los Retos de la Enseñanza en la Ingeniería

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LOS RETOS DE LA ENSEÑANZA EN LA INGENIERÍA 1
Horacio Ramírez de Alba*
En este escrito se presenta un panorama de la profesión de la
ingeniería y su relación con el desarrollo del país, y a partir de ello se
destaca la necesidad de unir esfuerzos para lograr que esta noble
profesión siga cumpliendo con su misión social.
El desarrollo de la práctica de la ingeniería en México tiene sus
inicios en la época prehispánica. Si se hace un análisis de este desarrollo
se podrá constatar que la evolución de las diferentes ramas de la
ingeniería no ha sido constante ni sostenida, ya que dicho desarrollo
depende en gran medida de las condiciones económicas y de la
estabilidad política. En general aquella actividad que inicia primero
tiende a adquirir mayor fortaleza, tal es el caso de la ingeniería civil, y en
menor medida la ingeniería mecánica, mientras que la electrónica y
computación por ser más recientes y estar más condicionada a los
desarrollos que se han dado en otros países, están en vías de encontrar
un camino propio.
La ingeniería mexicana, en términos generales, es más fuerte en
aspectos operativos que conceptuales, lo que indica que se deben
hacer esfuerzos importantes para lograr mejor coordinación y
organización de la profesión en sí, así como en lo relacionado con la
administración de las labores de la ingeniería.
En cuanto a la evolución de la enseñanza de la ingeniería, ya en
la época prehispánica existió una escuela de constructores -Texcalco –
casa de obras públicas. En la época colonial funcionaron las
corporaciones gremiales según el modelo de la metrópoli española. El
joven aprendiz, conforme a un contrato aprobado por el cabildo, era
aceptado como oficial a cargo de un maestro. Después de un mínimo
de tres años de oficialía comprobada, solicitaba al cabildo el examen
para ser maestro y, de esta manera, convertirse en técnico y educador.
El examen se hacía públicamente, en forma teórica y práctica.
La explotación de la minería, como actividad más importante en
la Colonia, motivó la creación de instituciones para la formación de
especialistas. El Cuerpo de Minería de la Nueva España empezó a
funcionar en 1778, y en 1783 como Colegio o Seminario de Minería. En
1797, Manuel Tolsá proyectó el inmueble que sería la sede del Tribunal
UAEM. Sucesivas Aproximaciones de Nuestra Historia. Crónicas de la Universidad Autónoma del
Estado de México. Tomo II. Toluca, México, 2001, pág. 131 – 136..
* Cronista de la Facultad de Ingeniería.
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de la Minería y del Seminario Metálico, a donde se trasladó el Colegio
en 1811. A partir de entonces la enseñanza de la ingeniería en México
ha estado muy relacionada con la evolución de dicho colegio, a partir
del cual se creó en 1867 la Escuela Especial de Ingenieros y que poco
después se convertiría en la Escuela Nacional de Ingeniería. Las
instituciones de enseñanza e investigación que se fueron creando con
esas bases han permitido dar mayor fundamento y carácter propio a la
enseñanza de la ingeniería, a la vez, se ha expandido esta influencia a
las instituciones de educación de provincia, tal es el caso de nuestra
Facultad de Ingeniería que poco a poco, y a lo largo de sus cuarenta y
cuatro años de existencia, ha logrado su propio desarrollo.
La enseñanza de la ingeniería ha seguido en general a los
desarrollos en la práctica. Sólo en las últimas tres o cuatro décadas, la
investigación y el desarrollo de la tecnología en las instituciones de
enseñanza superior han impactado a la práctica por lo menos en
algunas de las ramas de la ingeniería.
