Documento - Publicaciones de Defensa

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ESTADO
MAYOR
SERVICIO
CENTRAL
DEL
HISTORICO
EJERCITO
MILITAR
REVISTA
DE
HISTORIA
Aiío XI
MILITAR.
1967
Núm.
23‘
REVISTA
HISTORIA
DE
MILITAR
PUBLICADA POR EL
SERVICIO
HISTORICO
DEL ESTADO
CONSEJO
DE LA
CENTRAL
REVISTA
Excmo. Sr. D. Joaquín de Sotto y Montes, General de
Caballería, del Servicio de Estado Mayor.
DIRECTOR:
ASESOR:
MAYOR
MILITAR
D. Juan Priego López, Coronel de Estado Mayor.
D. Joaquín Portillo Togores, Coronel de Caballería, del Servicio de Estado Mayor.
lJEFE DE REDACCI~K:
REDACTOK:
»
D. José Manuel Martíriez
ADMINISTRADOR:
Capitán y Doc-
D. Constantino Alonso Calle, Capitán de Oficinas
Militares.
REDACCIÓN
M.4RTIRFS
Eande, Coronel de Artillería.
D. Juan Manuel Zapatero López Anaya,
tor en Historia.
DE
&LCALA,
Precio
Y ADMIXjISTRACI6N
9 -
MADRID
del número:
-
TEILEFONO
75 pesetas
2A7-03-00
SUMARIO
Págs.
I~il~l~o~IYIfía
iv.
B.-Las
únicamente
.<.
ideas
expuestas
en
la opinión
personal
los artículos
publicados
de su respectivos
autores.
.< .
en
,,.
esta
revista
..
1x
reflejan
Esta revista invita a colaborar en ella a los escritores militares
‘0 civiles españoles 0 extranjeros,
que se interesen por los temas
históricos relacionados con la profesión de las armas. En las páginas de la misma encontrarán amplia acogida los trabajos que versen
sobre acontecimientos
bélicos, destacadas personalidades
del mundo
militar, e instituciones,
usos y costumbres del pasado del Ejército,
particularmente
si contienen enseñanzas o antecedentes provechosos
para el militar profesional de nuestros días.
Los trabajos serán retribuidos
con generosidad, según la extensi6n acostumbrada
en revistas de este tipo y carácter.
Depósito Legal M. 7.667.-1958
TALLERES
GRhCOS
VDA.
DB C. BBRMEJO.-J.
GARCiA
YORATO,
I22.-TEL.
233-06-19.-MADRID
EL
PENSAMIENTO
por
‘Teniente
120s
Coronel
TEÓLOGOS
MILITAR
EN
MEDIEVAL
JOSE MARIA
de Infantería,
.ARBIADOS
LA
GARATE
CÓRDOBA
del Servicio
Histórico
ES
EL
POEVA
DE
LITERATURA
Militar
ALMERÍA
!~iahria dos razones de peso para no incluir el Pocwn de Ahmrín
en nuestro análisis militar de epopeyas cnste!lanas.
La una: que está
escrito CII iatín de corte cl~síco ; la otra, que la epopeya queda cortada :~nt-es de darse In batalla central.
Pese a todo ello, airae su
tema, tan ce;!trado en el tono de perra
divinal que venimos encontrando en !as g-estas, desde la de Fernán González haqta la de Mío
Cid. Presenta tal culminacióii
y apoteosis
de ose tono sagrado de la
guerra alli sólo iniciado, y hay tal triunfalismo
reiigioso,
tal participación de obispos,
tanta liturgia y teología en torno a los signos
estudios
qwdaimperiaies
del ejército cristiano,
que los anteriores
rían a media ladera de su desarrollo.
Por eso he creído conveniente
destacar algunas características
del Pocvm de Ahzerh,
pese a todas
las objeciones
apuntadas,
y a que no es sino tercera parte de 1x11
texto en prosa, el conocido como Crónicn Adcforlsi Impel-atok.
-1ún
abona el empefio una r?zón de pro‘rimidad.
ya que su fecha probable
de ll.50 la mantiene enlazada con cl cantar de Ilfio Cid, a muy pocos
años de distancia, tanto que cn el I’ocmn de Ahería
se alude al del
Campeador,
como dando noticia de una novedad editorial.
o de una
especie de teatro popular.
para ser mki- exactos en la actualización
de la referencia
(1).
(1)
LIel presente
estudio
se anticipa
una parte
en la obra
del
y flfilicia
e~z la Es,hzria wedievnl.
Publicac’c.nes
Españolas
(Editora
drid. 3967? 3.57 pkgs..
de inmrdiata
pub!icación.
autor:
Nacional),
Espiritu
Ma-
8
JOSÉ
XARÍA
GiRATE
CóRDOB.4
~1 autor de la Crónica Adefonsi siempre es grandilocuente
en SUS
frases, y cuando llega a plantear el nudo de la campaña --la marcha
la prosa le resulta pobre y decide recucontra la plaza de Almería-,
rrir a la magnificencia
del verso latino al modo clásico, vistiendo así
su relato con una de Ias muestras más características
de la poesía
eru,dita del siglo XII.
El nombre
de Poema de Almeh es moderno y tuvo desde ?I principio general aceptación. Pero el autor sólo interrumpió la prosa de
su crónica iniciando sus versos bajo el título de Prefatio, y así algún comentarista lo llama Prefncio de Ahcría,
y no habla que esperar que al prefacio siguiera un desarrollo, ya que todo lo que lc
puede faltar para estar completo son las ocho hojas finales al decir
del copista A en una nota de su manuscrito, que tiene 26, aunque
otros opinan que la obra quedó inacabada como hoy se encuentra,
acaso por la muerte de su autor.
A su mérito histórico une el de señalar una transición en la técnica poética. Está escrito en hexámetros, divididos en dos hemistiquios, y la última palabra de cada verso rima con la final del arsis
del tercer pie, pero la composición es ante todo rítmica, único modo
de explicar las frecuentes irregularidades que se encuentran y la
abundancia de esdrújulos, porque el autor pensaba más en el ritmo
de los acentos que en la medida de las sílabas. El Poema representa,
pues, el momento en que el concepto clásico de la cantidad silábica
cede ante la idea moderna ,de la rima, si bien, por ser de transición,
el autor une aún ambos elementos, y obligado por el metro y la rima
emplea una sintaxis violenta y un léxico rebuscado. Tal es el motivo
de que el Poema resulte monótono.
Apoyados en el docto estudio de Sánchez Belda (2), reconocemos
también con él que hay pasajes felices en ciertas metáforas (vv. 36-39),
en hipérboles exultantes (V-V. 153-155) y en algunos retratos personales (vv. 246-248). Se manifiesta fina observación al describir las huestes y al expresar ideas y sentimientos característicos del espíritu de
la época. El Poema presenta ampliamente las huestes y caudillos que
concurrieron al asedio de Almería, la amplia nómina de personajes
que desfilan en las estrofas es de gran realismo, y se sabe históricamente que todos ellos asistieron a la campaña. Hay tanto detenimiento en la pintura y alabanza ,de calidades bélicas de los combatientes
(2) S~KEZ BELDA, Luis: Edición y estudio de la Crógaica Adefolzsi
vis. Edit. Escuela de Estudios Medievales del C. S. 1. C. Madrid, 1gj;o.
Iqllperato-
reunidos,
que
el ikdrt
Flórez pencó que el describirlos
constituía
el
ímico objetivo del autor. Yero es indudable que se trataba de historiar la campaíía completa, como lo demuestra el referir las conquist:~s tic Baeza y el castillo de Raiíos, cerca ya del objetivo final, a la
que
se antepone la ,de iîndú,jar, lograda sólo por San Fernando un sib
<>.lo
<kspués.
Sánchez Belda nos dice cómo todo el Poema respira un hondo
sentido espafiol, de tal modo que el autor considera la conquista de
2Umería una empresa nacional suficiente
para comparar
la campaña
de Xlfonso
\‘IT con las de Carlomagxo,
y las hazafias de Alvar Fáñez
con las fantásticas
de Roldán y Oliveros.
El Poeu7cz
de A lnzwía tiene indudable valor de fuente hislórica ;
set narración
revela un testigo presencial
que ofrece datos importantes para cl conocimiento
de la campaík.
T,ástima que al estar inacaIxtdo nos privase de conocer el desarrollo
de las operaciones
finales
clue culminaron
en la destrucción
de Almería.
Seis mantlscritos
de la Biblioteca
Sacional
y «no de la catedral
de Toledo, nos ofrecen copias de un original de la Cvónicn Adefwsi
I;~~e~~t~~~i.s, hoy perdida, que debió componerse
hacia 11.30 con bastante seguridad
(3j.
T..a obra. constituye
un canto a Alfonso
VII, escrito indudablemente
durante su reinado, manifestándose
«no
y otro extremo
en la frase
((si complace? imperatorij).
Resalta las virtudes
del Emperador,
disculpa
SIIS
errores,
eng-loba en su laude a todos los personajes
de
la familia real y da la sensación de estar escrito de encargo, con la
preocupación
constante
de agradar
a quien habiéndolo
mandado
escribir,
ha de juzgar la obra. En la crónica estj claro también ese
«sentimiento
de jactancia
y vanagloria» que segím Menéndez Pidal,
fue
característico de aquel período victorioso de la Reconquista.
El cronista escribe de memoria, segím anota en el prólogo, pese
CLhaberse podido documentar en la Secretaría real. SV basó principalmente en relatos de los testigos presenciales, «X1, illis qui viderunt
didici et anclivi)), por ío cual SLIS fuentes son menos exactas cuanto
nlis se remontan hacia el pasado. Sin embargo, en rarios episodios
\
muestra ser testigo él mismo, aportando
pormenores
y oÍxwxxiola proclamacibn
del ImpZriO
nes muy personales y hasta subjetivas:
en 1.133, la bo& de (;arcía de Navarra
con Crraca.
ias incc:-siones
como la sumandaluzas del I<tnperador y mucho. 5 datos accesorios,
sión de Pedro Alfonso,
que revelan proximidad
inmediata
a los
L,O mismo puede suponerse,
por su lujo de detaPes, en
personajes.
cuanto a ía concentración
para la batalla de .Umería.
La Cr&&
Adefo~si e; una obra netamente histórica,
con pocos
errores y no importantes.
Es fuente esencial para el estudio di: Alfonso VII por la veracidad y extensión
de ~1.1~noticias, pero de un
modo particular
es el mejor documento de la bataila de .Fr:L~;:I, pese
tiene también e-pecial
al partidismo
del cronista, hostil al Batallador,
valor para conocer la vida fronteriza
a principios
del siglo SII y para
la batalla de Almería hasta donde la alcanza. El entu.sinsmo
dcsbordado con que canta a Alfonso
Vil lleva al cronista a valornr mal
alg-unos datos, deduciendc
conclusiones
falsas de premisas
ciertas,
pero ese defecto era tan común en la época y está tan manifiesto,
de la crónica.
que no perjudica demasiado a la historicidad
La obra está dividida en tres partes. Las dos primeras
yon propiamente crónica de Alfonso 1111 y la tercera, sin perder ese carácter,
se conoce con el noml)re de Pocina dr ilI~zr~ín, por su forma poética
y contenido concreto.
El libro primero, no tiene grao interés militar, ei como una iniroducción o prólogo
al segundo,
que const;tuye
el \erc:;ldero
;ema.
Su división tiene un fundamento
real, ya que :iqtlél abarc:: la c poca
en que Alfonso se dedicó a reorganizar
el reino, consolidando
la paz
con buenas relaciones vecinales y éste 12 guxra
con 10.; mwulni;~nes.
En el primero
de ellos, y concretamente
en la batalla de Fraga, es
donde el autor manifiesta más clara animadversión
contra Alfonso el
Estallador.
invasor
de Castilla.
En cl segundo
se describen
ocho
campanas del Emperador
contra los infieles, su principal
actividad,
y las sublevaciones
de los moros andaluces contra los almorávides.
El partidismo
del autor queda bien manifiesto
por su enemistad
hacia Aragón,
su pasióu ! eonesa, y bu mal conocimiento
de Castilla.
P,ero su sentimiento
leonés está muy expreso en los títulos que da
a Alfonso,
que nunca es Rex castellae,
sino alternativamente
Rcx
Legionk
o !m$emtor
Legionemis.
Sólo se detiene en las can~lx6ias
por las zonas que conoce mejor, y son las leonesas y gallegas, o bien
las to!ednnas. pormenor~z,2ndo entonces nornl)res de los rpbcldet:, posesiones de los nobles y descripción de tierras. En cambio. s;alta rs.pi-
damcnte sobre luchar dejadas
de los reinos de León o Toledo. El
maiiifiesto
desconocimiento
de Castilla
afecta, tanto a su historia
como :I i3 geografía y al tipo racial dc sus hombres, n quienes
juzga
ricos ; cita a sus caudillos
de modo impreciso
y su relato de las
rebeliones
de los Zara, es muestra harto Gible.
Ei autor manifiesta
ser hombre docto ell escrituristica,
taílio eiì
literntnrn,
como se advierte en su conocimiento
de Sulpicio Severo,
cosa rara entonces ell 4 bajo cirro.
J- 5~15
frecuentes
recursos
a
figuras l)iblicas, hasta ix:ccr~~ cnmú:: ei plag?o de algiln párrafo para
descripciones
gra!î di!ocuentes
o metafóricas.
2, e.\to se le afiade la
concepción t:ini:aria
de la crónica, de tal modo, clue por una asimiiación a Alfonso VII de los atributos divinos -como
enviado de Dios-.
cada parte de la crónica representa
cl poiirr. el quera? y el .saDel-, que
corresponden a cada LIIN de las persona- de ia Trinidad y qlle cxactcrizan a la vez ia personalidad y in actividad del Emperador. POIFc0.
la última parti: erti en verso -hcxknctros
latinos-,
como SUblimación adecuada para contemplarle en una especie de apoteosic.
Todas estas razones hicieron que in crónica se atribuyese 3. algún
destacado obispo de la kpoca, scíía1ándo.w primero. como posible,
al :trzol)iyo
toledano
Jiménez
de
Rada, J- !ueyo
al
obispo
Amoldo, de
T- que estu\-o rea!mente en
Astorga, imico que en ella se menciona _
la batalla de Almerin. ‘Tan scílo Angrl f’errari, cn 1963, documentó
ampliamente PU tesis dc que el anónimo autor es Pedro de i’oitiers,
hu&ped dc Alfonso V!It (1~ escribiría en Toledo entre los aI?os de
l-J%2 y 1151. Y 10 demuestra por advertir que este cluniacense? el más
prcocupndo en adzptnr In forma al tmm,
er;! el mejor
17 mk perfecto
escritor en ecc tipo de oetaforismo rrinitario. may
artificioso,
hasta
adecuar una especial aritmología cn la q!je predominaba el sistetna
septuplicista, produciendo una innov:tciL;n
de estilo por uepuxlarios
heptalésicos y dando a la obra wn duplicidad que permite ieerla i)tsra
los
scnfitl’os
y pum
ci cspírifu.
Su
fin queda ciaro a juicio del Fségcta :
Mostrar a Alfonso \‘II como héroe de Dios. único y mGversa!, de
cristianos y musulm:lnrs. a cuyo fin inclu!-e una‘: aportillar corák
cas (4).
I,a crónica inicia con la .\*cljk~i*~~2.~~*
un:! IILI~\YL orientación, la de
dar entrada, juxlto
;d Emperador,
a personai?:; \.ari;tdos ~ecui~darios,
Id
JO&
MARiA
GîI?ATE
CóRDOBA
dedicándoles relativa extensión, con amplitud de visión histórica, pero
sobre todo, por incluir en su cuerpo realtos poéticos, de inspiración
popular en la Nnjere~e y bíblica en ésta, recogiendo una y otra, pese
a ser latina, los sucesos que más impresionaban a las gentes sencillas,
para dramatizarlos en algún pasaje, con gran sentido artístico de la
historia, que cobraba con ello un atractivo antes desusado.
Una crónica latina como la Rodcrici C’cw@pidocti,y casi coetánea
a ella, presenta la originalidad de que su tercera parte est6 compuesta
en hexamctros, como el C‘cr~~rz.r~.
Cta~2pidoz~o~is, un tanto semejante,
aunque anterior en un siglo, y del que aquí no hablo por no excederme más en la glosa de textos cidianos, y porqrw no es cantar de
gesta.
Aunque la Crónica .4dcfonsi, por ser latina es erudita, encaja muy
bien en nuestro estudio, ya que cierra doblemente una época -y abre
otra- al reunir prosa y poesía con unidad indivisible. Pero también
SLI momento ideológico es inicial de sorpresas literarias
e históricas.
Es el primer texto en que se presenta a las moros como clemoníacos,
sin metáfora apenas. En el poema de Fernán González los veíamos
((más negros que Satán con todo su convento», pero aquí se inicia
seriamente lo que Jesús Fueyo llama la dinboil,-ncióle del egr.ewiyo. mirando a guerras de hoy. La crónica, en el otro extremo, inicia también
al mismo tiempo que sncKzZi,-n In ZMel triunjaKsm0
Izispa~nocató2iicc,
ckz, si usamos la misma terminolog-ía modernista, hasta el punto
de que el guerrero cristiano fiel, el que se ajusta al espíritu, a la ley
y a la ética, es, no sólo teólogo nrnmdo, como quiso Menéndez
Pelayo, sino que se le propone como paradigma de santidad. Lo
vimos en epitafios y biografías devotas de Fernán González y el Lid,
donde se les llama venerables y santos caballeros, y lo vemos aquí
en más de un ejemplo (‘5).
Edre
la Biblia y In. Mitología.
La Crónictr. Adefofzsi está fluyendo constantes alusiones bíblicas.
Son giros y expresiones que delatan continuamente su inspiracion
(5) Figuran
pkrafos
completos
de !a Cuóka
Adefousi
enmascarando
varias
de las catorce
páginas
en que se publica
un texto
incompleto
del discu-so
de Negrín
el 1?&1933,,
en edición
clandestina
bajo
el título
La Crónica
de E‘spaïia.
Ed. «Una España
Grande
y {Libre»
(S. 1. S. 1. S. a.). Ofrece
el dato P.c~cro
ITARD,
Vicente:
Cuadernos
Bibliogl-áficos de la Guerra
de España.
Tomo
1. ficha 350 E.
Ecl. Seminario
de Historia
Contemporánea
de la Universidad
de Madrid,
1966.
en testos
de la Eblia. Esta particularidad
la señala y examina con
detenimiento
Sánchez klda,
diciendo qt~e hay una premeditada
intencon términos
bíblicos,
las acciones
que tienen
ción de (describir,
semejanza con otras del pueblo escogido, definiendo que las influencias
Ileg-ar, al plagio, aunque éste pueda ser sano y disculpab!e.
De fuerte
sabor l)íl)lico son lo-; giros ZVXO’I~ flrcrtc,
fucdes mnms y otros muy
numerosos.
Para describir
la sepultura
de doña Urraca
se repite la
del rey de Judá, muerto por Jehú, coincidiendo
el párrafo 1 con e!
libro cuarto de los Reyes (9-28), y para la del conde Rodrigo Martinrz
se utiliza la del libro primero
de los Macabeos (9 y 19-21). Del mismo modo la narracijn
del regreso de las campafías y disolución
de
la hueste, se hace con palabras del Antiguo
Testamento.
La venganza por la muerte de Tello Fernández
se relata como la
muerte del hijo de Saúl. También es bíblico el léxico con que sc
descri?,e el movimiento
de tropas y Is muerte de magnates
en la
guerra, de los que se hace relación muy semejante a la de los reyevencidos por los israelitas.
Las luchas de David y Saúl sirven de
testo para un resumen de las de castellanos
con aragoneses.
Son palabras de Moisés las que utiliza el rey para su orderi a los
vecinos de Morón. Los discursos de Alfonso son plagios de la Biblia,
como muchas frases y discursos
de personajes,
recogidos
con aparente minuciosidad.
El latín en que la obra está escrita, es más culto
que e! de cualquier crónica coetjnea,
como corresponde
a su bíblico
carácter,
pero tiene para nosotros
el tnaprcciable
valor de acoger
pa!abr::s v expresiones
vulgares,
muy Útiles para estudiar aspectos
medievales.
lGto q”e Skhez
Belda apreciaba en la prosa de la crónica, vale
igual poa e! Poemn dc .4In?e1+0. Todo SLI estilo es bíblico-latinomitológico,
propio del lenguaje clásico que se utiliza y de la métrica
culta elegida. Va hemos visto la dictinción cutre 11110sy otros árabes.
vaiiéndose de llamarles en cada caso asgarenosQ ismaelitas,
moabitas,
asirios,. . Adoran :\ Baal y a los meses, anuncian
las espadas q~.!e han
de venir (15). «Pero inferiores en protecci6n dirina, Rnal no !CS groteje)). l-lay C~~IC
recordar que l!aal fuc 1111tiempo el nombre del verdadero Dios, para designar luego
al dios cananeo que alyím tiempo
adoptaron también los israelitas.
I-lay también un sentido bíblico del castiro llevado a cabo por el
angel exterminador : «TA cruel ira wkste descarEó so?>reéstos,), 1
hay eSpad;ls flamígeras eil cl campo.
E' \ más. -1 mismo autor ha dicho:
«&gí
la batalla de Almería porque entonces fue vencido ei pneblo
de 10s varones paganos».
Casi al final sc: repite Ia. afirmacion
de
fe frente al fracaso de los .dioses falsos:
«Y claman a Baal y Baal
permanece sordo a estos clamores, niega su auxilio porque no puede
darles ninguno».
En cambio, frente a ellos, otros términos
son cantos de oración,
«La
salmos de esperanza más o menos literales
del Testamento:
diestra del que trabaja espera los piadosos dones del Tonante y pide
el premio del guerrero en cada momento)) (15). En lo personal sigue
la misma línea. Quizá sea Pedro Alfonso
el ejemplo más claro. Sólo
a un monje puede ocurrírsele
ponderar así su belleza masculina:
(<bello
como Absalón, vigoroso como Sansón y con la sabiduría de Salomón,
en buenas enseñanzas,
fue nombrado
cónsul (conde) al regreso
de
la campana» (115). A veces, deriva hacia lo mitológico,
por fuerza
del clasicismo
latino, que le hace alternar
ésto con lo bíblico. Así
nos presenta al con’de Poncio, que manda la mesnada de los extremeños: «tenía la fuerza de Sansón, la espada de Gedeón, igual a Jonatás, preclaro como nave de Jesús». Tras lo bíblico, lo mitolóffico:
«Era jefe ,del pueblo como el fortísimo
Héctor, generoso y veraz como
el invencible Ayax. Cuando da consejo tiene la sabiduría de Salomón».
For todas partes asoma la pobreza imaginativa
del autor, que aplica a
los personajes la planti!la de sus modelos, siempre los mismos.
El análisis hermenéutico
y eurístico
de Angel Ferrari
encuentra
que Crónica y Poema son una típica muestra cluniacense,
y en ella
se manifiesta muy expreso el pensamiento
de Pedro de Poitiers con
sus ideas sobre los musulmanes
y la actitud combativa
o persuasiva
hacia ,ellos, así como los motivos antagónicos
del robustecimiento
de
la autoridad regia, por influjo del romanismo
renaciente,
junto a la
interpretación
,de las sublevaciones
como ejercicio de un derecho de
resistencia de origen germánico.
Así se apunta que al pensamiento
del autor le preocupan
algunos
problemas militares.
En cuanto a lo más concreto,
distingue
dentro,
de las rebeldías varias figuras
de delito militar muy definidas y caracterizadas:
la traición, los alzamientos
de lesa majestad,
la resistencia, las confabulaciones,
sediciones o banderías, el pillaje, snr!ueo!
devastación
y las reincidencias
en cualquier
caso. La escasa formación penalista del poeta hace que la definición de tales figuras no se
corresponda
con una calificación correcta de los delitos y sus circunst.ancias modificatiz~s
de responsabilidad,
ni con las penas e in,tultos,
poco rrniformes
entonces por ser de atribución
real.
Pero este aspecro de las sublevaciones
lleva al autor a entrar en
1111tema de ética hoy latente y entonces muy sencillo por la conexión
católica entre patria y reiigión -en pleno auge la teoría de itr, dos
rspados--que hacía de ambas un solo ente moral. La rebelión. traición y sedición,
eran en conjunto
formas
de in;fideZitas, >r para el
poeta la i~fido1iin.s ,de los súbditos en UII ateísmo. En cuanto a los
man-trcas,
la injusticia,
el desprecio de la ley, la ambición desmedi‘
da, el abuso del poder y el goce de él por sí mismo, no son sino
expresiones
de tiranía? es decir, otro ateísmo, del que se dan numerosos ejemp!os
entre los \z
wohernantes
despóticos
y crueles, y entre
los rebeldes y sediciosos.
Subraya que la gravedad de las sediciones
aumenta en hechos posteriores
que suelen derivar en desprecio de la
religicin. fuente de excomuniones.
El autor de la Crónica,
que es monje y poeta, con simplismo propio de ambas condiciones,
distingue
entre buenos y malos. Nos lo
explica en sus frecuentes
referencias
a Inglaterra
y Normandía,
donde hubo ,gobernantes
malos. muy semejantes
n Roboán, «hijos del
diablo con sus secuaces», y gobernantes
buenos, parecidos
a David,
que, como éste, jamás provocaron
luchas, o las moderan de tal modo
que si son entre cristianos,
no hay vencedores
ni vencidos y saben
poner fin n las guerras y a sus consecuencias,
siempre peores que ellas
mismas. Aquí el buen fraile se dejaba llevar más del deseo y la imaginación que del conocimiento
y de la historia.
IIa llamado Izi;ios del &~bAo a los malos gobernantes.
Sin duda
tiene presente a San Bernardo,
cuando condena las perturbaciones
de
la Iglesia? originadas
por los excesos de los legos y, sobre todo,
de los caballeros,
muchos de los cuales con sus soberbias y vanidosas escoltas, constituyen
la milifin
dioboli de este mundo. No nos extrafiemos luego del acento satánico que pone
en algunas sectas musuImanas.
El otro aspecto religioso-militar
estj en la esencia misma de la
guerra. Para el poeta, Alfonso
encarna la voluntad divina, aludiendo
a la sacralización
de la monarquía.
Aparte de ello, su carácter de
cruzado contra los musulmanes
es la idea madre de la Crónica. ,41fonso es un héroe de Dios y su conducta en la guerra es la propugnad:) por- los cluniacenses
desde la muerte de su abad Pedro el Venerable. J.a campaña de Almería,
donde culmina la obra del Empera-
dar, es la guerra de ltr i1-u cclcsie (v. 2Sj, y se justifica como gzherrn
las ofensas de los canant’os al
santa. porque con eila «se vengan
Dios de Israel». El móvil de Alfotlso
VII coincide con ello, pues
trata de conseg-uir el orden y la justicia por medio de la guerra y no
por una conversión casual.
l,o corrobora la primera instrucción que el Emperador dicta a
los alcaides toledanos : «Todo para vindicar a 1X05 y a su cristiana
ley». El ítnico móvil de la guerra, geog-ráfico y g-encral, es la justicia vengadora, para eliminar pelig-ros. estinguir piratas y ayudar a
los aliados, siempre contra almorávides, agarenos y sarracenos. bajo
el común denominador de su religión islámica. Junto a ello hay otra
notable distinción: Alfonso, antes de Almería, había conducido la
guerra según la recomendaci6n de la cruzada, pero contra los moros
en Almería fue el vengador divino. El poeta lo exalta en un giro de
ideas que hace cananeos a los piratas almerienses, aunque sean más
dignos de combatirse como tales piratas. Se centra el juicio al concretar que en Almería no se trata de simples «musulmanes incrédulos», sino de «malhechores infieles». El monje-cronista identifica el
«nido de piratas)) que es para él la ciudad mediterránea, con un refugic de cananitas, Y nos dice que a los moros almcrienscs les perdió el ser unos
monstruos de n\-aricia.
Providencialismo
en la victorin y es In durota.
El Poemn de Almerin tiene acendrado el sentido prov’d<ncialista
hasta límites muy superiores a los examinados en los cantares de
gesta castellanos. Es un cénit de exaltación, porque es también una
cumbre -la máxima y acaso única- de la guerra santa cristiana,
interpretada casi con liturgia relig-ioso-militar por un monje poeta.
Es también el tiempo áureo de Ia sacralización imperial. Por eso las
victorias cristianas se interpretan como fruto directo de la bondad
divina, y las derrotas como cnsfigo del cielo por los pecados de los
hombres, cosa que constituye como una obsesión en el cronista : «pecatlbus exigentibtw.
La intransigencia religiosa del autor se ensaíía contra Alfonso el
Batallador, a quien no perdona que saqueando iglesias tome como
botín las riqu.ezas del culto, y denuncia que en el campamento real
de Fraga estaban aún las reliquia,: robadas por el Batallador en Sahagtín. En la bata!la de Fraga tuvo el propésito de pasar a cuchillo
El POtW/a dt: AZVLet-í0 hubo de componerse
en un escritorio
semejante
a este de la torre
del monnsterio
de Tabara,
segiln la miniatura
de un beato de Las f-Tuelgss, de Burgos
(li’?rl),
hoy en la colecci0n
Pierpont
hlorgsn,
de Nueva York
El motivo
religioso
siríaco bizantino,
preside
siempre
la btlica
medieval.
Este nct-isto 1-einantc»,
de Fernando
1 (1035-1065),
inicia una serie de incomparables
hispanos.
del tema
cristos
a los nobles musulmanes
cautivos,
incltlso -1 las mujeres.
i’or eso,
pese n w manifiesta
piedad, consmtió
Dios que el rey aragonés
y
sus hombres
fuesen derrotados
poco después por agarenos y almorávides unidos,, y su muerte se tuvo como justo castigo de Dios a
sus crurldades,
ejemplo providencial
también para otros cronistas.
Xos recuerda el poeta la máxima de San Bernardo:
«La crueldad
impide el entendimiento
necesario para la unión cristiana de los cruzados». Desde cualquier punto de vista debían evitar los cristianos
hacer una guerra cruel. Observa
que la piedad humilde infunde no
sólo la fé, sino también el valor, y consigue la ayuda divina por conducto de. los arcángeles.
San Miguei fue el intermediario
de los toledanos cuando Alvar Eáñez defendió la ciudad por encargo de Alfonso VII, y Dios mismo exterminA a los enemigos con el hierro y
la muerte repentina,
siendo la causa justa, como en Guadalajara.
La
voluntad de Dios era precisa. y se probó claramente
en las derrotas
que los musulmanes
infligieron
a los cristianos,
confiados
muchas
veces en sí mismos y no en Dios, como los salmanticenses,
cuya
suerte cambió cuando hicieron
penitencia
y apiadándose
Dios de
sus pecados
les infundió ctsciencian et audaciam bellandi».
El tema de la piedad humilde cn la milicia es como uti motivo de
meditación
en &wwblo,
para el poeta de Almería, quien ahora explica que por ella consiguió
Munio Alfonso
su victoria
en Montiel.
Pero luego no tuvo misericordia
al mandar exponer en la torre más
alta las cabezas ,de los musulmanes
caídos en la batalla. El monjeautor interpreta
que con ello se constituía
en pecador público y no
podía ser ejecutor
de designios
divinos.
En castigo fue vencido y
muerto por los moros, que hicieron en su cadáver mutilaciones
y escarnios semejantes a los que antes infirió a sus víctimas.
Estamos
ante la más floja e infantil teología de la historia.
Las
acomodaticia<
razones del cronista-poeta
son rigurosamente
amañadas, interpretación
de resultado- > conocidos.
como un puro juego de
prejuicios
que se van adaptando según conviene a sus fines.
El Z’oen?n d’e AZmerin se inicia con una extraiía invocación
del
prefacio, que por su oscuridad
no se sabe bien ci va dirigida al Rey
Celestial o al Rey Alfonso VII? aunque puede asegararse
esto último
En ello se manifiesta ya una tendencia a la divinización del emperador,
si bien dentro de los justos límites que la ortodoxia
católica permite al poeta religioso.
El tono es admirable:
«Kcy piadoso, rey
fuerte, a quien espera eI último trance de la muerte, danos paz para
~ICC~IOS». ES
que cantemos con elocuencia y b<rrandeza tus admirables
casi una oración a quien se considera elevado sobre cualquier potestad
del resto de !os reyes.
El estilo eclesiástico del poeta,
Tampoco hay que extrañarlo.
j«nto al clasicismo de las estrofas latinas, predisponen a la exageración. Pero, por otra parte, la obra en si, crónica y poema, tratan
de ser, por encima de cualquier intención, una apologia de Alfonso VII
de Castilla, para ponerlo como ejemplo de monarcas y gobernantes
y su reino como modelo de países cristianos. Por encima de ello sblo
quedaría el hilo de que destaque siempre como verdadero cruzado en
la guerra de Espaíía con los mahometanos.
Por si ias generalizaciones no bastan, el poeta recurre a las comparaciones. En su tiempo y para mostrar su verdadero carácter imperial, nada mejor que parangonarlo con el prototipo de emperador
cristiano que en su tiempo se acepta, materializado en Carlomagno.
Entonces la primera estrofa del texto presenta a Alfonso VII como
jefe de todos los caudillos hispanos y francos, que por mar y tierra
buscan la guerra de los moros. Alfonso, con título de Emperador.,
continúa los hechos de Carlos, «al que corresponde equipararle» y así
se nos ofrece su paralelismo, sin manifestar preferencia por ninguno
de 10s dos sino hermanándolos en todo, como siempre que se asimilan
héroes hispanos y franceses, por precaución del autor: «Iguales fueron en linaje, muy semejantes en fuerza de armas, parecida fue la
gloria de las guerras que emprendieron ambos...»,
Luego, libre ya de los peligros de la comparación, pueden otorgarse sin regateos al Emperador las cualidades, virtudes y elogios.
Alfonso poseía sin límites y como gracia trascendente y providencial,
la cie?lcin 31 audacia bélicas, y nadie como él T-engó a Espafia dc los
musulmanes. Aquí el poeta enlaza una relacibn entre virtudes características de Alfonso, que parece forzada y poco lógica, pero todo
vale cuando de elogiar a su héroe se trata, pues con esta venganza
sobre los musulmanes razona que se debe a que «la misericordia
acompaña a la justicia y la piedad humildes». Estas características se
refieren indudablemente a Alfonso, pues se repiten en el poema y la
crónica.
La apología se centra en el providencialismo absoluto de que rodea
al Emperador, el cual encarnaha Za vokrnfad divina, ]lzsta el punto
.CL
I’E.I‘SAMlEXTO
MFLITAR
EN
LA
LITERA-K-RA
MEDIEV.\L
19
de que quienes guerrearon
contra él, su señor natural, fueron causa
de que los moros se mantuviesen
en tierra cristiana.
Pero entonces,
a quienes no quieren oir las órdenes de Alfonso
los castiga Dios a
ser vencidos por los moros, como lo exigian sus pecados. Ya está
una vez más, pero aquí con mayor extremismo
que nunca, la mezcla.
de lo di+-ino y lo humano, el concepto mezclado de pecado y delito,
como correspondía
a la época cumbre de la guerra divinal.
La guerra es una auténtica cruzada y Alfonso la dirige según esa
recomendación
de cruzada religiosa,
para lo cual distingue entre los
enemigos
SLI
posible disposición
para evolucionar
hacia el cristianismo. E! Emperador
aparece como aniquilador
implacable
de los
moros, pero dispuesto
también a comprenderlos
en cuanto haya en
ellos muestras
de perfección
y acercamiento
a los cristianos.
Por 10
mismo, contra los musulmanes
de Almería,
a quienes el poeta llama
piratas, cananeos y con los peores epítetos que tiene a mano para los
almohades,
fue el velzgndor
diz&zno de aquella ,guerra santa, en que
«la cruel ira celeste descargó sobre ellos» (e. 20).
Vienen al recuerdo todas aquellas consideraciones
de poetas árabes y cristianos,
anteriores
y posteriores,
donde se explica que si
Dios quisiera,
los hombres
se convertirían
por su inspiración,
pero
en caso contrario
no van a convertirse
por fuerza de las armas, No es
que el Emperador,
en la visión de su apologista,
se oponga a esta
doctrina,
que solo más tarde sería formulada
con plenitud,
pero
Alfonso no espera a que ésto se pueda producir si place a Dios, para
conseguir el orden y la justicia, trastornados
por los moros. Su dina-mismo le mueve a reestablecerlo
por la guerra y con la mixima violencia y rapidez posibles.
Acaso sea el Pocmn de A41nrerin el primero
en que se enumeran’
los males de la guerra con sentido detenimiento,
con crudo rea!ismo,
incluso con un tono compasivo
hacia el enemigo que los sufre, aspecto humanitario
en los guerreros
medievales,
muy digno de destacarse, no tanto por la elevación espiritual
que supone dentro de
aquella bárbara rudeza con que se luchaba, como por el contraste
con
el feroz desprecio que el enemigo inspira en otras páginas. Andújar,
sitiada por Alfonso,
es la primera en probnr Eos uinos del dolor. Cae
,su castillo y el cielo permanece
demanda de auxilio :
impasible
al clamor
de la ciudad
en
: Se pierden
Por espacio
de tres meses
se pierden
1~’ s mieses por doquier
igualmente
cuantas
cosas habían
sido olwnbradas
con trabajo.
Con las fuerzas
agotadas,
consumidas
todas ias vituallas
y cnt:.eg-ados
los rehenes,
buscan tratos
de paz, no pudiendo
ya vivir.
ello> mismos
y sus
propiedades
se entregan
al rey.
200.
Pero
la
guerra
tiene
alternativas
y
s1^s
msle~
io-
suiren
unos
Y
otros, la realidad de las calamidades, tantos años padecidas, no deja
de impresionar
al poeta y las canta, como un holocausto
que su pueblo está ofreciendo
al Dios que castiga con la guerra sus pecados.
A esta cruenta penitencia se disponen los cristianos,
no ofuscados
con sueSos de victoria, sino conscientes
del dolor y el peligro, superando la adversidad con fortaleza de ánimo, en una difícil conjunción
del duro realismo con !a voluntad de vencer y la esperanza cn Dios.
Ante la embajada de los francos, pidiendo la coalición del Emperador para una nueva campana, el hombre pacifico que hay dentro de
cada guerrero,
cede a su sentimiento
y se lamenta en uti desahogo
humano muy real.
345.
El más
las guerras
próximo,
llorando,
están mezcladas
habla así al compaiíc?o
con guerras
por todas
amigo:
partes)).
«Hasta
ahora,
Una vez más hay que recordar
al lector que los versos no tienen
tanto de texto taquigráfico
con valor de encuesta moderna, como de
esplayamiento
espiritual del monje poeta, muy sensible, aunque también muy conocedora
del alma de los demás por razón de su ministerio. Por eso hace que ios supuestos
conversadores,
explique’n las
razones ,de su desánimo :
850.
Los nuncios
son queridos
por el Emperador:
pero para nosotros
amargos,
los enemigos
están por todas partes en el camino,
y la larga ruta está sembrada para nosotros
de diversas
espinas : de comida
o de bebida
nada queda en las talegas,
por todas partes nos persigue
la belicosa
espada.
Hasta ahora es todo una expresión del cansancio de la guerra, de
lo que los psicólogos
llaman la fatiga del esfuerzo conhundo,
que
aquí sería combate continuado,
fatiga que en un momento de sobrecarga física intolerable puede convertir
al héroe en desertor.
Es, si
se mira bien, el mejor cuadro del alma de un guerrero
medieval, ro-
EL
PE~SAhíI5TCJ
%ILITAK
EN
L.4
LITEK.\TIJRA
MEDIEVAL
21
deado de guerras por todas partes y sin más horizonte que nuevas
guerras. Ahora, e! monje poeta, osadamente, da una paso más en ía
tristeza. í*os ilIZlle!i de la guerra aparecen con pesimismo enervante,
peligro-;o para la moral de quienes han de combatir, y hasta el móvil de la guerra religiosa se repliega ante la ambición del botín, que
no compensa el peligro :
.x5.
360.
Por U~L poco de oro caeremos
mujeres,
ciertamente,
agasajartan
do otros
posem
!os lechos.
Y ias
aves
de!
cielo
desgari-arán
en el campo
ai iii0 de !as espadas
a otros
maridos,
y 10s hijos Ilorarb
nuestras
y las
cuan-
carnes.
Está el buen autor en plena fantasía antihelicista. ?orquc al hombrc, guerrero 0 no, pero más al guerrero medieval, le trae con poco
cu:dado lo que hagan las aves con su cuerpo muerto. El buen fraiic poeta, se muestra también un tanto antifeminista, como hay muc!ios. acaso con rnzón. por aquello de sus hora: de paciente confesionario. Sólo bajo ese prejuicio puede presentar? y más en boca del
guerrero, a !os hijos Jiorando par su padre, mientras la viuda agaraja al primer pretendiente. Sí ; hay combatientes que se expresan así,
ahora mismo, en la guerra del Vietnam, pero son excepciones en-íermizas, en tiempos más propicios que las guerras de la Reconquista,
tiempos de libertad de la mujer y hasta de triunfo del feminismo en
sus m&s osagemdas
expresiones.
El sentido de guerra santa, destaca en el Poerm de AInzeria con
fuerza superior a la de ninguna de las obras comentadas. Lo mismo
en términos generales, que particularizando sobre el carácter de los
caudillos cristianos, se exalta y se alaba la sana, la crueldad y hasta
el gozo de herir iv de matar. I-lay \-crdadera rntisfacción belicosa. Frimero empleará el poeta las metáforas animalistas. comparando la lucha con Ja de 12s fieras y n la; víctimas co11 reses. F! resto del pueblo
de los moros es sactifimdo
pov 10s aspadas,
como borregos
(e. 20) y
(tes la muerl? oarn 105 toro53 (í%3’). Crece cl ritmo épico con elementos bíblicos, sin olvidar las expresiones zoológicas: «Como el lobo
persigue a ías ovejas, como la ola del mar estrecha 3 los leonesY asf
esta Juz aniquila a los huidos ismaelitas... Va por delante de la fla-
mígera espada» (SO). J,a luz y la espada ardicntc 110 SO11 a!lí más
que las enseñas y armas brillantes de las tropas del Emperador,
sin
elemento celestial alguno.
Entonces el amor a la guerra entra el1 el juego
poético
como
Segundo elemento y si el conde Ramiro de León «aventaja a SUS iguales cortando cabezas de reyes» (95~, por medio de él busca León fieras y crueles guerras (70), porque el conde no teme apurar las COpas ,de la muerte, sino qu-P la desprecia (ee. 70 a 10.5). Pero también
el extremeño
conde Poncio, olvidado de la mujer o del amor cuando lucha, desprecia los banquetes mientras haya combates,
goza más
cuando hiere con ia espada ; cuando blande la lanza, la mala raza se
prosterna
sin fuerzas. Nunca le pesa soportar
el ardor de la batalla (e. .17Oj, y antes que dejar de manejar la espada prefiere ser desterrado en tiempo de campana
(180). Y el conde Manrique
de Lara,
también gozaba con la guerra (310). Y los de Hita, que manda el
conde Martín,
despreciando
la guerra son audaces, gozan más con
la guerra que el amigo con el amigo (230). Así con esta expresión
musulmana se ensalza el amor a la guerra más lírico que real, pues
aun en un poema de la época hay que tener en cuenta que lo compone un monje y no un soldado.
Hay dos versos en contraposición
ideológica.
En uno, Alvar Fáííez, que llevó la muerte a muchos, «enfurece a los moros, porque
devoto. 20s odia» (e. 230). Sería interesante que el poeta explicase
en qué consiste ese odio nacido de la devoción y cómo los compagina cristianamente, aunque acaso con respuesta evasiva se calificase de odio sanjto el suyo. dejándonos más a oscuras que antes. De
todos modos. no se entiende mal que la devoción que inspira tal furor sea el fuego espiritual de aquella guerra santa a juicio del autor.
LO
que desentona es que los de Guillermo de Montpellier ((matarán
sin repugnancia a sus enemigos, luchando por el botín del oro)) (340).
Tal vez quiere mostrar con ello el contraste entre el móvil espiritual
de españoles y el interés material de los francos y genoveses, o Ia doble intención ,de todos, que no sólo del espíritu viven. Lo cierto es
que hay contraste palpable de motivaciones a ciento veinte versos
\de distancia.
Pero en este poema hay una atención especial a mostrar la crueldad en su más desnuda rudeza, y para cargar las tintas, se cita como
en ningún otro el cebarse en mujeres y niños el daño de la guerra,
Ya al iniciarse el poema se nos explica que el pueblo de los moros
se cons\lmib
pxa insistir
en g~fe~-x.~ que $20 pcî-dowvo~
n nifios 9zi (i G%s (e. PS),
2~ etrola
,segtlid;i que no SC salvaron ni los niííos que pu-
dieron hallarse, sobre los que se descargó la cruel ira celeste (20).
Vimos antes otros aspectos femeninos e infantiles, el olvido de la
mujer en la lucha, las viudas que también olvidarán al guerrero
muerto que sus huérfanos lloran. Ahora destaca el ardor guerrero
de los niiíos en relación con sus madres, que unas veces son freno
y otras impulso de SLI combatividad. Ante la predicación bélica de
los obispos, «los niños apenas podían ser retenidos por sus madres» (e, 35). E1 conde Fernando Joanes estuvo presente en tan larga campaña con generosa descendencia, pues la mujer que tomó pario m~~cl~os
hijos, los cuales siguieron fielmente los pasos de su padrc y hieren a los agarenos con la espada. Seguro está el padre que
mueve tales espadas (195). Y generalizando poéticamente la popularidad de aquella guerra, SC nos dice que nada hay más dulce que el
nombre de Almería, palabra que se oye durante siglos : «Es el cebo
de los jóvenes, florida dote de los viejos, guía de los pobres, piadosa
luz de los adolescentes» (40). Asi pasa el poeta de los niños y mujeres,
como tema de compasión, al del entusiasmo juvenil para una guerra
santa y popular. Acaso nadie como Pedro de Poitiers, de ser suyo
el
poema, cantó con tanto entusiasmo lklico una campaña.
Frente a moros y judíos, Alfonso el Emperador se nos presenta como vengador de Dios y de las leyes cristianas, con actitud
diversa segím se trate de agnrems
o ismmlitns,
como indistintamentc iiam;! cl autor a los moros españoles, de nsirios, nombre que da
a los almohades,
o bien de: ??zonbitas,
ámhes,
ahorúvides,
musulmanes de Africa, marroquíes, no de Arabia, como distingue cuidadosamente. Porque cuando no interesa la diferenciación, el cronista-poeta emplea el término de WOTOSo snrrnrenos, que por su sentido
religioso abarca a todos los wwsulnzunes. Tales diferencias tenían
SU origen en la distinción que comenzó a figurar en los escritos de las
Cruzadas.
La crónica nos hace ver que el Emperador nunca luchó en Toledo
con ~L~(LI*CWOS
solos, sino unidos con cllunorávides, los cuales al caer prisioneros reciben muerte, por considerárseles infieles a los dos y promo-
24
JOSÉ
MARiA
GÁKATE
CÓRDOBA
tores de rebeliones, mientras que los primeros, al ser capturados, solo
sufrían cautiverio. Porque los almorávides eran crueles y se denuncian
sus campasas marítimas para apresar mujeres y nirfos en tiempo de
Alimenón y llevaban a Africa a los guerreros cautivos para encuadrarlos en sus propias tropas. Si todos los sarracenos eran impíos, mucho más los almorávides, que habían infundido a 10s ag¿we?aosla crueldad en Ia guerra, consiguiéndolo de modo que ya eran iguales IUIOS y
otros.
El POPEA de A&erin, tal vez por su carácter poetice, TiCClltÚa mucho la odiosidad de los moros, marcando ya la etapa inicial en que la
fantasía desborda al realismo. Por primera vez se lee aquí tierra de
~H,OVOS
y de peste de IUOW~; el verso 319 repite la expresión del 8 : «la
pésima peste de los moros». Eran también Za wala TCIZCI.c C’onoccdores
de que habían de perecer, se posternan sin fuerzas)). Eran el purblo óárbar-u, «bárbara g-Zeus».Y la desfiguración fantástica de sus costumbres progresa, cuando aún dominan media España. Porque resulta
que adoran los meses, anuncian las espadas venideras, adoran a Baal y
Baal no los libera. Por eso son inferiores en proteccibn divina,
Baal no les proteje. Y luego una interpretación de la guerra como
juicio de Dios aI decir: «Su vida fue criminosa, puesto que fue vencido el pueblo de los varones paganow. Entonces se alza la voz grandiosa de resonancias bíblicas : ((De las guerras del Emperador quedó
como testigo la mala peste de los moros, a quienes no protegió la
movilidad del mar, ni su propia tierra, ni pueden ocultarse a la vista,
ni colgarse de las estrellas» (c. 5). ES la ruina decisiva de los almorávides, mnlrr wzwtr de 70s IVOTOS (v. 6).
hay sentido de perspectiva: lo que Dios castig;a ;on .V,U fasados delitos, y es para preguntarse si antes no les castigó y Ies ayudó
acaso Baal. Y un absurdo teológico en su expresión actual : «No conocieron a Dios, con razón perecieron». -\‘o quedo impune todo el
mal que habían hecho anteriormente.
NO
falsea t.ambién la conibatividad del enemigo. porque se ha
iniciado una etapa decadente para ellos. Se asegura que e! pueblo
musulmán se prosterna al aparecer frente a ellos íos símbolos de
León y aterrorizado no puede resistir en un campo reduciclo, y que
al alzar la voz Martín Fernández huyen los moros
aterrados. Luego,
el sentido triunfal toma acentos crueles al decir : «Superiores
en número, inferiores en protección divina, se consumieron en guerras, no perdonando a niños ni a niñas» (e. 15>! y «El resto del pueNOS
blo fue sacrificado
a manera de borrego.
Ni se salvaron los niiíos
la cruel ira celeste descargó
sobre
que pudieron
ser encontrados,
ellos», dando al castigo
ese sentido bíblico que campea con metáfora. y plagio constante en cada página del poema.
Sólo un destello amable brota por excepción
en la estrofa 206,
al presentar
la llegada al campo del conde Armengol:
«Como una
estrella relumbra
entre las mesnadas hermanas y es amado por suvecevzos y cristianos».
La crónica es más suave en sus dos partes anteriores
y crfrece muchas más facetas de concordia,
piedad, y relación amistosa cristiano-musulmana,
tal vez porque la prosa se obliga
más al verismo
que ios hexámetros
latinos.
No falta una alusión a los judios, diabolizados
también en el texto
de la Crónica, con una referencia muy curiosa. La referencia se encuentra cuando se nos precisa el lugar donde muere el obispo de BUrgGs
estando en el asedio de Córdoba, porque se encontraba
eB la iglesia
de San Juan Bautista,
«donde antes se alzaba la sinagoga
de Sata?z.ás» (201). Es la única manifestación
antisemita
de la Crónica, pero
como Cstas no abundaban en las epopeyas de la Cpoca, siendo el Mío
Cid una excepcióri, tiene la de .^ì!mería un carácter revelador.
Las metáforas
bélicas
del fragor
del combate
rebasan
todo
lo visto en los cantares y aun JO previsible
en el campo de la lírica,
a veces con inspiración
muy pobre, como en este caso de entrar
en acción los jinetes leoneses, a quienes por ley -según
dicele
correspondw
los primeros
combates.
las prinzeras heridas, dicho en
romance, el combate de vanguardia.
en términos actuales, porque son
la fuerza de choque, la legión,
en la mente del poeta :
65.
La
Ia
florida
manera
de
cahilrrín
león.
de la ciudad
dc León,
portando
enseñas.
irrumpe
a
un
Habíamos
visto temblar monte.< y valles al galopar
de Ferrkn
González y los Infantede Lara, según un
gestas francesas.
Ahora el estruendo
rebasa el teatro
para extenderse
por el mundo entero y es todo un pueblo
de los jinetes
cliché de las
de la guerra
el que se mi-
20
JOSÉ
litariza
armas,
GiRATE
C¿Il<DOB.+
calándose el yelmo, como una prefiguración
,de la nación
que será en nuestro siglo expresión popular:
El
40.
55.
MARi.
El
&rin
tañido
salva(lor
del
hierro,
:-esucn;c
uni<lo
por
aI
los
espacios
reiinchaï
de
en
del mundo.
!os
C;lballOS.
:lTi~llellall
IOS
111OlL
tes y secan las fuentes ijo:- doquier.
~1 pueblo
160.
está
en a;-~~~aa, ~JW,
todo
él permanece
con
eI yelmo.
Imposible
saber la relación que teu,CTI el ruido con el secarse las
fuentes, la metáfora se nos antoja aljsurda, pero hay quizá un motivo
que el poeta ha querido
naturalista, que da paso al aspecto bucólico
introducir entre la carga de los escuadrones y aún en el apacib!e pastar de los cai->allo~., causando
un perjuicio
a Ia verdura del campo :
85.
U el recio valor ocupa toda la tierra.
Se pacen !as hierbas
y las pajas se trili:l:l
.-ir1 iin.
rf,a hierba,
al ser pastada,
pierde
su florido
verdor
y el brillo
de la luna
se desvanece
por la espesura
el ['oiro.
El rey divisó una nube de polvo que envo!vía
toda la tiesa.
Como las estrellas
en el cielo, así brillan
mil saetas. mil escudos
refulgen.
Están las armas muy afiladas.
El resplandor
celeste queda empalidecido
con el fulgor
del hierro.
