte, Aguarico al
sur, hasta las estribaciones de la cordillera oriental al oeste, y la desembocadura
del San Miguel en el Putumayo al este.
Actualmente en Ecuador, habitan en la
provincia de Sucumbíos en los cantones
Cuyabeno, Lago Agrio, Cascales y Gonzalo Pizarro.
De acuerdo con su tradición oral, los
A’indeccu vivieron originariamente en
las cabeceras del río Aguarico, a orillas de
los ríos Cofanes y San Miguel, separados
en grupos dispersos que se juntaban para
enfrentar episodios guerreros. Aparecieron en la selva cuando su principal deidad Chiga los creó y vio nacer todo lo que
ahora se encuentra (Calífano, 1995: 75).
Durante la época colonial el territorio
de los A’indeccu fue incorporado como
parte de la gobernación de Quijos: en
1538 se fundó el poblado de Ecija a orillas
del río San Miguel. Los intentos de los jesuitas por reducirlos y evangelizarlos tuvieron poco éxito. En 1611 fue asesinado
el sacerdote Rafael Ferrer y el poblado de
Ecija, abandonado. Los jesuitas refundaron Ecija en 1606 con el nombre de Ecija
de Sucumbíos con la finalidad de llevar
adelante la reducción y evangelización de
los A’indeccu y sus vecinos sionas.
La estructura social se basaba en familias extensas patrilineales lideradas
social y espiritualmente por el atesu
(shamán). El shamanismo A’i era el eje
sobre el cual giraba la sociedad. A través
de los rituales para beber yajé se lograba
manejar la cacería, actividad fundamental para la subsistencia de las unidades
familiares, además de predecir potenciales eventos destructivos.
Hasta 1945 y los años posteriores, en
que ingresaron el Instituto Lingüístico de Verano (ILV) y las petroleras, los
cofanes tuvieron poco contacto con el
mundo exterior. Su cambio cultural comenzó cuando los misioneros del ILV
iniciaron el proceso de evangelización y
educación bilingüe (español-a´inagae)
mediante convenios suscritos con el Estado y, por otro lado, se intensificaron las
actividades extractivas de exploración
y explotación hidrocarburífera en la re-
gión. El impacto de la colonización en el
área fronteriza ecuatoriano-colombiana
produjo un gran crecimiento comercial e
industrial en los principales centros urbanos como Orellana y Lago Agrio, en el
margen ecuatoriano, aspecto que impactó sustancialmente la estructura sociocultural de los A’indeccu.
Aunque mantienen relaciones de parentesco y comparten similitudes culturales con los siona y siekopai, su lengua,
denominada A’ingae, es distinta a la de
estas nacionalidades y no se ha identificado una filiación clara con las familias
lingüísticas sudamericanas. En Ecuador,
el A’ingae presenta dos tipos dialectales:
el grupo A’i del Aguarico que habla suave y un poco rápido y el de quienes viven
a orillas del río San Miguel, que hablan
fuerte y lento. Algunas palabras y contenidos en los dos dialectos cambian. En
todas las comunidades el español es segunda lengua, en algunas, como Dovuno,
se entiende el runa shimi (quichua). El
A’ingae es utilizado cuando hay asambleas y congresos con traducción, para
que todos los participantes comprenden
lo expuesto. El español se utiliza en reuniones con autoridades mestizas. Solo
los ancianos entienden poco el español y
requieren de traducción.
tria), Coyuvi (pava negra), y Tini (alacrán). También se pueden mencionar los
nombres de la quebrada Tururu naiqui
(quebrada de Tururu), y de los siguientes
ríos: Tutuye’qui, (río de las ardillas), Kufaje na’en (río de hojas para hacer casas)
y Chhuchhufindie’qui (río de los remos
de madera), todos afluentes del Aguarico; Durenuqui (río Dureno), Sian Na’en
(aguas negras), Eno naiqui (río Eno),
Pisurie na’en (río Pisurie), Eraiqui (río
de conchas), Avusie (río de Bocachico),
Tutua naiqui (aguas blancas), Chandia
Na’en (río de agua clara) y Tsakhumbio
na’en (río de poca agua).
Entre los A’indeccu todavía subsisten
algunos nombres propios como: A`tse
(picaflor) o Quiya (guatusa). La pérdida de nombres tradicionales se debe, en
gran medida, al hecho de que el Registro
Civil obliga a los hombres y mujeres de
pueblos y nacionalidades originarias a
utilizar nombres occidentales. Los apellidos Lucitante, Omenda, Queta, Quieta, Quenamá y Criollo son considerados
antiguos. Suelen usarse los siguientes
apodos: Singo (negro), Tiriri (ardilla pequeña), Chanangue (guanta), Chupipi,
Pipiro (mancha mongólica), Chuni (nu-
* Colaboración de Juan Carlos Franco.
138
139
A« I
INDUMENTARIA
La vestimenta tradicional A’i se elaboraba con la corteza de kharapacha. El proceso consistía en derribar este árbol, extraer la corteza y medir el tamaño de las
vestimentas que iban a utilizar hombres,
mujeres, niños y niñas.
Las mujeres utilizan:
Khangupachu. Collar de khangupachu.
Añunuchu. Collar de añunuchu.
Para los varones se confeccionaba con
la corteza del kharapacha una túnica sin
mangas hasta las rodillas (undikhuje), y
un pañuelo (fanakhuje) que se pintaba de
rojo con achiote o de negro, utilizando el
fruto de la planta shiño. Para las mujeres se confeccionaba el fuñu (falda) y el
kuntum (blusa). El proceso duraba cinco
días.
Aya Tsu’fe. Collar de San Pedro.
Con el acceso a las telas se incorporaron nuevas prendas como el pantalón
(apechukhu) y el pañuelo rojo en el cuello (fanakhuje) utilizado por los hombres
quienes fueron los primeros en adoptar la
ropa occidental. En la tradición oral A’i se
menciona que los productos de tela fueron
adquiridos a los caucheros a cambio de raciones de caucho negro o blanco. Además
se consideraba que la confección de la vestimenta con la kharapacha era demasiado
laboriosa. Para el undikhuje se utilizan telas negras o azules y eventualmente blancas; para el fuñu (falda que cubre hasta
las rodillas) y el kuntun (blusa que cubre
hasta el ombligo), amarillas, rojas, azules
y verdes.
Afifimbi. Hojas de Angingible.
Firirima. Collar de firirima.
Suku Te’ta. Plumas de tucán.
Tsuthe Tandan’fa. Tobilleras de semillas.
Tive Tandan’fa. Manillas de semillas.
Khangupachu. Collar elaborado con semillas extraídas de los frutos maduros de
la khangupachu.
Añunuchu. Collar elaborado con semillas
extraídas de los frutos maduros que caen
y están en el suelo en la selva.
Tsunsina ejepakhu. Un par de plumas de
guacamayo para introducirse en las orejas.
Tsufatu ejepakhu. Una pluma colocada
en forma horizontal en la nariz.
Dyandyakhu. Corona de plumas
de loro y guacamayo.
Patisa’khu. Cogollo de palma usado como
perfume natural.
Ñumemba. Perfumes naturales.
Patisa’khu. Perfume natural.
Tsufatu ejepa’khu. Adorno para la nariz.
Pikuri Te’ta. Pluma de loro.
Los adornos faciales y corporales se
usan en ocasiones ceremoniales o festivas21.
140
Los hombres usan:
21 Entre las fiestas más importantes constan la fiesta del tsetse’pa y entre las ceremonias ritualísticas de mayor importancia se encuentra la ceremonia de bebida de yajé. Estos dos acontecimientos han sufrido un decaimiento importante
a raíz de los cambios culturales impulsados por las misiones religiosas católica y evangélica, en especial ésta última que
combatió las prácticas shamánicas. En la actualidad la vestimenta tradicional completa solamente es usada por los adultos mayores en eventos organizativos y culturales.
Aya Tsu’fe. Collar elaborado con semillas extraídas de los frutos maduros del San Pedro.
Thesi The’tho. Collar elaborado con colmillos de
jaguares.
Fashakhu’si. Collar
elaborado con semilla de color café
extraída de los frutos que cayeron al
suelo.
141
SABERES ANCESTRALES
Hombres y mujeres se pintan el rostro con
achiote con diferentes diseños y motivos:
Kanjansi tevapa (símbolo que representa
a la boa) o Thesi tevapa (símbolo que representa al jaguar). Los dientes se pintan
de color negro tras mansticar hojas de la
planta zu’je. Los tobillos se pintan con
rayas utilizando el extracto de la planta
shiño. En la cara diseñaban símbolos que
representan
al
kanjansi (boa) o
al thesi (jaguar).
Se maquillaban el
rostro con kuña
(achiote) y singe
te’chu (carbón).
En los antebrazos llevaban perfumes naturales
como patisakhu,
fujukhu’chu,
pan’the,
vajo
akhe’pa,
thsipakhu ñume’mba,
siya,
kanjansi
shufa’pa,
zu’je,
sambiri
zu’je,
ichhuruchu zu’je,
fuje, tia’pa kuña,
uma
tau’pa,
singete’cho.
El uso de adornos
personales
estaba en directa
relación con la
sabiduría, estatus y prestigio social: solo el atesu (shamán) podía usar el thesi the’tho (collar
de colmillos de jaguar) o la dyandyakhu
(corona de plumas verdes de loro y plumas tomates de guacamayo). El Munda
the’tho (collar con colmillos de huangana
o sajino) era utilizado por los discípulos
o seguidores del atesu (shamán). También utilizaban collares elaborados con
semillas de khangupachu, añunuchu y
aya tsu’fe. Se adornaban el cuerpo con un
142
par de collares shasha cruzados, de color
café.
Las perforaciones lobulares y el uso
de narigueras eran comunes entre los
hombres quienes se colocaban un pedazo del tallo extraído de la flor seca de la
caña brava. En ocasiones ceremoniales se
introducían plumas de guacamayo en las
perforaciones de la nariz
y las orejas.
Las mujeres se colocan en los extremos de
la cintura plantas perfumadas de afifimbi y
patisa’khu o kunshumba ñume’mba con la
intención de enamorar
a algún hombre, y depilan sus cejas con una fibra extraída de la palma
pati’saccu para luego diseñarlas con pintura natural de color negro.
En el cuello utilizan algunos collares elaborados con semillas de
khangupachu, añunuchu, aya tsu’fe y firirima,
y collares de plumas de
tucán. En la cara se hacían símbolos que representan al thesi (tigre). En
rostro, muñecas y pantorrillas se pintaban con
kuña (achiote) y singe te’chu (carbón).
Usan tobilleras elaboradas de semillas
de khangupachu. En las muñecas llevan
unas manillas elaboradas con semillas de
sarandango, khangupachu o añunuchu.
En la nariz perforada se colocan plumas
de lora.
Los hombres acostumbraban tener el cabello corto; cuando crecía, se cortaban
utilizando la dentadura de las pirañas.
VIVIENDA
La vivienda tradicional Tsa’u tenía una
dimensión aproximada de 10 por 8 metros y albergaba a una familia ampliada.
Se construía sobre la tierra en un lugar
plano. Tenía forma rectangular sin divisiones internas pero con espacios destinados a distintas actividades. El techo se
elaboraba con hojas de kufaje o zapuje y
cubría la vivienda por los cuatro extremos. Las hojas de kufaje garantizaban
una mayor duración, no obstante, era
importante humear el techo permanentemente a fin de alargar su conservación.
También se arrojaba arena caliente encima del techo, para evitar que los insectos
y otros animales lo destruyan.
El ingreso a la vivienda se ubicaba en
la parte lateral que debía estar con vista
al río, siempre la primera casa de la aldea correspondía al atesu (shamán) más
prestigioso. Las paredes de aproximadamente un metro y medio se construían
con caña guadúa, seis pilares se ubicaban
en los extremos y en la mitad de la parte
más larga de la estructura, y dos pilares
en los extremos más cortos ligeramente
inmersos hacia el interior.
Dentro de la vivienda no había divisiones, en su parte central se colocaban
varios asientos de forma cuadrada elaborados con madera. Allí se compartía
chicha de yuca, de chonta o se brindaba
chucula a los visitantes. En ocasiones se
usaba una canoa inservible como asiento.
En un extremo de la vivienda se ubicaban
tiras de pambil encima del piso que servían de camas para dormir o descansar,
mientras que en el otro extremo se ubicaban los fogones y encima de ellos se
localizaba la pasera en donde se depositaba la carne ahumada. En un rincón se
ordenaba la leña, la yuca, el plátano y las
ollas para la chicha. Los instrumentos de
cacería y utensilios para la preparación
de alimentos también se ubicaban en ese
lado de la vivienda. En la vivienda se realizaban fiestas y ceremonias de boda que
no necesariamente tenían fecha establecida. Estas duraban hasta que la bebida
se acababa.
Junto a la vivienda, en la parte trasera, se construía un cuarto de aproximadamente dos por dos metros, en donde
pasaban las mujeres con menstruación
hasta que su periodo culminara. A ese
cuarto también acudían las mujeres luego del parto.
Los A’indeccu construían una pequeña vivienda de tres por cuatro metros
para que sus mujeres puedan dar a luz. El
techo se construía con hojas shishije (yarina). En ese cuarto se ubicaba un palo al
cual las mujeres debían sostenerse para
facilitar las labores de parto. El suelo
estaba totalmente cubierto con hojas de
guineo. Al parto acudían su esposo y la
sabia (partera) quien solamente intervenía si había complicaciones. Allí permanecía la mujer por una semana atendida
por la partera. Cuando nacía el bebé se
le cortaba y amarraba el ombligo. La placenta se enterraba superficialmente en la
tierra.
143
A« I
POBLACIîN Ê Y
ORGANIZACIîN
SOCIAL
Los A’indeccu se encuentran asentados
en once comunidades en los cantones
Lago Agrio, Cascales, Gonzalo Pizarro y
Cuyabeno con una población estimada de
1.200 habitantes, de acuerdo con el censo
realizado por los promotores de salud A’i
en 2002. Es la nacionalidad indígena con
mayor territorio reconocido y legalizado
en Sucumbíos: 430.000 has.
cofán de asentamiento ancestral Pisurie
Canqque; tiene seis familias y treinta habitantes.
Dureno. Ubicada en la ribera del río
Aguarico, parroquia Dureno, cantón
Lago Agrio. Cuenta con 84 familias y 504
habitantes. Tiene un territorio global de
9.571.6 has, legalizado por el desaparecido Instituto Ecuatoriano de Reforma
Agraria y Colonización (IERAC).
Chandia Na’én. Ubicado en río del mismo nombre, entre el San Miguel y el Bermejo, está inmersa en la Reserva Ecológica Cofán Bermejo del cantón Cascales.
Viven ahí diecisiete familias y 85 habitantes, con una extensión territorial de
55 mil ha a favor de la Federación Indígena de la Nacionalidad Cofán del Ecuador
(FEINCE).
Upiritu. Ubicada dentro del territorio
de Dureno constituido legalmente como
centro A’i de asentamiento ancestral Upiritu Kankhe con una población de veintidós familias y 109 habitantes.
Bovoroe. Constituido legalmente, dentro
del territorio de Dureno, como Centro A’i
de asentamiento ancestral Bavorue, tiene
siete familias y treinta y cinco habitantes.
Ukavati. Se encuentra dentro del territorio de la comunidad cofán Dureno, legalmente constituido como centro A’i de
asentamiento ancestral Ukavati Kankhe.
Cuenta con seis familias y treinta habitantes.
Pisuríe Canqque. Se encuentra dentro del
territorio de la comunidad cofán Dureno, legalmente constituido como centro
144
Duvuno. Ubicada en la desembocadura
del río Duvuno, afluente del Aguarico,
parroquia y cantón Cascales. Son 43 familias y 215 habitantes. Tiene un territorio legalizado por el IERAC de 6.138 ha.
mediante convenio con el Ministerio de
Ambiente. Esta área geográfica no es territorio ancestral de la nacionalidad A’i,
sino de siekopai y sionas.
Los territorios de algunas comunidades
que tienen título de propiedad y los que
están dentro de las reservas son globales.
Cualquier comunero puede trabajar su
chacra, siempre y cuando no sea un sitio
donde anteriormente se cultivó.
Las comunidades A’i tienen comunicación terrestre y mayoritariamente fluvial.
Las comunidades de Sábalo, Chandia
Na’en y Tayo’su Canqque tienen las mayores dificultades de acceso. A Sábalo se
puede llegar solo por río, Chandia Na’en
y Tayo’su Canqque tienen una red de carreteras y caminos por la selva de mayor
o menor calidad. Para las comunidades
Sinangoe, Dureno, Dovuno, Ukavati, Bavoroe, Pisurie Canqque hay, únicamente
los fines de semana, rancheras para el
desplazamiento y acarreo de productos
necesarios para el sustento familiar. Algunas comunidades cuentan con canoas
para llegar a la ciudad.
La Federación Indígena de la Nacionalidad Cofán del Ecuador (FEINCE) se creó
en 1986 para defender sus intereses y derechos colectivos. En este año se constituyó también la organización denominada
CANUNGO liderada por Santiago Vargas y Toribio Aguinda. En 1988, surgió
la organización ACOINCO, presidida por
Toribio Aguinda y Abdón Yumbo. Duró
dos años. En 1991 se creó la OINCE que
estaba liderada por Randall Borman como
presidente y Delfín Criollo como vicepresidente. La FEINCE como organización de
derecho surgió bajo la dirección de Abdón
Yumbo y José Quenamá hasta el año 1995;
de 1996 a 1998 fue dirigida por Toribio
Criollo y Emeregildo Criollo. Desde 2004
está dirigida por Luis Narvaez Córdova
miembro del Centro Cofán Sinangoe, filial
de la federación.
Tayo’su Canqque y Bermejo. Constituidos en centros que ocupan territorio de
la Reserva Cofán Bermejo, con una población respectiva de cuatro y siete familias, y 65 habitantes.
Sinangoe. Se encuentra localizada en el
alto Aguarico, parroquia Puerto Libre,
cantón Gonzalo Pizarro, en territorio de
la reserva Cayambe Coca. Posee 15.000
ha. Es una comunidad de veinte familias
con un total de 110 habitantes.
Sábalo. Se encuentra a las orillas de los
ríos Aguarico y Sábalo, cantón Cuyabeno, formado por 33 familias, emigrantes
de Dureno, y 165 habitantes. Su territorio
es de 120.000 ha en la reserva Cuyabeno.
Su reconocimiento territorial se realizó
145
MUNDOÊ ESPIRITUAL
PERCEPCIÓN DEL TIEMPO Y ENTORNO
Hay dos estaciones: verano (sambuite) que dura de noviembre a febrero. Los
ríos están secos y claros, en las playas se
recolectan huevos de charapas (tortuga
de río) y leña para la cocina. El invierno
(sanfaite) corresponde a los meses de junio, julio y agosto. En este periodo inician
las lluvias fuertes, los ríos crecen y el agua
está sucia, de color arcilla.
Sambaite es la temporada cuando los
ríos y esteros se encuentran bajos, es época de huevos de charapa. La gente acude
a las playas y sigue el rastro de las charapas hasta encontrar el nido. En cada nido
se puede encontrar entre quince y veinte
huevos. En sambaite, la gente barbasquea
en los brazuelos de los ríos para coger bocachicos, bagres, pintadillos y sardinas.
Los animales del entorno A´i son:
venado (Shan’khu), guanta (chanange),
puerco de monte (munda), sajino (sakira), mono aullador (a’chu), pava colorada (pa’un), pava negra (kuyuvi), mono
machin (fatsi), chichico negro (chi’me),
guatuso (kiya), guatín (ku’ño), khachapa
(lora), guacamayo (un’mando), armadillo (iji), chorongo (kun’si), ardilla (tutuye).
COSMOVISIÓN Y MITOLOGÍA
La concepción22 que tienen los A’indeccu,
sobre Dios, el cosmos y el tiempo están
articuladas. “El universo está constituido
por tres espacios: cielo, tierra y mundo
subterráneo. Chiga es el Dios supremo y
a él se oponen los cocoyas. Chiga es eterno, es un Dios transformador.
dios, la luna es el dios de la noche. Coeje
(sol) es hombre y Ccuvu (luna), mujer.
En cambio las estrellas o’fe son de origen
y naturaleza humana, escapadas de la tierra por haber matado a su padre, que es
del mundo subterráneo, y por abandonar
a su madre, que es humana y de naturaleza terrestre. Lo que brilla de las estrellas
son sus ojos (tsu’fe).
La tierra es el lugar donde habitan los
humanos y los kukuyas que son casi como
las personas, pero tienen alas. Los kukuyas son bravos y cuando están enojados
vienen a comer a la gente, aparecen como
tigres, boas, garzas, como gente misma.
Pueden enamorar a las mujeres y tener
hijos. Tienen una connotación negativa
pero también positiva: la boa es madre y
dueña de los peces, pero también de los
animales del bosque. Todos los animales
de la selva tienen su dueño: el tigre tiene
su boa, el tigrillo tiene su boa, el mono
tiene su boa, cada una de esas boas tienen un nombre diferente: ttesi cajansi
es dueña del tigre, con’si ttesi es dueña
del mono chorongo, pero este es tigre. El
shamán (atesu) es el único que puede hablar con los dueños de los animales y con
los kukuyas, puede hablar con los dueños
de las huanganas para dejarlas salir de
los huecos y que la gente las mate.
Sanfaite es la temporada de creciente
de los ríos y de días lluviosos. Algunos
animales como los chorongos se encuentran gordos. Los A’indeccu pescan con
red y atarraya para atrapar bocachicos.
Antes de que esta época llegue se recoge
abundante leña para ocuparla durante la
temporada de lluvia.
En el tiempo de los orígenes sólo existía Chiga. La tierra terminó por un diluvio y se salvaron dos personas, todo era
lodo. Y apareció Chiga y les entregó una
envoltura, en ella había una lombriz que
comía la tierra y defecaba. De sus excrementos aparecieron hierbas, luego árboles pequeños y animales, hasta llegar a
tener todo lo que existe en la actualidad
para poder vivir.
En la tierra existe gente de monte (invisible), que se manifiesta solo a personas
escogidas por ellos, y que según las leyendas son gente cofán que se transformó
así para no desaparecer nunca.” (Blaser
2009: 27-28).
Los árboles más conocidos por los
A’indeccu son el cedro, laurel, ceibo, bálsamo, caoba, guayacán, chuncho, manzano, entre otros. Entre los frutales está el
caimito, zapote, guabas, madroño, uva,
morete y ungurahua.
El cielo y el mundo subterráneo son
como la tierra en forma y contenido: hay
ríos, selva, gente y animales. En el cielo
están los astros: el sol, la luna y las estrellas; pero el sol y la luna son de distinta
naturaleza que las estrellas. El sol es un
Dos tiempos diferenciados subyacen
en la cosmovisión del pueblo A’i. El primero relativo a los orígenes del mundo y
los sujetos que lo pueblan; y el segundo
correspondiente al tiempo actual que se
Chiga
presenta alejado de los seres humanos.
Chiga la principal deidad creó “el universo y sus diversos planos, los hombres,
animales, elementos ergológicos, y la introducción de ciertas pautas de conducta
social. Chiga es uno, eterno e increado.
Con su voluntad moldea al universo a
partir de un trozo de tierra y de los deshechos de un animal. La tierra se llega a
convertir en una isla, lo que supone una
extensión acuática u océano primordial.
En esa isla se va creando la vegetación
y los animales. Luego Chiga recorre los
ámbitos del mundo y tras cumplir el
ordenamiento del espacio se retira al
cielo”(Califano y Gonzalo, 1995: 14-15).
Diversos relatos sobre la cosmovisión
del pueblo A’i revelan la influencia de la
religión católica en la sustitución de elementos de la normativa ética tradicional.
Chiga de deidad omnipotente pasa a dios
creador; se introduce la separación entre
dios y demonio, para lo cual, en muchos
casos, se equipara a la entidad kukuya
con el ser maligno del catolicismo.
Sobre la creación de los humanos,
según los relatos, existen tres personas
originarias, de las cuales dos tuvieron un
cambio momentáneo de sexo y se dieron las relaciones amorosas. El mundo
físico -montañas, ríos, cielos, bosques,
hombres- son el producto de la creación
de Chiga, los que se combinan con otros
elementos para completarse de forma eficiente. El origen de muchas de las especies de animales se da en un primer caso
de seres humanos que actuaban o lucían
de forma singular y que, tras la palabra
de Chiga, adoptaban la forma animal correspondiente. Se dice, por ejemplo, que
el guacamayo era un individuo que solía
gritar al hablar.
Otro aspecto que evidencia la importancia del dios creador es cuando ense-
22 Este acápite se basa en las investigaciones publicadas de Blaser (2009), y Califano y Gonzalo (1995).
146
147
SABERES ANCESTRALES
ña a los seres los instrumentos de trabajo, les muestra el uso de ciertas plantas
como el yajé o a tejer hamacas. Chiga
cuenta, además, con una figura de héroe
cultural por su accionar potente y ejemplificado. No obstante, es un tanto lejano
a los humanos como el dios cristiano. Se
manifiesta a través de ciertos canales culturales como el shamanismo, espíritus de
muertos o castigo por infracción.
Plano celeste: los astros
El plano celeste cuenta con planos superpuestos. En estos se distingue la presencia del sol, la luna y las estrellas. Se diferencia la calidad entre los diversos astros
celestes: el sol es dios Chiga “que navega
por el cielo con su canoa a vapor impulsada por garzón puifa, una entidad kukuya,
mientras que la luna Ccovu, es una mujer buena de rostro y apariencia brillante,
quien es dueña de las dantas. En su diario
trajín se baña en agua de mar mientras
que arroja unas pepas como un juego infantil. Las estrellas u´fe son personas de
ojos brillantes que escaparon de la tierra
por el abandono de su madre en castigo
por haber matado a su padre, hombre a
su vez, quien pertenece al subsuelo y al
trueno.” (Ibid: 22).
El plano terrestre: el bosque, el río y
la montaña
Es el hogar del ser humano en el cual
debe superar fuerzas con intencionalidad
negativa presentes en los bosques, ríos y
montañas.
Los kukuyas
Son demonios o seres amenazantes: especies de animales de gran tamaño como
el tigre o la boa, ciertos seres potentes
como los vajos o coancuas, lugares o
cosas, o estados de conciencia como la
bravura. Habitan, aunque no de manera
exclusiva, los bosques fríos y húmedos
y los ríos. Interactúan con los seres humanos en sus asentamientos, ya sea por
su propia iniciativa o por intermedio del
shamán (atesu).
Dentro de los kukuyas existen varios subtipos de acuerdo a sus acciones y formas.
Por ejemplo, los vajos, que se aluden
como dueños de ciertas especies o como
temibles antropófagos. El jaguar nació
como alma kukuya de un curaca muerto,
o de una figura humana de rasgos antinaturales.
En el ámbito de los ríos reina la figura de
la boa o anaconda, deidad acuática de carácter kukuya. Muestra una fuerte negatividad hacia los seres humanos. Otro lugar donde habitan los seres kukuya, son
los volcanes de precordillera. Los kukuyas normalmente se presentan como
dueños de ciertas especies de animales
terrestres o acuáticas.
La gente del monte
Son seres de figura humana de accionar diferente a los kukuyas, que pueden
transformar su imagen o volverse invisibles. Habitan en el monte o en poblados ocultos. De carácter impredecible,
pueden acercarse a los seres humanos de
manera amable, negativa o positiva.
Plano subterráneo: los cuancuas
Los planos cósmicos son similares en
cuanto a su constitución y en ellos habitan seres con cierta morfología e intencionalidad diferente a la condición
humana. En cuanto a los seres del plano
subterráneo, llamados por algunos como
kukuyas, u otros como semejantes a las
personas, deben destacarse como caracteres principales su intención positiva
hacia la humanidad. Su morfología es
similar a la humana solo que con ciertos
A« I
elementos que se destacan por sus rasgos
superlativos. Son dueños de ciertos animales, que son cedidos a los humanos sin
mayor problema. Dentro de las características se pueden mencionar su estatura,
el tamaño descomunal del pene, el modo
de alimentación a través del olor de los
excrementos, la carne y la capacidad de
metamorfosis. Los hombres viven en casas alejados de las mujeres, en un paisaje
similar al del plano terrestre. Son responsables de la introducción de ciertos bienes de la cultura y la naturaleza.
RELATOS MÍTICOS
El hombre que no podía cazar y el
hombre trueno23
Había un hombre que nunca podía acertar con su bodoquera a los animales. Un
día salió con su esposa de cacería por dos
días por la selva al lado de un río. En el
lugar del campamento el hombre decidió
ir de pesca pero había mucha lluvia y el
trueno sonaba muy fuerte. No le importó
el tiempo malo y cogió su red. Mientras
caminaba y lanzaba la red, no cogía ningún pez, tenía mala suerte. En la noche de
pesca hubo mucho relámpago y el ruido
del trueno era muy fuerte. Al rato escuchó
un silbido: ¿quién será que está pecando?, se preguntó él mismo. Giró su cuerpo y vio a una persona que estaba vestido
de blanco, en su cabeza tenía puesto un
casco similar al que utilizan los obreros
de las compañías. El hombre le preguntó: ¿qué haces? Y él respondió: yo también estoy queriendo coger una boa para
mi comida. El hombre vio que el hombre
trueno prendió el fuego, se parecía a una
fosforera, acompañado de un tabaco que
fumaba y fumaba. Se juntaron a pescar.
Para el hombre trueno la boa era su carne
preferida y para el hombre no cazador su
pez preferido era el bocachico. El hombre
trueno cogió muchos bocachicos para que
el otro hombre los lleve a su casa. Reci-
bió un secreto: no comer bocachicos, sólo
puede comer capacho cocinado de mollejas de los bocachicos. El hombre llegó
donde su esposa y le dijo: aquí traje bocachicos, prepare y coma usted; a mí me
preparas un capacho de mollejas. Al otro
día sopló con la bodoquera a un tucán
y la mató. El hombre fue curado por el
hombre trueno y así vivía solo comiendo
mollejas ya sea de cualquier animal. Fue
un secreto recibido para tener suerte en
la cacería. Por último el hombre se murió
e intentó decir el secreto pero no pudo
porque su muerte fue muy rápida. Si el
hombre que murió hubiese dicho quién
y cómo recibió el secreto antes de morir,
ahora la gente tuviese suerte en la cacería
y en la pesca.
El conejo24
El hombre sembró maní. Cuando lo fue
a ver, descubrió que el conejo había entrado a comer y dejado algunos huecos
sobre la tierra. El dueño dijo: ¿qué hago
para atrapar al conejo?
Entonces cerró el maní con madera sin
dejar ningún hueco. En la entrada del cerramiento el hombre ubicó un maniquí
construido de caucho que tenía mucha
pega. El conejo comenzó a buscar la entrada, solo vio una y en esa entrada estaba el maniquí. El conejo pensó que era
una persona y le dijo: permiso, quiero
entrar. Pero, como no era una persona
sino un maniquí, el conejo no recibió una
respuesta. Insistió varias veces y luego le
dijo: ¿quieres que te pegue? Al ver que no
contestaba, el conejo lanzó un puño y su
mano derecha quedó pegada en el caucho. Lanzó con la otra mano y también
se quedó pegada. Como quedaron pegadas las dos manos, dijo: ¿por qué me
coges mis manos?, ¿quieres que te patee
con los pies? Entonces pateó con su pie
derecho y luego con su pie izquierdo: así
quedaron sus pies pegados al caucho. El
23 Relatado por Enrique Criollo.
24 Relatado por Elcira Quinteros.
148
149
SABERES ANCESTRALES
conejo dijo: ¡Suéltame te digo! ¡Verás
te doy un cabezazo! Entonces cabeceó y
quedó pegada su cabeza en el caucho. El
conejo insistió y dijo: ¡Suéltame, porque
inflaré mi panza y te golpearé! Igualmente golpeó con su panza y quedó pegado
en el caucho. Todo esto ocurrió durante
la noche.
Al día siguiente el hombre fue a ver su
maní y encontró al conejo pegado en el
caucho. El hombre le dijo: tú eres quien
dañaba mis plantas de maní anjaaan.
Luego lo amarró y lo dejó en un lugar
donde no pudiera escapar. Apareció el
zorro. ¿Qué haces?, le preguntó el zorro
al conejo El conejo respondió: Aquí, pero
te digo una cosa: ¿quieres comer gallina?,
porque allá están preparando una rica
gallina. Claro que sí dijo el zorro. Entonces el conejo dijo: si quieres tendrás que
soltarme, así podremos irnos a comer
gallina. El zorro lo soltó y el conejo salió
corriendo y se metió en la selva. Desde
muy lejos el conejo veía que el hombre
castigaba al zorro con gritos y lágrimas.
Después de haber recibido su castigo sin
tener culpa el zorro y luego de haberse
liberado del hombre, el zorro comenzó a
perseguir al conejo.
El conejo comenzó a construir huecos
en la tierra, unos huecos que eran largos
y cortos. La entrada de los huecos grandes tenía la medida del cuerpo del zorro.
La salida del hueco era muy reducido,
con esto el conejo decía, esta es la trampa para poder atraparlo y darle duro a
este zorro bandido. Cuando comenzó a
perseguir el zorro al conejo, el conejo se
metió en el hueco y el zorro atrás. El conejo salió y el zorro quedó atrancado en
el hueco.
Después de atrapar al zorro, el conejo
se fue a otro lugar y recogió algunas uvillas. Se las llevó al río y se ubicó en una
piedra grande. El conejo cogía y disimu-
laba que golpeaba y reventaba sus testículos y se las comía. Luego apareció el
oso y preguntó: ¿qué haces conejo? Respondió: aquí sentado comiendo uvillas.
El oso le dijo: yo también quiero comer.
El conejo le dijo: no, usted tiene los testículos más grandes, por lo tanto si coges
una piedra y golpeas tus testículos obtendrás uvas más grandes. El oso bien convencido cogió la piedra, golpeó y se quedó
desmayado. Al ver esto el conejo corría y
se moría de la risa. El oso después de levantarse comenzó a perseguir al conejo.
El conejo se metía y salía por varios huecos, hasta que en el último hueco se metió y se quedó ahí. El oso metía su mano y
no alcanzaba nada, hasta que por fin tocó
algo y escuchó una voz muy gruesa que
decía: ¿Por qué tocas mi trasero?, apesta muy feo. Al escuchar esto el oso se fue
muy lejos y el conejo salió y se fue a vivir
en la selva.
SHAMANISMO25
Desde la antigüedad hasta el presente,
el shamán o atesu ha sido el principal referente espiritual de los A’indeccu. Líder
religioso y médico por excelencia ha sabido proteger a su gente contra los enemigos y las enfermedades. Ha favorecido
las actividades productivas para la subsistencia de los poblados. Experto en el
mundo del yajé a través de un duro proceso iniciático y aprendizaje constante.
Cada centro poblado cuenta por lo general de un atesu, hombre de edad avanzada que ha dedicado su juventud a la
iniciación shamánica a cargo de su padre
u otro shamán. El proceso iniciático se
basa en la ingestión progresiva de grandes cantidades de yajé, a fin de alcanzar
la transformación de su alma en una entidad kukuya, lista para recibir las técnicas y los cantos por parte de los seres del
yajé.
A« I
Conjuntamente con el tabaco, el yajé
conducirá al futuro atesu a obtener sus
poderes de transformación y potenciación de su alma para estar preparado a
conducir los rituales shamánicos. Las
visiones lo llevarán a tomar contacto con
los seres del yajé en un mundo a donde
solo acceden las almas de los atesu en
su viaje estático para recibir los cantos y
enseñanzas que éstos les otorgarán para
luchar contra las brujerías, enfermedades y la falta de alimento, frecuentes en
los centros poblados.
Tradicionalmente los A’indeccu consideraban que la enfermedad era provocada por la intencionalidad de un shamán
enemigo, a través del davu (objeto que
causa el dolor) y que debe ser extraído
del cuerpo del paciente por el atesu, a través de técnicas como la succión o el soplo,
actividad acompañada de cantos sagrados. En la actualidad las enfermedades
introducidas u occidentales no pueden
ser curadas por el atesu por lo que el shamanismo ya no ejerce el control social de
creencias y medicinas como antaño, las
medicinas occidentales provistas por los
colonos son usadas para la solución de
sus nuevas tensiones.
En otros tiempos y antes de la llegada
de los misioneros del Instituto Lingüístico de Verano, el atesu dirigía la toma colectiva nocturna de yajé, en una casa alejada del río y centros poblados, conocida
como la casa del yajé. El ritual permitía a
los hombres acceder a través del atesu a
aquellos mundos espirituales desconocidos por ellos. Durante este ritual, mujeres y niños debían quedarse en casa y les
era prohibido bañarse para no perjudicar
las visiones de los varones. Solo podían
ingresar a la casa del yajé en caso de enfermedad.
Algunas especies importantes para la
subsistencia, tales como dantas, puercos de monte y peces de gran tamaño
son consideradas como acción creadora
de poderosos atesu. Cuando este fallece
adopta la figura de kukuya, abandona su
condición humana para tomar la figura
de jaguar e irse a residir en la cabecera
del río, morada de ttsi chan, la madre de
los jaguares.
En el pueblo A’i existen pocos curanderos o atesu: uno en Dureno; en Tutua
Naiqui está el atesu Aurelio Quenamá
que sabe y cura el mal aire (aya); en Upiritu, Héctor Quenamá que cura mareos
y mal aire, en el centro Dureno está
Alejandro que cura el mal aire en niños
o adultos, también está el anciano Fernando Criollo que cura maldades o brujerías; en Pisurie Canqque está Avelino
Quenamá que cura brujerías y maldades.
Todos conocen un sinnúmero de plantas
medicinales que existen en la selva. En
Dovuno, una comunidad en Lago Agrio,
se encuentran el atesu Cesario que tiene
conocimiento sobre las shamanismo y
plantas medicinales, y el atesu Emiliano
que sabe curar las picaduras de culebras.
En la comunidad Chandia Na’en están
los atesu Tiberio y Albertino; en Bermejo
está Ciro Alvarado y el anciano atesu que
casi nunca sale a las ciudades, no quiere vivir con las personas, le gusta vivir
solo en su propia casa. En la comunidad
de Zábalo están Mauricio y Lorenzo que
saben algo de shamanismo. El pueblo A’i
tiene unos quince shamanes en total, dos
o tres por comunidad.
Los shamanes antiguamente no recibían ninguna remuneración o pago, si el
padre del paciente quería regalarle algo
(una gallina o carne de monte) lo hacía
en ese momento.
Como han muerto los shamanes que
25 Acápite basado en la investigación de Calífano y Gonzalo (1995), Robinson (1996) e información de campo recopilada por Armando Yumbo.
150
151
SABERES ANCESTRALES
tenían mayor cocimiento o poder ahora
los que viven todavía son considerados
como atesu o shamanes buenos. La brujería, o davu en A’ingae, no está en la
sangre, sino dentro del cuerpo del shamán en una bolsa. Por los brazos salen
y entran los davus o brujerías. Cuando
el shamán está curando a una persona,
lo primero que hace es preguntarle qué
síntomas tiene, qué quisiera que le cure.
Luego, el paciente se sienta delante del
shamán y comienza la curación: primero
una pequeña limpia utilizando el tabaco y enviando el humo hacia el paciente,
luego con las hojas de anjinjible limpia
todo el cuerpo del paciente mientras
recita un canto sagrado, si le encuentra
un davu, lo absorbe por la boca y lo coge
con las manos para enviarlo a otro lado
o guardarlo en su cuerpo.
Cuando se acaben los atesu, no habrá
quien enseñe a los demás. No hay iniciativas de rescate de sus conocimientos
porque los jóvenes consideran que para
aprender shamanismo hay que cumplir
reglas muy estrictas: todos llegan a un
solo lugar o a una casa grande. Si una
persona está aprendiendo davu, otros
shamanes de otras comunidades están
viendo cuántos y quiénes están iniciando
el aprendizaje del shamanismo. Existen
shamanes envidiosos que no permiten
que alguien aprenda, pues esperan que
una persona reciba algo de conocimiento para, cuando esté cerca de terminar
sus estudios, quitarle ese poder. Por eso
es necesario tener reuniones con los
maestros shamanes para hacer acuerdos
de modo que permitan que las personas
aprendan y se gradúen como atesu.
CICLOÊ VITAL
Nacimiento. Los hombres a’indeccu construían un cuarto especial para que las mujeres puedan dar a luz. Mientras tienen
dolores de parto, pueden tomar la baba de
las plantas del guarumo (dundufa) o de la
balsa (ca’ga) u hojas de quefa (quefa najen). Estos preparados sirven para que el
bebé salga rápido y el parto no tenga complicaciones.
Cuando el bebé nace, lo recibe la partera, quien corta el cordón umbilical con
un pedazo filudo de sata (caña), lo baña,
lo entrega a la madre y se retira del sitio.
Elcira Quinteros, una de las parteras
más conocidas y buscadas, sabe si el bebé
está bien ubicado dentro del vientre; si
tiene problemas, con sus manos lo mueve
y lo deja en la posición adecuada para que
salga sin dificultades.
Durante el embarazo no se podían afilar
machetes para que el bebé no tenga muchos granos. Una mujer embarazada no
debía entrar en la casa del yajé para que su
borrachera no sea pesada y desagradable.
Tampoco podía sentarse en una canoa nueva, porque se partiría.
Antiguamente los padres del niño, le
sacaban los dientes movidos con una piola de chambira y los lanzaban al techo de
la casa diciendo: tiriri ke the’thoma afeja
(ardilla dame sus dientes) para que tuviera dientes sanos y fuertes.
152
Matrimonio. Antiguamente no había noviazgo: los padres y madres se acercaban
a los padres y madres del chico o chica.
Si llegaban a un acuerdo, se convertía en
un compromiso y había que entregar a la
pareja. Para el matrimonio no había edad,
si el hombre y la mujer eran menores, no
importaba. El atesu también tomaba las
decisiones para entregar a una pareja durante el matrimonio.
La pubertad en la mujer. Para los
A’indeccu la primera menstruación supone el paso de la niñez a la juventud,
por consiguiente la joven tiene nuevas
experiencias en esa etapa de su vida.
Este periodo es de total aislamiento para
la mujer. Una vez iniciada la menstruación, es ubicada en un sitio de la vivienda donde no tiene contacto con ninguna
persona extraña a la familia. La mujer
menstruante tampoco podía realizar actividades cotidianas como cocinar, brindar chucula o chicha o lavar la ropa.
Muerte. Antes, a quienes fallecían, en
una mesa en el centro de su vivienda, se
les colocaba su traje tradicional y se les
tapaban los ojos. El velorio duraba una
noche y acudían los familiares. Luego
se envolvía al fallecido en asikhu kugu
(corteza interior de la caña guadúa) y se
lo enterraba con sus adornos personales,
lejos de la vivienda o de la comunidad.
Entre los A’indeccu, la madre es la encargada del cuidado de los recién nacidos, de
153
SABERES ANCESTRALES
ella se aprenden las primeras palabras y
luego, junto al padre le enseñarán la pronunciación correcta de más palabras en
a’ingae. Antes de dormir, padres y madres
contaban cuentos y leyendas a sus pequeños. Algunos están relacionados con la
vida cotidiana y producen miedo.
A los niños desobedientes se les hacía
beber yajé bajo la conducción de un shamán, así se buscaba el arrepentimiento
por sus malos comportamientos. En sus
visiones podía ver a un jaguar o una boa
que quería comérselo.
Los A’indeccu saludaban así: kásete,
buenos días; kuse kuse, buenas tardes
(de 12:00 a 18:00); y kuse kuse, buenas
noches. El saludo (kásete kindya, buenos
días hermano mayor; kásete yayakhasheye, buenos días abuelo) se lo hacía siempre mirando a los ojos. No se estrechaban
las manos.
Los hijos aprendían las técnicas de cacería y pesca de sus padres. En las jornadas de cacería, les enseñaban a conocer y
usar las plantas medicinales, a construir
canoas y remos, y a tejer canastos. Las
madres enseñaban a sus hijas a preparar
y batir la chucula y las chichas, a buscar
la leña, a preparar el casabe y a hacer cerámicas.
Antiguamente, los ancianos se levantaban a las tres de la mañana a tomar
yoco mientras torcían chambira y tejían
u’va; también se contaban los sueños obtenidos la noche anterior y se los interpretaba.
El respeto al atesu o kuraga (shamán)
era fundamental, porque era quien brindaba bienestar y seguridad. Bebía yajé
para llamar a las huanganas de la selva
hacia el centro poblado, momento en que
los cazadores las mataban. Cuando el kuraga no tomaba yajé, no había cacería de
154
huanganas, sajinos, dantas ni otros animales.
Antes la gente cumplía las reglas o
mandatos de los ancianos o kuragas. Si
los kuragas iban a cocinar o a beber yajé,
ninguna mujer podía lavar la ropa o a bañarse. Si no cumplían la prohibición, en
sus periodos menstruales siguientes derramarían mucha sangre. En la ceremonia del yajé participaban voluntariamente jóvenes, adultos y ancianos de ambos
sexos. Cuando alguien estaba enfermo, el
padre o madre llevaban al paciente a la
casa del yajé para que lo atienda y probablemente cure. Algunos ancianos vivían
con su familia y otros en su propia casa.
Para beber yajé, lo cual les daba buena
salud, iban a la casa del yajé, ubicada en
un sitio apartado de la comunidad.
Las mujeres se levantan a las cuatro de la
mañana, se asean, cocinan chucula para
el desayuno y almuerzo. Algunas van al
campo a limpiar la chacra y otras se dedican a hacer artesanías. Hay quienes salen
al río a lavar la ropa en la mañana o en la
tarde. Ya bien tarde, descansan, visitan a
la familia y amigos para conversar, o van
de pesca. Cuando el marido trae la cacería, arreglan la carne. En la noche toman
chucula y van a dormir. (Elcira Quinteros, Upirito-A’i Dureno, 2009).
Los hombres se levantan a las cuatro de
la mañana para torcer chambira o tomar
yoco que los despierta del sueño, les quita la pereza y el hambre. Otros prendían
la radio para escuchar noticias, así permanecen hasta que amanece bien. Unos
salen al campo o a pescar, los maestros
a dar sus clases, y algunos hacen artesanías. Hay quienes van a Lago Agrio a
vender artesanías. Luego del trabajo toman la chucula y descansan hasta que
llega la noche, para volver de nuevo a
la cacería. Otros, duermen. (Fernando
Criollo, A’i Dureno, 2009).
SUBSISTENCIA
CACERÍA
Antiguamente se cazaba con lanzas hechas de pambil, con punta afilada de zata
(similar a la caña de guadúa), con bodoquera y arcos. Las lanzas de zata tenían
un palo delgado al que se raspaba bien la
corteza y en la punta se le unía un pedazo
de zata filuda para que entrara al cuerpo
del animal.
Las bodoqueras se las elaboraban
con shiñukhu, ku’va y kun’siri (palos duros que se podían encontrar en las lomas dentro
de la selva) y las trampas
para la caza eran para
atrapar a las aves terrestres como perdiz y chilanga. Los venenos que se
colocaban en las flechas
de las bodoqueras se preparaban de una planta
llamada sapepa que se
cortaba y cocinaba por
unos minutos; luego se
la sacaba y se ponía agua
hasta que esté la esencia
del veneno determinado
por el espesor. Este veneno solo servía para matar
a los pájaros pequeños:
tucanes, oropéndolas o
pishiras.
Los instrumentos de caza se aprenden a elaborar cuando padres o abuelos
enseñan a los jóvenes o cuando los niños
se ponen a jugar con los animales y los
instrumentos de caza: se hacían drama-
tizaciones con diferentes papeles y se
practicaban lúdicamente las diferentes
técnicas de caza.
Con bodoquera se cazaban aves
y monos; con la lanza de zata, dantas,
guanganas, jaguares, sajinos, guantas y
venados. Los animales que no se cazaban para comer eran los osos hormigueros, jaguares, osos, tigrillos, raposas y el
puerco espín. Se imitaban los sonidos de
animales como el de la danta, cancao,
tucán, guatusos para que se acercaran
donde acechaba el cazador. Algunos se encuentran todo el tiempo, pero
otros, abundan cuando
hay frutos, entre noviembre y febrero. La caza se
hacía en grupos de dos o
tres personas adultas. En
ocasiones se podía cazar
en solitario. Los niños
nunca salían a cazar en el
bosque.
El tiempo de cada
salida de caza era de
aproximadamente
una
semana, en función de
las necesidades alimenticias de la familia. Los
A’indeccu se alejaban a
una distancia relativa
desde su sitio de permanencia por el río,
aguas abajo o aguas arriba, buscando sitios donde existan muchos animales para
cazar.
El viaje de cacería en canoa a remo
155
SABERES ANCESTRALES
se lo hacía por los diferentes ríos dada
la facilidad de trasladarse de un lugar a
otro. En una isla junto al río se instalaban para permanecer asentados durante
los días que durara la travesía. Para la
subsistencia durante la caza se llevaban
implementos de cocina, yuca, plátano y
orito. Antiguamente no se acostumbraba a cazar por la noche porque existía el
peligro de que pudieran encontrarse con
animales peligrosos.
PESCA
La pesca se practica, por lo general, en
ríos crecidos y de aguas turbias. Los sitios preferidos son los remansos de las
playas donde se extiende la red. El éxito
de la pesca, dependerá de la habilidad de
la persona.
156
A« I
NASIPA
ALIMENTACIÓN
Es una chacra pequeña en donde los
A’indeccu cultivaban distintos productos
destinados al consumo de las unidades
familiares: plátano, orito, yuca, maíz y
frutas. En la nasipa, en la siembra y la
cosecha, interactuaban varios miembros
de la familia, de todas las edades. La
chacra proveía los principales alimentos
de los A’indeccu, el plátano u orito, con
el que se elabora la chucula (kui’khu) y
la yuca, para elaborar la chicha tsetsepa,
nutrientes permanente en la dieta A’i.
La alimentación de la nacionalidad A’i
se sustentaba en la combinación de los
productos de la nasipa, el bosque y las
proteínas obtenidas de la caza y pesca. Se
prefería la carne proveniente de dantas,
sajinos, guanganas, monos coto, paujiles,
trompeteros, pavas negras y pavas rojas.
En cuanto a los peces y anfibios preferían
el bagre, bocachico, sábalo y lagarto.
NOMBRE EN ESPAÑOL
NOMBRES EN A'INGAE
Achiote
Kuña
Cacao
Avu kiukiuchu
Chontaduro
U'ma
El proceso de pesca consistía en cortar
hojas de bumbuje (palma), hacer un pequeño cerramiento en el lugar que se iba
a pescar y colocar ahí Ubepachu (comején) para que los peces se acerquen a comer, y así tenerlos cerca para pescarlos.
El niño debía ubicarse detrás del papá,
para coger el pez que caía en el anzuelo.
El papá cuando halaba al pez, no tenía
que ver hacia atrás, solo el niño soltaba al
pescado y lo mataba, en ese momento el
padre decía: ¡Así se pesca hijito, aprenderás! Cuando en la noche anterior se había
soñado cosechando maíz, significaba éxito en la pesca.
Granadilla
Tsutsuki
Hungurahua
Nijuchu
Guanto
Va'u
Orito
Geñu
Maíz
Ppu'ppu
Maní
khasepachu
Plátano
Kuye
Tabaco
Khumba
Yuca
An'mba
San Pedro
Ayatsu´fe
Chambira, fibra
Tuinfa
Semilla grande y pequeña
khangupachu rande y chipiri
Colorante azul
Sarandangu
Leguminosa roja
Shethuchu
Liana o bejuco
U´fa pajakhu
Culantro de monte
Shinkhapa
Otro tipo de pesca era con barbasco
(seña’mba): se realizaba en los esteros
pequeños y brazos de los ríos. Primero se
conseguía bejuco, luego a orillas del estero o río se golpeaba y aplastaba el bejuco hasta que quede bien suave. Se ponía
el barbasco machacado en el agua para
que la leche (el veneno de color blanco
del bejuco) se disuelva. Después de unos
minutos de espera, los peces se emborrachaban o morían. Aguas abajo en un
lugar no muy distante de donde se ponía
el veneno, había que hacer cerramiento
para que los peces no huyan.
Pintura negra
Zu'je
Liana o bejuco
U'fa pajakhu
Azul-añil
Iyufa zu´je
Amarillo
Tsetsepa ñumembachu
Uva de monte y casa
Tsaja
Planta decorativa
Maraño Te'ta
Corteza o bejuco amarre.
khukhufa
Sapallo
khua
Camote
kungu
Piña
Chiviya
Papa tullo
Quefa
Planta medicinal
Quenene
Los platos favoritos son las sopas. Su
preparación varía según la clase de animal, si el animal está gordo se prepara
una mezcla o frangollo de plátano con
yuca y si está flaco es preferible ahumarlo
para consumirlo luego. Algunas familias
también preparan el casabe que es una
torta de yuca rayada.
Algunas recetas de la culinaria A’i:
Thsathapecha. Rayana de carne ahumada. Se raya al plátano en una olla, luego se pone carne ahumada, plátano o
yuca. Posteriormente se colocan hojas de
shinkhapa (cilantro).
Añachu san’jan. Carne ahumada de danta,
mono chorongo, guangana, sajino, bocachico, bagre. Se come acompañada de plátano, yuca o chontaduro cocinados.
Kui’khu. Bebida primordial de los
A’indeccu, toda la familia la consume por
la mañana y durante el día hasta que se
acabe, y nuevamente se vuelve a preparar.
