1. la alineacion ideologica de los lideres CONSERVADORES DE LA

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De la revista: CUADERNOS DE JAPÓN
LA ALINEACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS LÍDERES CONSERVADORES
DE LA POSGUERRA JAPONESA
MIKURIYA Takashi
El Partido Liberal Democrático (PLD), que ha gobernado en Japón durante
prácticamente toda la posguerra, se ha definido con frecuencia como partido de
aluvión, ya que ha sido capaz de incorporar a gente de un amplio espectro
ideológico sin rechazar ningún punto de vista, Incluso ha acogido a políticos
cuya principal preocupación era favorecer intereses particulares. Ha llegado a
ser una auténtica «ensalada». En el presente artículo seguiré la línea
ideológica de los primer ministros que han dejado una huella notable en la
historia de la posguerra japonesa; con este trabajo espero ayudar a
comprender la actual política conservadora de Japón.
YOSHIDA Shigeru y
su aversión a la economía planificada
El político que representa de forma incomparable el período que se extiende
desde la Ocupación a la inmediata posguerra es el primer ministro YOSHIDA
Shigeru. En su primer mandato, de doce meses a partir de mayo de 1946,
desempeñé el cargo de primer ministro bajo la Constitución de Meiji de 1889.
Después de una temporada en la oposición, ocupó la presidencia del Gobierno
desde octubre de 1948 hasta diciembre de 1954.
Su primer mandato fue un período de prueba para el Gobierno y para él mismo.
Llegó al cargo de improviso, después de la purga de HATOYAMA Ichiró (jefe
del PLD, que estuvo a punto de ser nombrado primer ministro) y su Gabinete
tuvo que hacer frente a una serie de demandas del general Douglas Mac
ARTHUR, jefe de la Comandancia Suprema de las Fuerzas Aliadas (SCAP en
inglés), quien había solicitado al Gobierno japonés la puesta en marcha de
reformas radicales en áreas básicas como la propiedad agraria, el trabajo y la
educación. Cuando algunos de sus familiares le apremiaron a dejar la
presidencia del Gobierno, contestó: «Es la historia de (los países derrotados en
la guerra), pero (victoriosos) en el terreno diplomático». Presumiblemente, su
objetivo era iniciar la recuperación de Japón a través de negociaciones con la
SCAP, pero sus esfuerzos no dieron frutos en su primer mandato.
En mayo de 1947, después de las primeras elecciones bajo la nueva
Constitución, KATAYAMA Tetsu, jefe del Partido Socialista de Japón (PSJ), fue
nombrado primer ministro, y YOSHIDA se quedó en la oposición. Observar a
los Gobiernos de coalición de centro- izquierda encabezados por KATAYAMA y
su sucesor, ASHIDA Hitoshi (marzo-octubre de 1948) le resultó altamente
instructivo. Tanto KATAYAMA como ASHIDA sufrieron las presiones del ala
izquierdista del PSJ. YOSHIDA aprendió la lección de que un gobierno centrista
que incluyera la corriente izquierdista kakushin (reformista), no podía gobernar
con éxito en Japón Llegó a la conclusión de que la oposición tenía que unir
fuerzas y ganar poder bajo una bandera hoshu (conservadora). En otras
palabras, YOSHIDA pensaba que la hoshu era la fuerza adecuada para hacer
frente al elemento kakushin.
Las ideas de YOSHIDA eran firmemente liberales en el sentido clásico de
libertad personal y gobierno democrático, aunque también de respeto al
emperador. Durante les primeros años de la posguerra opuso cierta resistencia
a la SCAP, pero después de su experiencia en la oposición se centró en la
necesidad de combatir las tuerzas kakushin en el mundo de la política
japonesa.
Tras recuperar la presidencia del Gobierno en octubre de 1948, se mantuvo
seis años en el poder y presidió la firma del Tratado de Paz de San Francisco y
el Tratado de Seguridad entre Japón y Estados Unidos de América (EUA) en
1951, que le permitieron encauzar a Japón como un país marítimo que fomenta
el comercio internacional y deja las cuestiones militares en manos de EUA.
YOSHIDA también era liberal en política económica y contemplaba con gran
recelo la idea de una economía planificada, sosteniendo que la industria no
debía crecer bajo la dirección del Estado, sino a través de la libre competencia.
La economía planificada de la posguerra representaba para él otra forma de
economía dirigida; la consideraba continuadora de la corriente reformista
(kakushin) que predominaba en la burocracia desde antes de la guerra.
Al considerar la política japonesa en la posguerra, no podemos pasar por alto
las vías de continuidad de la preguerra. Es común pensar en la oposición entre
Rikken Seiyukai (Amigos del Partido Constitucional del Gobierno) y Rikken
Minseitó (Partido Democrático Constitucional); pero se trataba principalmente
de un choque de personalidades más que de un conflicto entre ideologías. Más
significativo era, en mi opinión, el papel desempeñado por el Shakai Taishütó
(Partido Socialista de las Masas), formado en 1932 mediante la fusión de los
partidos proletarios, que obtuvo 37 escaños en las elecciones de 1937. Bajo la
dirección del secretario general ASO Hisashi, el partido alcanzó con los
funcionarios reformistas un acuerdo ideológico que perseguía la creación de
una economía dirigida.
