procesos constitucionales

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AÑO DE LA PROMOCIÓN DE LA INDUSTRIA RESPONSABLE Y DEL COMPROMISO CLIMÁTICO
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
Año X / Nº 1888
49991
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 01949-2013-PA/TC
JUNÍN
JOSE LUIS VILCAHUAMÁN DELGADO
Y OTROS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los días 16 del mes de abril de 2014 del
Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Urviola Hani, Mesía Ramírez y Calle Hayen, pronuncia la
siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por los
señores José Luis Vilcahuamán Delgado, Ángel Páucar
Páucar y Juan Jesús Chamorro Balvin, contra la sentencia
expedida por la Primera Sala Mixta de Huancayo de la
Corte Superior de Justicia de Junín, de fojas 343, su fecha
15 de marzo de 2013, que declaró infundada la demanda
de amparo de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 10 de enero de 2011, los recurrentes
interponen demanda de amparo contra la Municipalidad
Distrital de Chilca solicitando que se les reincorpore
como obreros de limpieza pública, por haberse vulnerado
sus derechos constitucionales al trabajo y al debido
procedimiento, y los principios de primacía de la realidad
y de irrenunciabilidad de derechos adquiridos. Manifiestan
que ingresaron a trabajar el 2 de enero de 2007 en
diversas modalidades contractuales como obreros de
limpieza pública, cargos que desempeñaron hasta el 3 de
enero de 2011, fecha en que fueron despedidos. Sostienen
que inicialmente fueron contratados en el régimen laboral
del Decreto Legislativo Nº 728, pero que a partir del mes
de julio de 2007 se le obligó a suscribir contratos por
prestación de servicios no personales y luego contratos
administrativo de servicios, a pesar de que sus cargos eran
de naturaleza permanente.
El procurador público de la emplazada deduce la
excepción de incompetencia por razón de la materia y
contesta la demanda sosteniendo que es cierto que en un
inicio los demandantes suscribieron contratos de trabajo
sujetos a modalidad, pero que por motivos presupuestarios
se optó por contratarlos mediante contratos de locación
de servicios. Indica que, posteriormente, los recurrentes
se sometieron voluntariamente al régimen del contrato
administrativo de servicios, en el cual eran conscientes que
su culminación era automática el 31 de diciembre de 2010.
El Tercer Juzgado Especializado en lo Civil de
Huancayo, con fecha 19 de julio de 2011 declaró fundada
la excepción de incompetencia por razón de la materia. La
Sala revisora con fecha 13 de marzo de 2012, revocó la
apelada y declaró infundada la excepción, ordenando la
continuación del proceso.
El Tercer Juzgado Especializado en lo Civil de Huancayo,
con fecha 26 de junio de 2012, declaró infundada le
demanda, por considerar que los recurrentes suscribieron
contratos administrativo de servicios y que se ha cumplido
con sus plazos de duración, por lo que se extinguieron en
forma automática.
La Sala revisora confirmó la apelada por similares
argumentos.
FUNDAMENTOS
Delimitación del petitorio y procedencia de la
demanda
1. La presente demanda tiene por objeto que se
ordene la reincorporación de los demandantes en el cargo
que venían desempeñando, porque habrían sido objeto
de un despido arbitrario. Los demandantes alegan que si
bien suscribieron contratos administrativos de servicios, en
los hechos prestaron servicios bajo una relación laboral a
plazo indeterminado.
2. En atención a los criterios de procedibilidad de las
demandas de amparo relativas a materia laboral individual
privada, establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la
STCNº 00206-2005-PA/TC, que constituyen precedente
vinculante, en el presente caso corresponde evaluar si los
demandantes han sido objeto de un despido arbitrario.
Análisis del caso concreto
3. Para resolver la controversia planteada, conviene
recordar que en las SSTC Nº 00002-2010-PI/TC y 038182009-PA/TC, así como en la RTC Nº 00002-2010-PI/TC, este
Tribunal ha establecido que el régimen de protección sustantivoreparador contra el despido arbitrario, previsto en el régimen
laboral especial del contrato administrativo de servicios, guarda
conformidad con el artículo 27º de la Constitución.
4. Consecuentemente, en el proceso de amparo no
corresponde analizar si con anterioridad a la suscripción
del contrato administrativo de servicios, los contratos de
trabajo modales o civiles que suscribieron los demandantes
fueron desnaturalizados, pues en el caso de que ello
hubiese ocurrido, dicha situación de fraude constituiría un
período independiente del inicio del contrato administrativo
de servicios, lo que es constitucional.
A. Respecto de los demandantes Ángel Páucar
Páucar y Juan Jesús Chamorro Balvin
5. Hecha la precisión que antecede, en relación a los
demandantes Ángel Páucar Páucar y Juan Jesús Chamorro
Balvin, cabe señalar que con los contratos administrativos
de servicios de fojas 129 y 152, y sus adendas de fojas
108 a 128 y de 131 a 151, respectivamente, se desprende
que los actores mantuvieron una relación laboral a plazo
determinado, que culminó al vencer el plazo contenido en
la última adenda suscrita por las partes de fojas 108 y 131;
esto es, el 31 de diciembre de 2010.
6. Por lo tanto, habiéndose cumplido el plazo de
duración del referido contrato, la extinción de la relación
laboral de los demandantes se produjo en forma automática,
conforme lo señala el artículo 13.1, inciso h, del Decreto
Supremo Nº 075-2008-PCM.
PROCESOS CONSTITUCIONALES
49992
B. Respecto del demandante José Luis Vilcahuamán
Delgado
7. En relación al demandante José Luis Vilcahuamán
Delgado, debe indicarse que con los contratos
administrativos de servicios y sus prórrogas, obrantes de
fojas 87 a 107, queda demostrado que el recurrente ha
mantenido una relación laboral a plazo determinado, que
debió culminar al vencer el plazo consignado en la última
prórroga de fojas 87, esto es, el 30 de setiembre de 2010.
8. Sin embargo, se advierte que ello no habría sucedido
por cuanto, conforme al certificado de trabajo de fojas 5 y a
la propia declaración de la emplazada de fojas 190 en su
escrito de contestación, el demandante continuó laborando
para la emplazada sin suscribir contrato escrito.
9. Al respecto, cabe reconocer que las consecuencias
de este hecho (trabajar después de la fecha de vencimiento
del plazo del contrato administrativo de servicios) no se
encuentran previstas en el Decreto Legislativo Nº 1057 ni
en el Decreto Supremo Nº 075-2008-PCM, es decir, que se
estaba ante una laguna normativa; sin embargo, a la fecha
de emisión del presente pronunciamiento, dicho supuesto
se encuentra regulado en el artículo 5.2 del Decreto
Supremo Nº 075-2008-PCM, que fue incorporado por el
Decreto Supremo Nº 065-2011-PCM.
10. Destacado lo anterior, este Tribunal considera que
el contrato administrativo de servicios se prorroga de forma
automática si el trabajador continúa laborando después de la
fecha de vencimiento del plazo estipulado en su último contrato
administrativo de servicios. Este hecho no genera que el
contrato administrativo de servicio se convierta en un contrato
de duración indeterminada, debido a que el artículo 5º del
Decreto Supremo Nº 075-2008-PCM, prescribe que la “duración
del contrato no puede ser mayor al período que corresponde al
año fiscal respectivo dentro del cual se efectúa la contratación”.
En la actualidad, este parecer se encuentra reconocido en el
artículo 5.2º del Decreto Supremo Nº 075-2008-PCM, que fue
incorporado por el Decreto Supremo Nº 065-2011-PCM.
11. Por lo tanto, cuando se termina la relación laboral
sin que se presente alguna de las causas de extinción del
contrato administrativo de servicios, se genera el derecho
a percibir la indemnización prevista en el numeral 13.3º del
Decreto Supremo Nº 075-2008-PCM.
12.Finalmente, este Tribunal considera pertinente
destacar que el hecho de que un trabajador continúe
laborando después de la fecha de vencimiento del plazo
estipulado en su último contrato administrativo de servicios
constituye una falta administrativa que debe ser objeto de
un procedimiento disciplinario, a fin de que se determine
las responsabilidades previstas en el artículo 7º del Decreto
Legislativo Nº 1057, pues dicho hecho contraviene el
procedimiento de contratación previsto en el artículo 3º del
Decreto Supremo Nº 075-2008-PCM.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con
la autoridad que le confiere la Constitución Política del
Perú
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda de amparo al no
haberse acreditado la vulneración de los derechos invocados.
Publíquese y notifíquese.
SS.
URVIOLA HANI
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
W-1133424-10
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 02038-2012-PA/TC
ICA
EMILDA NATIVIDAD CANTORAL RAMOS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 25 días del mes de noviembre de 2013, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, inicialmente integrada por
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
los magistrados Beaumont Callirgos, Mesía Ramírez y Eto Cruz,
pronuncia la siguiente sentencia, con el voto en mayoría de los
magistrados Beaumont Callirgos y Eto Cruz, que devino la posición
minoritaria, el voto en discordia del magistrado Mesía Ramírez,
posición con la que concurre el voto del magistrado Calle Hayen,
llamado a dirimir; y el voto finalmente dirimente del magistrado
Álvarez Miranda, que adhiere a la posición del magistrado Mesía
Ramírez; votos, todos, que se agregan a los autos
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Emilda
Natividad Cantoral Ramos contra la resolución expedida por
la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Ica, de
fojas 75, su fecha 6 de marzo de 2012, que declaró infundada la
demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 6 de julio del 2011 y escrito de subsanación del
15 de julio del 2011, la recurrente interpone demanda de amparo
contra el Gobierno Regional de Ica solicitando su inmediata
reposición en el cargo que venía desempeñando, más el pago
de los costos del proceso. Refiere que prestó servicios mediante
contratos de locación de servicios y contratos administrativos de
servicios, desde el 2 de enero de 2007 hasta el 30 abril del 2011,
fecha en que, aduciendo el vencimiento de su contrato, se da por
concluido el vínculo laboral.
El Procurador a cargo de los asuntos judiciales del Gobierno
Regional de Ica contesta la demanda expresando que en el
presente caso se trata de un cese bajo el régimen de contrato
administrativo de servicios, por lo que es irrelevante o improcedente
que se pretenda dilucidar si con anterioridad a la suscripción de
dicho contrato la demandante prestó servicios bajo subordinación,
encubiertos en contratos civiles. Asimismo, refiere que el cese se
produjo por el vencimiento del contrato administrativo de servicio
suscrito por las partes.
El Segundo Juzgado Especializado en lo Civil de la Corte
Superior de Justicia de Ica, con fecha 26 de agosto de 2011, declara
infundada la demanda, por considerar que el cese de la actora
se produjo al vencimiento del contrato administrativo de servicio
suscrito entre las partes, lo que, como ya tiene establecido el
Tribunal Constitucional, no vulnera derecho constitucional alguno.
La Sala competente, por similares fundamentos que la apelada,
declara infundada la demanda.
Por los fundamentos, que a continuación se exponen en
los votos que se acompañan, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
ÁLVAREZ MIRANDA
VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO MESÍA RAMÍREZ
Visto el recurso de agravio constitucional interpuesto por doña
Emilda Natividad Cantoral Ramos contra la resolución expedida
por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Ica, de
fojas 75, su fecha 6 de marzo de 2012, que declaró infundada la
demanda de autos, el magistrado firmante emite el siguiente voto:
ANTECEDENTES
Con fecha 6 de julio del 2011 y escrito de subsanación del 15 de
julio del 2011, la recurrente interpone demanda de amparo contra
el Gobierno Regional de Ica solicitando su inmediata reposición
en el cargo que venía desempeñando, más el pago de los costos
del proceso. Refiere que prestó servicios mediante contratos de
locación de servicios y contratos administrativos de servicios,
desde el 2 de enero de 2007 hasta el 30 abril del 2011, fecha en
que, aduciendo el vencimiento de su contrato, se da por concluido
el vínculo laboral.
El Procurador a cargo de los asuntos judiciales del Gobierno
Regional de Ica contesta la demanda expresando que en el
presente caso se trata de un cese bajo el régimen de contrato
administrativo de servicios, por lo que es irrelevante o improcedente
que se pretenda dilucidar si con anterioridad a la suscripción de
dicho contrato la demandante prestó servicios bajo subordinación,
encubiertos en contratos civiles. Asimismo, refiere que el cese se
produjo por el vencimiento del contrato administrativo de servicio
suscrito por las partes.
El Segundo Juzgado Especializado en lo Civil de la Corte
Superior de Justicia de Ica, con fecha 26 de agosto de 2011, declara
infundada la demanda, por considerar que el cese de la actora
se produjo al vencimiento del contrato administrativo de servicio
suscrito entre las partes, lo que, como ya tiene establecido el
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
Tribunal Constitucional, no vulnera derecho constitucional alguno.
La Sala competente, por similares fundamentos que la apelada,
declara infundada la demanda.
FUNDAMENTOS
Procedencia de la demanda
1. La presente demanda tiene por objeto que se ordene la
reposición de la demandante en el cargo que venía desempeñando,
porque habría sido objeto de despido arbitrario. Se alega que la
demandante, a pesar de haber suscrito contratos civiles, en los
hechos prestó servicios bajo una relación laboral.
2. Por su parte, la emplazada manifiesta que la demandante
no fue despedida arbitrariamente, sino que al vencimiento del plazo
de su último contrato administrativo de servicios se extinguió la
relación contractual.
3. Considerando los argumentos expuestos por las partes y los
criterios de procedencia establecidos en el precedente vinculante
de la STC Nº 00206-2005-PA/TC, estimo que en el presente caso
corresponde evaluar si la demandante ha sido objeto de un despido
arbitrario.
Análisis del caso concreto
4. Para resolver la controversia planteada, conviene recordar
que en las SSTC 00002-2010-PI/TC y 03818-2009-PA/TC, así
como en la RTC Nº 00002-2010-PI/TC, el Tribunal Constitucional
ha establecido que el régimen de protección sustantivo – reparador
contra el despido arbitrario, previsto en el régimen laboral especial
del contrato administrativo de servicios, guarda conformidad con el
artículo 27º de la Constitución.
Consecuentemente, en el proceso de amparo no corresponde
analizar si con anterioridad a la suscripción del contrato
administrativo de servicios (CAS), los contratos civiles que suscribió
la demandante fueron desnaturalizados, pues en el caso que ello
hubiese ocurrido, dicha situación de fraude constituiría un periodo
independiente del inicio del contrato administrativo de servicios, lo
que es constitucional.
5. Hecha la precisión que antecede, cabe señalar que con los
contratos administrativos de servicios, obrantes de fojas 13 a 32
de autos, queda demostrado que la demandante ha mantenido
una relación laboral a plazo determinado, que debió culminar al
vencerse el plazo contenido en el último contrato administrativo de
servicios suscrito por las partes, esto es, el 31 de enero de 2011.
Sin embargo, en la demanda se alega que ello no habría
sucedido, por cuanto la demandante ha venido laborando después
de la fecha de vencimiento del plazo de su último contrato
administrativo de servicios, conforme se aprecia de la carta remitida
por la emplazada, en la que se le informa que se da por concluido
el contrato administrativo de servicios con fecha 29 de abril de
2011. Al respecto, cabe reconocer que las consecuencias de este
hecho no se encontraban previstas en el Decreto Legislativo Nº
1057 ni en el Decreto Supremo Nº 075-2008-PCM, es decir, que se
estaba ante una laguna normativa. Pero, a la fecha de emisión de
la presente sentencia, dicho supuesto se encuentra regulado por
el art. 5.2 del D.S. 075-2008-PCM, incorporado por el D.S. 0652011-PCM.
6. Destacada la precisión que antecede, considero que el
CAS se prorroga en forma automática si el trabajador continúa
laborando después de la fecha de vencimiento del plazo estipulado
en su último contrato administrativo de servicios. Este hecho no
genera que el contrato administrativo de servicios se convierta en
un contrato de duración indeterminada, debido a que el artículo 5º
del Decreto Supremo Nº 075-2008-PCM prescribe que la “duración
del contrato no puede ser mayor al período que corresponde al año
fiscal respectivo dentro del cual se efectúa la contratación”. En la
actualidad, este parecer se encuentra reconocido en el art. 5.2 del
D.S. 075-2008-PCM, incorporado por el D.S. 065-2011-PCM.
Por lo tanto, cuando se termina la relación laboral sin que
se presente alguna de las causas de extinción del contrato
administrativo de servicios, se genera el derecho a percibir la
indemnización prevista en el numeral 13.3 del Decreto Supremo
Nº 075-2008-PCM.
7. Finalmente, estimo pertinente destacar que el hecho de
que un trabajador continúe laborando después de la fecha de
vencimiento del plazo estipulado en su último contrato administrativo
de servicios constituye una falta administrativa que debe ser objeto
de un procedimiento disciplinario, a fin de que se determine las
responsabilidades previstas en el artículo 7º del Decreto Legislativo Nº
1057, pues dicho hecho contraviene el procedimiento de contratación
previsto en el artículo 3º del Decreto Supremo Nº 075-2008-PCM.
Por estos fundamentos, mi voto es por declarar INFUNDADA
la demanda, porque no se ha acreditado la vulneración del derecho
alegado.
Sr.
MESÍA RAMÍREZ
VOTO DIRIMENTE DEL MAGISTRADO CALLE HAYEN
Puestos los autos a despacho para dirimir la discordia surgida,
y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 5º, parágrafo
49993
quinto, de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, así como en
los artículos 11º y 11º-A de su Reglamento Normativo, procedo a
emitir siguiente voto:
1.- Es de verse de la demanda que corre de fojas 6 a 8, que
la pretensión de la accionante está dirigida a que se deje sin
efecto el despido incausado del cual habría sido objeto, y que se
le restituya en su puesto de trabajo. Refiere que prestó servicios
para la demandada en el cargo de Secretaria en la Unidad de
Imagen Institucional a partir del 2 de enero 2007, suscribiendo
inicialmente contrato de locación de servicios no personales, el
que fue renovado de manera sucesiva y que a partir del mes de
abril de 2008 ha venido suscribiendo contrato administrativo de
servicios (CAS) hasta el 30 de abril de 2011, fecha en la que se da
por concluido el CAS mediante comunicación de fecha 29 de abril
de 2011.
2. Conforme es de verse de los contratos que corren en autos
de fojas 3 al 12, aparece que la actora con fecha 7 de abril de 2007
suscribió con la demandada de manera interrumpida contratos de
servicios no personales hasta el 29 de febrero de 2008, habiendo
prestando servicios en esta misma condición hasta el 31 de marzo
de 2008.
3. De fojas 13 al 32, corren los contratos administrativos de
servicios suscritos por ambas partes, de donde aprecia que la
actora laboró bajo esta condición a partir del 1 de julio de 2008
hasta el 31 de enero de 2011; sin embargo, ha prestado servicios
hasta el 30 de abril de 2011 sin suscribir contrato alguno.
4. El artículo 5.2 del Decreto Supremo 075-2008 establece que
“ En caso el trabajador continúe laborando después de vencimiento
del contrato sin que previamente se haya formalizado su prórroga o
renovación, el plazo de dicho contrato se entiende automáticamente
ampliado por el mismo plazo del contrato o prórroga que esté por
vencer, sin perjuicio de la responsabilidad que corresponda a los
funcionarios o servidores que generaron tal ampliación automática.
Para tal efecto, la entidad contratante informa al trabajador sobre la
no prórroga o la no renovación con una anticipación no menor de
cinco días hábiles previos al vencimiento de contrato.”
En el caso de autos, si bien al término del CAS la actora
continuó prestando servicios sin suscribir contrato alguno, nos
encontramos frente a un supuesto de renovación automática
contemplado en el artículo en referencia supra, situación que no
determina la desnaturalización del CAS, por cuando esta situación
ha sido prevista en la norma sustantiva.
Por las consideraciones expuestas, mi voto es porque se
declare INFUNDADA la demanda.
Sr.
CALLE HAYEN
VOTO DIRIMENTE DEL MAGISTRADO ÁLVAREZ MIRANDA
Llamado por ley a dirimir la discordia surgida en autos, me
adhiero al voto de los magistrados Mesía Ramírez, pues, conforme
lo justifica, también considero que la demanda debe ser declarada
INFUNDADA.
Sr.
ÁLVAREZ MIRANDA
VOTO DE LOS MAGISTRADOS BEAUMONT CALLIRGOS Y
ETO CRUZ
Con el debido respeto por la opinión expresada por nuestro
colega, no concordamos con ella, pues consideramos que la
demanda de autos debe ser declarada FUNDADA. Los argumentos
que respaldan nuestra posición son los siguientes:
1. Es importante destacar que lo expresado en el presente
voto se circunscribe a la denominada “regla jurisprudencial” de
presunción de prórroga automática del contrato administrativo
de servicios (CAS) vencido aplicado a los casos de trabajadores
que continúen laborando en la respectiva institución. Dicha regla,
cabe precisar, no se encuentra normada en el Decreto Legislativo
1057 (que regula el régimen especial del CAS) y tampoco ha sido
abordada por el Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en
el Expediente 00002-2010-PI/TC (publicada el 15 de noviembre de
2010) que confirmó la constitucionalidad del referido decreto.
2. La posición que aquí expresamos no se ve alterada por la
reciente expedición de la norma reglamentaria, Decreto Supremo
065-2011-PCM, publicado el 27 de julio del 2011 en el diario oficial
El Peruano, que modifica el Reglamento del Decreto Legislativo
1057 y que introduce en su artículo 5 la presunción de la prórroga
automática del CAS vencido.
Estimamos que la citada modificatoria es inválida. Primero,
porque, conforme lo exigen los parágrafos a) y b) del inciso 24 del
artículo 2 de la Norma Fundamental y la reiterada jurisprudencia
del Tribunal Constitucional, los derechos fundamentales sólo
pueden limitarse, restringirse o intervenirse por ley (Cfr. STC
02235-2004-AA/TC, Fundamentos Jurídicos 3, 4 y 6) y no por
normas reglamentarias; y, más aun, dicha ley debe superar
exigencias de proporcionalidad y razonabilidad. Y segundo, porque
49994
PROCESOS CONSTITUCIONALES
la modificatoria reglamentaria en mención no desarrolla ningún
extremo del Decreto Legislativo 1057, sino que, por el contrario,
excede sus alcances al establecer consecuencias jurídicas
respecto de un estado de cosas (trabajadores con CAS vencidos)
no regulado en dicho decreto. Es consabido que las normas
reglamentarias tienen un alcance limitado por la ley, pues es ésta
la que establece y orienta su marco de actuación. Un reglamento
no puede reemplazar la voluntad de la ley. Si el órgano que ha
legislado el CAS no ha evidenciado expresamente los supuestos
de presunción de su prórroga automática en caso de vencimiento,
entonces, el órgano reglamentario se encuentra impedido de
expedir normas que establezcan tal presunción jurídica.
3. Aclarado lo anterior, sobre la cuestión de fondo, tenemos
que en el presente caso, la resolución de minoría declara infundada
la demanda por considerar que, si bien en el periodo posterior al 31
de enero de 2011 el demandante laboró sin suscribir contrato, ello
no implica que la relación encubierta se encuentre regulada por el
régimen laboral de la actividad privada del Decreto Supremo 00397-TR, porque antes de tal periodo la demandante había suscrito
precisamente un CAS; por lo que, agregan, debe sobrentenderse
que en la práctica éste se “prorrogó automáticamente”. Y siendo
que el CAS se prorrogó automáticamente y que se extinguió sin una
causa de extinción legal, correspondería percibir la indemnización
prevista en el régimen laboral especial del Decreto Legislativo
1057.
4. Al respecto, consideramos que a efectos de dar respuesta
a la pretensión planteada, deben examinarse dos puntos
controvertidos. En primer lugar, si es constitucionalmente
válida la regla jurisprudencial planteada sobre la presunción de
“prórroga automática” de los CAS vencidos, en la hipótesis que
los trabajadores continúen laborando y, con ello, la pertenencia al
Decreto Legislativo 1057 (con todas sus limitaciones laborales); y
en segundo lugar, de ser inaplicable la citada regla, cuál sería la
protección al trabajador en el caso concreto y si corresponde o no
la reposición por vulneración del derecho fundamental al trabajo.
1) Respecto de la regla jurisprudencial que establece la
“presunción de prórroga automática”
5. Respecto a esta primera cuestión, consideramos que no
existen razones que justifiquen el establecimiento y aplicación
al presente caso de la denominada presunción de “prórroga
automática” como medio de solución. En nuestra opinión, tal falta
de justificación se fundamenta básicamente en tres argumentos: 1)
por la ausencia de regulación en el Decreto Legislativo 1057; 2) por
la interpretación extensiva de las limitaciones de derechos que ya
contiene el Decreto Legislativo 1057; y 3) por la incompatibilidad de
la “prórroga automática” con el régimen constitucional del trabajo.
1.1. Ausencia de regulación en el Decreto Legislativo 1057,
CAS
6. En cuanto al punto 1.1, considero que la solución planteada
por la minoría no tiene cobertura legal y además carece de
suficiente motivación. En primer lugar, porque el régimen laboral
especial establecido en el Decreto Legislativo 1057 no regula
expresamente, en ningún extremo (como hemos adelantado en
el fundamento 2, supra), el supuesto de un trabajador que labora
con un CAS vencido. En segundo lugar, porque tampoco se puede
desprender una regulación implícita, toda vez que en ningún
extremo del articulado del Decreto Legislativo 1057 existe alguna
regla que permita u ordene a los “agentes de aplicación” tomar
como verdadero o hecho cierto la existencia tácita de un CAS o,
lo que es lo mismo, una “prórroga automática” del CAS. En stricto
sensu, estimamos que esta presunción de “prórroga automática”
del CAS constituye, en la práctica, la creación ex novo de una
regla jurisprudencial, la misma que, desde nuestro punto de vista,
es innecesaria y, además, se implementa (i) sin una evaluación
preliminar de la constatación de la existencia de una laguna
normativa y (ii) sin examinarse si el sistema jurídico ya ofrece o no
alguna consecuencia jurídica, que resulte de aplicación, para esta
tipología de supuestos.
Debe resaltarse que ante la existencia de vacíos normativos
en las leyes, es el legislador ordinario el órgano competente para
regular tal vacío, salvo, claro está, que otra norma jurídica del subsistema jurídico laboral, ya haya previsto una solución válida. Si
el Tribunal Constitucional crea reglas jurisprudenciales (como la
existencia de una presunción de prórroga automática del CAS),
pese a la presencia de otras normas del sub-sistema laboral que
ya regulan ese supuesto, genera innecesariamente antinomias, es
decir, contradicciones respecto de un mismo supuesto de hecho.
En efecto, la precitada regla jurisprudencial de la “presunción
de prórroga automática del CAS” genera una estéril situación
antinómica con el artículo 4 del Decreto Supremo 003-97-TR ––
aplicable al presente caso, dado que su régimen laboral es el de la
actividad privada––, el mismo que establece que en las relaciones
de trabajo se presume un contrato a plazo indeterminado. Así,
prevé que “En toda prestación personal de servicios remunerados
y subordinados, se presume la existencia de un contrato de
trabajo a plazo indeterminado” [resaltado agregado]. En ese
sentido, cabe preguntarse ¿cuál sería la justificación de crear
jurisprudencialmente una regla jurídica, aplicándola al caso
concreto, y descartar el artículo 4 del Decreto Supremo 003-97-TR,
teniendo en cuenta que en ambos casos nos encontramos ante
trabajadores que continuaron laborando sin suscribir contrato y
fueron despedidos sin causa motivada? La respuesta es evidente.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
En los supuestos de vacíos legales, la jurisprudencia sólo puede
generar soluciones interpretativas cuando de ninguna otra norma
se desprenda la solución (discrecionalidad). En el caso del vacío
normativo objeto de pronunciamiento (situación jurídico-laboral que
tiene el trabajador que sigue trabajando en la respectiva institución
pese al vencimiento del CAS), existe el artículo 4 del Decreto
Supremo 003-97-TR que resulta de aplicación, por lo que es claro
que ésta es la norma que debe emplearse, no siendo adecuada ni
pertinente la creación de la denominada regla jurisprudencial de
“prórroga automática del CAS”.
1.2. Interpretación extensiva injustificada de las
restricciones de derechos que ya contiene el Decreto
Legislativo 1057, CAS
7. En cuanto al punto 1.2, consideramos que la posición de
la minoría extiende las limitaciones de los derechos laborales del
Decreto Legislativo 1057 a un universo de casos no regulados
por ella; pues, como hemos referido en los párrafos anteriores,
el Decreto Legislativo 1057 no se coloca en la hipótesis y, menos
aún, establecen cuál es la protección de los trabajadores que
laboran con CAS vencidos. En este punto, debemos de precisar
que en anterior oportunidad (Cfr. Voto Singular de las STC 00102010-PI/TC y fundamento de voto de la STC 0993-2012-PA), he
señalado que el régimen laboral del Decreto Legislativo 1057
puede ser constitucionalmente legítimo si se interpreta como
temporalmente “provisoria” y, por lo tanto, constituye una etapa
de transición hacia un reconocimiento pleno de los derechos
constitucionales laborales por parte del Estado, el mismo que
en virtud del principio de progresividad de los derechos sociales,
paulatinamente deberá implementar mejores condiciones jurídicas
y fácticas de trabajo propio de la dimensión prestacional o positiva
de los derechos fundamentales; por lo que las limitaciones que esta
etapa de transición establece en el Decreto Legislativo 1057 a los
derechos constitucionales laborales (deficiente protección contra
el despido arbitrario, temporalidad indefinida del contrato laboral,
obstaculización a los derechos de sindicalización, huelga, etc.) se
encuentran justificadas sólo en el contexto actual; pero, de ninguna
manera significa que estas limitaciones también puedan ampliarse,
mediante el razonamiento analógico, a casos no previstos por el
legislador ordinario. Es necesario recordar que la Constitución en
su artículo 139 inciso 9) establece el principio de inaplicabilidad
por analogía de las normas que restrinjan derechos fundamentales
(Cfr. STC 02235-2004-PA/TC, fundamento 8), lo que implica que no
se pueden extender las restricciones de derechos fundamentales
desde aquellos supuestos regulados en la ley a aquellos supuestos
no regulados en ella. Si se asume que los derechos fundamentales
tienen una posición preferente en el sistema de fuentes del
ordenamiento jurídico peruano, entonces, ante un vacío legislativo,
no se pueden crear jurisprudencialmente iguales o mayores
restricciones a tales derechos que las ya existentes.
Los órganos jurisdiccionales no pueden establecer mayores
restricciones a los derechos fundamentales que aquellas ya
establecidas en determinadas leyes. Ello se desprende del
artículo 1 de la Constitución, conforme al cual “la defensa de la
persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo
de la sociedad y del Estado”, y del artículo 44 del mismo cuerpo
normativo que establece que “garantizar la plena vigencia de los
derechos” es uno de los deberes primordiales del Estado.
De este modo, no consideramos justificado que se extienda
el régimen especial del Decreto Legislativo 1057, CAS –mediante
una denominada regla jurisprudencial de prórroga automática del
CAS–, a un trabajador que seguía trabajando pese a vencimiento
del CAS–, cuando en realidad correspondía aplicar, sin mayor
duda, el aludido artículo 4 del Decreto Supremo 003-97-TR.
1.3. Incompatibilidad de la regla jurisprudencial de
“prórroga automática” con el régimen constitucional del
trabajo
8. En cuanto al punto 1.3., consideramos que la regla
jurisprudencial de presunción de “prórroga automática del CAS
vencido” no es compatible con nuestro régimen constitucional
del trabajo, pues no protege los derechos del trabajador como
parte débil de la relación laboral; por el contrario, se interpreta a
favor del empleador y en contra del trabajador, lo que justamente
la Constitución en sus artículos 1 y 26 busca equiparar en virtud
de los principios protectores o de igualación compensatoria, por
el cual, reconociéndose la existencia asimétrica de la relación
laboral, se promueve por la vía constitucional y legal la búsqueda
de un equilibrio entre los sujetos de la misma (Cfr. STC 00082005-PI/TC, fundamento 20, in fine); principios que no podrían ser
satisfechos en la medida en que, desde la opinión de la mayoría,
las consecuencias del incumplimiento de la normas laborales por
parte del respectivo empleador (al permitir a una persona laborar
sin contrato) lejos de favorecer al trabajador, lo pone en una
situación de desventaja frente al empleador.
Si conforme lo ha sostenido el Tribunal Constitucional, el
principio de favorabilidad en materia laboral, “hace referencia al
deber de los operadores jurídicos de aplicar, en caso de duda, la
fuente formal de derecho vigente más favorable al trabajador, o
la interpretación de esas fuentes que les sea más favorable (in
dubio pro operario)” (STC 00016-2008-PI/TC, fundamento 11), y
conforme se sostiene en doctrina laboral autorizada, el principio
“pro operario” “se expresa diciendo que la norma jurídica aplicable
a las relaciones de trabajo y de Seguridad Social, en caso de duda
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
en cuanto a su sentido y alcance, debe ser interpretada de la forma
que resulte más beneficiosa para el trabajador o beneficiario”
[Alonso Olea, Manuel y otra. Derecho del trabajo. 19ª edición,
Civitas, 2001, p.971], es absolutamente claro que la condición más
favorable para el trabajador está representada por la aplicación del
artículo 4 del Decreto Supremo 003-97-TR y con ello la presunción
de existencia de un contrato de trabajo a plazo indeterminado.
Asimismo, en la posición minoritaria, tampoco se favorece
al trabajador –cuyo CAS venció y sigue trabajando– cuando se
asume que la protección contra el despido arbitrario debe ser
ventilada en otra vía diferente del amparo, vía en la que se podrá
hacer efectivo el cobro de la indemnización regulada en el régimen
del Decreto Legislativo 1057, protección que, desde nuestra óptica,
no le corresponde justamente porque su contrato en ese régimen
ya culminó y, por tanto, ya no pertenece a él.
Por otro lado, la regla de presunción de “prórroga automática”
además genera otra situación de desigualdad, pero ya no entre
empleador – trabajador, sino que entre trabajador – trabajador.
La aludida regla distingue implícitamente en dos grupos la
problemática de los trabajadores que laboran sin suscribir contrato
(por supuesto, no sujetos al régimen laboral público, cfr. STC
0206-2005-PA/TC, fundamento 21). Un grupo de trabajadores
sin antecedentes de un CAS y otro grupo con antecedentes de
un CAS. A los primeros, el juez constitucional los repone en su
puesto de trabajo por vulneración al derecho del trabajo por
presumirse un contrato laboral a plazo indeterminado, mientras
que al segundo grupo se presume un contrato de trabajo temporal
y los redirige (indirectamente) al juez ordinario para el cobro de
una reparación económica. En ambos supuestos nos encontramos
ante trabajadores que no son del régimen público y, a su vez,
ambos continúan como trabajadores en la Administración Pública
sin suscribir contrato. La regla jurisprudencial de la “prórroga
automática”, no obstante, propone una protección menor para el
segundo grupo sustentado únicamente en el pasado laboral, el
cual considero no es una propiedad relevante y determinante para
justificar una diferenciación con el primer grupo; siendo así, en mi
concepto ello es incompatible con el artículo 26.1 de la Constitución
que establece el principio laboral de igualdad de oportunidades sin
discriminación tanto en el acceso al empleo como en el tratamiento
durante el empleo, además de no observar el citado principio de
favorabilidad en materia laboral.
9. En consecuencia, por las razones expuestas, estimamos
que la regla jurisprudencial de presunción de la “prórroga
automática” es incompatible en el presente caso con el artículo
de la Constitución que establece como prioridad del Estado el
deber de protección al trabajador contra el despido arbitrario, así
como los artículos 1 y 26, que reconocen principios que deben
regular la relación laboral (dignidad, de favorabilidad en materia
laboral e igualdad), por lo que considero que no cabe aplicarla al
presente caso.
2) Respecto del nivel de protección al trabajador en el caso
concreto y verificación sobre si corresponde o no la reposición
por vulneración del derecho al trabajo
10. Descartada entonces la antedicha regla jurisprudencial
de la mayoría, estimamos que la controversia que plantea el caso
no se circunscribe a verificar lo que dice o quiso decir el Decreto
Legislativo 1057 y su reglamento (como erróneamente creemos
que se ha asumido), sino a verificar qué exige la Constitución
y las normas laborales de desarrollo en el caso genérico de un
trabajador que labore sin contrato en la Administración Pública y
que es despedido arbitrariamente. Y en este nuevo enfoque, la
interpretación que este Tribunal ha establecido es extensa. Por
ello, respecto a la segunda cuestión sobre cuál sería la protección
adecuada al trabajador y si corresponde o no su reposición,
estimamos que el caso de autos se encuentra subsumido en el
ámbito de aplicación general de la presunción legal contenida en
el artículo 4 del Decreto Supremo 003-97-TR, primer párrafo, que
establece, como ya se ha mencionado, que en toda prestación
personal de servicios remunerados y subordinados, se presume la
existencia de un contrato de trabajo a plazo indeterminado.
11. En ese sentido, con la Carta remitida por la entidad
emplazada, de fecha 29 de abril de 2011, donde se le comunica a la
trabajadora que se da por concluida su permanencia en el Gobierno
Regional, se desprende que la demandante se ha desempeñado
sin contrato de trabajo con posterioridad al 31 de enero de 2011;
consecuentemente, al haber sido despedida sin expresarle causa
alguna derivada de su conducta o capacidad laboral que justifique
tal decisión, se ha producido un despido arbitrario, frente a lo cual
corresponde estimar la demanda.
En ese sentido, por las consideraciones expuestas, mi voto es
porque se declare FUNDADA la demanda por haberse acreditado
la vulneración del derecho fundamental al trabajo, nulo el despido y
se ORDENE la reposición de la demandante en el cargo que venía
desempeñando o en otro de similar nivel o categoría en el plazo de
dos días, más el pago de costos.
Asimismo, exhortar a la emplazada, y a la Administración
Pública en general, a ser más diligentes y celosos en cuanto
al respeto de la normativa laboral vigente y no incumplir sus
obligaciones como empleador de celebrar con debida oportunidad
los respectivos contratos individuales de trabajo, sea a plazo
indeterminado o sujeto a modalidad conforme establezca la
ley pertinente, con la finalidad de no incurrir en vulneraciones
constitucionales y responsabilidades laborales, administrativas o
de otra índole, en lo tocante a prórrogas fácticas o interpretables,
49995
eventualmente, que no son necesarias para la entidad o institución
estatal.
Sres.
BEAUMONT CALLIRGOS
ETO CRUZ
W-1133425-2
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 04058-2012-PA/TC
HUAURA
SILVIA PATRICIA LÓPEZ FALCÓN
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 30 días del mes de abril de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Silvia
Patricia Lopez Falcón contra la sentencia expedida por la Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia de Huaura, de fojas 311, su fecha
18 de julio de 2012, que declaró infundada la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 4 de mayo de 2011, la recurrente interpone demanda
de amparo contra la Juez de Familia de la Provincia de Barranca,
doña Patricia Maura De La Cruz, solicitando la nulidad de la
resolución Nº 11, de fecha 26 de abril de 2011, mediante la cual
se confirmó la resolución Nº 6, de fecha 18 de febrero de 2011,
que declaró la conclusión del proceso y ordenó el archivamiento
definitivo de los actuados, en los seguidos contra don Elvis
Andy Zúñiga Ríos, en representación de su hija S.M.Z.L., sobre
alimentos.
Sostiene la recurrente que en el proceso sobre alimentos
se reprogramó fecha para la audiencia única a realizarse el día
18 de febrero de 2011, a las 12:00 horas, pero que por motivos
de salud de su hija mayor llegó con dos minutos de retraso, es
decir, cuando ya la secretaria cursora había culminado con el
llamado a las partes; agrega que en ese momento se apersonó
al juzgado, y que la juez le indicó que resolvería con la razón
de la secretaría y la justificación pertinente. Refiere que, sin
embargo, la juez no ha considerado la justificación presentada,
dando por concluido el proceso. Considera que las resoluciones
aludidas han transgredido sus derechos a la tutela jurisdiccional
efectiva y al debido proceso.
Con fecha 25 de mayo de 2011, la emplazada doña Patricia
Maura De La Cruz Romero contesta la demanda aduciendo que
se ha obrado conforme a ley, toda vez que se ha comprobado la
inasistencia de las partes a la audiencia programada.
El procurador público a cargo de los asuntos judiciales del
Poder Judicial contesta la demanda señalando que el amparo
contra resoluciones judiciales no puede servir para replantear una
controversia resuelta por los órganos jurisdiccionales ordinarios.
El Primer Juzgado Civil de Barranca de la Corte Superior de
Justicia de Huaura, con fecha 29 de diciembre de 2011, declaró
fundada la demanda, por considerar que no resulta razonable
aplicar al proceso de alimentos, que se rige por el Código de los
Niños y Adolescentes, el tercer párrafo del artículo 203º del Código
Procesal Civil, referido a la conclusión del proceso por inasistencia
de las partes.
La Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Huaura, con
fecha 18 de julio de 2012, revocando la apelada, declaró infundada
la demanda, por considerar que pese a que no se analizó los medios
de prueba a fin de justificar la inasistencia a la audiencia única,
tampoco se ha probado en los autos lo dicho por la demandante
sobre lo acontecido el día de la audiencia programada, por lo que
los jueces han aplicado debidamente la ley pertinente a la situación
procesal generada.
Mediante recurso de agravio constitucional de fecha 17 de
agosto del 2012, la recurrente reitera los argumentos de su
demanda, puntualizando que la jueza demandada no ha tenido
en cuenta el pedido de reprogramación de audiencia solicitado,
dejando de lado los argumentos sustentatorios de su pedido.
FUNDAMENTOS
Petitorio
1. Conforme se aprecia del petitorio de la demanda, el objeto
del presente proceso constitucional es que se declare la nulidad de
la resolución Nº 6, de fecha 18 de febrero de 2011, que declara la
conclusión del proceso y ordena el archivamiento definitivo de los
actuados, y su confirmatoria, la resolución Nº 11, de fecha 26 de
abril de 2011, en los seguidos por la recurrente contra don Elvis
Andy Zúñiga Ríos, en representación de su hija S.M.Z.L., sobre
alimentos.
49996
PROCESOS CONSTITUCIONALES
2. Expuesta la pretensión en los términos señalados, este
Colegiado considera necesario determinar, a la luz de los hechos
descritos en la demanda y de los recaudos que obran en ella, si se ha
producido la vulneración de los derechos constitucionales invocados
por la recurrente al haberse declarado la conclusión del proceso, por
la inasistencia de las partes a la audiencia única programada.
3. Al respecto, la recurrente alega que promovió un proceso
judicial de alimentos (Exp. Nº 2621-2010) contra don Elvis Andy
Zúñiga Ríos, programándose la audiencia única para el día 10 de
febrero de 2011, fecha en la cual asistió en compañía de su abogada;
sin embargo, no se llevó a cabo dicha diligencia toda vez que la
juez se encontraba despachando en otro juzgado por motivos de
vacaciones, por lo que reprogramada ésta para el día 18 de febrero
de 2011, a horas 12:00, asistió con dos minutos de retraso, es decir,
cuando ya se había realizado el llamado a las partes, apresurándose
a subir al despacho de la señora juez (junto a la secretaría judicial),
manifestándole las razones de su tardanza y solicitando que se
tome en cuenta la asistencia de la parte demandada, quien ya se
encontraba presente incluso antes del llamado, a fin de no frustrar
la audiencia. Indica que mediante escrito presentado en la fecha
solicitó la reprogramación de audiencia por los hechos expuestos
debido al delicado estado de salud de su hija mayor. Sin embargo su
pedido se proveyó con un decreto de “ESTESE A LO RESUELTO”
(remitiéndose en ese sentido a la resolución de fecha 18 de febrero
de 2011), mediante el cual se da por concluido el proceso; es decir,
no se ha considerado los argumentos justificatorios de su tardanza
a fin de reprogramar dicha audiencia, y no se ha realizado análisis
alguno de su pedido, aplicándose en estricto la norma supletoria,
decisión que ha sido confirmada por la juez revisora.
El derecho a la motivación de las resoluciones judiciales
4. Este Colegiado aprecia que la cuestión constitucional que
plantea el caso se vincula a la necesidad de que las resoluciones,
en general, y las resoluciones judiciales en particular, estén
debidamente motivadas, por ser éste un principio básico que
informa el ejercicio de la función jurisdiccional, y, al mismo
tiempo, un derecho de los justiciables de obtener de los órganos
judiciales una respuesta razonada, motivada y congruente con las
pretensiones oportunamente propuestas. Al respecto, en la STC
8125-2005-PHC/TC, fundamento 11, se ha señalado que:
[l]a exigencia de que las decisiones judiciales sean motivadas
en proporción a los términos del inciso 5) del artículo 139 de la
Norma Fundamental, garantiza que los jueces, cualquiera que
sea la instancia a la que pertenezcan, expresen la argumentación
jurídica que los ha llevado a decidir una controversia, asegurando
que el ejercicio de la potestad de administrar justicia se haga
con sujeción a la ley; pero también con la finalidad de facilitar un
adecuado ejercicio del derecho de defensa de los justiciables (...).
5. Cabe, asimismo, puntualizar que en el proceso de amparo el
análisis de si una determinada resolución judicial vulnera, o no, el
derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales, debe
realizarse a partir de los propios fundamentos expuestos en la
resolución cuestionada, de modo que las demás piezas procesales
o medios probatorios del proceso en cuestión sólo pueden ser
evaluados para contrastar las razones expuestas, mas no pueden
ser objeto de una nueva evaluación o análisis. Y esto porque en
este tipo de procesos, al Juez constitucional no le incumbe el
mérito de la causa, sino el análisis externo de la propia resolución
a efectos de constatar si ésta es el resultado de un juicio racional y
objetivo en el que el juez ha puesto en evidencia su independencia
e imparcialidad en la solución de un determinado conflicto, sin caer
ni en arbitrariedad en la apreciación e interpretación del Derecho,
ni tampoco en subjetividades o inconsistencias en la valoración de
los hechos del caso […]”.
Sobre la afectación del derecho a la debida motivación
6. Tomando en cuenta los hechos que se describen en la
demanda, este Colegiado considera que el debate se centra en
el reclamo sobre una presunta afectación del derecho a la debida
motivación de las resoluciones judiciales.
Argumentos del demandante
7. Sostiene la demandante que como consecuencia de las
resoluciones cuestionadas, se ha dispuesto la conclusión del proceso
de alimentos iniciado a favor de su hija, aplicándose estrictamente
lo prescrito en el Código Procesal Civil referido al apercibimiento de
declararse la conclusión del proceso por inasistencia de las partes,
sin antes evaluar su pedido de reprogramación de audiencia que
contenía la justificación de su tardanza y/o inasistencia, y que fue
presentado el mismo día de la frustrada audiencia.
Argumentos del demandado
8. La Juez emplazada aduce que ha basado su fallo revisor en
la constatación de la inasistencia de la recurrente a la audiencia
única programada, pese a estar debidamente notificada.
Consideraciones del Tribunal
9. En el caso de autos, se cuestiona la decisión de dar por
concluido el proceso de alimentos a favor de la menor S.M.Z.L., por
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
la inasistencia de las partes a la audiencia programada con fecha
18 de febrero de 2011, decisión sustentada en el apercibimiento
decretado con anterioridad, en aplicación supletoria de lo previsto
en el artículo 203º del Código Procesal Civil, para los procesos de
alimentos, según el cual:
“La fecha fijada para la audiencia es inaplazable y se realizará
en el local del juzgado. A ella deberán concurrir personalmente las
partes, los terceros legitimados y el representante del Ministerio
Público, en su caso. Las personas jurídicas y los incapaces
comparecerán a través de sus representantes legales. Las partes y
terceros legitimados pueden concurrir con sus abogados.
Salvo disposición distinta de este Código, sólo si prueba
un hecho grave o justificado que impida su presencia, el Juez
autorizará a una parte a actuar mediante representante.
Si a la audiencia concurre una de las partes, esta se realizará
sólo con ella.
Si no concurren ambas partes, el Juez dará por concluido
el proceso”.
10. Al respecto, se debe puntualizar que los procesos de
alimentos se tramitan según lo establecido por el Código de los
Niños y Adolecentes, mediante el proceso único, en el que está
prevista la realización de la audiencia única (tachas excepciones,
defensas previas, medios de pruebas, saneamiento procesal,
conciliación, y sentencia), estableciéndose en el artículo 170º del
código citado que:
“Contestada la demanda o transcurrido el término para su
contestación, el Juez fijará una fecha inaplazable para la audiencia.
Esta debe realizarse, bajo responsabilidad, dentro de los diez días
siguientes de recibida la demanda, con intervención del Fiscal.
En los procesos de violencia familiar no hay audiencia de
conciliación”.
11. Asimismo, se debe tener en cuenta que de la lectura del
artículo antes citado no se aprecia sanción alguna respecto de
la situación sobreviniente por la inasistencia de las partes a la
audiencia programada; sin embargo, el artículo 182º del código en
mención establece la regulación supletoria, al indicar que:
“Todas las cuestiones vinculadas a los procesos en materias
de contenido civil en las que intervengan niños y adolescentes,
contempladas en el presente Código, se regirán supletoriamente
por lo dispuesto en el Código Civil y en el Código Procesal Civil.”
De lo que se desprende que toda aquella situación de vacío
que en términos sustantivos y procesales se presente en la
tramitación de los procesos contenidos en el Código de los Niños
y Adolescentes, debe ser regulada tanto por el Código Civil como
por el Código Procesal Civil.
12. La precisión antes hecha no resulta de por sí antojadiza,
sino que obedece a las normas jurídicas y principios contenidos en
el Título Preliminar del Código de los Niños y Adolescentes, cuyo
artículo VII establece las fuentes que sirven de soporte para dicha
herramienta normativa, al señalar que:
“En la interpretación y aplicación del presente Código se tendrá
en cuenta los principios y las disposiciones de la Constitución
Política del Perú, la Convención sobre los Derechos del Niño y de
los demás convenios internacionales ratificados por el Perú. En
todo lo relacionado con los niños y adolescentes, las instituciones
familiares se rigen por lo dispuesto en el presente Código y el
Código Civil en lo que les fuere aplicable” (subrayado agregado).
13. Resulta relevante también mencionar el principio que
rige a toda actuación del Estado y los particulares sobre cualquier
decisión que relacione a los niños niñas y adolescentes, plasmado
en el artículo IX del Título Preliminar del Código de los Niños y
Adolescentes, referido al Interés superior del niño y del
adolescente, el cual expresa que:
“En toda medida concerniente al niño y al adolescente que
adopte el Estado a través de los Poderes Ejecutivo, Legislativo
y Judicial, del Ministerio Público, los Gobiernos Regionales,
Gobiernos Locales y sus demás instituciones, así como en la acción
de la sociedad, se considerará el Principio del Interés Superior del
Niño y del Adolescente y el respeto a sus derechos. Las normas
del Código Civil, Código Penal, Código Procesal Civil y Código
Procesal Penal se aplicarán cuando corresponda (subrayado
nuestro) en forma supletoria al presente Código. Cuando se
trate de niños o adolescentes pertenecientes a grupos étnicos o
comunidades nativas o indígenas, se observará, además de este
Código y la legislación vigente, sus costumbres, siempre y cuando
no sean contrarias a las normas de orden público”.
La protección del interés superior del niño, niña y
adolescente como contenido constitucional
14. En anterior oportunidad el Tribunal Constitucional [STC
02132-2008-PA/TC] ha precisado que el principio constitucional
de protección del interés superior del niño, niña y adolescente
constituye un contenido constitucional implícito del artículo 4º de
la Norma Fundamental, en cuanto establece que “La comunidad
y el Estado protegen especialmente al niño, al adolescente, (…)”.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
Tal contenido de fundamentalidad es reconocido a su vez por la
“Convención sobre los Derechos del Niño” de 1989, aprobada por
la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre
de 1989 y ratificada por el Estado Peruano mediante Resolución
Legislativa Nº 25278 del 3 de agosto de 1990, publicada en el diario
oficial El Peruano el 4 de agosto de 1990. El texto de la mencionada
Convención se publicó en Separata Especial el 22 noviembre 1990
y mediante Ley Nº 25302, publicada el 4 de enero de 1991, se
declaró de preferente interés nacional la difusión de la "Convención
sobre los Derechos del Niño".
15. La mencionada Convención sobre los Derechos del Niño
establece, entre otras disposiciones, las siguientes:
Artículo 3
En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las
instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales,
las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior
del niño.
Los Estados Partes se comprometen a asegurar al niño la
protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar,
teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u
otras personas responsables de él ante la ley y, con ese fin, tomarán
todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas.
Artículo 27
1. Los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño a un
nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual,
moral y social.
2. A los padres u otras personas encargadas del niño les
incumbe la responsabilidad primordial de proporcionar, dentro de
sus posibilidades y medios económicos, las condiciones de vida
que sean necesarias para el desarrollo del niño.
(…)
4. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas
para asegurar el pago de la pensión alimenticia por parte
de los padres u otras personas que tengan la responsabilidad
financiera por el niño (…).
16. Teniendo en cuenta que el artículo 55º de la Constitución
establece que “Los tratados celebrados por el Estado y en vigor
forman parte del derecho nacional” y que la Cuarta Disposición Final
y Transitoria de la Constitución prevé que “Las normas relativas
a los derechos y a las libertades que la Constitución reconoce
se interpretan de conformidad con la Declaración Universal de
Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos internacionales
sobre las mismas materias ratificados por el Perú”, no queda
sino convenir en que los contenidos de tal Convención sobre los
Derechos del Niño resultan vinculantes en el ordenamiento jurídico
peruano, conclusión resultante de la aplicación del control de
convencionalidad al que estamos sujetos.
17. Este Tribunal Constitucional ya se ha pronunciado en
anteriores oportunidades respecto del contenido constitucional del
interés superior del niño, niña y adolescente, y en la exigencia de
su atención especial y prioritaria en los procesos judiciales. Así,
en la sentencia del Expediente Nº 03744-2007-PHC/TC estableció
que:
(...) es necesario precisar que, conforme se desprende la
Constitución, en todo proceso judicial en el que se deba verificar
la afectación de los derechos fundamentales de niños o menores
de edad, los órganos jurisdiccionales debe procurar una atención
especial y prioritaria en su tramitación. En efecto, como uno de
los contenidos constitucionalmente protegidos del artículo 4º de
la Constitución que establece que “La comunidad y el Estado
protegen especialmente al niño, al adolescente (...)”, se encuentra
la preservación del interés superior del niño y del adolescente
como una obligación ineludible de la comunidad y principalmente
del Estado. Desarrollado tal contenido, el Código de los Niños y
Adolescentes ha precisado en el artículo IX que “En toda medida
concerniente al niño y al adolescente que adopte el Estado a través
de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, del Ministerio
Público, los Gobiernos Regionales, Gobiernos Locales y sus demás
instituciones, así como en la acción de la sociedad, se considerará
el Principio del Interés Superior del Niño y del Adolescente y el
respeto a sus derechos” (resaltado agregado).
Tal atención a prestarse por los órganos jurisdiccionales,
como se desprende de la propia Norma Fundamental (artículo 4º),
debe ser especial en la medida en que un niño o un adolescente
no se constituye en una parte más en el proceso sino una que
posee características singulares y particulares respecto de otras,
por lo que más allá del resultado del caso, debe procurarse un
escrupuloso tratamiento y respeto de sus derechos durante el
proceso. (Resaltado agregado). Asimismo, tal atención deber
ser prioritaria pues el interés superior del niño y del adolescente
tiene precedencia en la actuación estatal respecto de aquellas
decisiones judiciales en las que no se encuentran comprometidos
sus derechos fundamentales.
18. Ahondando en ello, mediante la sentencia recaída en el
Expediente Nº 06165-2005-HC/TC, este Tribunal reconoció que:
(…) La tutela permanente que con esta disposición se reconoce
tiene una base justa en lo que se ha señalado como interés
superior del niño y del adolescente, doctrina que se ha admitido
en el ámbito jurídico como parte del bloque de constitucionalidad
49997
del mencionado artículo 4º, a través del artículo IX del Título
Preliminar del Código de los Niños y Adolescentes y, en el espectro
internacional, gracias al principio 2 de la Declaración de los
Derechos del Niño y al artículo 3º, inciso 1 de la Convención
sobre los Derechos del Niño 1[15] (…) (resaltado agregado).
19. De lo antes descrito se tiene que el principio constitucional
de protección del interés superior del niño, niña y adolescente
presupone que los derechos fundamentales del niño, niña y
adolescente, y en última instancia su dignidad, tienen fuerza
normativa superior no sólo en el momento de la producción
de normas, sino también en el momento de la interpretación de
ellas, constituyéndose por tanto en un principio de ineludible
materialización para el Estado, la sociedad en su conjunto y la
propia familia, incluidos claro está el padre, la madre o quien sea el
responsable de velar por sus derechos fundamentales.
Solución del caso en concreto
20. La demandante sostiene que en los seguidos contra don
Elvis Andy Zúñiga Ríos, en representación de su hija S.M.Z.L. sobre
alimentos, se ha hecho caso omiso a su pedido de reprogramación
de audiencia, pese a haber justificado las razones de su tardanza o
inasistencia a la audiencia, emitiéndose la resolución Nº 6, de fecha
18 de febrero de 2011, que declara la conclusión del proceso y el
archivamiento definitivo de los actuados, decisión posteriormente
confirmada mediante resolución Nº 11, de fecha 26 de abril de
2011.
21. Al respecto, de autos se observa que la audiencia única
programada para el 18 de febrero de 2011, no se llevó a cabo por
inasistencia de las partes, tal como lo hace saber la secretaria
judicial (fojas 56 del expediente acompañado 02621-2010-01301-JO-FC-01); sin embargo, se verifica que la recurrente
solicitó la reprogramación de audiencia mediante escrito
presentado en la fecha (18 de febrero de 2011), justificando las
razones de su tardanza y /o inasistencia, indicando una serie de
hechos ocurridos a partir del momento en que llegó al juzgado,
alegando incluso haber solicitado ante el despacho de la juez el
pedido de realización de la audiencia con la parte demandada,
quien se encontraba presente (pero que no había registrado su
asistencia). La recurrente expresaba que su llegada tardía se
debió a las dificultades de salud que atravesaba su hija mayor
S.A.L.F., adjuntando la documentación pertinente para corroborar
sus afirmaciones. No obstante, aparece de autos la resolución
cuestionada Nº 6, de fecha 18 de febrero de 2011, mediante la
cual la jueza del proceso, con la constancia de inasistencia,
resolvió declarar concluido el proceso aplicando supletoriamente
el artículo 203º del Código Procesal Civil, proveyendo a su vez en
la misma fecha el pedido de reprogramación con un decreto que
disponía “…estese a lo dispuesto mediante resolución seis…”. De
todo ello se desprende que la jueza a cargo de la causa para la
resolución que ponía fin al proceso no tuvo en consideración el
escrito presentado oportunamente, aplicando de forma tangencial
las normas procesales, sin avizorar las implicancias en la menor
alimentista, toda vez que se trataba de derechos alimentarios en
donde está en juego la vida y la subsistencia de la persona, más
aún tratándose de una infante.
22. Debe resaltarse que si las justificaciones vertidas por
la demandante generaban algún tipo de duda en la autoridad
judicial que conocía del proceso, bien pudo corroborarse lo
afirmado con la exigencia de las instrumentales del caso. La
magistrada emplazada, pese a ello, optó por el fácil camino de
dar por concluido el proceso, sin tener en cuenta la naturaleza
especial del mismo e incluso sin tener en cuenta que la recurrente
contaba con una medida cautelar de asignación anticipada de
alimentos en forma de retención judicial, en la cual, de acuerdo
con el artículo 658º del Código Procesal Civil, la liquidación
de las pensiones devengadas y de los intereses computados
se realizan a partir del día siguiente de la notificación de la
demanda.
23. También se observa que la actividad judicial realizada no
ha previsto los mecanismos de protección y adecuación de las
actuaciones del Estado en este caso en el ámbito jurisdiccional,
a fin de dar pertinente y oportuna protección a la infante parte de
dicho proceso, en aplicación del interés superior del niño, siendo
de mayor relevancia el que, aun cuando hubieran sido imprecisas
la justificaciones presentadas, el solo hecho de accionar un
pedido a fin de que no se dé por concluida la causa, evidencia
una actitud diligente y protectora de la madre, quien tiene bajo su
cuidado la responsabilidad de la vida de su hija; cuanto más si se
aprecia que hasta ese entonces no se había dado indicio alguno
de inactividad procesal por parte de la madre en sus actuaciones
como representante legal.
24. Cabe recordar que en todo caso también se aprecia la
inobservancia, entre otros, del artículo III del Título Preliminar del
Código Procesal Civil, que establece que:
“El Juez deberá atender a que la finalidad concreta del proceso
es resolver un conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre,
ambas con relevancia jurídica, haciendo efectivos los derechos
sustanciales, y que su finalidad abstracta es lograr la paz social
en justicia.
En caso de vacío o defecto en las disposiciones de este Código,
se deberá recurrir a los principios generales del derecho procesal
y a la doctrina y jurisprudencia correspondientes, en atención a las
circunstancias del caso”.
PROCESOS CONSTITUCIONALES
49998
25. En dicho contexto, conviene subrayar que el principio
del interés superior del niño, comprende, entre otras cosas, una
actuación tuitiva por parte de los operadores jurisdiccionales,
a quienes corresponde la adecuación y flexibilización de las
normas y la interpretación que de ellas se realice, a fin de lograr la
aplicación más favorable con el fin de dar solución a la controversia
reclamada, siendo de especial importancia este principio toda
vez que se trata niños, niñas y adolescentes, que tienen especial
cuidado y prelación de sus intereses frente al Estado.
Irreparabilidad parcial de la demanda de amparo de autos
26. No obstante la descripción detallada de los hechos
producidos y pese al hecho de la emisión de que las resoluciones
judiciales cuestionadas obedece a una actuación arbitraria e
inadecuada de las normas y principios que deberían regir para
los casos en donde se involucren intereses de los niños, niñas y
adolescentes, este Colegiado aprecia que el declarar la nulidad
de las resoluciones cuestionadas trayendo como consecuencia la
reposición de las cosas al estado anterior a la violación del derecho
invocado, con la consiguiente continuación del proceso de alimentos
en el estado en que se encontraba hasta antes del vicio determinado,
resulta innecesario. En efecto, se advierte del reporte de expediente
visualizado en la fecha en el portal institucional del Poder Judicial,
http://cej.pj.gob.pe/cej/forms/paginar.htlml?pagina=1 que mediante
resolución Nº 19, de fecha 8 de julio de 2013, expedida por el Juez
del Juzgado de Familia de Barranca, Exp. 00429-2012-0-1301-JPFC-01, se confirma la resolución del a quo que declaró fundada
en parte la demanda, ordenado que don Elvis Andy Zúñiga Ríos
cumpla con pasar la pensión alimenticia mensual y adelantada de
trescientos nuevos soles a favor de su hija S.M.Z.L., resolución que
se encuentra en etapa de ejecución.
27. Por consiguiente y al margen de que en el presente caso se
presente una situación de irreparabilidad, el Tribunal Constitucional
estima que, en aplicación del segundo párrafo del propio artículo
1º del Código Procesal Constitucional, y atendiendo a que está
acreditada en autos la afectación del derecho a la motivación de las
resoluciones judiciales, conforme a los fundamentos precedentes,
corresponde declarar fundada la demanda, no con el propósito de
reponer las cosas al estado anterior a la violación denunciada –lo
cual resulta inviable–, sino con el objetivo de evitar que conductas
como las que aquí se han analizado puedan repetirse.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda de amparo, al haberse
acreditado la vulneración del derecho a la debida motivación.
2. Exhortar a las autoridades jurisdiccionales a que se abstengan
de incurrir en el futuro en las acciones lesivas iguales o similares a
las descritas en los fundamentos de la presente sentencia.
3. Establecer como Doctrina Jurisprudencial Vinculante,
conforme al artículo VI del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional, los criterios contenidos en los fundamentos 10, 11,
19 y 25 de la presente sentencia.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133425-3
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 00054-2013-PA/TC
ICA
FILOMENA GREGORIA RAMOS PACHECO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 17 días del mes de marzo de 2014 la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña
Filomena Gregoria Ramos Pacheco contra la resolución expedita
por la Primera Sala Civil de Corte Superior de Justicia de Ica, foja
127, su fecha 26 de septiembre de 2012, que declara improcedente
la demanda de autos.
ANTECEDENTES
La demandante interpone demanda de amparo contra la Oficina
de Normalización Previsional (ONP), con el objeto que se declare
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
inaplicable la denegatoria ficta de la solicitud pensionaria del 19
de enero de 2011; y que en consecuencia, se le otorgue pensión
de jubilación especial conforme con el Decreto Ley 19990, más el
pago de devengados e intereses.
La emplazada contesta la demanda alegando que la actora no
ha adjuntado documentos idóneos que acrediten, la totalidad de
aportaciones para acceder a la pensión que solicita.
El Cuarto Juzgado Civil Transitorio de Ica, con fecha 16 de julio
de 2012, declaró fundada la demanda, por considerar que la actora
ha acreditado que cumple con los requisitos para acceder a una
pensión del régimen especial del Decreto Ley 19990, antes del 18
de septiembre de 1992.
La Sala Superior competente revoca la apelada y, reformándola,
declaró improcedente la demanda, estimando que la actora no
ha acreditado que cumple con los requisitos para acceder a una
pensión de jubilación.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
En el presente caso, la actora pretende se le otorgue pensión
de jubilación especial conforme el Decreto Ley 19990, más
devengados e intereses.
En el fundamento 37 de la STC 1417-2005-PA/TC, sobre
la base de los alcances del derecho fundamental a la pensión
como derecho de configuración legal, este Colegiado delimitó los
lineamientos jurídicos que permiten ubicar las pretensiones que,
por pertenecer al contenido esencial de dicho derecho o estar
directamente relacionadas con él, merecen protección a través del
proceso de amparo. Por ello, en el literal b) del mismo fundamento,
se precisó que “forma parte del contenido esencial directamente
protegido por el derecho fundamental a la pensión, las disposiciones
legales que establecen los requisitos para su obtención”.
En consecuencia, corresponde analizar si la demandante
cumple los presupuestos legales que permitirán determinar si
tiene derecho a percibir la pensión que reclama, pues de ser así
se estaría verificando la arbitrariedad en el accionar de la entidad
demandada.
2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11
de la Constitución)
2.1. Argumentos de la demandante
Afirma que han transcurrido más de 6 meses desde que
presentara a la ONP sus documentos y que a la fecha no ha
recibido respuesta, por lo que ha operado el silencio administrativo
negativo. Agrega que los documentos presentados acreditan que
tiene los requisitos para acceder a la pensión que solicita.
2.2. Argumentos de la demandada
Señala que el certificado de trabajo y la liquidación de
beneficios sociales no son documentos idóneos para acreditar
el periodo laboral de la actora, y que su autenticidad es
cuestionable.
2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
2.3.1. De conformidad con el artículo 47 del Decreto Ley 19990,
se encuentran comprendidos en el régimen especial de jubilación
los asegurados obligatorios y facultativos nacidos antes del 1 de
julio de 1931 o del 1 de julio de 1936, según se trate de hombres
o mujeres, y que acrediten por lo menos 5 años de aportaciones
al 18 de diciembre de 1992; asimismo, que se encuentren inscritos
en cualquiera de las Cajas de Pensiones del Seguro Social al 1 de
mayo de 1973.
2.3.2. Respecto a la edad de jubilación, de la copia del
documento nacional de identidad, de fojas 2, se desprende que
la demandante nació el 9 de mayo de 1930, por lo que cumple
con el requisito de haber nacido antes del 1 de julio de 1936 para
la obtención de pensión especial bajo el régimen del Decreto Ley
19990.
2.3.3. En la STC 04762-2007-PA/TC (Caso Tarazona Valverde)
publicada en el diario Oficial El Peruano el 25 de octubre de 2009,
este Tribunal ha establecido los criterios para el reconocimiento
de periodos de aportaciones que no han sido considerados por la
ONP.
2.3.4. Para acreditar las aportaciones realizadas y, por ende, el
cumplimiento de los requisitos legales que configuran el derecho,
la demandante ha adjuntado:
Empresa de Transporte Chinchay Suyo S.A.
Copia legalizada el certificado de trabajo y una liquidación por
tiempo de servicios (fs. 6 y 7), en los que se consigna que laboró
desde el 4 de noviembre de 1954 hasta el 25 de abril de 1961.
Luis Parro Barrantes - Fundo “Yancay” Los Molinos - Ica
Copia legalizada del certificado de trabajo, la liquidación por
tiempo de servicios y cinco hojas de planillas correspondientes al
año 1972 (fs. 8, 9 y 58 a 62), en los que se indica que trabajó desde
el 20 de agosto de 1967 hasta el 30 de setiembre de 1972.
En consecuencia, al verificarse los periodos laborados, se
concluye que la demandante ha acreditado en total 11 años y 7
meses de aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
2.3.5. En razón de lo expuesto, la demandante reúne los
requisitos necesarios para obtener una pensión de jubilación,
conforme lo establece el artículo 47 del Decreto Ley 19990, por lo
que la demanda debe estimarse.
2.3.6. En consecuencia, al haberse determinado la vulneración
del derecho pensionario de la demandante, conforme a lo
dispuesto en el precedente contenido en la STC 5430-2006-AA/
TC, corresponde ordenar el pago de los devengados, intereses y
costos del proceso según lo dispuesto por el artículo 81 del Decreto
Ley 19990, concordado con la Ley 28798; el artículo 1246 del
Código Civil, y el artículo 56 del Código Procesal Constitucional,
respectivamente.
3. Efectos de la sentencia
De acuerdo con el artículo 55 del Código Procesal Constitucional,
debe procederse al restablecimiento del derecho fundamental
a la pensión consagrado en el artículo 11 de la Constitución,
ordenándose a la ONP que expida la resolución administrativa
que permita el acceso del demandante a la pensión de jubilación
del régimen especial del Decreto Ley 19990, que le corresponde
por reunir los requisitos previstos legalmente, más el pago de
pensiones devengadas, intereses legales y costos procesales
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda, porque se ha acreditado la
vulneración del derecho a la pensión.
2. Reponiéndose las cosas al estado anterior a la violación del
derecho a la pensión, se ordena a la emplazada que cumpla con
otorgar pensión a la demandante conforme a los fundamentos de
la presente, en el plazo de 2 días hábiles, con el abono de los
devengados, intereses y costos.
49999
aplicable el artículo 413º del Código Procesal Civil, pues en su caso
corresponde solo la aplicación del artículo 56º del Código Procesal
Constitucional.
FUNDAMENTOS
1. El recurrente solicita mediante el recurso de agravio
constitucional que se condene al pago de costos procesales a la
entidad emplazada en atención a lo dispuesto por el artículo 56. º
del Código Procesal Constitucional. Debe precisarse que pese a
que la demanda fue estimada por las dos instancias judiciales, se
desestimó el extremo relativo al pago de costos, en aplicación del
precepto contenido en el artículo 413º del Código Procesal Civil.
2. Teniendo en cuenta las consideraciones del Poder Judicial,
este Tribunal estima importante recordar que si bien el Código
Procesal Constitucional- que regula las reglas de tramitación
de los procesos constitucionales- establece en el artículo IX de
su Título Preliminar la posibilidad de la aplicación supletoria de
los Códigos Procesales afines a la materia que se discute en
un proceso constitucional; debe tenerse en cuenta que dicha
aplicación supletoria se encuentra supeditada, entre otras cosas,
a la existencia de un vacío o defecto legal del referido Código y al
logro de los fines del proceso, situación que no ocurre en el caso
del pago de los costos procesales cuando el Estado resulta ser
el emplazado en este tipo de procesos, pues expresamente el
referido artículo 56.º indica que:
“Si la sentencia declara fundada la demanda, se impondrán las
costas y costos que el Juez establezca a la autoridad, funcionario o
persona demandada. Si el amparo fuere desestimado por el Juez,
éste podrá condenar al demandante al pago de costas y costos
cuando estime que incurrió en manifiesta temeridad.
En los procesos constitucionales el Estado solo puede ser
condenado al pago de costos.
En aquello que no esté expresamente establecido en la
presente Ley, los costos se regulan por los artículo 440º al 419º del
Código Procesal Civil.”
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133425-4
PROCESO DE HÁBEAS DATA
EXP. Nº 00558-2013-PHD/TC
LIMA
TEOFILO SANTOS CASTAÑEDA ORIHUELA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 13 días del mes de enero de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Teófilo
Castañeda Orihuela contra la resolución expedida por la Primera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 289,
que declaró fundada, en parte, la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 13 de enero de 2012, el recurrente interpone
demanda de hábeas data contra la Oficina de Normalización
Previsional (ONP) solicitando la entrega de copias certificadas
o fedateadas del expediente administrativo Nro. 39599141910/
Decreto Ley Nro. 19990, más el pago de costas y costos. Manifiesta
que la entidad demandada se ha negado tácita e injustificadamente
a entregar dicha documentación, no obstante haberla requerido
administrativamente.
Con fecha 8 de marzo de 2012, la entidad emplazada se allana
parcialmente a la demanda. Indica que no le corresponde el pago
de las costas y costos del proceso.
El Octavo Juzgado Constitucional de Lima, con fecha 27 de
marzo de 2012, declaró fundada la demanda por considerar que de
autos se evidencia que la entidad demandada no ha entregado la
información solicitada, Adicionalmente, al considerar que se allanó
a la demanda, dispuso que de conformidad con lo prescrito por el
artículo 413º (in fine) del Código Procesal Civil, la demandada se
encuentra exenta del pago de costas y costos del proceso.
La Sala revisora confirmó la apelada en el extremo que declaró
sin costos del proceso.
El recurrente interpone recurso de agravio constitucional
solicitando el pago de costos invocando la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional, pues considera que el Estado solo se
encuentra exonerado del pago de costas y que no le resulta
3. En tal sentido, el hecho de que la emplazada se haya
allanado al proceso en los términos que expresa el último párrafo
del artículo 413.º del Código Procesal Civil, no implica que no se
haya vulnerado el derecho invocado por el demandante, todo lo
contrario, el allanamiento planteado implica un reconocimiento
expreso de la existencia de la conducta lesiva por parte de la
entidad emplazada, que ha permitido resolver prontamente la
pretensión del accionante, sin embargo, ello no evitó la lesión
de su derecho invocado ni transformó en innecesaria su petición
de tutela judicial efectiva respecto de dicho derecho. En efecto,
resulta evidente que fue la conducta lesiva previa ejecutada por
la emplazada la que generó en el demandante la necesidad de
solicitar tutela judicial para acceder a la restitución de su derecho
conculcado, situación que, en el presente caso, le generó costos
para accionar el presente proceso (como lo es el asesoramiento de
un abogado, entre otros) y los cuales, de acuerdo con el artículo
56º antes citado, corresponden ser asumidos por la emplazada, a
modo de condena por su accionar lesivo.
4. Consecuentemente, este Colegiado aprecia que la decisión
de las respectivas instancias judiciales contraviene el texto expreso
del artículo 56.º del Código Procesal Constitucional, aplicable al
proceso de hábeas data conforme lo dispone el artículo 65.º del
mismo cuerpo legal, que establece la obligatoriedad del órgano
jurisdiccional de ordenar el pago de costos procesales ante el
supuesto de declararse fundada la demanda constitucional,
constituyendo uno (el pago de costos) consecuencia legal de lo
otro (el carácter fundado de la demanda). Y es que tal dispositivo
legal, por regular de manera expresa el pago de costos procesales
a cargo del Estado en los procesos constitucionales, es el que
resulta aplicable al caso de autos pues no existe un vacío o defecto
legal, que permita la aplicación supletoria del Código Procesal Civil
en cuanto a dicho pago.
5. Por tal motivo, este Colegiado considera que el recurso de
agravio constitucional debe ser estimado, debiendo ordenarse a la
Oficina de Normalización Previsional-ONP (Estado) el pago de los
costos procesales de acuerdo a los términos ya detallados en los
fundamentos precedentes de la presente sentencia.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú, con el
fundamento de voto del magistrado Álvarez Miranda
HA RESUELTO
Declarar FUNDADO el recurso de agravio constitucional
presentado; en consecuencia, ORDENA a la Oficina de
Normalización Previsional-ONP el pago de costos procesales a
favor del demandante.
SS.
Publíquese y notifíquese.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
50000
PROCESOS CONSTITUCIONALES
FUNDAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO ÁLVAREZ
MIRANDA
Emito el presente fundamento de voto pues si bien estimo que
la presente demanda debe ser declarada fundada, ello obedece a
las siguientes razones.
1. Es objeto de revisión, a través del recurso de agravio
constitucional, el extremo de la decisión de segunda instancia que
eximió del pago de costos procesales a la Oficina de Normalización
Previsional (ONP), a pesar de que se declaró fundada la demanda.
Por ende, el asunto litigioso radica en determinar si la interpretación
realizada por las instancias precedentes para eximir a la emplazada
del pago de costos resulta constitucionalmente adecuado.
2. A juicio de este Colegiado, no puede soslayarse, bajo
ningún punto de vista, que si bien el artículo IX del Título Preliminar
del Código Procesal Constitucional permite la posibilidad de aplicar
supletoriamente otros códigos procesales, ello se encuentra
supeditado a la existencia de algún vacío en la regulación de
determinada situación por parte del Código Procesal Constitucional
y siempre que ello no desvirtúe la naturaleza de los procesos
constitucionales.
3. Sin embargo, el artículo 56° del Código Procesal
Constitucional establece expresamente que "si la sentencia declara
fundada la demanda, se impondrán las costas y costos que el Juez
establezca a la autoridad, funcionario o persona demandada" y
que "en los procesos constitucionales el Estado sólo puede ser
condenado al pago de costos", por lo que no existe ningún vacío
legal que cubrir.
4. Por ello, el extremo de la sentencia cuestionada que, pese
a estimar la demanda, eximió del pago de costos procesales a
la emplazada, contraviene el texto expreso del artículo 56° del
mencionado código, que conforme ha sido expuesto, establece
la obligatoriedad del órgano judicial de ordenar el pago de costos
procesales ante el supuesto de declararse fundada la demanda
constitucional, constituyendo uno (el pago de costos) consecuencia
legal de lo otro (el carácter fundado de la demanda), incluso en los
supuestos en que la emplazada se allane.
5. Y es que, en la medida que el Código Procesal Constitucional
regula expresamente esta situación ("Principio de Ley Especial
prima sobre la Ley General"), no resulta aplicable lo previsto en el
artículo 413° del Código Procesal Civil, máxime si se tiene en cuenta
que si el actor se vio obligado a recurrir a la justicia constitucional
fue justamente por la desidia de la emplazada que, a fin de cuentas,
terminó conculcado el derecho a la autodeterminación informativa
del recurrente.
6. Es más, la lógica del razonamiento esbozado por las
instancias precedentes podría inclusive desincentivar a la ONP
la contestación oportuna de este tipo de solicitudes, pues así
no cumpla dentro de los plazos establecidos con entregar la
documentación requerida (a pesar de que no existe ninguna
razón para negar lo peticionado), su desidia e ineficiencia sólo
repercutiría negativamente en el demandante quien no sólo tendría
que soportar el agravio manifiesto a su derecho fundamental a la
autodeterminación informativa sino que también tendría incurrir en
una serie de costos de carácter económico pues así el proceso de
habeas data no se encuentre sujeto a tasas judiciales ni requiera
necesariamente de la firma de un letrado, acceder a la justicia
constitucional importa la irrogación de gastos que si bien son en
cierta forma aminorados al eximirse al litigante de tales requisitos
(o al menos de la obligatoriedad de contar con el asesoramiento de
un abogado), no puede negarse no sólo que existan sino que, en
determinados supuestos, la carencia de recursos económicos de
los agraviados les imposibilite revertir tales violaciones al citado
derecho fundamental.
7. Así mismo, tampoco puede quedar inadvertido que lo
resuelto tanto por el a quo como por el ad quem, no toma en cuenta
que la presente demanda no es fruto de un hecho aislado sino que
por el contrario, obedece a una práctica que debe ser desterrada no
sólo porque implica la conculcación de los derechos fundamentales
de quienes solicitan sus expedientes administrativos, sino porque
la mayor parte de tales causas terminarán judicializándose en el
fuero constitucional ralentizando la tramitación de otras que sí
requieren de tutela urgente (externalidad negativa), a pesar de que
no existe argumento jurídico válido que justifique negar la entrega
de tal información.
8. En tal sentido, la interpretación realizada por las instancias
judiciales no resulta constitucionalmente adecuada, en especial,
cuando ha de interpretársela desde el sentido que le irradia la
Constitución y la propia lógica de los procesos constitucionales, que
como ha sido desarrollado de manera reiterada por este Colegiado,
no pueden ser comprendidos ni analizados exclusivamente desde
las perspectivas desarrolladas por la teoría general del proceso,
dadas las particularidades del derecho procesal constitucional.
9. Por consiguiente, la imposición de este tipo de medidas
no sólo resulta arreglada a derecho conforme ha sido esgrimido
infra sino que resulta necesaria para el funcionamiento de una
jurisdicción constitucional que pueda salvaguardar efectivamente
los derechos fundamentales de los particulares.
10. Por tal motivo, este Colegiado considera que el recurso de
agravio constitucional debe ser estimado, debiendo ordenarse a la
ONP el pago de los costos procesales.
Por tales consideraciones, mi VOTO es porque se declare
FUNDADO el recurso de agravio constitucional presentado y
por tanto FUNDADA la demanda en el extremo impugnado; en
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
consecuencia ORDENA a la ONP el pago de costos procesales
a favor del recurrente, cuya liquidación se hará en ejecución de
sentencia.
Sr.
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133425-5
PROCESO DE HÁBEAS DATA
EXP. Nº 02128-2013-PHD/TC
LIMA
VICTOR RODOLFO ROMERO ALFARO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 6 días del mes de marzo de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Vergara Gotelli, Mesía Ramírez y Eto Cruz, pronuncia la siguiente
sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Víctor
Rodolfo Romero Alfaro contra la resolución expedida por la Tercera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 63, su
fecha 13 de marzo de 2013, que declaró infundada la demanda
de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 3 de julio de 2012 el recurrente interpone demanda
de hábeas data contra el Ministerio de Trabajo y Promoción del
Empleo (MTPE) solicitando que se disponga la entrega de una
copia del acta de calificación de su solicitud ingresada en julio del
2007, bajo el registro Nº 0242-2007, elaborada por la Comisión
Ejecutiva creada por la Ley Nº 27803 y reactivada y ampliada por la
Ley Nº 29059, debidamente firmada por sus miembros. Manifiesta
haber presentado una solicitud ante la Comisión Ejecutiva para
que se calificara su despido como uno irregular en virtud de lo que
disponen las Leyes N.os 27803 y 29059; sin embargo, refiere que
no fue incorporado a ningún listado de trabajadores irregularmente
cesados, pese a encontrarse en igual situación que otras personas
que sí fueron incorporadas, razón por la cual, al convenir a su
derecho de conocer el por qué no fue incluido en las referidas
listas, requiere la información antes detallada.
El Procurador Público a cargo de los asuntos judiciales del
MTPE contesta la demanda argumentando que a través del proceso
de hábeas data no es posible entregar información inexistente.
El Sexto Juzgado Especializado en lo Constitucional de Lima,
con fecha 22 de agosto de 2012, declaró infundada la demanda,
por estimar que la documentación solicitada no existe y por lo
tanto el emplazado no se encuentra en la obligación de entregar la
información peticionada.
La Sala recurrida confirmó la apelada por similares
fundamentos.
FUNDAMENTOS
Delimitación del petitorio y procedencia de la demanda
1. Mediante la demanda de autos, el actor solicita la entrega
de una copia del acta de calificación de la solicitud que presentara
en julio del 2007, bajo el registro Nº 0242-2007, elaborada por la
Comisión Ejecutiva creada por la Ley Nº 27803, reactivada por la
Ley Nº 29059, debidamente firmada por sus miembros.
2. Con el documento de fecha cierta de fojas 5, se acredita
que el recurrente ha cumplido con el requisito especial de la
demanda de hábeas data previsto en el artículo 62º del Código
Procesal Constitucional.
Análisis de la controversia
3. Este Colegiado en reiterada jurisprudencia ha establecido
que el inciso 5) del artículo 2º de la Constitución declara que
toda persona tiene derecho “a solicitar sin expresión de causa
la información que requiera y a recibirla de cualquier entidad
pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido”.
Con ello, la Constitución ha consagrado en estos términos el
derecho fundamental de acceso a la información, cuyo contenido
esencial reside en el reconocimiento del derecho que le asiste a
toda persona de solicitar y recibir información de cualquier entidad
pública, no existiendo, por tanto, entidad del Estado o persona de
derecho público excluida de la obligación respectiva. (Cfr. STC Nº
1673-2010-PHD/TC, STC Nº 1864-2010-PHD/TC, entre otras).
4. Asimismo, ha manifestado a través de la STC Nº 17972002-PHD/TC, que “que el derecho de acceso a la información
pública tiene una doble dimensión. Por un lado, se trata de un
derecho individual, en el sentido que garantiza que nadie sea
arbitrariamente impedido de acceder a la información que guarden,
mantengan o elaboren las diversas instancias y organismos que
pertenezcan al Estado, sin más limitaciones que aquellas que se
han previsto como constitucionalmente legítimas […] En segundo
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
lugar el derecho de acceso a la información tiene una dimensión
colectiva, ya que garantiza el derecho de todas las personas de
recibir la información necesaria y oportuna […]”.
5. Por otra parte, resulta necesario precisar que el numeral
18.3 del artículo 18º del Decreto Supremo Nº 006-2009-TR
(modificado por el Decreto Supremo Nº 009-2009-TR) establece
que “La Comisión Ejecutiva notifica su decisión de no incluir a un ex
trabajador en el RNTCI, mediante comunicación escrita, individual
y motivada, en el domicilio consignado por éste en su respectiva
solicitud, dentro de los diez (10) días hábiles siguientes de concluido
el plazo establecido en el numeral anterior. La Secretaría Técnica
notifica, a nombre de la Comisión Ejecutiva, la referida decisión de
no inclusión a los ex trabajadores que corresponda”, normatividad
por la cual se evidencia que en cada oportunidad de ingreso de
una solicitud sobre la evaluación de despidos presuntamente
irregulares, la Comisión Ejecutiva tenía competencia para efectuar
el procedimiento administrativo respectivo de evaluación y
calificación de las solicitudes, realizando para ello una labor que
necesariamente debió ser plasmada en documentos o soportes
informáticos.
6. Teniendo en cuenta lo expuesto en los fundamentos
precedentes, se advierte que en el caso concreto el actor cuenta con
el derecho de conocer el resultado de la evaluación y calificación de
la solicitud presentada en julio del 2007, bajo el registro Nº 02422007, lo cual implica acceder al acta de calificación que requiere o,
en su defecto, a toda la información que se encuentre contenida
en el expediente administrativo que se formulara en su caso, razón
por la cual el Ministerio emplazado debe limitarse a entregar la
información requerida en los propios términos en los que aparece
en dicho expediente.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda de hábeas data por
haberse acreditado la afectación del derecho de acceso a la
información pública del demandante.
