full PDF - Cornell Library Windows on the Past

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·JORGE ALBERTO MANRIQUE:
recuento personal del affaire guadalupano
una entrevista de
Rogelio Vizcaino/Armando Castellanos/o
Paco Ignacio Taibo 11
"... Yo defendía, no mi puesto,
si no lo que esta renuncia significaba.
l\1/e sugirió que lo presentara como una
renuncia voluntaria. Yo dije que no tenía
porque faltar a la verdad,. este país está
aportar nuestro grano de arena ... n
'.=..:
I=i ¡ =
;::.
1:
CARLOS MONSIVAIS
O EL ENCUENTRO
DEL CRONISTA
y SUS PERSONAJES EN
UN ESTAC10NAMIENTO
y
Luis Hernández: la
ruta de lo social
y de nuevo sobre la Universidad
Francisco Pérez Arce: EL CONGRESO VA
Núm 1355 México DF
23 de marzo de 1988
35
exposición mexicana en Frankfurt y después en
París en la reunión del Patrimonio Mundial en
representación de México; de tal modo que no estuve presente en el montaje, ni siquiera en la
inauguración que se produjo el día 10 de febrero.
El montaje de Rolando de la Rosa tenía unas
características que podían hacer suponer que
eventualmente traerían problemas al museo. No
imaginé qué tan grandes, pero sí pequeños actos
de vandalismo. Hablé con el artista para saber si
era consciente de este riesgo, él me contestó que
no creía que pasara gran cosa, pero decidió poner
un letrero que decía: "si le molesta el manejo de
las imágenes religiosas, no entre a este espacio.
Mi intenció- no es agredir sino criticar". No hubo ningún afán de censura de mi parte, y me limité a tener esta conversación con él, insistiendo
en qU4? yo como director no lo censuraba ni retiraría nada, ni siquiera le pedía que pusiera el
letrero.
Las salas del museo son redondas. La sala tres
ofrecía a la obra de De la Rosa un sector hacia la
parte central no totalmente aislado, su espacio se
componía de una serie de montajes donde se
combinaban imágenes tradicionales con imágenes correspondientes a una iconografía moderna
y actual de una cultura muy popular. Por decir
algo, lo que más se ha citado, una virgen de
G1}adalupe cuyo rostro era el de Marilyn Monroe, con un le.-o que decía "ni mi madre ni mi
hermana", o bien un niño dios cuya cabeza estaba substituida por una pelota de ~ o bien
una última cena donde la cabeza de ~ estába
substituida por una cabeza de Pedro Infante. Este era el tipo de material realizado en fotomontajes, con una calidad de realizaciÓD muy menor;
los jurados- iDcIuso me comentaron que el trabajo
.. final desmerecía el proyecto presentado. El artista, Y esto es una interpretación personal, conjugaba estos elementos de una manerá'Yhuy común
en nuestra sociedad. Como en cualquier taller
mecánico o de reparación de bicicletas o
peluquería. en donde en una misma pared se encuentran una virgen de Guadalupe o un sagrado
BU
corazón junto a las chivas del Guadalajara o Hugo Sánchez y junto a Jorge Negrete y Pedro In.
fante o El Santo y siempre rodeado todo aquello
entrevista de Rogelio Vizcaino / Armando Castellanos /
de chamacas encueradas.
Esto es absolutamente ~orm~. ~! idea es q~
Paco Ignacio Taibo II .
la intención de De lf. Rosa, con quien no he hablado más largo sobre esto, era JJKJSt:rar esta imagineria, sólo ~ las imágenes se presentarían DO
contiguas
sino sobrepuestas, con un sentido más
realización
de
la
obra.
Conocí
los
proyectos,
pero
orge Alberto Manrique, a un mes de
de constatación que de crítica; tendría yo que suno intervine para nada en la selecciÓD de la obra.
su despido como director del MAM,
poner que a él le parece mal que se den estos reta- .
Esta la hizo un jurado basándose en la calidad
con la tranquilidad que da el paso de
blos populares y que se mezclen sentimientos que
propos~tiva, la novedad de los proyectos y el es101 dÚl8, con la tensi6n que produce el
a
él le parecen diversos.· •
pacio disponible. El jurado lo compusieron Hilda.
que la agresí6n a la libertad de erpreEl manejo de imágenes ~ligiosas es algo roCampillo,
Santiago
Espinoza
de
los
Monteros
y
lión protagonÚtJda por grupos ftJ8CÍ8toidesmún en el arte contemporáneo en México y fuera
Luis Rius. Hilda es una artista con una larga exclericales haya triunfado ante la debilidad de las
de México. El arte chicano tiene un amplio maperiencia como jqrado, y los otros dos son eso que
autoridades, nos recibe en su cosa de Coyoacán,
nejo de la virgen de Guadalupe. El Instituto Cullas gentes de mi edad llaman jóvenes críticos, que
dispuesto a contar con detalle los hechos que lletural
de Arte Contemporáneo, una institución
tienen
ya
una
carrera
y
experiencia
en
este
tipo
varon a su "voluntaria renuncia"; por cierto, la
privada,
hizo una exhibición de la imaginería
de
labores.
Fue
propuesto
por
el
Museo
y
aceptasegunda en estos últimos años, porque en 83 fue
guadalupana al paso de los siglos, y en la parte
do por las instancias de Bellas Artes, se trataba de
"renunciado" de la direcci6n del Museo Nacional
más moderna se encuentran cosas como una banuna jurado normal. Nuestra tendencia había sido
de Arte por negane a"permitir que una serie de
dera
gringa en la que las barras y las estrellas estenía
su
correspondencia
en
incluir
jóvenes.
Esto
obros ~an trasladadas a la mansión presidentán
substituidas
por una virgen de Guadalupe, )
el
hecho
de
que
los
Salones
que
viene
organizancial sin cubrir 101 requerimientos obligados.
dos muchachos haciendo el amor con un texto
•
do hace diez años el Instituto de Bellas Artes son
que dice "gracias virgencita" como un exvoto con
-¿Puedes reconstruir anecdoticamente el conconcurridos fundamentalmente por jóvenes artisla virgen de Guadalupe. En este sentido, lo de De
flictivo guadalupano, con tanta precisión como
tas, por razones naturales; una gente muy esla Rosa tampoco es tan importante cOrno para
sea posible?
tablecida en el medio tiene poco que ganar y
justificar la respuesta que se produjo.
-El Instituto de Bellas Artes-a través del Museo
mucho que perder concursando. Habría que añaVuelvo al relato: se había inaugurado la expo- _
convocó a un concurso de los llamados Salones de
dir quizá, que lo que se ha llamado Espacios Alsición,
había hablado yo con el artista. No se proArtes Plásticas, en este caso de la sección de Espaternativos es una sección en sí un tanto irreverendujeron quejas, ni actos de vandalismo; una mícios Alternativos. El museo redactó unas bases
te, destinada a formas de expresión no comunes y
nima cosa, un rayoncito, pero sin importancia;
para este concurso con características especiales,
realizadas por jóvenes, con nuevas maneras de
una afluencia de gente con el habitual aumento
como la de que la p~era !Selección se realiza
manejar el hecho artístico.
del público popular en sábados y domingos q~e
sobre proyectos y el jurado procede a partir de ésEl jurado, analizando los proyectos, con absotuvo el respeto normal ante la obra de arte. Se
luta independencia del museo, hizo su selección y
tos, en que los concursantes envian un tex!o, didio la presencia de visitantes especializados,
bujos, etc. Señalo esto, PQrque es común que
los artistas con sus propios recursos, aunque con
críticos extranjeros, directores de museos foráneapoyo museográfico nu....ao, comenzaron a monentre el proyecto y la realización haya una difeos, y su respuesta, no a la parte de De La Rosa sitar la obra. Coincidtl esto conque yo salí de Méxirencia, por que los artistas imaginan un .espacio
no al conjunto, fue muy halagadora.
co, para estar presente en la inauguración de la
diferente al que utilizan y por las variantes en la
----Jorge Alberto Manrique,
ex director del MUlleo de Arte Modemo~
cuenta minuci08tlmente el "contencioso
guadalupano" que lleVÓ a
"renuncia"
.
36
No fue sino una semana antes del ataque al
museo cuando se publicó un artículo de un señor
Iñigo Laviada en el Excélsior que insultaba al
museo y me insultaba personalmente. Era un
artículo que no se limitaba a mostrar su desacuerdo con el montaje de De La Rosa, sino que
iba más allá, a un ataque personal e institucional; luego, el jueves de la semana anterior al
ataque al museo, también en Excélsior, se publicó una entrevista de la periodista Guadalupe
Apendini con una monja de una congregación
cuyo nombre no sabría repetir, que reflejaba una
actitud iracunda... Yo, la verdad, no tuve otras
noticias; más tarde me enteraría que a partir del
domingo se repartieron en las iglesias unos volantes que me hacen suponer que los articulos formaban parte de una campaña orquestada, una
preparación al ataque. Más tarde, a la luz de las
entreYistas publicadas con Serrano de Pro Vida,
nos pudimos enterar de que el cardenal llamó a
Serrano para preguntarle qué era lo que pensaba
hacer su organización. Esto se sabe por las entrevistas del propio Serrano y no es mi versión.
El viernes, el subdirector del museo me dijo
que le había llegado la noticia de que se estaba
. convocando una manifestación frente al museo
para el sábado. Esto ya me produjo una cierta
preocupación. Yo tenía planeada una salida con
mis estudiantes de Estéticas de la UNAM relacionada con mi curso habitual, y pese a que me
intranquilizó un poco, no cancelé el viaje porque
ya estaban los vehiculos preparados y no había
manera de avisar a los estudiantes, Y simplemente recomendé al subdirector que pidiera refuerzos de seguridad por lo que pudiera pasar. Lo
que sucedió después lo conozco por las narraciones de mis colaboradores presentes y por el acta que se levantó. Según me dicen, el núcleo original de manifestantes era de unas 500 personas;
hacia las 11 de la mañana, cuando entraron al
museo eran unas tres mil... El museo tiene unas
seis, ocho personas., .. cargo de seguridad; habían
llegado otras dos personas, insuficientes para
controlar a un grupo de ese tamaño que tenía la
intención de entrar. Cuando el subdirector del
museo Luque vio todo este lIlOVImiento,llamó a la
policía, llegó una patrulla y hasta donde yo sé no
hizo nada. Ya los manifestantes adentro comenzaron a rezar. El grupo agresor estaba compuesto
por dos tipos muy diversos de personas, unas eran
mujeres de edad media, como gente de iglesia,
con rosarios y traúm letreros: "perdónalos virgeocita" y cosas de esas; pero la gran mayoría
eran jóvenes de cl.ase media alta, I.acilmente
identific.ab1es por el documento que entregaron,
pertenecientes a organizaciones clericales de educación media y superior, muchas de ellas de la
zona de Satélite y acaudillados por el grupo Provida. Estos eran los peligrosos. Las señoras, engañadas por los volantes repartidos en las iglesias
son gente de buena voluntad; en cambio estos jóvenes fascistas son verdaderamente peligrosos...
Entrando allí se les pidió que no rezaran, se les
explicó que en un lugar público como ése no se
podía rezar y entonces empezaron a insultar a la
autoridad del museo representada por el subdirector y a exigir que se descolgara la obra de De
La Rosa y se quemara. No hubo ninguna posibilidad de dialogar porque todo era a gritos y en un
tono francamente agresivo. El subdirector del
museo se comunicó entonces con el subdirector
de Bellas Artes, Víctor Sandoval, de quien depende el museo. Lo localizó en su casa, comentó con
él la situación y decidieron informarle a los agresores que se cerraría la sala hasta el martes y se
daría tiempo para discutir sus peticiones. Ellos se
negaron, exigieron que se descolgaran en ese momento las obras. El tono de violencia seguía subiendo. Nueva comunicación con Sandoval. Luque sentfa que l.a situación se calentaba en exceso, los insultos directos eran graves, y él temía
por la situación del museo, de la exposición y de
las otras exposiciones. Supongo que si yo hubiera
estado allí habría actuado de la misma manera.
Luque le dijo que pensaba que lo mejor era descolgar las obras para evitar un incidente mayor,
y Sandoval dio la orden de descolgarlas, lo cual se
hizo sin que a la sala penetrara la masa, sino tan
solQ unos representantes y miembros de la prensa
junto con el personal del museo. Tras esto se retiraron las gentes y se cerró el museo sábado, domingo y lunes. El martes se reabrió, pero con las
obras en cuestión descolgadas.
A mi regreso de la excursión el sábado en l.a
noche, supe lo que había sucedido. Para colmo,
mi teléfono no funcionaba. Tenía un recado del
propio Sandoval pidiéndo~ que me comunicara. Me comuniqué al museo para saber si todo estaba en paz y quedamos en vernos el domingo para conversar sobre el asunto. Uegamos entonces
a la conclusión de que el museo tenía que hacer
una declaración repudiando este ataque...
-¿Se habló en ead reuni6n de ooloer a colgar la
obra?
-Se habló de la posibilidad de volver a colgarla.
Que yo recuerde no se llegó a ninguna conclusión
en ese momento. El lunes siguiente, más o menos
temprano, nos reunimos Víctor Sandoval. Luque
y yo. Tenía un texto preparado, yademás circulaba ya un pequeño manifiesto denunciando la
agresión, al que se habían adherido ya ciertos artistas y trabajadores de la cultura... Hicimos un
recuento de los hechos. y las .autoridades ofrecieron un apoyo irrestricto al Museo. Después de
esa reunión intercambiamos varios telefonazos y
me quedó claro que no sólo el director de Bellas
Artes, sino también el secretario de Educación
apoyaban los términos de mi declaración, que es
conocida, donde se establecía el repudio al ataque y se planteaba que las obras deberían volverse a colgar. Terminaba la declaración diciendo
que se pondría en manos de las autoridades los
elementos para que se procediera jurídicamente
contra los responsables del ataque.