En los años inmediatamente anteriores a la guerra, la mayoría de los políticos
japoneses, los del bando conservador inclusive, no veían con malos ojos la
idea de una economía planificada. Después de la guerra, con la recuperación
de la política de partidos, los conservadores simpatizaron con la economía
planificada. Este fue el factor principal de su acercamiento al bando reformista,
pero YOSHIDA era diferente. No estaba contento con la estructura anterior a la
guerra y no es sorprendente que asumiera la idea de la libre competencia, la
antítesis de la economía planificada que se había impuesto cuando el país
entró en guerra. Después de la llamada Purga de la Ocupación de 1946,
cuando la SCAP ordenó la destitución de los cargos públicos que habían
actuado como líderes durante la guerra, YOSHIDA y los políticos jóvenes que
se habían unido a él en la “Escuela Yoshida” se convirtieron en la corriente
principal de la política japonesa. Este «campo de posguerra» impuso
gradualmente su supremacía al «campo de preguerra», de los partidarios de la
economía planificada.
Posteriormente, YOSHIDA fue criticado por mantenerse en el cargo de primer
ministro durante más tiempo del que se esperaba, conservando el puesto
incluso después de que HATOYAMA y otros líderes purgados fueran
rehabilitados y regresaran a la Dieta a comienzos de los años 50. Es probable
que sintiera la necesidad de quedarse porque pensaba que los conservadores
no habían alcanzado el punto de madurez suficiente para dar la cara a los
reformistas. HATOYAMA abandonó el PLD en 1954 y se incorporó a las filas
del Partido Reformista (Kaishintó), donde militaban SHIGEMITSU Mamoru,
ASHIDA Hitoshi y NAKASONE Yasuhiro, para formar el Partido Democrático de
Japón (PDJ). Este partido promovía la revisión de la Constitución de posguerra
y la remilitarización de Japón, además, se aproximaba al bando reformista con
su apoyo a cierta clase de economía planificada. Uno puede comprender la
resistencia de YOSHIDA a que este grupo tomara el poder
El ardor de HATOYAMA contra YOSHIDA
HATOYAMA, que sucedió a YOSHIDA en el cargo de primer ministro en
diciembre de 1954, no creía posible formar un gobierno con los conservadores
como lo había logrado YOSHIDA y, por consiguiente, se propuso sentar una
base más amplia incluyendo a miembros del bando reformista. De hecho, su
primer Gobierno estaba formado por una coalición del PDJ con el PSJ (en el
que
prevalecían
una
corriente
de
izquierdas
y
otra
de
derechas).
A HATOYAMA le gustaba la estructura tripartita de dos formaciones
conservadoras y una socialista, ya que esperaba poder gobernar en coalición
en el marco existente y, en 1955, se opuso a la fusión de dos grupos
conservadores para formar el PLD. En sus memorias revela su descontento de
entonces cuando, poco después de lograr el objetivo de llegar al cargo de
primer ministro, MIKI Bukichi, un político veterano que le había ayudado a
poner en marcha el PDJ, declaró que era necesario formar una fuerza
conservadora aunque ello implicara la destrucción del PDJ. Desde la
perspectiva de YOSHIDA (que no se incorporó al PLD inmediatamente
después de su formación), la actitud de HATOYAMA probablemente parecía
peligrosamente
acomodaticia
respecto
a
los
reformistas.
Cuando se formó el PLD, nadie esperaba que fuese a durar mucho tiempo.
Incluso MlKl Bukichi, uno de los principales artífices de la fusión de grupos
conservadores, declaró que como mucho se mantendría durante 10 años. Los
conservadores estaban divididos en dos bandos opuestos desde antes de la
guerra, el Seiyülai y el Minseitó, y la gente pensaba que sería imposible
mantenerlos unidos en un solo partido. Pero, entonces, sobrevino un cambio de
era política. Después de la formación del PLD, los políticos veteranos, que se
habían mantenido activos desde antes de la guerra comenzaban a apartarse
de la política, y los políticos jóvenes, en los que YOSHIDA había depositado su
esperanza, comenzaron a ocupar un primer plano. Después del mandato de
KlSHl Nobusuke, primer ministro de 1957 a 1960, fueron los miembros de la
Escuela de Yoshida, no los herederos del bando HATOYAMA-KISHI, quienes
asumieron el liderazgo.
Las políticas que HATOYAMA implementó como primer ministro parecían una
reacción a las de YOSHIDA. Favoreció una línea independiente para Japón,
incluyendo la revisión de la Constitución adoptada durante la Ocupación, y en
contraste con la línea de YOSHIDA de estrechar los lazos con EUA, empeñó su
carrera política en la normalización de las relaciones diplomáticas con la Unión
Soviética. Podría decirse que el conflicto entre estas dos personalidades define
la naturaleza de la política conservadora en los primeros años de la posguerra.