55.
240.
50.
60.
Ya
se ha
rebasado
el colosalismo
de
las gestas
hispanas,
por-
que el polvo y eI valor ocupan toda la tierra,. 30s recuerda el Poema las exageraciones
de la Clzansso~a de Rolnnd,
aunque aquí la fantasía se contiene, emparedada entre frases de realismo ibérico, propias del Mio Cid. El contraste da un tono peculiar a la creación
poética, una armonía particularmente atractiva al decir que están las armas muy afiladas tras destacar el brillo de mil saetas y escudos, ponderativa expresión que no es exagerada aunque !o parezca. I>IWScicrtameute no son muchos mil caballeros.
En la fantasía bélica del poema han jugado los términos del cie10
y de la tierra, con técnica un tanto castelarina. El juego de la égloga bélica, en la línea de la literatura pacifista, combina las escenas
sangrientas con observaciones en que las fuentes se secati, la paja
se trilla, la yerba pierde su verdor florido, el polvo cubre toda la tierra y oculta el brillo de la luna. Ahora, en la zona cosmolírica del
bélico relato, es el fulgor de las armas quien eclipsa al celeste brillando más que las estrellas. Completan el cuadro los efectos sonoros del clarín, el tañido de armas y el relincho de caballos, omitiendo el ruido de su g-alope para demostrarnos que Ia inspiración
no
se basa en las gestas, sino en patrones más cultos, mitológicos
JT b:blicos.
*La diestra del Señor obra maravillasa.
Aquí atraviesa el firmamento para guíar a sus fieles,
atentos a la voz divina. Miniatura
de un códice de 1109 en el British
Museum de Londres,
I
La dureza
de la guerra medieval está expresa en esta escena: ndespués de ia batallar
que ilustra un códice del siglo X.
También
nalmente
aquí la mano de Dios guía a los guerreros
angélicofi.
Miniatura
de- un códice del siglo
,cristianos,
con rostros
intencioXII en In Academia
de la llistoria.
Aún quedarán
los sonidos humanos? y será el idioma
no o la voz de Martín Fernández,
el seíior de Hita :
i3.í.
Su
245.
Cuando
lengua
resuend
se levanta
como
su voz,
trompa
huyen
con
tambor.
los
moros
castella-
atexados.
Luego serán los laudes personales, pregonando las dotes extraordinarias de los caudillos. Será Fernando Juanes, duque de Limia, a
quien se señrtla como distinguido en arte militar, nunca venciiio en
la guerra (e. Iíi.S), tras cuya
presentación sobria pasa el poeta a describir :
160.
: a: misAdor;de
volvía
el rostro
0 al lugar en que v-enía, a rodos aterraba
mo tiempo
caía sobre todos con su espada : en lurh:~ cuct-po :! cuerpo,
nadie
resiste en 1:~ silla el bote de su lanza.
190.
Con frecuencia
Estos nauclzos,
no
19*5.
pues
todos
venció
I los musu;manes
en feroces
dudó en atacarlos
con unos pocos.
cuantos
conocen
quien
PS. huyen
guerras
y,
siclldo
de Fernando.
La norma es casi general para todos los caudillos. aunque el poeta tiene sus preferencias. Quízá la mayor, después del héroe del Foema, que es Alfonso VII, esté hacia Alvar Fáñez. Es todo un canto
especial el que dedica al señor de Guadalajara, una loa, completa y
redonda, más o menos traducible así : CC
He aqui que viene Alvaro, el
hijo del poderoso Rodrigo, quien llevó a la muerte a muchos. Alvaro es conocido por todos, y no menos por sus enemigos. Fue
&tíznr de p~oóidnd para los limpios, urbe de bondad». Se ha iniciado ya la letanía de Alvaro de un tono ,directamente religioso, con
atributos dc premio y castigo, que sugieren facultades divinas. Fue
alcázar y urbe de bondad, y por el camino de la fácil metáfora, «sometió ;I los pueblos musulmanes, cuyas ciudades y castillos; no pudieron resistirle». :%hora sabemos por qué le llamó aquéllo, mas si quedase duda, lo confirma la repetición de la figura de un verso final :
((Quebrantaba a los fuertes,
así apretaba aquel esforzado». So cahe
duda de que el poeta es aficionado al juego de palabras, sin grandes
complicaciones (ee. 200-210).
Aprovecha las alaljanzas dedicadas a Alvar Fáñez para aplicarlas
a Roldán ; quizá en ésto se descubre su francofilia o su afrancesa-
miento, porque une a ambos al llegar a un momento de SLI poema:
«Si Alvaro
hubiera vivido en tiempo de Roldán, serin cl tcficero,
después de Ontiveros.
La raza de los agarenos habría esrado bajo
el yugo de los francos y los compañeros
amados no yacerían vencidos por la muerte». Luego, para el epitafio final, vuelve a contemplar solo a Alvar Fáñez :
215.
225.
230.
Bajo el cielo sereno
no existió
mejor
ianza.
j Oh Alvaro
! : ¡Los jóvenes
te lloran
y adoxan
que bien educaste
y a quienes,
benigno,
diste armas.
Favoreciste
a los pobres,
en el combate
fortaleciste
con
sus
a los
Kgrimas.
10s
grandes.
Casi como un pretexto para valorar la g-randeza de r1lx-az Fáñez,
entra el Cid, de su mano, en el poema. La cita es valiosa, pues demuestra ser conocido entonces el cantar del Cid y aiiade esta comSería interesante
averiguar
qué
paración entre ambos personajes.
lugar ocupa el Campeador
en la escala heroica del poeta, ya que
Fáfiez es segundo ante el Cid y tercero ante Roldán. En la entrada del Cid resalta su modestia tanto como la gloria de Alvar Fáíkz:
220.
El mismo
Rodrigo.
hacía a sí mismo menor
conocido
en gloria.
por
Mio
Cid,
ensalzaba
a Alvaro
y
se
Tras ello, el poeta nos da las pinceladas de una semblanza breve
de Rodrigo
Díaz, apreciable
porque su ponderación
es comparativa por opinión
o enfrentamiento
con gentes
muy variadas:
«De RIío Cid se canta que nunca fue vencido por los enemigos,
es el que dominó
a los moros y también a nuestros
condes catalanes. Valencia lloró la muerte del amigo Rodrigo,
y no pudo el
siervo de Cristo retenerla
por más tiempo». Así queda el Ci,d cn
relación con moros,
catalanes, valencianos,
en seis versos escasos
de las estrofas
220 y 225. La atención del poeta a los hechos del
héroe está perfectamente
sintetizada.
El poeta de Almería presenta aquella lucha como guerra santa,
porque con ella se vengan las ofensas perpetradas
por los cananeos
al Rey de Israel. Una justificación
dema&do
oportunista,
que podría resultar
hasta graciosa
si no fuese sangrienta.
Pero el ambiente es del más acentuado belicismo religioso,
porque allí están
los obispos! no 610 dedicados a un ministerio,
como luego el de Las
Navas, sino armados,
como don Jerónimo
en las campañas del Cid.
En un recuento superficial,
encontramos
en la batalla de Fraga tres
obispos llamados Arna!do : el de Huesca,
el de Astorga
y don Arnaldo Dot, de Jaca ; además el de San Vicente ‘de Rodas, don Pedro Guillén, el dz Lesear,
don Guido, que caerá prisionero,
y los
obispos Durando,
de San Victorián;
Gastón, de Bearne, y Centol.
de Higorra.
Cna wz más, los obispos predican la guerra santa con promesas
ciertas de salvación para los cristianos que participen en ella. La guerra divina llega a su cenit. Pero además, la visión del obispo armado no es sólo metafórica ; las dos Iglesias
de la España de entonces -leonesa
y toledana-,
manifiestan
unánimes su poder con las
dos espadas de que luego hablará el Rey Sabio, elevando la retórica 2” principio:
«Todos los obispos de León y Toledo, habiendo desenvainado
ln espndit divina 31 IU corporal, ruegan a los mayores
c incitan a los jóvenes para que vengan
fuertes y seguros a las
batallas».
:2espués se mezcla lo divino y 10 humano, aún en las absoluciones
y promesas
episcopales : «Perdonan
los pecados, elevan sus voces
:i
!os cielos,
prometen
a todos
la merced
de las dos vidas,
D@CW prewios
de plata y, con !a victoria,
prometen
una vez más
cuanto oro tienen los wws&zanes».
Este texto no es sino traducción literal de la estrofa
25 del Yoerna de Aheha,
que termina
mostrándonos
la eficacia de la arenga:
«Tal fue el clamor de los
obispos
y su piadoso
ardor,
ya prometiendo,
ya alzando la voz
materialmente,
que los niños apenas podían ser retenidos
por sus
madres».
La misión de sostener
la moral de las tropas, que los obispos
hacen suya, se hace crítica al final del Poema (e, 360 y 55), cuando
los cristianos,
vencedores
en !as batallas previas a la de Almería
-que el inacabado poema no alcanza-,
reciben los pavorosos
augurios de los francos,
que ponen pavor en las huestes. Entonces
toman
1-1 palabra los obispos guefrfroL:
y les animan con su arengasermbn,
destacando
sobre todo el de Oviedo:
cEntre los obispos
que estaban presentes!
el asturicense
-cuya
inaudita
espada relumbraTiendo bsto, conforta
de palabra a las mesnadas,
más que
sus iguales, arenga a la tropa, ya totalmente
desfallecida.
Con la
mano derecha y con auxilio de la voz, consigue
un gran silencio
30
JOSÉ
MARí.4
GziRATL.
CÓRDOBA
y dice: «Cante en lo alto la gloria de los cielos, la paz sea en la
tierra al pueblo que sirve al Señor. Ahora es necesario que cada uno
se confiese bien y cumplidamente,
y sepa que están abiertas fas dulces puertas
del Paraíso».
Nunca más volverán a aparecer los obispos en campaña con ta1
belicosidad,
entusiasmando
hasta a los niños para la guerra santa,
desenvainando
refulgurantes
espadas, metiéndose
con ellas en pelea, animando juntamente a confesar, a confiar que Dios dará a los
héroes la gloria, su rey la plata, y el enemigo su botín con las más
ricas alhajas engastadas en oro.
El Poema de Ahzería~, un paso más que el del Cid en inflación
religiosa,
en triunfalismo
cristiano,
tiene aún gran número de ~17s
estímulos,
como éste de la ganancia, ahora en boca de los obispos,
más bien en la pluma del cluniacense y belicoso poeta, que así los
imagina aunque no fueran.
APORTACION
h
LA HISTORIA
DON MIGUEL
DEL
DIAZ
GUERRILLERO
por NICOLAS HOR’TA ROD.2IGUEZ
Teniente Coronel de Artillería
Doctor en Derecho
1.
L)íAZ
V
EL
AUTOR
Don A’tiguel Díaz, «capitátl
comandante que fue del Escuadrón
Franco, de Fernando VII», recibía en el mes de julio de 1815 un
escrito en el que, tras un sello de la Capitanía General de Castilla
la Nueva, pudo leer: «EJ. Excmo. Seiior Ministro de la Guerra,
con fecha 3 del actual, me comunica lo siguiente: Sr. - EI
Rey N. S., enterado de la nueva instancia que puso en sus reales
manos el día 1’7 de junio próximo pasado. Dn. Miguel Díaz, capitán de Caballería retirado, reiterando su solicitud de grado de
teniente coronel y la mitad del sueldo de capitán, no ha tenido a
bien S. M. acceder a esta pretensión, mandando al mismo tiempo
que V. E. haga entender a dicho oficial el desagrado de S. M. por
sus importunas reclamaciones, pues ya tiene S. M. resuelto en justicia...».
El documento copiado forma parte de un manuscrito que la
suerte puso en manos del autor de este trabajo. Manuscrito que había sido memorial con esta portada : «Documentos que presenta
a V. M. el capitán Dn. Miguel Díaz, en los que se acreditan los distinguidos méritos y servicios que contrajo en la pasada guerra, y
el donativo que hizo voluntariamente a la Hacienda Nacion’al de
77.750 reales de vellón procedentes de una presa hecha a los enemigos en el aíío de 810, según, lo refiere el número cinco)). Memorial
sin fortuna, que yo quisiera ahora convertir en homenaje a aquel
hermano de armas que, contra toda razonable esperanza, luchó,
para triunfar
al fin sobre los invasores
de nuestra patria. -41 frente de su partida puso el nombre de su Rey, del Rey que ahora Ie
manda’ba callar y que, mientras Díaz y !OS SUYOS
ofrecían SU vida
a España, felicitaba a Napoleón por SLIs ((victorias
españOia9).
La tarea del autor de este artículo
se reduce a ordenar y reiacionar los hechos que :el manuscrito
relata, así como hacer las
anotaciones
y comlentarjos
imprescindibles
para SU ~LI+ZII entendimiento.
Don :vliguel Díaz no es, desde luego, un guerrillero
legendario :
un Mina, un Empecinado,
un ;\iTerino... ?LI nombre es simplemente
citado como «uno de los guerrilleros
de La %fancha». Así. Príncipe
(Bibliografía,
1, pág. 466) y Gaffarell
(Bibl. 2, pág. 138). Rodríguez Solís (Bibl. s), en su conocida obra, acaso no estimada en 10
obligado en toda investigación
sobre guc-rrilieque vale, arranque
ros, relata algunos de SUS hechos de armas y, por su coincidencia
con el manuscrito
que anotamos, viene a confirmar
una vez más SU
crédito. Gómez de Arteche
(Bibl. 4j, sin embargo,
ni siquiera le
cita. En el Archivo
Central Militar no se encuentra tampoco nada
relacionado
con él. Creemos,
por tanto, que hasta ahora, la única
fuente de importancia
es el manuscrito
del que queremos dar cuenta, alguno de cuyos documentos
fueron ya publicados
en esta Revista (Bibl. 5).
No es posible construir
una biografía
de nuestro guerrillero
con
datos del manuscrito.
No sabemos
siquiera cuándo y dónde
nacio. Estuvo
de algún modo vinculado a Elche de la Sierra (Albacete), acaso por la familia de su mujer, acaso por el mismo. Desconocemos,
incluso, su segundo apellido que ni él ni sus corre.+
ponsales citan nunca, siguiendo
una costumbre
bastante común en
Ia época. Pero, 10 que es más importante
desde el punto de vis::a
histórico,
el manuscrito
ITOS
permite dibujar con suficiente
precisión, las características
de la guerrilla
«Escuadrón
Volante de E;ernando VII)) : en su organización,
en su actuación frente a los invasores,
en su labor de policia y avituallamiento,
en su relación
con 10s mandos del ejército re@ar
y en otra serie de rasgos, todos importantes
para contribuir
a la reconstrucción
histórica
de
aquel importantísimo
fenómeno
social que fue la guerrilla
española.
10s
HISTORIA
II.
DEL
RESUMEX
GUERRILLERO
cRowotócIco
Año
? febrero.--Miajadas
DON)
MIGUEL
DEI,
DÍAZ
33
MAXJSCRITO
1810
(C~Ecercs,l.
Intercepta correspondencia al enemigo y hace prisioneros. Le
toma siete caballos
que quedan al servicio de la partida. Se le encomiendan misiones de informaci5n. (Documento 1. Los documentos, todos en poder del autor, se reproducen al final del trabajo
en apéndice, y se transcriben con la ortografía actual. modificando
incluso la puntuación cuando es preciso p?ra el recto sentido de su
texto).
10 mmrm.-Abenójw
(Ciudad
Real).
Detiene don Miguei Díaz a l’edro 3intonio Ruiz de Castañeda,
recaudador de tributos al servicio de los franceses, comisionado para
diversas exacciones destinadas a las tropas invasoras, que debía
realizar en Ahenbjar, Ciudad ‘Real, Almagro y l’orralba de Calatrava. El detenido se fuga en Saceruela. cuando es conducido por
orden de Díaz, custodiado por ocho paisanos, a presencia del coronel don Mateo Vélez de Guevara, comisionado a estos efectos
por el Marqués de la Romana y la Junta de Badajoz.
En la tarde del 10 se dirige con su partida (integrada en ese momento por cuarenta hombres), desde Abenójar a Almodóvar
dei
Campo, importante ciudad, a la sazón con más de 10.000 hbitantes, divididos en banderías por encontrarse bajo el dominio de los
invasores. Se apodera Díaz en Almodóvar de los efectos de la Administración de Rentas, y toma el dinero, municiones («plomos»). tabaco, barajas, papel sellado, etc., todo almacenado allí por los enemigos. Regresa el 11 a Abenójar y reparte equitativamente el botín
entre los suyos. En ese momento le dan la noticia de la fuga de
Castafíeda (referencia anterior) y, luego de informarse de los pormenores, procede al secuestro de los bienes del huido y de los per-
34
NICOLtiS
HORTA
RODRÍGUEZ
tenecientes
a las personas
que componían
la escolta,
todo ello a
resultas de la causa que se les seguirá, según el parte que da a la
a quien encomienda
la detención de
«Real Justicia))
de Abenójar,
los presuntos
culpables.
18 mamo .-Almodóva~
del Cnnapo.
Se hace inventario
de las numerosas
alhajas de oro y plata y
objetos destinados
al culto de la iglesia parroquial
de Almodóvar
del Campo y de las ermitas de su término
(Santa Brígida,
Santo
Cristo de la Columna, San Benito, San Miguel, San José, Nuestra
Señora de la Cabeza, San Antonio Abad y «El Venerable)))
y Convento de Carmelitas
Descalzos
(suprimifdo
por el Gobierno
fian.
cés). Una vez separadas del total las estrictamente
necesarias para
el culto? que también se relacionan,
firman el inventario
don 1 uis
Bote (con seguridad,
el Párroco)
y nuestro guerrillero.
Se trataba de poner esas riquezas a salvo de la «rapacidad francesa)), dada la acreditada persel-erancia
de los invasores
en esta tarea
de coleccionar
objetos de valor. A tal fin, Díaz las hace conducir
por un sacerdote (tal vez el mismo párroco),
al coronel don Mateo,
Vélez de Guevara,
representante
de la Junta de Badajoz,
pero al
estar ausente en comisión
de servicio,
se hace cargo de ellas en
Agudo (Ciudad Real) don Isidoro Mir (l.), otro guerrillero,
quien
da recibo al que se las entrega.
Al mismo tiempo, Mir se hace cargo de un alcalde, un alguacil
y un cabo de renta d,e Almodóvar
del Campo, que Díaz detuvo por
((delito de infidencia» y felicita a Díaz por su actuación.
F’one Díaz reinte hombres,
montados
y armados,
al servicio
dela Comisión
(delegada de la Junta de Badajoz)
para la «provincia
de la Mancha». La Comisión
se lo agradece y promete ponerlo en
conocimiento
del Marqués de la Romana.
-(1) ESCRJBA?~O.
que ya en 1809 mandaba
la guerrilla
titulada
<rCazadores
de
Africa)).
Por sus méritos
en la batalla
de Almona.cid
(ll de agosto
de 1809) la Junta Suwema
le otore
el Real despacho
de comandante
de su partida
<cen clase
del co:-onel
del ejército*.
EISTORIA
26 marzo.--(Lugar
DEL
GUERRILLERO
DON
MIGUEL
35
DíAZ
sila concretar).
La Comisión
(delegada
de la Junta de Badajoz)
para 1s «provincia de la Mancha», encomienda
a Díaz un servicio reservado
y
le extiende para ello el correspondiente
pasaporte (Doc. 2). (El documento está sin firma y parece una copia hecha posteriormente).
Sí marzo.---Carrión
Real).
de
Cnlntmm
(inmediaciones
de)
(Ciuda$
Díaz ataca a treinta y dos infantes enemigos que escoltaban, desde Daimiel a Ciudad Real, un carro con cuatro barriles de cartuchos. Se apodera del carro y las municiones, mata a dos enemigos en combate (sin bajas propias) y se le entregan los treinta restantes, a los que degüella y, tras cortarles las orejas, les arroja al
río Guadiana. Tomaba así Diaz represalias por la análoga muerte
de un sargento de su partida a quienes los franceses sorprendieron
dormido, y, al mismmo tiempo se desembarazaba de unos prisioneros que originaban a la pequeiia partida un grave conflicto, puesto que nuestros guerrilleros se movían en terreno ocupado por el
enemigo. Isidoro Mir, tachado de cruel como tantos otros guerrilleros, califica la acción de «brillante» y «gloriosa)), pero le ordena abstenerse «en lo sucesivo de hacer lo mismo con los enemigos que aprehenda» (Docs. 3, & y 6).
Díaz pone a disposición del coronel don Mateo Vklez de Guevara,
como representante del Marqués de la Romana, 30 hombres montados.
y armados.
Isidoro Mir califica sus servicios de c(recomendables)), y esta acción de «generosa», y promete ponerla en conocimiento del Marqués de la Romana.
1.j abril.---Villnwubin
dc los Ojos (Cizldnd KealQ.
Díaz, con su guerrilla de «ochenta lanceros y veinte infantes»,
apresa a un Ayudante General de la Guardia Imperial de José 1 y
a un correo francés con correspondencia de Madrid y Farís (para
56
NCOLÁS
HORTA
RODRÍGUEZ
Sevilla) de «dos y seis arrobas de peso respectivamente»,
en la que
se incluían órdenes para reconocimientos
en Extremadura.
EMrega los prisioneros
y la correspondencia
el 25 del mismo mes en Alicante al general Freire,
al no poder hacerlo a sus superiores
en
La Mancha por impedirlo el enemigo, ni a dicho general en Murcia por la aproximación
de fuerzas enemigas a las órdenes de Sebastiani.
El mismo día 14 toma al enemigo dos mil cabezas de ganado
lanar (Docs. 5, 6, 7, y 9).
Díaz ejecuta en la zona misiones de información
y remite las nomal-nnientos
del
enemigo,
al geticias adquiridas
sobre situación y
neral Freire en Elche.
iie!íido encuentro
de la partida de Díaz con un destacamento
francés de 130 hombres, que duró desde las siete de la mañana a las
siete de la tarde. Díaz persigue a los enemigos hasta cerca de Puerto
Lápiche (Doc. 10).
1.5 ó 16 41l~nyo.-Y?ierto
Lópi&.
Díaz y su partida sostienen un reñido encuentro con el enemigo,
éste integrado
por ochenta hombres, total de la fuerza francesa que
se dirigía
de Consuegra
a Villarrubia
de los Ojos.
Bajas francesa:;: 52 muertos (incluido el jefe) y 28 prisioneros
(heridos 22 de
éstos).
Los prisioneros
son conducidos
a la cárcel de Campo de
Criptana
(ver, en contraste,
referencia
del 31 marzo,
Currión
de
Calatrava).
Bajas propias : 2 hombres
muertos
y 7 heridos,
más
tres caballos muertos y ocho heridos. La partida queda «bastante
fatigada y con precisión de algún descanso».
5 hecho llega a noticias del general Blake, y el general Bassecourt
(que manda en Cuenca), inserta en una orden o boletín
impresos
el relato del suceso, con elogios de los servicios
de Díaz.
El coronel
Osorio
le felicita también por esta acción, seña-
HISTORIA
DEL
GUERRILLERO
DOK]
MItiUEL
37
DÍAZ
lando el «denuedo,
bizarría
y distinguido
arrojo»
del guerrillero
(Esta acción se confirma en Bibl. 3, cuaderno X, tomo 1, pág. 34).
Díaz se traslada ((con su corta partida» a Socuéllamos,
a esperar
ordenes del coronel Osorio,
quien le dice se encontrará
en Alcázar
de San Juan, ((si no hubiese ocurrencia
que lo impida». El geney hace «el más distinral se complace en ia oferta del guerrillero
guido aprecio de ella» (a continuación
le felicita, según se indica
en la referencia
15 ó 16 mayo, Puerto Lápiche).
Con fecha 2.3 de mayo el coronel Osorio -que
parece ha buscado en San Clemente,
Cuenca, posición
más segura
contra una
fuerza enemiga que atacó la partida de ctFrancisquete»
(2) haciéndola ((ceder y retirarse»-,
ordena a Díaz dirigirse
inmediatamente
a
la «retaguardia
de los enemigos»
para sorprenderles..
(Docs.
ll
y 12).
El general Eassecourt,
desde Cuenca, envía a Díaz (en Villarrobledo) un pasaporte
(con vistas a actuar en aquella provincia)
«de1
que podrá usar (le dice) luego que los enemigos cesen de amagar
los pueblos de esas cercanías».
Al mismo tiempo le manda LII~OS «impresos para que vea el mérito que he hecho de su persona y servicios», y añade: «hablaremos
de lo que puede hacerse con las fuerzas de Vinci. y demás medios de defensa que yo pueda proporcionarle».
La Junta de San Clemente pone a Díaz en antecedentes
de los
apuros
de Francisco
Sánchez
«Francisquete)),
que se encuentra en Las Pedroñeras
(Cuenca),
sin el auxilio de 400 dragones
que
le ha negado el coronel Osorio ; al mismo tiempo le da noticias
precisas sobre la situación propia y enemiga en la zona El PedernosoMota del Cuervo. Y añade : ctes mucho el cariño que ha inspirado
(2)
tras
FRANCISCO
%KHE~,
natural
de
Camuñas
el tormento y asesinato
de su hermano
por
de los más valerosos
guerrilleros
de La Mancha.
(Toledo).
los
franceses,
oïgraniz6 ura partida,
J llegó
a ser
uno
38
NICOLiS
HORTA
RODRÍGUEZ
Vm. a toda la Junta, que así quiere darle pruebas de él», prometiéndole que con puntualidad le comunicará
la Junta «cuanto entienda y
pueda conducir al acierto de sus operaciones».
28 mayo.-Cuenca
transmitida
por
la Junta de
Orden
del general Bassecourt,
San Clemente y dirigida
conjuntamente
a Díaz y a «Francisquete», para que todas las partidas
de La Mancha que no sean indispensabl,es
en la itarea de «cu’brir y observar
los movimientos
según indel enemigo», se dirijan a Cuenca, dado que el enemigo,
formación
facilitada
a Bassecourt
por Villacampa
(3), está en las
proximidades
de Cañete (Cuenca) y se ve precisado
el informante
a retirarse.
por e! estndo de sus fuerzas y por la superioridad
del
enemigo, a Cuenca.
1 junio.-Cuenca.
Instrucciones
que el general Bassecourt
dirige a Díaz sobre trato a desertores
del ejército francés, para que los guerrilleros
c(!es
protejan,
ayuden y auxilien»
hasta pres’entárselos
‘~1 general en
Cuenca. (Doc. 13).
1 y 3 junio.-Ente-c
Real).
Santa
Cruz
de Mudela
y Yaldepeñns
(Ciudad
En estas fechas hay unos hechos de armas, sin concretar,
a los
que se refiere
una nota marginal
del documento
(probablemente
autógrafa
del capellán de la guerrilla de Díaz) y de la que se deduce que cinco caballos resultaron
heridos.
Anterior
y próximo
a 6 junio.--No
se concreta
Zzqar.
La Junta de San Clemente felicita a Díaz y le da «un millón de
«por el celo y actividad con que se ha prestado
al brigracias»,
(3) D. PEDRO
VILLACAMPA,
para ponerse
al frente
de las
de Teruel
a los franceses.
brigadier.
fue
fuerzas
militares
enviado
por Blake
y dc Zas pwrrillas.
a Aragón
En
en 1.800
1810 expulsó
IIISTORIA
DISL
GUERRILLERO
DON,
XIIC.LXL
39
Di.42
llante servicio...» (que no se determinaj. I’or la fecha, puede tratarse del recogido bajo la de 1 y 3 de junio.
6 y 7 de junio.-
Fuentidueña
de Tajo
(Mndrid),
Ante el ataque a Tarascón (Cuenca) de dos columnas enemigas,
cada una de mil quinientos hombres, ordena el general Bassecourt
por intermedio de la Junta de San Clemente, buscar a «los partidarios D. Francisco Sánchez, D. Miguel Diaz y D. Eugenio Velasco)) (todos ellos actuando por las proGmidxdes de Campo de
Criptana), para que reunidos o separados «amag-ueli y ataquen la
retaguardia enemiga por Saelices, Uclés y demás caminos que tengan por conveniente», así como para que procuren «a cualquier
costa inutilizar las barcas de Fuentidueña (paso del Tajo) y sus
inmediatas, para impedirles (a los enemigos) su retirada y comunicación con Madrid, ejecutándolo todo con la celeridad y el valor
que tienen tan acreditados».
Don Miguel Díaz obliga en El Pedernoso a Manuel Molina,
segundo comandante de la partida de Velasco (4). que no quería
actuar por estar ausente su jefe, a acompa5arle en la misión de
inutilizar las barcas de Fuentidueña. (Docs. 14 y 13).
1.3 jurlio.--Itilltn?lni-
de la
!)T*dcn
(Toledo
ì.
Al mismo tiempo que informa la Junta de San Clemente a Díaz
de que el general Bassecourt envía «a marchas forzadas una fuerte
columna sobre Villarrobledo, Tomelloso, Pedroñeras, Mota del Cuervo y demás (lugares) de derecha e izquierda del camino real de Madrid» para auxiliar al Ejército del Centro, ordena a las guerrillas
de La Mancha y expresamente a Díaz, en nombre del general,
«que impida con sus valientes movimientos y disposiciones la reunión de los enemigos existentes en Quintanar de la Orden con
los de Tarancón y sus cercanías».
En el mismo escrito, la Junta da a Díaz ((expresivas gracias por
las noticias que ha comunicado y por el celo y eficacia de sus operaciones».
(4)
ron
parece
EUGENIO
numerosas
ser
VEL.~SCO
dificultades
que
en
ningún
ee
uno
al
momento
de
los
mando
guerrilleros
militar
estuvo
de
y
a
crepuiarizadau.
otros
L.a
Mancha
guerrilleros.
que
ocasiona-
Su
partida
40
MCOLÁS
25 junio.-Belmonte
(Madrid).
(Cuenca),
HORTA
RODRÍGUEZ
Estretneya
y Fue&iduei?a
de Tajo
La Junta de San Clemente informa a Díaz que «se ha retirado
hacia La Mancha Baja la columna francesa que había en Quintanar de la Orden». Ello parece dar fe del éxito de las misiones enque iban encaminadas
a que
comendadas
el 13 a los guerrilleros,
tal columna no se uniera a la de Tarancón.
La información
añade
que «Francisquete»
la sigue en observación,
esperando
una oporestima que, sin
tunidad para atacarla, pero el general Bassecourt
abandonar totalmente
esa «observación»,
es más importante
enviar
a retaguardia
de Tarancón cien caballos, que «uniéndolos
a las partidas de Díaz y demás que andan hacia Belmonte,
incomoden
al
enemigo y procuren
cortarie
sus comunicaciones
con las barcas de
Estremera
y Fuentidueña,
y con Aranjuez
y Ocaña».
El general
Bassecourt
desea que se le informe cuándo va a ejecutarse
lo anterior, «para <distraerlos (a los enemig-os) por otro lado...».
A esta intentada acción conjunta de las partidas de La Mancha
no responden
todas de buen grado, pero sí la de Díaz, que mantendrá sus buenas relaciones con la Junta y el mando militar.
Anterior
y próximo
Valdepeñas.
a 27 jzmio.-Entre
Snnta
Cruz
de Mude10
y
((Bizarra acción», sin concretar,
de la partida de Díaz. El general Freire (desde Elche), le apremia para que conteste a un oficio
que le envió sobre propuesta
de recompensas
a los individuos
de
la guerrilla.
La Junta de San Clemente se refiere también a esta acción anterior al 27 y expresa su complacencia
y gratitud
«por las brillantes acciones de V. y de su valerosa y ordenada partida)). (Documentos 16 y 18).
2 fado.--Sa,nta
Cruz de Mudela.
Díaz desafía a espada aI comandante
que no acepta el reto. El general Freire
(Doc. 1.7).
francés de Santa Cruz,
elogia el valor de Díaz
HISTORIA
3 julio.-Entre
Santa
DEL
GUERRILLERO
C-ruu de Mudeln
DON
MIGUEL
DÍAZ
42
y Yaldepek.
La guerrilla
de Díaz tiene un encuentro
con el enemigo, al que
causa (sin bajas propias),
dieciséis muertos
y varios heridos, además de tomarles
la correspondencia
que conducían,
la cual remite
al Cuartel General de Freire en Elche. El general expresa su satisfacción
«por el entusiasmo
con que se portaron
en la acción»,
en un oficio que dirige a Díaz a Torrenueva,
al S. del Puerto del
Carrascal,
éste seguramente
el lugar concreto
de la acción (Documento 17).
? julio.--Lugar
si92 con.weiar,
pero
ciones del Puerto del Carmscal.
posibleme+ate
en las innaedia-
Ataca Díaz con sus hombres un convoy enemigo compuesto
de 14
carros «de cuatro mulas», que transportaban
tabaco de Virginia
y
que iban custodiados
por 50 «dragones».
T,es causa 15 muertos,
tomándoles cinco prisioneros
y huyendo el resto. El cargamento
fue
entregado por orden de Díaz en la Aduana de Valencia y valorado en
81.950 reales, de los cuales Díaz acepta recibir, en 15 de noviembre
de 1813, solamente 4.000 y la promesa de un empleo, seguramente
el
que luego tuvo de 2.” Cabo interino de Rentas del Partido de Alicante. (En Bibl. 3, cuaderno X, tomo 1, pág. 34, se confirma lo del
convoy sin concretar
el cargamento.)
6 o 7 julio.-Infantes
Ataca
puesta de
sencia de
tos. Díaz
obras d.e
(Ciudad
Real).
francesa de Infantes,
compor sorpresa
a la guarnición
309 de a pie y 50 de caballería, los que huyen ante la prelos guerrilleros.
abandonando
armas, municiones
y efecy sus hombres, ayudados por el vecindario,
destruyen
laso
fortificación
hechas por los franceses
en la villa.
Le felicita por esta acción el Ayuntamiento
de Elche (seguramente Elche de la Sierra,
Albacete).
(En Bibl. 3, cuaderno
X,.
tomo I, pág. 34, se confirma la noticia y se dan detalles de la acción),
42
.22 julio.-Taraxona
‘rICOLiS
HORTA
XODRÍCVEZ
de La Mancha (Albacete).
Recibe Díaz un oficio de esa fecha en el que el general comandante de la provincia de Cuenca (Bassecourt) ordena al guerrillero la
conducta que debe seguir con «las Justicias de los pueblos para
evitar todo motivo de quejas y sentimientos». Ello es a propósito de
la detención de un subordinado de Díaz, el teniente don Juan José
Elorriaga, respecto de la cual, sin embargo, no desautoriza a Díaz.
En esta fecha don José Martmez de San Martín (31, famoso
guerrillero de La Mancha, da a Díaz muestras de su estimación
resolviendo a su favor una cuestión con la Real Hacienda, y, al
mismo tiempo, le dice que «lo que interesa al mejor servicio del
Rey y de la Patria, a V. y a sus soldados, es venir a incorporarse
con las tropas destinadas a la defensa de esta provincia y a hostilizar al enemigo en ella, en el concepto de que el valor y los servicios tendrán siempre su recompensa».
26 julio.--Tarax0n.a
de La Ma.nchn.
Díaz ofrece al general Bassecourt ponerse a sus órdenes con los
~250 hombres de que se compone w partida)). El general acepta,
pero (le dice), «para combinar [los planes] y no aventurar el
acierto: deseo tener una sesión con Vmd., que podría ser en el
lugar de Caudete, una legua de esta villa lUtiel]». Al mismo tiempo le promete «cuantos auxilios necesite)).
27 ó 28 jz&o.-Puerto
Lápiche.
Toma Díaz al enemigo una valija de correspondencia, que envía al general Blake, el que la recibe en Alcantarilla (Murcia).
(5) D. Jo.& EVI.wrímz DE SAN MARTÍN, médico. formó una guerrilla que pron+o se hizo famosa. Llegó a ser Capitán General de EIIadrid, J fue encausado por
los sucesos de 17 y 18 de julio de 1834.
HISTORIA
DEL
2?8 agosto.-Murcia,
La Ma.mha,
Misión importante
neral Blake en orden
Anterior
CI 14
GUERRILLERO
DO%7
43
DíM
Ja.én y Granada.
encomendada
autógrafa
(6)
.~eptie)nbre.-~,ztgar.
MIGUEL
directamente
sin
a Díaz
por el ge-
concretar.
Aprisiona
y encausa a José Case1 y siete napolitanos
más, y el
Consejo
Permanente
de Guerra
del Ejército
de Blake le reclama
lo actuado o una información
sobre el caso. Parece deducirse que
Blake tenía conocimiento
de la formación
de la causa, por habérselo dado el mismo Díaz.
IG septiembre.-l,a#
Mancha,
bugar
sin.
concreta?,.
Blake aprueba que Díaz se dedique con su partida de guerrilla
a la «interceptación
y acopio de granos»,
para lo cual «debe entenderse» con el brigadier
don Vicente Osorio.
(Ver,
como ratificación del encargo hecho a Osorio,
Bibl. 6, págs. 295 y 296. donde,
además, se da noticia de la misión simultánea encomendada por Blake
.a Osorio
de someter a régimen
regular
a pequeñas partidas
((que
erraban por La Mancha y cometían graves excesos»).
Osorio? al mismo tiempo que agradece a Díaz su felicitación
por
el ascenso a brigadier>
nos da la noticia de que el guerrillero
se
halla «con toda su partida amenazando picar la retagurdia
del campo volante enemig-o», que supone «se habrá de retirar
muy pronto». Fara cuando esto ocurra, Osorio ordena a Díaz que se le presente en La Roda (Albacete),
con una relación de la partida donde
conste la procedencia
(militar
o no) de los que la componen.
Despues le da noticias sobre un desertor
del Regimiento
que Osorio
es admitido nuevamente
en el Regimienmanda y que, presentado,
to. Todo lo cual corrobora
las buenas relaciones
del brigadier
y
el guerrillero.
(6)
Ver,
dei
autor, en
Bibl.
5, págs.
107-115.
NICOLÁS
44
7 al 11 octubre.-Mota
HORTA
del Cuervo
RODRIGUEZ
(Cuenca)
y Minaya
(Albncete).
El brigadier
Osorio
ordena a Díaz
que envíe un comisionado
a La Roda para recoger
siete mil reales que el guerrillero
prestó
a aquél para una comisión del servicio.
El general Blake aprueba la reorganización
que Osorio,
sobre
la base de la relación enviada por Díaz, hizo de la partida, «a excepción de no consentir
en ella los cadetes», quienes han de incorporarse
a la Academia de Murcia.
El general Blake dispone que los hombres de la partida que figuran en la relación como oficiales «no traigan o no se pongan divisas o charreteras
siempre que no hagan constar que tienen reales
despachos»,
pero autoriza
que ejerzan «las funciones
de oficiales
dentro de la partida)).
En el
órdenes a
se deduce
tralimitación
fianza en
Il
mismo documento
el brigadier
Osorio
da determinadas
Díaz sobre unos «dispersos» (7) que aprehendió,
y de ellas
cómo el mando militar ponía coto a cualquier posible exde esta guerrilla,
con firmeza pero demostrando
consu jefe don Miguel Díaz.
octubre.-Entre
(Chdad
Real).
Comzregrn
(Toledo,)
y Villnrrubin
dc los Ojos
Ataca Díaz un convoy enemigo escoltado por unos
300 drag-ones, y «a pesar de sus escasas fuerzas» les hace diez muertos y catorce heridos
y se apodera de dos carros de raciones
y otro de
efectos militares.
(La noticia no la da el manuscrito,
sino Bibl. 3,
cuaderno X, tomo 1, pág. 34).
15 octubre.-Entre
Valdepeñas y Santa
m.ente en. el Puerto del Cawascal).
Crzts de Mudrln
(proboble-
Ataca Díaz un convoy enemigo escoltado por unos 300 hombres, a los que pone en fuga. A continuación salen en persecución
de la partida las guarniciones francesas de Santa Cruz de Mudela,
(7)
cuentra
aDispersm
incomunicado
es el soldado
o disgregado
que por fuerza
mayor
o voluntariamente
dei cuerpo
a que pertenece.
se en-
HISTORIA
DEL
GUERRILLERO
DON
MIGUEL
DíAZ
45
Manzanares,
Infantes y La Solana, pero Díaz consigue abrirse paso
y retirarse
con sus guerrilleros,
no sin tener seis hombres
muertos y once heridos. Los enemigos tienen, entre el ataque y la persecución,
sesenta muertos,
muchos heridos y ocho prisioneros
con
sus caballos.
Parece deducirse que Díaz resultó también herido, que «por moderación» no lo comunicó en el parte de la acción y que el brigadier Osorio
le mandó «atendiese precisamente
al reparo de su sala felicitación
del
lud». Este jefe, al mismo tiempo, le transmite
General Blake («me hallo satisfecho
de sus servicios
y del orden
que obscrva»j,
‘y hace constar
la buena opinión de Ijos pueblos
sobre la guerrilla.
También incluye el documento
unas instrucciones
para que Diaz
se excuse, «con política»> de obedecer al «coronel D. Antonio
Claraco» (8) y a cualquier
otra autoridad
distinta
de la del general
en jefe. (Bibl. 3, cuaderno X, tomo 1, págs. 32 y 35).
29 oCta~b?.t>.-nli~21el
gente (Va~lenciaj.
Es:ebarz
(Toledo),
Ln Rodo. (Albacete)
y Mo-
Un oficiai de Díaz entrega por orden de éste al brigadier
Osorio en La Roda, el 2 de noviembre,
30 caballos,
que conduce a
El recibo está firmado en 17 de
este punto desde Miguel Esteban.
noviembre dc lSí1, pero el año debe ser un error material, y en cuanto al lugar (Mogente),
camino de Valericia, parece debido a alguna
otra comisión
del servicio que habría de realizar el oficial, tal vez
una conducción
de granos.
2 ~~oe~icmbrc.-La
Manclza,
lugar
sin croncretnr.
Orden reservada
a Díaz para que arreste y conduzca a presencia
del brigadier
Osorio
a Francisco
Sánchez
«Francisquete»,
a su
hijo y a tres más de su partida, por atropellar,
prender y maltratar
a un subordinado
de Díaz, y al primero,
además, por haber desobedecido una orden del general Blake. Se sabe que más tarde (16 ó
18 del mismo mes), prende al «Capador»
de la partida de «Francisquete», que había robado un caballo del Regimiento
del brigadier Osorio (Docs. 19 y 20).
que
(8) Parece
que se trata
actuaba. sin la aprobación
de un uSubinspector
del general
Blake.
de las
guerrillas
de
La
Mancha>,
46
NICOLÁS
19 tioviem,bre.--La
Masrcha,
HORTA
RODRíGIlEZ
camino real de Madkd
a Andahcla.
El general Osorio da noticia a Díaz de que el 22 saldrá de Madrid
un «convoy crecido de vestuarios
para los enemigos que están en Andalucía», y le ordena que procure «interceptar
algunos carros)).
26 noviembre.-Casas
dc Haro
(Cjhenca).
Orden de detención de Juan José López, al «Teniente de la Jurisdicción de Casas de Haro» posiblemente
encomendada a don Miguel
Díaz.
Z’G ?zo&wbrt*.-La
Muficha,
Murcia,
Jaén y Baza
(Grawrda).
Pasaporte
autorizado
por el General Freire,
mariscal
de campo, «Comandante
General de la Caballería del Ejército
del Centro y
General en Jefe interino del mismo... », a favor del «capitán de Caballería don Miguel Díaz», para «hostilizar
en cuanto sea posible al
enemigo».
La partida de Díaz se titula «Escuadrón
Volante de Fernano VII))
y se compone de «siete oficiales, un capellán, un cirujano, nueve sargentos y ciento treinta y ocho cabos y soldados, los más montados
y entre ellos algunos paisanos)).
El pasaporte
se renueva por el general Osorio,
a partir de 1 de
enero de 1811.
8 diciembre.-Hellin
(Albacete).
El teniente de Díaz, Rafael Sempere, conduce a Hellín un convoy
de 52 carros de «grano», tal vez desde La Roda por Pozo Cañada
(y no «Pozo la Peña» como se indica en el manuscrito).
ll
en.ero .-Tomelloso
(C.iudad Real), Osa de Mo&el
(Albacete),
Pzlertolho,
AInzodóvar del Campo, Argamusilla de Calatrava, Aldea deb Rey y La Calzada de Calatrava (Ciatdad Real).
Acusa recibo el brigadier Osorio d.e la información «tan circuns-.
tanciada» que le ha facilitado Díaz sobre las (tfuerzas que por ahora.
HISTORIA
DEL
GUERRILLERO
DOW
YIGUEL
DíAZ
47’
mantienen
los enemjgos
hacia esos puertos»
(idebe referirse
a la.
zona de Puerto
Lápiche y a la del Puerto
del Carrascal,
éste al
sur de Valdepeñas)
y en vista de ello le señala la conveniencia
de
que él y «Escalera
(9), que tan amistosamente
están unidos», se dirijan contra el enemigo en los puntos
señalados
arriba a uno y
otro lado del camino real de Madrid a Andalucía por Despeñaperros,
«en donde por ahora no hay o no tiene fuerzas corisiderables
desla columna que marchó de Alpués que se retiró a Manzanares
madén».
No autoriza el brigadier
Osorio a Díaz para atacar las «conducciones de víveres y efectos que se hacen a Madrid...,
en razón deque el Gobierno no lo impide», pero «sí las de municiones
de guerra,
armas y monturas»,
que serán, si las toma, presa legítima de la partida».
Osorio felicita a Díaz porque «no se oye que la partida cometa
desorden alguno» y porque sabe del «rigor con que castiga a los
que no proceden bien».
En la fecha indicada o en alguna posterior
y próxma,
Díaz toma
al enemigo «en la Mancha» dos valijas de correspondencia
y «unos»,
carros cagados de algodón.
20 enero.-la
Roda.
El brigadier
Osorio acusa recibo a Díaz de «siete presos» que le
ha enviado por medio del «ayudante del escuadrón»
(Rafael Sempere)
y los documentos
a ellos referentes.
Cita el brigadier
a Díaz y, por su intermedio,
a Escalera,
para
que comparezcan
ante el Consejo Permanente
Militar a prestar declaración sobre causas pendientes que se siguen a reos aprehendidos
por ellos, uno «por ladrón y asesino».
Osorio
da instrucciones
a Díaz sobre lo que debe hacer con.
SLIS
caballos «matados» (heridos y llagados) y con aquellos para los
que no tenga montura,
a fin ,de que no sean una carga para los
pueblos, ya que «van escaseando
muchísimo
los granos
que deben
suministrarse
a los útiles».
Por medio de Sempere, Osorio
devuelve a Díaz un paisano de
(9)
chas
nada
CLAUDIO
acciones
al mando
ESCALERA,
y jefe de una
militar.
guerril!ero
partida
de LA MANCHA,
colaborador
que, como la de éste, parece
de Díaz en musiempre
suhordi-
48
NICOLÁS
la partida de Escalera
presente en su guerrilla.
que iba sin pasaporte,
28 y 29 enero.-Caqn,po
HORTA
de Criptana
#ODRiGUEZ
(Ciudnd
con objeto
de que se
Real).
Díaz y los suyos, en unión de 1:~ partida de D. Claudio Escalera,
atacan al enemigo que ocupaba y d.efendía el pueblo (situado en terreno que domina una extensa llanura) con ((350 infantes, varios caocupan previamenballos y un cafión de a cuatro». Dos guerrilleros
te el «Molino
de la Horca»,
buen observatorio.
Los franceses
110
aceptan la batalla en campo abierto. .A la mañana siguiente repiten
el ataque las dos partidas,
pero los enemigos habían aprovechado
la noche para huir. El balance fue de 22 franceses muertos, muchos
tuviesen ninguna
heridos y tres prisioneros?
sin que los guerrilleros
baja. (Esta acción no se recoge en el manuscrito,
pero sí en Bibl. 3,
cuaderno III, tomo II, pág. 35).
17 febrero.-blale?zcia
a Murviedro,
o .Capn?o
(VaZe~~ciaj
Díaz da. cuenta al general Bassecourt
(«Comandante
General interino del Ejército y Reino de Valencia»)
de su llegada, al frente de
la partida, a Valencia, así como de la de Escalera. El general previene a Díaz para que ambos se le presenten en Murviedro,
«pues
urge emplearlos.
83 jebrcro.-Sarrión,
Mora
de Ruhielos
y Villel
(Teruct).
Orden y pasaporte (firmados
por Bassecourt)
por treinta días, a
nombre de Díaz, capitán de Caballería,
«con el escuadrón
de Fernando VII de su mando», para «hostilizar
al enemigo» en «los pueblos fronterizos
del Reino de Aragón»
(los anotados arriba),
«que
son los amenazados en el día».
En la orden, Bassecourt
le dice a Díaz que al paso de éste por
Murviedro
le dará «las instrucciones
particulares
que le faciliten el
modo de hostilizar
con ventaja al enemigo, según su constitución».
25 y 26 febrero.-Pu.201
y Petrés
(Valevzcin).
Díaz da cuenta a Bassecourt
de que se pone en marcha hacia Puzol (en ejecución de la orden del 23), pero el general dice que «ade-
y a media lelante hasta el pueblo de Petrés, camino de Aragón
gua de distancia de esta villa (Sagunto)...,
dándome aviso con an. .
.,
tlclpaclon
para que al paso por este Cuartel General tenga yo el
gusto dc \w la valiente tropa del escuadrón
de su mando)).
Orden de Bassecourt
a Díaz para que auxilie con su partida al
de la División
del coronel D. Ramón
«capitán D. Pedro Agustino,
Gayán», que se halla (el capitán)
en las inmediaciones
de Santa
Cruz de Moya, al objeto de servir a las operaciones
militares
del
Reino de Valencia,
combinadas
con las ,de los límites ValenciaAragón.
En la orden se señala a Díaz que habrá de dirigirse
a Segorbe,
en cuyo
punto será municionado
y se le marcará la ruta hasta T,a
Pl;ebla de San Miguel.
El general
Bassecourt
conocimiento
«al público
que ha mamfestado
‘\:d.
el dia (?) que cita».
dice a Díaz que está persuadido
y dará
a su tiempo y aun al Gobierno,
del valor
y $11 Escuadrón
en la acción que sostuvo
Diaz llega en esta fecha a Valencia con diez hombres de su escuadrón (seguramente
como consecuencia
de la acción que se consigna antes, sin concretar
fecha, en la zona Fuebla de San MiguelSanta Cruz de Moya, que debió de ocasionar
bajas notables en
la partida y en la que acaso resultó herido, o se encontraba enfermo,
el mismo Díaz). ‘Tal vez es esta la ultima acción que manda personalmente Diaz (t-w referencia del 18 de marzo de 1811).
Díaz, que está con algunos de su partida en Valelicia,
recibe orden de Kassecourt
de salir de la capital. «pudiendo llevar su tropa
60
NICOLÁS
HORTA
RODRiGUEZ
que no esté en disposición
útil a Segorbe, donde podrá reponerse
prontamente»,
y Díaz, cuidando de ella, «reponerse
de sus dolencias
el tiempo que le sea necesario».
Al mismo tiempo, el general pide a Díaz 20 ó 30 hombres para
el «servicio de guerrillas»,
«en que son tan necesarios».
Bassecourt
no da, por el momento,
la razón a Díaz en algunas
diferencias
que ha tenido con un capitán del Ejército
a propósito
de unas peticiones de ausilio. Le dice: «suspendo mi juicio hasta
la aclaración
de estos hechos...».
Ello no es obstáculo
para que el
venera1
felicite
al
guerrillero
tal
como
se
indica
en
la
referencia
«anb
terior y próximo a 12 de marzo», y para que le prometa ayudarle, asi
como a su tropa, «como ce merecen por sll valor)).
Desertan
varios individuos
del «Escuadrón
Volante
do VII», y de ello da cuenta Díaz al general J3assecourt.
de Fernan-
Díaz hace donación y entrega en el depósito general del Ejército
de operaciones
de Valencia,
cuarenta
caballos y doce monturas.
Esto parece confirmar
las importantes
pérdidas de la partida. Bassecourt dice a Díaz que espera verle por Murviedro
para darle las
gracias personalmente.
Pasaporte
firmado por Bassecourt
autorizando a Díaz, con su asistente, para que pase a la villa de Elche y Novelda a restablecer
su
salud.
En el pasaporte se hace constar que «el resto del Escuadrón»
lante de Fernando
VII)
queda «en este Ejército
de Valencia
órdenes de un teniente (Rafael Sempere))).
Incorporación
te de Fernando
de un desertor,
VII)>.
indultado,
al «Escuadrón
(Voa las
Volan-
HISTORI.4
9 trli7il.-A
Refrendo
vel&.
GUERRILLERO
DON
NIGVEL
DÍAZ
51
iirtr~tr.
del pasaporte
14 abril.--Mo?;tálz
El
pere,
Elche
do de
DEL
de Díaz,
(Castellón
en marcha
para
Elche
y No-
de la Plann).
(( l+cuadrón
Volante
de Fernando
VII)),
mandado por Semse encuentra
en el punto indicado. Díaz, sin embargo,
desde
o Novelda, sigue dando instrucciones
a Sempere sobre el manla partida? que éste acata gustosamente.
Dlaz intenta obtener ((licencia para pasar a las Cortes)) a solicitar aiguna concesión (posiblemente
los Reales Despachos
de él y de
sus Oficiales
y algunas recompensas).
