De la revista: CUADERNOS DE JAPÓN LA ALINEACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS LÍDERES CONSERVADORES DE LA POSGUERRA JAPONESA MIKURIYA Takashi El Partido Liberal Democrático (PLD), que ha gobernado en Japón durante prácticamente toda la posguerra, se ha definido con frecuencia como partido de aluvión, ya que ha sido capaz de incorporar a gente de un amplio espectro ideológico sin rechazar ningún punto de vista, Incluso ha acogido a políticos cuya principal preocupación era favorecer intereses particulares. Ha llegado a ser una auténtica «ensalada». En el presente artículo seguiré la línea ideológica de los primer ministros que han dejado una huella notable en la historia de la posguerra japonesa; con este trabajo espero ayudar a comprender la actual política conservadora de Japón. YOSHIDA Shigeru y su aversión a la economía planificada El político que representa de forma incomparable el período que se extiende desde la Ocupación a la inmediata posguerra es el primer ministro YOSHIDA Shigeru. En su primer mandato, de doce meses a partir de mayo de 1946, desempeñé el cargo de primer ministro bajo la Constitución de Meiji de 1889. Después de una temporada en la oposición, ocupó la presidencia del Gobierno desde octubre de 1948 hasta diciembre de 1954. Su primer mandato fue un período de prueba para el Gobierno y para él mismo. Llegó al cargo de improviso, después de la purga de HATOYAMA Ichiró (jefe del PLD, que estuvo a punto de ser nombrado primer ministro) y su Gabinete tuvo que hacer frente a una serie de demandas del general Douglas Mac ARTHUR, jefe de la Comandancia Suprema de las Fuerzas Aliadas (SCAP en inglés), quien había solicitado al Gobierno japonés la puesta en marcha de reformas radicales en áreas básicas como la propiedad agraria, el trabajo y la educación. Cuando algunos de sus familiares le apremiaron a dejar la presidencia del Gobierno, contestó: «Es la historia de (los países derrotados en la guerra), pero (victoriosos) en el terreno diplomático». Presumiblemente, su objetivo era iniciar la recuperación de Japón a través de negociaciones con la SCAP, pero sus esfuerzos no dieron frutos en su primer mandato. En mayo de 1947, después de las primeras elecciones bajo la nueva Constitución, KATAYAMA Tetsu, jefe del Partido Socialista de Japón (PSJ), fue nombrado primer ministro, y YOSHIDA se quedó en la oposición. Observar a los Gobiernos de coalición de centro- izquierda encabezados por KATAYAMA y su sucesor, ASHIDA Hitoshi (marzo-octubre de 1948) le resultó altamente instructivo. Tanto KATAYAMA como ASHIDA sufrieron las presiones del ala izquierdista del PSJ. YOSHIDA aprendió la lección de que un gobierno centrista que incluyera la corriente izquierdista kakushin (reformista), no podía gobernar con éxito en Japón Llegó a la conclusión de que la oposición tenía que unir fuerzas y ganar poder bajo una bandera hoshu (conservadora). En otras palabras, YOSHIDA pensaba que la hoshu era la fuerza adecuada para hacer frente al elemento kakushin. Las ideas de YOSHIDA eran firmemente liberales en el sentido clásico de libertad personal y gobierno democrático, aunque también de respeto al emperador. Durante les primeros años de la posguerra opuso cierta resistencia a la SCAP, pero después de su experiencia en la oposición se centró en la necesidad de combatir las tuerzas kakushin en el mundo de la política japonesa. Tras recuperar la presidencia del Gobierno en octubre de 1948, se mantuvo seis años en el poder y presidió la firma del Tratado de Paz de San Francisco y el Tratado de Seguridad entre Japón y Estados Unidos de América (EUA) en 1951, que le permitieron encauzar a Japón como un país marítimo que fomenta el comercio internacional y deja las cuestiones militares en manos de EUA. YOSHIDA también era liberal en política económica y contemplaba con gran recelo la idea de una economía planificada, sosteniendo que la industria no debía crecer bajo la dirección del Estado, sino a través de la libre competencia. La economía planificada de la posguerra representaba para él otra forma de economía dirigida; la consideraba continuadora de la corriente reformista (kakushin) que predominaba en la burocracia desde antes de la guerra. Al considerar la política japonesa en la posguerra, no podemos pasar por alto las vías de continuidad de la preguerra. Es común pensar en la oposición entre Rikken Seiyukai (Amigos del Partido Constitucional del Gobierno) y Rikken Minseitó (Partido Democrático Constitucional); pero se trataba principalmente de un choque de personalidades más que de un conflicto entre ideologías. Más significativo era, en mi opinión, el papel desempeñado por el Shakai Taishütó (Partido Socialista de las Masas), formado en 1932 mediante la fusión de los partidos proletarios, que obtuvo 