Durante su permanencia al frente del Gobierno, HATOYAMA consiguió
restablecer las relaciones diplomáticas con Moscú y lograr un escaño para
Japón en las Naciones Unidas. Sin embargo, no logró enmendar la
Constitución porque el PSJ y otros partidos reformistas ocupaban más de un
tercio de los escaños de la Dieta (las enmiendas han de ser aprobadas por dos
tercios en ambas Cámaras). Y este capítulo de su agenda continuó bloqueado
posteriormente.
KISH Nobusuke,
un primer ministro poco habitual
OGATA Taketora, considerado el sucesor de HATO YAMA, murió en 1959 y,
en su lugar, ISHIBASHI Tanzan fue primer ministro. ISHIBASHI se había
destacado como periodista antes de la guerra por defender un «Japón
pequeño» frente a la fiebre expansionista que invadía el país en aquella época.
Pero no fue elegido por su ideología, sino más bien por haber ganado una
desagradable batalla por la presidencia del PLD, en la que se había prodigado
dinero y promesas en busca de apoyo. Además, cayó enfermo poco después
de ocupar el cargo y es difícil examinar a fondo sus ideas como primer ministro.
KISHI, su sucesor en el cargo, fue un primer ministro poco común en la
posguerra. Había sido funcionario, pero no en un ministerio «tranquilo» como el
de Relaciones Exteriores o el de Finanzas, había trabajado en el Ministerio de
Comercio e Industria de nueva creación, habiendo ocupado el puesto de
administrador en Manchuria, y había regresado a Japón para ocupar el cargo
de ministro de Comercio e Industria con el primer ministro TOJO Hideki.
Además, había firmado la declaración imperial de guerra. Tras la derrota de
Japón fue encarcelado en la prisión de Sugamo acusado de crímenes de
guerra, y aunque finalmente se retiraron los cargos contra él, pareció compartir
la responsabilidad de la guerra. Es extraordinario que una figura así haya
podido llegar a primer ministro en menos de una década después de salir de
Sugamo.
Como indican estos antecedentes, ideológicamente KISHI estaría próximo a los
defensores de la economía planificada. Tras ganar las elecciones a la Dieta
durante la guerra, trató en términos poco amistosos a los legisladores de antes
de la guerra del Shakai Taishotó, e intentó atraer a los socialistas a la
Federación para la Reconstrucción de Japón (Nippon Saiken Renmei), un
partido que había fundado a principios de los años cincuenta. Se sabe también
que en cierto momento intentó presentarse como candidato socialista a la Dieta
Finalmente, se unió al Partido Liberal, pero su ideología no se ajustaba a la del
partido. Como sostuve antes, los defensores de la libre competencia habían
pasado a un primer plano inmediatamente después de la guerra, y KISHI fue
abandonando sus ideas a favor de la economía planificada, pero conviene
señalar que le sirvieron como base para el programa de construcción de
infraestructuras y otras políticas de desarrollo que implementó como primer
ministro.
Su primera prioridad ideológica fue revisar la Constitución. No se sentía
cómodo con las disposiciones de la Carta Magna de posguerra y al abandonar
el cargo de primer ministro se convirtió en la cabeza visible de un grupo
denominado Congreso Nacional para la Adopción de una Constitución
Autónoma (Jishu Kenpó Seitei Kokumin Kaigi), pero, igual que HATOYAMA, no
pudo hacer nada frente a la firme oposición de más de un tercio de los escaños
de la Dieta.
Respecto a las políticas prácticas, KISHÍ se centró en revisar el Tratado de
Seguridad Japón-EUA y establecer relaciones diplomáticas con otros países
asiáticos. Su agenda era razonable, pero también prematura. Por una parte, en
Asia existía una gran aversión hacia su persona. El recuerdo del intento de
Japón de establecer una Gran Esfera de Coprosperidad en Asia Oriental
todavía estaba vivo, y KISHI, como miembro del Gabinete de TOJO se había
implicado notablemente en el gobierno títere de Manchukuo en Manchuria;
además, había nombrado ministros y asesoresa colegas suyos durante los
años del Gobierno de TOJO. No es sorprendente que la gente lo mirara con
suspicacia. En Japón, la oposición a su programa de revisión del Tratado de
Seguridad Japón-EUA correspondía más a su pasado y a sus métodos que a
los contenidos del programa.
