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MISA DE LOS INDÍGENAS EN CAACUPE – 04.12.2011
1er. Domingo de Adviento
Lema: “Misión permanente en Paraguay: Evangelización de la Familia.”
Tema: La misión de la Parroquia en relación con el matrimonio y la familia.
Queridos hermanos indígenas y todos los peregrinos que han venido de los lugares más
lejanos de nuestra patria, aquí presentes y los que participan por radio o televisión de esta
celebración. Bienvenidos y bienvenidas, aquí junto a nuestra Madre, la Virgen de los
Milagros de Caacupé, que nos quiere llevar a su Hijo Jesús.
A partir de esta fiesta, nuestra Iglesia nos propone para los próximos tres años trabajar
seriamente para renovar las familias y el matrimonio bajo el Lema: Misión permanente en
Paraguay: Evangelizar la Familia. Y hoy, en la novena nos toca reflexionar sobre el Tema:
“La misión de la Parroquia en relación al matrimonio y la Familia”
La familia es “el patrimonio de la humanidad” y constituye uno de los tesoros más
valiosos de los pueblos Latinoamericanos. (DA, 302) decían los obispos en Puebla. La
Familia y el matrimonio son la imagen del Dios trinitario, padre, Hijo e Espíritu Santo, y
su base y su modo legítimo de ser, es el Amor íntimo entre todos sus miembros ya que es
imagen de Dios que es AMOR. Por eso, el Amor conyugal como donación mutua y
exclusiva, es fiel total e indisoluble hasta la muerte.
La familia es la célula viva de la Sociedad, la base de un pueblo que cree en sí
mismo, la fuente y la escuela de vida, del amor y de los auténticos valores humanos.
Es el naciente de la fe y vivencia cristiana.
El matrimonio es el amor de Dios donado a la humanidad, encargado de crear
vida en plenitud en su propio seno y en la sociedad.
Este es el designio amoroso de Dios sobre la pareja y la Familia.
“Familia sé lo que eres”, decía el Papa Juan Pablo II.
----- ¿Pero qué hacemos para que el matrimonio y la familia puedan ser de verdad lo que
son, según el designio amoroso de Dios?
En Nuestra Realidad: muchas Familias no levantan la cabeza y viven en la miseria,
porque les faltan los medios elementales, vivienda, alimento y trabajo, o porque están
divididos entre sí, expresamente en momentos difíciles. Muchos no pueden vivir juntos
porque buscan trabajo lejos del hogar. Cuántos problemas en el matrimonio se intenta
solucionar con brutal violencia, ésta situación va en aumento.
También en las comunidades Indígenas: Cuántas familias están de verdad
completas, cuántos niños no conocen a su papá. Jóvenes que se juntan en matrimonio sin
preparación y pronto se separan. Muchos se unen en matrimonio sin la intención de ser fieles
para toda la vida. Así en toda la sociedad, el matrimonio se ha hecho una cosa desechable.
La familia muchas veces ya no es el sostén de todos sus miembros: Se va quebrando
la relación entre los jóvenes y los mayores. Los jóvenes no se sienten entendidos y buscan
sus informaciones y sus criterios en el mundo moderno, resulta más atractivo lo de afuera. La
voz de los sabios ancianos ya no es escuchada, o es acallada con facilidad, y ellos mismos
muchas veces están totalmente solos y abandonados.
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MISA DE LOS INDÍGENAS EN CAACUPE – 04.12.2011
1er. Domingo de Adviento
----- Me pregunto: ¿Nuestra sociedad defiende de verdad a la Familia o más bien busca
destruirla consciente o inconscientemente?
Acuso a legisladores y diferentes estamentos del Estado por no proteger a la familia
sino intentar destruirla con leyes o acciones que atentan contra la dignidad y los derechos
humanos. El así llamado Marco Rector Pedagógico para la Educación Integral de la
Sexualidad, plantea una visión del matrimonio y de la familia que nada tiene que ver con el
matrimonio Cristiano.