-¿Al reabrirse el museo volvieron a colgarse la3
obras?
-Yo no había podido comunicarme con De l.a Rosa, pero Luque lo había hecho. Cuando reabrimos el martes, se había hablado ya con él. De
la Rosa estaba muy asustado, lo que por otra parte me parece normal, porque frente a estas actitudes de fuerza uno tiene derecho a tener cierto
miedo, y él insistió repetidamente en que de ninguna manera quería volver a colgar su trabajo.
El incidente parecía darse por concluido, con
la salvedad de que las obras no estaban colgadas
como deberla haberse hecho.
-Queda claro de que fue por decisi6n del autor
y no del mweo.
-Así es... Después de esto la actitud de las autoridades de la SEP empezó a cambiar, pasaron los
días y no tenía noticia de que se estuviera procediendo contra los culpables. Esto me preocupaba, porque yo había declarado ampliamente a la
prensa que se procederia contra los culpables de
una agresión a la libertad de expresión. Finalmente se me informó que no se procedería legalmente, que esto rebasaba el ámbito de Bellas Artes y la SEP... Sucedieron entonces un par de rosas preocupantes. Se produjo un intento de censUYa a una exposición que montaba el museo...
-¿Por párte de quién se produjo e8e intento?
- Del director de Artes Plásticas del Instituto. El
fue a Visitar la exposición que aún no estaba montada yen esta visita previa dijo que "éste sí se
podía permitir, éste no". A lo q~le contesté que
se colgarían todos... Días después me llegó un
ofic!o señalando que las otras exposiciones de los
Salones de Artes Plásticas ya no las organizarla el
museo, sin ninguna explicación, a excepción de
que se trataba de una orden superior.
Para mí el Instituto ele BeIlu Artes no estaba
correspondiendo a su primera actitud sino que
cedía a la presión y comenzaba la censura. Muy
poco después vino la llamada del director de Bellas Artes para decirme que diversas personalida-
des oficiales pensaban que yo DO debería seguir
en el cargo, por lo tanto él me pedfa mi renuncia.
Le dije que me corriera si asf era. Esto era un jueves, la víspera del f8lDOlO acto de "desagravio" Y
yo defendía no II'j puesto sino lo que esta renunda significaba. Me sugirió que lo pl'eleDwa romo una renuncia voluntaria. Yo dije que no tenía
porque faltar a la verdad, este paú ~ excesivamente lleno de mentiras para aportar nuestro
grano de arena. En segundo lugar babia razones
de dignidad personal. Sería como si yo me sinüera culpable de algo Yno el'a el cuo. El problema que se estaba planteando tema que ver con l.a
libertad de expresión y renundar era 101ap8;l' a
los apeIOreI. Para la causa de la libertad de
expresión me pareeia importante hacer notar que
le me corria del MUIeO aceptando presiones de la
reacción y no que yo renundaba voluntariamente. Por lo tanto mi renuncia claramente estableda que no en voluntaria. Varios periodistAs me
contaron después que l.a SEP había distribuido
un boletín con una supuesta renuncia voluntaria
mía.
-Se inicia una bataUa en México que parecí4 innece3tlt'ÍQ hace unos meses, la batalla por la deJema de la libertad de erprmón. ¿C6mo valoras
este hecho?
-Todos debemos estar preocupados, pero quizá
tenga la virtud de hacemos conscientes de que algo que suponíamos ganado no lo está. Los ataques a la libertad de expresiótl de estos grupos no
son más que una mínima parte de su acción. En
México:con una situación como la actual de crisis
a la que se suma la etapa electoral, se tia un espacio que ni pintado para este tipo de actos. El fascismo historicamente aparece_ en época de crisis,
de gran descontento general y debilidad del estado. La experiencia es que un ataque a la libertad
de expresión siempre será una cosa grave, así se
trate de un pintor joven y de poca experiencia, y
de un funcionario de cuarta o de quinta al que
"renuncian". Nos engañam~ si pensamos que el
hecho de que se haga una concentración religiosa
en el Zócalo, ~unque sólo sean 40 mil personas las
que reunieron y no las 000 mil que anunciaron; y
que hagan una peregrinación-marcha a la basílica que remate en un fervorin del cardenal...
tiene que ver con seis o siete obras colgadas por
un pintor desconocido. en un espacio que era uno
de 27 en una exposición colectiva, en uno sólo de
los museos del estado que simultáneamente-tenía
otras cuatro exposiciones colgadas, me parece ingenuo. Esto iba a tener su lugar de todos modos.
El pretexto fue ese. Eso es lo que nos debe preocupar. Nos debe preocupar que lo l~on, lograron descolgar la obra de un artista. De ahí se
seguitá para adelante: libros, persecusión de judíos, de homosexuales, cierre de obras
teatrales... Juárez se revuelve en su tumba.
- Una nota tan s610 para el registro: Toda esta
conversación se ha llevado a cabo con Jorge Alberto Manrique, ex director del Museo de Arte
Moderno sentado en un sillón gris con cojines rojizos y con una virgen de Guadalupe del siglo
XVIII tras de él. ¿Pod.emo3 interpretar esto como
que tú crees que la virgen de Guadalupe está a
Javor de la libertad de exprmón?
-Yo supongo que sí. No soy religioso, pero la
historia de México muestra a una virgen de Guadalupe en el estandarte de Hidalgo, que había sido perseguido por el alto clero por defender entre
otras cosas la libertad de expresión.
37
__________DOSTEXTOS
AUTOBIOGRAFICOS:
Joan Baez • • • • • • • • • • • • • •_ • • • • • • •_ . _
A
fines de 1987, loan Baez, a sus 47 años volvió a grabar un
disco tras seis años de silencio; era el resultado de una nueva
serie de giras y el contacto con un público que no la había
olvidado en Estados Unidos. En ese mismo año dio a las
prensas su autobiografía Y una voz para canttw, que pronto
será editada en México por Seix Barral. Estos son dos breves
capitulos de la biografía de la cantante neoyorquina.
38
Woodstock
oodstock fue drogas
y sexo y 7'Ock-androllo Woodstock fue
Janis «Coitus Interruptus» Joplin y
Jímmy «Genius» Hendrix, y el soberbio torso sudoroso de Roger Daltrey
de The Who. Woodstock fue
«Country» Joe McDonald, tan guapo
como un indio salvaje. «Venga, uno,
dos, tres; no me preguntes por qué
luchamos, me importa un rábano.
La próxima parada, Vietnam». Woodstock fue Dirty Sly y la Family
Stone alucinándose con medio millón de personas. Woodstock fue el
chiflado de Joe Cocker, con el cuerpo doblado como un espantajo
paralítico pero cantando como Ray
Charles. Woodstock fue lluvia y barro, soldados disfrazados y policías
que dejaban las pistolas y se ponían a
preparar perros calientes para unos
hippies hambrientos. Woodstock fue
blancas damiselas del lago envalentonadas por los controles de carretera colocados entre la ciudad dorada
de la libertad y sus hermandades
universitarias, apartando de los ojos
el cabello empapado mientras el
agua del lago tes chorreaba por el codo, no del todo ajenas a las cámaras
que rodaban en la orilla, enfocándoles los hermosos pechos. Woodstock
fue Wavy Gravy y su granja porcina.
«¿Hay desayuno para cuatrocientos
mil?», y sus palabras a los listos
«No toméis el ácido marrón, ¿entendido?» Woodstock fue Abbie Hoffman gritándome al oído para ahogar
el sonido de Creedence Clearwater
Revival, que le regalaba su navaja, y
yo diciendo que no porque se burlaba de mi pacifismo, o así me lo
parecía...
.
¿Woodstock? Caramba, yo ya estaba abusando de mi buena suerte.
Llevaba diez años en el mundo de la
música y todavía no me drogaba ni
había recurrido al soporte de un conjunto. Pero Woodstock también fui
yo, Joan Baez, la morigerada, embarazada de Seis meses, esposa de un
antimilitarista que no se cansaba de
pr~dicar la no violencia. Yo tenía mi
sitio allí. Yo pertenecía a los sesenta
y era ya una uperviviente.
llegamos por el aire, volando por
el norte del estado de Nueva YorK.
En el helicóptero v~nían mamá y Jaois Joplin. Volamos sobre la cuadrícula de los campos de cultivo y las
hordas de caminantes de mochila.
Janis agarraba con fuerza su botella
de licor y todo el mundo se asomaba
a la puerta. El viento nos despeinaba
dándonos aspectos de salvajes. Delante y alrededor, nubes amoratadas. ¿Era sólo aquel tiempo revuelto
lo que nos excitaba o intuíamos que
se iba a hacer historia?
Me pusieron en la suite nupcial del
Holiday Inn. ¡La gente se amontonaba en los pasillos y en el vestíbulo y a
mí me daban la suite nupciall Yo debí de cederla, porque a la mañana siguiente estaba en otra habitación.
Oí un estruendo y vi que un helicóptero aterrizaba en el estacionamiento
situado bajo mi ventana. Mordí la
tostada y agité los brazos al piloto
que sonreía mirando al interior de la
habitación y asentía para indicar
que esperaría. Yo me fui con los periodistas y no recuerdo quién más.
Todo aquello me excitaba de tal modo, que no me importaba volar en un
pequeño helicóptero entre cumulonimbos cargados de electricidad.
Nuestro vuelo fue el último que llegó
a la ciudad de oro aquel día. Mamá
no llegaría hasta el día siguiente, por
culpa del barro. Scoop, el chiflado
vagabundo de la flauta, metió el coche en un lodazal y no se cansaba de
repetir a mamá que todo se arreglarí~. Hasta que se paró, se fumó un
c~rrujo y todo se arregló (por ló menos, para él).
Woodstock fue Manny animando
a mamá a darse un toque, pero sin
conseguirlo, porque ella dijo que le
daba miedo.
A veces, los famosos nos reiamos
de los halagos. A veces, ser famoso es
más molesto que divertido. ¡Pero a
veces es maravilloso! Woodstock fue
una de estas veces. Yo tenía acceso
preferente a todo aquel inmenso parqué de atracciones; incluído el escenario, comida y bebida en abundancia E' invitaciones para descansar.
Cuando una de las grandes tormentas descargó (después de que la gente
hubiera cantado a coro «¡Que no
llueval ¡Que no Ilueval»), me llevaron inmediatamente a un remolque,
el de Joe Cocker. Yo, «la morigerada», me quedé con su banda de drogados y estuvimos charlando y bebiendo cerveza y sintiéndonos important-es, aunque -ellos no me conOcían lo suficiente GOmo para entender
mis chistes. Un tramoyista asomó la
cabeza al interior del remolque.
-¿Estás bien, Joan?
-Sí; muy bien.
-¿Seguro?'
-¡Segurol
-¿No necesitas nada?
-Nada, muchas gracias.
Resultó que había circulado el rumor de que estaba a punto de parir.
Sí; en Woodstock nacieron dos
criaturas y murieron tres personas.
Woodstock era una ciudad. Sí; fueron tres extraordinarios días de lluvia y de música. No; no fue una revolución. Fue un reflejo de los años
sesenta, con mucho color y mucho
barro.
Yo canté en plena noche. Estaba
de pie, delante de los habitantes de
la ciudad de oro que dormían en el
barro y unos en brazos de otros, y les
di todo lo que entonces podía darles.
y ellos aceptaron mis canciones. Fue
un momento de humildad, a pesar
de todo. Yo nunca había cantado ante una ciudad.
-¿Saben ustedes lo que hizo «Live
Aid», el concierto monstruo en favot
de los pueblos hambrientos? Demostrar lo que he venido diciendo a la
prensa en cada aniversario de
Woodstock desde hace diez años.
Nunca podrá haber otro Woodstock.
Woodstock, con todo su barro y toda
su gloria, pertenece a los años sesenta. Aquella época escandalosa, añorada, exaltada, trágica, loca, de barbas y collares, se fue para no volver.
No la echo de menos. Pero, a veces,
los ochenta me irritan.
Guerreros
del Sol
Yl
o conocí al embajador
Harold Edelstam en una
fiesta al aire libre organizada por Amnistía Internacional en 1973 para recaudar fondos. Era embajador de
Suecia en Chile cuando se produjo el
golpe de estado de 1973. Y yo había
oído contar de ét la siguiente anécdota:
Una noche, durante las sangrientas semanas que siguieron al asesinato de Allende, en que las call estaban llenas de miedo, de d
peranza y de cadáveres, alguien comunicó
a Edelstam que los tanqu de la
Junta se dirigían a la embajada de
México con orden de abrir fuego si
los que allí se refugiaban no se entregaban. Por las ventanas de la embajada asomaban cañones de fusil e iba
a organizarse una resistencia decidida pero inútil. Desde los tanques, se
daban ultimátums por megáfono y,
puesto que aquél era un golpe de estado totalmente ilegal, no cabía la
menor duda de que la gente que se
encontraba en la embajada corría
peligro de muerte.
Con la bandera sueca en alto, el
embajador y varios miembros del
personal de su embajada pasaron por
delante de los tanques y entraron en
la embajada de México, hicieron salir a todos los refugiados y, bajo la
protección de su bandera, los escoltaron a la embajada sueca, donde
permanecieron hasta que se tramitó
su marcha a México..
-¿Así sucedió? -pregunté.
-Más o menos- dijo él, con su
cantinela escandinava. El embajador es alto, delgado y aristocrático, y
tiene unas manos blancas y pulcras.