2. Ordenar al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo
que entregue a don Víctor Rodolfo Romero Alfaro copia integral
del acervo documentario obrante en el expediente administrativo
formulado en mérito de su solicitud presentada en julio del 2007, con
registro Nº 0242-2007, bajo el costo que suponga la reproducción
de dicha información y en el estado en que se encuentre.
Publíquese y notifíquese.
SS.
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
W-1133425-6
PROCESO DE HÁBEAS DATA
EXP. Nº 05670-2013-PHD/TC
LIMA
GERARDO SEFERINO BARRIENTOS SILVA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 18 días del mes de marzo de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los señores
magistrados Vergara Gotelli, Mesía Ramírez y Calle Hayen,
pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Gerardo
Ceferino Barrientos Silva contra la sentencia expedida por la
Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de
fojas 98, su fecha 29 de mayo de 2013, que declaró infundada la
demanda de hábeas data de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 17 de febrero de 2012, el recurrente interpone
demanda de hábeas data contra el Ministerio de Trabajo y
Promoción del Empleo, solicitando que se le entregue copia
certificada del Acta de Calificación de su solicitud ingresada en julio
del año 2007 concerniente a su pedido de incorporación al Registro
de Trabajadores Cesados Irregularmente de acuerdo con la Ley Nº
27803. Señala que ha solicitado dicha información, sin embargo
ésta no le fue proporcionada por lo que desconoce las razones por
las cuales no ha sido incorporado en ninguno de los listados del
citado registro
El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, a través de
su Procurador Público, contesta la demanda manifestando que la
pretensión del demandante de que se le entregue copia del acta
de calificación que mereció su solicitud ingresada con el registro
50001
Nº 00673- resulta inatendible, pues no existe acta de calificación
individual al no haber cumplido el recurrente con los requisitos
señalados en el artículo 1º de la Ley 29059, ya que no se generó
un acta individual por parte de la comisión ejecutiva.
El Quinto Juzgado Constitucional de Lima, con fecha 21 de
setiembre de 2012, declaró infundada la demanda por considerar
que la entidad emplazada ya le informó al actor debidamente y en
su oportunidad las razones por las cuales no fue considerado en
las listas de ceses colectivos irregulares.
La Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima
confirmó la apelada agregando que la emplazada no está en
capacidad de brindar la información solicitada toda vez que no obra
en el expediente administrativo el acta de calificación.
FUNDAMENTOS
Precisión del petitorio de la demanda
1. Mediante la presente demanda, el recurrente solicita copia
del Acta de Calificación de su solicitud ingresada con fecha 9 de
julio del año 2007, relacionada con su pedido de incorporación al
Registro de Trabajadores Cesados Irregularmente previsto en la
Ley Nº 27803.
Cuestiones procesales previas
2. De acuerdo con el artículo 62º del Código Procesal
Constitucional, para la procedencia del hábeas data se requerirá
que el demandante previamente haya reclamado, por documento
de fecha cierta, el respeto de su derecho y que el demandado
se haya ratificado en su incumplimiento o no le haya contestado
dentro del plazo establecido. Tal requisito, conforme se aprecia de
autos, ha sido cumplido por el accionante según consta de fojas 6.
Análisis del caso concreto
3. Aunque en la STC Nº 09476-2006-PHD/TC este Tribunal
declaró infundada la pretensión de un demandante que
solicitaba que se le informe que las razones por las cuales no
fue incluido en dicho registro; ello difiere de lo solicitado en
el presente caso, pues lo requerido se circunscribe a solicitar
copias del Acta de Calificación de su solicitud ingresada el 9
julio del año 2007. De otro lado, no es la primera oportunidad
en que este Tribunal ha conocido un requerimiento similar,
pues en la STC Nº 00297-2011-PHD/TC ya estimó un pedido
sustancialmente idéntico.
4. Para este Colegiado, el demandante tiene el derecho de
conocer el contenido del expediente administrativo, formado como
consecuencia de su solicitud, en el estado en el que se encuentre.
Y es que el objetivo del proceso de hábeas data es, por lo que
respecta a supuestos como el aquí analizado, el de proporcionar
la información solicitada, sin otras exigencias que la de ser actual,
completa, clara y cierta.
5. En el presente caso se observa que mediante carta Nº
02638-2009-MTPE/ST, de fecha 3 de setiembre de 2009 (fojas
42), emitida por la Secretaría Técnica a nombre de la Comisión
Ejecutiva, se informó al recurrente las razones detalladas por
las cuales no había sido considerado dentro de la relación de ex
trabajadores inscritos en el Registro Nacional de Trabajadores
Cesados Irregularmente.
6. Al respecto es necesario precisar que el inciso 3) del
artículo 18º del Decreto Supremo Nº 006-2009-TR dispone
que “La Comisión Ejecutiva notifica su decisión de no incluir
a un ex trabajador en el RNTCI, mediante comunicación
escrita, individual y motivada, en el domicilio consignado por
éste en su respectiva solicitud, dentro de los diez (10) días
hábiles siguientes de concluido el plazo establecido en el
numeral anterior. La Secretaría Técnica notifica, a nombre
de la Comisión Ejecutiva, la referida decisión de no inclusión
a los ex trabajadores que corresponda”. En dicho contexto
se aprecia que una vez ingresada la solicitud, es la Comisión
Ejecutiva quien adquiere competencia para todo el trámite
administrativo de evaluación y calificación de las solicitudes,
realizando una labor que necesariamente ha de estar plasmada
en documentos y/o soporte que acrediten la atención debida a
los documentos y solicitudes presentadas; tan es así que no
se ha negado en momento alguno la existencia del referido
expediente administrativo, sino solo el hecho de que exista
en él el acta de calificación solicitada, al no haber pasado la
revisión de los requisitos legales, situación que no impide que
pueda entregarse al recurrente todo el acervo documentario y
valorativo sustentatorio de la decisión arribada por la Comisión
Ejecutiva comunicada mediante la Secretaría Técnica, en el
estado en que se encuentre dicho expediente.
7. Por ende, el ministerio emplazado debe limitarse a entregar
la información requerida, en los propios términos en los que
aparece en el expediente o soporte administrativo.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda de hábeas data de autos.
2. Ordena al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo
que entregue al demandante, bajo el costo que suponga tal pedido,
PROCESOS CONSTITUCIONALES
50002
copia de todo el acervo documentario obrante en mérito de la
solicitud presentada, en el estado en el que se encuentre.
Publíquese y notifíquese.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
2.2. Argumentos de la demandada
Manifiesta que la demandante no se encuentra dentro del
contenido constitucionalmente protegido, y que se le otorgó
pensión por el monto de S/. 857.36.
SS.
2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
W-1133425-7
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 01394-2012-PA/TC
LIMA
CARMEN PALMERO MUÑOZ DE MORALEJO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 20 días del mes de noviembre de 2013, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña
Carmen Palmero Muñoz de Moralejo contra la resolución expedida
por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Lima, de fojas 219, su fecha 28 de diciembre de 2011, que declaró
improcedente la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 12 de diciembre de 2008, la recurrente interpone
demanda de amparo contra la Oficina de Normalización Previsional
(ONP), con el objeto de que se declare inaplicable la Resolución
31920-2008-ONP/DPR.SC/DL 19990, y que, en consecuencia, se
le reconozca 40 años de aportaciones, sin la aplicación del Decreto
Ley 25967. Asimismo, solicita el pago de devengados, intereses
legales, costos y costas del proceso.
La emplazada contesta la demanda expresando que la
pretensión no se encuentra dentro del contenido constitucionalmente
protegido del derecho a la pensión; adicionalmente, sostiene que
la actora percibe pensión de jubilación con un monto superior al
mínimo institucional fijado.
El Trigésimo Sétimo Juzgado Especializado en lo Civil de Lima,
con fecha 10 de enero de 2009, declara infundada la demanda,
argumentando que los medios probatorios presentados por la
actora resultan insuficientes; asimismo, en cuanto a la aplicación
del Decreto Ley 25967, considera que su aplicación se debe a
que la actora cumplió los años requeridos luego de la entrada en
vigencia de dicho decreto ley.
La Sala Superior competente revoca la apelada y declara
improcedente la demanda, por considerar que la demandante no
ha cumplido con adjuntar información para acreditar los años de
aportes que alega haber efectuado.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
En el presente caso, la demandante percibe pensión de
jubilación del Decreto Ley 19990, y pretende que se le reconozca
más años de aportaciones dentro del régimen del Decreto Ley
19990 y se reajuste su pensión sin la aplicación del Decreto Ley
25967, más el pago de devengados, intereses legales, costos y
costas del proceso.
A la luz del fundamento 37 de la STC 1417-2005-PA/TC,
publicada en el diario oficial El Peruano el 12 de julio de 2005, que
constituye precedente vinculante, este Tribunal estima que en el
presente caso, aun cuando en la demanda se cuestiona la suma
específica de la pensión que percibe la parte demandante, procede
efectuar su verificación por las especiales circunstancias del caso
(grave estado de salud de la actora), a fin de evitar consecuencias
irreparables.
En consecuencia, al advertirse que la pretensión del actor está
comprendida en el supuesto previsto en el fundamento 37 de la
citada sentencia, corresponde analizar el fondo de la cuestión
controvertida.
2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11
de la Constitución)
2.1. Argumentos del demandante
Alega que la ONP no le ha reconocido la totalidad de sus
aportaciones por el periodo laborado desde 1971 hasta 1986, a
pesar de haber sido acreditadas fehacientemente; agrega que
padece de uretrocisto rectoide de tercer grado.
Reconocimiento de aportes
2.3.1. En la STC 04762-2007-PA/TC (Caso Tarazona Valverde)
y en su resolución aclaratoria, se han establecido los criterios
relativos al reconocimiento de los periodos de aportaciones que no
han sido considerados por la ONP.
2.3.2. Para la acreditación de las aportaciones no reconocidas,
la demandante ha presentado:
- Carta expedida por el Jefe del Área de Actas y Certificados
del Ministerio de Educación, que indica que laboró desde el año
1966 hasta 1968 en el colegio particular “Princesa Margarita (f.
132); sin embargo, dicho documento no ha sido sustentado con
documentación adicional idónea.
- Constancia de trabajo (f. 133) y copia de la hoja de
liquidación de beneficios sociales (f. 29 del cuaderno del Tribunal)
expedida por el colegio particular “De Jesús”, en el cual se consigna
que laboró desde el 1 de abril de 1971 hasta el 25 de febrero de
1986. Al respecto, es pertinente mencionar que si bien la ONP ya
reconoció aportes en dicho periodo, restaría por reconocerle 2
años y 11 meses de aportaciones; sin embargo, el reconocimiento
de tales aportes no variará en el monto de su pensión, ya que a la
demandante se le otorgó la pensión máxima.
2.3.3. En cuanto a la alegación referida a la indebida aplicación
del Decreto Ley 25967, es necesario señalar que este Colegiado
ha establecido en reiterada jurisprudencia que los alcances de la
denominada contingencia son los comprendidos en la Resolución
Jefatural 123-2001-JEFATURA-ONP, la cual dispone que si el asegurado
cesa en el trabajo antes de haber cumplido el requisito de la edad
establecido por ley para alcanzar el derecho a la pensión de jubilación,
la contingencia se producirá cuando lo cumpla, sin necesidad de que,
concurrentemente, se reúna el requisito de los años de aportaciones, y
que ello deba producirse antes de la fecha de cese.
2.3.4. De la copia legalizada de la Resolución 31920-2008ONP/DPR.SC/DL 19990, de fecha 12 de setiembre de 2008 (f.
4), fluye que a la actora le fue otorgada una pensión de jubilación
adelantada al haber cesado el 28 de febrero de 2007, reuniendo a
dicha fecha 37 años y 5 meses de aportes.
2.3.5. Conforme a los artículos 38 y 41 del Decreto Ley 19990,
para acceder a la pensión del régimen general del Decreto Ley
19990, en el caso de las mujeres, se requiere tener 55 años de
edad y acreditar, por lo menos, 13 años de aportaciones antes del
18 de diciembre de 1992.
2.3.6. La demandante afirma en su demanda que cumplió los
requisitos para acceder a una pensión de jubilación antes de la
entrada de vigencia del Decreto Ley 25967. Sobre tal aseveración se
debe precisar que antes de la entrada en vigencia de dicho decreto ley
se requería contar con los requisitos establecidos en el fundamento
supra; así, del documento nacional de identidad (f. 3), se observa que
la actora nació el 6 de enero de 1942, por lo que cumplió los 55 años
de edad el 6 de enero de 1997, cuando ya estaba vigente el Decreto
Ley 25967, de modo que su aplicación para el cálculo del monto de la
pensión no fue retroactiva ni arbitraria.
2.3.7. En consecuencia, no habiéndose acreditado la
vulneración del derecho a la pensión invocado por la recurrente,
corresponde desestimar la demanda.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú,
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda, al no haberse acreditado la
vulneración del derecho a la pensión del recurrente.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133425-8
PROCESO DE HÁBEAS DATA
EXP. Nº 03411-2013-PHD/TC
LIMA
PABLO ÁLVAREZ FRISANCHO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 28 días del mes enero de 2014, la Sala Segunda
del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
Urviola Hani, Mesía Ramírez y Eto Cruz, pronuncia la siguiente
sentencia, con el fundamento de voto del magistrado Urviola Hani
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Pablo
Álvarez Frisancho contra la resolución expedida por la Quinta Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 358, su fecha
22 de mayo de 2013, que exoneró del pago de costos procesales a
la Oficina de Normalización Previsional.
ANTECEDENTES
Con fecha 8 de noviembre de 2011, la recurrente interpone
demanda de hábeas data contra la Oficina de Normalización
Previsional (ONP) solicitando la entrega de copias certificadas
o fedateadas del expediente administrativo Nº 11392249474 DL
19990, más el pago de costos. Manifiesta que mediante solicitud
de fecha 10 de octubre de 2011 requirió a la emplazada la entrega
de la documentación antes mencionada, sin que haya obtenido
respuesta alguna.
Con fecha 12 de diciembre de 2011, la entidad emplazada se
allana a la demanda.
El Quinto Juzgado Constitucional de Lima con fecha 6 de
julio de 2012, declaró fundada la demanda, por estimar que la
emplazada lesionó el derecho invocado al no entregar las copias
requeridas por el demandante. Asimismo, exoneró a la emplazada
del pago de costos procesales.
La Sala revisora confirmó la apelada en el extremo referido al
pago de costos, en aplicación lo dispuesto por el artículo 413º del
Código Procesal Civil.
El recurrente interpone recurso de agravio constitucional
solicitando el pago de costos manifestando que corresponde
condenar al Estado al pago de costos en aplicación del artículo
56° del Código Procesal Constitucional, conforme al criterio que ha
venido sosteniendo el Tribunal Constitucional.
FUNDAMENTOS
Delimitación del petitorio
1. El recurrente solicita, mediante el presente recurso de
agravio constitucional, que se condene a la entidad emplazada al
pago de costos procesales en atención a lo dispuesto por el artículo
56º Código Procesal Constitucional.
Análisis de la controversia
2. En el presente caso, se aprecia que la demanda fue estimada
por el a quo, al considerar que la emplazada lesionó el derecho
invocado al no haber entregado la documentación requerida al
demandante, y exoneró a la emplazada del pago de costos por
haber cumplido con presentar el expediente administrativo en
instancia judicial (f. 302).
3. Posteriormente el demandante interpuso recurso de
apelación contra el extremo referido al pago de costos, sosteniendo
que corresponde condenar a la ONP con dicho pago en atención a
lo que dispone el artículo 56° del Código Procesal Constitucional.
El referido medio impugnatorio sería desestimado por el ad
quem argumentando que:
“TERCERO: La figura jurídica del allanamiento viene a ser
un acto jurídico procesal que importa la sumisión expresa a las
pretensiones formuladas por la parte contraria en la demanda, su
realización trae como consecuencia la inmediata expedición de
la sentencia. De esta manera, en el presente proceso mediante
escrito de fecha 12 de diciembre de 2011, de fojas 20 a 21, la
ONP contesta la demanda y se allana respecto de la pretensión de
otorgamiento de copias certificadas del Expediente Administrativo
Nº 113-92249474. Efectivamente, mediante resolución Nº 03
de fecha 23 de enero de 2012, obrante a fojas 29, se tiene por
allanada a la pretensión demandada.
CUARTO: Que, para darle solución a la presente controversia,
se debe precisar que el artículo IX del Título Preliminar del propio
Código Procesal Constitucional establece imperativamente
que en caso de vacío o defecto de dicha norma, serán de
aplicación supletoria los códigos procesales afines a la materia
discutida, siempre que no contradigan los fines de los procesos
constitucionales y los ayuden a su mejor desarrollo.
QUINTO: En ese sentido, el artículo 413 del Código Procesal
Civil, en su último párrafo, ha determinado que también están
exonerados de dicho pago quien reconoce o se allana a la
demanda dentro del plazo para contestarla, todo ello con el fino de
que el p´roceso no sea dilatado innecesariamente. En tal sentido
esta norma es aplicable a los procesos constitucionales. (…)” (sic)
(f. 358).
4. Teniendo en cuenta los argumentos de las instancia judiciales
precedentes, este Tribunal considera importarte recordar que si
bien resulta cierto que el Código Procesal Constitucional –que
regula las reglas de tramitación de los procesos constitucionales–
establece en el artículo IX de su Título Preliminar la posibilidad
de la aplicación supletoria de los códigos procesales afines a la
materia que se discute en un proceso constitucional, debe tenerse
en cuenta que dicha aplicación supletoria se encuentra supeditada,
entre otras cosas, a la existencia de un vacío o defecto legal del
50003
referido Código y al logro de los fines del proceso, situación que
no ocurre en el caso del pago de los costos procesales cuando el
Estado resulta ser el emplazado en este tipo de procesos, pues
expresamente el artículo 56º dispone que
“Si la sentencia declara fundada la demanda, se impondrán las
costas y costos que el Juez establezca a la autoridad, funcionario o
persona demandada. Si el amparo fuere desestimado por el Juez,
éste podrá condenar al demandante al pago de costas y costos
cuando estime que incurrió en manifiesta temeridad.
En los procesos constitucionales el Estado solo puede ser
condenado al pago de costos.
En aquello que no esté expresamente establecido en la
presente Ley, los costos se regulan por los artículos 410 al 419 del
Código Procesal Civil.”
5. En tal sentido, el hecho de que la emplazada se haya
allanado en los términos que expresa el último párrafo del
artículo 413º del Código Procesal Civil, no implica que no se
haya vulnerado el derecho invocado por la demandante; todo lo
contrario, el allanamiento planteado implica un reconocimiento
expreso de la existencia de la conducta lesiva por parte de la
entidad emplazada, que ha permitido resolver prontamente la
pretensión de la accionante, sin embargo, ello no evitó la lesión
de su derecho invocado ni transformó en innecesaria su petición
de tutela judicial efectiva respecto de dicho derecho. En efecto,
resulta evidente que fue la conducta lesiva previa ejecutada por
la emplazada la que generó en el demandante la necesidad de
solicitar tutela judicial para acceder a la restitución de su derecho
conculcado, situación que, en el presente caso, le generó costos
para accionar el presente proceso (como lo es el asesoramiento
de un abogado) y los cuales, de acuerdo con el artículo 56° antes
citado, corresponden ser asumidos por la emplazada, a modo de
condena por su accionar lesivo.
6. Consecuentemente, este Colegiado aprecia que la decisión
adoptada por las instancias judiciales anteriores contraviene el
texto expreso del artículo 56º del Código Procesal Constitucional,
aplicable al proceso de hábeas data conforme lo dispone el artículo
65° del mismo cuerpo legal, que establece la obligatoriedad del
órgano judicial de ordenar el pago de costos procesales ante
el supuesto de declararse fundada la demanda constitucional,
constituyendo uno (el pago de costos) consecuencia legal de lo
otro (el carácter fundado de la demanda). Y es que tal dispositivo
legal, por regular de manera expresa el pago de costos procesales
a cargo del Estado en los procesos constitucionales, es el que
resulta aplicable al caso de autos pues no existe un vacío o defecto
legal, que permita la aplicación supletoria del Código Procesal Civil
en cuanto a dicho pago.
7. Por tal motivo, este Colegiado considera que el recurso de
agravio constitucional debe ser estimado, debiendo ordenarse a la
ONP (Estado) el pago de los costos procesales.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar FUNDADO el recurso de agravio constitucional
presentado; en consecuencia ORDENA a la ONP el pago de
costos procesales a favor de don Pablo Álvarez Frisancho, cuya
liquidación se hará en ejecución de sentencia.
Publíquese y notifíquese.
SS.
URVIOLA HANI
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
FUNDAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO URVIOLA
HANI
Si bien estoy de acuerdo tanto con la parte resolutiva como con
la parte considerativa de la ponencia recaída en autos, quisiera
realizar las siguientes precisiones adicionales:
1. En la ponencia recaída en autos se estima la pretensión del
demandante referida a la condena al pago de los costos procesales
contra la emplazada, Oficina de Normalización Previsional (ONP),
en atención a la aplicación del artículo 56° del Código Procesal
Constitucional, considerando que en virtud de dicho dispositivo
debe entenderse que en aquellos casos en los cuales se declara
fundada una demanda en el marco de un proceso constitucional
constituye una consecuencia legal de dicha decisión el que la parte
demandada sea condenada al pago de los costos del proceso. En
ese sentido, no habría lugar a la aplicación supletoria del artículo
413° del Código Procesal Civil, en consideración del artículo IX del
Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, en la medida
en que nos encontramos ante un supuesto expresamente regulado
por el artículo 56° del Código Procesal Constitucional.
2. Sin embargo, a pesar de que dicho argumento resulta
correcto en términos generales, considero que la decisión del
PROCESOS CONSTITUCIONALES
50004
Tribunal en el presente caso se encuentran fundamentada
también en razones que atañen a la conducta procesal de la parte
emplazada y a la incidencia de dicha conducta en los derechos
fundamentales del demandante, que otorgan aún mayor fortaleza
argumentativa al fallo del presente caso que el argumento al
que he hecho alusión en el fundamento 1 supra. Dichas razones
pueden ser resumidas, de un lado, en el reconocimiento del acto
lesivo del derecho fundamental a la autodeterminación informativa
del demandante por parte de la emplazada y, de otro lado, en los
incentivos perversos de orden económico que pueden generarse
con la excepción al pago de costos procesales como efecto del
allanamiento de la demandada.
3. En efecto, el hecho de que la emplazada se haya allanado
en los términos que expresa el último párrafo del articulo 413°
del Código Procesal Civil no implica que no se haya vulnerado el
derecho invocado por el demandante. Dicho allanamiento implica,
por el contrario, un reconocimiento expreso de la conducta lesiva
por parte de la entidad emplazada, la cual generó justamente la
necesidad por parte del demandante de solicitar tutela judicial
mediante el presente proceso constitucional, con los consecuentes
costos que ello implica (tales corno el asesoramiento de abogado),
los cuales corresponden ser asumidos entonces por la emplazada
a modo de condena por su accionar lesivo.
4. De otro lado, la decisión de exceptuar a la entidad emplazada
de la condena al pago de costos en casos como el de autos en
atención al allanamiento, en aplicación del artículo 413° del Código
Procesal Civil, puede traer como consecuencia la generación
de un desincentivo a la ONP para no atender oportunamente
solicitudes de información como la planteada por el demandante.
Dicho desincentivo consistiría en que, conociendo la ONP que
la no atención de lo solicitado en el plazo oportuno daría lugar
a un proceso judicial en su contra cuya conclusión puede lograr
posteriormente sin costo alguno a través del allanamiento, esta
ya no estaría interesada en atender prontamente tales solicitudes
por cuanto los procesos judiciales que podrían generarse a
consecuencia de tal demora únicamente correrían por cuenta de
los ciudadanos perjudicados, quienes, a la par que ven vulnerado
su derecho constitucional a la autodeterminación informativa,
se verían obligados a asumir también el costo procesal por
dicha vulneración. A mayor ablandamiento, cabe considerar
inclusive que la interposición de sendas demandas de hábeas
data originadas por este tipo de conducta por parte de la ONP
podría dar lugar a un innecesario e injustificado incremento de la
carga procesal de la jurisdicción constitucional, lo cual implicaría
demorar la tramitación de aquellas causas que sí requieren de
tutela urgente.
Por tales razones, considero que en casos como el presente
la condena a la emplazada al pago de los costos procesales se
encuentra plenamente justificada, en estricta aplicación del artículo
56° del Código Procesal Constitucional.
Sr.
URVIOLA HANI
W-1133425-9
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 02925-2013-PA/TC
LIMA
ROBERTO MAMANI PACHA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 18 días del mes de marzo de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los señores
magistrados Vergara Gotelli, Mesía Ramírez y Calle Hayen,
pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Roberto
Mamani Pacha contra la resolución expedida por la Tercera Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 150, su
fecha 13 de marzo de 2013, que declara improcedente la demanda
de autos.
ANTECEDENTES
El recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina
de Normalización Previsional (ONP) con el objeto de que se
declare inaplicable la Resolución Nº 1173-2007-ONP/DC/DL
19990, mediante la cual se le otorgó pensión de jubilación minera
en la modalidad de mina subterránea; y que en consecuencia se
le otorgue pensión de jubilación minera completa por padecer de
enfermedad profesional (neumoconiosis). Asimismo solicita que se
disponga el pago de devengados, intereses legales y costos del
proceso.
La emplazada contesta la demanda alegando que el actor viene
percibiendo una pensión de jubilación minera completa conforme a
la Ley Nº 25009 y su reglamento, y que lo que pretende es que
dicha pensión sea otorgada sin topes, lo cual no es posible pues
toda pensión está sujeta a un tope máximo.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
El Trigésimo Segundo Juzgado Civil de Lima, con fecha 9 de
enero de 2012, declara improcedente la demanda por considerar
que de conformidad con el artículo 5, inciso 1 del Código
Procesal Constitucional la pretensión del actor no se encuentra
comprendida en el contenido esencial del derecho a la pensión
constitucionalmente protegido.
La Sala Superior competente confirma la apelada por el mismo
fundamento.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
El objeto de la demanda es que se otorgue al actor pensión de
jubilación minera completa bajo los alcances del artículo 6 de la Ley
Nº 25009 y del artículo 20 del Decreto Supremo Nº 029-89-TR.
Aduce que pese a que padece de enfermedad profesional, la
ONP no le ha otorgado una pensión completa conforme al artículo
6 de la Ley Nº 25009, motivo por el cual se ha vulnerado su derecho
a la pensión.
En atención a los criterios de procedencia establecidos en el
fundamento 37 de la STC Nº 1417-2005-PA/TC, que constituyen
precedente vinculante, este Colegiado estima que, en el presente
caso, aun cuando la demanda cuestiona la suma específica de
la pensión que percibe la parte demandante, resulta procedente
efectuar su verificación a fin de evitar consecuencias irreparables,
dado que el demandante se encuentra en grave estado de salud.
2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11
de la Constitución)
2.1. Argumentos del demandante
Manifiesta que mediante Resolución Nº 1173-2007-ONP/DC/DL
19990 se le otorgó pensión de jubilación minera en la modalidad de
mina subterránea de conformidad con lo dispuesto en los artículos 1 y
2 de la Ley Nº 25009 y en el artículo 1 del Decreto Ley Nº 25967. Sin
embargo, al haber acreditado que padece de enfermedad profesional,
considera que le corresponde percibir la pensión de jubilación minera
completa regulada por el artículo 6 de la Ley Nº 25009.
2.2. Argumentos de la demandada
Señala que al accionante se le otorgó una pensión de jubilación
minera en virtud a las aportaciones efectuadas, la misma que está
sujeta a un tope establecido por ley, por lo que no puede percibir
un monto mayor.
2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
2.3.1. De la Resolución Nº 1173-2007-ONP/DC/DL 19990 de
fecha 5 de enero de 2007 (f. 9), se aprecia que la ONP otorgó al
actor una pensión de jubilación minera por la suma de S/. 857.36.
2.3.2. Sobre el particular, resulta pertinente precisar que el
derecho a una “pensión de jubilación minera completa”, establecido
en el artículo 2 de la Ley Nº 25009, no puede interpretarse
aisladamente, sino más bien en concordancia con el Decreto Ley
Nº 19990, la propia Ley 25009 y su reglamento, aprobado por el
Decreto Supremo Nº 029-89-TR. En consecuencia, la referencia a
una “pensión de jubilación completa” no significa de manera alguna
que ella sea ilimitada, sin topes y que se otorgue con prescindencia
de las condiciones mínimas y máximas comunes a todos los
asegurados, por lo que debe ser calculada teniendo en cuenta la
remuneración máxima asegurable, establecida por los artículos 8,
9 y 10 del Decreto Ley Nº 19990, y el regulado por el artículo 78
del Decreto Ley Nº 19990, modificado por el Decreto Ley Nº 22847
–que fijó un máximo referido a porcentajes–, y actualmente por el
artículo 3 del Decreto Ley Nº 25967.
2.3.3. Siendo así, como quiera que el demandante goza de
una pensión de jubilación conforme se advierte de la resolución
impugnada, la percepción de una pensión minera completa resulta
equivalente en su caso, razón por la cual su modificación no alteraría
el ingreso prestacional que en la actualidad viene percibiendo.
2.3.4. En consecuencia, no se ha acreditado la vulneración del
derecho constitucional a la pensión del demandante, por lo que la
demanda debe ser desestimada.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda porque no se ha acreditado
la vulneración del derecho a la pensión.
Publíquese y notifíquese.
SS.
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
W-1133425-10
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 02176-2013-PA/TC
LIMA
JESÚS GUEVARA QUESADA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 13 días del mes de marzo de 2014 la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los señores
magistrados Vergara Gotelli, Mesía Ramírez y Eto Cruz, pronuncia
la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Jesús
Guevara Quesada contra la resolución expedida por la Tercera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 131,
su fecha 10 de enero del 2013, que declaró infundada la demanda
de autos.
ANTECEDENTES
El recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina
de Normalización Previsional (ONP), con el objeto que se declare
inaplicable la Resolución Nº 62876-2006-ONP/DC/DL 19990, de
fecha 26 de junio de 2006, y que en consecuencia se le otorgue
pensión de jubilación del régimen general de jubilación del Decreto
Ley Nº 19990. Asimismo solicita el pago de los reintegros.
La emplazada contesta la demanda expresando que el actor
no ha cumplido con presentar documentación idónea que logre
acreditar el mínimo de aportaciones para el acceso a la pensión
de jubilación solicitada.
El Noveno Juzgado Constitucional de Lima, con fecha 23 de
abril de 2012, declara infundada la demanda argumentando que
el actor no ha cumplido con acreditar los años requeridos de
aportaciones que señala en su demanda.
La Sala Superior competente confirma la apelada por similar
fundamento.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
En el presente caso el demandante solicita el reconocimiento
de años de aportes y el otorgamiento de una pensión de jubilación
del régimen general de jubilación del Decreto Ley Nº 19990.
En el fundamento 37 de la STC Nº 1417-2005-PA/TC, sobre
la base de los alcances del derecho fundamental a la pensión
como derecho de configuración legal, este Colegiado delimitó los
lineamientos jurídicos que permiten ubicar las pretensiones que,
por pertenecer al contenido esencial de dicho derecho o estar
directamente relacionadas con él, merecen protección a través del
proceso de amparo. Por ello, en el literal b) del mismo fundamento,
se precisó que “forma parte del contenido esencial directamente
protegido por el derecho fundamental a la pensión, las disposiciones
legales que establecen los requisitos para su obtención”.
En consecuencia corresponde analizar si el demandante
cumple los presupuestos legales que permitirán determinar si
tiene derecho a percibir la pensión que reclama, pues de ser así
se estaría verificando la arbitrariedad en el accionar de la entidad
demandada.
2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11
de la Constitución)
2.1. Argumentos del demandante
Manifiesta que reúne las aportaciones necesarias para acceder
a una pensión de jubilación según el régimen general del Decreto
Ley Nº 19990 y que pese a ello la emplazada desconoce su
derecho.
2.2. Argumentos de la demandada
Señala que el demandante no ha presentado los medios
probatorios idóneos para acreditar el período de aportes que alega
haber efectuado.
2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
2.3.1. Conforme el artículo 38 del Decreto Ley Nº 19990,
modificado por el artículo 9 de la Ley Nº 26504 y el artículo 1 del
Decreto Ley Nº 25967, para obtener una pensión del régimen
general de jubilación se requiere tener 65 años de edad y acreditar,
por lo menos, 20 años de aportaciones.
2.3.2. De la copia del documento nacional de identidad (f. 13)
se advierte que el actor nació el 18 de abril de 1939, por lo que
cumplió la edad requerida el 18 de abril de 2004.
2.3.3. De la resolución cuestionada (f. 14) se desprende que
la ONP deniega la pensión solicitada aduciendo que el actor
solo acredita 6 años de aportaciones al Sistema Nacional de
Pensiones.
2.3.4. Este Tribunal en el fundamento 26.f de la STC Nº 4762-2007PA/TC ha precisado que para acreditar períodos de aportaciones no
50005
resulta exigible que los jueces soliciten el expediente administrativo
de otorgamiento de pensión o copia fedateada de éste, cuando
se está ante una demanda manifiestamente infundada. Para
estos efectos se considera como una demanda manifiestamente
infundada aquella en la que se advierta que el demandante solicita
el reconocimiento de años de aportaciones y no ha cumplido con
presentar prueba alguna que sustente su pretensión; cuando de
la valoración conjunta de los medios probatorios aportados se
llega a la convicción de que no acreditan el mínimo de años de
aportaciones para acceder a una pensión de jubilación; o cuando
se presentan certificados de trabajo que no han sido expedidos por
los ex empleadores sino por terceras personas.
2.3.5. El demandante, a fin de acreditar sus aportaciones
adicionales al régimen del Decreto Ley 19990, ha presentado los
siguientes documentos:
FÁBRICA DE AGUAS GASEOSAS “LA INDIA”
Por el período del 1954 al 1956:
• Certificado de trabajo (f. 94); sin embargo esta instrumental
no ha sido corroborada con la documentación adicional idónea
exigida por el precedente.
• Cédula de inscripción de la Caja Nacional de Seguro Social
(fs. 15 y 95); sin embargo no es un documento idóneo para la
acreditación de aportes.
• Planillas de salarios (fs. 96 a 98); sin embargo la fecha de
ingreso consignada se contradice con la señalada en el certificado
de trabajo.
ESTACIÓN DE SERVICIOS CAROLINA S.R.Ltda.
- Por el período del 10 de febrero de 1973 al 31 de diciembre
de 1978:
Certificado de trabajo (fs. 10, 12 y 102); sin embargo en ambos
certificados no se consigna los datos de quien suscribe dicho
documento, por lo que no causa certeza suficiente.
- Por el período del 31 de diciembre de 1978 al 31 de
diciembre de 1982:
Certificado de trabajo (fs. 9 y 11); sin embargo en ambos
certificados no se consigna los datos de quien suscribe dicho
documento, por lo que no causa certeza suficiente.
- Por el período del 7 de enero de 1979 al 31 de diciembre de
1982:
Certificado de trabajo (f. 109); sin embargo además de que la
fecha de ingreso indicada no es la misma que la consignada en los
certificados de folios 9 y 11, no se ha identificado a la persona que
firma el documento
Cabe señalar que el demandante también presento:
• Cédulas de inscripción de la Caja Nacional de Seguro Social
de los años 1957, 1962 y 1970 (fs. 16 a 18 y 99 a 101); sin embargo
no son documentos idóneos para la acreditación de aportes.
• Planillas de salarios (fs. 103 a 106 y 108); sin embargo en
dichas planillas no se observa el periodo laborado.
• Guía de compra de estampilla; sin embargo en dicho
documento no se consigna los datos del demandante.
2.3.6. Por consiguiente, corresponde seguir el criterio previsto
en el fundamento 26.f de la STC Nº 4762-2007-PA/TC, según
el cual se está ante una demanda manifiestamente infundada
cuando: “(...) de la valoración conjunta de los medios probatorios
aportados se llega a la convicción de que no acreditan el mínimo
de años de aportaciones para acceder a una pensión de jubilación;
o cuando se presentan certificados de trabajo que no han sido
expedidos por los ex empleadores sino por terceras personas
(...)”.
2.3.7. En consecuencia, no habiéndose acreditado la
vulneración del derecho a la pensión invocado por el recurrente, la
demanda debe desestimarse.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda porque no se ha acreditado
la vulneración del derecho a la pensión.
Publíquese y notifíquese.
SS.
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
W-1133425-11
PROCESOS CONSTITUCIONALES
50006
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 04687-2012-PA/TC
AREQUIPA
VANESSA JESÚS PÉREZ FERNÁNDEZ
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 18 días del mes de marzo de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia con el voto en mayoría de los magistrados Mesía
Ramírez y Eto Cruz, el voto en discordia del magistrado Álvarez
Miranda y el voto dirimente del magistrado Calle Hayen, que se
agregan a los autos.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña
Vanessa Jesús Pérez Fernández contra la sentencia expedida por
la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa,
de fojas 235, su fecha 18 de septiembre del 2012, que declaró
infundada la demanda de amparo de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 20 de diciembre de 2011, la recurrente interpone
demanda de amparo contra el Poder Judicial, solicitando que
se deje sin efecto el despido incausado del que fue objeto
materializado a través del Memorándum Nº 777-2011-PEROA/CSJA, de fecha 24 de octubre de 2011, mediante el cual se
le comunicó el término de su contrato de trabajo para servicio
específico; y que, en consecuencia, sea repuesta en el cargo de
especialista legal o en otro de igual o similar jerarquía y se le abone
los costos procesales.
Refiere que laboró desde el 3 de marzo hasta el 31 de octubre
de 2011, mediante contratos de trabajo para servicio específico,
efectuando una labor de carácter permanente que está comprendida
en el cuadro de asignación de personal, y la causa objetiva no
guarda correspondencia con la modalidad de contratación laboral
celebrada, por lo que su contrato de trabajo para servicio específico
se desnaturalizó configurándose una relación laboral a plazo
indeterminado; por lo tanto, al no haberse expresado una causa
justa de despido se han vulnerado sus derechos al trabajo, a la
protección adecuada contra el despido arbitrario, al debido proceso
y de defensa.
El procurador público encargado de los asuntos judiciales del
Poder Judicial contesta la demanda argumentando que la presente
controversia debe ser dilucidada en otra vía procedimental que
cuente con una etapa probatoria, de la cual carece el proceso de
amparo, por cuanto en el caso de autos se requiere de la actuación
de medios probatorios.
El Séptimo Juzgado Especializado en lo Civil de Arequipa con
fecha 12 de abril de 2012, declaró infundada la demanda, por
considerar que de la revisión de los contratos celebrados por las
partes se desprende que se ha descrito con objetividad la causa
determinante del contrato y que al no haberse renovado su contrato
por haber sido cubierta la plaza por una tercera persona sobre
la base de un proceso judicial, no se ha vulnerado los derechos
alegados por la demandante.
La Sala revisora, revocando la apelada, declaró improcedente
la demanda, por similar fundamento.
FUNDAMENTOS
1) Delimitación del petitorio
La demandante solicita su reposición en el cargo de especialista
judicial o en otro de igual o similar jerarquía, sosteniendo que ha
sido despedida incausadamente, y que se le abone los costos del
proceso. Alega que se han vulnerado sus derechos constitucionales
al trabajo, a la protección adecuada contra el despido arbitrario, al
debido proceso y de defensa.
2) Consideraciones previas
En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de
amparo relativas a la materia laboral individual privada, establecidos
en los fundamentos 7 a 20 de la STC Nº 0206-2005-PA/TC, que
constituyen precedente vinculante, este Tribunal considera que,
en el presente caso, corresponde evaluar si la recurrente ha sido
objeto de un despido incausado conforme señala en su demanda.
3) Sobre la afectación del derecho al trabajo y a la
protección adecuada contra el despido arbitrario
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
3.2 Argumentos del demandado
La parte demandada argumenta que la controversia debe ser
dilucidada en otra vía procedimental, en la que se puedan actuar
medios probatorios.
3.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
3.3.1. El artículo 22º de la Constitución Política del Perú
establece que: “El trabajo es un deber y un derecho. Es base del
bienestar social y medio de realización de una persona”, mientras
que el artículo 27º señala que: “La ley otorga al trabajador adecuada
protección contra el despido arbitrario”.
En tal sentido, cabe resaltar que el contenido esencial del
derecho al trabajo implica dos aspectos: El de acceder a un puesto
de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a no ser despedido
sino por causa justa. En el primer caso, el derecho al trabajo
supone la adopción por parte del Estado de una política orientada
a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que
precisar que la satisfacción de este aspecto implica un desarrollo
progresivo y según las posibilidades económicas del Estado.
El segundo aspecto trata del derecho al trabajo entendido como
proscripción de ser despedido salvo por causa justa.
3.3.2. De los contratos de trabajo para servicio específico
(fs. 37 a 46) y del Memorándum Nº 777-2011-PER-OA/CSJA, de
fecha 24 de octubre de 2011 (f. 92), se advierte que la recurrente
laboró para la parte demandada desde el 3 de marzo hasta el
31 de octubre de 2011, en el cargo de Especialista Judicial,
habiéndosele comunicado a través del referido memorándum la
culminación de sus labores por decisión unilateral del que fuera
su empleador.
3.3.3. El artículo 63º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR
establece expresamente que “los contratos para obra determinada
o servicio específico, son aquellos celebrados entre un empleador
y un trabajador, con objeto previamente establecido y de duración
determinada”. Asimismo, el artículo 72º del Decreto Supremo Nº
003-97-TR establece que “los contratos de trabajo a que se refiere
este Título necesariamente deberán constar por escrito y por
triplicado, debiendo consignarse en forma expresa su duración y
las causas objetivas determinantes de la contratación, así como las
demás condiciones de la relación laboral”.
Mientras que el inciso d) del artículo 77º del Decreto Supremo
Nº 003-97-TR prescribe que los contratos de trabajo sujetos a
modalidad se desnaturalizan cuando, entre otros supuestos, el
trabajador demuestra la existencia de simulación o fraude a las
normas establecidas en ese cuerpo legal.
3.3.4. Así, en la cláusula segunda de los contratos de trabajo
para servicio específico, se consigna que la causa objetiva del
contrato es “(…) mantener operativo los servicios que presta EL
EMPLEADOR a la ciudadanía” (fs. 37 a 46); sin embargo, no puede
considerarse cumplido en el presente caso el deber de consignar
en el contrato la causa objetiva determinante de la contratación con
la sola mención genérica, toda vez que ello que no puede explicar
por sí mismo la necesidad de un contrato temporal.
Asimismo, si bien en cláusula primera de los referidos contratos
se establece que la administración requiere la contratación temporal
de personal “(…) hasta que culmine el proceso de selección de
la Plaza Nº 0016153 correspondiente al cargo de ESPECIALISTA
LEGAL (…)”; no obstante ello, dicha referencia tampoco puede
ser considerada como la causa objetiva de un contrato de trabajo
para servicio específico que pueda justificar la contratación o
necesidad perfectamente delimitada a satisfacerse mediante una
contratación temporal de un trabajador para que realice la labor de
especialista legal que constituye una actividad permanente dentro
de la organización del Poder Judicial, lo que evidencia el fraude en
la contratación de la recurrente.
De este modo, este Tribunal considera que la parte demandada
no cumplió con especificar la causa objetiva determinante de la
contratación o necesidad perfectamente delimitada a satisfacerse
mediante una contratación temporal.
3.3.5. Siendo así, resulta manifiesto que el demandado utilizó
la referida modalidad contractual como una fórmula vacía, con el
propósito de simular una relación laboral de naturaleza temporal
cuando en realidad era permanente; en consecuencia, se ha
incurrido en la causal de desnaturalización del contrato prevista
en el inciso d) del artículo 77º del Decreto Supremo Nº 003-97TR. Por lo que la ruptura del vínculo laboral, sustentada en el
vencimiento del plazo del contrato, tiene el carácter de un despido
arbitrario, frente a lo cual procede la reposición como finalidad
eminentemente restitutoria de todo proceso constitucional de tutela
de derechos fundamentales.
4) Sobre la afectación de los derechos de defensa y al
debido proceso
4.1. Argumentos de la demandante
3.1 Argumentos de la demandante
La demandante sostiene que se ha vulnerado su derecho al
trabajo y a gozar de una protección adecuada contra el despido
arbitrario, toda vez que al haberse desnaturalizado el contrato
de trabajo para servicio específico que suscribió con la parte
demandada, se configuró una relación laboral a plazo indeterminado
motivo por el cual no debió ser despedida sin expresión de una
causa justa prevista en la ley.
La demandante también afirma que su despido sin expresión
de causa resulta violatorio de su derecho constitucional al debido
proceso, pues no ha podido ejercer su derecho de defensa.
4.2. Argumentos de entidad demandada
Al respecto, la entidad demandada no hace alusión respecto a
los derechos mencionados.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
4.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
4.3.1. Como el Tribunal Constitucional tiene establecido, el
derecho fundamental al debido proceso, consagrado en el artículo
139º, numeral 3), de la Constitución, comprende una serie de
garantías, formales y materiales, de muy distinta naturaleza, cuyo
cumplimiento efectivo garantiza que el procedimiento o proceso en
el cual se encuentre inmersa una persona, pueda considerarse justo
(STC Nº 10490-2006-AA, fundamento 2). De ahí que este Tribunal
haya destacado que el ámbito de irradiación de este derecho
continente no abarca exclusivamente al ámbito judicial, sino que se
proyecta también al ámbito de los procesos administrativos (STC
Nº 07569-2006-AA/TC, fundamento 6).
También el Tribunal ha precisado en reiterada jurisprudencia
(STC Nº 03359-2006-PA/TC, por todas) “que el debido proceso
–y los derechos que lo conforman, p. e. el derecho de defensa–
resultan aplicables al interior de la actividad institucional de
cualquier persona jurídica, máxime si ha previsto la posibilidad
de imponer una sanción tan grave como la expulsión. En tal
sentido, si el emplazado consideraba que el actor cometió alguna
falta, debieron comunicarle, previamente y por escrito, los cargos
imputados, acompañando el correspondiente sustento probatorio,
y otorgarle un plazo prudencial a efectos de que –mediante la
expresión de los descargos correspondientes– pueda ejercer
cabalmente su legítimo derecho de defensa.”
Por su parte, el derecho de defensa se encuentra reconocido
expresamente por el artículo 139º, numeral 14, de nuestra
Constitución, y constituye un elemento del derecho al debido
proceso. Según lo ha señalado la jurisprudencia de este Tribunal, el
contenido esencial del derecho de defensa queda afectado cuando,
en el seno de un proceso judicial, cualquiera de las partes resulta
impedida, por concretos actos de los órganos judiciales, de ejercer
los medios necesarios, suficientes y eficaces para defender sus
derechos e intereses legítimos [STC Nº 1231-2002-HC/TC]. Es así
que el derecho de defensa (de naturaleza procesal) se constituye
como fundamental y conforma el ámbito del debido proceso,
siendo presupuesto para reconocer la garantía de este último. Por
ello, en tanto derecho fundamental, se proyecta como principio de
interdicción para afrontar cualquier indefensión, y como principio
de contradicción de los actos procesales que pudieran repercutir
en la situación jurídica de algunas de las partes, sea en un proceso
o procedimiento, o en el caso de un tercero con interés.
4.3.2. En el caso de autos, la controversia constitucional radica
en determinar si la entidad demandada, al dar por culminado el
vínculo laboral con la demandante, lo hizo observando el debido
proceso, o si, por el contrario, lo lesionó. Efectuada esta precisión,
debe comenzarse por evaluar la lesión del derecho de defensa,
toda vez que forma parte del derecho al debido proceso.
4.3.3. De acuerdo con lo previsto por el artículo 31° del
Decreto Supremo Nº 003-97-TR, el empleador no podrá despedir
a un trabajador por causa relacionada con su conducta laboral,
sin antes otorgarle por escrito un plazo razonable no menor de
seis días naturales para que pueda defenderse por escrito de los
cargos que se le formulen; es decir, el despido se inicia con una
carta de imputación de cargos para que el trabajador pueda ejercer
su derecho de defensa, efectuando su descargo en la forma que
considere conveniente a su derecho.
4.3.4. En el presente caso ya ha quedado determinado que la
recurrente mantenía con la entidad demandada una relación laboral
a plazo indeterminado, la cual se dio por terminada sin expresarse
causal alguna; es decir, la actora fue despedida por su empleador
sin que éste le haya remitido previamente una carta de imputación
de faltas graves.
4.3.5. Por lo expuesto, el Tribunal considera que en el presente
caso la entidad demandada también ha vulnerado el derecho al
debido proceso de la recurrente, específicamente, su derecho de
defensa.
5) Efectos de la sentencia
5.1. En la medida en que en este caso se ha acreditado que
la parte demandada ha vulnerado el derecho constitucional al
trabajo, corresponde ordenar la reposición de la demandante
como trabajadora a plazo indeterminado en el cargo que venía
desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de
dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga
las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del
Código Procesal Constitucional.
5.2. Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código
Procesal Constitucional, la municipalidad emplazada debe asumir
los costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en la
etapa de ejecución de la presente sentencia.
5.3. Teniendo presente que existen reiterados casos en los
que se estima la demanda de amparo por haberse comprobado
un despido arbitrario, el Tribunal estima pertinente señalar que
cuando se interponga y admita una demanda de amparo contra
una entidad del Estado que tenga por finalidad la reposición del
demandante, ello debe registrarse como una posible contingencia
económica que ha de preverse en el presupuesto, con la finalidad
de que la plaza que ocupaba se mantenga presupuestada para, de
ser el caso, poder actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia
estimativa.
En estos casos, la Administración Pública para justificar el
mantenimiento de la plaza presupuestada, tendrá presente que
el artículo 7º del Código Procesal Constitucional dispone que “El
Procurador Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer
50007
grado, está facultado para poner en conocimiento del titular de la
entidad su opinión profesional motivada cuando considere que se
afecta el derecho constitucional invocado”.
Con la opinión del procurador público puede evitarse y preverse
gastos fiscales, ya que la Administración Pública puede allanarse
a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los
precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir
con el proceso.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la
afectación de los derechos al trabajo, a la protección adecuada
contra el despido arbitrario, al debido proceso y de defensa;
en consecuencia, NULO el despido de que ha sido objeto la
demandante.
2. ORDENAR que el Poder Judicial reponga a doña Vanessa
Jesús Pérez Fernández como trabajadora a plazo indeterminado en
su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el
plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución
aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22.° y
59.º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos
procesales.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
VOTO DE LOS MAGISTRADOS MESÍA RAMÍREZ Y ETO
CRUZ
Visto el recurso de agravio constitucional interpuesto por doña
Vanessa Jesús Pérez Fernández contra la sentencia expedida por
la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa,
de fojas 235, su fecha 18 de septiembre del 2012, que declaró
infundada la demanda de amparo de autos, los magistrados
firmantes emiten el siguiente voto:
ANTECEDENTES
Con fecha 20 de diciembre de 2011, la recurrente interpone
demanda de amparo contra el Poder Judicial solicitando que se deje
sin efecto el despido incausado del que fue objeto materializado a
través del Memorándum Nº 777-2011-PER-OA/CSJA, de fecha 24
de octubre de 2011, mediante el cual se le comunicó el término de su
contrato de trabajo para servicio específico; y que, en consecuencia,
sea repuesta en el cargo de especialista legal o en otro de igual o
similar jerarquía y se le abone los costos procesales.
Refiere que laboró desde el 3 de marzo hasta el 31 de octubre
de 2011, mediante contratos de trabajo para servicio específico,
efectuando una labor de carácter permanente que está comprendida
en el cuadro de asignación de personal, y la causa objetiva no
guarda correspondencia con la modalidad de contratación laboral
celebrada, por lo que su contrato de trabajo para servicio específico
se desnaturalizó configurándose una relación laboral a plazo
indeterminado; por lo tanto, al no haberse expresado una causa
justa de despido se han vulnerado sus derechos al trabajo, a la
protección adecuada contra el despido arbitrario, al debido proceso
y de defensa.
El procurador público encargado de los asuntos judiciales del
Poder Judicial contesta la demanda argumentando que la presente
controversia debe ser dilucidada en otra vía procedimental que
cuente con una etapa probatoria, de la cual carece el proceso de
amparo, por cuanto en el caso de autos se requiere de la actuación
de medios probatorios.
El Séptimo Juzgado Especializado en lo Civil de Arequipa con
fecha 12 de abril de 2012, declaró infundada la demanda, por
considerar que de la revisión de los contratos celebrados por las
partes se desprende que se ha descrito con objetividad la causa
determinante del contrato y que al no haberse renovado su contrato
por haber sido cubierta la plaza por una tercera persona sobre
la base de un proceso judicial, no se ha vulnerado los derechos
alegados por la demandante.
La Sala revisora, revocando la apelada, declaró improcedente
la demanda, por similar fundamento.
FUNDAMENTOS
1) Delimitación del petitorio
La demandante solicita su reposición en el cargo de especialista
judicial o en otro de igual o similar jerarquía, sosteniendo que ha
sido despedida incausadamente, y que se le abone los costos del
proceso. Alega que se han vulnerado sus derechos constitucionales
al trabajo, a la protección adecuada contra el despido arbitrario, al
debido proceso y de defensa.
50008
PROCESOS CONSTITUCIONALES
2) Consideraciones previas
En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas
de amparo relativas a la materia laboral individual privada,
establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC Nº 0206-2005PA/TC, que constituyen precedente vinculante, consideramos que,
en el presente caso, corresponde evaluar si la recurrente ha sido
objeto de un despido incausado conforme señala en su demanda.
3) Sobre la afectación del derecho al trabajo y a la
protección adecuada contra el despido arbitrario
3.1. Argumentos de la demandante
La demandante sostiene que se ha vulnerado su derecho al
trabajo y a gozar de una protección adecuada contra el despido
arbitrario, toda vez que al haberse desnaturalizado el contrato
de trabajo para servicio específico que suscribió con la parte
demandada, se configuró una relación laboral a plazo indeterminado
motivo por el cual no debió ser despedida sin expresión de una
causa justa prevista en la ley.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
en el inciso d) del artículo 77º del Decreto Supremo Nº 003-97TR. Por lo que la ruptura del vínculo laboral, sustentada en el
vencimiento del plazo del contrato, tiene el carácter de un despido
arbitrario, frente a lo cual procede la reposición como finalidad
eminentemente restitutoria de todo proceso constitucional de tutela
de derechos fundamentales.
4) Sobre la afectación de los derechos de defensa y al
debido proceso
4.1. Argumentos de la demandante
La demandante también afirma que su despido sin expresión
de causa resulta violatorio de su derecho constitucional al debido
proceso, pues no ha podido ejercer su derecho de defensa.
4.2. Argumentos de entidad demandada
Al respecto, la entidad demandada no hace alusión respecto a
los derechos mencionados.
4.3. Consideraciones
3.2. Argumentos del demandado
La parte demandada argumenta que la controversia debe ser
dilucidada en otra vía procedimental, en la que se puedan actuar
medios probatorios.
3.3. Consideraciones
3.3.1. El artículo 22º de la Constitución Política del Perú
establece que: “El trabajo es un deber y un derecho. Es base del
bienestar social y medio de realización de una persona”, mientras
que el artículo 27º señala que: “La ley otorga al trabajador adecuada
protección contra el despido arbitrario”.
En tal sentido, cabe resaltar que el contenido esencial del
derecho al trabajo implica dos aspectos: El de acceder a un puesto
de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a no ser despedido
sino por causa justa. En el primer caso, el derecho al trabajo
supone la adopción por parte del Estado de una política orientada
a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que
precisar que la satisfacción de este aspecto implica un desarrollo
progresivo y según las posibilidades económicas del Estado.
El segundo aspecto trata del derecho al trabajo entendido como
proscripción de ser despedido salvo por causa justa.
3.3.2.De los contratos de trabajo para servicio específico (fs.
37 a 46) y del Memorándum Nº 777-2011-PER-OA/CSJA, de fecha
24 de octubre de 2011 (f. 92), se advierte que la recurrente laboró
para la parte demandada desde el 3 de marzo hasta el 31 de
octubre de 2011, en el cargo de Especialista Judicial, habiéndosele
comunicado a través del referido memorándum la culminación de
sus labores por decisión unilateral del que fuera su empleador.
3.3.3. El artículo 63º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR
establece expresamente que “los contratos para obra determinada
o servicio específico, son aquellos celebrados entre un empleador
y un trabajador, con objeto previamente establecido y de duración
determinada”. Asimismo, el artículo 72º del Decreto Supremo Nº
003-97-TR establece que “los contratos de trabajo a que se refiere
este Título necesariamente deberán constar por escrito y por
triplicado, debiendo consignarse en forma expresa su duración y
las causas objetivas determinantes de la contratación, así como las
demás condiciones de la relación laboral”.
Mientras que el inciso d) del artículo 77º del Decreto Supremo
Nº 003-97-TR prescribe que los contratos de trabajo sujetos a
modalidad se desnaturalizan cuando, entre otros supuestos, el
trabajador demuestra la existencia de simulación o fraude a las
normas establecidas en ese cuerpo legal.
3.3.4. Así, en la cláusula segunda de los contratos de trabajo
para servicio específico, se consigna que la causa objetiva del
contrato es “(…) mantener operativo los servicios que presta EL
EMPLEADOR a la ciudadanía” (fs. 37 a 46); sin embargo, no puede
considerarse cumplido en el presente caso el deber de consignar
en el contrato la causa objetiva determinante de la contratación con
la sola mención genérica, toda vez que ello que no puede explicar
por sí mismo la necesidad de un contrato temporal.
Asimismo, si bien en cláusula primera de los referidos contratos
se establece que la administración requiere la contratación temporal
de personal “(…) hasta que culmine el proceso de selección de
la Plaza Nº 0016153 correspondiente al cargo de ESPECIALISTA
LEGAL (…)”; no obstante ello, dicha referencia tampoco puede
ser considerada como la causa objetiva de un contrato de trabajo
para servicio específico que pueda justificar la contratación o
necesidad perfectamente delimitada a satisfacerse mediante una
contratación temporal de un trabajador para que realice la labor de
especialista legal que constituye una actividad permanente dentro
de la organización del Poder Judicial, lo que evidencia el fraude en
la contratación de la recurrente.
De este modo, consideramos que la parte demandada no
cumplió con especificar la causa objetiva determinante de la
contratación o necesidad perfectamente delimitada a satisfacerse
mediante una contratación temporal.
3.3.5. Siendo así, resulta manifiesto que el demandado utilizó
la referida modalidad contractual como una fórmula vacía, con el
propósito de simular una relación laboral de naturaleza temporal
cuando en realidad era permanente; en consecuencia, se ha
incurrido en la causal de desnaturalización del contrato prevista
4.3.1.Como el Tribunal Constitucional tiene establecido, el
derecho fundamental al debido proceso, consagrado en el artículo
139º, numeral 3), de la Constitución, comprende una serie de
garantías, formales y materiales, de muy distinta naturaleza, cuyo
cumplimiento efectivo garantiza que el procedimiento o proceso en
el cual se encuentre inmersa una persona, pueda considerarse justo
(STC Nº 10490-2006-AA, fundamento 2). De ahí que el Tribunal
haya destacado que el ámbito de irradiación de este derecho
continente no abarca exclusivamente al ámbito judicial, sino que se
proyecta también al ámbito de los procesos administrativos (STC
Nº 07569-2006-AA/TC, fundamento 6).
También el Tribunal ha precisado en reiterada jurisprudencia
(STC Nº 03359-2006-PA/TC, por todas) “que el debido proceso –y
los derechos que lo conforman, p. e. el derecho de defensa– resultan
aplicables al interior de la actividad institucional de cualquier persona
jurídica, máxime si ha previsto la posibilidad de imponer una sanción tan
grave como la expulsión. En tal sentido, si el emplazado consideraba
que el actor cometió alguna falta, debieron comunicarle, previamente
y por escrito, los cargos imputados, acompañando el correspondiente
sustento probatorio, y otorgarle un plazo prudencial a efectos de que
–mediante la expresión de los descargos correspondientes– pueda
ejercer cabalmente su legítimo derecho de defensa.”
Por su parte, el derecho de defensa se encuentra reconocido
expresamente por el artículo 139º, numeral 14, de nuestra
Constitución, y constituye un elemento del derecho al debido
proceso. Según lo ha señalado la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional, el contenido esencial del derecho de defensa queda
afectado cuando, en el seno de un proceso judicial, cualquiera de
las partes resulta impedida, por concretos actos de los órganos
judiciales, de ejercer los medios necesarios, suficientes y eficaces
para defender sus derechos e intereses legítimos [STC 12312002-HC/TC]. Es así que el derecho de defensa (de naturaleza
procesal) se constituye como fundamental y conforma el ámbito
del debido proceso, siendo presupuesto para reconocer la garantía
de este último. Por ello, en tanto derecho fundamental, se proyecta
como principio de interdicción para afrontar cualquier indefensión,
y como principio de contradicción de los actos procesales que
pudieran repercutir en la situación jurídica de algunas de las partes,
sea en un proceso o procedimiento, o en el caso de un tercero con
interés.
4.3.2.En el caso de autos, la controversia constitucional radica
en determinar si la entidad demandada, al dar por culminado el
vínculo laboral con la demandante, lo hizo observando el debido
proceso, o si, por el contrario, lo lesionó. Efectuada esta precisión,
debe comenzarse por evaluar la lesión del derecho de defensa,
toda vez que forma parte del derecho al debido proceso.
4.3.3.De acuerdo con lo previsto por el artículo 31° del Decreto
Supremo Nº 003-97-TR, el empleador no podrá despedir a un
trabajador por causa relacionada con su conducta laboral, sin
antes otorgarle por escrito un plazo razonable no menor de seis
días naturales para que pueda defenderse por escrito de los cargos
que se le formulen; es decir, el despido se inicia con una carta
de imputación de cargos para que el trabajador pueda ejercer
su derecho de defensa, efectuando su descargo en la forma que
considere conveniente a su derecho.
4.3.4.En el presente caso ya ha quedado determinado que la
recurrente mantenía con la entidad demandada una relación laboral
a plazo indeterminado, la cual se dio por terminada sin expresarse
causal alguna; es decir, la actora fue despedida por su empleador
sin que éste le haya remitido previamente una carta de imputación
de faltas graves.
4.3.5.Por lo expuesto, consideramos que en el presente
caso la entidad demandada también ha vulnerado el derecho al
debido proceso de la recurrente, específicamente, su derecho de
defensa.
4.3.6.En la medida en que en este caso se habría acreditado
que la parte demandada ha vulnerado el derecho constitucional
al trabajo, correspondería ordenar la reposición de la demandante
como trabajadora a plazo indeterminado en el cargo que venía
desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de
dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga
las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del
Código Procesal Constitucional.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
4.3.7.Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código
Procesal Constitucional, la municipalidad emplazada debería
asumir los costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en
la etapa de ejecución de la presente sentencia.
4.3.8.Teniendo presente que existen reiterados casos en los
que se estima la demanda de amparo por haberse comprobado
un despido arbitrario, estimamos pertinente señalar que cuando se
interponga y admita una demanda de amparo contra una entidad del
Estado que tenga por finalidad la reposición del demandante, ello
debe registrarse como una posible contingencia económica que ha
de preverse en el presupuesto, con la finalidad de que la plaza que
ocupaba se mantenga presupuestada para, de ser el caso, poder
actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia estimativa.
En estos casos, la Administración Pública para justificar el
mantenimiento de la plaza presupuestada, tendrá presente que
el artículo 7º del Código Procesal Constitucional dispone que “El
Procurador Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer
grado, está facultado para poner en conocimiento del titular de la
entidad su opinión profesional motivada cuando considere que se
afecta el derecho constitucional invocado”.
Con la opinión del procurador público puede evitarse y preverse
gastos fiscales, ya que la Administración Pública puede allanarse
a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los
precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir
con el proceso.
Por estos fundamentos, nuestro voto es por:
1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la
afectación de los derechos al trabajo, a la protección adecuada
contra el despido arbitrario, al debido proceso y de defensa;
en consecuencia, NULO el despido de que ha sido objeto la
demandante.
2. ORDENAR que el Poder Judicial reponga a doña Vanessa
Jesús Pérez Fernández como trabajadora a plazo indeterminado en
su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el
plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución
aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22.° y
59.º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos
procesales.
50009
3. De ahí que, a fin de corregir tal situación, resulta
constitucionalmente lógico que el ordenamiento jurídico supedite
el acceso al empleo público a la aprobación de un concurso en
el que se evalúen tanto los méritos como las habilidades de los
participantes en el marco de una evaluación transparente. Sólo de
esta manera se garantizaría que el gobierno de turno no utilice el
aparato estatal para cubrir tales plazas con personas cercanas al
mismo que carezcan de la idoneidad necesaria para ocuparlas.
4. Por ello, en el empleo público no cabe la aplicación
mecánica del concepto de “desnaturalización”, pues a diferencia
de una empresa particular en la que sus accionistas velan por
sus legítimos intereses, el Estado, que es la gran empresa de
todos los peruanos, muchas veces termina siendo superado por
intereses subalternos, perjudicando abiertamente a la sociedad en
su conjunto y, en especial, a las personas que, a pesar de estar
debidamente cualificadas y tener vocación de servicio, no logran
ingresar al sector público.
5. No desconozco que, jurisprudencialmente, el Tribunal
Constitucional ha venido amparando pretensiones tendientes a
reincorporar a ex-trabajadores públicos que fueron contratados
bajo un contrato de locación de servicios y contratos modales
so pretexto de una “desnaturalización” del mismo, sin tomar en
consideración el citado filtro, pese a que de manera uniforme y
reiterada se ha señalado que el proceso de amparo tiene una
finalidad restitutiva y no declarativa.
6. En tal escenario, se ha venido incorporando a personas
al régimen laboral de la actividad privada regulado en el Texto
Único Ordenado del Decreto Legislativo Nº 728 a pesar de no
haber pasado por un proceso de evaluación de méritos en el
que previamente se haya determinado la existencia de una plaza
disponible, y en segundo término, si cumplen con los requisitos
necesarios para desempeñar dicha labor. Al respecto, de lo actuado
no se aprecia que exista dicha plaza ni que cumpla en teoría con lo
requerido para eventualmente acceder a la plaza.
Por tales consideraciones, soy de la opinión que la presente
demanda debe ser declarada IMPROCEDENTE.
Sr.
ÁLVAREZ MIRANDA
Sres.
W-1133425-13
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
PROCESO DE HÁBEAS CORPUS
VOTO DIRIMENTE DEL MAGISTRADO CALLE HAYEN
EXP. Nº 05883-2013-PHC/TC
LIMA
VITALIANO ROCA MÉNDEZ
Representado(a) por JULIO ROCA GÓMEZ
Puesto los autos a mi despacho para dirimir la discordia
surgida; por lo que de conformidad con lo dispuesto en el artículo
5°, parágrafo 5°, de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional y
el artículo 11 y I 1-A de su Reglamento Normativo, procedo a emitir
el siguiente voto:
1. Que compartiendo íntegramente con los fundamentos
expuestos en el voto en mayoría, me adhiero a los mismos y
los hago míos, por lo que mi voto también es porque se Declare
FUNDADA la demanda en lo que respecta a la afectación de los
derechos al trabajo, a la protección adecuada contra el despido
arbitrario, al debido proceso y de defensa; en consecuencia, NULO
el despido de que ha sido objeto la demandante. ORDENAR que
el Poder Judicial reponga a doña Vanessa Jesús Pérez Fernández
como trabajadora a plazo indeterminado en su mismo puesto de
trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días,
bajo apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas
coercitivas prescritas en los artículos 22° y 59° del Código Procesal
Constitucional, con el abono de los costos procesales. recurso de
queja, y que se disponga notificar a las partes y oficiar a la Sala de
origen para que proceda conforme a ley.
Sr.
CALLE HAYEN
VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO ÁLVAREZ MIRANDA
Con el debido respeto por la opinión vertida por mis colegas
magistrados, emito el siguiente voto singular por las siguientes
consideraciones.
1. Según el artículo 5º de la Ley Nº 28175, Ley Marco del
Empleo Público, el acceso al empleo público se realiza mediante
concurso público y abierto, por grupo ocupacional, en base a los
méritos y capacidad de las personas, en un régimen de igualdad de
oportunidades.
2. A través de dicho filtro, se persigue, en la medida de lo
posible, dotar a la Administración Pública de los mejores cuadros,
pues a diferencia de lo que ocurre con los particulares, quienes
guiados por el incentivo de ser cada día más eficientes bajo
pena de ser expectorados del mercado, procuran captar al mejor
personal en base a sus cualificaciones personales y trayectoria;
ello no suele presentarse con frecuencia en el sector público, pues
carece de tal incentivo.
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 19 días del mes de marzo de 2014 la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Vergara Gotelli, Mesía Ramírez y Eto Cruz, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto don Julio
Roca Gómez contra la resolución expedida por la Segunda Sala
Especializada en lo Penal para Procesos con Reos en Cárcel de
la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 283, su fecha 17 de
junio del 2013, que declaró improcedente la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 25 de setiembre del 2012 don Julio Roca Gómez
interpone demanda de hábeas corpus a favor de don Vitaliano Roca
Méndez, y la dirige contra el Registro Nacional de Identificación
y Estado Civil (RENIEC) y contra doña Rosabel Jesús del Valle
Marticorena, Sub Gerente de Depuración de Identificación de
Reniec. Se alega la vulneración del derecho a no ser privado
del Documento Nacional de Identidad (DNI). Se solicita que se
rehabilite la inscripción Nº 09385755 y se expida el DNI a nombre
de don Vitaliano Roca Méndez.
El recurrente refiere que con fecha 6 de mayo de 1986, don
Vitaliano Roca Méndez realizó en la oficina del Registro Electoral
del Perú ubicado en el distrito de La Victoria una primera inscripción
con Nº 07451701 y con una identidad que no le correspondía,
la de Marcos Roca Gómez, quien nació el 25 de abril de 1966 y
falleció el 15 de mayo de 1966. Con fecha 8 de enero de 1988,
don Vitaliano Roca Méndez realizó una segunda inscripción con
su verdadera identidad, es decir, Vitaliano Roca Méndez, nacido el
27 de enero de 1967 conforme al Acta de Nacimiento Nº 48 inscrita
ante la Oficina de Registro Civil de la Municipalidad Distrital “Los
Morochucos”, Pampa Cangallo, Región Ayacucho, y obtuvo la
Libreta Electoral Nº 09385755. Posteriormente realizó el canje de
la libreta electoral por el DNI.
El accionante aduce que con fecha 16 de noviembre del 2010
caducó la vigencia del DNI Nº 09385755 y que al efectuar el trámite
para su renovación se le informó que con fecha 10 de julio del
2007 la emplazada había dispuesto la cancelación de la inscripción
Nº 09385755, por causal de doble inscripción, manteniéndose
50010
PROCESOS CONSTITUCIONALES
vigente la inscripción Nº 07451701, que corresponde a don Marcos
Roca Gómez. Ante esta situación el favorecido inició proceso
administrativo en el que ha presentado el acta de nacimiento y
defunción de su hermano Marcos Roca Gómez, así como su propia
acta de nacimiento. Se agrega que mediante Resolución AFIS Nº
1014-2011/GRI/SGDI/RENIEC, de fecha 3 de octubre del 2011,
la autoridad administrativa advirtió que existe una irregularidad
en cuanto a su fecha de nacimiento, pues se registra como tal el
27 de enero del 1967, pero se realizó la inscripción el 1 de enero
de 1967, concluyéndose que don Vitaliano Roca Méndez posee
dos actas de nacimiento; sin embargo administrativamente ya se
realizó la corrección en el acta de nacimiento, consignándose que
la inscripción de su nacimiento se realizó el 1 de febrero de 1967.
El accionante manifiesta que pese a la corrección del acta de
nacimiento don Vitaliano Roca Méndez y a que se ha presentado
el acta de defunción de don Marcos Roca Gómez, así como una
constancia expedida por el Presidente de la Junta Directiva Comunal
de San Carlos de Juscaymarca, del Distrito de Los Morochucos,
de Pampa Cangallo (Ayacucho), en la que se acredita que en el
Cementerio de San Carlos existe un nicho a nombre de Marcos
Roca Gómez, el Reniec mantiene la cancelación de la inscripción
Nº 09385755, que corresponde a don Vitaliano Roca Méndez.
A fojas 65 obra la declaración de la demandada en la que
manifiesta que conforme al examen sumario Nº 4277-2007 y al
informe pericial Nº 2223-2008, se comprobó que el favorecido
mantenía dos inscripciones vigentes, por lo que en aplicación
del Decreto Ley Nº 14207 se procedió a cancelar la segunda
inscripción, manteniéndose la vigencia de la primera mediante
Resolución AFIS Nº 508-2007/SGDI/GPDR/RENIEC, de fecha
10 de julio del 2007. La demandada sostiene que en la partida de
nacimiento de don Marcos Roca Gómez se consigna como fecha
de nacimiento el 25 de abril de 1966 y en el acta de defunción se
señala como fecha de nacimiento el 25 de abril de 1968.
A fojas 70 obra la declaración del favorecido en la que se
ratifica en todos los extremos de la demanda y además manifiesta
que cometió un error al registrarse con la identidad de su hermano
Marcos Roca Gómez, por un mal consejo de su madrastra Zaragoza
Gómez Berrocal, para que herede los bienes que le hubiesen
correspondido a su medio hermano; pero dos años después sacó
su libreta electoral con su verdadera identidad.
El procurador público del Registro Nacional de identificación y
Estado Civil (RENIEC) aduce que el favorecido realizó una primera
inscripción el 6 de mayo de 1986, a nombre de Marcos Roca
Gómez, indicando haber nacido el 25 de abril de 1968 en Pampa
Cangallo, Cangallo, Ayacucho, sus padres Paulino y Zaragoza,
con Libreta Militar Nº 2418761680. Posteriormente con fecha 7 de
diciembre de 1999 tramitó el canje de la libreta electoral por el DNI.
Y, con fecha 8 de enero de 1988, realizó una segunda inscripción
a nombre de Vitaliano Roca Méndez nacido el 27 de enero de
1968 en Pampa Cangallo, Cangallo, Ayacucho, sus padres Paulino
y Victoria, Libreta Militar Nº 8600512089. Con fecha 27 de julio
de 1998 tramitó el canje de su libreta electoral por el DNI y con
fecha 12 de noviembre de 2004 realizó un trámite de rectificación
de imágenes y datos de su inscripción. Al tener doble inscripción,
mediante Resolución AFIS Nº 508-2007/SGDI/GPDR/RENIEC de
fecha 10 de julio del 2007, se dispuso la cancelación de la segunda,
por la causal de doble inscripción.
El procurador público también manifiesta que la Municipalidad
Provincial de Cangallo informó que no existe acta de nacimiento
a nombre de Vitaliano Roca Méndez, pero sí existe el Acta de
Nacimiento Nº 67, registrada por mandato judicial a nombre de
Marcos Roca Gómez nacido el 25 de abril de 1968, promovida
a solicitud de la madre Zaragoza Gómez Berrocal y los datos
consignados en dicha acta coinciden con los datos consignados
en la primera inscripción Nº 07451701 a nombre de Marcos Roca
Gómez. Asimismo la Municipalidad Distrital de Los Morochucos,
Cangallo, Ayacucho, informó que en sus archivos existe el Acta de
nacimiento Nº 48 a nombre de Vitaliano Roca Méndez, en la que
se registra como fecha de nacimiento el 27 de enero de 1967 y
su fecha de inscripción el 1 de enero de 1967; se indica también
la existencia del Acta de Defunción Nº 63, a nombre de Marcos
Roca Gómez, quien registra fecha de deceso el 15 de mayo de
1966. Con fecha 27 de diciembre del 2010, don Vitaliano Roca
Méndez, identicado con DNI Nº 09385755 solicita la cancelación
de la inscripción Nº 07451701 a nombre de Marcos Roca Gómez,
consignándose en el acta de defunción como fecha 15 de mayo
de 1966, pero en el acta de nacimiento, que se presentó para
la inscripción Nº 07451701 se consigna como fecha 25 de abril
de 1968; es decir, la defunción se habría registrado antes que el
nacimiento, por lo que mediante Resolución AFIS Nº 1014-2011/
GRISGDI/RENIEC, de fecha 3 de octubre del 2011, se denegó la
solicitud de cancelación de la primera inscripción, puesto que la
documentación proporcionada por don Vitaliano Roca Méndez no
corresponde a la identidad declarada por él mismo en la inscripción
Nº 07451701.
El Trigésimo Octavo Juzgado Penal con Reos en Cárcel
de Lima, con fecha 30 de enero del 2013, declaró infundada la
demanda por considerar que el Reniec procedió conforme al
artículo 77º del Decreto Ley Nº 14207, Registro Electoral del Perú,
pues el favorecido se inscribió dos veces, proporcionando datos
falsos para obtener una herencia familiar.
La Segunda Sala Especializada en lo Penal para Procesos con
Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima revocó la
apelada declarándola improcedente, por considerar que la Reniec
actuó conforme a ley al cancelar la segunda inscripción y que el
problema fue originado por el propio recurrente, quien debe acudir
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
a la vía ordinaria para anular la partida de nacimiento que no
corresponda a su verdadera identidad.
En el recurso de agravio constitucional se reiteran los
fundamentos de la demanda.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
El recurrente solicita que se rehabilite la inscripción Nº
09385755 y se expida el DNI a nombre de don Vitaliano Roca
Méndez. Se alega la vulneración del derecho a no ser privado del
Documento Nacional de Identidad (DNI).
2. Sobre la afectación del derecho a no ser privado del
documento nacional de identidad (artículo 2º, inciso 1, de la
Constitución)
2.1. Argumentos del demandante
El recurrente refiere que por un error y por haber sido mal
aconsejado por su madrastra, el favorecido con fecha 6 de mayo de
1986 realizó una primera inscripción utilizando el nombre de su medio
hermano ya fallecido Marcos Roca Gómez (Nº 07451701), y con fecha
8 de enero de 1988, el favorecido realizó una segunda inscripción con
su verdadera identidad, Vitaliano Roca Méndez (Nº 09385755).
2.2. Argumentos del demandado
La demandada y el procurador público del Reniec manifiestan
que se canceló la inscripción Nº 09385755 porque el favorecido
se inscribió dos veces con dos identidades diferentes, y que los
documentos presentados para anular la primera inscripción Nº
07451701 no coinciden con los datos consignados al momento del
registro.
2.3 Consideraciones del Tribunal Constitucional
El Tribunal en la sentencia recaída en el Expediente Nº 22732005-PHC/TC ha establecido que entre los atributos esenciales de
la persona, ocupa un lugar primordial el derecho a la identidad,
consagrado en el inciso 1) del artículo 2º de la Carta Magna,
entendido como el derecho que tiene todo individuo a ser reconocido
estrictamente por lo que es y por el modo cómo es. En la sentencia
precitada este Colegiado respecto al nombre consideró que “(…) es
la designación con la cual se individualiza al sujeto y que le permite
distinguirse de los demás. El nombre tiene dos componentes: el
prenombre y los apellidos. (…) Es obligatorio tenerlo y usarlo;
es inmutable, salvo casos especiales; (…) Asimismo, permite la
identificación, individualización y la pertenencia de una persona a
una familia.”
La inscripción del nacimiento es el acto oficial que queda
inscrito en el registro de estado civil, por lo que es razonable que
se remita la prueba del nombre a lo que resulte en dicho registro;
así también cualquier variación y los actos que de una u otra forma
inciden en el nombre de la persona, también se inscriben en el
citado registro. Por consiguiente, la información relativa al nombre
que se encuentre inscrita en el registro del estado civil, acredita en
forma veraz el nombre de una persona determinada.
El documento nacional de identidad (DNI) constituye un
instrumento que permite no sólo identificar a la persona, sino
también le facilita realizar actividades de diverso orden, como
participar en comicios electorales, celebrar acuerdos contractuales,
realizar transacciones comerciales, etc. Al respecto, el Tribunal
Constitucional ha precisado que “la existencia y disposición del
Documento Nacional de Identidad depende no sólo la eficacia
del derecho a la identidad, sino de una multiplicidad de derechos
fundamentales. De ahí que cuando se pone en entredicho la
obtención, modificación, renovación, o supresión de tal documento,
no sólo puede verse perjudicada la identidad de la persona, sino
también un amplio espectro de derechos [uno de ellos, la libertad
individual], siendo evidente que la eventual vulneración o amenaza
de vulneración podría acarrear un daño de mayor envergadura,
como podría ocurrir en el caso de una persona que no pueda
cobrar su pensión de subsistencia, por la cancelación intempestiva
del registro de identificación y del documento de identificación que
lo avala”. (Expediente Nº 2273-2005-PHC/TC, fundamento 26,
caso Quiroz Cabanillas).
De los argumentos de las partes y de los documentos que
obran en autos, este Colegiado concluye que la demanda debe ser
desetimada por las siguientes consideraciones.
a) El favorecido a fojas 70 de autos reconoce que realizó dos
inscripciones ante el Registro Electoral del Perú, una a nombre de
su hermano Marcos Roca Gómez y otra consignando su verdadero
nombre, Vitaliano Roca Méndez.
b) A fojas 87 obra la partida de inscripción Nº 07451701, en
la que el favorecido se inscribe con el nombre de Marcos Roca
Gómez, nacido el 25 de abril de 1968 en Pampa Cangallo,
Cangallo-Ayacucho, y consignó como nombres de sus padres los
de Paulino y Zaragoza.
c) A fojas 89 obra la partida de inscripción Nº 09385755, en
la que el favorecido se inscribe con el nombre de Vitaliano Roca
Méndez, nacido el 27 de enero de 1969 en Pampa Cangallo,
Cangallo-Ayacucho, y consignó como nombres de sus padres los
de Paulino y Victoria.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
d) Mediante Resolución AFIS Nº 508-2007/SGDI/GPDR/
RENIEC de fecha 10 de julio del 2007, se dispuso la cancelación
de la segunda inscripción con el Nº 09385755, por la causal de
doble inscripción. Esta resolución fue notificada con fecha 26
de julio del 2007 al recurrente en el domicilio consignado en la
Reniec (fojas 101) y en el Formato de Inscripción o Permanencia
al Sistema Nacional de Pensiones (fojas 118), mediante Carta Nº
15961-2007/SGDI/GPDR/RENIEC, de fecha 10 de julio del 2007
(fojas 108 y 109).
e) Con fecha 27 de diciembre del 2007, don Vitaliano Roca
Méndez solicitó al Reniec la cancelación de la inscripción Nº
07451701 (fojas 112). Esta solicitud fue denegada mediante
Resolución AFIS Nº 1014-2011/GRI/SGDI/RENIEC, de fecha 3 de
octubre del 2011 (fojas 146), que fue materia de apelación, recurso
que fue declarado infundado mediante Resolución Gerencial Nº
00026-2012/GRI/RENIEC, de fecha 15 de mayo de 2012, por
considerarse que existen irregularidades en los datos consignados
en las partidas de nacimiento y defunción para acreditar que la
identidad de Marcos Roca Gómez corresponde a su medio
hermano ya fallecido y la identidad de Vitaliano Roca Méndez es la
verdadera identidad del favorecido.
f) En la partida de inscripción Nº 07451701, a fojas 87 de
autos, se consigna como fecha de nacimiento de Marcos Roca
Gómez el 25 de abril de 1968, pero en su acta de nacimiento se
consigna 25 de abril de 1966 (fojas 126) y en el acta de defunción
se consigna como fecha de fallecimiento el 15 de mayo de 1966
(fojas 127). A fojas 132 obra otra acta de nacimiento de don Marcos
Roca Gómez, en la que se consigna otra fecha de nacimiento, 25
de abril de 1968.
g) A fojas 116 obra el acta de nacimiento de don Vitaliano Roca
Méndez, que fue asentada el 1 de enero de 1967, pero en ella se
consigna como fecha de nacimiento el 27 de enero de 1967 y en la
partida de inscripción Nº 09385755 (fojas 89), se señala que don
Vitaliano Roca Méndez nació el 27 de enero de 1969.
En consecuencia, la Reniec dispuso la cancelación de la
inscripción Nº 09385755 por doble inscripción en el registro y
por haberse detectado varias irregularidades en las partidas de
nacimiento y defunción presentadas.
Por lo expuesto, este Tribunal declara que en el presente caso
no se vulneró el derecho a no ser privado del documento nacional
de identidad.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda en lo que se refiere a la
vulneración el derecho a no ser privado del documento nacional
de identidad.
50011
Refiere que en el proceso penal que se siguió en su contra
por el delito de violación sexual de menor de 14 años de edad, fue
condenado a 30 años de pena privativa de libertad; que la madre
de la agraviada señaló que la comisión del presunto delito se habría
cometido en el año 2005, denunciando recién los hechos el 2010,
es decir 5 años después; que su familia le ha imputado hechos que
jamás cometió, y que las declaraciones de la supuesta agraviada
son imputaciones falsas. Asimismo afirma que si la menor fue
víctima del delito que se le imputa a los 11 años, debió sufrir
grave daño psicológico y físico, el que debió ser observado por
la madre en dicho momento, no entendiéndose por qué después
de 5 años recién denunció los hechos. Finalmente expresa que
interpuso recurso de apelación contra la sentencia condenatoria,
denegándosele de manera arbitraria dicho recurso, considerando
que debió aplicársele el Código de Procedimientos Penales.
Los emplazados, con fecha 18 de abril de 2013 absuelven el
traslado de la demanda aduciendo que han resuelto conforme la
norma procesal que era de aplicación inmediata, razón por la cual
no es admisible su denuncia respecto de que debió de aplicarse el
Código de Procedimientos Penales. Por otro lado señalan que el
recurrente pretende cuestionar la valoración de la prueba actuada
en juicio, lo que es propio de la justicia ordinaria.
El Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria de Trujillo de
la Corte Superior de Justicia de Libertad declaró la improcedencia
de la demanda considerando que lo que se pretende es la
valoración de medios probatorios, cuestiones que son propias de
la justicia ordinaria y no constitucional.
La Sala Superior revisora confirmó la resolución apelada por
similares argumentos.
En el recurso de agravio constitucional el actor manifiesta que
debe aplicarse el Código de Procedimientos Penales, puesto que
era la norma procesal que más le favorecía.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
El recurrente solicita la nulidad de la Resolución de fecha 7 de
noviembre de 2011, que lo condenó a 30 años de pena privativa
de libertad por el delito de violación sexual de menor de 14 años,
porque se le estaría afectando sus derechos al debido proceso, a
la libertad de tránsito y a la libertad individual. Asimismo expresa
que los emplazados al denegarle su recurso de apelación contra la
sentencia condenatoria afectan su derecho de defensa.
No obstante, este Colegiado considera pertinente expresar que
si bien el recurrente no lo dice claramente, en puridad denuncia
la afectación de su derecho a la pluralidad de instancia, puesto
que propiamente manifiesta que se le ha denegado su recurso
indebidamente. En tal sentido este Tribunal analizará la pretensión
sobre la base del referido derecho.
2. Cuestiones previas
Publíquese y notifíquese.
SS.