Se cortan pedazos o trozos de plátano o
guineo maduro, se los coloca en una olla
con agua y se cocina al fuego. Luego se la
aplasta hasta transformarla en masato,
para finalmente agregar agua.
Tsetsepa. Chicha fermentada para las
fiestas y mingas, se elabora con plátano, yuca y orito. Se cocina el plátano y la
yuca; se lo coloca encima de hojas de guarumo en donde se riega kupanakhu (producto utilizado para fermentar a la yuca
y el plátano). Se guarda por varios días
hasta que se fermente y esté listo para
consumir.
Kunapecha. Chicha de yuca o chicha
blanca. Se cocina la yuca, aplastándola y
convirtiéndola en masato, luego se agrega camote y se revuelve con agua.
U’ma tsetsepa. Chicha de chontaduro que
se prepara únicamente en temporada de
este fruto. Se cocina el fruto con la cáscara, luego se saca la cáscara, se rallan los
frutos pelados del chontaduro, se mezcla
con agua y con chucula.
157
A« I
BOTçN ICAÊ
MEDICINAL
Los A’i tienen un importante conocimiento del mundo botánico, especialmente, para la curación.
158
159
A« I
ALFARERêAÊ Y
CESTERêA
Los A’indeccu desde tiempos inmemoriales han desarrollado una serie de objetos cerámicos cuyos usos se relacionan
con la preparación de la comida, el acarreo de agua y la conservación de bebidas
(thsethsepa y kui’khu). Con apicha (arcilla gris blanco) elaboran platos, ollas
para yajé, ollas con cuello, tiestos para
casabe y tasas, bajo el siguiente proceso:
ñendekhu, cinta de veinte centímetros
de ancho elaborada con la corteza de la
balsa ka’ga, unida en forma circular.
Se recoge apicha en las orillas de los
esteros y ríos. Se prepara polvo de ceniza
de la corteza puesta al fuego y extraída
del árbol sisipa kini’khu (árbol de arena). Se mezcla el polvo con la arcilla. Se
amasa la arcilla con la palma de la mano
formando rollos extendiéndolos hasta
que alcancen la forma de anillos circulares.
Api thsuripa, olla de barro para traer
agua.
Se superponen varios anillos y se empieza a dar forma a la olla de barro. Se
alisa la superficie de la olla. Se coloca al
sol la olla para que se seque. Se pinta la
olla de negro usando hojas de matico. Se
coloca la olla al fuego alimentado si’tsi
(tipo de leña).
Se coloca la olla encima de un comején o casa del comején que se le ha
prendido fuego con la finalidad de que el
humo termine de negrear a la olla.
Las ollas se paraban o sostenían en el
160
Los tipos de ollas son:
Api, ollas de barro para guardar agua,
chicha o chucula. Sus dimensiones varían de acuerdo al uso.
Apishutu, plato para servir la comida.
Casaviejenchu, tiesto para hornear el casabe.
Panthan’chu, soportes para el casaviejenchu y api.
Los A’indeccu tejen bolsos, hamacas
(Anae’ma) y redes (Vachuva) con tuinfa (fibra de chambira) bajo el siguiente
procedimiento: se corta el cogollo de la
palma, se extraen todas sus fibras, se las
cocina y seca al sol. Para dar flexibilidad
a las fibras y dejarlas aptas para tejer se
las tuerce con la palma de la mano en las
piernas. Esta labor la realizaban hombres y mujeres A’indeccu en las madrugadas luego de beber yoco.
U’va. Bolso utilizado por hombres y mujeres en sus labores domésticas. En él se
transporta la cacería, frutos recolectados
en la selva, yuca, plátano y ropa. Su tamaño depende de la utilidad que se le dará.
La u’va es elaborada exclusivamente por
las mujeres.
Anae’ma. Hamaca utilizada para descansar, es frecuente llevarla cuando se
toma yajé. Al interior de la vivienda está
ubicada en un sitio exclusivo para uso
de su dueño. Existen dos tipos: shishije
anae’ma y khayaju anae’ma, esta última
es más tupida y grande que la primera,
pues se le añaden mangas que deben ser
elaboradas con un hilo de chambira más
grueso. Una hamaca de este tipo requiere de catorce cogollos de chambira: doce
para el cuerpo de la hamaca y dos para
las mangas. Cuando ha concluido el hilado, se requieren por lo menos ocho días
para tejer una hamaca.
Vachuva. Red para pescar elaborada y
utilizada principalmente por los hombres. Sirve para pescar bocachicos durante las crecientes de los ríos. En su totalidad es de fibra de chambira y mide de 15
a 25 metros de largo, son sujetadas por
piedras alargadas en su parte inferior y
trozos de balsa en la parte superior.
161
SABERES ANCESTRALES
Los trabajos en madera son exclusivos
de los hombres: elaboran canoas, remos,
bateas y bancas, para lo cual utilizan distintos tipos de madera: cedro, amarillo
(canelo), chuncho.
Shavu. Canoa utilizada como medio de
transporte fluvial. Sirve para transportar
productos, cruzar al otro lado del río, ir
de cacería.
Ufakhukhu. Bodoquera, instrumento de
caza, elaborado de madera o de pambil
maduro. El chhuchhufindi kinikhu, el
kunsiri bu’mbu y el anakhu tsintsichu
son buenos para la elaboración de la bodoquera. Se parte el palo, se hace una
raya con achiote sobre la parte central de
cada una de las dos partes, y se hace el
canal. Se puede rayar con cuero de raya
y al final con chambira enrollada se pule
el hueco. Después se pegan ambas mitades: primero con una cáscara especial
para enrollar bodoqueras y luego se pone
la brea de abeja. La boquilla de la bodoquera se puede elaborar con dos tipos de
madera: kuye nambisi y thsuthsukuru.
Ichhuru’chu. Pilche o taza tradicional A’i.
Para su elaboración se parte la pepa del
mismo nombre y se pinta de color tomate
con el zumo del yoco. Existen dos tipos:
ichhuru’chu y cusu’cho. El primero se usa
para consumir yajé y el segundo, para tomar chicha o chukula.
MUNDOÊ MUSICAL
La danza y la música de los A’indeccu
es una enseñanza de su divinidad Chiga
quien, luego de hacer la cuarta tierra en
la que aparecieron bastantes mujeres que
hicieron mucha chicha para compartir
con los hombres, gritó: ¡Vengan! Y en ese
momento llegó mucha gente. Les enseñó
a hacer andy’pa (fiesta con danza porque
Chiga quería que la gente que vive en la
tierra hiciera fiesta (Criollo, 2002: 68).
Chhuchhukhu. Batidor, es un elemento
que no puede faltar en ninguna casa A’i,
teniendo en cuenta que la base de la alimentación la constituye la chucula, bebida hecha de plátano u orito cocinado y
bien batido. Para hacerlo se emplean dos
tipos de palos: sapote quini’khu y ta’ia
quini’khu.
De esa enseñanza nacen las diferentes
celebraciones de los A’indeccu. Quizá la
más importante ocurría cuando se festejaba la u´ma andyu´pa (fiesta del chontaduro, cuando el chontaduro estaba maduro) se la conocía también como fiesta
de Matachi o el festival An’dyo.
Gregorio Quenamá, quien fuera Presidente del pueblo A’i de Dovuno y que
murió en 1978, al referirse a esta fiesta
señala:
Ellos hacían muchos adornos y levantaban a su Dios, reverenciándolo alrededor del altar (…) esto se llevaba a
cabo en Cuvoé, al ser yo un poco mayor lo recuerdo bien (…). En nuestro
idioma llamábamos el festival An’dyo.
El An’dyo era una gran fiesta. Cuando nos preparábamos para celebrarlo, decorábamos a nuestro Dios. Era
tan alto como una persona… toda la
gente se vestía con plumas, coronas,
se pintaban las piernas de rojo, se ponían collares. Se ataban campanas en
las pantorrillas de las piernas. Cuando le sacaban al Dios afuera, gritaban
“saquitapa marcha tao, tao, tsin, tsi,
ysin y tocaban las flautas conforme
marchaban alrededor. Celebraban el
An’dyo por una semana y media…. Las
mujeres hacían chicha y los hombres
cazaban para la comida… adornaban el
altar y la iglesia completamente y un
hombre llamado Anaseto, y su esposa
sabían como orar, sabían como hacer
tres oraciones. Oraban y se arrodillaban y luego ellos levantaban al Dios y
encendían velas… (Borman, y Criollo,
1992: 32).
Según otro relato de esta celebración:
Antes, la gente antigua de los Cofán,
los Cofán antiguos, dicen que sabían
tener una fiesta. Y para hacer esa fiesta
se iban de cacería todos los hombres.
Cogían bastante cacería y traían. Un
hombre se vestía de matachín, mono,
payaso, que hace uno que se viste de
payaso y juega. A ese le dicen matachín. Ese hombre se vestía de la cáscara de un palo y la majaban, de eso
hacían la chusma. Eso se metía de los
pies hasta tapar todo, las manos, todo
adentro… el hombre se metía todo
adentro, todo cocido hasta acá para
que no se queme pues… ese hombre
asustaba a las mujeres que iban al río
a lavar para quitarles alguna cosa…
asustaba también a los hombres para
quitarles la carne de cacería… luego el
matachín se revolcaba en el fuego y no
se quemaba… después decían ya pasó
* Colaboración de Juan Carlos Franco
162
163
SABERES ANCESTRALES
la fiesta de jugar así. Hacían bastante
chicha para esperar la fiesta y para bailar allí con el matachín y todo. Esta era
costumbre de los Cofán… Eso se hacía
siempre en la fiesta de los Cofán, cuando se vestía así ese hombre de payaso…
(Franco, 1995: 190)
Otra celebración importante eran las bodas: se realizaban siempre los domingos y
su preparación empezaba el día anterior.
Cada familia asistía con su vestimenta y
adornos corporales y faciales llevando los
instrumentos musicales tambor (ccosha);
flauta (fororoco) y bífano. Los A’I señalan
que las hojas tiernas también se utilizaban anteriormente en estas celebraciones
En el interior de la casa empezaba la
danza que consistía en que los hombres
que interpretaban los instrumentos musicales formaban un círculo; sin embargo, debía haber un solo instrumentista
de bífano, quien iba sacando a una de las
mujeres sentadas alrededor para que baile con alguno de los músicos, repitiendo
este acto hasta que todos tengan su pareja. Cuando ya todos tenían su pareja,
formaban una línea, los hombres frente
a las mujeres moviéndose hacia adelante y hacia atrás, volviéndose a un lado
y al otro, y golpeando con los pies en el
suelo conforme los toques del tambor.
En ocasiones, las mujeres que bebían la
tse´tse´pa en la cocina, cantan sus canciones. También los hombres entonan a
menudo partes de canciones o de cantos
del yajé cuando están muy embriagados
(Franco, 2005: 60).
La danza de los hombres siempre se
realizaba con pequeños pasos alternados
hacia delante y luego hacia atrás conservando la misma dirección, mientras que
las mujeres danzaban moviéndose hacia
los costados.
164
En una demostración de la danza tradicional, realizada por Elvira Criollo, del
Centro Dureno, se observó que su danza
se realiza moviendo el cuerpo alternadamente hacia los costados, pero sin llegar
a dar la vuelta entera. Las manos y brazos
a la altura de la cintura permanecen casi
estáticos, solo se mueve el cuerpo en la
dirección indicada con pasos muy cortos
alternados hacia delante. Las mujeres
pueden cantar mientras danzan. En esta
ocasión estuvo acompañada por el toque
de la flauta a cargo de Alejandro Criollo,
pero tradicionalmente se los hacía con el
toque del tambor.
Estas celebraciones podían durar ocho
días o más, en realidad duraban hasta
que todas las casas hayan sido visitadas
donde se ejecutaban las expresiones dancísticas musicales hasta que la chicha se
termine.27
Los adornos, pinturas faciales y corporales son sumamente importantes en
estas celebraciones. El día anterior, los
hombres podían consumir yajé. El cuerpo
se adornaba para tomar yajé, para que la
visión de yajé se acerque contenta. La cara
se pintaba viendo la visión que presentaba
el yajé. Antiguamente la gente sabía hacer
achiote seco que utilizaba como tinta natural para pintar la cara. La gente bebía
yajé y vieron lo que pintaba la gente del
yajé. Como se pintaba la gente del yajé así
se pintaban la cara (Criollo, 2002: 82).
Aparte de estas celebraciones rituales en donde las expresiones dancísticas y musicales eran inseparables, los
A’indeccu en distintos momentos de su
vida cotidiana se acompañaban de sus
instrumentos musicales o de sus cantos
para cumplir con éxito sus labores. En las
madrugadas se levantaban para tomar
yoco (Paullinia Yoco) y tocar el tambor;
27 “Tan a menudo como puede, una familia prepara tse´tse´pa o chicha de yuca y plátano, fermentada en jarras de
madera con un agente fermentador natural. Ninguna ocasión especial necesita celebración durante estas fiestas de
libación. Las mujeres sirven el tse´tse´pa en calabazas durante estas fiestas, dando de tomar a cada varón presente por
turnos. Si un comerciante ha llegado, se consume con toda seguridad aguardiente. Mientras continúa la bebida, algunos
hombres tocan la flauta y el tambor hecho con piel de mono. Risas estridentes se dejan oír durante toda la noche.”
(Franco, 2005: 60).
A« I
esto significaba que la persona que tocaba estaba alegre y sana. También se tocaba el fororoco a las cuatro de la mañana
luego de tomar yoco, lo cual era un aviso
para otros jóvenes que querían unirse a
la toma. También se tocaba la flauta para
ir caminando a otro lugar. Cuando los
A’indeccu llegaban a otro pueblo, tocaban el tambor para que la gente se entere
de su arribo.
El arco musical (jeñaccu) se tocaba
cuando se levantaban para preparar la
chucula o antes de dormir en la noche;
sin embargo, no se podía tocar por mucho tiempo porque los A’indeccu creen
que ciertos espíritus malos (demonios)
tocan el jeñaccu. Cuando los A’indeccu
tocan ese arco no permiten que los niños escuchen, porque esa música no es
buena. Si se toca durante mucho tiempo
se atraen a los demonios (Criollo, 2002:
73). Podían tocar hombres y mujeres.
Las mujeres cantaban en la mañana
cuando salían en busca de leña, mientras la
recogían, aunque -al parecer- existen ciertos estilos de melodías, en ese momento inventaban la letra de las canciones. Un canto interpretado por María Aguinda, una de
las pocas cultoras de esta tradición musical
que quedan, está basado en su soledad:
ella ha quedado sola, sus parientes se están
terminando y su canto narra pajaritos que
igual cantan solos. Cuando ella muera solo
quedará su voz.
Existen también cantos de cuna que
interpretan las mujeres para hacer dormir a los bebés; se lo hace meciendo la
hamaca y cuando el niño llora. Estos cantos se transmiten de madres a hijas, de
generación en generación.
En la sociedad A’i, y en las expresiones musicales ligadas a eventos rituales y
actividades cotidianas, parecería que las
expresiones musicales instrumentales,
salvo contadas excepciones, son una actividad exclusiva de los hombres; mientras
que las expresiones musicales vocales
son predominantemente femeninas, con
algunas excepciones relacionadas con
cantos que interpretaban algunos mayores ya fallecidos.
Al igual que otros pueblos amazónicos, los A’indeccu tienen una larga tradición shamanística ligada a la ingestión
de enteógenos, entre los que sobresale
el yajé. Para ser un bebedor de yajé y un
shamán graduado, se debe cumplir con
varios ciclos y pruebas que demandan
una gran convicción y un gran sufrimiento. A veces en este proceso, muchos sucumben o quedan atrapados por la tentación de usar el poder con fines maléficos.
En la sociedad A’i estas personas no son
buenos shamanes o curacas. El shamán
también debe ser un conocedor de la mitología, religiosidad y cosmovisión de su
pueblo. Para los A’indeccu la institución
shamánica tiene su origen en un acto voluntario de Chiga quien, en el tiempo primordial, enseñó a los hombres lo esencial
de su arte que consiste en la ingestión del
yajé para ser más, ver y saber. (Califano y
Gonzalo, 1995: 39) 28
El lugar para los rituales shamánicos
era la casa del yajé que debía estar separada del pueblo. Cuando se lo prepara se
deben observar ciertas reglas y restricciones. El shamán conducía el rito y, finalmente, curaba a los enfermos; también
podía atraer a los animales para cazarlos.
Los antiguos decían que los kuragas
curaban a los enfermos y atraían a los
animales (cacería); por eso la gente
los quería como a Dios. Por eso antiguamente la gente regalaba pescado y
carne al shamán. El shamán verdadero
cuando toma yajé sabía decir a tal hora
28 “El que enseñó a los primeros curacas fue el Chiga. Él hizo así, enseñó a tomar ayahuasca (banisteriopsis caapi). El
que toma ayahuasca es más… El dios ha hecho al curaca… Chiga tomó para que pueda encodar, así, como el Chiga, los
curacas pueden saber. Entonces así le había dejado a las gentes, que puedan hacer así ellos también… Antes dice que vivía
el Chiga aquí, en esta tierra, y de ahí se fue al cielo. Después se fue al cielo, ya no enseñó a los curacas a hacerse curacas…”
(Califano y Gonzalo, 1995: 39-40)
165
SABERES ANCESTRALES
llegarán las huanganas. Y a esa hora
aparecían los animales. Bebiendo esa
bebida sabían convertirse en jabalíes y
en dantas. Por medio de la borrachera
sabían coger instrumentos musicales
del yajé. Y sabían entonar. Esos instrumentos son bonitos. Para cantar un
shamán tenía hecho un florero de plumas de tucán. (Criollo, 2002: 99)
Los cantos shamánicos son exclusivos de
los shamanes o iniciados, se aprenden de
la gente del yajé que es la gente que se
visualiza cuando se toma yajé. Al no existir ya más mujeres shamanes o kuragas,
los cantos del yajé son solo masculinos.
“Se acabaron las mujeres que tomaban
yajé. Antes había, pero ahora ya no hay.
Y cuando había esas mujeres que tomaban, iban también a la casa del yajé. Después se dejó y ya quedó para los hombres.
Después ya las mujeres no se hicieron
curacas, ya dejaron, ya no tomaron más,
las curacas se acabaron.” (Franco, 2000:
184).
El significado de los cantos solo los
entienden los shamanes y la gente del
yajé, de hecho a través de éstos se establece la comunicación entre el shamán y
la gente del yajé, quienes proporcionan
los conocimientos para cumplir con las
finalidades que el rito persigue. Según
Robinson (1996: 55) cada adulto A’i tiene
una línea melódica que nadie más puede
repetir incluso después de que la persona
ha muerto. Como la gente del yajé habla
solo en cantos, se exige que los kuragas
dominen el lenguaje musical con el fin
de comunicarse con esta gente y entenderla. (Robinson, 1996: 185). También se
invoca a los grandes shamanes fallecidos,
ellos pueden ayudar en la curación de
un enfermo: “el canto de curación es por
medio del espíritu del Yajé, porque sino
no se puede hacer nada. El otro shamán
166
que ya ha muerto, también ayuda a hacer
curación” (Criollo: 2008).
Los rituales de curación incorporan
cantos acompañados del sacudimiento
de hojas denominadas sangana sobre el
cuerpo del paciente. Para la administración de los remedios herbarios, el shamán entona un canto por cada dosis que
suministrada al paciente (Franco, 2005:
121).
Los instrumentos musicales utilizados
por los A’indeccu se pueden clasificar en
los siguientes grupos:
Aerófanos: fururukhu, bífano, jeñakhu.
Membranófonos: khusha.
Cordófonos: bathiankhu jeñakhu.
A« I
KHUSHA. Bimembranófono de cuerpo
cilíndrico de dos parches, con amarras de
palma y caña brava que sujeta al cuero
en ambas partes. Se templa con amarras
naturales. Tiene un redoblante natural al lado,
elaborado con fibra de chambira. El percutor
es palo natural. Es un tambor cilíndrico de 25
cm de altura por 30 cm de diámetro. El cuerpo
se construye con una madera similar a la balsa
denominada por los cofanes thekhupaje;
las tapas son confeccionadas por cueros de
diversos animales de la selva: venado, sajino,
danta, caimán, mono perezoso, mono machín,
etc. Estas tapas se encuentran sujetas a tiras
de cañas bravas y templadas con amarras de
cogollo de pambil (chambira). Se ejecuta con
un palo delgado y pequeño. Este instrumento
ha sido ejecutado tradicionalmente por
hombres, aunque al parecer no existen
restricciones para el uso en las mujeres.
Idiófonos: tutukhuchuthunu jeñakhu.
Tienen vigencia todavía el fururukhu,
bífano, khusha, mientras que el uso y conocimientos sobre la construcción de los
otros instrumentos (jeñakhu, bathiankhu
jeñakhu y tutukhuchuthunu jeñakhu)
están desapareciendo. Últimamente, el
grupo Baure Api ha incorporado instrumentos como la guitarra, el requinto y el
bombo y en la composición de canciones
cuyas formas musicales se distancian de
las tradiciones de la música A’i.
FURURUKHU. Aerófono de caña traversa
con orificio de insuflación rectangular en un
extremo. Tiene dos orificios de obturación
rectangulares en la parte anterior al otro
extremo. Es una flauta horizontal que mide
75 cm. Se elabora cortando un segmento
de caña fina o delgada a la altura de los
nudos, dejando los dos extremos cerrados
en su totalidad. En realidad, la dimensión
del instrumento depende del segmento de
caña que se escoja. Una vez cortada la caña,
se la seca y luego se procede a la perforación
de los orificios de insuflación y obturación,
lo que se efectúa con otra caña encendida.
Su ejecución es más frecuente en los
varones aunque no existen restricciones
para las mujeres. Algunos informantes
señalaron que en la fiesta de tsé tsé pa de
elaboración-libación de la chicha de yuca y
plátano, los músicos recorren las diferentes
casas tocando el fururukhu, el tambor y el
bífano y bebiendo chicha, lo cual puede
extenderse durante tres días.
167
SABERES ANCESTRALES
A« I
BIFANO. Aerófono de caña recta con boquilla y
orificio de insuflación rectangular en un extremo.
Tiene cinco orificios de obturación circulares en la
parte anterior. Es una flauta vertical pequeña con
cinco orificios de digitación. Es construida por los
propios músicos, para lo cual escogen una caña muy
fina, la cortan, la secan y diseñan el instrumento.
Los orificios de obturación son realizados al igual
que el fororocco con otra caña encendida. Al final
se diseña la boquilla de insuflación que es colocada
en el extremo superior. Según algunos informantes,
hace algún tiempo se construía este instrumento
con un hueso de águila arpía. Su dimensión es de
28,5 cm de largo por 1,7 cm de ancho. La distancia
del orificio de insuflación al primer orificio de
obturación es de 10,5 cm; mientras que la distancia
entre los orificios de obturación es de 2,5 cm. La
ejecución del instrumento es común en los varones,
pero no hay restricciones para las mujeres. Las
ocasiones de ejecución, en las que generalmente
es acompañado por el tambor, constituyen los
matrimonios, programas de la comunidad y la fiesta
de tsé tsé pa.
168
169
SABERES ANCESTRALES
170
NACIONALIDAD
KICHWA
KICHWA
HISTORIAÊ E
IDENTIDAD
La nacionalidad kichwa utiliza el término runa (gente) o sacha runa (gente de la
selva) para su auto denominación. Estos
términos se discutieron y consensuaron
durante los congresos de la nacionalidad
en los años 1980 y 1981. El pueblo kichwa
amazónico representa en realidad la fusión multiétnica de diversos pueblos originarios que habitaron y habitan lo que
actualmente constituyen las provincias
de Napo y Pastaza: tzápara, achuar, canelos, kichwas del Napo, andoas, gaes
y semigaes. La fusión se realizó a través
de alianzas matrimoniales, sistemas de
ocupación o compadrazgos, con la adopción del kichwas o runa shimi como lengua principal.30 Actualmente, luego de un
proceso migratorio especialmente intenso y extensivo, durante la segunda mitad
del siglo XX, se encuentran ubicados en
las provincias de Napo, Pastaza, Orellana
y Sucumbíos.
El idioma de la nacionalidad kichwa
es el runa shimi. Runa significa persona
o gente; shimi significa lengua. El runa
shimi es uno de los rasgos identitarios
más definidos de los kichwas. Se compone de varios dialectos con diferencias
en la pronunciación y en el significado de
algunos vocablos entre los Napo runas
(Alto Napo), Canelos kichwa (Pastaza)
y Putumayo. Por ejemplo: en Alto Napo
pronuncian ñawi, y en Archidona, como
ni. En Sarayaku dicen inda para decir
sí, mientras otros kichwas dicen ari. En
Putumayo dicen amundi upiashun para
174
invitar a tomar, y otros kichwas dicen
kampas upi.
El runa shimi es la lengua indígena
más expandida en América, no obstante
todavía se encuentra en discusión su lugar de origen y formas de expansión. Algunos sostienen que fue introducida en
la Amazonía por los Incas, los colonizadores, las misiones y por los runa; otros,
que el idioma existía en la Amazonía desde mucho antes y se expandió hacia los
Andes. De todos modos, no hay evidencia
histórica de que se hablara runa shimi
antes de la conquista en lo que ahora es
el este del Ecuador (Hudelson: 1987:26).
Pero sí existen evidencias documentadas
de que fue la lengua que expandieron las
misiones hacia otras áreas de la Amazonía en sus afanes de conquista, reducción
y evangelización.
A través del comercio, alianzas matrimoniales o simplemente con la ocupación
de nuevas áreas, los kichwas migraron
algunas décadas atrás hacia las actuales
provincias de Orellana y Sucumbíos. En
Sucumbíos, los primeros hablantes de
runa shimi provienen del alto Napo y se
habrían asentado en las cuencas de los
ríos San Miguel, Putumayo y bajo Aguarico. Su origen en este sector se encuentra vinculado al periodo de recolección
del caucho cuando en las primeras décadas del siglo XX comerciantes caucheros
recorrieron las cuencas de los ríos Putumayo, Cuyabeno y Aguarico llevando
* Colaboración de Juan Carlos Franco.
30 Para los Napo runas ellos son los descendientes de varias mezclas, grupos residuales y naciones muertas a las que
se les ha negado el derecho a ser. Esta mezcla se les engloba en los términos Napu runa, Pastaza runa y Awariko rua
(runapura). (Reyes: 2009)
bajo su mando a trabajadores runas procedentes del Alto Napo. Las bocanas del
San Miguel y del Cuyabeno en el Aguarico
se convirtieron en sitios de asentamiento
temporal de estas peonadas. Este periodo
de ingrata recordación para los pueblos
y nacionalidades indígenas amazónicos
inició a finales del siglo XIX: pobladores
de Loreto, San José de Payamino, Cotapino, Sunu, entre otros, fueron llevados
a la fuerza y vendidos como esclavos en
los mercados caucheros de Iquitos y Manaos. Para evitar ser capturados, muchos
indígenas abandonaron sus poblados y se
internaron en la selva; mientras, los cautivos eran explotados en las tareas de recolección del caucho en distintas áreas amazónicas. Una vez liberados de la opresión,
algunos se quedaron a vivir en distintos
lugares. Sus descendientes fundaron las
comunidades en las riberas de los ríos San
Miguel, Aguarico y Putumayo.
Una segunda oleada de migrantes kichwas tiene lugar desde 1948, de Naporunas (kichwas del alto Napo) y de canelos
kichwas, que son mayoría en Pastaza: se
asentaron en Santa Cecilia (Napo) y fundaron a través de redes familiares las comunidades de Kucha Pamba, Guacamayos y 5 de Agosto. Algunos testimonios
señalan que vinieron de diferentes lugares de lo que hoy es la provincia de Napo
(Antzuk y Jatun Yaku): bajaron por el río
Napo, llegaron a Francisco de Orellana
(Coca) y siguieron navegando río arriba
hasta que desembocaron en el río Sardinas. De ahí caminaron por pica hasta los
ríos Papaya y Pusino, y río abajo alcanzaron el Aguarico. Siguiendo el curso del
Aguarico de forma ascendente llegaron
hasta Santa Cecilia.
Entre los años 1960 y 1964, atraídos
por las oportunidades de empleo en el
área hidrocarburífera iniciadas por la
compañía Texaco, así como por el im-
pulso que el Estado dio para colonizar la
Amazonía a través del ex Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonización (IERAC), siguieron llegando más
familias. La segunda oleada de runas
arribó en busca de trabajos y de tierras
para formar comunas. Llegaron desde
Tena, Archidona, Pano, Talag y Pastaza
pero, esta vez, por vía aérea, en aviones
de la compañía Transporte Aéreo Oriental (TAO) y de las Fuerzas Armadas del
Ecuador (FAE).
Algunos kichwas fueron enganchados
en trabajos vinculados a la extracción petrolera: apertura de trochas, tendido de
líneas sísmicas, desbroce de áreas para
pozos y helipuertos. Se radicaron unos en
la compañía y luego se asentaron, al igual
que los colonos, a lo largo y ancho de las
vías abiertas para las actividades hidrocarburíferas. Poco a poco animaron a sus
familiares a buscar nuevas tierras porque
aquellas en donde vivían eran insuficientes para la sobrevivencia de las futuras
generaciones.
Con el tiempo la presencia de los kichwas y su idioma desplazaron y relegaron las lenguas de los pueblos originarios
de las nacionalidades siekopai, siona,
a´ingae y tetete.
De acuerdo con la tradición oral de
los actuales pobladores kichwas en Sucumbíos algunos de los lugares de donde
migraron fueron: Cabecera del río Misahuallí, Tena, Pano, Atun Yaku, Antzu,
Achi Yaku, Cotundo, Santa Clara, Aguano, Tzatza Yaku y Sarayaku.
La mitología de la nacionalidad kichwa
señala a la deidad Yaya como la creadora
de los runas.
Al principio no había sol ni había día.
Vivíamos en la oscuridad. Cuando
175
SABERES ANCESTRALES
amanecía era como noche de luna. En
los tiempos de oscuridad ya estaba el
Dios Yaya. Para que nosotros existiéramos, Dios, nuestro papá, de tierra
hizo la gente, dicen. De greda hizo a los
runas. De aquel tiempo hasta ahora
nos hemos multiplicado. Agarró tierra,
modeló un hombre de tierra, parado
lo hizo y le sopló en la corona ¡ju! ¡ju!
Cuando sopló le dio pensamiento. El
hombrecito estaba vivo, caminaba y
hablaba.
Había también un supay (demonio). El
supay agarró tierra: “Yo también voy
a hacer mi gente” decía. Pero le salió
wankana. Muchas veces el supay intentó hacer runas, pero no podía. Hacía sacha wagra, sajíno y toda clase de
animales no más.
Dios Yaya de tierra hizo a un runa. Le
dejó tapado con algodón en un pate.
Después dijo al niño:“Ahora abre el
paté”. El niño abrió y vio que había
una cantidad de hombrecitos, pequeños pero vivos, todos con sentido, que
hablaban y caminaban. Así Dios Yaya
hizo a los runas.
Los supay vieron como Dios hizo a su
gente. ¡Ahora nosotros podemos también hacer nuestra gente! De la misma
manera tenemos que hacerlo, pensaron los supay. Uno de ellos dijo: Si
Yaya los hace, yo también puedo. Yo
¿quién soy? Y diciendo así hizo bolitas
de tierra, las tapó con un pate. Cuando lo abrió salieron víboras. Bastantes.
No tenía poder de hacer gente….Otro
empezó diciendo lo mismo: ¿Quién soy
yo? Yaya le dijo: Tú tampoco vas a poder. Insistió el supay:¡Yo seguro hago
gente! Entonces encerró sus bolas de
greda. Al poco rato, mandó abrir y salieron puros grillos, saltando… Otro
supay modeló tapado con pate. Al abrir
176
salieron puros sapos. Bastantes. No
pudiendo, dejó. Así los supay se convencieron de que no podían y dijeron:
“Él hace lo que quiere; nosotros no
tenemos ese poder.” Y abandonaron.
(Mercier, 1979: 13-14)
Algunos nombres propios de los kichwas
son: Rayo, trueno; Rumí, piedra; Indi,
sol; Sisa, flor; Tinly, violento; Killa, luna;
y Anguchaki, elástico. Apellidos propios:
Yumbo, grupo que no quería la civilización; Tapuy, entrador y buscador para la
civilización; Purakilla, luna llena; Urapari, nacer en la bocana; Shiguango, raíz
de unkurawa; Andi, donde nace el sol;
Mamallakta, madre de la tierra. Y algunos apodos: Churo, caracol; Taruca, venado; Yawati, el que no estima la vida;
y Wakrakara, el que no da buena carne
sino solamente cuero de vaca.
INDUMENTARIA
El traje o vestido tradicional estaba confeccionado de la corteza del árbol llanchama
( Al parecer se trata del mismo (Poulsenia
Armata) utilizado por las nacionalidades
siekopai, siona, a’i y shuar). El procedimiento de elaboración era el siguiente: se
tumbaba el árbol, se medía el tronco de
acuerdo al tamaño de las prendas a confeccionar, se extraían los pedazos de corteza que luego se machacaban cuidadosamente con un palo para sacar la primera
capa, la corteza suavizada se lavaba en el
río, se secaba la corteza en el sol hasta que
adquiera color blanco y se tomaban las
medidas para confeccionar los vestidos de
hombre y de mujer.
El vestido de hombre, muti palun, era
una túnica con mangas cortas que llegaba
hasta unos 5 cm antes de las rodillas. El
vestido de mujer, maki kutuna, era una
blusa de mangas largas que llegaba hasta
el ombligo.
Las vestimentas de llanchama se utilizaban en ocasiones especiales como el
matrimonio, en donde las mujeres vestían también faldas o pampalinas y el
hombre pantalón corto elaborados con
fibras de chambira. Más adelante y en actos relacionados con aniversarios de las
comunidades, las mujeres elaboraron faldas con el cogollo de lisan (paja toquilla)
bajo el siguiente proceso: se recogían los
cogollos, se sacudían para sacar las fibras
que luego se secaban al sol y se tejían las
fibras de lisan hasta obtener una falda de
60 cm que se colocaba en la cintura.
Las mujeres utilizaban collares elaborados con semillas de kaymito (color
café) o de milisho chuku muyu (color
rojo con blanco) a los que se podía agregar colmillos de animales de la selva
como huangana o jaguar. Para su confección cortaban las semillas en la mitad,
en el centro perforaban un orificio por el
que se introducía una fibra de chambira
a fin de armar los collares. De igual forma y utilizando únicamente semillas de
kaymito tejidas con fibras de chambira se
confeccionaban muñequeras y tobilleras.
También se utilizaban:
Wiririma. Sonajas o manojo de semillas
secas cortadas por la mitad y unidas por
cuerdas de chambira, que se colocan los
hombres en los tobillos para marcar los
pasos de la danza (Mercier, 1979).
Puma kiru. Collar elaborado por los
hombres con colmillos de jaguar de la siguiente manera: se lijaban los colmillos
con arena fina y hojas de uva de monte,
se perforaban los colmillos, se introducía
la fibra de chambira en cada uno para armar el collar.
Lumu cuchi kiru. Collar elaborado con
colmillos de sajíno. Su confección es igual
a la anterior. Estos dos tipos de collares
eran usados por personas adultas que
ocupaban jerarquías altas en la sociedad:
yachak, jefes o grandes cazadores.
177
SABERES ANCESTRALES
Ñakcha. Peinilla propia de los kichwas
amazónicos que se utilizaba preferentemente en el arreglo del cabello de la novia. Se elaboraba así: se cortaban canutos
de caña brava en tiras pequeñas muy delgadas, se secaban las tiras al sol, se las
colocaba en fila y transversalmente se ponían dos tiras de caña un poco más gruesas, y se tejía con fibra de champira. Se
concebía al cabello largo en los hombres
como un símbolo de inteligencia, conocimiento y ánimo guerrero. Los jefes y ancianos lo llevaban.
Los adornos faciales y corporales se realizan con tintes naturales que encarnan
distintos motivos que con un significado
particular: ríos, montañas, tierras planas,
el sol, la luna, entre otros. Por ejemplo,
las líneas curvas representaban montañas y quebradas; dos líneas horizontales,
ríos; una línea horizontal, una montaña
plana; los puntos, caminatas largas; y las
cruces, peligros y mujer casada. A Algunos de estos diseños se les atribuyen virtudes mágicas protectoras. Las ancianas
y ancianos pintaban a mujeres y hombres
respectivamente. El cuerpo también se
pintaba, atributo solamente de los guerreros y personas casadas.
Se usaban los siguientes tipos de pinturas: Wituk (Brosinum utile): árbol
grande cuyo fruto maduro se raya para
extraer un tinte negro que luego se mezcla con agua hasta obtener la pintura
espesa. Se considera que protege la vida
del yachak y le otorga fuerza y valentía
contra el enemigo. Sus pinturas faciales
despistan a los brujos enemigos dificultándoles chontear. Achiote (Bixa Orellana): semillas que colocadas en agua proporcionan un pigmento rojo amarillento.
Árbol de caucho: de su corteza se extrae
la leche de caucho (látex), haciendo una
muesca. El producto se recogía en hojas
o recipientes de barro.
178
Las coronas era utilizadas y elaboradas
por los hombres. Para su confección se
elaboraba un círculo con una tira de morete, se colocaban cinco plumas de guacamayos o tucanes en la parte delantera,
luego se colocaban plumas pequeñas de
loros, tucanes, guacamayos o azulejos
alrededor de todo el círculo y se tejía la
corona con fibra de chambira.
VIVIENDA
Wasi, vivienda tradicional kichwa, se
construía directamente en el suelo y podía albergar algunas familias ampliadas.
Su forma era rectangular y sus dimensiones dependían del número de familias
que la iban a ocupar. Las medidas se tomaban por cuartas (con la mano), brazos
y en el suelo por pasos. Para construir la
vivienda lo primero era ubicar un terreno plano, cercano al río y con muy buena
visibilidad a larga distancia. También era
importante considerar la ubicación del sol
y la dirección de los vientos. El segundo
paso consistía en recolectar y preparar todos los materiales que se utilizarían en la
construcción para lo cual se podía recurrir
a mingas familiares. Se requería principalmente: chonta, caña guadúa, paja toquilla
(lisan panka), canambu, pambil (pushiwa)
o makana panka. Estos materiales debían
cortarse en luna creciente a fin de que resistan y no sean afectados por polillas, gusanos o comején.
Los postes de la estructura de la vivienda se construían con pambil y tenían una
altura de 3,10 m de los cuales 60 cm se enterraban en el piso. Se colocaban tres postes de pambil en primera fila, tres en segunda, y otros tres en el medio. En la punta de estos se hacían muescas para amarrar con bejucos llamados shalipu washka
y ashanka washka, los palos transversales
se denominan kashpi.
El armazón de la casa era uno solo, desde el suelo hacia arriba. El piso y las paredes se construían con tiras de pambil y estas últimas se recubrían con hojas extraídas de la pushiwa. La vivienda disponía de
dos puertas o punku: una para la entrada
y salida, y la otra solo para emergencias,
en casos de ataques de enemigos.31 El camino que sale y llega hasta la puerta se
denomina ñampi. La vivienda no disponía
de divisiones internas.
Para la construcción del techo se utilizaban distintas hojas: paja toquilla(lisan
panka), canambo o lúkata, yarina o shipati, makana panka o pushiwa. Al terminarlo se colocaba el cumbrero tejido el alma
yari con yarina panka.
Al terminar la casa se humeaba para
que no se dañen las hojas. Antiguamente, para que la casa y especialmente el techo se conserven bien, los dueños debían
observar ciertas restricciones: no asar ni
comer maytu de mayón, gusanos o maní,
tampoco dormir antes de la inauguración
o wasipichana. Al terminar la casa se hacía una fiesta de inauguración denominada chaki pichana en la que participaban
quienes habían colaborado en mingas
para la construcción. Además de comida
y chicha, había música con tambores, julawatu (flauta de caña traversa), pinkullu
(flauta vertical elaborada con hueso de
águila), turumpa (arco musical).
Para resguardarse de las tormentas,
rayos o vientos, quemaban hojas secas y
humeaban por el entorno, tiraban carapacho de cangrejo o tortuga calmando
la tormenta. Al interior de la vivienda se
guindaban objetos con espinos para protegerse de los murciélagos. Para ahuyentar los insectos se usaban preparados de
raíz de barbasco y ají, los que se coloca-
31 Para ello utilizaban también hojas secas que ponían afuera de la vivienda, a fin de poder escuchar a los enemigos si
estos se acercaban.
179
SABERES ANCESTRALES
ban en algunos lugares estratégicos. Con
la misma finalidad también se podía usar
el comején prendido.
Para proteger la vivienda de los malos espíritus se masticaba jengibre y soplaba al interior y al exterior de la casa. El
yachak, con su poder, establecía un cerco
de protección a la vivienda. Alrededor de
la casa y para ahuyentar los espíritus negativos se sembraba wantuk, ayawaska,
manduro y achiote. Se prohibía sembrar
cualquier clase de palmas porque atraen
los rayos. También se sembraban árboles frutales y plantas medicinales: guabas, aguacate, uva, caymito, aviyu, cacao
blanco, guayusa, dunduma,verbena, jengibre y chirihuayusa.
Cada familia tenía su propio fogón de
leña o tulpa, que estaba compuesto por
tres piedras largas semienterradas y sobre las que se colocaban las ollas de barro. La tulpa, además, servía para que por
las tardes se hiciera humo y no se acercaran los zancudos. Antiguamente solo
se empleaba leña para cocinar y el fuego
se encendía con dos piedras blancas redondas y pequeñas que friccionadas producían chispas que prendían un atado de
algodón colocado en la parte inferior. La
piedra ata muyo se utilizaba como esperma.
Para alumbrarse en casa se mantenía
prendida la fogata con troncos secos o a
su vez frescos. También se buscaban en la
selva otros tipos de encendedores como
shirquillu, napa, pungara (brea) que se
envolvían en hojas secas y se utilizaban
como mecheros.
El apu ayllu kaytu o la cama de los padres se hacían con guadúa y llanchama,
luego estaban las camas de los jóvenes o
kaytu malta wawakunapak, además del
kaytu sawarina o cama de descanso. An-
180
tes se solía dormir en el mismo piso de
chonta en donde colocaban mantas de
llanchama. Las mujeres casadas dormían
con sus maridos. Los solteros, aparte.
Los niños dormían en el suelo tendidos
en cañas picadas.
Para dar a luz se acondicionaba en un
rincón de la casa, la wawa wachana uku,
un espacio en donde se colocaban dos
palos verticales y uno horizontal que los
atravesaba. En el momento del parto, la
mujer se agarraba del palo horizontal colocándose en cuclillas, mientras el esposo
la sujetaba de la cintura o los brazos.
Algunas familias enterraban a sus seres
queridos fallecidos dentro de la casa y se
retiraban durante un tiempo. Luego regresaban a vivir cerca o en la misma casa,
no se tenían que ir muy lejos porque los
muertos lloraban el abandono. Cuando
moría el dueño de la casa, abandonaban
la vivienda o la destruían, pero siempre
tenían que seguir manteniendo limpios
los alrededores. Además de la propia
casa, a unos 10 o 15 kilómetros dentro de
la selva, las familias tenían sus propias
casitas pequeñas para la cacería y hacer
mitayo o carne ahumada. Esta casa se denominaba tambo y era muy pequeña (3
por 4 metros).
POBLACIîN Ê Y
ORGANIZACIîN
SOCIAL
Las comunidades de la nacionalidad kichwa se encuentran asentadas en todos
los cantones de la provincia de Sucumbíos
exceptuando el cantón Sucumbíos Alto. La
forma de poblamiento es dispersa y variable: en unos casos es lineal a lo largo de
una arteria fluvial y, en otros, hay una tendencia a ubicarse junto a las carreteras o
en torno a la escuela, cancha de fútbol u
otras construcciones comunales.
Cantón
Río o vía
Cascales
Aguarico
Gonzalo Pizarro
Ríos Dué, Dashno, Panduyaku y Chuskuyacu
Shushufindi
Río Aguarico. Vía Shushufindi-Limoncocha.
Cuyabeno
Río Aguarico
Putumayo
Ríos San Miguel y Putumayo
Lago Agrio
Vías Quito-Lago Agrio, Lago Agrio-Coca,
Lago Agrio-Tarapoa, Colombia.
Ríos Aguarico, San Miguel y Putumayo.
Según la Federación de Organizaciones
de la Nacionalidad Kichwa de Sucumbíos del Ecuador (FONAKISE), los kichwas actualmente están ubicados en los
seis cantones de la provincia, en forma
organizada y con escrituras globales sobre los territorios, con repartos internos
para cada asociado. En 1975 la misión
Carmelita inició la evangelización de los
kichwas que habitaban la parte norte de
la provincia de Napo que hoy pertenece
a la provincia de Sucumbíos. Durante el
transcurso de ese año recibieron capacitación para formar líderes comunitarios y
mejorar la calidad de la organización. Se
pretendía que los kichwas pudieran vivir
organizados y con un mejor desarrollo. El
impulso de los misioneros fue importante para perfeccionar la red organizativa
en los diferentes lugares donde la organización kichwa, como tal, no podía llegar.
Los misioneros apoyaron actividades con
los recursos económicos que tenían a su
alcance.
Al comienzo los runas estuvieron muy
motivados con la idea de vivir organizados: buscaban superarse ideológicamente y llegar a un objetivo, a una meta, que
no era otra sino seguir tejiendo lazos a
nivel provincial, regional e internacional y disponer de buenos representantes
para que pudieran dialogar con los gobiernos de turno en representación de la
nacionalidad kichwa. El fortalecimiento
de la Federación de Organizaciones de la
Nacionalidad Kichwa de Sucumbíos del
Ecuador es un claro ejemplo de esto.
Las comunas con mayor densidad
poblacional y territorio se encuentran
divididas por sectores y estos, a su vez,
subdivididos en líneas internas para respetar mutuamente los trabajos entre los
socios. Las escrituras globales permiten
la convivencia y la protección colectiva
del territorio. Las escrituras globales son
indivisibles, imprescriptibles e inembargables y relacionan a los kichwas con la
Pacha Mama, con la madre naturaleza.
Dentro de las comunas de base también hay otra subdivisión: se organizan como asociaciones para recibir, por
ejemplo, apoyos con microproyectos
181
SABERES ANCESTRALES
CANTÓN
COMUNIDAD
Gonzalo Pizarro
Panduyaku
Dashino y
Chushku Yaku
Shyris
San José de Aguarico
Pastaza
Jesús del Gran Poder
Kuri Yaku
Puma Kucha
Allishunku
Paku Kucha
Guacamayos
5 de agosto
Kuchupamba
San Francisco 2
Puyu Pungu
Sarayaku
Atari
Yana Kucha
Amazonas
Rumipamba
Mushukllacta
Voluntad de Dios
Río Pusino
Ñukanchillakta
Allipamba
Limoncocha e Itaya
Puka Peña
Playas del Cuyabeno
Yana Amarun
Santa Rosa
Tigre Playa
Singüe
Lorocachi
Tacé
Riera
Samona Yacu
Silvayaku
Aguas Blancas
Santa Elena
Nueva Montepa
Puerto Rodríguez
Sandi Yaku
Tres Fronteras
Cascales
Lago Agrio
Shushufindi
Cuyabeno
Putumayo
TOTAL
182
POBLACIÓN
252
197
461
300
195
173
97
96
75
125
170
103
419
146
132
50
714
180
126
410
343
158
122
108
148
540
138
204
63
49
78
96
62
94
81
63
94
193
56
98
261
95
177
7.742
para vivienda, en los que pueden beneficiarse de 15 a 30 socios.
Los socios y socias son miembros activos
que cumplen los mandatos y tienen derechos propios de acuerdo al estatuto y
reglamento interno. Acatan los acuerdos
de la asamblea, participan en las mingas
y reuniones, colaboran con las cuotas
mensuales establecidas y aportan en las
actividades que se realizan. Cuando no se
cumple lo establecido, se imponen multas y si se realizan algunos proyectos, no
pueden participar de los beneficios hasta
que no cumplan con sus responsabilidades.
Las tierras se reparten tras establecer
linderos internos con un equipo topográfico, para lo cual los socios deben estar
inscritos en un censo poblacional de la
comuna. Los hombres y mujeres y sus
descendientes son considerados socios a
partir de los catorce años, socios activos
desde los dieciocho y ya pueden participar en las elecciones de las dignidades
comunitarias.
KICHWA
caso de que la medicina occidental no dé
resultados se acude a los yachak o parteras, y a los preparados tradicionales.
dad organiza actividades deportivas para
hombres, mujeres y niños. Casi todos los
domingos hay competencias y eventos.
Educación: atiende y controla las problemáticas que surgen con el profesorado o
la inasistencia del estudiantado a las actividades académicas. Visita a las familias
e informa de los problemas a la federación que toma las medidas necesarias
para resolver los casos.
Derechos Humanos: Una persona encargada de velar por el manejo adecuado de
los conflictos entre socios o intrafamiliares. Consulta con la federación e intenta
resolver los problemas. En caso de no poder hacerlo lo encausa hacia las autoridades competentes locales o provinciales.
Cuando hay abusos de las autoridades
militares o policiales, interviene para que
se hagan cumplir los derechos humanos.
Warmi wankurina (organización de mujeres): Elaboran proyectos y gestionan
los trámites para su puesta en marcha.
Hay proyectos de corte y confección, artesanía, cría de pollos, peces, chanchos.
Organizan cursos de parteras, sobre liderazgo, derechos de las mujeres. Coordina
con la federación todas estas actividades.
Deportes: Una persona en cada comuni-
Comisión de tierras: Tramita la legalización de los territorios cuando surge una
nueva comunidad, o los casos de linderos
individuales. Organiza a la comunidad
para el mantenimiento de caminos y linderos. Realiza su trabajo con la federación.
Para organizarse en una comunidad se
convoca a todas las personas mayores de
edad quienes acuden de forma libre y voluntaria. Se busca trabajar mancomunadamente por el desarrollo y la mejora de
las condiciones de vida. Luego se procede
a elegir la directiva que está conformada
por presidente, vicepresidente, secretario, tesorero, síndico, primero, segundo y
tercer vocales. El periodo de funciones de
la directiva es de dos años. Dentro de la
directiva hay comisiones de:
Salud: vela por el bienestar físico, consigue medicinas, visita familias y explica
normas preventivas de salud como higiene y buena alimentación. En caso de enfermedades, se consulta con la Federación
o la Misión Carmelita, quienes hacen el
traslado a algún centro hospitalario. En
183
TRADICIîN Ê ORAL
Extracción de la sal
Tiempo de patrun o patrón
Con la finalidad de conseguir sal, antiguamente los kichwas realizaban largos
viajes que duraban varios días hacia el
alto Huallaga. La ruta escogida era a través del río Curaray. La sal se extraía golpeando con guancas y la traían envuelta
en hojas. En la casa se la ubicaba encima
del fogón para conservarla con el humo.
Los kichwas también fueron obligados
a trabajar en haciendas. La estancia en
las haciendas era difícil y se realizaba
en condición de explotación: las faenas
se contaban por rayas (asistencia), los
mismos patrones o mayorales prestaban dinero a los kichwas para comprar
ropa, zapatos o incluso alimentos que
luego eran descontados de sus diarios;
las mujeres eran obligadas a trabajar en
servidumbre; o se les obligaba a trabajar a cambio de alimentación y un lugar
para dormir.
Tiempo del caucho
En tiempos de la explotación del caucho, los kichwas fueron esclavizados por
los caucheros que les hacían trabajar a
cambio de ropa y herramientas. Fueron
llevados a diferentes partes de la Amazonía por los ríos Coca, Napo, San Miguel y
Curaray. Algunos huyeron de sus patrones y se internaron en la selva. Desde esta
época los kichwas se encuentran ubicados en distintos lugares de la Amazonía.
MUNDOÊ ESPIRITUAL
PERCEPCIÓN DEL TIEMPO32
Se encuentra relacionado con el conocimiento del sacha pacha y sus dinamismos. De él dependen la subsistencia y
sobrevivencia en la selva. Involucra la actividad hortícola con chacras temporales
y rotativas para permitir que la tierra se
regenere. Se tala del bosque, solo lo que
se precisa para vivir: construcción de viviendas, adornos faciales y corporales,
cestería, elaboración de canoas, medicinas, entre otros. Se conocen las formas
de vida de animales y plantas y se las
respeta, obteniéndose solo lo que se requiere para la alimentación. La sabiduría
enseña a no violentar los ciclos y procesos de la naturaleza y a respetar las manifestaciones y el exuberante dinamismo
de los poderes del sacha pacha (Goldáraz,
2004: 157).
El tiempo se lo conoce por la posición
de los astros y el comportamiento de las
plantas y animales. La selva, los ríos, las
plantas, los animales tienen sus ánimas
y sus espíritus protectores con los cuales
se establece una relación familiar. Es necesario emparentarse con ellos, conocer
sus nombres, para saber tratarlos en colaboración y armonía. La desobediencia
a la sabiduría, según lo enseñan los mitos
fue el origen de insectos dañinos y molestosos, de la dificultad de obtener cacería,
del oscurecimiento del cielo con sus rayos y tormentas. La relación familiar con
la naturaleza involucra categorías femeninas y masculinas:
Mayu (río)
Sacha (bosque)
Yaku (agua)
Allpa (tierra)
Llakta (pueblo)
Chakra (sementera)
Mawka (barbecho)
Sacha (monte)
Expresa la forma femenina de la vida
Expresa lo masculino de la vida
Expresa la fecundidad de la vida masculina
Expresa la fecundidad de la vida femenina
Expresa el espacio humanizado por el espíritu
de vida humano
Expresa la selva humanizada por el espíritu
de vida humano
Expresa la devolución a la selva del espacio,
previamente entregado al hombre por ella
Expresa el espacio no humanizado por el espíritu
de vida humano
Fuente: Goldáraz (2004: 161)
MITOLOGÍA33
Los kichwas en su relación íntima y sagrada con la naturaleza y el cosmos han
creado una serie de mitos y tradiciones
que constituyen los paradigmas de su
vida en la selva. Estos descifran el origen
de algunos astros como la luna y el sol; la
aparición de algunas especies de animales, en donde cada elemento tiene vida
propia y un espíritu que lo caracteriza.
