Untitled - Investigaciones

Anuncio
 Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
EDITORIAL
Recibido el 10 de febrero de 2014 y aprobado el 20 de marzo de 2014
CONCEJOS VERDES: TRES DÉCADAS DE LUCHA AMBIENTAL
DEAL ADVICE: THREE DECADES OF ENVIRONMENTAL FIGHT
Margarita Marino de Botero, directora del Inderena en los años ochenta, creó un
esquema de participación popular municipal que se denominó “Concejos Verdes”.
La iniciativa partió de la Campaña Verde, la cual recorrió todos los municipios del
país. Marino de Botero dice:
Hicimos 800 Concejos Verdes Municipales, antes de que existieran los consejos de
planeación municipal, antes de los consejos de cultura. Nos amparamos en una la
ley de régimen municipal de 1982, que permitía la organización y la asociación
municipales.
El deterioro de los recursos naturales y la pérdida de la calidad de vida de la
población, fueron el fundamento y motor para el lanzamiento de la “Campaña
Verde”, una iniciativa de educación y participación ciudadana local, espontánea y
permanente, para defender el patrimonio público.
La Campaña Verde se inició en octubre de 1985, inspirada por el Inderena, con el
propósito de concientizar a los alcaldes y a la comunidad en general, sobre la
conveniencia de luchar y trabajar para poner fin a la devastación de los recursos y
facilitar así un gran movimiento de participación social. (Marino de Botero)
La campaña, que nació con el eslogan “Mil alcaldes siembran futuro”, en menos de
10 meses abarcó todo el país. Una mancha verde recorrió la geografía nacional,
construyó viveros municipales y los dotó de semillas de árboles nativos para
emprender la reforestación masiva en cada municipio. En esos años, uno de los
problemas más sentidos era la deforestación y la erosión y degradación de los
suelos, por la actividad humana. Y en el contexto internacional, se agitaba en la
agenda pública: la crisis de los hidrocarburos, las alarmas por el agotamiento de los
recursos, la destrucción de la biodiversidad, entre otros.
Pasamos por todos los pueblos, encaramados en cajas de cerveza, [diciendo]: sin
defender el medio ambiente, sin defender el agua, sin defender la productividad del
suelo, sin defender el aire, no hay vida. Y si no hay vida, no hay desarrollo, no hay
futuro para nosotros, no hay futuro para nuestros hijos, acompáñenos, colombianos,
en esta campaña. (Marino de Botero)
Más que una propuesta fundada en el conocimiento y la investigación científica, era
una explosión de emotividad. Y la respuesta fue un estallido de afecto y de
solidaridad de la gente, que había que canalizar de alguna manera. Y así surgió la
idea de crear un lugar en donde se pudiera pensar lo ambiental, desde el ámbito
local. Así nació el “Colegio Verde” de Villa de Leyva, un centro para la formación
ambiental, que ha formado varias generaciones y se constituye, también, en centro
de documentación y memoria del ambientalismo colombiano.
En su mayoría los Concejos Verdes estuvieron conformados por alcaldes, párrocos,
dirigentes cívicos, líderes comunales, artesanos, maestros, indígenas, obreros, es
decir, por todos los entes fundamentales de opinión. Se movilizaron amplias masas
populares y se comenzaron a conocer los instrumentos legales, administrativos y
técnicos, que sirven para la gestión del medio ambiente y los recursos naturales,
©Universidad de Caldas
8
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
antes de que hicieran parte de la Constitución Política de Colombia. Eran tiempos en
que los parques naturales más emblemáticos del país: Isla de Salamanca, Tayrona,
Macarena y Gorgona, y humedales como la laguna de Sonso y la laguna de
Fúquene y la sabana de Bogotá, eran sitiados por el avance de un modelo de
desarrollo que privilegiaba el crecimiento económico sobre la preservación del
ambiente y el bienestar humano.
Esta participación masiva de la sociedad civil desde el ámbito local, que dio
comienzo a los Concejos Verdes, emerge como un auténtico cambio en las
costumbres nacionales de participar en los asuntos públicos, en especial por su
estructura, que, en palabras de sus gestores: “[…] persigue el propósito de
incentivar el debate ecológico y consolidar el poder del ciudadano frente a la
orientación de su desarrollo”. En el fondo de la iniciativa, subyace la idea de crear
poder desde la base, desde lo local, a partir del debate y la construcción colectiva,
para la defensa del patrimonio público.
La comunidad así organizada, adquiere nuevos elementos para ejercer control
efectivo en la preservación de los recursos naturales, porque entiende que de ellos
depende el desarrollo de su comunidad y su bienestar. Aunque fue una iniciativa del
Inderena, en la dirección de Margarita Marino de Botero, su estructura y
conformación plural, les garantizaba su plena autonomía en la toma de decisiones y,
en consecuencia, “se constituían en auténticos interpretes de la comunidad y
gestores del cambio”, para poder gestionar un manejo inteligente de su entorno.
Sin duda, para el momento en Colombia, cuando la descentralización políticoadministrativa no existía y la Constitución Política de 1986, no contemplaba la
participación ciudadana, como un derecho fundamental, la iniciativa fue
revolucionaria.
Con nostalgia sentencia Marino de Botero:
La gente llamaba al Inderena a preguntar qué tenía que hacer. Se organizaban
comités ambientales, que luego se transformaron en Cabildos Verdes y se comenzó
a hablar de municipios verdes. En fin, pasó la vida y ahora, creo, no hay nada verde.
Lo único verde que hay es el Ejército.
La iniciativa de crear Concejos Verdes en los municipios del país, tuvo un importante
reconocimiento de la comunidad internacional y trascendió las fronteras. El
presidente de la Corte Internacional de Justicia, así se lo expresa en misiva enviada
a Margarita Marino de Botero, Gerente General del Inderena:
13 de febrero de 1986
Margarita Marino de Botero
Gerente General del Inderena
Bogotá - Colombia
Apreciada Señora:
Estoy agradecido con el Inderena por la excelente sugerencia que han hecho para
promover la protección ambiental.
[…]
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 08-10
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Estoy suficientemente preparado para seguir su consejo y difundir el mismo
esquema en la India […]. Soy el Presidente de la Academia para la Investigación y
Legislación del Medio Ambiente y me gustaría mucho tener una cooperación total
con el Inderena en Colombia. Le estoy escribiendo a algunos de mis amigos para
desarrollar también la idea de los Concejos Verdes en la India.
[…]
Nagendra Sigh
Presidente
Corte Internacional de Justicia
Palacio de La Paz - La Haya.
Pero ¿qué son los Concejos Verdes?
Los Concejos Verdes son cabildos municipales para la defensa y manejo del
ambiente. Ideados dentro del marco del poder ciudadano y la democracia local, se
pretende con ellos fortalecer la autonomía del municipio y la participación
comunitaria en la vida local, así como también el conocimiento y solución de los
problemas en materia ambiental.
Sus tareas se sintetizan en: realización del inventario ambiental del municipio,
participación comunitaria para garantizar la distribución equitativa del agua y su
purificación, el tratamiento y la disposición de los residuos sólidos, la denuncia del
deterioro ambiental y del paisaje, la búsqueda de soluciones efectivas y la
participación en la toma de decisiones en lo relacionado con los proyectos de
inversión públicos y privados que afecten el ecosistema local y regional.
Se vislumbra en las tareas de los Consejos Verdes muchas de las iniciativas que
hoy hacen parte de los instrumentos de participación ciudadana que contempla la
Constitución Política, relacionados con el derecho de los colombianos a tomar parte
en las decisiones que lo afectan y a disfrutar de un ambiente sano (art. 79).
Sin duda, los Concejos Verdes constituían para ese momento el principio de un
movimiento ambiental de origen popular y con características democráticas, antes
de que se comenzara a hablar de ecologismo de los pobres en otros países. De ahí
que hoy, a casi 30 años, de la creación de estos, cuando las locomotoras mineroenergética y agraria amenazan los bienes públicos y el bienestar de los
colombianos, la organización y la participación ciudadana, para crear poder desde lo
local, tal como lo insinuaban los Concejos Verdes, es un asunto que vale la pena
resaltar. Ese legado histórico ambiental es el sustrato para el fortalecimiento de un
ambientalismo popular que pueda enfrentar el avance del modelo de desarrollo
depredador que se impone en el mundo, y que amenaza no solo el bienestar de los
ciudadanos, sino también las condiciones que garanticen la vida en el planeta.
Isaías Tobasura Acuña
Profesor Universidad de Caldas
E-mail: [email protected]
Para citar este artículo: Tobasura, I. (2014). Concejos Verdes: tres décadas de lucha
ambiental [editorial]. Revista Luna Azul, 38, 08-10. Recuperado de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=view&id=891
©Universidad de Caldas
10
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
EL CÍRCULO VICIOSO DE LOS EFECTOS DEL CAMBIO
CLIMÁTICO EN POBLACIONES RURALES MIGRANTES DEL
ALTIPLANO BOLIVIANO
Jack Matijasevic Mostajo1
Recibido el 15 de julio de 2013 y aprobado el 22 de agosto de 2013
RESUMEN
El objetivo del presente artículo de reflexión es ver cómo el impacto
del cambio climático ha influenciado en una masiva migración
campo-ciudad y de cómo esta migración a su vez, influye en el
cambio climático. Metodológicamente se ha trabajado revisando las
conclusiones realizadas en estudios sobre el impacto del cambio
climático en la agricultura, contrastado con la sistematización de
experiencias del Desarrollo Comunitario en proyectos de agua y
saneamiento en áreas periurbanas. Como resultado de esto se ha
encontrado que las migraciones antes temporales, se están
convirtiendo en definitivas, alentadas por mejoras económicas, pero
que a su vez estos asentamientos periurbanos desordenados y sin
planificación son fuentes emisoras de CO2 que contribuyen al
calentamiento global y en consecuencia al cambio climático. Se
concluye que los efectos del cambio climático alientan cada vez más
a migraciones definitivas campo-ciudad y que este efecto se traduce
en un círculo vicioso: migración producto de los cambios climáticos,
urbanización desordenada que contribuye al cambio climático que a
su vez es causa de la migración. Para evitar este fenómeno se
recomienda aplicar estrategias de adaptación al cambio climático
como la gestión integral del recurso hídrico, el manejo integral de
cuencas y un mayor estudio de adaptación de los cultivos a las
variabilidades climáticas.
PALABRAS CLAVE
Cambio climático, migración, socioeconomía.
THE VICIOUS CIRCLE OF THE EFFECTS OF CLIMATE CHANGE
ON RURAL MIGRANT POPULATIONS IN THE BOLIVIAN
ALTIPLANO
ABSTRACT
The objective of the present article in reflection is seeing the impact
of climate change has influenced in a massive migration field-city
and how this migration at the same time, influencing climate change.
Methodologically he worked reviewing the conclusions carried out
studies on the impact of climate change on Agriculture contrasted
with the systematization of experiences of community development
projects in water and sanitation in peri-urban areas. As result of this
has been found that migration before storms, are becoming
definitive, encouraged by economic improvements, but at the same
time these peri-urban settlements disordered and unplanned are
sources of CO2 that contribute to global warming and thus to climate
change. It is concluded that the effects of climate change will
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
encourage increasingly definitive migration field-city and this effect
translates in a vicious cycle: migration product of climatic changes,
disorderly urbanization contributing to climate change which, in turn,
is cause of migration. To avoid this phenomenon, it is recommended
to apply strategies of adaptation to climate change as the integral
management of water resources, integrated watershed management
and further study of adaptation of crops to climate variability.
KEY WORDS
Climate change, migration, socioeconomic.
INTRODUCCIÓN
El objeto de estudio del presente trabajo es mostrar cómo el cambio
climático tiene impactos directos en los tejidos sociales de las
poblaciones rurales del Altiplano boliviano. Dicho impacto se
manifiesta en una migración campo-ciudad, que de haber sido
temporal en el pasado, poco a poco se está convirtiendo en
permanente, fenómeno que se presenta en las poblaciones más
jóvenes.
Esa migración que se asienta en áreas periurbanas de las capitales
departamentales, a su vez deja una huella ecológica importante,
debido a la falta de capacidad institucional que los municipios de las
áreas urbanas tienen para satisfacer la demanda por servicios
básicos y que al no poderla satisfacer se traduce en problemas
ambientales.
Las poblaciones de vocación campesina migran por los problemas
de cambio climático, el cual incide en el bajo rendimiento de sus
parcelas, buscando en áreas urbanas ingresos por trabajo
remunerado que compense las pérdidas que las variaciones
climatológicas ocasionan a sus cultivos. A su vez, la creciente
migración que se asienta en áreas periurbanas ocasiona problemas
ambientales, ya que las áreas periurbanas no cuentan con servicios
de calidad en la gestión de aguas residuales, mal uso del agua y
mal manejo de la basura. Produciéndose un círculo vicioso.
Bolivia es un país que cuenta con una diversidad de pisos
ecológicos, en los cuales las prácticas agrícolas también son
diferenciadas. Todas las regiones de Bolivia en los últimos 30 años
han sido castigadas con el cambio climático y las variaciones en el
clima, efectos que han afectado la situación socioeconómica de los
campesinos.
En Bolivia hasta el Censo de 1992 el 60% de su población vivía en
el área rural, este porcentaje ha cambiado completamente pues
ahora la mayoría de su población está asentada en áreas urbanas.
Este cambio porcentual tiene varias explicaciones, pero sin lugar a
dudas una de ellas es el cambio climático.
©Universidad de Caldas
12
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
El Altiplano boliviano abarca a tres de los 9 departamentos de
Bolivia, en este se encuentra el 39% de la población de Bolivia. El
departamento de La Paz concentra el 69% de su población en áreas
urbanas, Oruro el 62% y Potosí el 36% según datos del INE
proyectados a 2010 con base en el Censo 20012.
Desde los fenómenos climáticos ocurridos en los años de 1982-83
atribuidos a El Niño y La Niña, que fueron unos de los más severos
registrados en estos 30 años y que afectaron a siete de nueve
departamentos, estimándose pérdidas alrededor de los 726 millones
de dólares, que afectaron a más de 1,6 millones de personas
(PNUD, 2011). Se ha producido una masiva migración campociudad.
Se puede decir que ante estos problemas de cambio climático como
los de la década pasada, se estimó una pérdida de más de 500
millones de dólares anuales, las capacidades de respuesta no han
sido lo bastante suficientes para enfrentar este tipo de situaciones,
traduciéndose en efectos sociales directos los cuales se los puede
apreciar en una constante migración interna y externa.
Se ha podido comprobar que los rendimientos en calidad y cantidad
de los productos han ido mermado considerablemente, haciendo
insostenible la producción y la permanencia de las familias
campesinas en sus lugares de origen, produciéndose migraciones
primero temporales y luego definitivas hacia áreas urbanas en
búsqueda de oportunidades en otros sectores, como la minería, la
construcción y la economía informal (Valdivia et al., 2013).
El gobierno de Bolivia ha generado procesos y acciones para
enfrentar los problemas de cambio climático, se han elaborado
propuestas y acciones estratégicas para encarar medidas de
adaptación, viendo justamente que la estructura agrícola,
principalmente la tradicional y de subsistencia, no cuenta con
mecanismos de adaptación.
En 2007 se creó el Mecanismo Nacional de Adaptación al Cambio
Climático, instrumento que conjuntamente con el Plan Nacional de
Desarrollo son los pilares para enfrentar los problemas de cambio
climático. Paralelamente se ha elaborado también una normativa de
gestión del riesgo, además de que la temática está considerada y
contemplada en la nueva Constitución Política del Estado.
Los objetivos estratégicos del Mecanismo Nacional de Adaptación al
Cambio Climático, responden a la necesidad de establecer
respuestas orientadas a reducir la vulnerabilidad al cambio climático
en sectores identificados como tales, promover la adaptación
planificada en el marco de los distintos programas sectoriales y
reducir riesgos a los impactos del cambio climático (MPD, 2007).
Para el Estado es de suma importancia que las estructuras del
Gobierno puedan articular las estrategias institucionales para aplicar
el Mecanismo, de tal manera que se trabaje en procura de avanzar
en el conocimiento y las acciones necesarias para la adaptación al
cambio climático.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Sin embargo, pese a los esfuerzos que se realizan para encontrar
estrategias y medidas de adaptación, el crecimiento urbano
producto de las migraciones campo-ciudad se va acelerando, las
áreas periurbanas de las ciudades capitales van creciendo cada vez
más, y con ellas mayores demandas de servicios y el
ensanchamiento de una huella ecológica que está causando serios
problemas al medio ambiente.
METODOLOGÍA
Para esbozar el presente ensayo se recurrió al análisis y lectura de
trabajos concernientes a los efectos de cambio climático en la
agricultura de Bolivia, en general y específicamente del Altiplano. Se
contrastaron conclusiones para poder encontrar elementos de
análisis sobre el impacto del cambio climático en el tejido social de
esta zona.
En el año 2012 mi persona realizó un trabajo de asistencia técnica
para el Servicio Nacional para la Sostenibilidad de Servicios en
Saneamiento Básico de Bolivia (SENASBA, 2012), dicha asistencia
fue requerida para elaborar una sistematización de las experiencias
de entidades y expertos en Desarrollo Comunitario en Proyectos de
Agua y Saneamiento DESCOM, además de elaborar lineamientos
complementario a la Estrategia Social del Sector.
En dicho trabajo se pudo obtener información de las acciones que
se están haciendo para dotar de sistemas de agua y saneamiento a
áreas periurbanas de las ciudades capitales, producto de ello, en
entrevistas con los técnicos que desarrollan el DESCOM se pudo
advertir la alta migración campo-ciudad que se está produciendo en
Bolivia desde hace varios años atrás y cómo esta migración masiva
incide en el deterioro ambiental.
El DESCOM es una estrategia del sector agua y saneamiento que a
través de desarrollar un proceso participativo cuyo fin es el de
proveer mecanismos para la sostenibilidad de los sistemas de agua
y saneamiento, genera información de la población que va a
beneficiarse con este servicio. La estrategia DESCOM, recaba
información de la composición de la población en su estructura de
grupo familiar, sus niveles de ingreso, educación, acceso a la salud
y ahora se han incluido lineamientos que tiene que ver con el
conocimiento sobre la problemática medioambiental.
En el trabajo mencionado, se han sistematizado experiencias
DESCOM en áreas periurbanas de capitales de algunos
departamentos, la misma ha proporcionado información sobre los
problemas de pobladores que en un 90% son provenientes de áreas
rurales. La metodología participativa de levantamiento de la
información y los talleres y reuniones comunales o barriales, ha
proporcionado información con referencia a la procedencia de las
familias en áreas periurbanas y el motivo de su traslado.
©Universidad de Caldas
14
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Esta información del diagnóstico levantado por los ejecutores del
DESCOM, señala que la causa principal de la migración, es
producto de los problemas de las variabilidades climáticas, las
cuales están afectando los cultivos dañando la ya magra economía
campesina, por lo que se ven en la necesidad de trasladarse a los
centros urbanos en búsqueda de encontrar en ellos opciones de
trabajo remunerado, que puedan dar balance a la reducción de sus
ingresos agrícolas.
Esta información, se contrastó con la lectura y análisis de
bibliografía sobre los efectos climáticos en la agricultura en general
y en particular con aquellos de la agricultura del Altiplano.
Este análisis nos dio los elementos necesarios para discusión y las
conclusiones del presente trabajo.
RESULTADOS
Clima y cambios
Estudios al comportamiento del clima en Bolivia, son muy pocos, los
cuales basan sus análisis en trabajos científicos puntuales, además
del conocimiento y saberes de las poblaciones campesinas, bajo
estos datos se han elaborado algunos escenarios que todavía
presentan niveles altos de incertidumbre.
Un análisis espacial y temporal de las tendencias climáticas para el
Altiplano, muestra tendencias de incrementos de temperatura
mínima y máxima extremas en los últimos 50 años, las cuales
varían en las tres zonas altiplánicas: el Altiplano norte y centro con
tendencias al incremento de la temperatura máxima, es decir al
calentamiento. Mientras que en el Altiplano sur un enfriamiento en
las temperaturas (García, 2010).
La temperatura en la cordillera tropical andina ha tenido un
incremento de 0,10ºC y 0,11ºC por década desde 1939, por lo que
el ritmo de calentamiento se ha incrementado en los últimos años
entre 0,32ºC y 0,34ºC por década, aspecto que ha influenciado en el
retroceso o derretimiento de munchos de los glaciares, cuyas
consecuencias se sienten en la baja disponibilidad de agua (Bradley
et al., 2006).
Con relación a las precipitaciones pluviales, en la región del
Altiplano las percepciones muestran un incremento en los últimos
años, aunque las estaciones son menos estables ya que las lluvias
llegan más tarde y se ha acortado la época entre la primera y la
última lluvia, las granizadas se han vuelto más frecuentes además
de que el tamaño de los granizos es mucho más grande que hace
20 años atrás, afectando directamente a los cultivos; las heladas
también han aumentado en frecuencia y fuera de época con
afectación directa sobre los cultivos, a veces en el crecimiento y
floración, pero con más regularidad destruyendo o “quemando” los
cultivos. Los tres últimos años han marco la aparición de vientos
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
huracanados en zonas descampadas del Altiplano, con
consecuencias directas hacia cultivos y ganado. Las nevadas han
disminuido considerablemente en zonas donde antes nevaba
mucho, y en zonas donde no lo hacía ahora se han incrementado
(PNUD, 2011).
Uno de los mayores problemas del cambio climático es el retroceso
de los glaciares, el cual se convierte en el indicador más visible del
cambio climático que está experimentando la zona de la cordillera3.
Este es uno de los mayores problemas que está afectando y con
seguridad afectará mucho más en el futuro a la actividad agrícola
del Altiplano boliviano en general, pues la creciente demanda por
productos agrícolas de una población que cada vez se incrementa
más en áreas urbanas, confronta una disminución en el riego de
parcelas y su consecuente disminución en rendimientos, lo cual
atentará a la seguridad alimentaria.
Las anomalías climáticas como El Niño y La Niña están asociados a
los déficits de lluvias y a las sequías, sus efectos son variados y
dependen de la intensidad de los mismos. Ante la imposibilidad de
predicción del comportamiento y del grado de los mismos, se vuelve
necesario realizar estudios serios y científicos bajo modelos
regionales y globales.
Ante este panorama, el conocimiento bajo observación y predicción
con base al conocimiento cultural de los campesinos, se vuelve un
mecanismo para no ser desechado, pues los comportamientos de la
fauna silvestre, la observación de los astros y otros son variables del
saber ancestral, que no debe ser desestimado, por el contrario debe
ser aún más valorado, pues más allá de la superstición, se
encuentra un conocimiento que arrastra un saber cultural de
muchos siglos.
Debido a que gran parte de las poblaciones agrícolas del Altiplano
4
boliviano trabajan la tierra de forma precaria, estas están expuestas
a una serie de riesgos que provienen del clima, ya sea estos
eventos atribuibles a sequías, granizadas o heladas o en el caso de
poblaciones cercanas al Lago Titicaca a inundaciones. Estos
eventos como se ha visto líneas arriba, se han agudizado en los
últimos treinta años (PNUD, 2011), producto de ello es que los
rendimientos y los volúmenes de producción han tenido variaciones
considerables.
Pero no solo son los volúmenes de producción los que se han visto
afectados, sino también la cualidad de los productos, ya que los
mismos tienden a una baja en cuanto a su calidad y variedad. La
variabilidad climática estaría afectando a las variedades de algunos
productos como es el caso de la papa, según Jiménez et al. (2013)
se ha visto que las variedades de papas producidas en el Altiplano
norte sufren la incidencia de heladas y granizo, que tienen un
impacto directo sobre los niveles de producción y rendimiento,
además de que las variaciones climáticas han traído consigo un
incremento en cuanto a insectos y plagas, además de la
proliferación de enfermedades. Este efecto podría hacer que incluso
muchas de las variedades de papa estén en peligro de extinción, la
©Universidad de Caldas
16
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
tendencia es que para el año 2055, entre el 16% y el 22% de las
variedades de papá hayan desaparecido (Thomas, 2008); (Valdivia
et al., 2013).
Este efecto también se ha sentido en los cultivos de quinua, aunque
no tan severo como en otros cultivos. La expansión de la frontera
agrícola de este cereal está atribuida a la demanda creciente interna
y externa, se dice que los efectos en la disminución de la
productividad se han hecho sentir. Este cereal tradicionalmente se
siembra en terrenos de secano, sujeto a las precipitaciones
pluviales y a la humedad del suelo; las lluvias han tenido
considerables variaciones en la última década, y un incremento en
las temperaturas (García, 2010). Si bien en los últimos años ha
tenido un repunte en cuanto al volumen de producción, este no se
ha dado a causa de la mejora en los rendimientos, sino en la
habilitación de mayores parcelas de cultivo (García, 2010). Pero por
otro lado, este cultivo es uno de los más resistentes a la variabilidad
climática.
La producción agrícola del Altiplano boliviano ha tenido
considerables cambios a lo largo de los últimos 11 años, las
variaciones han sido cíclicas, mostrándose disminución en los
volúmenes de producción y también en la cantidad de suelo. Se
puede decir que las disminuciones de los volúmenes de producción
tienen total coincidencia con los episodios anómalos de El Niño y La
Niña de 1982/83, siendo estos eventos los de mayor impacto en
este sector.
El impacto de las anomalías climáticas está deparando
considerables pérdidas económicas a los campesinos, quienes se
ven afectados directamente con el cambio climático. Se estima que
entre los años 1982/83 las pérdidas totales alcanzaron los US$ 726
millones, mientras que para 2007/08 esta suma alcanzó a los US$
567 millones (Naciones Unidas/CEPAL, 2007).
Las políticas de Estado enfocadas al desarrollo rural, tienen la
pretensión de revertir la situación crítica de las familias campesinas,
para lo cual el Gobierno del Estado Plurinacional ha desarrollado
instrumentos para enfrentar este cambio.
[La]
REVOLUCIÓN
RURAL
AGRARIA
Y
FORESTAL, que promueve la consolidación de la
propiedad de las tierras trabajadas y la distribución
de la tierra para los campesinos, indígenas y
originarios, vía asentamientos comunitarios. La
Revolución
Rural
impulsa
intervenciones
estratégicas en tres (3) niveles, y son ejecutadas
por (4) cuatro Unidades Desconcentradas,
promoviendo una economía rural plural, estatal,
mixta y privada-comunitaria.
La
Revolución
Rural
busca
impulsar
el
potenciamiento del conjunto de las capacidades
productivas de los territorios rurales y la
transformación de los sistemas productivos de los
actores rurales, apoyándoles para consolidar
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
sistemas productivos y alimentarios más eficientes y
tecnificados,
ecológicamente
sustentables
y
socialmente responsables, que garanticen la
seguridad alimentaria y el desarrollo productivo
rural.
Esto
supone:
i) El fortalecimiento de la agricultura familiar
campesina, indígena y originaria con base
comunitaria, en actividades agropecuarias y agroforestales, y otras actividades productivas no
agropecuarias, respetando sus propias visiones
culturales;
ii) El fortalecimiento de los procesos de
industrialización de los recursos naturales
renovables, a través de la constitución de empresas
sociales públicas de carácter estratégico;
iii) El MDRyT apoya al desarrollo de
Emprendimientos
Productivos,
(pequeños,
medianos y grandes) y Comunitarios, a través de
crédito y transferencias directas no reembolsables
de
recursos
financieros.
(MDRyT,
2007)
(MDRAyMA, 2007, p. 25-26)
5
El Plan Nacional de Desarrollo que propone la transformación del
patrón de desarrollo primario exportador hacia un nuevo patrón de
desarrollo integral y diversificado.
Priorizará a las unidades pequeñas y medianas,
orientando la integración vertical con la
agroindustria. En el ámbito rural la agricultura se
complementará
con
otras
actividades
no
agropecuarias (turismo, manufactura, artesanías,
servicios, procesos de pre industrialización, etc.)
que permitan desarrollar procesos de desarrollo
local. Impulsará el desarrollo de la PYMES locales,
asociaciones de productores, OECAS que puedan
concursar y adjudicarse las licitaciones municipales
para generar movimiento económico (empleos e
ingresos). (MPD, 2006, p. 131).
Otro mecanismo es el del Decreto Supremo Nº 1523, 13 de marzo
de 2013, establece como uno de los objetivos de la política de
desarrollo rural integral del Estado, proteger la producción
agropecuaria y agroindustrial ante desastres naturales e
inclemencias climáticas, geológicas y siniestros. Denominado
también “Pachamama”, el mismo que esta destina a campesinos
pobres que por efecto de desastres naturales atribuibles al cambio
climático puedan ser apoyados con la entrega de recursos
económicos en un 100% al monto de pérdida declarado.
Factor productivo
El presente ensayo no pretende hacer un análisis de los cultivos en
general y a detalle, o de la proporción de tierra cultivada; sin
©Universidad de Caldas
18
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
embargo, se tomará dos cultivos significativos de la zona para que
los mismos sirvan de soporte para el análisis que grafica los
impactos en la agricultura de la región.
En el Altiplano sur la quinua y la crianza de camélidos son los
productos principales de la economía rural campesina. La quinua ha
tenido un incremento considerable en términos de volúmenes
debido a que se ha generado una mayor demanda externa,
consecuentemente las exportaciones han crecido más en relación al
consumo interno.
Las exportaciones bolivianas registradas crecieron en un 720%; en
los últimos cinco (5) años la producción boliviana tuvo un aumento
moderado, llegando a producir en 2012, 26 mil toneladas con un
valor de US$ 80 millones (INE/ MDRyT 2009) (Fuente: Instituto
Nacional de Estadística –INE– / Ministerio de Desarrollo Rural y
Tierras –MDRyT–).
En 1990, el consumo promedio per cápita de quinua era de 4,75
kg/persona/año, mientras que el del arroz era de 37,8
kg/persona/año y el de fideo 22,25 kg/persona/año (PNUD, 2007).
En 2009, el consumo promedio de los bolivianos era 1,8 kg de este
grano por año, sin embargo, hay que considerar que en el oriente
boliviano no se tiene mucho hábito en el consumo de quinua, por lo
que este dato tendría que ser mayor, si es que se considera solo a
los habitantes existentes en valles y zonas altas.
El liderazgo de Bolivia en las exportaciones mundiales de quinua,
con más del 85%, se debe a la calidad del grano producido y
exportado, de tipo Quinua Real, de “tamaño grande y color blanco”
(INE/ MDRYT, 2009). La misma fuente señala que las exportaciones
bolivianas de quinua en el año 2008 bordearon las 26.000 toneladas
por un valor cercano a los 80 millones de dólares, muy distantes de
las 2.000 toneladas exportadas en el año 2002 por un monto de 2
millones de dólares. Los datos demuestran que un total de 25
países adquirieron el cereal boliviano el pasado año, siendo los
principales: EEUU (64%), Francia (10%), Canadá (6%), Países
Bajos (5,6%), Alemania (3,4%), Australia (2,3%) y Brasil (1,8%)
significando casi el 94% (MDRYT / CONACOPROQ, 2009).
La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO) declaró 2013 Año Internacional de la Quinua,
130 países respaldaron la propuesta que Bolivia había presentado
en el marco de la Conferencia de la FAO.
La quinua, es uno de los pocos cultivos que se desarrolla sin
muchos inconvenientes en las condiciones extremas de clima y
suelos. La gran adaptación a las variaciones climáticas y su
eficiente uso de agua convierten a la quinua en una excelente
alternativa de cultivo frente al cambio climático que está alterando el
calendario agrícola y provocado temperaturas cada vez más
extremas. El Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y
Forestal de Bolivia (INIAF) ha clasificado a la quinua entre las 21
semillas más resistentes al cambio climático junto con el haba,
maíz, amaranto, cebolla y otras.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Aún siendo que este cereal se adapta a condiciones extremas de
clima con precipitaciones entre los 150 a 250 mm, existen
problemas debido a las variabilidades del clima, como la presencia
de granizo, con daños irreversibles, sobre todo cuando ocurre en la
maduración, desprendiendo los granos de la panoja, tumbando y
humedeciendo la semilla. Cuando la granizada ocurre en las fases
fenológicas vegetativas el daño afecta al área foliar y en casos
extremos puede dañar el tallo (FAO, 2009).
Un dato a tomar en cuenta es que las recurrentes nevadas en los
últimos 10 años el sur del Altiplano que alcanzaron los 30 cm,
influenciaron positivamente en la producción de quinua, por el hecho
de que las nevadas humedecen el suelo, favoreciendo al
rendimiento de la quinua (MDRyT / CONACOPROQ, 2009).
Un problema que debe ser estudiado con mayor detalle es el
referido al suelo, ya que producto de las expectativas económicas
que los agricultores tienen ante una creciente demanda externa
sobre este grano, se han habilitado extensos terrenos, los mismos
que tienen capas de tierra arables muy sensibles debido a la erosión
producto de la sequedad del ambiente (Arce, 2008). De darse una
sobre utilización de la tierra podría generar daños irreversibles en su
degradación, más aún que producto de estas expectativas se están
mecanizando las labores agrícolas.
Al momento existe una bonaza en el cultivo de la quinua, la cual
está generando ingresos económicos que han llenado la expectativa
de los agricultores, ya que la quinua es una planta que se adapta a
condiciones climáticas severas, sin embargo se requieren mayores
estudios a largo plazo para ver efectivamente cuál será su
comportamiento a futuro, ante la degradación de suelos y la poca
humedad de los suelos.
La papa es el producto que abarca la mayor cantidad de tierras
cultivadas del Altiplano, y contrario de la quinua el tubérculo es más
sensible a las variabilidades climáticas tanto por precipitaciones
pluviales arriba de las normales, como por sequías, heladas, granizo
y nieve. No se tiene un dato exacto de la superficie cultivada, sin
embargo su importancia en la dieta nacional hace que este sea el
producto agrícola más importante del país. Se estima en 179 mil
hectáreas cultivadas con una producción cercana a las 935 mil
toneladas por año (MDRYT / CONACOPROQ, 2009).
Según el estudio realizado por Jiménez, Romero y Yana (2013),
“Cambio climático y diversidad de la papa en el Altiplano boliviano”,
a diferencia de la quinua, la papa requiere de mejores condiciones
para su cultivo, como suelos y humedad; este estudio realizado en
tres municipios del norte del Altiplano en La Paz, concluye que no
cabe duda de que existen severos efectos del cambio climático
sobre todo en la organización económica social de estas
poblaciones.
La amplia variedad genética del tubérculo es lo que hace sostenible
su producción, pese a ello se prevé la extinción de algunas
variedades por efectos del cambio climático, aunque Jiménez et al.
©Universidad de Caldas
20
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
(2013) citan algunos estudios que atribuyen la pérdida de
biodiversidad a aspectos culturales, económicos y de producción.
La conclusión de este estudio asevera que el cambio climático está
afectando a la organización productiva familiar, ya que debido a las
variaciones climáticas las migraciones temporales a centros urbanos
en búsqueda de ingresos adicionales se esta convirtiendo con mas
frecuencia en migración definitiva, principalmente de los grupos mas
jóvenes. Este hecho incide en las labores agrícolas del grupo
familiar ya que existiría una disminución de la mano de obra y en
consecuencia se presentaría una disminución de la producción
agrícola.
Estos elementos nos dan un panorama de que los impactos del
cambio climático en la agricultura boliviana afectan y afectarán al
sector en el corto y largo plazo.
Factor socioeconómico
Socioeconómicamente Bolivia es un país altamente vulnerable, la
agricultura de la zona del Altiplano sigue siendo una agricultura de
subsistencia, el 80% de las familias campesinas de esta zona viven
del autoconsumo de sus productos agrícolas (PNUD, 2011); esta
población tiene problemas en la nutrición y alimentación, debido a
que no consume calorías y proteínas suficientes, acentuándose en
altos porcentajes de desnutrición infantil (MSD, 2007).
El acceso a la educación sigue siendo limitado, principalmente para
las niñas, pese a grandes esfuerzos que se realizan para revertir
esta situación. Las prácticas agropecuarias hacen que un gran
porcentaje de las niñas abandonen tempranamente la escuela
(UNICEF, 2005).
El acceso a los servicios básicos: agua potable y alcantarillado, aún
es limitado para muchas poblaciones del Altiplano boliviano,
principalmente en los departamentos de Potosí y Oruro (MMAyA,
2008). A esto se suma la alta contaminación que sufren las parcelas
y las aguas producto de la actividad minera. En Oruro los municipios
más afectados son aquellos que son parte de la cuenca del Lago
Poopó como Machacamarca, Poopó, Pazña y El Choro. Las
parcelas sufren un constante deterioro debido a las aguas ácidas de
mina que discurren por las microcuencas y por el propio río
desaguadero, que alcanza a municipios de La Paz. En Potosí los
municipios del norte y de gran parte del sudoeste (Altiplano sur)
tienen graves problemas de contaminación de sus cuencas, ya que
la explotación minera, principalmente la cooperativizada y chica no
cuentan con medidas de mitigación y control de la contaminación
como plantas de tratamiento de aguas ácidas o por lo menos de
diques de cola.
Para paliar los problemas económicos, desde muchos años atrás
las poblaciones más jóvenes de las comunidades campesinas
realizan migraciones temporales en épocas fuera de la siembra y la
cosecha hacia las zonas urbanas de El Alto, La Paz, Oruro, Potosí,
Cochabamba y Santa Cruz, además del norte Argentino y el norte
de Chile, donde generalmente trabajan eventualmente en sectores
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
también agrícolas (Argentina, Santa Cruz), además de la
construcción y principalmente en este último tiempo en la minería
(Potosí y Oruro) (INE, Censo 2001).
Por ejemplo, la tasa de migración por cada mil habitantes en los
Lípez es de (-12,9); esto quiere decir que de mil personas que
migran a otros países y al interior del país, lo hacen en un promedio
de 13 habitantes; esto en relación al promedio del departamento de
Potosí, es inferior (-14,8) (INE, Censo 2001)6.
Esta migración que hasta hace pocos años atrás era temporal, poco
a poco se está convirtiendo en una migración permanente, ya que
encuentran en áreas urbanas muchos más beneficios de los que
tienen en sus comunidades de origen, provocando serios problemas
a las zonas periurbanas de las capitales departamentales. Estos
problemas se traducen en una presión hacia una capacidad
institucional rebasada de los gobiernos municipales en la demanda
de servicios básicos, gestión de residuos sólidos, educación, salud y
transporte.
En la sistematización de las experiencias institucionales del
DESCOM (SENASBA, 2012), se pudo advertir que uno de los
problemas que generó la decisión de ir a vivir a las ciudades, fue el
rendimiento y los márgenes de ganancia de sus anteriores
actividades agrícolas que se habían reducido considerablemente,
por lo que se buscaba una mejora de la situación económica con
trabajos remunerados (minería en Potosí y Oruro), comercio,
transporte y otros en La Paz.
La ciudad de Potosí ha tenido un crecimiento poblacional en sus
áreas periurbanas en grandes proporciones, toda esta población
proviene del área rural; estos campesinos que requieren mejorar
sus niveles de ingreso económico, van en búsqueda de
oportunidades que la minería ofrece. Las constantes sequías,
incremento de la frecuencia de heladas, frecuencia de granizadas y
la merma de la calidad de las aguas producto de la contaminación
de sus tierras y agua (paradójicamente por la actividad minera),
hacen que pongan a la actividad agrícola como secundaria.
Si bien muchas familias no han hecho un abandono total de sus
tierras, han puesto el laboreo agrario como una actividad
secundaria, ya que vuelven a sus tierras a sembrar lo necesario
para cubrir las necesidades del grupo familiar, quedando las tierras
7
a cargo de las personas de edad avanzada . La producción en un
100% está destinada al autoconsumo.
Los grupos poblacionales más jóvenes que se sitúan en las áreas
periurbanas de las ciudades, poco a poco están adoptando una vida
más urbana producto de la oferta de oportunidades de trabajo
remunerado, estudio y posibilidades de ser parte de la economía
informal que estas urbes ofrecen, pero a su vez también están
adoptando una nueva cultura urbana, producto del acceso a la
información y las comunicaciones, lo que hace que las poblaciones
más jóvenes tiendan a una permanencia definitiva en las ciudades,
abandonando completamente su vínculo con el área rural8.
©Universidad de Caldas
22
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Los precios que paga la minería a trabajos de peón, son mucho más
altos de lo que un campesino pretende generar con los márgenes
de comercialización de su producción agrícola. Lo que antes era
una migración temporal atraída por un trabajo eventual, ahora
convierte a estos centros urbanos mineros en su residencia
permanente; se podría inferir que también es atribuible a ello la
merma en su producción agrícola, tanto en los volúmenes como en
la calidad de sus productos, producto del cambio climático.
Ahora bien, si los efectos del cambio climático generan un proceso
migratorio interno, estas poblaciones migrantes también contribuyen
a una desmejora de la calidad ambiental por la huella que dejan en
su llegada a los centros urbanos, los cuales no tiene la
infraestructura suficiente para acogerlos. La acelerada urbanización
que Bolivia está experimentando como se dijo líneas arriba, ha
rebasado la capacidad de los municipios para atender temas de
saneamiento básico y de la gestión de residuos sólidos, entre otros,
lo cual contribuye de alguna manera al cambio climático y al
deterioro ambiental.
La vulnerabilidad social ante el efecto de los cambios climáticos es
muy grande, la cual se traduce en esta migración constante, cuyo
resultado es una ocupación del territorio de manera desordenada y
sin planificación, provocando un deterioro de las cuencas, y en
consecuencia incrementando los márgenes de pobreza.
La creciente migración campo-ciudad, producto de las variabilidades
climáticas atribuibles al cambio de clima por un lado, y por otro a
factores socioeconómicos como la atracción de ingresos más altos y
mayores posibilidades de acceso a la salud y dotación de servicios
básicos, podría estar generando un círculo vicioso.
Existe una marcada expectativa para conocer los resultados del
Censo de 2012, ver cómo el desplazamiento poblacional ha
cambiado el mapa del País. Los centros urbanos han crecido
desmesuradamente, en un ritmo nunca antes visto. Seguramente el
9
INE nos proporcionará una tasa bastante alta ; como se decía, las
migraciones campo-ciudad se han acrecentado en los últimos 10
años atraídas por mejores condiciones de vida, acceso a mejores
niveles de ingresos económicos que ofertan las áreas urbanas en
general y en particular las capitales de departamento. El acceso a
los medios de comunicación ha abierto un mundo en el cual todos
quieren participar con servicios de calidad, por lo que la demanda
ha superado la capacidad de respuesta de los municipios.
Esta demanda se ha convertido en una presión a las ciudades, pues
no se había previsto semejante migración; la demanda por servicios
ha sobrepasado la capacidad organizativa y administrativa de los
municipios, repercutiendo financieramente también.
La presión poblacional ha afectado mucho el comportamiento del
medio ambiente; la demanda por agua y saneamiento es tal vez la
más problemática y no avanza en su cobertura como lo hacen los
medios de comunicación, medios que abren aún más la demanda
por un mejor vivir.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Esta presión recae directamente sobre las cuencas de alimentación
de agua, que proporcionan el recurso pero que a la vez son
atacadas por la descarga de las aguas residuales de muchas de las
urbes. La falta de plantas de tratamiento no solamente de aguas
residuales, sino también de aguas ácidas en los centros mineros
que en los últimos años desproporcionadamente se vierten sobre
las cuencas10, y la falta de un manejo integral del recurso agua son
problemas que aún no han sido resueltos.
La falta de políticas de gestión de residuos sólidos en áreas
periurbanas es un problema de alta seriedad, pues en muchos
casos se improvisan botaderos de basura que no son tratados
adecuadamente, la falta de educación ambiental y el
desconocimiento de los problemas que las personas generamos al
medio ambiente son factores que inciden drásticamente en su
calidad.
El choque cultural que la migración ahora produce es más alto que
en décadas pasadas, pues los accesos a la información, el
transporte y las carreteras que en gran proporción han mejorado en
todo el país, contribuyen a que las personas, sobre todo las más
jóvenes, adopten formas culturales acordes con el medio urbano.
El círculo vicioso se genera en este proceso, pues la gente migra
porque las condiciones de vida en sus comunidades de origen están
desmejorando cada vez más producto del cambio climático, y por el
otro lado en su asentamiento en las áreas urbanas y principalmente
periurbanas están aportando más a la emisión de gases de efecto
invernadero, lo cual como sabemos incide directamente en el
cambio climático.
©Universidad de Caldas
24
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Indudablemente todos los estudios aquí citados nos llevan a la
conclusión de que se están experimentando severos cambios
climáticos, que impactan en la agricultura. La productividad y el
rendimiento de las tierras están afectados por la variabilidad del
clima con sequías, heladas, granizo y elevadas temperaturas, a esto
se suma el peligro del retroceso de los glaciares en la cordillera
afectando el riego de las parcelas.
Las comunidades campesinas del Altiplano siempre han combinado
el laboreo agrícola como primera actividad económica en la que la
mayor parte de la producción está destinada al autoconsumo, con
actividades de empleo eventual en áreas urbanas producto de
migraciones temporales realizadas en épocas fuera de la siembra y
la cosecha, para generar mayores ingresos económicos, pero a
partir de los cambios producidos en el clima, estas poblaciones
principalmente las más jóvenes, la migración temporal la están
convirtiendo en migración permanente.
El crecimiento del sector minero producto de la bonanza en el precio
de los minerales, ha estado atrayendo a ingentes cantidades de
mano de obra proveniente del campo, que encuentran en este
sector niveles de ingresos que superan sus márgenes de ganancia
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
que antes tenían en la agricultura. Las labores mineras sin cuidado
sobre el medio ambiente, son las mayores causantes de la
contaminación que directamente atenta sobre los recursos hídricos
que requiere la agricultura.
La diversidad económica que el comercio informal ofrece es otro
atractivo que atrae a jóvenes campesinos, en este sector
encuentran márgenes de ganancia mejores a los que anteriormente
tenían en sus lugares de origen; otros sectores como el transporte
libre o el trabajo en la construcción, sector que dicho sea de paso ha
crecido considerablemente, son también de atracción.
Estas poblaciones migrantes que han salido de sus lugares de
origen producto de los cambios climáticos, están produciendo
problemas de contaminación ambiental en las ciudades, debido a
que la capacidad institucional de los municipios ha sido rebasada,
no pudiendo estos atender de igual manera en la prestación de
servicios básicos: alcantarillado, agua potable y residuos sólidos. Su
demanda por más transporte ha hecho crecer el parque automotor
urbano.
Si se suman todos estos aspectos, se puede inferir que la situación
ambiental en estas áreas es bastante crítica, ya que la
contaminación ambiental se ha incrementado y con ella un aumento
en la emisión de gases de efecto invernadero.
Si bien la contribución de Bolivia en general de GEI, con relación a
otros países es mínima y que los efectos del calentamiento global y
cambio climático son más atribuibles a los países desarrollados, no
habría que pasar por alto el efecto que el crecimiento urbano tiene
en el incremento de emisiones de CO2, por lo que convierte el
problema en un círculo vicioso, pues los efectos del cambio
climático hacen que las poblaciones rurales migren a las áreas
urbanas, y por otro lado estas poblaciones en su crecimiento
desordenado y sin planificación contribuyen a la emisión de CO2
que luego genera procesos de cambios en el clima.
Es fundamental que el Mecanismo de Adaptación al Cambio
Climático se constituya en un factor para poder atacar el problema,
con base en estrategias que provean mejores condiciones de
producción y comercialización de productos como es el caso de la
quinua; es fundamental que se diversifique y se realicen
investigaciones para el desarrollo de la papa y su adaptación al
cambio climático.
Se deben profundizar acciones de desarrollo comunitario para
fortalecer las organizaciones productivas, determinando en estos
procesos medidas de adaptación al cambio climático, rescatando el
saber cultural y proporcionando otros conocimientos desarrollados a
través de la investigación científica.
La Gestión Integrada de los Recursos Hídricos y el manejo de
cuencas deben ser estrategias de lucha contra el cambio climático;
es fundamental el cuidado de los recursos hídricos en un mejor y
eficiente embalsamamiento, pero además de un correcto manejo en
su distribución tanto para el riego como para el consumo humano.
©Universidad de Caldas
26
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Los gobiernos municipales deben profundizar la implementación del
DESCOM, si bien su objetivo principal es la sostenibilidad de la
administración del agua y saneamiento, se debe profundizar en la
educación ambiental y sanitaria, en la transmisión de conocimientos
sobre la problemática ambiental y la responsabilidad que los
pobladores deben tener con ella.
REFERENCIAS













©Universidad de Caldas
Arce, Mario. (2008). Caracterización de Germoplasma de Quinua
(Chenopodium Quinoa, W.) de Ecotipos Utilizados por Productores
del Sudoeste de Potosí. Potosí, Bolivia: Fundación AUTAPO.
Bradley, R.S., et al. (2006). Climate Change. Threats to Water
Supplies in the Tropical Andes. Science, 312, 1755-1756.
Correo del Sur. (2011, junio 28). Dique de colas San Antonio operará
unos tres años más. Correodelsur.com. Recuperado de
http://www.correodelsur.com/2011/0628/21.php
García, Magali. (2010). Cambio climático en el Altiplano boliviano y
producción de quinua, percepciones y realidades. Recuperado de
http://www.infoquinua.bo/fileponencias/p_GARCIA%20Magali%2
0Cambio%20Climatico%20en%20el%20Altiplano%20Boliviano%
20corregido(ProdA).pdf
INE Encuesta Agropecuaria (2009) ENA 2008, 20 Noviembre 2009
[en
línea]
http://www.ine.gob.bo/pdf/ENA2008/EncuestaNacionalAgropecu
ariaV2.pdf
INE, Censo De Población Y Vivienda 2001 La Paz Bolivia
[en línea] http://www.ine.gob.bo/comunitaria/comunitaria.aspx
Jiménez, E., Romero A. y Yana, O. (2013). Cambio climático y
diversidad de la papa en el Altiplano boliviano. En E. Jiménez
(Coord.), Cambio climático y adaptación en el Altiplano boliviano (pp.
123-156). La Paz, Bolivia: CIDES-UMSA/Plural Editores.
Ministerio de Medio Ambiente y Agua. (2008). Plan Nacional de
Saneamiento Básico 2008-2015 (actualizado entre agosto y
noviembre de 2009). La Paz, Bolivia.
Ministerio De Desarrollo Rural, Agropecuario y Medio Ambiente,
2007 Plan Del Ministerio De Desarrollo Rural, Agropecuario Y Medio
Ambiente Para la Revolución Agraria y Forestal MDRAyMA
Noviembre de 2007 La Paz – Bolivia
Ministerio de Planificación de Desarrollo, Viceministerio de
Planificación Territorial y Medio Ambiental. (2007). Mecanismo
Nacional de Adaptación al Cambio Climático. La Paz, Bolivia: OGP
Internacional.
Ministerio de Planificación y Desarrollo del Estado Plurinacional de
Bolivia. (2007). “Plan Nacional De Desarrollo “Bolivia Digna,
Soberana, Productiva y Democrática para Vivir Bien” 2006 – 2011 La
Paz Bolivia
Ministerio de Salud y Deportes –MSD–. (2007). Encuesta Nacional
de Nutrición Según Niveles de Vulnerabilidad a la Inseguridad
Alimentaria. (Línea Base). Serie Documentos de Investigación. La
Paz, Bolivia.
Ministerio De Desarrollo Rural Y Tierras. MDRyT y Consejo Nacional
De Comercializadores Y Productores De Quinua (2009).
CONACOPROQ. “Política Nacional de Quinua” La Paz, Mayo 2009
revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014








Naciones Unidas, Comisión Económica para América Latina y el
Caribe –CEPAL–. (2007). Alteraciones climáticas en Bolivia:
Impactos observados en el primer trimestre de 2007. Recuperado de
http://www.eclac.org/publicaciones/xml/4/29494/L792-1.pdf
Organización De Las Naciones Unidas Para La Agricultura y La
Alimentación FAO. (2009) Marco Nacional De Prioridades Para La
Asistencia Técnica De La FAO (2010 – 2014) [en línea]
http://coin.fao.org/coinstatic/cms/media/4/12711087666900/nmtpfbolivia.pdf
PNUD. (2007). Informe sobre Desarrollo Humano 2007-2008. La
lucha contra el cambio climático: Solidaridad frente a un mundo
dividido.
Recuperado
de
http://hdr.undp.org/en/media/HDR_20072008_SP_Complete.pdf
________. (2011). Tras las huellas del cambio climático en Bolivia.
Estado del arte del conocimiento sobre adaptación al cambio
climático Agua y seguridad alimentaria. Proyecto Fortalecimiento de
las Capacidades Nacionales de Sistematización del Conocimiento,
Información y Difusión sobre el Cambio Climático en Bolivia.
Recuperado
de
http://cambioclimaticopnud.org.bo/paginas/admin/uploaded/traslashuellas.pdf
Servicio Nacional para la Sostenibilidad de Servicios en
Saneamiento Básico –SENASBA–. (2012). Formulación de
lineamientos estratégicos y operativos para la implementación de
DESCOM. Informe Final de Asistencia Técnica Jack Matijasevic. La
Paz, Bolivia.
Thomas, Pliska (2008) La papa el cambio climático. En
InfoResources Focus, Nº 1/08. Suiza.
UNICEF. (2005). Bolivia - Equidad y Derechos de la Niñez: Índice
Municipal de Desarrollo de la Infancia, Niñez y Adolescencia. IDINA.
La Paz, Bolivia: UDAPE/UNICEF.
Valdivia, C., Seth, A., Jiménez, E. y Cusicanqui, J. (2013). Cambio
climático y adaptación en el Altiplano de Bolivia. La Paz, Bolivia:
CIDES-UMSA/Plural Editores.
1. Economista, Consultor. La Paz, Bolivia. [email protected]
2. A la fecha no se han presentado los datos del Censo 2012 que
muestren la concentración poblacional en áreas urbanas y rurales,
por tal motivo es que tomamos la relación proyectada, sin embargo
se estima que este porcentaje no ha variado considerablemente en
los departamentos de La Paz y Oruro, pero es posible que sí en
Potosí, donde se ha experimentado una mayor migración campociudad, no solo a la ciudad capital, sino también a las ciudades
intermedias como Villazón, Uyuni, Tupiza y principalmente Llallagua.
3. Este efecto está siendo estudiado por el Proyecto Regional Andino
de Adaptación (PRAA) entre Bolivia, Perú y Ecuador financiado por
el Banco Mundial.
4. El Altiplano boliviano se divide en tres regiones: norte, central y sur.
5. El Plan Nacional de Desarrollo fue elaborado el año 2006, tiene una
vigencia de cinco años según el Decreto Supremo Nº 29272 del 12
de Septiembre de 2007. A la fecha no se tiene un nuevo documento
orientador.
6. Aún no se cuenta con datos desagregados del Censo de Población y
Vivienda 2012.
7. Se espera que este tema sea corroborado por el Censo 2012.
©Universidad de Caldas
28
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
8. No se ha encontrado información estadística actual sobre esta
temática.
9. La tasa de crecimiento urbano del Censo 2001 fue de 3,6% (INE,
2001).
10. Los proyectos EMPLEOMIN y el de la Gestión de los Recursos
Naturales de la Cuenca del Lago Poopó, con apoyo de la Unión
Europea tienen entre sus resultados el de mitigar los efectos del
trabajo minero sobre la cuenca Poopó, pero este esfuerzo no será
suficiente para frenar la muerte del Lago Poopó. En Potosí pese a
contar con un dique de colas en la localidad de San Antonio para
mitigar las descargas de más de una treintena de ingenios mineros
que realizan sobre la cuenca del río Pilcomayo, no representa la
solución a este grave problema [el Ingenio procesa más de 4.000
toneladas de pasivos mineros al día, y a ese ritmo, se estima se
colmate el año 2014 (Correo del Sur, 2011)].
Para citar este artículo: Matijasevic Mostajo, J. (2014). El círculo
vicioso de los efectos del cambio climático en poblaciones rurales
migrantes del Altiplano boliviano. Revista Luna Azul, 38, 11-29.
Recuperado
de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v
iew&id=892
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
PERCEPCIÓN LOCAL ACERCA DE LA CALIDAD DEL AGUA Y
LA HERPETOFAUNA EN FINCAS GANADERAS DEL MUNICIPIO
DE MATIGUÁS, NICARAGUA
Mario J. Gómez-Martínez1
Isabel Gutiérrez-Montes2
Fabrice Declerck3
Recibido el 26 de julio de 2013 y aprobado el 3 de septiembre de
2013
RESUMEN
Las percepciones de los productores ganaderos respecto a su
bienestar, la calidad del agua y la diversidad de herpetofauna fueron
examinadas usando entrevistas semiestructuradas a los productores
y a las instituciones locales. Las entrevistas se utilizaron para
desarrollar indicadores enmarcados en los capitales de la
comunidad y validados a través de cuatro talleres. Los resultados
indicaron que los productores tienen percepciones similares
respecto a las relaciones entre la calidad del agua y la
biodiversidad. Los productores comentaron que la cantidad de agua
ha ido disminuyendo, aunque la mayoría de los productores no
perciben una relación entre la calidad del agua, la salud humana o
la salud del ganado. Hubo una ausencia significativa de las
instituciones locales, la promoción y la financiación de proyectos de
conservación de la biodiversidad, el acceso y almacenamiento de
agua. En cuanto a la herpetofauna, las respuestas de los
productores se han centrado en las funciones medicinales,
alimenticias y controladores biológicos que estos organismos
proveen. La mayoría de los productores entrevistados afirmaron que
la incorporación de sistemas silvopastoriles en fincas ofrece
beneficios, incluida la mejora de la calidad del agua y la
conservación de la biodiversidad agrícola. Los productores
demostraron conocimientos locales en la ubicación de las fuentes
de agua y el uso tradicional de la herpetofauna.
PALABRAS CLAVE
Anfibios, biodiversidad, capital natural, conocimiento local, Marco de
los Capitales de la Comunidad, reptiles.
LOCAL PERCEPTIONS ABOUT WATER QUALITY AND
HERPETOFAUNA IN LIVESTOCK FARMS IN THE MUNICIPALITY
OF MATIGUÁS, NICARAGUA
ABSTRACT
Perceptions of livestock producers regarding their welfare, water
quality and herpetofauna diversity were examined using semistructured interviews with farmers and local institutions. Interviews
was used to develop indicators framed in community capitals and
validated through four workshops. The results indicated that
producers have similar perceptions of the relationships between
water quality and biodiversity. Producers indicated that the amount
©Universidad de Caldas
30
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
of water has been declining, although most producers do not
perceive a relationship between water quality, human health or
livestock health. There was a significant absence of: local
institutions, biodiversity conservation projects promotion and
financing, access and water storage. Regarding the herpetofauna,
the’ responses of producers have focused on medicinal, nutritional
functions and biological regulation that these organisms provide.
Most farmers interviewed stated that the incorporation ogf
agroforestry systems on offers benefits including improved water
quality and conservation of agricultural biodiversity. Farmers
demonstrated local knowledge in locating water sources and in the
traditional use of herpetofauna.
KEY WORD
Amphibians, biodiversity, natural capital,
Community Capital Framework, reptiles.
local
knowledge,
INTRODUCCIÓN
Nicaragua es un país que basa su economía nacional en el sector
agropecuario (café, algodón, ganadería, azúcar, madera) (ONU,
2005), producto de la explotación de la riqueza biológica en
diferentes regiones naturales (Walsh, 1999). Estas actividades
económicas no obedecen a un plan de organización y son carentes
de criterios de sostenibilidad (MARENA, 2002). En productores
marginales, el modelo de producción predominante los obliga a
ocupar zonas no aptas para la producción agrícola y pecuaria, lo
que se manifiesta en la expansión de las áreas agrícolas,
ocasionando una marginalidad mayor debido a la intensificación de
procesos de degradación de la tierra, erosión del suelo y sequía,
entre otros factores (Cupples, 2004).
En zonas como el Pacífico de Nicaragua donde se ubica la mayor
densidad poblacional agrícola e industrial, se presentan casos de
explotación excesiva de los acuíferos y degradación progresiva de
la calidad del agua, que amenaza la disponibilidad futura del recurso
hídrico para la población (Castillo et al., 2006). En otras zonas como
el centro del país, donde se ubica el triángulo lechero
(departamentos de Boaco, Chontales y Matagalpa), el uso del suelo
cambia a través de los años, presentando una tendencia a disminuir
las áreas de bosques primarios y secundarios, mientras que
aumentan las áreas de potreros, cultivos y urbanas (Rocha, 2002).
Es importante entonces conocer la problemática del impacto de la
ganadería en la conservación del agua, e identificar los factores que
desmotivan a los productores en la toma de conciencia y decisiones
que favorezcan el manejo de las microcuencas (Chará, 2003),
además de fortalecer el bienestar de los productores (realidad socioeconómica) para un desarrollo sostenible de los agroecosistemas
(Plieninger y Wilbrand, 2001).
En este sentido, los sistemas silvopastoriles (SSP) son estrategias
sostenibles y amigables con el ambiente en las fincas ganaderas
(Naranjo, 2003). Pueden representar beneficios para la
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
conservación de la diversidad biológica, la prestación de servicios
ambientales y el fortalecimiento del bienestar de las familias
ganaderas (Harvey y Haber, 1999; Dagang y Nair, 2003; Pagiola et
al., 2004). Además, son ideales en el mantenimiento y protección de
los recursos hídricos de la matriz agrícola, que tradicionalmente es
perturbada e intervenida por las prácticas ganaderas
convencionales (Mahecha, 2002; Chará, 2003; Murgueitio, 2003;
Chará et al., 2007; Ríos et al., 2007). En el caso del municipio de
Matiguás (Nicaragua), una opción de este tipo puede ser económica
y ecológicamente viable donde gran parte de los sistemas
ganaderos son doble propósito y el manejo de árboles en los
potreros es muy frecuente (Betancourt et al., 2003), abarcando gran
parte de las cuencas hidrográficas de la zona, como ocurre en
muchas partes del mundo (Murgueitio e Ibrahim, 2001).
Para efectos del presente estudio y específicamente para conocer la
percepción comunitaria del agua y la biodiversidad, se definió el
bienestar de los productores como el balance y la sinergia entre los
diferentes capitales comunitarios (natural, cultural, humano, social,
político, financiero y construido). De acuerdo a su función, los
capitales de la comunidad pueden ser agrupados en capitales de
base (capital natural, el capital humano y el cultural), y capitales de
desarrollo (capital social, el capital político, el capital financiero y el
capital construido). Los capitales de base forman los cimientos
mediante los cuales se pueden construir otros para propiciar un
cambio social profundo. Por otro lado, los capitales de desarrollo
son los que mueven con mayor o menor proporción el desarrollo de
las comunidades (Flora, 2004; Flora, Flora y Fey, 2004; NRFC,
2005; Emery y Flora, 2006). Se hizo énfasis en la biodiversidad y el
agua como componentes centrales del capital natural.
Esta investigación utilizó metodologías participativas que
permitieron conocer la percepción de los productores hacia la
biodiversidad y la calidad del agua. Además, posibilitó analizar y
demostrar la relación existente entre la biodiversidad y los
principales usos del suelo y SSP con la calidad del agua, así como
con el bienestar de los productores. Es aquí donde herramientas
como el Marco de los Capitales de la Comunidad son de utilidad en
la identificación de actores fronterizos claves en proyectos de
reducción de la pobreza, expansión del liderazgo local, el apoyo a la
autosuficiencia familiar e identificación de factores comprometidos
en el bienestar de las comunidades (Flora, Flora y Fey, 2004).
MATERIALES Y MÉTODO
Descripción del área de estudio
La investigación se realizó con productores ganaderos de las
comarcas Paiwitas, Las Minitas, Patastule, Las Limas y El Bijagual,
en el municipio de Matiguás y la comarca San Ignacio de Paiwas en
el municipio de Río Blanco, en el departamento de Matagalpa,
Nicaragua. La zona presenta una topografía con un rango altitudinal
entre los 224 y 500 m y se localiza entre las coordenadas 85° y 27°
de latitud Norte, 12° y 50° de longitud Oeste. Posee un régimen de
©Universidad de Caldas
32
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
lluvias anuales que varía entre 1200 y 1800 mm, con una
distribución de mayo a noviembre y temperatura media anual que
oscila entre 30 y 32°C (Ruíz, Gómez y Harvey, 2005). La zona de
vida es bosque semideciduo (Meyrat, 2000) y presenta
características de Bosque Húmedo Tropical (Holdridge, 1978).
El principal uso del suelo en Matiguás corresponde a la ganadería
doble propósito con pastoreo extensivo (Betancourt et al., 2003). Se
caracteriza por encontrarse dominado por una matriz de pasturas
abiertas que cubren el 56% del municipio, con 15% de pasturas
arboladas, 11% de fragmentos de bosques, 7% de charrales, 3% de
corredores ribereños, 2% de cercas vivas y 6% con otros usos de
suelo (Useche, 2006).
Sistematización de la información secundaria
Se efectuó una sistematización de la información provista por el
proyecto “Enfoques Silvopastoriles para el Manejo Integrado de
Ecosistemas” (GEF-SSP), que se ejecutó por CATIE, CIPAV y
NITLAPAN-UCA en Costa Rica, Colombia y Nicaragua,
respectivamente, y financiado por el GEF y el Banco Mundial. En
Nicaragua, la línea base integró a 137 productores distribuidos en
4
comarcas del municipio de Matiguás, estratificados en tres grupos:
pequeño productor agrícola-ganadero (49%), ganaderos medianos
(39%),
productores
ganaderos
semi-intensivos
(12%).
También se realizó una búsqueda de información secundaria en
instituciones de carácter estatal y organizaciones no
gubernamentales (ONG), involucradas con la problemática
ambiental y específicamente con programas o proyectos de agua en
la zona de estudio, a fin de contrastar (triangular) con la información
obtenida en las entrevistas semiestructuradas y los grupos focales.
Identificación y selección de los productores
De los 137 productores registrados en la línea base del proyecto
GEF-SSP se tomó una muestra de 10 mujeres y 49 hombres
quienes se estratificaron y renombraron en grandes (productores
ganaderos semi-intensivos, n = 16), medianos (medianos
ganaderos, n = 18) y pequeños (pequeño productor agrícolaganadero, n = 25). Para la tipología de productores grandes se tomó
el 100% del grupo que corresponde en la línea base, para los
grupos de productores medianos y pequeños fue el 34% y 38%,
respectivamente.
Entrevistas semiestructuradas y grupos focales
Con el fin de indagar y completar la información necesaria para el
análisis de la problemática del agua en la zona, se realizaron
entrevistas semiestructuradas y talleres con grupos focales (Madriz,
2000; Grudens-Schuck, Lundy-Allen y Larson, 2004; Larson,
Grudens-Schuck y Lundy-Allen, 2004). Los protocolos para la
entrevista y los grupos focales se elaboraron teniendo en cuenta
qué información relevante con la investigación no estaba registrada
en la base de datos proporcionada por el proyecto GEF-SSP.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Para cada uno de los capitales se seleccionaron un número de
indicadores (preguntas abiertas y específicas). En total se contó con
81 indicadores, entre los seleccionados de la base del proyecto
GEF-SSP y los diseñados para esta investigación, clasificados por
ejes temáticos dentro de cada capital (Tabla 1). Las instituciones (n
= 10) relacionadas con la temática de la investigación y citadas por
los productores fueron entrevistadas, para ello se elaboró un
protocolo con un número de 7 a 11 indicadores. Adicionalmente, se
realizaron observaciones participantes en la zona de estudio con el
objetivo de corroborar parte de la información suministrada durante
las entrevistas a los productores.
Se realizaron cuatro talleres con adultos y niños empleando la
metodología de Grupo Focal. Este método es una herramienta de
investigación cualitativa que consiste en una reunión con modalidad
de entrevista grupal abierta y estructurada (Grudens-Schuck, LundyAllen y Larson, 2004). Para ello se tuvo en cuenta lo planteado por
Grudens-Schuck, Lundy-Allen y Larson (2004) y Larson, GrudensSchuck y Lundy-Allen (2004), identificando y seleccionando
previamente un grupo de personas (6 a 12 individuos) con
características similares (experiencia y conocimiento sobre el tema
que se va a debatir).
Análisis de los datos
Las entrevistas semiestructuradas fueron tabuladas en una matriz
conformada por tipo de productor (pequeño, mediano y grande) e
indicadores (variables) agrupados por capital (natural, humano,
social, político, cultural, físico o construido y financiero). La
información adicional más relevante obtenida durante las entrevistas
y en los grupos focales se agrupó por capitales en mapas mentales.
Se aplicó estadística descriptiva y tablas de frecuencia para analizar
las variables obtenidas de la línea base del proyecto GEF,
complementada con la información obtenida de las entrevistas
semiestructuradas. Se identificaron los factores relacionados con la
percepción de los tres tipos de finqueros sobre la biodiversidad y
©Universidad de Caldas
34
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
calidad de las fuentes de agua para consumo humano y animal y su
relación con los capitales de la comunidad. Se construyeron dos
índices (índice por capital e índice general) para cada uno de los
productores entrevistados (n = 59). Los enunciados de los
indicadores previamente se estandarizaron como afirmativos. El
índice por capital se elaboró tomando las respuestas de los
indicadores de cada capital, estas fueron llevadas al intervalo [0,1]
para su posterior sumatoria, el resultado corresponde al índice por
capital. El índice general, consistió en la sumatoria de los índices
por capital transformados al intervalo [0,1]. Los valores de los
índices fueron analizados por una comparación de medias y un
ANAVA de acuerdo al tipo de productor. Se utilizó para los análisis
el software estadístico InfoStat/Profesional (Di-Rienzo et al. 2012).
Los resultados fueron contrastados con la información adquirida de
las instituciones para fundamentar la sinergia entre los capitales en
relación con el capital natural.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Grupos de productores y capitales
No se encontraron diferencias significativas (p ≤ 0,05) en la
percepción de los tipos de productores (grandes, medianos y
pequeños) con respecto a la relación entre biodiversidad y calidad
de agua y la clase de capital. En el índice general de capitales por
tipo de productor, el menor valor fue para el grupo mediano (2,97) y
el mayor fue para los pequeños (3,37) (Figura 1). Según el índice
de capitales, el capital político es percibido como de menor
incidencia5, seguido del capital construido (reportes similares en las
diferentes tipologías). Los capitales humano, financiero y social son
los que se reportan como de mayor peso en el índice total.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Capital Natural
Percepción de la calidad y cantidad del agua
De acuerdo a lo detallado en la Tabla 2, cuatro de los 10
indicadores que conforman el tema de percepción de la calidad y
cantidad del agua se relacionan con la tipología del productor (Chi
Cuadrado p ≤ 0,05). El 69% de los grandes productores consideran
que la calidad y cantidad del agua no afecta al ganado, mientras
que la mayoría de los medianos (72%) y de los pequeños (60%)
afirman que sí hay relación entre la calidad y cantidad del agua con
la salud de sus animales (Chi Cuadrado p = 0,0459). Algunos
productores (24%) son conscientes de que el agua no es de buena
calidad para sus animales, pero al no tener más fuentes deben
hacer uso de estas y evitar gastos adicionales por el traslado del
ganado en busca de agua.
Efectos de la ganadería y la agricultura sobre calidad de las
fuentes de agua
Con respecto a los efectos de la agricultura y la ganadería sobre las
fuentes de agua, el 75% de los productores grandes creen que la
agricultura y la ganadería inciden de manera negativa sobre las
condiciones de las fuentes de agua que nacen y pasan por sus
fincas (Chi Cuadrado p = 0,029) y de estos mismos, el 81% opinan
©Universidad de Caldas
36
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
que la ganadería seguirá afectando la calidad o cantidad de las
fuentes de agua, mientras que el 38% consideran que la agricultura
será la principal causa de contaminación de las fuentes hídricas.
Este comportamiento es similar en el 83% de los productores
medianos quienes consideran que la ganadería perturbará las
fuentes hídricas. Pocos entrevistados mencionan la falta de un buen
manejo de los empaques de los productos químicos agrícolas
(principalmente herbicidas), los cuales, por lo general, terminan en
las fuentes de agua (observación personal).
Contrastantemente, el 60% de los pequeños productores indican
que la agricultura y la ganadería no han afectado sus quebradas,
aunque a futuro un gran porcentaje (60%) afirman que estas dos
prácticas productivas seguirán incidiendo en los factores de calidad
y cantidad de los recursos hídricos. Referente a lo antes
mencionado un productor comenta:
[…] la gente fumiga mucho con químico, usted sabe
que eso viene a caer abajo al agua, aunque uno
diga yo estoy largo, pero cuando llueve todo eso va
para allá. Mire yo gracias a Dios yo no acostumbro
a fumigar nada por eso, pero si usted mira
[menciona a un vecino] como fumigó todo eso allá y
todos esos venenos vienen a caer a la caña, a los
ojos de agua que tiene aquí abajo, aunque nosotros
digamos no porque eso va para abajo, que se
queda en la tierra, pero eso de una y otra forma
llegan hasta el agua. Entonces con el tiempo
nosotros tenemos toda contaminada las aguas, y
eso nos va a perjudicar no solo a la ganadería, sino
a nosotros también (Productor mediano, hombre
adulto, comarca Paiwitas).
Los entrevistados afirman como principales causas de
contaminación o perturbación de los cuerpos de agua la
deforestación (“despale”) y el permitir beber al ganado directamente
en las quebradas o ríos (“aguar el ganado”). Los productores
reconocen que los animales por medio de sus heces y orina están
alterando las condiciones de calidad del agua, y que en la época de
verano puede ser mayor el daño, ya que el caudal de las quebradas
y ríos es menor. Esta percepción puede ser corroborada con los
estudios realizados por Chará (2003) y Murgueitio (2003), quienes
encontraron que la falta de cobertura vegetal nativa, la ganadería de
pastoreo sin árboles y el libre acceso de los animales a los cuerpos
de agua generan sedimentación, y las deposiciones incrementan en
gran medida los coliformes fecales y patógenos que deterioran las
corrientes de agua. Contradictoriamente, algunos productores creen
que al correr el agua por su cauce (“100 metros aproximadamente”)
estos contaminantes desaparecen por acción del golpe con las
6
piedras y otros elementos propios del cauce de los ríos .
Los tres grupos de productores consideran que el abastecimiento
del agua en la finca es suficiente para sus animales. Aunque el 63%
de los grandes productores reportan que han dejado de utilizar
fuentes de agua debido a la reducción del volumen de las mismas
(Chi Cuadrado p = 0,0417), e insisten en que esto no afectará el
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
abastecimiento en la finca. El 61% del grupo de productores
medianos estiman que en cinco años el suministro del agua no será
suficiente para sus actividades siendo un problema latente, las
tipologías pequeño y grande opinan lo contrario (Chi Cuadrado p =
0,0373). Situación similar es reportada por productores (9%) de los
cantones de Orotina, San Mateo, Esparza y Miramar en el Pacífico
de Costa Rica quienes manifestaron como problema para el ganado
la falta de agua durante la época seca (Fujisaka et al., 1997).
En general, los productores reconocen que existe una relación entre
la herpetofauna presente en las fuentes de agua con la calidad de
las mismas. Algunos productores (66%) perciben que los reptiles y
anfibios se observan durante todo el año. La época de mayor
abundancia de los anfibios (ranas y sapos) según el 78% de los
entrevistados es en invierno, aunque un 15% observan que están
presentes durante todo el año, el restante 7% los avistan en verano
o no se han percatado. En el caso de los reptiles (lagartijas y
serpientes) su distribución a lo largo del año es más homogénea, ya
que el 36% de entrevistados las observan en verano, el 27%
durante todo el año, el 7% en invierno y un 15% no se ha percatado
al respecto.
Estrategias de conservación del agua
Los diferentes grupos de productores ganaderos en su gran mayoría
(más del 92%) protegen los nacimientos que hay en las fincas.
También coinciden en afirmar que han dejado bosques o partes de
bosques sin cortar porque creen que favorecen la flora y la fauna
presentes en sus propiedades. Sin embargo, como expresó un
productor entrevistado, una de las principales causas de no
conservación del agua es la “falta de cultura o conciencia”, las
cuales pueden ser reforzadas por un programa o proyecto de
educación ambiental:
[…] conservar el agua no es complicado, lo que
pasa es falta de cultura de la conservación del
agua, es más fácil deforestarla que reforestarla, por
eso le digo que falta un programa para los
productores y toda la gente que tiene agua, […], lo
que no hemos sabido es conservarla (Productor
grande, hombre adulto, comarca Las Limas).
Con respecto a resultados obtenidos con las cercas vivas, los
árboles dispersos y la regeneración natural para la permanencia de
fuentes de agua en las fincas, entre el 50% y el 81% de los
diferentes productores opinan que no han visto un resultado
favorable. No obstante, Ríos, Andrade e Ibrahim (2008) evaluaron el
impacto de las pasturas nativas sobrepastoreadas, pasturas nativas
con árboles, pasturas mejoradas con árboles y un bosque
secundario intervenido sobre el recurso hídrico en zonas de recarga.
Dichos autores concluyeron que los sistemas silvopastoriles, al
tener el componente arbóreo, mostraron mayores beneficios
hidrológicos en la zona de recarga, ya que disminuyeron la
escorrentía superficial e incrementaron la infiltración y favorecieron
a una mayor conservación de agua en el suelo.
©Universidad de Caldas
38
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Capital Humano
Calidad del agua y salud de la familia
La mayoría de los productores pequeños, medianos y grandes
(92%, 67% y 75%, respectivamente) afirman que la calidad del agua
para consumo doméstico no afecta la salud de sus familias, aunque
señalan que los análisis de laboratorio no han sido hechos en sus
fuentes de agua. Es de resaltar que el Centro de Salud y la Alcaldía
Municipal de Matiguás realizan monitoreos a los pozos de agua
comunales que existen en las diferentes veredas. Durante las
entrevistas de esta investigación se conoció que algunas de estas
pruebas han reportado la presencia de coliformes fecales por
encima de los niveles permitidos7.
Capacitación en manejo del agua y herpetofauna
El 50% de los medianos y grandes productores entrevistados
afirman que han recibido capacitaciones sobre el manejo del agua o
animales silvestres. El porcentaje es menor (44%) cuando se trata
de los pequeños productores. Los entrevistados señalan varias
instituciones como las encargadas de trabajar en temas de
capacitación y asesoramiento del agua. Ninguno de los productores
entrevistados manifestó haber tomado capacitaciones específicas
sobre el manejo de la herpetofauna, pese a que el 37% de los
entrevistados consideran que alguna especie de reptil o anfibio ha
sido problemático para sus animales o cultivos.
Varias especies son reportadas como nocivas por los productores,
por ejemplo Sceloporus variablilis (lagartija) la cual corta y arranca
las plántulas de maíz durante la germinación. Por su baja incidencia,
estos daños no son considerados económicamente importantes;
8
además, con prácticas culturales como el uso de la “hulera” ,
pueden ser alejadas de los cultivos. Un solo productor reportó la
aplicación de un biocida de síntesis química para contrarrestar estos
ataques. El Rhinella marina es asociado según los productores con
enfermedades en juveniles de aves de corral al “chupar” la cloaca.
En cerdos este mismo comportamiento ocurre en la herida producto
de la castración. En general, de las especies de serpientes
reportadas, la mayoría son consideradas como peligrosas para los
productores y el ganado.
Capital Social
Trabajo comunitario y calidad del agua
En torno a la problemática del agua, se reporta que en algunas
comarcas se organizaron y gestionaron proyectos para garantizar el
acceso y abastecimiento permanente del agua. Los entrevistados en
su totalidad manifiestan la intención de trabajar con otras personas y
consideran que esto podrá mejorar la calidad del agua en su
comarca. Es así como surge el proyecto de acueducto comunal en
las comarcas de Paiwitas, Paiwas y San Ignacio con una cobertura
de 45 familias. Similares estrategias fueron adoptadas en las
comarcas Las Limas y Patastule por los productores en la gestión
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
de pozos comunales. En todos los casos, los beneficiarios de los
proyectos se asocian y conforman una organización denominada
Comité de Agua, la cual tiene como objetivo velar por el buen
manejo, administración y uso del agua en los acueductos y pozos
públicos rurales de las comarcas. Es importante resaltar que la
participación en los comités de agua presentes en la zona de
estudio no supera el 44% en los pequeños productores, seguido de
los
medianos
(39%)
y
grandes
(38%).
Todos los productores grandes y medianos entrevistados
consideran que existen problemas de calidad y acceso en las
fuentes de agua local y nacional. En menor porcentaje (88%) los
pequeños productores ratifican esta apreciación. A nivel nacional,
algunos casos son producto de la explotación excesiva de los
acuíferos y a la degradación progresiva de la calidad del agua por
las actividades agrícolas e industriales. Esta situación es una
amenaza latente para la disponibilidad futura de agua para usos
vitales de la población (Castillo et al., 2006). Otros casos
relacionados con la contaminación de pozos públicos por empresas
(López, 2007), problemáticas por pozos clausurados (Munguía y
Pérez, 2007) y la nueva Ley de Aguas (Pantoja y Córdoba, 2007)
son algunos de los reportes que frecuentemente son publicados en
los diarios nacionales (El Nuevo Diario, La Prensa).
Toma de decisiones en la finca
Los productores entrevistados comparten la toma de decisiones en
el manejo de la finca, en mayor porcentaje los pequeños (88%) y
medianos (89%). El 31% de los grandes productores comparten con
personas distintas a su familia (mandadores o mayordomos). El más
alto porcentaje de participación de las esposas en la toma de
decisiones se presenta en los pequeños productores (48%), seguido
de los medianos (28%) y en último lugar están los grandes (13%)
(Chi cuadrado p = 0,0449). Es de notar que a nivel familiar este
último grupo tiene un poco más de preferencia por los hijos en
cuanto a la toma de decisiones.
Capital Político
Legislación e institucionalidad
En su totalidad los productores entrevistados consideran que
necesitan al gobierno o alguna ONG para proteger y mejorar la
calidad del agua. El marco institucional reportado por los
productores entrevistados está conformado por 17 entidades
gubernamentales y no gubernamentales involucradas en la
problemática del agua y la biodiversidad. Las instituciones
frecuentemente mencionadas son Nitlapan-UCA (38%), ENACAL
(14%), SANEBAR (11%), Agua para la Vida (11%) y FONDEAGRO
(6%), el 20% restante está conformado por instituciones varias
(Alcaldía Municipal de Matiguás, TROPITECNIA, INTA, MARENA,
FONDESER, Centro de Salud San José, Iglesia de Matiguás,
MINSA, Cruz Roja, MAGFOR, PROCAMPO, FUDEMAG). Durante
las entrevistas, el 37% de los productores al menos reconocen una
institución, un porcentaje cercano (34%) no identifican a ninguna
entidad. El 14%, 12% y 3% de los productores (pequeños, medianos
©Universidad de Caldas
40
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
y grandes, respectivamente) reconocen dos, tres o cuatro
instituciones. Además, citan principalmente como posibles ayudas
por parte de estas entidades la adecuación y construcción de pozos
y pilas, análisis de calidad de las fuentes de agua para consumo
humano y animal, facilitación de materiales relacionados con el
transporte de agua, capacitación y asistencia técnica.
El 90% de los productores afirman que es necesario la
implementación de más leyes que regulen la protección y manejo de
los recursos naturales (agua y biodiversidad). Algunos de los
factores mencionados por los entrevistados son: falta de
conocimiento y aplicación de la legislación (incluyendo la poca
presencia de la Policía Nacional o la Alcaldía Municipal), falta de
conciencia y educación de los productores.
El Consejo Municipal del municipio de Matiguás emanó como
medida de control para mitigar los diferentes casos de abuso contra
la fauna y flora, la Norma de Regulación y Control en el Manejo y
Uso de los Recursos Naturales y del Ambiente (Alcaldía Municipal
de Matiguás, 2003). Esta norma no es conocida en la comunidad e
incumplida por algunos de los habitantes. Según entrevista
realizada a la Policía Nacional (Municipio de Matiguás) en los ocho
primeros meses de 2007 se realizaron seis operativos para controlar
el transporte de leña. Ningún operativo fue realizado para controlar
el vertimiento de aguas residuales en los ríos o quebradas, lavado
9
de vehículos o recipientes para el transporte de productos lácteos o
caza y comercialización de animales como Iguana iguana y
Ctenosaura similis vedados por el MARENA.
Capital Financiero
Incentivos y conservación del agua
Las tipologías pequeño y grande reconocen en su totalidad que es
importante ofrecer un tipo de incentivo y destinar más recursos
públicos que favorezcan la conservación y mejoramiento de la
calidad y acceso del agua. En un menor porcentaje (94%) los
productores medianos consideran favorable estas medidas. Entre
los incentivos mencionados por los productores están la
construcción de pozos artesianos10, la provisión de materiales para
el mejoramiento y adecuación de los pozos artesanales y pilas
(tanques de almacenamiento de agua), materiales para el transporte
de agua y aislamiento de las nacientes, análisis de la calidad del
agua, entre otros (Figura 2).
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Algunos productores afirman que hay una ausencia de instituciones
financieras que otorgan créditos, préstamos o incentivos monetarios
para la construcción de obras de almacenaje, conducción o
abastecimiento del agua en las fincas. Esta información fue
corroborada con las instituciones que ofrecen paquetes financieros
en el Municipio. No obstante, algunos productores logran
financiamiento para estas obras, utilizando ante las financieras
figuras distintas de inversión del dinero a las aprobadas.
Sí, tome un crédito para hacer el pozo […] no dije
que era para hacer el pozo, porque no me lo daban,
sí me dan para vacas, para ganado pues, pero para
pozo no, para construcciones no. Yo dije voy a
comprar dos vacas, bueno entonces tomé 1895
11
dólares [se refiere a la respuesta de la financiera],
me fueron a ver las vacas, entonces yo di las mías
e invertí el dinero en el pozo (Productora mediana,
mujer adulta, comarca Patastule).
Otro factor importante es que el 100% de los entrevistados opinan
que mejorar la calidad y cantidad de las fuentes hídricas de
consumo humano y animal presentes en las fincas valorizará las
propiedades. Consideran igualmente que la madera y las vías de
acceso que estén en la finca también influirán sobre el valor de la
propiedad. También recomiendan la época ideal para comprar una
finca en verano, otros afirman que muchas fincas dependen de la
época (invierno y verano) para su óptima producción. Un productor
entrevistado opina al respecto:
[...] en verano, para saber si tiene agua, ver cómo es el pasto,
porque en el verano todo se escasea. […] hay otras que solo son
©Universidad de Caldas
42
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
fincas veraneras, porque en el verano llueve menos, hay agua y
pastos, hay otras que solo son de invierno, que solo en el invierno
hay agua y hay comida, hay otras que sirven en las dos épocas,
tienen agua en el invierno y en el verano, no son frías, no tienen
demasiada precipitación de agua y no son muy fangosas, pueden
andar en el invierno y en el verano los animales, esa es la finca
cara, porque sirven en las dos épocas (Productor grande, hombre
adulto, comarca Las Limas).
Igualmente, la mayoría de los productores (75% al 80%) piensan
que si cambian las pasturas naturales a pasturas mejoradas podrán
obtener un mayor beneficio para la finca y la familia. Además, creen
que adquirir más tierras o colocar riego no ayudará a mejorar la
situación económica del hogar.
Inversión y gastos relacionados con disponibilidad de agua
Muy pocos de los entrevistados dijeron cuánto dinero gastan e
invierten al año para tener agua para uso humano y animal en las
fincas. Los gastos estimados varían de acuerdo a la actividad
realizada que van desde 52 dólares hasta 2700 dólares, pero la
gran mayoría son conscientes de que realizan una inversión para
lograr el acceso al agua.
Para la construcción de un pozo los productores invierten de 217 a
12
1283 dólares , este costo depende de factores como la profundidad
de cavado, dureza del suelo, revestimiento de las paredes, brocado
y tipo de bomba. Según lo narrado por un “pocero” entrevistado, la
localización del sitio de perforación (dos posibles puntos) vale 54
dólares, cavar una vara cuesta 5 dólares y el brocal o revestimiento
final vale 108 dólares. Sin embargo, algunos productores
mencionaron que otro pocero cobra 11 dólares por ubicar el punto,
en algunos casos por amistad esta misma persona no cobra por sus
servicios. En algunas fincas la cavada del pozo la realiza el padre
en compañía de sus hijos.
Las personas que tienen acueducto pagan una mensualidad por
este servicio de 0,54 dólar, el dinero recaudado es manejado por el
Comité de Agua quien decide su inversión, principalmente es para
reparaciones en las tuberías. En el caso de los pozos comunales la
tarifa mensual es determinada por el Comité de Agua, en promedio
es de 1 dólar mensual, el cual va a un fondo común que es
administrado por el Comité. El dinero recaudado es utilizado en las
reparaciones necesarias del área comunal del pozo. Otros gastos
incurridos por algunos de los productores son: adecuación de pilas o
albercas, compra de pichingas o barriles, transporte de agua y
reforestación de las fuentes de agua.
Accidentes ofídicos
Los accidentes ofídicos se dan principalmente en ganado, algunos
en equinos y unos pocos en gallinas. El mayor porcentaje (63%) de
ataques ofídicos en las fincas se presentan en el grupo de grandes
productores, seguido de los medianos (33%) y por último los
pequeños (24%) (Chi Cuadrado p = 0,0429). Esta distribución en el
ataque puede relacionarse con el hecho de que los grandes
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
productores cuentan con más cabezas de ganado por unidad de
área que los otros grupos, aumentando la probabilidad de que un
evento de esta naturaleza ocurra. Al respecto, la bibliografía
consultada reporta que en sistemas de producción de doble
propósito en la región central del Pacífico (Costa Rica) el 5% de
productores entrevistados (n = 44) citan a las serpientes como
problema para el ganado (Fujisaka et al., 1997).
La especie Bothrops asper conocida localmente como Barba
Amarilla es la más citada durante los talleres con grupos focales en
ataques ofídicos, seguida de Lachesis stenophrys (Matabuey). Esta
última serpiente no se reportó en los muestreos realizados en fincas
ganaderas del municipio de Matiguás (Gómez-Martínez et al., 2011),
los registros más cercanos para la zona son en el municipio de
Chontales (Köhler, 2001). Además, Solórzano (2004) y Köhler
(2003) describen que L. stenophrys se relaciona estrechamente con
la selva húmeda inalterada o bosque lluvioso primario, haciéndola
muy vulnerable debido a la acelerada destrucción de la cobertura
natural. Esto posiblemente indica que es otra especie la
responsable de los accidentes en las fincas ganaderas del municipio
de Matiguás, como la serpiente Xenodon rabdocephalus conocida
como la falsa terciopelo.
Como síntoma del ataque ofídico en el ganado, los entrevistados
señalan que se presenta inflación y secreciones de la zona afectada
por acción del veneno, esto coincide con lo reportado por varios
autores quienes consideran que el veneno está constituido por más
de 50 sustancias, entre ellas la histamina, la serotonina y otros
péptidos, que son los responsables de provocar la actividad
inflamatoria, acciones vasomotoras y la producción de dolor durante
el envenenamiento (INS, 2000; Rodríguez-Acosta, 2001; CastrillónEstrada, Acosta-Vélez y Hernández-Ruiz, 2007). En otros casos los
entrevistados reportan la Boa constrictor principalmente como la
causante de ataques a aves de corral.
La información suministrada por el personal médico del Centro de
Salud San José de Matiguás relacionada con accidentes ofídicos
fue: nueve casos registrados en el 2006, de los cuales un solo caso
fue por mordida de serpiente venenosa (no identificada). Para el
2007 (enero hasta agosto) se reportaron tres casos, ninguno por
serpiente venenosa. Más de la mitad de los ataques ofídicos
reportados en estos años se presentaron en menores de edad (1 a
17 años). Cuatro de los pacientes realizaban actividades agrícolas y
de lavandería en los ríos al momento de la mordedura por serpiente.
Según lo reportado por el Centro de Salud se cree que son más los
casos de este tipo, pero debido a diversos factores, principalmente
el cultural, los afectados no buscan tratamiento médico
especializado, sino que acuden a prácticas de medicina tradicional
como los curanderos. Este tipo de tratamiento es muy practicado
también en el ganado.
©Universidad de Caldas
44
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Capital Cultural
Usos de la herpetofauna
Un 28% de los pequeños y medianos productores utilizan algún
reptil o anfibio como medicinal, y en menor porcentaje los grandes
productores emplean estos animales (6%). Dentro de los usos más
frecuentes de la herpetofauna como medicinal, se menciona la
utilización de sapos (Incilius coccifer) como posible remedio o cura
para la erisipela13. Los productores reportan que los usan de la
siguiente manera:
[…] uno lo agarra y se lo pasa en ayunas en todo
aquello que le da uno, se pasa varias veces ahí, el
sapito mire se pone más lleno de borroñitas como
él, se sopla se revienta y se muere y uno se cura de
eso […] es cierto porque yo lo probé en una
nietecita que sufrió de eso (Productor pequeño,
mujer adulta, comarca San Ignacio).
Para otras afecciones de la piel, se reporta el empleo de lagartijas:
[…] la lagartija si, la hemos utilizado, o sea que yo
la he utilizado, no sé si los demás la han utilizado,
pero yo la he utilizado, hay una enfermedad que le
sale debajo del pie, a una, que le dicen ojo de
pescado, es como una ampollita pero es dura, se
siente como una estaquita para dentro, entonces
ese animalito lo hemos utilizado agarrándolo y
pasándose así sobre él en forma de cruz,
pasándola así para allá, aquí para allá [hace la seña
de la cruz en su pie], es la lagartija de paredes, una
que es amarillita brillanta, y se sana porque yo
padecía de eso, porque me lastimaba algo y tá!
como que me hincaba, y se quita, porque a mí me
la dieron de remedio […] (Productor pequeño, mujer
adulta, San Ignacio).
Aceites extraídos de serpientes (B. constrictor) e iguanas (Iguana
iguana) son utilizados en los dolores de las articulaciones, “huesos”
y otras afecciones reumáticas, hematomas por golpes en humanos
y animales e inflamación de la ubre en el ganado. La forma
reportada en las entrevistas y talleres es la siguiente:
[…] entonces una lo mata en la mañana un ejemplo
y se cuelga, y ya hasta en la tarde el aceite está
abajo de viaje, entonces ese tuco [trozo o parte] de
ahí se echa a freír y de ahí sale el aceite de la boa
(Productor pequeño, hombre adulto,comarca Las
Limas).
Otros productores reportan usar las boas como controladores
biológicos de ratas y otros roedores, como lo cita un mediano
productor de la comarca Paiwitas:
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
[…] he dejado cuatro bobas en la caña para que me
controlen los ratones y ahora no tengo problemas.
Una boba la llevé a la frijolera. […] en la casa se
alborotó una ratonera, entonces agarre una [boa] y
la traje para acá, la metimos debajo de una cama y
se comió toditos los ratones […].
Usos similares en la cura de la erisipela durante la época
hispanomusulmana o andalusí (siglo IX al XII) en España son
reportados por Casal y Casal (2004), los escritos narran un
tratamiento para las “placas de erisipela” que consistía en aplicar un
sapo vivo abierto en canal en la zona afectada, este remedio según
la lógica de los autores ya está en desuso. Reportes similares en
Panamá son hechos por Garay (1932) quien cita los efectos del
vientre frío del sapo que se frota contra las partes afectadas por la
erisipela. Otros usos de los bufos son citados por Durán (2006) y
Ramírez (2006).
Cacería y comercialización de la herpetofauna
Del 49% de los productores que consumen reptiles o anfibios, la
especie más utilizada es la iguana (Iguana iguana) y el garrobo
(Ctenosaura similis). Dos casos fueron reportados de consumo de
ranas (especies no identificadas) y serpientes (Boa constrictor). La
cacería de animales silvestres la practican del 8% al 13% de los
productores, reportándose un mayor hábito dentro de la tipología
grande. Es de anotar que algunos productores asocian la
disminución o ausencia de las iguanas y garrobos en las comarcas
con la cacería indiscriminada por parte de los habitantes de estas
zonas y no con la disminución de las fuentes de agua.
Las razones principales de consumo de la carne de iguana y el
garrobo reportadas por los productores, es su alto contenido
nutricional (“de mucho alimento”) y su buen sabor (“es rica”). El
consumo de los huevos de la iguana fue mencionado pocas veces.
Gutiérrez (1996) encontró que los habitantes de la región de
Cosigüina (Nicaragua) atribuyen a la carne de garrobo propiedades
medicinales y que los hombres de la comunidad insisten en afirmar
que el consumo de este animal es reconstituyente y con
propiedades afrodisiacas.
Los entrevistados reportan que la mayor presión de caza para estos
reptiles es en los meses de abril y mayo, incrementándose en la
época de Semana Santa y coincidiendo con el periodo de veda
establecido por el MARENA que se aplica desde el 1 de enero al 30
de abril de cada año (MARENA, 2004). El aumento del consumo de
estos animales en Matiguás obedece a la costumbre tradicional
nicaragüense de preparar carne de garrobo e iguana en la época de
cuaresma, al servir de reemplazo de otras carnes, lo cual coincide
con lo reportado para la región Pacífica del país (Gutiérrez, 1996).
Otro punto relacionado con la caza y comercialización de fauna, es
la adopción de mascotas, muy frecuente en los medianos
productores con un 44%, los grupos restantes se encuentran entre
el 20% y 13%. La compra de animales silvestres no supera el 12%
de los entrevistados.
©Universidad de Caldas
46
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Conocimiento de la herpetofauna
Los nombres comunes utilizados por los productores para identificar
a las especies de reptiles y anfibios fueron aprendidos en su
mayoría (93%) de sus padres. Sin embargo se encontró que dentro
de la clase Reptilia, las especies del orden Serpentes son
identificadas por los productores con más nombres que las especies
del orden Sauria; en este último es muy generalizado el uso de los
nombres gallego, cherepo y lagartija. En la clase Amphibia, las
especies que conforman el orden Anura, los sapos (género Bufo)
tienen nombres comunes locales, lo contrario ocurre con las ranas,
las cuales son denominadas de acuerdo a su coloración o hábitos
ecológicos. Los nombres comunes fueron mencionados por los
productores durante los talleres con grupos focales, después de su
identificación por medio de láminas fotográficas de las especias más
abundantes reportadas para la zona. En general el 82% de los
productores diferencian una rana de un sapo, en cambio el
porcentaje disminuye cuando tienen que reconocer una serpiente
venenosa de una no venenosa.
Un estudio etnozoológico realizado por Sánchez (2006) en la
Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca en México, encontró que
varios de los nombres asignados a las diferentes especies tienen
correspondencia a su morfología o etología. Por ejemplo, el nombre
mangua de las ranas, que significa “patas largas”, hace referencia a
las extremidades posteriores del anuro. Similares denominaciones
tienen las serpientes como la cascabel (Crotalus triseriatus), que
recibe el nombre de Kihmi-poseé, que en mazahua se refiere a las
manchas que cubren su piel.
Es de anotar que un gran número de productores desconocen los
beneficios o el papel ecológico que puede desempeñar la
herpetofauna en los sistemas productivos –controladores biológicos,
polinización y dispersión de semillas (Galindo-Uribe y Hoyos-Hoyos,
2007)– y fuentes de agua (indicadores biológicos). Por lo anterior,
demandan capacitaciones sobre el manejo de anfibios y reptiles,
principalmente el reconocimiento y manipulación de serpientes.
Otros productores afirman que las ranas y sapos por su coloración
oscura y la textura de la piel (presencia de glándulas pronunciadas
en las especies de la familia Bufonidae) son indicadores de
suciedad o simplemente son rechazados por su estética.
Creencias populares sobre la herpetofauna
La sabiduría campesina transmitida de generación en generación
por medios orales y de experiencia juega un papel importante en el
reconocimiento y uso de la biodiversidad, ya que es adquirida del
medio ambiente mediante sistemas particulares de cognición y
percepción (Altieri, 1991). Además, se basa en un proceso histórico
de acumulación y transmisión de conocimientos que se incrementa
con la experiencia del propio productor, adquirida durante la
repetición del ciclo productivo y su cultura que resultan útiles para
manejar los ecosistemas (Ocampo y Escobedo, 2006).
En el conocimiento local de los productores, algunas especies de
reptiles y anfibios son consideradas peligrosas por presentar
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
comportamientos que ponen en riesgo la integridad física de
pobladores de la zona y sus animales (Figura 3). Repetidamente los
productores señalaron la serpiente “boba” (Boa constrictor): la
“mordedura puede ser letal debido a la presencia de veneno en
ciertas horas” (a la madrugada y cuando inicia la noche).
Apreciación errónea debido a que esta especie de serpiente
presenta una dentición de tipo aglifa (Solórzano, 2004).
Insistentemente durante los talleres con grupos focales la gran
mayoría de los productores afirmaron que las serpientes
Erythrolamprus mimus, Pliocercus euryzonus, Oxyrhopus petolarius,
Lampropeltis triangulum y Micrurus nigrocinctus, conocidas
localmente como corales, son venenosas, además hicieron énfasis
en que estos colubridae pican o hincan con la cola, debido a un
aguijón presente en esta parte de su cuerpo el cual puede causar la
muerte en humanos. En el caso de la mordedura, de las especies
reportadas como corales falsas, solo M. nigrocinctus es letal por su
veneno neurotóxico (Savage, 2002). Es importante indicar que O.
petolarius, E. mimus y P. euryzonus presentan veneno
moderadamente tóxico utilizado para inmovilizar las presas, y la
mordedura en humanos (en los dos últimos casos) puede causar
dolor local, inflamación y hematomas moderados (Solórzano, 2004).
Otra creencia muy común entre los productores es con la serpiente
mica (Spilotes pullatus), descrita como “un animal de mucha fuerza
en su cola”. Además citan que esta parte del cuerpo es utilizada en
forma de látigo para defenderse. Algunos productores cuentan
historias sobre este colubridae que es empleado en el
entrenamiento de algunos productores para desarrollar destrezas y
habilidades con el machete. Algunas de las apreciaciones anteriores
son típicas de la etología de la S. pullatus. Al respecto, Solórzano
(2004) describe esta especie como una serpiente activa en la
búsqueda de sus presas, con movimientos ágiles y rápidos, de
hábitos terrestres y arborícolas. Presenta como medida defensiva
disposición a morder, levantando generalmente la cabeza e inflando
el tercio anterior del cuerpo, mientras vibra fuertemente la cola
contra el suelo. Sin embargo, es equivocado creer que la mordedura
de S. pullatus puede causar la muerte, el veneno es ausente en su
dentición (Savage, 2002; Solórzano, 2004).
©Universidad de Caldas
48
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Localización de agua a través de la técnica del “posero”
En repetidas ocasiones la técnica de vareo es muy utilizada por los
productores en la búsqueda de agua del subsuelo para la
construcción de pozos (“pozos cobados”). Según reportes de los
entrevistados, esta práctica aumentó durante los últimos años en las
comarcas Patastule y Las Limas debido a la creciente necesidad de
construcción de fuentes de agua alternas para consumo animal y
humano. La técnica del vareo es realizada por pocas personas
denominados “poceros”14, quienes utilizan un alambre o alambrón
de cobre no superior a un metro de largo y en forma de U. Estas
personas argumentan que “es un don que Dios les dio”, en el caso
del “pocero” entrevistado, comentó que ninguno de sus hijos puede
realizar esta práctica.
Antes de iniciar el recorrido para localizar el punto exacto donde se
debe comenzar la perforación, los “poseros” tienen en cuenta
posibles sitios que fueron seleccionados tomando criterios como:
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
fácil acceso, cercanía a la casa, proximidad a los bebederos o
galeras, presencia de rocas, tipo de vegetación circundante y lugar
seleccionado por el dueño. La búsqueda se realiza mientras se
toma con las manos los extremos del alambre y conservando la
forma de U. Cuando se encuentra un punto ideal (agua en el
subsuelo) el alambre empieza a tener ondulaciones o movimientos
bruscos, en algunos casos se retuerce o se rompe. La intensidad de
las vibraciones en las manos determina la profundidad a la que se
debe cavar para encontrar el agua y la cantidad de la misma.
Estudios realizados a un grupo de campesinos en la región de
Atlixco, Puebla (México) mostraron resultados similares en cuanto a
la técnica de localización de agua para la construcción de pozos.
Personas denominadas “vareros” utilizan trozos de madera de forma
lineal y en estado verde de cuatro especies vegetales reportadas
para tal fin, en algunos casos emplean trozos de alambre de cobre.
Conocer el ancho de la corriente es importante, porque a partir de
este dato es la recomendación que el “varero” hace al solicitante
(Ocampo y Escobedo, 2006).
Capital Construido
Infraestructura y tecnologías relacionadas con la conservación
y mejoramiento de la calidad del agua
La percepción del 97% de los productores es que los sistemas
silvopastoriles tienen una relación positiva con la calidad del agua y
el número de reptiles y anfibios presentes en las fincas. Algunos
argumentan que desde que dejaron árboles dispersos en los
potreros o han colocado cercas vivas, estas prácticas ayudaron a
proteger a los animales, además ven que las fuentes de agua en
sus propiedades han sostenido su caudal durante más tiempo en la
época de verano. Situación similar es reportada por Cerdán et ál.
(2012), quienes encontraron que los productores conocen aspectos
de la regulación del microclima por parte de los árboles en sistemas
agroforestales de café en Centroamérica.
Acerca de si ha mejorado la calidad y la cantidad de agua en la finca
con la implementación de sistemas silvopastoriles y si estos
favorecen a la herpetofauna, un productor afirma:
[…] sí, la cantidad de agua y la calidad de pasto
pues, porque ahora tengo mucho pasto de corte y
mantengo más ganado, hay más leche, por lo
menos antes sacaba menos leche en este tiempo,
ahora saco más y que debía ser lo contrario, pues
me he preparado para estos tiempos con el agua,
con la comida y no tengo problema en el verano, no
tengo problema (Productor grande, hombre mayor,
comarca Las Limas).
Estudios realizados en Nicaragua y Costa Rica demostraron que la
sustitución de pasturas nativas por mejoradas ayudan a disminuir la
escorrentía y aumentar la infiltración (pasturas arboladas),
resultados similares pueden ser vistos con los bancos forrajeros
(gramíneas y leñosas) que debido a la alta densidad y a la elevada
©Universidad de Caldas
50
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
cobertura del suelo disminuyen el impacto de las gotas de agua
sobre el suelo y la velocidad de la escorrentía (Ríos et al., 2007). Es
de resaltar que un solo productor de los entrevistados (n = 59)
aseguró que el nivel de su fuente de agua (quebrada) aumentó
cuando él taló los arboles grandes de la rivera de la quebrada. Un
comportamiento similar fue reportado en Villa Mills, Costa Rica,
donde según las investigaciones ejecutadas en bosque nuboso
natural con extracción del 20 o 30% del área basal de troncos
recuperó fuentes de agua de aproximadamente 9300m3 ha–1 y
10500m3 ha–1 respectivamente, un volumen (7600 m3 ha–1) mayor
de captación que el bosque sin explotación (Turcios, 1995).
Los nacimientos de agua son cercados por la mitad de los grandes
productores y un 32% y 39% por los pequeños y medianos,
respectivamente. De las prácticas realizadas por estos productores
para proteger sus nacimientos, se encuentra una relación entre el
cercado y la siembra de árboles y arbustos con el tipo de productor
(Chi cuadrado p = 0,0016) siendo más frecuente en la tipología
grande (44%), seguido de los pequeños (16%) y en ninguno de los
casos los productores medianos realizan estas prácticas en
conjunto, ya que la mitad de ellos siembran árboles sin cercar la
naciente. El 42% de los productores efectúan otras prácticas para
proteger sus nacientes de agua.
La protección de fuentes agua como riachuelos, quebradas, o ríos
que cruzan por las fincas es realizada por la totalidad de los
pequeños productores y por la mayoría (94%) de los medianos y
grandes. Según los tres tipos de productores, las actividades más
frecuentes para la protección de estos cuerpos de agua son la
regeneración natural (92%) y la siembra de árboles y arbustos
(36%). En menor porcentaje (3%), se citan actividades como evitar
que lleguen las aguas residuales a los cuerpos de agua e instalar
bebederos en los potreros. No obstante, es importante resaltar que
ninguno de los pequeños y medianos productores evita el acceso
del ganado a las quebradas o ríos que pasan por su propiedad, y
solo el 13% de la tipología grande realizan esta actividad. Más aún
se señala que los productores deben garantizar el acceso del
ganado a las fuentes de agua durante las jornadas de pastoreo
haciendo puntos de bebederos sobre las quebradas o ríos
(“aguaderos”).
En relación con la infraestructura presente en las fincas, se observa
una concordancia con las tipologías de los productores (Chi
cuadrado p ≤ 0,005). El almacenamiento del agua es realizado en
menor grado por los productores pequeños (12%) y grandes (6%) y
ausente en los medianos. Los productores pequeños reportan más
letrinas (92%, Chi Cuadrado p = 0,0262) y agua por tubería dentro
de las casas (48%, Chi Cuadrado p = 0,01) que los productores
medianos y grandes. Específicamente para los grandes productores
es muy poca la utilización de tubería para llevar el agua hasta sus
casas (6%), esto posiblemente se debe a la alta existencia (93%,
Chi Cuadrado p = 0,0002) de pozos en sus fincas; los productores
pequeños son los que menos tienen pozos y repetidas veces se
menciona dentro de las entrevistas su interés por construir o mejorar
los presentes. Se encontró en algunos sitios que los productores
tienen pozos propios en las fincas, esto reduce el uso de las
construcciones comunales.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
CONCLUSIONES
El bienestar de los productores ganaderos se ve afectado por la
calidad y cantidad del agua presente en las fincas. La salud del
finquero y sus animales puede verse afectada por la calidad y
cantidad del agua. Cuando el agua es abundante y permanente
durante todo el año, el bienestar de los productores es menos
vulnerable. En el caso contrario, los productores deben realizar
labores o gastos adicionales para suplir su necesidad del agua.
Los productores ganaderos del municipio de Matiguás reconocen
que la problemática existente en torno al agua a nivel local, regional
y nacional está fuertemente relacionada con las prácticas agrícolas
y pecuarias. Además, identifican los principales contaminantes de
las fuentes de agua. Puntualmente en la finca perciben que la
aplicación de químicos, la deforestación (“despale”) y el ingreso del
ganado a las quebradas o ríos causan contaminación y deterioro en
las fuentes de agua. Otros contaminantes son el lavado de
vehículos (mayor proporción camiones transportadores de leche y
ganado) y de recipientes utilizados en el transporte de leche, así
como las aguas residuales de las queseras de la zona.
La percepción de los diferentes grupos de productores (grandes,
medianos y pequeños) en el municipio de Matiguás con respecto a
la relación entre biodiversidad y calidad de agua y sus capitales
(social, humano, político, natural, físico, financiero y cultural) en
fincas ganaderas es muy similar. Esto favorece la toma de
decisiones, elaboración y ejecución de proyectos o programas en la
zona de estudio ya que no sería necesario la estratificación o diseño
de propuestas distintas para cada grupo.
De la herpetofauna reportada para el municipio de Matiguás y
relacionada con las fuentes de agua, algunas especies de reptiles y
anfibios tienen un significado e importancia para la comunidad, ya
sea como fuente de alimento, controladores biológicos, tratamientos
de enfermedades o indicadores del clima (inicio de la temporada de
lluvias). Entre los anfibios se reporta el uso medicinal de Incilius
coccifer en el tratamiento de la erisipela y en los reptiles
Hemidactylus frenatus (lagartija) es empleada para el mal de ojo de
pescado y el aceite de Boa constrictor en las afecciones reumáticas.
En la gastronomía tradicional la Iguana iguana y Ctenosaura similis
son las principales especies utilizadas en la dieta durante la época
de cuaresma. Otros casos (Boa constrictor) se registraron como
controladores biológicos de roedores e insectos.
Los productores reconocen que hace falta una mejor
implementación y aplicación de las leyes por las autoridades o
entidades encargadas del área ambiental del municipio de Matiguás,
así como programas de concientización y educación sobre la
problemática del agua y los recursos naturales producto de las
actividades pecuarias y ganaderas. Esto ocasiona un debilitamiento
en las relaciones entre las instituciones y los productores (capital
político) al no sentirse protegidos, respaldados y apoyados por las
organizaciones.
©Universidad de Caldas
52
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
AGRADECIMIENTOS
El financiamiento para la investigación mencionada en este artículo
viene del World Bank-Bank Netherlands Partnership Program para
el proyecto “The Impact of Improved Cattle Management Practices
on Biodiversity Conservation”. Damos las gracias a los productores
ganaderos de Paiwas, Paiwitas, Las Limas, Patastule y San Ignacio
quienes nos permitieron trabajar en sus fincas y nos dieron parte de
su tiempo y vivencias al momento de las entrevistas.
REFERENCIAS












