ESTADO MAYOR SERVICIO CENTRAL DEL HISTORICO EJERCITO MILITAR REVISTA DE HISTORIA Aiío XI MILITAR. 1967 Núm. 23‘ REVISTA HISTORIA DE MILITAR PUBLICADA POR EL SERVICIO HISTORICO DEL ESTADO CONSEJO DE LA CENTRAL REVISTA Excmo. Sr. D. Joaquín de Sotto y Montes, General de Caballería, del Servicio de Estado Mayor. DIRECTOR: ASESOR: MAYOR MILITAR D. Juan Priego López, Coronel de Estado Mayor. D. Joaquín Portillo Togores, Coronel de Caballería, del Servicio de Estado Mayor. lJEFE DE REDACCI~K: REDACTOK: » D. José Manuel Martíriez ADMINISTRADOR: Capitán y Doc- D. Constantino Alonso Calle, Capitán de Oficinas Militares. REDACCIÓN M.4RTIRFS Eande, Coronel de Artillería. D. Juan Manuel Zapatero López Anaya, tor en Historia. DE &LCALA, Precio Y ADMIXjISTRACI6N 9 - MADRID del número: - TEILEFONO 75 pesetas 2A7-03-00 SUMARIO Págs. I~il~l~o~IYIfía iv. B.-Las únicamente .<. ideas expuestas en la opinión personal los artículos publicados de su respectivos autores. .< . en ,,. esta revista .. 1x reflejan Esta revista invita a colaborar en ella a los escritores militares ‘0 civiles españoles 0 extranjeros, que se interesen por los temas históricos relacionados con la profesión de las armas. En las páginas de la misma encontrarán amplia acogida los trabajos que versen sobre acontecimientos bélicos, destacadas personalidades del mundo militar, e instituciones, usos y costumbres del pasado del Ejército, particularmente si contienen enseñanzas o antecedentes provechosos para el militar profesional de nuestros días. Los trabajos serán retribuidos con generosidad, según la extensi6n acostumbrada en revistas de este tipo y carácter. Depósito Legal M. 7.667.-1958 TALLERES GRhCOS VDA. DB C. BBRMEJO.-J. GARCiA YORATO, I22.-TEL. 233-06-19.-MADRID EL PENSAMIENTO por ‘Teniente 120s Coronel TEÓLOGOS MILITAR EN MEDIEVAL JOSE MARIA de Infantería, .ARBIADOS LA GARATE CÓRDOBA del Servicio Histórico ES EL POEVA DE LITERATURA Militar ALMERÍA !~iahria dos razones de peso para no incluir el Pocwn de Ahmrín en nuestro análisis militar de epopeyas cnste!lanas. La una: que está escrito CII iatín de corte cl~síco ; la otra, que la epopeya queda cortada :~nt-es de darse In batalla central. Pese a todo ello, airae su tema, tan ce;!trado en el tono de perra divinal que venimos encontrando en !as g-estas, desde la de Fernán González haqta la de Mío Cid. Presenta tal culminacióii y apoteosis de ose tono sagrado de la guerra alli sólo iniciado, y hay tal triunfalismo reiigioso, tal participación de obispos, tanta liturgia y teología en torno a los signos estudios qwdaimperiaies del ejército cristiano, que los anteriores rían a media ladera de su desarrollo. Por eso he creído conveniente destacar algunas características del Pocvm de Ahzerh, pese a todas las objeciones apuntadas, y a que no es sino tercera parte de 1x11 texto en prosa, el conocido como Crónicn Adcforlsi Impel-atok. -1ún abona el empefio una r?zón de pro‘rimidad. ya que su fecha probable de ll.50 la mantiene enlazada con cl cantar de Ilfio Cid, a muy pocos años de distancia, tanto que cn el I’ocmn de Ahería se alude al del Campeador, como dando noticia de una novedad editorial. o de una especie de teatro popular. para ser mki- exactos en la actualización de la referencia (1). (1) LIel presente estudio se anticipa una parte en la obra del y flfilicia e~z la Es,hzria wedievnl. Publicac’c.nes Españolas (Editora drid. 3967? 3.57 pkgs.. de inmrdiata pub!icación. autor: Nacional), Espiritu Ma- 8 JOSÉ XARÍA GiRATE CóRDOB.4 ~1 autor de la Crónica Adefonsi siempre es grandilocuente en SUS frases, y cuando llega a plantear el nudo de la campaña --la marcha la prosa le resulta pobre y decide recucontra la plaza de Almería-, rrir a la magnificencia del verso latino al modo clásico, vistiendo así su relato con una de Ias muestras más características de la poesía eru,dita del siglo XII. El nombre de Poema de Almeh es moderno y tuvo desde ?I principio general aceptación. Pero el autor sólo interrumpió la prosa de su crónica iniciando sus versos bajo el título de Prefatio, y así algún comentarista lo llama Prefncio de Ahcría, y no habla que esperar que al prefacio siguiera un desarrollo, ya que todo lo que lc puede faltar para estar completo son las ocho hojas finales al decir del copista A en una nota de su manuscrito, que tiene 26, aunque otros opinan que la obra quedó inacabada como hoy se encuentra, acaso por la muerte de su autor. A su mérito histórico une el de señalar una transición en la técnica poética. Está escrito en hexámetros, divididos en dos hemistiquios, y la última palabra de cada verso rima con la final del arsis del tercer pie, pero la composición es ante todo rítmica, único modo de explicar las frecuentes irregularidades que se encuentran y la abundancia de esdrújulos, porque el autor pensaba más en el ritmo de los acentos que en la medida de las sílabas. El Poema representa, pues, el momento en que el concepto clásico de la cantidad silábica cede ante la idea moderna ,de la rima, si bien, por ser de transición, el autor une aún ambos elementos, y obligado por el metro y la rima emplea una sintaxis violenta y un léxico rebuscado. Tal es el motivo de que el Poema resulte monótono. Apoyados en el docto estudio de Sánchez Belda (2), reconocemos también con él que hay pasajes felices en ciertas metáforas (vv. 36-39), en hipérboles exultantes (V-V. 153-155) y en algunos retratos personales (vv. 246-248). Se manifiesta fina observación al describir las huestes y al expresar ideas y sentimientos característicos del espíritu de la época. El Poema presenta ampliamente las huestes y caudillos que concurrieron al asedio de Almería, la amplia nómina de personajes que desfilan en las estrofas es de gran realismo, y se sabe históricamente que todos ellos asistieron a la campaña. Hay tanto detenimiento en la pintura y alabanza ,de calidades bélicas de los combatientes (2) S~KEZ BELDA, Luis: Edición y estudio de la Crógaica Adefolzsi vis. Edit. Escuela de Estudios Medievales del C. S. 1. C. Madrid, 1gj;o. Iqllperato- reunidos, que el ikdrt Flórez pencó que el describirlos constituía el ímico objetivo del autor. Yero es indudable que se trataba de historiar la campaíía completa, como lo demuestra el referir las conquist:~s tic Baeza y el castillo de Raiíos, cerca ya del objetivo final, a la que se antepone la ,de iîndú,jar, lograda sólo por San Fernando un sib <>.lo <kspués. Sánchez Belda nos dice cómo todo el Poema respira un hondo sentido espafiol, de tal modo que el autor considera la conquista de 2Umería una empresa nacional suficiente para comparar la campaña de Xlfonso \‘IT con las de Carlomagxo, y las hazafias de Alvar Fáñez con las fantásticas de Roldán y Oliveros. El Poeu7cz de A lnzwía tiene indudable valor de fuente hislórica ; set narración revela un testigo presencial que ofrece datos importantes para cl conocimiento de la campaík. T,ástima que al estar inacaIxtdo nos privase de conocer el desarrollo de las operaciones finales clue culminaron en la destrucción de Almería. Seis mantlscritos de la Biblioteca Sacional y «no de la catedral de Toledo, nos ofrecen copias de un original de la Cvónicn Adefwsi I;~~e~~t~~~i.s, hoy perdida, que debió componerse hacia 11.30 con bastante seguridad (3j. T..a obra. constituye un canto a Alfonso VII, escrito indudablemente durante su reinado, manifestándose «no y otro extremo en la frase ((si complace? imperatorij). Resalta las virtudes del Emperador, disculpa SIIS errores, eng-loba en su laude a todos los personajes de la familia real y da la sensación de estar escrito de encargo, con la preocupación constante de agradar a quien habiéndolo mandado escribir, ha de juzgar la obra. En la crónica estj claro también ese «sentimiento de jactancia y vanagloria» que segím Menéndez Pidal, fue característico de aquel período victorioso de la Reconquista. El cronista escribe de memoria, segím anota en el prólogo, pese CLhaberse podido documentar en la Secretaría real. SV basó principalmente en relatos de los testigos presenciales, «X1, illis qui viderunt didici et anclivi)), por ío cual SLIS fuentes son menos exactas cuanto nlis se remontan hacia el pasado. Sin embargo, en rarios episodios \ muestra ser testigo él mismo, aportando pormenores y oÍxwxxiola proclamacibn del ImpZriO nes muy personales y hasta subjetivas: en 1.133, la bo& de (;arcía de Navarra con Crraca. ias incc:-siones como la sumandaluzas del I<tnperador y mucho. 5 datos accesorios, sión de Pedro Alfonso, que revelan proximidad inmediata a los L,O mismo puede suponerse, por su lujo de detaPes, en personajes. cuanto a ía concentración para la batalla de .Umería. La Cr&& Adefo~si e; una obra netamente histórica, con pocos errores y no importantes. Es fuente esencial para el estudio di: Alfonso VII por la veracidad y extensión de ~1.1~noticias, pero de un modo particular es el mejor documento de la bataila de .Fr:L~;:I, pese tiene también e-pecial al partidismo del cronista, hostil al Batallador, valor para conocer la vida fronteriza a principios del siglo SII y para la batalla de Almería hasta donde la alcanza. El entu.sinsmo dcsbordado con que canta a Alfonso Vil lleva al cronista a valornr mal alg-unos datos, deduciendc conclusiones falsas de premisas ciertas, pero ese defecto era tan común en la época y está tan manifiesto, de la crónica. que no perjudica demasiado a la historicidad La obra está dividida en tres partes. Las dos primeras yon propiamente crónica de Alfonso 1111 y la tercera, sin perder ese carácter, se conoce con el noml)re de Pocina dr ilI~zr~ín, por su forma poética y contenido concreto. El libro primero, no tiene grao interés militar, ei como una iniroducción o prólogo al segundo, que const;tuye el \erc:;ldero ;ema. Su división tiene un fundamento real, ya que :iqtlél abarc:: la c poca en que Alfonso se dedicó a reorganizar el reino, consolidando la paz con buenas relaciones vecinales y éste 12 guxra con 10.; mwulni;~nes. En el primero de ellos, y concretamente en la batalla de Fraga, es donde el autor manifiesta más clara animadversión contra Alfonso el Estallador. invasor de Castilla. En cl segundo se describen ocho campanas del Emperador contra los infieles, su principal actividad, y las sublevaciones de los moros andaluces contra los almorávides. El partidismo del autor queda bien manifiesto por su enemistad hacia Aragón, su pasióu ! eonesa, y bu mal conocimiento de Castilla. P,ero su sentimiento leonés está muy expreso en los títulos que da a Alfonso, que nunca es Rex castellae, sino alternativamente Rcx Legionk o !m$emtor Legionemis. Sólo se detiene en las can~lx6ias por las zonas que conoce mejor, y son las leonesas y gallegas, o bien las to!ednnas. pormenor~z,2ndo entonces nornl)res de los rpbcldet:, posesiones de los nobles y descripción de tierras. En cambio. s;alta rs.pi- damcnte sobre luchar dejadas de los reinos de León o Toledo. El maiiifiesto desconocimiento de Castilla afecta, tanto a su historia como :I i3 geografía y al tipo racial dc sus hombres, n quienes juzga ricos ; cita a sus caudillos de modo impreciso y su relato de las rebeliones de los Zara, es muestra harto Gible. Ei autor manifiesta ser hombre docto ell escrituristica, taílio eiì literntnrn, como se advierte en su conocimiento de Sulpicio Severo, cosa rara entonces ell 4 bajo cirro. J- 5~15 frecuentes recursos a figuras l)iblicas, hasta ix:ccr~~ cnmú:: ei plag?o de algiln párrafo para descripciones gra!î di!ocuentes o metafóricas. 2, e.\to se le afiade la concepción t:ini:aria de la crónica, de tal modo, clue por una asimiiación a Alfonso VII de los atributos divinos -como enviado de Dios-. cada parte de la crónica representa cl poiirr. el quera? y el .saDel-, que corresponden a cada LIIN de las persona- de ia Trinidad y qlle cxactcrizan a la vez ia personalidad y in actividad del Emperador. POIFc0. la última parti: erti en verso -hcxknctros latinos-, como SUblimación adecuada para contemplarle en una especie de apoteosic. Todas estas razones hicieron que in crónica se atribuyese 3. algún destacado obispo de la kpoca, scíía1ándo.w primero. como posible, al :trzol)iyo toledano Jiménez de Rada, J- !ueyo al obispo Amoldo, de T- que estu\-o rea!mente en Astorga, imico que en ella se menciona _ la batalla de Almerin. ‘Tan scílo Angrl f’errari, cn 1963, documentó ampliamente PU tesis dc que el anónimo autor es Pedro de i’oitiers, hu&ped dc Alfonso V!It (1~ escribiría en Toledo entre los aI?os de l-J%2 y 1151. Y 10 demuestra por advertir que este cluniacense? el más prcocupndo en adzptnr In forma al tmm, er;! el mejor 17 mk perfecto escritor en ecc tipo de oetaforismo rrinitario. may artificioso, hasta adecuar una especial aritmología cn la q!je predominaba el sistetna septuplicista, produciendo una innov:tciL;n de estilo por uepuxlarios heptalésicos y dando a la obra wn duplicidad que permite ieerla i)tsra los scnfitl’os y pum ci cspírifu. Su fin queda ciaro a juicio del Fségcta : Mostrar a Alfonso \‘II como héroe de Dios. único y mGversa!, de cristianos y musulm:lnrs. a cuyo fin inclu!-e una‘: aportillar corák cas (4). I,a crónica inicia con la .\*cljk~i*~~2.~~* un:! IILI~\YL orientación, la de dar entrada, juxlto ;d Emperador, a personai?:; \.ari;tdos ~ecui~darios, Id JO& MARiA GîI?ATE CóRDOBA dedicándoles relativa extensión, con amplitud de visión histórica, pero sobre todo, por incluir en su cuerpo realtos poéticos, de inspiración popular en la Nnjere~e y bíblica en ésta, recogiendo una y otra, pese a ser latina, los sucesos que más impresionaban a las gentes sencillas, para dramatizarlos en algún pasaje, con gran sentido artístico de la historia, que cobraba con ello un atractivo antes desusado. Una crónica latina como la Rodcrici C’cw@pidocti,y casi coetánea a ella, presenta la originalidad de que su tercera parte est6 compuesta en hexamctros, como el C‘cr~~rz.r~. Cta~2pidoz~o~is, un tanto semejante, aunque anterior en un siglo, y del que aquí no hablo por no excederme más en la glosa de textos cidianos, y porqrw no es cantar de gesta. Aunque la Crónica .4dcfonsi, por ser latina es erudita, encaja muy bien en nuestro estudio, ya que cierra doblemente una época -y abre otra- al reunir prosa y poesía con unidad indivisible. Pero también SLI momento ideológico es inicial de sorpresas literarias e históricas. Es el primer texto en que se presenta a las moros como clemoníacos, sin metáfora apenas. En el poema de Fernán González los veíamos ((más negros que Satán con todo su convento», pero aquí se inicia seriamente lo que Jesús Fueyo llama la dinboil,-ncióle del egr.ewiyo. mirando a guerras de hoy. La crónica, en el otro extremo, inicia también al mismo tiempo que sncKzZi,-n In ZMel triunjaKsm0 Izispa~nocató2iicc, ckz, si usamos la misma terminolog-ía modernista, hasta el punto de que el guerrero cristiano fiel, el que se ajusta al espíritu, a la ley y a la ética, es, no sólo teólogo nrnmdo, como quiso Menéndez Pelayo, sino que se le propone como paradigma de santidad. Lo vimos en epitafios y biografías devotas de Fernán González y el Lid, donde se les llama venerables y santos caballeros, y lo vemos aquí en más de un ejemplo (‘5). Edre la Biblia y In. Mitología. La Crónictr. Adefofzsi está fluyendo constantes alusiones bíblicas. Son giros y expresiones que delatan continuamente su inspiracion (5) Figuran pkrafos completos de !a Cuóka Adefousi enmascarando varias de las catorce páginas en que se publica un texto incompleto del discu-so de Negrín el 1?&1933,, en edición clandestina bajo el título La Crónica de E‘spaïia. Ed. «Una España Grande y {Libre» (S. 1. S. 1. S. a.). Ofrece el dato P.c~cro ITARD, Vicente: Cuadernos Bibliogl-áficos de la Guerra de España. Tomo 1. ficha 350 E. Ecl. Seminario de Historia Contemporánea de la Universidad de Madrid, 1966. en testos de la Eblia. Esta particularidad la señala y examina con detenimiento Sánchez klda, diciendo qt~e hay una premeditada intencon términos bíblicos, las acciones que tienen ción de (describir, semejanza con otras del pueblo escogido, definiendo que las influencias Ileg-ar, al plagio, aunque éste pueda ser sano y disculpab!e. De fuerte sabor l)íl)lico son lo-; giros ZVXO’I~ flrcrtc, fucdes mnms y otros muy numerosos. Para describir la sepultura de doña Urraca se repite la del rey de Judá, muerto por Jehú, coincidiendo el párrafo 1 con e! libro cuarto de los Reyes (9-28), y para la del conde Rodrigo Martinrz se utiliza la del libro primero de los Macabeos (9 y 19-21). Del mismo modo la narracijn del regreso de las campafías y disolución de la hueste, se hace con palabras del Antiguo Testamento. La venganza por la muerte de Tello Fernández se relata como la muerte del hijo de Saúl. También es bíblico el léxico con que sc descri?,e el movimiento de tropas y Is muerte de magnates en la guerra, de los que se hace relación muy semejante a la de los reyevencidos por los israelitas. Las luchas de David y Saúl sirven de testo para un resumen de las de castellanos con aragoneses. Son palabras de Moisés las que utiliza el rey para su orderi a los vecinos de Morón. Los discursos de Alfonso son plagios de la Biblia, como muchas frases y discursos de personajes, recogidos con aparente minuciosidad. El latín en que la obra está escrita, es más culto que e! de cualquier crónica coetjnea, como corresponde a su bíblico carácter, pero tiene para nosotros el tnaprcciable valor de acoger pa!abr::s v expresiones vulgares, muy Útiles para estudiar aspectos medievales. lGto q”e Skhez Belda apreciaba en la prosa de la crónica, vale igual poa e! Poemn dc .4In?e1+0. Todo SLI estilo es bíblico-latinomitológico, propio del lenguaje clásico que se utiliza y de la métrica culta elegida. Va hemos visto la dictinción cutre 11110sy otros árabes. vaiiéndose de llamarles en cada caso asgarenosQ ismaelitas, moabitas, asirios,. . Adoran :\ Baal y a los meses, anuncian las espadas q~.!e han de venir (15). «Pero inferiores en protecci6n dirina, Rnal no !CS groteje)). l-lay C~~IC recordar que l!aal fuc 1111tiempo el nombre del verdadero Dios, para designar luego al dios cananeo que alyím tiempo adoptaron también los israelitas. I-lay también un sentido bíblico del castiro llevado a cabo por el angel exterminador : «TA cruel ira wkste descarEó so?>reéstos,), 1 hay eSpad;ls flamígeras eil cl campo. E' \ más. -1 mismo autor ha dicho: «&gí la batalla de Almería porque entonces fue vencido ei pneblo de 10s varones paganos». Casi al final sc: repite Ia. afirmacion de fe frente al fracaso de los .dioses falsos: «Y claman a Baal y Baal permanece sordo a estos clamores, niega su auxilio porque no puede darles ninguno». En cambio, frente a ellos, otros términos son cantos de oración, «La salmos de esperanza más o menos literales del Testamento: diestra del que trabaja espera los piadosos dones del Tonante y pide el premio del guerrero en cada momento)) (15). En lo personal sigue la misma línea. Quizá sea Pedro Alfonso el ejemplo más claro. Sólo a un monje puede ocurrírsele ponderar así su belleza masculina: (<bello como Absalón, vigoroso como Sansón y con la sabiduría de Salomón, en buenas enseñanzas, fue nombrado cónsul (conde) al regreso de la campana» (115). A veces, deriva hacia lo mitológico, por fuerza del clasicismo latino, que le hace alternar ésto con lo bíblico. Así nos presenta al con’de Poncio, que manda la mesnada de los extremeños: «tenía la fuerza de Sansón, la espada de Gedeón, igual a Jonatás, preclaro como nave de Jesús». Tras lo bíblico, lo mitolóffico: «Era jefe ,del pueblo como el fortísimo Héctor, generoso y veraz como el invencible Ayax. Cuando da consejo tiene la sabiduría de Salomón». For todas partes asoma la pobreza imaginativa del autor, que aplica a los personajes la planti!la de sus modelos, siempre los mismos. El análisis hermenéutico y eurístico de Angel Ferrari encuentra que Crónica y Poema son una típica muestra cluniacense, y en ella se manifiesta muy expreso el pensamiento de Pedro de Poitiers con sus ideas sobre los musulmanes y la actitud combativa o persuasiva hacia ,ellos, así como los motivos antagónicos del robustecimiento de la autoridad regia, por influjo del romanismo renaciente, junto a la interpretación ,de las sublevaciones como ejercicio de un derecho de resistencia de origen germánico. Así se apunta que al pensamiento del autor le preocupan algunos problemas militares. En cuanto a lo más concreto, distingue dentro, de las rebeldías varias figuras de delito militar muy definidas y caracterizadas: la traición, los alzamientos de lesa majestad, la resistencia, las confabulaciones, sediciones o banderías, el pillaje, snr!ueo! devastación y las reincidencias en cualquier caso. La escasa formación penalista del poeta hace que la definición de tales figuras no se corresponda con una calificación correcta de los delitos y sus circunst.ancias modificatiz~s de responsabilidad, ni con las penas e in,tultos, poco rrniformes entonces por ser de atribución real. Pero este aspecro de las sublevaciones lleva al autor a entrar en 1111tema de ética hoy latente y entonces muy sencillo por la conexión católica entre patria y reiigión -en pleno auge la teoría de itr, dos rspados--que hacía de ambas un solo ente moral. La rebelión. traición y sedición, eran en conjunto formas de in;fideZitas, >r para el poeta la i~fido1iin.s ,de los súbditos en UII ateísmo. En cuanto a los man-trcas, la injusticia, el desprecio de la ley, la ambición desmedi‘ da, el abuso del poder y el goce de él por sí mismo, no son sino expresiones de tiranía? es decir, otro ateísmo, del que se dan numerosos ejemp!os entre los \z wohernantes despóticos y crueles, y entre los rebeldes y sediciosos. Subraya que la gravedad de las sediciones aumenta en hechos posteriores que suelen derivar en desprecio de la religicin. fuente de excomuniones. El autor de la Crónica, que es monje y poeta, con simplismo propio de ambas condiciones, distingue entre buenos y malos. Nos lo explica en sus frecuentes referencias a Inglaterra y Normandía, donde hubo ,gobernantes malos. muy semejantes n Roboán, «hijos del diablo con sus secuaces», y gobernantes buenos, parecidos a David, que, como éste, jamás provocaron luchas, o las moderan de tal modo que si son entre cristianos, no hay vencedores ni vencidos y saben poner fin n las guerras y a sus consecuencias, siempre peores que ellas mismas. Aquí el buen fraile se dejaba llevar más del deseo y la imaginación que del conocimiento y de la historia. IIa llamado Izi;ios del &~bAo a los malos gobernantes. Sin duda tiene presente a San Bernardo, cuando condena las perturbaciones de la Iglesia? originadas por los excesos de los legos y, sobre todo, de los caballeros, muchos de los cuales con sus soberbias y vanidosas escoltas, constituyen la milifin dioboli de este mundo. No nos extrafiemos luego del acento satánico que pone en algunas sectas musuImanas. El otro aspecto religioso-militar estj en la esencia misma de la guerra. Para el poeta, Alfonso encarna la voluntad divina, aludiendo a la sacralización de la monarquía. Aparte de ello, su carácter de cruzado contra los musulmanes es la idea madre de la Crónica. ,41fonso es un héroe de Dios y su conducta en la guerra es la propugnad:) por- los cluniacenses desde la muerte de su abad Pedro el Venerable. J.a campaña de Almería, donde culmina la obra del Empera- dar, es la guerra de ltr i1-u cclcsie (v. 2Sj, y se justifica como gzherrn las ofensas de los canant’os al santa. porque con eila «se vengan Dios de Israel». El móvil de Alfotlso VII coincide con ello, pues trata de conseg-uir el orden y la justicia por medio de la guerra y no por una conversión casual. l,o corrobora la primera instrucción que el Emperador dicta a los alcaides toledanos : «Todo para vindicar a 1X05 y a su cristiana ley». El ítnico móvil de la guerra, geog-ráfico y g-encral, es la justicia vengadora, para eliminar pelig-ros. estinguir piratas y ayudar a los aliados, siempre contra almorávides, agarenos y sarracenos. bajo el común denominador de su religión islámica. Junto a ello hay otra notable distinción: Alfonso, antes de Almería, había conducido la guerra según la recomendaci6n de la cruzada, pero contra los moros en Almería fue el vengador divino. El poeta lo exalta en un giro de ideas que hace cananeos a los piratas almerienses, aunque sean más dignos de combatirse como tales piratas. Se centra el juicio al concretar que en Almería no se trata de simples «musulmanes incrédulos», sino de «malhechores infieles». El monje-cronista identifica el «nido de piratas)) que es para él la ciudad mediterránea, con un refugic de cananitas, Y nos dice que a los moros almcrienscs les perdió el ser unos monstruos de n\-aricia. Providencialismo en la victorin y es In durota. El Poemn de Almerin tiene acendrado el sentido prov’d<ncialista hasta límites muy superiores a los examinados en los cantares de gesta castellanos. Es un cénit de exaltación, porque es también una cumbre -la máxima y acaso única- de la guerra santa cristiana, interpretada casi con liturgia relig-ioso-militar por un monje poeta. Es también el tiempo áureo de Ia sacralización imperial. Por eso las victorias cristianas se interpretan como fruto directo de la bondad divina, y las derrotas como cnsfigo del cielo por los pecados de los hombres, cosa que constituye como una obsesión en el cronista : «pecatlbus exigentibtw. La intransigencia religiosa del autor se ensaíía contra Alfonso el Batallador, a quien no perdona que saqueando iglesias tome como botín las riqu.ezas del culto, y denuncia que en el campamento real de Fraga estaban aún las reliquia,: robadas por el Batallador en Sahagtín. En la bata!la de Fraga tuvo el propésito de pasar a cuchillo El POtW/a dt: AZVLet-í0 hubo de componerse en un escritorio semejante a este de la torre del monnsterio de Tabara, segiln la miniatura de un beato de Las f-Tuelgss, de Burgos (li’?rl), hoy en la colecci0n Pierpont hlorgsn, de Nueva York El motivo religioso siríaco bizantino, preside siempre la btlica medieval. Este nct-isto 1-einantc», de Fernando 1 (1035-1065), inicia una serie de incomparables hispanos. del tema cristos a los nobles musulmanes cautivos, incltlso -1 las mujeres. i’or eso, pese n w manifiesta piedad, consmtió Dios que el rey aragonés y sus hombres fuesen derrotados poco después por agarenos y almorávides unidos,, y su muerte se tuvo como justo castigo de Dios a sus crurldades, ejemplo providencial también para otros cronistas. Xos recuerda el poeta la máxima de San Bernardo: «La crueldad impide el entendimiento necesario para la unión cristiana de los cruzados». Desde cualquier punto de vista debían evitar los cristianos hacer una guerra cruel. Observa que la piedad humilde infunde no sólo la fé, sino también el valor, y consigue la ayuda divina por conducto de. los arcángeles. San Miguei fue el intermediario de los toledanos cuando Alvar Eáñez defendió la ciudad por encargo de Alfonso VII, y Dios mismo exterminA a los enemigos con el hierro y la muerte repentina, siendo la causa justa, como en Guadalajara. La voluntad de Dios era precisa. y se probó claramente en las derrotas que los musulmanes infligieron a los cristianos, confiados muchas veces en sí mismos y no en Dios, como los salmanticenses, cuya suerte cambió cuando hicieron penitencia y apiadándose Dios de sus pecados les infundió ctsciencian et audaciam bellandi». El tema de la piedad humilde cn la milicia es como uti motivo de meditación en &wwblo, para el poeta de Almería, quien ahora explica que por ella consiguió Munio Alfonso su victoria en Montiel. Pero luego no tuvo misericordia al mandar exponer en la torre más alta las cabezas ,de los musulmanes caídos en la batalla. El monjeautor interpreta que con ello se constituía en pecador público y no podía ser ejecutor de designios divinos. En castigo fue vencido y muerto por los moros, que hicieron en su cadáver mutilaciones y escarnios semejantes a los que antes infirió a sus víctimas. Estamos ante la más floja e infantil teología de la historia. Las acomodaticia< razones del cronista-poeta son rigurosamente amañadas, interpretación de resultado- > conocidos. como un puro juego de prejuicios que se van adaptando según conviene a sus fines. El Z’oen?n d’e AZmerin se inicia con una extraiía invocación del prefacio, que por su oscuridad no se sabe bien ci va dirigida al Rey Celestial o al Rey Alfonso VII? aunque puede asegararse esto último En ello se manifiesta ya una tendencia a la divinización del emperador, si bien dentro de los justos límites que la ortodoxia católica permite al poeta religioso. El tono es admirable: «Kcy piadoso, rey fuerte, a quien espera eI último trance de la muerte, danos paz para ~ICC~IOS». ES que cantemos con elocuencia y b<rrandeza tus admirables casi una oración a quien se considera elevado sobre cualquier potestad del resto de !os reyes. El estilo eclesiástico del poeta, Tampoco hay que extrañarlo. j«nto al clasicismo de las estrofas latinas, predisponen a la exageración. Pero, por otra parte, la obra en si, crónica y poema, tratan de ser, por encima de cualquier intención, una apologia de Alfonso VII de Castilla, para ponerlo como ejemplo de monarcas y gobernantes y su reino como modelo de países cristianos. Por encima de ello sblo quedaría el hilo de que destaque siempre como verdadero cruzado en la guerra de Espaíía con los mahometanos. Por si ias generalizaciones no bastan, el poeta recurre a las comparaciones. En su tiempo y para mostrar su verdadero carácter imperial, nada mejor que parangonarlo con el prototipo de emperador cristiano que en su tiempo se acepta, materializado en Carlomagno. Entonces la primera estrofa del texto presenta a Alfonso VII como jefe de todos los caudillos hispanos y francos, que por mar y tierra buscan la guerra de los moros. Alfonso, con título de Emperador., continúa los hechos de Carlos, «al que corresponde equipararle» y así se nos ofrece su paralelismo, sin manifestar preferencia por ninguno de 10s dos sino hermanándolos en todo, como siempre que se asimilan héroes hispanos y franceses, por precaución del autor: «Iguales fueron en linaje, muy semejantes en fuerza de armas, parecida fue la gloria de las guerras que emprendieron ambos...», Luego, libre ya de los peligros de la comparación, pueden otorgarse sin regateos al Emperador las cualidades, virtudes y elogios. Alfonso poseía sin límites y como gracia trascendente y providencial, la cie?lcin 31 audacia bélicas, y nadie como él T-engó a Espafia dc los musulmanes. Aquí el poeta enlaza una relacibn entre virtudes características de Alfonso, que parece forzada y poco lógica, pero todo vale cuando de elogiar a su héroe se trata, pues con esta venganza sobre los musulmanes razona que se debe a que «la misericordia acompaña a la justicia y la piedad humildes». Estas características se refieren indudablemente a Alfonso, pues se repiten en el poema y la crónica. La apología se centra en el providencialismo absoluto de que rodea al Emperador, el cual encarnaha Za vokrnfad divina, ]lzsta el punto .CL I’E.I‘SAMlEXTO MFLITAR EN LA LITERA-K-RA MEDIEV.