Sempere anuncia a Díaz que el capellán, con otro Díaz de la
partida, irá a verle y le ;nformará
«por menudo de la buena armonia que observamos
todos los Oficiales y de la subordinación
y buen
orden de la tropa)). Sempere promete a Díaz (seguramente
en contestacibn
a :as instrucciones
de éste), que cooperarán
los oficiales
«a aumentar
cada día el buen nombre sellado en este Escuadrón
por el celo y disciplina que de Vm. ha recibido».
15 abril.--Admzetn
i¿àstellón
Sempere recibe orden
pero no puede verificxrlo
de In Phn
i.
de salir con el Escuadrón
por estar indispuesto.
para
Adzaneta..
El Escuadrón,
al mando de Sempere, se traslada de Montán a Xavajas (éste en la ruta Teruel-Sagunto)
para guarnecerlo,
por orden
del «Comandante
General de la 1.” División
del 2.” Ejército» (Cuartel
General, Segorhc).
Sempere acusa recibo a Díaz de otro escrito de éste. en que Ie,
recomienda
trate a ?a tropa «como hijos)), y le da cuenta también
de la incorporación
de dos paisanos a¡ Escuadrón
(cuyas filiaciones
32
NICOLÁS
HORTA
RODRÍGUEZ
guarda en su poder), así como de la recuperación de un caballo de
la partida. Le envía una copia de «la orden q~te se ha dado en este
Ejército». Y, por fin, le dice que acaba de (tlleg-ar la noticia de que
Villacampa y el Empecinado (loj, han entrado en Teruel y que a
los franceses los tienen encerrados en el Hospicio».
Orden de D. José ;Lliranda, Comandante General de la 1.” Divisibn del 2.” Ejército, al Escuadrón (dirigida a ((Don Miguel Samper» por error, ya que se trata de Rafael Sempere), para que «a
las cinco de la mañana de hoy» se encuentre en (<eI llano de la Esperanza, camino de Aragón». Le previene que mande gente inrnediatamente a Segorbe a recibir co-ación de aguadiente y sardinas».
Sempere recibe orden (rectificación de otra, desconocida, de ia
misma fecha), para que con la mitad de su fuerza «tanto de Infantería como de Caballería», quede «a las órdenes del Jefe de Caballería» de Barracas, estableciéndose en el Barranco de Albentosa?
((sobre el camino real de Aragón». La otra mitad, relevándose cada
cuatro días. descansará en Barracas.
Don Miguel Díaz se aloja en la fecha en Valencia. Va acompanado de su esposa y parece que vuelve dc Elche y Xovelda, adonde
fue para restablecerse. (Ver referencia de 22 de marzo de 1811).
.5 muy 0. --Navajas.
El Comandante General de la 1.” División (Miranda),
ordena
‘a Sempere, que está en Navajas (seguramente con el Escuadrón), que
(10)
«El Empecinado»
(~c.w
>fARTÍx
nÍ.\z),
es acaso
los guerrilleros
de la Tndependencia
y SII vida,
aunque
es bastante
conocida.
el mAs destacado
inccmp!eta
y
de todos
deformada,
IIISTORIA
DEL
GUERRILLERO
DO&?
MIGUEL
DiAZ
le lleve un estado de fuerza y nota del haber que corresponde
hombres,
((para ser socorridos
en el presente mes)).
1s 111ay0.-Segol~bc
63:
a sus,
y S‘ag1411t0.
111 Xarixal
Xranda,
Comandante
General c:e !a I .? Di:-isión del
concede pasaporte
a Díaz para q::c se presente en
2.” Ejército,
Sagunto
al General Jefe del 2.” Ejército.
Ello parece indicar que
Díaz, ya restai)lecido,
va a voiver a mandar efectix-amente
su partida.
EI innyo.-Segorbe.
El Jefe de la 1.” ‘División
(Mariscal
Miranda),
traslada
a Díaz
~11 escrito del Jefe de Estado Mayor
del 2.” Ejército,
con la felicitación
del General en Jefe, por haberse desprendido
voluntariamente
de todo su sueldo, y sus Oficiales
y Capellán de media
paga, «en favor del Real erario)).
8 agosto.
Real Despacho
por el que se nombra a don Miguel Díaz
tán comandante
de la partida de guerrilla titulada de Fernando
en atención a sus servicios y méritos)) (Doc. 21).
7 octubre.-Pina
(Cnstelli?z
«capiVII»,
de la Plana).
Sempere remite a Díaz, que acaso está en Segorbe (Cuartel
General de la División),
las listas de las Compafiías
de la partida, con
armamento
y montura
que tiene reci!a relación del «vestuario,
bido cada individuo y ha costeado (Díaz) de sus fondos».
Comunicación
del general
Blake a Díaz!
Despacho
de la referencia 8 de agosto.
trasladándole
el Red
,454
SICOLáS
HOXTA
RODRíGUEZ
24 rcoviembre.-Vnkncia.
Una
Díaz, en
do VII»,
de parte
«relación de alcances» que Sempere y el habilitado
dan a
la que consta que se deben a la ((partida volante de Fernanpor la Real Tesorería 36.819 reales y 28 maravedís,
importtde los haberes de mayo a fin de octubre.
12 noviembre.-Valencia.
Confirma
el débito de la Real Tesorería
a la partida, y la entrega de cantidades a cuenta.
Sempere está en Valencia y da cuenta de ello a Díaz, que seguramente
permanece
con la partida en la misma 5ona limítrofe de Valencia.-Aragón
(Sierras de Espina y Javalambre).
6 diciembre.-Valencia.
De orden de Blake se cita a Díaz para que comparezca
ante ei
«Consejo
Permanente»
en Valencia,
para deponer eñ la causa de
Juan José Elorriaga
(un oficial suyoj.
Y dicienzbre.-Elche.
Sempere, que parece encontrarse
descansando
en Elche, desde
del 1’7 del mes pasado, rehusa obedecer la orden de comparecencia
que
le ha dado Díaz para la causa de Elorriaga
(referencia anterior).
181%
9 diciembre.-Elckse.
Don Miguel
Díaz entrega
montaba mandando la partida),
aquince doblones» (900 reales).
Este es el último documento
un caballo (seguramente
a la Comisión de requisa.
que tenemos
el que él
Se tasa en
de su vida de guerri-
HISTOR,.,
DEL
GCI:RRlLLERO
l>OK
MIGCEL
DÍAZ
55
Hero, y parece que la entrega de este ca!)allo «castaGo oscuro, cabos negros,
calzado del pie izquierdo,
siete cuartas y cuatro dedos,
cerrado, sin hierro)), es el definitivo
adiós a su vida de jefe de partida (Doc. 22).
Los documentos
rest;:ntes,
que no se transcriben,
se refieren
principalmente
al tiempo que don Miguel Díaz desempeñó el cargo
de ((2.0 Comandante
interino
de Rentas
del partido de Alicante»,
cargo en el que tuvo que cesar por no haber obtenido, según nota
autógrafa
del mismo, «real aprobación».
El documento
de 31 dc diciembre de 1814, es la primera contestación que recibe Díaz a su solicitud de «retiro en calidad de disperso, con el grado inmediato de teniente coronel y el sueldo que
S. 31. tuviese a bien señalarle».
En el escrito se le ordena «dirija
su solicitud
por el conducto del Capitán General respectivo».
IX1 documento
de 26 de abril de 1x13 es la comunicación
a Díaz
de que ((no ha tenido a bien S. M. acceder» a su petición en que
«solicitaba
el grado de teniente coronel y la tercera parte del sueldo
de comandante)).
El documento
fechado en Elche en 23 de agosto de 1815, es el
traslado
de la concesión de retiro a Díaz «con uso de uniforme
de
retirado
y goce del fuero militar)).
El documento
de 2 de junio de 1815, nos da a conocer una nueva
petición de don Miguel Díaz («grado de teniente coronel y la micon su correspondiente
negativa,
«no
tad del sueldo de capitán»),
obstante -sc
le dicedejarle abierto el camino de exponer sus méritos en la Junta de Francos,
para que con la discución de ella quede satisfecho el interesado».
Y, por fin, el documento
gativa a ias peticiones
del
comienzo de este artículo.
de 7 de julio de 1835 es la última
guerrillero?
que hemos reproducido
neal
La última noticia de don Miguel Díaz es la de que se encuentra en
Madrid
en 1 de junio de 1821, fecha en que el Escribano
de número de la Villa, Ramón García Ximénez, testimonia dos documentos.
56
III.
C04f,uSIO~Es
(,l<il)l.
.7), y del cual es
En el trabajo publicado ~11 esta l?r~rrsrl~
estudiábamos
los documento;
q”c w recomplemento
el presente,
ferían a las fuerzas del «Escuadrón
Volante de Fernando
VII»,
su
armamento y equipo, así como un caso concreto ùe empleo dc la unidad guerrillera
por el mando militar. Se deducían allí también unas
conclusiones
limitadas a ese caso concreto.
Pretendemos
ahora sindel conjunto
de los dotetizar otras más generales
que derivan
cumentos inéditos que en aquél y este artículo publicamos.
Las primeras
noticias del «Escuadrón
Volante de Fernando
VII>),
lo sitúan en Miajadas
(Cáceres),
realizando
una típica misión guerrillera (doc. l), en febrero
de 1810. Sobradamente
conocida la situación general (ver pág. 100, de Ribl. 5), determinante
de la acertada concepción
defensiva del Marqués de la Romana,
subrayemos
aqui que la guerrilla
de nuestros
documentos,
como tantas otras,
se mueve entre unos hombres y sobre unas tierras maltratados
por
una invasión extranjera,
que añade a su injusticia la crueldad y el
pillaje. Sin olvidar este punto de partida,
podemos afirmar
que ía
guerrilla
española de la Independencia
lucha fuera de las normas
y costumbres
bélicas del momelito.
Tkdwir
de este carácter excepcional
que la lucha guerrillcra
es tarea de bandidos, llevada a cabo
por medio de horrendos
crímenes, es una conclusión
errónea e injusta a todas luces. Porque la intuición genial de los hombres que,
como nuestro
don Miguel
Díaz, levantaban
guerrillas,
está precisamente en salirse de las normas. La norma era el ejército regular ; la norma cra, en lo político, el poder del Estado. Pero en la
Guerra de la Independencia,
tras la victoria de Rail&,
los ejércitos regulare:: fueron vencidos y dispersados
una y otra vez ((según
las normas», y el poder político, abandonado
desde el principio
de
la lucha, hubo de ser recogido por el pueblo, constituido
en Juntas.
Que más tarde las Juntas sirviesen a otros fines menos «populares»
y que las guerrillas
se enquistasen
en el agitado vivir nacional del
siglo XIX,
son otros problemas
que no restan validez a aquella institución de nuestro pueblo quien, en definitiva,
se limitó n no seguir
las reglas del juego...,
del juego en el que Napoleón
casi siempre ganaba.
El mismo ratificaría
en Moscú
el acierto
español.
i,os rusos, ((pobres estrategas»,
le abandonaban
la ciudad. Su Majestad se dignará recibir el homenaje de una diputación
de autorise encierra en el
dades. Pero en Moscú no hay cadie. Sapoleón
Kremlin
y, mientras
duerme profundamente,
extraños
rssplandores
ilumnlan la ciudad. El Kremlin
mismo ha sido incendiado. Expulsado de SLI cama, 5apoleón murmura : NSO me cabe en Ia cabeza que
los rusos
quemen
sus casas para impedirnos
dormir
en ellas»
(Bibl. 7). En efecto, no entra ésto en las reglas de ((su» juego. Tampoco entraba que los hombres
de ~1113 España martirizada,
prefiriesen morir como héroes a sucumbir
como víctimas y, sobre todo,
que una lucha irregular
practicada?
incluso por unidades del ejército formalmente
regulares,
permitiese
a los Cuerpos
napoleónicos
ir a cualquier parte del territorio
e~pal=,o! para, al fin, no poderse
mantener en ninguna.
Hecha la afirmación
de que la guerrilla
española actúa fuera de
lo que hov llamarían:05
«los LISOS y costumbres
de la ,grrerra», es
frecuente
deducir que para la guerril!a
no existe uso, ley ni costumbre
que respetar.
Xada más lejos de la verdad.
J’a tratábamos esta cuestión en el articulo citado (Bibl. 5, especialmente
página 103), y nos referíamos
a la reglamentación
de las partidas,
de
la que no conozco se haya hecho alín ningún estudio serio. Ciñéndonos ahora al manuscrito
que comentamos,
vemos que el «Escuadrón Volante de Fernando
VII» tiene su origen en una «licencia superior» (doc. S), que don Xgucl
Díaz obtuvo «para mandar una
partida». I-Tubo guerrillas
que se formaron
sin esta previa autorización, pero todas o la mayor parte de las conocidas tuvieron
en alguno de sus momentos
iniciales el refrendo
del ímico poder político actuante, ias Juntar provinciales
o de partido.
A las guerrillas
se las ataca principaimente
en aquelio que reslrlta más espectacular
y conmovedor
para la pléyade de pacifistas
que, en todos los tiempos,
defienden e! mal menor9 que pronto se
torna en mal absoluto.
La guerrilla
se mete en seg-uida en el ckulo infernal de las represalias.
T-os invasores
la declaran
fuera de
ley, y si la guerrilla acepta el fallo. resulta la única culpable. So : incluso cn este punto de las represalias
hay que huir de juicios absolutos. Resaltemos
aquí la conducta de nuestro guerrillero
(docs. 3,
ic y 6). --4 un sargento
del Escuadrón
le sorprende
el enemigo
acostado en su alojamiento,
y ello 1~ valc ser degoilado v, tras cortarle las orejas, ser arrojado
al Guadiana. Posteriormente
don Misuperviviel:tes
de
un
encuenguel degüella ;t los treinta enemigos
tro, les corta las orejas y arroja sus cuerpos al Guadiana. aureolando de horror
el poético nombre del molino ctFlor dr Kibern>).
-4p.w
es
difícil
buscar
ntenuantcs
a
la
conducta
te de las represalias. no
del guerrillero, que se movía sobre terreno ocupado por el enem;go
y se veía en la necesidad de conducir a treinta prisioneros con unos
efectivos propios, que seguramente no alcanzaban los cien hombres.
Pero no es esto lo importante. Lo significativo es que cl guerrillero
da cuenta a sus superiores de las represalias que ha tomado, y que
es precisamente otro guerrillero, Isidoro Mir, calificado por Schépeler (1.1), de ((cruel» a causa de la acción de Almonacid, en la que
conquistó justa fama y el grado de teniente coronel, quien ordena
a don >Quel que se abstenga ((en lo sucesivo de hacer lo mismo
con los enemigos que aprehenda». Del conjunto de la documención aportada se deduce que estl orden, acorde con lo dispuesto
por los mandos del ejército, fue en adelante cumplida. Expresamerlte consta, por ejemplo, en lo’: documentos ñ, 6, 7, 9, 10 y 11.
Del mismo modo, don Miguel Díaz acata y cumple las órdenes
referentes a los desertores del bando contrario (doc. 131, y se cita
concretamente el caso de cuatro soldados enemigos gratificados con
200 reales cada uno por: la Junta de San Clemente, siguiendo instrucciones del guerrillero (doc. 18).
Las guerrillas son, por naturaleza, fuerzas diluidas que no presentan un frente continuo y que hacen de la emboscada, la huida
y el terreno, sus auxiliares más eficaces. Ello ha llevado a juzga:al guerrillero (así, por ejemplo, Baroja al cura Merino), como un
combatiente sin gallardía, que actúa solamente cuando se encuentra en condiciones momentáneas de superioridad. La censura caTece de valor c-n cuanto que
toda acción bélica consiste en conseguir la sul>erioridad sobre el contrario en el momento y lugar oportunos ; y, sobre todo, porque ia guerrilla nace cuando el enemigo
domina o, al menos ocupa, el terreno del guerrillero con fuerzas
superiores. Nuestro don Miguel, como si adivinase la romántica
(y, por tanto, desmesurada) objeción de Baroja, quiso dejar
constancia de que el mando de la guerrilla no excluye, sino que presupone el valor individual del jefe. El 2 de julio de 1810 desafió a es--’
(11)
Según
Bibl.
4, tomo
VI,
+g.
.Bl.
pada por escrito al comandante
francés
de Santa Cruz de Mudela, que no aceptó el desafío (doc. 17). No conocemos
los antecedenies del caso, pero es fácil imaginar que Díaz respondía
así a alalgún juicio o acción del enemigo a quien constantemente
burlaba,
papes
son
numerosos
los documentos
que fijan acciones victoriosas
del Escuadrón
«entre Santa Cruz de Mudela y Valdepeñas»,
se,guramente en el Puerto del Carrascal
o SLIS inmediaciones.
Señalábamos
en nuestro
primer artículo
(Bibl. 5) sobre el «Escuadrón Volante»,
que se trataba de una guerrilla
de tipo medio yt
por tanto, representativa.
Hemos de anotar otra característica
destacada. El proceso de regularización,
que afecta en mayor o menor grado a casi todas las
de la Independencia,
es en el ((escuadrón»
rápido, seguro y CORde las modaliservador,
en sll primera fase -la más importantedades guerrilleras.
Otras guerrillas
(Mina, -Julián Sánchez) llegan a
transformarse
en grandes
unidades que actúan más como cuerpos
(regulares
al estilo «irregular»
de aquella lucha). que como tales
partidas.
El mando militar tuvo con las guerrillas
LIII
difícil problema.
Inicialmente,
todo profesional
desconfía del aficionado,
incluso cuando supone en él un interés noble y una decidida vocación de héroe.
guerrillas
se mantuvieron
mucho
Si a ésto se añade que numerosas
tiempo en actitud de rebeldía frente a los mandos del Ejército
o
que, al menos
esporádicamente,
manifestaban
esta actitud.
nada
tiene extraño que fuera difícil conciliar dos modos de lucha tan divcr5os que dchieron
siempre
contribuir
al mismo fin. Pensemos,
además, que las <guerrillas eran, tras las sucesivas derrotas
de las
fuerzas militares,
un poderoso
foco de atracción
de nuestros
compatriotas,
siempre más guerreros
que soldados.
Y, por fin, no olvidemos
que aquella intuición
genial de nuestro
pueblo no podía
ser comprendida
rápidamente
en todo SLI alcance por los mandos
militares.
hechos por tradición
y disciplina
a unas normas rígidas
que se hacen más perentorias
cuando el riesgo es evidente.
Pues bien, este difícil problema
de las relaciones
entre mandos
militares
y guerrillas,
aparece en los documentos
que estudiamos.
muy acusada de que el
Tras SLI lectura llegamos a la conclusión
60
NICOL.&
HORTA
l?ODRíGUEZ
«Escuadrón Vo!ante de Fernando VII» fue IIII¿L guerrik
rcg-ularizada desde sus comienzos.
Aparecen también en los documentos que poseemos fricciones,
reservas y llamadas al orden, pero lo que resalta y preside toda
la actuación de la guerrilla es una continua y estrecha colaboración
con los mandos militares. Hay, especialmente, un documento que
estimamos síntesis elocuente de nuestra conclusión. Se trata del
documento 15, en el que el brigadier don Emeterio Celedonio Barredo dice a Díaz que tiene «órdenes terminantes para extinguir todas las partidas», y que «todo individuo de! Ejército debe contribuir a que no exista semejante canalla)). Se refiere, desde luego,
a fas partidas fuera de la obediencia militar, y es significativo que
se lo diga a Díaz, a quien estima, por esa aluGón a los «individuos
del Ejtrcito».
como uno de tanto‘;, a pesar de q~~e SLI Real tlespacho (doc. 21.) nos ~dice que no era oficial profesional. Además. en
ese documento 15 se dice al final ((que me continúe sus avisos
para auxiliarnos», lo que reafirma que, a pesar de esa orden de
«extinción» de «todas» las partidas (orden que nunca llegó a cumplimentarse), la de Díaz está excluida de ella y se pide a SII jefe
colaboración.
Es suficiente la lectura del resumen que hacemos del manuscrito, para darse cuenta del saldo positivo que arroja Ta actuacijn
de la guerrilla de don Miguel Díaz. Misiones de información, de
interceptación de correos y convoyes, de ataques por sorpresa a
puntos ocupados por el enemigo, de acciones contra SLI reta;;uardia, de salvaguardia de objetos valiosos, dinero, etc.
El «Escuadrón Volante» actuó en dos zonas que no constituyeron teatro principal de operaciones en el conjunto de la campaña
por la Independencia: primero en La Mancha, y más tarde en la zona
limítrofe Valencia-Aragón.
Estimamos que de esa simple lectura de
los documentos, se llega a la conclusión que fue mucho más correcto el empleo de la guerrilla en la primera que en la se,gunda,
ya que en ésta el «Escuadrón Volante» parece transformase en una
unidad excesivamente vinculada a las guarniciones militares de la
zona, restándola movilidad y autonomía. Acaso aquí re encuentre
una de las causas por las que, a partir de diciembre de 1811 (es de-
cir, poco antc~s clc la toma de Valencia por las fuerzas de Suchet),
ya no hay noticias de! Escuadrón,
cuyo final concreto
Cesconocemos. Sabemos sólo que un aGo después, don Miguel entrega (doc. 22)
su cabaljo a una Comisión de requisa.
Valorar,
en el conjunto
de las operaciones
militares,
el peso de
una peque&
guerrilla,
una de las muchas que colaboraron
modesta
eficazmente
al
triunfo
sobre
los
invasores,
es
tarea
imposible.
Y
pasto
que no teuemoq rl patrón que nos sirva de medida, máxime
ctentusiasmo»
que Wellington
despreciaba)
cuando la moral (aquel
recibía de la acción guerriliera
su más preciado ingrediente.
Pero no
será ocioso resumir cn cifras !o que puede materializarse,
aunque rcsulta evidente que los datos son incompletos,
tanto por la fecha dc
partida como porque en los documentos
se citan acciones «brillantes,)
o «victoriosas»
sin consignar
el detalle de sus resultados.
Con tales
salvedades. anotamos !as siguientes
cifras :
--
Unjas
-
causadas
al e77emigo: 280
Nuertos
: 207.
Heridos : 36 (en muchos documentos
se dice «varios
que habría que añadir a esta cifra).
Prisioneros
: 31.
~- Cor~e0.s a,D~esados:
- Conz~oyes atacados:
4 (6 valijas,
5.
en total).
-
Presas
-
1 carro con municiones.
2.000 cabezas de ganado lanar.
14 carros de a cuatro mulas, con tabaco
en 81.950 reales.
2 carros de raciones y efectos militares.
GIOS carros cargados de algodón.
-
-
heridos))
reali.~adns :
Misiones
de sal~z~agunrdin de objetos
res, I>olicia y ordmi : 11.
de Virginia
de valor,
acopio
valorado
de L~~‘c-
62
XICOLiS
-
De generales : 9.
De las Juntas:
4.
De otros guerrilleros:
HOKTA
KOURíGCEZ
4.
Es muy conocido un aspecto negatiro de la lucha guerrillcra
que
la restó eficacia. Nos referimos
a las disensiones entre los jefes de
partida,
de Ias cuales existen pruebas en los documentos
que comentamos.
Especialmente
dos guerrilleros,
Eugenio Velasco y Francisco Sánchez («Francisquete»),
ocasionaron
dificultades
a Díaz. Del
primero no conocemos
más datos que los de los documentos,
pero
resulta evidente que su desobediencia
al mando militar,
scs
abusos
en los pueblos por donde pwaba,
en los que se alojaba con su mujer, sus hijos y «cuatro pares de muias», y las pendencias que originaba con otros partidarios,
!e valieron la orden de extinción
de su
guerrilla y detención de sus componentes
(doc. 15).
«Francisquete»
es Tuno de los más notables guerrilleros
de La Mancha, cuya brillante hoja de servicios será preciso reconstruir
para la
Historia.
Sorprendido
en Belmonte
por el enemigo,
cayó herido
y prisionero
el 12 ó 13 de octubre de 1811 y fue fusilado por los
franceses,
que se ensañaron
hasta el extremo
de pisotear
su cadáver. Esto mismo nos dice que fue para los franceses un enemigo importante. Fue también para nuestros mandos militares un auxiliar eficaz..., pero difícil. Y es digno de señalar que a don Miguel Díaz,
que mandó siempre una guerrilla de menor entidad que la de «Francisquete», se le llegó a ordenar !a detención de éste por haber desobedecido al general Blake (ver especialmente
doc. 19) y por los
excesos que sus guerrilleros
cometían. Se afirma así, una vez más,
la gran confianza que el mando militar depositaba en don Miguel y
cómo su colaboración
con las fuerzas regulares
fue efectiva y duradera.
Otros guerrilleros,
en perfecta armonía con el jefe del «Escuadrón
Volante»,
desfilan por los documentos : Isidoro
Mir, Martínez
de
San Martín.. . y, sobre todo, Claudio Escalera, unido a Díaz en varias
empresas y acciones. Pero sería rebasar ya con exceso los límites
HISTORIA
DE,.,
GUERRILLERO
DON
MIGUEL
DÍAZ
ô3
de este trabajo, e! estudio conjunto de ia actuación de las guerrillas,
de La Ilancha, tarta que esperamos llevar a cabo como parte importante del estudio general de la guerrilla española en la Guerra Se la
Indepcndenci::.
«He recibido el oficio de .V. por mano del sargento Lorenzo Ilernández, y juntamen’Le la correspondencia
y prisioneros
que fueron
interceptados
en Miajadas por su partida, y he comisionado
a don
Claudio Escalera
para que la conduzca y presente
en Badajoz al
Excmo.
Sr. Marqués
de la Romana.-Se
quedará V. con los siete
caballos aprehendidos
para el servicio
de esa partida y continuará dáiidome todas las noticias que ocurran,
por ser muy interesante
al servicio de la Patria.-Dios
guarde a V. muchos años.-Herrera
del Duque.-!s;júoro
klir. Rubricado».
(Oficio dirigido al Sr. D. Miguel Díaz).
(Pasaporte,
sin firmar).-«Don
Mateo Vélez de Guevara, coronel
de los Ejércitos
y Don Fernando
Cañizares,
presbítero ; comisionados y comandantes
militares de esta provincia
de La Mancha por la
Suprema Junta de Badajoz y Excmo.
Sr. Marqués
de la Komana,
en CUJÍES autoridades
reside autoridad Real para asuntos reservados
a la defensa de nuestra sagrada religión,
amado Soberano
D. Fernando Séptimo, I‘atria y cuanto consideren digno a dichos objetos.Concedo libre y seguro pasaporte a D. Miguel Díaz, uno de los capitanes de Caballería de los Cuerpos de nuestra Comisión,
para que
con la partida de su cargo pase a ios sitios y parajes que le tenemos
comunicado
en su desempeño
de cierta comisión
reservada.-Por
tanto, mandamos
y ordenamos
a los jefes militares
y Justicias
sujetas a nuestra jurisdicción
por donde transite,
no le pongan embael aurazo en el ejercicio de sus funciones , antes bien le facilitarán
xilio y alojamiento
ordinario,
raciones de pari, cebada, carne, paja,
menestras
y bagajes por su recibo, por convenir así al Real servicio
y beneficio de la Patria.=Dado
en Almodóvar
del Campo, a 26 de
marzo de X31.0».
Doc. 3.
(Certificado).-«Nos,
Coello y José Tercero,
Don Antonio
Portocarrero,
Pascasio
José
Alcaldes y Escribano
de esta Villa de Carrión
de Calatrava.-Certificamos
que en este día de la fecha se ha presentado en esta villa don Miguel Díaz con su partida volante, y en SUS inmediaciones
han muerto y aprisionado
treinta y un franceses de Infantería,
con más un carro con cuatro cubetas de mikciones,
sin
que haya habido desgracia a los de SLI parte, no obstante el Íuego
que dichos franceses hicieron.
Y para que conste, damos ésta que
diez.Anfirmamos
en Carrión y abril, primero, de mil ochocientos
tonio Portocarrero.-Pascasio
José Coello.-José
Tercero.--IZubricados.»
Doc.
4.
«He recibido el oficio fecha 31 de marzo en que se comunica la
gloriosa
acción que V. sostuvo
con los enemigos,
la que también
me ha comunicado
la Justicia de la villa de Carrión
de Calatrava ;
y aunque no he podido menos de reparar la atrocidad
que los enemig-os han cometido degollando a un sargento
de su partida, en el
día anterior,
acostado en la cama donde estaba alojado, con todo se
abstendrá
V. en lo sucesivo de hacer 10 mismo con los enemigos
que aprehenda,
como hizo con los 30 prisioneros
de dicha villa
de Carrión
de Calatrava,
los que, conducidos
al molino de Flor de
Rivera, fueron degollados,
habiendo muerto dos en la acción, siendo su número de treinta y dos.-Al
mismo tiempo que V. también
me avisa dirigirse
a Villarrubia,
pondrá todo su conato («emperio»,
diríamos
hoy), en conducirse
con acierto, porque los enemigos se
hallan en aquel punto en gran número. De todo daré cuenta al general en jefe e igualmente
de esta brillante acción.-Dios
guarde a
usted muchos años .-Herrera
del Duque, 6 de abril de lSl.O.--lsidoro Mir, rubricado.»
(Dirigido
a «Sr. D. Miguel Díaz»).
Doc.
5.
(Kecil)o).-«En
el 1-i de abril de 1810.-lMe
ha entregado
mi
Comandante
Dn. Miguel Díaz, un Mayor General de la Guardia imperial y una correspondencia
de París del peso de seis arrobas,
otra ,de Madrid del peso de dos arrobas
y el postill6n
francés que
conducía la posta, en el día de la fecha, para conducirlo
al general
del 3.” Ejército,
para cuyo efecto he recibido dos mil reales de vellón para la conducción.
Y para que conste doy la presente que firmo en los campos de Guadiana, término de Villarrubia,
en 14 de
abril de 181-O.-Lorenzo
Hernandez,
rubricado.»
Doc.
6.
(Escrito
mandante
de Díaz).-«Excmo.
Sr.-D.
de la partida del Sr. Rey D.
Miguel
Fernando
Díaz,
VII,
capitán cocon destino
HISTORIA
DEL
GUERRILLERO
DON
MIGUEL
DíAZ
65
en La Mancha,
a Vuestra
Excelencia
con el debido respeto hace
de haber interceptado
con su parpresente : Que a consecuencias
tida, compuesta
de ochenta lanceros de a caballo y veinte infantes,
en día 1.4 del más cerca pasado abril, un Ayudante
General de la
Guardia Imperial de José 1, con un correo del Emperador
que conducía el de París y Madrid,
de peso el primero de seis arrobas y el
segundo de dos ; cogiéndole
además al enemigo en el mismo día
dos mil cabezas de ganado lanar, tomó desde luego el exponente
el medio o partido de dirigirse
y presentar
con dicha correspondencia a esa Suprema Junta de Gobierno,
pero por hallase ocupada a
la sazón del enemigo. se vio precisado a girar para la ciudad de Alicante, en la que hizo entrega de todo al general de la División
del
Ejército
del Centro el Sr. Freire ; y considerando
el que representa
por muy de SLI obligación
dar a V. E. parte de este acaecimiento
como del que ocurrió pocos días antes a la salida que hizo de Miguelturra
con la idea de incomodar
al enemigo que con treinta y
dos hombres se dirigía desde Daimiel a Ciudad Real escoltando
un
carro con cuatro barriles de cartuchos,
en el que después de sufrir
un vivo fuego y muerto a dos de ellos, entregándosele
los restantes que no pudo conducir
a causa cle hallarse cercado de enemigos, lo hace y pone mediante el presente
en la superior
noticia
de V. E., aunque no sin grave dolor y sentimiento
por el que le
causó este último suceso en la circunstancia
de haberse visto precisado a mandar
degollar
n los aprehendidos
y corcarles
las orejas, echándoles
en seguida al rio, porque poco antes habían hecho
otro tanto los enemigos con un sargento
de su partida.-En
esta,
pues, inteligencia
y la de que el exponente
ansía dar a V. E. las
pruebas más enérgicas y nada equívocas de SLI lealtad y patriotismo,
comunicándole
todos sus progresos
en obsequio y beneficio de la
Patria, Religión
y su legítimo
Soberano,
espera que si en algo le
contemplase
V. E. útil para la defensa de esa capital y provincia,
nc
se vendrá ocioso, pues para ello pone en su superior
noticia que
su
retirada de esta villa y su permanencia
será por ahora en los
puntos que anteriormente
ha estado ocupando con el generai aplauso de aquellos habitantes
de Herencia
y sus inmediaciones.
donde
m2s pueda incomodar
al enemigo y adonde podrá dirigirle
V. E. sus
superiores
órdenes y preceptos
que obedecerá gustoso y con puntualidad, suplicando
en el ínterin a V. E. después de felicitarle
en
SLX nueva
creación
(hoy diríamos
((ascenso»),
tenga la bondad de
mandar dar al periódico para su mayor satisfacción
los apuntados
sucesos, como asimismo los que en lo sucesivo confía dar el suplicante, quedando rogando a la Divina Majestad prospere a V. E. felizmente.-‘Yecia
y mayo 3 de 1810.--P.
D.-Se
advierte que el suceso de la aprehensión
de los correos
ocurrió
a las inmediaciones
de Daimiel de la Mancha.-Excmo.
Sr.-Miguel
Díaz rubricado.»«Al margen:
Murcia y mayo 4 de 1810.-Pase
al Sr. Comandante
General de este Keyno.-Rovira,
rubricado.-Preséntese
a esta Comandancia General, rubricado.»
(El escrito anterior va sin dirección,
66
SICOLi.3
HORTA
RODRÍGUEZ
pero por su texto y por la circunstancia
de incluir una felicitación
al destinatario
con motivo de su ascenso, puede asegurarse
que se
trata del Marqués dc la Romana, ascendido en marzo de 1810 a Capitán General),
(El testimonio
que transcribimos
a contimlación
está extendinueve.--Valga
do en papel del sello «cuarto, afro de mil ochocientos
para el aco de .IsLu.--E~
\-irtud de Keal Habilitación»).-«Testimonio.-Carlos
Antonio
García Redondo,
Escribano,
por S. il/l., público del Níunero y Cabildo de esta Villa de Provencio,
doy fe por
testimonio que en este día ante los Sres. josé López y Ramón de (>livares, Alcaldes
ordinarios
de ella, compareció
D. Miguel Díaz, capitán y comandante
de la Partida Volante de Icernando ‘7.0, y manifiesta que en el 14 del corriente
mes, en las inmediaciones
de ía
villa de Daimiel,
apresó un coronel de la Guardia Imperial
y un
correo que venía de París, con otro de Madrid,
con las correspondencias
v planes que llevaba dicho coronel para los reconocimientos de los puntos de la provincia de Extremadura,
habiendo salido desde Sevilla dos comisionados
para este fin y el uno de éstos
es dicho coronel. Y respecto a que todo debe conducirse
por la ruta
más pronta y segura, ha elegido a la ciudad de Murcia,
como hallarse próximo
el Cuartel General del Centro y poder tomar la Junta providencias
para su inspección y examen, lo que hacía presente
a sus mercedes para los convenientes
efectos y que se le libre el competente testimonio ; y, en su consecuencia,
mandaron dichos Sres. lo
libre el que de su certeza, con remisión de su exposición,
lo doy signado y firmado con sus mercedes y dicho D. Miguel, en el Provencio
a diez y siete de abril de mil ochocientos diez.-José
López Ramón.Ram&
de \?iivares.-5liguel
Díaz.-Carlos
Antonio
García Redondo.-Rubricados)).
Doc. 8
(Hay un sello : «Sello cuarto, cuarenta maravedís,
aíío mil ocho-cientos y quince»).---«Don
Miguel Díaz, capitán de Caballería,
comandante que fue del escuadrón franco de Fernando 7.0, actualmente retirado,
vecmo de la villa de Elche y estante al presente en esta
de Villarrobledo,
ante Vmd. ei Sr. ,4lcalde mayor de ella, como más
haya lugar en derecho, comparezco y digo : Que por motivo de nuestra gloriosa
revolución,
y siendo uno de los defensores
de la Re.
Iigión,
Rey y Patria,
obtuve licencia superior
para mandar
una
partida que la distinguía el título de Fernando VII. Alis méritos contraidos en aquellas circunstancias
de consternación,
son muy
notorios, pero no tratando
de otra cosa que de hacer ver el ;tuxilio
que franqueé a la referida
de mi mando, me es conducenk
3 :rcditar que la nota que presento
del vestuario
que dispuse a la pre
leída partida y consta por la relación del maestro sastre y certificación del comandante
de armas D. Manuel Sakz de Velasco,
declare dicho maestro sastre y Don Juan de la Torre, en donde en aqu-t
tiempo fui aiojaclo, al tenor de esta mi exposición.
Por tanto,
a Vmd. suplico que habiendo por presentadas
dicha nota y certiricnción reconozca
aquélla el expresado
maestro y declare bajo juramento en forma sobre su certeza, y que igualmente lo haga dicho
D. Juan de la Torre, y evacuadas estas diligencias se me entreguen
orig-inales en públíca forma en manera que hagan fe para el uso de
mi derecho. Justicia que pido (una palabra ilegible) lo necesario.Sliguel Díaz.-Auto.-Por
presentada
con los documentos
que cita
y como se pide Así lo mandó y firmó el Sr. Licenciado
Dn. Joaquín
María López de Ayala, abogado de los Reales Consejos
y Alcaide
Illayor por S. 3. de esta villa de Villarrobledo,
a veintinueve
de juIIO de mil ochocientos
y quince.-Joaquín
María de Ayala.-Antonio Vicente
Porcel.-Rubricados.-Inmediatamente
yo el Escrihano hice saber dicho auto a T1n. Miguel Díaz, estante al presente en
rsta x-illa, en su persona.-Doy
fe.-Porcel,
rubricado.-Declaración de Sebastián Caro.-&
la villa de \‘ii!;irrobledo.
‘i :&ítinueve
de julio de mil ochocientos
quince, ante el Sr. Alcalde
!&yor
de
c\la por S. M., fue comparecido
Sebastián Caro, maestro de sastre,
vecino de ella, y su merced con presencia de mí el Escribano,
se recibi8 juramento
de ley que hizo según se requiere y a su cargo
ofreció decir verdad en lo que supiere y le sea preguntado.
rZ ( ( nsecuencia de lo cual y habiéndole
puesto de manifiesto
el papel,
nota o certificación
presentada,
dijo : Que cuantas partidas
en 61
se notan y manifiestan,
son ciertas e indudables,
y todo Torno tnI
maestro
de sastre corrió por su mano, cosió y formó el vestuario
que incluye, ejecutándolo
de mandato y a expensas de Dn. .Migucl
Díaz, contenido
en el mismo, a cuyo efecto convocado
v liamado
por éste en las casas de D. Juan ‘Forre de esta vecindad, adondeeli aquel entonces estuvo alojado ; que la firma y rúbrica que contiene dicho papei o nota, es suya propia, la que estampó y puso en
rl i,:if?l!o c1ia de <LI fecha sin cosa en contrnrio,
y como tal por
Que es cuanto puede decir y la versuya eil este ::cto la reconoce.
hecho, y ésta su declaración
leída se
<l;id :1 r;!rw3
cl?1 juramento
ú,firmó y rztificó ; dijo ser de más de treinra 60s
y lo firma con
Caro.-Antonio
su merced.
Doy fe.-López
de ,%yala.-Sebastián
\?cente
Porcel.--Kubricados.-Deciaración
de D. Juan Torre.& la misma villa, los expresados
días, mes y alio. ante el referido
Sr. A.lcalde mayor, fue comparecido
Dn. Juan de la Torre. ;-ecino
de ella, y su merced con presencia de mí el Escribano,
se recibió
iuramento
de ley que Iiizo según se requiere y a SII car:?o ofreció de& verdad en lo que supiera y le sea preguntado ; a virtud de lo cual
y puesto de manifiesto
ei papei o nómina presentado,
dijo: Que por
~1 tiempo que expresa.
alojándose
en sus casas, D. Miguel Diaz,
68
SlCOLiS
HORTA
RouRiGvEz
contenido
en el mismo, mandó llamar al maestro de sastre Sebastián Caro, por quien se halla firmado,
y tratando
ambos y conviniéndose,
formo
y cosió éste las chaquetas,
pantalones
y demás
prendas
contenidas
en el mismo papel, cuyo gasto sufrió y satisfizo a sus expensas el mismo Dn. Miguel, quien hizo entrega respectiva de ellas a la tropa de su mando por venir falta y escasa de vestuario. Que es cuanto puede decir y la verdad a cargo del juramento prestado, y esta su declaración leída que le fue se afirmó y ratificó ; dijo ser de más de treinta años y lo firmó con su merced. Doy
fc.-López
de Ayala.-Juan
de la Torre y Romo.-Anton:o
Vicente Porcel.-Jiubricado.-Yo,
el mismo Vicente
Porcel,
Escribano
del Rey S. S. en su Corte y reinos y senoríos, del número de la villa
de San Clemente y del de esta de Villarrobledo,
su Juzg-ado y Ayuntamiento mi vecindad, presente fui al juramento,
examen y diligencias de los que anteriormente
han depuesto,
con el Sr. Alcalde Mayor, Juez en estas diligencias
y demás que de mí se hace mención;
en fe de io cual y cumplimiento
con lo mandado, io signo y firmo
en los mismos día, mes y ano.--V’icente
Corcel, rubricado.))
(Reproducido
en el núm.
páginas Ujpx y 129, señalado
Boc.
de la REVISTA
DE
allí con el núm. 9).
13
L -IX-ORIA
MILITAR,
10.
(Certificado).-«V-alga
por el sello correspondiente
y año de 1810,
por no haberlo en esta villa.-Don
Nicolás Figueroa
de la Torre,
regidor decano y regente de la Real jurisdicclon
de esta villa de Campo de Criptana,
y Pablo Pérez de k!ustos,
Escribano
del Ayuntamiento de ella.--Certificamos
en la forma
que más haya lugar:
Como en el día 9 del corriente
tuvo D. Miguel Díaz, capitán y
comandante
de la Partida
Volante
de la Caballería de Fernando
séptimo, con los individuos
de ella, un reñido ataque con una partida de franceses
de ciento y treinta hombres en la villa de Alcázar
de San Juan, una legua de esta población, que duró desde las siete
de la mañana hasta las siete de la tarde, persiguiendo
al enemigo
con su intrepidez
y acostumbrado
valor hasta cerca de Puerto Lapiche, distante cuatro leguas de dicha villa de Alcázar. Y en el día
de ayer dieciséis, en el mismo sitio del Puerto, tuvo dicho capitán
y su partida otro reñido y cruel ataque con el enemigo, éste de ochenta hombres, únicos de que se componia la partida que bajaba de Consuegra a Villarrubia,
en cuya gloriosa acción quedaron muertos cincuenta y dos franceses,
incluso el jefe o comandante
que los mandaba, y aprehendió
los veintiocho
restantes,
veintidós
heridos, más
Q menos, y seis sanos que actualmente
se hallan en esta Real cár-
HISTORIA
DEL
GUERRILLERO
DUX
MIGL‘EL
DiAZ
69
cel, sin que ninguno se fugase ; y en cuya acción tuvo dicho capitán Díaz la pérdida de dos hombres muertos y siete heridos, tres
caballos muertos
y ocho heridos ; de cuyas resultas de ambos ataques se halla la partida bastante fatigada y con precisión
de algún
descanso. Todo así nos consta por lo que hemos visto y presenciado por nosotros
mismos,
por oídas a los enemigos prisioneros
heridos y sanos, y por informes
fidedignos
de personas
que han presenciado las dos acciones de que se hace mención, constando así de
(ilegible) y notorio.
Y para los efectos que con,ducir puedan a dicho
capitán, a su instancia damos la presente que firmamos
en esta VIII~
de Campo de Criptana a diez y siete de mayo de mil ochocientos
y
diez.-D.
Nicolás
Figueroa.-Pablo
Pérez de Bustos,
rubricados.»
Doc. 12.
«Son las seis de la tarde cuando recibo el único oficio de Vd. en
que me dice se trasladaba con su corta partida a Socuéllamos
a esperar mis órdenes. El otro que Vd. y el Alcalde Mayor de Villarrobledo me dirigieron
a la Osa, no ha llegado a mis manos, pero allí
supe cuando llegué ayer tarde, que un destacamento
enemigo de 100
caballos se hallaba aquí, y aunque sospeché no encontrarlo
ya, me
puse a las diez de la noche en marcha con este objeto y a la madrugada de hoy he llegado aquí sin embargo
de haber sido la noche
tempestuosa
y de fuerte íluvia, y supe que a los dos de ayer tarde se marcharon
precipitadamete
los ciento cuatro
soldados
de a
caballo franceses
que aquí estuvieron.-En
vista del apreciable ofrecimiento que Vd. hace de unir sus fuerzas, aunque cortas, a la Divivisión de mi mando, le advierto
reservadamente
que mañana temprano pasaré a Alcázar de San Juan, si no hubiese ocurrencia
que
lo impida. Tendré mucha complacencia
en que se verifique
la oferta de Vd. y hago el más distinguido
aprecio de ella, porque además
de ser la primera y única, me lisonjeo de las ventajas que se conseguirán sobre los enemigos,
al haber oído decir el denuedo, bizarría y distinguido
arrojo con que acaba Vd. con su partida de atacar y vencer en las ventas de Puerto-Lápiche,
a los ochenta y tantos que se le presentaron,
matando el mayor número y haciendo prisioneros a los restantes,
noticia que con mucho doy al general en
jefe del Ejército
del Centro.-Dios
guarde a V. muchos años.-Tomelloso, 20 de mayo de X310.-Vicente
Osorio.»
(Dirigido
el oficio
a ((Sr. D. Miguel Díaz»).
Doc.
153.
«Por partes que ha tenido esta Junta y por los que se me han
dado de las grandes-guardias
referentes
a las relaciones
que han hecho en ellas los que vienen dei Pedernoso,
se snlx sin dudar que
‘70
NCOLáS
HORTA
RODRíCUEZ
los enemigos llegaron ayer tarde, cerca de ponerse el sol, a la Choza del Ciervo, tuvieron
allí un choque con la partida de «Francisquete», que tuvo que ceder y retirarse.
Es muy creíble que persigan los enemigos a dicha partida y aún el que vengan hasta aquí ;
por lo que sería del mayor interés que Vd. con la (está roto el papel, pero debía de decir «suya»), se dirigiese
inmediatamente
a la
retaguardia
de los enemigos
y por ella les causase cuanta estorsión pueda, bien seguro que regularmente
les sorprenderá
con esta
operación,
pues se persuaden
que cuantas fuerzas hay nuestras
por
aquí, las tienen sólo a su frente. Las suyas son las mismas que renían en Alcázar,
según lo que han presentado.-Dios
guarde a Vd.
muchos
aíIos.--San
Clemente a las 21/2 de la mañana del 25 de
mayo 1810.-Vicente
Osorio,
rubricado».-Al
margen:
«P. D. SC:
que hoy debía llegar a ésa el brigadier Dn. Emeterio Celedonio Barrcdo para pasar a ésta a que conferenciásemos.
Es importante
le deje
Vd. dicho esta novedad y que me parece debe retirarse
al punto
donde salió, pues yo no podré permanecer
en éste según las instrucciones
que tengo.-Rubricado»
(Oficio
dirigido
a «Sr. D. Miguel Díaz»).
«La Junta del Partido de San Clemente me ha dado parte de haberse pasado a nuestras banderas un soldado alemán en la villa de
Campo de Criptana,
asegurando
que sus camaradas
seguirían
su
ejemplo, si no fuera por temor a las partidas..-Y
a fin de que conozcamos
si este modo de hablar es verdadero
o bien sólo una escusa, prevengo
a Vmd. que mirando e! servicio de proteger
la deserción con preferencia,
encargue Vmd. de mi orden a los cabos
y demás individuos
de esa partida, que en lugar de maltratar
a los
desertores
que encuentren
de las tropas
enemigas,
los protejan
ayuden y auxilien hasta presentármelos
en esta capital;
en la inteligencia de que apreciaré
mucho este mérito de Vm. y de los dependientes
que manda.-Dios
guarde a Vm. muchos años.-Cuenca, 3 de junio de 1810.-Luis
Alejandro
de Bassecourt.»
(Oficio dirigido a «Sr. D. Miguel Díaz»).
(Oficio del F re s’ldente de la Junta de San Clemente). «El Sr. Comandante General de esta provincia,
en oficio que acaba de recibirse en este momento con expreso ganando horas, dice a esta Junta
lo siguiente:
c(Eii esta hora que son las doce de la noche, mi avisan que los enemigos,
en dos columnas de mil y quinientos
hombres cada una, se han dirigido
a la villa de Tarancón,
pasando el
Tajo por las barcas
de Fuentidueña.
Con esta noticia
encargo
HISTORIA
DEL
GUERRILLI:RO
DOP\‘
MIGTXI.
DÍ:\Z
71
.a V. S. muy estrechamente,
no sólo que redoble su vigilancia
por
esa parte, sino que despache un postillón
0 postillones
en busca de
partidarios
de D. Francisco
.%ncilez,
que me acaba de escribir
desde el Campo de Criptana,
D. Mig-uel Díaz y 1). Eugenio Velasco, que también estarán
por #esos contornos,
para que, reuniendo sus fuerzas
o bien en partidas
separadas,
como mejor les parezca y crean más útil, amaguen y ataquen la retaguardia
enemiga
por Saelices, Uclés y demás caminos que tengan por convenienkIgualmente
les prevendrá
V. S. procuren
a cualquier costa inutilizar
las barcas de Fuentiduefia
y sus inmediatas,
para impedirles
su retirada y comunicación
con Madrid,
ejecutándolo
todo con la celeridad y valor que tienen tan acreditados.
En inteligencia
de que si
desempeíían
mis intenciones
en los términos
que les propongo
y
espero de su patriotismo,
solicitaré con eficacia que S. M., la Suprema K.egencia, premie este mérito como tan interesante
a la defensa
de esta provincia y de su capital.-Lo
participo a Vd. sin perder momento, para aprovecharle
en el cumplimiento
de una Orden tan interesante al Real Servicio, y espero SLI puntual aviso para elevarle
a dicho Sr. Comandante
General.-Dios
guarde a V. muchos años.Naría de Ag-uirre.))
(Dirigido
San Clemente y junio Ci tl e íSIO.-José
al «Sr. D. Xligucl Díaz»).
Doc.
75.
de la partida de \‘e(Oficio).-«Luego
que supe la conducta
lasco comandada
por su hijo, hice salir cincuenta infanics
4; 0~30
caballos, que todavía están persiguiéndole,
para que los prendiesen,
y hasta ahora sólo me han remitido
dos, los mismos que en este
día dirijo al Cuartel General con una partida de dispersos.-Tengo
órdenes terminantes
para extinguir
todas las partidas
y, al efecto,
espero la Caballería
que he pedido. Todo individuo
del Ejército
debe contribuir
a que no exista semejante canalla, pues que además de los males que causan en todas partes, son causa tambrén de
que crean en el mismo porte y conducta en los individuos
del Ejército.-Remito
a Vm. un pliego que me dirige el general y no le he
mandado antes por ignorar
su paradero.-No
será malo me mande V. M. todas o parte de las municiones,
y que me continúe sus
avisos para auxiliarnos.-Dios
suarde a .V. muchos años.-Barrax.
16 de junio de 181.0.-Emeterio
Celedonio
Barredo.»
(Dirigido
a
«Sr. 1). Xiguel Díaz»).
Doc.
.1ö.
((He recibido con la mayor satisfacción
el oficio de Vd. de 27' de
junio último, en que me relaciona la acción que sostuvo con los enemigos entre .Santa Cruz (de Mudela) >- T’nldepeñas. y quedo entera-
72
NICOLÁS
BORTA
RODRíGUEZ
do de la bizarría con que se portó la tropa de su mando y de la pérdida que tuvieron los enemigos, así como de las noticias que me comunica, que espero me continuará,
como que es cosa interesante para
el bien de la Patria.-Para
poder poner en noticia de S. M. esta bizarra acción, es necesario que V. me conteste al oficio que en 20 de
junio último, de que es copia la adjunta, le pasé comunicándole
la
resolución
de S. M. sobre la otra acción que tuvo en Puerto-Lapiche. Hágalo
V. con la mayor brevedad,
para que los individuos
que tiene a sus órdenes disfruten
los premios que S. M. se digne
concederles
por los servicios
que hayan hecho.-Incluyo
a V., para
el uso que debe hacerse, los tres ejemplares del Real indulto que se
ha servido expedir S. M.-Dios
guarde a Vd. muchos años.-Cuarte1 General de Elche, 7 de julio de íSlO.-Manuel
Freire,
rubricado.» (Dirigido
a «Sr. D. Miguel Díaz).
Doc.
17’.
«Es propio del valor que caracteriza a Vm. el modo con que convidó por su papel de 2 de este mes al comandante
francés de Santa’ Cruz de Mudela a medir su espada con la de Vd. en el campo.
Pero no es contrario
al carácter
francés
el resultado
que tuvo:
bien claramente
demostró
que sólo con fuerzas muy superiores
y
con la intriga son capaces de pelear. Habiéndome
servido de mucha
satisfacción
el entusiasmo
con que se portaron
en la acción del 3 los
individuos
de la partida de su mando, matando a 16 enemigos
e
hiriendo a otros, sin que por nuestra parte hubiese la menor desgracia. Es contestación
al oficio de V. de 4 de este mes. Dios guarde
a V. muchos.-Cuartel
General de Elche, 11 de julio de 1810.-Manuel Freire,
rubricado.))
(Dirigido
a «Sr. D. Miguel Díaz, Torrenueva»).
Doc.
II.
(Oficio del Presidente
de la Junta de San Clemente).