37 escaños en las elecciones de 1937. Bajo la dirección del secretario general ASO Hisashi, el partido alcanzó con los funcionarios reformistas un acuerdo ideológico que perseguía la creación de una economía dirigida. En los años inmediatamente anteriores a la guerra, la mayoría de los políticos japoneses, los del bando conservador inclusive, no veían con malos ojos la idea de una economía planificada. Después de la guerra, con la recuperación de la política de partidos, los conservadores simpatizaron con la economía planificada. Este fue el factor principal de su acercamiento al bando reformista, pero YOSHIDA era diferente. No estaba contento con la estructura anterior a la guerra y no es sorprendente que asumiera la idea de la libre competencia, la antítesis de la economía planificada que se había impuesto cuando el país entró en guerra. Después de la llamada Purga de la Ocupación de 1946, cuando la SCAP ordenó la destitución de los cargos públicos que habían actuado como líderes durante la guerra, YOSHIDA y los políticos jóvenes que se habían unido a él en la “Escuela Yoshida” se convirtieron en la corriente principal de la política japonesa. Este «campo de posguerra» impuso gradualmente su supremacía al «campo de preguerra», de los partidarios de la economía planificada. Posteriormente, YOSHIDA fue criticado por mantenerse en el cargo de primer ministro durante más tiempo del que se esperaba, conservando el puesto incluso después de que HATOYAMA y otros líderes purgados fueran rehabilitados y regresaran a la Dieta a comienzos de los años 50. Es probable que sintiera la necesidad de quedarse porque pensaba que los conservadores no habían alcanzado el punto de madurez suficiente para dar la cara a los reformistas. HATOYAMA abandonó el PLD en 1954 y se incorporó a las filas del Partido Reformista (Kaishintó), donde militaban SHIGEMITSU Mamoru, ASHIDA Hitoshi y NAKASONE Yasuhiro, para formar el Partido Democrático de Japón (PDJ). Este partido promovía la revisión de la Constitución de posguerra y la remilitarización de Japón, además, se aproximaba al bando reformista con su apoyo a cierta clase de economía planificada. Uno puede comprender la resistencia de YOSHIDA a que este grupo tomara el poder El ardor de HATOYAMA contra YOSHIDA HATOYAMA, que sucedió a YOSHIDA en el cargo de primer ministro en diciembre de 1954, no creía posible formar un gobierno con los conservadores como lo había logrado YOSHIDA y, por consiguiente, se propuso sentar una base más amplia incluyendo a miembros del bando reformista. De hecho, su primer Gobierno estaba formado por una coalición del PDJ con el PSJ (en el que prevalecían una corriente de izquierdas y otra de derechas). A HATOYAMA le gustaba la estructura tripartita de dos formaciones conservadoras y una socialista, ya que esperaba poder gobernar en coalición en el marco existente y, en 1955, se opuso a la fusión de dos grupos conservadores para formar el PLD. En sus memorias revela su descontento de entonces cuando, poco después de lograr el objetivo de llegar al cargo de primer ministro, MIKI Bukichi, un político veterano que le había ayudado a poner en marcha el PDJ, declaró que era necesario formar una fuerza conservadora aunque ello implicara la destrucción del PDJ. Desde la perspectiva de YOSHIDA (que no se incorporó al PLD inmediatamente después de su formación), la actitud de HATOYAMA probablemente parecía peligrosamente acomodaticia respecto a los reformistas. Cuando se formó el PLD, nadie esperaba que fuese a durar mucho tiempo. Incluso MlKl Bukichi, uno de los principales artífices de la fusión de grupos conservadores, declaró que como mucho se mantendría durante 10 años. Los conservadores estaban divididos en dos bandos opuestos desde antes de la guerra, el Seiyülai y el Minseitó, y la gente pensaba que sería imposible mantenerlos unidos en un solo partido. Pero, entonces, sobrevino un cambio de era política. Después de la formación del PLD, los políticos veteranos, que se habían mantenido activos desde antes de la guerra comenzaban a apartarse de la política, y los políticos jóvenes, en los que YOSHIDA había depositado su esperanza, comenzaron a ocupar un primer plano. Después del mandato de KlSHl Nobusuke, primer ministro de 1957 a 1960, fueron los miembros de la Escuela de Yoshida, no los herederos del bando HATOYAMA-KISHI, quienes asumieron el liderazgo. Las políticas que HATOYAMA implementó como primer ministro parecían una reacción a las de YOSHIDA. Favoreció una línea independiente para Japón, incluyendo la revisión de la Constitución adoptada durante la Ocupación, y en contraste con la línea de YOSHIDA de estrechar los lazos con EUA, empeñó su carrera política en la normalización de las relaciones diplomáticas con la Unión Soviética. Podría decirse que