\L 19 de que quienes guerrearon contra él, su señor natural, fueron causa de que los moros se mantuviesen en tierra cristiana. Pero entonces, a quienes no quieren oir las órdenes de Alfonso los castiga Dios a ser vencidos por los moros, como lo exigian sus pecados. Ya está una vez más, pero aquí con mayor extremismo que nunca, la mezcla. de lo di+-ino y lo humano, el concepto mezclado de pecado y delito, como correspondía a la época cumbre de la guerra divinal. La guerra es una auténtica cruzada y Alfonso la dirige según esa recomendación de cruzada religiosa, para lo cual distingue entre los enemigos SLI posible disposición para evolucionar hacia el cristianismo. E! Emperador aparece como aniquilador implacable de los moros, pero dispuesto también a comprenderlos en cuanto haya en ellos muestras de perfección y acercamiento a los cristianos. Por 10 mismo, contra los musulmanes de Almería, a quienes el poeta llama piratas, cananeos y con los peores epítetos que tiene a mano para los almohades, fue el velzgndor diz&zno de aquella ,guerra santa, en que «la cruel ira celeste descargó sobre ellos» (e. 20). Vienen al recuerdo todas aquellas consideraciones de poetas árabes y cristianos, anteriores y posteriores, donde se explica que si Dios quisiera, los hombres se convertirían por su inspiración, pero en caso contrario no van a convertirse por fuerza de las armas, No es que el Emperador, en la visión de su apologista, se oponga a esta doctrina, que solo más tarde sería formulada con plenitud, pero Alfonso no espera a que ésto se pueda producir si place a Dios, para conseguir el orden y la justicia, trastornados por los moros. Su dina-mismo le mueve a reestablecerlo por la guerra y con la mixima violencia y rapidez posibles. Acaso sea el Pocmn de A41nrerin el primero en que se enumeran’ los males de la guerra con sentido detenimiento, con crudo rea!ismo, incluso con un tono compasivo hacia el enemigo que los sufre, aspecto humanitario en los guerreros medievales, muy digno de destacarse, no tanto por la elevación espiritual que supone dentro de aquella bárbara rudeza con que se luchaba, como por el contraste con el feroz desprecio que el enemigo inspira en otras páginas. Andújar, sitiada por Alfonso, es la primera en probnr Eos uinos del dolor. Cae ,su castillo y el cielo permanece demanda de auxilio : impasible al clamor de la ciudad en : Se pierden Por espacio de tres meses se pierden 1~’ s mieses por doquier igualmente cuantas cosas habían sido olwnbradas con trabajo. Con las fuerzas agotadas, consumidas todas ias vituallas y cnt:.eg-ados los rehenes, buscan tratos de paz, no pudiendo ya vivir. ello> mismos y sus propiedades se entregan al rey. 200. Pero la guerra tiene alternativas y s1^s msle~ io- suiren unos Y otros, la realidad de las calamidades, tantos años padecidas, no deja de impresionar al poeta y las canta, como un holocausto que su pueblo está ofreciendo al Dios que castiga con la guerra sus pecados. A esta cruenta penitencia se disponen los cristianos, no ofuscados con sueSos de victoria, sino conscientes del dolor y el peligro, superando la adversidad con fortaleza de ánimo, en una difícil conjunción del duro realismo con !a voluntad de vencer y la esperanza cn Dios. Ante la embajada de los francos, pidiendo la coalición del Emperador para una nueva campana, el hombre pacifico que hay dentro de cada guerrero, cede a su sentimiento y se lamenta en uti desahogo humano muy real. 345. El más las guerras próximo, llorando, están mezcladas habla así al compaiíc?o con guerras por todas amigo: partes)). «Hasta ahora, Una vez más hay que recordar al lector que los versos no tienen tanto de texto taquigráfico con valor de encuesta moderna, como de esplayamiento espiritual del monje poeta, muy sensible, aunque también muy conocedora del alma de los demás por razón de su ministerio. Por eso hace que ios supuestos conversadores, explique’n las razones ,de su desánimo : 850. Los nuncios son queridos por el Emperador: pero para nosotros amargos, los enemigos están por todas partes en el camino, y la larga ruta está sembrada para nosotros de diversas espinas : de comida o de bebida nada queda en las talegas, por todas partes nos persigue la belicosa espada. Hasta ahora es todo una expresión del cansancio de la guerra, de lo que los psicólogos llaman la fatiga del esfuerzo conhundo, que aquí sería combate continuado, fatiga que en un momento de sobrecarga física intolerable puede convertir al héroe en desertor. Es, si se mira bien, el mejor cuadro del alma de un guerrero medieval, ro- EL PE~SAhíI5TCJ %ILITAK EN L.4 LITEK.\TIJRA MEDIEVAL 21 deado de guerras por todas partes y sin más horizonte que nuevas guerras. Ahora, e! monje poeta, osadamente, da una paso más en ía tristeza. í*os ilIZlle!i de la guerra aparecen con pesimismo enervante, peligro-;o para la moral de quienes han de combatir, y hasta el móvil de la guerra religiosa se repliega ante la ambición del botín, que no compensa el peligro : .x5. 360. Por U~L poco de oro caeremos mujeres, ciertamente, agasajartan do otros posem !os lechos. Y ias aves de! cielo desgari-arán en el campo ai iii0 de !as espadas a otros maridos, y 10s hijos Ilorarb nuestras y las cuan- carnes. Está el buen autor en plena fantasía antihelicista. ?orquc al hombrc, guerrero 0 no, pero más al guerrero medieval, le trae con poco cu:dado lo que hagan las aves con su cuerpo muerto. El buen fraiic poeta, se muestra también un tanto antifeminista, como hay muc!ios. acaso con rnzón. por aquello de sus hora: de paciente confesionario. Sólo bajo ese prejuicio puede presentar? y más en boca del guerrero, a !os hijos Jiorando par su padre, mientras la viuda agaraja al primer pretendiente. Sí ; hay combatientes que se expresan así, ahora mismo, en la guerra del Vietnam, pero son excepciones en-íermizas, en tiempos más propicios que las guerras de la Reconquista, tiempos de libertad de la mujer y hasta de triunfo del feminismo en sus m&s osagemdas expresiones. El sentido de guerra santa, destaca en el Poerm de AInzeria con fuerza superior a la de ninguna de las obras comentadas. Lo mismo en términos generales, que particularizando sobre el carácter de los caudillos cristianos, se exalta y se alaba la sana, la crueldad y hasta el gozo de herir iv de matar. I-lay \-crdadera rntisfacción belicosa. Frimero empleará el poeta las metáforas animalistas. comparando la lucha con Ja de 12s fieras y n la; víctimas co11 reses. F! resto del pueblo de los moros es sactifimdo pov 10s aspadas, como borregos (e. 20) y (tes la muerl? oarn 105 toro53 (í%3’). Crece cl ritmo épico con elementos bíblicos, sin olvidar las expresiones zoológicas: «Como el lobo persigue a ías ovejas, como la ola del mar estrecha 3 los leonesY asf esta Juz aniquila a los huidos ismaelitas... Va por delante de la fla- mígera espada» (SO). J,a luz y la espada ardicntc 110 SO11 a!lí más que las enseñas y armas brillantes de las tropas del Emperador, sin elemento celestial alguno. Entonces el amor a la guerra entra el1 el juego poético como Segundo elemento y si el conde Ramiro de León «aventaja a SUS iguales cortando cabezas de reyes» (95~, por medio de él busca León fieras y crueles guerras (70), porque el conde no teme apurar las COpas ,de la muerte, sino qu-P la desprecia (ee. 70 a 10.5). Pero también el extremeño conde Poncio, olvidado de la mujer o del amor cuando lucha, desprecia los banquetes mientras haya combates, goza más cuando hiere con ia espada ; cuando blande la lanza, la mala raza se prosterna sin fuerzas. Nunca le pesa soportar el ardor de la batalla (e. .17Oj, y antes que dejar de manejar la espada prefiere ser desterrado en tiempo de campana (180). Y el conde Manrique de Lara, también gozaba con la guerra (310). Y los de Hita, que manda el conde Martín, despreciando la guerra son audaces, gozan más con la guerra que el amigo con el amigo (230). Así con esta expresión musulmana se ensalza el amor a la guerra más lírico que real, pues aun en un poema de la época hay que tener en cuenta que lo compone un monje y no un soldado. Hay dos versos en contraposición ideológica. En uno, Alvar Fáííez, que llevó la muerte a muchos, «enfurece a los moros, porque devoto. 20s odia» (e. 230). Sería interesante que el poeta explicase en qué consiste ese odio nacido de la devoción y cómo los compagina cristianamente, aunque acaso con respuesta evasiva se calificase de odio sanjto el suyo. dejándonos más a oscuras que antes. De todos modos. no se entiende mal que la devoción que inspira tal furor sea el fuego espiritual de aquella guerra santa a juicio del autor. LO que desentona es que los de Guillermo de Montpellier ((matarán sin repugnancia a sus enemigos, luchando por el botín del oro)) (340). Tal vez quiere mostrar con ello el contraste entre el móvil espiritual de españoles y el interés material de los francos y genoveses, o Ia doble intención ,de todos, que no sólo del espíritu viven. Lo cierto es que hay contraste palpable de motivaciones a ciento veinte versos \de distancia. Pero en este poema hay una atención especial a mostrar la crueldad en su más desnuda rudeza, y para cargar las tintas, se cita como en ningún otro el cebarse en mujeres y niños el daño de la guerra, Ya al iniciarse el poema se nos explica que el pueblo de los moros se cons\lmib pxa insistir en g~fe~-x.~ que $20 pcî-dowvo~ n nifios 9zi (i G%s (e. PS), 2~ etrola ,segtlid;i que no SC salvaron ni los niííos que pu- dieron hallarse, sobre los que se descargó la cruel ira celeste (20). Vimos antes otros aspectos femeninos e infantiles, el olvido de la mujer en la lucha, las viudas que también olvidarán al guerrero muerto que sus huérfanos lloran. Ahora destaca el ardor guerrero de los niiíos en relación con sus madres, que unas veces son freno y otras impulso de SLI combatividad. Ante la predicación bélica de los obispos, «los niños apenas podían ser retenidos por sus madres» (e, 35). E1 conde Fernando Joanes estuvo presente en tan larga campaña con generosa descendencia, pues la mujer que tomó pario m~~cl~os hijos, los cuales siguieron fielmente los pasos de su padrc y hieren a los agarenos con la espada. Seguro está el padre que mueve tales espadas (195). Y generalizando poéticamente la popularidad de aquella guerra, SC nos dice que nada hay más dulce que el nombre de Almería, palabra que se oye durante siglos : «Es el cebo de los jóvenes, florida dote de los viejos, guía de los pobres, piadosa luz de los adolescentes» (40). Asi pasa el poeta de los niños y mujeres, como tema de compasión, al del entusiasmo juvenil para una guerra santa y popular. Acaso nadie como Pedro de Poitiers, de ser suyo el poema, cantó con tanto entusiasmo lklico una campaña. Frente a moros y judíos, Alfonso el Emperador se nos presenta como vengador de Dios y de las leyes cristianas, con actitud diversa segím se trate de agnrems o ismmlitns, como indistintamentc iiam;! cl autor a los moros españoles, de nsirios, nombre que da a los almohades, o bien de: ??zonbitas, ámhes, ahorúvides, musulmanes de Africa, marroquíes, no de Arabia, como distingue cuidadosamente. Porque cuando no interesa la diferenciación, el cronista-poeta emplea el término de WOTOSo snrrnrenos, que por su sentido religioso abarca a todos los wwsulnzunes. Tales diferencias tenían SU origen en la distinción que comenzó a figurar en los escritos de las Cruzadas. La crónica nos hace ver que el Emperador nunca luchó en Toledo con ~L~(LI*CWOS solos, sino unidos con cllunorávides, los cuales al caer prisioneros reciben muerte, por considerárseles infieles a los dos y promo- 24 JOSÉ MARiA GÁKATE CÓRDOBA tores de rebeliones, mientras que los primeros, al ser capturados, solo sufrían cautiverio. Porque los almorávides eran crueles y se denuncian sus campasas marítimas para apresar mujeres y nirfos en tiempo de Alimenón y llevaban a Africa a los guerreros cautivos para encuadrarlos en sus propias tropas. Si todos los sarracenos eran impíos, mucho más los almorávides, que habían infundido a 10s ag¿we?aosla crueldad en Ia guerra, consiguiéndolo de modo que ya eran iguales IUIOS y otros. El POPEA de A&erin, tal vez por su carácter poetice, TiCClltÚa mucho la odiosidad de los moros, marcando ya la etapa inicial en que la fantasía desborda al realismo. Por primera vez se lee aquí tierra de ~H,OVOS y de peste de IUOW~; el verso 319 repite la expresión del 8 : «la pésima peste de los moros». Eran también Za wala TCIZCI.c C’onoccdores de que habían de perecer, se posternan sin fuerzas)). Eran el purblo óárbar-u, «bárbara g-Zeus».Y la desfiguración fantástica de sus costumbres progresa, cuando aún dominan media España. Porque resulta que adoran los meses, anuncian las espadas venideras, adoran a Baal y Baal no los libera. Por eso son inferiores en proteccibn divina, Baal no les proteje. Y luego una interpretación de la guerra como juicio de Dios aI decir: «Su vida fue criminosa, puesto que fue vencido el pueblo de los varones paganow. Entonces se alza la voz grandiosa de resonancias bíblicas : ((De las guerras del Emperador quedó como testigo la mala peste de los moros, a quienes no protegió la movilidad del mar, ni su propia tierra, ni pueden ocultarse a la vista, ni colgarse de las estrellas» (c. 5). ES la ruina decisiva de los almorávides, mnlrr wzwtr de 70s IVOTOS (v. 6). hay sentido de perspectiva: lo que Dios castig;a ;on .V,U fasados delitos, y es para preguntarse si antes no les castigó y Ies ayudó acaso Baal. Y un absurdo teológico en su expresión actual : «No conocieron a Dios, con razón perecieron». -\‘o quedo impune todo el mal que habían hecho anteriormente. NO falsea t.ambién la conibatividad del enemigo. porque se ha iniciado una etapa decadente para ellos. Se asegura que e! pueblo musulmán se prosterna al aparecer frente a ellos íos símbolos de León y aterrorizado no puede resistir en un campo reduciclo, y que al alzar la voz Martín Fernández huyen los moros aterrados. Luego, el sentido triunfal toma acentos crueles al decir : «Superiores en número, inferiores en protección divina, se consumieron en guerras, no perdonando a niños ni a niñas» (e. 15>! y «El resto del pueNOS blo fue sacrificado a manera de borrego. Ni se salvaron los niiíos la cruel ira celeste descargó sobre que pudieron ser encontrados, ellos», dando al castigo ese sentido bíblico que campea con metáfora. y plagio constante en cada página del poema. Sólo un destello amable brota por excepción en la estrofa 206, al presentar la llegada al campo del conde Armengol: «Como una estrella relumbra entre las mesnadas hermanas y es amado por suvecevzos y cristianos». La crónica es más suave en sus dos partes anteriores y crfrece muchas más facetas de concordia, piedad, y relación amistosa cristiano-musulmana, tal vez porque la prosa se obliga más al verismo que ios hexámetros latinos. No falta una alusión a los judios, diabolizados también en el texto de la Crónica, con una referencia muy curiosa. La referencia se encuentra cuando se nos precisa el lugar donde muere el obispo de BUrgGs estando en el asedio de Córdoba, porque se encontraba eB la iglesia de San Juan Bautista, «donde antes se alzaba la sinagoga de Sata?z.ás» (201). Es la única manifestación antisemita de la Crónica, pero como Cstas no abundaban en las epopeyas de la Cpoca, siendo el Mío Cid una excepcióri, tiene la de .^ì!mería un carácter revelador. Las metáforas bélicas del fragor del combate rebasan todo lo visto en los cantares y aun JO previsible en el campo de la lírica, a veces con inspiración muy pobre, como en este caso de entrar en acción los jinetes leoneses, a quienes por ley -según dicele correspondw los primeros combates. las prinzeras heridas, dicho en romance, el combate de vanguardia. en términos actuales, porque son la fuerza de choque, la legión, en la mente del poeta : 65. La Ia florida manera de cahilrrín león. de la ciudad dc León, portando enseñas. irrumpe a un Habíamos visto temblar monte.< y valles al galopar de Ferrkn González y los Infantede Lara, según un gestas francesas. Ahora el estruendo rebasa el teatro para extenderse por el mundo entero y es todo un pueblo de los jinetes cliché de las de la guerra el que se mi- 20 JOSÉ litariza armas, GiRATE C¿Il<DOB.+ calándose el yelmo, como una prefiguración ,de la nación que será en nuestro siglo expresión popular: El 40. 55. MARi. El &rin tañido salva(lor del hierro, :-esucn;c uni<lo por aI los espacios reiinchaï de en del mundo. !os C;lballOS. :lTi~llellall IOS 111OlL tes y secan las fuentes ijo:- doquier. ~1 pueblo 160. está en a;-~~~aa, ~JW, todo él permanece con eI yelmo. Imposible saber la relación que teu,CTI el ruido con el secarse las fuentes, la metáfora se nos antoja aljsurda, pero hay quizá un motivo que el poeta ha querido naturalista, que da paso al aspecto bucólico introducir entre la carga de los escuadrones y aún en el apacib!e pastar de los cai->allo~., causando un perjuicio a Ia verdura del campo : 85. U el recio valor ocupa toda la tierra. Se pacen !as hierbas y las pajas se trili:l:l .-ir1 iin. rf,a hierba, al ser pastada, pierde su florido verdor y el brillo de la luna se desvanece por la espesura el ['oiro. El rey divisó una nube de polvo que envo!vía toda la tiesa. Como las estrellas en el cielo, así brillan mil saetas. mil escudos refulgen. Están las armas muy afiladas. El resplandor celeste queda empalidecido con el fulgor del hierro. 55. 240. 50. 60. Ya se ha rebasado el colosalismo de las gestas hispanas, por- que el polvo y eI valor ocupan toda la tierra,. 30s recuerda el Poema las exageraciones de la Clzansso~a de Rolnnd, aunque aquí la fantasía se contiene, emparedada entre frases de realismo ibérico, propias del Mio Cid. El contraste da un tono peculiar a la creación poética, una armonía particularmente atractiva al decir que están las armas muy afiladas tras destacar el brillo de mil saetas y escudos, ponderativa expresión que no es exagerada aunque !o parezca. I>IWScicrtameute no son muchos mil caballeros. En la fantasía bélica del poema han jugado los términos del cie10 y de la tierra, con técnica un tanto castelarina. El juego de la égloga bélica, en la línea de la literatura pacifista, combina las escenas sangrientas con observaciones en que las fuentes se secati, la paja se trilla, la yerba pierde su verdor florido, el polvo cubre toda la tierra y oculta el brillo de la luna. Ahora, en la zona cosmolírica del bélico relato, es el fulgor de las armas quien eclipsa al celeste brillando más que las estrellas. Completan el cuadro los efectos sonoros del clarín, el tañido de armas y el relincho de caballos, omitiendo el ruido de su g-alope para demostrarnos que Ia inspiración no se basa en las gestas, sino en patrones más cultos, mitológicos JT b:blicos. *La diestra del Señor obra maravillasa. Aquí atraviesa el firmamento para guíar a sus fieles, atentos a la voz divina. Miniatura de un códice de 1109 en el British Museum de Londres, I La dureza de la guerra medieval está expresa en esta escena: ndespués de ia batallar que ilustra un códice del siglo X. También nalmente aquí la mano de Dios guía a los guerreros angélicofi. Miniatura de- un códice del siglo ,cristianos, con rostros intencioXII en In Academia de la llistoria. Aún quedarán los sonidos humanos? y será el idioma no o la voz de Martín Fernández, el seíior de Hita : i3.í. Su 245. Cuando lengua resuend se levanta como su voz, trompa huyen con tambor. los moros castella- atexados. Luego serán los laudes personales, pregonando las dotes extraordinarias de los caudillos. Será Fernando Juanes, duque de Limia, a quien se señrtla como distinguido en arte militar, nunca venciiio en la guerra (e. Iíi.S), tras cuya presentación sobria pasa el poeta a describir : 160. : a: misAdor;de volvía el rostro 0 al lugar en que v-enía, a rodos aterraba mo tiempo caía sobre todos con su espada : en lurh:~ cuct-po :! cuerpo, nadie resiste en 1:~ silla el bote de su lanza. 190. Con frecuencia Estos nauclzos, no 19*5. pues todos venció I los musu;manes en feroces dudó en atacarlos con unos pocos. cuantos conocen quien PS. huyen guerras y, siclldo de Fernando. La norma es casi general para todos los caudillos. aunque el poeta tiene sus preferencias. Quízá la mayor, después del héroe del Foema, que es Alfonso VII, esté hacia Alvar Fáñez. Es todo un canto especial el que dedica al señor de Guadalajara, una loa, completa y redonda, más o menos traducible así : CC He aqui que viene Alvaro, el hijo del poderoso Rodrigo, quien llevó a la muerte a muchos. Alvaro es conocido por todos, y no menos por sus enemigos. Fue &tíznr de p~oóidnd para los limpios, urbe de bondad». Se ha iniciado ya la letanía de Alvaro de un tono ,directamente religioso, con atributos dc premio y castigo, que sugieren facultades divinas. Fue alcázar y urbe de bondad, y por el camino de la fácil metáfora, «sometió ;I los pueblos musulmanes, cuyas ciudades y castillos; no pudieron resistirle». :%hora sabemos por qué le llamó aquéllo, mas si quedase duda, lo confirma la repetición de la figura de un verso final : ((Quebrantaba a los fuertes, así apretaba aquel esforzado». So cahe duda de que el poeta es aficionado al juego de palabras, sin grandes complicaciones (ee. 200-210). Aprovecha las alaljanzas dedicadas a Alvar Fáñez para aplicarlas a Roldán ; quizá en ésto se descubre su francofilia o su afrancesa- miento, porque une a ambos al llegar a un momento de SLI poema: «Si Alvaro hubiera vivido en tiempo de Roldán, serin cl tcficero, después de Ontiveros. La raza de los agarenos habría esrado bajo el yugo de los francos y los compañeros amados no yacerían vencidos por la muerte». Luego, para el epitafio final, vuelve a contemplar solo a Alvar Fáñez : 215. 225. 230. Bajo el cielo sereno no existió mejor ianza. j Oh Alvaro ! : ¡Los jóvenes te lloran y adoxan que bien educaste y a quienes, benigno, diste armas. Favoreciste a los pobres, en el combate fortaleciste con sus a los Kgrimas. 10s grandes. Casi como un pretexto para valorar la g-randeza de r1lx-az Fáñez, entra el Cid, de su mano, en el poema. La cita es valiosa, pues demuestra ser conocido entonces el cantar del Cid y aiiade esta comSería interesante averiguar qué paración entre ambos personajes. lugar ocupa el Campeador en la escala heroica del poeta, ya que Fáfiez es segundo ante el Cid y tercero ante Roldán. En la entrada del Cid resalta su modestia tanto como la gloria de Alvar Fáíkz: 220. El mismo Rodrigo. hacía a sí mismo menor conocido en gloria. por Mio Cid, ensalzaba a Alvaro y se Tras ello, el poeta nos da las pinceladas de una semblanza breve de Rodrigo Díaz, apreciable porque su ponderación es comparativa por opinión o enfrentamiento con gentes muy variadas: «De RIío Cid se canta que nunca fue vencido por los enemigos, es el que dominó a los moros y también a nuestros condes catalanes. Valencia lloró la muerte del amigo Rodrigo, y no pudo el siervo de Cristo retenerla por más tiempo». Así queda el Ci,d cn relación con moros, catalanes, valencianos, en seis versos escasos de las estrofas 220 y 225. La atención del poeta a los hechos del héroe está perfectamente sintetizada. El poeta de Almería presenta aquella lucha como guerra santa, porque con ella se vengan las ofensas perpetradas por los cananeos al Rey de Israel. Una justificación dema&do oportunista, que podría resultar hasta graciosa si no fuese sangrienta. Pero el ambiente es del más acentuado belicismo religioso, porque allí están los obispos! no 610 dedicados a un ministerio, como luego el de Las Navas, sino armados, como don Jerónimo en las campañas del Cid. En un recuento superficial, encontramos en la batalla de Fraga tres obispos llamados Arna!do : el de Huesca, el de Astorga y don Arnaldo Dot, de Jaca ; además el de San Vicente ‘de Rodas, don Pedro Guillén, el dz Lesear, don Guido, que caerá prisionero, y los obispos Durando, de San Victorián; Gastón, de Bearne, y Centol. de Higorra. Cna wz más, los obispos predican la guerra santa con promesas ciertas de salvación para los cristianos que participen en ella. La guerra divina llega a su cenit. Pero además, la visión del obispo armado no es sólo metafórica ; las dos Iglesias de la España de entonces -leonesa y toledana-, manifiestan unánimes su poder con las dos espadas de que luego hablará el Rey Sabio, elevando la retórica 2” principio: «Todos los obispos de León y Toledo, habiendo desenvainado ln espndit divina 31 IU corporal, ruegan a los mayores c incitan a los jóvenes para que vengan fuertes y seguros a las batallas». :2espués se mezcla lo divino y 10 humano, aún en las absoluciones y promesas episcopales : «Perdonan los pecados, elevan sus voces :i !os cielos, prometen a todos la merced de las dos vidas, D@CW prewios de plata y, con !a victoria, prometen una vez más cuanto oro tienen los wws&zanes». Este texto no es sino traducción literal de la estrofa 25 del Yoerna de Aheha, que termina mostrándonos la eficacia de la arenga: «Tal fue el clamor de los obispos y su piadoso ardor, ya prometiendo, ya alzando la voz materialmente, que los niños apenas podían ser retenidos por sus madres». La misión de sostener la moral de las tropas, que los obispos hacen suya, se hace crítica al final del Poema (e, 360 y 55), cuando los cristianos, vencedores en !as batallas previas a la de Almería -que el inacabado poema no alcanza-, reciben los pavorosos augurios de los francos, que ponen pavor en las huestes. Entonces toman 1-1 palabra los obispos guefrfroL: y les animan con su arengasermbn, destacando sobre todo el de Oviedo: cEntre los obispos que estaban presentes! el asturicense -cuya inaudita espada relumbraTiendo bsto, conforta de palabra a las mesnadas, más que sus iguales, arenga a la tropa, ya totalmente desfallecida. Con la mano derecha y con auxilio de la voz, consigue un gran silencio 30 JOSÉ MARí.4 GziRATL. CÓRDOBA y dice: «Cante en lo alto la gloria de los cielos, la paz sea en la tierra al pueblo que sirve al Señor. Ahora es necesario que cada uno se confiese bien y cumplidamente, y sepa que están abiertas fas dulces puertas del Paraíso». Nunca más volverán a aparecer los obispos en campaña con ta1 belicosidad, entusiasmando hasta a los niños para la guerra santa, desenvainando refulgurantes espadas, metiéndose con ellas en pelea, animando juntamente a confesar, a confiar que Dios dará a los héroes la gloria, su rey la plata, y el enemigo su botín con las más ricas alhajas engastadas en oro. El Poema de Ahzería~, un paso más que el del Cid en inflación religiosa, en triunfalismo cristiano, tiene aún gran número de ~17s estímulos, como éste de la ganancia, ahora en boca de los obispos, más bien en la pluma del cluniacense y belicoso poeta, que así los imagina aunque no fueran. APORTACION h LA HISTORIA DON MIGUEL DEL DIAZ GUERRILLERO por NICOLAS HOR’TA ROD.2IGUEZ Teniente Coronel de Artillería Doctor en Derecho 1. L)íAZ V EL AUTOR Don A’tiguel Díaz, «capitátl comandante que fue del Escuadrón Franco, de Fernando VII», recibía en el mes de julio de 1815 un escrito en el que, tras un sello de la Capitanía General de Castilla la Nueva, pudo leer: «EJ. Excmo. Seiior Ministro de la Guerra, con fecha 3 del actual, me comunica lo siguiente: Sr. - EI Rey N. S., enterado de la nueva instancia que puso en sus reales manos el día 1’7 de junio próximo pasado. Dn. Miguel Díaz, capitán de Caballería retirado, reiterando su solicitud de grado de teniente coronel y la mitad del sueldo de capitán, no ha tenido a bien S. M. acceder a esta pretensión, mandando al mismo tiempo que V. E. haga entender a dicho oficial el desagrado de S. M. por sus importunas reclamaciones, pues ya tiene S. M. resuelto en justicia...». El documento copiado forma parte de un manuscrito que la suerte puso en manos del autor de este trabajo. Manuscrito que había sido memorial con esta portada : «Documentos que presenta a V. M. el capitán Dn. Miguel Díaz, en los que se acreditan los distinguidos méritos y servicios que contrajo en la pasada guerra, y el donativo que hizo voluntariamente a la Hacienda Nacion’al de 77.750 reales de vellón procedentes de una presa hecha a los enemigos en el aíío de 810, según, lo refiere el número cinco)). Memorial sin fortuna, que yo quisiera ahora convertir en homenaje a aquel hermano de armas que, contra toda razonable esperanza, luchó, para triunfar al fin sobre los invasores de nuestra patria. -41 frente de su partida puso el nombre de su Rey, del Rey que ahora Ie manda’ba callar y que, mientras Díaz y !OS SUYOS ofrecían SU vida a España, felicitaba a Napoleón por SLIs ((victorias españOia9). La tarea del autor de este artículo se reduce a ordenar y reiacionar los hechos que :el manuscrito relata, así como hacer las anotaciones y comlentarjos imprescindibles para SU ~LI+ZII entendimiento. Don :vliguel Díaz no es, desde luego, un guerrillero legendario : un Mina, un Empecinado, un ;\iTerino... ?LI nombre es simplemente citado como «uno de los guerrilleros de La %fancha». Así. Príncipe (Bibliografía, 1, pág. 466) y Gaffarell (Bibl. 2, pág. 138). Rodríguez Solís (Bibl. s), en su conocida obra, acaso no estimada en 10 obligado en toda investigación sobre guc-rrilieque vale, arranque ros, relata algunos de SUS hechos de armas y, por su coincidencia con el manuscrito que anotamos, viene a confirmar una vez más SU crédito. Gómez de Arteche (Bibl. 4j, sin embargo, ni siquiera le cita. En el Archivo Central Militar no se encuentra tampoco nada relacionado con él. Creemos, por tanto, que hasta ahora, la única fuente de importancia es el manuscrito del que queremos dar cuenta, alguno de cuyos documentos fueron ya publicados en esta Revista (Bibl. 5). No es posible construir una biografía de nuestro guerrillero con datos del manuscrito. No sabemos siquiera cuándo y dónde nacio. Estuvo de algún modo vinculado a Elche de la Sierra (Albacete), acaso por la familia de su mujer, acaso por el mismo. Desconocemos, incluso, su segundo apellido que ni él ni sus corre.+ ponsales citan nunca, siguiendo una costumbre bastante común en Ia época. Pero, 10 que es más importante desde el punto de vis::a histórico, el manuscrito ITOS permite dibujar con suficiente precisión, las características de la guerrilla «Escuadrón Volante de E;ernando VII)) : en su organización, en su actuación frente a los invasores, en su labor de policia y avituallamiento, en su relación con 10s mandos del ejército re@ar y en otra serie de rasgos, todos importantes para contribuir a la reconstrucción histórica de aquel importantísimo fenómeno social que fue la guerrilla española. 10s HISTORIA II. DEL RESUMEX GUERRILLERO cRowotócIco Año ? febrero.--Miajadas DON) MIGUEL DEI, DÍAZ 33 MAXJSCRITO 1810 (C~Ecercs,l. Intercepta correspondencia al enemigo y hace prisioneros. Le toma siete caballos que quedan al servicio de la partida. Se le encomiendan misiones de informaci5n. (Documento 1. Los documentos, todos en poder del autor, se reproducen al final del trabajo en apéndice, y se transcriben con la ortografía actual. modificando incluso la puntuación cuando es preciso p?ra el recto sentido de su texto). 10 mmrm.-Abenójw (Ciudad Real). Detiene don Miguei Díaz a l’edro 3intonio Ruiz de Castañeda, recaudador de tributos al servicio de los franceses, comisionado para diversas exacciones destinadas a las tropas invasoras, que debía realizar en Ahenbjar, Ciudad ‘Real, Almagro y l’orralba de Calatrava. El detenido se fuga en Saceruela. cuando es conducido por orden de Díaz, custodiado por ocho paisanos, a presencia del coronel don Mateo Vélez de Guevara, comisionado a estos efectos por el Marqués de la Romana y la Junta de Badajoz. En la tarde del 10 se dirige con su partida (integrada en ese momento por cuarenta hombres), desde Abenójar a Almodóvar dei Campo, importante ciudad, a la sazón con más de 10.000 hbitantes, divididos en banderías por encontrarse bajo el dominio de los invasores. Se apodera Díaz en Almodóvar de los efectos de la Administración de Rentas, y toma el dinero, municiones («plomos»). tabaco, barajas, papel sellado, etc., todo almacenado allí por los enemigos. Regresa el 11 a Abenójar y reparte equitativamente el botín entre los suyos. En ese momento le dan la noticia de la fuga de Castafíeda (referencia anterior) y, luego de informarse de los pormenores, procede al secuestro de los bienes del huido y de los per- 34 NICOLtiS HORTA RODRÍGUEZ tenecientes a las personas que componían la escolta, todo ello a resultas de la causa que se les seguirá, según el parte que da a la a quien encomienda la detención de «Real Justicia)) de Abenójar, los presuntos culpables. 18 mamo .-Almodóva~ del Cnnapo. Se hace inventario de las numerosas alhajas de oro y plata y objetos destinados al culto de la iglesia parroquial de Almodóvar del Campo y de las ermitas de su término (Santa Brígida, Santo Cristo de la Columna, San Benito, San Miguel, San José, Nuestra Señora de la Cabeza, San Antonio Abad y «El Venerable))) y Convento de Carmelitas Descalzos (suprimifdo por el Gobierno fian. cés). Una vez separadas del total las estrictamente necesarias para el culto? que también se relacionan, firman el inventario don 1 uis Bote (con seguridad, el Párroco) y nuestro guerrillero. Se trataba de poner esas riquezas a salvo de la «rapacidad francesa)), dada la acreditada persel-erancia de los invasores en esta tarea de coleccionar objetos de valor. A tal fin, Díaz las hace conducir por un sacerdote (tal vez el mismo párroco), al coronel don Mateo, Vélez de Guevara, representante de la Junta de Badajoz, pero al estar ausente en comisión de servicio, se hace cargo de ellas en Agudo (Ciudad Real) don Isidoro Mir (l.), otro guerrillero, quien da recibo al que se las entrega. Al mismo tiempo, Mir se hace cargo de un alcalde, un alguacil y un cabo de renta d,e Almodóvar del Campo, que Díaz detuvo por ((delito de infidencia» y felicita a Díaz por su actuación. F’one Díaz reinte hombres, montados y armados, al servicio dela Comisión (delegada de la Junta de Badajoz) para la «provincia de la Mancha». La Comisión se lo agradece y promete ponerlo en conocimiento del Marqués de la Romana. -(1) ESCRJBA?~O. que ya en 1809 mandaba la guerrilla titulada <rCazadores de Africa)). Por sus méritos en la batalla de Almona.cid (ll de agosto de 1809) la Junta Suwema le otore el Real despacho de comandante de su partida <cen clase del co:-onel del ejército*. EISTORIA 26 marzo.