(verano 2007). Monográfico: La Villa del Libro de Urueña

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ARGAYA
d e
c u l t u r a
36
Monográfico dedicado a la villa del libro de Urueña
segunda época
r e v i s t a
36
ARGAYA
r e v i s t a
segunda época
36
d e
c u l t u r a
Donde la luz llora luz, por Antonio Colinas
2
Inauguración, por Joaquín Díaz
4
Urueña, cincuenta años, por Ángel Laso Ballesteros
8
Urueña, cuna y tumba del libro, por José María Giménez Ramos
12
Paseo comentado por Urueña, por Josemaría de Campos Setién
15
Memoria olfativa, por José Delfín Val
19
Convento de Villablín, exclaustración y leyenda,
por Anastasio Fernández Sanjosé
22
Viaje a los pueblos de Valladolid, por Antonio Corral Castanedo
25
Urueña, una gran sorpresa, por Joaquín Díaz
28
En el camino hacia Urueña, por Antonio Corral Castanedo
y Justino Díez
33
De Condado a «Villa del Libro», por Godofredo Garabito Gregorio
41
Si me pierdo, por Félix Antonio González
44
La historia del libro, la Historia del Hombre, por Paz Altés Melgar
46
Leer como vicio, por Luis Alberto de Cuenca
51
Algunos recursos pedagógicos para fomentar la lectura,
por Luis Miravalles
52
Urueña Villa del Libro, por María Luisa Álvarez Juarranz
57
E-LEA, un destino feliz, por Antonio Piedra
58
Librerías de Urueña
60
Contenido de la Villa del Libro
74
Argaya no se responsabiliza de las opiniones expresadas
por sus colaboradores en los trabajos publicados
ni se identifica con los mismos.
Edita: Editora Provincial
Diputación Provincial de Valladolid.
2ª
36
época
Agosto 2007
«ARGAYA»: Arista de trigo que defiende el grano
de la voracidad de los pájaros.
Leer, leer,
leer, vivir
PENDIENTE PENDIENTE
PENDIENTE??????
la vida
que otros soñaron.
Leer, leer, leer, el alma olvida
las cosas que pasaron.
Se quedan las que quedan, las ficciones,
las flores de la pluma,
las olas, las humanas creaciones,
el peso de la espuma.
Leer, leer, leer; ¿seré lectura
mañana también yo?
¿Seré mi creador, mi criatura,
seré lo que pasó?
MIGUEL
DE
UNAMUNO
LINEA EDITORIAL: Plural, abierta
y sin adscripción política e ideológica,
sin más limitaciones que las establecidas
por la Ley, el rigor intelectual
y la libertad de expresión.
ARGAYA [1]
Donde la luz
llora
Antonio Colinas
Escritor.
Premio Castilla y León de las Letras
¿CONOCÉIS EL LUGAR?
¿Conocéis el lugar donde van a morir
las arias de Häendel?
Creo que es aquí, en este espacio
donde se invventa la infinitud de los amarillos;
un espacio en el centro del centro de Castilla
en el que nuestros cuerpos podrían sanar para siempre
si tus ojos y mis ojos
mirasen estos páramos
con piedad absoluta
y en donde hasta el espíritu suele arrodillarse
para hacernos su ofrenda
en rosales de sangre.
En este espacio hay un fuego blanco
en el que viene a expirar esa música
que nos llega de lejos, ¡de tan lejos!
¿Conocéis el lugar donde van a morir
las arias de Häendel?
[2] ARGAYA
Donde la luz llora luz
Está aquí, en una tierra con más cielo que tierra,
donde los ruiseñores serenan la alameda
y la alameda serena a los ruiseñores,
y con la emanación
húmeda del tomillo más nocturno,
acude un enjambre de estrellas
a venerar la última espina de Cristo.
Es el lugar donde la luz
llora luz,
y la catedral de los cardos
alza su grito de silencio,
y están solas, muy solas, las vírgenes anunciadas,
y el pueblo amurallado y muerto
asciende vivo sobre un horizonte de lágrimas,
no sé si como un salmo
o como una corona de piedras inciertas.
¿Conocéis el lugar donde van a morir
las arias de Häendel?
Está aquí, en el centro del centro de Castilla,
donde por los linderos morados
se tensa, como un arco, la luz;
es un espacio en que la nada es todo
y el todo es la nada,
y en el que junio joven viene por los montes
vertiendo de su copa oro líquido.
Es un lugar en el que el espacio y el tiempo
sólo son una hoguera
que arde y que mantiene su combustión
gracias a nuestras vidas (quiero decir:
gracias a nuestras muertes).
La música que más amáis
aquí tiene su tumba.
Es la música que, a través de la respiración de las espigas,
viene a morir en la luz que respiran nuestros pechos.
ARGAYA [3]
INAUGURACIÓN
Joaquín Díaz
Director del Museo Etnográfico
Momento de la inauguración de la Villa del Libro en Urueña.
H
oy es un día especial para Urueña.
A partir de este momento, la Villa
puede añadir a sus títulos el de
«casa de los libros». El libro, todos lo sabemos, es un objeto que
se deja leer de muchas formas, desde la
simple contemplación o manejo que corresponderían a sensaciones estéticas, hasta la
indagación en su contenido que tendría que
ver con el lenguaje de los signos y de comunicación. Richard Aungerville, tutor del
príncipe de Gales y amigo de Dante Alighieri, escribió hace casi setecientos años el
primer elogio del libro como obra artística
y lo tituló Tratado pulquérrimo de amor a
los libros, confiriendo ya al continente la
misma importancia que al contenido. Sin
embargo para hablar del libro como reflejo
de las ideas y como expresión de la mentalidad del individuo, que es su faceta más
imprescindible a mi juicio, podríamos remontarnos mucho más y llegar hasta la
China de Mencio, seguidor de Confucio,
quien observó, pensó, escribió y reflexionó,
para quedarse finalmente, entre todas esas
actividades, con el bagaje de la mejor cualidad del pensamiento, el amor a la libertad:
[4] ARGAYA
Dos momentos del discurso de Joaquín Díaz.
Herrera firmando en el libro de visitas de la Villa bajo la
atenta mirada de Ruiz Medrano.
«el cuerpo siempre debe soportar que le
siga su propia sombra. En cambio el pensamiento es libre» –decía Mencio–.
De esa época procede, precisamente, la
idea de que el libro representa, con respecto
a la vida del ser humano, la tercera edad,
aquella en que el individuo se sienta a escribir lo que previamente ha observado y
pensado, necesitando luego plasmar en signos todos aquellos conocimientos sobre los
que finalmente reflexionará en su vejez.
Hoy es un día especial para Urueña y
por eso mismo, y contando con la benevolencia de todos, me gustaría hacer dos breves reflexiones en voz alta. La primera es
personal y está teñida de pesimismo. Definitivamente, no creo que el progreso del ser
humano esté en esa todopoderosa tecnología que nos proporciona actualmente exceso
de información sin posibilidad de contrastarla o verificarla. Algo falla cuando es más
importante tener opinión que tener criterio.
La segunda es sobre lo que denominamos
el contorno o el entorno y que tanto afecta
al individuo desde el principio de los tiem-
Antonio Colinas firma en el libro de visitas.
Ruiz Medrano y Tomás Villanueva saludan al alcalde de
Urueña, Manuel Pérez-Minayo.
Inauguración
Juan Vicente Herrera durante su discurso.
ARGAYA [5]
Colinas y Noriega mostrando al Presidente Herrera el libro del poema «Donde la luz llora».
Inauguración
pos: me gustaría reivindicar, cómo no, un
crecimiento razonable y sostenible para Urueña
en el que las iniciativas pública y privada se
ayuden mutuamente; pero también, y además,
me gustaría reivindicar la soledad y el silencio
como generadores de esa atmósfera imprescindible para la serenidad del razonamiento y
para la meditación, atmósfera que envolvió
siempre y espero que siga envolviendo a este
lugar.
Cuando Mencio tenía justamente mi edad
escribió en una tablilla que colgó a la puerta de
su casa lo siguiente:
[6] ARGAYA
Cuando uno ha llegado a viejo
Y ha cumplido su misión
Tiene derecho a enfrentarse apaciblemente
Con la idea de la muerte.
No necesita de las personas:
Las conoce y sabe lo suficiente de ellas,
Lo que necesita es paz.
No está bien visitar a este hombre,
Hacerle sufrir con banalidades.
Es menester pasar de largo
Por delante de la puerta de su casa
como si nadie viviera en ella.
Las autoridades paseando entre el público asistente.
Mencio vivió sucesivamente al lado de
un cementerio, al lado de un mercado, al
lado de una escuela y dentro de un palacio,
pero acabó habitando dentro de sí mismo
para madurar el pensamiento que luego inspiraría uno de los cuatro libros de la filosofía china. En él, sus discípulos trataron de
reflejar, con breves sentencias extraídas de
sus enseñanzas, hasta qué punto había llegado Mencio en sus reflexiones sobre la palabra escrita: «Es preferible –decía– no leer un
Las autoridades ante la maqueta que representa la Villa del libro.
Recorriendo el Centro e-LEA.
libro a tener que aceptar incondicionalmente lo
que en él se escribe». En otras palabras: si
importante era leer, mucho más lo era el
comprender lo que se leía; conocer al autor
y conocer los motivos que le llevaron a escribir. Quiero pensar que la apuesta que hoy
se hace en Urueña por el libro, al igual que
la apuesta que hoy se hace en Urueña por el
libro, al igual que la apuesta que hicimos
antes desde nuestra Fundación por la tradición oral, es una apuesta plural: es decir, se
apuesta por el texto pero también por el
contexto; por el pensamiento pero también
por el signo que lo representa; por la difusión del conocimiento pero también por el
análisis; por la sociedad, pero también por el
individuo que la origina y la alienta; por la
economía, pero también, y principalmente,
por ese tipo de cultura que tiene que ver
con el cultivo de uno mismo; por el progreso de la Villa pero también por el respeto al
entorno y al paisaje como elementos imprescindibles para comprender mejor su historia
y poder hablar de futuro. El marco en el
que se iba a desarrollar este acto me invitaba a terminar con un Amén. El cambio de
ámbito me invita a terminar con un pirandeliano «así será, si así os parece»*.
Inauguración
Ruiz Medrano y Luis Minguela en una de las librerías de la Villa del libro de Urueña.
* Discurso pronunciado con motivo de la inauguración de la Villa del libro.
ARGAYA [7]
cincuenta
años
Ángel Laso Ballesteros
Director del Archivo Histórico
Provincial de Valladolid
Actualmente a muchos visitantes la localidad de Urueña nos transmite
una gozosa sensación de inmutabilidad, la villa parece ajena al tiempo
y sus sinsabores. Lógicamente es una apreciación sentimental y no menos
superficial, todo lo humano está sujeto al tiempo y al espacio, es histórico.
T
ras un período de esplendor en el siglo
XIV y cierta actividad artística en el
XVI, la villa murada tuvo una historia semejante a la de la inmensa mayoría de las localidades pequeñas de la provincia de Valladolid, dependientes de una agricultura y una ganadería de ajustados rendimientos. Si acaso su expectativa de futuro se hizo
más sombría con el incendio del año 1876 que
destruyó medio pueblo, casa consistorial incluida. No era extraño pensar que sus signos
de identidad «las ruinas de su fortaleza y muralla… están llamadas a desaparecer en tiempo no lejano»1.
En el Archivo Histórico Provincial se conservan documentos de los años centrales del siglo XX que nos muestran los pasos de sus vecinos para salir del subdesarrollo y la pobreza
de siglos.
En 1953 el Ayuntamiento solicitó autorización para ceder gratuitamente un solar de
sus bienes de propios, de 400 m2, para almacén o panera de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos. Al año siguiente el Ministerio de Gobernación autorizó la cesión2.
En septiembre de 1956 terminó la obra la Hermandad, que contó con subvención del Servicio Nacional del Trigo3.
ORTEGA Y RUBIO, Juan Los pueblos de la provincia de Valladolid, Valladolid, 1895, Vol. 2º, p. 22.
AHPVa, Gobierno Civil, 34/36.
3
AHPVa, Organización Sindical, 1099/5.
1
2
[8] ARGAYA
Urueña, cincuenta años
Distintas calles de la villa de Urueña
en la antigüedad.
ARGAYA [9]
Urueña, cincuenta años
Urueña hace cincuenta años
Una mejora espectacular fue llevar el agua
potable al casco urbano. Hasta que se produzca
«el pueblo se abastece de agua potable de un
manantial situado en el fondo del valle que se
encuentra al sur del pueblo, habiendo de salvar
el mencionado desnivel de 100 metros mediante sendas o caminos tortuosos que, sobre todo
en invierno con las heladas, son sumamente peligrosos por su acusada pendiente. Son numerosos los accidentes ocurridos aparte de la incomodidad y pérdida de tiempo y energía que supone este largo y difícil desplazamiento»4. El
Instituto Nacional de Colonización redactó el
proyecto de suministro de agua a partir de un
manantial situado a 400 metros del casco en
enero de 1954. Poco después se contrató al adjudicatario de las obras del depósito regulador
y casa de máquinas, con su captación, depósito
y desagües del abastecimiento de agua, la instalación de las tuberías de impulsión y distribución, y la obra de las dos fuentes con abrevadero, una junto al depósito y otra en el corro de
San Andrés. La intervención terminó en mayo
de 1955 con un coste de 262.869 pesetas, aportadas por el Instituto y la Comisaría Nacional
del Paro5. Los 825 vecinos lo debieron agradecer6.
Ahora podemos ver el diseño de las fuentes
y dos fotografías hechas antes de comenzar las
obras.
Hace cincuenta años pasear por las calles
de Urueña no era una actividad especialmente
grata. Como nos dice Luís Cervera «en este
primitivo núcleo urbano las calles estarían
desprovistas de pavimento, consistiendo este
en tierra endurecida por el paso de las personas y ganados, posiblemente mejorado con la
adición de piedras rellenando baches»7. Para
mejorar esta situación el alcalde Antonio Pérez-Minayo Tabares, nombrado en 1952 y
continuador de una de las tres familias relevantes de Urueña desde el siglo XVII8, consiguió en marzo de 1957 una subvención de la
Comisaría Nacional del Paro consistente en
55.860 pesetas para la pavimentación de las
calles. Con esa subvención se dio trabajo a 34
vecinos del pueblo, se compraron el cemento,
la grava, la arena y el morrillo, e incluso se pagó al fotógrafo de Medina de Rioseco Heraclio Barrios un reportaje fotográfico del estado
de las calles antes de la pavimentación9.
Aparte de legarnos un interesante testimonio gráfico, la intervención debió ser poco
efectiva. En el año 1963 don Antonio informaba que las necesidades10 de los 670 habitantes y su coste, eran:
–
–
–
–
–
–
–
–
–
Pavimentación
1.500.000
Centro de enseñanza
200.000
Caminos locales y rurales
1.500.000
Casa consistorial y vivienda
200.000
Regadío
5.000.000
Centro sanitario
200.000
Matadero
200.000
Arreglo del cementerio
240.000
Puentes y similares
60.000
AHPVa, Jefatura Provincial del IRYDA, 134/7.
AHPVa, Inspección del IRYDA, 947/1.
6
AHPVa, Gobierno Civil, 182/1.
7
CERVERA VERA, Luís La villa murada de Urueña, Valladolid, 1989, p. 49.
8
URREA, Jesús, Urueña Valladolid, Valladolid, 1991.
9
AHPVa, Gobierno Civil, 1371/42. La digitalización de todas las fotografías ha sido realizada por Joaquín Pérez García.
10
AHPVa, Gobierno Civil, 186.
4
5
[10] ARGAYA
– Arreglo de la ermita
100.000
Las mejoras e inversiones se irían sucediendo en los años posteriores a pesar de la
mengua del vecindario. Quizás pocos se percataron de su trascendencia pero en ese año
1963 el Ministerio de Educación Nacional reorientó el rumbo de Urueña, acordó tener por
incoado el expediente de declaración de conjunto histórico-artístico a favor de la villa y la
ermita de la Anunciada, desde entonces, todas
las obras que fuesen a realizarse deberían ser
sometidas a su autorización11.
Once años después, con 380 vecinos, el
Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo
Agrario, al conceder a la Hermandad Sindical
de Labradores y Ganaderos de Urueña una
subvención de 93.000 pesetas para que adquiriese una báscula pública de 40.000 kilos12, indicaba que «Su carácter histórico y los aspectos artísticos del núcleo han determinado la
preocupación de los organismos provinciales
por resaltar estos aspectos y de este modo se
puede afirmar que la infraestructura urbanística de la zona se encuentra en vías de solución,
creados ya los servicios más importantes».
Así se fueron dando los pasos para pasar
de una tradición hija de la miseria y la necesidad a la tradición hermana del bienestar y la
Urueña, cincuenta años
«Los pueblos de la provincia de Valladolid (1895)», edición facsímil, Juan Ortega Rubio. Grupo Pinciano.
11
AHPVa, Gobierno Civil, 59/39. En 1955 el cura párroco comunicaba al gobernador el estado ruinoso de la
ermita, ibidem 138/17.
12
AHPVa, Jefatura Provincial del IRYDA, 53/7.
ARGAYA [11]
URUEÑA,
cuna y tumba del libro
José María Giménez Ramos
Escritor
L
os hechos más sobresalientes del género humano. Nacer… y morir.
En el trayecto, formas y
colores, paisajes, deseos, fantasmagorías, vaivenes materiales.
Todo y según, así venga y se
vaya, buscar y hallar. O despreciar.
Urueña tiene el honor y la alta
misión, desde hace dos años largos, de sentirse madre y reposo
del libro. Villa del Libro. La Primera en España, y en concreto,
desde el 15 de Marzo de 2007.
O sea, hace cuatro días. Y
ya parece casi eterna.
Nada como el libro para
hacer perenne el pensamiento, la razón de vivir,
la solución al sentir, la
inquietud del que será,
la emoción de lo que
fue.
Quien iba a pensar, –dirían los primitivos Condes–,
en ese destino del siglo veintiuno. Quien podía augurar, a una
población que conserva, como
único patrimonio de la humana
génesis, unas doscientas cincuen-
[12] ARGAYA
Interior de una de las librerías de Urueña.
todo lo que comunica sabiduría,
sensaciones, pensamientos o deseos, a veces yerra, a veces es
falso, a veces se equivoca. En
eso no se distingue demasiado
de los humanos. Hemos de ser
tolerantes y comprensivos. No
se olvide que un libro lo hace
un hombre, lo edita un hombre,
lo lee un hombre. O una mujer.
O un niño. No se trata de género.
El honor, repito, que tiene
Urueña, la villa medieval amurallada de la provincia de Valladolid, en los confines de los
Montes Torozos y Tierra de
Campos, es uno de los mayores
que le cupieran jamás. Mis plácemes y enhorabuenas a quienes
han hecho posible esta magnífica realidad, única en España.
Que crezcan a su sombra y amparo es cosa de tiempo. La Diputación de Valladolid puede y
debe sentirse orgullosa de haber
dado cabida y forma a proyecto
de tal magnitud. Como bien dijo
su Presidente, D. Ramiro F. Ruiz
Medrano, las librerías (doce)
que la Diputación ha levantado
al abrigo de esas murallas, son
las tapas con guardas de un hermoso libro con forma de piel
de toro, que se nutre, se alimenta y se desarrolla en la villa
de Urueña, sol de esplendorosa
cultura de Castilla y de León.
No es en balde que exhibe
exultante la Fundación y Centro
Urueña, cuna y tumba del libro
ta almas. Pero del mejor calibre,
del más noble estado.
La gloria del libro está en su
masa, en su materia, científicamente hablando. Y en su contenido, cuando de su espíritu, de
su trascendencia se trata. Hoy,
donde priva la informática y la
cibernética, rige aún con majestad su destino, el libro. Nada
como poseer entre nuestras manos un volumen. Nada como
posar nuestra mirada en sus páginas, abriendo su vientre, removiendo sus entrañas a placer,
aspirando ese tenue aroma de
papel y tinta de impresor. Yendo y viniendo entre sus páginas.
Leyendo, repasando, retrocediendo y avanzando cautelosa o
vertiginosamente, en su texto. Y,
de pronto, si precisa, extasiando
nuestro ánimo predispuesto al
gozo, al contemplar sus gráficas
muestras de expresión, el indiscutible arte de sus dibujos o
grabados, de sus incomparables
testimonios visuales, que nos
transportan al mundo que pretende.
No olvidemos su peso. Es,
casi diría yo, como tener un pequeñuelo entre nuestros brazos,
que, aunque pesado y molesto,
nos alegra el corazón con sus
risas, gestos, mimos y carantoñas, y la humanidad reflejada
en sus ojillos, en sus manos diminutas y soberanamente expresivas.
Es pesado, sí, y molesto a veces… si no se lee, si no se le
ama, si no se le acoge con cariño y deseo de permanencia entre nosotros. Como a un bebé.
Como a cualquier ser humano
que nos pide nuestra ayuda,
nuestra complicidad.