Al final, el descontento por el tratado de seguridad le forzó a dimitir en julio de
1960, tres años y cinco meses después de acceder al cargo. Así pues, su
mandato fue relativamente corto, pero su carrera política larga. YOSHIDA
Shigeru continuó actuando como un veterano hombre de estado y figura
importante durante los Gobiernos de IKEDA Hayato (1960-1964) y SATO
Eisaku (1964-1972); KISHI siguió activo a su manera, sobre todo después del
Gobierno de SATO, en lo referente a la diplomacia de Japón en Asia y la
revisión de la Constitución. No fue capaz de llevar su ideología a la práctica
desde su puesto de primer ministro, pero sus ideas ejercieron cierta influencia
durante mucho tiempo en el PLD
La
adopción
de
una
economía
centrada
en
la
política
Los Gobiernas de los sucesores de KISHI, IKEDA y SATO marcaron el fin de
una época caracterizada por la dura confrontación ideológica en la política
japonesa. Aunque la postura de SATO mostraba ciertos tintes ideológicos,
tanto él como IKEDA se centraron claramente en el desarrollo económico.
Durante sus Gobiernos, Japón atravesó un período de crecimiento económico
rápido y sostenido y finalmente los miembros de la escuela YOSHIDA
emergieron como líderes, mientras que la línea HATOYAMA-KISHI pasaba a
ocupar un segundo plano.
La política de duplicar los ingresos proclamada por IKEDA difícilmente se
puede catalogar como postura ideológica. La adopción de una política centrada
en la economía represento un cambio importante en la naturaleza de la política
conservadora en Japón. La idea fundamental de IKEDA era evitar las
confrontaciones políticas por causa de la ideología; este fue uno de los rasgos
distintivos de lo que se llegaría á conocer como régimen de 1955, el año en
que se fundó el PLD y se unieron las dos corrientes del PSJ. Durante las
décadas subsiguientes, el PLD se mantuvo firmemente en el poder mientras se
acomodaba a ciertas exigencias de la oposición liderada por el PSJ en la Dieta.
Los años de os Gobiernos de IKEDA-SATO de 1960 a 1972 también marcaron
el grado de visibilidad de las fuerzas sindicales, que en la primavera de todos
esos años organizaban shunto (ofensivas de primavera) durante las
negociaciones de los convenios Aunque se estableció una confrontación entre
capitalistas y trabajadores, este acontecimiento anual amortiguó el conflicto
entre los dos bandos al proporcionar el mecanismo que permitía a los
trabajadores beneficiarse del rápido crecimiento económico En el terreno de la
política económica, el conflicto entre los marxistas de la vieja escuela y de los
defensores de la llamada economía moderna (los posmarxistas) pasó a la
historia, ya que esta última escuela consiguió controlar los puestos clave de
política económica dentro de la Administración. En concreto, el mandato de
IKEDA fue un período de actividad para el Ministerio de Finanzas; el mismo
primer ministro procedía de ese ministerio y estaba rodeado por mandarines de
ese ministerio.
El Gobierno de IKEDA reinstauró el sistema de condecoraciones oficiales a las
personas vivas, que había sido abolido después de la guerra, y se concedieron
premios a gente como YOSHIDA, en reconocimiento por su contribución al
sostenimiento del régimen en la posguerra. La eficaz organización de los JJOO
de 1964 en Tokio demostró que Japón había concluido, más o menos, su
recuperación en la posguerra. Estos dos acontecimientos simbolizaron el fin de
la era de la política ideológica.
}
A propósito, cabe añadir que SATO se tomó muy en serio su misión de
guardián de la casa imperial Es bien conocida la actitud de YOSHIDA como
«súbdito leal» al emperador, pero SATO también albergaba sentimientos
similares, lo mismo que FUKUDA Takeo (primer ministro de 1976 a 1978). Esto
fue común en su generación; es difícil encontrar signos de tales sentimientos
entre los primeros ministros más recientes.
TANAKA
Kakuei:
el
niño
de
la
democracia
de
la
posguerra.
Cuando SATO abandonó el cargo en 1972 le sucedió TANAKA Kakuei, un
hombre hecho por sí mismo que sólo había terminado los estudios
elementales. Una persona así difícilmente habría llegado a ser un político de
talla nacional antes de la guerra. En este sentido, su ascenso al poder
representaba un símbolo de la transformación democrática de la posguerra en
Japón.
La orientación no ideológica de TANAKA era todavía más notable que la de
sus dos predecesores. Su única idea era construir infraestructuras y beneficiar
los distritos locales del PLD. Aunque su proyecto de reconstruir el «archipiélago
japonés» fue bien recibido por algunos miembros de la burocracia, llevaba
demasiado lejos su idea de que con dinero se puede comprar cualquier cosa.
Sin embargo, fue realmente su falta de ideología lo que le permitió conseguir
uno
de
sus
logros
más
celebrados,
la
restauración
de
las
relaciones diplomáticas con China continental. Si hubiese evidenciado el más
tenue tinte ideológico, probablemente habría sido superado por el repentino
cambio de Washington hacia el acercamiento a Pekín, tal como pasó con
SATO, y le habría resultado difícil volverse en contra del bando pro Taiwán,
que estaba fuertemente arraigado en el PLD.
El ascenso de TANAKA no representa la superación del régimen de la
posguerra. De hecho, su mandato seria el producto de la política centrada en la
economía que ya habían implementado IKEDA y SATO; él era el retoño de la
democracia de la posguerra en Japón.