-¿Por qué lo hizo?- pregunté.
El se echó a reír, como si yo aca1?ara de contarle un ehiste.
-Muy sencillo -dijo-o No tolero la injusticia.
Y yo no he podido olvidar esta sencilla declaración.
Mi recital de 1974 en Venezuela tuvo
un comienzo muy accidentado. El
rector de la universidad, quizá para
ganarse el favór de los estudiantes o
quizá porque no quería tener que
col1)prar puertas nuevas, a la vista de
la entusiasta multitud, mandó abrir
el estadio con bastante antelación.
La promotora, una joven izquierdista, inteligente y valerosa, llamada
María, estaba indignada porque, naturalmente, la arbitrariedad del rector iba a hacerle perdér dinero.
Las normas que regían para el re:.
cital, que debía celebrarse en el estadio univeTSitarío, eran: En el campo,
nadie; todo el mundo en el graderío.
Yo sabía por experiencia que las normas eran pura utopía, y a mí me gustaban tan poco como a mi auditorio
de seis mil personas, estudiantes la
mayoría..
Las gradas fueron llenándose
39
-Gracias, señor rector, por la luz
-dije en mi pobre español-. Estudiantes no crear problemas aquí a mi
lado. Yo quiero decir gracias con una
canción. Si le gusta JTIi canción, deje
sonido. Nosotros mu~has gracias a
usted.
Quizá pensó que una mujer tan ignorante como yo no podía causar
mucho daño. El sonido siguió funcionando y todos pasamos una velada maravillosa, el público y yo, disfrutando de una extraña victoria en
nombre del pueblo. El rector de la
universidad acabó siendo una especie de héroe de la noche.
Yo dediqué muchos números del
recital a los refugiados y prisioneros
del sanguinario régimen de Chile, ya
que sólo había transcurrido un año
desde el golpe de estado, y muchos
chilenos habían huido a Venezuela
para salvar la vida. Yo todavía no
sabía qué eminente representante estaba sentado en la tribuna al lado del
rector. Yo estaba invitada a una cena
mientras actuaba una cantante folk privada, después del recital, en casa
venezolana, con acompañamiento de u~a escritora venezolana llamada
de gritos, silbidos y pataleo. Sus can- Frezia Barría. Sólo asistían unas diez
ciones tenían carácter político y el persqnas, incluidos sus hijos y un
público estaba muy politizado. Su hombre llamado Orlando Letelier.
actuación fue seguida de un breve
Yo había oído hablar de Orlando
intermedio. Luego fui anunciada, y como se oye hablar, inevitablemencrucé el campo acompañada de un te, de las personas excepcionales, con
pequeño grupo de personas y subí al anécdotas que se cuentan con cariño
estrado. A la primera nota, el públi- y con respeto. El antiguo embajador
co empezó a saltar al campo, y el de Chile en Estados Unidos había simovimiento fue incrementándose do encarcelado durante el golpe y
hasta que era ya una verdadera mu- era una fuente de moral para todos
chedumbre la que venía corriendo los que le conocían.
Cuando llegó. y fuimos presentahacia mi pequeño estrado. Las caras
de los muchachos estaban animadas dos, me sorprendió ver que era pey hermosas. Se entabló entre el esce- lirrojo. Si a Goya le hubieran encarnario y el campo una conversación a gado que pintara el retrato de un pegrito pelado. A este paso, antes de lirrojo pecoso y jovial, no habría poque t~rminara la segunda canción, dido ser otro que Orlando Letelier.
aquello se convertiría en una reu- Porque Orlando tenía el empaque de
nión familiar.
la aristocracia latina que con tanta
Yo había empezado la segunda maestria retrataba Goya. La ~ano
canción cuando se apagaron las lu- de Orlando todavía no se había cura~. Se alzó un griterío de protestas,
do del desgarron que se hizo con la
seguido de gran confusión y estruen- cerca cuando él y sus compañeros de
do en el equipo de sonido. Yo me pu- cárcel eran conducidos, a la carrera,
se en cuclillas en el borde del escena- de un patio al otro. A pesar de que la
rio, charlando con varias personas mano tenía que dolerle, él se empeñó
del público en su inglés de colegio y en tocar la guitarra y cantar. Tammi rudimentario español de la Ber- bién bailó la cueca, un baile chileno.
litz. El problema de la electricidad Estaba con amigos de antaño y se
no se resolvía, pero nadie parecía to- sentía contento y expansivo, cantaba
marlo muy a peclto. La velada avan- canciones y contaba chistes. Entre
zaba sosegadamente, al ritmo latino. risas y palmas, me obligaron a salir a
Empezó a correr el rumor de que bailar la cueca con él, sin que imporel rector' de la universidad había tara que yo sólo súpiera agitar el pamandado quitar el sonido hasta que ñuelo en el aire e imitar los pasos de
los muchachos volvieran a las gra- Orlando sonriendo como una pava
das. Manny se abrió paso a codazos en medio de aquel jolgorio.
hasta el pie del estrado. Al fin, desEl baile fue haciéndose más lento
pués de mucho gritar, entendió lo a medida que menguaban las fuerzas
que yo quería proponer al rector a y Orlando empezó a hablar más secambio de un minuto de electrici- riamente y en tono más formal. Los
dad. Yo seguí charlando con los chi- niños se fueron a la cama y los grillos
cos, levantándome de vez en cuando hacían coro en el aire húmedo de la
para probar el micro. Llegó presuro- noche. Como mi español era 10 que
so un emisario a decirme que el rec- era, tuve que conformarme con estor estaba de acuerdo en dar un mi- cuchar las sílabas, aquellas erres dunuto de electricidad, pero sólo para ras y aquellas eses sibilantes, y penque yo dijera que todo el mundo te- sar en la feroz estupidez y alevosía de
nía que volver a sus asientos. Me pa- encarcelar a un hombre como Orlanreció encontrarme en una función de do en las heladas islas de su propio
colegio de mis tiempos de bachille- país. De milagro no se habia muerto.
rato elemental (el director nos decía Había resistido el frío y el hambre,
que, si cada cual no se sentaba en su las palizas, las humillaciones, las prisitio, mandaría desalojar el audito- vaciones y el terror a fuerza de enterio). Entonces dieron la electricidad. reza y autodisciplina. Era un mila10
gro que no hubiera sido asesinado,
que estuviera aquí, convaleciente y
risueño, contando anécdotas a media
voz. De vez en cuando, casi se le saltaban las lágrimas y sus amigos se
enjugaban los ojos y yo sentía que me
estallaba el corazón de cariño por este hombre. Luego, en un momento
de silencio, algo cambiaba en la habitación, como si todos hubiéramos
aspirado la misma bocanada de aire
al mismo tiempo y todos comprendiéramos de pronto, intensamente,_
las atrocidades que Orlando acababa
de dejar atrás. En aquel momento,
conteníamos la respiración, en el silencio de la madrugada, mientras se
perpetraban otros crímenes y sonaba
un grito largo, y nosotros nada podíamos hacer para detenerlos.
Cuando regresé a mi casa, decidí escribir un libro. Hacía muchos años
que no escribía y, sin saber a ciencia
cierta lo que quería decir, me encontré dando vueltas al tema del grito
largo.
Una mañana de 1976, mientras
me peleaba con las palabras delante
de la máquina de escribir, al mirar
por la ventana, vi a mi secretaria
que, sin anunciar su visita, se acercaba por el camino de las adelfas, cabizbaja y con el entrecejo fruncido.
Era una mujer muy eficaz, muy sensible y muy buena, y en su actitud
todo daba a entender que traía malas noticias. Se sentó delante de mí y
me habló con voz controlada pero
temblorosa, y sus ojos se llenaron de
lágrimas, anticipando mi reacción a
sus palabras. Lo siguiente que recuerdo es estar sentada en la cocina,
viendo baílar el café en la taza y
oyendo el castañeteo de mis propios
dientes. Yo acababa de regresar del
Este, dOnde había cantado en beneficio de los prisioneros chUenos y
había vuelto a ver a Orlando, al que
había encontrado tan singular, tan
espontáneo y tan especial como
aquella primera vez en que siendo
dos perfectos desconocidos, iDichamos y sellamos una amistad bailando
la cueca.
Tomé el avión para ir a Washington, D.C., y asistir al funeral de
Orlando, y canté·en un parque, a la
cabeza de la marcha que discurría
por entre una creciente multitud de
diplomáticos, académicos, poetas,
funcionarios, exiliados, trabajadores, estudiantes y políticos, aturdidos
y vivam~nte apenados. Fue una
marcha solemne y muy triste. Una
voz profunda dijo por el alta voz, al
sol tibio de la mañana brumosa:
4(¡Compañero OrlandoLetelierl>' Ylos
mUes de asistentes respondieron:
4(¡Presentel»Lavozdijo:~¡Ahoral.,yla
multitud:«¡Y siemprel.Los que !levábamos flores nos adelantamos y las
depositarnos en el lugar en que había
muerto Orlando. Su coche había estallado en Embassy Row, matándole
a él y a su joven colaboradora Ronni
Moffitt. El asesino era una profesional de la policía secreta chilena
(DINA), que hizo un trato con la justicia, se declaró c\Jlpable y se ofreció
en calidad de testigo de cargo. Dos
funcionarios de la DINA fueron acusados, pero no se les juZgó, y dos exiliados cubanos fueron .;entenciados.
La posición del gobierno de Estados
Unidos era, en el mejor de los casos,
ambigua, ya que la CIA había ayudado a financiar el golpe militar y
apoyó el derrocamiento de Allende,
así como la entronización del más
eficaz de los dictadores que ha tenido Latinoamérica hasta este momento: el general Augusto Pinochet.
La marcha terminó en la catedral
de San Mateo. Antes del oficio, ayudé a acomodar a la gente, y tuve que
enfrentarme con unos repelentes
miembros del partido comunista que
trataban de ocupar la primera y segunda filas. Yo les hice retroceder,
utilizando toda mi firmeza, como si
ésta fuera la misión que se me había
asignado, diciendo que aquellas filas
estaban reservadas para la familia.
Ellos me miraron con más antipatía
de la habitual y yo les devolví la mirada, sabiendo que trataban de incautarse del espíritu de este diplomático brillante. Pero Orlando era más
grande que un partido político. Su
espíritu ha de formar con los poetas.
Yo canté en el oficio. Al miiar
aquella iglesia abarrotada, vi a Isabel, la esposa de Orlando, y a sus
cuatro guapos hijos. Los ojos de gacela de Isabel estaban irritados de
llorar. Yo canté "Gracias a la vida
mirando al techo, porque mucha
gente había empezado a llorar. Recuerdo que el joven marido de Ronni
Moffitt trató de hablar desde el púlpito, ahogado por el furor y la pena,
y sus lágrimas y sus palabras se confundian y se hacían una misma cosa.
Cuando llegué a casa, me puse a
pensar en Isabel y en sus cuatro hijos
y soñé que DO podía salir de delante
del arzobispo que iba de un lado al
otro del altar, durante el funeral. Vi
a Orlando en su ataúd, pero ~a su
cara era una calavera con unOs jirones de carne ensangrentada y relu- _
cieñte. Cuando traté de darle un beso, mis labios quedaron mojados y la
calavera se volvio hacia DÚ, corno
p-ara pedirme algo, pero sin poder
hacer más que gemir de desesperación. Durante varias semanas, seguí
tratando de escribir mi libro, pero
luego lo dejé y no volví a tocarlo hasta diez años después..-
la cultura e
~~~~~ra
Direclor ~ J- r... LIerp .
DirwdDr. hco . . . . Taibo U
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CennIo de la Torre
DiIdar BelIIriz Mira
JWocciISR: FnociIco Páwz ARe,
Mauricio Ciec:IunJ...., . . . .
Vizcaiao, EmilfaCruz. Lua
BemWe:z, ec.me Omelas, Jorp
leIarmfao Fe...... T. . . . J-8oIIque, Aad" Raiz, 0ÑDd0
Ortiz, Vid« RonquiDo, J- MaDuel
Payán, Bédor ••
Vep. Cub
hi& hiel Valtierra, Pilar V'-I...
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Ciro c-..
Leyva, MipeI
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Celia F_JaI, Rkanto PeI6a
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__CARLOS
MONSIVAIS:
la ruta
de lo social
_ _ _ _ _ _ Luis Hemández
___CARLOS MONSIVAIS
EL ENCUENTRO DEL CRONISTA
Y SUS PERSONAJES
EN UN ESTACIONAMIENTO------¡Que bajel ¡Que bajel- gritan los que no han
podido entrar a la presentación de Entrada libre,
presionando a Carlos Monsiváis y al resto de los
presentadores del libro que se encuentran en una
sala abarrotada en la planta alta de la Libreria
del Sótano, en Coyoacán. Abarrotadas están
también las escaleras y el café de la planta baja, y
buena parte del estacionamiento donde nos concentramos los gritones, que nos negamos a oir la
presentación a través de una bocina sacada por la
ventana.
-¡El pueblo, callado, jamás será escuchadolgrita la plebe.
-¡Baja, Carlos, baja!
_
En este país donde las presentaciones, salvo algunas honrosas excepciones, suelen ser un acto
familiar, se han reunido cerca de 1500 personas a
recibir el nuevo libro de Monsiváis.
La presión surte efecto y Gilly es portavoz de
"los de arriba": "Ahora bajamos". Las mesas se
colocan al aire libre, ahí se reinstalan los micrófonos y en tomo a los presentadores se sienta la
multitud en un circulo ampliado que culmina
con las filas de los que no se quieren manchar los
pantalones y se apoyan en los autómoviles. Las
luces del noticiero cultural del canal II iluminan
el insólito acto.