El libro nos da todo lo que
es y tiene. Es generoso. Y, como
ARGAYA [13]
Urueña, cuna y tumba del libro
Etnográfico Joaquín Díaz, el
Museo de Instrumentos Musicales del mundo Luis Delgado;
el Museo de Campanas, la Sala
de Exposiciones Mercedes Rueda y el Centro de diversidades
e-LEA.
Nunca menos hicieron tanto.
El libro, a partir de 2007, tiene su cuna permanente. Urueña.
Puede nacer allí, puede llegar de
otros lares, se aposentará y vivirá como si su hogar nunca hubiera sido otro. Y, llegado al fin
de sus días, es decir, cuando
apenas se consulten sus páginas
por sabidas o remozadas, morirá. Mejor dicho, no caerá en la
muerte absoluta jamás. Entrará
en «dormición». Y será feliz
pensando que, nadie que ame
un libro de corazón, le olvidará
del todo. Siempre, como en el
fabuloso relato de la Bella Durmiente, si no un príncipe, un
amante de su alma y de su cuerpo le acariciará, soplará levemente sus lomos y hará evaporar el polvillo de acumulación
involuntaria que los años habrá
aposentado en él. Quizá le bese
antes de abrirlo. Quizá bendiga
su estancia entre aquellos muros. Quizá, cuando le lea, transporte su gratitud a los que hicieron posible el tesoro de su
existencia. Al pueblo que tuvo
la feliz y honrosa iniciativa de
su establecimiento. A Urueña.
Esa localidad vallisoletana que,
cuando amanece, saluda al Astro Rey con las mejores galas
que darse puedan. Y el Sol lo
agradece enviando sus benéficos
rayos y posándolos en esa frase
literaria que la ha de hacer, de
ahora en adelante, más famosa
si cabe.
«URUEÑA, VILLA DEL LIBRO». La primera de España.
[14] ARGAYA
S
oportan mis espaldas lo que al mundo
es su ciencia, su amor, su religión.
Su miseria de cabaña, su riqueza de salón.
Su pensamiento profundo.
Sus opiniones livianas,
su pasión envilecida,
su virtud escarnecida,
sus frivolidades vanas.
Sus convicciones, sus dudas,
su indiscreción, su hermetismo.
Nada es igual y es lo mismo
vengas a mí o a otro acudas.
Y pese a ser tantos años
balanza registradora
de sinceridad y traidora
forma de amagar engaños,
Soy quien soporta del mundo
su fe y su bellaquería,
sus instintos más inmundos,
su imparcial sabiduría.
Ténme piedad, no desprecies
que me venda a tantos amos;
Que es así mientras vivamos
semejantes de mi especie.
Paseo comentado por
Urueña
Josemaría de Campos Setién
General de División y Catedrático
La visita a Urueña, la Villa del Libro tan inteligentemente ideada y concienzudamente
proyectada, me trae al recuedo aquellos años en que la Academia Nueva llevaba a cabo
los «paseos comentados» por la ciudad y por la provincia.
U
n grupo digno de historia pero aún
sin historiar, del que fui testigo, con
José Luis de los Mozos, Enrique y
Carlos Gavilán, Alfonso y Antonio Corral,
Lucas Calvo, Amando Represa, Juan José
Martín González, Luis Suárez, Daniel Benavides Llorente, Alfonso Guilarte, José de No,
Vicente Bielza, José Luis Cano, Luis de Castro, Federico Watemberg, Juan y Santiago
Benito Arranz , José Luis Martín Galindo,
Luis Delgado Orbaneja, Manolo Basas, Federico Carrascal Antón, Olegario Ortiz Man-
chado, José Antonio Medrano Ruiz del Árbol, Faustino Ramos, José Antonio Merino
Muñoz, Ángel Pizarro y Miguel Carreras
Díez, florida juventud, sementera de catedráticos y relevantes profesionales, y algún otro
«senior», de cuando en vez, como Demetrio
Ramos, Tomás Caro Patón, Justo González
Garrido y Augusto Fernández de la Reguera.
Y entre sus paseos comentados, uno de los
preferidos era el que hoy quiero rememorar,
con destino a Urueña, su hoy archifamosa
Villa del Libro, y proponer como excursión
ARGAYA [15]
Paseo comentado a Urueña
El osario de Wamba: Concejo abierto de huesos y de calaveras.
[16] ARGAYA
de un día, (y de los que el entusiasmo invite), un itinerario presidido por tal cúmulo de
historia, de arte y de naturaleza, que bien
promocionado constituirá una fabulosa ruta
con el encanto que ofrece nuestra tierra castellana y su rico patrimonio cultural.
Primera parada, Wamba. Evocación de la
muerte, aquí, de Recesvinto y elección de
Wamba. En la iglesia de Santa María nos
sale al encuentro su fachada románica, del
siglo XII, el ambiente mozárabe del ábside y
el crucero y la incógnita del no sé cuantos
espectacular osario.
Seguidamente, Torrelobatón, con su castillo muy bien conservado utilizado como silo
y actualmente reconvertido en Centro de Interpretación de la herencia del movimiento
comunero, inaugurado en el pasado mes de
abril. Continente y contenido merecen una
pausa. El castillo, con su patio de armas casi
cuadrado, en los ángulos tres cubos y la esbelta torre del homenaje en saliente, que
protege a la puerta de medio punto. Es de
ver la mudéjar, de un gótico tardío, iglesia
de Santa María. Sus tres naves se separan
por dos monumentales arcos de descarga de
medio punto que llegan desde los pies hasta
la cabecera. Dejamos Torrelobatón, no sin
dedicar un recuerdo a su más famoso hijo,
el iluminado padre Hoyos, promotor de la
devoción al amor misericordioso del Sagrado
Corazón de Jesús, que «reinará en España».
San Cebrián de Mazote. Su iglesia, joya
del mozárabe del s. X, afortunadamente restaurada, de planta basilical con las naves separadas por maravillosos arcos de herradura
sobre columnas de mármol, con capiteles de
variada talla vegetal, merece nuestro tiempo.
Además admiraremos una Asunción, labrada
en alabastro por Inocencio Berruguete y un
Cristo yacente de la escuela de Gregorio Fernández. Más historia, en San Cebrián de
paso para León para proclamarse rey y fundir para siempre los reinos de Castilla y
León, Fernando IIII o IV el Santo fue reconocido, por los leoneses antes que en ningún
otro lugar, como su soberano y señor natural.
Torcemos a la derecha, pero no nos desorientamos, que vamos muy derechos al Monasterio de la Santa Espina, monasterio
cisterciense, grave, imponente, solemne, asentado en pleno monte de Torozos erizado de
matorrales con perfume de salvia, orilla del
Bajoz.
No escogió mal el lugar la infanta-reina
Doña Sancha, hermana de Alfonso VII. A la
vuelta, de visitar los monasterios cistercienses
de Francia, Italia y Alemania, pide a san
Bernardo monjes de Claraval para fundar
este monasterio, custodio de la santa reliquia
de la Espina de la Corona de Nuestro Señor.
Su construcción se inicia en 1149, sigue en
el XIII y sufre sucesivas reformas para adaptar enterramientos de los Vega, en el extremo de la epístola, en el siglo XIV, la ampliación de la capilla de la Santa Espina, de la
mayor, las colaterales y el crucero, obra de
fray Alonso de Orozco, del XVI-XVII. Y de
la misma época, la tribuna de los pies del
templo, para coro alto. La magnífica facha-
Torrelobatón con su castillo.
secuenciado la lectura, la escritura y sus diversos soportes, su área pedagógica y de investigación y documentación, su biblioteca y
sus librerías, su interesante scriptorium Alcuino. Una forma innovadora, única en
España, de enaltecer el patrimonio históricoartístico. Y fonda hemos dicho, por sus tentadores restaurantes. No es Urueña simplemente para visitarla de paso, sino para «vivirla».
Y a un tiro de piedra, en la ladera, otra
joya, la iglesia de Nuestra Señora de la
Anunciada, uno de los más interesantes
ejemplos del románico catalán fuera de su
área natural de expansión, de fines del siglo
XI-comienzos del XII, con sus características
bandas lombardas y decoración de arquillos.
¿Muestra de la influencia catalana por el casamiento del conde de Urgel con Doña Maria, hija mayor del conde Ansúrez?
Después de repostar debidamente y admirar el museo de musical y etnológico de Joaquín Díaz, nos llegamos a Villagarcía de
Campos. Nos aguardan bellas sorpresas para
verlas con los ojos de la historia y del arte.
Porque aquí está la colegiata de San Luis,
diseñada por Rodrigo Gil de Hontañón, modelo de todas la iglesias jesuíticas de los siglos XVI al XVIII, la de San Ignacio, hoy de
San Miguel, de Valladolid, que es su copia
casi exacta, la de la «Compañía», de Palencia y de Santander, la de los santos Juanes
de Bilbao, la de San Felipe y Santiago, de
Paseo comentado a Urueña
da exterior se efectuó en el siglo XVIII yuxtaponiéndola al muro primitivo que por el
interior se conserva intacto.
Los cuatro grandes relieves de alabastro
del retablo original, de Francisco Giralte
(1525-1576), colaborador de Berruguete, se
encuentran en el Museo Marés, de Barcelona. En su lugar se colocó otro, procedente
del monasterio de Retuerta, de Diego Marquina, escultor del siglo XVI. También del
siglo XVI es la magnífica cerca del monasterio y la puerta monumental que da entrada
al compás, hoy jardín.
Por su magnificencia, llaman la atención
los dos claustros del monasterio, del siglo
XVII uno y del XVIII el otro. Pero queremos llamar la atención sobre dos elementos
magníficos no por su «monumentalidad»
sino por su pureza cisterciense. El «armariolum» o «librería», importantísima pieza, original del siglo XII, uno de los ejemplares
más interesantes en su género que subsisten
en España y quizás en todo el mundo. Y la
joya, definitivamente, es la sala capitular,
donde lo constructivo, al más puro estilo cisterciense, sin «adorno» embellecedor alguno,
es sublimemente bello, sencillo y severo. Difícilmente se hallará un «capítulo» que mejor
cumpla a los austeros preceptos de la Orden.
Tras la desamortización y exclaustración,
«maravilloso caso de saña satánica y de idiotez colectiva» las calificaría Francisco Antón
en su monumental «Monasterios medievales»,
que tanto afectarían a este monasterio; ya hemos apuntado la desaparición del retablo de
Giralte, el cenobio quedó abandonado y se
iba viniendo abajo poco a poco, hasta su reconversión en granja agrícola a cargo de los
Hermanos de las Escuelas Cristianas. Y allí
está enterrado Rafael Cavestany, ministro de
Agricultura, fundador de la Escuela de capataces y favorecedor del establecimiento.
Y llegamos a Urueña. Parada y fonda.
Hoy, fruto de una idea original y creativa,
renombrada «Villa del libro», con múltiples
alicientes naturales y culturales. Mirador de
la Tierra de Campos, «Tierra de Campos infinitamente» que cantara Guillén. Con su
«Espacio para la lectura, la Escritura y sus
Aplicaciones» (e-LEA), con exposición interactiva de los elementos y utensilios que han
ARGAYA [17]
Paseo comentado a Urueña
Monasterio de la Santa Espina.ensoñadas.
[18] ARGAYA
Segovia, la de Villafranca del Bierzo, en
León, hasta la de Monforte de Lemos, de
Lugo, todas a imagen y semejanza de Villagarcía, iglesia tipo del primer estilo jesuítico.
Luego, a su vuelta a España tras la expulsión, en el XIX se aplicará el neogótico de
ladrillo.
Al entrar en la iglesia, a la mano derecha
admiramos la capilla de las reliquias aportadas por Don Juan de Austria. Más joyas: el
Cristo de Lepanto, y a su lado el Lignum
Crucis, un pedacito de madera de la Cruz del
Salvador, que envió San Pío V a Don Juan
de Austria antes de la batalla de Lepanto y
que éste llevó debajo de la coraza durante la
pelea, el pendón que presidió la batalla, testimonios del cariño de Jeromín a su madre
putativa Doña Magdalena de Ulloa, fundadora de la Colegiata y noviciado jesuítico.
Y volvamos a los libros. Porque aquí escribió el padre Isla su célebre Historia del
famoso predicador Fray Gerundio de Campazas, y junto a tantos objetos valiosos por
su mérito religioso, histórico y artístico, están las vetustas prensas de la imprenta del
antiguo colegio, fundada por su rector el padre Francisco Javier Idiáquez en 1755, importando de Holanda los mejores tipos de
letra griega y española, para surtir a los estudiantes de buenos libros, y en poco tiempo
se editó una completa colección de clásicos
latinos y griegos, que se difundieron por
todo el mundo.
No nos volvemos «directamente», porque
tenemos que llegarnos a la ciudad de Medina de Rioseco. Ciudad, sí, y Muy Noble y
Muy Leal, capital industrial y mercantil, con
una población que doblaba a la de Madrid
o y Bilbao en su tiempo, centro de los dominios del Almirante de Castilla Alfonso Enríquez, a orilla del Sequillo, río que la ha
dado nombre. Con carácter castizamente castellano por donde se la mire. Plazas porticadas, calles con soportales, la Rúa, que nos
lleva en primer lugar a la vieja parroquia de
Santa Maria de Mediavilla, con su capilla de
los Benavente, en cuyo retablo triunfa el esplendor dramático del juicio final, de Juan
de Juni, considerada por la crítica como una
de las obras más jugosas, abarrocadas y pletóricas de hispanismo de todo nuestro plateresco y «Capilla Sixtina de Castilla», y entre
otras joyas, la renacentista custodia procesional de Antonio de Arfe.
La iglesia de Santiago, muestrario de la
evolución del arte español, iniciada en gótico
el siglo XVI, renacentista puerta del mediodía, herreriana fachada, y afiligranado barroco de las bóvedas. Su interior de tres naves
con espléndidos retablos que cubren por
completo los testeros de las tres naves, sobresaliendo el mayor, de Churriguera. En su
interior, también son admirables los pasos
procesionales de su famosa Semana Santa,
con la llena de emoción trágica imagen de la
Dolorosa, de Juan de Juni.
Nos despedimos de Rioseco (hemos de
disfrutarlo más despacio) visitando, a la salida, el convento de San Francisco, fundado
por el almirante don Fadrique, para servir
de enterramiento a él y a su esposa, cuyas
estatuas orantes, en bronce, fechadas en
1539, son obra del burgalés Cristóbal de
Andino, restaurado y reconvertido recientemente en museo de arte sacro, digno verse.
Ahora sí, directamente a Valladolid, con la
tentación de pararnos a medio camino, en
La Mudarra, para visitar a Godofredo Garabito en su Casa Grande, en un ambiente de
paz y sosiego, de coral y oro, de violeta y
plata cristalina, que nos vendrá muy bien
para descansar un rato y disfrutar de su plática y del vinillo de este gran amigo cultivador del arte, de la amistad y de la poesía.
José Delfín Val
Periodista y escritor
MEMORIA OLFATIVA
M
e gusta el olor de los libros. Soy un poco bibliófilo y por eso me
gusta el olor de los libros. Algunas personas no se percatan de
que los libros nuevos, recién comprados, tienen olor. El olor de la
tinta de imprenta. Si el libro está retractilado conserva mucho mejor
su olor personal e intransferible. Porque nada huele como un libro. Ni siquiera un periódico recién expulsado por la rotativa y listo para ser empaquetado. Imprimir un periódico requiere prisas, sosegadas prisas, que es
como no sé quién definía el arte de torear, creo que Josep Daza. El olor de
los libros debe ser cosa de las calidades. Las calidades a las que me refiero
son la calidad del papel, la calidad de la tinta y la calidad del texto. Creo
que la tinta sabe cuándo un texto es bueno y cuando no lo es para darle al
ARGAYA [19]
Memoria olfativa
libro los aromas precisos que satisfagan al lector. Y luego
está la elaboración.
Reconozco que mi infancia está ligada a un periódico, es decir, a un diario, y a una imprenta en la que se
tiraba ese periódico. Como la imprenta era de las mejores del lugar, hacía libros. Hacer libros es «darle forma»
a las ideas plasmadas en cuartillas por un escritor. Afinando un poco más diríamos que un libro se engendra
en el claustro materno del cerebro del escritor y la imprenta hace de comadrona sacándolo al mundo.
Un escritor con elemental imaginación diría que Urueña, desde abajo, parece un nido de águilas. No es para tanto. Aunque las águilas suelen volar bajo cuando tienen que
cazar corderos; y en Urueña, por aquellos años, había muchos corderos y alguna que otra águila cazadora. Todavía
creo haber visto a alguna sobrevolar el valle a la querencia.
La primera vez que subí a Urueña las calles estaban alfombradas de canicas negras denunciadoras del paso de los
rebaños. Podía prescindirse del alfombrado, que no necesitábamos bajo nuestras plantas, pero era impensable en aquellos años. El ganado, especialmente el ovino, era un complemento de la agricultura que permitía
sobrevivir con sacrificio y dignidad. Era estabulado en los corrales de las casas
y pocos pensaban que sacarlo fuera resultaría ventajoso para todos.
No sé si la desaparición del alfombrado de las calles de Urueña se debe
a la reducción del ganado o al propio convencimiento de los ganaderos que
han roto con la tradicional convivencia (es un decir) de gentes y ganado.
[20] ARGAYA
Memoria olfativa
Pero ahora, transcurridos pocos años, la transformación
de Urueña es notable y ejemplar.
Aquella primera visita a Urueña fue muy gratificante y las incomodidades resultaron pasajeras. Había dónde echar un vaso y un pincho; y había dónde te hicieran una tortilla y un par de huevos fritos con patatas y
un choricito frito, porque de esas comidas hemos degustado en muchos de estos pueblos vallisoletanos.
Ahora las calles están limpias, el pueblo es conocido por cientos de miles de estudiosos del folklore por el
Centro Etnográfico Joaquín Díaz instalado en la casona
del antiguo obispo Minayo, se puede comer de restaurante y las casas que se habían arruinado han sido reedificadas por un grupo de artistas que han encontrado
en Urueña su lugar de descanso y de creación y por
otras personas que han hecho allí su refugio.
Quizá todo surgiera en torno a la casona del mayorazgo de los Mena adquirida por la Diputación de Valladolid y donde se instaló el antedicho Centro Etnográfico Joaquín Díaz. Ignoro si habrá premios para los municipios que han experimentado (no me atrevo a escribir sufrido) mayor transformación en los
últimos veinte años. Pero si hubiera un premio, éste sería para Urueña. Y si
no lo hay, lo propongo. Nuestra felicitación a quienes lo han hecho posible
desde las instituciones locales y provinciales.
Urueña se ha convertido en un centro cultural, en un pueblo para ser
estudiado. Iba camino de perder su antañona identidad, pero encontró la
senda por la que venía el bien hacer y el bien estar y se encontraron en el
camino. Lástima que El Bueso y el convento Villalbín sean ruinas irrecuperables de las que únicamente nos queda el recuerdo de lo que fueron y no
pudimos mantener. Todo cuanto ha estado en manos de quienes tenían responsabilidades se ha recuperado. Nos felicitamos por ello.
Eso y el olor a libros nuevos son el actual orgullo del pueblo.
ARGAYA [21]
CONVENTO DE VILLABLÍN
EXCLAUSTRACIÓN Y LEYENDA
Anastasio Fernández Sanjosé
Escritor
E
ran tres los monasterios
enraizados en tierras de
Urueña que, tras irradiar
dogmas y conocimiento
como faros preponderantes de laboriosidad, doctrina y poder, fueron abrogados simultáneamente
en el siglo diecinueve.
Iglesia de Villanueva de los Caballeros que antes de ser villa fue barriada del convento de Villalbín.
[22] ARGAYA
El primero el monasterio de
San Pedro y San Pablo de Cubillas, del que aún sigue erguida la
iglesia románica con la denominación actual de ermita de la
Anunciada. Segundo el monasterio del Bueso, cuyas resonancias
perduran en la memoria del pueblo, mitificado su nombre en
anastomosis con el del legendario
don Bueso del romancero popular, si bien su fundación fue llevada a cabo por beatos desgajados
de la disciplina monacal de Villalbín. Y tercero el convento de Villalbín, divulgado en menor medida pero más antiguo, esencial y
significativo, al que este cronista
recurre hoy por muchas razones.
Siempre me han intrigado las
ruinas del convento de Villalbín,
tan desmoronado y nebuloso;
asoladas las tapias a corto trecho
de Villanueva de los Caballeros,
las metálicas puertas cerradas sin
un mal chirrido. Ahora recuerdo
que nos asomábamos los chicos y
dentro del cercado cuadrangular
apenas había algunos árboles su-
Puerta que aún guarda el solar y la memoria del desaparecido convento de Villalbín.
tidos ajenos o contrarios a su incumbencia.
Lo cierto es que el convento
de Villalbín fue fundado en 1087
por doña Urraca, la infanta que
había defendido bravamente Zamora del asedio que para arrebatarle la ciudad le puso la tropa de
su hermano Sancho. Fundación a
la que doña Urraca legó los diezmos de la iglesia de San Nicolás
que pensaba erigir en dicho lugar,
enclavado en tierras de Urueña, a
orillas del río Sequillo.