--(Lugar DEL GUERRILLERO DON MIGUEL 35 DíAZ sila concretar). La Comisión (delegada de la Junta de Badajoz) para 1s «provincia de la Mancha», encomienda a Díaz un servicio reservado y le extiende para ello el correspondiente pasaporte (Doc. 2). (El documento está sin firma y parece una copia hecha posteriormente). Sí marzo.---Carrión Real). de Cnlntmm (inmediaciones de) (Ciuda$ Díaz ataca a treinta y dos infantes enemigos que escoltaban, desde Daimiel a Ciudad Real, un carro con cuatro barriles de cartuchos. Se apodera del carro y las municiones, mata a dos enemigos en combate (sin bajas propias) y se le entregan los treinta restantes, a los que degüella y, tras cortarles las orejas, les arroja al río Guadiana. Tomaba así Diaz represalias por la análoga muerte de un sargento de su partida a quienes los franceses sorprendieron dormido, y, al mismmo tiempo se desembarazaba de unos prisioneros que originaban a la pequeiia partida un grave conflicto, puesto que nuestros guerrilleros se movían en terreno ocupado por el enemigo. Isidoro Mir, tachado de cruel como tantos otros guerrilleros, califica la acción de «brillante» y «gloriosa)), pero le ordena abstenerse «en lo sucesivo de hacer lo mismo con los enemigos que aprehenda» (Docs. 3, & y 6). Díaz pone a disposición del coronel don Mateo Vklez de Guevara, como representante del Marqués de la Romana, 30 hombres montados. y armados. Isidoro Mir califica sus servicios de c(recomendables)), y esta acción de «generosa», y promete ponerla en conocimiento del Marqués de la Romana. 1.j abril.---Villnwubin dc los Ojos (Cizldnd KealQ. Díaz, con su guerrilla de «ochenta lanceros y veinte infantes», apresa a un Ayudante General de la Guardia Imperial de José 1 y a un correo francés con correspondencia de Madrid y Farís (para 56 NCOLÁS HORTA RODRÍGUEZ Sevilla) de «dos y seis arrobas de peso respectivamente», en la que se incluían órdenes para reconocimientos en Extremadura. EMrega los prisioneros y la correspondencia el 25 del mismo mes en Alicante al general Freire, al no poder hacerlo a sus superiores en La Mancha por impedirlo el enemigo, ni a dicho general en Murcia por la aproximación de fuerzas enemigas a las órdenes de Sebastiani. El mismo día 14 toma al enemigo dos mil cabezas de ganado lanar (Docs. 5, 6, 7, y 9). Díaz ejecuta en la zona misiones de información y remite las nomal-nnientos del enemigo, al geticias adquiridas sobre situación y neral Freire en Elche. iie!íido encuentro de la partida de Díaz con un destacamento francés de 130 hombres, que duró desde las siete de la mañana a las siete de la tarde. Díaz persigue a los enemigos hasta cerca de Puerto Lápiche (Doc. 10). 1.5 ó 16 41l~nyo.-Y?ierto Lópi&. Díaz y su partida sostienen un reñido encuentro con el enemigo, éste integrado por ochenta hombres, total de la fuerza francesa que se dirigía de Consuegra a Villarrubia de los Ojos. Bajas francesa:;: 52 muertos (incluido el jefe) y 28 prisioneros (heridos 22 de éstos). Los prisioneros son conducidos a la cárcel de Campo de Criptana (ver, en contraste, referencia del 31 marzo, Currión de Calatrava). Bajas propias : 2 hombres muertos y 7 heridos, más tres caballos muertos y ocho heridos. La partida queda «bastante fatigada y con precisión de algún descanso». 5 hecho llega a noticias del general Blake, y el general Bassecourt (que manda en Cuenca), inserta en una orden o boletín impresos el relato del suceso, con elogios de los servicios de Díaz. El coronel Osorio le felicita también por esta acción, seña- HISTORIA DEL GUERRILLERO DOK] MItiUEL 37 DÍAZ lando el «denuedo, bizarría y distinguido arrojo» del guerrillero (Esta acción se confirma en Bibl. 3, cuaderno X, tomo 1, pág. 34). Díaz se traslada ((con su corta partida» a Socuéllamos, a esperar ordenes del coronel Osorio, quien le dice se encontrará en Alcázar de San Juan, ((si no hubiese ocurrencia que lo impida». El geney hace «el más distinral se complace en ia oferta del guerrillero guido aprecio de ella» (a continuación le felicita, según se indica en la referencia 15 ó 16 mayo, Puerto Lápiche). Con fecha 2.3 de mayo el coronel Osorio -que parece ha buscado en San Clemente, Cuenca, posición más segura contra una fuerza enemiga que atacó la partida de ctFrancisquete» (2) haciéndola ((ceder y retirarse»-, ordena a Díaz dirigirse inmediatamente a la «retaguardia de los enemigos» para sorprenderles.. (Docs. ll y 12). El general Eassecourt, desde Cuenca, envía a Díaz (en Villarrobledo) un pasaporte (con vistas a actuar en aquella provincia) «de1 que podrá usar (le dice) luego que los enemigos cesen de amagar los pueblos de esas cercanías». Al mismo tiempo le manda LII~OS «impresos para que vea el mérito que he hecho de su persona y servicios», y añade: «hablaremos de lo que puede hacerse con las fuerzas de Vinci. y demás medios de defensa que yo pueda proporcionarle». La Junta de San Clemente pone a Díaz en antecedentes de los apuros de Francisco Sánchez «Francisquete)), que se encuentra en Las Pedroñeras (Cuenca), sin el auxilio de 400 dragones que le ha negado el coronel Osorio ; al mismo tiempo le da noticias precisas sobre la situación propia y enemiga en la zona El PedernosoMota del Cuervo. Y añade : ctes mucho el cariño que ha inspirado (2) tras FRANCISCO %KHE~, natural de Camuñas el tormento y asesinato de su hermano por de los más valerosos guerrilleros de La Mancha. (Toledo). los franceses, oïgraniz6 ura partida, J llegó a ser uno 38 NICOLiS HORTA RODRÍGUEZ Vm. a toda la Junta, que así quiere darle pruebas de él», prometiéndole que con puntualidad le comunicará la Junta «cuanto entienda y pueda conducir al acierto de sus operaciones». 28 mayo.-Cuenca transmitida por la Junta de Orden del general Bassecourt, San Clemente y dirigida conjuntamente a Díaz y a «Francisquete», para que todas las partidas de La Mancha que no sean indispensabl,es en la itarea de «cu’brir y observar los movimientos según indel enemigo», se dirijan a Cuenca, dado que el enemigo, formación facilitada a Bassecourt por Villacampa (3), está en las proximidades de Cañete (Cuenca) y se ve precisado el informante a retirarse. por e! estndo de sus fuerzas y por la superioridad del enemigo, a Cuenca. 1 junio.-Cuenca. Instrucciones que el general Bassecourt dirige a Díaz sobre trato a desertores del ejército francés, para que los guerrilleros c(!es protejan, ayuden y auxilien» hasta pres’entárselos ‘~1 general en Cuenca. (Doc. 13). 1 y 3 junio.-Ente-c Real). Santa Cruz de Mudela y Yaldepeñns (Ciudad En estas fechas hay unos hechos de armas, sin concretar, a los que se refiere una nota marginal del documento (probablemente autógrafa del capellán de la guerrilla de Díaz) y de la que se deduce que cinco caballos resultaron heridos. Anterior y próximo a 6 junio.--No se concreta Zzqar. La Junta de San Clemente felicita a Díaz y le da «un millón de «por el celo y actividad con que se ha prestado al brigracias», (3) D. PEDRO VILLACAMPA, para ponerse al frente de las de Teruel a los franceses. brigadier. fue fuerzas militares enviado por Blake y dc Zas pwrrillas. a Aragón En en 1.800 1810 expulsó IIISTORIA DISL GUERRILLERO DON, XIIC.LXL 39 Di.42 llante servicio...» (que no se determinaj. I’or la fecha, puede tratarse del recogido bajo la de 1 y 3 de junio. 6 y 7 de junio.- Fuentidueña de Tajo (Mndrid), Ante el ataque a Tarascón (Cuenca) de dos columnas enemigas, cada una de mil quinientos hombres, ordena el general Bassecourt por intermedio de la Junta de San Clemente, buscar a «los partidarios D. Francisco Sánchez, D. Miguel Diaz y D. Eugenio Velasco)) (todos ellos actuando por las proGmidxdes de Campo de Criptana), para que reunidos o separados «amag-ueli y ataquen la retaguardia enemiga por Saelices, Uclés y demás caminos que tengan por conveniente», así como para que procuren «a cualquier costa inutilizar las barcas de Fuentidueña (paso del Tajo) y sus inmediatas, para impedirles (a los enemigos) su retirada y comunicación con Madrid, ejecutándolo todo con la celeridad y el valor que tienen tan acreditados». Don Miguel Díaz obliga en El Pedernoso a Manuel Molina, segundo comandante de la partida de Velasco (4). que no quería actuar por estar ausente su jefe, a acompa5arle en la misión de inutilizar las barcas de Fuentidueña. (Docs. 14 y 13). 1.3 jurlio.--Itilltn?lni- de la !)T*dcn (Toledo ì. Al mismo tiempo que informa la Junta de San Clemente a Díaz de que el general Bassecourt envía «a marchas forzadas una fuerte columna sobre Villarrobledo, Tomelloso, Pedroñeras, Mota del Cuervo y demás (lugares) de derecha e izquierda del camino real de Madrid» para auxiliar al Ejército del Centro, ordena a las guerrillas de La Mancha y expresamente a Díaz, en nombre del general, «que impida con sus valientes movimientos y disposiciones la reunión de los enemigos existentes en Quintanar de la Orden con los de Tarancón y sus cercanías». En el mismo escrito, la Junta da a Díaz ((expresivas gracias por las noticias que ha comunicado y por el celo y eficacia de sus operaciones». (4) ron parece EUGENIO numerosas ser VEL.~SCO dificultades que en ningún ee uno al momento de los mando guerrilleros militar estuvo de y a crepuiarizadau. otros L.a Mancha guerrilleros. que ocasiona- Su partida 40 MCOLÁS 25 junio.-Belmonte (Madrid). (Cuenca), HORTA RODRÍGUEZ Estretneya y Fue&iduei?a de Tajo La Junta de San Clemente informa a Díaz que «se ha retirado hacia La Mancha Baja la columna francesa que había en Quintanar de la Orden». Ello parece dar fe del éxito de las misiones enque iban encaminadas a que comendadas el 13 a los guerrilleros, tal columna no se uniera a la de Tarancón. La información añade que «Francisquete» la sigue en observación, esperando una oporestima que, sin tunidad para atacarla, pero el general Bassecourt abandonar totalmente esa «observación», es más importante enviar a retaguardia de Tarancón cien caballos, que «uniéndolos a las partidas de Díaz y demás que andan hacia Belmonte, incomoden al enemigo y procuren cortarie sus comunicaciones con las barcas de Estremera y Fuentidueña, y con Aranjuez y Ocaña». El general Bassecourt desea que se le informe cuándo va a ejecutarse lo anterior, «para <distraerlos (a los enemig-os) por otro lado...». A esta intentada acción conjunta de las partidas de La Mancha no responden todas de buen grado, pero sí la de Díaz, que mantendrá sus buenas relaciones con la Junta y el mando militar. Anterior y próximo Valdepeñas. a 27 jzmio.-Entre Snnta Cruz de Mude10 y ((Bizarra acción», sin concretar, de la partida de Díaz. El general Freire (desde Elche), le apremia para que conteste a un oficio que le envió sobre propuesta de recompensas a los individuos de la guerrilla. La Junta de San Clemente se refiere también a esta acción anterior al 27 y expresa su complacencia y gratitud «por las brillantes acciones de V. y de su valerosa y ordenada partida)). (Documentos 16 y 18). 2 fado.--Sa,nta Cruz de Mudela. Díaz desafía a espada aI comandante que no acepta el reto. El general Freire (Doc. 1.7). francés de Santa Cruz, elogia el valor de Díaz HISTORIA 3 julio.-Entre Santa DEL GUERRILLERO C-ruu de Mudeln DON MIGUEL DÍAZ 42 y Yaldepek. La guerrilla de Díaz tiene un encuentro con el enemigo, al que causa (sin bajas propias), dieciséis muertos y varios heridos, además de tomarles la correspondencia que conducían, la cual remite al Cuartel General de Freire en Elche. El general expresa su satisfacción «por el entusiasmo con que se portaron en la acción», en un oficio que dirige a Díaz a Torrenueva, al S. del Puerto del Carrascal, éste seguramente el lugar concreto de la acción (Documento 17). ? julio.--Lugar si92 con.weiar, pero ciones del Puerto del Carmscal. posibleme+ate en las innaedia- Ataca Díaz con sus hombres un convoy enemigo compuesto de 14 carros «de cuatro mulas», que transportaban tabaco de Virginia y que iban custodiados por 50 «dragones». T,es causa 15 muertos, tomándoles cinco prisioneros y huyendo el resto. El cargamento fue entregado por orden de Díaz en la Aduana de Valencia y valorado en 81.950 reales, de los cuales Díaz acepta recibir, en 15 de noviembre de 1813, solamente 4.000 y la promesa de un empleo, seguramente el que luego tuvo de 2.” Cabo interino de Rentas del Partido de Alicante. (En Bibl. 3, cuaderno X, tomo 1, pág. 34, se confirma lo del convoy sin concretar el cargamento.) 6 o 7 julio.-Infantes Ataca puesta de sencia de tos. Díaz obras d.e (Ciudad Real). francesa de Infantes, compor sorpresa a la guarnición 309 de a pie y 50 de caballería, los que huyen ante la prelos guerrilleros. abandonando armas, municiones y efecy sus hombres, ayudados por el vecindario, destruyen laso fortificación hechas por los franceses en la villa. Le felicita por esta acción el Ayuntamiento de Elche (seguramente Elche de la Sierra, Albacete). (En Bibl. 3, cuaderno X,. tomo I, pág. 34, se confirma la noticia y se dan detalles de la acción), 42 .22 julio.-Taraxona ‘rICOLiS HORTA XODRÍCVEZ de La Mancha (Albacete). Recibe Díaz un oficio de esa fecha en el que el general comandante de la provincia de Cuenca (Bassecourt) ordena al guerrillero la conducta que debe seguir con «las Justicias de los pueblos para evitar todo motivo de quejas y sentimientos». Ello es a propósito de la detención de un subordinado de Díaz, el teniente don Juan José Elorriaga, respecto de la cual, sin embargo, no desautoriza a Díaz. En esta fecha don José Martmez de San Martín (31, famoso guerrillero de La Mancha, da a Díaz muestras de su estimación resolviendo a su favor una cuestión con la Real Hacienda, y, al mismo tiempo, le dice que «lo que interesa al mejor servicio del Rey y de la Patria, a V. y a sus soldados, es venir a incorporarse con las tropas destinadas a la defensa de esta provincia y a hostilizar al enemigo en ella, en el concepto de que el valor y los servicios tendrán siempre su recompensa». 26 julio.--Tarax0n.a de La Ma.nchn. Díaz ofrece al general Bassecourt ponerse a sus órdenes con los ~250 hombres de que se compone w partida)). El general acepta, pero (le dice), «para combinar [los planes] y no aventurar el acierto: deseo tener una sesión con Vmd., que podría ser en el lugar de Caudete, una legua de esta villa lUtiel]». Al mismo tiempo le promete «cuantos auxilios necesite)). 27 ó 28 jz&o.-Puerto Lápiche. Toma Díaz al enemigo una valija de correspondencia, que envía al general Blake, el que la recibe en Alcantarilla (Murcia). (5) D. Jo.& EVI.wrímz DE SAN MARTÍN, médico. formó una guerrilla que pron+o se hizo famosa. Llegó a ser Capitán General de EIIadrid, J fue encausado por los sucesos de 17 y 18 de julio de 1834. HISTORIA DEL 2?8 agosto.-Murcia, La Ma.mha, Misión importante neral Blake en orden Anterior CI 14 GUERRILLERO DO%7 43 DíM Ja.én y Granada. encomendada autógrafa (6) .~eptie)nbre.-~,ztgar. MIGUEL directamente sin a Díaz por el ge- concretar. Aprisiona y encausa a José Case1 y siete napolitanos más, y el Consejo Permanente de Guerra del Ejército de Blake le reclama lo actuado o una información sobre el caso. Parece deducirse que Blake tenía conocimiento de la formación de la causa, por habérselo dado el mismo Díaz. IG septiembre.-l,a# Mancha, bugar sin. concreta?,. Blake aprueba que Díaz se dedique con su partida de guerrilla a la «interceptación y acopio de granos», para lo cual «debe entenderse» con el brigadier don Vicente Osorio. (Ver, como ratificación del encargo hecho a Osorio, Bibl. 6, págs. 295 y 296. donde, además, se da noticia de la misión simultánea encomendada por Blake .a Osorio de someter a régimen regular a pequeñas partidas ((que erraban por La Mancha y cometían graves excesos»). Osorio? al mismo tiempo que agradece a Díaz su felicitación por el ascenso a brigadier> nos da la noticia de que el guerrillero se halla «con toda su partida amenazando picar la retagurdia del campo volante enemig-o», que supone «se habrá de retirar muy pronto». Fara cuando esto ocurra, Osorio ordena a Díaz que se le presente en La Roda (Albacete), con una relación de la partida donde conste la procedencia (militar o no) de los que la componen. Despues le da noticias sobre un desertor del Regimiento que Osorio es admitido nuevamente en el Regimienmanda y que, presentado, to. Todo lo cual corrobora las buenas relaciones del brigadier y el guerrillero. (6) Ver, dei autor, en Bibl. 5, págs. 107-115. NICOLÁS 44 7 al 11 octubre.-Mota HORTA del Cuervo RODRIGUEZ (Cuenca) y Minaya (Albncete). El brigadier Osorio ordena a Díaz que envíe un comisionado a La Roda para recoger siete mil reales que el guerrillero prestó a aquél para una comisión del servicio. El general Blake aprueba la reorganización que Osorio, sobre la base de la relación enviada por Díaz, hizo de la partida, «a excepción de no consentir en ella los cadetes», quienes han de incorporarse a la Academia de Murcia. El general Blake dispone que los hombres de la partida que figuran en la relación como oficiales «no traigan o no se pongan divisas o charreteras siempre que no hagan constar que tienen reales despachos», pero autoriza que ejerzan «las funciones de oficiales dentro de la partida)). En el órdenes a se deduce tralimitación fianza en Il mismo documento el brigadier Osorio da determinadas Díaz sobre unos «dispersos» (7) que aprehendió, y de ellas cómo el mando militar ponía coto a cualquier posible exde esta guerrilla, con firmeza pero demostrando consu jefe don Miguel Díaz. octubre.-Entre (Chdad Real). Comzregrn (Toledo,) y Villnrrubin dc los Ojos Ataca Díaz un convoy enemigo escoltado por unos 300 drag-ones, y «a pesar de sus escasas fuerzas» les hace diez muertos y catorce heridos y se apodera de dos carros de raciones y otro de efectos militares. (La noticia no la da el manuscrito, sino Bibl. 3, cuaderno X, tomo 1, pág. 34). 15 octubre.-Entre Valdepeñas y Santa m.ente en. el Puerto del Cawascal). Crzts de Mudrln (proboble- Ataca Díaz un convoy enemigo escoltado por unos 300 hombres, a los que pone en fuga. A continuación salen en persecución de la partida las guarniciones francesas de Santa Cruz de Mudela, (7) cuentra aDispersm incomunicado es el soldado o disgregado que por fuerza mayor o voluntariamente dei cuerpo a que pertenece. se en- HISTORIA DEL GUERRILLERO DON MIGUEL DíAZ 45 Manzanares, Infantes y La Solana, pero Díaz consigue abrirse paso y retirarse con sus guerrilleros, no sin tener seis hombres muertos y once heridos. Los enemigos tienen, entre el ataque y la persecución, sesenta muertos, muchos heridos y ocho prisioneros con sus caballos. Parece deducirse que Díaz resultó también herido, que «por moderación» no lo comunicó en el parte de la acción y que el brigadier Osorio le mandó «atendiese precisamente al reparo de su sala felicitación del lud». Este jefe, al mismo tiempo, le transmite General Blake («me hallo satisfecho de sus servicios y del orden que obscrva»j, ‘y hace constar la buena opinión de Ijos pueblos sobre la guerrilla. También incluye el documento unas instrucciones para que Diaz se excuse, «con política»> de obedecer al «coronel D. Antonio Claraco» (8) y a cualquier otra autoridad distinta de la del general en jefe. (Bibl. 3, cuaderno X, tomo 1, págs. 32 y 35). 29 oCta~b?.t>.-nli~21el gente (Va~lenciaj. Es:ebarz (Toledo), Ln Rodo. (Albacete) y Mo- Un oficiai de Díaz entrega por orden de éste al brigadier Osorio en La Roda, el 2 de noviembre, 30 caballos, que conduce a El recibo está firmado en 17 de este punto desde Miguel Esteban. noviembre dc lSí1, pero el año debe ser un error material, y en cuanto al lugar (Mogente), camino de Valericia, parece debido a alguna otra comisión del servicio que habría de realizar el oficial, tal vez una conducción de granos. 2 ~~oe~icmbrc.-La Manclza, lugar sin croncretnr. Orden reservada a Díaz para que arreste y conduzca a presencia del brigadier Osorio a Francisco Sánchez «Francisquete», a su hijo y a tres más de su partida, por atropellar, prender y maltratar a un subordinado de Díaz, y al primero, además, por haber desobedecido una orden del general Blake. Se sabe que más tarde (16 ó 18 del mismo mes), prende al «Capador» de la partida de «Francisquete», que había robado un caballo del Regimiento del brigadier Osorio (Docs. 19 y 20). que (8) Parece que se trata actuaba. sin la aprobación de un uSubinspector del general Blake. de las guerrillas de La Mancha>, 46 NICOLÁS 19 tioviem,bre.--La Masrcha, HORTA RODRíGIlEZ camino real de Madkd a Andahcla. El general Osorio da noticia a Díaz de que el 22 saldrá de Madrid un «convoy crecido de vestuarios para los enemigos que están en Andalucía», y le ordena que procure «interceptar algunos carros)). 26 noviembre.-Casas dc Haro (Cjhenca). Orden de detención de Juan José López, al «Teniente de la Jurisdicción de Casas de Haro» posiblemente encomendada a don Miguel Díaz. Z’G ?zo&wbrt*.-La Muficha, Murcia, Jaén y Baza (Grawrda). Pasaporte autorizado por el General Freire, mariscal de campo, «Comandante General de la Caballería del Ejército del Centro y General en Jefe interino del mismo... », a favor del «capitán de Caballería don Miguel Díaz», para «hostilizar en cuanto sea posible al enemigo». La partida de Díaz se titula «Escuadrón Volante de Fernano VII)) y se compone de «siete oficiales, un capellán, un cirujano, nueve sargentos y ciento treinta y ocho cabos y soldados, los más montados y entre ellos algunos paisanos)). El pasaporte se renueva por el general Osorio, a partir de 1 de enero de 1811. 8 diciembre.-Hellin (Albacete). El teniente de Díaz, Rafael Sempere, conduce a Hellín un convoy de 52 carros de «grano», tal vez desde La Roda por Pozo Cañada (y no «Pozo la Peña» como se indica en el manuscrito). ll en.ero .-Tomelloso (C.iudad Real), Osa de Mo&el (Albacete), Pzlertolho, AInzodóvar del Campo, Argamusilla de Calatrava, Aldea deb Rey y La Calzada de Calatrava (Ciatdad Real). Acusa recibo el brigadier Osorio d.e la información «tan circuns-. tanciada» que le ha facilitado Díaz sobre las (tfuerzas que por ahora. HISTORIA DEL GUERRILLERO DOW YIGUEL DíAZ 47’ mantienen los enemjgos hacia esos puertos» (idebe referirse a la. zona de Puerto Lápiche y a la del Puerto del Carrascal, éste al sur de Valdepeñas) y en vista de ello le señala la conveniencia de que él y «Escalera (9), que tan amistosamente están unidos», se dirijan contra el enemigo en los puntos señalados arriba a uno y otro lado del camino real de Madrid a Andalucía por Despeñaperros, «en donde por ahora no hay o no tiene fuerzas corisiderables desla columna que marchó de Alpués que se retiró a Manzanares madén». No autoriza el brigadier Osorio a Díaz para atacar las «conducciones de víveres y efectos que se hacen a Madrid..., en razón deque el Gobierno no lo impide», pero «sí las de municiones de guerra, armas y monturas», que serán, si las toma, presa legítima de la partida». Osorio felicita a Díaz porque «no se oye que la partida cometa desorden alguno» y porque sabe del «rigor con que castiga a los que no proceden bien». En la fecha indicada o en alguna posterior y próxma, Díaz toma al enemigo «en la Mancha» dos valijas de correspondencia y «unos», carros cagados de algodón. 20 enero.-la Roda. El brigadier Osorio acusa recibo a Díaz de «siete presos» que le ha enviado por medio del «ayudante del escuadrón» (Rafael Sempere) y los documentos a ellos referentes. Cita el brigadier a Díaz y, por su intermedio, a Escalera, para que comparezcan ante el Consejo Permanente Militar a prestar declaración sobre causas pendientes que se siguen a reos aprehendidos por ellos, uno «por ladrón y asesino». Osorio da instrucciones a Díaz sobre lo que debe hacer con. SLIS caballos «matados» (heridos y llagados) y con aquellos para los que no tenga montura, a fin ,de que no sean una carga para los pueblos, ya que «van escaseando muchísimo los granos que deben suministrarse a los útiles». Por medio de Sempere, Osorio devuelve a Díaz un paisano de (9) chas nada CLAUDIO acciones al mando ESCALERA, y jefe de una militar. guerril!ero partida de LA MANCHA, colaborador que, como la de éste, parece de Díaz en musiempre suhordi- 48 NICOLÁS la partida de Escalera presente en su guerrilla. que iba sin pasaporte, 28 y 29 enero.-Caqn,po HORTA de Criptana #ODRiGUEZ (Ciudnd con objeto de que se Real). Díaz y los suyos, en unión de 1:~ partida de D. Claudio Escalera, atacan al enemigo que ocupaba y d.efendía el pueblo (situado en terreno que domina una extensa llanura) con ((350 infantes, varios caocupan previamenballos y un cafión de a cuatro». Dos guerrilleros te el «Molino de la Horca», buen observatorio. Los franceses 110 aceptan la batalla en campo abierto. .A la mañana siguiente repiten el ataque las dos partidas, pero los enemigos habían aprovechado la noche para huir. El balance fue de 22 franceses muertos, muchos tuviesen ninguna heridos y tres prisioneros? sin que los guerrilleros baja. (Esta acción no se recoge en el manuscrito, pero sí en Bibl. 3, cuaderno III, tomo II, pág. 35). 17 febrero.-blale?zcia a Murviedro, o .Capn?o (VaZe~~ciaj Díaz da. cuenta al general Bassecourt («Comandante General interino del Ejército y Reino de Valencia») de su llegada, al frente de la partida, a Valencia, así como de la de Escalera. El general previene a Díaz para que ambos se le presenten en Murviedro, «pues urge emplearlos. 83 jebrcro.-Sarrión, Mora de Ruhielos y Villel (Teruct). Orden y pasaporte (firmados por Bassecourt) por treinta días, a nombre de Díaz, capitán de Caballería, «con el escuadrón de Fernando VII de su mando», para «hostilizar al enemigo» en «los pueblos fronterizos del Reino de Aragón» (los anotados arriba), «que son los amenazados en el día». En la orden, Bassecourt le dice a Díaz que al paso de éste por Murviedro le dará «las instrucciones particulares que le faciliten el modo de hostilizar con ventaja al enemigo, según su constitución». 25 y 26 febrero.-Pu.201 y Petrés (Valevzcin). Díaz da cuenta a Bassecourt de que se pone en marcha hacia Puzol (en ejecución de la orden del 23), pero el general dice que «ade- y a media lelante hasta el pueblo de Petrés, camino de Aragón gua de distancia de esta villa (Sagunto)..., dándome aviso con an. . ., tlclpaclon para que al paso por este Cuartel General tenga yo el gusto dc \w la valiente tropa del escuadrón de su mando)). Orden de Bassecourt a Díaz para que auxilie con su partida al de la División del coronel D. Ramón «capitán D. Pedro Agustino, Gayán», que se halla (el capitán) en las inmediaciones de Santa Cruz de Moya, al objeto de servir a las operaciones militares del Reino de Valencia, combinadas con las ,de los límites ValenciaAragón. En la orden se señala a Díaz que habrá de dirigirse a Segorbe, en cuyo punto será municionado y se le marcará la ruta hasta T,a Pl;ebla de San Miguel. El general Bassecourt conocimiento «al público que ha mamfestado ‘\:d. el dia (?) que cita». dice a Díaz que está persuadido y dará a su tiempo y aun al Gobierno, del valor y $11 Escuadrón en la acción que sostuvo Diaz llega en esta fecha a Valencia con diez hombres de su escuadrón (seguramente como consecuencia de la acción que se consigna antes, sin concretar fecha, en la zona Fuebla de San MiguelSanta Cruz de Moya, que debió de ocasionar bajas notables en la partida y en la que acaso resultó herido, o se encontraba enfermo, el mismo Díaz). ‘Tal vez es esta la ultima acción que manda personalmente Diaz (t-w referencia del 18 de marzo de 1811). Díaz, que está con algunos de su partida en Valelicia, recibe orden de Kassecourt de salir de la capital. «pudiendo llevar su tropa 60 NICOLÁS HORTA RODRiGUEZ que no esté en disposición útil a Segorbe, donde podrá reponerse prontamente», y Díaz, cuidando de ella, «reponerse de sus dolencias el tiempo que le sea necesario». Al mismo tiempo, el general pide a Díaz 20 ó 30 hombres para el «servicio de guerrillas», «en que son tan necesarios». Bassecourt no da, por el momento, la razón a Díaz en algunas diferencias que ha tenido con un capitán del Ejército a propósito de unas peticiones de ausilio. Le dice: «suspendo mi juicio hasta la aclaración de estos hechos...». Ello no es obstáculo para que el venera1 felicite al guerrillero tal como se indica en la referencia «anb terior y próximo a 12 de marzo», y para que le prometa ayudarle, asi como a su tropa, «como ce merecen por sll valor)). Desertan varios individuos del «Escuadrón Volante do VII», y de ello da cuenta Díaz al general J3assecourt. de Fernan- Díaz hace donación y entrega en el depósito general del Ejército de operaciones de Valencia, cuarenta caballos y doce monturas. Esto parece confirmar las importantes pérdidas de la partida. Bassecourt dice a Díaz que espera verle por Murviedro para darle las gracias personalmente. Pasaporte firmado por Bassecourt autorizando a Díaz, con su asistente, para que pase a la villa de Elche y Novelda a restablecer su salud. En el pasaporte se hace constar que «el resto del Escuadrón» lante de Fernando VII) queda «en este Ejército de Valencia órdenes de un teniente (Rafael Sempere))). Incorporación te de Fernando de un desertor, VII)>. indultado, al «Escuadrón (Voa las Volan- HISTORI.4 9 trli7il.-A Refrendo vel&. GUERRILLERO DON NIGVEL DÍAZ 51 iirtr~tr. del pasaporte 14 abril.--Mo?;tálz El pere, Elche do de DEL de Díaz, (Castellón en marcha para Elche y No- de la Plann). (( l+cuadrón Volante de Fernando VII)), mandado por Semse encuentra en el punto indicado. Díaz, sin embargo, desde o Novelda, sigue dando instrucciones a Sempere sobre el manla partida? que éste acata gustosamente. Dlaz intenta obtener ((licencia para pasar a las Cortes)) a solicitar aiguna concesión (posiblemente los Reales Despachos de él y de sus Oficiales y algunas recompensas). Sempere anuncia a Díaz que el capellán, con otro Díaz de la partida, irá a verle y le ;nformará «por menudo de la buena armonia que observamos todos los Oficiales y de la subordinación y buen orden de la tropa)). Sempere promete a Díaz (seguramente en contestacibn a :as instrucciones de éste), que cooperarán los oficiales «a aumentar cada día el buen nombre sellado en este Escuadrón por el celo y disciplina que de Vm. ha recibido». 15 abril.--Admzetn i¿àstellón Sempere recibe orden pero no puede verificxrlo de In Phn i. de salir con el Escuadrón por estar indispuesto. para Adzaneta.. El Escuadrón, al mando de Sempere, se traslada de Montán a Xavajas (éste en la ruta Teruel-Sagunto) para guarnecerlo, por orden del «Comandante General de la 1.” División del 2.” Ejército» (Cuartel General, Segorhc). Sempere acusa recibo a Díaz de otro escrito de éste. en que Ie, recomienda trate a ?a tropa «como hijos)), y le da cuenta también de la incorporación de dos paisanos a¡ Escuadrón (cuyas filiaciones 32 NICOLÁS HORTA RODRÍGUEZ guarda en su poder), así como de la recuperación de un caballo de la partida. Le envía una copia de «la orden q~te se ha dado en este Ejército». Y, por fin, le dice que acaba de (tlleg-ar la noticia de que Villacampa y el Empecinado (loj, han entrado en Teruel y que a los franceses los tienen encerrados en el Hospicio». Orden de D. José ;Lliranda, Comandante General de la 1.” Divisibn del 2.” Ejército, al Escuadrón (dirigida a ((Don Miguel Samper» por error, ya que se trata de Rafael Sempere), para que «a las cinco de la mañana de hoy» se encuentre en (<eI llano de la Esperanza, camino de Aragón». Le previene que mande gente inrnediatamente a Segorbe a recibir co-ación de aguadiente y sardinas». Sempere recibe orden (rectificación de otra, desconocida, de ia misma fecha), para que con la mitad de su fuerza «tanto de Infantería como de Caballería», quede «a las órdenes del Jefe de Caballería» de Barracas, estableciéndose en el Barranco de Albentosa? ((sobre el camino real de Aragón». La otra mitad, relevándose cada cuatro días. descansará en Barracas. Don Miguel Díaz se aloja en la fecha en Valencia. Va acompanado de su esposa y parece que vuelve dc Elche y Xovelda, adonde fue para restablecerse. (Ver referencia de 22 de marzo de 1811). .5 muy 0. --Navajas. El Comandante General de la 1.” División (Miranda), ordena ‘a Sempere, que está en Navajas (seguramente con el Escuadrón), que (10) «El Empecinado» (~c.w >fARTÍx nÍ.\z), es acaso los guerrilleros de la Tndependencia y SII vida, aunque es bastante conocida. el mAs destacado inccmp!eta y de todos deformada, IIISTORIA DEL GUERRILLERO DO&? MIGUEL DiAZ le lleve un estado de fuerza y nota del haber que corresponde hombres, ((para ser socorridos en el presente mes)). 1s 111ay0.-Segol~bc 63: a sus, y S‘ag1411t0. 