De estas complejas relaciones es parte el
ser humano quien, en algunos casos, por
su desobediencia e inobservancia de los
mitos, provoca ciertas rupturas del entorno.
El ser humano manifiesta una constante dicotomía en su proceder, lo cual
revela un equilibrio que es parte de esta
singular cosmovisión, aspecto que puede
observarse en el mito de los hermanos
mellizos. De igual forma, se constata una
gran relevancia e interacción entre los
tres mundos: sideral (jawa pacha), telú-
32 Acápite basado en las obras de Goldáraz (2004).
33 Acápite basado en la obra de Goldáraz (2004).
184
185
SABERES ANCESTRALES
rico (kay pacha) e inferior (uku pacha),
lo cual se repite en varios mitos. Ciertas
creencias presentan la influencia de la religión católica, por ejemplo en el mito de
la creación.
Es posible notar que los principales
rasgos referentes a la cosmovisión de esta
cultura giran en una constante explicación de cada uno de los elementos hallados en su medio natural, razonamientos
que incluyen un cierto toque de magia e
imaginación en cada relato, pero donde
cada elemento de la cotidianidad desempeña un rol importante. Asimismo, se denota la influencia de la presencia humana en el entorno natural y su incidencia.
Cada suceso mitológico lleva impregnado
una gran dosis de su cosmovisión donde
es central la idea del equilibrio, así como
los eventos contrapuestos pero complementarios.
La mitología kichwa hace referencia
a dos etapas de la creación. La primera
donde no existía una diferencia entre los
animales, astros o espíritus; su mundo
estaba en la penumbra donde solo alumbraba la luz de la luna. En este sentido, los
espacios, dimensiones y tiempos no estaban establecidos, se transitaba libremente. Los seres que habitaban ese mundo
eran racionales aunque no contaban con
formas concretas. Así, dichos seres eran
animales o diablos con grandes poderes
espirituales, controlados por los héroes
culturales a fin de organizar la creación.
Los seres del presente surgen luego
del cataclismo de una creación anterior.
Aquellos individuos de la primera creación desaparecieron como resultado de
una conducta depravada, lo cual destruyó su hábitat. Tras dicha debacle algunos
entes lograron sobrevivir y todo el ciclo
inició otra vez. De esta manera, es como
Yaya forma a los hombres en competen-
186
cia con los diablos; los primeros, fueron
creados a partir de muñecos de greda a
los que a través del aliento vital recobraron vida. El héroe cultural tanto como
los espíritus malignos, en su intento
por imitar a Yaya, termina completando, rectificando o a veces estropeando la
creación. No obstante, son los humanos
quienes por su proceder contribuyen a la
aparición de plagas o causan los juicios o
wisyus. Como consecuencia, se modifica
el curso de la existencia y esos seres regresan a estados anteriores.
En lo que concierne, a los espíritus o
vidas invisibles (supaykuna) en su afán
por hacer hombres terminan creando
animales que al no poseer un espíritu
humano no podían ser consumidos, por
lo que Yaya a través de su bendición los
transforma y empiezan a ser alimento
para sus hijos, los hombres.
Una vez aparecida la figura humana,
Yaya empieza a evaluar su conducta y
trabajo mientras que les dotaba de plantas alimenticias y les enseñaba a cuidar
y sembrar en sus chakras. A lo largo del
trayecto de Yaya, se logra evidenciar hechos pasados que tuvieron gran influencia en el pueblo kichwa así como la presencia y persecución de conquistadores y
misioneros.
Dentro de la cosmovisión local no
existe la tradicional dialéctica creacional
propia de Occidente, donde se da una
dicotomía entre superioridad e inferioridad; al contrario, cada elemento inmerso
en el proceso de la creación, es complementario e igualitario, lo cual se comprueba con la presencia en los cuentos de
hermanos gemelos que están en un constante equilibrio, la formación de grandes
familias donde se incluyen a todos y así
logran la armonía deseada. De esta forma, se pueden dilucidar ciertos valores
KICHWA
de los kichwas como el servicio, reciprocidad, igualdad, armonía, parentesco
espiritual, compromiso y cumplimiento,
lo cual se contrapone a la dependencia o
servidumbre.
El fenómeno humano surge como espíritu de lo no-humano, su vida no descansa sobre un ser superior, sino que su
dinamismo se fundamenta en un llegar
más que un proceder de. Yaya se destaca
por proveer a sus hijos de los medios necesarios para que evolucionen y se desarrollen, por ejemplo los animales, hortalizas y plantas frutales. Sin embargo, debido a una conducta errada de estos seres
aparecen ciertas plantas o se dan sucesos
que perjudican el desenvolvimiento de
sus chakras o, en caso contrario, un buen
accionar resulta en abundancia de productos, así se comprueba un inmediato
pensamiento de la madre tierra con sus
habitantes.
Yaya se distingue por respetar la libertad de cada individuo, por lo que
promulga el hecho de que también deberán hacer frente a las consecuencias de
sus actos. Así es como nace el concepto
de (kamachina) que consiste en pensar,
agradecer y crecer en sabiduría por las
experiencias vividas. Yaya, es un dios necesitado (tsuntsu), un anciano (ruku) que
vaga con un cuerpo doliente (karachayu)
y sin familia (wakcha). Dentro de esta
cultura, estos seres en algunos casos son
apoyados pero en otros suelen ser despreciados. Sin embargo, hay quienes los
asisten y comparten con ellos. El mito de
Yaya cumple un papel complejo porque
se destaca por ser un ser incompleto que
completa, aquí se da la carencia y la abundancia al mismo tiempo. De esto nace
una exigencia cultural llamada (paktachik) que consiste en la reciprocidad.
Consecuentemente, quienes son solidarios tendrán cosechas exitosas, mientras
que al mezquino le irá mal en su trabajo.
Para este personaje mítico, la apariencia
externa es donde se evidencia la plenitud
de la fuerza espiritual, se manifiestan las
fuerzas shamánicas y los valores, se ven
los resultados de la constante batalla entre su fuerza espiritual y las tentaciones.
Killa y Iluku, el amor de la luna
Se detalla el origen incestuoso de dos
personajes mellizos, Lucero y Kuyllur,
quienes representan los primeros seres
humanos. Ambos fueron el resultado de
una relación entre hermanos que deciden
huir por su amor. No obstante, no logran
conseguir su objetivo cuando al intentar refugiarse en el firmamento, quedan
separados: killa es la luna, lleva en su
rostro las machas de wituk, que le untó
su hermana para intentar descubrir a su
amante nocturno. Filuku es la muchacha
embarazada de dos mellizos que debe seguir en la tierra buscando a su ser amado.
Lucero y Kuyllur, los primeros hombres de la selva
En este mito se da continuidad a la historia de iluku. La muchacha al intentar
hallar a Killa se encuentra con la pereza,
quien le alberga en su hogar. No obstante,
al encontrar los hijos de la abuela puma
a la muchacha la matan, y la abuela queda a cargo de los mellizos. Esta pareja de
varones cuyos nombres son Lucero y Kuyllur, se desenvuelven junto a la tigresa
y experimentan diferentes vivencias en
la selva, siempre intentando escapar y
vengar la muerte de su madre. En ambos,
se visualiza la oposición y complementariedad, la misma que ayuda a sobrepasar
los distintos obstáculos que hallan en su
diario vivir.
187
SABERES ANCESTRALES
Yaya hace los primeros hombres
Al principio no lucía el sol ni había día.
Vivíamos en plena oscuridad. Cuando
amanecía era como una noche de luna.
En esos tiempos de tinieblas ya existía
Yaya quien hizo de tierra a los primeros
seres humanos. Primero hizo unas bolas
de arcilla y las dejó tapadas en una olla de
barro, envueltas en copos de algodón en
rama. Después dijo a su ayudante: ¡Abre
la olla! El ayudante la abrió y miró en su
interior. Vio una gran cantidad de hombrecitos que caminaban erguidos. Yaya
les sopló su aliento en la coronilla y con
el soplo les comunicó el espíritu de vida.
Todos tenían pensamiento, sentido, palabra. Un diablo había observado la tarea
de Yaya. Él también moldeó unos muñecos de arcilla, y dijo: ¡Yo también haré mi
gente! Pero le salieron wanganas. Cuantas veces intentaba hacer personas, otras
tantas su esfuerzo resultaba inútil: salían tapires, monos, venados, toda clase
de animales. Otros diablos, que también
habían visto lo que hacía Yaya, pensaron
imitarle. Uno de ellos lo intentó: ¡Voy a
hacer mi gente! ¡Lo haré de la misma manera que Yaya! ¿Quién se cree que soy?
Amansó unas figuras de arcilla y las tapó
en una olla de barro. Al destapar la olla
salieron serpientes en cantidades. Otros
diablos lo intentaron con similares resultados, salían grillos, sapos, sabandijas. Al
final los diablos se convencieron de que
no tenían el poder de hacer a los hombres.
COSMOVISIÓN
Los antiguos han enseñado que hay tres
espacios: jawa pacha, el mundo espiritual
o mundo superior; kay pacha, la naturaleza en la que se vive, aquí se encuentra el
188
hombre; uku pacha, inframundo o debajo de la tierra. Hay seres de la naturaleza
que están dentro de uku y del kay pacha.
en el jawa pacha están espíritus como los
astros y los dioses.
Todos los seres vivos, animales y plantas son amigos, son seres iguales a los humanos. A Yaya ha dado algunas plantas y
animales para que los seres humanos se
alimenten de ellos. Por reciprocidad, hay
que cuidarlos. Debe haber motivos claros
y recíprocos para utilizar las plantas y los
animales.
Hay que cuidar al kipa que es el tierno, el niño, el presente, es el tiempo que
va a venir. Los que estamos ahora, en el
presente, tenemos que estructurar bien
al kipa. Conservar los animales para que
las generaciones que vienen puedan, al
menos, conocerlos. Por eso se caza solo
lo necesario.
KICHWA
Para ingresar al mundo espiritual se
utiliza el wanduk y el ayahuaska. los ritos del yachak están en relación con la
presencia de los cuatro elementos de la
vida: tierra, agua, aire y fuego. El yachak
visualiza la naturaleza como un sistema
espiritual energético y observa muy atentamente los equilibrios y las interdependencias.
Hasta hoy en día, pedir la ayuda de un yachak es una práctica muy común dentro
de las comunidades, sea predecir el futuro, hacerse curar o exorcizar. El yachak
es percibido como un sanador o un brujo
en función del uso que hace de las plantas
y de su poder.
SHAMANISMO
A través de los tiempos, el yachak ha sido
el depositario y custodio del conocimiento y la sabiduría ancestral. El poder del
shamán es grande, son los kurakas de
la ayawaska33, del tawaku34, de las piedras35, del banku36 y de la surupanga37.
El shamán es el experto por antonomasia en fuerzas, poderes y espíritus. Fundamentalmente personifica energías de
vida y de muerte, de bien y de mal, de
oposición y complementación. Se relaciona familiarmente con los dinamismos
vitales que recomponen y fortalecen o
que rompen y debilitan la armonía de lo
humano, de las fuerzas de la naturaleza
(ushaykuna) y de las vidas invisibles (supaykuna), (Goldáraz, 2004: 55).
33 Enteógeno amazónico. Su poder es sagrado. Su espíritu es de mujer. Ella enseña, aconseja, permite ver el camino.
34 Tabaco. Asociado a las prácticas ceremoniales y de curación de los kichwas.
35 Se les atribuye vida y poderes. En este mundo y en este tiempo no hay seres sin vida.
36 Es el shamán cuando llega al trance toma la forma de asiento para que los espíritus puedan posar en él. Cuando ha
logrado estar y regresar de todos los mundos también es banku. Trono del shamán. Es antropomorfo. Ayuda a establecer
relaciones entre los seres de esta dimensión y los de otros mundos.
37 Planta de la selva de la que se hace un manojo de ramitas verdes. El shamán sopla sobre el manojo de ramas directamente su aliento o una bocanada de humo de tabaco.
189
KICHWA
CICLOÊ VITAL
Nacimiento
Los kichwas cuentan con parteras comunitarias. Su trabajo es voluntario y consiste en hacer control a las mujeres embarazadas durante el embarazo, parto y posparto. Los esposos colaboran en el parto:
apoyan a su esposa, a los recién nacidos,
preparan alimentos, asean la casa.
El cordón umbilical se corta con una
tira de guadúa dejando cinco centímetros
de largo, y la placenta se entierra en cualquier lugar de la casa; la curación del ombligo se realiza con agua sal tibia, se echa
polvo y ceniza, también se utiliza sangre
de drago para la cicatrización.
Para facilitar el parto se toman las siguientes plantas medicinales: zumo de
la planta de boya, damua yura, hojas de
achiote, flor de caracucho (virqui mama
cisa). Para evitar enfermedades del posparto, la mujer debe tomar la corteza de
un árbol que se llama huevo de toro (pitón kara), tzicta, amarun caspi (palo de
boa), todo estas plantas son remedio para
purgar el estómago y no tener problemas
de sobreparto.
Los padres del recién nacido ponen
mucha atención en el cuidado del bebé
de modo que no se enferme ni contamine. Antes de que nazca el niño se hacía el
compromiso de ser compadre. Después de
ocho días de nacido, la madre se levantaban y los padrinos llegan para echar agua.
190
En el primer día del nacimiento, el padre prepara un pollo para que alimente
a la madre; los familiares hacen visitas
pero no se estila llevar regalos. Los kichwas no utilizan cunas sino hamacas de
tela o de chambira. Se amamanta al niño
hasta el año y se puede intercalar con chicha dulce o chucula. El primer diente se
saca con una piola torcida de chambira y
se lo bota encima del techo con lo cual los
próximos dientes crecerán rápidamente.
El primer corte del pelo del niño no es
importante. Se cree que el pelo largo es
clave para que sea inteligente o sabio.
Matrimonio
En la nacionalidad kichwa el matrimonio
juega un rol importante en las relaciones sociales, la política y las actividades
económicas de las unidades domésticas.
Las normas tradicionales implicaban la
exclusión en la elección de la pareja por
parte de los novios, quedando la iniciativa del cortejo en manos de los padres
(Franco, 2005: 40). De hecho, la prioridad no era el amor o el enamoramiento,
sino más bien establecer alianzas a través
del matrimonio ligadas al manejo del espacio como un mecanismo para posibilitar el acceso a los recursos del bosque
y garantizar la reproducción sociocultural de las unidades domésticas (idém).
El matrimonio, socialmente es la fusión
de dos ayllus, se expresa por la fusión de
uno de los miembros de un ayllu con otro
de los miembros de otro ayllu, con lo cual
se da origen a la ampliación y formación
de un único ayllu (Goldáraz: 2004: 290).
Las mujeres solamente podían mantener
relaciones sexuales a partir del matrimonio que se efectivizaban varios días después de la boda. El ritual del matrimonio
incluye varios momentos:
Mañachina. Se realiza en la casa de la
novia y consiste en un diálogo entre los
padres del novio o acompañantes y los
padres de la novia y familiares presentes.
Antiguamente a este acto no asistían los
novios quienes se conocían por primera
vez el día de la boda. La mañachina es el
primer encuentro entre dos familias que
desean establecer un solo ayllu, no obstante eventualmente puede ser rechazado por la familia de la novia. En este acto,
los padres del novio ofrecen regalos, trago y golosinas a los padres de la novia.
Paktachina. La familia del novio preparaba chicha y aguardiente e iba a la casa
de la novia. Se hacía la chaskina o aceptación, la cual iba acompañada de música
con la participación de los padrinos de la
boda y los padres de ambos. En algunos
casos, la paktachina podía ocurrir dentro
de la misma mañachina, pero por lo general se dejaba para otro día a fin de contar con la asistencia de familiares de los
dos ayllus. La paktachina es la aceptación
del compromiso entre los dos ayllus que
hacen una sola familia: jawyakuna (consuegros).
Boda. Días antes de la fecha acordada, los
padres del novio eligen a los músicos (pifaneros y cajeros) y a los cazadores encargados de conseguir la carne para la fiesta.
A su vez, los padres del novio preparan
la chicha. El ritual de la boda incluye la
churachina (ayudar a vestir) a los novios.
Según Goldáraz (2004: 293), antigua-
mente no se vestía, sino que se pintaba
el cuerpo desnudo con una pintura negra
(wituk) y el de la mujer con pintura roja
(manduro). Se dibujaban figuras lineales, rayas y puntos. Al novio le ponían
collares confeccionados con dientes de
tigre, brazaletes y wallingas, de las que
colgaban semillas sonoras y manojitos de
plumas multicolores. Se le empenechaba con la corona (Llawtu). Se le colocaba
en torno al talle un tejido extraído de la
corteza de un árbol (llanchama), pintada de hermosos diseños lineales de color
blanco, rojo y negro y se le ceñía la cintura con un cinturón (chumbi) multicolor.
Actualmente se viste al novio con camisa
blanca, pantalón negro o azul marino y a
la novia con la makikutuna, la pampalina
y su chamba, adornándola con collares.
Todos los actos o rituales de la boda
van acompañados de la música de pífano,
tambor o en algunos casos julawatu y violín también. En la boda primero bailan
los padres y luego los novios, después se
repartía comida a los padres de la novia
y les entregaban un atado de pescado y
carne como regalo. Al amanecer se hacía
la kamachina que consistía en que los padrinos aconsejaban a la pareja sin cesar
de pellizcarles, de estirarles las orejas o
de asirles del pelo, al mismo tiempo que
les recuerdan las mutuas obligaciones,
les previenen sobre los futuros problemas y les exigen el abandono de los defectos más notorios de los jóvenes, que
desdicen de la vida de casados (Goldáraz:
2004: 296).
Muerte
Se cree que cuando una persona muere
su alma sale en forma de espíritu invisible. El espíritu hace ruidos en las casas,
golpea, camina como gente pero no se le
ve, además mueve las camas y ollas, lanza
piedras, pega a los perros. Una persona
que está agonizando pide de comer, to-
191
SABERES ANCESTRALES
mar, conversa y avisa sobre su herencia
a los hijos, hijas y a la viuda. El cadáver
se lo coloca en medio de la casa, hasta
que lleguen los familiares, la comunidad,
amigos y compañeros de trabajo para
acompañar. La familia colabora con las
velas, azúcar, café, arroz, pollos, chichas
para la gente que acompaña en la velación o en el entierro.
En el velorio se hacen diferentes juegos durante la noche, se cuentan chistes,
se queman con trapos viejos a los que
están durmiendo, matan a los pollos con
los ojos vendados.
Al cadáver se lo envuelve con una sábana blanca, va acompañado con sus vestimentas y se le deja la comida encima de
la tumba y se siembran flores alrededor
del entierro. Los niños acompañan a la
velación. Durante el velorio y luego de la
muerte se recuerdan las virtudes del difunto.
Después del entierro limpian o barren las casas con los familiares. Después
de limpiar todo, el viudo agradece a los
acompañantes en el velorio y les da de comer y tomar; los familiares lloran todo lo
que hacía el finado, mientras vivía antes,
cuando estaba sano.
Cuando mueren los niños se reúnen
los familiares para velarlo durante dos
días. Los parientes y allegados colaboran
con velas, azúcar, pollos y chicha. Algunas personas mantienen la costumbre de
enterrarlos cerca de la casa mientras que
otros utilizan el panteón público.
Compadrazgo
El padrino y la madrina de una boda acogen como ahijado al primer hijo de la
pareja teniendo como obligación su manutención hasta que la persona se case
192
y forme un nuevo hogar. Estos acuerdos
se hacían entre dos familias anticipadamente, en visitas continuas en donde se
entregaban regalos a los futuros padrinos
y madrinas. Según Goldáraz (2004: 286)
el rito para hacerse compadre es sencillo:
los nuevos compadres se sientan en una
banqueta y los padres del niño se arrodillan delante. En esta actitud sumisa, continúa un largo discurso de compromiso,
en el que los padres prometen y se ratifican en el deseo de vivir como familiares, prometen ayuda y respeto mutuo. El
compadre asiente con una kamachina de
aceptación.
Antiguamente los kichwas conformaban familias ampliadas por padres, hijos
e hijas casados o solteros, yernos, nueras
y nietos que vivían en una sola vivienda
de 15 por 20 metros. Cada familia nuclear tenía su propio espacio dentro de
la vivienda dividido con hojas de pambil
o de tagua. Las familias extensas o ampliadas eran la base de constitución del
ayllu “como institución social y organizativa primaria. Es el elemento primordial
de toda la estructura cósmica, ontológica
y el compendio y la expresión de la vida
humanizada del universo” (Goldáraz:
2004: 193). A través del ayllu se imprimen las relaciones con la naturaleza y
con los otros ayllus a fin de satisfacer y
complementar necesidades, en el marco
de una lógica simbólica que impone la
reciprocidad y evita la acumulación individual.
SUBSISTENCIA
CACERÍA
La cacería como actividad fundamental
para la provisión de proteínas, requería
de un desarrollo tecnológico apropiado y
saberes adquiridos ancestralmente en relación con la selva. Tradicionalmente los
kichwas han utilizando la pukuna (cerbatana), las lanzas y las trampas como principales instrumentos de caza, entre estas: tiktita, panta, chaklla
panta, kulartikta y kunka
tuklla.
En las flechas de la
pukuna se colocaban venenos especiales38 que hacían efecto rápido en las
presas cazadas: dantas,
huanganas, toda clase de
monos, pavas, paujiles,
venados. Para animales
pequeños no se requería
poner veneno. La lanza se
utilizaba únicamente para
animales que se encontraban a corta distancia.
El buen cazador tenía que
aprender los sonidos de
los animales y luego imitarlos, solamente con los
silbidos se acercaban los
animales y así se podía cazar fácilmente.
Para el mundo kichwa, la cacería era parte
de la educación y la herencia de padres a
hijos. En la práctica el hijo siempre acompañaba al padre en la cacería de noche o
de día. Hay animales que andan siempre
de día, otros son nocturnos: el venado, la
danta, la guanta y el armadillo. Entre los
diurnos encontramos el sajíno, la guatusa, el puerco bravo, las pavas y los paujiles.
Los meses más eficientes para la cacería eran febrero, marzo y abril, porque en esos meses hay frutas silvestres
en abundancia y están los animales bien
alimentados. Cuando se trataba de consumo o sustento familiar
la caza era individual y se
la realizaba el mismo día.
Cuando tenían organizado algún evento cultural
o ceremonial, como bodas
o aniversarios, se cazaba
en grupo y participaban
distintos familiares. Esta
cacería demoraba una o
varias semanas ya que debían desplazarse a grandes
distancias, pues solo así se
podían conseguir muchos
animales y proveer alimento para todos.
Para eventos como las
bodas se cazaban animales como danta, chorongo,
sajínos, venados, pavas,
paujiles y también se pescaba. El grupo llevaba consigo yuca y
plátano ahumados para que se pudieran
conservar durante el tiempo que durara
la cacería. Estos alimentos, así como la
chicha, los maitos, el ají, la sal, la guayusa
o la ayawasca, los llevaban en la ashanka.
38 La preparación de los venenos era un proceso complejo que involucraba incluso una dieta estricta para quien lo
elaboraba.
193
SABERES ANCESTRALES
La zona de cacería se determinaba luego de la ingesta de wasuya o ayawaska39 .
Se orientaba hacia qué zonas había que
dirigirse en busca de caza; se recorrían
más o menos 20 o 30 kilómetros. Aprovechaban los lugares que frecuentaban
los animales grandes, como las orillas
de los ríos o los saladeros. Cada cazador
cargaba sus armas: bodoqueras, lanzas
y trampas. Iban acompañados de perros
cazadores. Estos cazadores eran muy hábiles. De día preparaban mecheros, con
las tiras de chonta bien picadas y una vez
prendidas se iban a cazar. Hacia las cuatro de la madrugada, los perros cazadores
rodeaban a las piezas como guantas, armadillos o venados que obligatoriamente
tenían que refugiarse en cuevas. Ahí era
donde los cazadores ejercían su labor. La
caza nocturna era más fácil porque los
cazadores sólo se acercaban y esperaban
en los comederos adonde acudían los
animales. Los mayores peligros de la noche eran las culebras y los jaguares.
Solían llevar a los cachorros de los perros
en la madrugada para que aprendieran de
los perros grandes. Para ello preferían las
últimas horas de la tarde o la madrugada,
porque muchas especies aprovechan estas
horas para salir a comer.
Los sueños del cazador en la noche
anterior le alertaban de los aspectos positivos y negativos que la cacería iba a
tener. Todo cazador debía basarse en
ellos. Cuando tenían algún sueño que
consideraban peligroso, como perros
mordiendo, no salían porque pensaban
que les picaría alguna culebra o les mordería algún animal. También había augurios que indicaban a los cazadores sobre
lo que iban a encontrar. Por ejemplo, el
pájaro mal agüero, que en runa shimi se
llama chikwan, anunciaba el resultado de
la caza mediante sonidos: si decía chikchik-chik, el animal estaba cerca; si decía
194
chikwan anunciaba que no se encontrarían animales. Así que cuando el cazador
esperaba a la presa escondido en una espiadera (hecha con hojas de yarina) que
tenía dos agujeros para poder mirar de
qué lado salía el animal, el pájaro seguía
diciendo chik, chik, chik porque era seguro que el animal estaba a punto de llegar.
De julio a diciembre eran los peores
meses para la caza porque se acababan
las frutas y pepas, y era más complicado
encontrar a los animales. Los monos, por
ejemplo, no se cazaban porque se encontraban muy flacos y no proporcionaban
suficiente carne. Para cazar animales
grandes como la danta o los venados, el
cazador se solía despertar muy de mañana y seguía los pasos frescos de estos animales nocturnos que se acostaban hacia
las siete de la mañana. El sajino también
dejaba sus huellas frescas y le seguían hasta sus comederos o saladeros, para poder
cazarlo. Es muy raro encontrar estos animales de frente. Para los animales pequeños como guanta o guatusa los cazadores
se dirigían a los cebaderos o comederos y
también situaban las trampas en los lugares de paso.
El cazador sabía a qué parte de la selva
se dirigía. Se orientaban a través de los
ríos y las quebradas, y también por medio
de la luna y la posición de las estrellas. En
caso de no encontrar el rumbo en la noche, se solía descansar junto a los árboles
grandes hasta que amaneciera.
Había mujeres que salían a cazar con
sus maridos, pero para ayudarlos a cargar, chamuscar o a arreglar la caza.
Si iban a cazar en grupo a lugares más
alejados de las casas, tenían un campamento o tambo donde dejaban los víveres
que llevaban para varios días. Normalmente, los miembros del grupo eran fa-
39 Los yachak tienen poder espiritual, cuando bebían ayahuasca o guayusa advertían al cazador del camino que debía
tomar para conseguir una buena caza. También los yachak contrarios podían poner obstáculos al cazador para impedirle éxito en la caza, y escondían a los animales de la selva o se apoderaban de ellos. Cuando esto ocurría, el cazador
volvía donde el yachak, este tomaba ayahuasca o guayusa de nuevo, y miraba dónde estaba el obstáculo interpuesto por
los enemigos, antes de salir nuevamente. El cazador en caso de que le hubieran hecho mal también tenía que limpiarse,
y para eso el yachak utilizaba un líquido llamado chiri wayusa para bañarlo y quitarle los maleficios. El yachak proporcionaba a los cazadores la energía y el poder necesarios para no tener miedo en la selva, soplándoles en la cabeza o
aventándoles el cuerpo con un abanico específico.
KICHWA
miliares o allegados y lo cazado lo repartían para todos. Si el motivo de la caza era
alguna celebración especial, como una
boda, tenían que llevar mayores cantidades de provisiones porque la caza se podía
prolongar unos cuantos días más.
No comían ni cazaban: perico ligero,
jaguar, oso hormiguero, oso, gavilán y
gallinazo. El jaguar era cazado para evitar que ataque a la gente y como un trofeo simbólico de un buen cazador porque
mientras más grande era el animal cazado, el prestigio del cazador aumentaba.
que no matan todos los peces.
También se utilizaba el anzuelo en el
cual se colocaban cebos o carnazas como
el comején, hormigas o el fruto de la papaya. Antiguamente, los mayores pescaban silbando y lanzando piedras pequeñas al río.
Los peces más apetecidos eran el bocachico, el bagre, el sábalo y el paco. Los
que no eran comestibles eran el bujeo y el
pez eléctrico.
PESCA
Los instrumentos para la pesca eran la
red y la atarraya elaborados con chambira (Astrocaryum sp.) o pita de la familia
de las agaváceas (Agavaceae). Se empleaban trampas o se creaban estanques tapando quebradas y esteros en su desembocadura para lo cual utilizaban latillas
de pambil o caña guadúa. También secaban las quebradas, desviando el curso de
las aguas.
Algunas denominaciones de trampas y
manera de pescar, a continuación:
Wami. Elaborado con tiras de pinduk o
caña brava, servía para atrapar peces pequeños en las crecientes de los esteros.
Yasa. Construido con material de paja toquilla o shipati.
Ishinga. Tejida de chambira en forma
shikra sin cargadero.
Otra manera de pescar era empleando
piedras y golpeando en los lugares en
donde se suponía se escondían los peces.
También barbasqueaban los ríos, para lo
cual utilizaban barbasco de monte como
wanbula, kajalli (panka jampi) y venenos
LA CHACRA
La chacra se encontraba alrededor de la
casa para poder trabajar y coger los productos con mayor facilidad. Su producción se utilizaba para la preparación de
chicha, para la llegada de los visitantes
195
SABERES ANCESTRALES
o para el consumo diario. Se trabajaba
a diario entre todos los miembros de la
familia, padres e hijos. Así, se enseñaba
a trabajar a los niños. Cada familia organizaba la chacra a su manera.
No era permitido el ingreso a la chacra
a personas ajenas que podían robar, maliciar o dañar los sembríos. Las mujeres
embarazadas o con menstruación no podían colaborar en las tareas de la chacra,
porque decían que no crecían bien las
plantas, se dañaban o podrían.
A la hora de sembrar invocaban a la
luna, las montañas, árboles y a toda la
naturaleza ya que los consideraban dioses. Esto se hacía sobre todo a la hora de
sembrar, para que cargara bien la planta,
no se dañara nada y para que hubiera una
buena cosecha. Normalmente se prefería
sembrar en luna llena por lo que la semilla estaba más fuerte. Se cultivaba maíz,
plátano, yuca, caña de azúcar, achiote,
culantro, árboles frutales como papaya,
guabas, uvas, caimito, frutipán, cacao
blanco (patas), chirimoya, paso, chonta,
limón y otros. Se podían producir dos o
tres cosechas de algunas cosas, por ejemplo de maíz (se podía sembrar en mayo,
junio o agosto), yuca (de tres meses y cinco meses), caña de azúcar, entre otros. El
maíz.
Para hacer una chacra primero se hacía el socorre o limpieza, luego de sembrar los productos, se empezaba el tumbe de la montaña, usando herramientas
como el hacha de piedra. También se
utilizaba otra técnica que era la de cavar
tierra con una guanca, machete de piedra
(con piedra de ishlangu) y quemando las
hojas y ramas secas.
En la nacionalidad kichwa antes se
utilizaba la wanka que era de pambil para
remover la tierra y sembrar la yuca, tam-
bién el machete, el hacha y la barra. No se
utilizaba ningún tipo de abono. Para plagas de hormigas se preparaba el barbasco machacado y mezclado con agua para
regar las plantas afectadas, también se
podía utilizar ají. Además se realizaban
espantapájaros o se golpeaban las ramas
para asustar a pájaros. Para el sembrío de
maní, arroz, fréjol o maíz, se dejaba el terreno bien limpio para mejorar y facilitar
el cultivo.
Para sembrar yuca se escogían unos
esquejes de la planta, se amontonaban
durante tres días, luego se miraba a ver
cuáles habían sacado raíces o puntas para
después ponerlas en el terreno. Nunca se
compraba ningún tipo de semilla o planta: se pedía a los vecinos si es que se necesitaban. Casi nunca se vendían productos de la chacra, se intercambiaban.
ALIMENTACIÓN
Al igual que otros pueblos amazónicos
los kichwas basan su alimentación en
productos de la chacra, la cacería, la pesca y la recolección. Antiguamente y al interior de sus viviendas, hombres y mujeres conformaban grupos separados para
consumir los alimentos. Para el efecto en
el centro de la casa se colocaba en el suelo un plato de barro denominado kallana
con caldo o rayado de verde. En lugar de
cuchara se utilizaba la cáscara de plátano
o se hacía circular el plato de uno en uno.
También se colocaba en el suelo, en hojas de plátano: carne, plátano y yuca. La
chicha de yuca se servía luego de haber
consumido todos los alimentos.
KICHWA
Maytu de pescado. Se extraen las escamas y tripas del pescado, se untan de sal y
envuelven en hojas de bijao. La envoltura
cerrada se amarra con fibra de paja toquilla, luego se coloca al maytu en medio
del fuego, virándolo cada diez minutos.
El maytu está listo en treinta minutos.
Maytu de hongos. Se elabora con hongos
caídos de los árboles, a los que se lava,
unta de sal y se los coloca en hojas de bijao. La envoltura se amarra con bejucos
y se la coloca en el fuego. Su proceso de
cocción es menor al maytu de pescado.
Maytu de chonta kuru (o mayones). Estos gusanos se encuentran en los troncos
o palmas de la chonta, morete, chambira, pambil, unkurawa, champuru. En estas palmas se realizan cortes especiales
para que los gusanos se reproduzcan en
el tronco. Luego se recolectan los gusanos, se los lava y destripa, y se los coloca
en las hojas de bijao conjuntamente con
palmito repicado y sal. Se coloca al fuego
virándolo cada cierto tiempo. En menos
de media hora está listo para comer.
Maytu de pollo. Presas de pollo adosadas con sal, se las coloca en las hojas de
bijao. Se coloca la envoltura al fuego y
se la vira cada diez minutos. En media
hora se encuentra listo para servir.
Maytu de palmito. Se realiza con el fruto interno de variedades de palmas (palmito) que una vez extraído se lo coloca
en las hojas de bijao y se hace maytu
siguiendo el proceso anteriormente descrito.
Maytu de carne. Puede elaborarse con
carne de guanta, guatusa, armadillo,
venado, sajino, tapir, entre otros animales. La carne preparada se coloca untada
de sal en las hojas de bijao y se sigue el
procedimiento señalado.
Uno de los platos distintivos de los kichwas es el maytu40 que es un asado de
diferentes alimentos envueltos en hojas
de la palma de bijao que se coloca al fuego, virándolo permanentemente. Existen
distintos tipos:
40 Maytu significa envoltorio, rollo o paquete envuelto, proviene del verbo maytuy que significa envolver, enrollar,
empaquetar. (Diccionario Kichwa-Español: 2007:145)
196
197
KICHWA
BOTçN ICA
MEDICINAL
En la provincia de Sucumbíos se goza de
una variada flora. Árboles maderables
como laurel, cedro, chuncho, bálsamo,
aguano, sandi, caoba, canelo o manzano; madera de tipo suave como zapote,
coco o sangre de gallina; y multitud de
árboles frutales como el caimito, uva,
chonta duro, pasu, zapote, guabas, pungara muyu, mulchi, patas, paparawa,
cacao blanco, cacao de monte, aguacate
de monte, guayaba, wachanzo o maní de
Bálsamo. Sirve para curar la diarrea y el dolor
de estómago. Se saca la
corteza del tronco luego
se cocina en un litro de
agua en una olla pequeña
hasta que quede medio litro y se toma tres veces al
día. También sirve para el
dolor de estómago e inflamación de barriga.
198
monte. La variedad de plantas medicinales es grande también, y abundan la curarina, el wantu, la verbena y la tsikta.
Los ancestros kichwas utilizaban las
plantas medicinales para curar las diferentes enfermedades. Las más usadas
eran: bálsamo, sangre de drago, challwa
caspi, amaron caspi, tangarana, lustunda, cedro, pitón, cruz caspi, tsikta, asna
waranga, guayaba, wanbula y wayusa.
Sangre de drago. Sirve para
curar la pulmonía, granos,
dolor de muela. Se recoge directamente el líquido
del árbol. Para pulmonía
se toma tres veces al día
con agua y limón; para los
granos se pone en las partes afectadas sin mezclar
con nada; para dolores de
muela se moja en algodón y
se coloca en el hueco de la
muela.
Chollwa caspi. Sirve para
curar la tos seca y el dolor
de cuerpo. Se saca la corteza, luego se pone a cocinar en una olla pequeña
en un litro de agua hasta
que quede medio litro y
se toma tres veces al día
hasta curarse.
Tangarana. Sirve para
curar la fiebre, diarrea,
vómito y para purgarse.
Se saca la corteza y luego se cocina en un litro
de agua hasta que quede medio litro. Se toma
tres veces al día.
Pitun. Sirve para curar
el paludismo, o para hacer vomitar a una señora cuando tiene fiebre,
diarrea o pulmonía. Se
saca la corteza, luego
se cocina en un litro de
agua hasta que quede
medio litro y se toma
tres veces al día hasta
curarse.
Cedro. Sirve para purgarse y para el paludismo. Se saca la corteza,
se cocina en un litro de
agua hasta que quede
medio litro y se toma
tres veces al día hasta
curarse.
Cruz caspi. Sirve para el
control menstrual. Se recoge la corteza y luego se
pone a cocinar por veinte
minutos, se toma todos
los días durante la menstruación.
Asna guaranga. Sirve
para aliviar los dolores
de granos en el cuerpo
con pus, también para
diarrea, cólico, vómito,
y sangre. Se recolecta la
corteza, luego se machaca, se pone en una taza
con agua hervida y se
toma por una sola vez.
199
SABERES ANCESTRALES
KICHWA
Árboles y plantas para diferentes usos
USO
Yachac
Construcción de casas
Decoración del cuerpo
Guayaba. Sirve para la
diarrea y el vómito. Se
recogen los frutos, los cogollos y la corteza, se cocina en dos litros de agua
por quince minutos; se
toma media taza, tres
veces al día. Los niños
toman una cucharadita,
tres veces al día.
Floripondio. Se usa para
inflamaciones, dolores
de cuerpo, reuma, artritis y tumores. Sirve para
curar heridas y chupos,
para la lesmaniasis y la
gripe. Cura el espanto,
el mal viento, además
los yachak ingieren esta
planta para adivinar durante sus curaciones.
Wayusa. Se utiliza para
los dolores del cuerpo y
para el espanto. Es una
bebida aromática que
trae buena suerte en la
cacería, elimina el sueño
y la pereza, e impide sudar demasiado. Se cogen
diez hojas, se cocinas en
dos litros de agua durante diez minutos, hasta
que salga un color oscuro. Se toma una taza.
Artesanía
Muebles
Utensilios de cocina
Tintes
Construcción de canoas
Instrumentos musicales
Artilugios de caza y pesca
Velas
Bebidas
Amaron caspi. Sirve para curar la diarrea
y el dolor de cuerpo. Se saca la corteza
y luego cocina en un litro de agua hasta
que quede medio litro. Se toma tres veces
al día.
Tsikta. Sirve para purificar a las mujeres,
después del parto hace la limpieza intestinal. Se cocina a la madrugada y se toma
en un tazón.
Chuchu wasu. Sirve para curar dolores de
cuerpo, cólico estomacal, vómito, reuma
200
y anemia. Raspando un pedazo de corteza en medio litro de agua hervida, se cierne y se toma fría.
Verbena. Sirve para curar síntomas del
paludismo.
Guambula. Para picazón del cuerpo y
granitos. Se prepara machacando la corteza, luego se hace en maito, se pone al
fuego y luego se pone caliente en la piel.
Venenos
Condimentos
Combustible
PLANTAS O ÁRBOLES
Ayahuasca, guayusa, tabaco, ajírinri, floripondio
Laurel, cedro, chuncho, canelo, bálsamo,
pambil, paja tokilla, canambo, guayacán
Achiote, caucho y wituk para pintarse.
Para collares y muñequeras, pepas de achira,
ojo de venado, chukumuyu
Diferentes imágenes con canelo y cedro,
chambira para bolsos, shigras y hamacas, pita
Canelo, cedro, chuncho
Chuncho, canelo, laurel
Saniyura
Chuncho, canelo, cedro, aguano
Chuncho, canelo, cedro, laurel, caña guadua
Jaulas de chuncho, canelo, cedro, laurel,
canastos de pikiwa, paja tokilla, algodón
Algodón
Plátano, guineo, maqueño, maíz, guayusa,
chonta duro, morete
Barbasco de bejuco, barbasco de hoja,
guambula, ayahuasca, floripondio
Achiote, culantro, en las sopas que
preparaban para la familia
Laurel, guarango, capirona, sangre de gallina,
higuerón, lotería, zapote
201
KICHWA
ALFARERêAÊ Y
CESTERêA
Allpa manka es el término utilizado por
los kichwas para referirse a la elaboración de los objetos cerámicos, actividad
que recae exclusivamente en las mujeres,
quienes son las encargadas de transmitir
estos conocimientos a las futuras generaciones. Según Goldáraz (2004: 98) los recipientes donde se preparaba y guardaba
la chicha, los alimentos y la bebida ritual,
estaban pintados en su interior con pungara (cera negra). La superficie interior
estaba salpicada, en las callanas y pilches
(platos para servir alimentos y para beber) de pequeños trazos rojos, en forma
de cruces, de rayas paralelas y de puntos.
El procedimiento de elaboración de
objetos cerámicos es el siguiente: Se recoge el barro, se lo amasa en forma de
rollos con la palma de la mano. Se extienden los rollos hasta formar tiras de
diferentes tamaños de acuerdo al objeto a
elaborarse. Se colocan las tiras en forma
vertical y se las moldea hacia arriba en
forma circular. Se alisa la superficie del
objeto con piedras de río o con paletas de
kuya (calabaza).
Los filos se igualan con hojas secas de
maíz. Se seca al sol el objeto por tres días.
Se pinta el objeto con tintes negros, blancos, rojos y rojos amarillentos obtenidos
del polvo raspado de piedras de colores
utilizando las hebras de cabello como
pinceles.
Se coloca al fuego el objeto, el mismo
202
debe ser alimentado únicamente con leña
de guadúa seca. Se coloca una especie de
laca que se obtiene de raspar la corteza
del árbol del shirquillu.
Objetos cerámicos
Manka Allpa. Vasija utilizada para cocinar alimentos, guardar chicha o para
recoger agua. Sus dimensiones aproximadas son 80 cm de alto por 50 cm de
diámetro.
Objetos utilizados en las actividades cotidianas de subsistencia y descanso.
Se elaboraban con diferentes tipos de bejucos de la selva: pikiwa waska, yalika
waska, tasa waska, lisan waska.
Para la elaboración con fibras de
champira se recogen los cogollos que
crecen en la palma de chambpira (Astrocaryum tucuma), se extraen las fibras de
los cogollos, se cocinan las fibras, se lavan las fibras, se las seca al sol, se tuercen
para flexibilizarlas, y las fibras quedan
listas para ser utilizadas en el tejido de
hamacas y shikras.
Hamaka. Objeto para el descanso elaborado, por lo general, por adultos mayores
luego de las jornadas de trabajo. En su
confección se utiliza la fibra de champira (Astrocaryum tucuma). La dimensión
de una hamaka puede alcanzar los 2,50
m de largo por 3 m de ancho.
Ishinka. Bolso tejido con fibra de champira (Astrocaryum tucuma) de diferente
forma que la shikra. Su parte inferior es
de apenas 2 cm de diámetro, el largo alcanza los 60 cm y la abertura superior
tiene un diámetro de 40 cm aproximadamente.
Red. Tejida con fibra de champira, puede alcanzar los 50 a 100 metros de largo
por dos de ancho. Se utiliza en la pesca:
se coloca en los brazos de los ríos o remansos durante toda la tarde y noche,
hasta el otro día.
Mukawa. Recipiente de 15 cm de alto por
20 cm de diámetro que se utiliza para
servir chicha, wayusa o recoger agua.
Churo o trompeta. Instrumento musical
que se utiliza para convocar a mingas, reuniones comunales u organizacionales.
Anunciaban también el fallecimiento de
una persona.
Tasa. Se utiliza para transportar
productos de las actividades de
subsistencia, como la horticultura
(chakra), cacería, pesca y recolección. La ashanka se elaboraba con
bejucos previamente preparados y
sus dimensiones aproximadas son
60 cm de altura por 60 cm de diámetro. En la parte superior e inferior se colocaban pasadores para
atravesar una soga que servía para
cargar la ashanga con la frente.
Existen dos tipos: una, cuyo tejido
no deja aberturas o huecos y sirve
para cosechar maní, transportar o
guardar maíz desgranado; la otra
posee un tejido con aberturas u
ojos y sirve para cargar y transportar productos de mediano tamaño.
203
SABERES ANCESTRALES
MUNDOÊ MUSICAL
Pilchi. Recipiente de distinto tamaño elaborado
con los caparazones de los
frutos del árbol denominado kuya muyu. Se utiliza
para coger agua o para tomar chicha (hatun pilchi)
o wayusa (ichilla pilchi).
Se elabora de la siguiente
forma: se recogen los frutos, se parten por la mitad
y se vacía su contenido, se
cocinan los recipientes por
unos 20 o 30 minutos, se
seca el recipiente al sol por
un día, se humea al recipiente en el fogón.
Shikra. Bolso tejido con
fibra de chambira (Astrocaryum tucuma) que alcanza los 80 cm de largo
aproximadamente. Se usa
para transportar productos
y objetos personales.
Mama cuchara. Objeto utilizado para remover distintos
productos mientras se están
cocinando. Puede alcanzar
los 60 cm de largo y para su
elaboración se corta un pedazo de madera del árbol mindal o manglillo, se da forma
a la cuchara con un raspador
de metal, se lija la superficie
con arena gruesa y con la
hoja de uva de monte.
Lanza. Elaborada
con
madera de chonta, puede
alcanzar los tres metros de
largo, con una punta filuda
con dos muescas. La elaboran las personas mayores y
se utiliza en la caza, pesca y
defensa personal.
Los kichwas migran a Sucumbíos con
sus saberes y conocimientos ancestrales,
entre ellos, sus expresiones musicales y
dancísticas. Todas ellas mantienen una
vinculación estrecha con la ritualidad y
las actividades inherentes a la vida diaria,
ciclos vitales y su reproducción como cultura. El matrimonio, el traspaso de poderes, las reuniones para tomar chicha, los
saberes shamánicos se constituyen en espacios rituales en donde el arte musical y
la danza están presentes.
Luego de la paktachina los músicos
(cajeros, pifaneros, flauteros y eventualmente violinistas) son los encargados de
acompañar con su música diversos actos
rituales del matrimonio. La misma paktachina cuenta con tonadas específicas. De
igual forma, la boda cuenta con sus tonos
específicos y los instrumentos musicales
que se utilizan son los mismos que en la
paktachina. Hudelson (1987: 103) señala que existen dos tonadas que se utilizan para este evento: el buratum y la kariwawa chaucha.
En la boda bailan principalmente los
novios y sus padres. Existen tres cantos
de matrimonio: tukaru-versiaru-tukana;
tukaru es entonar con violín y versiaru:
canto o relato. Los cantos relatan todos
los pasos de la boda, hasta que salga la
novia y se quede en casa. El primer canto
inicia con los saludos a los familiares de
la novia que llegan a la boda; el segundo
canto relata los significados que tendrán
la unión para los novios, en este momento ellos bailan; el tercer canto relata la
vida de pareja que llevarán los esposos:
trabajar, dar de comer a los hijos, visitar
a los familiares, entre otros aspectos relevantes.
Canto de Boda
Padrinulla y madrinalla cuna puncha
Bura puncha paktarikpi kampa kampa ijaruta iijarata isa isa muyuchisha kamapayri.
Padrinulla madrinalla nikanika.
Padrino, madrina ha llegado día de la
boda, a su ahijado y la ahijada haga
bailar una y dos vueltas para adelante
y para atrás.
Cantos de poder. Son cantos utilizados
por los kichwas para modificar una situación determinada. Abarcan los cantos
del yachak o shamán, también los que
permiten traspasar poderes para curar el
mal aire (wayrapaju) o sembrar y producir productos fundamentales en la dieta
tradicional kichwa como la yuca y el maíz
(lumupaju o sarapaju). A estos también
se les puede denominar los cantos del
paju.
Los poderes pueden ser trasmitidos
de generación en generación de padres
o madres a hijos o hijas, la persona que
tiene el poder es denominado pajuyuk.
En algunos casos, estos poderes también
* Colaboración de Juan Carlos Franco.
204
205
SABERES ANCESTRALES
pueden ser comprados a las personas que
lo han heredado, pero quienes otorgan el
poder no pueden fijar un precio.
En los ritos del lumupaju y sarapaju la
mujer tiene un rol fundamental. Ella canta a sus deidades para que la producción
sea abundante mientras los participantes
y miembros de la familia preparan la tierra. Se pide a la tierra que la cosecha sea
buena, cantando y golpeando las estacas
de yuca con hojas de camacho. Luego se
hace lo mismo con determinadas plantas
llamadas a proteger los sembríos. Una
vez que esto ha ocurrido se entrega el
paju. La persona que va a recibirlo debe
coger las manos de la pajuyuk y escuchar
sus consejos, luego jalará al menos tres
dedos de cada mano hasta sacar un sonido de cada dedo, con esto termina el
ritual.
El mal aire, enfermedad que les da
principalmente a los niños, es curado por
el yachac o por curanderos que cuentan
con los conocimientos necesarios. El poder para curar el mal aire se denomina
huayrapaju y puede transmitirse de una
persona a otra. Consiste en tomar los
brazos de la persona que está curando al
niño y que tiene unas hojas de suropanga
en sus manos; mientras cura, la persona
que va a recibir el poder de curación se
coloca detrás; luego, el curandero deja
las hojas y la persona que va a recibir el
poder frota cada uno de los brazos desde el bíceps hasta los dedos hasta que,
finalmente, cogiendo algunos dedos de la
mano los jala hasta que aparece un sonido, con lo que culmina el traspaso de poder del huayrapaju. La persona que recibe este poder agradece al curandero con
la entrega de algún obsequio que puede
consistir en algún instrumento musical.
Mientras se da este ritual, el curandero
o el yachak puede utilizar algunos cantos
específicos.
206
KICHWA
Los cantos del yachak . Al igual que todas las nacionalidades y pueblos indígenas amazónicos, el shamanismo entre
los kichwas es parte fundamental de su
cultura. Desde tempranas épocas de la
colonia ya se señalaba la importancia de
los shamanes Quijos en las estructuras
religiosas y políticas, pues algunos cumplían a la vez las funciones de caciques.
Se los conocía como pendes que significaba Dios del País y se les atribuía poderes
impresionantes como provocar lluvias,
resucitar muertos, transformar hombres
en plantas y plantas en hombres, entre
otros. También practicaron la adivinación para lo cual utilizaban hojas de coca.
Luego de tomar ayawaska y soplar en
las cuatro direcciones, el yachak empieza
a silbar para llamar a sus espíritus auxiliares. Sus cantos o taquinas interceden
para conseguir los samay o poderes de
los espíritus auxiliares.
En siglos posteriores se habla del sagra
o yachak que significa conocedor o sabio.
En el ejercicio de su práctica, el yachak
debe entender el mundo cosmogónico y
entablar las relaciones apropiadas con
los seres de este mundo para posibilitar
la protección y bienestar de su sociedad.
Las takina y los poderes que se invocan dependen del estado del paciente,
mientras más takinas se entona se supone que el estado del paciente es más grave, pues se requiere del apoyo de muchos
espíritus auxiliares para que le digan al
yachak cómo curar.
Al ser los mediadores entre el mundo
espiritual y su sociedad, debe conocer a
la perfección los supais que son los espíritus guardianes de diversas especies de
plantas y animales y que en determinadas circunstancias pueden ser una amenaza para las personas. El yachak debe
mediar con ellos y establecer alianzas a
fin de recobrar el orden natural, la salud
de una persona, tener éxito en la cacería
y garantizar un tránsito seguro en el bosque.
Los shamanes kichwas pueden utilizar
instrumentos musicales que se constitu-
Los yachak utilizan ayawaska y wantuk para comunicarse con los seres del
mundo espiritual. Deben acumular
samay que son poderes de otros lugares y
que van a ayudar en las curaciones, para
ello viajan a varios sitios y mientras más
samay tenga un yachak más efectiva será
la curación.
Se considera que los silbos (uyupuna)
y los cantos (takina) son sagrados, cada
uno cumple una función específica. Con
el silbo se llama a los espíritus y se va
analizando cuál sería el mal que tiene el
paciente. Luego, con las taquinas que son
revelados por los dueños de la ayahuasca,
se solicitan los samay a los espíritus auxiliares, a fin de que ayuden a curar.