Regido en imprecisas etapas
por ermitaños de la pobre vida,
sacudida la comarca por guerras,
despoblamientos y repoblaciones, la historia primitiva del convento de Villalbín hoy resulta tan
oscura como inescrutable.
En 1103, Alfonso VI donó al
San Isidoro de León las posesiones que había retenido del infantado de sus hermanas doña
Urraca y doña Elvira, entre ellas
«in Campo de Toro Villam Albin cum suos barrios». (Valcarce. El dominio de la Real Colegiata de San Isidoro de León
hasta 1189, pp. 95-97). Barrios
cuyo caserío no puede ser otro
que el embrión de la antigua
Villa Nova de Campo de Tauro
o Villanueva de los Caballeros
según toponímico actual.
A instancias de doña Sancha, hermana del emperador
Alfonso VII y dueña de Urueña
cuyas primitivas murallas ella
también había ordenado reconstruir y fortalecer por ser
enclave fronterizo y estratégico
en el que se daban continuas
luchas entre el reino de Castilla
y el reino de León, en 1158
fueron trasladadas a Urueña
unas reliquias de San Albino,
siendo recibidas entre considerables muestras de fervor y volteo de campanas. Suceso éste
que proporciona razonados indicios en cuanto a la etimología del nombre del convento de
Villalbín.
Frente a la entrada principal
del convento de Villalbín, en la
otra ribera del río, ya término
municipal de Villanueva de los
Caballeros, el terreno forma un
altozano sobre el que se han hallado restos arqueológicos de la
Edad del Hierro y cerámicas medievales. En la ladera del terra-
Convento de Villalbín, exclaustración y leyenda
pervivientes, la casecilla de los
guardeses designados por la propietaria doña María Vázquez de
Prada, determinados cultivos
exóticos tal que la regaliz, y las
vetustas ruinas que poco a poco
eran devoradas por las cardenchas y los rosales silvestres. Mas
seguíamos llamándolo el convento respetuosamente.
La intriga subió de tono cuando escuché que, al son de las malas lenguas, el convento de Villalbín se había quedado sin frailes
de repente, a consecuencia de ladina estratagema: decían que alguien que pudo hacerlo introdujo
en el cenobio a un grupo de jóvenes prostitutas que soliviantaron
el talante y los votos de castidad
de los monjes. Según dicha versión, hasta los gatos escaparon
del convento detrás del señuelo
libidinoso de las desvergonzadas
pirujas.
¿Otra leyenda más inventada
para desdibujar el espejo de la
cruda realidad? ¿A qué obedece
sino la propagación oral y persistente de semejante conjetura historiada? Todo es relativo. «La
peste negra que asoló Europa entre 1347-1350, fue la causa que
obligó a los abades a permitir las
salidas de los monjes para buscarse el sustento. Esto dio ocasión a que surgiera la figura del
monje giróvago como en los
tiempos de San Benito. Aun
cuando cesó la peste, los que se
habían acostumbrado a este tipo
de vida no querían incorporarse
a la vida de clausura» –escribe el
historiador Luis Rodríguez Martínez, justificando así la reforma
benedictina cuya meta era atajar
la decadencia de la vida monacal
y el deambular de religiosos con
hábitos indecentes por las plazas
y teatros mirando toros, cañas y
comedias y ocupándose de come-
ARGAYA [23]
Convento de Villalbín, exclaustración y leyenda
plén, de cara al Sequillo y próximas al molino de Las Cuatro Rayas, siguen existiendo tres cavernas de tiempos remotos denominadas Las Bodegas, de las que la
leyenda cuenta que se comunican
por el subsuelo con el castillo de
Tordehumos. Nadie las ha explorado a fondo y lo verosímil es que
estas cuevas fueran horadadas
por los viticultores del entorno
con el propósito de erigir allí sus
bodegas, sin que llegaran a rematar la obra.
Según las crónicas antañonas
el convento de Villalbín llegó a
poseer espléndidos viñedos, así
como árboles frutales y uno de
los mejores palomares de la comarca. Así pues, no es aventurado suponer que el cultivo de los
majuelos y la elaboración del vino fueran el soporte fundamental
de la economía del claustro.
Me gustaría averiguar el paradero de la inconfundible imagen
del Niño Jesús venerada antaño
[24] ARGAYA
en el convento de Villalbín por las
gentes del Bajo Sequillo, imagen
que según la tradición popular
perseveraba con la cabeza inclinada desde el día que le habló milagrosamente a doña Ana María
Velasco, quien en el oratorio suplicaba ayuda para su hijo primogénito, el joven y juerguista duque de Osuna, y la imagen del Niño Jesús forzó aquel mohín condescendiente en tanto replicaba:
«¡Hija, ayúdese él!»
Don Cristóbal Baltodano,
obispo de Palencia, reformó en
1567 el convento benedictino de
Villalbín, tan próximo y vinculado a Villanueva, sustituyendo a
los beatos y monjes que lo habían
habitado hasta entonces por frailes menores de la franciscana
Santa Recolección. Recién instalados, estos recoletos procedieron
a restaurar los edificios, incluido
el deteriorado templo.
Los condes de Urueña mostraron siempre muy especial
predilección por el convento de
Villalbín, pues en la capilla
mayor de la iglesia estaban enterrados los restos mortales de
don Pedro Téllez Girón, tercer
duque de Osuna, séptimo conde
de Urueña y segundo marqués
de Peñafiel, quien en vida había
servido a Felipe III como virrey
de Sicilia y más tarde virrey de
Nápoles, siendo leal secretario
suyo el poeta Francisco de Quevedo y Villegas. En la misma
capilla mayor había recibido
antes cristiana sepultura doña
Ana María de Velasco, madre
del poderoso y linajudo don
Pedro Téllez Girón, y así consta en documentos de los recoletos de San Francisco allegados
al convento de Villalbín.
Los cuarenta franciscanos que
ocupaban el convento de Villalbín fueron exclaustrados por la
desamortización de Mendizábal
el año 1835, sentenciando así el
fin y la ruina del cenobio.
Viaje a los pueblos de Valladolid
Antonio Corral Castanedo
Escritor. Premio Provincia de Valladolid
a la Trayectoria Literaria
Las casas, en su mayoría de piedra, son murallas dentro de las murallas
rotas, en las que el asalto de los años ha ido abriendo brechas o puertas
nuevas. Unas puertas espontáneas y silvestres,
junto a las dos oficiales: la de la Villa y la del Azogue.
U
rueña –piedras entre
piedras– se contiene, a
la vez que un aire diáfano la embrida, para
no rodar desde la paramera de los Torozos; para no despeñarse, por la áspera pendiente
del valle, hacia los campos llanos de la Tierra de Campos;
hasta esas tierras que, a sus pies,
inician un despliegue interminable de parcelas, formando un
mosaico de verdes, de grises, de
ocres hacia el oro viejo o regresando desde el rescoldo de unas
tonalidades de arcilla. Urueña
no se despeña. Permanece arraigada y firme allá en lo alto; aunque se le haya desprendido el
eco redondo de algún palomar,
con apariencia irregular de moneda romana, y que permanece
quieto en la escarpadura de la
ladera. Pero Urueña proyecta sobre la llanura –sobre los campos
pelados, sobre los pueblos remansando ecos de voces– una
etérea sombra, un aliento blanco, que fortalecen aún más a las
glebas y a los sembrados en los
que brota y grana la luz. Urueña es como un rebaño de nubes
que se ha detenido allí para
siempre: como un redil en el
que se recogen unas nubes fosilizadas, como el monumento levantado a las ovejas, siempre
distintas y siempre las mismas,
que a lo largo de los siglos han
ido patinando con sus balidos
los ocres fatigados del páramo.
Ha sido en estos días la fiesta, la romería de Nuestra Señora de la Anunciada, cuyo Santuario, buscando la oración del
agua, se encuentra no muy lejos
del pueblo. Urueña descansa de
la fiesta. Y las piedras duermen
un feliz sueño de cansancio, de
paz y de calaveras. Mientras que
ARGAYA [25]
Viaje a los pueblos de Valladolid
Tierras de Urueña.
“
Urueña –piedras entre
piedras– se contiene,
a la vez que un aire
diáfano la embrida,
para no rodar
desde la paramera
de los Torozos
[26] ARGAYA
”
la muerte –menos muerte, casi
resucitada– duerme un pacífico
sueño de ovejas sin esquilar y
de piedras esquiladas, entre las
ruinas del antiguo castillo. Cementerio fortaleza, protegido
para que la muerte no sienta
tentaciones de regresar a la vida,
atraída por las extensiones de
esta Castilla llana, remansada,
sin límites y sin orillas –aunque
limitada y orillada– que busca
la resurrección de unos horizontes lejanos, de unas lejanías por
las que avanza lento el carro del
horizonte.
En este castillo, ahora cementerio, vivió algunos días María
de Padilla, la amante de Pedro
el cruel que, sin duda, cuando
con ella estaba, cuando en ella
pensaba, se quitaba las calzas de
su crueldad para ponerse su jubón de enamorado. Un sonado
y desastrado caso de calzas y jubones caídos o desabrochados y
de una infanta destocada, trajo
alteradas a Urueña y a Castilla.
Y es que Don Pedro Vélez, que
fue sorprendido deseoso y carnal
con una prima carnal de Sancho
III el Deseado, sufrió por ello
encarcelamiento y tortura en el
castillo.
«Oiga, yo no sé quién sería
más cruel o, para ser claro, más
bestia, si don Pedro o don Sancho», nos comenta un hombre
que se sabe el romance sobre
este asunto de memoria y que
nos le recita ahuecando la voz,
igual que si pregonara alguna
mercadería en el Azogue que ya
no existe.
«Oiga, si voy descarriado,
páreme, pero ya se necesita que
por un disculpable lío de faldas
–que es algo, dentro de lo que
cabe, natural– el rey don Sancho le condenara al desgraciado
de Vélez a lo que dice el cantar
y que es como sigue: «No le den
cosa ninguna donde pueda estar
echado y de cuatro en cuatro
meses le sea un miembro quitado, hasta que con el dolor su
vivir sea acabado». «Qué bestia
que se era el maldito, oiga».
El hombre descansa solitario
en el banco corrido que hay en
Dibujo de Urueña por Juan Palencia.
seguir al hombre a donde fuera
y de la forma que fuera, sin que
sintiera la tentación de soltarle.
Vaya usted a saber. Pero es una
tradición y las tradiciones siempre son bonitas y no tendrían
que perderse; aunque algunas,
como ésta de la bajada, fueran
una exageración a veces…».
En Urueña se han construido
algunos lienzos de la muralla
porque el tiempo y los hombres
les habían ido cercenando en
parte; arrancándoles sus elementos o sus miembros, como si se
tratara de aplicar una condena
semejante a la que recayó sobre
el pobre Vélez. Vélez murió. Y
Urueña sigue viviendo, perfectamente bella, pese a esas mutilaciones que la ennoblecen; encaramada, sobria y austera, en lo
alto, bajo el cielo que baja hasta
ella.
Urueña aparece casi blanca,
como la humareda persistente de
aquel incendio que medio destruyó el pueblo en el siglo pasado, aniquilando muchas casas y
los papeles de su archivo. Pero
esta humareda de piedra –grisada de pasado y los papeles de
su archivo. Pero esta humareda
de piedra –grisada de pasado,
de historia y de legajos– recita
su acontecer, nos le permite descifrar, en esta mañana de abril.
En esta «mañanita fría» parecida a aquella en la cual –según
el romance– madrugó don Bueso, al romper el día, caminando
a tierra de moros, a buscar amiga… Este legendario don Bueso
al que dicen también que mató
Bernardo del Carpio y que dio
nombre a un convento de benedictinos del que tan sólo permanece alguna ruina mínima.
Urueña queda en lo alto. Pero
sentimos, sin embargo, su peso
y su vuelo, recostados sobre el
caminar de nuestras sombras. Al
llegar al Molino de las Cuatro
Rayas –en donde confluyen los
límites de Villagarcía, Urueña,
Villanueva de los Caballeros y
Villardefrades– el molinero, manchado de un polvillo blanquecino como de piedra, nos examina y nos sigue vigilante con la
mirada. Yo pienso que para llamarnos la atención si pisáramos
alguna de las rayas o para evitar que nos las llevemos. Porque, sin duda, el paisaje perdería con ellas su estructura, su
médula; y terminaría por disolverse o por derrumbarse.
Viaje a los pueblos de Valladolid
el atrio de la iglesia. Leo sobre
la puerta una inscripción algo
borrosa e incompleta. «Lea, lea
lo que precise –me dice el hombre–. Y verá que estoy bien asentado donde me encuentro. Porque sepa que en la iglesia a esta
hora no hay nadie. Este letrero
era para los mozos y los no tan
mozos; para que no hicieran tertulia aquí, para que entraran y
para que sus voces y sus risas
no se mezclaran con el culto».
El Letrero dice: «Durante el
tiempo que se invierte en los actos religiosos, queda prohibida
la estancia del personal en el
portal y atrio de la iglesia, por
la autoridad competente». «Y
¿quién es la autoridad competente?», nos interesamos. El hombre nos examina dudoso. «Me
digo yo que el señor cura, porque la iglesia es la iglesia y éste
es su terreno. Aunque también
el señor alcalde, porque la iglesia está en el pueblo y en el pueblo, porque es de ley, es él el
que manda…».
El hombre nos habla de una
vieja tradición de Urueña. Y es
que los recién casados, todavía
con los trajes de boda, descen dían corriendo la pendiente, desde el pueblo hasta el santuario
de la Anunciada, la Virgen que
nunca niega la lluvia a Urueña.
El marido arrastraba a su mujer,
agarrándola de la mano, en una
carrera veloz y hasta violenta.
«Sí –comenta el hombre–, era
la tradición. ¿Y cuál era el objetivo o el motivo? Pues yo, cuando corrí con la mía, ni lo sabía.
Pero tocaban a correr y bajé corriendo como el que más, llevando a la mujer casi a rastras…
Hay quien machaca en que era
para que la mujer demostrara
que tenía agallas y valor para
ARGAYA [27]
URUEÑA,
una gran sorpresa
Joaquín Díaz
Director Museo Etnográfico
C
on todas las reservas que cualquier hipótesis lingüística pueda suscitar
–sobre todo cuando la etimología nos remonta a términos prerromanos–
cabría suponer que la palabra URUEÑA está compuesta por dos sufijos
de muy antiguo origen. El primero sería UR, con el significado de «agua»
y el segundo UEÑA (de ONNA) supuestamente precéltico y preíbero, con el significado de «corriente de agua».
Una de las primeras menciones conocidas de la villa se encuentra en la documentación del Monasterio de Sahagún, donde aparece como ORONNA. Los topónimos prelatinos relacionados con el agua no son infrecuentes en la provincia
de Valladolid y no habría más que referirse a los ríos Duero, Pisuerga o Esgueva
para comprobarlo. Por otra parte, hoy mismo, se puede comprobar que una enorme bolsa de agua se extiende por el subsuelo de Urueña con diferentes corrientes
o venas que surten abundantemente a todos los pozos de la población y que, hasta hace unos años incluso, mantuvieron siempre alimentado el lavajo situado al
pie del muro norte del castillo. Esta abundancia de agua, que confirmaría plenamente el sentido del topónimo, se ve ampliada o complementada con los numerosos topónimos que en el término de Urueña apuntan en la misma dirección.
Los primeros asentamientos, hoy despoblados, incluyen en su etimología el
concepto de acuífero: Pozuelos, ya mencionado en el año 954, de cuya existencia
quedarían hoy los nombres de los pagos «pozolico», «pozuelo mediano», etc.;
San Pedro y San Pablo de Cubillas (cuevillas u oquedades de donde fluía y fluye
el agua), nombre de un antiguo monasterio Real cuya iglesia vendría a ser con el
tiempo la actual ermita de la Anunciada, de donde partía el sendero de Valdefuentes; Marfeliz, otro despoblado situado en la parte norte del término y del que
hoy sólo se conserva el topónimo y la certeza de que allí hubo una fuente. La leyenda de que existió un asentamiento llamado Marfeliz, llega hasta nuestros días.
Parece probable incluso que dicho asentamiento fuese parroquia, pues en un documento de Fundación de Mayorazgo perpetuo en favor de la Anunciada otorgado por Don Blas Pérez Minayo en el siglo XVIII, se habla de una tierra «de la iglesia de dicho Mar». El teso de Marfeliz estaba a menos de un kilómetro al norte
del camino de Villagarcía y a la misma distancia de la carretera que baja al molino llamado de las cuatro rayas porque estaba en el centro de cuatro términos. Por
último, el pago denominado «la laguna del moro» nos hace sospechar que, al
[28] ARGAYA
Urueña, una gran sorpresa
igual que en muchos otros lugares de la Península, el término «mor» –con el que
se designa a pantanos o lugares oscuros en algunas lenguas prerrománicas– se
convirtió, con el tiempo y el uso, en «moro».
Esta abundancia de agua y bosques propició sin duda el establecimiento de
monasterios en la Edad Media. Recordemos al menos los tres más importantes:
Del primero de ellos, denominado de San Pedro y San Pablo de Cubillas, queda la iglesia (actual ermita de la Anunciada) edificada probablemente sobre los
restos de una iglesia mozárabe y cuya fecha de construcción oscila entre los años
1120 y 1150. Fue monasterio Real y Fernando II creó un bastión circular para su
defensa del que todavía se pueden observar las huellas de los cimientos en el llamado «pago de la torre», en un montículo que queda al lado norte de la ermita,
en la finca denominada «La huerta».
El segundo monasterio, llamado de Villalbín y dedicado a San Nicolás, fue
mandado construir por la Infanta doña Urraca, hija del rey Fernando I y de la reina Sancha, quien en el 1087 hizo donación a tal efecto a la diócesis de Santiago
de unos terrenos de su propiedad. En el siglo XVI vienen a habitarlo los franciscanos quienes lo ocupan hasta la desamortización del año 1835 en que fueron exclaustrados cuarenta frailes. Este monasterio fue protegido especialmente por los
Condes de Urueña. Precisamente, acerca de uno de los primeros condes y duque
de Osuna que fue enterrado allí, se cuenta la siguiente anécdota en una crónica
franciscana escrita por Fr. Francisco Calderón: «Es tradición, así en este Convento, como en todo su contorno, que estando orando esta devota Princesa (la madre
del conde y marquesa de Peñafiel) en su Oratorio en la Villa de Urueña media legua deste Santuario, delante de una Santissima Imagen del Niño Jesús, pedia al
Señor con gran fervor diese a este su primogenito, Duque ya de Osuna, y gran sol-
ARGAYA [29]
Urueña, una gran sorpresa
[30] ARGAYA
dado, eficaces auxilios para su salvación; observando que peligraba mucho, viéndole divertido en vicios de Principe mozo y entre los estruendos de la milicia. Estando en este fervor la habló la santíssima Imagen y dijo: Hija, cuídese él. ¡Caso
notable! al salir esta voz de la Santissima Imagen inclinó la cabeza, y asi persevera
asta hoy; sin duda condescendiendo con la generosa oracion de su sierva, como se
vio en el efecto, mejorando su vida el Duque; y con exemplo del mundo, que le avia
visto ser poco para su fervor todo él, mando en su testamento le enterrasen en este Convento a los pies de su Santa madre, mirandose indigno de estar su igual en
la sepultura. Asi se executo el año de 1625 que fue el siguiente a su muerte, que le
sobrevino en Madrid. Esta milagrosa Imagen mando la Duquesa por su ultima voluntad se colocase en este Convento en el altar de enmedio, enfrente de su sepulchro, donde esta hoy con gran veneracion, y continuado milagro».
El tercer monasterio, denominado del Bueso y consagrado a Nuestra Señora
de la Anunciación, fue primeramente ocupado por beatos hasta que en el siglo XV
pasa a pertenecer a la Abadía de San Benito en Valladolid. En tiempo del Catastro del Marqués de la Ensenada (1753) estaba atendido por tan sólo dos monjes.