111 Xarixal Xranda, Comandante General c:e !a I .? Di:-isión del concede pasaporte a Díaz para q::c se presente en 2.” Ejército, Sagunto al General Jefe del 2.” Ejército. Ello parece indicar que Díaz, ya restai)lecido, va a voiver a mandar efectix-amente su partida. EI innyo.-Segorbe. El Jefe de la 1.” ‘División (Mariscal Miranda), traslada a Díaz ~11 escrito del Jefe de Estado Mayor del 2.” Ejército, con la felicitación del General en Jefe, por haberse desprendido voluntariamente de todo su sueldo, y sus Oficiales y Capellán de media paga, «en favor del Real erario)). 8 agosto. Real Despacho por el que se nombra a don Miguel Díaz tán comandante de la partida de guerrilla titulada de Fernando en atención a sus servicios y méritos)) (Doc. 21). 7 octubre.-Pina (Cnstelli?z «capiVII», de la Plana). Sempere remite a Díaz, que acaso está en Segorbe (Cuartel General de la División), las listas de las Compafiías de la partida, con armamento y montura que tiene reci!a relación del «vestuario, bido cada individuo y ha costeado (Díaz) de sus fondos». Comunicación del general Blake a Díaz! Despacho de la referencia 8 de agosto. trasladándole el Red ,454 SICOLáS HOXTA RODRíGUEZ 24 rcoviembre.-Vnkncia. Una Díaz, en do VII», de parte «relación de alcances» que Sempere y el habilitado dan a la que consta que se deben a la ((partida volante de Fernanpor la Real Tesorería 36.819 reales y 28 maravedís, importtde los haberes de mayo a fin de octubre. 12 noviembre.-Valencia. Confirma el débito de la Real Tesorería a la partida, y la entrega de cantidades a cuenta. Sempere está en Valencia y da cuenta de ello a Díaz, que seguramente permanece con la partida en la misma 5ona limítrofe de Valencia.-Aragón (Sierras de Espina y Javalambre). 6 diciembre.-Valencia. De orden de Blake se cita a Díaz para que comparezca ante ei «Consejo Permanente» en Valencia, para deponer eñ la causa de Juan José Elorriaga (un oficial suyoj. Y dicienzbre.-Elche. Sempere, que parece encontrarse descansando en Elche, desde del 1’7 del mes pasado, rehusa obedecer la orden de comparecencia que le ha dado Díaz para la causa de Elorriaga (referencia anterior). 181% 9 diciembre.-Elckse. Don Miguel Díaz entrega montaba mandando la partida), aquince doblones» (900 reales). Este es el último documento un caballo (seguramente a la Comisión de requisa. que tenemos el que él Se tasa en de su vida de guerri- HISTOR,., DEL GCI:RRlLLERO l>OK MIGCEL DÍAZ 55 Hero, y parece que la entrega de este ca!)allo «castaGo oscuro, cabos negros, calzado del pie izquierdo, siete cuartas y cuatro dedos, cerrado, sin hierro)), es el definitivo adiós a su vida de jefe de partida (Doc. 22). Los documentos rest;:ntes, que no se transcriben, se refieren principalmente al tiempo que don Miguel Díaz desempeñó el cargo de ((2.0 Comandante interino de Rentas del partido de Alicante», cargo en el que tuvo que cesar por no haber obtenido, según nota autógrafa del mismo, «real aprobación». El documento de 31 dc diciembre de 1814, es la primera contestación que recibe Díaz a su solicitud de «retiro en calidad de disperso, con el grado inmediato de teniente coronel y el sueldo que S. 31. tuviese a bien señalarle». En el escrito se le ordena «dirija su solicitud por el conducto del Capitán General respectivo». IX1 documento de 26 de abril de 1x13 es la comunicación a Díaz de que ((no ha tenido a bien S. M. acceder» a su petición en que «solicitaba el grado de teniente coronel y la tercera parte del sueldo de comandante)). El documento fechado en Elche en 23 de agosto de 1815, es el traslado de la concesión de retiro a Díaz «con uso de uniforme de retirado y goce del fuero militar)). El documento de 2 de junio de 1815, nos da a conocer una nueva petición de don Miguel Díaz («grado de teniente coronel y la micon su correspondiente negativa, «no tad del sueldo de capitán»), obstante -sc le dicedejarle abierto el camino de exponer sus méritos en la Junta de Francos, para que con la discución de ella quede satisfecho el interesado». Y, por fin, el documento gativa a ias peticiones del comienzo de este artículo. de 7 de julio de 1835 es la última guerrillero? que hemos reproducido neal La última noticia de don Miguel Díaz es la de que se encuentra en Madrid en 1 de junio de 1821, fecha en que el Escribano de número de la Villa, Ramón García Ximénez, testimonia dos documentos. 56 III. C04f,uSIO~Es (,l<il)l. .7), y del cual es En el trabajo publicado ~11 esta l?r~rrsrl~ estudiábamos los documento; q”c w recomplemento el presente, ferían a las fuerzas del «Escuadrón Volante de Fernando VII», su armamento y equipo, así como un caso concreto ùe empleo dc la unidad guerrillera por el mando militar. Se deducían allí también unas conclusiones limitadas a ese caso concreto. Pretendemos ahora sindel conjunto de los dotetizar otras más generales que derivan cumentos inéditos que en aquél y este artículo publicamos. Las primeras noticias del «Escuadrón Volante de Fernando VII>), lo sitúan en Miajadas (Cáceres), realizando una típica misión guerrillera (doc. l), en febrero de 1810. Sobradamente conocida la situación general (ver pág. 100, de Ribl. 5), determinante de la acertada concepción defensiva del Marqués de la Romana, subrayemos aqui que la guerrilla de nuestros documentos, como tantas otras, se mueve entre unos hombres y sobre unas tierras maltratados por una invasión extranjera, que añade a su injusticia la crueldad y el pillaje. Sin olvidar este punto de partida, podemos afirmar que ía guerrilla española de la Independencia lucha fuera de las normas y costumbres bélicas del momelito. Tkdwir de este carácter excepcional que la lucha guerrillcra es tarea de bandidos, llevada a cabo por medio de horrendos crímenes, es una conclusión errónea e injusta a todas luces. Porque la intuición genial de los hombres que, como nuestro don Miguel Díaz, levantaban guerrillas, está precisamente en salirse de las normas. La norma era el ejército regular ; la norma cra, en lo político, el poder del Estado. Pero en la Guerra de la Independencia, tras la victoria de Rail&, los ejércitos regulare:: fueron vencidos y dispersados una y otra vez ((según las normas», y el poder político, abandonado desde el principio de la lucha, hubo de ser recogido por el pueblo, constituido en Juntas. Que más tarde las Juntas sirviesen a otros fines menos «populares» y que las guerrillas se enquistasen en el agitado vivir nacional del siglo XIX, son otros problemas que no restan validez a aquella institución de nuestro pueblo quien, en definitiva, se limitó n no seguir las reglas del juego..., del juego en el que Napoleón casi siempre ganaba. El mismo ratificaría en Moscú el acierto español. i,os rusos, ((pobres estrategas», le abandonaban la ciudad. Su Majestad se dignará recibir el homenaje de una diputación de autorise encierra en el dades. Pero en Moscú no hay cadie. Sapoleón Kremlin y, mientras duerme profundamente, extraños rssplandores ilumnlan la ciudad. El Kremlin mismo ha sido incendiado. Expulsado de SLI cama, 5apoleón murmura : NSO me cabe en Ia cabeza que los rusos quemen sus casas para impedirnos dormir en ellas» (Bibl. 7). En efecto, no entra ésto en las reglas de ((su» juego. Tampoco entraba que los hombres de ~1113 España martirizada, prefiriesen morir como héroes a sucumbir como víctimas y, sobre todo, que una lucha irregular practicada? incluso por unidades del ejército formalmente regulares, permitiese a los Cuerpos napoleónicos ir a cualquier parte del territorio e~pal=,o! para, al fin, no poderse mantener en ninguna. Hecha la afirmación de que la guerrilla española actúa fuera de lo que hov llamarían:05 «los LISOS y costumbres de la ,grrerra», es frecuente deducir que para la guerril!a no existe uso, ley ni costumbre que respetar. Xada más lejos de la verdad. J’a tratábamos esta cuestión en el articulo citado (Bibl. 5, especialmente página 103), y nos referíamos a la reglamentación de las partidas, de la que no conozco se haya hecho alín ningún estudio serio. Ciñéndonos ahora al manuscrito que comentamos, vemos que el «Escuadrón Volante de Fernando VII» tiene su origen en una «licencia superior» (doc. S), que don Xgucl Díaz obtuvo «para mandar una partida». I-Tubo guerrillas que se formaron sin esta previa autorización, pero todas o la mayor parte de las conocidas tuvieron en alguno de sus momentos iniciales el refrendo del ímico poder político actuante, ias Juntar provinciales o de partido. A las guerrillas se las ataca principaimente en aquelio que reslrlta más espectacular y conmovedor para la pléyade de pacifistas que, en todos los tiempos, defienden e! mal menor9 que pronto se torna en mal absoluto. La guerrilla se mete en seg-uida en el ckulo infernal de las represalias. T-os invasores la declaran fuera de ley, y si la guerrilla acepta el fallo. resulta la única culpable. So : incluso cn este punto de las represalias hay que huir de juicios absolutos. Resaltemos aquí la conducta de nuestro guerrillero (docs. 3, ic y 6). --4 un sargento del Escuadrón le sorprende el enemigo acostado en su alojamiento, y ello 1~ valc ser degoilado v, tras cortarle las orejas, ser arrojado al Guadiana. Posteriormente don Misuperviviel:tes de un encuenguel degüella ;t los treinta enemigos tro, les corta las orejas y arroja sus cuerpos al Guadiana. aureolando de horror el poético nombre del molino ctFlor dr Kibern>). -4p.w es difícil buscar ntenuantcs a la conducta te de las represalias. no del guerrillero, que se movía sobre terreno ocupado por el enem;go y se veía en la necesidad de conducir a treinta prisioneros con unos efectivos propios, que seguramente no alcanzaban los cien hombres. Pero no es esto lo importante. Lo significativo es que cl guerrillero da cuenta a sus superiores de las represalias que ha tomado, y que es precisamente otro guerrillero, Isidoro Mir, calificado por Schépeler (1.1), de ((cruel» a causa de la acción de Almonacid, en la que conquistó justa fama y el grado de teniente coronel, quien ordena a don >Quel que se abstenga ((en lo sucesivo de hacer lo mismo con los enemigos que aprehenda». Del conjunto de la documención aportada se deduce que estl orden, acorde con lo dispuesto por los mandos del ejército, fue en adelante cumplida. Expresamerlte consta, por ejemplo, en lo’: documentos ñ, 6, 7, 9, 10 y 11. Del mismo modo, don Miguel Díaz acata y cumple las órdenes referentes a los desertores del bando contrario (doc. 131, y se cita concretamente el caso de cuatro soldados enemigos gratificados con 200 reales cada uno por: la Junta de San Clemente, siguiendo instrucciones del guerrillero (doc. 18). Las guerrillas son, por naturaleza, fuerzas diluidas que no presentan un frente continuo y que hacen de la emboscada, la huida y el terreno, sus auxiliares más eficaces. Ello ha llevado a juzga:al guerrillero (así, por ejemplo, Baroja al cura Merino), como un combatiente sin gallardía, que actúa solamente cuando se encuentra en condiciones momentáneas de superioridad. La censura caTece de valor c-n cuanto que toda acción bélica consiste en conseguir la sul>erioridad sobre el contrario en el momento y lugar oportunos ; y, sobre todo, porque ia guerrilla nace cuando el enemigo domina o, al menos ocupa, el terreno del guerrillero con fuerzas superiores. Nuestro don Miguel, como si adivinase la romántica (y, por tanto, desmesurada) objeción de Baroja, quiso dejar constancia de que el mando de la guerrilla no excluye, sino que presupone el valor individual del jefe. El 2 de julio de 1810 desafió a es--’ (11) Según Bibl. 4, tomo VI, +g. .Bl. pada por escrito al comandante francés de Santa Cruz de Mudela, que no aceptó el desafío (doc. 17). No conocemos los antecedenies del caso, pero es fácil imaginar que Díaz respondía así a alalgún juicio o acción del enemigo a quien constantemente burlaba, papes son numerosos los documentos que fijan acciones victoriosas del Escuadrón «entre Santa Cruz de Mudela y Valdepeñas», se,guramente en el Puerto del Carrascal o SLIS inmediaciones. Señalábamos en nuestro primer artículo (Bibl. 5) sobre el «Escuadrón Volante», que se trataba de una guerrilla de tipo medio yt por tanto, representativa. Hemos de anotar otra característica destacada. El proceso de regularización, que afecta en mayor o menor grado a casi todas las de la Independencia, es en el ((escuadrón» rápido, seguro y CORde las modaliservador, en sll primera fase -la más importantedades guerrilleras. Otras guerrillas (Mina, -Julián Sánchez) llegan a transformarse en grandes unidades que actúan más como cuerpos (regulares al estilo «irregular» de aquella lucha). que como tales partidas. El mando militar tuvo con las guerrillas LIII difícil problema. Inicialmente, todo profesional desconfía del aficionado, incluso cuando supone en él un interés noble y una decidida vocación de héroe. guerrillas se mantuvieron mucho Si a ésto se añade que numerosas tiempo en actitud de rebeldía frente a los mandos del Ejército o que, al menos esporádicamente, manifestaban esta actitud. nada tiene extraño que fuera difícil conciliar dos modos de lucha tan divcr5os que dchieron siempre contribuir al mismo fin. Pensemos, además, que las <guerrillas eran, tras las sucesivas derrotas de las fuerzas militares, un poderoso foco de atracción de nuestros compatriotas, siempre más guerreros que soldados. Y, por fin, no olvidemos que aquella intuición genial de nuestro pueblo no podía ser comprendida rápidamente en todo SLI alcance por los mandos militares. hechos por tradición y disciplina a unas normas rígidas que se hacen más perentorias cuando el riesgo es evidente. Pues bien, este difícil problema de las relaciones entre mandos militares y guerrillas, aparece en los documentos que estudiamos. muy acusada de que el Tras SLI lectura llegamos a la conclusión 60 NICOL.& HORTA l?ODRíGUEZ «Escuadrón Vo!ante de Fernando VII» fue IIII¿L guerrik rcg-ularizada desde sus comienzos. Aparecen también en los documentos que poseemos fricciones, reservas y llamadas al orden, pero lo que resalta y preside toda la actuación de la guerrilla es una continua y estrecha colaboración con los mandos militares. Hay, especialmente, un documento que estimamos síntesis elocuente de nuestra conclusión. Se trata del documento 15, en el que el brigadier don Emeterio Celedonio Barredo dice a Díaz que tiene «órdenes terminantes para extinguir todas las partidas», y que «todo individuo de! Ejército debe contribuir a que no exista semejante canalla)). Se refiere, desde luego, a fas partidas fuera de la obediencia militar, y es significativo que se lo diga a Díaz, a quien estima, por esa aluGón a los «individuos del Ejtrcito». como uno de tanto‘;, a pesar de q~~e SLI Real tlespacho (doc. 21.) nos ~dice que no era oficial profesional. Además. en ese documento 15 se dice al final ((que me continúe sus avisos para auxiliarnos», lo que reafirma que, a pesar de esa orden de «extinción» de «todas» las partidas (orden que nunca llegó a cumplimentarse), la de Díaz está excluida de ella y se pide a SII jefe colaboración. Es suficiente la lectura del resumen que hacemos del manuscrito, para darse cuenta del saldo positivo que arroja Ta actuacijn de la guerrilla de don Miguel Díaz. Misiones de información, de interceptación de correos y convoyes, de ataques por sorpresa a puntos ocupados por el enemigo, de acciones contra SLI reta;;uardia, de salvaguardia de objetos valiosos, dinero, etc. El «Escuadrón Volante» actuó en dos zonas que no constituyeron teatro principal de operaciones en el conjunto de la campaña por la Independencia: primero en La Mancha, y más tarde en la zona limítrofe Valencia-Aragón. Estimamos que de esa simple lectura de los documentos, se llega a la conclusión que fue mucho más correcto el empleo de la guerrilla en la primera que en la se,gunda, ya que en ésta el «Escuadrón Volante» parece transformase en una unidad excesivamente vinculada a las guarniciones militares de la zona, restándola movilidad y autonomía. Acaso aquí re encuentre una de las causas por las que, a partir de diciembre de 1811 (es de- cir, poco antc~s clc la toma de Valencia por las fuerzas de Suchet), ya no hay noticias de! Escuadrón, cuyo final concreto Cesconocemos. Sabemos sólo que un aGo después, don Miguel entrega (doc. 22) su cabaljo a una Comisión de requisa. Valorar, en el conjunto de las operaciones militares, el peso de una peque& guerrilla, una de las muchas que colaboraron modesta eficazmente al triunfo sobre los invasores, es tarea imposible. Y pasto que no teuemoq rl patrón que nos sirva de medida, máxime ctentusiasmo» que Wellington despreciaba) cuando la moral (aquel recibía de la acción guerriliera su más preciado ingrediente. Pero no será ocioso resumir cn cifras !o que puede materializarse, aunque rcsulta evidente que los datos son incompletos, tanto por la fecha dc partida como porque en los documentos se citan acciones «brillantes,) o «victoriosas» sin consignar el detalle de sus resultados. Con tales salvedades. anotamos !as siguientes cifras : -- Unjas - causadas al e77emigo: 280 Nuertos : 207. Heridos : 36 (en muchos documentos se dice «varios que habría que añadir a esta cifra). Prisioneros : 31. ~- Cor~e0.s a,D~esados: - Conz~oyes atacados: 4 (6 valijas, 5. en total). - Presas - 1 carro con municiones. 2.000 cabezas de ganado lanar. 14 carros de a cuatro mulas, con tabaco en 81.950 reales. 2 carros de raciones y efectos militares. GIOS carros cargados de algodón. - - heridos)) reali.~adns : Misiones de sal~z~agunrdin de objetos res, I>olicia y ordmi : 11. de Virginia de valor, acopio valorado de L~~‘c- 62 XICOLiS - De generales : 9. De las Juntas: 4. De otros guerrilleros: HOKTA KOURíGCEZ 4. Es muy conocido un aspecto negatiro de la lucha guerrillcra que la restó eficacia. Nos referimos a las disensiones entre los jefes de partida, de Ias cuales existen pruebas en los documentos que comentamos. Especialmente dos guerrilleros, Eugenio Velasco y Francisco Sánchez («Francisquete»), ocasionaron dificultades a Díaz. Del primero no conocemos más datos que los de los documentos, pero resulta evidente que su desobediencia al mando militar, scs abusos en los pueblos por donde pwaba, en los que se alojaba con su mujer, sus hijos y «cuatro pares de muias», y las pendencias que originaba con otros partidarios, !e valieron la orden de extinción de su guerrilla y detención de sus componentes (doc. 15). «Francisquete» es Tuno de los más notables guerrilleros de La Mancha, cuya brillante hoja de servicios será preciso reconstruir para la Historia. Sorprendido en Belmonte por el enemigo, cayó herido y prisionero el 12 ó 13 de octubre de 1811 y fue fusilado por los franceses, que se ensañaron hasta el extremo de pisotear su cadáver. Esto mismo nos dice que fue para los franceses un enemigo importante. Fue también para nuestros mandos militares un auxiliar eficaz..., pero difícil. Y es digno de señalar que a don Miguel Díaz, que mandó siempre una guerrilla de menor entidad que la de «Francisquete», se le llegó a ordenar !a detención de éste por haber desobedecido al general Blake (ver especialmente doc. 19) y por los excesos que sus guerrilleros cometían. Se afirma así, una vez más, la gran confianza que el mando militar depositaba en don Miguel y cómo su colaboración con las fuerzas regulares fue efectiva y duradera. Otros guerrilleros, en perfecta armonía con el jefe del «Escuadrón Volante», desfilan por los documentos : Isidoro Mir, Martínez de San Martín.. . y, sobre todo, Claudio Escalera, unido a Díaz en varias empresas y acciones. Pero sería rebasar ya con exceso los límites HISTORIA DE,., GUERRILLERO DON MIGUEL DÍAZ ô3 de este trabajo, e! estudio conjunto de ia actuación de las guerrillas, de La Ilancha, tarta que esperamos llevar a cabo como parte importante del estudio general de la guerrilla española en la Guerra Se la Indepcndenci::. «He recibido el oficio de .V. por mano del sargento Lorenzo Ilernández, y juntamen’Le la correspondencia y prisioneros que fueron interceptados en Miajadas por su partida, y he comisionado a don Claudio Escalera para que la conduzca y presente en Badajoz al Excmo. Sr. Marqués de la Romana.-Se quedará V. con los siete caballos aprehendidos para el servicio de esa partida y continuará dáiidome todas las noticias que ocurran, por ser muy interesante al servicio de la Patria.-Dios guarde a V. muchos años.-Herrera del Duque.-!s;júoro klir. Rubricado». (Oficio dirigido al Sr. D. Miguel Díaz). (Pasaporte, sin firmar).-«Don Mateo Vélez de Guevara, coronel de los Ejércitos y Don Fernando Cañizares, presbítero ; comisionados y comandantes militares de esta provincia de La Mancha por la Suprema Junta de Badajoz y Excmo. Sr. Marqués de la Komana, en CUJÍES autoridades reside autoridad Real para asuntos reservados a la defensa de nuestra sagrada religión, amado Soberano D. Fernando Séptimo, I‘atria y cuanto consideren digno a dichos objetos.Concedo libre y seguro pasaporte a D. Miguel Díaz, uno de los capitanes de Caballería de los Cuerpos de nuestra Comisión, para que con la partida de su cargo pase a ios sitios y parajes que le tenemos comunicado en su desempeño de cierta comisión reservada.-Por tanto, mandamos y ordenamos a los jefes militares y Justicias sujetas a nuestra jurisdicción por donde transite, no le pongan embael aurazo en el ejercicio de sus funciones , antes bien le facilitarán xilio y alojamiento ordinario, raciones de pari, cebada, carne, paja, menestras y bagajes por su recibo, por convenir así al Real servicio y beneficio de la Patria.=Dado en Almodóvar del Campo, a 26 de marzo de X31.0». Doc. 3. (Certificado).-«Nos, Coello y José Tercero, Don Antonio Portocarrero, Pascasio José Alcaldes y Escribano de esta Villa de Carrión de Calatrava.-Certificamos que en este día de la fecha se ha presentado en esta villa don Miguel Díaz con su partida volante, y en SUS inmediaciones han muerto y aprisionado treinta y un franceses de Infantería, con más un carro con cuatro cubetas de mikciones, sin que haya habido desgracia a los de SLI parte, no obstante el Íuego que dichos franceses hicieron. Y para que conste, damos ésta que diez.Anfirmamos en Carrión y abril, primero, de mil ochocientos tonio Portocarrero.-Pascasio José Coello.-José Tercero.--IZubricados.» Doc. 4. «He recibido el oficio fecha 31 de marzo en que se comunica la gloriosa acción que V. sostuvo con los enemigos, la que también me ha comunicado la Justicia de la villa de Carrión de Calatrava ; y aunque no he podido menos de reparar la atrocidad que los enemig-os han cometido degollando a un sargento de su partida, en el día anterior, acostado en la cama donde estaba alojado, con todo se abstendrá V. en lo sucesivo de hacer 10 mismo con los enemigos que aprehenda, como hizo con los 30 prisioneros de dicha villa de Carrión de Calatrava, los que, conducidos al molino de Flor de Rivera, fueron degollados, habiendo muerto dos en la acción, siendo su número de treinta y dos.-Al mismo tiempo que V. también me avisa dirigirse a Villarrubia, pondrá todo su conato («emperio», diríamos hoy), en conducirse con acierto, porque los enemigos se hallan en aquel punto en gran número. De todo daré cuenta al general en jefe e igualmente de esta brillante acción.-Dios guarde a usted muchos años .-Herrera del Duque, 6 de abril de lSl.O.--lsidoro Mir, rubricado.» (Dirigido a «Sr. D. Miguel Díaz»). Doc. 5. (Kecil)o).-«En el 1-i de abril de 1810.-lMe ha entregado mi Comandante Dn. Miguel Díaz, un Mayor General de la Guardia imperial y una correspondencia de París del peso de seis arrobas, otra ,de Madrid del peso de dos arrobas y el postill6n francés que conducía la posta, en el día de la fecha, para conducirlo al general del 3.” Ejército, para cuyo efecto he recibido dos mil reales de vellón para la conducción. Y para que conste doy la presente que firmo en los campos de Guadiana, término de Villarrubia, en 14 de abril de 181-O.-Lorenzo Hernandez, rubricado.» Doc. 6. (Escrito mandante de Díaz).-«Excmo. Sr.-D. de la partida del Sr. Rey D. Miguel Fernando Díaz, VII, capitán cocon destino HISTORIA DEL GUERRILLERO DON MIGUEL DíAZ 65 en La Mancha, a Vuestra Excelencia con el debido respeto hace de haber interceptado con su parpresente : Que a consecuencias tida, compuesta de ochenta lanceros de a caballo y veinte infantes, en día 1.4 del más cerca pasado abril, un Ayudante General de la Guardia Imperial de José 1, con un correo del Emperador que conducía el de París y Madrid, de peso el primero de seis arrobas y el segundo de dos ; cogiéndole además al enemigo en el mismo día dos mil cabezas de ganado lanar, tomó desde luego el exponente el medio o partido de dirigirse y presentar con dicha correspondencia a esa Suprema Junta de Gobierno, pero por hallase ocupada a la sazón del enemigo. se vio precisado a girar para la ciudad de Alicante, en la que hizo entrega de todo al general de la División del Ejército del Centro el Sr. Freire ; y considerando el que representa por muy de SLI obligación dar a V. E. parte de este acaecimiento como del que ocurrió pocos días antes a la salida que hizo de Miguelturra con la idea de incomodar al enemigo que con treinta y dos hombres se dirigía desde Daimiel a Ciudad Real escoltando un carro con cuatro barriles de cartuchos, en el que después de sufrir un vivo fuego y muerto a dos de ellos, entregándosele los restantes que no pudo conducir a causa cle hallarse cercado de enemigos, lo hace y pone mediante el presente en la superior noticia de V. E., aunque no sin grave dolor y sentimiento por el que le causó este último suceso en la circunstancia de haberse visto precisado a mandar degollar n los aprehendidos y corcarles las orejas, echándoles en seguida al rio, porque poco antes habían hecho otro tanto los enemigos con un sargento de su partida.-En esta, pues, inteligencia y la de que el exponente ansía dar a V. E. las pruebas más enérgicas y nada equívocas de SLI lealtad y patriotismo, comunicándole todos sus progresos en obsequio y beneficio de la Patria, Religión y su legítimo Soberano, espera que si en algo le contemplase V. E. útil para la defensa de esa capital y provincia, nc se vendrá ocioso, pues para ello pone en su superior noticia que su retirada de esta villa y su permanencia será por ahora en los puntos que anteriormente ha estado ocupando con el generai aplauso de aquellos habitantes de Herencia y sus inmediaciones. donde m2s pueda incomodar al enemigo y adonde podrá dirigirle V. E. sus superiores órdenes y preceptos que obedecerá gustoso y con puntualidad, suplicando en el ínterin a V. E. después de felicitarle en SLX nueva creación (hoy diríamos ((ascenso»), tenga la bondad de mandar dar al periódico para su mayor satisfacción los apuntados sucesos, como asimismo los que en lo sucesivo confía dar el suplicante, quedando rogando a la Divina Majestad prospere a V. E. felizmente.-‘Yecia y mayo 3 de 1810.--P. D.-Se advierte que el suceso de la aprehensión de los correos ocurrió a las inmediaciones de Daimiel de la Mancha.-Excmo. Sr.-Miguel Díaz rubricado.»«Al margen: Murcia y mayo 4 de 1810.-Pase al Sr. Comandante General de este Keyno.-Rovira, rubricado.-Preséntese a esta Comandancia General, rubricado.» (El escrito anterior va sin dirección, 66 SICOLi.3 HORTA RODRÍGUEZ pero por su texto y por la circunstancia de incluir una felicitación al destinatario con motivo de su ascenso, puede asegurarse que se trata del Marqués dc la Romana, ascendido en marzo de 1810 a Capitán General), (El testimonio que transcribimos a contimlación está extendinueve.--Valga do en papel del sello «cuarto, afro de mil ochocientos para el aco de .IsLu.--E~ \-irtud de Keal Habilitación»).-«Testimonio.-Carlos Antonio García Redondo, Escribano, por S. il/l., público del Níunero y Cabildo de esta Villa de Provencio, doy fe por testimonio que en este día ante los Sres. josé López y Ramón de (>livares, Alcaldes ordinarios de ella, compareció D. Miguel Díaz, capitán y comandante de la Partida Volante de Icernando ‘7.0, y manifiesta que en el 14 del corriente mes, en las inmediaciones de ía villa de Daimiel, apresó un coronel de la Guardia Imperial y un correo que venía de París, con otro de Madrid, con las correspondencias v planes que llevaba dicho coronel para los reconocimientos de los puntos de la provincia de Extremadura, habiendo salido desde Sevilla dos comisionados para este fin y el uno de éstos es dicho coronel. Y respecto a que todo debe conducirse por la ruta más pronta y segura, ha elegido a la ciudad de Murcia, como hallarse próximo el Cuartel General del Centro y poder tomar la Junta providencias para su inspección y examen, lo que hacía presente a sus mercedes para los convenientes efectos y que se le libre el competente testimonio ; y, en su consecuencia, mandaron dichos Sres. lo libre el que de su certeza, con remisión de su exposición, lo doy signado y firmado con sus mercedes y dicho D. Miguel, en el Provencio a diez y siete de abril de mil ochocientos diez.-José López Ramón.Ram& de \?iivares.-5liguel Díaz.-Carlos Antonio García Redondo.-Rubricados)). Doc. 8 (Hay un sello : «Sello cuarto, cuarenta maravedís, aíío mil ocho-cientos y quince»).---«Don Miguel Díaz, capitán de Caballería, comandante que fue del escuadrón franco de Fernando 7.0, actualmente retirado, vecmo de la villa de Elche y estante al presente en esta de Villarrobledo, ante Vmd. ei Sr. ,4lcalde mayor de ella, como más haya lugar en derecho, comparezco y digo : Que por motivo de nuestra gloriosa revolución, y siendo uno de los defensores de la Re. Iigión, Rey y Patria, obtuve licencia superior para mandar una partida que la distinguía el título de Fernando VII. Alis méritos contraidos en aquellas circunstancias de consternación, son muy notorios, pero no tratando de otra cosa que de hacer ver el ;tuxilio que franqueé a la referida de mi mando, me es conducenk 3 :rcditar que la nota que presento del vestuario que dispuse a la pre leída partida y consta por la relación del maestro sastre y certificación del comandante de armas D. Manuel Sakz de Velasco, declare dicho maestro sastre y Don Juan de la Torre, en donde en aqu-t tiempo fui aiojaclo, al tenor de esta mi exposición. Por tanto, a Vmd. suplico que habiendo por presentadas dicha nota y certiricnción reconozca aquélla el expresado maestro y declare bajo juramento en forma sobre su certeza, y que igualmente lo haga dicho D. Juan de la Torre, y evacuadas estas diligencias se me entreguen orig-inales en públíca forma en manera que hagan fe para el uso de mi derecho. Justicia que pido (una palabra ilegible) lo necesario.Sliguel Díaz.-Auto.-Por presentada con los documentos que cita y como se pide Así lo mandó y firmó el Sr. Licenciado Dn. Joaquín María López de Ayala, abogado de los Reales Consejos y Alcaide Illayor por S. 3. de esta villa de Villarrobledo, a veintinueve de juIIO de mil ochocientos y quince.-Joaquín María de Ayala.-Antonio Vicente Porcel.-Rubricados.-Inmediatamente yo el Escrihano hice saber dicho auto a T1n. Miguel Díaz, estante al presente en rsta x-illa, en su persona.-Doy fe.-Porcel, rubricado.-Declaración de Sebastián Caro.-& la villa de \‘ii!;irrobledo. ‘i :&ítinueve de julio de mil ochocientos quince, ante el Sr. Alcalde !&yor de c\la por S. M., fue comparecido Sebastián Caro, maestro de sastre, vecino de ella, y su merced con presencia de mí el Escribano, se recibi8 juramento de ley que hizo según se requiere y a su cargo ofreció decir verdad en lo que supiere y le sea preguntado. rZ ( ( nsecuencia de lo cual y habiéndole puesto de manifiesto el papel, nota o certificación presentada, dijo : Que cuantas partidas en 61 se notan y manifiestan, son ciertas e indudables, y todo Torno tnI maestro de sastre corrió por su mano, cosió y formó el vestuario que incluye, ejecutándolo de mandato y a expensas de Dn. .Migucl Díaz, contenido en el mismo, a cuyo efecto convocado v liamado por éste en las casas de D. Juan ‘Forre de esta vecindad, adondeeli aquel entonces estuvo alojado ; que la firma y rúbrica que contiene dicho papei o nota, es suya propia, la que estampó y puso en rl i,:if?l!o c1ia de <LI fecha sin cosa en contrnrio, y como tal por Que es cuanto puede decir y la versuya eil este ::cto la reconoce. hecho, y ésta su declaración leída se <l;id :1 r;!rw3 cl?1 juramento ú,firmó y rztificó ; dijo ser de más de treinra 60s y lo firma con Caro.-Antonio su merced. Doy fe.-López de ,%yala.-Sebastián \?cente Porcel.--Kubricados.-Deciaración de D. Juan Torre.