Sea como fuere, desde el punto de vista de sus dos predecesores, TANAKA
era como un monstruo que ellos habían creado involuntariamente. Era la clase
de sucesor que ellos esperaban sólo para los dos posteriores Gobiernos,
cuando OHIRA Masayoshi fue nombrado primer ministro en diciembre de 1978
OHIRA pretendía desarrollar a largo plazo una política centrada en la
economía; estudió la idea de introducir una tasa general sobre el consumo y
reunió a grupos de expertos para desarrollar sus propuestas. Probablemente
se propuso implementar el programa que IKEDA y SATO fueron incapaces de
llevar a cabo Sin embargo, dejó de lado su enfrentamiento con FUKUDA
Takeo, su inmediato predecesor, y pasó año y medio en el cargo sin alcanzar
sus objetivos.
Volvamos a TANAKA y sus sucesores: aunque el éxito de TANAKA en el
restablecimiento de las relaciones con China representaba un éxito perdurable,
en el frente nacional su ambicioso programa de «reconstrucción del
archipiélago» se desvaneció sin dejar rastro desde que fue arrojado del poder a
finales de 1974 bajo la sospecha de que estaba relacionado con negocios y
tratos financieros turbios. Para sucederle, el PLD eligió a MIKI Takeo, que tenía
algo de desidente en el seno del partido y mostraba una fuerte tendencia
izquierdista. El «Limpio MIKI» delimitó su mandato en investigar la implicación
de TANAKA en el escándalo de sobornos Lockheed, y al hacerlo topó con una
fuerte oposición dentro de su propio partido, también fue depuesto del cargo
apenas dos años después.
Al sucesor de MIKI, FUKUDA, es difícil ubicarlo en su orientación política y
económica. En el frente nacional, obtuvo grandes resultados en su lucha contra
la inflación que lastraba la economía después de la crisis del petróleo en 19731974. Había ocupado diversos puestos clave en el Gobierno de SATO
—ministro de finanzas, secretario general del PLD, ministro de exteriores—y,
en cierto sentido, se puede decir que se mantuvo mucho tiempo en la corriente
de SATO. Pero, al mismo tiempo, mantuvo un duro conflicto con Kóchikai, la
poderosa corriente del PLD en la que IKEDA era un miembro importante, y
también mantenía malas relaciones con TANAKA, muy vinculado políticamente
a SATO.
En política exterior FUKUDA se centró principalmente en Asia. En 1977 viajó a
diversos países del sudeste asiático presentando lo que se conocería como
doctrina FUKUDA, el compromiso por parte de Japón de no convertirse en una
gran potencia militar y la invitación a establecer una amistad de «corazón a
corazón» entre Japón y sus vecinos. En este sentido utilizaba gran parte del
legado de KISHI.
Cuando FUKUDA fue elegido para el cargo de primer ministro después del
corto mandato de MIKI, se esperaba en general que fuese capaz de construir
una honkaku seiken (un gobierno con todas las de la ley), es decir, un gobierno
sólido para un largo período). Pero no fue capaz de lograrlo porque la corriente
a la que pertenecía en el seno del PLD era débil. Sería interesante especular
qué clase de políticas habría podido implementar sí su corriente de entonces
hubiese tenido la fuerza que exhibe actualmente (el actual primer ministro ABE
Shinzó procede de la antigua corriente de FUKUDA, oficialmente llamada
Seiwa Seisaku Kenkyukai y liderada por MACHIMURA Nobutaka; en la
actualidad es una de las dos corrientes más fuertes del partido).
La aparición de NAKASONE
Después de la repentina muerte de OHIRA en junio de 1980, SUZUKI Zenkó
fue nombrado primer ministro, pero su mandato también fue breve y, en
noviembre
de
1982,
fue
sustituido
por
NAKASONE
Vasuhiro.
NAKASONE no pertenecía a la corriente mayoritaria del PLD. Al igual que
MIKI, procedía del ala izquierda del Partido Reformista antes de la creación del
PDJ en 1954 y su fusión con el Partido Liberal para formar el PLD en 1955. Se
puede decir que procedía del bando kakushin (reformista) en el seno del campo
conservador. Defendía la elección popular directa del primer ministro. Llegó a
plantear en la Dieta la cuestión de la responsabilidad del Emperador en la
guerra, lo que hizo que YOSHIDA lo mirara alarmado, Por consiguiente, al igual
que MlKl, no era alguien de quien normalmente se esperaba que ascendiera a
la cima del gobernante partido conservador.
Sin embargo, desde su fundación, el PLD ha contado con miembros de
ideologías muy diferentes Cuando se formó el partido, KISHI había pedido la
exclusión de MIKI, viendo que se había escorado demasiado a la izquierda y
que pretendía la inclusión de los comunistas. A pesar de ello, MIKI fue
admitido, se mantuvo y consiguió llegar a la presidencia del partido y del
gobierno. Encarnaba la realidad del PLD.