Ceuístas en reposo momentáneo, organizadores barriales y sindicales propietarios de mil bistorias de fracasos y otras tantas de lucha; los
cachorros del nuevo periodismo mexicano, ecologistas vapuleados por el smog del OF,lectores de
Monsiváis, asistentes a manifestaciones que ni siquiera salen en La Jornatla... buenos representantes de la generación de resistentes que origina
el 68, y que en estos últimos años realimenta la
reacción ante el temblor, el movimiento estudiantil, las peleas con ring metropolitano de superbarrio.
No se trata de un público mitinero, a pesar de
su iud
extracción vital. No vienen .tampoco a emocionarse con las intervencio
Vienen
a rendir justo homenaje a su cronist. tenen a
saludar al contador de sus historias, al narrador
de sus gestas. Son los personajes que vienen a testimoniar su entrañable relaciÓD con su autor.
Monsiváis. visiblemente emocionado, fuera
del babituallugar del observador comprometido.
como dirfa Pozas en su viejos cursos en Ciencias
Poüticas, les cóntaba al sonriente y amorosO
público las razones de su adhesión a los que DO se
callaron en estos tres últimos años, las razones de
su optimismo político ante el cotidiano abuso y
cinismo del poder.
··La despoütización es la memoria histórica diluida de todos los que intentaron organizarse al
margen de los poderes cerrados y la politización
que intentan los movimientos sociales, es, se verbalice o no, el intento de recuperar esa memoria... Cada movimiento recoge usos y libertades
de los anteriores, experiencias sedimentadas y
juicios y opiniones que tienen que ver con la percepción del sistema de la opinión pública de la
resistencia interna, de la comprensión de la realidad; y cada movimiento aprende también dolorosamente por cuenta propia.....
y esta era la historia que Carlos venia a contar
a 1500 lectores habituales que sabían que Carlos
había sido y er, pieza fundamental en el mantenimiento de la buena memoria, en la construcción de ese gran espejo que día a día desmiente la
versión disneylandia que la combinación televisa-pri nos da por desayuno.
No era un público eufórico ni aplaudidor el
que siguió las intervenciones de Luis Hernández
sobre Monsiváis cronista de las luchas magisteriales, o la de Adolfo Gilly sobre Monsiváis eroDista de los nuevos espacios, o la de Carlos Pereyra (¿de qué habló ?) o el genial remate de Elena Poniatovska, que nos recordó a todos que
Carlos hizo de todo en los días del temblor recorriendo los escombros y rescatando las palabras
y los actos para unirlos en la historia que todos estábamos haciendo, la historia absolutamente
extra-oficial de la que Carlos Monsiváis es maestro.
Elena que.recordó que se acerca el cumpleaños
50 de Carlos y que terminó pidiendo una M y
luego una O y luego una N...
y al fin y. al cabo, Entnda libre nacla como lo
que era, un libro sobre la resistencia mexicana,
presentado en medio de los resistentes. Un libro
al que sus personajes habían venido a rendir hamenaje.
.
carros Monsiváis, el maestro y jefe de la crónica, el narrador de los tiempos ~ y 101 tipos
bueaos, recibía - ' el mej« ~ .
(pIT U)
n un articulo poco conocido en México, publicado en una revista argentina, Carlos Monsiváis señalaba: "Frente a la lentitud y a la inercia de la izquierda tradicional, una izquier<h
distinta, autogestionaria, obsesiva en sus planteamientos democráticos, surge en las colonias ~
pulares, en los grupos ecologistas, en los pequeños sindicatos, en las cooperativas de barrio,
en las comunidades eclesiales de base, en las
agrupaciones campesinas, en las secciones magisteriales. Aún no se advierte su impulso desde una
perspectiva nacional y ciertamente las organizaciones partidarias no son ahora sustituibl&, pero
esta izquierda diferente prueba la vitalidad de las
actitudes radicales y la urgencia de nuevos proyectos nacionales, regionales, locales. Quizá
Brecht tenga razón, y los pequeños cambios sean
los enemigos de los grandes cambios, pero en esos
pequeños cambios se depositan hoy muchas de las
esperanzas y de las posibilidades de una salida racional a la peor crisis económica de la historia de
México". Tiempo después, al realizar un balance
del suplemento cultural de la revista Siempre!, se
expresaba de la misma manera sobre la izquierda
social. Yo no se si Carlos esté de acuerdo, pero
con alevosía y ventaja, quiero proponer este
párrafo como hilo conductor de Entrada Libre
en lo general y del capitulo sobre la disidencia
magisterial -objeto principal de mi comentario- en particular.
E
Lo oportuno
Como otras partes del libro uLos apóstOles se cansaron de serlo" está escrito rehaciendo algunos
artículos publicados inicialmente en la revista.
Proc:ao. Aunque realiza referencias significativas
acerca del inicio del movimiento, el centro de sus
relatos se concentra en 1986-87. Para ese momento la insurgencia magisterial tema siete años de
vida, y, a pesar de serios golpes, sobrevivía. Sin
embargo, 86 y 87 DO eran buenos años. Las movilizaciones y los paros no teman ya la extensión de
las primeras oleadas de lucha y la opinión pública parecía haberse acostumbrado a la presencia
de miles de maestros del Sur en la capital. En ese
contexto de relativo aislamiento, el 17 de febrero
de 1986 apareció en la revista hocao la crónica
titulada "Por encima de los engaños, los maestros
de Ouaca desafían el poder del SNTE": a ella le
siguió ellO de marzo: "Defensa de la democracia
sindical 00m0 ÚDico patrimonio", y luego: '"El
aprendizaje de la democracia libeló a los maestros ouaque60s". Todos eran artículos de MoDSÍvtis. Con ellos, con el prestigio de su pluma. ayudaba allDOYÚDiel1to a romper el cerco y. de paso,
fl
•
proporcionaba a los maestros un espejo provisional para mirar su lucha y una serie de materiales para alimentar su memoria. Centenares de
revistas Proceso pasaron de m~o a mano entre
los profesores durante aquellos días. La lectura
del semanario. antes reservada a los activistas. se
convirtió en,Jjll aeto de masas. No importaba que
no se tuvieraii recursos económicos. el dinero para comprar la literatura se conseguía. Así. después de horas de lectura. las pastas perdían su COa _
lor a fuerza de SUdOI y dobleces. y las páginas interiores parecían perder sus textos a golpes de mi:radas y más miradas. Unas cuantas revistas
sobrevivieron a la sobrelectura y se encuentran
guardadas cerca de la foto matrimonial o los
retratos de los hijos, en las casas de decenas de
profesores oaxaqueños, que las conservan como
testimonio de su hazaña. como material para documentar la resistencia.
El primero de mayo de ese mismó año, a bordo
de un destartalado camión, se vendieron 5 mil
ejemplares del libro "Ataca Oaxaca", en una
calle cercana al Zócalo de la tierra de ]uárez. Allí
estaban junto a artículos de Adolfo Gilly. Paco
Ignacio Taibo 11 y otros, las crónicas de Monsiváis, retratos de una batalla por la dignidad.
Algo similar ocurri6 con las cr6nicas que narran las luchas de los maestros chiapanecos y su
alianza con los productores de maíz de ese estado. Allí están narrados el asesinato del maestro
Celso Wenceslao L6pez, el encarcelamiento de
Manuel Hemández, el campamento de la Dignidad, que, más allá de su valor como instrumentos
de informac;ión y de denuncia Cl,lentan por la
oportunidad con que fueron escritos, por darles
voz a los que difícilmente la tienen, y porque son
un testimonio efectuado por alguien de una intachable calidad moral, en un momento en el
que uno de las componentes fundamentales de la
legitimidad del movimiento era mostrar la veracidad de sus denuncias y de ser capaz de fundar
una nueva moralidad ante la corrupción de los
dirigentes vanguardistas y los funcionari~ públicos.
ficativos de esta historia en constJ::ucción y le devuelve el habla a sus actores en lugar de mantener el monopolio de los intermediarios que beatifican o satanizan.
En este país, en donde tantos y tantos intelectuales padecen de estatolatria y juzgan como
realmente existente sólo aquello organizado en
relación al Estado, y no ven a lo social en nacimiento. al sujeto transformador en proceso de
construcclon, contar la historia reciente de 150
mil maestros. significa abrir brecha y devolverles
una materia prima elaborada con la'que pueden
seguir trabajando sus sueños. El texto de Carlos
ayuda a todo ello, de una manera muy significa•
tiva.
Monsiváis es un autor conocido y reconocido
entre los maestros democráticos. Las peticiones
para que escuche y hable, para que escriba y opine sobre su lucha son incesantes. No sé si Carlos
tenga noticias de todos los requerimientos, que se
le hacen pero de seguro no puede atenderlos todos. "Queremos que Carlos Monsiváis venga a
Macumatzá" dicen los alumnos de la normal rural. "¿No habría forma de que Monsiváis regresará a la cárcel de Cerro Hueco?" preguntan los
maestros presos. "¿No querría escribir sobre
nuestra lucha?" se interrogan maestros bilingües
de Oaxaca. La lista es larga. Tanto como lo son
los pliegos petitorios presentados a la SEP y al
SNTE para resolver carencias ancestrales. Así las
cosas, Entrada Libre será un libro leído en este
sector social. que por esas ironías de nuestra
patria, está tan poco acostumbrado a leer. Sin
embargo, no son muchos los maestros con posibilidades de gastar el 6 % de su salario mensual en
un libro. Sabemos que ni el editor, ni mucho menos el escritor, son responsables ni del alto precio
de los libros ni de los bajos salarios de los maestros.
Por eso. mientras esperamos a que la SEP lo publique en "Lecturas Mexicanas" o lo distribuya a
través del Correo del Libro, se ha comenzado a
hacer una edición pirata del capítulo destinado a
la disidencia magisterial para distribuirlo masivamente entre los profeso
Material de sueños
Pequeños ajustes
Mientras fue director del suplemento .. ~ cultura
en México", Monsiváis abri6 sus páginas para
publicar en ellas distintas crónicas del movimiento magisterial. Algunos de esos textos fueron retazos de una historia en construcción.
En un país como el nuestro, donde la historia
de las luchas populares es, salvo escasas excepciones, un largo rosario de derrotas, un movi·
miento como el magisterial, vivo y en parte
triunfante a lo largo de casi diez años y a punto
de coexistir con tres presidentés, es un ejemplo vivo para otros sectores. Recoger esa historia y devolvérsela a sus actores. es una necesidad inmediata. No hay futuro viable sin apropiación social
del pasado, sin reconocimiento de triunfos y derrotas, de errores y aciertos.'
En una prensa como la-nuestra, en dónde la
editorial precede a la noticia y se opta por escribir sobre el deber ser en lugar de narrar lo que es,
la crónica recoge y recrea los episodios más signi42
Aunque desde el prólogo el autor nos advierte
que «me propuse acercarme a movimientos sociales. no para registrar la historia sino algunos
fragmentos significativos..... uno quisiera más.
Quisiera, por ejemplo, que todo ese periodo en el
que los vanguardistas atacaban a los democráticos acusándolos de ser "hijos de Reyes Heroles
-o de Reyes Herodes, para ser más exacto-,
Reyes Heroles le pegaba al movimiento una y
otra vez. Quisiera que recreara el día aquel en
que el regente sacó los pertos guardianes a golpear normalistas. y tomó la Normal Superior con
granaderos porque el edificio estaba sobre una
falla sísmica. Quisiera que nos contara como cientos de maestros, intelectuales campesinos, se han
ligado a la lucha de éstos y son ya un fermento de
organización alternativa en diversas regiones del
campo.
Pero basta de pliego petitorio. Me conformo
con que siga escribiendo sobre lo que va avenir.
Lo que no se ve
El mo.vim!ento t:Dagiste~~ sigue vivo. Ni López
Portillo ni Miguefde [a Madrid acabaron con él.
Tampoco el gobernador de Chiapas. que piensa
que gobernar un estado es como mandar en un
cuartel. Mucho menos Carlos longitud Barrios
que ha declarado difunta a la ll;lcha cada vez que
un periodista lo interroga al respecto.
Ya Salinas de Cortari viQ de cerca a la disidencia magisterial. Incluso se entrevistó con algunos
de sus dirigentes en Chiapas y Oaxaca aunque
después se haya apresurado a declarar que Vanguardia Revolucionaria era su aliada. Porque la
Coordinadora no tomará partido en las futuras
elecciones, no formará, CQmo hace Vanguardia,
brigadas promotoras del voto a favor del PRI.
Cada uno de sus miembros es libre de votar por
quien quiera o por no hacerlo. Con ello se muestra como una fuerza plural. Después de todo, los
maestros en su mayoría. ni son priístas. ni panístas, ni de partido político alguno. Lo que no significa que sean apolíticos.
Mientras tanto las demandas de la disidencia
son las mismas. No se han resuelto. Así en
Chiapas y Oaxaca se sigue pidiendo la realiza·
ción de Congresos sindicales; en todo el país se
exige aumento salarial. La represión sigue COa
brando víctimas. La lista de muertos, heridos y
encarcelados crece día a día. Pero la capacidad
de movilización se sostiene. Apenas ayer los
chiapanecos entraron al paro indefinido y en
Abril lo harán los ouaqueños. Hace pocos días.
aquí en el DF, los profes salieron a la calle
junto con los de la CONAMUP y otros para ratificar la formaci6n del Frente Nacional de Organizaciones de Masas y protestar contra el Pacto.