©Universidad de Caldas
Alcaldía Municipal de Matiguás. (2003). Norma de Regulación y
Control en el Manejo y Uso de los Recursos Naturales y del
Ambiente. La Gaceta, 15-05-03, 2409-2414.
Altieri, M.A. (1991). ¿Por qué estudiar la agricultura tradicional?
Revista Agroecología y desarrollo, 1(1), 16-24.
BCN (Banco Central de Nicaragua). (2007). Tipo de cambio oficial.
Recuperado
el
10
de
julio
2007
de
http://www.bcn.gob.ni/estadisticas/tasas/cambio/avisojulio07.ht
m
Betancourt, K., Ibrahim, M., Harvey, C.A. y Vargas, B. (2003). Efecto
de la cobertura arbórea sobre el comportamiento animal en fincas
ganaderas de doble propósito en Matiguás, Matagalpa, Nicaragua.
Agroforestería de las Américas, 10(39-40), 47-51.
Casal, M.T. y Casal, M. (2004). El tratamiento de las enfermedades
infecciosas en al-Andalus. Revista Española de Quimioterapia, 17(4),
350-356.
Castillo, E., Calderón, H., Delgado, V., Flores, Y. y Salvatierra, T.
(2006). Situación de los recursos hídricos en Nicaragua. Boletín
Geológico y Minero, 117(1), 127-146.
Castrillón-Estrada, D., Acosta-Vélez, J. y Hernández-Ruiz, E. (2007).
Envenenamiento Ofídico. Salud Uninorte, 23(1), 96-111.
Cerdán, C.R., Rebolledo, M.C., Soto, G., Rapidel, B. y Sinclair, F.
(2012). Local knowledge of impacts of tree cover on ecosystem
services in smallholder coffee production systems. Agricultural
Systems, 110, 119-130.
Chará, J. (2003). Manual para la evaluación biológica de ambientes
acuáticos en microcuencas ganaderas. CIPAV. Cali, Colombia. 76p.
Chará, J., Pedraza, G., Giraldo, L. e Hincapié, D. (2007). Efecto de
los corredores ribereños sobre el estado de quebradas en la zona
ganadera del río La Vieja, Colombia. Agroforestería en las Américas,
45, 72-78.
Cupples, J. (2004). Rural development in El Hatillo, Nicaragua:
gender, neoliberalism and environmental risk. Singapore Journal of
Tropical Geography, 25(3), 343-357.
Dagang, A. y Nair, P.K.R. (2003). Silvopastoral research and
adoption in Central America: recent findings and recommendations
for future directions. Agroforestry Systems, 59, 149-155.
revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014



















©Universidad de Caldas
Di-Rienzo J.A., Casanoves F., Balzarini M.G., González L., Tablada
M. y Robledo C.W. (2012). InfoStat versión 2012. Grupo InfoStat,
FCA, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
Durán, P. (2006). Misterio y Ministerio del sapo. El Siglo Digital.
Ciudad de Panamá, Panamá. Recuperado el 20 de octubre de 2007
de
http://www.elsiglo.com/siglov2/Opinion.php?idnews=9551&idse
c=3&fechaz=02-01-2006
Emery, M. y Flora, C. (2006). Spiraling-Up: Mapping Community
Transformation with Community Capitals Framework. Journal of the
Community Development Society, 37(1), 19-35.
Fica, A. (2003). Celulitis y erisipela: Manejo en atención primaria.
Revista Chilena Infectectología, 20(2), 104-110.
Flora, C. (2004). Social aspects of small water systems. Journal of
Contemporary Water Research & Education, 128, 6-12.
Flora, C., Flora, J. y Fey, W. (2004). Rural Communities. US:
Westview Press. 372p.
Fujisaka, S., Holmann, F., Escobar, G., Solórzano, N., Badilla, L.,
Umaña, L. y Lobo, M. (1997). Sistemas de producción de doble
propósito en la región Pacífico Central de Costa Rica: uso de la tierra
y demanda de alternativas forrajeras. Pasturas Tropicales, 19(1), 5559.
Galindo-Uribe, D. y Hoyos-Hoyos, J.M. (2007). Relaciones plantaherpetofauna: nuevas perspectivas para la investigación en
Colombia. Universitas Scientiarum, 12, 9-34.
Garay, N. (1932). Tradiciones y cantares populares de Panamá.
Bruselas. pp. 101-114.
Gómez-Martínez, M.J., Gutiérrez, I., Benjamín, T., Casanoves, F. y
DeClerck, F. (2011). Conservación y conocimiento local de
herpertofauna en un paisaje ganadero. Agroforestería en las
Américas, 48, 65-75.
Grudens-Schuck, N., Lundy-Allen, B. y Larson, K. (2004). Focus
Group Fundamentals. Ames, Iowa: Iowa State University Extension.
Recuperado
el
14
de
noviembre
de
2006
de
http://www.extension.iastate.edu/Publications/PM1969B.pdf
Gutiérrez, I.A. (1996). Aportes de un proyecto de manejo de vida
silvestre a la calidad de vida de las poblaciones rurales: el caso de la
Cooperativa Omar Baca, Cosigüina, Nicaragua. Tesis Mag. Sc.
Turrialba, CR, CATIE. 133p.
Harvey, C. y Haber, W. (1999). Remnant trees and the conservation
of biodiversity in Costa Rican pastures. Agroforestry Systems, 44,
37-68.
Holdridge, L.R. (1978). Ecología Basada en Zonas de Vida. Serie
Libros y Materiales. San José, CR. Educativos IICA No. 34.
INS (Instituto Nacional de Salud - Perú). (2000). Ofidismo. Serie
Documentos Monográficos 10. Lima. 57p.
Köhler, G. (2001). Anfibios y reptiles de Nicaragua. Herpeton.
Frankfurt. 208p.
________. (2003). Reptiles de Centroamérica. Herpeton. Frankfurt.
367p.
Larson, K., Grudens-Schuck, N. y Lundy-Allen, B. (2004). Can You
Call It a Focus Group? Ames, Iowa: Iowa State University Extension.
el
14
de
noviembre
de
2006
de
Recuperado
http://www.extension.iastate.edu/Publications/PM1969A.pdf
López, F. (2007). Puerto Cabezas Power contamina pozos de agua.
El Nuevo Diario, Departamentales, 28 de julio de 2007.
54
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
















©Universidad de Caldas
Madriz, E. (2000). Focus groups in feminist research. En Denzin,
N.K. y Lincoln, Y.S. (eds.). Handbook of qualitative research (pp.
835-850). 2nd ed. Thousand Oaks, CA: Sage.
Mahecha, L. (2002). El silvopastoreo: una alternativa de producción
que disminuye el impacto ambiental de la ganadería bovina. Rev Col
Cienc Pec, 15(2), 226-231.
MARENA (Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales). (2002).
Estrategia Nacional de Biodiversidad Nicaragua. Managua, NI. 96p.
________. (2004). Resolución ministerial no. 46-2003. Managua, NI.
Recuperado
el
30
de
octubre
de
2007
de
http://legislacion.asamblea.gob.ni/Normaweb.nsf/($All)/21ADF5E
15B25DEA4062570A100583B99?OpenDocument
Meyrat, A. (2000). Los ecosistemas y formaciones vegetales de
Nicaragua. Protierra/MARENA/CBA. Managua, Nicaragua. 30p.
MINAE (Ministerio de Ambiente y Energía). (2007). Reglamento para
la Evaluación y Clasificación de la Calidad de Cuerpos de Agua
Superficiales. San José, CR. Recuperado el 30 de octubre de 2007
de
http://www.hacienda.go.cr/centro/datos/Decreto/Decretos%2033
903-MINAE-SReglamento%20para%20Evaluaci%C3%B3n%20y%20Clasificaci
%C3%B3n%20de%20Cuerpos%20agua%20SuperficialesLa%20Gaceta%20178-17%20SET-2007.pdf
Munguía, C. y Pérez, W. (2007). Urge hacer pozos en Occidente. La
Prensa, 14A, 28 de mayo de 2007.
Murgueitio, E. (2003). Impacto ambiental de la ganadería de leche en
Colombia y alternativas de solución. Livestock Research for Rural
Development, 15(10). Recuperado el 5 de noviembre de 2006 de
http://www.cipav.org.co/lrrd/lrrd15/10/murg1510.htm
Murgueitio, E. e Ibrahim, M. (2001). Agroforestería pecuaria para la
reconversión de la ganadería en Latinoamérica. Livestock Research
for Rural Development, 13. Recuperado el 5 de noviembre de 2006
de http://www.cipav.org.co/lrrd/lrrd13/3/murg133.htm
Naranjo, L. (2003). Sistemas agroforestales para la producción
pecuaria y la conservación de la biodiversidad. En Sánchez, M.D. y
Rosales, M. Agroforestería para la producción animal en América
Latina-II. Estudio FAO. Producción Animal, 155. 34p.
NRFC (National Rural Funders Collaborative). (2005). Community
Capitals, Capacity Building and Outcome Achievement. Recuperado
el
28
de
octubre
de
2006
de
http://www.nrfc.org/portal/alias__rainbow/lang__en/tabID__3378/DesktopDefault.aspx
Ocampo, I. y Escobedo, J. (2006). Conocimiento tradicional y
estrategias campesinas para el manejo y conservación del agua de
riego. Ra Ximhai, 2(2), 343-371.
ONU. (2005). Género y sistemas de producción campesinos:
lecciones de Nicaragua. Roma. 70p.
Pagiola S., Agostini, P., Gobbi, J., Deán, C., Ibrahim, M., Murgueitio,
E., Ramírez, E., Rosales, M. y Ruíz, J. (2004). Pago por servicios de
conservación de la biodiversidad en paisajes agropecuarios. Banco
Mundial. 50p.
Pantoja, A. y Córdoba, M. (2007). Batalla por el agua. El Nuevo
Diario, 4A, 14 de mayo de 2007.
Plieninger, T. y Wilbrand, C. (2001). Land use, biodiversity
conservation, and rural development in the dehesas of Cuatro
Lugares, Spain. Agroforestry Systems, 51(1), 23-34.
revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014














RAE (Real Academia de la Lengua Española). (2007). Diccionario de
la Lengua Española. Vigésima segunda edición. España.
Recuperado el 1 de noviembre de 2007 de http://www.rae.com
Ramírez, A. (2006). Mitos y leyendas: la solución a tus problemas
está en la charca. SW Digital, 1. Recuperado el 20 de octubre de
2007 de http://www.seawolves.es/SEPTIEMBRE%202006.pdf
Reyes, K.Y. (2006). Análisis del estado de las fuentes de agua para
consumo humano y funcionamiento de los acueductos en la cuenca
del río La Soledad, Honduras. Tesis Mag. Sc. Turrialba, CR, CATIE.
Ríos, N., Cárdenas, Y., Andrade, H., Ibrahim, M., Jiménez, F.,
Sancho, F., Ramírez, E., Reyes, B. y Woo, A. (2007). Escorrentía
superficial e infiltración en sistemas ganaderos convencionales y
silvopastoriles en el trópico subhúmedo de Nicaragua y Costa Rica.
Agroforestería en las Américas, 45, 66-71.
Ríos, N., Andrade, H. e Ibrahim, M. (2008). Evaluación de la recarga
hídrica en sistemas silvopastoriles en paisajes ganaderos. Zootecnia
Tropical, 26(3), 183-186.
Rocha, L. (2002). Cambio en el uso de suelo y factores asociados a
la degradación de pasturas en la cuenca del Río Bulbul en Matiguás,
Nicaragua. Tesis Mag. Sc. Centro Agronómico Tropical de
Investigación y Enseñanza. CATIE, Turrialba, CR. 84p.
Rodríguez-Acosta, A. (2001). Los venenos y el síndrome de
envenenamiento ofídico. VIATE Academia Médica Digital, 9.
Recuperado
el
20
de
octubre
de
2007
de
http://caibco.ucv.ve/caibco/CAIBCO/Vitae/VitaeNueve/Articulos/
MedicinaTropical/
ArchivosPDF/MedicinaTropical.PDF
Ruíz, F., Gómez, R. y Harvey, CA. (2005). Caracterización del
componente arbóreo en los sistemas ganaderos de Matiguás,
Nicaragua. TROPITECNICA - NITLAPAN - CATIE. Turrialba, CR.
40p.
Sánchez, E. (2006). Conocimiento tradicional mazahua de la
herpetofauna: un estudio etnozoológico en la Reserva de la Biósfera
Mariposa Monarca, México. Estudios Sociales, 14(28), 43-66.
Savage, J.M. (2002). The amphibians and reptiles of Costa Rica: a
herpetofauna between two continents, between two seas. The
University of Chicago Press.
Solórzano, A. (2004). Serpientes de Costa Rica. INBio, San José,
CR. 792p.
Turcios, W.R. (1995). Producción y valoración económica del
componente hídrico y forestal de los robledales de altura bajo
intervenciones silviculturales. M.Sc.-Tesis, CATIE, Turrialba, Costa
Rica. 80p.
Useche, D.C. (2006). Restauración del paisaje a partir de la
implementación de sistemas silvopastoriles para la conservación de
la biodiversidad en Nicaragua. Tesis Mag. Sc. Turrialba, CR, CATIE.
Walsh, B. (1999). Diversidad de ecosistema. En MARENA (Ministerio
del Ambiente y Recursos Naturales). Biodiversidad en Nicaragua: un
estudio de país (pp. 144-182). Managua, NI.
1. Biólogo. MSc. en Agricultura Ecológica. Laboratorio de
Ecoagricultura, Facultad de Ingeniería Agronómica, Universidad del
Tolima, Colombia. [email protected]
©Universidad de Caldas
56
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
2. Doctora en Desarrollo Rural. Profesora e Investigadora, Centro
Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza - CATIE, Costa
Rica. [email protected]
3. Doctor en Ecología del Paisaje. Profesor e Investigador, Grupo de
Ganadería y Manejo del Medio Ambiente (GAMMA), Centro
Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza - CATIE, Costa
Rica. [email protected]
4. La estratificación fue realizada por medio de clúster de acuerdo a las
siguientes variables: (i) Porcentaje del área agrícola en la finca
según usos de suelo. (ii) Hectáreas unidades de trabajo familiar-1
(haUTF-1). (iii) Total de vacas unidad de trabajo familiar-1 (vacasUTF1
). (iv) Porcentaje de pastos en la finca. (v) Total días hombres
unidad de área-1 (dht ha-1).
5. Los productores se refieren insistentemente a una sentida ausencia
de institucionalidad y a la falta de implementación de leyes.
6. Como se afirmó repetidas veces en las conversaciones y entrevistas
con los productores.
7. En Costa Rica el Reglamento para la Evaluación y Clasificación de la
Calidad de Cuerpos de Agua Superficiales determina para el
abastecimiento de agua para uso y consumo humano (Clase 1)
permite < 20 unidades formadoras colonias (UFC), con tratamiento
simple de desinfección (MINAE, 2007). En Honduras la Norma
Técnica Nacional para la Calidad del Agua Potable no permite la
presencia de UFC (Reyes, 2006).
8. Resortera o tirachinas, horquilla con mango a cuyos extremos se
unen los de una goma para estirarla y disparar así piedrecillas,
perdigones, etc. (RAE, 2007).
9. Pese a que está prohibido el lavado de vehículos y otras actividades,
es muy frecuente en el puente del río Bulbul (12°49’36,72” N 85°26’12,85” O) encontrar libremente la realización de esta actividad
(observación personal).
10. Pozos perforados, de diámetros reducidos y construcción totalmente
mecanizada.
11. 18,47 córdobas por un dólar americano, según la tasa de cambio
oficial al 10 de julio de 2007 (BCN, 2007).
12. 18,47 córdobas por un dólar americano, según la tasa de cambio
oficial al 10 de julio de 2007 (BCN, 2007).
13. Inflamación infecciosa aguda en placas que afecta la epidermis,
ligada generalmente a fiebre, linfangitis, leucocitosis y
ocasionalmente adenopatías regionales, típicamente está asociada
al Streptococcus pyogenes (Fica, 2003).
14. Sinónimo a zahoríes: personas que detectan manantiales, corrientes
subterráneas de agua o incluso sustancias minerales (Ocampo y
Escobedo, 2006).
Para citar este artículo: Gómez-Martínez, M. J., Gutiérrez-Montes, I.
& Declerck, F. (2014). Percepción local acerca de la calidad del
agua y la herpetofauna en fincas ganaderas del municipio de
Matiguás, Nicaragua. Revista Luna Azul, 38, 30-57. Recuperado de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v
iew&id=893
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
DISTRIBUCIÓN DEL CONOCIMIENTO Y USOS POR
GENERACIÓN Y GÉNERO DE PLANTAS COMESTIBLES EN
TRES COMUNIDADES AFRODESCENDIENTES EN BOLÍVAR,
COLOMBIA
M.W. Pasquini1
Carolina Sánchez-Ospina2
Juan-Salvador Mendoza3
Recibido el 7 de agosto 2013 y aprobado el 5 de octubre de 2013
RESUMEN
Durante las últimas dos décadas se han desarrollado muchas
iniciativas para el rescate y la valoración de la diversidad de plantas
útiles subutilizadas en distintas regiones del mundo. En Colombia se
han realizado varias investigaciones etnobotánicas, sin embargo, se
requiere ampliar las investigaciones sobre el uso de plantas
comestibles por comunidades afrodescendientes. El objetivo global
de la investigación era contribuir a la identificación de los saberes de
las comunidades afrodescendientes de la Costa Caribe colombiana
con respecto a la utilización, sistemas de manejo y producción de
las plantas comestibles tradicionales. Este artículo se enfoca en la
pregunta de cómo se distribuyen los saberes y cambian las
prácticas de uso por generación y género de las plantas en tres
comunidades del departamento de Bolívar. A través de una
actividad con familias sobre el reconocimiento de 91 plantas se
evidenció una pérdida intergeneracional de saberes y tradiciones de
uso. Los porcentajes altos de no consumo y/o de consumo no
reciente en combinación con las explicaciones dadas en grupos
focales sugieren un declive en el uso alimenticio de alrededor de 20
plantas, en su mayoría silvestres y semisilvestres. Las razones
dadas variaban según las plantas e incluían percepciones de
cambio en las costumbres de producción, preparación de alimentos
y consumo, y desaparición de ciertas plantas a causa de cambios
en las prácticas de gestión del territorio y de los recursos naturales.
Los adultos mayores pueden reconocer más plantas de las que
usan. Los hombres reportaron niveles de reconocimiento más altos
en comparación a las mujeres para el caso de 28 especies,
principalmente de estatus silvestre. Los resultados muestran que el
diseño de estrategias exitosas de fomento de procesos de
desarrollo rural sostenible que pongan en valor la gran diversidad de
plantas comestibles de la región necesita un enfoque diferencial
según usuarios y recursos.
PALABRAS CLAVE
Etnobotánica, conocimiento tradicional,
alimentos silvestres, afrocolombianos.
©Universidad de Caldas
plantas
comestibles,
58
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
DISTRIBUTION OF KNOWLEDGE AND OF USES OF EDIBLE
PLANTS BY GENERATION AND GENDER IN THREE AFRICAN
DESCENDANT COMMUNITIES IN BOLÍVAR, COLOMBIA
ABSTRACT
In the last two decades a significant number of initiatives have been
undertaken to promote and revalue the diversity of useful underutilized plants in various regions around the world. In Colombia there
have been various ethnobotanical studies, however, there is still a
need for further research, particularly on the use of food plants in
Afro-descendant communities. The overall objective of this research
project was to contribute to the documentation of the use of
traditional food plants and knowledge of the management and
production systems by Afro-descendant communities in the
Colombian Caribbean coastal region. This article focuses specifically
on the question of how knowledge is distributed and how use
practices of the plants change by generation and gender in three
communities in the department of Bolívar. Through a recognition
exercise, undertaken with families on 91 plants, evidence was found
of intergenerational loss of knowledge and traditions of use. High
percentages of reported non-consumption and/or not recent
consumption combined with explanations given in focus groups,
suggest a decline in the food use of about 20 species, the majority of
them having wild and semi-wild status. The reasons given varied
depending on the plant species and included perceptions of change
in production and food preparation and consumption practices and
the disappearance of certain plants because of changes in land use
and natural resource management. Older respondents recognized
more plants than they actually used. Recognition rates by men were
higher in comparison to women in the case of 28 plants, mainly wild
resources. These results highlight that the design of successful
strategies to promote sustainable rural development processes
which revalue the significant diversity of food plants in the region
requires a differential focus depending on the user and the type of
resource.
KEY WORDS
ethnobotany, traditional knowledge, food plants, wild foods, AfroColombians.
INTRODUCCIÓN
La rápida pérdida del conocimiento etnobotánico en las distintas
regiones del mundo sigue causando preocupación y debate en la
literatura académica acerca de las medidas a tomar para frenarla
(Ramírez, 2007). Con el progresivo reconocimiento de sus aportes
vitales para el desarrollo rural (Pardo y Gómez, 2003; Padulosi,
2011) y también para los sistemas de producción y consumo en
ámbitos urbanos y periurbanos (Ambrose-Oji, 2009; Shackleton,
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Pasquini y Drescher, 2009), las últimas dos décadas han sido
marcadas por un número creciente de iniciativas para el rescate y la
valoración de la ríquisima diversidad de plantas útiles4.
En Colombia varios estudios han documentado la diversidad de
plantas utilizadas para distintos fines por varias comunidades; sin
embargo, el grueso de los esfuerzos de la etnobotánica han estado
concentrados en las comunidades indígenas, pasando por alto los
conocimientos botánicos de las comunidades afrodescendientes
(Maya, 2000) e incluso desconociéndolos como saberes válidos
(Arocha et al., 2007). En realidad, como demuestran varios trabajos
geográficos e históricos, la herencia de los africanos esclavizados
ha influido significativamente sobre las prácticas agrícolas, el
manejo y conocimiento contemporáneo en torno a los recursos
naturales.
Los esclavizados africanos introdujeron cultivos en el Nuevo Mundo
y aportaron sus conocimientos sobre las prácticas de cultivo y de
procesamiento (Carney, 2006). El análisis de Carney (2003) sobre el
uso de plantas con fines terapéuticos en la zona del Caribe en
relación a los usos en África occidental, muestra cómo se fusionaron
dos sistemas de conocimiento, por medio de la experimentación de
los esclavizados con plantas pertenecientes a las mismas familias
botánicas que conocían desde sus países de origen por sus
propiedades curativas, y por la adopción de conocimientos de la
farmacopea amerindia. Como se resaltó durante el lanzamiento de
la Sociedad Colombiana de Etnobiología en 2011, reconocer e
incorporar
los
conocimientos
de
las
comunidades
afrodescendientes, indígenas y campesinas del país resulta
imprescindible para lograr una gestión sostenible del territorio (Cruz
y
Sarmiento,
2012).
Entre algunos de los trabajos de etnobotánica afrocolombiana que
han tocado el tema de plantas comestibles, las cuales son el
enfoque de este artículo, se puede señalar la descripción de flora de
San Andrés y Providencia, con énfasis en plantas útiles (González,
Nelson y Lowy, 1995), una investigación realizada en cuatro
comunidades del municipio de Quibdó (Pino y Valois, 2004), un
estudio de percepción y valoración de recursos fitogenéticos en una
comunidad del municipio de Tumaco (Arroyo y Leyton, 1998), un
estudio sobre la distribución y uso de palmas en el departamento de
Chocó (Ríos et al., 1998) y varios estudios realizados en el Chocó
5
biogeográfico sobre zoteas , que incluyen investigaciones y trabajos
participativos de conservación y recuperación de la biodiversidad,
recopilados en el libro editado por Arroyo et al. (2001).
Adicionalmente de interés para la investigación fueron algunos
aspectos etnobotánicos publicados en las floras para el centro de
Bolívar (Romero-Castañeda, 1965) y de los departamentos de
Magdalena y Atlántico (Romero-Castañeda, 1965; Rodríguez et al.,
2012), al igual que un estudio etnobotánico de la comunidad de San
Jacinto en Bolívar que incluye plantas alimenticias (Bonzani, 1995) y
una historia de la gastronomía del Caribe colombiano (Morales,
2010).
El objetivo global de la investigación realizada era contribuir a la
identificación de los saberes de las comunidades afrodescendientes
en la Costa Caribe colombiana sobre la utilización, sistemas de
©Universidad de Caldas
60
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
manejo y producción de las plantas comestibles, para fomentar su
aprovechamiento en beneficio de las comunidades. En este artículo
se presentan los resultados parciales de dicha investigación,
enfocándose en la pregunta de cómo el género y la edad influyen
sobre el reconocimiento y el uso reportado de diferentes recursos en
tres comunidades del departamento de Bolívar.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio de caso se llevó a cabo en las localidades de Barú
(Distrito Turístico y Cultural de Cartagena de Indias), María la Baja
(municipio de María la Baja) y San Basilio de Palenque (municipio
de Mahates) (Figura 1) y se desarrolló en tres fases que se
describirán brevemente, aunque los resultados de este artículo se
refieren principalmente a la fase 2, complementados con
información de la fase 3. Esta sección está organizada en tres
partes: una descripción de las tres localidades, la descripción de las
etapas de la metodología y las características de la muestra de la
actividad de reconocimiento con familias desarrollada durante la
fase
2.
Descripción de las localidades
En esta sección se presenta información socioeconómica que
permite contextualizar e interpretar algunos de los resultados de la
investigación. Sin embargo, hay que notar que no se consigue el
mismo tipo y detalle de información para las tres localidades y en
particular la información sobre Barú es escasa.
María la Baja es la comunidad más grande en términos de
población. De acuerdo a los datos del último Censo General de
2005 realizado por el Departamento Administrativo Nacional de
Estadística –DANE– (2005) la cabecera municipal de María la Baja,
donde se desarrolló la investigación, contaba con una población
total de 17878 personas, es decir el 39,5% de la población total del
municipio; los hombres constituían el 50,6% de la población en la
cabecera (afuera de la cabecera municipal los hombres componen
el 52% de la población). En San Basilio de Palenque, según una
encuesta del Sistema de Identificación y Clasificación de
Potenciales Beneficiarios para programas sociales (SISBEN) de
2007, habitaban aproximadamente 3750 personas (Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD–, 2009), si bien se
calcula que otros 10000 palenqueros residen en otras ciudades,
principalmente en Cartagena (el 50% de esta población),
Barranquilla (39%) y Caracas en Venezuela (6%) (Soto et al., 2009).
En el corregimiento de Barú, de acuerdo a datos de Planeación
Distrital (Sentencia T-745 de 2010), vivía el 35,52% de la población
total de la isla de Barú (que comprende los corregimientos de Santa
Ana, Barú y Ararca), es decir, habitaban allí 2746 personas.
Hoy en día las actividades económicas de la isla de Barú incluyen la
pesca, el turismo, la acuicultura, la agricultura y la elaboración de
artesanías. La pesca es la principal actividad generadora de empleo
durante todo el año; la elaboración de artesanías constituye otro
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
renglón importante y las actividades turísticas generan empleo
durante las temporadas vacacionales (Sentencia T-745 de 2010).
Las actividades agropecuarias no generan mucho empleo y las
parcelas que se cultivan son menores de 2 hectáreas (Sentencia T745 de 2010). Sin embargo, según relatos recolectados durante esta
investigación de algunos informantes y particularmente algunos
agricultores mayores, en el pasado la producción agrícola era
mucho más significativa. Todos los hogares vivían de la agricultura y
de la pesca y se sembraba una gran variedad de cultivos. La
producción de frutales en particular era suficiente para que Barú
surtiera de estos productos a Cartagena. La disminución de las
actividades agrícolas se debe al desarrollo de las actividades
turísticas, que implicaron la compra de tierras a partir de los años
setenta con el fin de emprender grandes proyectos turísticos. El
resultado de este proceso fue que la población raizal nativa perdiera
el acceso a la mayoría de la tierra en la isla. En los últimos años se
han generado muchas controversias y conflictos respecto a la
legalidad de la compra de algunas de las tierras (por ejemplo, en el
6
caso de Hacienda Santa Ana ).
María la Baja hace parte de una región más amplia denominada
Montes de María. Esta región, poblada principalmente por
campesinos y afrocolombianos, y considerada como la “despensa
del Caribe”, ha pasado por fuertes transformaciones del sistema
productivo. En los años setenta por las reivindicaciones de la
Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, Línea Sincelejo, en
esta región el gobierno nacional promovió un proceso de
desconcentración de la tierra acompañado de asistencia técnica
(PNUD, 2010). Sin embargo, de acuerdo al PNUD (2010) las
deudas incurridas por los campesinos en los años ochenta para
implementar los paquetes tecnológicos de semillas mejoradas y
aplicación de fertilizantes químicos, sumadas a las deudas por la
compra de sus tierras, llevó finalmente a una parálisis de
producción, abriendo las puertas a la llegada en la década de 2000
de un proyecto de palma africana para la producción de
biocombustibles en el municipio de María la Baja; este proyecto que
aspira llegar a las 10000 hectáreas ha llevado a un marcado declive
de la producción de cultivos de pancoger y al empeoramiento de las
condiciones de vida de la mayoría de los campesinos.
Los sistemas de producción fueron afectados asimismo por el
surgimiento de grupos armados. En los años ochenta llegó la
guerrilla, cuyas acciones se dirigieron en manera particular en
contra de los grandes ganaderos: el robo de ganado y el secuestro
de ganaderos constituyeron su fuente principal de ingresos. Como
reporta el PNUD (2010) el surgimiento del fenómeno del
paramilitarismo en los años noventa entonces se derivó del interés
de los ganaderos y de los terratenientes de defender sus bienes y
particularmente desde 1996 se incrementó dramaticamente la
violencia con masacres, asesinatos selectivos y desplazamiento
forzado. Aunque se justificó bajo la necesidad de eliminar la
guerrilla, la violencia se dirigió más que todo hacia la población civil
afectando particularmente representantes que iban en contra de los
intereses de los grupos de poder; así en la región se dieron
procesos de despojo de tierras derivadas de alianzas entre
paramilitares y grandes propietarios, interesados en retomar de los
campesinos las tierras que el Estado los había obligado a vender, y
©Universidad de Caldas
62
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
también entre paramilitares y narcotraficantes, interesados en
asegurar la ruta que pasa por los Montes de María al mar para
poder embarcar los estupefacientes hacia Panamá y el Caribe
(PNUD, 2010).
San Basilio fue el primer “palenque” fundado en los tiempos de la
Colonia por un grupo de esclavos escapados, bajo el liderazgo de
Benkos Biohó, y reconocido como primer pueblo libre de América; si
bien la comunidad representa solo el 0,1% de la población
afrodescendiente del país, tiene un reconocimiento importante por
sus aportes a la “afrocolombianidad” por haber conservado las
costumbres y prácticas de sus antepasados, llevando a que en 2005
la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) declarara a
San Basilio como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de
la Humanidad (Soto et al., 2009).
La principal actividad económica de Palenque es la agropecuaria,
con el 90% del territorio dedicado a la producción pecuaria y el 9,7%
del territorio utilizado para cultivos (PNUD, 2009), si bien según Soto
et al. (2009) la agricultura es la más importante de la producción
pecuaria en términos de generación de ingresos (a diferencia de los
demás corregimientos del municipio de Mahates). De acuerdo a
estos autores una de las principales fuentes de ingresos para las
familias que residen en Palenque es la venta de dulces
tradicionales, la cual es una actividad que involucra el 28% de las
mujeres; por otro lado, la principal fuente de empleo y de ingresos
para los hombres es el cultivo de productos como el ñame, el maíz y
la yuca, que involucra el 20% de los hombres. Un 16% combina la
agricultura con la producción pecuaria y la porción restante de la
población se dedica a otras actividades económicas. Sin embargo,
la comunidad no ha sabido aprovechar su capacidad organizativa y
solidaria (con la cual ha podido poner en valor sus rasgos culturales
y obtener posicionamiento político) para fortalecer las actividades
productivas y darle un aprovechamiento empresarial (Soto et al.,
2009).
Hay que notar que la capacidad de producir alimentos para el
autoconsumo en el territorio palenquero (lo cual se ubica en las
faldas de los Montes de María) se redujo significativamente con el
desplazamiento en 2001 por acción de grupos paramilitares de 55
familias que vivían en la comunidad de la Bonga; esta comunidad
garantizaba el abastecimiento del casco urbano de ñame, yuca,
plátano y otros productos que producía en cantidades significativas
(Observatorio de Territorios Étnicos, s.f.).
En conclusión se puede observar que, aunque varían las causas
directas y los períodos de cambio, en todas las localidades se ha
reportado un declive significativo de la producción de cultivos de
pancoger y, asociado a esto, un cambio en términos de acceso a
7
zonas de monte .
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Fases de la investigación
Con el fin de construir una línea base de las plantas comestibles
cultivadas, silvestres y semisilvestres8 de la zona, durante la fase 1
se buscó entrevistar personas consideradas conocedoras de plantas
alimenticias, principalmente hombres y mujeres mayores, en una
mezcla de entrevistas individuales y entrevistas grupales, según un
muestreo por conveniencia. La identificación botánica se realizó en
campo por medio del uso de bibliografía especializada para la flora
presente en el Caribe colombiano. Para especies arborescentes, en
especial frutales maderables, se utilizó la información dendrológica
proporcionada por Gentry (1996). Para especies herbáceas se
utilizaron las claves y fichas taxonómicas proporcionadas por
Romero-Castañeda (1965), González et al. (1995) y Chízmar et al.
9
(2009) . Como complemento algunos de los nombres comunes de
las plantas fueron consultados en el diccionario de nombres
comunes de las plantas de Colombia de la Universidad Nacional de
Colombia (Bernal et al., 2013).
A partir de las tendencias halladas en esta fase se refinaron las
preguntas de investigación y se construyó la metodología para las
fases sucesivas.
©Universidad de Caldas
64
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
La fase 2 se desarrolló en mayo-junio de 2011. En esta se buscó
obtener datos cuantitativos frente a la pregunta de investigación.
Debido a que el nivel de los conocimientos puede verse afectado
por varios factores (Howard, 2006), especialmente en relación a las
plantas no cultivadas, se decidió comparar los conocimientos y el
uso reportado por tres generaciones (abuelos, padres, hijos). Se
utilizó un muestreo intencional, de criterio, seleccionando familias en
las cuales la generación mayor se identificaba en la comunidad
como conocedora de plantas alimenticias. Se realizó entonces una
actividad de reconocimiento de 103 plantas y una entrevista sobre
los usos de cada una. Para el ejercicio se utilizaron láminas con las
fotografías de cada planta y el listado de los nombres comunes
locales. Si alguien no reconocía una planta, y esto fue el caso de
varios adultos mayores por sus problemas de vista, se averiguaba el
reconocimiento a partir del nombre. Debido al uso de múltiples
nombres locales para identificar la misma especie o al uso del
mismo nombre para identificar dos o más especies, un ejercicio de
reconocimiento basado en fotografías y nombres locales
estandarizados presenta inevitablemente cierto nivel de
incertidumbre. Por esta razón, las especies que presentaron
problemas de identificación evidentes se excluyeron del análisis y
en los resultados se presentan los datos para 91 especies. En total
se entrevistaron 74 personas de 13 familias, todas residentes en los
cascos urbanos. Adicionalmente, en cada lugar se realizó una
actividad con grupos de niñas y niños para clasificar sus
preferencias de diferentes frutos silvestres, semisilvestres y
cultivados, a partir de criterios definidos por cada grupo.
La fase 3 se realizó en enero de 2012. Esta fase buscó profundizar
alrededor de la percepción de los entrevistados sobre las causas de
los cambios en el conocimiento y patrones de uso, por medio de
grupos focales (diferenciados por género y por edad en cada lugar).
Los integrantes de los grupos focales se seleccionaron de acuerdo a
la técnica de muestreo de criterio.
Los contactos con las familias y los participantes de los grupos
focales se realizaron por medio de tres etnoeducadores en
Palenque, el Director de la Casa de la Cultura en María la Baja y el
Presidente de la Junta de Acción Comunal en Barú.
Se utilizó estadística descriptiva para examinar la distribución del
conocimiento y los patrones de uso a partir de la actividad de
reconocimiento, los cuales se interpretaron a la luz de la información
en los grupos focales y de la literatura.
El propósito de la investigación fue presentado a los representantes
de los Consejos Comunitarios en cada una de las localidades y se
obtuvo el aval escrito para la realización de la investigación, a
cambio del compromiso por parte del proyecto de entregar como
contraparte
los
resultados
a
las
comunidades.
Distribución de la muestra en la actividad de reconocimiento
por género y por edad en cada lugar (fase 2)
La Tabla 1 muestra la distribución de mujeres y hombres de cada
generación en cada lugar. Para delimitar la generación de los
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
abuelos, en este estudio se buscaron personas que tuvieran 65 o
más años. Fue posible aplicar este criterio a los hombres, pero en el
caso de las mujeres tres de las entrevistadas tenían menos edad.
Nuestro propósito original era entrevistar a una pareja de abuelos
(generación abuelos) y después a dos de sus hijos (generación
padres) y a su vez a dos de los hijos de ellos (generación hijos), sin
embargo, esto no fue posible en muchos casos debido a la
movilidad de muchos miembros de la generación de los padres por
razones económicas o porque no tenían hijos de la edad requerida
para participar en la investigación.
Inevitablemente, por las restricciones encontradas en el muestreo,
hubo cierto nivel de superposición en las edades entre
generaciones, pero como se puede observar en la Tabla 2, entre los
promedios de la generación de los abuelos y de los padres había
aproximadamente 30 años y entre la generación de los padres y de
los hijos había una diferencia de 20 y 24 años, en el caso de
mujeres y hombres, respectivamente.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Diferencias generacionales en el conocimiento
Una inspección general de los datos, en forma agregada para todos
los lugares, muestra que la generación de los abuelos pudo proveer
la mayor cantidad de información. Sobre 91 especies10 (véase la
Tabla 3 para el listado de las especies, su uso principal y su
estatus), la generación de los abuelos proporcionó información para
un total de 1545 entradas, la generación de los padres para 1341 y
la generación de los hijos para 1190 (en total fueron 4076 entradas).
En promedio, cada abuelo/a podía presentar información sobre 64,4
plantas, cada padre sobre 55,9 y cada hijo/a sobre 45,8. La Tabla 4
presenta los datos desagregados por lugar y por generación. Los
promedios más bajos de cada generación se evidenciaron en Barú
y, en contra a la tendencia que se esperaría (que efectivamente se
dio en los otros dos lugares), la generación de los abuelos tenía un
promedio un poco más bajo que la generación de los padres. Sin
embargo, esto en parte se explica porque el primer abuelo
©Universidad de Caldas
66
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
entrevistado en Barú identificó un número muy bajo de especies,
que incidió en el promedio.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85
Luna Azul ISSN 1909-2474
©Universidad de Caldas
No. 38, enero - junio 2014
68
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Entrando a mirar los datos en forma desagregada por planta, se
pudieron observar diferencias marcadas entre la generación de los
abuelos y la de los hijos especialmente para algunas plantas (los
padres evidenciaron un nivel de conocimiento intermedio).
Específicamente, en el caso de las frutas se observaron diferencias
bastante pronunciadas en el caso del membrillo (el 37,5% de los
abuelos vs. el 0% de los hijos reconoció esta planta), el guaimaro
(45,8% vs. 3,8%), el melón de golero (50% vs. 7,7%), el icaco (50%
vs. 7,7%), el algarrobo (62,5% vs. 23,1%), la guindaguinda (70,8%
vs. 15,4%) y la piñuela (75% vs. 34,6%). De estas plantas solo el
algarrobo y el icaco tienen estatus de plantas cultivadas.
En el caso de las plantas utilizadas como verdura, los datos
sugirieron una diferencia marcada en el reconocimiento de aquellas
con estatus silvestre o semisilvestre, como la palma airaca (58,3%
abuelos vs. 11,5% hijos), la palma amarga (70,8% vs. 19,2%), el
11
acababollo (87,5% vs. 23,1%), el bleo de golero (75% vs. 19,2%) y
el bleo de puerco (75% vs. 11,5%), pero también varias especies
cultivadas y de patio como la col (87,5% vs. 19,2%), el pepino criollo
(83,3% vs. 34,6%) y la candia (91,7% vs. 26,9%). En el caso de las
plantas utilizadas para dar sabor a la comida, se observaron menos
diferencias intergeneracionales. Entre estas, la planta relativamente
menos conocida por la generación de los hijos fue el culantro
(66,7% vs. 46,2%), una planta que crece en hábitats modificados
por la actividad humana.
Finalmente, las generaciones más jóvenes evidenciaron un
conocimiento menor en comparación a sus abuelos frente a ciertas
plantas que se pueden utilizar como alimentos de base como el
huevo vegetal (12,5% vs. 3,8%), el frutopán (45,8% vs. 15,4%) y la
mafafa (66,7% vs. 26,9%), dos plantas aromáticas como la
mejorana (33,3% vs. 0%) y la albahaca de monte (45,8% vs.
26,9%), y plantas con otros usos, incluyendo varios árboles como el
caracolí (50% vs. 11,5%), el camajón (70,8% vs. 19,2%), el
macondo (16,7% vs. 0%) y las palmeras como el corozo de aceite
(75% vs. 19,2%) y la palma de vino (45,8% vs. 0%).
¿Plantas en desuso?
Los datos presentados en la sección anterior se refieren solo al
reconocimiento de la planta y no al uso, lo que implica que en
algunos casos los participantes podían reconocer una planta, pero
no utilizarla o incluso desconocer su uso alimenticio. Por esta razón,
durante la entrevista se preguntó por la última vez que un
entrevistado se acordaba de haber consumido cada planta y con
qué frecuencia la consumía. Como otros métodos que se basan en
que el entrevistado recuerde lo que ha consumido (p. ej. los
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
cuestionarios de frecuencia de consumo o la historia dietética), los
datos no serán precisos debido a problemas de memoria y sesgos
por la deseabilidad social de consumir o no cierto alimentos (Agudo,
2005). Así que con este método no se pretendía realizar una
evaluación precisa del consumo de las diferentes plantas, sino
buscar unos posibles patrones generales de uso.
Las respuestas dadas por los entrevistados se consolidaron en 15
categorías, las cuales en parte surgieron de las mismas respuestas.
Las categorías de uso no reciente12 y de no consumo fueron de
especial interés porque pueden indicar una pérdida potencial de un
uso alimenticio. Efectivamente, se registraron porcentajes altos en
estas categorías en el caso de varias plantas (Tabla 5), sin
embargo, las razones podían ser bastante variadas y de difícil
interpretación. Dado que no existen líneas base de consumo de
muchas especies en las zonas del estudio, es difícil definir cuándo
estos porcentajes altos están indicando un probable cambio
generacional en el uso o sencillamente que nunca han sido de uso
muy común y difundido. Es por eso que las razones dadas por los
entrevistados de no uso o uso no reciente se exploraron más en
profundidad con grupos focales.
©Universidad de Caldas
70
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Por ejemplo, el grupo de las palmeras (Arecaceae) registró
porcentajes altos de encuestados que nunca las habían consumido,
pero las explicaciones diferían según la especie. La palma africana
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
tuvo un nivel de reconocimiento alto particularmente en María la
Baja, pero como se menciona en la sección “Descripción de las
localidades” es de introducción reciente y el aceite es para la venta
externa y no para el consumo local. Así, los porcentajes altos de no
consumo en este caso (el 84,6% de las 26 respuestas en la muestra
total) no están indicando una pérdida de consumo. Por otro lado, es
posible que los porcentajes altos de no consumo de otras palmeras
sí estén indicando un descenso generacional en el uso, dado que
los entrevistados que indicaban haberlas consumido eran
predominantemente de la generación de los abuelos y algunos de
los padres y también por el tipo de comentarios dados por los
encuestados. Por ejemplo, en el caso de la palma amarga si bien
algunos de los entrevistados podían explicar el uso alimenticio del
cogollo, los jóvenes en particular lo conocían solo como fuente de
material de construcción. En el caso del corozo de aceite varios
podían explicar su uso, pero indicaban que ya no era común
utilizarlo.
Los porcentajes altos de no consumo de la mafafa (71,4% de 35
respuestas) y del bleo de chupa (75% de 12 respuestas) se podrían
explicar ya que no son especies que parecen tener una tradición de
consumo en ninguno de los tres pueblos. Pocas de las personas
que reconocían el bleo de chupa pudieron indicar que había una
tradición de uso en el Carmen de Bolívar y en San Juan
Nepomuceno. En el caso de la mafafa, la mayoría de los
encuestados indicaron que no se comía. Los que la conocían
indicaron que la habían comido en otras zonas (p. ej. en La Guajira).
Esto subraya cómo el conocimiento de una gran diversidad de
plantas alimenticias está estrechamente ligado al territorio, producto
de la interacción de las particularidades climáticas y edáficas y los
13
procesos culturales y económicos que se desenvuelven allí .
Se registraron porcentajes relativamente altos de personas que
indicaban que no habían consumido desde su niñez plantas
comunes como el guásimo, la balsamina, el almendro y la uvita
(42,5%, 37,8%, 34%, 36,4%, respectivamente, del total de
respuestas dadas para cada planta). En este caso, muchos de los
entrevistados aclararon que era comida de niños y no era costumbre
de los adultos comer estas plantas. Por ejemplo, refiriéndose a la
uvita pegajosa, un abuelo en Barú comentó “solo los pelaos14 y los
pájaros la comen” y comentarios similares se registraron en todas
las localidades para estas plantas. En el caso del almendro, de los
17 entrevistados que indicaron que lo habían comido por lo menos
hace un año, 10 pertenecían a la generación de los nietos. El
ejercicio de clasificación de preferencias para frutos, con grupos de
niñas y niños en las tres localidades, mostró que estos grupos
estaban familiarizados con varios frutos silvestres y semisilvestres
disponibles en la zona, pero que muchos tenían una apreciación
relativamente baja en varios criterios15. Por ejemplo, en Barú el
almendro recibió un puntaje alto en el criterio de ‘accesibilidad’
(había una mata afuera de la escuela), pero el mínimo del puntaje
en los criterios de ‘sabor’, ‘saludable’ y ‘multiuso’, lo que explicaría
por qué el consumo de este se abandona en edad adulta.
Fue más complejo definir el estatus de la verdolaga y del bleo de
puerco. La verdolaga tuvo un buen nivel de reconocimiento, pero del
total de 46 respuestas, el 95,7% no lo consumía y solo el 4,3% dijo
©Universidad de Caldas
72
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
haberla consumido hace años. La mayoría de los entrevistados no
la consideraba comestible y muchos explicaron que era algo que
comían los animales (icoteas y cerdos). Dado que muy pocas de las
personas que participaron en la investigación conocían su uso
alimenticio, no fue posible entender si en la zona nunca hubo una
tradición muy significativa de consumo de dicha planta o si se podía
estar viendo una pérdida de tradición muy avanzada16. El bleo de
puerco fue reconocido por 29 encuestados y de estos el 62,1% no lo
había consumido y el 8,3% lo había consumido hace años. Al igual
que la verdolga fue difícil definir el estatus de la planta, pero se
encontraron indicaciones de una pérdida de tradición, asociada a
una probable percepción negativa de esta (como lo denota el
nombre, es considerado alimento para cerdos). Es interesante notar
que, para el contexto de San Jacinto en Bolívar, Bonzani (1995) ha
indicado que si bien la verdolaga y el bleo de puerco hacían parte
de la alimentación de grupos prehispánicos Zenú, su uso
contemporáneo se relaciona con la alimentación de animales.
Las especies para las cuales se registraron porcentajes altos de no
consumo y/o de consumo de hace años que se combinaron con
explicaciones que sugerían un declive en el uso alimenticio, incluyen
el membrillo, la palma amarga, el bicho, el melón de golero, el
guaimaro, la palma airaca, el camajón, la palma de vino, el frutopán,
el caracolí, el corozo de aceite, el acababollo, el bleo de golero, la
candia y la guindaguinda. A esta lista se podrían añadir dos
saborizantes, el orégano y el culantro. Si bien un número
relativamente importante de los encuestados reportaron un uso
relativamente reciente de estas dos plantas (en la semana o en el
mes), fueron particularmente los abuelos y en menor medida los
padres quienes reportaban su consumo. Así, en estos dos casos
también es posible que se esté viendo una pérdida de tradición de
uso, aunque menos marcada con respecto a las otras plantas.
Los datos presentados en estas dos secciones en combinación
indican una erosión del conocimiento y de las prácticas de uso para
varias plantas, lo que coincide con lo reportado con bastante
frecuencia en la literatura. En Colombia se ha reportado la pérdida
intergeneracional de costumbres ligadas a las zoteas (p. ej.
Organización de Barrios Populares del Chocó –OBAPO–, 2001) y a
los tubérculos andinos (p. ej. Aguirre, Piraneque y Pérez, 2012;
Sánchez, 2012), debido a múltiples causas. Por otro lado, un
estudio en un municipio del Quindío que utilizó un aproximación
cuantitativa para determinar la relación entre características de los
informantes y los tipos de uso, no encontró un declive generalizado
de los conocimientos, pero indicó que podían haber relaciones
significativas entre la edad y ciertos tipos de uso (Arango, 2004). En
otros contextos latinoamericanos también se reporta el declive en el
uso de plantas comestibles, por ejemplo, en Argentina (Muiño,
2012), Costa Rica (González, 2008) y Venezuela (Aranguren, 2005).
El estudio en Argentina señaló, a igual de los datos de esta
investigación, que el conocimiento no necesariamente tiene
correlación con el uso y que particularmente entre los adultos
mayores puede existir un mayor conocimiento sobre plantas
comestibles que las que usan realmente (Muiño, 2012).
En esta investigación en Bolívar fue evidente que las razones dadas
para el declive en el uso variaban según la planta e incluían
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
percepciones de cambio en las costumbres de producción,
preparación de alimentos y consumo impulsados por varias razones
y desaparición (por lo menos a escala local) de ciertas plantas, a
causa de cambios en las prácticas de gestión del territorio y de los
recursos naturales (p. ej., la aplicación de plaguicidas y los procesos
de deforestación que han afectado la cobertura original del bosque
seco tropical17). Otros estudios coinciden en indicar que los cambios
en el conocimiento y las prácticas de uso se derivan de la
combinación de varios factores. En Costa Rica, por ejemplo,
González (2008) ha reportado una erosión del conocimiento
alrededor del uso de hortalizas nativas debido a la combinación de
percepciones negativas de estas plantas, vistas como “alimentos
para pobres o indios” (p. 186) con factores medioambientales que
contribuyeron con la merma de estas plantas, tales como la
desaparición de hábitats naturales y de los solares y también por el
desinterés de la academia. En Argentina, Muiño (2012) evidencia
que la disminución en el uso de algunos recursos vegetales
silvestres se acompaña también por una pérdida de ciertas prácticas
de preparación de alimentos (específicamente de conservas) y que
hay sustitución con productos manufacturados del mercado. En el
Pacífico vallecaucano Leyton-C. et al. (2001) identifican como
factores contribuyentes a la pérdida de las zoteas los cambios de
tradición y la sustitución con productos comprados de afuera,
incluyendo productos procesados. Para el caso de San Jacinto en
Bolívar, Bonzani (1995) observa que la desaparición del
conocimiento sobre plantas surge cuando las personas ya no están
directamente produciendo y obteniendo sus alimentos del medio en
el cual viven y empiezan a depender de canales institucionales
como tiendas y supermercados.
Diferencias de género en el conocimiento
Varios actores internacionales como la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura –FAO– (1999)
resaltan la importancia de adoptar un enfoque diferencial de género
para apoyar los procesos de uso sostenible de la agrobiodiversidad.
La literatura resalta que por sus actividades diferentes, los hombres
y las mujeres tienen un conocimiento diferencial respecto a su
entorno y a la diversidad de plantas locales útiles (veáse, p. ej., la
discusión en Voeks, 2007).
En este estudio se observó que a nivel agregado los hombres
proporcionaron el 55,1% de las entradas, entonces estaban
aportando relativamente más información que las mujeres (teniendo
en cuenta el tamaño de la muestra, se habría esperado que los
hombres aportaran el 51,4% de las entradas, si ambos géneros
hubiesen aportado en la misma medida las respuestas). Esta
diferencia, que es relativamente pequeña, podría explicarse tal vez
por algún sesgo en las entrevistas, sin embargo, examinando los
resultados en detalle, se observó que las diferencias en los aportes
eran más pronunciadas para ciertas plantas (Figura 2), lo cual
podría estar indicando un conocimiento diferencial alrededor de
estas.
La Figura 2 muestra las 28 plantas para las cuales los hombres
aportaron el 60% o más de las respuestas. En primer lugar, se pudo
©Universidad de Caldas
74
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
observar que los hombres aportaron más respuestas con respecto a
las palmeras (palma de vino, palma amarga, palma africana y
corozo de aceite; en el caso del corozo la diferencia estaba menos
marcada, pero se mantenía la misma tendencia de un mayor
conocimiento por parte de los hombres). En segundo lugar, se
observó en este grupo un alto porcentaje de plantas silvestres o
semisilvestres. Y en tercer lugar, los hombres aportaron una
proporción marcadamente más alta de información (el 73% o más
de las respuestas) respecto a las plantas relativamente poco
conocidas a nivel de toda la muestra, como por ejemplo, el huevo de
morrocoyo (total de 4 respuestas sobre un total potencial de 74), el
macondo (4), el huevo vegetal (5), la mejorana (12), el membrillo
(12), el guaimaro (15), el orejero (15) y la palma de vino (15).
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Sin embargo, cuando se compararon los resultados de la
generación de los padres y de los abuelos en términos de
diferencias de género, se evidenció que las diferencias entre
hombres y mujeres estaban más marcadas en la generación de los
padres. En la generación de los abuelos los hombres aportaron un
10% o más por encima de su aporte esperado18 para 21 plantas,
mientras que en la generación de los padres esto pasó para 30
plantas. Examinando las 15 plantas para las cuales los hombres de
la generación de los padres aportaron el 75% o más de las
entradas, se pudo observar que en la generación de los abuelos, si
bien se mantenía la tendencia de un mayor aporte de los hombres,
las diferencias eran menos marcadas (Tabla 6). Por ejemplo, en el
caso del corozo de aceite, el 77,8% de las 9 identificaciones de la
generación padres fueron de hombres (versus el 50% esperado),
mientras que de las 18 identificaciones por los abuelos el aporte
relativo de los hombres bajó al 66,7% (versus el 54,3% esperado).
Los datos se deben interpretar con cuidado dado que el número
total de entradas por planta en algunos casos fue muy limitado. No
obstante, combinando las tendencias generales de estos datos
cuantitativos con las discusiones en los grupos focales, parecería
que en este contexto podrían ser los hombres quienes todavía
juegan un papel determinante en el reconocimiento de plantas
comestibles silvestres y semisilvestres. Voeks (2007) argumenta
que el conocimiento de las mujeres puede ser mayor en hábitats
más intervenidos (como huertas familiares, senderos y sistemas de
roza y quema), mientras que los hombres tienen más conocimiento
de flora en bosques menos intervenidos y lejanos del hogar. Las
diferencias en el conocimiento entre hombres y mujeres en este
estudio se podrían explicar, entonces, por el acceso más frecuente
a zonas de monte por parte de los hombres, debido a su mayor
participación en labores agrícolas.
©Universidad de Caldas
76
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Esta posible explicación se refuerza cuando se considera que las
mujeres de la generación de los abuelos aportan relativamente más
a la muestra respecto a las mujeres de la generación de los padres.
Las discusiones individuales y grupales indicaron que había un
involucramiento mayor de las mujeres de la generación de los
abuelos en las labores agrícolas, particularmente alrededor de
María la Baja y Palenque. Hay varias razones que pueden haber
aportado a la disminución de la participación de las mujeres en las
labores en el campo. Una relevante puede haber sido la situación de
inseguridad que, como se ha mencionado en la sección
“Descripción de las localidades”, marcó la década de los noventa en
esta zona, llevando al abandono de predios alejados del casco
urbano. Hoy en día las mujeres se desplazan menos en las zonas
rurales del municipio y no confían en quedarse durante la noche en
las fincas. Adicionalmente en Palenque, según los relatos, la salida
de las mujeres de las labores del campo surgió a raíz de su
desenvolvimiento en la industria y comercialización de dulces
tradicionales, lo que llevó a que empezaran a quedarse largos
tiempos afuera del pueblo.
Desde una revisión de 39 estudios de caso en América Latina,
Howard (2006) resalta que es particularmente en los espacios de las
huertas familiares (las cuales generalmente exhiben una mayor
diversidad y complejidad respecto a la producción en finca), que las
mujeres son las detentoras principales del conocimiento. De igual
manera, se ha señalado que para los pobladores afrodescendientes
de la costa chocoana los patios y las zoteas son espacios de
identidad y de conocimiento femenino (Camacho, 2001). Cabe
preguntarse entonces por qué no se detectaron tendencias de
conocimiento mayor de las mujeres frente a las plantas de patio.
Esto podría deberse a una pérdida ya acelerada de la tradición de
producción en huertas caseras. Las discusiones indicaron, por
ejemplo, que en María la Baja se habían reducido significativamente
los patios y adicionalmente hubo reportes de la pérdida de la
tradición de producción en trojas (estructuras similares a las zoteas véase Camacho, 2001). La disminución de la producción en patios y
el declive en el uso de las trojas no se va a considerar en más
detalle en este escrito, pero parece deberse a una combinación de
procesos, que incluyen la expansión urbana, los cambios en la
forma
de
preparar
comida
(sustituyendo
ingredientes
autoproducidos por otros comprados) y posiblemente la dedicación
de las mujeres a otras actividades económicas (como por ejemplo lo
que ha pasado en Palenque con respecto a la migración por
temporadas largas de las mujeres para vender dulces). El declive de
la producción en huertas urbanas puede haber llevado a que ya se
haya perdido una proporción significativa de la agrobiodiversidad
que tradicionalmente se conservaba en estos espacios, llevando
solo a la identificación de plantas de patio relativamente bien
conocidas en la línea base utilizada para el ejercicio de
reconocimiento.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
CONCLUSIONES
La información cuantitativa recolectada con 13 familias durante esta
investigación ha destacado unas diferencias significativas entre
generaciones, en términos del reconocimiento de varias plantas
comestibles utilizadas tradicionalmente en las tres comunidades. La
generación de los hijos evidenció niveles más bajos de
reconocimiento de plantas con estatus silvestre y semisilvestre y de
algunas especies utilizadas como verduras típicamente producidas
en huertas caseras. Se pudo observar también que el hecho de que
algunos de los entrevistados identificaran correctamente una planta,
no implicaba necesariamente que conocieran su uso alimenticio o,
incluso si lo conocían, que este uso fuera actual. De hecho, para
varias especies se reportaron porcentajes altos de no consumo y/o
de consumo de hace años. Para algunas de estas las explicaciones
dadas indicaban una pérdida de tradición de uso y además había
indicaciones de que el conocimiento para algunas plantas y sus
usos se estaba perdiendo más rápidamente que para otras y que las
causas variaban según la planta.
Los datos indicaron que los hombres tenían un mayor conocimiento
acerca de algunas plantas que se conseguían en el monte, algo que
ya se ha reportado en otros contextos, pero un punto interesante fue
que la diferencia de género en el conocimiento parecía menos
importante en la generación de los abuelos respecto a la generación
de los padres.
Es claro que los patrones específicos encontrados en términos de
conocimientos y de uso reportado de diferentes plantas en esta
muestra no se pueden extrapolar directamente a la población
general de las tres localidades. Sin embargo, cuando se triangula el
hecho de que se haya registrado un patrón pronunciado de pérdida
de conocimiento y de tradiciones de uso, incluso en familias que
contaban con generaciones mayores reconocidas por su experticia
en el tema de plantas comestibles, con lo reportado por diferentes
grupos de discusión y entrevistas individuales en todas las fases de
la investigación, es razonable hipotetizar una pérdida de
conocimiento generalizada en las tres comunidades.
Se requiere de manera urgente empezar a desarrollar estrategias
para la recuperación y el aprovechamiento sostenible de las plantas
comestibles en estas zonas, que tengan en cuenta el panorama
complejo de lo que está pasando con el conocimiento en las
comunidades. El éxito de estas estrategias dependerá entonces de
entender no solamente cómo se distribuye el conocimiento, sino
también los procesos que lo están cambiando, lo cual permitirá un
diseño con un enfoque diferencial según grupos de usuarios y tipos
de plantas.
©Universidad de Caldas
78
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
AGRADECIMIENTOS
Esta investigación fue posible gracias a la financiación de la
Universidad de los Andes. El equipo quiere agradecer Santiago
Madriñán Restrepo por su apoyo y experticia; a Sognigbé N’Danikou
por su participación en la fase 2 del estudio; y al equipo del CIDER
por el apoyo en temas de logística y financieros. Un agradecimiento
muy especial va a las comunidades locales que compartieron con
generosidad su tiempo y conocimiento y de manera particular por su
apoyo logístico a Víctor Fuentes, Estebana Vargas, Harlan
Rodríguez, Manuel Pérez, Gavino Hernández y Tayler Miranda.
POTENCIAL CONFLICTO DE INTERESES
Los autores declaran no tener conflictos de interés en relación a la
realización de la investigación.
FUENTE DE FINANCIACIÓN
Esta investigación fue financiada por el Fondo de Apoyo para
Profesores Asistentes (FAPA) de la Universidad de los Andes,
Bogotá, Colombia.
REFERENCIAS





©Universidad de Caldas
Agudo, A. (2005). Measuring intake of fruit and vegetables.
Background paper for the joint FAO/WHO workshop on fruit and
vegetables for health, 1-3 September 2004, Kobe, Japan. World
Health Organization. Recuperado el 20 de junio de 2013 de
http://www.who.int/dietphysicalactivity/publications/f&v_intake_
measurement.pdf
Aguirre Forero, S.E., Piraneque Gambasica, N.V. y Pérez Mojica, I.
(2012). Sistema de producción de tubérculos andinos en Boyacá,
Colombia. Cuadernos de Desarrollo Rural, 9(69), 257-273.
Ambrose-Oji, B. (2009). Urban food systems and African indigenous
vegetables: defining the spaces and places for Africa indigenous
vegetables in urban and peri-urban agriculture. En: Shackleton, C.M.,
Pasquini, M.W. y Drescher, A.W. (eds.). African Indigenous
Vegetables in Urban Agriculture (pp. 1-33). Londres: Earthscan.
Arango Caro, S. (2004). Ethnobotanical studies in the Central Andes
(Colombia): Knowledge distribution of plant use according to
informant’s characteristics (Estudios etnobotánicos en los Andes
Centrales (Colombia): Distribución del conocimiento del uso de las
plantas según características de los informantes). Lyonia, 7(2), 89104.
Aranguren B., A. (2005). Plantas útiles empleadas por los
campesinos de la región de Bailadores, Venezuela. Boletín
Antropológico, 23(64), 139-165.
revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014












©Universidad de Caldas
Arocha, J., Guevara, N., Londoño, S., Del Mar Moreno, L. y Rincón,
L. (2007). Eleggúa y respeto por los afrocolombianos: una
experiencia con docentes en Bogotá en torno a la Cátedra de
Estudios Afrocolombianos. Revista de Estudios Sociales, 27, 94-105.
Arroyo V., J.E., Camacho S., J., Leyton C. M. y González A., M.
(eds.). (2001). Zoteas: biodiversidad y relaciones culturales en el
Chocó biogeográfico colombiano. Instituto de Investigaciones
Ambientales
Pacífico-IIAP,
Fundación
Natura,
Fundación
SWISSAID-Colombia.
Quibdó:
Instituto
de
Investigaciones
Ambientales del Pacífico.
Arroyo V., J.E. y Leyton Cortes, L. (1998, octubre). Percepción y
valoración de recursos fitogenéticos en agroecosistemas de la
comunidad afrocolombiana de San Luis Robles, Tumaco, Nariño
(Colombia). Documento presentado en el VII Congreso
Latinoamericano de Botánica, México.
Bernal, R., Galeano, G., Rodríguez, A., Sarmiento H. y Gutiérrez, M.
(2013). Nombres Comunes de las Plantas de Colombia. Instituto de
Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia. Recuperado
el
7
de
marzo
de
2013
de
http://www.biovirtual.unal.edu.co/nombrescomunes/
Bonzani, R.M. (1995). Seasonality, predictability, and plant use
strategies, at San Jacinto 1, northern Colombia. Tesis de doctorado
en Antropología (no publicada). University of Pittsburgh, Estados
Unidos.
Camacho Segura, J. (2001). Mujeres, zoteas y hormigas arrieras:
prácticas de manejo de flora en la costa Pacífica chocoana. En:
Arroyo V., J.E., Camacho S., J., Leyton C., M. y González A., M.
(eds.). Zoteas: biodiversidad y relaciones culturales en el Chocó
biogeográfico colombiano (pp. 35-58). Instituto de Investigaciones
Ambientales Pacífico –IIAP–, Fundación Natura, Fundación
SWISSAID-Colombia.
Quibdó:
Instituto
de
Investigaciones
Ambientales del Pacífico.
Carney, J.A. (2003). African Traditional Plant Knowledge in the
Circum-Caribbean Region. Journal of Ethnobiology, 23(2), 167-185.
________. (2006). Una valoración de la geografía y la diáspora
Africana. Tabula Rasa, 4, 145-163.
Chízmar Fernández, C. et al. (2009). Plantas Comestibles de
Centroamérica. Santo Domingo de Heredia, Costa Rica: Instituto
Nacional de Biodiversidad, INBIO.
Colombia, Corte Constitucional. (2010). Sentencia T-745 de 2010.
Derecho a la consulta previa de comunidades afrocolombianas.
Desconocimiento por obras que constituyen el proyecto construcción
y mejoramiento de la vía transversal Barú. Recuperado el 10 de
septiembre
de
2013
de
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2010/t-74510.htm
________. (2011). Sentencia T-004 de 2011. Acción de tutela contra
acto administrativo - Improcedencia general / Acción de tutela contra
acto administrativo - Procedencia excepcional cuando se configura
perjuicio irremediable. Recuperado el 22 de septiembre de 2013 de
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2011/t-00411.htm
Cruz, M.P. y Sarmiento, I. (comps.). (2012). Memorias del Evento de
Lanzamiento de la Sociedad Colombiana de Etnobiología
[Documento digital]. Bogotá: Sociedad Colombiana de Etnobiología.
80
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014













©Universidad de Caldas
Departamento Administrativo Nacional de Estadística –DANE–.
(2005). Censo General 2005. Nivel nacional. Colombia: DANE.
Gentry, A.H. (1996). A field guide to the families and genera of
woody plants of northwest South America (Colombia, Ecuador,
Peru), with supplementary notes on herbaceous taxa. Chicago:
University of Chicago Press.
González, F.A., Nelson Díaz, J. y Lowy Cerón, P. (1995). Flora
ilustrada de San Andrés y Providencia: con énfasis en las plantas
útiles. (An illustrated flora of San Andrés and Providencia: with
special reference to useful plants). Bogotá: Convenios
SENA/Universidad Nacional.
González Arce, R. (2008). De flores, brotes y palmitos: alimentos
olvidados. Agronomía costarricense, 32(2), 183-192.
Howard, P.L. (2006). Gender and social dynamics in swidden and
homegardens in Latin America. En: Kumar, B.M. y Nair, P.K.R.
(eds.). Tropical homegardens. A time-tested example of sustainable
agroforestry (pp. 159-182). The Netherlands: Springer.
Instituto Alexander von Humboldt –IAVH–. (1998). El bosque seco
tropical (Bs-T) en Colombia. Recuperado el 25 de junio de 2013 de
http://media.utp.edu.co/ciebreg/archivos/bosque-seco-tropical/
el-bosque-seco-tropical-en-colombia.pdf
Leyton-C., M., Arroyo-V., J.E., González-A., M., Aubdon Rentería,
M.V., Rentería G., Vallecilla, M. y Odinca-Consejo Comunitario.
(2001). Diversidad florística, distribución y manejo de sustratos en
zoteas de las comunidades negras del río Cajambre (Pacífico
vallecaucano). En: Arroyo V., J.E., Camacho S., J., Leyton C., M. y
González A., M. (eds.). Zoteas: biodiversidad y relaciones culturales
en el Chocó biogeográfico colombiano (pp. 17-33). Instituto de
Investigaciones Ambientales Pacífico –IIAP–, Fundación Natura,
Fundación
SWISSAID-Colombia.
Quibdó:
Instituto
de
Investigaciones Ambientales del Pacífico.
Maya Restrepo, L.A. (2000). Botánica y medicina africanas en la
Nueva Granada, siglo XVII. Historia Crítica, 19, 27-47.
Morales Bedoya, E. (2010). Fogón Caribe. La historia de la
gastronomía del Caribe colombiano. Bogotá: Editorial la Iguana
Ciega.
Muiño, W.A. (2012). Estudio etnobotánico de plantas usadas en la
alimentación de los campesinos del noreste de la pampa argentina.
Chungara Revista de Antropología Chilena, 44(3), 389-400.
Observatorio de Territorios Étnicos. (s.f.). Pérdida del territorio
tradicional, desplazamiento y resistencia palenquera. Recuperado el
14
de
septiembre
de
2013
de
http://www.etnoterritorios.org/index.shtml?
apc=c-xx-1-&x=23
Organización de Barrios Populares del Chocó –OBAPO–. (2001).
Cultivo y aprovisionamiento de plantas medicinales y alimenticias.
En: Arroyo V., J.E., Camacho S., J., Leyton C., M. y González A., M.
(eds.). Zoteas: biodiversidad y relaciones culturales en el Chocó
biogeográfico colombiano (pp. 105-111). Instituto de Investigaciones
Ambientales Pacífico –IIAP–, Fundación Natura, Fundación
SWISSAID-Colombia.
Quibdó:
Instituto
de
Investigaciones
Ambientales del Pacífico.
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura –FAO–. (1999). Women: users, preservers and managers
of agrobiodiversity. Recuperado el 7 de marzo de 2013 de
http://www.fao.org/sd/nrm/Women%20-%20Users.pdf
revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014