Tambor. Bimebranófono de
cuerpo cilíndrico construido
con madera de cedro. Posee
dos parches (cueros de animales) sujetados con amarras
sintéticas de nylon o de chambira. El percutor es un palo
delgado de chonta. Construido
solamente por los hombres, su
uso es ritual y festivo.
yen en medios de acceso al mundo mítico
y cosmogónico. Dos de ellos: la turumpa
y el violín se encuentran estrechamente
ligados a las prácticas shamánicas. La
ejecución de la turumpa permite al espíritu de la selva proporcionar vigor al shamán para seguir curando. Cuando el shamán toca el violín al inicio de los rituales,
se establece un nexo por el cual se llega al
machay, efecto de transformación o estado de trance que se adquiere cuando se
toma ayawaska.
Instrumentos musicales
Julawatu. Aerófono de caña con un orificio de insuflación en un extremo y con
dos orificios de obturación en la parte anterior, al otro extremo. Construido por los
músicos. Se entona en las madrugadas,
mientras las mujeres preparan la guayusa o en las fiestas de la boda. También
cuando nace un hijo o cuando se pacta el
compadrazgo. Es ejecutado prominentemente por los hombres. Su uso es ritual.
Pífano. Aerófono de caña recta con boquilla y orificio de
insuflación rectangular en el
extremo. Construido por los
propios instrumentistas, su
uso es ritual y festivo.
207
SABERES ANCESTRALES
Turumpa. Cordófono construido
con una vara pequeña de madera en la que se ha colocado y
tensado una piola hasta formar
un arco. Uno de los extremos se
coloca en la boca sosteniéndolo
con una mano, mientras que con
la otra se pulsa la cuerda. La cavidad bucal sirve como caja de
resonancia y amplifica el sonido.
La altura del sonido se controla
con la lengua. Es un instrumento
muy utilizado por los yachak en
los rituales de curación.
Carapacho de tortuga. Idiófono de raspadura elaborado con el carapacho de tortuga (charapa). Su uso es festivo.
Caracol de monte o churo. Instrumento
aerófono que, por su volumen y funcionalidad, sirve para convocar a mingas,
fiestas u otro tipo de reuniones.
Tipos de danza
Danza de una pareja. Consiste en la
danza suelta de una pareja (hombre y
mujer) el hombre va vestido con kutun
(camisa) y pantalón corto, hasta la rodilla (muti balun). La mujer lleva maki kutuna (blusa de manga larga) y pampalina
(falda y faja). El hombre danza tocando la
caja o tambor dirigiéndose hacia la mujer para incitarla al baile. La mujer danza
moviendo su cabeza permanentemente
y golpeando con su cabellera al hombre
mientras exclama con su voz: Iza… iza...
iza... Ay... ay... ay. Al finalizar agradece
208
KICHWA
Violín. Cordófono, imitación
del violín occidental pero con
dos o tres cuerdas de metal. La
caja de resonancia se confecciona con madera de cedro y en
algunos casos la tapa con láminas de metal. Su uso es predominantemente ritual. También
usan el violín occidental.
diciendo: pagarachu... pagarachu chillarami gustachishkani ayllukuna (gracias,
gracias es todo lo que puedo demostrar
con esta danza).
Danza de boda en grupo. Este tipo de
danza se realiza en la ceremonia de la
boda. Antes de que los familiares de la
novia ingresen al lugar de la ceremonia,
el novio, padrinos, madrinas y novia ficticia se encuentran en dos filas (de hombres y mujeres) frente a frente, danzando
con pasos cortos, alejándose y acercándose unos a otros, al sonido del tambor
y el canto ejecutado por el versiaru (tamborero-cantor o recitador). Al finalizar,
saludan a todos los asistentes. El mismo
tipo de danza se replica con los familiares
de los novios, en este caso la novia real
se encuentra frente al novio, pero su rostro está tapado con una hoja. Cada cierto tiempo las filas de hombres y mujeres
cambian de posición.
209
SABERES ANCESTRALES
210
NACIONALIDAD
SHUAR
SHUAR
HISTORIAÊ E
IDENTIDAD
La nacionalidad shuar (gente verdadera) ha vivido desde antes de la invasión
española en la Amazonía ecuatoriana y
peruana. Autores apách42 han catalogado que pertenecen conjuntamente con
los awajunt, wampís (mal llamados por
los apách aguaruna y huambisa), achuar
y shiwiar a la familia lingüística cultural
jivaroana.43 El término jíbaro significa
salvaje. Con esta denominación los apách
llamaron a los shuar y a otros grupos de
familia lingüística y culturas similares
durante los primeros siglos de la invasión
española (finales del siglo XVII).
La palabra shuar significa seres humanos y es la que usan para autodenominarse diferenciándose de otras nacionalidades y de grupos blancos mestizos, a quienes los shuar, por su parte, denominan
apách. Sus vecinos Achuar44 Tsumunmaya Shuar los denominan Untsurí Shuar
que significa gente numerosa o Muraya
Shuar, gente de las colinas.
Su territorialidad en Ecuador comprende actualmente el área centro-sur
de la Amazonía, entre el río Pastaza al
norte y el río Cenepa al sur; el río Santiago al este y las estribaciones de la cordillera oriental al oeste hasta los 1.200
msnm. Este territorio comprende las
214
cordilleras del Cóndor, Kutucú y el valle
del Upano o Transkutukú. Se estima que
la población shuar alcanza los 110.000
habitantes.
Durante los primeros siglos de la colonia, las epidemias introducidas por los
españoles a través de las misiones y las
reducciones, afectaron significativamente a las sociedades amazónicas, de las
cuales los shuar no estuvieron exentos.
Esto provocó su repliegue hacia zonas inaccesibles. Las aldeas y centros mineros
fundados por los españoles en territorio
shuar fueron arrasados en la sublevación
shuar de 1599 al mando de Kirup mal llamado por los apách Kiruba. A partir de
esta época, su territorio es impactado y
fracturado por los procesos de colonización que acompañaron a las misiones y
por las fronteras vivas que las Fuerzas
Armadas impulsaron en la Amazonía.
Muchas familias optaron por migrar a
otros puntos de la Amazonía lo que actualmente se conoce como provincias de
Pastaza, Orellana y Sucumbíos.
Al ser un pueblo esencialmente guerrero, por su cosmovisión mantuvieron
efectivas resistencias a los procesos de
invasión inca y española, y conservaron
sus perfiles culturales. Con la evangeli-
42 Apách se denomina a la gente extraña, al colono o blanco mestizo.
43 Descola (1996: 23) sostiene que la familia lingüística jivaroano constituye en la actualidad la nación indígena culturalmente homogénea más importante de la cuenca amazónica. Diseminados en las estribaciones selváticas orientales
de la parte sur de Ecuador y norte de Perú, ocupan un territorio más extenso que Portugal con una amplia diversidad
ecológica.
44 Achuar es la denominación proveniente de dos palabras áchu que significa morete y ar abreviatura de la palabra shuar; es decir, achuar es la abreviatura de la frase achúnmaya shuar que significa humanos del moretal. Achuar llamados
también tsumúnmaya shuar que significa humanos de la planicie.
zación de las misiones católicas jesuitas,
salesianas, y posteriormente evangélicas
se logra incorporarlos forzosamente a la
sociedad occidental, hecho que ocurre
tardíamente desde mediados del siglo
XIX hasta mediados del siglo XX.
La explotación de la quinina en la
ceja de montaña oriental de las actuales
provincias de Morona y Zamora, a fin de
contrarrestar la malaria en algunos países europeos, provocó la deforestación
de grandes áreas, no obstante se desconocen sus impactos sobre la sociedad
shuar.
Sus principales organizaciones son
la Federación Interprovincial de Centro
Shuar (FICSH) que representa a 80.000
habitantes y la Federación Independiente
del Pueblo Shuar del Ecuador que representa a 7.000 habitantes. Recientemente
y bajo el auspicio de empresas extractivas
mineras se crea la Federación Shuar de
Zamora Chinchipe (FENASHZCH) que
representan a 6.000 habitantes.
En la provincia de Orellana existen
comunidades shuar organizadas en dos
asociaciones: Asociación Shuar de Cononaco y Asociación Shuar Saár Entsa, tiene una población de 1.500 habitantes. En
Sucumbíos la organización representativa es la Federación Provincial de Centros
Shuar de Sucumbíos (FEPCESH-S) que
representa a todos los habitantes shuar
que migraron a esta provincia, en gran
medida, atraídos por el boom petrolero.
El idioma es el shuar chicham perteneciente a la familia lingüística jivaroano. de este tronco lingüístico nacen los
idiomas de las nacionalidades achuar,
shiwiar, wampis, kántuash, patukmai y
awajunt. Los patúkmai y kántuash aún
no son reconocidos oficialmente como
nacionalidades, por tanto sus variacio-
nes son dialectales. Cada dialecto posee
variantes o diferencias en la pronunciación, tono de la voz, inclusive, en el
uso de términos: shuar ayu, ayu; patukmai: ayú, ayú; español: bueno, bueno.
Shuar, chuank; achuar, chiwiank; español, gallinazo.
Los nombres entre los shuar se otorgaban de acuerdo a varios factores: las
circunstancias en la cual se nacía, las
estaciones del año, los lugares geográficos del nacimiento, recuerdos de los
antepasados, seres mitológicos, objetos sagrados, atributos del recién nacido. El nombre era puesto por el abuelo, abuela, padre o madre y se lo hacía
inmediatamente luego del nacimiento
para prevenir alguna desgracia o un
crecimiento anormal.
Los shuar siempre han utilizado apodos,
especialmente entre familiares cercanos
y amistades estrechas. Estos se otorgaban por el lugar de nacimiento, las características fenotípicas del individuo, acontecimientos o anécdotas de la vida.
Tárir, por ejemplo, es el nombre masculino de un individuo mentiroso. Si alguien
miente varias veces, también se le apoda
con el nombre de un mentiroso destacado. Ujukmarua, llaman así a la persona
que regaló a su amada un mono nocturno
llamado Ujúkam. Nukuchí wea es la persona de nombre domingo o el día domingo. Si de pronto nace un niño con los ojos
pronunciadamente rasgados, entonces le
apodan chino.
215
SABERES ANCESTRALES
1. AÁNTRIA
Nombre femenino que proviene de la
palabra aántar que significa de gana o
en vano.
2. ACHANIAT
Es el nombre de una ave pequeñísima
muy ágil, de plumas negras en la espalda y alas, y amarillas en el pecho. Vive
en bosque secundario, se alimenta de
chinchák y otras frutas pequeñas.
AKÁCHU
Nombre masculino de una larva de color
negro intenso con pocas lanas de unos
seis centímetros de largo y dos centímetros de grosor, rastreros que caminan
juntos pasando unos encima de otros.
3.
13. ÁNKUASH
Nombre masculino.
14. ANTUASH
Nombre masculino.
15. ANTÚK
Nombre femenino que proviene de la
palabra antúktin que significa escuchar.
Antúk significa al escuchar.
22. ASEPÍT
Nombre masculino.
34. CHAIR
Nombre masculino.
23. ASHÁNKA
Nombre masculino.
35. CHAKUKUI
Nombre femenino.
24. ATAMAINT
Nombre masculino que proviene de
la palabra atamai, significa acompañar.
36. CHAMÍK
Nombre masculino.
25. ATINIÁ
Nombre femenino, proviene de la palabra atirtin que significa desatar, zafar.
26. ATSÁSU
Nombre femenino.
5. ANTÍCH
Nombre masculino.
Nombre masculino.
27. ATSAWÍT
Nombre femenino que proviene de la
palabra atsawai que significa no hay.
Atsawít se dice a la persona que siempre
dice que no hay, atsawai.
6. AMPÚSH
Es la lechuza, sin importar de las especies y tamaño del ave.
18. APÚP
Nombre femenino que significa delfín.
28. ÁTSUI
Nombre femenino.
19. ARÚS
Nombre femenino.
29. ATSÚRMAT
Nombre femenino.
20. ASÁAP
Se llama de esa manera a la larva de
nombre tampirúsh cuando están en
proceso de desarrollo, y cuando se va
en busca shimpiankain tusar que quiere decir para que no se pierdan. Es una
larva comestible que se reproduce en
bejucos llamados tampirush naek y sae
naek. Esta larva se reproduce solamente
en septiembre. Son de color negro con
pintas blancas y amarillo oscuro. Cuando los tampirush están en estado de cosecha, estos al hacerle bulla mueven la
cabeza.
30. ATSÚT
Nombre femenino, nombre de un insecto diminuto que hace un huequito en los
patios de la casa y caza mosquitos e insectos pequeños desde su hoyo.
AMPÁM
Nombre masculino.
4.
ÁNANK
Nombre masculino que significa engaño
o una cuerda que se coloca en los pies
para trepar en un árbol.
7.
8. ANASÁT
Nombre femenino que proviene de la
palabra anásee que significa abriendo
un agujero sobre un cerramiento.
9. ANCHÚM
Nombre femenino.
10. ANCHUMÍR
Nombre femenino.
11. ANCHÚR
Nombre femenino.
216
12. AJUNÁNCH
Nombre masculino, proviene de dos vocablos aju que significa nigua y nánch
que significa el que siempre le sucede o
el que siempre hace. Ajunánch significa
el que siempre está con las niguas.
SHUAR
16. ANTÚN
Nombre masculino.
17. ANTUNÍSH
21. ASÁMAT
Nombre masculino.
31. AUJTUKAI
Nombre masculino que significa el que
mucho conversa.
32. AWÁK
Nombre masculino que significa susto.
33. AYUI
Nombre masculino.
37. CHAMIKIAR
Nombre masculino.
38. CHAPAIK
Nombre femenino que significa caída
desde lo alto de corona.
39. CHARIP
Nombre masculino que significa trueno
tronando fuertemente.
40. CHAÚ
Nombre masculino.
41. CHAYÚK
Nombre femenino.
42. CHIKI
Nombre femenino. Tubérculo que sirve
para engordar.
43. CHIKIAINIA
Nombre femenino denominado así a la
caoba hembra.
44. CHÍMIANT
Nombre masculino.
45. CHINKIAS
Nombre femenino.
46. CHIÁNK’
Nombre femenino. Planta medicinal
que sirve para dolor de cabeza o para
hacer baños a vapor.
47. CHIAS
Nombre femenino.
217
SABERES ANCESTRALES
48. CHINIMP’
Nombre masculino, chinimp es el ave
golondrina grande que vive en las peñas
y cascadas.
49. CHÍNKIM
Nombre masculino, se dice así a las ramas delgadas secas de árboles que sirve
para la leña.
50. CHINKIÚN
Nombre masculino, significa codo.
51. CHIRIAP
Nombre masculino.
52. CHÍWIANT
Nombre masculino.
53. CHÚIM
Nombre masculino, es un insecto que
vive bajo tierra haciendo un hueco bien
profundo y una mecha de unos veinte
centímetros de alto hermética que cubre
la penetración del agua e insectos.
54. CHUÍNT
Nombre masculino.
55. CHUINTIAM
Nombre masculino.
56. CHUJI
Nombre masculino.
57. CHUMAP
Nombre masculino.
58. CHUMPÍ
Nombre masculino que significa estar
metiendo algo en un recipiente.
59. CHUMPÍK
Nombre masculino que proviene de la
palabra chumpiatin que significa meter
cosas en algún recipiente.
218
60. CHÚNCHU
Nombre masculino.
61. CHURAI
Nombre masculino.
62. CHÚUP
Nombre masculino y nombre de un ave
muy pequeña que los ancianos dicen
que quien la ve, es un buen cazador.
63. ENTSÁA
Nombre femenino que significa el que
está cargando.
64. ENTSÁKUA
Nombre masculino que significa luego
de tanto cargar.
65. ENTSÁMAI
Nombre femenino que significa estuvo
cargando.
66. ENTSANUA
Nombre femenino proveniente de dos
palabras entsa=agua, nua=mujer.
67. ENTSA
Nombre de mujer.
68. ETSA
Nombre masculino, nombre de un personaje mítico, ser supremo dueño de la
cacería y maestro de la construcción.
Sol.
69. IJISAM
Nombre masculino que significa haciendo tonguito (a)ijisam.
SHUAR
72. IKIANCHIM
Nombre masculino, nombre de ave.
73. IKIANÁM
Nombre masculino, proviene de la palabra ikianamu que significa probado,
comido una parte.
74. INCHÍMIU
Nombre femenino del nombre de un insecto de la chacra que predice la fertilidad y buena cosecha agrícola.
75. INCHÍNUR
Nombre femenino que quiere decir mi
camote.
76. ÍNCHIS
Nombre femenino que significa camote.
77. INCHÍSAM
Nombre femenino que quiere decir el
camote mismo.
78. INCHÍT
Nombre femenino, proviene de la palabra inchi, que significa camote
79. INIANKAIP
Nombre femenino que significa cuidado
caer al agua.
80. INISHÁ
Nombre femenino.
81. IPIAK
Nombre femenino que significa achiote.
82. IPIAKNUA
Nombre masculino.
Nombre femenino que proviene de dos
términos ipiák=achiote y nua=mujer,
por tanto mujer achiote.
71. ÍKIAM
Nombre masculino que significa lejos
de la casa.
83. IPIAMÁT
70. IJIÚKAM
Nombre masculino que quiere decir
trueno.
84. JANKICHÁK
Nombre femenino, proviene de la palabra jánki que significa espino.
85. JAPAPIUNCHAK
Nombre masculino de personaje mítico,
guerrero invencible, asesinado por el
humilde y despreciado kujáncham (zorro).
86. JEÉNCHAM
Es el murciélago, nombre masculino.
87. JEMPE
Es el picaflor, nombre masculino. Este
nombre tiene importancia porque según la mitología del fuego el Jempe le
robó el fuego al Tákea.
88. JEMPEKAT
Nombre masculino.
89. JIMIANCH
Nombre femenino que proviene de la
palabra que en su traducción es ají.
90. JIMPÍKIT
Nombre masculino.
91. JINKIASÁK
Nombre femenino que proviene de la
palabra jinkias que significa haciendo
un amarradito.
92. JÍNTIA
Nombre masculino que significa camino.
93. JINTIACH
Nombre masculino que quiere decir caminito.
94. JINTIANÚA
Nombre femenino, proviene de
jintia=camino, nua=mujer, quiere decir
mujer del camino.
219
SABERES ANCESTRALES
95. JIUKÁM
Nombre femenino.
96. JIÚRJIN
Nombre femenino.
97. JUANK
Nombre masculino.
98. JUEP
Nombre masculino que proviene de la
pronunciación que hace jue jue con la
boca abierta, una persona al cansarse
en el viaje o en el trabajo.
99. JURUKÍP
Nombre femenino que quiere decir no
me lleve.
117. KÚA
Nombre masculino del reptil kúa que
canta solamente en naitiak.
107. KÁPAIR
118. KUAMÁR
Nombre femenino. Se llama así a un árbol bastante duro que sirve para los colgantes de la casa, sus pepas son comida
favorita de los sajinos.
108. KARÁKRAS
Nombre masculino, se llama así al sapo
del pantano y cunetas.
109. KARINKIAM
Nombre masculino.
100. JUWÁ
Nombre masculino, sonido que emite la
rana juat que dice juwá juwá.
101. KAEKAT
Nombre masculino que proviene de la
palabra káe que quiere decir estrecho.
Nombre masculino que significa el que
siempre se enoja de todo. También se
puede entender kajekai=se enojó.
103. KANÍRAS
Nombre masculino.
104. KÁNKUA
Nombre masculino, es el nombre de un
pájaro pequeño de color café en la espalda y medio colorado en el pecho.
105. KÁNTUASH
Nombre masculino, se llama así a una
de las variedades del algodón que tiene
las pepas desgranadas.
220
106. KANÚS
Nombre masculino, llaman así al río
grande con playa extensa.
110. KASHÍJIN
Nombre masculino, proviene de dos
palabras kashi, noche y jintia, camino.
Kashijin significa el que camina de noche.
102. KAJÉKAI
SHUAR
tillas o correas para la casa.
130. MAITIUNK’
Nombre masculino
Nombre masculino que significa socolando o desbrozando.
131. MAKÁT
119. KUASH
Nombre masculino que proviene del
nombre de un reptil llamado kúa.
132. MÁMA
120. KUAYÁ
Nombre femenino.
Nombre femenino.
121. KUCHIKUISH
Nombre masculino que quiere decir
oreja de chancho.
122. KÚJA
Nombre femenino
Nombre femenino que significa yuca.
133. MAMAÍK
134. MAMAÍ
Nombre femenino.
135. MAMAINKIUR
Nombre femenino.
Nombre masculino que quiere decir
tragando.
136. MAMÁS
111. KATÁN
Nombre masculino.
123. KUJÁNCHAM
Nombre masculino que significa zorro.
137. MAMATUI
112. KATÍP
ratón, nombre masculino.
124. KUNÁMP
Nombre masculino, ardilla.
138. MÁNCHU
113. KAYÁP
Nombre masculino que proviene de la
palabra kaya que significa piedra. Kayáp
significa hombre piedra.
114. KÁYUK
Nombre masculino, significa guatusa.
125. KÚNKI
Nombre masculino, pájaro flautero.
126. KUNKÚMAS
Nombre femenino.
Nombre femenino.
Nombre masculino que significa zancudo.
139. MÁNKASH
Nombre masculino.
Nombre masculino que significa el oloroso.
140. MARIÁN
127. KURÍNÚA
141. MASHIANT
Nombre femenino.
115. KÉRUA
Nombre femenino que proviene de dos
palabras kuri=oro, nua=mujer. Es decir
mujer oro.
Nombre masculino que proviene de la
palabra mashiaru=opacado, por tanto
mashiant es hombre que opaca.
116. KITIAR
Nombre masculino que significa gotear.
nua=mujer, significa mujer del atardecer.
128. KUUMÁNCH
Nombre femenino
142. MÁSHU
129. KUÚNT
143. MÁSHUMAR
Nombre masculino que significa como
los paujiles.
Es la ave picuda una de las especias de
tucán pero más pequeña.
Nombre masculino. Nombre de una
palma mediana que sirve para sacar la-
Nombre masculino, paujil.
221
SABERES ANCESTRALES
144. MASHUTÁK
Nombre masculino que significa de haber tocado el paujil.
145. MASUINK’
Nombre femenino.
146. MASÚK
Nombre femenino que significa el masu
mismo.
147. MASÚRASH
Nombre masculino.
148. MAYÁNCH
Nombre masculino.
149. MEJEANT
Nombre masculino proveniente de la
palabra mejea que significa apesta o
besa, mejant quiere decir de lo que estaba apestando.
150. METÉKACH
Nombre femenino proveniente de la palabra métek que quiere decir igual, metékach significa igualito.
151. MÍIK
Es nombre femenino que significa poroto, o verdura.
152. MIKIUA
Nombre masculino.
157. NÁANCH
Nombre masculino.
158. NAEKAI
Nombre masculino que proviene de la
palabra naek que significa bejuco.
159. NAÉKAT
168. NÁNTAR
Piedra misteriosa para la producción,
Nántar es un nombre femenino.
179. NUMI
Nombre masculino, significa palo, madera, árbol.
169. NANTÍP
Nombre masculino.
180. NÚNINK’
Nombre masculino, significa cruzarse
caminando por una pasarela, puente de
palo o bejuco.
181. NUNKÁI
Nombre femenino, significa en la tierra.
170. NÁNTU
Nombre masculino de personaje mítico
hermano de Etsa (luna).
Nombre masculino.
171. NARÁNKAS
Nombre masculino, abreviatura de las
palabras nara=ortiga y nekás=cierto,
significa la verdadera ortiga.
161. NAJÁMTAI
172. NASE
Nombre masculino.
160. NAICHÁP
Nombre masculino que significa pisadera.
162. NAJARAIP
Nombre masculino que quiere decir no
pise.
Nombre masculino, significa viento.
173. NAWECH
Nombre masculino que significa piecito.
184. NUNKUÍCH
Nombre femenino, Nunkui dicho en diminutivo y aprecio.
Nombre femenino que proviene de las
palabras náka o nákastin que significa
recto o esperar y de iímtai que significa
mirador. Nákaimp significa mujer de la
esperanza.
174. NAYÁP
Nombre masculino de una ave de especie golondrina grande de pecho blanco,
patitas cortas y cola en forma de tijereta.
Cuentan los shuar que antes fue persona, pero por desobediencia se transformó en ave. Su cola tijereta es por cuanto
la mujer Súa la rasgó el Itíp.
164. NAMPÍR
Nombre femenino.
175. NAYÁSH’
Nombre masculino, significa Shuar alto.
165. NANKÁMAI
176. NIJIAMÁNCH
163. NÁKAIMP
Nombre masculino, que significa trascendía.
Nombre femenino, significa bebida llamada chicha, fuente de vida.
153. MIKIURIA
Nombre femenino.
166. NANKITIAI
Nombre masculino, significa el que
siempre se lanza.
177. NUÁS
Nombre femenino, significa mujerzuela.
154. MITIÁP
167. NANKÍTIAK
155. MÚKUCHAM
Nombre masculino.
Nombre masculino, significa algo para
lanzar.
182. NUNKÁIM
Nombre femenino, nombre de una verdura llamado poroto parado.
183. NÚNKUI
Nombre femenino, diosa dueña del suelo, subsuelo y su fertilidad.
Es nombre de un animal mal agüero,
que predice muerte de alguien a quién
contesta con los chillidos. Nombre femenino.
Nombre masculino.
222
156. MUKUIMP’
SHUAR
178. NUJÍNUA
Nombre femenino, proviene de dos palabras: nuji, cera de abeja y núa, mujer,
significa mujer delicada como la cera de
abeja. Mujer cera.
185. NÚNKUINUWA
Nombre femenino,
Nunkui.
significa
mujer
186. NUPÍRAK
Nombre femenino, proviene de dos palabras: tnupi (caimito silvestre que sirve
para hacer sonajas) y árak (sembrío).
Nupírak significa cultivo de nupi.
187. NURÍNKIAS
Nombre masculino.
188. NUSE
Nombre masculino, significa maní.
189. PAÁTI
Nombre masculino.
190. PAÁNTAM
Nombre masculino, significa plátano.
191. PAÁNTAMNUA
Nombre femenino, significa mujer plá-
223
SABERES ANCESTRALES
tano.
192. PAKÉSH
Nombre femenino, significa tapar algo
con material ancho con fuerza.
Nombre femenino, significa derretir o
leche de palo.
193. PANCHI
Nombre femenino.
207. PUJÚPAT
Nombre masculino, proviene de las palabras puju, blanco y patu, pato.
194. PAÚCH
Nombre femenino, de pau, poste principal de la casa, dicho en diminutivo y
con cariño.
208. PUTSÚM
Nombre femenino, significa ir poco a
poco poniéndose pálido.
195. PAUMÁSH
209. PUTSUMÁNCH
Nombre femenino.
196. PETSAIN
Nombre masculino, significa que se reproduce.
Nombre femenino, significa la que siempre pasa pálida.
210. RAÁMU
Nombre masculino
197. PICHÁM
Nombre masculino.
Nombre masculino
198. PIÍTIUR
Nombre femenino, nombre de ave.
212. SAÁNT
Nombre masculino, se dice el ruido del
inicio de la lluvia o de la cascada.
199. PINCHÍNIAM
Nombre femenino.
200. PINCHU
211. SAÁCH
213. SANCHÚ
Nombre femenino.
Nombre masculino.
214. SAMÍK
Nombre masculino, es nombre de un
árbol medicinal propio de la playa llamado chiparo.
202. PIRÍSH
215. SANCHÍM
Nombre masculino, gavilán.
201. PINCHUPÁ
Nombre femenino, nombre de llora perico.
Nombre masculino.
203. PIRÚCH
Nombre masculino.
Nombre masculino.
204. PIUNCHAK
Nombre femenino.
205. PUANCHIR
Nombre femenino.
224
206. PUÁR
216. SÁNTIAK
217. SECHÁKUIMNUA
Nombre femenino compuesto de dos
palabras: sechakuin, pájaro de la planicie pequeña que sube cada año en la
temporada frutas y abundancia de productos silvestres y nua, mujer.
SHUAR
218. SECHANUÁ
Nombre femenino, de una ave pequeña
de color azul en la parte del pecho, rojo
en la cola y negro en la espalda llamado
secha.
219. SEKÚT
Nombre femenino, perfume natural de
vainilla. Perfume más codiciado en el
mundo shuar.
220. SHÁACHAM
Nombre femenino, de un pez carachama o Campeche.
221. SHÁKAI
Nombre masculino, proviene de la palabra shakar, sonido del movimiento de
una sonaja.
222. SHAKÁIM
Nombre masculino de un personaje mítico, ser supremo, dueño de la selva.
223. SHARIÁN
Nombre masculino.
224. SHARÍMIAT
Nombre masculino de un árbol frutal
silvestre parecido al caimito pero más
pequeña; sus frutos empiezan desde el
tronco.
225. SHARÚP
Nombre masculino.
226. SHAÚK
Nombre femenino, significa mullo.
227. SHIÍRAM
Nombre femenino, significa bella, hermosa, guapa.
228. SHÍRAP
Nombre masculino.
229. SUANUÁ
Nombre femenino, proviene de la palabra sua es una fruta que sirve para teñir
de color negro a la ropa o cabello.
230. SUMPÁISH
Nombre masculino, proviene de la palabra sumpa que quiere decir lagartija.
Sumpaish fue un personaje que compitió en ayuno con chiachia luego de faltar
respeto a la hija de Arútam y se transformó en lagartija.
231. SÚNKA
Nombre masculino, significa gallo de peña.
232. SUNUR
Nombre femenino.
233. SURÍK
Nombre femenino. Surík es una pepa
pequeña y duro de bejuco que sirve para
hacer artesanías como collares.
234. TAÁNT
Nombre masculino, eco de un golpe en
un monte espeso.
235. TAIJÍNT
Nombre femenino.
236. TAKUAR
Nombre femenino, se llama así el pilche
grande (mate).
237. TAMPIRÚSH
Nombre masculino, larva comestible de
una mariposa, se reproduce una vez al
año en septiembre, cuando están en cosecha las larvas mueven la cabeza cuando se les hace bulla.
238. TÁNCHIM
Nombre masculino.
239. TANKÁMASH
Nombre masculino, la primera parte de
225
SABERES ANCESTRALES
la casa shuar, espacio donde permanecen los adultos varones y donde se reciben a los visitantes.
Nombre femenino.
Nombre masculino.
252. TSUKANKÁ
265. UTITIAJ
Nombre masculino que significa tucán.
Nombre masculino.
277. YAMÁNUA
Nombre femenino que significa mujer
nueva.
253. TSUNKI
Nombre masculino de un personaje mítico, ser supremo dueño de las aguas y
vida acuática.
266. UÚSHAP
Nombre masculino de una ave pequeña
muy defecadora.
278. YAMPÁK
Nombre femenino.
254. TSUNKINÚA
Nombre femenino que significa mujer
tsunki.
267. WÁAM
Nombre masculino quiere decir estás
subiendo.
Nombre masculino.
255. TSUNTSUMÁNCH
Nombre femenino que proviene de la palabra tsuntsumá que significa agachada.
268. WACHAPÁ
Nombre masculino.
244. TIWÍP
256. TSUTSÚM
240. TENTÉTS
Nombre masculino, proviene de la palabra tenték que significa redondo.
241. TIMIÁS
Nombre masculino, que significa lo dicho.
242. TIRÍS
Nombre femenino.
243. TIWI
Nombre masculino de un ave pequeña
que canta tiwip, tiwip.
245. TSAPÍK
Nombre femenino.
246. TSAMARAINT
Nombre masculino que proviene de la
palabra tsamarai que significa se pintoneó, se coloreó.
247. TSEMAIK
Nombre femenino.
248. TSÉNTSAK
Nombre masculino, significa flecha o
dardo para la cerbatana.
249. TSERE
Nombre masculino, significa araña, también se llama así al mono blanco o mico.
250. TSETÉEM
Nombre femenino, proviene de la palabra tsétsee que significa basura. Tsetéem, significa sin basura.
251. TSETSÉNK
226
SHUAR
Nombre femenino.
269. WÁJACH
Nombre masculino, quiere decir parando siempre.
257. TUNTIÁK
Nombre masculino llamado así al arco iris.
270. WAJAI
Nombre masculino, quiere decir siempre parado.
258. TUNTUAM
Nombre masculino.
259. UJÚKAM
Nombre masculino, se llama así al mono
nocturno o también llamado mono cusumbo.
260. ÚNKUCH
Nombre masculino, legumbre silvestre
comestible.
271. WAJÁRAI
282. YANTSAU
Nombre femenino, personaje mítico
que se transformó en rana por desobedecer a Etsa.
283. YÁNTSE
Nombre femenino.
272. WANÍK
Nombre femenino.
285. YURÁNK
Nombre masculino que significa fruta.
273. WARUSH
Nombre masculino.
286. YÚSATIN
262. UNTSUI
Nombre femenino.
275. YAJÁNUA
Nombre femenino que significa mujer
de lejanas tierras.
264. UNÚP
281. YÁNKUAM
Nombre masculino, personaje mítico
hermano de Yáa (estrella).
284. YÚMA
Nombre masculino.
Nombre femenino.
263. UNTSÚMAK
Nombre femenino, convocándose o
convocando su gente.
280. YAMPAUCH
Nombre femenino.
Nombre masculino, quiere decir se pusieron de pie.
274. YAÁNUÁ
Nombre femenino que significa mujer
estrella.
261. UNTSÚCH
279. YÁMPANIAK
Nombre femenino.
Nombre femenino que significa lo que
se ha de comer.
276. YAKÚM
Nombre masculino que significa mono
coto o mono colorado.
227
SHUAR
INDUMENTARIA
Antes de conocer las técnicas del tejido
y del hilo, los shuar confeccionaron el
tarách (vestido de mujer) y el itíp (traje
de hombre) con la corteza del árbol denominado kamúsh. Esta corteza también
la utilizaban como cobija para protegerse del frío. Luego, la corteza del kamúsh
es reemplazada por hilos de algodón
para lo cual los shuar desarrollaron
sus propias técnicas textiles.
El tarách,, el vestido
de la mujer shuar, es
confeccionado por el
hombre con telas de
un solo color: azul
marino,
mora-do, rojo o negro.
El vestido cubre
todo el cuerpo
desde los hombros hasta las
canillas, dejando los hombros
y brazos libres.
Este vestido utilizan desde los tres
años de edad.
El itíp,, el vestido
del hombre shuar,
se confecciona con
telas de distintos
colores distribuidas
en franjas verticales
de 5 cm de ancho
aproximadamente,
228
cubre desde la cintura hasta las canillas.
Se usa en las fiestas ceremoniales y momentos casuales. Para la cacería, viaje,
guerra y en casos de emergencia, se subía
hasta la rodilla. Los materiales e implementos para confeccionar el Itíp son los
siguientes: kaént es el rollo de hilo de al
algodón, shikít es la barrita de pambil o de
guadúa que sirve para pasar por el inter
intermedio de los hilos al momento de tejer,
juúrkari son dos flechas de gua
guadúa juntas que sirven para en
enganchar los hilos que servirán
para cruzar el tejido y kachuím
es un material de pambil o de
chonta que sirve para ajus
ajustar los cruceros del tejido.
Los colores de los hilos
eran teñidos con anterio
anterioridad. Los hilos de color se
combinaban de acuerdo al
gusto, pero generalmente
se usaban el azul o negro
con el blanco o rojo. Este
vestido se utiliza desde los
diez años de edad.
En la actualidad, el vestido tradicional ya no es
utilizado por los miembros
de la nacionalidad shuar
que viven en la provincia de
Sucumbíos y únicamente se
mantiene para actos cultu
culturales, cívicos o ceremonia
ceremoniales.
Senta es la cinta que sirve para elaborar
tawásap o shakáp que es una sonaja en
forma de cinturón que usan las mujeres
para amarrarse la cabeza. La corona la
utilizaban solamente los ancianos y autoridades ancestrales. Se elabora con los
mismos materiales y procesos del itíp o
tarách.
pasaban al proceso de teñido para el itíp.
Para el tarách no se entintaba, puesto
que ese proceso se hacía luego de terminar el tejido.
Tirínkias es un cordón que utilizaban
las mujeres en vez de shakáp (sonaja
cinturón de mujer) cuando se iban a la
huerta, de cacería o al trabajo. La utilizaban hombres o mujeres para sujetarse
el cabello, colgando adornos y plumaje
de aves en las puntas cuando se trataba
de eventos importantes. Este objeto es
trabajado por los hombres. Se comienza
la labor amarrando los hilos en el dedo
grande del pie de cualquier lado, y en los
cuatro dedos de cada mano. El hilo cuelga por lo menos un metro y medio. Una
vez colgados, se cruzan los hilos del dedo
índice al dedo pequeño intercalando uno
tras otro. En cada cruce pasan los hilos
de un dedo al otro de la misma mano reemplazando al hilo que sale de la mano.
Ese proceso continúa hasta terminar.
Cuando está avanzada la labor hasta la
mitad pueden desatar los hilos del pie y
sostenerlos sobre una estaca o pedir apoyo a otra persona. Una vez terminado el
tejido hace un nudo en los dos extremos
y está listo para utilizar.
Urúch es el algodón. Existen dos variedades: kántuash urúch y penké urúch.
Los ancestros shuar descubrieron que el
algodón se podía hilar. Con el pecho de
la tortuga fabricaron un disco llamando
súump. Este disco atravesado con una
barra de pambil era usado como soporte
de hilar, se daba vuelta con el dedo pulgar e índice de la mano derecha y con la
otra se estiraba el algodón para que con
los giros del súump formara el hilo. Acumulado en rollos, los hilos de algodón
Para colorear y teñir los objetos y las artesanías los sabios shuar descubrieron
hojas, cáscaras, bejucos, tubérculos y
frutas que generaban colores con los que
preparan pinturas. Los más conocidos y
utilizados son:
Yamakai, un árbol no muy grande ni
frondoso, se utilizan sus hojas para teñir
el tarách. para prepararlo se cogen entre
tres y cinco libras de hojas, dependiendo
de cuántos rollos se requieren teñir. Las
229
SABERES ANCESTRALES
hojas se machucan con una piedra, la
masa resultante se coloca en una olla con
bastante agua y cuando está hirviendo se
ponen los rollos de hilos. Se puede hervir
de 15 a 30 minutos, luego se saca del recipiente y se pone a secar al sol. El tinte es
de color morado.
Súa, la fruta del árbol del mismo nombre, sirve para pintar cabellos, teñir hilos
y ropa. Deja un color negro intenso. Para
prepararla se muelen unas dos o más pepas dependiendo la cantidad de material
a teñir y se deben dejar los rollos de hilos
toda la noche remojados en agua. Se debe
tener cuidado de no empaparse las manos ni el cuerpo debido a que tiñe por lo
menos dos meses. Al secarse, el color negro se va tornando cada vez más intenso.
Se debe procurar que se seque bien para
que el color se fije y dure más tiempo.
SHUAR
pueden utilizarla las mujeres ni jóvenes.
Chapawík: manilla tejida de mullos combinada de colores. Generalmente se utilizaban colores vivos y los diseños eran variados. Líneas quebradas conocidas con
el nombre chinkiún (codo) y onduladas
como figuras de las culebras u otras especies como las aves.
Karís: grama del cual se hacen pedacitos
para utilizar como un arete. Adorno común que se utiliza diariamente y en momentos no ceremoniales, en el trabajo o
en casa.
Tentémp es un tipo de corona de plumas, piel de animales, fibras o de senta.
Esta es la corona de menos prestigio.
Utilizan los jóvenes y demás personas
que no poseen autoridad familiar. Las
pieles de animales más usadas fueron:
kunámp (ardilla), sepúr (mono volador)
y las plumas de tsukanká (tucán), súnka
(gallo de peña) y de toda clase de loros.
Tsukanká: aretes elaborados con plumas de tucán, gallo de peña y de otras
plumas de aves de colores vivos, piolas
de fibras de kumai o hilo de algodón y la
brea de abeja que sirve como pegamento. Estos aretes actualmente los usan
solo las mujeres, pero ancestralmente
fueron utilizadas por los hombres como
adorno primordial.
Ipiák, el achiote con la cáscara de yunkínia (mangliyo) se combina con yamakai y
da como resultado el color rojo.
Antiguamente se utilizaban algunos
adornos de importancia en momentos
trascendentales, fiestas o en ceremonias
como: tawásap, asánti, shakáp, mákich y
tsukanká.
Tawasap es una corona hecha con plumas de tucán de colores amarillo, negro
y azul. Puede ser también de blanco. Varía dependiendo de la persona que lo va
a utilizar. Actualmente lo usa la máxima
autoridad de la comunidad o de la organización. Las plumas se tejen sobre una
cinta de fibras de kumai (chambira) a la
medida de la cabeza de quien lo utilizará.
Pueden llevar adicionalmente colgados
unos tirantes hacia atrás; algunos plumajes, cola de tucán o el cabello de alguna
mujer u hombre de trascendencia o recuerdo.La corona es de utilización exclusiva del hombre y en ningún momento
230
Pátake: mullos naturales. Los antiguos
cuentan que existe una laguna con remolinos y animales salvajes que cuidan
la mina natural de este material en territorio peruano. Para tener acceso y sacar
mullo hay que llevar alguna presa para
entretener a los animales salvajes y poder entrar. En esta mina se podían obtener mullos de colores yunkumá (amarillo), kinkia (azul), kapáku (rojo), puju
(blanco), samenma (verde) y mukusa (negro). Con estos mullos la mujer
shuar elaboraba el patáke, chapawík,
nunkutai.
231
SABERES ANCESTRALES
SHUAR
Pinturas
Nunkutai: adorno de mullos que se
coloca en el cuello. Se elabora con
hilos traspasados de forma continua haciendo un montón de cada
color y continuado una tras otra. En
los extremos se cuelga un hilo con
la que se amarra detrás del cuello.
Para colorear y teñir los objetos, las artesanías y los símbolos corporales, los
sabios descubrieron algunas hojas, cáscaras, bejucos, tubérculos y frutas que
generaban diferentes colores, con los que
preparaban pinturas para usos variados.
esta pasta se llama arátin, que significa
sustancia pegajosa. Arátin, sirve para
maquillaje corporal, especialmente para
la cara y pecho en los hombres; para la
cara y antebrazos, en las mujeres.
Ipiak. Al igual que el arátin, el achiote se
puede cocinar bastante, hasta dejar una
pasta que da como resultado un color
Asanti es un adorno cruzado en
el dorso y sobre el hombro. Generalmente está elaborado con piola
de kumai, pepas de etse (milisho),
waimpíak, chipia, tayú ukunchí,
entre otras. Normalmente en el tejido, cada uno de las pepas va intercalada por otra o con los huesos
de tayu.
Chapawík: es un tejido de mullos
continuos en un hilo largo de diferentes colores. Se colocaban en los
dos brazos desde la muñeca hasta
la mitad. Este adorno se utiliza únicamente en la muñeca del brazo izquierdo. Es un adorno de mujeres.
232
Los más conocidos y utilizados son:
Arátin. Es una mezcla de ipiák (achiote)
y cáscara de yunkínia (mangliyo). La cáscara de yunkínia se raspa por la parte de
adentro en la cantidad que se estime necesaria. Esto se mezcla con achiote y se
pone a hervir. El líquido debe quedar casi
espeso en el momento en que se retira el
material sólido. La sustancia resultante
se deja enfriar en un recipiente que debe
ser guardado. Cuando se enfría la sustancia queda una pasta de color rojo oscuro,
rojo vivo. Esta pintura se emplea para lo
mismo que el anterior.
El achiote se podía utilizar también sin
cocinar, en los momentos urgentes si no
se tenía material preparado. Con la diferencia de que el crudo mancha el rostro,
en cambio el preparado se adhiere en la
piel y se desprende fácilmente.
Súa. Fruta de un árbol del mismo nombre. Sirve para pintar cabellos, teñir hilos y ropa. Deja un color negro intenso.
233
SABERES ANCESTRALES
Para el cabello, se deben moler dos pepas
y dejar toda la noche en remojo. Al día siguiente se empapa el cabello con el zumo
de súa, teniendo cuidado de no mancharse las manos y el cuero cabelludo, porque
luego de poco, se negrea y no sale el color
en dos meses.
Para la ropa se debe moler bastante y dejar con suficiente agua, tratando de cubrir
la ropa que se desea teñir. Luego se deja
esta ropa dentro del agua toda la noche,
al día siguiente se cuelga al sol. Al secarse
va adquiriendo intensidad. Se debe procurar que se seque bien para que el color
se fije y dure más tiempo.
El súa sirve también para eliminar caspa,
pelotillas, liendres y piojos. Da fuerza y
vitalidad al cabello, además estimula su
crecimiento.
USÚMAT
Usúmat significa maquillaje. Existen distintas figuras, formas y medios de maquillaje, las más relevantes son los siguientes:
Yamunka Aámanke. Es un estilo que consiste en estamparse en la cara una figura
de la culebra equis. Se imprimen varias
“X” en las dos partes de la cara y en el pecho. Este maquillaje se utiliza cuando se
va de visita a una familia desconocida, en
ceremonias de guerra o en viajes a la cascada. Se puede utilizar tanto en hombres
como en mujeres de cualquier edad.
Yawá susurí. Consiste en pintarse imitando la forma de la barba del jaguar, utilizado cuando se va a guerrear o para arreglar
litigios con los enemigos.
Shaámka mishari. Consiste en imitar la
forma de la mejilla del guacamayo. Este
tipo de maquillaje es utilizado por hom-
bres y mujeres para participar en actividades festivas.
Existen otras formas de maquillaje, por
ejemplo, en las fiestas las mujeres utilizaban algunas flores y pepas con las que se
estampaban diferente figuras. Para imprimir la pintura utilizaban ewej usúmat
(dedo índice), madera preparada, flores y
pepas. Además de esto, los shuar se aplicaban maquillajes permanentes como el
shirínk que consiste en aplicarse tatuajes
en la frente, la cara y en los brazos. Este
tatuaje se lo aplicaban con tséntsak (flecha), agujas de pambil, o espinos y la tinta de súa o humo de shiripik (vela elaborada con cera de copal) que la recogían
con la cáscara de yuca. Las figuras eran
las mismas que las anteriores. Además
estampaban figuras de flores o estrellas.
TUKÚM
Tukúm significa perforación. Para la utilización de los adornos como por ejemplo
los aretes, se perforaban las orejas; las
mujeres lucían tsukanká (aretes con plumas de tucán), en cambio los hombres se
colocaban karís en las orejas, palitos de
hoja de yuca o cualquier otro material
liviano. Las mujeres también se perforaban el labio inferior donde se colocaban
karís. Estas perforaciones se las hacían
con kurú jankirí, espinas del puerco espín, por cuanto que esto se introducía en
la piel sólo y sin dolor.
VIVIENDA
De acuerdo a la mitología shuar fue la
deidad Etsa quien les enseñó la construcción de jea (casa).
Etsa construye la primera vivienda shuar
como un desafío a Iwia. Etsa se encontraba construyendo la casa y llega Iwia y le
pregunta ¿qué haces? Etsa le responde
que estaba haciendo huecos para plantar
los postes. Iwia le dice que le ayuda y Etsa
acepta. Cuando Etsa sacaba la tierra del
hueco para el poste, Iwia agarró el poste y
enterró a Etsa y tapó el hueco con el poste
plantado para que Etsa no haga la casa.
Como Etsa era poderoso se subió por el
interior del poste de pambil y cómo Iwia
tapaba el hueco. Cuando Iwia se iba, Etsa
le silbó desde arriba e Iwia volteó a verlo. Iwia disimulando, le dijo a Etsa que
el poste le había vencido y que no quería
enterrarlo, entonces Etsa le dijo a Iwia:
ayúdame a sacar la tierra y Etsa enterró
a Iwia y construyó la casa, lo cual fue
aprendido por los ancestros de los shuar.
Los pasos que se siguen para construir el
jea son los siguientes: se ubica un sitio en
una parte alta al lado de un río; se limpia
el terreno, participan los padres con sus
hijos mayores; se busca y se sacan los materiales de construcción durante la luna
llena, tiempo en el cual las maderas son
duras y los bejucos blandos y flexibles; se
preparan los materiales de construcción:
shinki (pambil) utilizado tanto para los
postes como para las paredes de la vivienda; palos de las maderas yaís, saka,
shuinia, kápair utilizados para la estructura del cumbrero; hojas de kampának,
turúji, pumpuná (paja toquilla), chápi,
terén, kawá ujuk, kuákish utilizados para
la elaboración del techado; bejucos kaka,
wapá, yaís, utilizados para los amarres de
toda la estructura de la vivienda; y raíces
de ichinkiat y wampuish para las puertas
denominadas waiti.
Con los materiales listos se daba la
orientación de la vivienda direccionando
el tankámash (el lado masculino de la vivienda ) por el este; es decir, por donde
sale el sol y el eként (el lado femenino),
por donde se oculta. Luego se hacían los
huecos para los postes que en la parte superior tenían una ranura o muesca para
encajar los palos transversales. Estos debían tener su punta en forma de lanza,
quienes no construían de esta manera
eran considerados ociosos por los Uunt
(mayores). En la parte interior de la vivienda se ubicaban los postes principales denominados páu y correspondían el
uno al tankámash y el otro al eként. Si la
vivienda era demasiado grande se colocaban tres páu. Los postes secundarios se
denominaban mákui y se ubicaban en los
bordes de la vivienda separados por una
distancia aproximada de cuatro metros.
En los extremos se ubicaban las puertas
denominadas waiti, una para ingresar al
tankámash y otra para ingresar al eként.
Estas puertas se encontraban entre dos
mákui (postes secundarios), en este caso,
distanciados por una medida tomada entre codo y codo.45
Una vez terminada la estructura del
jea, se iniciaba la colocación de las hojas
tejidas en el techo, trabajo que se había
efectuando previamente un proceso de-
45 Esta medida era el resultado de la distancia entre los 2 codos del dueño de la vivienda y se obtenía colocando las
manos en el pecho y extendiendo los brazos lateralmente.
234
235
SABERES ANCESTRALES
SHUAR
Finalmente se construían las puertas
(waiti) con raíces de los árboles ichinkiat,
wampuish o de otros árboles grandes que
formaban bambas y que no eran sensibles a la polilla. Las bambas se cortaban
con hacha de una forma rectangular a la
medida de la abertura de los codos extendidos con los dedos cruzados con las dos
manos y pegadas en el pecho.
En el vértice de los extremos dejaban
una especie de cola llamada katí con la
que se encajaban en el agujero del tablón
del piso y la parte superior. Este detalle
servía para que la puerta pueda girar en
un eje al abrir y cerrar. Esta puerta tenía
un seguro por fuera y por dentro. El seguro estaba construido por dos pambiles a
cada lado de la puerta con dos huecos en
los intermedios en donde se traspasaban
los pambiles horizontal y paralelamente.
nominado por los shuar napiamu. Existían diversas formas de tejido, dependiendo de las hojas a utilizar. El proceso
del tejido con las hojas kampának era el
siguiente: se colocaban tres o más hojas
largas, encima de estas y siguiendo la
misma alineación se colocaban entre cinco y ocho hojas cortas; se colocaban nuevamente entre dos y cuatro hojas largas;
el atado de hojas se amarraba con hojas
tiernas de la misma palma (kampanak)
en la mitad y en un extremo; se doblaba
el atado por la mitad.
Los atados de hojas ya listos se colocaban de manera superpuesta a lo largo
y ancho de la estructura del techo. Ahí se
sujetaban los atados de paja amarrándolos a las latillas de pambil. Para esto se
236
utilizaba el aúj (aguja elaborada con el
hueso de la pierna del sajino u otros animales). La labor del tejido se inicia del
lado izquierdo al derecho. Una vez terminado el tejido de las pajas, se coloca el
cumbrero. Para esto existe otra clase de
paja. Se pueden utilizar las hojas de la
palmera terén, chapi, kawá ujuk o de otra
palmera o paja. Antes de colocar se procede al wasemma que consiste en tejer
dos hojas cruzadas unas con otras, como
una equis (X). Después se colocan unos
encima de otros y por último se aplastan
con pambil atados entre sí como una uve
invertida (Λ) para que el viento no vote
las hojas. Luego se construían las paredes de la vivienda con latillas de ampakai
(pambil), kenku (bambú) o de cualquier
otra palmera.
Existían restricciones durante la construcción de la vivienda y la elaboración
del tejido del techo: no se podían mantener relaciones sexuales, cocinar yunkúrak (carne o pescado con palmito y hojas
comestibles envueltos en una hoja de bijao y asados en el fogón) ni preparar asados de cualquier tipo de alimento.
Toda casa shuar tiene el tankámash y
el eként. En el tankámash, la parte masculina, permanecen los hombres: yernos, hijos casados y solteros. Además es la parte
de la casa donde se recibe a los visitantes.
El eként es la parte femenina, ahí pasan
las mujeres, los niños y niñas hasta los
doce años de edad. En el eként se guardan
todos los productos agrícolas que se cosechan para el consumo, ahí están la cocina,
el rincón de los perros, las camas y el píik,
una tarima en donde se guardan la carne
y comestibles que requieren del calor para
el secado y conserva.
fogones: uno en el eként que lo utilizaban
para cocinar y el otro en el tankámash en
donde se cocinaba ocasionalmente. Sin
embargo, podían colocarse más fogones
en función del número de familias que
habitaban en el jea y que requerían cocinar sus propios alimentos.
El fogón era usado como calefactor: se
acostaban con los pies expuestos en el fogón para recibir abrigo por eso lo ponían
al pie de la cama.