«La Junta
ha recibido con tanta complacencia
como gratitud
las brillantes
acciones de V. y de su valerosa y ordenada partida, detalladas en SHS
oficios del 27 de junio y 8 del actual, sintiendo las faltas de las
del 4, pues seguramente
no las recibió y espera que Vd. en primera ocasión se la detalle.-Cuanto
Vd. comunique a la Junta, tanto
será remitido
al Sr. General Bassccourt
y a otras superioridades,
para que circulen y sean imitados
los rasgos de valor y patriotismo.-El
dador informará
a Vd. cómo los cuatro extranjeros
pafueron gratificados
con 200 reales
sados de las banderas enemigas,
al Cuartel
General del’
cada uno y remitidos,
según su voluntad,
Ejército
del Centro.-Dios
guarde a Vm. muchos años.-San
Clemente, julio 13 de 1810.-José
María de Aguirre.))
(Dirigido
a «señor D. Miguel Díaz»).
HISTORIA
DEL
GUERRILLERO
DON
MIGUEL
Di.\Z
Doc. 19.
«En virtud del testimonio
que Vd. me ha presentado,
en el que
la Justicia de la villa de Campo de Criptana,
hace manifiesto el desorden, la tropelía
y desacato
que com+eron
en dicha villa varios individuos
de la partida de «Francisquete»,
pues atropellaron,
prendieron
y maltrataron
a D. T,eón Eguía, comandante
de una
corta partida del «Escuadrón
Volante», que está a cargo de V. ; desde luego deberá reunir la mayor porción
posible de sus individuos
y, con ellos, pasar Vd. mismo en busca de los que se nombran por
la expresa
Justicia,
cabezas de aqu’el escandaloso
desorden,,
que
son Benito Cuerva,
Hilario
Sánchez, hijo de «Francisquete»,
Martín Almarza y Juan llamado «el madrileño» ; cuyas personas
buscará Vd. con el mayor cuidado, y donde quiera que las halle serán
aprehendidas
y conducidas adonde yo esté, con toda seguridad y resguardo, procurando
Vd. hacer estas diligencias
con la posible precaución para que se evite resistencias
de armas que, sobre ser perjudiciales,
desacreditarían
a los que indiscretamente
hubieran
proporcionándolas.-Si
al mismo tiempo se le proporcionase
a Vd. encontrarse
con el comandante
de dicha partida D. Francisco
Sánchez,
lo arrestará
y conducirá a mi presencia con el decoro que corresponde a la distinción
que el Gobierno
le ha dispensado,
pues no
puedo persuadirme
que aquellos desórdenes
y por otros que ha cometido, no estén tolerados
por él, además que tiene contra sí el
haber desobedecido
una orden del Excmo.
Sr. General en Jefe.Espero y repito a Vd. que uno y otro servicio lo desempelle con
la mayor prudencia,
evitando
las ocasiones
de escandalosas
resistencias, pues el tiempo y la cautela ,debe proporcionar
a Vd. que
desempeñe estos interesantes
encargos
como se desea, que es sin
dar lugar a las resistencias ; y, sobre todo, es muy importante
que
se observe la mayor reserva,
sin la cual nada podrá conseguirse.Dios guarde
a Vd. muchos
años. Albacete,
,2 de noviembre
de í810.-Vicente
Osorio,
rubricado.»
(Al margen):
«P. D.-Las
Justicias
deberán auxiliar a Vm. para el logro de los encargos
que
aqui se expresan,
a cuyos efectos se servirá presentarles
con reserva este oficio, y sólo en los casos indispensables,
para no dejarlas
comprometidas.-Rubricado.»
(Oficio
dirigido
a «Sr. D. Miguel
Díaz))).
Doc. 20.
«Sé de positivo
que por los dias 16 ó 18 del mes pasado de noviembre, aprehendió
la partida de Vd. al que llaman «El Capador»,
individuo
de la de «Francisquete)),
el mismo que quitó n mi Regimiento
un caballo en primeros
de octubre.
Sé también de positivo que el caballo quedó en la partida de TTd., el cual es de las se-
ñas que manifiesta
la papeleta adjunta. Y en vista de que no dudo
se hallará dicho caballo en esa partida de su mando, espero se servirá Vd. enviármelo
a Albacete,
como también su montura,
si es
que la llevaba cuando se le quitó al «Capador».-Es
muy urgente
que cuanto antes sea posible, procure Vd. venirse a avistar al arrecife (camino) de Andalucía por las ventas de Puerto-Lápiche,
u otro
punto que le acomode, pues los convoyes enemigos que ahora pasan
no van con tanto cuidado, que no fuese fácil darles algún golpe
de los que Vd. ha acostumbrado
en aquel sitio. - Dios guarde
a Vd. muchos
años.-La
Roda, 4 de diciembre de 183.0.-Vicente
Osorio,
rubricado.))
(Oficio
dirigido a «Sr. D. Miguel Díaz»).
Doc.
21.
(Real Despacho).
«Don Fernando
Séptimo, por la gracia
de
Dios Rey de Castilla, de León, de Aragón,
de las dos Sicilias, de
Jerusalén, de Navarra,
de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca,
de Sevilla, de Cerdeaba, de Córcega, de Murcia, de
Jaén, de los Algarbes,
de Algeciras,
de Gibraltar,
de las Islas de
Canaria, de las Indias Orientales
y Occidentales,
islas y tierra firme del mar Océano ; Archiduque
de Austria;
Duque de Borgoña;
de Brabante y de Milán : Conde de Abspurg,
Flandes, Tirol y Rarcelona ; Señor de Vizcaya y de Molina, etc.-Y
en su Real nombre
el Consejo de Regencia de España e Indias.-Por
cuanto atendiendo a los servicios y mérito de vos Dn. Miguel Díaz, he tenido a bien
nombraros
capitán comandante
de la partida de guerrillas
titulada
«Fernando
Séptimo» : Por tanto, mando al General en Jefe del tercer Ejército,
dé la orden cono-eniente para que se os ponga en posesión de dicho empleo en la referida partida, guardándoos
y haciéndoos
guardar
las preeminencias
y exenciones
que os tocan y
deben ser guardadas ; que así es mi voluntad y que de este Despacho
se tome razón en la Comandancia
Principal
del mismo Ejército,
donde se os formará
el asiento forrespolidiente.----Dado
cn Cádiz a
ocho de agosto de mil ochocientos
once.-Yo
el Rey.-Gabriel
Císcar, presidente,
rubricado.José de Heredia, rubricado.-V.
M. nombra capitán comandante
de la partida de guerrillas
titulada «Fernando Séptimo»,
a D. Miguel Díaz.-Cuartel
General de Valencia,
cuatro
de noviembre
de mil ochocientos
once. - Cúmplase
lo
que S. M. manda y, en su Real nombre,
el Supremo
Consejo de
Regencia.-Joaquín
Blake,
rubricado.-Valencia,
7 de noviembre
de 1.811. Tómese razón en la Comandancia
Principal de este Ejército.-Como
Ministro
principal
de Hacienda
y Guerra.-Joaquín
Villarroya,
rubricado.-Tomó
razón.-Por
ausencia del Sr. Contador,
Juan Domingo
Longuet,
rubricado.»
HISTO1:IA
DEL
GCERRILLERO
DON
YIGUEL
Di.42
75
(Certificado).
trDon Francisco
Machado,
capitán del 6.O escuadrón ligero del Real Cuerpo de Artillería
y comisionado
por el Mariscal de Campo de los Ejércitos
nacionales, Dn. Felipe de la Roche,
para la requisición
de caballos y yeguas.-Certifico
haber entregado
a dicha comisión de requisición
un caballo cuyas resefías al margen
se expresan,
apreciado por el mariscal de la misma en quince doblones.-Elche,
9 de noviembre
de 1812.--Son
900 reales de vellón.Francisco
Machado,
rubricado.
- Como mariscal
de la Comisión,
Antonio Gómez.)) Al margen:
«Caballo castaño oscuro, cabos negros.
calzado del pie izquierdo,
siete cuartas y cuatro dedos, cerrado, sin
hierro.»
BIBLIOGRAFÍA
(1) PRíICll'li:
Gne,ru
de lo Iildeperldci,cia.-Ilisto~ia
del lec’autanzierlto,
gzlerra
y
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(2)
(3)
(4)
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CA~L.USCOURT: Mémoires.
L
II
‘Ciudad
Rodrigo
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Mapa
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guerrillero
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Volante
~Tomelloso
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de Fernando
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Clemente
de Montiel
1’11~
@ALBACETE
*Caravaca
Alcalá
de Chisvert
POLITICA
DE GUERRA
por TOMAS
Y SEGURIDAD
SANCHEZ
DEL
ESTADO
DE BUSTAMANTE
General de Brigada del Ejércilo Argentino
Ex-Agregado Militar en España
1.
Esta exposición
,saber :
~~~~~~~~~~~
comprenderá
PREVIAS
cinco aspectos fundamentales,
a
-
Una introducción, cuyo propósito será destacar la importancia y naturaleza integral del tema.
-
A continuación nos referiremos al drama fundamental ligado
al problema de la seguridad nacional : la guerra, mostrando
sucintamente la evolución que ésta ha sufrido a través de la
historia, hasta adquirir los perfiles actuales, con su carácter
total y su contenido profundamente ideoIógico.
-
Luego, daremos la situación mundial que enmarca la Argentina, en uti mundo ,de estrategia fundamentalmente bipolar.
-- Lograda así, en adecuada medida, la ambientación y el telón
de fondo necesarios.
proyectaremos
sobre este último 10s conceptos, definiciones y esquemas básicos, sobre los cuales se
articula, organiza y conduce la Seguridad Nacional, en un EStado representativo
y federal como es la República Argentina.
- Finalmente seiíalaremos, en síntesis, algunas de las conclusiones esenciales sobre el tema expuesto.
2.
hTRODUCCIóN
«Al cabo, hemos comprendido -expresaba en un mensaje al Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica, el General Eisenhowerque la defensa nacional no es propiedad exclusiva de los
78
TOMÁS
ShCHEZ
DE BUSTAMANTE
hombres
de uniforme,
sino responsabilidad
también del trabajo,
la
administración,
la agricultura,
la industria ; en suma, de todo grupo,
que forma parte del conjunto
nacional.»
Sin embargo,
no siempre ocurrió así. De la variedad de criterios
respecto de la competencia
en la materia, tiene antecedentes
muy elocuentes la historia reciente.
«La guerra es una cosa demasiado grave para que la manejen los
militares».
Así afirmaba «el Tigre» Clemenceau,
en ocasión de disdel Comando
Supremo
cutirse
en Londres,
en í.917, la creación
Aliado.
En los antípodas
de este concepto,
el Mariscal
Ludendorf
sostenía: «La política es esa cosa que hacen los civiles». También Adolfo
Hitler expresó
que cce1 bw2nio militar estj siempre fuera del círculo
de los expertos».
Durante
el reinado de Napoleón III, es conocida la controversia
que se suscitó entre él y la Academia Francesa, a propósito de la
incorporación a ésta de una ciencia militar para civiles. La votación
arrojó 34 votos en contra y í4 a favor. La afirmación que hizo la
Academia de Francia fue rotunda: «tal ciencia militar no existe».
Sin embargo, la realidad del mundo contemporáneo ha sancionado
ya la necesidad de que todo cuanto afecta la seguridad de los Estados,
sea conocido por quienes tienen responsabilidad en la organización
de la defensa del patrimonio cultural y físico de la Xación, y en la
coordinación del empleo de los medios e instrumentos jurídicos disponibles, para atender así a las exigencias del problema.
La ‘liniversidad de Zaragoza cuenta hoy en día para ello con una
cátedra de «Cultura lMilitar». Con propósitos análogos, existe en nuestro país la «Escuela Xacional de Guerra».
En los Estados Unidos de Norteamérica, la Universidad de E-larvard, por ejemplo, posee una «Escuela Civil de Guerra)), nombre éste
aparentemente contradictorio,
pe;o de cuya legitimidad nos da fe el
carácter integral de los conflictos contemporáneos, que impide una
separación de conceptos entre lo civil y lo militar.
En dicha (<Escuela Civil de Guerra» se examina la política de
defensa y administración de los Estados Unidos de Norteamérica, en
función de la Ley de Seguridad Nacional del allo 1947, con sus enmiendas. Cabe senalar que esta Ley prevé 31 secretarios: subsecretarios y secretarios auxiliares para integrar el Departamento de Defensa.
Sus funciones
non tres : La primera,
llevar a cabo una tarea de
información
y análisis del problema, que permita constituir
un núcleo
de opinión pílblica que respalde toda
la actividad de gobierno en lo
que hace a la seg-uriclad nacional. En segundo término,
desarrollar
aque!!ns e;tuclio
especializados
que capaciten
Ana cantidad suficiente
dc los futuros
funcionarios
que habrkn de ocupar puestos de responsal~ilidatl en ci tema. Finalmrnte,
realizar un examen crítico de los
distintos
términos
de la ecuación del problema de la seguridad de la
nación, a fin de proponer
mejores procedimientoc
para resolverlos.
El hecho cierto es que la forma republicana
de gobierno presenta
problemas
de responsabilidad,
organización
y control
militar,
que
eran prácticamente
inexistentes
cn la época de las monarquías.
A partir de la Primera Guerra Mundial se percibió que, pese a que
la conducción
de la guerra en tiempos pasados fue principalmente
incumbencia de almirantes
1i generales, el problema
de orientar todos
10s
recursos de una nación hacia Lm obietivo definido, era demasiado
vasto para ser manejado eficientemente
por una sola clase de líderes.
‘i‘o tardó en resultar evidente que en semejante lucha los líderes
militares profesionales
no podían organizar
y distribuir
los recursos
nacionales en forma integra! y eficiente.
h la sazón, en Alemania,
la necesidad de afrontar
la certeza de
Il:12
guerra larga, impuso oraO-anizar en 1924, despu& del Marne, un
Estado Mayor Económico,
a cuyo frente se colocó el presidente de las
más importantes
empresas financieras
e industriales
del Imperio.
El
doctor 1Valther Rathenau debe contarse entre los primeros
civiles de
Alemania que previeron
todas las complicaciones
que reportarían
la
g-uerra de trincheras
y la lucha por el material que sobrevinieron.
Se
dice que Moltlte «el joven» le dijo en una ocasión:
«No me moleste
con la economía
; estoy ocupado dirigiendo la guerra». La labor de
SLI repartición
se volvió tan importante? que en 191s era la mayor dependencia del Ministerio de Guerra.
En Gran BretaÍía, por su parte: Lloyd George insistió repetidas
veces en la necesidad de coordinar la acción militar. A este respecto
escribió después de la guerra : «Las dificultades experimentadas porel Gabinete de Guerra en abordar sus problemas son inherentes a todas
las operaciones de guerra, cuando la opinión de los civiles choca con
la de los expertos. La ciencia y la estrategia navales son asuntos
muy fuera de los alcances de los profanos y la aureola de autoridad
80
TOMÁS
SÁXHEZ
DE
BUSTAKWTE
resplandecía
sobre los dirigentes
del Alto Comando Naval. Cada vez
que yo insistía en la adopción del sistema de convoyes> me encontraba,
como lo he expresado,
con el indiscutible
razonamiento
de que los
,expertos del Almirantazgo
sabían por razones técnicas que ello era
imposible.
Eso, por supuesto,
era muy difícil de rebatir. La estrategia no es enteramente
un problema militar. Hay en ella un elemento
importante
de alta política».
((La guerra no es una ciencia exacta como la química 0 las matemáticas, en las que sería presuntuoso
por parte de cualquier persona
que ignore sus primeros
rudimentos,
el expresar
una opinión contraria a la de aquellos que están completamente
familiarizados
con
sus principios.
La guerra es un arte cuyo progreso
depende más de
la experiencia
que del estudio, y más de las aptitudes naturales y del
criterio que de cualquiera de ellos.»
En Francia,
las relaciones entre los elementos civiles y militares
del Estado fueron establecidas ya en 1913, en un decreto que decía:
«El Gobierno,
que es responsable
de los intereses vitales del país, es
la única autoridad
competente
para fijar los objetivos
positivos
de
la guerra».
En la Universidad
de Princeton se señal6 en la década pasada que
«la guerra moderna es total y para su conducción
es necesario que
las autoridades
técnicas y profesionales
sean apoyadas y, si es necesario, dirigidas
por los jefes del Gobierno,
quienes tienen la capacidad
de poder abarcar no solamente a las fuerzas militares,
sino también
a las políticas
y económicas
en acción y quienes tienen además el
poder que permite concentrarlas
para la obtención del fin perseguido».
Y agregaba : «En la actual época de una guerra compleja y omnímoda, solamente ellos poseen la información,
amplitud de miras, independencia y poder necesario para el éxito en la conducción
de la
guerra. Si consiguen
establecer bases firmes de cooperación
con los
líderes militares
profesionales,
su
labor se ve muy facilitada.
Si fracasan pueden esperarse entonces ásperos razonamientos,
pérdidas de
eficacia y aún el desastre».
Lloyd George y Clemenceau, ya en los años 1916 a :1918; Churchill, Hitler, Roosevelt o Stalin, en la Segunda Guerra Mundial, constituyen la imagen del administrador
civil en las funciones que la guerra
moderna impone a los dirigentes
de todo Estado.
POLfTICA
DE
GUERRA
3.
DE
Y
LA
SEGURID.AD
DEL
ESTADO
81
GUERRA
Es obvio que el problema de la seguridad del Estado se vincula
al ,drama de la guerra, del que resulta funci& matemática directa.
La ya clásica definición de Clausewitz, a cuya obra el más eminente
publicista militar contemporáneo, el capitán inglés Lidell I-Iart, denomina «Las sagradas escrituras militares», nos dice que «la guerra
es la política continuada por otros medios».
A este concepto, que podríamos denominar clásico y occidental,
los comunistas oponen este otro : «La guerra está en el centro de la
política» ; o sea, en la conocida frase de Mao Tse Tung : «la paz es la
continuación de la guerra por otros medios)).
Ello significa que, en el primer caso, al entrar en guerra la política,
la conducción del Estado modifica los términos de su «Gramática»,
dice Clausewitz. Y es que va de suyo que el fin de la guerra, es la paz.
En cambio, en la óptica marxista, la guerra es simplemente el
medio necesario para el logro de sus objetivos de magnitud mundial,
A través de la historia, la guerra se ha manifestado persiguiendo
tres fines de naturaleza perfectamente diferenciahles :
1) El aniquilamiento del adversario y la destrucción del pueblo.
2) El desgaste que busca la «paz blanca» y la asimilación e integraci<ín de un nuevo estado de cosas del país o grupos de
países que se persigue vencer.
3j J,a conquista psicológica e ideológica de una población.
Por otra parte, la dinámica de la guerra, sus causas, sus perfiles y
su fisonomia, han sufrido una permanente transformación.
Ella es
consecuencia, en primer lugar, de los cambios de las organizaciones
políticas ; en segundo, de la constitución social ,de sus estamentos
humanos ; y tercero, del desarrollo económico y técnico de los Estados.
‘Dicho en otra forma, las causas de esta evolución han sido el
progreso material y las transformaciones sociales y políticas ; el aumento de los efectivos en lucha como consecuencia de este progreso
material, y el carácter cada vez mayor de los grupos humanos que se
enfrentaban y de las áreas en las que lo hacían.
Tan rápido y de tal magnitud y naturaleza ha sido el desarrollo de
los medios de destrucción que emplean los pueblos en la guerra, que
es oportuno
recordar la célebre contestación
del escritor y humorista
inglés Bernard
Shaw, cuando interrogado
respecto de cómo imaginaba que sería la cuarta guerra mundial, contestó:
((con arcos y flechas».
Desde la falange griega no permanente
y la legión romana con
cte1 privilegio
de ser soldado», a través de la «mesnada» medieval y
las órdenes de caballería, pasando por el soldado profesional
de la
época renacentista,
arribamos
a los ejércitos,
expresión
militar de
las nacionalidades,
cuando éstas se constituyen
políticamente
en
Europa.
La Edad Contemporánea
nos muestra las coaliciones y los grandes ejércitos
y un hecho fundamental:
así como la reforma protestante aportó el ingrediente
ideológico que transformó
las características de la guerra, al trasladarla
también al ámbito del espíritu de las
poblaciones ; la Revolución
francesa sumó con el ingrediente políticoideológico el carácter generai de la lucha, dándole las características
de guerra de pueblos con la célebre ((leva en masa)), primer fenómeno
de conscripción
general. Yació así el concepto de la ctnacibn en armas»,
insinuando los elementos que habrían de configurar
la guerra integral.
La revolución
industrial
con la máquina de vapor, los medios de
comunicación
que permiten la conducción
de grandes masas de hombres en extensiones
,de cientos de miles de kilómetros
cuadrados,
los
ferrocarriles,
etc., extienden más tarde la magnitud
de la guerra a
niveles nunca antes conocidos,
ni siquiera concebidos,
Es la otra
etapa en que aparecen los problemas
sociales como telón de fondo o
epílogo de las guerras.
Así, la Primera Guerra Mundial finaliza en una situación radicalmente distinta a Ia perseguida
en sus comienzos,
con las condiciones
del tipo político que generaron los movimientos
totalitarios
de izquierda y ,de ,derecha en los países europeos con sus ecos en el resto del
mundo.
En tales circunstancias
se llega a la Segunda Guerra Mundial, en
la que las características
de su ambiente continúan en transformación
progresivamente
acelerada. Las unidades blindadas, la guerra ideoIogicá, «Ia quinta columna», el «partisano», y finalmente la bomba atómica, superando toda capacidad de ,destrucción conocida. Surge el soldado científico,
y el laboratorio
es promovido
a un nivel de jerarquía
igual al del más importante
Estado Mayor.
El petróleo, el acero, el
caucho, el aluminio, los materiales sintéticos,
pasan a ser elementos
I’OJ>!TICA
DI;
GCERRA
Y
SEGURIDAD
Dl11.
ESTADO
Sá
bélicos de igllal 0 mayor importancia
que las armas mismas. Las concepciones del profesor
Braun con sus cohetes «V-l» y «V-Z», insinúan
ya en forma cierta las perspectivas
casi ilimitadas de la lucha en los
espacios siderales.
Ante la espoleta electrónica,
Churchill
hace este vaticinio:
((Lac
posibilidades
de este medio de defensa son tales, que está destinado a
hacer que los medios de defensa antiaérea superen a los medios de
agresión
aérea. Ello significa
que la iniciativa habrá de pasar fatalmente a la tierra y nuevamente
el que domine los mares dominará
de nuevo el mundo)).
La Segunda Guerra Mundial, particularmente
con el emp!eo ma.sivo del arma aérea? cierra la época del beligerante
diferenciado.
Ya
no hay ciudadanos
y soldados,
sino que el frente tiene carácter integral. La violencia, el riesgo y la muerte, están presentes
en todas
partes. Las acciones con medios atómicos sobre Hiroshima
y Nagasaki, provocan
un cuadro de destrucción
que hubiese hecho empalidecer las matanzas de los mogoles.
T,a guerra vd sus derivaciones
inmediatas
crean el clima propicio
para que el comunismo
aborde su esfuerzo
definitivo,
la imposición
tle su ideología
en el mundo y el cambio de toda la organización
política, social y económica de éste.
El cuadro de la guerra toma así carácter total, del cual Mao-TseTung ‘dice : «Los burgueses
ultra-reaccionarios
no comprenden
absolutamente nada de los cambios históricos»
; y Stalin agrega:
(<Hoy
la guerra es aquella en la cual mueren americanos,
ingleses, chinos,
frnncescs,
coreanos,
indonesios
y hombres
de todas las razas de la
tierra ; hoy lo tenéis en ,Corea, Indochina,
Filipinas,
Indonesia y también en cualquier
calle o plaza americana y todavía son capaces de
preguntarse
si habrá guerra».
La guerra total, también llamada guerra social 0 guerra revolucio-naria, expresándose
como guerra fría o como guerra caliente, es la
reali,dad concreta
del mundo en que vivimos.
Cristaliza
un estado
de cosas que a través ,de las distintas etapas de la historia
ha ido
respondiendo
a una evolución,
a una dinámica, a una transformación,
que las condiciones
integrales
del mundo también han sufrido.
En nuestro país, la Suprema Corte de Justicia definió, a tenor del
artículo
23 de la Constitución
Nacional,
que «la agresión
exterior
significa el estado de cosas que corresponde
a la guerra internacional
o a la guerra civil, creadora ésta ,del estado de necesidad y por consiguiente de la ley marcial para el gobierno
del Ejército
en tiempo1
‘$4
TOMÁS
SÁNCHEZ
DE BUSTAMANTE
de paz y guerra». Ello
significa que las condiciones jurídicas que
deben darse para configurar una situación concreta de guerra Por
agresión externa, pueden producirse ya no sólo en las circnnstancias tradicionales y clásicas de la guerra internacional, sino también
por la agresión del enemigo extra-nacional que habitare en ej propio
territorio.
También por Decreto-ley núm. 783 de enero de 1963, refiriéndose
a las «nuevas formas .de acción subversiva desarrolladas», se señaló:
«Que esta acción subversiva se traduce en hechos que amenazan la
seguridad exterior, e inciden sobre uno de los objetivos fundamentales
de la política defensiva, que es el mantenimiento de la paz interior.»
En resumen, la evolución de la guerra se manifestó en dos campos de influencia en los que en el tiempo se advierten tres jalones
fundamentales : !a pólvora, la revolución industrial y la bomba atómica, por una parte; por la otra, la reforma protestante, la revolución
política francesa y el comunismo internacional, con la Guerra Revolucionaria.
Al respecto, Oswald Spengler observó que la técnica de guerra
seguía en forma vacilante el progreso de la habilidad de los artesanos hasta el comienzo de los tiempos modernos, cuando súbitamente obligó a poner a su disposición todas las posibilidades mecá-nicas. Veía también una estrecha relación en el hecho de que la pólvora y la imprenta entraran a emplearse casi al mismo tiempo de que
la reforma contemplara los primeros volantes y caGanes de campaña ;
.y de que la primera Iluvia de folIetos políticos tuviera lugar casi al
mismo tiempo que la gran concentración de fuego de artillería en
Valmi y, podemos agregar nosotros, que también la aparición de los
medios *de la destrucción masiva y los alcances terrestres ilimitados,
con el planteo ,de la lucha con magnitud global y en el ámbito de lo
ideológico.
Las armas de destrucción masiva (guerra biológica-radioactivaclimatológica y atómica), han generado un nuevo concepto del poder
militar. Ya no es éste sólo y simplemente la resultante o la suma
algebraica de otros factores de distinta naturaleza, cuales son los recursos económicos, el desarrollo industrial, la magnitud y calidad integral $dela población, etc.
Hoy, en cambio, el poderío militar de un Estado ,depende de la
solidez espiritual e ideológica de la población, y resulta función directa
del desarrollo técnico y científico. Este, inclusive, puede postergar
*oda consideración de magnitudes relativas en otros aspectos, y aún
POl~Í71C.~
DE
GlXRR.4
Y
SEGURIDAD
DEI,
ESTADO
85
llegar a modificar
los conceptos tradicionales
,de un país militarmente
pequeño a grande, según fuera la simple dimensión de las fuerzas armadas que expresen militarmente
un determinado
potencial nacional.
En conclusión,
siguiendo
a Clemenceau,
digamos que la guerra
es una cosa demasiado grave y compleja para que la conduzcan solamente militares
0 exclusivamente
civiles.
4.
LA
SITUACIÓIQ
MUSDIAL
La situación mundial, percibida a través de sus rasgos fundamentales y en función de sus acontecimientos
de mayor trascendencia,
nos
sefíala que el período critico actual se inicia con la rendición de los
ejércitos alemanes y japoneses, y el reparto ,del mundo en esferas de
influencia entre los vencedores.
En ese reparto, Rusia se quedó ((con
la parte del león», transformando
luego, muy rápidamente,
su influencia en dominio efectivo.
Con la paz llegó el amargo despertar frente a la realidad de esta
batalla de hondo sentido ideolUgico,
en la que sucumbían
y se cuestionaban innumerables
supuestos
del mundo de preguerra.
Seguridad
y libertad corno valores políticos
y éticos. Insularidad
y la inmensidad del espacio ruso, como valores estratégicos.
Y con todo ello,
caían o se conmovían
el equilibrio político,
el libre comercio,
el colonialismo,
etc. T,a revolución
biológica
del crecimiento
del mundo
acentuaba patéticamente
las diferencias
en la riqueza, en el clesarrollo
económico
y en los niveles de vida de los distintos
pueblos de la
tierra.
La pugna por cl predominio
atómico llevaba a los antagonistas
a.
los mismos espacios siderales y las fuerzas se encontraban
repentinamente en un «equilibrio del terror)).
Washington
pasó a significar
Roma habia sido para Bizancio
Oriente y Occidente.
inmediatamente
en los tiempos
para Moscú, lo que
de los imperios
de
Tras las primeras
escaramuzas
de \‘altn. Potsdnm y f,ondres,
se
produjeron
acontecimientos
de gran o reducida magnitud
particular
que, por su inmediata y trascendental
repercusión,
mostraron
cabalmente la pequeííez del mundo, lo amplio y lo radical del conflicto,
J
la estrecha interdependencia
de las naciones y grnpos de naciones en
esta dura lucha por la supervivencia
de la civilización
occidental.
El globo se halló de hecho envuelto en el drama de la guerra fría
en que el bloque marxista enfrentaba al mundo libre.
La agresión adquirió así rasgos multiformes
y ritmo permanente.
Era ya la guerra siu frentes ni batallas de fronteras ; sin declaraciones formales JT sin objetivos geográficos
; conducidas por líderes proideológica
de la pofesionales,
su objetivo militar, es la conquista
su
bIación integral del sistema. No siempre con apariencia comunista,
agresión requiere. el diagnóstico
precoz necesario en las enfermedades degenerativas
y técnicas quirúrgicas
militares. También el objetivo
militar final de éstas tienen naturaleza integral:
la reconquista
ídeológica de la población.
La división del mundo entre los triunfadores
de la Segunda Guerra Mundial trata así de ser conservada
por el bloque marsista
a
través de una «Política de poder)).
Lo cierto es que en los últimos veinticinco años, los E~tnclos Cuidos
han tenido 3.400 reuniones con los comunistas.
Los negociadores
hablaron 106 miIIones de palabras (700 vofítmenes).
Todas estas conversaciones finalizaron en 52 tratados mayores, de los cuales la Unión
Soviética ha roto 50.
Por SU parte, la acción política exterior del mundo occidental comprende tres líneas de acción simultáneas,
resultantes
de métodos militares, expansión económica y lucha ideológica.
El mundo libre (los Estados Unidos de Anlérica en particular)
:
a)
Mantiene un poder militar que por su naturaleza,
magnitud,
despliegue y agrupamiento,
permite disuadir al enemigo comunista de todo propósito
de agresión militar decisiva.
b) Mantiene dicho poder en disposición
tal que le permita la represalia inmediata con toda la violencia necesaria.
c) Ejecuta en lo económico,
social, político y psicológico.
medidas que aspiran a robustecer
la solidez del mundo libre y a
sustraer de la seducción comunista a aquellos hombres y aquellos pueblos que son hoy todavía presas potencialmente
fáciles
de sus ,espejismos.
En conclusión:
Rusia y sus satélites, integrados
en un verdadero
kampamento
militar» en orden a la lucha contra el mundo libre,
afirma la dinámica de su movimiento
a través de una acción ofensiva
de nitidar lineas fisonómicas.
Las armas de destrucción
masiva (guerra
biológica-radiactiva-cli-
POLiTICA
DC
GUERRA
Y
SEGURIDAD
DEL
ESTADO
87
matológica y atómica) han generado un nuevo concepto del poder militar. Ya no es tste sólo y simplemente la resultante 0 la suma algebraica de otros factores de distinta naturaleza, cuales son los recursos económicos, el desarrollo industrial, la magnitud y calidad integral de la población, etc.
En enfrentamiento de Oriente y Occidente presenta una serie de
situaciones concretas que en distintas partes del globo constituyen
((zonas de friccih!
En ellas la iniciativa de que
goza el bloque marxista provoca en
el mundo libre la necesidad de resolver problemas tundamentales de
variada naturaleza y en distintas áreas geográficas.
En resumen : convulsión interna, inestabilidad, guerra -civil
o
no- y siempre !a intervención comunista más 0 tnenos enclrbierta,
procurando dividendos, a favor de los sentimientos nacionalistas.
del subdesarrollo político-económico,
y de la debiliclad institucional
o económica de los países de los que se tratare.
Todo ello provoca que la «guerra fría» lleve implícita ia amenaza
constante de la ((guerra abierta». en dimensión localizada o mundial
y con fisonomía clásica, nuclear o subversiva.
De la potencialidad relativa de los bloques fundamentales que se
enfrentan en el cuadro de la «guerra fría», dan pauta básica las estadísticas de producción de acero, petróleo y energía eléctrica, todas
las cuales destacan una marcada ventaja en favor del mundo libre.
No obstante, las respectivas fuerzas laborales, los costos e inversiones y la dinámica del desarrollo industrial, nos permiten secalar
otros aspectos de grave significación.
Pese a que la fuerza obrera total de los Estados Unidos es inferior
a la soviética, Ia industria es LIII 20 por 1.00 mayor, ya que mientras
Rusia utiliza en !a agricultura 4P millones de personas, Norteamérica
sólo emplea seis. Sin embargo, la economía de la U. R. S. S. crece
a un ritmo mayor que los Estados Unidos y encauza una parte ,desproporcionada de sus capitales a los bienes de produccitjn en detrimento de los bienes de consumo.
Es así como se estima que de no modificarse la actual situación,
Rusia aven,tajar&
a Estados
Uwido.s
en SM desarrollo ivdz&vial
antes
de fin dc siglo.
Los consumos en Norteamérica superan en más del doble a los
de los rusos ; también en los costos. Un tanque vale en Estados Unidos 30.000 pares de calzado, en Rusia. sólo 2.000. Vna División de
88
TOMÁS
SÁPíCHEZ
DE
BUSTAMAXTE
Infantería norteamericana, que cuesta ‘74 millones de dólares (7.600
hombres) lanza 5 toneladas de acero y explosivos por minuto, y una
rusa (5.500 hombres), 3,s.
Por otra parte, los soviéticos dedican actualmente al esfuerzo militar el doble de SUS ingresos comparado con los norteamericanos, Y
un poco menos de esa proporción en cuanto a las inversiones para
lograr el desarrollo económico.
El petróleo de Oriente -vecino
de Rusia- es cl que permite
hasta ahora alimentar el complejo industrial y político de Europa
Occidental, de ahí que el desasosiego y la vulnerabilidad del mundo
árabe, con su canal de Suez y sus oleoductos, representen tanto para
la economía del .mundo libre. El petróleo de Africa jugará, a su vez,
en un futuro próximo, un papel decisivo.
Los soviéticos pueden autoabastecerse en la mayor parte de las
materias primas necesarias para la industria moderna contando, por
otra parte, con enormes extensiones sin explotar debidamente todavía.
En resumen, desde 1963 (Primer Plan Quincenal) hasta la nctualidad, los promedios de crecimiento inciustrial son 4 por 100 para
U. S. A. contra 8 por 100 para U. R. S. S.
Teóricamente, Rusia podría
Unidos alrededor de 1900.
igualar la producción
de Estados
Paralelamente, China, Rusia y sus satélites presentan tm frente
económico común contra el mundo libre, similar al político, ideológico y militar, sobre la base de realizar el SO por 100 de su comercio
exterior dentro dei bloque y realizar esfuerzos de vinculación económica con los países neutralistas y de escaso desarrollo.
De todo ello surge, que el crecimiento soviético nos señala como
una economía sana y pujante en el mundo libre es un bastión indispensable en el esquema de su defensa. La eficacia demostrada por los métodos de desarrollo industrial en los Estados totalitarios hace que la
necesidad de aumento del promedio de crecimiento económico del
mundo libre, lleve consigo la exigencia de conserl-ar y proteger el
patrimonio de la iniciativa y de la libre empresa.
Con 32.000 kiiómetros de frontera, el bloque soviético
particular) posee una situación central que le permite operar
interiores y golpear con la masa sucesivamente los objetivos
de urgencia e importancia. No obstante, son tan grandes
(Rusia en
por líneas
por orden
las distan:
POLiTlCA
DE
GUERRA
cias, que ha tenido que desplazar
de Rusia, más allá de los Urales,
Y
SEGURIDAD
DEL
89
ESTADO
gran parte de sus elementos
y a Siberia.
Por su parte, el mundo libre mantiene
disuadir al enemigo comunista y posibilitar
un poder militar
la represalia.
al Sur
capaz de
A tal fin, se ha establecido
una línea de bases dentro y fuera de
los Estados Unidos a unos 2.000 kilómetros
de la cortina de hierro
que, a favor de su situación periférica,
permite bloquear a Rusia y
a las zonas por ellas influidas con un círculo de hierro cuyo centro
es el Polo Norte.
La potencia conocida de la acumulación
de armas nucleares en tal
cadena ‘de bases, ha sido estimado en 35.000 millones de toneladas
de \T. N. T. (más de 10 toneladas por habitante del globo). El despliegue periférico
de estos medios hace imposible su anulación sorpresiva, en una medida tal, que impide la represalia.
Una segunda línea americana
tico y en las costas occidentales
detención.
está apoyada en las islas del Atlánde AmérIca,
con repetidas líneas de
sobre la situación
mundial podemos
concluir
que
En resumen,
en el supuesto de una guerra mundial abierta, el riesgo del bloque
marxista
frente al poderío del mundo libre seria enorme, tanto más
cuando hoy, con mayor propiedad
que en ocasión en que la frase
«de
esta
guerra
no saldrían vencedores
dicha por Adolfo
Hitler,
y vencidos,
sino sobrevivientes
y aniquilados».
5.
IA
SEGURTD.411
SACIOS.41,
Los rasgos fundamentales
del «ambiente» de la situación mundial,
nos permiten afirmar
que la opcibn está constituida
por los términos
de la ecuación estratégica
bipolar expuesta.
A despecho del afán neutralista
de algunos Estados,
mundial seííala para la República
Argentina
la exigencia
neación con el resto de las naciones del mundo libre.
Tal ubicación es consecuencia
natural de las raíces
la nación y también de SLIS compromisos
internacionales.
la realidad
de su alihistóricas
de
Puede advertirse
que necesariamente
el comunismo
internacional
interfiere
!os objetivos
nacionales.
Por otra parte, aquel no cree en
la paz ni en la recuperación
económica,
sino que pone sus esperanzas
BO
TOMÁS
SÁKCHEZ
DE BUSTAMAEYTE
en el caos, la miseria, el escepticismo y la ignorancia.
La cooperación
sincera no es tampoco concepto que quepa en el cartabón
del materialismo dialéctico, ni que armonice con el imperativo
de la lucha
de clases.
Dichos
«objetivos
nacionalei»
5e encuentran
espresados
en el
Ellos son:
«constituir
la
preámbulo
de la Constitución
Kacional.
unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer
.a la defensa comíul, promover
al bienestar
general y asegurar
loc
beneficios de la libertad».
El «interés nacional)) es el fin fundamental y permanente
en virtud
del cual el Estado actúa para promover eI bienestar general, coaa que
realiza actuando pendularmente
entre la seguridad y la liberta<!.
Los objetivos
nacionales son perseguidos
a través de metas, que
a modo de jalones en el tiempo constituyen
el rumbo escogido por
los Estados en busca de materializar
los objetivos
nacionales o de
lograr el interés 0 los intereses nacionales.
Tales metas constitu,ven
los objetivos
políticos.
Esto es mientras los objetivos nacionales atañen a la. nación como
tal, los objetivos políticos se vinculan al Estado que los estructura
jurídica y políticamente.
Los objetivos
políticos
expresan
apetencias
políticas,
econbmietc. Existen, en consecuencia,
cas, sociales, g-cográficas,
ideológicas,
Estados satisfechos
e insatisfechos,
adquisitivos
o conservativos,
etcétera. Como es obvio, así como los objetivos nacionales tienen carácter permanente, los objetivos políticos son transitorios en el tiempo
y de naturaleza dinámica, ya que responden a una realidad concreta
J circunstancial, cual es In del país en e! momento expreso en que se
los fija, para materializar un logro que transforma esa realidad.
Los objetivos políticos se persiguen a través del quehacer de la
apolítica nacional», entendiendo por tal el conjunto de modos de
acción de un determinado gobierno para buscar en tiempo y espacio
la materialización de aquéllos.
En términos generales, podemos señalar que existen políticas de
desarrollo o fomento y política de defensa. Las primeras son las que
persiguen objetivos destinados a incrementar el patrimonio cultural
o físico de la nación, cuales podrían ser el desarrollo industrial o
energético del país, la erradicación de enfermedades o la eliminación
POLÍTICA
DE
GUERRA
Y
SEGURIDAD
DEL
ESTADO
91
del analfabetismo. En cambio, la política de defensa está destinada
a preservar el patrimonio espiritual o físico de la nación, ante la eventualidad de un conflicto.
Estos dos campos de la actividad política fundamental atienden a
las exigencias de proveer a la seguridad y promover al mismo tiempo
el bienestar general.
Dic
en otra forma, el bienestar general es a la seguridad, como
la política de fomento o desarrollo es a la política de defensa y en
delinitiva? lo que la conducción política es a la conducción militar.
Los objetivos políticos, como es natural, pueden ser antagónicos
a los lde otros Ektados. Esto genera áreas de conflictos, de donde
derivan exigencias para la actividad política internacional, que ésta
podrá o no resolver en sus dificultades. En el primer caso, la situación
que se crea se denomina hipótesis de conflicto, que en la segunda
contingencia deviene en hipótesis de guerra.
Así, por ejemplo, si los objetivos nacionales de Alemania previos
a la Segunda Guerra Mundial expresaban fundamentalmente su aspiración a restaurar el imperio germánico, podemos deducir que sus
objetivos políticos que generaron el conflicto fueron el rearme, hegemonía económica de Europa Central, espacio vital hacia el Este, recuperación del territorio, etc. hás aún, la aspiración a una alianza Con
Gran Bretaíía como objetivo político se frusta con la política alemana
de sustitución del patrón oro, fomento a las exportaciones y desarro110 naval.
Algunos
países más evolucionados, han montado ya el aparato de
la Seguridad Nacional sobre la base de estos conceptos fundamentales, por ejemplo : Italia, Gran Bretaña, Alemania Occidental y particularmente Estados Unidos de Norteamérica.
.‘Zstc tiitimo país ha ido perfeccionando su estructura en este orden
de cosas, a partir dc la sauci&~ del acm c’,c Seguridad Xacional dc
1947. A través de sucesivas reformas, en los años 1953 y 1958, y superando las políticas particulares de lai: fuerzas y muy especialmente
la prevención hacia la acumulación de poder, los Estados Unidos de
Norteamérica ctIentan actualmente con los instrumentos jurídicos v
los organismos de ejecución necesarios para proporcionar -así se
expresa en la legislacióntcun programa amplio para la seguridad
futura de los Estados Unidos ; I>rovccr al establecimiento de procedimientos y políticas integradas para los departamentos, agencia< y
funciones del Gobierno relacionado? con la se~nridad nacional ; <II-
92
T0M.k
ShNCHE7.
DE
BUSTAMANTE
en forma sepaministrar
tres departamentos
militares, administrados
terminante
y dirección unificada
rada... ; proveer a su coordinación
bajo el control civil del Secretario de Defensa... ; proveer a la dirección estratégica
efectiva de las Fuerzas Armadas y su operación bajo
control unificado, y a su integración en un equipo eficiente de fuerzas
terrestres,
navales y aéreas».
La consecuencia
natural
que traduce
la eficacia
del sistema,
re-
sulta :
-
Integración
máxima
-
Asignación
de las responsabilidades
-
Unificación
del control
y utilización
y dirección
plena
del potencial
nacional.
fundamentaks.
del esfuerzo.
Así en Argentina,
la estructura
orgánica está constituida
básicamente por el Consejo de Defensa Nacional, que no es sino el Gabinete
nacional reunido bajo la presidencia del Jefe del Estado, agrupados
o no en equipos de trabajo, para considerar
problemas específicos.
La Secretaría del Consejo de Defensa, es el órgano de colaboración directa del Consejo y de coordinación
de las actividades
específicas de los Ministerios
y Secretarías
no militares.
n travts
de las
Direcciones
de Defensa Nacional de éstos. A su vez, el Estado Mayor
de Coordinación
tiene la misión de planificar,
coordinar y asecorar al
Presidente de la Nación en la conducción político-militar
en la paz y
en la guerra : y, como es obvio, los distintos
órganos
del Estado,
desde el Poder Ejecutivo hasta los Municipios,
sin excluir a los poderes legislativo
y judicial, participan en cuanto es de su competenckj
respecto del problema.
En cuanto a las normas legales principales que rigen en la materia,
podemos mencionar
a las siguientes : la Constitución
Yacional ; la
Ley de Ministerios
; de Servicio Militar Obligatorio
: Orgánica
de
las Fuerzas Armadas ; de Estadística
Militar y Estadística
y Censo ;
de Fabricaciones
Militares ; Leyes del Registro
Xarional
de las PerEscuela Y’acional de Guerra,
sonas, Estado Mayor de Coordinacih,
Consejo de Defensa Nacional de Organización
para tiempo de guerra, etc. ; y una serie de decretos referentes
a Secreto IVilitar, Delitos contra la Seguridad de la Nación. Segllridad de los Transportes,
Protección
de Objetivos
de Servicios Públicos, etc.
A través de la «Lky de Defensa Nacional»,
el Poder Ejecutivo
que la propicia, aspira -así lo expresa en su mensaje al Congreso-:
POLíTIC:\
DE
GUERRA
Y
SEGCKIDAIJ
DEL
ESTADO
YY
«A dotar a la República de una legislación
moderna e integral.
atinente a la Defensa Nacional», y agrega en los fundamentos
que «ent,endida así, la Defensa Nacional
no es una función privativa
o exclusiva de las Fuerzas Armadas,
sino una responsabilidad
del Gobierno en conjunto,
y es a la vez fuente de obligaciones
y responsabilidades, tanto para los gobernantes
como para los gobernados».
Más adelante dice: ((La política de defensa no constituye
un fin
en sí misma, sino sólo un medio para lograr la situación de se.guridad
necesaria que permita mantener y mejorar
constantemente
el modo
de vivir y la prosperidad
del pueblo argentino.
Por otra parte, los actos
y hechos en que concreta la política de defensa -en tanto y cuanto
implica movilizar
los recursos
materiales
y morales de la Naciónno deben alterar las estructuras
institucionales
básicas establecjdas
por
la Constitacibm).
La Seguridad
Xacional,
según se define en el Decreto
9.390, de
octubre de 1963 referente a secreto militar, es «la situación en la que
los intereses vitales de la nación se hallan a cubierto de interferencias
y perturbaciones
sustanciales»
y, en cambio, «defensa nacional es el
conjunto
de medida? que el Estado adopta para lograr la seguridad
nacional».
La futura Ley de Defensa Nacional mencionada,
en su artículo 60,
define a su vez la seguridad
nacional diciendo, que es «la situación
en virtud de la cual los intereses
vitales de la nación se hallan a
cubierto de cualquier tipo Ide ataque o agresión
externa, conmoción
interior,
caso de emergencia
grave o catástrofe».
Puede advertirse
que esta última definición
precisa más concretamente
las caracterírticas de ese estado de protección,
que determina
la real medida de
seguridad en la que se encuentra la nación.
Análogamente
a lo expresado
respecto de política nacional y política de defensa, podemos decir que estrategia
nacional es «la ciencia
y el arte de emplear por el Gobierno los medios disponibles
del potencial para materializar
los modos de acción, fijados por la @ítica
de defensa es la parte de esta
nacional», y, en cambio, «estrategia
estrategia
nacional tendente a materializar
los modos de acción fijados por la política de defensa».
En síntesis, podemos establecer
el esquema básico siguiente :
El Plan General de Gobierno,
ios objetivos
políticos
a alcanzar
Las
formas
en que habrán
como documento
escrito. o no, fija
en tm tiempo determinado.
dc ser logrados
determinan
la política
94
TOMÁS
SÁMXEZ
DE
BUSTAMANTE
nacional. De la confrontación
de los objetivos políticos
COU
¡OS
de
aquellos países vinculados
con el propio, surge la hipótesis de conflicto, la que podrá, ulteriormente
transformarse
en hipótesis de guerra por imperio de las circunstancias
del hecho en consideración.
Frente a esa situación, a aquellas de gravedad tal que exijan la
intervención
de las autoridades nacionales COII SLISmedios LI obliguen al
imperio de la Ley Marcial, la medida en que 10s intereses vitak
de
la nación se hallaren a cubierto, determina el índice de seguridad nacional existente.
La forma en que se busca, obtiene y asegura un
índice adecuado de seguridad en todo el ámbito de la nación, constituye en definitiva la política de seguridad nacional, como ya se ha
dicho ; actividad ésta de planificación
y coordinación
que participa
de las más elevadas formas de estrategia general o política de guerra.
En cambio, la política de defensa es el curso de acción concreto
que busca materializar
la seguridad nacional frente a una hipótesis de
conflicto determinado.
El proyecto de ley mencionado no sutiliza esta
diferencia y sólo contiene el concepto único de política de defensa.
La ejecución ,de la polític-1 de defensa requiere fundamentalmente
una estructura
orgánica e instrumentos
jurídicos nd JIOC.
La estructura
orgánica comprende organismos
de decisión, asesoramiento y ejecución y los instrumentos
jurídicos
a su vez fijan las
normas legales que competen al tema. Todo ello resulta también caracterizado
en forma directa, por lo que son rasgos esenciales de los
Gobiernos
republicanos
la periodicidad
y la responsabilidad
de los
mandatarios
y sus atribuciones
de contralor
civil sobre la autoridad
militar, respecto de la cual ejercen legalmente la coordinación
y dirección de su esfuerzo integrado en el potencial del país.
Dicho potencial está constituido
por el conjunto de valores de toda
naturaleza que lo integran ; esto es : humanos, morales, económicos,
financieros,
industriales,
comerciales, ideológicos, políticos, etc. @ientado a afrontar un esfuerzo de guerra, recibe el nombre de potencial
de guerra
y es resultante
de la concurrencia,
por agrupamiento
*de
fuerzas de tres factores fundamentales : militar, económico y poIític0.
6.
COXcLUSItN
Finalmente,
podemos afirmar que en la incierta hora de graves y
hondas inquietudes
de nuestro mundo, los fundamentos
mismos de
nuestra civilización cristiana,
iorjada en el crisol de la igualdad esen-
POLíTIC.4
DE
GCERRA
Y
SEGURIDAD
DE?,.
ESTADO
96
ciaf entre los hombres y de ?a libertad, están mortalmente
amenazados
por la guerra fría, moderno
desafío de la nueva herejía.
En el escenario del drama, la República
-Argentina
ha vivido la
circunstancia
de tan grave encrucijada.
Sufriendo
los efectos de una
compleja dis:o:-sión económico-financiera:
del deseclu!!ibrio
entre producciOn y consumo,
y de la inflacción.
Soportando
el peso de los
déficit de presupuesto
y balanza comercial.
En plena etapa de transición industrial.
el contenido
económico ‘del problema integral acentúa en forma reversible
las tensiones sociales y la inestabilidad
política de una situación de suyo difícil. ‘Todo ello constituye
así un
sistema de vasos comunicantes
con otras complicadas
facetas y fenómenos geográficos,
sociales y políticos,
cuales son, por ejemplo,
la macrocefalia
que generó en el puerto de Buenos Aires
o el desarraigo nacional
consecuencia
del materialismo,
el descreimiento,
la
demagogia,
el resentimiento,
la infiltración
comunista
y el aluvión
inmigratorio
aím no digerido.
Tan grave circunstancia
mostró patéticamente
la urgente necesidad
del logro de la «Seguridad
Interior»,
como condición indispensable
para. en el tiempo, llevar a cabo los reajustes
económicos,
políticos
y sociales que demanda el desafío de esta hora. Y así también, la fundamental
necesidad de exaltación
de los valores tradicionales,
de
robustecimiento
y adecuación
de las Instituciones
y, en definitiva,
la consolidación del auténtico ser nacional.
Decía el insigne pensador de la Montaña, que «sólo en la unidad
de la creencia adquiere un pueblo vida propia y conciencia de su
fuerza unánime ; sólo en ella se legitiman y arraigan sus instituciones ;
sólo por ella corre la savia de la vida hasta las últimas ramas del
tronco social. Sin ella, 2qué p ueblo osará arrojarse con fe y aliento
de juventud al torrente de los siglos ?N
En esta verdadera «guerra de almas», polifacética y constante en
su agresión, que todo lo abarca y todo lo penetra, «las trincheras
pasan por el corazón de los hombres».
Belloc. secalaba ya hace años que durante los siglos XVI,
XVII
habiendo desaparecido la unidad de la cristiandad y habiény XVIII,
dose debilitado el principio vital sobre el cual su vjda dependía. nuestra cultura perdió SLI unidad, entrando en un proceso de descomposición creciente. «Esta circunstancia adversa fue acompañada por un
rápido progreso del conocimiento referente a la ciencia y al dominio
del hombre sobre las cosas materiales ; pero al mismo tiempo per-
96
TOXk
SÁPÍCHEZ
DE
BUSTAMA?iTE
dieron su asidero en las verdades espirituales.
Era el reverso
de 10
que había sucedido al principio dc nuestra civilización.