NAKASONE se desvió de la política centrada en la economía de sus
predecesores y puso un mayor acento en las cuestiones políticas. Se propuso
«liquidar las cuentas políticas de la posguerra» y emprendió un ambicioso
programa de reformas en la administración oficial, la estructura y sistema fiscal
(auque fracaso en su intento
de reformar los impuestos).
NAKASONE chocó con YOSHIDA y no aprobó el planteamiento de centrar la
política en la economía de IKEDA y SATO. Se consideraba a sí mismo un
miembro del linaje político de HATOYAMA y KISHI, y realizó algunos
movimientos que cabe calificar de halcón en el marco de aquella época. Por
ejemplo, defendió con éxito el aumento del presupuesto de defensa por encima
del tope del 1 % del producto nacional bruto (PNB), y también peregrinó al
santuario de Yasukuni, el monumento a los caídos en la guerra. Sin embargo,
después de su visita del 15 de agosto de 1985 al santuario, que había causado
un gran revuelo político, canceló las siguientes; tampoco obtuvo ningún éxito
en su intento de reformar la Constitución.
La linea HATOYAMA-KISHI de la que era heredero parecía no ajustarse al PLD
y
aunque
NAKASONE
tenía
fuerza
y
determinación,
no
pudo
modelar el partida a su imagen y semejanza. La legitimidad del PLD como
partido en el Gobierno se’ basaba en su capacidad de garantizar el crecimiento
económico y alguien como NAKASONE podría zarandear, pero no demoler la
estructura creada por YOSHIDA, IKEDA y SATO.
TAKESHITA Noboru sucedió a NAKASONE en noviembre de 1987. Aunque
originalmente siguió fielmente la línea de su predecesor, no tenía las ideas tan
claras como él y recuperó la política centrada en la economía de gobiernos
anteriores. Su logro más importante fue la introducción del impuesto sobre el
consumo, que consiguió aprobar en unos momentos en que el Gobierno se
enfrentaba
al
escándalo
Recruit
de
canjear
acciones
por
favores.
Después de la caída de TAKESHITA en junio de 1989, llegó al cargo de primer
ministro UNO Sósuke, pero apenas permaneció dos meses en el cargo, siendo
reemplazado por KAIFU Toshiki hasta noviembre de 1991. Entonces le tocó el
turno a MIYAZAWA Knohi, un miembro inteligente y respetado de la corriente
conservadora. Pero fue incapaz de acometer con decisión las reformas en la
política (que había pasado a un primer plano después de que otro importante
escándalo financiero pusiera contra las cuerdas al PLD) o en la disposición de
fondos públicas para reforzar el inestable sistema bancario, y en las elecciones
generales del verano de 1993, el PLD fue desalojado del Gobierno por vez
primera en su historia.
MIYAZAWA había brillado como director general de la Agencia de Planificación
Económica durante los Gobiernos de IKEDA y SATO, desempeñando un papel
clave en la implementación de las políticas que habían propiciado entonces un
crecimiento económico rápido, pero su acerbo de política económica no
contenía ideas para encarar la profunda depresión que sufrió la economía
japonesa tras el estallido de las burbujas financieras a comienzos de los años
noventa. La necesidad de bregar en ese entorno hostil probablemente
contribuyó a la indecisión que exhibió como primer ministro. Su Gobierno
marcó el fin de la era de crecimiento sostenida de la economía japonesa y dio
comienzo a la que se conoce como la «década pérdida». MIYAZAWA, de
hecho, era un anacronismo como primer ministro, se puede decir que con él se
interrumpió la línea de IKEDA-OHIRA de la que se le consideraba heredero.
OZAWA Ichiró frente a HASHIMOTO Ryütaró
HOSOKAWA Morihiro, del Nuevo Partido, fue nombrado primer ministro en
agosto de 1993, después de que el PLD fuese desalojado del Gobierno.
Gobernó sólo hasta abril de 1994 y su sucesor, HATA Tsutomu, del Partido de
Renovación de Japón, estuvo en el cargo sólo dos meses. En junio de 1994,
después de menos de un año en la oposición, el PLD volvió al Gobierno como
principal partido de una coalición encabezada por el socialista MURAYAMA
Tomhchi. Sin embargo, al considerar el curso de la política a partir de 1993,
probablemente es más instructivo centrarse en las actividades de OZAWA
Ichiró que en la sucesión de primeros ministros.
OZAWA fue el actor clave en el drama de la breve ausencia del PLD en el
Gobierno. Dirigió un grupo de liberal-demócratas escindidos del partido en junio
de 1993, que habían sumado sus votos a los de la oposición para aprobar una
moción de confianza al Gobierno de MIYAZAWA y contribuyó a formar la
coalición de ocho formaciones que acabaría constituyendo el Gobierno de
HOSOKAWA. Asimismo, fue et instigador y agitador de Kóohikai, la corriente
más fuerte del PLD, y al dejar el partido y defender la reforma política,
estableció el escenario para la posterior agitación en la política japonesa.