& la misma villa, los expresados días, mes y alio. ante el referido Sr. A.lcalde mayor, fue comparecido Dn. Juan de la Torre. ;-ecino de ella, y su merced con presencia de mí el Escribano, se recibió iuramento de ley que Iiizo según se requiere y a SII car:?o ofreció de& verdad en lo que supiera y le sea preguntado ; a virtud de lo cual y puesto de manifiesto ei papei o nómina presentado, dijo: Que por ~1 tiempo que expresa. alojándose en sus casas, D. Miguel Diaz, 68 SlCOLiS HORTA RouRiGvEz contenido en el mismo, mandó llamar al maestro de sastre Sebastián Caro, por quien se halla firmado, y tratando ambos y conviniéndose, formo y cosió éste las chaquetas, pantalones y demás prendas contenidas en el mismo papel, cuyo gasto sufrió y satisfizo a sus expensas el mismo Dn. Miguel, quien hizo entrega respectiva de ellas a la tropa de su mando por venir falta y escasa de vestuario. Que es cuanto puede decir y la verdad a cargo del juramento prestado, y esta su declaración leída que le fue se afirmó y ratificó ; dijo ser de más de treinta años y lo firmó con su merced. Doy fc.-López de Ayala.-Juan de la Torre y Romo.-Anton:o Vicente Porcel.-Jiubricado.-Yo, el mismo Vicente Porcel, Escribano del Rey S. S. en su Corte y reinos y senoríos, del número de la villa de San Clemente y del de esta de Villarrobledo, su Juzg-ado y Ayuntamiento mi vecindad, presente fui al juramento, examen y diligencias de los que anteriormente han depuesto, con el Sr. Alcalde Mayor, Juez en estas diligencias y demás que de mí se hace mención; en fe de io cual y cumplimiento con lo mandado, io signo y firmo en los mismos día, mes y ano.--V’icente Corcel, rubricado.)) (Reproducido en el núm. páginas Ujpx y 129, señalado Boc. de la REVISTA DE allí con el núm. 9). 13 L -IX-ORIA MILITAR, 10. (Certificado).-«V-alga por el sello correspondiente y año de 1810, por no haberlo en esta villa.-Don Nicolás Figueroa de la Torre, regidor decano y regente de la Real jurisdicclon de esta villa de Campo de Criptana, y Pablo Pérez de k!ustos, Escribano del Ayuntamiento de ella.--Certificamos en la forma que más haya lugar: Como en el día 9 del corriente tuvo D. Miguel Díaz, capitán y comandante de la Partida Volante de la Caballería de Fernando séptimo, con los individuos de ella, un reñido ataque con una partida de franceses de ciento y treinta hombres en la villa de Alcázar de San Juan, una legua de esta población, que duró desde las siete de la mañana hasta las siete de la tarde, persiguiendo al enemigo con su intrepidez y acostumbrado valor hasta cerca de Puerto Lapiche, distante cuatro leguas de dicha villa de Alcázar. Y en el día de ayer dieciséis, en el mismo sitio del Puerto, tuvo dicho capitán y su partida otro reñido y cruel ataque con el enemigo, éste de ochenta hombres, únicos de que se componia la partida que bajaba de Consuegra a Villarrubia, en cuya gloriosa acción quedaron muertos cincuenta y dos franceses, incluso el jefe o comandante que los mandaba, y aprehendió los veintiocho restantes, veintidós heridos, más Q menos, y seis sanos que actualmente se hallan en esta Real cár- HISTORIA DEL GUERRILLERO DUX MIGL‘EL DiAZ 69 cel, sin que ninguno se fugase ; y en cuya acción tuvo dicho capitán Díaz la pérdida de dos hombres muertos y siete heridos, tres caballos muertos y ocho heridos ; de cuyas resultas de ambos ataques se halla la partida bastante fatigada y con precisión de algún descanso. Todo así nos consta por lo que hemos visto y presenciado por nosotros mismos, por oídas a los enemigos prisioneros heridos y sanos, y por informes fidedignos de personas que han presenciado las dos acciones de que se hace mención, constando así de (ilegible) y notorio. Y para los efectos que con,ducir puedan a dicho capitán, a su instancia damos la presente que firmamos en esta VIII~ de Campo de Criptana a diez y siete de mayo de mil ochocientos y diez.-D. Nicolás Figueroa.-Pablo Pérez de Bustos, rubricados.» Doc. 12. «Son las seis de la tarde cuando recibo el único oficio de Vd. en que me dice se trasladaba con su corta partida a Socuéllamos a esperar mis órdenes. El otro que Vd. y el Alcalde Mayor de Villarrobledo me dirigieron a la Osa, no ha llegado a mis manos, pero allí supe cuando llegué ayer tarde, que un destacamento enemigo de 100 caballos se hallaba aquí, y aunque sospeché no encontrarlo ya, me puse a las diez de la noche en marcha con este objeto y a la madrugada de hoy he llegado aquí sin embargo de haber sido la noche tempestuosa y de fuerte íluvia, y supe que a los dos de ayer tarde se marcharon precipitadamete los ciento cuatro soldados de a caballo franceses que aquí estuvieron.-En vista del apreciable ofrecimiento que Vd. hace de unir sus fuerzas, aunque cortas, a la Divivisión de mi mando, le advierto reservadamente que mañana temprano pasaré a Alcázar de San Juan, si no hubiese ocurrencia que lo impida. Tendré mucha complacencia en que se verifique la oferta de Vd. y hago el más distinguido aprecio de ella, porque además de ser la primera y única, me lisonjeo de las ventajas que se conseguirán sobre los enemigos, al haber oído decir el denuedo, bizarría y distinguido arrojo con que acaba Vd. con su partida de atacar y vencer en las ventas de Puerto-Lápiche, a los ochenta y tantos que se le presentaron, matando el mayor número y haciendo prisioneros a los restantes, noticia que con mucho doy al general en jefe del Ejército del Centro.-Dios guarde a V. muchos años.-Tomelloso, 20 de mayo de X310.-Vicente Osorio.» (Dirigido el oficio a ((Sr. D. Miguel Díaz»). Doc. 153. «Por partes que ha tenido esta Junta y por los que se me han dado de las grandes-guardias referentes a las relaciones que han hecho en ellas los que vienen dei Pedernoso, se snlx sin dudar que ‘70 NCOLáS HORTA RODRíCUEZ los enemigos llegaron ayer tarde, cerca de ponerse el sol, a la Choza del Ciervo, tuvieron allí un choque con la partida de «Francisquete», que tuvo que ceder y retirarse. Es muy creíble que persigan los enemigos a dicha partida y aún el que vengan hasta aquí ; por lo que sería del mayor interés que Vd. con la (está roto el papel, pero debía de decir «suya»), se dirigiese inmediatamente a la retaguardia de los enemigos y por ella les causase cuanta estorsión pueda, bien seguro que regularmente les sorprenderá con esta operación, pues se persuaden que cuantas fuerzas hay nuestras por aquí, las tienen sólo a su frente. Las suyas son las mismas que renían en Alcázar, según lo que han presentado.-Dios guarde a Vd. muchos aíIos.--San Clemente a las 21/2 de la mañana del 25 de mayo 1810.-Vicente Osorio, rubricado».-Al margen: «P. D. SC: que hoy debía llegar a ésa el brigadier Dn. Emeterio Celedonio Barrcdo para pasar a ésta a que conferenciásemos. Es importante le deje Vd. dicho esta novedad y que me parece debe retirarse al punto donde salió, pues yo no podré permanecer en éste según las instrucciones que tengo.-Rubricado» (Oficio dirigido a «Sr. D. Miguel Díaz»). «La Junta del Partido de San Clemente me ha dado parte de haberse pasado a nuestras banderas un soldado alemán en la villa de Campo de Criptana, asegurando que sus camaradas seguirían su ejemplo, si no fuera por temor a las partidas..-Y a fin de que conozcamos si este modo de hablar es verdadero o bien sólo una escusa, prevengo a Vmd. que mirando e! servicio de proteger la deserción con preferencia, encargue Vmd. de mi orden a los cabos y demás individuos de esa partida, que en lugar de maltratar a los desertores que encuentren de las tropas enemigas, los protejan ayuden y auxilien hasta presentármelos en esta capital; en la inteligencia de que apreciaré mucho este mérito de Vm. y de los dependientes que manda.-Dios guarde a Vm. muchos años.-Cuenca, 3 de junio de 1810.-Luis Alejandro de Bassecourt.» (Oficio dirigido a «Sr. D. Miguel Díaz»). (Oficio del F re s’ldente de la Junta de San Clemente). «El Sr. Comandante General de esta provincia, en oficio que acaba de recibirse en este momento con expreso ganando horas, dice a esta Junta lo siguiente: c(Eii esta hora que son las doce de la noche, mi avisan que los enemigos, en dos columnas de mil y quinientos hombres cada una, se han dirigido a la villa de Tarancón, pasando el Tajo por las barcas de Fuentidueña. Con esta noticia encargo HISTORIA DEL GUERRILLI:RO DOP\‘ MIGTXI. DÍ:\Z 71 .a V. S. muy estrechamente, no sólo que redoble su vigilancia por esa parte, sino que despache un postillón 0 postillones en busca de partidarios de D. Francisco .%ncilez, que me acaba de escribir desde el Campo de Criptana, D. Mig-uel Díaz y 1). Eugenio Velasco, que también estarán por #esos contornos, para que, reuniendo sus fuerzas o bien en partidas separadas, como mejor les parezca y crean más útil, amaguen y ataquen la retaguardia enemiga por Saelices, Uclés y demás caminos que tengan por convenienkIgualmente les prevendrá V. S. procuren a cualquier costa inutilizar las barcas de Fuentiduefia y sus inmediatas, para impedirles su retirada y comunicación con Madrid, ejecutándolo todo con la celeridad y valor que tienen tan acreditados. En inteligencia de que si desempeíían mis intenciones en los términos que les propongo y espero de su patriotismo, solicitaré con eficacia que S. M., la Suprema K.egencia, premie este mérito como tan interesante a la defensa de esta provincia y de su capital.-Lo participo a Vd. sin perder momento, para aprovecharle en el cumplimiento de una Orden tan interesante al Real Servicio, y espero SLI puntual aviso para elevarle a dicho Sr. Comandante General.-Dios guarde a V. muchos años.Naría de Ag-uirre.)) (Dirigido San Clemente y junio Ci tl e íSIO.-José al «Sr. D. Xligucl Díaz»). Doc. 75. de la partida de \‘e(Oficio).-«Luego que supe la conducta lasco comandada por su hijo, hice salir cincuenta infanics 4; 0~30 caballos, que todavía están persiguiéndole, para que los prendiesen, y hasta ahora sólo me han remitido dos, los mismos que en este día dirijo al Cuartel General con una partida de dispersos.-Tengo órdenes terminantes para extinguir todas las partidas y, al efecto, espero la Caballería que he pedido. Todo individuo del Ejército debe contribuir a que no exista semejante canalla, pues que además de los males que causan en todas partes, son causa tambrén de que crean en el mismo porte y conducta en los individuos del Ejército.-Remito a Vm. un pliego que me dirige el general y no le he mandado antes por ignorar su paradero.-No será malo me mande V. M. todas o parte de las municiones, y que me continúe sus avisos para auxiliarnos.-Dios suarde a .V. muchos años.-Barrax. 16 de junio de 181.0.-Emeterio Celedonio Barredo.» (Dirigido a «Sr. 1). Xiguel Díaz»). Doc. .1ö. ((He recibido con la mayor satisfacción el oficio de Vd. de 27' de junio último, en que me relaciona la acción que sostuvo con los enemigos entre .Santa Cruz (de Mudela) >- T’nldepeñas. y quedo entera- 72 NICOLÁS BORTA RODRíGUEZ do de la bizarría con que se portó la tropa de su mando y de la pérdida que tuvieron los enemigos, así como de las noticias que me comunica, que espero me continuará, como que es cosa interesante para el bien de la Patria.-Para poder poner en noticia de S. M. esta bizarra acción, es necesario que V. me conteste al oficio que en 20 de junio último, de que es copia la adjunta, le pasé comunicándole la resolución de S. M. sobre la otra acción que tuvo en Puerto-Lapiche. Hágalo V. con la mayor brevedad, para que los individuos que tiene a sus órdenes disfruten los premios que S. M. se digne concederles por los servicios que hayan hecho.-Incluyo a V., para el uso que debe hacerse, los tres ejemplares del Real indulto que se ha servido expedir S. M.-Dios guarde a Vd. muchos años.-Cuarte1 General de Elche, 7 de julio de íSlO.-Manuel Freire, rubricado.» (Dirigido a «Sr. D. Miguel Díaz). Doc. 17’. «Es propio del valor que caracteriza a Vm. el modo con que convidó por su papel de 2 de este mes al comandante francés de Santa’ Cruz de Mudela a medir su espada con la de Vd. en el campo. Pero no es contrario al carácter francés el resultado que tuvo: bien claramente demostró que sólo con fuerzas muy superiores y con la intriga son capaces de pelear. Habiéndome servido de mucha satisfacción el entusiasmo con que se portaron en la acción del 3 los individuos de la partida de su mando, matando a 16 enemigos e hiriendo a otros, sin que por nuestra parte hubiese la menor desgracia. Es contestación al oficio de V. de 4 de este mes. Dios guarde a V. muchos.-Cuartel General de Elche, 11 de julio de 1810.-Manuel Freire, rubricado.)) (Dirigido a «Sr. D. Miguel Díaz, Torrenueva»). Doc. II. (Oficio del Presidente de la Junta de San Clemente). «La Junta ha recibido con tanta complacencia como gratitud las brillantes acciones de V. y de su valerosa y ordenada partida, detalladas en SHS oficios del 27 de junio y 8 del actual, sintiendo las faltas de las del 4, pues seguramente no las recibió y espera que Vd. en primera ocasión se la detalle.-Cuanto Vd. comunique a la Junta, tanto será remitido al Sr. General Bassccourt y a otras superioridades, para que circulen y sean imitados los rasgos de valor y patriotismo.-El dador informará a Vd. cómo los cuatro extranjeros pafueron gratificados con 200 reales sados de las banderas enemigas, al Cuartel General del’ cada uno y remitidos, según su voluntad, Ejército del Centro.-Dios guarde a Vm. muchos años.-San Clemente, julio 13 de 1810.-José María de Aguirre.)) (Dirigido a «señor D. Miguel Díaz»). HISTORIA DEL GUERRILLERO DON MIGUEL Di.\Z Doc. 19. «En virtud del testimonio que Vd. me ha presentado, en el que la Justicia de la villa de Campo de Criptana, hace manifiesto el desorden, la tropelía y desacato que com+eron en dicha villa varios individuos de la partida de «Francisquete», pues atropellaron, prendieron y maltrataron a D. T,eón Eguía, comandante de una corta partida del «Escuadrón Volante», que está a cargo de V. ; desde luego deberá reunir la mayor porción posible de sus individuos y, con ellos, pasar Vd. mismo en busca de los que se nombran por la expresa Justicia, cabezas de aqu’el escandaloso desorden,, que son Benito Cuerva, Hilario Sánchez, hijo de «Francisquete», Martín Almarza y Juan llamado «el madrileño» ; cuyas personas buscará Vd. con el mayor cuidado, y donde quiera que las halle serán aprehendidas y conducidas adonde yo esté, con toda seguridad y resguardo, procurando Vd. hacer estas diligencias con la posible precaución para que se evite resistencias de armas que, sobre ser perjudiciales, desacreditarían a los que indiscretamente hubieran proporcionándolas.-Si al mismo tiempo se le proporcionase a Vd. encontrarse con el comandante de dicha partida D. Francisco Sánchez, lo arrestará y conducirá a mi presencia con el decoro que corresponde a la distinción que el Gobierno le ha dispensado, pues no puedo persuadirme que aquellos desórdenes y por otros que ha cometido, no estén tolerados por él, además que tiene contra sí el haber desobedecido una orden del Excmo. Sr. General en Jefe.Espero y repito a Vd. que uno y otro servicio lo desempelle con la mayor prudencia, evitando las ocasiones de escandalosas resistencias, pues el tiempo y la cautela ,debe proporcionar a Vd. que desempeñe estos interesantes encargos como se desea, que es sin dar lugar a las resistencias ; y, sobre todo, es muy importante que se observe la mayor reserva, sin la cual nada podrá conseguirse.Dios guarde a Vd. muchos años. Albacete, ,2 de noviembre de í810.-Vicente Osorio, rubricado.» (Al margen): «P. D.-Las Justicias deberán auxiliar a Vm. para el logro de los encargos que aqui se expresan, a cuyos efectos se servirá presentarles con reserva este oficio, y sólo en los casos indispensables, para no dejarlas comprometidas.-Rubricado.» (Oficio dirigido a «Sr. D. Miguel Díaz))). Doc. 20. «Sé de positivo que por los dias 16 ó 18 del mes pasado de noviembre, aprehendió la partida de Vd. al que llaman «El Capador», individuo de la de «Francisquete)), el mismo que quitó n mi Regimiento un caballo en primeros de octubre. Sé también de positivo que el caballo quedó en la partida de TTd., el cual es de las se- ñas que manifiesta la papeleta adjunta. Y en vista de que no dudo se hallará dicho caballo en esa partida de su mando, espero se servirá Vd. enviármelo a Albacete, como también su montura, si es que la llevaba cuando se le quitó al «Capador».-Es muy urgente que cuanto antes sea posible, procure Vd. venirse a avistar al arrecife (camino) de Andalucía por las ventas de Puerto-Lápiche, u otro punto que le acomode, pues los convoyes enemigos que ahora pasan no van con tanto cuidado, que no fuese fácil darles algún golpe de los que Vd. ha acostumbrado en aquel sitio. - Dios guarde a Vd. muchos años.-La Roda, 4 de diciembre de 183.0.-Vicente Osorio, rubricado.)) (Oficio dirigido a «Sr. D. Miguel Díaz»). Doc. 21. (Real Despacho). «Don Fernando Séptimo, por la gracia de Dios Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeaba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas de Canaria, de las Indias Orientales y Occidentales, islas y tierra firme del mar Océano ; Archiduque de Austria; Duque de Borgoña; de Brabante y de Milán : Conde de Abspurg, Flandes, Tirol y Rarcelona ; Señor de Vizcaya y de Molina, etc.-Y en su Real nombre el Consejo de Regencia de España e Indias.-Por cuanto atendiendo a los servicios y mérito de vos Dn. Miguel Díaz, he tenido a bien nombraros capitán comandante de la partida de guerrillas titulada «Fernando Séptimo» : Por tanto, mando al General en Jefe del tercer Ejército, dé la orden cono-eniente para que se os ponga en posesión de dicho empleo en la referida partida, guardándoos y haciéndoos guardar las preeminencias y exenciones que os tocan y deben ser guardadas ; que así es mi voluntad y que de este Despacho se tome razón en la Comandancia Principal del mismo Ejército, donde se os formará el asiento forrespolidiente.----Dado cn Cádiz a ocho de agosto de mil ochocientos once.-Yo el Rey.-Gabriel Císcar, presidente, rubricado.José de Heredia, rubricado.-V. M. nombra capitán comandante de la partida de guerrillas titulada «Fernando Séptimo», a D. Miguel Díaz.-Cuartel General de Valencia, cuatro de noviembre de mil ochocientos once. - Cúmplase lo que S. M. manda y, en su Real nombre, el Supremo Consejo de Regencia.-Joaquín Blake, rubricado.-Valencia, 7 de noviembre de 1.811. Tómese razón en la Comandancia Principal de este Ejército.-Como Ministro principal de Hacienda y Guerra.-Joaquín Villarroya, rubricado.-Tomó razón.-Por ausencia del Sr. Contador, Juan Domingo Longuet, rubricado.» HISTO1:IA DEL GCERRILLERO DON YIGUEL Di.42 75 (Certificado). trDon Francisco Machado, capitán del 6.O escuadrón ligero del Real Cuerpo de Artillería y comisionado por el Mariscal de Campo de los Ejércitos nacionales, Dn. Felipe de la Roche, para la requisición de caballos y yeguas.-Certifico haber entregado a dicha comisión de requisición un caballo cuyas resefías al margen se expresan, apreciado por el mariscal de la misma en quince doblones.-Elche, 9 de noviembre de 1812.--Son 900 reales de vellón.Francisco Machado, rubricado. - Como mariscal de la Comisión, Antonio Gómez.)) Al margen: «Caballo castaño oscuro, cabos negros. calzado del pie izquierdo, siete cuartas y cuatro dedos, cerrado, sin hierro.» BIBLIOGRAFÍA (1) PRíICll'li: Gne,ru de lo Iildeperldci,cia.-Ilisto~ia del lec’autanzierlto, gzlerra y de España, tomo II, Madrid, 1852. GAFFAREL (R.):Conferencia Régne de Joseph Bo,naparte de 1810 a 1812. Les difficultés gouverneme&zZes. En «Publicaciones del Congreso Histórico Internacional de la Guerra de la Independencia y su época», Zaragoza, 1910. RODRÍGUEZ SOLÍS (E.): Los guevilleros de .X3(/8. Gómez DE &'mCHE Y MORO (JOSÉ): Guerra de la Independencia, 14 tomos, Madrid, 1868-1903. Hoe~a RDRÍGUXZ (NICOLÁS): Dos estudios sobre las guerrJlas en la Guerra de la l&?per~dc?xia, en REVISTA DE HISTORIA ‘~'~ILITAR, núm. 15, págs. 99-131. 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Esta exposición ,saber : ~~~~~~~~~~~ comprenderá PREVIAS cinco aspectos fundamentales, a - Una introducción, cuyo propósito será destacar la importancia y naturaleza integral del tema. - A continuación nos referiremos al drama fundamental ligado al problema de la seguridad nacional : la guerra, mostrando sucintamente la evolución que ésta ha sufrido a través de la historia, hasta adquirir los perfiles actuales, con su carácter total y su contenido profundamente ideoIógico. - Luego, daremos la situación mundial que enmarca la Argentina, en uti mundo ,de estrategia fundamentalmente bipolar. -- Lograda así, en adecuada medida, la ambientación y el telón de fondo necesarios. proyectaremos sobre este último 10s conceptos, definiciones y esquemas básicos, sobre los cuales se articula, organiza y conduce la Seguridad Nacional, en un EStado representativo y federal como es la República Argentina. - Finalmente seiíalaremos, en síntesis, algunas de las conclusiones esenciales sobre el tema expuesto. 2. hTRODUCCIóN «Al cabo, hemos comprendido -expresaba en un mensaje al Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica, el General Eisenhowerque la defensa nacional no es propiedad exclusiva de los 78 TOMÁS ShCHEZ DE BUSTAMANTE hombres de uniforme, sino responsabilidad también del trabajo, la administración, la agricultura, la industria ; en suma, de todo grupo, que forma parte del conjunto nacional.» Sin embargo, no siempre ocurrió así. De la variedad de criterios respecto de la competencia en la materia, tiene antecedentes muy elocuentes la historia reciente. «La guerra es una cosa demasiado grave para que la manejen los militares». Así afirmaba «el Tigre» Clemenceau, en ocasión de disdel Comando Supremo cutirse en Londres, en í.917, la creación Aliado. En los antípodas de este concepto, el Mariscal Ludendorf sostenía: «La política es esa cosa que hacen los civiles». También Adolfo Hitler expresó que cce1 bw2nio militar estj siempre fuera del círculo de los expertos». Durante el reinado de Napoleón III, es conocida la controversia que se suscitó entre él y la Academia Francesa, a propósito de la incorporación a ésta de una ciencia militar para civiles. La votación arrojó 34 votos en contra y í4 a favor. La afirmación que hizo la Academia de Francia fue rotunda: «tal ciencia militar no existe». Sin embargo, la realidad del mundo contemporáneo ha sancionado ya la necesidad de que todo cuanto afecta la seguridad de los Estados, sea conocido por quienes tienen responsabilidad en la organización de la defensa del patrimonio cultural y físico de la Xación, y en la coordinación del empleo de los medios e instrumentos jurídicos disponibles, para atender así a las exigencias del problema. La ‘liniversidad de Zaragoza cuenta hoy en día para ello con una cátedra de «Cultura lMilitar». Con propósitos análogos, existe en nuestro país la «Escuela Xacional de Guerra». En los Estados Unidos de Norteamérica, la Universidad de E-larvard, por ejemplo, posee una «Escuela Civil de Guerra)), nombre éste aparentemente contradictorio, pe;o de cuya legitimidad nos da fe el carácter integral de los conflictos contemporáneos, que impide una separación de conceptos entre lo civil y lo militar. En dicha (<Escuela Civil de Guerra» se examina la política de defensa y administración de los Estados Unidos de Norteamérica, en función de la Ley de Seguridad Nacional del allo 1947, con sus enmiendas. Cabe senalar que esta Ley prevé 31 secretarios: subsecretarios y secretarios auxiliares para integrar el Departamento de Defensa. Sus funciones non tres : La primera, llevar a cabo una tarea de información y análisis del problema, que permita constituir un núcleo de opinión pílblica que respalde toda la actividad de gobierno en lo que hace a la seg-uriclad nacional. En segundo término, desarrollar aque!!ns e;tuclio especializados que capaciten Ana cantidad suficiente dc los futuros funcionarios que habrkn de ocupar puestos de responsal~ilidatl en ci tema. Finalmrnte, realizar un examen crítico de los distintos términos de la ecuación del problema de la seguridad de la nación, a fin de proponer mejores procedimientoc para resolverlos. El hecho cierto es que la forma republicana de gobierno presenta problemas de responsabilidad, organización y control militar, que eran prácticamente inexistentes cn la época de las monarquías. A partir de la Primera Guerra Mundial se percibió que, pese a que la conducción de la guerra en tiempos pasados fue principalmente incumbencia de almirantes 1i generales, el problema de orientar todos 10s recursos de una nación hacia Lm obietivo definido, era demasiado vasto para ser manejado eficientemente por una sola clase de líderes. ‘i‘o tardó en resultar evidente que en semejante lucha los líderes militares profesionales no podían organizar y distribuir los recursos nacionales en forma integra! y eficiente. h la sazón, en Alemania, la necesidad de afrontar la certeza de Il:12 guerra larga, impuso oraO-anizar en 1924, despu& del Marne, un Estado Mayor Económico, a cuyo frente se colocó el presidente de las más importantes empresas financieras e industriales del Imperio. El doctor 1Valther Rathenau debe contarse entre los primeros civiles de Alemania que previeron todas las complicaciones que reportarían la g-uerra de trincheras y la lucha por el material que sobrevinieron. Se dice que Moltlte «el joven» le dijo en una ocasión: «No me moleste con la economía ; estoy ocupado dirigiendo la guerra». La labor de SLI repartición se volvió tan importante? que en 191s era la mayor dependencia del Ministerio de Guerra. En Gran BretaÍía, por su parte: Lloyd George insistió repetidas veces en la necesidad de coordinar la acción militar. A este respecto escribió después de la guerra : «Las dificultades experimentadas porel Gabinete de Guerra en abordar sus problemas son inherentes a todas las operaciones de guerra, cuando la opinión de los civiles choca con la de los expertos. La ciencia y la estrategia navales son asuntos muy fuera de los alcances de los profanos y la aureola de autoridad 80 TOMÁS SÁXHEZ DE BUSTAKWTE resplandecía sobre los dirigentes del Alto Comando Naval. Cada vez que yo insistía en la adopción del sistema de convoyes> me encontraba, como lo he expresado, con el indiscutible razonamiento de que los ,expertos del Almirantazgo sabían por razones técnicas que ello era imposible. Eso, por supuesto, era muy difícil de rebatir. La estrategia no es enteramente un problema militar. Hay en ella un elemento importante de alta política». ((La guerra no es una ciencia exacta como la química 0 las matemáticas, en las que sería presuntuoso por parte de cualquier persona que ignore sus primeros rudimentos, el expresar una opinión contraria a la de aquellos que están completamente familiarizados con sus principios. La guerra es un arte cuyo progreso depende más de la experiencia que del estudio, y más de las aptitudes naturales y del criterio que de cualquiera de ellos.» En Francia, las relaciones entre los elementos civiles y militares del Estado fueron establecidas ya en 1913, en un decreto que decía: «El Gobierno, que es responsable de los intereses vitales del país, es la única autoridad competente para fijar los objetivos positivos de la guerra». En la Universidad de Princeton se señal6 en la década pasada que «la guerra moderna es total y para su conducción es necesario que las autoridades técnicas y profesionales sean apoyadas y, si es necesario, dirigidas por los jefes del Gobierno, quienes tienen la capacidad de poder abarcar no solamente a las fuerzas militares, sino también a las políticas y económicas en acción y quienes tienen además el poder que permite concentrarlas para la obtención del fin perseguido». Y agregaba : «En la actual época de una guerra compleja y omnímoda, solamente ellos poseen la información, amplitud de miras, independencia y poder necesario para el éxito en la conducción de la guerra. Si consiguen establecer bases firmes de cooperación con los líderes militares profesionales, su labor se ve muy facilitada. Si fracasan pueden esperarse entonces ásperos razonamientos, pérdidas de eficacia y aún el desastre». Lloyd George y Clemenceau, ya en los años 1916 a :1918; Churchill, Hitler, Roosevelt o Stalin, en la Segunda Guerra Mundial, constituyen la imagen del administrador civil en las funciones que la guerra moderna impone a los dirigentes de todo Estado. POLfTICA DE GUERRA 3. DE Y LA SEGURID.AD DEL ESTADO 81 GUERRA Es obvio que el problema de la seguridad del Estado se vincula al ,drama de la guerra, del que resulta funci& matemática directa. La ya clásica definición de Clausewitz, a cuya obra el más eminente publicista militar contemporáneo, el capitán inglés Lidell I-Iart, denomina «Las sagradas escrituras militares», nos dice que «la guerra es la política continuada por otros medios». A este concepto, que podríamos denominar clásico y occidental, los comunistas oponen este otro : «La guerra está en el centro de la política» ; o sea, en la conocida frase de Mao Tse Tung : «la paz es la continuación de la guerra por otros medios)). Ello significa que, en el primer caso, al entrar en guerra la política, la conducción del Estado modifica los términos de su «Gramática», dice Clausewitz. Y es que va de suyo que el fin de la guerra, es la paz. En cambio, en la óptica marxista, la guerra es simplemente el medio necesario para el logro de sus objetivos de magnitud mundial, A través de la historia, la guerra se ha manifestado persiguiendo tres fines de naturaleza perfectamente diferenciahles : 1) El aniquilamiento del adversario y la destrucción del pueblo. 2) El desgaste que busca la «paz blanca» y la asimilación e integraci<ín de un nuevo estado de cosas del país o grupos de países que se persigue vencer. 