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
W-1133425-14
PROCESO DE HÁBEAS CORPUS
EXP. Nº 03496-2013-PHC/TC
LA LIBERTAD
FLAVIO MURRUGARRA BURGOS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 14 días del mes de marzo de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Vergara Gotelli, Mesía Ramírez y Eto Cruz, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Flavio
Murrugarra Burgos contra la resolución expedida por la Primera
Sala Penal Superior de la Corte Superior de Justicia de La
Libertad, de fojas 246, su fecha 27 de mayo de 2013, que declaró
improcedente la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 12 de abril de 2013 el recurrente interpone
demanda de hábeas corpus contra los integrantes del Juzgado
Penal Colegiado de la Corte Superior de Justicia de La Libertad,
señores Quispe Lecca, López Patiño y Luján Castro, con el
objeto de que se declare la nulidad de la Resolución de fecha
7 de noviembre de 2011, arguyendo que se le está afectando
sus derechos al debido proceso, a la libertad de tránsito y a la
libertad individual.
Se advierte que el recurrente cuestiona la sentencia
condenatoria argumentando para ello que: i) se le imputa hechos
falsos: ii) se le imputa hechos que presuntamente ocurrieron en el
año 2005, pero que recién se le denuncia en el año 2010, esto es 5
años después, por lo que existe duda respecto de ello; y iii) causa
extrañeza que la madre no haya denunciado cuando la agraviada
debe haber evidenciado daño físico y psicológico; cuestionamientos
de connotación penal que evidentemente exceden el objeto de los
procesos constitucionales de hábeas corpus.
Cabe destacar que el Tribunal Constitucional viene subrayando
en reiterada jurisprudencia que los juicios de reproche penal de
culpabilidad o inculpabilidad, así como la valoración de las pruebas
penales y su suficiencia, no están referidos en forma directa al
contenido constitucionalmente protegido del derecho a la libertad
personal, toda vez que son aspectos propios de la jurisdicción
ordinaria que no compete a la justicia constitucional [Cfr. RTC
Nº 02245-2008-PHC/TC, RTC Nº 05157-2007-PHC/TC, RTC
Nº 00572-2008-PHC/TC, entre otras]. Por tanto, respecto a este
extremo de la demanda es de aplicación el artículo 5.1 del Código
Procesal Constitucional.
3. Sobre la afectación del derecho a la pluralidad de la
instancia (artículo 139º, inciso 6, de la Constitución Política
del Estado)
3.1 Argumentos del demandante
El demandante expresa que la Sala emplazada no debió
denegarle su recurso de apelación, puesto que debió de aplicar el
Código de Procedimientos Penales.
3.2 Argumentos del demandado
El demandado aduce que ha aplicado el código procesal que
correspondía, puesto que en materia procesal rige el principio de
aplicación inmediata de la norma procesal, incluso en los procesos
en trámite.
3.3 Consideraciones del Tribunal Constitucional
El derecho de acceso a la pluralidad de instancia constituye
un elemento conformante del derecho al debido proceso, (Art.
139, inciso 6, Constitución Política del Perú), y previsto además
50012
PROCESOS CONSTITUCIONALES
de manera expresa en el literal h del artículo 8, inciso 2, de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, que establece:
“(...) Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena
igualdad, a las siguientes garantías mínimas: (...) h) derecho a
recurrir del fallo ante el juez o el tribunal superior”.
De acuerdo con ello, el derecho a la pluralidad instancia
reconoce de manera expresa el derecho de todo justiciable de
recurrir una sentencia que pone fin a la instancia, especialmente
cuando ella le es adversa a sus derechos y/o intereses. Sin
embargo, tal derecho a la pluralidad de instancia no implica
un derecho del justiciable de recurrir todas y cada una de las
resoluciones que se emitan al interior de un proceso. En este
sentido este Colegiado ha señalado que se trata de un derecho de
configuración legal, y que corresponde al legislador determinar en
qué casos, aparte de la resolución que pone fin a la instancia, cabe
la impugnación (Cfr. STC Nº 05019-2009-PHC/TC, fundamento 3).
Así, se ha establecido que:
[El derecho de acceso a los recursos] en tanto derecho de
configuración legal, corresponde al legislador crearlos, establecer
los requisitos que se debe cumplir para que estos sean admitidos,
además de prefigurar el procedimiento que se deba seguir.
Su contenido constitucionalmente protegido garantiza que no
se establezca y aplique condiciones de acceso que tengan
el propósito de disuadir, entorpecer o impedir irrazonable y
desproporcionadamente su ejercicio (Cfr. STC Exp. Nº 5194-2005PA/TC, fundamento 5).
Por tanto, el adecuado ejercicio del derecho de acceso a los
recursos supone directamente la utilización de los mecanismos
que ha diseñado normativamente el legislador, para que los
justiciables puedan cuestionar las diversas resoluciones expedidas
por el órgano jurisdiccional (Cfr. STC Nº 05019-2009-PHC/TC,
fundamento 4). Dicho ello, se pasará a analizar la pretensión de
autos.
Al respecto, el recurrente alega que la sala emplazada ha
vulnerado sus derechos al haberle denegado su recurso de
apelación contra la sentencia condenatoria. Se observa de autos
que:
a) Con fecha 10 de noviembre de 2011 fundamenta su recurso
de apelación.
b) Por Resolución Nº 7, de fecha 11 de noviembre de 2011, se
concede el recurso de apelación interpuesto por el sentenciado.
c) Por Resolución Nº 9, de fecha 5 de enero de 2012, se admite
el recurso impugnatorio de apelación.
d) Por Resolución Nº 11, de fecha 26 de marzo de 2012, se
señaló fecha para la realización de la audiencia de apelación,
siendo citado para el día 19 de abril de 2012.
e) Con fecha 18 de abril de 2012 el recurrente solicita la
reprogramación de la audiencia de apelación, argumentando que
se encuentra fuera de la ciudad de Trujillo.
f) Con fecha 19 de abril de 2012 la Segunda Sala Penal de
Apelaciones de La Libertad declara inadmisible el recurso de
apelación presentado por el letrado del actor, dejando a salvo su
derecho de justificar su inconcurrencia dentro del plazo de 48 horas
a fin de proceder a evaluar lo pertinente.
g) Con fecha 2 de mayo de 2012 el recurrente informa que sus
abogados defensores no han asistido a la audiencia programada,
solicitando que se reprograme nueva fecha para la audiencia de
apelación y se nombre un abogado de oficio.
h) Por Resolución Nº 12, de fecha 1 de junio de 2012, se
declara improcedente la solicitud del recurrente.
De todo ello se advierte que el recurrente presentó recurso de
apelación, el que no sólo fue concedido sino admitido, señalándose
la respectiva audiencia de apelación conforme lo establece la ley.
Sin embargo, fijada la fecha ni el recurrente ni sus abogados
asistieron a la audiencia, otorgándosele incluso el plazo de 48
horas para justificar su inconcurrencia, lo cual no hizo, puesto que
recién con fecha 2 de mayo de 2012 solicitó la reprogramación
de la audiencia de apelación; es decir, fuera del plazo otorgado.
Por tal razón, en el presente caso se advierte que al actor no se
le ha impedido recurrir la sentencia condenatoria, puesto que no
sólo se le concedió y admitió su recurso, sino que se fijó fecha
para la audiencia de apelación, observándose que el propio actor
y sus abogados inasistieron a la referida audiencia, y peor aún,
teniendo la posibilidad de justificar su inconcurrencia en el plazo de
48 horas, no lo hicieron en fecha oportuna. Por ende se advierte de
autos que no se ha afectado el derecho a la pluralidad de instancia
del recurrente.
Finalmente respecto al argumento referido a que se le debió de
aplicar el Código de Procedimientos Penales, se advierte que se
ha aplicado la norma procesal vigente y pertinente, toda vez que,
conforme a reiterada jurisprudencia de este Tribunal , en caso de
normas procesales se aplica la ley vigente al momento en que se
da el acto procesal.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
1. Declarar IMPROCEDENTE la demanda que alega
fundamentos de mera legalidad, conforme a lo expresado en el
fundamento 2 de la presente sentencia.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
2. Declarar INFUNDADA la demanda por no haberse
acreditado la afectación del derecho a la pluralidad de instancia.
Publíquese y notifíquese.
SS.
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
W-1133425-15
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 02171-2012-PA/TC
CUSCO
SONIA HUAHUASONCCO CARRIÓN
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 28 días del mes de enero de 2014 la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los señores
magistrados Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda pronuncia
la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Sonia
Huahuasoncco Carrión, contra la resolución expedida por la Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia del Cusco, de fojas 257, su
fecha 7 de marzo de 2012, que confirmando la apelada declaró
infundada la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 3 de julio de 2009, doña Sonia Huahuasoncco
Carrión interpone demanda de amparo contra la juez del Juzgado
Penal de Calca, doña Rocío Soledad Cáceres Pérez, con el
objeto de que se declare la nulidad de la Resolución Nº 04, de
fecha 5 de junio de 2009, que en definitiva declaró improcedente
la solicitud de constitución en parte civil e improcedente el recurso
de apelación interpuesto contra el auto de no ha lugar a abrir
instrucción penal expedida en el proceso penal seguido contra don
Edwin Pumaccahua Puma, por el delito de violación de la libertad
sexual, en su agravio. Alega la violación del derecho a la tutela
judicial efectiva y a la pluralidad de la instancia.
Refiere que una vez culminada la investigación preliminar, el
Fiscal Provincial Mixto de Calca formalizó denuncia penal contra
don Edwin Pumaccahua Puma, por el delito antes mencionado, en
su agravio; denuncia que fue rechazada por la juez emplazada,
toda vez que resolvió no ha lugar a abrir instrucción penal. Agrega
que mediante escrito de fecha 25 de mayo de 2009 solicitó ser
constituida en parte civil, así como interpuso recurso de apelación
contra el auto de no ha lugar a abrir instrucción penal; solicitud
que mediante Resolución Nº 3, de fecha 26 de mayo de 2009
fue aceptada en parte, pues se le admitió como parte civil, pero
de manera contradictoria se declaró improcedente el recurso
de apelación. En este contexto, señala que mediante escrito de
fecha 5 de junio de 2009 solicitó la corrección material de dicha
resolución, lo que motivó que la juez emplazada de oficio declare
la nulidad de la referida Resolución Nº 3 y proveyendo de nuevo el
escrito de fecha 25 de mayo de 2009, mediante la resolución judicial
cuestionada, de fecha 5 de junio de 2009 declaró improcedente la
solicitud de constitución en parte civil e improcedente el recurso
de apelación interpuesto contra el auto de no ha lugar a abrir
instrucción penal; lo cual, vulnera los derechos invocados.
La juez emplazada a través de su escrito de descargo (fojas
110), solicita que la demanda sea denegada por considerar que
el único legitimado para interponer recurso de apelación contra el
auto de no ha lugar a abrir instrucción penal es el Fiscal en tanto
titular de la acción penal pública. Asimismo, señala que el agraviado
para poder impugnar debe haberse constituido en parte civil, y esto
último tiene lugar únicamente cuando existe un proceso penal en
trámite. A su juicio, dado que la decisión de no ha lugar a abrir
instrucción penal no fue impugnada por el Fiscal, quedando por
tanto consentida dicha decisión, no había proceso penal en trámite
dentro del cual la actora pudiese haber sido admitida como parte
civil. Por su parte, el Procurador Público del Poder Judicial, a través
de su escrito de contestación a la demanda (fojas 137), solicita
que la demanda sea declarada improcedente por considerar que
la resolución cuya nulidad de pretende ha sido dictada dentro de
un proceso regular en el que la ahora demandante ha tenido la
oportunidad de apelar la resoluciones que ella considerada no
arregladas a Derecho; de lo que se deduce que, en definitiva, que
lo que busca es revisar los actuados que ya han sido materia de
pronunciamiento en sede ordinaria.
El Juzgado Mixto de Calca, con fecha 15 de abril de 2011,
declaró infundada la demanda por considerar que la solicitud de
la agraviada de constituirse en parte civil sólo procede cuando
existe una causa penal abierta, que no es el caso de autos, por
lo tanto, antes de que se decida abrir proceso penal la agraviada
no puede ejercer ningún derecho de impugnación al carecer de
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
legitimidad, que sí la tiene el representante del Ministerio Público
por ser el titular de la acción penal pública por imperio de la norma
constitucional.
La Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Cusco,
con fecha 7 de marzo de 2012, confirmando la apelada declaró
infundada la demanda por considerar que si la denuncia fue
denegada no existía entonces ningún proceso penal en iniciado
o en curso; por tanto, si no existía proceso penal alguno mal
puede pretender la actora constituirse en parte civil en un proceso
inexistente; y más bien, todo cuanto se derive del acto de la
formalización de denuncia hasta cuando se inicie el proceso penal
mediante el auto de apertura de instrucción es de competencia
únicamente del Fiscal, así como la de impugnar el auto de no ha
lugar a abrir instrucción.
FUNDAMENTOS
Delimitación del petitorio
1. La demanda tiene por objeto que se declare la nulidad de la
Resolución Nº 04, de fecha 5 de junio de 2009 que, en definitiva,
declaró improcedente la solicitud de constitución en parte civil e
improcedente el recurso de apelación interpuesto contra el auto de
no ha lugar a abrir instrucción penal expedido en el proceso penal
seguido contra don Edwin Pumaccahua Puma, por el delito de
violación de la libertad sexual, en su agravio, toda vez que según
refiere vulnera su derecho a la pluralidad de instancias, pues pese
a tener la condición de agraviada en el proceso penal, no se le
permite impugnar dicha resolución judicial, a fin de defender sus
demás derechos.
El ejercicio de la acción penal y el inicio del proceso
2. El artículo 159°, inciso 5 de la Constitución encarga al
Ministerio Público el ejercicio de la acción penal de oficio o a
petición de parte. En ese sentido, corresponde a los fiscales hacer
ejercicio de la titularidad de la acción penal pública y, una vez
conocida la denuncia o noticia criminal, proceder a formalizarla ante
el juez penal si lo estiman procedente, conforme a lo establecido
por la Ley Orgánica del Ministerio Público, aprobada por Decreto
Legislativo N° 52.
Es en este marco constitucional, ante la existencia de suficientes
elementos incriminatorios que hagan necesario una investigación
judicial, el representante del Ministerio Público deberá formalizar
la denuncia ante la judicatura penal competente, decisión fiscal
que evidencia el desarrollo de una mínima actividad probatoria así
como un razonable grado de convicción al que debe arribar el fiscal
en el transcurso de esta investigación previa al proceso penal.
3. Como se advierte, la Constitución ha residentado en el
Ministerio Público la facultad de ejercitar la acción pena; sin
embargo, de ella no se deriva que exista prohibición alguna para
que, en determinados supuestos, otras personas puedan ejercitar
la acción penal –como ocurre en los delitos perseguibles por acción
privada–, o puedan participar del proceso penal –procuradores
públicos o quien se haya constituido en parte civil, entre otros–; ello
ha quedado librado al desarrollo legislativo que sobre el particular
realice el legislador ordinario.
4. Pero lo que queda meridianamente claro es que para el
inicio del proceso penal –allí donde aún es aplicable el Código
de Procedimientos Penales–, es necesario que quienes están
legitimados para ello presenten la denuncia pertinente, ante la
autoridad judicial competente.
5. El problema se presenta en relación a quienes pueden cuestionar
el auto que emite el juez declarando no ha lugar a abrir instrucción.
Conforme a lo establecido en el tercer párrafo del artículo 77º del
Código de Procedimientos Penales, en una interpretación restrictiva y
que además ha sido acogida por la doctrina y jurisprudencia nacional,
pueden apelar los fiscales, cuando les ha correspondido a ellos el
ejercicio de la acción penal, o los agraviados, cuando el ejercicio de la
acción ha correspondido a éstos. Sin embargo, nada de ello se deriva
de la Constitución, sino que así ha sido establecido en una norma, que
por su origen es preconstitucional, de modo que corresponde analizar
si la interpretación que se hace de dicha disposición, es acorde o
no con la Constitución, y si es el caso, si afecta o no los derechos
fundamentales de los presuntos agraviados o víctimas.
6. Cierto es que los agraviados o víctimas pueden intervenir en
los procesos penales seguidos contra los presuntos responsables
del delito, siempre y cuando se constituyan en parte civil, lo que
ocurre cuando el proceso ya ha sido iniciado, pero no pueden
intervenir antes que ello ocurra, salvo en los supuestos de acción
privada. Ello evidentemente deja en una situación desventajosa a
quien presuntamente ha sufrido los efectos de uno o varios hechos
ilícitos, puesto que su actuación queda supeditada al ejercicio de la
acción penal por parte del representante del Ministerio Público, así
como a que éste interponga los recursos impugnatorios pertinentes,
en caso que la denuncia sea rechazada.
7. En el primer caso, vemos que ello es así por mandato
constitucional, empero en el segundo, si ya se interpuso la denuncia
penal respectiva por el sujeto procesal legitimado para ello, nada
impide que el agraviado, en caso se rechace la denuncia, pueda
interponer conjunta o individualmente el recurso respectivo, dado
que al tener interés en el resultado del proceso, no se le puede
denegar o impedir que acceda a los órganos jurisdiccionales
competentes, ni limitar su derecho a la instancia plural. Iniciado
el proceso, resulta obvio que para seguir actuando en el proceso
penal, será necesario que se constituya en parte civil, como
50013
anteriormente fue expuesto, pero mientras tanto, no se puede
impedir o limitar su actuación en el proceso penal, más allá de los
límites que implícita o explícitamente la Constitución ha precisado.
8. De modo que el párrafo tercero del artículo 77º del Código
de Procedimientos Penales, debe ser interpretado no limitando la
participación del agraviado a los procesos de acción civil, cuando
se haya rechazado la denuncia penal, sino también a los proceso
de acción pública, para impugnar la decisión judicial que desestima
el inicio del proceso penal; más aún cuando resulta imposible,
jurídicamente, que se constituya en parte civil, dado que aún no
existe proceso alguno en trámite dentro del cual presentar dicha
solicitud.
El derecho a la pluralidad de la instancia y la impugnación
del auto de no ha lugar a abrir instrucción penal por parte del
agraviado
9. Este Tribunal Constitucional en reiterada jurisprudencia ha
precisado que el derecho a la pluralidad de la instancia tiene por objeto
garantizar que las personas, naturales o jurídicas que participen en un
proceso judicial tengan la oportunidad de que lo resuelto por un órgano
jurisdiccional –incluso en la etapa de ejecución– sea revisado por un
órgano superior de la misma naturaleza, siempre que se haya hecho uso
de los medios impugnatorios pertinentes, y formulados dentro del plazo
legal. De modo similar este Tribunal tiene establecido que el derecho a
la instancia plural es un derecho fundamental de configuración legal,
es decir, que corresponde al legislador el crear los recursos procesales
estableciendo los requisitos que se debe cumplir para que estos sean
admitidos, además de prefigurar el procedimiento que se deba seguir.
10. Para el caso de la impugnación del auto de no ha lugar a
abrir instrucción penal expedido en el marco del modelo antiguo
del proceso penal recogido por el Código de Procedimientos
Penales el derecho constitucional a la pluralidad de la instancia ha
sido configurado el legislador mediante la creación del recurso de
apelación, previsto en el artículo 77º de dicho cuerpo jurídico.
11. Como ha quedado expuesto, el este Tribunal Constitucional
considera que dicha norma debe ser interpretada en el sentido que
el agraviado también puede apelar del auto de no ha lugar a abrir
instrucción, en los delitos perseguibles de oficio. Y ello es así en
la medida en que permite la impugnación por parte del agraviado;
es decir, a través de la ampliación del contenido del derecho a la
pluralidad de la instancia otorga la mayor protección a los derechos
del agraviado frente a actos que le pudieran afectar, lo que se pone
de manifiesto en los casos en que el Fiscal pese haber formalizado
denuncia penal no impugna el auto de no ha lugar a abrir instrucción
penal. En definitiva, esta opción interpretativa busca optimizar en
su mayor grado el derecho a la pluralidad de la instancia.
12. Ahora bien, una vez adoptada la decisión interpretativa
en el sentido de que el agraviado también puede impugnar el auto
de no ha lugar a abrir instrucción, corresponde determinar si para
ejercer este derecho el agraviado debe previamente constituirse en
parte civil, y en definitiva, si la exigencia de este requisito encuentra
una justificación razonable en el contexto del actual Estado
Constitucional. Al respecto, las instancias judiciales inferiores han
señalado que a la luz del modelo antiguo del proceso penal existe
una marcada línea doctrinaria y jurisprudencial en el sentido de que
el acto de constitución en parte civil sólo tiene lugar cuando existe un
proceso penal en trámite, es decir, luego de que se haya dispuesto
abrir instrucción; de lo que se infiere que este acto procesal no
procede cuando se ha declarado no ha lugar a abrir instrucción, toda
vez que en estricto no existiría ni siquiera proceso penal. Pues bien,
este modo de entender las cosas a juicio de este Tribunal excede
de lo constitucionalmente razonable, ya que más allá de entender
en términos únicamente formales el inicio del proceso penal a partir
del auto de apertura de instrucción (pues en términos materiales el
proceso penal inicia a partir de la investigación preliminar), se olvida
de que el agraviado o víctima al igual que el imputado y las demás
partes del proceso penal también tienen derechos fundamentales.
Y si bien tradicionalmente no se les ha otorgado el tratamiento
que les corresponde ni tampoco por lo general se hace uso de los
mismos ello no significa que carezcan de vigencia y eficacia, pues
los derechos dada su configuración constitucional son opciones que
tienen vigencia y eficacia incluso cuando nunca se haya hecho uso
de los mismos o se haya hecho un uso poco frecuente. Por tanto,
nada impide que el agraviado pueda incluso antes del inicio formal
del proceso penal impugnar los actos procesales que le afectan
sus derechos, aunque para ello sea preciso entenderla desde una
perspectiva diferente.
13. A la luz de lo anterior, bastaría diferenciar entre las
nociones de agraviado y parte civil. La diferencia operativa
entre éstos radica básicamente en que el primero gozaría de
derechos de carácter general: a impugnar el auto de no ha lugar
a abrir instrucción, a impugnar el sobreseimiento o la sentencia
absolutoria, a ser informado del resultado del proceso penal, etc.,
mientras que el segundo además de éstos gozaría de derechos de
carácter especifico: deducir la nulidad de actuados, a participar en
los actos de investigación y de prueba, etc. Así, bien entendidas
las cosas no existe una justificación razonable para exigir como
requisito indispensable el inicio del proceso penal muchos menos
la constitución en parte civil para que el agraviado pueda impugnar
los actos procesales que de modo general le afectan sus derechos.
En efecto, la opción interpretativa de que también el agraviado
puede impugnar el auto de no ha lugar a abrir instrucción resulta
plenamente congruente con la diferenciación aludida entre
agraviado y parte civil en el sentido de que el primero puede
impugnar el auto de no ha lugar a abrir instrucción, como resulta
obvio, sin que exista proceso penal en trámite y más aún sin la
necesidad de que se constituya en parte civil. Por los demás, ésta
50014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
parece ser la lógica del Nuevo Código Procesal Penal de 2004 que
reconoce a la víctima determinados derechos según su posición
jurídica concreta en el proceso penal.
Análisis del caso materia de controversia constitucional
14. En el caso constitucional de autos, este Tribunal debe
determinar si la Resolución Nº 04, de fecha 5 de junio de 2009,
que en definitiva declaró improcedente la solicitud de constitución
en parte civil e improcedente el recurso de apelación interpuesto
contra el auto de no ha lugar a abrir instrucción penal expedida en
el proceso penal seguido contra don Edwin Pumaccahua Puma,
por el delito de violación de la libertad sexual, en agravio de la
ahora demandante doña Sonia Huahuasoncco Carrión ha sido
dictada respetando o no el contenido del derecho a la pluralidad
de la instancia. A tales efectos, de los actuados que sustentan la
decisión contenida de la referida resolución judicial, en la parte
relevante, se tiene lo siguiente:
- Mediante la Resolución judicial cuestionada Nº 04, de
fecha 5 de junio de 2009, la juez emplazada declaró de oficio la
nulidad de la resolución Nº 3, de fecha 26 de mayo de 2009 que,
a su vez, la admitió como parte civil y declaró improcedente el
recurso de apelación interpuesto contra el auto de no ha lugar a
abrir instrucción; y proveyendo de nuevo el escrito de fecha 25 de
mayo de 2009 sobre constitución en parte civil y apelación de auto,
declaró improcedente la solicitud de constitución en parte civil e
improcedente el recurso de apelación interpuesto contra el auto
de no ha lugar a abrir instrucción penal. El argumento principal es
que el único legitimado para impugnar el auto de no ha lugar a abrir
instrucción penal es el Fiscal en tanto titular de la acción penal
pública, y que la constitución en parte civil sólo tiene lugar siempre
que exista un proceso penal en trámite (fojas 68).
- Según hemos señalado, el artículo 77º del Código de
Procedimientos Penales debe ser interpretado de manera extensiva,
permitiendo que el supuestamente agraviado pueda apelar el auto
que declara no ha lugar a abrir instrucción sin que exista proceso
penal en trámite y sin necesidad de constituirse en parte civil. Ahora
bien, en el caso uno de los cuestionamientos es que la actora celebró
una transacción extrajudicial con don Edwin Pumaccahua Puma, se
entiende por los daños y perjuicios ocasionados por el hecho; sin
embargo, se advierte que dicho acto se realizó bajo la condición
de que el denunciado cumpla con el pago de S/. 3.000.00 entre
el 14 y el 20 de marzo de 2009, y que en caso de incumplimiento
se continuaría la denuncia (fojas 52); y que a decir de la actora el
denunciado no cumplió con el pago, lo cual según agrega puso de
conocimiento en su oportunidad al titular de la acción penal pública
(Fiscal) a través de su escrito de fecha 23 de marzo de 2009, según lo
señala en el recurso de agravio constitucional (fojas 266) y reiterada
a través de la solicitud de constitución en parte civil y recurso de
apelación contra el auto de no ha lugar a abrir instrucción (fojas 62);
de lo que se concluye que la agraviada (ahora demandante) goza de
la legitimidad procesal para ejercer su derecho a impugnar los actos
procesales generales que afectaban su derechos.
15. Así las cosas, este Tribunal Constitucional tiene sobradas
razones para discrepar de la línea argumentativa fijada en la
Resolución judicial cuestionada Nº 04, de fecha 5 de junio de 2009
y los fundamentos señalados por las instancias judiciales inferiores
en la medida en que se restringe injustificadamente el derecho
de la demandante a interponer el recurso de apelación contra el
auto de no ha lugar a abrir instrucción en defensa de sus derechos
fundamentales en su condición de agraviada; advirtiéndose por
tanto que se ha producido la violación del derecho constitucional
a la pluralidad de la instancia, y que por lo mismo, la resolución
judicial Nº 04, de fecha 5 de junio de 2009 debe ser declarada
nula, ordenándose se emita una nueva disposición, por lo que la
demanda debe ser estimada.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú,
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda al haberse acreditado
la vulneración del derecho a la pluralidad de la instancia; en
consecuencia, NULA la Resolución judicial Nº 04, de fecha 5 de
junio de 2009, que declaró improcedente la solicitud de constitución
en parte civil e improcedente el recurso de apelación interpuesto
contra el auto de no ha lugar a abrir instrucción penal expedida en
el proceso penal seguido contra don Edwin Pumaccahua Puma,
por el delito de violación de la libertad sexual, en agravio de la
ahora demandante.
2. ORDENAR al Juzgado Penal de Calca expedir nueva
resolución, con arreglo a lo expresado en la presente sentencia.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133425-16
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 00886-2013-PA/TC
HUÁNUCO
ARTURO RIVERA Y CALDAS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 28 días del mes de enero de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrado por los Mesía
Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Arturo
Rivera y Caldas contra la resolución expedida por la Sala Civil de
la Corte Superior de Justicia de Huánuco, de fojas 165, su fecha 29
de enero de 2013, que declaró improcedente la demanda.
ANTECEDENTES
Con fecha 12 de julio de 2012, el actor interpone demanda
de amparo contra los miembros del Comité Electoral Universitario
de la Universidad Hermilio Valdizán de Huánuco, a fin de que la
Resolución Nº 0069-2012-UNHEVAL-CEU, de fecha 5 de julio de
2012, sea declarada nula, al habérsele excluido arbitrariamente
de la Asamblea Universitaria. Solicita ser declarado como
representante ante la asamblea.
Según lo denuncia, se ha desacatado lo previsto en el artículo
79º del Reglamento General de Elecciones, que estipula que la
Asamblea Universitaria estará conformada por 12 docentes
principales de la lista ganadora y 6 docentes principales de la que
ocupe el segundo lugar; sin embargo, se designó a 13 docentes
principales de la lista ganadora y solo a 5 de la lista que ocupó el
segundo puesto. Asimismo señala que, a pesar de haber ocupado
el quinto lugar de su lista, fue arbitrariamente ubicado en la sexta
posición. Tal situación, según el accionante, vulnera su derecho a
elegir y a ser elegido, así como su derecho a la igualdad.
Si bien el a quo admite la demanda, la Universidad Hermilio
Valdizán de Huánuco devuelve la notificación aduciendo que, en
aquel momento, el mandato de los miembros del referido comité
electoral había concluido. Empero, tal pedido fue declarado
improcedente y, por ende, fueron declarados rebeldes.
Esta última
demandados.
resolución
fue
impugnada
por
los
Con fecha 31 de octubre de 2012, el Segundo Juzgado Mixto
de Huánuco declara infundada la demanda, por considerar que no
se ha incumplido el Reglamento General de Elecciones, toda vez
que contrariamente a lo señalado por el demandante, el artículo
53º de dicho reglamento no estipula que la lista que ocupe el
segundo puesto deba tener tal cantidad de representantes ni que
deba seguirse a rajatabla dicho orden de prelación.
Con fecha 29 de enero de 2013, la Sala Civil de Huánuco
confirma tanto la resolución que declara rebeldes a los emplazados
como la que declara infundada la demanda. En lo relacionado a la
sentencia de primer grado, el ad quem la confirmó por cuanto, a su
juicio, lo alegado por el actor no se condice con lo establecido en el
mencionado reglamento.
FUNDAMENTOS
Delimitación del petitorio
1. La presente demanda tiene por objeto que la Resolución
Nº 0069-2012-UNHEVAL-CEU, de fecha 5 de julio de 2012,
sea declarada nula y que, por consiguiente, se nombre como
representante ante la asamblea en su condición de docente
principal.
Sobre la alegada violación del derecho fundamental a la
participación política
2. El derecho a la participación en la vida política, económica,
social y cultural de la nación, reconocido en el artículo 2°, inciso 17,
de la Constitución, constituye un derecho fundamental cuyo ámbito
de protección es la libre intervención en los procesos y la toma de
decisiones en el ámbito político, económico, social y cultural. La
participación política constituye un derecho de contenido amplio e
implica la intervención de la persona, en todo proceso de decisión,
en los diversos niveles de organización de la sociedad. De ahí que
éste no se proyecta de manera restrictiva sobre la participación
de la persona en el Estado-aparato o, si se prefiere, en el Estadoinstitución, sino que se extiende a su participación en el Estadosociedad, es decir, en los diversos niveles de organización, público
y privado. Tal es el caso, por ejemplo, de la participación de las
personas en la variedad de asociaciones, con diversa finalidad,
o la participación en todo tipo de cargos; la característica común
de todos ellos es que su origen es un proceso de elección por
un colectivo de personas. Piénsese en la junta directiva de la
asociación, del colegio profesional, de los cargos precedidos por
elección en las universidades, públicas y privadas, etc. (Cfr. STC
Nº 05741-2006-PA/TC).
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
Análisis del caso en concreto
3. Conforme se aprecia de la Resolución Nº 0069-2012UNHEVAL-CEU (Cfr. fojas 2), el demandante ha sido proclamado
y reconocido como representante accesitario de los profesores
principales ante la Asamblea Universitaria. Al respecto, cabe precisar
que si bien el actor denuncia una serie de arbitrariedades cometidas
por el Comité Electoral Universitario, tales cuestionamientos no
encuentran respaldo en el reglamento que, precisamente, ha
sido incorporado a los actuados por él mismo. Efectivamente, el
inciso “a” del artículo 53º del mencionado reglamento establece
un mecanismo de reparto de los representantes de la lista que
ocupe el segundo lugar completamente distinto al expresado por
el demandante. Por ello, la actuación del mencionado Comité
Electoral Universitario no puede ser calificada como arbitraria.
4. Aunque el demandante en el recurso de agravio constitucional
también alega que la resolución cuya nulidad pretende no cuenta
con motivación alguna, tal como se desprende del tenor de la
misma se ha efectuado una breve enumeración del desarrollo
del calendario electoral, lo que a criterio de este Colegido resulta
suficiente para justificar los resultados de la elección.
5. En consecuencia, dicho extremo de la demanda resulta
infundado. Lo argumentado por el recurrente, como ha sido
expuesto supra, carece de asidero.
Sobre la alegada afectación del derecho fundamental a la
igualdad
6. Si bien el actor también afirma haber sido discriminado,
no puede soslayarse que al no haber propuesto un tertium
comparationis (término de comparación) válido; lo alegado en
el sentido que se le ha conculcado su derecho fundamental a la
igualdad resulta improcedente (Cfr. RTC Nº 04775-2006-PA/TC,
entre otras) en aplicación el artículo 5.º, inciso 1, del Código
Procesal Constitucional.
7. Y es que, conforme ha sido precisado reiteradamente, si
se alega alguna supuesta infracción al derecho a la igualdad en
la aplicación de una disposición normativa, es menester que el
demandante ofrezca un tertium comparationis válido a partir del
cual pueda efectuarse el examen de constitucionalidad del acto
reclamado, como lo sería la existencia de algún caso puntual en
que se hubiere proclamado como representante ante la Asamblea
Universitaria a algún candidato que se encuentre en una situación
idéntica a la suya.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
1. Declarar INFUNDADA la demanda de autos en el extremo
referido a la alegada vulneración del derecho fundamental a la
participación política.
2. Declarar IMPROCEDENTE la demanda de autos en el
extremo referido a la alegada vulneración del derecho fundamental
a la igualdad.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133425-17
PROCESO DE HÁBEAS DATA
EXP. Nº 03252-2013-PHD/TC
LIMA
LUCIO EUGENIO ENRIQUE APARICIO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 9 días del mes de abril de 2014, la Sala Segunda
del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados
Vergara Gotelli, Mesía Ramírez y Eto Cruz, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Lucio
Eugenio Enrique Aparicio, debidamente representado por su
abogado don Aníbal Z. Florentino Arias, contra la sentencia
expedida por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de Lima, de fojas 64, su fecha 10 de abril de 2013, que declaró
infundada la demanda de hábeas data de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 27 de abril de 2012, el recurrente interpone demanda
de hábeas data contra el Ministerio de Trabajo y Promoción del
50015
Empleo, con la finalidad de que se le entregue copia certificada
del Acta de Calificación de su solicitud ingresada el 16 de julio del
año 2007 concerniente a su pedido de incorporación al Registro de
Trabajadores Cesados Irregularmente de acuerdo con la Ley Nº
29259. Señala que ha solicitado dicha información a la emplazada,
sin embargo ésta no le fue proporcionada por lo que desconoce las
razones por las cuales no ha sido incorporado en ninguno de los
listados del citado registro.
El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, a través de
su Procurador Público, contesta la demanda manifestando que la
pretensión del demandante de que se le entregue copia del acta
de calificación que mereció su solicitud ingresada con el registro
Nº 6526- resulta inatendible, ya que no existe la documentación
solicitada de la manera requerida, deviniendo en un imposible
físico y jurídico. Agrega que el expediente administrativo existente
ha sido presentado ante el Juzgado Laboral de Lima donde se
ventila el proceso contencioso administrativo correspondiente,
Exp. Nº 183411-2009-00674-0-LA, seguido por el recurrente sobre
no inclusión en la lista de trabajadores cesados irregularmente
(RS. Nº 028-2009-TR).
El Cuarto Juzgado Especializado en lo Constitucional de
Lima, con fecha 29 de agosto de 2012, declaró fundada en parte
la demanda, ordenando a la entidad demandada la entrega bajo
costo de lo solicitado referente a toda la información obrante en
el expediente administrativo recaído en su solicitud de inscripción
en el registro de cesados, incluyendo las actas de calificación
correspondientes; e infundada la demanda en cuanto a informar
las razones por las cuales no fue inscrito, exonerando de los costos
al demandado.
La Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima
revocó la apelada, por considerar que lo solicitado significaría
producir información inexistente por cuanto nunca fue producida, ni
se podrá realizar; toda vez que la Comisión indicada ya culminó sus
funciones. Agrega que tampoco el presente proceso se encuentra
orientado a determinar las razones por las cuales el demandante
no ha sido considerado en la relación de trabajadores que fueron
declarados como irregularmente cesados.
FUNDAMENTOS
Precisión del petitorio de la demanda
1. Mediante la presente demanda el recurrente solicita copia
del Acta de Calificación de su solicitud ingresada el 16 de julio del
año 2007 concerniente a su pedido de incorporación al Registro
de Trabajadores Cesados Irregularmente previsto en la Ley Nº
29059.
Cuestiones procesales previas
2. De acuerdo con el artículo 62º del Código Procesal
Constitucional, para la procedencia del hábeas data se requiere
que el demandante previamente haya reclamado, por documento
de fecha cierta, el respeto de su derecho, y que el demandado
se haya ratificado en su incumplimiento o no le haya contestado
dentro del plazo establecido. Tal requisito, conforme se aprecia de
autos, ha sido cumplido por el accionante conforme se aprecia de
fojas 9.
Análisis del caso concreto
3. Aunque en la STC Nº 09476-2006-PHD/TC este Tribunal
declaró infundada la pretensión de un demandante que solicitaba
que se le informe las razones por las cuales no fue incluido en dicho
registro; ello difiere de lo solicitado en el presente caso, pues lo
requerido se circunscribe a solicitar copias del Acta de Calificación
de su solicitud ingresada el 16 julio del año 2007.
4. Para este Colegiado, el demandante tiene el derecho de
conocer el contenido del expediente administrativo o del acervo
documentario, formado como consecuencia de su solicitud, en el
estado en el que se encuentre. Y es que el objetivo del proceso
de hábeas data es, por lo que respecta a supuestos como el aquí
analizado, el de proporcionar la información solicitada, sin otras
exigencias que la de ser actual, completa, clara y cierta.
5. Para ello es necesario analizar que en cuanto a lo señalado
por la emplazada respecto a que “(… ) no obra en el acervo
documentario de la Comisión Ejecutiva de la Ley Nº 27803 (…)”
la información requerida, (fojas 27) se observa que mediante Carta
Nº 8337-2009-MTPE/ST de fecha 3 de setiembre de 2009 (fojas
39) emitida por la Secretaría Técnica a nombre de la Comisión
Ejecutiva, se informó al recurrente las razones detalladas por
las cuales no había sido considerado dentro de la relación de ex
trabajadores inscritos en el Registro Nacional de Trabajadores
Cesados Irregularmente, al no haberse acreditado el cumplimiento
de los requisitos solicitados.
6. Es necesario precisar que el artículo 18º del Decreto
Supremo Nº 006-2009-TR en su inciso 3 establece que “La
Comisión Ejecutiva notifica su decisión de no incluir a un ex
trabajador en el RNTCI, mediante comunicación escrita, individual
y motivada, en el domicilio consignado por éste en su respectiva
solicitud, dentro de los diez (10) días hábiles siguientes de
concluido el plazo establecido en el numeral anterior. La Secretaría
Técnica notifica, a nombre de la Comisión Ejecutiva, la referida
decisión de no inclusión a los ex trabajadores que corresponda”.
Por lo que en dicho contexto se aprecia que una vez ingresada
la solicitud, es la Comisión Ejecutiva quien adquiere competencia
PROCESOS CONSTITUCIONALES
50016
para todo el trámite administrativo de evaluación y calificación
de las solicitudes, realizando una labor que necesariamente ha
de estar plasmada en documentos y/o soporte que acrediten la
atención debida a los documentos y solicitudes presentadas.
7. En el caso concreto, respecto a la pretensión de que se
otorgue copia certificada del acta de calificación de su solicitud
de inscripción en el Registro Nacional de Trabajadores Cesados
Irregularmente, conviene precisar que el recurrente tiene todo el
derecho de conocer lo contenido en el acta de calificación a razón
de su pedido presentado (Registro Nº 6526) o en todo caso del
expediente administrativo o acervo documentario existente.
8. No es la primera oportunidad en que este Tribunal ha
conocido un requerimiento similar. En la STC Nº 00297-2011-PHD/
TC este Colegiado estimó un pedido sustancialmente semejante.
9. Por ende, el ministerio emplazado debe limitarse a entregar
la información requerida en los propios términos en los que aparece
en el expediente.
Estimatoria de hábeas data y pago de costos procesales a
cargo del Estado
10. El artículo 56º del Código Procesal Constitucional establece
que “si la sentencia declara fundada la demanda, se impondrán las
costas y costos que el Juez establezca a la autoridad, funcionario
o persona demandada (…) En los procesos constitucionales el
Estado sólo puede ser condenado al pago de costos”.
11. Por tal motivo, este Colegiado considera que habiéndose
estimado la demanda, corresponde ordenarse al Ministerio de
Trabajo y Promoción del Empleo (Estado) el pago de los costos
procesales.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda de hábeas data de autos.
2. Ordenar al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo
entregue al demandante, bajo el costo que suponga tal pedido,
copia de todo el acervo documentario obrante en mérito de la
solicitud presentada, en el estado en el que se encuentre, en
consecuencia.
3. ORDENAR al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo
el pago de costos procesales a favor de don Lucio Eugenio Enrique
Aparicio, cuya liquidación se hará en ejecución de sentencia.
- La Resolución Nº 03-2011, de fecha 8 de noviembre de
2011, que declaró la improcedencia de la nulidad deducida contra
la Resolución Nº 01-2011;
- El Decreto Nº 160-2011, de fecha 22 de noviembre de 2011,
que exige el pago de la multa impuesta a través de la Resolución
Nº 01-2011.
Sostiene que la impugnación planteada debió ser tramitada con
efecto suspensivo, por lo que se ha vulnerado su derecho a no ser
sometido a procedimiento distinto al predeterminado por la ley.
Asimismo aduce que existen una serie de irregularidades que
se evidencian en el hecho de que se haya llamado la atención de la
relatora, las cuales constituyen delito contra la fe pública.
Finalmente señala que la multa impuesta no ha sido
debidamente fundamentada y que su causa ha sido postergada
ilegítimamente.
Por su parte, los jueces emplazados contestan la demanda
aduciendo que si bien se cometió un error mecanográfico, no
puede entenderse que ello menoscabe algún derecho fundamental
del demandante.
Asimismo sostienen que no es cierto que su causa haya sido
postergada y que, contrariamente a lo argüido por el accionante, la
multa impuesta obedece a lo que enfáticamente ha sido previsto
en el último párrafo del artículo 404º del Código Procesal Civil, por
conducirse de manera impropia.
Finalmente indican que no es cierto que se haya postergado
indebidamente su causa.
La Procuraduría Pública del Poder Judicial contesta la demanda
solicitando que sea declarada improcedente, debido a que busca
cuestionar el criterio jurisdiccional de los jueces emplazados
y que las resoluciones cuestionadas han sido emitidas luego
de un proceso regular en el que se han respetado los derechos
fundamentales del actor.
El Primer Juzgado Mixto de Juliaca declara infundada
la demanda, por considerar que las resoluciones judiciales
cuestionadas han sido válidamente emitidas cumpliendo
escrupulosamente lo previsto en el Código Procesal Civil, que
regula tanto el efecto otorgado a todo recurso como las sanciones
ante conductas inoficiosas.
La Primera Sala Civil de Juliaca confirma la recurrida por
estimar que la queja presentada no ha sido resuelta en forma
indebida. En cuanto a la aplicación de multa, argumenta que no es
necesario justificarla pues, según el último párrafo del artículo 404º
del Código Procesal Civil, ello es consecuencia de que la queja es
declarada infundada.
Publíquese y notifíquese.
FUNDAMENTOS
SS.
Delimitación del petitum
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
W-1133425-18
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 03846-2012-PA/TC
PUNO
LUIGI CALZOLAIO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 6 días del mes de setiembre de 2013, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Calle Hayen, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Luigi
Calzolaio contra la sentencia expedida por la Primera Sala Civil de
la Corte Superior de Justicia de Juliaca, de fojas 257, su fecha 13
de agosto de 2012, que declaró infundada la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 29 de noviembre, el recurrente interpone demanda
de amparo contra los integrantes de la Primera Sala Civil Juliaca
- San Román de la Corte Superior de Justicia de Puno, señores
Lozada Cueva, Mamani Coaquira y Fuentes Mezco; contra la
relatora de dicha Sala, señorita Chura Pachari; así como contra
el Procurador Público del Poder Judicial, a fin de que se declare
la nulidad de:
- La Resolución Nº 01-2011, de fecha 19 de octubre de
2011, que declaró infundada la queja presentada contra la
Resolución Nº 155-2011, emitida por el Segundo Juzgado Mixto
de San Román, que concedió la apelación presentada contra la
Resolución Nº 152-2011 sin efecto suspensivo ni con la calidad
de diferida y le impuso una multa de 3 unidades de referencia
procesal (URP).
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
1. A través del presente proceso, el recurrente persigue que se
tramite la apelación presentada contra la Resolución Nº 152-2011
con efecto suspensivo (Pretensión Nº 1) y que, en consecuencia,
se anule la sanción decretada en la Resolución Nº 01-2011
(Pretensión Nº 2).
2. En tales circunstancias, este Colegiado considera
imprescindible precisar, en virtud del principio de suplencia de la
queja deficiente, que aunque la anulación de la citada sanción
haya sido planteada como pretensión accesoria a que se declare
la nulidad de las resoluciones que no estimaron conceder dicha
apelación con efectos suspensivos; en realidad, tales pretensiones
son independientes entre sí, conforme será desarrollado supra.
Consideraciones previas
3. Conforme ha sido advertido de manera uniforme y reiterada
por este Colegiado, el proceso de amparo contra resoluciones
judiciales está circunscrito a cuestionar decisiones judiciales que
vulneren de forma directa derechos fundamentales toda vez que la
irregularidad de una resolución judicial con relevancia constitucional
se produce cada vez que ésta se expida con violación de cualquier
derecho fundamental, y no sólo en relación con los supuestos
contemplados en el artículo 4º del Código Procesal Constitucional.
4. Asimismo, también se ha establecido que el amparo contra
resoluciones judiciales requiere como presupuesto procesal
indispensable la constatación de un agravio manifiesto que
comprometa seriamente el contenido protegido de algún derecho
de naturaleza constitucional, presupuesto básico sin el cual la
demanda resultará improcedente.
5. Si bien a través del amparo el juez constitucional puede examinar
la presunta inconstitucionalidad de una resolución judicial, no es labor
de la justicia constitucional subrogar al juez ordinario en la interpretación
y aplicación de los dispositivos legales, como tampoco lo es el analizar
la comprensión que la judicatura realice de estos. Por el contrario, sólo
cabe revisar las decisiones emitidas por la justicia ordinaria cuando
éstas y sus efectos contravengan los principios que informan la función
jurisdiccional encomendada, o los pronunciamientos adoptados
vulneren los principios de razonabilidad y proporcionalidad afectando
-con ello- de modo manifiesto y grave cualquier derecho fundamental. Y
es que, como resulta obvio, el amparo contra resoluciones judiciales no
puede servir para replantear una controversia resuelta por los órganos
jurisdiccionales ordinarios, pues no constituye un medio impugnatorio
que continúe revisando una decisión que sea de exclusiva competencia
de la jurisdicción ordinaria.
6. Si bien el actor denuncia una serie de anomalías procesales,
este Colegiado considera que aunque los emplazados cometieron
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
un error mecanográfico al momento de consignar la fecha, dicha
equivocación no amerita un pronunciamiento de fondo ni mucho
menos que se declare la nulidad de dicha resolución. Y es que,
conforme ha sido desarrollado jurisprudencialmente, “(m)ientras
que el proceso que degenere en inconstitucional se habrá de
corregir mediante el ejercicio del proceso constitucional, la
simple anomalía o irregularidad lo será mediante los medios de
impugnación previstos al interior de cada proceso. Ese es el límite
con el cual ha de operar el juez constitucional y, a la vez, la garantía
de que no todo reclamo que se le hace por infracciones al interior de
un proceso pueda considerarse un verdadero tema constitucional”
(STC Nº 09727-2005-PHC/TC).
7. De ahí que tanto la corrección del mes en que fuera expedida
la Resolución Nº 01-2011, convalidada a través de la Resolución
Nº 03-2011, como el subsiguiente llamado de atención a la
relatora de la Sala demandada, no tienen incidencia constitucional
alguna. Por ello, no cabe duda que tal alegato es manifiestamente
improcedente.
Análisis de la Pretensión Nº 1
8. Tal como ha sido precisado el petitorio, corresponde dilucidar
si las razones esgrimidas tanto por la Resolución Nº 01-2011
(que declaró infundada la queja planteada contra el concesorio
de apelación), como por la Resolución Nº 03-2011 (que declaró
la improcedencia de la nulidad deducida contra la Resolución
Nº 01-2011), resultan suficientes para justificar que la apelación
interpuesta contra la Resolución Nº 152-2011 sea tramitada sin
efecto suspensivo ni con la calidad de diferida.
Derechos fundamentales comprometidos: los derechos a no
ser sometido a procedimiento distinto del previamente establecido
(inciso 3 del artículo 139º de la Constitución Política del Perú) y a la
motivación de las resoluciones judiciales (inciso 5 del artículo 139º
de la Constitución Política del Perú)
Argumentos del demandante
9. Según refiere, la apelación presentada en el proceso civil
subyacente debió ser tramitada con efecto suspensivo.
Argumentos de los demandados
10. De acuerdo con los jueces emplazados, la apelación
presentada en el proceso civil subyacente ha sido tramitada
conforme a lo previsto en el Código Procesal Civil.
11. La Procuraduría Pública del Poder Judicial no esgrime
argumentos de fondo.
Consideraciones del Tribunal
12. En primer lugar, cabe mencionar que la Constitución, en su
inciso 4 del artículo 139º, reconoce expresamente la observancia
del debido proceso y la tutela jurisdiccional (efectiva) como uno de
los principios y derechos que informan la impartición de justicia.
13. El debido proceso, por su parte, constituye uno de los
elementos básicos del modelo constitucional de proceso previsto
por nuestra norma fundamental. Este atributo continente alberga
múltiples garantías y derechos fundamentales que condicionan
y regulan la función jurisdiccional; consecuentemente, la
afectación de cualquiera de estos derechos lesiona su contenido
constitucionalmente protegido. En su variable de respeto a la
motivación de las resoluciones, salvaguarda al justiciable frente a
la arbitrariedad judicial, toda vez que garantiza que las resoluciones
judiciales no se encuentren justificadas en el mero capricho
de los magistrados, sino en datos objetivos que proporciona el
ordenamiento jurídico o los que se deriven del caso.
14. Por su parte, el derecho a no ser sometido a procedimiento
distinto del previamente establecido garantiza que las reglas
procesales esenciales con los que un proceso se configura por
anticipado, no puedan ser distorsionadas o desnaturalizadas
durante el desarrollo del mismo.
15. En tales circunstancias, cabe precisar, en primer lugar,
que la dilucidación respecto de qué efecto debió concederse la
apelación interpuesta, esto es, si debió haber sido tramitada con
efecto suspensivo o no, es un asunto que en principio corresponde
ser determinado por la justicia ordinaria y no de la justicia
constitucional, salvo que se trate de una decisión manifiestamente
arbitraria.
16. En segundo lugar, este Colegiado considera que la decisión
de conceder la impugnación planteada sin efecto suspensivo ni
con la calidad de diferida no puede ser calificada como arbitraria
pues, conforme se advierte de tales resoluciones, se ha esbozado
por qué se le ha otorgado tal efecto. Y es que, conforme fluye de
tales resoluciones, dicha impugnación no calza en el supuesto
establecido en el artículo 371º del Código Procesal Civil. De ahí
que, al margen de que los fundamentos vertidos en las resoluciones
emitidas en el proceso subyacente resulten compartidos o no en su
integridad por el recurrente, dichas argumentaciones justifican de
manera concluyente por qué lo solicitado no resulta atendible. Por
tanto, dicha pretensión resulta infundada.
Análisis de la Pretensión Nº 2
17. Contrariamente a lo resuelto en relación a la Pretensión Nº
1, la dilucidación sobre si la sanción impuesta ha sido debidamente
motivada amerita un pronunciamiento de fondo, pues el conflicto
50017
constitucional sometido a este Tribunal radica en determinar si
resulta necesario fundamentar las razones jurídicas y fácticas que
justifican la decisión de sancionar al actor, o si, por el contrario, ello
resulta innecesario en virtud de lo establecido en el último párrafo
del artículo 404º del Código Procesal Civil, según el cual, el sólo
hecho de que se declare infundada la queja acarrea la aplicación
de una sanción.
Derecho fundamental comprometido: el derecho a la motivación
de las resoluciones judiciales (inciso 5 del artículo 139º de la
Constitución Política del Perú)
Argumentos del demandante
18. De acuerdo con el actor, la multa impuesta no ha sido
debidamente justificada.
Argumentos de los demandados
19. Los jueces demandados sostienen que la sanción
impuesta es consecuencia de haberse declarado infundada la
queja conforme a lo establecido en el último párrafo del artículo
404º del Código Procesal Civil.
20. La Procuraduría Pública del Poder Judicial no aduce
argumentos de fondo.
Consideraciones del Tribunal
21. El tránsito del decimonónico Estado Legal de Derecho
al Estado Social y Democrático de Derecho supuso, entre otras
cosas, abandonar la tesis según la cual la Constitución no era
más que una mera norma política, esto es, una norma carente de
contenido jurídico vinculante y compuesta únicamente por una serie
de disposiciones orientadoras de la labor de los poderes públicos,
para consolidar la doctrina conforme a la cual la Constitución es
también una norma jurídica, es decir, una norma con contenido
dispositivo capaz de vincular a todo poder (público o privado) y a la
sociedad en su conjunto.
22. Es decir, significó superar la concepción de una pretendida
soberanía parlamentaria, que consideraba a la ley como la máxima
norma jurídica del ordenamiento, para dar paso -de la mano del
principio político de soberanía popular- al principio jurídico de
supremacía constitucional, conforme al cual, una vez expresada la
voluntad del Poder Constituyente con la creación de la Constitución
del Estado, en el orden formal y sustantivo presidido por ella no
existen soberanos, poderes absolutos o autarquías. Todo poder
devino entonces en un poder constituido por la Constitución y, por
consiguiente, limitado e informado, siempre y en todos los casos,
por su contenido jurídico-normativo.
23. La Constitución es, pues, norma jurídica y, como tal,
vincula. La supremacía normativa de la Constitución de 1993 se
encuentra recogida en sus dos vertientes: tanto aquella objetiva,
conforme a la cual la Constitución preside el ordenamiento jurídico
(artículo 51º), como aquella subjetiva, en cuyo mérito ningún acto
de los poderes públicos (artículo 45º) o de la colectividad en general
(artículo 38º) puede vulnerarla válidamente.
24. En virtud del principio de supremacía normativa, ni el
legislador al emitir legislación procesal (Cfr. STC Nº 01761-2008PA/TC), ni el juez al resolver los procesos a su cargo, pueden
desconocer el contenido constitucionalmente protegido de ningún
derecho fundamental. Es más, en tanto poderes públicos no sólo
deben velar por salvaguardarlos, sino que tienen la ineludible
misión promover su efectividad.
25. En tal sentido, afirmar que existen resoluciones judiciales
que puedan imponer sanciones sin necesidad de justificación
alguna supone sostener, con el mismo énfasis, que en tal escenario,
la Constitución ha perdido su condición de norma jurídica, para
volver a ser una mera carta política referencial, incapaz de vincular
a la judicatura, pues lejos de optimizar el derecho fundamental a
la motivación de las resoluciones judiciales tal posición desconoce
que los jueces, en su quehacer diario, se encuentran en la ineludible
obligación de respetar los derechos fundamentales.
26. Por ello, aun cuando el legislador elabore disposiciones
legales que contravengan formal o materialmente la Constitución,
los jueces tiene el deber de aplicar el control difuso o realizar una
interpretación de la ley conforme a la Constitución, decantándose
por descartar toda interpretación que vulnere a esta última.
27. Resulta innegable que el juzgador, en tanto director del
proceso, debe estar facultado para evitar cualquier inconducta
de las partes o sus abogados tendiente a enturbiar el normal
desarrollo del proceso, como por ejemplo al dilatar la ejecución de
lo resuelto mediante articulaciones inoficiosas e irreflexivas, o al
denostar irresponsablemente la majestad de la autoridad judicial,
en cuyo caso las sanciones pueden servir de instrumento para
desincentivar este tipo de malas prácticas que, como resulta obvio,
constituyen un manifiesto abuso de derecho.
28. La justificación de este tipo de sanciones no es otro que
desalentar que los litigantes comparezcan deslealmente ante el
órgano jurisdiccional abusando de las garantías jurisdiccionales
que salvaguardan la correcta impartición de justicia en un Estado
Social y Democrático de Derecho, en el que la efectividad del
derecho al acceso a la justicia así como del resto de derechos
fundamentales de carácter procesal exigen al titular del mismo el
deber de abstenerse de cualquier proceder malicioso tendiente a
conseguir la satisfacción de sus intereses a toda costa.
29. No obstante lo expuesto, el mero hecho de que lo solicitado
no resulte atendible no puede inexorablemente acarrear, de manera
50018
PROCESOS CONSTITUCIONALES
automática, la imposición de una sanción pecuniaria, pues ello no
necesariamente implica que se haya actuado dolosamente de mala
fe, esto es, lo que justamente se persigue desincentivar.
30. En la medida que la buena fe se encuentra estrechamente
ligada a la presunción de inocencia, se debe presumir que la
actuación del litigante, en principio, no es temeraria. De ahí que,
la aplicación de una sanción requiere que dicha inconducta se
encuentre debidamente detallada en la resolución judicial que la
impone (motivación cualificada), a fin de desvirtuar tal presunción.
31. Multar indiscriminadamente a todos los litigantes, no sólo
resulta manifiestamente arbitrario al no distinguir entre el litigante
honesto que aspira a una tutela arreglada a derecho, de quien se
vale de argucias ilegítimas para satisfacer sus intereses a como dé
lugar; sino que, en la práctica, constituye un obstáculo irrazonable
que menoscaba el acceso a la justicia de quienes no obran de
manera desleal al obviar tomar en consideración que, en el ámbito
jurídico, los intérpretes tienen un amplísimo margen creativo para
construir sus argumentos y que aunque los resultados de tal
interpretación no concluyan en lo mismo, ello no significa que sólo
una interpretación sea correcta.
32. En ese orden de ideas, el que una decisión jurisdiccional se
decante por una posición en lugar de otra no implica necesariamente
que ésta última sea errónea, por lo que si el litigante no se ha conducido
de manera incorrecta, la sola posibilidad de ser sancionado por
ejercer sus derechos fundamentales es algo que este Colegiado no
puede convalidar, no sólo porque desconoce que un enunciado legal
puede ser susceptible de múltiples interpretaciones (discrecionalidad
interpretativa), sino porque en determinados escenarios puede
desincentivar el ejercicio legítimo del derecho de acceso a la justicia,
en la medida en que abre la posibilidad de castigar a un litigante que
se ha conducido en el proceso de manera leal, por el sólo hecho de
no compartir su interpretación.
33. Por tanto, dado que los jueces demandados han inferido
una inconducta en el actor sin siquiera justificar tal inferencia
(aunque sea mínimamente), so pretexto de una interpretación
literal de la disposición contenida en el último párrafo del artículo
404º del Código Procesal Civil; es evidente que se ha conculcado
el derecho a la motivación de las resoluciones judiciales del
accionante en tanto, como ha sido expuesto, dicha interpretación
no resulta constitucionalmente adecuada.
34. Y es que, contrariamente a lo afirmado tanto por los jueces
emplazados como por el ad quem, una interpretación a rajatabla
de dicha disposición legal, en la que el juez, cual autómata, aplica
sanciones sin evaluar la conducta del litigante, no se condice con
los principios que guían la función jurisdiccional en un Estado
Social y Democrático de Derecho.
35. Para este Colegiado, una aplicación mecánica de
lo literalmente establecido en el artículo 404º, en el sentido
interpretativo de que el sólo hecho de que la queja sea declarada
infundada acarrea inexorablemente la imposición de una multa
al litigante, resulta inconstitucional. Tal interpretación contraviene
abiertamente el derecho fundamental a debida motivación de las
resoluciones judiciales, según el cual resulta necesario que dichas
providencias judiciales cuenten con una motivación suficiente que
respalde lo decidido.
36. Si bien el Tribunal Constitucional tiene el deber de
reconocer que, mientras no resulte violado el contenido esencial
del derecho fundamental a la motivación de las resoluciones
judiciales, el legislador democrático tiene muchas posibilidades,
todas ellas “constitucionalmente posibles”, de regular el recurso de
queja; sin embargo, la interpretación literal del último párrafo del
artículo 404º del Código Procesal Civil vulnera en forma manifiesta
el mencionado derecho fundamental, pues la aplicación de una
sanción, como cualquier otra, exige que las razones que justifican
su imposición se encuentren sustentadas en forma diáfana, a
fin de explicitar el fundamento jurídico y fáctico del porqué de la
decisión.
Efectos de la sentencia respecto del extremo estimativo
37. A fin de enmendar tal situación, corresponde declarar la
nulidad de la Resolución Nº 01-2011, en el extremo que impone
al actor una multa de 3 URP, a fin de que en el lapso de 10 días
hábiles, dicha Sala emita un nuevo pronunciamiento sobre el
particular con el objeto de que evalúe si el proceder el actor en el
proceso subyacente amerita ser sancionado.
38. Sin perjuicio de lo expuesto, este Colegiado estima
pertinente precisar que lo resuelto en el presente proceso en
modo alguno supedita o condiciona el criterio jurisdiccional de la
mencionada Sala, puesto que la calificación de la conducta del
actor es un asunto que compete exclusiva y excluyentemente a la
justicia ordinaria.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
1. Declarar INFUNDADA el extremo de la demanda de autos
referido a la alegada afectación del derecho a la motivación de
las resoluciones judiciales y del derecho a no ser sometido a
procedimiento distinto del previamente establecido.
2. Declarar FUNDADA el extremo de la demanda de
autos referido a la afectación del derecho a la motivación de
las resoluciones judiciales, al no haberse motivado la sanción
impuesta.
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Sábado 13 de setiembre de 2014
3. Declarar la nulidad de la Resolución Nº 01-2011, en el
extremo que impone una multa de 3 URP conforme a lo estipulado
en los fundamentos 37 y 38.
4. Proscribir toda interpretación literal del último párrafo del
artículo 404º del Código Procesal Civil que desconozca lo precisado
en los fundamentos 25 a 36.
Publíquese y notifíquese.
SS.
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133425-19
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 03682-2012-PA/TC
PIURA
AMELIA CÓRDOVA DE LÓPEZ
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 18 días del mes de marzo de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrado por los magistrados
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Amelia
Córdova de López contra la sentencia expedida por la Segunda
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura, de fojas 181, su
fecha 27 de julio de 2012, que declaró infundada la demanda
ANTECEDENTES
Con fecha 12 de octubre de 2011, la recurrente interpone
demanda de amparo contra la Dirección Regional de Educación
de Piura y la Caja Municipal de Ahorro y Crédito de Piura S.A.C.,
a fin de que:
- Se deje sin efecto la retención mensual que se viene
efectuando a su pensión de S/. 336.36 nuevos soles, en virtud del
préstamo otorgado por la Caja Municipal de Ahorro y Crédito de
Piura S.A.C. a su finado esposo;
- Se ordene la devolución de la suma de S/. 2,520.28 nuevos
soles, por las retenciones indebidas efectuadas desde el mes de
julio hasta el mes de agosto de 2011;
- Se ordene, además, el pago de los costos del proceso.
Sustenta sus pretensiones en que, a pesar de no haber
solicitado crédito alguno a la Caja Municipal de Ahorro y Crédito
de Piura, ni haber suscrito contrato alguno con dicha entidad
financiera, se le viene descontado S/. 336.36 nuevos soles de la
pensión de sobrevivencia – viudez que la Dirección Regional de
Educación de Piura le deposita a través de la mencionada caja
municipal, debido a una deuda que contrajo su finado esposo con
la mencionada empresa de intermediación financiera.
De acuerdo con la accionante, su pensión es inembargable
en virtud de lo establecido en el numeral 6 del artículo 648º del
Código Procesal Civil, según el cual, las remuneraciones y
pensiones inferiores a 5 unidades de referencia procesal (URPs)
son inembargables; por tanto, en la medida que únicamente
percibe S/. 770.80 nuevos soles, su pensión no puede ser materia
de embargo.
Tal situación, a su juicio, vulnera su derecho a la pensión.
La Caja Municipal de Ahorro y Crédito de Piura S.A.C. contesta
la demanda solicitando que sea declarada infundada pues, simple
y llanamente, se ha limitado cumplir lo pactado con el fallecido
cónyuge de la recurrente, quien le autorizó a descontar tales cuotas
de las pensiones de sus sobrevivientes. Asimismo, manifiesta que
dicha norma del Código Procesal Civil no resulta de aplicación por
cuanto no ha solicitado medida cautelar alguna.
La Dirección Regional de Educación de Piura, por su
parte, sostiene que la demanda es infundada debido a que los
cuestionados descuentos obedecen al préstamo que solicitó el
ex cónyuge de la demandante. Por otro lado, arguye que dicha
acreencia tiene que ser asumida por la heredera del causante, y
que, en todo caso, se le viene cobrando de manera progresiva
conforme a lo expresamente pactado con su difunto marido.
El Quinto Juzgado Especializado en lo Civil de Piura declara
fundada la demanda, por estimar que, conforme a lo señalado por
el Tribunal Constitucional en la STC Nº 01780-2009-PA/TC, resulta
de aplicación lo previsto en el numeral 6 del artículo 648º del Código
Procesal Civil, por lo que la pensión que percibe la demandante es
inembargable.
La Segunda Sala Especializada Civil de Piura declara infundada
la demanda, por considerar que la recurrente debe asumir la
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
obligación contraída con la Caja Municipal de Ahorro y Crédito de
Piura S.A.C., al haberla gravado su fallecido cónyuge. En cuanto
a la aplicación de lo establecido en el inciso 6 del artículo 648º del
Código Procesal Civil, estima que dicha norma no resulta aplicable,
debido a que expresamente se pactó tales descuentos.
FUNDAMENTOS
Delimitación del asunto litigioso
1. La cuestión litigiosa radica en determinar si lo estipulado en
una “Carta de autorización de descuento voluntario” (Cfr. fojas 64)
suscrito entre la Caja Municipal de Ahorro y Crédito de Piura S.A.C.
y quien en vida fuera don José Alindor López Alcántara, cónyuge
de la actora, resulta lesivo de sus derechos fundamentales.
2. Tal como se desprende de autos, tanto la demandante como
los emplazados reconocen que doña Amelia Córdova de López
no ha suscrito contrato alguno con la citada entidad financiera;
muy por el contrario, los emplazados convergen en sustentar sus
argumentos en que tales descuentos obedecen a que expresamente
se pactó que:
“En caso de fallecimiento, autorizo en forma expresa, para
que la CMAC PIURA S.A.C. descuente de las pensiones de
sobrevivencia a las que tuvieran derechos mis deudos, los importes
correspondientes hasta la total cancelación de la deuda.”
3. Por consiguiente, corresponde analizar si dicha cláusula
puede vincular a la demandante o no. Por tal motivo, este Colegiado
también analizará el problema planteado, en virtud del principio iura
novit curia, desde la perspectiva de los derechos fundamentales a
la libertad contractual y al acceso al órgano jurisdiccional.
Cuestión procesal previa: ¿Es posible revisar la
constitucionalidad de una cláusula contractual en un proceso
constitucional?
4. Como este Tribunal ya ha establecido, la autonomía de la
voluntad es la base para el ejercicio del derecho fundamental a
la libre contratación (Cfr. STC Nº 02175-2009-PA/TC) y se refiere
a la capacidad residual que permite a las personas regular sus
intereses y relaciones coexistenciales de conformidad con su propia
voluntad. Es la expresión de la volición, tendiente a la creación de
una norma jurídica con interés particular (Cfr. STC Nº 00047-2004PI/TC)
5. Prevista en el inciso 14) del artículo 2° de la Constitución,
la libre contratación se concibe como el acuerdo o convención de
voluntades entre dos o más personas naturales y/o jurídicas para
crear, regular, modificar o extinguir una relación jurídica de carácter
patrimonial (Cfr. STC Nº 00008-2003-AI/TC), esto es, autorregular
su marco de intereses (Cfr. STC Nº 02175-2009-PA/TC).
6. De otro lado, el contrato es una fuente de derecho que tiene
reconocimiento constitucional (Cfr. STC Nº 00047-2004-PI/TC). Sin
embargo, dicho vínculo -fruto de la concertación de voluntadesdebe versar sobre bienes o intereses que poseen apreciación
económica, tener fines lícitos y no contravenir las leyes de orden
público (Cfr. STC Nº 00008-2003-AI/TC).
7. En ese sentido, los acuerdos contractuales, incluso
los suscritos en ejercicio de la autonomía privada y la libertad
contractual de los individuos, no pueden contravenir otros derechos
fundamentales, puesto que, por un lado, el ejercicio de la libertad
contractual no puede considerarse como un derecho absoluto
y, por otro, todos los derechos fundamentales, en su conjunto,
constituyen el orden material de valores en los cuales se sustenta
todo el ordenamiento jurídico peruano (Cfr. STC Nº 00858-2003AA/TC).
Por ello, ningún pacto contractual puede oponerse al contenido
protegido de otros derechos fundamentales (Cfr. STC Nº 027362004-PA/TC). En consecuencia, el Tribunal Constitucional estima
que es posible analizar la constitucionalidad de la cláusula
contractual materia de autos, máxime cuando su aplicación podría
eventualmente menoscabar otros derechos fundamentales.
Análisis de constitucionalidad de la referida cláusula
contractual
8. En primer lugar este Colegiado considera necesario precisar
que las acreencias deben ser honradas por los deudores o, en su
defecto, por sus sucesores (responsabilidad intra vires hereditatis),
conforme a las reglas establecidas en el Código Civil, que son de
carácter imperativo.
Ante el fallecimiento del deudor, las deudas que contrajo
recaen en los herederos, los que están obligados a asumir el pago
de las mismas hasta donde alcancen los bienes que constituyen la
masa hereditaria.
No se puede pactar en contrario, pues nuestro ordenamiento
jurídico no lo permite.
9. Si sobre la base de dicha cláusula, la entidad financiera
acreedora pretende exceptuarse de transitar por la vía judicial
para requerir el pago de la deuda a terceros conforme a lo
establecido en el mencionado código apelando a la voluntad del
fallecido esposo de la accionante y, motu proprio, descontar las
cuotas impagas de las pensiones que percibe la demandante; es
evidente que tan arbitrario proceder no puede encontrar respaldo
constitucional en el derecho a la libertad contractual de don José
Alindor López Alcántara, el que, conforme a lo anotado supra, ha
sido vulnerado.
50019
10. De igual manera se vulnera, además, el derecho de acceso
al órgano jurisdiccional, que garantiza la potestad de acceder a los
órganos jurisdiccionales para solicitar que se resuelva un conflicto
de intereses o una situación jurídica que forma parte del contenido
constitucionalmente protegido de los derechos al debido proceso
y a la tutela jurisdiccional efectiva, consagrados en el artículo 139
inciso 3) de la Constitución (Cfr. STC Nº 03843-2008-PA/TC).
Y es que, en lugar de recurrirse al órgano jurisdiccional para
solicitar el pago de la citada obligación pecuniaria contraída por su
fallecido esposo, de acuerdo con las reglas señaladas en Código
Civil, se optó por retenerse de la pensión de la actora los montos
adeudados por su finado esposo, de manera que se optó por la
autotutela, lo cual resulta inaceptable en términos constitucionales.
11. Tampoco puede soslayarse que las codemandadas no han
tomado en cuenta que de acuerdo con el numeral 6 del artículo
648º del Código Procesal Civil, las remuneraciones y pensiones
inferiores a 5 unidades de referencia procesal (URPs) son
inembargables.
12. En consecuencia, corresponde estimar las pretensiones
de la actora al haberse determinado que las demandadas han
actuado al margen de la Constitución y la ley.
Efectos de la presente sentencia
13. Al haberse determinado que la pensión de la recurrente
ha sido objeto de descuentos indebidos, corresponde ordenar
el cese de estos así como la restitución y/o devolución de lo
indebidamente descontado, más los intereses legales, y condenar
a las codemandadas al pago de costos conforme a lo estipulado
en el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, lo que será
determinado en ejecución de sentencia; dejando a salvo el derecho
de la Caja Municipal de Ahorro y Crédito de Piura de iniciar las
acciones judiciales correspondientes para el cobro de la deuda
contraída por don José Alindor López Alcántara a sus sucesores.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda de autos, en lo que
respecta a la afectación de los derechos a la libertad contractual y
de acceso al órgano jurisdiccional.
2. Ordenar el cese de los descuentos a la pensión que
viene percibiendo la demandante así como la restitución de
lo indebidamente descontado conforme a lo señalado en el
fundamento 13 de la presente sentencia, con costos.
Publíquese y notifíquese
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133425-20
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 02675-2013-PA/TC
ICA
APARICIO MEDINA JARA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 18 días del mes de marzo de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los señores
magistrados Vergara Gotelli, Mesía Ramírez y Calle Hayen,
pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Aparicio
Medina Jara contra la resolución expedida por la Segunda Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Ica, de fojas 76, su fecha 27
de marzo de 2013, que declaró infundada la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 10 de mayo de 2012 el recurrente interpone
demanda de amparo contra la Oficina de Normalización Previsional
(ONP), con el objeto de que se declare inaplicable la resolución
denegatoria ficta de su solicitud pensionaria del 27 de octubre de
2008, y que, consecuencia, se le otorgue pensión de invalidez
vitalicia por enfermedad profesional conforme al Decreto Ley
18846 y a su norma sustitutoria, la Ley 26790.
La ONP contesta la demanda señalando que el actor solicitó
renta vitalicia por enfermedad profesional en el 2008, que le fue
denegada mediante Resolución 3417-2010-DPR.SC/DL 18846,
quedando firme administrativamente; mientras que, a su vez, no
existe relación de causalidad entre las enfermedades que presenta
el demandante con el ambiente en que realizó sus labores.
El Tercer Juzgado Civil de Ica, con fecha 15 de noviembre de
2012, declara fundada la demanda, por considerar que el certificado
50020
PROCESOS CONSTITUCIONALES
de trabajo y el certificado médico presentados por el demandante
son pruebas fehacientes para acreditar la enfermedad profesional
que padece.
La Sala Superior revisora revoca la apelada y, reformándola,
declara infundada la demanda, por estimar que no se existe
una relación causa efecto entre las condiciones de trabajo y la
enfermedad.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
El objeto de la demanda es que se otorgue al actor una pensión
de invalidez vitalicia por enfermedad profesional dentro de los
alcances del Decreto Ley 18846 y su norma sustitutoria, la Ley
26790.
En el fundamento 37 de la STC 1417-2005-PA/TC, sobre
la base de los alcances del derecho fundamental a la pensión
como derecho de configuración legal, este Colegiado delimitó los
lineamientos jurídicos que permiten ubicar las pretensiones que,
por pertenecer al contenido esencial de dicho derecho o estar
directamente relacionadas con él, merecen protección a través del
proceso de amparo. Por ello, en el literal b) del mismo fundamento,
se precisó que “forma parte del contenido esencial directamente
protegido por el derecho fundamental a la pensión, las disposiciones
legales que establecen los requisitos para su obtención”.
En consecuencia corresponde analizar si el demandante
cumple los presupuestos legales que permitirán determinar si
tiene derecho a percibir la pensión que reclama, pues de ser así
se estaría verificando la arbitrariedad en el accionar de la entidad
demandada.
2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11
de la Constitución)
2.1. Argumentos del demandante
Refiere padecer las enfermedades profesionales de
neumoconiosis e hipoacusia a consecuencia de las labores que
realizó en un centro minero en minas a tajo abierto, habiendo
estado expuesto a la contaminación ambiental.
2.2. Argumentos de la demandada
Manifiesta que no se ha probado el nexo de causalidad entre
las enfermedades que el actor supuestamente padece y las labores
que realizó como oficial encargado de la limpieza del Campamento
San Juan (sanidad y limpieza), ayudante y electricista, labores que
no importan un trabajo directo en las labores propias de la mina.
2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
2.3.1. Mediante el precedente vinculante recaído en el
fundamento 14 de la STC 02513-2007-PA/TC, este Tribunal ha
ratificado el precedente relativo a la acreditación de la enfermedad
profesional, reiterando que únicamente podrá efectuarse mediante
un examen o dictamen médico emitido por una Comisión Médica
Evaluadora de Incapacidades del Ministerio de Salud, de EsSalud
o de una EPS, conforme lo señala el artículo 26 del Decreto Ley
19990.
2.3.2. Se advierte de los actuados que la solicitud pensionaria el
27 de octubre de 2008 (fs. 4 y 5) fue resuelta por la Administración
mediante la Resolución 3417-2010-ONP/DPR.SC/DL 18846, del
6 de setiembre de 2010 (folios 41 del expediente administrativo
01800013408), desestimando el pedido por considerar que el
certificado médico que se presentó con la mencionada solicitud fue
emitido el 27 de abril 2009 (folios 17 del expediente administrativo),
concluyendo que la norma aplicable no era el Decreto Ley 18846
sino la Ley 26790.
2.3.3. Con el escrito de demanda el actor adjunta el Certificado
de Evaluación Médica de Incapacidad – DS 166-2005-EF,
presentado en copia legalizada, de fecha 4 de mayo de 2011,
emitido por la Comisión Médica de Incapacidades del Hospital III
Regional Honorio Delgado Espinoza – Arequipa de EsSalud, que
dictamina el padecimiento de hipoacusia neurosensorial moderada
bilateral y silicosis con 68 % de menoscabo global (f. 3), documento
médico con el cual se pretende acreditar su incapacidad laboral
en el presente proceso de amparo dado que el pronunciamiento
administrativo que denegó el pedido del actor solo evaluó la
normatividad aplicable.
2.3.4. Resulta pertinente precisar que a efectos de determinar si
una enfermedad es producto de la actividad laboral, se requiere de
la existencia de una relación causa – efecto entre las condiciones
de trabajo y la enfermedad. Por ello este Tribunal ha señalado
en la sentencia mencionada (fundamento 26), que en el caso de
las “enfermedades profesionales originadas por la exposición a
polvos minerales esclerógenos, ha de precisarse su ámbito de
aplicación y reiterarse como precedente vinculante que: en el
caso de la neumoconiosis (silicosis), la antracosis y la asbestosis,
el nexo o relación de causalidad en el caso de los trabajadores
mineros que se laboran en minas subterráneas o de tajo abierto,
se presume siempre y cuando el demandante haya desempeñado
las actividades de trabajo de riesgo señaladas en el anexo 5
del Decreto Supremo Nº 009-97-SA, ya que son enfermedades
irreversibles y degenerativas causadas por la exposición a polvos
minerales esclerógenos”.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
2.3.5. Asimismo, en la sentencia mencionada precedentemente
este Tribunal ha precisado que para establecer si la hipoacusia
es de origen ocupacional, es necesario acreditar la relación de
causalidad entre las condiciones de trabajo y la enfermedad. Para
ello se deberá tener en cuenta las funciones que desempeñaba
el demandante, el tiempo transcurrido entre la fecha de cese
y la fecha de determinación de la enfermedad, además de las
condiciones inherentes al propio lugar de trabajo; ello quiere decir
que la relación de causalidad en esta enfermedad no se presume
sino que se tiene que probar, dado que la hipoacusia se produce
por la exposición repetida y prolongada al ruido.
2.3.6. De la misma forma toda enfermedad distinta a la
neumoconiosis, diagnosticada a los trabajadores de minas
subterráneas o tajo abierto, deberá relacionarse con las actividades
laborales desarrolladas para establecer si existe relación de
causalidad entre estas y la enfermedad padecida.
2.3.7. Según se aprecia del certificado de trabajo de fecha 14
de febrero de 2011 (f. 7), el actor laboró para la empresa Marcona
Mining Company desde el 1 de febrero de 1966 hasta el 24 de
julio de 1975; para la Empresa de Hierro del Perú desde el 25 de
julio de 1975 hasta el 31 de diciembre de 1992; y para Shougang
Hierro Perú S.A.A. desde 1 de enero de 1993 hasta el 10 de febrero
de 2011, desempeñándose como electricista A, en mantenimiento
eléctrico.
2.3.8. Sin embargo, aun cuando en el Certificado de Evaluación
Médica de Incapacidad – DS 166-2005-EF, presentado en copia
legalizada, de fecha 4 de mayo de 2011, emitido por la Comisión
Médica de Incapacidades del Hospital III Regional Honorio
Delgado Espinoza – Arequipa de EsSalud, se dictamine que
el actor padece de las enfermedades de silicosis e hipoacusia
neurosensorial moderada bilateral con menoscabo de 68%, no
es posible determinar objetivamente el nexo causal, debido a que
está acreditado con el certificado de trabajo que el demandante
laboró como electricista I en el área de mantenimiento eléctrico, no
apareciendo de este documento, ni en la constancia de modalidad
de trabajo expedida por su ex empleadora (f. 8), que haya laborado
en minas subterráneas o tajo abierto, para que pueda aplicarse
la presunción prevista en el precedente vinculante recaído en el
fundamento 26 de la STC 02513-2007-PA/TC.
2.3.9. Consecuentemente el demandante no ha acreditado que
las enfermedades que padece sean consecuencia de la exposición
a factores de riesgo inherentes a su actividad laboral, motivo por el
cual la demanda debe ser desestimada.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda porque no se ha acreditado
la afectación del derecho a la pensión.
Publíquese y notifíquese.
SS.
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
W-1133425-21
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 01928-2013-PA/TC
LIMA
PATROCINIO FLORES CONISLLA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 28 días del mes de enero de 2014 del Tribunal
Constitucional, integrada por los señores magistrados Urviola Hani,
Mesía Ramírez y Eto Cruz pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don
Patrocinio Flores Conislla contra la resolución expedida por la
Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas
188, su fecha 31 de enero de 2013, que declara improcedente la
demanda de autos.
ANTECEDENTES
El recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina
de Normalización Previsional (ONP), con el objeto de que se
declare inaplicable la Resolución 590-2008-ONP/DSO.SI/DL
19990, de fecha 23 de junio de 2008, que suspendió el pago de
su pensión de jubilación; y que, en consecuencia, se restituya la
pensión que se le otorgó mediante Resolución 13509-2004-ONP/
DC/DL 19990, del 24 de febrero de 2004, de conformidad con el
Decreto Ley 19990. Sostiene que ha cumplido con los requisitos
necesarios para acceder a una pensión de jubilación del referido
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
régimen previsional del Decreto Ley 19990; y que, pese a ello, la
entidad demandada le suspendió el goce de la citada pensión sobre
la base de indicios o evidencias de falsificación de documentos, sin
haberse acreditado dicha situación. Asimismo, solicita el pago de
los devengados, intereses legales y costos procesales.
La emplazada contesta la demanda alegando que se
suspendió la pensión del actor por existir evidencias de información
y documentación con indicios de falsedad y adulteración, habiendo
adquirido la calidad de cosa decidida la resolución administrativa
de suspensión.
El Noveno Juzgado Constitucional de Lima, con fecha 30 de
noviembre de 2011, declaró fundada la demanda, por estimar
que solo puede anularse o suspenderse el pago de la pensión de
jubilación mediante sentencia judicial consentida y/o ejecutoriada,
lo cual no ha sucedido en el caso de autos.
La Sala Superior competente, revocando la apelada, declara
improcedente la demanda argumentando que existen vías
específicas, igualmente satisfactorias para la protección del
derecho constitucional invocado.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
En el presente caso, el recurrente interpone demanda de
amparo con el objeto de que se declare inaplicable la Resolución
590-2008-ONP/DSO.SI/DL 19990; y que, en consecuencia, se
reactive su pensión de jubilación. Cuestiona la resolución que
declara la suspensión de pago, por lo que corresponde evaluar su
pretensión.
Evaluada la pretensión planteada según lo dispuesto por el
fundamento 107 de la STC 00050-2004-AI/TC y otros acumulados,
debe recordarse que el derecho a no ser privado arbitrariamente
de la pensión constituye un elemento del contenido esencial
del derecho a la pensión, el cual encuentra protección a través
del proceso de amparo, de conformidad con los supuestos de
procedencia establecidos en el fundamento 37.b) de la STC 014172005-PA/TC, por lo que corresponde verificar si se ha respetado el
derecho al debido procedimiento administrativo.
Por otro lado, considerando que la pensión como derecho
fundamental, por su naturaleza, requiere de regulación legal para
establecer las condiciones necesarias para su goce, cabe concluir
que aquellas limitaciones o restricciones temporales o permanentes
a su ejercicio han de estar debidamente sustentadas, a efectos de
evitar arbitrariedades en la intervención de este derecho.
2. Sobre afectación del derecho al debido proceso (artículo
139.3 de la Constitución)
2.1. Argumentos del demandante
Sostiene que sin motivo legal alguno y con base en simples
suposiciones se procedió a suspender su pensión de jubilación,
pues nunca se sustentó la aludida adulteración de documentos
para lograr el otorgamiento de la pensión de jubilación.
2.2. Argumentos de la demandada
Alega que la resolución cuestionada fue expedida con arreglo a
ley, en virtud de dispositivos legales que enmarcan la legalidad del
acto administrativo, como son: el artículo 32.1 de la Ley 27444, el
numeral 14 del artículo 3 de la Ley 28532 y el artículo 3 del Decreto
Supremo 063-2007-EF.
2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
Suspensión de la pensión de jubilación
2.3.1. Cuando la causa de suspensión del pago de la pensión
estuviera referida a documentos que sustentan aportaciones al
régimen del Decreto Ley 19990, la Administración deberá respetar
las normas que regulan el Procedimiento Administrativo General,
para ejercer la facultad de fiscalización posterior y, de ser el caso,
cuestionar su validez.
2.3.2. A este respecto, el artículo 32.3 de la Ley 27444
expresa que: “En caso de comprobar fraude o falsedad en la
declaración, información o en la documentación presentada por
el administrado, la entidad considerará no satisfecha la exigencia
respectiva para todos sus efectos [...]”, debiendo iniciarse el trámite
correspondiente para la declaración de su nulidad y determinación
de las responsabilidades correspondientes.
2.3.3. Obviamente, la consecuencia inmediata y lógica,
previa a la declaración de nulidad del acto administrativo, es la
suspensión de sus efectos, dado que sería ilógico aceptar que
pese a comprobar la existencia de ilícito o fraude en la obtención
de un derecho, la Administración está obligada a mantenerlo hasta
que se declare su nulidad.