Las casas eran grandes, con capacidad
para todas las familias que tenía el wea
(anciano designado para dirigir una fiesta ) o el uunt (adulto o anciano en general). Entonces si el uunt tenía dos o más
esposas y varios hijos casados y yernos,
se construía para que tuviera capacidad
para albergar a todos. En la construcción
de la vivienda nueva y más grande existía
la colaboración de familiares cercanos,
trabajo que posteriormente debía ser retribuido.
La finalidad de vivir juntos hijos y
yernos, era para mantener supremacía
frente a los enemigos, pues mientras más
hijos varones y yernos tenía el uunt se le
consideraba más poderoso. Por el peligro
permanente de ser atacado por sus enemigos, las paredes de la casa eran muy
seguras y resistentes. Si una familia tenía
mucho riesgo, esta construía un cerco de
alrededor de quince metros para evitar la
entrada de sus enemigos. Para mayor seguridad de los enemigos se colocaba una
puerta gruesa construida de la bamba de
un árbol muy grande.
En la casa se situaban por lo menos dos
237
SHUAR
POBLACIîN Ê Y
ORGANIZACIîN
SOCIAL
Designaciones al interior de una familia ampliada
Los shuar, en la provincia de Sucumbíos geográficamente están asentados en cuatro cantones, y son un total de 1707 habitantes distribuidos de la siguiente manera:
Nº
Comunidad
Población
Nº
Comunidad
Población
Cuyabeno
Shushufindi, comuna Yamanunka
1
Kukush
29
1
Charáp
94
2
Nase
70
2
Íwia
72
3
San José
35
3
Taikiua
4
San Juan Bosco
26
5
Sharian
49
6
Sharúp
140
7
Shíram
58
8
Tuntíak
21
9
Tsanímp
45
1
Chárip
63
10
Vegas uno
28
2
Etsa
42
11
Vegas dos
34
3
San Antonio
24
12
Wampuish
26
4
Sharup
23
13
Wamputsár
32
5
Taruka
320
14
Yamanúnka
157
6
Yamáram Nankáis
15
Yamáram Suku
Subtotal
83
833
TOTAL
121
287
Putumayo
1
Mayáncha
(descendencia achuar)
58
Cascales
57
Subtotal
529
TOTAL
1707
Úunt
Tarímtari
Uchiri
Nawantri
Awér
Najatí
Tírank
Apachur
Nukuchur
Iíchur
Nuár
Umar
Kaír
Yatsur
jefe de la casa
primera esposa
hijo
hija
yerno o sobrino
nuera
nieto o nieta
abuelo
abuela
tío
esposa
hermano o hermana
hermana (solo entre mujeres)
hermano (solo entre hombres)
Las primeras familias shuar llegaron a
la provincia de Sucumbíos en la década
de los 70 y se asentaron en Shushufindi
y Cascales. Posteriormente llegaron más
familias y se ubicaron en los que ahora
son los cantones Cuyabeno y Lago Agrio
de manera simultánea, en un área determinada, una tras otra. Al pasar los años,
fueron determinando un territorio y tomando posesión de tal modo que pudieron construir un sistema de organización
heredada de los lugares de procedencia.
Vinieron de Morona Santiago y Zamora
Chinchipe, en donde la nación shuar ya
había definido un modelo de vida organizacional propio.
En las décadas de los 80 y 90 se cons-
238
tituyeron en comunidades con territorios
determinados y realizaron los trámites
para su adjudicación. Los shuar de Shushufindi se constituyeron en comuna Yamanunka adjudicada por el Ministerio
de Agricultura y Ganadería. El resto de
comunidades se constituyeron en centros shuar registrados por el Ministerio
de Bienestar Social. La adjudicación de
territorios la realizó el ex Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonización. Todas estas instituciones estuvieron radicadas en la provincia de Napo lo
que dificultaba el proceso de legalización.
En Cascales se definieron cuatro comunidades: Chárip, Etsa, San Antonio y
Taruka que 1997 se organizaron en una
239
SABERES ANCESTRALES
asociación de centros llamado Asociación
de Centros Shuar Bermeja, aprobada en
el congreso de la Federación Interprovincial de Centros Shuar (FICSH). Posteriormente a esta asociación se sumaron
dos comunidades más: Sharup Rayo y
Yamáram Nankáis.
En el cantón Cuyabeno existen tres comunidades: Charáp, Iwia y Taikiua. En
Putumayo, Mayáncha, una comunidad de
descendencia achuar mestizada con los kichwa. Todas estas comunidades se agrupan en una federación provincial llamada
Federación Provincial de Centros shuar
de Sucumbíos (FEPCESHS) creada en
1999 como organización de hecho y desde
2001 como organización de derecho.
En el mundo shuar la estructura social
se basaba en grandes familias ampliadas con residencia matrilocal, donde las
parejas que se casaban debían ir a vivir
en la casa de los padres de la novia. En
este sentido, las familias agrupaban a hijas, hijos y yernos en una sola casa. Este
tipo de estructura daba lugar a familias
numerosas, aspecto fundamental para
hacer frente a los enemigos. Es así que
una familia se componía del úunt con su
esposa o esposas, sus hijos e hijas más
los yernos, dependiendo del número de
hijas, una familia podía alcanzar más de
treinta personas.
Existían otras designaciones íntimas y
de confianza solamente entre algunos familiares: jují, naáyí, término con el cual
la esposa llamaba a su marido en lugar de
usar su nombre. A su vez el hombre llamaba a su esposa ekentrúa, término que
también podía utilizarlo para dirigirse a
su hija o sobrina de mayor confianza. Con
el término sukí o sumpá se referían al sobrino de menor confianza o joven lejano.
Cuando se conversaba entre familiares
240
SHUAR
el tono de la voz era normal, no así con
los visitantes, ocasiones en que subían el
tono de voz y parecía que estaban discutiendo, por esta razón estas conversaciones podían escucharse a cierta distancia.
Cuando se enfermaba algún miembro
de la familia, todos se preocupaban, pero
la abuela o la mamá era la más solidaria.
Buscaban medicinas o iban en busca del
iwishín para que lo curara.
Otra forma de usar el lenguaje ocurría
cuando iban de cacería, guerra o a la cascada sagrada para celebrar algún ritual
o ceremonia. La mímica era el lenguaje
más usado o alguna onomatopeya específica como por ejemplo: decir silbando
weajai, que significa vamos. Los guiños,
eran muy usados por las mujeres con los
niños como advertencia. Los adultos, especialmente los hombres, utilizaban gestos para comunicarles a las mujeres que
estaban interesados en ellas.
Los niños enfermos que fallecían eran
enterrados en la esquina de jea, pero si
era un adulto mayor, lo dejaban en una
canoa y abandonaban la casa. Para evitar
que el espíritu del difunto les moleste o
les provoque malos sueños, dejaban comida, chicha y demás pertenencias a su
lado. Cuando el difunto era un anciano,
los adultos y jóvenes hacían visitas por la
noche para medir la valentía de cada uno
de ellos y para provocar la transmisión de
poder del anciano o anciana fallecidos.
La mirada era un código muy importante para comunicar deseos, noticias
y advertencias. El jefe de familia y los
miembros mantenían fija la vista al visitante para detectar si su visita era familiar o una traición. Si el visitante no quitaba la mirada al jefe de familia, sospechaban una traición, pero si la mirada fija
era pausada, podían pensar que no había
planes secretos de ataque.
Entre los shuar se observaban una serie de normas para regular la conducta al
interior y entre las familias: el robo era
condenado y sancionado, sin importar la
edad. Si algún niño o niña robaba algo, la
madre preparaba una fogata con bastante ají y al infractor le cubrían la cabeza
y cara con un trapo y le hacían respirar
humo con ají hasta que se desmaye. Luego hacía lo propio con quiénes habían
compartido el robo y con los otros miembros de la casa para que no les pase el mal
espíritu. Este castigo era leve y se denominaba tsere ayamprukaink tusa.
Dentro de la familia, el hombre dormía
con la esposa e hijos menores de siete años,
el resto tenían su cama aparte. De día, generalmente las mujeres y niños, permanecían en el eként cuando estaban los írar
visitantes, solamente las que brindaban
nijiamanch estaban en el tankámash, sala
de varones y huéspedes. En el tankámash
permanecían los hijos mayores y yernos.
Los niños y mujeres también podían estar
en este espacio cuando no había visitantes,
si venía alguien, corrían al eként.
Las mujeres cocinaban solamente en
el eként, pero si cazaban animales grandes, también pasaban a cocinar en el
tankámash.
La mentira también se castigaba: al mentiroso le hacían subir en un árbol y le
tumbaban. Al momento de tumbar el árbol decían: waitrí ishitiaj, waitrí ishitiaj,
waitrí ishitiaj, que significa ahuyento la
mentira, ahuyento la mentira, ahuyento la mentira. Si al caerse, se lastimaba
o se fracturaba, le daban -en ese mismo
instante- a tomar maikiua (floripondio)
para que se cure.
Los chismes no se aceptaban y quienes lo hacían se los encaraba frente a to-
dos para que no lo vuelva a hacer. En el
caso de un conflicto familiar intervenían
el papá de las mujeres o solamente los
ancianos.
Entre las familias que vivían cerca o lejos, se mantenían las visitas. Las familias
cercanas se visitaban cuando conseguían
bastante cacería, para hacer algún negocio, programar una expedición secreta,
un trabajo, pesca, cacería o un viaje. En
estos casos podían ser de un día o más,
dependiendo la distancia y la razón de la
visita.
Las visitas servían también para afianzar la amistad, mantener el calor humano de familia y expresar la solidaridad y
confianza. Si la familia vivía lejos, solían
visitarse largo tiempo: durante semanas
o meses.
Cuando los ancianos de una pareja joven fallecía, sus pertenencias artesanales
las dejaban en la tumba, en caso de que
no haya dejado a nombre de algún familiar. Las pertenencias por lo general consistían en artesanías, adornos, o piedras
sagradas (nántar, namur). Las piedras
si no las dejaban para alguien, pasaban
a ser propiedad del familiar que estuvo
más cerca de la persona fallecida, generalmente la hija o hijo mayor, el nieto o
nieta que la cuidaba. Si moría un jefe de
familia, el hermano mayor tenía derecho
a esposar a la mujer del hermano difunto
y a adoptar a los hijos.
En la familia, la autoridad máxima es
el hombre, sin embargo las decisiones
eran tomadas por hombres y mujeres,
cada uno en su competencia. En caso de
existir disputas familiares, el hombre imponía su decisión aunque la mujer tuviera razones, debido a que él cuidaba siempre su prestigio de autoridad, esto sucedía con el hombre waimiaku (quien había
obtenido el poder de Arútam). También
241
SABERES ANCESTRALES
existían hombres que no eran waimiaku,
y en esos casos la mujer imponía sus decisiones: las mujeres también eran waimiaku.
Cada uno de los miembros de la familia,
del más pequeño al más anciano, cumple
un rol. Hasta los cinco años de edad, los
shuar permanecen el mayor tiempo en la
casa acompañados de hermanas, hermanos, abuelos, abuelas y mamá. A partir
de los seis años, empiezan a salir de manera autónoma fuera de la casa: acompañan a la mamá al huerto, obedecen a
pequeños mandados y, especialmente
en el día, juegan con otros niños. Hasta
los trece o catorce años, realizan trabajos
medianos de la casa, pero también realizan trabajos de aprendizaje permanente
de todo lo que hacen las personas mayores que viven dentro de la casa.
La mujer se dedica a asear los interiores y exteriores de la jea, mantener
limpia la chacra, traer la comida, hacer
la chicha, preparar la comida y atender a
los hombres.
MUNDOÊ ESPIRITUAL
PERCEPCIÓN DEL TIEMPO
La concepción del tsawánt (tiempo) en
el mundo shuar se basaba en el tsawai y
kashi (día y noche). Por lo tanto, no existían los días de la semana ni los meses
del año. El tiempo estuvo dividido en dos
grandes momentos: uwí y naitiak.
La temporada de uwí es un tiempo de
abundancia en donde los productos tanto
hortícolas como silvestres son abundantes. También es la temporada de abundancia de animales silvestres debido a
que bajan de las colinas a disfrutar de los
productos. Es la temporada de gestación
de animales y época cuando los peces desovan en los ríos que se encuentran bajos
y mansos. Uwí es considerado un personaje que llegaba a atender y dar de comer
a sus hijos con productos que había preparado durante el año, es por eso que al
terminar el uwí se realiza una ceremonia
sagrada de agradecimiento por todas las
bondades y para que el periodo siguiente
venga con más productos. Por eso se considera el fin y el inicio de un periodo (el
final e inicio del año).
Lo opuesto de esta época es el naitiak,
posterior al uwí, es la temporada de escasez de los productos silvestres y hortícolas. Durante esta época, en la chacra,
tardan mucho en madurar los productos,
excepto el camote y pelma que maduran
en abundancia, pero su cosecha no es suficiente para sostener la alimentación familiar.
242
Este también es considerado como un
personaje que viene a alimentar a sus hijos y nietos en ausencia del uwí, tal es el
caso que entre la ida de uno y la llegada del otro entablan un diálogo que los
antepasados solían contar de la siguiente
manera:
Winiamek yatsur Naitkia?, Eé
winiajai. Uchish itiur pujuinia?
Uchikia penkerak pujuiniawai,
kapáa nuwerar pujuinian ikiuiniajai, tsukai ajakturturaip.
Atsá, penker iísartatjai. Ayu,
ayu atak inkiuitiai. Ayu penker
wetá.
Hermano Naitiak, ¿está ya de
regreso? Sí, estoy llegando.
¿Cómo están los muchachos?
Los muchachos están bien, los
dejo robustos con caras coloradas, cuidado hacerles pasar
hambre. Olvida, les cuidaré
de lo mejor que pueda. Bueno,
bueno, nos vemos otro momento. Bueno, que le vaya bien.
Existía otra manera de concebir el tiempo:
el esat y el yumi. El esat es el verano y comprendía desde que el ave yúkupu cantaba
arak arak táantui hasta finales del tintiuim
(mediados de agosto a febrero).
El tintiuim es una temporada de canto
de aves silvestres. En esta temporada las
hojas de los productos agrícolas se arrugan quedando cortas y tardan en desarrollar. Para que no suceda eso, cultiva-
243
SABERES ANCESTRALES
ban al inicio del canto del ave yukupu. Se
calculaba la proximidad o el término del
esat mirando al musách (constelación):
se inicia cuando su ubicación se parece a
la que tiene el sol a las ocho de la mañana
y se termina se parece a la que tiene el sol
a las dos de la tarde.
El tiempo no se medía por meses, pero
se conocía a la luna no como un astro si
no como Nantu el hermano de Etsa (sol)
que por disputa de celos por la mujer llamada Auju se desafiaron. El hermano le
reventó un ojo y por eso no pudo llegar
más alto.
El Nantu kuir es la luna tierna, Nayántuma es luna llena, Nantu úuntach es la
luna vieja. Se dice Nantu jíi japirui cuando llueve en la luna tierna.
La selva para los shuar es un lugar
de mucha importancia porque dentro
de ella se encuentran los alimentos, la
caza, los lugares sagrados, los ríos y la
vida acuática, las cascadas sagradas, materiales para construcción de viviendas,
las plantas medicinales, los espíritus divinos, la fuerza espiritual, minerales, en
fin un complejo de componentes vitales
para la vida.
El shuar conocía perfectamente todos
los componentes y sus funciones específicas, por lo que el manejo siempre fue sabio. Para los shuar el bosque era un medio
de vida para los animales y los animales,
para los humanos por eso tenían cuidado de no alterar cada uno de los lugares
habituales de cada una de las especies.
Los bajiales eran un lugar de refugio de
los sajinos. El kutukú era el refugio de los
osos. El kisar o el entsa jiniarma eran los
refugios de las pavas pitsa, aúnts, awachá
y otras aves como wankésh y wáa. También existían saladeros conocidos como
yáwi que eran considerados muy delica-
244
dos e importantes: una multitud de animales bebían ese líquido y ahí acudían
los humanos para cazarlos. En el yawi no
se podía andar y peor saborear el líquido,
porque si se lo hace, nunca más volvían a
comer o beber las aves y animales. Existen varias clases de yawii: para toda clase
de animales y aves, sólo para aves, solo
para loras y solo para mono coto.
También existían wankána, cuevas
inmensas donde se refugiaban los sajinos, las guantas, guatusas y armadillos.
El lugar de escondite y dormitorio de los
monos se denominaba kampaá. Por lo
general era un árbol inmenso lleno de orquídeas, musgos y bejucos.
En la selva existen árboles muy grandes a las que se denomina kampúa y se
consideraban la morada del íwianch, los
espíritus malos de los difuntos que no
eran waimiaku, los que no habían adquirido poderes del Arútam.
Tuna y todas las cascadas eran sagradas, porque en ella habitaba el Arútam,
el espíritu bueno de los waimiaku, de los
que habían adquirido la fuerza y los poderes del Arútam. A ella se llegaba tras
cumplir una serie de dietas y reglas en
busca de la misericordia del Arútam y
de las virtudes que necesitaba. El viaje a
tuna no era nada fácil, pues el individuo
se iba en busca del Arútam, entonces emprendía el viaje desde la casa llevando un
poquito de comida. El primer día acampaba en el lugar donde llegaba tarde, ahí
construía un ayamtai (choza de descanso). Durante la noche inhalaba o tomaba
el zumo de tabaco y se dormía. Al día siguiente continuaba el viaje: en el camino
cazaba animales y aves que encontraba al
paso que no se podía comer, debido a que
el Arútam no consciente ni se compadece, por eso el emprendedor iba sin comer,
solamente debía tomar zumo de tabaco,
SHUAR
así demostraba su valentía y fuerza. Así,
viajaba varios días, dependiendo la distancia de ubicación del tuna. En el camino invocaba al Arútam con la siguiente
plegaria:
pinchabs la peña diciendo teeka, teeka,
teeka, y se bañaba en la cascada. Dejaban la cascada sin mirar atrás porque si
lo hacía, el Arútam podía mostrarle cosas
maliciosas que a futuro le sucederían.
/Wikia,wikia wikaini/
/Tunanma shimumasnakuta/
Jintia, jintiachikiutu
Apapesnakutu tuku
Úutki weká weaknaku
Úutki weká weajaitia
/Tuimpia tuimpia wemarum/
Warimpia ajásmarumeta
Warimpia wemarumeta
Wikia wikianikiutu
Aya supai ajasainja
Úunt yawatsukaitia
Pamki pankisu ajasaija
Aya tuu chichaume
Tuimpia tuimpia wemarun
Winia aparutirmes
Tuimpia tuimpia wemarum
Timia wait anentmaini
Imia wekajainiu
Wikia waitui wekajai
Yurumkana ijiarmasna
Uutu uutu wekajainiu
Winia aparutirmesh
/Tuimpia tuimpia wemarum/
Imia waitnenmainiu
Aya wekajainiu.
Al retornar se quedaban en el último
ayamtai tomando maikiua, floripondio
o tabaco. Al siguiente día se retornaba a
la casa, pero por lo menos debía dormir
tres días fuera por lo que construía otro
ayamtai en la montaña o en la orilla de
un río grande, o si no se iba a dormir en
el ayamtai que tenía construido. Durante
los primeros tres días el individuo no comía carne ni podía dormir con su esposa,
debido a que el Arútam podía revelarle o
transmitir el poder mediante el sueño o
en vivo cuando esté en trance con tsaánk
o maikiua.
Autor ancestral Federico Warush
En todo el viaje no dejaba de cantar hasta llegar a tuna. Como el viaje consistía
en ayuno intensivo de tres o cuatro días,
preparaban un wai, un palo que servía
de bastón en el que se apoyaban para
no caerse. La caída significaba cobardía,
por tanto no podía ser aceptado por el
Arútam. Al llegar, el individuo echaba un
chiflido con la mirada hacia la roca desde
donde caía el tuna. Luego tomaba zumo
de tabaco con agua de la cascada invocando al Arútam. En seguida con el wai
ESPIRITUALIDAD46
UWISHÍN
Entre los shuar, el shamanismo es una
institución central en los sistemas cultural y de organización social y política.
El shamán o uwishin, en su incesante
búsqueda de poder, demanda el dominio
de los campos simbólico y cognoscitivo,
dentro de los cuales están íntimamente
ligados los elementos míticos de la cultura. Las actividades de curación, el saber
de la medicina tradicional y el conocimiento mágico de la selva están reservados para el uwishin. Dentro de la organización social tiene el rol de médico,
en el sentido de que ofrece curación a los
enfermos, pero que a la vez tiene el poder
de averiguar quién es el que causa el mal.
Para ello, se lleva a cabo una ceremonia
nocturna en la que se bebe natem. Sus visiones se reflejan en las revelaciones que
tiene y en sus cantos.
245
SABERES ANCESTRALES
Los poderes shamánicos provienen de
los habitantes de la selva ya sean animales o árboles, antes, las plantas y animales eran seres humanos y conversaban
entre ellos pero, por culpa de los errores
de los hombres, la guerra, la fatiga, todos
los males llegaron a la tierra. Los uwishin
quitaron a los hombres la facultad de comunicarse con el mundo de los espíritus.
Hoy solo ellos conocen ese lenguaje.47
tuales específicos. Los dardos maléficos
(tsensak) enviados por los wawekratin
se denominan tunchi. El uwishin conoce
la forma de extraerlos del cuerpo del paciente a través de un ritual de curación.
Aquí el canto y ciertos toques instrumentales son fundamentales para entablar
contacto con seres del mundo mítico espiritual y solicitar su ayuda para facilitar
la curación.
Los shamanes pueden ser animales
como los pájaros, las serpientes o los
delfines. Unos son considerados amenazadores mientras que otros, amigables.
Todos los shamanes están relacionados
con los seres espirituales como el Tsungki (espíritu del agua) o Arútam (espíritu
de la selva), ambos son peligrosos para el
ser humano y, a la vez, fuente de protección y ayuda para quienes se refugian en
ellos.
Los uwishin también pueden acceder
a ciertas formas de manipulación de la
realidad o para ejercer eficacia en la cacería, en las labores de siembra, en la relación amorosa, etc. para lo cual se sirven
de ciertos objetos de poder, como los namur, especie de piedras finas. Se ha conocido la existencia de uwishín, que tenían
esas capacidades de atraer animales para
proveer y facilitar la cacería. Esta abundancia permitía mantener la calidad de
vida de la población.
El rol del shamán es dual: puede ser
héroe en su papel de curandero o médico
porque ayuda, protege o salva; y también
puede ser quien utiliza sus poderes sobrenaturales y conocimientos del mundo mágico para causar daño, o satisfacer
sus deseos de venganza. Por esta razón
se establecen dos tipos de uwishín: los
tsuakratin (que curan) y los wawekratin
(que causan daño o enfermedades). Los
wawekratin tenían la capacidad o los poderes de atacar a sus enemigos mediante
dardos presentados de diferentes formas: piedras, vidrios, huesos o fierros.
También tenían la capacidad de crear
fantasmas que podían espantar y generar
ocasionalmente miedo o introducirse en
el cuerpo, atormentando a la víctima y
matándolo repentinamente.
Los males o dolencias provocados por
agentes malignos (enviados por wawekratin) o por el quebranto de tabúes, son
tratados por el uwishín a través de ri-
246
Los shuar creen que el shamanismo
es una sustancia presente en el cuerpo,
pero susceptible de actuar independientemente a través de técnicas extáticas de
manipulación adquiridas en el proceso
de iniciación-aprendizaje.
La ceremonia de la toma del natem
presidida por el uwishín es sagrada. Por
estas consideraciones, los niños deben
acostarse y dormir temprano porque se
presume que los miles de tsentsák que
saldrán al ambiente pueden afectarlos.
El uwishin usaba generalmente el natem, tabaco, recipientes pequeños para
estos brebajes, el agua y un atado de hojas apropiadas (sasank) que al moverlas
emiten un sonido característico.
Los pagos por los servicios prestados
por el uwishín se hacían en especies como
cerbatanas, collares para mujeres, venenos de cacería, perros cazadores, chan-
46 Los acápites Uwishín, Cosmovisión y Mitología están basados en las investigaciones de Harner (1994), Pellizzaro
(1996) y en el trabajo de campo de Juan Taánt. Texto sistematizado por Juan Carlos Franco.
47 Codenpe-Sidenpe, 2003.
SHUAR
chos, aves y se sellaba una buena alianza entre las partes. Solo los wawekratin
solicitaban mujeres. Generalmente, los
wawekratin terminaban su vida ajusticiados por los familiares de la víctima a la
que habían hecho daño.
COSMOVISIÓN
La visión del cosmos en el mundo shuar
se expresa con un profundo respeto y conocimiento de su entorno natural, pues
la naturaleza tiene voz, y esa voz es la de
Arútam, que a través de los ritos, habla
a sus hijos predilectos. Ellos reciben la
verdadera sabiduría del dueño del buen
vivir.
La naturaleza es Arútam. La vida shuar
solo puede ser entendida en esta íntima
relación con la naturaleza mítica, la cual
moldea y establece las formas de comportamiento en la selva. Es la relación con
los dueños del buen vivir quienes viven
en lugares como la atmósfera, el agua, la
selva y dentro de la tierra. La visión cósmica del shuar se manifiesta a través del
mundo oculto. Se cree que las plantas, los
seres humanos y los animales están dotados de espíritu que pueden ser de sexo
masculino o femenino. Todo lo que existe
en la naturaleza tiene vida.
Los mayores dicen que todas las cosas
que existen en la naturaleza fueron aents’
(gente, persona) algún día, y que se transformaron por su desobediencia. Según el
pensamiento shuar, hay tres mundos: el
universo se identifica con lo masculino
donde vive Etsa, Arútam que representa la sabiduría y el conocimiento. La superficie de la tierra: que conjuga lo masculino y lo femenino, donde habitan los
tsunki, Arútam o dioses de las aguas, los
ríos y mares. Es el prototipo de sabiduría
del mundo oculto. El Shamanismo viene
de allí. Y el subsuelo: que representa lo
femenino. Ahí habita Nunkui, Arútam de
la producción y la fertilidad.
Los Arútam que viven en la atmósfera
se denominan Ayumpum, considerado
dueño de todas las potestades que existe
en el firmamento como los relámpagos,
truenos, rayos y ciclones. Todas esas
furias pueden afectar la vida y generar
muertes. Es también autor de las guerras
y conflictos. El shuar que había recibido
su poder era diestro en este tipo de hazañas, por eso conocía toda las señales de
este Arútam. Por ejemplo, cuando había
un relámpago se decía que alguien estaba
planificando una guerra. Igualmente si
salía de un lado un fuerte trueno y el sonido avanzaba hacia su casa, el waimiaku
decía que era posible que alguien estuviese tramando una guerra en su contra,
entonces se adelantaba con preparativos.
Otra señal que toma muy en cuenta el
guerrero shuar es el sonido en lo alto de
la atmósfera, semejante al hervor de una
olla en plena cocción, entonces piensa
que Ayumpum está cocinando y alguien
próximamente morirá.
Además viven las divinas mujeres Yaanua y Atsutnua, quienes luego de encontrar contratiempos en esta tierra hostil se
fueron al cielo para allí vivir eternamente
y en paz.
El Arútam Tsunki y su esposa Tsunkinua viven dentro de las profundidades
de los lagos, lagunas y cascadas. Son dueños de todos los seres acuáticos, como las
boas, lagartos, peces y otros. Para tener
buena y abundante pesca el shuar invocaba a este Arútam, quien enseñó el
nombre de todos los seres vivos que existen en el agua.
En la selva se menciona al Arútam
Etsa, dueño de toda especie animal que
vuela y de todo cuanto existe en la tie-
247
SABERES ANCESTRALES
rra. Es diestro en cacería. Es también el
Arútam que combatió al monstruo Iwia
que se comía a los shuar y estaba a punto de exterminarlos. También enseñó a
los shuar a construir las casas. Por eso el
cazador prudente nunca dejaba de hacer
súplicas a este Arútam antes y durante la
cacería, pues necesitaba su aprobación
en todo. Se le atribuyen los nombres de
los animales que existen en la selva.
Otro Arútam dueño de toda la flora era
Shakaim, un personaje mítico importante
en el pueblo shuar,
porque enseñó la manera de tumbar los
árboles y las técnicas
de siembra y manejo de las chacras. Fue
quien dio y enseñó la
nomenclatura de los
árboles de la selva.
Finalmente
otro
Arútam que ha tenido
influencia en los shuar
es Nunkui. La palabra
viene de nunka que
significa tierra. Es la
dueña de la tierra y
todas las funciones
que esta cumple. Por
ejemplo, la calidad del
suelo, de producción,
el nombre de los productos agrícolas, el manejo de la huerta
y la elaboración de utensilios de cocina
con barros de calidad los enseñó Nunkui,
por eso toda mujer shuar que quiera vivir
en abundancia y tener feliz a su esposo
e hijos, nunca dejará de invocar en todo
momento a esta Arútam.
La fortaleza espiritual del hombre o
mujer shuar está en el poder recibido me-
248
diante ciertos hechos de la vida. Durante
un simple sueño, o mediante los efectos
de las prodigiosas plantas como el natem,
maikiu, tsaánk y chirikiasip. También el
Arútam podía manifestarse en cualquier
momento del día y la noche, provocando
vientos y tempestades. Por eso el shuar
lejos de sentir miedo, salía o mandaba
a sus hijos a desafiar al mismo Arútam,
pues sabía que andaba por ahí y quería
demostrar que era
un hijo valiente y
salía en busca de su
fuerza o poder.
Los shuar siempre
y en todo momento
buscaban la fuerza
o poder del Arútam.
Otra forma de buscar y la más común,
eran las famosas
salidas a tuna (chorreras o cascadas).
En el mundo shuar,
el hombre construye y perfecciona sus
acciones de acuerdo
a lo dictado por el
Arútam. Este es su
señor supremo, que
no se ve pero que
existe. Este es un ser
divino fuerte y poderoso, por eso los
shuar se caracterizan
por ser una nacionalidad fuerte, que se han mantenido durante siglos en medio de las vicisitudes de
la naturaleza. Para los shuar nada de lo
que acontece en la vida de cada persona
es casual. Por eso antiguamente no todos
tenían posibilidades de vida digna y holgada. Hasta en la actualidad se dice con
orgullo waimiakuitjiai, que equivale decir conozco mi futuro. A lo largo de la historia nadie pudo dominar al shuar. Nadie
SHUAR
lo logrará mientras sigan fuertes los espíritus y se busque la fuerza del Arútam.
Los shuar de hoy deben seguir buscando
al Arútam de los antepasados, conservando los lugares sagrados en los territorios;
solo así continuará su vida.
MITOLOGÍA
Para los shuar, su principal deidad es
Arútam quien vive en las cascadas. Cuando el agua cae de la cascada abre en la
peña un pozo donde se supone que es la
puerta de salida de Arútam, el cual hace
de los ríos su camino real. Al fondo del
pozo existe una puerta que nos adentra
en el hogar de Arútam. Se trata de una
casa igual que las de los shuar (jea), allí
se encuentran sus animales, sus campos y
todos sus valientes que son denominados
también Arútam. De igual manera, aquí
habitan las almas de los shuar fallecidos.
Cuando un shuar necesita de Arútam
construye un ayámtai (cobertizo) en la selva, ahí ayunan y cantan ánent (plegarias).
Por el día visita al río o cascada y moja el
tabaco, mientras solicita a Arútam que lo
purifique y llene de su espíritu. Por la noche, toma el zumo del tabaco con el fin de
que Arútam llegue en el sueño o durante
el trance. Únicamente quienes se enfrentan a Arútam valientemente sin temor reciben su fuerza. Este hombre podrá realizar acciones extraordinarias, será invencible en la guerra y muy trabajador. Se
trata de la experiencia más significativa
de cualquier shuar. Todos los personajes
de esta mitología son Arútam que salen
del agua. Alrededor de cada uno de ellos
se plasman los diferentes aspectos de la
vida shuar. En cada mito se denota el poder de cada Arútam así como los logros
alcanzados por miembros de esta cultura
bajo el efecto de Arútam.
Los shuar que podrán reafirmar di-
chos mitos son aquellos que reciben el
poder de Arútam Wáimiaku, repetirán
los hechos de los personajes y reforzarán
el mito con su experiencia propia. A pesar de las diversas formas que suele tomar el Arútam, estos están acompañados
de fenómenos poco usuales, como es el
caso de viento, lluvia o luz en donde no se
dan, por ello no pueden ser confundidos
con seres naturales.
Uno de los Arútam es Nunkui el cual
es encontrado a la orilla del río. Su poder
radica debajo de la tierra. Es responsable
de la vida de los tubérculos. Dentro de la
mitología se presenta como mujer, sus
representaciones suelen ser los animales que viven debajo de la tierra como el
armadillo e insectos como el chuink. La
mujer shuar no va al ayámtai de la selva
ni a las cascadas para recibir su fuerza.
Por el contrario, entra en trance al tomar
tabaco dentro de su huerta, donde guarda los talismanes de Nunkui, los Nántar
y canta sus ánent (plegarias). La fuerza
de Nunkui es recibida de una crisálida
llamada Inchímiu hallada en el camote.
Nunkui pueden ser llamados todos los
animales y gusanos que viven en la tierra. De esta manera, las obras de Nunkui
también son los restos arqueológicos que
se encuentran por debajo de la tierra,
que se cree son su creación o recibieron
su fuerza. La mujer shuar recibe los poderes de Nunkui en la celebración del
ritual de iniciación conocida como Nua
Tsaánkram.
El Arútam Etsa sale de las aguas del
río para ayudar a los shuar en su tarea de
cacería. Sus formas pueden ser los animales diurnos, ajíes, sobretodo el colibrí,
la ardilla, las hormigas que pican, los grillos y las lagartijas. Es el señor de los animales selváticos y la fuerza para cazarlos.
Las piedras que se encuentran en los
animales acaecidos son guardadas como
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SABERES ANCESTRALES
talismanes de Etsa Yuka, que acercan a
las presas o los hacen crecer. La fuerza de
Etsa se experimenta a través del humo de
tabaco y las plegarias ánent recibidas del
mismo Etsa, durante la celebración de
Kusúmanu.
Shakáim es un Arútam que sale del
río para enseñar el trabajo a los shuar y
proveerles de fuerza. Sus formas son los
gusanos de la madera, los aguaceros pero
en especial, el hombre trabajador. Es el
complemento de Nunkui, en la vida doméstica. Se recibe su fuerza en la celebración de Nua Tsaánkram o iniciación
para el matrimonio. Él enseñó los ánent
para los trabajos como cría de gallinas,
chanchos y perros. Además, protege
contra las plagas, ratones y culebras. Los
shuar que poseen su poder pueden realizar cualquier trabajo, mediante el canto
de los ánent y son capaces de alejar las
plagas por medio de la celebración a las
culebras o ratones.
Tsunki es otro de los Arútam, es el señor del agua. Sus hipóstasis son la sal y
los animales acuáticos, en particular el
manatí wankánim, el pato, el cangrejo,
unturu. Este entrega poderes a los Shamanes junto con el talismán Namur y los
Ánent con el fin de curar los enfermos, al
sacar de ellos los espíritus malos Wáwek.
Además, enseña las técnicas y plegarias
para salir de pesca. El Uwishín recibe los
poderes de Tsunki en la celebración precedida por Uwishín utsúkratin o Banco,
quien entrega sus tséntsak, juak y sus
plegarias ánent. El uwishín saca dichos
espíritus maléficos en la celebración en
donde se utiliza el talismán Tsunki Namuúrí y se cantan plegarias al enfermo.
Ayumpúm Arútam que en el cielo posee el agua del nacimiento Uchímiatai
Entsa y del crecimiento Úunmátai Entsa. Es el señor de la vida y de la muerte,
sus formas son los seres relacionados con
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la muerte como el guerrero, la arpía, el
tigre, la anaconda, los vientos huracanados y los rayos. Posee los talismanes de
la muerte Amúank. Como dador de vida
su figura es la mujer. El shuar lo busca en
la cascada sagrada y el Ayámtai, a través
del ayuno, tabaco y ayahuasca o floripondio. Esto con el objeto de que se presente
con cualquiera de las formas mitológicas.
O por otro lado, puede manifestarse enviando el alma de los guerreros valientes
shuar que se han reunido con él luego de
su muerte. Todo shuar en la adolescencia
debe sacar la vida de Ayumpúm de la cabeza cortada, tsantsa, del mono perezoso
uyush celebrando el uunt namper o celebración de la tsantsa, para transmitir la
vida en el matrimonio y poder quitar la
vida de los enemigos, como guerrero.
Irai es el mismo Arútam que observa la conducta de los hombres desde el
cielo y los corrige a través de temblores.
Los shuar lo aplacan a través de una celebración alrededor de la casa. Uwí es el
Arútam que sale del río para renovar la
naturaleza, cargando de frutos en los árboles, y colocando las crías en animales
y los bebés en las mujeres. Sus formas
están en la palma Uwí (bactri) árbol de
la vida y la brisa de verano. Es invocado
en una celebración cuando cosechan los
frutos de la chonta.
Iwianch son todos los seres incorpóreos o espíritus. Al no ser imaginados,
los shuar les atribuyen un cuerpo sutil
y transformable. Todos los seres corpóreos poseen un alma intangible wakán,
que significa imagen. Este, en circunstancias especiales, puede vivir fuera del
cuerpo sin que pierda sus movimientos.
Cuando sale definitivamente del cuerpo iwianch puede optar por varias formas. Así, el cuerpo se debilita y muere.
Es por ello que los shuar alejan el alma
del fallecido a través de sus cantos. To-
SHUAR
dos los Arútam son espíritus por no estar
condicionados a un cuerpo. Los iwishín
llaman iwianch a todos los poderes buenos tsántsak, pásuk y sus poderes malos
wáwek. Los cristianos asociaron iwianch
con la palabra diablo, originando gran
conflicto dentro de los shuar. No obstante, los shuar dan a la palabra diablo la
connotación de iwianch al ser un espíritu
pues hablan con frecuencia de los diablos
que curan y los ayudan en sus necesidades. Los iwianch son en su mayor parte el
alma de sus fallecidos que todavía no se
han reunido con Arútam puesto que tienen asuntos pendientes entre sus parientes (no han sido vengados o no se hizo la
celebración del difunto, los parientes no
cuidan de sus familias que dejaron en la
tierra). El alma del incestuoso no puede
ir donde Arútam haciéndose Tuwa, molesta a su cómplice. Otros iwianch vigilan
a los cazadores Juríjuri, otro impiden las
salidas nocturnas de los shuar los Ujea,
otros castigan a las madres que no cuidan
de sus bebés transformándose en Awanchá, otros exigen al guerrero que mantenga su plan de guerra Mikiua. Durante
los entierros se liberan de las almas de los
finados haciéndoles llegar donde Arútam
en las prácticas de Ayámtai. El Uwishín
es el sabio por excelencia que trae para
los suyos los espíritus que los ayudan y
que mandan a sus enemigos, los espíritus
que acaban con ellos. Todos estos espíritus son iwianch (Pelizzaro, 1996: 9-13,
37, 99, 141, 167 y 229).
Otros personajes míticos importantes
en la cultura shuar son íwia, kujancham,
wee de los cuales se narran brevemente
algunos relatos.
ÍWIA
Cuentan los antepasados que la familia
de los Íwia era una población de glotones que se alimentaban de toda clase de
animales e insectos. Eran muy golosos
y tragones. Las víctimas muy próximas
eran los shuar, a quienes los extinguían
poco a poco. Cierto día cuando los pocos que quedaban se treparon en el cerro katáshuk, entonces el Íwia trajo su
hacha y se puso a picar para tumbar el
árbol. Picó hasta que el cerro comenzó a
sonar: estaba a punto de virarse. En ese
momento apareció el jaánch, muy astuto
e intrépido, y le preguntó al glotón: warí
pujuream Apachia, Íwia respondió: estoy
por tumbar este cerro porque los shuar
se han trepado y ya mismo cae, está sonando, dijo. Cuando sonaba, los shuar
se echaban a llorar. Entonces el jaánch
le propuso ayudarle hasta tanto le dijo
que vaya a refrescase al río. El íwia era
muy conformista por lo que aceptó la
propuesta y se fue a bañar. Atrás dijo a
los shuar que no se preocuparan porque
él iba a distraerle. Dicho eso cambió su
hacha con la de íwia y la escindió lejos,
luego se puso a picar despacio. Íwia retornó del río y le dijo que le dejara picar
a él, entonces agarró el hacha y picó con
fuerza e hizo pedazos, ese momento el
jaánch agarró el hacha de Íwia, echó a
correr y se lanzó al río en una poza. Luego le dijo: apachii ajantuatai. Se pusieron
a secar la poza pero cuando aparecía el
hacha jaánch iba arrastrando hacia la
poza hasta que la secaron casi todo. Ese
momento jaánch, mirando al cielo, dijo
a Íwia: apachi nunca mesea, cuando se
distrajo agarró el hacha y corrió por la
montaña. Íwia fue atrás, en el camino decía: que haya cerros muy altos, que haya
guadubales, que haya bajiales, el jaánch
corría encima de todo hasta que lo cansó.
Por esta razón existen guadubales, bajiales, montañas y cerros. Hasta tanto, los
shuar se bajaron del cerro y fueron a sus
casas. El cerro picado por Íwia existe y se
encuentra entre Linón y San Juan Bosco,
el cerro es agobiado y tiene la figura del
picado con hacha.
251
SABERES ANCESTRALES
KUJÁNCHAM
Cuentan los abuelos que Arútam quiso
que el hombre tenga el privilegio de volar. A causa de ello a Kujancham a manera de prueba le colocó alas en los brazos
con brea de abeja, y muy de mañana lo
mandó a volar con una sola condición:
que regresara antes de que el sol salga.
Kujancham muy engreído por la dicha de
volar se elevó a lo alto y fue visitar a su
enamorada que se había ido a la chacra.
Por eso se demoró en regresar, hasta tanto salió el sol y se le diluyó la brea y luego se cayó, entonces Arútam condenó la
desobediencia del Kujáncham y decretó
que los shuar se queden sin alas.
IWIANCH
Antiguamente los iwianch, espíritus inmundos de los antepasados, de seres que
vivieron en la inmoralidad, causaban
molestias y daños a los descendientes.
Cuentan los longevos que el iwianch
se llevaba de las casas a los niños cuando
los mayores se iban al trabajo. Cierto día
un adulto decidido en atrapar al iwianch
se había quedado en la casa con los niños. El adulto había instruido a los niños
a que jueguen afuera y cuando se asome
iwianch se refugien en la celda donde estaba él y cuando empiece la lucha, cierren
las puertas. Hecho el plan pasaba el día,
de repente los niños alertaron de la venida del iwianch y corrieron hacia la celda
en donde estaba el hombre. El iwianch
entró rápidamente, trató de alcanzar a
los niños y de coger a uno de ellos. En ese
instante el hombre agarró el Kachuim, lo
golpeó sin descansar, lo garroteó tanto
que lo dominó y el iwianch se transformó
en wampank y se escapó por una rendija
del tanís.
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WEE
Cuentan que antiguamente vivía un
hombre llamado Wee que era sarnoso y
a quién el resto de los shuar le regalaban
a niñas enfermas, granosas y raquíticas
para que si las criaba pudiera esposarse
con ellas. Wee curaba las heridas de las
niñas con su orina y les daba de comer
con sal todo alimento, caza o pescado y
criaba lindas muchachas. Cuando las
muchachas se criaban los padres iban y
las retiraban diciendo que ellas no debían
casarse con un hombre viejo y sarnoso.
Dicen que también les proveía sal a los
demás que procesaba de su orina. Cuando se enteraror de esto, lo repugnaron y
odiaron.
SHUAR
toda la familia tronando como un deslave. Entonces los shuar, que se habían
burlado de él, se dieron cuenta de que había sido un ser misterioso proveedor de
la sal. Lo buscaron de río en río, querían
saber dónde se había asentado para pedirle sal. Al fin lo encontraron en Miasal,
actual nombre del lugar en donde había
una mina que vertía en líquido. Desde
entonces, los shuar deben sacrificarse
para procesarla y transportarla hasta su
lugar habitual, debido aque es un elemento vital en la alimentación diaria.
La escena se repitió varias veces hasta que Wee se enojó tanto y decidió irse
de allí. Programó una fiesta de despedida. Los invitados y la familia del Wee
arrancaron el programa, anochecieron y
estuvieron ya en la madrugada. El Wee
bailando y danzando empezó a cantar de
la siguiente manera:
//Tsawawai wawai///
//Wikiani wikiani//
//juyanka weajai//
//Tuinki pujuatja///
//ankusash pujuatja///
//Numpaimish pujuatja///
//Wikiani wikiani//
//kuankus pujuatjai///
Chai chai chai chai chai chai.
Cantaron así hasta amanecer. Dicen que
Wee en los cantos de esa fiesta puso nombres a los ríos que antes no los tenían. A
las cinco de la mañana, el Wee salió con
253
SHUAR
CICLOÊ VITAL
Nacimiento
En el mundo shuar el nacimiento era un
universo complejo que obedecía a reglas
naturales desde antes de la concepción,
durante y después del parto. Los shuar
sabían que había mujeres que podían embarazarse durante el período menstrual,
si eso acontecía, los niños
serían débiles
en todo sentido. Por tanto
se prohibían
las
relaciones sexuales
con mujeres
menstruantes
ya que además se consideraba que
al hacerlo el
hombre perdía fuerzas y
energía espiritual, debilitando así las bondades de caza, pesca y
opciones de relación con el mundo espiritual.
El embarazo de una mujer era considerado una esperanza para la familia: si
nacía mujer iba tener un yerno para fortalecer el clan para las futuras guerras, y
si resultaba varón también era importante.
254
Cuando la mujer se embarazaba se le
restringían algunos productos alimenticios: no debía comer la semilla madre
de la papachina y de la pelma, la cabeza
de diferentes palmitos y otros productos
redondos y de cáscara dura como el zapallo. Tampoco carne de danta, de lo contrario el feto se desarrollaría demasiado
y el parto se
complicaría
y pondría en
riesgo la vida
de la madre.
No
debía
sentarse sobre un trapo
porque las
paredes del
útero podían
pegarse y el
parto podía
demorarse,
con lo cual su
vida también
corría riesgo. La mujer
embarazada no debía dejar amontonada
la basura al barrer, porque el nacimiento tardaría y sufriría más tiempo de dolores. A los seis meses de gestación, no
debía dejarse ver de otras mujeres que no
hubiesen tenido partos normales, porque
podían pasarle el mal ojo (wainiaru) y
provocar la tardanza del parto.
Cuando la mujer tenía síntomas de
parto, lo primero que se hacía era limpiar
la casa, luego se preparaba la comida, los
trapos del niño y otros implementos que
se utilizarían en el parto. El hombre arreglaba el cuarto pequeño, que cerraba con
hojas frescas de palmas de tal modo que
no haya rendijas donde pudiera entrar el
frío y recogía bastante leña para el fogón.
Además, preparaba un pedazo de guadúa muy filoso para cortar el ombligo del
recién nacido y el hilo de algodón para
amarrarlo. Al parto asisten las mujeres
más cercanas a la familia para ayudar a
que el parto sea rápido. Si tarda demasiado, le curan del mal ojo Wainiaru para lo
cual le hacían pisar sobre un pedazo de
leña con carbón ardiendo y le echaban un
poco de agua mientras decían: wainiaru
tsuaj, wainiaru tusa, waintramu tsuaj y
nombraban a las mujeres que le hubieran
visto. También le dan de tomar agua de
hojas de camote amarillas de las que están a punto de caer para que el parto se
acelere.
En caso de detectarse que no puede
dar a luz normalmente porque el niño es
muy desarrollado le dan de tomar agua
de la raíz de algodón y el bejuco jeéncham nanchik (uña de murciélago), para
que se reduzca el tamaño y expulse rápido. Cuando ya sale el bebé, es recogido
por una de las mujeres que apoyan el parto, lo envuelve con un trapo, le amarra el
cordón umbilical con la piola de algodón,
mide por lo menos tres dedos de largo y
lo corta con el cuchillo de guadúa. El cordón se entierra al lado del fogón para que
no se lo coman los perros, los gusanos o
las hormigas.
El bebé es lavado con agua tibia y hojas de maikiua (floripondio) por la misma mujer que lo recibió y lo acuesta en
la cama al lado del fogón de tal modo que
el calor lo ayude a endurarse pronto. El
padre del niño tiene que bañarse en el río
para purificarse y para que no le pegue el
mal humor del parto, de lo contrario se
vuelve vago y enfermizo. Además, debe
cumplir dietas muy estrictas: no comer
frutas agrias, tripas e hígados de animales ni aves consideradas tapirín (que dan
bronquitis). No puede cruzarse por caminos ni tocar a animales como jaguares,
cabeza mate, tigrillos, culebras, boas, oso
hormiguero, oso banderón, entre otras.
No puede tener relaciones con otra mujer porque le causarían diarrea fuerte y
pudiere morir. Las mismas prohibiciones
las debe cumplir la mujer.
También se prohíbe que niños cojan
al recién nacido porque si uno de ellos es
napu (diferentes tipos de enfermedades)
o wainiaru (hábitos malos) transmite ese
mal o enfermedad tan sólo con tocar la
ropa del bebé o al bebé. El niño no puede
comer carne del ave ikianchim porque le
crecerá el abdomen, tampoco kénke papa
tuyo porque tardará en hablar, ni carne
de armadillo porque cuando empiece a
gatear comerá tierra y basuras.
Matrimonio
Luego de que el hombre o la mujer pasaban la etapa de la adolescencia, estaban
aptos para formar una nueva familia. En
el caso de la mujer, el paso a la adolescencia se consideraba luego de la ceremonia
del tsánkram, ceremonia de la primera
menstruación, el paso a la vida adulta.
En el marco del matrimonio tradicional, el papá hacía el pedido de mano (nua
súmamu). El joven no conocía ni tenía
conversaciones amorosas con la futura
esposa, los acuerdos se realizaban entre
adultos. En esa negociación el papá llevaba al hijo. Cuando concretaban acuerdos,
el joven se quedaba en la casa del futuro
suegro. El joven podía quedarse varios
meses allí pasando una serie de pruebas
de conocimientos, habilidades y capaci-
255
SABERES ANCESTRALES
dades. El muchacho era llevado al trabajo, a la cacería, a la pesca, a los rituales de
toma de natém, viaje a la cascada sagrada. Una vez superadas las pruebas regresaba a la casa para confirmar lo sucedido.
Luego de comprobarse las capacidades del joven, le entregaban a la mujer.
La nueva pareja quedaba en la casa del
suegro varios años hasta tener dos o tres
hijos y alcanzar una verdadera autoridad
familiar. Luego salía a una nueva casa
que construía con la ayuda del suegro y
el papá. Al salir a su casa propia, se convertía en autoridad de la familia y tenía
capacidad de decisión. Sin embargo, las
nuevas parejas por más autoridad que
tengan dentro de su familia, mantenían
respeto a los sabios y sabias; pues ellos y
ellas eran maestros por sus conocimientos y poderes naturales y adquiridos, y
siempre superaban a los jóvenes.
Antiguamente los casamientos eran
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considerados sagrados debido a que se
trataba de formar una nueva familia que
debía procrear personas que respondan
las exigencias de la vida social y cultural.
Por eso al nuevo ser lo formaban desde
temprana edad para la vida: las mujeres
estaban preparadas para el hogar a partir
de los 13 o 14 años años. El varón tardaba
un poco más de tiempo porque sus labores demandaban fuerza física y necesitaba desarrollo fisiológico, lo cual dependía
de las condiciones familiares en la que se
desenvolvía cada uno.
En el mundo shuar, el padre decidía
cuando y con quién debía casarse su hijo.
Cuando el hijo estaba en condiciones de
establecer un hogar definía una hija de su
cuñado o de otra familia no pariente. Si
no, buscaba una chica que haya conocido
las aptitudes de ella y sus padres. Entonces el papá llevaba a su hijo a la familia
de su futura nuera. Mantenían, al principio, conversaciones normales y -de re-
SHUAR
pente- el huésped declaraba el motivo de
su visita. El pedido de mano no era fácil,
el papá de la chica se resistía, la mamá
también y lo mismo la hija, pero luego
de varias horas de diálogo aceptaban entregar a la hija. Las decisiones tomadas
entre los padres eran aceptadas por los
hijos aún en contra de su voluntad.
Muerte
En el mundo shuar, la muerte podía
provenir por tres causas: vejez, daño de
enemigos o por el emesak (espíritu del
difunto). Los shuar se morían por vejez,
incluso superaban los cien años de vida
porque toda persona adquiría la fuerza
del Arútam que le permitía vivir largos
años. Este tipo de muerte no era cuestionado.
saban bosques, una lluvia torrencial, relámpagos y truenos fuera de lo normal,
lo que significaba la salida de la fuerza
del Arútam que poseía el difunto. Cuando se moría un adulto construían una
canoa de madera y colocaban al fallecido dentro de ella sobre una tarima ubicada al interior de la jea. Los familiares
abandonaban la vivienda y dejaban al
difunto en su casa. En la canoa guardaban los trajes que le pertenecían. De vez
en cuando, los familiares iban a dejar un
poco de comida y nijiamánch (chicha de
yuca) para que el espíritu del difunto no
pase hambre ni sed. Si el anciano o anciana tenía nántar, namúr, u otro bien
de valor, los familiares más cercanos se
lo llevaban.
