Gaceta Business Sentidos y sensibilidad (I) Introducción al neuromarketing › Enrique Rubio Díaz de Arcaute Licenciado con grado en Ciencias Químicas por la UCM, Master en Dirección de Marketing por ESADE y Dirección de Ventas en IESE, ha sido director técnico y técnico de procesos en el sector cosmético-farmacéutico, director de la filial española de la multinacional de lentes de contacto HYDRON, director de ventas en el mercado español de la división de Lente Oftálmica del Grupo INDO y director general de INVIVA. Entre 2002 y 2006 colaboró en el Programa Master en Organización y Gestión de Ópticas, impartiendo la asignatura de Gestión y Dirección de Ventas en Madrid y Barcelona. Correo electrónico: [email protected] n el pasado Forum de Contactología en Madrid, en el que tuve el grandísimo placer de volver a participar, presenté una nueva ponencia en la línea de lo que estoy absolutamente convencido que es el futuro del retail: la generación de experiencias en el punto de venta. E “[...] Lo que vemos, oímos y sentimos en general en un determinado momento nos provoca una respuesta emocional que, en muy pocas palabras y en un ejercicio de minimalismo absoluto, se puede definir en ‘me gusta’ o ‘no me gusta’ o en ‘estoy a gusto’ o ‘a disgusto’, y esta sensación nos genera un sentimiento de afinidad y confianza que se materializa en el acto de compra o, incluso, en el mejor de los casos, en un sentimiento de fidelización o, por el contrario, en un sentimiento de rechazo y desconfianza.” Esto escribía en mi anterior colaboración con Gaceta de Optometría y Óptica Oftálmica, publicada en el mes de agosto de 2011, › nº 470 Sección coordinada por Ignacio Jacinto Santodomingo Costa e Ignacio Costa y sobre esta idea pretendía dar un pequeño paso adelante para seguir entusiasmando con el increíble y espectacular mundo de la neurociencia, del estudio de lo asombrosos y complejos que somos como seres humanos. Espero conseguirlo con esta serie de dos artículos sobre nosotros mismos. SEIS sentidos y algo más Pocos de nosotros somos capaces de mencionar más de cinco sentidos en nuestra fisiología, y, si tenemos la ocurrencia de mencionar la famosa película “El sexto sentido”, probablemente no seamos conscientes de que hemos dicho una verdad científicamente de- ÓPTICA OFTÁLMICA Somos seres con sentidos, pero, sobre todo, con mucha sensibilidad. mostrada, ¡aunque, por supuesto, no con el mismo significado que se le daba en el filme! El sexto sentido existe y es de extrema importancia para nosotros, más incluso que los otros cinco conocidos por todos. Se denomina propriocepción o, en su forma más común, aunque de forma etimológicamente incorrecta, propiocepción. La propiocepción es el sentido integrador, el que nos permite saber dónde tenemos cada parte del cuerpo en todo momento y su situación relativa, por ejemplo, dónde están nuestras piernas y si se están moviendo, o dónde está nuestra mano derecha y si está ejerciendo la fuerza adecuada para la función que se le había requerido. Se trata de un sentido con unas localizaciones cerebrales concretas y, de hecho, se han reportado casos clínicos de pérdida del sentido de la propriocepción por infecciones virales o lesiones cerebrales (Oliver Sacks). Si la curiosidad os ha hecho leer algo más sobre neurociencia y sobre las facultades de nuestros “tres cerebros” (neocórtex, límbico y reptiliano), que tan coordinada y complejamente interactúan para definir nuestro comportamiento, podéis intuir que la propriocepción tiene su equivalente figurado, conceptual y conductual en lo que denominamos “sensibilidad”, es decir, nuestra facultad generalista, holística, de sentir. Nunca somos exclusivamente conscientes de lo que un sentido único nos aporta a no ser que anulemos los mensajes de todos los demás sentidos, y eso es altamente complejo e imposible en un entorno no controlado de forma científica. La consecuencia y aplicación