ElltOnCeS,
nuestra religión salvó al mxndo antiguo precisamente cuando éste
iba a perecer, creando una cultura nueva, aun cuando agobiada por
una decadencia de la ciencia, las artes y las cosas materiales».
«Nuestro conocimiento de las cosas exteriores y nuestro poder
sobre la naturaleza, no contribuyeron a atenuar la creciente presión
que pesaba sobre el mundo. El conflicto entre ricos y pobres, entre
idolatrías nacionales opuestas ; la falta de patrones comunes así como
la de doctrinas inmutables sobre las cuales éstos se apoyan, terminaron por llevarnos, a principios del siglo xx, al borde del caos, amenazando sumir a los hombres en un estado de desconcierto propicio
a la destrucción de la sociedad. El comunismo llega a la raíz del
asunto y los hombres se adhieren a él porque ven con claridad que
así lo hace. En esta crisis, sólo nos quedan dos alternativas : el rcstablecimiento, mediante la restauración de la fe, o la extinción de
nuestra cultura.»
Esa restauración implica modificar integralmente una conducta
frente a la vida individual y de relación.
Resulta necesario e impostergable, probar que no es precisa la
guerra para curar los males que generó el liberalismo capitalista.
James B. Conan destacó que «la fuerza y la libertad son, al parecer,
enemigos», y al preguntarse, <p odemos vivir en un mundo con ambos ?, él mismo se respondía : «Si todos conservamos en la mente que
lo principal y vital es la supervivencia de nuestra sociedad libre,
podemos creer que las decisiones eventuales serán acertadas. Sólo así
podemos esperar también resolver la paradoja de la fuerza y la libertad en la era atómica)).
Pero agreguemos, recordando a León XIII,
que también «cuando nada se anteponga a la justicia» . A aquella justicia «de madre y
maestra», que condena al comunismo ateo «intrínsecamente perverso»,
pero reclama al mismo tiempo la equitativa distribución de la esperanza, el deber y la abundancia.
Aquella única justicia capaz de impregnar las cosas del César con
su mensaje y contenido de tradición y estilo cristianos, para consagrar así la «paz en la tierra a los hombres de buena voluntad», esa
paz que no debe comprarse al precio de la verda,d, ya que hacerlo
equivaldría a presenciar después de veinte siglos el nuevo sacrificio
de ,Cristo y, no obstante, pactar con sus verdugos.
PROYECCION
CHINA
SOBRE EL CONTINENTE
por
JOSE
General
HIJAR
ASIATIC
ARliSO
de División
Ante todo vamos a hacer un estudio del sujeto de este tema: la
China, en su pasado y presente, de tal manera que nos permita entrever lo que cabe esperar de ella en el futuro.
CARACTERÍSTICAS
G~OGKAFIC.~S
DE
CHINA
Este inmenso país ocupa en ei globo terráqueo
una posición absoluta, comprendida
entre los paralelos 18” UO’ y 53” 23’ de latitud N. y
los meridianos
74’ y 1350 de longitud E. de Greentvich;
pero ni su
territorio
ni su población
son conocidos
con exactitud
y rigor geográfico.
Aquél rebasa los 11 millones
de kiiómetros
cuadrados
de
superficie,
en la que tienen asiento : la China propiamente
dicha, que
es la de «las 18 provincias»
tradicionales,
donde la autoridad
china
ha sido más o menos efectiva, pero constante
a través de SLIS vicisitudes históricas,
y las dependencias
exteriores
que la envueivenl
donde la acción de mando del Go’bierno chino fue siempre más bien
teórica y donde ha encontrado
siempre las mayores
dificultades,
debidas a su situación excéntrica
o por corresponder
a tierras desérticas e inhospitalarias.
Todavía siguen siendo éstas las regiones donde se presentan
las mayores
rebeldías
frente a Pekín. Se trata del
Tíbet, Sin Kiang,
Mongolia
Exterior
(hoy independiente)
y Mana China, se halla
churia, si bien esta última, que dio emperadores
muy inte<grada en ella debido a que en la actualidad,
el 90 por 100
de su población son chinos y sólo queda un 9 por 100 de manchúes.
En la China de las 18 provincias
hay dos ríos cuya importancia
interesa subrayar : el Hoang-ho
o río Amarillo
en el ,Xorte, y el
Yang Tse-kiang
o río Azul en el Sur ; ambos corren,
de manera
98
IQSÉ
HÍ.IAR
.4Rlr;rO
general, de Oeste a Este para desembocar el primero en el mar Amarillo y el otro en el mar de la China. Su interés estriba en que la
divisoria de aguas entre ambos seííala una clara separación entre
China del Norte y la del Sur, que son fundamentalmente diferentes :
el Norte representa el predominio de los terrenos cubiertos de loes
con paisajes monótonos y desnudos de arbolado, mientras que en
el Sur, el relieve es más movido y sus laderas tienen rica vegetación.
Análogo contraste se produce en la población, tanto cn los rasgos físicos como en los espirituales : el tipo septentrional es el de los
campesinos ; el meridional, el del hombre de la ciudad. Así en el Chili, al Xorte, eS más alto, más vigoroso, el color de la piel más
claro, y el rostro, frecuentemente más alargado. Su carácter es más
firme, serio y conservador. El de Cantón, en el Sur, es más inteligente, pero generalmente más flojo, con más espíritu comercial y más
inquieto y decidido. Los movimientos revolucionarios han partido
casi siempre del Sur : Cantón fue centro de acción de Sun Yat Sen ;
Chang Sha en el Hun-nan fue donde Mao Tse-tung hizo sus primeras armas de propaganda comunista en 1921; Hong- Kong se distinguió por sus organizaciones huelguísticas de 1922.
Desde el punto de vista militar, la línea del Yang Tse-kiang ha
tenido siempre importancia estratégica: cuando la Corte se trasladó de Pekín (!a capital del Norte) a Nankin (la capital del Sur), lo
hizo pensando en la mayor seguridad que iba a tener tras la línea
del Yang Tse. Históricamente se comprueba al ver que la China del
Sur conservó su independencia en muchas ocasiones, mientras que lu
del Norte, a pesar de su Gran Muralla, sufrió las invasiones nómadas.
La po blarión
En un empadronamiento de 1910, aquélla dio un total de 330 millones de habitantes. Al cabo de cincuenta alíos SC duplicó, y hoy
se estima en unos 700 millones, lo que permite unos efectivos militares de tres millones de soldados y unas milicias de 10 millones
de hombres más.
Pero la nota más importante de su demografía la constituye su
rápida progresión de crecimiento, que se cifra en un 2 por 100 de
aumento anual, o sea, en cifras absolutas, un aumento de 12 millones de individuos por año. Teóricamente, este cálculo nos lleva a
pensar que en 1980, la población de China será de cerca de 1.000 millones de habitantes : un chino por cada 3 ó 4 habitantes del mundo.
PKOYECCION
CHIXA
SOBRE
EL
CONTINENTE
ASI.\TICO
99
Este desbordamiento
demográfico
es debido a los matrimonios
precoces y a la fecundidad de la mujer china, que compensa con creces la elevada mortalidad
infantil y aún la de los adultos por faita
de higiene, abuso del opio, epidemias, hambres, como la de 1877-78,
en ei que perecieron
1S millones de personas,
y hasta causas históricas, como las desvastaciones
ocurridas
en 1801 durante la revuelta
producida
en el Hun-nan
para derrocar
a la dinastía manchú por el
cc?Tai Ping Tien Kuo»
(secta del Reino celestial de la Gran Faz) o
las insurrecciones
musulmanas
de INO, en las que perecieron
otros
varios millones de chinos.
Sin embargo, la densidad de población resuita muy irregular.
Hay
regiones muy pobladas, como el centro de la Gran Llanura hacia el
codo del río Amarillo ; la zona que atraviesa el ferrocarril
de Tsi-nan
a Tsin-tao ; las cuencas de los ríos que riegan las regiones de E-Iunnan, EIu-pe y Kiang-si y los deltas del Cantón y del Yan-tse, que son
regiones
de gran valor ecético por las fábricas
y establecimientos
comerciales
que, con sus mejores niveles de vida, atraen a los chinos de otras regiones.
En !a isla Tsung-mingen la desembocadura
del Yang-tse
llegan a 1.473 habitantes
por kilómetro
cuadrado.
En
contrastre
con ésto, tenemos las mesetas de loes de Shan-si con 45 habitantes por kilómetro
cuadrado ; el Shen-si, donde la densidad baja
a 33, y todavía hay regiones
muy elevadas o de relieve quebrado,
prácticamente
vacías.
En cuanto al habitat chino, la mayor parte de las grandes ciudades se hallan en el río Azul y en la costa meridional.
Las ciudades chinas, en contraste
con las europeas, que se han extendido más allá de
las antiguas acrópolis,
en busca de espacio para su desarrollo
fuera
de las murallas,
reflejan la inseguridad
y temor que padecieron
con
las continuas
guerras
civiles, el bandidaje y la piratería,
y todavía
muestran
sus murallas y recintos,
de la misma manera que el conjunto del país conserva
su Gran Muralla.
Dentro
de una ciudad
se pueden ver la «ciudad china» y la «ciudad manchú».
Otra característica
notable de las ciudades asentadas junto a los
ríos es su ((población flotante»,
donde los chinos desarrollan
su vida
desde el nacimiento
a la muerte a bordo de sus embarcaciones.
En cuanto a las fronteras
las estudiaremos
con algún
examinar
las reivindicaciones
de China, por su singular importancia,
detalle en el curso de este artículo
aI
chinas.
SU
HISTORIA
Ea la historia de China, la imaginación
poética de sus antiguos
historiadores
llenó de fábulas los tiempos primitivos.
Así se habló de
los que trajeron
el fuego a la tierra tomándolo
de las estrellas,
o
bien, los discípulos de Lao Tse creaban el mito del gigante Pan Ku,
el cual, antes de morir formó con su llanto los ríos Azul y Amarillo,
su postrer
suspiro originó el viento, su estertor d trueno y su miel cuerpo sobre la tierra, su esrada el relámpago ; al derrumbarse
queleto constituyó
las montañas de China. Pero acudiendo a los trabajos de los investigadores
modernos,
no conseguim,os
más luz
en cuanto al origen del pueblo chino, porque la mitología
se enlaza
con la historia creando una zona nebulosa. En el terreno positivo
sólo hay concordancia
sobre que el corazón de la antigua China estuvo en la tierra amarilla del loes de la Gran Llanura,
en la parte
que corresponde
al recodo del río I-Ioang-ho,
y también se conviene
en que la civilización china es autóctona
So es posible, ni conveniente, para la extensión de un artículo, seguir paso a paso ia dilatada, complicada y turbulenta
historia de este
psis, pero sí es necesario señalar los hitos que jalonan con acontecimientos importantes
su marcha
a través del tiempo para llegar a la
China actual, conocieildo qué elementos han contribuido
a la formación del pueblo chino y cómo han influido eti el pensamiento
y en la
cultura de la actual <generación. Así estaremos
en condiciones
de
comprender
mejor el pensamiento chino actual.
El Imperio
El multisecular
El Imperio
imperio
chino comprende
tres períodos
:
anhguo
Se extiende desde tiempo inmemorial hasta el siglo VI a. J. C. Durante él, gobiernan unos caudillos hasta Fo-hi, a quien se cita como
primer emperador histórico por el año 3461 a. de J. C. Al final de este
período, China aparece como un Estado feudal ; el emperador es considerado hijo del Cielo y de ahí que su imperio sea Celeste. En este
final surgen los filósofos
Lao Tse y Confucio, moralizadores
del pueblo chino.
For esta época, cuando una parte de Europa llevaba una vida rústica y primitiva,
los chinos conocían el papel y la tinta, la pólvora y
la brújula.
Dentro
de él surge la dinastía Thsin (249-210 a. de J. C.), sucediendo a la Tchou carente de autoridad.
Centralizó
cl Gobierno y a
ella atribuyen
algunos autores el nombre de China como una derivación fonética. Su principal figura fue Shi Hwang-ti,
primero de la dinastía, que venció a los hunos arrojándolos
a Mongolia ; inició la construcción
de la Gran Muralla y mandó quemar todos los libros existentes como reacción contra los literatos que censuraban
su gobierno,
Esta acción, que ha quedado en la historia de China como «el fuego de los Thsin», viene a ser un precedente de la revolución
cultural de nuestros días.
Sigue la dinastía de los Han, verdaderos
fundadores
de la unídad imperial
después de haber conquistado
Ias regiones
marítimas
del Sur ; solamente quedaron libres de su dominio el Yun-nan y eI
Tibet:
en el primero,
los shan se mantuvieron
ind.ependientes
hasta
1680, porque el calor húmedo malsano de sus valles no permitía a los
chinos aclimatarse
fácilmentez
y en cuanto al Tibet. lo-. lamas supieron mantenerse fuera del mando chino en SLIC. inhospitalarias
tierras
altas.
El siglo III marca el comienzo de un largo periodo de g-randes turbu!enciss y disidencias.
China se convierte en «el país de los tres reinos», que no tardan en hacerse la guerra mutuamente.
Los mandos
militares
cobran importancia
y son los generales los que se imponen, apareciendo
así una figura típicamente
china:
«los señores de
la guerra»,
que habían dc perdurar
hasta nuestros
días en la historia de China. como una institución
enraizada
en la médula del
pueblo.
Cuando la autoridad
imperial decaía. no podía hacerse sentir en
las regiones
algo apartadas
y era sustituida
por la de los Comandantes militare?.
procedentes
de distintas
capas social,es, los cuales
se imponían al poder central en forma más o menos audaz. Sus ejércitos eran hordas que les servían, entre otras cosas, para recaudar
los impuestos
de los cuales vivían.
Como ejemplo de su vivencia en nuestra época diremos que el
102
JOSÉ
HÍJAR
ARIÑO
primer cuarto de siglo actual presentó
una gran floración
de estos
personajes : Tchang-So-lin,
dictador de Manchuria ; Chen Chi-tang,
tirano de Kwall-tung;
Lin Hsing, el de Sze-chwan.
y Yen Sh-chang
gobernador
de Shan-si y, en la actual China roja, Wang En-mao, Comandante y Comisario
militar de las tropas del Sin Kiang, calificado de jefe militar ((descarriado».
Volviendo
al siglo III, al final del mismo todavía se complicó la
situación
con las invasiones
de los Hung-nu
y los Sien-pi, cuando
imperaba la dinastía Tsin. China quedó dividida en dos partes congeogrjficas
: el Norte, donde hubo
cordantes
con sus características
chinas. ESta
cinco dinastías, y el Sur que tuvo dos, exclusivamente
anómala situación duró hasta el siglo vg, correspondiendo
a la dinastía Sung (:?!%), terminar
con tal estado de cosas. No obstante,
los siglos vII1 y rx, fueron agitados por rebeliones interiores
y e! x
por las luchas exteriores con los tártaros khitanes, duefios de Mancht1ria y Liao-tung.
Sigue .el período mongol, que empieza con la invasión de un
ejército de Gengis Kan a principios del siglo XII, el cual arrasó más
de 90 ciudades en Ho-nan, Chili y Shantung, dejadas en tal estado
que por ellas «podía pasar un gigante sin que tropezara su caballo».
Kubilai, uno de los hijos de Gengis, subió al trono de China
en 1259 después de haber invadido el Tibet, Tonkín y Cochinchina,
eludiendo en su avance la barrera del Yang-tse inferior mediante un
envolvimi.enta por el Sze-chwan y el Hun-nan. Su imperio alcanzó
el mayor esplendor conocido hasta entonces en la historia
china.
Era !a primera vez que un conquistador conseguía un proyecto tan
amplio para la unidad de China, importante logro que Illego sc conseguirí, con la invasión manchú.
Arranca de 1368 con la dinastia Ming (brillante), que derrocó a los
Yuan y, tres siglos más tarde, en 1644, comienza el período manchú, que dió emperadores hasta 1912 en que se proclamó la r.epública.
h pesar de la Muralla china, los invarores penetraron por los
históricos pasos de Jehol hacia la provincia de Chi-li y el de Ta-tung.
en el norte de la de Shan-si o por la garganta del Hoang-ho guardada por la fortaleza de Tung-kuan.
PROYECCIóN
CIIIPÍA
SOBRE
EL
CONTINENTE
ASIiTICO
103
La última dinastía manchú aseguró
definitivamente,
en los siglos XVII y XVIII,
la conquista
de las regiones periféricas:
Manchuria, Mongolia
y Turkestán
Oriental,
reafirmando
la unidad china
En cuanto al Tibet, aunque los naturales
permanecieron
sometidos
a su teocracia
budista, el Dalai Lama se unió al emperador
y China se aduefíó de las rutas comerciales
que atraviesan
aquellas elevadas regiones.
Envió sus ejércitos
al Nepal, que tuvo que reconocer
su soberanía,
y también a Birmania,
Anam y Corea. El imperio se
hallaba ya bien asentado en el continente
asiático, rodeado de hordas sumisas o principados
feudatarios.
China era la «Tierra de Enmedio» y podía dormir tranquila.
Llegamos
al siglo XIX, tan interesante
en la historia
de China
porque lo caracterizan
los sucesivos
enfrentamientos
con las grandes potencias que la hacen despertar
de su letargo. Estos conflictos,
en los que China saldría perdiendo siempre por tener que ceder a la
ley del más fuerte, ibati a dejar en el espíritu chino un creciente sentimiento
de odio hacia las potencias colonialistas,
contribuyendo
en
gran manera a la actual disposición
de ánimo de China frente a Occidente y a Rusia.
El primer choque fue en 1810 con la guerra del opio. Este producto, conocido en China desde hacía doce siglos, entró luego como
mercancía extranjera
desde Goa y dio lugar a que se quejaran los
mandarines
contra la importación
que les perjudicaba
y a que estallara la guerra con Inglaterra.
Las consecuencias
de ésta fueron:
la
apertura de China a la influencia extranjera
y, por el tratado de Nanfin de 3841, la cesión a Inglaterra
de la isla de T-Iong Kong (Victoria), lo cual se amplió en 1860 con la cesión de Kowloon
en tierra firme y unas islas.
En octllhre de l%(ì lln incidente dará lugar a la segunda guerra del
opio. TJn junco chino cm
bandera británica,
cargado de opio. fue
apresado por los chinos en Cantón. La guerra que se entabló tras
la reaccion británica terminó con la ocupación de esta ciudad por los
ingleses en diciembre de 1857 y en la paz que se firmó, Inglaterra
adquirió
el derecho de fondeo de sus buques de guerra en siete
puertos más, con los correspondientes
derechos de ((inspección»,
que
se traducían
en las operaciones
de patrulla
de SLIS cañoneros.
remontando el curso de los ríos hacia el interior.
104
JOSÉ
HÍJAR
AR180
Nuevo conflicto surgió con los franceses en 1883. Francia tenía
derechos de comercio en el río Rojo (Tonkín), y se vió precisada, ã
enviar allí una expedición militar para combatir a los bandidos que
infestaban aquellos parajes. China, celosa de su soberanía, envis
a SU vez efectivos para oponerse a aquella acción francesa, hasta que
en 1~85 se firmó la paz en la que se reconocieron a Francia derechos,
eri Anam, aunque dejando a salvo la soberanía china sobre 4 país.
En 1594 el conflicto fue con el Japón por complicaciones s«rgidas en Corea, resolviéndose al año siguiente a favor del Japón por
la paz de Simonoseki, según la cual, China tenía que ceder a su adversario la península de Liao-tung y la isla de Formosa.
En este momento histórico puede situarse el embrión de la guerra ruso-japonesa de 1904. Por presiones de Francia y Alemania, Japón tuvo que renunciar a Liao-tung y, en cambio, Rusia conseguía
derechos sobre Port Arthur y una concesión de paso del ferrocarril
de Wadivostok por tierras chinas.
La entrada del siglo xx corresponde al conflicto más grave. A
causa de la difícil situación política china a finales de 3.899, el emperador To Tsong había firmado un documento con reformas que reduchan las prerrogativas imperiales. Ello provocó la ira de su tía
la emperatirz Tseu Hi, que no admitía cesión alguna en tal sentido por
parte de1 «Hijo del Cielo», y para anular aquellas medidas buscó la
ayuda de la secta político-religiosa del «puño de la justa armonía»,
a la que se dió el nombre vulgar de «boxers» (boxeadores). El lema
invocado por esta sociedad iba a ser la salvación de la monarquía
y, aunque esto concordaba con las conveniencias de las colonias extranjeras, para quienes resultaba cómodo el manejo del débil cmperador, e! movimiento iniciado en Shantung, se desarrolló dentro de
una exacerbada xenofobia. Hubo incendios y pillajes y resultó muerto en Pekín, durante los disturbios, el embajador alemán.
La intervención de las principales potencias fue enbrgica, llevándose a cabo con abundantes efectivos militares que, al fin, impusieron a China la paz de 1901. Esta exigió laboriosas negociacionps a
causa de los intereses encontrados de cada uno de los aliados que
trataban de obtener las máximas ventajas para su país.
‘A la sazón, el actual Alao Tse-tung contaba ocho años de edad,
y en SU espíritu harían mella las imposiciones extrañas oyendo a
SU abuelo, el viejo Mao, que clamaba contra la presencia de los extranjeros.
PROYECCIOX
CHIIiA
SOBRE
EL
CONTIKEhTTE
ASIÁTICO
105
En 1911, un emprésito de capitales extranjeros y la nacionaliza-cióti de !os ferrocarriles .de Sze-chwan fueron la chispa de una revolución que iba a acabar con el imperio chino, marcando un momento
crucial en la dilatada historia del país. Sun Yat-sen, el artífice de la
revolución, hacía varios aiíos que desde Japón organizaba la Liga
revolucionaria china, que había de reunir varias sociedades secretas, sentando como objetivos de la Liga las tres finalidades siguientes :
1.” Expulsar a los manchués, cuya dinastía había consentido
inumerables humillaciones al pueblo chino ante los extranjeros.
2.” Implantar la república, que era el paso más avanzado que
iba a dar China para adaptarse a las ideas democráticas de Occidente.
3.” Distribuir equitativamente la propiedad de la tierra.
Con este programa trataba de atraerse, tanto a los intelectuales
como a los campesinos.
Esta primera República traída por Sun Yat-sen no fue bien vista
por las potencias occidentales, porque la revolución había nacido para
combatir las complacencias de los emperadores hacia ellas y la falta
de apoyo de las potencias hizo que no durase más que dos años.
Aunque toda la China del Sur se había sumado a la revolución
democrática, la del Norte se mantenía firme alrededor del niño emperador Pu Yi y su regente. Pero el «hombre fuerte» era allí el general Yuan Shin-kai, el cual, con su espíritu maquiavélico, burló al
regente y a su tutelado, brindándose a ser Presidente de la República
China. Como era más popular entre los políticos europeos y preferido
por la banca europea, de la que tanto necesitaba China, le fue conferida la presidencia en Nankin.
En .L913, Sun Yat-sen compr.endió que había que autorizar la federacion de varios grupos políticos dentro de un nuevo partido democrático : el Partido nacional popular o Kuomintang, aunque matizados con la nota común de más o menos nacionalistas, porque
hacía falta dar nuevo impulso a la revolución. Aquí surge en la
vida política de China la figura de un general educado en una escuela metodista, llamado Chiang Kai-chek, jefe del partido que iba a enfrentarse con el general Yuan en un nuevo 1-ound.
En agosto de 1914 surge la G. M. 1. y los aliados dejan que el
Japón intervenga en China.
106
JOSÉ
HíJAR
ARE?0
Yuan trató de negociar con los japoneses, pero la postura niconocido por las «Veintiuna
pona quedó fijada en el documento
demandas»,
que hubieran convertido
a China en una colonia nipona. Aquél no tuvo otra salida que conformarse
y pactar con los
mientras
que el Kuomintang
tomaba las riendas de la
japoneses,
rebeldía nacionalista
contra ellos. A partir de ese momento y durante nueve años, China dejó de existir como Estado unido e independiente,
pues parte del continente
fue ocupado por los vencedores y, aparte del Gobierno republicano
de Cantón, había varios
diseminados
por el país.
Yuan, por su parte, tomó en 19lcI el título de emperador
que no
había de durarle más que dos meses escasos, al cabo de los cuales
falleció falto de la confianza de los Gobiernos europeos.
Enfocando
nuestra
atencibn en otra dirección,
vemos a Mao
Tse-tung,
adolescente,
escribiendo
versos satíricos
sobre la «nueva
era de cooperación»
y preparando
su grupo de «espartanos
del Hunnan» con treinta condiscípulos
físicamente
fuertes y de vida activa
y austera. Nota curiosa:
tanto Mao como su compañero
Liu Shaoshi, eran dos estudiantes
desordenados,
porque sus actividades
revolucionarias
les apartaban muchas veces de las clases.
Al estallar la revolución
rusa en 1917, Mao qu.edó muy impresionado por el éxito de ésta, tanto más cuanto que todas las revueltas en que hasta entonces había participado
él en China habían
fracasado.
En 1.91.9, el tratado de Versalles
indignó al pueblo chino porque
sancionaba
la entrega a íos japoneses de las propiedades
alemanas
que allí había como «recursos enemigos», cuando en realidad se tratataba de una parte importante
del suelo patrio, que iba a pasar a manos del Japón. El primer gesto de China fue negarse a firmar el
tratado,
en el cual tenía representación
por haber contribuido
con
un verdadero
ejército de trabajadores
al esfuerzo
de guerra de los
aliados.
Esto dió a Mao una gran popularidad
de la noche a la
maííana.
En el período post-bélico
de la Cr. M. I., Inglaterra,
Francia y
Estados
Unidos,
hablaban de democracia,
pero pretendían
seguir
con sus concesiones
en China como en los tiempos coloniales.
En
cambio, los rusos comunistas
supieron
presentarse
ante los chinos
como negociadores
en plano de igualdad y ésto inclinó a Mao definitivamente
hacia el comunismo,
fundando
en Pekín la primera
Tradición
guerrera
del pueblo chino. Arriba:
cabeza de un guerrero,
que figur6
en la
tumba
de un político
de la época Sung (Berlín,
Colección
Burchard).
Abajo:
oficial
con
el caballo
del emperador
T’ai-Tsung,
alio 650. (Filadelfia,
Museo de la liniversidad).
PJ<OYJXCIór;
CIIJXA
SOBRE
EL
CONTINENTE
ASIiTICO
107
5organización comunista eficaz. Por otra parte, Chiang Kai-chek reorganizaba el Kuomintang
sobre las directrices
del partido comunista
soviético y lo consolidaba en el S. de China. Encontramos
una vez más la
antítesis entre las dos Chinas : la del Norte y la del Sur.
En este paralelo vamos a ver como Mao Tse-tung,
partiendo
de
una débil fuerza militar,
pero políticamente
fuerte,
iba a triunfar
sobre Chiang Kai-chek,
cuya fuerza tenía unas características
contrarias.
En octubre de I923, Chiang, después de un viaje a Moscú, organizó una academia militar en Wharnpoa,
en el delta cantonés, por la que
pasaron eminentes comunistas
durante los dos primeros
años: es decir, que los mandos del ejército rojo fueron formados
por Chiang.
Tan extraña circunstancia
tiene SLI explicación
en que los comunistas
entraron en el Kuomintang
pensando que en su día podrían hacer una
depuración
apartando a los no comunistas
; pero Chiang pensaba de
manera análoga aunque en sentido inverso.
En este ambiente de duplicidad y falacia iba a empezar el intento de reunificación
del país,
que no conseguiría
otra cosa que una rivaliclad definitiva e irreductible
entre Chiang Kai-chek y Mao Tse-tung.
Paralelamente
a esta lucha se desarrollaba
otra en la zi. R. S. S.
entre Trotsky
y Stalin por la sucesión de Lenin. El primero era partidario de liquidar el Kuomintang
y deshacerse
de Chiang, al que
consideraba
un dictador
fascista
en potencia,
mientras
que Stalin
lo apoyaba por considerarlo
útil en caso de enfrentamiento
con el
Japón por cansa del Extremo
Oriente.
Con la muerte de Sun Yat-sen en 13 de marzo de 1925, Chiang quedó al frente del partido y la tendencia izquierdista
de aquél iba a ser
sustituida
por un ;Inticomuiîismo
experimentado
en las tretas del
jueg-0 comunista.
Así comenzb la guerra abierta entre el partido comunista
chino
y el Kuomintang,
dando con ello la razón al punto de Gsta trotskista. Chiang estableció su Gobierno
en Xankín
en 1927 y su astucia
se impuso en aquella !ucha, en la que al cabo de anos meses Mao
y su esposa caían prisioneros
de las tropas de Chiang : Mao pudo
escapar? pero su esposa fue ejecutada.
La lucha culminó con la matanza de comunistas
del
to de 1021 y el fracaso del ejército rojo, que al mando
tuvo que refugiarse
con Mao en el recinto montaííoso de
shan, en la frontera
de Kiang-si
con Hun-nan.
después
10 de agosde Chu Teh
Ching Kangde haber su-
108
JQSÉ
HíJAR
ARIRO
frido graves pérdidas.
Esto permitió a Wang
obrar
tad para ocupar Pekín, que le permitía el acerCamientO
dentales.
con más libera los occi-
Pero este cuadro se desarrollaba
ante la presencia de los japoneses que estaban en Manchuria,
y Chiang se vio obligado a volver su sede a Nankin
que quedaba más lejos de ellos y más centrada en China. Años más tarde, aún hubo de trasladarla
a Chungking, remontando
el Yang Tse-kiang
como medida de seguridad.
que haMientras
‘tanto, el ejército rojo realizaba incursiones
cían de Mao una versión
china de Robín Hood en el Hun-nan,
obligando
a Chiang a dedicarle gran atención durante seis anos,
porque consideraba
al comunismo
como su principal
enemigo.
En
este tiempo, los japoneses se movían por el Norte de China desde
septiembre
de 1931 en una lucha que había de durar, con mayor o
menor intensidad,
14 anos, Para estar más libre, llegó a firmar con
ellos el tratado de paz de Shangai de 5 de mayo de 1932.
En cam’bio, Mao d.eclaraba la guerra al Japón en 10 de junio del
mismo año en un Consejo de campesinos
y obreros presididos
por
él, cuando su República
popular abarcaba las provincias
de Hunnan y Kiang-si
solamente.
La situación de Mao en su reducto era prácticamente
inexpugnable, pero resultaba
una fortaleza sitiada en la que iban faltando
los abastecimientos
para pasar el invierno de 1934-35 y entonces
surgió
la resolución
genial de Mao : a finales
de octubre
de
1934 emprendió
la Larga Marcha
para trasladarse
a pie con
SUS
huestes y seguidores
a la provincia
de Shen-si en el Norte,
pasando de la cuenca del Yang Tse-kiang
a la del Hoang-ho.
En esta emigración
tomarori
parte varios cientos de miles de
personas
de toda condición,
con un núcleo de unos 50.000 soldados organizados
en tres divisiones.
El éxodo se llevó a cabo dejando «las bases revolucionarias))
para hacer un recorrido
de diez
mil kilómetros
que duró un año. Durante
él murieron
muchas prrsonas ; entre ellas la segunda esposa de Mao, hasta que en el verano de 193.5 llegaron a su destino los que lograron
sobrevivir
a
la fatiga, después de haber atravesado
11 provincias
y haber librado 15 batallas. Héroes
de la hazafia habían sido Mao Tse-tung,
chu En-lai, Lin Piao y Chu Teh.
Con todo, no estaba todavía liquidada la aventura de la r,arga
Marcha.
porque en 1936, Chiang preparaba
una última campaña
PROYECCIÓX
CHINA
SOBBE
EL
CONTI.\ENTE
ASIÁTICO
109
contra
sus adversarios.
Para ello se aseguró
la ayuda de tres señores de la guerra : Feng Ilu-hsiang,
«el general cristiano» ; Yen
Shi-chan,
«el gobernador
modelo» que imperaba en Shan-si desde
1911, y Chang Hseuh-liang,
«el Joven Mariscal»,
hijo del que habia sido señor de Manchuria
Chang Tso-ling.
Chiang
Kai-ch&
se estableció
en Sian, pero
el 12 de diciembre fue hecho prisionero
allí mismo,
nada menos que por el
«Joven Mariscal».
Este le reprochj
la g-uerra civil que sostenía contra chinos, conminándole
a que declarase la guera a los japoneses
que habían separado 14anchuria
de China para formar
el Manchukuo ; además se habian instalado en Shantung,
se estaban apoderando del Je-hol y se infiltraban
en Ho-pe.
Una vez más, su gran valedor Stalin, tuvo que intervenir
cerca
de los comunistas
para que fuera puesto ,en libertad.
Stalin temía
que la desaparición
de Chiang debilitara
a (Xna,
cuando él la necesitaba para contrarrestar
a los japoneses
que eran una amenaza
para los territorios
soviéticos
de Extremo
Oriente.
Fue Mao quien a principios
de 1939 asumió la plena responsabilidad de la acción anti-japonesa.
En 1943, la labor guerrillera
desarrollada
bajo su mando, y el de Lin Piao, mantenía en jaque a
los japoneses,
que estaban en un compromiso
igual o mayor que en
el SE. asiático ante los occidentales.
La idea política de Mao para asegurarse
el poder en China era
acertada. Se fundaba en la fuerza de dos ideas : la revolución
agraria para mantener a su lado a la gran masa de campesinos,
que a la lar0.a le asegurarían
el poder en el interior,
y la idea del nacionalismo
c”
c
para luchar contra los japoneses y expulsarlos
de China, en lo cual
podría contar con el apoyo de todo el pueblo chino, incluso el propio Chiang Kai-chek.
TAuego ya vendría
el ajuste de cuentas con
éste.
De momento
se trataba de hacer frente a la fuerte ofensiva japonesa de 1944 ,v para ello unieron sus esfuerzos
los dos caudillos
rivales, hasta que llegó el momento de la rendición japonesa, en que
volvieron
a enfrentarse
entre sí.
Todo lo expuesto da a la figura de Chiang Kai-chek
uñ aire conLos mismos ingleses no lo comprendieron
bien
fuso y paradójico.
y lo consideraron
como «un rojo más». Chiang era un nacionalista
sincero, con espíritu chino y mentalidad de dictador ; le dolía la China
.en que vivía y deploraba las concesiones
costeras entregadas
a los
110
JOSk
HÍJbR
AR150
Tampoco le agradaban los «Feextranjeros:
eso lo hacía xenbfobo.
ííores de la guerra» de su país, porque trabajaban
eii su propio proalgo arcaico y
vecho y no en el de China ; además representaban
perjudicial
dentro de los tiempos modernos ; de ahí la organización que dio al Kuomintang
para luchar contra ellos. Quería ser
el arquitecto
de una nueva patria, haciéndolo por medio de una revolución china, que no había de ser la de Mao, porque le desagradaban los comunistas,
tanto como los ingleses. En cambio, mantenía
una cierta inteligencia
con los norteamericanos.
era repudiado por los
En cuanto a la figura de Mao Tse-tung,
occidentaled
por cuanto tenía de comunista,
aunque él no estuviera conforme
con los comunistas
rusos. Siempre había predicado,
que la revolución
china había de salir del campo y no de los talleres, en contra de Moscú que dcgmatizaba
que el éxito dependía
de la unión de los obreros y los intelectuales,
porque los campesinos eran la rémora de la civilización.
Es que el campesino
ruso
estaba imbuido del misticismo
de la Santa Rusia y su espíritu
era
mienincapaz de adaptarse
rápidamente
a una idea revolucionaria,
tras que el campesino
chino, paciente y sufrido
por herencia de
raza, permitía encajar su pensamiento
dentro de las nuevas ideas
con un conformismo
fatalista.
La guerra civil
Terminada
la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos
firmaron un tratado
de amistad con la China de Chiang y, a continuación, la U. R. S. S. decidía apoyar al partido comunista
chino.
Así comenzaba en Oriente la guerra fría entre los Estados
Unidos
y la U. R. S. S. y nuevamente se. enfrentaban
los dos rivales chinos:
Chiang con un ejército de 4.300.000 hombres y la ayuda de
Estados
Unidos ; Mao con 3200.000 y la ayuda a regañadientes
de
la U. R. S. S.
No fueron bien :as cosas para Mao en 1946-47, pero sus fuerzas reaccionaron
luego de tal manera que, en enero de 1949, caía
Pekín en sus manos y en abril podía dar la orden de cruce del Yan%Tse, uniéndosele
por todas partes los campesinos
armados
hasta
llegar al mar, obligando
a las tropas de Chiang a refugiarse
en
Formosa.
En este juego político se produjo
una notable contradicción:
cuando Mao y Chiang combatían contra los japoneses,
fue Chiang
PROYECCIh
CHIP;A
SOBRE
EL
CONTINENTE
ASIhTICO
111
y no el comunista Mao cl jefe apoyado por Stalin, mientras que
al fmal de la guerra civil, los Estados Unidos, con una idea tal.
vez equivocada, abandonaron a Chiang que era la cabeza del anticomunismo.
Ei 31 de octubre de 1If4Crproclamaba Mao en i’ekin la República comunista china como «vanguardia de la paz en Asia». Mao, a los
cincuenta y siete años se alzaba así como jef.e de una cuarta parte
de la población del mundo. Había tenido una vida muy dura : en
su niñez fue LUI infeliz a causa del carácter de su padre ; su adolescencia transcurrió atormentada por la preocupación revolucionaria
contra el orden imperante en China. Había sufrido las injusticias
del trato paterno y odiaba los males que aquejaban a su patria por
culpa de ios gobernantes y de las naciones colonialistas ; la felicidad de su juventud había sido cortada trágicamente dos veces por
la causa revolucionaria y su vida de adulto fue una continua lucha y
un vivir preocupado.
Tal es en sus líneas generales la semblanza del hombre que rige
los destinos de la nación más populosa del mundo, que tanta influencia puede tener sobre el resto de la humanidad.
LAS
REIVISDICACIONES
CHINAS
La historia de China ha dejado una huella en el espíritu de sus
gentes, que se traduce hoy día en el ansia de desquite que impregna
toda su política, Imprimiendo un carácter xenófobo a todas sus relaciones con el exterior.
Hemos visto que durante un siglo, los «bárbaros» de Occidente,
entre los cuales incluye China a los rusos, humillaron el orgullo
del pueblo con sus
«tratados desiguales,) conseguidos por la
fuerza o la amenaza. China no 1os ha olvidado y son el origen de
sus actuales reivindicaciones.
A estos recuerdos de humillaciones se agrega una psicosis de cerco que padecen los chinos. Su patria está sometida a aislamiento desde
hace dieciséis años ; se le rehusa el acceso a las Naciones Utlidas y,
corno ocurrió ‘:on la U. R. S. S. antes de proclamar el principio
de la coexistencia pacífica: se siente amenazada por el aumento de
112
JOSi
RÍJAR
ARIÑO
bases norteamericanas y británicas alrededor de ella en una exten.sión que va del Japón a Thailandia. La ruptura con la U. R. S. S.
vino a ampliar el cerco hostil por Siberia y Turkestán, y aún se reforzó con los acuerdos económicos establecidos entre el Japón y
la U. R. S. S. para la explotación de Siberia. Por último, el abandono de hecho por la India de su neutralismo, al recibir ayuda creciente de la U. R. S. S. y de Estados Unidos, da a China la impresión de que el cerco tiende a cerrarse por completo, sin que le quede
más salida por el Oeste que la de Pakistán.
Una de las primeras acciones llevadas a cabo por China como
protesta contra los tratados desiguales fue la. publicación de un
mapa en 1963, en et que las fronteras de China no coincidían con
las que existen de hecho. Ese mapa era en realidad un programa
de acción. Se publicó formando parte de un pequeño manual de
historia para uso de los escolares chinos, sin señalar en él accidentes topográficos ni toponimia, pero en cambio llevaba unas notas
históricas explicativas correspondientes a 1.9 puntos fronterizos. Era
un programa muy amplio, imposible de desarrollar en poco tiempo ;
pero los chinos son pacientes y poseen un gran poder de disimulo
de sus emociones, lo que les permite presentar sin prisas el problema de sus reivindicaciones para desembarazarse seguidamente del
cerco.
Desde hace años, como un primer paso, tratan de conseg-uir que
la cadena de Estados que bordean su territorio por Occidente y Sur,
desde la meseta de Pamir al Golfo de Tonkín, no le sean hostiles,
copiando el ejemplo de la U. R. S. S., que después de la Segunda
Guerra Mundial atrajo a su esfera de influencia a los Estados europeos que bordeaban su frontera a fin de crear una banda de seguridad mediante la transformación en satélites suyos, de varios
países que antes habían mantenido una actitud favorable a ()ccidente.
De momento se ha limitado al arreglo de pleitos de menor cuantía con los países que se han prestado a ello, dejando para más adelante la resolución de los problemas de más enjundia. La puesta a
punto de SUS instituciones y las primeras reformas interiores, llegadas con gran violencia, han impuesto a China de momento una
política exterior moderada, de buena vecindad con aquellos países
que por temor a un grave conflicto con tan poderosa vecina se han
prestado a ello.
I~::OYXCIiiX
FLEITOS
Vamos
detalle lo
cuadran a
empleado
relaciones
ClilbA
FRONTERIZOS
SOBRE
IiL
CONTIXEXTE
(Ver
croquis
ASIiTICO
113
núm. 1).
a bacer un recorrido
por sus fronteras
para ver con algún
que hemos expuesto,
empezando por los países que enChina por el Oeste y por el Sur, donde unas veces se ha
la vía pacífica y otras la violencia para «normalizar))
sus
en estas direcciones.
PAÍSES
COY
ACUERDOS
PACÍFICOS
-4 fgnnistán
Vasto y poco poblado, tiene el triste privilegio de hallarse en
la encrucijada de vías históricas de paso. Inglaterra chocó allí con
Rusia en la época en que tenía el imperio de la India. Ha tocado
a Pakistán heredar algunos de los problemas de esta región.
La U. R. S. S. es más potente que nunca en la frontera afgana,
mientras que China no tiene más contacto que un pequeño trozo
en el NE. de Afg-anistán, donde se halla el paso de Wakhan que da
acceso a un pasillo de tierra afgana situado entre el Pamir ruso
y el Pakistán. La U. R. S. S. se está asegurando allí una posición
predominante por el envío de centenares de especialistas que actúan
en todo género de obras públicas y por el sostenimiento logístico
del ejército afgano y su instrucción. China tiene uti tratado fronterizo con Afganistán desde 1963 para sus ochenta kilómetros de frontcra.
Pakistán,
T,n consideración de su frontera con China nos lleva a hablar,
aunque sea ligeramente, de Cachemira ; poblada por una mayoría musulmana, tiene la mitad NC. ocupada por Pakistán que la llama
Azad Kashmir (Cachemira libre), mientras que los indios retienen el SE., que es la parte más importante, con la capital (Srinagar o Ciudad Celeste) y la región de Ladakh.
La cordillera de Karakorum, que se extiende desde el Pamir hasta el Tibet, en una longitud de 800 km., señala un límite entre
Sinkiang y Cachemira, 0 sea, que marca la frontera entre China
114
JQSt
HÍJAR
ARIÑO
por una parte y el Pakistán y la India por otra. Los pasos más importantes en la frontera pakistaní soli los de Kilki y Mintaka, y
con la India el de Karakorum. La comunicación entre Pakistán y
China se establecerá por una carretera en construcción, que irá
de Rawalpindi a Gilgit para enlazar cou la que sigue por Hunza y
se bifurca para atravesar los pasos citados y entrar en el Sinkiang.
Más al Este, la región pakistaní de Bnltistán está complctamente separada de China por la enorme barrera del Karakorum.
Las relaciones entre ambos países datan del establecimiento de
la Repúbhca Popular en Pekín. El Gobierno de Karachi fue uno
de los primeros en reconocer el nuevo régimen en 1950. Sus relaciones fueron, sin embargo, algo frías en los primeros aÍíos ; pero
en 1955, se vieron en la conferencia de Bandung el primer ministro
Mohamed Alí y Chu En-lai, dando comienzo a la aproximación de
Pakistán a China para evitar que se le adelantara la India en el establecimiento de un acuerdo sobre Cachemira.
N e p a, 1
Este pequeño reino, tierra de los gurkhas, tiene unos ocho millones de habitantes y está enclavado en el sector central del Himalaya.
Su frontera N. con ei Tíbet y la S. con la India miden 883 km. da
longitud cada una. La primera va por las cumbres del Himalaya,
no obstante lo cual tiene unos 20 pasos para las necesidades de
su comercio. El corazón del país lo constituye la llanura de Katmandú, donde está la capital.
Desde 1895 estuvo sometido a control por parte de Inglaterra, pasando luego a ser una especie de protectorado de la India desde que
se independizó, hasta 1961, en cuya fecha, el rey de Nepal llegó a
un acuerdo con los chinos sobre el trazado de la frontera, si bien
quedó imprecisa en la región del Everest por las dificultades de delimitación que presenta el terreno.
Los chinos tratan de convertir este país en satélite suyo, pero
el Nepal ha conseguido llegar a una posición de equilibrio internacional entre Pekín y Nueva Delhi. Así, por ejemplo, existe una
carretera de importancia estratégica que entra por la frontera hindú de Sur a Norte, hasta Katmandu, construida por la India. En
cambio, China, en 1968 se interesó por las comunicaciones del Tibet y ha llevado una desde el paso fronterizo de Kodari en el Norte,
I~ROYlXCIóX
CHIKA
SOBRE
EL
CONTIKEII’TE
ASIiTICO
115~
hasta K.atmandu.
Finalmente,
con ayuda de India, Estados
Unidos,
y la U. R. S. S., se ha comenzado una red de carreteras
de 1.600 kilómetros
dentro del país.
Es decir, que con la India guarda relaciones
que se refuerzan
con las afinidades
raciales, espirituales
y culturales,
mientras la Endia contribuye
a su desarrollo
económico
y social. Pero China no
quiere quedar aparte, porque
no se le escapa la importancia
de
su situación estratégica,
y por lo menos ha logrado una declaración
de coexistencia
pacífica.
B iwnania
Nacida a la independencia en 1948, comprendió su fragilidad in-terna y el peligro que representaba China en su frontera Norte.
Por eso fue el Gobierno de Rangoon el primero en establecer relaciones diplomáticas con Pekín. En 1961 quedó reglado el problema de sus fronteras con China, que venía arrastrándose desde
hacía diez años. Con este gesto, China quería mostrar a los países asiásticos, y especialmente a la India, cómo se comportaba ella
con los que deseaban la coexistencia pacífica y se mantenían neutrales. Sin embargo, la realidad de la cuestión es que Birmania excluye toda idea de satelización con relación a China, mientras que
ésta no deja de animar solapadamente las actividades clandestinas
de los comunistas birmanos.
Hong-Kong
y Macao
Se trata de un caso típico de la duplicidad del comunismo chino. Por lo que se refiere a Hong-Kong y a los terrenos arrendados
de Kowloon y las islas Stonecutter y T.antau, gozan de un sfatu
que
que el mismo Mao está interesado en que subsista. A raíz de proclamarse la República china democrática, hubo el temor de una
acción violenta sobre la colonia por parte de China, llegando a depreciarse el valor de los terrenos en los 645 kilómetros cuadrados
de la colonia : pero poco a poco se fueron tranquilizando los ánimos.
2 Qué razones hay para ello? Que Hong Kong es el respiradero,
de China comunista ; es donde tienen lugar las transacciones de China con el mundo capitalista : de China llegan a Hong Kong ali-
JOSÉ
416
HÍJAR
ARIÑO
mentas, e incluso agua para beber, y por allí entran en China productos farmacéuticos
y químicos y aparatos de precisión.
Pero, sobre todo, allí tienen su asiento los bancos que sirven a China comunista para sus transacciones.
En cuanto a Macao, pequefía península con unos islotes afectos,
resultó una puerta para el contrabando
de armas durante la guerra
civil china. Como Hong Kong, atravesó unos momentos
de pánico
con ocasión de los disturbios
provocados
por los guardias rojos, que
habían empezado a construir,
sin previo aviso, una escuela marxista en una isla portuguesa.
Una orden repentina de Pekín puso fin
a los desmanes.
2 Hasta cuándo durará este estado de cosas? De momento pare-ce que no le interesa a China cambiar.
CASOS
DE
EMPLEO
DE
LA
FUERZA
India
Este país. con cerca de 400 millones de habitantes,
nacido a la
independencia
el 26 de enero de 1930, trató de entenderse con China
en un principio
para suavizar las cuestiones
fronterizas
pendientes
La principal se refería a la frontera con el Tibet.
Desde 1913 en que el Tibet proclamó su independencia,
habia tratado de fijar su frontera
con la India, reuniendo para ello ía Conferencia de Simla, en la que intervinieron:
un representante
británico, por la India, otro tibetano y otro chino. La línea fijada.
que iba desde el protectorado
de Bután hasta el paso de Razu Isu
en la frontera
chino-birmana,
fue llamada «línea Mac Mahon», nombre del delegado británico
que presidió la conferencia.
Su trazado
iba por el Norte de la «Agencia Fronteriza
del NE. de la India»
(N. E. F. A.), siguiendo la divisoria de aguas del Himalaya ; pero
,esta línea quedó sin una virtual demarcación
por las dificultades
climatológicas
y del terreno,
y el delegado chino rehusó la firma
del acuerdo, alegando que se trataba de un compromiso
que afectaba
a Gran Bretaña y Tibet, y porque el trazado en el mapa se había hecho posteriormente
a la conferencia,
agregándolo
luego al documento del acuerdo.
El punto de vista chino, hoy día, es que el límite entre China y la
India en este sector es la frontera
étnica y linguística
que separa
PROYECCIÓN
CHINA
SOBKE
EL
COi%TIXENTE
ASLíTICO
117
los montañeses
de origen mongol de los hindúes
de las regiones ba
jas, que hablan lenguas distintas.
La frontera,
así delimitada,
iría
por la base de la cadena del Himalaya,
dando una gran ventaja estratégica
a China, porque quedaría dominando
los terrenos
llanos
de la India.
En un gesto de buena voluntad,
India firmó el tratado de Pekín de 19.74, por el cual renunciaba
a todos los privilegios
heredados del imperio británico
en la «región china del Tibet)), y además se afirmaron
cinco principios
de coexistencia
pacífica entre los
dos países. Esa fue la base jurídica de la presencia china en el Tibet,
puesto
que cle hecho ya lo habían
ocupado en 3950 coIi la invasión
que determinó la expatriación
del Dalai Lama.
Tras el acuerdo, los chinos comenzaron
la construcción
de una
carretera
desde Lhasa a Kashgar
para unir el Tibet con Sinkiang,
cruzando abusivamente
durante 160 kilómetros
por el territorio
indio de Ladaskh.
Esto produjo la natural inquietud en la U. R. S. S.,
porque era tanto como reforzar
el enlace del Sinkiang
con el corazón de China frente al Turkestán
ruso. Por ello, la U. R. S. S., y
también los Estac!os Cnidos,
aunque por causa diferente,
hrindaron SLI ayuda a la India en 1955. aunque en el fondo, lo que buscaban era atraer a la India a sus respectivas
esferas de influencia.
En China se despertaron
con ello nuevos recelos y no se hicieron esperar otras demandas fronterizas
: la cesión de Ladaskh,
donde ya habían hecho la carretera,
alegando
que había sido un territorio
ceditio por China en 1896, bajo presión de Gran Eretafia.
También reclamaba
varios pasos estratégicos
& el Himalaya.
Para
estudiar
esta demanda se designó
una Comisión
chino-india,
pero
pronto se llegó a una fase de áspera discusión con la secuela
de incitiezltes
fronterizos
armados
a partir
de 1959, culminando
la
violencia con la ofensiva china llevada a cabo entre septiembre
y
noviembre
de 1962 contra la Jndia en dos sectores
fronterizos.
En
el occidental
invadieron
que presenta
elevadas
meLadaskh,
setas adecuadas para el empleo de carros ligeros. Los chinos transen
portaron
éstos por aire. gracias a las pistas aéreas construidas
el Tibet, facilitando
además la 1og;stica en general la carretera
que
habian comenzado
en 1957.
Pero lo más espectacular
ocurrió
en el sector oriental fronterizo, donde los chinos se lanzaron contra la N. E. F. A., atacando por
los extremos
y por el centro de la línea Mac Mahon.
Plsí consi:
,guieron ocupar Tawang
tando esto para provocar
,de la N. E. F. A.
ell el Oeste y Walong
en el Este, bascl derrumbamiento
de las fuerzas indias
Por razones estratégicas
o políticas,
China decidió el alto el fuego. Resultaría
interesante
conocer los motivos
reales de la ofensiva china de 1962 y el porqué del alto el fuego. !J avance hacia la
India a través de montañas
de difícil tránsito
resultaba
falto de
sentido, ya que no había un’claro
e inmediato ohjet.ivo que lo exi,giera, y en cuanto a la retirada no cabe atribuirla
a generosidad
china ; más bien pudo haber sido una necesidad militar
surgida
en el momento o a alguna idea planeada desde el principio por consideraciones
políticas ; pero se ignora
cuales pudieron
ser éstas.
LOS escasos puestos fronterizos aislados, no eran objetivos estratégicos. El único objetivo lógico en la región de la X. E. F. A. podía ser el corte de la arteria de tráfico del valle del Eramaphutra y
éste no fue alcanzado.
2Se trataba simplemente de desprestigiar a la India ante los países subdesarrollados para hacer comprender a éstos la superioridad
china? c Fu6 hecho para entorpecer el desarrollo de la economía de la
India al tener que entrar ésta en una economía de guerra ? ; Se trataba
de desenmascarar la política soviética sobre la India ?