Acerca de la fundación de este recinto monástico se conservan curiosos documentos; el más detallado, debido a Fray Mancio de Torres que dejó escrita una
historia de la Abadía de San Benito, dice así: «Primeramente, el dicho Domingo
Rodríguez (comisionado por el obispo de Palencia para la fundación) entró en
una parte de la dicha casa y oratorio hasta la huerta de arriba y vistiose de vestiduras y ornamentos sacerdotales pertenecientes al dicho acto fundación –y otros,
asimismo vestidos, que le administraban las cosas necesarias para la dicha fundación– y tomó una cruz de palo en sus manos y púsola en el lugar de la dicha casa,
donde había de ser hecha la iglesia y altar, y adoróla él y los que allí estaban; y tomó agua bendita según la costumbre eclesiástica y la derramó por aquel lugar
donde estaba la dicha cruz, y dijo las oraciones y oficios pertenecientes, y acostumbrados a tal acto; y tomó después una piedra y bendíjola con ciertas oraciones y oficio según se contenía en un libro que ante sí tenía para hacer el dicho oficio de fundación: y derramó el agua bendita sobre aquella piedra, y con un cuchillo hizo ciertas señales de cruz santigüándola y diciendo sus oraciones y letanía
y bendiciones y puso la otra piedra en cimiento y fundamento y diciendo siempre
sus oraciones y tomó asimismo otras cuatro cruces de palo y púsolas la una hacia
el oriente, la otra hacia occidente, la otra a septentrión, y la otra a meridión dejando grandes espacios en medio, así para la iglesia como para el Claustro, y ceminterio, y oficinas, y a cada cruz dijo sus oraciones y oficios según convenía a tal
acto; y con la otra agua bendita derramándola con hisopo por todo aquel circuito y lugares que quedaban de dentro de las dichas cruces, diciendo las oraciones
y salmos en tales actos acostumbrados, y tornose a la otra cruz primera, que había puesto en medio y diciendo su letanía y prefacio de las otras oraciones en tal
acto necesarias, puso tres candelas de cera encendidas en la dicha cruz y asimismo otras tres en cada una de las demás cruces, y todavía continuando sus oraciones y agua bendita por todo el dicho campo y limitación que estaba de dentro de
las dichas cruces: y señaló lugar para la iglesia, y Claustro y lo otro restante dentro del dicho circuito que fuese para cementerio, y sepulturas, y oficinas necesarias y de fuera de lo sobredicho señaloles y dioles cierto espacio de término dentro del que tuviesen su clausura, y señaloles asimismo en el dicho lugar que había
de ser para iglesia dónde estuviese el altar, y erigió en él cruz para que perpetuamente allí fuese adorada, según el tenor y forma de lo a él cometido y mandado
por el dicho Sr. Obispo, y en la dicha licencia y comisión. Y luego el dicho Domingo Rodríguez dijo Misa en el Altar que primeramente había sido hecho en el
Urueña, una gran sorpresa
dicho oratorio que de antes era y mandó e intituló que fuese llamado de aquí adelante el dicho Monasterio, de Santa María de la Anunciación del Bueso».
Precisamente, uno de los tesoros más grandes con que cuenta Urueña es la
imagen de la Virgen de la Anunciación, tal vez procedente de aquel Monasterio.
Los Urueñeses la veneran con cariño y los forasteros admiran ese maravilloso
templo en el que está entronizada y que, como he dicho, fue monasterio Real.
Muy pocas personas, sin embargo, saben a ciencia cierta su antigüedad –hasta hace poco se habló de que era una talla del siglo XVIII– y pocas personas, asimismo, se han preocupado por estudiar y completar su historia. La costumbre de
vestir a las Vírgenes es muy antigua (ya hay documentación sobre tal hecho en el
siglo XV) y parece que procede del deseo de los feligreses de adornar a las imágenes con las mejores galas, dado su cariño hacia ellas, o de la necesidad de cubrirlas porque se habían deteriorado con el tiempo o las malas condiciones de conservación. Hay que decir que esta costumbre no siempre estuvo bien vista por la
Iglesia, que intuía en esa práctica el peligro de adornar a la Virgen demasiado a la
moda de cada época o con prendas inadecuadas y que además deseaba firmemente que los fieles reconocieran y apreciaran el valor artístico de las imágenes.
Una buena talla de un buen escultor que hubiese plasmado con realismo un
Cristo crucificado, por ejemplo, no sólo movía a devoción y a meditar sobre la
Pasión y muerte de Jesús sino que permitía a cualquiera que se colocase ante la
imagen mejorar su sentido estético y disfrutar con una auténtica obra de arte.
En Urueña, la costumbre de vestir a la Virgen se inicia en el siglo XVIII. Previamente, y en concreto en 1677, el obispo del Burgo de Osma Antonio de Isla,
urueñés ilustre, quiso arreglar a sus expensas la iglesia del antiguo monasterio de
San Pedro y San Pablo de Cubillas, para entronizar en ella la imagen de la Anun-
ARGAYA [31]
Urueña, una gran sorpresa
[32] ARGAYA
ciación a la que él veneraba particularmente y que en ese
momento estaba en la llamada Ermita Vieja, pequeño
edificio situado a tres kilómetros de Urueña en el mismo
valle donde está el llamado prado de la Villa o prado comunal. Seguramente Antonio de Isla mandó repintar la
imagen y situarla en el altar mayor del presbiterio para
demostrar su cariño por aquella talla antigua. En 1684
visita Urueña para comprobar el resultado de su encargo
y toda la población le rinde público homenaje. Tres décadas más tarde, y siguiendo probablemente el ejemplo
de don Antonio, Luis Pérez Minayo crea un Mayorazgo
perpetuo en favor del santuario de la Anunciada. Tanto
él como su hermano, Blas Pérez Minayo, fallecido un
año antes, contribuyeron con donaciones testamentarias
a realzar la veneración hacia la imagen y fueron con toda probabilidad quienes ayudaron a costear en buena
parte la construcción del camarín, que se lleva a cabo a
mediados del siglo XVIII.
La devoción por la Anunciada aumenta más aún en
la Villa a partir de ese momento y creo que de esta época
procede la costumbre de vestir la imagen, ya que en el libro de visitas del obispo de Palencia, diócesis a la que
pertenecía Urueña, que comienza en 1771 se pueden observar varias anotaciones aconsejando que «se quiten las
cintas (de la imagen) que la ridiculizan» o que se evite
vestirla pues se la da un aire demasiado «mundano».
Urueña es una caja de sopresas. Tal vez la sorpresa
del viajero sea grande cuando se acerca a sus muros y
contempla los restos de un pasado de esplendor, o cuando se deja herir íntimamente por los atardeceres arrebolados en que se convierten
el paisaje y sus cielos; pero aquella sorpresa aumenta cuando se descubre la documentación que su historia y sus personajes han generado, particularmente en
los llamados siglos medios. La Edad Media fue –además del período en el que el
ser humano comienza a darse cuenta del sentido de la vida, aspirando a que su
nombre o su memoria permaneciesen en el recuerdo de las siguientes generaciones– un período de luchas y algaradas constantes.
No es extraño, por tanto, que en esta tierra tan indefendible se levantaran
muros que dejaran en su interior a hombres y mujeres, cuyo territorio, vidas y haciendas se pretendían proteger. La muralla, sin embarrgo, no es una fría sucesión
de piedras. En ella sus constructores proyectan sus necesidades, utilizando la imaginación y creando puertas, portillos, poternas, adarves, barbacanas, almenas,
saeteras y muchas otras alteraciones de lo que podría ser un simple muro, convirtiéndola de ese modo en una obra de arte.
A la Edad Media, época de esplendor para Urueña, siguen varios períodos
que yo calificaría como señorial (de influencia de señores y nobles), eclesiástico (el
de los obispos urueñeses: hasta cinco sucesivos, que construyen nobles edificios en
la Villa) y decadente (durante el siglo XIX y el XX hasta la fecha en que la Diputación de Valladolid adquiere una casona e inicia una revitalización cultural y monumental).
La realidad parece superar, incluso, las primeras expectativas. Quien se acerque a Urueña podrá comprobarlo. La invitación está hecha.
En el camino hacia
URUEÑA
Las tierras de pincelada amplia, de ritmos
en fuga, de coloraciones variadas, se acercan,
trenzando parcelas hasta Urueña.
Tierras encendidas, en Urueña.
FOTOGRAFÍAS:
TEXTO FOTOS:
JUSTINO DÍEZ
ANTONIO CORRAL CASTANEDO
ARGAYA [33]
En el camino hacia Urueña
Monte de La Espina.
Monasterio de la Santa Espina, soñando entre leves atmósferas ensoñadas.
[34] ARGAYA
En el camino hacia Urueña
La niebla inventando azules y ráfagas doradas para un palomar de Villanubla.
San Cebrián de Mazote, interior de la Iglesia.
ARGAYA [35]
En el camino hacia Urueña
Torrelobatón. Bajo un cielo de piedra rosada, el desarrollo en armonía de los verdes. Se escucha el silencio y el rebrotar
de la soledad y de los trigos.
[36] ARGAYA
En el camino hacia Urueña
Panorámica desde Urueña. Un ensamblaje de atmósferas resonantes y de matizadas y espirituales geometrías.
ARGAYA [37]
En el camino hacia Urueña
Entre grisuras agitadas –entre verdes remansados, entre arboledas casi doradas «que hacen camino al andar»– el encalado
palomar de Urueña, está ya preparado con su plumaje de paloma blanca, para albergar en su posada a la Primavera.
[38] ARGAYA
En el camino hacia Urueña
Ermita de La Anunciada en Urueña, con la sorpresa de su románico pirenaico. Posiblemente porque aquí se detuvo cuando
peregrinaba a Santiago de Compostela.
ARGAYA [39]
En el camino hacia Urueña
El rebaño es como un lienzo vivo de muralla derruida, junto a las murallas de Urueña.
Urueña amurallada e incendiada, hacia la anochecida.
[40] ARGAYA
DE CONDADO A
Godofredo Garabito y Gregorio
Escritor
S
upe de Urueña desde niño
dado el interés que desde la
infancia sentí por todo lo antiguo y artístico de la comarca de Torozos. Visité Urueña
varias veces con «Las Mañanas de la
Biblioteca Cervantina», siempre con
su director, Nicomedes Sanz y Ruiz
de la Peña, y de la mano de Lera de
Isla, periodista, poeta e hijo de la villa. Así fui conociendo a Bidunza, la
antigua fortaleza según la geografía
de Claudio Ptolomeo que más tarde
sería Urueña, realengo y cabeza de la
Merindad del Infantado de Valladolid. Atrás quedaba la cultura vaccea,
la dominación romana, el asentamiento visigodo, la ocupación musul-
mana, el reino cristiano astur-leonés,
así como el que fuera tálamo real o
mazmorra de clérigos y nobles.
A mediados del siglo XV, Enrique IV, el rey tan discutido, gobernó
en una de las épocas de crisis más
controvertidas que vivió la vieja
Hispania. Este rey concedió el título
y condado de Urueña a Don Alonso
Téllez Girón, hijo primogénito del
Maestre de Calatrava, Pedro Girón,
y de Isabel Casas, una de las dinastías más ilustres desde el medievo.
Esta merced real fue otorgada en
Medina del Campo el día 25 de junio de 1445 y comprendía asimismo
la villa de Tiedra.
La importancia de Urueña en
aquella época viene avalada por lo
que suponía ser objeto de merced real
a uno de los personajes que estaba
llamado a ser imprescindible no solamente en la nobleza castellana, sino
en todo el contenido histórico de España. Heredó el condado Juan Téllez
Girón convirtiéndose en segundo
conde, mientras que el Maestrazgo de
Calatrava pasó a su hermano Rodrigo Téllez Girón. La capacidad de este
noble apellido no tenía límites para
su enriquecimiento y servicio a la corona, tanto es así que, el 20 de octubre de 1469, Enrique IV ordenó al
Concejo de Gumiel que tuviera por
señor a este segundo conde el cual en
1471 poseía Peñafiel, villa que se
convertiría en marquesado de dicha
familia en la época de Felipe II.
ARGAYA [41]
De Condado a «Villa del Libro»
La relación del condado de Urueña con los Reyes Católicos no fue de
total sumisión, ya que el segundo
conde no asistió en Segovia a la proclamación de Isabel la Católica por
encontrarse entre los partidarios de la
Beltraneja. No obstante, pasado este
incidente, la Reina Doña Juana de
Castilla confirmó a Don Juan Téllez
Girón su condado mediante facultad
real otorgada el 13 de noviembre de
1510 en Tordesillas, que fue refrendada diez años más tarde en la Coruña por el Emperador Carlos. Este segundo conde de Urueña, don Juan,
saboreó el esplendor andaluz a través
de las incursiones de la Reconquista
falleciendo ya en la villa de Osuna,
lugar de su señorío, el 21 de mayo de
1528, a la avanzada edad de 72 años.
A partir de estas circunstancias, la
decadencia de Urueña fue sensible. El
clima, la austeridad, la pobreza de la
agricultura y el avance de la Reconquista fueron situando a la nobleza
de mayor abolengo de Castilla en tierras andaluzas hasta encontrarnos
ante el cuarto conde de Urueña
quien, sucediendo tan nobiliaria casa
y grandes estados, fue instalándose
con todo su esplendor en Osuna. A
éste le sucedió Don Pedro Téllez Girón y de la Cueva «uno de los caballeros de mayor valor y grandeza del
reino siendo además Virrey y Capitán
General de Nápoles, Notario Mayor
de Castilla y Embajador Extraordinario en Roma». Este quinto conde sirvió fielmente a Felipe II. Ante tan estimables servicios, el Rey Prudente
creó el ducado de Osuna el 5 de octubre de 1562. A partir de este momento, Urueña no solamente perdió la
importancia de su lugar, sino que sacrificó su antigua grandeza histórica
para quedar con derecho de primogenitura en la noble Casa de Osuna.
Posteriormente, en 1568, el mismo
rey, les concedería el marquesado de
Peñafiel con igual derecho. De tal
[42] ARGAYA
manera que en nuestros días, desde el
29 de enero de 1931, ostenta el Ducado de Osuna Doña Ángela María
Téllez Girón y Duque de Estrada; su
hija primogénita el Ducado de Arcos
y Marquesado de Peñafiel y su nieta,
Ángela María Ulloa Téllez Girón, el
Condado de Urueña.
Me parece conveniente recordar
que hace unos años, siendo huéspedes
de mi casa de La Mudarra, acompañé
a la Duquesa de Arcos y Marquesa de
Peñafiel y a su hija, Condesa de Urueña, a visitar esta villa que ya gozaba
de la presencia de un personaje como
es Joaquín Díaz, quien nos recibió debidamente acompañado por el Presidente de la Diputación, Don Ramiro
Ruiz Medrano, y del Diputado Provincial, Don Luis Minguela. La pre-
uso real que proporcionará también
comunicación virtual con el ámbito
rural de la provincia, lo que sitúa este
centro a la vanguardia pedagógica en
términos culturales, donde leer, estudiar y profundizar en la historia y la
literatura es fundamental.
Hoy, en esta primavera del 2007,
Urueña está cuidadosamente pavimentada, los geranios florecidos en
sus ventanas y balcones difuminan
con su colorido alegre la austeridad
de su pasado, además ofrece un ambiente de acogida gastronómica y un
paisaje magnífico que justifica plenamente su designación como balcón
de la Tierra de Campos.
Ante esta evolución tan acertada
como necesaria, vienen a mi memoria
poetas de todos los tiempos que se
han ocupado de hechos y acontecimientos de la actual Villa del Libro.
Por ello, se me va a permitir que
desde el castillo recuerde la leyenda
romanceada que nos cuenta que «el
Conde don Pedro Vélez / en palacio
fue hallado / con una prima carnal /
del rey Sancho el Deseado» y mereció
prisión y muerte por «haber holgado» con la ardorosa infanta. Y, en
nuestros días, Sanz y Ruiz de la Peña
cantaría como «la noche se va adueñando / de la tarde… los contornos /
se aprietan en las encinas/ como lebreles furiosos… / invistiendo tempestades / entre Campos y Torozos.
De Condado a «Villa del Libro»
sencia de Joaquín Díaz en esta villa
dio lugar a una serie de mejoras, convirtiendo a la villa en un referente y
museo de todo cuanto supone el espíritu etnográfico de Castilla y León.
Aquella villa que conocí de joven
con modestas casas de adobe pegadas
a la muralla y laberínticas calles llenas de barro, signada por el espíritu
de honradez de sus habitantes, nunca
pudo imaginarse que, durante los últimos años del siglo XX y primeros
del XXI, se iba a convertir, como la
Villa del Libro, en una de las experiencias de mayor calado intelectual
que pudiera poseer algún pueblo de
los Antiguos Reinos.
La Diputación Provincial de Valladolid, desde que José Luis Mosquera
como Presidente adquiriera la casa de
La Mayorazga al actual presidente
Ramiro Ruiz Medrano, que organizó
y acaba de inaugurar la mencionada
Villa del Libro, ha sido el verdadero
colofón de una serie de eslabones que
permiten a Urueña ser ejemplo de
transformación intelectual de un pueblo instalado en los Montes de Torozos que tuvo una gran historia y, también, siglos de decadencia pero que,
hoy por hoy, cuenta con un presente
y proyecta un futuro esplendorosos.
Dispone esta Villa del Libro de
una exposición temática permanente
que explica los elementos y utensilios
que han secuenciado la escritura a lo
largo de la historia desde la cultura
mesopotámica de signos cuneiformes
hasta Gutenberg y la más avanzada
tecnología del momento actual, sin
olvidar los códices antiguos debidamente mineados por la admirable labor de los monacatos. Todo ello inmerso en una atmósfera estética agradable en la que no falta un espacio
ajardinado a la vera de la antigua
muralla. Y ya a tono con estos tiempos, una recreación del libro en la
memoria altamente visual. Completa
esta última nota, una mediateca de
ARGAYA [43]
La historia del libro,
La Historia del Hombre
Paz Altés Melgar
Escritora y periodista
Una hora muerta para vivirla
S
Estatua del dios egipcio Tot,
inventor de la escritura, y un escriba,
c. 1340 a. C.
[46] ARGAYA
e dice que el Hombre entró en la Historia cuando
descubrió cómo consignar por
escrito el testimonio de su actividad, su pensamiento y los productos de su vocación literaria.
Desde entonces –y han pasado
ya más de 6.000 años–, escribir
y leer lo escrito han sido, junto
a la actividad estrictamente reflexiva y filosófica, los rudimentos
básicos utilizados por los hombres para mantenerse en contacto con su dimensión trascendente.
En el Antiguo Egipto –una de
las primeras civilizaciones que superó la oralidad–, los textos escritos consignados sobre papiro para
su conservación en el tiempo fueron denominados desde época
muy temprana «remedios del alma». Los escribas y sacerdotes
egipcios, exclusivos depositarios
del arte de la escritura hierática,
intuyeron, sin duda, sus cualidades intrínsecas y no dudaron en
1
La opinión de los especialistas está
dividida a la hora de calificar el nacimiento de la escritura como una «invención» o como un «descubrimiento». En
cualquier caso, lo cierto es que las civilizaciones mesopotámica (escritura cuneiforme), egipcia (escrituras jeroglífica, hierática y demótica) y china (escritura ideográfica) –de forma totalmente independiente– desarrollaron sus sistemas de escritura cuando el grado de desarrollo y
complejidad de las respectivas sociedades
resultó incompatible con la agrafia. Concebir la aparición de la escritura como
un fenómeno derivado de una necesidad
acuciante –personal y colectiva– injiere el
acontecimiento en el proceso evolutivo
del hombre, como uno de los episodios
más claramente determinante de las opciones posteriores de la especie.
Parte de La epopeya de Gilgamesh, que relata la escena del Diluvio
Universal. Tableta asiria del siglo VII a. C.
ramente simplificados en comparación con los jeroglíficos egipcios o los ideogramas chinos supusieron una clara evolución e
hicieron posible una incipiente
popularización de la escritura.
Convertida en sustento esencial
para la transmisión del pensamiento filosófico y científico, la
escritura fue consolidándose como
materia de enseñanza y estudio,
hasta tal punto que el grado de
desarrollo alcanzado por sociedades tan emblemáticas y decisivas
como la griega, primero, o la latina, después, hubiese sido totalmente impensable de no haberse
producido esta primera vulgarización de la cultura, de la escritura y del libro.
A la caída del Imperio Romano de Occidente, la historia del
libro retrocedió sobre sus pasos,
para recluirse en los centros monásticos, al abrigo de la laboriosidad de los scriptorium, en una
maniobra desesperada por sobrevivir al nuevo orden impuesto
por los pueblos venidos del norte. Extramuros de estas comunidades la vida era ciertamente in-
La historia del libro, la Historia del Hombre
reverenciar su papel.
Evidentemente, la invención 1
de la escritura y la aparición de
los documentos y libros en sus
formas más primitivas (tableta
de arcilla, rollo de papiro, rollo
de pergamino, códice, etc.) trajeron consigo la formulación de
una nueva actividad humana que
habría de resultar de gran trascendencia para el futuro de la
historia racional: la lectura. Sin
embargo, no conviene olvidar
que durante más de cuatro milenios la escritura, los libros y la
lectura continuarían siendo patrimonio exclusivo de unos pocos
privilegiados, miembros de las
castas sacerdotales o funcionarios de altísimo nivel en las diferentes administraciones.
La democratización de la escritura, la lectura y, por lo tanto, el
saber es un fenómeno más tardío, cuya «posibilidad» muchos
hacen coincidir con la aparición,
bien entrado el primer milenio a.
C., de los primeros alefatos y alfabetos de 29 caracteres. El fenicio fue con toda probabilidad el
primero; lo seguirían el arameo,
el hebraico, el griego, el latino,
el árabe, etc. Estos sistemas cla-
ARGAYA [47]
Un scriptorium medieval: San Jerónimo en su
escritorio, del Maestro del Parral, c. 1500.
La historia del libro, la Historia del Hombre
hóspita: indefinición territorial,
luchas políticas, hambrunas y
epidemias, aculturaciones masivas... En Occidente, el Hombre
había pasado a vivir la Historia
sin protagonizarla realmente en
El taller de Bernardo Cenini en el s. XVII, en el
que vemos a un hombre utilizando la prensa.