el conflicto entre estas dos personalidades define la naturaleza de la política conservadora en los primeros años de la posguerra. Durante su permanencia al frente del Gobierno, HATOYAMA consiguió restablecer las relaciones diplomáticas con Moscú y lograr un escaño para Japón en las Naciones Unidas. Sin embargo, no logró enmendar la Constitución porque el PSJ y otros partidos reformistas ocupaban más de un tercio de los escaños de la Dieta (las enmiendas han de ser aprobadas por dos tercios en ambas Cámaras). Y este capítulo de su agenda continuó bloqueado posteriormente. KISH Nobusuke, un primer ministro poco habitual OGATA Taketora, considerado el sucesor de HATO YAMA, murió en 1959 y, en su lugar, ISHIBASHI Tanzan fue primer ministro. ISHIBASHI se había destacado como periodista antes de la guerra por defender un «Japón pequeño» frente a la fiebre expansionista que invadía el país en aquella época. Pero no fue elegido por su ideología, sino más bien por haber ganado una desagradable batalla por la presidencia del PLD, en la que se había prodigado dinero y promesas en busca de apoyo. Además, cayó enfermo poco después de ocupar el cargo y es difícil examinar a fondo sus ideas como primer ministro. KISHI, su sucesor en el cargo, fue un primer ministro poco común en la posguerra. Había sido funcionario, pero no en un ministerio «tranquilo» como el de Relaciones Exteriores o el de Finanzas, había trabajado en el Ministerio de Comercio e Industria de nueva creación, habiendo ocupado el puesto de administrador en Manchuria, y había regresado a Japón para ocupar el cargo de ministro de Comercio e Industria con el primer ministro TOJO Hideki. Además, había firmado la declaración imperial de guerra. Tras la derrota de Japón fue encarcelado en la prisión de Sugamo acusado de crímenes de guerra, y aunque finalmente se retiraron los cargos contra él, pareció compartir la responsabilidad de la guerra. Es extraordinario que una figura así haya podido llegar a primer ministro en menos de una década después de salir de Sugamo. Como indican estos antecedentes, ideológicamente KISHI estaría próximo a los defensores de la economía planificada. Tras ganar las elecciones a la Dieta durante la guerra, trató en términos poco amistosos a los legisladores de antes de la guerra del Shakai Taishotó, e intentó atraer a los socialistas a la Federación para la Reconstrucción de Japón (Nippon Saiken Renmei), un partido que había fundado a principios de los años cincuenta. Se sabe también que en cierto momento intentó presentarse como candidato socialista a la Dieta Finalmente, se unió al Partido Liberal, pero su ideología no se ajustaba a la del partido. Como sostuve antes, los defensores de la libre competencia habían pasado a un primer plano inmediatamente después de la guerra, y KISHI fue abandonando sus ideas a favor de la economía planificada, pero conviene señalar que le sirvieron como base para el programa de construcción de infraestructuras y otras políticas de desarrollo que implementó como primer ministro. Su primera prioridad ideológica fue revisar la Constitución. No se sentía cómodo con las disposiciones de la Carta Magna de posguerra y al abandonar el cargo de primer ministro se convirtió en la cabeza visible de un grupo denominado Congreso Nacional para la Adopción de una Constitución Autónoma (Jishu Kenpó Seitei Kokumin Kaigi), pero, igual que HATOYAMA, no pudo hacer nada frente a la firme oposición de más de un tercio de los escaños de la Dieta. Respecto a las políticas prácticas, KISHÍ se centró en revisar el Tratado de Seguridad Japón-EUA y establecer relaciones diplomáticas con otros países asiáticos. Su agenda era razonable, pero también prematura. Por una parte, en Asia existía una gran aversión hacia su persona. El recuerdo del intento de Japón de establecer una Gran Esfera de Coprosperidad en Asia Oriental todavía estaba vivo, y KISHI, como miembro del Gabinete de TOJO se había implicado notablemente en el gobierno títere de Manchukuo en Manchuria; además, había nombrado ministros y asesoresa colegas suyos durante los años del Gobierno de TOJO. No es sorprendente que la gente lo mirara con suspicacia. En Japón, la oposición a su programa de revisión del Tratado de Seguridad Japón-EUA correspondía más a su pasado y a sus métodos que a los contenidos del programa. Al final, el descontento por el tratado de seguridad le forzó a dimitir en julio de 1960, tres años y cinco meses después de acceder al cargo. Así pues, su mandato fue relativamente corto, pero su carrera política larga. YOSHIDA Shigeru continuó actuando como un veterano hombre de estado y figura importante durante los Gobiernos de IKEDA Hayato (1960-1964) y SATO Eisaku (1964-1972); KISHI siguió activo a su manera, sobre todo después del Gobierno de SATO, en