práctica directa de este hecho es que la gestión de las emociones, que la información aportada por lo que los sentidos nos provocan, debe ser algo integral, no exclusivamente monosensorial. Algunos componentes, léase sentidos, serán o ejercerán una influencia mayoritaria sobre otros, pero esta nunca será exclusiva y excluyente de las demás. Como afirmé en un momento de mi presentación en el Forum de Contactología: “Somos seres con sentidos pero, sobre todo, con mucha sensibilidad”. Una aproximación científico/cinematográfica al mundo de las ventas en el siglo XXI El cine nos aporta muchas ideas que hacen mucho más comprensibles algunos conocimientos científicos difíciles de explicar. Por eso aproveché este concepto para usarlo de hilo conductor en mi presentación. En primer lugar, me apropié del argumento de “2001, Odisea del espacio” para hacer un símil sobre cómo había sido la evolución del retail desde sus comienzos. En la era post-industrial, cuando “la vida era dura, pero simple”, en la que había poca oferta y la demanda crecía, la pregunta que nos empezábamos a hacer era tan básica como: ¿qué puedo vender más? Con el tiempo, esta pregunta derivó hacia: ¿cómo puedo vender más? Más adelante, esta pregunta fue ganando complejidad con la madurez del consumo y se transformó en un: ¿cómo puedo captar nuevos clientes? Mayo 2012 › Sentidos y sensibilidad (I). Introducción al neuromarketing Gaceta Business El neuromarketing logra sus objetivos sin realizar preguntas a los consumidores. En esta última pregunta ya existía una voluntad de “hacer”, de proac­tividad, y su evolución llevó al inicio de la complejidad del marketing como herramienta social y del acto de venta como técnica. La cuestión entonces era: ¿cómo puedo fidelizar a nuestros clientes? El boom de los cursos de ventas, del marketing de las 4 P, de la programación neurolingüística… duró desde los años años cincuenta a los ochenta, y, siguiendo el símil de la película, con estas herramientas conquistamos el espacio y nos creíamos omnipotentes, pero… ¡el ordenador de la nave espacial se rebeló! (¿Os acordáis de HAL y esa escena inolvidable y estremecedora del ojo/luz roja dialogando con el astronauta?) De repente, el futuro se nos echó encima y nos dimos cuenta que no nos bastaba con ser buenos profe- Fotogramas de “20O1: Una odisea del espacio”. sionales, con saber gestionar bien el negocio ni con tener el producto y el precio adecuados, y nos empezamos a hacer la pregunta que se ha convertido en la piedra filosofal del mundo del consumo: ¿por qué nos compran? Esto marcó el nacimiento de los estudios de los hábitos de compra y consumo y, por fin, de la necesidad de profundizar en la psicología del consumidor. La velocidad a la que la tecnología avanzaba en los años ochenta y noventa facilitó las herramientas necesarias para hacer converger estos estudios con una nueva rama de la ciencia que emergía de la confluencia de la ramas medicas de la neurología y la psiquiatría con la psicología. › nº 470 Imagen de fMRI. Se basaba en la comprensión de que no había mente sin cerebro ni cerebro sin mente, de que el pensamiento necesitaba del cerebro y su fisiología y de que su funcionamiento podía influir en el pensamiento. Es la trilogía cuerpo, cerebro y mente, de la que ha sido tan difícil empezar a entender cómo unas veces puede llegar a funcionar tan perfecta y coordinadamente y otras tan nefasta e imperfectamente (Antonio Damasio). Ahora esta relación nos puede parecer sencilla y hasta casi elemental, pero si pensamos que nos pueden hacer felices o tristes poniéndonos unos electrodos en una determinada zona del cerebro o que nos podrían hacer sentir amor u odio inyectándonos una pequeña cantidad del neurotransmisor adecuado, entonces ya no la veríamos ni tan sencilla ni tan elemental. Desde que pudimos observar cómo funcionábamos por dentro, nuestro cerebro, sin estropear “el envoltorio”, nuestro