Mini Guía Marruecos

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Geografía
Marruecos
Marruecos, oficialmente el Reino de Marruecos, es un país africano del Magreb, bañado por el océano
Atlántico y por el mar Mediterráneo. Se encuentra separado de Europa por el estrecho de Gibraltar y linda por el
este con Argelia, por el sur con el Sahara Occidental (que ocupó en su mayor parte) y por el norte con España,
donde comparte tanto fronteras marítimas como terrestres con España (ciudades autónomas españolas de Ceuta y
Melilla).
Marrakech (nombre original en bereber tamurt n Akkuc, tierra de dios; en árabe, Marrākuš, pronunciado
coloquialmente Mrrākeš; en castellano antiguo: Marruecos) es una de las más importantes ciudades de Marruecos,
cuenta con 1.545.541 habitantes y está al sur del país, al pie del Atlas, a 466 m. de altura. Cuenta con
numerosos monumentos patrimonio de la Humanidad, lo que la convierten en el principal atractivo turístico del país.
Marrakech fue fundada en 1062 por Youssef Ibn Tachfin, un jefe de los Almorávides y se convirtió en una de las
ciudades más importantes del Islam medieval. Ha dado el nombre al país, Marruecos, que es una deformación del
nombre de la ciudad.
Datos Generales
Marruecos es una Monarquía constitucional, con un parlamento electo. El Rey de Marruecos, con vastos poderes
ejecutivos, con la posibilidad de disolver el gobierno y poner a disposición las fuerzas militares, además de otros
poderes. Partidos políticos de oposición están permitidos y varios se han presentado en los últimos años.
Sus países vecinos son Sahara Occidental al sur y Argelia al este (la frontera con Argelia se encuentra cerrada).
Existen también cuatro enclaves españoles en la costa del Mediterráneo.
Su capital es Rabat. Su mayor ciudad es Casablanca.
Marruecos cuenta con cuatro cordilleras: el Rif, el Atlas Medio, el Gran Atlas y el Antiatlas. La montaña más alta es
el Tubkal, que supera los 4.000 metros de altitud. Entre el Rif y el Atlas Medio está el valle del Sebou. Desde
Larache hasta Agadir está la llanura atlántica y entre la anterior y el Atlas Medio hay una meseta situada por encima
de los 500 metros de altitud. Al sur del Antiatlas ya comienza el desierto del Sahara.
El clima es mediterráneo, con una distribución claramente invernal de las precipitaciones (que oscilan entre 300 y
800 mm) y unas temperaturas de enero que rondan los 12 - 13ºC en la costa y los 10ºC en Fez, Meknes, Ujda y
Marrakech. Las temperaturas de julio rondan los 25ºC en la costa y lugares del interior. En las montañas las
precipitaciones son más abundantes y las temperaturas más bajas. en el Sahara el clima ya es desértico.
Los ríos principales son Sebou, Moulouya, Rbia y Draa.
En Marruecos conviven varias etnias entre la que predomina es la Árabe que cuenta con el 70% de la pblación
seguida de la Bereber con el 29,8 %, la Sefardí con el 1% y el 0,2% restante pertenece a otras.
La gran mayoría de la población es islámica (98,3%, fundamentalmente sunníes; el Islam llegó al territorio del
actual marruecos en 682). Hay minorías cristiana (0,6%, no relacionada con el cristianismo que se implantó en el
territorio en tiempos romanos), judía (1%; los judíos están presentes en el territorio del actual Marruecos desde los
tiempos romanos) y de otros cultos (1,8%).
El rey es la máxima autoridad religiosa islámica, como Comendador de todos los Creyentes.
El idioma oficial de Marruecos es el árabe clásico; es el idioma de la legislación aunque las leyes también se
traducen al francés y a veces al español. La lengua mayoritaria hablada por la población es el árabe marroquí, poco
a poco influido por la llamada lengua culta. De facto existe una diglosia e incluso una triglosia. El rey de Marruecos
cuando quiere que un discurso llegue a todo el mundo se ve obligado a utilizar el árabe dialectal. La lengua francesa
es la lengua del comercio; hasta hace unos años la enseñanza superior se impartía en francés. Existen grupos de
hispanohablantes en ciudades como Rabat, Agadir, Kenitra, Casablanca, Taza, Fez, Marrakech, Mequínez y Oujda.