De los datos de un estudio realizado por la Academia Mexicana
de la Ingeniería, se estima que existen en México aproximadamente 3
521 000 profesionales de la ingeniería. Algunos datos de este estudio
que se pueden resaltar son: 75% de los ingenieros activos tienen edades
entre 25 y 45 años. El 50% se concentran en la zona metropolitana de la
ciudad de México, las especialidades con mayores efectivos son la
ingeniería química y la ingeniería mecánica seguidas por la ingeniería
civil. El 15% de los ingenieros tienen nivel superior al de licenciatura. En
relación con el área de trabajo de los ingenieros, la más frecuente es la
de administración y control (25%), siguiendo la de diseño y cálculo (19%)
y manufactura (16%). En investigación y desarrollo solamente se registró
8%. En cuanto a remuneración, los ingenieros que tienen mayores
ingresos son los dedicados a la industria, siguiendo los dedicados a los
servicios. Los ingenieros que se dedican a la academia perciben
ingresos aproximadamente de la mitad respecto a los dedicados a la
industria. La gran mayoría de los ingenieros consideran que es
importante actualizar sus conocimientos, las áreas de conocimiento más
demandadas incluyen el inglés y aspectos de planeación,
administración y finanzas.
Por otro lado, este conjunto de profesionistas, por lo general,
manifiestan satisfacción en su profesión y consideran que la ingeniería
mexicana tiene un buen nivel aunque opinan que se deben hacer
esfuerzos importantes para incrementar su competitividad y
trascendencia.
Acerca de este último punto, se pueden presentar algunos datos
que permitan tener una idea general de lo que es actualmente esta
profesión. Al considerar las interacciones entre las principales ramas de
la ingeniería, existen algunas que se pueden considerar independientes
como la ingeniería de sistemas y la industrial, y ramas muy dependientes
de la demás como la civil, eléctrica, minera y petrolera. Las ramas que
inciden en casi todas las otras como son la electrónica y la mecánica
merecen, en rigor, mayor prioridad en su atención.
El nivel de competitividad de las diferentes áreas de ingeniería se
puede estimar tomando en cuenta tres aspectos básicos: el nivel de
enseñanza, o sea, en qué ramas existen mejores elementos para la
preparación, el nivel tecnológico, o sea, las capacidades para
investigar, desarrollar, operar y mantener, y finalmente el número de
ingenieros activos. De esta manera la rama de civil resulta ser la más
competitiva alcanzando un índice de 8 respecto al ideal de 10; le
siguen las ramas de ingeniería petrolera, química y eléctrica que tiene
índices entre 6 y 7. La ingeniería agronómica y la minera alcanzan un
índice cercano pero por debajo de 6. Todas las demás ramas de la
ingeniería tienen índices menores de cinco. Al comparar la
competitividad de las ingenierías con la importancia de cada una de
ellas, en términos de los sectores que atienden, se concluye que las
ramas con mayor competitividad e importancia son: civil, eléctrica,
química y minera. Las ramas con alta importancia pero competitividad
reducida: industrial, sistemas, electrónica y mecánica. Estas últimas
representan ramas que deberían apoyarse con mayor prioridad.
Abundando sobre la importancia de la ingeniería, si se establecen
como necesidades básicas: alimentación, vestido, salud y vivienda;
como aspectos de la calidad de vida: medio ambiente, infraestructura
y educación; y como aspectos de la infraestructura económica:
comunicaciones, transporte, planta productiva, energía y comercio,
resulta que la ingeniería tiene aportación fundamental en el medio
ambiente, infraestructura física, energía y planta productiva;
contribución directa en alimentación, vestido, salud, vivienda,
comunicaciones y transportes, y contribución complementaria en
educación.
Lo anterior tiene especial importancia para el Estado de México al
considerar que la ingeniería tiene -relación directa con los principales
programas que se han establecido para el desarrollo social, como son:
educación, capacitación y productividad, agua y saneamiento,
vivienda, protección al ambiente, electrificación, desarrollo regional y
urbano, y deporte y recreación.
Esto se refleja en los estudios de pronóstico de demanda de
ingenieros que se han hecho. Por ejemplo, un estudio realizado por la
fundación Barros Sierra tomó como base los indicadores del PIB
Nacional y la participación del valor agregado de la industria en el
producto interno y la producción. Este estudio indica que para cubrir la
demanda de ingenieros que apoyen el desarrollo deseable de México
se requerirá la formación de aproximadamente 39 000 ingenieros al año
a nivel nacional.