2.3.4. Así, en materia previsional se deberá proceder a
suspender el pago de las pensiones obtenidas fraudulentamente,
pues su continuación supondría poner en riesgo el equilibrio
económico del Sistema Nacional de Pensiones y el incumplimiento
de la obligación de velar por la intangibilidad de los fondos de la
seguridad social. Ello sin dejar de recordar que, conforme a las
normas que regulan el Procedimiento Administrativo General que
se ha referido, procederá a condición de que la ONP compruebe
la ilegalidad de la documentación presentada por el pensionista,
50021
luego de lo cual asume la carga de realizar las acciones tendentes
a declarar la nulidad de la resolución administrativa que reconoció
un derecho fundado en documentos fraudulentos.
2.3.5. Cabe señalar que el artículo 3.14 de la Ley 28532 ha
establecido, como obligación de la ONP, la facultad de efectuar
acciones de fiscalización necesarias, con relación a los derechos
pensionarios en los sistemas a su cargo, para garantizar su
otorgamiento conforme a ley. A su vez, el artículo 32.1 de la Ley
27444 establece que por la fiscalización posterior, la entidad ante
la que se realiza un procedimiento de aprobación automática o
evaluación previa queda obligada a verificar de oficio, mediante
el sistema de muestreo, la autenticidad de las declaraciones,
de los documentos, de las informaciones y de las traducciones
proporcionadas por el administrado. Por tanto, la ONP está
obligada a investigar, debidamente, en caso de que encuentre
indicios razonables de acceso ilegal a la prestación pensionaria, a
fin de determinar o comprobar si, efectivamente, existió fraude para
acceder a esta, e iniciar las acciones legales correspondientes.
2.3.6. Siendo así, si la ONP decide suspender el pago de la
pensión, la resolución administrativa que al efecto se expida, debe
establecer con certeza que uno o más documentos que sustentan el
derecho a la pensión son fraudulentos o contienen datos inexactos;
además, y en vista de la gravedad de la medida, toda vez que deja
sin sustento económico al pensionista, debe cumplirse la obligación
de fundamentar debida y suficientemente la decisión, dado que
carecerá de validez en caso de que la motivación sea insuficiente o
esté sustentada en términos genéricos o vagos. Y ello es así porque
la motivación de los actos administrativos, más aún de aquellos que
extinguen o modifican una relación jurídica previsional (caducidad
y suspensión) es una obligación de la Administración y un derecho
del administrado, incluso considerando la motivación por remisión
a informes u otros, caso en el cual la ONP está en la obligación de
presentarlos para sustentar su decisión y poder efectuar el control
constitucional de su actuación.
2.3.7. Asimismo, el artículo segundo de la reciente Ley 29711
y su reglamento, aprobado por Decreto Supremo 92-2012-EF,
prescribe que la ONP, en todos los casos “que compruebe que
existe falsedad, adulteración y/o irregularidad en la documentación
y/o información a través de la cual se ha reconocido derechos
pensionarios, ésta queda facultada para suspender los efectos
de los actos administrativos que los sustentan, sin perjuicio
de las acciones que la Administración pudiera implementar en
observancia de lo establecido en el artículo 32 de la Ley 27444 Ley
del Procedimiento Administrativo General”.
2.3.8. En el caso de autos, mediante la Resolución 135092004-ONP/DC/DL 19990, del 24 de febrero de 2004 (f. 3), se le
otorgó pensión de jubilación al actor, a partir del 14 de mayo de
1997, reconociéndole 32 años de aportaciones, mientras que
por Resolución 590-2008-ONP/DSO.SI/DL 19990 (f. 9), la ONP
suspendió el pago de ésta a partir de agosto de 2008.
2.3.9. La Administración sustenta la cuestionada resolución en
la aplicación del privilegio de controles posteriores contemplado en
el numeral 1.16 del artículo IV del Título Preliminar de la Ley 27444
y de la fiscalización posterior consignada en el artículo 32.1, de
la misma ley, del Procedimiento Administrativo General, indicando
que en el Informe 003-2008-DSO.SI/ONP (f. 94) la Subdirección
de Inspección y Control comunicó a la Dirección de Servicios
Operativos que de las investigaciones y verificaciones realizadas
en los expedientes administrativos de las personas mencionadas
en el Anexo Nº 1 de la resolución de vista, se ha podido concluir
que existen suficientes indicios razonables de irregularidad en la
información y/o documentación presentada con el fin de obtener
pensión de jubilación.
2.3.10. Efectivamente, se advierte del Informe de fecha 15 de
noviembre de 2011 (f. 161) y el Informe Grafotécnico 886-2009SAACI/ONP (f. 69), de fecha 7 de enero de 2009, que obran
en el Expediente Administrativo 01800016804; que del análisis
comparativo de las Liquidaciones de Beneficios Sociales y el
Recibo de Indemnización 410 atribuidos a los ex empleadores
Aurelio Montoya Macedo – María Rosa Macedo de Camino
y otros, Negociación Agrícola Cascajal S.A. y Cooperativa
Agraria de Producción La Unión Ltda. Nº 238, insertos en otros
expedientes administrativos, se concluye que dichos documentos
tienen coincidencias tipográficas en cuanto a su diseño, calibre,
interlineado y defectos de impresión, permitiendo establecer
que la mencionada documentación atribuida a diferentes
empleadores corresponde a un mismo origen, constituyendo
uniprocedencia mecanográfica por haber sido elaborada en una
misma máquina de escribir; en consecuencia, reviste la calidad
de fraudulenta.
2.3.11 Por consiguiente, la suspensión de la pensión del
recurrente se justifica en la existencia de indicios razonables de
adulteración de la documentación que sustenta su derecho. Ello
configura una medida razonable mediante la cual la administración
garantiza que las prestaciones se otorguen de acuerdo a ley. En
consecuencia, la administración no ha cometido un acto arbitrario
mediante el cual vulnere el derecho a la pensión del demandante;
por el contrario, ha ejercido de manera legítima su facultad de
fiscalización.
2.3.12. Siendo así, este Tribunal considera correcta la medida
de suspensión del pago de la pensión del demandante mientras
se realicen las investigaciones correspondientes, por lo que
corresponde desestimar la demanda.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
PROCESOS CONSTITUCIONALES
50022
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda, porque no se ha acreditado
la vulneración del derecho a la pensión del recurrente.
SS.
URVIOLA HANI
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
W-1133425-22
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 01160-2013-PA/TC
HUAURA
ZENAIDO ZÚÑIGA AYALA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 28 días del mes de enero de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Mesía Ramírez, Calle Hayen y Eto Cruz, pronuncia la siguiente
sentencia.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11
de la Constitución)
2.1. Argumentos del demandante
Sostiene haber laborado desde el 8 de abril de 1948 hasta
el 1 de febrero de 1998, por 49 años, y haber aportado al
FEJEP, antes del 1 de mayo de 1973, por más de 15 años en la
condición de empleado; que sólo se le ha reconocido 35 años de
aportaciones y que al no haber optado por acogerse al Decreto Ley
17262, fue incorporado al Decreto Ley 19990, correspondiéndole
la bonificación complementaria del 20% establecida en la
Decimocuarta Disposición Transitoria del Decreto Ley 19990.
Asimismo, sostiene que para el cálculo de su remuneración de
referencia no se ha tomado en cuenta sus gratificaciones ordinarias
de julio y diciembre, razones todas por las que considera que se
está vulnerando su derecho a la pensión.
2.2. Argumentos de la demandada
Alega que no es posible reconocer más años de aportes al
actor, pues los trabajadores empleados comenzaron a cotizar para
un sistema de jubilación a cargo del Estado a partir del 1 de octubre
de 1962 y los años de aportación que se pretenden acreditar son
anteriores a la referida fecha. Agrega que no le corresponde
la bonificación complementaria por no haber acreditado haber
pertenecido al FEJEP.
2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Zenaido
Zúñiga Ayala contra la resolución expedida por la Sala Civil de la
Corte Superior de Justicia de Huaura, de fojas 190, su fecha 29 de
enero de 2013, que declaró improcedente la demanda de autos.
ANTECEDENTES
El recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina
de Normalización Previsional (ONP), con el objeto que se declare
inaplicable la Resolución 4154-2004-ONP/DC/DL 19990 en
cuanto le reconoce 35 años de aportes; y que, en consecuencia,
se reajuste su pensión de jubilación previo reconocimiento
de 49 años de aportación, y se le otorgue como ex trabajador
del Fondo Especial de Jubilación de Empleados Particulares
(FEJEP) la bonificación complementaria del 20% establecida en
la Decimocuarta Disposición Transitoria del Decreto Ley 19990.
Asimismo, solicita que el nuevo cálculo de su pensión tome en
consideración sus gratificaciones ordinarias de julio y diciembre, y
que se le pague los devengados, los intereses legales, los costos
y las costas del proceso.
Sostiene haber aportado al FEJEP por más de 15 años en la
condición de empleado y antes del 1 de mayo de 1973, y que al no
haber optado por acogerse al Decreto Ley 17262, fue incorporado al
Decreto Ley 19990, correspondiéndole la bonificación solicitada.
La ONP deduce la excepción de incompetencia territorial y
contestando la demanda alega que no es posible reconocer más
años de aportación al actor, pues los trabajadores empleados
comenzaron a cotizar para un sistema de jubilación a cargo del
Estado a partir del 1 de octubre de 1962 y los años de aportación
cuyo reconocimiento se pretende son anteriores, y que al
accionante no le corresponde la bonificación complementaria
porque no acredita haber pertenecido al FEJEP.
El Segundo Juzgado Civil de Barranca, con fecha 2 de marzo
de 2012, declara infundada la excepción de incompetencia, y con
fecha 20 de setiembre de 2012 declara infundada la demanda, por
considerar que no es posible reajustar la pensión reconociendo
más años de aportes, por cuanto la fecha de inicio de la cotización
pensionaria de los trabajadores empleados fue a partir del 1 de
octubre de 1962, y porque ya viene percibiendo la pensión máxima
del Sistema Nacional de Pensiones (SNP).
La Sala Superior competente revoca la apelada y, reformándola,
declara improcedente la demanda, por estimar que el accionante
percibe un monto mayor al mínimo vital, por lo que no se afecta el
contenido constitucionalmente del derecho a la pensión.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
El objeto de la demanda es que se reajuste la pensión de
jubilación del actor, previo reconocimiento de 49 años de aportación,
y que se aplique la bonificación complementaria del 20% establecida
en la Decimocuarta Disposición Transitoria del Decreto Ley 19990.
Asimismo, el actor solicita que para establecer la remuneración de
referencia se tome en consideración sus gratificaciones ordinarias
de julio y diciembre. Además, pide el pago de los devengados, los
intereses legales, los costos y las costas del proceso.
En atención a los criterios de procedencia establecidos en
el fundamento 37 de la STC 1417-2005-PA/TC, que constituyen
precedente vinculante, este Colegiado estima que, en el presente
caso, aun cuando la demanda cuestiona la suma específica de
la pensión que percibe la parte demandante, resulta procedente
efectuar su verificación a fin de evitar consecuencias irreparables,
pues el actor padece de enfermedad pulmonar intersticial difusa
(f. 140).
2.3.1. Este Tribunal en el fundamento 26 de la STC 047622007-PA/TC así como en su resolución aclaratoria, ha establecido
como precedente vinculante las reglas para acreditar periodos de
aportaciones en el proceso de amparo, detallando los documentos
idóneos para tal fin.
2.3.2. Asimismo, respecto al reconocimiento de las aportaciones
de los empleados particulares, este Tribunal, en la STC 6120-2009PA/TC, señala que desde una visión de la seguridad social como
derecho fundamental y en aplicación de sus principios rectores
como la universalidad, la solidaridad y la progresividad, entre otros,
no resulta constitucionalmente legítimo denegar el acceso a la
pensión, desconociendo aportes que en su momento efectuaron
los trabajadores, los empleadores y el Estado, este último como
obligado a brindar las prestaciones previsionales derivadas
de la edad, desocupación, enfermedad y muerte según la carta
constitucional de 1933; más aún cuando la posición del trabajador
como destinatario del derecho a la pensión se ha consolidado en las
Constituciones de 1979 y 1993, como se advierte del tratamiento
jurisprudencial que este Colegiado le ha dado al derecho a la
pensión y a la seguridad social.
Así, en principio, no existe un fin determinado respecto al destino
del aporte, y por ello no se puede establecer una circunstancia
particular como condición para la obtención del beneficio; por tanto,
no cabe establecer una relación directa entre aporte y prestación,
pues la idea de establecer un límite al aporte realizado solo porque
al iniciarse la protección de necesidades sociales su finalidad era
la implementación de la protección sanitaria debe ser entendida en
el contexto inicial y embrionario de esta institución. Sin embargo,
hoy, al haberse producido la consolidación de la seguridad social,
ampliándose inclusive la base del aseguramiento en respeto
al principio de universalidad y en atención a los principios de
progresividad y no regresividad que regulan los derechos sociales,
resulta irrazonable aceptar la postura que la ONP ha mantenido y
mantiene como la que se aprecia en el presente caso.
2.3.3. En el presente caso, de la Resolución 4154-2004ONP/DC/DL 19990, de fecha 13 de enero de 2004 (fs. 5 y 6), se
advierte que se ha otorgado al accionante pensión de jubilación por
mandato judicial, infiriéndose de la Resolución 36647-98-ONP/DC
y de la hoja de liquidación D.L. 19990 (fs. 3 y 4), que originalmente
se aplicó el Decreto Ley 25967 a su pensión, lo cual fue corregido
mediante un primigenio proceso constitucional, pero manteniéndose
los 35 años completos de aportaciones al SNP; y de acuerdo
con la contestación de la demanda (f. 44), no se le reconoció el
periodo anterior al 1 de octubre de 1962, sosteniéndose que los
trabajadores empleados comenzaron a cotizar para un sistema de
jubilación a cargo del Estado a partir de la referida fecha.
2.3.4. Con la demanda el accionante ha presentado el original
del certificado de trabajo que consigna que laboró en Agro Industrial
Paramonga S.A. (f. 10) y el original de la declaración jurada, que
contiene las remuneraciones percibidas por el actor desde febrero
de 1997 a enero de 1998 (f. 11), ambos documentos del 16 de
noviembre de 2011; y las copias simples de la compensación por
tiempo de servicios y de la liquidación de adeudos laborales y otros
beneficios y copia legalizada de la indemnización por tiempo de
servicios (fs. 12, 13 y 14) de la indicada ex empleadora. Asimismo,
de la revisión del expediente administrativo 12100012398 (fs. 63
a 136), se advierte que obran, en copia fedateada, el certificado
de trabajo del 4 de febrero de 1998 (f. 88), la compensación por
tiempo de servicios y la liquidación de adeudos y otros beneficios
del 31 de enero de 1998 (fs. 89 y 90), emitidas por Agro Industrial
Paramonga S.A., y presentadas por el actor en el procedimiento
administrativo por el cual se le otorgó inicialmente su pensión de
jubilación mediante Resolución 36647-98-ONP/DC, en el que se
consigna, al igual que en la documentación aparejada al escrito de
demanda, que el actor laboró desde el 8 de abril de 1948 hasta el
1 de febrero de 1998.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
2.3.5. Asimismo, se observa de la copia fedateada del cuadro
de aportaciones por empleador del 25 de marzo de 1998 (f. 52),
que en el rubro observaciones se consigna que “el asegurado
laboró como obrero del 08.04.48 al 14.05.57 y como empleado del
15.01.57 al 31.01.98. Aportes como empleado contados a partir del
01.10.62 fecha desde que los empleados aportan al SNP” (sic),
evidenciándose que la ONP, a pesar de constatar la generación
de aportes en la relación laboral con Agro Industrial Paramonga
S.A. no reconoció la totalidad de aportaciones bajo el argumento
mencionado, lo cual –a partir de lo expresado en el fundamento
2.3.2.supra–, constituye un accionar arbitrario de la entidad
previsional; más aún cuando se expidió la Resolución 4154-2004ONP/DC/DL 19990, que si bien fue en cumplimiento de un mandato
judicial, no corrigió lo referido al reconocimiento de aportaciones,
manteniéndose en consecuencia la arbitrariedad configurada ab
initio.
2.3.6. En consecuencia, al haber comprobado la relación
laboral en los términos descritos, se han generado aportes al SNP,
por lo que la ONP debe reconocer las aportaciones adicionales a
las verificadas administrativamente durante el 8 de abril de 1948
hasta el 1 de octubre de 1962, que en caso concreto y conforme a
lo pretendido por el actor son 49 años de aportaciones.
2.3.7. En cuanto al cálculo de la remuneración asegurable,
incluyendo sus gratificaciones ordinarias de julio y diciembre, se
advierte de la Hoja de Liquidación (f. 112), así como del original
de la Declaración Jurada emitida por su empleador (f. 11), que
efectivamente no se han considerado dichos montos, por lo que
conforme a los artículos 8 y 9 del Decreto Ley 19990, el reajuste
de la pensión de jubilación debe establecerse en atención a la
remuneración asegurable, incluyendo el concepto de gratificaciones
ordinarias.
2.3.8. De otro lado, sobre la bonificación complementaria del
20%, debe recordarse que la Decimocuarta Disposición Transitoria
del Decreto Ley 19990 establece que los empleados comprendidos
en el FEJEP, que al 1 de mayo de 1973 se hubiesen encontrado
en actividad, hubieran aportado por lo menos durante 10 años y
hubiesen quedado incorporados al SNP, por no haber optado por
permanecer en el régimen del FEJEP, tendrán derecho, además
de la pensión liquidada conforme al Decreto Ley 19990, a una
bonificación complementaria equivalente al veinte por ciento (20%)
de la remuneración de referencia, si al momento de solicitar su
pensión de jubilación acreditan, al menos, 25 años de servicios, y
la pensión no podrá exceder del monto máximo a que se refiere el
artículo 78.
2.3.9. Al respecto se advierte que el demandante estuvo
comprendido en el FEJEP, al haberse encontrado laborando
como empleado (f. 112), y contar con más de 10 años de
servicios al 1 de mayo de 1973, quedando automáticamente
incorporado al SNP al no haber optado por permanecer en el
régimen del FEJEP; acreditando, además, tener 49 años de
servicios al momento en que solicitó su pensión de jubilación. En
consecuencia, reuniendo los requisitos indicados, le corresponde
la bonificación solicitada.
2.3.10.Por consiguiente, advirtiéndose la afectación de los
derechos del actor, corresponde estimar la demanda.
2.3.11.En cuanto al pago de los reintegros, debe ordenarse su
pago, descontándose la diferencia de las pensiones ya percibidas
desde la fecha de pago, si fuera el caso.
2.3.12.Respecto a los intereses legales, en la STC 054302006-PA/TC este Colegiado ha establecido que deben ser pagados
de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 1246 del Código Civil.
2.3.13. En lo que se refiere al pago de los costos procesales,
corresponde que estos sean abonados conforme al artículo 56 del
Código Procesal Constitucional, declarando improcedente el pago
de las costas.
3. Efectos de la sentencia
En consecuencia, de conformidad con el artículo 55 del Código
Procesal Constitucional se debe ordenar, de conformidad con la
STC 05430-2006-PA/TC, el pago de los reintegros de pensiones,
de los intereses legales de acuerdo con lo dispuesto en el artículo
1246 del Código Civil; correspondiendo, de acuerdo con el artículo
56 del Código Procesal Constitucional, ordenar el pago de los
costos procesales y declarar improcedente el pago de las costas
del proceso.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA, en parte, la demanda por haberse
acreditado la vulneración del derecho a la pensión; en consecuencia,
NULA la Resolución 4154-2004-ONP/DC/DL 19990.
2. Reponiendo las cosas al estado anterior de la vulneración
del derecho, ordena a la ONP que expida nueva resolución
administrativa reconociendo al actor un total de 49 años de aportes
al Sistema Nacional de Pensiones, conforme a los fundamentos
de la presente sentencia; así como el pago de la bonificación
establecida por la Decimocuarta Disposición Transitoria del Decreto
Ley 19990; debiéndose abonar los reintegros de pensiones con
50023
arreglo a ley, los intereses legales a que hubiere lugar, así como
los costos procesales.
3. Declarar IMPROCEDENTE el pago de las costas.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
W-1133425-23
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 03363-2013-PA/TC
CAJAMARCA
ANTONIO MELITON CASTRO MURGA Y OTROS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 28 días del mes de enero de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Urviola Hani, Mesía Ramírez y Eto Cruz, pronuncia la siguiente
sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional a favor del cumplimiento
de una sentencia del Poder Judicial interpuesto por don Antonio
Melitón Castro Murga y otros contra la resolución de fecha 30 de
mayo de 2012, de fojas 346, expedida por la Sala Especializada
Civil de Cajamarca que resuelve tener por cumplido el mandato de
la sentencia constitucional.
ANTECEDENTES
Con fecha 4 de diciembre de 2009 don Antonio Melitón
Castro Murga y otros interpusieron demanda de amparo contra
la Asociación Regional de Cesantes y Jubilados de Educación de
Cajamarca-ARCYJEC, solicitando -entre otras pretensiones- que
se deje sin efecto la Resolución Nº 001-2009-CD-ARCYJEC, que
los excluye de la Asociación, y que se ordene sus reposiciones a la
ARCYJEC. Sostenían que la sanción de exclusión de la Asociación
fue llevada a cabo vulnerando el derecho al debido proceso y lo
consignado en el estatuto, pues se les sancionó por faltas sobre
las cuales no tenían conocimiento.
La Sala Especializada en lo Civil de Cajamarca, con sentencia
de fecha 7 de octubre de 2010 (Exp. Nº 2179-2009), declaró
fundada la demanda de amparo disponiendo que se dejen sin
efecto las resoluciones administrativas que excluyeron a los
demandantes del seno de la Asociación y se los reponga como
asociados de la ARCYJEC, hasta que la Asamblea General de
Base Regional resuelva la propuesta de exclusión de socios de
la Comisión Especial Investigadora, por considerar que la sanción
de exclusión fue impuesta por acuerdo del Consejo Directivo y
ejecutada por la Presidencia de la asociación, pese a que dicha
atribución es de la Asamblea General, por lo que se ha violentado
el principio del juez natural.
Mediante sendas cartas notariales de fechas 8 de agosto
de 2011, la ARCYJEC comunica a los recurrentes que quedan
reincorporados a la asociación citándolos a Asamblea General
para el día 26 de agosto de 2011. Posteriormente, y en un
momento coetáneo, la ARCYJEC expide la Resolución Nº 0012011-CD-ARCYJEC, de fecha 24 de agosto de 2011, que resuelve
ratificar la reincorporación de los recurrentes y desestima el pedido
de reprogramar la Asamblea General convocada. Ya en fecha
26 de agosto de 2011 se lleva a cabo la Asamblea General, en
la cual se resuelve separar definitivamente de la ARCYJEC a los
recurrentes.
Con escrito de fecha 16 de setiembre de 2011, presentado
en fase de ejecución de sentencia, los recurrentes solicitan la
ejecución de la sentencia constitucional emitida, alegando que no
se ha emitido una resolución formalizando su reincorporación como
asociados, por lo que aún no se les considera reincorporados en la
ARCYJEC, y no se ha dado cumplimiento a la sentencia.
El Segundo Juzgado Civil de Cajamarca, con resolución de
fecha 28 de noviembre de 2012, resuelve tener por ejecutada
la sentencia constitucional, por considerar que la ARCYJEC
ha cumplido cabalmente con el mandato de la sentencia
constitucional, reincorporando a los recurrentes en el seno de
la asociación con pleno ejercicio de sus derechos legales y
constitucionales.
La Sala Especializada Civil de Cajamarca, con resolución
de fecha 30 de mayo de 2012, resuelve tener por ejecutada la
sentencia constitucional, por estimar que se ha cumplido con
reponer las cosas al estado anterior a la vulneración de los
derechos constitucionales de los recurrentes, más aún si dos
de ellos han tenido participación con voz y voto en la Asamblea
General.
50024
PROCESOS CONSTITUCIONALES
FUNDAMENTOS
§1. Delimitación del petitorio
1. El recurso de agravio constitucional (RAC) interpuesto por
don Antonio Melitón Castro Murga y otros tiene por objeto que se
ejecute en sus propios términos la sentencia constitucional de fecha
7 de octubre de 2010, expedida por la Sala Especializada en lo Civil
de Cajamarca (Exp. Nº 2179-2009), que ordenó sus reposiciones
como asociados de la ARCYJEC. En suma, el presente RAC tiene
por objeto discutir si se ha ejecutado la sentencia constitucional
emitida.
§2. Cuestión procesal previa. La competencia del
Tribunal Constitucional para resolver el recurso de agravio
constitucional a favor del cumplimiento de sentencias
expedidas por el Poder Judicial
2. Este Colegiado, mediante resolución de fecha 2 de
octubre del 2007 recaída en el Expediente Nº 0168-2007-Q/TC,
estableció la procedencia del recurso de agravio constitucional a
favor del cumplimiento de las sentencias emitidas por el Tribunal
Constitucional, precisando que “el recurso de agravio a favor del
cumplimiento de las sentencias del Tribunal Constitucional tiene
como finalidad restablecer el orden jurídico constitucional, el
mismo que ha sido preservado mediante sentencia estimatoria del
Tribunal en el trámite de un proceso constitucional” (fundamento
8). Actualmente, dicho criterio ha sido complementado y en parte
modificado por la sentencia recaída en el Expediente Nº 000420009-PA/TC.
3. Criterio similar al establecido en el Expediente Nº 01682007-Q/TC fue incorporado mediante resolución de fecha 14 de
octubre del 2008, recaída en el Expediente Nº 0201-2007-Q/TC,
a través del cual este mismo Colegiado estableció la procedencia
del recurso de agravio constitucional a favor del cumplimiento
de las sentencias emitidas por el Poder Judicial argumentando
que “la procedencia excepcional del RAC en este supuesto
tiene por finalidad restablecer el orden jurídico constitucional,
correspondiendo al Tribunal valorar el grado de incumplimiento de
las sentencias estimatorias expedidas por el Poder Judicial cuando
éste no cumple dicha función, devolviendo lo actuado para que la
instancia correspondiente dé estricto cumplimiento a lo declarado
por el Tribunal” (fundamento 10).
4. Por lo expuesto, este Colegiado tiene competencia para
pronunciarse, vía recurso de agravio constitucional, respecto al
fiel cumplimiento y/o incumplimiento de la sentencia constitucional
dictada por la por la Sala Especializada en lo Civil de Cajamarca
(Exp. Nº 2179-2009). La razón de ello, estriba en que el
incumplimiento en sus propios términos de una sentencia, sea ésta
dictada por el Poder Judicial o por el propio Tribunal Constitucional,
acarrea en la práctica una denegatoria (desestimación) de lo
pretendido en la demanda, de allí su conformidad con lo dispuesto
en el inciso 2) del artículo 202° de la Constitución Política del Perú
y con el artículo 18° del Código Procesal Constitucional.
§3. Sobre la vulneración del derecho a que se respete una
resolución que ha adquirido la calidad de cosa juzgada; ¿se ha
ejecutado la sentencia constitucional?
3.1. Argumentos de los demandantes
5. Alegan los recurrentes que no se ha dado cumplimiento
a la sentencia constitucional, puesto que no se ha emitido una
resolución formalizando la reincorporación de los recurrentes como
asociados de la ARCYJEC.
3.2. Argumentos del demandado
6. No obra alegación alguna del demandado en relación al
pedido de ejecución de sentencia.
3.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
7. Este Colegiado ha precisado en forma reiterada que
“mediante el derecho a que se respete una resolución que ha
adquirido la autoridad de cosa juzgada se garantiza el derecho de
todo justiciable, en primer lugar, a que las resoluciones que hayan
puesto fin al proceso judicial no puedan ser recurridas mediante
medios impugnatorios, ya sea porque estos han sido agotados o
porque ha transcurrido el plazo para impugnarla; y, en segundo
lugar, a que el contenido de las resoluciones que hayan adquirido
tal condición, no pueda ser dejado sin efecto ni modificado, sea
por actos de otros poderes públicos, de terceros o, incluso, de los
mismos órganos jurisdiccionales que resolvieron el caso en el que
se dictó” (Cfr. STC Nº 4587-2004-AA/TC, fundamento 38).
8. Del mismo modo, ha establecido que “(...) el respeto de la
cosa juzgada (…) impide que lo resuelto pueda desconocerse por
medio de una resolución posterior, aunque quienes lo hubieran
dictado entendieran que la decisión inicial no se ajustaba a la
legalidad aplicable, sino tampoco por cualquier otra autoridad
judicial, aunque ésta fuera de una instancia superior, precisamente,
porque habiendo adquirido el carácter de firme, cualquier clase
de alteración importaría una afectación del núcleo esencial del
derecho” (Cfr. STC Nº 0818-2000-AA/TC, fundamento 4).
9. Conforme es posible apreciar a fojas 199-203, donde obra
la sentencia constitucional expedida por el Poder Judicial que tiene
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
autoridad de cosa juzgada, los recurrentes fueron vencedores en
el proceso de amparo seguido en contra de la ARCYJEC (Exp.
Nº 2179-2009), proceso en el cual se dispuso dejar sin efecto
las resoluciones administrativas que los excluyeron del seno
de la Asociación y se ordenó reponerlos como asociados de la
ARCYJEC, hasta que la Asamblea General de Base Regional
resuelva la propuesta de exclusión de socios de la Comisión
Especial Investigadora.
10. Ya en fase de ejecución de sentencia, y a fin de dar
cumplimiento a lo ordenado en el proceso de amparo, mediante
cartas notariales de fecha 8 de agosto de 2011 la ARCYJEC
comunica a los recurrentes que quedan reincorporados a la
asociación, citándolos a Asamblea General para el día 26 de
agosto de 2011 (fojas 269-273). Posteriormente, y en un momento
coetáneo, la ARCYJEC expidió la Resolución Nº 001-2011-CDARCYJEC, de fecha 24 de agosto de 2011, que resolvió ratificar
la reincorporación de los recurrentes y desestimó el pedido de
reprogramar la Asamblea General convocada (fojas 274-275).
Ya con fecha 26 de agosto de 2011 la ARCYJEC lleva a cabo la
Asamblea General, en la cual se resolvió separar definitivamente a
los recurrentes (fojas 280-284).
11. De este modo, sucedidos así los actos procesales, a este
Colegiado no le queda duda alguna que la sentencia constitucional
de fecha 7 de octubre de 2010 ha sido ejecutada en sus propios
términos, toda vez que los recurrentes fueron reincorporados como
asociados de la ARCYJEC, y luego de ello fueron sometidos a
Asamblea General para que se decidiera las imputaciones que
recaían sobre ellos.
12. Por lo expuesto, este Colegiado declara que, en el
presente caso, no se ha vulnerado el derecho a que se respete
una resolución que ha adquirido la calidad de cosa juzgada de la
recurrente, reconocido en el artículo 139º de la Constitución Política
del Perú.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADO el recurso de agravio constitucional
a favor del cumplimiento de una sentencia emitida por el Poder
Judicial.
Publíquese y notifíquese.
SS.
URVIOLA HANI
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
W-1133425-24
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 06104-2013-PA/TC
AYACUCHO
ELISA YARIN CONGA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 18 días del mes de marzo de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los señores
magistrados Vergara Gotelli, Mesía Ramírez y Calle Hayen,
pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Elisa
Yarin Conga contra la resolución expedida por la Sala Civil de
Huamanga de la Corte Superior de Justicia de Ayacucho, de fojas
49, su fecha 23 de julio de 2013, que declaró improcedente la
demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 24 de enero de 2013, la recurrente interpone
demanda de amparo contra la Dirección Regional de Educación
de Ayacucho, con el objeto de que se deje sin efecto la Resolución
Directoral Regional 1398, de fecha 28 de mayo de 2012, que le
deniega su solicitud pensionaria, y la Resolución Ejecutiva Regional
1226-2012-GRA/PRES, de 18 de diciembre de 2012, que declara
infundado el recurso de apelación; y que, en consecuencia, se le
otorgue una pensión de orfandad, por ser hija soltera mayor de
edad.
Señala que le corresponde la pensión de viudez a partir de
la muerte de su señora madre, doña Andrea Conga viuda de
Yarín, quien venía gozando de una pensión de viudez hasta su
fallecimiento ocurrido el 5 de enero de 2012.
El Juzgado Especializado en Derecho Constitucional de
Huamanga, con fecha 11 de marzo de 2013, declara improcedente
la demanda, por estimar que según el artículo 34, inciso c) del
Decreto Ley 20530, a la recurrente no le asiste el derecho a percibir
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
pensión de orfandad, por cuanto la pensión de viudez excluye la
anterior.
La Sala Superior revisora confirma la apelada por considerar
que la demandante no cumple con los requisitos legales para
percibir la pensión de orfandad que solicita.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
El objeto de la demanda es que se otorgue a la recurrente
pensión de orfandad como hija soltera mayor de edad bajo los
alcances del Decreto Ley 20530.
En el fundamento 37 de la STC 1417-2005-PA/TC, publicada
en el diario oficial El Peruano el 12 de julio de 2005, este Tribunal
ha señalado que aun cuando, prima facie, las pensiones de viudez,
orfandad y ascendientes no forman parte del contenido esencial
del derecho fundamental a la pensión, el acceso a las prestaciones
pensionarias sí forma parte de él y por ello son susceptibles de
protección a través del amparo los supuestos en que se deniegue
una pensión de sobrevivencia, a pesar de cumplirse los requisitos
legales.
En consecuencia, al verificarse que la pretensión está
comprendida en el supuesto previsto en fundamento 37.d) de la
citada sentencia, corresponde analizar el fondo de la cuestión
controvertida.
2. Consideraciones previas
La demanda de autos ha sido rechazada liminarmente,
aduciéndose que a la actora no le asiste el derecho para percibir
pensión de orfandad, por cuanto la pensión de viudez la excluye.
Habiéndose puesto en conocimiento de la emplazada el
recurso de apelación interpuesto contra la resolución que rechazó
liminarmente la demanda (f. 34), conforme lo dispone el artículo 47
del Código Procesal Constitucional, y en atención a los principios
de economía y celeridad procesal, se procederá a analizar el fondo
de la cuestión controvertida, pues se encuentra garantizado su
derecho de defensa, todo ello en tanto y en cuanto, tal como se ha
mencionado, de conformidad con lo establecido en el fundamento
37.d de la STC 1417-2005-PA/TC, la pretensión a pesar de no
formar parte del contenido esencial del derecho a la pensión puede
ser revisada a través del amparo dado que se encuentra en juego
el acceso a una pensión de orfandad.
3. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11
de la Constitución)
50025
carezcan de renta afecta, y no estén amparadas por algún sistema
de seguridad social. La pensión de viudez excluye este derecho”.
3.2.4. Posteriormente, mediante Ley 28449, publicada en el
diario oficial El Peruano 30 de diciembre de 2004, se modificó el
citado artículo 34 del Decreto Ley 20530, en los términos siguientes:
“Artículo 34.- Solamente tienen derecho a pensión de orfandad los
hijos menores de dieciocho (18) años del trabajador con derecho
a pensión o del titular de la pensión de cesantía o invalidez que
hubiera fallecido. Cumplida esta edad, subsiste la pensión de
orfandad únicamente en los siguientes casos:
(…)
b) Para los hijos mayores de dieciocho (18) años cuando
adolecen de incapacidad absoluta para el trabajo desde su minoría
de edad o cuando la incapacidad que se manifieste en la mayoría
de edad tenga su origen en la etapa anterior a ella. En este caso
tendrán derecho, además de la pensión de orfandad, al pago de una
bonificación mensual cuyo monto será igual a una remuneración
mínima vital. La declaración de incapacidad absoluta requiere de
un dictamen previo y favorable de una Comisión Médica del Seguro
Social de Salud, ESSALUD, o del Ministerio de Salud. (...)”
3.2.5. En el presente caso, para resolver la demanda de
autos, resulta necesario tener en cuenta dos hechos relevantes: a)
conforme se advierte del Acta de Defunción (f. 6), con fecha 25 de
febrero de 1971 falleció don Adrián Casimiro Yarin Soto quien fuera
padre de la demandante, lo que generó que se otorgará pensión
de viudez a doña Andrea Conga Gallardo; b) según el Acta de
Defunción (f. 5), con fecha 5 de enero de 2012 ocurrió el deceso de
la referida madre de la accionante.
3.2.6. A tenor de lo consignado en los fundamentos precedentes,
cabe concluir que a la fecha de ocurrido el deceso de la madre de
la accionante ya no se encontraba vigente el inciso c) del artículo
34 del Decreto Ley 20530, por cuanto al 5 de enero de 2012 ya se
encontraba en vigor la modificatoria establecida por la Ley 28449,
conforme se glosa en el fundamento 3.2.4.supra.
3.2.7. Asimismo, este Colegiado considera conveniente
precisar que si bien la actora pretende el acceso a una modalidad
pensionaria que ya no está prevista dentro del ordenamiento
jurídico, se evalúa el acceso a una pensión de orfandad conforme a
la normativa pensionaria vigente del Decreto Ley 20530, verificando
que la actora no cumple con los requisitos previstos legalmente.
3.2.8. En consecuencia, no advirtiéndose que las resoluciones
administrativas hayan sido dictadas de manera arbitraria, debe
desestimarse la demanda.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
3.1. Argumentos de la demandante
HA RESUELTO
Sostiene que a partir de la muerte de su madre, en su condición
de hija soltera mayor de edad, le corresponde percibir una pensión
por orfandad.
3.2. Consideraciones del Tribunal Constitucional
3.2.1. En la STC 0050-2004-AI/TC, 0051-2004-AI/TC, 00042005-AI/TC, 0007-2005-AI/TC y 0009-2005-AI/TC (acumulados),
al desarrollar el criterio de dependencia económica para la
obtención de una pensión de sobrevivencia, se ha señalado que
el sustento de este tipo de pensiones “Debe ser concebida como
una garantía para velar por el mantenimiento de una vida acorde
con el principio de dignidad de aquellos que, en razón de un vínculo
familiar directo, dependían económicamente de parte de dicha
pensión, es decir, como una garantía derivada del reconocimiento
de la familia como instituto fundamental de la sociedad (artículo 4
de la Constitución)”. Esta afirmación supone la existencia de una
relación de dependencia material entre el titular de la pensión y los
posibles beneficiarios de la pensión de sobrevivencia. En algunos
supuestos esta condición se considera cumplida sobre la base
de ciertas presunciones. Así, en el caso de los hijos menores de
edad es una presunción iure et de iure; en otros, como en el caso
de las hijas solteras mayores de edad, modalidad actualmente
desaparecida, se exigía determinadas condiciones con las cuales
se verificaba la imposibilidad de sustentarse ante la ausencia del
sostén de la familia.
3.2.2. Este Tribunal ha dejado establecido en uniforme y
reiterada jurisprudencia (desde la STC 0853-2005-PA/TC) que “(...)
la pensión de sobreviviente se sustenta en el estado de necesidad
en que quedan aquellas personas que dependían económicamente
del fallecido, porque no contarán más con los medios económicos
para atender su subsistencia. Cabe agregar que si bien la
premisa es que dicho estado de necesidad sea efectivo o real,
legislativamente se ha previsto, por un lado, la presunción de dicho
estado (p.e. pensión de viudez para la cónyuge mujer o pensión de
orfandad para los hijos menores) o la demostración manifiesta del
mismo (p.e. pensión de orfandad para el hijo mayor de 18 años que
siga estudios de nivel básico o superior, y pensión de viudez del
cónyuge varón). Debe añadirse que la situación de necesidad debe
ser actual en relación con la circunstancia del fallecimiento, dado
que sólo en dicho supuesto operará la medida protectora propia
de la seguridad social, vale decir, se configurará una protección
efectiva a los beneficiarios”.
3.2.3. El artículo 34.c) del Decreto Ley 20530 estableció que
tienen derecho a pensión de orfandad “Las hijas solteras del
trabajador, mayores de edad, cuando no tengan actividad lucrativa,
Declarar INFUNDADA la demanda porque no se ha acreditado
la afectación del derecho pensionario de la accionante.
Publíquese y notifíquese.
SS.
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
W-1133425-25
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 02160-2013-PA/TC
LIMA
JUDITH MARIA GLORIA AGÜERO HUERTA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 13 días del mes de marzo de 2014 la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Vergara Gotelli, Mesía Ramírez y Eto Cruz, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Judith
María Gloria Agüero Huerta contra la resolución expedida por
la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, su
fecha 12 de marzo de 2013, de fojas 271, que declaró infundada la
demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 9 de febrero de 2011 la recurrente interpone
demanda de amparo contra el Ministerio de Trabajo y Promoción del
Empleo con el objeto de que se deje sin efecto el despido arbitrario
efectuado el 30 de diciembre de 2010, del cual ha sido objeto, y
que en consecuencia se disponga su reposición laboral, más el
pago de las costas y los costos procesales, por la vulneración de
50026
PROCESOS CONSTITUCIONALES
sus derechos constitucionales al trabajo, a la estabilidad laboral
en el trabajo, al debido proceso, de defensa y a la igualdad como
trabajador. Manifiesta haber realizado labores desde el 11 de agosto
de 1997 hasta el 30 de diciembre de 2010, en calidad de profesional
en la Dirección de Formación Profesional y Capacitación Laboral
de la entidad demandada, bajo dependencia, subordinación y
remuneración, de forma permanente e ininterrumpida, por lo que
al haber sido contratada mediante contrato administrativo de
servicios (CAS), su cese laboral es fraudulento e inconstitucional.
Refiere que al prestar servicios a dicha entidad por más de 13
años, debe reconocérsele su condición como servidora pública, de
conformidad con el Decreto Legislativo 276.
El Procurador Público a cargo de los asuntos judiciales
del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo propone la
excepción de incompetencia, y contesta la demanda aduciendo
que al haberse establecido que la demandante prestó labores en
el marco de un contrato CAS, se tiene que al vencimiento del plazo
establecido en este, y no existiendo trámite de ampliación, se dio
por terminado el vínculo contractual.
El Octavo Juzgado Constitucional de Lima, con fecha 7 de
diciembre de 2011, declaró infundada la excepción propuesta
por la entidad demandada, y con fecha 21 de diciembre de 2012,
declaró infundada la demanda por considerar que con los contratos
administrativos de servicios queda demostrado que la actora
mantuvo una relación laboral a plazo determinado, que debió
culminar al vencer el plazo contenido en el referido informe.
La Sala Superior revisora confirmó la apelada por similar
fundamento.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
diciembre de 2010, y las addendas de los contratos administrativos
de servicios obrantes a fojas 93, 94, 96 al 110, de los cuales se
constata que estaba establecida una relación laboral sujeta a
un contrato administrativo de servicios entre la demandante y
la emplazada, el cual culminó el 30 de diciembre de 2010, con
lo que queda demostrado que la recurrente ha mantenido una
relación a plazo determinado sujeta a un contrato administrativo de
servicios que culminó al vencer el plazo del contrato; por tanto, la
extinción de la relación se produjo en forma automática conforme
el artículo 13.1.h) del Decreto Supremo 075-2008-PCM, por lo que
corresponde desestimar la demanda.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda porque no se ha acreditado
la vulneración de los derechos invocados por la actora.
Publíquese y notifíquese.
SS.
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
FUNDAMENTOS
W-1133425-26
Cuestiones preliminares
1. En el presente caso en puridad la accionante solicita que:
a) se deje sin efecto el despido arbitrario de fecha 30 de diciembre
de 2010, fecha en la que venció el plazo establecido en su último
contrato administrativo de servicios (CAS); y, b) se le reconozca su
condición como servidora pública al haber prestado por más de 13
años servicios para la entidad demandada.
2. Al respecto este Colegiado considera que en el caso
concreto sólo procederá a realizar un análisis de fondo en cuanto
al despido acaecido el 30 de diciembre de 2010, pues con dicho
acto arbitrario se habría vulnerado sus derechos constitucionales
invocados. Por otro lado, con relación a su pedido de reconocimiento
como servidora pública por los 13 años de servicios prestados
a la entidad emplazada, corresponde señalar que el proceso de
amparo no es la vía idónea para ventilar dicho extremo de su
petitorio, de conformidad con el primer párrafo del artículo 1 del
Código Procesal Constitucional.
Procedencia de la demanda
3. De autos se aprecia que la recurrente solicita su reposición
en el cargo que venía desempeñando, más el pago de costas y
costos procesales. Señala que realizó labores para la emplazada,
de forma permanente e indeterminada, y que fue despedida
de forma arbitraria sin que exista causa justa prevista en la ley,
vulnerando su derecho al trabajo.
4. Por su parte, la parte emplazada manifiesta que la accionante
no fue despedida arbitrariamente, sino que al vencer el plazo de
su contrato administrativo de servicios se extinguió su respectiva
relación contractual.
5. Considerando los argumentos expuestos por las partes y los
criterios de procedencia establecidos en el precedente vinculante
de la STC Nº 00206-2005-PA/TC, en el presente caso corresponde
evaluar si la demandante ha sufrido un despido incausado.
Análisis de la controversia
6. Antes de analizar el fondo de la controversia es necesario
indicar que conforme a lo señalado por la propia demandante,
laboró ininterrumpidamente desde el año 1997 a 2010, sin embargo
de lo actuado se advierte que existe interrupción entre los meses
de enero a octubre de 2007, razón por la cual se analizará sólo el
último periodo por el que prestó servicios continuos ininterrumpidos,
esto es del 7 de noviembre de 2007 al 30 de diciembre de 2010.
7. Para resolver la controversia planteada, conviene recordar
que en las SSTC N.os 00002-2010-PI/TC y 03818-2009-PA/TC, así
como en la RTC 00002-2010-PI/TC, este Tribunal ha establecido
que el régimen de protección sustantivo – reparador contra el
despido arbitrario, previsto en el régimen laboral especial del
contrato administrativo de servicios, guarda conformidad con el
artículo 27º de la Constitución.
Consecuentemente en el proceso de amparo no corresponde
analizar si con anterioridad a la suscripción del contrato
administrativo de servicios, los contratos civiles que suscribió
la demandante fueron desnaturalizados conforme indica en su
demanda, pues en el caso de que ello hubiese ocurrido, dicha
situación de fraude constituiría un período independiente del inicio
del contrato administrativo de servicios, lo que es constitucional.
7. Hecha la precisión que antecede, cabe señalar que la
accionante en su escrito de demanda y recurso de agravio
constitucional (f. 168 y 321, respectivamente) ha expresado que
firmó contrato administrativo de servicios (CAS), lo cual ha sido
corroborado con la constancia de prestación de servicios (f. 67),
donde se indica que laboró desde el 1 de agosto de 2008 al 31 de
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 02987-2013-PA/TC
LAMBAYEQUE
HOVERG YAMIL RIOJAS BETANCOHURT
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 18 días del mes de marzo de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los señores
magistrados Vergara Gotelli, Mesía Ramírez y Calle Hayen,
pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Hoverg
Yamil Riojas Betancohurt contra la resolución expedida por la Sala
Especializada en Derecho Constitucional de la Corte Superior de
Justicia de Lambayeque, de fojas 100, su fecha 30 de abril de
2013, que declaró improcedente la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 11 de julio de 2012 el recurrente interpone demanda
de amparo contra Servicios Postales del Perú S.A. (SERPOST
S.A.), solicitando que se deje sin efecto el despido arbitrario del
que fue objeto y que, en consecuencia, se ordene su reposición en
el cargo de Técnico y se pague las costas y los costos procesales.
Manifiesta que ingresó a laborar en el mes de julio de 2010 y que
trabajó hasta el 2 de julio del 2012, fecha en que se le impidió el
ingreso a su centro de trabajo; que los contratos de trabajo para
servicio específico que suscribió se han desnaturalizado, debido
a que las labores que desarrolló corresponden a actividades
ordinarias de la emplazada y que, por otra parte, la causa objetiva
consignada en el contrato no ha desaparecido; y que se han
vulnerado sus derechos constitucionales al trabajo y al debido
proceso.
El Segundo Juzgado Especializado Civil de Chiclayo, con fecha
17 de agosto del 2012, declaró improcedente la contestación de la
demanda y la excepción propuesta por el apoderado judicial de la
emplazada; y con fecha 9 de octubre de 2012 declaró fundada la
demanda, por estimar que la emplazada no ha acreditado que ya
no existía la causa objetiva que justificó la contratación, por lo que
la extinción de la relación laboral del demandante obedeció a una
decisión unilateral del empleador y no a causas objetivas.
La Sala Superior competente, revocando la apelada, declaró
improcedente la demanda, por considerar que desde la fecha de
conclusión del contrato de trabajo suscrito por el demandante
transcurrieron 11 días sin que haya acudido a las autoridades
pertinentes para dejar constancia del supuesto despido de hecho,
por lo que no se acredita el alegado despido arbitrario, y más bien
se trataría de abandono de trabajo.
FUNDAMENTOS
1) Delimitación del petitorio
El demandante solicita su reposición en el cargo que venía
ocupando, sosteniendo que ha sufrido un despido arbitrario. Afirma
que los contratos de trabajo en la modalidad de servicio específico
se desnaturalizaron, debido a que las labores que desarrolló son
actividades ordinarias de la entidad emplazada y que la causa
objetiva consignada en el contrato no ha desaparecido.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
2) Consideraciones previas
En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de
amparo relativas a materia laboral individual privada, establecidos
en los fundamentos 7 a 20 de la STC 0206-2005-PA/TC, que
constituyen precedente vinculante, en el presente caso corresponde
evaluar si el recurrente fue objeto de un despido arbitrario.
3) Sobre la afectación de los derechos al trabajo y a la
protección adecuada contra el despido arbitrario
3.1. Argumentos de la parte demandante
El demandante afirma que ha sido víctima de un despido sin
expresión de causa, violatorio de sus derechos constitucionales al
trabajo y al debido proceso, debido a que no obstante mantener
con la empresa emplazada un contrato de trabajo a plazo
indeterminado, por desnaturalización del contrato para servicio
específico, fue despedido de manera incausada.
3.2 Argumentos de la parte demandada
La parte demandada argumenta que el accionante no ha sido
despedido, sino que su vínculo laboral se extinguió por vencimiento
del plazo de duración del contrato de trabajo.
3.3 Consideraciones del Tribunal Constitucional
3.3.1 El derecho al trabajo se encuentra reconocido por el
artículo 22º de la Constitución. Al respecto, este Tribunal estima
que el contenido esencial del referido derecho constitucional implica
dos aspectos. El de acceder a un puesto de trabajo, por una parte
y, por otra, el derecho a no ser despedido sino por causa justa.
Aunque no resulta relevante para resolver la causa, cabe precisar
que, en el primer caso, el derecho al trabajo supone la adopción
por parte del Estado de una política orientada a que la población
acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que precisar que la
satisfacción de este aspecto de este derecho constitucional implica
un desarrollo progresivo y según las posibilidades del Estado. El
segundo aspecto del derecho es el que resulta relevante para
resolver la causa. Se trata del derecho al trabajo entendido como
proscripción de ser despedido salvo por causa justa.
3.3.2. La cuestión controvertida se circunscribe a determinar
si los contratos de trabajo del recurrente en la modalidad para
servicio específico han sido desnaturalizados por la causal prevista
en el inciso d) del artículo 77º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR,
que establece que los contratos a modalidad se desnaturalizan y
convierten en indeterminados cuando el trabajador demuestra que
hubo simulación o fraude a las normas legales establecidas en el
mencionado decreto supremo.
3.3.3 Al respecto, el artículo 63.º del TUO del Decreto
Legislativo Nº 728 establece expresamente que “los contratos para
obra determinada o servicio específico, son aquellos celebrados
entre un empleador y un trabajador, con objeto previamente
establecido y de duración determinada.” Asimismo, el artículo 72º
del TUO establece que “los contratos de trabajo a que se refiere
este Título necesariamente deberán constar por escrito y por
triplicado, debiendo consignarse en forma expresa su duración y
las causas objetivas determinantes de la contratación, así como las
demás condiciones de la relación laboral.”
3.3.4 Examinados los contratos de trabajo para servicio
específico suscritos entre las partes, obrantes de fojas 2 a 6, se
aprecia que no se ha cumplido con la exigencia de consignar
debidamente la causa objetiva temporal determinante de la
contratación del actor; toda vez que el demandante no ha sido
contratado para desarrollar labores temporales sino de naturaleza
permanente, por cuanto realizó labores de motociclista en el
transporte y distribución de envíos, actividad que tiene el carácter
de principal u ordinaria de la emplazada. En efecto en el numeral
4) del literal A del contrato se consigna: “al haberse incrementado
el servicio especial que forma parte de la actividad normal de EL
EMPLEADOR…”; lo que evidencia que la función que desempeñó
el actor era permanente. Además debe precisarse que para los
supuestos de incremento de actividades la ley prevé otra modalidad
y no la de servicio específico.
3.3.5 Por consiguiente, habiéndose acreditado la existencia de
simulación en los contratos citados, estos deben ser considerados
como de duración indeterminada, conforme lo establece el inciso
d) del artículo 77° del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, razón
por la que el recurrente sólo podía ser despedido por una causa
justa relacionada con su conducta o capacidad laboral, por lo
que la ruptura del vínculo laboral sin expresión de causa justa,
tiene el carácter de un despido arbitrario frente a lo cual procede
la reposición como finalidad eminentemente restitutoria de todo
proceso constitucional de tutela de derechos fundamentales.
3.3.6 Por lo expuesto, este Tribunal declara que en el presente
caso se ha configurado un despido arbitrario, vulneratorio del
derecho al trabajo del actor, reconocido en el artículo 22º de la
Constitución.
4) Sobre la afectación del derecho al debido proceso
4.1 Argumentos de la parte demandante
El demandante también afirma que su despido sin expresión
de causa resulta violatorio de su derecho constitucional al debido
50027
proceso, pues no se siguió el procedimiento de despido establecido
en la normatividad laboral.
4.2 Argumentos de la parte demandada
La parte emplazada sostiene que el demandante no fue
despedido, sino que su relación laboral se extinguió por vencimiento
del plazo de su contrato de trabajo.
4.3 Consideraciones del Tribunal Constitucional
4.3.1 Como este Tribunal tiene señalado, el derecho
fundamental al debido proceso, consagrado en el artículo
139º, numeral 3), de la Constitución, comprende una serie de
garantías, formales y materiales, de muy distinta naturaleza,
cuyo cumplimiento efectivo garantiza que el procedimiento o
proceso en el cual se encuentre inmersa una persona, pueda
considerarse justo (STC Nº 10490-2006-AA, fundamento 2).
De ahí que este Tribunal haya destacado que el ámbito de
irradiación de este derecho continente no abarca exclusivamente
al ámbito judicial, sino que se proyecta también al ámbito de
los procesos administrativos (STC Nº 07569-2006-AA/TC,
Fundamento 6).
También este Tribunal ha establecido en reiterada jurisprudencia
(STC Nº 03359-2006-PA/TC, por todas) “que el debido proceso –y
los derechos que lo conforman, p. e. el derecho de defensa– resultan
aplicables al interior de la actividad institucional de cualquier
persona jurídica, máxime si ha previsto la posibilidad de imponer
una sanción tan grave como la expulsión. En tal sentido, si el
emplazado consideraba que el actor cometió alguna falta, debieron
comunicarle, previamente y por escrito, los cargos imputados,
acompañando el correspondiente sustento probatorio, y otorgarle
un plazo prudencial a efectos de que –mediante la expresión de
los descargos correspondientes– pueda ejercer cabalmente su
legítimo derecho de defensa.”
4.3.2 En el caso de autos, la controversia constitucional radica
en determinar si la empresa demandada, al dar por culminado el
vínculo laboral con el actor, lo hizo observando el debido proceso,
o si, por el contrario, lo lesionó. Efectuada esta precisión, debe
comenzarse por evaluar la lesión del derecho de defensa, toda vez
que forma parte del derecho al debido proceso.
4.3.3. De acuerdo con lo previsto por el artículo 31° del
Decreto Supremo Nº 003-97-TR, el empleador no podrá despedir
a un trabajador por causa relacionada con su conducta laboral
sin antes otorgarle por escrito un plazo razonable no menor de
seis días naturales para que pueda defenderse por escrito de los
cargos que se le formulen; es decir el despido se inicia con una
carta de imputación de cargos para que el trabajador pueda ejercer
su derecho de defensa, efectuando su descargo en la forma que
considere conveniente a su derecho.
4.3.4 En el presente caso ya ha quedado determinado que el
recurrente mantenía con la demandada una relación laboral a plazo
indeterminado y que el empleador dio por terminada la relación
laboral sin expresar causal válida alguna; es decir, el recurrente
fue despedido sin que le haya remitido previamente una carta de
imputación de faltas graves.
4.3.5 Por lo expuesto, este Tribunal declara que en el
presente caso la empresa demandada también ha vulnerado el
derecho al debido proceso de la recurrente, específicamente, su
derecho de defensa, por lo que debe estimarse la demanda.
5) Efectos de la sentencia
5.1 En la medida en que en este caso se ha acreditado que la
empresa demandada ha vulnerado los derechos constitucionales
al trabajo, a la protección adecuada contra el despido arbitrario y al
debido proceso, corresponde ordenar la reposición del demandante
como trabajador a plazo indeterminado en el cargo que venía
desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de
dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga
las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del
Código Procesal Constitucional.
5.2 Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código
Procesal Constitucional, la empresa emplazada debe asumir los
costos y las costas del proceso, los cuales deberán ser liquidados
en la etapa de ejecución de la presente sentencia.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú,
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a
la afectación de los derechos al trabajo y al debido proceso; en
consecuencia, NULO el despido arbitrario del demandante.
2. ORDENAR a Servicios Postales del Perú S.A. (SERPOST
S.A.) que reponga a don Hoverg Yamil Riojas Betancohurt como
trabajador a plazo indeterminado, en su mismo puesto de trabajo
o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo
apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas
coercitivas prescritas en los artículos 22.º y 59.º del Código
PROCESOS CONSTITUCIONALES
50028
Procesal Constitucional, con el abono de los costos y las costas
procesales.
Publíquese y notifíquese.
SS.
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
W-1133425-27
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 02128-2012-PA/TC
CAJAMARCA
EDILBERTO GIL HOYOS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 30 días del mes de abril de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, emite la siguiente
sentencia, con el voto en mayoría de los magistrados Mesía
Ramírez y Eto Cruz, el voto en discordia del magistrado Álvarez
Miranda, y el voto dirimente del magistrado Calle Hayen, que se
agregan a los autos.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Edilberto Gil
Hoyos contra la resolución expedida por la Sala Mixta Descentralizada
Permanente Itinerante de Santa cruz de Chota de la Corte Superior de
Justicia de Cajamarca, de fojas 187, su fecha 4 de abril de 2012, que
declaró improcedente la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 5 de enero de 2011, el recurrente interpone demanda
de amparo contra la Municipalidad Distrital de Lajas, solicitando que
se deje sin efecto el despido arbitrario, del que fue víctima y que,
consecuentemente, se ordene su reposición en el cargo de policía
municipal. Refiere que prestó servicios desde el 2 de enero de
2007 hasta el 3 de enero de 2011 inicialmente mediante un contrato
civil y luego mediante contratos personales. Refiere que durante la
prestación de servicios laboró bajo subordinación y dependencia,
en calidad de obrero, realizando trabajos de naturaleza laboral, por
lo que, para su despido, debía imputársele una causa, lo que no
ocurrió en el presente caso.
El Alcalde de la Municipalidad demandada propone la excepción
de falta de agotamiento de la vía administrativa, y contesta la
demanda sosteniendo que efectivamente el actor laboró como
policía municipal, pero no como obrero sino como empleado del
régimen laboral público, conforme se señala en los contratos
suscritos entre las partes, por lo que debe declararse improcedente
la demanda, pues el régimen aplicable al actor es el contenido en
el Decreto Legislativo 276.
El Primer Juzgado Civil de Chota, con fecha 25 de abril de
2011, declara infundada la excepción propuesta, y con fecha 19
de octubre de 2011 declara fundada la demanda, por considerar
que se encuentra acreditado que el actor se desempeñó como
policía municipal, consecuentemente se colige que estas labores
fueron esencialmente de vigilancia, por lo que tendría la condición
de obrero, y de acuerdo con el segundo párrafo del artículo 37 de
la Ley Orgánica de Municipalidades Nº 27972, el régimen laboral
aplicable es el de la actividad privada.
La Sala Superior revisora declara improcedente la demanda,
argumentando que el actor desempeñó labores dentro del régimen
laboral de la actividad pública, hecho que no fue cuestionado por
el actor; por lo que debe recurrir a la vía del proceso contencioso
administrativo para cuestionar el despido.
A fojas 197 obra el recurso de agravio constitucional
interpuesto por el demandante, en el que sostiene que en autos
está plenamente demostrado que el régimen laboral de servicio de
la demandada es el de la actividad privada, previsto en el Decreto
Legislativo Nº 728, y el Decreto Supremo Nº 03-97-TR, y en este
contexto la demandada no ha demostrado que el recurrente
haya cometido falta grave. Asimismo, refiere que ha quedado
plenamente demostrado que la función de policía municipal es de
naturaleza permanente.
FUNDAMENTOS
Delimitación del petitorio
1. La presente demanda tiene por objeto que se ordene la
reposición del demandante en el cargo que venía desempeñando,
porque habría sido objeto de un despido arbitrario. Se alega que
el demandante ha venido laborando en virtud de un contrato de
trabajo, de modo que habiéndose dado por extinguida su relación
laboral sin expresión de una causa justa, se ha configurado un
despido arbitrario, lesivo de su derecho al trabajo.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
Conforme a lo expuesto, corresponde analizar si en el presente
caso procede la reincorporación del demandante por haber sido
separado de su cargo de manera incausada. Para ello, habrá de
dilucidarse si el actor prestó servicios bajo el régimen laboral de la
actividad privada y, de ser esto así, determinar si en su relación existía,
en realidad, un contrato de trabajo a duración indeterminada, en cuyo
caso el actor sólo podía ser despedido por una causa relacionada con
su conducta o capacidad laboral que justifique el despido
2. De acuerdo con los criterios de procedibilidad de las
demandas de amparo relativas a materia laboral individual privada,
establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC Nº 206-2005PA/TC, que constituyen precedente vinculante, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo VII del Título Preliminar del Código
Procesal Constitucional, este Tribunal estima que, en el presente
caso, corresponde efectuar la verificación del despido incausado
alegado por el demandante.
Sobre la afectación del derecho al trabajo (artículo 22º de
la Constitución)
Argumentos del demandante
3. El recurrente afirma que ha sido víctima de despido
incausado el 3 de enero de 2011, ya que prestaba servicios de
manera indeterminada, en labores de naturaleza permanente,
como policía municipal, y sin causa alguna fue despedido, por lo
que solicita que se ordene su reposición en el cargo de policía
municipal de la Municipalidad Distrital de Lajas.
Argumentos de la entidad demandada
4. La Municipalidad demandada aduce que el actor fue un
trabajador del régimen laboral de la actividad pública, tal y como
queda demostrado con los diversos contratos suscrito por las
partes, en los que específicamente se señala que pertenece al
régimen laboral de la actividad pública normado por el Decreto
Legislativo Nº 276, por lo que corresponde ser analizada la presente
controversia en la vía ordinaria.
Consideraciones del Tribunal Constitucional
5. El contenido constitucionalmente protegido del derecho
al trabajo implica dos aspectos: por un lado, el de acceder a un
puesto de trabajo, y por otro el derecho a no ser despedido sino
por causa justa. El primer aspecto supone la adopción por parte del
Estado de una política orientada a que la población acceda a un
puesto de trabajo, según las posibilidades del Estado. El segundo
radica en la proscripción de ser despedido, salvo que medie una
motivación justificada (STC 1124-2001-AA/TC, fundamento 12;
STC 3330-2004-AA/TC, fundamento 30).
6. El Tribunal Constitucional ha señalado en la STC 0976-2001PA/TC, que entre las modalidades de despido arbitrario se destaca
el despido incausado, el cual se produce cuando “se despide al
trabajador, ya sea de manera verbal o mediante comunicación
escrita, sin expresarle causa alguna derivada de la conducta o la
labor que la justifique” (fundamento 15, b).
7. Respecto a la afirmación hecha por el actor en la demanda,
debe precisarse que en autos obra los contratos por servicios
personales con vigencia desde enero de 2008 hasta el 31 de
diciembre de 2010 y desde enero hasta el 31 de diciembre de 2007,
mediante contrato por servicios no personales, realizando labores
de policía municipal (f. 6 a 13). Dicha afirmación es corroborada
con el certificado de trabajo de fojas 15, además de las boletas
de pago de fojas 16 a 37.Asimismo, obra en autos de fojas 38 a
62 copia de las tarjetas de asistencia del demandante, donde se
acredita que laboró sujeto a un horario en el periodo, de enero de
2009 a noviembre de 2010.
Asimismo, en estos documentos se ha consignado que la labor
o cargo del actor era de policía municipal en el área de guardianía,
labor que realizó con eficiencia, tal como se especifica en el
certificado de trabajo que obras en autos a fojas 15. Es decir, el
demandante realizaba labores que, según la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional (STC Nº 0998-2011-PA/TC, entre otros),
corresponden a las que realiza un obrero.
Consecuentemente, en el presente caso es de aplicación el
artículo 37 de la Ley Nº 27972, que establece que los obreros
municipales están sujetos al régimen laboral de la actividad
privada, por lo que debe entenderse que es éste el régimen laboral
aplicable al demandante, careciendo de validez la calificación que
hizo la Municipalidad demandada de las labores prestadas por el
demandante, pues es contraria a la mencionada ley.
8. El artículo 4 del Decreto Supremo 003-97-TR establece
que “En toda prestación personal de servicios remunerados y
subordinados, se presume la existencia de un contrato de trabajo a
plazo indeterminado”. Asimismo, precisa que toda relación laboral
o contrato de trabajo se configura al concurrir y comprobarse la
existencia de tres elementos esenciales: (i) la prestación personal
por parte del trabajador, (ii) la remuneración y (iii) la subordinación
frente al empleador.
9. Al respecto, conforme al certificado de trabajo, las boletas
de pago y las tarjetas de asistencia, así como de la propia
afirmación hecha por la municipalidad demandada, mencionados
en el fundamento 4, se acredita que el actor prestó servicios
personales, remunerados y bajo subordinación y dependencia; por
lo que dicha prestación de servicios debe ser considerada como
una contratación laboral a plazo indeterminado.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
10. Por consiguiente, habiéndose despedido al demandante
sin expresarle causa alguna derivada de su conducta o capacidad
laboral que justifique el despido, se ha vulnerado su derecho
constitucional al trabajo, por lo que, en mérito de la finalidad
restitutoria del proceso de amparo, procede la reposición del
demandante en el cargo que venía desempeñando.
En estos casos, la Administración Pública para justificar el
mantenimiento de la plaza presupuestada tendrá presente que el
artículo 7 del C.P.Const. dispone que: “El Procurador Público, antes de
que el proceso sea resuelto en primer grado, está facultado para poner
en conocimiento del titular de la entidad su opinión profesional motivada
cuando considere que se afecta el derecho constitucional invocado”.
Con la opinión del Procurador Público puede evitarse y preverse
gastos fiscales, ya que la Administración Pública puede allanarse
a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los
precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir
con el proceso.
11. Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código
Procesal Constitucional, la entidad emplazada debe asumir los
costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en la etapa
de ejecución de la presente sentencia.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda de amparo, al haberse
acreditado la vulneración del derecho al trabajo; en consecuencia,
NULO el despido incausado del que ha sido víctima el recurrente.
2. ORDENAR que la Municipalidad Distrital de Lajas cumpla
con reponer a don Edilberto Gil Hoyos como trabajador a plazo
indeterminado en el cargo que venía desempeñando, o en
otro de similar nivel o jerarquía, en el plazo de dos días, bajo
apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas
coercitivas previstas en los artículos 22 y 59 del Código Procesal
Constitucional; y se le abone los costos del proceso.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
VOTO DE LOS MAGISTRADOS MESÍA RAMÍREZ Y ETO
CRUZ
Visto el recurso de agravio constitucional interpuesto por don
Edilberto Gil Hoyos contra la resolución expedida por la Sala Mixta
Descentralizada Permanente Itinerante de Santa cruz de Chota de
la Corte Superior de Justicia de Cajamarca, de fojas 187, su fecha
4 de abril de 2012, que declaró improcedente la demanda de autos,
los magistrados firmantes emiten el siguiente voto:
ANTECEDENTES
Con fecha 5 de enero de 2011, el recurrente interpone demanda
de amparo contra la Municipalidad Distrital de Lajas, solicitando que
se deje sin efecto el despido arbitrario del que fue víctima, y que,
consecuentemente, se ordene su reposición en el cargo de policía
municipal. Refiere que prestó servicios desde el 2 de enero de
2007 hasta el 3 de enero de 2011 inicialmente mediante un contrato
civil y luego mediante contratos personales. Refiere que durante la
prestación de servicios laboró bajo subordinación y dependencia,
en calidad de obrero, realizando trabajos de naturaleza laboral, por
lo que, para su despido, debía imputársele una causa, lo que no
ocurrió en el presente caso.
El Alcalde de la Municipalidad demandada propone la excepción
de falta de agotamiento de la vía administrativa, y contesta la
demanda sosteniendo que efectivamente el actor laboró como
policía municipal, pero no como obrero sino como empleado del
régimen laboral público, conforme se señala en los contratos
suscritos entre las partes, por lo que debe declararse improcedente
la demanda, pues el régimen aplicable al actor es el contenido en
el Decreto Legislativo 276.
El Primer Juzgado Civil de Chota, con fecha 25 de abril de
2011, declara infundada la excepción propuesta, y con fecha 19
de octubre de 2011 declara fundada la demanda, por considerar
que se encuentra acreditado que el actor se desempeñó como
policía municipal, consecuentemente se colige que estas labores
fueron esencialmente de vigilancia, por lo que tendría la condición
de obrero, y de acuerdo con el segundo párrafo del artículo 37 de
la Ley Orgánica de Municipalidades Nº 27972, el régimen laboral
aplicable es el de la actividad privada.
La Sala Superior revisora declara improcedente la demanda,
argumentando que el actor desempeñó labores dentro del régimen
laboral de la actividad pública, hecho que no fue cuestionado por
el actor; por lo que debe recurrir a la vía del proceso contencioso
administrativo para cuestionar el despido.
A fojas 197 obra el recurso de agravio constitucional
interpuesto por el demandante, en el que sostiene que en autos
50029
está plenamente demostrado que el régimen laboral de servicio de
la demandada es el de la actividad privada, previsto en el Decreto
Legislativo Nº 728, y el Decreto Supremo Nº 03-97-TR, y en este
contexto la demandada no ha demostrado que el recurrente
haya cometido falta grave. Asimismo, refiere que ha quedado
plenamente demostrado que la función de policía municipal es de
naturaleza permanente.
FUNDAMENTOS
Delimitación del petitorio
1. La presente demanda tiene por objeto que se ordene la
reposición del demandante en el cargo que venía desempeñando,
porque habría sido objeto de un despido arbitrario. Se alega que
el demandante ha venido laborando en virtud de un contrato de
trabajo, de modo que habiéndose dado por extinguida su relación
laboral sin expresión de una causa justa, se ha configurado un
despido arbitrario, lesivo de su derecho al trabajo.
Conforme a lo expuesto, corresponde analizar si en el presente
caso procede la reincorporación del demandante por haber sido
separado de su cargo de manera incausada. Para ello, habrá
de dilucidarse si el actor prestó servicios bajo el régimen laboral
de la actividad privada y, de ser esto así, determinar si en su
relación existía, en realidad, un contrato de trabajo a duración
indeterminada, en cuyo caso el actor sólo podía ser despedido por
una causa relacionada con su conducta o capacidad laboral que
justifique el despido.
2. De acuerdo con los criterios de procedibilidad de las
demandas de amparo relativas a materia laboral individual privada,
establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC Nº 206-2005PA/TC, que constituyen precedente vinculante, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo VII del Título Preliminar del Código
Procesal Constitucional, estimamos que, en el presente caso,
corresponde efectuar la verificación del despido incausado alegado
por el demandante.
Sobre la afectación del derecho al trabajo (artículo 22º de
la Constitución)
Argumentos del demandante
3. El recurrente afirma que ha sido víctima de despido
incausado el 3 de enero de 2011, ya que prestaba servicios de
manera indeterminada, en labores de naturaleza permanente,
como policía municipal, y sin causa alguna fue despedido, por lo
que solicita que se ordene su reposición en el cargo de policía
municipal de la Municipalidad Distrital de Lajas.
Argumentos de la entidad demandada
4. La Municipalidad demandada aduce que el actor fue un
trabajador del régimen laboral de la actividad pública, tal y como
queda demostrado con los diversos contratos suscrito por las
partes, en los que específicamente se señala que pertenece al
régimen laboral de la actividad pública normado por el Decreto
Legislativo Nº 276, por lo que corresponde ser analizada la presente
controversia en la vía ordinaria.
Consideraciones del Tribunal Constitucional
5. El contenido constitucionalmente protegido del derecho
al trabajo implica dos aspectos: por un lado, el de acceder a un
puesto de trabajo, y por otro el derecho a no ser despedido sino
por causa justa. El primer aspecto supone la adopción por parte del
Estado de una política orientada a que la población acceda a un
puesto de trabajo, según las posibilidades del Estado. El segundo
radica en la proscripción de ser despedido, salvo que medie una
motivación justificada (STC 1124-2001-AA/TC, fundamento 12;
STC 3330-2004-AA/TC, fundamento 30).
6. El Tribunal Constitucional ha señalado en la STC 0976-2001PA/TC, que entre las modalidades de despido arbitrario se destaca
el despido incausado, el cual se produce cuando “se despide al
trabajador, ya sea de manera verbal o mediante comunicación
escrita, sin expresarle causa alguna derivada de la conducta o la
labor que la justifique” (fundamento 15, b).
7. Respecto a la afirmación hecha por el actor en la demanda,
debe precisarse que en autos obra los contratos por servicios
personales con vigencia desde enero de 2008 hasta el 31 de
diciembre de 2010 y desde enero hasta el 31 de diciembre de 2007,
mediante contrato por servicios no personales, realizando labores
de policía municipal (f. 6 a 13). Dicha afirmación es corroborada
con el certificado de trabajo de fojas 15, además de las boletas
de pago de fojas 16 a 37.Asimismo, obra en autos de fojas 38 a
62 copia de las tarjetas de asistencia del demandante, donde se
acredita que laboró sujeto a un horario en el periodo, de enero de
2009 a noviembre de 2010.
Asimismo, en estos documentos se ha consignado que la labor
o cargo del actor era de policía municipal en el área de guardianía,
labor que realizó con eficiencia, tal como se especifica en el
certificado de trabajo que obras en autos a fojas 15. Es decir, el
demandante realizaba labores que, según la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional (STC Nº 0998-2011-PA/TC, entre otros),
corresponden a las que realiza un obrero.
Consecuentemente, en el presente caso es de aplicación el
artículo 37 de la Ley Nº 27972, que establece que los obreros
50030
PROCESOS CONSTITUCIONALES
municipales están sujetos al régimen laboral de la actividad
privada, por lo que debe entenderse que es éste el régimen laboral
aplicable al demandante, careciendo de validez la calificación que
hizo la Municipalidad demandada de las labores prestadas por el
demandante, pues es contraria a la mencionada ley.
8. El artículo 4 del Decreto Supremo 003-97-TR establece
que “En toda prestación personal de servicios remunerados y
subordinados, se presume la existencia de un contrato de trabajo a
plazo indeterminado”. Asimismo, precisa que toda relación laboral
o contrato de trabajo se configura al concurrir y comprobarse la
existencia de tres elementos esenciales: (i) la prestación personal
por parte del trabajador, (ii) la remuneración y (iii) la subordinación
frente al empleador.
12. Al respecto, conforme al certificado de trabajo, las
boletas de pago y las tarjetas de asistencia, así como de la propia
afirmación hecha por la municipalidad demandada, mencionados
en el fundamento 4, se acredita que el actor prestó servicios
personales, remunerados y bajo subordinación y dependencia; por
lo que dicha prestación de servicios debe ser considerada como
una contratación laboral a plazo indeterminado.
10. Por consiguiente, habiéndose despedido al demandante
sin expresarle causa alguna derivada de su conducta o
capacidad laboral que justifique el despido, consideramos que
se ha vulnerado su derecho constitucional al trabajo, por lo que,
en mérito de la finalidad restitutoria del proceso de amparo,
procede la reposición del demandante en el cargo que venía
desempeñando.
En estos casos, la Administración Pública para justificar el
mantenimiento de la plaza presupuestada tendrá presente que el
artículo 7 del C.P.Const. dispone que: “El Procurador Público, antes
de que el proceso sea resuelto en primer grado, está facultado
para poner en conocimiento del titular de la entidad su opinión
profesional motivada cuando considere que se afecta el derecho
constitucional invocado”.
Con la opinión del Procurador Público puede evitarse y preverse
gastos fiscales, ya que la Administración Pública puede allanarse
a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los
precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir
con el proceso.
11. Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código
Procesal Constitucional, la entidad emplazada debería asumir los
costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en la etapa de
ejecución de la presente sentencia.
Por estos fundamentos, nuestro voto es por:
1. Declarar FUNDADA la demanda de amparo, al haberse
acreditado la vulneración del derecho al trabajo; en consecuencia
NULO el despido incausado del que ha sido víctima el recurrente.
2. ORDENAR que la Municipalidad Distrital de Lajas cumpla
con reponer a don Edilberto Gil Hoyos como trabajador a plazo
indeterminado en el cargo que venía desempeñando, o en
otro de similar nivel o jerarquía, en el plazo de dos días, bajo
apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas
coercitivas previstas en los artículos 22 y 59 del Código Procesal
Constitucional; y se le abone los costos del proceso.
Sres.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
VOTO DIRIMENTE DEL MAGISTRADO CALLE HAYEN
Puestos los autos a despacho para dirimir la discordia surgida,
y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 5º, parágrafo
quinto, de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, y en los
artículos 11º y 11º-A de su Reglamento Normativo, procedo a emitir
el siguiente voto:
1. Hecho el análisis de autos, comparto los fundamentos
expuestos en el voto en mayoría, a los cuales me adhiero y hago
míos; por lo que mi voto también es porque declare FUNDADA
la demanda de amparo, al haberse acreditado la vulneración del
derecho al trabajo; en consecuencia, NULO el despido incausado
del que ha sido víctima el recurrente.
2. Mi voto también es por ORDENAR que la Municipalidad
Distrital de Lajas cumpla con reponer a don Edilberto Gil Hoyos
como trabajador a plazo indeterminado en el cargo que venía
desempeñando, o en otro de similar nivel o jerarquía, en el plazo de
dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga
las medidas coercitivas previstas en los artículos 22 y 59 del Código
Procesal Constitucional; y se le abone los costos del proceso.
Sr.
CALLE HAYEN
VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO ÁLVAREZ MIRANDA
Con el debido respeto por la opinión vertida por el resto de
mis colegas magistrados, emito el siguiente voto singular por las
siguientes consideraciones.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
1. Según el artículo 5º de la Ley Nº 28175, Ley Marco del
Empleo Público, el acceso al empleo público se realiza mediante
concurso público y abierto, por grupo ocupacional, en base a los
méritos y capacidad de las personas, en un régimen de igualdad de
oportunidades.
2. A través de dicho filtro, se persigue, en la medida de lo
posible, dotar a la Administración Pública de los mejores cuadros
pues, a diferencia de lo que ocurre con los particulares, quienes
guiados por el incentivo de ser cada día más eficientes bajo
pena de ser expectorados del mercado, procuran captar al mejor
personal en base a sus cualificaciones personales y trayectoria;
ello no suele presentarse con frecuencia en el sector público, pues
carece de tal incentivo.
3. De ahí que, a fin de corregir tal situación, resulta
constitucionalmente lógico que el ordenamiento jurídico supedite
el acceso al empleo público a la aprobación de un concurso en
el que se evalúe tanto los méritos como las habilidades de los
participantes, en el marco de una evaluación transparente. Sólo de
esta manera se garantizaría que el gobierno de turno no utilice el
aparato estatal para cubrir tales plazas con personas cercanas al
mismo, que carezcan de la idoneidad necesaria para ocuparlas.
4. Por ello, en el empleo público no cabe la aplicación
mecánica del concepto de “desnaturalización”, pues a diferencia
de una empresa particular, en la que sus accionistas velan por
sus legítimos intereses, el Estado, que es la gran empresa de
todos los peruanos, muchas veces termina siendo superado por
intereses subalternos, perjudicando abiertamente a la sociedad en
su conjunto, y en especial a las personas que, a pesar de estar
debidamente cualificadas y tener vocación de servicio, no logran
ingresar al sector público.
5. No desconozco que, jurisprudencialmente, el Tribunal
Constitucional ha venido amparando pretensiones tendientes a
reincorporar a ex - trabajadores públicos que fueron contratados
bajo un contrato de locación de servicios y contratos modales
so pretexto de una “desnaturalización” del mismo, sin tomar en
consideración el citado filtro, pese a que de manera uniforme y
reiterada se ha precisado que el proceso de amparo tiene una
finalidad restitutiva y no declarativa.
6. En tal escenario, se ha venido incorporando a personas al
régimen laboral de la actividad privada regulado en el Texto Único
Ordenado del Decreto Legislativo Nº 728, a pesar de no haber
pasado por un proceso de evaluación previa de méritos en el
que se haya determinado la existencia de una plaza disponible,
y en segundo término si las personas cumplen con los requisitos
necesarios para desempeñar dicha labor. Al respecto, de lo actuado
no se aprecia que exista dicha plaza ni que el actor cumpla en
teoría con lo requerido para eventualmente acceder a la plaza.
Por tales consideraciones, soy de la opinión que la presente
demanda debe ser declarada IMPROCEDENTE.
Sr.
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133425-28
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 03670-2012-PA/TC Y EXP. 04296-2012PA/TC (ACUMULADO)
LAMBAYEQUE
JUAN CÉSAR REAÑO MONTOYA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 9 días del mes de abril de 2014 la Sala Segunda
del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Juan
César Reaño Montoya contra la resolución expedida por la Sala
Especializada de Derecho Constitucional de la Corte Superior de
Justicia de Lambayeque, de fecha 31 de mayo de 2012, de fojas
453, que declaró improcedente la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 16 de noviembre de 2010, el recurrente interpone
demanda de amparo contra la Dirección General de la Defensa
Pública del Ministerio de Justicia, solicitando que se declare la
nulidad de la Resolución Administrativa Nº 18-2010-JUS/DGDP,
de fecha 3 de noviembre de 2010; y que, consecuentemente, se
ordene su reincorporación en su centro de labores, se reconozca
la desnaturalización de su relación laboral y los años de servicios
prestados, se cursen los partes al Ministerio Público a fin de que
proceda de acuerdo a sus atribuciones, se disponga el pago de las
remuneraciones dejadas de percibir y se abone las costas y costos
del proceso. Refiere el demandante que ingresó a trabajar el 5 de
abril de 1998, sujeto a un contrato de locación de servicios, y que
posteriormente, desde agosto de 2008, fue contratado mediante
contratos administrativos de servicios; habiendo ejercido el cargo
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
de Director Distrital de la Defensoría Pública de Lambayeque desde
del 1 de octubre de 2009 hasta el 3 de noviembre de 2010, fecha
en que mediante la resolución cuestionada en autos se dispuso
arbitrariamente la extinción de su contrato, pues fue emitida en
atención a un procedimiento sancionador en el que se vulneró su
derecho al debido proceso. Asimismo, refiere que su contrato se
había desnaturalizado, pues en la práctica se desempeñaba como
un trabajador más de la entidad demandada, sujeto a subordinación,
con un horario de trabajo y percibiendo una remuneración mensual
en contraprestación a su trabajo.
La Procuradora Pública Adjunta de la Procuraduría Pública a
cargo de los asuntos judiciales del Ministerio de Justicia propone
las excepciones de incompetencia por razón de la materia y de
falta de agotamiento de la vía administrativa, solicita que se archive
la demanda por sustracción de la materia, y contesta la demanda
afirmando que la resolución que declaraba el cese del demandante
fue declarada nula mediante la Resolución Viceministerial Nº 592010-JUS, de fecha 13 de diciembre de 2010, por lo que el actor
fue repuesto en su puesto de trabajo de oficio.
El Primer Juzgado Especializado en lo Civil de Chiclayo, con
fecha 30 de setiembre de 2011, declaró infundadas las excepciones
propuestas e improcedente el pedido de conclusión del proceso; y,
con fecha 21 de noviembre de 2011, declaró fundada en parte la
demanda, por considerar que la suscripción por el recurrente del
contrato administrativo de servicios encubría un contrato laboral a
plazo indeterminado.
La Sala revisora revocó la apelada y declaró improcedente la
demanda, por estimar que en el caso de autos el cese se produjo
como resultado del vencimiento del contrato administrativo de
servicios del demandante.
FUNDAMENTOS
50031
7. Para resolver la controversia planteada, conviene recordar
que en las STC 00002-2010-PI/TC y 03818-2009-PA/TC, así como
en la RTC 00002-2010-PI/TC, este Tribunal ha establecido que el
régimen de protección sustantivo – reparador contra el despido
arbitrario, previsto en el régimen laboral especial del contrato
administrativo de servicios, guarda conformidad con el artículo 27º
de la Constitución. Consecuentemente, en el proceso de amparo
no corresponde analizar si con anterioridad a la suscripción del
CAS, los contratos civiles que suscribió el demandante fueron
desnaturalizados, pues en el caso que ello hubiera ocurrido, dicha
situación de fraude constituiría un periodo independiente del inicio
del CAS, que es constitucional.
8. Cabe señalar que está acreditado que el demandante laboró
mediante contratos administrativos de servicios (f. 25 del cuadernillo
de este Colegiado expediente Nº 4296-2012-PA/TC, acumulado al
presente expediente), con lo que se ha demostrado que el actor
ha mantenido una relación laboral a plazo determinado bajo el
régimen laboral especial previsto en el Decreto Legislativo 1057,
que culminó al vencerse el plazo de su contrato administrativo de
servicios, esto es el 31 de julio de 2011, conforme se desprende
de la copia del Certificado de Prestación de Servicios CAS Nº 882014-OGA/ORRHH, de fecha 30 de enero de 2014, expedido por el
Jefe de la Oficina de Recursos Humanos del Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos, presentado por el mismo demandante. Por lo
tanto, la extinción de la relación laboral del demandante se produjo
en forma automática, conforme lo señala el literal h) del artículo
13.1 del Decreto Supremo Nº 075-2008-PCM.
Por consiguiente, al constatarse que no se ha vulnerado
derecho constitucional alguno del recurrente, corresponde
desestimar la demanda.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
§. Delimitación del petitorio y procedencia de la demanda
HA RESUELTO
1. La presente demanda tiene por objeto que se ordene la
reposición del demandante en el cargo que venía desempeñando,
porque habría sido objeto de despido arbitrario. Asimismo, el actor
solicita que se reconozca la desnaturalización de su relación laboral
y los años de servicios que prestó para la entidad emplazada, con
el pago de las remuneraciones dejadas de percibir y el abono los
costos y las costas del proceso. Alega que a pesar de haber suscrito
contratos de locación de servicios y contratos administrativos de
servicios, en los hechos prestó servicios bajo una relación laboral a
plazo indeterminado, por lo que no podía ser cesado sino sólo por
causa justa y luego de un procedimiento con todas las garantías
del debido proceso.