[48] ARGAYA
un estado de hibernación cultural. Los libros no curaron ya
más almas; sencillamente, dejaron de existir para el común de
los mortales.
El despertar brioso de las sociedades urbanas y cierto espíritu
positivo tras la zozobra del Alto
Medievo, pusieron fin a aquellos
siglos oscuros. En los florecientes
burgos encontraron hueco las escuelas, los estudios generales, las
bibliotecas... Con respecto a la
escritura y los libros, los monjes
dejaron de ser los únicos amanuenses y la copia pasó incluso
a ser practicada por la iniciativa
«privada», mediante el sistema
de pecias. Poco a poco, el individuo recuperó el protagonismo
sobre su destino y el libro irrumpió con ímpetu en las nuevas estructuras sociales.
El progreso tecnológico y la
inquietud de pensamiento han
demostrado en sobradas ocasiones ser excelentes compañeros de
viaje. Y en la Europa de aquel
convulso siglo XIV, la irrupción
de la imprenta de tipos móviles
fundidos en metal –ideada por
Johannes Gutenberg en el último
tramo de la centuria– fue el detonante de una primera revolución del conocimiento y la información, presentida y reclamada
a voces por las sociedades del
momento, afanadas en prepararse para tomar el tren de los tiempos y mentalidades modernos.
Es muy difícil imaginar la revolución que aquello hubo de
suponer en los procesos de transmisión del conocimiento en general, y también en los usos habituales de los individuos. En cierta ocasión leí que a mediados
del siglo XVI, apenas 100 años
después del big-bang de la galaxia Gutenberg, un lector ya po-
El predicador Cornelis Claesz Anslo enseña a su mujer a leer la
Biblia. Óleo de Rembrandt, 1641.
Cuando Roma asignó el verbo «legere» (= aprehender) para
representar la actividad lectora,
estaba reconociendo y advirtiendo la complejidad que encierra
su práctica. Más allá de sus rudimentos mecánicos, leer implica comprender lo que se lee,
captar lo que un determinado
escrito intenta transmitirnos. Y
esto, en la mayoría de los casos, tiene muy poco de trivial.
La cosa se complica aún más al
considerar que no existe un único tipo de lectura (como tampoco existe un único tipo de lector); sino todo un abanico de
posibilidades cuya tipología refleja la diversidad de objetivos a
lograr, necesidades a satisfacer o
expectativas a cumplir que pueden haberla motivado.
Si entendemos la lectura como
acto de comunicación, no es difícil identificar quién es aquí el
emisor; qué el código, el mensaje
y el canal; y quién el receptor.
La psicología lingüística advierte,
sin embargo, que el elemento denominado «canal de comunicación» hace referencia a varias
La historia del libro, la Historia del Hombre
día escoger entre más de ocho
millones de títulos, probablemente «más de lo que todos los copistas de Europa habían producido desde que Constantino fundara su ciudad en el año 330».
La pretensión de este somero
repaso a los puntos más importantes de la historia común de
los hombres y sus escritos, desde
la aparición de la escritura hasta
la invención de la imprenta, no
es en absoluto simplificar el contenido epistemológico de una
disciplina que he considerado
fascinante desde mis años de formación universitaria. La reconstrucción de la historia del libro
induce a la reflexión sobre la solidez de esta relación milenaria
con el libro, jalonada por pisotones de acelerador a cuyo impulso el Hombre le debe casi todo.
Esta relación que los más reduccionistas consideran condenada al ostracismo fetiche –cada
vez son más quienes afirman que
el futuro del libro pasa por su
consideración como objeto de coleccionismo y placebo anti-neurosis– ni empieza ni acaba en su
propia materialidad. Aun en el
caso de que el libro como tal tuviese las décadas contadas (extremo que yo, por si a alguien le
interesa, me niego a admitir) y
sus formatos se diversificasen
hasta hacerlo irreconocible, para
adaptarse a los nuevos modos de
difusión de la información, el conocimiento y la literatura, la lectura como forma de «aprehensión» del mundo platónico de las
ideas tardaría mucho en encontrar un sustituto a la altura. La
lectura es un fin en sí mismo y
todo cuanto hagamos por potenciarla, enseñarla, animarla, premiarla e incentivarla siempre será
poco.
ARGAYA [49]
La historia del libro, la Historia del Hombre
Un retrato de lectora, de André Dérain, 1935.
[50] ARGAYA
realidades. En el caso que nos
ocupa, el del proceso lector, el
«canal de comunicación» puede
hacer referencia a:
Un libro en sí mismo; como
objeto contenedor del mensaje.
Una librería o una biblioteca;
como entorno en el que se produce el traspaso «material» del
libro, a un receptor potencial.
O a la lectura propiamente dicha; como actividad intelectual
de interiorización.
Teniendo en cuenta que los
grandes filósofos han admitido
sin fisuras que la realidad humana es de naturaleza lingüística, la
existencia de esta realidad al
margen del hecho lector es inconcebible. Si permitimos el arrinconamiento y la anulación de la
lectura como forma de comunicación de realidades objetivas y
subjetivas estaremos incurriendo
en un error de cálculo que nos
pasará una factura inasumible.
El imperio del borrego estará
servido y la especulación inmobiliaria pasará a cebarse en los paraísos impersonales, fríos y previsibles del peor de los futuros
imaginables.
La lectura, además de una experiencia única e inolvidable,
puede convertirse en remedio de
muchos de los males más amenazadores de nuestros días. «La
experiencia de la lectura cura la
herida de la individualidad, sin
socavar sus privilegios. Hay emociones colectivas que también curan esta herida, pero destruyen
los privilegios. Porque, en ellas,
nuestra identidad personal se
funde con la de los demás y se
diluye», dice C. S. Lewis en La
experiencia de leer (Barcelona,
2000). Y Aurora Díaz Plaja abunda en esta misma idea: «Sólo el
libro tiene el poder de individualizar al hombre, sustrayéndolo de
todo y de todos, llenándolo de
vida solitaria o envolviéndolo de
íntima soledad fructífera».
*
*
*
Nos recibe en la Villa del Libro, una exposición permanente
sobre la historia del libro (¡magnífica antesala a una visita inolvidable!) que sirve para preparar
nuestro espíritu antes de recorrer
las librerías de la acrópolis bibliográfica de Urueña. Y ahora
sí, con el espíritu preparado y el
alma dispuesta a dejarse sorprender, conscientes de la inherencia
sagrada y permanente que existe
entre cada uno de nosotros (lectores de cuna), el pensamiento
escrito y los libros, entremos en
cada uno de sus templos, hagamos la ofrenda y elevemos nues-
Luis Alberto de Cuenca
Poeta
Quienes, desde
pequeños, hemos
utilizado la letra
impresa para combatir
la soledad, el
aburrimiento y la
angustia, no nos hemos
planteado nunca si leer es bueno o es
malo, si la cultura es positiva o
perniciosa, si distraerse con un libro es
mejor o peor que emborracharse, quitarle
la novia al vecino o acudir al gimnasio con
frecuencia.
Leíamos, leemos y leeremos porque es lo único que
sabemos hacer para combatir la melancolía,
para olvidarnos de la muerte, y porque
nos divierte leer, y el sabor del
alcohol no acaba de gustarnos, y el
ejercicio físico no nos consueela, y
la traición no nos da morbo… Leer
como vicio, no como urgencia
personal. Esa es la lectura que nos
hace más libres y mejores.
ARGAYA [51]
Algunos recursos pedagógicos
para fomentar
la lectura
Luis Miravalles
Escritor y pintor
1. EL CÓMIC: Una nueva pedagogía de la expresión
El cómic, relato completo de un texto, expresado en imágenes o viñetas
es un producto más de nuestra época, una época donde casi todo lo visual
está desbancando al texto, una época donde vence la ley del mínimo esfuerzo. Es obvio que ver una escena, exige mucho menos trabajo que leer una
descripción, por maravillosa que sea.
De ahí que los escritores, los amantes de la cultura, y muchos profesores también, proclamen que el cómic está fomentando el analfabetismo colectivo y contribuyendo aún más al abandono de la lectura. Sin embargo, no se puede ni se debe rechazar tan categóricamente un medio tan expresivo como el cómic, sin antes haber profundizado en este medio actual de comunicación que
está alcanzando tiradas de millones de ejemplares y gracias
al cual grandes obras de la literatura como El Quijote y
hasta la misma Biblia, se han difundido universalmente.
El cómic ya no es simplemente un mero entretenimiento, es otra forma de comunicación, que se inscribe en el contexto de la civilización, de la imagen. También es un sistema que podríamos
aprovechar notablemente desde el punto de
vista pedagógico, si somos consecuentes con
los aspectos de una verdadera reforma de la
enseñanza, planteados en el apartado anterior.
En la reforma de la enseñanza y
en sus objetivos del área del lenguaje, se fijan, entre otros, los
siguientes objetivos: utilizar
los diversos lenguajes empleados en los medios de comunicación escrita: redactando noticias, anuncios
publicitarios, elaborando viñetas y textos cómics.
[52] ARGAYA
ARGAYA [53]
Algunos recursos pedagógicos para fomentar la lectura
Algunos recursos pedagógicos para fomentar la lectura
[54] ARGAYA
La pobreza expresiva, actualmente, ya no es
patrimonio exclusivo de los alumnos. El deterioro
alcanza a todos los niveles, como se puede comprobar fácilmente a través de la simple comunicación. En la mayor parte de las ocasiones todo se
reduce, en el mejor de los casos, al balbuceo o la
confusión. Y sin embargo, resulta altamente paradójico que se dé esta mala calidad en la comunicación, precisamente cuando estamos inmersos en
una civilización de la comunicación, de la palabra.
La juventud actual ha sido engendrada y modelada por este mundo y si su expresión se deteriora
es tal vez, porque no tiene casi nada que manifestar o porque no saben cómo hacerlo. En nuestra
sociedad se habla, pero los escolares no hablan,
no se manifiestan. Los modos de expresión impuestos son parte de la causa de los deterioros
que aparecen en los ejercicios escolares. Sus faltas
no les pertenecen por completo, son también del
lenguaje social actual.
Por el momento la escuela no mejora las deficiencias provocadas por el lenguaje social, ni se
muestra capaz de proponer un modelo que haga
fracasar su modelo impuesto.
El alumno conocerá el inexorable desfile de
horas y programas de los períodos lectivos, durante los cuales no aprenderá lo esencial: expresarse sin someterse a programas
ni a ejercicios estereotipados.
En lo referente a la enseñanza de la expresión, no pueden determinarse
programas de conocimientos delimitados con precisión, como pueden hacerse
con las demás ciencias del saber humano.
Los ejercicios que se realizan nunca se refieren a las exigencias de las comunicaciones reales. Nuestra lengua se enseña como una lengua muerta y la
verbalización se reduce al recitado de lecciones o al análisis sintáctico de interminables oraciones que casi nada les dicen ni despiertan su interés.
Se impone, pues, una pedagogía de la expresión partiendo de las necesidades e intereses reales de los alumnos. La enseñanza de nuestra lengua debe
ser principalmente «un entrenamiento para la comunicación».
El cómic, al suponer una síntesis de dos áreas expresivas fundamentales:
la del lenguaje y la de la expresión plástica, constituye uno de los medios
más completos, y su práctica sistemática, un método pedagógico muy eficaz
en la enseñanza de la lengua y de la literatura.
Propuesto como tarea escolar, estimula el trabajo en equipo, siendo la
participación del alumno mucho mayor, ya que no se limitan a escuchar o a
tomar apuntes, sino que aprenden a contrastar ideas, a ver los temas desde
distintos puntos de vista, y en definitiva, a colaborar estrechamente con los
demás.
Como es lógico, el tener que adaptar un relato escrito o un poema, obliga a una lectura previa muy detenida del texto, de modo que se lee y se relee más razonadamente, y obliga además a subrayar las ideas principales, seleccionando únicamente lo que más interese para la posterior elaboración
gráfica. Con esta tarea no sólo se consigue que los alumnos aprendan a resumir, sino también a pensar, huyendo de todo lo superficial y a desarrollar
la imaginación.
Redactar los diálogos y el título de forma muy clara y personal, sin limitarse a copiar lo ya dicho por el texto, exige también un gran esfuerzo mental de comprensión y expresión.
Se esté o no de acuerdo con este método, lo que podemos concluir, es
que no supone ahorro de esfuerzo, sino todo lo contrario: leer y releer un
texto, realizar un buen resumen del mismo, construir los diálogos con orden,
lógica y claridad, supone una serie de trabajos duros, pero, sin ninguna
duda, sumamente entretenidos, y, desde luego, estrechamente vinculados con
la asignatura de lengua y literatura.
En definitiva, toda búsqueda expresiva en función de una comunicación
más eficaz, es una búsqueda muy legítima.
El cómic es otro lenguaje, otro medio de comunicación, que se ajusta
perfectamente a nuestros tiempos donde «el ver y el oír» son el hambre y la
sed de las nuevas generaciones.
A los profesores, cabe la tarea de encauzar hacia un futuro mejor teniendo siempre en cuenta que cualquier medio expresivo puede suponer también
una riqueza espiritual si lo hacen con auténtica belleza.
Los alumnos deben tener oportunidades frecuentes de hablar de sus lecturas en una forma interesante. Al hablar de los libros con escolares
hay que hacer hincapié en el contenido y en el tema.
De esta forma, el interés por la lectura parece surgir espontáneamente, y los alumnos que se interesan poco por los libros son
los que sacan más provecho de estos debates a fondo.
El ser humano, cada vez más alienado por la sociedad de
consumo y de la imagen, apenas siente la necesidad de leer. La
carestía del libro, una crítica mercantilista y desorientadora y
una enseñanza poco atractiva, tampoco ofrecen estímulo suficiente al posible lector.
El diálogo crítico y objetivo que aclare, que interrelacione, que
haga pensar, puede ser un recurso muy eficaz si va acompañado de
una auténtica participación. No se trata de informar, sino de ayudar
a los alumnos a comprender su mundo, a reflexionar.
En este contexto se inscribe nuestra metodología de la lectura que hemos denominado «BIBLIOTECA VIVA».
El esquema de trabajo es el siguiente: partiendo
de una encuesta, sondeo de lecturas entre los últimos cursos, los propios alumnos seleccionan diez
libros (los más votados) que desearían leer.
Seis alumnos se encargan de leer, entre los
diez, el libro de mayor actualidad por el tema o
su problemática, y eligen dos páginas cada uno
para ensayar una lectura expresiva. Otro grupo de
alumnos se encarga de preparar, con la debida antelación, un informe sobre el mismo libro que
Algunos recursos pedagógicos para fomentar la lectura
2. LA BIBLIOTECA VIVA:
ARGAYA [55]
Algunos recursos pedagógicos para fomentar la lectura
[56] ARGAYA
constará de unos breves datos biográficos del autor, una selección de toda su obra restante y unos breves fragmentos representativos del libro, es decir, una brevísima antología de sus
pensamientos o frases más notables. El informe se distribuye
en fotocopia entre los asistentes, con unos días de antelación.
El día de la lectura-debate presentarán el libro uno o dos profesores, expertos en la temática central que plantea, exponiendo con brevedad y con la mayor claridad posible los temas
que serán objeto de posterior debate.
Seguidamente, los alumnos que ensayaron
la lectura expresiva, leerán sus páginas seleccionadas por orden cronológico.
Tras un breve descanso en el que se sortearán algunos ejemplares del libro, se pasa definitivamente al debate abierto en torno a los problemas
que se han suscitado. Un moderador controla el coloquio.
Los resultados de la experiencia son alentadores. Se
suele celebrar la BIBLIOTECA VIVA los viernes por la
tarde, con una asistencia voluntaria de unos cien alumnos
de promedio y con una duración aproximada de dos horas debido a la prolongación del coloquio. Hemos advertido que el préstamo de libros ha experimentado un
notable aumento y, asimismo, los diálogos entre los
alumnos sobre las lecturas.
Urueña Villa del Libro
M.ª Luisa Álvarez Juarranz
Investigadora
Decir Urueña es igual a decir muralla, paisaje, horizonte infinito, días
de niebla, puesta de sol, lugar «donde la luz llora luz», dice el poeta.
E
lla, Urueña, su Historia
está en los libros desde
hace siglos, y ahora ha
sido elegida para ser la
primera Villa del Libro de España, título que ostenta a partir del
15 de marzo de este año de 2007,
al igual que otras veinte pequeñas localidades rurales de distintos países europeos, América y
Asia. Lo cual tiene que llenar de
contento y de orgullo, tanto a
sus vecinos como a todos los que
gustan o aman la lectura. Es un
lugar perfecto, donde se unen naturaleza, historia, cultura…, en el
centro mismo de Castilla.
Su elección como Villa del Libro no tiene que sorprender a
nadie. Tenía dentro de ella el
germen necesario, gracias al esfuerzo y el trabajo de un grupo
de gentes que apostaron por un
lugar tan especial, entre otros
Joaquín Díaz, escritor, músico,
defensor de la cultura popular,
Jesús de la librería Alcaraván,
única durante muchos años, y
dedicada a temas de Castilla y
León, folklore y naturaleza. Así
se fueron creando el taller de encuadernación artesanal, el Museo
de Instrumentos de Música, la
Colección de Campanas, alguna
pequeña tienda… todo esto junto
con sus gentes puso los cimientos, quizás sin saberlo, de lo que
hoy es una realidad, La Villa del
Libro. Las campanas tendrían
que repicar a fiesta por haber
sido elegida Urueña como foco
del saber, por lo que será conocida de ahora en adelante en España y fuera de ella.
Junto a diez librerías con aire
de todos los vientos y dos talleres
de Encuadernación se encuentra,
en el denominado mirador del
Cubo Nuevo de la muralla, el
Centro e-LEA, creado por Diputación, como espacio para la lectura, la escritura y sus aplicaciones. Cuenta con biblioteca, sala
de exposiciones, zonas ajardinadas donde celebrar conferencias,
coloquios, presentación de libros… Destaca la Exposición Temática Permanente, en la que el
visitante encuentra un moderno y
virtual palimpsesto Entre líneas.
Una historia del libro, un recorrido por la escritura, la impresión
y la edición, desde Sumer hasta
nuestros días, pasando por Egipto, del papiro al pergamino y al
papel, al libro, al códice, luego la
imprenta para terminar con la
moderna impresión digital.
El edificio está integrado en la
muralla, armonizando con ella
materiales como el cristal, el hierro o la madera, teniendo todas
en común, la luz. Las vistas hacia extramuros son únicas, con
más cielo que tierra y en intramuros tejados apiñados, patios
con higueras y parras, calles estrechas, limpias, tranquilas, arquitectura en piedra y adobe, sus
casas solariegas, bien conservadas, con curiosas ventanas y balcones… En principio, todo parece igual que siempre, pero se
nota un aire renovado. En el acaecer diario de sus gentes se está
asimilando una nueva época de
su historia, unida a algo tan especial como la cultura del libro.
De la muralla de Urueña, como
algo mágico, al igual que si fuera
el cráter de un volcán, fluye lava
llena de letras en forma de libros,
que se desparraman por sus laderas, cubriendo todo de literatura,
historia, relatos, hazañas, amores… sin poner límites en su fluir
por las tierras de Castilla y León
hacia otros lugares y mundos.
A los que han aportado su trabajo y su esfuerzo a este proyecto, suerte, mucha suerte, porque
su éxito será el éxito de todos.
ARGAYA [57]
E-LEA, UN DESTINO FELIZ
Antonio Piedra
Escritor
C
omo editor y amante de
los libros, encontrarse ante
el armazón habitable del
edificio e-LEA, el centro que activa «Proyecto de la Villa del
Libro» de Urueña, equivale a encontrarse de bruces con un destino feliz. Hablo de destino feliz
porque, sinceramente, así lo creo.
Siempre que un gran hombre ha
pisado en la historia los talones
de la inmortalidad sueña con
una biblioteca de Alejandría, con
una Odisea escrita al ventalle de
la aurora, o con una Villa inexpugnable –caso del infante Don
Juan Manuel con Peñafiel– que
recoja lo escrito para sellar lo
vivido y servir de pedestal dorado para vivir una eternidad en
libros. ¿Y por qué? Porque todo
cuanto hacemos, pensamos o
[58] ARGAYA
amamos, si no acaba en un libro
carece de existencia portentosa.
Para algo parecido, pienso
yo, se ha creado este edificio
e-LEA. Una sigla, por cierto, extraña, como todas los acrósticos
misteriosos, partida por un guión
bien conformado, y que visto
así, y leído con las dificultades
acumuladas por la LOGSE, parece una advertencia de esas de
grafiti matutero que le falta una
hache adrede y que invita a la
marcha rapera. De eso se trata
en el fondo, aunque en realidad
signifique algo muy concreto:
«Escritura-Lectura y sus Aplicaciones». Se está hablando, por
tanto, del libro y sus técnicas, de
lecturas voraces o sosegadas,
de composiciones alentadas, y de
personas que se encuentran
de sopetón con esa «medicina
animi» y con sus procedimientos
para hacer más placentera la
aventura de vivir.