©Universidad de Caldas
Padulosi, S. (2011). A new international collaborative effort on
traditional crops, climate change and on-farm conservation. En:
Padulosi, S., Bergamini, N. y Lawrence, T. (comps.). On farm
conservation of neglected and underutilized species: status, trends
and novel approaches to cope with climate change. Proceedings of
the International Conference Friedrichsdorf, Frankfurt, 14-16 June
2011 (pp. 7-23). Rome: Bioversity International.
Pardo de Santayana, M. y Gómez Pellón, E. (2003). Etnobotánica:
aprovechamiento tradicional de plantas y patrimonio cultural. Anales
del Jardín Botánico de Madrid, 60(1), 171-182.
Pino Benítez, N. y Valois, H. (2004). Ethnobotany of Four Black
Communities of the Municipality of Quibdó, Chocó - Colombia.
Lyonia, 7(2), 61-69.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD–.
(2009). San Basilio de Palenque. Frente a los objetivos del Milenio.
Recuperado
el
10
de
septiembre
de
2013
de
http://www.pnud.org.co/img_upload/333231333231616461646164
61646164/
ODM%20Palenque.pdf
________. (2010). Los Montes de María: Análisis de la conflictividad.
Recuperado
el
10
de
septiembre
de
2013
de
http://www.undp.org/content/dam/undp/documents/projects/
COL/00058220/Analisis%20conflcitividad%20Montes%20de%20
Maria%20PDF.pdf
Ramírez, C.R. (2007). Ethnobotany and the loss of traditional
st
Century. Ethnobotany Research &
knowledge in the 21
Applications, 5, 245-247.
Ríos Hurtado, A., García Cossío, F., Ramos-P. Y.A., Palacios, J. del
C. y Mosquera Mosquera, L.H. (1998, octubre). Distribución
geográfica y usos de 19 especies de palmas de importancia
socioeconómica en el departamento del Chocó. Documento
presentado en el VII Congreso Latinoamericano de Botánica,
México.
Rodríguez M., G.M., Banda-R., K., Reyes B., S.P. y Estupiñán
González, A.C. (2012). Lista comentada de las plantas vasculares de
bosques secos prioritarios para la conservación en los
departamentos de Atlántico y Bolívar (Caribe colombiano). Biota
Colombiana, 13(2), 8-39.
Romero-Castañeda, R. (1965). Flora del centro de Bolívar (Volumen
1). Bogotá: Talleres gráficos del Banco de la República.
Sánchez Ospina, C.M. (2012). Cambios en el consumo de los
cubios, chuguas e hibias a través de tres generaciones en el
municipio de Ramiriquí, Boyacá. Tesis de Maestría en Geografía (no
publicada). Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia.
Shackleton, C.M., Pasquini, M.W. y Drescher, A.W. (2009). African
indigenous vegetables in urban agriculture: recurring themes and
policy lessons for the future. En: Shackleton, C.M., Pasquini, M.W. y
Drescher, A.W. (eds.). African Indigenous Vegetables in Urban
Agriculture (pp. 271-284). Londres: Earthscan.
Soto, D., Balanzó, A., Herrera, B., Ondóñez, G., Vargas, J., Marrugo,
L. y Pérez, M. (2009). San Basilio de Palenque, Colombia: Cultura
presente, territorio ausente. En: Ranaboldo, C. y Schejtman, A.
(eds.). El valor del patrimonio cultural: territorios rurales, experiencias
y proyecciones latinoamericanas (pp. 141-166). Serie: Estudios de la
Sociedad Rural, 35. Perú: Instituto de Estudios Peruanos –IEP–;
Chile: Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural –RIMISP–.
82
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014

Recuperado
el
10
de
septiembre
de
2013
de
http://www.bioculturaldiversityandterritory.org/documenti/
24_300000176_07_sanbasiliodepalenque.pdf
Voeks, R.A. (2007). Are women reservoirs of traditional plant
knowledge? Gender, etnobotany and globalization in northeast
Brazil. Singapore Journal of Tropical Geography, 28(1), 7-20.
1.Doctorado en Geografía (en el área de Estudios sobre Desarrollo).
Pregrado en Ecología, Conservación y Medio Ambiente. Afiliación:
Universidad de los Andes - Centro Interdisciplinario de Estudios
sobre Desarrollo, Colombia. [email protected]
La trayectoria de investigación de Margaret se caracteriza por su
aproximación interdisciplinaria, que busca integrar perspectivas y
metodologías de las ciencias naturales y de las ciencias sociales.
Ha trabajado en investigaciones que conectan temas de agricultura,
alimentación y medio ambiente en países en vías de desarrollo. Más
específicamente sus proyectos se han enfocado en la gestión de la
fertilidad de suelos en sistemas de producción hortícola urbanos y
periurbanos, el rescate del uso de cultivos y plantas silvestres
subutilizados en sistemas de producción a lo largo del continuo
rural-urbano y la integración de sistemas de conocimiento locales o
empíricos y sistemas de conocimiento científico. Margaret trabajó
aproximadamente 6 años en investigación y gestión de proyectos en
CAZS Natural Resources, un centro de la Universidad de Bangor en
Gales, enfocándose en proyectos en África sub-Sahariana, y 4 años
como docente e investigadora en el Centro Interdisciplinario de
Estudios sobre Desarrollo de la Universidad de los Andes en
Colombia.
2.Magíster en Geografía (con enfoque en Etnobotánica). Pregrado
en Estudios Latinoamericanos y Pregrado en Geografía (con énfasis
en Medio Ambiente). Afiliación: Universidad de los Andes, Colombia.
[email protected]
Carolina tiene experiencia en trabajo con comunidades y temas
relacionados con seguridad alimentaria, creación de nuevos
mercados, educación del consumidor e investigación de iniciativas
para dar valor agregado a productos locales y rescate de semillas
tradicionales. Trabaja en temas relacionados con desarrollo
sostenible, desarrollo de huertas productivas, arborización de
espacios urbanos y educación ambiental. Carolina desarrolló su
tesis sobre el Desuso y percepción de Tubérculos Andinos por una
comunidad campesina en Ramiriquí, Boyacá, y ha estado
involucrada en un estudio de la composición biológica en áreas
propuestas para la conservación en Fiji (Biological surveys of
proposed conservation area in Fiji) y en el proyecto “El uso
alimenticio de plantas nativas y adaptadas por comunidades
afrodescendientes en el Caribe colombiano”.
3.Pregrado en Biología con opción en Antropología. Afiliación:
Universidad de los Andes, Colombia. [email protected]
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Juan se encuentra interesado en la conservación de los hábitats
vulnerables del Caribe colombiano y su riqueza etnobiológica. Su
enfoque de investigación se ha centrado sobre cambios en
comunidades de vertebrados atribuidos a las actividades humanas
como la tala y la expansión agrícola. Además de la representación
etnozoológica de los reptiles y anfibios en el folclor, contribuyendo
con publicaciones sobre nuevos registros de esta fauna para el país,
Juan ha trabajado con actividades de rescate y educación ambiental
sobre el conocimiento tradicional alrededor de las plantas
medicinales y comestibles entre comunidades indígenas y
afrocaribeñas presentes en los departamentos del Atlántico y
Bolívar.
4.Véase por ejemplo los estudios recopilados por la organización
internacional
Crops
for
the
Future:
http://www.cropsforthefuture.org/
5.Huertas elevadas construidas con cajones de madera, canoas
viejas o guaduas (Arroyo et al., 2001).
6.Véase el documental Isla de Barú, la Gran Estafa, lo cual se
menciona también en la Sentencia T-004 de 2011:
http://www.youtube.com/watch?v=YFfBBFKMsPE,
http://www.youtube.com/watch?v=tZFlJPRkx-g,
http://www.youtube.com/watch?v=Z-oKJRc2UF4,
http://www.youtube.com/watch?v=vvbU1jmlt6E,
http://www.youtube.com/watch?v=0Rhv-o7ZbQY
7.En el contexto de la Costa Caribe colombiana hace referencia a
zonas forestadas con poca o nula intervención, de donde se
aprovechan recursos silvestres o semisilvestres.
8.Plantas que han sido sujetas a algún grado de gestión humana.
9.Este es un registro de plantas comestibles presentes en
Centroamérica. Se encontraron varias plantas comunes.
10.Teniendo en cuenta que hay dos especies de bicho y dos
especies de guamita.
11.Hay varias clases de bleo. El bleo se refiere a un tipo de planta
de la cual se usan las hojas para la preparación de guisos y sopas.
12.Los porcentajes de consumo no reciente en esta sección se
refieren a la suma de tres categorías: 3-5 años, más de 5 años,
años (no precisa).
13.La actividad reportó diferencias en el conocimiento de diferentes
plantas según el lugar geográfico, pero en este artículo no se
profundizará en este tema.
14.Jóvenes.
15.No se muestran los datos detallados en este escrito.
©Universidad de Caldas
84
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
16.Merece resaltar que el consumo de la verdolaga es difundido en
varios
países
africanos:
http://database.prota.org/PROTAhtml/Portulaca%20oleracea_En
.htm
17.Según estimativos de Etter de los años noventa (Instituto
Alexander von Humboldt –IAVH–, 1998) en el país quedaba el 1,5%
de su cobertura original.
18.En esta generación se habría esperado que los hombres
aportaran el 54,3% de las identificaciones de cada planta, teniendo
en cuenta que había 11 abuelas y 13 abuelos. El 10% por encima
del aporte esperado significa entonces que los hombres aportaron al
64,3% de las identificaciones de esta generación.
Para citar este artículo: Pasquini, M. W., Sánchez-Ospina, C. &
Mendoza, J.-S. (2014). Distribución del conocimiento y usos por
generación y género de plantas comestibles en tres comunidades
afrodescendientes en Bolívar, Colombia. Revista Luna Azul, 38, 5885.
Recuperado
de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v
iew&id=894
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
ANÁLISIS DE LA VULNERABILIDAD BIOFÍSICA A LOS
RIESGOS POR INUNDACIÓN EN LA ZONA METROPOLITANA
DE TOLUCA, MÉXICO
Jesús Baruch Mendoza Mejía1
María Estela Orozco Hernández2
Recibido el 16 de septiembre de 2012 y aprobado el 5 de julio de
2013
RESUMEN
Se realizó el análisis multicriterio de los factores físico-naturales de
la Zona Metropolitana de Toluca (ZMT), con la finalidad de definir el
índice biofísico de exposición a los riesgos por inundación. Para la
elaboración del trabajo se utilizó información institucional e
información de campo, la cual fue procesada a través de los
métodos estadísticos y multicriterio con el apoyo de los Sistemas de
Información Geográfica y de percepción remota. Los resultados
obtenidos mostraron que el índice de riesgo alto, con un valor de
52,41% comprende los municipios de Lerma, Toluca, San Mateo
Atenco y Metepec y cubre una superficie de 1032,73 km2; el índice
2
bajo cubre el 13,71% del territorio y una superficie 13,71 km ; por
2
último el riesgo biofísico medio abarca 687,20 km o 33,88% del
territorio metropolitano. Se pretende que los resultados de la
investigación contribuyan en la toma de decisiones en los campos
de la protección civil, el desarrollo regional y la seguridad pública,
así como la incorporación en los planes de desarrollo urbano y
ordenamiento territorial con una visión de riesgo; y sea de utilidad
en los campos de la protección civil, el desarrollo metropolitano, la
seguridad pública y el ordenamiento territorial.
PALABRAS CLAVE
Vulnerabilidad, amenaza, riesgo, inundación, multicriterio.
BIOPHYSICS VULNERABILITY ANALYSIS TO FLOODING RISK
IN THE METROPOLITAN AREA OF TOLUCA, MEXICO
ABSTRACT
A multicriteria analysis of natural physical factors of the Toluca
Metropolitan Area (ZMT) was performed in order to define the
biophysical index of exposure to flood risk. Institutional information
and field information was used for carrying out the work and it was
processed through statistical and multi-criteria methods with the
support of GIS and remote sensing. The results showed that the rate
of high risk, with a 52.41% value includes the municipalities of
Lerma, Toluca, San Mateo Atenco and Metepec, and covers an area
of 1032.73 km2. The low rate covers 13.71 % of the territory and an
area of 13.71 km2, and finally the average biophysical risk covers
687.20 km2 or 33.88% of the metropolitan area. It is intended that
the research results contribute to decision making in the fields of civil
protection, regional development and public safety, as well as
incorporation into urban development plans and land use planning
©Universidad de Caldas
86
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
with a view of risk, and be useful in the fields of civil protection,
metropolitan development, public safety and land use planning.
KEYWORDS
Vulnerability, threat, risk, flood, multicriteria.
INTRODUCCIÓN
La probabilidad de ocurrencia de las inundaciones se relaciona con
las descargas hídricas; en México las lluvias atípicas han causado
inundaciones y severos estragos en la infraestructura y en los
asentamientos humanos. Los antecedentes sobre las inundaciones
asociados a intensas lluvias en 2006, destacan los estragos
ocasionados en la infraestructura y a la población de las zonas
marginadas. Las fuertes precipitaciones en la cabecera de las
cuencas y la deforestación provocan avenidas e intensos
escurrimientos con una gran cantidad de material de arrastre y
sedimentos en suspensión, lo cual ha provocado modificaciones en
los cauces, reduciendo su área hidráulica (CAEM, 2007). En la Zona
Metropolitana de Toluca (ZMT), Estado de México, el crecimiento de
la población es un factor de presión que incrementa la demanda de
tierras para el uso habitacional, desbordando el crecimiento hacia
las áreas no aptas para la urbanización (DOF, 1993). El Valle de
Toluca se extiende en una planicie con pendientes suaves de 2 a
5%; al sur de la ciudad capital se encuentran las laderas del Volcán
Nevado de Toluca, constituidas por terrenos arenosos y
deforestados, y al producirse los escurrimientos, el agua acarrea
materiales que azolvan los cauces de los ríos y el sistema de
drenaje. En 2006 se presentaron inundaciones que alcanzaron
niveles de 40 y 60 centímetros de altura al oriente y sur de la ZMT,
ocasionando daños físicos en las viviendas cercanas, pérdidas
económicas y en general impacto en las actividades cotidianas. En
este contexto se ubica la trascendencia de evaluar la exposición
biofísica de los asentamientos humanos a los riesgos por
inundación.
ANTECEDENTES
Uno de los aspectos que agudizan la exposición al riesgo, es la
expansión desordenada de las ciudades, la población de menos
recursos ocupa las peores tierras, zonas de laderas inestables o
zonas de inundación. Como consecuencia de las condiciones
caóticas se prevé un incremento en los niveles de riesgo y por lo
tanto en el potencial de ocurrencia de desastres (Mansilla, 2002, p.
1); los gobiernos coinciden en la necesidad de generar estrategias
de actuación, prevención y mitigación en el marco de la planificación
y el desarrollo urbano. Los factores de riesgo en el ámbito urbano
son múltiples y dependen del contexto en el que tienen lugar. Los
rasgos del riesgo urbano, son los siguientes: a) La velocidad del
cambio, b) la degradación ambiental urbana, c) la vulnerabilidad del
ámbito urbano, y c) la aparición de nuevos riesgos (Park, 1999). Las
experiencias resaltan la zonificación de las áreas de riesgo en una
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
unidad geográfica y su jerarquización, de acuerdo con criterios
biofísicos, socioeconómicos e institucionales (Tabla 1).
En México se han desarrollado diversos estudios relacionados con
el tema de investigación, los cuales se resumen a continuación.
Garnica y Alcántara (2004) realizaron un estudio hidrológico en el
curso bajo del río Tecolutla, Veracruz; a través del análisis de
vulnerabilidad, determinaron el riesgo de la región y establecieron
que aproximadamente el 30% de la población es susceptible a algún
tipo de riesgo, en particular las áreas susceptibles a inundarse. Para
realizar el trabajo utilizaron criterios morfológicos y estadísticos, y
técnicas de percepción remota. La metodología que siguieron puede
servir de guía para estudiar áreas con la misma problemática.
©Universidad de Caldas
88
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
En este sentido el CENAPRED (2006) elaboró mapas de peligro por
precipitaciones a partir de datos de las estaciones meteorológicas
registradas por el Servicio Meteorológico Nacional, en las cuales se
tienen registros de más de 20 años, sin embargo estos registros
solo se han analizado en un periodo de retorno de cinco años,
utilizándose para el diseño de obras de protección, tales como
drenajes, drenes y alcantarillas.
Uno de los estudios más representativos y con mayor relación con
el tema de investigación es el de Talamantes y Gurría (2010), en él
se hace un análisis de incidencia de efectos presentes en la cuenca
del río Blanco, Veracruz, determinan las zonas de inicio de avenidas
catastróficas, y las condiciones de degradación en cada una de las
subcuencas presentes. Utilizaron la jerarquización y la
superposición de diferentes parámetros. En el estudio se delimitaron
las microcuencas de la cuenca del río Blanco, y se tomaron en
cuenta las condiciones climáticas de la región, el uso del suelo, la
pendiente del terreno de los ríos, entre otros, que tienen un efecto
importante sobre el tiempo de respuesta de la cuenca hidrográfica.
METODOLOGÍA
El alcance de la investigación está definido por el objetivo y el
diseño operacional de las variables e indicadores. Partimos de la
relación estrecha que existe entre la amenaza de un fenómeno
natural, la vulnerabilidad y el riesgo que se produciría en un sitio,
comunidad, región o país (Figura 1).
La amenaza se comprende como la ocurrencia potencial de un
fenómeno natural, en un intervalo de tiempo y un área geográfica
específica. La vulnerabilidad, susceptibilidad o propensión de los
sistemas expuestos a ser afectados o dañados por el efecto de un
fenómeno perturbador, es decir el grado de pérdidas esperadas
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
(CENAPRED, 2006). El riesgo es el grado esperado de pérdida (de
elementos vulnerables) debido a fenómenos naturales particulares
(amenaza), entonces Riesgo = Amenaza + Vulnerabilidad.
El procedimiento metodológico comprende tres niveles de análisis,
en la determinación de estos niveles se consideran los objetivos de
la investigación (Figura 2).
Equipo y materiales
Las fuentes de datos para la investigación, incluyen la información
proporcionada por diversos organismos que dependen de los
gobiernos federal, estatal y municipal, entre ellos datos censales,
imágenes satelitales, ortofotos, cartografía temática, reportes y
estudios específicos, cartas temáticas sobre climas, edafología, uso
de suelo y vegetación, corrientes superficiales y subterráneas en
formato digital a escala 1: 20.000, 1: 50.000 y 1: 250 y los censos de
población de los años 1990, 2000 y 2010.
Para fundamentar los aspectos teóricos y empíricos de los riesgos
por inundación en los asentamientos humanos se realizó la
identificación, revisión y análisis de literatura que comprendió el
campo del conocimiento del urbanismo y el campo de conocimiento
©Universidad de Caldas
90
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
de los riesgos naturales, y por medio de los Sistemas de
Información Geográfica ArcGIS 9.2 se realizó la selección de las
variables biofísicas y se diseñaron las bases de datos alfanumérica
y cartográfica, para la manipulación, extracción y análisis de la
información. Para poder realizar la cartografía del análisis y
zonificación de la vulnerabilidad biofísica, se utilizó el método EMC,
que es un conjunto de técnicas orientadas a asistir en los procesos
de toma de decisiones y el cual se encuentra desarrollado
ampliamente dentro del SIG. En el apartado siguiente se describen
los procesos que involucra dicho método.
Método de Evaluación Multicriterio
El Método de Evaluación Multicriterio (EMC) utiliza los principios del
proceso de análisis jerárquico desarrollado por Saaty (1980); está
diseñado para resolver problemas complejos de criterios múltiples.
Constituye un conjunto de técnicas de gran utilidad para investigar
el territorio y coadyuvar a la gestión sustentable de los recursos
naturales. Se trata de evaluar un conjunto de alternativas (unidades
espaciales de observación) a la luz de múltiples criterios y
prioridades en conflicto. Desde el punto de vista geográfico, las
alternativas suelen ser un conjunto de porciones del territorio que
son evaluadas con base en sus características ambientales,
sociales o económicas (Barredo, 1996, p. 47). Un parte fundamental
de este método es la matriz de decisión la (aij) la cual “[…] expresa
las cualidades (valor numérico o simbólico) de la alternativa o
unidad de observación i con respecto a los n atributos considerados”
(Barba-Romero y Pomerol, 1997, p. 27) (Tabla 2). El conjunto de
elección se refiere a las alternativas o entidades geográficas
diferentes, caracterizadas por una serie de atributos que, cuando se
les añade un mínimo de información relativa a las preferencias del
decisor, se consideran criterios. Si los criterios corresponden a
evaluaciones numéricas, se les denomina cuantitativos y cuando no
presentan una unidad canónica de medida, se les conoce como
cualitativos.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Dado que los valores de dicha matriz pueden ser estimados por el
decisor en función de diversas unidades y escalas de medida, Saaty
(1980) justificaba la elección de la siguiente escala de juicios (Tabla
3):
De acuerdo con Barba-Romero y Pomerol (1997), existen diversas
razones que justifican la utilización de la escala propuesta. Ellas
son: el amplio abanico de posibilidades sin superar el número de
valores que la mente humana puede contemplar simultáneamente y
el uso de valoraciones enteras con incrementos (Franco-Maass,
2009).
Morfometría
Una de las herramientas más importantes en el análisis hídrico, es
la morfometría. Esta, permite establecer parámetros de evaluación
del comportamiento morfodinámico e hidrológico del sistema, así
como analizar y comprender los elementos geométricos básicos del
mismo (Méndez y Marcucci, 2006).
Para la determinación de los parámetros morfométricos se usó el
software ArGIS 9.2 y la extensión DetermHidro (Valtierra, 2007).
Como base topográfica se usaron las curvas de nivel con cotas de
10 m, obtenidas de las cartas topográficas digitales que proporciona
el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI).
En función de estas capas se realizó un Modelo Digital de Elevación
(MDE), como base para modelar los flujos de agua y determinar la
red de drenaje de la Zona Metropolitana de Toluca.
ANÁLISIS DE LOS FACTORES FÍSICO-NATURALES QUE
PROVOCAN LAS INUNDACIONES EN LA ZMT
El subsistema físico-natural o medio físico está constituido por el
territorio propiamente dicho y sus recursos. Su relación con los
asentamientos humanos de la ZMT, se han establecido a partir del
análisis del medio ambiente natural a partir de los aspectos como la
©Universidad de Caldas
92
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
edafología, la hidrología, el uso de suelo y vegetación y la
población, como determinantes de esta relación. El objetivo de
analizar el subsistema natural o medio físico es conocer cómo se
utiliza el territorio y sus recursos naturales, incluyendo las
degradaciones y amenazas que actúan sobre el mismo. Otro
aspecto a considerar, es determinar la fragilidad o vulnerabilidad del
territorio.
Ubicación de la zona de estudio
La unidad espacial en la que se realizó la investigación está
conformada por el Valle de Toluca localizado en el centro-oeste del
Estado de México. Se constituye en el altiplano más meridional de la
cuenca del río Lerma hasta la Presa José Antonio Alzate. La ZMT
se ubica en la porción central del territorio estatal, entre los 19°02’ y
19°32’ LN y 99°19’ y 99°56’ LO (Figura 3). Esta porción territorial
3
comprende los 14 municipios que conforman la Zona Metropolitana
de Toluca y cubre una superficie de 1943 km2 albergando a
1’846.116 habitantes (INEGI, 2010).
Clasificación de la vulnerabilidad edafológica
La relación suelo-roca es importante para la formación de suelos,
para el sostén de construcciones humanas y para la obtención del
recurso agua, procesos que guardan estrecha relación con los
asentamientos humanos.
En la ZMT se localizan 10 grupos edáficos de los 38 establecidos en
el mapa mundial de suelos de la FAO/UNESCO (1988), donde el
Feozem es el suelo con mayor distribución en la zona cubriendo un
42% de la misma. Una vez realizada la clasificación edafológica se
aplicó el método EMC al factor mencionado y se obtuvo la
vulnerabilidad edafológica; los resultados se observan en el
siguiente Mapa.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
En la Tabla siguiente se observa que la mayor parte de la ZMT
presenta una vulnerabilidad baja con un 41% del total del área de
estudio correspondiente a una superficie de 840,82 km2, mientras
que los municipios de Lerma, Chapultepec, Calimaya y Almoloya de
Juárez presentan una vulnerabilidad alta con un 39,80% del total de
la ZMT que corresponden a 807,27 km2.
©Universidad de Caldas
94
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Clasificación de la vulnerabilidad del uso de suelo y vegetación
La cobertura vegetal y los usos del suelo más actualizados para el
Estado de México, son los determinados en el Inventario Nacional
Forestal (INF) 2000-2001, elaborado por el Instituto de Geografía de
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para la
SEMARNAP y del cual se obtiene la tabla que muestra el tipo de
vegetación y los usos del suelo, mismos que han sido utilizados en
el presente estudio. La cobertura de uso de suelo y vegetación
incluye las aplicaciones (tipo de ocupación y uso existente), ya sea
agropecuarias-forestales o los espacios urbanos.
Aplicando el método EMC a las coberturas de uso de suelo y
vegetación antes mencionadas, se obtuvieron los siguientes
resultados:
En la Tabla siguiente se observa que la vulnerabilidad alta del uso
de suelo y la vegetación predomina en la ZMT con un 56,30% con
una superficie de 1.142,01 km2, mientras que la vulnerabilidad
media es únicamente de 3,9% del total de la zona de estudio. Los
municipios que presentaron una vulnerabilidad alta son:
Zinacantepec, Xonacatlán, Toluca, San Mateo Atenco, San Antonio
la Isla, Rayón, Otzolotepec y Ocoyoacac.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Clasificación de la vulnerabilidad hidrológica
El Valle de Toluca es el lugar de nacimiento de la cuenca
hidrológica del río Lerma-Santiago, una de las más grandes e
importantes de México. Siguiendo el sentido del cauce del río
Lerma, el valle se termina al norte, en el llamado estrechamiento de
Perales, 9 kilómetros sobre el curso del río Lerma después de la
Presa José Antonio Alzate. Lugar donde se localizan las fallas
transversales que definen los límites de las subcuencas del Valle de
Toluca e Ixtlahuaca-Atlacomulco, Estado de México.
En los últimos 50 años los acuíferos de esta zona se han visto
abatidos por la extracción constante de los volúmenes de agua para
el Distrito Federal que es la capital del país, provocando entre otros
factores que los niveles de perforación de pozos sean cada vez más
profundos. Aplicando el método EMC al factor hidrológico se
obtuvieron los siguientes resultados:
©Universidad de Caldas
96
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
En la Tabla siguiente se observa que la vulnerabilidad hidrológica
alta cubre el 70,10% de la ZMT, la cual representa una superficie de
1.421,80 km2; los municipios pertenecientes a esta clasificación son:
Rayón, Ocoyoacac, San Antonio la Isla, Almoloya de Juárez,
Metepec, Toluca, San Mateo Atenco y Lerma. Con una
vulnerabilidad media se encuentran los municipios de Mexicaltzingo
y Xonacatlán con el 26,09% del total de la zona de estudio.
Parámetros morfométricos de la ZMT
A continuación se describen los resultados de los parámetros
principales así como los valores de estos para la cuenca.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
a) Curva hipsométrica
Refleja el equilibrio de la cuenca y la identifica en sus etapas de A)
juventud, B) madurez y C) vejez (Senciales y Ferre, 1992). El
Gráfico resultante se muestra a continuación:
De acuerdo a la forma obtenida del Gráfico, se puede observar que el tipo
de cuenca indica una clara tendencia hacia la etapa C o de vejez,
en donde se puede interpretar la cuenca con fuertes procesos de
erosión debido al tránsito de las escorrentías superficiales.
b) Pendiente media del cauce
Indica la pendiente media del río o cauce principal y su potencial
para erosionar, íntimamente relacionado con la edad de la cuenca
(Campos, 1987). Para su determinación se hace uso de los
siguientes valores:
Distribución y clasificación de la vulnerabilidad de la población
en la ZMT
La ciudad de Toluca inicia su configuración como Zona
Metropolitana a partir de la década de los 60, derivado de la
©Universidad de Caldas
98
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
industrialización del corredor Toluca-Lerma y que a su vez significó
cambios importantes de actividades productivas y sociales en
estructura socioeconómica del Valle de Toluca, motivando la
integración de municipios al conjunto metropolitano (COESPO,
2010).
El volumen poblacional de la ZMT ha aumentado 6,3 veces en
promedio entre 1950 y 2010; hoy cuenta con 1’846.116 habitantes
asemejándose a un crecimiento lineal constante, al menos por
población absoluta. Los municipios que más veces han aumentado
su población en el periodo referido son: Metepec con 12,5, San
Mateo Atenco (7,9) y Toluca (7,1). Aplicando el método EMC a la
distribución poblacional antes mencionada se obtuvieron los
siguientes resultados:
En la Tabla siguiente se observa que la vulnerabilidad poblacional
alta predomina en la ZMT con un 64,3% con 1305,49 km2, mientras
que la vulnerabilidad media es de únicamente de 10,39% del total
de la zona de estudio. Los municipios que presentaron una
vulnerabilidad alta son: Almoloya de Juárez, Metepec, Toluca y
Zinacantepec.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Integración de indicadores de vulnerabilidad para determinar el
riesgo biofísico en la ZMT
La integración de los indicadores analizados anteriormente se
realizó mediante la aplicación del EMC a resultados obtenidos de
los mismos, esto permitió obtener el Mapa siguiente en el que se
refleja el riesgo biofísico de la ZMT.
En la Tabla siguiente se observa que en términos generales la mitad
de la ZMT presenta un riesgo biofísico alto con un valor de 52,41%,
este porcentaje comprende los municipios de Lerma, Toluca, San
Mateo Atenco y Metepec y cubre una superficie de 1032,73 km2. En
©Universidad de Caldas
100
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
cuanto a la clasificación del riesgo biofísico medio, éste representa
una superficie considerable de la ZMT ya que la superficie que
cubre es de 687,20 km2 y representa el 33,88% del total de la zona.
Por último, la clasificación que presenta menores valores tanto en
porcentaje como en superficie cubierta fue el riesgo biofísico bajo,
ya que únicamente cubre el 13,71% del total de la ZMT con una
superficie de 13,71 km2. Los valores antes mencionados son el
resultado de clasificaciones de alta vulnerabilidad que presentaron
los factores del uso de suelo y vegetación, la población y la
hidrología, a excepción del factor edafológico que presentó un
39,80% del total de la ZMT, sin embargo este valor no está muy
alejado de los otros factores clasificados como altos, lo cual significa
que tiene una tendencia a convertirse en valor alto.
CONCLUSIONES
La cuenca hidrográfica, por ser la unidad física en la cual tienen
lugar todos los procesos naturales, es asimismo la unidad natural y
lógica para el desarrollo agrícola, ambiental y socioeconómico. Con
el crecimiento demográfico y el aumento de las necesidades de
urbanización, industrialización y producción de alimentos, los
efectos de la actividad antropogénica ya no se limitan solo a zonas
pequeñas ni a una comunidad en particular. Las fuertes
precipitaciones en la parte alta de esta, así como la deforestación de
la misma, han contribuido a que al presentarse las avenidas, el
escurrimiento venga acompañado de una gran cantidad de material
de arrastre y sedimento en suspensión. El peligro potencial a
inundaciones y avenidas, combinado con la alta vulnerabilidad, de
algunas comunidades tanto física como socioeconómicamente
condicionan el nivel de riesgo al que están expuestas.
De acuerdo a lo anterior, se puede afirmar que la ZMT se encuentra
dentro de una cuenca de tipo C (de acuerdo a la curva hipsométrica
resultante de la morfometría), geológicamente representa una
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
cuenca con valles extensos y cumbres escarpadas, por lo que ha
sido sometida a un proceso intenso de erosión. Lo anterior está
estrechamente relacionado con el uso del tipo de vegetación, la cual
ha disminuido en un 10% en los últimos 10 años. Esta ausencia de
cubierta vegetal suele incrementar las velocidades con que se
mueve el agua en la cuenca, reduce la cantidad de agua infiltrada
en el suelo y la interceptada por la vegetación.
Otro factor importante es la textura del suelo, la cual también influye
en la velocidad de infiltración del agua. En este caso en la ZMT
contiene
texturas
arcillosas,
las
cuales
originan
más
encharcamientos.
Con lo mencionado anteriormente, podría decirse que la
combinación de los factores mencionados contribuyen a provocar
zonas inundables, aunado a otros factores como las precipitaciones
extraordinarias. Se espera que los resultados obtenidos contribuyan
en la toma de decisiones de diferentes sectores como protección
civil o el desarrollo regional; también pueden ser utilizados en otros
aspectos específicos como en el diseño de los programas de
reordenamiento territorial con una visión de riesgo, apoyo a los
planes de seguridad pública a través de los programas de
protección civil o en adecuación de los planes de desarrollo urbano
mediante la incorporación de información sobre riesgos
hidrometeorológicos.
REFERENCIAS








©Universidad de Caldas
Barba-Romero, S. y Pomerol, J.-C. (1997). Decisiones Multicriterio.
Fundamentos teóricos y utilización práctica. Madrid: Ed. Universidad
de Alcalá de Henares.
Barredo Cano, J.I. (1996). Sistemas de información geográfica y
evaluación multicriterio en la ordenación del territorio. Madrid: RAMA. pp. 1-58.
Cabrera C., 1987. Identificación de áreas críticas con base en
criterios biofísicos y análisis básico de la degradación específica y
transporte de sedimentos en la cuenca superior del río Chixoy,
Guatemala. Tesis Mag. Sc. Turrialba, CR, CATIE. 174 p.
CAEM –Comisión del Agua del Estado de México–. (2007). Atlas de
inundaciones 14, Cuenca del río Lerma.
Campos Aranda, D.F. (1987). Procesos del ciclo hidrológico. San
Luis Potosí: Editorial Universitaria Potosina. pp. 2-15.
CENAPRED –Centro Nacional de Prevención de Desastres–. (2006).
Elaboración de mapas de riesgo por inundaciones y avenidas súbitas
en zonas rurales, con arrastre de sedimentos. México: Coordinación
de Investigación, Área de Riesgos Hidrometeorológicos.
CIDIAT (Centro Interamericano de Desarrollo Integral de Aguas y
Tierras, VE) / MARNR (Ministerio del Ambiente y de los Recursos
Naturales
Renovables,
VE),
1984.
Diagnóstico
físico
conservacionista en cuencas hidrográficas. Mérida, VE, CIDIAT. 63
p.
COESPO –Consejo Estatal de Población–. (2010). Centro de
Documentación del Consejo Estatal de Población.
102
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014














DOF –Diario Oficial de la Federación–. (1993). Ley General de
Asentamientos Humanos. Publicada el 21 de julio de 1993.
FAO/UNESCO(1988).Manual de Campo para la ordenación de
cuencas hidrográficas. Estudio y planificación de Cuencas
hidrológicas.
Franco-Maass, S. (2009). Aplicación de las técnicas de evaluación
multicriterio para la caracterización agroecológica del territorio. En
Reyes, G. (Comp.), Acercamientos conceptuales y metodológicos
para el estudio de la realidad agropecuaria y rural de México (pp. 1351). Toluca: ICAR, UAEM.
Garnica, R.J. y Alcántara, I. (2004). Riesgos por inundación
asociados a eventos de precipitación extraordinaria en el curso bajo
del río Tecolutla, Veracruz. Investigaciones Geográficas, Boletín del
Instituto de Geografía, UNAM, 55, 23-45. Disponible en:
http://www.revistas.unam.mx/index.php/rig/article/view/30109
INEGI –Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática–.
(2005). Cartografía temática escala 1: 250 000. Serie III.
________. (2010). Conteo de Población y Vivienda.
Mansilla, E. (2002). La ciudad: El nuevo escenario del riesgo. Oficina
de Planificación del Área Metropolitana de San Salvador (OPAMSS).
Mayo, 2002. San Salvador, El Salvador.
Méndez, W. y Marcucci, E. (2006). Análisis morfométrico de la
microcuenca Quebrada Curucutí, Estado de Vargas-Venezuela.
Revista Geográfica Venezolana, 47(1).
Saaty, T.L. (1980). Multicriteria Decision Making: The Analytic
Hierarchy Process. New York: McGraw-Hill. (2ª impresión 1990,
RSW Pub. Pittsburgh).
SEDESOL/CONAPO/INEGI –Secretaría de Desarrollo Social /
Consejo Nacional de Población / Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática– (2005). Delimitación de las zonas
metropolitanas de México. Primera edición. México.
Senciales, J.M. y Ferre, E. 1992. Análisis morfométrico de la cuenca
del río Benamargosa (provincia de Málaga). En López Bermúdez, F.;
Conesa, C. y Romero, M.A. (Eds.): Estudios de Geomorfología en
España. Actas de la II Reunión Nacional de Geomorfología, Murcia,
S.E.G., pp. 365-375.
Park, R. E. (1999). La ciudad y otros ensayos de ecología urbana.
Barcelona: Ediciones del Sebal.
Talamantes, P. y Gurría, A. (2010). Análisis de incidencia de efectos
presentes en la cuenca del río Blanco, Veracruz. México:
Universidad Autónoma de Querétaro. pp. 1-57.
Valtierra, J.G. (2007). Desarrollo de una herramienta computacional
para el diagnóstico hidrológico de cuencas. Tesis de Maestría.
Maestría en Gestión Integrada de Cuencas. Universidad Autónoma
de Querétaro.
1. Estudiante del Doctorado en Urbanismo de la Facultad de
Planeación Urbana y Regional, UAEM. [email protected]
2. Profesor Investigador de la Facultad de Planeación Urbana y
Regional y Centro de Investigación en Estudios Avanzados en
Planeación Territorial, UAEM. [email protected]
3. Zona metropolitana, conjunto de dos o más municipios donde se
localiza una ciudad de 50 mil o más habitantes, cuya área urbana,
funciones y actividades rebasan el límite del municipio que
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
originalmente la contenía, incorporando como parte de sí misma o de
su área de influencia directa a municipios vecinos,
predominantemente urbanos, con los que mantiene un alto grado de
integración socioeconómica; en esta definición se incluye además a
aquellos municipios que por sus características particulares son
relevantes
para
la
planeación
y
política
urbanas
(SEDESOL/CONAPO/INEGI, 2005).
Para citar este artículo: Mendoza Mejía, J. B. & Orozco Hernández,
M. E. (2014). Análisis de la vulnerabilidad biofísica a los riesgos por
inundación en la zona metropolitana de Toluca, México. Revista
Luna
Azul,
38,
86-104.
Recuperado
de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v
iew&id=895
©Universidad de Caldas
104
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
LA RELACIÓN ENTRE PELTIGERA SP. Y RHIZOPHORA
MANGLE EN ARROYO DE PLATA (BOLÍVAR), CARIBE
COLOMBIANO
Ricardo Álvarez-León1
Darío Avendaño-Remolina2
Adolfo M. Sanjuan-Muñoz3
Recibido el 25 de septiembre de 2012 y aprobado el 1 de julio de
2013
RESUMEN
Objetivo: determinar la distribución y el estado de los rodales de
manglar en Arroyo de Plata (Departamento de Bolívar).
Metodología: se realizaron labores de campo a través del arbolado,
mediante el muestreo biológico de la flora y de los parámetros
físicos y químicos del agua y de los suelos a lo largo de transectos
dentro del bosque. Resultados: la composición del rodal incluye
cinco especies, Rhizophora mangle (mangle rojo, colorao o
colorado), Avicennia germinans (mangle salado, prieto, negro o
iguanero), Laguncularia racemosa (mangle blanco, amarillo o bobo),
Conocarpus erecta (mangle zaragoza) y Pelliciera rhizophorae
(mangle piñuelo). Asociado a la especie pionera (R. mangle) se
encontró el líquen (Peltigera sp.), cuya relación se lleva a cabo solo
cuando el mangle está en estado de degradación y los parámetros
fisicoquímicos de las aguas y los suelos, son extremos.
Conclusión: Los manglares mostraron características mixtas, tipo
maduro ribereño y de cuenca, donde la especie invasora P.
rhizophorae presenta el mayor IVI, debido a su alta densidad. El
registro de los líquenes Peltigera sp. y su presencia en los
manglares del Caribe colombiano no solo es el primero para esta
Región, su distribución puede estar restringida a la zona costera, es
incidental, y demuestra su gran capacidad de adaptación a los
cambios ambientales, y puede ser considerada entre los en bioindicadores de las características ambientales, especialmente de las
alteraciones actuales de los suelos y las aguas.
PALABRAS CLAVE
Peltigera, líquenes, Rhizophora, manglares, Caribe, Colombia.
THE RELATIONSHIP BETWEEN PELTIGERASP. AND
RHIZOPHORAMANGLE IN ARROYO DE PLATA (BOLIVAR),
COLOMBIAN CARIBBEAN REGION
ABSTRACT
Objective: To determine the distribution and status of mangrove
stands in Arroyo de Plata (Department of Bolívar). Methodology:
Field work was conducted through woodland, using biological
sampling of the flora and the physical and chemical parameters of
water and soil along transects within the forest. Results: The
composition of the stand includes five species, Rhizophoramangle
(red, colorao or colorado mangrove), Avicenniagerminans (salty,
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 105-121
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
dark color, black or iguanero mangle) Laguncularia racemosa
(white, yellow or bobo mangrove), Conocarpus erecta (zaragoza
mangle) and Pelliciera rhizophorae (tea mangrove). The lichen
(Peltigera sp), was found associated with the pioneer species (R.
mangrove) whose relationship is carried out only when the
mangrove is in a state of degradation and the physical-chemical
parameters of water and soil, are extreme. Conclusion: Mangroves
showed mature coastal basin type mixed characteristics, where the
invasive species P. rhizophorae has the highest IVI due to its high
density. Registration of Peltigerasp lichens and its presence of the
Colombian Caribbean mangrove is not only the first for this region,
its distribution may be restricted to the coastal zone, it is incidental
and demonstrates its ability to adapt to environmental changes, and
can be considered between the bio-indicators of environmental
characteristics, especially of the the current alterations of soil and
water.
KEY WORDS
Peltigera, lichens, Rhizophora, mangroves, Caribbean, Colombia.
INTRODUCCIÓN
Manglares. Los ecosistemas de manglar en el departamento de
Bolívar, se extienden en forma discontinua a lo largo de la línea de
costa entre los límites de los departamentos de Sucre y del
Atlántico. La zona costera del departamento de Bolívar se encuentra
delimitada al norte por las Salinas de Galerazamba (10°58’ N y
75°12’ W) en el municipio de Santa Catalina en límites con el
departamento del Atlántico, y al sur por Boca Flamenquito (10°35’ N
y 75°21’ W) en el Distrito Turístico y Cultural de Cartagena de Indias
en límites con el departamento de Sucre; e incluye el Parque
Nacional Natural Corales del Rosario e Islas de San Bernardo
(CIOH/CARDIQUE, 1997; Sánchez-Páez et al., 1997). Presenta un
clima con déficit hídrico considerable, con dos estaciones lluviosas y
dos secas definidas por la zona de confluencia intertropical, en la
cual la temperatura media anual es de 27,6ºC con máximos y
mínimos anuales de 23,1 y 32,9ºC respectivamente, y una
pluviosidad promedio de 1160 mm. La evaporación es igual o, en la
mayoría de los casos, superior a la precipitación esbozando una
deficiencia hídrica que influye notablemente en el desarrollo
estructural de los bosques de manglar del departamento.
Las formaciones de manglar están conformadas por cinco especies:
Rhizophora mangle (mangle rojo, coloraoo, colorado), Avicennia
germinans (mangle salado, prieto, negro o iguanero), Laguncularia
racemosa (mangle blanco, amarillo o bobo), Conocarpus erecta
(mangle zaragoza) y Pelliciera rhizophorae (mangle piñuelo), que
son la totalidad de las especies encontradas en el Caribe
colombiano (Sánchez-Páez et al., 1997). Estas especies se
encuentran habitualmente mezcladas formando bosques mixtos sin
mostrar un patrón de distribución definido, en donde A. germinans
es generalmente la especie dominante en la parte interior de la
floresta, mientras que R. mangle predomina en los sectores
©Universidad de Caldas
106
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
marginales limitando, en la gran mayoría de los casos, con los
cuerpos de agua (Pino-Renjifo et al., 1999; Agudelo-Ramírez, 2000).
A nivel general, en el departamento, el manglar se caracteriza por
presentar un alto grado de intervención urbanística e industrial que
se traduce en la degradación y pérdida continua de extensiones
representativas de bosque y de suelo, siendo aprovechada por los
nativos de la región en forma artesanal tan solo una pequeña parte
del recurso forestal (Pino-Renjifo et al., 1999).El grado de desarrollo
estructural alcanzado por los bosques es variable y está
determinado por factores físicos como el tipo de suelo, la
climatología local, las energías de subsidio y los tensores o
presiones que los afectan sean de tipo natural o antropogénico
(Sánchez-Páez et al., 1997).
Líquenes asociados. Según Hawksworth et al. (2005):
Los líquenes tienen un importante papel como
bioindicadores de lectura inmediata de la
contaminación medioambiental, de los cambios
climáticos y de la estabilización del suelo. Se han
realizado muchos trabajos acerca de este tema en
regiones templadas, pero tan solo en algunos pocos
casos las técnicas empleadas en este tipo de
estudios han sido utilizadas en los trópicos (p. 71).
La mayor parte de las investigaciones realizadas en los trópicos
hasta la fecha, se relacionan con la contaminación ambiental y
perturbaciones forestales, pero estas han sido ejecutadas solo en
algunos pocos lugares, y permanecen aún sin realizar en la mayoría
de las regiones tropicales. Las ventajas que poseen los líquenes
para ser utilizados como bio-indicadores de lectura inmediata en los
trópicos, se basan en que los trabajos pueden ser realizados sin la
identificación total de las especies involucradas, y en el hecho de
que son perennes y fácilmente discernibles a simple vista o con la
ayuda de una lupa decampo. Esto último constituye un factor
importante, ya que la falta de entrenamiento para la identificación es
el principal problema en la realización de este tipo de
investigaciones; a su vez, Wolf (1993) reconoce los patrones de
biomasa y diversidad de las briófitas y líquenes en los diferentes
gradientes altitudinales en el norte de los Andestropicales; además,
Sipman et al. (2008) confirman que en Colombia existen 1444
especies de hongos liquenizados, pero que su número puede
ascender a 3000-4000 especies.
Según Martínez (1999), la forma de crecimiento foliácea pertenece
al género Peltigera, cuyas especies están asociadas con
cianobacterias como fotobiontes, y muchas de sus especies son
consideradas indicadoras de madurez forestal. Martínez et al.
(2003) discuten sobre la distribución del género y resaltan el número
de especies, así como su dificultad para determinar las especies.
De acuerdo con Miadlikowska y Lutzoni (2000), Peltigera
(Peltigerineae, liquenizados Ascomycota) es uno de los géneros de
líquenes más extendidos, con incorporación de asociaciones
bilaterales y trilaterales, que involucran hongos, algas verdes (cf.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 105-121
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Coccomyxa), y las cianobacterias (cf. Nostoc). Se presenta en este
género una amplia gama de caracteres morfológicos y químicos
(compuestos secundarios) y la variación involucra niveles tanto
intraespecíficos como interespecíficos. En comparación con muchos
otros géneros de macro-líquenes, su taxonomía, incluyendo quimiotaxonomía, todavía sigue siendo poco conocida. Las clasificaciones
de infragenéricos Peltigera son casi exclusivamente con base en la
composición fotobionte del talo. Estas clasificaciones suponen que
cada biytritaxones, tienen diferentes entidades monofiléticas. El
género Peltigera nunca ha sido el centro de un amplio estudio
filogenético. La subdivisión más reciente y de amplia aceptación del
género en siete grupos, se basa principalmente en los caracteres
morfológicos y químicos. Las relaciones entre las especies de
Peltigera se han investigado sobre sus componentes químicos,
morfológicos y subunidad grande de ADN nuclear ribosomal (LSU
nrDNA) de datos.
Vitikainen (1998), reconoce tres tipos principales de estructura del
género Peltigera en Suramérica, donde se han identificado con base
en estudios avanzados de bioquímica: P. laciniata(G. Merr. ex
Riddle) Gyeln. Ecuador, Kalb 511 (H), en P. pulverulenta (Tayl.) Nyl.
1. Venezuela, Ahti 37205 (H) y P. pulverulenta 2.Ecuador, Ardvisson
4627 (H).
Van Duunné y Wolf (s.f.), trabajaron intensamente en briófitos y
líquenes epilíticos de las plantaciones de café, encontrando una
diversidad muy alta. También a nivel nacional, Aguirre-Ceballos
(2006, 2008), estudio la diversidad de los musgos y los líquenes de
Colombia,
evaluando
y
promoviendo
su
conservación.
Posteriormente Aguirre-Ceballos y Rangel-Churio (2007), analizaron
las amenazas a la conservación de las especies de musgos y
líquenes en el país, y reconocen las especies amenazadas de la
familia Peltigeraceae y el género Peltigera (P. collina, P.fibrilloides,
P.membranacea, P. mexicana y P.microdactyla).
Sipman (2008), enfatiza que Peltigera dolichorhiza (Nyl.) Nyl. Nylander (1860: 327 sub Peltigera polydactylavar. dolichorhiza),
Nylander (1874: 71), Galloway (1985: 364), Vitikainen (1998: 136)
Typus: Bogotá, 2600-2700 m, 1860 (?), Lindig 2519 p.p. (H-NYL
33203, Lectotipus) y Peltigera laciniata var. Irregularis Gyelnik Gyelnik (1932: 40), son las más conocidas y estudiadas.
Recientemente Coca y Sanín (2010), describen 8 especies del
género Coccocarpia Coccocarpiaceae), colectados también en el
PNN Tatamá, de las cuales 7 (C. domingensis, C. erythroxy, C.
filiformis, C. palmicola, C. pellita, C. prostrata,C. stellata) son
novedades corológicas para el PNN Tatamá y una (C. microphyllina)
para Colombia. Los géneros son novedades corológicas tanto para
Tatamá, como para Colombia, siendo Sticta el género más rico.
Pérez-Quintero y Watteijne-Cerón (2010), analizaron la estructura
de una comunidad de líquenes y en especial la morfología del
género folioso Sticta Stictaceae) en un gradiente altitudinal. La
comunidad de líquenes epifitos esta distribuida en un gradiente
altitudinal (2000-2600 m) también del PNN Tatamá. Se encontró que
con el aumento en altura hay una disminución en riqueza y
©Universidad de Caldas
108
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
diversidad, lo cual se desvía del patrón encontrado generalmente en
otros trabajos sobre líquenes y gradientes altitudinales. La
comunidad a bajas alturas se compone principalmente de líquenes
fruticosos (cobertura de 30% a 2070 m y 0% a 2560 m) y a mayores
alturas de líquenes foliosos (cobertura de 15% a 2070 m y 43% a
2560 m). La altura, además de influenciar la estructura de la
comunidad de los líquenes, puede afectar el desarrollo y la
morfología de estos. En Sticta se presentaron variaciones
intraespecíficas en la densidad de cifelas (órganos de intercambio
gaseoso) asociadas a la altura, encontrándose un efecto
significativo de la altura sobre la densidad de cifelas en las especies
S. andensis y S. gyalocarpa (con un valor de ANOVA, de P= 0,008 y
0,05 respectivamente). Esto muestra un mecanismo de adaptación
a los cambios ambientales que se dan con la altura.
Rincón-Espitia (2011) documenta la composición de la flora
liquénica corticícola en algunas localidades de las planicies y los
macizos montañosos de la región Caribe. Se encontraron 348
especies de líquenes corticícolas, representadas en 950 ejemplares
provenientes de cinco localidades, que corresponden a tres tipos de
vegetación: bosque húmedo, bosque semihúmedo y bosque seco.
Se describieron dos especies como nuevas para la ciencia y se
encontraron 116 nuevos registros para Colombia, la mayoría de
especies son nuevos registros para las áreas de estudio y algunos
nuevos registros para el Neotrópico.
Soto-Medina (2011) registra géneros para ocho municipios del Valle
del Cauca (Cali, Buenaventura, Cerrito, Dapa, Jamundí, Restrepo,
Roldanillo y Trujillo) y tres del Cauca (Caloto, Guapi y Coconuco).
Las zonas de vida visitadas incluyeron bosque húmedo tropical,
bosque seco tropical, bosque muy seco tropical, bosque
premontano y subpáramo. Se encontraron 510 especímenes
incluidos en aproximadamente 230 morfoespecies de líquenes, de
los cuales 190 fueron identificados incluido Peltigera sp. y los
restantes no se han trabajado a nivel de especie dada la
complejidad y el escaso conocimiento taxonómico de los géneros.
Coca et al. (2012), confirman que los Peltigerales están segregados
del Orden Lecanorales, que contiene la mayor riqueza de
cianolíquenes con aproximadamente 1700 especies distribuidas en
todo el mundo. En el PNN Tatamá, entre los 2400 y los 3000 m con
especies epifitas, foliícolas y terrícolas, la mayor diversidad se
encontró a los 2600 m, especialmente en las familias
Coccocarpiaceae, Loariaceae y Pannariaceae. Peltigera sp. solo se
encontró en Santuario, Loc. Planes de San Rafael (entre Monte
Zancudo y El Fracaso, 2800-3000 m). Ofrecen una clave para el
reconocimiento del Orden Peltigerales:
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 105-121
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
2.Ascocarpos como peritecios o lirelas........ Varios
órdenes
(Ascomicetes).
2.Ascocarpos
como
apotecios....................................................................
3.
3.Ascas
bitunicadas............................................................AR
THONIALES.
3.Ascas
unitunicadas...............................................................
...................4.
4.Apotecioshemiangiocárpicos..................................
..........OSTROPALES.
4.Apotecios
gymnocárpicos...........................................................
.............5.
5.Fotobiontechlorococcoide
(en
su
mayoría
Trebouxia)...LECANORALES.
5.Fotobionte cianobacterias (Nostoc o Scytonema),
raramente algas verdes (solo en Lobariaceae y
Peltigeraceae)................... PELTIGERALES. (Coca
et al., 2012).
Así como una clave para la identificación del género de Fotobionte
[Peltigera, según Bungartz (2002), in Nash III et al.(2002)]:
Apotecios pardos, situados en la cara superior del extremo de los
lóbulos, en ocasiones éstos se pliegan en forma de silla de montar
elevándose sobre el resto del talo. Cara inferior no corticada, pero
surcada por venas de distintos tipos: desde finas, claras, bifurcadas
hasta oscuras, anchas, planas y de aspecto reticulado, por lo que
sólo se ve la médula inferior blanca en algunas pequeñas zonas
ovaladas. Rizinas abundantes de muy diversos tipos. Talos grandes,
algunos >30 cm, con lóbulos anchos >1 cm [talo con tomento
homogéneo en la cara ventral, con venas y generalmente terrestre,
Coca et al.(2012)]…Peltigera. (Barreno y Pérez-Ortega, 2003, p.
156).
MATERIALES Y MÉTODOS
Arroyo de Plata se encuentra ubicado en el sector de la Bahía de
Barbacoas, la cual está localizada al noroeste del departamento de
Bolívar, entre los 10º08’09’’ y 10º14’56’’ N y los 75º31’21’’ y los
75º40’17’’ W, abarcando una superficie de 140 km2 (Hinestrosa y
Viña, 1986). En ella desembocan los caños Lequerica y Matunilla
que se originan del Canal del Dique, los cuales son producto de la
canalización del canal realizada en el siglo XVII, direccionando
aguas a la Bahía de Barbacoas (Alvarado-Ortega, 2001).Los
aportes continuos e importantes de agua dulce provenientes del
Canal del Dique y que aportan sedimentos a la bahía por los caños
Lequerica y Matunilla que con su dinámica deltaica originan la
formación de “bancos” en sus desembocaduras, permiten la
colonización por manglar. De acuerdo a lo anterior, el desarrollo de
los bosques se divide en dos etapas: la primera etapa, se
©Universidad de Caldas
110
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
caracteriza por un rápido crecimiento y un buen desarrollo del
manglar gracias a la presencia de aguas dulces, que aportan
nutrientes y disminuyen la salinidad hasta niveles adecuados para el
desarrollo del manglar. La segunda etapa, presenta una
degradación del manglar debido a la saturación por sedimentos, que
llegan a modificar los flujos hídricos del sistema provocando el
estancamiento de las aguas, que al evaporarse aumentan los
niveles de salinidad y la temperatura alterando progresivamente las
condiciones descritas en la primera etapa.
La estación muestreada en Arroyo de Plata se ubica a los
10°08’06,5” N y 75°32’35,8” W. En ella se delimitó una parcela
perpendicular a la línea de costa, utilizando un cinta metrada de 120
m, sobre la cual se establecieron subparcelas de 100 m2 (10 x 10
m), usando cuatro tubos de PVC unidos por un cabo, abarcando 5
m a lado y lado de la línea direccional, y prolongado 10 m de
longitud hacia el fondo o parte interna del bosque. En cada parcela
se identificaron y marcaron todos los árboles de mangle para evitar
el reconteo. A cada uno se le midió la altura total utilizando como
referencia tubos de PVC de 2 m de largo y la circunferencia a la
altura del pecho (CAP) a 1,3 m con una cinta métrica. Para la
medición de la CAP se tuvo en cuenta lo sugerido por SchaefferNovelli y Cintrón-Morelo (1986).
Con el fin de determinar los niveles de intervención o los factores
estresantes, se realizaron anotaciones del estado de salud de cada
árbol, indicando los vivos, muertos, talados y aquellos que tenían
algún signo de deterioro o presencia de hormigas y termitas
(Schaeffer-Novelli y Cintrón-Morelo, 1986).
Para determinar el reclutamiento en los bosques de mangle de las
2
estaciones de muestreo, en cada subparcela de 100 m se lanzaron
2
al azar tres cuadrantes de 1 m . En los 30 cuadrantes se
identificaron y contaron todas las propágulos y plántulas de mangle.
A partir de las medidas tomadas en campo (número de árboles
vivos registrados en cada estación, especie y CAP), se calculó el
diámetro a la altura del pecho (DAP = CAP/π) y los atributos
estructurales del bosque de manglar: densidad, área basal y
diámetro de área basal promedio (Schaeffer-Novelli y CintrónMolero, 1986), además del índice de valor de importancia (IVI)
(Matteucci y Colma, 1982).
Para la determinación de variables físicas y químicas del agua
intersticial y suelos, se ubicaron tres puntos (inicial, intermedio y
final correspondientes a las abscisas k0+00, k0+050 y k0+100). Se
midieron in situ pH, salinidad, oxígeno disuelto, conductividad y
temperatura con una sonda multi-paramétrica. Para las variables a
determinar en el laboratorio (turbidez, oxígeno disuelto, nitrógeno
amoniacal, nitritos, nitratos, nitrógeno total, fósforo total, fosfatos,
sodio, potasio, calcio, magnesio, cloruros, sulfatos, sulfuros y
sólidos totales). Para la recolecta de muestras de agua y suelo, se
cavaron agujeros de 50 cm de profundidad por debajo del nivel
freático. Las perforaciones se realizaron de acuerdo al orden de
ingreso al bosque desde la parte externa ─colindando con el agua─
hacia el interior, de esta forma el agua intersticial iba brotando,
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 105-121
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
alcanzando el nivel freático para luego decantarse. Las muestras de
agua y suelo fueron recolectadas, almacenadas y preservadas
siguiendo lo enunciado por Clesceri et al. (1998).
Finalmente, se llevaron a cabo recorridos errantes en las florestas,
tanto dentro como fuera de las parcelas, anotando los organismos
asociados a los árboles de mangle y haciendo el respectivo registro
fotográfico para la confirmación de la asociación incidental;
posteriormente, se procedió a colectar manual y cuidadosamente
los individuos, y a la identificación de los especímenes de líquenes,
utilizando las claves especializadas (Bungartz, 2002; Barreno y
Pérez-Ortega, 2003; Coca et al., 2012).
RESULTADOS
El bosque es maduro ribereño y de cuenca, de composición mixta
que supera los 10 m de altura en algunos puntos, compuesto por R.
mangle, A. germinas, L. racemosa y P. rhizophorae. El dosel es
cerrado en los primeros metros y luego se abre en la medida en que
la floresta se va degradando y las condiciones físico-químicas se
hacen extremas.
En la primera franja (de 20 m aproximadamente) se establece una
mezcla de R. mangle y P. rhizophorae, en cuyas raíces se advierte
colonización de bálanos, ostras, algas y esponjas. El suelo, en este
segmento, presenta abundante hojarasca y numerosos embriones
de R. mangle pequeños que en varios casos tienen adherido aún el
collar epi-cotiledonear. En esta franja la regeneración natural es
representativa.
A partir de los 20 m se observa una mezcla de A. germinans, L.
racemosa, R. mangle y P. rhizophorae. Las hojas de L. racemosa
son pequeñas y los fustes presentan signos de defoliación, mientras
que las de A. germinans presentan hongos “carbones” y
blanqueamiento, evidenciando un estado fitosanitario deficiente. El
suelo en este sector evidencia sequedad, desnudez y alcanza altas
temperaturas haciendo más difícil el proceso de recuperación del
bosque (Figura 1).
©Universidad de Caldas
112
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Entre los tensores que afectan al rodal cabe mencionar la tala de L.
racemosa (16,0%), y R. mangle (16,1%) y la salinización del suelo,
factor que está causando una degradación progresiva de la floresta
a la cual puede deberse el 54,4% de mortalidad. Los efectos
generados por la salinización del suelo se notan principalmente en
los troncos (agrietados, con putrefacción en la parte basal y
manchas amarillas en todo su contorno), las raíces (lenticelas
expandidas) y en las hojas (pequeñas)(Tabla 1).Otros signos de
este proceso se fundamentan en la presencia de hormigas y restos
vegetales en forma desbordante.
Asociada exclusivamente a R. mangle y solamente en aquellas
plantas deterioradas de esta especie, se advirtió la presencia del
liquen Peltigera sp., epífito de color verde claro, elongado y con
desarrollo dicotómico (Figuras 1, 2, 3). En este punto es evidente el
proceso de degradación de la floresta, la cual se asienta sobre un
suelo arenoso, compacto y con costras de sal (Avendaño-Remolina
et al., 2000).
En la zona es muy frecuente encontrar “tapetes” de neumatóforos
de L. racemosa que alcanzan alturas de hasta 15 cm ubicados
alrededor de los fustes, mientras que los de A. germinans
sobrepasan los 30 cm.
En la parte media del rodal, entre los 80 y 100 m, la tala es más
significativa. La salinización de suelos y aguas es causada por el
rompimiento del flujo hídrico derivado del taponamiento de los
canales de irrigación natural que aprovisionan el área (Figura 2).
Hacia la parte final, el bosque recupera su vigor lo cual parece estar
asociado a la cercanía de un cuerpo de agua. En este punto es R.
mangle la especie que empieza a dominar y sus fustes superan los
10 m, el bosque sigue siendo abierto y el suelo despliega mayor
cobertura vegetal, pues la cantidad de hojarasca aumenta (Figura
2).
El mayor IVI lo presentó P. rhizophorae, seguida en importancia por
A. germinans, R. mangle y por último L. racemosa.
La mayor importancia de P. rhizophorae se debe principalmente a la
cantidad de troncos presentes (216), lo cual influyó en una alta
densidad relativa y alta frecuencia, no obstante su dominancia
relativa fue la menor de todas las especies debido a su baja área
basal producto de sus reducidos diámetros (4,51 cm en promedio) y
la ausencia de fustales.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 105-121
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Por su parte, A. germinans presenta la mayor área basal y por tanto
la mayor dominancia relativa, pero la densidad relativa es muy
inferior a la de P. rhizophorae.La distribución de R. mangle es
homogénea en el bosque por lo que registró la mayor frecuencia
relativa, su área basal fue muy pequeña lo que influyó en su baja
dominancia a pesar de tener el mayor número de fustales en la
estación.
L. racemosa, a pesar de presentar los mayores diámetros (23,03
cm), lo cual influiría en una alta área basal, presentó la más baja
densidad relativa con la presencia de tan solo 18 individuos entre
latizales y fustales.
En cuanto a la regeneración natural se presentan en altas
proporciones P. rhizophorae (2900 ind./0,1 ha) y R. mangle (2666,7
ind./0,1 ha), mientras que A. germinans y L. racemosa presentaron
valores muy bajos, 500 y 133,3ind./0,1 ha, respectivamente. Se trata
de un bosque joven y en crecimiento, con una gran cantidad de
latizales que no alcanzan los 6 m de altura, el porcentaje de
mortandad total es alto (44,3%), este aspecto y un porcentaje de
tala del 10% han permitido el acceso de luz al sotobosque y con
esto una alta regeneración natural (Tabla 2).
©Universidad de Caldas
114
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
El punto inicial corresponde a la orilla del caño (Arroyo de Plata), el
punto medio se encuentra a 50 m del punto inicial y el punto final
está a 100 m del punto inicial, siendo este punto final el que
corresponde al área donde se encontraron los líquenes sobre
plantas de R. mangle con abundantes líquenes costrosos y
estructuras degradadas o en proceso de degradación (hojas
amarillentas, tallo descascarado).
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 105-121
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Peltigera sp., se halló en un área caracterizada por parámetros
físico-químicos extremos en alguna medida, tanto de las aguas
como de los suelos (aguas con temperatura de 28,4oC, pH de
6,1,oxígeno disuelto de 0,60 mg/l, nitrógeno amoniacal de 0,70
mg/k, nitritos de 0,003 mg/k, nitratos 0,38 mg/k, nitrógeno total 9,24
mg/k, fósforo total 1,76 mg/k, fosfatos 5,4 mg/k, sodio 7815,1 mg/k,
potasio 246,6 mg/k, calcio 235,7 mg/k, magnesio 2500,0 mg/k,
cloruros 25925,1 mg/k, sulfatos 3,65 mg/k, sulfuros 0,17 mg/k,
sólidos totales 67528,0 mg/k, y suelos con pH de 6,1-6,7, nitrógeno
amoniacal de 161,8 mg/k, nitritos de 0,168 mg/k, nitratos 1,14 mg/k,
nitrógeno total 2682,1 mg/k, fósforo total 114,1 mg/k, fosfatos 350,0
mg/k, sodio 5693 mg/k, potasio 828,1 mg/k, calcio 1268,0 mg/k,
cloruros 24734,6 mg/k, sulfatos 668,5 mg/k, sulfuros 380,6 mg/k).
CONCLUSIONES
Los manglares de Arroyo de Plata presentan unas características
mixtas, tipo maduro ribereño y de cuenca, conformado por
individuos de R. mangle, A. germinans, L. racemosa y P.
rhizophorae. Con la particularidad de que la especie invasora entre
los manglares, P. rhizophorae, presenta el mayor IVI, debido a su
alta densidad. Inicialmente el dosel es cerrado y posteriormente se
abre a medida que se presenta degradación de la floresta y las
condiciones físico-químicas son menos favorables.
El registro de los líquenes Peltigera sp. (Avendaño-Remolina et al.,
2000), y su presencia en los manglares del Caribe colombiano, si
bien es cierto es incidental, demuestra que gracias a su gran
capacidad de adaptación a los cambios ambientales, bien pueden
constituirse en bio-indicadores de las características ambientales y
©Universidad de Caldas
116
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
de las alteraciones actuales en Arroyo de Plata, cuya existencia se
ve reforzada en el hecho de los manglares sobre los cuales se
encontró el liquen, así como de los suelos poco estabilizados.
Entre otrasventajas que poseen los líquenes para
ser utilizados como bioindicadores de lectura
inmediata en los trópicos es que los trabajos
pueden ser realizados sin la identificación total de
las especies involucradas, y en el hecho de que son
perennes y fácilmente determinados a simple vista
o con la ayuda de una lupa de campo (Hawksworth
et al., 2005, p. 71).
Los trabajos de Sipman (1984), Aguirre-Ceballos y Avendaño-Torres
(2008), Avendaño-Torres y Aguirre-Ceballos (2009), Rincón-Espitia
(2011),Rincón-Espitia et al. (2011),no citan a Peltigera sp., lo que
ratifica que su hallazgo no solo es el primero para la Región del
Caribe colombiano, sino que su distribución puede estar restringida
a la zona costera del Caribe colombiano. En la Región Pacífico
colombiano (Cordillera occidental-PNN Tatamá), Coca et al. (2012)
la encontraron y manifiestan que en general la riqueza de especies
de líquenes es similar a otros ecosistemas andinos (Sierra Nevada
de Santa Marta-Buritaca-La Cumbre), obviamente todo podrá
aclararse cuando se determinen los epítetos específicos.
AGRADECIMIENTOS
Queremos agradecer a Eugenio Escobar-Manrique, profesor de la
Universidad Nacional de Colombia sede Palmira, por la
reconfirmación de la identidad de los ejemplares; y al Herbario José
Cuatrecasas Arumí, donde se encuentran los ejemplares registrados
en Arroyo de Plata (Bolívar) Colombia.
REFERENCIAS
Agudelo-Ramírez, C. (2000). Estructura de los bosques de manglar
del Departamento de Bolívar y su relación con algunos parámetros
abióticos (Tesis Profesional). Fac. de Biología Marina, Univ.de
Bogotá Jorge Tadeo Lozano. 318p.
Aguirre-Ceballos, J. (2006). Diversidad de los musgos (Bryophyta) y
líquenes de Colombia-Una evaluación con propósitos de
conservación (Tesis Doctoral). Universidad Nacional de Colombia,
Facultad de Ciencias, Instituto de Ciencias Naturales. 542p.
________. (2008). Diversidad y riqueza de líquenes en Colombia.
En Rangel-Churio, J.O. (ed.), Colombia - Diversidad Biótica VI Riqueza y diversidad de los musgos y líquenes en Colombia (pp. 118). Bogotá D.C.: Universidad Nacional de Colombia. 598 p.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 105-121
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Aguirre-Ceballos, J. y Avendaño-Torres, K. (2008). Líquenes de la
Región Caribe. En Rangel-Churio, J.O. (ed.), Colombia - Diversidad
Biótica VI - Riqueza y diversidad de los musgos y líquenes en
Colombia (pp. 383-387). Bogotá D.C.: Universidad Nacional de
Colombia. 598 p.
Aguirre-Ceballos, J. y Rangel-Churio, J.O. (2007). Amenazas a la
conservación de las especies de musgos y líquenes en Colombia Una aproximación. Caldasia, 29(2), 235-262.
Alvarado-Ortega, M. (ed.). (2001). Canal del Dique. Plan de
Restauración Ambiental, 1ª Etapa. Barranquilla:Ediciones Uninorte.
328 p.
Avendaño-Remolina, D.; Sanjuán-Muñoz, A. y Álvarez-León, R.
(2000). New lichen in the mangrove swamps of the Colombian
Caribbean. UCR-Rev. Biol. Trop., 48(2/3), 719-724.
Avendaño-Torres, K. y Aguirre-Ceballos, J. (2009). Estudio
preliminar de los líquenes de la Serranía de Perijá. En RangelChurio, J.O. (ed.), Colombia -Diversidad Biótica VIII - Media y baja
montaña de la Serranía del Perijá (pp. 223-228). Bogotá D.C.:
Universidad Nacional de Colombia.Barreno, E. y Pérez-Ortega, S.
(2003). Clave para la identificación de los Géneros + de Fotobiontes
(según F. Bungartz, 2002, in Nash III et al., 2002) + de Líquenes
(Gelatinosos, Fruticulosos, Foliáceos, Crustáceos, Escuamulosos,
Dimórficos, Talos Leprarioides o Estériles) + Especies. Consejería
del Medio Ambiente. Ordenación del Territorio e Infraestructuras del
Principado de Asturias yKRK Ediciones. 133-429 p.
Barreno, E. y Pérez-Ortega, S. 2003. Líquenes de la Reserva
Integral de Muniellos Asturias. Oviedo(España).Cuad. Medio Amb.
Serie Naturaleza 5.
Bungartz, F.(2002).The chemistry of lichens: Emphasizing unique
features a bit of history. Lecture for PLB 400 - Lichenology. Arizona
State University. Natural History Collections. Arizona (Az) USA.
CIOH/CARDIQUE.(1997). Caracterización y diagnóstico integral de
la zona costeras comprendida entre Galerazamba y Bahía de
Barbacoas (Tomo I y II). Dirección General Marítima. Centro de
Investigaciones
Oceanográficas/Hidrográficas
(Corporación
Autónoma Regional del Canal del Dique). Convenio de Cooperación
CIOH /CARDIQUE. 694 p.
Clesceri, L.S.; Greenberg, A.E. y Eaton, A.D. (1998). Standard
methods for the examination of water and wastewater (20th edition)
(Tomos I y II). Washington D.C.: APHA. 1983 p.
Coca, L.F. y Sanín, D. (2010). Coccocarpia Pers. (Ascomicetes
Liquenizados- Peltigerales) en Colombia. Trop. Bryo., 32, 19-38.
Coca, L.F.;Sanín, D.;Posada-Herrera, J.M.ySierra-Giraldo, J.A.
(2012). Peltigerales (AscomycetesLiquenizados) del bosque alto
©Universidad de Caldas
118
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
andino del Parque Nacional Natural Tatamá, Colombia. Bol. Cient.
Mus. Hist. Nat., 16(1), 60-72.
Hawksworth, D.L.;Iturriaga, T.yCrespo, A. (2005). Líquenes como
bioindicadores inmediatos de contaminación y cambios medioambientales en los trópicos. Rev.Iberoam. Micol.,22, 71-82.
Hinestrosa, R. y Viña, G.(1986). Efectos del dragado de zonas de
manglar y geomorfología deltaica y desarrollo en el Canal
Lequerica, Bahía de Barbacoas (Tesis Profesional). Fac. de Biología
Marina, Univ. de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.
Martínez, I. (1999). Taxonomía del género Peltigera Willd.
(Ascomycetes liquenizados) en la Península Ibérica y estudio de sus
hongos liquenícolas. Ruizia, 15, 1-200.
Martínez, I.;Burgaz, A.R.;Vitikainen, O.yEscudero, A. (2003).
Distribution patterns in the genus Peltigera Willd. Lichenologist, 35,
301-323.
Matteucci, S. y Colma, A. (1982). Metodología para el estudio de la
vegetación. OEA. Monografía No. 22 Serie Biología. Programa
Regional de Desarrollo Científico y Tecnológico.Washington D.C.
168 p.
Miadlikowska, J. y Lutzoni, F. (2000).Phylogenetic revision of the
genus
Peltigera
(lichen-forming
Ascomycota)
based
on
morphological, chemical, and large subunit nuclear ribosomal DNA
data. Int. J. Plant Sci., 161(6), 925-958.
Nash III, T.H.; Ryan, B.D.; Gries, C.y Bungarts, F. (eds.). (2002).
Lichen Flora of the Greater Sonoran Desert Region (Vol. I). Lichens
Unlimited, Arizona State University. Tempe, Arizona (USA). 532 p.
Pérez-Quintero, A.L. y Watteijne-Cerón, B. (2010). Estructura de
una comunidad de líquenes y morfología del género Sticta
(Stictaceae) en un gradiente altitudinal. Acta Biológica Colombiana,
14(3), 157-170.
Pino-Renjifo, J.C.; Sanjuán-Muñoz, A. y Avendaño-Remolina, D.
(1999). Diagnóstico y zonificación de las áreas de manglar del
Departamento de Bolívar. Corporación Autónoma Regional del
Canal del Dique (CARDIQUE). Informe Final. Cartagena de Indias
(Bol.). 375 p.
Rincón-Espitia, A.J.(2011). Composición de la flora de líquenes
corticícolas en el Caribe colombiano (Tesis de Maestría). Fac. de
Ciencias, Departamento de Biología, Univ. Nacional de
Colombia.180 p.
Rincón-Espitia, A.J.; Aguirre, J. y Lücking, R.(2011). Líquenes
corticícolas en el Caribe colombiano. Caldasia, 33(2), 331-347.
Sánchez-Páez, H.; Álvarez-León, R.; Pinto-Nolla, F.; SánchezAlférez, A.; Pino-Renjifo, J.C.; García-Hansen, I. y Acosta-Peñalosa,
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 105-121
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
M. (1997). Diagnóstico y zonificación preliminar de los manglares
del Caribe de Colombia. Proyecto MMA-OIMT. Santa Fe de Bogotá,
D.C. 509 p.
Schaeffer-Novelli, Y. y Cintrón-Morelo, G. (1986). Guia para estudo
de áreas de manguezal. Estrutura, função e flora.São Pablo:
Caribbean Ecological Research. 25 p.
Sipman, H.J.M. (1984). Líquenes del transecto Buritaca-La Cumbre.
La Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia.En Van der Hammen,
T. y Ruiz, P.M. (eds.), Studies on Tropical Andean Ecosystems, 2
(pp. 185-188). J. Cramer. Berlin: J. Cramer. 603 p.
Sipman, H.J.M.(2008). Checklist of lichens and lichenicolous fungi of
Colombia,H. Sipman (Berlin) is working on a checklist of Colombian
lichens.
Disponible
en:http://www.biologie.unihamburg.de/checklists/south-america/colombia_p.htm
Sipman, H.J.M.; Hekking, W. y Aguirre, J.(2008). Checklist
lichenized and lichenicolous fungi of Colombia. Biblioteca José
Jerónimo Triana, 20, 1-242.
Soto-Medina, E. (2011).Contribución al conocimiento de los líquenes
del Valle del Cauca y Cauca (Colombia). En Resúmenes. VI
Congreso Colombiano de Botánica. II Simposio Colombiano de
Liquenología. Biodiversidad, Desarrollo y Cultura: Una Visión
Integradora. Cali (Valle) Agosto 11-15, 2011 (p. 103). 621 p.
Van Duunné, H.J.F. y Wolf, J.H.D. (s.f.). Development of ephylitic
and bryophyte and lichen vegetation on plantation coffee tree. pp.
95-111 Chapter 6.University of Amsterdam.
Vitikainen, O. (1998). Taxonomic notes on neotropical species of
Peltigera. En Marcelli, M.P. y Seaward, M.R.D. (eds.),Lichenology in
Latin America: History, Current Knowledge and Application s(pp.
135-139).São Paulo: CETESB.
Wolf, J. (1993). Diversity patterns and biomass of epiphytic
bryophytes and lichens along an altitudinal gradient in the northern
Andes. Ann. Mo. Bot. Gard., 80, 928-960.
1Fundación Verdes Horizontes. Manizales (Caldas) Colombia,
[email protected]
2 Oficina de la Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito UNODC,
Santa Marta (Mag.) Colombia, [email protected]
3 Universidad de Bogotá “Jorge Tadeo Lozano”. Santa Marta (Mag.)
Colombia, [email protected]
Para citar este artículo: Álvarez-León, R., Avendaño-Remolina, D. &
Sanjuán-Muñoz, A. M. (2014). La relación entre Peltigera sp. y
Rhizophora mangle en Arroyo de Plata (Bolívar), Caribe colombiano.
©Universidad de Caldas
120
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Revista
Luna
Azul,
38,
105-121.
Recuperado
de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v
iew&id=896
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 105-121
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
COMPARACIÓN DEL MÉTODO DIRECTO Y PRECIPITADO,
PARA LA DETERMINACIÓN DE LOS NIVELES DE
COLESTEROL HDL, EN GALLINAS PONEDORAS
José Henry Osorio1
Jancy Darly Flórez2
Recibido el 3 de diciembre de 2012 y aprobado el 18 de julio de
2013
RESUMEN
Objetivo: Comparar un método directo y un método de precipitado
en la determinación del colesterol HDL en gallinas ponedoras.
Metodología: Se obtuvo suero de 40 gallinas ponedoras en ayunas
de 26 semanas de edad, de la línea Hy-Line W-36. El colesterol de
las lipoproteínas de alta densidad se midió por el método directo a
base de un detergente específico junto con N,Nbis(4-sulfobutil)-mtoluidina, y por el método de precipitación a base de fosfotungstato
+ Mg2+. Resultados: Las medias ± desviación estándar para los
niveles de colesterol de las lipoproteínas de alta densidad, por los
métodos directo y precipitado en mg/dl fueron de: 63,1±14,3;
13,3±3,5; respectivamente. El P valor del test F es inferior a 0,05,
evidenciando diferencia estadísticamente significativa, con una
confianza del 95% entre métodos. Conclusiones: Es factible la
utilización del método directo a base de un detergente específico y
N,Nbis(4-sulfobutil)-m-toluidina para la determinación del colesterol
de las lipoproteínas de alta densidad en gallinas ponedoras, debido
a que es un método que no es alterado por los altos niveles de
triglicéridos de estas.
PALABRAS CLAVE
Detergente + DSBmT, fosfotungstato, lípidos, lipoproteínas.
COMPARISON OF DIRECT AND PRECIPITATION METHODS
FOR DETERMINING HDL CHOLESTEROL LEVELS IN LAYING
HENS
ABSTRACT
Objective: To compare a direct method vs a precipitation method for
determining HDL cholesterol in laying hens. Methodology: Serum of
forty 26 weeks old fasting laying hens was obtained from the Hy-Line
W-36. Cholesterol in high density lipoproteins was measured by
direct method based on a specific detergent along with N,Nbis (4sulfobutyl)-m-toluidine, and through the precipitation method based
2+
on phosphotungstate + Mg . Results: The standard deviation mean
± for high density lipoproteins though direct and precipitation
methods in mg/dl were: 63.1±14.3; 13.3±3.5 respectively. The P
value for the F test is < 0.05 showing significant statistical difference
between the two analyzed methods with a confidence level of 95%.
Conclusions: It is feasible to use the direct method using a specific
detergent and N,Nbis(4-sulfobutyl)-m-toluidine to determine high
©Universidad de Caldas
122
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
density lipoprotein cholesterol in laying hens, because this method is
not altered by high levels of triglyceride.
KEY WORDS
Detergente + DSBmT, lipids, lipoproteins, phosphotungstate.
INTRODUCCIÓN
En las gallinas ponedoras se ha estudiado el metabolismo de los
lípidos alterando la dieta, con el fin de aumentar la proporción de los
ácidos grasos poliinsaturados en los triglicéridos (TG) y disminuir el
colesterol total (CT) de la sangre y de la yema de huevo (Ayerza y
Coates, 2000; Chowdhury et al., 2002), el cual finalmente va para
consumo humano. Los TG y el CT son transportados en la sangre
hasta los oocitos de las gallinas, por las lipoproteínas de muy baja
densidad (VLDL, del inglés: very low density lipoprotein) que
contienen la apolipoproteína VLDL-II (Walzem et al., 1999) y por las
lipoproteínas de alta densidad (HDL, del inglés: high density
lipoprotein) que también contienen dicha apolipoproteína (Vieira et
al., 1995). En los primeros estudios realizados para separar y
cuantificar las lipoproteínas en las aves, se utilizó el método de
ultracentrifugación junto con el de electroforesis (Hermier et al.,
1984; Hermier et al., 1989) para arrojar resultados del metabolismo
de los lípidos en dicha especie. El método de ultracentrifugación, a
pesar de la difícil recuperación de las lipoproteínas y a la falta de
homogeneidad de las fracciones obtenidas (Palacios et al., 1999),
se ha considerado como el método de referencia en combinación
con el método de precipitado a base de heparina y cloruro de
manganeso, si se requiere medir el colesterol de las HDL (Nauck et
al., 2000). No obstante, este método no está totalmente
estandarizado en la actualidad, debido a los altos costos
operacionales y a la necesidad de personal entrenado para realizar
las ultracentrifugaciones. Se han considerado otros métodos más
fáciles y asequibles para la cuantificación de las lipoproteínas, pero
dichos métodos se basan en la medición del colesterol que
transportan las lipoproteínas medidas por ultracentrifugación.
Existen diversos métodos para medir el colesterol de las HDL (CHDL), entre estos están los métodos de precipitado los cuales
consisten en la precipitación de lipoproteínas no HDL, por acción de
diferentes reactivos (que varían según el fabricante), y están los
métodos directos, igualmente conocidos como homogéneos, los
cuales disminuyen costos operacionales comparados con el de
ultracentrifugación, estos métodos son específicos y están libres de
interferencias endógenas tales como altas concentraciones de TG
en sangre (Arranz et al., 1998; Warnick et al., 2001). Recientes
investigaciones han estudiado el metabolismo lipídico en aves
mediante técnicas de precipitado con fosfotungstato para la
cuantificación del C-HDL (Salma et al., 2007; Yin et al., 2008);
también han usado el método de ultracentrifugación junto con un
método enzimático para los valores del colesterol de dicha
lipoproteína (An et al., 1997), y métodos ya sea de precipitado o
directos para medir el C-HDL en la sangre de las gallinas ponedoras
(Liu et al., 2010; Yue et al., 2011). Sin embargo, en dichos trabajos
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 122-131
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
no aclaran la factibilidad de estos métodos, además de mostrar
diferencias entre los valores arrojados, los cuales, deberían ya estar
estandarizados.
Debido a que los métodos directos se caracterizan porque sus
valores no se interfirieren por altos niveles de TG en el suero, en el
presente trabajo se comparan los métodos directo [detergente +
N,Nbis(4-sulfobutílicos)-m-toluidina
(DSBmT)]
y
precipitado
(fosfotungstato + Mg+2) para la cuantificación del C-HDL, y así
dilucidar si la ventaja que posee el método directo, la tiene el
método de precipitado.
MATERIALES Y MÉTODOS
Animales y dieta. Ponedoras de la línea Hy-Line W-36, fueron
levantadas en la Granja Montelindo, propiedad de la Universidad de
Caldas (Manizales, Colombia), a una temperatura promedio de
25°C, y 13 horas de luz aproximadamente; fueron alimentadas
hasta la semana 24 de edad con una dieta comercial para gallinas
ponedoras, junto con todo el lote de aves. Se eligieron
completamente al azar las aves a estudiar, manteniéndose en el
mismo galpón, y durante las semanas 25 y 26 de edad, se
alimentaron con una dieta a base de maíz, torta de soya y aceite de
soya (Tabla 1), debido a que no fue posible obtener la información
de la composición real de la dieta comercial. La producción durante
las semanas 25 y 26 de las gallinas escogidas fue del 96% (sin
tener en cuenta la mortalidad del levante y el alojamiento), con un
peso promedio de 1.444 g. Al momento de la toma de las muestras,
se realizó un ayuno previo de 13h±1h. El número de aves fue de 40,
3
se tomaron 5 cm de sangre directamente de la yugular. La sangre
se centrifugó a 3000 rpm durante 15 minutos y el suero se congeló a
-30°C.
Métodos de análisis. Los reactivos para las determinaciones de
CT, TG y colesterol HDL pertenecían a los laboratorios Biosystems
S.A. (Barcelona, España). Dichos análisis fueron determinados por
métodos
enzimáticos-colorimétricos,
de
acuerdo
a
las
recomendaciones del fabricante. Los análisis fueron realizados en
un equipo RAYTO RT-1904C, analizador semiautomático de
química.
Determinación del colesterol HDL mediante el método de
precipitado (fosfotungstato). Para realizar este método se usó 1
ml de reactivo (fosfotungstato 0,4 mmol/L y cloruro de magnesio 20
mmol/L), que se mezcló con 0,2 ml de la muestra de suero, se agitó
bien y se dejó durante 10 minutos a temperatura ambiente, se
centrifugó por 10 minutos a 4000 rpm. En el precipitado quedaron
las VLDL, IDL y LDL, y en el sobrenadante quedaron las HDL.
Finalmente, con máximo cuidado fueron transferidos 100 µl del
sobrenadante, depositándolo en otro tubo de ensayo, se mezcló con
1 ml del reactivo para CT (descrito más adelante) y se incubó por 10
minutos en baño maría a 37°C. El C-HDL fue hidrolizado por la
colesterol esterasa y la colesterol oxidasa, esto dio lugar a la
©Universidad de Caldas
124
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
formación de peróxido de hidrógeno que fue consumido por una
peroxidasa en presencia de la 4-aminoantipirina (4-AA) y fenol,
quedando como producto final la quinonaimina, siendo este
producto proporcional al C-HDL de la muestra, y este se cuantificó
espectrofotométricamente.
Determinación del colesterol HDL mediante el método directo
(detergente). Este método consta de: un Reactivo A, que contiene
un Buffer good, colesterol oxidasa < 1 U/ml, peroxidasa < 1 U/ml,
N,Nbis(4-sulfobutil)-m-toluidina 1 mmol/L, un acelerador 1 mmol/L.
Un Reactivo B, que contiene: Buffer good, colesterol esterasa < 1,5
U/ml, 4-AA 1 mmol/L, ascorbato oxidasa < 3,0 KU/L y un detergente.
Se tomaron 7 µl de la muestra de suero y se le adicionaron 750 µl
del Reactivo A. Aquí es hidrolizado el colesterol de los
portomicrones PM (quilomicrones en mamíferos), VLDL,
lipoproteínas de densidad intermedia (IDL, del inglés: intermediate
density lipoprotein) y lipoproteínas de baja densidad (LDL, del
inglés: low density lipoprotein) por la colesterol oxidasa (CO), en una
reacción no formadora de color. Inmediatamente después, se
añadieron 250 µl del Reactivo B al producto del paso anterior. La
mezcla se incubó por 5 minutos a 37°C. El detergente presente en
dicho reactivo solubilizó el colesterol HDL, la colesterol esterasa y la
colesterol oxidasa hidrolizaron el colesterol HDL, y dieron como
productos finales colestenona y peróxido de hidrógeno; el peróxido
de hidrógeno, junto con el DSBmT y la 4-AA, reaccionaron en
presencia de una peroxidasa generando o produciendo
quinonaimina y cuatro moléculas de agua. La quinonaimina es
proporcional a la concentración de colesterol-HDL presente en la
muestra, la cual se cuantificó espectrofotométricamente.
Determinación colesterol total (CT). Para la determinación del CT
en el suero, se mezclaron 10 µl de la muestra y 1 ml de reactivo
(PIPES 35 mmol/L, colato sódico 0,5 mmol/L, fenol 28 mmol/L,
colesterol esterasa > 0,2 U/ml, colesterol oxidasa > 0,1 U/ml,
peroxidasa > 0,8 U/ml, 4-AA 0,5 mmol/L, pH 7,0). Se agitó bien la
mezcla y se dejaron incubar los tubos durante 10 minutos, a
temperatura ambiente. Los ésteres de colesterol se hidrolizaron por
la colesterol esterasa, dieron lugar a colesterol libre, el cual por
acción de la colesterol oxidasa formó colestenona + peróxido de
hidrógeno, este último en presencia de la 4-AA y fenol dieron lugar a
la quinonaimina por acción de la peroxidasa. La quinonaimina es
proporcional al colesterol total de la muestra y se cuantificó
espectrofotométricamente.
Determinación de triglicéridos (TG). Se utilizaron 10 µl de la
muestra y 1 ml de reactivo (PIPES 45 mmol/L, 4-clorofenol 6
mmol/L, cloruro magnésico 5 mmol/L, lipasa > 100 U/ml, glicerolquinasa > 1,5 U/ml, glicerol-3P-oxidasa > 4 U/ml, peroxidasa > 0,8
U/ml, 4-AA 0,75 mmol/L, ATP 0,9 mmol/L, pH 7,0). Se agitó bien la
mezcla y se dejaron dejaron incubar los tubos durante 15 minutos a
temperatura ambiente. En el anterior proceso, los triglicéridos fueron
hidrolizados por la lipasa a glicerol y ácidos grasos, el glicerol, en
presencia de ATP fue fosforilado por la glicerol-quinasa y dio lugar
al glicerol 3P + ADP, el glicerol 3P en presencia de oxígeno formó
peróxido de hidrógeno por acción de la glicerol-3P-oxidasa.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 122-131
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Finalmente, se cuantificó espectrofotométricamente la quinonaimina
producto de la acción de la peroxidasa sobre el peróxido de
hidrógeno en presencia de 4-AA y clorofenol, la quinonaimina es
proporcional a la concentración de los TG.
Análisis estadístico. Los datos fueron analizados usando ANOVA
simple. Para el análisis estadístico se utilizó Statgraphics Plus 5.1.
Las diferencias estadísticamente significativas se determinaron con
el P < 0,05 del test F. Se realizó el coeficiente de relación de
Pearson para las variables de CT y CHDL (método directo y
precipitado), con una significancia de P < 0,01.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Cuando se realiza un estudio del metabolismo lipídico en las
diferentes especies animales, hay que tener en cuenta que los
métodos de evaluación del colesterol de las lipoproteínas son
analizados o utilizados en humanos sanos, generalmente ayunados
(Arranz et al., 1998), o con enfermedades metabólicas, tales como
hipertrigliceridemia (Okazaki et al., 1997) o diabetes (Jensen et al.,
2002; Guerra et al., 2005), entre otras. En el caso de las gallinas
ponedoras, se han realizado diferentes estudios del metabolismo
lipídico con la metodología disponible, mostrando valores
específicamente del C-HDL y su baja o alta relación con la yema de
huevo, sin tener en cuenta si los datos arrojados corresponden a la
realidad de dicho animal, pues los altos niveles sanguíneos de TG
en las gallinas pueden afectar los resultados de los métodos
utilizados.
En el presente trabajo se realizó el análisis del colesterol de las
lipoproteínas de alta densidad, se encontró que los niveles séricos
varían significativamente entre los dos métodos analizados. Las
medias ± desviación estándar para los niveles de C-HDL, por los
métodos directo y precipitado, en mg/dl, fueron de: 63,1±14,3;
13,3±3,5; respectivamente. El P valor del test F es inferior a 0,05,
evidenciando diferencia estadísticamente significativa, con una
confianza del 95% entre métodos (Tabla 2).
2+
Al analizar el método de precipitado con ácido fosfotúngstico + Mg ,
se debe tener en cuenta que dicho método consiste en formar
complejos entre las apolipoproteínas B (apo B) de las VLDL, IDL y
LDL con los poli-aniones y cationes divalentes que contienen los
reactivos (Nauck et al., 2000), y así, lograr la posterior
sedimentación de dichas lipoproteínas; sin embargo, este
procedimiento se altera cuando hay niveles de triglicéridos
superiores a 400 mg/dl en el suero (Palacios et al., 1999), formando
complejos que evitan la precipitación completa de las lipoproteínas
no HDL dando como resultado concentraciones de C-HDL
superiores a las reales (Harris et al., 1997), aunque, en el inserto de
los laboratorios Biosystems, dice que no se presentan problemas
con niveles de TG < 1000 mg/dl (dando la posibilidad de utilizar
dicho método en gallinas ponedoras). Teniendo en cuenta, que en
las gallinas analizadas en el presente estudio se encontraron niveles
de TG entre 396 y 1733 mg/dl con una media de: 881,5±345,2
©Universidad de Caldas
126
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
(Tabla 2), existe la posibilidad de que los valores del C-HDL
cuantificados por el método de precipitado con fosfotungstato +
Mg2+ sean bajos a la realidad de la gallina ponedora. Sin embargo,
dicha alteración no se presentó con falsos positivos, sino al
contrario, hubo valores inferiores a lo esperado (Tabla 2),
probablemente debido a la presencia de otras apolipoproteínas en
las lipoproteínas de las gallinas ponedoras, tales como las VLDL-II
(Schneider et al., 1990; Vieira et al., 1995), que no están presentes
en las lipoproteínas de los humanos (Newsholme y Leech, 1987),
especie donde fueron estudiados los diferentes métodos de
evaluación del C-HDL. El método directo para la cuantificación de CHDL, además, de reducir costos operacionales, tiene como ventaja,
que inhibe la reacción del colesterol de los PM, VLDL, IDL y LDL y
mide directamente el C-HDL, sin afectarse por los altos niveles de
TG en suero (Warnick et al., 2001), además, las recomendaciones
de los laboratorios Biosystems, dicen que se aceptan valores de TG
de 3000 mg/dl, mostrando que dicho método es más seguro de
utilizar en las gallinas ponedoras. En la Tabla 3, se presentan los
datos de cuatro estudios diferentes, de los niveles sanguíneos del
C-HDL de gallina ponedora, con su respectivo método de
evaluación o laboratorio responsable de los reactivos. Los niveles
de C-HDL encontrados en el trabajo donde analizaron los efectos
del ácido linoleico conjugado en la dieta, usando un kit comercial
(Beijing Biological Technology Co.) (Yin et al., 2008), a base del
2+
método de precipitado con fosfotungstato + Mg (comunicación
personal), no encontraron relación entre los niveles de C-HDL y el
colesterol total de la yema de huevo. Los datos del C-HDL de otro
estudio, donde evaluaron el efecto de bacterias del género
Rhodobacter como aditivos en la dieta de gallinas ponedoras,
usando un kit enzimático (Wako Pure Chemical Industries Ltd.)
(Salma et al., 2007), también a base de fosfotungstato, encontraron
que hay una relación inversamente proporcional entre los niveles
séricos de C-HDL y los niveles de colesterol de la yema de huevo.
Estos dos trabajos, están en el rango de los valores arrojados por el
método directo a base de detergentes y DSBmT del presente
estudio, pero no coinciden con los valores que arrojó el método de
2+
precipitado con fosfotungstato + Mg . Por lo tanto, contradicen los
valores que se mostraron en la presente investigación, sin embargo,
esto puede deberse a que los niveles de TG en dichas
investigaciones son aproximadamente de 425 mg/dl y
aparentemente, no habría un efecto negativo en los resultados por
dicho método. Los valores del estudio donde usaron varios
subproductos del cártamo en la dieta y cebo de ganado vacuno
como control, fueron analizados por el método de ultracentrifugación
junto con un kit colorimétrico para colesterol (An et al., 1997), los
autores mostraron valores por debajo del rango del método directo a
base de detergentes y DSBmT, pero, por encima del rango del
método de precipitado con fosfotungstato del presente trabajo
(Tablas 2 y 3). Particularmente, en dicho trabajo donde utilizaron el
método de ultracentrifugación, no encontraron diferencias en los
niveles séricos de C-HDL ni en los niveles de colesterol total de la
yema de huevo con los cambios que realizaron en la dieta, por lo
tanto no muestran si hay correlación entre estos parámetros.
Por otra parte, una investigación donde analizaron el efecto del uso
de aceites oxidados en la dieta, sobre el metabolismo de los lípidos,
cuantificaron el C-HDL usando un kit enzimático (Beijing BHKT
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 122-131
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Clinical Reagent Co. Ltd.) (Yue et al., 2011). En contraste con los
trabajos ya analizados, se observó que los valores se encuentran en
el rango de los datos que arrojó el presente estudio por el método
de precipitado con fosfotungstato + Mg2+. Conjuntamente, con el
trabajo realizado por Liu et al. (2010), donde adicionaron a la dieta
esteroles vegetales, tampoco encontraron diferencias significativas
en los niveles C-HDL ni en el colesterol de la yema de huevo, con el
cambio de la dieta. Aunque varios de los factores que pueden
afectar los niveles de C-HDL en la sangre de las gallinas, son el tipo
de línea de gallina ponedora (debido a la variabilidad genética) o
algunos tipos de dieta utilizados, se pudo dilucidar, que el método
de evaluación afecta en gran manera los resultados, por lo tanto,
cuando se relacionan con otras variables, los análisis pueden llegar
a ser equivocados. No obstante, aunque en el presente trabajo no
se midió el colesterol de la yema, sí se cuantificó el CT del suero de
las gallinas, encontrándose una media  desviación estándar de:
147,4±37,9 (Tabla 2).
Al realizar la correlación del CT con el C-HDL evaluado por el
2+
método de precipitado con fosfotungstato + Mg , no se encontró
una correlación entre estas dos variables, pero al realizar la
correlación entre el CT y el C-HDL por el método directo a base de
detergente + DSBmT, sí se encontró una correlación positiva y
significativa entre estas dos variables (Tabla 4), Debido a que las
HDLs son unas de las lipoproteínas más importantes en el
transporte del colesterol ya sea hacia el hígado o hacía la yema de
huevo (Vieira et al., 1995), un método adecuado de evaluación de
los niveles de C-HDL podría mostrar una relación o la falta de esta,
entre el C-HDL y el colesterol de la yema de huevo.
©Universidad de Caldas
128
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
CONCLUSIONES
Para la cuantificación de C-HDL en las gallinas ponedoras, es viable
utilizar el método directo a base de detergente + DSBmT, debido
que este método es adecuado para muestras de suero con niveles
de triglicéridos elevados (hasta 3000 mg/dl). En el presente trabajo,
el método de precipitado con fosfotungstato + Mg2+ mostró que
dicho método se afectó negativamente, debido a que arrojó valores
significativamente inferiores del colesterol de dichas lipoproteínas,
probablemente debido a la presencia de las apilipoproteínas VLDL-II
en las HDL de las gallinas ponedoras.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 122-131
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
REFERENCIAS
