2. La emplazada refiere que si bien inicialmente se dispuso
la resolución unilateral del contrato administrativo de servicios del
demandante como sanción por la comisión de una falta laboral,
dicha decisión fue dejada sin efecto el 13 de diciembre de 2010,
disponiéndose la reposición del actor en su puesto de trabajo,
en el mismo cargo que venía desempeñando antes del acto
violatorio. Asimismo, niega mantener con el recurrente un contrato
laboral a plazo indeterminado, pues estaba sujeto a un contrato
administrativo de servicios, que no ha sido desnaturalizado.
3. Considerando los argumentos expuestos por las partes y los
criterios de procedencia establecidos en el precedente vinculante
de la STC Nº 00206-2005-PA/TC, en el presente caso corresponde
evaluar si el demandante ha sido objeto de un despido incausado.
§. Cuestión previa
4. A fojas 240 de autos obra la Resolución Viceministerial
Nº 59-2010-JUS, de fecha 13 de diciembre de 2010, mediante
la cual se declaró la nulidad de la Resolución Administrativa Nº
18-2010-JUS/DGDP, de fecha 3 de noviembre de 2010; y, por
lo tanto, insubsistente la extinción del contrato administrativo de
servicios Nº 20091689 del recurrente; disponiéndose, además, que
la Oficina de Personal observe la vigencia del referido contrato.
Al respecto, conforme ambas partes lo han reconocido, el actor
fue efectivamente repuesto en el cargo de Director Distrital de
Lambayeque de la Dirección General de Defensa Pública (fojas 327
y 362). Por lo tanto, administrativamente se declaró la nulidad de
la Resolución Administrativa Nº 18-2010-JUS/DGDP; sin embargo,
conforme se ha acreditado, el actor fue cesado el 31 de julio de
2011, alegándose un vencimiento del CAS.
5. En tal sentido, este colegiado es competente para emitir
pronunciamiento demérito en cuanto a los extremos de la
demanda referidos a la reincorporación del actor a su centro de
labores, por cuanto precisa que nuevamente fue despedido (f. 4 del
cuadernillo de este Colegiado, expediente Nº 04296-2012-PA/TC),
y a la alegada desnaturalización de los contratos administrativos
de servicios, pues aduce el actor que en los hechos debía ser
considerado como un trabajador a plazo indeterminado.
6. De autos se advierte que el demandante prestó servicios
para la Municipalidad emplazada durante periodos interrumpidos,
desde el 5 de abril de 1998 hasta el 4 de noviembre de 2010,
mediante contratos de locación de servicios, y posteriormente a
través de contratos administrativos de servicios (CAS), siendo el
último periodo el comprendido entre el 16 de diciembre de 2010
hasta el 31 de julio de 2011 mediante contratos administrativos
de servicios, período en el cual fue cesado nuevamente, según
lo manifestado por el propio demandante a fojas 4 del cuadernillo
de este Colegiado (Expediente Nº 4296-2012-PA/TC, acumulado al
presente expediente).
Declarar INFUNDADA la demanda, porque no se ha acreditado
la vulneración de los derechos alegados.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133425-29
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 02168-2013-PA/TC
SANTA
MANUEL INOCENTE VIVAR ROMERO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 3 días del mes de marzo de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Urviola Hani, Mesía Ramírez y Eto Cruz, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Manuel
Inocente Vivar Romero contra la sentencia expedida por la Primera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Santa, de fojas
361, su fecha 21 de diciembre de 2012, que declaró infundada la
demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 31 de marzo de 2011 y escrito de subsanación de
fecha 26 de abril del mismo año, el recurrente interpone demanda
de amparo contra la Municipalidad Provincial de Pallasca,
solicitando que se deje sin efecto la Resolución de Alcaldía Nº
032-2011-MPP-C-A, de fecha 13 de enero de 2011, mediante la
cual la emplazada resuelve su contrato de trabajo de duración
indeterminada y se declara la nulidad de la Resolución de Alcaldía
Nº 234-2010-MPP, que reconoció las labores de naturaleza
permanente que venía desarrollando como personal de seguridad
ciudadana; y que, por consiguiente, se lo reponga en su puesto de
trabajo. Manifiesta que ingresó a laborar en la entidad emplazada
el 1 de septiembre de 2009 y que trabajó ininterrumpidamente
hasta el 20 de enero del 2011, fecha en que fue despedido;
que prestó servicios personales en situación de dependencia,
desarrollando labores de naturaleza permanente, labores que
fueron reconocidas por la entidad emplazada, procediéndose a
suscribir contrato de trabajo indefinido; y que, sin embargo, la
nueva gestión municipal dejó sin efecto la resolución de alcaldía
que lo reconoció como trabajador permanente y resolvió su
contrato de trabajo, vulnerando su derecho al trabajo, por lo que
ha sido víctima de despido arbitrario.
50032
PROCESOS CONSTITUCIONALES
La emplazada propone las excepciones de incompetencia y de
falta de legitimidad para obrar del demandante y contesta la demanda
expresando que si bien es cierto que el demandante era servidor
público sujeto al régimen laboral de la actividad privada, también lo es
que era obrero eventual porque dependía de la vigencia del Proyecto
de Implementación y Equipamiento de Seguridad Ciudadana y
Serenazgo, el mismo que concluyó el 31 de diciembre del 2010, por lo
que no podía continuar trabajando; y que, por otro lado, el ingreso del
demandante vulneró disposiciones legales vigentes, toda vez que no
se cumplió con el requisito de contarse con plaza presupuestada.
El Juzgado Mixto de Cabana, con fecha 5 de junio de 2012,
declaró infundadas las excepciones propuestas y, con fecha 9
de julio de 2012, declaró fundada la demanda, por estimar que
aplicando el principio de primacía de la realidad, se concluye que
el actor prestó servicios personales como sereno, labor propia o
inherente a los gobiernos locales, por lo que ha sido víctima de
despido arbitrario puesto que se extinguió unilateralmente su
relación laboral sin observarse el procedimiento de despido.
La Sala Superior competente revocó la apelada y, reformándola,
declaró infundada la demanda, por considerar que, habiéndose
cancelado el proyecto en el que trabajaba el demandante, no
puede continuar desempeñando el cargo de sereno.
FUNDAMENTOS
1) Delimitación del petitorio
El demandante solicita su reposición en el cargo que venía
ocupando, sosteniendo que ha sufrido un despido arbitrario. Afirma
que prestó servicios personales en situación de dependencia,
desarrollando labores de naturaleza permanente, labores que fueron
reconocidas por la entidad emplazada, procediéndose a suscribir
contrato de trabajo indefinido; que, sin embargo, la nueva gestión
municipal dejó sin efecto resolución de alcaldía que lo reconoció como
trabajador permanente y resolvió su contrato de trabajo.
2) Consideraciones previas
2.1. En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas
de amparo relativas a materia laboral individual privada, establecidos
en los fundamentos 7 a 20 de la STC 0206-2005-PA/TC, que
constituyen precedente vinculante, en el presente caso corresponde
evaluar si el recurrente fue objeto de un despido arbitrario.
3) Sobre la afectación del derecho al trabajo
3.1. Argumentos de la parte demandante
El demandante afirma que ha sido víctima de un despido
sin expresión de causa, violatorio de su derecho constitucional
al trabajo, debido a que no obstante mantener con la entidad
emplazada un vínculo de naturaleza laboral, fue despedido sin
expresión de causa, aduciéndose la cancelación del proyecto en
el cual trabajaba.
3.2. Argumentos de la parte demandada
La parte demandada sostiene que si bien es cierto que el
demandante era servidor público sujeto al régimen laboral de la
actividad privada, también lo es que era obrero eventual porque
dependía de la vigencia del Proyecto de Implementación y
Equipamiento de Seguridad Ciudadana y Serenazgo, el mismo que
concluyó el 31 de diciembre del 2010, por lo que el actor no podía
continuar trabajando; y que, por otro lado, el ingreso del demandante
vulneró disposiciones legales vigentes, toda vez que no se cumplió
con el requisito de contarse con plaza presupuestada.
3.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
3.3.1. El derecho al trabajo se encuentra reconocido por el
artículo 22º de la Constitución. Al respecto, este Tribunal estima
que el contenido esencial del referido derecho constitucional implica
dos aspectos. El de acceder a un puesto de trabajo, por una parte
y, por otra, el derecho a no ser despedido sino por causa justa.
Aunque no resulta relevante para resolver la causa, cabe precisar
que, en el primer caso, el derecho al trabajo supone la adopción
por parte del Estado de una política orientada a que la población
acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que precisar que la
satisfacción de este aspecto de este derecho constitucional implica
un desarrollo progresivo y según las posibilidades del Estado. El
segundo aspecto del derecho es el que resulta relevante para
resolver la causa. Se trata del derecho al trabajo entendido como
proscripción de ser despedido salvo por causa justa.
3.3.2. Dado que la entidad emplazada reconoce expresamente
en su escrito de contestación de demanda que el actor tuvo la
condición de servidor público sujeto al régimen laboral de la
actividad privada, la controversia se circunscribe a determinar
si tuvo la condición de obrero eventual, como sostiene la
emplazada; y, por otro lado, si la extinción de su vínculo laboral
es constitucionalmente válido o si, por el contrario, constituye un
despido arbitrario o incausado.
3.3.3. A fojas 2 obra el contrato de trabajo indefinido suscrito por
las partes el 12 de noviembre del 2010, para que el demandante se
desempeñe como personal de seguridad ciudadana, señalándose
en la cláusula primera que el actor viene desarrollando labores de
naturaleza permanente desde hace más de un año.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
3.3.4 Mediante Resolución de Alcaldía Nº 234-2010-MPP,
de fecha 23 de noviembre del 2010 (f. 5), la entidad emplazada
reconoció al demandante como trabajador permanente, precisando
en la parte considerativa que viene laborando ininterrumpidamente
desde el 1 de septiembre de 2009 desempeñando las labores
permanentes de personal de seguridad ciudadana, sujeto a un
horario de trabajo y bajo dependencia, por lo que tiene la condición
de obrero municipal sujeto al régimen laboral de la actividad
privada.
3.3.5 A fojas 73 corre la Resolución de Alcaldía Nº 032-2011MPP-C-A, de fecha 13 de enero del 2011, mediante la cual se
declara la nulidad de la resolución de alcaldía que reconoce las
labores de naturaleza permanente del demandante y resuelve su
contrato de trabajo a plazo indeterminado, aduciendo que no se
puede continuar manteniendo al personal de seguridad ciudadana
porque el proyecto en el que trabajan concluyó el 31 de diciembre
del 2010, por no contar con disponibilidad presupuestal, económica
y financiera; además que no se ha tenido en cuenta que dichos
trabajadores tienen la condición de obreros eventuales y que no
están comprendidos en los instrumentos de gestión institucional,
tales como el CAP, el PAP, el MOF y el ROF.
3.3.6 Respecto a la naturaleza de las labores que desarrolló
el recurrente, este Colegiado estima que no pueden considerarse
eventuales, toda vez que, como lo ha establecido en reiterada
y uniforme jurisprudencia, la labor del personal de seguridad
ciudadana constituye una prestación de naturaleza permanente
en el tiempo, por ser una de las funciones principales de las
municipalidades, por lo que no se justifica que se prescinda de
la prestación de sus servicios, dado que, como es evidente, no
se puede prescindir del servicio de seguridad ciudadana porque,
como ya se dijo, este obedece a una necesidad permanente que
debe ser satisfecha por todo gobierno local.
3.3.7 Por otro lado, el que no se haya comprendido al personal
de seguridad ciudadana en los documentos de gestión institucional,
pese a que desarrolla labores de naturaleza permanente, es
una omisión que, evidentemente, es de responsabilidad de la
administración municipal y no del trabajador, por lo que tampoco
puede servir de justificación para despedirlo.
3.3.8 Se concluye, entonces, que la Resolución de Alcaldía Nº
032-2011-MPP-C-A fue expedida desconociendo la condición de
obrero permanente del actor. Por tanto, dado que se ha establecido
que el demandante tenía en realidad un contrato de trabajo de
duración indeterminada, solamente podía ser despedido por causa
de su conducta o su desempeño laboral, lo que no ha sucedido en
el presente caso, razón por la cual ha sido víctima de un despido
arbitrario, vulneratorio de su derecho al trabajo; por consiguiente,
debe estimarse la demanda.
3.3.9 Por lo expuesto, este Tribunal declara que en el presente
caso se ha configurado un despido incausado, violatorio del
derecho constitucional al trabajo, reconocido en el artículo 22º de
la Constitución.
4) Efectos de la sentencia
4.1 En la medida en que en este caso se ha acreditado que
la entidad demandada ha vulnerado el derecho constitucional
al trabajo, corresponde ordenar la reposición del demandante
como trabajador a plazo indeterminado en el cargo que venía
desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de
dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga
las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del
Código Procesal Constitucional.
4.2 Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código
Procesal Constitucional, la entidad emplazada debe asumir los
costos del proceso, los cuales deberán ser liquidados en la etapa
de ejecución de la presente sentencia.
4.3 Teniendo presente que existen reiterados casos en los
que se estima la demanda de amparo por haberse comprobado
un despido arbitrario, el Tribunal estima pertinente señalar que
cuando se interponga y admita una demanda de amparo contra
una entidad del Estado que tenga por finalidad la reposición del
demandante, ello debe registrarse como una posible contingencia
económica que ha de preverse en el presupuesto, con la finalidad
de que la plaza que ocupaba se mantenga presupuestada para, de
ser el caso, poder actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia
estimativa.
En estos casos, la Administración Pública, para justificar el
mantenimiento de la plaza presupuestada, tendrá presente que
el artículo 7º del Código Procesal Constitucional dispone que “El
Procurador Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer
grado, está facultado para poner en conocimiento del titular de la
entidad su opinión profesional motivada cuando considere que se
afecta el derecho constitucional invocado”.
Con la opinión del procurador público puede evitarse y preverse
gastos fiscales, ya que la Administración Pública puede allanarse
a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los
precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir
con el proceso.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la
afectación del derecho al trabajo; en consecuencia, NULA la
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
Resolución de Alcaldía Nº 032-2011-MPP-C-A, y NULO el despido
arbitrario del demandante.
2. ORDENAR a la Municipalidad Provincial de Pallasca que
reponga a don Manuel Inocente Vivar Romero como trabajador a
plazo indeterminado, en su mismo puesto de trabajo o en otro de
igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de
que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas
en los artículos 22.º y 59.º del Código Procesal Constitucional, con
el abono de los costos procesales.
Publíquese y notifíquese.
SS.
URVIOLA HANI
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
W-1133425-30
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 01126-2012-PA/TC
LAMBAYEQUE
DOGNER LIZITH DÍAZ CHISCUL
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 6 días del mes de marzo de 2014 la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por Dogner
Lizith Díaz Chiscul contra la resolución expedida por la Sala
Especializada en Derecho Constitucional de la la Corte Superior
de Justicia de Lambayeque, de fojas 537, su fecha 31 de enero de
2012, que declaró improcedente la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 24 de junio de 2009, el recurrente interpone
demanda de amparo contra el Director de Educación y Doctrina
Policial y el Presidente del Consejo de Disciplina de la Policía
Nacional del Perú (PNP), solicitando que se declare nulas la
Resolución Directoral Nº 855-2009-DIREDUD-PNP, de fecha 13
de junio de 2009, y la Resolución del Consejo de Disciplina Nº
001-2009-DIREDUD-PNP-CH/Sec, de fecha 16 de abril de 2009,
que lo separan definitivamente de la Escuela de Suboficiales de la
Policía Nacional del Perú con sede Reque Chiclayo. En tal sentido,
solicita que se ordene su reincorporación a la Escuela a fin de
graduarse como efectivo de la policía y que se ordene el pago de
las remuneraciones dejadas de percibir desde la fecha en que fue
separado injustamente.
Alega que mediante las resoluciones cuestionadas se le ha
separado definitivamente de la Escuela de Oficiales de la Policía
Nacional del Perú con sede en Reque-Chiclayo por el solo hecho de
que existe una partida de nacimiento de un menor, que le atribuye
su paternidad. Afirma que tal hecho ha sido desmentido por la propia
madre del menor, y por el reconocimiento de paternidad realizado
por Roy Styp Bonfild Briones, mediante notario público. Refiere que
existen intereses extraños que han influido para hacerle daño en su
carrera policial, y que, en todo caso, en el supuesto negado caso
de que sea el padre del menor, se le estaría discriminando por
razón de sexo, y vulnerándose el derecho a su familia, por lo que le
resulta aplicable el precedente establecido en la STC 05527-2008HC/TC. Alega también que se le ha vulnerado su derecho al debido
proceso sustantivo, ya que no se han valorado debidamente los
medios probatorios ofrecidos.
El Director de la Escuela Técnico Superior PNP Chiclayo, solicita
que la demanda sea declarada improcedente en virtud del artículo
5, inciso 2) del Código Procesal Constitucional (CPCo), afirmado
que existen vías igualmente satisfactorias para la protección del
derecho supuestamente vulnerado. De otro lado, alega que el actor
presentó temerariamente una declaración jurada expresando ser
soltero y no tener hijos, no obstante tener la condición de padre
del menor D.M.D.F., como se acredita con la Partida de Nacimiento
Nº 63072059, expedida por la Municipalidad Distrital de Reque.
Así, mientras está acta no sea anulada, es válida. En virtud de
ello se determinó que el actor incurrió en la infracción disciplinaria
contemplada en el artículo 133, inciso 16), de la Ley Nº 28338.
Indica que el procedimiento administrativo disciplinario fue instruido
de oficio en virtud a la normativa del régimen disciplinario. Expresa
que si se tolera este tipo de comportamiento, en el futuro se tendrá
policías carentes de valores, principios y fuerza para aplicar la
ley. Y finalmente concluye que al actor no se le ha sancionado
por ser padre de familia sino por faltar a la verdad al presentar
información falsa, perjudicando a terceros postulantes. Y que de
acuerdo con la normativa vigente la postulación a las escuelas de
instrucción a aquellas personas que sean padres de familia resulta
improcedente.
50033
El Procurador Público Especializado en Asuntos de la Policía
Nacional de Perú plantea la excepción de incompetencia por
materia, argumentando que en virtud de la STC 0206-2005-PA,
este tipo de pretensiones deberían ser tramitadas en un proceso
contencioso administrativo. Contestando la demanda, sostiene
que se ha comprobado que el actor presentó información falsa
u omitió información declarando bajo juramento ser soltero y no
tener hijos, evidenciándose su actitud y comportamiento contrarios
a las normas de disciplina de la institución. Indica además que
la Ley Nº 28338 prevé la separación definitiva del accionante
por medida disciplinaria, por lo que no se trata de una sanción
desproporcionada. Igualmente expresa que para evaluar todas las
pretensiones del accionante se requiere de una estación probatoria
inexistente en el proceso de amparo.
Con fecha 7 de setiembre de 2011, el juez declaró infundada
la demanda por considerar que se ha acreditado que el actor
mintió en su declaración jurada, puesto que luego de rechazar que
conocía a la madre del menor y desconociendo su firma y huella
dactilar de la Partida de Nacimiento Nº 63072059, modificó su
opinión y dijo que la madre de la menor era su amiga y que las
firmas y huellas dactilares en la partida sí eran las suyas. Con ello
se estaría demostrando que la partida de nacimiento es auténtica,
y que no puede invalidarse unilateralmente por el actor, debiendo
cuestionarla en un trámite judicial. Hasta que ello no suceda, tal
partida es un documento válido que debe ser tomado como tal. Por
consiguiente, no se habrían vulnerado los derechos fundamentales
del actor.
La Sala revoca la resolución apelada y la declara improcedente,
por considerar que es la vía del contencioso administrativo el medio
idóneo para cuestionar actos en los que se exijan actuaciones
probatorias.
FUNDAMENTOS
1. Mediante la presente demanda el actor ha identificado que
el acto lesivo estaría contenido en la Resolución del Consejo de
Disciplina Nº 001-2009-DIREDUD-PNP-CH/Sec (fojas 06), de fecha
16 de abril de 2009, y en la Resolución Directoral Nº 855-2009DIREDUD-PNP, de fecha 13 de junio de 2009, (fojas 03). Alega
que mediante tales resoluciones se está vulnerando sus derechos
fundamentales al debido proceso, a la motivación, a la presunción
de inocencia, de igualdad ante la ley, a no ser discriminado en
razón de sexo, a la educación y, por extensión, al trabajo.
2. Solicita por consiguiente, que las referidas resoluciones
sean declaradas nulas, que se ordene su reincorporación a la
Escuela Técnico Superior de la Policía Nacional del Perú (PNP)
a fin de graduarse como efectivo de la Policía, y que se ordene el
pago de las remuneraciones dejadas de percibir desde la fecha en
que fue separado injustamente.
3. Los argumentos utilizados por el recurrente para cuestionar
las referidas resoluciones son que la PNP inició una investigación
sobre un hecho no denunciado y que no valoró los medios
probatorios ofrecidos. Asimismo, manifiesta que no incurrió en
ningún hecho doloso ni ha faltado a la verdad material en su
declaración jurada, porque no tiene un hijo biológico. Y por último,
alega que resulta discriminatorio que por el solo hecho de ser padre
de familia se le instaure un procedimiento y se le sancione.
4. Este Tribunal aprecia una contradicción manifiesta en la
presente demanda. De un lado el actor “ha sostenido, sostiene y
sostendrá que NO ES EL PADRE BIOLÓGICO” del menor D.M.D.F.
(resaltado y mayúsculas en original, fojas 24). Pero, de otro lado,
afirma que el solo hecho de ser padre no debería condicionar su
permanencia en la Escuela de la Policía puesto que tiene derecho
a ser padre de familia. Así, el actor está alegando al mismo que
tiempo que no es padre, pero que deben protegerse sus derechos
de padre y a tener una familia. No obstante esta contradicción, este
Tribunal procederá a ponderar los argumentos expuestos por las
partes.
§ Sobre la afectación del derecho al debido proceso
5. Tal como ya lo tiene expresado este Tribunal en uniforme
y reiterada jurisprudencia, el derecho al debido proceso tiene
un ámbito de proyección sobre cualquier tipo de proceso o
procedimiento, sea éste judicial, administrativo o entre particulares.
Así, se ha establecido que el derecho reconocido en el inciso
3) del artículo 139.° de la Constitución no sólo tiene un espacio
de aplicación en el ámbito “judicial”, sino también en el ámbito
administrativo” y, en general, como la Corte Interamericana de
Derechos Humanos lo ha sostenido, puede también extenderse
a “cualquier órgano del Estado que ejerza funciones de carácter
materialmente jurisdiccional, (el que) tiene la obligación de adoptar
resoluciones apegadas a las garantías del debido proceso legal,
en los términos del artículo 8° de la Convención Americana” (Caso
Tribunal Constitucional del Perú, párrafo 71). De igual modo, la
Corte Interamericana sostiene –en doctrina que ha hecho suya este
Colegiado en la sentencia correspondiente al Exp. Nº 2050-2002AA/TC– que “si bien el artículo 8° de la Convención Americana se
titula “Garantías Judiciales”, su aplicación no se limita a los recursos
judiciales en sentido estricto, sino al conjunto de requisitos que
deben observarse en las instancias procesales, a efectos de que
las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier
tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos”
(párrafo 69). “(...) Cuando la Convención se refiere al derecho
de toda persona a ser oída por un “juez o tribunal competente”
para la “determinación de sus derechos”, esta expresión se refiere
50034
PROCESOS CONSTITUCIONALES
a cualquier autoridad pública, sea administrativa, legislativa o
judicial, que a través de sus resoluciones determine derechos y
obligaciones de las personas. (Párrafo 71) [La Corte ha insistido
en estos postulados en los Casos Baena Ricardo, del 2 de febrero
de 2001 (Párrafos 124-127), e Ivcher Bronstein, del 6 de febrero de
2001 (Párrafo 105)]”.
6. Con la presente demanda el actor cuestiona el procedimiento
administrativo sancionador que se le siguió porque se le estaría
sancionado por un hecho que no fue denunciado. El Tribunal
considera que tal alegación no tiene base constitucional por las
consideraciones que a continuación pasa a desarrollar.
La Ley Nº 28338 del Régimen Disciplinario de la Policía Nacional
del Perú (derogada por la Única Disposición Derogatoria de la Ley
Nº 29356, publicada el 12 mayo 2009) permitía el inicio de oficio
del procedimiento administrativo disciplinario. Así, el artículo 74º de
la referida norma (párrafo modificado por la Segunda Disposición
Complementaria Modificatoria de la Ley N° 28857, publicada el 27
julio 2006) establecía que
“El procedimiento administrativo disciplinario por infracciones
graves y muy graves se promoverá de oficio, atendiendo a las
siguientes razones: 1. Por iniciativa de los Órganos de Investigación.
2. Como consecuencia de una denuncia debidamente acreditada,
en cuyo caso, contendrá obligatoriamente, nombre y apellidos
completos, domicilio, fotocopia del documento de identidad y firma
del denunciante. 3. Previo Informe administrativo de cualquier
miembro de la P.N.P. 4. Por orden superior escrita.”
7. De otro lado, la Ley Nº 28338, artículo 133, inciso 16,
preceptúa que:
“Los cadetes y alumnos de las Escuelas de Formación de
la Policía Nacional del Perú serán sancionados con separación
definitiva por medida disciplinaria de las Escuelas de Formación,
en caso de cometer una o varias de las infracciones que se detallan
a continuación: […] “Haber logrado su ingreso a la Escuela de
Formación respectiva, presentando documentos o información
falsa; o adulterando u omitiendo la información requerida.”
8. Confirmándose que la entidad demandada actuó en virtud
de la citada base legal, es decir, en virtud de una investigación
de oficio, corresponde que el Tribunal Constitucional evalúe si
los hechos que sustentan la sanción efectivamente pueden ser
considerados como requisitos necesarios para postular a una
institución policial, o por el contrario, constituyen una intromisión
en la vida personal y privada de las personas.
§ Sobre el derecho al debido proceso: valoración de la
prueba y presunción de inocencia
9. Este Tribunal Constitucional ha expresado (STC 0102002-AI/TC, fundamentos 133-135) que el derecho fundamental
a la prueba tiene protección constitucional, en la medida en que
se trata de un derecho comprendido en el contenido esencial
del derecho al debido proceso, reconocido en el artículo 139,
inciso 3, de la Constitución. Una de las garantías que asisten a
las partes del proceso es la de presentar los medios probatorios
necesarios que posibiliten la creación de convicción en el juzgador
sobre la veracidad de sus argumentos. Sin embargo, como todo
derecho fundamental, el derecho a la prueba también está sujeto a
restricciones o limitaciones, derivadas tanto de la necesidad de que
sean armonizados con otros derechos o bienes constitucionales
–límites extrínsecos–, como de la propia naturaleza del derecho en
cuestión -límites intrínsecos-.
10. El derecho a la prueba es un derecho complejo cuyo
contenido, de acuerdo con lo señalado anteriormente por el
Tribunal Constitucional (STC 6712-2005/HC/TC, fundamento 15),
está determinado: “(...) por el derecho a ofrecer medios probatorios
que se consideren necesarios, a que estos sean admitidos,
adecuadamente actuados, que se asegure la producción o
conservación de la prueba a partir de la actuación anticipada de
los medios probatorios y que éstos sean valorados de manera
adecuada y con la motivación debida, con el fin de darle el mérito
probatorio que tenga en la sentencia”. La valoración de la prueba
debe estar debidamente motivada por escrito, con la finalidad de
que el justiciable pueda comprobar si dicho mérito ha sido efectiva
y adecuadamente realizado.
11. El actor ha alegado que a pesar de presentar medios
probatorios que acreditarían que él no es el padre biológico del
menor D.M.D.F. y que, por lo tanto, no habría cometido falta alguna,
estos no habrían sido tomados en cuenta en el procedimiento
administrativo sancionador.
12. En autos ha quedado acreditado que el demandante
presentó una declaración jurada a la entidad emplazada, en
la que manifestaba que era soltero y que no tenía hijos (f. 76),
sin embargo, existe una partida de nacimiento, suscrita por él,
en la que se advierte que ha declarado como hijo suyo al menor
de iniciales D.M.D.F. (f. 67). De modo que corresponde evaluar,
en primer término, si dicho requisito puede ser utilizado para
descalificar a un postulante o cadete de las escuelas policiales, así
como si, en el caso de autos, ha quedado plenamente determinado
que el demandante es el padre del menor referido.
13. Respecto al requisito relativo a la presentación de la
declaración jurada, se advierte que las resoluciones cuestionadas
se sustentan en los artículos 37.3.12º y 133.16º de la Ley Nº 28338,
los que establecían:
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
Artículo 37.- Clases de infracciones
Las infracciones se clasifican en leves, graves y muy graves,
de acuerdo a la siguiente tipificación:"
(…)
37.3 Constituye Infracción Muy Grave:
(…)
37.3.12 Presentar para trámites administrativos documentos y
declaraciones juradas contrarias a la verdad.
Artículo 133.- Infracciones y procedimiento
Los cadetes y alumnos de las Escuelas de Formación de la
Policía Nacional del Perú serán sancionados con separación
definitiva por medida disciplinaria de las Escuelas de Formación,
en caso de cometer una o varias de las infracciones que se detallan
a continuación:
(…)
16. Haber logrado su ingreso a la Escuela de Formación
respectiva, presentando documentos o información falsa; o
adulterando u omitiendo la información requerida.
14. De modo que, conforme a las disposiciones precitadas,
presentar documentos o declaraciones juradas contrarias a la
verdad constituye una falta muy grave, lo que en el caso de autos
se habría configurado con la presentación de la declaración jurada
que corre a f. 76. Sin embargo, la Ley N. º 28338 no establece cuál
o cuáles son los requisitos que deben presentarse para postular a
una vacante en las escuelas policiales.
15. En el caso del demandante, si bien existe la partida de
nacimiento acotada, también debe tomarse en consideración que
aunque con la partida del menor de iniciales D.M.D.F. se acreditaría
su paternidad, ello no constituye un hecho indubitable, dado que
en autos corre la la declaración de Roy Styp Bonfield Briones
expresando que es el padre del menor D.M.D.F. (fojas 10), la que
data del 21 de abril de 2009; es decir, es posterior a la Resolución
del Consejo de Disciplina Nº 001-2009-DIREDUD-ETS-PNP-CH/
Sec, pero, sin embargo, fue presentada antes de que se emita la
Resolución Directoral Nº 885-2009-DIRED UD-PNP.
16. Aunque este documento no enerva el contenido de la
partida de nacimiento, si genera dudas respecto de la paternidad del
demandante, situación que por cierto no puede ser determinada en
sede administrativa, sino ante la jurisdicción ordinaria, siendo pues
prematuro que se haya emitido un pronunciamiento como el que
corre en autos sin que previamente no se haya determinado si el
demandante es o no padre del menor precitado, y en consecuencia
–y por lo que respecta al presente proceso–, si era pasible de
sanción administrativa alguna.
17. Por ello, cabe declarar fundada la demanda y disponer que
el demandante continúe sus estudios en la Escuela de Suboficiales
de la Policía Nacional del Perú con sede en Reque, Chiclayo,
siempre y cuando los reglamentos institucionales así lo permitan,
esto es, que cumpla con los demás requisitos establecidos en
dicha entidad.
§ El derecho al libre desenvolvimiento de la personalidad
18. En relación a este derecho, en la sentencia dictada en el
Exp. Nº 00007-2006-PI/TC, el Tribunal Constitucional expuso que:
“45. El derecho al libre desenvolvimiento de la personalidad no
se halla enunciado literalmente en la Constitución de 1993, como sí
lo estuvo por la Constitución de 1979. En efecto, el artículo 2, inciso
1, de ésta establecía que toda persona tiene derecho:
“A la vida, a un nombre propio, a la integridad física y al libre
desenvolvimiento de su personalidad” (énfasis añadido).
46. Aun cuando el artículo 2, inciso 1, de la Constitución
vigente, cuando menciona el derecho de la persona al “libre
desarrollo y bienestar” pudiera interpretarse como alusivo al libre
desenvolvimiento de la personalidad, tal interpretación no sería del
todo correcta ya que desarrollo y bienestar, dotan de un contenido
o, al menos, de una orientación, en los que habría de interpretarse
la libertad de actuación. Por el contrario, el objeto de protección
de la libertad de actuación es la simple y llana conducta humana,
desprovista de algún referente material que le otorgue algún sentido
–desarrollo y bienestar-. Por ello, corresponde examinar si hay otra
vía a efectos de considerarlo como un derecho conformante de
nuestro ordenamiento constitucional.
47. El libre desenvolvimiento de la personalidad constituye un
derecho fundamental innominado o implícito que se deriva o funda
en el principio fundamental de dignidad de la persona (arts. 1 y 3,
Constitución). En efecto, la valoración de la persona como centro
del Estado y de la sociedad, como ser moral con capacidad de
autodeterminación, implica que deba estarle también garantizado
la libre manifestación de tal capacidad a través de su libre actuación
general en la sociedad.
19. La consecuencia importante del reconocimiento de este
derecho fundamental constituye la prohibición del Estado de
intervenir en esta esfera o adjudicar consecuencias a los actos
o conductas que en ese ámbito impenetrable tienen lugar. En
tal sentido, las conductas que se encuentran bajo el ámbito de
protección del derecho al libre desenvolvimiento “constituyen
ámbitos de libertad sustraídos a cualquier intervención estatal
que no sean razonables ni proporcionales para la salvaguarda
y efectividad del sistema de valores que la misma Constitución
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
consagra” (STC Nº 2868-2004-AA/TC, fundamento 14, quinto
párrafo).
20. Por ello, el Estado debe abstenerse de intervenir o
evitar que su intervención afecte el libre desenvolvimiento de la
personalidad e incluso el proyecto de vida de un ciudadano. En este
contexto, resulta oportuno precisar que la decisión de un hombre
y una mujer de traer al mundo una nueva vida humana es una de
aquellas opciones que se encuentran protegidas por el derecho
al libre desenvolvimiento de la personalidad, que no puede ser
objeto de injerencia por autoridad pública o por particular alguno.
Consecuentemente, todas aquellas medidas que tiendan a impedir
o a hacer más gravoso el ejercicio de la mencionada opción vital,
resultan inconstitucionales.
21. En la STC Nº 05527-2008-HC/TC este Tribunal dejó
sentada su posición en relación a que:
“(…) el embarazo de una alumna, cadete o estudiante no es
un hecho que pueda limitar o restringir su derecho a la educación.
Por ello, ningún manual o reglamento interno de ningún colegio,
instituto, universidad o escuela pública o privada, puede, ni
explícita, ni implícitamente, tipificar como infracción, falta o causal
de mala conducta, el embarazo de una alumna, estudiante o
cadete. Dicho de otro modo, ninguna autoridad pública o particular
puede impedirle a una mujer estudiar normalmente por su estado
de embarazo.
En este sentido, cualquier norma que se ocupe de tipificar
la maternidad como causal de infracción o falta en el ámbito
educativo debe ser inaplicada por los jueces en virtud de la facultad
conferida por el artículo 138.° de la Constitución, por ser contraria a
los derechos fundamentales a la educación, a la igualdad y al libre
desarrollo de la personalidad” (f. 22).
22. Ello, por cierto, es de aplicación también al padre, que en
general, por el solo hecho de serlo, no tiene limitación o afectación
a derecho alguno, salvo en aquellas entidades en las que el solo
hecho de ser padre es considerado como una “falta grave” o se
convierte en un “demérito” para continuar con los estudios de
formación o capacitación superior.
23. Esta situación, en criterio del Tribunal Constitucional,
tiene un efecto pernicioso cuyas consecuencias son contrarias a
la Constitución y a afectan a quienes, por mandato del artículo
4º, deben ser objeto especial por parte del Estado: los niños y las
madres.
24. Ello ocurre porque en su afán de seguir estudios en una
escuela policial, los hombres que ya son padres saben que no
pueden declarar tal hecho, y como consecuencia de ello se podrían
negar a reconocer a sus hijos y/o a asumir las responsabilidades
que derivan de tal reconocimiento. Evidentemente ello no es
intención de los institutos de formación policial, pero la práctica
de exigir que quienes se forman en ello no tengan hijos pues de
hacerlo, serán sancionados en su institución educativa, tiene el
efecto pernicioso precitado. Resulta pues increíble que quienes
son formados para –conforme al mandato constitucional contenido
en el artículo 166º de la Constitución–, garantizar, mantener y
restablecer el orden interno; para prestar protección y ayuda a las
personas y a la comunidad; para garantizar el cumplimiento de
las leyes y la seguridad del patrimonio público y del privado, así
como para prevenir, investigar y combatir a la delincuencia, tengan
que aprender primero a vulnerar la Constitución y el ordenamiento
jurídico, al verse obligados a mentir, por temor a las “sanciones”
que derivan del hecho de ser padre –como si esto último fuera
ilegal o configure una inconducta funcional–.
25. Y es que así como el embarazo de una alumna, cadete o
estudiante no es un hecho que pueda limitar o restringir su derecho a
la educación, ello tampoco puede afectar a quien es padre de un niño
o niña. Por ello, ningún manual o reglamento interno de ningún colegio,
instituto, universidad o escuela pública o privada puede, ni explícita
ni implícitamente, tipificar como infracción, falta o causal de mala
conducta, el embarazo de una alumna, estudiante o cadete. Dicho de
otro modo, ninguna autoridad pública o particular puede impedirle a
una mujer estudiar normalmente por encontrarse en estado o por ser
madre, ni tampoco impedírselo a quien es padre de un niño o niña.
26. De ahí que resulte pertinente, en esta ocasión, utilizar la
técnica de la declaración de una situación de hecho incompatible
con la Constitución, esta vez con relación al requerimiento que se
efectúa a los estudiantes de un instituto policial que declaren si
son padres o no, y que, como consecuencia de ello, puedan ser
separados de la institución. Se trata de dotar de efecto expansivo
general a las consideraciones realizadas en esta ocasión,
de manera que esta sentencia pueda ser invocada por otros
estudiantes, hombres o mujeres que, por el hecho de ser padres,
puedan ser discriminados por tal razón en el desarrollo de una
actividad formativa.
27. Por cierto, no escapa para el Tribunal Constitucional que, por
su naturaleza, las escuelas policiales tienen regímenes educativos y
de formación distintos a las que corresponden a instituciones de otro
tipo, acordes a las exigencias que son propias del tipo de información
que imparten; en ese sentido, el establecimiento de faltas o sanciones
que pueden llevar a la separación de un estudiante, ante hechos que
objetivamente pueden ser verificados, tiene sustento constitucional,
como lo ha expresado este Tribunal en su jurisprudencia (STC Nºs.
03480-2012-PA/TC y 01668-2011-PA/TC, entre otras).
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
50035
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda; en consecuencia, NULAS
la Resolución Directoral Nº 855-2009-DIREDUD-PNP, de fecha
13 de junio de 2009, y la Resolución del Consejo de Disciplina Nº
001-2009-DIREDUD-PNP-CH/Sec, de fecha 16 de abril de 2009.
ORDENA que el demandante continúe sus estudios en la Escuela
de Suboficiales de la Policía Nacional del Perú con sede en Reque,
Chiclayo, siempre y cuando cumpla con los demás requisitos
establecidos en dicha entidad.
2. Declarar, como un Estado de Cosas Inconstitucional, que
la declaración de paternidad o maternidad en una institución
educativa policial o militar se constituya en una falta o argumento
que dé lugar a una sanción administrativa en contra de quien tiene
la condición de padre o madre; en consecuencia: ORDENA que
las instituciones educativas policiales o militares se abstengan de
imponer sanciones o de considerar un demérito la condición de
padre o madre de sus estudiantes.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133425-31
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 04064-2011-PA/TC
AREQUIPA
JOEL CHRISTIAN DELGADO ZAPATA Y OTROS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima (Arequipa), a los 18 días del mes marzo de 2014,
la Sala Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los
magistrados Urviola Hani, Mesía Ramírez y Eto Cruz, pronuncia la
siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Joel
Christian Delgado Zapata y otros contra la resolución de fojas 292,
su fecha 19 de agosto de 2011, expedida por la Primera Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, que declaró infundada
la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 16 de setiembre de 2010, don Joel Christian
Delgado Zapata, don Víctor Jaime Yana Salas y doña Lourdez
Zapata Rodríguez interponen demanda de amparo contra la
Municipalidad Provincial de Arequipa, solicitando que se deje
sin efecto el despido arbitrario del que fueron víctimas; y que,
consecuentemente, se ordene su reincorporación en los cargos de
obreros de mantenimiento de parques y jardines de la Subgerencia
de Gestión Ambiental. Refieren que laboraron mediante contratos
de trabajo a tiempo parcial hasta el 31 de julio de 2010, fecha
en que fueron despedidos; y que sus contrataciones se habían
desnaturalizado en contratos de trabajo a plazo indeterminado,
pues en realidad laboraban 8 horas diarias, prestando labores de
naturaleza permanente bajo subordinación y dependencia, por lo
que sólo podían ser despedidos por causa relativa a su conducta
o capacidad laboral.
El procurador público de la Municipalidad emplazada contesta la
demanda señalando que los actores laboraron mediante contratos
temporales a tiempo parcial, por 3 horas y 45 minutos diarios, que
sus últimos contratos tuvieron vigencia del 1 de mayo al 31 de julio
de 2010 y que no fueron despedidos sino que cuando venció el
plazo estipulado en sus contratos se extinguió la relación laboral.
Asimismo, sostiene que los actores laboraron como personal de
apoyo y que su jornada no superó las 4 horas diarias de trabajo.
El Primer Juzgado Civil de Arequipa, con fecha 25 de marzo
de 2011, declaró fundada la demanda, por considerar que los
actores laboraron más de 4 horas diarias, por lo que su relación
se desnaturalizo en un contrato de trabajo a plazo indeterminado
y sólo podían ser despedidos por causa justa, lo que no ocurrió en
el presente plazo.
La Sala Superior revisora, revocando la apelada, declaró
infundada la demanda, por considerar que los documentos
presentados por las partes no generan convicción para acreditar
que los contratos a tiempo parcial se desnaturalizaron en contratos
de trabajo a plazo indeterminado.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
La presente demanda tiene por objeto que se declare la
reincorporación de los actores en sus cargos de obreros de
50036
PROCESOS CONSTITUCIONALES
mantenimiento de parques y jardines de la Subgerencia de
Gestión Ambiental de la Municipalidad emplazada, alegándose
la vulneración de sus derechos constitucionales al trabajo, a
la protección adecuada contra el despido arbitrario y al debido
proceso.
2. Consideraciones previas
2.1. Este Colegiado en la STC Nº 00206-2005-PA/TC, publicada
en el diario oficial El Peruano el 22 de diciembre de 2005, ha
precisado, con carácter vinculante, los criterios de procedibilidad de
las demandas de amparo en materia laboral del régimen privado.
2.2. Respecto al demandante Víctor Jaime Yana Salas, este
Tribunal debe señalar que si bien el actor afirma haber laborado
más de 4 horas diarias, sin embargo en autos se encuentran los
contratos a tiempo parcial suscritos por el demandante, esto es por
una jornada de trabajo de tres horas y cuarenta y cinco minutos
diarios (ff. 179 a 188), y a pesar de haber iniciado en junio de
2010 una demanda en la vía ordinaria laboral para que se declare
la desnaturalización de su contrato laboral a tiempo parcial y se
le reconozca como un trabajador indeterminado más el pago de
sus respectivos beneficios sociales (Exp. 02944-2010-0-0401-JRLA-01), a la fecha aún dicho proceso judicial continúa en trámite,
habiéndose fijado fecha para la vista de la causa el “27 de marzo de
2014”, conforme se puede apreciar de la información obtenida en la
página web oficial de poder judicial (búsqueda de expedientes), y
como se ha podido comprobar también con la información remitida
por la Sala Laboral Transitoria de la Corte Superior de Justicia de
la República en virtud de los requerimientos efectuados por este
Tribunal (f. 32, 35, 36, 47 y 48). En tal sentido, el referido proceso
judicial a la fecha aún está pendiente de resolución definitiva.
En consecuencia, se concluye que con las instrumentales
obrantes en autos no se ha podido acreditar de manera fehaciente
lo dicho por el demandante, pues no es posible determinar si el
actor laboró más de 4 horas diarias; por tanto, de acuerdo con
los criterios de procedencia establecidos en los fundamentos 7 a
20 de la sentencia precitada, se determina que la pretensión del
demandante no procede, de conformidad con lo establecido en los
artículos 5.2 y 9 del Código Procesal Constitucional.
2.3. Respecto a los demandantes Joel Christian Delgado
Zapata y Lourdez Zapata Rodríguez, en atención a los criterios de
procedencia establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la sentencia
precitada, que constituyen precedente vinculante, corresponde
evaluar si han sido objeto de un despido arbitrario.
3. Sobre la afectación de los derechos al trabajo y a la
protección adecuada contra el despido arbitrario
3.1. Argumentos de la parte demandante
Los demandantes afirman que se han vulnerado sus derechos
constitucionales al trabajo y a la protección contra el despido
arbitrario, toda vez que a pesar de haber suscrito contratos a tiempo
parcial, en realidad laboraban 8 horas diarias, prestando labores
de naturaleza permanente bajo subordinación y dependencia,
configurándose una relación laboral a plazo indeterminado, por lo
que sólo podían ser despedidos por causa relativa a su conducta
o capacidad laboral.
3.2. Argumentos de la parte demandada
La municipalidad emplazada aduce que los demandantes
laboraban mediante contratos a tiempo parcial, es decir, laboraban
3 horas y 45 minutos diarios, y que no habían sido despedidos,
sino que su relación laboral se extinguió por el vencimiento de sus
respectivos contratos.
3.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
Lourdez Zapata Rodríguez
3.3.1 El artículo 12 del Decreto Supremo Nº 001-96-TR,
establece que: “Se considera cumplido el requisito de cuatro
(4) horas en los casos en que la jornada semanal del trabajador
dividida entre seis (6) o cinco (5) días, según corresponda, resulte
en promedio no menor de cuatro (4) horas diarias.” Por lo que,
en caso la jornada laboral sea inferior a este promedio, carecerá
el trabajador de protección contra el despido arbitrario. Asimismo,
según el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, el contrato
a tiempo parcial, si bien goza de cierta flexibilidad, debe ser
necesariamente por escrito, de lo contrario se considerará que el
trabajador tiene todos los beneficios de un trabajador que labora
más de 4 horas.
3.3.2 Con relación a la demandante, en sus contratos de trabajo
a tiempo parcial suscritos con la Municipalidad emplazada, de fojas
197 a 204, consta en su cláusula tercera que fue contratada por
una jornada de trabajo de tres horas y cuarenta y cinco minutos
diarios, teniendo como plazo de vigencia su último contrato
hasta el 31de julio de 2010 (f. 204). Asimismo, obra a fojas 146
el Informe Nº 413-2010-MPA/GSC/SGGA-PYJ, en el que consta
que existía personal contratado a tiempo parcial que laboraba en el
Departamento de Parques y Jardines, que trabajaba en turnos de
tres horas y cuarenta y cinco minutos De igual manera ocurre con
la lista de personal de fojas 147.
No obstante lo antes expuesto, la actora expresa en la demanda
que la jornada laboral diaria era de ocho horas. Sin embargo, en
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
autos no obra medio probatorio idóneo que acredite que la actora
ha laborado más de 4 horas diarias. Para probar su dicho ha
presentado constataciones en la que se entrevista a compañeros
de trabajo, vigilantes, personas particulares y otras que se negaron
a identificarse (f. 115 a 119), así como la constatación policial a fojas
143, en la que se entrevistó a la presidente de un comité vecinal. Es
decir, constataciones que no pueden ser tomadas en consideración
en el presente proceso. Asimismo, presenta en copia simple parte del
cuaderno de labores de la actora llenados manualmente, en los que
no constan firmas o sellos de los presuntos empleadores (f. 120 a
142), por lo que tampoco pueden ser tomados en consideración.
3.3.3. Consecuentemente, no se ha producido la alegada
desnaturalización de los contratos de trabajo a tiempo parcial de
doña Lourdez Zapata Rodríguez; por el contrario, la ruptura del
vínculo laboral se debió al cumplimiento del plazo pactado en el
contrato temporal, de conformidad con el artículo 16.c) del Decreto
Supremo Nº 003-97-TR. Se concluye, entonces, que al no haberse
acreditado la vulneración del derecho constitucional al trabajo, la
demanda, respecto a la actora, debe ser desestimada.
Joel Christian Delgado Zapata
3.3.4. El artículo 22º de la Constitución Política del Perú
establece que: “El trabajo es un deber y un derecho. Es base del
bienestar social y medio de realización de una persona”, mientras
que el artículo 27º prescribe que: “La ley otorga al trabajador
adecuada protección contra el despido arbitrario”.
En tal sentido, cabe resaltar que el contenido esencial del
derecho al trabajo implica dos aspectos: el de acceder a un puesto
de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a no ser despedido
sino por causa justa. En el primer caso, el derecho al trabajo
supone la adopción por parte del Estado de una política orientada
a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que
precisar que la satisfacción de este aspecto implica un desarrollo
progresivo y según las posibilidades económicas del Estado.
El segundo aspecto trata del derecho al trabajo entendido como
proscripción de ser despedido salvo por causa justa.
3.3.5. Con relación al demandante, de fojas 4 a 8 del
Cuadernillo de este Colegiado, se advierte que el recurrente
interpuso en la vía ordinaria judicial una demanda contra la
Municipalidad Provincial de Arequipa sobre desnaturalización de
contratos y cobro de beneficios económicos. En segunda instancia
de dicho proceso (Exp. Nº 02030-2010-0-0401-JR-LA-02), la
Sala Laboral Transitoria de Arequipa, con sentencia de fecha 15
de junio de 2012, en su considerando 5.4 expresa que: “(…) el
formalmente denominado contrato a tiempo parcial es simulado,
pues en sí encerraba una relación laboral superior a cuatro horas
diarias (…)”. Mientras que en su parte resolutiva estableció que:
“CONFIRMARON la SENTENCIA (…) mediante la cual se declara
FUNDADA la demanda interpuesta por Joel Christian Delgado
Zapata en contra de la Municipalidad Provincial de Arequipa (…)
declarando desnaturalizados los contratos de trabajo a tiempo
parcial (…), debiendo considerarse al actor en su condición de
trabajador contratado a plazo indeterminado, dentro del régimen
laboral privado y disponiendo que la demandada cumpla con incluir
al actor en planillas de obreros permanentes (…)”.
Asimismo, contra la sentencia citada, la Municipalidad
emplazada interpuso recurso de casación, el cual fue resuelto por
la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte
Suprema de Justicia de la República, con fecha 7 de diciembre
de 2012, que declaró improcedente dicho recurso (f. 53 a 56 del
cuaderno de este Tribunal).
3.3.6. En consecuencia, en virtud de la sentencia emitida en el
Exp. Nº 02030-2010-0-0401-JR-LA-02, que ha adquirido la calidad
de cosa juzgada y en la cual se ha reconocido judicialmente que el
demandante y la parte emplazada mantuvieron una relación laboral a
plazo indeterminado, corresponde a este Tribunal estimar la demanda
de amparo, por cuanto conforme a lo señalado en el considerando 3.3.5
supra, ha quedado establecido que entre las partes existió una relación
de naturaleza laboral a tiempo completo y no a tiempo parcial; por lo que
la ruptura del vínculo laboral, sustentada en el vencimiento del plazo
del contrato, tiene el carácter de un despido arbitrario, frente a lo cual
procede la reposición como finalidad eminentemente restitutoria de todo
proceso constitucional de tutela de derechos fundamentales.
3.3.7. Por lo que respecto a don Joel Christian Delgado Zapata,
al haberse acreditado la vulneración del derecho constitucional
al trabajo, se ingresará a analizar si la municipalidad emplazada
afectó su derecho constitucional al debido proceso.
4. Sobre la afectación del derecho al debido proceso
4.1. Argumentos de la parte demandante
El recurrente afirma que en el despido arbitrario del que han sido
víctima, la entidad emplazada también ha vulnerando su derecho
al debido proceso, pues lo despidió sin seguir el procedimiento
sancionatorio establecido por la ley.
4.2. Argumentos de la parte demandada
La parte demandada sostiene que el actor no fue despedido,
sino que la relación contractual entre las partes terminó al vencer el
plazo de vigencia de su contrato a tiempo parcial.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
4.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
4.3.1. Como este Tribunal tiene fijado, el derecho fundamental
al debido proceso, consagrado en el artículo 139º, numeral 3), de
la Constitución, comprende una serie de garantías, formales y
materiales, de muy distinta naturaleza, cuyo cumplimiento efectivo
garantiza que el procedimiento o proceso en el cual se encuentre
inmersa una persona, pueda considerarse justo (STC Nº 104902006-AA, fundamento 2). De ahí que este Tribunal haya destacado
que el ámbito de irradiación de este derecho continente no abarca
exclusivamente al ámbito judicial, sino que se proyecta también al
ámbito de los procesos administrativos (STC Nº 07569-2006-AA/
TC, fundamento 6).
También este Tribunal ha establecido en reiterada jurisprudencia
(STC Nº 03359-2006-PA/TC, por todas) “que el debido proceso –y
los derechos que lo conforman, p. e. el derecho de defensa– resultan
aplicables al interior de la actividad institucional de cualquier
persona jurídica, máxime si ha previsto la posibilidad de imponer
una sanción tan grave como la expulsión. En tal sentido, si el
emplazado consideraba que el actor cometió alguna falta, debieron
comunicarle, previamente y por escrito, los cargos imputados,
acompañando el correspondiente sustento probatorio, y otorgarle
un plazo prudencial a efectos de que –mediante la expresión de
los descargos correspondientes– pueda ejercer cabalmente su
legítimo derecho de defensa.”
Por su parte, el derecho de defensa se encuentra reconocido
expresamente por el artículo 139º, numeral 14, de nuestra
Constitución, y constituye un elemento del derecho al debido
proceso. Según lo ha señalado la jurisprudencia de este Tribunal,
el contenido esencial del derecho de defensa queda afectado
cuando, en el seno de un proceso judicial, cualquiera de las partes
resulta impedida, por concretos actos de los órganos judiciales, de
ejercer los medios necesarios, suficientes y eficaces para defender
sus derechos e intereses legítimos [STC 1231-2002-HC/TC]. Es así
que el derecho de defensa (de naturaleza procesal) se constituye
como fundamental y conforma el ámbito del debido proceso,
siendo presupuesto para reconocer la garantía de este último. Por
ello, en tanto derecho fundamental, se proyecta como principio de
interdicción para afrontar cualquier indefensión y como principio de
contradicción de los actos procesales que pudieran repercutir en
la situación jurídica de algunas de las partes, sea en un proceso o
procedimiento, o en el caso de un tercero con interés.
4.3.2. En el caso de autos, la controversia constitucional radica
en determinar si la entidad demandada, al dar por culminado el
vínculo laboral con el actor, lo hizo observando el debido proceso,
o si, por el contrario, lo lesionó. Efectuada esta precisión, debe
comenzarse por evaluar la lesión del derecho de defensa, toda vez
que forma parte del derecho al debido proceso.
4.3.3 De acuerdo con lo previsto por el artículo 31° del
Decreto Supremo Nº 003-97-TR, el empleador no podrá despedir
a un trabajador por causa relacionada con su conducta laboral,
sin antes otorgarle por escrito un plazo razonable no menor de
seis días naturales para que pueda defenderse por escrito de los
cargos que se le formulen; es decir, el despido se inicia con una
carta de imputación de cargos para que el trabajador pueda ejercer
su derecho de defensa, efectuando su descargo en la forma que
considere conveniente a su derecho.
4.3.4. En el presente caso, tal como se ha establecido en los
considerandos 3.3.4 y 3.3.5 supra, ha quedado determinado que el
recurrente mantenía con la municipalidad demandada una relación
laboral a plazo indeterminado, la cual se dio por terminada sin
expresarse causal alguna; es decir, el demandante fue despedido
por su empleador sin que éste le haya remitido previamente una
carta de imputación de faltas graves.
4.3.5. Por lo expuesto, este Tribunal declara que en el caso de
autos la entidad demandada también ha vulnerado el derecho al
debido proceso del recurrente, específicamente, su derecho de
defensa.
5. Efectos de la sentencia
Víctor Jaime Yana Salas
5.1. De acuerdo con lo expuesto en los considerandos 2.2 y
2.3 supra, la vía del amparo no es idónea para ventilar el caso
del señor Víctor Jaime Yama Salas, por lo que la demanda es
improcedente de conformidad con lo dispuesto en los artículos 5.2°
y 9° del Código Procesal Constitucional.
Lourdez Zapata Rodríguez
5.2. Según el considerando 3.3.3 supra, se concluye que
no se ha acreditado la vulneración del derecho constitucional al
trabajo, por lo cual la demanda, respecto a la actora, debe ser
desestimada.
Joel Christian Delgado Zapata
5.3. En la medida en que en este caso, respecto al señor
Joel Christian Delgado Zapata, se ha acreditado que la entidad
demandada ha vulnerado los derechos constitucionales al trabajo,
a la protección contra el despido arbitrario y al debido proceso,
corresponde ordenar la reposición del demandante como trabajador
a plazo indeterminado en el cargo que venían desempeñando o
en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de dos días, bajo
apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas
50037
coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal
Constitucional.
5.4. Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código
Procesal Constitucional, la municipalidad emplazada debe asumir
los costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en la
etapa de ejecución de la presente sentencia.
5.5. Finalmente, teniendo presente que existen reiterados
casos en los que se estima la demanda de amparo por haberse
comprobado la existencia de un despido arbitrario, este Tribunal
juzga pertinente señalar que cuando se interponga y admita una
demanda de amparo contra la Administración Pública que tenga
por finalidad la reposición de la parte demandante, ello tiene que
registrarse como una posible contingencia económica que tiene que
preverse en el presupuesto, con la finalidad de que la plaza que se
ocupaba se mantenga presupuestada para, de ser el caso, poder
actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia estimativa.
En estos casos la Administración Pública, para justificar el
mantenimiento de la plaza presupuestada, tendrá que tener
presente que el artículo 7º del CPConst. dispone que “El Procurador
Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer grado, está
facultado para poner en conocimiento del titular de la entidad su
opinión profesional motivada cuando considere que se afecta el
derecho constitucional invocado”.
Con la opinión del procurador público puede evitarse y preverse
gastos fiscales, ya que la Administración Pública puede allanarse
a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los
precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir
con el proceso.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA en parte la demanda, por haberse
acreditado la vulneración de los derechos al trabajo, a la protección
contra el despido arbitrario y al debido proceso; en consecuencia,
NULO el despido del cual fue objeto el señor Joel Christian Delgado
Zapata.
2. ORDENAR a la Municipalidad Provincial de Arequipa, que
cumpla con reincorporar al señor Joel Christian Delgado Zapata en
su mismo puesto de trabajo o en otros de igual o similar nivel, en
el plazo máximo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de
ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos
22° y 59° del Código Procesal Constitucional; con el abono de los
costos del proceso.
3. Declarar INFUNDADA la demanda en el extremo que se
solicita la reincorporación de la señora Lourdez Zapata Rodriguez,
por no haberse acreditado la vulneración de los derechos
alegados.
4. Declarar IMPROCEDENTE la demanda en el extremo que
se solicita la reincorporación del señor Víctor Javier Yana Salas.
Publíquese y notifíquese.
SS.
URVIOLA HANI
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
W-1133425-32
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 05304-2011-PA/TC
LIMA
SONIA PILAR DELGADILLO QUISPE
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 30 días del mes de abril de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Sonia
Pilar Delgadillo Quispe contra la resolución expedida por la Quinta
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 379, su
fecha 4 de octubre de 2011, que declaró improcedente la demanda
de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 29 de octubre de 2007, la recurrente interpone
demanda de amparo contra la Escuela Nacional Superior
Autónoma de Bellas Artes del Perú (ENSABAP), con el objeto que
se le permita el acceso a la seguridad social (atención médica
y farmacológica gratuita) que requiere de manera urgente, por
atravesar un cuadro de artritis severa en todo el cuerpo, lo cual se
agrava porque su trabajo consiste en posar desnuda durante casi
50038
PROCESOS CONSTITUCIONALES
toda la jornada laboral, pues desde el 1 de abril de 2003 a la fecha
labora como modelo de artes plásticas dentro de los alcances de la
Ley 28131, Ley del Artista.
ENSABAP deduce las excepciones de caducidad y prescripción
adquisitiva, y contestando la demanda alega que la actora ingresó
a prestar un servicio conforme se aprecia del contrato privado de
locación de servicios suscrito desde el 1 de abril de 2003, para posar
como modelo, lo cual se efectuó de acuerdo con el presupuesto
aprobado y mediante contratos de locación de servicios sucesivos
con plazos determinados. Señala que como entidad pública brinda
servicios educativos y forman parte del pliego presupuestal del
Ministerio de Educación, por lo cual la contratación de personal
debe encontrarse presupuestada.
El Decimoquinto Juzgado Especializado en lo Civil de Lima, de
fecha 14 de enero de 2011, declara infundadas las excepciones
propuestas y fundada la demanda, por considerar, de un lado, que
conforme al contenido del derecho constitucional a la salud, éste
comprende la conservación del estado de salud y el goce de las
prestaciones de salud; y, de otro lado, que en virtud de la aplicación
del principio de primacía de la realidad queda establecido de los
sucesivos contratos de locación de servicios que entre las partes
se ha configurado una relación de naturaleza laboral, por lo que
la entidad demandada está obligada a efectuar las respectivas
prestaciones de salud.
La Sala Superior revisora revoca la apelada y, reformándola,
declara improcedente la demanda, por estimar que de los actuados
se aprecia que la actora obtuvo con fecha 18 de agosto de 2010
sentencia favorable expedida por el Tribunal Constitucional, en el
proceso de amparo seguido contra la demandada, en el que quedó
acreditada la existencia de una relación laboral bajo el régimen de
la actividad privada conforme al Decreto Legislativo 728 y por tanto
sujeta a los beneficios y obligaciones que la legislación laboral
impone; y que en tanto la pretensión consiste en que se cumpla
con regularizar la cobertura del seguro para prestaciones de salud,
ello debe ventilarse en la vía laboral ordinaria.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
En el presente proceso, la demandante solicita que la institución
demandada le otorgue de manera integral las prestaciones médicas
asistenciales y farmacológicas gratuitas que brinda el Seguro
Social de Salud (EsSalud).
En la STC 0050-2004-AI/TC, 0051-2005-AI/TC, 004-2005-PI/TC,
0007-2005-PI/TC, 0009-2005-PI/TC (acumulados) este Colegiado
ha precisado que el contenido de la seguridad social se encuentra
conformado fundamentalmente por los siguientes aspectos:
en primer lugar, por las disposiciones legales que establecen
las condiciones de pertenencia a un determinado régimen de
seguridad social; en segundo lugar, por las disposiciones legales
que establecen las condiciones para la obtención de un derecho
subjetivo a una determinada prestación; y, en tercer lugar, por el
principio de solidaridad, explicado como portador de la justicia
redistributiva subyacente en todo sistema de seguridad social.
En ese sentido, lo que pretende la actora es la defensa de su
derecho fundamental a la seguridad social al pretender el acceso
a las prestaciones de salud. Por tal motivo, la procedencia de la
demanda se sustenta en la defensa del derecho a la seguridad
social conforme a lo previsto en el literal 19 del artículo 37 del
Código Procesal Constitucional y, como se ha señalado, en la
SSTC 04977-2007-PA/TC y 00540-2007-PA/TC, entre otras.
2. Consideraciones iniciales
Resulta relevante recordar que este Tribunal Constitucional,
con fecha 18 de agosto de 2010, expidió sentencia en el Exp. Nº
241-2010-PA/TC declarando fundada la demanda de amparo y
ordenando que ENSABAP reponga a la demandante en su mismo
puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel.
Asimismo, cabe puntualizar que no obstante lo precisado
anteriormente, se ha podido constatar (http://www.tc.gob.pe/
jurisprudencia/2013/00382-2013-AA.pdf) que la actora se vio
obligada a interponer un recurso de agravio constitucional (RAC)
a favor del cumplimiento de la sentencia constitucional recaída en
el Exp. Nº 382-2013-PA/TC, de fecha 12 de junio de 2013, que
declaró fundado el mencionado recurso de agravio constitucional
y ordenó que el a quo cumpla con expedir una nueva resolución
disponiendo que ENSABAP ejecute la sentencia emitida por este
Tribunal y suscriba con la accionante un contrato de trabajo a plazo
indeterminado.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
realizar una denuncia con carácter reservado contra la demandada
por desconocer sus derechos como trabajadora, desempeñándose
como modelo en bellas artes, sin haber obtenido una respuesta
formal, mientras que su salud continua deteriorándose sin
posibilidad de poder acceder a las atenciones médicas que brinda
EsSalud, que le corresponden como trabajadora.
3.2. Argumentos de la entidad demandada
Sostiene que la urgente atención médica alegada por la
demandante en razón a la artritis que supuestamente padece, no
se encuentra acreditada en autos, y que si bien su labor es de
modelo, no siempre lo hace desnuda, sino en formas variadas.
Aduce que habiendo sido contratada a través de contratos de
locación de servicios, estos suponen una prestación de servicios
independiente y no subordinada, con el respectivo pago de una
retribución a cambio de una prestación de servicios, pero que de
manera alguna implica el reconocimiento de beneficios de orden
laboral, como los que ahora solicita.
3.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
3.3.1. En la STC 09600-2005-PA/TC se ha precisado que en
igual medida que la seguridad social se convierte, en tanto garantía
institucional, en el soporte sobre el cual se cimienta el derecho
fundamental a la pensión, las prestaciones de salud, sean éstas
preventivas, reparadoras o recuperadoras, también encuentran
sustento en aquélla. En este caso la salud, o más precisamente su
alteración, se convierte en la contingencia a ser protegida a través
de la seguridad social, buscando con ello el mantenimiento de la
calidad de vida.
3.3.2. El Tribunal Constitucional ha señalado que el artículo 10
de la Constitución Política reconoce a la seguridad social como
un derecho humano fundamental, que supone el derecho que le
"asiste a la persona para que la sociedad provea instituciones y
mecanismos a través de los cuales pueda obtener recursos de vida
y soluciones para ciertos problemas preestablecidos", de modo
tal que pueda obtener una existencia en armonía con la dignidad,
teniendo presente que la persona humana es el fin supremo de la
sociedad y del Estado (STC 008-96-I/TC, fundamento 10).
3.3.3. La Ley 26790, Ley de Modernización de la Seguridad
Social en Salud, establece las condiciones, las obligaciones, la
permanencia y la pérdida de la condición de afiliado regular y en su
artículo 3 precisa que son asegurados del Régimen Contributivo de
la Seguridad Social en Salud los afiliados regulares o potestativos
y sus derechohabientes.
3.3.4. Al respecto, habiendo este Tribunal Constitucional
ordenado a la demandada tanto en la sentencia constitucional como
en el RAC a favor del cumplimiento de dicha sentencia primero, que
reponga a la actora en su puesto de trabajo (STC 241-2010-PA/TC)
y posteriormente, en el proceso de ejecución de dicha sentencia,
que ejecute la sentencia constitucional aludida y se suscriba un
contrato de trabajo a plazo indeterminado (STC 382-2013-PA/TC), se
determina con claridad que por mandato de este Tribunal, la actora
tiene la condición de afiliada regular a la Seguridad Social en Salud y
la entidad demandada la obligación de cumplir con la contribuciones
respectivas a EsSalud, así como viabilizar el acceso de la demandante
a las prestaciones de salud (médicas y farmacológicas) que le
corresponden como empleada y, por ende, asegurada obligatoria.
3.3.5. Asimismo, de los actuados se evidencia la renuencia de
la empleadora demandada en proceder a registrar a la actora como
afiliada regular en EsSalud, configurando esta conducta omisiva un
incumplimiento de lo ordenado en sede constitucional, lo que a su
vez produce un grave perjuicio en la salud de la actora, puesto que
arbitrariamente se le está privando del acceso a la atención de su
salud y, en consecuencia, a la protección que brinda el derecho en
la seguridad social de salud.
3.3.6. Por tanto, en observancia a lo ordenado por este Tribunal
Constitucional en los pronunciamientos precitados, corresponde que
se brinde a la actora como asegurada obligatoria, la accesibilidad a
la seguridad social en salud en todo momento que lo requiera, por
lo que la demanda debe ser estimada.
3.3.7. Debe agregarse que al corresponderle a la actora la
calidad de afiliada regular goza de la cobertura integral del Seguro
Social y, por tanto, tiene derecho a solicitar las atenciones médicas
que necesite, debiendo EsSalud, en todo caso, ejercer el derecho
de repetición o reembolso contra la demandada al amparo de lo
dispuesto por el artículo 10 de la Ley 26790, Ley de Modernización
de la Seguridad Social en Salud y su reglamento, aprobado por
Decreto Supremo 009-97-SA.
4. Efectos de la sentencia
3. Sobre la afectación del derecho a la seguridad social
(artículo 10 de la Constitución)
3.1. Argumentos de la demandante
Manifiesta que al desconocer la demandada su derecho como
artista modelo dentro de los alcances de la Ley 28131, Ley del
Artista, está actuando de manera fraudulenta en la relación laboral
y poniendo en riesgo su integridad física, toda vez que se le impide
el acceso a las prestaciones de salud pese a que se encuentra
padeciendo de una artritis aguda en todo el cuerpo que requiere
con urgencia de tratamiento médico.
Sostiene que la entidad demandada se niega efectuar los pagos
de ley respectivos a la seguridad social y que incluso se vio forzada a
En consecuencia, de acuerdo con el artículo 55 del Código
Procesal Constitucional, debe procederse al restablecimiento
del derecho fundamental a la seguridad social consagrado en
el artículo 10 de la Constitución, y ordenarse a ENSABAP que
inscriba a la demandante en la Seguridad Social en Salud, que
le corresponde en su calidad de trabajadora y afiliada obligatoria,
precisándose que se encuentra facultada a solicitar las atenciones
médicas que necesite, debiendo EsSalud exigir a la empleadora
la repetición o el reembolso respectivo por tales prestaciones de
salud, de ser el caso.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda, porque se ha acreditado la
vulneración del derecho a la seguridad social.
2. Ordena que Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas
Artes (ENSABAP) inscriba a la demandante en la Seguridad
Social en Salud (EsSalud), a fin de que la actora acceda a las
prestaciones de atención médica y de medicinas, de acuerdo con
los fundamentos de la presente sentencia, dentro de los dos días
siguientes de notificada, bajo apercibimiento de que el juez de
ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículo
22 y 59 del Código Procesal Constitucional, con el abono de los
costos procesales.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133425-33
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 04950-2012-PA/TC
UCAYALI
RAUL SIMEON ACOSTA AMPUERO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 28 días del mes de marzo de 2014 la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Raúl
Simeón Acosta Ampuero contra la resolución expedida por la Sala
Especializada en lo Civil y Afines de la Corte Superior de Justicia de
Ucayali, de fojas 421, su fecha 27 de agosto de 2012, que declaró
infundada la demanda de amparo de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 29 de diciembre de 2009, el recurrente interpone
demanda de amparo contra la Universidad Privada de Pucallpa,
solicitando que se declare nula la Carta Nº 163-2009-UPP/P, del
21 de diciembre de 2009, que dispone prescindir de sus servicios
como Jefe del Departamento de Asuntos Académicos, por ser
un cargo de confianza, y que, en consecuencia, se repongan las
cosas al estado en que se produjo la vulneración de su derecho al
trabajo. Manifiesta haber laborado para la emplazada realizando
diversas funciones, tales como coordinador académico, secretario
de la comisión de selección de docentes, director del centro pre
universitario, entre otros, pero que su labor como profesor principal
fue a dedicación exclusiva, por lo que su despido debió ser motivado
y por causa justa, lo cual no ha ocurrido en su caso.
La emplazada no contestó la demanda.
El Primer Juzgado Civil de la Provincia de Coronel Portillo,
con fecha 9 de marzo de 2012, declaró fundada la demanda, por
considerar que en el Reglamento de Organización y Funciones de
la universidad emplazada no se ha determinado expresamente que
los cargos ejercidos por el demandante sean de confianza.
La Sala Superior competente, revocando la apelada, declara
infundada la demanda estimando que en autos el demandante no
ha acreditado su condición de profesor principal, sino que desde el
inicio de sus labores ha desempeñado cargos jefaturales.
FUNDAMENTOS
Procedencia de la demanda y delimitación del petitorio
1. El demandante alega haber sido despedido arbitrariamente
debido a que la emplazada le comunicó la extinción de su relación
laboral sin la expresión de una causa justa relacionada con su
conducta o capacidad laboral.
2. Por su parte la demandada, en su escrito de apelación,
manifiesta que el recurrente no ha sido despedido arbitrariamente,
puesto que no ha laborado en cargos ordinarios, sino que ha
realizado labores como personal de dirección y de confianza.
3. La controversia se centra en determinar si existió, o no, una
relación laboral de confianza entre el demandante y la universidad
emplazada, debido a que el actor ha manifestado que por el cargo
de profesor principal que desempeñaba sólo podía ser despedido
por una causa justa relativa a su capacidad o conducta.
4. De acuerdo con los criterios de procedibilidad de las demandas
de amparo en materia laboral individual privada, establecido en los
fundamentos 7 a 20 de la STC 0206-2005-PA/TC, que constituye
50039
precedente vinculante de conformidad con lo dispuesto en el
artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional,
este Tribunal estima que en el presente caso procede efectuar la
verificación del presunto despido incausado.
Análisis de la controversia
5. A tenor de lo previsto en el artículo 43º del Decreto Supremo
Nº 003-97-TR, el trabajador de dirección “es aquel que ejerce la
representación general del empleador frente a otros trabajadores
o a terceros, o que lo sustituye, o que comparte con aquéllas
funciones de administración y control o de cuya actividad y grado de
responsabilidad depende el resultado de la actividad empresarial”.
Asimismo, dicha norma establece que los trabajadores de
confianza “son aquellos que laboran en contacto personal y directo
con el empleador o con el personal de dirección, teniendo acceso
a secretos industriales, comerciales o profesionales y, en general,
a información de carácter reservado. Asimismo, aquellos cuyas
opiniones o informes son presentados directamente al personal
de dirección, contribuyendo a la formación de las decisiones
empresariales”.
6. Este Colegiado ha considerado que los trabajadores que
asumen un cargo de dirección o de confianza están supeditados
a la “confianza” –valga la redundancia– del empleador. En este
caso, el retiro de la misma puede ser invocada por el empleador
y constituye una situación especial que extingue el contrato de
trabajo al ser de naturaleza subjetiva, a diferencia de los despidos
por causa grave, que son objetivos.
7. Asimismo, en la STC Nº 03501-2006-PA/TC se ha establecido
que si un trabajador desde el inicio de sus labores conoce de su
calidad de personal de confianza o de dirección, o por el hecho
de realizar labores que implique tal calificación, estará sujeto a la
confianza del empleador para su estabilidad en su empleo; de lo
contrario, solo cabría la indemnización o el retiro de la confianza
depositada en él, tal como viene resolviendo este Colegiado.
También se precisó que la diferencia existente entre ambas
categorías de trabajadores –personal de dirección y personal de
confianza– radica en que el trabajador de dirección tiene poder de
decisión y actúa en representación del empleador, con poderes
propios de él; mientras que el personal de confianza, si bien
trabaja en contacto directo con el empleador o con el personal de
dirección, y tiene acceso a información confidencial, sólo coadyuva
en la toma de decisiones por parte del empleador o del referido
personal de dirección.
8. Es preciso tener en cuenta que la determinación de la
calificación de dirección o de confianza de un cargo laboral no
queda al mero arbitrio del empleador, sino que debe responder,
de modo estricto, a la naturaleza de las funciones y labores que
implica dicho cargo. Queda claro entonces que la determinación de
la naturaleza de “confianza” de un cargo no depende de la voluntad
del empleador, sino que está supeditada, como ya se dijo, a las
reales funciones llevadas a cabo por el trabajador.
9. En el caso bajo análisis, el demandante manifiesta que por
la multiplicidad de funciones encargadas y por la naturaleza de las
mismas, su cargo no tenía la condición de dirección y confianza, por
haber desempeñado funciones de profesor principal y a dedicación
exclusiva. Al respecto, del Informe Nº 024-2005-CONAFU-CDEYC
(f. 4), se advierte que el demandante fue propuesto como Gerente
General de la emplazada, y del Acta de Reunión de la Comisión
Organizadora (f. 10), de fecha 29 de octubre de 2005, se establece
que, en su calidad de coordinador académico, fue designado
provisionalmente como Responsable de la Carrera Profesional
de Administración de Negocios; asimismo, con las Cartas Nº 0132008-UPP/P (f. 26), 049-2008-UPP/P (f. 28), 064-2008-UPP/P (f.
32) y 128-2008-UPP/P (f. 33), de fechas 1 de febrero, 24 de abril,
21 de mayo y 25 de julio de 2008, respectivamente, se le encarga
la Vicepresidencia Académica y mediante el Memorándum Nº 0042008/UPP/P (f. 27) y la Carta Nº 145-2008-UPP/P (f. 34), de fechas
24 de marzo y 10 de setiembre de 2008, se le encarga la Presidencia
de dicha casa de estudios. Por otro lado, con la Resolución de la
Comisión Organizadora Nº 006-2008-PCO-UPP (f. 29), de fecha
3 de mayo de 2008, se le designa como representante de la
promotora durante el proceso de autoevaluación y, con el Acta de
la Comisión Organizadora (f. 31), de fecha 20 de mayo de 2008, se
advierte que, en su calidad de Jefe del Departamento de Asuntos
Académicos, es propuesto como Vocal de la Comisión de Admisión
2008-II y para la elaboración del Reglamento del Concurso de
Admisión 2008-II. Asimismo, mediante la Resolución Nº 3192008-CONAFU (f. 35), del 28 de agosto de 2008, se le reconoce
como Gerente General de la Comisión Organizadora, y mediante
la Resolución N. 014-2009-UPP/PCO ( f. 39), del 26 de junio de
2009, como Vocal de la Comisión de Admisión 2009-II. Por otro
lado, con la Constancia de fojas 41, se evidencia que fue Miembro
del Comité de Autoevaluación Permanente para la formulación de
los 3 informes de autoevaluación anual – IDEA (2005-I, 2006-I y II,
2007-I y II, 2008-I).
10. Es decir, con dichos documentos el demandante no ha
acreditado haber desempeñado las funciones de profesor principal
y a dedicación exclusiva, tal como éste lo afirma, sino que desde el
inicio de su relación laboral tenía conocimiento que su cargo era de
dirección; más aún si en el Informe de Actuaciones Inspectivas de la
Dirección Regional de Trabajo y Promoción del Empleo de Ucayali
(f. 156) y en la Constancia de Asistencia Nº 169-2009-DRTPESDDGyAT-OC-UC (f. 155), del 3 de noviembre y 2 de diciembre de
2009, respectivamente, se establece que no se ha acreditado su
condición de docente principal y se advierte que éste se ha venido
PROCESOS CONSTITUCIONALES
50040
desempeñando en el cargo de Jefe del Departamento de Asuntos
Académicos. Al respecto, en los artículos 47 y 48 del Reglamento de
Organización y Funciones de la universidad emplazada (f. 263), se
establece que el Jefe del Departamento de Asuntos Académicos es
elegido a propuesta del Vicepresidente Académico y que entre sus
funciones resaltan: supervisar, controlar y evaluar el desempeño
del personal asignado a su dependencia; mantener reuniones de
coordinación con los responsables de las carreras profesionales o
facultades para evaluar la marcha académica de cada una de ellas;
asistir a las sesiones de la Comisión Organizadora para presentar
informes sobre cuestiones académicas que deben ser conocidas
por la Comisión, y emitir opinión cuando ella sea requerida. Además
se señala que los trabajadores se sujetan al régimen laboral de la
actividad privada.
11. Siendo así, considerando que por la naturaleza del cargo
y las funciones realizadas, el demandante desempeñaba un
cargo de confianza, se concluye que su cese laboral dispuesto
mediante la Carta Nº 163-2009-UPP/P (f. 67), no vulnera derecho
constitucional alguno, ya que el demandante, desde el inicio de la
relación laboral, estaba sujeto a la confianza del empleador para
su estabilidad en el empleo. Por tal razón la demanda debe ser
desestimada.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda, por no haberse acreditado
la vulneración del derecho al trabajo.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133425-34
PROCESO DE CUMPLIMIENTO
EXP. Nº 01192-2012-PC/TC
LIMA
JORGE EMILIANO CASTILLO LUDEÑAS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 18 días del mes de marzo de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, inicialmente integrada por
los magistrados Beaumont Callirgos, Mesía Ramírez y Eto Cruz,
pronuncia la siguiente sentencia, con el voto en mayoría de los
magistrados Mesía Ramírez y Eto Cruz; el voto en discordia del
magistrado Beaumont Callirgos, posición a la que se suma el
voto del magistrado Álvarez Miranda, llamado a dirimir; y el voto
finalmente dirimente del magistrado Calle Hayen, que adhiere a
la posición de los magistrados Mesía Ramírez y Eto Cruz; votos,
todos, que se agregan a los autos.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
demanda, por estimar que la resolución cuyo cumplimiento se
exige reúne los requisitos previstos en la STC Nº 0168-2005-PC/
TC, por lo que ordenó que la emplazada abone al demandante
la bonificación reconocida mediante la Resolución Administrativa
Nº 14012-07-DIRREHUM-PNP, de fecha 17 de setiembre de 2007,
pago que debía efectuarse conforme a lo previsto en el artículo
1236.º del Código Civil, condenándose al pago de los costos del
proceso.
La Sala revisora confirma la apelada por los mismos
fundamentos.
FUNDAMENTOS
1. De autos se aprecia que la Sexta Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Lima confirmó la sentencia de primera
instancia que declaró fundada la demanda y ordenó que la
emplazada: “dé cumplimiento a lo ordenado por la Resolución
Directoral Nº 14012-07-DIRREREHUM-PNP, de fecha diecisiete
de setiembre del dos mil siete, la misma que dispone el pago a
favor del actor de la bonificación adicional de conformidad con la
Ley Nº 24700, en los términos indicados por la acotada resolución
directoral; cuyo pago debe realizarse con valor actualizado al día de
acuerdo con el Artículo 1236º del Código Civil; y los devolvieron”.
2. El demandante ha interpuesto recurso de agravio
constitucional solamente respecto del extremo referido a que
se ordene el pago de: i) los intereses legales devengados por
el incumplimiento de la emplazada del pago de la bonificación
adicional desde el 22 de junio de 1987 hasta el 5 de mayo de
1992, reconocido a favor del demandante mediante la Resolución
Directoral Nº 14012-07-DIRREHUM-PNP, de fecha 17 de setiembre
de 2007, en virtud de la Quinta Disposición Complementaria de la
Ley Nº 24700, y ii) los costos procesales.
3. Así las cosas, la emplazada, al no haber cumplido con pagar
la bonificación en forma oportuna, conforme era su obligación,
ha causado un grave perjuicio económico al demandante, toda
vez que éste se ha visto obligado a interponer una demanda,
ocasionándosele, de ese modo, gastos innecesarios que han
incrementado su inicial afectación. Por tanto, y sin perjuicio de
las demás responsabilidades a que hubiere lugar, este Colegiado
estima que corresponde ordenar el pago de costos conforme al
artículo 56.° del Código Procesal Constitucional, el mismo que
deberá hacerse efectivo en la etapa de ejecución de sentencia,
donde, además, de acuerdo con los artículos 1236.° y 1244.° del
Código Civil, deberán abonarse los intereses legales a partir de la
fecha en que se determinó el pago de los derechos al actor hasta
la fecha en que se hagan efectivos. Por otro lado, la liquidación
deberá realizarla el juez según la tasa fijada por el Banco Central
de Reserva en el momento de ejecutarse la presente sentencia.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar FUNDADO el recurso de agravio constitucional; en
consecuencia, DISPONE el pago de los intereses legales y de los
costos del proceso al demandante en la etapa de ejecución de
sentencia, conforme a lo expresado en el fundamento 3, supra.
Publíquese y notifíquese.
SS.
ASUNTO
MESÍA RAMÍREZ
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Jorge
Emiliano Castillo Ludeñas contra la sentencia expedida por la
Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas
158, su fecha 16 de diciembre de 2011, en los extremos en los que
no se ordenó el pago de intereses legales y de costos.
ANTECEDENTES
Con fecha 21 de octubre de 2008, el recurrente interpone
demanda de cumplimiento contra el Director de Economía y
Finanzas de la Policía Nacional del Perú, solicitando que se dé
cumplimiento a la Resolución Directoral Nº 14012-07-DIRREHUMPNP, de fecha 17 de setiembre de 2007, que dispuso que se le
abone la bonificación adicional por el reconocimiento de doble
tiempo de servicios reales y efectivos desde el 22 de junio de
1987 hasta el 5 de mayo de 1992, en virtud de lo dispuesto en la
Quinta Disposición Complementaria de la Ley Nº 24700, debiendo
efectuarse el referido pago de acuerdo con lo establecido en el
artículo 1236.º del Código Civil, con el pago de los costos del
proceso.
La Procuradora Pública del Ministerio del Interior a cargo de
los asuntos judiciales de la Policía Nacional del Perú propone la
excepción de incompetencia por razón de la materia, y contesta la
demanda argumentando que el pago de la bonificación adicional
está condicionado a la existencia de disponibilidad presupuestaria
y que la resolución administrativa cuyo cumplimiento se exige se
emitió contraviniendo dispositivos legales, toda vez que la Ley Nº
24700 fue derogada por el Decreto Ley Nº 25475.
El Noveno Juzgado Especializado en lo Constitucional de
Lima, con fecha 4 de junio de 2009, declara infundada la excepción
propuesta; y con fecha 18 de marzo de 2011 declara fundada la
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
VOTO DE LOS MAGISTRADOS MESÍA RAMÍREZ Y ETO
CRUZ
Visto el recurso de agravio constitucional interpuesto por don
Jorge Emiliano Castillo Ludeñas contra la sentencia expedida por
la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de
fojas 158, su fecha 16 de diciembre de 2011, en los extremos en
los que no se ordenó el pago de intereses legales y de costos, los
magistrados firmantes emiten el siguiente voto:
ANTECEDENTES
Con fecha 21 de octubre de 2008, el recurrente interpone
demanda de cumplimiento contra el Director de Economía y Finanzas
de la Policía Nacional del Perú, solicitando que se dé cumplimiento a
la Resolución Directoral Nº 14012-07-DIRREHUM-PNP, de fecha 17
de setiembre de 2007, que dispuso que se le abone la bonificación
adicional por el reconocimiento de doble tiempo de servicios reales y
efectivos desde el 22 de junio de 1987 hasta el 5 de mayo de 1992,
en virtud de lo dispuesto en la Quinta Disposición Complementaria
de la Ley Nº 24700, debiendo efectuarse el referido pago de acuerdo
con lo establecido en el artículo 1236.º del Código Civil, con el pago
de los costos del proceso.