3j J,a conquista psicológica e ideológica de una población. Por otra parte, la dinámica de la guerra, sus causas, sus perfiles y su fisonomia, han sufrido una permanente transformación. Ella es consecuencia, en primer lugar, de los cambios de las organizaciones políticas ; en segundo, de la constitución social ,de sus estamentos humanos ; y tercero, del desarrollo económico y técnico de los Estados. ‘Dicho en otra forma, las causas de esta evolución han sido el progreso material y las transformaciones sociales y políticas ; el aumento de los efectivos en lucha como consecuencia de este progreso material, y el carácter cada vez mayor de los grupos humanos que se enfrentaban y de las áreas en las que lo hacían. Tan rápido y de tal magnitud y naturaleza ha sido el desarrollo de los medios de destrucción que emplean los pueblos en la guerra, que es oportuno recordar la célebre contestación del escritor y humorista inglés Bernard Shaw, cuando interrogado respecto de cómo imaginaba que sería la cuarta guerra mundial, contestó: ((con arcos y flechas». Desde la falange griega no permanente y la legión romana con cte1 privilegio de ser soldado», a través de la «mesnada» medieval y las órdenes de caballería, pasando por el soldado profesional de la época renacentista, arribamos a los ejércitos, expresión militar de las nacionalidades, cuando éstas se constituyen políticamente en Europa. La Edad Contemporánea nos muestra las coaliciones y los grandes ejércitos y un hecho fundamental: así como la reforma protestante aportó el ingrediente ideológico que transformó las características de la guerra, al trasladarla también al ámbito del espíritu de las poblaciones ; la Revolución francesa sumó con el ingrediente políticoideológico el carácter generai de la lucha, dándole las características de guerra de pueblos con la célebre ((leva en masa)), primer fenómeno de conscripción general. Yació así el concepto de la ctnacibn en armas», insinuando los elementos que habrían de configurar la guerra integral. La revolución industrial con la máquina de vapor, los medios de comunicación que permiten la conducción de grandes masas de hombres en extensiones ,de cientos de miles de kilómetros cuadrados, los ferrocarriles, etc., extienden más tarde la magnitud de la guerra a niveles nunca antes conocidos, ni siquiera concebidos, Es la otra etapa en que aparecen los problemas sociales como telón de fondo o epílogo de las guerras. Así, la Primera Guerra Mundial finaliza en una situación radicalmente distinta a Ia perseguida en sus comienzos, con las condiciones del tipo político que generaron los movimientos totalitarios de izquierda y ,de ,derecha en los países europeos con sus ecos en el resto del mundo. En tales circunstancias se llega a la Segunda Guerra Mundial, en la que las características de su ambiente continúan en transformación progresivamente acelerada. Las unidades blindadas, la guerra ideoIogicá, «Ia quinta columna», el «partisano», y finalmente la bomba atómica, superando toda capacidad de ,destrucción conocida. Surge el soldado científico, y el laboratorio es promovido a un nivel de jerarquía igual al del más importante Estado Mayor. El petróleo, el acero, el caucho, el aluminio, los materiales sintéticos, pasan a ser elementos I’OJ>!TICA DI; GCERRA Y SEGURIDAD Dl11. ESTADO Sá bélicos de igllal 0 mayor importancia que las armas mismas. Las concepciones del profesor Braun con sus cohetes «V-l» y «V-Z», insinúan ya en forma cierta las perspectivas casi ilimitadas de la lucha en los espacios siderales. Ante la espoleta electrónica, Churchill hace este vaticinio: ((Lac posibilidades de este medio de defensa son tales, que está destinado a hacer que los medios de defensa antiaérea superen a los medios de agresión aérea. Ello significa que la iniciativa habrá de pasar fatalmente a la tierra y nuevamente el que domine los mares dominará de nuevo el mundo)). La Segunda Guerra Mundial, particularmente con el emp!eo ma.sivo del arma aérea? cierra la época del beligerante diferenciado. Ya no hay ciudadanos y soldados, sino que el frente tiene carácter integral. La violencia, el riesgo y la muerte, están presentes en todas partes. Las acciones con medios atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki, provocan un cuadro de destrucción que hubiese hecho empalidecer las matanzas de los mogoles. T,a guerra vd sus derivaciones inmediatas crean el clima propicio para que el comunismo aborde su esfuerzo definitivo, la imposición tle su ideología en el mundo y el cambio de toda la organización política, social y económica de éste. El cuadro de la guerra toma así carácter total, del cual Mao-TseTung ‘dice : «Los burgueses ultra-reaccionarios no comprenden absolutamente nada de los cambios históricos» ; y Stalin agrega: (<Hoy la guerra es aquella en la cual mueren americanos, ingleses, chinos, frnncescs, coreanos, indonesios y hombres de todas las razas de la tierra ; hoy lo tenéis en ,Corea, Indochina, Filipinas, Indonesia y también en cualquier calle o plaza americana y todavía son capaces de preguntarse si habrá guerra». La guerra total, también llamada guerra social 0 guerra revolucio-naria, expresándose como guerra fría o como guerra caliente, es la reali,dad concreta del mundo en que vivimos. Cristaliza un estado de cosas que a través ,de las distintas etapas de la historia ha ido respondiendo a una evolución, a una dinámica, a una transformación, que las condiciones integrales del mundo también han sufrido. En nuestro país, la Suprema Corte de Justicia definió, a tenor del artículo 23 de la Constitución Nacional, que «la agresión exterior significa el estado de cosas que corresponde a la guerra internacional o a la guerra civil, creadora ésta ,del estado de necesidad y por consiguiente de la ley marcial para el gobierno del Ejército en tiempo1 ‘$4 TOMÁS SÁNCHEZ DE BUSTAMANTE de paz y guerra». Ello significa que las condiciones jurídicas que deben darse para configurar una situación concreta de guerra Por agresión externa, pueden producirse ya no sólo en las circnnstancias tradicionales y clásicas de la guerra internacional, sino también por la agresión del enemigo extra-nacional que habitare en ej propio territorio. También por Decreto-ley núm. 783 de enero de 1963, refiriéndose a las «nuevas formas .de acción subversiva desarrolladas», se señaló: «Que esta acción subversiva se traduce en hechos que amenazan la seguridad exterior, e inciden sobre uno de los objetivos fundamentales de la política defensiva, que es el mantenimiento de la paz interior.» En resumen, la evolución de la guerra se manifestó en dos campos de influencia en los que en el tiempo se advierten tres jalones fundamentales : !a pólvora, la revolución industrial y la bomba atómica, por una parte; por la otra, la reforma protestante, la revolución política francesa y el comunismo internacional, con la Guerra Revolucionaria. Al respecto, Oswald Spengler observó que la técnica de guerra seguía en forma vacilante el progreso de la habilidad de los artesanos hasta el comienzo de los tiempos modernos, cuando súbitamente obligó a poner a su disposición todas las posibilidades mecá-nicas. Veía también una estrecha relación en el hecho de que la pólvora y la imprenta entraran a emplearse casi al mismo tiempo de que la reforma contemplara los primeros volantes y caGanes de campaña ; .y de que la primera Iluvia de folIetos políticos tuviera lugar casi al mismo tiempo que la gran concentración de fuego de artillería en Valmi y, podemos agregar nosotros, que también la aparición de los medios *de la destrucción masiva y los alcances terrestres ilimitados, con el planteo ,de la lucha con magnitud global y en el ámbito de lo ideológico. Las armas de destrucción masiva (guerra biológica-radioactivaclimatológica y atómica), han generado un nuevo concepto del poder militar. Ya no es éste sólo y simplemente la resultante o la suma algebraica de otros factores de distinta naturaleza, cuales son los recursos económicos, el desarrollo industrial, la magnitud y calidad integral $dela población, etc. Hoy, en cambio, el poderío militar de un Estado ,depende de la solidez espiritual e ideológica de la población, y resulta función directa del desarrollo técnico y científico. Este, inclusive, puede postergar *oda consideración de magnitudes relativas en otros aspectos, y aún POl~Í71C.~ DE GlXRR.4 Y SEGURIDAD DEI, ESTADO 85 llegar a modificar los conceptos tradicionales ,de un país militarmente pequeño a grande, según fuera la simple dimensión de las fuerzas armadas que expresen militarmente un determinado potencial nacional. En conclusión, siguiendo a Clemenceau, digamos que la guerra es una cosa demasiado grave y compleja para que la conduzcan solamente militares 0 exclusivamente civiles. 4. LA SITUACIÓIQ MUSDIAL La situación mundial, percibida a través de sus rasgos fundamentales y en función de sus acontecimientos de mayor trascendencia, nos sefíala que el período critico actual se inicia con la rendición de los ejércitos alemanes y japoneses, y el reparto ,del mundo en esferas de influencia entre los vencedores. En ese reparto, Rusia se quedó ((con la parte del león», transformando luego, muy rápidamente, su influencia en dominio efectivo. Con la paz llegó el amargo despertar frente a la realidad de esta batalla de hondo sentido ideolUgico, en la que sucumbían y se cuestionaban innumerables supuestos del mundo de preguerra. Seguridad y libertad corno valores políticos y éticos. Insularidad y la inmensidad del espacio ruso, como valores estratégicos. Y con todo ello, caían o se conmovían el equilibrio político, el libre comercio, el colonialismo, etc. T,a revolución biológica del crecimiento del mundo acentuaba patéticamente las diferencias en la riqueza, en el clesarrollo económico y en los niveles de vida de los distintos pueblos de la tierra. La pugna por cl predominio atómico llevaba a los antagonistas a. los mismos espacios siderales y las fuerzas se encontraban repentinamente en un «equilibrio del terror)). Washington pasó a significar Roma habia sido para Bizancio Oriente y Occidente. inmediatamente en los tiempos para Moscú, lo que de los imperios de Tras las primeras escaramuzas de \‘altn. Potsdnm y f,ondres, se produjeron acontecimientos de gran o reducida magnitud particular que, por su inmediata y trascendental repercusión, mostraron cabalmente la pequeííez del mundo, lo amplio y lo radical del conflicto, J la estrecha interdependencia de las naciones y grnpos de naciones en esta dura lucha por la supervivencia de la civilización occidental. El globo se halló de hecho envuelto en el drama de la guerra fría en que el bloque marxista enfrentaba al mundo libre. La agresión adquirió así rasgos multiformes y ritmo permanente. Era ya la guerra siu frentes ni batallas de fronteras ; sin declaraciones formales JT sin objetivos geográficos ; conducidas por líderes proideológica de la pofesionales, su objetivo militar, es la conquista su bIación integral del sistema. No siempre con apariencia comunista, agresión requiere. el diagnóstico precoz necesario en las enfermedades degenerativas y técnicas quirúrgicas militares. También el objetivo militar final de éstas tienen naturaleza integral: la reconquista ídeológica de la población. La división del mundo entre los triunfadores de la Segunda Guerra Mundial trata así de ser conservada por el bloque marsista a través de una «Política de poder)). Lo cierto es que en los últimos veinticinco años, los E~tnclos Cuidos han tenido 3.400 reuniones con los comunistas. Los negociadores hablaron 106 miIIones de palabras (700 vofítmenes). Todas estas conversaciones finalizaron en 52 tratados mayores, de los cuales la Unión Soviética ha roto 50. Por SU parte, la acción política exterior del mundo occidental comprende tres líneas de acción simultáneas, resultantes de métodos militares, expansión económica y lucha ideológica. El mundo libre (los Estados Unidos de Anlérica en particular) : a) Mantiene un poder militar que por su naturaleza, magnitud, despliegue y agrupamiento, permite disuadir al enemigo comunista de todo propósito de agresión militar decisiva. b) Mantiene dicho poder en disposición tal que le permita la represalia inmediata con toda la violencia necesaria. c) Ejecuta en lo económico, social, político y psicológico. medidas que aspiran a robustecer la solidez del mundo libre y a sustraer de la seducción comunista a aquellos hombres y aquellos pueblos que son hoy todavía presas potencialmente fáciles de sus ,espejismos. En conclusión: Rusia y sus satélites, integrados en un verdadero kampamento militar» en orden a la lucha contra el mundo libre, afirma la dinámica de su movimiento a través de una acción ofensiva de nitidar lineas fisonómicas. Las armas de destrucción masiva (guerra biológica-radiactiva-cli- POLiTICA DC GUERRA Y SEGURIDAD DEL ESTADO 87 matológica y atómica) han generado un nuevo concepto del poder militar. Ya no es tste sólo y simplemente la resultante 0 la suma algebraica de otros factores de distinta naturaleza, cuales son los recursos económicos, el desarrollo industrial, la magnitud y calidad integral de la población, etc. En enfrentamiento de Oriente y Occidente presenta una serie de situaciones concretas que en distintas partes del globo constituyen ((zonas de friccih! En ellas la iniciativa de que goza el bloque marxista provoca en el mundo libre la necesidad de resolver problemas tundamentales de variada naturaleza y en distintas áreas geográficas. En resumen : convulsión interna, inestabilidad, guerra -civil o no- y siempre !a intervención comunista más 0 tnenos enclrbierta, procurando dividendos, a favor de los sentimientos nacionalistas. del subdesarrollo político-económico, y de la debiliclad institucional o económica de los países de los que se tratare. Todo ello provoca que la «guerra fría» lleve implícita ia amenaza constante de la ((guerra abierta». en dimensión localizada o mundial y con fisonomía clásica, nuclear o subversiva. De la potencialidad relativa de los bloques fundamentales que se enfrentan en el cuadro de la «guerra fría», dan pauta básica las estadísticas de producción de acero, petróleo y energía eléctrica, todas las cuales destacan una marcada ventaja en favor del mundo libre. No obstante, las respectivas fuerzas laborales, los costos e inversiones y la dinámica del desarrollo industrial, nos permiten secalar otros aspectos de grave significación. Pese a que la fuerza obrera total de los Estados Unidos es inferior a la soviética, Ia industria es LIII 20 por 1.00 mayor, ya que mientras Rusia utiliza en !a agricultura 4P millones de personas, Norteamérica sólo emplea seis. Sin embargo, la economía de la U. R. S. S. crece a un ritmo mayor que los Estados Unidos y encauza una parte ,desproporcionada de sus capitales a los bienes de produccitjn en detrimento de los bienes de consumo. Es así como se estima que de no modificarse la actual situación, Rusia aven,tajar& a Estados Uwido.s en SM desarrollo ivdz&vial antes de fin dc siglo. Los consumos en Norteamérica superan en más del doble a los de los rusos ; también en los costos. Un tanque vale en Estados Unidos 30.000 pares de calzado, en Rusia. sólo 2.000. Vna División de 88 TOMÁS SÁPíCHEZ DE BUSTAMAXTE Infantería norteamericana, que cuesta ‘74 millones de dólares (7.600 hombres) lanza 5 toneladas de acero y explosivos por minuto, y una rusa (5.500 hombres), 3,s. Por otra parte, los soviéticos dedican actualmente al esfuerzo militar el doble de SUS ingresos comparado con los norteamericanos, Y un poco menos de esa proporción en cuanto a las inversiones para lograr el desarrollo económico. El petróleo de Oriente -vecino de Rusia- es cl que permite hasta ahora alimentar el complejo industrial y político de Europa Occidental, de ahí que el desasosiego y la vulnerabilidad del mundo árabe, con su canal de Suez y sus oleoductos, representen tanto para la economía del .mundo libre. El petróleo de Africa jugará, a su vez, en un futuro próximo, un papel decisivo. Los soviéticos pueden autoabastecerse en la mayor parte de las materias primas necesarias para la industria moderna contando, por otra parte, con enormes extensiones sin explotar debidamente todavía. En resumen, desde 1963 (Primer Plan Quincenal) hasta la nctualidad, los promedios de crecimiento inciustrial son 4 por 100 para U. S. A. contra 8 por 100 para U. R. S. S. Teóricamente, Rusia podría Unidos alrededor de 1900. igualar la producción de Estados Paralelamente, China, Rusia y sus satélites presentan tm frente económico común contra el mundo libre, similar al político, ideológico y militar, sobre la base de realizar el SO por 100 de su comercio exterior dentro dei bloque y realizar esfuerzos de vinculación económica con los países neutralistas y de escaso desarrollo. De todo ello surge, que el crecimiento soviético nos señala como una economía sana y pujante en el mundo libre es un bastión indispensable en el esquema de su defensa. La eficacia demostrada por los métodos de desarrollo industrial en los Estados totalitarios hace que la necesidad de aumento del promedio de crecimiento económico del mundo libre, lleve consigo la exigencia de conserl-ar y proteger el patrimonio de la iniciativa y de la libre empresa. Con 32.000 kiiómetros de frontera, el bloque soviético particular) posee una situación central que le permite operar interiores y golpear con la masa sucesivamente los objetivos de urgencia e importancia. No obstante, son tan grandes (Rusia en por líneas por orden las distan: POLiTlCA DE GUERRA cias, que ha tenido que desplazar de Rusia, más allá de los Urales, Y SEGURIDAD DEL 89 ESTADO gran parte de sus elementos y a Siberia. Por su parte, el mundo libre mantiene disuadir al enemigo comunista y posibilitar un poder militar la represalia. al Sur capaz de A tal fin, se ha establecido una línea de bases dentro y fuera de los Estados Unidos a unos 2.000 kilómetros de la cortina de hierro que, a favor de su situación periférica, permite bloquear a Rusia y a las zonas por ellas influidas con un círculo de hierro cuyo centro es el Polo Norte. La potencia conocida de la acumulación de armas nucleares en tal cadena ‘de bases, ha sido estimado en 35.000 millones de toneladas de \T. N. T. (más de 10 toneladas por habitante del globo). El despliegue periférico de estos medios hace imposible su anulación sorpresiva, en una medida tal, que impide la represalia. Una segunda línea americana tico y en las costas occidentales detención. está apoyada en las islas del Atlánde AmérIca, con repetidas líneas de sobre la situación mundial podemos concluir que En resumen, en el supuesto de una guerra mundial abierta, el riesgo del bloque marxista frente al poderío del mundo libre seria enorme, tanto más cuando hoy, con mayor propiedad que en ocasión en que la frase «de esta guerra no saldrían vencedores dicha por Adolfo Hitler, y vencidos, sino sobrevivientes y aniquilados». 5. IA SEGURTD.411 SACIOS.41, Los rasgos fundamentales del «ambiente» de la situación mundial, nos permiten afirmar que la opcibn está constituida por los términos de la ecuación estratégica bipolar expuesta. A despecho del afán neutralista de algunos Estados, mundial seííala para la República Argentina la exigencia neación con el resto de las naciones del mundo libre. Tal ubicación es consecuencia natural de las raíces la nación y también de SLIS compromisos internacionales. la realidad de su alihistóricas de Puede advertirse que necesariamente el comunismo internacional interfiere !os objetivos nacionales. Por otra parte, aquel no cree en la paz ni en la recuperación económica, sino que pone sus esperanzas BO TOMÁS SÁKCHEZ DE BUSTAMAEYTE en el caos, la miseria, el escepticismo y la ignorancia. La cooperación sincera no es tampoco concepto que quepa en el cartabón del materialismo dialéctico, ni que armonice con el imperativo de la lucha de clases. Dichos «objetivos nacionalei» 5e encuentran espresados en el Ellos son: «constituir la preámbulo de la Constitución Kacional. unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer .a la defensa comíul, promover al bienestar general y asegurar loc beneficios de la libertad». El «interés nacional)) es el fin fundamental y permanente en virtud del cual el Estado actúa para promover eI bienestar general, coaa que realiza actuando pendularmente entre la seguridad y la liberta<!. Los objetivos nacionales son perseguidos a través de metas, que a modo de jalones en el tiempo constituyen el rumbo escogido por los Estados en busca de materializar los objetivos nacionales o de lograr el interés 0 los intereses nacionales. Tales metas constitu,ven los objetivos políticos. Esto es mientras los objetivos nacionales atañen a la. nación como tal, los objetivos políticos se vinculan al Estado que los estructura jurídica y políticamente. Los objetivos políticos expresan apetencias políticas, econbmietc. Existen, en consecuencia, cas, sociales, g-cográficas, ideológicas, Estados satisfechos e insatisfechos, adquisitivos o conservativos, etcétera. Como es obvio, así como los objetivos nacionales tienen carácter permanente, los objetivos políticos son transitorios en el tiempo y de naturaleza dinámica, ya que responden a una realidad concreta J circunstancial, cual es In del país en e! momento expreso en que se los fija, para materializar un logro que transforma esa realidad. Los objetivos políticos se persiguen a través del quehacer de la apolítica nacional», entendiendo por tal el conjunto de modos de acción de un determinado gobierno para buscar en tiempo y espacio la materialización de aquéllos. En términos generales, podemos señalar que existen políticas de desarrollo o fomento y política de defensa. Las primeras son las que persiguen objetivos destinados a incrementar el patrimonio cultural o físico de la nación, cuales podrían ser el desarrollo industrial o energético del país, la erradicación de enfermedades o la eliminación POLÍTICA DE GUERRA Y SEGURIDAD DEL ESTADO 91 del analfabetismo. En cambio, la política de defensa está destinada a preservar el patrimonio espiritual o físico de la nación, ante la eventualidad de un conflicto. Estos dos campos de la actividad política fundamental atienden a las exigencias de proveer a la seguridad y promover al mismo tiempo el bienestar general. Dic en otra forma, el bienestar general es a la seguridad, como la política de fomento o desarrollo es a la política de defensa y en delinitiva? lo que la conducción política es a la conducción militar. Los objetivos políticos, como es natural, pueden ser antagónicos a los lde otros Ektados. Esto genera áreas de conflictos, de donde derivan exigencias para la actividad política internacional, que ésta podrá o no resolver en sus dificultades. En el primer caso, la situación que se crea se denomina hipótesis de conflicto, que en la segunda contingencia deviene en hipótesis de guerra. Así, por ejemplo, si los objetivos nacionales de Alemania previos a la Segunda Guerra Mundial expresaban fundamentalmente su aspiración a restaurar el imperio germánico, podemos deducir que sus objetivos políticos que generaron el conflicto fueron el rearme, hegemonía económica de Europa Central, espacio vital hacia el Este, recuperación del territorio, etc. hás aún, la aspiración a una alianza Con Gran Bretaíía como objetivo político se frusta con la política alemana de sustitución del patrón oro, fomento a las exportaciones y desarro110 naval. Algunos países más evolucionados, han montado ya el aparato de la Seguridad Nacional sobre la base de estos conceptos fundamentales, por ejemplo : Italia, Gran Bretaña, Alemania Occidental y particularmente Estados Unidos de Norteamérica. .‘Zstc tiitimo país ha ido perfeccionando su estructura en este orden de cosas, a partir dc la sauci&~ del acm c’,c Seguridad Xacional dc 1947. A través de sucesivas reformas, en los años 1953 y 1958, y superando las políticas particulares de lai: fuerzas y muy especialmente la prevención hacia la acumulación de poder, los Estados Unidos de Norteamérica ctIentan actualmente con los instrumentos jurídicos v los organismos de ejecución necesarios para proporcionar -así se expresa en la legislacióntcun programa amplio para la seguridad futura de los Estados Unidos ; I>rovccr al establecimiento de procedimientos y políticas integradas para los departamentos, agencia< y funciones del Gobierno relacionado? con la se~nridad nacional ; <II- 92 T0M.k ShNCHE7. DE BUSTAMANTE en forma sepaministrar tres departamentos militares, administrados terminante y dirección unificada rada... ; proveer a su coordinación bajo el control civil del Secretario de Defensa... ; proveer a la dirección estratégica efectiva de las Fuerzas Armadas y su operación bajo control unificado, y a su integración en un equipo eficiente de fuerzas terrestres, navales y aéreas». La consecuencia natural que traduce la eficacia del sistema, re- sulta : - Integración máxima - Asignación de las responsabilidades - Unificación del control y utilización y dirección plena del potencial nacional. fundamentaks. del esfuerzo. Así en Argentina, la estructura orgánica está constituida básicamente por el Consejo de Defensa Nacional, que no es sino el Gabinete nacional reunido bajo la presidencia del Jefe del Estado, agrupados o no en equipos de trabajo, para considerar problemas específicos. La Secretaría del Consejo de Defensa, es el órgano de colaboración directa del Consejo y de coordinación de las actividades específicas de los Ministerios y Secretarías no militares. n travts de las Direcciones de Defensa Nacional de éstos. A su vez, el Estado Mayor de Coordinación tiene la misión de planificar, coordinar y asecorar al Presidente de la Nación en la conducción político-militar en la paz y en la guerra : y, como es obvio, los distintos órganos del Estado, desde el Poder Ejecutivo hasta los Municipios, sin excluir a los poderes legislativo y judicial, participan en cuanto es de su competenckj respecto del problema. En cuanto a las normas legales principales que rigen en la materia, podemos mencionar a las siguientes : la Constitución Yacional ; la Ley de Ministerios ; de Servicio Militar Obligatorio : Orgánica de las Fuerzas Armadas ; de Estadística Militar y Estadística y Censo ; de Fabricaciones Militares ; Leyes del Registro Xarional de las PerEscuela Y’acional de Guerra, sonas, Estado Mayor de Coordinacih, Consejo de Defensa Nacional de Organización para tiempo de guerra, etc. ; y una serie de decretos referentes a Secreto IVilitar, Delitos contra la Seguridad de la Nación. Segllridad de los Transportes, Protección de Objetivos de Servicios Públicos, etc. A través de la «Lky de Defensa Nacional», el Poder Ejecutivo que la propicia, aspira -así lo expresa en su mensaje al Congreso-: POLíTIC:\ DE GUERRA Y SEGCKIDAIJ DEL ESTADO YY «A dotar a la República de una legislación moderna e integral. atinente a la Defensa Nacional», y agrega en los fundamentos que «ent,endida así, la Defensa Nacional no es una función privativa o exclusiva de las Fuerzas Armadas, sino una responsabilidad del Gobierno en conjunto, y es a la vez fuente de obligaciones y responsabilidades, tanto para los gobernantes como para los gobernados». Más adelante dice: ((La política de defensa no constituye un fin en sí misma, sino sólo un medio para lograr la situación de se.guridad necesaria que permita mantener y mejorar constantemente el modo de vivir y la prosperidad del pueblo argentino. Por otra parte, los actos y hechos en que concreta la política de defensa -en tanto y cuanto implica movilizar los recursos materiales y morales de la Naciónno deben alterar las estructuras institucionales básicas establecjdas por la Constitacibm). La Seguridad Xacional, según se define en el Decreto 9.390, de octubre de 1963 referente a secreto militar, es «la situación en la que los intereses vitales de la nación se hallan a cubierto de interferencias y perturbaciones sustanciales» y, en cambio, «defensa nacional es el conjunto de medida? que el Estado adopta para lograr la seguridad nacional». La futura Ley de Defensa Nacional mencionada, en su artículo 60, define a su vez la seguridad nacional diciendo, que es «la situación en virtud de la cual los intereses vitales de la nación se hallan a cubierto de cualquier tipo Ide ataque o agresión externa, conmoción interior, caso de emergencia grave o catástrofe». Puede advertirse que esta última definición precisa más concretamente las caracterírticas de ese estado de protección, que determina la real medida de seguridad en la que se encuentra la nación. Análogamente a lo expresado respecto de política nacional y política de defensa, podemos decir que estrategia nacional es «la ciencia y el arte de emplear por el Gobierno los medios disponibles del potencial para materializar los modos de acción, fijados por la @ítica de defensa es la parte de esta nacional», y, en cambio, «estrategia estrategia nacional tendente a materializar los modos de acción fijados por la política de defensa». En síntesis, podemos establecer el esquema básico siguiente : El Plan General de Gobierno, ios objetivos políticos a alcanzar Las formas en que habrán como documento escrito. o no, fija en tm tiempo determinado. dc ser logrados determinan la política 94 TOMÁS SÁMXEZ DE BUSTAMANTE nacional. De la confrontación de los objetivos políticos COU ¡OS de aquellos países vinculados con el propio, surge la hipótesis de conflicto, la que podrá, ulteriormente transformarse en hipótesis de guerra por imperio de las circunstancias del hecho en consideración. Frente a esa situación, a aquellas de gravedad tal que exijan la intervención de las autoridades nacionales COII SLISmedios LI obliguen al imperio de la Ley Marcial, la medida en que 10s intereses vitak de la nación se hallaren a cubierto, determina el índice de seguridad nacional existente. La forma en que se busca, obtiene y asegura un índice adecuado de seguridad en todo el ámbito de la nación, constituye en definitiva la política de seguridad nacional, como ya se ha dicho ; actividad ésta de planificación y coordinación que participa de las más elevadas formas de estrategia general o política de guerra. En cambio, la política de defensa es el curso de acción concreto que busca materializar la seguridad nacional frente a una hipótesis de conflicto determinado. El proyecto de ley mencionado no sutiliza esta diferencia y sólo contiene el concepto único de política de defensa. La ejecución ,de la polític-1 de defensa requiere fundamentalmente una estructura orgánica e instrumentos jurídicos nd JIOC. La estructura orgánica comprende organismos de decisión, asesoramiento y ejecución y los instrumentos jurídicos a su vez fijan las normas legales que competen al tema. Todo ello resulta también caracterizado en forma directa, por lo que son rasgos esenciales de los Gobiernos republicanos la periodicidad y la responsabilidad de los mandatarios y sus atribuciones de contralor civil sobre la autoridad militar, respecto de la cual ejercen legalmente la coordinación y dirección de su esfuerzo integrado en el potencial del país. Dicho potencial está constituido por el conjunto de valores de toda naturaleza que lo integran ; esto es : humanos, morales, económicos, financieros, industriales, comerciales, ideológicos, políticos, etc. @ientado a afrontar un esfuerzo de guerra, recibe el nombre de potencial de guerra y es resultante de la concurrencia, por agrupamiento *de fuerzas de tres factores fundamentales : militar, económico y poIític0. 6. COXcLUSItN Finalmente, podemos afirmar que en la incierta hora de graves y hondas inquietudes de nuestro mundo, los fundamentos mismos de nuestra civilización cristiana, iorjada en el crisol de la igualdad esen- POLíTIC.4 DE GCERRA Y SEGURIDAD DE?,. ESTADO 96 ciaf entre los hombres y de ?a libertad, están mortalmente amenazados por la guerra fría, moderno desafío de la nueva herejía. En el escenario del drama, la República -Argentina ha vivido la circunstancia de tan grave encrucijada. Sufriendo los efectos de una compleja dis:o:-sión económico-financiera: del deseclu!!ibrio entre producciOn y consumo, y de la inflacción. Soportando el peso de los déficit de presupuesto y balanza comercial. En plena etapa de transición industrial. el contenido económico ‘del problema integral acentúa en forma reversible las tensiones sociales y la inestabilidad política de una situación de suyo difícil. ‘Todo ello constituye así un sistema de vasos comunicantes con otras complicadas facetas y fenómenos geográficos, sociales y políticos, cuales son, por ejemplo, la macrocefalia que generó en el puerto de Buenos Aires o el desarraigo nacional consecuencia del materialismo, el descreimiento, la demagogia, el resentimiento, la infiltración comunista y el aluvión inmigratorio aím no digerido. Tan grave circunstancia mostró patéticamente la urgente necesidad del logro de la «Seguridad Interior», como condición indispensable para. en el tiempo, llevar a cabo los reajustes económicos, políticos y sociales que demanda el desafío de esta hora. Y así también, la fundamental necesidad de exaltación de los valores tradicionales, de robustecimiento y adecuación de las Instituciones y, en definitiva, la consolidación del auténtico ser nacional. Decía el insigne pensador de la Montaña, que «sólo en la unidad de la creencia adquiere un pueblo vida propia y conciencia de su fuerza unánime ; sólo en ella se legitiman y arraigan sus instituciones ; sólo por ella corre la savia de la vida hasta las últimas ramas del tronco social. Sin ella, 2qué p ueblo osará arrojarse con fe y aliento de juventud al torrente de los siglos ?N En esta verdadera «guerra de almas», polifacética y constante en su agresión, que todo lo abarca y todo lo penetra, «las trincheras pasan por el corazón de los hombres». Belloc. secalaba ya hace años que durante los siglos XVI, XVII habiendo desaparecido la unidad de la cristiandad y habiény XVIII, dose debilitado el principio vital sobre el cual su vjda dependía. nuestra cultura perdió SLI unidad, entrando en un proceso de descomposición creciente. «Esta circunstancia adversa fue acompañada por un rápido progreso del conocimiento referente a la ciencia y al dominio del hombre sobre las cosas materiales ; pero al mismo tiempo per- 96 TOXk SÁPÍCHEZ DE BUSTAMA?iTE dieron su asidero en las verdades espirituales. Era el reverso de 10 que había sucedido al principio dc nuestra civilización. ElltOnCeS, nuestra religión salvó al mxndo antiguo precisamente cuando éste iba a perecer, creando una cultura nueva, aun cuando agobiada por una decadencia de la ciencia, las artes y las cosas materiales». «Nuestro conocimiento de las cosas exteriores y nuestro poder sobre la naturaleza, no contribuyeron a atenuar la creciente presión que pesaba sobre el mundo. El conflicto entre ricos y pobres, entre idolatrías nacionales opuestas ; la falta de patrones comunes así como la de doctrinas inmutables sobre las cuales éstos se apoyan, terminaron por llevarnos, a principios del siglo xx, al borde del caos, amenazando sumir a los hombres en un estado de desconcierto propicio a la destrucción de la sociedad. El comunismo llega a la raíz del asunto y los hombres se adhieren a él porque ven con claridad que así lo hace. En esta crisis, sólo nos quedan dos alternativas : el rcstablecimiento, mediante la restauración de la fe, o la extinción de nuestra cultura.» Esa restauración implica modificar integralmente una conducta frente a la vida individual y de relación. Resulta necesario e impostergable, probar que no es precisa la guerra para curar los males que generó el liberalismo capitalista. James B. Conan destacó que «la fuerza y la libertad son, al parecer, enemigos», y al preguntarse, <p odemos vivir en un mundo con ambos ?, él mismo se respondía : «Si todos conservamos en la mente que lo principal y vital es la supervivencia de nuestra sociedad libre, podemos creer que las decisiones eventuales serán acertadas. Sólo así podemos esperar también resolver la paradoja de la fuerza y la libertad en la era atómica)). Pero agreguemos, recordando a León XIII, que también «cuando nada se anteponga a la justicia» . A aquella justicia «de madre y maestra», que condena al comunismo ateo «intrínsecamente perverso», pero reclama al mismo tiempo la equitativa distribución de la esperanza, el deber y la abundancia. Aquella única justicia capaz de impregnar las cosas del César con su mensaje y contenido de tradición y estilo cristianos, para consagrar así la «paz en la tierra a los hombres de buena voluntad», esa paz que no debe comprarse al precio de la verda,d, ya que hacerlo equivaldría a presenciar después de veinte siglos el nuevo sacrificio de ,Cristo y, no obstante, pactar con sus verdugos. PROYECCION CHINA SOBRE EL CONTINENTE por JOSE General HIJAR ASIATIC ARliSO de División Ante todo vamos a hacer un estudio del sujeto de este tema: la China, en su pasado y presente, de tal manera que nos permita entrever lo que cabe esperar de ella en el futuro. CARACTERÍSTICAS G~OGKAFIC.