Sin embargo, lo más importante es lo que no se
ve, lo que sucede día tras día en el salón de clases
y en las comunidades. Poco a poco se experimentan con pedagogías alternativas. Cada vez se crean con mayor rapidez organizaciones rurales. El
sábado pasado se reunieron en San Cristóbal de
las' Casas representantes de 75 comunidades y
maestros para discutir sus experiencias y mejorar
la coordinación. En ese tercer encuentro
campesino-magisterial acordaron realizar un
congreso Tzeltal y otro Totzil para discutir la
problemática de estas etnias. Lo mismo sucede en
Tlacolula. Yalalag o en la Huasteca hidalguense.
Irónicamente, mientras los que hablan de política moderna se alían a las fuerzas más retrógradas
n el terreno educativo y fomentan el corpora'vismo, el nuevo México va emergiendo en esas
experiencias.
Crónicas de la sociedad que se organiza da
cuenta de este proceso de modernización que,
desde abajo, están impulsando los de abajo. Sean
maestros, colonos, estudiantes o indígenas, Monsiváis nos cuenta como se está procesando esta
ebullición. No es exagerado decir que muchas de
sus páginas han sido simultáneamente recuento y
programa de acción. Esperemos que muy pronto
aparezca un ~gundo tomo en todo lo que, sin lugar a dudas, está a punto de suceder. y donde se
narre cómo esos pequeños cambios se han convertido en la gran esperanza.
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de cuatro páginas de publicidad en colores
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Aunque hay un lapso en la paginación,
no falta ningún texto.
_____EL IMPERIO
DE LAS NOTICIAS
I
Antonio Haas
ace ya más de 30 años,
después de la segunda
guerra mundial pero antes del rocanrol, vino a
México una señora inglesa
que escribió un peql;leño y luminoso
libro sobre sus viajes en este país. Su
nombre es Sybille Bedford; doña Sibila, le decían sus amigos mexicanos.
Como tantos de sus compatriotas,
ella tenía arranques de temeridad en
sus viajes y no le pareció locura venir
a Mazatlán, Sinaloa, en el mes de
agosto y hospedarse en el antiguo
Hotel Belmar.
Su relato es realista en extremo.
Eran los tiempos en que el itinerario
del ferrocarril parecía adivinanza.
Ella llegó a Mazatlán un sábado pero
en el tren del jueves, y se marchó el
siguiente martes en el tren del domingo anterior. Con ese solo dato, la
autora conquistó mi confianza y demostró una indiscutible credibilidad.
Recuerdo ahora a doña Sibila porque en Cuernavaca, tras visitar el
cascarón de los Jardines Borda, se
enteró de la aventura imperial de
Maximiliano y Carlota en México. Se
pregunta en su libro por qué es tan
fascinante esa historia cuando sus
ingredientes son tan insoportablemente románticos que ningún escritor serio la tocaría con una garrocha.
y dicho eso, procedió ella mismo a
tocar el asunto, aunque en taquigrafía. En seis páginas hace un relampagueante resumen de la política decimonónica que desde Europa urdió
los líos del Segundo Imperio Mexicano.
Comienza por' el elenco del melodrama: Pío Nono, Napoleón III y
la Emperatriz Eugenia, Víctor Hugo
en su destierro; el Emperador de
Austria y Hungría, Francisco José de
Habsburgo y su Emperatriz de belle- .
za legendaria, Sisí. Los mexicanos
emigrados en Biarritz y en París. La
Reina María-Amelia, abuela de Carlota, que en su lecho de muerte gritó,
"¡Pobres criaturasl ¡las van a asesinar!" La archiduquesa Sofía, madre
de Maximiliano. Y presente siempre
el recuerdo del Aguilucho, hijo único
de Napoleón I y su.princesa austríaca. El Aguilucho, que fue Rey de Roma desde su nacimiento, Napoleón
II durante los Cien días del retorno
de Elba, Duque de Reichstadt despues de Waterloo y según las malas
lenguas, el verdadero padre.de Maximiliano.
De ellos dice nuestra Sibila que
"Pocos eran tontos. Varios eran astutos; cuando menos tres, brillantes.
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I
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Eran estadistas y conocían su mundo. Todos eran calculadores; algunos, bien intencionados. Pero ninguno de ellos sabía la primera cosa
~cerca de México" ~
A partir de este dato demoledor,
hasta un párvulo sabría que la historia tiene que terminar mal, Desde
ahí comienza a tañer el Cerro de las
Campanas.
Concluye la señora Bedford: "A
pesar de sus arreos, la historia no es
un romance sino una tra~edi~ de incomprensión ... ; " lamentable, a menudo sórdida, extraordinaria sólo en
el barroquismo de sus detalles y en la
vanidad que a todos impulsaba. Ma-
..
ximiJiano y Carlota no .tenían ningún encanto especial. Fueron dos seres abandonados. Para escribir acerca de ellos, debe uno alejarse de las
s.ombras de Hollywood y Mayerling,
y tratarlos como Lytton Strachey
-el iconoclasta destripador de victorianos eminentes- .....como Lytton Strachey trató al general Cordon
y a Florencia Nightingale".
Me he extendido en este preámbulo porque tal parecería que Fernando del Paso, ~ quien hoy se le otorga
el Premio Mazatlán de Literatura
por su libro "Noticias del Imperio",
siguió al pie de la letra esta recomendación de doña Sibila. Muy lejos de
Hollywood y Mayerling llevó a cabo
sus investigaciones, y en ningún momento permitió que sus sombras embetunaran las pági .AS de esta obra
monumental.
Me resisto a llamarla "novela" por~
que podría con ello despertar vanas
esperanzas. "Noticias del Imperio"
es un libro que -rebasa los géneros
tradicionales. Sin ser del todo una
.novela, es al mismo tiempo mucho
más. Se nos presenta como una alta
vitrina de curiosidades historiográficas acomodadas con el criterio de alguien que arma un rompecabezas sin
permitirse chapuzas. No hay prejuicios ni se les da entrada a afinidades electivas. El saldo político final,
por ejemplo, es un triunfo del equilibrismo, un empate que logra exonerar de cualquier culpa excesiva tanto
a Juárez como a Maximiliano, al presidente de México y al que se decía su
Emperador.
Tanto me hizo pensar este ambigú
literario que me
a repasar las literaturas que mas o menos conozco
en busca de antecedentes que me
permitieran identificar con precisión
el género al que pertenece "Noticias
del Imperio". No lo encontré. Existen, sí, casos aislados igualmente
inclasificables, mas no son tantos, ni
se parecen tanto entre sí como para
componer un género aparte. En ese
sentido son obras mostrencas, aunque no por eso menos admirables.
Un lector que disfrute el ensayo, la
investigación, y aun la parodia,
igual que la novela, encontrará las
páginas de este libro llenas de encanto.
Estaba todavía cavilando sobre este problema de clasificación que de
hecho nada tiene que ver con los méritos del libro -cuando por fin la luz
me pegó de frente. Es que su género
no corresponde a la literatura sino a
la música. Esa ambivalencia es lo
que me traía perplejo. Lo que Fernando del Paso nos ha presentado
con "Noticias del Imperio" no es una
novela sino una ópera, la gran ópera
seria mexicana que jamás se ha escrito porque nunca tuvimos un Verdi o
un Puccini que le hiciera justicia.
Nos quedamos en pura música incidental: "La Paloma" como obertura
y "Adiós Mamá Carlota" para el fin
del tercer acto. La música que el
asunto requiere sigue inédita, pero el
guión definitivo ahora ya existe.
Tal ha sido el gran acierto de Fernando del Paso. Intuyendo el carácter esencialmente operístico de la
historia, él desarrolló el texto de \Jna
manera musical, intercalando reci47
ruse
.
\..
.~~\
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tativos y coros con reflexiones de una
densidad sinfónic~ y arias de gran
lucimiento para sus agonistas. El papel estelar es, sin lugar a duda, el de
Carlota. Suya es la primer aria y suya también la última. Su rollo está
que ni mandado hacer para una caloratura de amplio espectro como
María Callas en "Norma" o "Lucía
de Lamermoor". En la memoria veo
los viejos libros de ópera de la RCA
Víctor y en ellos una foto de Amelita
Galli-Curci en batilongo blanco,
mesándose los cabellos y cantando el
aria de la locura con un puñal en la
mano.
Así debe hacer su entrada Carlota
en la primera escena -el puñal no es
necesario- para decirnos con los tonos graves de una Claudia Muzio:
. "Yo soy Maria Carlota de Bélgica,
Emperatriz de México y de América.
Yo soy Maria Carlota Amelía, prima
de la Reina de Inglaterra, Gran Maestre de la Cruz de San Carlos y
Virreina de las provincias del Lombardovéneto acogida por la piedad y
la clemencia austriaca bajo las alas
del águila bicéfala de la Casa de
, Habsburgo.·· Y luego sí: soltar el jilguero...
¿Se imaginan qué manera más'
teatral de levantar el telón?
El personaje de Maximiliano, desde luego, es para un tenor, de esos
que hasta dormidos pueden cantar el
papel del malhadado don José en la
ópera de "Carmen". Tienen mucho
en común los dos personajes, sobre
todo su mal fario. De eso precisamente lo acusa Carlota en uno de sus
orgasmos de locura. No es la sífilis
contraída de una negra en Brasil lo
que ha infectado retroactivamente a
toda la familia de los Austrias, llenándola de locos, suicidas y degenerados. No es la sífilis, dice ella, "sino
tu perra mala suerte,Maximiliano.....
El problema para encontrar el tenor es físico, porque Maximiliano
era muy alto, muy rubio, muy' esbelto, y, misteriosamente, este tipo somático es más frecuente entre los ba-
48
jos profundos que en los tenores. De
Pavarotti solo saldrian tres Maximilianos. Quizá Plácido Domingo, en
rigurosa dieta y bien peroxidado.
Aquí debo decir que hay una singular contradicción en esa vida de
torta que llevó Maximiliano. Porque
fue torta de su hermano el Emperador y de su mamá la Archiduquesa
Soña, torta de la aristocracia mila-
nesa cuando fue Virrey del Lombardovéneto, torta de Napoleón III y,
finalmente, torta también de Juárez.
Sin embargo, a nadie, por republicano o anticlerical que fuera, le podía
caer del todo mal. Si era fatuo y protocolario, si su puntillo y su vanidad
chocaban, la espontaneidad de su
sonrisa lo borraba todo. Y en lugar
de corona se ponía sombrero de
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charro. ¿A quién le puede caer mal
un archiduque europeo que se viste
de charro? ¿Y quién le puede guardar rencor a un monarca, por espurio que sea, que a la hora de las
Campanas en el cerro le cede a su general el puesto de honor? Y que se
despide, además, como los hombres.
"Voy a morir por una causa
justa", dijo: "la causa de la independencia y libertad de México. Ojalá
que mi sangre ponga término a las
desdichas de mi nueva patria". Y
aún tuvo aliento para echarle un último ¡vival a México.
No puedo concluir sin mencionar
algo que no esperaba encontrar en
este libro. Fernando del Paso escribió ahí un capítulo que, sin estar
versificado es un verdadero poema...
Me refiero al monólogo del jardinero
de la Casa Borda en Cuernavaca,
donde Maximiliano solía refugiarse
de su propio Imperio. Ese hombre
que parecía tenerlo todo le robó al
jardinero lo único que él tenía, el
amor de su muy bella mujer, Concepción Sedano. Para ocultar su devaneo, el Emperador lo hizo mandar
muy lejos a estudiar otros jardines y
otra flora en lugares que el no
conocía. Al regresar a la Casa Borda
ya no encontró a su mujer. No encontró más que rumores del amorío
imperial y noticias de un hijo que,
por el tiempo pasado, sólo podía ser
del Emperador.
En la óN'a que me he imaginado,
el monólogo del jardinero sería el
aria de la soledad, del amor perdido.
Un aria, si ustedes quieren, como la
que canta Mícaela en "Carmen",
con la cual se suele robar la noche
cuando los protagonistas no son de su
altura...
y es que un jardinero enamorado
y no correspondido puede ser el
símbolo más apto de la condición humana: de Maximiliano, de Carlota,
y de los aquí presentes que estamos
festejando el triunfo de Fernando del
Paso, porque finalmente todos tenemos un jardín perdido y un jardín
anhelado.
Aparecida, al amparo de la
Peratroib, en el número de enero de la
revista literaria ZnamitJ, la obra de,
MijaU Chatrov ha desatado una
polémica que va más allá de la
literatura y el teatro para adentrarse en
la historia y en el cuestionamiento
crítico de los principales participes de
los primeros años de la revolución
soviética.
__LOS BOLCHEVIQUES
DE NUEVO EN LA
ESCENA SOVIETICA
Fragmento de la polémica obra Más lejos,
_
más lejos, más Iejos
Mijail Chatrov
Primera parte
Se obre el telón. En semicírculo hoy 22'mlas que
ocuparán los protagoni8to& al!dlir a erceno. Uno tros
atTo $e van ~tando.
KORNILOV: Yo, general Konúlov, en la hora
aciaga de la revuelta y el desbarajuste general'
producido por los liberales ociosos, dirigí las tropas contra Petrogrado para encerrar al rebaño en
el establo, y no lo logré por la traición de Kerensley. Por la presente, declaro: No me arrepiento,
no me reprocho mi acción, sino haber sido demasiado blando y no haberla llevado hasta sus últimas consecuencias. El 24 de octubre del 17 estabe yo en Buíjov, en una escuela para señoritas
convertida en prisión para generales del ejército
ruso fuera de serie, compañeros míos en la operación.
SVERDLOV: Yüov Sverdlov, bolchevique.
Muerto al segundo año de la revolución por una
casualidad estúpida: la gripe "española"... Tenía
34 años... El 24 de octubre estaba en el Smolny.