La Procuradora Pública del Ministerio del Interior a cargo de
los asuntos judiciales de la Policía Nacional del Perú propone la
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
excepción de incompetencia por razón de la materia, y contesta la
demanda argumentando que el pago de la bonificación adicional está
condicionado a la existencia de disponibilidad presupuestaria y que
la resolución administrativa cuyo cumplimiento se exige se emitió
contraviniendo dispositivos legales, toda vez que la Ley Nº 24700 fue
derogada por el Decreto Ley Nº 25475.
El Noveno Juzgado Especializado en lo Constitucional de
Lima, con fecha 4 de junio de 2009, declara infundada la excepción
propuesta; y con fecha 18 de marzo de 2011 declara fundada la
demanda, por estimar que la resolución cuyo cumplimiento se exige
reúne los requisitos previstos en la STC Nº 0168-2005-PC/TC, por lo
que ordenó que la emplazada abone al demandante la bonificación
reconocida mediante la Resolución Administrativa Nº 14012-07DIRREHUM-PNP, de fecha 17 de setiembre de 2007, pago que debía
efectuarse conforme a lo previsto en el artículo 1236.º del Código Civil,
condenándose al pago de los costos del proceso.
La Sala revisora confirma la apelada por los mismos
fundamentos.
50041
agravio constitucional debe declararse FUNDADO en parte,
en el extremo que solicita el pago de costos procesales de
conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional;
e IMPROCEDENTE el extremo sobre pago de intereses legales,
por razón de no haber sido debidamente solicitados en la etapa
postulatoria del proceso.
Sr.
BEAUMONT CALLIRGOS
VOTO DIRIMENTE DEL MAGISTRADO ÁLVAREZ MIRANDA
Llamado por ley a dirimir la discordia surgida en autos,
me adhiero al voto del magistrado Beaumont Callirgos, pues,
conforme lo justifica, también considero que el recurso de agravio
constitucional debe ser declarado IMPROCEDENTE en el
extremo de pago de intereses legales, por razón de no haber sido
debidamente solicitados en la etapa postulatoria del proceso.
FUNDAMENTOS
Sr.
1. De autos se aprecia que la Sexta Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Lima confirmó la sentencia de primera
instancia que declaró fundada la demanda y ordenó que la
emplazada: “dé cumplimiento a lo ordenado por la Resolución
Directoral Nº 14012-07-DIRREREHUM-PNP, de fecha diecisiete
de setiembre del dos mil siete, la misma que dispone el pago a
favor del actor de la bonificación adicional de conformidad con la
Ley Nº 24700, en los términos indicados por la acotada resolución
directoral; cuyo pago debe realizarse con valor actualizado al día de
acuerdo con el Artículo 1236º del Código Civil; y los devolvieron”.
2. El demandante ha interpuesto recurso de agravio
constitucional solamente respecto del extremo referido a que
se ordene el pago de: i) los intereses legales devengados por
el incumplimiento de la emplazada del pago de la bonificación
adicional desde el 22 de junio de 1987 hasta el 5 de mayo de
1992, reconocido a favor del demandante mediante la Resolución
Directoral Nº 14012-07-DIRREHUM-PNP, de fecha 17 de setiembre
de 2007, en virtud de la Quinta Disposición Complementaria de la
Ley Nº 24700 , y ii) los costos procesales.
3. Así las cosas, la emplazada, al no haber cumplido con pagar
la bonificación en forma oportuna, conforme era su obligación, ha
causado un grave perjuicio económico al demandante, toda vez que
éste se ha visto obligado a interponer una demanda, ocasionándosele,
de ese modo, gastos innecesarios que han incrementado su inicial
afectación. Por tanto, y sin perjuicio de las demás responsabilidades
a que hubiere lugar, estimamos que corresponde ordenar el pago de
costos conforme al artículo 56.° del Código Procesal Constitucional,
el mismo que deberá hacerse efectivo en la etapa de ejecución de
sentencia, donde, además, de acuerdo con los artículos 1236.° y
1244.° del Código Civil, deberán abonarse los intereses legales a
partir de la fecha en que se determinó el pago de los derechos al actor
hasta la fecha en que se hagan efectivos. Por otro lado, la liquidación
deberá realizarla el juez según la tasa fijada por el Banco Central de
Reserva en el momento de ejecutarse la presente sentencia.
Por estos fundamentos, nuestro voto es por declarar FUNDADO
el recurso de agravio constitucional; y, en consecuencia, se
disponga el pago de los intereses legales y de los costos del
proceso al demandante en la etapa de ejecución de sentencia,
conforme a lo expresado en el fundamento 3, supra.
Sres.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
VOTO DIRIMENTE DEL MAGISTRADO CALLE HAYEN
Puestos los autos a despacho para dirimir la discordia surgida,
y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 5º, parágrafo
quinto, de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, y en los
artículos 11º y 11º-A de su Reglamento Normativo, procedo a emitir
siguiente voto:
Hecho el análisis de autos, comparto los fundamentos
expuestos en el voto de los magistrados Mesía Ramírez y Eto Cruz,
me adhiero a ellos y los hago míos; por lo que mi voto también es
porque se declare FUNDADO el recurso de agravio constitucional
(RAC) interpuesto y que, en consecuencia, se disponga el pago de
los intereses legales y los costos del proceso al recurrente en la
etapa de ejecución de sentencia.
Sr.
CALLE HAYEN
VOTO SINGULAR
CALLIRGOS
DEL
MAGISTRADO
BEAUMONT
Con el debido respeto por la opinión vertida por mis colegas
magistrados, en el presente caso considero que el recurso de
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133425-35
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 01417-2013-PA/TC
LIMA
HERMENEGILDO JIMÉNEZ ORIHUELA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 3 días del mes de marzo de 2014 la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Mesía Ramírez, Calle Hayen y Eto Cruz, pronuncia la siguiente
sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don
Hermenegildo Jiménez Orihuela contra la resolución expedida por
la Sétima Sala Especializada en lo Civil de la Corte Superior de
Justicia de Lima, de fojas 242, su fecha 19 de julio de 2012, que
declaró infundada la demanda de autos.
ANTECEDENTES
El recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina
de Normalización Previsional (ONP) con el objeto que se declare
inaplicable la Resolución 1430-2006-ONP/DP/DL 19990, de fecha
6 de julio de 2006, mediante la cual se dispuso la suspensión
de su pensión de invalidez con arreglo al Decreto Ley 19990, y
que, en consecuencia, se restituya el pago de la referida pensión.
Asimismo, solicita el pago de los devengados, los intereses legales
y los costos procesales.
La emplazada contesta la demanda manifestando que se
declaró la suspensión de la pensión de invalidez del actor porque
no cumplió con presentarse a la evaluación médica dispuesta por
la Administración para comprobar su estado de invalidez, por lo
que no resulta una medida arbitraria la suspensión dispuesta.
El Primer Juzgado Constitucional de Lima, con fecha 30 de
noviembre de 2011 declara fundada la demanda, por estimar que
la ONP no ha cumplido con motivar la resolución que declara la
suspensión de la pensión del demandante, vulnerando de esta
maneras sus derechos al debido proceso y a la pensión.
La Sala Superior competente, revocando la apelada, declara
infundada la demanda, por estimar que la emplazada declaró la
suspensión de la pensión del recurrente porque este no cumplió
con acudir a las evaluaciones médicas dispuestas en reiteradas
ocasiones, y porque, no ha acreditado que mantiene las condiciones
de invalidez que dieron origen a la pensión de invalidez, tal como se
acredita con el Certificado de Comisión Médica de Incapacidades
de la Red Asistencial Junín, de fecha 1 de agosto de 2006.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
El recurrente solicita que se declare inaplicable la Resolución
1430-2006-ONP/DP/DL 19990, de fecha 6 de julio de 2006,
mediante la cual se dispuso la suspensión de su pensión de
invalidez otorgada según el Decreto Ley 19990, y que, en
consecuencia, se restituya el pago de la referida pensión con el
abono de devengados, intereses y costos procesales.
Considera que se ha declarado la suspensión de su pensión de
invalidez sin hacerle saber las razones debidamente fundamentadas
de tal medida, por lo que resulta arbitraria e ilegal.
Evaluada la pretensión planteada según lo dispuesto por el
fundamento 107 de la STC 00050-2004-AI/TC y otros acumulados,
es menester señalar que el derecho a no ser privado arbitrariamente
de la pensión constituye un elemento del contenido esencial
del derecho a la pensión, el cual encuentra protección a través
50042
PROCESOS CONSTITUCIONALES
del proceso de amparo, de conformidad con los supuestos de
procedencia establecidos en el fundamento 37.b) de la STC 014172005-PA/TC, por lo que corresponde verificar si se ha respetado
el derecho al debido procedimiento administrativo, en el que se
encuentra comprendido el derecho a una debida motivación.
Por otro lado, considerando que la pensión como derecho
fundamental, por su naturaleza, requiere de regulación legal
para establecer las condiciones necesarias para su goce, debe
concluirse que aquellas limitaciones o restricciones temporales o
permanentes a su ejercicio han de estar debidamente sustentadas,
a efectos de evitar arbitrariedades en la intervención de este
derecho.
Cabe mencionar que en su recurso de agravio constitucional
el actor manifiesta que no se presentó a una segunda evaluación
médica dispuesta por la emplazada.
2. Sobre la afectación del derecho al debido proceso
(artículo 139.3 de la Constitución)
2.1. Argumentos del demandante
Manifiesta que mediante la Resolución 52752-2005-ONP/
DC/DL 19990, de fecha 15 de junio de 2005 (f. 3), se le otorgó
pensión de invalidez definitiva conforme al Decreto Ley 19990, al
haber acreditado encontrarse incapacitado para trabajar en forma
permanente a partir del 5 de junio de 1986.
Sin embargo, a través de la Resolución 1430-2006-ONP/DP/DL
19990, de fecha 6 de julio de 2006 (f. 150), la ONP decidió declarar
la suspensión de su pensión de invalidez de conformidad con lo
establecido por el artículo 35 del Decreto Ley 19990, considerando
que no cumplió con someterse a una evaluación médica para
comprobar su estado de invalidez.
Considera que se han vulnerado sus derechos constitucionales
al debido proceso y a una debida motivación porque la emplazada
ha declarado la suspensión de su pensión de invalidez sin haber
realizado una investigación particular de su situación, en la que
precise las razones para haber tomado tal medida, y su derecho
a la pensión, por habérsele privado del medio que le permite
solventar su subsistencia.
2.2 Argumentos de la demandada
Sostiene que declaró la suspensión de la pensión de invalidez
del demandante en aplicación del artículo 35 del Decreto Ley
19990, toda vez que el actor no cumplió con someterse a una
evaluación médica para comprobar su estado de invalidez.
Manifiesta que el numeral 14 del artículo 3 de la Ley 28532
establece como función de la ONP efectuar las acciones de
fiscalización que sean necesarias con relación a los derechos
pensionarios en los sistemas a su cargo, a fin de garantizar su
otorgamiento con arreglo a ley. Y que conforme al artículo 32.1 de
la Ley 27444, la ONP queda obligada de oficio, mediante el sistema
de muestreo, a verificar la autenticidad de las declaraciones de los
documentos e informaciones proporcionadas por el pensionista.
2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
2.3.1. Respecto a las causales de suspensión de pensiones de
invalidez, el Decreto Ley 19990 establece un supuesto vinculado al
estado de salud del pensionista. Así, en el artículo 35 se establece
que "Si el pensionista de invalidez dificultase o impidiese su
tratamiento, se negase a cumplir las prescripciones médicas que
se le impartan, se resistiese a someterse a las comprobaciones de
su estado o a observar las medidas de recuperación, rehabilitación
o reorientación profesional, se suspenderá el pago de la pensión de
invalidez mientras persista en su actitud, sin derecho a reintegro".
2.3.2. Asimismo, el tercer párrafo del artículo 26 prescribe
que "Si efectuada la verificación posterior, se comprobara que el
Certificado Médico de invalidez es falso o contiene datos inexactos,
serán responsables de ello penal y administrativamente, los médicos
e incluso el propio solicitante". Es decir que la responsabilidad de
los partícipes de estos ilícitos se determina cuando se comprueba
la falsedad o inclusión de datos inexactos en el certificado médico.
2.3.3. De otro lado, si la causa de suspensión del pago
de la pensión estuviera referida a documentos que sustentan
las aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones –SNP, la
Administración deberá respetar las normas que regulan el
Procedimiento Administrativo General, a fin de ejercer la facultad
de fiscalización posterior y, de ser el caso, cuestionar su validez.
2.3.4. A este respecto, el artículo 32.3 de la Ley 27444, a
la letra dice: “En caso de comprobar fraude o falsedad en la
declaración, información o en la documentación presentada por
el administrado, la entidad considerará no satisfecha la exigencia
respectiva para todos sus efectos (…)”; procediendo a iniciarse el
trámite correspondiente para que se declare la nulidad del acto
administrativo, la determinación de las sanciones correspondientes
y responsabilidades penales, de ser el caso.
2.3.5. Obviamente, se entiende que la consecuencia inmediata
y lógica, previa a la declaración de nulidad del acto administrativo,
es la suspensión de sus efectos, dado que lo contrario sería
aceptar que, pese a comprobar la existencia de ilícito o fraude en la
obtención de un derecho, la Administración se encuentre obligada
a mantenerlo hasta que se declare su nulidad.
2.3.6. Así, en materia previsional, conforme a las normas que
regulan los requisitos indispensables para el reconocimiento del
derecho pensionario, la ONP está facultada para suspender el
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
pago de las pensiones obtenidas fraudulentamente, toda vez
que continuar con el pago supondría poner en riesgo el equilibrio
económico del Sistema Nacional de Pensiones y el incumplimiento
de la obligación de velar por la intangibilidad de los fondos de la
seguridad social. Ello sin dejar de recordar que, conforme a las
normas que regulan el Procedimiento Administrativo General
a que se ha hecho referencia, procederá a condición de que la
ONP compruebe la ilegalidad de la documentación presentada
por el pensionista, luego de lo cual asume la carga de realizar las
acciones correspondientes para declarar la nulidad de la resolución
administrativa que reconoció derechos pensionarios sustentada
en documentación y/o información falsa, adulterada y/o irregular
presentada por el administrado.
2.3.7. Por su parte, cabe precisar que el artículo 3.14 de la
Ley 28532, ha establecido como una de las funciones de la ONP
“Efectuar las acciones de fiscalización que sean necesarias, con
relación a los derechos pensionarios en los sistemas a su cargo,
para garantizar su otorgamiento con arreglo a ley” (subrayado
agregado). A su vez, el artículo 32.1, en concordancia con el artículo
IV, inciso 1.16 de la Ley 27444, establece que la entidad ante la
que se ha realizado un procedimiento de aprobación automática o
evaluación previa, por la fiscalización posterior, queda obligada a
verificar de oficio, mediante el sistema de muestreo, la autenticidad
de las declaraciones, de los documentos, de las informaciones
y de las traducciones proporcionadas por el administrado. Por
consiguiente, en caso de que existan indicios razonables de acceso
ilegal a la prestación pensionaria, la ONP está obligada a investigar
a fin de determinar o comprobar si efectivamente existió fraude para
acceder a ésta, e iniciar las acciones legales correspondientes, en
caso que la información presentada no sea veraz.
2.3.8. Siendo así, en el caso de que la ONP decida suspender
el pago de la pensión, la resolución administrativa que al efecto
se expida debe establecer con certeza si uno o más documentos
e información que sustentan el derecho a la pensión son falsos,
adulterados y/o irregulares; además, y en vista de la gravedad
de la medida, toda vez que deja sin sustento económico al
pensionista, debe cumplir con su obligación de fundamentar debida
y suficientemente su decisión, dado que carecerá de validez en caso
de que la motivación sea insuficiente o esté sustentada en términos
genéricos o vagos. Y ello es así porque la motivación de los actos
administrativos, más aún de aquellos que extinguen o modifican una
relación jurídica (caducidad y suspensión), es una obligación de la
Administración y un derecho del administrado, incluso considerando
la motivación por remisión a informes u otros, caso en el cual la ONP
está en la obligación de presentarlos para sustentar su actuación y
poder efectuar el control constitucional de su actuación.
2.3.9. De la Resolución 52752-2005-ONP/DC/DL 19990 (f. 3),
se evidencia que se otorgó al demandante la pensión de invalidez
definitiva porque, según el Certificado Médico de Invalidez de fecha
11 de enero de 2005, emitido por el Hospital D. Olavegoya –JaujaDireccional Regional de Salud de Junín (f. 201), su incapacidad
era de naturaleza permanente, con un menoscabo de 71%, por
adolecer de espondiloartrosis con radiculopatia.
2.3.10 Consta en la Resolución 1430-2006-ONP/DP/DL 19990, de
fecha 6 de julio de 2006 (f. 150), que la ONP suspendió la pensión
de invalidez del actor en aplicación del artículo 35 del Decreto Ley
19990, debido a que mediante notificación del 30 de mayo de 2006,
se le requirió someterse a una evaluación médica para comprobar
su estado de invalidez, no obstante, transcurrido el plazo otorgado el
pensionista no se presentó a la evaluación médica en cuestión.
2.3.11 De autos se advierte que el demandante a lo largo
del proceso ha sostenido que la ONP suspendió su pensión
de invalidez sin que medie resolución alguna que precise de
manera fundamentada los motivos por los que se ha procedido
a su suspensión o que se haya probado la adulteración de los
documentos con los que solicitó su pensión de invalidez o se
haya comprobado que no padece de incapacidad; sin embargo,
de autos no fluye que ello haya ocurrido en el presente caso, pues
se precisa claramente en la resolución impugnada que se negó a
someterse a la revisión médica ordenada. Asimismo, en su recurso
de agravio constitucional el recurrente sostiene que no cumplió con
presentarse al examen médico, pero obra en autos el Informe de
Evaluación Médica de Incapacidad, de fecha 1 de agosto de 2006
(f. 147), emitido por el Red Asistencial Junín de EsSalud, en el
que se determinó que el actor padece de 12% de menoscabo por
adolecer de espondiloartrosis. Sobre el particular, y sin perjuicio
de lo anotado respecto a lo afirmado por el actor en cuanto a que
no se sometió al examen médico, este Colegiado advierte que
el documento médico es de fecha posterior a la resolución que
declara la suspensión de la pensión de invalidez del demandante,
de lo que se podría inferir que el accionante no habría cumplido con
asistir a la evaluación médica para la cual fue notificado con fecha
30 de mayo de 2006.
2.3.12. En ese sentido se ha verificado que la suspensión de la
pensión del demandante no ha sido arbitraria; por tal motivo no se
ha acreditado la vulneración del derecho a la motivación, integrante
del derecho al debido proceso.
3. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11
de la Constitución)
3.1. Argumentos del demandante
Señala que al privarse injustificadamente de percibir el ingreso
que le sirve para su subsistencia, se ha vulnerado su derecho a
la pensión.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
3.2. Argumentos de la demandada
Sostiene que no se ha vulnerado el derecho a la pensión
del recurrente, pues se ha verificado que no reúne los requisitos
legalmente previstos para percibir la prestación reclamada.
3.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
3.3.1. En el fundamento 37 de la STC 1417-2005-PA/TC, sobre
la base de los alcances del derecho fundamental a la pensión como
derecho de configuración legal y de lo expuesto a propósito del
contenido esencial y la estructura de los derechos fundamentales,
este Colegiado delimitó los lineamientos jurídicos que permitirán
las pretensiones que, por pertenecer al contenido esencial dicho
derecho fundamental o estar directamente relacionadas a él,
merecen protección a través del proceso de amparo.
Así en el literal b) del mismo fundamento, se precisó que “forma
parte del contenido esencial directamente protegido por el derecho
fundamental a la pensión, las disposiciones legales que establecen
los requisitos para la obtención de un derecho a la pensión. Así,
será objeto de protección en la vía de amparo los supuestos en
los que, presentada la contingencia, se deniegue a una persona
el reconocimiento de una pensión de jubilación o cesantía, a pesar
de haber cumplido los requisitos legales para obtenerla (edad
requerida y determinados años de aportación), o de una pensión
de invalidez, presentados los supuestos previstos en la ley que
determinan su procedencia”.
3.3.2. De la resolución cuestionada se desprende que la ONP
resolvió suspender el pago de la pensión de invalidez del actor de
conformidad con lo establecido por el artículo 35 del Decreto Ley
19990 y en ejercicio de las facultades que le han sido otorgadas por
el artículo 3.14 de la Ley 28532, que establecen, respectivamente,
la facultad de fiscalización y suspensión de pago cuando el
asegurado o pensionista no acuda a las evaluaciones médicas que
se le programen.
3.3.3. Por lo tanto, en vista de que el demandante no cumplió
con acudir a la evaluación médica, la suspensión de pago de la
pensión no es una decisión irrazonable de la entidad gestora;
más bien constituye la consecuencia prevista legalmente por
el incumplimiento por parte del pensionista de invalidez de una
exigencia de carácter sustancial para la percepción de la pensión,
lo cual no implica una violación del derecho a la pensión.
3.3.4. A mayor abundamiento este Tribunal debe precisar que
la reactivación de pago de la pensión de invalidez se encuentra
condicionada al resultado de la reevaluación médica que confirme
el estado de invalidez del demandante. En tal sentido, fluye del
mencionado Informe de Evaluación Médica de Incapacidad, de fecha
1 de agosto de 2006, que el actor presenta 12% de menoscabo,
por adolecer de espondiloartrosis en grado de invalidez que resulta
menor al exigido por el artículo 24, literal a) del Decreto Ley 19990
para la obtención de pensión de invalidez.
3.3.5. En consecuencia, no se ha acreditado la vulneración del
derecho a la pensión del recurrente.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú,
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda, porque no se han
acreditado la vulneración del derecho a la motivación –integrante
del debido proceso– ni del derecho a la pensión del actor.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
W-1133425-36
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 01813-2013-PA/TC
LA LIBERTAD
ENRIQUE VALDERRAMA LÁZARO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 6 días del mes de marzo de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Vergara Gotelli, Mesía Ramírez y Eto Cruz, pronuncia la siguiente
sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Enrique
Valderrama Lázaro contra la resolución expedida por la Segunda
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, de fojas
48, su fecha 13 de diciembre de 2012, que declaró improcedente in
límine la demanda de autos.
50043
ANTECEDENTES
El recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina
de Normalización Previsional (ONP), con el objeto de que se
revise su liquidación de pensión de renta vitalicia por enfermedad
profesional del Decreto Ley 18846 y la Ley 26790, y se realice
un nuevo cálculo conforme a lo establecido en los artículos 18.2.
y 18.2.2. del Decreto Supremo 003-98-SA, otorgándole como
pensión inicial el 70% de su remuneración de referencia, más el
pago de las pensiones devengadas con los intereses generados
por la errónea liquidación oportuna.
El Primer Juzgado Especializado en lo Civil de La Libertad, con
fecha 5 de septiembre de 2012, declara improcedente la demanda
por considerar que el actor tiene otras vías igualmente satisfactorias
para la protección del derecho vulnerado conforme a lo dispuesto
en el artículo 5, inciso 2) del Código Procesal Constitucional, motivo
por el cual puede obtener la atención del derecho que reclama,
cuestionar el acto administrativo y actuar los medios probatorios
pertinentes en la vía del proceso contencioso administrativo; y,
además, no se encuentra en ninguno de los supuestos de urgencia
que establece el Tribunal Constitucional para conocer el presente
caso en la vía excepcional y residual del amparo.
La Sala Superior competente confirma la apelada por similares
fundamentos.
FUNDAMENTOS
1. Consideraciones previas
Previamente, debe señalarse que se ha rechazado de plano la
demanda, en primera instancia y segunda instancia, alegándose que
existen vías igualmente satisfactorias y que la pretensión del actor,
referida al reajuste de su pensión de renta vitalicia por enfermedad
profesional no se encuentra dentro de los supuestos contemplados
por la norma constitucional ni dentro de los criterios jurisprudenciales
fijados por el Tribunal Constitucional, que son de obligatorio
cumplimiento. Tales criterios han sido aplicados de forma incorrecta,
conforme lo advierte este Colegiado, pues el actor solicita un reajuste
en la pensión de renta vitalicia que percibe conforme al Decreto
Ley 18846, como consecuencia de la enfermedad profesional que
padece; lo que implica que a pesar de percibir una pensión, por las
objetivas circunstancias del caso resulta urgente su verificación a
efectos de evitar consecuencias irreparables (neumoconiosis).
En mérito de lo expuesto y atendiendo a la jurisprudencia de
este Colegiado, la pretensión del demandante es susceptible de
protección mediante el proceso constitucional del amparo, por lo
que resulta pertinente emitir un pronunciamiento de fondo, más aún
si la demandada fue notificada del concesorio de la apelación (f. 42
y 46), lo que implica que su derecho de defensa está garantizado.
2. Delimitación del petitorio
El demandante solicita que se realice un nuevo cálculo de
su pensión de renta vitalicia por enfermedad profesional de
conformidad con lo dispuesto en los artículos 18.2.1 y 18.2.2. del
Decreto Supremo 003-98-SA, y se le otorgue una pensión inicial
equivalente al 70% de su remuneración de referencia, más el pago
de las pensiones devengadas y los intereses respectivos.
3. Análisis de la controversia
3.3.1. Este Tribunal, en el fundamento 40 de la STC 025132007-PA/TC, que constituye precedente vinculante, ha establecido
que la fecha en que se genera el derecho, es decir, la contingencia
debe establecerse desde la fecha del dictamen o certificado médico
emitido por una Comisión Médica Evaluadora o Calificadora de
Incapacidades de EsSalud, o del Ministerio de Salud o de una EPS,
que acredita la existencia de la enfermedad profesional, dado que
el beneficio deriva justamente del mal que aqueja al demandante,
y es a partir de dicha fecha que se debe abonar la pensión vitalicia
del Decreto Ley 18846 o pensión de invalidez de la Ley 26790 y
sus normas complementarias y conexas.
3.3.2. Por su parte, el artículo 18.2, segundo párrafo, del
Decreto Supremo 003-98-SA, que Aprueba las Normas Técnicas
del Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo, prescribe que
la pensión de invalidez se fijará tomando como base de cálculo las
doce últimas remuneraciones computadas desde el acaecimiento
del siniestro (contingencia):
“18.2. Pensiones de invalidez
La ASEGURADORA pagará al ASEGURADO que, como
consecuencia de un accidente de trabajo o enfermedad profesional,
quedara en situación de invalidez; las pensiones que correspondan
al grado de incapacidad para el trabajo conforme al presente
Decreto Supremo [003-98-SA], de acuerdo a las normas técnicas
dictadas por el Ministerio de Salud a propuesta de LA COMISIÓN
TÉCNICA MÉDICA.
Los montos de pensión serán calculados sobre el 100% de
la ‘Remuneración Mensual’ del ASEGURADO, entendida como
el promedio de las remuneraciones asegurables de los 12 meses
anteriores al siniestro […]” (subrayado agregado).
3.3.3. Sobre el particular, este Colegiado en la RTC
00349-2011-PA/TC, atendiendo a que el acaecimiento de la
50044
PROCESOS CONSTITUCIONALES
“contingencia” puede originarse con posterioridad al momento
del cese laboral, dependiendo de la fecha de expedición del
correspondiente certificado médico, establece como regla
jurisprudencial que, en los supuestos en que el momento de
la contingencia se presente con posterioridad a la culminación
del vínculo laboral del trabajador, se deberá completar la
ausencia de remuneraciones efectivas con el monto de la
remuneración mínima vital (RMV).
3.3.4. Consta de la Resolución 1817-2012-ONP/DPR.SC/
DL 18846, de fecha 19 de junio de 2012 (f. 2), que habiéndose
determinado que el demandante laboró para su ex empleador
Corporación Minera Nor Perú S.A., en calidad de trabajador obrero,
desde el 28 de enero de 1961 hasta el 13 de abril de 1991, y que
según el Certificado Médico 258, de fecha 9 de julio de 2008,
expedido por la Comisión Médica Calificadora de Incapacidades
(f. 7), se dictaminó que presentaba neumoconiosis, con una
incapacidad del 70% a partir de febrero de 1991; la ONP le otorgó
pensión de invalidez vitalicia (renta vitalicia) por enfermedad
profesional a partir del 9 de julio de 2008.
3.3.5. Al respecto, se advierte que aplicando los precedentes
dictados por este Tribunal, la ONP ordenó el pago de la renta
vitalicia a favor del accionante a partir del 9 de julio de 2008, fecha
del diagnóstico médico en que se determino la contingencia. No
obstante, de la Hoja de Liquidación (f.6), se advierte que el cálculo
de la pensión del demandante se efectuó en base a las 12 últimas
remuneraciones mensuales, tomando en cuenta para el cálculo el
periodo comprendido del 1 de mayo de 1990 al 30 de abril de 1991,
esto es, los 12 últimos meses a la fecha de cese de sus actividades
laborales, ocurrida el 13 de abril de 1991.
3.3.6. Es así que el recurrente recurre al amparo manifestando
que para efectos del cálculo de la pensión otorgada no se han
aplicado los montos vigentes a la fecha de la contingencia
–pronunciamiento médico que determina la existencia de la
enfermedad profesional-, por cuanto, al no tomarse los montos
vigentes a dicha fecha, no se ha cumplido con lo dispuesto en el
Decreto Supremo 03-98-SA.
3.3.7. En consecuencia, atendiendo que para la determinación
del monto de la pensión de invalidez (antes renta vitalicia) por
enfermedad profesional del recurrente, la emplazada debió aplicar
las normas vigentes a la fecha de la contingencia, establecida el
9 de julio de 2008, fecha en que se diagnosticó su enfermedad
profesional, corresponde estimar la demanda, disponiéndose el
cálculo de la prestación del actor de acuerdo con lo dispuesto por
el segundo párrafo del artículo 18.2 y el artículo 18.2.1. del Decreto
Supremo 003-98-SA.
3.3.8. Al respecto, importa precisar que, conforme a lo señalado
en el fundamento 3.3.3. supra, la remuneración mensual a partir de
la cual se aplicará el porcentaje indicado en las normas vigentes
a la fecha de la contingencia, deberá establecerse conforme a
lo resuelto por este Tribunal en la RTC 0349-2011-PA/TC, que
prescribe que:
“(…) En los casos en que la parte demandante haya
concluido su vínculo laboral y la enfermedad profesional
se haya presentado con posterioridad a dicho evento, el
cálculo se efectuará sobre el 100% de la remuneración
mínima mensual de los trabajadores sujetos al régimen
laboral de la actividad privada, vigente en los doce meses
anteriores a la contingencia, salvo que en dicho lapso se
hubiese tenido también la calidad de trabajador, supuesto
en el cual se tomará en consideración la remuneración
mensual durante los meses respectivos, de modo que, para
la determinación del monto de las pensiones según el tipo
de invalidez generado, habrá de seguirse lo dispuesto en
los artículos pertinentes del Decreto Supremo 003-98-SA.
(remarcado y subrayado agregado).
3.3.9. Asimismo, corresponde estimar el pago de los montos
(reintegros) dejados de percibir de acuerdo con el precedente
establecido en la STC 5430-2006-PA/TC, los mismos que deberán
abonarse desde el 9 de julio de 2008, con los intereses legales
conforme a lo dispuesto en el artículo 1246 del Código Civil.
3.3.10. En lo que respecta al pago de los costos procesales,
corresponde que estos sean abonados conforme al artículo 56 del
Código Procesal Constitucional.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú con el
fundamento de voto del magistrado Vergara Gotelli
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda, por haberse acreditado la
vulneración del derecho fundamental a la pensión; en consecuencia,
NULA la Resolución 1817-2012-ONP/DPR.SC/DL 18846, del 19 de
junio de 2012.
2. Reponiendo las cosas al estado anterior a la vulneración,
ordena que la ONP, en el plazo de 2 días, otorgue al demandante la
pensión de invalidez vitalicia por enfermedad profesional conforme
a los fundamentos de la presente sentencia, y proceda al pago
de los montos, por concepto de reintegros, dejados de percibir
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
desde el 9 de julio de 2008, con el abono de los intereses legales
correspondientes, más costos procesales
Publíquese y notifíquese.
SS.
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
FUNDAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO VERGARA
GOTELLI
Emito el presente fundamento de voto bajo las siguientes
consideraciones:
1. En el presente caso el recurrente interpone demanda de
amparo contra la Oficina de Normalización Previsional (ONP) con
la finalidad de que se revise la liquidación de pensión de renta
vitalicia por enfermedad profesional del Decreto Ley 18846 y la Ley
26790, y se realice un nuevo cálculo conforme a lo establecido
en los artículos 18.2 y 18.2.2 del Decreto Supremo N° 003-98SA, otorgándole como pensión inicial el 70% de su remuneración
de referencia, mas el pago de las pensiones devengadas con los
intereses generados por la errónea liquidación oportuna.
2. Las instancias precedentes rechazaron liminarmente la
demanda considerando que para la dilucidación de la pretensión del
actor, se requiere de un proceso que cuente con etapa probatoria,
correspondiendo la aplicación del artículo 5.2 del Codigo Procesal
Constitucional.
3. Entonces tenemos que el tema de la alzada trata de un
rechazo liminar de la demanda (ab initio), en las dos instancias
(grados) precedentes, lo que significa que no hay proceso y por lo
tanto no existe demandado (emplazado). Por ello cabe mencionar
que si el Superior no está conforme con el auto venido en grado
debe revocarlo para vincular a quien todavía no es demandado
puesto que no ha sido emplazado por notificación expresa y
formal requerida por la ley. Lo que se pone en conocimiento es “el
recurso interpuesto” y no la demanda. Por esto es que el Tribunal
Constitucional al intervenir como tribunal de alzada debe limitarse
al auto de rechazo liminar.
4. Debo manifestar que al concedérsele al actor el recurso
extraordinario de agravio constitucional, el principio de limitación
aplicable a toda la actividad recursiva le impone al Tribunal
Constitucional (Tribunal de alzada) la limitación de sólo referirse
al tema de la alzada, en este caso nada más y nada menos que el
auto de rechazo liminar.
5. Debo señalar que el artículo 47º del Código Procesal
Constitucional en su último parágrafo precisa ciertamente que “si la
resolución que declara la improcedencia (auto de rechazo liminar
evacuado por el Juez al calificar la demanda) fuese apelada, el juez
pondrá en conocimiento del demandado el recurso interpuesto”.
Este mandato tiene un sustento en la más elemental lógica:
el recurso de apelación concedido y notificado al que debería
ser considerado demandado si la sala superior revoca el auto
cuestionado, produce efectos para ambas partes.
6. Por cierto si el Superior revoca el auto venido en grado,
para vincular a quien todavía no es demandado puesto que no
ha sido emplazado por notificación expresa y formal por no existir
proceso y no ser él, por tanto, demandado, tiene que ponérsele
en su conocimiento “el recurso interpuesto” y no la demanda,
obviamente.
7. En atención a lo señalado es materia de la alzada el
pronunciamiento del Tribunal Constitucional respecto del
rechazo liminar, estando en facultad sólo para pronunciarse por
la confirmatoria del auto recurrido o por la revocatoria de éste, y
excepcionalmente en cuando se trate de casos que amerite un
pronunciamiento de emergencia por tutela urgente del derecho se
podría ingresar al fondo del asunto controvertido.
8. En el presente caso tenemos que el recurrente solicita
se realice un nuevo cálculo de su pensión de renta vitalicia por
enfermedad profesional de conformidad con la normativa que le
corresponde, así como el pago de la pensión inicial equivalente
al 70% de su remuneración de referencia, mas el pago de las
pensiones devengadas y los intereses respectivos. En este caso
encontramos un tema excepcional en el que el demandante es
una persona con una enfermedad producida por la labor realizada,
razón por la que se presenta un caso especial que amerita el
ingreso al fondo de la pretensión, conforme se ha hecho en la
resolución puesta a mi vista, correspondiendo por ende estimar la
demanda de amparo.
Por las razones expuestas mi voto es porque se declare
FUNDADA la demanda de amparo y en consecuencia NULA la
Resolución N° 1817-2012-ONP/DPR.SC/DL 18846, del 19 de
junio de 2012, debiéndose en consecuencia otorgar al recurrente
la pensión de invalidez vitalicia por enfermedad profesional en
los términos establecidos en la resolución, así como el pago de
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
los montos dejados de percibir desde el 9 de julio de 2008 por
concepto de reintegros, mas el abono de los intereses legales
correspondientes y los costos procesales.
50045
probado el nexo de causalidad entre las enfermedades que el actor
supuestamente padece y las labores que desempeñó.
2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
S.
VERGARA GOTELLI
W-1133425-37
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 02659-2013-PA/TC
PASCO
CARLOS EUFRACIO SILVESTRE
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 18 días del mes de marzo de 2014 la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Urviola Hani, Mesía Ramírez y Calle Hayen, pronuncia la siguiente
sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Carlos
Eufracio Silvestre contra la resolución expedida por la Sala Superior
Mixta de la Corte Superior de Justicia de Pasco, de fojas 214, su
fecha 18 de abril, que declaró infundada la demanda de autos.
ANTECEDENTES
El recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina
de Normalización Previsional (ONP), con el objeto que se declare
la nulidad de las Resoluciones 10488-2011-ONP/DPR/DL 18846,
2551-2011-ONP/DPR.SC/DL 18846 y 820-2009-ONP/DPR.SC/
DL 18846; y que, en consecuencia, se le otorgue la pensión de
invalidez de la Ley 26790. Asimismo, solicita el pago de pensiones
devengadas e intereses legales.
La ONP contesta la demanda manifestando que la pensión de
invalidez fue denegada porque se solicitó dentro de los alcances
del Decreto Ley 18846, cuando al actor debió haberla pedido por la
Ley 26790, pues la anterior norma ya no se encontraba vigente a la
fecha de su cese que se produjo en el 2011. Asimismo, señala que
no existe relación de causalidad entre las supuestas enfermedades
alegadas por el demandante y las labores realizadas por el actor.
El Segundo Juzgado Civil de Cerro de Pasco, con fecha 14 de
enero de 2013, declara improcedente la demanda, por considerar
que, en lo concerniente a la enfermedad de neumoconiosis, según
lo determinado en el informe de evaluación médica y la historia
clínica que obran autos, ésta ha alcanzado un porcentaje de
incapacidad de 46% y no alcanza el mínimo del 50% exigido por
la Ley 27690 y su norma conexa para acceder a la pensión de
invalidez solicitada.
La Sala Superior revisora revoca la apelada y, reformándola,
declara infundada la demanda, por estimar que al actor no le
corresponde la pensión de invalidez por enfermedad profesional,
dado que la neumoconiosis de la que adolece no alcanza el 50%
que señala el Decreto Supremo 003-98-SA.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
El recurrente pretende que se le otorgue una pensión de
invalidez vitalicia por enfermedad profesional dentro de los
alcances de la Ley 26790, más el pago de los devengados e
intereses legales.
En el fundamento 37 de la STC 1417-2005-PA/TC, publicada
en el diario oficial El Peruano el 12 de julio de 2005, este Tribunal
ha señalado que forman parte del contenido esencial directamente
protegido por el derecho fundamental a la pensión las disposiciones
legales que establecen los requisitos para su disfrute, y que
la titularidad del derecho invocado debe estar suficientemente
acreditada para que sea posible emitir un pronunciamiento de
mérito.
En consecuencia, la pretensión demandada está comprendida
en el supuesto previsto en el acápite b) del citado fundamento,
motivo por el cual corresponde analizar el fondo de la cuestión
controvertida.
2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11
de la Constitución)
2.1. Argumentos del demandante
Refiere padecer de enfermedad profesional como consecuencia
de las labores que realizó por más de 37 años en un centro
minero.
2.2. Argumentos de la demandada
Manifiesta que el porcentaje de menoscabo que acredita
el demandante es inferior al 50%, por lo que no le corresponde
gozar de una pensión de invalidez, y que, asimismo, no se ha
2.3.1. Este Colegiado, en el precedente vinculante recaído
en la STC 02513-2007-PA/TC, ha unificado los criterios respecto
a las situaciones relacionadas con la aplicación del Régimen de
Protección de Riesgos Profesionales (accidentes y enfermedades
profesionales).
2.3.2. En dicha sentencia ha quedado establecido que en los
procesos de amparo referidos al otorgamiento de una pensión
vitalicia conforme al Decreto Ley 18846, o de una pensión de
invalidez conforme a la Ley 26790, la enfermedad profesional
únicamente podrá ser acreditada con un examen o dictamen médico
emitido por una Comisión Médica Evaluadora de Incapacidades del
Ministerio de Salud, de EsSalud o de una EPS, conforme lo señala
el artículo 26 del Decreto Ley 19990.
2.3.3. Cabe precisar que el régimen de protección fue
inicialmente regulado por el Decreto Ley 18846, y luego sustituido
por la Ley 26790, del 17 de mayo de 1997, que estableció
en su Tercera Disposición Complementaria que las reservas
y obligaciones por prestaciones económicas del Seguro de
Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales (SATEP)
serían transferidas al Seguro Complementario de Trabajo de
Riesgo (SCTR) administrado por la ONP.
2.3.4. Posteriormente, mediante el Decreto Supremo 003-98SA se aprobaron las Normas Técnicas del SCTR, estableciéndose
las prestaciones asistenciales y pecuniarias que se otorgan al
titular o beneficiarios a consecuencia de un accidente de trabajo o
enfermedad profesional.
2.3.5. El artículo 18.2.1. del Decreto Supremo 003-98SA prescribe que se pagará una pensión vitalicia mensual
equivalente al 50% de la remuneración mensual al asegurado
que, como consecuencia de un accidente de trabajo o enfermedad
profesional, quedase disminuido en su capacidad de trabajo en
forma permanente en una proporción igual o superior al 50% pero
menor a los dos tercios.
2.3.6. En el presente caso, se advierte del Informe de
Evaluación Médica de Incapacidad – DL 18846, de fecha 26 de
noviembre de 2008 (f. 6), emitido por la Comisión Médica de
Evaluación de Incapacidades del Hospital II Pasco de EsSalud, que
el actor adolece de neumoconiosis e hipoacusia neurosensorial
bilateral con 54% de menoscabo global. Asimismo, en la historia
clínica anexada a los autos (f. 91), se precisa que padece de
neumoconiosis con 46% de menoscabo y 14% de incapacidad por
hipoacusia bilateral (f. 92 vuelta).
2.3.7. Cabe indicar que respecto a la enfermedad profesional de
neumoconiosis, este Colegiado ha manifestado que el nexo causal
existente entre las condiciones de trabajo y dicha enfermedad es
implícito para quienes realizan actividades mineras. No obstante,
en el presente caso se advierte que la neumoconiosis genera una
incapacidad menor a aquella prevista en el fundamento 2.3.5,
supra, por lo que no es posible otorgar la pensión sustentada en el
padecimiento de dicha enfermedad.
2.3.8. Respecto a la enfermedad de hipoacusia neurosensorial
bilateral, cabe precisar que mediante el precedente vinculante
recaído en el fundamento 14 de la STC 02513-2007-PA/TC, este
Tribunal ha establecido que la acreditación de la enfermedad
profesional únicamente podrá efectuarse mediante un examen o
dictamen médico emitido por una Comisión Médica Evaluadora de
Incapacidades del Ministerio de Salud, de EsSalud o de una EPS,
conforme lo señala el artículo 26 del Decreto Ley 19990. Así, en
el presente caso, debe tenerse por acreditada la enfermedad a
partir de la fecha del diagnóstico emitido mediante el Informe de
Evaluación Médica de Incapacidad (f. 6); esto es, a partir del 25 de
noviembre de 2008.
2.3.9. Sin embargo, pese a que en el caso de autos la
enfermedad de hipoacusia neurosensorial bilateral que padece
el demandante se encuentra debidamente acreditada de
conformidad con lo establecido en la STC 2513-2007-PA/TC, de
la constancia, declaración jurada del empleador y certificado de
trabajo (fs. 5, 6 y 35), se advierte que el actor ha laborado como
oficial, operario, electricista, operador de tablero de control
y tablerista, labores en las cuales no es posible establecer
objetivamente la existencia del nexo de causalidad entre la labor
realizada por el actor y el diagnóstico de dicha enfermedad.
Asimismo, tal como se precisó anteriormente, en la historia
clínica del demandante consta que el porcentaje de incapacidad
producido por la enfermedad de hipoacusia neurosensorial es
de 14%, por lo que tampoco cumple el requisito mencionado en
el fundamento 2.3.5. supra.
2.3.10. Consecuentemente, aun cuando el recurrente adolece
de hipoacusia neurosensorial bilateral, no se ha acreditado que
dicha enfermedad sea consecuencia de la exposición a factores
de riesgo inherentes a su actividad laboral; debiendo tenerse
en cuenta además que su porcentaje de menoscabo no es el
mínimo que se requiere para acceder a la pensión de invalidez
vitalicia.
2.3.11. Por consiguiente, al no haberse acreditado la vulneración
de los derechos constitucionales del actor, la demanda debe ser
desestimada.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú
PROCESOS CONSTITUCIONALES
50046
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda, al no haberse acreditado la
vulneración del derecho a la pensión del recurrente.
Publíquese y notifíquese.
SS.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
meses anteriores a aquel en que se produjo la invalidez, y que
padece 51.8% de incapacidad, por lo que le corresponde percibir
una pensión de invalidez conforme al Decreto Ley 19990, motivo
por el cual, al denegarle la pensión solicitada, la emplazada está
actuando de manera arbitraria y vulnerando su derecho a la
pensión.
2.2. Argumentos de la demandada
URVIOLA HANI
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
W-1133425-38
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 02207-2013-PA/TC
LAMBAYEQUE
MÁXIMO BENJAMÍN CASTRO TÁVARA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 18 días del mes de marzo de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los señores
magistrados Urviola Hani, Mesía Ramírez y Calle Hayen, pronuncia
la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Máximo
Benjamín Castro Távara contra la resolución de la Sala Constitucional
de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, de fojas 89, su fecha
18 de marzo de 2013, que declara infundada la demanda de autos.
ANTECEDENTES
El recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina
de Normalización Previsional (ONP), con el objeto de que se
declare inaplicable la Resolución 14804-2011-ONP/DC/DL 19990,
de fecha 24 de octubre de 2011, y que, en consecuencia, se le
otorgue pensión de invalidez conforme al artículo 25.b) del Decreto
Ley 19990. Asimismo, solicita que se disponga el pago de los
devengados e intereses legales correspondientes.
La emplazada contesta la demanda expresando que la
documentación presentada por el actor no es la idónea para
acreditar las aportaciones que manifiesta haber efectuado, motivo
por el cual no le corresponde la pensión de invalidez que reclama.
El Cuarto Juzgado Civil de Chiclayo, con fecha 29 de agosto
de 2012, declara infundada la demanda, estimando que si bien
el recurrente ha acreditado 5 años de aportes, no ha demostrado
haber efectuado 12 meses de aportaciones en los 36 meses
anteriores a la fecha en que se produjo la invalidez.
La Sala Superior competente confirma la apelada, por el mismo
fundamento.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
El recurrente solicita que se declare inaplicable la Resolución
14804-2011-ONP/DC/DL 19990, de fecha 24 de octubre de 2011,
y que, en consecuencia, se le otorgue pensión de invalidez
conforme al artículo 25 del Decreto Ley 19990. Asimismo, solicita
que se disponga el pago de los devengados e intereses legales
correspondientes.
Considera que se ha vulnerado su derecho a la pensión al no
otorgársele pensión de invalidez, pues está acreditado que padece
de incapacidad y que además ha efectuado las aportaciones
correspondientes.
En el fundamento 37 de la STC 1417-2005-PA/TC, sobre
la base de los alcances del derecho fundamental a la pensión
como derecho de configuración legal, este Colegiado delimitó los
lineamientos jurídicos que permiten ubicar las pretensiones que,
por pertenecer al contenido esencial de dicho derecho o estar
directamente relacionadas con él, merecen protección a través del
proceso de amparo. Por ello, en el literal b) del mismo fundamento,
se precisó que “forma parte del contenido esencial directamente
protegido por el derecho fundamental a la pensión, las disposiciones
legales que establecen los requisitos para su obtención”.
En consecuencia, corresponde analizar si el demandante
cumple los presupuestos legales que permitirán determinar si tiene
derecho a percibir la pensión que reclama, pues, de ser así, se
estaría verificando la arbitrariedad en el accionar de la entidad
demandada.
2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11
de la Constitución)
2.1. Argumentos del demandante
Manifiesta que ha efectuado 5 años y 8 meses de aportaciones,
de los cuales 12 meses de aportes se han efectuado en los 36
Señala que, a lo largo del proceso, el demandante no ha
cumplido con demostrar que cumple con los requisitos para
acceder a una pensión de invalidez conforme al Decreto Ley
19990.
2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
2.3.1. El artículo 25 del Decreto Ley 19990, dispone que:
“Tiene derecho a pensión de invalidez el asegurado: a) Cuya
invalidez, cualquiera que fuere su causa, se haya producido
después de haber aportado cuando menos 15 años, aunque a
la fecha de sobrevenirle la invalidez no se encuentre aportando;
b) Que teniendo más de 3 y menos de 15 años completos de
aportación, al momento de sobrevenirle la invalidez, cualquiera
que fuere su causa, contase por lo menos con 12 meses de
aportación en los 36 meses anteriores a aquél en que produjo
la invalidez, aunque a dicha fecha no se encuentre aportando;
c) Que al momento de sobrevenirle la invalidez, cualquiera que
fuere su causa, tenga por lo menos 3 años de aportación, de
los cuales por lo menos la mitad corresponda a los últimos 36
meses anteriores a aquél en que se produjo la invalidez, aunque
a dicha fecha no se encuentre aportando; y d) Cuya invalidez se
haya producido por accidente común o de trabajo, o enfermedad
profesional, siempre que a la fecha de producirse el riesgo haya
estado aportando”.
2.3.2. Asimismo, el artículo 26 del Decreto Ley 19990,
modificado por el artículo 1 de la Ley 27023, dispone que el
asegurado que pretenda obtener una pensión de invalidez deberá
presentar “[...] un Certificado Médico de Invalidez emitido por el
Instituto Peruano de Seguridad Social, establecimientos de salud
pública del Ministerio de Salud o Entidades Prestadoras de Salud
constituidas según Ley 26790, de acuerdo al contenido que la
Oficina de Normalización Previsional apruebe, previo examen de
una Comisión Médica nombrada para tal efecto en cada una de
dichas entidades [...]”
2.3.3. Sobre el particular, conviene recordar que según el
artículo 24, inciso a), “se considera inválido al asegurado que se
encuentra en incapacidad física o mental prolongada o presumida
permanente, que le impide ganar más de la tercera parte de la
remuneración o ingreso asegurable que percibiría otro trabajador
de la misma categoría, en un trabajo igual o similar en la misma
región.”
2.3.4. En el Certificado Médico – DS 166-2005-EF, de fecha 6
de julio de 2006 (f. 10), se indica que el demandante padece de
columna inestable y espondilolistesis con 51.8% de menoscabo.
Asimismo, de la resolución cuestionada (f. 4), así como del Cuadro
Resumen de Aportaciones (f. 6) se advierte que la emplazada le
reconoció al actor 5 años y 8 meses de aportaciones, de los cuales
3 meses se efectuaron en el año 2005, y el resto de aportaciones
entre 1991 y 1995.
2.3.5. En cuanto a la fecha en que se genera el derecho a
la referida pensión, este Colegiado en el precedente vinculante
recaído en el fundamento 40 de la STC 02513-2007-PA/TC,
referido al otorgamiento de la pensión vitalicia o de invalidez, ha
establecido que “la fecha en que se genera el derecho, es decir,
la contingencia debe establecerse desde la fecha del dictamen o
certificado médico emitido por una Comisión Médica Evaluadora
o Calificadora de Incapacidades de EsSalud, o del Ministerio de
Salud o de una EPS, que acredita la existencia de la enfermedad
profesional, dado que el beneficio deriva justamente del mal que
aqueja al demandante, y es a partir de dicha fecha que se debe
abonar la pensión vitalicia del Decreto Ley Nº 18846 o pensión
de invalidez de la Ley Nº 26790 y sus normas complementarias
y conexas”, criterio que resulta aplicable mutatis mutandis a los
casos de pensión de invalidez del Régimen del Decreto Ley 19990,
en razón de establecerse la fecha de inicio del pago de este tipo de
prestaciones.
2.3.6. Teniendo en cuenta lo señalado en el fundamento
anterior, si bien es cierto que del certificado médico de fojas 10
se advierte que el demandante adolece de 51.8% de incapacidad,
también lo es que la contingencia ocurrió el 6 de julio de 2006;
es decir, no cuenta con 12 meses de aportación en los 36 meses
anteriores a aquél en que se produjo la invalidez, puesto que laboró
entre 1991 y 1995 y efectuó 3 meses de aportaciones en el año
2005. Por tal motivo, no reúne los requisitos para acceder a la
pensión solicitada.
2.3.7. En consecuencia, al no haberse acreditado la
vulneración del derecho a la pensión, la presente demanda debe
ser desestimada.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda, porque no se ha acreditado
la afectación del derecho a la pensión del actor.
Publíquese y notifíquese.
SS.
URVIOLA HANI
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
W-1133425-39
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 02425-2012-PA/TC
LIMA
JUANA CECILIA JESÚS NEWTON PLENGE VDA.
DE PEDRAZA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 30 días del mes de abril de 2014, la Sala Segunda del
Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Mesía Ramírez,
Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncian la siguiente sentencia, con el
voto en mayoría de los magistrados Mesía Ramírez y Eto Cruz, el voto
en discordia del magistrado Álvarez Miranda, y el voto dirimente del
magistrado Calle Hayen, que se agregan a los autos
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Juana
Cecilia Jesús Newton Plenge Vda. de Pedraza contra la resolución
expedida por la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de Lima, de fojas 203, su fecha 18 de enero de 2012, que declaró
improcedente la demanda de autos.
ANTECEDENTES
La recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina
de Normalización Previsional (ONP), con el objeto de que se
declare la nulidad de la Resolución 3742-2011-ONP/DPR.SC/DL
19990, de fecha 12 de enero de 2011, y que, en consecuencia,
la emplazada cumpla con reconocerle una pensión de jubilación
reducida del Decreto Ley 19990, más el pago de pensiones
devengadas e intereses legales.
La emplazada contesta la demanda expresando que la
demandante no cumple con el requisito de aportaciones exigido
para acceder a la pensión de jubilación reducida, por cuanto
pretende el reconocimiento de 7 años de aportaciones por un
periodo laboral comprendido entre el 27 de agosto de 1958 hasta
el 30 de agosto de 1965, con la calidad de empleada, pero de la
revisión de las normas queda establecido que las cotizaciones
a la Caja de Pensiones del Seguro Social del Empleado recién
comenzaron a efectuarse a partir del mes de octubre de 1962;
además que adjunta como medio de prueba un certificado de
trabajo, por lo que no cuenta con documentación idónea para
probar sus aportaciones.
El Sexto Juzgado Especializado en lo Constitucional de Lima,
con fecha 22 de agosto de 2011, declaró infundada la demanda,
por considerar que la actora no ha adjuntado documento que
acredite que el emisor del certificado de trabajo y de la liquidación
de beneficios sociales tenía facultades para ello, ni mucho menos
se ha comprobado la existencia jurídica de la ex empleadora.
La Sala Superior revisora revocó la apelada y, reformándola,
la declaró improcedente, por considerar que la demandante no
ha efectuado aportaciones con fines pensionarios antes del 1 de
octubre de 1962, pues estas se establecen recién mediante Ley
14069; en cambio, reconoce a la demandante el periodo posterior
al 1 de octubre de 1962, esto es 2 años y 10 meses de aportes, los
que no resultan suficientes para acreditar el mínimo de 5 años.
En su recurso de agravio constitucional, la demandante incide
en argumentar sobre la comprobación de su vínculo laboral, y luego
se refiere a las razones constitucionales y legales que la asisten
para exigir el reconocimiento del periodo de aportación anterior al
1 de octubre de 1962, pues las posteriores fueron reconocidas por
la sentencia de vista.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
La demandante solicita la nulidad de la Resolución 37422011-ONP/DPR.SC/DL 19990, emitida por la emplazada, que
le deniega el acceso a una pensión de jubilación reducida del
Decreto Ley 19990, por lo que solicita se disponga se le otorgue
dicha pensión. Alega la violación de su derecho constitucional a la
pensión. Habiéndose reconocido en sede judicial las aportaciones
posteriores al 1 de octubre de 1962, en la presente instancia, sólo
se evaluará el reconocimiento de las aportaciones anteriores a esta
fecha, pues se trata de un solo empleador.
50047
2. Consideraciones previas
En el fundamento 37 de la STC 1417-2005-PA/TC, publicada
en el diario oficial El Peruano el 12 de julio de 2005, el Tribunal
Constitucional ha señalado que forman parte del contenido
esencial directamente protegido por el derecho fundamental
a la pensión las disposiciones legales que establecen los
requisitos para el disfrute de tal derecho, y que la titularidad del
derecho invocado debe estar suficientemente acreditada para
que sea posible emitir pronunciamiento; estando a lo expuesto
precedentemente, la pretensión está comprendida en el supuesto
previsto en el fundamento 37.b) de la citada sentencia, motivo por
el cual corresponde efectuar un análisis de fondo de la cuestión
controvertida.
3. Sobre la afectación del derecho al acceso a una pensión
de jubilación reconocido en el artículo 11 de la Constitución
3.1. Argumentos de la demandante
Sostiene que en las STC 1962-2004-PA/TC, 2722-2004-PA/
TC, 925-2005-PA y 7873-2006-PC/TC, el Tribunal Constitucional
establece la validez de las aportaciones efectuadas durante el
tiempo laborado antes del 1 de octubre de 1962.
Alega que los artículos 1, 4, 7, 10 y 11 de la Constitución,
reconocen como fin supremo de la sociedad y del Estado la defensa
de la persona humana y el respeto a su dignidad; la protección del
anciano; el derecho universal y progresivo a la seguridad social, y
al libre acceso a una prestación pensionaria.
3.2. Argumentos de la demandada
La emplazada refiere que no procede el reconocimiento de
aportaciones anteriores al 1 de octubre de 1962, por cuanto la
demandante afirma haber laborado desde el 27 de agosto de 1958,
en condición de empleada.
Indica que por Ley 10807, del 5 de diciembre de 1946,
posteriormente por Ley 10948 de fecha 1 de enero de 1948, luego
por Decreto Ley 10941 del 1 de enero de 1949 y luego por Ley
13016 del 19 de diciembre de 1955, se crearon las condiciones
legales para hacer realidad y efectivas las prestaciones de salud,
primero, y que fue con este fin que se comenzó a aportar mediante
la Ley 13724, estableciéndose que la Caja de Pensiones se
encontraba en organización.
Concluye que con fecha 7 de mayo de 1962 se emitió la Ley
14069, que faculta al Poder Ejecutivo a que mediante Decreto
Supremo se adicionen a la Ley 13724 los artículos correspondientes
a la regulación de la Caja de Pensiones, y en su Cuarta Disposición
General Transitoria se estableció que las aportaciones se
devengarían a partir de octubre de 1962.
3.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
3.3.1. El artículo 42 del Decreto Ley 19990, estableció que para
tener derecho a una pensión reducida era necesario contar, en el
caso de las mujeres, con 55 años de edad y con un mínimo de 5 a
un máximo de 13 años de aportaciones.
3.3.2. Del documento nacional de identidad (f. 11), se constata
que la demandante nació el 5 de marzo de 1937, y que, por
consiguiente, cumplió los 55 años de edad el 5 de marzo de 1992.
3.3.3. De la resolución cuestionada (f. 8), se desprende que la
emplazada denegó a la recurrente la pensión de jubilación por no
acreditar aportaciones al Régimen del Decreto Ley 19990.
3.3.4. En sede judicial, como se afirma en la delimitación del
petitorio, se ha reconocido el vínculo laboral y las aportaciones
posteriores al 1 de octubre de 1962, quedando por evaluar
solamente si se reconocen las efectuadas con anterioridad a esta
fecha, pues la demandante ha presentado un certificado de trabajo
y una liquidación de tiempo de servicios que corresponden a un
solo ex empleador (f. 4 y 5).
3.3.5. Respecto al reconocimiento de las aportaciones de
los empleados particulares, el Tribunal Constitucional en la STC
6120-2009-PA/TC señala que desde una visión de la seguridad
social como derecho fundamental y en aplicación de sus principios
rectores como la universalidad, la solidaridad y la progresividad,
entre otros, no resulta constitucionalmente legítimo denegar el
acceso a la pensión desconociendo aportes que en su momento
efectuaron los trabajadores, los empleadores y el Estado, este
último como obligado a brindar las prestaciones previsionales
derivadas de la edad, desocupación, enfermedad y muerte según
la carta constitucional de 1933; más aún cuando la posición del
trabajador como destinatario del derecho a la pensión se ha
consolidado en las Constituciones de 1979 y 1993, como se
advierte del tratamiento jurisprudencial que este Colegiado le ha
dado al derecho a la pensión y a la seguridad social.
3.3.6. Así, en principio, no existe un fin determinado respecto
al destino del aporte, y por ello no se puede establecer una
circunstancia particular como condición para la obtención del
beneficio; por tanto, no cabe establecer una relación directa entre
aporte y prestación, pues la idea de establecer un límite al aporte
realizado solo porque al iniciarse la protección de necesidades
sociales su finalidad era la implementación de la protección
sanitaria, debe ser entendida en el contexto inicial y embrionario
de esta institución. Sin embargo, hoy, al haberse producido la
consolidación de la seguridad social, ampliándose inclusive la
base del aseguramiento en respeto al principio de universalidad
50048
PROCESOS CONSTITUCIONALES
y en atención a los principios de progresividad y no regresividad
que regulan los derechos sociales, resulta irrazonable aceptar tal
postura de la emplazada.
3.3.7. Como se tiene dicho en el fundamento 3.3.4, supra, la
demandante, a fin de acreditar sus aportaciones al régimen del
Decreto Ley 19990, adjunta los documentos ahí mencionados,
en los que se consigna que laboró como empleada desde el 27
de agosto de 1958 hasta el 30 de agosto de 1965, siendo que
el periodo anterior al 1 de octubre de 1962 fue desconocido por
la Administración solo por tener la calidad de empleada, con el
argumento de que "los empleados empiezan a cotizar a partir del
1 de octubre de 1962 [...]". Cabe precisar que el vínculo laboral
con su ex empleadora se encuentra ya reconocido en sede judicial,
pero de ese periodo se le reconoce como aportado al Sistema de
Pensiones solo 2 años y 10 meses, es decir el periodo laborado
a partir del 1 de octubre de 1962, mas no el laborado con fecha
anterior, esto es 4 años, 1 mes y 3 días, periodo este que, conforme
a lo expuesto precedentemente, corresponde reconocer, por lo que
sumados ambos hacen un total 6 años, 11 meses y 3 días.
3.3.8. En tal sentido, constatándose que la demandante cumple
los requisitos exigidos en los artículos 42 y 48 del Decreto Ley
19990, corresponde otorgarle una pensión de jubilación reducida,
por lo que se debe estimar la demanda y abonarle las pensiones
devengadas de acuerdo con lo señalado por el artículo 81 de la
mencionada norma.
3.3.9. Respecto a los intereses legales, el Tribunal Constitucional
ha sentado precedente vinculante en la STC 05430-2006-PA/TC,
indicando que el pago de dicho concepto debe efectuarse conforme
a la tasa establecida en el artículo 1246 del Código Civil.
3.3.10. En la medida en que se ha acreditado que la emplazada
ha vulnerado el derecho constitucional a la pensión, corresponde, de
conformidad con el artículo 56 del Código Procesal Constitucional,
ordenar que dicha entidad asuma los costos procesales, los cuales
deberán ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente
sentencia.
Por lo expuesto, este Tribunal declara que en el presente caso
se violó el derecho de acceso a la pensión de jubilación establecido
en el artículo 11 de la Constitución.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda porque se ha acreditado la
vulneración del derecho fundamental a la pensión; en consecuencia,
NULA la Resolución 3742-2011-ONP/DPR.SC/DL 19990.
2. Reponiendo las cosas al estado anterior de la vulneración,
ordena que la ONP le otorgue a la demandante una pensión
de jubilación reducida bajo el régimen del Decreto Ley 19990,
conforme a los fundamentos de la presente sentencia, abonándole
las pensiones devengadas, los intereses legales y los costos del
proceso.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
El Sexto Juzgado Especializado en lo Constitucional de Lima,
con fecha 22 de agosto de 2011, declaró infundada la demanda,
por considerar que la actora no ha adjuntado documento que
acredite que el emisor del certificado de trabajo y de la liquidación
de beneficios sociales tenía facultades para ello, ni mucho menos
se ha comprobado la existencia jurídica de la ex empleadora.
La Sala Superior revisora revocó la apelada y, reformándola,
la declaró improcedente, por considerar que la demandante no
ha efectuado aportaciones con fines pensionarios antes del 1 de
octubre de 1962, pues estas se establecen recién mediante Ley
14069; en cambio, reconoce a la demandante el periodo posterior
al 1 de octubre de 1962, esto es 2 años y 10 meses de aportes, los
que no resultan suficientes para acreditar el mínimo de 5 años.
En su recurso de agravio constitucional, la demandante incide
en argumentar sobre la comprobación de su vínculo laboral, y luego
se refiere a las razones constitucionales y legales que la asisten
para exigir el reconocimiento del periodo de aportación anterior al
1 de octubre de 1962, pues las posteriores fueron reconocidas por
la sentencia de vista.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
La demandante solicita la nulidad de la Resolución 37422011-ONP/DPR.SC/DL 19990, emitida por la emplazada, que
le deniega el acceso a una pensión de jubilación reducida del
Decreto Ley 19990, por lo que solicita se disponga se le otorgue
dicha pensión. Alega la violación de su derecho constitucional a la
pensión. Habiéndose reconocido en sede judicial las aportaciones
posteriores al 1 de octubre de 1962, en la presente instancia sólo
se evaluará el reconocimiento de las aportaciones anteriores a esta
fecha, pues se trata de un solo empleador.
2. Consideraciones previas
En el fundamento 37 de la STC 1417-2005-PA/TC, publicada
en el diario oficial El Peruano el 12 de julio de 2005, el Tribunal
Constitucional ha señalado que forman parte del contenido
esencial directamente protegido por el derecho fundamental
a la pensión las disposiciones legales que establecen los
requisitos para el disfrute de tal derecho, y que la titularidad del
derecho invocado debe estar suficientemente acreditada para
que sea posible emitir pronunciamiento; estando a lo expuesto
precedentemente, la pretensión está comprendida en el supuesto
previsto en el fundamento 37.b) de la citada sentencia, motivo por
el cual corresponde efectuar un análisis de fondo de la cuestión
controvertida.
3. Sobre la afectación del derecho al acceso a una pensión
de jubilación reconocido en el artículo 11 de la Constitución
3.1. Argumentos de la demandante
Sostiene que en las STC 1962-2004-PA/TC, 2722-2004-PA/
TC, 925-2005-PA y 7873-2006-PC/TC, el Tribunal Constitucional
establece la validez de las aportaciones efectuadas durante el
tiempo laborado antes del 1 de octubre de 1962.
Alega que los artículos 1, 4, 7, 10 y 11 de la Constitución,
reconocen como fin supremo de la sociedad y del Estado la defensa
de la persona humana y el respeto a su dignidad; la protección del
anciano; el derecho universal y progresivo a la seguridad social, y
al libre acceso a una prestación pensionaria.
3.2. Argumentos de la demandada
VOTO DE LOS MAGISTRADOS MESÍA RAMÍREZ Y ETO
CRUZ
Visto el recurso de agravio constitucional interpuesto por doña
Juana Cecilia Jesús Newton Plenge Vda. de Pedraza contra la
resolución expedida por la Sexta Sala Civil de la Corte Superior
de Justicia de Lima, de fojas 203, su fecha 18 de enero de 2012,
que declaró improcedente la demanda de autos, los magistrados
firmantes emiten el siguiente voto:
ANTECEDENTES
La recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina
de Normalización Previsional (ONP), con el objeto de que se
declare la nulidad de la Resolución 3742-2011-ONP/DPR.SC/DL
19990, de fecha 12 de enero de 2011, y que, en consecuencia,
la emplazada cumpla con reconocerle una pensión de jubilación
reducida del Decreto Ley 19990, más el pago de pensiones
devengadas e intereses legales.
La emplazada contesta la demanda expresando que la
demandante no cumple con el requisito de aportaciones exigido
para acceder a la pensión de jubilación reducida, por cuanto
pretende el reconocimiento de 7 años de aportaciones por un
periodo laboral comprendido entre el 27 de agosto de 1958 hasta
el 30 de agosto de 1965, con la calidad de empleada, pero de la
revisión de las normas queda establecido que las cotizaciones
a la Caja de Pensiones del Seguro Social del Empleado recién
comenzaron a efectuarse a partir del mes de octubre de 1962;
además que adjunta como medio de prueba un certificado de
trabajo, por lo que no cuenta con documentación idónea para
probar sus aportaciones.
La emplazada refiere que no procede el reconocimiento de
aportaciones anteriores al 1 de octubre de 1962, por cuanto la
demandante afirma haber laborado desde el 27 de agosto de 1958,
en condición de empleada.
Indica que por Ley 10807, del 5 de diciembre de 1946,
posteriormente por Ley 10948 de fecha 1 de enero de 1948, luego
por Decreto Ley 10941 del 1 de enero de 1949 y luego por Ley
13016 del 19 de diciembre de 1955, se crearon las condiciones
legales para hacer realidad y efectivas las prestaciones de salud,
primero, y que fue con este fin que se comenzó a aportar mediante
la Ley 13724, estableciéndose que la Caja de Pensiones se
encontraba en organización.
Concluye que con fecha 7 de mayo de 1962 se emitió la Ley
14069, que faculta al Poder Ejecutivo a que mediante Decreto
Supremo se adicionen a la Ley 13724 los artículos correspondientes
a la regulación de la Caja de Pensiones, y en su Cuarta Disposición
General Transitoria se estableció que las aportaciones se
devengarían a partir de octubre de 1962.
3.3 Consideraciones
3.3.1 El artículo 42 del Decreto Ley 19990, estableció que para
tener derecho a una pensión reducida era necesario contar, en el
caso de las mujeres, con 55 años de edad y con un mínimo de 5 a
un máximo de 13 años de aportaciones.
3.3.2. Del documento nacional de identidad (f. 11), se constata
que la demandante nació el 5 de marzo de 1937, y que, por
consiguiente, cumplió los 55 años de edad el 5 de marzo de 1992.
3.3.3. De la resolución cuestionada (f. 8), se desprende que la
emplazada denegó a la recurrente la pensión de jubilación por no
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
acreditar aportaciones al Régimen del Decreto Ley 19990.
3.3.4. En sede judicial, como se afirma en la delimitación del
petitorio, se ha reconocido el vínculo laboral y las aportaciones
posteriores al 1 de octubre de 1962, quedando por evaluar
solamente si se reconocen las efectuadas con anterioridad a esta
fecha, pues la demandante ha presentado un certificado de trabajo
y una liquidación de tiempo de servicios que corresponden a un
solo ex empleador (f. 4 y 5).
3.3.5. Respecto al reconocimiento de las aportaciones de
los empleados particulares, el Tribunal Constitucional en la STC
6120-2009-PA/TC señala que desde una visión de la seguridad
social como derecho fundamental y en aplicación de sus principios
rectores como la universalidad, la solidaridad y la progresividad,
entre otros, no resulta constitucionalmente legítimo denegar el
acceso a la pensión desconociendo aportes que en su momento
efectuaron los trabajadores, los empleadores y el Estado, este
último como obligado a brindar las prestaciones previsionales
derivadas de la edad, desocupación, enfermedad y muerte según
la carta constitucional de 1933; más aún cuando la posición del
trabajador como destinatario del derecho a la pensión se ha
consolidado en las Constituciones de 1979 y 1993, como se
advierte del tratamiento jurisprudencial que este Colegiado le ha
dado al derecho a la pensión y a la seguridad social.
3.3.6. Así, en principio, no existe un fin determinado respecto
al destino del aporte, y por ello no se puede establecer una
circunstancia particular como condición para la obtención del
beneficio; por tanto, no cabe establecer una relación directa entre
aporte y prestación, pues la idea de establecer un límite al aporte
realizado solo porque al iniciarse la protección de necesidades
sociales su finalidad era la implementación de la protección
sanitaria, debe ser entendida en el contexto inicial y embrionario
de esta institución. Sin embargo, hoy, al haberse producido la
consolidación de la seguridad social, ampliándose inclusive la
base del aseguramiento en respeto al principio de universalidad
y en atención a los principios de progresividad y no regresividad
que regulan los derechos sociales, resulta irrazonable aceptar tal
postura de la emplazada.
3.3.7. Como se tiene dicho en el fundamento 3.3.4, supra, la
demandante, a fin de acreditar sus aportaciones al régimen del
Decreto Ley 19990, adjunta los documentos ahí mencionados,
en los que se consigna que laboró como empleada desde el 27
de agosto de 1958 hasta el 30 de agosto de 1965, siendo que
el periodo anterior al 1 de octubre de 1962 fue desconocido por
la Administración solo por tener la calidad de empleada, con el
argumento de que "los empleados empiezan a cotizar a partir del
1 de octubre de 1962 [...]". Cabe precisar que el vínculo laboral
con su ex empleadora se encuentra ya reconocido en sede judicial,
pero de ese periodo se le reconoce como aportado al Sistema de
Pensiones solo 2 años y 10 meses, es decir el periodo laborado
a partir del 1 de octubre de 1962, mas no el laborado con fecha
anterior, esto es 4 años, 1 mes y 3 días, periodo este que, conforme
a lo expuesto precedentemente, corresponde reconocer, por lo que
sumados ambos hacen un total 6 años, 11 meses y 3 días.
3.3.8. En tal sentido, constatándose que la demandante cumple
los requisitos exigidos en los artículos 42 y 48 del Decreto Ley
19990, corresponde otorgarle una pensión de jubilación reducida,
por lo que se debe estimar la demanda y abonarle las pensiones
devengadas de acuerdo con lo señalado por el artículo 81 de la
mencionada norma.
3.3.9. Respecto a los intereses legales, el Tribunal Constitucional
ha sentado precedente vinculante en la STC 05430-2006-PA/TC,
indicando que el pago de dicho concepto debe efectuarse conforme
a la tasa establecida en el artículo 1246 del Código Civil.
3.3.10. Consideramos, entonces, que se ha acreditado que la
emplazada ha vulnerado el derecho constitucional a la pensión,
por lo que correspondería, de conformidad con el artículo 56 del
Código Procesal Constitucional, ordenar que dicha entidad asuma
los costos procesales, los cuales deberían ser liquidados en la
etapa de ejecución de la presente sentencia.
Por lo expuesto, estimamos que en el presente caso se violó
el derecho de acceso a la pensión de jubilación establecido en el
artículo 11 de la Constitución.
Por estos fundamentos, nuestro voto es por:
1. Declarar FUNDADA la demanda porque se ha acreditado la
vulneración del derecho fundamental a la pensión; en consecuencia,
NULA la Resolución 3742-2011-ONP/DPR.SC/DL 19990.
2. Reponiendo las cosas al estado anterior de la vulneración,
ordena que la ONP le otorgue a la demandante una pensión
de jubilación reducida bajo el régimen del Decreto Ley 19990,
conforme a los fundamentos de la presente sentencia, abonándole
las pensiones devengadas, los intereses legales y los costos del
proceso.
Sres.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
VOTO DIRIMENTE DEL MAGISTRADO CALLE HAYEN
Puestos los autos a despacho para dirimir la discordia surgida,
y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 5º, parágrafo
50049
quinto, de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, y en los
artículos 11 y 11-A de su Reglamento Normativo, procedo a emitir
el siguiente voto:
1. Hecho el análisis de autos, comparto íntegramente los
fundamentos expuestos en el voto en mayoría, a los cuales me
adhiero y hago míos; por lo que mi voto también es porque declare
FUNDADA la demanda, porque se ha acreditado la vulneración
del derecho fundamental a la pensión; en consecuencia, NULA la
Resolución 3742-2011-ONP/DPR.SC/DL 19990.
2. Reponiendo las cosas al estado anterior de la vulneración,
voto también por ordenar que la ONP le otorgue a la demandante
una pensión de jubilación reducida bajo el régimen del Decreto
Ley 19990, abonándole las pensiones devengadas, los intereses
legales y los costos del proceso.
Sr.
CALLE HAYEN
VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO ÁLVAREZ MIRANDA
Con el debido respeto por la opinión vertida por mis colegas
magistrados, emito el siguiente voto singular, pues conforme
a la posición que vengo esgrimiendo de manera uniforme y
reiterada, los empleados particulares recién empezaron a cotizar
a la Caja de Pensiones por disposición de la Ley Nº 13724 el 1
de octubre de 1962. Por tanto, la demandante no alcanzaría
los años de aportaciones necesarios para acceder a la pensión
solicitada. Siendo así, considero que la presente demanda resulta
IMPROCEDENTE.
Sr.
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133425-40
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 04286-2012-PA/TC
HUAURA
WALTER ROBERTO ROJAS GONZALES
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 19 días del mes de mayo de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia, con el voto en mayoría de los magistrados Mesía
Ramírez y Eto Cruz, el voto en discordia del magistrado Álvarez
Miranda, y el voto dirimente del magistrado Calle Hayen, que se
agrega en autos.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Walter
Roberto Rojas Gonzales contra la sentencia expedida por la
Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Huaura, de
fojas 428, su fecha 26 de junio de 2012, que declaró infundada la
demanda de amparo de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 18 de abril de 2011, el recurrente interpone
demanda de amparo contra el Poder Judicial y contra el Presidente
y el Administrador de la Corte Superior de Justicia de Huaura,
solicitando que se declare sin efecto el despido incausado del que
ha sido objeto; y que, por consiguiente, se lo reponga en su puesto
de trabajo, en el cargo de auxiliar administrativo I, con el pago de las
remuneraciones caídas y los costos procesales. Manifiesta que ha
laborado de forma ininterrumpida desde el 4 de abril de 2008 hasta
el 31 de marzo de 2011, y que se prescindió de sus servicios no
obstante que sus contratos de trabajo por suplencia y para servicio
específico se habían desnaturalizado y convertido en un contrato
de trabajo a plazo indeterminado, debido a que se omitió consignar
en ellos la labor concreta para la cual fue contratado, simulando,
además, labores que en realidad eran de naturaleza permanente,
pues siempre se desempeñó como notificador de la sede de Huaral.
Alega la vulneración de sus derechos constitucionales al trabajo, al
debido proceso y de defensa.
El Procurador Público Adjunto del Poder Judicial contesta la
demanda manifestando que se celebró con el actor contratos de
trabajo de naturaleza accidental y, por lo tanto, era consciente de
las condiciones de temporalidad de los contratos al momento de su
suscripción, no pudiendo pretender en el proceso de amparo, cuya
naturaleza es restitutiva de derechos, que se declare el derecho
reclamado, máxime si tiene una vía específica para ventilar su
pretensión. Por su parte, el Presidente y el Administrador de la
Corte Superior de Justicia de Huaura, de manera similar proponen
las excepciones de falta de agotamiento de la vía administrativa y
de falta de legitimidad para obrar del demandado, y contestan la
demanda señalando que el recurrente prestó servicios mediante
50050
PROCESOS CONSTITUCIONALES
contratos temporales sujetos a modalidad, reemplazando
temporalmente a trabajadores que contaban con contratos de
trabajo a plazo indeterminado; y que el demandante está haciendo
mal uso de los procesos constitucionales cuya naturaleza es
restitutiva de derechos, y no declarativa.
El Primer Juzgado Civil de Huaral, con fecha 2 de noviembre de
2011, declaró infundadas las excepciones propuestas y, con fecha
13 de diciembre de 2011, declaró fundada en parte la demanda,
por considerar que si bien el actor fue contratado para reemplazar
a diversos trabajadores, mediante contratos de suplencia, y para
cubrir necesidades de recursos humanos, mediante contratos
de emergencia, en los hechos siempre desempeñó funciones
de auxiliar judicial del área de notificaciones de la sede judicial
de Huaral, quedando acreditada la simulación de los referidos
contratos, por lo que los mismos deben ser considerados como de
duración indeterminada.
La Sala revisora revocó la apelada y declaró infundada la
demanda, por estimar que el recurrente durante los meses de
febrero y marzo de 2011 mantuvo con la entidad emplazada
una relación laboral a plazo determinado bajo el régimen de
contratación administrativa de servicios, regulado por el Decreto
Legislativo Nº 1057, el mismo que, según el criterio establecido por
el Tribunal Constitucional, constituye un régimen laboral especial
que no infringe la Constitución; y que, asimismo, no corresponde
analizar si el período laborado por el demandante con anterioridad
a los contratos CAS constituyó una situación de fraude por ser
un período independiente, el cual, además, no fue impugnado
oportunamente.
En su recurso de agravio constitucional (fojas 434) el
accionante manifiesta que si bien fue contratado para desempeñar
labores temporales, en los hechos realizó labores en la central
de notificaciones de la sede judicial de Huaral, las cuales son de
naturaleza permanente y están contempladas en el Manual de
Organizaciones y Funciones de la Corte Superior emplazada.
FUNDAMENTOS
1) Antes de analizar el fondo de la controversia, es necesario
precisar que si bien la Sala revisora fundamentó su decisión en
que el actor suscribió dos CAS en febrero y marzo de 2011, de los
autos se deduce que dichos contratos son el realidad contratos de
emergencia bajo los alcances del Decreto Supremo Nº 003-97-TR
(f. 3 y 4).
2) Delimitación del petitorio
La presente demanda tiene por objeto que se ordene la
reposición del demandante en el cargo que venía desempeñando,
porque habría sido objeto de un despido incausado. Alega que
los contratos de trabajo sujetos a modalidad celebrados con
la entidad emplazada se han desnaturalizado y convertido en
un contrato de trabajo a plazo indeterminado, de modo que
habiéndose dado por extinguida su relación laboral sin expresión
de una causa justa, se ha configurado un despido arbitrario,
lesivo de sus derechos constitucionales al trabajo, al debido
proceso y de defensa.
3) Consideraciones previas
En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de
amparo relativas a materia laboral individual privada, establecidos
en los fundamentos 7 a 20 de la STC Nº 00206-2005-PA/TC, que
constituyen precedente vinculante, en el presente caso corresponde
evaluar si el demandante ha sido objeto de un despido incausado.
4) Sobre la afectación del derecho al trabajo
4.1. Argumentos de la parte demandante
La parte demandante afirma que ha sido víctima de un despido
sin expresión de causa, violatorio de su derecho constitucional al
trabajo, debido a que los contratos modales suscritos con la entidad
demandada se han desnaturalizado y convertido en un contrato de
trabajo a plazo indeterminado.
4.2. Argumentos de la parte demandada
La parte demandada argumenta que el actor no fue despedido,
pues sus contratos de trabajo de suplencia, para servicio específico
y de emergencia eran de naturaleza temporal; y que el demandante
debe acudir a la vía del proceso laboral para ventilar su pretensión,
pues el proceso de amparo tiene una naturaleza restitutiva de
derechos y no declarativa.
4.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
4.3.1. El derecho al trabajo está reconocido por el artículo 22º de
la Constitución. Al respecto, este Tribunal estima que el contenido
esencial de este derecho constitucional implica dos aspectos. El de
acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho
a no ser despedido sino por causa justa. En el primer caso, el
derecho al trabajo supone la adopción por parte del Estado de una
política orientada a que la población acceda a un puesto de trabajo;
si bien hay que precisar que la satisfacción de este aspecto de este
derecho constitucional implica un desarrollo progresivo y según las
posibilidades del Estado. El segundo aspecto del derecho trata del
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
derecho al trabajo entendido como proscripción de ser despedido
salvo por causa justa.
4.3.2. Según el artículo 4.º del Decreto Supremo Nº 00397-TR, “En toda prestación personal de servicios remunerados
y subordinados, se presume la existencia de un contrato de
trabajo a plazo indeterminado. El contrato individual de trabajo
puede celebrarse libremente por tiempo indeterminado o sujeto a
modalidad. El primero podrá celebrarse en forma verbal o escrita
y el segundo en los casos y con los requisitos que la presente Ley
establece”.
Del artículo transcrito puede señalarse que en el régimen
laboral peruano el principio de continuidad opera como un límite a
la contratación laboral por tiempo determinado. Por ello el Tribunal
Constitucional, en la STC Nº 01874-2002-AA/TC, precisó que hay
una preferencia por la contratación laboral por tiempo indefinido
respecto de la de duración determinada, la que tiene carácter
excepcional y procede únicamente cuando las labores que se
van a prestar (objeto del contrato) son de naturaleza temporal o
accidental.
Como resultado de dicho carácter excepcional la ley establece
formalidades, requisitos, condiciones y plazos especiales para
este tipo de contratos, e incluso sanciones cuando, a través de
estos, utilizando la simulación o el fraude, se pretende evadir la
contratación laboral por tiempo indeterminado.
En este sentido el artículo 4.º de la referida norma legal
opera como un límite a la contratación temporal, ya que sólo los
empleadores podrán contratar trabajadores con contratos de
trabajo sujetos a modalidad “en los casos y con los requisitos que
la presente Ley establece”.
4.3.3. La cuestión controvertida se circunscribe a determinar si
los contratos de trabajo del recurrente han sido desnaturalizados
por la causal prevista en el inciso d) del artículo 77º del Decreto
Supremo Nº 003-97-TR, que establece que los contratos a
modalidad se desnaturalizan y convierten en indeterminados
cuando el trabajador demuestra que hubo simulación o fraude a las
normas legales establecidas en el mencionado decreto supremo.
4.3.4. A fojas 17 de autos obra el contrato de trabajo para
servicio específico, vigente del 1 de julio al 30 de setiembre de
2008, en el que se advierte que no se ha cumplido con la exigencia
legal de precisar en qué consiste, justamente, el servicio para
el cual fue contratado el demandante. En efecto, en la cláusula
primera del citado contrato se consigna: “EL EMPLEADOR, debido
al Proceso de Reforma que viene implementando requiere cubrir
necesidades de recursos humanos a fin de mantener debidamente
operativos los servicios que presta”. Asimismo, en la cláusula
segunda se señala: “Para el logro del objeto, materia de la cláusula
anterior, EL EMPLEADOR contrata a EL TRABAJADOR para que
realice labores de Auxiliar Judicial, el mismo que deberá someterse
al cumplimiento estricto de las funciones.”. De las cláusulas
transcritas puede concluirse que en el mencionado contrato se
ha omitido consignar la causa objetiva específica que autorizó la
contratación temporal del demandante, pues se señala de manera
genérica que su labor era la de “Auxiliar Judicial” sin precisar
cuáles eran específicamente las labores a realizar en dicho cargo;
tampoco se reseña en qué consistía el proceso de reforma que
estaba realizando el Poder Judicial. Por otro lado, sin perjuicio de
que por mandato legal se tiene que enunciar la causa objetiva de
la contratación, se debe tener en consideración que un auxiliar
judicial realiza labores propias u ordinarias del Poder Judicial, por
lo que no se justifica la contratación temporal.