Si las proporciones actuales se mantuvieran constantes, el Estado
de México requeriría cubrir 5% de esta demanda o sea 1 950 ingenieros
al año, correspondiendo a nuestra facultad un estimado entre 100 o 200
egresados por año, lo cual en las condiciones actuales no se alcanza.
Al considerar estos datos se acepta que el sistema educativo en
general tiene el reto de considerar la calidad, en primera instancia, pero
sin descuidar la cantidad en función del desarrollo deseable y al mismo
tiempo avanzar en la actualización de los profesionistas activos. Todo lo
anterior conduce a establecer que, así como todos los sectores activos
de la sociedad, las instituciones de enseñanza de la ingeniería se
enfrentan al reto de contribuir en forma eficiente y con mejores
perspectivas al desarrollo social, lo cual implica preparar mejores y más
ingenieros, colaborar en la actualización de los profesionistas en activo y
realizar acciones de vinculación con los sectores social y productivo.
Esto conduce a que la enseñanza de la ingeniería deba dirigirse
hacia la búsqueda de mayor trascendencia del ingeniero hacia la
problemática social y económica, a lograr aptitudes y habilidades en
los nuevos ingenieros que le permitan comprender y actuar en los
problemas relacionados con el medio ambiente, integrándose a
equipos de trabajo multidisciplinarios, comprender otros lenguajes y
culturas, y tener una actitud hacia la actualización permanente.
Este reto deben asumirlo las instituciones de docencia e
investigación a pesar de que no se presenten en la actualidad las
mejores condiciones para ello.
La Facultad de Ingeniería de la UAEM, desde sus inicios en marzo
de 1956, ofrece la licenciatura en ingeniería civil. Otras tres licenciaturas
se han agregado en diferentes épocas, siendo éstas: ingeniería
mecánica desde 1970, ingeniería en computación desde 1979 e
ingeniería electrónica desde 1992.
En cuanto a programas de posgrado se tienen en la actualidad
siete a nivel de maestría y dos de doctorado, siendo éstos:
Análisis de decisiones (1977)
Informática (1977)
Procesos de manufactura (1984)
Ingeniería del transporte (1986)
Estructuras (maestría 1979, doctorado 1996)
Ciencias del agua (maestría 1983, doctorado 1986)
Administración de la construcción (1999)
Se puede observar que tanto a nivel de licenciatura como de
posgrado se abordan ramas de la ingeniería que son importantes para
el desarrollo del país, sin embargo el número de egresados es inferior al
que se requiere según los estudios mencionados. Varias estrategias se
han establecido para lograr mayor calidad en la enseñanza como son
la revisión de los planes de estudio, la capacitación y actualización de
profesores y el apoyo al posgrado y la investigación. Se pueden
mencionar como logros recientes, el establecimiento de nuevos planes
de estudio en 1999 que responden a requerimientos internos y externos.
El programa de licenciatura en ingeniería civil logró su acreditación a
nivel nacional por el Consejo de Acreditación de la Enseñanza de la
Ingeniería, CACEI. Los programas de maestría y doctorado en ciencias
del agua lograron mantenerse dentro del Padrón de Posgrado de
Excelencia del CONACyT y se tiene el mayor número relativo de
proyectos de investigación aprobados por CONACyT al considerar las
diferentes dependencias académicas de la UAEM.
Se concluye que se han realizado esfuerzos importantes en
cuanto a elevar el nivel académico, así como incorporar tendencias
modernas en la enseñanza de la ingeniería, sin embargo no se ha
podido incrementar el número de egresados, problema complejo al
que se enfrentan las instituciones de educación superior en las ramas
técnicas y científicas, a favor de las ramas administrativas, sociales y
humanísticas. Este problema debe ser atendido por todas las instancias
involucradas, de lo contrario se puede llegar a una dependencia
tecnológica y científica más acusada.
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