©Universidad de Caldas
An, B.K., Nishiyama, H., Tanaka, K., Ohtani, S., Iwata, T., Tsutsumi,
k. y Kasai, M. (1997). Dietary safflower phospholipid reduces liver
lipids in laying hens. Poultry Science, 76(5), 689-95.
Arranz, M.L., Tasende, J. y Martin, F. (1998). Comparison of two
homogeneous assays with a precipitation method and an
ultracentrifugation method for the measurement of HDL-cholesterol.
Clinical Chemestry, 44(12), 2499-505.
Ayerza, R. y Coates, W. (2000). Dietary levels of chia: influence on
yolk cholesterol, lipid content and fatty acid composition for two
strains of hens. Poultry Science, 79(5), 724-39.
Chowdhury, S.R., Chowdhury, S.D. y Smith, T.K. (2002). Effects of
dietary garlic on cholesterol metabolism in laying hens. Poultry
Science, 81(12), 1856-62.
Guerra, M., Luján, D., Alvarado, M., Moreno, D. y Silva, M. (2005).
Estudio del perfil lipídico en sujetos con Diabetes Mellitus Tipo 2 de
Bogotá. Universitas Scientiarum, 10, 81-89.
Harris, N., Galpchian, V., Thomas, J., Lannotti, E., Law, T. y Rifai, N.
(1997). Three generations of high-density lipoprotein cholesterol
assays compared with ultracentrifugation/dextran sulfate–Mg21
method. Clinical Chemistry, 43(5), 816-23.
Hermier, D., Chapman, J. y Leclercq, B. (1984). Plasma lipoprotein in
fasted and refed chickens of two strains selected for high or low
adiposity. The Journal of Nutrition, 114(6), 1112-21.
Hermier, D., Forgez, P., Williams, J. y Chapman, M.J. (1989).
Alterations in plasma lipoproteins and apolipoproteins associated
with estrogen-induced hyperlipidemia in the laying hen. European
Journal of Biochemistry, 184(1), 109-18.
Jensen, T., Truong, Q., Frandsen, M., Dinesen, B. y Stender, S.
(2002). Comparison of a homogeneous assay with a precipitation
method for the measurement of HDL cholesterol in diabetic patients.
Diabetes Care, 25(11), 1914-8.
Liu, X., Zhao, H.L., Thiessen, S., House, J.D. y Jones, P.J.H. (2010).
Effect of plant sterol-enriched diets on plasma and egg yolk
cholesterol concentrations and cholesterol metabolism in laying hens.
Poultry Science, 89(2), 270-5.
Nauck, M., Wiebe, D. y Warnick, G.R. (2000). Measurement of highdensity-lipoprotein cholesterol. In Rifai N., Warnick G.R. y
Dominiczak M.H. (Eds.), Handbook of Lipoprotein Testing (pp. 22144). 2nd ed. Washington, D.C.: AACC Press.
Newsholme, E.A. y Leech, A.R. (1987). Bioquímica Médica. Primera
edición. Madrid, España: Interamericana McGraw-Hill.
Okazaki, M., Sasamoto, K., Muramatsu, T. y Hosaki, S. (1997).
Evaluation of precipitation and direct methods for HDL-cholesterol
assay by HPLC. Clinical Chemistry, 43(10), 1850-90.
Palacios, M., Esteban, M., Aguilar, J. y Ortolá, J. (1999).
Recomendaciones para la determinación de la concentración en
suero de colesterol de las lipoproteínas de alta densidad. Química
Clínica, 18(1), 33-40.
Salma, U., Miah, A.G., Tareq, K.M.A., Maki, T. y Tsujii, H. (2007).
Effect of dietary Rhodobactercapsulatuson egg-Yolk cholesterol and
laying hen performance. Poultry Science, 86(4), 714-9.
Schneider, W.J., Carroll, R., Severson, D.L. y Nimpft, J. (1990).
Apolipoprotein VLDL-lI inhibits lipolysis of triglyceride-rich lipoproteins
in the laying hen. Journal of Lipid Research, 31, 507-13.
130
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014





Vieira, P.M., Vieira, A.V., Sanders, E.J., Steyrer, E., Nimpf, J. y
Schneider, W.J. (1995). Chicken yolk contains bona fide high density
lipoprotein particles. Journal of Lipid Research, 36, 601-10.
Walzem, R.L., Hansen, R.J., Williams, D.L. y Hamilton, R.L. (1999).
Estrogen induction of VLDLy Assembly in Egg-Laying hens. The
Journal of Nutrition, 129(2), 467S-72S.
Warnick, G.R., Nauck, M. y Rifai, N. (2001). Evolution of methods for
measurement of HDL-cholesterol: from ultracentrifugation to
homogeneous assays. Clinical Chemistry, 47(9), 1579-96.
Yin, J.D., Shang, X.G., Li, D.F., Wang, F.L., Guan, Y.F. y Wang, Z.Y.
(2008). Effects of dietary conjugated linoleic acid on the fatty acid
profile and cholesterol content of egg yolks from different breeds of
layers. Poultry Science, 87(2), 284-90.
Yue, H.Y., Wang, J., Qi, X.L., Ji, F., Liu, M.F., Wu, S.G., Zhang, H.J.
y Qi, G.H. H. (2011). Effects of dietary oxidized oil on laying
performance, lipid metabolism, and apolipoprotein gene expression
in laying hens. Poultry Science, 90(8), 1728-36.
1. Laboratorio de Investigación en Bioquímica Clínica y Patología
Molecular, Departamento de Ciencias Básicas de la Salud,
Universidad
de
Caldas.
Manizales,
Colombia.
[email protected]
2. Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de Caldas.
Manizales, Colombia.
Para citar este artículo: Osorio, J. H. & Flórez, J. D. (2014).
Comparación del método directo y precipitado, para la
determinación de los niveles de colesterol HDL, en gallinas
ponedoras. Revista Luna Azul, 38, 122-131. Recuperado de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v
iew&id=897
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 122-131
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
DIAGNÓSTICO DEL USO Y MANEJO DE PLAGUICIDAS EN
FINCAS PRODUCTORAS DE CEBOLLA JUNCA Allium
fistulosum EN EL MUNICIPIO DE PASTO
Aracelly Arévalo C.1
Tito Bacca2
Alberto Soto G.3
Recibido el 3 de mayo de 2013 y aprobado el 9 de julio de 2013
RESUMEN
El control de plagas y enfermedades en el cultivo de la cebolla en
Nariño, se caracteriza por el uso del control químico. Por lo tanto, el
objetivo de esta investigación fue identificar las condiciones de uso y
manejo de plaguicidas de este cultivo en el corregimiento
Buesaquillo, del municipio de Pasto. Para determinar el tipo de
productos utilizados se realizó recolección y clasificación de
envases vacíos de agroquímicos durante 6 meses. En la zona de
estudio se realizaron 200 encuestas con 38 preguntas relacionadas
con aspectos socioeconómicos, manejo de cultivo, uso y manejo de
plaguicidas y sus riesgos potenciales. Los datos fueron sometidos a
análisis de correspondencia múltiple. Se recolectaron 4710 envases
vacíos, de los cuales el 46,3% correspondieron a fungicidas, el
12,4% a fertilizantes y el 9,3% a insecticidas. El principal criterio
para aplicación fue el recomendado por los almacenes de expendio
de agroquímicos (72%), la frecuencia de aplicación depende de las
condiciones ambientales que va entre 8 y 15 días, el periodo de
carencia en el 80% de los encuestados es de 15 días antes de la
cosecha. El 74% de los agricultores expuestos a los plaguicidas son
hombres y la mayoría (85,5%) tiene estudios primarios, el 53,5% no
entiende la etiqueta del producto y algunos de los encuestados
(19%) dicen haber sufrido síntomas de intoxicación, y la mayoría
(70%) de los productores queman los envases de los plaguicidas.
Bajo las condiciones del presente estudio se concluye que el uso de
los plaguicidas es similar entre los encuestados, caracterizándose
por su manejo inadecuado, el cual pone en riesgo la salud de los
agricultores y amenazan con el equilibrio de este agroecosistema.
PALABRAS CLAVE
Agroquímicos, riesgos ambientales, control químico, minifundio.
DIAGNOSTICS OF PESTICIDES USE AND MANAGEMENT IN
PRODUCTIVE GREEN ONION Allium fistulosum FARMS IN THE
MUNICIPALITY OF PASTO
ABSTRACT
Pests and diseases control in green onion cultivation in the
department of Nariño is characterized by the use of chemical control.
Therefore, the objective of the investigation was to identify the use
and management conditions of pesticides on this crop in the small
township of Buesaquillo, municipality of Pasto. To determine the
type of products used, an empty agrochemical containers collection
©Universidad de Caldas
132
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
was carried out during six months. Two hundred surveys, with 38
questions related to socio-economic aspects, crop management,
pesticide use and management and its potential risks, were carried
out in the study zone. The data were submitted to multiple
correspondence analyses. A total of 4710 empty containers were
recollected, of which 46.3% corresponded to fungicides, 12.4% to
fertilizers, and 9.3% to insecticides. The main criterion of application
was the one recommended by the agrochemicals warehouse sale
(72%); frequency of application depends on environmental
conditions ranging between 8 and 15 days, and the grace period in
80% of the surveys is 15 days prior to the harvest. 74% of farmers
exposed to pesticides are men and most of them (85.5%) have
completed their primary school studies; 53.5% do not understand the
product’s label, some of them (19%) claim to have suffered
intoxication symptoms and most producers (70%) burn the pesticide
containers. Under the conditions of this study it can be concluded
that the use of pesticides is similar among the surveyed farmers, and
is characterized by inadequate management, which puts farmers’
health at risk and threatens this agro ecosystem equilibrium.
KEY WORDS
Agrochemicals, environmental risks, chemical control, smallholding.
INTRODUCCIÓN
Los plaguicidas han contribuido en gran medida al aumento de los
rendimientos en la agricultura mediante el control de plagas y
enfermedades (Bhatnagar, 2001; Rekha, Naik & Prasad, 2006). Las
plagas pueden llegar a ocasionar hasta un 45% de pérdidas de la
producción anual de alimentos (Abhilash & Singh, 2008); con
frecuencia, el control químico es el único medio disponible y
eficiente para atacar este problema por las altas poblaciones
alcanzadas por los artrópodos y los daños ocasionados. Sin
embargo, se debe tener en cuenta que las alternativas de control
químico pueden ser seguras, efectivas y prácticas si se utilizan
racionalmente (García, Fuentes & Monje, 1995). Los plaguicidas
surgen como una alternativa económica y de fácil acceso para los
agricultores, pero el conocimiento que ellos tengan de las plagas y
enfermedades representan el uso seguro y eficaz de estos
productos (Bentley & Thiele, 1999; Osuna, 2004); además, juegan
un papel clave en la agricultura moderna (Yaggen, Crissman &
Espinosa, 2003).
Estos productos también han generado problemas de diversa
índole, derivados casi siempre de su uso inadecuado. Si en un
principio se consideraron como la solución de los problemas
fitosanitarios, hoy la experiencia y el mejor conocimiento de la
complejidad de los ecosistemas agrícolas, han demostrado que
deben ser un componente más del manejo integrado de plagas
(Pretty & Waibel, 2005). Debido al incremento en las dosis de
plaguicidas y al manejo inadecuado, se presenta acumulación de
residuos de agroquímicos en diversos ecosistemas; problemas en la
salud humana, daños al medio ambiente, resistencia de las insectos
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 132-145
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
a insecticidas y resurgencia de plagas, incremento de plagas
secundarias y disminución de enemigos naturales (Harris, 2000).
Otro problema que se presenta por la mala utilización de los
plaguicidas es la falta de inocuidad de los productos agrícolas; se
debe prevenir la presencia de residuos en los frutos al momento de
la cosecha o reducir su cantidad al mínimo posible, maximizando los
plazos de seguridad y disminuyendo el uso de tratamientos muy
cercanos a la cosecha y en la poscosecha (Skidmore & Ambrus,
2004). La exposición a plaguicidas provoca una gama de problemas
en la salud humana, cuyos peligros varían de acuerdo con el grado
de exposición y manejo de los agroquímicos (Abhilash & Singh,
2008). De acuerdo con lo anterior, el objetivo de esta investigación
fue realizar un diagnóstico sobre el uso y manejo de los plaguicidas
agrícolas usados en el corregimiento Buesaquillo, del municipio de
Pasto (Nariño).
MATERIALES Y MÉTODOS
El trabajo se realizó en el corregimiento Buesaquillo, veredas
Buesaquillo Centro, La Alianza, Bellavista, San José, Tambo Loma,
San Francisco, La Huecada y Villa Julia, localizadas en el municipio
de Pasto (Nariño, Colombia), durante el periodo comprendido entre
junio y diciembre de 2009. El corregimiento Buesaquillo, está
localizado a 4 km del perímetro urbano de la ciudad de Pasto, y a
una altitud entre 2500 a 2900 msnm; su principal actividad
económica es la agricultura donde predomina el cultivo de la
cebolla.
El estudio se desarrolló en dos etapas. En la primera etapa se
realizaron jornadas de recolección y clasificación de envases y
bolsas vacías de plaguicidas utilizados por los agricultores, durante
un periodo de seis meses, teniendo en cuenta el tipo de plaguicida,
nombre comercial, ingrediente activo, tipo de formulación y grado
toxicológico.
En la segunda etapa se implementó una encuesta a los agricultores
de la región, acompañados de una observación directa y la
permanente interacción con los líderes de la comunidad. Para
realizar la encuesta se estimó un tamaño de la muestra que se hizo
mediante la aplicación de la fórmula expuesta por Hidalgo y Argoty
(1988):
Donde:
p x q = 0,25 (que corresponde a la probabilidad de acierto y
fracaso).
©Universidad de Caldas
134
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
e
=
5%
(porcentaje
z = 1,96 (correspondiente a
N = 400 (número de agricultores).
de
una
error
confianza
estimado).
del 95%).
Mediante la aplicación de la encuesta, se evaluaron las siguientes
variables:
1. Uso de plaguicidas: productos más utilizados, frecuencia, dosis,
criterio de aplicación y asistencia técnica.
2. Cultivos sembrados: área, plagas más frecuentes y alternativas de
control.
3. Aspecto socioeconómico del agricultor: edad, género, nivel
educativo, salario y personas a cargo.
4. Condiciones de aplicación segura: persona responsable de las
aplicaciones, lugar de la mezcla, equipo de protección, lectura de
etiquetas, conocimiento del nivel de toxicidad, manejo de envases
vacíos y sobrantes de productos, y mantenimiento de equipo de
protección.
5. Condiciones ambientales y la percepción del riesgo, usos de fuentes
de agua, existencia de escuelas y familias cercanas a los cultivos,
conocimiento de síntomas de intoxicación y primeros auxilios.
La información obtenida en la encuestas fue sometida a un análisis
multivariado de correspondencia múltiple (ACM), para analizar las
relaciones de dependencia e independencia de un conjunto de 53
variables evaluadas, utilizando el programa SPAD versión 3
(Morineau, 1998).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Según la recolección y clasificación de envases vacíos de
plaguicidas entregados por los agricultores de la región, se encontró
que los productos más utilizados en la zona fueron los fungicidas
con el 46%, los fertilizantes con el 12,4%, los insecticidas con el
9,3% y los coadyuvantes con el 6,7%. Entre los productos menos
utilizados están los herbicidas con el 0,6% y los reguladores de
crecimiento con el 0,4% (Tabla 1).
Entre los plaguicidas más utilizados se encuentran los fungicidas
con 42 ingredientes activos, sobresaliendo el Propineb con el 18%,
Dimetomorf (11%), Metalaxil (8%), Fosetil aluminio (8%),
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 132-145
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Azoxystrobin (7%), Fenamidone (6%), Difenoconazole (4%), Azufre
micronizado (3%), Cymozanil (3%), Folpet (3%) y Mancozeb (3%)
(Tabla 2).
En el grupo de los insecticidas se encontraron 16 ingredientes
activos, entre los cuales se destacan: Clorpirifos (49%) y Metomil
(17%) (Tabla 3).
En cuanto a herbicidas, se encontraron 3 ingredientes activos de
categoría toxicológica III: Glifosato (61%), Linuron (1%) y Metribuzin
(1%).
En la zona de estudio se utiliza una gran cantidad de agroquímicos,
especialmente fungicidas. Según Castro (1998), en cultivos de
hortalizas en minifundios, se utiliza alto número de plaguicidas
(insecticidas y fungicidas), los cuales por su mal manejo se aplican
en dosis inadecuadas, lo que ha generado contaminación ambiental
y de los productos y una posible resistencia de plagas y de
patógenos a los agroquímicos. Con respecto a la categoría
toxicológica, la mayoría de los productos utilizados son de categoría
III, que son medianamente peligrosos; llama la atención los de
categoría I y II que representan mayor peligro al ecosistema (Tablas
2 y 3). Dentro de este grupo se destacan los insecticidas Metomil y
Carbofuran que son extremadamente peligrosos y representan el
23% de los insecticidas utilizados, los cuales deben sustituirse por
productos más seguros y que sean compatibles con programas de
manejo integrado de plagas (Tabla 3).
El tamaño de muestra obtenido fue de 196 encuestas, para lo cual
se decidió realizar entrevistas a 200 agricultores de la zona.
©Universidad de Caldas
136
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
1) Condiciones del uso de plaguicidas
Según la encuesta realizada, se pudo determinar que el 72% de los
agricultores mencionan que el criterio de aplicación de los productos
depende de la recomendación dada en el almacén de expendio.
Ramos (2008), señala la importancia de que sea un profesional el
encargado de prescribir los plaguicidas a utilizar, ya que dispone de
varias alternativas para controlar un problema fitosanitario, además
estos productos deben ser adquiridos en almacenes autorizados y
de confianza.
En cuanto a frecuencias y dosis de aplicación, se determinó que los
agricultores aplican cada 15 días en tiempo seco y cada 8 días en
tiempo de lluvias; la dosis de aplicación también es recomendada en
el almacén de expendio, sin embargo, algunos agricultores aplican
cantidades que ellos consideran convenientes, ya sean subdosis o
sobredosis. Algunos productores de cebolla y operadores de
equipos de fumigación tienen la creencia que un gran volumen, alta
presión y dosis altas son los medios más adecuados para la
aplicación de plaguicidas (Abhilash & Singh, 2008).
El periodo de carencia es el periodo que debe transcurrir desde la
última aplicación del plaguicida y la cosecha. En la zona de estudio
se encontró que para el 80% de los agricultores el período es de 15
días antes de la cosecha, para algunos productos este periodo es
adecuado, sin embargo para otros plaguicidas este lapso es mayor
de 15 días como gran parte de los de categoría toxicológica I y II.
Este aspecto es importante ya que según Bhanti y Taneja (2007) la
restricción de las aplicaciones justo antes de la cosecha reducirá el
nivel de residuos de plaguicidas en los productos que serán llevados
al mercado.
La disposición final que los agricultores dan a los envases y bolsas
vacías es: la quema a cielo abierto (69,5%), enterrado (16,5%) y el
14% son arrojados al lote de cultivo. Actualmente se está
implementando en la zona lo sugerido por Ramos (2008), que
consiste en el plan de acción de devolución postconsumo de los
envases para que este tipo de residuos sea eliminado de una forma
ambientalmente adecuada.
2) Cultivos sembrados y plagas más frecuentes
El cultivo predominante en la zona de estudio es la cebolla junca;
las plagas más frecuentes son las chizas o cuzos Ancognatha sp.
(Coleoptera: Scarabaeidae) (35,5%), babosas (39,5%), minador
Liriomyza huidobrensis (Diptera: Agromyzidae) (19%) y trips
(Thysanoptera: Thripidae) (5,5%). La aparición e intensidad de
ataque de estas plagas según los agricultores, está altamente
correlacionada con las condiciones climáticas. Entre las
enfermedades más frecuentes en cebolla se identificó a Sclerotium
cepivorum en un 37%, Cladosporium alli (32,5%) y mildeo velloso
Peronospora sp. (30,5%), las cuales son enfermedades que pueden
llegar a ocasionar grandes pérdidas económicas y son las más
limitantes de la cebolla en Colombia (Pinzón, 2004). La arvense que
tiene más presencia en la región y dentro del cultivo de cebolla
junca es el corazón herido Polygonum nepalense (Polygonaceae),
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 132-145
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
con un porcentaje de 85,5%. El 99,5% de los agricultores realizan
control químico, y el 0,5% utiliza además el control cultural, sobre
todo en el manejo de residuos de cosecha y erradicación manual de
arvenses.
3) Aspectos socioeconómicos de los agricultores
El 86,5% de los agricultores expuestos a plaguicidas son mayores
de 36 años de edad, de los cuales el 74% son hombres y el 26%
son mujeres. El 85,5% tienen estudios primarios, el 12%
secundarios, el 2% estudios técnicos profesionales y el 0,5%
estudios universitarios. Con relación al área cultivada, el 76% de los
agricultores tienen cultivos en áreas menores a una hectárea.
Según Vela (2009), Buesaquillo tenía 7.902 habitantes a finales del
año 2008, con un nivel de pobreza alto, representado en 5.976
habitantes con Sisbén (Sistema de Identificación de Potenciales
Beneficiarios de programas sociales del gobierno de Colombia) nivel
I, 1838 habitantes con Sisbén nivel II y 88 habitantes con Sisbén
nivel III, datos que se pueden comparar con la encuesta aplicada ya
que se obtuvieron agricultores (76%) que ganan menos de un
salario mínimo, el 22,5% ganan entre 1 y 2 salarios mínimos y el
1,5% ganan entre 2 y 3 salarios mínimos de los cuales el 81,5%
tienen más 3 personas dependientes de su salario y el 18,5%
menos de 2 personas.
4) Condiciones de una aplicación segura de los plaguicidas
El 60,5% de los dueños de las fincas realizan la aplicación de los
agroquímicos. La mayoría de los agricultores consideran que es
importante tener camisa manga larga, botas y sombreros durante la
aplicación de los plaguicidas; a pesar de que en la zona se utilizan
estos implementos, los agricultores por las condiciones climáticas
de la zona utilizan ruanas, las cuales son usadas todos los días de
trabajo sin importar la actividad a realizar y los posibles problemas
de salud que pueda ocasionar este mal procedimiento.
En cuanto a la lectura de las etiquetas antes de realizar la
aplicación, se observa que el 53,5% la realiza sin entender su
contenido; un alto porcentaje no lee las medidas que se deben tener
en cuenta antes, durante y después de la aplicación. Por lo general,
los agricultores no utilizan las mínimas normas de seguridad
recomendadas para la aplicación de los agroquímicos de manera
segura, representando un significativo factor de riesgo a la salud
humana. La falta de educación en algunos agricultores hace que no
puedan leer las etiquetas, por lo tanto no entienden las instrucciones
sobre el uso de plaguicidas, dando lugar a accidentes, aplicaciones
irregulares y excesos de uso de los productos (Wilson & Tisdell,
2001). La mayoría de los agricultores identifica el color de la banda
que viene en la etiqueta del producto, pero no sabe qué información
le brinda la misma. Los agricultores sugieren que las imágenes que
traen las etiquetas deben estar más relacionadas con su cultura;
aseguran que la información de la etiqueta del producto es muy
técnica para ellos y es muy difícil de entender, se utiliza una fuente
muy pequeña para una información tan grande. Rother (2008),
afirma que es muy importante recordar que las etiquetas de los
©Universidad de Caldas
138
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
plaguicidas tienen un papel crucial en la protección de la salud y el
medio ambiente.
El 86% de los agricultores guarda el producto sobrante en su
empaque original, el sitio de almacenamiento es la casa de
habitación, en donde destinan cuartos separados, cajones, etc.;
durante las visitas en campo se observó que en ocasiones se
utilizan los mismos lugares de almacenamiento de productos de
consumo humano y los plaguicidas, lo que aumenta el riesgo de
envenenamiento accidental para cualquier miembro de la familia.
Ramos (2008), menciona que los sitios de almacenamiento de
plaguicidas deben estar aislados de viviendas y centros
educacionales, hecho que no se cumple con los agricultores de la
zona.
5) Condiciones ambientales y la percepción del riesgo del uso
de los plaguicidas
El equipo de fumigación más utilizado es la bomba de espalda, a la
cual no se le hace mantenimiento. Shetty (2001), afirma que por lo
general la mayor parte de los equipos de aspersión se usan en
malas condiciones, debido a la falta de mantenimiento; un alto
porcentaje de agricultores nunca cambia los empaques a sus
equipos teniendo como resultado la mayoría de fugas por aspersión.
Estas aplicaciones de plaguicidas pueden conllevar a una serie de
peligros para la salud humana, los cuales varían de acuerdo con el
grado de exposición y formas incorrectas de aplicación; los
trabajadores agrícolas experimentan día tras día los efectos agudos
del uso de plaguicidas con diferentes grados de gravedad (Antle &
Pingali, 1995; Beshwari et al., 1999; Dung & Dung, 1999; Murphy et
al., 1999; Yassin, Mourad & Safi, 2002; Maumbe & Swinton, 2003;
Mancini et al., 2005). Forget (1991), menciona que en los países en
vías desarrollo, el número de intoxicaciones por plaguicidas puede
ser incluso superior a los reportados debido a la falta de información
suministrada.
Con relación a las intoxicaciones por plaguicidas, el 19,5% de los
agricultores dice haber sufrido alguna vez síntomas de intoxicación
y el 84,5% nunca ha tenido problemas de esta índole. Es importante
destacar que el 84% de los agricultores no sabe sobre los primeros
auxilios que se deben brindar al presentarse este problema.
Según Casallas (2008), las personas que trabajan con plaguicidas
deben conocer los síntomas que se presentan por intoxicación de
plaguicidas, como son dolor de cabeza, debilidad, fatiga, mareos,
náuseas o vómito, visión borrosa, etc. Atreya (2008), menciona que
investigaciones en los países en desarrollo de todo el mundo
muestran que el uso de plaguicidas en las explotaciones agrícolas a
menudo conduce a síntomas agudos de intoxicación.
La disposición de los envases y las bolsas vacías se hace de una
manera inadecuada encontrándolos depositados en los lotes, en las
carreteras, en las zanjas de las escuelas y en algunos nacimientos
de agua, representando un peligro para la salud de los habitantes
de la zona.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 132-145
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Análisis Multivariado de Correspondencia Múltiple (ACM)
Con el ACM se pudo establecer que los 22 primeros factores
permiten explicar el 61,32% de la variabilidad total, de los cuales
sobresalen los dos primeros factores (Tabla 4).
Clasificación jerárquica de la información: En la Figura 1, se
observan las representaciones factoriales de los individuos y las
variables colectadas en las encuestas según el Análisis de
Correspondencias Múltiples, que fueron agrupadas a partir de
características comunes dentro de ellos y distantes entre las clases.
©Universidad de Caldas
140
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
En general la población encuestada es muy homogénea, en su
mayoría las variables se ubican juntas indicando similitud entre los
grupos; los que utilizan una gran variedad de productos químicos,
especialmente dentro del grupo de los fungicidas, presentan un nivel
educativo básico en ocasiones incompleto y para la toma de
decisiones del uso de un plaguicida siempre tienen en cuenta el
concepto del almacén de expendio. La única excepción la presenta
el grupo número tres porque es el único en la zona que no utiliza
herbicidas dentro del ciclo productivo del cultivo de la cebolla junca.
El uso de los plaguicidas por parte de los agricultores de los tres
grupos es similar; hay una gran variedad de productos para el
control de plagas. El grupo I es el más numeroso, gana en promedio
menos de un salario mínimo, dentro del uso de los fungicidas no
tiene inclinación por ningún producto en particular, para los
insecticidas se observa una tendencia al uso del ingrediente activo
Clorpirifos y el Glifosato para el grupo de los herbicidas. El grupo II
es muy parecido al I, solo que además utiliza los ingredientes
activos Profenofos como insecticida y Metribuzin para herbicidas. El
grupo III gana más de un salario mínimo, presenta un gran uso de
los ingredientes activos Propineb para fungicidas y Clorpirifos para
insecticidas, este grupo no utiliza herbicidas en ningún momento del
cultivo, caracterizándose por ser el único que se ha preocupado por
implementar junto al control químico, control cultural para manejo de
arvenses.
Las características anteriores se asemejan a un grupo de
minifundistas productores de papa de Boyacá, estudiados por Feola
y Binder (2010) quienes concluyen que la problemática de la mala
utilización de plaguicidas se debe a la falta de asistencia técnica que
conlleva a un uso correcto y eficiente de los plaguicidas. Según
estos autores, la única orientación es dada por los vendedores o
empresas productoras de estos agroquímicos; estos además de
vender deben informar sobre el uso seguro de plaguicidas, para que
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 132-145
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
el uso sea eficiente y se reduzcan los posibles efectos adversos.
Esto es posible en parte con campañas como las adelantadas en
Colombia, denominada Campo Limpio (Corporación Campo Limpio,
2013), y en América Latina (Thrupp, Bergeron & Waters, 1995).
Según Feola y Binder (2010), la formación de cooperativas de
agricultores conlleva a conocer mejor el mercado de los plaguicidas,
reduciendo costos de estos insumos y recomendando los más
seguros y eficientes, además de llevar otras informaciones del
manejo de las plagas y enfermedades que no involucren el uso de
agroquímicos. Otro factor definitivo, según Feola y Binder (2010), es
la intervención colectiva de agricultores sobre el buen uso de
plaguicidas; debido a que muchas veces la creencia individual
prevalece ante graves errores como el mal uso o no utilización de
equipos de protección, la promoción del diálogo social en las
comunidades y líderes comunitarios contribuirían en estos procesos
de aprendizaje.
CONCLUSIONES
El consumo de plaguicidas en la zona de estudio es alto; se
presenta una amplia variedad de agroquímicos, destacándose el
grupo de los fungicidas con 42 ingredientes activos diferentes. Los
agricultores no utilizan elementos de protección durante la
aplicación y al momento de preparar los productos para las
aplicaciones fitosanitarias; además, la disposición de los envases y
las bolsas vacías de los productos se realiza de una manera
inadecuada, encontrándolos dispersos en lugares que representan
un peligro ambiental y para la salud humana.
Las condiciones de seguridad frente al uso y manejo de plaguicidas
son ineficientes; los agricultores utilizan la misma ropa de uso diario
para las aplicaciones de los agroquímicos. Los agricultores carecen
de conocimientos básicos para la prestación de primeros auxilios en
caso de intoxicación accidental en campo, desconocen los síntomas
y las acciones inmediatas a tomar.
AGRADECIMIENTOS
A la Corporación Campo Limpio, por la financiación recibida. Al
Ingeniero Agrónomo Lucio Rosero, por su colaboración durante la
realización del trabajo. Al señor Francisco Matabanchoy y a la
Ingeniera Agrónoma Patricia Portilla, dueños de los almacenes de
expendio de Buesaquillo, por la cooperación en el desarrollo de la
investigación. Al Sociólogo Daniel Guerrero por la orientación
brindada, y a dos revisores anónimos que contribuyeron al
mejoramiento del manuscrito.
©Universidad de Caldas
142
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
REFERENCIAS

















©Universidad de Caldas
Abhilash, P.C. y Singh, N. (2008). Pesticide use and application: An
Indian scenario. Journal of Hazardous Materials, 165, 1-12.
Antle, J.M. y Pingali, P.L. (1995). Pesticides, productivity, and farmer
health: a Philippine case study. En: Pingali, P.L. y Roger, P.A.
(comps.), Impact of pesticides on farmer health and the rice
environment (pp. 361-385). Philippines: International Rice Research
Institute.
Atreya, K. (2008). Health costs from short-term exposure to
pesticides in Nepal. Social Science & Medicine, 67, 511-519.
Bentley, J. y Thiele, G. (1999). Bibliography: farmer knowledge and
management of crop disease. Agriculture and Human Values, 16, 7581.
Beshwari, N.M.M.; Bener, A.; Ameen, A.; Al-mehdi, A.M.; Ouda, H.Z.
y Pasha, M.A.H. (1999). Pesticide-related health problems and
diseases among farmers in the United Arab Emirates. International
Journal of Environmental Health Research, 9, 213-221.
Bhanti, M. y Taneja, A. (2007). Contamination of vegetables of
different seasons with organophosphorous pesticides and related
health risk assessment in Northern India. Chemosphere, 69, 63-68.
Bhatnagar, V.K. (2001). Pesticides pollution: trends and
perspectives. ICMR Bulletin, 31, 87-88.
Casallas, A. (2008). Plaguicidas. En: ANDI y SENA (comps.).
Memorias Manejo Responsable de Productos para la Protección de
Cultivos (pp. 221-230). Bogotá: ANDI – SENA.
Castro, H.E. (1998). Producción y fertilización de hortalizas en
Colombia. En: Guerrero, R. (ed.), Fertilización de cultivos en clima
frío (pp. 170-194). Bogotá: Monómeros Colombo Venezolanos S.A.
(E.M.A.).
Corporación Campo Limpio. (2013). Quiénes somos. Obtenido en
marzo
de
2013,
desde
http://www.campolimpio.org/?sc=QuienesSomos
Dung, N.H. y Dung, T.T. (1999). Economic and health consequences
of pesticide use in paddy production in the Mekong Delta, Vietnam.
Singapore: Economy and Environment Program for Southeast Asia
(EEPSEA). (Research report no. 2.)
Feola, G. y Binder, C.R. (2010). Identifying and investigating
pesticide application types to promote a more sustainable pesticide
use. The case of smallholders in Boyacá, Colombia. Crop Protection,
29(6), 612-622.
Forget, G. (1991). Pesticides and the Third World. Journal of
Toxicology and Environmental Health, 32, 11-31.
García, J.; Fuentes, G. y Monje, J. (1995). Opciones al uso unilateral
de plaguicidas en Costa Rica (Vol. III). Costa Rica: Ed. Universidad
estatal a distancia.
Harris, J. (2000). Chemical Pesticide Markets, Health Risks and
Residues. Ascot, UK: CABI Bioscience.
Hidalgo, A. y Argoty, F. (1988). Estadística inferencial. Colombia:
Universidad Mariana, Ingeniería Ambiental.
Mancini, F.; Van Bruggen, A.H.C.; Jiggins, J.L.S.; Ambatipudi, A.C. y
Murphy, H. (2005). Acute pesticide poisoning among female and
male cotton growers in India. International Journal of Occupational
and Environmental Health, 11, 221-232.
revista.luna.azúl. 2014; 38: 132-145
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
















Maumbe, B.M. y Swinton, S.M. (2003). Hidden health costs of
pesticide use in Zimbabwe’s smallholder cotton growers. Social
Science & Medicine, 57, 1559-1571.
Morineau, A. (1998). SPAD versión 3; Manual de prise in main 1998.
Cisia, Ceresta: Francia.
Murphy, H.H.; Sanusi, A.; Dilts, R.; Djajadisastra, M.; Hirschhorn, N.
y Yuliantiningsih, S. (1999). Health effects of pesticide use among
Indonesian women farmers: part I: exposure and acute health effects.
Journal of Agromedicine, 6(3), 61-85.
Osuna, I. (2004). La investigación sobre plaguicidas y su importancia
en aspectos de vinculación en diferentes sectores de la sociedad.
Obtenido
en
noviembre
de
2009,
desde
http://www.ciad.mx/boletin/mayjun04/plaguicidas.pdf
Pinzón, H. (2004). La cebolla de rama (Allium fistulosum) y su
cultivo. Programa de Gestión e Innovación Tecnológica. Bogotá:
Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica.
Pretty, P. y Waibel, H. (2005). Paying the Price: The Full Cost of
Pesticides. En: Pretty, J.N. (comp.), The Pesticide Detox: Towards a
More Sustainable Agriculture (pp. 39-54). London: Earthscan.
Ramos, A. (2008). Plaguicidas. En: Memorias Manejo responsable
de productos para la protección de cultivos (pp. 50-126). Bogotá:
ANDI – SENA.
Rekha, S.N.; Naik, R. y Prasad, F. (2006). Pesticide residue in
organic and conventional food–risk analysis. Journal of Chemical
Health and Safety, 13, 12-19.
Rother, H.A. (2008). South African farm workers’ interpretation of risk
assessment data expressed as pictograms on pesticide labels.
Environmental Research, 108, 419-427.
Shetty, P.K. (2001). Creation of Database on Use and Misuse of
Pesticides in India. Bangalore: DST-NIAS Report.
Skidmore, M.W. y Ambrus, A. (2004). Pesticide Metabolism in Crops
and Livestock. En: Hamilton, D. y Crossley, S. (comps.), Pesticide
Residues in Food and Drinking Water Human Exposure and Risks
(pp. 63-120). Chichester (UK): Wiley & Sons Ltd.
Thrupp, L.A.; Bergeron, G. y Waters, W.F. (1995). Bittersweet
harvests for global supermarkets: challenges in Latin America’s
agricultural export boom. Washington D.C.: World Resource Institute.
Vela, G. (2009). Subsecretaria de Agricultura del municipio de Pasto.
Información Personal.
Wilson, C. y Tisdell, C. (2001). Why farmers continue to use
pesticides despite environmental, health and sustainability costs.
Ecological Economics, 39, 449-462.
Yaggen, D.; Crissman, C.H. y Espinosa, P. (2003). Los plaguicidas:
Impactos en la producción, salud y medio ambiente en Carchi,
Ecuador. Ecuador: Abya-Yala.
Yassin, M.M.; Mourad, T.A. y Safi, J.M. (2002). Knowledge, attitude,
practice, and toxicity symptoms associated with pesticide use among
farm workers in the Gaza Strip. Occupational and Environmental
Medicine, 59, 387-394.
1. Ingeniera Agrónoma. Corporación Campo Limpio, Pasto.
[email protected]
2. Profesor Asociado, Facultad de Ciencias Agrícolas, Universidad de
Nariño, Torobajo, Pasto. [email protected]
©Universidad de Caldas
144
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
3. Profesor Titular, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de
Caldas, Manizales. [email protected]
Para citar este artículo: Arévalo C., A., Bacca, T. & Soto G., A.
(2014). Diagnóstico del uso y manejo de plaguicidas en fincas
productoras de cebolla junca Allium fistulosum en el municipio de
Pasto. Revista Luna Azul, 38, 132-145. Recuperado de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v
iew&id=898
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 132-145
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
EVALUACIÓN AMBIENTAL ASOCIADA A LA EXPLOTACIÓN
DEL YACIMIENTO DE MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN LA
INAGUA, GUANTÁNAMO, CUBA
Naisma Hernández-Jatib1
Mayda Ulloa-Carcasés2
Yuri Almaguer-Carmenate3
Yiezenia Rosario Ferrer4
Recibido el 15 de mayo de 2013 y aprobado el 16 de julio de 2013
RESUMEN
El presente trabajo tiene como objetivo evaluar el impacto ambiental
que produce la explotación del yacimiento de calizas La Inagua y
elaborar el plan de medidas correctoras para minimizar los efectos
negativos y compatibilizar la actividad minera con la protección del
medio ambiente. Se utilizó una metodología de evaluación de
impacto ambiental que integra distintas propuestas de otros
investigadores. Se identificaron los impactos ambientales
producidos por las acciones de desbroce, destape y extracción de
materia prima, perforación y voladura, excavaciones, transportación,
procesamiento de la materia prima y su almacenamiento; así como
la interacción entre estas acciones y los componentes del medio
(suelo, aire, agua, flora, fauna, paisaje, infraestructura y economía).
Se estableció que los impactos más significativos ocurren durante el
desbroce y destape, y que los componentes ambientales más
afectados son el suelo, el aire, el agua y la economía. Finalmente se
proponen medidas correctoras para mitigar las afectaciones
ambientales.
PALABRAS CLAVE
Evaluación de impactos ambientales, yacimientos de caliza,
materiales de construcción, minería a cielo abierto.
ENVIRONMENTAL EVALUATION ASSOCIATED WITH THE
CONSTRUCTION MATERIALS DEPOSIT EXPLOITATION IN LA
INAGUA, GUANTANAMO, CUBA
ABSTRACT
This study aims to assess the environmental impact produced by the
exploitation of “La Inagua” limestone deposit and to develop the
corrective measures plan to minimize the negative effects and to
make mining compatible with environmental protection. An
environmental impact evaluation methodology was used in this study
which integrates different proposals by other researchers.
Environmental impacts caused by the actions of clearing, removal of
raw material, drilling and blasting, excavations, transportation,
processing of the raw material and its storage were identified, as
well as the interaction between these actions and the environmental
factors (soil, air, water, flora, fauna, landscape, infrastructure and
economy). It was established that the most significant impacts occur
during the clearing and removal of raw material while the most
©Universidad de Caldas
146
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
affected environmental factors are soil, air, water and the economy.
Finally, corrective measurements are proposed in order to mitigate
the environmental impacts.
KEY WORDS
Evaluation of environmental impacts, limestone deposit, construction
materials, open cast mining.
INTRODUCCIÓN
En Cuba existen regulaciones ambientales para toda actividad que
genere deterioro al entorno. En este sentido, se ha instituido la
Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) como uno de los niveles
fundamentales de la gestión ambiental y se ha promulgado la Ley
81 (Ley del Medio Ambiente), que establece la obligación de
minimizar o mitigar los efectos negativos al medio ambiente (CICA,
2001).
La alta demanda de materiales de construcción en Cuba exige de
una explotación cada vez mayor de áridos a todo lo largo y ancho
del país (Fernández, 2009), la cual debe ejecutarse dentro del
marco del desarrollado sustentable, compromiso asumido en la
Agenda 21, aprobada en la Cumbre de la Tierra en el año 1992.
El desarrollo de nuevos equipos de laboreo minero y de
instalaciones de preparación de áridos, unido a las restricciones
ambientales actuales, obliga a utilizar métodos de explotación que
provoquen el menor impacto ambiental posible en el entorno donde
se localizan las canteras, así como a reducir los costos de
producción de manera que la industria de materiales de
construcción sea económicamente viable (López-Jimeno, 1994).
La ejecución de un proyecto de explotación minera incluye un
conjunto de acciones que alteran o impactan el medio ambiente, las
que deben estudiarse de forma específica para cada tipo de mineral
y método de explotación (López-Jimeno, 1994).
El incumplimiento de lo establecido en los proyectos mineros en
cuanto a legislación ambiental ha propiciado, en ocasiones, que los
terrenos explotados no sean adecuadamente rehabilitados al cesar
las labores de minería (Watson, 2008). Una muestra de ello lo
constituye la cantera La Inagua, localizada al sur de la Sierra
Canasta, en la provincia de Guantánamo y explotada por más de 40
años. De la misma se extraen calizas de alta calidad mediante un
sistema de explotación de trincheras-semitrincheras. Durante la
ejecución del proyecto de explotación, en este yacimiento se han
producido agresiones al medio natural con una incidencia similar a
las ocasionadas por otro tipo de minería a cielo abierto (Das Neves,
2001).
El objetivo de esta investigación es evaluar el impacto ambiental
que produce la explotación del yacimiento de calizas La Inagua y
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 146-158
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
elaborar medidas correctoras para minimizar los efectos negativos y
compatibilizar la actividad minera con la protección del medio
ambiente.
MATERIAL Y MÉTODO
Para la realización del estudio se ejecutaron varias fases
metodológicas en las que se resumen las técnicas, procedimientos y
métodos de estudio que permiten entender, evaluar y concebir la
influencia de la explotación del yacimiento La Inagua sobre el medio
ambiente. La Figura 1 muestra la metodología utilizada.
A continuación se describe el contenido de cada fase, definido a
partir del estudio de diferentes metodologías (Leopold et al., 1971;
López-Jimeno, 1996; Mateo, 1997; Conesa-Fernández, 2000;
Espinoza, 2002; Sánchez, 2002; Gómez-Orea, 2003).
1. Análisis del proyecto, que consiste en su descripción física, sus
elementos constituyentes, tecnología, materia prima, programas de
desarrollo y los objetivos de la explotación de la cantera.
2. Definición del ámbito y diagnóstico ambiental. El ámbito es el área
de extensión de las interacciones que se pretenden analizar, y que
corresponden a la parte del ambiente que interacciona con el
proyecto.
3. Identificación de acciones. Se define como acciones a las causas
desencadenantes de impactos. Deberá definirse la magnitud, flujo y
localización espacial. Ellas deberán distinguirse según el momento
en que se producen, lo cual permitirá diferenciar las bases de
desarrollo del proyecto. Para identificar las acciones capaces de
producir impacto sobre las componentes del medio, se emplea el
método de expertos, a través de la aplicación informática del Método
Delphi, versión 1.0 (Legrá, 2012), listas de chequeos y escenarios
comparados.
©Universidad de Caldas
148
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
4. Identificación de factores del medio susceptibles de recibir impactos.
Los factores, elementos, cualidades y procesos del entorno que
pueden ser afectados por el proyecto son los componentes del
medio ambiente. Al igual que en el caso de las acciones, la
identificación de los factores ambientales afectados se realizó
utilizando la misma metodología.
5. Identificación y predicción de impactos. Consiste en determinar los
impactos que surgen como consecuencia de la ejecución del
proyecto de explotación y predecir la naturaleza de las interacciones
proyecto-entorno. El resultado es una matriz de identificación que se
obtiene a partir del método de expertos con la participación de
especialistas y el estudio de escenarios comparados (Milián, Ulloa &
Krebs, 2012).
6. Valoración de impactos. Según la International Association for
Impact Assessment (IAIA), la valoración del impacto es el proceso de
identificar las consecuencias futuras de una acción presente o
propuesta. En esta etapa se realizó una simple caracterización de
los impactos identificados y una valoración cualitativa de los mismos
mediante su interacción con los factores ambientales.
7. Medidas de mitigación y correctoras, son las modificaciones o
incorporaciones que se hacen a un proyecto para evitar, disminuir,
modificar, o compensar el efecto del proyecto sobre el medio
ambiente.
Para la realización de este estudio no se contó con los indicadores
de impactos, concebidos como los componentes estructurales que
integran elementos del sistema para indicar el estado general del
mismo, por lo cual, la determinación de las influencias del proyecto
sobre el medio ambiente se realizó de forma cualitativa.
RESULTADOS
Definición del ámbito y diagnóstico ambiental
Características geológicas del yacimiento:
En el yacimiento de calizas La Inagua, donde se ubica la cantera
Miguel Raposo (Figura 2), aparecen formaciones vulcanógenas de
edad Paleoceno-Eoceno Medio, representadas por el grupo El
Cobre, sobreyacido por calizas de la formación Charco Redondo y
San Luis, del Eoceno Medio (Iturralde-Vinent, 1996).
Las calizas se caracterizan por ser masivas y compactas, de color
muy variable, llegando a tener tonos (blanco, beige, pardo
amarillento, amarillo rosáceo, rojo amarillento); también aparecen
arcillas de poca potencia rellenando oquedades o cubriendo las
calizas en la superficie de algunas zonas (Das Neves, 2001).
En los frentes de canteras se observan grietas con dirección
predominante noroeste-sureste, con un ángulo de inclinación de
10°. El yacimiento presenta una potencia variable de 50 a 200 m,
buzamiento de 10-12° en dirección sur-sureste y condiciones
hidrogeológicas favorables. El nivel de las aguas subterráneas se
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 146-158
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
encuentra por debajo del límite inferior de las reservas calculadas
(Iturralde-Vinent, 1996).
La fauna que se observa en la concesión minera representa el
remanente de la que originalmente poblaba esta zona, y no se
caracteriza por un alto valor endémico.
Análisis del proyecto
El sistema de explotación que se emplea el yacimiento La Inagua es
continuo longitudinal (Florián, 2012), laborando los horizontes
superiores +180 m con diferentes características.
Los elementos fundamentales del sistema de explotación son:
a) Altura del escalón: se tienen en cuenta las
propiedades físico-mecánicas de las rocas,
características geológicas, parámetros de los
equipos mineros de extracción y transporte y
seguridad
en
los
trabajos
mineros.
b) Ángulo del talud: 75° en función de que el
buzamiento es de 10-12°, las rocas están poco
agrietadas y son estables, sin sistemas de falla.
c) Ancho de la plazoleta de trabajo: 79 m.
d) Ancho de la berma de seguridad al final de la
explotación: hasta 10 m entre escalones
adyacentes.
El esquema de preparación de todos los horizontes es similar, la
apertura de cada uno se realiza utilizando caminos o trincheras de
acceso de forma horizontal, utilizando como método de extracción
del mineral útil la separación de la roca del macizo mediante
perforación y voladura, luego se realiza la carga y se transporta la
materia prima hasta la tolva del molino primario. El orden de laboreo
se recoge en el plan calendario que garantiza la secuencia lógica de
©Universidad de Caldas
150
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
las actividades. Para el desagüe de la cantera, atendiendo a las
características del yacimiento, típico de montaña, se utiliza el
drenaje natural (Das Neves, 2001).
Identificación de acciones
Se identificaron las principales acciones susceptibles de producir
impactos ambientales: desbroce, destape de materia prima,
perforación
y
voladura,
excavaciones,
transportación,
procesamiento de la materia prima y su almacenamiento.
Identificación de factores del medio susceptibles de recibir
impactos
El medio donde se desarrolló el proyecto está constituido por
elementos y procesos interrelacionados, que pertenecen a los
subsistemas abióticos, bióticos, perceptual y socioeconómico
(Conesa-Fernández, 2000; Gómez-Orea, 2003); a partir de las
acciones, se identificaron los componentes del medio que reciben
impactos: suelo, aire, agua, flora, fauna, paisaje, infraestructura y
economía (Espinoza, 2002).
Identificación y predicción de impactos
Se identificaron los siguientes impactos sobre los factores
ambientales:
Suelo
1. Alteración de la geomorfología y la topografía.
2. Incremento de la dinámica de los procesos de
erosión,
transporte
y
sedimentación.
3. Compactación del suelo por el tráfico de la
maquinaria
pesada
y
el
transporte.
4. Contaminación por adicionamiento de lubricantes
y combustibles.
Aire
5. Aumento del nivel de ruido por los trabajos de
perforación
y
voladura,
transportación
y
procesamiento.
6. Contaminación por gases y polvo.
Agua
7. Cambio de las propiedades físico-químicas del
agua.
8. Alteración del drenaje superficial y subterráneo
por la formación de oquedades, así como de las
cuencas hidrográficas y viales.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 146-158
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Flora
9. Pérdida de la vegetación: sectores de vegetación
espontánea, arbórea y arbustiva, especialmente
aromas (acacia sps.).
Fauna
10. Destrucción del hábitat (se encuentran en la
zona reptiles y roedores no endémicos).
Paisaje
11. Alteración del paisaje natural por disminución de
sus
componentes
(cárcavas,
relieve).
Infraestructura
12. Incremento del tráfico terrestre.
Economía
13. Aumento del nivel de empleo en la actividad
minera.
14. Beneficios económicos por la comercialización
del material extraído.
Con los elementos anteriores se elaboró la matriz de identificación
de los impactos ambientales, que expresa el efecto de las
interacciones entre acciones del proyecto y los factores del medio
(Tabla 1).
En la Tabla 1 se muestran los 14 impactos identificados, la mayoría de los cuales
ocurre durante el desbroce, destape, perforación y voladura, y excavaciones.
©Universidad de Caldas
152
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Valoración de impactos
De acuerdo con el grado de incidencia se determinaron tres
categorías de impactos: negativos fuertes, negativos débiles y
positivos medios (Gallardo et al., 2011).
Los impactos negativos fuertes se presentan sobre los componentes
ambientales: suelo, agua, aire, flora, fauna y paisaje.
Al considerar el componente suelo se tuvo en cuenta que la
alteración de la geomorfología y la topografía es de carácter
irreversible, causando un incremento de la dinámica de los procesos
de erosión, transporte y sedimentación, con la consiguiente pérdida
de sus componentes esenciales, la compactación del suelo por el
tráfico de la maquinaria pesada y el transporte, y la contaminación
por adicionamiento de lubricantes y combustibles. Estos impactos
son intensos y extensos, pues abarcan prácticamente la mayor
parte del área, en otros casos pueden ser inmediatos, permanentes
e irreversibles.
En el aire se experimenta un aumento del nivel de ruido por los
trabajos de perforación y voladura, transportación y procesamiento,
así como de la contaminación por gases y polvo. En el caso de
voladuras de cierta envergadura, también se pueden derivar
impactos sobre la estabilidad del terreno y sobre construcciones
próximas.
De la emisión de polvo se pueden derivar impactos sobre la salud
humana y la calidad de vida de los núcleos habitados próximos y
sobre la vegetación y cultivos agrícolas que circundan la
explotación. Es un impacto permanente mientras funcione la
explotación, e incluso una vez cerrada, si no se realiza una
adecuada restauración. Estos cambios son intensos y extensos,
inmediatos y recuperables a mediano plazo.
Al considerar el componente agua se tiene en cuenta la calidad del
agua superficial; la actividad minera y el almacenamiento del
material generan cambio en las propiedades físico-químicas de las
mismas, y alteración en la estructura del drenaje superficial por la
formación de oquedades y daños a los viales. Este impacto se
considera intenso y extenso e irreversible en la mayoría de los
casos.
La flora de la zona se encuentra muy afectada por la acción del
hombre debido a los impactos que ocurren en las áreas de
extracción de la cantera y en las áreas incididas por las
escombreras. La flora es destruida en la superficie que ocupa la
explotación minera. La gravedad de este impacto depende de la
calidad de la vegetación existente. El resurgimiento de la vegetación
en el área de explotación exigirá cuidadosos trabajos de
rehabilitación. Los impactos serán inmediatos, intensos,
recuperables a largo plazo.
La fauna que se observa en la concesión minera representa el
remanente de la que originalmente poblaba esta zona, y no se
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 146-158
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
caracteriza por un alto valor endémico. El impacto se refleja, al igual
que en los casos anteriores, en las áreas de explotación directa y en
los depósitos de escombros. Se produce una destrucción completa
de los hábitats y una desaparición parcial de la fauna sobre todo del
suelo. Los cambios serán intensos, de extensión parcial, inmediatos
y a mediano plazo, duraderos y parcialmente irreversibles.
Los cambios en el paisaje están asociados a la alteración y
disminución de sus componentes naturales en el área de
explotación y escombreras. Se forman depresiones y excavaciones
donde ocurren deslizamientos, movimientos de masas y formación
de nuevos relieves, alteración del color, rotura de la cuenca visual,
focalización de la percepción en la mina en detrimento de otros
puntos. Los cambios serán intensos, localizados, permanentes e
irreversibles en gran parte.
La infraestructura recibe un impacto negativo débil por el incremento
del tráfico terrestre, que puede convertirse en positivo por la
utilización de los equipos de transporte para el traslado de la
población. Los cambios serán intensos, abarcarán zonas más allá
del área de la cantera, y su efecto positivo se presenta a corto y
mediano plazo.
La economía de la región recibe impacto positivo por el aumento del
nivel de empleo de la población dedicada a la actividad minera,
propiciando un incremento en el salario y, por consiguiente, la
elevación del nivel de vida. La explotación del yacimiento reporta
beneficios económicos tanto para la región, como para la economía
nacional, por la comercialización del material extraído, sin embargo,
es imposible por el momento cuantificar dichos beneficios
comparados con las pérdidas ambientales que irremediablemente
se producen.
En síntesis, el impacto sobre los componentes ambientales se
manifiesta de forma intensa y abarca todo el medio natural y social.
Sus efectos, aunque se enmarcan en el ámbito estudiado, tienen
una influencia directa en otras áreas vecinas. Los cambios se
manifiestan inmediatamente desde las primeras etapas de
explotación. Los impactos más significativos ocurren en el desbroce,
destape y extracción. De forma general los impactos son pertinaces
y permanentes, alguno de ellos irreversibles. La magnitud de los
mismos exige de un plan de corrección de impacto bien
argumentado, que trate por todo los medios de minimizar los
impactos negativos y potenciar los positivos.
Medidas de mitigación y correctoras
Las medidas correctoras son acciones que deben formar parte del
proyecto de rehabilitación; la propuesta elaborada se muestra en la
Tabla 2.
©Universidad de Caldas
154
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
La ejecución de estas medidas representa un costo que puede
disminuir los beneficios obtenidos, pero es necesario considerar que
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 146-158
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
la estrategia ambiental cubana exige que las empresas contabilicen
los gastos derivados de eliminar o disminuir los impactos
ambientales que generan, y rehabilitar o evitar los daños
ambientales para legar a las generaciones futuras un medio
ambiente de calidad.
Es importante destacar que la realización de la rehabilitación, de
manera progresiva y simultánea con la explotación, tiene ventajas
operativas y económicas. El Manual de restauración de terrenos y
evaluación de impactos ambientales en minería (López-Jimeno,
1996), recoge un apartado en que evalúa la repercusión económica
de la restauración en los costos de explotación y afirma que el coste
medio de restauración de una cantera de áridos puede ser de un
0,4% del precio de venta de una tonelada de árido, lo cual es a
todas luces una cantidad insignificante.
A nivel nacional existen ya muchas empresas mineras que realizan
la rehabilitación simultánea o posterior a la explotación de canteras
y que, por tanto, han asumido los costos ambientales de su
actividad productiva, lo que refleja la voluntad de la comunidad
minera de cumplir con la política ambiental del país.
CONCLUSIONES
Se identificaron los principales impactos ambientales que se
producen durante la explotación de calizas en el yacimiento La
Inagua a partir del establecimiento de las principales acciones
susceptibles de producir dichos impactos (desbroce, destape de
materia prima, perforación y voladura, excavaciones, transportación,
procesamiento de la materia prima y su almacenamiento) y su
interacción con los componentes del medio (suelo, aire, agua, flora,
fauna, paisaje, infraestructura y economía). Todas las acciones del
proyecto afectan en mayor o menor medida a todos los factores del
medio. Los impactos más significativos ocurren en el desbroce,
destape y extracción; los componentes del medio más afectados
son el suelo, el aire, el agua y la economía. Para cada una de las
componentes impactadas se proponen medidas para mitigar sus
afectaciones.
REFERENCIAS



©Universidad de Caldas
CICA −Centro de Inspección y Control Ambiental−. (2001). Guía para
la realización de la Solicitudes de Licencia Ambiental y los estudios
de Impactos Ambiental. La Habana. 56 p.
Conesa-Fernández, V. (2000). Guía metodológica para la evaluación
de impacto ambiental (Vol. 1) (3a edición). Madrid: Editorial MundiPrensa. 416 p.
Das Neves, M.D. (2001). Proyecto de actualización minero del
yacimiento de calizas para áridos La Inagua (Tesis de Grado).
Instituto Superior Minero Metalúrgico. Moa. 50 p.
156
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014














Espinoza, G. (2002). Gestión y Fundamentos de Evaluación de
Impacto Ambiental. Santiago de Chile: BIC/CED. 259 p.
Fernández, J.L. (2009). Yacimiento El Cacao, primer eslabón de la
cadena constructiva en Granma (Tesina del Diplomado Explotación
de Yacimientos de Materiales de Construcción). Instituto Superior
Minero Metalúrgico. Moa 50 p.
Florián, E. (2012). Actualización del proyecto de explotación minero
del yacimiento de calizas para áridos La Inagua para el periodo
2012-2017 (Tesis de Grado). Instituto Superior Minero Metalúrgico.
Moa. 70 p.
Gallardo, D.; Cabrera, I.; Bruguera, N.; Madrazo, F.; Milián, E.;
Pérez, R.G. y Martínez, A.B. (2011). Impactos ambientales
provocados por la actividad minera en Santa Lucía, Pinar del Río. En
IV Congreso Cubano de Minería. La Habana. ISBN: 978-959-711730-8
Gómez-Orea, D. (2003). Evaluación del Impacto Ambiental (2ª
edición). Madrid: Ed. Mundi-Prensa y Editorial Agrícola Española,
S.A. 760 p.
Iturralde-Vinent, M.A. (1996). Ofiolitas y arcos volcánicos de Cuba.
IGPC Project 364. Special Contribution n. 1.
Legrá, A. (2012). Aplicación informática Método Delphi, versión 1.0.
Moa, Holguín, Cuba.
Leopold, L.B.; Clarke, F.E.; Hanshaw, B.B. y Balsley, J.E. (1971). A
procedure for evaluating environmental impact. U.S. Geological
Survey Circular 645, Washington, D.C. 13 p.
López-Jimeno, C. (1994). Manual de áridos. s.l.: Entorno Gráfico.
612 p.
________. (1996). Manual de restauración de terrenos y evaluación
de impactos ambientales en minería. Madrid: IGME. 426 p.
MATEO, J. 1997. La cultura de la sustentabilidad en el desarrollo
rural cubano. Temas, 9: 20-25 p.
Milián, E.; Ulloa, M. y Krebs, S. (2012). Evaluación minero-ambiental
del yacimiento polimetálico Santa Lucía de Pinar del Río, Cuba.
Minería y Geología, 28(3), 18-49. ISSN 19938012.
Sánchez, L. (2002). Curso de afectaciones al ambiente por la
actividad minera y evaluación del impacto. Secretaría de Medio
Ambiente. Universidad de Sao Paulo. p. 53
Watson, R. (2008). Situación actual y perspectiva de la explotación
de yacimientos de materiales de construcción. ISMM. Moa. (Inédito).
20 p.
1. Máster en Minería. Instituto Superior Minero Metalúrgico, Moa,
Holguín, Cuba. [email protected]
2. Doctora en Ciencias Económicas. Instituto Superior Minero
Metalúrgico, Moa, Holguín, Cuba. [email protected]
3. Doctor en Ciencias Técnicas. Instituto Superior Minero Metalúrgico,
Moa, Holguín, Cuba. [email protected]
4. Doctora en Ciencias Informáticas. Instituto Superior Minero
Metalúrgico, Moa, Holguín, Cuba. [email protected]
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 146-158
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Para citar este artículo: Hernández-Jatib, N., Ulloa-Carcasés, M.,
Almaguer-Carmenate, Y. & Ferrer, Y. R. (2014). Evaluación
ambiental asociada a la explotación del yacimiento de materiales de
construcción La Inagua, Guantánamo, Cuba. Revista Luna Azul, 38,
146-158.
Recuperado
de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v
iew&id=899
©Universidad de Caldas
158
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
COMPARACIÓN DE MÉTODOS CONVENCIONALES Y
MOLECULARES PARA LA DETECCIÓN DE Giardia lamblia EN
HECES HUMANAS
Edwin Cardona1
Silvia Castañeda1
María Elena Álvarez2
Jorge Enrique Pérez2
Fredy Arvey Rivera Páez3
Germán Ariel López Gartner4*
Recibido el 30 de mayo de 2013 y aprobado el 18 de septiembre de
2013
RESUMEN
Los protozoarios del género Giardia representan algunos de los
parásitos humanos más comunes en el mundo y están entre los
principales causantes de infecciones gastrointestinales y
enfermedades diarreicas en humanos. La detección del parásito se
fundamenta generalmente en los métodos por concentración y
microscopía convencional, pero estas técnicas presentan
limitaciones por su baja sensibilidad e inespecificidad en el
diagnóstico. En procura de mejorar los métodos de diagnóstico, las
técnicas moleculares se perfilan como una alternativa promisoria.
En este estudio se analizaron 88 muestras de heces provenientes
de pacientes de una empresa prestadora de servicios de salud
(ASSBASALUD) de la ciudad de Manizales (Caldas). Para la
detección de Giardia lamblia en heces se compararon tres métodos
diferentes por medio del porcentaje de positividad: los métodos
convencionales de concentración de la muestra y observación
microscópica, análisis por inmunoensayo (ELISA indirecto) y
finalmente la amplificación de dos secuencias génicas nucleares por
PCR. Se obtuvieron tres muestras positivas por concentración y
microscopía convencional, dos por inmunoensayo y 26 por técnicas
moleculares. El estudio sugiere que las pruebas diagnósticas
rutinarias basadas en microscopía convencional e inmunoensayo,
tienen más bajo porcentaje de detección de este parásito y que esta
deficiencia puede ser compensada por medio de la implementación
de métodos de diagnóstico molecular basados en PCR, como una
estrategia complementaria de apoyo en el diagnóstico de este
protozoo.
PALABRAS CLAVE: Giardia lamblia, inmunoensayo, PCR.
COMPARISON OF CONVENTIONAL AND MOLECULAR
METHODS FOR DETECTION OF Giardia lamblia IN HUMAN
FEACES
ABSTRACT
The protozoa of the genus Giardia represent one of the most
common human parasites in the world and are among the main
causes of gastrointestinal infections and diarrheal diseases in
humans. Parasite detection is generally based on concentration and
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 159-170
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
conventional microscopy methods, but these techniques have
limitations due to their low sensitivity and specificity in diagnosis. In
an attempt to improve the diagnostic methods, molecular techniques
are emerging as a promising alternative. In this study 88 stool
samples from patients of a company that provides health services
(ASSBASALUD) in the city of Manizales (Caldas) were analyzed. In
order to detect Giardia lamblia in stool, three different methods were
compared using the positivity percent: conventional methods for
concentration of the sample and microscopic observation, analysis
by immunoassay (indirect ELISA) and finally the amplification of two
nuclear gene sequences by PCR. Three positive samples were
obtained by concentration and conventional microscopy, two by
immunoassay and 26 by molecular techniques. The study suggests
that routine diagnostic tests based on conventional microscopy and
immunoassay have lower detection rate of this parasite and that this
deficiency can be compensated by means of the implementation of
molecular diagnostic methods based on PCR, as a complementary
strategy to support the diagnosis of this protozoan.
KEY WORDS
Giardia lamblia, immunoassay, PCR.
INTRODUCCIÓN
Las infecciones por parásitos intestinales constituyen un importante
problema de salud pública en todo el mundo por sus altas tasas de
prevalencia y amplia distribución mundial, en particular en las
regiones tropicales y subtropicales de los países en vía de
desarrollo. Se estima que alrededor de 480 millones de personas
sufren de amebiasis y otras infecciones causadas por diversos
protozoos intestinales, incluyendo a Giardia lamblia, Entamoeba
histolytica, Cryptosporidium spp. y Cyclospora cayetanensis, entre
otros, que pueden causar diarreas autolimitadas en individuos
inmunocompetentes (WHO, 2002; Núñez, 2004).
Los protozoarios del género Giardia son organismos unicelulares
binucleados, anaerobios facultativos que infectan la parte superior
del intestino delgado de muchas especies de vertebrados, entre
ellos el humano. En los países desarrollados y en vía de desarrollo
constituyen la causa más frecuente de infección gastrointestinal
humana producida por protozoos parásitos, ocasionando
infecciones sintomáticas en aproximadamente 200 millones de
personas en Asia, África y América Latina, las cuales representan
alrededor de 50.000 nuevos casos al año (Yason y Rivera, 2007;
Barrientos, Torrico y Suárez, 2008).
El interés por este protista flagelado se ha incrementado a partir de
la segunda mitad del siglo XX, al ser reconocido como un patógeno
potencial por primera vez en 1962 (Paulino, 2005), debido a que el
hospedero infectado elimina el quiste de Giardia al medio ambiente
con las heces, y el hospedero susceptible contrae la infección por la
ingestión de estos a través de alimentos mal procesados o el agua
sin tratamiento adecuado (Fernández y Díaz, 2003; Núñez, 2004).
©Universidad de Caldas
160
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Una de las técnicas de referencia más utilizada en los laboratorios
para la detección de quistes de Giardia lamblia, es la observación
directa bajo el microscopio utilizando el método por concentración o
técnica de Ritchie (centrifugación con formol-éter), debido
principalmente a su bajo costo y a la sencillez de la prueba. Sin
embargo, la identificación por microscopía tradicional requiere
tiempo, experiencia, además de ser poco sensible e inespecífica, ya
que los quistes pueden confundirse con otros parásitos que
presenten morfología semejante (González et al., 1999; Izquierdo et
al, 2006).
La aplicación de herramientas moleculares en los estudios de
Giardia ha permitido avanzar en el entendimiento de la biología
básica de este protozoo. En varias partes del mundo se han
incrementado los esfuerzos para desarrollar mejores métodos que
permitan detectar Giardia en humanos, en diversos animales y en
muestras medioambientales, con miras a prevenir su difusión y a
mejorar el diagnóstico para un tratamiento adecuado y oportuno
(Cacciò et al., 2003; Corinne, Amar y McLauchlin, 2003; Johnston et
al., 2010).
La utilización de técnicas de biología molecular en los estudios de
parasitología, ha permitido identificar la especie G. lamblia por
medio de la detección de polimorfismos en regiones específicas (loci
específicos) y no específicas (Random Amplification of Polymorphic
DNA, RAPD) del genoma de esta especie (Corinne et al., 2003;
Téllez, et al., 2003; Robertson et al., 2007; Gonçalves et al., 2008).
Algunos genes, como los que codifican para la subunidad pequeña
ribosomal y otros que codifican ciertas enzimas del metabolismo
basal, han demostrado gran especificidad para la caracterización de
este parásito (Monis et al., 1999; Cacciò et al., 2003; Téllez et al.,
2003; Winkworth et al., 2008).
Teniendo en cuenta que la giardiasis es una enfermedad
gastrointestinal de humanos y otros animales, con un impacto
socioeconómico importante en todo el mundo, su detección y
diagnóstico certero cobran gran importancia para la prevención,
vigilancia, control y tratamiento de la enfermedad, especialmente
cuando las técnicas microbiológicas convencionales han sido muy
limitadas para lograr estos propósitos (Molina et al., 2006).
Varios estudios sobre la prevalencia de la giardiasis en Colombia,
indican que esta puede estar en un valor de alrededor del 12% en la
población general y del 28% entre niños de 1 y 4 años (Chaves et
al., 2007; Carmona, Uscátegui y Correa, 2009; Medina et al., 2009).
Algunos estudios indican que para 1980 el 81,8% de las personas
en el país se encontraban parasitadas, de éstas el 63% con
parásitos patógenos y 18% con parásitos no patógenos. Para la
zona central colombiana, que incluye el departamento del Quindío,
en 1980 se reportó una prevalencia de Giardia lamblia del 13,3% y
en el año 2000 en niños de asentamientos temporales postterremoto se encontró 60,4%, pero se desconoce la frecuencia
actual de parasitismo intestinal en la población de niños de
guarderías por fuera de estos asentamientos temporales, y su
relación con el estado nutricional (Lora-Suárez et al., 2002).
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 159-170
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
El objetivo de este estudio es comparar por porcentaje de pruebas
positivas tres métodos de diagnóstico de la giardiasis: las técnicas
convencionales basadas en concentración y microscopía, las
basadas en inmunoensayo enzimático (ELISA) y finalmente aquellas
basadas en los análisis moleculares por medio de la amplificación
por PCR del gen de la subunidad pequeña ribosomal (SSU-ADNr) y
el gen de la enzima triosa fosfato isomerasa (TPI), todas ellas
aplicadas a la detección de Giardia lamblia en muestras de materia
fecal humana colectadas de pacientes adscritos a un servicio de
salud en la ciudad de Manizales (Caldas).
MATERIALES Y MÉTODOS
En este estudio se analizaron 88 muestras, provenientes de materia
fecal de pacientes humanos que consultaron por enfermedad
diarreica al servicio de salud de la empresa prestadora de servicios
de salud (ASSBASALUD) de la ciudad de Manizales (Caldas),
durante los meses de junio a noviembre del año 2010. Las muestras
se colectaron en frascos coprológicos estériles, se rotularon y
almacenaron bajo refrigeración en neveras de icopor
acondicionadas con pilas refrigerantes para garantizar una
temperatura de 4°C, y se transportaron al Laboratorio de Genética
de la Universidad de Caldas para su procesamiento. Las muestras
se sometieron a tres tipos de análisis. Primero por el método de
concentración de Ritchie utilizando formol-éter; luego por
inmunoensayo enzimático ELISA (Enzyme-Linked Immuno-Sorbent
Assay), mediante el kit comercial Giardia Celisa de CELLABS ® y
finalmente por amplificación por PCR de dos secuencias génicas
nucleares del parásito: gen de la subunidad pequeña ribosomal
(SSU-ADNr) y el gen de la enzima triosa fosfato isomerasa (TPI).
Detección de Giardia por concentración (microscopía)
1 g de heces se homogenizó en 7 ml de formalina al 10% v/v. La
mezcla se filtró en gasa y se transfirió a un tubo cónico de centrífuga
marca Falcon de 14 ml de capacidad, y se aforó a un volumen de 10
ml con éter etílico, se homogenizó por inversión y se centrifugó por
4 minutos a 1340 rpm. Cuidadosamente se recuperó la capa del
sedimento que contenía el concentrado del parásito, y una gota del
concentrado se depositó en lámina portaobjetos a la cual se le
agregó una gota de lugol parasitológico, luego fue analizada con
microscopio óptico utilizando el objetivo de 40X.
Detección de Giardia por inmunoensayo
Se utilizó el kit comercial para diagnóstico de Giardia Celisa de
CELLABS ® A, el cual utiliza antígenos de los quistes de Giardia
lamblia y anticuerpos monoclonales dirigidos contra dichos
antígenos ligados a una placa los 96 pozos. Luego se agrega un
anticuerpo policlonal conjugado con peroxidasa la cual al actuar
sobre el peróxido de hidrógeno y la 3,3’, 5,5’-tetramethylbenzidine
(TMB) que actúa como solución cromogénica genera un cambio de
color proporcional a la concentración de antígeno presente en la
muestra. En el procedimiento se incluyó un control positivo y uno
©Universidad de Caldas
162
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
negativo, para el primero se añadió una gota del antígeno de
Giardia provisto por el fabricante del kit de detección. Para el control
negativo se añadieron dos gotas del diluyente, y en los pozos
restantes se adicionaron dos gotas del diluyente y una gota de la
muestra de materia fecal diluida, se homogenizó y se dejó incubar a
temperatura ambiente durante una hora. El contenido de los pozos
fue descartado y cada uno se llenó con el buffer de lavado provisto
por el fabricante del kit, para garantizar por completo la remoción de
moléculas no unidas. Este paso se repitió tres veces.
Posteriormente, se añadió el anticuerpo secundario conjugado y se
dejó incubar a temperatura ambiente durante 30 minutos.
Nuevamente se realizó un lavado con el buffer provisto por el
fabricante del kit, se agregó el sustrato con el TMB y se incubó
durante 10 minutos a temperatura ambiente en la oscuridad. Se
mezcló 2 o 3 veces el contenido de los pozos y se observó la
aparición del color azul. Luego de la incubación se agregó a cada
pozo una gota de solución de parada, en este procedimiento se
generó un cambio de color azul a amarillo cuando los resultados
fueron positivos. Por último, se midió la absorbancia en un rango de
450 nm en el espectrofotómetro Nano Vue (General Electric - serie
110482), según el fabricante del kit, se consideró que una muestra
era positiva cuando los valores de la absorbancia fueron ≥ de 0,15.
Las muestras fueron analizadas por triplicado en el mismo ensayo.
Detección de Giardia
amplificación por PCR
por
métodos
moleculares
de
Se usaron 200 μl de la muestra concentrada en tubos de 1,5 ml
para realizar una serie de tres lavados con 200 μl de agua
desionizada y 200 μl de buffer salino fosfatado (PBS 1X, pH 7,0),
mediante centrifugación a 1500 g durante 10 minutos. Se realizó la
extracción de ADN de las 88 muestras, por el método fenolcloroformo- alcohol isoamílico (25:24:1) (Gonçalves et al., 2008),
cada muestra se procesó individualmente en cámara de
bioseguridad clase IIA.
Para evitar interferencias en el diagnóstico individual, al iniciar cada
jornada de trabajo, se realizó la extracción de una muestra control,
libre de parásitos, que permitía corroborar las condiciones del área
de trabajo y la pureza de los reactivos. La cantidad y la calidad del
ADN extraído, se determinó por electroforesis (Sanguinetti, Días y
Simpson, 1994) y también con la ayuda del espectrofotómetro Nano
Vue a una absorbancia de 260/280 nanómetros.
Los análisis moleculares correspondieron a la amplificación por PCR
de dos secuencias génicas nucleares comúnmente utilizadas como
identificadoras del parásito, la subunidad pequeña ribosomal (SSUADNr) y el gen TPI (triosa fosfato isomerasa) (Sulaiman et al.,
2003). Se utilizó la técnica de PCR anidada con el fin de maximizar
la posibilidad de detección de ADN genómico y con ello incrementar
la sensibilidad de la prueba. Para la PCR se usaron cuatro juegos
de cebadores, dos para cada uno de los genes: AL4303 - AL4305,
AL4304 - AL4306, AL3543 - AL3546 y AL3544 - AL3545 (Tabla 1),
la especificidad de cada uno de los cebadores se evaluó con la
herramienta
“nucleótide
blast”
disponible
en
línea
(http://blast.ncbi.nlm.nih.gov/).
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 159-170
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Los productos de amplificación se separaron en geles de agarosa al
0,6% bajo condiciones de voltaje constante de 100 V y coloreados
con bromuro de etidio. Para mejorar la resolución de las bandas
también se utilizaron geles verticales de poliacrilamida al 6%
coloreados con nitrato de plata (Sanguinetti et al., 1994; Robertson
et al., 2007).
RESULTADOS
Se analizaron en total 88 muestras de materia fecal humana
procedentes de pacientes que consultaron con síntomas de
enfermedad diarreica a la empresa prestadora de servicios de salud,
y se comparó el porcentaje de pruebas positivas mediante tres
métodos diagnósticos: concentración (microscopía), inmunoensayo
(ELISA) y molecular (PCR de los genes SSU-ADNr y TPI).
Empleando el método convencional de concentración de muestra y
microscopía óptica, se pudo comprobar que los quistes de Giardia
tenían forma redonda-ovalada con un tamaño aproximado de 8 a 12
micrómetros de diámetro y una coloración citoplásmica ámbar
positiva con el reactivo de lugol, lo cual concuerda con la
descripción señalada en otros estudios (Beaver, Jung y Cupp, 1984;
Adam, 2001; Inpankaew et al., 2007; Molina, 2009). En las placas
montadas para microscopía también fue posible observar la
presencia de otros microorganismos parasitarios, como por ejemplo
Escherichia coli, Entamoeba histolytica y levaduras.
El ADN obtenido mostró buena calidad según el análisis
espectrofotométrico. Durante la amplificación de dos genes
nucleares por PCR, la mayoría de las muestras positivas exhibieron
tamaños acordes con lo reportado en la literatura (Figura 3). Sin
embargo, para el gen nuclear SSU-ADNr, amplificado mediante los
cebadores AL43 y PCR anidada, en 14 muestras del total
analizadas se observaron productos de amplificación cuya
estimación está alrededor de 180 pb (Figura 4), lo cual difiere de lo
reportado en otros estudios con Giardia para este marcador
(Sulaiman et al., 2003).
©Universidad de Caldas
164
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Por concentración y microscopía convencional en total se obtuvieron
tres muestras positivas para Giardia lamblia (Figura 1). Por el
método de inmunoensayo por ELISA se obtuvieron dos muestras
positivas (Figura 2). Finalmente, por el método de amplificación
génica por PCR de dos loci nucleares del parásito (SSU-ADNr y
TPI) se obtuvieron 26 muestras positivas (Figura 3). Los resultados
de los tres ensayos se resumen en la Tabla 2.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 159-170
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Las mismas muestras que resultaron positivas por el método
convencional de concentración y microscopía, también lo fueron por
el de inmunoensayo (ELISA) y por el de amplificación de dos genes
nucleares por PCR.
DISCUSIÓN
Tanto el método convencional de diagnóstico de la giardiasis por
concentración de la muestra y microscopía, como el de
inmunoensayo por ELISA, presentaron bajo nivel de detección para
la detección del parásito en heces humanas, comparados con los
métodos moleculares basados en la amplificación por PCR de dos
genes marcadores, la subunidad ribosomal pequeña (SSU-ADNr) y
la triosa fosfato isomerasa (TPI). Es notablemente mayor el
porcentaje de diagnósticos positivos (29,6% del total de muestras),
comparado con las detecciones logradas por los otros dos métodos;
3,4% por microscopía convencional y 2,3% por inmunoensayo tipo
ELISA (Tabla 2).
©Universidad de Caldas
166
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Estos resultados se pueden comparar con lo obtenido en otros
estudios (Corinne et al., 2003; Braga y Catapani, 2005; Inpankaew
et al., 2007; Miller y Sterling, 2007), los cuales reportan que los
métodos de observación de quistes al microscopio y el diagnóstico
del parásito por la técnica de inmunoensayo por ELISA, fueron
menos eficientes comparados con el diagnóstico molecular
utilizando amplificación génica por PCR. En el trabajo de Miller y
Sterling (2007) los frotis se tiñeron por inmunofluorescencia y los
quistes fueron confirmados en tres de las ocho muestras, pero en
una cantidad mínima de dos a cuatro quistes por cada una, mientras
que por el método molecular se detectó la presencia de Giardia en
la totalidad de ellas.
Se debe mencionar que el método de inmunoensayo tiene algunos
aspectos que limitan su aplicación, pues requiere de una correcta
recolección y conservación de la materia fecal; además, se puede
ver afectado por las técnicas de concentración utilizadas y el tiempo
transcurrido desde la infección hasta la aparición del parásito en
heces, el cual puede ser de dos a tres semanas; por lo que suelen
darse falsos negativos en los estadios iniciales de la misma o en el
caso de pacientes con patrones de excreción bajos, en los que la
detección o confirmación de la infección puede requerir el análisis
de dos a tres muestras semanales durante cuatro a cinco semanas.
En los resultados de amplificación por PCR del gen SSU-ADNr se
observó que en 14 muestras analizadas existe un producto de
amplificación aproximado de 180 pb (Figura 4). Por su parte otro
estudio también reportó un producto de amplificación en este gen de
tamaño diferente al esperado (Inpankaew et al., 2007). En dicho
estudio también se utilizaron los mismos iniciadores AL43 para el
gen SSU-ADNr, y el amplicón tenía un tamaño de 300 pb,
excediendo hasta en 45 pb lo reportado por los demás autores.
Todo esto sugiere, entre otras opciones, la presencia de un biotipo
desconocido hasta ahora de Giardia lamblia presente en heces
humanas en la población estudiada. Otras opciones incluyen la
posibilidad de amplificaciones inespecíficas relacionadas con otros
protozoarios asociados a la microbiota humana, como por ejemplo
Chilomastix, Entamoeba o Trichomona, entre otros.
Este resultado puede dar lugar a la realización de nuevos estudios,
que pueden incluir métodos para la determinación de la sensibilidad
y especificidad de las pruebas, incluso a través de la secuenciación
de ADN para determinar con mayor precisión las nuevas variantes
genéticas que pueden existir en poblaciones humanas poco
estudiadas, como es el caso de Manizales.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 159-170
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Estos hallazgos sugieren que estos marcadores moleculares
pueden ser objeto de una variación alélica importante entre
aislamientos de la misma especie del parásito, un fenómeno que
puede ser aprovechado como una herramienta eficiente para la
tipificación molecular de genotipos variables del parásito, la
realización de estudios de zoonosis potenciales (de riesgo) y la
comprensión de las relaciones que deben existir entre el perfil
genético de los aislados, las manifestaciones clínicas y la respuesta
a los tratamientos. Todo lo cual conduce a la planeación de mejores
estrategias de manejo, control y prevención de la giardiasis y una
mejor comprensión de las dinámicas que gobiernan su
epidemiología.
AGRADECIMIENTOS
A las biólogas Margarita Díaz y Carolina Osorio Solano, por su
apoyo técnico en laboratorio; a la profesora Carmen Dussan Luber,
M.Sc. por la asesoría estadística, y a todos los integrantes del grupo
de investigación GEBIOME (Genética, Biodiversidad y Manejo de
Ecosistemas) por prestarnos todo el soporte técnico, equipos y
entrenamiento requeridos. A la Entidad Promotora de Salud
ASSBASALUD, por facilitar la recolección de las muestras para los
análisis. Finalmente, a la Vicerrectoría de Investigaciones y
Postgrados de la Universidad de Caldas por la financiación del
proyecto.
REFERENCIAS







©Universidad de Caldas
Adam, R.D. (2001). Biology of Giardia lamblia. Clinical Microbiol.
Reviews, 14, 447-475.
Barrientos, P.D., Torrico, M.C. y Suárez, E. (2008). Detección de
Cryptosporidium spp. y Giardia lamblia en niños inmunodeprimidos
del Hospital del Niño Manuel Ascencio Villarroel de Cochabamba en
Agosto de 2007. GMB, 31(1), 45-49.
Beaver, P.C., Jung, R.C, y Cupp, E.W. (1984). Clinical Parasitology
(9th ed.). Philadelphia: Lea and Febiger. p. 52-56.
Braga, A.M. y Catapani, W.R. (2005). Enzyme-linked immunosorbent
assay (ELISA) immunoassaying versus microscopy: advantages and
drawbacks for diagnosing giardiasis. Sao Paulo Med. J., 123(6), 282285.
Cacciò, S.M., De Giacomo, M., Aulicino, F.A. y Pozio, E. (2003).
Giardia cysts in wastewater treatment plants in Italy. Appl. Environ.
Microbiol., 69(6), 3393-3398.
Carmona, J., Uscátegui , R.M. y Correa, A.M. (2009). Parasitosis
intestinal en niños de zonas palúdicas de Antioquia (Colombia).
Iatreia, 22(1), 27-46.
Chaves, M.P., Fernández, J.A., Ospina, I., López, M.C., Moncada, L.
y Reyes, P. (2007). Tendencia de la prevalencia y factores asociados
a la infección por Giardia duodenalis en escolares y preescolares de
una zona rural de Cundinamarca. Biomédica, 27, 345-351.
168
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014