4.3.5. En consecuencia, el referido contrato modal del
demandante se desnaturalizó al no establecerse la causa objetiva
de contratación y haber simulado una relación laboral de carácter
temporal cuando en realidad era de naturaleza permanente,
vulnerando un elemento esencial de la contratación temporal,
configurándose la causal de desnaturalización prevista en el inciso
d) del artículo 77º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, por lo
que dicho contrato se ha convertido en un contrato de duración
indeterminada. Siendo así, los contratos de trabajo suscritos por
las partes con posterioridad carecen de eficacia jurídica, pues
mediante ellos se pretendió encubrir la existencia de una relación
laboral a plazo indeterminado.
4.3.6. Habida cuenta que la relación laboral era de duración
indeterminada, el demandante solamente podía ser despedido por
una causa justa relacionada con su conducta o capacidad laboral,
lo que no ha sucedido en el presente caso, razón por la cual ha sido
objeto de un despido arbitrario.
4.3.7. Por lo expuesto, este Tribunal declara que en el presente
caso se ha configurado un despido incausado, vulneratorio del
derecho al trabajo del actor, reconocido en el artículo 22º de la
Constitución.
5) Sobre la afectación del derecho al debido proceso
5.1. Argumentos de la parte demandante
El demandante también afirma que su despido sin expresión
de causa resulta violatorio de su derecho constitucional al debido
proceso, pues fue despedido sin haber sido sometido a un proceso
administrativo disciplinario.
5.2. Argumentos de la parte demandada
Al respecto, la parte demandada sostiene que el actor
suscribió contratos de trabajo de naturaleza temporal, los mismos
que tienen una fecha fija de duración, por lo que ahora no puede
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
aducir que ha sido víctima de un despido incausado y menos
pretender el reconocimiento de un contrato laboral de naturaleza
indeterminada.
5.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
5.3.1. Como el Tribunal Constitucional tiene fijado, el derecho
fundamental al debido proceso, consagrado en el artículo 139º,
numeral 3), de la Constitución, comprende una serie de garantías,
formales y materiales, de muy distinta naturaleza, cuyo cumplimiento
efectivo garantiza que el procedimiento o proceso en el cual se
encuentre inmersa una persona, pueda considerarse justo (STC
Nº 10490-2006-AA, fundamento 2). De ahí que el Tribunal haya
destacado que el ámbito de irradiación de este derecho continente
no abarca exclusivamente al ámbito judicial, sino que se proyecta
también al ámbito de los procesos administrativos (STC Nº 075692006-AA/TC, fundamento 6).
También el Tribunal ha establecido en reiterada jurisprudencia
(STC Nº 03359-2006-PA/TC, por todas) “que el debido proceso
–y los derechos que lo conforman, p. e. el derecho de defensa–
resultan aplicables al interior de la actividad institucional de
cualquier persona jurídica, máxime si ha previsto la posibilidad
de imponer una sanción tan grave como la expulsión. En tal
sentido, si el emplazado consideraba que el actor cometió alguna
falta, debieron comunicarle, previamente y por escrito, los cargos
imputados, acompañando el correspondiente sustento probatorio,
y otorgarle un plazo prudencial a efectos de que –mediante la
expresión de los descargos correspondientes– pueda ejercer
cabalmente su legítimo derecho de defensa.”
Por su parte, el derecho de defensa se encuentra reconocido
expresamente por el artículo 139º, numeral 14, de nuestra
Constitución, y constituye un elemento del derecho al debido
proceso. Según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, el
contenido esencial del derecho de defensa queda afectado cuando,
en el seno de un proceso judicial, cualquiera de las partes resulta
impedida, por concretos actos de los órganos judiciales, de ejercer
los medios necesarios, suficientes y eficaces para defender sus
derechos e intereses legítimos [STC 1231-2002-HC/TC]. Es así
que el derecho de defensa (de naturaleza procesal) se constituye
como fundamental y conforma el ámbito del debido proceso,
siendo presupuesto para reconocer la garantía de este último. Por
ello, en tanto derecho fundamental, se proyecta como principio de
interdicción para afrontar cualquier indefensión y como principio de
contradicción de los actos procesales que pudieran repercutir en
la situación jurídica de algunas de las partes, sea en un proceso o
procedimiento, o en el caso de un tercero con interés.
5.3.2. En el caso de autos, la controversia constitucional radica
en determinar si la entidad demandada, al dar por culminado el
vínculo laboral con el actor, lo hizo observando el debido proceso,
o si, por el contrario, lo lesionó. Efectuada esta precisión, debe
comenzarse por evaluar la lesión del derecho de defensa, toda vez
que forma parte del derecho al debido proceso.
5.3.3. De acuerdo con lo previsto por el artículo 31° del
Decreto Supremo Nº 003-97-TR, el empleador no podrá despedir
a un trabajador por causa relacionada con su conducta laboral,
sin antes otorgarle por escrito un plazo razonable no menor de
seis días naturales para que pueda defenderse por escrito de los
cargos que se le formulen; es decir el despido se inicia con una
carta de imputación de cargos para que el trabajador pueda ejercer
su derecho de defensa, efectuando su descargo en la forma que
considere conveniente a su derecho.
5.3.4. En el presente caso ya ha quedado determinado que
el recurrente mantenía con la entidad demandada una relación
laboral a plazo indeterminado, por lo que este Tribunal considera
que el Memorando Nº 255-2011-OA-CSJHA/PJ, de fecha 30 de
marzo de 2011, obrante a fojas 64, no puede ser calificado como
una carta de imputación de faltas graves según lo prescrito por
el artículo 31° del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, pues en ella
el empleador se limita a comunicar al demandante su decisión de
dar por terminado el vínculo contractual sin expresar causal alguna
relacionada con su conducta o capacidad laboral, por lo que este
Colegiado concluye que el recurrente fue despedido sin que le haya
remitido previamente una carta de imputación de faltas graves.
5.3.5. Por lo expuesto, este Tribunal declara que en el presente
caso la entidad demandada también ha vulnerado el derecho al
debido proceso del recurrente, específicamente, su derecho de
defensa.
6) Efectos de la sentencia
6.1 En la medida en que en este caso se ha acreditado que la
entidad demandada ha vulnerado los derechos constitucionales al
trabajo y al debido proceso, corresponde ordenar la reposición del
demandante como trabajador a plazo indeterminado en el cargo
que venía desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en
el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución
imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º
del Código Procesal Constitucional.
6.2 Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código
Procesal Constitucional, la entidad emplazada debe asumir los
costos procesales, los cuales deben ser liquidados en la etapa de
ejecución de la presente sentencia.
6.3 Finalmente, teniendo presente que existen reiterados
casos en los que se estima la demanda de amparo por haberse
comprobado la existencia de un despido arbitrario, este Tribunal
estima pertinente señalar que cuando se interponga y admita una
50051
demanda de amparo contra la Administración Pública que tenga
por finalidad la reposición de la parte demandante, ello tiene que
registrarse como una posible contingencia económica que tiene que
preverse en el presupuesto, con la finalidad de que la plaza que se
ocupaba se mantenga presupuestada para, de ser el caso, poder
actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia estimativa.
En estos casos la Administración Pública, para justificar el
mantenimiento de la plaza presupuestada, tendrá que tener
presente que el artículo 7º del CPConst. dispone que “El Procurador
Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer grado, está
facultado para poner en conocimiento del titular de la entidad su
opinión profesional motivada cuando considere que se afecta el
derecho constitucional invocado”.
Con la opinión del procurador público puede evitarse y preverse
gastos fiscales, ya que la Administración Pública puede allanarse
a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los
precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir
con el proceso.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional con la
autoridad que le confiere la constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a
la afectación de los derechos al trabajo y al debido proceso;
en consecuencia, NULO el despido de que ha sido objeto el
demandante.
2. ORDENAR que el Poder Judicial reponga a don Walter
Roberto Rojas Gonzales como trabajador a plazo indeterminado en
su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el
plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución
aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22.° y
59.º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos
procesales.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
VOTO DE LOS MAGISTRADOS MESÍA RAMÍREZ Y ETO
CRUZ
Visto el recurso de agravio constitucional interpuesto por don
Walter Roberto Rojas Gonzales contra la sentencia expedida por
la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Huaura,
de fojas 428, su fecha 26 de junio de 2012, que declaró infundada
la demanda de amparo de autos, los magistrados firmantes emiten
el siguiente voto:
ANTECEDENTES
Con fecha 18 de abril de 2011, el recurrente interpone
demanda de amparo contra el Poder Judicial y contra el Presidente
y el Administrador de la Corte Superior de Justicia de Huaura,
solicitando que se declare sin efecto el despido incausado del que
ha sido objeto; y que, por consiguiente, se lo reponga en su puesto
de trabajo, en el cargo de auxiliar administrativo I, con el pago de las
remuneraciones caídas y los costos procesales. Manifiesta que ha
laborado de forma ininterrumpida desde el 4 de abril de 2008 hasta
el 31 de marzo de 2011, y que se prescindió de sus servicios no
obstante que sus contratos de trabajo por suplencia y para servicio
específico se habían desnaturalizado y convertido en un contrato
de trabajo a plazo indeterminado, debido a que se omitió consignar
en ellos la labor concreta para la cual fue contratado, simulando,
además, labores que en realidad eran de naturaleza permanente,
pues siempre se desempeñó como notificador de la sede de Huaral.
Alega la vulneración de sus derechos constitucionales al trabajo, al
debido proceso y de defensa.
El Procurador Público Adjunto del Poder Judicial contesta la
demanda manifestando que se celebró con el actor contratos de
trabajo de naturaleza accidental y, por lo tanto, era consciente de
las condiciones de temporalidad de los contratos al momento de su
suscripción, no pudiendo pretender en el proceso de amparo, cuya
naturaleza es restitutiva de derechos, que se declare el derecho
reclamado, máxime si tiene una vía específica para ventilar su
pretensión. Por su parte, el Presidente y el Administrador de la
Corte Superior de Justicia de Huaura, de manera similar proponen
las excepciones de falta de agotamiento de la vía administrativa y
de falta de legitimidad para obrar del demandado, y contestan la
demanda señalando que el recurrente prestó servicios mediante
contratos temporales sujetos a modalidad, reemplazando
temporalmente a trabajadores que contaban con contratos de
trabajo a plazo indeterminado; y que el demandante está haciendo
mal uso de los procesos constitucionales cuya naturaleza es
restitutiva de derechos, y no declarativa.
El Primer Juzgado Civil de Huaral, con fecha 2 de noviembre de
2011, declaró infundadas las excepciones propuestas y, con fecha
13 de diciembre de 2011, declaró fundada en parte la demanda,
50052
PROCESOS CONSTITUCIONALES
por considerar que si bien el actor fue contratado para reemplazar
a diversos trabajadores, mediante contratos de suplencia, y para
cubrir necesidades de recursos humanos, mediante contratos
de emergencia, en los hechos siempre desempeñó funciones
de auxiliar judicial del área de notificaciones de la sede judicial
de Huaral, quedando acreditada la simulación de los referidos
contratos, por lo que los mismos deben ser considerados como de
duración indeterminada.
La Sala revisora revocó la apelada y declaró infundada la
demanda, por estimar que el recurrente durante los meses de
febrero y marzo de 2011 mantuvo con la entidad emplazada
una relación laboral a plazo determinado bajo el régimen de
contratación administrativa de servicios, regulado por el Decreto
Legislativo Nº 1057, el mismo que, según el criterio establecido por
el Tribunal Constitucional, constituye un régimen laboral especial
que no infringe la Constitución; y que, asimismo, no corresponde
analizar si el período laborado por el demandante con anterioridad
a los contratos CAS constituyó una situación de fraude por ser
un período independiente, el cual, además, no fue impugnado
oportunamente.
En su recurso de agravio constitucional (fojas 434) el
accionante manifiesta que si bien fue contratado para desempeñar
labores temporales, en los hechos realizó labores en la central
de notificaciones de la sede judicial de Huaral, las cuales son de
naturaleza permanente y están contempladas en el Manual de
Organizaciones y Funciones de la Corte Superior emplazada.
FUNDAMENTOS
1) Antes de analizar el fondo de la controversia, es necesario
precisar que si bien la Sala revisora fundamentó su decisión en
que el actor suscribió dos CAS en febrero y marzo de 2011, de los
autos se deduce que dichos contratos son el realidad contratos de
emergencia bajo los alcances del Decreto Supremo Nº 003-97-TR
(f. 3 y 4).
2) Delimitación del petitorio
La presente demanda tiene por objeto que se ordene la
reposición del demandante en el cargo que venía desempeñando,
porque habría sido objeto de un despido incausado. Alega que los
contratos de trabajo sujetos a modalidad celebrados con la entidad
emplazada se han desnaturalizado y convertido en un contrato de
trabajo a plazo indeterminado, de modo que habiéndose dado por
extinguida su relación laboral sin expresión de una causa justa,
se ha configurado un despido arbitrario, lesivo de sus derechos
constitucionales al trabajo, al debido proceso y de defensa.
3) Consideraciones previas
En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de
amparo relativas a materia laboral individual privada, establecidos
en los fundamentos 7 a 20 de la STC Nº 00206-2005-PA/TC,
que constituyen precedente vinculante, consideramos que en
el presente caso corresponde evaluar si el demandante ha sido
objeto de un despido incausado.
4) Sobre la afectación del derecho al trabajo
4.1. Argumentos de la parte demandante
La parte demandante afirma que ha sido víctima de un despido
sin expresión de causa, violatorio de su derecho constitucional al
trabajo, debido a que los contratos modales suscritos con la entidad
demandada se han desnaturalizado y convertido en un contrato de
trabajo a plazo indeterminado.
4.2. Argumentos de la parte demandada
La parte demandada argumenta que el actor no fue despedido,
pues sus contratos de trabajo de suplencia, para servicio específico
y de emergencia eran de naturaleza temporal; y que el demandante
debe acudir a la vía del proceso laboral para ventilar su pretensión,
pues el proceso de amparo tiene una naturaleza restitutiva de
derechos y no declarativa.
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y el segundo en los casos y con los requisitos que la presente Ley
establece”.
Del artículo transcrito puede señalarse que en el régimen
laboral peruano el principio de continuidad opera como un límite a
la contratación laboral por tiempo determinado. Por ello el Tribunal
Constitucional, en la STC Nº 01874-2002-AA/TC, precisó que hay
una preferencia por la contratación laboral por tiempo indefinido
respecto de la de duración determinada, la que tiene carácter
excepcional y procede únicamente cuando las labores que se
van a prestar (objeto del contrato) son de naturaleza temporal o
accidental.
Como resultado de dicho carácter excepcional la ley establece
formalidades, requisitos, condiciones y plazos especiales para
este tipo de contratos, e incluso sanciones cuando, a través de
estos, utilizando la simulación o el fraude, se pretende evadir la
contratación laboral por tiempo indeterminado.
En este sentido el artículo 4.º de la referida norma legal
opera como un límite a la contratación temporal, ya que sólo los
empleadores podrán contratar trabajadores con contratos de
trabajo sujetos a modalidad “en los casos y con los requisitos que
la presente Ley establece”.
4.3.3. La cuestión controvertida se circunscribe a determinar si
los contratos de trabajo del recurrente han sido desnaturalizados
por la causal prevista en el inciso d) del artículo 77º del Decreto
Supremo Nº 003-97-TR, que establece que los contratos a
modalidad se desnaturalizan y convierten en indeterminados
cuando el trabajador demuestra que hubo simulación o fraude a las
normas legales establecidas en el mencionado decreto supremo.
4.3.4. A fojas 17 de autos obra el contrato de trabajo para
servicio específico, vigente del 1 de julio al 30 de setiembre de
2008, en el que se advierte que no se ha cumplido con la exigencia
legal de precisar en qué consiste, justamente, el servicio para
el cual fue contratado el demandante. En efecto, en la cláusula
primera del citado contrato se consigna: “EL EMPLEADOR, debido
al Proceso de Reforma que viene implementando requiere cubrir
necesidades de recursos humanos a fin de mantener debidamente
operativos los servicios que presta”. Asimismo, en la cláusula
segunda se señala: “Para el logro del objeto, materia de la cláusula
anterior, EL EMPLEADOR contrata a EL TRABAJADOR para que
realice labores de Auxiliar Judicial, el mismo que deberá someterse
al cumplimiento estricto de las funciones.”. De las cláusulas
transcritas puede concluirse que en el mencionado contrato se
ha omitido consignar la causa objetiva específica que autorizó la
contratación temporal del demandante, pues se señala de manera
genérica que su labor era la de “Auxiliar Judicial” sin precisar
cuáles eran específicamente las labores a realizar en dicho cargo;
tampoco se reseña en qué consistía el proceso de reforma que
estaba realizando el Poder Judicial. Por otro lado, sin perjuicio de
que por mandato legal se tiene que enunciar la causa objetiva de
la contratación, se debe tener en consideración que un auxiliar
judicial realiza labores propias u ordinarias del Poder Judicial, por
lo que no se justifica la contratación temporal.
4.3.5. En consecuencia, el referido contrato modal del
demandante se desnaturalizó al no establecerse la causa objetiva
de contratación y haber simulado una relación laboral de carácter
temporal cuando en realidad era de naturaleza permanente,
vulnerando un elemento esencial de la contratación temporal,
configurándose la causal de desnaturalización prevista en el inciso
d) del artículo 77º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, por lo
que dicho contrato se ha convertido en un contrato de duración
indeterminada. Siendo así, los contratos de trabajo suscritos por
las partes con posterioridad carecen de eficacia jurídica, pues
mediante ellos se pretendió encubrir la existencia de una relación
laboral a plazo indeterminado.
4.3.6. Habida cuenta que la relación laboral era de duración
indeterminada, el demandante solamente podía ser despedido por
una causa justa relacionada con su conducta o capacidad laboral,
lo que no ha sucedido en el presente caso, razón por la cual ha sido
objeto de un despido arbitrario.
4.3.7. Por lo expuesto, consideramos que en el presente caso
se ha configurado un despido incausado, vulneratorio del derecho al
trabajo del actor, reconocido en el artículo 22º de la Constitución.
5) Sobre la afectación del derecho al debido proceso
5.1. Argumentos de la parte demandante
4.3. Consideraciones
4.3.1. El derecho al trabajo está reconocido por el artículo
22º de la Constitución. Al respecto, estimamos que el contenido
esencial de este derecho constitucional implica dos aspectos. El de
acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho
a no ser despedido sino por causa justa. En el primer caso, el
derecho al trabajo supone la adopción por parte del Estado de una
política orientada a que la población acceda a un puesto de trabajo;
si bien hay que precisar que la satisfacción de este aspecto de este
derecho constitucional implica un desarrollo progresivo y según las
posibilidades del Estado. El segundo aspecto del derecho trata del
derecho al trabajo entendido como proscripción de ser despedido
salvo por causa justa.
4.3.2. Según el artículo 4.º del Decreto Supremo Nº 00397-TR, “En toda prestación personal de servicios remunerados
y subordinados, se presume la existencia de un contrato de
trabajo a plazo indeterminado. El contrato individual de trabajo
puede celebrarse libremente por tiempo indeterminado o sujeto a
modalidad. El primero podrá celebrarse en forma verbal o escrita
El demandante también afirma que su despido sin expresión
de causa resulta violatorio de su derecho constitucional al debido
proceso, pues fue despedido sin haber sido sometido a un proceso
administrativo disciplinario.
5.2. Argumentos de la parte demandada
Al respecto, la parte demandada sostiene que el actor
suscribió contratos de trabajo de naturaleza temporal, los mismos
que tienen una fecha fija de duración, por lo que ahora no puede
aducir que ha sido víctima de un despido incausado y menos
pretender el reconocimiento de un contrato laboral de naturaleza
indeterminada.
5.3. Consideraciones
5.3.1. Como el Tribunal Constitucional tiene fijado, el derecho
fundamental al debido proceso, consagrado en el artículo 139º,
numeral 3), de la Constitución, comprende una serie de garantías,
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
formales y materiales, de muy distinta naturaleza, cuyo cumplimiento
efectivo garantiza que el procedimiento o proceso en el cual se
encuentre inmersa una persona, pueda considerarse justo (STC
Nº 10490-2006-AA, fundamento 2). De ahí que el Tribunal haya
destacado que el ámbito de irradiación de este derecho continente
no abarca exclusivamente al ámbito judicial, sino que se proyecta
también al ámbito de los procesos administrativos (STC Nº 075692006-AA/TC, fundamento 6).
También el Tribunal ha establecido en reiterada jurisprudencia
(STC Nº 03359-2006-PA/TC, por todas) “que el debido proceso
–y los derechos que lo conforman, p. e. el derecho de defensa–
resultan aplicables al interior de la actividad institucional de
cualquier persona jurídica, máxime si ha previsto la posibilidad
de imponer una sanción tan grave como la expulsión. En tal
sentido, si el emplazado consideraba que el actor cometió alguna
falta, debieron comunicarle, previamente y por escrito, los cargos
imputados, acompañando el correspondiente sustento probatorio,
y otorgarle un plazo prudencial a efectos de que –mediante la
expresión de los descargos correspondientes– pueda ejercer
cabalmente su legítimo derecho de defensa.”
Por su parte, el derecho de defensa se encuentra reconocido
expresamente por el artículo 139º, numeral 14, de nuestra
Constitución, y constituye un elemento del derecho al debido
proceso. Según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional,
el contenido esencial del derecho de defensa queda afectado
cuando, en el seno de un proceso judicial, cualquiera de las
partes resulta impedida, por concretos actos de los órganos
judiciales, de ejercer los medios necesarios, suficientes y eficaces
para defender sus derechos e intereses legítimos [STC 12312002-HC/TC]. Es así que el derecho de defensa (de naturaleza
procesal) se constituye como fundamental y conforma el ámbito
del debido proceso, siendo presupuesto para reconocer la
garantía de este último. Por ello, en tanto derecho fundamental,
se proyecta como principio de interdicción para afrontar
cualquier indefensión y como principio de contradicción de los
actos procesales que pudieran repercutir en la situación jurídica
de algunas de las partes, sea en un proceso o procedimiento, o
en el caso de un tercero con interés.
5.3.2. En el caso de autos, la controversia constitucional radica
en determinar si la entidad demandada, al dar por culminado el
vínculo laboral con el actor, lo hizo observando el debido proceso,
o si, por el contrario, lo lesionó. Efectuada esta precisión, debe
comenzarse por evaluar la lesión del derecho de defensa, toda vez
que forma parte del derecho al debido proceso.
5.3.3. De acuerdo con lo previsto por el artículo 31° del
Decreto Supremo Nº 003-97-TR, el empleador no podrá despedir
a un trabajador por causa relacionada con su conducta laboral,
sin antes otorgarle por escrito un plazo razonable no menor de
seis días naturales para que pueda defenderse por escrito de los
cargos que se le formulen; es decir el despido se inicia con una
carta de imputación de cargos para que el trabajador pueda ejercer
su derecho de defensa, efectuando su descargo en la forma que
considere conveniente a su derecho.
5.3.4. En el presente caso ya ha quedado determinado que
el recurrente mantenía con la entidad demandada una relación
laboral a plazo indeterminado, por lo que consideramos que el
Memorando Nº 255-2011-OA-CSJHA/PJ, de fecha 30 de marzo de
2011, obrante a fojas 64, no puede ser calificado como una carta
de imputación de faltas graves según lo prescrito por el artículo 31°
del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, pues en ella el empleador se
limita a comunicar al demandante su decisión de dar por terminado
el vínculo contractual sin expresar causal alguna relacionada
con su conducta o capacidad laboral, por lo que el recurrente
fue despedido sin que le haya remitido previamente una carta de
imputación de faltas graves.
5.3.5. Por lo expuesto, concluimos que en el presente caso la
entidad demandada también ha vulnerado el derecho al debido
proceso del recurrente, específicamente, su derecho de defensa.
5.3.6. En la medida en que en este caso se ha acreditado que
la entidad demandada ha vulnerado los derechos constitucionales
al trabajo y al debido proceso, consideramos que corresponde
ordenar la reposición del demandante como trabajador a plazo
indeterminado en el cargo que venía desempeñando o en
otro de similar categoría o nivel, en el plazo de dos días, bajo
apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas
coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal
Constitucional.
5.3.7. Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código
Procesal Constitucional, la entidad emplazada debería asumir los
costos procesales, los cuales deberían ser liquidados en la etapa
de ejecución de la presente sentencia.
5.3.8. Finalmente, teniendo presente que existen reiterados
casos en los que se estima la demanda de amparo por haberse
comprobado la existencia de un despido arbitrario, estimamos
pertinente señalar que cuando se interponga y admita una demanda
de amparo contra la Administración Pública que tenga por finalidad
la reposición de la parte demandante, ello tiene que registrarse
como una posible contingencia económica que tiene que preverse
en el presupuesto, con la finalidad de que la plaza que se ocupaba
se mantenga presupuestada para, de ser el caso, poder actuar o
ejecutar en forma inmediata la sentencia estimativa.
En estos casos la Administración Pública, para justificar el
mantenimiento de la plaza presupuestada, tendrá que tener
presente que el artículo 7º del CPConst. dispone que “El Procurador
Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer grado, está
facultado para poner en conocimiento del titular de la entidad su
50053
opinión profesional motivada cuando considere que se afecta el
derecho constitucional invocado”.
Con la opinión del procurador público puede evitarse y preverse
gastos fiscales, ya que la Administración Pública puede allanarse
a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los
precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir
con el proceso.
Por estos fundamentos, nuestro voto es por:
1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a
la afectación de los derechos al trabajo y al debido proceso;
en consecuencia, NULO el despido de que ha sido objeto el
demandante.
2. ORDENAR que el Poder Judicial reponga a don Walter
Roberto Rojas Gonzales como trabajador a plazo indeterminado en
su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el
plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución
aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22.° y
59.º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos
procesales.
Sres.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
VOTO DIRIMENTE DEL MAGISTRADO CALLE HAYEN
Puestos los autos a despacho para dirimir la discordia surgida y
de conformidad con lo dispuesto en el artículo 5º, parágrafo quinto,
de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional y los artículos 11 y
11-A de su Reglamento Normativo; procedo a emitir el siguiente
voto:
Hecho el análisis de autos comparto los fundamentos expuestos
en el voto de los magistrados Mesía Ramírez y Eto Cruz, a los
cuales me adhiero y hago míos; por lo que mi voto también es
porque se declare FUNDADA la demanda, por haberse acreditado
la vulneración del derecho al trabajo en consecuencia, NULO el
despido del que ha sido objeto el demandante,
Voto también por ORDENAR que el Poder Judicial reponga
a don Walter Roberto Rojas Gonzales como trabajador a plazo
indeterminado en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual
o similar nivel, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución
aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 221 y
59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos
del proceso.
Sr.
CALLE HAYEN
VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO ÁLVAREZ MIRANDA
Con el debido respeto por la opinión vertida por mis colegas
magistrados, emito el siguiente voto singular, por las razones que
a continuación expongo:
1. Según el artículo 5º de la Ley Nº 28175, Ley Marco del
Empleo Público, el acceso al empleo público se realiza mediante
concurso público y abierto, por grupo ocupacional, en base a los
méritos y capacidad de las personas, en un régimen de igualdad
de oportunidades.
2. A través de dicho filtro, se persigue, en la medida de lo
posible, dotar a la Administración Pública de los mejores cuadros
pues a diferencia de lo que ocurre con los particulares, quienes
guiados por el incentivo de ser cada día más eficientes bajo
pena de ser expectorados del mercado, procuran captar al mejor
personal en base a sus cualificaciones personales y trayectoria;
ello no suele presentarse con frecuencia en el sector público pues
carece de tal incentivo.
3. De ahí que, a fin de corregir tal situación, resulta
constitucionalmente lógico que el ordenamiento jurídico supedite
el acceso al empleo público a la aprobación de un concurso en
el que se evalúen tanto los méritos como las habilidades de los
participantes, en el marco de una evaluación transparente. Sólo de
esta manera, se garantizaría que el gobierno de turno no utilice el
aparato estatal para cubrir tales plazas con personas cercanas al
mismo que carezcan de la idoneidad necesaria para ocuparlas.
4. Por ello, en el empleo público no cabe la aplicación
mecánica del concepto de “desnaturalización”, pues a diferencia
de una empresa particular en la que sus accionistas velan por
sus legítimos intereses; el Estado, que es la gran empresa de
todos los peruanos, muchas veces termina siendo superado por
intereses subalternos, perjudicando abiertamente a la sociedad en
su conjunto, y en especial, a las personas que a pesar de estar
debidamente cualificadas y tener vocación de servicio, no logran
ingresar al sector público.
5. No desconozco que, jurisprudencialmente, el Tribunal
Constitucional ha venido amparando pretensiones tendientes a
reincorporar a ex - trabajadores públicos que fueron contratados
bajo una figura modal bajo pretexto de una “desnaturalización” del
mismo, sin tomar en consideración el citado filtro, pese a que de
PROCESOS CONSTITUCIONALES
50054
manera uniforme y reiterada se ha señalado que el proceso de
amparo tiene una finalidad restitutiva y no declarativa.
6. En tal escenario, se ha venido incorporando al régimen laboral
de la actividad privada regulado en el Texto Único Ordenado del
Decreto Legislativo Nº 728, Ley de Productividad y Competitividad
Laboral a ex - trabajadores contratados bajo figuras modales,
pese a no haber pasado por un proceso de evaluación previa de
méritos, a través de la cual se determine, en primer lugar, si existe
una plaza disponible, y en segundo término, si cumplen con los
requisitos necesarios para desempeñar dicha labor, pues si bien
previamente han sido evaluados al ser contratados bajo cualquier
figura modal, dicha evaluación no tiene el rigor que supondría su
ingreso definitivo; y más aún cuando la propia “desnaturalización”
del contrato tiene su origen en una actitud negligente o maliciosa
de los funcionarios desleales de las instituciones públicas, que
podría tener rasgos de mala fe y que en todo caso debería ser
objeto de un debate en la vía ordinaria.
Por tales consideraciones, mi VOTO es porque se declare la
IMPROCEDENCIA de la presente demanda.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
el actor no fue despedido arbitrariamente, sino que se produjo
el vencimiento del plazo contractual, razón por la que ordenó su
reincorporación mediante contrato de trabajo sujeto a la modalidad
de intermitencia, porque se trata de un contrato que puede ser
permanente; e improcedente el extremo que postula la reposición
como trabajador a plazo indeterminado.
La Sala revisora revocando la apelada, declaró improcedente
la demanda, por considerar que en el presente caso, conforme al
Pleno Jurisdiccional Supremo en materia laboral, en virtud de lo
previsto en la Ley Nº 29497, los jueces de trabajo están facultados
para conocer de la pretensión de reposición en los casos de
despidos incausados o fraudulentos.
El demandante interpone recurso de agravio constitucional
contra la sentencia de vista ratificando los términos de su demanda,
insistiendo en que laboró ininterrumpidamente y que sus contratos
de trabajo modales se desnaturalizaron porque no se consignó con
la mayor precisión la causa objetiva determinante de la contratación
modal, ni las circunstancias y condiciones para la reanudación de
las labores en caso de una eventual interrupción.
FUNDAMENTOS
Sr.
1) Delimitación del petitorio
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133424-1
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 04675-2012-PA/TC
MOQUEGUA
PABLO CÉSAR TORRE RAMOS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 28 días del mes de enero de 2014 la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Pablo
César Torre Ramos contra la sentencia de fojas 316, su fecha 2
de octubre de 2012, expedida por la Sala Mixta Descentralizada
de Ilo de la Corte Superior de Justicia de Moquegua, que declaró
improcedente la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Mediante escrito de fecha 10 de agosto de 2011 y escrito de
subsanación de fecha 22 de agosto de 2011, el recurrente interpone
demanda de amparo contra la Corporación Pesquera Inca S.A.C.
(Copeinca S.A.C.) solicitando que se deje sin efecto legal y se
declare nulo el despido incausado de que fue objeto; y que, en
consecuencia, sea reincorporado en el cargo de almacenero de
materiales - Ilo que venía ocupando, y se ordene el pago de las
costas y costos procesales. Sostiene que laboró desde el 21 de
enero de 2010 hasta el 30 de junio de 2011, en virtud de contratos
de trabajo bajo la modalidad intermitente, los mismos que se
desnaturalizaron por haber sido contratado para efectuar una labor
que por sus características siempre es regular y continua, tanto
es así que fue realizada de manera ininterrumpida y permanente
durante todo el periodo en el que prestó sus servicios sin que
existan periodos de interrupción. Agrega que en consecuencia
en los hechos se estableció una relación de trabajo de naturaleza
indeterminada y solamente podía ser despedido por una causa
justa prevista en la ley. Alega que se han vulnerado sus derechos
constitucionales al trabajo, a la protección adecuada contra el
despido arbitrario y al debido procedimiento.
El apoderado de la sociedad emplazada contesta la demanda
manifestando que el actor no prestó servicios de manera
ininterrumpida, toda vez que Copeinca es una empresa dedicada
a la actividad pesquera que por diversos factores se ve obligada a
interrumpir sus actividades. Sostiene que el demandante realizaba
una labor que puede ser interrumpida porque la industria de la
pesca es particularmente aleatoria, por lo que habiendo existido
varios periodos de veda decretados por el Estado durante el
tiempo en el que fue contratado, no puede afirmarse que trabajó
de manera ininterrumpida, lo que además tampoco ha sido
acreditado por el actor. De otro lado niega que se haya producido
la desnaturalización de los contratos de trabajo bajo la modalidad
intermitente y señala que el vínculo laboral del demandante se
extinguió por el vencimiento del plazo establecido en su último
contrato. Manifiesta también que para la validez de los contratos
de trabajo bajo la modalidad intermitente no se requiere que
imperiosamente tenga que constatarse que se hayan producido
suspensiones, sino solamente que exista un hecho exógeno que
incida en la productividad y en las actividades de la empresa de tal
forma que disminuya su producción o paralice determinadas áreas
o plantas.
El Primer Juzgado Mixto de Ilo con fecha 5 de julio de 2012,
declaró fundada la demanda, por estimar que el demandante
laboró en periodos discontinuos y que, por lo tanto, no se
desnaturalizaron los contratos de trabajo modales; agrega que
El demandante solicita su reposición en el cargo de almacenero
de materiales - Ilo y que se le pague las costas y costos del proceso.
Aduce que el contrato de trabajo bajo la modalidad intermitente
se desnaturalizó porque laboró ininterrumpidamente, y que, por lo
tanto, se configuró una relación laboral de naturaleza indeterminada.
Alega que se han vulnerado sus derechos constitucionales al
trabajo, a la protección adecuada contra el despido arbitrario y al
debido proceso.
2) Consideraciones previas
En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de
amparo relativas a la materia laboral individual privada, establecidos
en los fundamentos 7 a 20 de la STC Nº 00206-2005-PA/TC, que
constituyen precedente vinculante, este Tribunal considera que,
en el presente caso, corresponde evaluar si el recurrente ha sido
objeto de un despido incausado conforme señala en su demanda.
3) Sobre la afectación del derecho al trabajo y a la
protección adecuada contra el despido arbitrario
3.1 Argumentos del demandante
El actor sostiene que se ha vulnerado su derecho al trabajo y
a gozar de una protección adecuada contra el despido arbitrario,
toda vez que al haberse desnaturalizado el contrato de trabajo a
plazo fijo que suscribió con la parte demandada, se configuró una
relación laboral a plazo indeterminado, motivo por el cual no debió
ser despedido sin expresión de una causa justa prevista en la ley.
3.2 Argumentos de la sociedad demandada
La sociedad emplazada argumenta que el demandante no
prestó sus servicios de manera ininterrumpida y que el hecho
de que no exista suspensión de las labores tampoco conlleva la
desnaturalización de los contratos de trabajo bajo la modalidad
intermitente, por cuanto únicamente es necesario que atendiendo
a la actividad que realiza una empresa exista la posibilidad de que
los servicios que contrata puedan ser suspendidos por factores
externos. Sostiene que el vínculo laboral que existía entre las
partes se extinguió con el vencimiento del plazo establecido en el
respectivo contrato de trabajo.
3.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
3.3.1. El artículo 22º de la Constitución Política del Perú
establece que: “El trabajo es un deber y un derecho. Es base del
bienestar social y medio de realización de una persona”; mientras
que el artículo 27º señala que: “La ley otorga al trabajador adecuada
protección contra el despido arbitrario”.
En tal sentido, cabe resaltar que el contenido esencial del
derecho al trabajo implica dos aspectos: el de acceder a un
puesto de trabajo, por una parte y, por la otra, el derecho a no ser
despedido sino por causa justa. En el primer caso, el derecho al
trabajo supone la adopción por parte del Estado de una política
orientada a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien
hay que precisar que la satisfacción de este aspecto implica un
desarrollo progresivo y según las posibilidades económicas del
Estado. El segundo aspecto trata del derecho al trabajo entendido
como proscripción de ser despedido salvo por causa justa.
3.3.2. El contrato de trabajo intermitente se encuentra
regulado en el artículo 64º del Decreto Supremo Nº 003-97TR, que establece: “Los contratos de servicio intermitente son
aquellos celebrados entre un empleador y un trabajador, para
cubrir las necesidades de las actividades de la empresa que por
su naturaleza son permanentes pero discontinuas”. Asimismo, el
artículo 65.º de la referida norma legal señala que: “En el contrato
escrito que se suscriba deberá consignarse con la mayor precisión
las circunstancias o condiciones que deben observarse para que se
reanude en cada oportunidad la labor intermitente del contrato”.
De ello se concluye que la ley permite contratar a personal bajo
la modalidad de trabajo intermitente para que preste servicios en
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
una actividad permanente en el giro del empleador, pero que es
discontinua, pues la labor para la que es contratado el trabajador
dependerá de otros factores para que se pueda llevar a cabo y
cumpla su finalidad.
3.3.3. Es importante precisar que a lo largo del proceso ambas
partes reconocen haber suscrito contratos modales desde el 21
de enero de 2010 hasta el 30 de junio de 2011 (fs. 37, 86 y 91).
Este Tribunal, mediante resolución de fecha 21 de enero de 2013,
solicitó a la sociedad demandada que remita todos los contratos
de trabajo suscritos con el actor durante el periodo comprendido
desde el 21 de enero de 2010 hasta el 30 de junio de 2011 (f. 4 a
7 del cuaderno de este Tribunal). Sin embargo, hasta la fecha la
demandada no ha cumplido con presentar la información solicitada;
requerimiento que además ya le había sido formulado por el a quo,
mediante las resoluciones de fechas 2 de marzo y 10 de abril de
2012 (fs. 210 y 227). Tales hechos evidencian la renuencia de
la emplazada de presentar los contratos de trabajo a fin de que
puedan ser debidamente merituados en el presente proceso.
Es por ello que mediante resolución de fecha 7 de junio
de 2013, este Tribunal solicitó a la Subdirección de Registros
Generales de la Dirección Regional de Trabajo y Promoción del
Empleo de Moquegua - Zona Desconcentrada de Ilo la remisión
de los referidos contratos de trabajo (fs. 12 a 15 del cuaderno
del Tribunal); no obstante, tampoco se ha dado respuesta al
requerimiento formulado.
3.3.4 En tal sentido, debe precisarse que constituye un principio
procesal que la carga de la prueba le corresponde a quien afirma
un hecho; por ende, si la sociedad emplazada asegura que los
contratos de trabajo de intermitencia fueron suscritos con todas las
formalidades de ley, debió probar dicha afirmación presentando en
el proceso todos los contratos, por lo que al no haberlo efectuado,
pese al requerimiento señalado en el fundamentos 3.3.3, y no
habiéndose acreditado debidamente la existencia de una causa
objetiva de un contrato de trabajo modal, debe entenderse que
la relación laboral es a plazo indeterminado, de conformidad al
artículo 4 del Decreto Supremo Nº 003-97-TR.
3.3.5 De otro lado, este Tribunal advierte que con la hoja de
Liquidación de Beneficios Sociales que obra a fojas 34, se acredita
también que el recurrente laboró para la sociedad demandada
desde el 21 de enero de 2010 hasta el 30 de junio de 2011, en el
cargo de almacenero de materiales – Ilo, y que trabajó de manera
ininterrumpida por 1 año, 5 mes y 9 días, conforme se consigna
en dicho documento elaborado por la propia demandada; por lo
que se debe concluir que no hubo interrupción de las labores del
recurrente durante todo el tiempo en el que fue contratado, lo que
conllevaría también a la desnaturalización de la contratación bajo
la modalidad de trabajo intermitente como afirmó el demandante;
más aún, si el actor continuó efectuando las labores para las que
fue contratado pese a que, conforme lo acreditó en autos la propia
emplazada, existieron periodos de veda decretados por el Estado.
3.3.6 Siendo ello así, este Tribunal considera que debe estimarse
la presente demanda, por haberse demostrado que hubo simulación
en la contratación temporal del recurrente, puesto que se ha
pretendido simular la contratación del actor cuando en realidad no se
acreditó haberse suscrito contratos modales durante todo el periodo
laboral y que no se presentó ninguna interrupción o suspensión en sus
labores; es decir, el servicio prestado no fue discontinuo conforme a lo
estipulado en el artículo 64º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, con
lo que queda desvirtuado las afirmaciones del empleador en el sentido
que se habría contratado temporalmente al actor, pues en autos se
ha acreditado que el demandante prestó servicios continuamente en
calidad de almacenero de materiales - Ilo.
3.3.7 En consecuencia, resulta manifiesto que la sociedad
emplazada simuló una relación laboral de naturaleza temporal que
en realidad era permanente; conforme a lo señalado por el art. 4
del Decreto Supremo Nº 003-97-TR. Por tanto, habiendo quedado
acreditado que las partes mantuvieron una relación laboral a plazo
indeterminado, se debe concluir que el demandante solamente podía
ser despedido por una causa justa relacionada con su conducta o
capacidad laboral, hecho que no ha sucedido, por lo que la demanda
debe estimarse al haberse vulnerado los derechos constitucionales
al trabajo y a la adecuada protección contra el despido arbitrario.
solo a nivel judicial sino también en sede administrativa e incluso
entre particulares, y supone el cumplimiento de todas las garantías,
requisitos y normas de orden público que deben observarse en
las instancias procesales de todos los procedimientos, incluidos
los administrativos y conflictos entre privados, a fin de que las
personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus
derechos ante cualquier acto que pueda afectarlos.
Por otra parte el inciso 14 del referido artículo de la Carta
Magna consigna: “El principio de no ser privado del derecho de
defensa en ningún estado del proceso”.
4.3.2. A su vez, conviene mencionar que el artículo 22º del
Decreto Supremo Nº 003-97-TR dispone que: “Para el despido
de un trabajador sujeto a régimen de la actividad privada, que
labore cuatro o más horas diarias para un mismo empleador, es
indispensable la existencia de causa justa contemplada en la ley y
debidamente comprobada”. Y el artículo 31º de la referida norma
legal establece que: “El empleador no podrá despedir por causa
relacionada con la conducta o con la capacidad del trabajador sin
antes otorgarle por escrito un plazo razonable no menor de seis
días naturales para que pueda defenderse por escrito de los cargos
que se le formulare, salvo aquellos casos de falta grave flagrante en
que no resulte razonable tal posibilidad o de treinta días naturales
para que demuestre su capacidad o corrija su deficiencia”.
4.3.3. Ha quedado acreditada en autos la existencia de una
relación laboral de naturaleza indeterminada establecida entre
las partes, de lo que se infiere que el actor solamente podía ser
despedido conforme a lo expuesto en el fundamento 4.3.2. supra,
lo que no se aprecia del expediente, corroborándose con lo
expresado en el Acta de Verificación de Despido Arbitrario (hechos
y documentos verificados en relación al despido arbitrario) (fs.
3 a 13); en consecuencia, la sociedad ha vulnerado su derecho
al debido proceso del actor; por lo que corresponde amparar la
presente demanda.
4.3.4 Por lo expuesto, este Tribunal declara que en el presente
caso se ha configurado un despido arbitrario, vulneratorio de los
derechos al trabajo y a la protección adecuada contra el despido
arbitrario, y al debido proceso del actor, reconocidos en los
artículos 22º y 139º de la Constitución, por lo que la demanda debe
estimarse.
5) Efectos de la presente sentencia
5.1. En la medida en que en este caso se ha acreditado que la
sociedad demandada ha vulnerado los derechos constitucionales
al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario,
y al debido proceso, corresponde ordenar la reposición del
demandante como trabajador a plazo indeterminado en el cargo
que venía desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en
el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución
imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º
del Código Procesal Constitucional.
5.2 Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código
Procesal Constitucional, la sociedad demandada debe asumir los
costos y costas procesales, los cuales deberán ser liquidados en la
etapa de ejecución de la presente sentencia.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la
afectación de los derechos al trabajo, a la protección adecuada
contra el despido arbitrario, y al debido proceso; en consecuencia,
NULO el despido de que ha sido objeto el demandante.
2. ORDENAR que Corporación Pesquera Inca S.A.C. (Copeinca
S.A.C.) reponga a don Pablo César Torre Ramos como trabajador
a plazo indeterminado en su mismo puesto de trabajo o en otro de
igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de
que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas
en los artículos 22.° y 59.º del Código Procesal Constitucional, con
el abono de los costos y costas procesales.
4) Sobre la afectación del derecho al debido proceso
Publíquese y notifíquese.
4.1. Argumentos del demandante
SS.
El actor sostiene que se han vulnerado sus derechos al debido
proceso por cuanto únicamente procede el despido luego de
seguirse un procedimiento en el cual se imputa una causa justa
prevista en la ley, lo que no ocurrió en su caso.
50055
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
4.2. Argumentos de la sociedad demandada
W-1133424-2
La sociedad emplazada argumenta que el actor no era un
trabajador a plazo indeterminado y que por tanto no era menester
seguir el procedimiento de despido previsto en el Decreto Supremo
Nº 003-97-TR.
4.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
4.3.1. El artículo 139º, inciso 3) de la Constitución Política
del Perú establece que: “Son principios y derechos de la función
jurisdiccional: (…) 3. La observancia del debido proceso y la tutela
jurisdiccional”. Al respecto, este Tribunal en más de una oportunidad
ha establecido que el derecho al debido proceso es aplicable no
PROCESO DE HÁBEAS DATA
EXP. N° 04759-2012-PHD/TC
AMAZONAS
JENNER MELENDEZ TRAUCO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 28 días del mes de marzo de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
50056
PROCESOS CONSTITUCIONALES
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Jenner
Meléndez Trauco contra la resolución de fecha 24 de setiembre
de 2012, de fojas 83, expedida por la Sala Mixta y Penal de
Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Amazonas, que
declaró infundada la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 27 de enero de 2012, el recurrente interpone
demanda de hábeas data contra la Agencia Municipal del Caserío
San Luis a fin de que, en virtud de su derecho de acceso a la
información pública, se le proporcione:
- Copias de todas las actas de asambleas y reuniones
realizadas entre el 1 de mayo de 2011 y el 14 de diciembre de
2011;
- Copias de recibos y/o tickets emitidos entre mayo de 2011
a diciembre de 2011 por el pago de ocupación de plaza pecuaria
– sisa para la venta de alimentos y animales menores, ordenados
correlativamente.
- Copias de recibos y/o tickets emitidos entre mayo de 2011
a diciembre de 2011 por el pago de secado de café, ordenados
correlativamente.
- Copias del perfil del parque principal Caserío San Luis
Bagua Grande.
Según refiere, la demandada se ha negado a brindarle lo
solicitado pues no ha respondido la solicitud que presentó el 15 de
diciembre de 2011.
Por su parte, la emplazada sostiene que si bien no entregó la
información requerida, ello se debe a que el actor no ha cancelado
el costo de reproducción que liquidó y, posteriormente, notificó al
demandante.
El Juzgado Mixto de Utcubamba declara infundada la
demanda, por considerar que el accionante no pagó los costos de
reproducción.
La Sala Mixta y Penal de Apelaciones de Utcubamba confirma
la recurrida por la misma razón.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
proporcionarle la documentación requerida; sin embargo, en lugar
de apersonarse a las instalaciones de la emplazada a cancelar
dicho costo a fin de satisfacer sus pretensiones, cuestiona que el
costo de reproducción de lo solicitado es demasiado barato pues,
en su opinión, el costo de reproducción no puede ser inferior a S/.
0.10 nuevos soles (Cfr. escrito obrante a fojas 46-49).
6. A juicio de este Tribunal, dicho cuestionamiento denota
una evidente falta de seriedad por parte del actor pues, pese a
brindársele la facilidad de cancelar aproximadamente S/. 0.01
nuevos soles por concepto de costo de reproducción por folio,
cuestiona dicha suma por ser una cantidad muy por debajo del
valor de mercado. Empero, el recurrente no toma en consideración
que aunque el valor de mercado puede servir de referencia para
evaluar si el costo de reproducción resulta exorbitante, el artículo
20º del TUO de la Ley Nº 27806, Ley de Transparencia y Acceso
a la Información Pública, aprobado mediante Decreto Supremo Nº
043-2003-PCM, no ha fijado como costo de reproducción al valor de
mercado puesto que tal concepto engloba no sólo al costo efectivo
de reproducir la información solicitada, sino que incorpora cierto
margen de ganancia. Esto último no es susceptible de ser cobrado
por la emplazada, al encontrarse impedida de lucrar con las
reproducciones que proporciona. Es más, incluso existen supuestos
excepcionalísimos en que las entidades obligadas a brindar dicha
información deben subvencionar dicho costo atendiendo, a que el
solicitante se encuentra imposibilitado de asumirlo.
7. De otro lado, el mero hecho que se haya liquidado el costo
de reproducción en torno a un valor aproximado no resulta per se
inconstitucional, pues si lo peticionado son copias de recibos y/
o tickets, más de uno podría ser fotocopiado en una hoja y así
reducirse el costo de reproducción total. De ahí que lo esgrimido
por el accionante respecto de que tal proceder tiene la subrepticia
intención de negarle lo solicitado, carece de asidero.
Distinto sería si al momento de apersonarse a las oficinas de la
emplazada, dicha cifra aproximada se incrementa ostensiblemente,
en cuyo caso resultaría evidente que se estaría ante un proceder
arbitrario que tendría que ser enmendado.
8. Por consiguiente, la demanda resulta infundada.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda.
FUNDAMENTOS
1. En primer lugar, de lo actuado se aprecia que el demandante
ha requerido por escrito la documentación que peticiona y, según
lo señala, su solicitud no ha obtenido respuesta. Por tal motivo,
corresponde emitir un pronunciamiento de fondo.
2. El derecho fundamental de acceso a la información pública
se encuentra reconocido en el artículo 2.5 de la Constitución de
1993 y, en términos generales, consiste en la facultad que tiene
toda persona para, sin expresión de causa, solicitar y acceder a
la información que se encuentra en poder, principalmente, de las
entidades estatales, excluyéndose aquella cuyo acceso público se
encuentra prohibido por la Constitución; es decir, la información
que afecte la intimidad personal y la que expresamente se excluya
por ley o por razones de seguridad nacional.
Las mencionadas excepciones constitucionales al citado
derecho fundamental han sido desarrolladas por los artículos 15º,
16° y 17° del Texto Único Ordenado de la Ley Nº 27806, Ley de
Transparencia y Acceso a la Información Pública.
3. Asimismo, de acuerdo con el numeral 61.1º del Código
Procesal Constitucional, toda persona puede acudir al proceso de
hábeas data para “acceder a información que obre en poder de
cualquier entidad pública, ya se trate de la que generen, produzcan,
procesen o posean, incluida la que obra en expedientes terminados
o en trámite, estudios, dictámenes, opiniones, datos estadísticos,
informes técnicos y cualquier otro documento que la administración
pública tenga en su poder, cualquiera que sea la forma de
expresión, ya sea gráfica, sonora, visual, electromagnética o que
obre en cualquier otro tipo de soporte material”.
4. En el presente caso, no se aprecia que la emplazada se
haya negado a proporcionar la información solicitada, pues,
conforme se aprecia de la notificación obrante a fojas 37, se
comunicó al accionante que su entrega se encontraba supeditada
a la cancelación de S/. 40.00 (cuarenta y 00/100 nuevos
soles) por concepto de costos de reproducción, dado que son
aproximadamente 4,000 (cuatro mil) folios. En opinión de este
Colegiado, dicha suma resulta no resulta ni desproporcionada ni
irracional, ni el accionante ha acreditado encontrarse en un estado
de necesidad que le imposibilite pagar dicha cantidad que, en
modo alguno, puede ser calificada como excesiva.
5. Si bien al impugnar lo resuelto por las instancias judiciales
precedentes, el actor ha señalado que dicha diligencia de
notificación no ha cumplido con las formalidades establecidas en la
Ley del Procedimiento Administrativo General, no puede soslayarse
que el debate sobre si se cumplió o no con la formalidad prevista
en el artículo 21.5 de la Ley del Procedimiento Administrativo
General, Ley Nº 27444 no puede ser realizado en esta instancia
debido a que su probanza requiere de una etapa no prevista en el
proceso constitucional de hábeas data, en virtud de lo establecido
en el artículo 9º del Código Procesal Constitucional. En todo
caso, no puede soslayarse que en el presente proceso el actor
ha tomado conocimiento de la predisposición de la emplazada de
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133424-3
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 04910-2012-PA/TC
PIURA
ARMANDO GABRIEL CHÁVEZ LÓPEZ
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 30 días del mes de abril de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia, con el voto en mayoría de los magistrados Mesía
Ramírez y Eto Cruz, el voto en discordia del magistrado Álvarez
Miranda, y el voto dirimente del magistrado Calle Hayen, que se
agregan a los autos.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Armando
Gabriel Chávez López contra la resolución expedida por la Primera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura, de fojas 142,
su fecha 17 de agosto del 2012, que declaró improcedente la
demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 31 de enero del 2012, el recurrente interpone demanda
de amparo contra la Municipalidad Distrital de Castilla, solicitando
que se deje sin efecto el despido arbitrario del que fue objeto, y que,
en consecuencia se ordene su reposición en el cargo de chofer de
limpieza pública. Manifiesta que prestó servicios para la municipalidad
emplazada desde el 2 de julio del 2011 hasta el 2 de enero del
2012, fecha en que fue despedido; que no suscribió ningún contrato
con la demandada; y que se desempeñó como chofer obrero de
limpieza pública. Agrega que fue despedido sin expresión de causa,
vulnerándose sus derechos al trabajo y al debido proceso.
El Procurador Público de la municipalidad emplazada contesta
la demanda expresando que el demandante no ha trabajado ni
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
suscribió ningún contrato con su representada, sino que prestó
servicios para la empresa EMCASAC, mediante contrato de
naturaleza civil.
El Juzgado Mixto de Castilla, con fecha 4 de mayo de 2012,
declaró fundada la demanda, por estimar que se ha acreditado
que el demandante mantuvo una relación laboral de duración
indeterminada con la municipalidad emplazada, y que se vulneró
el derecho al trabajo del demandante porque se le despidió sin
expresión de causa.
La Sala Superior competente, revocando la apelada, declaró
improcedente la demanda, por considerar que el demandante tenía
la condición de empleado municipal, razón por la cual la pretensión
debe ventilarse en la vía contencioso-administrativa.
FUNDAMENTOS
1) Delimitación del petitorio
El demandante solicita su reposición en el cargo que venía
ocupando, sosteniendo que ha sufrido un despido arbitrario. Afirma
que, habiéndose desempeñado como chofer de limpieza pública,
tenía la condición de obrero municipal sujeto al régimen laboral de
la actividad privada.
2) Consideraciones previas
2.1. En atención a los criterios de procedibilidad de las
demandas de amparo relativas a materia laboral individual privada,
establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC Nº 0206-2005PA/TC, que constituyen precedente vinculante, en el presente
caso corresponde evaluar si el recurrente fue objeto de un despido
arbitrario.
3) Sobre la afectación del derecho al trabajo
3.1. Argumentos de la parte demandante
El demandante afirma que ha sido víctima de un despido
sin expresión de causa, violatorio de su derecho constitucional
al trabajo, debido a que no obstante mantener con la entidad
emplazada una relación laboral de naturaleza indeterminada, fue
despedido de manera incausada.
3.2. Argumentos de la parte demandada
El Procurador Público de la Municipalidad emplazada
sostiene que el
demandante no suscribió contrato alguno
con su representada, sino que tuvo una relación de carácter
civil con la empresa municipal EMCASAC En Liquidación,
mediante contratos de locación de servicios.
3.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
3.3.1. El derecho al trabajo se encuentra reconocido por el
artículo 22º de la Constitución. Al respecto, este Tribunal estima
que el contenido esencial del referido derecho constitucional implica
dos aspectos. El de acceder a un puesto de trabajo, por una parte
y, por otra, el derecho a no ser despedido sino por causa justa.
Aunque no resulta relevante para resolver la causa, cabe precisar
que, en el primer caso, el derecho al trabajo supone la adopción
por parte del Estado de una política orientada a que la población
acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que precisar que la
satisfacción de este aspecto de este derecho constitucional implica
un desarrollo progresivo y según las posibilidades del Estado. El
segundo aspecto del derecho es el que resulta relevante para
resolver la causa. Se trata del derecho al trabajo entendido como
proscripción de ser despedido salvo por causa justa.
Respecto al derecho constitucional a la protección adecuada
contra el despido arbitrario reconocido en el artículo 27º de la
Constitución, se debe señalar que este Tribunal, en la STC Nº
00976-2001-AA/TC, delimitó su contenido e interpretó qué debe
entenderse por protección adecuada contra el despido arbitrario.
Asimismo, el Tribunal ha reconocido en reiterada jurisprudencia
(por todas, la STC Nº 05650-2009-PA/TC), dos tipos de protección
en casos de despido arbitrario, de carácter excluyente y a elección
del trabajador: a) protección de eficacia resarcitoria, cuando el
trabajador opta por recurrir a la vía ordinaria solicitando el pago
de la indemnización por despido arbitrario; y b) protección de
eficacia restitutoria, cuando el trabajador opta por recurrir a la
vía constitucional a través del proceso de amparo constitucional,
siempre y cuando el despido se haya producido, entre otros
supuestos, de manera incausada, es decir, ejecutado de manera
verbal o mediante comunicación escrita, sin expresión de causa
alguna relacionada con la conducta o el desempeño laboral del
trabajador que la justifique.
3.3.2. El primer punto a dilucidar es determinar cuál fue la
entidad o empresa para la que prestó servicios el recurrente; esto
es, si fue la municipalidad emplazada o la Empresa Municipal de
Maquinaria Pesada S.A.C En Liquidación (EMCASAC). La parte
emplazada sostiene que no mantuvo ningún tipo de relación con el
demandante y que fue con EMCASAC que éste tuvo una relación
de carácter civil. Sin embargo, de fojas 69 a 82 obra la memoria de
liquidación de la mencionada empresa, de la que se desprende que
el día 6 de julio del 2011 se cursó carta de despido al demandante
poniendo fin al vínculo contractual que mantuvieron. Por otro lado,
de los comprobantes de pago que obran de fojas 28 a 32 y a fojas
50057
42, se acredita que el actor prestó servicios en calidad de chofer
de limpieza pública para la municipalidad emplazada, a partir de
la segunda quincena del mes de julio hasta diciembre de 2011,
como se desprende del membrete y sellos en los que consta la
denominación “Municipalidad Distrital de Castilla”.
3.3.3. Respecto a la naturaleza de los servicios que prestó
el demandante, debe tenerse presente que la labor de chofer
de limpieza pública tiene la característica de ser permanente,
subordinada y, además, por su propia naturaleza debe estar sujeta
a un horario de trabajo impuesto por la Municipalidad emplazada y
bajo dependencia dado que la emplazada debía brindar al actor los
instrumentos necesarios para el ejercicio de sus funciones; también
está acreditado que el demandante percibió un pago mensual por
la función que cumplía.
3.3.4. Por otro lado, ambas partes concuerdan en señalar que el
recurrente no suscribió ningún tipo de contrato con la municipalidad
emplazada; por lo tanto, no existiendo contrato de trabajo
celebrado por escrito por las partes, queda acreditado que el actor
prestó servicios personales, remunerados y bajo subordinación y
dependencia de la emplazada, de conformidad con el artículo 4º
del Decreto Supremo Nº 003-97-TR; por lo que dicha prestación
de servicios debe ser considerada como una contratación laboral a
plazo indeterminado.
3.3.5. Por consiguiente, habiéndose despedido al demandante
sin expresarle causa alguna derivada de su conducta o capacidad
laboral que lo justifique, se ha vulnerado su derecho constitucional
al trabajo, por lo que, en mérito de la finalidad restitutoria del
proceso de amparo, procede la reposición del demandante en el
cargo que venía desempeñando.
4) Sobre la afectación de los derechos al debido proceso y
de defensa
4.1. Argumentos de la parte demandante
El demandante también afirma que su despido sin expresión de
causa resulta violatorio de sus derechos constitucionales al debido
proceso, pues no se ha seguido el procedimiento de despido
establecido en la normatividad laboral.
4.2. Argumentos de la parte demandada
La parte emplazada sostiene que no mantuvo ningún tipo de
relación con el demandante.
4.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
4.3.1. Como el Tribunal Constitucional tiene señalado, el derecho
fundamental al debido proceso, consagrado en el artículo 139º, numeral
3), de la Constitución, comprende una serie de garantías, formales y
materiales, de muy distinta naturaleza, cuyo cumplimiento efectivo
garantiza que el procedimiento o proceso en el cual se encuentre
inmersa una persona, pueda considerarse justo (STC Nº 10490-2006AA, fundamento 2). De ahí que el Tribunal haya destacado que el ámbito
de irradiación de este derecho continente no abarca exclusivamente al
ámbito judicial, sino que se proyecta también al ámbito de los procesos
administrativos (STC Nº 07569-2006-AA/TC, fundamento 6).
También el Tribunal ha establecido en reiterada jurisprudencia
(STC Nº 03359-2006-PA/TC, por todas) “que el debido proceso –y
los derechos que lo conforman, p. e. el derecho de defensa– resultan
aplicables al interior de la actividad institucional de cualquier persona
jurídica, máxime si ha previsto la posibilidad de imponer una sanción tan
grave como la expulsión. En tal sentido, si el emplazado consideraba
que el actor cometió alguna falta, debieron comunicarle, previamente
y por escrito, los cargos imputados, acompañando el correspondiente
sustento probatorio, y otorgarle un plazo prudencial a efectos de que
–mediante la expresión de los descargos correspondientes– pueda
ejercer cabalmente su legítimo derecho de defensa”.
Por su parte, el derecho de defensa se encuentra reconocido
expresamente por el artículo 139º, numeral 14, de nuestra
Constitución, y constituye un elemento del derecho al debido
proceso. Según lo ha desarrollado la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional, el contenido esencial del derecho de defensa queda
afectado cuando, en el seno de un proceso judicial, cualquiera de
las partes resulta impedida, por concretos actos de los órganos
judiciales, de ejercer los medios necesarios, suficientes y eficaces
para defender sus derechos e intereses legítimos [STC Nº 12312002-HC/TC]. Es así que el derecho de defensa (de naturaleza
procesal) se constituye como fundamental y conforma el ámbito
del debido proceso, siendo presupuesto para reconocer la garantía
de este último. Por ello, en tanto derecho fundamental, se proyecta
como principio de interdicción para afrontar cualquier indefensión y
como principio de contradicción de los actos procesales que pudieran
repercutir en la situación jurídica de algunas de las partes, sea en un
proceso o procedimiento, o en el caso de un tercero con interés.
4.3.2. En el caso de autos, la controversia constitucional radica
en determinar si la entidad demandada, al dar por culminado el
vínculo laboral con el actor, lo hizo observando el debido proceso,
o si, por el contrario, lo lesionó. Efectuada esta precisión, debe
comenzarse por evaluar la lesión del derecho de defensa, toda vez
que forma parte del derecho al debido proceso.
4.3.3. De acuerdo con lo previsto por el artículo 31° del
Decreto Supremo Nº 003-97-TR, el empleador no podrá despedir
a un trabajador por causa relacionada con su conducta laboral,
sin antes otorgarle por escrito un plazo razonable no menor de
seis días naturales para que pueda defenderse por escrito de los
50058
PROCESOS CONSTITUCIONALES
cargos que se le formulen; es decir el despido se inicia con una
carta de imputación de cargos para que el trabajador pueda ejercer
su derecho de defensa, efectuando su descargo en la forma que
considere conveniente a su derecho.
4.3.4. En el presente caso ya ha quedado determinado que el
recurrente mantenía con la demandada una relación laboral a plazo
indeterminado y que el empleador dio por terminada la relación
laboral sin expresar causal válida alguna; es decir, el recurrente
fue despedido sin que le haya remitido previamente una carta de
imputación de faltas graves.
4.3.5. Por lo expuesto, este Tribunal considera que en el
presente caso la entidad demandada también ha vulnerado el
derecho al debido proceso del recurrente, específicamente, su
derecho de defensa.
5) Efectos de la sentencia
5.1. En la medida en que en este caso se ha acreditado que la
entidad demandada ha vulnerado los derechos constitucionales al
trabajo, a la protección adecuada contra el despido arbitrario y al
debido proceso, corresponde ordenar la reposición del demandante
como trabajador a plazo indeterminado en el cargo que venía
desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de
dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga
las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del
Código Procesal Constitucional.
5.2. Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código
Procesal Constitucional, la entidad emplazada debe asumir los
costos del proceso, los cuales deberán ser liquidados en la etapa
de ejecución de la presente sentencia.
5.3. Teniendo presente que existen reiterados casos en los
que se estima la demanda de amparo por haberse comprobado
un despido arbitrario, el Tribunal estima pertinente señalar que
cuando se interponga y admita una demanda de amparo contra
una entidad del Estado que tenga por finalidad la reposición del
demandante, ello debe registrarse como una posible contingencia
económica que ha de preverse en el presupuesto, con la finalidad
de que la plaza que ocupaba se mantenga presupuestada para, de
ser el caso, poder actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia
estimativa.
En estos casos, la Administración Pública, para justificar el
mantenimiento de la plaza presupuestada, tendrá presente que
el artículo 7º del Código Procesal Constitucional dispone que “El
Procurador Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer
grado, está facultado para poner en conocimiento del titular de la
entidad su opinión profesional motivada cuando considere que se
afecta el derecho constitucional invocado”.
Con la opinión del procurador público puede evitarse y preverse
gastos fiscales, ya que la Administración Pública puede allanarse
a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los
precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir
con el proceso.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la
afectación de los derechos al trabajo, a la protección adecuada
contra el despido arbitrario y al debido proceso; en consecuencia,
NULO el despido arbitrario del demandante.
2. ORDENAR a la Municipalidad Distrital de Castilla que
reponga a don Armando Gabriel Chávez López como trabajador a
plazo indeterminado, en su mismo puesto de trabajo o en otro de
igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de
que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas
en los artículos 22.º y 59.º del Código Procesal Constitucional, con
el abono de los costos procesales.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
VOTO DE LOS MAGISTRADOS MESÍA RAMÍREZ Y ETO
CRUZ
Visto el recurso de agravio constitucional interpuesto por don
Armando Gabriel Chávez López contra la resolución expedida
por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Piura, de fojas 142, su fecha 17 de agosto del 2012, que declaró
improcedente la demanda de autos, los magistrados firmantes
emiten el siguiente voto:
ANTECEDENTES
Con fecha 31 de enero del 2012, el recurrente interpone
demanda de amparo contra la Municipalidad Distrital de Castilla,
solicitando que se deje sin efecto el despido arbitrario del que fue
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
objeto, y que, en consecuencia se ordene su reposición en el cargo
de chofer de limpieza pública. Manifiesta que prestó servicios para
la municipalidad emplazada desde el 2 de julio del 2011 hasta el 2
de enero del 2012, fecha en que fue despedido; que no suscribió
ningún contrato con la demandada; y que se desempeñó como
chofer obrero de limpieza pública. Agrega que fue despedido sin
expresión de causa, vulnerándose sus derechos al trabajo y al
debido proceso.
El Procurador Público de la municipalidad emplazada contesta
la demanda expresando que el demandante no ha trabajado ni
suscribió ningún contrato con su representada, sino que prestó
servicios para la empresa EMCASAC, mediante contrato de
naturaleza civil.
El Juzgado Mixto de Castilla, con fecha 4 de mayo de 2012,
declaró fundada la demanda, por estimar que se ha acreditado
que el demandante mantuvo una relación laboral de duración
indeterminada con la municipalidad emplazada, y que se vulneró
el derecho al trabajo del demandante porque se le despidió sin
expresión de causa.
La Sala Superior competente, revocando la apelada, declaró
improcedente la demanda, por considerar que el demandante tenía
la condición de empleado municipal, razón por la cual la pretensión
debe ventilarse en la vía contencioso-administrativa.
FUNDAMENTOS
1) Delimitación del petitorio
El demandante solicita su reposición en el cargo que venía
ocupando, sosteniendo que ha sufrido un despido arbitrario. Afirma
que, habiéndose desempeñado como chofer de limpieza pública,
tenía la condición de obrero municipal sujeto al régimen laboral de
la actividad privada.
2) Consideraciones previas
2.1. En atención a los criterios de procedibilidad de las
demandas de amparo relativas a materia laboral individual privada,
establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC Nº 0206-2005PA/TC, que constituyen precedente vinculante, en el presente
caso corresponde evaluar si el recurrente fue objeto de un despido
arbitrario.
3) Sobre la afectación del derecho al trabajo
3.1. Argumentos de la parte demandante
El demandante afirma que ha sido víctima de un despido
sin expresión de causa, violatorio de su derecho constitucional
al trabajo, debido a que no obstante mantener con la entidad
emplazada una relación laboral de naturaleza indeterminada, fue
despedido de manera incausada.
3.2. Argumentos de la parte demandada
El Procurador Público de la Municipalidad emplazada
sostiene que el
demandante no suscribió contrato alguno
con su representada, sino que tuvo una relación de carácter
civil con la empresa municipal EMCASAC En Liquidación,
mediante contratos de locación de servicios.
3.3. Consideraciones
3.3.1. El derecho al trabajo se encuentra reconocido por el
artículo 22º de la Constitución. Al respecto, estimamos que el
contenido esencial del referido derecho constitucional implica dos
aspectos. El de acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por
otra, el derecho a no ser despedido sino por causa justa. Aunque
no resulta relevante para resolver la causa, cabe precisar que, en
el primer caso, el derecho al trabajo supone la adopción por parte
del Estado de una política orientada a que la población acceda a
un puesto de trabajo; si bien hay que precisar que la satisfacción de
este aspecto de este derecho constitucional implica un desarrollo
progresivo y según las posibilidades del Estado. El segundo
aspecto del derecho es el que resulta relevante para resolver la
causa. Se trata del derecho al trabajo entendido como proscripción
de ser despedido salvo por causa justa.
Respecto al derecho constitucional a la protección adecuada
contra el despido arbitrario reconocido en el artículo 27º de la
Constitución, se debe señalar que este Tribunal, en la STC Nº 009762001-AA/TC, delimitó su contenido e interpretó qué debe entenderse
por protección adecuada contra el despido arbitrario. Asimismo, el
Tribunal ha reconocido en reiterada jurisprudencia (por todas, la
STC Nº 05650-2009-PA/TC), dos tipos de protección en casos de
despido arbitrario, de carácter excluyente y a elección del trabajador:
a) protección de eficacia resarcitoria, cuando el trabajador opta por
recurrir a la vía ordinaria solicitando el pago de la indemnización por
despido arbitrario; y b) protección de eficacia restitutoria, cuando
el trabajador opta por recurrir a la vía constitucional a través del
proceso de amparo constitucional, siempre y cuando el despido se
haya producido, entre otros supuestos, de manera incausada, es
decir, ejecutado de manera verbal o mediante comunicación escrita,
sin expresión de causa alguna relacionada con la conducta o el
desempeño laboral del trabajador que la justifique.
3.3.2. El primer punto a dilucidar es determinar cuál fue la entidad
o empresa para la que prestó servicios el recurrente; esto es, si fue la
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
municipalidad emplazada o la Empresa Municipal de Maquinaria Pesada
S.A.C En Liquidación (EMCASAC). La parte emplazada sostiene que
no mantuvo ningún tipo de relación con el demandante y que fue con
EMCASAC que éste tuvo una relación de carácter civil. Sin embargo,
de fojas 69 a 82 obra la memoria de liquidación de la mencionada
empresa, de la que se desprende que el día 6 de julio del 2011 se cursó
carta de despido al demandante poniendo fin al vínculo contractual que
mantuvieron. Por otro lado, de los comprobantes de pago que obran de
fojas 28 a 32 y a fojas 42, se acredita que el actor prestó servicios en
calidad de chofer de limpieza pública para la municipalidad emplazada,
a partir de la segunda quincena del mes de julio hasta diciembre de
2011, como se desprende del membrete y sellos en los que consta la
denominación “Municipalidad Distrital de Castilla”.
3.3.3. Respecto a la naturaleza de los servicios que prestó
el demandante, debe tenerse presente que la labor de chofer
de limpieza pública tiene la característica de ser permanente,
subordinada y, además, por su propia naturaleza debe estar sujeta
a un horario de trabajo impuesto por la Municipalidad emplazada y
bajo dependencia dado que la emplazada debía brindar al actor los
instrumentos necesarios para el ejercicio de sus funciones; también
está acreditado que el demandante percibió un pago mensual por
la función que cumplía.
3.3.4. Por otro lado, ambas partes concuerdan en señalar que el
recurrente no suscribió ningún tipo de contrato con la municipalidad
emplazada; por lo tanto, no existiendo contrato de trabajo
celebrado por escrito por las partes, queda acreditado que el actor
prestó servicios personales, remunerados y bajo subordinación y
dependencia de la emplazada, de conformidad con el artículo 4º
del Decreto Supremo Nº 003-97-TR; por lo que dicha prestación
de servicios debe ser considerada como una contratación laboral a
plazo indeterminado.
3.3.5. Por consiguiente, habiéndose despedido al demandante
sin expresarle causa alguna derivada de su conducta o capacidad
laboral que lo justifique, se ha vulnerado su derecho constitucional
al trabajo, por lo que, en mérito de la finalidad restitutoria del
proceso de amparo, procede la reposición del demandante en el
cargo que venía desempeñando.
4) Sobre la afectación de los derechos al debido proceso y
de defensa
4.1. Argumentos de la parte demandante
El demandante también afirma que su despido sin expresión de
causa resulta violatorio de sus derechos constitucionales al debido
proceso, pues no se ha seguido el procedimiento de despido
establecido en la normatividad laboral.
4.2. Argumentos de la parte demandada
La parte emplazada sostiene que no mantuvo ningún tipo de
relación con el demandante.
4.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
4.3.1. Como el Tribunal Constitucional tiene señalado, el
derecho fundamental al debido proceso, consagrado en el artículo
139º, numeral 3), de la Constitución, comprende una serie de
garantías, formales y materiales, de muy distinta naturaleza, cuyo
cumplimiento efectivo garantiza que el procedimiento o proceso en
el cual se encuentre inmersa una persona, pueda considerarse justo
(STC Nº 10490-2006-AA, fundamento 2). De ahí que el Tribunal
haya destacado que el ámbito de irradiación de este derecho
continente no abarca exclusivamente al ámbito judicial, sino que se
proyecta también al ámbito de los procesos administrativos (STC
Nº 07569-2006-AA/TC, fundamento 6).
También el Tribunal ha establecido en reiterada jurisprudencia
(STC Nº 03359-2006-PA/TC, por todas) “que el debido proceso
–y los derechos que lo conforman, p. e. el derecho de defensa–
resultan aplicables al interior de la actividad institucional de
cualquier persona jurídica, máxime si ha previsto la posibilidad
de imponer una sanción tan grave como la expulsión. En tal
sentido, si el emplazado consideraba que el actor cometió alguna
falta, debieron comunicarle, previamente y por escrito, los cargos
imputados, acompañando el correspondiente sustento probatorio,
y otorgarle un plazo prudencial a efectos de que –mediante la
expresión de los descargos correspondientes– pueda ejercer
cabalmente su legítimo derecho de defensa”.
Por su parte, el derecho de defensa se encuentra reconocido
expresamente por el artículo 139º, numeral 14, de nuestra
Constitución, y constituye un elemento del derecho al debido
proceso. Según lo ha desarrollado la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional, el contenido esencial del derecho de defensa queda
afectado cuando, en el seno de un proceso judicial, cualquiera de
las partes resulta impedida, por concretos actos de los órganos
judiciales, de ejercer los medios necesarios, suficientes y eficaces
para defender sus derechos e intereses legítimos [STC Nº 12312002-HC/TC]. Es así que el derecho de defensa (de naturaleza
procesal) se constituye como fundamental y conforma el ámbito
del debido proceso, siendo presupuesto para reconocer la garantía
de este último. Por ello, en tanto derecho fundamental, se proyecta
como principio de interdicción para afrontar cualquier indefensión
y como principio de contradicción de los actos procesales que
pudieran repercutir en la situación jurídica de algunas de las partes,
sea en un proceso o procedimiento, o en el caso de un tercero con
interés.
50059
4.3.2. En el caso de autos, la controversia constitucional radica
en determinar si la entidad demandada, al dar por culminado el
vínculo laboral con el actor, lo hizo observando el debido proceso,
o si, por el contrario, lo lesionó. Efectuada esta precisión, debe
comenzarse por evaluar la lesión del derecho de defensa, toda vez
que forma parte del derecho al debido proceso.
4.3.3. De acuerdo con lo previsto por el artículo 31° del
Decreto Supremo Nº 003-97-TR, el empleador no podrá despedir
a un trabajador por causa relacionada con su conducta laboral,
sin antes otorgarle por escrito un plazo razonable no menor de
seis días naturales para que pueda defenderse por escrito de los
cargos que se le formulen; es decir el despido se inicia con una
carta de imputación de cargos para que el trabajador pueda ejercer
su derecho de defensa, efectuando su descargo en la forma que
considere conveniente a su derecho.
4.3.4. En el presente caso ya ha quedado determinado que el
recurrente mantenía con la demandada una relación laboral a plazo
indeterminado y que el empleador dio por terminada la relación
laboral sin expresar causal válida alguna; es decir, el recurrente
fue despedido sin que le haya remitido previamente una carta de
imputación de faltas graves.
4.3.5. Por lo expuesto, consideramos que en el presente caso
la entidad demandada también ha vulnerado el derecho al debido
proceso del recurrente, específicamente, su derecho de defensa.
5) Efectos de la sentencia
5.1. En la medida en que en este caso se ha acreditado que
la entidad demandada ha vulnerado los derechos constitucionales
al trabajo, a la protección adecuada contra el despido arbitrario
y al debido proceso, correspondería ordenar la reposición del
demandante como trabajador a plazo indeterminado en el cargo
que venía desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en
el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución
imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º
del Código Procesal Constitucional.
5.2. Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código
Procesal Constitucional, la entidad emplazada debería asumir los
costos del proceso, los cuales deberán ser liquidados en la etapa
de ejecución de la presente sentencia.
5.3. Teniendo presente que existen reiterados casos en los
que se estima la demanda de amparo por haberse comprobado
un despido arbitrario, estimamos pertinente señalar que cuando se
interponga y admita una demanda de amparo contra una entidad
del Estado que tenga por finalidad la reposición del demandante,
ello debe registrarse como una posible contingencia económica
que ha de preverse en el presupuesto, con la finalidad de que
la plaza que ocupaba se mantenga presupuestada para, de ser
el caso, poder actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia
estimativa.
En estos casos, la Administración Pública, para justificar el
mantenimiento de la plaza presupuestada, tendrá presente que
el artículo 7º del Código Procesal Constitucional dispone que “El
Procurador Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer
grado, está facultado para poner en conocimiento del titular de la
entidad su opinión profesional motivada cuando considere que se
afecta el derecho constitucional invocado”.
Con la opinión del procurador público puede evitarse y preverse
gastos fiscales, ya que la Administración Pública puede allanarse
a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los
precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir
con el proceso.
Por estos fundamentos nuestro voto es por:
1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la
afectación de los derechos al trabajo, a la protección adecuada
contra el despido arbitrario y al debido proceso; en consecuencia,
NULO el despido arbitrario del demandante.
2. ORDENAR a la Municipalidad Distrital de Castilla que
reponga a don Armando Gabriel Chávez López como trabajador a
plazo indeterminado, en su mismo puesto de trabajo o en otro de
igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de
que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas
en los artículos 22.º y 59.º del Código Procesal Constitucional, con
el abono de los costos procesales.
Sres.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
VOTO DIRIMENTE DEL MAGISTRADO CALLE HAYEN
Puestos los autos a despacho para dirimir la discordia surgida,
y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 5º, parágrafo
quinto, de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, y en los
artículos 11 y 11-A de su Reglamento Normativo, procedo a emitir
el siguiente voto:
1. Hecho el análisis, comparto íntegramente los fundamentos
expuestos en el voto en mayoría, a los cuales me adhiero y hago
míos; por lo que mi voto también es porque declare FUNDADA
la demanda de amparo en lo que respecta a la afectación de los
PROCESOS CONSTITUCIONALES
50060
derechos al trabajo, a la protección adecuada contra el despido
arbitrario y al debido proceso; en consecuencia, NULO el despido
arbitrario del demandante.
2. Mi voto también es por ORDENAR que la Municipalidad
Distrital de Castilla reponga a don Armando Gabriel Chávez López
como trabajador a plazo indeterminado, en su mismo puesto de
trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días,
bajo apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas
coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal
Constitucional, con el abono de los costos del proceso.
Sr.
CALLE HAYEN
VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO ÁLVAREZ MIRANDA
Con el debido respeto por la opinión vertida por mis colegas
magistrados, emito el siguiente voto singular por las siguientes
consideraciones.
1. Según el artículo 5º de la Ley Nº 28175, Ley Marco del
Empleo Público, el acceso al empleo público se realiza mediante
concurso público y abierto, por grupo ocupacional, en base a los
méritos y capacidad de las personas, en un régimen de igualdad de
oportunidades.
2. A través de dicho filtro, se persigue, en la medida de lo
posible, dotar a la Administración Pública de los mejores cuadros
pues, a diferencia de lo que ocurre con los particulares, quienes
guiados por el incentivo de ser cada día más eficientes bajo
pena de ser expectorados del mercado, procuran captar al mejor
personal en base a sus cualificaciones personales y trayectoria;
ello no suele presentarse con frecuencia en el sector público, pues
carece de tal incentivo.
3. De ahí que, a fin de corregir tal situación, resulta
constitucionalmente lógico que el ordenamiento jurídico supedite
el acceso al empleo público a la aprobación de un concurso en
el que se evalúe tanto los méritos como las habilidades de los
participantes, en el marco de una evaluación transparente. Sólo de
esta manera se garantizaría que el gobierno de turno no utilice el
aparato estatal para cubrir tales plazas con personas cercanas al
mismo, que carezcan de la idoneidad necesaria para ocuparlas.
4. Por ello, en el empleo público no cabe la aplicación mecánica
del concepto de “desnaturalización”, pues a diferencia de una
empresa particular, en la que sus accionistas velan por sus legítimos
intereses, el Estado, que es la gran empresa de todos los peruanos,
muchas veces termina siendo superado por intereses subalternos,
perjudicando abiertamente a la sociedad en su conjunto, y en especial
a las personas que, a pesar de estar debidamente cualificadas y tener
vocación de servicio, no logran ingresar al sector público.
5. No desconozco que, jurisprudencialmente, el Tribunal
Constitucional ha venido amparando pretensiones tendientes a
reincorporar a ex - trabajadores públicos que fueron contratados
bajo un contrato de locación de servicios y contratos modales,
so pretexto de una “desnaturalización” del mismo, sin tomar en
consideración el citado filtro, pese a que de manera uniforme y
reiterada se ha precisado que el proceso de amparo tiene una
finalidad restitutiva y no declarativa.
6. En tal escenario, se ha venido incorporando a personas al
régimen laboral de la actividad privada regulado en el Texto Único
Ordenado del Decreto Legislativo Nº 728, a pesar de no haber
pasado por un proceso de evaluación previa de méritos en el
que se haya determinado la existencia de una plaza disponible,
y en segundo término, si las personas cumplen con los requisitos
necesarios para desempeñar dicha labor. Al respecto, de lo actuado
no se aprecia que exista dicha plaza ni que cumpla en teoría con lo
requerido para eventualmente acceder a la plaza.
Por tales consideraciones, soy de la opinión que la presente
demanda debe ser declarada IMPROCEDENTE.
Sr.
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133424-4
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 00446-2013-PA/TC
LIMA
GLORIA LUZ NAVARRO PRÍNCIPE
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 28 días del mes de enero de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Gloria
Luz Navarro Príncipe contra la resolución expedida por la Sexta
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
Sala Civil de Corte Superior de Justicia de Lima, foja 639, su fecha
25 de setiembre de 2012, que declara improcedente la demanda
de autos.
ANTECEDENTES
La recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina
de Normalización Previsional (ONP), solicitando que se declare
inaplicable la Resolución Nº 4154-2010-ONP/DPR.SC/DL 19990 del 20
de enero de 2010; y que, en consecuencia, se le otorgue una pensión
de jubilación adelantada según el Régimen del Decreto Ley 19990,
reconociéndole previamente la totalidad de años de aportaciones.
Asimismo, solicita el pago de los devengados e intereses legales.
La emplazada contesta la demanda alegando que la actora no
ha adjuntado documentos idóneos que acrediten la totalidad de
aportaciones para acceder a la pensión que solicita.
El Décimo Juzgado Especializado en lo Constitucional de Lima,
con fecha 6 de marzo de 2012, declaró infundada la demanda,
por considerar que la actora no ha acreditado que cumple con
el requisito de aportes para acceder a la pensión adelantada del
régimen del Decreto Ley Nº 19990.
La Sala Superior competente revoca la apelada y la declara
improcedente, por el mismo fundamento.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
En el presente caso, la demandante pretende que se le otorgue
la pensión de jubilación adelantada prevista en el segundo párrafo
del artículo 44 del Decreto Ley Nº 19990.
En el fundamento 37.b) de la STC Nº 1417-2005-PA/TC,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 12 de julio de 2005,
este Tribunal ha señalado que forman parte del contenido esencial
directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión las
disposiciones legales que establecen los requisitos para el disfrute
de tal derecho.
En consecuencia, al advertirse que la pretensión de la actora está
comprendida en el supuesto previsto en el fundamento precitado,
corresponde analizar el fondo de la cuestión controvertida.
2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11
de la Constitución)
2.1. Argumentos de la demandante
Manifiesta que ha solicitado pensión de jubilación adelantada
con arreglo al Decreto Ley Nº 19990 y que la ONP arbitrariamente
ha desconocido las aportaciones generadas.
2.2. Argumentos de la demandada
Aduce que los documentos presentados no son idóneos para
acreditar aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones.
2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
2.3.1. El artículo 44 del Decreto Ley Nº 19990 establece que
los trabajadores que tengan cuando menos 55 o 50 años de edad
y 30 o 25 años de aportaciones, según sean hombres y mujeres,
respectivamente, tienen derecho a una pensión de jubilación
adelantada.
2.3.2. De la copia del documento nacional de identidad (f. 2),
se advierte que la demandante nació el 24 de octubre de 1948;
por lo tanto, cumplió la edad requerida para acceder a la pensión
solicitada el 24 de octubre de 1998.