lo referente a la diplomacia de Japón en Asia y la revisión de la Constitución. No fue capaz de llevar su ideología a la práctica desde su puesto de primer ministro, pero sus ideas ejercieron cierta influencia durante mucho tiempo en el PLD La adopción de una economía centrada en la política Los Gobiernas de los sucesores de KISHI, IKEDA y SATO marcaron el fin de una época caracterizada por la dura confrontación ideológica en la política japonesa. Aunque la postura de SATO mostraba ciertos tintes ideológicos, tanto él como IKEDA se centraron claramente en el desarrollo económico. Durante sus Gobiernos, Japón atravesó un período de crecimiento económico rápido y sostenido y finalmente los miembros de la escuela YOSHIDA emergieron como líderes, mientras que la línea HATOYAMA-KISHI pasaba a ocupar un segundo plano. La política de duplicar los ingresos proclamada por IKEDA difícilmente se puede catalogar como postura ideológica. La adopción de una política centrada en la economía represento un cambio importante en la naturaleza de la política conservadora en Japón. La idea fundamental de IKEDA era evitar las confrontaciones políticas por causa de la ideología; este fue uno de los rasgos distintivos de lo que se llegaría á conocer como régimen de 1955, el año en que se fundó el PLD y se unieron las dos corrientes del PSJ. Durante las décadas subsiguientes, el PLD se mantuvo firmemente en el poder mientras se acomodaba a ciertas exigencias de la oposición liderada por el PSJ en la Dieta. Los años de os Gobiernos de IKEDA-SATO de 1960 a 1972 también marcaron el grado de visibilidad de las fuerzas sindicales, que en la primavera de todos esos años organizaban shunto (ofensivas de primavera) durante las negociaciones de los convenios Aunque se estableció una confrontación entre capitalistas y trabajadores, este acontecimiento anual amortiguó el conflicto entre los dos bandos al proporcionar el mecanismo que permitía a los trabajadores beneficiarse del rápido crecimiento económico En el terreno de la política económica, el conflicto entre los marxistas de la vieja escuela y de los defensores de la llamada economía moderna (los posmarxistas) pasó a la historia, ya que esta última escuela consiguió controlar los puestos clave de política económica dentro de la Administración. En concreto, el mandato de IKEDA fue un período de actividad para el Ministerio de Finanzas; el mismo primer ministro procedía de ese ministerio y estaba rodeado por mandarines de ese ministerio. El Gobierno de IKEDA reinstauró el sistema de condecoraciones oficiales a las personas vivas, que había sido abolido después de la guerra, y se concedieron premios a gente como YOSHIDA, en reconocimiento por su contribución al sostenimiento del régimen en la posguerra. La eficaz organización de los JJOO de 1964 en Tokio demostró que Japón había concluido, más o menos, su recuperación en la posguerra. Estos dos acontecimientos simbolizaron el fin de la era de la política ideológica. } A propósito, cabe añadir que SATO se tomó muy en serio su misión de guardián de la casa imperial Es bien conocida la actitud de YOSHIDA como «súbdito leal» al emperador, pero SATO también albergaba sentimientos similares, lo mismo que FUKUDA Takeo (primer ministro de 1976 a 1978). Esto fue común en su generación; es difícil encontrar signos de tales sentimientos entre los primeros ministros más recientes. TANAKA Kakuei: el niño de la democracia de la posguerra. Cuando SATO abandonó el cargo en 1972 le sucedió TANAKA Kakuei, un hombre hecho por sí mismo que sólo había terminado los estudios elementales. Una persona así difícilmente habría llegado a ser un político de talla nacional antes de la guerra. En este sentido, su ascenso al poder representaba un símbolo de la transformación democrática de la posguerra en Japón. La orientación no ideológica de TANAKA era todavía más notable que la de sus dos predecesores. Su única idea era construir infraestructuras y beneficiar los distritos locales del PLD. Aunque su proyecto de reconstruir el «archipiélago japonés» fue bien recibido por algunos miembros de la burocracia, llevaba demasiado lejos su idea de que con dinero se puede comprar cualquier cosa. Sin embargo, fue realmente su falta de ideología lo que le permitió conseguir uno de sus logros más celebrados, la restauración de las relaciones diplomáticas con China continental. Si hubiese evidenciado el más tenue tinte ideológico, probablemente habría sido superado por el repentino cambio de Washington hacia el acercamiento a Pekín, tal como pasó con SATO, y le habría resultado difícil volverse en contra del bando pro Taiwán, que estaba fuertemente arraigado en el PLD. El ascenso de TANAKA no representa la superación del régimen de la posguerra. De hecho, su mandato seria el producto