Creo recordar que aquel día no llegué a salir a
ningún lado, aunque mi deseo vehemente era
trasladarme a la calle Serdobólskaya, a casa de
Fofánova donde teníamos escondido a Vladímir
llich. En el comité central no .había un criterio
único respecto a ~ insunección· y el conteo era
de segundos.
KERENSKY: Yo, Alexandr, Fiódorovich Kerensley, quiero hablarles desde la altura de mis 89
años vividos. ¡Lástimal Celebré ese aniversario
en completa soledad. En 1970 ningún participante de los excesos de octubre quedaba vivo, sólo
yo, en Nueva York y Mólotov, en Moscú.
Yo sobreviví a Lenin medio siglo y pude ver
con mis propios ojos lo que significó para Rusia la
muerte de la revolución de febrero, de la demoeracia de febrero, cuya encarnación yo era a
los ojos del pueblo ruso. Sí, sí, yo representaba las
esperanzas y anhelos que el pueblo ruso había
puesto en la democracia. Yles diré que si la revolución de febrero triunfó fue porque en Petrogrado estaba yo y no Lenin, y que si fracasó .. .(Se
vuelve hocio Kornílov) fueporque Kornílov,esa marioneta en manos de círculos industriales irresponsables, ese general de ,ejército com~n y
corriente a quien yo encumbre tan alto... se Imaginó ser el salvador de Rusia. El fue quien cometió un verdadero crimen cuando rompió el frente
único del ejército y el poder contra el bolchevismo... Lo digo con amargura y sinceridad.
TROTSKY: Bronstein, Lev Davydovich, seudónimo partidario, Trotsley, hijo, probablemente,
del único terrateniente judío de Rusia. En 1918,
mi padre, que había perdido toda su fortuna, me
visitó en el Kremlin. Para ello tuvo que recorrer
200 kilómetros a pie de Jers6n a Odesa. Todo lo
que pensaba de mi lo expresó en una frase: "Los
padres trabajan y trabajan para acumnJar algo
para la vejez, y después los hijos hacen la revolución.. :· Participé en el movimiento revoluciona-
,lO
rio desde 1896 cuando tenía diecisiete años. Participante del 11 .congreso del partido.. con los
mencheviques, después vino la polémica con Lenin que duró quince años... En 1905 fui uno de
los dirigentes de la primera revolución rusa, presidente del soviet de Petrogrado de diputados
obreroo; fui detenido, juzgado, condenado a destierro perpetuo en Siberia; escapé y emigré. En el
17, después de febrero, regresé, pensé que
tendría que aprender de la revolución, pero re-sultó que había pocos maestros y yo mismo tuve
que enseñar revolución. En agosto ingresé al partido bolchevique, en el VI congreso fui elegido
miembro del comité central. En otoño nuevamente me converti en presidente del soviet de
Petrogrado, después de Octubre fui comisario del
pueblo de relaciones exteriores, comisario del
pueblo de guerra, presidente del consejo militn
revolucionario de la república... Sí, existieron
profundas divergencias con Lenin sobre cuestiones básicas de teoría y política, las cuales más
tarde se manifestarían' en su frase sobre mi "no
bolchevismo". También son una realidad las
profundísimas divergencias con Stalin y el partido que posteriormente tendrían como resultado
mi expulsión del país. Mi actividad en el extranjero para crearla IV Internacional en contraposición a la 111 no es una invención, todo ello existió
como existieron muchas otras cosas en este plano.
Soy soldado de la revolución mundial y sin DÍD-
guna vacilación me entrego al juicio de la ~
ridad.
Lo único que no existió y no pudo existir jamás
y rechazo con desprecio fueron los servicios de inteligencia ni los contactos 'de ninguna clase con
servicios especiales, a excepcion, quizás, con uno
solo... (TrO& un momento deliktacio) El 20 de agosto
de 1940, estando en mi gabinete de trabajo fui
mortalmente herido en la nuca con un golpe de
piolet por un 'tal Jackson, bajo cuyo nombre actuaba el español Ramón Merca .•. Cumpli6 su
cometido el sentido satánico de venganza.
STAUN: El castigo no es venganza, el castigo
siempre es justo. Nosotros, bolcheviques, siempre
nos atuvimos a esta categoría moral. Por lo que
respecta a nuestro camarada espaOoJ Ramón
Mercader, su papel es sencillo y claro. él cumpli6
la condena del juicio proletario.
TROTSKY: Usted Stalin, me mató Sin siquiera
un simulacro de juicio.
I
STAUN: No estamos dispuestos a maniatamos
con consideraciones y categorías morales burgue-sas cuando se tratade una banda sin ideologí~ de
espías y criminales que hace mucho dejaron de
ser una corriente polftica en el seno de la clase
obrera. (Dirigiéndole o lo !dio) No necesito presentarme. Las etapas de mi camino no han sido olvidadas. La principal es que yo gané la guerra que
jamás conoció la historia deja humanidad, con-
'DJ8'Iy~
,__ -Stalin, RykoV, ~
49.
servé el legado de Lenin, construí el socialismo. Y
les ruego partir de ello.
KERENSKY: Señor Generalisimo, el 7 de noviembre 'de 1918, en el primer aniversario de los
excesos de octubre, en el periódico Pravda usted
escribió que "toda la labor en la organización
práctica de la insurrección transcurrió bajo la dirección inmediata del camarada Trotsky, con
quien el partido está en deuda antes que nada y
-en primer lugar". En -el año 24 ust-ed afirmaba
que Trotsky en general no desempeñó ningún papel importante en el levantamiento de octubre ni
lo podía desempeñar. Yen el 38, en el Compendio de historia del partido comunista bolchevique usted se proclamó el verdadero dirigente de
la insurrección. ¿Dónde está la verdad, señor
Generalísimo?
STALIN: Cuanto antes olvide el proletariado
ciertos servicios que le prestó este señor,tanto mejor.
PLEJANOV: Plejánov, Gueorgui Valentínovich ... Toda mi vida, hasta el último suspiro, la
entregué a la clase obrera rusa, a la idea del socialismo. El 24 de octubre... fue la víspera del
día más trágico de mi vida, cuando Lenin condu-
jo a los obreros a la aventura. Para un hombre
que había entregado su vida a la propaganda del
marxismo en Rusia, aquello fue el fracaso ... Después de lo ocurrido no viví ni un año... Sóft> tenía
62...
ORDZHONIKIDZE: Ord~honikidze, Grigori
Konstantinovich. En el partido desde 1903. A
partir del 26 fui candidato y después miembro
del buró político. Amigo de Stalin. En el 22,
cuando estábamos ocupados en la creación de la
URSS y yo representaba a Moscú en Georgia,
perdí los estribos de la manera más tonta y abofeteé a mi compañero de partido: fue el famoso caso georgiano. Lenin propuso expulsarme del partido por dos años, para que a nadie se le fuera a
ocurrir convertirse en matón. Stalin me salvó del
- castigo. La cuestión que hoy me preocupa es el
problema de la resistencia del bolchevique a la
mentira; ¿hasta dónde es permisible salirse de los
marcos del bolchevismo?
DZERZHINSKY: (Con acento polaco): Félix
Dzerzbinsky, polaco, de la nobleza, en el movimiento revolucionario desde el año 1892. El pleno del comité central del año 26 fue para mi el
último. Los médicos me habían prohibido categóricamente intervenir... Pero Trotsky, Zinóviev, Kámenev querían retorcer el cuello a la
NEP tan abiertamente que era imposible quedarse callado, cruzado de brazos... Cuando bajé de
50
la tribuna temblaba de pies a cabeza... Y así
fue Tres horas después sucedió... Tenía yo 49
años No hubiera tenido ninguna probabilidad
de vivir más... De no haber sucedido en el 26 habría sido en el 29 o después con los demás... ¿Por
qué? Porque no hubiera podido soportar ninguna
labor de zapá contra Lenin... Recuerdo con dolor, con inmenso dolor nuestra última conversación el 14 de diciembre del año 22, cuando torpementetrat~de abogar por Ser-g6 yK-oba-en la
toria georgiana y Lenin me miraba con tanta
tristeza comprendiéndolo todo. Precisamente
después de aquella conversación se sintió definitivamente mal y ya nunca volvió al consejo de comisarios del pueblo...
ZINOVIEV: Zinóviev, Grigori Evséevich.
KAMENEV: Kámenev, Lev Borísovich.
ZINOVIEV: En nuestra vida existió no sólo el
episodio de octubre. Hubo cosas de las que no tenemos que arrepentimos... y otras dolorosamente vergonzosas.
KAMENEV: Es vergonzoso y doloroso que nosotros, colaboradores de Vladímir llich, al confesar
haber colaborado con la Gestapo, participado en
el asesinato de Kírov... haber deseado restaurar
el capitalismo... nos matábamos no sólo a nosotros...
ZINOVIEV: Por supuesto, antes de ser detenidos
pudimos haber evitado todo eso, pero el1 o de diciembre por la noche, después del asesinato de
Kírov, en todo el país surgieron mítines y reuniones espontáneas... Yo como miembro de la dirección de la unión central sindical debía de intervenir ante las masas, pero no pude hablar, las palabras se ahogaban en mi garganta... Estaba profundamente conmovido porque conocía bien a
Kírov y porque comprendía perfectamente lo que
nos esperaba...
KAMENEV: Pero adoptar la única decisión correcta posible... como lo hicieron después Tomsky, Sergó, Gamarnik... No tuvimos agallas para
hacerlo.
ZINOVIEV: Si lo hubiéramos hecho, a los ojos
del pueblo hubiéramos firmado nuestra propia
condena.
KAMENEV: Sí. Seguramente. Pero no nos hubiéramos profanado... El 24 de octubre yo estaba
en el Smo1ny, tomé parte activa en los acontecimientos del día. El error relacionado con nuestra
intervención contra el levantamiento había quedado olvidado.
ZINOVIEV: Yo aquel día andaba todavía clandestino, escribía artículos para Pravda. En el número del 25 de octubre aparecieron dos materiales míos: el editorial y otro más.
DENIKIN: Denikin, Antón Ivánovich, teniente
general. Si, si ese mismo Denikin... En el año 42,
cuando Hitler estaba a las puertas de Stalingrado, yo rechacé con desprecio la proposición de ir
a vivir a Alemania. Krasnov se fue con los alemanes, pero yo me negué porque hasta el final de
mis días, hasta mi muerte en 1947 en los Estados
Unidos nunca dejé de ser un patriota ruso.
STALIN: Yo me imagino que el pueblo soviético
recuerda no al Denikin que coquetea con su renuncia a pelear contra su patria, sino al Denikin
general-aborcador que abogó a Rusia en la sangre de obreros y campesinos rusos.
KRUPSKAYA: Krúpskaya, Nadezhda Konstantínovna, trabajé en el partido en el campo de la
educación. Esposa de Uliánov. El 24 de octubre
estaba en el distrito de Vyborg a donde Fofánova
me traía los recados de Ilich y yo los reexpedía al
Smolny.
BUJARIN: Bujarin, Nikolai Ivánovich, nací en
1888, en Moscú, de padres maestros. En el movimiento revolucionario desde los 17 años. En el VI
Congreso fui elegido al comité central del que
formé parte hasta mi detención en 1937. Entre
las etapas más importantes de mi vida política
creo necesario mencionar el periodo de Brest
cuando cometí el más grande error político. Pero
lo que m'ás me reprocho como bolchevique y co-
ros-
mo persona es no haber podido impedir aquel
"gran viraje", aquella "revolución desde arriba",
como la llaman, que tuvo lugar en nuestro país
en 1929.
STALIN: La formulación es mía. Y no pienso renunciar a ella.
LENTN: Uliánov-Lenin. Hacer la revolución es
mucho más interesante que escribir o hablar de
ella. Por eso, vayamos al grano.
,1
SMOLNY. 08 horas 15 minutos
Sverdlov, Kámenev y Stalin están ~erando a que
Tiotsky termine de h4blar por teléfono
TROTSKY: La confrontación es inevitable y es
resultado de la orden dada para llevar la guarnición al frente. Ha sido una noche crítica, no hemos dormido.
Aparece apresuradamente Dzerzhinsky.
DZERZHINSKY: Hace media hora los cadetes
han destruido la imprenta. jRabochi put no ha
salido I
STALIN: Lo sabemos.
DZERZHINSKY (Emocionado): Se lo aseguro, la
destrucción de la imprenta es el comienzo. ¡No
tenemos derecho simplemente a contestarl Hay
que aprovechar el momento, detener inmediatamente al gobierno -junto al Palacio de Invierno
están apostados nuestros carros blindados- y desarrollar el éxito.
TROTSKY: ¡De ninguna maneral¡La detención
del gobierno provisional como tarea independiente hoy no se nos plantea ni se nos puede planI
'
STAliN: Es prematuro. No podemos exponer su
vida.
TROTSICY: Tomaremos el poder y entonces VIadímir llich entrará al Smolny con una escolta de
honor (sonrie) y montando un caballo blanco...
Así pues, no caemos en la provocaci6n de actuar,
no nos dejamos arrastrar, sólo contestamos y...
STALIN: Esperamos el congreso. (Al irse). Volveré en un minuto.
.
TROTSKY: Si, indudablemente, esperamos el
congreso.
te... como decía Goethe: weíte1', weíte1'...
¿Cuándo volverá usted?
FOFANOVA: Alrededor de las ocho.
LENIN: Por el camino entregue a Nadezhda
IConstantínovna esta misiva.
DZERZHINSKY (Se siento ¡unto a Soerdlov) ¿Por
qué no dices nada?