©Universidad de Caldas
Corinne, F.L., Amar, P.H. y McLauchlin, J. (2003). Detection and
genotyping by real-time PCR/RFLP analyses of Giardia duodenalis
from human faeces. J Med Microbiol., 52, 681-683.
Fernández, P.S. y Díaz, P.S. (2003). Pruebas diagnósticas. Cad
Aten Primaria, 10, 120-124.
Gonçalves, E.M.N., Araújo, R.S., Orban, M., Matté, G.R., Matté, M.H.
y Corbett, C.E.P. (2008). Protocol for DNA extraction of
Cryptosporidium spp. oocysts in fecal samples. Rev. Inst. Med. trop.
S. Paulo, 50(3), 165-167.
González de la Rosa, J.B., Barbadillo Izquierdo, F., Merino Arribas,
J.M. y Sánchez, J. (1999). Aparato Digestivo. Parasitosis
intestinales. Protocolo diagnóstico-terapéutico. Bol Pediatr, 39, 106111.
Inpankaew, T., Traub, R., Thompson, R.C. y Sukthana, Y. (2007).
Canine parasitic zoonoses in Bangkok temples. Southeast Asian J
Trop Med Public Health, 38(2), 247-55.
Izquierdo, A., Mendoza, D., Sarria, C.A. y Álvarez, G. (2006).
Prevalencia de Parasitosis Intestinal en niños de nivel primario de la
Institución Educativa Juan María Rejas de la localidad Tacneña de
Pachía,
Perú.
Revista
Ciencias.com.
Recuperado
de
http://www.ilustrados.com/tema/8809/Prevalencia-ParasitosisIntestinal-ninos-nivel-primario.html
Johnston, A.R., Gillespie, T.R., Rwego, I.B., McLachlan, T.L., Kent,
A.D. y Goldberg, T.L. (2010). Molecular epidemiology of crossspecies Giardia duodenalis transmission in western Uganda. PLoS
Negl Trop Dis., 4(5), e683. doi: 10.1371/journal.pntd.0000683.
Lora-Suárez, F., Marín-Vásquez, C., Loango, N., Gallego, M., Torres,
E., González, M., Castaño-Osorio, J. y Gómez-Marín J. (2002).
Giardiasis in children living in post-earthquake camps from Armenia
(Colombia).
BMC
Public
Health,
2.
Recuperado
de
http://download.springer.com/static/pdf/306/art%253A10.1186%2
52F1471-2458-25.pdf?auth66=1385319461_0e96cf4c940760e2af3743cb73a649f3
&ext=.pdf
Medina, L., García, M.G., Galván, A.L. y Botero, J. (2009).
Prevalencia de parásitos intestinales en niños que asisten al Templo
Comedor Sagrado Corazón Teresa Benedicta de la Cruz, del barrio
Vallejuelos, Medellín, 2007. Iatreia, 22(3), 227-234.
Miller, K.M. y Sterling, C.R. (2007). Sensitivity of Nested PCR in the
detection of low numbers of Giardia lamblia cysts. Applied and
environmental microbiology, 73(18), 5949-5950.
Molina, N.B. (2009). Epidemiología molecular de Giardia lamblia en
comunidades urbanas y rurales de Buenos Aires y Mendoza,
Argentina. (Tesis de Magíster en Ciencias del Laboratorio Clínico).
Facultad de Ciencias Exactas. Universidad Nacional de La Plata,
Argentina.
Molina, N.B., Polverino, P., Minvielle, M.C., Apezteguía, M., Aguilar,
M. y Basualdo, J.A. (2006). Comparación de métodos de lisis y
extracción de ADN de trofozoítos de Giardia lamblia. Parasitol
Latinoam, 61, 133-137.
Monis, P.T., Andrews, R.H., Mayrhofer, G. y Ey, P.L. (1999).
Molecular Systematics of the Parasitic Protozoan Giardia intestinalis.
Mol Biol Evol., 16(9), 1135-1144.
Núñez, F.A. (2004). Estudio de factores asociados con la reinfección
por Giardia lamblia en niños de círculos infantiles. (Tesis de
revista.luna.azúl. 2014; 38: 159-170
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014








Doctorado). Departamento de Parasitología, Subdirección de
Parasitología, Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí”. Cuba.
Paulino, R.C. (2005). Detección Molecular de Giardia sp. en
muestras fecales y agua: Extracción de ADN genómico, PCR y
RFLP. (Tesis de Postgrado). Universidad Federal de Paraná, Brasil.
Robertson, L.J., Forberg, T., Hermansen, L., Hamnes, I.S. y Gjerde,
B. (2007). Giardia duodenalis cysts isolated from wild moose and
reindeer in norway: genetic characterization by PCR-RFLP and
sequence analysis at two genes. J Wildl Dis., 43(4), 576-585.
Sanguinetti, C., Dias, N. y Simpson, A. (1994). Rapid silver staining
and recovery of PCR products separates on polycrylamide gels.
Biotechniques, 17, 914-919.
Sulaiman, I.M., Fayer, R., Bern, C., Gilman, R.H., Trout, J.M.,
Schantz, P., Das, P., Lal, A.A. y Xiao, L. (2003). Triosephosphate
Isomerase Gene Characterization and Potential Zoonotic
Transmission of Giardia duodenalis. Enfermedades Infecciosas
Emergentes, 9(11), 1444-1452.
Téllez, A., Winiecka-Krusnell, J., Paniagua, M. y Linder, E. (2003).
Antibodies in mother’s milk protect children against giardiasis. Scand
J Infect Dis, 35(5), 322-325.
Winkworth, C.L., Learmonth, J.J., Matthaei, C.D. y Townsend, C.R.
(2008). Molecular characterization of Giardia isolates from calves and
humans in a region in which dairy farming has recently intensified.
Appl Environ Microbiol, 4(16), 5100-5105. doi: 10.1128/AEM.
World Health Organization. (2002). Guidelines for drinking water
quality. Addendum: Microbial agents in drinking water (2nd ed.).
Geneva, Switzerland: WHO.
Yason, J.A. y Rivera, W.L. (2007). Genotyping of Giardia duodenalis
isolates among residents of slum area in Manila, Philippines.
Parasitol. Res., 101, 681-687.
1. Biólogo Egresado de la Universidad de Caldas.
2. Profesor e investigador del Grupo de Biosalud, Departamento de
Ciencias Básicas para la Salud, Facultad de Ciencias para la Salud,
Universidad de Caldas.
3. Profesor e investigador del Grupo de investigación Genética,
Biodiversidad y Manejo de Ecosistemas, GEBIOME. Departamento
de Ciencias Biológicas, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales,
Universidad de Caldas.
4. Profesor e investigador del Grupo de Investigación en Tecnologías
de Información y Redes, GITIR. Departamento de Sistemas e
Informática, Facultad de Ingeniería, Universidad de Caldas.
* Autor para la correspondencia.
Para citar este artículo: Cardona, E., Castañeda, S., Álvarez, M. E.,
Pérez, J. E., Rivera Páez, F. A. & López Gartner, G. A. (2014).
Comparación de métodos convencionales y moleculares para la
detección de Giardia lamblia en heces humanas. Revista Luna Azul,
38,
159-170.
Recuperado
de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v
iew&id=900
©Universidad de Caldas
170
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
METODOLOGÍA PARA EL DIAGNÓSTICO DE ÁREAS URBANAS
CON ALTA EXPOSICIÓN A RADIACIONES
ELECTROMAGNÉTICAS EMITIDAS POR ESTACIONES BASE
DE TELEFONÍA MÓVIL1
Lina María Gallego Serna2
Javier Ignacio Torres Osorio3
Jorge Abel Castañeda Salazar4
Recibido el 29 de junio de 2013 y aprobado el 13 de septiembre de
2013
RESUMEN
La proliferación incontrolada de estaciones base de telefonía móvil
(EBTM) en centros urbanos y, especialmente, en zonas con
establecimientos considerados como vulnerables a las radiaciones
no ionizantes (RNI) con relación al tipo de personas que albergan,
ha generado preocupación por los posibles efectos nocivos para la
salud que se pueden presentar en la población, a causa de la
exposición a las radiaciones electromagnéticas emitidas por este
tipo de equipos. Para abordar esta situación desde un enfoque
técnico-ambiental, se diseñó e implementó una metodología para
diagnosticar áreas con alta exposición a RNI emitidas por EBTM, en
la que se tienen en cuenta factores amenazantes y vulnerables de
este potencial escenario de riesgo. Esta metodología se estructura
mediante la elaboración de un inventario de EBTM, una zonificación
de las áreas con alta exposición a RNI emitidas por estas fuentes
radioeléctricas y la implementación de una matriz multicriterios. Con
la interacción de estos tres elementos, se genera un mapa de riesgo
por exposición a RNI emitidas por EBTM, que facilita a nivel
territorial la localización y visualización de áreas con alta exposición,
teniendo en cuenta las zonas con mayor grado de vulnerabilidad.
Finalmente, con base en estos resultados se obtiene un diagnóstico
del escenario de riesgo por el posicionamiento de EBTM,
pudiéndose identificar las zonas críticas o de alto riesgo, las cuales
son consideradas como áreas sensibles donde se deben realizar de
forma prioritaria las mediciones de las RNI de inmisión y emisión y,
determinar el cumpliendo de los límites establecidos. La validación
de esta metodología se efectuó en el municipio de Cartago (Valle
del Cauca), donde se diagnosticaron las áreas con alta exposición a
las RNI emitidas por las EBTM y se determinaron las zonas de alto
riesgo.
PALABRAS CLAVE
Radiaciones electromagnéticas no ionizantes, estaciones base de
telefonía móvil, escenario de riesgo, mapa de riesgo.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
METHODS FOR THE DIAGNOSIS OF URBAN AREAS WITH
HIGH EXPOSURE TO ELECTROMAGNETIC RADIATION
EMITTED BY MOBILE PHONE BASE STATIONS
ABSTRACT
The uncontrolled proliferation of mobile phone base stations (MPBS)
in urban centers and especially in areas with facilities considered
vulnerable to non-ionizing radiation (NIR) in relation to the type of
people they are home to has generated concerns about the potential
adverse health effects that may occur in the population, because of
the exposure to electromagnetic radiation emitted by this type of
equipment. To address this situation from a technical and
environmental approach, a methodology to diagnose areas exposed
to NIR issued by MPBS was designed and implemented, which
takes into account threatening and vulnerable factors of this potential
risk scenario. This methodology is structured through the
development of an MPBS inventory, a zoning of the areas exposed
to high NIR emitted by these radio-electric sources, and the
implementation of a multicriteria matrix. With the interaction of these
three elements, a risk map is generated by exposure to NIR
emitted by MPBS, which facilitates the location and visualization of
areas with high exposure at the territorial level, thus considering the
areas of greatest vulnerability. Finally, based on these results a
diagnosis of the risk scenario is obtained by the MPBS positioning ,
being possible to identify critical or high risk areas, which are
considered as sensitive areas where NIR emission and immision
measurements must be done as a priority and determine the
accomplishment of defined limits. The validation of this methodology
was made in the municipality of Cartago (Valle del Cauca), where
areas highly exposed to NIR emitted by EBTM were diagnosed and
high-risk areas were identified.
KEY WORDS
Non-ionizing electromagnetic radiations,
stations, risk scenario, risk map.
mobile
phone
base
INTRODUCCIÓN
La telefonía móvil celular ha tenido un crecimiento casi exponencial
durante los últimos años, con operadores que incursionan en el
mercado con nuevas tecnologías y redes móviles, para lo cual
instalan mayor número de EBTM (estaciones base de telefonía
móvil) que garanticen niveles de cobertura y calidad del servicio a
todos los abonados, los cuales en Colombia llegaron a la cifra de
49’066.359 de usuarios activos para el cuarto trimestre de 2012
(Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones
–MinTIC–, 2013). No obstante, este crecimiento acelerado ha
generado un incremento en el número de personas expuestas a las
RNI (radiaciones no ionizantes) emitidas por las EBTM, ubicadas en
los centros urbanos y en las áreas rurales de los diferentes
territorios. Esta situación genera un ambiente de preocupación por
parte de los ciudadanos, autoridades y especialistas en el tema,
©Universidad de Caldas
172
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
frente a los posibles efectos nocivos que se pueden generar en las
personas, a causa de la exposición a las RNI emitidas por este tipo
de fuentes, entre otras (Gallego, 2011).
Dando respuesta a esta situación, el 31 de mayo de 2011 la
Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por
sus siglas en inglés) clasificó los campos electromagnéticos de
radiofrecuencia generados por los teléfonos móviles como
“posiblemente cancerígenos”, tras revisar todas las evidencias
científicas sobre exposición a radiofrecuencias como las emitidas
por estos dispositivos (IARC, 2011). Por otra parte, la International
Commission for No-Ionizing Radiation Protection (ICNIRP) había
elaborado en 1998 una guía de niveles de referencia y restricciones
básicas, cuyo cumplimiento garantizase la seguridad de los
ciudadanos en lo referente a radioprotección, ante los efectos
perjudiciales de la exposición a las RNI (ICNIRP, 1998). Un año
después, el Consejo de la Unión Europea publicó la Recomendación
519 de 1999, que establece los niveles máximos de exposición del
público en general a los campos electromagnéticos (CEM) entre 0 a
300 GHz (Úbeda, 2002). Igualmente, la Unión Internacional de
Telecomunicaciones (UIT) aprobó en el año 2000 la
Recomendación UIT-T K.52, cuya finalidad es facilitar el
cumplimiento de los límites de exposición de las personas a los
campos electromagnéticos generados en una gama de frecuencia
de 9 kHz a 300 GHz (UIT, 2000).
Estas recomendaciones internacionales han sido acogidas por una
5
gran cantidad de países entre los que se encuentra Colombia ; sin
embargo, las restricciones propuestas protegen a la población
exclusivamente de los efectos térmicos –calentamiento de los
tejidos vivos, entre otros efectos biológicos a corto plazo– que han
sido estudiados y no plantean ningún tipo de duda científica. Por el
contrario, frente a los efectos no térmicos existe una incertidumbre,
dado que el mecanismo causal que relaciona las RNI con dichos
efectos no ha sido aceptado de manera científica por los
organismos internacionales de control, para lo cual se han
planteado múltiples hipótesis explicativas (Embid, 2009; Touzet,
2010). No obstante, el hecho de que la IARC haya clasificado los
CEM generados por los teléfonos móviles como “posiblemente
cancerígenos”, plantea indicios para considerar como probada la
relación de causalidad entre la exposición a las radiaciones
electromagnéticas emitidas por estos dispositivos (teléfonos
celulares y antenas de telefonía móvil) y la sintomatología o la
enfermedad, como lo proponen diversos estudios epidemiológicos
realizados por Santini et al. (2002), Navarro et al. (2003), Santini et
al. (2003), Eger et al. (2004), Wolf y Wolf (2004), Hutter et al. (2006),
Abdel-Rassoul et al. (2007) y Bortkiewicz et al. (2012).
En estos estudios realizados a personas que viven en la cercanía de
la EBTM, se ha encontrado que están expuestas a las RNI y que
han presentado afecciones del sistema circulatorio, trastornos del
sueño, irritabilidad, depresión, dificultades de concentración, visión
alterada, náuseas, pérdida del apetito, dolores de cabeza, fatiga o
cansancio injustificado, malestar, vértigos, trastornos auditivos,
pérdida de la memoria, mareos, alteraciones dérmicas, disminución
de la libido o deseo sexual y cáncer. Además, las investigaciones
evidencian una correlación significativa entre los síntomas presentes
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
entre los vecinos y la densidad de potencia; por lo tanto, el número
de síntomas registrados y la gravedad de ellos fue más elevado en
la proximidad de la EBTM que a medida que se alejan (Pilette, 2007;
Santini, 2006; Khurana et al., 2010). Estos estudios también han
sido corroborados por diferentes declaraciones, entre las que se
encuentra la Declaración de Friburgo (9/10/2002)6, en la que un
grupo de médicos reclaman la atención de sus colegas y de los
poderes públicos sobre la sintomatología que han presentado sus
pacientes con relación a la exposición a las RNI emitidas por las
EBTM y los teléfonos celulares (Interdisziplinare Gesellschaft fur
Umweltmedizin –IGUMED–, 2002).
Por consiguiente, se puede decir que la omnipresencia de las EBTM
en los territorios ha generado lo que comúnmente se denomina
escenario de riesgo –que en este caso es de origen antrópico
tecnológico7– y que se caracteriza por ser un campo delimitado de
una condición de riesgo para la salud pública del municipio, que se
origina de la interacción de dos factores que son interdependientes,
la amenaza y la vulnerabilidad8. El factor amenazante hace
referencia a la probabilidad de que la exposición a las RNI emitidas
por las EBTM generen efectos biológicos adversos o impactos a la
salud de la población que se encuentra cerca a estas fuentes
radiantes; mientras que el factor vulnerable hace alusión a la
susceptibilidad de las personas para ser afectadas por las RNI
(Torres y Ochoa, 2007; Gallego, 2011).
En lo que respecta al marco normativo colombiano en materia de
gestión del riesgo, se establece la necesidad de estudiar y localizar
los riesgos antrópicos y, trabajar en la prevención y mitigación de
este tipo de riesgos, como se define en las estrategias del Plan
Nacional para la Prevención y Atención de Desastres, expuestas en
el Decreto 93 de 1998, Artículo 6 y en el documento CONPES 3146:
“el conocimiento sobre los riesgos de origen natural y antrópico” y
“la incorporación de la prevención y reducción de riesgos en los
Planes de Ordenamiento y Desarrollo Territorial y, en los Planes de
Desarrollo Sectorial”. Además, en la Ley 388 de 1997 de Desarrollo
Territorial, se decreta a los municipios localizar y delimitar en la
cartografía oficial las zonas que presentan alto riesgo para la
localización de asentamientos humanos; por consiguiente, se
deberá considerar como parte fundamental para los procesos de
ordenamiento territorial y la gestión del riesgo de los municipios, y la
identificación, evaluación y manejo adecuado del riesgo de origen
antrópico tecnológico inherente al servicio de telefonía móvil. Por
otra parte, y dando sustento a lo expuesto, la Corte Constitucional
de Colombia emitió el 12 de diciembre de 2012 la Sentencia T1077/12, en la que se ordena “al Ministerio de Tecnologías de la
Información y las Comunicaciones que, en aplicación del principio
de precaución, regule la distancia prudente entre las torres de
telefonía móvil y las viviendas, instituciones educativas, hospitales y
hogares geriátricos”; igualmente, ordena “a la Agencia Nacional del
Espectro que, en ejercicio de su función de vigilancia y control,
verifique que la radiación emitida por las antenas de telefonía móvil
celular se encuentren dentro de los límites permitidos, establecidos
en la Resolución 1645 de 2005”.
Conforme a lo anterior, se consideró que el potencial escenario de
riesgo generado por las radiaciones electromagnéticas emitidas por
©Universidad de Caldas
174
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
las EBTM, requiere de la definición de una metodología que facilite
a los investigadores y/o a los entes de control de los municipios el
diagnóstico de las áreas con alta exposición a las RNI emitidas por
las EBTM y la identificación de las áreas de alto riesgo; es por ello,
que en esta investigación se expone un método con tres
instrumentos que son válidos, viables y prácticos para analizar de
forma integral la situación generada por la localización, instalación y
funcionamiento de las EBTM a nivel urbano y, la interacción de
estas con el entorno inmediato.
Características de la interacción de las EBTM con el espacio
circundante
Estas características dependen de factores propios de las
estaciones base y de los tipos de edificaciones que existen en la
zona donde opera la estructura radioeléctrica; por esto, se
consideran algunas edificaciones como vulnerables, por ejemplo:
instituciones educativas, jardines infantiles, guarderías, hogares de
bienestar familiar, centros de salud, hospitales, hogares geriátricos y
centros penitenciarios. Estos sitios se determinaron como
vulnerables, debido a que en ellos habita y/o concurre la población
más susceptible a las RNI: niños(as), adultos mayores, personas
con marcapasos, mujeres embarazadas y quienes tienen un sistema
biológico sensible a estas radiaciones (Santini, 2006; Pilette, 2007).
Sumado a ello, se debe tener en cuenta la distancia entre cada
lugar vulnerable y la EBTM, puesto que la ubicación de un ser vivo a
una menor distancia con respecto a la dirección de emisión del
lóbulo principal de una antena de telefonía móvil implica una
exposición con densidad de potencia más alta, dado que esta es
inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que hay al
emisor.
Con relación a la distancia, se establecieron tres áreas específicas
para evaluar el factor vulnerable: menor a 100 m, entre 100 y 200 m,
y entre 200 y 300 m; pues estudios epidemiológicos como los de
Santini et al. (2002), Navarro et al. (2003), Santini et al. (2003) y
Bortkiewicz et al. (2012) han relacionado algunos efectos
perjudiciales en la salud humana o patologías específicas con cada
una de estas áreas aledañas a las EBTM. En estos estudios se
encontró que a una distancia menor a 100 m de las estaciones
base, las personas presentan síntomas como: irritabilidad, tendencia
depresiva, pérdida de la memoria, dificultades de concentración,
náuseas, vértigos y disminución de la libido; entre 100 y 200 m de la
fuente radiante los síntomas son: dolores de cabeza, perturbaciones
del sueño y sentimientos de incomodidad, y a una distancia entre
200 y 300 m, el síntoma más común es la fatiga o el cansancio
injustificado. Igualmente, se ha encontrado que a menos de 400 m
de la fuente radiante aumenta la probabilidad de padecer algún tipo
de cáncer (Eger et al., 2004); por lo tanto, se puede deducir que las
áreas que se pueden ver afectadas por las radiaciones
electromagnéticas, se localizan en un radio de menos de 400 m con
respecto a las EBTM, en la dirección de emisión de los lóbulos
principales.
Como se señaló anteriormente, es importante tener en cuenta el tipo
de edificaciones circundantes a la EBTM, puesto que según Santini
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
y Bonhomme (citados por Balmori, 2004), existen reemisores
pasivos capaces de reflejar las ondas electromagnéticas (v.g.
estructuras metálicas como: contraventanas, puertas de garaje y
rampas de escaleras) o de amortiguarlas, por ejemplo: edificios,
árboles, montañas u otras estructuras; es decir que estos elementos
naturales y construidos son capaces de obstruir la señal entre la
estación base y el móvil (Camacho y Torres, 2007). No obstante, en
la mayoría de los casos las radiaciones electromagnéticas emitidas
por las antenas de telefonía móvil penetran en los edificios
colindantes y se propagan en el entorno por difracción y reflexión
(Colegio Oficial Ingenieros de Telecomunicación, 2001).
Por otra parte, se ha considerado que un individuo que habita en un
edificio, el cual posee la EBTM, recibe menos radiación que el
individuo del edificio vecino que está expuesto frontalmente y a
menor distancia. Sin embargo, el habitante del edificio que porta la
estación base puede estar irradiado por las reflexiones de las
radiaciones electromagnéticas, esto solo si existe alguna estructura
en el edificio vecino que refleje dichas ondas (ver Figura 1) (Grupo
de Estudios de Bio-Ingeniería, 2007). Sin embargo, es importante
que se evalúe si las personas que habitan en el último piso del
edificio que porta la EBTM se pueden ver afectadas por lóbulos
secundarios de las antenas ubicadas allí.
En síntesis, el aumento de la potencia de radiación para sobrepasar
los obstáculos de los edificios y el hecho de que estos sean
estructuras de mayor densidad poblacional, con poca distancia a la
fuente radiante, en la mayoría de los casos, con una altura similar a
esta, son aspectos importantes para darle relevancia a este criterio
al momento de seleccionar las áreas de alto riesgo por la exposición
a las radiaciones electromagnéticas emitidas por las EBTM.
Respecto a los factores propios de las estaciones base, es
importante determinar el tipo de estructura que sirve de soporte al
conjunto de antenas de telefonía móvil (v.g. se evidencian tres
casos: antenas ubicadas en torres o mástiles localizadas al nivel del
suelo (ver Figura 2), antenas en torres ubicadas en las azoteas de
©Universidad de Caldas
176
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
los edificios (ver Figura 3) y antenas ubicadas en la parte superior
de un edificio o vivienda de menos de tres pisos (ver Figura 4).
También, es importante conocer el número de antenas en cada
EBTM, debido a que la cantidad y el tipo de antenas que se
dispongan dependen de las características del espacio de cobertura
y de la potencia a irradiar que desea el operador; en otras palabras,
el número de antenas en una EBTM depende de varios factores,
como: el tipo de célula, si hay compartición de infraestructura (ver
Figura 5), y las características topográficas y urbanísticas del área
de cobertura. Por lo anterior, si se desea dar cubrimiento a una
celda o célula de gran área, se emplean antenas con ángulos
horizontales más cerrados, dado que el alcance de la antena es
mayor. Además, si el área de cubrimiento tiene un mayor número de
edificios y de tráfico de llamadas (v.g. el centro de las ciudades), se
reduce el área de las celdas de cobertura de las EBTM y se
aumenta el número de estaciones en el sector, para poder
garantizar niveles óptimos de señal a los usuarios, lo que genera
más emisiones, y por ende, una mayor exposición del público
(Federación Española de Municipios y Provincias, 2008; Gallego,
2011).
Conforme a lo anterior, se puede decir que el número de antenas se
segmenta en cinco (5) grupos; en primer lugar, los operadores del
servicio de telefonía móvil disponen en las estaciones base como
mínimo tres antenas que cubren un ángulo de 120° cada una; sin
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
embargo, se han encontrado EBTM con una y dos antenas,
conocidas como microcélulas con radio de cubrimiento pequeño (ver
figura 6); por lo tanto, se determina que podría presentarse un
rango menor o igual a tres antenas en una EBTM (Federación
Española de Municipios y Provincias, 2008; Gallegos, 2009). En
segundo lugar, se establece un rango entre cuatro (4) a seis (6)
antenas, debido a que es común que los operadores empleen
cuatro antenas que cubren un ángulo de 90° cada una o seis
antenas que cubren un ángulo de 60° (Balmori, 2004). Por otro lado,
se define un rango entre siete (7) a nueve (9) antenas, otro entre
diez (10) a doce (12) antenas y, finalmente, un rango mayor o igual
a trece (13) antenas; puesto que, existen estaciones base con una
cantidad elevada de antenas, por ejemplo, los casos donde se
presenta compartición de infraestructura o emplazamiento.
Por último, se determina como un factor crítico las EBTM que se
encuentran a menos de 300 m una de la otra y en los casos donde
se presenta compartición de infraestructura; puesto que, en el
primer caso, se genera un área intermedia donde se superponen los
CEM de las estaciones base cercanas, situación que se hace más
crítica en la medida en que existan en esta área sitios identificados
como vulnerables; mientras que, en el segundo caso, el área de
superposición de los CEM se presenta cuando las antenas de varios
operadores que comparten la infraestructura emiten sus lóbulos
principales en la misma dirección. Esto implica que la superposición
de los CEM se podría presentar en las áreas más cercanas a las
EBTM, donde la densidad de potencia es mayor.
METODOLOGÍA
Se propone un método para diagnosticar las áreas urbanas con alta
exposición a las RNI emitidas por las EBTM, el cual consta de tres
instrumentos que son: (1) inventario de EBTM, (2) zonificación de
las áreas con alta exposición a RNI emitidas por EBTM y (3) matriz
multicriterios. El inventario de estaciones base suministra la
información básica para desarrollar el mapa de zonificación y la
matriz multicriterios, además, posibilita determinar el número de
EBTM que poseen permiso para su instalación en el área urbana.
En el mapa se visualizan y localizan todas las EBTM y los sitios
vulnerables, con las distancias entre estos y las áreas de riesgo.
Finalmente, la matriz multicriterios brinda mayor especificidad a la
información presente en el mapa inicial, dado que valora otras
características propias del sistema radiante y muestra su interacción
con la población circundante; además, permite identificar los
diferentes grados de riesgo para las áreas con alta exposición a las
RNI emitidas por las EBTM.
Inventario de EBTM
El inventario de EBTM presenta dos actividades específicas que se
pueden efectuar de manera paralela. Una consiste en
georreferenciar todas las EBTM y los sitios considerados como
vulnerables, que se encuentren a menos de 300 m de las
estaciones base. Para este trabajo en campo, se debe contar con
©Universidad de Caldas
178
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
una matriz de localización y caracterización de EBTM en la que se
consideran los siguientes aspectos: ubicación de la estación
(dirección, comuna, y el barrio o urbanización), el operador, el año
de instalación, el tipo de estructura que sirve de soporte al conjunto
de antenas de telefonía móvil, el sitio de localización de la EBTM, el
número de antenas localizadas en la EBTM y, las coordenadas
geográficas de los sitios vulnerables, las estaciones base y los
edificios cercanos (< 100 m de la EBTM) con alturas similares a la
fuente radiante. La otra actividad es acudir a la Curaduría Urbana o
a la oficina de Planeación Municipal para conocer la localización y el
operador responsable de las EBTM que cuentan con licencia para
su instalación en el área urbana del municipio. Esta información
valida los datos recopilados en campo; además, permite identificar y
ubicar las EBTM que no se encuentran en la base de datos del
municipio; es decir, que no cuentan con la licencia o el permiso de
construcción; lo que permite conocer a su vez, la dinámica que
siguen los operadores respecto al crecimiento del sistema de las
telecomunicaciones y las medidas de control que deben adoptar los
entes competentes, las cuales deben ser incluidas en los Planes de
Ordenamiento Territorial.
Zonificación de las áreas con alta exposición a las radiaciones
electromagnéticas emitidas por las EBTM
Para zonificar las áreas con alta exposición a radiaciones
electromagnéticas emitidas por las EBTM, se requiere de un mapa
base del municipio, un software para el manejo de sistemas de
información geográfica (v.g. ArcGis 9.3) y los puntos
georreferenciados (EBTM y sitios vulnerables). Las distancias entre
las EBTM cercanas y las distancias entre los sitios identificados
como vulnerables y las estaciones base son determinadas a partir
del sistema de información geográfica, junto con las áreas de mayor
vulnerabilidad que tienen un radio de 100, 200 y 300 m respecto a la
estación base. Estas áreas, a su vez, permiten identificar zonas de
superposición de los CEM de las EBTM, que se encuentran a
menos de 300 m una de la otra.
Matriz multicriterios
La matriz multicriterios se propone para caracterizar y evaluar los
factores amenazantes y vulnerables que se pueden generar en el
escenario de riesgo de manera específica, dadas las características
propias de cada EBTM y la forma como esta interactúa con el
espacio circundante, para así identificar y describir las áreas de alto
riesgo por exposición a las RNI emitidas por EBTM. Para definir
cada uno de los criterios de la matriz se analizaron conceptos
técnicos y ambientales referentes al tema y se entrevistó a
especialistas en materia de telecomunicaciones para confrontar y
corroborar la importancia de cada criterio seleccionado en la
elaboración de la matriz.
Localización y valoración de las EBTM
En la matriz multicriterios se tienen en cuenta los aspectos básicos
del lugar de localización y las características de cada estación base,
los cuales corresponden a algunos elementos tenidos en cuenta en
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
el inventario de EBTM (v.g. ubicación de la estación, el operador, el
año de instalación, el tipo de estructura y la legalidad de la estación
base). En lo que respecta a la evaluación de los factores de riesgo,
se definieron cuatro criterios, siendo los dos primeros criterios los
que evaluaron el factor vulnerable; mientras que, los otros dos
criterios evaluaron el factor amenazante.
Factor vulnerable
El primer criterio valora la presencia y las características de los
sitios vulnerables, instituciones educativas, jardines infantiles,
guarderías, hogares de bienestar familiar, centros de salud,
hospitales, hogares geriátricos y centros penitenciarios, en las áreas
de influencia de las EBTM que se encuentran en un radio de 100,
200 y 300 m con respecto a estas.
En este criterio se valoran de manera individual los sitios
vulnerables identificados en la zona, teniendo en cuenta aspectos
como: el grado de susceptibilidad de la edificación según su
ubicación en las áreas de influencia de la EBTM y el tipo de
población que se encuentra en la edificación. Con relación al primer
aspecto, se le asigna un valor de tres (3) si el sitio vulnerable se
encuentra en un radio de 100 m con respecto a la EBTM, un valor
de dos (2) si la edificación se encuentra en un radio de 200 m y un
valor de uno (1) si está a menos de 300 m. Por otra parte, si el sitio
vulnerable corresponde a una institución educativa, jardín infantil,
guardería, hogar de bienestar familiar o centro penitenciario se le
asigna un valor adicional de cuatro (4), puesto que los niños(as) se
consideran la población más susceptible a las RNI; mientras que las
personas del centro penitenciario se encuentran expuestas las 24
horas del día al mismo rango de densidad de potencia. Por otra
parte, a un hogar geriátrico se le asigna un valor de tres (3), dado
que aunque la permanencia sea constante en el lugar, la esperanza
de vida de un adulto mayor es menor, y si es un centro de salud u
hospital se le da un valor de dos (2), debido a que las personas
están allí de manera transitoria. Finalmente, se suman los valores
de cada sitio vulnerable, para luego sumar estos subtotales y
obtener así el total final para el factor vulnerable de la zona
evaluada (ver Tabla 1).
El segundo criterio se define con el fin de conocer si existen o no
edificios de menor o igual altura a la fuente radiante, a una distancia
menor o igual a 100 m. Para evaluar este criterio se estableció un
valor de dos (2) a las estaciones base que tenían edificios cercanos
de similar altura, un valor de uno (1) a las fuentes radiantes con
edificios de menor altura, y un valor de cero (0) si no había edificios
cercanos a la fuente radiante. Sin embargo, es importante tener en
cuenta si los lóbulos principales de las antenas dispuestas en la
©Universidad de Caldas
180
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
estación base emiten o están direccionadas hacia el edificio, puesto
que si las antenas están en contracara con el edificio no
representan una amenaza (ver Tabla 2).
Factor amenazante
El tercer criterio hace alusión al número de antenas de telefonía
móvil que se encuentran ubicadas en cada estación base. Para este
criterio se tuvo presente la cantidad mínima y el posible valor
máximo de antenas localizadas en la EBTM.
Al determinar una valoración para este criterio se estableció un valor
máximo de cinco (5) al último rango (mayor o igual a trece antenas),
debido a que el número de antenas es directamente proporcional al
número de lóbulos principales y secundarios; es decir, que cuando
existe una mayor sectorización se incrementa el rango de cobertura
y, por ende, se disminuye el espacio libre, lo que expone a la
población adyacente a la radiación electromagnética del lóbulo
principal de cada antena dispuesta en la torre. Por otro lado, se
determinó un valor de cuatro (4) para el rango entre diez a doce
antenas, un valor de tres (3) para el rango entre siete a nueve
antenas, un valor de dos (2) para el rango entre cuatro a seis
antenas y un valor de uno (1) para el rango menor o igual a tres (3)
antenas (ver Tabla 3).
El cuarto criterio evalúa la existencia de estaciones base
localizadas a una distancia menor de 300 m una de la otra;
considerándose que si existen estaciones base cercanas, se genera
un área en que se superponen las radiaciones de ambas EBTM,
aumentado así el nivel de exposición de la población en
determinada zona (ver Figuras 7 y 8); además, valora aquellas
situaciones donde se presenta compartición de infraestructura, dado
que en estos casos también se generan áreas de superposición de
los CEM, debido a que las antenas de los operadores que
comparten la infraestructura pueden estar emitiendo sus lóbulos
principales en la misma dirección; no obstante, esta situación se
hace más crítica en la medida en que las áreas de superposición de
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
los CEM se presentan en las zonas más cerca de las EBTM, donde
la densidad de potencia es mayor.
Para evaluar este criterio se asignó un valor de uno (1) a la
estación base ubicada a una distancia menor de 300 m de otra
EBTM, un valor de dos (2) si hay dos o más estaciones base a
menos de 300 m de la estación evaluada, un valor de cuatro (4)
para la EBTM que presente casos de compartición de
infraestructura, y un valor de cero (0) a la estación base que no
tienen a menos de 300 m otra estación o no comparten la
infraestructura con otro operador; no obstante, el valor de cero (0)
que se le asigna a este criterio, no significa que la estación base
deje de representar una amenaza para la población que se
encuentra próxima a la fuente radiante, pues su valoración se da por
otras características (ver Tabla 4).
Finalmente, al evaluar cada una de las zonas donde se encuentran
las EBTM según cada criterio y al obtener el resultado total de la
suma de los valores de los criterios de cada área analizada (árean =
1er criterio + 2do criterio + 3er criterio + n criterio), se seleccionan las
áreas de alto riesgo, teniendo en cuenta los resultados de la matriz.
Para este caso, se estableció una escala de riesgo como se
muestra en la Tabla 5.
©Universidad de Caldas
182
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
RESULTADOS Y DISCUSIONES
La validación de la metodología para el diagnóstico de las áreas
urbanas con alta exposición a radiaciones electromagnéticas
emitidas por EBTM, se efectuó en el municipio de Cartago (Valle del
Cauca), que por ser un área pequeña (con 1.394,304 ha en la zona
urbana) y con densidad baja de EBTM, permitió validar esta en un
tiempo moderado y someter a prueba el método.
Según los resultados del inventario de EBTM, en el municipio de
Cartago existen dieciocho (18) estaciones base, de las cuales nueve
(9) son de Claro, cuatro (4) de Tigo, tres (3) de Movistar, y dos (2)
de Tigo y Movistar (estaciones base compartidas). De las nueve que
tiene Claro, siete (7) estaciones base cuentan con licencia para su
instalación en el área urbana y dos (2) no tienen licencia; de cuatro
(4) que posee Tigo, dos (2) tienen licencia y dos (2) no; mientras
que, las tres (3) EBTM que tiene Movistar no poseen permiso de
construcción; de la misma manera, que están ubicadas las dos (2)
estaciones base que comparten Tigo y Movistar; arrojando lo
anterior, un 50% de estaciones base que no cuentan con el permiso
de instalación que es expedida por la Curaduría Urbana; lo que
indica, que existe una carencia de un control físico por parte del
Departamento de Planeación Municipal (ver Tabla 6).
El inventario de EBTM y la matriz multicriterios permitió a su vez
relacionar el estrato socioeconómico con el sitio de localización de
las EBTM. Como resultado se observó que existen tres (3)
estaciones base ubicadas en el interior de las viviendas, las cuales
pertenecen a los estratos 2 y 3. Esto puede significar que las
personas que tienen poca adquisición económica están más
dispuestas a recibir una suma de dinero, que está entre 1,5 a 3,0
salarios mínimos legales vigentes (SMMLV) o hasta más, por
arrendar el patio o parte de la vivienda para la instalación de una
EBTM; además, generalmente estas personas desconocen los
posibles efectos que generan las RNI emitidas por las EBTM en la
salud de la población expuesta. Igualmente, se identificaron dos (2)
edificios con EBTM en la parte superior, los cuales pertenecen al
estrato 4; lo que indica que esta situación no es ajena para las
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
personas de los estratos altos que permiten la ubicación de las
EBTM en las azoteas de los edificios, debido también al
desconocimiento que tienen frente a los alcances del factor
amenazante y por el pago que los operadores ofrecen, el cual es útil
para cubrir los gastos de administración.
Por otro lado, al analizar los resultados que arrojó el mapa de
zonificación y la matriz multicriterios, se identificaron dieciocho (18)
áreas con alta exposición a las RNI emitidas por las EBTM; de ese
total, dos (2) áreas se caracterizan porque sus EBTM presentan
compartición de infraestructura o emplazamiento, que corresponden
a las EBTM ubicadas en las zonas 2 y 11 (ver Figura 9). Además,
las áreas 9 y 12 se caracterizan por tener dos estaciones bases
ubicadas a menos de 300 m de la EBTM localizada allí (ver Figura
10). De la misma manera, las zonas 6, 7, 10 y 11 se distinguen
porque su EBTM tiene otra estación base a menos de 300 m (ver
Figura 9); es decir, en el área urbana de Cartago seis (6) EBTM se
encuentran a menos de 300 m una de la otra; además, dos (2)
EBTM poseen compartición de infraestructura; lo que demuestra
que se presentan áreas de mayor superposición de los CEM.
Se pudo identificar, además, que en catorce (14) de las áreas con
alta exposición a las RNI emitidas por las EBTM, se localizan sitios
vulnerables en algunas de las áreas de afectación por la exposición
a las RNI (que son radios de 100, 200 y 300 m con respecto a las
estaciones base). Estos sitios vulnerables corresponden en su
mayoría a hogares de bienestar familiar, colegios o instituciones
educativas, jardines infantiles y centros médicos, lo que indica que
la población más susceptible a las RNI, que son los niños(as), están
siendo expuestos sin ningún control a este tipo de radiaciones.
Por otra parte, al determinar la escala de riesgo para los diferentes
escenarios, se identificaron once (11) áreas con un riesgo bajo, que
corresponden a las áreas 3, 4, 5, 6, 7, 8, 10, 15, 16, 17 y 18.
Asimismo, se identificaron seis (6) áreas con riesgo medio, que
pertenecen a las zonas 1, 2, 11, 12, 13 y 14 (ver Figura 9).
Finalmente, se definió una zona como de alto riesgo, que
corresponde al área de la EBTM ubicada en el barrio El Prado (9)
(ver Figuras 10 y 11). Este sector se distingue porque la EBTM está
ubicada a menos de 100 m de un centro de salud y un jardín infantil,
y a menos de 300 m de otro centro médico y un jardín infantil,
situación que se hace más crítica en la medida en que algunos de
estos sitios están ubicados en el área de superposición de los CEM
generados por dos EBTM (ver Figura 11). Sin embargo, es
importante aclarar que en el área urbana del municipio no se
identificaron varias zonas de alto riesgo, dado que existe menor
concentración de EBTM en un mismo sector, por ser este un terreno
plano, pequeño y con pocos elementos (v.g. edificios) que reflejen o
generen difracción de las ondas electromagnéticas.
©Universidad de Caldas
184
Luna Azul ISSN 1909-2474
©Universidad de Caldas
No. 38, enero - junio 2014
revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
CONCLUSIONES
La identificación de una zona de alto riesgo no depende únicamente
del posicionamiento de una o varias estaciones base en un área
específica, sino de cómo interactúan estas con el espacio
circundante y de qué tipo de establecimientos hay en su entorno,
pues se puede generar un riesgo más alto en la medida en que una
EBTM con doce (12) antenas esté ubicada a menos de 200 m de un
colegio o una clínica, que dos (2) o tres (3) estaciones base en un
área donde no se tenga población vulnerable por largos periodos de
tiempo.
Los análisis desde las ingenierías no abordan de manera
dimensional el escenario de riesgo de origen antrópico tecnológico,
debido a que únicamente verifican si las estaciones base irradian
valores inferiores a los límites estipulados en la norma, sin tenerse
en cuenta los factores socioculturales y territoriales del área de
estudio. Por esto, se consideró importante proponer la matriz
multicriterios y el mapa de zonificación como instrumentos válidos y
viables para que se perfeccionen los procesos de investigación y
gestión que se emprendan con relación al diagnóstico de las áreas
urbanas con alta exposición a las RNI emitidas por las EBTM;
además, estas herramientas permiten ampliar el enfoque de la
exposición poblacional a la radiación electromagnética como un tipo
de contaminación emergente.
El potencial escenario de riesgo generado por la exposición del
público a las RNI emitidas por las EBTM se ha visto como un
problema individual y no como un problema social, es por esto que
este riesgo de origen antrópico tecnológico no ha sido incorporado
en la planificación del desarrollo municipal, territorial y sectorial, a
pesar de que el concepto de riesgo antrópico se encuentra incluido
en la normatividad nacional en materia de gestión del riesgo;
además, se debe considerar como un elemento que se debe evaluar
e incluir en los procesos de desarrollo y ocupación del territorio.
©Universidad de Caldas
186
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
REFERENCIAS













©Universidad de Caldas
Abdel-Rassoul, G., El-Fatech, O.A., Salem, M.A., Michael, A.,
Farahat, F., El-Batanouny, M. y Salem, E. (2007). Neurobehavioral
effects among inhabitants around mobile phone base stations.
Neurotoxicology, 28(2), 434-440.
Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC).
(2011). IARC Classifies Radiofrequency Electromagnetic Fields As
Possibly
Carcinogenic
To
Humans.
Recuperado
de
http://www.iarc.fr/en/media-centre/pr/2011/pdfs/pr208_E.pdf
Balmori, A. (2004). Posibles efectos de las ondas electromagnéticas
utilizadas en la telefonía inalámbrica sobre los seres vivos. Revista
Ardeola, 51(2), 477-490.
Bortkiewicz, A., Gadzicka, E., Szyjkowska, A., Politanski, P., Mamrot,
P., Szymczak, W. y Zmyslony, M. (2012). Subjective complaints of
people living near mobile phone base stations in Poland. Int J Occup
Med Environ Health, 25(1), 31-40.
Camacho, D. y Torres, G. (2007). Modelo de Predicción de LEE
(Tesis de pregrado). Instituto Politécnico Nacional. Escuela Superior
de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, México. Recuperado de
http://itzamna.bnct.ipn.mx:8080/dspace/bitstream/123456789/352
3/1/
MODELODEPREDICCION.pdf
Colegio Oficial Ingenieros de Telecomunicación. (2001). Informe
sobre emisiones electromagnéticas de los sistemas de telefonía
móvil y acceso fijo inalámbrico. Normativas y procedimientos para
garantizar su seguridad ante el ciudadano. Recuperado de
http://www.minetur.gob.es/telecomunicaciones/Espectro/Niveles
Exposicion/
Informacin/coitInforme_regulacion_2001.pdf
Colombia. Congreso de la República. (1997). Ley 388 (24, julio,
1997). Diario Oficial No. 43.091.
Colombia. Corte Constitucional de Colombia. Sala Séptima de
Revisión de Tutelas de la Corte Constitucional. Sentencia T-1077/12
del 12 de diciembre de 2012. Magistrado ponente Jorge Ignacio
Pretelt Chaljub. Expediente T-3.286.371.
Colombia. Ministerio del Interior. (1998). Decreto 93 (13, enero,
1998). Diario Oficial No. 43.217.
Departamento Nacional de Planeación. (2001). CONPES 3146
“Estrategia para consolidar la ejecución del Plan Nacional para la
Prevención y Atención de Desastres –PNPAD– en el corto y
mediano plazo”. Bogotá: Autor.
Eger, H., Hagen, K.U., Lucas, B., Vogel, P. y Voit, H. (2004). Einfluss
der
aumlichennahe
von
mobilfunksendeanlagen
auf
die
krebsinzidenz (Influence of the spatial proximity of mobile phone
base stations on cancer rates). Umwelt-Medizin-Gesellschaft, 17,
273-356.
Embid, A. (2009). Retos jurídicos de la radiación no ionizante (Tesis
Doctoral). Universidad Carlos III de Madrid, Getafe. Recuperado de
http://e-archivo.uc3m.es/bitstream/10016/7622/1/
antonio_embid_tesis.pdf
Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). (2008).
Informe SATI. Justificación técnica para la ubicación de
emplazamientos de telefonía móvil. Distancias de seguridad para los
revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014











©Universidad de Caldas
ciudadanos. Recuperado de http://www.femp.es/files/3580-23fichero/Justificaci%C3%B3n%20t
%C3%A9cnica%20para%20la%20ubicaci%C3%B3n%20de%20e
mplazamientos%20de
%20telefon%C3%ADa%20m%C3%B3vil%2009-08%5B1%5D.pdf
Gallego, L. (2011). Lineamientos para la gestión del riesgo de las
áreas urbanas expuestas a las radiaciones electromagnéticas
emitidas por las estaciones base de telefonía móvil. Estudio de caso:
municipio de Cartago, Valle (Tesis de pregrado laureada).
Universidad Tecnológica de Pereira, Pereira. Recuperado de
http://repositorio.utp.edu.co/xml/handle/11059/53/browse?
value=Gallego+Serna%2C+Lina+Mar%C3%ADa&type=author
Gallegos, F. (2009). Software aplicativo para el análisis predictivo del
comportamiento de los niveles de campo eléctrico y la distribución de
potencia producida por las estaciones de telefonía móvil (Tesis de
pregrado). Universidad Católica de Santa María, Perú. Recuperado
de
http://www.mem.gob.gt/
wp-content/uploads/2012/04/3.1_Trabajo_de_Tesis.pdf
Grupo de Estudios de Bio-ingeniería. (2007). Efectos de la
contaminación electromagnética sobre el ser humano y aplicación
del principio precautorio. Universidad Tecnológica Nacional. Facultad
Regional
Bahía
Blanca.
Recuperado
de
http://comunicacionpopular.com.ar/wp-content/uploads/
2012/09/UTN-Nestor-Mata.pdf
Hutter, H.P., Moshammer, H., Wallner, P. y Kundi, M. (2006).
Subjective symptoms, sleeping problems, and cognitive performance
in subjects living near mobile phone base stations. Occup. Environ.
Med., 63, 307-313.
Interdisziplinare Gesellschaft fur Umweltmedizin –IGUMED–. (2002).
Declaración
de
Friburgo.
Recuperado
de
http://www.apdr.info/electrocontaminacion/Documentos/
Declaraci%C3%B3ns/Declaraci%C3%B3n%20de%20Friburgo.%2
0Octubre
%202002.%20Castel%C3%A1n.pdf
International Commission for No-Ionizing Radiation Protection
(ICNIRP). (1998). Recomendaciones para limitar la exposición a
Campos Eléctricos, Magnéticos y Electromagnéticos (hasta 300
GHz). Recuperado de www.icnirp.de/documents/emfgdlesp.pdf
Khurana, V., Hardell, L., Everaert, J., Bortkiewicz, A., Carlberg, M. y
Ahonen, M. (2010). Epidemiological evidence for a health risk from
mobile phone base stations. Int J Occup Environ Health, 16(3), 263267.
Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones –
MinTIC–. (2013). Boletín Trimestral de las TIC. Cifras cuarto
trimestre de 2012. Bogotá: Autor.
Navarro, E.A., Segura, J., Portolés, M. y Gómez-Perretta de Mateo,
C. (2003). The Microwave Syndrome: A Preliminary Study in Spain.
Rev. Electromagnetic Biology and Medicine, 22, 161-169.
Pilette, J. (2007). Antenas de telefonía móvil, tecnologías
inalámbricas
y
salud.
Recuperado
de
http://www.avaate.org/IMG/pdf/LIBRO_JEAN_PILETTE.pdf
Santini, R. (2006). Argumentos científicos que justifican la aplicación
inmediata del principio de precaución en contra de la telefonía móvil.
Recuperado
de
http://usuarios.lycos.es/alejandromirflor/Paginas%20principales/
Articulos%20CEM/Argumentos%20cientificos.doc
188
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014







Santini, R., Santini, P., Danze, J.M., Le Ruz, P. y Seigne, M. (2002).
Study of the health of people living in the vicinity of mobile phone
base stations: I. Influences of distance and sex. Rev. Pathol Biol, 50,
369-373.
________. (2003). Symptoms experienced by people in vicinity of
base stations: II. Incidences of age, duration of exposure, location of
subjects in relation to the antennas and other electromagnetic
factors. Rev. Pathol Biol, 51, 412-415.
Torres, J. y Ochoa, M. (2007). Criterios tecnicoambientales para el
análisis del riesgo por contaminación electromagnéticas no
ionizantes en Colombia. Revista Luna Azul, 24, 8-14.
Touzet, R. (2010). El control de los riesgos de las RNI, en particular
de los teléfonos celulares y sus antenas de transmisión. Comisión
Nacional de Energía Atómica / IRPA / FRALC / SAR.
Úbeda, A. (2002). Bases biológicas para normativas de protección
ante radiaciones no ionizantes. Servicio BEM - investigación,
Hospital Ramón y Cajal. Sociedad Española de Protección
Radiológica.
Recuperado
de
http://www.sepr.es/html/recursos/descargables/
bases_biologicas.pdf
Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). (2000).
Orientación sobre el cumplimiento de los límites de exposición de las
personas a los campos electromagnéticos. Recomendación UIT-T
K.52.
Recuperado
de
http://www.euitt.upm.es/estaticos/
catedracoitt/web_salud_medioamb/normativas/itu/normaUIT%20K52.pd
f
Wolf, R. y Wolf, D. (2004). Increased incidence of cancer near a cellphone transmitter station. Int J Cancer Prev., 1, 123-128.
1. Este artículo es un resultado parcial del proyecto titulado: “Definición
de una metodología para la realización de estudios en áreas con alto
riesgo de exposición a las radiaciones electromagnéticas generadas
por estaciones base de telefonía móvil; caso de estudio Manizales,
Caldas” Código 0457011, y continuación del proyecto de grado
denominado: Lineamientos para la gestión del riesgo de las áreas
urbanas expuestas a las radiaciones electromagnéticas emitidas por
las estaciones base de telefonía móvil. Estudio de caso: municipio de
Cartago, Valle. Trabajo de grado laureado por la Universidad
Tecnológica de Pereira.
2. Administradora Ambiental. Integrante del Grupo de Investigación
Campos Electromagnéticos, Medio Ambiente y Salud Pública,
Universidad de Caldas. Grupo de Investigación en Gestión Ambiental
Territorial,
Universidad
Tecnológica
de
Pereira.
[email protected]
3. M.Sc. Instrumentación Física. Integrante del Grupo de Investigación
Campos Electromagnéticos, Medio Ambiente y Salud Pública,
Universidad de Caldas. [email protected]
4. M.Sc.
Instrumentación
Física.
Universidad
de
Caldas.
[email protected]
5. Mediante el Decreto 195 de 2005 y la Resolución 1645 de 2005.
6. Firmada por 22 médicos el 9 de octubre de 2002. Realizada por
IGUMED (Asociación Interdisciplinar para la Medicina Ambiental).
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
7. Se caracteriza porque está determinado por la acción humana
asociada al uso de la tecnología.
8. El riesgo se crea en la interrelación o intersección de estos dos tipos
de factores, cuyas características y especificidades son sumamente
heterogéneas. En la realidad es imposible hablar de amenaza sin la
presencia de vulnerabilidad y viceversa, es decir, para que exista
una amenaza tiene que haber vulnerabilidad.
Para citar este artículo: Gallego Serna, L. M., Torres Osorio, J. I. &
Castañeda Salazar, J. A. (2014). Metodología para el diagnóstico de
áreas urbanas con alta exposición a radiaciones electromagnéticas
emitidas por estaciones base de telefonía móvil. Revista Luna Azul,
38,
171-190.
Recuperado
de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v
iew&id=901
©Universidad de Caldas
190
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
CONTAMINACIÓN DE OPERARIOS CON CLORPIRIFOS, POR
PRÁCTICA DE “EMBOLSADO” DE BANANO (Musa sp.) EN
URABÁ, ANTIOQUIA
Juan Camilo Aguirre-Buitrago
Sandra Carolina Narváez-González
María Elena Bernal-Vera
Elmer Castaño-Ramírez
Recibido el 15 de julio de 2013 y aprobado el 9 de octubre de 2013
RESUMEN
Introducción: Teniendo en cuenta el daño potencial que se genera
en la salud humana en la región de Urabá (Antioquia, Colombia) a
través de la utilización de agrotóxicos, con énfasis en clorpirifos, se
realizó esta investigación donde se evalúan los niveles de
contaminación de los operarios expuestos al insecticida contenido
en la bolsa de campo empleada en el cultivo de banano.
Metodología: Este trabajo descriptivo se llevó a cabo mediante la
obtención de muestras de sangre a los trabajadores de las fincas
seleccionadas. Se registraron los niveles de colinesterasa
eritrocítica y la prevalencia de sintomatología asociada con la
exposición a plaguicidas con énfasis en organofosforados. Mediante
encuestas se obtuvo información demográfica, socioeconómica y
laboral y se caracterizó la exposición individual y ambiental.
Resultados: Se determinó que es una población joven (entre 20 y
40 años) con falencias en sus sistemas de protección a través de un
vestido de labor que deja áreas expuestas. 80% de los
embolsadores de una de las fincas han presentado alteraciones en
su nivel de colinesterasa comparada con las otras analizadas, lo
que demandaría una especial mirada ambiental y de procesos. La
sobreexposición laboral a agrotóxicos (11 años de exposición
promedia) debida a la especialización de trabajadores que
manipulan además otros productos con otras categorías
toxicológicas, demanda vigilancia epidemiológica integral de estos
obreros y su actividad. Son numerosas las personas intervinientes
en la ruta tóxica que sigue la bolsa impregnada con clorpirifos sin
que se les hagan los chequeos mínimos de seguimiento sanitario.
PALABRAS CLAVE
Colinesterasa, intoxicación, plaguicidas.
CONTAMINATION OF WORKERS WITH CHLORPYRIFOS, DUE
TO “BANANA (Musa sp.) BAGGING TECHNIQUE” IN URABÁ
(ANTIOQUIA, COLOMBIA)
ABSTRACT
Introduction: Considering the potential harm to human health that is
generated in the Urabá region (Antioquia, Colombia) through the use
of agro-toxic chemicals with emphasis in chlorpyrifos, this research
was conducted in order to assess levels of contamination of workers
exposed to insecticide contents in field bags used in banana crops.
Methodology: This descriptive study was conducted obtaining blood
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
samples from workers in selected farms. Erythrocyte cholinesterase
levels and the prevalence of symptoms associated with exposure to
organophosphate pesticides with emphasis on organophosphorous
were recorded. Demographic, socioeconomic and employment
information was obtained and individual and environmental
exposure was characterized. Results: It was determined that it is a
young population (between twenty and forty) with gaps in their
protection systems through a work dress that leaves areas exposed;
80% of the baggers of one of the farms have presented alterations in
their cholinesterase level compared to the other analyzed, which
would require special environmental and process supervision.
Occupational overexposures to agro-toxic chemicals (average 11
years of exposure) due to the specialization of workers who handle
other products with other toxicological categories demand
comprehensive epidemiological surveillance of these workers and
their activity. There are numerous people involved in the toxic route
followed by bags impregnated with chlorpyrifos without having had
the minimal health monitoring checkups.
KEY WORDS
Cholinesterase, poisoning, pesticides.
INTRODUCCIÓN
En Colombia, el modelo de desarrollo agrícola se sustenta
principalmente en el uso de agroquímicos con usos sin la necesaria
investigación técnica. Se omiten, la mayoría de las veces, las
precauciones debidas al conjunto de las características regionales
como la variación del clima, la diversidad de las especies y la
heterogeneidad de las culturas (Varona et al., 2007).
Las intoxicaciones causadas por plaguicidas son un problema
central en salud pública, por la abundancia de químicos que los
constituyen, y las múltiples aplicaciones en las actividades de la vida
diaria basadas en más de 900 principios activos reconocidos a
escala mundial como agrotóxicos, empleados en forma simultánea o
secuencial en la misma zona, con una prolongada persistencia en el
medio ambiente, y se constituyen en una importante fuente de
contaminación. Por este motivo, la población se encuentra en un
íntimo contacto con estos compuestos que pueden estar presentes
en suelo, aire, agua o alimentos. La exposición ocupacional también
constituye un tema de gran preocupación a escala mundial, debido
a que la aplicación de los agrotóxicos generalmente está ligada a
los riesgos para la salud por la aplicación de mezclas complejas de
variados tipos de sustancias químicas (Hurtado & Gutiérrez, 2005).
Las intoxicaciones agudas por organofosforados, son especialmente
frecuentes en las zonas agrícolas, donde estos tóxicos se usan de
forma habitual; destacando en este grupo el clorpirifos, que está en
la lista de sustancias químicas reguladas por la Ley de Planeación
para Emergencias y del Derecho a Saber de las Comunidades
desde 1986 (The Emergency Planning and Community Right-toKnow Act of 1986, EPCRA, por sus siglas en inglés). Esto exige a
©Universidad de Caldas
192
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
los propietarios y operadores de las empresas que fabrican,
importan, procesan o usan las sustancias químicas de esta lista,
que notifiquen anualmente las emisiones de estas sustancias a
cualquier tipo de medio ambiente. El clorpirifos es considerado una
sustancia química peligrosa y está sujeto a regulaciones en la Ley
de Agua Limpia y la Ley Federal de los Estados Unidos de Control
de Contaminación de Agua. La Agencia de Protección Ambiental de
Estados Unidos (EPA) ha establecido niveles límites de tolerancia
para el clorpirifos en las materias primas para la agricultura y los
alimentos para seres humanos y animales (Agencia de Sustancias
Tóxicas y el Registro de Enfermedades –ATSDR–, 1997).
La regulación de los plaguicidas en Colombia ha estado enmarcada
en medidas de regulación directa (o de comando y control) por parte
del Estado, y han obedecido a la influencia de medidas similares
que se han tomado en algunos países desarrollados, como los
Estados Unidos, pero sin tener en Colombia la misma capacidad de
regulación y control. En este país con el Decreto 3518, de octubre 9
de 2006, se crean y reglamentan los Sistemas de Vigilancia de
Salud Pública –Sivigila–, para la provisión en forma sistemática y
oportuna, de información sobre la dinámica de los eventos que
afecten o puedan afectar la salud de la población, con el fin de
orientar las políticas y la planificación en salud pública; tomar las
decisiones para la prevención y control de enfermedades y factores
de riesgo en salud; optimizar el seguimiento y evaluación de las
intervenciones; racionalizar y optimizar los recursos disponibles y
lograr la efectividad de las acciones en esta materia, propendiendo
por la protección de la salud individual y colectiva (Decreto 3518 de
2006).
Sector bananero
En la zona de Urabá, según registros de AUGURA (Asociación de
Bananeros de Colombia), existen 344 fincas o unidades de
producción sembradas, con tamaño entre 20 y 170 hectáreas
(promedio 71 hectáreas por finca). En la zona del Magdalena 77,7%
del área cultivada corresponde a fincas con extensión menor de 10
hectáreas, con pequeños productores (1.100) de bajo nivel
tecnológico y de menor nivel competitivo en relación con las fincas
de mayor tamaño relacionadas principalmente con las
comercializadoras (Espinal, Martínez & Peña, 2005).
Esta agroindustria en Urabá opera con una tipología de productor
mediano y grande, tecnificados, con alto grado de integración
vertical entre productores y comercializadoras. Actualmente las
empresas transnacionales no participan directamente de la
producción, ya que compran la fruta bajo contrato a las cooperativas
o corporaciones que agrupan a los productores. Las transnacionales
se dedican exclusivamente a la exportación comercial del producto.
Este mecanismo es comúnmente usado en América Latina, donde
además de las tres grandes transnacionales estadounidenses
Chiquita, Dole (Standard Fruit Company) y Del Monte, participan
también el grupo Noboa en Ecuador con la marca Bonita, las
empresas colombianas Banacol, Unibán y Probán y las
multinacionales Fyffes (Irlanda), Geest (Gran Bretaña) y Jamaica
Producer. Las comercializadoras filiales toman sus decisiones en
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
sus respectivas casas matrices, por ejemplo Dole y Chiquita en
Estados Unidos; Del Monte y Fyffes, en Londres, etc. (Velásquez &
Giraldo, 2005).
La agroindustria está integrada verticalmente desde la producción
hasta la comercialización. Cuenta con dos fábricas de cajas de
cartón, tres fábricas de polietileno y polipropileno, tres fábricas de
sellos, cuatro astilleros, almacenes de insumos para los
productores, servicio especializado de fumigación aérea en el
control de la Sigatoka negra (Mycosphaerella fijiensis), manejo
integral del sistema de transporte fluvial y marítimo, y la
infraestructura de comercialización en el exterior para la distribución
directa de la fruta en los países de destino (Espinal et al., 2005).
Embolse de la fruta
La práctica de cubrir los racimos de banano es muy antigua; durante
siglos fue usada en las islas del Pacífico con materiales naturales
como telas, yute y hojas de banano para proteger los racimos del
frío y el sol para mejorar la calidad (Sierra, 1993). El desarrollo de la
cobertura plástica se inició en Australia en 1955 con el uso de
tubulares de PVC, que fue reemplazado muy pronto por fundas
perforadas de polietileno de baja densidad (LDPE) por ser menos
costosas. Esta práctica fue rápidamente extendida en la década 60
en todo el mundo bananero (Memorias Expoagricultura, 2001).
En la década 70 se incorporó el insecticida de la familia de los
organofosforados Dursban 1%, con nombre genérico “Clorpirifos”,
para la protección de plagas. Otra alternativa para el control de
insectos es la “Corbata” tratada con Clorpirifos 1% que se usa al
mismo tiempo con la funda sin tratar (Memorias Expoagricultura,
2001). La funda Poly-D deriva su nombre de la marca “PolyDursban”, que fue hasta 1996 la resina exclusiva para fabricar la
funda tratada, producida por Dow Chemical que tenía la patente. La
funda Poly-D debe contener 1% de Clorpirifos al momento del
embolse para que sea eficaz. El clorpirifos se cataloga como uno de
los insecticidas más usados para tratar los plásticos que se emplean
en la producción bananera (Memorias Expoagricultura, 2001).
Intoxicaciones causadas por plaguicidas organofosforados
El envenenamiento por insecticidas organofosforados produce la
fosforilación irreversible de la acetilcolinesterasa en las
terminaciones nerviosas. La recuperación ocurre cuando una nueva
enzima reemplaza a la inactivada por el organofosforado; la
sustitución de la acetilcolinesterasa fosforilada puede tardar entre
varios días o algunas semanas (Díaz & Salinas, 2002). Entre los
principales síntomas que aparecen como resultado de
sobreexposición a estas sustancias son: náuseas, vómito, diarrea y
dolor de cabeza. Como los organofosforados se absorben a través
de la piel, el contacto cutáneo, puede, localmente, causar sudor y
contracciones musculares involuntarias y puede llevar a otros
efectos sistémicos de los descritos anteriormente (Amador &
Astorga, 2006).
Clorpirifos [0,0-dietil 0-(3, 5, 5-tricloro-2-piridil fosforotioato)]
©Universidad de Caldas
194
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
El clorpirifos es un insecticida descubierto por The Dow Chemical
Company (Dow Química) en 1962, constituyéndose en uno de los
ingredientes activos más utilizados del mundo para formular
productos para el control de plagas. Se emplea para proteger
distintos cultivos agrícolas importantes, como maíz, cítricos, alfalfa,
maní, entre otros, del ataque de insectos. Se registró por primera
vez en 1965, y ha estado presente en el mercado durante más de
40 años. Hoy está registrado en más de 98 países de todo el
mundo, incluyendo las naciones más desarrolladas. Dow Agro
Sciences LLC (Indiana, EE.UU.) es el principal fabricante de
clorpirifos. Asimismo, existen otras compañías en China,
Dinamarca, India e Israel que también fabrican clorpirifos (Dow Agro
Sciences, 1998).
Pertenece al grupo de los organofosforados, sintetizados
inicialmente durante la Segunda Guerra Mundial como arma
química que afecta al sistema nervioso. Los organofosforados
interfieren la acción de la colinesterasa, una enzima que rompe un
neurotransmisor cerebral crítico, lo que provoca una
sobreestimulación nerviosa y varios síntomas tóxicos agudos. Entre
los síntomas de envenenamiento están: dolores de cabeza,
náuseas, mareos, salivación, sudoración, dificultad respiratoria, tos,
rigidez en el pecho, visión borrosa y, en casos más graves, vómitos,
diarrea, dolor abdominal y dificultad para hablar. Si se alcanzan
niveles muy tóxicos se pueden producir convulsiones, coma e
incluso la muerte. Entre los efectos crónicos están: dificultad para
concentrarse y memorizar, desorientación, depresión grave,
irritabilidad, confusión, dolor de cabeza, dificultad para hablar,
reacción lenta a los estímulos, pesadillas, sonambulismo, y
somnolencia o insomnio. También existen pruebas de estudios
realizados con animales, de que la exposición crónica a niveles
bajos de organofosforados afecta tanto al desarrollo como al
funcionamiento neurológico de animales en crecimiento. Con estas
pruebas, es posible defender que la exposición permanente a
niveles bajos de organofosforados, afecta de forma adversa al
desarrollo del sistema nervioso, y puede tener como consecuencias
la disminución de la capacidad cognitiva, trastornos del
comportamiento y otros déficits neurológicos (Amador & Astorga,
2006).
El clorpirifos es un insecticida sólido blanco de apariencia cristalina
y de aroma fuerte. No es muy soluble en agua, de manera que
generalmente se mezcla con líquidos aceitosos antes de aplicarse a
los cultivos. También se puede suministrar a los cultivos en forma
de cápsulas. Se ha usado ampliamente en viviendas y en
agricultura. En el hogar, se emplea para controlar cucarachas,
pulgas, y termitas y en ciertos collares de animales domésticos para
manejar pulgas y garrapatas. En agricultura, se utiliza en aspersión
para controlar un gran número de plagas (ATSDR, 1997).
Colinesterasa
Es una enzima que en el cuerpo regula el sistema nervioso y ayuda
a que trabaje apropiadamente. Los plaguicidas que pueden bajar la
colinesterasa se llaman organofosforados y carbamatos. Ejemplos
de plaguicidas organofosforados y carbamatos comúnmente usados
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
son: Clorpirifos (Lorsban), Carbaril (Sevin), Diazinon (Imidan)
(Telasky, 2007). En la mayoría de los casos, una reducción en la
colinesterasa, de hasta 50%, no causa enfermedad. Sin embargo,
los trabajadores con niveles bajos de colinesterasa, corren el riesgo
de enfermarse si continúan exponiéndose a los plaguicidas
(Telasky, 2007).
Cuando se toma la muestra de sangre, se miden dos tipos de
colinesterasa: del plasma y de los glóbulos rojos. El primer examen
corresponde al nivel basal personal y cada examen, después de
ese, se compara con este nivel basal para averiguar si hay algún
cambio (Telasky, 2007):


Si el nivel de colinesterasa ha bajado y se sospecha que ha sido
sobreexpuesto a los plaguicidas, entonces se debe revisar el trabajo
que realiza la persona.
Si el nivel de colinesterasa está muy bajo, la persona debe ser
retirada temporalmente de manipular plaguicidas y de otras
posibilidades de ser expuesto, hasta que su colinesterasa regrese a
un nivel seguro.
Los niveles de colinesterasa se detectan por dos razones:


Si el nivel de colinesterasa de los glóbulos rojos o plasma baja más
de 20% de su nivel basal, se debe revisar por parte de las empresas,
cómo el trabajador manipula los pesticidas, averiguar cómo está
siendo expuesto y hacer correcciones.
Si el nivel de colinesterasa de los glóbulos rojos baja más de 30% o
el nivel de colinesterasa de su plasma baja más de 40% de su nivel
basal, el trabajador debe ser retirado de manipular pesticidas y de
otras posibilidades de ser expuesto a pesticidas inhibidores de la
colinesterasa (Telasky, 2007).
Otros estudios que demuestran los riesgos en la salud por
contacto con el clorpirifos
Varias evidencias experimentales sugieren la existencia de un
efecto genotóxico producido por la exposición aguda o crónica a
algunos pesticidas; sin embargo, la información sobre genotoxicidad
en seres humanos expuestos a mezclas de los mismos es limitada,
particularmente en niños. Varias publicaciones señalan que algunos
de los mencionados plaguicidas causan mutaciones, aberraciones
cromosómicas y daño sobre el ADN en poblaciones
ocupacionalmente expuestas. El biomarcador de genotoxicidad
empleado con mayor frecuencia es el test de aberraciones
cromosómicas (AC) en linfocitos de sangre periférica. Otro método
empleado comúnmente es el ensayo de micronúcleos. Estos
representan la presencia de fragmentos cromosómicos o
cromosomas enteros que han sido excluidos del núcleo principal por
causa de una división celular anormal por pérdida de la región
central. Entre los agrotóxicos estudiados existen 28 que producen
efecto genotóxico demostrable experimentalmente, 19 considerados
probables cancerígenos categoría B2 por la Environmental
Protection Agency (EPS). Sin embargo, es de destacar que este
resultado es producto del análisis del efecto producido por cada uno
de los agrotóxicos en forma aislada o combinada en hepatocitos de
©Universidad de Caldas
196
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
rata por medio del test de micronúcleos. Los investigadores
observaron que ninguno de los compuestos utilizados evidenciaba
un efecto genotóxico aplicado en forma aislada, pero detectaron un
significativo aumento en la frecuencia de micronúcleos al utilizarlos
en forma combinada (Monterroso & Ferreira, 2006).
Se destacan los efectos del clorpirifos sobre el sistema nervioso de
trabajadores bananeros en La Lima (Honduras) en 2003.
SITRATERCO (Sindicato de Trabajadores de la Tela Railroad
Company), denunció problemas de salud en embolsadores
bananeros en La Lima (Honduras). Estos habían colocado
diariamente 150 bolsas de polietileno impregnadas con clorpirifos
alrededor de la fruta, con equipo de protección completo, durante 315 meses. Se analizaron los datos de 96 trabajadores menores de
50 años seleccionados al azar de las 10 fincas bananeras afiliadas
al sindicato, 48 protegedores expuestos y 46 controles (24 de
campo y 22 empacadores). Todos los protegedores, menos dos,
tenían residuos detectables del metabolito 3,5,6-tricloro-2-piridinol
(TCP) en orina (mediana 161 μg/g creatinina) frente a 1 control. Se
midió la exposición dérmica en manos, antebrazos y área peribucal
en tres embolsadores, encontrando residuos detectables en estas
áreas. Los embolsadores, tenían colinesterasas plasmáticas y
eritrocitarias significativamente más bajas que los controles. Los
embolsadores presentaron más síntomas típicos de intoxicación
aguda con organofosforados que los controles (Wesseling et al.,
2005).
En el sur de Chile fue visible la intoxicación por plaguicidas que
sufrieron 60 trabajadoras y 13 trabajadores agrícolas temporeros
mientras recolectaban manzanas. Todos sufrieron náuseas,
principio de asfixia, vómitos y picazón al ingresar al predio de la
empresa Agrícola y Comercial Santa Elena, en la ciudad de Angol,
600 kilómetros al sur de Santiago, que días antes había sido
fumigada con el insecticida Lorsban 75 WG y el fertilizante foliar
Wuxal Calcio. El Ministerio de Salud de Chile notificó 471
intoxicaciones agudas por plaguicidas (de octubre a abril), con tasa
de 2,9 por cada 100 mil habitantes. 57% de los casos fueron de
origen laboral y, de estos, 81% de obreras y obreros agrícolas, de
los cuales más de la mitad se ocupaban en labores de temporada
(Estrada, 2005).
María Elena Rosas, coordinadora de la Red de
Acción en Plaguicidas y sus Alternativas de América
Latina (RAP-AL), advierte “que por cada caso
notificado hay otros cuatro sin notificar, y en
algunas regiones del norte y del sur hay 10 más, lo
que significa dos mil 500 a tres mil personas
afectadas por año”. (Estrada, 2005)
En 2000, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) del Ministerio de
Agricultura, encargado de la normativa y fiscalización de los
agroquímicos:
[…] clasificó al Lorsban 75 WG como “poco
peligroso” considerando sus efectos agudos,
aunque RAP-AL, Anamuri, la Corporación de
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Investigación en Agricultura Alternativa y el
Observatorio
Latinoamericano
de
Conflictos
Ambientales afirman que la exposición al mismo
provoca graves dolencias a largo plazo. […] los
trabajadores tienen el derecho de conocer tanto los
efectos inmediatos como a largo plazo, los cuales
deberían estar especificados claramente en la
etiqueta. […] Según datos de la estatal Oficina de
Estudios y Políticas Agrarias, en 1997 Chile importó
16 mil 68 toneladas de plaguicidas, mientras que en
2003 las compras aumentaron a 22 mil 218
toneladas. Chile es uno de los mayores
exportadores de frutas y hortalizas de América
Latina, con cosechas que generan una importante
proporción
de
empleo
temporal,
cubierto
mayoritariamente por mujeres. En el agro chileno
trabajan 800 mil personas, la mitad de las cuales
son temporeras, y de ellas 250 mil son mujeres, a
las que se suman adolescentes, niñas y niños.
(Estrada, 2005)
Los lineamientos de política en especial los contemplados en el
Decreto 1843 de 1991, deben permitir necesariamente que las
empresas productoras e importadoras de plaguicidas, las empresas
prestadoras de servicios (transporte, distribuidores y aplicadores) y
los usuarios de estos productos, desarrollen nuevas alternativas de
control y manejo ambiental que impliquen un menor riesgo para la
salud humana y el ambiente. Al desarrollar estos programas, se
puede “iniciar un conjunto de actividades o medidas tendientes a
evitar la presencia de la intoxicación por plaguicidas, como evento
epidemiológico y al observar el comportamiento del mismo en un
futuro, evaluar las medidas de intervención a implementar” (Hurtado
& Gutiérrez, 2005, p. 256).
Desde estas perspectivas y teniendo en cuenta el daño potencial
que se genera en la salud humana en la región de Urabá (Antioquia)
a través de la utilización de agrotóxicos, con énfasis en el uso del
ingrediente activo clorpirifos, se realizó la presente investigación
donde se evalúan los niveles de contaminación de los operarios
expuestos al insecticida de nombre comercial más común Lorsban
(48% EC y 2,5% DP), contenido en la bolsa de campo empleada en
el cultivo de banano (una de las prácticas agrícolas utilizadas para
la protección de la fruta en las fincas bananeras de toda la región); y
se cumplen los siguientes objetivos específicos:




©Universidad de Caldas
Caracteriza la población más vulnerable a la contaminación por
agrotóxicos en las plantaciones.
Establece el efecto acumulado de otros agrotóxicos usados en la
explotación de banano y que pueden alterar la colinesterasa en
labores del cultivo.
Determina el tiempo de exposición a insecticidas durante la vida
laboral de cada operario.
Describe la ruta de exposición a la contaminación causada por el uso
y la manipulación de la bolsa de campo impregnada con clorpirifos.
198
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014