cuerpo, gracias a la aparición de técnicas no invasivas como la imagen funcional de resonancia magnética (fMRI), las neurociencias han experimentado un tremendo crecimiento, permitiéndonos saber dónde se encuentran las funcionalidades del cerebro. ÓPTICA Predicciones de los expertos Al igual que en mi presentación en el Forum, no puedo resistirme a mencionar dos frases pronunciadas por expertos en comunicación. Creo que son absolutamente autoexplicativas: ➜ “La publicidad en el futuro no estará basada en el consciente, sino en el subconsciente.” ➜ “En 2020, todo el mundo será adicto a la información y las empresas tendrán que dejar de enfocarse en las preferencias de sus clientes y hacerlo en sus comportamientos para sobrevivir.” Ahora, literalmente, podemos ver, podemos saber lo que pasa en el cerebro, no solo cuando realizamos un acto sino también cuando sentimos emociones. Hoy en día podemos “visualizar” cómo se produce la compleja cadena de acontecimientos sentidos-emociones-sentimientos que eventualmente forjan nuestro comportamiento. Eduardo Punset menciona, en uno de sus excelentes libros de divulgación científica, que vivimos en una sociedad con instituciones y tradiciones del siglo XIX y tecnología del siglo XXI. Lo construido sobre una base de creencias ahora decimonónicas debe ser de-construido (gracias, Ferran Adrià, por esta maravillosa palabra) para volver a explicarse a la luz de lo que nos aportan las nuevas tecnologías. Por supuesto, no me interesa hablar del extremo al que determinadas líneas de pensamiento Se ha demostrado empíricamente que una decisión de compra se toma en 2,5 segundos. pueden llegar sobre manipulación tipo “Gran Hermano” o sobre la re-educación conductual de las escenas finales de “La naranja mecánica”. (¡Otra gran escena que no se borra fácilmente de la memoria!) Los límites éticos en el campo de las aplicaciones de la neurociencia los tendrá que poner la sociedad, al igual que los tendrá que poner en otros campos como la eutanasia, la clonación o la investigación con células madre, pero no cabe la menor duda de que la puesta en escena de la fMRI, de los estudios de casos clínicos de autismo, esquizofrenias, lesiones cerebrales, epilepsias….etc, a la luz de estas nuevas hipótesis avaladas por los más exigentes y serios métodos neurocientíficos, cambiarán muchas formas de entender nuestro comportamiento y, por ende, nuestras relaciones sociales... Y aquí es donde entra el mundo del marketing del siglo XXI. OFTÁLMICA objetivos se logran sin realizar preguntas a los consumidores, “solo” evaluando el funcionamiento del cerebro. El entrecomillado significa que no exclusivamente, pero sí como mecanismo de verificación de hipótesis o de experimentación. “Los consumidores no son conscientes de por qué toman sus decisiones” Nadie ha escrito sobre esto en profundidad desde el punto de vista del marketing o de las técnicas de venta, pero en el fondo la investigación científica ha avalado esta frase tan controvertida. Se ha demostrado empíricamente que una decisión de compra se toma en 2,5 segundos. El inconsciente es protagonista del 95% de ese tiempo. Así que el 85% de las decisiones que tomamos a diario depende de nuestro subconsciente. De hecho, tal y como afirma el neurocientífico Petter Johansson, “nuestras decisiones las justificamos a posteriori” ¡Realmente confiamos en nuestros sentidos! El insigne Antonio Damasio me reprendería duramente si no aclarara inmediatamente que las cosas El neuromarketing, nacido de estas nuevas tecnologías y de esta nueva forma de entender nuestro comportamiento, nos permite identificar el impacto emotivo de las acciones, predecir el comportamiento en el momento de la compra y, como consecuencia, comprender y satisfacer las necesidades y expectativas de los clientes. Lo importante del neuromarketing es que todos estos Mayo 2012 › Gaceta Business SentidoSyysensibilidad Sentido Sensibilidad(I). 