Sí, una verdadera aventura.
Jorge Guillén decía a este respecto que él había «vivido los libros con verdadera pasión, pues
han sido vida, de ninguna manera una cosa fría, libresca, superficial». Esto, que me lo apuntó
Guillén casi nada más conocernos, me había parecido siempre
una descripción melancólica.
Pero muy pronto supe que era
verdad: que había una pasión
por el libro y que podía ser tan
desastrosa como un infarto. En
cierta ocasión entré en una chamarilería de la provincia de Valladolid y, de repente, en un montón de libros viejos –el talismán
de los lectores golfos y engolfados– asomaba uno diminuto, en
cuero, de 1.600 y pico… «¡No,
no puede ser!», pensé. Se me hacían los ojos chiribitas y el corazón una marmita desplazada.
Idas y venidas, nerviosas comprobaciones y ternuras imposibles… ¡Era! Ahí estaba la joya
perdida en un muladar insolente.
Qué temblor de voz y de piernas
al preguntar cuánto valía el libro
de al lado. ¿Y este pequeñito? Y
a peso, y a suspiros entrecortados, me lo llevé por una cantidad
que hoy sería simbólica. Jamás
he vuelto a pisar la chamarilería,
¡cualquiera! Pura pasión, adrenalina hasta en el aliento. Me pre-
cuentran placeres ocultos y joyas
naturales. El peor de los libros siempre revela una utilidad
aseada, y esto le convierte, en
consecuencia, en una meditación
trascendente. De ahora en adelante todo esto será posible formalizarlo en la Villa del Libro y
este edificio e-LEA, dos conceptos unidos que suenan a esfera
creadora, a regalo con residencia.
Y claro, todo esto ha sido
posible porque, y no hay más
remedio que apuntarlo, hay personas que creen en ello. Yo no
puedo por menos de señalar este
empeño que conduce a formar
hombres de verdad con la conjura de los libros. Gracián, que
no se andaba por las ramas cuando tenía que hacer picadillo a la
política más pedestre, se paraba
en seco cuando ésta se acompa-
ñaba con un libro.
Entonces el gran fustigador de las apariencias decía que en
esto, precisamente, «no
hay lisonja, no hay fullería para
un ingenio», basta con la propuesta de «un libro nuevo cada
día». La Diputación, con su presidente a la cabeza, es cuanto
proponen con este gran proyecto. Aquí las fullerías deben cesar
porque esto es propio de un temperamento armonioso y entonces
la comprensión debe ser correspondida. De aquí, por tanto, un
reconocimiento a los inspiradores y a los animadores de esta
realidad. Unos y otros están haciendo algo muy importante:
que no se agote nuestro ejercicio
de la libertad. ¿Qué otra cosa es
un libro sino el ingenio liberador que limpia el horizonte de
cada día?
E-LEA, un destino feliz
gunto al contar la historia: ¿tendremos en este edificio e-LEA, y
en las librerías que albergan el
proyecto, esas sesiones de infarto? Sí, el libro es pasión y vida,
y este edificio es el cofre de ese
movimiento circulatorio.
Cuando el 31 de agosto de
2005 el Presidente de la Diputación, Ramiro Ruiz Medrano,
puso la primera piedra de este
edificio para que arrancara el
proyecto, no solo iniciaba una
idea pionera en España –sabemos que en Francia y en Escocia hay dos proyectos semejantes–, sino que, ante todo, se
estaba haciendo una invitación
erasmiana al ejercicio del humanismo militante y congruente. Y
cuando el 31 de octubre de
2006 se firmó con la Consejería de Cultura el convenio de
colaboración entre instituciones para financiar el proyecto
«Villa del Libro», los reparos de
los escépticos se acallaron y la
imaginación de los ilustrados
utópicos se disparó, porque, al
fin era posible aquello que diseñaban los prohombres de la realidad libresca cuando aseguraban
que «Un armario de libros es lo
más hermoso de los jardines. Y
un paseo por sus estantes es el
más dulce y el más encantador
de los paseos».
En la primavera de 2007,
Urueña se convirtió de facto en
la primera villa de España que
forma parte de la red de villas
europeas y americanas en torno
a la trastienda del libro antiguo
y del moderno. Se materializaba
el destino feliz, pues estamos tan
acostumbrados a pasar de corrida las hojas de los libros que
pocas veces nos hemos parado
en el placer de la manufactura y
en la degustación sosegada. En
esa cata del libro siempre se en-
ARGAYA [59]
12
1
2
10
9
11
8
3
5 7
6
4
[60] ARGAYA
Librerías de Urueña
1. LEX
NOVA
Lagares, 13
2. LIBRERÍA
ALEJANDRÍA
Lagares, 11
3. LIBRERÍA
INSTITUCIONAL
Diputación de Valladolid
Santo Domingo, 2
4. ALCUINO CALIGRAFÍA
Nueva, 19
5. LIBRERÍA
EL 7
Corro de Santo Domingo, 15
6. LIBRERÍA
SAMUEL
Corrro de Santo Domingo, 15
7. ALVACAL
Asociación de Libreros de Viejo
de Castilla y León
Corro de Santo Domingo, 15
8. BOUTIQUE DEL CUENTO
Costanilla, 1
9. LIBRERÍA
ALMADÍ
Costanilla, 8
10. LA
PUNTA DEL ICEBERG
Costanilla, 10
11. LIBRERÍA
ALCARAVÁN
Corro de San Andrés, 13
12. ENCUADERNACIÓN ARTESANAL
Oro, 5
ARGAYA [61]
LIBRERÍA «LEX NOVA»
ESPECIALIZADA EN TEXTOS
Y FACSÍMILES JURÍDICOS
Librerías de Urueña
L
[62] ARGAYA
ex Nova no podía permanecer al margen de esta iniciativa única en nuestro país y, por ese motivo, está presente con su propia Librería –ubicada junto a la escalera de acceso al adarve de la muralla, en el número 13
de la calle Lagares; muy cerca del Arco de la Villa–
donde podrá consultar nuestro amplio catálogo de facsímiles, en la planta baja, y conocer las últimas novedades bibliográficas en el primer piso.
Allí ponemos a su disposición un amplio catálogo de
ediciones facsimilares que reproducen muchos de los
textos que forman parte ineludible de nuestro legado
histórico y jurídico.
Encontrará obras tan imprescindibles como Las Siete
Partidas, uno de los llamados códigos universales porque abarca todas las ramas del Derecho; los seis tomos
del Cuerpo del Derecho Civil Romano; las cuidadas
ediciones que reproducen, con todo el esplendor de sus
láminas y grabados, las Ordenanzas militares de Carlos
III o La Historia de la conquista de México y curiosidades como Tres juegos de la baraja, de 1848, para que
aprenda las reglas del mus, el solo y la malilla. Este libro incluye, gratuitamente, una baraja de naipes de Heraclio Fournier, diseñada expresamente para la Villa del
Libro, y la adenda Derecho a jugar.
Son cerca de cuarenta títulos que representan la esencia de un Derecho Histórico que aún conserva una indudable trascendencia; un reflejo de nuestro pasado que
Lex Nova pone ahora al alcance del lector especializado
y de todo aquel que desee acceder al conocimiento, como
uno de los pilares básicos de la educación y la cultura.
Finalmente, en nuestra librería podrá ver –y tocar–
dos piezas clave de la historia jurídica de la Humanidad:
Por un lado, el Código de Hammurabi, una estela realizada en poliéster y fibra de vidrio que reproduce a tamaño natural –más de dos metros de altura– el original del
año 1750 a. C. conservado en el Museo del Louvre de la
que, se considera, una de las leyes escritas más antiguas
de la Historia: el famoso «ojo por ojo» de la Ley del Talión. Y, por otro lado, las XII Tablas, el primer código
legal romano del 451 a. C. que sirvió para distinguir los
delitos públicos de los privados y establecer que las normas, mostradas en el Foro a la vista de todos, debían
aplicarse por igual a patricios y plebeyos.
Estas dos obras, realizadas por Prometeo Representaciones Volumétricas, han sido cedidas para su exposición
por la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC)
y la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses (SECCIF), a las que –desde aquí– queremos reiterarles nuestro más sincero agradecimiento.
LIBRERÍA ALEJANDRÍA
Librería Alejandría en Urueña es una librería visual y es
esta posibilidad de creación la principal motivación del
librero a la hora de instalarse en la primera villa del libro de España, habría que añadir que también como joven vallisoletano y castellano-leonés preocupado por la
migración de tantos y tantos jóvenes amigos creadores a
otras provincias pretende demostrar la posibilidad de
que todavía es posible asentarse no sólo en Valladolid
sino en el medio rural.
Como guardián de las palabras y amplio conocedor
de la literatura hispanoamericana nos encontramos en
la librería a Enrique Alonso que no dudará en aconsejarnos algún libro o simplemente en contarnos sus aventuras ligadas en parte al mundo literario, que no son
pocas, fruto de haber recorrido y vivido en toda Latinoamérica.
Librería Alejandría apuesta por ser un lugar de encuentro, un espacio vivo, en el que todos aporten y a
su vez sean beneficiarios. Después de su inauguración
espera sentir el apoyo de las instituciones que han iniciado este proyecto para que no se quede en fotografías
o meras palabras que acaban olvidadas en un baúl del
«sobrao» o se lleva el viento que lame esta villa amurallada sino que sean una pincelada más a esta obra
por y para los amantes de la cultura en general y de
los libros en particular.
Miguel Ángel es consciente de que hay todavía muchas preguntas, muchos problemas e interrogantes en el
aire esperando hayar respuesta o encontrando solución,
espera que Librería Alejandría siga por muchos años y
sobre todo que continúe con el mismo espíritu con el
que se inauguró este año dentro de la primera Villa del
Libro de España.
Librerías de Urueña
E
l joven librero Miguel Ángel Ortega Ruiz apostó en el
2002 por abrir la Librería Alejandría dedicada al libro
antiguo y de ocasión en Valladolid a pesar de que todo
indicaba que este tipo de comercios minoritarios estaban destinados a la extinción a causa de la repercusión
que tenía y sigue teniendo la venta por internet.
El romanticismo mueve cada uno de sus pasos y este
romanticismo es el que le ha llevado a aventurarse en
la instalación de la nueva sede de la librería en Urueña.
A favor en este nuevo proyecto ha tenido y tiene el
entorno, Urueña, pueblo, al que denomina como un
«lienzo vivo en el que la naturaleza da sus pinceladas
de color y el hombre enmarcó con la construcción de
su hermosa muralla».
Miguel Ángel se arriesgó a complementar más que a
competir con la naturaleza con la Librería Alejandría en
Urueña intentando aportar una visión estética y visual
al mundo del libro.
Cada uno de los ejemplares que se encuentran a la
venta en Alejandría de Urueña ha sido comprado y seleccionado intentando en todo momento encontrar su
lector, es amigo Miguel Ángel de las causas nobles e
imposibles, busca y rebusca por España y todo el mundo aquellos libros raros y difíciles de encontrar esperando dar al lector la satisfacción de localizar entre los
libros presentes en la librería aquel que tanto tiempo
llevaba buscando. Por y para ello no se limita a la
especialización en una temática en concreto sino que da
cabida a todas las materias, desde arte, ciencias pasando por narrativa, poesía…, etc.
De igual forma intenta que su visión estética y romántica de la vida tenga presencia en Alejandría para
lo cual no duda en mostrarnos un «abanico de posibilidades teatrales» colocando obras de teatro de la editorial Escélicer (famosa en los años 60) en el suelo asemejando la forma de un abanico. Se podría decir que la
ARGAYA [63]
LIBRERÍA INSTITUCIONAL
C
on el nombre de Librería institucional existe en la Villa
del Libro un local de dos plantas, con una superficie
aproximada de 60 m2, que ha servido a lo largo de estos años como sala de exposiciones además de facilitar
todo tipo de información de interés a los visitantes y
viajeros que han pasado por Urueña y desde el año
2005 para informar particularmente del Proyecto Villa
del Libro.
En la actualidad se pueden comprar en sus dependencias los fondos propios de la Editora provincial de
la Diputación provincial de Valladolid, que suman alrededor de cuatrocientos títulos clasificados en las siguientes categorías:
Librerías de Urueña
ACCIÓN SOCIAL Y ANIMACIÓN CULTURAL,
ARQUEOLOGÍA, ARQUITECTURA, ARTE, CATÁLOGO FOLKLÓRICO, CATÁLOGO MONUMENTAL DE LA PROVINCIA DE VALLADOLID, CENTRO DE ESTUDIOS «JORGE GUILLÉN», CIENCIAS
[64] ARGAYA
NATURALES, COLECCIÓN AMERICANISTA, COLECCIÓN AUTORES CONTEMPORÁNEOS,
COLECCIÓN AUTORES VALLISOLETANOS, COLECCIÓN CORTALAIRE(CENTRO DE ESTUDIOS
J. GUILLÉN), COLECCIÓN DE FUENTES DOCUMENTALES PARA LA HISTORIA DE VALLADOLID, DEPORTES, ECONOMÍA, ENSAYO, ENSEÑANZA, ESCULTURA, ESTUDIOS GEOGRÁFICOS E
HIDROLÓGICOS, ETNOGRAFÍA, FOTOGRAFÍA,
FUNDACIÓN MUSEO DE LAS FERIAS DE MEDINA DEL CAMPO, HISTORIA, HISTORIA DE LAS
INSTITUCIONES, LIBROS SINGULARES, LITERATURA, MEDICINA, MONASTERIOS, MÚSICA, NATURALEZA Y PATRIMONIO, PINTURA, PREMIOS
A LA TRAYECTORIA LITERARIA «PROVINCIA DE
VALLADOLID», REVISTAS CULTURALES, SERIE
DOCUMENTAL, SOCIOLOGÍA, TAUROMAQUIA,
TEATRO, TEMAS DIDÁCTICOS, TEMAS DIDÁCTICOS DE CULTURA TRADICIONAL, TEMAS INFANTILES, TIERRAS DE VALLADOLID, TURISMO
y URBANISMO.
Dentro del proyecto de la Villa del Libro, se cree posible que en un futuro inmediato la Librería institucional pueda ser punto de venta de fondos editoriales de
la Junta de Castilla y León, de la Universidad de Valladolid, de la Fundación Jorge Guillén y de las otras Diputaciones provinciales de la Comunidad, ofreciendo un
servicio muy útil a los miles de visitantes que pasen
cada año por la villa de Urueña.
ALCUINO CALIGRAFÍA
ASOCIACIÓN «ALCUINO» PARA
LA RECUPERACIÓN
DE LA CALIGRAFÍA ANTIGUA
S
betos, y artistas en cuanto a la recreación singular de
cada obra. Aquellos primeros escribas, pendolistas, amanuenses, calígrafos, iluminadores, nos han cautivado a
través del legado que dejó depositado tras los gruesos
muros de piedra de los archivos, tras las viejas maderas
de sus «armarios» («claustrum sine armario, castrum
sine armamentario»), tras las labradas pieles y metales
de sus encuadernaciones y, aún así, sujetos con fuertes
cadenas a los cubículos de los que a ellos se acercaban
para consultarlos.
Pero los miembros de Alcuino no nos quedamos
solamente en la reproducción de escrituras pasadas,
alentados por calígrafos de reconocido prestigio en el
ámbito internacional, algunos de los cuales han sido
profesores nuestros y que a partir de ahora vendrán por
Urueña para impartir cursos, también pretendemos ampliar la ubicación de la escritura a otros materiales y
técnicas imperantes en las últimas corrientes de la creación artística y las artes decorativas.
Librerías de Urueña
on éstas unas tierras que van cambiando de color según
las distintas épocas del año: verdes en primavera, doradas en el verano y, en los días de viento, los cereales
cultivados a lo largo del Páramo se balancean imitando
a las olas marinas de un Océano.
Aquí, en esta villa y como para protegerse de lo que
se ha dado en llamar la lectura en la era electrónica, se
ha creado la primera Villa del Libro en España, dando
cabida a varias librerías y un local-sede de la Asociación para la Recuperación de la Caligrafía Antigua «Alcuino». Ahora, desde Urueña, tierra de cereales y palomares, se quiere proyectar a toda España y, desde España, a todo el mundo, lo que se ha llamado la cultura
en soporte de papel impreso.
Los miembros de la Asociación Alcuino para la Recuperación de la Caligrafía Antigua nos movemos por
el interés común de encontrar en la escritura la belleza
que ha perdido, de recuperar un tiempo lejano en el
que cada palabra, cada letra incluso, era una obra de
arte, cada «escrito» (liber, codex, rollo, tableta, etc.)
una aventura en cuanto a su ejecución, y cada copia del
mismo, una misión sólo reservada a unos pocos, pacientes en el hacer, sabios en el entender de lenguas y alfa-
ARGAYA [65]
LIBRERÍA EL 7
Librerías de Urueña
C
[66] ARGAYA
uando, LIBRERÍA EL 7 recibió el verano pasado la invitación de la Diputación de Valladolid para participar
en este proyecto de la Villa del Libro. Lo primero que
advertí es que todavía no había en España una localidad dedicada a esta actividad.
Consagrar el pueblo de Urueña a la cultura del libro
en todas sus vertientes: encuadernación, caligrafía, edición en diversos soportes, es una incomparable aventura
cultural, de imprevisibles consecuencias en el futuro
para el entorno rural en el que se desarrolla y que me
atrajo nada más conocerla.
Representaba, lo que siempre había soñado, lo que
había deseado muchas veces, un proyecto que hermanaba la venta de libros con un entorno tan propio que
convertía esta actividad económica en una aventura cultural.
La voluntad de ser librero está acompañada por un
interés en el mundo del libro y dejarse seducir por ese
sentimiento que surge de su trato: observación, roce,
olor, tacto, un inmenso amor al libro, que obliga a olvidar los aspectos más prosaicos ligados, obligatoriamente, a esta profesión.
No podemos olvidar los numerosos conocimientos
necesarios para desarrollar decorosamente esta actividad, no existe una formación que prepare para esta
profesión en su compleja actividad, sólo la actividad comercial te dota de la suficiente experiencia para catalogar las diferentes ediciones y marcar su valor y te ayuda a decidirte en el segmento de mercado que dentro
del entorno del libro de viejo existe, no todos los libreros ofrecen los mismos libros en antigüedad y calidad,
sus conocimientos sobre determinadas épocas de edición
y su valoración determinaran el tipo de libro que ofertará en su librería.
Para mí, todo empezó, hace algunos años, un día
movido por mi afición a los libros en general y en particular a los libros de tema taurino, comencé a poner
anuncios, en diferentes medios, en los que compraba libros de tema taurino que inmediatamente amplié a libros en general.
Desde entonces mi vida había dado un giro grande:
me convertí en un librero en potencia.
Me encantaba acudir a los avisos que me llegaban,
empecé a disfrutar en la compra y posterior catalogación de las adquisiciones. Ante mí se abría un mundo
lleno de nuevas sensaciones que me atraía y llenaba de
satisfacción, comencé mi nueva profesión con una gran
ilusión que me hacía sentir feliz y satisfecho con mi actividad.
Cuando apareció la oferta de la Villa del Libro de
Urueña, fue un momento memorable, que me lleno de
ilusión y esperanza, representaba una idea novedosa
plagada de desafíos pero que en la práctica una vez
con el proyecto hecho realidad me ha llenado satisfacciones por el lugar, un pueblo de belleza incomparable
y sus habitantes de una gran amabilidad y hospitalidad.
Creo que nos encontramos en el camino adecuado
para que nuestros rendimientos económicos alcancen un
nivel óptimo.
Trató de aumentar y diversificar mi oferta con libros
infantiles y otro tipo de libros, no he conseguido obtener un nivel de ventas estable, variando de unas semanas a otras por diversas causas. Las visitas a la librería no sólo dependen de mi oferta, amplia en libros y
diversa en cuanto a materias, aumentan o disminuyen
dependiendo de valores tampoco controlables como el
clima, su número varía de semana en semana aunque
todos mantienen una envidiable curiosidad y respeto
hacia los libros expuestos con un trato discreto y
agradable.
Generalmente acuden a conocernos habitantes del
entorno cercano de la provincia de Valladolid, Zamora
y Palencia aunque también vienen de Madrid y País
Vasco.
Tenemos visitantes de todas las edades, desde niños
de temprana edad hasta sus abuelos y sus preferencias
en el momento de elegir un libro no son uniformes haciendo nuestro trabajo entretenido y ameno.
Espero que en un futuro no muy lejano nuestra
situación se consolide y obtengamos junto a nuestra
satisfacción personal unos rendimientos financieros sostenibles que nos permitan afianzarnos en esta Villa del
Libro a la que deseo larga vida.
José Jiménez Alonso
LIBRERÍA SAMUEL
bados antiguos, que estaban almacenados, con la eterna
promesa de organización, en la galería de arte Samuel,
que dirijo en Valladolid. Ahora parecía haberles llegado
el momento y la ocasión de sacarlos a la luz, ya que
nunca se llevó seriamente a cabo, un registro de épocas,
procedencias, grabadores e impresores para su debida
identificación y clasificación, debido a la gran cantidad
y particularidad de éstos.