La población hispanoparlante en Marruecos asciende a unos 360.000 personas
La moneda ofical es el Dirham, sus principales recursos económicos son la agricultura, manufacturas,
pesca y turismo y sus principales socios comerciales son la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Arabia
Saudí y Brasil.
La hora local es GMT, la electricidad utilizada es de 220 Voltios a 50 Hz (110 Voltios en algunas zonas antiguas)
y para los pesos y medidas se utiliza el sistema métrico.
De Compras
En Marruecos se encuentran productos de todo tipo, color y aroma a precios asequibles, en lugares tan curiosos
como zocos y medinas.
Artículos en cuero virgen, fantasticas joyas en oro y plata, originales instrumentos musicales como el qarqab
(catañuelas de hierro) o los bordados marroquíes.
Los comercios están abiertos, generalmente de 09:30 a 13:00 y de 15:00 a 19:30.
Para Visitar
Marrakech. El primer nombre de la ciudad fue Marroukech ("vete deprisa")... aunque hoy en día muchos visitantes
se quedarían para siempre aquí, entre sus zocos y sombreadas callejuelas bebiendo té con hierbabuena,
escuchando a sus músicos, aguadores, escritores, encantadores de serpientes, echadores de la buenaventura,
vendedores de bebidas o saltimbanquis en la famosa, exótica y frenética Plaza Jemaa el Fna.
Casablanca. Es la mayor urbe de Marruecos y su centro industrial; una enorme e impetuosa metrópoli donde las
burnouses (prenda tradicional) marroquíes parecen fuera de lugar ante la masiva presencia de los elegantes trajes
propios de Occidente y las gafas de sol de marca. La medina o barrio antiguo de Casablanca merece una visita, y la
mezquita de Hassan II es una de las más grandes del mundo. En la plaza Mohammed V se encuentran los
ejemplos más impresionantes de arquitectura morisca.
Formalidades
El pasaporte es obligatorio para todos los visitantes. No necesitan visado los ciudadanos del Reino Unido, Unión
Europea, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. En la mayoría de las grandes ciudades, tanto en su oficina de
Inmigración como en el Bureau des Étrangers, se puede obtener la prolongación del visado de turista de tres meses.
Restauración y Diversión
La comida marroquí es buena y consistente; el plato nacional es el cuscús, sémola fina que suele acompañar el
estofado de cordero con verduras. La bebida es el té con menta, pero ello no significa que sean abstemios: no hay
ninguna ley que prohíba el alcohol.
En Marruecos hay infinidad de posibilidades para practicar el trekking, siendo una de las rutas más populares la
ascensión de dos días al Yébel Toubkal, en las montañas del Alto Atlas. Las rutas de mayor duración en este
enclave incluyen la bella excursión entre Tacheddirt e Imlil, hasta superar la zona nevada. Una vez allí puede
buscarse un lugar apto para el esquí. Ukaimeden, a unos 70 km de Marrakech, es una de las estaciones de esquí
preferidas por los deportistas. Otras actividades al aire libre que pueden practicarse a menos altura incluyen el
rafting, alrededor del Alto Atlas y la pesca en el sur. El viento costero que sopla en Essaouira es idóneo para
disfrutar del surf, y fantástico para el windsurf. De hecho, este punto es a menudo señalado como el lugar para
practicar este último deporte.
Excursiones
Rabat. La capital, cuarta ciudad imperial, es una curiosa mezcla de la tradición histórica consolidada en un largo
pasado y la modernidad establecida en el presente. Abd al-Mumin la fundó en el siglo XII, y utilizó la kasbah
("fortaleza") como base para luchar contra los españoles. Durante este período se construyeron sus edificios más
famosos, como la torre Hassan y la Kasbah des Oudaias. Bastión para los musulmanes expulsados de España a
principios del siglo XVII y capital del país sólo a partir de la ocupación francesa, en 1912, la atmósfera de Rabat
recibe influencias del Islam y de Europa en casi idéntica medida. Pocos habitantes de Rabat están involucrados en el
negocio turístico, lo que significa pasear por los mercados sin tener que protegerse contra la excesiva presión de los
vendedores.