Hay también medios de comunicación que no apoyan la fidelidad del matrimonio,
más bien la ridiculizan, y propagan como normal a las más raras formas de parejas, que no
tiene nada que ver con el proyecto del Dios Creador.
Un matrimonio, una familia sólo puede desarrollar una vida digna, si puede vivir en
una sociedad, una comunidad que la apoya y brinda las posibilidades necesarias para ello.
Qué se puede esperar de las familias indígenas a quienes se les quitan sus tierras
ancestrales su hábitat natural? Denuncio los muchos casos de atropellos violentos a las
comunidades y tierras indígenas, en particular la Comunidad Mbya Guarani Makutinga, del
distrito San Rafael - Itapua, con apoyo de la policía, ocurrido el 26 de noviembre y en tantas
otras ocasiones. --- Con anuencia o apoyo de estamentos del Estado, Sojeros y otros
empresarios así como especuladores de tierra, se apropian de las tierras Indígenas.
Impulsan la deforestación descarada de sus pocos montes, la depredación del palo santo en el
Chaco, y con agro tóxicos la hacen inservible o peligrosa para las comunidades. Ante
situaciones como estas, a menudo se tuerce la justicia a favor de los poderosos, y hay jueces
y fiscales sin ética cristiana que obedecen a interés políticos o buenas pagas en vez de aplicar
las leyes favorables a los Pueblos Indígenas. Existen instituciones para defender o restituir a
los pueblos sus tierras, teniendo medios suficientes actualmente, pero son muchas veces
inoperantes y no cumplen con su deber, como en el caso concreto del INDI.
Qué vida digna pueden llevar una familia que a causa de todo esto pasa meses o años
bajo carpas en las plazas de nuestras ciudades y en las orillas de nuestras rutas obligadas a
mendigar para sobrevivir o a ser explotados laboralmente? Una familia y un matrimonio así
pierden todo el sustento de su comunidad, y ésta generalmente queda totalmente
destrozada. El robo de los recursos naturales de las comunidades indígenas y la expulsión
de éstas, aumentan los casos de prostitución, la drogadicción en zonas urbanas y los suicidios
de jóvenes indígenas desesperados y sin visión de futuro. El aumento de los indígenas en las
ciudades y sus periferias – cuya causa principal es el despojo, invasión y contaminación de
sus tierras – urge de una política de atención de parte de las Instituciones del Estado, de lo
contrario, esta realidad es otra violación de los derechos de los pueblos indígenas que
deambulan en las zonas urbanas en busca de respuestas a sus demandas y legitimas
reivindicaciones.
Así mismo, muchos campesinos, obreros, o desocupados de los barrios pobres de
nuestras ciudades, corren la misma suerte. Muchas familias de hoy en estas situaciones
difícilmente podrán desarrollar una vida digna.
Frente a esta situación qué es el deber de la Iglesia,
en concreto en la Parroquia, o en cada comunidad cristiana:
Es indispensable desarrollar una pastoral familiar que eficazmente apoya a los
matrimonios y la vida cristiana de la familia. Esto significa en primer lugar:
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MISA DE LOS INDÍGENAS EN CAACUPE – 04.12.2011
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La comunidad parroquial tiene que hacerse acogedora, no debe excluir ni marginar
a nadie. Deben ser bienvenidas las familias bien constituidas: Matrimonios fieles y felices;
las madres solteras, que con valentía solas están llevando adelante a su familia, los
amancebados para acercarse al Señor; los vueltos a casarse también deben sentirse en casa
para experimentar el amor del Dios de la misericordia y de la esperanza.
Los jóvenes y los novios deben encontrar en la comunidad un lugar privilegiado para
prepararse para el matrimonio. Las familias pobres y marginados deben experimentar el
amor y la solidaridad de los demás miembros. Nadie se debe sentir excluido, y todos deben
ser el apoyo para los demás. La Parroquia debe ser el hogar para todos, donde sentir y
experimentar el amor de Dios y de los hermanos.