Con su libro Nihon kaizó keikaku (Borrador para un nuevo Japón) de 1993,
OZAWA causó un gran impacto ideológico. El Gobierna de HOSOKAWA
adoptó su línea de pensamiento, pero la coalición que le apoyaba carecía de
cohesión y se desplomó con la deserción de los socialistas, cuya ideología
chocaba con la de OZAWA. Después de esto, tras una serie de vertiginosos
giros políticos, fue nombrado secretario general y luego presidente del Partido
de la Nueva Frontera, fundó el Partido Liberal, formó una breve coalición con el
PLD y luego fusionó sus fuerzas con el Partido Democrático de Japón. Su
influencia política decayó bruscamente, pero continuó siendo una figura de
referencia. Abrazó una línea completamente neoliberal, influenciada en parte
por los programas de Margaret THATCHER (1979-1990) y del presidente
estadounidense Ronald REAGAN (1981-1989). Su programa político incluía
eliminar la intervención excesiva del Gobierno y limitar el papel de la
burocracia. Se puede decir sin temor a equivocarse que su ideología es el hilo
conductor de la política japonesa desde los años noventa.
Otro acontecimiento importante de los años noventa fue la desaparición del
Partido Socialista de Japón (ahora Partido Social Democrático), que dejó de ser
una fuerza capaz de desafiar seriamente al PLD. La vieja estructura de
rivalidad atemperada por la acomodación en la Dieta entre el PLD como partido
gobernante perennemente y el PSJ como principal fuerza de la oposición
también perenne, iniciada en 1955 y reforzada durante los mandatos de IKEDA
y SATO en los años sesenta, dejó de ser operativa, y los conservadores, que
desde los primeros años de posguerra bajo la dirección de YOSHIDA se habían
definido a sí mismos como una fuerza establecida frente al kakushin (reforma),
necesitaban presentarse como algo diferente.
Tras un breve periodo sin el PLD ni la coalición con los socialistas de
MURAYAMA, en el Gobierno surgió una administración del PLD hecha y
derecha cuando HASHIMOTO Ryotaró fue nombrado primer ministro en enero
de 1996. Aunque el Gobierno de HASHIMOTO también tuvo una vida corta de
apenas das años y medio, dejó en herencia algunos logros notables. En el
frente nacional atajó el lío de las jüsen (la liquidación de entidades de créditos
hipotecarios) y emprendió un ambicioso programa de reformas en seis campos;
particularmente importante fue la aprobada para revisar la organización del
Gobierno central. En política exterior alcanzó un acuerdo con EUA para la
devolución de la Base Aérea de Futenma en Okinawa, ocupada por la Marina
estadounidense, y una importante revisión de las directrices de la Cooperación
de Defensa entre Japón y EUA; también hizo algunos progresos en las
relaciones con Rusia.
HASHIMOTO dejó el Gobierno en julio de 1998 después de la abultada derrota
del PLD en las elecciones generales de aquel mismo mes y de perder frente a
KOIZUMI Jun’ichiró en su intento de conseguir apoyo para llegar a la
presidencia del PLD y al cargo de primer ministro en 2001. En sus últimos años
(falleció en 2006) su imagen se vio perjudicada por las sospechas de su
implicación en la financiación ilegal del partido. Pero se le recuerda por algunos
de sus logros.
Sin embargo, HASHIMOTO no habló mucho de conservadurismo. Su principal
preocupación política era OZAWA Ichiró y su Partido de la Nueva Frontera
Aunque chocó con OZAWA en política económica, incorporó en su programa
político algunas de sus propuestas de reforma que él consideraba buenas. La
rivalidad entre OZAWA y HASHIMOTO representaba algo más que una lucha
por el poder; en realidad propició la confrontación al diseñar las reformas
necesarias. En este sentido, fue una batalla que se ha visto muy pocas veces
en la política japonesa.
KOIZUMI, ABE y más allá
El sucesor de HASHIMOTO, OBUCHI Keizó, formó una coalición con OZAWA,
que fundó el pequeño Partido Liberal después de la fractura del Partido de la
Nueva Frontera a finales de 1997. El Gobierno de OBUCHI se dedicó a
oficializar la bandera y el himno nacionales durante toda La legislatura, lo que
muchos conservadores habían defendido durante largo tiempo, pero OBUCHI
no mostró una tendencia ideológica particular.
Después de la repentina muerte de OBUCHI en abril de 2000 y el relativamente
breve mandato de MORI Yoshiró, KOIZUMI Jun’ichiró fue nombrado primer
ministro en abril de 2001 y permaneció en el cargo durante casi cinco años y
medio. Es difícil sostener que se pueda calificar de ‘conservador’ a KOIZUMI.
No parece haberse definido a sí mismo como tal.