~S DE CHINA Este inmenso país ocupa en ei globo terráqueo una posición absoluta, comprendida entre los paralelos 18” UO’ y 53” 23’ de latitud N. y los meridianos 74’ y 1350 de longitud E. de Greentvich; pero ni su territorio ni su población son conocidos con exactitud y rigor geográfico. Aquél rebasa los 11 millones de kiiómetros cuadrados de superficie, en la que tienen asiento : la China propiamente dicha, que es la de «las 18 provincias» tradicionales, donde la autoridad china ha sido más o menos efectiva, pero constante a través de SLIS vicisitudes históricas, y las dependencias exteriores que la envueivenl donde la acción de mando del Go’bierno chino fue siempre más bien teórica y donde ha encontrado siempre las mayores dificultades, debidas a su situación excéntrica o por corresponder a tierras desérticas e inhospitalarias. Todavía siguen siendo éstas las regiones donde se presentan las mayores rebeldías frente a Pekín. Se trata del Tíbet, Sin Kiang, Mongolia Exterior (hoy independiente) y Mana China, se halla churia, si bien esta última, que dio emperadores muy inte<grada en ella debido a que en la actualidad, el 90 por 100 de su población son chinos y sólo queda un 9 por 100 de manchúes. En la China de las 18 provincias hay dos ríos cuya importancia interesa subrayar : el Hoang-ho o río Amarillo en el ,Xorte, y el Yang Tse-kiang o río Azul en el Sur ; ambos corren, de manera 98 IQSÉ HÍ.IAR .4Rlr;rO general, de Oeste a Este para desembocar el primero en el mar Amarillo y el otro en el mar de la China. Su interés estriba en que la divisoria de aguas entre ambos seííala una clara separación entre China del Norte y la del Sur, que son fundamentalmente diferentes : el Norte representa el predominio de los terrenos cubiertos de loes con paisajes monótonos y desnudos de arbolado, mientras que en el Sur, el relieve es más movido y sus laderas tienen rica vegetación. Análogo contraste se produce en la población, tanto cn los rasgos físicos como en los espirituales : el tipo septentrional es el de los campesinos ; el meridional, el del hombre de la ciudad. Así en el Chili, al Xorte, eS más alto, más vigoroso, el color de la piel más claro, y el rostro, frecuentemente más alargado. Su carácter es más firme, serio y conservador. El de Cantón, en el Sur, es más inteligente, pero generalmente más flojo, con más espíritu comercial y más inquieto y decidido. Los movimientos revolucionarios han partido casi siempre del Sur : Cantón fue centro de acción de Sun Yat Sen ; Chang Sha en el Hun-nan fue donde Mao Tse-tung hizo sus primeras armas de propaganda comunista en 1921; Hong- Kong se distinguió por sus organizaciones huelguísticas de 1922. Desde el punto de vista militar, la línea del Yang Tse-kiang ha tenido siempre importancia estratégica: cuando la Corte se trasladó de Pekín (!a capital del Norte) a Nankin (la capital del Sur), lo hizo pensando en la mayor seguridad que iba a tener tras la línea del Yang Tse. Históricamente se comprueba al ver que la China del Sur conservó su independencia en muchas ocasiones, mientras que lu del Norte, a pesar de su Gran Muralla, sufrió las invasiones nómadas. La po blarión En un empadronamiento de 1910, aquélla dio un total de 330 millones de habitantes. Al cabo de cincuenta alíos SC duplicó, y hoy se estima en unos 700 millones, lo que permite unos efectivos militares de tres millones de soldados y unas milicias de 10 millones de hombres más. Pero la nota más importante de su demografía la constituye su rápida progresión de crecimiento, que se cifra en un 2 por 100 de aumento anual, o sea, en cifras absolutas, un aumento de 12 millones de individuos por año. Teóricamente, este cálculo nos lleva a pensar que en 1980, la población de China será de cerca de 1.000 millones de habitantes : un chino por cada 3 ó 4 habitantes del mundo. PKOYECCION CHIXA SOBRE EL CONTINENTE ASI.\TICO 99 Este desbordamiento demográfico es debido a los matrimonios precoces y a la fecundidad de la mujer china, que compensa con creces la elevada mortalidad infantil y aún la de los adultos por faita de higiene, abuso del opio, epidemias, hambres, como la de 1877-78, en ei que perecieron 1S millones de personas, y hasta causas históricas, como las desvastaciones ocurridas en 1801 durante la revuelta producida en el Hun-nan para derrocar a la dinastía manchú por el cc?Tai Ping Tien Kuo» (secta del Reino celestial de la Gran Faz) o las insurrecciones musulmanas de INO, en las que perecieron otros varios millones de chinos. Sin embargo, la densidad de población resuita muy irregular. Hay regiones muy pobladas, como el centro de la Gran Llanura hacia el codo del río Amarillo ; la zona que atraviesa el ferrocarril de Tsi-nan a Tsin-tao ; las cuencas de los ríos que riegan las regiones de E-Iunnan, EIu-pe y Kiang-si y los deltas del Cantón y del Yan-tse, que son regiones de gran valor ecético por las fábricas y establecimientos comerciales que, con sus mejores niveles de vida, atraen a los chinos de otras regiones. En !a isla Tsung-mingen la desembocadura del Yang-tse llegan a 1.473 habitantes por kilómetro cuadrado. En contrastre con ésto, tenemos las mesetas de loes de Shan-si con 45 habitantes por kilómetro cuadrado ; el Shen-si, donde la densidad baja a 33, y todavía hay regiones muy elevadas o de relieve quebrado, prácticamente vacías. En cuanto al habitat chino, la mayor parte de las grandes ciudades se hallan en el río Azul y en la costa meridional. Las ciudades chinas, en contraste con las europeas, que se han extendido más allá de las antiguas acrópolis, en busca de espacio para su desarrollo fuera de las murallas, reflejan la inseguridad y temor que padecieron con las continuas guerras civiles, el bandidaje y la piratería, y todavía muestran sus murallas y recintos, de la misma manera que el conjunto del país conserva su Gran Muralla. Dentro de una ciudad se pueden ver la «ciudad china» y la «ciudad manchú». Otra característica notable de las ciudades asentadas junto a los ríos es su ((población flotante», donde los chinos desarrollan su vida desde el nacimiento a la muerte a bordo de sus embarcaciones. En cuanto a las fronteras las estudiaremos con algún examinar las reivindicaciones de China, por su singular importancia, detalle en el curso de este artículo aI chinas. SU HISTORIA Ea la historia de China, la imaginación poética de sus antiguos historiadores llenó de fábulas los tiempos primitivos. Así se habló de los que trajeron el fuego a la tierra tomándolo de las estrellas, o bien, los discípulos de Lao Tse creaban el mito del gigante Pan Ku, el cual, antes de morir formó con su llanto los ríos Azul y Amarillo, su postrer suspiro originó el viento, su estertor d trueno y su miel cuerpo sobre la tierra, su esrada el relámpago ; al derrumbarse queleto constituyó las montañas de China. Pero acudiendo a los trabajos de los investigadores modernos, no conseguim,os más luz en cuanto al origen del pueblo chino, porque la mitología se enlaza con la historia creando una zona nebulosa. En el terreno positivo sólo hay concordancia sobre que el corazón de la antigua China estuvo en la tierra amarilla del loes de la Gran Llanura, en la parte que corresponde al recodo del río I-Ioang-ho, y también se conviene en que la civilización china es autóctona So es posible, ni conveniente, para la extensión de un artículo, seguir paso a paso ia dilatada, complicada y turbulenta historia de este psis, pero sí es necesario señalar los hitos que jalonan con acontecimientos importantes su marcha a través del tiempo para llegar a la China actual, conocieildo qué elementos han contribuido a la formación del pueblo chino y cómo han influido eti el pensamiento y en la cultura de la actual <generación. Así estaremos en condiciones de comprender mejor el pensamiento chino actual. El Imperio El multisecular El Imperio imperio chino comprende tres períodos : anhguo Se extiende desde tiempo inmemorial hasta el siglo VI a. J. C. Durante él, gobiernan unos caudillos hasta Fo-hi, a quien se cita como primer emperador histórico por el año 3461 a. de J. C. Al final de este período, China aparece como un Estado feudal ; el emperador es considerado hijo del Cielo y de ahí que su imperio sea Celeste. En este final surgen los filósofos Lao Tse y Confucio, moralizadores del pueblo chino. For esta época, cuando una parte de Europa llevaba una vida rústica y primitiva, los chinos conocían el papel y la tinta, la pólvora y la brújula. Dentro de él surge la dinastía Thsin (249-210 a. de J. C.), sucediendo a la Tchou carente de autoridad. Centralizó cl Gobierno y a ella atribuyen algunos autores el nombre de China como una derivación fonética. Su principal figura fue Shi Hwang-ti, primero de la dinastía, que venció a los hunos arrojándolos a Mongolia ; inició la construcción de la Gran Muralla y mandó quemar todos los libros existentes como reacción contra los literatos que censuraban su gobierno, Esta acción, que ha quedado en la historia de China como «el fuego de los Thsin», viene a ser un precedente de la revolución cultural de nuestros días. Sigue la dinastía de los Han, verdaderos fundadores de la unídad imperial después de haber conquistado Ias regiones marítimas del Sur ; solamente quedaron libres de su dominio el Yun-nan y eI Tibet: en el primero, los shan se mantuvieron ind.ependientes hasta 1680, porque el calor húmedo malsano de sus valles no permitía a los chinos aclimatarse fácilmentez y en cuanto al Tibet. lo-. lamas supieron mantenerse fuera del mando chino en SLIC. inhospitalarias tierras altas. El siglo III marca el comienzo de un largo periodo de g-randes turbu!enciss y disidencias. China se convierte en «el país de los tres reinos», que no tardan en hacerse la guerra mutuamente. Los mandos militares cobran importancia y son los generales los que se imponen, apareciendo así una figura típicamente china: «los señores de la guerra», que habían dc perdurar hasta nuestros días en la historia de China. como una institución enraizada en la médula del pueblo. Cuando la autoridad imperial decaía. no podía hacerse sentir en las regiones algo apartadas y era sustituida por la de los Comandantes militare?. procedentes de distintas capas social,es, los cuales se imponían al poder central en forma más o menos audaz. Sus ejércitos eran hordas que les servían, entre otras cosas, para recaudar los impuestos de los cuales vivían. Como ejemplo de su vivencia en nuestra época diremos que el 102 JOSÉ HÍJAR ARIÑO primer cuarto de siglo actual presentó una gran floración de estos personajes : Tchang-So-lin, dictador de Manchuria ; Chen Chi-tang, tirano de Kwall-tung; Lin Hsing, el de Sze-chwan. y Yen Sh-chang gobernador de Shan-si y, en la actual China roja, Wang En-mao, Comandante y Comisario militar de las tropas del Sin Kiang, calificado de jefe militar ((descarriado». Volviendo al siglo III, al final del mismo todavía se complicó la situación con las invasiones de los Hung-nu y los Sien-pi, cuando imperaba la dinastía Tsin. China quedó dividida en dos partes congeogrjficas : el Norte, donde hubo cordantes con sus características chinas. ESta cinco dinastías, y el Sur que tuvo dos, exclusivamente anómala situación duró hasta el siglo vg, correspondiendo a la dinastía Sung (:?!%), terminar con tal estado de cosas. No obstante, los siglos vII1 y rx, fueron agitados por rebeliones interiores y e! x por las luchas exteriores con los tártaros khitanes, duefios de Mancht1ria y Liao-tung. Sigue .el período mongol, que empieza con la invasión de un ejército de Gengis Kan a principios del siglo XII, el cual arrasó más de 90 ciudades en Ho-nan, Chili y Shantung, dejadas en tal estado que por ellas «podía pasar un gigante sin que tropezara su caballo». Kubilai, uno de los hijos de Gengis, subió al trono de China en 1259 después de haber invadido el Tibet, Tonkín y Cochinchina, eludiendo en su avance la barrera del Yang-tse inferior mediante un envolvimi.enta por el Sze-chwan y el Hun-nan. Su imperio alcanzó el mayor esplendor conocido hasta entonces en la historia china. Era !a primera vez que un conquistador conseguía un proyecto tan amplio para la unidad de China, importante logro que Illego sc conseguirí, con la invasión manchú. Arranca de 1368 con la dinastia Ming (brillante), que derrocó a los Yuan y, tres siglos más tarde, en 1644, comienza el período manchú, que dió emperadores hasta 1912 en que se proclamó la r.epública. h pesar de la Muralla china, los invarores penetraron por los históricos pasos de Jehol hacia la provincia de Chi-li y el de Ta-tung. en el norte de la de Shan-si o por la garganta del Hoang-ho guardada por la fortaleza de Tung-kuan. PROYECCIóN CIIIPÍA SOBRE EL CONTINENTE ASIiTICO 103 La última dinastía manchú aseguró definitivamente, en los siglos XVII y XVIII, la conquista de las regiones periféricas: Manchuria, Mongolia y Turkestán Oriental, reafirmando la unidad china En cuanto al Tibet, aunque los naturales permanecieron sometidos a su teocracia budista, el Dalai Lama se unió al emperador y China se aduefíó de las rutas comerciales que atraviesan aquellas elevadas regiones. Envió sus ejércitos al Nepal, que tuvo que reconocer su soberanía, y también a Birmania, Anam y Corea. El imperio se hallaba ya bien asentado en el continente asiático, rodeado de hordas sumisas o principados feudatarios. China era la «Tierra de Enmedio» y podía dormir tranquila. Llegamos al siglo XIX, tan interesante en la historia de China porque lo caracterizan los sucesivos enfrentamientos con las grandes potencias que la hacen despertar de su letargo. Estos conflictos, en los que China saldría perdiendo siempre por tener que ceder a la ley del más fuerte, ibati a dejar en el espíritu chino un creciente sentimiento de odio hacia las potencias colonialistas, contribuyendo en gran manera a la actual disposición de ánimo de China frente a Occidente y a Rusia. El primer choque fue en 1810 con la guerra del opio. Este producto, conocido en China desde hacía doce siglos, entró luego como mercancía extranjera desde Goa y dio lugar a que se quejaran los mandarines contra la importación que les perjudicaba y a que estallara la guerra con Inglaterra. Las consecuencias de ésta fueron: la apertura de China a la influencia extranjera y, por el tratado de Nanfin de 3841, la cesión a Inglaterra de la isla de T-Iong Kong (Victoria), lo cual se amplió en 1860 con la cesión de Kowloon en tierra firme y unas islas. En octllhre de l%(ì lln incidente dará lugar a la segunda guerra del opio. TJn junco chino cm bandera británica, cargado de opio. fue apresado por los chinos en Cantón. La guerra que se entabló tras la reaccion británica terminó con la ocupación de esta ciudad por los ingleses en diciembre de 1857 y en la paz que se firmó, Inglaterra adquirió el derecho de fondeo de sus buques de guerra en siete puertos más, con los correspondientes derechos de ((inspección», que se traducían en las operaciones de patrulla de SLIS cañoneros. remontando el curso de los ríos hacia el interior. 104 JOSÉ HÍJAR AR180 Nuevo conflicto surgió con los franceses en 1883. Francia tenía derechos de comercio en el río Rojo (Tonkín), y se vió precisada, ã enviar allí una expedición militar para combatir a los bandidos que infestaban aquellos parajes. China, celosa de su soberanía, envis a SU vez efectivos para oponerse a aquella acción francesa, hasta que en 1~85 se firmó la paz en la que se reconocieron a Francia derechos, eri Anam, aunque dejando a salvo la soberanía china sobre 4 país. En 1594 el conflicto fue con el Japón por complicaciones s«rgidas en Corea, resolviéndose al año siguiente a favor del Japón por la paz de Simonoseki, según la cual, China tenía que ceder a su adversario la península de Liao-tung y la isla de Formosa. En este momento histórico puede situarse el embrión de la guerra ruso-japonesa de 1904. Por presiones de Francia y Alemania, Japón tuvo que renunciar a Liao-tung y, en cambio, Rusia conseguía derechos sobre Port Arthur y una concesión de paso del ferrocarril de Wadivostok por tierras chinas. La entrada del siglo xx corresponde al conflicto más grave. A causa de la difícil situación política china a finales de 3.899, el emperador To Tsong había firmado un documento con reformas que reduchan las prerrogativas imperiales. Ello provocó la ira de su tía la emperatirz Tseu Hi, que no admitía cesión alguna en tal sentido por parte de1 «Hijo del Cielo», y para anular aquellas medidas buscó la ayuda de la secta político-religiosa del «puño de la justa armonía», a la que se dió el nombre vulgar de «boxers» (boxeadores). El lema invocado por esta sociedad iba a ser la salvación de la monarquía y, aunque esto concordaba con las conveniencias de las colonias extranjeras, para quienes resultaba cómodo el manejo del débil cmperador, e! movimiento iniciado en Shantung, se desarrolló dentro de una exacerbada xenofobia. Hubo incendios y pillajes y resultó muerto en Pekín, durante los disturbios, el embajador alemán. La intervención de las principales potencias fue enbrgica, llevándose a cabo con abundantes efectivos militares que, al fin, impusieron a China la paz de 1901. Esta exigió laboriosas negociacionps a causa de los intereses encontrados de cada uno de los aliados que trataban de obtener las máximas ventajas para su país. ‘A la sazón, el actual Alao Tse-tung contaba ocho años de edad, y en SU espíritu harían mella las imposiciones extrañas oyendo a SU abuelo, el viejo Mao, que clamaba contra la presencia de los extranjeros. PROYECCIOX CHIIiA SOBRE EL CONTIKEhTTE ASIÁTICO 105 En 1911, un emprésito de capitales extranjeros y la nacionaliza-cióti de !os ferrocarriles .de Sze-chwan fueron la chispa de una revolución que iba a acabar con el imperio chino, marcando un momento crucial en la dilatada historia del país. Sun Yat-sen, el artífice de la revolución, hacía varios aiíos que desde Japón organizaba la Liga revolucionaria china, que había de reunir varias sociedades secretas, sentando como objetivos de la Liga las tres finalidades siguientes : 1.” Expulsar a los manchués, cuya dinastía había consentido inumerables humillaciones al pueblo chino ante los extranjeros. 2.” Implantar la república, que era el paso más avanzado que iba a dar China para adaptarse a las ideas democráticas de Occidente. 3.” Distribuir equitativamente la propiedad de la tierra. Con este programa trataba de atraerse, tanto a los intelectuales como a los campesinos. Esta primera República traída por Sun Yat-sen no fue bien vista por las potencias occidentales, porque la revolución había nacido para combatir las complacencias de los emperadores hacia ellas y la falta de apoyo de las potencias hizo que no durase más que dos años. Aunque toda la China del Sur se había sumado a la revolución democrática, la del Norte se mantenía firme alrededor del niño emperador Pu Yi y su regente. Pero el «hombre fuerte» era allí el general Yuan Shin-kai, el cual, con su espíritu maquiavélico, burló al regente y a su tutelado, brindándose a ser Presidente de la República China. Como era más popular entre los políticos europeos y preferido por la banca europea, de la que tanto necesitaba China, le fue conferida la presidencia en Nankin. En .L913, Sun Yat-sen compr.endió que había que autorizar la federacion de varios grupos políticos dentro de un nuevo partido democrático : el Partido nacional popular o Kuomintang, aunque matizados con la nota común de más o menos nacionalistas, porque hacía falta dar nuevo impulso a la revolución. Aquí surge en la vida política de China la figura de un general educado en una escuela metodista, llamado Chiang Kai-chek, jefe del partido que iba a enfrentarse con el general Yuan en un nuevo 1-ound. En agosto de 1914 surge la G. M. 1. y los aliados dejan que el Japón intervenga en China. 106 JOSÉ HíJAR ARE?0 Yuan trató de negociar con los japoneses, pero la postura niconocido por las «Veintiuna pona quedó fijada en el documento demandas», que hubieran convertido a China en una colonia nipona. Aquél no tuvo otra salida que conformarse y pactar con los mientras que el Kuomintang tomaba las riendas de la japoneses, rebeldía nacionalista contra ellos. A partir de ese momento y durante nueve años, China dejó de existir como Estado unido e independiente, pues parte del continente fue ocupado por los vencedores y, aparte del Gobierno republicano de Cantón, había varios diseminados por el país. Yuan, por su parte, tomó en 19lcI el título de emperador que no había de durarle más que dos meses escasos, al cabo de los cuales falleció falto de la confianza de los Gobiernos europeos. Enfocando nuestra atencibn en otra dirección, vemos a Mao Tse-tung, adolescente, escribiendo versos satíricos sobre la «nueva era de cooperación» y preparando su grupo de «espartanos del Hunnan» con treinta condiscípulos físicamente fuertes y de vida activa y austera. Nota curiosa: tanto Mao como su compañero Liu Shaoshi, eran dos estudiantes desordenados, porque sus actividades revolucionarias les apartaban muchas veces de las clases. Al estallar la revolución rusa en 1917, Mao qu.edó muy impresionado por el éxito de ésta, tanto más cuanto que todas las revueltas en que hasta entonces había participado él en China habían fracasado. En 1.91.9, el tratado de Versalles indignó al pueblo chino porque sancionaba la entrega a íos japoneses de las propiedades alemanas que allí había como «recursos enemigos», cuando en realidad se tratataba de una parte importante del suelo patrio, que iba a pasar a manos del Japón. El primer gesto de China fue negarse a firmar el tratado, en el cual tenía representación por haber contribuido con un verdadero ejército de trabajadores al esfuerzo de guerra de los aliados. Esto dió a Mao una gran popularidad de la noche a la maííana. En el período post-bélico de la Cr. M. I., Inglaterra, Francia y Estados Unidos, hablaban de democracia, pero pretendían seguir con sus concesiones en China como en los tiempos coloniales. En cambio, los rusos comunistas supieron presentarse ante los chinos como negociadores en plano de igualdad y ésto inclinó a Mao definitivamente hacia el comunismo, fundando en Pekín la primera Tradición guerrera del pueblo chino. Arriba: cabeza de un guerrero, que figur6 en la tumba de un político de la época Sung (Berlín, Colección Burchard). Abajo: oficial con el caballo del emperador T’ai-Tsung, alio 650. (Filadelfia, Museo de la liniversidad). PJ<OYJXCIór; CIIJXA SOBRE EL CONTINENTE ASIiTICO 107 5organización comunista eficaz. Por otra parte, Chiang Kai-chek reorganizaba el Kuomintang sobre las directrices del partido comunista soviético y lo consolidaba en el S. de China. Encontramos una vez más la antítesis entre las dos Chinas : la del Norte y la del Sur. En este paralelo vamos a ver como Mao Tse-tung, partiendo de una débil fuerza militar, pero políticamente fuerte, iba a triunfar sobre Chiang Kai-chek, cuya fuerza tenía unas características contrarias. En octubre de I923, Chiang, después de un viaje a Moscú, organizó una academia militar en Wharnpoa, en el delta cantonés, por la que pasaron eminentes comunistas durante los dos primeros años: es decir, que los mandos del ejército rojo fueron formados por Chiang. Tan extraña circunstancia tiene SLI explicación en que los comunistas entraron en el Kuomintang pensando que en su día podrían hacer una depuración apartando a los no comunistas ; pero Chiang pensaba de manera análoga aunque en sentido inverso. En este ambiente de duplicidad y falacia iba a empezar el intento de reunificación del país, que no conseguiría otra cosa que una rivaliclad definitiva e irreductible entre Chiang Kai-chek y Mao Tse-tung. Paralelamente a esta lucha se desarrollaba otra en la zi. R. S. S. entre Trotsky y Stalin por la sucesión de Lenin. El primero era partidario de liquidar el Kuomintang y deshacerse de Chiang, al que consideraba un dictador fascista en potencia, mientras que Stalin lo apoyaba por considerarlo útil en caso de enfrentamiento con el Japón por cansa del Extremo Oriente. Con la muerte de Sun Yat-sen en 13 de marzo de 1925, Chiang quedó al frente del partido y la tendencia izquierdista de aquél iba a ser sustituida por un ;Inticomuiîismo experimentado en las tretas del jueg-0 comunista. Así comenzb la guerra abierta entre el partido comunista chino y el Kuomintang, dando con ello la razón al punto de Gsta trotskista. Chiang estableció su Gobierno en Xankín en 1927 y su astucia se impuso en aquella !ucha, en la que al cabo de anos meses Mao y su esposa caían prisioneros de las tropas de Chiang : Mao pudo escapar? pero su esposa fue ejecutada. La lucha culminó con la matanza de comunistas del to de 1021 y el fracaso del ejército rojo, que al mando tuvo que refugiarse con Mao en el recinto montaííoso de shan, en la frontera de Kiang-si con Hun-nan. después 10 de agosde Chu Teh Ching Kangde haber su- 108 JQSÉ HíJAR ARIRO frido graves pérdidas. Esto permitió a Wang obrar tad para ocupar Pekín, que le permitía el acerCamientO dentales. con más libera los occi- Pero este cuadro se desarrollaba ante la presencia de los japoneses que estaban en Manchuria, y Chiang se vio obligado a volver su sede a Nankin que quedaba más lejos de ellos y más centrada en China. Años más tarde, aún hubo de trasladarla a Chungking, remontando el Yang Tse-kiang como medida de seguridad. que haMientras ‘tanto, el ejército rojo realizaba incursiones cían de Mao una versión china de Robín Hood en el Hun-nan, obligando a Chiang a dedicarle gran atención durante seis anos, porque consideraba al comunismo como su principal enemigo. En este tiempo, los japoneses se movían por el Norte de China desde septiembre de 1931 en una lucha que había de durar, con mayor o menor intensidad, 14 anos, Para estar más libre, llegó a firmar con ellos el tratado de paz de Shangai de 5 de mayo de 1932. En cam’bio, Mao d.eclaraba la guerra al Japón en 10 de junio del mismo año en un Consejo de campesinos y obreros presididos por él, cuando su República popular abarcaba las provincias de Hunnan y Kiang-si solamente. La situación de Mao en su reducto era prácticamente inexpugnable, pero resultaba una fortaleza sitiada en la que iban faltando los abastecimientos para pasar el invierno de 1934-35 y entonces surgió la resolución genial de Mao : a finales de octubre de 1934 emprendió la Larga Marcha para trasladarse a pie con SUS huestes y seguidores a la provincia de Shen-si en el Norte, pasando de la cuenca del Yang Tse-kiang a la del Hoang-ho. En esta emigración tomarori parte varios cientos de miles de personas de toda condición, con un núcleo de unos 50.000 soldados organizados en tres divisiones. El éxodo se llevó a cabo dejando «las bases revolucionarias)) para hacer un recorrido de diez mil kilómetros que duró un año. Durante él murieron muchas prrsonas ; entre ellas la segunda esposa de Mao, hasta que en el verano de 193.5 llegaron a su destino los que lograron sobrevivir a la fatiga, después de haber atravesado 11 provincias y haber librado 15 batallas. Héroes de la hazafia habían sido Mao Tse-tung, chu En-lai, Lin Piao y Chu Teh. Con todo, no estaba todavía liquidada la aventura de la r,arga Marcha. porque en 1936, Chiang preparaba una última campaña PROYECCIÓX CHINA SOBBE EL CONTI.