Identifica los productos que han sido retirados de la explotación en
los últimos dos años y que podrían guardar relación con alteraciones
de la colinesterasa.
METODOLOGÍA
Ubicación y fecha del estudio
Este trabajo, se llevó a cabo en los municipios de Chigorodó,
Carepa y Nueva Colonia (Turbo), ubicados en la región de Urabá,
en el departamento de Antioquia, lugares donde se concentra 70%
de las exportaciones colombianas de la producción de banano tipo
exportación. La zona de estudio está a nivel del mar, su clima es
cálido-húmedo tropical, con niveles de humedad de hasta 80% y
altos niveles de precipitación, dedicada casi por completo al cultivo
del banano y plátano. Los valores de precipitación oscilan entre
2251 y 4250 mm/año. Es muy frecuente el uso de plaguicidas por
aspersión y por fumigación aérea. Para el desarrollo de este trabajo,
se seleccionó una finca por cada municipio y en cada una de estas
se corrieron las encuestas y se tomaron las muestras de sangre, al
personal previamente seleccionado.
El trabajo de campo se llevó a cabo entre junio y agosto del año
2009, en el que se evaluaron las muestras de sangre de operarios y
del grupo técnico y se compararon con resultados históricos. En la
Tabla 1 se clasifican por labor:
Población
La población elegida fueron los trabajadores que realizan la labor de
embolse en las fincas bananeras y permanecen en contacto directo
con el clorpirifos, como ingrediente activo de estas bolsas
empleadas para proteger el banano del ataque de plagas. Con fines
comparativos se eligió otro grupo de personas quienes no se
encuentran en permanente contacto con el clorpirifos, pero que se
hallan expuestas a los agrotóxicos que se utilizan en la región de
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Urabá, especialmente a las fumigaciones aéreas, aplicación de
herbicidas, y a los productos utilizados en el tratamiento poscosecha
de la fruta (ingenieros, administradores y técnicos). En el trabajo de
campo participaron 23 personas, todos adultos. El mayor número de
trabajadores (11 de 23) se encontraban entre 20 y 30 años de edad
(46%), le siguen los que estaban entre 31 y 40 años (6, 27%), cinco
(22%) de 41 a 50 y solo una persona era mayor de 51; no había
menores de 18 años.
Recopilación de la información
Se realizó mediante 23 encuestas con las que se obtuvo:
información demográfica, socioeconómica y laboral; se documentó
el estado de salud de la población estudiada y se caracterizó la
exposición laboral y ambiental. Se estudiaron las hojas de vida,
historial clínico y se hizo un análisis de sangre. A través de la unidad
médica se practicó la toma de sangre en horas de la mañana y en
condiciones de asepsia del lugar y con desinfección de la piel. Se
extrajo la muestra de sangre mediante una punción venosa a cada
participante, el cual debía estar en ayunas; la información se
registró en un formulario y cada muestra fue almacenada y
debidamente rotulada en tubos, para ser conservados en envases
tecnopor. Una vez obtenidas todas las muestras se llevaron al
laboratorio clínico UNLAB del municipio de Apartadó (Antioquia). El
análisis de las muestras de sangre fue procesado por la
Bacterióloga Luz Elena Ocampo Montoya y en condiciones del
laboratorio clínico UNLAB, se empleó el método Michel
implementado en la zona de Urabá por todos los centros de salud
en convenio con las comercializadoras, para determinar los niveles
de colinesterasa en los trabajadores del sector bananero. En
Colombia, los valores de referencia de la colinesterasa se han
tomado de estudios de países con características poblacionales,
genéticas, biológicas, socioeconómicas y culturales muy diferentes
del colombiano. Además, tales estándares han surgido de estudios
con grupos muy pequeños no representativos de la población.
Interpretación de resultados
La interpretación de los resultados sobre la actividad de la
colinesterasa se expresa en porcentaje, el cual oscila en un rango
de 80% a 120%, considerando como valores de referencia
internacionales: valores normales para actividad de la colinesterasa:
mayor de 80% de actividad; valores anormales: igual y menores de
80% de actividad, indicador de sangre contaminada, asumiendo que
el rango 80% como límite es un indicador de un bajo riesgo de
intoxicación.
Acciones correctivas
Teniendo en cuenta los resultados del laboratorio, se asume que las
personas que se encuentren en un valor de colinesterasa mayor o
igual a 80%, continuarán desempeñándose en la labor de embolse,
sin dificultades. En todos los casos donde el resultado de la
actividad de la acetilcolinesterasa sea “anormal” (menor de 80%) se
procede a la reubicación inmediata del trabajador por cuatro meses,
lapso en el que se debe realizar la siguiente prueba para determinar
©Universidad de Caldas
200
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
los niveles de colinesterasa. Se destaca que, en la región de Urabá,
se realizan tres exámenes de colinesterasa al año, número
establecido por los centros de salud que operan en la zona y cubren
exclusivamente a los trabajadores que se desempeñan en la labor
de embolse. Los estatutos de las normas que certifican el banano
como fruta de exportación, exigen anualmente la valoración de los
niveles de colinesterasa en los embolsadores quienes, se considera,
presentan un mayor riesgo por el permanente contacto con las
bolsas de campo y su ingrediente activo: el clorpirifos.
RESULTADOS
La protección del racimo mediante la labor del embolse se realiza
dos veces por semana con el trabajador indicado, este ejercicio
implica que el obrero de campo debe llevar los elementos de
protección necesarios y recomendados por el departamento de
salud ocupacional y las herramientas requeridas para el desarrollo
del trabajo: escalera (se ubica en las plantas para realizar la labor);
machetilla (se usa en campo para cortar las bolsas); bolsas
(impregnadas 1% del peso de la bolsa con clorpirifos, para proteger
el racimo); cintas (usadas para la identificación del racimo).
52% (12 embolsadores) de los encuestados han estudiado básica
secundaria, 17% (4 empleados) han cursado estudios superiores
universitarios y 31% (7 embolsadores) tienen la básica primaria. El
nivel de educación de estas personas les permite leer y entender
con capacidad de comprensión los estatutos y normas establecidas
en los sistemas de producción bananero. En general cuando las
personas ingresan a trabajar en las comercializadoras, reciben una
inducción sobre las políticas de la empresa y se les capacita en
manejo de alimentos y seguridad personal. Quienes se dedican a la
labor de embolse, reciben una capacitación al año acerca del
manejo de agroquímicos, se les brinda los implementos de
protección personal y se les vigila a través de los exámenes de
colinesterasa la integridad de su salud. Frente a las capacitaciones
de agroquímicos el cuerpo administrativo realiza pequeñas
campañas para cumplir con los estándares de la norma, en la cual
se informa de todo lo necesario a los operarios que manejan estos
productos; sin embargo, 82% (19 embolsadores) de los
encuestados no conocen los agroquímicos que se aplican en las
fincas bananeras.
Los elementos de protección personal que son usados por los
embolsadores en la plantación bananera de la región de Urabá son:
sudadera, buzo de manga larga, guantes de nitrilo, botas de
caucho. Se observó la disposición de cada uno de los elementos de
protección y la manera como cada trabajador los lleva puestos,
destacando que este traje se considera el uniforme oficial de la
comercializadora representada con un símbolo en el lado izquierdo
del buzo. Se busca con esto, generar una identidad propia de los
trabajadores que laboran en el grupo de fincas que exportan su fruta
bajo una misma comercializadora, lo cual establece un orden y una
logística en la producción de la fruta; es decir, aunque existen
diversos propietarios de estas fincas productoras de banano, es la
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
comercializadora la que impone su marca en el mercado y consolida
este grupo de fincas bajo un mismo concepto empresarial,
orientados hacia el mismo objetivo.
El trabajador tiene la oportunidad de participar de otras labores en la
producción del banano. En la Tabla 2 se representan las labores
(adicionales al embolsado) más frecuentemente realizadas por
quienes tienen el embolse como actividad central y donde
igualmente tienen contacto con plaguicidas.
La labor de embolse es realizada por 20 trabajadores (74,1%), con
esta como la labor principal, a través de la cual el operario tiene un
mayor contacto con el clorpirifos contenido en cada una de estas
bolsas de campo. El recibo de bolsa es una labor propia de la
actividad (participan los mismos 20 trabajadores), puesto que cada
uno debe dirigirse a la bodega donde se les entrega la cantidad de
bolsas requeridas para el día, este ejercicio se hace dos veces
diarias. El almacenista es la primera persona que recibe estas
bolsas cuando ingresan a la finca y las acopia en la bodega, el
contacto con este insumo es una labor obligada. Los elementos de
protección de los almacenistas se basan en la utilización de una
careta, guantes de nitrilo largo, camisa manga corta, pantalón y
botas. Las bolsas de campo son entregadas por el almacenista a
cada trabajador de manera personal.
La rotura de la bolsa, es una actividad realizada por cinco obreros
(18,5%) y consiste en quitar la bolsa que cubre el racimo cuando se
encuentra en la empacadora para ser procesado en la etapa de
poscosecha de la fruta. La manipulación del material de desecho, es
realizada por quien debe recoger los residuos de bolsa que quedan
al finalizar el proceso en las empacadoras, estos desechos se
almacenan en canecas y se aíslan en una bodega. El desmane y
lavado se realiza por siete operarios, y consiste en cortar las manos
de los racimos que llegan a la empacadora para constituir los gajos
de banano que finalmente se incluirán en una caja. Durante esta
labor el trabajador no tiene contacto directo con el clorpirifos, pero sí
con los fungicidas que se adicionan al tanque de mezcla en el que
se lava la fruta.
35% de los trabajadores evaluados ingieren algún tipo de bebida
durante la labor, lo cual se considera una acción con alto riesgo de
intoxicación, debido a que los operarios tienen las manos
contaminadas por el uso de las bolsas y muy fácilmente pueden
entrar en contacto con el agua que consumen.
©Universidad de Caldas
202
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Como vínculo familiar, se denota 47% de la población en unión libre,
22% casados y 31% solteros. 17 personas de 23 (73%) tienen
promedio de dos hijos por familia. La observación sobre la salud de
los hijos muestra que 6% estaban enfermos; 94% de los hijos de los
embolsadores no manifiestan hasta el momento problemas en su
salud. Se destaca un caso de un niño enfermo, de 8 años de edad,
correspondiente a 6% de la población evaluada, con retraso mental
desde el nacimiento. Como antecedentes, el padre del menor es un
hombre joven de 30 años de edad, su vínculo familiar está
constituido por dos hijos más de 4 y 9 años de edad. En su trabajo,
se ha desempeñado en los sistemas de producción de banano por
14 años y lleva 12 años realizando la labor de embolse de la fruta,
además del manejo constante de las bolsas de campo impregnadas
con clorpirifos, ha manipulado otros plaguicidas, entre ellos
herbicidas, y ha manifestado molestias en su salud como: dolor de
cabeza, ardor en ojos, decaimiento, irritación y ardor en la piel.
Estos síntomas normalmente se presentan después de realizar la
labor.
En la historia clínica de este trabajador (A2) resaltan las variaciones
de los valores de actividad de la colinesterasa en el tiempo.
Tomando como referencia estos valores, se destaca que la salud de
este trabajador ha presentado un descenso que se expresa en una
de las pruebas realizadas y en dos de las siguientes pruebas los
valores se encuentran en el límite, si se considera que 80% es el
valor de partida en las pruebas de Michel.
Algunos de los síntomas más frecuentes que afectan a los
embolsadores aparecen en los dos gráficos siguientes:
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Otros factores incidentes son: 1) El consumo de licor y la adicción al
cigarrillo son factores que alteran los niveles de colinesterasa y se
convierten en elementos tributarios de los descensos en su
actividad. 70% de los embolsadores fuman en promedio cuatro
cigarrillos al día. 2) La ubicación de las viviendas. 13% (tres
trabajadores de 23) tienen las casas en lugares por donde circulan
los aviones de fumigación y donde las familias del trabajador y el
mismo se encuentran en permanente contacto con los agroquímicos
por efectos de deriva. 3) El consumo de fruta de rechazo no lavada
es práctica de 100% de los trabajadores quienes la consumen
diariamente
y
la
llevan
para
el
consumo
familiar.
Valoración de la actividad de la colinesterasa
De acuerdo con el análisis de la actividad de la colinesterasa
eritrocitaria en los exámenes de sangre realizada en los 23
asalariados del grupo de embolsadores de cada finca en estudio y el
grupo técnico de apoyo de una misma comercializadora, 95%
presentan actividad de colinesterasa de bajo riesgo (superior a 80%
de los parámetros normales de sangre para esta prueba), mientras
que 5% restante exhibe alteraciones en los valores de referencia.
En las siguientes tablas se muestran los resultados del porcentaje
de colinesterasa eritrocitaria a través del tiempo, tomando como
referencia los antecedentes clínicos de cada embolsador que
participó de las pruebas durante esta investigación. Asimismo, se
evalúa el tiempo de exposición al contacto con el clorpirifos que han
tenido a lo largo de su vida laboral. Los valores aquí expuestos,
datan del año 2008 y una prueba realizada en 2009.
©Universidad de Caldas
204
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Seguimiento colinesterasa eritrocitaria, finca A. Finca ubicada
en el municipio de Chigorodó (Antioquia), con extensión de 60
hectáreas y 34 trabajadores en total que manejan la producción de
banano desde el campo hasta el llenado de las cajas, que son
exportadas a diario a países europeos como Alemania y Bélgica.
Los trabajadores embolsadores tienen contacto permanente con el
clorpirifos presente en la bolsa de campo, empleada en la
protección de la fruta. Se denotan niveles de colinesterasa
alterados, en cuatro de cinco embolsadores a quienes se les
practicó la prueba, con resultados por debajo de 80% o en niveles
límite.
Seguimiento de colinesterasa eritrocitaria, finca B. Finca
ubicada en el municipio de Carepa (Antioquia), cuenta con una
extensión de 160 hectáreas y 80 trabajadores. De acuerdo con el
historial de pruebas de colinesterasa realizadas, se declara un nivel
normal de colinesterasa con porcentajes que superan 90% en seis
de siete embolsadores. Se presenta un caso alterado y uno en el
nivel límite. Se trata de un operario de 29 años de edad con 10 años
de experiencia laboral, quien presenta historial clínico inconsistente,
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
puesto que de cuatro valoraciones realizadas, la mitad presenta
valores anormales (77% y 78%) lo que corresponde a una
disminución del volumen de la colinesterasa, potencialmente debido
al desempeño de su labor.
Seguimiento de colinesterasa eritrocitaria, finca C. Finca
ubicada en el municipio de Turbo (Antioquia), con extensión de 190
hectáreas y 90 trabajadores, de los cuales siete personas realizan la
labor de embolse. El porcentaje de colinesterasa tiene
comportamiento normal a través del tiempo, con valores de
actividad de la colinesterasa en el límite, solo para un operario. Esta
finca ha sido manejada durante los últimos tres años bajo los
criterios de la norma Free trade, la cual hace referencia al comercio
justo, motivando a los productores a invertir en el bienestar y calidad
de vida de los trabajadores a través del incremento de un dólar por
cada caja de banano que se produce en las fincas que adoptan esta
modalidad. Teniendo en cuenta estas consideraciones, se genera
en las comercializadoras una mayor conciencia en el cuerpo
administrativo, sobre las condiciones laborales de los trabajadores;
y estos a su vez adquieren una mayor cultura en el entorno de la
producción bananera, lo cual hace que estas personas tengan
disponible y hagan uso de los elementos de protección necesarios
para la realización de cada labor, se informe y se capacite sobre el
manejo de herramientas, uso de agroquímicos, manipulación de
alimentos, derecho laboral, se realicen talleres de psicología y se les
dé participación a los trabajadores mediante el derecho de opinar y
denunciar las acciones administrativas con las que no están de
acuerdo.
A su vez, la agricultura presenta la tendencia a generar una
producción limpia para obtener una fruta más sana, que es la razón
por la cual el mercado europeo prefiere pagar un dólar más por
cada caja de banano que se consume. En concordancia con este
comercio justo, se restringe en estos sistemas productivos la
aplicación de herbicidas y se establecen las coberturas nobles para
desplazar arvenses competitivas, asimismo se exige que los
trabajadores estén protegidos, consuman agua potable, tengan
acceso a las duchas, tanto para aseo personal como en caso de
accidentes por derrames; en general se realiza un trabajo que vela
por la integridad y calidad de vida de todos los trabajadores, se
obtiene una fruta que viene de una producción que evita el exceso
de agroquímicos y con el incremento de un dólar por caja permite
ganar tanto a los productores como a los trabajadores. Es factible
considerar, que bajo el sistema de manejo que se ha llevado a cabo
en esta finca durante los últimos tres años, los embolsadores
demuestren estabilidad en la actividad de la colinesterasa como se
expresa en la Tabla 4.
Colinesterasa eritrocitaria, grupo técnico (D). Como parámetro
comparativo, se realizaron las pruebas de colinesterasa en el grupo
de apoyo técnico que labora en la comercializadora, haciendo
referencia a ingenieros y administradores. Quienes participaron de
esta evaluación, son profesionales en el campo de la agricultura y
por lo tanto se desempeñan en diferentes labores del agro, por esta
razón pueden estar en contacto permanente con la gran variedad de
agrotóxicos que se emplean en la zona. Los resultados de los
©Universidad de Caldas
206
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
exámenes, expresan valores normales del nivel de colinesterasa
con un caso en el nivel límite.
Al comparar los valores de colinesterasa de este grupo técnico con
los embolsadores de cada una de las fincas, el primero no exhibe
alteraciones de colinesterasa, mientras que en los embolsadores
hay subnormalidades en algunos valores durante los dos últimos
años. Se considera que la diferencia se debe al permanente
contacto con el clorpirifos al manipular constantemente las bolsas
de campo y, a su vez, al período de tiempo que llevan realizando
esta labor, razón por la cual los embolsadores son el grupo más
vulnerable a través del tiempo.
Otros agroquímicos en la producción de banano. Como parte
complementaria al desarrollo de esta investigación, se hace
necesario destacar que en la producción de banano se emplea otra
serie de agroquímicos que contribuyen con el manejo de la
producción como:
La aplicación de herbicidas. Para el control de arvenses se utiliza
glifosato como ingrediente activo de productos comerciales como
Roundup 747 y otras marcas. Para el manejo de la plantación, se
realizan ciclos de aplicación cada cuatro semanas. Implica que un
trabajador realiza la labor que corresponde a la preparación de la
mezcla y la aplicación del producto en el campo, y permanece en
contacto directo con estos agroquímicos.
Proceso poscosecha. Durante el proceso poscosecha de la fruta,
se emplean fungicidas como Rally (ingrediente activo Myclobutanil,
Triazol) y Amistar [ingredientes activos Azoxistrobina 20% p/v (200
g/L)], el ingrediente activo Azoxistrobina pertenece al grupo químico
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
metoxicrilatos y el ingrediente activo Difenoconazol 12,5% p/v (125
g/L) pertenece al grupo de los triazoles. Estos productos se aplican
para la protección de la fruta con el propósito de evitar
enfermedades como pudrición de la corona, y contribuyen con la
protección en los períodos poscosecha, comercialización, hasta
consumo de la fruta en lugares de destino. En el proceso
poscosecha participan entre 15 y 30 trabajadores, lo cual depende
del tamaño de la finca y del volumen de fruta proyectado en el día;
cada una de estas personas puede estar expuesta, en cualquier
momento, al contacto directo con estos fungicidas.
Fumigaciones aéreas. Se emplean fungicidas sistémicos y de
contacto como Baycor (ingrediente activo Bitertanol, grupo químico
triazol), Bravonil (ingrediente activo Chlorothalonil 720 g/L, grupo
químico cloronitrilo), Dithane (Mancozeb, grupo químico
ditiocarbamatos), entre otros. Es la actividad fitosanitaria más
compleja en la producción de banano, puesto que se realizan
aplicaciones aéreas cada dos semanas cubriendo las fincas
bananeras de toda la región de Urabá, esto implica que un gran
número de trabajadores y una apreciable población se encuentren
expuestos permanentemente al contacto directo con estos
fungicidas, lo que se genera por deriva del producto durante la
aplicación al cultivo.
Frente a este panorama, las comercializadoras presentes en la
zona, adoptan un programa de vigilancia epidemiológica en el cual
se indaga a fondo la problemática presente. Dado que en la
agroindustria bananera aún no se cuenta con evaluaciones de
higiene al ambiente que incluyan: muestreos, cálculos estadísticos y
resultados de productos utilizados en el proceso, con los cuales se
determinen las áreas expuestas, se emplean solo como criterio la
caracterización de los oficios de alta exposición realizados por las
personas y el tipo de producto que manipula.
En la zona de Urabá el manejo y control de la Sigatoka negra
(Mycosphaerella fijiensis), se determina bajo el concepto de las
compañías de fumigación aérea, quienes a través de un grupo
técnico especializado, definen las aplicaciones rotativas de los
productos en todas las fincas bananeras. De esta manera, para
controlar el desarrollo de la enfermedad, la fumigación aérea se
realiza a través de aplicaciones calendarizadas o programadas
durante el año; cubriendo toda la zona. En la actualidad se están
aplicando 30 ciclos de fungicidas, lo cual explica que se realicen
fumigaciones cada dos semanas y algunas veces cada semana. Las
evaluaciones de campo son realizadas por los supervisores técnicos
de las compañías de fumigación, sin embargo el concepto de la
aplicación fungicida está basado en la programación cíclica de los
productos que se requieren aplicar al año, esto quiere decir que las
aplicaciones de los fungicidas no se realizan en función del
desarrollo de la enfermedad, sino que ya existe una programación
con la que estas compañías consideran que garantizan el control de
la Sigatoka en las plantaciones.
©Universidad de Caldas
208
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Durante los dos últimos años se ha retirado de la explotación
bananera el Paraquat (categoría toxicológica I) ingrediente activo
del herbicida gramoxone, que se utilizaba para controlar el
crecimiento de arvenses; el producto fue retirado por exigencia del
mercado europeo donde el agroquímico tiene restricciones por su
categoría toxicológica. En Colombia ninguna norma prohíbe ni
restringe su uso en los diversos sistemas de producción agrícolas y
solo se prohíbe la aplicación aérea del producto según Resolución
3028 del 15 de agosto de 1989 expedida por el ICA.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Ruta toxicológica en la manipulación de la bolsa impregnada
con clorpirifos
Durante el trabajo de campo, se realizó un seguimiento sobre la
producción y manipulación de las bolsas de campo empleadas en la
zona, para la protección de la fruta, y se describe a partir de la
siguiente ruta de exposición al clorpirifos:
Fábrica de plástico
En la región de Urabá se encuentra la fábrica de plástico de
Banacol, que produce el volumen de plástico y fibra que necesitan
las comercializadoras de banano ubicadas en la zona. Los
materiales requeridos para la producción de bolsa de campo, al
igual que la producción de fibra, son materias primas importadas
(polipropileno y polietileno), provenientes de los subproductos de los
hidrocarburos o derivados del petróleo, de esta forma los materiales
son fundidos y mezclados por procesos térmicos a través de un
sistema mecánico elaborándose grandes cantidades de bolsa y fibra
al día. Las cantidades de bolsa que se producen, no alcanzan a
satisfacer los volúmenes requeridos para cubrir la demanda en la
zona bananera, razón por la cual se importan de otros países.
Proveedores de bolsa de campo
Cuando la fábrica produce los volúmenes de bolsa requeridos por
las comercializadoras, son distribuidas por diferentes proveedores
quienes se encargan de suministrar a cada finca la cantidad de
bolsas de acuerdo con la semana solicitada por la dirección
comercial; la cantidad de bolsa que una finca requiere está basada
en los promedios de embolse de fruta que se realizan cada semana,
de esta manera se controlan las cantidades exactas de bolsa de
campo que cada finca debe manejar con base en los inventarios de
fruta.
Manejo de la bolsa en las fincas
Las bolsas de campo son retiradas de los puntos de venta por los
camiones de la comercializadora, y a su vez son llevadas a cada
finca de manera independiente sin ser mezcladas con otros insumos
o productos. Cuando el camión llega a la finca, el conductor hace la
entrega del insumo de manera personal al almacenista, quien recibe
las bolsas contando los rollos y registrando el ingreso del producto
con su respectiva remisión, para asentar la información en el kárdex
y otros registros necesarios. De esta manera, se le hace
seguimiento y control a cada insumo que ingresa a la finca. Los
rollos de bolsa son almacenados en una bodega de agroquímicos,
bajo las respectivas normas de seguridad (iluminación, ventilación,
ubicación). De allí, el material es entregado por los almacenistas a
cada trabajador que realiza la labor del embolse, siguiendo un
procedimiento de entrega con adecuado registro en un documento
de: la cantidad de bolsas entregadas, el nombre del trabajador y la
hora. En promedio se entregan 250 bolsas a cada trabajador en
horas de la mañana y en las horas de la tarde 150.
©Universidad de Caldas
210
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Manipulación de la bolsa por el trabajador
El trabajador, antes de iniciar la labor y recibir la bolsa de campo,
debe prepararse y aprovisionarse a primera hora de la mañana de
los objetos de protección personal y la herramienta. Cuando el
trabajador cumple con los anteriores requisitos, procede a recibir las
bolsas de campo que son entregadas por el almacenista de la finca,
firma el correspondiente registro y se dirige a la plantación
bananera, para ejecutar el embolse el cual, basado en las
instrucciones del administrador de la finca, consiste en que el
trabajador debe ubicar la bolsa teniendo en cuenta dos tipos de
embolse: 1) Embolse prematuro: es aquel en el cual se pone la
bolsa cuando descuelga la bellota, sin haber abierto las manos que
constituyen el racimo. 2) Embolse presente: se pone la bolsa
cuando el racimo tiene dos o tres manos abiertas. Este embolse se
realiza solo donde la incidencia de plagas no ha afectado la calidad
de la fruta. Un trabajador tiene un promedio de embolse
comprendido entre 350 y 400 racimos al día, y permanece en
contacto con las bolsas de campo desde las 6 de la mañana hasta
las 4 de la tarde. Realiza la labor dos veces a la semana; lunes y
jueves o martes y viernes.
Cuando el embolsador termina su jornada de trabajo, procede a
quitarse la ropa de protección personal y a bañarse; para ello cuenta
con las instalaciones necesarias para su aseo personal. La ropa que
fue utilizada en el día es lavada por la persona encargada del aseo
de todas las instalaciones de la finca, quien lava toda esta ropa
dentro de la finca utilizando una lavadora; los elementos de
protección implementados para esta persona son: guantes de nitrilo
largos, botas y un delantal de plástico que protege el cuerpo de la
persona de la humedad. Las aguas provenientes de este lavado,
son conducidas por un sistema de tubería que las lleva hasta un
pozo profundo, al cual llegan todas las aguas residuales que se
producen en la finca como las aguas negras producto de la cocina y
de los baños. El pozo dispone de varios filtros, lo que hace que las
aguas permanezcan en un proceso de purificación desde que
ingresan al pozo hasta que salen de este sitio para integrarse con
los cauces de agua naturales, que circulan por los diferentes
canales que se trazan en una finca bananera; finalmente, estas
aguas llegan a los ríos que desembocan en el mar. Para el manejo
de estas aguas contaminadas, se realiza una evaluación al año
sobre la residualidad de las aguas a la entrada y a la salida del
pozo, para determinar la eficiencia de la remoción de residuos
orgánicos y la carga contaminante. Mediante la toma de estas
muestras analizadas en un laboratorio, se determina el grado de
contaminación que se está generando en las fincas bananeras.
Manejo del residuo de bolsa
El racimo de banano, se cosecha en el campo cuando cumple la
edad y las especificaciones requeridas para los embarques; el
procedimiento conlleva el corte del racimo en la mitad del vástago y
posteriormente la ubicación de la fruta en garruchas que conducen
los racimos con su correspondiente bolsa a lo largo de un cable, que
se dirige a la empacadora; es en este lugar donde se realiza el
tratamiento poscosecha. De esta manera, cada racimo llega a las
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
empacadoras, donde hay un trabajador encargado de retirar las
bolsas de estos racimos para que puedan ser procesados. Las
bolsas se recolectan durante el proceso, en canecas y
posteriormente se almacenan en una bodega exclusiva para su
manipulación, y de allí son entregadas a una cooperativa que les da
diferentes usos a este material. Se requieren inicialmente dos
trabajadores, el primer operario elige el racimo adecuado y corta la
planta, y el segundo operario recibe en sus hombros, sobre una
cuna el racimo cortado; posterior a esto, el racimo es llevado hasta
el cable donde otro operario lo ubica sobre una garrucha
constituyendo una fila de 20 a 25 racimos, para ser transportados
hacia la empacadora por un último operario. Para realizar esta labor
de cosecha, los trabajadores utilizan como implementos de
protección la dotación personal, haciendo referencia a las botas de
caucho, la sudadera y la camisa de cualquier tipo. Realmente no se
evidencia ningún sistema de protección personal durante el proceso
de la cosecha; el corte de los racimos se realiza por un grupo de
cuatro trabajadores y únicamente la persona que transporta los
racimos hasta la empacadora utiliza el casco como su implemento
de protección. Se observó que los trabajadores que realizan la
cosecha se encuentran en contacto directo y permanente con la
bolsa de campo, desde que se corta el racimo de la planta hasta
que es procesado en las empacadoras.
Los racimos llegan a la empacadora, en donde se encuentra una
persona encargada de quitar la bolsa que cubre cada racimo, esta
persona utiliza como medio de protección: casco, botas, sudadera y
camisa. Los operarios encargados de quitar y recoger la bolsa no
utilizan los guantes de nitrilo, generándose un contacto directo de la
piel con estas bolsas. Durante la realización de esta práctica se
evidencian algunos residuos de bolsa que se quedan en el suelo,
cerca de la empacadora. Algunos de estos residuos se recogen y se
almacenan, pero estos pequeños fragmentos se pueden dispersar
con facilidad en cualquier parte de la finca convirtiéndose en
pequeños focos de contaminación. Es muy común encontrar
pedazos de estas bolsas enterradas en el área de producción.
Manejo de la bolsa por las cooperativas
La bolsa de campo representa una fuente de contaminación latente,
debido al contenido de clorpirifos, por esta razón es colectada sin
sufrir procesos de lavado para evitar contaminación de las fuentes
hídricas. Las fincas son la fuente primaria de recolección de las
bolsas tratadas con clorpirifos, de allí se recolectan en camiones por
parte de las cooperativas encargadas de cubrir gran parte de la
zona en cuanto a la recolección del plástico; luego se dirigen a las
instalaciones donde se prensan, y posteriormente se conforman
pacas de 150 kilos. Estas pacas son empleadas en la industria para
la fabricación de mangueras, escobas y otras herramientas e
igualmente se usan en minería.
©Universidad de Caldas
212
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
DISCUSIÓN
A pesar de la existencia de argumentos, basados en otras
investigaciones y parámetros legales, que manifiestan el grave
deterioro de la salud humana cuando se expone al trabajador al
contacto permanente con el clorpirifos, en una población tan joven
como la de los trabajadores de Urabá se determinó que algunas
personas exhiben alteraciones en su historial clínico. Se usa un solo
criterio de medida en el manejo médico (un único examen no muy
específico sobre el nivel de colinesterasa y la reubicación al
encontrar alteraciones), lo que pone en cuestionamiento la
exposición permanente y de largo plazo de los operarios de campo
al especializarles en la aplicación de una suma de agroquímicos y
sus mezclas, con los consecuentes efectos en su salud.
Los exámenes de colinesterasa realizados en el grupo de 23
personas, demostraron actividad subnormal a través del tiempo en
cinco trabajadores en una de las cuatro valoraciones realizadas
durante el período 2008 a 2009 y tres más estuvieron en el nivel
límite, incluido el administrador. El tratamiento al cual fueron
sometidos (los cinco operarios), fue la reubicación inmediata de su
labor para desempeño en otro trabajo que no implicara la
manipulación de agroquímicos por cuatro meses mientras tanto se
realizó la siguiente prueba de colinesterasa. En este punto se
definió si el trabajador continuaba reubicado o si por el contrario
volvía a su actividad de embolsador. A partir de este procedimiento,
se considera necesario en este ejercicio de investigación, que a los
trabajadores que presentan alteraciones en cualquiera de sus
valoraciones, debería realizárseles un segundo examen con mayor
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
profundidad (por ejemplo el ensayo cometa en eritrocitos) que
juzgue las causas y determine con exactitud su estado de salud.
Es evidente que, frente al tiempo de exposición y la protección
mediante un vestido de labor todavía insuficiente, hay indicios de
intoxicación aguda en todos los trabajadores y elementos de
intoxicación crónica que se hacen más incidentes por el tipo de
labor, que no solo queda en dos días de trabajo con embolsado,
sino que se continúa con otros procesos de manipulación del
plástico tratado con clorpirifos a lo largo de la semana, y que se
traducen
en
efectos
crónicos.
Asaltan las siguientes preocupaciones:
1) Los exámenes de colinesterasa realizados bajo el método Michel
están fundamentados en rangos de valores estandarizados y
generalizados en poblaciones de otros países, por lo cual se asume
que el método fue adaptado bajo el mismo criterio para las
poblaciones colombianas. El procedimiento no enfatiza la situación
clínica de cada paciente de manera particular, y la salud de estas
personas se rige única y exclusivamente por los resultados de este
método. En las comercializadoras no se tiene en cuenta el historial
clínico ni los antecedentes de salud que estos trabajadores han
desarrollado en otras comercializadoras diferentes. A su vez, los
operarios no solo están expuestos al clorpirifos sino a una mezcla
de productos agrotóxicos y por esta razón las pruebas para
determinar los daños deben ser diferentes a las de colinesterasa; se
aconseja, por lo tanto, hacer pruebas con biomarcadores. El
panorama muestra ausencia de una instancia especializada y
personal
formado
en
medicina
ocupacional.
2) Bajo el precepto de la certificación de las fincas bananeras, las
empresas comercializadoras de banano establecen estrategias para
complacer a las empresas transnacionales, que les obligan a
garantizar la salud ocupacional. Esto quiere decir, que las
comercializadoras cumplen frente a las normas laborales con los
procedimientos necesarios, entre ellos realizar los exámenes de
colinesterasa cada cuatro meses, y que de acuerdo con los
resultados, el procedimiento sanitario como empresa solo tiene en
cuenta la reubicación del trabajador cuando el obrero de campo está
expuesto al plaguicida y solo hasta este punto llega la
responsabilidad empresarial; el trabajador asume los riesgos en su
salud y la trascendencia de los mismos. Este sector no exhibe
voluntad para reconocer y prevenir enfermedades ocupacionales a
tiempo, y cuando el riesgo de contaminación por clorpirifos se
presenta,
se
le
da
un
manejo
solo
legal.
3) Los productores bananeros son apáticos a la transferencia de
tecnología que se realiza en la zona, en donde se ha demostrado en
fincas experimentales que la protección de la fruta puede realizarse
con bolsas sin contenido de clorpirifos a menor precio, demostrando
excelentes resultados en la calidad de la producción. Sin embargo,
las decisiones son tomadas por los propietarios quienes miran con
desconfianza las nuevas alternativas en el manejo agrario, y por
esta razón se casan con las técnicas antiguas de producción.
©Universidad de Caldas
214
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
4) Desde que se produce la bolsa de campo hasta que cumple todo
su ciclo, es manipulada por un gran número de personas que entran
en contacto diariamente con el contenido del clorpirifos que contiene
la bolsa. De esta manera, no se descarta la posibilidad de que otras
personas que no están realizando la labor del embolse, se vean
afectadas por el clorpirifos. Se considera con este argumento, que
los exámenes de colinesterasa no deberían limitarse a los
embolsadores exclusivamente, y por lo tanto debería crearse un
programa que involucre más personas, para minimizar los riesgos
en la salud de los trabajadores que se desempeñan en torno a la
producción de banano.
El sector bananero juega un papel importante en la economía,
especialmente en Urabá donde todas las actividades productivas
giran en torno al negocio de producir y exportar banano. Aunque se
desarrollan otros renglones productivos diferentes al banano como
plátano, arroz, maíz, ganadería, hay una alta dependencia
económica de la actividad bananera. Gran parte del manejo
adecuado de los plaguicidas se debe basar en la capacitación y
educación ambiental y sanitaria, que redunde en la prevención y
minimización de riesgos asociados al uso y manejo de plaguicidas.
En este sentido, es importante definir un plan nacional ambiental
para orientar y optimizar los recursos, en el cual la coordinación
institucional y la divulgación efectiva sobre los impactos generados
por los plaguicidas permitan en un plazo muy cercano concientizar a
la población rural y a los trabajadores sobre estos productos. Para
ello, se debe trabajar de manera conjunta y coordinada entre el
Estado, la comunidad, las organizaciones no gubernamentales y el
sector privado.
Colombia es un país que por su posición geográfica presenta unas
condiciones particulares climáticas y de alta biodiversidad, las
cuales se reflejan en numerosas plagas que atacan a los cultivos
agrícolas, pero igualmente brindan la oportunidad de disponer de
agentes naturales para el control biológico. En este sentido, el país
tiene el reto de manejar y controlar las plagas con criterios
científicos racionales que propendan por una agricultura sostenible.
Al respecto, vale la pena reseñar los esfuerzos que vienen
adelantando varios países con condiciones económicas, culturales y
geográficas diferentes a las colombianas, en el diseño e
implementación de políticas que buscan la racionalización en el uso
de plaguicidas pensando en la protección del medio ambiente y la
competitividad del sector productivo agropecuario, como es el caso
de Suecia que desde 1986 inició un plan de reducción de los
riesgos al medio ambiente y a la salud de las personas; el Reino
Unido desde 1986 lanzó un plan para minimizar el uso de
plaguicidas y sus riesgos asociados; Dinamarca desde 1990 arrancó
con un plan de acción para la reducción de las aplicaciones de
plaguicidas; y Holanda desde 1993 empezó con un plan de
protección de cultivos en varios años.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
REFERENCIAS














©Universidad de Caldas
Amador, M. y Astorga, Y. (2006). Foro Emaús. Banano que
envenena.
Recuperado
de
http://www.foroemaus.org/espanol/ambiental/04
ATSDR (Agencia de Sustancias Tóxicas y el Registro de
Enfermedades). (1997). Departamento de Salud y Servicios
Humanos de los EE.UU., Servicio de Salud Pública. Resumen de
salud pública, 1997. Clorpirifos caso # 2921-88-2. Recuperado de
http:// www.atsdr.cdc.gov/es
Colombia, Ministerio de Salud, Decreto 1843 de 1991, Por el cual se
reglamentan parcialmente los títulos IIIV, VI, VII y XI de la Ley 09 de
1979, sobre el uso y manejo de plaguicidas.
Colombia, Ministerio de la Protección Social, Decreto 3518 de
octubre 9 de 2006, Por el cual se crea y reglamenta el Sistema de
Vigilancia en Salud Pública y se dictan otras disposiciones. Diario
Oficial, Año CXLII, No. 46.417 de 10 de octubre de 2006, pp. 6-13.
Díaz, P. y Salinas, S. (2002). Plaguicidas, tabaco y salud: El caso de
los jornaleros huicholes, jornaleros mestizos y ejidatarios en Nayarit,
México.
Recuperado
de
http://www.huicholesyplaguicidas.org/documentos/estudio_epid
emiologico.pdf
Dow AgroSciences (1998). Clorpirifos – Norteamérica. Acerca del
clorpirifos.
Recuperado
de
http://www.dowagro.com/chlorp/chlorp_es/na/about/
Espinal, C. F., Martínez, H. J. y Peña, Y. (2005). La Cadena del
Banano en Colombia una mirada global de su estructura y dinámica
1991-2005. Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. Observatorio
Agrocadenas
Colombia.
Recuperado
de
http://www.agrocadenas.gov.co
Estrada, D. (2005). Intoxicados demandan restringir plaguicidas.
Recuperado
de
http://www.eco2site.com/news/Dic-05/intoplagui.asp
Hurtado, C. M. y Gutiérrez, M. (2005). Enfoque del paciente con
intoxicación aguda por plaguicidas organofosforados. Rev Fac Med
Univ Nac Colomb, 53(4), 244-258.
Memorias Expoagricultura. (2001). Tendencia de la plasticultura
bananera. VI Semana de la Agricultura, 6-8 Junio, de 2001. UNIBANApartadó.
Monterroso, A. y Ferreira, W. (2006). Agrotóxicos en Bella Unión.
Tejiendo redes de salud comunitaria. Recuperado de
http://webs.chasque.net/~rapaluy1/publicaciones/Agrotoxicos_B
ella_Union.pdf
Sierra, L. E. (1993). El cultivo del banano. Producción y comercio.
Medellín: Gráficas Olímpica.
Telasky, K. (2007). Información para trabajadores agrícolas.
Monitoreo de la colinesterasa para personas que manipulen
pesticidas. Washington State Department of Labor & industries.
Recuperado
de
http://www.lni.wa.gov/Safety/Topics/AtoZ/Cholinesterase/files/C
HeFactSheet-Spanish.pdf
Varona, M., Henao, G., Lancheros, A., Murcia, A., Díaz, S., Morato,
R., Morales, L., Revelo, D. y De Segurado, P. (2007). Factores de
exposición a plaguicidas organofosforados y carbamatos en el
departamento del Putumayo. Biomédica, 27(3), 400-9.
216
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014


Velásquez, J. A. y Giraldo, P. A. (2005). Posibilidades competitivas
de productos prioritarios de Antioquia frente a los acuerdos de
integración y nuevos acuerdos comerciales. Secretaría de
Productividad y Competitividad Departamento de Planeación.
Recuperado
de
http://www.gobant.gov.co/organismos/scompetividad/doc
Wesseling, C., Aragón, A., Rojas, M., López, L., Blanco, L., Soto, A.,
Fúnez, A., Ruepert, C., Miranda, J. y López, I. (2005). Plaguicidas.
Efectos del clorpirifos sobre el sistema nervioso de trabajadores
bananeros en la Lima, Honduras. Salud y seguridad laboral en
América Latina. III Conferencia sobre salud ocupacional y ambiental
de las Américas 2005. “Integrando las Américas frente a los efectos
de la globalización”, 6-9 de febrero, 2005, Alajuela, Costa Rica. Arch
Prev
Riesgos
Labor,
8(2):
69-91.
Recuperado
de
http://www.scsmt.cat/Upload/TextComplet/1/1/116.pdf
Para citar este artículo: Aguirre-Buitrago, J. C., Narváez-González,
S. C., Bernal-Vera, M. E. & Castaño-Ramírez, E. (2014).
Contaminación de operarios con clorpirifos, por práctica de
“embolsado” de banano (Musa sp.) en Urabá, Antioquia. Revista
Luna
Azul,
38,
191-217.
Recuperado
de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v
iew&id=902
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
APORTE DE HOJARASCA DEL MANGLE NEGRO (Avicennia
germinans L.) EN EL CARIBE COLOMBIANO
Álvaro Javier Martínez-Ballesteros1
Carlos Mario Plaza-Rodríguez1
Giovany Guevara2
Recibido el 22 de julio de 2013 y aprobado el 12 de octubre de 2013
RESUMEN
A pesar que los manglares son reconocidos a nivel mundial como
ecosistemas altamente productivos y ecológicamente importantes,
en la actualidad, su extensión se ha reducido significativamente
debido a las actividades humanas en las zonas costeras. Por lo
tanto, es necesario investigar su dinámica y respuestas bajo el
creciente y sostenido impacto del cambio climático y antropogénico.
Durante dos estaciones climáticas contrastantes (sequía, lluvia) se
estudió la producción de hojarasca del mangle negro Avicennia
germinans L. en la bahía El Uno cerca al municipio de Turbo,
noroccidente de Colombia (8° N). El aporte de materia orgánica fue
separado por estructuras (hojas, ramas, flores y frutos) donde se
registró un aporte significativamente mayor de hojas. La biomasa
seca total durante ambas estaciones fue de 7,09±9,66 y 5,36±5,67 g
-2
-1
m día . Los valores mínimos y máximos fueron de 0,63-8 y 0,493,65 g m-2día-1 durante la estación seca y lluviosa, respectivamente.
Se detectaron diferencias significativas entre las estructuras
orgánicas pero no entre las estaciones climáticas analizadas. Se
discuten algunos impactos naturales y antropogénicos pasados y
actuales, que afectan la dinámica de los manglares, al igual que la
importancia de la producción de hojarasca para la productividad
primaria y secundaria, en zonas altamente perturbadas del Caribe
colombiano.
PALABRAS CLAVE
Golfo de Urabá, Mar Caribe, manglares, materia orgánica costera,
productividad.
CONTRIBUTION OF BLACK MANGROVE (Avicennia
germinans L.) FALLEN LEAVES IN THE COLOMBIAN
CARIBBEAN AREA
ABSTRACT
Although mangroves are recognized worldwide as highly productive
and ecologically important ecosystems , at present its extent has
been significantly reduced due to human activities in coastal areas.
Therefore, it is necessary to investigate their dynamics and
responses under the growing and sustained climatic and
anthropogenic impacts. During two contrasting seasons (drought,
rain) the fallen leaves production of the black mangrove Avicennia
germinans L. was investigated at El Uno Bay, near Turbo
Municipality, North-Western Colombia (8° N). Organic matter input
was sorted by structure (leaves, branches, flowers, fruits) with
©Universidad de Caldas
218
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
leaves registering the highest significant values. Total dry biomass
during both seasons was 7.09±9.66 and 5.36±5.67 g m-2day-1. The
lowest and highest organic matter values were 0.63-8 and 0.49-3.65
g m-2day-1 during the dry and rainy season, respectively. Significant
differences between organic structures but not between seasons
analyzed were detected. Some relevant past and present natural
and anthropogenic impacts affecting the mangroves dynamics are
discussed, as well as the importance of fallen leaves input to the
primary and secondary production in highly disturbed zones of the
Colombian Caribbean area.
KEY WORDS
Gulf of Urabá, Caribbean Sea, coastal organic matter, mangroves,
productivity.
INTRODUCCIÓN
Los manglares son ecosistemas estratégicos que crecen en zonas
tropicales y subtropicales costeras (entre 35° N - 38° S) y presentan,
generalmente, altas tasas de productividad primaria (Hogarth, 2007;
Sánchez-Carrillo et al., 2009). A su vez, son ecosistemas que
contribuyen con el reciclaje de nutrientes en ambientes estuarinos y
costeros, a través del aporte de materia orgánica y los procesos de
descomposición asociados (López-Portillo & Ezcurra, 1985; Lee,
1995; Hogarth, 2007; Sánchez-Andrés et al., 2010). Estos
ecosistemas suministran una gran variedad de bienes (e.g., madera
como combustible, para construcción y pesca, medicamentos, y
alimento) y servicios (e.g., protección costera, control de erosión e
inundaciones, apoyo a pesquerías, entre otros) (Primavera, 1998;
Tam & Wong, 2002; Sanjurjo & Welsh, 2005). Sin embargo,
actualmente existe una fuerte presión antropogénica sobre ellos, y a
la vez, están sometidos al efecto del cambio climático (YáñezArancibia, Twilley & Lara, 1998; Gilman et al., 2008).
La hojarasca (que incluye toda la materia orgánica vegetal que se
desprende de los árboles), al igual que el crecimiento subsuperficial
de las raíces, constituyen una fuente significativa de carbono (C)
orgánico hacia el sedimento de los ecosistemas de manglar, ya que
estos tienen la capacidad de atrapar eficientemente el material en
suspensión dentro de la columna de agua (Alongi et al., 2005).
Asimismo, el aporte de hojarasca en estos ambientes puede
representar hasta un tercio de la productividad primaria neta. No
obstante, existen otras fuentes que también suministran una entrada
importante de C orgánico, entre las que se citan: material alóctono
ribereño o marino, producción autóctona por micro o macroalgas
bénticas o epifíticas y producción local por el fitoplancton dentro de
la columna de agua (Lee, 1999; Kristensen et al., 2008; SánchezAndrés et al., 2010; Kamruzzaman et al., 2012). Como
consecuencia, los ecosistemas de manglar son sitios de
procesamiento intenso de nutrientes con un impacto potencialmente
alto sobre el balance global del carbono (Lee, 1999; Mfilinge, Atta &
Tsuchiya, 2002; Kristensen et al., 2008). La dinámica de la
producción y descomposición de hojarasca en los manglares,
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 218-230
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
presenta una variación geográfica y estacional (López-Portillo &
Ezcurra, 1985; Tam et al., 1998; Sánchez-Andrés et al., 2010), al
tiempo que depende de los rasgos fenológicos de las especies;
donde el crecimiento y senescencia de tejidos y órganos, pueden
estar directamente relacionados con factores bióticos y abióticos
(Sharma et al., 2012).
A nivel mundial existen numerosos estudios sobre la producción y
descomposición de hojarasca en manglares, especialmente en las
regiones tropicales de Australia, Estados Unidos, Tailandia y
Malasia (véase Tam et al., 1998; Tam & Wong, 2002; Komiyama,
Ong & Poungparn, 2008; Kristensen et al., 2008; Feller et al., 2010).
La mayor parte de la información publicada está relacionada con los
géneros Rhizophora y Avicennia (Tam et al., 1998). En Colombia,
las investigaciones sobre productividad de manglares han sido
realizadas por Álvarez (2003), Galeano et al. (2010) y CortésCastillo & Rangel-Ch. (2011). Asimismo, se reportan estudios en la
zona del Caribe colombiano, particularmente relacionados con el
impacto antropogénico (Blanco-Libreros, 2009; Arroyave-Rincón,
Blanco & Taborda, 2012; Blanco & Castaño, 2012; Blanco et al.,
2012). En el costado occidental del golfo de Urabá, Cadavid (2010)
realizó la evaluación del aporte, descomposición y química de la
hojarasca de Rhizophora mangle L. En la laguna costera El Uno, no
se reportan trabajos relacionados con el aporte y dinámica de la
hojarasca de manglar; sin embargo, se han realizado otras
investigaciones con invertebrados, peces y productividad (ver
referencias en Amortegui-Torres, Taborda-Marín & Blanco, 2013).
Aunque los manglares han sido resaltados como sistemas
heterotróficos (Kristensen et al., 2008), la importancia del aporte de
hojarasca para mantener su metabolismo, es aún desconocida,
particularmente en zonas con altas tasas de impacto antropogénico
como el golfo de Urabá (Blanco et al., 2012). El objetivo del
presente estudio fue evaluar el aporte de la hojarasca del mangle
negro, Avicennia germinans L. (Jiménez & Lugo, s.f.) en la laguna
costera El Uno (golfo de Urabá), como una manera de detectar su
potencial influencia en la dinámica de nutrientes en zonas costeras
del Caribe colombiano y contribuir con un potencial manejo
sustentable, donde se requiere de mayor conocimiento en el ciclo de
nutrientes de estos ecosistemas estratégicos.
MATERIALES Y MÉTODOS
El golfo de Urabá es el sector más alejado del Mar Caribe, en este
se presenta una transición entre playas arenosas, el delta estuarino
del río Atrato (entre otros ríos de menor caudal) y costas rocosas,
las cuales limitan al occidente con la República de Panamá. Su
longitud es de alrededor de 80 km y presenta un ancho variable
entre 5 y 50 km (García-Valencia, 2007). Se extiende desde Punta
Arenas al norte de la costa oriental hasta Cabo Tiburón en la costa
occidental (Chevillot et al., 1993).
La laguna costera El Uno, se localiza en el delta del río Turbo (8º 05’
N - 76º 44’ O), en la parte central de la costa oriental del golfo de
©Universidad de Caldas
220
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Urabá (Caribe colombiano) (Figura 1). Tiene una extensión
aproximada de 1,2 km2 y una profundidad promedio de 1 m (García
& Correa, 2006). En la zona noroccidental de la laguna, se
encuentra un manglar conformado desde la línea de costa hacia la
zona continental por las especies R. mangle, A. germinans y
Laguncularia racemosa (L.) Gaertn. f., respectivamente
(CORPOURABÁ, 2003; Correa & Palacio, 2008). Observaciones in
situ del manglar, indican que se encuentra bajo una alta intervención
antropogénica (Figura 2).
En la zona se presenta un periodo de lluvias abundante durante
abril a noviembre y lluvias escasas de enero a marzo. La
precipitación promedio anual fluctúa entre 2900 a 4100 mm, la
temperatura ambiente oscila entre 26 a 28ºC, la humedad relativa
del aire registra promedios mensuales entre 83 y 86%, el brillo solar
presenta un valor promedio de 5 horas diarias, los vientos
predominantes son los Alisios del Norte, el régimen de marea es
semidiurno con una amplitud inferior a 0,5 m. También se registran
cambios en la salinidad del agua, asociados estos a las condiciones
climáticas, presentándose valores menores en la época de baja
precipitación, debido a que los vientos Alisios retienen los aportes
superficiales de agua dulce provenientes del río Atrato en la bahía
Colombia (Chevillot et al., 1993).
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 218-230
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Aporte de hojarasca, determinación del peso seco y
comparación entre épocas climáticas
El aporte de hojarasca fue evaluado durante dos épocas climáticas
contrastantes: lluvia (noviembre-diciembre de 2012) y sequía
(enero-febrero de 2013). En una zona del ecosistema de manglar
entre la laguna El Uno y el delta del río Turbo, se ubicó una sección
de 120 m paralela a la línea de costa, donde se instalaron 20
trampas de hojarasca (50 x 50 x 50 cm, ojo de malla de 5 mm) por
cada época de muestreo. Estas se localizaron a 2,5 m de altura de
la base de los árboles de A. germinans y se sujetaron con una
cuerda desde los extremos (Figura 3). Debido a diversas
restricciones logísticas, la recolección de las muestras se realizó a
los 45 días de instaladas las trampas, durante cada época climática.
El material orgánico de cada trampa fue colocado en bolsas de
papel y transportado al laboratorio de la Universidad de Antioquia
seccional Urabá, para su fraccionamiento (hojas, ramas, flores y
frutos), secado y determinación del peso seco (g). El secado del
material orgánico se realizó en un horno convencional a 80°C
durante 48 h y posteriormente se pesó en una balanza semi-
©Universidad de Caldas
222
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
analítica (OHAUS® Pioneer™, 0,1 mg de precisión). Para detectar
diferencias significativas del peso seco entre las estructuras
orgánicas y las épocas de muestreo, se realizó un análisis de
varianza de dos vías (variables: estructura orgánica, época de
muestreo), después de la verificación de los supuestos de
normalidad y homocedasticidad, y considerando las trampas como
réplicas por cada época. La comparación entre las medias de los
diferentes niveles del factor significativo, se realizó con la prueba a
posteriori de Tukey. Los datos de peso seco (g m-2día-1) fueron
convertidos para estimar la producción anual de hojarasca para el
área de estudio. Los datos fueron analizados con el software
STATISTICA versión 10 (StatSoft, 2011).
RESULTADOS
Producción hojarasca y separación por estructuras orgánicas
Los valores de producción total de hojarasca (promedio ± desviación
estándar) considerando ambos periodos, oscilaron entre 7,09±9,66
y 5,36±5,67 g m-2día-1. Los valores mínimos y máximos del aporte
de materia orgánica fueron de 0,63-8 y 0,49-3,65 g m-2día-1 durante
el periodo seco y lluvioso, respectivamente. Durante el periodo
seco, el aporte promedio de hojarasca fue de 2,52±1,75 g m-2día-1,
mientras que en el periodo lluvioso fue de 1,91±0,79 g m-2día-1. Al
considerar la producción de hojarasca por estructuras durante los
dos periodos, los valores fueron: hojas (12,22±5,07) > ramas
(5,78±7,93) > flores (5,01±10,3) > frutos (1,89±2,11 g m-2día-1), y fue
mayor para la época seca (Figura 4). Se detectaron diferencias
significativas en la producción de las diferentes estructuras
orgánicas pero no entre los periodos climáticos evaluados (Tabla 1).
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 218-230
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
El aporte total de hojarasca estimado para el área de estudio fue de
8 ton ha-1año-1.
DISCUSIÓN
A pesar de los avances en el estudio de los manglares en Colombia,
aún persisten zonas con escasas investigaciones como el caso del
golfo de Urabá (Blanco et al., 2011). Los manglares del golfo
presentan un desarrollo estructural, comparativamente mayor que
los de otras áreas del Caribe colombiano (Sánchez-Páez et al.,
1997), con una dominancia de Rhizophora mangle y representación
escasa de A. germinans (Blanco et al., 2011). Sin embargo, en el
área seleccionada para el estudio, existe una mayor abundancia de
A. germinans (Hoyos, Urrego & Lema, 2011; Pérez, 2012) a pesar
del creciente y sostenido impacto antropogénico. Estudios recientes
han indicado que los manglares de las bahías de Turbo y El Uno
(que representan un 2,9% de los bosques de manglar del golfo de
Urabá), las cuales están separadas del cuerpo principal del golfo por
grandes barreras depositadas por el río Turbo, presentan bosques
altamente intervenidos por el hombre debido a cambios de uso del
suelo, tala, ganadería, sobrepesca, entre otros, cerca de la zona
urbana del municipio de Turbo, el más grande en las riberas del
©Universidad de Caldas
224
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
golfo (Blanco et al., 2012; Ortiz & Blanco, 2012; Amortegui-Torres et
al., 2013; Gómez & Bernal, 2013). No obstante, existen acciones
estratégicas
promovidas
por
la
autoridad
ambiental
(CORPOURABÁ, com. pers.) para la regeneración de las especies
de mangle y manejo sustentable del mismo, que permiten reducir el
impacto de la tala y extracción de madera del ecosistema de
manglar.
El aporte de hojarasca en los ecosistemas de manglar, ha sido
ampliamente utilizado como una medida de la productividad primaria
y un elemento fundamental en la productividad secundaria, como
sustrato para consumidores y descomponedores; al igual que su
papel en la formación del suelo, el ciclo de nutrientes y las
transformaciones biogeoquímicas (Lugo & Snedaker, 1974; Lee,
1999; López-Portillo & Ezcurra 2002; Hogarth, 2007; CoronadoMolina et al., 2012). Los manglares son plantas esclerófilas
siempreverdes con aportes de materia orgánica a lo largo del ciclo
anual; sin embargo, tienden frecuentemente a concentrar la caída
de hojarasca en estaciones determinadas (López-Portillo & Ezcurra,
2002). Nuestros resultados mostraron un aporte mayor de hojarasca
durante la temporada seca, con una dominancia de las hojas sobre
otras estructuras orgánicas. Este comportamiento fue similar al
reportado por Arreola-Lizárraga, Flores-Verdugo & Ortega-Rubio
(2004) en el golfo de California, México. Sin embargo,
comparativamente estos autores registraron menores valores
-2
-1
promedio de aporte diario de hojarasca (0,48 g m día ). Asimismo,
Aké-Castillo, Vázquez & López-Portillo (2006) reportaron que la
producción anual de hojarasca, donde las hojas representaron la
fracción orgánica mayor (70%), siguió un patrón estacional con dos
eventos máximos en la época seca y uno durante la lluviosa. Por el
contrario, Coronado-Molina et al. (2012) registraron un efecto
estacional y significativamente mayor durante la estación lluviosa,
aunque los valores de producción de hojarasca fueron contrastantes
entre períodos, en relación con nuestro estudio (lluvia = 2,4; sequía
= 1,8 g m-2día-1). No obstante, aunque parece ocurrir una relación
positiva entre la precipitación (estacionalidad) y el aporte de
hojarasca, cada componente estructural sigue una secuencia
diferente (López-Portillo & Ezcurra, 1985, 2002; Aké-Castillo et al.,
2006). Algunos autores han indicado que el mayor aporte de
hojarasca está directamente relacionado con la salinidad y esta a su
vez con la precipitación (Yáñez-Arancibia et al., 1998; Feller et al.,
2010). Los bajos niveles de salinidad son factores que contribuyen
significativamente al aumento de la productividad (Hernández &
Mullen, 1978; López et al., 1988; Ochoa, 1988). En la bahía El Uno,
estos niveles son más bajos en épocas secas y mayores en
periodos húmedos (Correa & Palacio, 2008). Esto se debe a que los
vientos Alisios del noreste, atrapan en la bahía Colombia los aportes
de agua dulce del río Atrato (Chevillot et al., 1993; Correa & Palacio,
2008). Los bajos niveles de salinidad que presenta la bahía El Uno,
se pueden asociar con los mayores aportes de hojarasca
registrados durante la época seca. Sin embargo, nuestros
resultados deben ser considerados como preliminares dada la
duración del periodo muestreado por cada época climática y a la
ausencia de potenciales correlaciones que no pudieron ser
analizadas, tales como aspectos de composición y estructura del
bosque y la influencia de variables ambientales (e.g., precipitación,
evaporación, radiación, temperatura y salinidad; López-Portillo &
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 218-230
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Ezcurra, 2002; Cortés-Castillo & Rangel-Ch., 2011; CoronadoMolina et al., 2012). Por lo tanto, se recomienda que para un estudio
detallado sobre la dinámica de la hojarasca de los bosques de
manglar en la bahía El Uno, se realicen estudios del aporte durante
al menos un año e incluir otros aspectos relacionados con la
composición y estructura de los bosques de mangle, así como el
registro de otras variables ambientales, que puedan influir sobre la
dinámica de nutrientes en estos ecosistemas costeros.
CONSIDERACIONES FINALES
Es necesario continuar con programas de monitoreo –idealmente
bajo una perspectiva de largo plazo– de los ecosistemas de manglar
en la zona estudiada y en los demás ambientes costeros de
Colombia. Se requiere además de la valoración de la producción
primaria y secundaria asociada con estos ecosistemas. Asimismo,
es necesario lograr la capacitación de propietarios y habitantes de
las zonas de manglar para promover un manejo sustentable y
mantener un suministro constante de bienes y servicios para la
población y la fauna; al igual que, establecer un área mínima de
corredor para evitar la ampliación de la frontera ganadera y
garantizar la conservación de la estructura y función del manglar.
Finalmente, se deben apoyar los planes y programas de
recuperación sugeridos por la autoridad ambiental, la academia y
los pobladores rurales y urbanos del golfo de Urabá.
AGRADECIMIENTOS
A los profesores Jenny Leal, Tatiana Correa y Jairo Zapata por el
préstamo de la balanza para el registro del peso seco de las
estructuras orgánicas, a Genis Gomes por facilitar el horno para el
secado del material, a la Universidad de Antioquia a través de la
Corporación Académica Ambiental por el apoyo brindado a la
presente investigación, y a la Universidad de Caldas por las
facilidades dadas a G. Guevara para su participación en este
proyecto. Agradecemos las sugerencias del comité editorial y de los
revisores anónimos, que mejoraron significativamente la versión
original del manuscrito.
REFERENCIAS


©Universidad de Caldas
Aké-Castillo, J. A., Vázquez, G. y López-Portillo, J. (2006). Litterfall
and Decomposition of Rhizophora mangle L. in a Coastal Lagoon in
the Southern Gulf of Mexico. Hydrobiologia, 559(1), 101-111.
Alongi, D. M., Pfitzner, J., Trott, L. A., Tirendi, F., Dixon, P. y Klumpp,
D. W. (2005). Rapid sediment accumulation and microbial
mineralization in forests of the mangrove Kandelia candel in the
Jiulongjiang Estuary, China. Estuarine, Coastal and Shelf Science,
63(4), 605-618.
226
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
















©Universidad de Caldas
Álvarez León, R. (2003). Los manglares de Colombia y la
recuperación de sus áreas degradadas: revisión bibliográfica y
nuevas experiencias. Madera y Bosques, 9(1), 3-25.
Amortegui-Torres, V., Taborda-Marín, A. y Blanco, J. F. (2013). Edge
effect on a Neritina virginea (Neritimorpha, Neritinidae) population in
a black mangrove stand (Magnoliopsida, Avicenniaceae: Avicennia
germinans) in the Southern Caribbean. Pan-American Journal of
Aquatic Sciences, 8(2), 68-78.
Arreola-Lizárraga, J. A., Flores-Verdugo, F. J. y Ortega-Rubio, A.
(2004). Structure and litterfall of an arid mangrove stand on the Gulf
of California, Mexico. Aquatic Botany, 79(2), 137-143.
Arroyave-Rincón, A., Blanco, J. F. y Taborda, A. (2012). Exportación
de sedimentos desde cuencas hidrográficas de la Vertiente Oriental
del Golfo de Urabá: Influencias climáticas y antrópicas. Revista
Ingenierías Universidad de Medellín, 11(20), 13-30.
Blanco-Libreros, J. F. (2009). Banana Crop Expansion and Increased
River-borne Sediment Exports to the Gulf of Urabá, Caribbean Coast
of Colombia. AMBIO: A Journal of the Human Environment, 38(3),
181-183.
Blanco, J. F., Londoño-Mesa, M., Quan-Young, L., Urrego-Giraldo,
L., Polanía, J., Osorio, A., Bernal, G. y Correa, I. (2011). The Urabá
Gulf Mangrove Expedition of Colombia. ISME/GLOMIS, 9(3), 8-10.
Blanco, J. F. y Castaño, M. C. (2012). Efecto de la conversión del
manglar a potrero sobre la densidad y tallas de dos gasterópodos en
el delta del río Turbo (Golfo de Urabá, Caribe Colombiano). Revista
de Biología Tropical, 60(4), 1707-1719.
Blanco, J. F., Estrada, E. A., Ortiz, L. F. y Urrego, L. E. (2012).
Ecosystem-Wide Impacts of Deforestation in Mangroves: The Urabá
Gulf (Colombian Caribbean) Case Study. ISRN Ecology, 2012, 1-14.
Cadavid González, S. (2010). Caída, descomposición y química de
la hojarasca de Rhizophora mangle a lo largo de un gradiente
hidrodinámico en la bahía Marirrío, Golfo de Urabá. Universidad de
Antioquia, Medellín.
Chevillot, P., Molina M., A., Giraldo, L. y Molina Márquez, C. (1993).
Estudio geológico e hidrológico del Golfo de Urabá. Boletín Científico
del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas, 14,
79-90.
Coronado-Molina, C., Álvarez-Guillén, H., Day, J. W. J., Reyes, E.,
Pérez, B. C., Vera-Herrera, F. y Twilley, R. (2012). Litterfall dynamics
in carbonate and deltaic mangrove ecosystems in the Gulf of Mexico.
Wetlands Ecology and Management, 20(2), 123-136.
CORPOURABÁ. (2003). Caracterización y Zonificación de los
Manglares del Golfo de Urabá, Departamento de Antioquia.
Correa Rendón, J. D. y Palacio Baena, J. A. (2008). Ictiofauna de las
áreas de manglar en las bahías Turbo y El Uno, Golfo de Urabá.
Gestión y Ambiente, 11(3), 43-54.
Cortés-Castillo, D. V. y Rangel-Ch., J. O. (2011). Los bosques de
mangle en un gradiente de salinidad en la Bahía de Cispatá - Boca
Tinajones, departamento de Córdoba-Colombia. Caldasia, 33(1),
155-176.
Feller, I. C., Lovelock, C. E., Berger, U., McKee, K. L., Joye, S. B. y
Ball, M. C. (2010). Biocomplexity in Mangrove Ecosystems. Annual
Review of Marine Science, 2(1), 395-417.
Galeano Galeano, E., Mancera Pineda, J. E. y Medina Calderón, J.
H. (2010). Efecto del sustrato sobre la descomposición de hojarasca
revista.luna.azúl. 2014; 38: 218-230
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014

















©Universidad de Caldas
en tres especies de mangle en la Reserva de Biosfera Seaflower,
Caribe Colombiano. Caldasia, 32(2), 411-424.
García-Valencia, C. (Ed.). (2007). Atlas del Golfo de Urabá: una
mirada al Caribe de Antioquia y Chocó. Santa Marta: Instituto de
Investigaciones Marinas y Costeras-INVEMAR y Gobernación de
Antioquia.
García, J. M. y Correa, J. C. (2006). Macroinvertebrados y peces
asociados a las raíces sumergidas del mangle rojo (Rhizophora
mangle) en las Bahías de Turbo y El Uno, Golfo de Urabá.
Universidad de Antioquia, Medellín.
Gilman, E. L., Ellison, J., Duke, N. C. y Field, C. (2008). Threats to
mangroves from climate change and adaptation options: A review.
Aquatic Botany, 89(2), 237-250.
Gómez, E. y Bernal, G. (2013). Influence of the environmental
characteristics of mangrove forests on recent benthic foraminifera in
the Gulf of Urabá, Colombian Caribbean. Ciencias Marinas, 39(1),
69-82.
Hernández, J. y Mullen, K. (1978). Productividad primaria en un
manglar del Pacífico Colombiano. Tomo I. Paper presented at the
Mem. Sem. Oc. Pacífico Sudamericano, Cali (Colombia). Septiembre
1-5 de 1976.
Hogarth, P. (2007). The Biology of Mangroves and Seagrasses (2nd.
ed.). New York: Oxford University Press.
Hoyos, R., Urrego Giraldo, L. E. y Lema, A. (2011). Respuesta de la
regeneración natural de los manglares del delta del Río Turbo y la
Bahía El Uno (Golfo de Urabá-Colombia), a la variabilidad ambiental
y climática intra-anual. Universidad Nacional de Colombia, Medellín.
Jiménez, J. A. y Lugo, A. E. (s.f.). Avicennia germinans (L.) L. SOITF-SM-4. New Orleans, LA: U.S. Department of Agriculture, Forest
Service, Southern Forest Experiment Station. Recuperado de
http://www.fs.fed.us/global/iitf/Avicenniagerminans.pdf
Kamruzzaman, M., Sharma, S., Rafiqul Hoque, A. T. M. y Hagihara,
A. (2012). Litterfall of three subtropical mangrove species in the
family Rhizophoraceae. Journal of Oceanography, 68(6), 841-850.
Komiyama, A., Ong, J. E. y Poungparn, S. (2008). Allometry,
biomass, and productivity of mangrove forests: A review. Aquatic
Botany, 89(2), 128-137.
Kristensen, E., Bouillon, S., Dittmar, T. y Marchand, C. (2008).
Organic carbon dynamics in mangrove ecosystems: A review.
Aquatic Botany, 89(2), 201-219.
Lee, S. Y. (1995). Mangrove outwelling: a review. Hydrobiologia,
295(1-3), 203-212.
________. (1999). Tropical mangrove ecology: Physical and biotic
factors influencing ecosystem structure and function. Australian
Journal of Ecology, 24(4), 355-366.
López-Portillo, J. y Ezcurra, E. (1985). Litter fall of Avicennia
germinans L. in a one-year cycle in a mudflat at the Laguna de
Mecoacan, Tabasco, Mexico. Biotropica, 17(3), 186-190.
________. (2002). Los manglares de México: una revisión. Madera y
Bosques, 8(Es1), 27-51.
López, J. M., Stoner, A. W., García, J. R. y García Muniz, I. (1988).
Marine food webs associated with Caribbean island mangrove
wetlands. Acta Científica, 2(2-3), 94-123.
Lugo, A. E. y Snedaker, S. C. (1974). The Ecology of Mangroves.
Annual Review of Ecology and Systematics, 5(1), 39-64.
228
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014














©Universidad de Caldas
Mfilinge, P., Atta, N. y Tsuchiya, M. (2002). Nutrient dynamics and
leaf litter decomposition in a subtropical mangrove forest at Oura
Bay, Okinawa, Japan. Trees, 16(2-3), 172-180.
Ochoa Bejarano, G. (1988). Algunas características funcionales del
manglar de la Ciénaga Grande de Santa Marta, con énfasis en
Rhizophora mangle y Avicennia germinans. Universidad del Valle,
Cali.
Ortiz, L. F. y Blanco, J. F. (2012). Distribución de los gasterópodos
del manglar, Neritina virgínea (Neritidae) y Littoraria angulifera
(Littorinidae) en la Ecorregión Darién, Caribe colombiano. Revista de
Biología Tropical, 60(1), 219-232.
Pérez, J. E. (2012). Diagnóstico de la extracción de los recursos
maderables en los manglares de Turbo en Puntas Las Vacas y
Yarumal (Antioquia) y el análisis de la presencia de Acrostichum
aureum L. y Montrichardia arborescens L. Universidad de Antioquia,
Medellín.
Primavera, J. H. (1998). Mangroves as Nurseries: Shrimp
Populations in Mangrove and Non-mangrove Habitats. Estuarine,
Coastal and Shelf Science, 46(3), 457-464.
Sánchez-Andrés, R., Sánchez-Carrillo, S., Alatorre, L. C., Cirujano,
S. y Álvarez-Cobelas, M. (2010). Litterfall dynamics and nutrient
decomposition of arid mangroves in the Gulf of California: Their role
sustaining ecosystem heterotrophy. Estuarine, Coastal and Shelf
Science, 89(3), 191-199.
Sánchez-Carrillo, S., Sánchez-Andrés, R., Alatorre, L. C., Angeler, D.
G., Álvarez-Cobelas, M. y Arreola-Lizárraga, J. A. (2009). Nutrient
fluxes in a semi-arid microtidal mangrove wetland in the Gulf of
California. Estuarine, Coastal and Shelf Science, 82(4), 654-662.
Sánchez-Páez, H., Álvarez-León, R., Pinto-Nolla, F., SánchezAlférez, A. S., Pino-Rengifo, J. C., García-Hansen, I. y AcostaPeñaloza, M. T. (1997). Diagnóstico y zonificación preliminar de los
manglares del Caribe de Colombia. Bogotá D.C.: Ministerio del
Medio Ambiente.
Sanjurjo Rivera, E. y Welsh Casas, S. (2005). Una descripción del
valor de los bienes y servicios ambientales prestados por los
manglares. Gaceta Ecológica, 74, 55-68.
Sharma, S., Kamruzzaman, M., Rafiqul Hoque, A. T. M. y Hagihara,
A. (2012). Leaf phenological traits and leaf longevity of three
mangrove species (Rhizophoraceae) on Okinawa Island, Japan.
Journal of Oceanography, 68(6), 831-840.
StatSoft, Inc. (2011). STATISTICA (data analysis software system),
version 10. www.statsoft.com
Tam, N. F. Y., Wong, Y. S., Lan, C. Y. y Wang, L. N. (1998). Litter
production and decomposition in a subtropical mangrove swamp
receiving wastewater. Journal of Experimental Marine Biology and
Ecology, 226(1), 1-18.
Tam, N. F. Y. y Wong, Y. (2002). Conservation and sustainable
exploitation of mangroves in Hong Kong. Trees, 16(2-3), 224-229.
Yáñez-Arancibia, A., Twilley, R. R. y Lara Domínguez, A. L. (1998).
Los ecosistemas de manglar frente al cambio climático global.
Madera y Bosques, 4(2), 3-19.
revista.luna.azúl. 2014; 38: 218-230
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
1. Programa de Ecología de Zonas Costeras, Corporación Académica
Ambiental, Universidad de Antioquia seccional Urabá, Turbo
(Antioquia, Colombia).
2. Departamento de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, Facultad
de Ciencias Agropecuarias, Universidad de Caldas, Manizales
(Caldas, Colombia).
Autor
para
correspondencia.
[email protected]
Giovany
Guevara:
Para citar este artículo: Martínez-Ballesteros, Á. J., PlazaRodríguez, C. M. & Guevara, G. (2014). Aporte de hojarasca del
mangle negro (Avicennia germinans l.) en el Caribe colombiano.
Revista
Luna
Azul,
38,
218-230.
Recuperado
de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v
iew&id=903
©Universidad de Caldas
230
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
ESCUELAS DE CAMPO DE AGRICULTORES DE Theobroma
cacao L. EN EL BAJO CAGUAN (Experiencia, Resultados y
Lecciones Aprendidas)
Verenice Sánchez Castillo1
Jean Alexander Gamboa Tabares2
Recibido el 30 de abril de 2013 y aprobado el 5 de julio de 2013
RESUMEN
Localización. La Región del Bajo Caguán se encuentra localizada
en las riberas del río Cagúan, jurisdicción del municipio de
Cartagena del Chaira, suroriente del Departamento del Caquetá en
la región Amazónica Colombiana. Objetivo. Compartir los
resultados metodológicos y de formación logrados mediante las
Escuelas de Campo de Agricultores de Theobroma cacao L.
desarrollados por la Universidad de la Amazonia en el marco del
proyecto: “Desempeño agronómico, evaluación fitosanitaria y
caracterización molecular de clones promisorios de Theobroma
cacao L. provenientes de materiales vegetales élite presentes en
sistemas productivos del bajo Caguán, municipio de Cartagena del
Chairá” (ECAs-CAGUAN) que contó con el apoyo de Colciencias, el
Comité de Cacaoteros del Bajo Caguán y Suncillas “ Chocaguán” y
la Parroquia San Isidro Labrador. Metodología. El trabajo se
realizó a partir del aprendizaje por descubrimiento, partiendo de los
conocimientos y la experiencia previa de los campesinos, la
reflexión, la nueva información y la aplicación de la misma. Esta
situación implicó la formación a profesionales como facilitadores de
ECAs, la definición participativa del currículo, la construcción de
protocolos y la aplicación flexible de estos en campo. Resultados.
La ECAs – CAGUAN, en su primer ciclo de formación lograron
formar a 43 cultivadores y productores de Theobroma cacao L, es
decir que el 78% de los que iniciaron el proceso y se logró un Indice
de Incremento del Conocimiento (IIC) del 34%. Una de las lecciones
aprendidas y quizás la más importante es la necesidad que las
ECAs incorporen otros elementos de trabajo que van más allá de lo
técnico y está relacionado con estrategias de trabajo social, afectivo
y de sensibilidad, esto contribuirá a mejorar los procesos de
adopción tecnológica en campo. Conclusiones. El proceso de las
ECAs- Caguan, permitió a los agricultores entre otras cosas
entender que el hallazgo de los élites y/o el mejoramiento genético
es solo un factor que ayudará a que su producto mejore, pero la
mayor responsabilidad está precisamente en ellos mismos, en la
realización de las prácticas culturales y de manejo de sus cultivos.
Palabras clave: ECAs, facilitador, agricultor
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Theobroma cacao L. FARMER FIELD SCHOOLS IN LOWER
CAGUAN (Experience, Results and Lessons Learned)
ABSTRACT
Location. The Bajo Caguan region is located on the banks of the
Cagúan River, municipality of Cartagena del Chaira, southeast of the
Department of Caquetá in the Colombian Amazon region.
Objective.To share methodological and training results achieved
through Theobroma cacao L. Farmer Field Schools developed by
the University of the Amazon under the project: " Agronomic
performance,
phytosanitary
evaluation
and
molecular
characterization of promising Theobroma cacao L. clones from elite
plant material present in productive systems in the Bajo Caguan
municipality of Cartagena del Chairá” (RCT-Cagúan) that was
supported by Colciencias, the Cocoa Committee of Bajo Caguan
and Suncillas, "Chocaguán",and the San Isidro Labrador Parish.
Methodology. The work was conducted from discovery learning,
based on the farmers’ previous knowledge and experience,
reflection, new information and its application. This involved training
professionals as FFS facilitators, the participatory definition of
curriculum, building of protocols and flexible application of these in
the field. Results. The FFS - Cagúan, in its first training cycle
managed to train 43 farmers and producers of Theobroma cacao L,
which means that 78% of those who started the process achieved an
increase of Knowledge Index (IIC) of 34%. One of the lessons
learned and perhaps the most important one, is the need to
incorporate to the FFS other work items that go beyond the technical
and that are related to social work, affective and sensitivity
strategies, which will help improve technological adoption processes
in the field. Conclusions. The FFS-Caguan process, allowed
farmers, among other things, to understand that finding the elites
and/or genetic improvement is only one factor that will help improve
their product, but the main responsibility lies precisely in themselves,
in conducting cultural practices and crop management.
Keywords:
FFSs, facilitator, farmer
INTRODUCCIÓN
El Theobroma cacao L., llegó al Caguán como cultivo de
importancia económica, a finales de los 80´s, esta zona por
tradición extractivista y luego cocalera, había sido militarizada, lo
que impedía el libre comercio de la pasta de coca, situación que fue
aprovechada por el sacerdote de Remolinos del Caguán, Padre
Jacinto Franzoi, de la Parroquia San Isidro Labrador para impulsar
una campaña en pro de los cultivos lícitos, esta se llamó: “no a la
©Universidad de Caldas
232
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
coca, si al caucho y al cacao; con esta iniciativa organizaciones
italianas y la parroquia, buscaban que las familias sembraran
Theobroma cacao L. y dejaran los cultivos de uso ilícito. Algunos
campesinos creyeron en la alternativa e iniciaron aunque con poco
conocimiento, las siembras de cacao. Posteriormente conformaron
el Comité de Cacaoteros de Remolinos del Caguán y Suncillas
(CHOCAGUÁN) y con el apoyo de Naciones Unidas construyeron la
planta de chocolate “CHOCAGUAN” dando un mayor valor
agregado a su producto, por esta lucha, en el año 2004 se hicieron
acreedores al Premio Nacional de Paz.
Desde entonces y aunque se rescatan logros significativos de los
cultivadores de cacao, también es necesario precisar que las
actividades económico – productivas de este colectivo, se ha
debatido entre vaivenes y altibajos, pues si bien los campesinos
hicieron un tránsito de la coca al cacao, en especial por los
problemas de inseguridad social de lo ilícito, que hicieron que éste
fuera cada vez menos atractivo y que buscaran nuevas alternativas
productivas, algunos reincidieron en los cultivos de uso ilícito y
abandonaron el cacao, esto colocó y aún coloca en riesgo el
proceso social del cacao alternativa socioeconómica.
Alguna de las razones y quizás la más importante por la cual las
familias reinciden en lo ilícito, están relacionadas con su baja
competitividad ante el mercado, por sus pocos niveles de
producción, sus plantaciones son en un 90% híbridas, nunca se
les hizo mejoramiento genético, por tanto tienen una alta
susceptibilidad a plagas y enfermedades, esto aunado a la falta de
conocimiento acerca del manejo cultural, ha hecho que los
problemas fitosanitarios invadan los cultivos y sean cada vez
menos productivos. Otro tema que afecta los niveles de producción
es precisamente la avanzada edad de los sembrados, pues algunos
superan los 20 años de edad, durante los cuales no se realizaron
acciones para su sostenimiento y hoy la mejor opción es la
renovación y/o el establecimiento de nuevas plantaciones
No obstante, ciertas familias han iniciado ya con el establecimiento
de nuevas plantaciones, pasando de las hibridas a plantaciones
clonales, sin embargo, este proceso se ha adelantado con
materiales introducidos, cuyo comportamiento no ha sido evaluado
en la zona, por tanto se requiere generar conocimiento alrededor de
posibles materiales élite que permita mejorar las condiciones de los
sembrados y por ende la producción.
El proyecto “Desempeño agronómico, evaluación fitosanitaria y
caracterización molecular de clones promisorios de Theobroma
cacao L. provenientes de materiales vegetales élite presentes en
sistemas productivos del bajo Caguán, municipio de Cartagena del
Chairá” nace de esta necesidad, fue formulado por la Universidad
de la Amazonia en alianza con CHOCAGUÁN, con el ánimo de
encontrar materiales locales resistentes a plagas y enfermedades,
superiores en productividad a los materiales híbridos cultivados
tradicionalmente, a partir de la determinación de bases científicas
sólidas que permitan a la organización comunitaria, impulsar la
renovación de las plantaciones viejas y el fomento de plantaciones
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
nuevas de cacao, en aras de una economía lícita para los
habitantes de la zona.
La estrategia para la generación de este nuevo conocimiento o eje
transversal del proyecto consiste precisamente en un proceso de
formación local dirigido a la gestión de la investigación, alrededor
del establecimiento de Escuelas de Campo de Agricultores ECAs
(ECA-CAGUÁN), como ejercicio piloto dentro de la Cadena
Productiva de Cacao del Departamento del Caquetá. Las ECAs,
constituyen un enfoque metodológico que busca fortalecer el
conocimiento técnico de un cultivo en particular, partiendo del
diálogo entre campesinos y técnicos; en ellas, los temas curriculares
no son prediseñados, sino que se definen con la comunidad, no es
condicionante para ingresar saber leer y escribir pues la
metodología es lúdica y con demostración de método, tienen un
proceso y un fin dado por el ciclo del cultivo que se trabaje y las
reglas para su funcionamiento se constituyen en colectivo. En las
sesiones de trabajo en cada uno de los temas, que además son
seleccionados por los campesinos, de acuerdo a sus necesidades,
se parte de los conocimientos previos de los sujetos y se incita al
autodescubrimiento, a través de: 1) la experiencia, 2) reflexión, 3)
nueva información, y 4) aplicación. Al finalizar un ciclo de ECAs, los
asistentes son evaluados y certificados de acuerdo a los resultados
de conocimiento adquiridos (Ardon, 2003).
En este sentido, más que a sesiones de capacitación, con las ECAs
se le apunta entonces a un proceso educativo, partiendo de que la
educación de acuerdo con Ludojoski (1972), es algo intencional del
ser humano en desarrollo, que en teoría contribuye al
perfeccionamiento de su personalidad teniendo como base el
relacionamiento y dialogo con: 1) la historia, en el sentido de las
características propias de cada época y lo que ellas representan; 2)
la naturaleza, entendida como factor hereditario y el medio ambiente
físico; y 3) la cultura y desde ella los valores y creencias que las
personas construyen, utilizan y apropian durante siglos.
Ahora, si bien era un proceso educativo, recordar que tenía una
particularidad y es que era un proceso educativo con adultos en
Escuelas de Campo de Agricultores, por ello el trabajo se apoyó en
la teoría de la andragogía, que desde el enfoque de la educación
permanente, considera que el logro del proceso con adultos solo es
posible si se crea una metodología especial, adecuada a la situación
propia particular del adulto y el educando como colectivo, esto
amerita evaluar el grado de madurez de su personalidad, la
capacidad intelectual, pero sobre todo sus conocimientos teóricos y
prácticos (Ludojoski, 1972).
A partir de lo anterior, se plantea otro reto y es el tema “didáctico”;
pues es el responsable de conducir el proceso de aprendizaje al
ritmo particular de los adultos así como sus intereses y
motivaciones. De igual forma el esquema grupos que contribuyan a
una formación integradora de los valores individuales y comunitarios
del grupo.
©Universidad de Caldas
234
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
MATERIALES Y MÉTODOS
Localización geográfica y temporal:
El departamento del Caquetá está ubicado al sur de Colombia y se
sitúa entre los 2° 58 minutos de latitud Norte y 0° 40 minutos de
latitud Sur, entre los 71° 30 minutos y 76 ° 15 minutos de longitud al
oeste del Greenwich (IGAC, 1993).
El Municipio de Cartagena del Chairá está localizado a la margen
derecha del Río Caguán, aguas abajo del Sur del Departamento,
sobre las Coordenadas 01º21'00" de Latitud Norte y 74º50`24" de
Longitud Oeste del Meridiano de Greenwich. Se encuentra a una
distancia de 120,5 Km de la capital del departamento, Florencia. El
municipio presenta una precipitación promedio anual entre 2500 y
3500 mm, distribuidos en 10 meses, con una época relativamente
seca entre diciembre y marzo; humedad relativa cercana al punto de
saturación, con un promedio del 90%; temperatura media de 26°C;
evaporación de 970,5 mm/año; brillo solar de 1508 horas luz/año;
velocidad del viento promedio de 1,3 m/seg. y altura promedio de
234 m.s.n.m.
El establecimiento de las ECAs, se hizo en el área rural del
municipio de Cartagena del Chairá, en veredas localizadas sobre el
margen del río Caguán, que corresponde a la zona de acción del
proyecto de la Universidad-Chocaguan-Colciencias. Si bien el
proyecto contemplaba el establecimiento de una ECA, debido al alto
número de interesados, amplio nivel de dispersión y teniendo en
cuenta los altos costos de transporte fluvial en que tendrían que
incurrir las familias interesadas, se decidió establecer tres ECAs en
tres puntos de encuentro que coincidieron con los lugares donde se
establecerían las parcelas de investigación del proyecto: La vereda
Cuba, La Vereda Palmichales y el caserío Cristales.
La metodología de trabajo fue la siguiente:
1. Establecimiento de las ECAs
Para el establecimiento de las ECAs, se siguieron
las pautas metodológicas propuestas por Gallager
(1999) y adaptadas por Pumisacho et al (2005). De
igual forma se revisaron las experiencias en este
campo en países como Nicaragua a través del
Programa Estatal para la Seguridad Alimentaria
(FAO, 2005); la experiencia en cacao desarrollada
por el IICA en cacao en Perú (2007); por el Centro
Internacional de la Papa (CIP), en papa en la ciudad
de Andahuylas-Perú (CIP, 2008); el trabajo de
USAID a través del programa MIDAS en Colombia
en cultivos como Banano, Cacao y Hortalizas
(USAID, 2009) y las experiencias en café y cacao
desarrolladas por el IICA en la Selva Central (IICA,
2010) entre otras.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
- Definición del grupo: a través de las directivas de
CHOCAGUÁN, se hizo una convocatoria abierta
para las personas interesadas en participar en la
Escuela de Campo de agricultores de cacao en la
zona de estudio. En dicho encuentro se socializó el
esquema metodológico de las ECAs,
los
compromisos y requisitos que se adquirían al
ingresar a ellas.
- Caracterización
del
perfil
del
grupo
Con los interesados, se hizo la caracterización de
los intereses del grupo y se definieron las reglas de
juego para el funcionamiento. Para ello, se elaboró
un cuadro de doble entrada, donde en la primera
columna se registró el nombre de los participantes,
en frente de cada nombre se colocó el número de
árboles de cacao, la edad y la producción. Así
mismo, se consignaron las expectativas en relación
al proceso de capacitación-formación.
- Definición del contenido temático: con cada uno de
los grupos establecidos, se desarrolló un taller
mediante la técnica de lluvia de ideas, en la que los
cacaocultores
listaron las necesidades de
capacitación
que
a
su
juicio
requerían.
Posteriormente, se hicieron pruebas de caja para
identificar el nivel de conocimiento, las claridades y
confusiones que se podrían tener alrededor de las
temáticas técnicas generales alrededor del cultivo.
Finalmente y teniendo en cuenta los resultados de
lo que consideraban que requerían aprender y los
resultados de la prueba de caja, se obtuvo un
listado amplio de los temas y con los integrantes de
la ECA en pleno, se hizo respectiva selección en
orden de prioridad empleando una matriz de
priorización.
2. Construcción
protocolos
de
las
Guías
de
trabajo
Con anterioridad a esta parte se hizo el
entrenamiento del equipo de investigación en
metodología ECA. Para ello se realizó una gira de
aprendizaje al departamento de Santander con los
facilitadores de FEDECACAO, donde se pudo
apreciar en campo la ejecución de una ECA. El
objetivo fue que el equipo no fuera un transferente
de tecnología sino que se convirtiera en un
facilitador del proceso.
Aunque la palabra “protocolo”, lingüísticamente
hace alusión a modelos y pasos a seguir de manera
estricta, lo que aquí se elaboró fue un modelo de lo
que se pudiera trabajar en cada uno de los temas,
sin ser una camisa de fuerza. Para ello, el equipo
técnico y metodológico del proyecto se reunió y
©Universidad de Caldas
236
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
para cada tema identificó unas preguntas
introductorias clave, las dinámicas, las prácticas de
campo a realizar, las evaluaciones del aprendizaje
y también los requerimientos logísticos y de
materiales necesarios para cada sección.
Desarrollo de actividades de aprendizaje
Teniendo como guía los protocolos diseñados en el
apartado 2, se desarrollaron por espacio de un año
de manera práctica los contenidos temáticos para la
ECA seleccionados por los productores. Para ello
se hicieron encuentros mensuales con duración de
ocho horas, entre conversatorio y práctica con
tareas particulares asignadas para el periodo entre
una y otra sesión.
3. Evaluación
Se hicieron dos tipos de evaluación: evaluación de
aprendizaje y las lecciones aprendidas de las
ECAS. La primera evaluación siguiendo las
recomendaciones propuestas por USAID (2009), se
hicieron al finalizar cada uno de los encuentros y
consistió en una prueba escrita diseñada con
preguntas, dibujos y ejercicios de campo los cuales
se aplicaban en la ECA siguiente al tema evaluado.
Al tener todos los resultados, estos fueron
ponderados y expresados en porcentajes y de
manera comparativa con los resultados de la
prueba de caja inicial se halló el Índice de
Conocimiento (IC). Las lecciones aprendidas se
obtuvieron a partir de diálogos reflexivos con los
campesinos acerca del proceso, en talleres de
campo, la información fue sistematizada en una
plantilla de doble entrada con el ánimo de poder
identificar consensos y casos particulares.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
1. Establecimiento de las ECA
Definición del grupo
Se instalaron las tres Escuelas de Campo en los puntos definidos en
la metodología: ECA Caguán – Cuba: 15 inscritos; ECA CaguánPalmichales: 10 inscritos y ECA Caguán – Cristales: 30 inscritos.
Aunque las ECAs se establecieron en lugares y con grupos
diferentes, los acuerdos internos y los compromisos a los que se
llegaron para el funcionamiento fueron similares: 1) se recibirían
inscripciones tanto de gente que tenía cacao, como que quisiera
sembrar. 2) el cacaotero que faltara a más de dos encuentros ya no
podría nivelarse y perdería el ciclo. 3) cada integrante llevaría algo
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
para preparar el almuerzo comunitario, con excepción de Cristales,
pues allá el centro educativo a través del aporte del Centro y de los
padres ofertarían el almuerzo para los estudiantes de la ECA. 4) la
periodicidad de los encuentros sería mensual con fechas definidas
en el encuentro anterior y solo por motivos de fuerza mayor se
podría modificar y 5) las prácticas de campo se harían tanto en las
parcelas de investigación como en las de los productores.
Caracterización del perfil de los grupos
Se encontraron tres tipos de asistentes a las ECAs. El primer grupo
denominado Cacao en producción, que representó el 49% de los
asistentes a las ECAs, presentándose su mayor presencia en la
ECACAGUAN- Cuba, con 12 productores, seguido de Cristales y
finalmente Palmichales (Figura 1). Se caracterizaban por tener
plantaciones que en promedio, no llegaban a los 400 árboles en
producción. Las edades de estas plantaciones superaban los 10
años de edad y su manejo se limitaba a recolectar los frutos, el
rendimiento promedio se halló en 0,3 Kg.ha.año. Este grupo aunque
correspondía a los productores expresaron su interés de establecer
cacao nuevo.
El segundo tipo de asistentes fueron los interesados en cultivar,
que presentó el 40%, implicaban familias que habían tenido cultivo y
lo habían dejado perder, o agricultores que querían dejar la coca e
iniciar con el cultivo de cacao, la mayor presencia de asistentes con
estas características se tuvo en la ECACAGUAN-Cristales.
Finalmente y un grupo más pequeño, con el 11%, lo conformaban
agricultores con cacao en crecimiento, esta personas con
esfuerzos y el apoyo de instituciones como la Cruz Roja
Internacional, habían iniciado el establecimiento de nuevas
plantaciones pero se habían quedado sin asistencia técnica
(Gráfica 1):
©Universidad de Caldas
238
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Definición del contenido temático
Identificación de intereses de capacitación: la lluvia de ideas
permitió identificar un interés marcado hacia la parte de injertación
y mejoramiento genético del con el 94%, siendo este el tema que
aparecía con mayor frecuencia en los tres puntos de encuentro;
seguido de intereses como fertilización y manejo del suelo: 89%,
siembra: 70%, y en menor frecuencia manejo de plagas: 40%
enfermedades: 38% y prácticas de cosecha y poscosecha del
grano: 18% (cuadro 1):
Pruebas de caja: los conocimientos técnicos que de manera
general tenían los campesinos alrededor del cultivo del cacao – en
todas la ECAs-Caguán- coincidían en claridades y confusiones
(Cuadro 2):
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
- De las 770 respuestas efectuadas por los participantes, el 67%
fueron incorrectas y el 33% correctas. De las 515 respuestas
incorrectas, se detectó que la mayor confusión estuvo en el tema de
plagas enfermedades con el 16%, dicha confusión en relación al
diagnóstico de plantaciones, puso en evidencia por tanto también
errores en su forma de manejo.
En segundo lugar de preguntas con respuesta incorrecta, se
hallaron las relacionadas con el tema de suelos, injertación y
siembras-viveros, con el 14% cada una. En una menor proporción
de respuestas incorrectas el tema de podas con el 13%; selección
de terrenos con el 7% y prácticas culturales con el 6%. Cabe
advertir sin embargo que estos dos últimos temas solo tuvieron una
pregunta referida a ellos y esto pudo afectar su porcentaje de
participación en lo incorrecto.
Esta prueba de caja, también permitió identificar el desconocimiento
y por ende la no aplicación de las prácticas culturales preventivas y
de manejo cultural en los cultivos (6%), tema que extrañamente
nunca apareció como un interés de capacitación, lo que dejaba en
claro la poca importancia en él, que sin embargo era el causante de
©Universidad de Caldas
240
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
los mayores problemas fitosanitarios y reproductivos en el cultivo.
De igual forma se apreció una gran diferencia entre las formas de
pensar entre productores con relación a las distancias y
densidades de siembra y tipos de paisaje requeridos para el cultivo,
pues mientras que para algunos los terrenos más óptimos eran las
vegas, otros consideraban que en las vegas el cacao se inundaba y
se perdía, por haber más humedad (Gráfica 2):
Matriz de priorización: en las ECAs-Caguán de manera general se
definieron los siguientes temas en el orden de prioridad como se
puede seguir:
Encuentro 1: Manejo semilla asexual de Theobroma cacao L.
Encuentro
2.
Establecimiento
de
viveros.
Encuentro 3. Identificación y manejo de plagas y enfermedades en
vivero.
Encuentro 4. Selección de terrenos para Theobroma cacao L. y
análisis
de
suelos.
Encuentro 5. Trazado, ahoyado y siembra de Theobroma cacao L.
en
agroforestería.
Encuentro 6. Manejo del cultivo del plátano como componente del
SAF
con
Theobroma
cacao
L.
Encuentro
7.
Injertación
en
Theobroma
cacao
L.
Encuentro 8. Podas de formación y manejo en Theobroma cacao L.
2. Construcción de las guías de trabajo: protocolos
Aunque inicialmente se había dicho que se diseñarían los nueve
protocolos para cada encuentro, finalmente se diseñaron 20,
teniendo en cuenta otros posibles temas que en la realización de las
ECAs, los productores fueron identificando como importantes para
un segundo nivel de formación. Por el volumen de los protocolos
aquí solo se presentará qué lleva cada uno de ellos, para mayor
información de estos se invita a consultar el libro “Establecimiento y
sostenimiento de plantaciones de Theobroma cacao L. en sistemas
agroforestales: un currículo de acción participativa para el
autoaprendizaje en la ECA-CAGUAN”. Las guías de trabajo o
protocolos contienen una serie de recomendaciones para facilitar
una ECA en cada uno de los temas, estas servirán de apoyo para
cualquier otra ECA de Theobroma cacao L. que se quiera
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
desarrollar en otro proyecto o espacio, no pretende ser una camisa
de fuerza. Cada una de las 20 guías o protocolos contemplan dos
apartados generales: A y B:
A. Preparación del encuentro: 1) reflexiones del equipo facilitador
antes del encuentro, 2) se dan las indicaciones para seleccionar los
escenarios de capacitación, las recomendaciones para preparar los
lugares con los materiales y las herramientas necesarias para las
actividades, y 3) se indica qué tipo de material pedagógico se
requiere para el trabajo, así como la forma de diseñar las ayudas
pictóricas y las preguntas.
B. Desarrollo del encuentro: cada protocolo incluye 1) una dinámica
introductoria sugerida alusiva al Theobroma cacao L. y a la zona de
estudio, 2) dinámica de formación de grupos, construida a partir del
contexto Caguán, 3) las preguntas introductorias sugeridas para el
tema de cada encuentro, 4) dinámica de reanimación luego del
almuerzo, 5) indicaciones para la práctica de campo, 6) esquema
metodológico para hacer la plenaria de los resultados, y 7)
sugerencias para hacer la evaluación de la sección y el cierre.
3. Desarrollo de actividades de aprendizaje
En cada uno de los encuentros realizados, se pudo encontrar una
amplia gama de conocimientos previos, algunos no tan confiables
“científicamente hablando”, pero que fueron igualmente discutidos y
evaluados en las actividades de aprendizaje con el ánimo de llegar
a un conocimiento validado y construido dentro de la ECA.
Durante el proceso en las ECAs – Caguán, se realizaron 20
encuentros. En cuanto a la temática abordada, se tiene que en las
ECA Caguán Cristales y Palmichales se lograron desarrollar todos
los temas del primer nivel, es decir fase de establecimiento y
manejo, encuentros del número 1 al 7; en la ECA Caguán-Cuba por
motivos de orden público se hicieron desde los temas 1 al 4. Se
contó con la asistencia permanente de en promedio de 55 personas
por ECA, con una interesante participación de los jóvenes y niños,
en especial de la ECA Caguán- Cristales, pues de las 55 personas
que asistieron regularmente a las ECAs Caguán, 28 se encontraron
en rangos de edades entre los 10 y 25 años de edad.
En relación a los resultados encontrados en cada uno de los
encuentros y por lo que implica en términos de espacio en el
presente escrito, solo se resumirán algunos de los principales
hallazgos en los respectivos temas (cuadro 3):
©Universidad de Caldas
242
Luna Azul ISSN 1909-2474
©Universidad de Caldas
No. 38, enero - junio 2014
revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
En el cuadro 3, se resumen de manera general los principales
resultados de los encuentros en la ECAs Caguan, cabe mencionar
que estas ECAs obedeciendo los requerimientos de los asistentes y
el perfil del grupo, iniciaron el proceso de formación con el tema de
selección de la semilla y el establecimiento de los viveros. Esta
situación es bastante particular, pues de acuerdo a las experiencias
por ejemplo en Papa en la ECAs realizadas por el Centro
Internacional de la Papa-CIP (2009), en Café por el Internacional
Coffee Partner -ICP (2006), en Cacao por el IICA en Perú (2007), se
tiene que las ECAs generalmente inician su proceso de formación a
partir del tema plagas y enfermedades; además algunas se dedican
puntualmente a una plaga o enfermedad, generalmente no se
aborda desde el proceso de siembra de la plantación.
©Universidad de Caldas
244
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
La anterior particularidad puede tener su explicación en dos líneas,
teniendo en cuenta que ECA es un mundo diferente y no sería
posible establecer generalidades: una es en la genealogía de la
ECA como proceso surgido de una necesidad y para atender un
problema, el cual es identificado sobre lo que ya está, en este caso
la plantación y otra es el perfil del grupo que se trabaje. A diferencia
de los ejemplos referidos y en la misma línea de la experiencia de
Pumishaco et al (2005), en agroforestería, el enfoque de las ECAs
Caguán considera necesario brindar herramienta para aquellos
agricultores que ya sea por decisión propia o porque su plantación
lo amerita establecerán nuevas plantaciones, no solo solución de
problemas particulares sino ofrecer nuevas alternativas.
Otras experiencias por su parte inician desde el Diagnóstico Rural
Participativo, vinculando herramientas como el diagrama de Ven o
diagnóstico de necesidades de la comunidad (IICA, 2007), al
respecto se tiene que este tipo de trabajos generan un mayor nivel
de confianza entre el equipo facilitador del proceso, pero debe
advertirse hasta donde se compromete la ECA, pues no se debe
olvidar la razón de ser de esta.
De acuerdo a los estudios encontrados, un ciclo de ECAs tiene una
duración entre 10 y 12 sesiones, sin embargo, se reconocen la
necesidad de que el ciclo sea más amplio. IICA (2006), plantea que
un ciclo de formación debe ser de aproximadamente 23 sesiones de
trabajo, distribuido en 4 módulos generales: lo técnico en
establecimiento de plantación, manejo del cultivo, agroindustria y
evaluación y entrega de resultados, este planteamiento y forma de
desarrollar las ECAs, coincide en cierta medida con lo realizado en
las ECAs en el Caguán donde en siete encuentros se abordó el
proceso de establecimiento y renovación teniendo en cuenta el perfil
de los agricultores que asistían a las mismas; pero teniendo claro
que es un primer nivel de aproximación, y que aún queda pendiente
el manejo integral del cultivo y la agroindustria. Sin embargo a partir
de la dinámica de los ejercicios se pudo identificar que para lograr
mayor apropiación de los temas, aún solo para establecimiento y
rehabilitación se requieren más de las ocho sesiones realizadas.
4. Evaluación
Evaluación del aprendizaje
El tema de mayor apropiación de conceptos y manejo en campo fue
el de trazado, ahoyado y siembra del cultivo del cacao donde el 91%
de los agricultores demostraron claridad y domino; seguidamente el
tema de podas con el 81%, plátano y suelos con el 60% e
injertación y viveros con el 52% (Gráfica 3). El aspecto de plagas y
enfermedades, continua siendo una dificultad para los agricultores
pues aunque en el inicio en la prueba de caja el 72% de ellos
tuvieron respuestas no acertadas en relación al tema, aún después
del proceso de formación en las ECAs, el 50% de los asistentes
continuaron con dificultades en el tema de identificación de los
daños por plagas y síntomas de la enfermedad. Cabe mencionar
que estos porcentajes son relativos a la población asistente a los
encuentros que si bien en las pruebas de caja el total fue de 55
agricultores, este número varió en cada encuentro (Gráfica 3):
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Se aplicaron siete pruebas de conocimiento a 43 agricultores en las
ECAs de Cristales y Palmichales, cada prueba en promedio tuvo
entre seis y siete preguntas, para un total de 1.698 preguntas
realizadas, de las cuales 1140 fueron respondidas de manera
acertada, es decir el 67% y las 558 restantes presentaron
respuestas incorrectas (33%). Lo anterior dejó ver un Índice de
Incremento del Conocimiento (ICC) del 34%, teniendo en cuenta el
33% del conocimiento inicial registrado por los participantes. Este
resultado aunque positivo, pues se logró incrementar el
conocimiento de los productores casi al doble, muestra que es
necesario continuar con el trabajo pues aún se tiene un 33% de
conocimientos que no están claros y que ponen en riesgo el
mantenimiento de las plantaciones.
En términos generales, se tiene que la existencia de adecuados
conocimientos previos en algunos temas, aunada a la validación
de recomendaciones técnicas mediante los ejercicios prácticos
realizados en cada finca, facilitó la adopción de estos por parte de
los
agricultores.
De manera particular se tiene que el tema “podas de manejo” que
aunque medianamente se conocía, no se realizaban en las
plantaciones de los campesinos, se realizó en tres plantaciones
antiguas (una por cada ECA), este ejercicio permitió visibilizar un
impacto positivo en el cultivo en relación a la entrada de luz en el
cultivo, coloración del follaje, desarrollo de la plantación, floración y
fructificación. Cabe mencionar que en los inicios, los agricultores, se
mostraron escépticos hacia la práctica, pues a su modo inicial de
ver “cortarle las ramas al árbol de cacao era perder áreas de
producción”, posteriormente al ver los resultados lo aplicaron en sus
parcelas.
En otra área, se halló que si bien para los agricultores el mejor
suelo para el Cacao, es el del paisaje de vega, pudieron establecer
comparaciones en diferentes calidades del recurso suelo en el
paisaje de lomerío. Uno de los mitos que los campesinos tenían en
©Universidad de Caldas
246
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
su conocimiento, es que el recurso suelo aun trabajado o
aprovechado con cierto cultivo, después de un periodo de descanso
de “mas o menos 10 años, la vegetación ha permitido que se
recupere y se puede volver a aprovechar”. Esto quedó en
entredicho al analizar las propiedades físicas y biológicas del suelo
en sus lotes que habían sido utilizados en cultivo de coca por
espacio de cinco años y que llevaba 10 años en descanso, todos
creían que ya se podía volver a aprovechar, pues había crecido una
vegetación de porte alto propia de un rastrojo hecho. Al realizar la
identificación de organismos vivos solo fue posible encontrar tres
coleópteros, tomando 15 puntos de referencia. Esto permitió
entender que el grave impacto del uso de los productos de síntesis
química en el recurso y la biota y fauna asociada a este permanecía
en el tiempo.
En el área de injertación, se halló que aunque este era el tema de
menos conocimientos previos también constituía el mayor interés. A
partir de las ECAs, se logró que los campesinos conocieran y
manejaran los conceptos de patrón, yemas y varetas portayemas y
tipos de injertos entre otros. Así mismo, adquirieran la habilidad para
diferenciar entre una plantación híbrida y una clonal y las principales
las características diferenciales entre clones. Sin embargo, la falta
de agilidad y exceso de fuerza al injertar por parte de los adultos,
hizo que muchos no lograran el prendimiento esperado en los
ejercicios prácticos encomendados como tareas. Aquí el apoyo de
los jóvenes fue fundamental, pues para ellos si fue más fácil el
desarrollo de las técnicas de injertación.
Lecciones aprendidas
- Lo ideal es manejar ciclos de formación por perfiles del grupo, esto
se puede disgregar siempre y cuando se cuente con un número
significativo de asistentes. En el caso de las ECAs en el Caguán por
la dispersión de los asistentes, se hicieron grupos por facilidad de
acceso, sin embargo, los grupos eran bastante heterogéneos, pues
mientras algunos asistentes nunca habían tenido cacao y querían
establecer, otros ya tenían plantaciones en crecimiento y otros ya
estaban en punto final de su producción, esto hace en algunos
temas pierdan interés para cierto tipo de asistentes, mientras que
para otros sean los más relevantes. La lección aprendida en esta
parte tiene que ver entonces con establecer dentro de las reglas del
juego para el funcionamiento de la ECA la asistencia, solidaridad y
respeto para todos los módulos de estudio independiente del nivel
de conocimiento del tema. De igual forma se pudo aprovechar el
mayor conocimiento previo de los agricultores que tenían
plantaciones a nivel del compartir su experiencia, logros y fracasos.
- No se debe generalizar avanzar un tema por encuentro, módulos
como por ejemplo plagas y enfermedades son demasiado amplios y
no se alcanzan a abordar en las ocho horas de trabajo. Esto fue
necesario replantearlo con los productores, en razón a la poca
disponibilidad de tiempo por sus múltiples tareas en los predios.
- Es necesario que la ECA vaya acompañada de un proceso más
frecuente de acompañamiento en campo no solo en el corto sino en
el mediano y largo plazo, para evaluar la adopción del aprendizaje,
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
pues es diferente que los agricultores lo ensayen a que en realidad
lo adopten en su predio. De igual forma las condiciones en los
predios son particulares y algunos métodos son cambiados por
ellos, funcionales o no bien vale la pena revisarlos y a partir de ahí
construir
nuevas
bases
de
conocimiento.
- Aunque teóricamente las ECAs tienen duración un año o lo que
dure el ciclo del cultivo, estas formas de aprendizaje generan otro
tipo de situaciones en las comunidades que van más allá de lo
académico-productivo y están relacionadas con la unión de la
vereda y el despertar interés por pensar no solo individualmente
sino de manera colectiva, muchas veces por el diseño de la ECA
misma donde se debe dirigir solo al cultivo, esos espacios y
oportunidades no se identifican y no se aprovechan como debiera,
pues son estratégicas a la hora de tomar decisiones, entre ellas, de
nuevas
adopciones
tecnológicas.
- Las ECAs en el Caguán fueron un pretexto para vincular a las
familias al cultivo del cacao, en esta zona de trabajo, es muy
frecuente jefes de hogar solo con los hijos, o madres cabeza de
familia con sus pequeños, los cuales eran llevados por sus padres
alas ECAs, por ello se hizo necesario hacer un plan de atención
dentro de las ECAs lúdico de aprendizaje pero dirigido a los niños
que llegaban a los encuentros, con el fin de que sus padres
estuvieran concentrados en el ejercicio.
- En las ECAs, se trabajó con olla comunitaria, para ello al inicio se
delegaban unas personas que se encargaban de la preparación de
alimentos, sin embargo eran asistentes a los encuentros que se
quedaban sin la información, esta estrategia se cambió y entre
todos los asistentes se llegaba más temprano al encuentro y se
adelantaba el almuerzo y posteriormente si se iniciaba la ECA.
- Las ECAs generalmente se hacen con dos facilitadores, es
necesario una tercera persona dedicada específicamente a la
sistematización de la información de percepción social, el sentir de
los asistentes, el antes y el después, las cosas que no se pueden
ver a simple vista.
CONCLUSIONES
La evaluación de la experiencia en el Caguán permitió una reflexión
metodológica al interior del equipo de investigación, pues si bien fue
y continúa siendo una investigación con enfoque mixto,
multidisciplinaria, reconoce que la especificidad del conocimiento
con que son formados los profesionales aunque se quiera hacer la
transición a modelos más interdisciplinarios hay un riesgo alto que
en el camino se pierdan elementos de la integralidad y aunque se
trabaje con el conocimiento campesino, se continúe pensando solo
en la parcela, no en la investigación y la generación de
conocimiento para la sociedad y el territorio.
El proceso de formación en la zona del Caguán con las ECAs de
Theobroma cacao L., permitió que las familias se interesaran más
por el cultivo y vislumbraran su importancia económica y la
necesidad de incorporar tanto prácticas culturales idóneas para
©Universidad de Caldas
248
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
mejorar sus producciones como mejor organización social para
volver a posicionar su producto.
Los asistentes a las ECAs, comprendieron que no es solo el
mejoramiento genético de sus plantaciones, como solución a sus
problemas productivos, sino que esto va acompañado de una serie
de elementos técnicos, como la adecuada selección de terreno, el
plan de fertilización, el manejo integrado de plagas y enfermedades
y las podas, cuya responsabilidad mayor, está en mano de ellos
mismos.
Las ECAs deben ser un proceso de aprendizaje no menor a tres
años en el caso del Cacao, sobre todo cuando el perfil de los
integrantes del grupo es tan heterogéneo y su localización es
excesivamente dispersa, o en su defecto se deben contar con
mayores recursos económicos que permitan cubrir los gastos de
desplazamiento de los integrantes y reunirlos por perfil del
integrante.
La ECA, es una herramienta valiosa en procesos de educación
popular pues propende por un aprendizaje social, por tanto no debe
limitarse a un ejercicio de extensión rural en lo meramente técnico,
esto se profundizará en los siguientes niveles de formación en la
ECA-Caguán.
Si bien la ECA es como su nombre lo dice Escuela de Campo de
Agricultores dirigida a adultos, el papel de lo que piensan los hijos
de los campesinos desde la niñez o la adolescencia acerca del
cultivo con el que fueron criados o en el que su familia pretende
ingresar, es de vital importancia para el sostenimiento del mismo en
el tiempo, de igual forma para identificar los retos que se tendrán
que afrontar en términos de adopción y desadopción.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS





©Universidad de Caldas
ARDON, M. ____. Escuelas de campo para agricultores (ECAs), en
el desarrollo rural una propuesta metodológica coherente. 11 pgs.
FAO. 2005. Las escuelas de campo para agricultores (ECAs) en el
PESA Nicaragua. Una experiencia significativa de extensión para
contribuir a la seguridad alimentaria en Nicaragua. Ministerio de
Asuntos Exteriores y de Cooperación. Agencia Española de
Cooperación. Tegucigalpa, Honduras. 27 pgs.
ICP. 2006. Guía de Escuelas de Campo de Agricultores ECAs como
estrategia de gestión de calidad de Café en el Norte de Perú. Lima,
Perú. 58 pgs.
LUDOJOSKI, R.L. 1972. Andragogía o Eduación del Adulto.
Colección la Educación en el tiempo. Instituto de profesorado Verbo
Divino Rafael Calzada. Buenos Aires. 275 pgs.
ICP (Internacional Coffe Partners). 2006. Guía de Escuela de Campo
de Agricultores - ECAs. Como estrategia de gestión de calidad de
café en el norte de Perú. 58 Págs.
revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014








IGAC (Instituto Geográfico Agustín Codazzi). 1993. Aspectos
ambientales para el ordenamiento territorial del occidente del
departamento del Caquetá. 3v.
CIP (Centro Internacional de la Papa). 2009. Sistematización de las
Escuelas de Campo de Agricultores (ECAs) EN Andahuaylas. Lima,
Perú. 44 Págs.
IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura).
2010. Escuelas de Campo para Agricultores de Café y Cacao.
Experiencias y lecciones aprendidas en la Selva Central. Lima, Perú.
44 Págs.
IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura).
2007. Escuelas de Campo para Agricultores de Cacao en el Perú.
Experiencias, resultados y lecciones aprendidas. Lima, Perú. 46
Págs.
IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura).
2006. ACCESO (Programa Oportunidad de Apoyo a Exportaciones
de Cacao en Países Andinos). Taller regional andino de
transferencia tecnológica en cacao. Lima, Perú. 104 Págs.
PUMISACHO. M., SHERWOOD. S. 2005. Guía metodológica sobre
ECAs -Escuelas de Campo de Agricultores. Instituto de
Investigaciones Agropecuarias- INIAP. Centro Internacional de la
Papa- CIP. World Neighbor. Estación Experimental Santa Catalina.
Quito- Ecuador. 184 pgs.
USAID (United States Agency International Development). 2009.
Guía para la implementación del Modelo Metodológico Escuelas de
Campo
de
Agricultores
–
ECAS.
USAID del Pueblo de los Estados Unidos de Norte América y Acción
Social. 123 Págs.
GALLAGHER, K. D. 1999. Farmers Field Schools (FFS): A Group
Extension Process Based on Adult Non-Formal Education Methods.
25 Págs.
REFERENCIA ELECTRÓNICA

ACTRAV, ____. Apartados de la Teoría del aprendizaje social.
Bandura
1977.
Disponible
En:
hptt://
www.actrav.itcilo.org/courses/2008/A201019/resources/.../bandura.doc
Fecha de consulta: 05 marzo de 2013.
Agradecimientos
Los autores agradecen al Comité de Cacaoteros de Remolinos del
Caguán y Suncillas – CHOCAGUÁN, al Comité de Cacaoteros del
Cristal-CHOCOCRISTAL, La Parroquia San Isidro Labrador, El
Centro Educativo los Cristales, los amigos de Cuba, Palmichales y
el Cristal, todas y cada una de las personas que asistieron a las
Escuelas de Campo y recibieron al equipo de la Universidad de la
Amazonia cada sesión de trabajo, a ellos nuestra gratitud, cariño y
respeto. A cada uno de nuestros estudiantes que caminan hacia la
transición agroecológica en otras formas de ver el mundo donde lo
espiritual se convierte en parte fundamental de la construcción del
conocimiento científico.
©Universidad de Caldas
250
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Potencial conflicto de intereses: la presente publicación se hace
con permiso de los involucrados.
Fuentes de financiación: la presente investigación fue posible
gracias a la contribución económica del Departamento
Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación COLCIENCIAS,
a través del convenio 719-2012 entre la Fiduciaria Bogotá, la
Universidad de la Amazonia y el Comité de Cacaoteros de
Remolinos del Caguán y Suncillas CHOCAGUAN.
1. Ingeniera Agroecóloga, Universidad de la Amazonia. M Sc. En
Ambiente y Desarrollo, estudiante Doctorado en Antropología
Universidad del Cauca. Docente Universidad de la Amazonia.
2. Ingeniero Agroecólogo, Universidad de la Amazonia. M Sc. En
Agricultura Ecológica, estudiante Doctorado en Ciencias Agrarias,
Docente Universidad de la Amazonia.
Para citar este artículo: Sánchez Castillo, V. & Gamboa Tabares, J.
A. (2014). Escuelas de campo de agricultores de Theobroma cacao
l. en el Bajo Caguán (experiencia, resultados y lecciones
aprendidas). Revista Luna Azul, 38, 231-251. Recuperado de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v
iew&id=904
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
RECONFIGURACIÓN DEL PAISAJE Y AGROECOLOGÍA EN EL
VALLE DEL CAUCA, 1850-2010
Reinaldo Giraldo Díaz1
Recibido el 3 de julio de 2013 y aprobado el 27 de agosto de 2013
RESUMEN
Se presenta el concepto de paisaje como horizonte general analítico
que permite abordar la relación hombre-naturaleza en el valle
geográfico del río Cauca desde la perspectiva del desarrollo rural. El
objetivo de este artículo derivado de investigación es mostrar la
configuración exuberante y ubérrima del paisaje en 1850 y los
distintos procesos sociales que empiezan a convertirlo en erial,
debido a una nueva forma de apropiación del espacio geográfico
basada en el crecimiento económico y el ideal de progreso y
desarrollo. Metodológicamente, se plantean cinco períodos como
trayectorias del desarrollo rural para señalar los procesos de
transformación del paisaje desde 1850. Se encontró que la
degradación progresiva del paisaje del Valle del Cauca ha sido
impulsada por la modernización agraria y la adopción de modelos
de desarrollo basados en el crecimiento económico. Se concluye
que la agroecología, como forma de vida y alternativa al modelo
industrial de producción de alimentos, permite la reconfiguración
exuberante y ubérrima del paisaje vallecaucano.
PALABRAS CLAVE
Desarrollo rural, valle geográfico del río Cauca, interacción
naturaleza-cultura.
LANSCAPE RECONFIGURATION AND AGROECOLOGY IN
VALLE DEL CAUCA FROM 1850 TO 2010
ABSTRACT
The Concept of landscape is introduced as an analytical general
horizon that allows addressing the relationship between man and
nature in the geographical Cauca river valley from the perspective of
rural development. The objective of this article, derived from
research, is to display the exuberant and bountiful landscape
configuration in 1850 and the various social processes that begin to
turn it into wasteland, due to a new form of appropriation of
geographic space based on economic growth and the ideal of
progress and development. Methodologically, five periods are
suggested as rural development trajectories to point out the
landscape transformation processes since 1850. It was found that
the progressive degradation of the Valle del Cauca landscape has
been promoted by agricultural modernization and the adoption of
development models based on economic growth. It is concluded that
agro ecology, as a way of life and alternative to the industrial model
of food production, allows the exuberant and bountiful
reconfiguration of the Valle del Cauca landscape.
©Universidad de Caldas
252
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
KEYWORDS
Rural Development, Geographic Valley of Cauca River, natureculture interaction
INTRODUCCIÓN
El artículo aborda una problemática importante para la agroecología,
la de la configuración sustentable de los paisajes. Se analizan las
configuraciones paisajísticas que han existido desde mediados del
siglo XIX en el Valle del Cauca y su relación con los cambios en el
sector agrario desde entonces, marcados por un creciente grado de
insustentabilidad. El paisaje se concibe como impronta de las
comunidades que participan en su transformación; por tanto, dada la
doble esencia del paisaje, física y social (Morláns, 2005), depende
de diversos factores, algunos supeditados o vinculados al medio
natural y otros a las necesidades, aspiraciones y posibilidades
humanas. Así, se da un fenómeno de percepción y de interpretación
cultural que es un producto cargado de historia. Por eso, para hacer
un estudio de los procesos de transformación del paisaje se deben
proponer los escenarios y construir los modelos de utilización del
espacio, buscando, principalmente, la connotación del área cultural
para abarcar la complejidad de la interacción del hombre con el
entorno (Bertrand, 1982).
El trabajo objeto de estudio propone un ámbito regional: el valle
geográfico del río Cauca, pues, los elementos del fenómeno de
percepción tienen un origen y una historia, de suerte que son las
comunidades humanas las que se desarrollan en el espacio (natural
o heredado de una comunidad humana anterior) y lo organizan y
ordenan, pues, las sociedades, al habitar el país vallecaucano
hacen paisaje, convirtiéndolo en una manifestación de la
permanente interacción sociedad-naturaleza.
El espacio geográfico resultante de dicha
interacción permite entender muchos de los
problemas sociedad-naturaleza, pues su carácter
de totalidad social, establece las mediaciones
históricamente
determinadas
de
la
crisis
socioambiental. Los procesos de producción del
espacio pueden servir para articular lo segmentado,
para conocer las interdependencias y las
implicaciones que comportan lo natural y lo social.
(Molano, 1995, p. 8)
El paisaje constituye un ordenamiento espacial en el tiempo, pues el
espacio geográfico se define como un conjunto de ordenamientos
que surgen en un medio por la permanente interacción del hombre
con la naturaleza; es así como se da el fenómeno de percepción y
de interpretación cultural cargado de historia, pues, el espacio
geográfico estructura y proyecta una sociedad integrada con y en la
naturaleza, convirtiendo al territorio en un testimonio (Vásquez,
1995). Los elementos del fenómeno de percepción tienen un origen
y una historia y son las comunidades humanas las que moran en el
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
espacio y lo organizan y ordenan, haciendo paisaje y convirtiéndolo
en índice para la interpretación de esa presencia (Vásquez, 1995).
Se debe connotar el área cultural para convertirla en objeto de
análisis y develar la compleja interacción naturaleza-sociedad en el
tiempo y en el espacio (Sauer, 1980, p. 42); el problema básico
consiste en conocer las interdependencias y las implicaciones que
comportan lo natural y lo social. Por tanto, la tarea a seguir consiste
en construir los contextos en donde, dado que en las sociedades del
neocapitalismo la intervención del hombre en la naturaleza se ha
tornado depredadora, se permita establecer las mediaciones
históricamente determinadas de la crisis socioambiental (Sauer,
1980).
La noción de mediación se refiere al trabajo como mediador en esa
íntima relación en la que la naturaleza se humaniza y el hombre se
naturaliza (Schmidt, 1976). Con este trabajo se muestra que en el
valle geográfico del río Cauca las estrategias del desarrollo rural han
estado orientadas a la generación de plusvalía y, por tanto, a la
pérdida de la relación vital del hombre con la naturaleza. De un
habitar poéticamente el mundo (que se encuentra en los autores
vernáculos del siglo XIX y principios del XX) se ha pasado a una
exagerada cuantificación y medición de la naturaleza. Se sustenta
que la agroecología permite la reconfiguración de un paisaje
exuberante que indique la reconciliación del hombre con la
naturaleza.
METODOLOGÍA
Localización
Este artículo se centra en el valle geográfico localizado entre las
cordilleras Central y Occidental, que en el departamento del Valle
del Cauca alcanza una extensión de 316.334 ha, donde se asienta
la mayor parte de la población. La actividad agroindustrial de la caña
de azúcar, desde principios del siglo XX, pero especialmente
después de la segunda mitad, ha generado una transformación
radical del panorama ecológico y paisajístico, que se evidencia en
su grave deterioro, causado por el uso intensivo e inadecuado de
los recursos naturales (Álvarez & Pérez, 2009).
El departamento del Valle del Cauca se ubica en el suroccidente
colombiano. Tiene una superficie de 22.140 km2, equivalente al
1,9% del territorio nacional. El 38% de su territorio, corresponde a la
región Pacífica y el 62% a la región Andina. Lo integran 42
municipios, 21 de los cuales se ubican en la margen izquierda del
río Cauca, 20 a la derecha y el de Buenaventura que limita con el
Océano Pacífico. Longitud Norte: 4°59´10" - Longitud Oeste: 76°. Se
divide en cuatro regiones fisiográficas: la llanura del Pacífico con
una superficie de 6.549 km2, la parte plana del valle geográfico del
río Cauca con 3.370 km2 y las cordilleras Occidental con 7.314 km2
y Central con 4.907 km2. Estas condiciones hacen que en el Valle
del Cauca haya presencia de ecosistemas variados y disimiles como
manglares, bosques secos, bosques húmedos, selvas andinas y
©Universidad de Caldas
254
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
subandinas, bosques de niebla, subpáramos, páramos y zonas
subxerofíticas y xerofíticas (Perafán, 2011).
Hipótesis
La degradación progresiva del paisaje del Valle del Cauca, desde el
siglo XIX, que ha sido impulsada por la mal llamada modernización
agraria y la adopción de modelos de desarrollo basados en el
crecimiento económico, puede revertirse mediante una apuesta
consecuentemente agroecológica.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En el Valle del Cauca se adoptó desde principios de siglo XX un
modelo técnico-económico basado en el control de la tierra y en el
impulso del monocultivo, especialmente el de caña de azúcar e
igualmente en la figura jurídica de la propiedad privada y la
mercantilización de la tierra, como instrumento de acumulación de
capital; produciendo un impacto sobre las comunidades locales de
manera que no solo estaba en juego la tierra, sino el territorio y la
biodiversidad (Giraldo, 2010a).
La biodiversidad no debe entenderse únicamente como el conjunto
de las diferentes especies presentes en un territorio, sino, además,
como las posibilidades de apropiación que tienen las culturas de
esta heterogeneidad, constituyendo lo que Foucault (1970) llama los
dominios de saber. En este sentido, la disputa se desplaza de la
tierra como ente jurídico-espacial a una dimensión donde la
biodiversidad empieza a ser reconocida como biodiversidad cultural
(Barrera-Bassols & Toledo, 2008).
En el efecto producido por la irrupción violenta de los latifundistas en
la franja plana del Valle del Cauca (desde mediados del siglo XX)
deben, entonces, tenerse en cuenta la tierra, el territorio y la
biodiversidad como factores ambientales y culturales involucrados e
interrelacionados, los cuales sostienen la necesidad de preguntarse:
¿Cuáles han sido las consecuencias de la entronización de la
agricultura industrial y su consustancial idea de desarrollo como
crecimiento económico sobre las comunidades locales y su cultura?
Para intentar dar una respuesta a dicho interrogante se debe partir
de un análisis que nos permita explicar grosso modo el contexto
histórico en el que emerge este modelo.
Palacio (1997) propone un esquema de estudio en el que se
encuentra el periodo 1850-1930: denominado Naturaleza
liberalizada, con el cual aborda la dimensión cultural de la disputa
en torno de la naturaleza. Según este autor, este período
descriptivo-analítico se caracteriza por la formación del Estado
nacional colombiano en búsqueda de apropiarse del territorio, de
sentar las bases para la modernización política, económica y
cultural, sobre la idea de construcción de la ciudadanía, colocando
los cimientos de la ciudadanía individual y la privatización de la
tierra. Desde el ámbito jurídico, se trata de la época en que se
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
generaliza la privatización de la propiedad de la tierra; comprende la
recepción del código napoleónico adaptado por Andrés Bello, la
distribución de bienes de manos muertas, la privatización de las
tierras indígenas comunales, el ataque a otras formas de propiedad
comunitaria y la división conceptual entre propiedad pública y
privada. Desde el punto de vista del desarrollo se da la construcción
de líneas de ferrocarril que apuntan a la conexión del centro del país
con el mercado internacional, la navegación por el río Magdalena, la
colonización antioqueña y de algunas llanuras costeras con la
expansión de la ganadería y la expansión de la frontera agrícola por
la colonización andina. Resaltan en este contexto, el desarrollo del
modelo librecambista opuesto al proteccionista que predomina al
inicio del período, y por tanto, modelos agroexportadores como
claves de política económica. Más adelante toma auge el café que
permitió la integración del mercado interno y el desarrollo de la
economía parcelaria más o menos exitosa para la exportación entre
1900 y 1930. A fines del período, se incrementa la inversión
extranjera para minería y agroindustrias, junto a la indemnización
por la pérdida del canal de Panamá, contribuyen a ampliar la
economía monetaria y sientan las bases para un lanzamiento más
agresivo de la modernización del país y de la naturaleza.
En este contexto de reflujo de las fuerzas económicas y políticas del
país, la economía parcelaria en el valle geográfico del río Cauca
resultó poco viable en términos de su articulación al mercado
internacional. Estas formas productivas se consideran un obstáculo
para una dirección agroindustrial ansiosa, que en 1929 hace llegar
la misión puertorriqueña de Carlos Chardon, que empieza un
reconocimiento agropecuario del Valle del Cauca y recomienda
entre otras cosas, la actualización de las tecnologías en producción
agrícola, incluyendo en la recién creada “Escuela de Agricultura”
estudios académicos en las materias de fitopatología, genética,
química de abonos, y en el lado pecuario, sugiere la introducción de
razas bovinas mejoradas como Holstein, Charolais, Normando y
dejar a un lado las especies de ganado criollo como la Hartón del
Valle, justificados en sus bajos niveles de producción (Chardon,
1930). A partir del dictamen de la misión Chardon, se inicia el
proceso de adopción del paquete tecnológico de “Revolución verde”,
lo cual impone el violentamiento hacía los pequeños productores
residentes en la zona plana del Valle del Cauca por medio de la
instauración de la agroindustria cañera, que ya en 1950 cuenta con
16.000 ha (Mancini, 1953), llegando a completar hoy alrededor de
200.000 ha.
El desarrollo de la “Revolución verde” trastoca la cultura de la
biodiversidad parcelaria, puesto que al expandirse la caña de azúcar
se acabó con un gran número de fincas y parcelas de producción
diversificada que contaban con cultivos varios de pancoger y
frutales nativos (Giraldo, 2010b). Este proceso de modernización e
industrialización, que irrumpió con celeridad durante mediados del
siglo XX, se vio acompañado por la presencia de la barbarie con
todo su dispositivo de violaciones, desplazamiento, torturas,
devastación ecológica y cultural, etc.; con el solo propósito de
consolidar la hegemonía del nefasto modelo técnico-económico que
hoy sigue dominando toda la región (Agudelo et al., 2000). Las
condiciones impuestas por dicho modelo fortalecieron la injusta e
irracional estructura agraria, basada en la concentración del poder
©Universidad de Caldas
256
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
económico y en la voraz tenencia de la tierra en manos de la clase
dirigente, quien trazó el modelo productivo orientado hacia la
explotación de los recursos naturales, lo que suscitaría de manera
abismal la ampliación de las fronteras productivas, obligando a una
mayor utilización intensiva del suelo agrícola, fracturando de modo
irreversible la fragilidad de los ecosistemas y poniendo en peligro la
permanencia de la vida humana en la región (Agudelo et al., 2000).
Según Madero y Nuñez (2009) en 1995 en el Valle del Cauca
existían 15.286 ha en humedales lénticos naturales de agua dulce a
lo largo del río Cauca y en 2010 solo existen 52 humedales en 2.650
ha. Estos autores, aplicando la tecnología de Sistemas de
Información Geográfica (SIG), en especial los programas ARCGIS y
ERDAS, identificaron los cambios de cobertura de área y uso del
suelo en las zonas de los humedales La Bolsa, Charco de Oro y El
Pital, localizados en la parte plana del municipio de Andalucía
corregimiento de Campoalegre y El Salto en el Valle del Cauca.
Utilizaron fotografías aéreas de 1950 y 1998, imágenes Landsat
2002 y cartografía base de la zona. En relación con cobertura y
usos del suelo, encontraron que en 1954 se observaban seis formas
de uso y cobertura vegetal (Tabla 1) con predominio de pastura
naturalizada que se hallaba en 588.25 ha y cubría el 61% del área
total de la zona piloto de estudio (Figura 1). En menor proporción
localizaron agricultura de bajos insumos en 190.60 ha que cubrían
el 19,9% del área, seguida del área en humedales o madreviejas El
Pital, La Bolsa y Charco de Oro. Las restantes clases de uso y
cobertura vegetal estaban constituidas por bosques naturales de
especies arbóreas propias de los humedales y cuerpos de agua
remanentes (Madero & Nuñez, 2009).
Para el año 1998 identificaron seis clases de uso y cobertura del
suelo (Tabla 1 y Figura 2) con predominio de agricultura de altos
insumos: 721,68 ha, es decir, el 85,5% del área total de estudio, lo
que significa un cambio drástico en comparación con lo observado
en 1954. Los humedales en estudio cubrían un área de 57,5 ha,
seguido de bosque natural (35,15 ha). Según los autores de este
estudio, en 1998 todavía se observan evidencias de agricultura de
bajos insumos (cultivo de maíz en 17,17 ha), rodeada por el
monocultivo de la caña en la isla que se encuentra en la parte
interna del humedal El Pital. También se observaban gramíneas
incluidas en la clase de cobertura denominada pastura naturalizada
(10,75 ha). Los cuerpos de agua ocupaban el área más reducida en
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
la zona piloto con un reservorio (0,70 ha) destinado al riego del
monocultivo de caña de azúcar.
©Universidad de Caldas
258
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Para el año 2002, utilizando imagen satelital Landsat, Madero y
Nuñez (2009) observaron que continuaba el predominio de
agricultura de altos insumos (850,45 ha) en el 87,34% del área total
de la zona piloto de estudio, seguido del área en humedales (57,5
ha) (Tabla 1 y Figura 3). El resto de la zona se encontraba cubierta
por cultivos de bajos insumos (37,31 ha), bosque natural (30,15 ha),
bosque de guadua (3,34 ha), cultivo de cacao (0,67 ha). El cuerpo
de agua más representativo (0,52 ha) se encontraba en lotes de la
hacienda Madrevieja. Para este año la pradera natural había
desaparecido de la zona piloto (Madero & Nuñez, 2009).
En los tres momentos de análisis de Madero y Nuñez (2009) se
puede ver cómo se ha pasado de un paisaje donde el hábitat natural
ha sido poco modificado a un hábitat natural destruido o relictual. La
intensificación de la explotación de la tierra mediante la implantación
del monocultivo, no solo ha generado una sorprendente y aterradora
erosión en la diversidad genética, sino que ha roto aquellos lazos de
solidaridad, reciprocidad, y alteridad que unían en una verdadera
comunión la relación entre los hombres y a su vez su relación con la
madre nutricia: la Tierra (Sánchez, 1999). Esta red imbricada de
relaciones entre el hombre y su entorno (como los imaginarios
simbólicos y las memorias colectivas de los saberes locales y
populares) fue menoscabada y soslayada por la concentración en la
tenencia de la tierra.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Presentamos cinco períodos que sirven de horizonte y significante
histórico a los fenómenos ambientales (naturaleza-cultura)
acaecidos en el valle geográfico del río Cauca, pues como sostiene
Ángel (1989) es importante incorporar la dimensión ambiental en la
historia para construir lo que él ha dado en llamar Historia
Ambiental: la necesidad de una historia ambiental surge porque la
perspectiva ambiental reclama su propia manera de percibir el
proceso histórico.
La problemática ambiental es una dimensión
inherente a las formas adaptativas de la especie
humana, problemática que el desarrollo tecnológico
ha hecho más evidente y acuciante, pero que se
puede rastrear en cualquier período histórico, [...], lo
ambiental no es, pues, una nueva dimensión que
viene a adherirse artificialmente a los estudios
históricos, impulsada por las corrientes de moda en
el mundo actual. El hombre ha hecho historia
transformando el medio ecosistémico. El paisaje no
es solo un escenario para las luchas del hombre, ni
representa exclusivamente el piso material, en el
que se desarrolla su actividad. Significa más bien la
raíz explicativa de su actividad social y simbólica.
(Ángel, 1989, p. 46)
Primer período (1850-1890)
Este período es importante para indagar por el ambiente
vallecaucano, porque permite mostrar la configuración exuberante y
ubérrima del paisaje y los distintos procesos sociales que lo
empiezan a transformar, debido a una nueva forma de apropiación
del espacio geográfico (Giraldo, 2010a). Para llevar a cabo esta
tarea se debe, primero, realizar una reconstrucción del paisaje en la
percepción que de él tuvieron los autores vernáculos del siglo XXI y
principios del XX, pues, esto posibilita analizar la compleja
interacción de las comunidades humanas que habitaron la comarca
vallecaucana con la naturaleza (Palacio, 1997). Aunque la vida de
esas comunidades no se puede presentar como idílica, pues, entre
otras cosas, hubo guerra y esclavitud, sí se puede develar que la
intervención del hombre en la naturaleza no tiene necesidad de ser
tan depredadora como la que se da en las sociedades
contemporáneas.
Durante los siglos XVIII y XIX, el sistema ecológico
del valle geográfico en el cual se desarrolló la
economía hacendataria y de pequeños propietarios
representaba un enclave natural rico en
biodiversidad, en cuya dinámica jugaban un papel
fundamental las ciénagas, los ríos y la variedad de
flora y fauna propios de los paisajes de esta región.
(Perafán, 2011, p. 4)
La belleza de este territorio se puede otear en las obras de los
autores vernáculos del siglo XIX y principios del XX: ríos
caudalosos, de cristalinas y rumorosas aguas donde moran
innumerables pececitos de colores; grandes pantanos donde las
©Universidad de Caldas
260
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
iguazas, los coclíes y los patos, con su algarabía, encienden la
alegría de una naturaleza ubérrima y reconfortante; hermosos,
gigantescos y melenudos árboles, donde moran poéticamente los
pájaros y musitan sus poemas de amor (Giraldo, 2009, 2010a;
Giraldo, Quiceno & Valencia, 2010).
Las comunidades ancestrales que habitaron estos territorios
lograron establecer cierta relación con la naturaleza que les permitió
regular su crecimiento demográfico, mantener sus sementeras con
exquisitos maizales, yucales y frutales, pescar abundantes peces en
ríos y lagunas, cazar animales que prodigaban el monte, y recrear el
medio ambiente. Todo esto permitió el asentamiento de nuevos
vallecaucanos, quienes descendían de los pocos indígenas que
sobrevivieron a las enfermedades y maltratos de los españoles (los
que se apoderaron de sus tierras y riquezas), y de los esclavos
africanos, introducidos como consecuencia de la reducción de la
mano de obra aborigen (Rodríguez, 2005, p. 187).
Sobre la consolidación de la sociedad vallecaucana, Valencia (2006,
p. 1-2) sostiene que:
[…] está asociada a lo que en otros lugares de
América se conoció como “guerra de castas”, una
de las consecuencias de la forma en que los grupos
sociales del Nuevo Mundo fueron integrados a la
sociedad occidental. Se trata de una sociedad
surgida del conflicto: de largas luchas intestinas
entre los indígenas, del enfrentamiento de los
peninsulares con los nativos, de la larga resistencia
de éstos y, ante su sostenida crisis demográfica, de
la importación de población negra esclava, cuya
reproducción biológica en diferentes mezclas
interétnicas habría de mostrar a sus descendientes
como el grupo social demográficamente dominante
y que más lucharía por insertarse, primero, en la
sociedad colonial y, después, en la republicana.
Este autor también señala que:
[…] los campesinos vallecaucanos remontan sus
orígenes a los pocos pueblos de indios
encomendados que los españoles formaron en el
valle, y cuya población sobrevivió a la tenaz
resistencia que por más de un siglo, pijaos, chocoes
y paeces, opusieron al establecimiento de la
sociedad colonial en el Valle del Cauca. Se trataba
de pueblos de indios de reciente creación, que más
que en una fuente de tributos, se convirtieron en un
medio de extracción de fuerza laboral para las
estancias ganaderas, primero, y después para las
haciendas productoras de carne vacuna, de
guarapos aguardienteros, de azúcar y de cereales,
con los cuales estancieros y hacendados, pudieron
alimentar las cuadrillas de esclavos que llevaron a
la frontera minera del Chocó, del Raposo, de
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Barbacoas y Tumaco en la costa del Océano
Pacífico. (Valencia, 2007, p. 2-3)
El campesino vallecaucano surge y se consolida como sector social
durante el siglo XVIII y principios del siglo XIX, en medio de un
sistema económico esclavista. Cuando desaparece la fuerza de
trabajo esclava surgen arrendatarios, agregados y terrazgueros.
Tradicionalmente, antes del siglo XIX, los propietarios de tierras en
el valle geográfico del alto Cauca establecieron grandes posesiones,
de río a río o de cima a cima, por lo cual no tuvieron dificultades de
linderos (Almario, 1994).
En 1824 el Estado decreta la suspensión del mayorazgo o derecho
de progenitura, y, a mediados de siglo, la abolición de la esclavitud;
para esta época llegan los comisionistas extranjeros y se asiste a
varias guerras civiles. Todo esto llevó a que se agrandaran unas
haciendas y se dividieran otras: se alteró el mecanismo que
mantenía las propiedades territoriales y se dio comienzo a la
convivencia de la grande, mediana y pequeña propiedad, a la
reducción, principalmente, en las dimensiones de las haciendas,
iniciando así un proceso de desmigajamiento en parcelas más
pequeñas y en pastizales.
Con el rompimiento existente entre la esclavitud, el catolicismo y la
gran hacienda se posibilita la combinación de múltiples universos de
referencia: se mezclan culturas. Mestizos, indios, esclavos, mulatos
y blancos articulan sus especificidades y dan cabida a una
diversidad social característica que Oscar Almario denomina
vallecaucano de llanura (Almario, 1994, p. 42). La gran hacienda
vallecaucana sufre, pues, un proceso de transformación debido,
principalmente, a la difícil situación minera, a las continuas guerras
civiles y a que la tierra devino mercancía: el conflicto por la
propiedad de la tierra significó fragmentación de los grandes
latifundios coloniales. Al tiempo que se fragmentaban las antiguas
haciendas coloniales, extranjeros –algunas veces unidos con gente
de la región– trataron de reagruparlas; en este proceso se destaca
el caso de la familia Eder, que unieron tres haciendas: Guengue,
Guavito y La Manuelita. Prosperó el sistema de arrendamiento a
terrazgueros para la realización de las actividades ganaderas y el de
peonaje para las labores agrícolas. Esto originó el fenómeno de los
indivisos, que se dan por la venta de los derechos de hacienda por
parte de los herederos de los antiguos hacendados después de la
suspensión del derecho de progenitura.
Este período trata de la época en que se generaliza la privatización
de la propiedad de la tierra (se transforma la hacienda
vallecaucana), llega la colonización antioqueña a las vertientes
cordilleranas, se abre paso el modelo económico librecambista y la
modernización del valle geográfico del río Cauca para integrarlo con
el resto del país y del mundo. Estas situaciones contribuyen a
alterar el paisaje vallecaucano que describen los autores vernáculos
de mediados del siglo XIX, pues, lo que se buscaba era colocar el
valle geográfico del río Cauca en el camino de la modernización. La
producción excedente (creada por los campesinos) de gran
demanda y aprovechada por propietarios y comerciantes fue
consolidando un nuevo ambiente socioeconómico. Prosperaron en
©Universidad de Caldas
262
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
las haciendas los cultivos de cacao y tabaco, por su gran demanda
externa e interna; conjuntamente se llegaron a tener relaciones
comerciales muy dinámicas que explican el surgimiento de
entidades financieras para facilitarlas.
Segundo período (1890-1930)
El arribo del siglo XX a la comarca vallecaucana está marcado por
la inserción que logra el departamento al mercado internacional. Los
esfuerzos del sector dirigente, desde mediados del siglo XIX se
encaminan a modificar de forma paulatina el latifundio perteneciente
a la zona plana y dar pie a una empresa agrícola rentable, lo cual
repercute en la configuración que va tomando el valle geográfico del
río Cauca (Perafán, 2011). El proceso de transformación de la
hacienda tradicional vallecaucana en Ingenio Azucarero, que se
inicia a mediados del siglo XIX con la compra de la hacienda La
Manuelita por Santiago Eder (quien llegó a Colombia como cónsul
de los Estados Unidos; pero se estableció en el valle geográfico del
río Cauca y promovió la modernización y el monocultivo de la caña
de azúcar) y la vinculación de Ernesto Cerruti y los hermanos Blum
a la actividad agropecuaria, para los años 30 evidencia cambios
significativos, pues, el bajo nivel tecnológico con el que se fabricaba
panela, alcohol y panes de azúcar hasta finales del siglo XIX dio
paso a una proliferación de Ingenios Azucareros en la comarca
vallecaucana durante el decenio 1920-1930. Hasta la segunda
década del siglo XX solo existió una central importante que
trabajaba desde 1900 y cuyas piezas mecánicas se trajeron a lomo
de buey en 1897 (Almario, 1994).
Desde finales del siglo XIX el Valle del Cauca –que se erigió como
departamento en 1910– fue consolidando su proceso de
modernización, el cual se vio favorecido por la colonización
antioqueña, la apertura del canal de Panamá, la construcción del
Ferrocarril del Pacífico y la telaraña vial que hizo que el Valle
venciera el aislamiento regional; en 1930 ya se tienen las
condiciones de infraestructura básicas para la configuración de la
industria azucarera. Las revoluciones del trabajo en 1860, la
ganadería a principios del siglo XX y la del café de 1900-1920 en
adelante procuraron la acumulación originaria de capital para que se
desarrolle, a partir de 1950, la incorporación del modelo tecnológico
suministrado para los cultivos comerciales (caña, arroz, algodón,
sorgo y soya), caracterizado por el uso intensivo de tecnología,
maquinaria, agrotóxicos y semillas mejoradas (Rivas, 1993, p. 13).
Tercer período (1930-1950)
La gestión del gobierno departamental se encamina a desarrollar
económicamente el Valle del Cauca, se intenta subordinar lo rural a
lo urbano y adoptar una política económica proteccionista. Cobra
particular importancia, entonces, develar el proceso de
industrialización que operó en el Valle del Cauca y sus impactos en
la configuración del paisaje.
En los años 30 se emprendieron cambios en las estrategias de
desarrollo del país; fue la época de crecimiento orientada a la
exportación y la industrialización, pues como el país ya contaba con
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
las bases materiales para sustentar la industria moderna, el equipo
ya montado pudo trabajar a plena capacidad en un mercado
relativamente libre de manufacturas extranjeras. Bajo estas
condiciones se partió del presupuesto de que el crecimiento
industrial generaría los productos y los puestos de trabajo que
requería una población en crecimiento. En ese sentido se adoptaron
políticas y planes de desarrollo tendientes a favorecer al sector
industrial y urbano. El modelo de crecimiento enfatizó en el
desarrollo de unos pocos cultivos y animales y con alta tecnificación,
penalizando a la agricultura y las zonas rurales.
En 1929 arribó al bucólico campo vallecaucano la Misión
Puertorriqueña Chardon para realizar un reconocimiento
agropecuario del departamento; para esta época la Misión enuncia
que el Valle del Cauca presenta óptimas condiciones naturales para
el cultivo de la caña. Los capitanes de industria de la región
acogieron las recomendaciones de Chardon y años más tarde
lograron hacer del Valle del Cauca el gran valle de la caña de
azúcar. Constituyeron la Granja Experimental de Palmira –
actualmente llamada ICA– y la Facultad de Ciencias Agropecuarias
para crear los cuadros técnicos que fomentaron el modelo comercial
de producción de unos pocos cultivos, siendo la caña de azúcar el
más importante. Más que un reconocimiento agropecuario lo que
vino a hacer la Misión fue estudiar posibilidades de desarrollo
capitalista en el campo, pues, no tuvo en cuenta la exuberancia del
paisaje vallecaucano y recomendó homogenizar los campos con
caña de azúcar y tecnificar la producción de leche y ganado
(Agudelo et al., 2000).
Con el fin de intensificar el uso del suelo para explotación agrícola,
el río Cauca y sus tributarios, así como el agua subterránea se
consideraron como fuentes para suplir las necesidades de riego en
la zona plana; se elaboraron planes de manejo en más de 60.000
ha “encaminados a frenar sus desbordamientos y se ejecutaron
varias obras consistentes en canales, diques, obras de drenaje,
puentes, mejoramiento del cauce y desvío de las inundaciones, lo
que generó no sólo una reutilización de las tierras, sino un
incremento del valor comercial de éstas” (Perafán, 2011, p. 7). Estos
proyectos se realizaron más tarde, en la década del 60 en la zona
plana, mediante la gestión de la Corporación Autónoma Regional
del Valle del Cauca, creada en 1954 (Perafán, 2011, p. 7).
Según Martínez (1986), la acción del Estado en el sector
agropecuario, en la década de 1940, se centra en unos pocos
instrumentos de política, a saber: a) política de tierras (incluyendo
su tributación); b) política de crédito; c) política de precios y
comercialización; d) política tecnológica y de fomento de la
productividad agrícola. Sin embargo, estos cuatro instrumentos de
política agropecuaria “fueron realmente utilizados durante el período
1950-1976” (Martínez, 1986, p. 47). Sin embargo, incubaban
grandes transformaciones en la configuración paisajística del valle
geográfico del río Cauca.
©Universidad de Caldas
264
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Cuarto período (1950-1975)
Caracterizado por la expulsión de los campesinos de sus terrenos,
por el aumento de la producción de azúcar bajo el modelo de
revolución verde y por la consolidación del Valle del Cauca como
potencial agrícola e industrial. Entre 1950 y 1968 los campesinos
fueron expulsados de 11.000 ha que pasaron a manos de ingenios;
algunos se convirtieron en minifundistas, otros en jornaleros
agrícolas por el sistema de contratistas (Coronado et al., 1977, p.
107) y muchos emigraron a los pueblos para vivir como proletarios.
La producción de los propietarios que colindaban con los terrenos
de los ingenios era autosuficiente: sembraban cultivos de pancoger.
A esos pequeños productores se les bloqueó caminos, fumigó
cosechas, controló la llegada de agua por medio de impuestos y
derechos de los ríos y canales y, finalmente, debieron abandonar
los predios donde constituyeron su economía de subsistencia para
transformarse en asalariados (Agudelo et al., 2000). Fue así como
los ingenios consiguieron expandir la industria azucarera y no como
tan a menudo se afirma, simplemente por la conversión de tierras
ganaderas en tierras para la producción de caña (Salazar, 1986, p.
19).
En 1952, los dirigentes del departamento, elaboraron un plan de
desarrollo económico de la cuenca hidrográfica del alto Cauca
(Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, 1955, pp. 3031). La realización de esos proyectos implicó que las familias
campesinas ubicadas en las riberas de los ríos y que vivían de la
pesca, la caza y cultivos de pancoger, perdieran sus parcelas y se
desplazaran a tierras improductivas o muy distantes, generando
modificaciones en el escenario paisajístico.
Al iniciar la década de los 60 Cuba se independizó de los Estados
Unidos y buscó otros proveedores de azúcar, encontrando en
Colombia un nuevo proveedor. En ese momento el Banco Mundial y
la Agencia Internacional de Desarrollo ponen a disposición el capital
necesario para que los ingenios azucareros aumenten la producción
de azúcar refinada e iniciaran un nuevo proceso de expropiación de
tierras (Agudelo et al., 2000).
A partir de 1950 el paisaje se alteró rápidamente, y ya para 1976,
como lo expresa el señor gobernador del departamento del Valle del
Cauca en la inauguración del Primer Foro Departamental sobre
Contaminación Ambiental, el Valle del Cauca no era el verde Valle
del Cauca; lo que en el lenguaje de los poetas se tenía por don se
había convertido en lo dado para la agroindustria moderna.
El Valle del Cauca ha sido el fruto del esfuerzo de
nuestros antepasados, quien llegue por primera vez
a nuestro Departamento y observe desde el avión
los colores del verde que nos caracteriza, vea en
forma equilibrada que gozamos de una hermosa
planta y crea que así la dotó inicialmente la pura
entrega de la providencia, se está formando una
imagen equivocada, pues la verdad sea bien dicha
quien conozca nuestra región podrá saber que el
Valle del Cauca no era el verde Valle del Cauca,
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
nuestras tierras eran insalubres, la altiplanicie
situada a 1000 metros del nivel del mar y enrollado
sobre los hombros de las cordilleras, mal drenada
por nuestro río padre y los afluentes que a él llegan,
ha sido necesaria una lucha de generaciones para
haber podido conquistar lo que en él tenemos, todo
un esfuerzo titánico, es el esfuerzo de los
vallecaucanos por nuestras tierras, aptas para la
agricultura, en la medida en que se desarrollara el
progreso agrícola comenzamos a desplazar la
ganadería hacia la tierra de vertientes porque allí
podríamos producir alimentos de mayor eficacia
para nuestra región y todo el país, de tal manera
que esta lenta evaluación del Valle no fue obra
inventada ni fue el fruto poderoso, fue necesario
drenarlo, canalizarlo, dominarlo, que las tierras se
volvieran aptas y así lentamente con el esfuerzo de
una clase directiva importante, y una calificada
mano de obra que hasta nosotros ha llegado, para
entregarle al país, un potencial agrícola e industrial.
(Departamento del Valle del Cauca, 1976, p. 9)
El objetivo básico de la política agraria colombiana en este período,
consiste en aumentar la productividad agrícola mediante la adopción
del modelo denominado Revolución verde. Para ello, se adoptan
medidas como campañas de fomento de ciertos cultivos, protección
arancelaria, provisión de estímulos y exenciones tributarias,
celebración de convenios de asistencia técnica con entidades
internacionales, creación de instituciones de investigación y
capacitación, apoyo y creación de entidades educativas para la
formación de técnicos, y la coordinación interinstitucional en la
instrumentalización global de la política agraria (Martínez, 1986, p.
88).
En 1961 se crea el INCORA y en 1962 el Instituto Colombiano
Agropecuario (ICA) con el fin de centralizar las tareas de
investigación, difusión y extensión que realizaban la División de
Investigaciones Agrícolas (DIA), el Servicio de Extensión
Agropecuaria y el Servicio Técnico Agrícola Colombiano Americano
(STACA), sin embargo, solo hasta 1968 se especializó y
desaparecieron los Institutos de Fomento y se menguó la
participación de organismos internacionales, los cuales adscribieron
sus programas a los proyectos del Instituto. Algunas agremiaciones
como la Federación de Cafeteros, la Federación de Algodoneros y
la Asociación de Productores de Caña de Azúcar, también cuentan
con sus propios centros de investigación y asesoría técnica a
productores.
El conjunto de la política tecnológica se ha dirigido
fundamentalmente a sostener el proceso de
expansión de los cultivos comerciales. Tanto la
asistencia técnica como el crédito supervisado
registran los más altos índices de cubrimiento en la
agricultura de tipo moderno. Asimismo la
mecanización agrícola y la utilización de insumos
químicos y semillas mejoradas, inducidas y
sostenidas por el esfuerzo institucional, se ha dado
©Universidad de Caldas
266
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
con mayor énfasis en los cultivos considerados más
dinámicos, desde el punto de vista del crecimiento
de su producción y productividad. (Martínez, 1986,
p. 91)
En el período se observa un crecimiento significativo de la utilización
de tractores y área tractorizada. De los 6.500 tractores existentes en
1950 se pasó a 24.621 en 1976. Los planes de desarrollo y política
agraria del Estado explican este incremento, ya que se promovieron
facilidades para el financiamiento externo de la importación de
maquinaria, bajos aranceles y sobrevaluación de la tasa de cambio.
El consumo de fertilizantes se multiplicó por 10 entre 1950 y 1960 y
se triplicó entre 1960 y 1974 (Martínez, 1986, p. 93). El uso de
herbicidas creció entre 1967 y 1974 a una tasa anual del 14% y el
de fungicidas al 7%. El aumento del área sembrada con semilla
mejorada creció a una tasa promedio anual de 9,6%.
La introducción de cerca de 70.000 ha, para la producción cañera
en la zona plana, entre 1960 y 1980, supuso el desplazamiento de
agricultores familiares y, por tanto, de muchos de los cultivos típicos
de la zona plana (Perafán, 2011). En este mismo período, la
producción de azúcar prácticamente se cuadruplicó, al pasar de
328.372 a 1’247.488 toneladas. La superficie de caña sembrada
experimentó en este lapso un incremento que significó duplicar las
tierras empleadas en este cultivo, al pasar de 61.600 a 133.187 ha
(Perafán, 2011). Como se puede colegir de estos datos, hay una
acelerada homogenización del paisaje, relacionada con la pérdida
de la biodiversidad, la expulsión de campesinos de sus parcelas y el
crecimiento poblacional de la capital vallecaucana.
Quinto período (1976-1993)
Este período se caracteriza por la agudización de políticas
económicas, ambientales y sociales orientadas a la homogenización
del paisaje vallecaucano y a la desaparición de los relictos de
bosque seco, humedales y economías campesinas. El fin es
solucionar con las mismas recetas y modelos, los escollos (sociales,
ambientales y políticos) generados por esas políticas. En 1975, bajo
el lema del plan de desarrollo Para cerrar la brecha, el gobierno,
partiendo de la existencia de dos colombias (una, próspera y rica, y
otra, postergada y pobre), estableció como prioridades el Plan de
alimentación y nutrición (PAN), y el Desarrollo rural integrado (DRI).
El primero buscaba resolver las necesidades nutricionales lactantes
en las ciudades y regiones con mayores niveles de desnutrición y, el
segundo, modernizar y hacer más eficiente la producción de
alimentos en las zonas de economía campesina (Vargas del Valle,
1994, p. 272). El DRI enfatizaba en convertir a las economías
campesinas en eficientes empresas agropecuarias a través de
asistencia técnica, capacitación e infraestructura.
Con el fin de coordinar el PAN y el DRI, el Estado creó en 1976 el
Departamento Nacional de Planeación (DNP), el cual, en una
primera fase recibió préstamos del Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento (BIRF), del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), y de la Agencia Canadiense para el Desarrollo
(ACDI), para el financiamiento de los programas PAN y DRI. La
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
ejecución de la fase I del DRI se realizó por entidades públicas del
nivel nacional bajo la dirección del DNP. Entre los principales
ejecutores cabe mencionar el Instituto Colombiano Agropecuario
(ICA), la Caja de Crédito Agrario, el Instituto Colombiano para la
Reforma Agraria (Incora), el Instituto de Recursos Naturales
Renovables (Inderena), el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena),
la Central de Cooperativas de la Reforma Agraria (Cecora), el
Fondo Nacional de Caminos Vecinales (Cavecinales), el Instituto
Colombiano de Electrificación (ICEL), el Instituto Nacional de Salud,
el Instituto Colombiano de Construcciones Escolares (ICCE) y el
Ministerio de Salud (Fajardo, 1994, p. 288; Vargas del Valle, 1994,
p. 274).
Según Fajardo (1994), los objetivos institucionales del DRI en la
primera fase (1976-1982) eran:






Aumentar los ingresos de los pequeños productores mediante el
incremento de la productividad.
Racionalizar la comercialización de la pequeña producción, mediante
la organización del campesino y su mayor conocimiento del
mercado.
Mejorar las condiciones de vida del pequeño productor a través de la
construcción de obras de infraestructura y de la prestación de
servicios estatales básicos.
Aumentar el empleo rural.
Promover la organización campesina y la autogestión.
Racionalizar el gasto público.
La fase II del DRI (1982-1988) comenzó con la solicitud y
aprobación de préstamos por parte del BIRF y el BID, con el fin de
ampliar cobertura del programa a más municipios y departamentos.
Mientras que los recursos de la fase I del DRI se invirtieron
fundamentalmente en infraestructura, los de la fase II se destinaron
a componentes productivos. Otro aspecto importante de la fase II es
la vinculación de más entidades ejecutoras del programa, como
secretarías de agricultura, institutos de desarrollo y organizaciones
no gubernamentales. En 1987 el fondo DRI adquirió la calidad de
establecimiento público descentralizado, adscrito al Ministerio de
Agricultura.
La fase III del DRI (1988-1993) inicia con la aprobación, en abril de
1988 por el Conpes, del Plan de Desarrollo Integral Campesino
(PDIC), que buscaba solucionar los problemas de atraso de las
zonas rurales del país. El PDIC se concibió como un programa de
largo plazo (20 años).
Entre 1990 y 1994, el gobierno de César Gaviria buscaba sepultar el
modelo de desarrollo intervencionista y cepalino e instaurar un
modelo abierto, sujeto a la competencia. Desmontó la intervención
tradicional del gobierno a través de controles de importaciones,
precios de sustentación y precios de cosechas. El plan del gobierno
de Ernesto Samper, El salto social, entre 1994 y 1998 continuó con
las políticas de “la Apertura” y de inversión propuestas por la
administración Gaviria.
©Universidad de Caldas
268
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Agroecología y desarrollo rural para el siglo XXI
La agroecología, como forma de vida y campo de conocimiento de
vanguardia que busca sustituir el deterioro de la naturaleza y la
cultura generado por el modelo agroindustrial de producción,
permite resolver los problemas de la civilización urbano-industrial y
responder a la lógica del neoliberalismo y la globalización
económica, así como a los cánones de la ciencia convencional,
cuya crisis epistemológica está dando lugar a una nueva
epistemología, participativa y de carácter político (Altieri & Nicholls,
2009; Sevilla, s.f.). Es decir, la agroecología es la vía más sólida en
la búsqueda de una configuración exuberante del paisaje
vallecaucano, que evidencie una relación entre el hombre y la
naturaleza no mediada por los intereses del capital sino por la
afirmación de la vida.
La política agraria y los planes y programas de desarrollo en
Colombia, se han orientado a obtener una elevada tasa de
crecimiento y a la “modernización” del campesinado (Martínez,
1986; Fajardo, 1994; Giraldo et al., 2010); están inscritos en la
concepción de desarrollo que se agencia después de la Segunda
Guerra Mundial, esto es, asociada a la idea de progreso que surge
en el siglo XVIII con la economía clásica. Desde esta lógica, lo
atrasado, que se vincula con lo tradicional y lo rural, debe
reemplazarse por lo moderno y dinámico, relacionado con lo urbano
y con la civilización occidental y europea (Toledo, 1992; Trpin, 2005,
p. 4; Giraldo et al., 2010).
Esto llevó a que se considerara, desde una visión eurocentrista, que
algunos países eran desarrollados y otros subdesarrollados y que
los subdesarrollados debían adoptar como modelo el paquete
cultural occidental (Toledo, 1992; Trpin, 2005, p. 5). La visión del
crecimiento económico como medio para alcanzar el desarrollo ha
llevado a imponer la racionalidad productiva del capitalismo, donde
el cálculo y la valorización de capital son bases fundamentales,
sobre las racionalidades de producción campesinas, donde
predominan la solidaridad y la ayuda mutua (Agudelo et al., 2000;
Jaramillo, 2006, p. 50).
Según Toledo (1992), bajo los efectos de la ideología generada por
la civilización occidental, el campesinado es un sector “atrasado”,
“arcaico”, “ignorante” e “improductivo”, al que hay que desaparecer
de la faz de la tierra (con sus modos de producción, sus
conocimientos y cosmovisiones, y sus formas de apropiación de la
naturaleza), única manera de alcanzar la “modernidad rural” y la
consolidación del modelo civilizatorio urbano-industrial. Este autor
también sostiene de manera categórica que hoy esta visión ha
llegado a su fin, pues los modelos de desarrollo rural elaborados y
aplicados desde el “ojo de Occidente”, aparecen como uno de los
aceleradores más notables de la crisis ecológica del planeta
(Toledo, 1992, p. 73).
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
A MODO DE CONCLUSIÓN
La agricultura convivial (agroecológica) de los pequeños propietarios
ofrece una respuesta consistente a la crisis de civilización, en
términos no de un vuelo fantástico a un refugio agrario remoto, sino
de una recolonización sistemática de la tierra, según pautas
ecológicas.
La agroecología permite la reconfiguración exuberante del paisaje
en el valle geográfico del río Cauca; las investigaciones realizadas
por los científicos de la agroecología demuestran que los sistemas
de producción agroecológicos pueden ser tan productivos como los
convencionales, prescinden de los agroquímicos y en general de
insumos externos, consumen menos energía importada, conservan
los recursos naturales y mantienen con vida el suelo y el agua
(Speelman et al., 2007). La agroecología trabaja de la mano con las
culturas tradicionales, representantes de todo un conjunto de
civilizaciones alternativas (premodernas), que buscan amortiguar y
resolver los problemas ambientales y sociales creados por la
civilización urbano-industrial (Toledo, 1992).
Al destruir la diversidad biológica silvestre, la
variedad genética de las especies domesticadas de
plantas y animales, y las miles de culturas
identificadas por los genes o la lengua y, en
consecuencia, la experiencia acumulada en forma
de sabidurías locales o tradicionales, la civilización
industrial está acabando con los principales
componentes del complejo biocultural de la especie
humana. Conforme este proceso de destrucción
avanza, al extenderse los mecanismos de la
modernización industrial, la especie humana
incrementa lenta e inexorablemente su amnesia al
suprimir áreas o sectores claves de su propia
memoria, de su conciencia histórica. (BarreraBassols & Toledo, 2008, p. 191)
La diversificación y embellecimiento del paisaje vallecaucano
dependen de las diversidades biológica y cultural, hoy amenazadas
por la globalización (Barrera-Bassols & Toledo, 2008). La
agroecología contempla la diversificación, el reconocimiento y
valoración de experiencias locales de producción, el diálogo de
saberes, la valoración de lo ancestral, la investigación participativa y
la búsqueda de agroecosistemas sustentables como uno de sus
pilares fundamentales (Sevilla, 2006, p. 201) lo que la hace una
herramienta clave en la reconfiguración y conversión del paisaje
vallecaucano.
©Universidad de Caldas
270
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
REFERENCIAS















©Universidad de Caldas
Agudelo, F. A., Becerra, C. E., Muñoz, M. del M. y Sánchez, W.
(2000). Proyecto de Investigación. Estudio sobre la violencia
generada por el modelo productivo de la agricultura industrializada
en el Valle del Cauca. Cali: Escuela Superior de Administración
Pública.
Almario, O. (1994). La configuración moderna del Valle del Cauca.
Espacio, Poblamiento, Poder y Cultura. Cali: Cecan.
Altieri, M. y Nicholls, C. (2009). Cambio climático y agricultura
campesina: impactos y respuestas adaptativas. Leisa revista de
agroecología,
marzo
de
2009,
5-8.
Recuperado
de
http://www.agroeco.org/socla/pdfs/leisa-campesino-cambioclimatico.pdf
Álvarez, P. y Pérez, M. (2009). Deuda social y ambiental del negocio
de la caña de azúcar en Colombia: Responsabilidad social
empresarial y subsidios implícitos en la industria cañera. Análisis en
el contexto del conflicto corteros-empresarios. Bogotá: ARFO
Editores e Impresores, Ltda.
Ángel, A. (1989). Historia y Medio Ambiente. En Memorias del
Seminario Ciencias Sociales y Medio Ambiente. Santafé de Bogotá:
Universidad Nacional de Colombia.
Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento. (1955). La
Corporación Autónoma Regional del Cauca y el Desarrollo del Valle
del Alto Cauca. Informe de una misión organizada por el Banco
Internacional de Reconstrucción y Fomento a solicitud del Gobierno
de la República de Colombia y de la Corporación Autónoma
Regional del Cauca. Washington, D.C.
Barrera-Bassols, N. y Toledo, Víctor. (2008). La memoria biocultural.
La importancia ecológica de las sabidurías tradicionales. Barcelona:
Icaria.
Bertrand, G. (1982). El geosistema y la auto-organización de la
geografía física. Cuadernos de Geografía, 4(1/2), 59-75.
Chardon, C. E. (1930). Reconocimiento Agro-Pecuario del Valle del
Cauca. Informe emitido por la Misión Agrícola Puertorriqueña. San
Juan, Puerto Rico.
Coronado, M., Escandón, L., Perlaza, R., Sulaiman, D. y Urdinola, J.
(1977). Los jornaleros agrícolas en el Valle del Cauca, La sobreexplotación y su incidencia en la economía colombiana. Palmira:
Universidad Nacional de Colombia.
Departamento del Valle del Cauca, Gobernación, Servicio Seccional
de Salud. (1976). Memorias del Primer Foro Departamental Sobre
Contaminación Ambiental. Santiago de Cali, Marzo 31 a Abril 2 de
1976.
Eco, U. (1991). Cómo se hace una tesis. Barcelona: Gedisa.
Fajardo, D. (1994). El Programa de Desarrollo Rural Integrado, DRI y
la participación campesina. En Machado, A. (Comp.), El Agro y la
Cuestión Social (pp. 288 y ss.). Ministerio de Agricultura 80 años.
Bogotá: Tercer Mundo Editores en coedición con Banco Ganadero,
Caja Agraria y Vecol.
Foucault, M. (1970). La arqueología del saber. México: Siglo XXI.
Giraldo, R. (2009). La Elvira, Una experiencia de desarrollo local. En
Arias, J., Giraldo, R., Mosquera, O. y Banguero, V. Reverberaciones
sociales. Compendio de experiencias de desarrollo local. Cali:
Universidad Libre.
revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014

















©Universidad de Caldas
________. (2010a). El cambio del paisaje del Valle del Cauca,
Colombia, 1870-1950. Sociedad Española de Historia Agraria Documentos de Trabajo. DT-SEHA n. 10-07. Recuperado de
http://repositori.uji.es/xmlui/bitstream/handle/10234/16593/DT%2
0Reinaldo%20Giraldo.pdf?sequence=1
________. (2010b). Huellas destructivas de la agricultura comercial
en el paisaje del Valle del Cauca, Colombia, 1950-1975. Entramado,
6(1), 140-156.
Giraldo, R., Quiceno, Á. y Valencia, F. (2010). Política pública
ambiental y ambiente en el Valle del Cauca, 1991-2010. Entramado,
6(2), 148-156.
Jaramillo, P. S. (2006). Pobreza rural en Colombia. Revista
Colombiana de Sociología, 27, 47-62.
Madero, E. y Nuñez, C. A. (2009). Cambios en coberturas de áreas y
usos del suelo en tres humedales en el Valle del Cauca. Acta
Agronómica,
58(4),
308-315.
Recuperado
de
http://www.revistas.unal.edu.co/index.php/acta_agronomica/arti
cle/viewFile/12541/13136
Mancini, S. (1953). Tenencia y uso de la tierra por la industria
azucarera del Valle del Cauca. Trabajo de Grado (Ingeniero
Agrónomo). Universidad Nacional de Colombia, Facultad de
Agronomía del Valle. Palmira.
Martínez, Astrid. (1986). Planes de desarrollo y política agraria en
Colombia. 1940-1978. Bogotá: Centro de Investigaciones para el
Desarrollo - Universidad Nacional de Colombia.
Molano, J. (1995). Arqueología del paisaje. Cuadernos de Geografía,
5(2), 1-10.
Morláns, M. C. (2005). Introducción a la Ecología del Paisaje.
Catamarca: Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional
de
Catamarca.
Recuperado
de
http://www.editorial.unca.edu.ar/Publicacione%20on%20line/Eco
logia/imagenes/pdf/001-Introd-ecologia-del-paisaje.pdf
Palacio, G. (1997). La naturaleza en disputa: Una aproximación a la
lucha por la tierra, el territorio y la biodiversidad en la historia de
Colombia. Politeia, 21, 129-155.
Perafán, A. (2011). Transformaciones paisajísticas en la zona plana
Vallecaucana. Cali: Universidad del Valle. Recuperado de
http://bibliotecadigital.univalle.edu.co/bitstream/10893/967/2/004
%20ART.pdf
Rivas, Á. (1993). Contribución al conocimiento de las prácticas y el
saber en la producción parcelaria del Valle del Cauca, con pequeñas
máquinas y herramientas. Palmira: Universidad Nacional de
Colombia.
Rodríguez, J. V. (2005). Pueblos, Rituales y condiciones de vida
prehispánicas en el Valle del Cauca. Bogotá: Universidad Nacional
de Colombia.
Salazar, M. C. (1986). Huellas destructivas de la agricultura
comercial en Colombia. Cuadernos de Agroindustria y Economía
Rural, 16, 11-27.
Sánchez, W. (1999). La dicotomía campo ciudad en el pensamiento
de Marx. Palmira: Universidad Nacional de Colombia.
Sauer, C. (1980). Introducción a la Geografía Histórica. Geografía,
2(1), 35-56.
Schmidt, A. (1976). El concepto de naturaleza en Marx. México:
Siglo XXI.
272
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014








Sevilla, E. (2006). De la sociología rural a la agroecología.
Barcelona: Icaria Editorial.
________. (s.f.). La agroecología como estrategia metodológica de
transformación
social.
Recuperado
de
http://ilusionismosocial.org/mod/resource/view.php?id=424
Speelman, E., López, S., Aliana, N., Astier, M. y Masera, O. (2007).
Ten years of Sustainability evaluation using the MESMIS framework:
Lessons learned from its application in 28 Latin American case
studies. International Journal of Sustainable Development & World
Ecology, 14(4), 345-361.
Toledo, V. M. (1992). Utopía y naturaleza. El nuevo movimiento
ecológico de los campesinos e indígenas en América Latina. Nueva
Sociedad, 122, 72-85.
Trpin, V. (2005). El desarrollo rural ante la nueva ruralidad. Algunos
aportes desde los métodos cualitativos. AIBR: Revista
Iberoamericana
de
Antropología,
42.
Recuperado
de
http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=62304207
Valencia, A. (2007). La insurgencia social y la consolidación de los
campesinos vallecaucanos. Cali: Universidad del Valle.
Vargas del Valle, R. (1994). El Desarrollo Rural en Colombia (19611993): Apuntes y notas para una historia del Fondo DRI. En
Machado, A. (comp.), El Agro y la Cuestión Social (pp. 269-287).
Ministerio de Agricultura 80 años. Bogotá: Tercer Mundo Editores en
coedición con Banco Ganadero, Caja Agraria y Vecol.
Vásquez, E. (1995). El paisaje del valle en la mirada. Cali:
Universidad del Valle. Copia fotostática.
1. Docente Universidad Nacional Abierta y a Distancia. Estudiante
Doctorado en Agroecología, Universidad Nacional de Colombia.
[email protected]
Para citar este artículo: Giraldo Díaz, R. (2014). Reconfiguración del
paisaje y agroecología en el Valle del Cauca, 1850-2010. Revista
Luna
Azul,
38,
252-273.
Recuperado
de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v
iew&id=905
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
PARTICIPACIÓN COMUNITARIA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE
LINEAMIENTOS DE USO Y CONSERVACIÓN DE HUMEDALES
ALTOANDINOS. EXPERIENCIA PILOTO EN EL SECTOR EL
OCHO Y PÁRAMO DE LETRAS1
Gloria Yaneth Flórez Yepes2
Ángela María Alzate Álvarez3
Alejandro Rincón Santamaría4
Recibido el 22 de agosto de 2013 y aprobado el 15 de octubre de
2013
RESUMEN
La participación comunitaria es un aspecto relevante en la toma de
decisiones para la implementación de acciones relacionadas con la
protección del patrimonio natural. Objetivo: En el presente trabajo el
principal objetivo es la construcción participativa de los lineamientos
de uso y conservación de humedales en el sector El Ocho y Páramo
de Letras. Método: La metodología comprende los siguientes
pasos: 1) revisión de información secundaria; 2) una zonificación
ambiental participativa de los sistemas productivos mediante la
técnica de mapas parlantes, con la ayuda de la herramienta de
AutoCAD; y 3) análisis del potencial turístico y florístico con base en
los saberes tradicionales, y utilizando entrevistas con la comunidad,
potenciales turistas y charlas informales. Resultado principal: La
comunidad tiene conocimiento tradicional de los beneficios que
ofrecen los recursos del ecosistema, pero no tiene las herramientas
para lograr un sistema productivo sostenible; la zona de estudio
tiene un gran potencial turístico, debido a las ventajas de paisaje e
infraestructura; el uso actual del suelo es inadecuado con respecto a
la normatividad ambiental. Conclusión principal: Es necesario
formular e implementar estrategias de uso y conservación de
humedales altoandinos que sean adecuados a las particularidades
del ecosistema bajo estudio, puesto que las estrategias existentes a
nivel nacional e internacional son muy generales.
PALABRAS CLAVE
Uso y conservación, potencial turístico y florístico, mapas parlantes,
zonificación ambiental participativa, servicios ecosistémicos.
COMMUNITY PARTICIPATION IN THE CONSTRUCTION OF
GUIDELINES FOR THE USE AND CONSERVATION OF THE
HIGH ANDEAN WETLANDS, A PILOT EXPERIENCE IN THE
OCHO AND PÁRAMO DE LETRAS AREAS
ABSTRACT
Community participation is a relevant aspect in decisions making
concerning the implementation of actions related to protection of
natural heritage. In the present work, the main purpose is the
participative construction of the guidelines for the use and
conservation of wetlands in El Ocho and Páramo de Letras. The
methodology includes the following steps: 1) review of secondary
©Universidad de Caldas
274
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
information; 2) a participatory environmental zoning of the productive
systems using the talking maps technique and the AutoCAD tool;
and 3) floral and touristic potential analysis, on the basis of
traditional knowledge, by means of interviews to the community,
potential tourists and informal talks. The main result of this research
indicates that the community has traditional knowledge of the
benefits offered by the ecosystem resources, but they do not have
the necessary tools to achieve a sustainable productive system. The
study area has a great touristic potential, due to its advantages of
landscape and infrastructure but the current use of the land is
inadequate according to the environmental law. The main conclusion
of the work is that it is necessary to formulate and implement
strategies for use and conservation of High Andean Wetlands which
are adequate for the ecosystem under study, as the current national
and international strategies are too general.
KEY WORDS
Use and conservation, floral and touristic potential, talking maps,
participatory environmental zoning, ecosystemic services.
INTRODUCCIÓN
Colombia es uno de los cuatro países con mayor disponibilidad de
recursos hídricos del planeta, y a pesar de esto se evidencia una
carencia enorme en los niveles de sensibilización sobre el valor e
importancia de todos los recursos naturales (Ministerio del Medio
Ambiente, 2002).
El acelerado y desmedido incremento en la demanda de recursos
naturales necesarios para cubrir las exigencias del desarrollo del
sistema actual, ha conllevado a una sobreexplotación casi de forma
incontrolada de dichos recursos por parte de todos y cada uno de
los habitantes de territorio. De hecho, se evidencia de forma
progresiva su deterioro y desequilibrio. La capacidad de oferta de
los recursos naturales es cada vez más limitada para satisfacer la
vida moderna. Las ambiciosas demandas del mercado y los
diferentes estilos de vida están ocasionando pérdidas y
devastaciones exponenciales sin precedentes en el medio
ambiente. Un caso especial de análisis es el caso de los humedales
altoandinos, que comprende los complejos de humedales
localizados o articulados a los ecosistemas altoandinos incluyendo
ecosistemas de páramo (Astrálaga, Barrera & Montañez, 2005).
En consecuencia de lo anterior, la conservación y restauración de
los humedales toman suma importancia en términos ecológicos y
sociales (Streever, 1999; SER, 2002). Es así como se adopta el
término de ecosistema estratégico, refiriéndose a las zonas
prioritarias en cuidado, protección y conservación estricta. Este
término hace hincapié en la necesidad de velar por las condiciones
óptimas que garanticen el sustento funcional de dichos ecosistemas
con el pasar del tiempo, involucrando voluntades, esfuerzos y
compromisos de todos los beneficiados (Márquez, 2002).
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
El Instituto Alexander von Humboldt ha diseñado un documento
para el uso y conservación de humedales, el cual está basado en la
Política Nacional de Humedales, y cuyo objetivo es involucrar
acciones e instrumentos en el marco del sistema nacional
ambiental. En dicho documento se plantean los siguientes
lineamientos: 1) lineamientos normativos, legislativos y jurídicos; 2)
lineamientos de ciencia y tecnología, teniendo en cuenta que los
inventarios o caracterizaciones disponibles no tienen suficiente
detalle de los humedales, de modo que es muy difícil conocer las
tasas de cambio en los diferentes sistemas, y no se pueden utilizar
como instrumentos para el manejo (Naranjo, Andrade & Ponce,
1999); 3) lineamientos del Sistema Nacional de Áreas Protegidas; 4)
lineamientos de Gestión Gubernamental, Interministerial e
Intersectorial, que son importantes en el proceso tendiente a la
formulación de una Política de Ordenamiento Ambiental del
Territorio por parte del Gobierno Nacional (Ministerio del Medio
Ambiente, 1998), donde se identifican algunos aspectos que tienen
que ver con los ecosistemas de humedal; 5) lineamientos de
participación ciudadana.
La Convención Ramsar se creó como un marco orientador de
cooperación regional entre diversos países, con la función de
promover la conservación y uso sostenible de los humedales
altoandinos. Colombia está incluido con una proyección hasta el
2015.
En el presente trabajo se plantean los lineamientos de uso y
conservación de humedales para el sector El Ocho y Páramo de
Letras. Se parte de la estrategia de uso y conservación de
humedales altoandinos propuesta por la Convención Ramsar en el
año 2005 (Convención Ramsar, 2005). La idea es aplicar la
estrategia de Ramsar a la comunidad de El Ocho y Páramo de
Letras, en relación con el complejo de humedales altoandinos allí
ubicados. Una de las bases de este trabajo es la zonificación
ambiental e identificación del potencialidades florísticas y turísticas.
Los lineamientos resultantes servirán como herramienta de
planificación y de toma de decisiones a las diferentes instituciones
que desarrollan proyectos de conservación en la zona de estudio.
Además, contribuirán a repensar la sostenibilidad en la zona de
páramo, sirviendo de ejemplo para su aplicación a otras zonas.
El presente trabajo reconfirma la importancia de la participación de
las comunidades en procesos de construcción de propuestas que
ayuden a la decisión de acciones de uso sostenible de los recursos
naturales a partir de su entendimiento y reconocimiento como parte
de su entorno. En este sentido, el mayor aporte que se hace tiene
que ver con la necesidad de involucrar a la comunidad en proyectos
desde su formulación hasta su ejecución.
©Universidad de Caldas
276
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
MATERIALES Y MÉTODOS
Localización y descripción del área de estudio
El sector El Ocho y Páramo de Letras se encuentra en la vía que
conduce hacia la ciudad de Bogotá, en el kilómetro 27 vía al Parque
Nacional Natural los Nevados. Los predios presentes en este sector
cuentan con un área promedio de 220 ha. Se encuentra a una altura
que sobrepasa los 3600 msnm, teniendo un clima de páramo
subandino. La precipitación promedio anual es de 1736 mm y los
valores de humedad relativa son cercanos al 83%. En general
presenta pocas horas de sol, nieblas frecuentes, vientos fuertes y
lluvias de poca intensidad (Corpocaldas, 2007). El sector
comprende humedales en jurisdicción de los municipios de
Manizales y Villamaría, en el departamento de Caldas. Las
principales haciendas que tienen humedales son: La Esperanza, La
Virginia, Santa Teresa, El Bosque, El Nueve, Torrecitas y La
Laguna.
Esta región presenta una topografía típica de montaña, con
pendientes muy largas de grado fuerte generalmente sobre rocas
metamórficas, con una meteorización profunda que las hace
susceptibles a la erosión (Corpocaldas, 2007).
La investigación realizada está enmarcada dentro de la
investigación descriptiva-cualitativa, que consiste de un medio
metodológico que hace uso marcado de las palabras,
traduciéndolas en textos, entrevistas, imágenes o gráficos para
apreciar una concepción lo más acertada posible que caracteriza a
un determinado fenómeno (Mejía, 2004).
Técnicas e instrumentos
Para el desarrollo de todo el proceso metodológico se desarrollaron
las siguientes técnicas e instrumentos: visitas de campo, fichas de
seguimiento, entrevistas, talleres con la comunidad.
DESARROLLO DEL ESTUDIO
Fase 1. Revisión de información secundaria inicial
En esta etapa se hizo un análisis de las investigaciones
precedentes. Se recopilaron las fuentes secundarias de información
que estaban relacionadas con la zona de estudio, y principalmente
aquellas que trataban de los humedales altoandinos. Se analizaron
los aspectos relacionados con los servicios ecosistémicos del
humedal.
Igualmente se retomó la información de los resultados de la
investigación realizada en el año 2011 relacionada con el análisis
social (Flórez, 2012).
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Fase 2. Construcción participativa de la zonificación del
complejo de humedales
La metodología utilizada para construir la zonificación ambiental
participativa se basó en la utilización de mapas parlantes con el fin
de lograr en la comunidad del sector El Ocho y Páramo de Letras un
reconocimiento de su entorno. Las actividades para el desarrollo de
esta fase fueron las siguientes:
1) Convocatoria y socialización del proceso metodológico.
Comprende la convocatoria de los actores clave del proyecto y la
socialización del proceso de construcción de los mapas parlantes.
Se hace énfasis en la importancia de la participación organizada en
la construcción de dichos instrumentos (Zamalloa, 2005).
2) Trabajo de campo para la construcción de los mapas parlantes
con la comunidad campesina. En esta etapa se construyeron los
mapas parlantes con la comunidad campesina presente en los
predios del sector El Ocho y Páramo de Letras. Se realizaron visitas
a los propietarios o administradores de cada uno de los predios,
para identificar el uso actual del territorio, utilizando la siguiente
pregunta orientadora: ¿En qué utilizamos nuestro territorio? Así, se
recopiló de manera gráfica el conocimiento de los participantes
sobre el territorio local y se fortaleció su identidad campesina.
3) Dibujo del mapa. Tomando como referencia los planos
catastrales de los predios, se ubicaron en los mapas los linderos
comunales y los hitos geográficos más importantes, teniendo en
cuenta la inclusión de los siguientes criterios: relictos de bosque
altoandino; humedales; zonas donde se ubican los nacimientos de
fuentes hídricas y las porciones superiores de las microcuencas
hidrográficas, particularmente aquellas que abastecen los
acueductos municipales; humedales que se encuentren
deteriorados por procesos de relleno o desecación, así como las
zonas que lo rodean cuando han sido desprovistas de la vegetación
original; sectores que presentan topografía escarpada y donde el
mantenimiento de la cobertura vegetal es imprescindible para evitar
la ocurrencia de procesos erosivos; sectores fuertemente
intervenidos por actividades productivas.
4) Verificación en campo. Una vez dibujados los mapas, se realizó
un recorrido por las principales áreas con la finalidad de comprobar
los sectores y zonas de tratamiento. Durante el recorrido se
georreferenció y se hicieron las correcciones respectivas, pintando y
coloreando lo que se observa directamente en el terreno.
5) Construcción de los mapas futuros. Se construyeron los mapas
parlantes del futuro, en compañía de la comunidad campesina. En
ellos se plasmó la visión sobre el estado deseado del territorio en
los años venideros. Esto incluye: las esperanzas y sueños en torno
a un mejor aprovechamiento del recurso suelo, sobre el cual
desarrollan sus actividades productivas; las ideas de progreso y los
cambios deseados en el desarrollo integral de la zona.
6) Análisis. Se realizó un análisis de los mapas parlantes,
integrándolos con la normatividad vigente para la zona de páramo,
©Universidad de Caldas
278
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
con el fin de identificar el cumplimiento, seguimiento y control de las
normas por parte de la comunidad campesina.
7) Sistematización de la información. La digitalización y
procesamiento de la información tomada para la construcción de los
mapas se hizo con el software AutoCAD versión 2010.
Fase 3. Identificación participativa del potencial turístico y
florístico asociados a los humedales
1) Identificación participativa del potencial florístico. Inicialmente se
hizo una recopilación de todas las investigaciones precedentes
relacionadas con el inventario florístico, realizadas tanto en la zona
de estudio como en otras de condiciones similares. Se consideró
entre otros el Diagnóstico de los Humedales Altandinos elaborado
por Corpocaldas y la Fundación Pangea (Fundación Pangea, 2007),
y el diagnóstico de los humedales de la cuenca del río Otún por la
Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Pereira S.A. E.S.P. y la
Universidad Tecnológica de Pereira (Restrepo, Carranza & Duque,
2005).
2) Diseño y aplicación del instrumento de recolección de la
información. En esta etapa se diseñó y aplicó una herramienta con
el fin de conocer cuáles son los beneficios que la comunidad obtiene
del ecosistema. La herramienta contiene información de las
dinámicas entre los habitantes del sector, el ecosistema y las
externalidades. En las entrevistas realizadas a la población se tuvo
en cuenta: la relación del habitante con el ecosistema, los beneficios
que el habitante obtiene del ecosistema, y el uso que le dan al
servicio de flora ofrecido por el ecosistema. Estas entrevistas se
realizaron a representantes del 100% de los predios en estudio. Los
actores involucrados en esta fase, fueron: la comunidad del sector;
los principales comercializadores de plantas medicinales y
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
aromáticas de la ciudad de Manizales, a quienes se les indagó
sobre la situación del mercado de las plantas provenientes de la
zona; y la Corporación Autónoma Regional de Caldas con el fin de
conocer la aplicación de la normativa ante la comercialización de
estas especies.
3) Identificación del potencial turístico. Se construyó y aplicó un
instrumento de entrevistas, para identificar el perfil del turista
potencial de la zona. Se considera la siguiente información: rango
de edad, ocupación actual, preferencias al momento de la
realización y planeación de un viaje turístico, preferencias de
medios de transporte, prioridades, conocimiento de la zona, medios
de información y divulgación de la misma y preferencias en
alimentación al momento de visitar la zona. Las entrevistas se
realizaron a 300 turistas de 500 que fueron al Parque Nacional
Natural los Nevados en tiempo de temporada baja. Luego se realizó
la sistematización y análisis de la información recolectada y las
conclusiones correspondientes.
Se tomaron en cuenta los siguientes aspectos para determinar si en
realidad es beneficioso el desarrollo del turismo en la zona: recursos
turísticos; infraestructura; inventario de empresas turísticas;
características del territorio; ubicación del territorio con respecto a
las principales ciudades, aeropuertos y otros destinos turísticos;
consumo turístico; identificación de los posibles interesados como
autoridades públicas, grupos de naturaleza y cultura, empresas
turísticas.
Se realizaron entrevistas en el sector, para averiguar: la evolución
del turismo en la zona; las expectativas de la comunidad y los
niveles de satisfacción relacionados con las actividades turísticas
allí presentes; el grado de interés y disposición por desarrollar el
turismo en la zona; las preocupaciones de la comunidad con
respecto al turismo; el inventario de la infraestructura relacionada
con alojamiento (tipo, capacidad, localización), restaurantes (de
donde provienen los alimentos), atracciones existentes (tipo,
situación, número de turistas, precio); circuitos de comercialización;
promoción y comercialización del turismo en la zona, incluyendo los
medios utilizados; actores encargados de esta comercialización;
información proporcionada en dicha comercialización; inventario del
transporte y medios disponibles; y otras instalaciones.
Fase 4. Determinación de lineamientos de uso y conservación
de humedales altoandinos
Se realizó la recopilación de la información secundaria sobre las
estrategias de uso y conservación de humedales, incluyendo la
Convención Ramsar para los países andinos, y la metodología del
Instituto Humboldt para establecer la estrategia de uso y
conservación de humedales en el marco de la política de humedales
interiores de Colombia. Además, se consideraron experiencias en
otros países, como el caso de Chile, las cuales pueden en parte
aplicarse a la zona de estudio.
Para la formulación participativa de los lineamientos de uso y
conservación de humedales altoandinos, se tomó como referencia
©Universidad de Caldas
280
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
los resultados del análisis social que se realizó para esta zona en el
año 2011, donde se determinó la relación que la comunidad tiene
con el ecosistema de humedales (Flórez, 2012). Además, se
consideraron los resultados de las fases 1, 2 y 3 del presente
trabajo, siendo especialmente importantes los resultados de la
zonificación y de la identificación del potencial florístico y turístico.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Zonificación ambiental participativa
Se realizó la identificación participativa del uso actual del territorio y
la proyección futura, mediante la herramienta metodológica de
mapas parlantes. La información registrada se muestra en la Tabla
1.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296
Luna Azul ISSN 1909-2474
©Universidad de Caldas
No. 38, enero - junio 2014
282
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
En la Figura 2 se muestran las actividades antrópicas en el
humedal que causan deterioro del mismo:
En la zona de estudio, los sistemas productivos que sobresalen son
la ganadería y el cultivo de papa. En la mayoría de predios se tienen
bosques protectores de fuentes hídricas y en el caso de los predios
La Laguna, El bosque, Santa Teresa y Torrecitas, se han venido
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
ampliando las márgenes protectores a través de proyectos de
restauración implementados por instituciones gubernamentales. Por
otro lado, en algunos predios se hace rotación de cultivos como
práctica de conservación de suelos.
Con respecto a lo que la comunidad proyecta para el futuro, no está
contemplada la conservación estricta dentro de sus predios.
Algunos consideran que ya tienen las márgenes protectoras
suficientes y que es mejor implementar una agricultura sostenible
que permita desarrollar las actividades agrícolas y pecuarias. Solo
para quienes tienen dificultades para la recolección de agua en
verano es importante la ampliación de zonas protectoras. Además,
los habitantes manifiestan la necesidad de potencializar el turismo
en la zona independiente del turismo al nevado, la cual tienen otros
servicios para los visitantes.
Las amas de casa manifiestan la intención de promover el cultivo de
plantas aromáticas y medicinales de la zona. Estas plantas han sido
olvidadas, a pesar de que han ofrecido muchos beneficios en la cura
de enfermedades propias de la zona del páramo.
En la Figura 3 se muestran los mapas parlantes del presente y el
futuro.Ç
Comparación de los usos frente a la normatividad ambiental
De acuerdo con la normativa y teniendo en cuenta los mapas
actuales y futuros, se considera la siguiente zonificación:
Zona de conservación y protección ambiental. Incluye los
sectores con elementos naturales esenciales en la prestación de
bienes y servicios ambientales, los cuales son fundamentales para
el desarrollo local y regional. Abarca sectores con: 1) relictos de
bosque nativo de páramo localizados en la parte alta de los predios
en estudio, a una altura de 3500 msnm; 2) algunos fragmentos de
bosque nativo localizados en las riberas de los nacimientos. El fin de
estos sectores es proteger el recurso hídrico, que es el principal
servicio ambiental proporcionado por el ecosistema de páramos, los
humedales y su área de protección.
©Universidad de Caldas
284
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Zona de conservación de márgenes hídricas. La constituyen las
riberas de las quebradas La Virginia, Laguneta, La Leona, La Paila,
El Bosque, La Siberia y quebrada Negra.
Uso principal. Incluye los sectores que pueden ser dedicados a: 1)
Actividades productivas, teniendo como premisa el buen uso y
manejo del suelo. 2) Conservación y la protección de los recursos
naturales, con el fin de proteger los pocos relictos de bosque
localizados en la parte en las zonas de protección.
Uso compatible. Incluye sectores con revegetalización en pro del
enriquecimiento del bosque o la protección del suelo y los
nacimientos de agua. Es necesario realizar dicha revegetalización,
debido a la poca presencia de bosque alrededor de los nacimientos
de agua y humedales. De hecho, los habitantes de la zona han
manifestado que el abastecimiento del recurso hídrico en época de
verano es escaso.
Usos prohibidos. Desecación y relleno de humedales. Se realiza
en la mayoría de las fincas. Se elimina la humedad, dando como
resultado un suelo orgánico con alto contenido de nutrientes y alta
productividad. Este suelo se usa principalmente para pastos para
ganadería (Corpocaldas, 2007). Introducción de especies exóticas
de plantas y animales. Las especies de bosque introducidas al
ecosistema de páramo se pueden cruzar con las especies nativas,
ocasionando el surgimiento de nuevos ejemplares (híbridos), la
desaparición de las especies nativas y la alteración del ecosistema
(Segovia, 2011). Uso de sustancias tóxicas o contaminantes y
productos químicos con efectos residuales. Para realizar el cultivo
de papa se utilizan fertilizantes y pesticidas para evitar plagas.
Zona de uso sostenible. Comprende zonas intervenidas con
sistemas agropecuarios, por ejemplo de cultivos de papa y pastos
para ganadería. Abarca la mayor proporción del área de la zona de
estudio.
Usos compatibles. Es una zona de prácticas de manejo y
conservación de suelos, por ejemplo la rotación de cultivos de papa
y ganado, y la aplicación de sistemas silvopastoriles. La aplicación
de sistemas silvopastoriles no se lleva a cabo en la zona, pero es
una alternativa importante para el mejoramiento del proceso
productivo y la reducción del deterioro del suelo.
Identificación del potencial florístico y turístico de la zona
El trabajo reportado en el Diagnóstico de Humedales Altoandinos de
Caldas, realizado por la fundación Pangea (Fundación Pangea,
2007), comprende un registro de 321 especies, divididas en
monocotiledóneas, dicotiledóneas y helechos. Dicho trabajo fue
realizado durante la estación seca. Las familias Asteraceae y
Poaceae fueron las que presentaron un mayor número de especies
registradas, lo cual concuerda con el patrón reportado para los
páramos del departamento (Fundación Pangea, 2007). En la Tabla
2 se muestran las especies de mayor utilización tradicional en la
zona.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296
Luna Azul ISSN 1909-2474
©Universidad de Caldas
No. 38, enero - junio 2014
286
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
La comunidad manifiesta que el nivel de comercialización de la flora
es muy bajo, y se debe principalmente a plantas de uso medicinal.
Según la comunidad, las plantas más representativas son: espino
de oro, romero doméstico, mejorana, caléndula, árnica, yerbabuena,
pringamoza, hinojo, cola de caballo y acedera.
Visita a zonas de comercialización
Se realizaron entrevistas a tres de los mayores comercializadores,
que son tiendas naturistas. Se encontró que realizan comercio de
mejorana, romero y mosca de páramo. Esto es favorecido por el alto
precio de las especies endémicas del ecosistema de páramo. A su
vez, esto ha propiciado su remplazo mediante plantas cultivadas
que tienen las mismas propiedades. También se manifestó que
hasta hace algunos años se comercializaba el frailejón de manera
activa.
Se realizaron visitas al pabellón de hortalizas de la Galería, en la
ciudad de Manizales, donde se presenta una comercialización
elevada de plantas aromáticas y medicinales.
Según vendedores del lugar, las plantas comercializadas que les
generan más ingresos y de las que tienen un mayor conocimiento
de acuerdo a la demanda de las mismas son: mosca, mejorana,
hinojo, musgo (usos ornamentales), orquídeas, cacho de venado
(usos ornamentales), yerbabuena, ortiga, sanalotodo, árnica en
bebidas aromáticas para dolores en los huesos, guasguin y
moradita para tratar enfermedades de la sangre, espina de oro
usada para la tos y problemas en los riñones, cimarrua conocida
como mejorana de páramo usada como purgante, herbanecedora,
granada, chicoria recomendada para problemas estomacales,
valeriana (planta endémica del páramo).
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
La posición de la Corporación Autónoma Regional de Caldas con
respecto a la gestión, legalización de actividades y manejo de
páramo en la zona, incluye lo siguiente: 1) para plantas aromáticas
consideradas como flora silvestre, actualmente no se cuentan con
una normatividad establecida que sea estricta y clara en cuanto a
usos, manejo y comercialización de las mismas; 2) las plantas como
helechos, espinas, musgos, la valeriana, el frailejón y demás
especies nativas de páramo sí cuentan con estricta protección y
prohibición con respecto a comercialización y manejo fuera de su
área; 3) en caso de necesitar el estudio u observaciones de alguna
de las plantas nombradas anteriormente, se debe solicitar
estrictamente un permiso a la Corporación Autónoma Regional de
Caldas (Corpocaldas), donde se explique de manera específica el
objetivo de su solicitud y el tiempo en el cual será realizada dicha
actividad.
Identificación del potencial turístico
El sector El Ocho y Páramo de Letras tiene una riqueza natural
diversa, con potencial para realizar actividades que beneficien a la
economía del sector mientras contribuyen a la conservación de la
zona por parte de la comunidad. Este sector se caracteriza por
poseer un paisaje de montaña, con relieve tipo vertiente, donde
predomina el clima frío y muy húmedo.
Se realizaron encuestas a la comunidad para identificar el potencial
turístico, en los siguientes sectores: Laguna Negra, Hacienda La
Laguna, Torrecitas, Hacienda La Esperanza, La Virginia, Santa
Teresa, Letras, La Esmeralda y La Favorita.
El sector cuenta con recursos turísticos y paisajísticos como el
Parque Nacional Natural los Nevados y Termales del Ruiz.
Adicionalmente, comprende la Reserva de los Bosques de la Chec,
humedales presentes en gran cantidad de predios, recursos
florísticos en gran cantidad que incluyen al menos 36 especies
documentadas, y fauna.
©Universidad de Caldas
288
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
El consumo turístico generado por los visitantes, es básicamente de
servicios de alojamiento y transporte.
En el sector hay un pequeño comercio de implementos necesarios
para la permanencia en la zona del páramo, incluyendo elementos
como pasamontañas, guantes, gorros, cuyo valor está en el rango
$10.000-$25.000.
Los servicios de restaurantes son ofrecidos por la misma
comunidad, incluyendo comida típica del lugar.
El alojamiento en la zona es proporcionado por los mismos
pobladores. En el sector de Laguna Negra se encuentran los
espacios de alojamiento conocidos como ‘‘Zona de Ocio’’ y
‘‘Hacienda La Laguna’’, con capacidad para 8 y 12 personas,
respectivamente. En Kumanday hay capacidad para 15 personas.
Además, hay servicio de alojamiento, con zonas de camping o
habitaciones.
Para la definición del perfil del turista se realizaron entrevistas
semiestructuradas a 300 de las 500 personas que visitaron el
Parque Nacional Natural los Nevados en época de temporada baja.
Los turistas que con mayor frecuencia visitan el sector El Ocho y
Páramo de Letras están entre 20 y 30 años, de los cuales un 90%
están cursando estudios avanzados y describen como mayor
motivación a la hora de planear su viaje el tener espacios de
diversión. Un 60% de los visitantes a la zona son pareja con hijos, el
40% restante corresponde a solteros que van en grupo con amigos
o son pareja sin hijos. El 45% de los visitantes tienen preferencia de
viajar en carro, aunque algunos mencionaban que esto también
depende del destino. Al momento de viajar priorizan los precios de
estadía y alimentación al igual que la diversidad de actividades. Más
del 50% de los visitantes prefieren organizar su viaje por cuenta
propia y el resto se dejan en manos de agencias turísticas.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
En la Figura 5 se ilustra un encuentro comunitario.
Determinación de los lineamientos de uso y conservación para
el
sector
El
Ocho
y
Páramo
de
Letras
Existen diferentes enfoques sobre la conservación, que
corresponden a concepciones filosóficas asociadas a percepciones
sobre la naturaleza y la sociedad. Algunas de estas dieron origen a
la figura de áreas protegidas, que permiten tener una gran
representatividad biológica y aseguramiento de bienes y servicios
ecosistémicos (Castaño & Otavo, 1996).
Los lineamientos de uso y conservación de los humedales de la
zona de estudio, se plantean de acuerdo al análisis de la
zonificación ambiental y de la identificación de potencialidades
florísticas y turísticas, teniendo en cuenta los saberes tradicionales.
Dichos lineamientos son:



Incorporación de la comunidad en general dentro del proceso
conservacionista, de manera participativa y activa.
Reconocimiento de los servicios ecosistémicos desde el potencial
turístico y florístico desde los saberes tradicionales.
Reconocimiento participativo y reordenamiento del uso de los suelos
(zonificación).
Definición de acciones para los lineamientos
Incorporación de la comunidad, dentro del
conservacionista de manera participativa y activa
proceso
Antes de que la comunidad adquiera la cultura para conservar los
humedales, estos deben ser reconocidos como parte del
ecosistema. El análisis de Nikolas Luhmann (Luhmann, 1992, p. 38)
menciona lo siguiente: “hasta qué punto se pueden estudiar los
límites de los sistemas con su entorno, la conservación de los
©Universidad de Caldas
290
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
límites es la conservación del sistema”. Esto nos lleva a
preguntarnos: ¿Hasta qué punto el sistema social y técnico ha
sobrepasado los límites del ecosistema altoandino, y qué tanto lo
han alterado o transformado? Los ecosistemas pueden ser
transformados o pueden evolucionar por causas biológicas y
climáticas (calentamiento global) de manera natural. Sin embargo, la
presión antrópica acelera de manera contundente la degradación de
los mismos (Flórez, 2012).
Las prácticas de uso de los recursos dependen del sistema de
valores de las comunidades, de la significación cultural de sus
recursos, de la lógica social y ecológica de sus prácticas
productivas. Así, la construcción de una nueva racionalidad requiere
integrar los siguientes aspectos: la valoración de las condiciones
ecológicas de sustentabilidad, y los significados y sentidos de la
naturaleza, construidos a partir de la cultura (Leff, 2004).
Así, es importante considerar los siguientes aspectos:






Es importante que la comunidad conozca el humedal y sus
beneficios para entender el ecosistema.
Es importante dar un manejo adecuado a los sistemas productivos,
utilizando herramientas que permitan disminuir los factores de
presión en los humedales.
Es importante considerar al humedal como aporte al sistema
productivo y no como un inconveniente. Se debe descubrir cómo el
ecosistema de humedal puede hacer parte del sistema productivo,
sin deteriorarlo para ampliación de la frontera agrícola. Esto permite
generar alternativas de conservación de los mismos.
Hacer partícipe a la comunidad en los procesos de conservación,
para lo cual se requiere que la comunidad se considere parte del
ecosistema.
Generar ingresos a partir de la conservación el humedal. El
campesino deberá obtener ingresos a través de la venta de servicios
ecosistémicos, tales como turismo, paisaje, cultivo de plantas
medicinales.
Lograr el equilibrio del sistema tecnológico. El sistema tecnológico es
considerado como todo lo que genera desarrollo del sistema
productivo, incluyendo formas de producción y herramientas.
Según Reboratti (2006), para comprender la evolución de la relación
sociedad- naturaleza se debe entender la evolución y construcción
histórica de la misma. Un punto de inflexión importante en esta
relación son los cambios en el modelo productivo, lo cual incluye la
introducción de nuevas tecnologías. En este sentido, Leff declara
que las formas de apropiación ambiental están fuertemente ligadas
a identidades culturales de las comunidades locales. Dichas
identidades son un patrimonio cultural y definen las prácticas de uso
de la naturaleza (Leff et al., 2002).
En la medida en que el sistema productivo se dirija a satisfacer
solamente las necesidades económicas de las comunidades, los
procesos de degradación de los humedales aumentarán de manera
acelerada.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296
Luna Azul ISSN 1909-2474
Reconocimiento
ecosistema
No. 38, enero - junio 2014
del
potencial
turístico
y
florístico
del
La zona de estudio tiene un gran potencial turístico y de producción
de plantas medicinales, y una gran oferta hídrica. Esto es importante
en las decisiones de uso y conservación de los ecosistemas en
cuestión. En la recopilación de esta información se tuvieron en
cuenta los saberes tradicionales.
En este sentido es necesario considerar los siguientes aspectos:
Capacitación a las comunidades para el reconocimiento de los
servicios ecosistémicos. Es necesario utilizar metodologías
adecuadas para lograr que las comunidades se interesen en
reconocer su ecosistema y que entiendan los servicios que este
presta.
Recuperación de plantas medicinales aledañas a los
humedales. Los campesinos de esta zona de páramo
tradicionalmente han utilizado plantas medicinales para la cura de
enfermedades propias de la zona, como la artritis y las
enfermedades respiratorias. Sin embargo, los comercializadores de
estas plantas han realizado una explotación descontrolada que ha
causado la pérdida de muchas especies. Por tanto, es importante
desarrollar programas de recuperación de estas especies, con
proyección al autoconsumo y al mercado. Para esto se deben
fortalecer los saberes tradicionales en la comunidad, a través de
capacitaciones y talleres de diálogo de saberes.
Reconocimiento de la oferta turística. La localización de la zona
de estudio en la zona amortiguadora del Parque Nacional Natural
los Nevados, su paisaje y su riqueza florística y cultural, hacen que
sea un potencial para el mercado turístico. Esto permitiría a la
comunidad adquirir un ingreso adicional. El humedal sería el
atractivo principal.
Reconocimiento y reordenamiento del uso de los suelos
(zonificación)
Visión integrada del territorio por parte de la comunidad. Se
debe tener una visión integrada del territorio por parte de la
comunidad. Es decir, la comunidad debe entenderse a sí misma
como parte del entorno, y entender cómo los componentes del
sistema interactúan y se necesitan entre sí. Esta es la visión
ecosistémica del entorno.
Cambios en las formas de producir. La zona de estudio tiene
grandes problemas en el uso del suelo y en la dinámica de la
producción. Por tanto, es necesario implementar programas y
métodos sostenibles, tales como rotación de cultivos, buen manejo
de los pastos, uso de abonos orgánicos, implementación de cultivos
con bajos impactos al ambiente.
©Universidad de Caldas
292
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Incorporación de prácticas amigables con el ambiente. Es
importante la implementación de buenas prácticas agrícolas,
pecuarias y de conservación de ecosistemas.
Identificación de espacios que puedan ser destinados a la
restauración y rehabilitación de ecosistemas. En el plan de
manejo de páramos y en el plan de manejo de humedales, ambos
realizados por Corpocaldas, se establece que gran parte de la zona
de estudio debe considerarse estrictamente como zona de
conservación. Sin embargo, esto no se cumple, lo cual es debido en
parte al aspecto cultural y al hecho de que la papa y la ganadería
han sido los principales cultivos tradicionales. Se requieren muchos
años para que esta zona realice esfuerzos de conservación
apropiados. Por el momento, es importante realizar acciones que
conlleven a un uso sostenible del territorio.
CONCLUSIONES
Los mapas de zonificación participativa permiten expresar la visión
que posee la comunidad del sector El Ocho y Páramo de Letras,
sobre el uso y estado del territorio. Además, permiten expresar el
escenario futuro deseado por los administradores de los predios,
con respecto a temas de protección, conservación y uso sostenible
de servicios ambientales.
En la mayoría de predios hay una creciente preocupación por la
conservación del páramo. La conciencia de la comunidad
campesina sobre la importancia de la protección y recuperación del
páramo ha crecido. Dicha conciencia está orientada a frenar la
expansión de la frontera agrícola y pecuaria y a concentrar la
producción en áreas más pequeñas.
La desecación de los humedales que no se encuentran cercados
por parte de la autoridad ambiental del departamento, se debe a
que la comunidad tiene la idea de que este ecosistema es un
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
terreno que no representa oportunidades para generar ingresos
económicos.
La mejor manera de proteger nuestros páramos es impulsando su
conservación y promoviendo prácticas de manejo sostenibles, que si
bien, no evitan su destrucción, ayudan a mantener la diversidad de
todas las formas de vida que allí se encuentran.
La participación de entidades del Estado o privadas en los procesos
de la comunidad, es vital para el éxito de proyectos en pro del
desarrollo de la región.
Los pobladores locales son el eje fundamental de los procesos que
velan por la protección, conservación, manejo y usos sostenibles del
ecosistema de páramo y los humedales.
Los bajos niveles de conocimiento y procesos de información
referentes a los beneficios que proporcionan los humedales a los
pobladores locales, limitan las posibilidades de uso y manejo
sostenibles de estos ecosistemas.
Las estrategias de uso y conservación de humedales altoandinos a
nivel internacional y nacional, son elaboradas de manera muy
general por lo que es necesario implementar estrategias que sean
aplicables a las particularidades de cada ecosistema. La estrategia
de uso y conservación de humedales propuesta para el área de
estudio, servirá como aporte a la ejecución de proyectos y
planificación territorial tanto en la zona como para otros sectores.
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen a la Universidad Católica de Manizales que
financió el desarrollo de esta investigación, bajo el nombre de
“Análisis normativo y de servicios ecosistémicos para el
planteamiento de lineamientos de uso y conservación de humedales
altoandinos”; y a la comunidad del sector El Ocho y Páramo de
Letras que participó en el proceso.
REFERENCIAS



©Universidad de Caldas
Astrálaga, M., Barrera, X. y Montañez, R. (eds.). (2005). Informe.
Taller para la edición final del documento de estrategia de
humedales
alto-andinos.
Recuperado
de
http://www.ramsar.org/pdf/mtg/mtg_andean_salta_2005.pdf
Castaño, C. y Otavo, E. (1996). Experiencias prácticas de
participación comunitaria en el aprovechamiento y manejo sostenible
de los ecosistemas boscosos: una contribución metodológica al
desarrollo humano sostenible. Bogotá: Ministerio del Medio
Ambiente.
Convención Ramsar. (2005). Novena reunión de la conferencia de
las partes contratantes en la convención sobre los humedales
294
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014

















©Universidad de Caldas
Ramsar.
Recuperado
de
http://www.condesan.org/docinfonotas/ramsar%202.pdf
Corpocaldas. (2007). Plan de manejo de páramos del departamento
de Caldas. Manizales: Corpocaldas.
Flórez, G. Y. (2012). Relación de la comunidad con el ecosistema de
humedales en el sector El Ocho y Páramo de Letras. Revista de
Investigaciones, 11, 72-86.
Fundación Pangea (2007). Diagnóstico de humedales altoandinos de
Caldas. Manizales: Autor.
Leff, E. (2004). Racionalidad ambiental: la reapropiación social de la
naturaleza. Ciudad de México: Siglo Veintiuno Editores.
Leff, E., Argueta, A., Boege, E. y Porto C. (2002). Más allá del
desarrollo sostenible. La construcción ambiental para la
sustentabilidad: una visión desde América Latina. En Leff E., Ezcurra
E., Pisanty, I. y Romero P. (Comps.), La transición hacia el desarrollo
sustentable. Perspectivas de América Latina y el Caribe (pp. 477576). Ciudad de México: Semarnat/INE/UAM/ONU/PNUMA.
Luhmann, N. (1992). Teoría de la sociedad. Ciudad de México:
Universidad Iberoamericana / Triana Editores.
Márquez, G. E. (2002). Ecosistemas estratégicos de Colombia.
Boletín de la Sociedad Geográfica de Colombia, 46, 65-80.
Mejía, J. (2004). Sobre la investigación cualitativa. Nuevos
conceptos y campos de desarrollo. Investigaciones Sociales, 08,
277-299.
Ministerio del Medio Ambiente. (1998). Lineamientos para la política
nacional de ordenamiento ambiental del territorio. Bogotá D.C.:
Autor.
________. (2002). Política nacional para humedales interiores de
Colombia. Bogotá D.C.: Autor.
Naranjo, L. G., Andrade, G. I. y Ponce, E. (1999). Humedales
interiores de Colombia: bases técnicas para su conservación y uso
sostenible. Santafé de Bogotá, Colombia: Instituto de Investigación
de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt / Ministerio del
Medio Ambiente.
Reboratti, C. (2006). Ambiente y sociedad: conceptos y relaciones.
Buenos Aires: Ariel.
Restrepo, S., Carranza, J. y Duque, A. (2005). Inventario y
caracterización de humedales de la cuenca media y alta del río Otún.
Pereira: Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Pereira S.A.
E.S.P. / Universidad Tecnológica de Pereira.
Segovia, M. C. (2011). Los riesgos de la reforestación de los
páramos con especies exóticas: el caso Polylepis racemosa.
Propuestas Andinas, 04, 01-04.
SER, (2002). Society for Ecological Restoration. The primer on
ecological
restoration.
Recuperado
de
http://nau.edu/uploadedFiles/Centers-Institutes/ERI/_Forms/
Resources/ser-primer.pdf
Streveer, W. (1999). An International perspective on wetland
rehabilitation. Dordrecht, Holanda: Kluwer Academic Publishers.
Zamalloa, T. (2005). Los mapas parlantes: un instrumento eficaz de
diagnóstico, planificación y autoevaluación comunal. Recuperado de
http://www.rimisp.org/
wpcontent/uploads/2013/05/anexoguia8_mapasparlantesmarenass
_19_4_09.pdf
revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
1. Proyecto “Análisis normativo y de servicios ecosistémicos para el
planteamiento de lineamientos de uso y conservación de humedales
altoandinos”, Universidad Católica de Manizales.
2. Doctorando en Desarrollo Sostenible. Magíster en Desarrollo
Sostenible y Medio Ambiente. Administradora Ambiental. Docente
Investigadora, Grupo de Investigación en Desarrollos Tecnológicos y
Ambientales,
Universidad
Católica
de
Manizales.
[email protected]
3. Magíster en Gestión Ambiental. Ingeniera Ambiental. Docente
Investigadora, Grupo de Investigación en Desarrollos Tecnológicos y
Ambientales,
Universidad
Católica
de
Manizales.
[email protected]
4. Doctor en Ingeniería - Línea Automática. Magíster en Ingeniería Automatización Industrial. Ingeniero Químico. Docente Investigador,
Grupo de Investigación en Desarrollos Tecnológicos y Ambientales,
Universidad Católica de Manizales. [email protected]
Para citar este artículo: Flórez Yepes, G. Y., Alzate Álvarez, Á. M. &
Rincón Santamaría, A. (2014). Participación comunitaria para la
construcción de lineamientos de uso y conservación de humedales
altoandinos. Experiencia piloto en el sector El Ocho y Páramo de
Letras. Revista Luna Azul, 38, 274-296. Recuperado de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v
iew&id=906
©Universidad de Caldas
296
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
ESTRATEGIAS PARA LA MITIGACIÓN DE LA VIOLENCIA
HOMICIDA EN LA FRONTERIZA CIUDAD DE CÚCUTA1
Alejandro Canal Lindarte2
Jemay Mosquera Téllez3
Carmen Graciela Flórez Peña4
Recibido el 12 de marzo de 2013 y aprobado el 29 de julio de 2013
RESUMEN
La estructura del trabajo parte de la introducción, en la que se
evidencian los procesos previos en los que se enmarca el estudio y
la intención de realizar una contribución a las bases teóricas y
prácticas para la gestión de los conflictos sociales extremos. El
objetivo se centra en la definición de las dinámicas de la violencia
homicida en la ciudad fronteriza de Cúcuta y en la formulación de
estrategias para aportar a su mitigación. La aproximación
metodológica parte de un enfoque transdisciplinar, de un
acercamiento fenomenológico, epistemológico, de diálogo y
reconciliación sobre la violencia urbana en Cúcuta, aborda la
conceptualización de los conflictos sociales y su manifestación en
entornos urbanos, para luego contextualizar e interpretar las
relaciones multidimensionales que establecen los seres humanos en
el territorio de la ciudad objeto de estudio. Posteriormente, se
exponen los resultados, representados en un abordaje
interpretativo, cuantitativo y cualitativo de los conflictos sociales que
se dan en zonas de frontera, en la identificación de los elementos
que configuran las dinámicas de violencia homicida de Cúcuta y, a
partir de estos, se formula una serie de lineamientos y estrategias
de mitigación de la violencia en dicha ciudad, como un aporte al
fortalecimiento de los escenarios de defensa y participación social
de las víctimas, de construcción de ciudadanía y búsqueda de la
dignidad humana.
PALABRAS CLAVE
Conflicto, mitigación, víctimas, violencia homicida.
MITIGATION STRATEGIES FOR HOMICIDAL VIOLENCE IN THE
BORDER CITYOF CÚCUTA
ABSTRACT
The work structure starts with the introduction, in which the previous
processes that frame the study and the attempt to make a
contribution to the theoretical and practical bases for the
management of extreme social conflicts is evidenced. The focus is
on the definition of homicidal violence in the border city of Cúcuta
and the formulation of strategies to help on its mitigation. The
methodological approach starts from a transdisciplinary, a
phenomenological, an epistemological, a dialogue and a
reconciliation approach on the urban violence in Cúcuta. It
addresses the conceptualization of social conflicts and their
manifestation in urban settings, and then contextualizes and
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
interprets the multidimensional relations human beings establish in
the territory of the city under study. Subsequently, the results are
presented, represented in an interpretive, quantitative and qualitative
approach of the social conflicts that occur in border areas, in the
identification of the elements that make up the dynamics of
homicidal violence in Cúcuta and from these, a set of guidelines and
strategies to mitigate violence in that city is formulated, as a
contribution to strengthening the defense and social participation
scenarios of the victims, to build citizenship and the search for
human dignity.
KEY WORDS
Conflict, mitigation, victims, homicidal violence.
INTRODUCCIÓN
En este documento se pretende hacer un aporte para la gestión de
los conflictos sociales y su contenido es fruto de los resultados
obtenidos en el desarrollo de la tesis de maestría de Alejandro
Canal Lindarte5 y de procesos realizados en el grupo de
investigación Gestión Integral del Territorio – GIT–6 de la
Universidad de Pamplona. Inicialmente, se aborda la
conceptualización de los conflictos sociales y su manifestación en
entornos urbanos, para luego contextualizar e interpretar las
relaciones multidimensionales que establecen los seres humanos en
el territorio de la fronteriza ciudad de Cúcuta. Posteriormente, se
definen los elementos estructurales de las dinámicas de violencia
homicida y, a partir de estos, se formula una serie de lineamientos y
estrategias de mitigación de la violencia en Cúcuta, como un aporte
al fortalecimiento de los escenarios de defensa y participación social
de las víctimas.
METODOLOGÍA
A partir de un acercamiento fenomenológico al tema de la violencia
urbana en áreas de connotación y características especiales como
la ciudad de Cúcuta, el estudio parte de una visualización
transdisciplinar del tema (Hurni y Wiesmann, 2003), se basa en el
diálogo, la reconciliación y la capacidad de reflexión epistemológica
(Morin, 1994), define las fuentes de información secundarias para el
razonamiento cuantitativo y se apoya en una metodología mixta
(Tashakkori y Teddlie, 1998) que contempla el análisis documental,
la observación etnográfica y la indagación directa mediante
entrevistas semi-estructuradas, para construir un abordaje
interpretativo de los datos. De esta forma, la investigación previa se
convierte en la base de acceso al análisis de una postura
conceptual propia y de la formulación de estrategias de mitigación
de la violencia homicida en Cúcuta.
©Universidad de Caldas
298
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
La investigación denominada La violencia homicida en la fronteriza
ciudad de Cúcuta (Canal, 2012), se desarrolló a partir de la postura
epistemológica del pensamiento complejo de lo dialógico y
antagónico, y su objetivo fue el de definir los ejes estructurales de la
violencia homicida en Cúcuta con el fin de fundamentar políticas
públicas que a su vez posibiliten el verdadero desarrollo de espacios
urbanos binacionales, que por causa de la violencia y, de manera
ascendente, pierden calidades sociales, potencian el deterioro de la
calidad vida e impiden el avance integral de estos espacios
metropolitanos de frontera.
RESULTADOS
Los conflictos sociales
Como elemento de estudio, el conflicto se ha tratado desde
diferentes disciplinas y ramas de las ciencias. Desde la perspectiva
del ser humano como eje del complejo mundo de los organismos
vivos, se ha abordado el aspecto antropológico del conflicto
(Barnouw, 1979; Austin, 2007), sus condiciones biológicas y
fisiológicas, así como su relación con los campos sociales y
culturales del contexto. Según estos autores, los conflictos han
estado presentes en todas las formas de sociedad cultural y, por lo
tanto, no es conveniente considerarlo ni como benévolo ni como
peligroso, tanto que en muchos casos ha sido posible lograr la
unidad a través de la transformación positiva de uno o más
conflictos.
Desde el prisma fisiológico, según Morris (1976) cuando el ser
humano entra en conflicto externo, su organismo sufre una
transformación que lo prepara para resolver esa situación: se
elimina instantáneamente la fatiga, se suministran grandes
cantidades de energía para la lucha física por la supervivencia y la
sangre es impulsada a los sitios donde es más necesaria, o sea al
cerebro, para motivar el pensamiento y a los músculos para la
acción violenta. De esta manera, se demuestra la actitud del cuerpo
humano para asumir esquemas conflictivos (Morris, 1976, p. 125).
A partir del pensamiento histórico, se trata la presencia natural del
conflicto humano en los diferentes procesos civilizatorios. Su
procedencia se atribuye, en un principio, de la necesidad de
defender los excedentes de producción, bien de tipo agrícolas o
bien producto de la caza para la subsistencia (Leakey y Lewin,
1977). En ese sentido, se asume que el conflicto se potenció en el
momento en que el ser humano de la época, transformó su forma de
vida pasando de la constante movilidad nómada, primero al
asentamiento sedentario de pequeños poblados y después al
asentamiento en grandes ciudades.
Desde la óptica analítica de lo político, el conflicto es abordado
como respuesta a las relaciones de poder (Curle, 1977). De otro
lado, hay quienes como Dahrendorf (1971) consideran el conflicto
como un hecho sociopolítico universal que debe ser resuelto con el
cambio social. En cambio Marx, lo enfoca como una interpretación
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
económica de la dialéctica sobre la idea de la superestructura en la
que el conflicto se genera por la lucha de clases, que a su vez es
consecuencia de los medios de producción y la clase dominante.
En esta misma línea de pensamiento, mientras Hegel considera que
la lógica parte del principio conflictivo de la contradicción, Engels
construye de forma esquemática sobre la dialéctica de Marx, las
leyes de la conversión de la cantidad y la calidad y viceversa, la de
la unidad y la lucha de contrarios y la ley de la negación de la
negación, enmarcándose todos en el materialismo histórico cuyo
carburante es la tan mencionada lucha de clases.
Consecuentemente con lo anterior, la academia ha venido
estudiando el fenómeno conflictivo. Algunos lo plantearon como un
enfrentamiento entre dos o más personas, en donde uno intenta
eliminar la resistencia del otro en el establecimiento de un derecho
(Freund, 1987). Otros han propuesto definirlo como la
incompatibilidad en los objetivos de dos miembros que pretenden
establecer una relación social y que desde una vocación de
universalidad, presenta principios y reglas aplicables tanto a los
conflictos internacionales, como a los locales, societarios y
familiares (Entelman, 2002, p. 29). Después, nace la idea según la
cual es posible transformar positivamente las tensiones que
conforman un conflicto para entenderlas como un potencial que
permita evolucionarlas hacia la paz, de donde, dependiendo de los
mecanismos utilizados para su transformación se obtiene un
resultado (Muñoz y Martínez, 2011).
A partir de los diferentes estudios ha sido posible entonces,
observar los conflictos como el fenómeno generador de cambios
positivos en las sociedades humanas o como un germen de la paz y
no solo como agente de distorsionador de ella (Morin, 2005).
Además, dentro del contexto de la regulación positiva de los
conflictos, también se tienen en cuenta aspectos como el
crecimiento moral teniendo en cuenta el sufrimiento y las injusticias
que conllevan a daños psicológicos además de los físicos (BaruchBush y Folger, 1994).
En 1987 surge el Instituto de la Paz y los Conflictos de la
universidad de Granada, para el desarrollo de las teorías y los
fundamentos de los estudios sobre la paz: paz compleja, conflictiva
e imperfecta, en donde la conflictividad procede de la interacción de
múltiples elementos y requiere ser investigada desde teorías de la
complejidad. Esa contingencia permitió que investigadores, como
Vicent Martínez, propusieran la necesidad de implementar un giro
epistemológico para lograr ser realistas en el estudio de la paz,
buscando nuevas alternativas positivas de observación del
fenómeno.
En esa línea, nace la teoría de la Paz Negativa como la ausencia de
la violencia, pero circunscrita en un marco de desigualdad o
inequidad de donde se desprende el concepto de violencia directa,
como el intento de Paz Positiva y definida como la ausencia de
violencia pero en un marco de justicia social para encontrar la teoría
de la Cultura de Paz (Martínez, 2001). Cabe destacar, que dichas
teorías generalmente están relacionadas con las técnicas de
©Universidad de Caldas
300
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
negociación de conflictos, la transformación de conflictos (Lederach,
1995), la resolución de conflictos, la mediación, la No violencia
(Chupp, 1991; Burton, 1993) y la gestión de conflictos.
Acorde con lo expuesto, es evidente que la cultura de la
investigación de este fenómeno, tiende a la búsqueda positiva de la
transformación de los conflictos, pero es claro también que esta
tendencia no se evidencia en los resultados, dado que los niveles
de violencia patentizan lo contrario, al menos en América Latina.
Finalmente, se puede inferir que esta forma de aplicar los
conceptos, desde algunas ópticas críticas, implican cuestiones que
parecen no ser transformables dado que se refieren a la
insatisfacción de algunas necesidades primarias del ser humano y
en los cuales la transformación positiva del conflicto involucra
forzosamente el proporcionar esas satisfacciones. Si esto no es
posible, el conflicto permanecerá y entonces el esfuerzo debe
dirigirse como mínimo hacia evitar manifestaciones de orden
violento (Chupp, 1991; Burton, 1993).
La apreciación conceptual de conflicto implica una noción realista
del cosmos a partir de su naturaleza no ficticia, en la que opera
ontológicamente, es decir, en el campo de la realidad, en tanto es
ostensible en el carácter humano y en las formas que él mismo
busca para atenuarlo. De esta forma, el conflicto está presente
como un efecto de la constante tensión dual en que se desarrolla la
vida, tanto en los campos de la psicología de lo moral, lo estético o
lo religioso, como en el campo físico de lo material o lo exógeno. De
acuerdo con lo anterior, en todo conflicto conviene buscar aspectos
comunes que induzcan y faciliten la comunicación, proponer
escenarios de correlación en los que las convergencias y
divergencias reconozcan la posibilidad de una gestión positiva del
fenómeno conflictivo.
Los conflictos urbanos y la violencia homicida
La violencia se ha convertido en un problema social global. Esto
conlleva a que la dinámica de la globalización en la época actual,
admita la proliferación de múltiples problemáticas que se revelan en
condiciones equivalentes y en sociedades heterogéneas.
La percepción que genera la impresión de inseguridad de los
ciudadanos, es tanto o más trascendental que las cifras que
determinan los niveles de violencia en un conglomerado urbano.
Tanto así, que un individuo seguramente variará la forma de
comportarse e irá tomando nuevas costumbres según sea su
percepción del riesgo que sienta de convertirse en víctima de la
violencia.
Ya en el entorno de lo urbano, una comunidad que mantenga
sensación constante de miedo pierde la capacidad para vivir en
libertad. Esa limitación va a generar, muy seguramente,
impedimentos para su normal desarrollo perdiendo en su
cotidianidad la noción de lo público de los espacios, limitando su
libre albedrío y llevándolo a sentir como sospechoso de su agresor,
a todo aquel extraño que aparezca ante él (Nieto, 2003).
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Esta sensación, por su signo emocional genera un acrecentamiento
de los hechos, así como la costumbre de oír y fabricar consejas
deformando la real información y amplificando los conflictos
sociales, que indefectiblemente conllevan a dudar de los
fundamentos de la democracia (Petrella y Vanderschueren, 2003).
La noción conflicto urbano, podría entenderse entonces, como la
producción del contenido social desatado por la ciudad o como la
dinámica de la relación humana localizada geográficamente en un
escenario de convivencia. Esto problematiza la ambigüedad de lo
urbano y la relatividad de lo espacial, o de otra forma, la noción
epistemológica de cómo el ser humano se apropia del concepto de
ciudad.
Una de las características acentuadas de la violencia urbana, es
que el fenómeno no nace con la pérdida de los controles sociales
tradicionales de los primeros inmigrantes del campo a la ciudad.
Según las teorías de la sociología de la modernización, la
transformación negativa de la conflictividad en violencia en los
espacios urbanos, se da en la segunda o tercera generación
urbana, con aquellos sujetos nacidos y criados en las ciudades y
que ya habían perdido su relación y por ende su memoria con su
pasado rural (Briceño de León, 2002). Quienes sostienen esta tesis,
consideran que su origen está en la pobreza que impide el logro de
las expectativas de las generaciones nacidas en las ciudades.
Desde otra óptica, la violencia urbana es vista por algunos
investigadores como un sinónimo de criminalidad, de tal manera que
es normal asimilar la violencia urbana con los crímenes cometidos
en los espacios públicos de las grandes urbes (Carrión, 1994). Así
las cosas, se puede definir violencia urbana como el fenómeno
generado en el marco de las múltiples clases de relación existentes
en el desarrollo de la convivencia urbana y cuyos ejemplos más
comunes son las amenazas, las agresiones físicas, el atraco, el
secuestro y claro su máxima expresión, el homicidio
(Vanderschueren, 1994).
De esta manera, se contempla el proceso que lleva a la violencia en
las ciudades como una relación social, con el carácter de conflicto,
que incluye como mínimo a dos extremos opuestos, los cuales
pueden ser sujetos individuales o colectivos, pueden tener un papel
activo o pasivo en dicha relación (Guzmán, 1993), la cual a su vez
se agudiza con fenómenos sociales como el narcotráfico y las
luchas entre organizaciones rivales, las empresas criminales y las
pandillas populares (Guzmán 1999, p. 46), de tal forma que los más
afectados son los estratos más bajos (p. 53), es constatable que sí
son ellos los más afectados. Además, al adicionarle al fenómeno
violencia la variable homicidio urbano, se agregan elementos
fundamentales de percepción, sin los cuales las observaciones
realizadas no podrían ser integrales.
La medición y la percepción de la violencia urbana transformada en
homicidio, se desarrolla mediante la observación de la dimensión, el
contexto, las posibles causas, los lugares y los tiempos en que
ocurre, los mecanismos utilizados y las características generales de
las víctimas en un espacio de tiempo determinado. A su vez, se
©Universidad de Caldas
302
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
requiere capturar la percepción que tienen los habitantes acerca de
los niveles de homicidio en su ciudad y el impacto que este
fenómeno genera sobre la sostenibilidad del tejido social que se
configura en un espacio geográfico específico y contextualizado.
Para desarrollar esta tarea, se propuso comenzar con el estudio de
lo planteado y definido en el campo académico y científico sobre los
conflictos, la violencia, el homicidio, la ciudad, el desarrollo urbano y
la frontera. Este paso previo, se ha considerado básico para
determinar los componentes clave de los productos a estudiar que
permitieron definir los mecanismos de relación e interacción entre
cada uno de ellos en el marco de un espacio físico espacial
concreto.
Para concluir este aparte de los conflictos urbanos no resueltos,
como un camino hacia la violencia, es conveniente que se observe
la ciudad como un sistema complejo y que genera su propia
organización. Es indiscutible que ella alberga una enorme diversidad
que a su vez genera un alto impacto en la inequidad social que ella
representa. Tal como lo observa Morin (2005), la ciudad es un
sistema estructurado y complejo que contiene ingente variedad de
individuos, estructuras y funciones que se autorregulan mediante la
aplicación de principios de libertad y coacción social dentro de un
concepto de diversos espacios como el productivo, el habitable o el
transitable pero dentro de una estructura con objetivos comunes e
individuales que conllevan a la conflictividad mal transformada y por
ende a la violencia.
La frontera urbana como escenario de conflicto y violencia
América Latina se sitúa muy por encima de otras regiones en la tasa
de homicidios de jóvenes entre 16 y 25 años de edad, con un total
de 36,4 homicidios por cada 100.000 habitantes, mientras que
África, por ejemplo, registra 17,6 homicidios para este segmento
demográfico. En Belo Horizonte entre 2004 y 2009, el 92% de las
víctimas de homicidios fueron hombres, en Quito en 2009, el 87%
de los asesinados fueron hombres, comparado con 90% en Bogotá
y 65% en La Paz (BID, 2012).
La violencia que hoy se produce en Latinoamérica no es movida por
ideologías políticas ni se manifiesta en el contexto de una guerra
civil, exceptuando los casos de Colombia y México (PNUD, 2002),
en los cuales la concentración de la propiedad y la violencia
muestran una incidencia negativa en el desarrollo humano (PNUD,
2011, p. 60) y se relacionan directamente con el narcotráfico
proveniente de Colombia, que transita por Centroamérica y México,
y tiene como meta Estados Unidos y Europa, vía África (UNODC,
2010).
Se destaca también que “la violencia, el narcotráfico y la acción
homicida se han agudizado, sobre todo, en las regiones fronterizas
del país” (Ríos y Brocate, 2012, p. 18), en las que:
[…] las acciones armadas de los grupos irregulares
aumentaron de forma significativa en ocho de los
doce departamentos fronterizos. Entre los cinco con
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
mayor actividad armada en 2009 Nariño, en la
frontera de Ecuador, ocupa el primer lugar; seguido
de Norte de Santander y Arauca, limítrofes con
Venezuela; Putumayo, en límites con Ecuador y
Perú y Chocó, que limita con Panamá. (Echandía et
al., 2010, p. 165)
Al mismo tiempo, el concepto de frontera está condicionado por la
cosmovisión que le imprima aquel que pretenda establecer un
concepto adecuado del término. En el campo de las ciencias
sociales y humanas, la noción de frontera sobrepasa los límites
entre Estados y es esgrimida por los sociólogos como expresión de
separación entre grupos culturales, lingüísticos o religiosos e
indefectiblemente se asocia a una clase de contacto confuso e
impreciso que lo muestra como conflictivo (Castro y González,
1989). Se plantea también, que la zonas de frontera deben
analizarse desde el punto de vista sociológico e histórico (descrita
como externa, fundada a partir del antiguo modelo reduccionista y
fragmentario de la ciencia), así como desde la óptica psicológica
(vista como interna, sustentada en el modelo integrador y holístico
que nos propone la ciencia de hoy), para lograr así una visión de la
totalidad de dicho concepto (Diesbach de Rochefort, 2002).
Ante la aparición de los Estados-Nación, el concepto de frontera se
enfoca más en lo político y parte de la concepción de frontera
natural, definida como el límite de un territorio que será más legible
y consecuentemente menos difícil de controlar en tanto se apoye en
un obstáculo físico frecuentemente representada por una línea
dentro de un plano cartográfico.
De igual forma, la frontera posee un enorme contenido sociológico y
económico que conlleva una intensa relación que puede rayar en la
interdependencia de las poblaciones asentadas a ambos costados
del límite entre dos países en donde hacen presencia múltiples
actores, que propician relaciones dinámicas de toda índole, y que
involucran transitoriedad, la cotidianeidad de sus acciones, y la
heterogeneidad de situaciones que en ella se viven, lo que permite
concluir que la frontera es un concepto que permanentemente
muestra cambios tanto en el espacio como en el tiempo.
El estudio de las fronteras requiere replantear el enfoque hacia los
nuevos argumentos generados por el fenómeno de la globalización
versus el realce de los procesos locales; tener en cuenta las
fronteras internas de los mismos Estados nacionales dentro de la
constante pugna por la territorialidad nacional, y por último, un
análisis más concreto de la innegable articulación que debe existir
entre frontera, región, nación y globalización (Fábregas, 2005).
La condición espacial de la frontera se convierte entonces en
elemento de alta variabilidad en lo referente a la violencia urbana,
dado que sus amplios aportes a lo sistémico y complejo de lo
citadino propicia escenarios en donde la conflictividad se potencia y
exige mayores esfuerzos gubernamentales para que su
transformación sea positiva y no aumente la incubación de focos de
violencia representados en la pérdida violenta de vidas humanas.
©Universidad de Caldas
304
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Al mismo tiempo, las diferentes manifestaciones de la violencia,
aparecen con mayor intensidad en las ciudades grandes, mostrando
en cada una de ellas sus propias singularidades y con ritmos e
intensidades diferentes en cada asentamiento y cada cultura. Según
Villavicencio (1993, citado por Carrión 1994:5), “No existe expresión
uniforme ni unívoca de la violencia en su conjunto, sino que la
misma se caracteriza por la diversidad de sus formas y por sus
múltiples ambigüedades.” Podría decirse entonces, que la violencia
urbana nace de la transformación de los conflictos que realizan los
habitantes de las ciudades, que posee contenidos transdisciplinares
y que al involucrar en su evolución componentes sociales,
económicos, políticos, culturales y ambientales, exige acciones
conjuntas de todos los actores de la sociedad urbana para buscarle
solución. La situación actual es la más dramática de la historia y su
tendencia será al aumento si no se actúa decididamente, de manera
integral, desde una perspectiva global pero con acciones
específicas en cada comunidad, en cada ciudad como un órgano
diferente.
En las grandes ciudades, “la periferia rural-urbana (rururbana) actúa
como una frontera permeable, donde las violencias en diversas
claves se entremezclan y penetran hacia el corazón citadino; es
zona de recambio entre civilización y barbarie, entre los cuerpos
desplazados desde la ruralidad” (Echavarría, 2011, p. 32).
La violencia homicida en Cúcuta
Según Mosquera y Flórez (2009, p. 75):
Las políticas públicas, generalmente, no están
enmarcadas dentro de un espacio abierto de
participación, coartan así a los actores públicos
hacia la focalización de los problemas y
necesidades a los cuales se les debe dar prelación
y soluciones acertadas para aminorar la brecha de
la desigualdad social y la atención oportuna que se
debe brindar, tendiente a cubrir las necesidades
básicas de una colectividad.
Lo anterior, unido a los procesos de narcotráfico ha hecho que
Colombia sufra del flagelo de la violencia homicida urbana con cifras
cercanas a los 140.000 homicidios cada año (Londoño y Guerrero,
1999, p. 15) y ostenta el título de uno de los más violentos del
mundo (Franco, 1999), escenario que cada vez se complica más por
la permanencia del fenómeno durante más de 50 años, lo que la
clasifica como uno de los Estados del globo en los que el fenómeno
aún persiste (Guzmán y Camacho, 1997). A partir de la
conceptualización inicial y de la contextualización de Cúcuta en su
ámbito metropolitano y fronterizo se plantea un discurso, en el que
los conflictos es lo innato, la violencia es lo que se aprende, la
ciudad es el escenario y la frontera es el contexto y detonante
(Figura 1).
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
La violencia no solo es ubicua y elusiva, sino que parece crecer y
multiplicarse rápidamente en todo el planeta y amenaza con
potenciar uno de los problemas más intratables de la especie
humana. Su veloz crecimiento hace que sea “uno de los problemas
que más deteriora la calidad de vida de una nación” (Echeverri,
1994, p. 14) y es probable que la convierta en el problema más
importante del ser humano para el siglo XXI.
Lejos de lo que ha sido la nota predominante en Latinoamérica en la
segunda mitad del siglo XX, la violencia que hoy prevalece no tiene
motivaciones políticas ni se produce en un contexto de guerra civil,
con excepción de Colombia y algunos focos de conflictividad política
en México (PNUD, 2002).
El enfoque político nacional hace que las regiones poseedoras de
fronteras terrestres como la de Táchira, se encuentren inmersas con
mayor fuerza en la crisis económica, producción e inversión,
enlazada con la incertidumbre cambiaria, la ilegalidad y la fuga de
capitales, que acrecientan los niveles de desconfianza mutua,
generando tensiones en la frontera (Barrios y Rivas, 2012, p. 25).
Contrariamente, Chaux (2002) afirma que la mayor parte de la
violencia en Colombia no tiene nada que ver con el conflicto armado
que vive este país y que la mayor parte de las investigaciones
realizadas en el país sobre violencia se centran en el aspecto
macro, especialmente sobre el conflicto armado entre las fuerzas
del Estado y grupos irregulares que pretenden tomarse el poder por
medio de las armas.
De acuerdo con Canal (2012, p. 12), en el ámbito regional:
[…] la ciudad de Cúcuta, actúa como el principal
centro de un área de conurbación binacional entre
Colombia y Venezuela, más específicamente en la
©Universidad de Caldas
306
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
frontera entre el estado Táchira y el departamento
del Norte de Santander. Se sabe que el fenómeno
de la violencia perturba la calidad de vida de este
conglomerado ciudadano y que su difusión en todos
los ámbitos sociales, afecta las instituciones en las
que normalmente se apoya, tales como, el gobierno
y sus áreas educativas, de salud y hasta aquellas
de carácter productivo.
En este contexto, es evidente, es que dentro de un marco anormal
como es el inverosímil conflicto armado que vive Colombia, llaman
poderosamente la atención las cifras estadísticas de principios de
este siglo que colocan, en los últimos años, al departamento Norte
de Santander y especialmente la ciudad de Cúcuta y su área
metropolitana, como una zona con los más altos incrementos en los
índices de violencia, específicamente en la tasa de homicidios
(Figura 2).
El homicidio en la zona fronteriza de Cúcuta,
registrado por las estadísticas nacionales como el
más grave de los problemas sociales de esta zona
del país, indefectiblemente afecta factores sociales
como los culturales, los económicos, los de salud
pública
y
los
de
seguridad
ciudadana,
convirtiéndose así, en un factor negativo en la
búsqueda del desarrollo de esta región binacional.
(Canal, 2012, p. 12)
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
La actualidad de la problemática sobre los índices de homicidio en
la zona fronteriza de Cúcuta se evidencia en las estadísticas
nacionales e internacionales, las cuales lo señalan como el más
grave de los problemas sociales de esta zona del país (Figuras 3, 4
y 5).
©Universidad de Caldas
308
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Indefectiblemente, los altos índices de homicidio afectan
negativamente las dinámicas sociales, tales como, la seguridad
ciudadana y la salud pública, así como aspectos culturales,
económicos y políticos, de tal mentar que estos se convierten en un
factor negativo en sus niveles de competitividad global que a su vez
afecta la búsqueda del desarrollo armónico de la región binacional
en la cual está circunscrita la ciudad de Cúcuta.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Al transcribir la información alfanumérica al plano espacial de la
ciudad, se clasificaron las intensidades del fenómeno homicida con
referenciación semafórica de las intensidades del homicidio en las
diferentes comunas de la ciudad, dándole a las zonas con mayor
intensidad colores rojos oscuros y, siguiendo el orden cromático, el
amarillo al de menor frecuencia (Figura 7).
Este ejercicio permitió establecer la continuidad de determinadas
comunas marginales y de mayor crecimiento irregular, como las
zonas con más alto índice de homicidios en los últimos cinco años
(comunas suroriental, norte, nororiental y occidental). De igual
forma, aunque el estudio del fenómeno de la violencia homicida en
la ciudad de Cúcuta ha permitido reconocer cierto efecto positivo
resultante del proceso de desmovilización y de la disminución de los
desplazamientos, se evidencia la continuidad del efecto negativo del
narcotráfico y el lavado de activos en los índices de violencia. De
esta forma, la zona metropolitana binacional de Cúcuta se ha
convertido en un espacio urbano donde la dignidad humana sigue
siendo objeto de constantes ataques mientras que el Estado
colombiano se ha tornado incompetente para tomar medidas que
mitiguen los embistes de la sociedad global y específicamente de
los conflictos de poder entre Bogotá y Caracas, contra estas
maltratadas zonas de frontera.
Cúcuta, muestra particulares condiciones que la diferencian de los
demás municipios del país. En esta ciudad, eje de una conurbación
natural de carácter metropolitano binacional, se encontró que gran
parte de su población es flotante, reconoce dos legislaciones,
maneja dos monedas y, con frecuencia, tiene dos nacionalidades,
además de practicar abiertamente una cultura de la ilegalidad.
El histórico comportamiento pendular de la economía fronteriza
invita a mercaderes sibaritas que, como los capitales golondrinas,
aprovechan situaciones de bonanza y evacúan la ciudad apenas
©Universidad de Caldas
310
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
cambian sus condiciones; deja solo aquella población en
condiciones de miseria incapaz de emigrar y que se asienta en
cordones marginales; deteriora la calidad de vida de los habitantes,
y potencia el círculo vicioso de la ilegalidad, la informalidad, la
impunidad y el subdesarrollo.
La condición limítrofe de la zona, propicia el asentamiento de
delincuentes internacionales; el contrabando; la producción,
promoción, comercio y tráfico de estupefacientes; la cultura de
ilegalidad, del atajo o del todo vale, en donde impera el poder del
dinero sin importar su procedencia y que corrompe la sociedad en
todos sus niveles.
La disputa del poder por parte de organizaciones ilegales en el
manejo de sus negocios potencia el asentamiento de bandas
sicariales en los cinturones perimetrales, aunada al constante uso
de los recursos públicos por parte de las mafias que favorecen el
lavado de dinero, mina el direccionamiento correcto de estos para
mejorar la productividad, la educación y la salud; deteriora el tejido
social y el sentido de pertenecía, e impide la verdadera democracia,
la seguridad y la prosperidad.
Lineamientos y estrategias para la mitigación de la violencia
homicida en Cúcuta
Con el fin de visualizar esquemáticamente los aspectos positivos y
negativos de la percepción de la violencia y sus causas según los
ciudadanos, se elaboró la siguiente Tabla en donde se determinan
los aspectos internos y externos desde el contexto sociocultural y
socioeconómico dentro una matriz de problemas y potencialidades
que servirá de base para proponer los lineamentos y las estrategias
para la gestión del conflicto objeto del estudio.
A partir de los problemas y potencialidades identificados en Cúcuta,
se propone una serie de lineamientos y estrategias desde los
componentes político normativo, sociocultural y socioeconómico
(Tabla 2).
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Como se puede observar, los lineamientos y las estrategias de
intervención propuestos están relacionados con la participación y la
cultura
ciudadana,
aspectos
que
fueron
desarrollados
operativamente en el año 2010 por Alejandro Canal, en su calidad
de Concejal del municipio de Cúcuta, al presentar y lograr la
aprobación de dos acuerdos municipales. En la búsqueda de
incrementar la participación ciudadana en la construcción de la
visión y el plan estratégico de la ciudad, se logró aprobar el Acuerdo
Municipal 019 de 2010 por medio del cual se adoptó como política
de competitividad y desarrollo para el municipio de San José de
Cúcuta el proceso de formulación de visión y plan estratégico
Cúcuta 2030. Además, mediante el Acuerdo 007 de 2010 del
Honorable Consejo Municipal de Cúcuta, se institucionalizó el
Programa de Educación y Cultura Ciudadana en San José de
Cúcuta.
Los resultados del presente estudio relacionados con la
participación y cultura ciudadana como elementos clave en la
prevención de la violencia, coinciden con un estudio patrocinado por
el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el que se explora la
cultura ciudadana, la necesidad de reconocer y modificar
comportamientos que responden a creencias, emociones y factores
culturales, como factor para el éxito a largo plazo en la mitigación de
la violencia (BID, 2012)
©Universidad de Caldas
312
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
CONCLUSIONES
Se acentúa la idea global, según la cual el aumento de una nueva
forma de marginalidad social, asociada a la crisis global de los
puestos de trabajo, la inoperancia real de los sistemas de protección
social y por último, la discriminación urbana, parece convertirse en
el eje sobre el cual gira una explicación al creciente proceso de
conflictividad social, en la mayoría de ciudades. En el caso de
Cúcuta, estas condiciones se potencian por el desarrollo de un
complejo engranaje social que, alimentado por la dinámica
fronteriza, atrae a un conglomerado humano que aprovecha las
múltiples posibilidades de lucro ilícito de una amplia gama de
actividades comerciales basadas en una economía subterránea.
La incidencia del desplazamiento forzado producto de la violencia
generada por el conflicto interno de violencia que vive la zona de
frontera, el contrabando de gasolina y la ausencia de verdaderos
planes urbanos de desarrollo, facilitan el asentamiento informal en la
periferia y amplían las posibilidades de acceder a recursos en
actividades propias del mercado laboral informal e ilegal.
De igual manera, se observa cómo ciertos patrones considerados
comunes como el entendimiento y la convivencia social, no
encuentran respuesta en la enorme brecha que muestran los altos
niveles de desigualdad en la distribución del ingreso y la escasa
eventualidad de construir ciudadanía. De esta manera, se percibe
un escenario en el cual la experiencia colectiva se advierte
descompuesta y los fundamentos de orden social, económico y
político que posibilitan la integración, han sufrido cambios
estructurales: el concepto de ciudadanía relacionado con el ejercicio
de la democracia, ha perdido autonomía y se limita a un ejercicio
electoral condicionado por la baja participación ciudadana y las
manipulaciones políticas propias de una pseudo-democracia.
Por su lado, el desordenado crecimiento urbano y el
sobredimensionamiento de los cinturones de miseria, afectan de
forma directa el desarrollo de la ciudad en su dimensión socioespacial. La ausencia de planificación estratégica, en el marco de
procesos excluyentes, da como resultado una progresiva
segregación territorial de la población dentro de un contexto de
violencia que se nutre de esta y, a su vez, alimenta la ilegalidad.
Para los cucuteños es muy complejo diferenciar entre actividades
labores productivas dentro de ley y fuera de ella, pues no se
conoce, a ciencia cierta, la línea que marca la ilegalidad de una
transacción y que configura una realidad bucleica de
legalidad/ilegalidad presente en el contexto local. Inclusive, la
percepción ciudadana sobre la seguridad de la ciudad, muestra que
la mayoría de los pobladores de Cúcuta se sienten seguros en ella y
no creen que puedan ser potenciales víctimas de homicidio, a pesar
de conocer las altas cifras que en este aspecto muestra la ciudad,
evento que amerita profundizar en el tema a través de otras
investigaciones.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Finalmente, se puede resaltar la urgente necesidad que presenta la
frontera de normas específicas que desde diferentes enfoques y
dimensiones propenda por la disminución de los conflictos sociales
y por la violencia homicida como una de sus máximas expresiones.
En ese sentido, es deber de la academia aportarle a la sociedad
herramientas e instrumentos de planeación participativa, de
valoración y fortalecimiento de las identidades culturales, de
promoción de la educación y la cultura ciudadana, en concordancia
esta última con los resultados de la investigación liderada por el
Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 2012, p. 253), que
permitan a través de la ley, la gobernabilidad y la gobernanza,
mitigar la violencia homicida y obtener la anhelada dignidad
humana.
REFERENCIAS








©Universidad de Caldas
Austin, T. (2007). La antropología del conflicto y los métodos de
resolución de conflictos en otras culturas. Serie Estudios en
Resolución de Conflictos. SERPAJ Chile. Disponible en
www.geocities.com/tomaustin_cl/
Barnouw, V. (1979). Anthropology - a General Introduction. Bosco
Books (Looe, Cornwall, CON, United Kingdom).
Barrios, N. y Rivas, N. (2012). La frontera Táchira – Norte de
Santander: escarpada a la integración entre acuerdos y crisis.
Revista electrónica del Instituto de Altos Estudios Europeos, 0, 2235.
Baruch-Bush, R.A. y Folger, J.P. (1994). La Promesa de la
Mediación. Barcelona: Ediciones Granica.
BID. (2012). Antípodas de la violencia. Desafíos de cultura
ciudadana para la crisis de (in)seguridad en América Latina. Mockus,
A., Murraín, H. y Villa, M. (Coords.). Washington: Banco
Interamericano de Desarrollo.
Briceño de León, R. (2002). La nueva violencia urbana de América
Latina. Sociologias, 4(8), 34-51.
Burton, J.W. (1993). In Conflict Resolution Theory and Practice:
Integration and Application. En D.J. Sandole & H. Van der Merwe
(Eds.), Conflict Resolution as a Political Philosophy. Manchester and
New York: Manchester University Press.
Canal, A. (2012). La violencia homicida en la fronteriza ciudad de
Cúcuta. Tesis para optar al título de Magíster en Paz, Desarrollo y
Resolución de Conflictos, Universidad de Pamplona, Pamplona.
314
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014




















©Universidad de Caldas
Carrión, F. (1994). Ciudad y violencias en América Latina. En A.
Concha Eastman, F. Carrión y G. Cobo (Eds.), De la violencia
urbana a la convivencia ciudadana (pp. 5-22). Quito: Programa de
Gestión Urbana.
Castro Martínez, P.V. y González Marcén, P. (1989). El concepto de
frontera: implicaciones teóricas de la noción de territorio político.
Arqueología Espacial, 13, 7-18.
Chaux, E. (2002). Buscando pistas para prevenir la violencia urbana
en Colombia: Conflictos y agresión entre niños y adolescentes de
Bogotá. Revista de Estudios Sociales, 12, 41-51.
Chupp, M. (1991). When Mediation is not Enough. Conciliation
Quarterly, 10(3), 2-3.
Curle, A. (1977). Conflictividad y pacificación. Barcelona: Herder.
Dahrendorf, R. (1971). Elementos de una teoría del Conflicto Social.
En Sociología y Libertad. Hacia un análisis sociológico del presente
(pp. 95-105). Madrid: Editorial Tecnos.
Diesbach de Rochefort, N. (2002). Estudios Fronterizos. Frontera:
muro divisorio o tejido de relaciones, 3(5), 9-42.
Echavarría, J. (2011). Lo rural como coartada ideológica para la
acción política. En Informe Nacional de Desarrollo Humano 2011:
Colombia rural, Razones para la esperanza. Bogotá: PNUD.
Echandía, C., Bechara, E. y Cabrera, I. (2010). Colombia: Estado del
conflicto armado al final de la Administración de Álvaro Uribe. En
Mathieu, Hans y Niño Guarnizo, Catalina (Eds.), Seguridad regional
en América Latina (pp.136-172). Anuario 2010, Friedrich Ebert
Stiftung en Colombia, Bogotá.
Echeverri, O. (1994). La violencia: ubicua, elusiva, prevenible. En A.
Concha Eastman, F. Carrión y G. Cobo (Eds.), Ciudad y violencias
en América Latina. Quito: PGU, pp. 47-59
Entelman, R.F. (2002). Teoría de Conflictos. Hacia un nuevo plan.
Barcelona: Gedisa.
Fábregas Puig, A. (2005). El concepto de frontera: una formulación.
En Alain Basail Rodríguez (Coord.), Fronteras des-bordadas. Ensayo
sobre la frontera sur de México (pp. 21-51). México: Casa Juan
Pablos, Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.
Franco, S. (1999). El quinto: No matar. Contextos explicativos de la
violencia en Colombia. Bogotá: Tercer Mundo Editores.
Freund, J. (1987). Sociología del Conflicto. Buenos Aires: Fundación
Cerien.
Guzmán, Á. (1993). Violencia urbana en Cali durante 1993: una
primera aproximación. En A. Concha Eastman, F. Carrión y G. Cobo
(Eds.), Ciudad y violencia en América Latina. Quito: PGU, pp. 16-28.
________. (1999). Violencia urbana y pobreza. En Patrones socio
demográficos, pobreza y mercado laboral en Cali (pp. 45-56).
Documento de trabajo para el Banco Mundial, por Urrea y Ortiz,
Noviembre, Cali.
Guzmán, Á y Camacho, Á. (1997). Debate Político. La violencia
urbana en Colombia: teorías, modalidades, perspectivas (pp. 13-55).
Bogotá: FESCOL, IEPRI.
Hurni, H. y Wiesmann, U. (2003). Investigación transdisciplinar en el
contexto del desarrollo: ¿fórmula vacía o necesidad? Suiza: CDMAIGUB. Mimeo.
Leakey, R. y Lewin, R. (1977). Origins. New York: Dutton Publishing
Company Inc.
Lederach, J.P. (1995). Preparing for Peace: Conflict Transformation
across Cultures. Syracuse University Press.
revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014















Londoño, J. y Guerrero, R. (1999). Violencia en América Latina:
Epidemiología y costos. Documento de Trabajo R-375. Washington:
Banco Interamericano de Desarrollo.
Martínez Guzmán, V. (2001). Filosofía para hacer las paces.
Barcelona: Icaria.
Morin, E. (1994). Carta de la transdisciplinariedad de Edgar Morin.
Recuperado
de
http://www.uv.mx/evargas/CienciaSagrada/TextosFundamentale
s/Carta-Transdisciplinariedad.htm
________. (2005). Una mundialización plural. En Denis de Moraes
(Coord.), Por otra comunicación. Los media, globalización cultural y
poder (pp. 277-291). España: Icaria.
Morris, D. (1976). El mono desnudo: un estudio del animal humano.
Barcelona: Plaza & Janés.
Mosquera, J. y Flórez, C. (2009). Naturaleza, políticas públicas y
derechos humanos – hacia una concepción legal de la relación ser
humano-naturaleza. Nova et Vetera, 18(62), 67-78.
Muñoz, F.A. y Martínez López, C. (2011). Los habitus de la paz
imperfecta. En F.A. Muñoz y J. Bolaños (Eds.), Los habitus de la
paz. Teoría y práctica de la Paz imperfecta (pp. 37-64). Granada:
Universidad de Granada.
Nieto Huertas, L. (2003). El estado del arte de la seguridad urbana.
Revista de ciencias sociales del instituto universitario de la
investigación
Ortega
y
Gasset,
2.
Recuperado
de
http://www.ortegaygasset.edu/circunstancia/numero2/art6.htm
Petrella, L. y Vanderschueren, F. (2003). Ciudad y violencia:
Seguridad y ciudad. En M. Balbo et al. (Comps.), La ciudad inclusiva
(pp. 215-235). Santiago de Chile: CEPAL.
PNUD.
(2002).
Informe
Anual
2002.
Recuperado
de
http://www.undp.org/annualreports/2002/espanol/IAR02spaCom
plete.pdf
________. (2011). Informe nacional de desarrollo humano. Colombia
rural. Razones para la esperanza. Bogotá.
Ríos, J. y Brocate, R. (2012). El conflicto armado en Colombia y el
narcoestado mexicano. Un análisis comparado. En GIGAPP
Estudios/Working Papers (pp. 1-23). Madrid: Instituto Universitario de
Investigación Ortega y Gasset.
Tashakkori, A. y Teddlie, C. (1998). Mixed methodology: Combining
the qualitative and quantitative approaches.Thousand Oaks, CA:
Sage.
UNODC. (2010). World Drug Report 2010. New York: United Nations
Publication.
Recuperado
de
http://www.unodc.org/documents/wdr/WDR_2010/World_Drug_R
eport_2010_lo-res.pdf
Vanderschueren, F. (1994). La violencia urbana, los pobres de la
ciudad y la justicia. En A. Concha Eastman, F. Carrión y G. Cobo
(Eds.), Ciudad y violencias en América Latina (pp. 5-22). Quito: PGU.
1. Artículo de reflexión. Hace parte de procesos adelantados en el
marco de la tesis de maestría La violencia homicida en la fronteriza
ciudad de Cúcuta (2012), y de investigaciones desarrolladas en la
línea de gobierno local y políticas públicas del grupo de investigación
Gestión Integral del Territorio –GIT– de la Universidad de Pamplona.
©Universidad de Caldas
316
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
2. Arquitecto, Especialista en Gestión de Proyectos Informáticos,
Magíster en Paz, Democracia y Resolución de Conflictos. Profesor y
miembro del grupo de investigación GIT de la Universidad de
Pamplona. [email protected]
3. Arquitecto, Ph.D. en Arquitectura. Profesor asociado y director del
grupo de investigación Gestión Integral del Territorio –GIT– de la
Universidad de Pamplona. Asesor en la Comisión Intersectorial de
Aseguramiento de la Calidad para la Educación Superior
(CONACES)
de
la
Sala
de
Artes
y
Humanidades.
[email protected]
4. Abogada, Especialista en Derechos Humanos y M.Sc. en Derecho
Administrativo. Investigadora del grupo GIT de la Universidad de
Pamplona, Par Evaluadora del Sistema de Aseguramiento de la
Calidad en Educación Superior (SACES) del Ministerio de Educación
Nacional (MEN) en la CONACES. [email protected]
5. Trabajo titulado Los conflictos urbanos y la violencia en la fronteriza
ciudad de Cúcuta. Norte de Santander. Colombia, y desarrollado en
la Maestría en Paz, Desarrollo y Resolución de Conflictos de la
Universidad de Pamplona, culminado en 2012.
6. El grupo GIT cuenta con la participación de un equipo multidisciplinar
y las reflexiones académicas están relacionadas con resultados de
investigaciones previas y productos académicos relacionados con la
planificación y el desarrollo territorial (prospectiva estratégica,
políticas incluyentes, gobernabilidad democrática y construcción de
territorialidad, entre otros).
Para citar este artículo: Canal Lindarte, A., Mosquera Téllez, J. &
Flórez Peña, C. G. (2014). Estrategias para la mitigación de la
violencia homicida en la fronteriza ciudad de Cúcuta. Revista Luna
Azul,
38,
297-317.
Recuperado
de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v
iew&id=907
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
RESEÑA
INVESTIGACIÓN EN ADMINISTRACIÓN RURAL
RESEARCH IN RURAL MANAGEMENT
ELMER CASTAÑO RAMÍREZ. EDITORIAL UNIVERSIDAD DE
CALDAS, MANIZALES, 2013.
Isaías Tobasura Acuña1
Recibido el 20 de octubre de 2013 y aprobado el 10 de febrero de
2014
La obra objeto de esta reseña –Investigación en Administración
Rural– fue publicada en julio de 2013, por la editorial de la
Universidad de Caldas. Aunque recoge diversos trabajos, con
aportes de varios autores, el autor inspirador de la misma es el
profesor Elmer Castaño Ramírez, docente titular del Departamento
de Desarrollo Rural y Recursos Naturales de la Universidad de
Caldas. Reitero el autor inspirador de la obra, dado que cuando se
habla de un libro, es inevitable hablar de su autor.
Ya lo decía M. Foucault (2010), en el ensayo Qué es un autor,
retomando la frase de Beckett “qué importa quién habla –dijo
alguien– qué importa quién habla”. Por supuesto que es importante
quién habla y, sobre todo, quién escribe. Es importante indagar
acerca de los intereses, motivaciones y preocupaciones
intelectuales que lo llevaron a bordar una temática en particular, y
cuáles fueron y son los objetivos y los propósitos que pretende
alcanzar con la obra que somete a la comunidad académica y al
público en general.
Muchas veces se ignora el autor, pero en este caso, creo necesario
que esté presente, porque como sabemos el profesor Elmer ha
escrito varios libros, unos como único autor y otros en coautoría,
pero creo que en Investigación en Administración Rural es donde se
perfilan los aportes y la experiencia de una dilatada actividad
profesional, primero como funcionario en instituciones bancarias,
asistente técnico, propietario de finca y durante muchos años como
profesor investigador en campos como la Administración Rural, la
Historia Agraria y otras áreas afines, en la Universidad de Caldas y
otras universidades de la región.
En este recorrido de su proyecto de vida personal y profesional, el
profesor Elmer advierte un déficit en estudios relacionados con los
trabajadores latinoamericanos (supongo rurales), con respecto a
otras regiones del mundo, por lo que se entrega a la tarea de
construir un libro que, según sus palabras, “resultará útil para los
pregrados de administración agropecuaria y los postgrados de
gerencia agraria, como motivador para emprender ensayos teóricos
y aplicados a nuestras realidades”. Añadiría a las palabras del autor,
después de leerlo, que puede ser de interés de estudiantes y de
otros profesionales de las ciencias sociales.
El libro se estructura siguiendo como eje central la “Investigación en
Administración Rural”, alrededor del cual giran varios tópicos de
©Universidad de Caldas
318
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
reflexión teórica y conceptual, en la primera parte, y resultados de
investigación, en la segunda, distribuidos en 11 capítulos.
En el primer Capítulo, “Reflexión sobre la ‘administración rural’ como
ciencia”, hace un recorrido sucinto, que va de los clásicos a la
tradición científica. Parte del supuesto de que la administración
como proceso “instintivo” estuvo ligada al origen de la agricultura y
posteriormente cuando surgen las ciudades se vincula a los
procesos de gobierno de las ciudades-Estado. Desde mi punto de
vista, se va demasiado rápido en un proceso que pudo durar miles
de años, desde la domesticación de las primeras plantas y animales
por las mujeres, hasta llegar a generar mecanismos de organización
de tareas, que durante miles de años fueron de ensayo y error.
Aunque la agricultura y los agricultores, durante miles de años,
acumularon experiencia y conocimientos acerca de biología vegetal
y animal, suelos, materiales de construcción, fabricación de
utensilios y más tarde de herramientas, lo que vale la pena exaltar
aquí es “[…] el papel jugado por los agricultores en la elaboración y
aportación de la materia prima para el desarrollo de la meteorología,
la astronomía (y astrología), la constitución de un calendario y la
idea de naturaleza como generadora de todas las cosas,
especialmente, las cosas vivas” (De Herrerra, 1996: 9). Y a esa lista,
el profesor Elmer, le añade la Administración Rural, una
subdisciplina de la administración, dedicada al estudio “del trabajo
rural”.
Columela, uno de los clásicos de la agricultura, en el IX libro de su
obra De los trabajos del campo, dedica un capítulo al “capataz”, que
en su primera y segunda acepción del DRAE es: Persona que
gobierna y vigila a cierto número de trabajadores. Y Persona a cuyo
cargo está la labranza y administración de las haciendas del campo.
Dice Columela (1998, p. 237):
[…] al frente de la propiedad y de los que en ella
viven (trabajan) es conveniente poner un capataz ni
muy joven ni muy viejo. Pues los esclavos
desprecian tanto al aprendiz como al anciano, ya
que el uno no domina los trabajos del campo, y el
otro no puede realizarlos; al primero la juventud lo
hace negligente al segundo la vejez lo hace
perezoso.
Y más adelante agrega: “Cualquiera que esté destinado a esta
tarea, conviene que sea a la vez muy sabio y muy fuerte, para que
no solo enseñe a los subordinados, sino que él mismo pueda hacer
fácilmente lo que ordena” (Columela, 1998, p. 237). Aquí lo que se
puede detectar son principios de selección de personal, una de las
tareas relacionadas con el campo de estudio propuesto por el autor
de este libro.
En el camino de perfilar el objeto de estudio de la Administración
Rural, el autor, a partir de las raíces latinas deslinda regiones de la
realidad que pueden ser estudiadas por especialidades de la
administración, desde la administración pública, pasando por la
administración de empresas, hasta llegar a la administración de
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 318-326
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
empresas agropecuarias, que por trabajar con objetos y procesos
vivos adquiere identidad propia. Esta última la engloba en la
“administración rural” que, según su propuesta, “también actúa […]
sobre el conjunto de los agricultores, donde al carecer de gerentes
visibles, tiene que investigar una unión de administración pública y
administración de empresas agropecuarias, e incidir […] en un
campo poco estudiado […]”. La intención del profesor Elmer, intuyo
se orienta a la pretensión del Departamento de Desarrollo Rural de
construir una escuela de pensamiento sobre y de lo rural, campo
que ha sido abandonado por muchas disciplinas sociales.
Un aspecto sugerente en este largo recorrido que hace el autor,
desde los clásicos a la tradición científica, es la referencia a la
escuela fisiocrática, en cabeza de F. Quesnay, escuela que en
tiempos como los que corren, donde la creación de riqueza se ha
convertido en una metafísica inaprehensible por los seres humanos,
porque las grandes corporaciones y los bancos que especulan, con
algo ficticio, una institución como es el dinero, son los que generan
riqueza. Pero no hay que olvidar, y por eso se rescatan aquí a los
fisiócratas, que la agricultura, sobre todo, la agricultura tradicional,
es la única actividad humana que genera riqueza genuina, lo demás
es pura especulación sobre la cual cabalga un modelo de sociedad
que pretende crecer de manera infinita sin considerar los límites
físicos del planeta.
Es verdad: el trabajo del agricultor es lo único que produce algo más
de lo que consume. Podolinsky (1850-1891), uno de los pioneros de
la economía ecológica, dice que el ser humano es una máquina
térmica, que puede convertir la energía que consume en trabajo útil,
en el proceso agrícola. En efecto, contando con las leyes de la
termodinámica, clasificó las fuentes de energía disponibles y
comparó la productividad energética de diversos ecosistemas
rurales descubriendo que la producción de biomasa era mayor
cuando intervenía el trabajo humano con animales. Pero esa
máquina térmica, tiene la capacidad de producir más energía que la
que consume, mediante el aprovechamiento de la energía solar que
hacen las plantas en el proceso de fotosíntesis. Por ello se dice que
la agricultura es la única fuente real de riqueza.
Según F. Quesnay:
[…] de la confrontación entre agricultura capitalista
y campesina resultaba una neta superioridad de la
primera en términos de capacidad productiva, y
sugería a los fisiócratas la tesis de que la dirección
de tipo capitalista, fiado en la responsabilidad y
capacidad empresarial de los arrendatarios
burgueses, fuese la más avanzada y la más
deseable entre las otras formas de dirección. La
presencia de formas no capitalistas era, pues,
considerada como el residuo de una época próxima
a su fin, esto es, como característica en una fase en
transición que habría de desarrollarse hacia una
generalización del orden capitalista en el campo.
(Napoleoni, 1974, p. 19)
©Universidad de Caldas
320
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
Y eso es, ni más ni menos, lo que se pretende hacer con la política
agraria nacional. El desarrollo del capitalismo agrario, a expensas
del despojo y pauperización de los campesinos y pequeños
productores.
El Capítulo 2: “Análisis histórico de la administración rural”. En vista
de que el objeto de estudio de la AR es el trabajo rural, hace una
revisión a la luz de diferentes disciplinas acerca de la categoría o
noción “Trabajo”, desde la sociología hasta el derecho, pasando por
la física y la doctrina social de la Iglesia. Destaca el trabajo como
categoría central de la Sociología, que estudia la naturaleza
colectiva del trabajo y el sistema de relaciones que lo conforman. El
trabajo hace parte esencial de la condición humana. En el proceso
de evolución, el trabajo contribuyó a la humanización del Homo
sapiens. Pero, ¡cuidado!, ciertas formas de trabajo hoy no solo
afectan la condición física, sino que degradan la dignidad humana
de los trabajadores. Lo deshumanizan. Y de hecho, así fue durante
mucho tiempo para los esclavos.
El autor, en la perspectiva de la administración rural, asume el
trabajo en la acepción 6 del DRAE, como “esfuerzo humano
aplicado a la producción de riqueza, [a través del agro] en
contraposición al capital”, que es en sentido estricto donde el trabajo
genera riqueza real. Incluye la actividad humana y la búsqueda de
un resultado que puede ser la producción de bienes materiales y
culturales, para la satisfacción de sus necesidades fisiológicas y
espirituales. En su más noble finalidad, la actividad humana al
servicio de la autoafirmación y el crecimiento personal, es decir, al
cultivo de lo humano.
Pero el trabajo ha perdido su función humanizante al ponerse al
servicio del capital. Lo dicho se puede ver claramente en la primera
y segunda contradicción del capital. La primera es una condición
interna del sistema, no tiene nada que ver con las condiciones de
producción, ya se entienda de manera económica o sociopolítica. La
primera se expresa en el poder social y político del capital sobre el
trabajo, y se manifiesta en una crisis de realización, por sobre
producción. Cuando el capitalista disminuye los salarios a sus
trabajadores hasta el empobrecimiento, ocurre una crisis de la
demanda por sobre producción y, en consecuencia, una disminución
de la tasa de ganancia.
La segunda contradicción ataca por el lado de los costos de
producción. Se presenta cuando los capitalistas individuales
reducen costos, por ejemplo, externalizando algunos hacia
condiciones de producción naturales o de fuerza de trabajo o
urbanas, con la intención de mantener las ganancias el efecto no
deseado es aumentar los costos de otros capitalistas y bajando las
ganancias obtenidas en la producción. La causa básica de la
segunda contradicción es la apropiación y el uso autodestructivo por
el capitalismo de la fuerza de trabajo, del espacio y la infraestructura
urbana y de la destrucción de los recursos naturales y el medio
ambiente. En síntesis, la primera es la explotación de la fuerza de
trabajo por medio del capital, en tanto que la segunda, es la
explotación del trabajo por el capital, a través de la destrucción y
afectación de la naturaleza.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 318-326
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
En otros tiempos, muchas de las comunidades “premodernas”,
tradicionales o indígenas realizaban sus actividades con el trabajo,
pero este era fundamentalmente un medio para la vida. La finalidad
no era la ganancia, sino la satisfacción de los sentidos estéticos; la
reflexión ética y moral. Hoy, en la era del progreso sin límites, la
invención del consumismo y sobre todo la avaricia del capital, nos
ha llevado a creer que trabajar, trabajar y trabajar, para comprar y
consumir más nos hará más felices. Por ello, el autor, considera que
la administración rural como campo de conocimiento deberá
privilegiar el estudio del trabajo rural, en las funciones de
conducción, ordenamiento, control, planeación, e integración, para
comprender de manera integral los problemas de los trabajadores
rurales. Para ello hace una breve historia de la administración rural
de los pueblos aborígenes de América, la historia fabril en Europa
de M. Fernández Enguita en un anexo y la historia del trabajo rural
colombiano.
De la historia de la administración en los pueblos indígenas, destaco
la referencia que hace el profesor Elmer al calendario, base
posiblemente de la planificación de las actividades agrícolas,
sociales y económicas: los aztecas practicaban una planificación y
organización rígidas. “Fue allí donde se desarrolló el calendario, el
que plasmado en una piedra, tenía las fases de la luna, el sol y
permitía planificar las siembras, tratando de aproximarse a épocas
lluviosas o de verano de acuerdo con sus necesidades”. Y en esto,
los pueblos prehistóricos parecen compartir sus desarrollos
tecnológicos. Veamos:
[…] desde Varrón persiste el propósito de elaborar
un calendario de labores del cultivo, que no solo
señale con signos inequívocos el momento más
conveniente de iniciar cada labor, sino que, a la vez,
constituya un repertorio de sucesiones de los
diferentes tiempos. En el cuarto capítulo del primer
libro de ‘De las cosas del campo’, Varrón elabora
uno de los primeros calendarios de las labores
agrícolas y del tiempo que hará en cada período;
los signos que marcan los límites de cada período
son de naturaleza astronómica y responden al doble
ciclo del sol y de la luna. (De Herrera, 1996, p. 20)
Pero nuestros antepasados más cercanos –los muiscas– no
estuvieron al margen de estos avances. Las evidencias
arqueológicas y los cronistas de Indias lo corroboran.
Como guía de la agricultura y de otras actividades
económicas es importante subrayar el hecho de que
los muiscas hubieran poseído un calendario, en el
cual podían establecerse las épocas de lluvia, de
sequías, de heladas, etc. Era éste para la llegada
de los primeros europeos, un conocimiento
generalizado entre los muiscas; los conquistadores
españoles pudieron dar cuenta de ello, y aun,
aplicar este calendario de siembras a algunos de
los productos que traían; no fue casual que las
primeras cosechas exitosas de trigo en América se
©Universidad de Caldas
322
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
lograran en Tunja. Con respecto al calendario
agrícola, el padre Simón cuenta que había una
celebración para el inicio de las labranzas. Sobre
las fiestas que hemos dicho tenían en la dedicación
de sus casas y coronaciones de sus caciques, otras
en los meses de enero, febrero y parte de marzo en
las cabas de sus labranzas […] (Simón, T. III p.
405). (Villate, 1997, p. 8)
En todo caso, la investigación sobre los sistemas agrarios de los
pueblos amerindios aún es incipiente, si se considera que la
manipulación y domesticación de las plantas, habrían comenzado
en América de forma independiente en tres regiones: en el sur de
México hace aproximadamente 9000 años, en los Andes peruanos
hace 6000 años, y en el medio Mississippi hace 4000 años. En este
tiempo, los Mayas y Aztecas en Mesoamérica y los Incas en tierras
de Perú, Ecuador y Bolivia, alcanzaron desarrollos prodigiosos que
dieron origen a ciudades-Estado hidroagrícolas. En el caso de los
Incas, con avances nada desdeñables al momento de la llegada de
los conquistadores. “El esplendor del pueblo Inca, que se inició
cerca del año 1200, se inscribe en ese vasto movimiento de
emergencia y reagrupamiento en imperios de civilizaciones
agrícolas hidráulicas de América del Sur” (Masoyer y Roudar, 2008,
p. 226).
El capítulo se cierra con una profusa descripción de fuentes
secundarias sobre el trabajo rural en Colombia, desde la república
hasta nuestros días. Y en un anexo, del catedrático de la
Universidad Complutense de Madrid: “Análisis histórico del trabajo
fabril europeo”, que bien podría titularse: Del trabajo libre a la
dominación capitalista. Apuntes para una historia de la infamia.
Había mencionado al comienzo de esta nota, la importancia del
trabajo en la evolución y humanización del Homo sapiens, pero con
el paso del tiempo y en la medida en que los campesinos y
artesanos perdían sus medios de vida, la demanda de brazos de la
incipiente industria fabril, logró no sin dificultad domesticar la
autonomía y libertad de los seres humanos hasta la esclavitud y los
trabajos más degradantes.
A los padres de la clase obrera [actual] se los
castigó, en un principio, por su transformación
forzada en vagabundos e indigentes. La legislación
los trataba como delincuentes voluntarios: suponía
que de la buena voluntad de ellos dependía el que
continuaran trabajando bajo las viejas condiciones,
ya inexistentes (Fernández, 2013, p. 324).
El Capítulo 3: “Áreas sugeridas por investigar en administración
rural”. En este capítulo, el autor señala la brecha que existe entre
los avances tecnológicos de la agricultura y los desarrollos teóricos
y propuestas metodológicas de las escuelas de administración
aplicados al desarrollo agrario nacional. Al respecto se pregunta:
¿Acaso hemos diseñado desde las Escuelas de
Administración las herramientas óptimas para
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 318-326
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
nuestros cultivos…? ¿Habremos identificado
nuestras propias teorías del hombre colombiano
[acorde] con su cultura, su diversidad mental, su
etnia, su forma de pensar? ¿Disponemos de las
herramientas para recolectar el café, transportarlo
en y fuera de las fincas, sistemas de secado,
limpieza y clasificación, aprovechando los recursos
disponibles?
El reto para la administración rural, los profesionales y aficionados a
este oficio, en tiempos en que la agricultura pasa por la revolución
biotecnológica, es aún mayor. Por estas y otras razones que, el
autor esboza en preguntas, algunos problemas de investigación,
clasificándolos en: teoría sobre la administración rural, trabajo rural,
decisiones rurales, normas rurales, procedimientos rurales, política
rural, economía campesina, empresa agraria y planeación regional.
Y a renglón seguido, invita a los formadores en este campo a
estructurar los currículos de los programas de administración
agropecuaria y administración rural, en la investigación como
esencia y razón de ser de la formación en este campo del
conocimiento.
La segunda parte del libro –capítulos 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10– presenta
resultados de investigación como una pequeña pero significativa
muestra de trabajos orientados a responder algunos de los
interrogantes formulados en el Capítulo 3.
En el cuarto: “Descripción histórica y actual de las herramientas
manuales de uso agrícola en Caldas”. Un capítulo que describe y
presenta gráficamente un conjunto de herramientas, algunas muy
familiares y tradicionales como el azadón, la pala y el machete, y
otras, menos conocidas, por ser de aparición reciente como el
aroandes, dispositivo para asistir la recolección manual de café, el
selector de arvenses y la sembradora abonadora manual más
conocida como matraca, estas últimas diseñadas por el Centro
Nacional del Café (CENICAFÉ).
El Capítulo 5: “Riesgos profesionales asociados a la actividad
cafetera”, tema central de la administración rural, sobre todo porque
da cuenta de aspectos relacionados con el bienestar de los
trabajadores, asunto que está subordinado al logro de la
rentabilidad, en sistema de producción donde la mano de obra
representa un porcentaje muy alto de los costos de producción. Hoy,
cuando los productores han sido sometidos a la certificación de
buenas prácticas agrícolas para acceder a los mercados, de los tres
aspectos considerados: inocuidad de los productos, conservación y
calidad del medio ambiente y bienestar de los trabajadores, este
último es el menos importante en este arsenal de exigencias que
tienen que garantizar los empresarios y productores agrarios.
El Capítulo 6: “Evaluación de los sistemas de protección personal
utilizados en labores agrícolas y pecuarias en Caldas”. Sobre este
asunto relacionado con la condición más sensible de los seres
humanos, no solo de los trabajadores, como es la salud, el trabajo
pone de presente las deficiencias que se presentan en estos
sistemas de protección en la mayoría de sistemas de producción de
©Universidad de Caldas
324
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
la región, aspecto sobre el que las autoridades correspondientes
deberían asumir el liderazgo para que se implementen sistemas de
protección a los trabajadores rurales, de manera que no vean
menoscabada su salud.
Capítulo 7: “Análisis económico del cultivo de la coca al oriente del
departamento de Caldas”. Independiente de los resultados de este
trabajo, destaco aquí la iniciativa de los autores, para investigar en
uno de los cultivos declarados no solo de uso ilícito, sino
“criminalizado” por el Estado. Es de ingrata recordación el comercial
de televisión, radio y prensa que circuló en 2008, que decía algo
como: “No cultives la mata que mata", en donde además de la coca
se incluían la amapola y la marihuana. Por fortuna la Corte Suprema
ordenó la suspensión del comercial, a partir de la tutela que
interpuso Fabiola Piñacué, representante de Coca Nasa, iniciativa
de defensa de la hoja de coca.
En fin, como esta reseña es solo un abrebocas, los invito a
acercarse a los temas aquí enunciados y a otros que solo
mencionaré para no agobiarlos. Así, en el Capítulo 8, encontrarán
los resultados del trabajo “Análisis social y valoración económica de
turismo versus agricultura en el departamento de Quindío”. Sin
duda, el turismo rural ha emergido no solo como una respuesta a
mayores demandas de actividades de ocio y esparcimiento de la
sociedad, sino fundamentalmente a la crisis de la producción
cafetera. En consecuencia, y creo, es el caso del Quindío, el turismo
no debería verse como una alternativa diferente a la caficultura y en
general a la producción agraria, sino como una actividad
complementaria.
En el Capítulo 9, se presenta un diagnóstico de las cooperativas
agropecuarias del departamento de Caldas, como opciones de
organización solidaria de los productores rurales.
En el 10, encontrarán un trabajo exploratorio de la aplicación de la
teoría de restricciones (TOC por sus siglas en inglés) a tres
empresas agropecuarias: cítricos, lulo y café. Para tener una idea, la
teoría de restricciones aplica la teoría general de sistemas, según la
cual todo sistema existe o es creado con un propósito. En
consecuencia, la restricción de un sistema se define como cualquier
evento que limita un sistema para maximizar su propósito o meta.
Y finalmente, en el 11, el autor termina con una reflexión sobre el
eje central de la obra Investigación en Administración Rural. Y en
esta cobra relevancia, porqué es importante el autor, es decir las
motivaciones que lo llevaron a concebir y materializar la idea, en lo
que ha sido fundamental la experiencia alcanzada en su proyecto
de vida académico y personal, que van de la mano. En síntesis, esta
obra es un camino abierto para emprender iniciativas intelectuales
por una región del conocimiento poco explorada: la Administración
Rural.
©Universidad de Caldas
revista.luna.azúl. 2014; 38: 318-326
Luna Azul ISSN 1909-2474
No. 38, enero - junio 2014
REFERENCIAS







Columela, L. (1998). De los trabajos del campo. Madrid: Siglo XXI de
España.
De Herrera, A. (1996). Agricultura general. Madrid: Ministerio de
Agricultura, Pesca y Alimentación.
Fernández E., M. (2013). “Análisis histórico del trabajo fabril
europeo”. En: Investigación en Administración Rural. Manizales:
Editorial Universidad de Caldas.
Foucault, M. (2010). ¿Qué es un autor? Argentina: Ediciones
Literales.
Mazoyer, M. y Roudar, L. (2008). Historia das agriculturas no mundo.
Do neolítico a crise contemporânea. Brasil: Editora UNESP.
Napoleoni, C. (1974). Fisiócratas, Smith, Ricardo y Marx. Barcelona:
Oikos-tau.
Villate S., G. (1997). Algunos rasgos de La agricultura de los
muiscas. Revista Luna Azul, 4. Manizales: Universidad de Caldas.
1. Doctor en Sociología del Medio Ambiente. Profesor de la Universidad
de Caldas, Manizales, Colombia. [email protected]
Para citar este artículo: Tobasura Acuña, I. (2014). Investigación en
administración rural, Elmer Castaño Ramírez, Editorial Universidad
de Caldas, Manizales, 2013 [reseña]. Revista Luna Azul, 38, 318326.
Recuperado
de
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v
iew&id=908
©Universidad de Caldas
326
Descargar