1ªIntroducción Parte: Introducción al neuromarketing al Neuromarketing no son tan sencillas como en el esquema que aparece en esta página, y que la belleza de nuestra singularidad como seres humanos y como un yo particular es que nuestros “tres cerebros” se entretejen y participan entre sí en las decisiones del otro, aportando en algunos casos atajos ante la toma de decisiones, haciéndonos recordar que ya hemos vivido situaciones similares, que una decisión similar nos produjo este daño o esta satisfacción… Y, por lo tanto, esta complejidad es evolutiva y eventualmente positiva para nuestra supervivencia. Los conocimientos e ideas básicas que yo pueda transmitir con esta serie de artículos son una mera pincelada de lo que se atisba como implicaciones de esta aceptación de que los conceptos de cerebro y de mente (nuestra persona, la yodedad, si me permitís usar esta palabra inventada) son inseparables. Es por eso que me siento como un niño explicando algo tan novedoso, aunque ciertas aplicaciones sean las mismas que se puedan llevar haciendo desde hace años y que la sabiduría popular ya tenía identificadas en refraneros. La diferencia estriba en que ahora sabemos los porqués y, por lo tanto, podemos llegar a modularlas. De lo que no cabe duda es de que los estudios del cerebro han demostrado que no nacemos con un disco duro en blanco que se va llenando a medida que crecemos. Por el contrario, nacemos con un buen montón de material genético (a través de los genes) o memético (a través de los memes) que nos condiciona, pero que a la vez está preparado para ponerse a funcionar adaptándose a ese otro 25% que viene de nuestro entorno y cultura y que es el determinante de la plasticidad cerebral, de nuestra permanente adaptabilidad. Un 75% de nuestro comportamiento está ya predeterminado, › nº 470 Una única lección muy básica de anatomía y neurociencia: Con uno pensamos: neocórtex – cerebro “humano” analítico Con otro sentimos y nos emocionamos: cerebro límbico – emocional Con otro decidimos: Cerebro reptiliano – instintivo y solo un 25% es dependiente de la cultura, pero este es realmente el que conforma nuestra personalidad. Conclusiones La mente y el cerebro son indivisibles. No solo el raciocinio y el control fisiológico de nuestro cuerpo se encuentran en nuestro cerebro, sino también nuestras emociones y sentimientos. Las decisiones se toman mayoritariamente en el subsconsciente sobre la base de la experiencia y de las emociones. Gracias a la fMRI, ahora podemos “ver” cómo se produce una decisión de compra y, por lo tanto, podemos entender cómo se genera y, eventualmente, podríamos comprender cómo provocarla. Nada de todo esto, de toda esta interpretación científica y causal de nuestras decisiones, emociones e incluso sentimientos, resta belleza y fascinación a nuestra capacidad para amar, escribir poesía, componer música, etc. “Comprender los mecanismos biológicos que hay detrás de las emociones y los sentimientos es perfectamente compatible con una visión romántica de su valor para los seres humanos” (A. Damasio). Bibliografía › D amasio, Antonio. El error de Descartes. › Damasio, Antonio. En busca de Spinoza. Neurobiología de la emoción y los sentimientos. › Damasio, Antonio. Y el cerebro creó al hombre. › Kandel, Eric. Neurociencia y conducta. › Mora, Francisco. Cómo funciona el cerebro. › Mora, Francisco. Diccionario de neurociencia. › Mora, Francisco. El cerebro sintiente. › Mora, Francisco. El problema cerebro mento. › Punset, Eduard. El alma está en el cerebro. › Punset, Eduard. El viaje a la felicidad. › Punset, Eduard. Por qué somos como somos. › Sacks, Oliver. Despertares. › Sacks, Oliver. El hombre que confundió a su mujer con un sombrero. › Sacks, Oliver. Los ojos de la mente. › Sacks, Oliver. Un antropólogo en Marte. Los artículos para esta sección deberán ser enviados por correo electrónico a la dirección: [email protected]