Están situados al E. del Nepal, separando los dos grandes países asiásticos hasta los confines de la N. E. F. h. Ninguno de los dos
ha llegado a la soberanía internacional, porque se hallan bajo la
protección de la India, aunque en diverso grado. .El primero, que
está influido por el Tibet, cayó bajo dominación inglesa en 18~. y en
cuanto a Sikkiri fue invadido por los ingleses en 1889.
China pretende entrar en relaciones directas con Kután prescindiendo de la Jndia y reivindica unos 450 kilómetros cuadrados
,de su territorio oriental. En cambio, no tiene litigio fronterizo alguno con Sikkim, seg-ún declaración de 1959. Pero ha protestado
de la presencia de tropas indias en la frontera y de las obras militares existentes, cuya demolición exigió.
China trata de extender su influencia sobre la vertiente meridional himalaya, que desciende hacia las vastas llanuras indias y por
I’ROYCCCIóii
CIIISA
SOBRE
EL
CONTIXENTE
ASLíTICO
eso rechaza la presencia de la India en estos principados,
de desprenderlos
con paciencia de la obediencia de Nueva
~‘ROCED1MIE‘;TO
DE
IWLUEN<:IA
119
tratando
Delhi.
SUBVERSIVA
Yo tiene frontera
territorial
con China, pero está próxima
y así
como viven en su territorio
tres millones
úe chinos, se han asentado en China medio millón de thailandeses.
Además,
la región
noroeste
del país es muy pobre y allí vive el 30 por 100 de su población, que son laotianos,
permeables
a los esfuerzos
de la propaganda subversiva.
For el momento Thailandia
ha elegido la aproximación
a Estados Unidos,
en su postura
opuesta a China, y ha admitido en su
territorio
6.000 a 9.000 hombres
de tropas
americanas
y el establecimiento
de una base aérea en Udon Thani, al N. del país, con
bombarderos
y cazas para las acciones
sobre L,aos y Vietnam
del Korte.
2 Cuál ha sido la reacción de China? Desde fines de 1961 aumentó
las horas de emisiones de radio en lengua thai para fomentar la subversión,
alentando al «Frente patriótico
thailandéw
creado en China por emigrados.
Ha fomentado
huelgas y el partido comunista,
declarado
fuera de la ley de Thailandia
desde 19.52, explota cualquier síntoma de corrupción
en los altos escalones de la sociedad.
Indonesia
Separado este país de China per un mínimo de 800 millas de mar,
es también objeto de las apetencias
chinas. El ministro
indonesio
Subandrio
había declarado el 20 de enero de 1965 que «en caso de
ataque por los imperialistas
británicos,
Indonesia
buscaría
ayuda
militar en la China popular», y antes de un año el ejército indonesio
tuvo que intervenir
para hacer frente a la grave crisis del intento
de golpe comunista
preparado
para la noche del 30 de septiembre.
La prensa y radio chinas permanecieron
calladas hasta tres semanas después. El viraje de Djakarta
y el considerable
aumento de poder del ejército sobre el país, habían cogido desprevenida
a China.
120
'OSÉ
HíJAR
AR130
Por fin salió Pekín de su mutismo para protestar
contra el registro llevado a cabo el 18 de octubre de 1065 en la oficina del agregado comercial
chino en Djakarta,
y al día siguiente contra el pillaje de almacenes chinos y profanación
de banderas,
emblemas y
retratos de la misma nacionaiidad.
Hasta aquí hemos visto los pleitos de menor importancia
con algunos de los países que entran en su ámbito estratégico.
El estudio del resto de sus fronteras
lo sistematizaremos
dentro de tres amplios conceptos:
el de las relaciones de China con Japón, con la
U. R. S. S. y con Estados Unidos.
RELACIOXES
CHI?;O-JAPOSESAS
China y Japón presentan
en sus estructuras
muchos aspectos comunes y muchos diferentes.
Japón tiene 100 mi!lones de habitantes
encerrados
en los estrechos límites
de sus islas, que tienen una superficie total inferior
a la de Espaíía, mientras
China, con una población seis veces mayor, vive en un área continental
que supera en 22 ó L!3 veces a la
,del Japón. 1,a población japonesa es homogénea
e instruida,
mientras la de China es una yuxtaposición
de razas en un estado medio
cultural deficiente.
Estas notas se traducen,
por parte del Japón en unificación
de
vida y esfuerzo, mientras que, en China, la extensión desmesurada
y
históricamente
en tensiones
diversidad
de razas se !~a manifestado
y divergencias
internas y, en los momentos
de mayores
turbulencias, se han producido
corrientes
centrífugas
que han hecho difícil
mantener
dentro de la unidad las regiones periféricas
como Manchuria, Mongolia,
Sinkiang
y Tibet. Se trata, pues. de características diferenciadoras.
Japón es un país desarrollado,
con una economía basada en su
próspera
industria,
mientras
que la agricultura
no cs más que un
anexo de la actividad general. Por ello, necesita intensificar
su co-.
mercio exterior.
Asia y América del Norte siguen siendo los principales mercados
del Japón después de la Segunda Guerra Mundial.
China trata de industrializar
el país, pero también ha de intensificar el rendimiento
de SLI suelo para evitar el hambre de una población
en constante
crecimiento,
o sea, que tiene que buscar
el equilibrio
de sus estructuras
económicas.
Estas
son, pues, ca-
racteristicas
compiementarias
de Japón y Chula, ya que a China le
interesa ia industria
japonesa y al Japón lc conviene el amplio mercado chino. Esto puede determinar
una tendencia para ei futuro, ya
que al sentir común de la raza amarilla, a la que ambos pertenecen,
y a la razón de vecindad, habrá que agregar la razón económica expuesta.
Cierto es que entre ambas naciows
hay un pasado de luchas debidas a las ansías expasionistas
del Japón y que éste tiene hoy un
Gobierno democrático
conservador
respaldado por Norteamérica,
que
le mantiene en una posición neutralista,
mientras
que el Gobierno
chino es revolucionario,
totalitario
y agresivo
en sus acciones y en
sus manifestaciones.
Xo es menos cierto que no hay acuerdo
jurídico
alguno entre
ambos Estados, pues China y Japón se ignoran oficialmente ; pero siguiendo ambos países una línea de conducta
realista,
desde 1962
mantienen
contactos
por medio de «consejeros
comerciales
privados», separando
a,sí las cuestiones
diplomáticas
de las económicas.
LOS obstáculos que se oponen a la compieta normalización
sus relaciones son :
de
1.” Los acuerdos militares de Japón con los Estados Unidos, en
los cuales se basa en estos momentos la seguridad del país, ya que
no puede desarrollar sus propias fuerzas armadas más allá de cierto límite, ni puede desarrollar una política asiática propia, al no
poder apoyarla sobre una fuerza militar nacional. El antagonismo
de Estados Unidos y China no admite la aproximación entre China y Japón.
2.” El estatuto de Formosa contra cl cual habría de pronunciarse el Japón para reconocer a la China Popular, desentendiéndose de
las
la China Nacionalista ; mala 7oíución económica, puesto qlie
transacciones con ésta son importantes.
consecuencia
de las conversaciones de 1963 entre To3.O Colno
kio y Moscú, por las que el Jap<ín obtuvo ventajas para sus pesquerías, las relaciones
ruso - japonesas, han mejorado porque la
U. R. S. S. considera que al Japón en el Este es tan peligroso para
ella como Aetnania en el Oeste. Esto inclina al Japón oficial hacia la U. K. S. S. más que hacia China, aunque el Partido Comunista japonés se inclinó en un principio más por las ideas chinas
que por las soviéticas.
En resumen: Japón tiene 110~ día las manos atadas para poder
622
JOSÉ
HíJAR
ARIRO
desenvolver
ampliamente
SL~ propia
política, ya que su tendencia
hacia la China Popular se ve contenida por dos g-randes potencias
que están enfrentadas
con ésta: Estados Unidos y 1;1 L. R. S. S., e
10
ligan
CL la Ch&
Naincluso por los intereses
económicos
flllf’
cionalisia.
En
La
C‘hinu
y
su
.s0~~~ór(~,
el
francés
‘l’ibor
Mmde
exponía
una imagen del «peligro amarillo» del que tanto
se habló
a principios de este siglo, pensando que la hipótesis más desfavorable
para
India
y
el
Sureste
asiáico
puOccidente
sería que China, Japón,
dieran formar un grupo ligado por intereses políticos
o económicos,
suficientemente
compenetrados,
porque ello representaría
un cambio radical eri el equilibrio
mundial de fuerzas en presencia.
Pero
tendrá que transcurrir
un largo periodo de tiempo, comentamos
nosotros,
antes de que se produzcan
las condiciones
necesarias
para
que el Japón pueda rearmarse
y preparar
un nuevo plan de expansión que venga a sustituir
al fracasado en la Segunda Guerra Mundial. No obstante, hay que pensar en esta posibilidad
a largo plazo.
&%LAClOXES
CIIISO-RUSAS
El conflicto existente
entre China y la U. R. S. S. es en definitiva el mismo que existía en el siglo pasado entre el Zar de todas las Rusias y el Emperador
del Celeste Imperio,
el cual no ha
dejado de manifestarse
ni aún en los momentos en que han estado
ambos países en mejor armonia que hoy. Fundamentalmente
se trata del choque entre el expansionismo
ruso por Siberia hacia el
Océano Pacífico y la expansión
china hacia el Norte,
apuntando
al flanco del avance ruso por Mongolia
y Manchuria,
y asimismo del encuentro
de ambas potencias
en el Turkestán.
T,as formas de.1 lenguaje diplomático,
antes en boga, han derivado
hacia
uno más crudo salpicado de lemas marxistas-leninistas.
Hay que anotar, sin embargo, un interregno
que podríamos
calificar de luna de miel chino-rusa
entre 1949 y 1959. En la pri.mera
fecha se firma un acuerdo de ayuda rusa en productos
alimenticios,
bienes de equipo y asistencia
técnica. Parece ser que al socaire de
éste, hubo un acuerdo secreto entre Stalin y Mao, por el que la
U. R. $. S. favorecería
a China en su expansión
por el Sureste
asiático,
acaso para derivar
hacia allí la atención
china sin que
volviera la vista hacia la frontera con la U. R. S. S. Esto explica-
ría la acción de China en Corea, Indochina
y Vietnam
y al mismo tiempo la postura
soviética
en estos conflictos.
Además
concuerda
con las aspiraciones
chinas después
de la conferencia
de
Bandung para llegar a ser la gran potencia afro-asiática.
Mao aceptó lo que se le brindaba
que las reivindicaciones
frente a Rusia
en aquel momento,
podían esperar
pensando
En 1957, Kruchev
amplio,
cdn
la fabricación
de cohetes,
le1
acuerdo de asistencia
firmado por Stalin, pero al cabo de dos años
se dió cuenta de que se producían
en China más armas que bienes de equipo para la economía y, en vista de que las ambiciones
chinas se precipitaban
y se hacían agresivas,
denunció los acuerdos
de asistencia técnica y retiró sus ingenieros,
ya
que se iba poniendo en peligro el poderío soviético en Asia. Pero ya era tarde, porque los chinos habían logrado
versiones
mejoradas
de algunos cohetes soviéticos.
Al principio,
la ruptura entre Moscú y Pekín fue considerada
par
los occidentales
con mucho escepticismo,
porque consideraban
que
era una de tantas maniobras
a que nos tienen acostumbrados
los
comunistas
con sus tácticas tan flexibles,
pero luego se han visto
salir a la superficie
las viejas querellas entre ambos colosos y en
menos de diez años han ido pasando de simples divergencias
de opinión a! actual conflicto
próximo
a la ruptura.
En 1958 era el menosprecio
de los soviéticos
por las comunas de los campesinos
chinos! porque ellos basaban su comunismo
en los obreros
de las fábricas : más tarde fue el conflicto
ideológico,
que se inició en 1960
tras la retirada del apoyo económico
de la U. R. S. S. ; comenzó
con los denuestos
chinos contra los «revisionistas
rusos)), para agravarse luego rápidamente,
Esto es lo que se ha visto en la superficie
del conflicto.
En cuanto al fondo, Mao ve con desagrado
a los rusos que se sienten orgullosos de haber sido los primeros
en la revolución
socialista.
Ellos
fueron los que arrastraron
a Liu Shao-chi hacia la forma soviética del
comunismo
y fue Mao quien trató de traerío
al comunismo
chino.
Hay que pensar que el fondo de la guerra civil latente en China
se desarrolla
alrededor del antagonismo
Mao Tse-tung-Liu
Shao-chi,
Eri 192’7, los rusos torpedearon
la reTolución
china, condenaron a Mao a una vida azarosa de bandidaje y le acarrearon
la pérdida de sus dos primeras esposas. El Komintern
no reconoció a Mao
como jefe dc uri partido comunista
nuevo hasta que lo impusieron
124
JOSÉ
HÍJAR
.4lUkO
los acontecimientos y constantemente trataron de llegar a un acuerdo con Chiang Kai-chek en vez de hacerlo ~011 él.
Cuando los japoneses se rindieron al final de la Seg-unda Guerra
Mundial, los aliados les hicieron deponer las armas cn China ante
los oficiales de Chiang, aún en aquellas zonas controladas por las
fuerzas de Mao, sin que la U. K. S. S. hiciera algo para que lo realizaran ante las tropas de éste, que igualmente habían intevrnido en la
lucha contra el Japón.
También recuerda China al cabo de veintitantos aííos, el saqueo de
Manchuria, efectuado por los rusos cuando sustituyeron a los japoneses
en la ocupación de aquel territorio? llevándose ;I Siberia cientos de
trenes cargados con material industrial y agrícola, ganado, alimentos y hasta semillas, en un pillaje perfectamente organizado.
Por último, la retirada del apoyo técnico y económico en .LO%
fue la gota de agua que derrami el vaso.
Como respuesta a tantos agravios, China tiene en crlrtera una
serie de reivindicaciones contra los «tratados desiguales), tstablecidos con Rusia, que serán presentados en el momento propicio y
que pasamos a exponer.
En e! Asia Central se alzan los montes Tian Chan o Montañas
Celesí.es, que l,ebasan los 6.000 metros de altitud y forman con
sus estribaciones el esqueleto de una zona de gran actividad sísmica. Se trata del Turkestán, que está dividido en dos partes: la Oriental, que es el Turkestán chino correspondiente a la región de Sin
Kiang, y la Occidental o Turkestán ruso.
A pesar de las elevadas cumbres del Tiari Chan, la delimitación
fronteriza de ambas partes no fue empresa fácil porque también hay
en ella zonas deprimidas y pasos fáciles, que dieron lugar a laboriosas conversaciones entre Rusia y China.
Una expedición rwa al mando de Chernaiev ocupó Tashkent
en 1863, que se ha convertido eli la mayor población rusa del Asia
Central. Tras largas negociaciones y retoques, se fijó la linea fron-
lWOYKCI6N
CHINA
SOBRE
LL
COh’WIWNTE
ASIáTICO
126
teriza con China por el tratado
de San I’etersburgo
de 1881 (del
Ili según los chinos).
Esto permitió
a los rusos organizar
el Gobierno General del Turkestán
ruso reuniendo
una serie de emiratos y khanatos
que hasta entonces
habían sido gobernados
con
independencia
del emperador
de China. La capital
se fijó en
Tashkent.
Después de
tro repúblicas
China, que son
tán, además del
la revoluci6n
de 1917 se dividió el territorio
en cuasocialistas
soviéticas,
tres de ellas fronterizas
con
de Norte a Sur : Kazakstán
Kirghistán
y TradjikisUzbekistán
que queda en el interior.
Las reivindicaciones
chinas llegan por esta parte a los montes
tes Alay por el S. y hasta el lago Balkach por el N. En esta parte,
que corresponde
al Kazakstán
se hallan los pasos fronterizos
más im2.” la ((puerta de Dzunportantes : ï .O los llanos del alto Irtych.
garia», que es un desfiladero
de poca altitud,
el cual comunica el
lago Ebi Wor con el Ala-kul,
y 3.” el paso que conduce al valle
del Ili.
Estos
pasos dan acceso a las estepas
kirghises
desde Asia
Central.
Allí se organizaban
y se rehacían los nómadas en ei siglo XIII
antes de llevar a cabo sus grandes
incursiones
hacia Europa. Allí hicieron
alto los petchenegos
y los polovtsos
antes de
asolar el mediodía
de Rusia y por allí pasaron
luego las hordas
mongolas
de Gengis Khan.
En cambio, la parte
reivindicada
del Tadjikistán
corresponde la región del Pamir (((el tejado del mundo»),
que es donde estableció Rusia, a raíz de la ocupación, fuertes como el Pamirskii
Post
a 3.U78 metros de altitud. Las penalidades
sufridas
por sus guarniciones, dieron fuerza a Rusia cuando hubo que delimitar en 3592
la frontera
en el litigio surgido
con China, Afganistán
y en cierto
modo con Gran Bretaña. Los pasos existentes
en esta parte tienen
menos importancia
por su gran elevación y los escarpes del terreno. Son pasos utilizables
solamente
durante
dos o tres meses al
año. Así, por
ejemplo, el paso
de Terek
Davan
liga Fergana
(U. R. S. S.) con Kashgar (China), atravesando
la frontera a 4.000 metros de altura, obligando
a los naturales
a emplear el yak en los
transportes,
porque se adapta a aquellas alturas mejor que el dromedario o el caballo l~~~gl&.
Como se ve, el conjunto
constituye
una zona de interés estratégico por sí misma, el cual se incrementa para la U. R. S. S. por-
126
;osk
HiJAI<
ARISO
que tiene regiones, como Fergana en el Uzbekistán,
donde la ag-ricultura, y sobre todo el algodón y la morera para la cría del gusano de seda, han alcanzado gran auge. Además, el ferrocarril
«Turksib» que une la red del Turkestán con la siberiana, atraviesa gran parte de los territorios que China reivindica entre el lago
Balkach y la frontera actual. Naturalmente, la U. R. S. S. no se ha de
someter de buen grado a perder esta base económica, que ella ha
creado en el corazón de Asia.
2. Mongolia
Aquí no se trata exactamente de una reivindicación china frente
a la U. R. S. S., sino más bien de una zona de fricción entre los
dos países. Se halla situada al N. de China y de ella partieron las
invasiones de hunos, turcos y mongoles hacia 3ccidente. Está conetituida en su parte central por el Gran desierto de Gobi, de unos
dos millones y medio de kilómetros cuadrados. Tiene un bajo ninel económico, aunque puede mejorarse en los aspectos ganadero y
fwestal. Las pocas ciudades que allí se alzan fueron creadas antiguamente por los chinos para alojar en ellas a sus guarniciones
y para fijar los términos de jornada de las caravanas, formando
centros comerciales.
El país se divide en dos partes: la Mongolia Interior, estrechamente unida a China desde el advenimiento de la dinastía manchh a mediados del siglo XVII,
que se extiende en amplia faja de
500 kilómetros al N. de la Gran Muralla, y la Mongolia Exteror,
independiente, cuya capital es la antigua Urga, hoy Ulán Bator-Khoto.
Las naciones de Occidente no tuvieron noticias concretas de este
país hasta el siglo XIII,
tras las conquistas de Gengis Khan en Europa, porque entonces fue cuando se enviaron allí varias misiones
(Fian Carpine, Ru’brouck, etc.), pero durante cuatro siglos volvió
a caer en olvido, hasta que los rusos que se extendían por el N. de
Asia vieron et-i Mongolia un camino hacia el corazón de China,
firmando entonces con este país el tratado de Nerchinsk (1689),
para entablar relaciones. Estas se intensificaron luego con las exploraciones de Timkovski en 1820. De aquí arrancan las rivalidades
chino-rusas en el Norte de Asia.
La revolucióri china de 1.911 precipitó los acontecimientos, dando lugar a que los jefes de la Mongolia Exterior proclamaran la
.~aua~ap amd ‘soy
3v.mqJyq snqy SVI ap sauo!smu! SBI
000‘~ ap S~LUamy sp!nJlwo3 ‘vu!yz ylt?.rnw SSOWBJE-J *so~w~xa solqand sol v
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oil!sua~ap nl!J!d$x
LAMINA
El peligro
Hong-Kong.
chino
en nuestra
época. Arriba:
acción
Abajo: a la sombra
de Mao Tse-tung
cionarias.
violenta
desfilan
11’
en la colonia
inglesa
de
las fuerzas
chinss
revolu-
PROYISCCIOB
CIlISA
SOI:ICE
EL
CO~f~I~ïEZ\‘TE
ASI.iT!CO
127
independencia
i)ajc la presidencia
del Gran Lama de Urga, ya que
no se consideraban
ligados a China más que por la persona de su
emperador.
Tras varias ocupacionrs
sucesivas
de T;rga por chinos y rusos,
que aprovechaban
para ello las crisis en cada país rival, se llegó
en 19.24 a reconocer
por la U. K. S. S. que la Mongolia
Exterior
constituía
una parte de la República
china, comprometiéndose
«sine
die» a retirar sus tropa5 del país. Vemos, pues, una fuerte rivalidad en esta reg-ión, aunque la propia Mongolia
Exterior,
al ser independiente,
actúa como parachoques
entre China y U. R. S. S.
La actividad rusa en Siberia arranca de SLIS antiguas necesidades
del comercio de pieles, y con esta finalidad se hicieron varias expediciones en el siglo xv en forma
organizada ; pero la conquista
de aquellas tierras arranca de l.ZSl., llevada a cabo por unos cosacos a las órdenes de Ermak.
Su
esfuerzo permitió
que en sesenta
años llegara Rusia al mar de Okhotsk
y años más tarde, en 1696,
ocuparan Kamchatka.
Sin embargo, en dirección al río Amur, la cosa
no fue tan fácil, porque chocaron con la resistencia de los emperadores
manchúes y sólo consiguieron
ocupar la región situada aguas arriba del Arg&n y del Chilka, que son los ríos que al reunirse forman
el Amur. Lo conseguido
harta entonces fue sancionado
de manera
formal por el tratado de Xerchinsk
de 1689.
La progresión
rusa hacia el Amur estuvo detenida durante czsi
dos siglos en la cadena del Gran Khin-gan
hasta que Muraviev,
emprendió
en 1S54 un avance por tierra
gobernador
de Irkutsk,
hacia el Este, mientras
que lanchas cañoneras
entraban
desde elPacifico por el río Amur para remontarlo.
Así conquistaron
los tesirviéndoles
el río como barrera
rritorios
de la margen izquierda,
ante cualquier posible ataque desde el Sur. Por el tratado de Aigun
de 1858 quedó consolidada esta conquista.
Así pudieron establecer los rusos en la desembocadura
del Amur
un puerto de guerra en Nikolaievsk,
para sustituir
al de Petropavlosk,
en Kamchatkn.
q>le había demostrado
ser vulnerable
cuando
lo
atacaron
los anglo-franceses
en 1854 con ocasióri de las hostilidades de la guerra de Crimea.
Pero esto todavía no satisfacía a Rusia : las aguas en Nikolaievsk
JOSÉ
128
HíJAR
ARIÑO
se helaban durante grar. parte del año y por eso pusieron SUS miras
en los territorios
comprendidos
entre el Amur, su afluente el Usuri
y la costa del Pacífico, por ser una región algo más templada. Pero
esta era una provincia
vasalla de China. y Rusia empezó por hacerse reconocer
un derecho de condominio
hasta que en 1860 lo convirtieron por el tratado de Pekin en una anexión que les iba a permitir la instalación
del puerto militar de Vladivostok
((te1 dominador del Oriente»).
La construcción
del ferrocarril
transiberiano
consolidó esta anexión que se halla hoy por tierra a siete días y medio
de Rusia propiamente
dicha.
Esta es la base de la disputa
ideológica
entre China y la
U. R S. S. <Puede haber en estas cuestiones litigiosas
algún acuerdo satisfactorio?
Si se tratara solamente del campo ideológico,
podría llegarse tal vez a la coexistencia,
como entre Occidente
y la
U. R. S. S. o entre ésta y Yugoeslavia
; pero eri el terreno polítiCO con semejantes
pleitos seculares,
parece difícil. Además,
en la
mente de los dirigentes chinos está la voluntad de dominio del mundo por una China íntegramente
china, sin compartirlo
con nadie.
Así planteada la cuestión, parece insoluble. h la mentalidad
creada
tras la Segunda Guerra Mundial de un conflicto Oriente-Occidente,
va haciendo sitio la del conflicto China-U.
R. S. S.
CHINA
FREXTE
A LOS
ESTADOS
UNIDOS
E! enemigo principal
de China en el pensamiento
de Mao son
los Estados Unidos, a los que considera en línea con los británicos,
que en el siglo XIX
explotaron
a China de manera solapada. Son
los que educaron a su rival Chian g Kai-chek
y los que siempre han
ayudado a este. Son los que se oponen al ingreso de la República
Popular China en la 0. N. U. y, aunque tal organización
no es
de su agrado,
la consecuencia
de no figurar
en ella, la mantiene
aislada y permite que la India sea el portavoz
del bloque afro-asiático, cuando en su concepto se trata de un país con méritos muy
inferiores
a los de China p&a llevar la voz cantante en ese bloque.
A su vez, según Washington,
China trata de ser la potencia dominante en Asia, Africa y América latina, resultando
un obstáculo para e! desarrollo pacífico y democrático
de los países subdesarrollados. Su objetivo es ser el guía ideológico y el país más potente en
los hemisferios
Oriental
y Meridional.
Trata de controlar
pacífica-
2
a
U. R.S.S.
Dzungaria
CHINA
TA
AFGANI STAN’
PROYECCION CHINA EN EL
CONTINENTE ASIATICQ
1WOYECCIóX
CHIXA
SOBRE
1.X CO?X’ISl?HTE
AdTICO
129
-mente el Asia meridional y el contorno oriental del continente en
una primera fase de su programa, y los Estados Unidos ven
en ello un peligro para el porvenir si se dejara a China roja obrar libremente en Asia.
Sin embarg-o, a pesar de la tensión existente entre ambas naciones y no contar con representaciones diplomáticas acreditadas en
los respectivos países, evitan llega; a un choque directo mediante conversaciones que mantienen desde 1955, las cuales, por su forma, parecen una continuación de las rígidas sesiones de Pan Mun
Jon que abocaron en el actual «status» de Corea. Son llevadas a escala diplomática y se vienen celebrando de cuando en cuando en Ginebra 0 en Varsovia.
Por su rigidez y recelos mutuos no han tenido un resultado positivo, pero han servido para fijar pariciones en cada momento e
incluso han suavizado alguna crisis circunstancial. Se trata de un
hilo de contacto que no conviene que se rompa, porque es lo único
que salva el foso que separa a las dos potencias.
Tras la Segunda Guerra Mundial los Estados Unidos se han convertido en los paladines del mundo libre frente al comunismo, tanto si se
manifiesta bajo la forma del imperialismo soviético, como de la amenaza china. Su política es la de contención de la influrncia y el empuje
comunista donde quiera que éste se produzca. Pero en el ámbito de
la guerra convencional, la intervención a escala mundial necesita
una estructura de bases, organización del mando y sistemas logísticos que formen en cerco alrededor de las zonas de posible agitación mundial.
Frente â las costas asiAticas, en relación con China, no sólo necesita el dominio del Pacífico, sino que precisa una influencia creciente
en el Indico a medida que se va produci.endo la retirada británica ;
por eso tiene puntos de apoyo en Corea del Sur, Japón, Formosa
y Vietman del Sur, a fin de formar el glasis de seguridad de Estados Unidos en el Pacífico, prolongado en el Indico con 10s puntos de apoyo que han logrado establecer en Thailandia ; pero ya no
se ve tan fácil la manera de extenderlos más al Oeste, porque Birmania ya hemos visto que mantiene una postura de temor a China y la India, absorbida por sus problemas económicos y sociales, es partidaria de la no alineación; sólo le interesa recibir la ayuda de Estados Unidos y la U. K. S. S. sin contrapartida.
Frente a esta estrategia norteamericana,
China trata
de romper
el cerco ocupando
las posiciones
periféricas
que los occidentales.
abandopen
o infiltrándose
para tratar de arrojarlos
de ellas. Ejemplos de esta política son los casos de las guerras
de Corea e Indochina, que pasaremos
a examinar sucesivamente.
Guerra
de Corea
Corea ha sido siempre considerada
por los japoneses como «el
puñal que amenaza el corazón del Japón», y esa ha sido la clave de
las vicisitudes
por las que ha pasado en épocas recientes.
Primero.
la guerra chino-japonesa,
que obligó a China a reconocer
su independencia
por la paz de Simonoseki.
l’osteriormente,
para evitar
la ocupación por parte de los rusos, se produjo
la guerra ruso-japonesa de 1904-K. Tras ella, Japón se anexionó Corea, que le había de servir de amplia base frente al continente
asiático durante
la Segunda Guerra Mundial. Al término de ésta, los ((Cuatro Grandes» decidieron su división provisional
por el paralelo 38” con el fin de
evitar tensiones en el país, y a esta línea se acomodaron
las fuerzas de
ocupación:
al Xorte,
las soviéticas,
y al Sur, las estadounideneses.
Luego
sirvitj como límite entre la República
popular
coreana
al
Norte y la República de Corea al Sur. Mientras aquélla armaba y equipaba 60.000 hombres, la segunda se mantenía con unas escasas fuerzas y unas misiones milita,res norteamericanas.
Las declaraciones
de Mr. Acheson
en 1950 manifestando
que el
alcance de la acción de los Estados Unidos en el Pacífico y China
dejaba fuera de la línea de defensa americana a Taiwn y Corea del
Sur, dio aliento Q los comunistas
para organizar
la agresión
a
la segunda
desde el Norte. Valorando
equivocadamente
los chinos las palabras de Mr. Acheson,
consideraron
que Corea del Sur
sería una presa fácil para los comunistas
por el abandono de los
americanos,
y se aprestaron
a ocupar aquella zona para abrir una
primera brecha en el cerco que les habían puesto ; pero fue una falsa estimación
por parte de los chinos, pues como se vió, el franqueamiento
del paralelo 38” por los rojos el 25 de junio de 1950
dió lugar a la reunión del Consejo de Seguridad de la 0. N. U., que
acordó la organización
de una fuerza internacional
que, bajo la bandera blanca y azul de las N. U., habían de intervenir
en Corea.
1st
La invasión de Corea del Sur comenzó con unas siete divisiones.
norcoreanas,
que atravesaron
el paralelo 38”, las cuales contaban con
100 carros, 150 aviones y algunas baterías pesadas, mientras que
la defensa se reducía a unas cuatro divisiones y algunos destacamentos norteamericanos.
La débil cobertura surcoreana fue arrollada sin que las fuerzas.
defensoras pudieran recibir refuerzos hasta diez dias después.
Por ello, en la pvi,lzera fase de estas operaciones, que duró hasta el
15 de septiembre, las fuerzas surcoreanas no pudieron llevar a cabe
más que una acción retardatriz
en un frente que se prestaba a
abundantes sorpresas. Por fin se hicieron fuertes en el Sureste del
país en una zona que englobaba Taegu, Masan y Fusán, donde resistieron seis semanas al amparo de la línea fluvial del Naktong.
En una segunda fase tuvo lugar la brillante contraofensiva llevada a cabo por el 8,” Ejército
de las Naciones Unidas, que
había sido organizado a Ia5 órdenes del General Mac Arthur. Comenzó el 15 de septiembre con el desembarco en Inchón, apuntando a la recuperación de Seul, la capital del Sur, interviniendo en la
operación ~1110s 10.000 hombres. Al mismo tiempo, como acción
divergente, se hicieron unos desembarcos de comandos sobre Yandok
y Pohang en la costa del mar del Japón, con apoyo de la escuadra; esta.
acción perseguía el corte del ferrocarril de Fusán y la amenaza de revés a los rojos desplegados frente a Taegu.
El éxito coronó estos planes y el 28 de septiembre se ocupaba
Seul, el 2 de octubre se cruzaba el paralelo 35” hasta el Korte, el
19 se ocupaba Pyongyang, la capital de! Norte, y a fines de octubre
se llegaba al río Yalú, que fija la frontera con Manchuria.
7’ercera fase. Corresponde a un momento interesante de la guerra: la de la intervención china con 30 divisiones concentradas en
Manchuria, las cuales irrumpieron violentamente sobre el ala derecha del 8.“’ Ejército. Las fuerzas atacadas tuvieron que retroceder veinte kilómetros en veinticuatro horas, y se replegaron sobre la costa para ser evacuados por mar.
Ante esta situación, J,fac Arthur se vio obligado a ordenar d
repliegue general ; repasaron nuevamente hacia el Sur el paralelo,
350, perdieron Seul y por fin pudieron detener a los chinos ante Wonjú, al S. de la capital.
132
JOSÉ
HÍJAB
AIdO
Aún se reprodujo
una nueva ofensiva chino-coroeana,
hasta que
una contraofensiva
aliada recuperó Seul el 18 de marzo y se volvió
a rebasar el paralelo 35”’ hacia el Norte.
Cuarta fase.
Esta corresponde
a otro acontecimiento
crucial:
la discrepancia
de criterio
entre el General Mac Arthur
y el Presidente Truman.
El servicio de información
había señalado la presencia de 63 divisiones
chino-coreanas
en Manchuria,
las cuales se
preparaban
para una gran ofensiva en la primavera.
Mac Arthur
era partidario
de atacar sin respetar la línea del Yalú a fin de batir aquellas fuerzas y entrar en el «santuario))
de Manchuria,
que
tan cómodo cobijo representaba
para las divisiones de Mao-Tse-tung.
Como la idea política del Presidente era contraria
a la de Mac Arthur, éste fue destituido y relevado por el General Ridgway.
La esperada ofensiva
china tuvo lugar el “2 de abril cruzando
las Divisiones
el paralelo
38” con ataques en amplios
frentes
y
Así avanzaron
70 kilómetros
en un
despliegues
poco profundos.
primer esfuerzo ; pero sufrieron
tan extraordinario
número de bajas, que tuvieron que replegarse al «triángulo de hierro»:
PyongyangCllelvoll-~~u;nha~~a.
En otra nuera ofensiva, iniciada el 17 de mayo,
profundizaron
otros 60 kilómetros,
pero tina serie de contraataques aliados,, que lograron
penetrar en el frente de ataque rojo, los
contuvieron
y les hicieron replegarse
definitivamente.
Aquí surgía
un primer sintoma. de alto el fuego para negociar, y el 10 de julio
de 1931 se celebró la primera reunión entre las delegaciones
de’ambo> bandos. h esta siguieron
otras reuniones en Pan Mun jon.
En marzo de 1953, Chu En-lai presentó en Moscú un memorandum redactado
por Mao, que comprendía
un plan de acción general comunista
para dominar el mundo, muy interesante
para la tesis que desarrollamos
y concretamente
para el caso de Corea.
Consideraba
necesario «dirigir el impulso de las fuerzas del comunismo contra los Estados Unidos por ser éstos el centro de gravedad de -cidente»,
preconizando
en primer lugar una gran ofensiva diplomática
contra dicho país.
j Por lo que a Corea se refería, consideraba
que «no podía conseguirse allí una victoria
comunista
decisiva por insuficiencia
de su
poder naval. Privados de éste, los ataques por tierra tenían que ser
frontales
sin poder apoyar los flancos en la costa que estaba domi
nada por los barcos norteamericanos.
Así no se lograría
más que
bajas sin lograr
la destrucción
del adversario.
Había que tratar de
obtener un armisticio
ventajoso
para poder negociar».
En cuanto al Sureste Asiático, era necesario empezar por arrojar de
Indochina
a los franceses ; tras ello vendría la «liberación» de Thailandia y Birmania.
Respecto a Indonesia,
suponía que caería eri el campo comunista
como un fruto maduro y todo ello crearía a los ingleses una difícil
situación en el Sureste asiático y tendrían que abandonarlo.
En cuanto a Filipinas y Japón, preveía las mayores dificultades
por tratarse
de apoyos básicos para la estrategia
de Estados Unidos
en Extremo
Oriente.
Al final de todo ésto, una ola revolucionaria
habría de asaltar
el continente africano y más tarde América
del Sur. Esta idea era,
a escala mundial, la misma que había presidido la revolución
en China, basada en el campo para dominar luego las ciudades : para Mao,
Europa y América
del Norte
eran como ciudades con su elevado
nivel de vida, mientras
que Africa
y América
del Sur y Centro,
eran el campo con sus países subdesarrollados
y había que empezar por éstas. Así se podrís
llegar al aislamiento
de las naciones
europeas
en relación con las del conjunto
afro-asiático,
dando lugar al hundimiento
económico de aquéllas,
Las conversaciones
de Pan Mun Jon llevaron
a un armisticio,
firmado en 19ñ3 y, en cumplimiento
de los acuerdos
de Ginebra.
los Estados
Unidos
empezaron
a retirar
en 1954 seis de sus
ocho divisiones,
y el Mando pasó al Japón. Gran Bretafia
retiró
una parte de la división de la Commonwealth.
Las tropas francesa? habían tenido que pasar a Indochina,
y por su parte China retiró siete divisiones
con un total de 80.000 hombres.
Corea del Xorte,
en la época Krucheviana,
especialmente
entre
1962 y 1963, estaba alineada del lado chino, llegando
en 1964 a
acusar a la U. R. S. S., aunque citándolo
veladamerie,
como «un
Con la caída de Kruchev
eri octubre de
cierto país» de imperialismo.
1964. mejoraron
sus relacione, $ con los soviets, de los que recibían
un importante
apoyo económico
e ,jndus’trial
y se enfriaron
con
los chinos, a pesar del apoyo militar que habían recibido
durante
la guerra.
Si se examina en forma sintética la política americana
en Asia
134
JOSÉ
durante .los Uiltimos veinte
errores que !e han acarreado
EíJAR
ARIiiO
años, se observarán
serios contratiempos
:
tres
importantes
1.” El cese de la ayuda a los nacionalistas
chinos en 1949, a
cuyo ejército
habían venido prestando
apoyo, aunque intermitente
y receloso durante su lucha contra los comunistas.
Esto produjo
el contratiempo
más grave:
la pérdida de China como punto de
apoyo en el continente
asiático, que les hubiera simplificado
otros
problemas.
2.” El abandono militar de Corea del Sur en julio de 1949, que
dió lugar a In invasión comunista y a una dura lucha para arrojarlos
de allí.
3.” La negociación
del armisticio
de Pan Mun Jon, cuya firma
se llevó a cabo en 1953, en el cual faltó una visión amplia del problema,
al no tener en cuenta la interdependencia
de los teatros de operaciones
de Corea e Indochina,
donde ya ardía la guerra,
ni la necesidad
de mantener el frente de los occidentales
unidos frente a la expansión comunista.
Esto influyó en la derrota francesa y obligó a Estodos Unidos a intervenir en la actual lucha de Vietnam.
í&errn
en Indoch,ina
Indochina es una región geográfica
que se ha prestado desde hace
siglos a la formación
de grandes imperios
en sus costas meridionales, donde las cadenas
montañosas,
cerradas
entre sí por el
Norte,
intercalan vastas y fecundas llanuras aluviales hacia el Sur.
Así vemos a Birmania asentada cn el Irawady.
Siam, hoy Thailandia,
en el Me-nam.
Camboya en el Mekong
inferior
y Anam en el río
Rojo.
Indochina debe a la India casi toda su civilización,
pero .4nam se
mantuvo fiel a la cultura china, pues hay que tener en cuenta que
los anamitas
pasaron
al Tonkín
desde las provincias
chinas de
Kwang-si
y Kwang-tung,
llegando en un primer impulso hasta la
fontera natural representada por un espolón donde se halla la llamada «puerta del Anam)), allá por el paralelo 180.
En las guerras-sostenidas por estos países entre sí, ilnam llegó al
Mekong, dividiéndose esta cuenca a partir de entonces entre anamitas, camboyanos y thailandeses, y en 1698, aprovechando las luchas
internas que trastornaban a Camboya, le arrebató Cochinchina, con
PROYECCIÓN
‘XIN.
SOBRE
EL
CON~TISENTE
ASIÁTICO
135
10 cual se apoderaba del superpoblado delta del Mekong, mientras que en e1 Norte de país tenía el delta de Tonkin.
Birmania y Siam habían adoptado la influencia hindú, pero la expansión anamita propagó la influencia china y la «India transgan.gética» pasó a ser «Indochina».
Lía coraquistta ewopea
La extremidad meridional de la península indochina atrajo el interés de los europeos por su situación estratégica, ya que constituía
~111 punto
de paso obligado para, Extremo Oriente y también por
su interés comercial.
Un príncipe nguyen solicitó la alianza de Ltils XVI de Francia
y, aunque los anamitas se opusieron, la conquista francesa de Turane y Saigón, les obligó a la cesión de Cochinchina (18S8-1867).
heg-o los franceses se dedicaron a la conquista del Tonkin frente a la
oposición de los anamitas aliados de China. Por fin, los tratados
de 1884 y 1885 pusieron a Anam y Tonkin bajo el protectorado de
Francia. Más tarde, en 1893, obligaron a Siam a aceptar la frontera del Mekong en beneficio de Camboya, y así se llegó a la constitución del Gobierno General de Indochina francesa con una colonia, que era Cochinchina y cuatro países protegidos : Tonkín,
Anam, Cambodge y Laos.
La gran depresión económica de 1930 fue una crisis del capitaIismo que afectó a1 sistema colol$aI ‘anunciando su caída. Indochina dio la señal con una sublevación y los movimientos nacionalistas se fueron propagando como una reacción en cadena por todas
partes.
Ln independencia de 20s pnísas i,Jldochinos.
Faltaba una levadura para la Íermentación, y esa fue la guerra
del Pacífico : el Japón ya había puesto pie en Indochina en 1940,
pero a partir
del Pearl Harbour
(7-X11-/1).
se adueñó del
Sureste asiático en menos de tres meses, imponiendo una administración ruda y brutal, que provocó la organización de la resistencia. Así nació en 1941 en la frontera tonkinesa el Viet Minh (Liga
para la independencia de Vietnam), bajo la dirección de Nguyen ,4i
Quoc. que pasó a llamarse Ho Chi minh. Por otra parte, ante los
,136
JOti
HíJAR
ARIirO
indígenas quedó mal parada la arrogancia de los blancos derrotados
por aquellos hombres amarillos y sometidos a vejaciones entre alambradas. Fue el momento del desplome de la etapa colonial en Asia.
Cuando capitularon los japoneses en agosto de 1945, ya estaban a punto los movimientos nacionalistas para luchar contra el
retorno del colonianismo. El Viet Minh aparecía como la única
organización de resistencia efectiva. Logró la abdicación de Bao
Dai y el 2 de septiembre, Ho Chi-minh proclamaba la república
y su independencia.
Período
francés de lzlcka.
Las tropas francesas, al mando del General Leclerc, reocuparon
Saigón con la pretensión de restaurar el régimen colonial, sin más
programa que la recuperación de los bienes perdidos ; vano intento
de resucitar un pasado muerto. Washington vio con desagrado esta
decisión, porque su tradición anticolonialista le hacía desear la in-dependencia de Indochina en 1945. De haberse hecho así, 2 se hubiera producido la concatenación de hechos que han conducido a
la actual situación del paralelo IT”? Cabe perxar que, con el carácter
independiente de los vietnamitas, acaso el Vietman hubiese formado un Estado más o menos neutralista como Indonesia, Birmania o
Thailandia, a pesar de la vecindad china.
La expedición marítima francesa llegó a Tonkin para relevar
a las tropas nacionalistas chinas, pero fueron recibidas con fuego
en Haiphong y ésto, unido a otros incidentes con los indigenas,
sirvió para generalizar las hostilidades entre Francia y el VietMinh en diciembre de 1946.
La victoria de Mao Tse-tung en la vecina China, dio a este conflicto un carácter más amplio, convirtiendo el Vietnam en una «región fronteriza», en la que iba a producirse una confrontación entre Oriente y Occidente.
El Viet Minh lanzó sus ataques en variás fases sucesivas : la
primera contra los puestos fronterizos franceses del alto Tonkín,
a fin de tener SLI retaguardia apoyada en China y conseguir una
ayuda eficaz de dicho país. Después de barrer las guarniciones de
la frontera, lanzaron su campaña hacia el delta del río Rojo, el
granero de arroz de Indochina.
El estallido de la guerra de Corea en junio de 1950 se intercaló.
PROYECCIÓN
CHIN,4
SOBRE
EL
CO~INKNTE
ASIÁTICO
,157
en la delicada situación
de Indochina
y el armisticio
de Pan Mún
Jon de 1953, acentuó el desequilibrio
de fuerzas en contra de Francia, lo que precipitó los sucesos.
Los rojos habían montado
una nueva campaña contra Laos y
los franceses,
t;ratando de cerrarles
el paso, establecieron
la posi-ción de Dien Bien Phu en una vasta cubeta de 19 por 9 kilómetros.
La tragedia de su asedio duró cerca de dos meses, con ataques constantes, hasta que en la noche del 6 al ‘7 de mayo de 1954 sucumbió. Allí quedó decidida la suerte de la guerra.
El 21 de julio se firmó en Ginebra un armisticio,
según el cual,
las tropas de uno y otro bando habían de agruparse
a uno y otro
lado del paralelo 17” en espera de unas elecciones generales a celebrar en el plazo máximo de dos afios para reunificar
el país. En
el Vietnam
del Norte
quedaban Tonkín
y parte
de Anam
con
95.000 kilómetros
cuadrados
de superficie
y 16 millones de habitantes, bajo el signo comunista
de Ho Chi-minh.
El Vietnam
del Sur
quedaba integrado por Cochinchina
y parte de Anam, con 105.000 kilómetros
cuadrados
y 12. millone, E de habitantes.
Entre ambas partes había de quedar una estrecha
zona desmilitarizada.
Aparte
se
constituían
los estados de Laos y Camboya.
Como se ve, resultaba
una balkanización
de Indochina.
Los franceses se vieron obligados a abandonar sus posiciones progresiramente
y repatriar
sus tropas en 1.956. Su influencia iba a ser
sustituida
en adelante por los Estados Unidos.
norteamericana
en Vietnam.
Puede decirse que la intervención
coincidih con el ple’biscito que después de la partición
del Vietnam
se celebró en el Sur en octubre de 195.3 para decidir la deposición
en la Jefatura deE
del emperador
Bao Dal, que iba a ser sustituido
Estado por Xgo Dinh Diem.
La idea base de la estrategia
americana iba a ser tomada de la
primordial
la defensa del paraleguerra
de Corea, considerando
lo 17” contra los ataques que pudieran
venir del Norte.
Por otra
liberal facilitaría
la tarea meparte, confiaban en que su espíritu
y que el Viet Minh cumpliría
el
jor que el colonialismo
francés,
compromiso
de retirarse
al Xorte del paralelo 17” y sus tropas sal-
X38
JO?&
HíJAR
.4RlÑO
drían
de la zona desmilitarizada.
Pero esta guerra presentaba
pocas semejanzas con la de Corea.
En primer
lugar, existen en Viet Nam organizaciones
más 0
menos curiosas, como son las sectas político-religiosas
del Sur: las
Cao-dai y Hoa-hao.
La primera con sede en Tay Minh, es la más
numerosa,
teniendo incluso milicias armadas.
La otra es la de los
discípulos
del «bonzo
loco», que colaboraron
con los japoneses,
luego con los franceses,
sin desdeñar el entendimiento
posterior
con
el Viet Minh y hoy con el Viet Cong. Pues bien; Ngo Dinh Diem,
apoyándose
en los católicos
logró
imponerse
después de separar
de la escena política a las sectas religiosas ; pero bien pronto
se
crearon descontentos.
En la noche del 26 de enero de 1960, mientras
los vietnamitas
celebraban la fiesta del Tet, un grupo de hombres asaltó un depósito
de material de guerra en Tay Minh. A partir de aquel momento,
el
Viet Cong cruzó la zona desmilitarizada,
fue acrecentando
la presión por todas partes y aumentando
las zonas inseguras.
El objetivo final que se impuso fue «la liberación del Vietnam del Sur del
.yugo de los imperialistas
norteamericanos)).
Esto le daba un carácter de guerra civil que la diferenciaba
de
Corea ; la estrategia basada en una frontera
no respondía a la situación ; la intervención
extranjera,
alimentaba y ampliaba la guerra
sin quitarle su carácter de guerra civil.
Otra diferencia con el conflicto de Corea es que en el Viet Nam
no existe el concurso
de las Naciones
Unidas,
sino el de unas pocas que intervienen
con contingentes
simbólicos : Australia,
Nueva
Zelanda y Corea del Sur.
La trágica eliminación
de Diem por el golpe de Estado de noviembre de 1963, aumentó el desorden.
Nuevos golpes de Estado y
cambios de Gobierno se produjeron
a ritmo acelerado.
Los ataques sobre Qui Nhon y las bases norteamericanas
de helicópteros
de Pleiku obligaron
a los americanos
a revisar sus puntos de vista? y el Presidente
Jhonson,
tras su triunfo
electoral de
noviembre
de 1964, decidió la aplicación de la «escalada» que comenzó el 7 de febrero
de 1965 con bombardeos
aéreos, seguidos
a
poco por los desembarcos
de los primeros
regimientos
de marines.
Dejaremos
en este punto la acción norteamericana,
no sin antes
decir que a pesar de los poderosos
medios puestos en juego hasta
la fecha, no se ha conseguido
ningún efecto decisivo.
PI<WECCIóN
CHINA
hRSPEC’í+IVA
SOBIiE
ESTRA’lkICA
EL
COtWNENTE
SOBRE
ASIÁTICO
139
CIIINA
China es una potencia asiática heredera natural de 2.000 años de
historia, y entre las características derivadas de tal herencia, destaca, como substrato del carácter chino, su orgullo racial no bien valorado por los occidentales. Durante siglos, el Imperio chino fue
para sus clases elevadas, el único Estado civilizado que existía en
el mundo, rodeado de pueblos bárbaros. Este espíritu de superioridad flota hoy día sobre cualquier otra consideración y es la idea
que guía a sus dirigentes en su propósito de dominación mundial.
Si queremos ver la posible conducta futura de China en Asia, hemos de completar ese cuadro general con las motivaciones políticas
y militares que pueden impulsar a China hacia sus objetivos exteriores, pero también habrá que tener en cuenta su política interior,
la cttal
ha de influir en la posible forma y momento de conseguirlos.
Motioacio~~es
en el dominio
exterio~r
En el orden político, China sigue considerándose el Imperio de
Enmedio, o sea, el centro del mundo, en vez de una nación «inter
pares». Los siete caracteres chinos de la leyenda que le da nombre,
y que los occidentales traducimos por «República Popular China»,
corresponden literalmente en SLI concepto chino a «El país de enmedio florido, que reúne los hombres en una comunidad armónica».
China roja, ebria por los éxitos militares que le dieron nacimiento, ávida de liberarse de la suma de humillaciones sufridas durante el período colonial, no renuncia a SUS ambiciones tradicionales. De ahí los esfuerzos que realiza para extender su influencia y
su ideología por los países del Sureste asiático, como una primera
fase que le sirva para arrojar luego a los occidentales ; éstos constituyen para ella un peligro latente y un obstáculo para el logro
definitivo de sus metas.
Si atendemos a los trazos permanentes del carácter de los chinos tal
como lo hemos visto y a SLIS reacciones ante el mundo que los rodea, vemos que sus aspiraciones a la supremacía mundial y sus
deseos de expansión, están más basados en sus puntos de vista nacionales que en los ideológicos ; el marxismo es para ellos un me.
140
JO.&
HÍJAR
ARIÑO
dio, aunque de carácter
trascendente,
para el logro de sus fines.
Mao ha creado en China una forma de comunismo
que, desde SU
origen, no cuadró con el de Moscú que le había ,dado nacimiento.
La ruptura
tan profunda
de sus relaciones con la U. R. S. S., madre del comunismo,
aunque basada en diferencias
ideológicas,
encubre sólo a medias sus aspiraciones
nacionalistas
y sus ansias de
dominio del mundo sin compartirlo
con nadie.
La evolución
del comunismo,
según los chinos, ha conocido tres
fases desde su origen:
l.*
Entre 1840 y 1890, la etapa de Marx
y Engels
de preparación
de la revolución
proletaria.
2.” Hasta el
final de la Segunda Guerra Mundial con Lenin y Stalin, que lograron
la victoria y el afianzamiento
de la revolución
socialista en Rusia, y
3.” La actual época de Mao, correspondiente
a la construcción
del socialismo que ha de obtener la victoria sobre el imperialismo
y el capitalismo en todo el mundo.
2 Puede China hacer triunfar
su ideología tan ampliamente?
Parece difícil, porque si en el marxismo
que pudiera llamarse universal
han surgido tan importantes
discrepancias,
en el momento en que se
le atribuya
un matiz particular,
tendrá más dificultades
para su
expansión
en el ámbito que no es chino, porque habrá perdido su
carácter
universalista.
Si pasamos del campa ideológico
al económico,
los países
desarrollados
representarían
para China una carga económica
no puede asumir por lo precario de su propia economía.
subque
Desde el punto de vista militar vemos dos regiones especialmente explosivas,
en las cuales puede originarse
conflictos
de gran envergadura: el Vietnam, donde encuentra la oposición de los Estados Unidos, y la provincia
de Sinkiang,
donde están los mayores
motivos
de fricción con la U. R.. S. S.