SVERDLOV. No puedo olvidar ese grito suyo de
la última carta: "La defensa es la muerte de la
insurrecci6n armada."
STALIN: Los camaradas me han pedido que les
describa la situaci6n conformada en la ciudad en
ese momento. En el comité militar revolucionario hay dos tendencias. La primera está por la insurrecci6n inmediata. La segunda, por acumular
primeramente las fuerzas. Debo informarles que
el comité cent:t:al de nuestro partido se atuvo a la
segunda: seguir concentrando nuestras fuerzas.
Confiamos en que el pueblo presione sobre el
congreso de los Soviets. El viejo gobierno cederá
su lugar al nuevo tanto más pacíficamente cuanto más fuerte, organizada y poderosa sea la ae:
APARTAMENTO DE FOFANOVA 8 boras 25
minutos
FofánooG Y Lenin, rodem:lo de periódicos, desayunan
tearl Utilizar para ello nuestros carros blindados
sena un error; en cambio quitarles a los cadetes
la imprenta y publicar el periódico... Precisamente es lo que voy a proponer ahora mismo al
comité central, aunque ya di todas las 6rdenes
preliminares.
KAMENEV: La precipitaci6n es uno de los errores más característicos del parti o revolucionario.
DZERZHINSKY: ¿Y tú propones nuevamente ir
a la zaga? Estoy harto de escucharlo. Así COOS&guirán que los obreros nos vuelvan la espalda y se
lancen solos.
STALIN: Tranquilo, Félix, ahora se reunirá el
comité central y decidiremos.
TROTSKY: Félix Edmúndovich, todo es tan sencillo: todo depende del congreso, de su firme política.
DZERZlUNSKY: ¿Está usted seguro de ella? Yo
no.
TROTSICY: A eso debemos orientar nuestros esfuerzos. Mañana el congreso proclamará el paso
del poder a nuestras manos...
DZERZHlNSICY: ¿Y si no lo proclama? ¿Si vacila? De momento sólo tenemos 300 delegdos de
670...
TROTSKY (Con convicción): La mayoría votará
con nosotros. Kerensky, por supuesto, no acatará
esta decisi6n y entonces su liquidaci6n será una
cuesti6n policial y no política. Mediante un
simple paso táctico -la toma del poder por decisi6n del congreso dé los soviets- daremos soluci6n al problema de trascendencia hist6ricomundial sin derramamiento de sangre. Sencillo y
. hermoso.
STAliN: ¿Para qué ~ar a la calle las cuestionés
que pueden resolverse por simple votaci6n?
DZERZHINSICY: Quiere decir que todo lo que
ahora hacemos...
TROTSICY: Es defensa, Félix, defensa y nada
más. Pero de ninguna manera significa que todas
nuestras unidades no deban estar movilizadas al
máximo y listas. Si quieres, llámala defensa activa.
DZERZHINSKY: ¡Qué defensa ni qué demonio,
cuando el gobierno ya dio la orden de detener al
comité militar revolucionario! (Dirigiéndose a
Sverdloo) Andrei, ¿por qué callas?
TROTSKY: Si al gobierno se le ocurre detenernos, instalaremos ametralladoras en el tejado del
Smolny. Lo dispondré ahora mismo. Pero no espero del gobierno esa prontitud. Está paralizado
y sólo espera que se ~evante la escoba de la historia para ceder el poder.
DZERZHINSICY: Necesitaríamos a Lenin, hay
que pedirle consejo. Enviemos una compañia de
confianza a buscarle... ya es hora de que esté
aqm.
SMOLNY. 11 horas 30 minutos
Stalin seJie al pn»cenio.
FOFANOVA: En ningún puesto de periódicos
encontré Rabochi puto Incluso fui a la estaci6n de
Finlandia: tampoco allí lo había y nadie sabe nada.
LENIN: Qué raro. ¿Qué hay en la calle?
FOFANOVA: Lo de siempre... La vp.nte se apresura a su trabajo...
LENIN: ¿No ha visto tropas?
FOFANOVA: Parece que no... No se preocupe,
VIadímir llich, todo se arreglará...
LENIN: Una situaci6n tan favorable como la de
hoy puede no darse en cien años... Convinimos
comenzar hoy... Pero si alli volvi6 a prevalecer el
deseo de esperar el congreso, eso es una idiotez
absoluta o una traici6n total.
FOFANOVA: Bueno, qué traici6n ni qué... ¿romo puede decir eso?
LENIN: Estoy nervioso. ¿Cree usted que-me es
fácil permanecer en este aislamiento cuando nos
estamos jugando todo a una carta? ¿Por qué no
quieren que yo esté en el Smolny?
FOFANOVA: Porque lo están buscando para detenerle.
LENIN: En el Smolny no me capturarían... Lo
que pasa es que las revoluciones no toleran interrupciones. Hay que ir siempre adelante, profundizar, siempre adelante... no adelantarse, pero tampoco ir a la zaga... No detenerse... adelanci6n de las masas... (Se aparto). Y ahora quiero
protestar categ6ricamente contra esta maniobra
hostil y antipartido del teatro. Yo nunca pude tener una posici6n común con Trotsky. Esto es ~a
violación, aquí no tenemos libertad, nos obligan
a decir el diablo sabe qué en apoyo de criterios
dudosos y estamos obligados a obedecer. ¡Protestol
DZERZHINSICY: Stalin. deje en paz al teatro.
Son sus palabras, su posici6n, todo esto fue publicado en el afio 22 en la revista Revolución Proz'
taria y entonces usted no protest6. ¿Por qué?
¿Porque todos nosotros vivíamos todavía?
STALIN: En general, a mí no me gusta que aquí
empiecen a hurgar demasiado en la ropa sucia,
que busquen matices y maticitos en nuestras opiniones, en nuestras relaciones. La fuetza motriz
de la historia es el pueblo. ¿Por qué no está qui
presente nuestro heroico pueblo? ¿Por qué no nos
muestran a las masas, no sacan a escena a quienes
realizaron la hazaña hist6rica en octubre del 17?
JUna obra sobre la revoluci6n sin el pueblo! Supongo que esto no es casual.
SVERDLOV: Hablamos de otra cosa: de cuánto
depende en la vida, en la revoluci6n sobre todo
de quienes están en el puente de mando. Es el
problema que a todos interesa..
BUJARIN: Menos a quienes están en el puente de
mando.
.
51
...._UNIVERSIDAD
y POLIT CA:
EL CONG E
VA
Francisco Pérez Arce• • • • • • • • • • • • •
L
52
a crisis se desató cuando 25
delegados abandonaron la
Comisión Organizadora
del Congreso (COCU).
Era un freno brusco al inminente inicio de los foros, primera
fase del congreso. Se sabía de una
lucha sorda entre posiciones, pero se
pensaba que dominaria una línea de
conciliación de última hora. Este
rompimiento parecía un golpe definitivo: el tono de las declaraciones
_ de ~os funcionarios Oosé Narro,
por ejemplo) mal ocultaba su deseo
de cancelar las posibilidades del
congreso; se apresuraba a dictaminar que no habla condiciones y que
había otros caminos para la superación académica. Algunos lo interp~
taron como una prueba de fuerza
-que, en las hipótesis del momento
buscaba: a) desatar una reacción de
mítines, maoñestaciones, paros y
huelga, que por su radicalidad alejara las posibilidades políticas del
congreso; b) polarizar las posiciones
para buscar un nuevo punto de concertación, habiendo medido fuerzas
y alianzas.
La respuesta inmediata del CEU,
o para mejor decirlo, de algunos de
sus dirigentes, fue una irreflexiva
huelga de hambre.
La posición oficial del rector tardó
un par de días, creó expectativas
sobre su función conciliadora, pero
al final fue de apoyo irrestricto a la
actitud de los 25 delegados (ocho
eran los nombrados directamente
por él, otros ocho por el Consejo
Universitario, y el resto, los rep~
sentantes de las AAPAUNAM). El
rector Carpizo emitió un documento
de ?:l puntos: era una posición polar.
Quienes esperaban una intervención
medida y conciliadora se vieron decepcionados. La del rector fue una
posición tajante, incluso agresiva, y
muy fuera del estilo liberal que
mostró en el pasado.
sejo Universitario, que evitó su discusión cuidadosa).
Un rector liberal
El movimiento estudiantil, o quizá sea mejor decir universitario,
La respuesta de Carpizo sorprendió porque muy pronto se unieron
contingentes numerosos de maestros,
porque su política anterior había tedio un salto enorme gracias al emnido otro signo. Desde que ocupó el
pleo
de la difusión por radio. Por fin
sexto piso, diagnosticó un bajísimo
nivel académico. En efecto, desde un "diálogo público". En el estrado
del Auditorio Justo Sierra de la Falos días de Soberón el nivel académicultad de Filosofía, que por esos
co había sufrido una caída libre cutiempos retomó su nombre del bauyas causas complejas combinan una
tismo del 68, "Auditorio Che Guevaexcesiva burocratización, on crecira", se colocó una mesa larga: de un
miento desmedido y desordenado, y
una disminución de sus recunos «O- lado los oeu.ístas, del otrolos eWe:nsonómicos. Carpizo se propuso atacar res nombrados por rectoría. En meel problema. El resultado fue (des- dio, los micrófonos de Radio UNAM.
pués de una insuficiente consulta a la Abajo del estrado, unos dos mil universitarios, o los que ~abfan ocaapática comunidad universitaria)
una serie de reformas que inme- panda hasta el último rincón. Y con
diatamente fueron cuestionadas o la radio encendida, muchos otros,
rechazadas por amplios sectores,- estudiantes y maestros y trabajadoprincipalmente y con más energía res y exalumnos y radioescuchas
por el estudiantil. Se rompió la inesperados. Los oradores del CEU
apatía. Así nació el movimiento del atacaron y los de rectoría se defenCEU. Los estudiantes despertaron y dieron mal. El resultado fue la exse pusieron a pensar en la universi- pansión del movimiento. Entonces
dad que querían. El asunto no termi- las manifestaciones fueron enormes,
na en el problema académico, sino salieron de los recintos universitaque se conecta por muchas puntas rios, tomaron el Zócalo y repitieron
con los problemas nacionales: no ~ una exigencia: congreso.
lo por la dependencia del presupuesto estatal, sino por la función que la
universidad nacional cumple o se
Todos ganan
quiere que cumpla. Aqui no basta
con repetir las viejas fórmulas, más
adecuadas a un periodo de creci- El rector, Radio UNAM, el CEU, ya
miento económico sostenido, como entonces también el CAU (los maeslas de ""coadyuvar al desarrollo del tros que estaban contra esas reforpais". Palabras como ésta (coadyu- mas), habían logrado despertar a
var), de alto contenido fonético, no una universidad aletargada. Podían
dan respuesta a los problemas de los estar contentos, ahora podían contar
estudiantes que empiezan en una con la participación amplia de todos
mala educación primaria y secunda- los sectores y discutir y proponer reria, y concluyen en perspectivas de formas efectivas. Incluso retomar
desempleo determinadas más por aquellas que muchos rechazaron más
una economía deficiente que por una por su forma que por su contenido.
defectuosa formación académica. Siguieron buenas noticias. El rector
Esa realidad compleja en la que vive mostró su sensibilidad y su vena dela UNAM, desde luego, no invalida mocrática. El Consejo Universitario
el diagnóstico del bajo nivel aca~ aceptó la sugerencia del rector: hamico, ni justifica eludir la necesidad gamos un congreso. Se formó una cade mejorarlo, de "buscar la excelen- misión de 16 miembros que a su vez
cia". Pero quien se proponga esto, convocó a la elección, mediante la
tiene que recordar aquello.
votación directa de estudiantes y
En el movimiento nació la idea del maestros, de una comisión organicongreso, entendido como la partici- zadora (la COCU).
pación democrática de la comunidad
Las elecciones del tres de diuniversitaria en la discusión y solu- ciembre (1987) fueron ejempl~es.
ción de sus problemas. El congreso se T~os contentos, menos la organizaconvirtió en la demanda principal de ción estudiantil que nació para opaun movimiento creciente que se ma- nerse al CEU, porque no tuvo votanifestaba en mítines y marchas. No ción suficiente para estar representasólo rechazaba las reformas propues- da en la COCU. El CEU demostró en
tas que calificaba de ineficaces y eli- las ~, lo que antes había c»
tistas, sino que criticaba el método mostrado en mítines y manifestapriísta empleado en su adopción ciones: ser el representante indiscu(una votación apresurada en el Con- tible de la enorme mayoría de los estu-
diantes. El CAU obtuvo más votos de
los que esperaba. Las AAPAUNAM siguieron representando a la mayoría
de los maestros, aunque ahora ,era
una mayoría no tan cómoda. La
rectoría mostró una universidad capaz de regirse con' métodos democráticos. La UNAM daba un ejemplo de
madurez y civismo, precisamente
cuando el país iba a entrar en un a~:
tado periodo electoral.
Así nació la COCU. Empezó a trabajar. Llegaban ecos de discrepancias polares en su seno. A nadie le
extrañó. La COCU seguía llegando a
acuerdos, difíciles, pero oportunos.
y de pronto: según 25 delegados,
una gota derramó el vaso. Supuestamente se había roto toda posibilidad
de diálogo, según ellos dominaba un
clima de violencia. La gota del vaso
se le achacó a la intervención virulenta de un representante estudiantil. Nadie podía tomarse en serio que
la intervención de un rep~ntante
est.......til, por mM ofensiva qUII púdieta biaba" sido para la penoIIa del
ftdDr, eBtldMn de tajo l . po6i11dades de UD coepe80 que bab.... decidkJo mili de P) mJ1 t1DiwrsitariOl.