La muerte de un anciano o anciana
causaba tempestades fuertes que arra-
257
SHUAR
SUBSISTENCIA
CACERÍA
Entre los shuar, la cacería es la actividad más importante para la provisión de
proteínas. Los hombres eran los encargados de cazar. Los medios y tecnología
de cacería implican una serie de materiales, instrumentos y trampas, creados
y usados durante siglos. Los principales
mamíferos cazados por los shuar son el
sajino, la guatusa, la guanta, variedades
de monos y aves. Existen tabúes que prohíben la caza del conejo y el venado.
Los instrumento de cacería shuar son:
Úum. Cerbatana de chonta o pambil utilizada para cazar aves, animales y monos.
Es un arma silenciosa que no asusta ni
258
causa dolor a la víctima. La cerbatana
se utiliza insertando el dardo y soplando
con fuerza en dirección hacia el objetivo.
La cerbatana se construye con pambil o
chonta bien madura, de lo contrario se
tuerce y no sirve. La dimensión depende del gusto o requerimiento: si se desea
cazar animales grandes y monos se construye una cerbatana de 3 a 3,50 metros y
si es para aves pequeñas se puede construir una de hasta dos metros.
La construcción consiste en partir dos
latillas de pambil o chonta de tal modo
que las dos juntas deben dar una barra
redonda; es decir que en una cara será
aplanada para que empate por igual.
En las dos barras, en su parte plana, se
debe hacer el canal de uno a otro extremo; después se amarra empatando las
dos. Luego, con una varilla del mismo
pambil se restriega introduciendo arena
dura o piedra de afilar molida hasta que
el orificio quede completamente uniforme y liso. Terminado el orificio, se pule
la parte exterior hasta dejarla delgada.
Luego se envuelve con la fibra de káap o
paipainch y, por último, se impregna con
brea o cera de abeja hasta dejarla hermética para que no pueda escaparse el aire
que impulsa el dardo y pierda la fuerza.
Tséntsak. Es el dardo que se utiliza en
la cerbatana para cazar. Se puede hacer
de latillas de las hojas de las palmeras de
kukúk (ungurahua), kuákish y tintiuk. La
dimensión de latillas para los dardos se
mide con el largo del brazo desde el codo
hasta la muñeca. Los dardos son filosos
en un lado de la punta. Una vez afilado se
envuelve con la hebra del ceibo (algodón)
a unos 5 cm de la punta mocha, a tal punto que pueda ajustarse en el boquete de
la cerbatana.
Tunta. Es el canuto de caña guadúa que
sirve para almacenar los dardos para salir de cacería. En este objeto se pueden
guardar entre 50 a 100 dardos, dependiendo del grosor del canuto. Se elabora
con un canuto de guadúa, se corta una
punta del nudo y se deja la otra cerrada.
Adjunto a la tunta se encuentra el mati,
pilche pequeño en donde se coloca el algodón del ceibo con el que se preparan
los dardos. También lleva el chipiát que
es un tejido de paja toquilla y sirve para
evitar que no se dañen las puntas de los
dardos y se conserven fijas.
Nánki. Nánki es la lanza, un arma típica
shuar que fue utilizada en las guerras y la
cacería. Para las guerras se elaboraban de
diferentes tamaños, dependiendo de la finalidad: para interceptar a largas distancias las puntas llevaban ganchos, de tal
forma que la víctima al ser alcanzada no
pudiera desprenderse. Otras no tenían
ganchos y servían para infringir varios tiros seguidos a cortas distancias. En cambio para la cacería todas las lanzas tenían
ganchos en sus puntas para que el animal
quede atrapado y colgado en ella, de tal
manera que no pueda escaparse. Estas
lanzas se las hacían de palmas maduras, tales como: ampakai (pambil), iniayua, uwí (chonta), wanka, entre otras. El
proceso de elaboración era el siguiente:
se tumban las palmas descritas y de su
tronco se elaboran tiras que son raspadas con el machete hasta darles la forma
redonda. El un extremo debe quedar ancho para hacer las ranuras o ganchos en
forma de rombo, dependiendo del uso
que se le quiera dar. Luego se pule con
un cuchillo hasta dejar la superficie lisa
para finalmente pasarla ligeramente por
el fuego.
También existen trampas para aves como
para animales grandes:
Timpiak. Trampa de aves hecha con piola de la siguiente manera: se hace un
cerco circular o recto con hojas, se deja
una puerta de entrada cada tres metros
en donde se coloca la trampa. Se prepara
una barra de dos metros de largo y de diez
centímetros de diámetro que sirve como
resorte. Luego se colocan dos palitos que
sirven como pilares en la entrada: en una
de ellas se amarra la piola, se hace una
círculo con ahorco y se deja sobre una barra descolgada, colocada de forma horizontal debajo de la piola. El otro extremo
está amarrado en la punta superior de la
barra. Junto a la barra de descuelgue está
un palillo que tranca la presión de la barra de resorte. El animal o ave al entrar,
pisa la barra de descuelgue y salta la del
resorte halando la piola. En cuestión de
un segundo la piola sujeta al animal o ave
en las patas o en cualquier parte y lo alza
a unos 40 cm desde el suelo.
259
SABERES ANCESTRALES
Tashitshi. Trampa para aves que servía
para animales pequeños como guatines
y guatusas. Se elabora con dos palos cortos: uno va tendido y otro para el garrote.
Para sostener el garrote son necesarios
dos palos ganchos que van clavados muy
profundos de tal modo que resistan la
presión del garrote. En el extremo superior del garrote se sujeta una piola que
se habilita cuando el animal o ave pisa la
barra de la trampa. Entonces se suel-t a
y hecha un solo garrote que mata al
animal. Al golpear el garrote suena
tash por eso se denomina la trampa
tashitshi.
Washím. Trampa de armadillos.
Se hace en el hueco donde vive el
armadillo, es en forma de cono
invertido en donde se introducen palos delgados, hojas y tierra, cuando el armadillo sube
raspa para atrás y acumula ese
material llegando a la punta
del cono y no puede darse la
vuelta quedando atrapado en
la punta.
PESCA
La pesca era una de las actividades más importantes para
la dieta de las familias shuar.
Se desarrollaba de diferentes
maneras: con venenos naturales, trampas, tsentsanak
o lanza de pesca y de forma
manual.
Los venenos naturales
más usados fueron: tímiu
(barbasco, se utiliza la raíz y
a veces el tallo), masu (tipo
de barbasco donde se utilizan las hojas y las frutas) y
payásh (especie de barbasco
260
donde se utiliza la raíz). El tímiu es una
planta silvestre pero se cultivan en los
huertos, las semillas son estacas; en cambio el masu y el payásh son cultivos. Del
timiu y el payásh se utilizan las raíces, en
cambio del masu se utilizan las hojas y
las pepas. Las semillas del masu son las
pepas, así como del payásh.
Para utilizar estos productos se ma
machuca una cantidad de acuerdo con el ta
tamaño del río a pescar. Luego se echa el
agua disolviendo toda la sustancia hasta
dejar solo bagazo. Este veneno no es no
nocivo, los peces quedan mareados y recu
recuperan la vida.
SHUAR
Los alimentos que recolectan los hombres y mujeres shuar son:
Producto
Variedad
Paántam
Penké paántam
Tampútam
Muntuch paantam
Apí paantam
Santaní (huamboya)
Pairam
Makú mejech
Kuré mejech
Tuntú mejech
Tsuak mejech
Santaní
Pairam
Tubérculos
Tsanimp
Nanki tsanimp
Uúmar
Nakaín
Tsamá mama
Pempentrunch
Jiruan mama
Yampits mama
Wapaimias
Sekemur mama
Nankí mama
Inchi
Shuar i
Puar i
Tsunkí i
Makich i
Pumpú i
Yunkúm i
Tsukanká i
Káyuk inchi
Kashai inchi
Mama inchi
Suir inchi
Mayá inchi
Existen otras maneras de pescar sin utili
utilizar venenos sino trampas:
Washím. Es lo que comúnmente se llama
barbacoa. Sirve para dejar una trampa en
medio del río para que los peces queden
atrapados. El washím puede elaborar
elaborarse de las latillas de las hojas de palmera
shimpi y pumpuná (paja toquilla) si el río
es pequeño; de caña guadúa o de pambil
si el río es grande. La barbacoa de shimpi
es la más durable y portátil. Esta tram
trampa también se utilizaba cuando pescaban
con timiu, masu y payásh para que los
peces grandes queden atrapados.
Neka. Es la red hecha con fibras de
kumai y wasake. Esta trampa es la más
ecológica porque no altera la población
acuática, este método es conocido por to
todas las nacionalidades indígenas de Su
Sucumbíos.
Tsentsának. Es una lanza hecha de pam
pambil que sirve para la pesca. Para utilizarla
es necesario tener destrezas desarrolla
desarrolladas para atravesar con la punta al pez que
se ve en las orillas del río o en las lagunas.
261
SABERES ANCESTRALES
TIPO
Hortalizas silvestres preparadas en yunkúrak
(ayampacos) con cualquier carne, pescado o anfibios.
Estas hojas dan olor y sabor diferente
a cada carne y alimento.
262
SHUAR
NOMBRES
Íjiu (palmitos) de: kuwákish, ampkakai,
kunkúk, shimpi, tinkimí, winchík, Wanka,
saké, achu, tintiuk.
Eép (hortaliza silvestre)
Tunchi tunch (hortaliza silvestre olorosa)
Únkuch (hortaliza silvestre)
Katirpas
Tsenke éep
Waánkat
Hongos que son nutritivos, proteínicos y
medicinales.
Sánkuch
Munkura
Ésemp
Pujích
Áchimp
Tsarúmp
Waúp
Frutos silvestres
Kunkukí jinkiai
Shimpí jinkiai
Iniák
Kuáp
Kunapip
Shuinia: pau shinia, tsákap shuinia, suir shuinia,
Chapi
Pitiu
Mirikiu
Apai
Kunchai
Kushíkiam
Tsere munchi
Nunká munchi
Insectos y larvas
Weék
Éte: wee ete, piú ete, tsupank ete,
kénkuranch, tsawaim
Tsámpunt
Kariakria
Mukínt
Charáncham
Natúnch
Shuké
Tampirúsh
Jankínia
Ipiakmas
Sapuch - sachapchu
Gusano de kutsa
Anfibios y reptiles
Juat
Tépem
Uchi juat
Puint
Uúkraip
Kúa
Puách
Chirímiu
Shaishai
Jaánk
Pakui
Paí
Jánta
Chaja
Kirupash
Seése
Suúntai
Producto
Variedad
Mayaa
Puju maya
Mukusa maya
Papachina
Mukusa papachia
Puju papachina
Sanku
Ikianchim sanku
Nijiamanch sanku
Yawá kata
Wamchup
(se come la hoja)
Tuka
Uwán o ampám
(especie de tuka)
Para nuse
Kashai nuse
Shiram nuse
IKai kenke
Pamá nawe
Tsenkup
Uchi kenke
Kaur ajej
Uchi ajej
Napi ajej
Tikiatín ajej
Titipiur ajej
Apumatai ajej
Kaánmatai ajej
Aentsmatai ajej
Napi ajej
KANTSÉ
Kaur kántse
Tuyuk kantse
Nuse
Kenke
Medicinales
Kunkuin chirichri
(yerba luisa)
Yántria
Tsentsémp
Tukutai tsentsemp
Aárpak
Nátsampar
Pirtuyakas
Uruch
Yantén
Tsaánk
263
SABERES ANCESTRALES
Producto
Variedad
Verduras
Mik
Nunkaim
Iírminch
Tserejí
Suap
Akap piripri
Uchi mankatai piripri
Uchi wekatai piripri
Ampuj yurutai piripri
Intiash piripri
Tapir piripri
Iwishín piripri
Chuúkchu
Piripri
Jimia
Maikiua
264
Pirisuk
Ámpi
Tsukanká jimia
Yaa jimia
Wais
Natém
Yáji
Chirikiasip
Émumar maikiua
Yawá maikiua
Ukunch mailiua
Míkiut
SHUAR
Producto
Variedad
OTROS:
Kampának
Yuwí
Nayumpí muúspari
Sankuracha
Papa
Tunchí tunch
Ukúr (inchi)
Kumpia
Namuk
Puju namuk
Pankí namur
Tapir
Tapir
Shirimp tapir
Frutales
Wapai
Sháa
Chirimoya
Nunká munchi
Tsere munchi
Chiú
Tsampú
Kukuch
Yaá kukuch
Páat
Nuse páat
Takuar paat
Tauch
Yaás
Wampa
Machitnius
Yumi
Yapá
Terés (apumatai)
Insulina
Uchi Nara
Napi Nara
265
SABERES ANCESTRALES
HORTICULTURA
Todos los hogares cuentan con una o varias huertas (aja) las mismas que se cultivan de tres a cinco años bajo la técnica de
roza y quema rotativa. Su área depende
del número de esposas del jefe de familia.
El hombre era el encargado de preparar el terreno, para ello invoca a Shakaim,
dueño de la flora y sus bosques a fin de
obtener su consentimiento y para que no
le ocurran desgracias al momento de derribar los árboles. Para los shuar, árboles,
plantas y arbustos fueron personas que
se transformaron en otras especies por la
desobediencia de algunas reglas. Durante el desmonte, su mujer e hijas acumulan las hojas y ramas y las queman
el mismo día o en días posteriores.
Los productos que más se cultivan son
distintas variedades de yuca (Manihot
utilissima), el plátano, el maíz blanco y
el amarillo. Otros productos son camote, pelma, maya (especie de zanahoria),
maní (nuse), calabazas, ají, tomates, cebollas, achiote, piña, papaya, tabaco,
caña de azúcar, sandía, algodón y guineo
(orito).
Las huertas se separan del bosque a
través de una fila de plátanos y guineos.
Los instrumentos utilizados en la plantación son el wai (bastón de pambil afilado)
y el machete. Con el wai se hacen los hoyos para las semillas y se cosecha la yuca
y otros tubérculos.
La mujer es la encargada de sembrar
y cosechar la yuca, camote, papa china,
pelma, ají, caña de azúcar, cebolla, piña,
plátano y guineo, entre otros. Los hombres solo siembran y cosechan el maíz.
Los productos se cultivaban en un solo
huerto. Cada vez que hacían un nuevo
huerto llevaban las semillas hacia ese
266
SHUAR
lugar. Yamá aja significa huerto nuevo y
akíntiak, resiembra.
para que aprendieran desde temprana
edad.
La mujer shuar era la encargada de
mantener limpio el huerto, sacar los productos y permitir el ingreso de las personas extrañas. La huerta aja es sagrada
porque es la morada de Nunkui, dueña
de la horticultura, el suelo y su fertilidad.
A ella invocan las mujeres antes de entrar
en la huerta y durante su permanencia. A
Nunkui le piden para que se desarrollen
bien los productos, se encuentren libres
de malezas, para que los tubérculos no se
dañen, para que no le peguen las plagas
a causa de mal humor de las mujeres y
personas ajenas a la familia. En la huerta
hay varios productos:
Chapuras. Chicha de plátano.
ma de manguera dejando un espacio vacío
en la mitad; se dobla en el espacio vacío;
en las puntas se amarra con bejucos; se
coloca al fuego.
Parantsa. Chicha de guineo de ceda, orito
o plátano.
Weakma. Variedad de carnes preparadas
en forma rápida.
Yunkúrak. Envolturas de carne o pescado mezcladas con hortalizas silvestres y
envueltas en hojas de bijao. Se denomina también ayampaco. Forma de preparación: se colocan cuatro hojas de bijao
cruzados alternadamente unas encima de
otras; se colocan hortalizas (tunchi tunch,
unkuch, katirpas, tsenké eep,waánkat)
encima y sobre ellas la carne o el pescado;
se aprietan los bordes de las hojas en for-
Paínkiamu. Caldo de cualquier tipo de
carne cazada.
Los shuar basan su alimentación en una
diversidad de productos de la huerta que
proporcionan la mayoría de hidratos de
carbono; la cacería y pesca proveen proteínas y la recolección de diversos frutos,
insectos y larvas, reptiles y anfibios que
complementan su dieta.
Ajírak. Envueltos de carnes en hojas de
bijao en forma de tamal.
Achuramu. Entiesado y ablandado de los
cueros de danta y sajino con ceniza caliente y esparcida. Se consumía en temporadas de lluvias cuando la cacería era
escasa.
Nijiamánch. Chicha de yuca. Se prepara
de la siguiente manera: se pelan y lavan
los tubérculos en el río; se los coloca en
una olla y se los hace hervir; con la yuca
blanda se remueve la olla y se la deja enfriar; se machaca la yuca con un cucharón de madera hasta obtener una masa
suave. Mientras la mujer bate la masa,
mastica puñados de masa y los devuelve
a la olla (los shuar consideran que masticar es fundamental para fermentar la bebida); se deja reposar la chicha. El tiempo de resposo depende de la ocasión en la
que será consumida (Harner, 1978).
La chicha de yuca también se mezclaba con yuwí, wapai naáru, namuk, inchi y
cabeza de papachina. La mujer shuar elaboraba el nijiamánch con la participación
de todas sus hijas. A ellas les encargaba
masticar las fibras de yuca y el camote
267
SABERES ANCESTRALES
268
SHUAR
269
SABERES ANCESTRALES
BOTçN ICAÊ
MEDICINAL
En las aja y a un lado de las viviendas, los shuar cultivan numerosas especies de uso
medicinal, que combinaban con especies de los bosques tropicales para combatir
enfermedades.
Plantas medicinales de la huerta
Ajej
Kaur ajej
Uchi ajej
Napi ajej
Tikiatín ajej
Titipiur ajej
Apumatai ajej
Kaánmatai ajej
Aentsmatai ajej
Napi ajej
Tapir:
Tapir
Shirimp tapirk
Pirtuyakas
Uruch
Llantén
Tsaánk
Pampa
270
KANTSÉ
Kaur kántse
Tuyuk kantse
Kunkuin Chirichri
(yerba luisa)
Yántria
Tsentsémp
Tukutai Tsentsemp
Aárpak
PIRIPRI:
Akap piripri
Uchi mankatai piripri
Uchi wekatai piripri
Ampuj yurutai piripri
Intiash piripri
Tapir piripri
Iwishín piripri
Chuúkchu
Maikiua:
Émumar maikiua
Yawá maikiua
Ukunch mailiua
Míkiut
Yapá
Terés
(apumatai)
Uchi Nara
Napi Nara
Nátsampar
Jimia:
Pirisuk
Ámpi
Tsukanká jimia
Yaa jimia
Uwí chikipri
Wais
Natém
Yáji
Chirikiasip
271
SABERES ANCESTRALES
SHUAR
Partes de animales,conchas e insectos de uso medicinal
Tsukanká nuji
Pamá nanchikí
Kunku
Úut
Wiíchamp
Kámaa
Támpench
Tíship
Enfermedades tratadas
Saámpia
Pátumar
Shiík sunkur
Íjia
Tsurámat
Teremú
Turi
Mushu
Kucháp
Túnimiar
Akáp
Uchi nápuu
Waweamu
Kaanchá
Kuish najamar
Tsuemú
Iwianch iísma
Kaásha ijiumunam
Micha
Émumar
Kupinuakma
Ajíntramu
Awátmammia
Numpá pujaku
Uchi takusmatai
Uchi takustinian
tujinkmatai
Kaur
Puí
Tikiatín
Plantas medicinales de la huerta
Ajej
Kaur ajej
Uchi ajej
Napi ajej
Tikiatín ajej
Titipiur ajej
Apumatai ajej
Kaánmatai ajej
Aentsmatai ajej
Napi ajej
Tapir:
Tapir
Shirimp tapirk
Pirtuyakas
Uruch
Llantén
Tsaánk
Pampa
KANTSÉ
Kaur kántse
Tuyuk kantse
Kunkuin Chirichri
(yerba luisa)
Yántria
Tsentsémp
Tukutai Tsentsemp
Aárpak
PIRIPRI:
Akap piripri
Uchi mankatai piripri
Uchi wekatai piripri
Ampuj yurutai piripri
Intiash piripri
Tapir piripri
Iwishín piripri
Chuúkchu
Maikiua:
Émumar maikiua
Yawá maikiua
Ukunch mailiua
Míkiut
Yapá
Terés
(apumatai)
Uchi Nara
Napi Nara
Nátsampar
Jimia:
Pirisuk
Ámpi
Tsukanká jimia
Yaa jimia
Uwí chikipri
Wais
Natém
Yáji
Chirikiasip
Hongos: munkura, tsarump’, mukush.
Frutales: kunkuki jinkiai, kunapip, chapi, pitiu, kunchai, kunchai,
kushikiam.
272
273
SABERES ANCESTRALES
274
SHUAR
275
SHUAR
ALFARERêAÊ YÊ
CESTERêA
Los objetos utilizados para preparar y
servir los alimentos se elaboran con nuwe
(arcilla) y con la corteza de los frutos medicinales extraídos de los árboles denominados tsapa y unkúship.48
Nuwe es la arcilla que en su estado natural se encuentra en tres variedades:
arcilla roja, arcilla blanca y arcilla roja
o blanca pero con pequeñas piedras. La
arcilla es de uso exclusivo de la mujer.
Si la manipula el hombre, éste puede
quedarse a temprana edad, impotente.
Con nuwe la mujer shuar elabora cuatro
tipos de vasijas: ichínkian, muits, pinínk
y amámuk.
Ichinkian. Vasija de forma romboide de
unos 45 cm de alto y 40 de diámetro. El
asiento es plano y redondo de unos 15 cm
de radio. Desde allí se levanta en 45 grados hasta alcanzar unos 30 cm. dependiendo del tamaño de la vasija. Luego,
se reduce en el mismo sentido y un poco
menos que la altura anterior. Se termina
en anillo para amarrar con un bejuco luego de tapar con hojas. Ichínkian es una
vasija que sirve para cocinar todo tipo de
alimentos (como una olla). Para hacerla
se usa una arcilla específica que no sirve
para otra vasija.
La mujer shuar para dedicarse a esta
actividad invoca a la diosa Nunkui, dueña del suelo, subsuelo y la fertilidad, cantando la plegaria en la que pide consentimiento para utilizar la arcilla, conoci-
miento y habilidad para trabajarla y dar
un terminado de calidad. También ora
para que sus guisos sean buenos. La mujer shuar, mientras canta a Nunkui, llega en el yacimiento de la arcilla, coge lo
necesario y regresa. En la casa la separa
de las piedritas y la pega en el páu (poste principal de la casa). Al día siguiente
amanece con poca humedad, entonces,
muy de mañana inicia la labor.
Primero hace una masa redonda, luego lo aplasta hasta dejar un plano redondo. Este plano lo ubica en tátank (tablero
de madera de unos 50 cm. de largo y 30
cm. de ancho) sobre cuya base alza un
cordel de arcilla refregando con las dos
manos la masa. Cada cierta altura, pule
las dos caras de la pared de la vasija en
construcción con la corteza de la flor del
kuiship. Así procede hasta concluir la vasija. Al terminar la boca de la olla, la lija
con la corteza delgada de la mazorca de
maíz. La acomoda en el píik (repisa elevada sobre el fogón) para el proceso de
secado. Permanece varios días en el píik,
tras los cuales se pule con kumiánk (pepa
de un bejuco de nombre común ojo de
venado) por dentro y fuera hasta dejar
completamente lisa. Pasado este proceso, la cocinan en un gran fogón. Primero se prepara una fogata sobre la que se
colocan las vasijas listas y se las tapa con
leña hasta dejarlas completamente cubiertas. Allí se queda hasta que la llama
se consuma. Después se saca del fogón
y cuando está a medio enfriarse, la cha-
rola con yukaip (charol), kántse (brea) o
chípia (brea de copal). La vasija está lista
para ser utilizada.
Muits. Vasija de unos 45 a 60 cm de alto
y de un diámetro de 50 a 65 cm. La forma
y el proceso de fabricación son similares
a los del ichínkian, con una diferencia: es
más grande que la anterior. Sirve exclusivamente para almacenar nijiamánch
(chicha).
El asiento tiene una forma redonda y
plana desde el cual se levantan las paredes de la vasija en dirección vertical ampliándola progresivamente hacia fuera
como un cono invertido. Luego desde un
punto considerable, continúa la pared de
manera inversa hasta que la boca de la
vasija queda a un diámetro suficiente, de
tal manera que pueda entrar tsapa mediano (mate, recipiente vegetal).
Para elaborar el muits es necesario
conseguir la arcilla apropiada llamada
katsuin; luego se mejora la materia prima separando las piedras que vienen entre ella y se masifica con un poco de agua
hasta lograr una pasta elástica y resistente a la que se pueda dar forma. Luego se
inicia el moldeado en un tablero pequeño
que sirve de piso hasta concluir la forma.
En el proceso, la artesana pule con la cáscara de la flor del peine mono kuiship y
finalmente lija con la pepa de ojo de venado, dentro y fuera de la pared.
Luego de ese proceso, la vasija se deja
en reposo para que se seque y quede libre
de la humedad de tal modo que soporte
el cocinado a alta temperatura, de lo contrario se rompe la vasija. Una vez cocinado, cuando se va enfriando, se procede
a pintar y charolar con yukaip dentro y
fuera de las paredes para que sea impermeable y duro. La decoración no es muy
importante en la nación shuar, lo que im-
porta es que se obtenga un acabado perfecto y un charol bien aplicado. A veces
como decoración se estampan figuras de
flores, el sol, las estrellas o rayas continuas o quebradas llamadas chinkiún o
aréem.
Luego del acabado, el muits es montado en una tarima de unos 50 cm de
alto clavada en la tierra, de tal manera
que ningún insecto, hormiga o animal no
pueda entrar en nijiamánch (chicha) y
contamine la bebida.
Pinink. Es una vasija pequeña que sirve
como plato. Se elabora con arcilla apropiada o también se puede utilizar la arcilla de muits. El proceso de elaboración es
similar a las anteriores; únicamente varía en la forma y tamaño. Se decora con
achiote o arátin (pintura de color rojo
mezcla de hojas y cáscaras vegetales)
combinado con pintura negra, luego se
laca con yukaip (charol vegetal) dentro y
fuera del pinínk.
Amámuk. Tazón elaborado con el mismo
material del pinínk o de muits, el katsuin.
Sirve para brindar la chicha a los jefes de
familia, mayores de edad, ancianos, sabios o alguna personalidad de trascendencia. Es prohibida la utilización de este
recipiente a los niños, niñas y jóvenes.
Puede ser de uno o de dos pisos, de una
figura espectacular y el doble del tamaño
del pinínk. Tiene capacidad por lo menos
para tres litros si es de dos pisos, o de dos
litros si es de un piso.
Tsapa. Es un recipiente vegetal llamado
mate. Es de forma redonda y puede ser
pequeño, mediano o grande. Por lo general, lo elabora el hombre pero también lo
pueden hacer las mujeres, niñas o niños.
No hay restricciones. Se le cosecha cuando cambia de color verde a amarillento.
Para utilizarlo se lo parte en dos piezas
48 Los shuar denominan a estos árboles y sus frutos con el mismo nombre.
276
277
SABERES ANCESTRALES
SHUAR
iguales con una segueta, luego se vota la
pulpa y se raspa con la punta de un cuchillo hasta quitar toda la masa de tal
modo que quede el cascarón duro. Una
vez terminado se procede a cocinar con
agua, y, por último, se lo seca al sol para
que se blanquee. Si no se cocina el recipiente vuelve a negrearse. Se utiliza como
cualquier tazón, para coger agua y tomar
chicha. Los pequeños sirven para nátip.
Nátip. Tsapa pequeño que sirve para
preparar tabaco. Generalmente la utilizan los iwishín (shamanes) y los sabios,
para la ceremonia del tabaco o shamanísmo. Este recipiente es elaborado solo por
hombres adultos o el (u) iwishín.
Unkuship. Es otro de los recipientes que
se elabora de materiales vegetales, de una
variedad de mate. Se diferencia del tsapa
por la forma, es ovalado o alargado. El
proceso de preparación es la misma del
tsapa. Se utiliza como cucharón para sacar la carne y el caldo de la olla. Además
se prepara el jímia (ají). Este objeto puede ser elaborado por hombres o mujeres,
así como el tsapa.
Tsatsa. Es similar al tsapa, del mismo
material. Sirve para cernir nijiamánch
(chicha). Es la cernidera perforada desde
el asiento hasta la mitad del recipiente.
Antiguamente las perforaciones se hacían con una piedra de punta fina. La nacionalidad shuar es la única que cierne la
chicha antes de servirla.
278
279
SABERES ANCESTRALES
CESTERÍA
Otra de las artesanías que los shuar elaboran son los canastos que se confeccionan
de fibras de káap, makaniá, kankúmp,
paipainch, kaíp, juntukipu, shímpi, pumpuná y mamánk. Este arte no es exclusividad del hombre, puede también practicarlo la mujer, pero es considerado como
una actividad masculina. Las mujeres
aprenden el oficio para defenderse cuando se quedan viudas y no tener complicaciones si el esposo falta.
Para elaborar canastos, suelen preparar las fibras en la temporada de luna
tierna, debido a que en ese momento se
vuelven flexibles y suaves, fáciles de preparar; en luna vieja, en cambio, se endurecen demasiado y las fibras no se pueden preparar adecuadamente.
FIBRAS
280
SHUAR
de fibra lisa y dura. El corazón es suave y
vidrioso.
Kankúmp. Se encuentra encima de los
árboles. Desde allí brotan escasos bejucos a veces delgados y siempre gruesos.
Tiene doble corteza, la primera es delgada, la segunda es gruesa y suave. Se utiliza la fibra de la mitad.
Paipainch. Es otra de las fibras como
káap, casi con las mismas características,
la única diferencia es que ésta tiene una
sola corteza, es más fácil en la preparación y mejor que todas en la duración.
Kaíp. Se llama ajo macho. Este bejuco es
más durable pero dado su fuerte olor no
es muy utilizado.
Juntukipu: Es un bejuco parecido a kaíp,
de hojas anchas casi redondas, con unos
nudos de uno a dos metros entre sí.
Káap. Es un bejuco que se desarrolla pegado del árbol hasta llegar a las ramas.
Desde allí bajan una especie de raíces
hasta tocar el suelo. Para arrancar las
raíces, se las hala sin hacer ruido, cuando todavía están durmiendo, de lo contrario, si se les despierta, son difíciles de
arrancar. Luego de arrancarlas, se las
corta de acuerdo con el tamaño que se
necesite. El bejuco tiene doble cáscara:
la primera es suave y la segunda es dura.
Para sacar la fibra se deben botar las dos
cáscaras. Luego, se las parte cuidadosamente en láminas delgadas. A continuación, se pule con el cuchillo las dos caras
de la fibra. Cuando se tienen entre 60 y
80 fibras preparadas, se empieza a tejer.
Shimpi. Es una palma propia de la Amazonía. Se encuentra en una mata de más
de diez palmas juntas que nacen desde
un mismo tronco. Su tallo es delgado de
unos 30 a 40 cm de diámetro máximo y
de una altura máxima de 20 m. La fibra
de esta palma se la saca de la barra de la
hoja que no sea muy vieja.
Makaniá. Es una especie de bejuco que se
desarrolla desde el suelo hacia arriba: entre 20 y 50 metros de altura. Está cubierto de gajos de los que brotan las hojas y
tienen espinas. Por dentro tiene una capa
CESTAS
Pumpuná. Es la paja toquilla. La fibra se
la saca del tallo de la hoja.
Mamánk. Es como el pumpuná pero no
se hace montón como la paja toquilla, su
tallo es encanutado. No tiene que ser muy
madura de lo contrario la fibra se vuelve
dura. Al dar forma se quiebra y no sirve.
Kutánk. Es un objeto de construcción exclusivo del hombre. Es utilizada por las
mujeres, jóvenes y demás adultos de la
familia, con excepción del wea, autoridad
ancestral. Se construye con wawa (boya),
kuiship (peine mono) o de otra madera
suave y liviana. La forma del kutánk es
cilíndrica, encajonada por debajo, aplanada en la parte superior. En uno de los
extremos tiene un mango o agarradera
cuya forma es similar a la cabeza de una
tortuga, serpiente o boa.
La construcción de este asiento es
muy sencilla, se cortan troncos de unos
70 cm de largo. Se botan las cortezas y
se labra por la parte del asiento, dejando una forma de canoa sin tapas en los
extremos. Una vez sacado el medio se
aplana un poco en la parte superior del
asiento, luego se da la forma al mango y
está listo para utilizar.
Chimpí. Es el asiento en forma de un
caballete de dos patas angulados con el
vértice hacia arriba; de sentadera ovalada o redonda. En uno de los extremos
tiene un mango para agarrar cuya forma
es similar a la cabeza de una serpiente,
boa o tortuga. Este asiento lo utilizan las
autoridades ancestrales o jefes de familia. Es de cedro o de otra madera dura y
fina. El chimpí lo construía generalmente
el hombre adulto. Las mujeres y jóvenes
no podían fabricarlo ni utilizarlo.
281
SABERES ANCESTRALES
SHUAR
Pitiák. Es la maleta tradicional impermeable. Sirve para guardar o llevar
ropa, amuletos y otras cosas de valor o prohibidas para los menores. El pitiák lo utilizan sólo los adultos, ancianos y ancianas; los niños y niñas, inclusive las mujeres, tienen prohibido tocarlo. Los adultos solían decir pitiák
takasairap, tsere esatmín titínk ijiutmaink (no toquen el pitiák, porque les
puede picar la araña o alacrán).
Chankín. Es un canasto cilíndrico de uso femenino que sirve
para llevar cualquier carga. El hombre lleva el cargamento con
el chankín solamente por ayudar a la mujer o cuando está solo.
El proceso de tejido consiste en cruzar las fibras en forma de
equis (X) de par en par sobre dos fibras centrales ubicadas paralelamente. Las fibras pueden ser de 1 a 1,5 metros, dependiendo
del porte que se desee. Al cruzar las fibras, forman un agujero
hexagonal uno tras otro, sucesivamente. De esa manera se hacen de 15 a 20 agujeros secuenciales, luego se teje una serie de
filas paralelas a la principal, a ambos costados. Una vez emparejado el asiento se teje con la misma fibra, pero lo más largo
posible. En la segunda vuelta se le levanta en forma vertical a
la del asiento y se teje hasta alcanzar una altura de 30, 40 o 50
centímetros, dependiendo el tamaño que se desee.
Una vez alcanzada la altura requerida, se teje el sukumpriarma (sin hacer el agujero hexagonal), este tejido se da unas tres
vueltas y luego se teje el ipiriamu (acabado). Existen dos formas
de acabado, una es el sukupriarma y otro, el shimpí ipírak. El
sukupriarma es el acabado más lujoso; consiste en dar dos o
tres vueltas de tejido sin hacer agujeros hexagonales así como
se teje el suku y sobre eso se teje el terminado. El shimpí ipírak
consiste en tejer el terminado sin el sukupriarma, directamente.
282
El pitiák se elabora de káap o paipainch. El proceso de tejido es similar a
la de chankín, la diferencia está en que el pitiák se teje duplicado, una más
grande que otra de tal manera que encaje. Además, tiene una tapa. En el
intermedio del duplicado van hojas especiales. Existe un tipo de bijao apropiado llamado pitiák pumpú (bijao de pitiák) o las hojas de apai. Las hojas
impermeables se secan bajo sombra, teniendo cuidado que no se arruguen.
Una vez terminada la base y la tapa se le coloca una especie de argolla en la
base como en la tapa, llamada kuishí (oreja) por donde se atraviesa el cordón o bejuco que sirve para cargar.
Suku. Es otro de los canastos que se elabora con los materiales antes indicados.
Consiste en tejer cruzando las fibras y
dejando agujeros cuadriláteros y estrechos. El proceso de tejido y terminación
es similar al del chankín. Sirve para
guardar o llevar granos. Además se utiliza para la pesca.
283
SHUAR
MUNDOÊ MUSICAL
Las expresiones musicales del pueblo
shuar tienen fundamentos mitológicos y
shamánicos. Existen cuatro géneros identificables por sus usos rituales y sociales:
Anent. Son composiciones musicales
vocal-instrumentales y de ejecución privada que pretenden modificar la actitud
del destinatario o lograr su intervención
en determinada acción. El vocablo anent
se emparenta semánticamente con el verbo anentáim-ra (pensar, sentir) y anentai (corazón). Se considera que muchos
anent aprendieron de seres mitológicos o
mediante visiones, convirtiéndose en un
medio para relacionarse con las deidades.
Nampet. Son canciones del ámbito vocalinstrumental interpretadas en festividades o momentos de convivencia social.
Literariamente expresan sentimientos y
establecen analogías entre los seres humanos, plantas y animales. Los nampet
cuentan con motivos terminales: “ja aja
jai”, y elementos improvisados. Presentan varios estilos dancísticos.
Ujaj-canciones rituales de la Fiesta de la
tsantsa. Cantos de guerra antiguamente
vinculados al ritual de la tsantsa, en el
cual los guerreros se apoderaban de la
fuerza del enemigo mediante la reducción de su cabeza, considerada trofeo de
guerra. Invocaban a Arútam, para asegu-
rarse el éxito y el retorno triunfal. También podían predecir el desenlace de contiendas y ahuyentar espíritus negativos.
Música shamánica. Género que abarca al
uwishniu nampetí (canto shamánico) y
ciertos toques instrumentales mediante
los cuales el uwishin (shamán) manipula fuerzas espirituales que intervienen
en procesos de curación, amor, cacería y
siembra.
Instrumentos musicales
Peém. Aerófano. Flauta horizontal con
seis orificios de obturación y uno de insuflación. lo ejecutan los hombres y aquellos que han recibido órdenes del uunt o
jefe-anciano por medio de un rito especial.
Pinkui. Aerófano. Flauta horizontal con
un orificio de insuflación y dos de obturación construido con caña.
Jujijum. Aerófano. Flauta parecida al
peém, construida con hueso de águila o
halcón grande. Posee huecos situados en
la mitad del instrumento que interiormente son juntados con cera. Es ejecutado en anent guerreros, de venganza; o
aquellos que evitan la represalia de los
enemigos.
Tumánk. Cordófono. Es un instrumento
de cuerda formado por un arco tendido
que se toca colocando en la boca una de
sus extremidades, entre tanto la mano
hala la cuerda. Es usado en anent amorosos, ceremonias religiosas o plegarias
para Arútam.
Tampur. Bimembranófono. El aro se
confecciona con madera de cedro. Las
membranas son de cuero de sajino en un
lado y cuero de lagarto en el otro. Se sujetan con una fibra delgada extraída de una
palmera denominada kumai. Se percute
con un palo fino de guayaba. Tocan solo
los hombres.
Kaér. Cordófono. Violín cuya caja se
construye con madera de cedro. La tapa
es de cedro, aunque actualmente se fabrica también con metal. Tiene tres cuerdas
de alambre (pero su ejecución se reduce a
dos). El puente es de madera fina (kakasip) y el sostenedor de cuerdas también.
El arco es de cedro con cerdas de tintiúk.
Tocan solo hombres.
Tuntuí. Idiófono. Percutivo de golpe directo. Es un tronco de madera (shimiut)
vaciado de diámetro significativo. Se percute con un mazo de madera y un palillo
de chonta en la mano izquierda. Se puede
tocar colgado u horizontal. Lo tocan solo
los hombres.
Mákich. Idiófono. Sonaja tobillera de varón. La utilizan los hombres solamente,
en danzas y bailes. Su nombre se debe a
las pepas mákich, con las cuales se elabora.
Kantásh. Aerófono. Semejante a un rondador o zampoña, contiene de siete a
nueve cañutos de carrizo. Interpretan
únicamente los hombres.
Shakáp. Idiófono. Sonaja cinturón de
mujer, elaborada con senta, pepas de
nupi, fibras de kumai (chambira) o hilos
de Urúch (algodón) y mullos naturales.
La utilizan exclusivamente las mujeres.
Nuka. Es la hoja. Como instrumento
musical la utilizaban especialmente las
mujeres.
* Colaboración de Juan Carlos Franco.
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SABERES ANCESTRALES
SHUAR
Danza
Por Juan Taánt
Los námpet sirven para las danzas y bailes. Son acompañados e interpretados
con diferentes instrumentos. Las danzas
se pueden diferenciar por los movimientos de los pies del hombre y de la mujer.
La danza del mákich es característica del
hombre. Se llama así porque lleva en sus
tobillos una sonaja o mákich. Este instrumento sirve para hacer sonar con los
golpes de los pies.
De la misma manera las mujeres danzan
o bailan acompañando al esposo o a cualquier persona que las invite a bailar. La
danza de las mujeres consiste en mover
los dos pies juntos adelantando un poquito uno tras otro, desplazándose de un
lado al otro y cantando dedicatorias a la
pareja. Los movimientos son casi lo mismo, solamente hay una mínima diferencia dependiendo del ritmo de la canción
que interprete cada danzante. Las mujeres llevan en su cintura una sonaja llamada shakáp, con la que armonizan los
movimientos y la canción.
Japa. Este estilo consiste en imitar los
movimientos del venado cuando está
bramando. Dar dos golpes con el pie, uno
adelante y otro atrás; con ese movimiento se avanza hacia adelante y atrás sin
distanciarse mucho de la pareja.
Jempe. Este paso, consiste en cruzar alrededor de la pareja de izquierda a derecha dando dos golpes con el talón adelantado, retrocediendo en el mismo sentido
pero con dos golpes con la punta del pie.
Los dos pasos deben ir acompañados de
dos golpes con la palma de la mano. En
ese sentido se da vuelta alrededor de la
pareja si está solo y si es en grupo se dan
la vuelta todos juntos.
Patúkmai. Consiste en dar saltos un poco
elevados con la rodilla alzada asentando
la punta del pie dos veces y cambiando
de un pie al otro, avanzando de frente y
luego se regresa dando la vuelta.
Yasánk. Se trata de imitar los pasos del
pájaro llamado yasánk, esta ave bota
basuritas con las patitas. En ese mismo
sentido se arrastra la punta del pie hacia
atrás torciendo el talón hacia un lado, de
esa manera se avanza al fondo y se regresa dando la vuelta. Esta danza se baila sin
pareja femenina; puede hacerlo un solo
hombre o pueden ser varios a la vez.
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SABERES ANCESTRALES
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PUEBLO
AFROECUATORIANO
AFROECUATORIANO
HISTORIA
Para comprender la presencia afrodescendiente en la provincia de Sucumbíos
es necesario reconocer globalmente la
historia y los procesos de emancipación,
resistencia y rebeldía. La razón de proponer este enfoque es la siguiente: los afrodescendientes que deciden en los años 70
emigrar hacia la región amazónica ecuatoriana comparten la herencia social y
cultural de quienes lograron, a través de
la conciencia étnica y la lucha contra la
esclavitud, construir una importante presencia nacional que modificó sustantivamente su historia.
La migración afroecuatoriana hacia
Sucumbíos tiene un peso importante de
familias provenientes de Esmeraldas y en
menor proporción de familias procedentes de ciudades costeras y del valle de El
Chota. Las tres procedencias implican la
presencia de distintas expresiones espirituales, estéticas, productivas, sociales
y culturales en Sucumbíos pero con un
fuerte predominio afroesmeraldeño. Este
predominio hereda la temprana construcción de un territorio de cimarronaje y libertad que abarcaba para el siglo XVI la
actual provincia de Esmeraldas y parte del
norte de Manabí. El Reino Mulato como
fue reconocido en el periodo de la colonia
constituyó un territorio de autogobierno y
reproducción de la cultura material e inmaterial de los afroecuatorianos en América, sentido de pertenencia como pueblo,
códigos éticos y de parentesco, poder y
reproducción social y económica asentada
en la reconstrucción de linaje negro, con la
participación de zambos e indios en menor proporción. No existe razón alguna
para creer que este territorio fue habitado
desde un principio por negros libres; por
el contrario, el mérito reside en la capacidad de organización de hombres y mujeres para proponer a la colonia un trato
con reglas diferenciadas.
La segunda herencia cultural la constituyen las familias del valle de El Chota
quienes, en esclavitud, estuvieron incorporados a los grandes complejos hacendatarios de los jesuitas. La conformación
de estos territorios como haciendas articuladas y la tolerancia a la continuidad
de las familias, posibilitó que hombres
y mujeres establecieran relaciones más
estables (restando el poder de los amos
sobre las mujeres y sus hijos), con prácticas religiosas, afectivas y estéticas con
identidad logrando la construcción de
una región afroandina.
Diversas zonas urbanas del país, especialmente Guayaquil recibieron familias afrodescendientes que se habían incorporado a la vida urbana por distintas
estrategias de adaptación, resistencia o
blanqueamiento como la participación
en la milicia y por diversas formas de
acción social y cultural y participación
en el comercio, incluso antes de que los
criollos independentistas dieran inicio a
la construcción de la república. Las filas
de la independencia como, más tarde, el
ejército liberal tuvieron afrodescendientes enrolados.
Los tres procesos posibilitan hablar
hoy de una cultura afroecuatoriana que
refiere la acción de las mujeres y los
hombres contemporáneos a sus raíces
de identidad en las tres formaciones regionales primeras: un territorio de cimarronaje y libertad desarrollado en el reino mulato; un territorio de identidad en
el Valle de El Chota; y, un territorio de
adaptación afrourbano en los Guayaquil
y Quito prerepublicanos y sus diversos
desarrollos.
Su presencia les permite jugar roles importantes en la construcción de
la república y del estado-nación porque
tienen protagonismo en eventos político-militares como la independencia, la
revolución liberal y los procesos de modernización además de participar en la
construcción cultural del Ecuador: su
presencia particular se sumó a las luchas
por el reconocimiento de la diversidad, la
interculturalidad y el fundamento antidiscriminatorio.
La participación política, militar y de
identidad afroecuatoriana en la historia
del país se realizó a través de múltiples
presencias y formas de lucha: desde el
cimarronaje y la victoria de la manumisión hasta la lucha legal, el mestizaje, las
sublevaciones, protestas, adhesiones y
propuestas de construcción de un Estado
plural.
A principios del siglo XX, los afrodescendientes permanecían en sus lugares
de origen regional con una mayor presencia, aunque no excesiva, en zonas urbanas. Debido a las políticas agrarias y el
proceso de corporación social impulsado
con tutela del Estado, las familias afros
optan por el modelo de comunidades
campesinas e inician su proceso organizativo por la lucha por la tierra y los ser-
vicios sociales básicos. Para la primera
mitad del siglo XX se había optado en
Esmeraldas, Imbabura y Carchi por los
diversos mecanismos de integración propuestos por el Estado.
Desde la segunda mitad del siglo XX,
Ecuador impulsa el modelo de importaciones fortalecido por la exportación
petrolera (1972) y un agresivo endeudamiento externo bajo las reglas del capital financiero internacional. Tal como lo
sostiene Ramón (2006), a pesar de las limitaciones estructurales del modelo y de
su crisis en la década del 80, la economía
nacional experimentó un sostenido crecimiento lo que conectó con la vieja tesis de
intentar la integración nacional a través
de la puesta en marcha de medidas de un
Estado modernizador: nuevo proceso de
erradicación del analfabetismo que generalizó el español como lengua dominante,
voto universal y obligatorio, cedulación
masiva, eliminación de la servidumbre
y formas de concertaje, reforma agraria,
acceso a la escuela.
Aquellos movidos por las oportunidades del modelo o expresiones de él, como
los colonos migrantes a las provincias
amazónicas, no lograron interactuar con
el sistema en condiciones de igualdad o
posicionando mecanismos de equidad.
Su agencia social, cultural, política y productiva no fue considerada como parte
sustantiva del Estado modernizado. Aún
más, su condición de colonos en una
tierra supuestamente baldía, lista para
una nueva conquista choca irremediablemente con la habitación ancestral de
pueblos y nacionalidades originarias y
con el racismo de los líderes del proceso
de modernización y boom petrolero: los
colonos, los empresarios, los obreros, la
nueva institucionalidad pública y privada. Una vez más las acciones de homogenización no lograron dar respuestas a
* Colaboración de Juan Carlos Franco.
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SABERES ANCESTRALES
las distintas agencias sociales y políticas
de conformación del Estado ecuatoriano.
Para los años 80 y 90 se había impuesto
por la vía de la conciencia social las tesis
del movimiento antidiscriminatorio y un
programa de construcción plurinacional.
Según Ramón (2006), para 1980 la sociedad afrodescendiente se autodenomina
así desde la reconstrucción de su identidad al tenor del multiculturalismo, el
derecho a la diferencia y la identidad; la
emersión de las nacionalidades y pueblos
indígenas; el surgimiento de intelectuales
afroecuatorianos en Esmeraldas, Chota,
Quito y Guayaquil nutridos por procesos
de reconstrucción identitaria de la diáspora afroecuatoriana (especialmente de
la costa sur del Pacífico); el sentimiento
de frustración de algunos intelectuales,
técnicos, deportistas, artistas y dirigentes
políticos afroecuatorianos que al buscar
integrarse en igualdad, se chocaron con
el racismo de la sociedad dominante; y,
por el activismo de grupos religiosos católicos, especialmente de los combonianos que trabajaron intensamente en una
convocatoria desde una perspectiva étnica.
Desde entonces el proceso socio-organizativo afroecuatoriano ha intentado
consolidar una respuesta nacional desde
las identidades que originaron su fuerte
presencia. Con mayores flujos migratorios a ciudades intermedias y cabeceras cantonales, como en el caso de Lago
Agrio, la identidad afroecuatoriana suma
a la vida nacional a través de su presencia
y de formas organizativas provinciales y
cantonales; de las expresiones artísticas
y religiosas; desde su participación en
la política y la administración pública;
desde los barrios y los grupos de mujeres afroecuatorianas; con la adaptación a
una foresta tropical que no les es del todo
ajena pero sí sustancialmente distinta en
la lejanía del mar que los condujo a América.
IDENTIDAD
‘La identidad está en primer lugar muy ligada al territorio… la
identidad como que vive, como
se recrea, como que persiste,
como que afianza en la medida
en que se vive en el territorio’.
Esta idea sustentaba la de crear
palenques y comarcas. Entendiéndose como comarca al ‘modelo de organización territorial,
política, étnica-comunitaria, formado por los palenques locales y
otras organizaciones del Pueblo
Afroecuatoriano, para lograr el
desarrollo humano al que tenemos derecho, teniendo como
base la tenencia de la tierra, la
organización administrativa, el
manejo ancestral de nuestros
territorios y el uso sostenible de
los recursos naturales que hay
en ellos’ (Walsh y García: 2002).
Según el Sistema de Indicadores Sociales del Pueblo Afroecuatoriano (2001),
el concepto de afrodescendiente fue establecido políticamente en la Conferencia de las Américas, Avances y Desafíos
en el Plan de Acción de la III Conferencia
Mundial Contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas
Conexas de Intolerancia, y denota a los
descendientes de africanos que sobrevivieron a la trata esclavista en América, y
abarca a todos los pueblos pertenecientes
directa o indirectamente a la diáspora
africana en el mundo. En este sentido, el
294
pueblo afroecuatoriano es el conjunto de
comunidades y troncos familiares de ascendencia africana que viven en el Ecuador, tienen una identidad común, poseen
una misma historia, comparten un territorio, conservan una organización social,
económica y política, y su conformación
y presencia es anterior a la creación de la
República (Información personal. Pedro
Cabeza, 2009).
Afrodescendiente significa ser parte integrante de una historia ancestral rica en
cultura, tradición y estilos de vida, conectada con la naturaleza y el origen africano: reconocer que se tiene esta iniciación
distinta culturalmente que se mantiene
en el tiempo como cultura diferenciada.
En el Censo de Población y Vivienda
realizado el año 2001, en Ecuador vivían 604.009 afrodescendientes que no
son más que una pequeña parte de los
aproximadamente 1.200 millones de
personas de origen negro-africano que
habitan en el mundo. La mayor parte de
la población negra vive en África con 890
millones de habitantes, en Asia viven 70
millones, 18 millones en Europa, y 210
millones en América.
Hoy en día la mayor parte de los afroecuatorianos en Ecuador se encuentran en la
provincia del Guayas (36%), luego le siguen Esmeraldas (25.5%) y Pichincha
(13%). También existen importantes poblaciones afroecuatorianas en provincias
como Manabí (5%), El Oro (4,7%), Los
295
SABERES ANCESTRALES
Ríos (4,5%), Sucumbíos y Orellana.
Sin desconocer que para nosotros las comunidades negras
también son nuestros referentes, en las grandes ciudades nos
enfrentamos a un problema distinto.
No podemos hablar de un territorio geográficamente localizado
(…), un territorio al que podamos definir como nuestro. Pero
si partimos del concepto básico
de territorio como espacio en el
cual hombres y mujeres pueden
desarrollarse, entonces sí tenemos territorios que son nuestros
en los que vamos recreando ser
negros y negras… Nuestra alternativa para contrarrestar esta
lucha por el espacio urbano radica en la organización, que es
en definitiva, una apropiación
de espacios de la ciudad, donde
podamos recrear nuestra cultura y vivir con dignidad, mantener nuestras tradiciones probadas en múltiples circunstancias.
Representa la fidelidad de una
cultura que ha mostrado en el
tiempo su sabiduría. (Walsh y
García: 2002).