de la política centrada en la economía que ya habían implementado IKEDA y SATO; él era el retoño de la democracia de la posguerra en Japón. Sea como fuere, desde el punto de vista de sus dos predecesores, TANAKA era como un monstruo que ellos habían creado involuntariamente. Era la clase de sucesor que ellos esperaban sólo para los dos posteriores Gobiernos, cuando OHIRA Masayoshi fue nombrado primer ministro en diciembre de 1978 OHIRA pretendía desarrollar a largo plazo una política centrada en la economía; estudió la idea de introducir una tasa general sobre el consumo y reunió a grupos de expertos para desarrollar sus propuestas. Probablemente se propuso implementar el programa que IKEDA y SATO fueron incapaces de llevar a cabo Sin embargo, dejó de lado su enfrentamiento con FUKUDA Takeo, su inmediato predecesor, y pasó año y medio en el cargo sin alcanzar sus objetivos. Volvamos a TANAKA y sus sucesores: aunque el éxito de TANAKA en el restablecimiento de las relaciones con China representaba un éxito perdurable, en el frente nacional su ambicioso programa de «reconstrucción del archipiélago» se desvaneció sin dejar rastro desde que fue arrojado del poder a finales de 1974 bajo la sospecha de que estaba relacionado con negocios y tratos financieros turbios. Para sucederle, el PLD eligió a MIKI Takeo, que tenía algo de desidente en el seno del partido y mostraba una fuerte tendencia izquierdista. El «Limpio MIKI» delimitó su mandato en investigar la implicación de TANAKA en el escándalo de sobornos Lockheed, y al hacerlo topó con una fuerte oposición dentro de su propio partido, también fue depuesto del cargo apenas dos años después. Al sucesor de MIKI, FUKUDA, es difícil ubicarlo en su orientación política y económica. En el frente nacional, obtuvo grandes resultados en su lucha contra la inflación que lastraba la economía después de la crisis del petróleo en 19731974. Había ocupado diversos puestos clave en el Gobierno de SATO —ministro de finanzas, secretario general del PLD, ministro de exteriores—y, en cierto sentido, se puede decir que se mantuvo mucho tiempo en la corriente de SATO. Pero, al mismo tiempo, mantuvo un duro conflicto con Kóchikai, la poderosa corriente del PLD en la que IKEDA era un miembro importante, y también mantenía malas relaciones con TANAKA, muy vinculado políticamente a SATO. En política exterior FUKUDA se centró principalmente en Asia. En 1977 viajó a diversos países del sudeste asiático presentando lo que se conocería como doctrina FUKUDA, el compromiso por parte de Japón de no convertirse en una gran potencia militar y la invitación a establecer una amistad de «corazón a corazón» entre Japón y sus vecinos. En este sentido utilizaba gran parte del legado de KISHI. Cuando FUKUDA fue elegido para el cargo de primer ministro después del corto mandato de MIKI, se esperaba en general que fuese capaz de construir una honkaku seiken (un gobierno con todas las de la ley), es decir, un gobierno sólido para un largo período). Pero no fue capaz de lograrlo porque la corriente a la que pertenecía en el seno del PLD era débil. Sería interesante especular qué clase de políticas habría podido implementar sí su corriente de entonces hubiese tenido la fuerza que exhibe actualmente (el actual primer ministro ABE Shinzó procede de la antigua corriente de FUKUDA, oficialmente llamada Seiwa Seisaku Kenkyukai y liderada por MACHIMURA Nobutaka; en la actualidad es una de las dos corrientes más fuertes del partido). La aparición de NAKASONE Después de la repentina muerte de OHIRA en junio de 1980, SUZUKI Zenkó fue nombrado primer ministro, pero su mandato también fue breve y, en noviembre de 1982, fue sustituido por NAKASONE Vasuhiro. NAKASONE no pertenecía a la corriente mayoritaria del PLD. Al igual que MIKI, procedía del ala izquierda del Partido Reformista antes de la creación del PDJ en 1954 y su fusión con el Partido Liberal para formar el PLD en 1955. Se puede decir que procedía del bando kakushin (reformista) en el seno del campo conservador. Defendía la elección popular directa del primer ministro. Llegó a plantear en la Dieta la cuestión de la responsabilidad del Emperador en la guerra, lo que hizo que YOSHIDA lo mirara alarmado, Por consiguiente, al igual que MlKl, no era alguien de quien normalmente se esperaba que ascendiera a la cima del gobernante partido conservador. Sin embargo, desde su fundación, el PLD ha contado con miembros de ideologías muy diferentes Cuando se formó el partido, KISHI había pedido la exclusión de MIKI, viendo que se había escorado demasiado a la izquierda y que pretendía la inclusión de los comunistas. A pesar de ello, MIKI fue admitido, se mantuvo y consiguió llegar a la presidencia del partido y del gobierno. Encarnaba la realidad del PLD. NAKASONE se desvió