2.3.3. De la resolución cuestionada y del cuadro resumen de
aportaciones (f. 29 a 31), se advierte que la ONP le reconoce a la
actora 22 años de aportaciones.
2.3.4. Debe tenerse presente que en el fundamento 26 de la
STC Nº 4762-2007-PA/TC, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 25 de octubre de 2008, así como en su resolución aclaratoria,
este Colegiado ha establecido como precedente vinculante las
reglas para acreditar periodos de aportaciones en el proceso de
amparo, detallando los documentos idóneos para tal fin.
2.3.5. Para acreditar aportaciones no reconocidas por la
demandada, este Colegiado evalúa la documentación presentada
por la accionante, así como la del Expediente administrativo
1300209105, documentos que se detallan a continuación:
Bodega Pacae S.A.
a. Certificado de trabajo en el que se indica que laboró desde
el 16 setiembre de 1971 al 18 de noviembre de 1975 (f. 6); sin
embargo, no se identifica a la persona que lo suscribe, razón por la
cual no brinda certeza suficiente.
b. Liquidación de beneficios sociales, que no cuenta con el
membrete o sello de la empresa, por lo que no resulta idóneo para
la acreditación de aportes (f. 8)
c. Certificado de trabajo expedido en el formato del Seguro
Social del Perú (f. 7), documento que no registra el nombre y cargo
de la persona que lo suscribe y que, por tanto, tampoco resulta
suficiente para acreditar periodo alguno de aportes.
d. Copia fedateada de 12 boletas de pago de salarios
correspondientes a los meses de agosto a diciembre de 1975 (f.
172 a 182).
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
Así las cosas, se concluye que la demandante no ha presentado
documentos idóneos que permitan cumplir la exigencia impuesta
por este Colegiado en el precedente invocado en el fundamento
2.3.4 para acreditar el período mínimo de aportaciones en la vía del
amparo, motivo por el cual se debería desestimar la demanda.
2.3.6. No obstante, este Colegiado considera que a efectos
de evitar un perjuicio innecesario a la demandante, procede la
aplicación del principio iura novit curia, consagrado en el artículo
VIII del Código Procesal Constitucional. En consecuencia, en el
presente caso, la configuración legal del derecho a la pensión de la
recurrente deberá ser analizada según lo dispuesto por las normas
que regulan el régimen general de jubilación establecido en el
Decreto Ley Nº 19990.
2.3.7. A tenor del artículo 38 del Decreto Ley Nº 19990,
modificado por el artículo 9 de la Ley Nº 26504, y el artículo 1
del Decreto Ley Nº 25967, para obtener una pensión del régimen
general de jubilación, se requiere tener 65 años de edad y acreditar,
por lo menos, 20 años de aportaciones.
2.3.8. Por consiguiente, conforme a lo indicado en el
fundamento 2.3.7., supra, la demandante cuenta con 22 años de
aportaciones y tiene 65 años de edad en la actualidad, por lo que
cumple los requisitos para acceder a una pensión de jubilación del
régimen general del Decreto Ley 19990 desde el 24 de octubre
de 2013 (fecha en que cumplió 65 años de edad), motivo por el
cual la demanda debe ser estimada, abonándose las pensiones
generadas y los intereses legales.
2.3.9. Respecto a los intereses legales, en la STC Nº 054302006-PA/TC se ha establecido que deben ser pagados de acuerdo
con lo dispuesto en el artículo 1246 del Código Civil.
2.3.10. El artículo 56 del Código Procesal Constitucional
establece que “si la sentencia declara fundada la demanda,
se impondrán las costas y costos que el Juez establezca a la
autoridad, funcionario o persona demandada (…) En los procesos
constitucionales el Estado sólo puede ser condenado al pago de
costos”.
2.3.11. Si bien correspondería, de conformidad con el artículo
56 del Código Procesal Constitucional, ordenar que la demandada
asuma los costos procesales, de autos se desprende que se ha
modificado el petitum de la demanda una vez iniciado el proceso,
en cuyo caso, la negativa de la ONP no ha sido arbitraria, pues los
requisitos para acceder a la pensión solicitada recién la recurrente
los cumplió luego de presentada la demanda.
50061
Cajamarca solicitando que cese la privación de su derecho al
descanso por maternidad del cual es objeto, y que, en consecuencia,
se le otorgue la licencia por maternidad con goce de sus haberes,
más el pago de los costos del proceso, sin perjuicio de que se le
aplique a la demandada la multa correspondiente por actuar con
temeridad y mala fe.
Manifiesta ser trabajadora de la entidad emplazada, y que
al encontrarse en estado de gestación de ocho (8) meses, le
corresponde el derecho a la licencia de descanso pre y post
natal por maternidad remunerado. Alega que en más de una
oportunidad solicitó dicho beneficio a la demandada, sin embargo,
hasta la actualidad no ha obtenido respuesta, lo cual vulnera sus
derechos constitucionales a la protección de la persona humana,
a la igualdad, a la no discriminación y a sus derechos laborales
reconocidos en la Constitución Política del Perú.
El procurador público de la Municipal Provincial de Cajamarca,
contesta la demanda alegando que la demandante no ha cumplido
con presentar el informe médico que certifique su estado gestacional,
siendo éste un requisito establecido por Ley. Asimismo, señala que
la actora al ser contratada de forma temporal, no le correspondería
el derecho a descanso por maternidad.
El Tercer Juzgado Especializado en lo Civil de Cajamarca, con
fecha 3 de mayo de 2012, declaró fundada la demanda por estimar
que al haberse acreditado con los instrumentales presentados
que la actora se encontraba en estado de gestación, la entidad
emplazada ha vulnerado los derechos constitucionales de la
accionante, correspondiendo otorgarle el beneficio solicitado.
La Sala Superior revisora, revocó la apelada, y reformándola
declaró improcedente la demanda por considerar que para
dilucidar la pretensión planteada existen vías procedimentales,
igualmente satisfactorias, para la protección del derecho vulnerado,
de conformidad con el artículo 5, inciso 2 del Código Procesal
Constitucional.
La demandante en su recurso de agravio constitucional
interpuesto con fecha 8 de noviembre de 2012, sostiene que el Ad
quem no ha tomado en cuenta que al negársele el descanso por
maternidad no solo afecta a su persona, sino también al menor
como concebido, y que de ir a un proceso ordinario como se indica,
por ser un proceso más lato, la agresión puede convertirse en
irreparable.
FUNDAMENTOS
Delimitación del petitorio
3. Efectos de la presente sentencia
En consecuencia, se ha acreditado que a la demandante le
corresponde percibir la pensión del régimen general de jubilación,
a partir del 24 de octubre de 2013.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda.
2. Ordena que la ONP emita resolución otorgando al
demandante la pensión del régimen general de jubilación conforme
a lo dispuesto en los fundamentos de la presente sentencia.
Publíquese y notifíquese.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133424-5
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 00388-2013-PA/TC
CAJAMARCA
MARÍA JUANA TERÁN ISPILCO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 22 días del mes de abril de 2014 la Sala Segunda
del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
El recurso de agravio constitucional interpuesto por doña
María Juana Terán Ispilco contra la resolución expedida por la
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca, de fojas
101, su fecha 16 de octubre de 2012, que declaró improcedente la
demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 20 de diciembre de 2011, la recurrente interpone
demanda de amparo contra la Municipalidad Provincial de
1. La presente demanda tiene por objeto que se le otorgue a la
demandante el descanso por maternidad, alegándose que pese a
que cursó la respectiva solicitud al Jefe de Recursos Humanos y al
Alcalde de la Municipalidad Provincial de Cajamarca, su pedido no
obtuvo respuesta alguna.
Consideraciones previas
2. Debe tenerse en cuenta que el argumento utilizado por
la Sala Superior para dilucidar lo pretendido por la actora, esto
es, licencia pre y pos natal con goce de haberes, es que ello
estaría comprendido dentro del supuesto de incumplimiento
de disposiciones y normas laborales cualquiera [que] fuera su
naturaleza, señalado en el fundamento 17 del precedente recaído
en el Exp. Nº 00206-2005-PA/TC (caso Baylon Flores), motivo por
el cual resuelve que existe otra vía igualmente satisfactoria para
ventilar la pretensión de la recurrente, conforme se ha establecido
en el inciso 2 del artículo 5º del Código Procesal Constitucional.
3. Sin embargo, tal no es una interpretación constitucionalmente
adecuada de la citada disposición, en especial, cuando ha de
interpretársela desde el sentido que le irradia el artículo 200°, inciso
2, de la Constitución y, además, desde la naturaleza del proceso de
amparo, en tanto vía de tutela urgente.
4. Desde tal perspectiva, en la interpretación de la referida
disposición debe examinarse si, aun cuando existan vías judiciales
específicas igualmente satisfactorias, la resolución de la pretensión
planteada exige, en virtud de las circunstancias del caso, una tutela
jurisdiccional urgentísima y perentoria.
5. En dicho contexto, en el caso de autos se pone de manifiesto
la urgencia de la tutela jurisdiccional requerida, muy al margen
de la existencia de una vía igualmente satisfactoria, dado que
la accionante se encontraba embarazada y requería contar con
el citado descanso y éste le fue negado -por omisión- sin razón
alguna que justifique dicha negativa. Es evidente entonces, que lo
decretado por el Ad quem resulta, a todas luces, irrazonable.
6. A juicio de este Tribunal, la arbitrariedad denunciada amerita
un pronunciamiento de fondo, pues no sólo obvia lo previsto en la
Ley Nº 26644, sino que abiertamente desconoce lo previsto en los
artículos 4º y 23º de la Constitución, que califican a la madre como
sujeto de especial protección.
7. Una trabajadora embarazada, en tanto titular de una
especial protección constitucional, tiene habilitada la jurisdicción
constitucional para exigir el cumplimiento de los mencionados
descansos pues, dada su situación de gravidez, el Estado se
encuentra en la ineludible necesidad de adoptar medidas urgentes
para salvaguardar sus intereses, así como los del niño que está por
nacer.
8. Así, visto que en autos obran medios probatorios objetivos,
este Tribunal estima que procederá a emitir un pronunciamiento de
fondo, más si se tiene en cuenta que la demandada ha reconocido
los hechos (estado de gestación de la actora), y que su negativa de
50062
PROCESOS CONSTITUCIONALES
otorgarle dicho beneficio a la recurrente se basó en un mero trámite
administrativo, el cual bien pudo constatar.
Consideraciones del Tribunal Constitucional
9. El artículo 4 de la Constitución Política del Estado prescribe:
“La Comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al
adolescente, a la madre y al anciano en situación de abandono
(…)”. Asimismo, el artículo 23 establece que “el trabajo, en sus
diversas modalidades es objeto de atención prioritaria del Estado,
el cual protege especialmente a la madre, al menor de edad y al
impedido que trabajan”. Tal deber se traduce en las obligaciones
estatales de adoptar todas las medidas apropiadas para eliminar
la discriminación en contra de la mujer en la esfera del empleo,
prohibiendo, bajo pena de sanciones, el despido motivo de
embarazo o licencia por maternidad, así como, la discriminación
sobre la base del estado civil y prestar protección especial a la
mujer durante el embarazo (artículo 11, numeral 1 y 2, literales
a y d de la Convención sobre la eliminación de toda forma de
discriminación contra la mujer de las Naciones Unidas) (STC Nº
00206-2005-PA/TC).
10. En el caso de autos, se encuentra debidamente acreditado
que:
a) La recurrente se encontraba gestando y que la fecha
probable de parto era el 1 de febrero de 2012, conforme se advierte
de su historia clínica 13-21173, y del reporte de ecografía obstétrica
(f. 2 y 3).
b) La demandante solicitó al Jefe de Recursos Humanos y al
Alcalde de la Municipalidad Provincial de Cajamarca, con fechas
23 de noviembre y 2 de diciembre de 2011 su descanso por
maternidad (f. 4 y 5).
c) La demandante no obtuvo respuesta, tal como lo reconoce
la emplazada en su escrito de contestación de demanda (fj. 53), en
el cual alega que no cumplió con presentar el informe médico que
certifique su estado gestacional. Al respecto, debe indicarse que
dicho argumento no resulta válido, pues bien pudo solicitar a la
actora que presente dicho medio probatorio, sin embargo, a pesar
de que la recurrente solicitó en dos oportunidades dicho beneficio,
la Administración omitió emitir pronunciamiento, sea rechazándola
o subsanando dicho escrito, lo cual evidencia una conducta
arbitraria y, por ende, vulneratoria a los derechos constitucionales
de la accionante.
d) Asimismo, debe tenerse presente, que el argumento
vertido por la entidad edil acerca de que la demandante tenía la
condición de trabajadora temporal, y no a plazo indeterminado,
por lo que no correspondía otorgarle el derecho de licencia por
maternidad con goce de haberes, resulta irrazonable, pues la
Ley Nº 26644, no establece diferenciación sobre el régimen
laboral que tengan las mujeres que se encuentren en estado
gestacional.
11. Por tanto, este Colegiado concluye que la accionante ha
padecido un tratamiento arbitrario, y que a la fecha de emitirse
la resolución objeto de agravio constitucional, dicho agravio se
ha tornado irreparable, pues dicho beneficio tiene sentido en la
medida que busca coadyuvar a la recuperación de la mujer luego
del alumbramiento así como a procurar el bienestar del bebé. Al
ser brindado con posterioridad al alumbramiento, si bien podría
indemnizar el tiempo que no debió laborar, la finalidad perseguida
por la norma ya no se cumpliría.
12. En la medida que luego de presentada la demanda,
la agresión denunciada en su momento como amenaza se ha
consumado y, en las actuales circunstancias, se ha convertido
en irreparable, resulta aplicable, a contrario sensu, el artículo 1,
segunda parte, del Código Procesal Constitucional. De acuerdo
con dicha norma: “Si luego de presentada la demanda cesa la
agresión o amenaza por decisión voluntaria del agresor, o si ella
deviene en irreparable, el Juez, atendiendo al agravio producido,
declarará fundada la demanda precisando los alcances de su
decisión, disponiendo que el emplazado no vuelva a incurrir en
las acciones u omisiones que motivaron la interposición de la
demanda, y que si procediere de modo contrario se le aplicarán las
medidas coercitivas previstas en el artículo 22 del presente Código,
sin perjuicio de la responsabilidad penal que corresponda.”
13. Dada la gravedad del acto lesivo denunciado, y atendiendo
a que, en situaciones similares, la trabajadora pueda sufrir
arbitrariedades de esta índole, es necesario que este Tribunal
declare fundada la presente demanda, a fin de ordenar a la
emplazada que no vuelva a incurrir en actitudes de este tipo.
14. Las trabajadoras gestantes, bajo ningún concepto,
pueden ser compelidas a renunciar al descanso pre y postnatal. Sus requerimientos de descanso deben ser atendidos
con prontitud por lo que, ante eventuales arbitrariedades,
la jurisdicción constitucional, a través de los procesos de
cumplimiento y amparo, dada la premura en que debe dilucidarse
tal pretensión, resulta idónea para salvaguardar los derechos de
las gestantes.
15. En tal sentido, corresponde a los jueces que conozcan
este tipo de demandas resolverlas tan pronto como sea posible,
pues ante la negativa del empleador en acatar dicha obligación,
existe un gran riesgo de que el agravio denunciado termine siendo
irreparable.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda al haberse acreditado
que la accionante ha sido víctima de un tratamiento arbitrario,
pues, pese a encontrarse gestando se le han negado las licencias
establecidas en Ley Nº 26644; consecuentemente, se dispone que
la Municipalidad Provincial de Cajamarca, en lo sucesivo, no vuelva
a incurrir en las conductas que motivaron la presente demanda.
2. Disponer que de reincidir la Municipalidad Provincial de
Cajamarca en arbitrariedades de esta naturaleza, se apliquen las
medidas coercitivas previstas en el artículo 22 del Código Procesal
Constitucional, sin perjuicio de las responsabilidades de ley, con el
pago de costos.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133424-6
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 00653-2013-PA/TC
LIMA
FÉLIX REYNALDO ATO MERINO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 30 días del mes de abril de 2014, la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia; con el voto en mayoría de los magistrados Mesía
Ramírez y Eto Cruz, el voto en discordia del magistrado Álvarez
Miranda y el voto dirimente del magistrado Calle Hayen, que se
agregan a los autos.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Félix
Reynaldo Ato Merino contra la sentencia expedida por la Tercera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 268,
su fecha 18 de julio de 2012, que declaró infundada la demanda
de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 24 de marzo de 2010, el recurrente interpone
demanda de amparo contra Tecnología de Alimentos S.A. (TASA),
solicitando que se deje sin efecto la carta de fecha 11 de febrero
de 2010, mediante la cual de forma indebida e injustificada
se extingue su relación laboral que venía manteniendo con la
Sociedad demandada; y que, en consecuencia, se lo reponga en
el cargo que venía ocupando, se le abone las remuneraciones y
bonificaciones dejadas de percibir y las costas y costos del proceso.
Manifiesta que laboró ininterrumpidamente, desde el 12 de octubre
de 2006 hasta el 11 de febrero de 2010, desempeñándose como
pescador en el cargo de motorista de la embarcación pesquera
de la demandada, habiendo sido despedido sin expresión de una
causa justa prevista en la ley, atribuyéndosele de forma indebida e
ilegalmente la condición de un trabajador de confianza, sin tener
en cuenta que la emplazada no ha cumplido con comunicar de
forma escrita al trabajador dicha condición, además que por las
funciones que desempeñaba como motorista dentro de una de
las embarcaciones pesqueras de la demandada en modo alguno
puede ser considerado como un trabajador de confianza. Alega la
vulneración de sus derechos al trabajo y a gozar de una adecuada
protección contra el despido arbitrario.
El apoderado de la sociedad demandada propone la excepción
de incompetencia por razón de la materia y contesta la demanda
argumentando que la labor de motorista es de mucha importancia
por cuanto es de carácter especializado, ya que supone operar el
motor de la embarcación durante las faenas, así como efectuar
su mantenimiento; agrega que sin el indispensable concurso del
motorista no sería posible realizar las labores de pesca, es por
ello que el cargo de motorista es considerado como de confianza,
teniendo pleno conocimiento el demandante que la labor que
desempeñaba siempre tuvo tal calificación, conforme se hizo de
conocimiento del demandante. Asimismo, refiere que la razón por
la que se produce su despido obedece a que la empresa ha venido
atravesando una serie de transformaciones y reestructuraciones
en sus procedimientos productivos, lo que ha conllevado que se
produzcan profundos cambios en su entorno y en el mercado
en el que se desempeña, por lo que el demandante, en su
calidad de trabajador de confianza, fue incluido en el proceso de
restructuración, dándose por concluida su relación laboral.
El Tercer Juzgado Especializado en lo Constitucional de Lima
con fecha 6 de octubre de 2011, declara infundada la excepción
propuesta y con fecha 30 de enero de 2012 declara infundada
la demanda, por estimar que el puesto de motorista es un cargo
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
de confianza establecido por el propio convenio colectivo entre el
Sindicato Único de Pescadores de Nuevas Embarcaciones del Perú
– SUPNEP y la Asociación de Armadores de Armadores de Nuevas
Embarcaciones Pesqueras – AANEP, el mismo que fue suscrita por
los representantes de los trabajadores, teniendo conocimiento de
esta calificación el demandante a través de su Sindicato, al cual
perteneció hasta inicios del año 2010.
La Sala revisora
fundamento.
confirma
la
apelada
por
similar
El demandante interpone recurso de agravio constitucional
contra la sentencia de vista precisando que se ha incurrido
en error, por cuanto no se ha tomado en cuenta el principio de
irrenunciabilidad de los derechos reconocidos en la Constitución
y la ley; y que todo trabajador por su condición de tal, sea o no
trabajador de confianza, una vez superado el periodo de prueba,
automáticamente adquiere el derecho a la estabilidad en el trabajo,
por que goza de la protección adecuada contra toda forma de
despido.
FUNDAMENTOS
1) Delimitación del petitorio
El demandante solicita su reposición en el cargo de motorista,
sosteniendo que ha sido despedido incausadamente dado que el
cargo que desempeñaba no era de confianza, pues no se ha tenido
en cuenta que la sociedad emplazada no ha cumplido con comunicar
de forma escrita al trabajador dicha condición, no habiéndose
seguido el procedimiento establecido en los artículos 30º y 31º del
Decreto Supremo Nº 003-97-TR para su despido, por lo que solicita
que a través del presente proceso se ordene su reincorporación a
la demandada como trabajador a plazo indeterminado. Alega que
se han vulnerado sus derechos constitucionales al trabajo y a gozar
de una adecuada protección contra el despido arbitrario.
2) Consideraciones previas
En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de
amparo relativas a la materia laboral individual privada, establecidos
en los fundamentos 7 a 20 de la STC Nº 0206-2005-PA/TC, que
constituyen precedente vinculante, este Colegiado considera que,
en el presente caso, corresponde evaluar si el recurrente ha sido
objeto de un despido arbitrario conforme señala en su demanda.
3) Sobre la afectación del derecho al trabajo y a gozar de
una protección adecuada contra el despido arbitrario
3.1. Argumentos del demandante
El actor sostiene que se ha vulnerado sus derechos al trabajo
y a gozar de una protección adecuada contra el despido arbitrario,
toda vez que ha sido despedido sin expresión de una causa justa
prevista en la ley, atribuyéndosele de forma indebida e ilegalmente
la condición de un trabajador de confianza, sin haberse tenido en
cuenta que la sociedad no ha cumplido con comunicar de forma
escrita al trabajador dicha condición, y que por las funciones que
desempeñaba como motorista dentro de una de las embarcaciones
pesqueras de la demanda en modo alguno puede ser considerado
como trabajador de confianza.
3.2. Argumentos de la sociedad demandada
La demandada argumenta que la razón por la que se produce
el despido obedece a que la empresa ha venido atravesando
una serie de transformaciones y reestructuraciones en sus
procedimientos productivos, lo que ha generado profundos cambios
en su entorno y en el mercado en el que se desempeña, por lo
que el demandante, en su calidad de trabajador de confianza, fue
incluido en el referido proceso de restructuración, dándose por
concluida su relación laboral.
3.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
3.3.1. El artículo 22º de la Constitución Política del Perú
establece que: “El trabajo es un deber y un derecho. Es base del
bienestar social y medio de realización de una persona”, mientras
que el artículo 27º señala que: “La ley otorga al trabajador adecuada
protección contra el despido arbitrario”.
En tal sentido cabe resaltar que el contenido esencial del
derecho al trabajo implica dos aspectos: el de acceder a un puesto
de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a no ser despedido
sino por causa justa. En el primer caso, el derecho al trabajo
supone la adopción por parte del Estado de una política orientada
a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que
precisar que la satisfacción de este aspecto implica un desarrollo
progresivo y según las posibilidades económicas del Estado.
El segundo aspecto trata del derecho al trabajo entendido como
proscripción de ser despedido salvo por causa justa.
3.3.2. Para resolver la controversia se debe determinar si el
cargo de motorista es de confianza, o no.
3.3.3. De acuerdo con lo previsto en el artículo 43.º del Decreto
Supremo Nº 003-97-TR, son trabajadores de confianza aquellos
que laboran en contacto personal y directo con el empleador o con
el personal de dirección, teniendo acceso a secretos industriales,
50063
comerciales o profesionales y, en general, a información de carácter
reservado.
3.3.4. Sobre el particular, debe recordarse que en el fundamento
3 de la STC Nº 03501-2006-PA/TC, el Tribunal Constitucional
precisó que:
3. Los trabajadores comunes gozan del derecho de acceder a
un puesto de trabajo en el sector público, tienen estabilidad en su
trabajo y no pueden ser despedidos arbitrariamente, según la STC
Nº 0206-2005-AA/TC. Mientras que los que asumen un cargo de
confianza están supeditados a la “confianza”, valga la redundancia,
del empleador. En este caso, el retiro de la misma es invocada
por el empleador y constituye una situación especial que extingue
el contrato de trabajo al ser de naturaleza subjetiva, a diferencia
de los despidos por causa grave, que son objetivos (subrayado
agregado).
3.3.5. En sentido similar, debe destacarse que en los
fundamentos 15 y 16 de la sentencia referida, el Tribunal enfatizó
que:
15. Para calificar a un trabajador de dirección o de confianza
conforme a la legislación actual, se procederá de la siguiente
manera:
a) Se identificará y determinará los puestos de dirección y de
confianza de la empresa, de conformidad con la Ley;
b) Se comunicará por escrito a los trabajadores que ocupan
los puestos de dirección y de confianza que sus cargos han sido
calificados como tales; (…).
16. De la misma manera la calificación de dirección o de
confianza es una formalidad que debe observar el empleador. Su
inobservancia no enerva dicha condición si de la prueba actuada
esta se acredita. Por lo que si un trabajador desde el inicio de sus
labores conoce de su calidad de personal de confianza o dirección,
o por el hecho de realizar labores que implique tal calificación,
estará sujeto a la confianza del empleador para su estabilidad en
su empleo, de lo contrario solo cabría la indemnización o el retiro
de la confianza depositada en él, tal como viene resolviendo este
Colegiado (subrayado agregado).
3.3.6. Asimismo, es pertinente resaltar que en el fundamento
11 de la sentencia en mención se estableció que:
11. (…) un trabajador de confianza tiene particularidades que lo
diferencian de los trabajadores “comunes”, tales como:
a) La confianza depositada en él, por parte del empleador; la
relación laboral especial del personal de alta dirección se basa
en la recíproca confianza de las partes, las cuales acomodarán
el ejercicio de sus derechos y obligaciones a las exigencias de la
buena fe, como fundamento de esta relación laboral especial.
b) Representatividad y responsabilidad en el desempeño
de sus funciones; las mismas que lo ligan con el destino de la
institución pública, de la empresa o de intereses particulares de
quien lo contrata, de tal forma que sus actos merezcan plena
garantía y seguridad.
c) Dirección y dependencia; es decir que puede ejercer
funciones directivas o administrativas en nombre del empleador,
hacerla partícipe de sus secretos o dejarla que ejecute actos de
dirección, administración o fiscalización de la misma manera que el
sujeto principal.
d) No es la persona la que determina que un cargo sea
considerado de confianza. La naturaleza misma de la función es lo
que determina la condición laboral del trabajador.
(…)
e) La pérdida de confianza que invoca el empleador constituye
una situación especial que extingue el contrato de trabajo; a
diferencia de los despidos por causa grave, que son objetivos,
ésta en cambio es de naturaleza subjetiva. El retiro de la confianza
comporta la pérdida de su empleo, siempre que desde el principio
de sus labores este trabajador haya ejercido un cargo de confianza
o de dirección.
3.3.7. De la carta de fecha 11 de febrero de 2010, expedida
por el Gerente de Recursos Humanos de la Sociedad emplazada,
se advierte que el demandante fue cesado como trabajador de
confianza; no obstante, en autos no se ha probado que su ingreso
hubiese tenido tal calificación, en los términos señalados en los
fundamentos 3.3.3, 3.3.4, 3.3.5 y 3.3.6 supra, tal como se evidencia
de la boletas de pago (f. 3 a 15) y la hoja de liquidación (f. 107), en
las que no se consigna el cargo de motorista como de confianza,
y si bien en el transcurso del presente proceso la emplazada ha
sostenido que el demandante tenía pleno conocimiento que su
cargo siempre fue considerado como de confianza (f. 122) no ha
presentado en autos documento que acredite este hecho. Por
otro lado se debe precisar que si bien es cierto que la emplazada
ha adjuntado en calidad de medio probatorio las convenciones
colectivas de trabajo que suscribieran el Sindicato Único de
Pescadores de Nuevas Embarcaciones del Perú – SUPNEP y la
Asociación de Armadores de Nuevas Embarcaciones Pesqueras
– AANEP, de fechas 12 de abril de 2002 y 12 de marzo de 2007
(habiendo sido el demandante miembro del SUPNEP hasta el 19
de enero de 2010, conforme obra a fojas 21 de autos), también
es cierto que de acuerdo con lo dispuesto en el literal b) del
50064
PROCESOS CONSTITUCIONALES
artículo 12º del Decreto Ley Nº 25593, para ser miembro de un
sindicato se requiere: “b) No formar parte del personal de dirección
o desempeñar cargo de confianza del empleador, salvo que
el estatuto expresamente lo admita”. Por lo que siendo ello así,
de haber tenido el cargo de motorista la condición de cargo de
confianza, el demandante no hubiera podido encontrarse afiliado
como miembro del SUPNEP, pues no se ha acreditado en autos
que los “estatutos” lo admitan expresamente.
3.3.8. Asimismo, es pertinente precisar que de acuerdo con las
funciones descritas en el documento que la emplazada adjunta en
calidad de anexo al presente proceso (f. 47 y 48), el motorista está
encargado de:
• “(…) Efectuar el servicio de guardias, para garantizar el
buen funcionamiento y seguridad de la nave.
• Coordinar con el Supervisor de Mantenimiento de Flota,
todos los trabajos de mantenimiento, sea preventivo, correctivo
y predictivo, para asegurar el correcto funcionamiento de los
equipos.
• Firmar el acta de conformidad de trabajos realizados a
bordo, no sin antes probar y estar plenamente seguro de su
correcto funcionamiento.
• Llevar el control del diario de máquinas, anotando horas de
trabajo, presiones, temperaturas, etc. De los equipos y la solicitud
de reparaciones y materiales requeridos antes del siguiente zarpe.
• Reportar las fallas y averías al Coordinador del Centro de
Control de Mantenimiento vía radio, nextel o cualquier otro medio
en su debido momento y lugar.”
Por lo que se puede concluir que por las funciones que el
demandante desempeñaba como motorista, este no puede ser
considerado como cargo de confianza; por tanto, éste sólo podía
ser despedido por una causa justa relacionada con su conducta o
capacidad laboral, lo cual no ha sucedido en el caso de autos, por
lo que la ruptura de su vínculo laboral tiene carácter de un despido
arbitrario, frente a lo cual procede la reposición como finalidad
eminentemente restitutoria de todo proceso constitucional de tutela
de derechos fundamentales.
3.3.9. Con relación a las remuneraciones dejadas de percibir,
el Tribunal Constitucional ha establecido que teniendo el reclamo
del pago de las remuneraciones dejadas de percibir naturaleza
indemnizatoria y no, obviamente, restitutoria, debe dejarse a
salvo el derecho del demandante de reclamarlas en la forma legal
correspondiente.
4) Efectos de la Sentencia
4.1. En la medida en que en este caso se ha acreditado
que la demanda ha vulnerado los derechos constitucionales al
trabajo y a gozar de una adecuada protección contra el despido
arbitrario, correspondería ordenar la reposición del demandante
como trabajador a plazo indeterminado en el cargo que venía
desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de
dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga
las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del
Código Procesal Constitucional.
4.2. Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código
Procesal Constitucional, la emplazada debe asumir los costos y
costas procesales, los cuales deben ser liquidados en la etapa de
ejecución de la presente sentencia.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la
afectación de los derechos al trabajo y a gozar de una adecuada
protección contra el despido arbitrario; en consecuencia, NULO el
despido de que ha sido objeto el demandante.
2. ORDENAR que Tecnología de Alimentos S.A. (TASA)
reponga a don Félix Reynaldo Ato Merino como trabajador a plazo
indeterminado en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o
similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que
el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en
los artículos 22.° y 59.º del Código Procesal Constitucional, con el
abono de los costos y costas procesales.
3. Declarar IMPROCEDENTE la demanda en el extremo
referido al pago de las remuneraciones dejadas de percibir.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
VOTO DE LOS MAGISTRADOS MESÍA RAMÍREZ Y ETO
CRUZ
Visto el recurso de agravio constitucional interpuesto por
don Félix Reynaldo Ato Merino contra la sentencia expedida por
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de
fojas 268, su fecha 18 de julio de 2012, que declaró infundada la
demanda de autos, los magistrados firmantes emiten el siguiente
voto:
ANTECEDENTES
Con fecha 24 de marzo de 2010, el recurrente interpone
demanda de amparo contra Tecnología de Alimentos S.A. (TASA),
solicitando que se deje sin efecto la carta de fecha 11 de febrero
de 2010, mediante la cual de forma indebida e injustificada
se extingue su relación laboral que venía manteniendo con la
Sociedad demandada; y que, en consecuencia, se lo reponga en
el cargo que venía ocupando, se le abone las remuneraciones y
bonificaciones dejadas de percibir y las costas y costos del proceso.
Manifiesta que laboró ininterrumpidamente, desde el 12 de octubre
de 2006 hasta el 11 de febrero de 2010, desempeñándose como
pescador en el cargo de motorista de la embarcación pesquera
de la demandada, habiendo sido despedido sin expresión de una
causa justa prevista en la ley, atribuyéndosele de forma indebida e
ilegalmente la condición de un trabajador de confianza, sin tener
en cuenta que la emplazada no ha cumplido con comunicar de
forma escrita al trabajador dicha condición, además que por las
funciones que desempeñaba como motorista dentro de una de
las embarcaciones pesqueras de la demandada en modo alguno
puede ser considerado como un trabajador de confianza. Alega la
vulneración de sus derechos al trabajo y a gozar de una adecuada
protección contra el despido arbitrario.
El apoderado de la sociedad demandada propone la excepción
de incompetencia por razón de la materia y contesta la demanda
argumentando que la labor de motorista es de mucha importancia
por cuanto es de carácter especializado, ya que supone operar el
motor de la embarcación durante las faenas, así como efectuar
su mantenimiento; agrega que sin el indispensable concurso del
motorista no sería posible realizar las labores de pesca, es por
ello que el cargo de motorista es considerado como de confianza,
teniendo pleno conocimiento el demandante que la labor que
desempeñaba siempre tuvo tal calificación, conforme se hizo de
conocimiento del demandante. Asimismo, refiere que la razón por
la que se produce su despido obedece a que la empresa ha venido
atravesando una serie de transformaciones y reestructuraciones
en sus procedimientos productivos, lo que ha conllevado que se
produzcan profundos cambios en su entorno y en el mercado
en el que se desempeña, por lo que el demandante, en su
calidad de trabajador de confianza, fue incluido en el proceso de
restructuración, dándose por concluida su relación laboral.
El Tercer Juzgado Especializado en lo Constitucional de Lima
con fecha 6 de octubre de 2011, declara infundada la excepción
propuesta y con fecha 30 de enero de 2012 declara infundada
la demanda, por estimar que el puesto de motorista es un cargo
de confianza establecido por el propio convenio colectivo entre el
Sindicato Único de Pescadores de Nuevas Embarcaciones del Perú
– SUPNEP y la Asociación de Armadores de Armadores de Nuevas
Embarcaciones Pesqueras – AANEP, el mismo que fue suscrita por
los representantes de los trabajadores, teniendo conocimiento de
esta calificación el demandante a través de su Sindicato, al cual
perteneció hasta inicios del año 2010.
La Sala revisora
fundamento.
confirma
la
apelada
por
similar
El demandante interpone recurso de agravio constitucional
contra la sentencia de vista precisando que se ha incurrido
en error, por cuanto no se ha tomado en cuenta el principio de
irrenunciabilidad de los derechos reconocidos en la Constitución
y la ley; y que todo trabajador por su condición de tal, sea o no
trabajador de confianza, una vez superado el periodo de prueba,
automáticamente adquiere el derecho a la estabilidad en el trabajo,
por que goza de la protección adecuada contra toda forma de
despido.
FUNDAMENTOS
1) Delimitación del petitorio
El demandante solicita su reposición en el cargo de motorista,
sosteniendo que ha sido despedido incausadamente dado que el
cargo que desempeñaba no era de confianza, pues no se ha tenido
en cuenta que la sociedad emplazada no ha cumplido con comunicar
de forma escrita al trabajador dicha condición, no habiéndose
seguido el procedimiento establecido en los artículos 30º y 31º del
Decreto Supremo Nº 003-97-TR para su despido, por lo que solicita
que a través del presente proceso se ordene su reincorporación a
la demandada como trabajador a plazo indeterminado. Alega que
se han vulnerado sus derechos constitucionales al trabajo y a gozar
de una adecuada protección contra el despido arbitrario.
2) Consideraciones previas
En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas
de amparo relativas a la materia laboral individual privada,
establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC Nº 0206-2005PA/TC, que constituyen precedente vinculante, consideramos
que, en el presente caso, corresponde evaluar si el recurrente
ha sido objeto de un despido arbitrario conforme señala en su
demanda.
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
3) Sobre la afectación del derecho al trabajo y a gozar de
una protección adecuada contra el despido arbitrario
3.1. Argumentos del demandante
El actor sostiene que se ha vulnerado sus derechos al trabajo
y a gozar de una protección adecuada contra el despido arbitrario,
toda vez que ha sido despedido sin expresión de una causa justa
prevista en la ley, atribuyéndosele de forma indebida e ilegalmente
la condición de un trabajador de confianza, sin haberse tenido en
cuenta que la sociedad no ha cumplido con comunicar de forma
escrita al trabajador dicha condición, y que por las funciones que
desempeñaba como motorista dentro de una de las embarcaciones
pesqueras de la demanda en modo alguno puede ser considerado
como trabajador de confianza.
3.2. Argumentos de la sociedad demandada
La demandada argumenta que la razón por la que se produce
el despido obedece a que la empresa ha venido atravesando
una serie de transformaciones y reestructuraciones en sus
procedimientos productivos, lo que ha generado profundos cambios
en su entorno y en el mercado en el que se desempeña, por lo
que el demandante, en su calidad de trabajador de confianza, fue
incluido en el referido proceso de restructuración, dándose por
concluida su relación laboral.
3.3. Consideraciones
3.3.1. El artículo 22º de la Constitución Política del Perú
establece que: “El trabajo es un deber y un derecho. Es base del
bienestar social y medio de realización de una persona”, mientras
que el artículo 27º señala que: “La ley otorga al trabajador adecuada
protección contra el despido arbitrario”.
En tal sentido cabe resaltar que el contenido esencial del
derecho al trabajo implica dos aspectos: el de acceder a un puesto
de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a no ser despedido
sino por causa justa. En el primer caso, el derecho al trabajo
supone la adopción por parte del Estado de una política orientada
a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que
precisar que la satisfacción de este aspecto implica un desarrollo
progresivo y según las posibilidades económicas del Estado.
El segundo aspecto trata del derecho al trabajo entendido como
proscripción de ser despedido salvo por causa justa.
3.3.2. Para resolver la controversia se debe determinar si el
cargo de motorista es de confianza, o no.
3.3.3. De acuerdo con lo previsto en el artículo 43.º del Decreto
Supremo Nº 003-97-TR, son trabajadores de confianza aquellos
que laboran en contacto personal y directo con el empleador o con
el personal de dirección, teniendo acceso a secretos industriales,
comerciales o profesionales y, en general, a información de carácter
reservado.
3.3.4. Sobre el particular, debe recordarse que en el fundamento
3 de la STC Nº 03501-2006-PA/TC, el Tribunal Constitucional
precisó que:
3. Los trabajadores comunes gozan del derecho de acceder a
un puesto de trabajo en el sector público, tienen estabilidad en su
trabajo y no pueden ser despedidos arbitrariamente, según la STC
Nº 0206-2005-AA/TC. Mientras que los que asumen un cargo de
confianza están supeditados a la “confianza”, valga la redundancia,
del empleador. En este caso, el retiro de la misma es invocada por
el empleador y constituye una situación especial que extingue el
contrato de trabajo al ser de naturaleza subjetiva, a diferencia de los
despidos por causa grave, que son objetivos (subrayado agregado).
3.3.5. En sentido similar, debe destacarse que en los
fundamentos 15 y 16 de la sentencia referida, el Tribunal enfatizó
que:
15. Para calificar a un trabajador de dirección o de confianza
conforme a la legislación actual, se procederá de la siguiente
manera:
a) Se identificará y determinará los puestos de dirección y de
confianza de la empresa, de conformidad con la Ley;
b) Se comunicará por escrito a los trabajadores que ocupan
los puestos de dirección y de confianza que sus cargos han sido
calificados como tales; (…).
16. De la misma manera la calificación de dirección o de
confianza es una formalidad que debe observar el empleador. Su
inobservancia no enerva dicha condición si de la prueba actuada
esta se acredita. Por lo que si un trabajador desde el inicio de sus
labores conoce de su calidad de personal de confianza o dirección,
o por el hecho de realizar labores que implique tal calificación,
estará sujeto a la confianza del empleador para su estabilidad en
su empleo, de lo contrario solo cabría la indemnización o el retiro
de la confianza depositada en él, tal como viene resolviendo este
Colegiado (subrayado agregado).
3.3.6. Asimismo, es pertinente resaltar que en el fundamento 11
de la sentencia en mención se estableció que:
11. (…) un trabajador de confianza tiene particularidades que lo
diferencian de los trabajadores “comunes”, tales como:
50065
a) La confianza depositada en él, por parte del empleador; la
relación laboral especial del personal de alta dirección se basa
en la recíproca confianza de las partes, las cuales acomodarán
el ejercicio de sus derechos y obligaciones a las exigencias de la
buena fe, como fundamento de esta relación laboral especial.
b) Representatividad y responsabilidad en el desempeño
de sus funciones; las mismas que lo ligan con el destino de la
institución pública, de la empresa o de intereses particulares de
quien lo contrata, de tal forma que sus actos merezcan plena
garantía y seguridad.
c) Dirección y dependencia; es decir que puede ejercer
funciones directivas o administrativas en nombre del empleador,
hacerla partícipe de sus secretos o dejarla que ejecute actos de
dirección, administración o fiscalización de la misma manera que el
sujeto principal.
d) No es la persona la que determina que un cargo sea
considerado de confianza. La naturaleza misma de la función es lo
que determina la condición laboral del trabajador.
(…)
e) La pérdida de confianza que invoca el empleador constituye
una situación especial que extingue el contrato de trabajo; a
diferencia de los despidos por causa grave, que son objetivos,
ésta en cambio es de naturaleza subjetiva. El retiro de la confianza
comporta la pérdida de su empleo, siempre que desde el principio
de sus labores este trabajador haya ejercido un cargo de confianza
o de dirección.
3.3.7. De la carta de fecha 11 de febrero de 2010, expedida
por el Gerente de Recursos Humanos de la Sociedad emplazada,
se advierte que el demandante fue cesado como trabajador de
confianza; no obstante, en autos no se ha probado que su ingreso
hubiese tenido tal calificación, en los términos señalados en los
fundamentos 3.3.3, 3.3.4, 3.3.5 y 3.3.6 supra, tal como se evidencia
de la boletas de pago (f. 3 a 15) y la hoja de liquidación (f. 107), en
las que no se consigna el cargo de motorista como de confianza,
y si bien en el transcurso del presente proceso la emplazada ha
sostenido que el demandante tenía pleno conocimiento que su
cargo siempre fue considerado como de confianza (f. 122) no ha
presentado en autos documento que acredite este hecho. Por
otro lado se debe precisar que si bien es cierto que la emplazada
ha adjuntado en calidad de medio probatorio las convenciones
colectivas de trabajo que suscribieran el Sindicato Único de
Pescadores de Nuevas Embarcaciones del Perú – SUPNEP y la
Asociación de Armadores de Nuevas Embarcaciones Pesqueras
– AANEP, de fechas 12 de abril de 2002 y 12 de marzo de 2007
(habiendo sido el demandante miembro del SUPNEP hasta el 19
de enero de 2010, conforme obra a fojas 21 de autos), también
es cierto que de acuerdo con lo dispuesto en el literal b) del
artículo 12º del Decreto Ley Nº 25593, para ser miembro de un
sindicato se requiere: “b) No formar parte del personal de dirección
o desempeñar cargo de confianza del empleador, salvo que
el estatuto expresamente lo admita”. Por lo que siendo ello así,
de haber tenido el cargo de motorista la condición de cargo de
confianza, el demandante no hubiera podido encontrarse afiliado
como miembro del SUPNEP, pues no se ha acreditado en autos
que los “estatutos” lo admitan expresamente.
3.3.8. Asimismo, es pertinente precisar que de acuerdo con las
funciones descritas en el documento que la emplazada adjunta en
calidad de anexo al presente proceso (f. 47 y 48), el motorista está
encargado de:
• “(…) Efectuar el servicio de guardias, para garantizar el
buen funcionamiento y seguridad de la nave.
• Coordinar con el Supervisor de Mantenimiento de Flota,
todos los trabajos de mantenimiento, sea preventivo, correctivo
y predictivo, para asegurar el correcto funcionamiento de los
equipos.
• Firmar el acta de conformidad de trabajos realizados a
bordo, no sin antes probar y estar plenamente seguro de su
correcto funcionamiento.
• Llevar el control del diario de máquinas, anotando horas de
trabajo, presiones, temperaturas, etc. De los equipos y la solicitud
de reparaciones y materiales requeridos antes del siguiente zarpe.
• Reportar las fallas y averías al Coordinador del Centro de
Control de Mantenimiento vía radio, nextel o cualquier otro medio
en su debido momento y lugar.”
Por lo que se puede concluir que por las funciones que el
demandante desempeñaba como motorista, este no puede ser
considerado como cargo de confianza; por tanto, éste sólo podía
ser despedido por una causa justa relacionada con su conducta o
capacidad laboral, lo cual no ha sucedido en el caso de autos, por
lo que la ruptura de su vínculo laboral tiene carácter de un despido
arbitrario, frente a lo cual procede la reposición como finalidad
eminentemente restitutoria de todo proceso constitucional de tutela
de derechos fundamentales.
3.3.9. Con relación a las remuneraciones dejadas de percibir,
el Tribunal Constitucional ha establecido que teniendo el reclamo
del pago de las remuneraciones dejadas de percibir naturaleza
indemnizatoria y no, obviamente, restitutoria, debe dejarse a
salvo el derecho del demandante de reclamarlas en la forma legal
correspondiente.
3.3.10. En la medida en que en este caso se habría acreditado
que la demanda ha vulnerado los derechos constitucionales al
trabajo y a gozar de una adecuada protección contra el despido
arbitrario, correspondería ordenar la reposición del demandante
50066
PROCESOS CONSTITUCIONALES
como trabajador a plazo indeterminado en el cargo que venía
desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de
dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga
las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del
Código Procesal Constitucional.
3.3.11. Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código
Procesal Constitucional, la emplazada debería asumir los costos y
costas procesales, los cuales deberían ser liquidados en la etapa
de ejecución de la presente sentencia.
Por estos fundamentos, nuestro voto es por:
1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la
afectación de los derechos al trabajo y a gozar de una adecuada
protección contra el despido arbitrario; en consecuencia, NULO el
despido de que ha sido objeto el demandante.
2. ORDENAR que Tecnología de Alimentos S.A. (TASA)
reponga a don Félix Reynaldo Ato Merino como trabajador a plazo
indeterminado en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o
similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que
el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en
los artículos 22.° y 59.º del Código Procesal Constitucional, con el
abono de los costos y costas procesales.
3. Declarar IMPROCEDENTE la demanda en el extremo
referido al pago de las remuneraciones dejadas de percibir.
Sres.
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
VOTO DIRIMENTE DEL MAGISTRADO CALLE HAYEN
Puesto los autos a despacho para dirimir la discordia surgida y
de conformidad con lo dispuesto en el artículo 5º, parágrafo quinto,
de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional y con los artículos 11
y 11-A de su Reglamento Normativo, procedo a emitir el siguiente
voto:
Hecho el análisis de autos comparto los fundamentos
expuestos en el voto emitido por los magistrados Mesía
Ramírez y Eto Cruz; por lo que también estimo debe declararse
FUNDADA la demanda en lo que respecta a la afectación de los
derechos al trabajo y a gozar de una adecuada protección contra
el despido arbitrario; y en consecuencia, NULO el despido de
que ha sido objeto el demandante; se ORDENE que Tecnología
de Alimentos S.A. ( TASA) reponga a don Félix Reynaldo Ato
Merino como trabajador a plazo indeterminado en su mismo
puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo
de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución
aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22º
y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los
costos y costas procesales; y se declare IMPROCEDENTE la
demanda en el extremo referido al pago de las remuneraciones
dejadas de percibir.
Sr.
CALLE HAYEN
VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO ÁLVAREZ MIRANDA
Con el debido respeto por la opinión vertida por mis colegas
magistrados, emito el presente voto singular por las siguientes
consideraciones.
1. La presente demanda tiene por objeto que se ordene
la reposición del actor en su centro de trabajo y el abono de las
remuneraciones y bonificaciones dejadas de percibir además del
pago de costas y costos. Sin embargo, su pedido no puede ser
atendido en la vía de amparo, pues la dilucidación de la presente
causa amerita una actividad probatoria extensa. Por ende,
corresponde declarar la improcedencia de la misma.
2. Contrariamente a lo señalado por el accionante, considero
que el análisis de la controversia debe realizarse considerando
las singularidades propias de este sector pesquero. Y es que la
dilucidación respecto de si el cargo que ocupa era de confianza o
no, requiere efectuarse a la luz de la ley de la normativa sectorial.
Ello, a mi juicio, evidencia que la controversia no puede ser
canalizada a través de la presente vía.
3. Por ello, soy de la opinión que la dilucidación del presente
asunto litigioso no puede realizarse a través del presente
proceso, por cuanto, según lo previsto en el artículo 9° del Código
Procesal Constitucional, carece de una etapa probatoria en la
que las partes puedan actuar los medios probatorios tendientes
a acreditar fehacientemente sus afirmaciones; razón por la cual,
estimo que la presente demanda resulta improcedente en virtud
del numeral 2 del artículo 5° del Código Procesal Constitucional,
según el cual, la demanda resulta improcedente cuando existan
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
vías procedimentales especificas, igualmente satisfactorias, para
la protección del derecho constitucional amenazado o vulnerado.
Por tales consideraciones, soy de la opinión que la presente
demanda debe ser declarada IMPROCEDENTE.
Sr.
ÁLVAREZ MIRANDA
W-1133424-7
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 01390-2013-PA/TC
PIURA
MARTIN SALINAS PULACHE
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 14 días del mes de marzo de 2014 la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los señores
magistrados Mesía Ramírez, Calle Hayen y Eto Cruz, pronuncia
la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por el abogado
de don Martín Salinas Pulache contra la resolución de fojas 116, su
fecha 13 de febrero de 2013, expedida por la Primera Sala Civil de
la Corte Superior de Justicia de Piura, que declaró improcedente la
demanda de autos.
ANTECEDENTES
Que con fecha 9 de julio de 2012, el recurrente interpone
demanda de amparo contra la Gerencia General del Poder Judicial,
solicitando que se incremente su remuneración conforme a la
escala remunerativa del personal jurisdiccional y administrativo
del Poder Judicial aprobada mediante el Decreto Supremo Nº 0662012-EF, por haberse vulnerado sus derechos constitucionales al
trabajo, a la igualdad, a la no discriminación y a una remuneración
digna. Manifiesta que mediante el Decreto Supremo Nº 0662012-EF se incrementó las remuneraciones de los trabajadores
del régimen laboral del Decreto Legislativo Nº 728, pero no ha
sucedido así para los trabajadores del Decreto Legislativo Nº 276,
al cual pertenece, a pesar de tener la misma jerarquía, las mismas
funciones y el mismo horario, lo cual resulta ser discriminatorio.
El Procurador Público Adjunto del Poder Judicial contesta
la demanda señalando que la pretensión de la demanda carece
de contenido constitucional y que no corresponde al proceso de
amparo su dilucidación.
El Quinto Juzgado Civil de Piura, con fecha 2 de octubre de
2012, declaró improcedente la demanda en aplicación del artículo
5.2 del Código Procesal Constitucional.
La Sala revisora confirmó la apelada por similar argumento.
En su recurso de agravio constitucional, el demandante reiteró
lo argumentos expresados en su demanda.
FUNDAMENTOS
Delimitación del petitorio
1. La presente demanda tiene por objeto que se ordene la
nivelación de la remuneración del demandante desde mayo de
2012 conforme a la escala remunerativa aprobada mediante el
Decreto Supremo Nº 066-2012-EF, para el personal jurisdiccional
y administrativo del Poder Judicial sujeto al régimen laboral del
Decreto Legislativo Nº 728.
Procedencia de la demanda
2. En atención a los argumentos expuestos en la demanda,
los hechos plantean un caso de discriminación salarial. En
consecuencia, en vista que se encuentra involucrado el derecho
fundamental a la remuneración en relación con la afectación
al derecho a la igualdad ante la ley, y siendo que el presente
debate no versa sobre un conflicto de carácter legal, excluido por
razón de la materia del proceso de amparo según el fundamento
23 del precedente recaído en la STC Nº 0206-2005-PA/TC,
corresponde evaluar si el demandante ha sido objeto de un trato
discriminatorio.
Sobre la afectación del derecho a la igualdad y a la no
discriminación
3. En la STC Nº 00009-2007-PI/TC, este Colegiado ha explicado
que “el derecho a la igualdad tiene dos facetas: el derecho a la
igualdad en la ley y el derecho a la igualdad en la aplicación de la
ley. En cuanto a la primera, el derecho a la igualdad exige que la
norma deba ser aplicable, por igual, a todos los que se encuentren
en la situación descrita en el supuesto de la norma jurídica; mientras
que por la segunda, el derecho a la igualdad implica que un órgano
no puede apartarse arbitrariamente del sentido de sus decisiones
en casos sustancialmente iguales, y que cuando se considere que
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
se debe modificar sus precedentes, tiene que ofrecer para ello una
fundamentación suficiente y razonable”(fundamento 20).
4. En vista de que el demandante ha señalado que los efectos
del Decreto Supremo Nº 066-2012-EF le deben ser aplicados por el
Poder Judicial por razón de encontrarse en la misma situación que
la de los trabajadores del Poder Judicial sujetos al régimen laboral
privado, el presente caso trata sobre el derecho a la igualdad en la
aplicación de la ley.
5. La controversia se circunscribe entonces en establecer si el
hecho de que el demandante haya sido excluido del aumento salarial
establecido en la nueva escala remunerativa de los trabajadores
del Poder Judicial sujetos al régimen laboral del Decreto Legislativo
Nº 728, aprobada mediante el Decreto Supremo Nº 066-2012-EF,
constituye o no un acto discriminatorio.
6. El Decreto Supremo Nº 066-2012-EF, publicado el 5 de
mayo de 2012 en el Diario Oficial El Peruano, en su artículo 1º
establece que:
“La presente norma tiene por objeto aprobar una nueva
Escala Remunerativa del Pliego Nº 004: Poder Judicial, del
personal jurisdiccional y administrativo sujeto al régimen laboral
del Decreto Legislativo Nº 728, conforme a lo dispuesto en la
Octogésima Sétima Disposición Complementaria Final de la Ley Nº
29812, Ley de Presupuesto del Sector Público para el Año Fiscal
2012” (énfasis agregado).
7. Conforme al test de igualdad desarrollado por este Colegiado
en las STC Nº 00045-2004-PI/TC y STC Nº 00004-2006-PI/TC, se
debe establecer un término de comparación válido para efectuar el
análisis de la medida diferenciadora, término que debe basarse en
una situación sustancialmente análoga a la del demandante.
8. El demandante es un trabajador del régimen laboral público
y ha ofrecido como término de comparación la situación laboral de
los trabajadores del régimen laboral privado. Para ello, ha ofrecido
la boleta de pago de fojas 3 del trabajador Samuel Darío Suarez
Carrasco, quien se desempeña en el cargo de auxiliar judicial en
el régimen laboral privado. En consecuencia, debe determinarse si
la situación remunerativa en ambos regímenes, público y privado,
son sustancialmente similares para efectos de evaluar la afectación
al derecho a la igualdad del actor.
9. Sobre los regímenes de contratación laboral, este Colegiado
ha tenido oportunidad de precisar en la STC Nº 0002-2010-PI/TC
que “El ordenamiento jurídico peruano contiene cuando menos
dos regímenes laborales generales, alrededor de los cuales giran
otros más específicos. Nos referimos a los regulados por los
Decretos Legislativos Nº 276 y 728, denominados Ley de Bases
de la Carrera Administrativa y de Remuneraciones del Sector
Público, el primero, y Ley de Fomento del Empleo, el segundo,
los cuales contiene la legislación marco aplicable tanto al sector
público como al sector privado, respectivamente. El acceso,
características, derechos y obligaciones, finalización de
la relación laboral, etc., están regulados en cada caso de
manera específica y expresa, lo que a su vez ha dado lugar a
que los mecanismos de protección de tales regímenes sean
diferentes y específicos, como de alguna manera lo ha señalado
el Tribunal Constitucional en el denominado Caso Baylón (STC Nº
206-2005-PA/TC)” (negritas agregadas).
10. El régimen laboral del Decreto Legislativo Nº 276 regula
la carrera administrativa de los funcionarios y servidores del sector
público. Se sustenta en un sistema de méritos y calificaciones, y
está estructurado en grupos ocupacionales con sus respectivos
niveles de carrera, donde el ingreso y promoción a cada uno de
ellos está determinado por requisitos preestablecidos, como la
capacitación, la antigüedad, la evaluación, etc. Este régimen
se rige sobre un Sistema Único de Remuneraciones, donde
la Administración Pública constituye una única institución y la
remuneración está determinada según el nivel y grupo ocupacional
en el que se encuentra el trabajador.
11. El personal del régimen laboral del Decreto Legislativo
Nº 728, por el contrario, no es un trabajador de carrera y no
tiene un nombramiento, sino un contrato de trabajo. Las escalas
remunerativas en este régimen, a diferencia del Decreto Legislativo
Nº 276 (al que pertenece el demandante), está determinada por
cada institución y según el presupuesto asignado, pudiendo
variar según la negociación que pudiera tener directamente con
el Ministerio de Economía y Finanzas. La situación laboral de un
trabajador del régimen laboral privado, en ese sentido, no es un
término de comparación válido para apreciar un trato desigual
respecto a la situación del demandante, porque sus regulaciones
y formas de determinar la remuneración son sustancialmente
distintas.
12. Teniendo presente ello, no puede entonces considerarse
que la exclusión al demandante en la aplicación del Decreto
Supremo Nº 066-2012-EF por parte del Poder Judicial vulnere
el derecho a la igualdad en la aplicación de la ley, por cuanto se
trata de un régimen laboral cuya naturaleza o característica es de
diferente naturaleza y, por ende, es un sistema de contratación
laboral independiente. En consecuencia, la presente demanda
debe desestimarse.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
50067
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda de amparo, porque no se
ha acreditado la vulneración de los derechos alegados.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
W-1133424-8
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 01565-2013-PA/TC
PUNO
ERIKA PAOLA ESPINOZA RADO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 9 días del mes de abril de 2014, la Sala Segunda
del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados
Urviola Hani, Mesía Ramírez y Eto Cruz, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Erika
Paola Espinoza Rado contra la resolución de la Primera Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia de Puno, de fojas 93, su fecha 5 de
marzo de 2013, que declaró infundada la demanda.
ANTECEDENTES
La recurrente interpone demanda de amparo contra la
Dirección Regional de Salud; solicitando que se declare inaplicable
la Resolución Directoral Regional Nº 212/DRS-PUNO-DEA-PER,
de fecha 26 de marzo de 2004 y la Resolución Directoral Nº 04632011-DE-RED-S-SRURH, de fecha 28 de diciembre del 2011, a fin
de que se le otorgue pensión de orfandad como hija soltera mayor
de edad, con costos.
La emplazada contesta la demanda y solicita que sea declarada
infundada. Argumenta que la actora ha superado la mayoría de
edad y no adolece de alguna incapacidad para el trabajo, por lo
que ha caducado su derecho a pensión de orfandad.
El Tercer Juzgado Especializado en lo Civil de Puno, con fecha
4 de octubre de 2012, declaró infundada la demanda, considerando
que no corresponde continuar otorgando pensión a la demandante
por ser de aplicación una de las causales de extinción automática
del derecho a pensión, concretamente la descrita en el inciso c) del
artículo 55 del Decreto Ley Nº 20530.
La Sala superior competente confirma la apelada, por
fundamentos similares.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
La demandante solicita que se le otorgue pensión de orfandad
por tener la condición de hija soltera mayor de edad, en aplicación
del artículo 34 del régimen pensionario del Decreto Ley 20530.
En la sentencia recaída en el Expediente Nº 1417-2005PA/TC, publicada en el Diario Oficial El Peruano, el 12 de julio
de 2005, este Tribunal ha señalado que aun cuando, prima
facie, las pensiones de viudez, orfandad y ascendientes, no
forman parte del contenido esencial del derecho fundamental
a la pensión, en la medida de que el acceso a las prestaciones
pensionarias sí lo es, son susceptibles de protección a través del
amparo los supuestos en los que se deniegue el otorgamiento
de una pensión de sobrevivencia, a pesar de cumplirse los
requisitos legales para ello. De autos se aprecia que la actora
argumenta cumplir con los requisitos establecidos para acceder
a la pensión de sobreviviente, por lo que procede analizar el
caso en sede constitucional.
En consecuencia, corresponde analizar si la demandante
cumple los presupuestos legales que permitirán determinar si
tiene derecho a percibir la pensión que reclama, pues de ser así
se estaría verificando la arbitrariedad en el accionar de la entidad
demandada.
2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11
de la Constitución)
2.1. Argumentos de la demandante
Afirma que su madre falleció cuando era menor de edad razón
por la que percibió pensión de orfandad como menor de edad,
la que le fue ampliada por realizar con éxito estudios superiores,
los mismos que ha culminado obteniendo su título profesional de
pregrado.
50068
PROCESOS CONSTITUCIONALES
Sostiene que desde el mes de diciembre de 2011 no percibe
la pensión de orfandad y se encuentra cursando estudios de post
grado (maestría en tecnología de alimentos) en la Universidad
Agraria La Molina de la ciudad de Lima, su estado civil es soltera,
no realiza actividad lucrativa que le genere ingresos económicos
y no se encuentra amparada por un sistema de seguridad social,
por lo que considera le corresponde pensión de hija soltera mayor
de edad.
2.2. Argumentos de la demandada
La pensión que venía percibiendo ha caducado definitivamente
el 10 de diciembre de 2004, lo que justifica la denegatoria de solicitud
de continuación de pensión ante la autoridad administrativa.
2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
2.3.1 De la Resolución Nº 1576-98/ONP-DC-20530 (f. 4),
del 21 de setiembre de 1998, se advierte que a la demandante,
a partir del 12 de setiembre de 1996, se le otorgó la pensión de
sobrevivientes – orfandad dispuesta en el Decreto Ley Nº 20530.
2.3.2 En las Sentencias Nºs. 0050-2004-AI/TC, 0051-2004-AI/TC,
0004-2005-AI/TC, 0007-2005-AI/TC y 0009-2005-AI/TC (acumulados),
al desarrollar el criterio de dependencia económica para la obtención
de una pensión de sobrevivencia, se ha señalado que el sustento
de este tipo de pensiones “Debe ser concebida como una garantía
para velar por el mantenimiento de una vida acorde con el principio
de dignidad de aquellos que, en razón de un vínculo familiar directo,
dependían económicamente de parte de dicha pensión, es decir,
como una garantía derivada del reconocimiento de la familia como
instituto fundamental de la sociedad (artículo 4 de la Constitución)”.
Esta afirmación supone la existencia de una relación de dependencia
material entre el titular de la pensión y los posibles beneficiarios de
la pensión de sobrevivencia. En algunos supuestos esta condición
se considera cumplida sobre la base de ciertas presunciones. Así,
en el caso de los hijos menores de edad, es una presunción iure et
de iure; en otros, como en el caso de las hijas solteras mayores de
edad, modalidad actualmente desaparecida, se exigía determinadas
condiciones con las cuales se verificaba la imposibilidad de sustentarse
ante la ausencia del sostén de la familia.
2.3.3 El artículo 34.c) del Decreto Ley Nº 20530, vigente
hasta su derogación por la Ley Nº 27617, del 1 de enero de 2002,
estableció el derecho a una pensión de orfandad a favor de las
hijas solteras del trabajador, mayores de edad, que cumplieran los
siguientes requisitos: i) no tengan actividad lucrativa; ii) carezcan
de renta afecta, y iii) no estén amparadas por algún sistema de
seguridad social.
2.3.4 En consecuencia cabe señalar que para resolver la
demanda de autos, en concordancia con lo establecido en el
artículo 55º inciso c) del Decreto Ley Nº 20530 (modificado por Ley
Nº 28449), debe verificarse previamente si la demandante cumple
las condiciones previstas en el derogado artículo 34, inciso c), del
Decreto Ley 20530 para percibir la pensión de orfandad.
2.3.5 En el presente caso, por un lado, la accionante alega
haber cumplido la condición de hija soltera mayor de edad, hecho
que acredita con la copia de su Documento Nacional de Identidad
corriente a fojas 2 y el certificado de soltería de fojas 20.
2.3.6 Por otro lado, para determinar si se encuentra amparada
por un sistema de seguridad social, la demandante no ha
presentado documento alguno que acredite tal hecho; es más,
consultada la página web de ESSALUD, http://ww4.essalud.gob.
pe:7777/acredita/servlet/Ctrlwacre, se advierte que la actora estuvo
asegurada, con código autogenerado 8312100EIROE003, hasta el
31 de marzo de 2014.
2.3.7 Asimismo la actora presenta una constancia expedida
por la ONP (f. 18), de fecha 9 de enero de 2012, donde se advierte
que no se encuentra en los registros como “pensionista del Decreto
Ley 19990”. Sin embargo, de la consulta a la Pág. Web de la
Superintendencia de Banca y Seguros y AFP, http://www.sbs.gob.
pe/app/spp/Afiliados/afil_datos_documento.asp, se advierte que
la actora se encuentra afiliada al Sistema Privado de Pensiones
(AFP Integra) con código autogenerado Nro. 60658OEERIO7;
habiendo sido su ingreso el 3 de junio de 2009. Finalmente, no se
ha demostrado que la actora no se encuentre en condiciones de
atender su subsistencia por sus propios medios.
2.3.8 A lo indicado es conveniente agregar que este Tribunal ha
dejado establecido en uniforme y reiterada jurisprudencia (desde
la STC 0853-2005-PA/TC) que “(...) la pensión de sobreviviente
se sustenta en el estado de necesidad en que quedan aquellas
personas que dependían económicamente del fallecido, porque
no contarán más con los medios económicos para atender su
subsistencia. Cabe agregar que si bien la premisa es que dicho
estado de necesidad sea efectivo o real, legislativamente se ha
previsto, por un lado, la presunción de dicho estado (p.ej. pensión de
viudez para la cónyuge mujer o pensión de orfandad para los hijos
menores) o la demostración manifiesta del mismo (p.ej. pensión
de orfandad para el hijo mayor de 18 años que siga estudios de
nivel básico o superior, y pensión de viudez del cónyuge varón).
Debe añadirse que la situación de necesidad debe ser actual en
relación con la circunstancia del fallecimiento, dado que sólo en
dicho supuesto operará la medida protectora propia de la seguridad
social, vale decir, se configurará una protección efectiva a los
beneficiarios”. Dicho esto, se observa de la resolución cuestionada
que la actora tenía expedito su derecho para solicitar pensión en su
condición de hija soltera mayor de edad a partir del 19 de diciembre
de 2004 (f. 6), fecha en la que cumplió la mayoría de edad. Sin
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
embargo, la solicitud pensionaria de la accionante fue presentada
con fecha 2 de diciembre de 2011 (f. 15), habiendo transcurrido
más de 6 años, lo que implica que el estado de necesidad al que se
alude en el recurso de agravio constitucional (f. 102) no es actual,
por lo que no puede operar dicha medida protectora.
2.3.9 En consecuencia, al no advertirse que las resoluciones
administrativas hayan sido dictadas de manera arbitraria, debe
desestimarse la demanda.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda, al no haberse acreditado la
vulneración del derecho fundamental a la pensión.
Publíquese y notifíquese.
SS.
URVIOLA HANI
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
W-1133424-9
PROCESO DE AMPARO
EXP. Nº 02054-2013-PA/TC
LIMA
JORGE ADÁN CÁCEDA SALDAÑA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 18 días del mes de marzo de 2014, la Sala Segunda
del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Urviola Hani,
Mesía Ramírez y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Jorge
Adán Cáceda Saldaña contra la resolución expedida por la Tercera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 184, su
fecha 6 de marzo de 2013, que declara improcedente la demanda
de amparo de autos.
ANTECEDENTES
El recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina
de Normalización Previsional (ONP), solicitando que se declare
inaplicable la Resolución 96957-2006-ONP/DC/DL 19990, de fecha
6 de octubre de 2006; y que, en consecuencia, se restituya el pago
de su pensión de invalidez definitiva, de conformidad con el Decreto
Ley 19990. Asimismo, solicita el abono de los devengados y los
intereses legales respectivos.
La emplazada contesta la demanda expresando que el
demandante debe acudir a una vía que cuente con etapa probatoria,
puesto que presenta una enfermedad distinta a la que le generó el
derecho a la pensión.
El Quinto Juzgado Constitucional de Lima, con fecha 24 de
abril de 2012, declara improcedente la demanda, considerando
que es necesario contar con etapa probatoria puesto que en autos
existen certificados médicos contradictorios.
La Sala Superior competente confirma la apelada,
argumentando que ha quedado acreditado que el demandante
padece en la actualidad una enfermedad distinta a la que sirvió
de base para que se le otorgue la pensión de invalidez, y con un
grado de incapacidad que no le impide ganar un monto equivalente
wwwwwwwwwwwwwal que percibe como pensión.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
La pretensión demandada es que se restituya la pensión de
invalidez del demandante cuestionándose la resolución que declara
la caducidad del derecho a la pensión.
De acuerdo con lo dispuesto por el fundamento 107 de la STC
00050-2004-AI/TC y otros acumulados, el derecho a no ser privado
arbitrariamente de la pensión se constituye como un elemento del
contenido esencial de este derecho, el cual encuentra protección a
través del proceso de amparo, conforme a los supuestos de procedencia
establecidos en el fundamento 37.b) de la STC 01417-2005-PA/TC.
Asimismo, considerando que la pensión como derecho
fundamental, por su naturaleza, requiere de regulación legal para
establecer las condiciones que resultan necesarias para su goce;
se concluye que aquellas limitaciones o restricciones temporales o
permanentes a su ejercicio deben encontrar debido sustento legal,
así como una argumentación suficiente y razonable, para efectos
de evitar la arbitrariedad en la intervención de este derecho.
Siendo ello así, corresponde efectuar la evaluación del caso
concreto en atención a lo antes precitado, considerando además
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
que la titularidad del derecho invocado debe estar suficientemente
acreditada para que sea posible emitir un pronunciamiento.
2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11
de la Constitución)
2.1. Argumentos del demandante
Manifiesta que por haber sufrido un accidente de trabajo
le diagnosticaron lesión parcial irreversible de plexo braquial
y menoparesia superior izquierda, con 80% de incapacidad,
lo cual originó que se le otorgue su pensión de invalidez, que
posteriormente fue declarada caduca.
2.2. Argumentos de la demandada
Aduce que al presentar el demandante una enfermedad distinta
a la que le generó el derecho a la pensión, debe acudir a una vía
que cuente con etapa probatoria.
2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional
2.3.1. Según el artículo 33.a) del Decreto Ley 19990, la pensión
de invalidez caduca “Por haber recuperado el pensionista la
capacidad física o mental o por haber alcanzado una capacidad,
en ambos casos, en grado tal que le permita percibir una suma
cuando menos equivalente al monto de la pensión que recibe”.
2.3.2. Asimismo, el inciso a) del artículo 24 del Decreto Ley 19990,
establece que se considera inválido: “Al asegurado que se encuentra
en incapacidad física o mental prolongada o presumida permanente,
que le impide ganar más de la tercera parte de la remuneración o
ingreso asegurable que percibiría otro trabajador de la misma
categoría, en un trabajo igual o similar en la misma región”.
2.3.3. Del tenor del Certificado Médico de Invalidez emitido
por el Hospital de Apoyo Chepén con fecha 13 de noviembre de
2002 (f. 8), que sustentó la Resolución 12946-2004-ONP/DC/DL
19990 (f. 13), que le otorgó pensión de invalidez, se advierte que
el actor padece de lesión parcial irreversible del plexo braquial,
presentando un menoscabo de 80%.
2.3.4. De otro lado, de la Resolución 96957-2006-ONP/DC/DL
19990 (f. 22), de fecha 6 de octubre de 2006, se observa que se
declaró caduca la pensión del actor sustentándose en el certificado
médico de fojas 112, el cual indica que presenta “secuela de TEC y
secuela de traumatismo superficial en miembro superior izquierdo”,
con un porcentaje de menoscabo de 20%.
2.3.5. Asimismo, debe precisarse que el actor ha presentado
un certificado médico de fecha 24 de enero de 2007, emitido por la
Comisión Médica Evaluadora y Calificadora de Incapacidades de la Red
Asistencial Lambayeque - EsSalud (f. 7), que dictamina que padece de
secuela de lesión del plexo braquial izquierdo y monoparesia superior
izquierda, con un menoscabo del 60%, de lo que se desprende que
el actor presentó y siempre ha presentado la misma enfermedad que
generó el derecho a la pensión de invalidez otorgada, como fluye de la
resolución que declara su caducidad y que según el último certificado
médico expedido dentro de los alcances del artículo 26 del Decreto Ley
19990, presenta un grado de incapacidad que le impide ganar un monto
equivalente al que percibe como pensión.
2.3.6. En consecuencia, teniendo en cuenta lo anotado, este
Tribunal concluye que se encuentra acreditado el estado de
invalidez y que, además, éste ha permanecido en los términos
previstos en el artículo 24 del Decreto Ley 19990; por tanto,
corresponde estimar la presente demanda.
3. Efectos de la sentencia
Acreditándose en autos la vulneración del derecho a la pensión,
se debe ordenar el pago de las pensiones devengadas desde octubre
de 2006, y de los intereses legales de acuerdo con lo dispuesto en el
artículo 1246 del Código Civil, más el pago de los costos procesales
conforme al artículo 56 del Código Procesal Constitucional.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda, porque se ha acreditado la
vulneración del derecho a la pensión; en consecuencia, NULA la
Resolución 96957-2006-ONP/DC/DL 19990.
2. Reponiendo las cosas al estado anterior a la vulneración,
ordena a la emplazada que cumpla con restituir el pago de la
pensión de invalidez del demandante, desde el mes de octubre de
2006, conforme a los fundamentos de la presente sentencia, con
el abono de las pensiones devengadas, los intereses legales y los
costos procesales
Publíquese y notifíquese.
SS.
URVIOLA HANI
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
W-1133424-11
50069
PROCESO DE HÁBEAS DATA
EXP. Nº 02356-2013-PHD/TC
LIMA
MARGOTH OLGA VENEGAS GUTIÉRREZ
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 13 días del mes marzo de 2014 la Sala Segunda
del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Vergara
Gotelli, Mesía Ramírez y Eto Cruz, pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Aníbal
Florentino Arias, en representación de Margoth Olga Venegas
Gutiérrez, contra la sentencia expedida por la Tercera Sala Civil de la
Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 49, su fecha 6 de marzo de
2013, que declaró infundada la demanda de hábeas data de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 20 de marzo de 2012 la recurrente interpone demanda
de hábeas data contra el Ministerio de Trabajo y Promoción del
Empleo, solicitando que se le entregue copia certificada del Acta
de Calificación de su solicitud ingresada el 13 de julio de 2007,
concerniente a su pedido de incorporación al Registro de Trabajadores
Cesados Irregularmente de acuerdo con la Ley Nº 29059. Señala
que ha solicitado dicha información, sin embargo ésta no le fue
proporcionada por lo que desconoce las razones por las cuales no ha
sido incorporado en ninguno de los listados del citado registro
El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, a través de
su Procurador Público, contesta la demanda manifestando que la
pretensión del demandante de que se le entregue copia del acta de
calificación que mereció su solicitud ingresada con el registro Nº 266102012 resulta inatendible, ya que no existe la documentación solicitada
de la manera requerida, deviniendo en un imposible físico y jurídico.
El Tercer Juzgado en lo Constitucional de Lima, con fecha 28
de junio de 2012, declaró fundada la demanda.
La Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima
revocó la apelada y la declaró infundada por considerar que lo
solicitado significaría producir información inexistente por cuanto
nunca fue producida, ni se podrá realizar, toda vez que la Comisión
indicada ya culminó sus funciones.
FUNDAMENTOS
Precisión del petitorio de la demanda
1. Mediante la presente demanda la recurrente solicita copia
del Acta de Calificación de su solicitud ingresada el 13 de julio de
2007, concerniente a su pedido de incorporación al Registro de
Trabajadores Cesados Irregularmente previsto en la Ley Nº 29059.
Cuestiones procesales previas
2. De acuerdo con el artículo 62º del Código Procesal
Constitucional, para la procedencia del hábeas data se requerirá
que el demandante previamente haya reclamado, por documento de
fecha cierta, el respeto de su derecho y que el demandado se haya
ratificado en su incumplimiento o no le haya contestado dentro del
plazo establecido. Tal requisito, conforme se aprecia de autos, ha sido
cumplido por la accionante conforme se aprecia de fojas 6 de autos.
Análisis del caso concreto
3. Aunque en la STC Nº 09476-2006-PHD/TC este Tribunal
declaró infundada la pretensión de un demandante que solicitaba
se le informen las razones por las cuales no fue incluido en dicho
registro; ello difiere de lo solicitado en el presente caso, pues lo
requerido se circunscribe a solicitar copias del Acta de Calificación
de su solicitud ingresada el 13 de julio de 2007.
4. Para este Colegiado, la demandante tiene el derecho de conocer
el contenido del expediente administrativo, formado como consecuencia
de su solicitud, en el estado en el que se encuentre. Y es que, el objetivo
del proceso de hábeas data es, por lo que respecta a supuestos como
el aquí analizado, el de proporcionar la información solicitada, sin otras
exigencias que la de ser actual, completa, clara y cierta.
5. Es necesario precisar que el artículo 18º del Decreto Supremo
Nº 006-2009-TR en su inciso 3 prescribe que “La Comisión Ejecutiva
notifica su decisión de no incluir a un ex trabajador en el RNTCI, mediante
comunicación escrita, individual y motivada, en el domicilio consignado
por éste en su respectiva solicitud, dentro de los diez (10) días hábiles
siguientes de concluido el plazo establecido en el numeral anterior. La
Secretaría Técnica notifica, a nombre de la Comisión Ejecutiva, la referida
decisión de no inclusión a los ex trabajadores que corresponda.”. Por lo
que en dicho contexto se aprecia que una vez ingresada la solicitud, es
la Comisión Ejecutiva quien adquiere competencia para todo el trámite
administrativo de evaluación y calificación de las solicitudes, realizando
una labor que necesariamente ha de estar plasmada en documentos y/o
soporte que acrediten la atención debida a los documentos y solicitudes
presentadas.
6. En el caso concreto, respecto a la pretensión de que se
otorgue copia certificada del acta de calificación de su solicitud
de inscripción en el Registro Nacional de Trabajadores Cesados
Irregularmente, conviene precisar que la recurrente tiene todo el
derecho de conocer lo contenido en el acta de calificación a razón
El Peruano
Sábado 13 de setiembre de 2014
PROCESOS CONSTITUCIONALES
50070
de su pedido presentado (Registro Nº 026610) o en todo caso del
expediente administrativo o acervo documentario existente.
7. Cabe anotar que no es la primera oportunidad en que este
Tribunal ha conocido un requerimiento similar. En la STC Nº 002972011-PHD/TC este Colegiado estimó un pedido semejante.
8. Por ende, el ministerio emplazado debe limitarse a entregar
la información requerida en los propios términos en los que aparece
en el expediente o soporte administrativo.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda de hábeas data de autos.
2. Ordena al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo
entregar al demandante, bajo el costo que suponga tal pedido, copia de
todo el expediente administrativo o del acervo documentario obrante en
mérito de la solicitud presentada, en el estado en el que se encuentre.
Publíquese y notifíquese.
SS.
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
W-1133424-12
PROCESO DE HÁBEAS CORPUS
EXP. Nº 02431-2013-PHC/TC
LA LIBERTAD
WILLIAM ALEXANDER PLASENCIA ESCOBAR
2. Cuestión previa
En el caso de autos el recurrente expresa que el beneficiario
fue detenido sin que exista mandato judicial alguno, que fue
conducido de manera intempestiva a la carceleta del Poder Judicial
y que recién tomó conocimiento, en dicho momento, por versión de
los efectivos policiales, que se encontraba detenido por el mandato
contenido en la disposición judicial de fecha 3 de junio de 2011, lo
que ha afectado su derecho de defensa.
El artículo 5.5 del Código Procesal Constitucional establece que “no
proceden los procesos constitucionales cuando: 5) a la presentación
de la demanda ha cesado la amenaza o violación de un derecho
constitucional o se ha convertido en irreparable”. En el caso de autos si
bien el favorecido afirma que desconocía de las razones de su detención
y que se le estaba deteniendo sin que exista mandato judicial, en realidad
se aprecia del propio escrito ampliatorio del recurrente (fundamento 3),
que éste tenía pleno conocimiento de la razón por la que fue detenido,
por lo que en este extremo resulta de aplicación el artículo 5.5 del Código
Procesal Constitucional, puesto que a la presentación de la demanda
había cesado la presunta vulneración del derecho alegada.
3. Sobre la afectación al derecho a la libertad personal
(artículo 2°, 24° de la Constitución)
3.1 Argumentos del demandante
El recurrente cuestiona el hecho de que se haya detenido al
favorecido cuando la pena que se le impuso ya había vencido en
exceso, concluyendo que en el momento de su detención ya se
encontraba rehabilitado. Sostiene que desde la fecha de expedición
de la sentencia condenatoria (14.12.2009) hasta la de la detención
de su patrocinado (16.02.2013), la pena ya había sido cumplida.
3.2 Argumentos de la demandada
El Juez emplazado expresa que el favorecido no cumplió la pena
impuesta, puesto que emitida la resolución revocatoria y dispuesta la
orden de captura, recién se efectivizo ésta con fecha posterior.
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
3.3 Consideraciones del Tribunal Constitucional
Lima, 10 de marzo de 2014
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don César
Yunior Valera Malca contra la resolución expedida por la Segunda
Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de La
Libertad, de fojas 164, su fecha 10 de abril de 2013, que declaró
infundada la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 17 de febrero de 2012, el recurrente interpone demanda
verbal de hábeas corpus a favor de William Alexander Plasencia Escobar
contra la juez del Tercer Juzgado Unipersonal de La Libertad, la cual es
ampliada posteriormente por escrito de fecha 18 de febrero de 2013.
Expresa que el favorecido el día 17 de febrero de 2012 fue detenido
sin que exista mandato judicial alguno, siendo conducido de manera
intempestiva a la carceleta del Poder Judicial, tomando conocimiento
en dicho momento, por versión de los efectivos policiales, que se
encontraba detenido por el mandato contenido en la disposición judicial
de fecha 3 de junio de 2011, resolución que nunca le fue notificada a su
domicilio, lo que ha afectado su derecho de defensa.
El recurrente refiere, en su escrito ampliatorio, que el favorecido
fue condenado por el delito de libramiento indebido a dos años de
pena privativa de la libertad, suspendida en su ejecución por el
mismo tiempo. Señala que la revocatoria de la suspensión de la
pena fue producto de la emisión de la Resolución de fecha 3 de
junio de 2011, pero que su detención efectiva se produjo el 16 de
febrero de 2013; es decir, la detención del beneficiario se ejecutó
cuando ya había cumplido la pena. Aduce que el favorecido ya ha
cumplido su pena, por lo que la orden de detención es arbitraria.
Añade que no existe ninguna causal que interrumpa el plazo de
rehabilitación, puesto que la pena ya ha sido cumplida en exceso.
Realizada la investigación sumaria el Juez emplazado, señor
Vía Castillo, sostiene que el actor no ha cumplido la pena, puesto
que el sentenciado en realidad no cumplió su pena suspendida
conforme a las reglas de conducta impuesta, razón por la cual se le
revocó la condicionalidad de la pena, habiéndose ejecutado dicha
revocatoria recién cuando se detuvo al favorecido.
El Octavo Juzgado de Investigación Preparatoria de Trujillo de
la Corte Superior de Justicia de La Libertad declara infundada la
demanda, considerando que la resolución que revoca al recurrente
el periodo de prueba se encuentra arreglada a ley, habiendo sido
expedida con observancia del debido proceso.
La Sala Superior revisora confirma la resolución apelada considerando
que aún no se cumple de manera efectiva la pena que se le aplicó.
El recurrente interpone recurso de agravio constitucional
reproduciendo los argumentos de su demanda.
FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
La presente demanda está dirigida a denunciar que: i) el favorecido
fue detenido sin que conociera las razones de la detención; y que ii)
la pena impuesta ha sido cumplido en exceso, afectándosele así sus
derechos de defensa y a la libertad individual.
La libertad personal es un derecho subjetivo, reconocido en
el inciso 24) del artículo 2.° de la Constitución Política del Estado
y, al mismo tiempo, es uno de los valores fundamentales de
nuestro Estado Constitucional de Derecho, por cuanto fundamenta
diversos derechos constitucionales, a la vez que justifica la propia
organización constitucional.
En cuanto derecho subjetivo garantiza que no se afecte
indebidamente la libertad física de las personas, esto es, su
libertad locomotora, ya sea mediante detenciones, internamientos
o condenas arbitrarias. Los alcances de la garantía dispensada a
esta libertad son oponibles frente a cualquier supuesto de privación
de la libertad locomotora, independientemente de su origen,
autoridad o persona que la haya efectuado.
En el caso de autos el actor cuestiona que el favorecido haya sido
detenido cuando ya se había cumplido la pena impuesta, encontrándose
rehabilitado. Al respecto se observa, a fojas 30, que el recurrente fue
condenado por el delito de libramiento indebido a dos años de pena
privativa de libertad, suspendida en su ejecución por igual término,
bajo determinadas reglas de conducta. Posteriormente, por pedido
del representante del Ministerio Público, se programó la audiencia de
revocatoria, pedido que fue plenamente conocido por el favorecido,
quien solicitó que se difiera la fecha de audiencia (fojas 62). Del Acta de
Audiencia de Revocatoria (fojas 69) se aprecia que se declaró fundado
el requerimiento del fiscal, encontrándose presente el abogado del
beneficiario. En razón de dicha revocatoria –respecto de la cual no se
aprecia apelación alguna– se cursaron órdenes de captura, conforme
se aprecia de fojas 70 en adelante. Es en virtud de dichas órdenes que
se detuvo al favorecido el 17 de febrero de 2013, de modo que no puede
argumentar que al momento de su detención ya se había ejecutado la
pena, puesto que la revocatoria de la suspensión de la pena se dio con
fecha 3 de julio de 2011, cuando todavía no se había ejecutado la pena,
razón por la que, al haber sido detenido recién con fecha 17 de febrero
de 2013, debe computarse el tiempo que falta para que cumpla la pena
impuesta. Por lo expuesto, la demanda debe ser desestimada al no
haberse acreditado la afectación de los derechos del beneficiario.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar IMPROCEDENTE la demanda respecto del
extremo expresado en el fundamento 2 de la presente sentencia.
2. Declarar INFUNDADA la demanda respecto de la afectación
del derecho a la libertad individual.
Publíquese y notifíquese.
SS.
URVIOLA HANI
MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
W-1133424-13
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