Que los matrimonios que se sienten fuertes y felices apoyen a los que son débiles o
están en dificultades.
Así mismo todos los que trabajan directamente en la atención de la vida del ser
humano, como los médicos, los sicólogos, los sociólogos, maestros, religiosos/as y
sacerdotes y otros, trabajen juntos para fortalecer a la célula vital de la sociedad que son el
matrimonio y la familia. Todos deben comprometerse como miembros de la Parroquia a sanar
las familias.
La comunidad parroquial debe ofrecer para la familia experiencias de un
encuentro personal con Cristo en la lectura de la palabra de Dios, en la Oración en la vida
de los Sacramentos.
Como Iglesia y parroquia también debemos solidarizarnos y alzar nuestra voz en
defensa del matrimonio cristiano y de la familia y luchar juntos contra todos que quieren
destruir los valores humanos, las buenas costumbres e inclusive dictaminar leyes que atentan
contra el matrimonio y la familia.
Las Parroquias también deben ocuparse de la causa y realidad de las comunidades
Indígenas, ellas deben tener un acercamiento respetuoso a las particularidades religiosas,
sistemas económicos, dinámicas y visiones propias de las culturas indígenas.
A los pueblos Indígenas les invito y exhorto, que busquen por todos los medios,
mantenerse unidos, que no se dejen corromper ni por el dinero, ni por ideologías raras que
ofrece nuestra sociedad; cuiden y defiendan sus tierras y sus recursos naturales, no
permitan que otros usufructúen de ellas, mientras ustedes cada vez están más sumergidos en
la pobreza y en la miseria.
A los jóvenes, escuchen a los mayores y déjense ayudar cuando se preparan para el
matrimonio y no desprestigien su experiencia de la vida, su sabiduría y su amor.
Muchas familias indígenas con su modo de vivir y ayuda mutua, pueden aportar algo
muy importante a la iglesia y a la sociedad, por la experiencia de respeto a la vida y de su
fe en Dios.
Un apoyo fuerte a los matrimonios y las familias debe ser el esfuerzo de ser fieles
todos a nuestros compromisos, en el matrimonio, en el trabajo, en la acción social o política:
Esto ataña a todos, laicos, familias, solteros, religiosos/as, sacerdotes y obispos, políticos,
empresarios y también los medios de comunicación. La fidelidad debe marcar nuestro
ambiente cristiano en todos sus aspectos. Es obligación de todos de construir juntos
nuestro mundo de fidelidad, sinceridad y coherencia de Vida. Ningún valor humano debe
ser declarado desechable y mucho menos la fidelidad del matrimonio que es imagen del amor
de Dios.
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MISA DE LOS INDÍGENAS EN CAACUPE – 04.12.2011
1er. Domingo de Adviento
El profeta Isaías hace clamar una voz potente en el desierto: “Abran el camino a
Iahvé en el desierto; en la estepa tracen una senda para Dios; Aquí está vuestro Dios.
Preparad el camino al Señor.” Abramos nuestras comunidades, nuestras familias al
Señor. Que “Crezcan”, como dice San Pedro, “en la gracia y en el conocimiento de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo”.
El cura las heridas, une a los divididos, devuelve la esperanza y la alegría de todos los
hogares que le invitan a entrar, porque Jesús ha venido, para que tengamos vida y la tengamos
en abundancia.
Imploremos a nuestra Madre, la Virgen María, que presida nuestros hogares y ayude a
los matrimonios y a las familias para que se vuelvan a ser hogares donde brota la vida y crece
el amor, como en la Sagrada Familia, y así sean creadoras de una patria nueva, una Iglesia
verdaderamente misionera. Dios bendiga a los matrimonios y a las familias en esta gran
misión. Amén
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