de la política centrada en la economía de sus predecesores y puso un mayor acento en las cuestiones políticas. Se propuso «liquidar las cuentas políticas de la posguerra» y emprendió un ambicioso programa de reformas en la administración oficial, la estructura y sistema fiscal (auque fracaso en su intento de reformar los impuestos). NAKASONE chocó con YOSHIDA y no aprobó el planteamiento de centrar la política en la economía de IKEDA y SATO. Se consideraba a sí mismo un miembro del linaje político de HATOYAMA y KISHI, y realizó algunos movimientos que cabe calificar de halcón en el marco de aquella época. Por ejemplo, defendió con éxito el aumento del presupuesto de defensa por encima del tope del 1 % del producto nacional bruto (PNB), y también peregrinó al santuario de Yasukuni, el monumento a los caídos en la guerra. Sin embargo, después de su visita del 15 de agosto de 1985 al santuario, que había causado un gran revuelo político, canceló las siguientes; tampoco obtuvo ningún éxito en su intento de reformar la Constitución. La linea HATOYAMA-KISHI de la que era heredero parecía no ajustarse al PLD y aunque NAKASONE tenía fuerza y determinación, no pudo modelar el partida a su imagen y semejanza. La legitimidad del PLD como partido en el Gobierno se’ basaba en su capacidad de garantizar el crecimiento económico y alguien como NAKASONE podría zarandear, pero no demoler la estructura creada por YOSHIDA, IKEDA y SATO. TAKESHITA Noboru sucedió a NAKASONE en noviembre de 1987. Aunque originalmente siguió fielmente la línea de su predecesor, no tenía las ideas tan claras como él y recuperó la política centrada en la economía de gobiernos anteriores. Su logro más importante fue la introducción del impuesto sobre el consumo, que consiguió aprobar en unos momentos en que el Gobierno se enfrentaba al escándalo Recruit de canjear acciones por favores. Después de la caída de TAKESHITA en junio de 1989, llegó al cargo de primer ministro UNO Sósuke, pero apenas permaneció dos meses en el cargo, siendo reemplazado por KAIFU Toshiki hasta noviembre de 1991. Entonces le tocó el turno a MIYAZAWA Knohi, un miembro inteligente y respetado de la corriente conservadora. Pero fue incapaz de acometer con decisión las reformas en la política (que había pasado a un primer plano después de que otro importante escándalo financiero pusiera contra las cuerdas al PLD) o en la disposición de fondos públicas para reforzar el inestable sistema bancario, y en las elecciones generales del verano de 1993, el PLD fue desalojado del Gobierno por vez primera en su historia. MIYAZAWA había brillado como director general de la Agencia de Planificación Económica durante los Gobiernos de IKEDA y SATO, desempeñando un papel clave en la implementación de las políticas que habían propiciado entonces un crecimiento económico rápido, pero su acerbo de política económica no contenía ideas para encarar la profunda depresión que sufrió la economía japonesa tras el estallido de las burbujas financieras a comienzos de los años noventa. La necesidad de bregar en ese entorno hostil probablemente contribuyó a la indecisión que exhibió como primer ministro. Su Gobierno marcó el fin de la era de crecimiento sostenida de la economía japonesa y dio comienzo a la que se conoce como la «década pérdida». MIYAZAWA, de hecho, era un anacronismo como primer ministro, se puede decir que con él se interrumpió la línea de IKEDA-OHIRA de la que se le consideraba heredero. OZAWA Ichiró frente a HASHIMOTO Ryütaró HOSOKAWA Morihiro, del Nuevo Partido, fue nombrado primer ministro en agosto de 1993, después de que el PLD fuese desalojado del Gobierno. Gobernó sólo hasta abril de 1994 y su sucesor, HATA Tsutomu, del Partido de Renovación de Japón, estuvo en el cargo sólo dos meses. En junio de 1994, después de menos de un año en la oposición, el PLD volvió al Gobierno como principal partido de una coalición encabezada por el socialista MURAYAMA Tomhchi. Sin embargo, al considerar el curso de la política a partir de 1993, probablemente es más instructivo centrarse en las actividades de OZAWA Ichiró que en la sucesión de primeros ministros. OZAWA fue el actor clave en el drama de la breve ausencia del PLD en el Gobierno. Dirigió un grupo de liberal-demócratas escindidos del partido en junio de 1993, que habían sumado sus votos a los de la oposición para aprobar una moción de confianza al Gobierno de MIYAZAWA y contribuyó a formar la coalición de ocho formaciones que acabaría constituyendo el Gobierno de HOSOKAWA. Asimismo, fue et instigador y agitador de Kóohikai, la corriente más fuerte del PLD, y al dejar el partido y defender la reforma política, estableció el escenario para la posterior agitación en la política japonesa. Con su libro Nihon kaizó keikaku (Borrador para un nuevo