Me informé sobre las condiciones y el proyecto, resolviendo que era una buena oportunidad para colaborar, con la ilusión en principio algo romántica que me
une al lugar. Me arremangué y puse manos a la obra,
con la intención de disponer de un lugar para organizar
todo aquello.
La sorpresa llegó cuando tras la inauguración oficial
a finales de marzo, un poco precipitada como suelen ser
todos estos eventos, el pueblo de Urueña se llenó de
gente, ya que esta fecha permitía aprovechar los primeros días de primavera, las fiestas patronales, Villalar, y
el día del libro inmediatamente después, a lo que se le
unió una importante campaña de promoción, superando
así las tímidas expectativas lógicas de cualquier inicio.
Aunque creemos que lo más duro llegará en invierno, animamos a que el novedoso proyecto se consolide
y mejore constantemente con las propuestas que entre
todos podamos encontrar para llamar la atención de un
público interesado en este fascinante mundo del libro.
Finalmente creo que estamos ante una buena idea,
con una proyección de futuro muy interesante, para la
que espero el apoyo de todos, instituciones, librerías y
principalmente el público.
Librerías de Urueña
C
uando me enteré del proyecto de la Villa del Libro de
Urueña, me interesé inmediatamente por el tema, el
pueblo era un viejo conocido desde hace mucho tiempo.
Era yo un crío cuando mi padre Fernando Santiago,
con un grupo de artistas y pintores de la talla de: Félix
Cuadrado Lomas, Pablo Prieto y los recientemente fallecidos, Gabino Gaona y Domingo Criado… llegaron a
Urueña, compraron casa, y durante algunos años dejaron en sus obras algunas pinceladas de las mejores interpretaciones del paisaje castellano. Con estos precedentes y algunas anécdotas del rincón de mi memoria,
cualquier excusa era buena para dar un paseo por sus
murallas, y volver a recrearme con la gran variedad de
cambios cromáticos que a lo largo del año nos ofrecen
nuestras tierras castellanas.
El inicio de mi actividad en el mundo del grabado
antiguo se debe por entero a Fernando Santiago, que
durante 40 años, en un momento en que se le daba escaso valor, había reunido una importante colección de
grabados antiguos. Ésta selección de grabados, en cuanto a número y calidad, los adquirió en librerías, anticuarios, y diversos tipos de negocios y mercadillos, durante los viajes que con cierta frecuencia realizaba por
toda España, Portugal, Inglaterra o Francia, entre los
más comunes. Estas estampaciones unas veces aparecían
ordenadas y otras en estantes amontonadas o entre
objetos varios. Así fue como la experiencia, el conocimiento y el interés personal dieron como resultado una
singular colección de grabados, postales, cromos, fotos,
libros y todo tipo de curiosidades, siendo un avezado
pionero en este tipo de coleccionismo.
Cuando este otoño recibí la información sobre la Villa del Libro pensé rápidamente en la colección de gra-
Samuel Santiago Paul
ARGAYA [67]
ALVACAL
Librerías de Urueña
L
[68] ARGAYA
os comienzos de ALVACAL, la actual Asociación de Libreros de Viejo y Antiguo de Castilla y León, donde se
agrupan la práctica totalidad de los profesionales de la
Comunidad Autónoma, se remontan a 1977, cuando algunos de los actuales socios organizaron la I Feria del
Libro ocupando un lugar destacado dentro de la Feria:
la exposición «Aleluyas de Villa del Libro» para regalar
a los visitantes de la Feria, así como las bolsas con publicidad de Villa del Libro.
Desde el primer momento, cuando Villa del Libro
era todavía un proyecto, ALVACAL consideró la iniciativa como merecedora del apoyo de los profesionales
del libro, como de toda la sociedad, por tratarse de una
innovadora iniciativa que promovería eficazmente el libro y la cultura española. Por un acto público al que
asistieron libreros, representantes de la Excma. Diputación Provincial, gentes del mundo de la cultura y medios de comunicación. El Premio Incunable es una distinción que anualmente conceden a los libreros de viejo
de la Comunidad Autónoma a personas o instituciones
destacadas en la promoción del libro español.
Para la Asociación ALVACAL, Villa del Libro merece
todos los apoyos públicos y privados posibles, muy particularmente el de los profesionales del libro viejo y antiguo de la Comunidad Autónoma. Por eso nos consideramos obligados a colaborar en todo con la puesta en
marcha y con el desarrollo futuro de Villa del Libro.
Por estos motivos, quisimos que las librerías de viejo y
antiguo de la Comunidad Autónoma estuvieran representadas en Villa del Libro con una tienda a nombre de
la Asociación ALVACAL, pero en la que participan cinco librerías de la Comunidad Autónoma, ofreciendo un
amplio abanico de especialidades, desde el gran libro
antiguo hasta el resto editorial, la segunda mano, o el
facsímil de obras antiguas, raras o curiosas. Las librerías que han aportado libros a esta tienda colectiva son
las siguientes: Librería Maxtor, de Valladolid. Librería
Bibliomanía, de Laguna de Duero. Librería «El Camino
de Santiago», de León. Libros Pariente, de Rueda (Valladolid). Librería Valdezate (Burgos).
En el marco del Convenio para la promoción de Villa
del Libro que ALVACAL mantiene con la Excma. Diputación, estamos contribuyendo de varios modos al desarrollo Villa del Libro, por ejemplo mediante la promoción en las Ferias del Libro Antiguo y de Ocasión que
organizamos en toda la Comunidad Autónoma, y de
otras formas, entre las cuales hay que destacar la próxima puesta en marcha del portal de librerías en Internet
www.librohispano.com, que será la Villa del Libro Digital, y que nace a partir del actual portal de librerías
www.librerosdeviejo.com, creado y gestionado por los libreros de la Comunidad Autónoma de Castilla y León,
pero en el que participan 170 librerías españolas y extranjeras, con 1.600.000 libros a la venta. En www.li-
brohispano.com podrán afiliarse librerías españolas y extranjeras, tanto de libro «viejo» o antiguo como «de
nuevo», en condiciones de gratuidad casi total.
El pasado año, los directivos de ALVACAL encabezaron a la práctica totalidad de los Gremios y Asociaciones
Libreros de Viejo españoles, en su calidad de Asociaciones Promotoras del Portal, en la recepción que SS.AA.RR.
los Príncipes de Asturias concedieron a www.librerosdeviejo.com. Los libreros de viejo de la Comunidad Autónoma sabemos que la Villa del Libro puede constituirse
en uno de los principales referentes mundiales del libro
español de todas las épocas, si ahora vinculamos a la joven Villa del Libro a los profesionales del libro español
en todo el mundo (particularmente el viejo y antiguo,
que es donde se halla «la profundidad y la anchura» del
libro español, aunque el nuevo también debe estar), así
como a los bibliófilos e instituciones relacionadas con el
libro. Esto será posible por medio de la presencia física
eventual de estas personas e instituciones en las actividades que se organicen en Villa del Libro, o articulando su
participación bajo otras fórmulas. El Portal de Librerías
www.librohispano.com será la ventana al mundo de la
Villa del Libro, pero al mismo tiempo será la herramienta con la que el mundo podrá ver y participar en la actividad de Villa del Libro, y por tanto acceder a la cultura
y el libro español, y a la provincia de Valladolid y sus
riquezas turísticas y culturales.
Felipe C. Martínez Prieto (Presidente de Alvacal)
BOUTIQUE DEL CUENTO
N
uestra propuesta de intregar una librería infantil en el
magno proyecto de la Villa del Libro tuvo el eco deseado y en consecuencia un reto inmediato. Es cierto que
contábamos con el referente de nuestra Boutique del
Cuento de Valladolid, si bien la propia filosofía del
plan requería renovados esfuerzos en la programación
de esta nueva sede; a saber, una coordinación necesaria
con el centro e-LEA, una integración significativa en la
morfología del municipio y en un sentido más propio la
búsqueda de actividades culturales que dimanando de
nuestra librería trascendieran al mero acto comercial.
Vamos a reseñar algunos de los argumentos que justifican nuestra presencia:
* La constitución de la «Villa del Libro» en una institución dinámica y generadora de potenciales lectores.
* La creación de un espacio de convivencia entre padres, hijos, abuelos, etc. con el aliciente común de
la lectura.
* El hecho de que –siendo la «Villa del Libro» un
referente en el que se integran distintas áreas: museística, pedagógica, investigadora, etc.– ésta se
perciba como un ámbito susceptible de ser visitado
por grupos organizados procedentes de colegios,
institutos, etc.
ACTIVIDADES
Aprovechando el magnífico marco del enclave ofrecemos diferentes propuestas para revivir la historia como
prototipo de villa medieval y como localidad propiamente dicha. A tal efecto pretendemos:
– Habilitar una estantería con revistas científicas y
bibliografía relativa a la villa y su entorno geográfico.
– Creación del concurso anual de cuentos «Saturnino
Calleja».
– Muestra de cuentos antiguos.
– Exposición de facsímiles.
– Charla-coloquio con autores de cuentos en días
por señalar.
– Taller de dramatización en el que se ofrecen distintas pautas para la puesta en escena.
– Bibliografía complementaria relativa a expresión
corporal, mimo, etc.
– Lectura del «clásico del mes»: El Quijote, Lazarillo, etc. o la recitación en turnos de adaptaciones
de estas obras por parte de escolares invitados a
tal efecto.
Librerías de Urueña
* La propia entidad del niño, que conlleva el derecho de acceso a un bien cultural.
– «En busca del libro» o la introducción de los más
pequeños en la dinámica de localización dentro de
la librería dándoles una serie de pautas relativas a
los diferentes temas, colecciones, etc.
ARGAYA [69]
LIBRERÍA ALMADÍ
D
Librerías de Urueña
el proyecto sobre La Villa del Libro de Urueña supe en
el mismo momento de constitución de Efecto Violeta
Ediciones. Ello convirtió este conocimiento en una especie de confirmación mágica que interpreto como la visión de un sueño. El mismo día en que apareció en internet la información, me desplacé de Valencia a Urueña
para no dejar pasar ni un instante la posibilidad de establecerme en ese magnífico lugar como editora, promotora de libros específicos y gestora cultural.
El 15 de marzo de 2007 se inauguró la primera Villa
del Libro de España; la muralla de Urueña contemplaba
atónita la aparición de libros junto a sus húmedas piedras; los habitantes abrían los ojos ante la expectación
creada y las cigüeñas rebajaban altura para ver de cerca
a los nuevos intrusos. ¡Once librerías en un pueblo de
260 habitantes, qué barbaridad! –decían algunos–. Durante los meses previos a la inauguración me inundaron
las dudas sobre la viabilidad del proyecto pero, de
pronto, la figura honesta de Joaquín Díaz, la presencia
invisible de Amancio Prada y los sonidos de oriente de
Luis Delgado despejaron los miedos como quien confía
ciegamente en la experiencia de un maestro. A ellos
sumé la frase: «quien no posee una pequeña dosis de
locura no está tan cuerdo como se cree» y el aprecio
inmediato que me regalaron los que bien conocían los
bellos atardeceres de esta tierra. Eso, y el apoyo incondicional de Marta R. Carrasco, hizo posible la puesta
en pie de la LIBRERÍA ALMADÍ, una ventana al mediterráneo en el centro del centro de Castilla; un espacio
de 150 metros donde ya habitan las ediciones más cuidadas de importantes instituciones que recuperan textos
necesarios; como necesaria es la poesía, el teatro y la
buena narrativa. Editoriales como las del Mediterráneo
y del Oriente, Siruela, Pre-Textos, Alfons el Magnànim,
Cátedra, Ñaque, y el bellísimo fondo de un editor único, Augusto Jurado tienen allí su casa. Pero también la
música acompaña la lectura y así sellos como el de Resistencia, Barlovento, Picap, Fundación Joaquín Díaz...
nos amenizan el encuentro con el papel impreso, desde
el antiguo y usado al más nuevo.
Pero algo que comenzó con el estruendo de toda
inauguración y de la mano de quienes vieron en La Villa del Libro la posibilidad de dinamizar un pueblo necesita del cuidado permanente de sus creadores para
que la decepción no se haga hueco en las ilusiones de
quienes apostamos por ello. El centro e-Lea es el punto
al que todos los libreros miramos porque su director,
Pedro Mencía, mantiene el empeño de que en Urueña se
lea. Aunque también el paladar y la vista pueden gozar
en la visita.
Pilar Algarra, librera-editora
[70] ARGAYA
LA PUNTA DEL ICEBERG
L
co que hay, los intentos por determinar el sentido de la
vida… son una evidencia del anhelo de retomar el
vínculo de nuestra alma».
LA PUNTA DEL ICEBERG más que un proyecto
empresarial esta planteado como un proyecto de vida,
una vuelta a los orígenes sin perder la perspectiva de lo
universal. Un acercamiento a conocimientos casi ancestrales que utiliza a la vez conocimientos universales de
última generación para salir al mundo.
Dos extremos de una misma realidad. LA PUNTA
DEL ICEBERG desde Urueña, buscará la universalidad
a través de Internet con su página web en preparación.
En LA PUNTA DEL ICEBERG, también organizamos eventos y producciones, nuestra última producción
ha sido la grabación de dos programas de Las Noches
Blancas para Telemadrid, presentados y dirigidos por
Fernando Sánchez Dragó. Esta grabación fue realizada
en el centro e-LEA en Urueña.
Las micro ediciones por encargo serán otra línea de
negocio, autores noveles o poetas aficionados podrán
ver su obra en formato libro en pocos días.
Como una actividad más de LA PUNTA DEL ICEBERG, organizaremos cursos de distinta duración sobre
diferentes temas:
Radiestesia, geobiología, arquitectura sagrada, maestros canteros, Feng-Shui, etc.
En nuestra librería, hemos buscado una ambientación
que invite a entrar y de pereza el salir. La iluminación,
la música, los sillones de lectura y un café o té mientras
se ojean los libros, ayudarán al bienestar de nuestros
clientes. Las prisas en la Villa de Urueña no deben existir y en LA PUNTA DEL ICEBERG menos.
Librerías de Urueña
«Los libros son la punta del iceberg de la cultura».
Esta frase lapidaria, salida de la boca del escritor
Fernando Sánchez Dragó en una cena informal con un
grupo de amigos, una vez concluidas unas jornadas sobre la literatura templaria en Ponferrada, nos dio la
clave a la hora de dar nombre a nuestra librería en la
Villa del Libro de Urueña.
En LA PUNTA DEL ICEBERG proponemos lecturas
que aporten conocimientos sobre el cuidado del cuerpo,
del espíritu y de nuestro entorno, como única forma de
lograr el equilibrio necesario para nuestro enriquecimiento personal.
Para el cuidado del cuerpo tenemos una amplia oferta de libros sobre dietética, alimentación saludable, salud natural, terapias alternativas, etc. Los huertos ecológicos, la geobiología, la radiestesia, la bioconstrucción y
la importancia del agua son otros temas preferentes y
muy presentes. Tanto nuestro cuerpo como el planeta
tierra están compuestos de un 70% de agua y en ambos casos lejos de estar inanimada, está viva y consciente. Como el científico y estudioso del agua Masaru
Emoto dijo: «el agua no sólo almacena información
sino también sentimientos y conciencia, reaccionando
ante cualquier estímulo externo». Aprendamos a conocer, valorar y cuidar nuestras aguas, son fuente de vida,
son curativas y en un pasado muy remoto fueron nuestro habitat.
Los libros sobre reiki, autoayuda, psicología y las diversas religiones, nos permitirán atemperar, cuidar y elevar nuestro espíritu. Como comenta el Dr. Wayne Dyer
«la sensación de vacío, la idea de que debemos ser algo
más, las dudas acerca de si lo que nos rodea es lo úni-
ARGAYA [71]
LIBRERÍA ALCARAVÁN
Librerías de Urueña
H
[72] ARGAYA
ace 15 años se fundó la Librería Alcaraván, ese es el
tiempo que llevo viviendo en Urueña, tres lustros, muchas veces me han preguntado por qué me vine a vivir
a este pueblo amurallado de Castilla, depende quien me
preguntase daba un tipo de respuesta siempre según la
persona que se interesase le contaba una historia o un
motivo diferente y la verdad, pasados estos años todas
esas historias y motivos eran válidos y reales; huyendo
de la ciudad –en mi caso Madrid–, buscando paz y
tranquilidad, tiempo disponible para uno mismo, vivir
en la naturaleza, trabajar en lo que me gusta…
La historia comenzó en el año 1990 cuando conocí
personalmente a Joaquín Díaz, pues el conocimiento de
su obra musical y escrita la llevaba siguiendo años antes,
a través de un amigo común, Emilio Blanco, Etnobotánico, visitamos un día de octubre, Urueña y la Fundación
Centro Etnográfico –entonces todavía no era Fundación,
lo fue unos años después tras pasar una serie de vicisitudes–. Ese día conocí a Joaquín, me acuerdo que llegué
antes que Emilio –él venía de Segovia y yo de Madrid–
llamé a la puerta de la casona y me abrió el propio Joaquín Díaz en persona, ya en la forma de apretarte la
mano noté la humanidad que desprendía alguien al que
admirabas y profesabas un cierto respeto. Cuando pasamos a la biblioteca vi que estaba un viejo conocido, Avelino Hernández ¡qué sorpresa!, a partir de entonces y con
amigos comunes hicimos una amistad que fuimos cultivando, yo con visitas frecuentes a Urueña, en una de
esas visitas junto a Modesto Martín Cebrian y Sarvelio
Villar, Modesto me comentó al saber que trabajaba en librería: «¿Es caro montar una librería?», respondí: «hombre si no fuese caro yo la montaría», Joaquín con esa socarronería que se gasta de vez en cuando dijo: «pues la
montas en Urueña», el viaje de vuelta a Madrid –nunca
mejor dicho– lo hice dándole vueltas al magín, se lo comenté al poco tiempo a Avelino, la idea le pareció fabulosa y tal como era El Avelino enseguida nos convocó a
una serie de amigos comunes, de donde surgió la creación de una sociedad y la apertura de la librería la creamos seis socios: Joaquín Díaz, Luis de la Fuente y Elena
Casuso, Ignacio Sanz, Jesús Herrero, Avelino Hernández
y yo mismo, Jesús Martínez, de esos seis, Avelino ya no
está con nosotros, nos dejó hace tres veranos.
Poco a poco nos fuimos haciendo una clientela fiel y
de calidad, sobre todo gente que venía atraída por el
museo y a su vez interesada en los títulos ofertados en
Alcaraván.
Urueña empezaba a sonar cada vez más a nivel nacional, venía gente de cualquier lugar pero sobre todo Madrid, Castilla, Galicia, Asturias, País Vasco. Vinieron nuevos pobladores, todos de Madrid, Juan Antonio y Alison,
Tienda La Real y estudio de diseño Tf media, Luis Delgado con su Museo de Instrumentos. Poco a poco el nú-
cleo urbano recupera el aspecto que debió tener en el
primer cuarto del siglo XX. Los clientes seguían haciéndose preguntas: ¿Cómo una librería en pueblo?, yo les
decía que era el pueblo de España más pequeño –150
habitantes– con librería abierta, la única librería de Castilla y León especializada en temas de la tierra.
También recuerdo que ponía el ejemplo de los pueblos
librería que existían en Gales, Francia, Holanda, Italia…
ubicados en pueblos parecidos a Urueña con sabor medieval, pequeños y con cierto encanto. ¡Quién iba a decir
que con el tiempo nos convertiríamos en la primera Villa
del Libro de España!
2003 a 2007, años de esperanza e ilusión, la librería
cambia de ubicación, nos trasladamos a Corro de San
Andrés, 13, en un local amplio y luminoso con una casa
recuperada lo más fiel posible, suelos de barro, vigas de
madera.
Por fin la inauguración el día 15 de marzo del presente año, los primeros fines de semana son terribles de gente no se da a basto, los restaurantes llenos, coches aparcados en las eras, carretera… viene personal de todos los
alrededores y de cualquier punto de España. La Villa del
Libro bajo mi experiencia de 15 años en Urueña es de
que se irá consolidando a medida de que los libreros
crean en el proyecto y quieran vivir en el pueblo algo
inseparable bajo mi punto de vista.
¿El futuro de Urueña?, en las manos de los que vinimos y los nacidos aquí está. Por nuestra parte seguiremos viviendo y disfrutando de esa increíble luz, del
silencio de los atardeceres y del aire tan limpio que respiramos, todo un lujo en estos tiempos que corren.
ENCUADERNACIÓN ARTESANAL
UNA EXPERIENCIA VITAL
EN LOS TOROZOS
explicar con certeza por qué fueron seducidos y por qué ya
no quieren irse. Uno ama a Urueña y no sabe porqué.
Por causa del azar, hace cinco años que aparecí en Urueña invitado a realizar una exposición de fotografías. Inmediatamente quedé seducido, un año más tarde trasladé aquí
mi estudio y desde entonces aquí vivo y aquí trabajo dedicado a la fotografía al grabado y a la ilustración, además de
mantener abierto hace ya tres años un pequeño comercio
donde vendo grabados, fotografías, dibujos y algunas pequeñas antigüedades. Creo haber encontrado el lugar donde se
combina en justa medida la tensión con el sosiego, la soledad con la compañía, un punto de equilibrio que permite la
introspección y el trabajo creativo.