De este modo el territorio donde se habita se convierte en escenario de la realización cultural del mundo afroecuatoriano:
idioma y modos lingüísticos, costumbres,
cultura, arte, culinaria y actividades económicas se ejecutan con identidad; es
decir, una forma particular de ser y estar
que recupera el continuo cultural del afrodescendiente en Ecuador. Así lo certifica
Esperanza Ruiz Tenorio, presidenta de la
Federación de Organizaciones Afroecuatorianas de Sucumbíos (FOAES):
296
El pueblo negro siempre ha tenido sus propias tradiciones, no
han remedado otras culturas. Por
eso yo siempre sé decir que los indígenas y el pueblo afroecuatoriano son los que han mantenido sus
propias tradiciones. Lo de los demás ya son aprendizajes… Nosotros no, nosotros hemos resguardado nuestras propias tradiciones
y costumbres. (Ruiz, 2009).
Hombres y mujeres afrodescendientes
se diferencian externamente en los lugares que habitan por tener la piel negra,
AFROECUATORIANO
vistosa y distinta en cada ocasión, el caminar cadencioso especialmente en las
mujeres quienes mueven airosamente su
silueta y los ojos achinados.
Los afrodescendientes hablan español
pero mantienen particularidades en su
habla. Han perdido totalmente las lenguas de origen. Esteria Castillo, trabajadora de la Terminal Terrestre de Lago
Agrio dice lo siguiente en torno al modo
de hablar y los lugares de origen:
En la provincia de Esmeraldas
hablan con b. En Cachabí hablan
con expresiones como ‘Hemanito
poldio’; hablan así por el agua del
río que es pesada (salada). Los de
Winvi hablan tan rápido que no se
les entiende casi nada por el sonido
del río de las piedras. En Esmeraldas y en San Lorenzo hablan como
pujado, y el dialecto de Ibarra es un
hablado diferente a los de la Sierra.
(Castillo, 2009).
guez, Palacios, Erazo, Espinosa, Calderón, entre otros. En la época republicana,
las personas afroecuatorianas comienzan
a utilizar distintos nombres. Según el día
de nacimiento, se escogía en el almanaque el nombre del niño o de la niña: Pedro, Juan, Ignacio, Rocilda, Enriqueta,
Fausto, Adilson, Adalberto, Edil, Donad,
Rosebel, Emergildo, Leovigildo, Teófilo, Eubenceslao, Ana, Aneada, Luzmila,
Amosprófeta, Lorenzo, Zaded, Lilian,
Georgina, Hérmelo, Floralba, Bercelio,
Rogelio, Diosa, Dorotea, Domitila, Oristela, Gelma, Feliciano, Laureano, Waldistrudis, Gertrudis, Digna o Gamboa,
Edith Quiñónez, por su parte, señala que
los dialectos han cambiado en los últimos años: “El dialecto ha cambiado hartísimo, porque más antes yo tenía una tía
que le decía a su mamá mamitauuuuu.
Ahora no podemos hablar así porque
critican. Cuando mi tía se enojaba decía:
¡Veeeeesoo, no tas oyendo que vengas rápido!” (Quiñónez, 2009).
Zeida Mina remarca algunas formas de
hablar de los afrodescendientes: “Nuestra forma de hablar era medio atravesada. No pronunciábamos la ‘r’ y la ‘s’. En
vez de decir ‘hermano’ decíamos ‘hemano’, en vez de decir ‘fósforo’ decíamos ‘fóforo’.” (Mina; 2009).
el pelo chischi (ensortijado o quieto), la
nariz achatada o ensanchada, los labios
gruesos y carnosos, la forma de vestir
Durante el proceso de esclavitud a los
afrodescendientes se les impuso apellidos de los amos españoles como: Rodrí-
Olá, Ulpiano, Agustino, Bandolio, Salomé, entre otros. También solía ocurrir
que el nombre era decidido por el padrino o por quien finalmente lo inscribía en
297
SABERES ANCESTRALES
la Tenencia Política o en el Registro Civil.
Además, los registros eran tardíos. Daniel Alarcón recuerda:
En los tiempos de nuestros
abuelos (as), las y los afroecuatorianos a la hora de registrar a
sus hijos, le preguntaban al vecino si iba al pueblo y le encargaban para que le registrase al
niño(a). El vecino le preguntaba
de lejos ¿Qué nombre le pongo?
y el padre le contestaba ‘Póngale
cualquier nombre’. Cuando se
veían de nuevo, recién le decía el
nombre de su hijo o hija, y desde ese momento lo empezaban
a llamar por su nuevo nombre y
no por el apodo que tenía antes.
(Alarcón, 2009).
Hasta que un niño obtuviera su nombre
definitivo, se acostumbraba a llamarlo por
su apodo: Bolita de Humo, Orejas, Mocha,
Araña, Pollito, Tintín, Champion, Chapila,
Niche, Caqui, Chiqui, Bonguita, Albóndiga, Sumbulunzún, Lenteja o Pies de Tamal. Cuando no habían sido bautizados
aún, se les solía llamar con el apelativo de
moro o mora. Hasta la actualidad subsiste la costumbre de poner apodos. Así lo
cuenta Isabel Gómez:
A mi niña le dicen Cocol por una
telenovela en la que había una
chica que era terrible de traviesa.
Y de ahí una vecina me dijo: Usted como madre debe de tratar de
no decirle Cocol, para que los demás no le digan.
A otra niña mía, por ejemplo, le
dicen Tamarindo porque se llama
Adamara.
Entre algunos muchachos también se ponen apodos entre ellos.
Y entre hermanas, igual. Yo,
como era delgada, me decían Palo
298
de Escoba o Palito Ortega, por
que era bien flaca. A mi esposo le
dicen Papayolo. No sé por qué le
dicen ni él me quiere decir... (Gómez, 2009).
En un principio el pueblo afroecuatoriano que se estableció en Sucumbíos procedía principalmente de la provincia de
Esmeraldas. Los primeros llegaron con el
boom del petróleo a finales de los años 60
y comienzos de los años 70, para mejorar
sus condiciones de vida gracias a los incentivos previstos en la Ley de Reforma
Agraria y Colonización (1964).
Para los afroecuatorianos en la provincia de Sucumbíos existen tres procesos migratorios: el primero incentivado
por la mencionada Ley que se extiende
hasta 1972; el segundo, desde 1980 hasta principios de los noventa cuyo origen
es el llamado a familias ampliadas; y el
tercero se inició en la década de los 90
cuando se perforaron nuevos campos petroleros y se construyó el oleoducto que
unió Lago Agrio con Limoncocha. De esta
forma empezaron a llegar a la provincia
de Sucumbíos afroecuatorianos de Guayas, Imbabura, Carchi, El Oro y la Costa
Sur del Pacífico colombiano.
Juan Arroyo fue de los primeros
afroecuatorianos en arribar a Sucumbíos
desde la parroquia Selva Alegre, en San
Lorenzo, Esmeraldas:
El lojano vino aquí en la época de Velasco Ibarra, cuando
hubo la sequía en Loja. El gobierno les daba 5000 sucres de
ese tiempo, para que vinieran
y cogieran fincas aquí. Ahora
dicen que ellos fueron los que
formaron Lago Agrio, los que
formaron el Oriente, pero eso
es mentira. Ellos vinieron paga-
AFROECUATORIANO
dos, después de nosotros.
Aquí en Lago Agrio no había
casas. Había sólo dos casitas
allá en El Camal. Esto era puro
moretal, puros árboles. Aquí los
solares los regalaban y nadie
quería cogerlos. Esto era muy
feo. La gente venía acá sólo para
trabajar y se iba a gastar la plata
afuera. (Arroyo, 2009).
Esperanza Ruiz Tenorio, comenta sobre
su llegada a Lago Agrio:
Yo vine a Lago Agrio en el año
1969. Cuando llegamos aquí,
Lago Agrio sólo era la calle principal, la avenida Quito y había
unas ramaditas o chocitas de
caña. Esto era montaña, selva.
Era muy feo. La misma avenida
de Quito para acá era muy dura.
Vine en autobús en la cooperativa Centinela del Norte. Nos
vinimos para cambiar de vida,
buscando nuevos días, trabajo…
Antes de venirnos acá anduvimos por Machala, Guayaquil… Y
por ahí se oía la fama del Oriente, que había trabajo sobre todo.
Mi marido se empleó como contratista albañil. No había barrios
como los hay ahora, las casas
estaban salteadas, y uno se iba
ubicando en donde encontraba
un cuarto de arriendo. Solo había caseritos, chocitas, como de
campo. No había nada de construcción. Los primeros negros,
que se emplearon como empalizadores, se afincaron en el barrio Guayaquil, si es que a ese
conjunto de casas se les podía
denominar barrio. (Ruiz, 2009).
También relata el papel de la comunidad
afroecuatoriana en la fundación y desarrollo de Sucumbíos:
El pueblo negro siempre ha estado presente, aunque sea dividido, pero siempre ha estado
presente en la provincia. El pueblo negro también ha dado su
contingencia, ha dado su vida,
su trabajo. Las carreteras están
gracias a ellos porque han estado sacando la madera, han estado empalizando, y en el caso de
los paros y de las grandes luchas,
no les ha importado nada, y han
estado ahí. Hablan sólo de lojanos, el lojano parece que ha sido
el que ha fundado todo aquí.
Pero ha sido lucha de todos. A
una no le ha importado dar la
vida porque nuestros gobiernos
provinciales tengan los recursos
que hayan sido necesarios. No
hemos sido indiferentes, uno ha
dado lo que ha podido. Nunca
se oye en una historia a la comunidad afroecuatoriana, solo
se habla de lojanos, que ellos
han sido los que han construido
todo… Pero nunca citan a los negros y negras. (Ruiz, 2009).
Otro testimonio sobre la llegada del
afroecuatoriano a Sucumbíos lo da Edith
Quiñónez:
Yo llegue en el año 1971; cuando yo llegué aquí estaban los
señores Wilfri Valencia, finado
Sabulón, Andrés Montaños, los
Mina. Se dedicaban a la madera,
al empalizado. Todos los trabajos de la carretera que se ven,
fueron los negros que los hicieron; luego fueron aprendiendo
los mestizos, pero de la vía Qui-
299
SABERES ANCESTRALES
to hasta aquí, les aseguro que
fueron los negros.
Al llegar vinieron hasta Santa
Cecilia porque de allí empezaron el trabajo, según los kilómetros iban avanzando; hasta que
llegaron a Lago Agrio.
Toda la provincia antes era
Napo. Todo papeleo que se necesitaba se hacía en el Tena.
Yo vivía antes en Guayaquil,
vine con dos hijos, mi marido ya
trabajaba aquí, en Maracaima
del Ecuador, que era una compañía extranjera.
Había bastantes indígenas. Se
veía más a los cofanes. Ellos eran
dueños de su pueblo, y vendían
las lanzas, el pescado ahumado… Toda la alimentación que
venía era por avión en el búfalo
de las Fuerzas Armadas.
Los afroecuatorianos llegaron a Sucumbíos no tanto por
vagancia, más se dedicaban a
sus trabajos de empalizadas,
cogían su platita y regresaban
nuevamente, unos a Santo
Domingo, otros a Esmeraldas,
otros a Guayaquil.
Nunca pensaron que iba a pasar lo que ven ahorita. Yo era
una de las que decían “Dios
mió, qué voy a venir acá. De
hambre me voy a morir. Mejor
me regreso. Pero figúrese, por
estar a lado del marido, ahí me
quedé. Y al final él se fue, y yo
me quedé sola. Me gusta vivir
aquí en mi barrio Esmeraldas
Libre. (Quiñónez, 2009).
INDUMENTARIA
El vestido más antiguo del que se tiene
memoria se extraía de la corteza del árbol
denominado damagua. El procedimiento
era el siguiente: se tumbaba el árbol, se
extraía la corteza, se la entongaba (envolvía) y se la llevaba al río a lavar, se la
golpeaba con un palo para sacar la capa
de corteza gruesa y dejar solo la corteza
fina, se lavaba en el río la corteza fina, se
colocaba a secar al sol por varios días, se
medían los cortes, se cortaba la damagua
con machete y las costuras se unían con
leche de caucho.
Las prendas confeccionadas eran utilizadas por hombres y mujeres. En el caso
de las mujeres consistía en una bata sin
mangas que cubría hasta las rodillas y
una prenda interna que cubría sus partes
íntimas. Los hombres utilizaban la damagua exclusivamente para cubrir sus partes íntimas.
Con el tiempo llegaron las telas y se
adquirían de distintos colores para su
posterior confección. Los vestidos siempre han sido una parte importante de la
cultura afroecuatoriana que, por lo general, se confeccionan con telas floreadas de
colores vivos: rojo, amarillo, azul, verde
claro y blanco. Sobre los colores Esperanza Ruiz Tenorio cuenta:
El vestuario ha sido siempre de
ropa floreada, con colores vivos,
porque uno lo vive, uno lo ha
vivido, entonces como que los
colores ayudan a resaltar más
su cultura, la vida de uno mismo
está en el vestuario.
Por eso es que la ropa, las fal-
300
das, usted las ve y reflejan el
movimiento. Esas faldas largas
de marimba son el movimiento
que a uno le da la alegría que
siente adentro. Ya que no lo
puede expresar, lo expresa en
el movimiento de las faldas. Ahí
está expresando todo lo que tiene uno adentro. Ahora todo eso
se está perdiendo (Ruiz, 2009).
Los hombres de los ocho a doce años de
edad se vestían con pantalón corto y según como iban creciendo se aumentaba
el largo del pantalón. De dieciocho años
en adelante ya podían usar pantalón largo.
Las mujeres se vestían con faldas largas y blusas con mangas y cuellos. Usaban enaguas y sus vestidos eran bien
anchos de la cintura para abajo. Edith
Quiñónez relata:
Antes, ellas mismas se cosían
su ropa, se hacían sus faldas
largas, yo tengo la tradición de
usar la falda así.
Usaban mangas normales y tres
cuartos y vestido canesú con espalda afuera, y blusa con cuello
tipo bandeja. Hacían vestidos
sirena y medio paso con aberturas atrás. Para la ropa interior
usaban enagua y ellas mismas
hacían sus calzones.
Si vivían en el campo bajaban a
la ciudad a comprar su tela especial para hacer sus calzones
bombachitos (Quiñónez, 2009).
301
SABERES ANCESTRALES
Con las telas se confeccionaban vestidos, pantalones, enaguas, interiores y
camisas. Se usaban distintos materiales
como elásticos, encajes, tiras y pretina,
telas de popelina, dacrón, súper naval,
302
tul, gabardina y casimir. No se tejían
prendas. Cabe señalar que con la damagua también se elaboraban los tendidos
de las camas, que se utilizan hasta la actualidad.
AFROECUATORIANO
Se solía caminar descalzo porque en ese
tiempo no era frecuente el zapato. En los
años 60 llegó el calzado de cuero y los siete
vidas. En esa época la gente que tenía dinero compraba zapatos de cuero y los que no
tenían compraban los siete vidas.
El sombrero era la elegancia y la distinción del afroecuatoriano y lo utilizaban
en los eventos más relevantes para dis-
303
SABERES ANCESTRALES
tinguirse de los demás. En la actualidad
están confeccionados de nylon, cuero,
paja toquilla y se siguen utilizando para
el sol y por la fuerza de la costumbre.
tas o las extensiones, se pintan el pelo, y
si son canosos se hacen rayitos. Al corte
de pelo le atribuían la capacidad de rejuvenecer. Las trenzas también se vendían.
El peinado siempre ha sido muy importante para la identidad de las afroecuatorianas.51 Digna Rodríguez, natural de
Esmeraldas y moradora del barrio Los
Laureles de Lago Agrio, resalta la importancia de los peinados para la comunidad
afroecuatoriana:
Cuando se vestían para ir a las fiestas
adornaban sus cuellos, sus muñecas, el
cabello y las orejas. Utilizaban cadenas
de oro y aretes modelo candonga, elaborados con oro fino.
Los afroecuatorianos se peinaban según la ocasión. Si se iba a
una fiesta o al trabajo se peinaban con dos cachitos y se amarraban el pelo con tiras de tela, y
cuando estaban en la casa se hacían las trenzas. Hay diferentes
clases de trenzas: la guabilla, bocabajo, riñón y la corrida. Para
suavizar el pelo se ponían aceite de coco, crespón “planta que
sirve de adorno” y la escobilla.
Con la llegada de las cremas en
la actualidad se usa brillantina,
crema de peinar, fijador, mentol
y otros (Rodríguez, 2009).
Según Digna Rodríguez (2009), la guabilla es una trenza fina que se hace con tres
hebras de pelo. El cabito, se teje con dos
mechones. La bocabajo, se teje sin dividir la trenza. La corrida, se hace la trenza
desde el comienzo hasta el final. La riñón, es la trenza que queda gruesa. Los
puchos, son trenzas individuales que se
insertan hacia abajo.
Edith Quiñónez, moradora del Barrio
Estrella del Oriente de Lago Agrio, añade
información sobre las trenzas: nosotros,
los negros, acostumbrábamos a tener
nuestras trenzas naturales. Los negros y
negras de ahora, será por la moda o por
el poco pelo, veo que se hacen las trenci-
Los jóvenes en la actualidad se visten con ropa ancha, con jeans, camisetas
anchas y zapatos deportivos y gorra, se
colocan manilla de distintos colores, se
pintan el pelo y las uñas y tocan música
rockera. La gorra se introdujo en los años
ochenta. Desde entonces, los jóvenes la
usan.
AFROECUATORIANO
limpieza de las ropas, el pueblo afroecuatoriano también ha sido muy pudoroso
con las ropas interiores femeninas. De
esta forma, al lavar y al tender la ropa en
el cordel siempre se separaba la ropa de
las mujeres de las de los hombres. Asimismo, no se colgaban las ropas interiores
femeninas a la vista de todos, para que no
las robaran y las utilizaran para hacer alguna malicia, para no correr el riesgo de
ser calzoneado (con ese término se hace
referencia a actos de brujería que podían
hacerse con la ropa interior sucia). Tampoco podían estar colgadas al paso de las
personas, para evitar que algún hombre
tropezara con ellas. Las prendas interiores de las mujeres menstruantes se
manejaban con absoluta reserva: nunca
debían ser vistas por los hombres ya que
les arrancaba el apetito. Por eso durante
la menstruación hombres y mujeres dormían separados.
La comunidad afroecuatoriana tradicionalmente ha sido muy pulcra con la
limpieza de sus prendas de vestir. Dioselinda Cabezas Quintero, nacida en Urbina, Esmeraldas, recalca el cuidado con el
que los afrodescendientes limpiaban las
ropas:
En los tiempos de antes se utilizaban
montes para purificar la ropa. Lavaban
con palma y jabón, a pura mano, nada
de cloro. No había cepillo, se cepillaba
con concha. También se hacía almidón
de yuca: se raspaba la yuca, se rayaba,
se le sacaba el afrecho, se cocinaba, y
luego se ponía a secar. Hecha polvo, se
le echaba agüita para almidonar. También se le ponía vela para que diera brillo a la ropa. Las ropas se lavaban en
bateas y en un solo día. Cuando la ropa
era blanca se le echaba palma, se dejaba al sereno, se enjabonaba y se ponía
a hervir. Esta palma se llama palma
china (Cabezas, 2009).
Así como han sido muy cuidadosos con la
51 En la actualidad los hombres utilizan también algunos tipos de trenzas.
304
305
SABERES ANCESTRALES
VIVIENDA
Los afroecuatorianos construían sus viviendas de acuerdo al número de personas que tenía una familia ampliada. Por
lo general, cuando una pareja se casaba,
iba a vivir en la casa de los padres de la
esposa. Los pasos para construir una vivienda eran los siguientes:
Se ubicaba un terreno seco y plano y distanciado de las orillas de los ríos para evitar inundaciones.
Se limpiaba el terreno desbrozando toda
la maleza
Se convocaba a los vecinos para que presten su colaboración para sacar los materiales de construcción (pambil, caña guadua y hojas de bijao)
Las viviendas medían aproximadamente
7 metros de largo por 9 de ancho
Las viviendas eran de una sola planta y se
las construía a dos metros del suelo para
evitar ser atacados por ciertos animales
de la selva (jaguar, puma, culebras).
La planta de forma casi cuadrada se
construía con pambil y tenía los siguientes espacios: un cuarto ubicado a lado de
la escalera ocupado por la pareja dueña
de casa. Una cama elaborada de cuatro canutos de guadua que servía como
los parantes de la cama. Dos laterales
de la misma caña para la parte trasversal. Ocho pedazos de caña se colocaban
atravesados para sujetar las tablas de la
306
cama. Y cincos guadúas picadas para el
tablado de la cama.
Existía un altar de santos denominado
nicho que se ubicaba en un rincón de la
casa donde están los santos de devoción.
Sus creencias iban más allá. Se les prendía vela todos los días, el lunes se rezaba
y se pedían milagros y cuidado para las
familias y amigos. Allí estaba la Mano
Poderosa que era un santo con mucho
poder ya que en cada uno de sus dedos
tenía un santo dibujado; también solía
estar la Virgen del Carmen, que solía
ayudar a las mujeres a dar a luz pronto;
la Virgen del Cisne que curaba a la gente
si se le prendía una velita, y en contrapartida la persona que sanaba como penitencia se entregaba a la Virgen y tenía
que hacer la caminata junto a ella todos
los años. También estaba San Antonio
que no era únicamente una imagen religiosa, sino que era un santo vivo que en
el caso de que, por ejemplo, se quemara
el nicho, él tenía la facultad de salirse y
no quemarse, y más tarde lo encontraban alrededor de la casa quemada, luego
también estaba la figura del niño Dios y
la imagen de Jesús.
Las viviendas de antes en la costa ecuatoriana se construían según la dirección
o alineamiento de las fincas y de sus linderos. Los materiales que se utilizaban
eran: techo de paja toquilla o rampita y
hoja blanca, paredes de caña guadúa y
madera, pisos de pambil o en otros casos
307
SABERES ANCESTRALES
de tierra. Aparte de la casa a un costado
se hacía la azotea, que era como denominaban los abuelos y abuelas a la cocina.
Edith Quiñónez recuerda así su casa en
Esmeraldas:
Las casas de antes eran de pambil y de caña picadita y el techo
era de paja toquilla; al piso, el
que tenía sierra, le ponía tabla,
y si no le ponía caña picada. La
casa estaba distribuida en el
cuartito para los viejos, el dormitorio para los muchachos.
Los animales estaban aparte.
Por lo menos, mis abuelos tenían aparte las casas grandes
para los animales.
En la dormida se distribuían en
la sala, hacían esteras grandes
con un palo que conseguían en
la provincia de Esmeraldas. ¡Era
tan lindo, fresquito se dormía!
(Quiñónez, 2009).
308
Antes era más fácil la construcción de
una vivienda porque no se compraban los
materiales. Los dueños sabían cómo hacer las casas. Si era madera, la aserraban
y amontonaban las tablas en una parte
para que se secasen. Luego se cercaba la
casa y se cubría el suelo con madera. Si
era pambil o guadúa había que picar con
hacha y dejar que se sequen. La hoja la
cogían en menguante para que no le cayera gusano y se dañara. Luego partían
los tallos, los tejían y los dejaban una semana para que madurasen, y comenzaban a techar. Antes las casas se cerraban
con una tranca (palo). Los muebles eran
unos asientos largos de caña guadúa que
se ponían junto a la pared y se amarraban
con piquigua o bejuco de monte.
Los medios para comunicarse entre
las comunidades eran a través de caminos de herradura y también por vía fluvial con lanchas o canoas.
El agua para las familias se conseguía
AFROECUATORIANO
de los ríos y en ocasiones de vertientes.
El agua de la vertiente se podía coger a
cualquier hora, pero la de los ríos tenía
que recogerse a las seis de la mañana o a
las seis de la tarde, porque el agua del río
bajaba clara a esa hora. Normalmente los
muchachos y muchachas eran los encargados de ir por el agua. En la casa, el agua
tenía que estar al amanecer limpia y bien
asentada.
Las casas se alumbraban con lámparas que estaban hechas con latas de leche que contenían una mecha de trapo
y el combustible era kerosene. También
había linternas. En las casas no existían
letrinas sanitarias y cada cual debía salir
al monte a hacer sus necesidades.
Antes de ocupar la casa nueva, para
alejar a los malos espíritus (el diablo,
la tunda y las visiones de la noche, por
ejemplo), había que bautizarla con el
cura, luego se sahumaba con romero,
palo santo, alhucema y otras plantas.
En la construcción de una casa, si estaba en el campo, se hacía en forma de
minga. A los que colaboraban se les daba
el almuerzo o cambio de mano. El cambio
de mano significaba que si una persona
ayudaba a hacer la casa, la persona beneficiada luego debía colaborar a construir
la suya. O sea, tú me ayudas y yo te ayudo.
Las casas se protegían de la envidia y
los hechizos colocando en la entrada de la
puerta una herradura que tenía la forma
de una u (U). En el centro de la casa o en
la mesa se colocaba un jarrón con ramas
de ruda y en una esquina se colgaba una
planta de sábila que se amarraba con cintas de diferentes colores.
Para proteger la casa de los rayos se
aconsejaba no sembrar plantas de coco o
chontaduro muy cerca de la construcción.
Cuando llovía o había tormenta eléctrica
se sacaban los machetes y las hachas fuera de la casa y se volteaban los espejos.
309
AFROECUATORIANO
POBLACIîN Ê Y
ORGANIZACIîN
SOCIAL
Los afroecuatorianos de Sucumbíos viven
en lugares dispersos porque no disponen
de tierras ni territorios suficientes para
desenvolverse de forma individual o colectiva y desarrollar actividades productivas. Han preferido el área urbana para
residir pese a que muchos provienen del
área rural de Esmeraldas u otras provincias de la región Litoral.
Su presencia en las ciudades se explica por razones socioeconómicas e históricas: las comunidades afroecuatorianas
han debido emigrar a las ciudades por
necesidades de trabajo y educación, por
falta de tierras y porque históricamente
los esclavos eran conducidos y explotados para la construcción de nuevos asentamientos urbanos. En el caso particular
de Sucumbíos, al principio los negros y
negras no venían a instalarse sino que
trabajaban veintidós días y descansaban
ocho. Siempre tenían en mente regresar a
sus lugares de nacimiento.
Existen dos comunidades netamente
pobladas por afroecuatorianos que son:
la comunidad Virgen del Carmen y la comunidad 5 de Agosto. El resto se sitúan
geográficamente en los entornos de Nueva Loja y Shushufindi.
Desde la llegada de los y las afroecuatorianas a esta región, han utilizado la
organización como mecanismo de supervivencia y manejo de conflictos. En las
compañías petroleras han sido los pri-
meros en organizarse y reclamar los derechos laborales que les corresponden:
mejores sueldos y mejores atenciones sociales. Su actitud generó, como resultado, que muchas empresas petroleras no
admitan entre su personal a ciudadanos
del pueblo afroecuatoriano.
La organización del pueblo afroecuatoriano en Sucumbíos está estrechamente ligada a la conformación y luchas de
las comunidades. La necesidad de acceder a la tierra para construir las viviendas, por ejemplo, dio inicio a los barrios
Guayaquil, Esmeraldas Libre, El Cisne,
Sucumbíos y Colinas Petroleras así como
a la organización de mujeres y hombres
residentes. El acceso a la tierra para la
agricultura también se ha desarrollado
a través de organizaciones, así nacieron
las comunidades: Virgen del Carmen, 5
de Agosto y Charapa.
El alto grado de discriminación contra el pueblo afroecuatoriano ha sido
motivo para que se realicen intentos de
organización en colonias. En el año 1992
se creó la Asociación de Afro Ecuatorianos Conciencia de Sucumbíos (AECS)
y en seguida la Asociación de Negros
de Ecuador (ASONÉ) de Shushufindi.
Las comunidades Secoya (ahora Virgen
del Carmen), y San Antonio (ahora 5
de Agosto), adquirieron las tierras para
dedicarse a la agricultura. ASONÉ (hoy
ASONES) trabaja en la línea de la producción agrícola.
La situación de la población cvvvecuatoriana de Sucumbíos es de marginalidad. Generalmente la mano de obra es
utilizada en los trabajos más duros y de
baja remuneración. Los afroecuatorianos
están expuestos a la inseguridad laboral,
subempleo y desempleo y a diversas expresiones de la discriminación. El 78% de
esta población se empeña en trabajos duros y mal remunerados como transportar
peso, empalizado de las carreteras, labores domésticas en casas como lavar ropa
y cocinar, trabajos de meseros, etcétera.
Solo 22% de los negros y negras goza
de un trabajo en alguna compañía o en
algún organismo público (Información
personal, Jhon Antón Sánchez).52
Un aspecto importante que debe considerarse es la falta de incorporación a las
organizaciones afroecuatorianas, pese a
las múltiples necesidades que tienen. Las
organizaciones que existen solamente
agrupan una parte de la población. La información que se deriva de las organizaciones reflejan parcialmente la realidad
porque la dispersión en que se encuentran, dificulta determinar la población
afroecuatoriana de Sucumbíos, así como
cuantificar los indicadores de su situación socioeconómica.
Al pueblo afroecuatoriano se le acusa
de estar fragmentado y desunido. En la
provincia de Sucumbíos, esencialmente
en Lago Agrio, existen nueve organizaciones afros que con el pasar del tiempo
han logrado converger en una idea: mejorar el nivel de vida de sus miembros.
Algunas comunidades se organizan con
el objetivo de hacer proyectos de desarrollo económico articulados al ecoturismo. En la comunidad 5 de Agosto, perteneciente a la parroquia Pacayacu, vía
Tarapoa, margen derecho, se encuentran
estanques piscícolas, molienda de caña
de azúcar, aserraderos, cabañas tradicionales, colegio, comedor comunitario e
invernaderos. Una amplia vía de acceso
se dirige desde aquí a las playas del río
Aguarico. La comunidad en su mayoría
se dedica a la crianza de animales de ciclo
corto como pollos, patos y chanchos.
En la parroquia General Farfán, entrada a Charapa, margen derecho, se encuentra la Asociación de Organizaciones
Negras de Sucumbíos (ASONES), la cual
mantiene una alianza con la Federación
de Organizaciones Campesinas del Cordón Fronterizo que abarca 98 organizaciones de la frontera ecuatoriano-colombiana y trabajan con la organización no
gubernamental Acción Ecológica y el Colegio de Abogados de Quito.
En 1985, la iglesia de San Miguel de
Sucumbíos cayó en cuenta de que su trabajo pastoral no había tomado en consideración a la población afroecuatoriana
y admitió la propuesta de un grupo integrado por Pablo Minda, Luisa Quiñónez,
Sofía Cabeza, Edelmira Landázuri (fallecida), José Rosero y otros, quienes formaron la Pastoral Negra de Lago Agrio,
como una nueva unidad de trabajo de la
iglesia. La Pastoral Negra trabajó en las
líneas del rescate cultural, las costumbres, las tradiciones y la religiosidad.
Las mujeres de la Asociación de Afro
Ecuatorianos Conciencia de Sucumbíos
(AECS) se separaron de su organización
y fundaron la Asociación de Mujeres
Negras Nueva Esperanza (AMNNE) en
1997, la cual trabaja fundamentalmente en la capacitación organizativa con el
acompañamiento de la fundación privada Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio (FEPP).
52 Referencias tomadas del Plan Estratégico Provincial.
310
311
SABERES ANCESTRALES
Algunos compañeros representantes
de las organizaciones afroecuatorianas
asisten al congreso de la Confederación
Nacional Afroecuatoriana (CNA). Como
resultado de esta participación nació
la idea de organizar la Federación de
Organizaciones Afroecuatorianas de la
Región Amazónica, pero el proceso se
limitó a Sucumbíos. Así, en septiembre
de 1999, se constituyó la Federación de
Organizaciones Afroecuatorianas de Sucumbíos (FOAES). El 19 de septiembre
1999 nació la Coordinadora Nacional
de las Mujeres Negras (CONAMUNE)
con representación en siete provincias,
y diez en la actualidad: Sucumbíos, Orellana, Pichincha, Guayas, Los Ríos, El
Oro, Carchi, Esmeraldas y Pastaza. Se
está trabajando con las organizaciones
de mujeres negras en las capacitaciones,
encuentros nacionales e internacionales
y los congresos que se realizan cada dos
años.
En el año 2000, un grupo de artistas
afroecuatorianos de Shushufindi, fundó
la Asociación Cultural Guasá, con la finalidad de cultivar las manifestaciones
artísticas, especialmente la danza y la
música afroecuatoriana. En el año 2001,
se crean las organizaciones: Asociación
de Afro Esmeraldeños Residentes en
Sucumbíos (AAERS); y la Asociación de
Mujeres Afro Ecuatorianas Nuevos Horizontes (AMAENH). La primera organización se crea con una visión cultural; y
la otra con la visión de generar proyectos
productivos. Con todas las organizaciones creadas y con personería jurídica,
se fortalece la FOAES, que gestiona su
inscripción en el Ministerio de Bienestar
Social. Se obtuvo la personería jurídica el
día 17 de octubre de 2001. Luego de la
legalización, y cumpliendo con los estatutos, se convocaron a las organizaciones
legalmente filiales, para que nombren a
los cinco representantes principales y
los cinco suplentes, quienes se reunieron
en el II Congreso de la FOAES, el 16 de
noviembre de 2001 con directivas en las
áreas de: Secretaría de Actas y Comunicaciones, Secretaría de Finanzas, Secretaría de Educación, Cultura y Deportes,
Secretaría de Asuntos Jurídicos, Secretaría de Asuntos de la Mujer, Niño, Niña
y Familia, Secretaría de la Juventud, Secretaría de Derechos Humanos, Secretaría de Relaciones Organizativas, y una
Coordinación General.
TRADICIîN Ê ORAL
La tradición oral es el canal de transmisión cultural del pueblo afroecuatoriano
en la provincia de Sucumbíos. Al tratarse
de familias afectadas por un proceso de
diáspora inicial y por una nueva inmigración a partir de la segunda mitad del siglo XX desde las formaciones regionales
tradicionales del mundo afroecuatoriano:
Esmeraldas (sobre la base del País Zambo del siglo XVI); Valle de El Chota (sobre la base de la esclavitud en haciendas
religiosas); barrios de las grandes ciudades (sobre la base de la migración y el
trabajo forzado), llegan a Sucumbíos y se
relacionan de modos diversos con la selva
amazónica y con sus pobladores.
renta y cuatro versos que contiene a su
vez cuatro décimas; y los argumentos que
son estructuras de décimas usadas en
duelos poéticos.
El cuarteto inicial de la Décima contiene la sustancia de todo el decir; las
estructuras gramaticales siguen reglas
Cada mujer y cada hombre descendiente del mundo afroecuatoriano es una
fuente de sabiduría sobre su pueblo. Algunas expresiones colectivas de este conocimiento son las que aparecen en décimas y
leyendas.
Según Rahier (1985: 43) la palabra décima significa literalmente una estrofa de
diez versos y que los esmeraldeños utilizan para designar un tipo de poema oral
compuesto de cuarenta y cuatro versos.
Varias formas adquiere la profunda capacidad de inventiva oral de los afroecuatorianos: las décimas como estrofas de
diez versos; las Décimas con mayúscula
quen hace alusión al poema oral de cua-
312
313
SABERES ANCESTRALES
LA CONCHA DE ALMEJA
rígidas dejando solo en libertad el último
verso que puede, incluso, dar inicio a un
nuevo argumento.
Yo me embarqué a navegar
En una concha de almeja
a rodear el mundo entero
a ver si hallaba coteja.53
Yo salí de aquí de Tumaco
Con rumbo a Buenaventura
Cargamento no llevaba
Porque la mar estaba dura.
Solo embarque quince curas.
Un coche pa´ yo andar.
A guapi entré a cargar
Cien taques de gasolina
Llevando en popa una niña
Yo me embarque a navegar.
Donde Cristóbal Colón
Salí con rumbo a la Europa
Con una tripulación
Como de cien mil en popa
Con viento a “juavor” sopla
Me atravesé a casas viejas
Y a muchas ciudades lejas
Las visité en pocos días
314
53 Algo igual (de cotejar, confrontar).
54 Botes pequeños.
55 Pegar a la reja: amarrar.
Navegando noche y día
En una concha de almeja.
Con un grande cargamento
Como de cien mil vitrolas
Me atravesé a Cabo de Horno
Y no me entró ni una ola
Llevaba quinientas bola
Sobre cubierta, un caldero
Cuatrocientos marineros
Y una gran tripulación
Y hice la navegación
A rodear el mundo entero
Cuando salí al mar del norte
Que los náuticos me vieron
Mil vapores se vinieron
Que los llevara al remolque
Cuarenta mil pailebotes54
Llenos de arroz y lenteja
Todo lo que pegue a la reja55
Y puse rumbo a Europa
Y arrimé a Constantinopla
Por ver si hallaba coteja.
Tomado de Cuentos y Décimas Afroesmeraldeñas de Juan García.
AFROECUATORIANOS
En Sucumbíos no hay registro de decimeros. Sin embargo es previsible que mujeres y hombres mayores desarrollen este
arte y haya sido aprendido por sus descendientes en la provincia. Al ser estructuras poéticas de tradición oral, sus contenidos expresan los más importantes
aspectos de la cultura afro en Ecuador: lo
humano o vida cotidiana; las décimas a
lo divino y ritos fúnebres; las décimas a
los santos.
Décima de lo humano
¿Quién es esta? ¿Quién es esta que
está aquí? ¿Quién es esta hermosa
rosa? Pregunto: ¿quién es tu madre
que te parió tan hermosa? ¿Quién
es esta que está aquí? ¿Quién es esta
bella rosa? Pregunto ¿cuál es tu madre que te ha parido tan hermosa?
¿Quién es esta tan bonita que ha
venido a dar aquí? Que apenas la
distinguí para contar su atención.
Y preguntó con atención ¿Quién es
esta que está aquí? Tu risa me ha
cautivado. Tu mirar mucho mejor,
Y tu talle con primor Sin sentido me
ha dejao Me hallo tan apasionado
De verte tan buena moza, Tan afable
y cariñosa Para ser tan bella dama.
Y se puede correr tu fama ¿Quién
es esta bella rosa? Cómo te llamas
no sé Ni tampoco te conozco, Pero
te diré que estoy loco Al tiempo que
te miré Y a todos preguntaré Si tienes marido o padre, O si está aquí
tu madre Tengo que hacerle un secreto. Y así con mucho respeto ¿pregunto quien es tu madre? Tu madre
debe de ser Una estrella reluciente,
Tu padre por consiguiente, Es un
hermoso clavel, Que naciste de ella
y d’el Blanca, amable y buena moza,
Alumbras más qu’una estrella Ay,
dime adónde estará Esta madre
tuya, mi’jita Que te parió tan hermosa. (Recogido por Juan García)
Décima a la muerte de un adulto (alabao)
Qué triste está la casa Y el puesto
donde dormía Los gallos que menudeaban Y yo que me despedía La
Virgen y San José Se fueron a romería Tan cansada iba la Virgen Que ni
caminar podía Cuando dentres a la
iglesia Con tu rosario en la mano Lo
veré a Jesucristo Clavado de pies y
mano. Qué triste que está la casa Y
el puesto donde dormía Los gallos
que menudeaban Y yo que me despedía Ay qué pena Ay qué desaire
Ahora vas a saber La falta que hace
tu madre Qué triste que está la casa
Y el puesto donde dormía Los gallos
que menudeaban y yo que me despedía.
Décima a San Antonio
Décima a San Antonio: Con San Antonio hei venido, Con San Antonio
yo estoy, San Antonio está conmigo,
Con san Antonio me voy. San Antonio tengo aquí San Antonio tengo
en casa, San Antonio es mi eficacia
Cuando me vaya a morir El alma
debe asistir Porque con él hei venido A este lugar me ha traído Para
que honre mi persona, porque desde el mismo Roma Con San Antonio
hei venido. San Antonio me enseñó
Las siete lenguas latinas, el crisayo
sacrosanto y parte de la doctrina
Con sus palabras divinas Me enseño hacer cantador, Maestro compositor, Azote de bastilleros; Como él
es mi compañero, Con San Antonio
yo estoy. San Antonio me enseñó A
ser joven educado, Con San Antonio
castigo A cualquier desvergonzado
San Antonio me ha librado De todos
mis enemigos, San Antonio es buen
amigo Pal que lo busca con fue.
Vuelvo a decir otra vez San Antonio
está conmigo. (Poema incompleto
recopilado por Juan García)
315
SABERES ANCESTRALES
AFROECUATORIANO
Adivinanzas
Las adivinanzas son juegos de palabras que tienen como fin divulgar conocimiento a
través de la competencia y la alegría. El juego de palabras propio de los afroecuatorianos
dota de una importante tradición oral a sus adivinanzas, muchas de ellas, referidas a los
contextos ambientales, sociales, culturales y de género propios.
316
317
SABERES ANCESTRALES
318
AFROECUATORIANO
319
SABERES ANCESTRALES
AFROECUATORIANO
SABERES
ANCESTRALES
Las leyendas del mundo afrodescendiente están estrechamente relacionadas con
su cosmovisión (Whitten, 1974). Es probable que la inmigración hacia la Amazonía ecuatoriana haya influido decididamente en el cambio de imaginario respecto del origen de leyendas marítimas
como el Riviel, la Tunda y La Candela
que siguen presentes de modo adaptado
al contexto ambiental amazónico.
El Riviel continúa siendo un fantasma
desenterrador de cadáveres: un muertovivo. Él se mueve no solo por el mar, el
320
infierno y la tierra sino por la selva y los
mundos de la selva. La Candela es un demonio que pasea por el mar y viaja hasta
la selva. Titila en la noche sobre los ríos
e igual desorienta a los pescadores. La
Tunda es un fantasma femenino que se
aparece a la mamá del niño o niña desobediente, los llama y se los lleva por las
orillas del río, para pescar camarón, la
Tunda se mete el camarón en el ano para
cocinarlo y dárselo a comer a la víctima,
el sonido del bombo la espanta y por eso
se toca el bombo.
321
AFROECUATORIANO
CICLOÊ VITAL
Nacimiento
Según creencias, a los niños los traía la
cigüeña. Cuando la mujer sabe que está
embarazada primero se lo comunica a su
esposo y luego a los padres. Cuando tiene
siete meses de embarazo comienza a prepararse para el parto, compra la ropa del
bebé y tejé las chambritas y toldos.
Al momento del parto, el esposo o un
familiar llamaban a la partera o a la comadrona. La mujer debía caminar para
asegurar una buena dilatación y una vez
llegado el momento el esposo o la madre
se ponían cerca de su cabeza para ayudarla a hacer fuerza. Se le da agua de ruda o
poleo para que se apuren los dolores. Al
nacer el niño se le corta el ombligo con tijeras bien desinfectadas con agua caliente y alcohol, luego se saca la placenta y se
la entierra para que los dientes del niño
salgan fuertes y sanos y no se le dañen a
corta edad.
Al nacer, la madre tiene que tener un
cuidado minucioso con el niño para que
no se enferme. En caso de ser madre soltera, los abuelos maternos se encargan
del cuidado del nieto.
El trabajo de las parteras es seguir con
el tratamiento de la embarazada, estar
pendiente de que el niño esté en perfectas
condiciones. El ombligo se cura con un
polvo de plantas y lombrices que se tuesta: se lava el ombligo con alcohol y luego
322
se coloca el polvo. Para limpiar el vientre de la madre se le da agua de borraja
o nacedera por 15 días consecutivos. La
madre debe permanecer cuarenta días
en cama hasta cumplir la dieta.
Cuando nace un niño, las personas
o vecinos demuestran su interés en ser
padrinos. Los nombres del niño lo escogen el padre y la madre y a veces los
abuelitos. Si la recién nacida es mujer
se la amamanta un año y si es varón, un
año y medio. Cuando ya puede caminar
se le quita el seno y se le prepara colada
de harina de verde con leche en polvo,
o avena con naranjilla. Al niño no se le
debe cortar el pelo hasta que pueda hablar porque si no se queda mudo. Entre
los doce y quince años, los menores pueden realizar los trabajos más leves de la
casa como traer el agua del río, la leña a
la casa, limpiar el patio, y luego se dedican a sus juegos diarios.
cuenta de la familia de ambos novios. Los
regalos les sirven en el hogar: plancha,
sábanas, utensilios de cocina, estos especialmente son obsequiados por sus padrinos e invitados que, a veces, también
cubren los gastos de los anillos (aros).
Si la novia antes de casarse ha tenido
otro novio y este no quiere que se case, va
a la iglesia y le pide al cura que cancele la
boda. Inmediatamente el padre suspende
la boda y la novia fracasa en su intento de
casarse.
Muerte
Al morir un ser querido de la familia, en la
entrada de la casa se suele colgar un lazo
negro como señal de duelo, y no se barre
la casa hasta que no se entierre el muerto porque si se barre, se corre el riesgo de
que continúen muriendo los familiares.
Cuando se morían los padres y había
dinero o pertenencias los padres que eran
buenos y querían a sus hijos les daban en
vida a cada uno su parte, pero cuando a
veces eran inclinados a un solo hijo mediante un notario le dejaban toda su herencia. Si no tienen familia dejan la herencia a alguien que los cuidase o alguna
fundación.
Dependiendo del muerto, se realizan
los rituales de entierro propios de los
afroecuatorianos y que se describen en la
sección música.
Matrimonio
En los afroecuatorianos comienza la
edad del enamoramiento desde los quince años. Las parejas pueden conocerse
por tres o cuatro años y luego si deciden,
se casan. Hay pedido de mano y aceptación de los padres. Pueden llegar a casarse luego de vivir juntos un tiempo. En los
afroecuatorianos no existe la dote. Si hay
recursos se realiza una fiesta sencilla y
se invita a poca gente. A veces se celebra
solo en familia. Estos gastos corren de
323
AFROECUATORIANO
FIESTASÊ Y
CELEBRACIONES
Semana Santa
La semana Santa constituye la mayor celebración religiosa. En este tiempo, mujeres y hombres expresan en sus ritos y
cantos, el profundo sincretismo entre la
cosmovisión africana originaria y la fe impuesta. Durante la Cuaresma, la Semana
Santa y la Pascua, la población afroecuatoriana en Sucumbíos se organiza para
vivir la tradición de la cual son herederos
desde sus orígenes en poblados de Esmeraldas o barrios de Guayaquil, Portoviejo
o Quito.
Cuaresma
El tiempo de Cuaresma inicia con el miércoles de Ceniza, del mismo modo que la
fe cristiana, cuarenta días antes del domingo de Pascua. En recuerdo de las tradiciones de los lugares de origen, en Sucumbíos también estaban presentes los
personajes de la Semana Santa esmeraldeña rural como las rezanderas, quienes
sabían todas las oraciones y guiaban la
peregrinación con su voz, y las cantoras
que interpretaban los salmos.
La tradición santera del pueblo afroaecuatoriano se revive en la celebración de
cada viernes de Cuaresma con la conmemoración de un personaje o acontecimiento que permite transitar la fuerza de
su fe originaria dentro de los ritos de la
semana mayor del catolicismo, de la cual
son devotos.
324
Primer viernes: Semana de Ceniza
Recuerda el inicio de la pasión de Cristo.
Mujeres y hombres acuden a la iglesia el
miércoles para que la señal de la cruz sea
puesta en su frente. El día viernes se reúnen entre parientes para organizar los
ritos de la semana mayor.
Segundo viernes: Semana del Cananeo
Recuerda que Jehová era dios entre otros
dioses cananeos y el origen cananeo de
Jesús. Es llamada la semana de los pobres y recuerda la vida entre soledad,
peregrinación y escasez vivida por Cristo y su Iglesia. Se realizan cantos que
rememoran el sufrimiento haciendo un
sincretismo entre las enseñanzas de la fe
católica del dolor y pasión de Cristo y del
propio pueblo africano arrancado de su
origen y traído a tierras extrañas (diáspora).
Tercer viernes: Semana del Cuasimodo
Recuerda el mandato de la iglesia de
Cristo expresada en la primera carta del
apóstol San Pedro Quasi modo gentil infantes, como niños recién nacidos hay
que ir al encuentro de Dios y el misterio
de la muerte y resurrección. Los cuasimodos cuidan la esfinge principal de la
peregrinación. En esta semana se rememora esta idea de existir como niños recién nacidos, de ser bondadosos y libres
de maledicencia. Se eligen a quienes cuidarán las imágenes.
Cuarto viernes: Semana de Cinco Panes.
En esta semana se recuerda tanto el milagro de la multiplicación de los panes
como el mensaje de compartir el alimento. Las familias se reúnen a compartir
alimento elaborado por unos y otros de
modo que todos queden satisfechos por
la abundancia.
Quinto viernes: Semana de Lázaro
San Lázaro es uno de los santos de mayor adoración entre el pueblo afroecuatoriano, especialmente, entre los hombres.
Aunque coincide con la imagen y mensaje del Lázaro cristiano, recuerda para la
tradición africana una deidad de la Regla
Ocha, Babalé Ayé, a quien nunca olvidaron durante la diáspora. Para la tradición
afroamericana es representado por el San
Lázaro de muletas acompañado de dos
perros, pero esta imagen fue desterrada
de las iglesias católicas reemplazándola
posteriormente por la visualización del
personaje de las parábolas de San Lucas:
la Resurrección.
Sexto viernes: Semana de Concilio
Acoge la tradición de la Iglesia Católica
de preparar la entrada de la Semana Santa con una intensa actividad de arrepentimiento y promesas de conversión. Este
día, el sexto viernes de Cuaresma se acude a la liturgia para dar inicio a la semana
mayor.
Para la tradición católica, los días miércoles y viernes son de ayuno de carne. El
Viernes Santo se reza la Vía Crucis meditando sobre la Pasión de Jesús y acompañándolo con el canto religioso de tradición.
Domingo de Ramos
Con el Domingo de Ramos comienzan las
celebraciones de la Semana Santa en la
provincia de Sucumbíos. Es una semana
de tensión y preocupación para las familias, especialmente para las mujeres que
tienen la responsabilidad de organizar los
rituales, celebraciones, cantos y alimentos. Recién llegados a la provincia, se encargaba a miembros de las familias traer
palmas, ramos, laureles y agua para ser
bendecidos al momento de la misa. Este
encargo se convertía en un compromiso
para quienes lo asumían de año en año.
Actualmente, las familias acuden a la
misa en la Catedral de Sucumbíos o en
las iglesias de las parroquias y compran
los ramos para ser bendecidos durante la
liturgia.
Lunes a Miércoles Santo
Son las mujeres quienes durante el Lunes, Martes y Miércoles Santo realizan
los preparativos para las ceremonias mayores de Jueves, Viernes y Domingo. Antiguamente se estrenaba ropa como signo
de pureza durante la Pasión de Cristo.
En los pueblos pequeños y en las parroquias de mayoría afrodescendiente, las mujeres ayudan con la limpieza
y planchado de los trajes litúrgicos, el
adorno de carrozas, altares, iglesias, parques y rutas de procesión y preparación
de inciensos.Los hombres ayudan en las
labores de construcción o reparación de
carrozas, altares y estructuras de peregrinación. Se espera que quienes consuetudinariamente han preparado los rezos
y cantos también lo hagan al siguiente
año. Estos días también se dedican a la
preparación de alimentos como fanesca,
dulces y conservas. Se provee a las casas
de esteras, damaguas y cobijas para los
visitantes.
Jueves Santo
El Jueves Santo es un día de silencio y
325
SABERES ANCESTRALES
recogimiento. Las rezanderas ocupaban
a los familiares en oraciones y reflexiones que eran acompañadas por cantos. A
los niños y las niñas se les prohibía hacer
bulla y jugar. Tampoco estaba permitido
raspar coco, rajar leña, lavar platos, decir
malas palabras, ni bañarse bajo la amenaza de hacerse pez. Durante todo el día
se oraba y solo se descansaba para alimentarse. No había castigos.
Viernes Santo
Es el día más importante de la Semana
Santa. Se vivía en un ambiente de tristeza. Las personas devotas salen a recorrer
las calles de la ciudad en procesión y se
juntan en la iglesia. Una vez allí, se confiesan, arrepienten y prometen una vida
renovada. Las cantoras alegran con su
canto. Este día se vivía en silencio y sin
consumir alcohol.
Sábado de gloria
Se cantaba a las cinco de la mañana El
Gloria y se hacían varios tiros con escopeta al aire. Las familias que estaban de
visita se preparaban para volver a sus
casas luego del Domingo de Pascuas, día
en el que se realizaban los bautizos y se
construían nuevos compadrazgos.
Domingo de Pascuas
Una vez concluidas las ceremonias de
bautizo, es un día de descanso para los
que se quedan y de emprender el viaje
para los visitantes. Desde este día se inician las rutinas de vida recordando y alimentando la existencia del encuentro de
la vida y la muerte que significa la Semana Santa para los afroecuatorianos.
Para los afros en Sucumbíos, las fiestas
religiosas, son el tiempo de encuentro entre parientes, amigos y vecinos y el mo-
326
AFROECUATORIANO
mento de la alegría.
Fiesta de la Virgen de Carmen
Fiesta de San Antonio
Se realiza el 16 de julio, primero se comienza con la novena en las casas de las
compañeras.
Las pautas de la fiesta son similares a las
descritas anteriormente. Se celebra el 13
de junio. Sin embargo, para mitad de los
años 90 había ciertas variaciones: hubo
traslado del santo desde el lugar de fiesta
anterior hasta el nuevo lugar de celebración. Durante la procesión se cantaron
arrullos y lanzaron voladores. Antes de
echar los arrullos se celebró una misa donde estuvieron presentes símbolos y cantos
de la cultura afroecuatoriana. Se realizaron juegos deportivos durante el día, antes de dar inicio al velorio (Ibid, 1996).