Japón) de 1993, OZAWA causó un gran impacto ideológico. El Gobierna de HOSOKAWA adoptó su línea de pensamiento, pero la coalición que le apoyaba carecía de cohesión y se desplomó con la deserción de los socialistas, cuya ideología chocaba con la de OZAWA. Después de esto, tras una serie de vertiginosos giros políticos, fue nombrado secretario general y luego presidente del Partido de la Nueva Frontera, fundó el Partido Liberal, formó una breve coalición con el PLD y luego fusionó sus fuerzas con el Partido Democrático de Japón. Su influencia política decayó bruscamente, pero continuó siendo una figura de referencia. Abrazó una línea completamente neoliberal, influenciada en parte por los programas de Margaret THATCHER (1979-1990) y del presidente estadounidense Ronald REAGAN (1981-1989). Su programa político incluía eliminar la intervención excesiva del Gobierno y limitar el papel de la burocracia. Se puede decir sin temor a equivocarse que su ideología es el hilo conductor de la política japonesa desde los años noventa. Otro acontecimiento importante de los años noventa fue la desaparición del Partido Socialista de Japón (ahora Partido Social Democrático), que dejó de ser una fuerza capaz de desafiar seriamente al PLD. La vieja estructura de rivalidad atemperada por la acomodación en la Dieta entre el PLD como partido gobernante perennemente y el PSJ como principal fuerza de la oposición también perenne, iniciada en 1955 y reforzada durante los mandatos de IKEDA y SATO en los años sesenta, dejó de ser operativa, y los conservadores, que desde los primeros años de posguerra bajo la dirección de YOSHIDA se habían definido a sí mismos como una fuerza establecida frente al kakushin (reforma), necesitaban presentarse como algo diferente. Tras un breve periodo sin el PLD ni la coalición con los socialistas de MURAYAMA, en el Gobierno surgió una administración del PLD hecha y derecha cuando HASHIMOTO Ryotaró fue nombrado primer ministro en enero de 1996. Aunque el Gobierno de HASHIMOTO también tuvo una vida corta de apenas das años y medio, dejó en herencia algunos logros notables. En el frente nacional atajó el lío de las jüsen (la liquidación de entidades de créditos hipotecarios) y emprendió un ambicioso programa de reformas en seis campos; particularmente importante fue la aprobada para revisar la organización del Gobierno central. En política exterior alcanzó un acuerdo con EUA para la devolución de la Base Aérea de Futenma en Okinawa, ocupada por la Marina estadounidense, y una importante revisión de las directrices de la Cooperación de Defensa entre Japón y EUA; también hizo algunos progresos en las relaciones con Rusia. HASHIMOTO dejó el Gobierno en julio de 1998 después de la abultada derrota del PLD en las elecciones generales de aquel mismo mes y de perder frente a KOIZUMI Jun’ichiró en su intento de conseguir apoyo para llegar a la presidencia del PLD y al cargo de primer ministro en 2001. En sus últimos años (falleció en 2006) su imagen se vio perjudicada por las sospechas de su implicación en la financiación ilegal del partido. Pero se le recuerda por algunos de sus logros. Sin embargo, HASHIMOTO no habló mucho de conservadurismo. Su principal preocupación política era OZAWA Ichiró y su Partido de la Nueva Frontera Aunque chocó con OZAWA en política económica, incorporó en su programa político algunas de sus propuestas de reforma que él consideraba buenas. La rivalidad entre OZAWA y HASHIMOTO representaba algo más que una lucha por el poder; en realidad propició la confrontación al diseñar las reformas necesarias. En este sentido, fue una batalla que se ha visto muy pocas veces en la política japonesa. KOIZUMI, ABE y más allá El sucesor de HASHIMOTO, OBUCHI Keizó, formó una coalición con OZAWA, que fundó el pequeño Partido Liberal después de la fractura del Partido de la Nueva Frontera a finales de 1997. El Gobierno de OBUCHI se dedicó a oficializar la bandera y el himno nacionales durante toda La legislatura, lo que muchos conservadores habían defendido durante largo tiempo, pero OBUCHI no mostró una tendencia ideológica particular. Después de la repentina muerte de OBUCHI en abril de 2000 y el relativamente breve mandato de MORI Yoshiró, KOIZUMI Jun’ichiró fue nombrado primer ministro en abril de 2001 y permaneció en el cargo durante casi cinco años y medio. Es difícil sostener que se pueda calificar de ‘conservador’ a KOIZUMI. No parece haberse definido a sí mismo como tal. Una de las medidas más significativas de este primer ministro fue la elección de TAKENAKA Heizó, un académico, como zar de política económica. La idea de incorporar a expertos independientes en los Gobiernos conservadores tomó cuerpo con IKEDA y SATO. KUSUDA Minoru, un periodista, había desempeñado un papel decisivo entre bastidores