Si el Vietman cayera bajo la dominación
del Vietcong,
entrarían
en seguida bajo la influencia
de Pekín, Cambodge,
Laos, Thailandia y Birmania, y ello abriría a China el camino para seg-uir por Indonesia hacia Filipinas y poder pensar en una nueva fase hacia AUStralia, siguiendo
el ejemplo histórico
de Japón hace 23 años. Pero
esto no puede hacerlo
China de un modo inmediato,
porque aún
ha de pasar bastante tiempo hasta que cuente con medios semejantes a los que tuvieron
entonces íos japoneses.
Carece de potencial
bélico adecuado, pues aunque posee la bomba atómica, no cuenta
con aviones capaces de transportarla;
no tiene una flota de guerra,.
PROYECCIÓN
CiIlH.4
SOBRE
EL
CONTINENTE
ASIÁTICO
141
ni aviones de caza y de bombardeo y, aunque posee grandes masas
de hombres, la táctica de combate de Tzun Tsu o la de Gengis
Khan han pasado. Por estas razones, Pekín ha seguido hasta ahora una política exterior moderada, abordando los problemas fronterizos más fáciles mediante acuerdos y reservando la fuerza para
.aquellos en que no se arriesga mucho: conflictos localizados como
Corea, Laos y Vietnam; manteniendo con ellos la inquietud a costa de sus presuntos satélites.
En Corea se empleó con abundantes efectivos cuando vio amenazada la frontera del río Yalú. En Vietnam afirmó desde el comienzo de los bombardeos norteamericanos que estaba dispuesta a
apoyar al Vietnam del Norte e incluso a enviar combatientes al Viet
Cong, pero hasta la fecha no lo ha hecho. En esta ocasión emplex
un verbalismo intransigente y explosivo para mantener vivo el espíritu de lucha contra los americanos, pero obra cori más precaución
que en Corea, acaso porque ahora no tiene el apoyo incondicio.
nal de la U. R. S. S. El momento de prueba sería cuando los Estados Unidos y sus aliados pusieran pie en Vietnam del Norte.
En Laos, las fuerzas del Pathet Lao SC han abstenido de explotar a fondo su ventaja en dirección a la frontera thailandesa.
En cuanto a la región de Sin Kia,ng, se trata de un inmenso
territorio
poco poblado, cogido en tenaza entre la Mongolia Exterior, independiente y pro-soviética, y el Turkestán ruso.
La vinculación del Sin Riang al Gobierno de Pekín se muestra
‘dudosa, como ha ocurrido históricamente con otras regiones periféricas que hoy desean una amplia autonomía igual a la de Mongolia Exterior.
Todas ellas ven que ésta, mimada por la propaganda rusa, tiene un nive de vida muy superior al de las provincias propiamente chinas.
Si el Sin Kiang se independizara, la propaganda soviética podría
cargar entonces sobre el l’ibet para conseguir una nueva área de
influencia frente a Pekín.
Estas fricciones nos llevan a la consideración de un problema
de mayor proyección mundial. 2 Qué cabe pensar respecto a las posibles relaciones futuras entre las dos grandes potencias comunistas ? La oleada de incidentes ocurridos puede seguir en aumento; pero hasta la fecha, ambas proceden con cierta cautela ;
de momento parece difícil que puedan llegar a una confrontación
abierta. Todo 10 más, puede admitirse la ayuda soviética a un Sin
142
jOSÉ
HíJAR
AlCIÑO
Kiang rebelde contra Pekín, a manera de guerra fría, con una sa-lida muy difícil de prever. Sin embargo, ante las pretensiones chinas sobre hegemonía asiática y en vista del esfuerzo de Mao para
alcanzar un desarrollo militar acelerado, los dirigentes soviéticos no
pueden por menos de experimentar la inquietud propia de un país’
que tiene contacto con China en una inestable frontera de más
de 7.000 kilómetros. El oso y el dragón no pueden vivir en la misma guarida, pero no se atacan. A la U. R. S. S. se le presenta
el problema de pasar de la coexistencia con Occidente a la coexistencia con el mundo amarillo.
El ámbito de la cuestión se agranda todavía cuando consideramos los slogans empleados desde 1955 i Asia para los asiáticos ! y
i Los blancos fuera de Asia! o el actual i Yankees a casa!, que hacen presentir una formidable lucha a escala mundial de amarillos
contra blancos, en la que la primera baza que se disputaría se
ría la dominación de Asia.
La U. R. S. S. no quiere verse comprometida en dos frentes
opuestos y por eso trata de evitar el compromiso militar en EUropa, pues en caso de lanzar una ofensiva por esta parte, podría
alcancar incluso el Atlántico, pero una vez allí, la resistencia europea
se trasladaría a ultramar, eternizando la contienda,
2 Qué ocurriría mientras por el Este, en teatros de operaciones
a miles de kilómetros de distancia ?
Cuando Gengis Khan lanzó su invasión hacia Europa, empezó
por eliminar el peligro de la China del Norte, ocupando Pekín con
la ayuda de los chinos del Sur y sujetando a los kirghises del Yenisei. Cuando estuvo seguro por esta parte, entonces lanzó sus masas hacia el Oeste.
Por eso, la U. R. S. S. mantiene una actitud defensiva en Europa tras la línea de sus satálites, mientras lleva al otro lado de
10s Urales más de la mitad de sus 175 divisiones.
<No conducirá ésto, tarde o temprano, a una reconciliación E-teOeste en la que, repitiéndose la historia, fuese Rusia el glasis protector ante el embate de las hordas asiáticas? Rusia ha de tener presentes las páginas del pasado, donde está escrito el vasallaje de
Rusia a la «horda de oro)) durante los siglos XIII al xv.
El presente, con sus conceptos de guerra fría, telón de acero y
muro de la vergüenza, resultaría entonces anacrónico ; la menta-
PROYECCIÓN
CHINA
SOBRE
EL
CONiTIWENPE
ASIÁTICO
14%
lidad bélica .Este-Oeste, se cambiaría por la de blancos-amarillos.
Pepa este panorama, favorable a Occidente, no es ni inmediato,
ni evidente. Además, habría que evitar cualquier torpeza que pudiera acarrear una nueva consolidación de la amistad chino-rusa, quesería muy perjudicial para Occidente. En e&e sentido, cualquier
conflicto en el Sureste asiático con base ideológica puede resultarperjudicial, porque daría un punto de convergencia a los apoyos
chinos y rusos en favor de los pueblos comunistas en conflicto.
Ct+est.io%esinternas de Cltilca
Fasernos a examinar el peligro que puede representar para la paz
la propia política interior de China.
Todos los acontecimientos que vemos producirse aquí son
consecuencia del movimiento comunista chino, cuyo breve proceso
hiotórico hemos bosquejado antes. A su instauración siguió la necesidad de consolidarle mediante el robustecimiento del poder supremo y, por último, la revolución ha sido llevada al terreno cultural. En suma, se trata de lograr un cambio de la mentalidad china sin que por ello pierda su arraigo racial.
Las cualidades de la raza fueron básicas en los primeros pasos
del comunismo ante los grandes problemas y los fracasos sufridos: eran los tiempos del cerco en el Hun-nan; de la Larga Mar-cha ; de la guerra con el Japón y de la lucha contra el Kuomintang.
Entonces hacía falta una gran fe en el triunfo.
Luego entró en juego la razón, para la organización del país.
El comunismo chino se había basado en la reforma agraria de 1950,
que culminó en la organización de las comunas. Pero los imperativos de una economía moderna, les hizo pensar en que había queequipar su industria como correspondía al siglo xx, llegando en
un ambiocioso plan a incluir lo nuclear.
Esto acarreaba profundas modificaciones en la población china : había que urbanizar el país, hasta entonces rural. El paso
del campesinado al obrerismo exigía un cambio de costumbres
y de mentalidad. Estos fueron los años del Gran Salto, adelante industrial que comenzó en 1908 y que causó grandes pérdidas en la economía agrícola. Entonces fue cuando comenzaron
a producirse escisiones en las altas esferas: por una parte los puros, iluminados por el pensamiento ortodoxo de Mao ; por otra par-
144
fOSÉ
EIfJSR
ARIñO
te, los tecnócratas, revisionistas, que consideraban que había que
asentar el comunismo en algo más firme que una efusión espiritual
y que era necesario relacionarse con un mundo exterior que tenía
gran imortancia.
Asi se ha llegado a uno de los fenómenos más interesantes desarrollados últimamente en China : el de la c(Revolución cultural» ;
esa aventura de los muchachos que ha dado lugar a la aparición de
los guardias rojos, con sus desmanes, en su mayoría estudiantes
del segundo ciclo del grado secundario y del grado superior, con
edades que oscilan entre los dieciséis y los veinticinco años, a los
cuales se han agregado algunos jóvenes obreros y campesinos con
una disponibilidad total de unos diez millones de hombres.
Este movimiento apareció en junio de 1966 cuando unos grupos
de escolares se rebelaron contra las autoridades, mereciendo la posterior aprobación de Mao, como si hubiera sur-g-ido entonces en
su mente la idea de aprovechar esta fuerza.
,?Por qué motivos se ha producido esta revolución? Ante todo
se trata de una depuración, de la qre debe salir regenerado el movimiento comunista. Es una operación necesaria tras los fracasos
sufridos, tanto en el interior como en el exterior atribuidos por ios
dirigentes a los cuidados de adaptación. de los desviacionistas y
los técnicos. En el exterior fueron los fracasos de la penetración en
Africa, en Asia, en Indochina e incluso en el Vietnam, y así mismo
el desvío de los partidos comunistas de Corea y Japón hacia la línea soviética en vez de la orientación china. En el interior, la lucha intestina por la sucesión de Mao.
Por lo pronto, la revolución trata de conseguir una imagen de
China diferente de la que el mundo ha venido contemplando hasta
hoy y reafirmarla como cabeza de la revolución mundial, en la que
ha de desplazar poco a poco a la U. R. S. S. Mao trata de imponerse así en el mundo como el único teórico marxista y cree que
sUs obras deben colocarse, no sólo en parangón cori las de Mars,
Lenín y Staiin, sin reemplazar a éstas como más adaptadas al momento presente; pero comprende que ésto no será posible más que
conservando China la pureza de la doctiina revolucionaria. De ahí
que el movimiento cultural trate de aplastar en su origen el revisionismo que se hubiera afirmado a la muerte de Mao.
Este, comtempla el ejemplo de Stalin, a cuya muerte siguió un
proceso de desestalinización, y él quiere que su recuerdo y las ideas
PROYECCIÓN
CHINA
SOBRE
EL COMTINENTE
ASIÁTICO
145
de sus libros le sobrevivan en la memoria del pueblo chino ; por
eso trata de destruir todo lo que representa tradición, así como
todo el acervo cultural, chino, que tiene un pasado milenario desde Ios tiempos de Confucio y Mencio. Sencillamente ; trata de hacer «irreversible» el comunismo chino ; quiere que un sucesor no deshaga su obra política el día de mañana volviendo al mandarinismo.
2 Cómo trata de conseguirlo? Empieza por desconfiar de la generación actual, como se ve en el ejemplo de muchos antiguos compañeros de la Larga Marcha que han sido sacrificados a la revolución sin atención a sus anteriores méritos ; tampoco confía en la
generación siguiente y salta a la juventud para moldear en ese material más maleable el «hombre nuevo», en cuyo ánimo trata de inculcar el espíritu ortodoxo de Yen-nan que animó en 1930 a los
primeros revolucionarios.
Los guardias rojos forman la fuerza de choque que emplea Mao
para intimidar a la oposición. Desarrollan entre ellos el culto de
un Mao deificado y humillan a las personas de alto relieve sospechosas de oposición.
Intimamente ligado a este aspecto de la cuestión está el crecimiento demográfico chino, al que ya nos hemos referido. Antes
del año 2.000, dará al país los 1.Oc)Omillones de habitantes, entre
10s cuales, la masa juvenil tendrá un evidente predominio.
2 Se limitará esa masa humana a ocupar los espacios desérticos
de su amplia geografía o se desparramará fuera de su país en busca
de espacio vital?
Dentro de China, el problema demográfico también preocupa a
los gobernantes, porque al lado del gran potencial que esa masa
juvenil representa, existe el riesgo de que la nación se debilite
por exceso cle poblacióli hambrienta.
E’rueba de tal preocupación es el control de nacimientos ensayado en 1956 con medidas estatales, proyecto abandonado en 1958
por su escaso exito, pero vuelto a poner en vigor en 1962 con más
energía. De todos modos, aunque la disminución de 10s nacimientos
se ha logrado en las ciudades, no ha sido así en el campo, donde
el campesino anhela los hijos que le representan brazos para ayudarle en sus faenas.
En resumen : mirando el futuro, China está en vías de convertirse en una potencic de primer orden y para toda acción de carácter
bélico o c«alquier intento de pacificación entre países asiáticos ha-
146
JOSÉ
KÍJAR
AR180
brá que tenerla en cuenta en lo sucesivo, porque este país no se
duerme: a los rumores del reclutamiento de técnicos aeronáuticos
de Alemania Occidental, se unen otros asegurando que China está:
construyendo una base de misiles 1. R. B. M. al norte de Lasha, en el
Tibet, que les daría la posibilidad de amenazar todo el SE. asiático
por un lado y parte de la U. R. S. S. por otro.
Puede afirmarse que en un plazo de diez o quince años, sea en
forma pacífica 0 violenta, entrará en escena de manera activa el
país de los mil millones de habitantes. Aparecerán con una técnica.
avanzada y habrá que hacerle sitio en el comercio mundial de las
naciones que traten de estructurar el siglo XXI. Será una sociedad.
en la que el hombre blanco ya no será el dueño. Todo aquello de
que ha disfrutado hasta ahora, casi en exclusividad, habrá de repartirlo con los asiáticos.
HISTORIALES
DE
LOS
CUERPOS
Los Historiales
de los Regimientos
Inmemorial
de @fantería,
Dragones
de Santiago de Caballería, Artillería
de Costa número 1 y
Zapadores
número 1 para Cuerpo de Ejército,
publicados en fascícuíos aparte en los números 19 a 22 de esta Revista, han obtenido excelente acogida.
Precisamente
su publicación se hizo a modo de ensayo y de sondeo
de la curiosidad
de la oficialidad
en general, por lo que el interés
despertado aconseja la suspensión circunstancial
de los fascículos para
orientarla,
en un día quizá próximo,
hacia una serie de volúmenes,
que recojan, en forma conjunta, metódica y ordenada, y con la profusa e interesante
ilustración
que el tema exige, los Historiales
detodos los Cuerpos
del Ejército
español,
existentes
y extinguidos,
capítulo importantísimo
de la Historia
orgánica de aquel Ejército,
tarea a la que el Servicio Histórico
dirige atención preferente.
Tal es la razón de que este número no vaya acompañado
de unc
fascículo análogo a los cuatro anteriores.
ACTIVIDADES
CULTURALES
DEL
HLSTORICO
MILITAR
SERVICIO
UNA CoMmóN DE LA UNIVERSIDAD, PRESIDIDA POR EL DOCTOR BALLESIEROS,
IMPONE AL CAPITÁN ZAPATERO LA ENCOMIENDA CON PLACA DE ALFONSOXELSABIO
El día 11 de abril, visitaron este Servicio Histórico el catedrático
de Historia de América, doctor don Manuel Ballesteros Gaibrois ; e1
profesor adjunto Dr. Leoncio Cabrero y los alumnos del último curso
de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid.
Fueron recibidos por el Excmo. Sr. General Director, los Coroneles
y Jefes de Ponencias, y la totalidad de Jefes y Oficiales, celebrándose
las prestaciones en la sala noble de la Biblioteca Central Militar.
Allí les fueron explicadas, por los Jefes de Ponencias, las actividades
de cada una de las Secciones de este Servicio Histórico.
Seguidamente se giró una visita a los archivos, bibliotecas y
dependencias, en las que los visitantes fueron orientados con detalle
sobre las obras históricas c«ya
redacción tiene asignada este Servicio
Histórico. Los futuros licenciados en Letras mostraron gran interés
por los fondos bibliográficos y documentales existentes, dado que son
fuentes de tareas de sus diversas especialidades. Fueron obsequiados
con ejemplares de la Revista de Historia Militar y catálogos.
El Dr. Ballesteros, en sentidas palabras, reiteró la labor que este
Servicio Histórico Militar realiza en pro de la cultura española, SU
conjunción con las tareas universitarias y la esperanza de que puedan
estrecharse para alcanzar las mejores metas.
Hizo una semblanza del Capitán del Servicio Histórico, doctor en
Historia, don Juan Manuel Zapatero ; investigador. confereciante,
publicista correspondiente de una docena de academias e instituciones
hispanoamericanas y, sobre todo, asesor histórico y técnico en la
reconstrucción y rehabilitación museográfica de fortificaciones abaluartadas de las antiguas provincias hispánicas.
Luego, en nombre de la Universidad impuso al capitán Zapatero
150
REVISTA
DE
HISTORIA
XILITAR
la encomienda con placa de la Orden de Alfonso el Sabio, concedida
el 1.O de abril por su extraordinaria actuación en Hispanoamérica y
muy recientemente en Cartagena de Indias.
VISITA DEL, I)R. RICARDO E. ALEGRÍA, DIRECTOR Dm INSTITUTO DE
CULTURA PUERTORRIQUEÑA,DE SAN JUAN DE PUERTO RICO
Ha visitado el Servicio Histórico y fue recibido por el Sr. General
,Director, el ilustre Catedrático de la Universidad de Río Piedras,
Dr. Ricardo E. Alegría, Director del Instituto de Cultura Fuertorriqueña. La personalidad del Dr. Alegría, uno de los valores más
positivos del área cultural del Caribe, es sobradamente conocida en
Améric., y Espa5a.
Desde su creación en 19855,preside el «Instituto de Cultura Puer,torriqueña», que es una corporación pública, autónoma, cuyas funciones son contribuir a conservar, promover, enriquecer y divulgar los
valores culturales de Puerto Rico, mediante el estudio y la investigación.
De los dos primeros objetivos: estudiar y conservar el patrimonio
histórico cultural y promover todas las manifestaciones, puede asegurarse que han rebasado con creces las metas que se señalaron, lo
que reporta innegables progresos en la recordación hispana en América. El almirante D. Julio Guillén, Secretario de la Real Academia
de la Historia, dice del Instituto:
«Vayan mis mejores elogios para
‘el Instituto de Cultura Puertorriquefía, que tan buena obra tiene ya
en su haber. Tan sólo la conservación y restauración del entrañable
San Juan, le haría acreedor de todos los que sabemos cuán difícil
y desagradable resulta esta tarea en los tiempos actuales de codicia
inculta y descastada». Igualmente, el Dr. D. Manuel Ballesteros, se
pronuncia en favorables términos qne tanto justifican la. lahor: «El
descubrimiento de las fórmulas puertorriqueñas de cultura ha sido
realizado por el Instituto».
Su actividad, aparece metodizada en los siguientes programas :
1.” Programa para la ((Conservación y restauración de Zonas Históricas».
2: Programas de «Publicaciones y grabaciones».
3.” «Promoción Cultural para los Pueblos».
i 4.” De «Artes Flásticas».
ACTIVID.lDES
CULTURALES
5.@ De «Investigaciones
ci.” Museos.
DEL
SERVICIO
Históricas,
I%JSTóRICO
Arqueológicas
MILITAR
151
y Folklóricas».
Del l.O>, el «Instituto»
se marcó una principalísima
responsabilidad
en la conservación
de «Zonas Históricas»,
restaurando
los viejos
edificios hechos durante la gobernación
espacola y en los que ha instalado el «Museo de Arquitectura
Colonial», «Museo de Arte Hispanoamericano»,
«Museo de la Familia Puertorriqueña»,
«Museo del
Libro»,
etc. En la realiza&¡
de tal programa?
colaboran
equipos
técnicos y un perfecto asesoramiento
histórico.
Del 2.“), las publicaciones
hechas por el ((Instituto»,
abarcan temas
de Historia,
cuyas obras más sefialaclas hasta el presente han sido :
«La Idea Colonial de Juan Ponce de Lebn», por Eallesteros
Gaibrois, M. ; «La. Inmigración
en Puerto Rico durante el siglo XIX»,
por Estela, Cifré ; «Proyecto
para la abolición de la Esciavitud
en
Puerto Rico», por José J. Acosta ; «La Guerra del Caribe en el siglo XVIII»,
por Zapatero,
J. M. ; «Ciudad Murada»,
de Adolfo de
Hostos ; etc. La edición literaria
es abundantísima,
lo mismo que
sobre folklore,
arte y grabaciones
musicales.
Respecto
a la ((I‘romoción
Cultural
de los Pueblos», punto 3.“),
cuenta con
un «Museo Rodante)) y con cerca de medio centenar de
Centros Culturales repartidos
por las poblaciones de Adjuntas,
Aguadilla, Ribonito,
Caguas,
Humacao,
Mayagiie,
Santa Isabel, etc. Y
su labor está firmemente
apoyada por la Asamblea J,egislativa.
El Programa
de «Artes Plásticas» il-.“), es extenso ; son frecuentes
las exposiciones
hechas con materiales
históricos
o actuales.
Así
destacan las exposiciones
sobre «Los Grandes lilaestros
de la Pintura
Europea»,
«Grandes Maestros
del Grabado»,
«Pintores
de !a Casa
Internacional
de Xueva York)), «Pinturas
Rockefeller»,
etc.
El programa
de «Investigaciones
Históricas»
G.“), y el de «XUseos”, constituyen
una impresionante
labor de trabajo.
Baste decir
rwpecto
a «Museos»,
que !a obra del Dr. Alegría queda reflejada en
la creación del «Parque Histórico
de las ruinas de Caparra»,
primer
nGcleo de fundación cristiana en Puerto Rico, fundada por Juan Fonce
de León en 1508 ; ei «Museo de Historia
Militar eri el Castillo San
Jerónimo
dei Boquerón»,
lugar donde se desarrolló
la gran batalla
contra los ingleses cn S’iW ; «Museo de Arte Religioso en Porta Coeli,
San Germán» ; «Museo-Biblioteca
de la Casa de D. Luis Muñoz
Rivera»,
prócer puertorriqueño
del siglo XIX; «Museo del T..ibro»,
162
REVIST.\
DE HISTORIA
MILITAR
con su valiosa colección de manuscritos
y libros que ilustran la Historia de Puerto Rico, etc., etc.
Tal es la obra del Dr. Ricardo E. Alegría,
que visitó detenidamente este Servicio, y prometió estrecha colaboración
e intercambio
de publicaciones
que sean afines con los trabajos del Servicio Histórico Militar.
VIAJE-MISIÓN
DEL
CAPITÁN
D.
JUAN
MANUEL
%AP.~TERO
EN
C~LO;MBIA
Durante
los meses de febrero y marzo, ha permanecido
en Colombia, especialmente
invitado por altos organismos
culturales
(Academia de la Historia
y Universidad
de los Andes),
administrativos
íAlcaldía
Mayor de Cartagena
de Indias) y bancarios
(Banco de la
República y Banco Cafetero),
el capitán D. Juan Manuel Zapatero,
jefe del Negociado
de Ultramar
de este Servicio Histórico.
Al capitán Zapatero
se le había asignado la misión de reconocer
las ,forfificacio+znes
(siglos XVI al XVIII)
de la heroica ciudad del Caribe,
Cartagena
de Indias, la más importante
plaza de los antiguos
Dominios españoles en América, considerada
como la ((Llave del Chocó
-Panamáy del Perú». La especialidad de su trabajo, reconocido
en el campo de la historia de la Fortificación
Permanente
Abaluartada ; la sólida experiencia
de anteriores
trabajos
hechos en San
Juan de Puerto Rico (reconstrucción
del Castillo San Jerónimo
del
Boquerón,
convertido
en Museo Histórico
Militar) ; San Agustín
de
Florida, Argentina,
Chile ; y en Lima (Perú), el proyecto
de restauración del Castillo Real Felipe del Callao -su
inmediato anterior
trabajo-,
ha servido para que recibiera tan honorable invitación.
De sus reconocim~&%tos
en Cartagena de Indias, ha compuesto un
Esstudio Asesor (volumen
de 430 folios, con facsímiles
cartográficos,
croquis y composición
de tema histórico-militar)
que abarca los tres
‘primordiales
aspectos : restauración
técnica de las fortificaciones,
rehab$Gtació?z museográfica
y atractivo
turistico, que beneficie el
desenvolvimiento artístico-histórico,
cultural y económico de Colombia. El Estudio Asesor, ha sido en estas fechas presentado por cl
Sr. Embajador de España D. José Miguel Ruiz Morales, y la representación de los organismos que gestionaron la invitación, al Sr. Fresidente de aquella nación hermana ; Dr. D. Carlos Lleras Restrepo.
Merece señalarse el extenso campo histórico que presentaba la
misión (más de trescientos aiíos de intensa actividad para la defen-
ACTIVIDADES
CULTURALES
DEL
SERVICIO
HISTÓRICO
MILITAR
153
sa de Cartagena
de Indias y litoral del Caribe), ante la constante
presencia de la piratería francesa -ataques
de Roberto
Baal, 1543;
Jean de Beautemps,
1559, y la invasión del Barón de Pointis en 1697
en una empresa a la que se había asociado el propio rey de Francia
Luis XIV.
Y especialmente
la inglesa (ataques de Hawquins,
1568;
Drake,
1586, y las expediciones
regiadas
del almirante
Vernon en
1.746 y 1741), unido a la evolución poliorcética
de unas fortificaciones.
que abarcan desde el fin de la. medieval y renacentista,
a las técnicas
neoclasicas
del período
de máximo
esplendor
de la Fortificación
Abaluartada.
Todo ello, en un escenario
dilatadisimo : los recintos
de Cartagena
y su arrabal de Getsemaní,
los fuertes externos
de la
Bahía y el castillo San Felipe de Barajas,
en el espectacular
Cerro
de San Lázaro,
han exigido una metodización
por sectores, técnicas
de fortificación
histórica
y los propios
aconteceres
políticos
y militares, que valorizan la misión desarrollada.
Por otra parte, las conferencias
pronunciadas
en las Academias
de la Historia
de Cartagena
de Indias,
la Nacional
de Bogotá
(en las que fue ingresado Académico),
suscitaron
como lo recogió la
prensa colombiana,
apasionado
interés que habrá de revertir
en la
((recuperación»
histórica de Cartagena de Indias, como «joya-legado»
de España en América.
Cartagena
de Indias3 premió a nuestro
oficial con el título de
«Hijo Adoptivo»
-Decreto
núm. 91- y «Asesor Histórico»,
para su
restauración
y rehabilitación.
Y por el Gobierno español, a propuesta
del Excmo.
Sr. Ministro
del Ejército,
la Encomienda
con Placa de
la «Orden Civil de -Alfonso X el Sabio». Ello refleja el pulso de este
en su proyección
en Hispanoamérica,
Servicio
Histórico
Militar,
fastos de la Historia
de
solar impresionante
de los más grandes
España.
CONFEREXCIA J)EL COM.WXSTE
ROVIRA
El 2 de junio de 1967, y en los locales del Servicio Histórico
Militar, desarrolló
una conferencia
el comandante
de Intendencia,
profesor auxiliar
de la Escuela de Estado Mayor,
don Rafael Rovira
Fernández.
El general Director
del Servicio ofreció
la presidencia
de honor al general Gordejuela
Núñez, segundo jefe de la Dirección
de Instrucción
y Enseñanza del Estado Mayor Central del Ejército.
El interés despertado
por la conferencia,
estaba vinculado a la
personalidad
del comandante Rovira, I&nciado
en Derecho, Profesor
‘154
REVIST.\
DE
HISTORIA
.\IILITi\R
Auxiliar
de Cátedra en la Facultad de Ciencias Folíticas y Económicas de la Universidad de Madricl, y varias veces diplomado en
Espaíía y en el extranjero.
El comandante Rovira dividió S« disertación en dos fases perfectamente diferenciadas. La primera, de tono generalizador, se refirió
.a el cómo se debe organizar y dirig-ir, y cuáles deben ser las líneas
generales de toda organización, con la contemplación del panorama
actual, en sus dos vertientes de expansión y desarrollo.
La segunda parte se centró en torno al caso concreto del Servicio
Histórico Militar. Partiendo del pasado del mismo y con la vista
puesta en su futuro, el comandante Rovira expuso su opinión sobre
las etapas en que debería dividirse el camino a recorrer, dónde se
encontrarían las mayores dificultades y qué conveniente sería prever
jalones que pudieran hacer cl papel de testigos, bien identificadores
de las metas alcanzadas, de los desvíos sufridos y de las consiguientes
rectificaciones que llahrín que llevar a cnho.
INGRESA
EX
1,~
I~IB~~IOTECA
C~STRAI,
mxcrcíx
DE
Mr~m.4~
LAS
UN
EJEMPLAR
DE
I.A QUIXTA
T~.wmx\s
El 27 de mayo de 1967, el Estado Mayor Central del Ejército
remitía a la Biblioteca Central Militar un valioso ejemplar de «Las
Siete Partidas» impreso en Venecia en 1528. Procedía de 1;~Capitanía
General de la 9.” Región Militar, que a su vez la había reciljido de
la Comisión T,iquidadora del disuelto Regimirnto de Infiintcría Nápoles núm. 24. de guarnición en Almería.
De su anterior origen, poco puede colegirse; sólo hay una refcrencia mal escrita a mano en su primera página donde dice: ((Es de
la librería del in\-enY’ de 1;~ Sat” Trinidad. Estante 1, cajón 1. 5e
devolvieron al antiguo convento el día del Corpus de 182’7.~ Aunque
la noticia es confusa por causa de la abreviatura que parece referirse
a inrentario de una biblioteca del convento de la Trinidad, parece
ser que se sacó de allí el libro para algím estudio y se reintegró
el día anotado. Faltaría averiguar si ese convento de la Trinidad
es de Almería.
La obra es un ejemplar de la quinta edición, impresa, acaso la más
cuidada y lujosa en tipografia. con anotaciones críticas. Anteriores
a esas cinco, hay dos ediciones anteriores incunables, rarísimas por
-tanto, que teniéndolas en cuenta hacen de esta la séptima.
ACTIWD.!DES
CULTURALRS
DEL
SERI’ICIO
EISTÓRICO
YIT,ITAR
155
Unas y otras ediciones se tomaron de los numerosos
manuscritos
de ((Las Partidas».
Hubieron
de ser numerosos,
toda vez que mucho
antes de inventarse
la imprenta fue texto jurídico leg-al en los reinos
de Espafia, por lo que proliferaron
las copias manuscritas,
hasta el
punto de que: habiéndose perdido la mayoría,
quedan afin en gran
número. Cuando la Academia Española publicó su edición, a principios de siglo, le hizo cotejando 61 manuscritos
existentes.
Los códices fundamentales
proceden de la Biblioteca Real ; hay ocho escurialenses, otros toledanos,
uno salmantino
y otro de la Real Academia. Este, indudablemente,
es de los más perfectos.
El conde de Clonard, don Serafín María de Sotto y Montes,
según consta en documentos manuscritos
de la Colección Clonard que se encuentra en el
Servicio Histórico
Militar
(Legajo M), tuvo por originales
los manuscritos
del estante Eb. áe la Bibhoteca
Real, códices 41, 4.2 y 43,
en 10s que no se incluye la l?artida séptima. porque no formaba parte
de las dirigidas por el Rey Sabio.
Pero no hay ninguno con garantías
el original. Según todos los indicios,
el 23 de junio de 1256 y se concluyó
se deduce de la primera página de los
haciéndolo
terminar
en 12G1 con lo
versia sobre ello.
suficientes para tomarlo como
la obra se empezó a componer
en 1%2?, a los siete años según
códices, aunque algunos varían
cual aún queda alguna contro-
También
puede asegurarse
que el R.ey Alfonso
X, interesado
vivamente en la redacción de ((Las Partidas»,
dirigió y coordinó 10s
trabajos,
luego los revisó y aim c’ebió de redactar él mismo algún
período, frase o ley aislada.
Agotarlas
rápidamente
las ediciones, como se afirma
logo de la de principios
del siglo xx: esta quinta edición
valor, tanto por su rareza como por el esmero especial
compuso.
Por ello vale la pena reproducir
tanto su nota
original. como su colofón editorial.
en el prótiene gran
con que se
preliminar
FQesenfación.
((Las Siete Partidas del Sabio Rey don Alfonso ir’ono, por las cuales son derimidas y determinadas
las cuestiones y pleitos que en España ocurren,
sabiamente sacados de las leyes naturales eclesiásticas,
imperiales,
y de las fazañas antiguas de EspaCa.
Con la glosa del egregio doctor Alfonso
Diez Montalvo,
que da
15ö
RWISTA
f,E
HIS~MRIA
SILITAR
razón de cada ley, y a los lugares de donde se tomaron las vuelve.
Y con la adición de todas las otras nuevas leyes, enmiendas y correcciones que después, por los Reyes Nueseñores
fueron, hechas. Y nuevamente, con cotejo y vigilancia de sabios hombres, corregidas
y concordadas con los verdaderos
originales de España. Y añadidas las leyes
y medias leyes que en alguna parte faltaran.
Y de los muchos vicios y errores que tan indignamente
antes las
confundían,
con gran inteligencia alimpiadas y atoda su primera integridad restituídas.
Con gracia y privilegio
real por diez arios».
Coiofón.
«Estas Siete Partidas hizo colegir el muy excelente Rey don Alfonso el IX, con intento muy virtuoso : Que sus reinos de Castilla y de
León y todos los otros sus reinos y señoríos se rigiesen llanamente,
en buena justicia, sin algunas otras intricaciones
litigiosas.
Y siendo
obra soberanamente
provechosa
y de mucha autoridad,
porque en la
recolección
de las dichas leyes entendieron
los más famosos letrados
juristas,
que a la sazón de hallaban en la cristiandad,
pareció a los
Serenísimos
y muy altos,
y muy poderosos
don Fernando
y doña
Isabel, Rey y Reina de Castilla
y de León y de Aragón y de Sicilia
y C. que se debiesen poner en los lugares convenientes
de los capítulos de las principales leyes que en estas Siete Partidas se contienen,
las adiciones del doctor
de Montalvo.
Y fueron estampadas
en la
preclarísima
ciudad de Veuecia, a expensas
del señor i,ucas Antonio
de Junta, florentino.
El cual deseando que la dicha obra perfectisimamente impresa, con toda diligencia,
sin ninguna avaricia de expender el ella, las hizo revisar y cotejar, rever escontrar con los verdaderos originales antiguos de España. Y por dar entero cumplimiento
a todo esto, eligió por gobierno de impresión al doctor Francisco
de Velasco, el cual, como perito de la lengua, corrigió las dichas
Siete Partidas. E fueron fenecidas de imprimir. Año de MDXXDI
día 1’7 del mes de agosto.>>
BIBLIOGKAFIA
CARVALLO DE CORA, coronel de Artillería : I-loja de Servicios
del Caudillo de España y sti Genealogía. Editado por el Autor.
Imprenta Biosca, 1967. 226 páginas y un apéndice documental sin
numerar y de edición limitada.
ESTERAN
«NO es un libro más sobre el caudillo Franco -nos
advierte el
autor en su presentación-.
Van a hablar los hechos,). Y por ello se
trata de una realidad ajena a toda complicación. Pero antes, abre la
obra un epígrafe de San Pablo, que es todo un frontispicio clásico
cristiano sobre el caudillaje, un aviso de valor eterno : «Toda persona está sujeta a las potestades superiore>. Porque no hay potestad
que no provenga de Dios, y Dios es el que ha establecido las que hay
en el mundo (Romanos XIII,
1)~.
En su introducción advierte al lector, que la prosa oficial y lacónica de una hoja de servicios es tan sólo el conjunto de anotaciones
que sobre las actividades de un militar van haciéndose, aíío tras año,
por sus jefes, Empieza, pues, cuando nadie puede imaginar la categoría que el teniente recién promovido alcanzará al paso de los años.
Así comenzaron a anotarse los hechos de aquel segundo teniente
de 17 años que se llamaba Francisco Franco Bahamonde Salgado
Rraújo y Pardo de Andrade, que había de llegar a Jefe del Estado
Español.
2 Es una vida guiada exclusivamente por la voluntad individual ?,
se pregunta el autor. Si que resultaba aquella muy fuerte, pues el
joven teniente era un caso extraordinario
de autodisciplina, pero
cualquiera sabe que eso sólo no basta, por mucha suerte que le acompañe. Dice suerte, y no repara en que esa palabra no es sino el
nombre vulgar de! destino de Dios sobre los hombres, pues ni un
pelo se mueve sin voluntad divina. Pero el mismo autor piensa un
momento en el hecho de la predestinación. Cree en los hombres
predestinados,
grafías.
porque
de otro
modo
no se explicarían
muchas
bio-
«La lectura del documento
-la
Hoja de Serviciosnos lleva
como de la mano a pensar en ese caso abstruso
Y elevado, en ese
problema de la máxima complicación filosófica y teológica. El caudillaje de Franco se produjo como algo absolutamente necesario en
un momento de crisis en la unidad de Espaiíau.
Añade lo que muy pocos habíamos pensado hasta que se nos
sugiere al presentar la Hoja de Servicios : «Apoyándose en ella pueden
dilucidarse las cuestiones de fondo que la lectura puede sugerir».
Es decir, la trascendencia que puede observarse de un profundo estudio e interpretación de los documentos. Cuando a ello ha de seguir
la narración escueta, fría, de los hechos de armas, es explicable este
calor de quien los ha puntualizado y revisado paso a paso.
No es tan fácil publicar esa Hoja de Servicios. Los nombres marroquíes, con su enrevesada fonética, a veces intraducible por escrito,
exigen mucha práctica y mucho conocimiento. Hemos tenido ocasión
hace tiempo, de examinar una coipa mecanográfica y ios toponímicos
se confundían, de modo que el mismo nombre se diversificaba en la
ortografía o dos distintos se identificaba& A veces se citaban el
mismo día cabilas de Ceuta y Melilla, en un avance a pie, por error
gráfico. Ahora todo es distinto, aunque pensamos, en la primera
ojeada, que el diablo enredador de las linotipias también ha jugado
con alguna errata.
Hasta ahora, la Hoja de Servicios era un documento privado.
Los biógrafos importantes la habían consultado, pero con las dificultades anotadas. Ahora, Grozier, Hills, Irwing, que dan remate a
sus trabajos, no dejarán de echar una ojeada al nuevo libro, aunque
el suyo esté ya en galeradas, porque, además, en la obra de Carvallo
hay nuevos datos. La Hoja de Servicios llega hasta el 3 de febrero
de 1926, en que Franco ascendió a general de división. Coti la redacción militar, puramente enumerativa de acciones, destinos, distinciones, cada nota en la subdivisión correspondiente.
El autor completa el resto de la biografía con datos oficiales
complementarios sobre su dirección de la Academia General, el de&
logo del Cadete, que Franco redactó para la inauguración, en el que,
destacan el 5.” artículo : «No murmurar jamás, ni tolerarlo» y el
6.” : «Hacerse querer de sus inferiores y desear de sus superiores)) ;.
y los discursos de inaug-m-ación y cierre de la Academia.
UJBLIOGKAFiA
159
Luego S?I actuaciún como Jefe del E. M. Central, la pacificación
de Asturias
y la admiración
que despertó en el ministro de la Guerra
republicano,
Diego Hidalgo,
que lo ascendió, pese a haber sido congelado en cola de los generales
de brigada. En apéndices nutridos
destacan todas las propuesta de ascenso por méritos de guerras, y
otras recompensas, como sus dos medallas militares, donde lo realmente inédito son las declaraciones de quienes testifican en juicio contradictorio. Importante es también la reproducción de las páginas de
la obra de Diego Hidalgo relativas a Franco, que fue escrita en 1934,
COG e! título : «Porqué fui lanzado del Ministerio
de la Guerra».
Termina con un amplio estudio genealógico de las cuatro ramas
de los apellidos del Caudillo. Todas tienen nobleza. Una de ellas
próxima a la condesa de Pardo Bazán. Quizá la más ilustre, la de
Pardo de Andrade, cuarto apellido, que debió ser particularmente
cordial a ITranco. No lo dice el autor, pero se ve que de él tomó.
el escudo caudal de la barra mordida por dos cabezas de dragón.
Y con ese apellido como seudónimo firmó su guión cinematográfico
de RAZA, que hasta no hace mucho permaneció oculto bajo el nombre dc Jaime de Andrade.
La obra, en esta parte, alcanza su mayor mérito. Pieza de investigación, que ha costado al autor la dura búsqueda de los enlaces,
parroquia por parroquia, a veces en difícil lectura documental, para.
remontarse hasta el siglo XIV', en el último apellido.
La obra es un nuevo documento de consulta, de interés patriótico
para el lector español, pero sobre todo para el erudito y el investigador, que tielie ahora al alcance de la mano lo que antes había de
conseguir con dificultad y viajes. Tiene también en la genealogía,
páginas importantes de la historia de España.-J.
M. G. C.
AXTONIO
BOLÓN: Espak. Los afios titabes. Espasa Calpe, Madrid, 1967. 447 páginas con planos y láminas intercalas, 21 centimetros, rústica.
LUIS
Envuelto en un estilo literario muy fresco y ágil, de auténtice
liarrador. don Luis Antonio Bolín, que desempefíara en nuestra guerra
de Liberación misiones muy destacadas y de la mayor confianza
cerca del Alto Mando, desempolva ahora sus recuerdos de entonces
y nos ofrece una serie de episodios casi siempre de verdadero alcance
histórico.
160
REVFSTA
DE
HISTORIA
MILJTAR
El autor ha vivido muchos años en el extranjero
y tratado
P
personalidades
españolas sobresalientes.
Fue nuestro primer Director
de Turismo
y jefe de las Oficinas
de Prensa del Cuartel General
del Generalísimo.
Antes había sido corresponsal
dc guerra con las
tropas británicas
en Francia durante la primera
contienda mundial,
como luego lo sería en nuestra lucha en Marruecos.
Ultimamente
ha desempeñado los cargos de asesor de Turismo
del Banco IMundial
en Marruecos
y de las Naciones Unidas en Argentina.
Su personalidad
es, pues, múltiple y llena de matices, lo que garantiza una narración
igualmente
plena de rica humanidad.
La primera parte de su libro, dedicada al episodio del vuelo del
general Franco desde Canarias a Africa, está tratada con sumo cariño
.y contiene detalles de indudable valor, precisamente
por venir de quien
tan ligado estuvo a la organización
de aquella arriesgada
aventura
desde los primeros
momentos y tan en contacto con el que pronto
sería Caudillo de España. Es ésta, probablemente,
una página maestra en la narrativa
histórica
hecha por testigos
presenciales
de un
acontecimiento
de máxima cuantía.
Luego Bolín desdobla el pasado y nos lleva a la España de los
a’ños «veinte)), acabada la primera guerra mundial, al tiempo de la
Dictadura
de Primo de Rivera, a la g-uerra de Marruecos,
al final de
la Monarquía
y a la Repúplica. Estas páginas no tienen la categoría
de las que se refieren al vuelo del «Dragón Rápido».
Después
el relato retorna
al final de aquel vuelo, para entrar
ya decididamente
en las andanzas de la guerra que Bolín vivió de
-cerca,
Sus gestiones
en Roma ponen en claro que no existía ningún
convenio con Italia -como
no lo había con Alemaniaque supusiese,
según tan repetida e intencionadamente
se ha dicho, un pacto previo
entre los promotores
del Alzamiento
y los Gobiernos
«fascistas».
Más tarde la narración
discurre entre los episodios de la campaña.
La intervención
personal
del autor tiene ahora menos importancia,
y con ello lo que cuenta, pero siempre el relato es vivo, brillante,
hasta prender al lector ,de su hilo. Es aquí donde se ve más claramente
cómo son éstas unas memorias de guerra de un especial actor, mitad
cronista, mitad personaje calificado de un sector del Alto Mando.
Así adquieren categoría
novelesca, precisamente
por su realismo,
la descripción
de las peripecias
del señor Bolín en tierras de Guadalajara, en la batalla de este nombre.
B~BLIOGRAPÍA
161
En cambio está provisto de enorme rig-or crítico el capítulo titulado «El mito de Guernica». Su lectura nos recuerda la enorme
mentira lanzada por todo el mundo al poco de tener lugar la ocupo
ción de la ciudad vasca por las fuerzas nacionales ; mentira que apenas
ha sido contradicha por nosotros y es uno de los mejores capítulos
de la eterna «leyenda negra», escrito, desgraciadamente y como siempre, por los propios españoles.
El señor Bolín dedica al tema no más de ocho páginas, pero
exceientemente documentadas y razonadas. Guernica era la «justificacióm de las derrotas del separatismo vasco. No representaba un
objetivo adecua,do para probar los efectos de las bombas aéreas de
gran potencia, de las que hubiera habido que lanzar tantas que habrían dejado siri munición y durante varios días a los aviones, los
cuales tenían que llevar a cabo futuras misiones mucho más interesantes. Esto no significa que la ciudad no poseyera un indiscutible
valor militar, bien probado en aquellos momentos. Por lo demás, 1%
destrucción sin objeto de poblaciones no resultaba rentable para la
España nacional, que tenía. fe ciega en su segura conquista, y por
10 tanto, en la necesidad de reconstruirlas
un día. Lo más interesante
de todo esto es que en Guernica hubo dos tipos de destrucciones,
perfectamente reconocibles, y que se bombardeó en fecha distinta a
aquella en que fue incendiada. Las víctimas fueron pocas, cosa inverosímil de haber ocurrido los hechos como tan machaconamente se ha
dicho, y su destrucción a manos de los que la abandonaban no era
ninguna novedad en la guerra, donde había antecedentes tan cualificados como Irún y Eibar, por no citar otros muchos. El lugar en
que se encuentra el árbol de Guernica -de tan entrañables raíces
en el separatismo- así como sus alrededores inmediatos, no fue excepcionalmente tocado por las bombas : i rara casualidad ! Finalmente no aparecía la necesidad de aplastar una ciudad que se encontraba virtualmente ya ocupada por las fuerzas nacionales.
Pero Guernica fue un episodio tan solo, engarzado en un rosario
de tristes falsedades, a las que nuestra apatía apenas si ha puesto
freno. La política envenenó aquí de tal forma la historia, que aúp
hoy, a más de treinta afíos fecha del 18 de julio, resulta muy difícil
hacer comprender la verdad de los antecedentes de nuestra guerra
y de muchos de sus episodios.
Algunos de los Apéndices del libro poseen indiscutible valor, particularmente el VI, relativo al expolio del oro nacional para entre-
162
RECZSTA
DI?
BISTORIA
MILITAR
gárselo a Rusia, donde se insertan fotocopias
de documentos
autén-ticos de gran interés.
En el capítulo de «Agradecimientos»,
el señor Bolín menciona
destacadamente
al Servicio Histórico
Militar.
El haber contribuído>
con sus informes
a la elaboración
de esta obra importante
puede
servir de orgullo a nuestro Centro investigador.-J.
M. M. B.
ARMANGUÉ
páginas,
Archivos
cubierta
Editorial
Ríus,
Gil: Gibraltar y los espuzoles.
Un volumen,
735
con apéndice, bibliografía
y documentación
obtenida en
nacionales y extranjeros,
encuadernación
en tela y sobrea color con una panorámica
del Peñón de Gibraltar.
Aguilar,
S. A. Madrid, 1964.
He aquí un libro en el que su autor, Gil Armangué
Ríus, no trata
de exponer ideas propias, ni nuevos argumentos
sobre un hecho que’
desde hace más de dos siglos y medio llama apasionadamente
la
atención de los españoles y ha dado origen a una serie de libros,
artículos y opiniones, de toda clase. El autor comprende la necesidad.
de ofrecer a estas fechas una visión de conjunto
del problema
que
pueda dejar sentada una base firme de concepción
y de actuación,
acaso, cuando las circunstancias
pudieran ofrecerla.
Nos presenta un
amplio panorama basado en lo que hasta hoy ha sido escrito o declarado públicamente
y, para ello, ha desarrollado
su plan en dos conjuntos bien definidos : un resumen de cuanto en efecto se ha dicho o
publicado,
que fija los términos
verdaderos
del problema,
tanto en
el pasado como en el momento presente, y, como comprobación
desus conclusiones,
una serie de apéndices, en los que se transcriben
con la mayor fidelidad
los conceptos
expresados
por políticos
y
escritores
de toda clase en su labor publicitaria.
En la primera parte, estudio analítico de la cuestión, en términos
generales,
vemos cómo se van indicando las muestras
del problema
desde su iniciación, a principios
del siglo XVIII, hasta el día de hoy
y que el autor califica acertadamente
de continuidad
de la reivindicac&%, frente a la cual queda patentizada
la inutilidad del esfuerzo
militar español para recobrar
el Peñón en dicho siglo XVIII. Y si es
un testimonio
histórico
el fracaso de nuestra acción militar en los
tres sitios llevados a cabo en tal siglo, no es menos manifiesta
la
ineficacia de las soluciones
diplomáticas
o pacíficas,
no ya ante e1
ánimo de Ios monarcas
británicos,
sino del pueblo ingles.
Bi-BLIOGRAFÍA
16;
Y fue todavía más acentuada la imposibilidad
de esa solución Pa-tífica durante el siglo XIX, cuando la actitud de Inglaterra,
eri el
convierte
la
fortaleza
militar
libre ejercicio
de su poderío
naval,
en un emporio comercial
que reaviva la reacción española bajo el
peso de la vergüenza
o del abatimiento.
En situación tan poco favorable entra España en las vicisitudes
y alternativas
del presente
siglo xx.
El desarrollo
de la vida moderna,
la convulsión
universal
de la
humanidad,
los trastornos
políticos y el amplio progreso
han planteado el problema, como tantos otros que hoy afectan a casi todos.
los pueblos del mundo, en términos cuya resolución no es fácil prever,
El pensamiento
político contemporáneo
español sobre Gibraltar,
según lo concibe Gil Armangué,
es el siguiente:
(tEn los últimos años,
cuando España adopta una joven actitud europeísta
como le corres-ponde por ser una nación apasionada
por la unidad europea, proa
espiritual del Continente,
y fortalece más todavía su cooperación
con
los Estados Unidos de América,
formando,
a través de la renovación
de los acuerdos de 1953, una auténtica entente cordiale semejante a
la francobritánica
que tanto pesó en la historia política de principios.
del siglo, y las relaciones
hispanobritjnicas
llegan a ser más que
amistosas,
cordiales : el Ministro
de Asuntos
Exteriores,
Fernandcw
María Castiella,
plantea con toda lógica y naturalidad
al mundo
anticolonialista
de hoy la reivindicación
española de Gibraltar
manifestando:
Nosotros
tenemos ean problema
coloniat
limitado,
pera
grave,
porque se trata de zm verdadero cáncer qace perturba ìa economia de west9-a región Sur y se m4tre ex~clusivamente a su costa.
Pero es mhs grave ah poaque npesadtmbra, desde hace varias generaciones, nuestro ánimo nacional. Este problema tiene acnnombre de
amarga rcsonancin para todos mis compatra’otas : Gibraltar)>. Y demuestra que, en realidad, el problema puede resolverse serena y amissamente».
2 Podrá esto ser así? Es posible, según la opinión de Salvador
de Madariaga : «Estudiado el problema aun desde el punto de vista
de los intereses británicos, parece imponerse la conclusión de que
una Espaíía amiga y aliada sería para Inglaterra una posición estratégica mucho más fuerte que el Peñón».
A este propósito, nosotros nos limitamos a indicar que los laboristas, el partido politice del pueblo inglés, se manifiesta en cl
presente hostil a toda convivencia con España? y si los «leaderst) de los
i64
RESISTA
DE ~ITSTOBIA
YILI‘TAK
otros partidos políticos ingleses han podido mostrarse favorables a
esa convivencia, no han dejado de expresar siempre. que ella ha
de ser a base de no alterar en nada el estado actual de posesión de
la Maza. El problema estriba, pues, en el hecho positivo de que Inglaterra reconozca la fuerza del derecho sobre el derecho de la fuerza,
que es la que ha venido ejerciendo siempre, según testimonio histórico, en toda ocasión.
No es necesario resaltar la utilidad de los apéndices documentales.
Podemos afirmar que la obra es necesaria para iniciar todo estudio
sobre el problema de Gibraltar y que difícilmente se hará anticuada
para las generaciones venideras.
MARINI,
general de Brigada del Ejército Argentino:
De
Kndesk al Ebro. Círculo Militar, Buenos Aires, 1966. 295 páginas,
con croquis y fotos ; 19 centímetros ; rústica.
ALBERTO
El general de Brigada del Ejército argentino, Alberto Marini,
une a su cultura profesional una verdadera afición a la historia militar de todas las épocas. Su cwwkulunz vitae es extenso en títulos,
distinciones, profesorado, cargos y obras escritas.
Esta que acabamos de leer recoge tres momentos históricos, que
simbolizan otros tantos modos de combatir y otras tres etapas de
la cultura. «De Kadesh al Ebro -dice su autor- pretende presentar
a los diferentes niveles de lectores una obra donde, a la vez que se
pusieran de relieve los valores del arte de la guerra, se tratara de
precisar que ésta no comienza en el siglo IV antes
de Jesucristo,
como
lo señalan la gran mayoría de los tratadistas».
Para el general Marini el arte de la guerra se inicia en la cultura
de la sumeros, exactamente con Sargón el Grande, veintiocho siglos
.antes de .Jesucristo. El origen de la falange radica en Mesopotamia,
y fueron los griegos de las colonias de Asia los que la recogieron de
los hetitas, 1Ievando a Europa su peculiar modo de combatir.