N-.... cnIJ&e,.teafa que -r . . p»- .
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douJoo la COCU ClOn deeiaraalo. .
~ 0. . . . . . muchas guas de DO
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...w.• Jo.. y . COIIIUIIfca.Io,..
..... 00Ilt. Et la decisI(m poIfttta de
DO hacer el ooagJ.a. Fue coMO UD
vidrio roto. Uu cubetac:t. de ....
frla.
Un rayo en cielo intranquilo
No fue precisamente un rayo en cielo
tranquilo. El cielo estaba cualquier
cosa menoS despejadQ. El país empezaba a viyir un cálido ambiente electoral: el neopanismo vociferante y la
dividida pero animada centro-izquierda, representaban una fuerte
oposición de amplitud nacional. La
inflación se hacía hiper. Los jefes del
control obrero no hallaban cómo
avalar el permanente congelamiento
salarial. Trascendían las dificultades
prUstaS por conservar la unidad y la
discíplina (recuérdese como título
para un capítulo posible: "La Quina
y sus desplantes". O también: "Del
Mazo tiene ganas de viajar a Europa".
O también: "Aguas con las alianZas,
dijo el candidato"). Los gremios universitarios estallaban huel&.as por
reivindicaciones salariales. El famoso Pacto de Solidaridad Económica
(El "pacto Donald" le llamó un ami;go) atraía más dudas que simpatías.
Todo eso sucedía en febrero..El cielo
estaba cualquier cosa menos tranquilo. Precisamente por eso sorprendía la actitud del rector. Era como
echar más leña al fuego.
El año pasado la política liberal de
Carpizo se abrió camino en medio de
una coyuntura caliente. El congreso
ponía a los universitarios a discutir
sus problemas académicos, y al mismo tiempo le bajáb, presión a la caldera nacional. Como la autonomía
en 1929, entonces los universitarios
ni siquiera la demandaban, pero les
llegó y fue bienvenida. Portes Gil,
político habilidoso y entonces presidente interino, dejaba contentos a
los estudiantes y de paso le quitaba
clientes ruidosos a Vasconcelos. (El
mismo José Vasconcelos, en plena
campaña política, tuvo que aplaudir
la decisión del gobierno). Esta vez
era el congreso, demanda exigida
con fuerza. La política de Carpizo
podía avanzar en esta coyuntura y
apoyarse en un movimiento de base
y alcanzar ventajas y beneficios para
la universidad. A cambio, el sistema
obtenía calma en ese sector (que a
veces es tan sensible), en un año que
se esperaba difícil, como está siendo
este 88.
Por eso sorprendía el rayo en cielo
intranquilo. ¿Qué buscaba la provocación <te los 25? Porque su resultado
inmediato fue arrojar a mUes de ma. nifestantes a las calles, demandando
congreso, pero también confluyendo
con manifestaciones contra el pacto,
por aumento salarial, y todo esto con
vínculos múltiples con los candidatos
de la oposición.'
Un lenguajé inesperado
El documento
La respuesta del rector fue agresiva.
Reeditaba un lenguaje que parecía
El documento del rector busca polaerradicado de la política universitarizar, irritar. Se apoya en un falso
ria. Satanizaba a tres organizaciones
antagonismo: lo académico contra lo
de la izquierda. Condenaba toda inpolítico. Recurre a la amenaza, no
tención política en supuesta contratan velada. No es el documento de
dicción con lo académico. Intenun rector liberal preocupado por el
cionadamente desataba una campanivel académico, sino el de un
ña de prensa apoyada en las conocipolítico que busca un efecto político:
das y gastadas imágenes que oponen
aislar al CEU y al CAU; atribuirles,
a los buenos estudiantes (que en estos
por adelantado, la culpa de abortar
casos resultan ser los porros a los que
el congreso. Dice en el punto 9: "Esde pronto les entran. muchas ganas
toy en contra de un congreso -politide estudiar, y están dispuestos a forco, un congreso que lesione la vida
mar asociaciones estudiantiles, por
académica de la Universidad, un
supuesto culturales, y hasta echar
congreso que haga caer a toda la
golpes para evitar paros y huelgas) y
Universidad al nivel académico que
los agitadores (que siempre son poya tienen algunas de nuestras faculcos, profesionales y oscuros). Televitades, un congreso que se vista de ropaje universitario pero sólo persiga
sa entra al juego y, con un guiño glala dogmatización de la casa de estumuroso y priísta, editorializa. Las
dios. En fin, un congreso que conestaciones de radio sacan a sus locuvierta a la Universidad en sucursal
tores de voz profunda a explicar lo
de grupOs o partidos políticos".
bueno y lo malo, los que estudian y
los que hacen política; los que
La ambigüedad es un recurso
quieren prepararse para ser gente de
impropio: ¿contra quiénes combete?
bien y los alborotadores de intenNadie acepta un congreso así. En el
ciones inconfesables. El conformispunto diez ataca: ··El CEU y el CAU
mo clasemediero como inspiración
están violentando la legislación unieterna de las opiniones sensatas. Javersitaria". Y otra vez en el 14 acusa
cobo Zabludovslcy, en el mismo nivel
al CAU de amenazar con paros en
que RaUl Velasco, aspira a expresar
caso de no ser atendidas sus demanla mediocridad prevista. La sociedad
das de retabulación. Pero que algupara Televisa es aquella que responnos miembros del CAU encabecen
de con aplatisos rítmicos a la solicitambién reivindicaciones económitud de las animadoras en el estudio, • cas de los maestros, puede tratarse
o la respuesta del otro lado de la pande una falta de tacto político, pero
talla al guiño anticeuísta, o las aflicnada más. Ni invalida su función cociones c1asemedieras más simplonas
roo delegados en la organización del .
congreso, ni nadie puede condenar
y hogareñas recogidas por Guillermo
(ni tampoco es ilegal) a los maestros
Ochoa. El rector hace una convocapor demandar mejoras salariales en
toria lamentable a la sociedad a ocueste momento de drástica reducción
parse de la universidad, y quienes
de los salarios reales.
responden son los medios. El rector
En otras partes, el documento hamerecería mejores aliados. El ala dece referencia a que líderes del CEU
recha de su administración parece
realizan actos fuera de la le2alidad
haber ganado la batalla de rectoría.
/
53
universitaria. Se r~fiere al movimiento que surgió en la Facultad de
Ciencias Políticas contra el nombramiento del nuevo director. El rector
acusa a un dirigente del CEU, que
también es delegado a la COCU, -de
dirigir ese movimiento; independientemente de que las acciones
pueden ser criticables, no son atribuibles a una persona, sino a un movimiento; y lo que ahí se está poniendo en evidencia es el mecanismo que
impuso a un director impopular.
Ello no 'tine'por'qué'ser un pretexto
para cancelar el congreso. Eñ todo
caso, subraya la necesidad del
congreso.
Escribe en el punto 18: "El Consejo Universitario orde~ó un Congreso
académico yel CEU está propiciando un foro político y el desquiciamiento y la ruptura del orden
jurídico universitario. Sería irresponsable dejar que la Universidad se
debata en el caos y la anarquía para
beneficio de específicos grupos
políticos". En el punto 21 menciona
por su nombre a los grupos políticos
que condena: "Congreso político no
y mil veces no. Lo he dicho y lo reitero: no entregaré por ningún motivo
la Universidad a los gru~ que Se la
sociedad? ¿A qué batalla convoca?
¿La sociedad entera debe ir al campus a evitar la anarquía? ¿Los padres
de familia reconvenir a sus revoltosos
hijos? ¿Los gobernantes estar preparados para enviar a las fuerzas del
orden? ¿Hacer una manifestación de
no universitarios y tomar rectoría?
Un punto como ese 27 del documento del rector, o contiene un mensaje
entre líneas que no logro descifrar, o
es una advertencia recordando los
límites de la autonomía, o es demagogia.
_---3 PREMIOS
INTERNACIONALES 3
Desde Argentina, Cuba y España se convoca a tres
premios internacionales de literatura.
Premios Crisis de Novela
El no a la huelga
La posición del rector era fuerte. La
respuesta del CEU fue la movilización y la convocatoria al paro. Las
asambleas en las escuelas se realizar~n en auditorios repletos. Un paro
de 24 horas resultó exitoso. Vna
marcha recorrió la avenida Insurgentes desde el Parque Hundido y
culminó 'con un mitin en la explanada de rectoría. Eran ,otra vez los contingeñtes duros, los cecehaches y las
enep, las frases corajudas, más allá
de l~ academia, más allá del congre-
Podrán participar los narradores que envíen una obra
inédita en español antes del 31 de marzp. Las obras deberán tener una extensión de entre 140 y 300 cuartillas. La novela ganadora será publicada por la editorial Crisis y su autor recibirá, por adelantado, los derechos correspondientes a la primera edición.
Los organizadores (Editorial Crisis) informan que el
jurado está integrado por reconocidos escritores, pero
se reserva el derecho de informar de quiénes se trata.
Los interesados deberán hacer llegar sus trabajos mecanografiados (un original y tres copias), firmados con
seudónimo y agregando los datos particulares en sobre
anexo a avenida Caseros 925 (1152), Buenos Aires, capital federal, subrayando Premio Crisis de Novela.
Tercer Premio José Martí
~
disputan como botín pblítico; ellos
son varios y de los más diversos matices pero señalaré tres de los principales y de cuya participación existen
pruebas: Partido Revolucionario de
los Trabajadores, Organización Revolucionaria Punto Crítico y Convergencia Comunista 7 de Enero".
En estos párrafos y a todo lo largo
del documento, se asocian, con una
notoria carga negativa, todo lo que
suene a intereses políticos con todo lo
que está fuera de la legislación universitaria, y a la hora de menCionar
los nombres de los grupos políticos,
advierte que hay más. Pero sólo
menciona a tres, los tres de izquierda. ¿Creerá sinceramente el rector
que el PRI no tiene intereses políticos
en la universidad? ¿Pretenderá que
le creamos?
El documento termina con un lamentable punto 27: "Defender la
Universidad en estos momentos es tarea no exclusiva de los universitarios,
es tarea de la soc:EJ'
edad entera: La
Universidad perten
México ya
todos nos corresponde d ~ batalla
para que salga adelante". Oñ'6- no
tiene más remedio que preguntarse SI
el llamado es en serio, porque entonces ¿qué espera el rector que haga la
51
I
so. El CEU y el CAU. demostraron
que seguían contando con apoyo
amplio, que no habían sido aislados.
La movilización se mantenía en el
campus mientras afuera los medios y
los políticos del sistema condenaban,
rechazaban, reconvenían,
Las posiciones más polarizadas
que nunca estaban a punto de rebasar un punto irreversible. ,Rectoría
condenaba, acusaba de ilegales a los
dirigentes estudiantiles. El movimiento se desbordaba y señalaba la
huelga como el punto de llegada. El
jueves 25 de febrero, las asambleas
decidirían si se estallaban o no las
huelgas. La decisión fue no, y el panorama cambió completamente. El
mismo día el rector hizo un llamado
a la conciliación. Se abría una puerta para la reinstalación de la COCU,
se eliminaban condiciones inaceptables. Carpizo volvía a ser el rector
liberal, el del diálogo público y la
conciliación. La decisión de no ir a
la huelga mostró a un movimiento
estudiantil maduro y político. El viraje del rector lo mostró, otra v.ez,
político y sensible. Y el Congreso
va.
(4 de marzo de 1988)
Se trata de un premio de periodismo. Convoca la agencia Prensa Latina con el fin de rendir homenaje a
"quien convirtió su pluma en un arma al servicio de la
independencia y la unidad de lo que é! llamó Nuestra
América". Pueden concursar todos los periodistas de
América Latina y el Caribe que hayan tratado en sus
trabajos la realidad social de la región, su crisis actual
y sus contradicciones. Cada concursante podrá enviar
un trabajo único, de cualquier género, o un conjunto
que integre una serie.
Se otorgarán tres premios de igual jerarquía a los
mejores trabajos periodísticos sin distinción de género.
Cada premio consistirá en 500 dólares y un viaje a Cuba por una semana con todos los gastos pagados. El jurado, además, concederá cuantas menciones de hOQor
estime necesarias. Podrán ser enviados a concurso los
reportajes, artículos, entrevistas y crónicas que hayan
sido publicadas entre el primero de enero y el 31 de diciembre de 1987. El plazo de admisión cerrará el 30 de
junio de 1988 yel fallo del jurado será dado a conocer
en septiembre. Las obras deben remitirse en original y
seis copias acompañadas de un currículum a las
corresponsalías de Prensa Latina o directamente a sus
oficinas centrales: calle 23 esquina N, Vedado, La Habana, Cuba. El jurado estará integrado por destacados
periodistas de América Latina y el Caribe.
Concurso Internacional de Relatos
Policiacos
Este concurso es convocado por el Ateneo Obrero y el
ayuntamiento de la ciudad de Gijón, España. Su
nombre es Gijón, Semana Negra. Podrán participar
relatos policiacos inéditos o de serie negra con una extensión máxima de diez cuartillas a doble espacio. Los
relatos finalistas serán publicados en el periódico de la
Semana Negra. El primer lugar se llevará 250 mil pesetas, y habrá seis segundos lugares que recibirán 20 mil
pesetas cada uno. Los relatos deberán ser enviados por
duplicado a la dirección del Ateneo Obrero de Gijón:
CI Covadonga No. 7, indicando el nombre completo
del autor (si quiere publicarlo bajo seudónimo, lo
puede hacer). La recepción de origina'l~ cerrará el 20
de mayo de 1988. El jurado estará integrado por personalidades relacionadas con el género y una representación del Ateneo Obrero.
~.
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