TERCER CONGRESO NACIONAL DE ESTUDIOS DE POSGRADO Patricia Galeana de Valadés Directora General de intercambio Académico Para la Dirección General de Intercambio Académico de la UNAM, es altamente satisfactorio poder colaborar en la realización del Tercer Congreso de Estudios de Posgrado, dedicado en esta ocasión a la investigación en los estudios de tercer nivel. Es evidente que dos de las funciones sustantivas de la Universidad, docencia e investigación, no pueden estar nunca separadas. Si bien la investigación pura ha dado frutos muy importantes para el desarrollo nacional, por lo que se le debe seguir apoyando para mantener la creatividad y generar cultura; también es indispensable el diálogo de los investigadores con los alumnos, que enriquece no sólo a quienes reciben el conocimiento, sino a aquellos que lo imparten; pero como hemos podido constatar en los Seminarios de Posgrado, cuando el alumno es guiado en forma adecuada para la investigación, es cuando realmente se puede lograr la excelencia académica meta de todas nuestras instituciones de educación superior. Al tener que transmitir sus ideas a un grupo, el investigador debe realizar un importante trabajo de síntesis, lo que le ayuda a aclarar en gran medida muchos de los conceptos en los que trabaja. También a través del diálogo que se establece con los alumnos pueden surgir nuevas perspectivas que merezcan ser analizadas e investigadas. El docente, para mantenerse en actualización permanente, debe dedicar gran parte de su tiempo a la investigación, pues su obligación es impartir conocimientos vigentes sobre la disciplina que imparte. Cuando el profesional que cursa el posgrado hace una investigación original obtendrá con creces la superación que busca en los estudios del tercer nivel, en cuyo caso, especialmente en el doctorado, ya no requiere de cursos monográficos escolarizados sino la tutoría para avocarse de lleno a su investigación. Desafortunadamente existen todavía investigadores que no valoran en toda su dimensión la tarea del docente, trabajo tan esencial como el de la investigación para que una universidad pueda cumplir con su tarea fundamental: formar los recursos altamente capacitados que nuestra sociedad requiere, así como docentes que no investigan y repiten año con año cursos anquilosados. También subsiste el alumno de posgrado que asume una actitud pasiva en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Seguramente en reuniones como la presente se trabajará para encontrar los mecanismos necesarios para superar este problema, mediante planes de estudio encaminados a establecer a la investigación como premisa esencial para un posgrado de calidad académica. Es preciso destacar que la mayor vinculación entre docentes e investigadores propicia el enriquecimiento de los planes y programas de estudio de nuestras universidades, pues concilia el dominio del conocimiento con la actualización. También contribuye a la realización de un trabajo conjunto para la reforma o creación de los posgrados que se estimen estratégicos para el desarrollo nacional. Ahora, más que nunca, nuestras universidades tienen la obligación de incrementar el nivel académico de sus posgrados, así como estimular el desarrollo de investigaciones que incidan en la problemática nacional. En este sentido, debemos procurar la retroalimentación entre la investigación que realizan nuestras instituciones y las dependencias encargadas de evaluar y redefinir los diseños curriculares de los posgrados. En realidad la investigación y el proceso de enseñanza-aprendizaje son un binomio inseparable, sobre todo el nivel de posgrado. Aquellas universidades que logran que sus docentes investiguen, que sus investigadores impartan clases, y que sus posgraduados hagan investigación, son las que alcanzan un nivel académico más alto. De ahí la importancia de que en este congreso analicemos, juntos, las acciones que nuestras instituciones están llevando a cabo para reforzar dicha vinculación. Si en el posgrado se busca la excelencia académica, ésta no puede darse si el posgraduado no es al mismo tiempo un investigador. Por otra parte, la época actual, demanda cada vez más la investigación multidisciplinaria, ello exige una interrelación más estrecha entre nuestras instituciones. En el desarrollo de las mesas de trabajo, tendremos oportunidad de intercambiar información, ideas y experiencias que nos permitan desarrollar programas conjuntos. Es por todos sabido que el intercambio, entendido como la transferencia recíproca de valores culturales, es enriquecedor para todas nuestras instituciones. En este sentido, resulta muy satisfactorio constatar que persiste el interés entre los universitarios del país en reunirse para discutir problemáticas comunes y buscar las soluciones posibles. Seguramente el intercambio de experiencias en torno a los estudios de tercer nivel, que en años anteriores ha ofrecido valiosos resultados, en un futuro podrá concretarse en la creación de un Programa Nacional de Posgrado, que contribuya a impulsar la superación académica de las universidades del país. En la medida en que las universidades incrementemos la vinculación entre posgrado e investigación, podremos formar profesionales de más alto nivel que puedan responder a los retos de nuestra época. Recordemos el pensamiento del creador de la universidad de todos los mexicanos, el maestro Justo Sierra, quien consideraba que los órganos que componen la Universidad no sólo deben estar en armonía sino que deben estar unificados. Consiente de la importancia de la estrecha relación entre la investigación y el proceso de enseñanza-aprendizaje, afirmó: “Es claro que se tiene que investigar, pues la investigación es la enseñanza de mañana...”.