La fiesta dura una noche y un día y tiene dos momentos: la parte religiosa, que
empieza con la preparación del altar donde se pone a la Virgen y continúa con la
realización del velorio que dura hasta las
04:00 donde se echan arrullos. Los arrullos son canciones largas que se entonan
acompañadas por instrumentos musicales propios de la cultura afroecuatoriana:
uno o dos bombos, dos cununos, guasas y
maracas. Las maracas normalmente son
tocadas por las mujeres mientras que el
bombo y el cununo corresponden a los
hombres (Pezzi, Chávez, Minda, 1996).
En ambos casos, tanto en la fiesta de
la Virgen del Carmen como en la fiesta de
San Antonio, las familias afroecuatorianas en la provincia de Sucumbíos dicen
haber aprendido de sus padres y madres
las celebraciones.
Toda fiesta religiosa siempre está acompañada de lo no religioso, y, por supuesto, de un fuerte simbolismo originario de
la cultura africana asentada en América.
Quines participan en la fiesta pueden
cantar. Lo importante para que salga bien
el velorio es que el bombero logre acompañar los arrullos. Para iniciar este ritual
hay quien planta el arrullo, es decir, iniciar el canto y liderarlo para que los concurrentes respondan con el estribillo. En
estos cantos se alude a los santos y a la
Virgen así como a refranes sobre la vida
cotidiana de las y los afros. Durante esta
noche no se bebe licor de modo exagerado. La bebida es un hervido de canela,
naranjilla, azúcar y aguardiente; la comida consiste en arroz, carne y plátano verde (Ibid, 1996).
Una vez que se come a la medianoche inicia la fiesta no religiosa dándole la
vuelta a la cara de la Virgen. Se levanta
el altar y se nombra al prioste para la siguiente ocasión quien no persigue prestigio social en la comunidad sino reconocimiento a su devoción.
327
AFROECUATORIANO
SUBSISTENCIA
CACERIA
NAVEGACIÓN Y PESCA
Se recurría a dos formas de cazar: con
escopeta y con trampas. Cuando se hacía
con escopeta los cazadores se iban semanas enteras en compañía de las mujeres.
Cazaban guanta, guatuso, sajíno, puerco
de monte, capibara, perico, oso hormiguero, danta y otros.
Se usaban embarcaciones como la canoa
que era la embarcación de mayor longitud. El bongo que era de menor tamaño y
servía para cruzar los ríos. Y el bote, que
era pequeño y ancho e iba equipado con
un motor.
Para arreglar la carne se le echaba sal,
buscaban bastante leña y la quemaban
para luego ahumar la carne. Una vez seca
se la ponía en hojas para que se enfríe.
Solo se mataba a los animales que servían
de alimento.
Las trampas se hacían con palos redondos hacia los costados y en el centro
un trozo de palote de 50 centímetros de
largo y redondo, con peso, con una horqueta y una piolita. Asimismo se colocaba
un palito bien fino en donde se situaba la
carnada (comida). Esta trampa se aprendía de los abuelos o padres y con ella se
cazaban perdiz, ratón, churí, espín o ardillas.
Al regreso a casa, toda la carne era repartida entre los vecinos de la comunidad
y otra parte era llevada al mercado para
la venta. Así se obtenía un poco de dinero
para la compra de otros productos.
En la costa ecuatoriana se usaban las
canoas con remo, a la que llamaban canalete, y la palanca que era un palo que
servía para empujar la canoa. Estas canoas se utilizaban para cruzar el río o
trasladarse a alguna parte cercana.
Las canoas estaban construidas por
las maderas más resistentes como el
sande y el guayacán. Cuando las canoas
eran grandes se partían los troncos por
la mitad y luego se les insertaba madera
labrada para anchar la canoa. Las rejillas que quedaban al incorporar los otros
trozos de madera se tapaban con latillas
de hojas de zinc y puntillas; para que no
entrara el agua se ponía a derretir la brea
y se la colocaba en la parte insertada. Si
la canoa iba muy cargada a los lados se
ponían unos trozos de bolla para mayor
seguridad. Los árboles que se utilizaban
para fabricar las canoas eran tumbados
con hacha, luego se labraban con un azadón y se les iba dando la forma de la canoa. Las embarcaciones duraban hasta
cinco años, si se trataban con cuidado.
La pesca se realizaba en agua dulce y
328
en agua salada. Tanto en el mar como en
el río se pescaba con calandra, red y cañas hechas con guadúa. La calandra era
una piola larga donde se colocaban varios
anzuelos, y como carnada se colgaban
maduros, camarones o pescados pequeñitos que estuvieran vivos. Esta piola se
amarraba de una rama y cuando los pescados se pegaban a los anzuelos, la rama
se movía, entonces se sacaba, se cogía la
pesca y se volvía a soltar la calandra. Dice
Esperanza Ruiz:
Cada dos centímetros de piola se
solían colocar los anzuelos y se
hacía una larga línea. También
se pescaba con red, en el río se
solían poner unas boyas en las
puntas que mantenían a flote la
red, y el pescado que bajaba se
enrollaba en las redes. También
se pescaba de noche, con lámparas o mecheros hechos con el
canuto de la guadúa, en el que
se solía poner estopa y kerosene
(Ruiz, 2009).
Orlin Martínez, natural Guayabal, parroquia Río Verde, en Esmeraldas, recuerda
así la pesca nocturna:
En las noches se reunían algunos amigos y decían ¡vamos
a milandar!, así llamaban a la
pesca de noche. Entonces, se
preparaba temprano la canoa,
que estuviera bien achicada, sin
agua, y los canaletes y las palancas listas. Se buscaban los
tarros o botellas para elaborar
los candiles o mecheros para el
alumbrado de la pesca y unos 5
o 6 machetes. A las ocho de la
noche era la salida, ya se suponía que a esa hora los pescados
estaban durmiendo a la orilla
del río. Entonces, si la playa era
grande y se podía caminar por
ella, se dejaba la canoa varada y
amarrada en la parte de abajo y
se iba caminando despacito por
la orilla del río. Cuando se veían
los pescados que estaban en la
orilla se mataban con el machete y se colocaban en el canasto.
Esta pesca se realizaba hasta las
12 de la noche y se retornaba a
la casa. Se aliñaban los pescados
y se cocinaba un buen tapao de
pescado.
Para salir a pescar siempre había que
salir en canoas, llevar machete, anzuelos, y carnadas o lombrices. La catanga
era una clase de trampa para atrapar los
pescados. Estaba hecha de unas latillas
de caña guadúa a sus costados, en forma redonda y amarrada con piquigua.
En la parte frontal tenía una puerta con
sus puntas bien afiladas y en la parte de
atrás su puerta no tenía las puntas. La
trampa se colocaba en el río con comida,
ya fuera coco rallado, maduro o muran
(comegén). Los pescados entraban fácilmente pero se les dificultaba la salida y
quedaban atrapados en la catanga. Estas
se colocaban de noche y se iban a ver al
día siguiente.
También se pescaba con el trasmallo
o red: se embarcaba en la canoa y se iba
extendiendo la red en las zonas más profundas y a la orilla del río o sobresaliendo un poco. Allí se dejaba uno o dos días
porque en esta red caía bastante pescado.
Luego se recogía la red y se sacaban los
peces.
El barbasco se utilizaba en menor proporción porque no se se conocía su uso
adecuado. Se machacaba el barbasco con
piedras y luego se lanzaba en una parte
alta del río. En pocos minutos los pescados se ponían locos o morían. La gente
329
SABERES ANCESTRALES
los aguardaba en la parte baja del río y
había que sacarles pronto las tripas porque se les subía el veneno a la cabeza, y
si alguien lo comía podía enfermarse.
Había quienes directamente cortaban la
cabeza a los pescados. Este tipo de pesca
a veces se realizaba entre familias o también en grupos de amigos. Si eran de la
misma casa no se repartían los pescados,
pero si era entre amigos o varias familias
había que repartir en partes iguales los
pescados.
Había veces que se pescaba con dinamita o como se diría en la costa, con cohetes. Primero, para atraer a los pescados
se les lanzaba verde molido revuelto con
sebo de vaca. Una vez que los pescados se
acercaban a comer, se lanzaba dinamita
y se conseguía mucho pescado. De todas
formas, no era una modalidad de pesca
muy utilizada porque morían todas las
especies, incluso las más pequeñas, y se
le infringía un gran daño al río.
Cuando los ríos crecían, los esteros pequeños o pozas se cubrían de agua. Cuando empezaba a bajar el agua se colocaban
trincheras en la salida de los esteros, se
tapaban con latillas de caña guadúa y se
dejaba rejilla solo para que el agua filtrase y el estero quedara seco. Los pescados
que nadaban por allí eran atrapados porque era más fácil cogerlos. Esta era otra
forma de subsistencia de las familias
afroecuatorianas.
Si la pesca era con anzuelo nadie podía meterse en el agua porque hacían bulla y los pescados no picaban, se ponían
recelosos y se escapaban a otro lugar.
En los ríos, los mayores peligros eran
las culebras y las rayas, y por las orillas
solían pasearse unos gusanos llamados
pollos, por la pelusa que tenían en su
cuerpo. La pelusa de estos gusanos pro-
330
vocaba fiebres y fríos al contacto con la
piel humana.
La mejor época para pescar era en verano y en menguante.
Los sueños tenían relación con las
pescas futuras. Si se soñaba con culebra
o toro, era un mal augurio, y no se podía
salir a pescar porque algo pudiera suceder. Los brujos solían tener una planta
para atraer a los pescados: la congona y
con esta se fregaban los anzuelos, la red
o la atarraya y se podía coger bastante
pescado.
En las comunidades afroecuatorianas de Shushufindi, se siguen utilizando
las técnicas tradicionales, según cuenta
Fausto Quiñónez:
Para pescar nosotros utilizamos
el anzuelo. Cuando hay trasmallos también los utilizamos porque el pescado llega y se enreda.
Se deja armado de un día para
el otro y el pescado solito se enreda en el trasmallo, y uno va
y saca el pescado y de nuevo lo
pone para el otro día. El pescado
más común es el ratón, sábalo,
bocachico y el ruco que es como
la guaña, y también el palo seco
y el bagre, que es abundante.
Para nosotros el mejor pescado
para comer es el bocachico.
AFROECUATORIANO
AGRICULTURA
Las huertas se situaban alrededor de las
casas. Estas podían ser de un cuarto de
hectárea, media hectárea o una hectárea.
Las familias podían tener dos o tres huertas que eran cultivadas por las mujeres
porque sabían más del trabajo. Antes de
sembrar limpiaban o desyerbaban, como
lo cuenta Esperanza Ruiz:
La huerta de casa era solamente para el consumo familiar, no
para vender. Porque ahí lo que
se sembraba eran frejolitos, y
plantas medicinales, y orégano,
y chillangua y cebolla de campo, archochas, zapallo, zambo,
sigrayotas, pepinos, pimientos,
ají dulce y verduras. Una nomás bajaba, cogía su cebollita,
la picaba, y ya tenía la comida.
Esta huertas la cultivaban las
mujeres, porque era de la casa,
y los hombres se dedicaban al
monte, a la finca. Una siempre
estaba cultivando, limpiando su
huertita. Primero arrancaban el
montecito que había, y a los niños muchas veces se les castigaba y se les decía ‘ya se me ponen
a limpiar el patiecito de la casa’,
que tenía que estar como la palma de la mano, limpiecito.
A la huerta podía entrar cualquiera; excepto las mujeres que estaban con la
menstruación, porque podían malograr
la cosecha.
También se sembraba arroz en
el lado de la casa, y a uno lo ponían a colchar, porque llegaban
los changos, llegaban los pájaros
a comer, y con unas sogas y con
unos trapos blancos se engañaba a los pájaros que creían que
era gente. También se hacían
unas chocitas, y ahí había veces
que lo mandaban a uno a cuidar
el arroz. Y a la chocita estaban
amarradas todas las sogas, y las
sacudías y comenzabas a gritar
Los jóvenes en la actualidad no gustan
de pescar en la forma tradicional. Se está
perdiendo la costumbre. Prefieren elaborar piscinas y criar los alevines de cachama, tilapia, sábalos, bocachicos y corronchos, los mismos que son comercializados dentro de la misma comunidad o en
el mercado local. Las familias salen a pescar la mayoría de los días ya que el 50%
de la pesca es su alimentación diaria.
331
SABERES ANCESTRALES
‘¡Chío, chango, chío, chango!’,
con mucha bulla. Porque en el
pueblo negro la bulla siempre ha
estado ahí, la conversa, la risotada, los cantos. Esa era la alegría.
No se sentía tristeza. Por muy
triste que se estuviera, siempre
se sentía adentro un impulso de
alegría. Al final se decía que al
mal tiempo buena cara, y donde
estaba la tristeza también estaba
la sonrisa.
Con los productos de ciclo corto se hacían hasta tres cosechas en el año; porque hay arroz de tres meses o la yuca de
cuatro. Los productos por lo consiguiente
se sembraban en verano y en menguante, tal y como lo recuerda Orlin Martínez,
natural de Quinindé, provincia de Esmeraldas, y morador del barrio de Colinas
Petroleras, en Lago Agrio. También se le
prestaba atención a la luna. Según fuera luna llena, menguante o en media, se
sembraba o se cosechaba, porque si no,
se podrían dañar o agusanar los productos.
Los árboles frutales se sembraban alrededor de la chacra para que sirvieran
como abono y de cerca. Las variedades
eran limón, naranja, caimito, guaba, zapote, aguacate, chirimoya, anona, frutipán, mandarina y toronja. Como abono
se utilizaba la misma hoja, se amontonaba y se le dejaba ahí. Al coco se le ponía
sal en grano para que tuviera savia y cargase mejor.Los racimos de verde salían
grandes. Las semillas se sacaban de las
mismas cosechas o se intercambiaba con
otros vecinos. Dice Orlin Martínez:
Cuando se cosechaba, se iban
escogiendo las semillas más
buenas. Luego las metían en un
saco, y cuando hacía buen sol,
las sacaban a secar hasta que
332
fuera el tiempo. Eran sembradas
como lechuguines en una canoa
vieja. Cuando ya estaban nacidas eran transplantadas a la
tierra o si no se intercambiaban
con los vecinos. Los abonos eran
naturales. Se recogían las hojas
de los árboles, los tallos de los
plátanos, y luego eran puestos
en las raíces de los árboles. En
las palmas de coco se limpiaban
bien sus cogollos, se sacaban las
hojas malas, y se les ponía la sal
como abono.
Al contrario de lo que sucedía en la huerta, en la finca los trabajos correspondían
a los hombres, como también lo eran
sembrar, cazar, ir a la madera, a la chocolatera… Así era una jornada de trabajo normal en la finca, según Esperanza
Ruiz:
Nos levantábamos bien pronto,
a las cuatro y media de la mañana, o a las cinco, porque las
caminadas eran bien largas hasta la finca, de dos o tres horas
de camino, hasta cinco horas.
Para poder trabajar bien, había
que levantarse temprano, hacer
el desayuno e irse. A la casa se
regresaba a las seis o siete de la
noche. Yo me acuerdo que cuando se iba a la finca, mi papá y mi
mamá me llevaban en esos canastos, ahí metida, como carga,
para poder ellos caminar, avanzar. Siempre me llevaban en un
canasto a la espalda. Y ya, llegábamos a la finca, ellos se ponían
a limpiar por todas partes, y yo
jugando por ahí, agarrando chocolate, comiendo. Allá mismo
cocinábamos… Y a la hora de la
salida, vuelta, me ponían en la
espalda. Ellos venían cargados,
AFROECUATORIANO
pero también me traían a mí. Y
muchas mujeres que acababan
de dar a luz, también salían al
monte, buscaban pescado. No
tenían dieta, la pasaban en el
monte, cargando… Como había
muchas madres solteras, ellas
solas tenían que luchar por sus
hijos, para salir adelante. Se
iban a trabajar, y aquí no ha pasado nada.
Según Orlin Martínez, los hombres se encargaban de limpiar la huerta cuando el
monte estaba virgen, cuando estaba bien
espesa la maleza. Primero se limpiaba
con machete, después de unos tres días
se cortaban los palos mas pequeños, y
los grandes se cortaban con hachas y se
repicaban. Si era para sembrar arroz esperaban a que el monte secara bien para
luego quemar y dejar el terreno listo para
sembrar. El terreno se cercaba con caña
guadúa picada o pambil para que los conejos o los animales no se comieran las
siembras.
Para el trabajo se cambiaba la mano,
se ayudaban entre vecinos y familiares.
Todo el mundo tenía su terreno, y a los
trabajadores solo se les daba la comida por ayudar a limpiar las fincas dos o
tres días; luego se devolvía con el mismo
trabajo en la finca de quien había venido a ayudar. Se utilizaban instrumentos
como el machete, el azadón, el rastrillo,
el hacha y el garabato. Los productos que
se vendían eran café, cacao, arroz, maíz,
maní, y madera. Este dinero servía para
comprar productos de primera necesidad
para el hogar: ropa, pescado salado, jabón y sal.
El plátano es fundamental para la dieta de los agricultores negros de Sucumbíos. Si se malograran las cosechas de
plátano, el hambre se extendería entre
los habitantes de estas comunidades. Así
lo cuenta Fausto Quiñónez:
El plátano es un producto bueno, que sirve para el alimento
del ser humano, pero no se valora, siempre tiene el mismo
precio. Si alguien pide dos dólares por un racimo de verde,
a la gente se le hace carísimo.
No reconocen el sufrimiento:
que uno tiene que esperar un
año para cosechar un racimo
de verde. No se dan cuenta que
uno tiene que socolar el terreno, tiene que sembrar, arrancar
semilla, cargar la semilla, tumbar, hacer la primera limpia,
hacer la segunda limpia, cortar
puntales y apuntalar para evitar
que la planta se caiga al suelo
por los vientos… Imagínese el
sufrimiento para conseguir un
racimo de plátano, y que la gente llore para pagar dos dólares.
Un litro de aceite vale 1,50 o 1,70
dólares, unas sardinas 1,20, una
libra de carne con costilla 1,20.
Todos los productos del mercado están caros y los productos
del campo están por los suelos.
Ya uno siembra su verdecito por
costumbre, para supervivencia,
pero ya no le queda otra opción
para vivir. Si fallara el plátano
nos moriríamos de hambre. Ya
desde pequeños, por costumbre,
es lo que consumimos. Lo comemos asado, frito, sancochado,
licuado…
En ciertos casos, los brujos malogran las
chacras a través de aguas sucias o polvos
malignos que afectan el desarrollo normal de las plantas.
333
SABERES ANCESTRALES
334
GANADERÍA
ALIMENTACIÓN
En la actualidad con los préstamos del
Banco de Fomento en las fincas se cría
y engorda ganado CEBÚ y de arete. Se
pueden sacar de 20 a 30 cabezas de ganado. Cuando ya estaban listos se los
vendía para pagar el préstamo y seguir
trabajando con las ganancias. Actualmente se siembra hierba elefante, la gigante, marandú, pasto alemán, saboya,
gramalote, daliz y janeiro. También se
practica la inseminación artificial por lo
difícil de trasladar al reproductor de un
lugar a otro teniendo en cuenta siempre
la buena raza y la resistencia al clima y las
enfermedades propias del ambiente. Esta
viene garantizada porque proviene de reproductores calificados. Se crían chanchos, cabras, chivos, conejos, cuyes y en
zoocriaderos, las especies del ambiente
natural: guanta, guatusa, capil, capiguara, danta. También aves: gallina, pollo,
patos, pavo y codornices. En el área piscícola hay especies en reproducción como:
cachama negra y roja, tilapias, araguana,
sábalo, paiche, campeche (guaña).
Algunas recetas de la gastronomía
afroecuatoriana
TAPAO
Ingredientes para siete personas
4 libras de pescado
14 verdes (plátano)
1 cebolla pequeña
1 tomate pequeño
6 hojas de chillangua
1 coco
1 pisca de achiote
1 cucharada de aceite
½ cucharada de sal
Preparación:
Lavar los pescados con sal y limón
Pelar los verdes picar cebolla y tomates
en cuadritos
Hacer refrito
Raspar el coco
Colocar en una olla siete verdes y luego el
pescado bien acomodado
Encima poner otros siete verdes
Echar el refrito
Sacar el zumo del coco
Echar agua de nuevo al coco mirando la
cantidad en la que se pueda cocinar el
pescado
Poner al fuego con sal al gusto y las hojas
de chillangua
A los 15 minutos echar el zumo del coco
Dejar hervir 2 minutos y apagar. Está listo para servir
AFROECUATORIANO
TAPAO ARRECHO
Ingredientes para cinco personas
12 verdes (plátano)
3 libras de pollo
3 libras de chancho
5 huevos
1 cebolla pequeña
1 tomate pequeño
6 hojas de chillangua
1 coco
1 pisca de achiote
1cucharada de aceite
½ cucharada de sal
Preparación:
Ahumar el pollo y la carne
Pelar los verdes
Picar la cebolla y los tomates en cuadritos
Hacer refrito
Raspar el coco
Colocar en una olla seis verdes, luego la
carne y el pollo
Poner encima los otro verdes
Echar el refrito
Sacar el zumo del coco
Echar agua de nuevo al coco mirando la
cantidad en la que se pueda cocinar el
pescado
Poner al fuego con sal al gusto y las hojas de chillangua
Tras 15 minutos echar el zumo del coco
Dejar hervir 2 minutos y apagar
Servir, poner un huevo duro
335
AFROECUATORIANO
BOTçN ICA
MEDICINAL
Eulofia Valencia cuenta de algunas recetas medicinales.
Cuando yo crié a mis hijos, el
discancer era bueno para el hígado: se lo machaca, se saca el
zumo y se toma en ayunas por
nueve días; con el llantén, el
mismo tratamiento; la verbena:
se ponía a hervir el agua, luego
se echa la verbena, se tapa y se
toma el agua tres veces al día
para curar la gripe; la sábila para
la inflamación; para la diarrea
de los niños exprimir un limón,
colocar un poquito de sal, orina,
azúcar y tomar. Para la fiebre se
ponía a derretir el mentol con
manteca de cacao se lo frotaba en pecho y espalda se cubría
con periódico o papel para sacar
el resfrío de los pulmones. Para
los bichos molían planta de botoncillo, sulfatiasol y mentol, la
mezcla servía como supositorio.
Cuando las mujeres daban a luz
se cocinaba un colirio el cual llevaba hojas de guayaba, ovó, estopas de coco, manzanilla, romero
y palosanto. Se dejaba reposar y
se bañaba. Para curar el ombligo
de los niños, para cicatrizar rápido: calentar el sebo de vaca con
polvo de hojas de guayaba.
Las heridas se trataban con remedios
caseros: se lavan bien con agua caliente,
336
se molía la suelda con suelda y la yerba
mora se cocinaba; cuando el agua estaba tibia se pringaba la parte desocada del
cuerpo. Una forma de endurar los huesos
rotos era colocar la cera de las abejas.
La picada de varios animales ponzoñosos como congas o arañas son leves.
La más peligrosa es la mordedura de las
culebras: para curarla, los abuelos tenían
su botella preparada de todos los montes
ancestrales. Si había una picadura, estaban prevenidos porque la botella se destapaba sola y no podían volver a cerrar la
botella porque el picado se moría. Otros
curaban con secretos: solo ponían saliva
en la mordedura y ya estaba curado.
vuelve con panela y se lo da a tomar en
ayunas para expulsar los parásitos.
de tomar a las mujeres cuando están dando a luz para que la criatura salga pronto.
Palo santo, chivo, gallinazo y flor amarilla. Se majan las cuatro plantas con la
mano, luego se pone una copa de aguardiente y se friega al niño por todo el cuerpo para que se cure del mal aire.
Yerba buena, yerba luisa y menta. Se
hierven en medio litro de agua y se toma
tres veces al día. Sirve para el dolor de estómago.
Ruda. Se hace una fusión con un poco
de aguardiente y azúcar. Se toma a soplo
para los dolores menstruales. También
sirve para sacar el frío de las mujeres
recién dadas a luz. Se hierve con canela,
luego se endulza, se echa un poquito de
aguardiente y se toma a soplo. Además,
es abortiva. Para abortar se cogen tres ramitas, se las hierve y se deja en el sereno.
Se toma en ayunas.
Poleo. Se toma seis hojitas de poleo, se las
pone a hervir en un vaso de agua y se da
Almendra. Reducir los gases del abdomen. Se toman seis hojas, se las pasa por
la candela y se las coloca en el estómago.
Galve. Buena para curar los granos de las
sietes luchas. Se machaca una porción,
se mezcla con limón y se friega la parte
afectada.
Malva. Se toman las ramas, se las pelan y
parten, se colocan en una fuente con dos
litros de agua.
Hoja santa. Cura el escorbuto de los ni-
Sábila. Muy buena para la inflamación
vaginal de las mujeres y los riñones. Se
parte una hoja de sábila luego se pela y
raspa el cristal, se licúa con agua mineral
y se toma en ayunas por nueve mañanas.
Romero. Se hierve un litro de agua luego
se coloca un puñado de romero. Se usa el
agua para peinarse y que así no se caiga
el cabello.
Discancer. Machacar unos tres puñados
de hoja de discancer, esprimir el jugo y
tomar por nueve mañanas para desinflamar el hígado.
Paico. Cuando los niños están durmiendo y los dientes comienza a trinar se
machaca una porción de paico, se lo re-
337
SABERES ANCESTRALES
ños. Se toman tres hojas, se las machaca
bien, se las revuelve con sulfatiazol y se
colocan como supositorio.
Yerba mora. Muy curativa. Se hierven
tres matitas en un litro de agua y cuando el agua esté tibia se sumerge la parte
afectada. Actúa contra hongos o granos
bravos.
Guayaba. Además de alimenticia es curativa, sirve para eliminar la diarrea en
los niños. Se hierven tres cogollos y tres
guayabas verdes partidas en cuartos, en
medio litro de agua. Se toma todo el día.
Guanábana. Cura el resfrío cuando las
mujeres están embarazadas. Se hierven
tres puñados de hojas en seis litros de
agua. El enfermo debe bañarse con el
agua lo más caliente posible.
Bledo. Se hierve un puñado de bledo en
un litro de agua. Se toma por nueve mañanas en ayunas para expulsar los cálculos del hígado y riñones.
Orégano. Sirve como alimento y también
para sacar los gases. Se hierven tres hojas
de orégano en un vaso de agua y se toma
tres veces al día.
Imbiande. Regula la menstruación. Se
hierven tres hojas en un litro de agua
hasta que reduzca a un vaso. Se lo deja
en el sereno y se toma en ayunas por tres
días consecutivos.
Nacedera. Planta depurativa. Sirve para
expulsar la sangre mala que les queda a
las mujeres cuando dan a luz. Se hierve
en un litro de agua un puñado de hojas
con panela, se deja cocinar bien, luego se
coloca una copa de aguardiente. Se toma
a soplo por nueve días, en las mañanas y
tardes.
338
AFROECUATORIANO
Gualanga. Alimenticia y curativa. Sirve
para la buena circulación de la sangre y
para curar las venas varices. Se pone a
hervir un puñado de hojas y se toma el
agua.
Verbena. se toman tres puñados de verbena, se saca el zumo, se agregan tres gotas de limón sutil. Se toma en las noches
al acostarse. Cura la gripe crónica.
Aracidi. Es una nueva planta con poderes
muy curativos. Se machacan tres hojas,
se extrae el zumo y se toma por nueve
días, en ayunas, revuelto con el jugo de
noni.
Verdolaga. Buena para curar las fatigas y
acidez estomacal. Se toma un puñado, se
lo maja bien con la mano y se lo coloca
en un litro de agua fría. Se toma por agua
del tiempo.
Biblia. Se hierve un puñado en un litro de
agua. Se toma por agua del tiempo. Cura
la presión del corazón.
Chillamgua. Sirve para la alimentación y
también es curativa. Quita el rojo de los
ojos. Se machacan tres raíces, se pone a
cocinar en un vaso de agua hasta que reduzca a un gotero. Se coloca una gotita en
cada ojo, dos veces al día.
Nacedera y borraja. Sirven para botar los
coágulos de sangre cuando las mujeres
dan a luz. Se hierven tres hojas de nacedera y tres de borraja con panela. Se echa
un poco de aguardiente y se toma por
nueve días.
339
SABERES ANCESTRALES
ARTESANêA
Los objetos artesanales que se utilizan en la cocina son:
Picador (tabla). Se toma un trozo
de madera que sea cedro o guayacán de unos 20 cm de largo por 20
cm de ancho. Se lo labra bien, dándole una forma semiovalada en los
extremos. En un lado se hace una
cavidad que servirá para moler el
verde; el otro lado se lo deja llano
porque servirá para picar -cebolla,
tomate, pimiento- o para lavar los
pescados.
340
El mazo (machucador). Se elabora con madera de cedro o guayacán, es un tronco de unos 15
cm que se labra y da la forma de
un mazo. Luego se lija para que
las manos no se lasquen. Sirve
para majar el verde o el fréjol.
341
SABERES ANCESTRALES
Calabazos. Son tomados de los árboles.
Se coge una piedra redonda, se golpea
despacio hasta formar un hueco en el
que quepan dos dedos, se deja que se
pudra la tripa (tres días), luego se labra
un palo en forma de paleta para empezar a mover todo lo de adentro hasta
que quede limpio. Se llena de agua y se
deja por una semana hasta quede limpio, para luego llenarlos de agua.
Cuchara de mate. Se elabora con la
tercera parte de un calabazo. Se raspa
todo el tripaje hasta que quede bien
amarillita, se utiliza para servir las comidas.
Abanico. Se elabora de paja toquilla.
Su forma triangular le permite manejar el viento para avivar el fogón.
342
AFROECUATORIANO
Molinillo. Para mover
el chocolate y la chucula de maduro o chontaduro.
Batea. Para amasar harina y hacer empanadas.
Cagüinga. Se elabora
con un trozo de madera
de 20 cm de largo, se lija
bien y se colocan unos
pequeños elaborados a
los costados. Sirve para
mover las cocadas y mazamorra.
343
SABERES ANCESTRALES
Ollas de barro. Se elaboran de un barro muy especial que se encuentra a las
orillas del río o de las quebradas, es de
color plomo o cenizo. Se mezcla con
arena, se hace una bola y se da la forma
hasta obtener la olla. Luego se la pone
a un lado de fogón durante quince días
para que seque bien. Luego se prende
una fogata y quema. Está lista para el
uso diario.
En los cuartos, los objetos artesanales
que se utilizan son: escopeta de varilla
(una escopeta para la defensa personal),
estera (petates para dormir), damagua
(sábanas que se hacían con la corteza del
árbol del mismo nombre).
MUNDOÊ MUSICAL
Comprender las expresiones musicales
del pueblo afroecuatoriano en la provincia de Sucumbíos implica reconocer su
influencia esmeraldeña. La música de la
marimba, de carácter profano y la música
religiosa, vinculada a rituales mortuorios
y de adoración de santos y vírgenes como
los chigualos, arrullos y alabados, constituyen este patrimonio cultural.
Música ritual
La ritualidad musical religiosa afroecuatoriana involucra especialmente a la
muerte como evento trascendental de la
vida. También se practica en relación con
los santos y vírgenes como intermediarios entre este mundo y el cielo a quiénes se les hace peticiones especiales para
que los deseos y necesidades de la vida
cotidiana sean concedidos: salud, amor,
bienestar.
Aunque en Esmeraldas la población
rural practica con mayor prevalencia la
música ritual mediante eventos ceremoniales que involucran, como episodio
fundamental, a los arrullos, chigualos y
alabaos, ciertamente en Sucumbíos se
realizan fiestas y ceremonias donde los
modos del canto, la danza y la interpretación musical son centrales, y siguen los
patrones de ritos funerarios y ritos de intermediación del mismo nombre.
En todos los casos son cantos de llamada y respuesta en los que el solista
canta y un coro le responde. Van acompañados por grupos de instrumentistas
que utilizan idiófonos (maraca, guasá) y
membranófonos (bombo, cununo) prin-
cipalmente, pues no existe acompañamiento armónico (ausencia de guitarras,
tiples, bajo).57
Arrullos58
Son cantos grupales de llamada y respuesta, melodías con versos interpretados por
un grupo de cantadoras que normalmente
es más numeroso que el que forma parte
de un grupo de marimba. Están acompañados por instrumentos de percusión tradicionales de la cultura afroecuatoriana:
dos bombos, dos cununos, interpretados
generalmente por los hombres; mientras
que cada una de las cantadoras tocan una
maraca, instrumento que al parecer ha
sustituido al tradicional guasá.
Estos cantos pueden ser a lo divino:
Niño Dios, vírgenes y santos o a lo humano, cuando tienen vinculación con actividades de la cotidianidad, como la cacería,
la pesca, el cuidado de los animales, el
matrimonio, entre otros. En ambos casos,
los participantes cantan ininterrumpidamente hasta el amanecer.
Los arrullos a lo divino siempre se
realizan en contextos religiosos: velorios
de angelitos, fiestas de santos y el nacimiento del Niño Jesús. Los últimos son
los más frecuentes. Cualquiera sea el
caso, el arrullo, respecto de la forma musical, posee fuertes contenidos mágicoreligiosos: con el canto se busca abrir el
cielo para la entrada del angelito, traer al
santo a la fiesta para agradecerle y conseguir sus favores, poner de nuestra parte
al Niño Dios.
*
344
Colaboración de Juan Carlos Franco.
57 Estas características son generales en la música étnica del Africa Occidental.
58 Textos base de Franco, 2005.
345
SABERES ANCESTRALES
Los arrullos carecen de acompañamiento coreográfico, no son canciones
bailables, lo que introduce un elemento
más de diferenciación respecto a la música marimba.
La funcionalidad de estos cantos dedicados a lo divino se expresa en su capacidad para reforzar alianzas, solicitar
y agradecer favores, por lo que es habitual que su interpretación se efectúe en
procesiones alrededor del pueblo, con
el paseo de la imagen por las calles o en
balsa por el río, donde se canta sin parar
hasta el amanecer del día siguiente, pues
se cree que los santos son vanidosos y les
gusta la ceremonia.
Chigualos59
Al llevar el cuerpo al cementerio también se cantan chigualos. La música y los
cantos deben conducir el alma del niño
hacia el cielo.
Los chigualos nacieron de los juegos
que practicaban los negros en las noches
de luna, en donde se cantaba a capela y
bailaban dando vueltas en ocho o chigualiando, de ahí su nombre. Posteriormente, se adoptó esta actividad en los velorios
de los niños, en donde ya se introdujeron
los instrumentos de percusión citados.
El carácter alegre de estos rituales es
complementado con relatos de adivinanzas, chistes, bailes y recitación de décimas, que nunca denotan tristeza o dolor.
El chigualo es un ritual fúnebre que se
realiza cuando fallece un niño o niña a
cuya alma se llama angelito, pues se cree
que por su inocencia, al morir, van directamente al cielo. Esta ceremonia se efectúa en la noche siguiente al fallecimiento.
La familia convoca a las cantadoras y a
los músicos, para que la música guíe hasta los cielos al infante, por lo que su interpretación se realiza en un contexto de
alegría. Según la tradición, estos cantos
van acompañados por uno o dos bombos
y dos cununos, que simbolizan y acompañan la entrada del angelito en la gloria.
Alabaos
El cuerpo del niño es colocado en una
mesa adornada con flores y cuatro velas
esquineras, dentro de un toldo con un
solo lado abierto, para permitir la salida
del alma. Durante el velorio, se escucha
el ritmo del bombo y del cununo. Los
músicos se turnan para tocar toda la noche, se sientan a los pies del infante, de
cara hacia él. El sonido del bombo mantiene alejada a la Tunda, que es el espíritu
que roba el alma de los niños. Ella acecha
cerca de la casa esperando a que deje de
sonar el bombo.
Se cree que los alabaos ayudan al
alma del muerto a que alcance la paz en
el cielo. La ceremonia inicia el día en que
fallece la persona y dura nueve días, lapso en el cual se realiza el novenario. De
no observar las reglas, el alma del difunto quedará vagando en la tierra, constituyendo un serio peligro para los vivos.
Son melodías tristes y lentas que se entonan en forma tradicional, sin instrumentos y aluden constantemente al tema
de la muerte. Estos cantos encarnan las
intensas pasiones humanas que expresan
el significado de la muerte, dentro de la
religiosidad católica popular.
Los cantos son interpretados en los
velorios de personas adultas, así como en
algunas celebraciones vinculadas al santoral católico, en especial las de Semana
Santa.
El ritual incluye tres momentos claves: el primer día, las mujeres, parientes
y amigas, cantan alabaos desde la noche
hasta el amanecer; se abren puertas y
ventanas para impedir que el alma se que-
AFROECUATORIANO
de encerrada; y se bebe aguardiente a fin
de evitar el hielo del difunto. Durante siete
días se reza todas las tardes y se recuerda
la vida del extinto, lapso en el cual el alma
deambula por la comunidad, por lo que es
preciso evitar los paseos nocturnos.
El último día (noveno) se organiza
una segunda ceremonia. Se elabora un
muñeco que simboliza el cadáver y nuevamente se lo vuelve a velar, se entonan
alabaos y se bebe licor. En el alba, se apagan todas las velas y los asistentes gritan
y se lamentan porque finalmente el alma
del difunto los abandona. De esta manera, el alma es conducida a uno de los dos
mundos de los muertos.
El ritual concluye siempre con este alabao:
Adiós primo hermano
Primo hermano adiós
Te vas y me dejás
Solito con Dios
Estas cuatro velas
Me las dio el Señor
Son las cuatro velas
De la salvación
Oigan como suena
Y como retumba
Son golpes del alma
Allá en la tumba
Música profana
La expresión de la música profana
afroecuatoriana de origen esmeraldeño
se vincula con la tradición de la marimba. Sin embargo la tradición de la música
afroamericana es vasta y ha incidido en
el hemisferio en múltiples expresiones
musicales y ritmos como el jazz, el blues,
el gospel, la salsa, el son, el merengue, la
cumbia y los vallenatos. Son estos ritmos
los que se prefieren en las fiestas.
Algunas personas, especialmente los
mayores, también escuchan pasillos, boleros y otros ritmos de la vieja guardia.
La marimba (es decir, la música de
la marimba) identifica a la población
afroecuatoriana en el mundo. Suena
acompañada con el bombo, cununo, maraca, guasá, cantoras y cantores. Cuando se entonan estos instrumentos es un
jolgorio de alegría, el cuerpo comienza a
moverse como una corriente por las venas y no se puede detener.
Marimba
La música de la marimba a diferencia
de los arrullos, chigualos y alabaos está
asociada a la vida social, a los eventos
festivos y profanos donde se propicia el
cortejo.
Estas fiestas se realizaban en un lugar
específico llamado la casa de la marimba
donde se reunían las familias para la celebración. Esta práctica ha desaparecido
en Esmeraldas y en todas las provincias
de preponderante población afrodescendiente.
Estas fiestas solían durar hasta una
semana y en ellas se interpretaban distintos ritmos con bailes libres: carambas,
currulao, bambucos, andareles.
Los eventos de la marimba inician con
el ensayo de los marimberos. Se considera necesaria la competencia entre el
bombero (el que interpreta el bombo) y
el bordonero (el que interpreta los bajos
en la marimba), a estos instrumentistas
se une una mujer que generalmente interpreta el guasá.
Una vez que se han afinado los instrumentos y han quedado listos para la
reunión de la noche, los hombres salen
a las cantinas donde ubican a los glosea-
59 Ibídem.
346
347
SABERES ANCESTRALES
dores que son quienes interpretan canciones, palabras, cuentos, décimas y frases. Es el dueño de casa quien invita al
gloseador para la noche, mientras que la
mujer busca a las respondedoras quienes
a su vez tienen a la solista que responde
directamente al gloseador y dos bajoneras que armonizan con ella.
En la marimba está presente la creatividad y fortaleza musical afroecuatoriana,
y las relaciones entre hombres y mujeres;
el canto, la poética a través de las décimas
y la invencible capacidad de inventiva, improvisación y narración negra.
La tradición en Sucumbíos es aún escasa pero las organizaciones de jóvenes y de
mujeres están buscando impulsar la marimba entre la gente afroecuatoriana de la
provincia.
Así se recuerda:
La gente afroecuatoriana bajaba de los
pueblos interiores o arribaba desde las
cabeceras de los ríos y, de llevarse a cabo
en la ciudad, caminaba de un extremo al
otro. Se juntaba en salas grandes o en la
pampa de la casa de un hombre respetado
por la comunidad o de algún mayor. Los
cabildos de marimba eran casa de familias, se bebía trago casero y se comían alimentos generosos en aliños y sabores, era
preparado con mucho trabajo y servido en
términos de jerarquía: los viejos en primer lugar, luego los varones y las mujeres,
y finalmente los niños y anfitriones. Nadie
pagaba, porque después a cada uno le llegaría el turno del convite. Nadie podía escapar a su compromiso, por esos tiempos
la palabra tenía fortaleza de guayacán y
musicalidad de chonta fina. Los marimbas
dance’s hall (marimbotecas, se diría en la
jerga actual) decayeron hacia los años sesenta, y a mediados de los setenta quedaban muy pocos lugares para bailar a gusto.
Ritmos contemporáneos
Es necesario mencionar que las y los jóvenes afroecuatorianos en la provincia de
Sucumbíos exploran los ritmos contemporáneos como el reggueton, el ska, el
hip hop, la bachata y el rock, como medios de expresión de sus vivencias.
Instrumentos musicales60
La marimba
Es el instrumento central de la música
afroecuatoriana. Es un teclado de percusión compuesto por veinticuatro tablas
que producen sonidos melódicos y armónicos. La parte fundamental de la construcción de la marimba está en su afinación. Para lograrlo se usa el tema Agua
Larga porque tiene la afinación exacta
para coger la altura tabla por tabla, desde
la más aguda hasta la más grave.
El sonido de la tabla base desde donde
parte la afinación lo da el pájaro llamado
marimbero quien en su canto dice: Quién
compra botín, quién compra botín.
El sonido tin es la nota más alta que
da el pájaro y es la referencia de afinación
de la tabla más aguda de la marimba, que
es la primera, ya que la afinación se realiza de modo descendente. Al tener el sonido de la tabla base se procede a afinar
la tercera, la cual tiene que hacer un dúo
perfecto de la primera. Luego se encuentra una media entre las dos, que es la segunda, y con el mismo procedimiento se
afinan las demás.
Entonces, debe buscarse el dúo con
la última en ser afinada, la 23 que viene
hacer el sonido inmediato entre la 22 y
la 24, logrando así la afinación de la marimba tradicional afroecuatoriana. Solo
se afina en las noches de luna por su si-
AFROECUATORIANO
lencio y frescura, con la marea vaciante,
debido a que si esta sube, se obtienen
otros sonidos.
Las teclas se construyen con madera
de chonta o pambil, pero el material más
sonoro es la chonta. Los resonadores se
construyen de caña guadúa, la de mejor
calidad es la toleña o criolla.
La marimba está compuesta por:
Veinticuatro placas de madera chonta o
pambil.
Dos listones de igual longitud de madera, laurel, calade, dormilón o caoba,
colocada en forma paralela, sobre la que
descansa la placa de pambil.
Dos marcos transversales de la misma madera de listones que sostienen a
varios canutos colocados verticalmente,
llamados las cajas de resonancia de caña
guadúa cuyo nombre corresponde a la
cantidad de placas de chonta. Los canutos están trenzados (o amarrados) por un
cabo de alambre que atraviesa los exteriores y superiores.
Dos bordones o palillos de madera
que sirven para golpear las placas y sus
puntas envueltas con leche de caucho.
Dos burros (o caballetes) de madera
que sostienen al instrumento.
El alma marimbera la da el registro agudo o tiple y el registro grave o bordón: el
primero se acaricia con los tacos las placas de menor longitud; el segundo, a las
placas más grandes.
El bombo
Para la construcción de este instrumento
no se puede utilizar madera fina y pesada
sino maderas que, como el laurel, tienen
poco peso y secan rápidamente. Sin em-
bargo el material más apetecido por su
sonoridad es la jigua amarilla;. Esa madera hay que cortarla con el quinto día de
menguante.
Para construir los bombos se entablilla la cuja de resonancia. La cuja se ensambla comenzando por las dos primeras
tablillas y luego dando la vuelta cuidadosamente.
Los cueros son de venado macho y de
tatabra hembra, los mismos que se templan mediante dos aros para obtener un
mejor acabado y un sonido incomparable.
El método de templar se llama relingar o
amarrar bien, de acuerdo al diámetro de
la cuja.
El bombo está compuesto por:
Una cuja de cuarenta centímetros.
Un entablillado de caña guadúa alrededor de la parte superior del bombo.
Un cuero de venado macho para cubrir el
entablillado.
Un cuero de tatabra hembra para cubrir
la parte de abajo del bombo.
Una soga de cinco metros para templar
los cueros de las dos partes.
El bombo de agua
Este instrumento se lo utilizaba solo en
caso de que se rompiera el bombo normal. Se colocaban en una batea con agua
dos calabazos, uno grande y otro pequeño; se les hunde hasta cierta parte y se
toca como si fuera el bombo original obteniendo dos voces: la grave y la aguda. Y
cuando los músicos entraban en calor por
la emoción del canto y los tragos, rompían los mates como por encantamiento.
60 Tomado de Valencia (48).
348
349
SABERES ANCESTRALES
El cununo
El guasá se compone de:
Es un tambor de forma cónica. Posee
cuero o membrana y está cercado en el
fondo. El fondo del cununo está cubierto,
lo que lo hace diferente. Se construyen
cununos hembras y cununos machos. El
cununo hembra es pequeño y el cununo
macho es más grande. Es un instrumento
de percusión y pertenece al orden de los
indefinidos, hecho con material y bejuco
de la zona (testimonio de Pedro Cabeza). En algunos constructores es común
no utilizar la madera apropiada y corren
el riesgo de que se escaree y las cuñas se
rompan.
Un pedazo de caña guadúa de veinte
a cuarenta centímetros de largo.
Un instrumento de la nudosidad,
propio de la guadúa.
Un orificio por la parte de arriba de
la tapa.
Treinta semillas de achira o diez clavos pequeños o diez piedras finas pequeñas.
Se coloca en el orificio y se tapa con
vela derretida.
Por el otro lado va sellado por una
tapa de la misma caña o guadúa.
El cununo está compuesto por:
Un tronco de madera cónico.
Cuatro cuñas de madera fina, guayabo para sujetar el anillo que está alrededor de la parte superior.
Anillo de piquigua.
Un cuero de venado para el cununo
macho.
Un cuero de tatabra para el cununo
hembra.
Una soga de cinco metros para sujetar los cueros de las dos partes.
El guasá
Es un instrumento de percusión idiófono
de tradición afroecuatoriana. Se construye con caña guadúa o yarumo siempre y
cuando no tenga nudo. Con pocos granos
suena perfectamente. Cuando el guasá es
construido de guadúa hay que seleccionar
una que no tenga mucha comida por dentro y que el pedazo que se utilice vaya de
un nudo a otro con un diámetro no muy
largo para poder pulir bien por dentro y
por fuera al material. Su ejecución es en
forma diagonal, moviendo arriba y abajo;
batiendo brazos para la producción del sonido; sirve para sostener la base rítmica.
350
AFROECUATORIANO
Maracas
Son utilizadas en pares y están construidas de calabazos de diez centímetros de
diámetro bien redondos a los que les introducen semillas de achira. Se les atraviesa un palo que sirve de mango. Las
maracas se clasifican como idiófono de
sacudimiento. Se les usa en arrullos y
chigualos.
Las maracas están compuestas por:
Dos calabazos de diez centímetros de
diámetro.
Una latilla de madera de doce centímetros de largo.
Treinta semillas de achira.
Lija fina.
La charrasca
Está construida con una vara de chonta
fina de unos setenta centímetros y se labran unos dientes de forma similar a los
del güiro. Se los raspa con un huesito de
perico ligero. Actualmente, la charrasca
está en desuso por la escasez de la chonta
fina.
351
AFROECUATORIANO
ACTUALIDAD
A su llegada a Sucumbíos, la comunidad
afroecuatoriana tuvo que hacer frente
a múltiples problemas, derivados de los
prejuicios raciales. Así lo cuenta Esperanza Ruiz: “Siempre ha existido el racismo y
la discriminación. Cuando llegamos aquí,
no había la apertura que hay ahora. Había cuartos de arriendo, pero nadie nos
los arrendaba, porque teníamos muchos
hijos, o porque decían que hacíamos mucha bulla, o porque los cuartos ya estaban
arrendados, cuando era mentira. Siempre los negros éramos mal vistos, éramos
el ojo del cañón.”
Isabel Gómez también se encontró con el
mismo problema:
En cambio aquí cuando recién
llegué, yo me sentía mal, pero
ahora con el tiempo me he dado
cuenta que ha ido cambiando, y
que ya no es como antes, que te
decían:-Ve este negro hijo de p…
Ahora, no sé si estaré equivocada en mi manera de ver, pero yo
creo que es diferente. En tiempos de antes nos tenían como
ladrones, como personas peleonas. Cuando mi esposo quería
comprar en este barrio un solar,
habían dicho por acá que no le
vendieran porque era una persona problemática. Y entonces
cuando ya llegamos a vivir con
el tiempo todas esas versiones se
esfumaron. No te querían ven-
352
der, decían que tú eras peleona.
Entonces yo dije que uno para
hablar de una persona primero tiene que conocerla. Cuando
nosotros recién vinimos a vivir
aquí, dijeron que no querían
más negros en este barrio.
Los problemas que se encontraron los
primeros negros y negras que llegaron a
Sucumbíos a la hora de encontrar vivienda subsisten, aunque quizás en menor
medida, pero agravados por la escasez
de servicios básicos. En una gran proporción, las casas de los afrodescendientes
presentan un mal estado de conservación y, en muchas ocasiones están arrendadas, sin agua potable, electricidad o
alcantarillado.
Las viviendas de hoy se construyen
de acuerdo a un plano elaborado por un
arquitecto. Los cimientos se rellenan
con material pétreo, el techo es de zinc,
eternit o loza; las paredes son de bloque
y luego son enlucidas con cemento y pintadas con distintos colores; el piso es de
cemento liso, de baldosa, de italpiso y
parquet; las ventanas son de hierro moldeado.
Las casas suelen tener dos cuartos,
una sala y cocina; un cuarto es para los
padres, si tienen dos niños, se divide el
cuarto, se colocan las camas y cada cual
duerme más aún si son varón y mujer.
Las madres suelen tener mucho cuidado
con las niñas, los hombres duermen separados de las mujeres, y cuando la familia en grande se suele colocar literas para
que cada quien tenga su propia cama o
según como va creciendo la familia, se
construyen cuartos para mayor comodidad.
Cuando se tiene terreno baldío al lado
de la casa se cultivan productos de ciclo
corto como maíz, yuca, camote, plátano, fréjol y lo que no pueden faltar son
los invernaderos, en los que se cultivan
productos de condimento como tomate,
cebollas, ajo, orégano y cilantro.
En estos tiempos es más difícil construir una vivienda porque se debe comprar todo y si no se tiene un buen trabajo resulta muy complicado adquirir una
casa propia. Los muebles son de lujo, ya
no se come en el suelo sino en mesas con
varios puestos, hay televisión con una
amplia gama de programas para escoger,
celulares, luz eléctrica, paneles solares.
La electricidad es fundamental, a pesar
de los apagones de luz que proliferan en
Sucumbíos, y que tanto problema generan a la población, en general, y al sector
de los comerciantes, en particular.
Rara vez existen árboles en las calles
de ciudades como Lago Agrio o Sushufindi, y si lo hay es un zapote, un caimito o
un aguacate. En las fincas, por el contrario, sí hay toda clase de árboles frutales.
En la actualidad las casas son diferentes. Las costumbres se han ido perdiendo por la aculturización, y en raras casas
existe alguna imagen. Ahora las personas
no creen en los santos y no les importa si
hay o no en su casa uno de ellos.
En las viviendas que se construyen
en el campo, en algunos casos, se sigue
con la tradición de bautizarlas antes de
ocuparlas. También se siguen realizando
mingas o cambio de mano. Y si se construyen en la ciudad participan el maestro
y su ayudante.
Las ventanas están repartidas según
como una las elija: pueden ser una en
cada cuarto, dos en la sala y una en la cocina, por ejemplo. Sus cerraduras son de
bisagras, protectores, chapas, picaporte y
candado.
En las casas los animales domésticos
más comunes son: perro, gato, gallinas,
cuyes, chanchos. Estos animales tienen
su propia casita o espacio en donde duermen o pasan el día.
Del mismo modo, ha habido cambios
irreversibles. Hoy existen letrinas sanitarias, baños públicos y privados, agua de
pozo y entubada (semipotable).
Cuando la familia es corta en una casa
pueden vivir cuatro personas, cada una
con su dormitorio propio, pero si ya pasan de seis o siete, comparten los dormitorios: se ponen dos o tres camas en un
mismo cuarto para que todos se sientan
cómodos, los hombres en una habitación
y las mujeres en otra.
Las casas en las fincas se siguen construyendo según la tradición afroecuatoriana. Los nichos todavía están presentes en
muchos hogares. También se pueden ver
las antiguas bateas, que eran una especie
de canoíta en la que lavaban la ropa. En
algunas casas, se conservan las cachimbas, en donde los ancianos fumaban tabaco; o los calabazos, en donde antiguamente se llevaba el agua; o la cuchara de
mate para mezclar y servir la comida; o
el abanico hecho a base de paja toquilla
para aventar el fogón.
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SABERES ANCESTRALES
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AFROECUATORIANO
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