Uno de los monumentos más famosos es la torre Hassan, el alminar inacabado de la gran mezquita, iniciado por
Yacub al-Mansur. A su lado se alza el mausoleo de Mohammed V, abuelo del actual rey. La Kasbah des
Oudaias, construida en el risco que se levanta sobre el Atlántico, alberga un antiguo palacio convertido en museo
de arte tradicional. Más allá de las murallas se encuentran los restos de la antigua ciudad de Salé, cuyo Museo
Arqueológico es uno de los más interesantes de Marruecos.
Entre el histórico parque central (los Jardins Triangle de Vue ) y la principal estación de tren están localizados la
mayoría de hoteles y restaurantes de Rabat. Los abundantes bares y cafeterías de esta zona disponen de toda la
cerveza, kebabs, pizza, aceitunas y helados que uno pueda desear.
Marrakech. Catalogada como uno de los centros culturales más importantes de Marruecos, Marrakech es una
activa ciudad famosa por sus mercados y festivales. En su trepidante núcleo urbano se encuentra la plaza Djemaa
el Fna. Declarado patrimonio oral de la humanidad por la Unesco en mayo de 2001, este inmenso espacio abierto
en el barrio antiguo acoge a malabaristas, narradores de cuentos, encantadores de serpientes, magos, acróbatas y
toda una gama de lunáticos inofensivos. Sus zocos se caracterizan por estar entre los mejores del país. Marrakech
cuenta con una amplia oferta de hoteles asequibles que facilitan la exploración de la parte antigua de la ciudad.
Entre los muchos atractivos del barrio antiguo destaca el anexo de la mezquita Koubba Ba'adiyn, de un peculiar
estilo almorávide, la magnífica mezquita Koutoubia y el palacio Dar Si Said (donde se encuentra el Museo de las
Artes Marroquíes). Los servicios de trenes y autobuses ofrecen trayectos regulares que comunican esta urbe del
interior con Casablanca y Rabat.
Fez. La más inmemorial de las ciudades imperiales, Fez, es quizá uno de los símbolos de Marruecos. Sus
laberínticas calles y su apagado esplendor potencian su aire misterioso y arrogante. La Medina de Fez el-Bali
(antiguo Fez) es uno de los mayores emplazamientos medievales que existen en el mundo, y las puertas y murallas
que le rodean potencian su magnificencia. A diferencia de muchas poblaciones fortificadas de su época, Fez no ha
modificado sus límites originarios. Sus habitantes se han expandido hacia el suroeste y las laderas, formando un
arco que se dibuja de norte a sur de la zona nueva.
En la parte antigua, compuesta por 9.400 calles y callejuelas, se alza la Medersa Bou Inania, una escuela
teológica construida en 1350. No lejos de este lugar se encuentra el Henna Souq, mercado especializado en tintes
para el cabello y para tatuar las extremidades de las mujeres. Junto a la vieja urbe amurallada aparece Fez elJdid, sede de la comunidad judía, formada por edificios espectaculares. Entre las dos está emplazado Dar Batha,
denominado en la actualidad Museo de Batha. La mejor manera de llegar a Fez es en ferrocarril desde Rabat,
Marrakech o Tánger.
Tánger es un emplazamiento irresistible y un popular puerto de entrada de turistas, además de haberse convertido
en el lugar de residencia de algunos de los mayores delincuentes internacionales. Ubicada en el extremo norte de
Marruecos, conserva un carácter cosmopolita y una fundada reputación de inspirar turbios negocios y extraños
desajustes.
El céntrico zoco chico es su principal atracción. Cuando Tánger era territorio internacional, entre 1923-1943 y
1945-1956, además de haberse convertido en el punto de encuentro de intelectuales y artistas de todo el mundo,
esta zona servía de escenario a sórdidas formas de vida; en la actualidad todavía mantiene esta característica. La
Kasbah es uno de los monumentos más atrayentes; en su interior alberga el antiguo palacio del sultán, Dar elMakhzen, del siglo XVII, convertido en un interesante museo. Tánger dista cinco horas en tren de Rabat y desde
España se arriba fácilmente en transbordador; también desde Gibraltar.
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