En Urueña , uno puede encontrarse a sí mismo, se puede
sentir un silencio infinito como su adusto paisaje, la soledad
invernal que invade los tuétanos, lo desabrido de un paseo
por calles vacías, También se puede encontrar la gratificante
charla con vecinos y la cálida compañía de los amigos.
Son la belleza de su paisaje, la altivez vetusta de sus
murallas y esta rara mezcla de factores humanos es la que
confiere un atractivo especial a Urueña, algo que intuye el
visitante atento, que queda encandilado por este pequeño
pueblo castellano.
Vive Urueña aún convulsa por la reciente inauguración
de la Villa del Libro, un proyecto estimulante sin duda, pero
que como los nuevos habitantes, es posible que necesite pasar por un período de adaptación, encontrar su lugar. Queremos expresar nuestros mejores deseos para que lo consiga
contribuyendo a que el pueblo siga manteniendo esa atractiva identidad y sea un foco de cultura para el entorno y cita
para un turismo diferenciado, ajeno a las masificaciones perturbadoras.
Librerías de Urueña
U
rueña seduce. Además de la belleza de sus monumentos históricos y su paisaje, posee dos peculiaridades que la hacen
singular: una arquitectura que se conserva sin demasiados
desafueros inmobiliarios, sobria como sus habitantes y una
combinación de las tradicionales actividades agropecuarias
con una vida cultural insólita para un pueblo de tan pocos
habitantes.
Hace más de 16 años que la Fundación Joaquín Díaz,
trabaja con perseverante denuedo por un pueblo con actividad cultural, respetuoso con lo tradicional y que sea visitado
por un turismo sin estridencias.
A esta labor hace también muchos años que contribuyen
la librería Alcaraván (con su selecta clientela) y el Museo
de Instrumentos Luis Delgado.
Otra característica que se añade o es consecuencia de
las anteriores, es el hecho de que se hayan establecido un
número estadísticamente inusual de habitantes con profesiones liberales relacionadas con el arte y que desarrollan su
actividad en el pueblo, de forma casi imperceptible a los
ojos del visitante.
Dicen que vivir rodeado por una muralla produce las
mismas tensiones emocionales que vivir en una pequeña
isla, Sea esto cierto o no, lo que sí es cierto es que los nuevos habitantes tardan años en encontrar su lugar en Urueña
y son bastantes los que tienen que irse por no conseguirlo.
También es cierto que los que lo encontraron no aciertan a
ARGAYA [73]
CONTENIDO DE
a
l
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V
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L
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de
[74] ARGAYA
LAS VILLAS DEL LIBRO
EN EL MUNDO
El proyecto de la Villa del Libro de Urueña
se basa en su concepción en el modelo aportado a la Diputación de Valladolid por las villas
del libro existentes en otros lugares de Europa,
tales como Montmorillon (Francia), Wigton
(Escocia), Montereggio (Italia), en Asia, como
Camping Buku y en América, como Stillwater
(EE.UU.).
I. Concepto
La Diputación de Valladolid se ha propuesto
como acción prioritaria el apoyo al medio rural;
dicho objetivo moldea el esfuerzo continuado e
innovador en proyectos de promoción local, con
carácter cultural, medioambiental y turístico. En
este marco se desarrolla el proyecto denominado
Villa del Libro, una acción integral de cultura y
turismo en el medio rural vallisoletano cuyo fiel
es el libro y los diferentes sectores relacionados
con él, de manera que, constituyéndose en un
instrumento catalizador del desarrollo económico, turístico y cultural de la localidad seleccionada para albergar el proyecto y de la zona en
que se inscribe, se fomente el empleo, el asenta-
miento de población emprendedora, el desarrollo
sostenible y la cooperación con otros proyectos
ya consolidados o en curso.
La provincia de Valladolid, dada su enorme
riqueza en lo que se refiere a patrimonio histórico, artístico, natural y lingüístico, tiene aún interesantes posibilidades de promoción. La decisión
sobre la propuesta del proyecto Villa del Libro
y, en concreto, sobre su emplazamiento no ha
obedecido a un embeleso repentino sino al minucioso análisis realizado de los antecedentes,
planteamiento y prospectiva –así como de los
objetivos tanto genéricos como específicos y de
los criterios de ubicación y actuación–, cuyos favorables indicadores han dado argumentos bastantes para la determinación institucional.
Para acoger beneficiosamente el proyecto de
la Villa del Libro vallisoletana, se requería un
emplazamiento que reuniese determinadas condiciones sociodemográfficas, patrimoniales –históricas, artísticas y paisajísticas–, de implicación
municipal, de disponibilidad de suelo urbano,
de accesibilidad viaria y de asentimiento por
parte de profesionales del libro.
Aparte de las raíces más remotas que lo inspiran, el modelo tiene numerosos antecedentes
inmediatos que han avalado la viabilidad de su
implantación en nuestras tierras. Con distintos
nombres según su lengua de origen («book-
Contenido de la Villa del Libro
Panorámica de Urueña detrás de la iglesia.
ARGAYA [75]
Contenido de la Villa del Libro
Joaquín Díaz en la muralla de Urueña.
town», «village du livre», «buchdorf», «villaggio del libro»), existen hoy desde Norteamérica
a Asia y a Australia –y en número creciente
que, sólo en Europa, supera ampliamente la
veintena– un conjunto destacado de pequeñas
poblaciones que desarrollan de diverso modo
ese producto cultural y turístico que toma al libro como eje articulador.
La Villa del Libro que la Diputación de Valladolid ha realizado es la primera en España;
lo que, sin duda, le da un valor añadido en su
proyección nacional e internacional, independientemente del desarrollo diferenciado de la
idea y de las innovaciones que introduce.
II. Ubicación
Tras los estudios y deliberaciones pertinentes, la Diputación de Valladolid determinó la
ubicación del proyecto en Urueña. Desde la eñe
que contiene este topónimo, puede advertirse
[76] ARGAYA
un guiño, si se quiere: la determinación del lugar declara su vocación de pertenencia y su
consecuente proyección en el mundo de lengua
española, entre las tres primeras tanto por número de hablantes como de países en que es
lengua oficial y con una fuerte expansión en
otros en que no lo es.
El municipio de Urueña está situado al noroeste de la provincia de Valladolid –capital de
la comunidad autónoma de Castilla y León–, a
dos kilómetros de la AP-6 (Madrid-Coruña),
una de las autovías nacionales más importantes.
El no lejano aeropuerto de Villanubla acerca
también otros puntos más distantes de España
y del mundo. Esta provechosa situación le da
un rápido y fácil acceso que se complementa
alternativamente con recoletas carreteras y sendas que, con flora y fauna características, pespuntean pueblos y lugares de muy poderoso
atractivo.
Es Urueña una hermosa villa medieval situada escarpadamente en la plenitud de ese formidable baluarte natural de la paramera de los
Montes de Torozos. Estos Montes de Torozos
constituyen un relieve relicto que hace de charnela entre la campiña vallisoletana y una de las
comarcas españolas de mayor abolengo –la Tierra de Campos, ya nombrada así en el Libro
Becerro de las Behetrías de 1351– que ofrece
sin confín un ecosistema de estepa cerealista de
singular importancia mundial. Constituye una
sorprendente tarjeta de visita para quienes aún
permanecieran pasivamente instalados en una
visión tópica en torno a la configuración homogéneamente aplanada de la provincia de Valladolid.
Además de una historia rica en acontecimientos, posee hoy Urueña un imponente conjunto amurallado, una iglesia de extramuros
–excepcional joya del románico de estilo lombardo catalán–, un notable caserío con edificios
religiosos, civiles y populares, un espléndido
paisaje y la representativa gastronomía de la
comarca. Urueña cuenta con un acogedor paisanaje y con la presencia notable de bibliófilos
y profesionales de la cultura. En esta villa de
apenas doscientos habitantes se congregan algunos centros culturales con destacadas colecciones: la Fundación Joaquín Díaz –constituida
como Centro Etnográfico de la Diputación vallisoletana–, el Museo de Instrumentos Musica-
III. El proyecto Villa del Libro
El libro tiene una presencia medular en la
que hoy se denomina Sociedad del Conocimiento y es también, desde su compleja estructuración de intermediarios empresariales y socioculturales, una notable fuente de riqueza. El libro,
además de su función genuinamente cultural,
puede actuar desde la Villa del Libro de Urueña como un resistente hilo de cohesión que fortalezca la relación de pertenencia, establecer
vínculos beneficiosos con la red internacional
de ciudades– libro y, de modo particular, asegurar anclajes con países que, en América y en
otras partes, sienten en español.
La Villa del Libro de Urueña se constituye
en un espacio en el que el libro es un imán
para viajeros que, desembarazados de lo trivial,
van a la búsqueda de goces menos trillados; un
espacio de encuentro para un número importante de profesionales y de visitantes, especializados o curiosos, que han hecho del libro y de
los sectores en él implicados una manera de vivir.
Dicho espacio se concibe como una Villa
del Libro cuya tectónica ofrece las vertientes,
en faz y en paz, de la iniciativa privada y de la
pública. A partir de la primera, discurre un emplazamiento de mercado expositor, promotor y
depositario de libros en el que visitantes y establecidos tratan de ellos, que se ofrecen, se intercambian o se adquirieren como novedad o
por su condición de antiguos, raros, viejos, des-
Ruiz Medrano junto a Noriega.
catalogados o de temas específicos; en el que
hacen su labor de grabadores, calígrafos, iluminadores, impresores, encuadernadores, artesanos
del papel y de otros materiales; en el que la
pesquisa, el esparcimiento y el desahogo de la
ciudad promueven el sosegado disfrute cultural
como un objetivo sin instrumentalizaciones.
Sin que su estado esté ultimado, la iniciativa
institucional intervendrá como mediadora, intermediadora y asesora y actuará en la Villa del
Libro de Urueña desde la convicción de que el
propio valor de los contenidos engendrará una
eficaz cooperación que, a su vez, incrementará
la confianza. Y esto a través de dos criterios;
uno, referido preferentemente a lo patrimonial,
se orienta a la conservación y difusión; el otro,
que mira al presente y al futuro, se aplica más
al reconocimiento objetivo y a impulsar la creatividad.
La Diputación de Valladolid impulsa en esta
localidad vallisoletana de Urueña el proyecto
Villa del Libro que, de manera sucinta, se configura en torno a dos vertientes:
1. El Espacio para la Lectura, la Escritura
y sus Aplicaciones (el e-LEA, en denominación abreviada), cuyas líneas de acción
se desarrollan a través de las áreas que
la componen –más la de dirección y gestión– y que, al margen de la afluencia
genérica de fines de semana y períodos
vacacionales, permitirán llenar de contenido y presencia cualquier día del año.
El e-LEA se articula en las siguientes
áreas:
Contenido de la Villa del Libro
les del Mundo de Luis Delgado, el Museo de
Campanas, la Sala de Exposiciones Mercedes
Rueda. Todo un elenco que, desde su particular
entidad, amplía la suma de posibilidades con el
actual proyecto.
No se debe olvidar que, a una distancia
proporcionada de la capital vallisoletana, equidistante del resto de las provincias regionales,
la posición geográfica de Urueña está muy próxima otros importantes núcleos de interés
(como son, entre tantos, Tordesillas, Mota, Tiedra, Villagarcía, San Cebrián, Torrelobatón, La
Espina, Montealegre, Villalón o Medina de
Rioseco y –más allá del límite provincial– Toro,
Ampudia o Sahagún) y bien a la mano del ramal madrileño del Camino de Santiago.
ARGAYA [77]
Contenido de la Villa del Libro
a. Área expositiva. Con un espacio fijo
para la muestra y explicación de elementos y utensilios que han secuenciado la lectura, la escritura y sus distintos soportes a lo largo de la historia
y con otro espacio para conferencias
y encuentros y para la exposición
temporal de temas o asuntos relacionados con el libro y la lectoescritura,
así como para estimular su producción, su intercambio y la cultura misma.
b. Área Pedagógica. Orientada, a través
de distintas propuestas –en red, publicadas o presenciales–, a facilitar al
gran público la relación con el libro,
la lectura y las actividades ramificadas
y, de manera específica, a profesionales, especialistas y escolares. Equipada
con una biblioteca y mediateca de uso
real, proporcionará también comunicación virtual con el ámbito rural de
la provincia..
c. Área de Investigación y Documentación. Establecerá una línea investigadora propia y abierta a las T.I.C. y
sus aplicaciones, con proyección exterior, en torno a los temas y asuntos
que dan nombre al Centro.
d. Jardín de e-LEA. Patio ajardinado
para la reunión de círculos literarios,
presentaciones de libros, conferencias,
coloquios y distintas actividades al
aire libre.
2. Diez establecimientos para el ejercicio
privado de la actividad comercial de libros, preferentemente antiguos, raros,viejos, descatalogados o de temas específicos y una librería institucional. Alguno
de estos establecimientos se orienta hacia
otras actividades relacionadas con el
mundo del libro, tales como caligrafía,
ilustración, encuadernación, papel artesanal, mapas, grabado, etc.
Quienes se establezcan en esta fase de
partida cuentan con un almacén independiente para almacenamiento de libros y
materiales no expuestos en los establecimientos respectivos.
ESTABLECIMIENTOS
1-LO 1:
SITUACIÓN: Calle Lagares, 13
SUPERFICIE: 71,10 m2
2-LO 2:
SITUACIÓN: Calle Lagares, 11
SUPERFICIE: 191,80 m2
3-LO 3:
SITUACIÓN: LIBRERÍA INSTITUCIONAL
(no está en alquiler).
SUPERFICIE: 60 m2
4-LO 4:
SITUACIÓN: Calle Nueva, 19
SUPERFICIE: 146 m2
5-LO 5-6-7 (Consta de 3 librerías):
SITUACIÓN: Corro de Santo Domingo, 15
SUPERFICIE: Librería A: 52,36 m2
Librería B: 57,82 m2
Librería C: 56,46 m2
6-LO 8:
SITUACIÓN: Calle Costanilla, 1
SUPERFICIE: 49,75 m2
9-LO 9:
SITUACIÓN: Calle Costanilla, 10
SUPERFICIE: 191,80 m2
Establecimientos en la Villa del Libro de Urueña.
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8-LO 10:
SITUACIÓN: Calle Costanilla, 10
SUPERFICIE TOTAL: 154,20 m2
BENEFICIOS DEL PROYECTO
Y SERVICIOS QUE INCLUYE
Para el buen fin del proyecto y una mayor
proyección del mismo, la Diputación de Valladolid tiene previstas, entre otras, las siguientes
actuaciones:
PRESUPUESTO DEL PROYECTO
El presupuesto global de la Villa del Libro
de Urueña asciende a 3.016.675 euros aportados por la Diputación de Valladolid que desde
el año 2004, 2005 y 2006 ha invertido 2.051.156
euros, la Junta de Castilla y León que ha destinado al proyecto 450.000 euros, el Ministerio
de Administraciones Públicas que ha destinado
464.363 euros y la Fundación Telefónica de España que ha destinado 51.156 euros a través
de un convenio con la Diputación de Valladolid
para la mejora de la infraestructura de Telecomunicaciones en la Villa del Libro de Urueña
con el fin de mejorar la red de internet y dotar
de línea ADSL a los inmuebles construidos al
amparo del proyecto.
Este presupuesto queda abierto a nuevas
anualidades.
Urueña.
LAS LIBRERÍAS: SUS TITULARES
Y PROYECTOS
Boutique del Cuento
TITULAR: Dña. Esperanza Rodríguez Cabezón
ESPECIALIDADES: Libro Infantil. Facsímiles. Castilla y León.
PROYECTOS CULTURALES : Concurso anual de
Cuentos «Saturnino Calleja».
Librería Alejandría
TITULAR: D. Miguel Ángel Ortega Ruiz
ESPECIALIDADES : Libro Viejo de Arte, Historia,
Humanidades en general y Poesía. Coleccionismo.
Contenido de la Villa del Libro
– Campañas de promoción del proyecto.
– Señalización.
– Alojamiento en el sitio web o portal Villa
del Libro de los establecimientos adjudicados, a fin de que puedan también vender, facilitar consultas y promocionar sus
libros o materiales a través de Internet.
– Disponibilidad de un almacén para libros
y materiales relacionados.
– Programación en la Villa del Libro y el eLEA de distintas actividades culturales
que potencien la presencia de visitantes a
lo largo del año, tales como congresos,
investigación, presentaciones, conferencias,
lecturas públicas, salones, ferias, exposiciones, talleres, etc.
– Expectativas de bibliófilos, amantes de los
libros y de sus campos sectoriales, así
como de viajeros en general y, particularmente, de la franja del denominado turismo cultural.
– Relaciones externas con la red mundial
de villas del libro.
Librería El 7
TITULAR: D. José Jiménez Alonso
ESPECIALIDADES: Viejo taurino. Cartelería.
Librería Almadí
TITULAR: Dña. Pilar V. Algarra
ESPECIALIDADES: Ediciones del Mediterráneo y del
Oriente. Teatro Clásico y Contemporáneo.
ARGAYA [79]
El Centro e-LEA que cuenta con 1.296 m2 de
superficie se destina a las áreas museística, pedagógica, de investigación y jardín, y la instalación de
una Muestra titulada «Entre líneas. Una historia
del libro», que inicia al visitante en los arcanos y
voluptuosidades del libro y le aproxima a sus egregios hacedores, guiándole a través de sus correspondientes períodos históricos, utilizando modernas e interactivas herramientas informáticas, con
los siguientes contenidos:
PRÓLOGO. EL LIBRO EN LA MEMORIA
1. EL ALBA DEL LIBRO
1.1. El nacimiento de la escritura.
1.2. El libro mesopotámico.
2. EL LIBRO
2.1. La formalización del libro. El códex.
2.1.1. El nacimiento de un nuevo concepto librario. El códex.
2.1.2. El pergamino.
3. ARS ARTIFICIALITER
3.1. Arte y oficio de la imprenta.
3.1.1. El tipo móvil.
3.1.2. Johann Gensfleisch zum Gutenberg.
Contenido de la Villa del Libro
Indicación de las distintas librerías en Urueña.
Alcuino Caligrafía
TITULAR: Dña. Concepción García García
ESPECIALIDADES: Caligrafía e Iluminación. Encargo de manuscritos y ex libris. Material básico de caligrafía.
La Punta del Iceberg
TITULAR: Dña. Rosa Arias Merino
ESPECIALIDADES: Libros antiguos, viejos descatalogados. Audio Libros. Microediciones. Accesorios e instrumental.
Lex Nova
TITULAR: Dña. Montaña Benavides Agúndez
ESPECIALIDADES: Ediciones Facsimilares de textos
jurídicos.
Librería Samuel
TITULAR: D. Manuel Santiago Paul
ESPECIALIDADES: Libro y Grabado antiguo.
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4. EL LIBRO INDUSTRIAL
4.1. Maquinismo y producción.
EPÍLOGO
INAUGURACIÓN Y PRIMERAS
ACTIVIDADES CULTURALES
La Villa del Libro fue solemnemente inaugurada, el 15 de marzo de 2007, a las 12:30 horas por los presidentes de Castilla y León y de
la Diputación de Valladolid, D. Juan Vicente
Herrera Campo y D. Ramiro F. Ruiz Medrano.
El Centro e-LEA inició su andadura cultural
con una excepcional exposición del poeta Antonio Colinas y el editor José Noriega sobre el
poema libro Donde la luz llora luz y, con unas
Jornadas, que tuvieron como protagonistas a
los Premios Trayectoria Literaria de la Provincia de Valladolid, intituladas El Libro: Lecturas
y Realidades, organizadas por la Fundación
Jorge Guillén.
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ARGAYA
r e v i s t a
d e
c u l t u r a
Edita
Diputación de Valladolid.
Editora Provincial
Director
J. Manuel Parrilla
Coordinador
Anastasio Fernández Sanjosé
Redacción
Consejo de Redacción
Área de Bienestar Social
Foto portada
Villa del Libro de Urueña,
Valladolid
Imprime
Gráficas Andrés Martín, s.l.
Depósito legal
VA. 523.–1989
PAZ ALTÉS MELGAR / MARÍA LUISA
ÁLVAREZ JUARRANZ / JOSEMARÍA
DE CAMPOS SETIÉN / ANTONIO COLINAS /
ANTONIO CORRAL CASTANEDO /
LUIS ALBERTO DE CUENCA /
JOSÉ DELFÍN VAL / JOAQUÍN DÍAZ /
JUSTINO DÍEZ / ANASTASIO FERNÁNDEZ
SANJOSÉ / GODOFREDO GARABITO
GREGORIO / JOSÉ MARÍA GIMÉNEZ RAMOS /
FÉLIX ANTONIO GONZÁLEZ /
ÁNGEL LASO BALLESTEROS /
LUIS MIRAVALLES / ANTONIO PIEDRA
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