como jefe de personal de SATO. Bajo OHIRA las figuras independientes fueron apareciendo en escena miembros de grupos de estudios políticos. Sin embargo, KOIZUMI dio un paso más allá, dando a TAKENAKA un cargo político clave en su Gobierno, primero como ministro de Estado para la política económica y fiscal y luego como ministro de Relaciones Interiores y Comunicaciones. Ciertamente, figuras independientes ya habían ocupado puestos ministeriales; por ejemplo, NAGAI Michio fue ministro de Educación con MIKI. Sin embargo, el peso de las responsabilidades políticas concedidas a TAKENAKA era de un orden diferente. Con la ayuda de TAKENAKA, KOIZUMI desarrolló un drástico programa que incorporaba elementos de la reforma de OZAWA, pero iba más allá de una simple reforma para demoler las instituciones y los acuerdos existentes. Al amenazar con «destruir el PLD» y calificar a oponentes de su propio partido como «fuerzas de la resistencia» arrasó la estructura de armonía interna que el PLD había mantenido mientras estuvo en el poder. De todo lo expuesto se puede deducir que los miembros de la corriente principal que mantuvo el poder en Japón la mayor parte del tiempo desde el final de la II Guerra Mundial no se caracterizaron por una ideología bien definida. Fueron las figuras secundarias, con pocas probabilidades de llegar a primer ministro, las que mostraron tintes claramente ideológicos. Algunos políticos conservadores como HATOYAMA, KISHI y NAKASONE, llegaron a primer ministro con una cierta ideología, pero como se ha visto, corrieron a las barricadas cuando intentaron llevarla a la práctica. Al plantear cuestiones como la revisión de la Constitución, estalló un frenesí de discusiones a favor y en contra, pero estos temas nunca fueron centro de conflictos sostenidos dentro del PLD. En lugar de tales cuestiones, el factor clave subyacente de los conflictos en el bando conservador estuvo en las relaciones personales. En la inmediata posguerra, la confrontación entre las fuerzas pro YOSHIDA y las anti YOSHIDA fue decisiva en el establecimiento del curso político del Gobierno y, desde comienzos de los años noventa, la presencia de OZAWA Ichiró y la antipatía de algunos hacia él han tenido una gran importancia. KOIZUMI llevó adelante su programa de reformas como una especie de juego y siguió el curso propuesto por OZAWA en su obra Borrador para un nuevo Japón, pero con menos tintes ideológicos La ambición de OZAWA era seguramente llegar al poder e implementar una reforma acorde con su ideología. Sin embargo, KOIZUMI le superó desarrollando un notable programa de reformas en el que incorporó libremente partes concretas de la agenda de OZAWA. En consecuencia, este último se ha visto reducido a maniobras políticas, como se aprecia claramente en su forma de abordar las elecciones para gobernador de la prefectura de Okinawa el pasado noviembre. Aunque sin duda él lo negaría, lo vi lejos de los ideales expuestos en su libro de 1993. Sea como fuere, su actual confrontación con el primer ministro ABE Shinzo representa un último intento de llegar al poder. La experiencia de OZAWA es en cierta manera típica de la peculiar naturaleza del conservadurismo japonés. Los conservadores con firmes convicciones ideológicas encuentran su camino cerrado cuando intentan adoptar sus programas, pero sus propuestas acaban siendo implementadas después de haberle quitado su ropaje ideológico. Este fenómeno secreto puede, de hecho, ser el rasgo definitorio del pensamiento conservador japonés. Para terminar, echaremos una rápida ojeada al primer ministro ASE Shinzó, que sucedió a KOIZUMI en septiembre del pasado año. ASE parece seguir la línea minoritaria de marcado tinte ideológico que previamente se vio en HATOYAMA, KISHI y NAKASONE. No es necesario decir que comparte el ADN de KISHI como nieto suyo, y parece menos interesado en las cuestiones económicas que en perseguir causas ideológicas como la revisión de la Constitución y de la Ley Fundamental de la Educación (otro documento decisivo adoptado durante la Ocupación). También fue una figura visible en las discusiones sobre la cuestión de los secuestros de japoneses por los norcoreanos, con una línea consecuentemente dura hacia Pyongyang. Habiéndose demolido todo lo viejo durante los años de KOIZUMI sin una ideología explícita, la opinión pública japonesa estaría lista para escuchar discursos ideológicos. Sin embargo, ¿será capaz ABE de implementar un programa basado en sus propias ideas, incluyendo la enmienda de la Constitución? O, al igual que HATOYAMA, KISHI y NAKASONE ¿acabará dejando el poder a su sucesor sin haber explicitado su ideología? (Con la amable autorización de Chiló Kóron Shinsha) Traducido de «Sengo hoshu seijíkatachi no shisóteki keifu», publicado en Chüó Kóron, febrero de 2007.