La batalla de Kadesh se libra el año 1288 (siempre antes de Cristo),
pese a lo cual está estudiada con gran abundancia de datos, de tal
forma que su reconstrucción es perfecta. Para el general Marini
representa la batalla del movimiento, en donde los carros de combate -los de entonces- desempeñan un papel principalísimo en el
%ri«nfo hetita. &,u éxito radico, fundamentalmente, en la determi-
166
HkBLIOCRAFiA
nación exacta de cuál era el arma principal y que indole de empleo
debía asignársela».
Para los egipcios era la infantería
a pie, y los
carros constituían
una simple arma de apoyo y cooperación;
para
los hetitas el carro tenía categoría de arma de la decisión.
La acción de Dorilea tiene lugar en la Edad Media, tiempos de
la primera Cruzada. «Es una batalla no sólo olvidada, sino también
desconocida».
El general Marini la llama «la batalla de la espera»,
y en ella se lucha por el abastecimiento
del Ejército cristiano. Dorilea
nos proporciona
los elementos básicos de una doctrina
de procedimientos de conducción,
traducida
en ganancia de tiempo, hasta la
llegada del momento oportuno para empeñar Ia batalla decisiva.
El estudio que hace el general Marini de estas dos grandes acciones supone una profunda
labor de investigacibn
histórica,
filológica,
arqueológica
y paleontológica-lingüística.
La batalla del Ebro está ya considerada
como la más interesante
de nuestra guerra, y no es ésta la pnmera rez que un profesiona1
extranjero
la incluye entre las grandes acciones militares de la Historia. Realmente
ella marca el comienzo de la fase resolutiva
final
de la guerra de Ljberacióc.
Tuvo una finalidad muy propia, tanto en el orden estratégicomilitar como en el estratégico-político.
Se trataba de cortar las comunicaciones
de las fuerzas nacionales que operaban en Levante -0
al menos de amenazarlas
muy seriamentede tal forma que se
paralizara
la amenaza inminente que sufría Valencia,
y se trataba,
igualmente,
de ganar tiempo, de retrasar
el final, buscando una solución de compromiso,
si era posible, o un empalme de nuestra guerra
con la europea, que se preveía ya próxima.
Algunas
consideraciones
del general Marini,
batalla del Ebro, deben ser destacadas aquí:
1.”
Ejkrcito
El ofensor desconocía
nacional y los medios
exactamente
de transporte
relacionadas
con la
la masa de maniobra
con que éste contaba.
de1
2.‘ El empleo de las reservas por una y otra parte fue tan desigual ~LW mientras
el í6 de noviembre
el general Franco
seguía
contando con su masa de maniobra
casi intacta, el enemigo estaba
totaltnelite
destrozado
cn Cataluiia (y paralizado en la zona CentroSur).
3.”
El mando
del Ejército
de Maniobra
(rojo)
careció
de flexi-,
bilidad. No supo cuándo debía retirarse,
totalmente
Sus Divisiones.
y por ello fueron
aniquiladas
Indudablemente
sobre esta batalla -como
sobre toda nuestra
falta luz, porque no se han consultado las fuentes fidedignas,
guerraque son los documentos
del Archivo
del Servicio Histórico
Militar.
Por eso, se han escrito las más variadas hipótesis,
incluso la de
suponer que la acción principal de los rojos era la que se dirigió sobre
Amposta
(donde apenas si se embebió una Brigada,
frente a las seis
Divisiones
que pasaron el río aguas arriba).-j.
M. M. B.
Tomás:
La gtierra de España en sus fotogra/4as.
Ediciones Marte ; Barcelona?
1966 ; 573 páginas, casi todas gráficas ;
27 centímetros
; cartoné.
SALVADOR,
A medida que pasan los años se va enriqueciendo
el archivo gráfico de la Guerra de Liberación.
Al principio
fueron un manojo de
fotos, que pronto se hicieron familiares.
Luego han ido apareciendo
más y más, y el fondo inédito es, seguramente,
muy copioso todavía
y de valor inestimable.
La idea de reunir un buen golpe de fotografías
de nuestra Cruzada, ordenándolas
de forma que ((hablen» casi por sí solas, en un
lenguaje ‘expresivo,
dramático,
que no necesite de largas explicaciones, es muy interesante.
Don ‘Tomás Salvador ha llevado a la realidad este propósito,
pretendiendo
hacer una historia
de la guerra
por sí misma, «sin interpretaciones
personales».
Esto, naturalmente,
resulta imposible, pero ha conducido a la edición de este libro, o álbum más bien, que vale la pena conocer. No
siempre las fotos tienen auténtico valor, pero son raras las que no
nos ((dicen» algo, en lenguaje antiguo, que unos encontrarán
familiar y otros, más jóvenes, quizá extraíío,
pero nunca vulgar y adocenado. Y esto vale tanto para las pruebas gráficas
procedentes
del
bando nacional que del contrario.
Aquí está todo un mundo impresionante y trágico
que, paradójicamente,
parece enviarnos un mensaje
de paz.
El señor Salvador ha buscado, sobre todo, la nota sencilla y anónima. Las mejores fotos hablan de soldados que charlan, que van y
que vienen, que avanzan o marchan por 10s caminos. Esta pulsación
RIBLIOGRAFÍA
167
humana, y a la vez dramática, cobra sus más altas resonancias en la
batalla de Teruel, con los campos nevados, los hombres ateridos y
los vehículos inmóviles.
En cambio, el libro pone de manifiesto que los informadores gráficos -de una y otra parte- apenas si estuvieron en los sitios de relativo peligro. Puede decirse que no han quedado fotografías tomadas en primera línea, abundando, en cambio, las obtenidas en un
falso ambiente de vanguardia, que se delata por sí solo, las de la
retaguardia inmediata al frente, las fotografías personales y, particularmente por lo que se refiere a la zona roja, las de propaganda
política.
En la escala dramática, pocas tan impresionantes como la de la
página 281 --((Cabezas de prisioneros en manos de sus captores»-, ri‘gurosa pesadilla. También lo es la inferior de la página 286: «Muro
de la cárcel de Badajoz, con las huellas de los cuerpos de presos que
*ardieron crucificados». Otras -como la del miliciano muerto, encadenado a su ametralladora, en el más duro castigo---- son bastante
conocidas.
La nota curiosa culmina en la foto de las páginas 546-547 : «Jefes
y oficiales del Ejército Popular saludando brazo en alto» ; naturalmente, al ser ocupado Madrid, ya sin esperanzas posibles.
Cronológicamente el orden no se sigue siempre. Con frecuencia
se vuelve atrás y se revuelven los escenarios de combate.
La impresión tipográfica es floja, lo que supone un tanto en contra para una obra en la que dicha impresión supone un SO por Il.00
de su valor.
Hilván de las fotografías son unos textos breves explicativos de
los momentos cruciales de la guerra, desgraciadamente plagados de
errores de detalle, como es uso y abuso en la inmensa mayoría de
los libros que tratan de nuestra contienda ; y aun de conceptos, pues
es absurdo decir que en ambos bandos se caminaba hacia «una revolución nacional».
Son muy acertadas, en cambio, estas palabras del señor Salvador :
,«Sobre la guerra civil española del 36 se ha escrito mucho. Tanto,
.que no existe en los tiempos modernos un acontecimiento que haya
significado tanto y que tanto haya gravitado sobre la política y la
literatura mundial» ; es el tema de la Historia actual que más ha
hecho trabajar a las liaotipias después del de la revolución rusa.
‘168
REVISTA
DE HISTORIA
MILITAR
I Gran verdad para quienes se hacen los «distraídos» ante su recuerdo.
GARCÍA
Maximiano : EE geneml
1967. 398 páginas en cuarto.
VENERO,
Madrid,
Fnnjd.
Ediciones
Cid,
El subtítulo que el autor da a la obra aclara algo innecesario para
quien tiene idea de quien era el biografiado. De todos modos consta
así el doble tema, las dos partes esenciales del libro. Porque si la
figura de Fanjul es esencial como combatiente en Africa, jefe de
Estado Mayor, pensador militar, abogado y político representante
en Cortes, la culminación de todas esas actividades, que parecen
caprichosas y casuales, se armoniza y culmina en su actuación en el
Alzamiento Xacional de julio de 1936.
García Venero, gracias a una interesante aportación testimonial,
aclara muchas incógnitas de la personalidad de Fanjul. Como son
años vitales para España, se aclaran por contacto otras zonas oscuras
de la historia de aquel quinquenio republicano y aún anteriores. Pese
a cllo, el momento cumbre de la tragedia, el problema del mando de
Madrid sublevado se le escapa al biógrafo, y así lo confiesa en su
prólogo con harto sentimiento.
Yo se pierde tampoco en la casuística de los considerandos futuribles sobre lo que pudo haber sido y no fue, pero tampoco renuncia
a examinar las reacciones anómalas de ciertos personajes, las incomprensibles omisiones. las paradojas de la preparación del nlzamiento. De todos modos, el triunfo en Madrid era difícil, según las
más ponderadas opiniones, aunque hay que reconocer que los fallos
se multiplicaron, cuando, en general, el 18 de julio se presentó todo
más favorable de lo que se esperaba.
El autor penetra en su héroe con verdadera aplicación hasta
hacer un estudio casi psicoanalítico de cada momento decisivo de
su vida.
Los republicanos divulgaron UI? cliché de Fanjul en el que aparecía como feroz reaccionario y militarista riguroso, dice García
Venero, cuando profesaba el mismo liberalismo humanista que casi
todos los políticos de entonces, pese a ser monárquico, amigo y
contertulio de su pariente don Juan Vázquez de Mella y Fanjul. Pero.
las tesis y opiniones de su «Misión social del Ejército», publicada
LIBLIOGRAFÍA
16%
a los veintiséis aííos, siendo capitán de E. M., producen cierto asombro en relación con el pensamiento de su época. Su evidente humanismo podía parecer radical y avanzado.
El clima bélico le hace abreviar plazos en el Escuela de Guerra.
donde ingresó
en el 98, y consigue que se exima de seis meses de
prácticas a toda la promoción.
Sobreponiendo
su espíritu al derrotismo ambiental llega destinado
a Barcelona
como capitán de E. M.
cuando el Ejército
pedía que se sometiese:? al fuero de guerra los
delitos contra la unidad nacional, la bandera y la institución
militar.
L,n época de Fanjul es de las más densas en problemas
militares y
en todos ha de tener alguna participación.
Es importante
el capítulo que el biógrafo
titula:
«La voluntad
de saber». En él se apunta agudamente
que la solicitud de Fanjul
incontenible
y
para ingresar
en el E. M., suponía un afán cultural
acaso el primer tirón de su inquietud política. A los dos afios de
salir de la Escuela de Guerra escribe «Misión social del Ejército»,
donde expone su pensamiento
sobre !a milicia, la política y la reforma social. Lo había escrito en 1.906, siete aííos después que Liautey
publicase su «Róle sociel de l’oficieb),
pero aunque tuviese alguna
inspiración
en el capitán francés, sus puntos de vista eran netamentenacionales y originales : «documento
de primera mano -dice
García
Venerocon lenguaje claro y directo,
obra docente destinada a
donde hay calidad y valor en las afirmalas Academias
l\lilitares.
ciones».
Conviene enumerar los temas de aquel libro : El deber del Ejército, la organización
militar española, la reforma moral, la manera
de hacer soldados,
el deber del oficial, militarismo
y humanismo,
educación premilitar.
De éste último tema fue un defensor acérrimo,
propugfiando
su implantación
en todos los grados de la enseñanza.
Se muestra
decidido adversario
de las Juntas de Defensa,
rechaza
la reducción
a metálico desarrollando
argumentos
sobre su tesis de
que el servicio militar constituye
un honor y cuando su hijo resulta
excedente de cupo cn el sorteo, le mueve a renunciar a la excedencia.
Define al .Ejército como «la más genuina representación
de la democracia» 1 cosa tan sorprendente
para el militar clásico, como 10
fue para los izquierdistas de la segunda República su frase en pleno
Parlamento de que «en cualquier circunstancia nacional vale infinitamente más la vida de un soldado que la de un huelguista amotinado
y rebelde», que originó un tumultuoso incidente. Entró en el difícil
170
REYPSTA
DE
HISTOKIA
YIL1T.M
~tema del empleo de las tropas militares en la represión
de movimientos
subversivos
obreros y dijo que si no se autoriza al militar para disparar contra qmen pretende agredirle, debe relevársele de ese desagra.dable cometido.
En la misma obra, su capítulo sobre «Militarismo
y humanismo)),
expone ideas irreprochables
const&ucionalmetie
sobre la esencia,
la función y los límites del Ejército.
Pero ya se manifiesta
firme
:en él la convicción
de que el Derecho constitucional
puede tener que
ser arrinconado,
ante la amenazadora
invasión de las ideas socialistas
y anarquistas.
Dieciocho
aííos antes que Spengler, tres antes de la
semana sangrienta,
sabe que «el enemigo marcha decidido a nuestro
,encuentro,
con fe ciega en su causa».
Se distingue
en Melilla como combatiente
y en el E. M. de la
Capitanía
General. Vuelve a España y se hace abogado,
segunda
-etapa de su inquietud civil y política, matriculándose
en el Colegio
de Madrid,
ejerciendo
su cargo. Pero, al conocer el desastre
de
Anual en el 21, pide puesto en Africa,
cuando ya era diputado a
Cortes por Cuenca. Es la época difícil de la retirada de Xahuen, en
la que tiene un puesto de gran responsabilidad,
en el que se distingue, como también en el desembarco
de Alhucemas.
Nuevamente
en las Cortes defenderá,
ante todo, problemas
sociales y militares ;
ya antes había denunciado
a -Mama la mala situación
militar en
Africa, con los absurdos
que planteaba la acción política de sustituir
las ope.racioces
por el soborno y mantener las tropas paralizadas
y
desmoralizadas.
En 1930 hacía gala de su profundidad
vocacional
y de sus amplios conocimientos
en la conferencia : ((Aspectos
técnicos, económicos
y financieros
de la movilización»,
publicada por el
Centro Cultural de los Ejércitos.
Llega el punto crucial de la República y combate la ley de Defensa,
vejatoria
para el Ejército,
viéndose
asistido
en su propuesta
por
.hombres de variada significación,
como el capitán Sediles. Con el
Gobierno
de Lerroux,
ocupa la Subsecretaría
de Guerra,
ampliada
mucho en sus funciones, mientras Franco pasa al Estado Mayor Central. Ambos en labor de equipo, con Goded, preparan
las reformas
-urgentes del Ejército triturado
por Azaña y de ella surge otro distinto,
Defensa Química y antiaérea, nuevo rereorganizado
en armamento,
-clutamiento
de oficiales y tropa, obras en las Bases, ordenación justa
del pase a la reserva, disolución del Consorcio
de la Industria
Militar,
4 que se había opuesto firmemente
en Cortes frente a Azafía ; nueva
-estructura
de las Academias
Militares,
turias y maniobras
en aquella región.
reorganización
militar
de As-
En el Farlamento
conoce a José Antonio
y le inspira una gran
cesa en su destino. Se acercan
simpatía.
Al caer Gil Robles,
los momentos
críticos y se adhiere al Bloque Nacional,
como independiente. Ya no es maurista, agrario, ni parlamentario
siquiera ; está
escarmentado
de la politica republicana.
Lo explica muy bien en su
carta de 25 de enero del 36 a los electores,
donde se vislumbra
lo
‘que hubiera llegado a ser su idea política. Es otro documento fundamental para el conocimiento
de Fanjul. Elegido nuevamente diputado
.por Cuenca y anuladas las actas, cede su puesto en la nueva elección
a Franco y José Antonio,
como un honor, para que triunfen juntos.
L,a aportación
de un testimonio
verbal de Serrano
Suñer, es aquí
-interesante
para la biografía
de Franco,
que cedió a su vez en pro
.de mayores facilidades para José Antonio.
Fanjul estaba decidido al Alzamiento
desde el triunfo
del Frente
Popular
en febrero
de 1936. Para él, tan liberal y constitucional
-antes. tan disciplinado
en lo militar y lo político, «el levantamiento
era un deber amargo, pero inexorable -dice
García Venero; no
quiso pronunciarse,
sino alzarse. Solía decir que España se hallaba
,ante la última posibilidad».
En su hoja de servicios consta que pidió
permiso para ir a Pamplona el 7 de abril. Temía por la falta de preparación del Movimiento,
del que se consideraba responsable
en Madrid, sin planos ni estadística,
ni idea de actuación. Luego se le dijo
que se le daría todo hecho por oficiales menos llamativos
que él, menos vigilados, y que a última hora tendría todo en sus manos.
El biógrafo
entra así en el estudio del Alzamiento
en Madrid con
un meticuloso
recuento de fuerzas militares.
El jefe ejecutivo de la
UME
(Unión
Militar
Espailola),
teniente coronel Alvarez
de Rementería, había planeado una acción exclusivamente
militar,
sin utilizar los voluntarios
que se le ofrecían. Fanjul hubiera querido contar
con los falangistas,
qu e a última hora, ya con las milicias rojas en
la calle apenas pudieron llegar a reunirse 1.200. El tema de la tragedia
de Fanjul entra en su nudo a partir de este momento.
Su constante
es la incertidumbre,
durante dos días completos.
Inquietud
sobre
la conducta que adoptarían
el general Miaja y su coronel de E. M.,
Pérez Peñamaría,
el regimiento
de Infantería
km.
2: la Guardia
Civil y de Asalto.
172
REVPSTA
DIC HISTORIA
MILITAR
Falló casi todo con lo que se contaba y no se aprovecharon opor-~
tunidades nuevas. El coronel Pérez Feñamaría, comprometido y miembro de la U, M, E., perdió ocasiones de hacerse dueño de la situación.
Un misterio más para el biógrafo.
Cuando a las 12,30 del 10 de julio cesó el aislamiento de Fanjul
y le llamaron al cuartel de la Montaña, era ya demasiado tarde.
JFracasó su plan de urgencia para salir y establecer contacto con
otras fuerzas actuando en la calle. Luego, en el cuartel decayó la
mora! y triunfó la subversión del enemigo que existía dentro. El
general herido, cayó prisionero y su consejo de guerra, en el que
se defendió a sí mismo, fue difundido ampliamente con lujo de
datos como propaganda de la legalidad reinante en la España roja.
La biografía de Fanjul es la historia militar de su tiempo. Por
desgracia en la última etapa se limita al Alzamiento en Madrid, por
causa de un fracaso en el que él no tuvo culpa y pagó las consecuencias. Acaso con más participación suya, las cosas hubieran cambiado. Pero ;quién se atreverá a escribir la historia de lo que no ha
sucedido? García Venero, con muy buen criterio soslaya cualquier
futurible. Su obra, pese a algunos errores inevitables? es una buena
aportación a la historia de la España contemporánea.-J.
M. G. C.
VON GOEBEN, Augusto: Cuatro años en España (Los cmdistas.
varultamiento, su lticka y sz1 ocaso). Traducción del general
Hernández. Editado por la Institución ((Príncipe de Viana»,
Diputación de Navarra ; 462 páginas con láminas. Pamplona,
Su leRuiz
de la
1966.
El general Ruiz Hernández nos da a conocer ahora unas memorias
de la primera guerra carlista, escritas por un testigo de excepción,
inmediatamente después de terminar la lucha, es decir, hace ciento
treinta y cinco años. Pese a ello pueden darse por desconocidas, pues
en la. época de su publicación, en alemán, contados españoles sabían
ese idioma y más tarde la literatura carlista no tenis ámbito de expresión. La obra ofrece un nuevo aspecto de aquella guerra, que los
liberales nunca llaman carlista, sino civil, y aún Von Goeben así la
denomina, sin darle número. Lo cierto es que por desconocido el libro
en nuestra patria desde 1841, en que se editó, viene ahora a ser una
revelación que cambia algunos aspectos tópicos en la historia de,
aquella contienda.
IIIDLIOGRAFíA
173
Apenas hay historias de las guerras carlistas si no son liberales,
con lo que la versión corriente de los hechos resulta, como sus fuentes,
unilateral. Se da por obra clásica, única casi, la de Pirala, con volúmenes tan macizos como numerosos. Sólo en nuestros días el equipo
dirigido por Melchor Ferrer le dio réplica crítica y documental desde
la posición opuesta, en una obra de treinta tomos menores aún no
terminada, cuando el pasado afro murió su director. Pero su divulgación y trascendencia pública son pequeñas. Por eso tienen gran importancia estos libros de memorias, amenos, como el de Von Goeben,
que escribe la historia en cuanto acaba de hacerla. Von Goeben tenía
veinticuatro años cuando redactó su obra, y el relato es vivo y apasionante como una novela, tal vez ayudado por el estilo de la traducción. Confiesa el autor que escribe para defender en la palestra europea la verdad de España y la causa de la Tradición, para abrir los
ojos a muchos ignorantes o descarriados en su nación o en su época,
respecto a las ideologías en pugna.
La obra tiene no sólo interés, sino importancia. La traducción es
muy cuidada y fiel, lo cual significa mucho cuando tanto se descuidan hoy las más elementales cualidades c’el traductor. En este caso
la dificultad de la sintaxis alemana se ha vencido con la galanura del
casticismo literario más exquisito.
No es ocioso recoger las características del traductor, que se identifican en algún punto con las del autor del libro. Ambos son hombres de armas y letras, de amplias inquietudes culturales, militares y
humanas. El general Ruiz Hernández es diplomado en Carros de
Combate por la Panzerlehrschule de Wünsdorf, en Berlín, y tras haber
actuado en la campaña de Marruecos del 24 al 26, organizó las i,uer$lhs del Alto Tajo y el laureado tercio de requetés Do% Maria de
Mo~lima, en la guerra de Liberación, mandando éste como cualquier
comandante de Infantería.
Pero además es abogado, profesor de
Gimnasia y de Economía, y poseedor de seis o siete idiomas. No es extraño que le interesen las memorias de Von Goeben, hombre dinámico y erudito.
El autor es un teniente alemán que se presenta voluntario en el
Ejército carlista y lucha en él, encuadrado primero con las tropas de
Zariátegui, luego en las de don Basilio, y sucesivamente en las de
Cabrera, el IConde de España y, a la muerte ,de éste, otra vez con
Cabrera.
La circunstancia de estar por primera vez en España le hace dete-
174
REVISTA
DE
HISTORIA
MILITAR
nerse en consideraciones sobre ambiente y carácter de nuestra Patria
y sus hombres, un tanto especiales, dada la época de guerra civil en
que se encuentran. El autor es un gran entusiasta de la causa carlista,
por lo que no omite apreciaciones muy agudas y subjetivas sobre la.
pasión nacional y la crueldad en que se desenvuelve la contienda.
En cuanto se abre el libro surge la pregunta : <qué impulsó a los
alemanes para luchar junto a los carlistas? Von Goeben nos dice :
*Mi ánimo monárquico y antirrevolucionario
me trajo a España con
permiso del Gobierno de Prusia». Pasó la frontera disfrazado de campesino y guiado por contrabandistas, «entregado a esperanzadores y
altivos sueños)), como un Quijote del siglo xx. El mismo afirma,
también, que había nacido con espíritu militar y aventurero. Pero no,,
nos quedemos en ese ánimo accesorio, porque en la guerra del 70 era
ya el teniente general más joven del Ejército prusiano, se hizo famoso.
tomando San Quintín, y los informes cde sus hechos de armas se
estudiaban en todas las escuelas alemanas. Y su nombre pasó a un.
acorazado, un regimiento y una plaza con su estatua. El lector mo.
derno se asombrará acaso de una afirmación del autor, valiente y desusada hoy: «Fuera tan necia como falsa la pretensión de ser imparcial», lo cual casi es virtud en un libro de memorias, aunque no vaya.
con $0 que hoy se predica, pero es muy significativo lo que añade:
«No es inoportuno el que haya testigos oculares que presenten las
cosas con su verdadera luz. Expondré lo que he vivido y observado.
durante cuatro años y medio, para allanar los prejuicios de quienes.
no pudieron formarse una idea imparcial por propia observación».
Es un convencido y escribe con la pasión propia de quien está.
seguro, por 10 cual explica incluso la legitimidad de origen y la,
de ejercicio. Pero su obra vale para los no carlistas, porque cuenta.
las cosas como fueron y no como pudieron ser, según él mismo dice,
con el realismo y la crudeza de ambos bandos, sin paliativos ni defor-maciones sensibles. Estuvo en todas partes, sirvió en todos los fren-tes, tuvo contacto con los cristinos en sus dos cautividades, una de,
ellas durante ocho meses; fue herido grave en un atentado cuando
ya iba a salir de España, y sólo abandonó las armas al <dejar de existir
el ejército carlista. Se expuso varias veces a ser fusilado, porque
acantzba las cuarenta al lucero del alba», según su traductor, lo mismo a su aprehensor cristin.0 que al temible Cabrera, y al escribirluchaba contra muchas ideas convencionales.
Cuando sale de España, los franceses le ofrecen enrolarse. en la
Legión Francesa de Argelia,
dificultándole
seguir hacia Alemania. AP
fin consigue ir a su patria, a pie, viviendo con las «tres perras gordasw
diarias de socorro
que el Gobierno francés da a los vagabundos.
Así
llega a Meckemburgo,
«como teniente coronel carlista ; pobre, peroal decir del general von Raheden. Aún
rico en honra y heridas»,
volvería al contacto con nosotros,
participando
como observador
prusiano en la guerra de Africa del 09 al 60, jefe de una Comisión de seis.
oficiales, la más numerosa
de las extranjeras.
Le recibió O’Donnell
al día siguiente de la toma de Tetuán, y por propio deseo tomó parteen la acción de Samsa -donde
fue herido un teniente prusiano-,
y’
luego en la batalla de Uad-Ras,
final de la guerra. Visitó Andalucía
y biiadrid, y allí fue recibido por la Reina. Entonces juzga que el Museo del Prado es el mejor (del mundo y justifica por sí un viaje a Madrid,
y opina sobre los toros con conocimiento
poco común en un ex
tranjero.
Escribe una obra, en dos tomos, de este viaje, y otra describiendo la España medieval y árabe con gran erudición.
En el aspecto puramente
militar pueden distinguirse
en este libro,
dos aspectos : el descriptivo,
de operaciones
generales, en las que no
tomó parte, y relata por noticias directas verbales o por las memorias
de otros alemanes de aquella guerra, pues fueron varios los que se
alistaron con don Carlos:
el príncipe L,ichnowsky
y el general von~
Raheden, a cuyas órdenes quiso estar von Goeben, pero además eI
diplomático
von Vaerst, el aventurero
Laurens y el fracasado Gottileb
Mils, que buscaba la muerte en la lucha. El otro aspecto; que es el
más revelador,
son SLIS observaciones
personales
de las acciones deguerra y, en general, el desarrollo
de la campaña en cuarteles generales. No se encontró en muchas acciones de guerra,
pues de SUS
cuatro años y medio estuvo ocho meses prisionero
y dos veces heri-do, y sus traslados
de teatro de operaciones,
restaban mucho tiempo
más a la primera línea ; aparte de su permanencia
en Cuarteles
Ge-nerales.
Destacan
por la aportación
documental
y por la fuerza literaria
su actuación en la toma de Valladolid
con Zariátegui,
cuando entra.
solo y a caballo en Lerma, alarmando a In gente que pasea la plácida
tarde del domingo junto a la carretera,
y de pronto grita señalando
al faccioso.
Es importante
también el capítulo ,donde describe la con-quista de Las Carboneras
de Cuenca con Cabrera. Pero sin esa destacada intervención
cobra el debido relieve como aportación
documental la expedición de Zariátegui,
en la que va von Goeben, con inci--
‘176
NEwSTA
DE HISTORIA
MILITAR
dencias inevitablemente derivadas de la osadía que supone, aunque
no tanta como la de don Basilio, que recorre España entera entre
enemigos ; la escalada del castillo de Morella por ochenta castellanos
y Sos sucesivos combates en la plaza, o la brillante batalla de Maella,
donde la victoria tiene su expresión al gritu de Cabrera : «i Hay cuar-te1! , iabajo las armas! » Aporta datos muy rdirectos e interesantes
sobre la actuación de la Legión Fra’ncesa, y son del mayor interés sus
impresiones personales sobre los generales que conoció. Emite su
.juicio sobre las operaciones, ponderado y técnico, con acierto, llegando a la conclusión de que en la última. época los carlistas tenían
escasas posibilidades de éxito.
Quizá sea lo más revelador su reivindicación de Cabrera, de quien
afirma que sólo tuvo crueldad en los &as de reacción inmediata al
asesinato de su madre, ofuscación breve, ya que después su dureza
era la habitual en la campaña y siempre menor que la del enemigo.
Insiste en el recelo de Nogueras a enfrentarse con él en campaña, pues
había jurado vengarse del fusilamiento de su madre ordenado por
aquel general cristino.
El autor se detiene especialmente en sus observaciones sobre la
persona de Cabrera. Se presenta a él con gafas ahumadas y el general
no las tolera, pero el firme carácter de von Goeben, pese a su juventud, se le enfrenta por ,dos veces, hasta el punto de que los ayudantes le dicen: ctUn español que hubiera pedido el pasaporte en esa
fprma, hubiera sido fusilado a la primera ocasión». Pero Cabrera es
humano, caballeroso, digno, fiel y evita crueldades de sus hombres.
Por todo el libro, hay datos y anécdotas curiosas, sobre la vida
española y las costumbres de la época. Allí se habla del coronel AIealde, hombre valiente y cultísimo, que espada en mano, se había
elevado desde simple voluntario a coronel de Caballería, pero que
hasta la muerte de Fernando VII, había sido fraile dominico, sobresaliendo por su ciencia y elocuencia hasta el punto de llamársele
((Pico de Oros. Pero ante él el autor no deja de decirnos que renegaba
en su, interior de los frailes que cambiaron el rosario por la espada.
Es, pues, un monje armado del siglo XIX, como tantos que reaparecen
entonces desde el medievo. Y otro tema que parece arrancado de los
cantares de gesta es el de vigor del coronel Cámps, jefe de la caballería del Conde de EspaGa, conocido entre amigos y enemigos por la
fuerza de su brazo. No sabía manejar un sable corriente porque era
.demasiado ligero para é1, y «se afirma que con su espada -forjada
BIBLIOGRAFÍA
177
con dos hojas juntas--- había hendido varias veces cabeza y pecho
de jinetes enemigos con un solo tajo y que a otro le había partido
en dos por la cintura, hasta el punto de que la parte inferior quedó
sentada sobre el caballo, que huía al galope». Algo que en el Mio Cti
se tomó por exageración. Otro personaje que el autor ve de cerca es
Espartero, al que acusa de falsificador, poco escrupuloso, y aún le
relaciosna con el asesinato del Conde de España y con el supuesto
envenenamiento de Cabrera, tras el cual ya no fue el mismo hombre.
La semblanza del Conde de España y su asesinato es muy directa y
reveladora.
Es fundamental también el capítulo que titula La traición de Murolia, señalada como tal, paso a paso, con impresionante claridad, que
sólo al fin comprende Carlos V, ya muy tarde, cuando no puede hacer
otra cosa que expresar su doloroso asombro con la frase: <cMuchachos, estamos vendidos». Hay lírica junto a la crueldad de aquella
guerra, pues Cabrera, no mucho antes, había dicho : «Señores: los
tenemos», al envolver al enemigo. La elegía del ejército carlista, es
todo un poema en pocas líneas de prosa de von Goeben.
El autor insiste en el carácter cruel de aquella guerra, culpando
de ello a los liberales, ya que los carlistas no pierden ocasión de
proponer medidas de clemencia, usando sólo de la represalia como
réplica indispensable en quienes no cuentan con medios oficiales para
la lucha y se les ataca sin cuartel.-J.
M. G. C.
OBRAS
PUBLICADAS
POR EL
SERVICIO HISTORICO
MILITAR
Acción de Espalza en Africa.
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1 : Iberos y bereberes. Páginas, 296. Frecio, 16,55 pesetas.
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Tomo III:
El reparto politice de Africa. Páginas, 162. Frecio, 20,35 pesetas.
Ilustrados todos con grabados, fotografías, mapas y planos.
El tomo
1 fue publicado,
en 1935, por la Comisión
de Marruecos,
ya suprimida.
Toda
la obra se vende,
Geográfico
del Ejército,
calle de Prim,
núm. 21.
Histórica
únicamente,
de
las Campafiao.
en el
Servicio,
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Avrutanzento de los ejércitos de Carlos V en Zn guerra de Alewmda.~
Un volumen ilustrado
íO,05 pesetas.
Roletin de la Biblioteca
Tomos 1, 71, III,
para formación
Canzpa,ñas
con grabados y fotografías,
66 páginas,
Central Militar.
IV, V, VI, VII, VIII,
IX, X, XI y XII,
de los Catálogos. No están a la venta.
en los Pi&eos,
finales del siglo XVUI
Tomo
1: Antecedentes. Ilustrado
341 páginas, 66 pesetas.
(1793-95).
con grabados y fotografías,
380
REVISTA
DI;
HISTORIA
MILITAR
Tomo
II: Campaña del Rosellón y la Cerdaña, ídcm, 682 páginas, 100 pesetas,
Tomo III:
La campaña de Catahña,
ídem, en dos volúmenes,
384 y 380 páginas, 172 pesetas.
Tomo IV:
Campaña en los F’iriseos Occidentales
y Centrales,
ídem, 152 páginas, 356 pesetas.
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y Relaciolzes
Históricas de Ultramar.
Tomo 1 y Carpeta de mapas : América en general.
El tomo, de 495 páginas, tamaño folio mayor, 42’7,GO pesetas.
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Tomo II y Carpeta de mapas: Estados Unidos y Canadá.
El tomo, de 598 páginas, en folio mayor, 641,33 pesetas. (Agotado.)
Tomo III y Carpeta de mapas: Méjico.
El tomo, de 399 páginas, en folio mayor, 747,45 pesetas.
Tomo IV y Carpeta de mapas : América Central.
El tomo, de 286 páginas, en folio mayor, 656,35 pesetas.
Colección htitórica
dencia . )
Tomo
Tomo
Tomo
Tomo
1:
II :
III:
IV:
doczcmelztaì del Fraile.
(Guerra
de la Indepen-
Letras A a la C, 253 páginas, 20 pesetas.
Letras CH a la K, 226 páginas, 20 pesetas.
Letras L a la Q, 215 páginas, 20 pesetas.
Letras K a la 2, 228 páginas, 20 pesetas.
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Tomo
1: Primer período. 310 páginas, 34,50 pesetas.
Tomo II : Segundo y último período. 349 páginas, 64 pesetas.
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Histórico Militar.
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y Critica Históricas,
Tomo
I : Cwso Elemental (1947-46). 200 páginas.
Tomo II : Cwso Superior (1949). 359 páginas.
No están a la venta.
de kr
técnica
PUBLICACIONES
Dicciowwio
Bibliográfäco
la (1808-1814).
DEL
SERVICIO
RISTbRICO
de la Guerra
MILITAR
18%
de la Independencia
Espati-
Tomo
1: Letras A a la H, 345 páginas, 20 pesetas.
Tomo II: Letras 1 a la 0, 270 páginas, 20 pesetas.
Tomo III:
Letras P a la Z, 341 páginas, 20 pesetas.
Ilustrados los tres con grabados y fotografías,
en color y ea
negro.
Dos expediciovres espaZolas contra Argel
(1541-1775).
Un volumen, $51 páginas, con ilustraciones, 18 pesetas.
El ataque n través del Canal.
Un volumen de 602 páginas, con 25 mapas. No está a la venta.
Versión
española
de la obra de Gordon
A. Harrison
Cross
ChameE
attack,
segundo
volumen
de la subserie
uEl Teatro
de Operaciones
europeou,
de la enciclopedia eE Ejército
de los Estados
Unidos
en la Segunda
Guerra
Mundial>,
que se
publica
bajo la dirección
de la Jefatura
de Historia
Militar
del Departamento
del
Ejército.
Europa y Africa
entre dos grandes guerras.
Un tomo, 317 páginas, con mapas y fotografías,
Sólo
se vende
en el Servicio
Geográfico
del
Ejército,
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núm.
21..
GaZeyia militar contemporánea.
Tomo II: La Real y Militar Orden de San Fernando. Con fotografía de los condecorados. 387 páginas, 85 pesetas.
Geogra-a
Africa.
de Marruecos,
Protectorado
y Posesiones de España M
Tomo III:
La vida social y politica, 659 páginas, con grabados,
fotografías, mapas y planos, 75 pesetas.
Los tomos
neral y Zom
1 y II de esta obra,
de nuestro
Protectorado
titulados,
respectivamente,
en Marruecos
y Estsdio
Marruecos
particular
e76 gede laS
1182
REVISTA
DE
HISTORIA
MIZITAR
*egimes natumles de la zoma, plazas de sobeïania espa%ola y vida econónzica,
heron
publicadas en 1935 y 1936. por la suprimida Comisión Histórica de las
&mpañas
de Marruecos.
El primero se agotó, y el segundo únicamente está
,a la venta en el citado Servicio Geográfico, al precio de 2430 pesetas.
J!ltiO.o~riade las armas de fuego y su uso en Espa+%a.
Un tomo ilustrado, con grabados
nas, 85 pesetas. (Agotada).
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en color y en sepia, 332 pági-
de las CampaGas de Marwecos.
Tomo 1: (Comprende hasta el aíío 1900), 608 páginas, con grabados, fotografías, mapas y planos, 59,75 pesetas.
Tomo II: (1900 a 191S>, 944 páginas, con ídem, 138 pesetas.
La guerra de la Independencia.
Tomo 1: Antecedentes y preliminares,
483 páginas profusamente
ilustradas ; 320 pesetas para los miembros
y organismos
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Ejército ; 400 a librerías, con un 20 por 100 de descuento.
La guerra de ;Pninasen España.
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1: 288 páginas, en papel registro, con grabados y fotoTomo
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Tomo III : 374 páginas, ídem, 400 (320 pesetas para los miembros y organismos del Ejército).
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miembros y organismos del Ejército J los centros
m casi todas estas obras, de una rebaja del 10 al 525 por 100.
civiles gom,
SERVICIO
BLBLIOTECA
HISTORICO
CENTRAL
MILITAR
MILITAR
Relación fiov materius, de las obras ingresadas
dwante
el segando
~1levcer tri,mestres de lYi?Y, cow su signatura correspondientle.
014.3:087
(46)
MINISTERIO DE I?woR?&AcIóx Y TURISMO: Censo de las Publicaciones
Oficiales Españolas 1939/1964. Tomo 1: Ministerios de Trabajo,
Información y Turismo, Vivienda. Tomo II: Ministerios de Ejército, Marina y Aire. Madrid. Imp. Sucs. de Rivadeneyra, S. A.,
1966. Sig. : VI-U-3-12/13.
2 vol.
882
GONZÁLEZ PARRADO, Julián : Divagaciones Militares.
Colección de
Artículos de
Habana. Imp. de la S. de Infantería. 1898.
2 vol, Sig. : VI-4-P-18/19.
082
GONZALEZ
PARRADO,
tículos de -------.
Sig. : Vl-4-4-17.
Julián: lh paz y en guerra. Colección de ArHabana. Imp. de la S. de Infantería. 1898.
xi:355
MAUCORPS, F’aul G. : Psicología Mi.litar. Segunda edición. Buenos
Aires. Ed. Paidos. 1960. Sig. : VI-10-7-27.
308 (46)
(058.7)
HERALDICA
: Guia de Sociedad. Edición 1966. Madrid.
1965. Sig. : VI-9-l-26.
Gráf.
308 (46)
Maribel,
Artes
(058.7)
HERÁLDICA: Gzlia de Sociedad. Edición 1967. Madrid.
Gráf. 1967. Sig. : VI-9-l-27.
Mari’bel, Artes
(45) ((19X’»
MARTÍN, Jacinto: Huelga Gerteral de 1917. Segunda edición. Madrid.
Ed. Zyx. I.mp. Fareso. 1966. Sig. : VI-10-7-28.
323.264
184
REVISTA
DE
HISTORIA
MILIU’AR
325.4 (91.4)
SASTR'ÓN, Manuel : Colección de Filipinas, Inmigración
Penktilar
Manila. Establ. Tipo-Litográfico
Asilo Huérfanos. 1897. Sig. : VI11-2-22.
327 (46) «1942/5»
HAYES, Carlton J. H.: Misión de Guerra eqaEspu%. Madrid. Ed,
E. P. E. S. A. Imp. Sucs. de J. Sánchez Ocaíís. 1946. Sig. : III4-3-10 (dupl.).
329.17 (596/599)
&OIyX
K. : Nacionalismo y Revolución.
Madrid.
jada de los EE. UU. 196’7. Sig. : W-10-3-26 (20).
TANHAM,
Emba-
330.191.6 (‘i’/S)
DEL ESTE: Declaraciones de los Presidentes de Amética y eZ
Progyanzn de Acción.-S. 1.-S. i.-S. a. Sig. : Cat. : 4-l-4 (24-j.
PUNTA
34 (46) «12»
ALFONSO X : Las Siete Partidas. Venecia. 1528. Sig. : Museo : 3.967-22.
341.61. (87 : 42) : (881) «18»
OFICINA DE PUBLICACIONES
LA DEFENSA:
El litigio
DEL ESTADO
MAYOR
DEL MINISTERIO
DE
de la Guyana. Revelacióra de los Papeles
de los «drbit&s»
qtie habían permanecido ocudtos en Archivos
Ingleses. S. 1.-S. i. 1965. Sig. : Cat. : 4-l-4 (22).
355.014 (597/9) (04)
John C. : La Guerra, en el Vietnam. La Ciudad, el Ca9mpo
y los 1Mandos. Madrid. Embajada de los EE. UU. 1967. Sig. :
Cat. : 4-l-4 (23).
DONNELL,
355.134 (46) (0:09)
NAVO DE MENDOZA:
Muntis~ctito de las Mercedes. Museo : 1793-78. B,
355.134 (46) (0 : 09)
WAVO DE MENDOZA
: Mantiscrito
de bs Mercedes. Museo : 1662-77. B.
Manuscrito
de las Mercedes. Museo : 1704-79. B.
355.134 (46) (0 : 09)
NAVO DE MENDOZA:
355.14 (42)
SMITAERMAN,
P. H. : Infantry
355.14 (42)
?&LLER, Has Well:
&l&a~y
Unifomes
of the. Museo:
Dra$%gs ond Pvktings.
1967-10.
Museo : 1967-9,
BIBLIOTECA
CEHTRAL
186
MILITAR
355.14 (46)
FERRER
LLUU,
tmnjeros.
Francisco : Colección de
Museo : 1967-11.
Españoles y E.a.
Urziformes
355237.1 (46j
SUPERIOR DEL EJÉRCITO:
Madrid. Programa del III Cwso
Complementario para Mandos Superiores. Madrid. S. i. 1967.
Sig. : Cat. : 4-l-4 (30).
ESCUELA
335.1”37.12 (46)
ESCUELA
DEL EJ-I?RCITO: Madrid. Programa del IV
iMadrid. S. i. 1967. Sig. : Cat. : 4-I-4 (31).
SUPERIOR
de Logistica.
353.4 «-~/1700»
BOUDET, Jacques: ~Illistork Universal de los Ejércitos.
Museo : I‘tö7-20, 1967-21. 2 vol.
Cwso
Tomos 1 y II.
3%. 425 (477)
MAKTÍIYEZ CODO, Enrique : Gue&llas, tras la Cortina de Hierro.
nos Aires. Inst. Inform.
Bue-
Ed. Ucranio. 1966. Sig. : VI-11-l-23.
355.49 (46) «1936/39»
BOLÍK, Luis : Spain. Tke I/i.laE Years. London.
Ltd. 1967. Sig. : VI-11-2-29.
Cassell & Company
355.45: (46j «15»
MARTÍNEZ
DE CAMPOS Y SERRANO, Carlos:
glo XVI.
Sig.:
Segura parte. Madrid. Aguilar.
España Bélica en el siImp. Gráf. Orbe. 1966.
W-10-3-25.
355.48 (46) ((15))
MARTÍNEZ
DE CAMPOS T SERRANO, Carlos: España Bélica: Et siglo
XL’I. IYimera y segunda parte. Madrid. Aguilar. Imp. Gráf. Orbe. 1966. Museo: 1967-16 y 17.
1’7. 2 val.
355.48 (46 : 729.1) «1895/97»
Fuerzas y Ma,terial, suceskanzente,
enviados a los Distritos de Ultrarnay con motivo de las actuales campañas. Desde marzo de 1895
a mayo de 389’3’. Madrid. Imp. del Depósito de la Guerra. 1897.
Sig. : Cat. : 4-l-4 (1.9).
355.453 (4-15) «1939/40>)
MURAWSKI,
E.: Der Dwchbwch
&n Wsten. Berlín.
Verlagsbuchbandiung.
1940. Sig. : VI-10-2-4.
Gerbard Staling
t8(9
REVISTA
DE
HISTORIA
MILITAR
355.486 (46) (Legión Cóndor)
BEUMELBURG, Werner:
La Guerra en España.
Cóndor. S. 1.-S. i.-S. a.-Sig. : Cat. : 45.
Historia
de la Legión
355.58 (46)
DIRECCIÓN GENERAL DE PROTECCI~X CIVIL: iMadrid. defensa Atómka
y Quimica AQ-2. Reglas de Empleo del Servicio de Dcfcnscr .Itómica y Químka.
Madrid. Gráf. Virgen de Loreto. 1966. sig. : V10-2-3.
356.12 (46) (058.7)
Escalafón General; por orden de antigüedad, de Infante&
de la Ish
de c%ba. Hàbana. Sección Topog. Imp. 1.897. Sig. : Vl-11.-l-22.
356.363 (493) JO9)
LECONTE, J. R.: L’Aumonerie
Militaire Belge. Son Evohtion
de
E’epoqzae haollandake a l’orgaksation
actuelle. Breuxelles. Irnp.
Meciale et Scientifique, S. A. 1966. Sig. VI-11-3-X.
358.2 (46) (09)
Estudio histórico del Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Madrid.
Establ. Tipográfico
«Sucs. de Rivadeneyra)): 1911. 2 vol. III-Z-
l-11 y 12.
378.1 (73)
SERVICIO DE INFORMACIÓNDE LOS ESTADOS UNIDOS: La Vida UniVersitaria en los Estados Unidos. S. 1.-S. i.-S. a.-Sig. : Cat. : 4-l-4 (29).
389.6 (46)
SERVICIO DE NORMALIzACIóN: Szlplemento
nzimeïo 2 aI catálogo de la
Coliección de Normas Españolas de 0 bligado Ctimplimiento en el
Ejército de 1 de abril de 1965. Madrid. Imp. núm. 1 del F. H. 0. E.
r 1967. Sig. : W-10-3-26 (21).
517.2 (076j
MATAIX PLANA, José Luis: Mil Problemas del Cálculo Infinitesimal.
Primera parte: Cáhlo
Diferencial. Quinta edición. Madrid. Ed.
Dos sat., S. A. Nuevas Gráf., S. A. 1960. Sig. : VI-U-2-21.
539.0016
BARRIO, Jaime María del: S. 1. La Era Atómica. Realidades y Perspectivas... Palencia. Ind. Gráf. Diario Día. 1949. Sig. : VI-10-7-X.
55.038 (075)
FOSSI GUTIÉRREZ, Ignacio:
Manual de Magnetismo Terrestre.
drid. Tall. del Inst. Geog. Catastral. 1940. Sig. : VI-U-3-7.
Ma-
61.4.8
GENERAL UE PROTECCIG?; CIVIL : Madrid. B~vacuación, Dispersiówy Albeugwe EV-Z. Reglas de Empleo del Sewicio de Evacuación, Dispersión y Albergue en sus distintas Misiones y npéndice. Madrid. Gráf. Virgen de L,oreto. 1967. 2 vol. Sig. : Cat. : 41-4 (20.21).
DIRECCL~N
633.51
Diego de: Cultivo del Algodonero.
nuel Soler, Ed. 1905. Sig-. : W-7-4-29.
RUEDA.
Barcelona. Suc. de Xa-
7 (09)
I~emmclo
(;. : Sumwu A,rtis. Historia Geweral del Arte.
Val. XX1 : i:‘l Arte del Japón. -\/ladrid. Espasa Calpe, S. -\., 1961.
S$g. : Cat. : 4-3.
GUTIÉRREZ.
86-131: (46) «í936/9»
Radug:
SI Desfije de la Victoria. Madrid IB-20 de mays
de 1939. Año dc Zn Victoria. Madrid. Prensa Española, S. A. 1944.
Sig. : VI-11-3-10.
D’ARIL,
86-84 : 355
TORRE
GALÁN,
Inmemorial
julio de la: Hojas de mi Diario. 7vladrid. Artes Gráf.
núm. 1. 1967. Sig. : W-10%-34.
86-84 : 355
GAI.ÁN, Julio de la: Hojas de mi Diario. -Madrid. htes
J,nmemorial núm. 1. 1.967. Museo : 1967-U.
TORRE
Gráf.
9 (46) <d789/99»
Georges : La) Kez:olm&ion Francaise. París. Presses Uniyersitaires de France. 1957. Sig. : VI-11-2-24.
LEFEVRE,
9 (46) ((16)) (0031)
DE QUIR~ Pietro:
Relntione Dti~~ Memorti,le Cke ha
presentato a Sva Maestn, il capitana. ---...
sobre el Descub+imiei2to de Austrnlin, Milano. Per Pandolfo Malatefa, Stampatore Regio Camerale. S. a. Sig. : Museo : 26-1967-7.
FERDINANDO
9 (46) «16» (0031)
SANZ, Carlos: Phzer Docwwento Xpnp,reso y Fechado en 1609 sobre
el descubrimiento de duuslrahz. S. 1. Gráf. Aguirre. 1967. Sig.:
Museo : 26-1967-S.
188
BEVISTA
DE
NISTORIA
MILITAR
9 (823) «15/17»
ZAPATA GOLLÁN?Agustín : El Chaco Gualamba y la Ckdad de Concepción de Bermejo. Argentina. Lib. y Ed. Castellví, S. A. 1966.
Sig. : VI-7-6-24.
9 (94) «16» (0031)
SANZ, Carlos: AlrstraIia, su Desclabrimiento y Denominación. Con
la reproduccióvz Facshn~l del Memorial de Quirós y otras rarhnas
ilustraciones, Madrid. Art. Grái. Luis Pérez. 1963. Sig. : C‘at. : k
l-4-(18).
902.55:912
Smvmxo GEOGRÁFICO
DEL
EJÉRCITO:
Madrid. Archivo de Planos.
Catálogo de Atlas. Madrid. Imp. del Servicio Geográfico del Ejército. 1962. Sig. : W-4-2-31.
91 (46) (026)
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3 vol. Sig. : Museo : 26-1967-13/X.
Sucs. de Rivadeneyra.
92 : 3OB.3%?(46) (0 : 7.04)
Aibnm de Fotografkzs de I.efes y Oficiales del Grupo de Fuerzas Kegdm-es de Melilla nzim. 2, qwe dieron S’L(vida por la Patria. S. 1,
S. i.-S. a. Sig. : Museo : 26-1.967-ö.
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Ed. Rialp. S. A.
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Blanco. Madrid. Imp. de ía Vda. de hl. Minuesa de los Ríos. 1897.
Sig. : VI-11-l-20.
9.2 (Blanco) ((1897)) (046)
TRIGO, Felipe : La Cavnpaña F&pipivza (Impresiones de m Soldado.
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Fk. Imp. de Fortanet. 1897. Sig. : W-10-7-25.
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BIBLIOTECA
CENTRAL
189
MILITAR
008 (46) (04)
JUVERO, Miguel : Cwltwa y Kevokiórz
Social en la España
Madrid. Cográfica. 1967. Sig. : VE-10-7-39.
01 «-/l9,
de Hoy.
(042)
GARCÍA MORALES, Justo : Etapas
40. Madrid.
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Tall.
y Situación
Tip. Moderna.
Actzral de la Bibliografia;
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01.6 : 76 (464.1) Gca. Palacio.
Miguel:
Catálogo de Grabados de la Biblioteca
de Palacio. Tomo VIII.
Madrid. Gráf. Reunidas, S. A. 1934. Sig, :
VELASCO AGUIRRE,
w-4-2-33.
017.1 (464.1) Real Ika. : 091: 497/8
Catálogo
de la Real Biblioteca.
Tomo Vl. 1Manuscritos. Lenguas
de América.
Vol. I. Madrid. Al fin: Tip. de Gráf. Reunidas. 1928.
Sig. : VI,-4-2-32.
025.3 : 091
DIRECCIÓN GENERAL DE ARCHIVOS
la Catalogación
de Manusctitos.
Y BIBLIOTECAS:
34. Madrid.
Instrzcccianes
Tip.
Moderna.
para
1957.
Sig. : VI-12-2-1.
025.3 : 093
DIRECcróN
GENERAL DE ARCHIVOS
la Catalogación
de Irxunables.
derna. 1957. Sig. : VI-12-2-3.
Y BIBLIOTECAS:
35. Madrid.
Instwcc~ones
Al fin:
Tall.
Tip.
025.3 : 769
DIREccIóP* GENERAL DE ARCHIVOS Y BIBLIOTECAS: Instwcciones
la CataEogación de Dibzljos y Grabados. 44. MadAd. Al fin:
Tip.
Moderna.
para
Mo-
para
Tall.
1959. Sig. : VI,-12-2-Z.
025.85 (045)
EI Tratamiento
Preventivo
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Proyección china sobre el continente asiático, por José Hijar Ariño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
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