Una de las medidas más significativas de este primer ministro fue la elección
de TAKENAKA Heizó, un académico, como zar de política económica. La idea
de incorporar a expertos independientes en los Gobiernos conservadores tomó
cuerpo con IKEDA y SATO. KUSUDA Minoru, un periodista, había
desempeñado un papel decisivo entre bastidores como jefe de personal de
SATO. Bajo OHIRA las figuras independientes fueron apareciendo en escena
miembros de grupos de estudios políticos. Sin embargo, KOIZUMI dio un paso
más allá, dando a TAKENAKA un cargo político clave en su Gobierno, primero
como ministro de Estado para la política económica y fiscal y luego como
ministro de Relaciones Interiores y Comunicaciones. Ciertamente, figuras
independientes ya habían ocupado puestos ministeriales; por ejemplo, NAGAI
Michio fue ministro de Educación con MIKI. Sin embargo, el peso de las
responsabilidades políticas concedidas a TAKENAKA era de un orden
diferente.
Con la ayuda de TAKENAKA, KOIZUMI desarrolló un drástico programa que
incorporaba elementos de la reforma de OZAWA, pero iba más allá de una
simple reforma para demoler las instituciones y los acuerdos existentes. Al
amenazar con «destruir el PLD» y calificar a oponentes de su propio partido
como «fuerzas de la resistencia» arrasó la estructura de armonía interna que el
PLD había mantenido mientras estuvo en el poder.
De todo lo expuesto se puede deducir que los miembros de la corriente
principal que mantuvo el poder en Japón la mayor parte del tiempo desde el
final de la II Guerra Mundial no se caracterizaron por una ideología bien
definida. Fueron las figuras secundarias, con pocas probabilidades de llegar a
primer
ministro,
las
que
mostraron
tintes
claramente
ideológicos.
Algunos políticos conservadores como HATOYAMA, KISHI y NAKASONE,
llegaron a primer ministro con una cierta ideología, pero como se ha visto,
corrieron a las barricadas cuando intentaron llevarla a la práctica. Al plantear
cuestiones como la revisión de la Constitución, estalló un frenesí de
discusiones a favor y en contra, pero estos temas nunca fueron centro de
conflictos sostenidos dentro del PLD.
En lugar de tales cuestiones, el factor clave subyacente de los conflictos en el
bando conservador estuvo en las relaciones personales. En la inmediata
posguerra, la confrontación entre las fuerzas pro YOSHIDA y las anti YOSHIDA
fue decisiva en el establecimiento del curso político del Gobierno y, desde
comienzos de los años noventa, la presencia de OZAWA Ichiró y la antipatía de
algunos hacia él han tenido una gran importancia. KOIZUMI llevó adelante su
programa de reformas como una especie de juego y siguió el curso propuesto
por OZAWA en su obra Borrador para un nuevo Japón, pero con menos tintes
ideológicos La ambición de OZAWA era seguramente llegar al poder e
implementar una reforma acorde con su ideología. Sin embargo, KOIZUMI le
superó desarrollando un notable programa de reformas en el que incorporó
libremente partes concretas de la agenda de OZAWA. En consecuencia, este
último se ha visto reducido a maniobras políticas, como se aprecia claramente
en su forma de abordar las elecciones para gobernador de la prefectura de
Okinawa el pasado noviembre. Aunque sin duda él lo negaría, lo vi lejos de los
ideales expuestos en su libro de 1993. Sea como fuere, su actual confrontación
con el primer ministro ABE Shinzo representa un último intento de llegar al
poder.
La experiencia de OZAWA es en cierta manera típica de la peculiar naturaleza
del conservadurismo japonés. Los conservadores con firmes convicciones
ideológicas encuentran su camino cerrado cuando intentan adoptar sus
programas, pero sus propuestas acaban siendo implementadas después de
haberle quitado su ropaje ideológico. Este fenómeno secreto puede, de hecho,
ser
el
rasgo
definitorio
del
pensamiento
conservador
japonés.
Para terminar, echaremos una rápida ojeada al primer ministro ASE Shinzó,
que sucedió a KOIZUMI en septiembre del pasado año. ASE parece seguir la
línea minoritaria de marcado tinte ideológico que previamente se vio en
HATOYAMA, KISHI y NAKASONE. No es necesario decir que comparte el
ADN de KISHI como nieto suyo, y parece menos interesado en las cuestiones
económicas que en perseguir causas ideológicas como la revisión de la
Constitución y de la Ley Fundamental de la Educación (otro documento
decisivo adoptado durante la Ocupación). También fue una figura visible en las
discusiones sobre la cuestión de los secuestros de japoneses por los
norcoreanos, con una línea consecuentemente dura hacia Pyongyang.
Habiéndose demolido todo lo viejo durante los años de KOIZUMI sin una
ideología explícita, la opinión pública japonesa estaría lista para escuchar
discursos ideológicos. Sin embargo, ¿será capaz ABE de implementar un
programa basado en sus propias ideas, incluyendo la enmienda de la
Constitución? O, al igual que HATOYAMA, KISHI y NAKASONE ¿acabará
dejando el poder a su sucesor sin haber explicitado su ideología?
(Con la amable autorización de Chiló Kóron Shinsha)
Traducido de «Sengo hoshu seijíkatachi no shisóteki keifu», publicado en Chüó Kóron, febrero
de 2007.
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