\ENTE ASIÁTICO 109 contra sus adversarios. Para ello se aseguró la ayuda de tres señores de la guerra : Feng Ilu-hsiang, «el general cristiano» ; Yen Shi-chan, «el gobernador modelo» que imperaba en Shan-si desde 1911, y Chang Hseuh-liang, «el Joven Mariscal», hijo del que habia sido señor de Manchuria Chang Tso-ling. Chiang Kai-ch& se estableció en Sian, pero el 12 de diciembre fue hecho prisionero allí mismo, nada menos que por el «Joven Mariscal». Este le reprochj la g-uerra civil que sostenía contra chinos, conminándole a que declarase la guera a los japoneses que habían separado 14anchuria de China para formar el Manchukuo ; además se habian instalado en Shantung, se estaban apoderando del Je-hol y se infiltraban en Ho-pe. Una vez más, su gran valedor Stalin, tuvo que intervenir cerca de los comunistas para que fuera puesto ,en libertad. Stalin temía que la desaparición de Chiang debilitara a (Xna, cuando él la necesitaba para contrarrestar a los japoneses que eran una amenaza para los territorios soviéticos de Extremo Oriente. Fue Mao quien a principios de 1939 asumió la plena responsabilidad de la acción anti-japonesa. En 1943, la labor guerrillera desarrollada bajo su mando, y el de Lin Piao, mantenía en jaque a los japoneses, que estaban en un compromiso igual o mayor que en el SE. asiático ante los occidentales. La idea política de Mao para asegurarse el poder en China era acertada. Se fundaba en la fuerza de dos ideas : la revolución agraria para mantener a su lado a la gran masa de campesinos, que a la lar0.a le asegurarían el poder en el interior, y la idea del nacionalismo c” c para luchar contra los japoneses y expulsarlos de China, en lo cual podría contar con el apoyo de todo el pueblo chino, incluso el propio Chiang Kai-chek. TAuego ya vendría el ajuste de cuentas con éste. De momento se trataba de hacer frente a la fuerte ofensiva japonesa de 1944 ,v para ello unieron sus esfuerzos los dos caudillos rivales, hasta que llegó el momento de la rendición japonesa, en que volvieron a enfrentarse entre sí. Todo lo expuesto da a la figura de Chiang Kai-chek uñ aire conLos mismos ingleses no lo comprendieron bien fuso y paradójico. y lo consideraron como «un rojo más». Chiang era un nacionalista sincero, con espíritu chino y mentalidad de dictador ; le dolía la China .en que vivía y deploraba las concesiones costeras entregadas a los 110 JOSk HÍJbR AR150 Tampoco le agradaban los «Feextranjeros: eso lo hacía xenbfobo. ííores de la guerra» de su país, porque trabajaban eii su propio proalgo arcaico y vecho y no en el de China ; además representaban perjudicial dentro de los tiempos modernos ; de ahí la organización que dio al Kuomintang para luchar contra ellos. Quería ser el arquitecto de una nueva patria, haciéndolo por medio de una revolución china, que no había de ser la de Mao, porque le desagradaban los comunistas, tanto como los ingleses. En cambio, mantenía una cierta inteligencia con los norteamericanos. era repudiado por los En cuanto a la figura de Mao Tse-tung, occidentaled por cuanto tenía de comunista, aunque él no estuviera conforme con los comunistas rusos. Siempre había predicado, que la revolución china había de salir del campo y no de los talleres, en contra de Moscú que dcgmatizaba que el éxito dependía de la unión de los obreros y los intelectuales, porque los campesinos eran la rémora de la civilización. Es que el campesino ruso estaba imbuido del misticismo de la Santa Rusia y su espíritu era mienincapaz de adaptarse rápidamente a una idea revolucionaria, tras que el campesino chino, paciente y sufrido por herencia de raza, permitía encajar su pensamiento dentro de las nuevas ideas con un conformismo fatalista. La guerra civil Terminada la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos firmaron un tratado de amistad con la China de Chiang y, a continuación, la U. R. S. S. decidía apoyar al partido comunista chino. Así comenzaba en Oriente la guerra fría entre los Estados Unidos y la U. R. S. S. y nuevamente se. enfrentaban los dos rivales chinos: Chiang con un ejército de 4.300.000 hombres y la ayuda de Estados Unidos ; Mao con 3200.000 y la ayuda a regañadientes de la U. R. S. S. No fueron bien :as cosas para Mao en 1946-47, pero sus fuerzas reaccionaron luego de tal manera que, en enero de 1949, caía Pekín en sus manos y en abril podía dar la orden de cruce del Yan%Tse, uniéndosele por todas partes los campesinos armados hasta llegar al mar, obligando a las tropas de Chiang a refugiarse en Formosa. En este juego político se produjo una notable contradicción: cuando Mao y Chiang combatían contra los japoneses, fue Chiang PROYECCIh CHIP;A SOBRE EL CONTINENTE ASIhTICO 111 y no el comunista Mao cl jefe apoyado por Stalin, mientras que al fmal de la guerra civil, los Estados Unidos, con una idea tal. vez equivocada, abandonaron a Chiang que era la cabeza del anticomunismo. Ei 31 de octubre de 1If4Crproclamaba Mao en i’ekin la República comunista china como «vanguardia de la paz en Asia». Mao, a los cincuenta y siete años se alzaba así como jef.e de una cuarta parte de la población del mundo. Había tenido una vida muy dura : en su niñez fue LUI infeliz a causa del carácter de su padre ; su adolescencia transcurrió atormentada por la preocupación revolucionaria contra el orden imperante en China. Había sufrido las injusticias del trato paterno y odiaba los males que aquejaban a su patria por culpa de ios gobernantes y de las naciones colonialistas ; la felicidad de su juventud había sido cortada trágicamente dos veces por la causa revolucionaria y su vida de adulto fue una continua lucha y un vivir preocupado. Tal es en sus líneas generales la semblanza del hombre que rige los destinos de la nación más populosa del mundo, que tanta influencia puede tener sobre el resto de la humanidad. LAS REIVISDICACIONES CHINAS La historia de China ha dejado una huella en el espíritu de sus gentes, que se traduce hoy día en el ansia de desquite que impregna toda su política, Imprimiendo un carácter xenófobo a todas sus relaciones con el exterior. Hemos visto que durante un siglo, los «bárbaros» de Occidente, entre los cuales incluye China a los rusos, humillaron el orgullo del pueblo con sus «tratados desiguales,) conseguidos por la fuerza o la amenaza. China no 1os ha olvidado y son el origen de sus actuales reivindicaciones. A estos recuerdos de humillaciones se agrega una psicosis de cerco que padecen los chinos. Su patria está sometida a aislamiento desde hace dieciséis años ; se le rehusa el acceso a las Naciones Utlidas y, corno ocurrió ‘:on la U. R. S. S. antes de proclamar el principio de la coexistencia pacífica: se siente amenazada por el aumento de 112 JOSi RÍJAR ARIÑO bases norteamericanas y británicas alrededor de ella en una exten.sión que va del Japón a Thailandia. La ruptura con la U. R. S. S. vino a ampliar el cerco hostil por Siberia y Turkestán, y aún se reforzó con los acuerdos económicos establecidos entre el Japón y la U. R. S. S. para la explotación de Siberia. Por último, el abandono de hecho por la India de su neutralismo, al recibir ayuda creciente de la U. R. S. S. y de Estados Unidos, da a China la impresión de que el cerco tiende a cerrarse por completo, sin que le quede más salida por el Oeste que la de Pakistán. Una de las primeras acciones llevadas a cabo por China como protesta contra los tratados desiguales fue la. publicación de un mapa en 1963, en et que las fronteras de China no coincidían con las que existen de hecho. Ese mapa era en realidad un programa de acción. Se publicó formando parte de un pequeño manual de historia para uso de los escolares chinos, sin señalar en él accidentes topográficos ni toponimia, pero en cambio llevaba unas notas históricas explicativas correspondientes a 1.9 puntos fronterizos. Era un programa muy amplio, imposible de desarrollar en poco tiempo ; pero los chinos son pacientes y poseen un gran poder de disimulo de sus emociones, lo que les permite presentar sin prisas el problema de sus reivindicaciones para desembarazarse seguidamente del cerco. Desde hace años, como un primer paso, tratan de conseg-uir que la cadena de Estados que bordean su territorio por Occidente y Sur, desde la meseta de Pamir al Golfo de Tonkín, no le sean hostiles, copiando el ejemplo de la U. R. S. S., que después de la Segunda Guerra Mundial atrajo a su esfera de influencia a los Estados europeos que bordeaban su frontera a fin de crear una banda de seguridad mediante la transformación en satélites suyos, de varios países que antes habían mantenido una actitud favorable a ()ccidente. De momento se ha limitado al arreglo de pleitos de menor cuantía con los países que se han prestado a ello, dejando para más adelante la resolución de los problemas de más enjundia. La puesta a punto de SUS instituciones y las primeras reformas interiores, llegadas con gran violencia, han impuesto a China de momento una política exterior moderada, de buena vecindad con aquellos países que por temor a un grave conflicto con tan poderosa vecina se han prestado a ello. I~::OYXCIiiX FLEITOS Vamos detalle lo cuadran a empleado relaciones ClilbA FRONTERIZOS SOBRE IiL CONTIXEXTE (Ver croquis ASIiTICO 113 núm. 1). a bacer un recorrido por sus fronteras para ver con algún que hemos expuesto, empezando por los países que enChina por el Oeste y por el Sur, donde unas veces se ha la vía pacífica y otras la violencia para «normalizar)) sus en estas direcciones. PAÍSES COY ACUERDOS PACÍFICOS -4 fgnnistán Vasto y poco poblado, tiene el triste privilegio de hallarse en la encrucijada de vías históricas de paso. Inglaterra chocó allí con Rusia en la época en que tenía el imperio de la India. Ha tocado a Pakistán heredar algunos de los problemas de esta región. La U. R. S. S. es más potente que nunca en la frontera afgana, mientras que China no tiene más contacto que un pequeño trozo en el NE. de Afg-anistán, donde se halla el paso de Wakhan que da acceso a un pasillo de tierra afgana situado entre el Pamir ruso y el Pakistán. La U. R. S. S. se está asegurando allí una posición predominante por el envío de centenares de especialistas que actúan en todo género de obras públicas y por el sostenimiento logístico del ejército afgano y su instrucción. China tiene uti tratado fronterizo con Afganistán desde 1963 para sus ochenta kilómetros de frontcra. Pakistán, T,n consideración de su frontera con China nos lleva a hablar, aunque sea ligeramente, de Cachemira ; poblada por una mayoría musulmana, tiene la mitad NC. ocupada por Pakistán que la llama Azad Kashmir (Cachemira libre), mientras que los indios retienen el SE., que es la parte más importante, con la capital (Srinagar o Ciudad Celeste) y la región de Ladakh. La cordillera de Karakorum, que se extiende desde el Pamir hasta el Tibet, en una longitud de 800 km., señala un límite entre Sinkiang y Cachemira, 0 sea, que marca la frontera entre China 114 JQSt HÍJAR ARIÑO por una parte y el Pakistán y la India por otra. Los pasos más importantes en la frontera pakistaní soli los de Kilki y Mintaka, y con la India el de Karakorum. La comunicación entre Pakistán y China se establecerá por una carretera en construcción, que irá de Rawalpindi a Gilgit para enlazar cou la que sigue por Hunza y se bifurca para atravesar los pasos citados y entrar en el Sinkiang. Más al Este, la región pakistaní de Bnltistán está complctamente separada de China por la enorme barrera del Karakorum. Las relaciones entre ambos países datan del establecimiento de la Repúbhca Popular en Pekín. El Gobierno de Karachi fue uno de los primeros en reconocer el nuevo régimen en 1950. Sus relaciones fueron, sin embargo, algo frías en los primeros aÍíos ; pero en 1955, se vieron en la conferencia de Bandung el primer ministro Mohamed Alí y Chu En-lai, dando comienzo a la aproximación de Pakistán a China para evitar que se le adelantara la India en el establecimiento de un acuerdo sobre Cachemira. N e p a, 1 Este pequeño reino, tierra de los gurkhas, tiene unos ocho millones de habitantes y está enclavado en el sector central del Himalaya. Su frontera N. con ei Tíbet y la S. con la India miden 883 km. da longitud cada una. La primera va por las cumbres del Himalaya, no obstante lo cual tiene unos 20 pasos para las necesidades de su comercio. El corazón del país lo constituye la llanura de Katmandú, donde está la capital. Desde 1895 estuvo sometido a control por parte de Inglaterra, pasando luego a ser una especie de protectorado de la India desde que se independizó, hasta 1961, en cuya fecha, el rey de Nepal llegó a un acuerdo con los chinos sobre el trazado de la frontera, si bien quedó imprecisa en la región del Everest por las dificultades de delimitación que presenta el terreno. Los chinos tratan de convertir este país en satélite suyo, pero el Nepal ha conseguido llegar a una posición de equilibrio internacional entre Pekín y Nueva Delhi. Así, por ejemplo, existe una carretera de importancia estratégica que entra por la frontera hindú de Sur a Norte, hasta Katmandu, construida por la India. En cambio, China, en 1968 se interesó por las comunicaciones del Tibet y ha llevado una desde el paso fronterizo de Kodari en el Norte, I~ROYlXCIóX CHIKA SOBRE EL CONTIKEII’TE ASIiTICO 115~ hasta K.atmandu. Finalmente, con ayuda de India, Estados Unidos, y la U. R. S. S., se ha comenzado una red de carreteras de 1.600 kilómetros dentro del país. Es decir, que con la India guarda relaciones que se refuerzan con las afinidades raciales, espirituales y culturales, mientras la Endia contribuye a su desarrollo económico y social. Pero China no quiere quedar aparte, porque no se le escapa la importancia de su situación estratégica, y por lo menos ha logrado una declaración de coexistencia pacífica. B iwnania Nacida a la independencia en 1948, comprendió su fragilidad in-terna y el peligro que representaba China en su frontera Norte. Por eso fue el Gobierno de Rangoon el primero en establecer relaciones diplomáticas con Pekín. En 1961 quedó reglado el problema de sus fronteras con China, que venía arrastrándose desde hacía diez años. Con este gesto, China quería mostrar a los países asiásticos, y especialmente a la India, cómo se comportaba ella con los que deseaban la coexistencia pacífica y se mantenían neutrales. Sin embargo, la realidad de la cuestión es que Birmania excluye toda idea de satelización con relación a China, mientras que ésta no deja de animar solapadamente las actividades clandestinas de los comunistas birmanos. Hong-Kong y Macao Se trata de un caso típico de la duplicidad del comunismo chino. Por lo que se refiere a Hong-Kong y a los terrenos arrendados de Kowloon y las islas Stonecutter y T.antau, gozan de un sfatu que que el mismo Mao está interesado en que subsista. A raíz de proclamarse la República china democrática, hubo el temor de una acción violenta sobre la colonia por parte de China, llegando a depreciarse el valor de los terrenos en los 645 kilómetros cuadrados de la colonia : pero poco a poco se fueron tranquilizando los ánimos. 2 Qué razones hay para ello? Que Hong Kong es el respiradero, de China comunista ; es donde tienen lugar las transacciones de China con el mundo capitalista : de China llegan a Hong Kong ali- JOSÉ 416 HÍJAR ARIÑO mentas, e incluso agua para beber, y por allí entran en China productos farmacéuticos y químicos y aparatos de precisión. Pero, sobre todo, allí tienen su asiento los bancos que sirven a China comunista para sus transacciones. En cuanto a Macao, pequefía península con unos islotes afectos, resultó una puerta para el contrabando de armas durante la guerra civil china. Como Hong Kong, atravesó unos momentos de pánico con ocasión de los disturbios provocados por los guardias rojos, que habían empezado a construir, sin previo aviso, una escuela marxista en una isla portuguesa. Una orden repentina de Pekín puso fin a los desmanes. 2 Hasta cuándo durará este estado de cosas? De momento pare-ce que no le interesa a China cambiar. CASOS DE EMPLEO DE LA FUERZA India Este país. con cerca de 400 millones de habitantes, nacido a la independencia el 26 de enero de 1930, trató de entenderse con China en un principio para suavizar las cuestiones fronterizas pendientes La principal se refería a la frontera con el Tibet. Desde 1913 en que el Tibet proclamó su independencia, habia tratado de fijar su frontera con la India, reuniendo para ello ía Conferencia de Simla, en la que intervinieron: un representante británico, por la India, otro tibetano y otro chino. La línea fijada. que iba desde el protectorado de Bután hasta el paso de Razu Isu en la frontera chino-birmana, fue llamada «línea Mac Mahon», nombre del delegado británico que presidió la conferencia. Su trazado iba por el Norte de la «Agencia Fronteriza del NE. de la India» (N. E. F. A.), siguiendo la divisoria de aguas del Himalaya ; pero ,esta línea quedó sin una virtual demarcación por las dificultades climatológicas y del terreno, y el delegado chino rehusó la firma del acuerdo, alegando que se trataba de un compromiso que afectaba a Gran Bretaña y Tibet, y porque el trazado en el mapa se había hecho posteriormente a la conferencia, agregándolo luego al documento del acuerdo. El punto de vista chino, hoy día, es que el límite entre China y la India en este sector es la frontera étnica y linguística que separa PROYECCIÓN CHINA SOBKE EL COi%TIXENTE ASLíTICO 117 los montañeses de origen mongol de los hindúes de las regiones ba jas, que hablan lenguas distintas. La frontera, así delimitada, iría por la base de la cadena del Himalaya, dando una gran ventaja estratégica a China, porque quedaría dominando los terrenos llanos de la India. En un gesto de buena voluntad, India firmó el tratado de Pekín de 19.74, por el cual renunciaba a todos los privilegios heredados del imperio británico en la «región china del Tibet)), y además se afirmaron cinco principios de coexistencia pacífica entre los dos países. Esa fue la base jurídica de la presencia china en el Tibet, puesto que cle hecho ya lo habían ocupado en 3950 coIi la invasión que determinó la expatriación del Dalai Lama. Tras el acuerdo, los chinos comenzaron la construcción de una carretera desde Lhasa a Kashgar para unir el Tibet con Sinkiang, cruzando abusivamente durante 160 kilómetros por el territorio indio de Ladaskh. Esto produjo la natural inquietud en la U. R. S. S., porque era tanto como reforzar el enlace del Sinkiang con el corazón de China frente al Turkestán ruso. Por ello, la U. R. S. S., y también los Estac!os Cnidos, aunque por causa diferente, hrindaron SLI ayuda a la India en 1955. aunque en el fondo, lo que buscaban era atraer a la India a sus respectivas esferas de influencia. En China se despertaron con ello nuevos recelos y no se hicieron esperar otras demandas fronterizas : la cesión de Ladaskh, donde ya habían hecho la carretera, alegando que había sido un territorio ceditio por China en 1896, bajo presión de Gran Eretafia. También reclamaba varios pasos estratégicos & el Himalaya. Para estudiar esta demanda se designó una Comisión chino-india, pero pronto se llegó a una fase de áspera discusión con la secuela de incitiezltes fronterizos armados a partir de 1959, culminando la violencia con la ofensiva china llevada a cabo entre septiembre y noviembre de 1962 contra la Jndia en dos sectores fronterizos. En el occidental invadieron que presenta elevadas meLadaskh, setas adecuadas para el empleo de carros ligeros. Los chinos transen portaron éstos por aire. gracias a las pistas aéreas construidas el Tibet, facilitando además la 1og;stica en general la carretera que habian comenzado en 1957. Pero lo más espectacular ocurrió en el sector oriental fronterizo, donde los chinos se lanzaron contra la N. E. F. A., atacando por los extremos y por el centro de la línea Mac Mahon. Plsí consi: ,guieron ocupar Tawang tando esto para provocar ,de la N. E. F. A. ell el Oeste y Walong en el Este, bascl derrumbamiento de las fuerzas indias Por razones estratégicas o políticas, China decidió el alto el fuego. Resultaría interesante conocer los motivos reales de la ofensiva china de 1962 y el porqué del alto el fuego. !J avance hacia la India a través de montañas de difícil tránsito resultaba falto de sentido, ya que no había un’claro e inmediato ohjet.ivo que lo exi,giera, y en cuanto a la retirada no cabe atribuirla a generosidad china ; más bien pudo haber sido una necesidad militar surgida en el momento o a alguna idea planeada desde el principio por consideraciones políticas ; pero se ignora cuales pudieron ser éstas. LOS escasos puestos fronterizos aislados, no eran objetivos estratégicos. El único objetivo lógico en la región de la X. E. F. A. podía ser el corte de la arteria de tráfico del valle del Eramaphutra y éste no fue alcanzado. 2Se trataba simplemente de desprestigiar a la India ante los países subdesarrollados para hacer comprender a éstos la superioridad china? c Fu6 hecho para entorpecer el desarrollo de la economía de la India al tener que entrar ésta en una economía de guerra ? ; Se trataba de desenmascarar la política soviética sobre la India ? Están situados al E. del Nepal, separando los dos grandes países asiásticos hasta los confines de la N. E. F. h. Ninguno de los dos ha llegado a la soberanía internacional, porque se hallan bajo la protección de la India, aunque en diverso grado. .El primero, que está influido por el Tibet, cayó bajo dominación inglesa en 18~. y en cuanto a Sikkiri fue invadido por los ingleses en 1889. China pretende entrar en relaciones directas con Kután prescindiendo de la Jndia y reivindica unos 450 kilómetros cuadrados ,de su territorio oriental. En cambio, no tiene litigio fronterizo alguno con Sikkim, seg-ún declaración de 1959. Pero ha protestado de la presencia de tropas indias en la frontera y de las obras militares existentes, cuya demolición exigió. China trata de extender su influencia sobre la vertiente meridional himalaya, que desciende hacia las vastas llanuras indias y por I’ROYCCCIóii CIIISA SOBRE EL CONTIXENTE ASLíTICO eso rechaza la presencia de la India en estos principados, de desprenderlos con paciencia de la obediencia de Nueva ~‘ROCED1MIE‘;TO DE IWLUEN<:IA 119 tratando Delhi. SUBVERSIVA Yo tiene frontera territorial con China, pero está próxima y así como viven en su territorio tres millones úe chinos, se han asentado en China medio millón de thailandeses. Además, la región noroeste del país es muy pobre y allí vive el 30 por 100 de su población, que son laotianos, permeables a los esfuerzos de la propaganda subversiva. For el momento Thailandia ha elegido la aproximación a Estados Unidos, en su postura opuesta a China, y ha admitido en su territorio 6.000 a 9.000 hombres de tropas americanas y el establecimiento de una base aérea en Udon Thani, al N. del país, con bombarderos y cazas para las acciones sobre L,aos y Vietnam del Korte. 2 Cuál ha sido la reacción de China? Desde fines de 1961 aumentó las horas de emisiones de radio en lengua thai para fomentar la subversión, alentando al «Frente patriótico thailandéw creado en China por emigrados. Ha fomentado huelgas y el partido comunista, declarado fuera de la ley de Thailandia desde 19.52, explota cualquier síntoma de corrupción en los altos escalones de la sociedad. Indonesia Separado este país de China per un mínimo de 800 millas de mar, es también objeto de las apetencias chinas. El ministro indonesio Subandrio había declarado el 20 de enero de 1965 que «en caso de ataque por los imperialistas británicos, Indonesia buscaría ayuda militar en la China popular», y antes de un año el ejército indonesio tuvo que intervenir para hacer frente a la grave crisis del intento de golpe comunista preparado para la noche del 30 de septiembre. La prensa y radio chinas permanecieron calladas hasta tres semanas después. El viraje de Djakarta y el considerable aumento de poder del ejército sobre el país, habían cogido desprevenida a China. 120 'OSÉ HíJAR AR130 Por fin salió Pekín de su mutismo para protestar contra el registro llevado a cabo el 18 de octubre de 1065 en la oficina del agregado comercial chino en Djakarta, y al día siguiente contra el pillaje de almacenes chinos y profanación de banderas, emblemas y retratos de la misma nacionaiidad. Hasta aquí hemos visto los pleitos de menor importancia con algunos de los países que entran en su ámbito estratégico. El estudio del resto de sus fronteras lo sistematizaremos dentro de tres amplios conceptos: el de las relaciones de China con Japón, con la U. R. S. S. y con Estados Unidos. RELACIOXES CHI?;O-JAPOSESAS China y Japón presentan en sus estructuras muchos aspectos comunes y muchos diferentes. Japón tiene 100 mi!lones de habitantes encerrados en los estrechos límites de sus islas, que tienen una superficie total inferior a la de Espaíía, mientras China, con una población seis veces mayor, vive en un área continental que supera en 22 ó L!3 veces a la ,del Japón. 1,a población japonesa es homogénea e instruida, mientras la de China es una yuxtaposición de razas en un estado medio cultural deficiente. Estas notas se traducen, por parte del Japón en unificación de vida y esfuerzo, mientras que, en China, la extensión desmesurada y históricamente en tensiones diversidad de razas se !~a manifestado y divergencias internas y, en los momentos de mayores turbulencias, se han producido corrientes centrífugas que han hecho difícil mantener dentro de la unidad las regiones periféricas como Manchuria, Mongolia, Sinkiang y Tibet. Se trata, pues. de características diferenciadoras. Japón es un país desarrollado, con una economía basada en su próspera industria, mientras que la agricultura no cs más que un anexo de la actividad general. Por ello, necesita intensificar su co-. mercio exterior. Asia y América del Norte siguen siendo los principales mercados del Japón después de la Segunda Guerra Mundial. China trata de industrializar el país, pero también ha de intensificar el rendimiento de SLI suelo para evitar el hambre de una población en constante crecimiento, o sea, que tiene que buscar el equilibrio de sus estructuras económicas. Estas son, pues, ca- racteristicas compiementarias de Japón y Chula, ya que a China le interesa ia industria japonesa y al Japón lc conviene el amplio mercado chino. Esto puede determinar una tendencia para ei futuro, ya que al sentir común de la raza amarilla, a la que ambos pertenecen, y a la razón de vecindad, habrá que agregar la razón económica expuesta. Cierto es que entre ambas naciows hay un pasado de luchas debidas a las ansías expasionistas del Japón y que éste tiene hoy un Gobierno democrático conservador respaldado por Norteamérica, que le mantiene en una posición neutralista, mientras que el Gobierno chino es revolucionario, totalitario y agresivo en sus acciones y en sus manifestaciones. Xo es menos cierto que no hay acuerdo jurídico alguno entre ambos Estados, pues China y Japón se ignoran oficialmente ; pero siguiendo ambos países una línea de conducta realista, desde 1962 mantienen contactos por medio de «consejeros comerciales privados», separando a,sí las cuestiones diplomáticas de las económicas. LOS obstáculos que se oponen a la compieta normalización sus relaciones son : de 1.” Los acuerdos militares de Japón con los Estados Unidos, en los cuales se basa en estos momentos la seguridad del país, ya que no puede desarrollar sus propias fuerzas armadas más allá de cierto límite, ni puede desarrollar una política asiática propia, al no poder apoyarla sobre una fuerza militar nacional. El antagonismo de Estados Unidos y China no admite la aproximación entre China y Japón. 2.” El estatuto de Formosa contra cl cual habría de pronunciarse el Japón para reconocer a la China Popular, desentendiéndose de las la China Nacionalista ; mala 7oíución económica, puesto qlie transacciones con ésta son importantes. consecuencia de las conversaciones de 1963 entre To3.O Colno kio y Moscú, por las que el Jap<ín obtuvo ventajas para sus pesquerías, las relaciones ruso - japonesas, han mejorado porque la U. R. S. S. considera que al Japón en el Este es tan peligroso para ella como Aetnania en el Oeste. Esto inclina al Japón oficial hacia la U. K. S. S. más que hacia China, aunque el Partido Comunista japonés se inclinó en un principio más por las ideas chinas que por las soviéticas. En resumen: Japón tiene 110~ día las manos atadas para poder 622 JOSÉ HíJAR ARIRO desenvolver ampliamente SL~ propia política, ya que su tendencia hacia la China Popular se ve contenida por dos g-randes potencias que están enfrentadas con ésta: Estados Unidos y 1;1 L. R. S. S., e 10 ligan CL la Ch& Naincluso por los intereses económicos flllf’ cionalisia. En La C‘hinu y su .s0~~~ór(~, el francés ‘l’ibor Mmde exponía una imagen del «peligro amarillo» del que tanto se habló a principios de este siglo, pensando que la hipótesis más desfavorable para India y el Sureste asiáico puOccidente sería que China, Japón, dieran formar un grupo ligado por intereses políticos o económicos, suficientemente compenetrados, porque ello representaría un cambio radical eri el equilibrio mundial de fuerzas en presencia. Pero tendrá que transcurrir un largo periodo de tiempo, comentamos nosotros, antes de que se produzcan las condiciones necesarias para que el Japón pueda rearmarse y preparar un nuevo plan de expansión que venga a sustituir al fracasado en la Segunda Guerra Mundial. No obstante, hay que pensar en esta posibilidad a largo plazo. &%LAClOXES CIIISO-RUSAS El conflicto existente entre China y la U. R. S. S. es en definitiva el mismo que existía en el siglo pasado entre el Zar de todas las Rusias y el Emperador del Celeste Imperio, el cual no ha dejado de manifestarse ni aún en los momentos en que han estado ambos países en mejor armonia que hoy. Fundamentalmente se trata del choque entre el expansionismo ruso por Siberia hacia el Océano Pacífico y la expansión china hacia el Norte, apuntando al flanco del avance ruso por Mongolia y Manchuria, y asimismo del encuentro de ambas potencias en el Turkestán. T,as formas de.1 lenguaje diplomático, antes en boga, han derivado hacia uno más crudo salpicado de lemas marxistas-leninistas. Hay que anotar, sin embargo, un interregno que podríamos calificar de luna de miel chino-rusa entre 1949 y 1959. En la pri.mera fecha se firma un acuerdo de ayuda rusa en productos alimenticios, bienes de equipo y asistencia técnica. Parece ser que al socaire de éste, hubo un acuerdo secreto entre Stalin y Mao, por el que la U. R. $. S. favorecería a China en su expansión por el Sureste asiático, acaso para derivar hacia allí la atención china sin que volviera la vista hacia la frontera con la U. R. S. S. Esto explica- ría la acción de China en Corea, Indochina y Vietnam y al mismo tiempo la postura soviética en estos conflictos. Además concuerda con las aspiraciones chinas después de la conferencia de Bandung para llegar a ser la gran potencia afro-asiática. Mao aceptó lo que se le brindaba que las reivindicaciones frente a Rusia en aquel momento, podían esperar pensando En 1957, Kruchev amplio, cdn la fabricación de cohetes, le1 acuerdo de asistencia firmado por Stalin, pero al cabo de dos años se dió cuenta de que se producían en China más armas que bienes de equipo para la economía y, en vista de que las ambiciones chinas se precipitaban y se hacían agresivas, denunció los acuerdos de asistencia técnica y retiró sus ingenieros, ya que se iba poniendo en peligro el poderío soviético en Asia. Pero ya era tarde, porque los chinos habían logrado versiones mejoradas de algunos cohetes soviéticos. Al principio, la ruptura entre Moscú y Pekín fue considerada par los occidentales con mucho escepticismo, porque consideraban que era una de tantas maniobras a que nos tienen acostumbrados los comunistas con sus tácticas tan flexibles, pero luego se han visto salir a la superficie las viejas querellas entre ambos colosos y en menos de diez años han ido pasando de simples divergencias de opinión a! actual conflicto próximo a la ruptura. En 1958 era el menosprecio de los soviéticos por las comunas de los campesinos chinos! porque ellos basaban su comunismo en los obreros de las fábricas : más tarde fue el conflicto ideológico, que se inició en 1960 tras la retirada del apoyo económico de la U. R. S. S. ; comenzó con los denuestos chinos contra los «revisionistas rusos)), para agravarse luego rápidamente, Esto es lo que se ha visto en la superficie del conflicto. En cuanto al fondo, Mao ve con desagrado a los rusos que se sienten orgullosos de haber sido los primeros en la revolución socialista. Ellos fueron los que arrastraron a Liu Shao-chi hacia la forma soviética del comunismo y fue Mao quien trató de traerío al comunismo chino. Hay que pensar que el fondo de la guerra civil latente en China se desarrolla alrededor del antagonismo Mao Tse-tung-Liu Shao-chi, Eri 192’7, los rusos torpedearon la reTolución china, condenaron a Mao a una vida azarosa de bandidaje y le acarrearon la pérdida de sus dos primeras esposas. El Komintern no reconoció a Mao como jefe dc uri partido comunista nuevo hasta que lo impusieron 124 JOSÉ HÍJAR .4lUkO los acontecimientos y constantemente trataron de llegar a un acuerdo con Chiang Kai-chek en vez de hacerlo ~011 él. Cuando los japoneses se rindieron al final de la Seg-unda Guerra Mundial, los aliados les hicieron deponer las armas cn China ante los oficiales de Chiang, aún en aquellas zonas controladas por las fuerzas de Mao, sin que la U. K. S. S. hiciera algo para que lo realizaran ante las tropas de éste, que igualmente habían intevrnido en la lucha contra el Japón. También recuerda China al cabo de veintitantos aííos, el saqueo de Manchuria, efectuado por los rusos cuando sustituyeron a los japoneses en la ocupación de aquel territorio? llevándose ;I Siberia cientos de trenes cargados con material industrial y agrícola, ganado, alimentos y hasta semillas, en un pillaje perfectamente organizado. Por último, la retirada del apoyo técnico y económico en .LO% fue la gota de agua que derrami el vaso. Como respuesta a tantos agravios, China tiene en crlrtera una serie de reivindicaciones contra los «tratados desiguales), tstablecidos con Rusia, que serán presentados en el momento propicio y que pasamos a exponer. En e! Asia Central se alzan los montes Tian Chan o Montañas Celesí.es, que l,ebasan los 6.000 metros de altitud y forman con sus estribaciones el esqueleto de una zona de gran actividad sísmica. Se trata del Turkestán, que está dividido en dos partes: la Oriental, que es el Turkestán chino correspondiente a la región de Sin Kiang, y la Occidental o Turkestán ruso. A pesar de las elevadas cumbres del Tiari Chan, la delimitación fronteriza de ambas partes no fue empresa fácil porque también hay en ella zonas deprimidas y pasos fáciles, que dieron lugar a laboriosas conversaciones entre Rusia y China. Una expedición rwa al mando de Chernaiev ocupó Tashkent en 1863, que se ha convertido eli la mayor población rusa del Asia Central. Tras largas negociaciones y retoques, se fijó la linea fron- lWOYKCI6N CHINA SOBRE LL COh’WIWNTE ASIáTICO 126 teriza con China por el tratado de San I’etersburgo de 1881 (del Ili según los chinos). Esto permitió a los rusos organizar el Gobierno General del Turkestán ruso reuniendo una serie de emiratos y khanatos que hasta entonces habían sido gobernados con independencia del emperador de China. La capital se fijó en Tashkent. Después de tro repúblicas China, que son tán, además del la revoluci6n de 1917 se dividió el territorio en cuasocialistas soviéticas, tres de ellas fronterizas con de Norte a Sur : Kazakstán Kirghistán y TradjikisUzbekistán que queda en el interior. Las reivindicaciones chinas llegan por esta parte a los montes tes Alay por el S. y hasta el lago Balkach por el N. En esta parte, que corresponde al Kazakstán se hallan los pasos fronterizos más im2.” la ((puerta de Dzunportantes : ï .O los llanos del alto Irtych. garia», que es un desfiladero de poca altitud, el cual comunica el lago Ebi Wor con el Ala-kul, y 3.” el paso que conduce al valle del Ili. Estos pasos dan acceso a las estepas kirghises desde Asia Central. Allí se organizaban y se rehacían los nómadas en ei siglo XIII antes de llevar a cabo sus grandes incursiones hacia Europa. Allí hicieron alto los petchenegos y los polovtsos antes de asolar el mediodía de Rusia y por allí pasaron luego las hordas mongolas de Gengis Khan. En cambio, la parte reivindicada del Tadjikistán corresponde la región del Pamir (((el tejado del mundo»), que es donde estableció Rusia, a raíz de la ocupación, fuertes como el Pamirskii Post a 3.U78 metros de altitud. Las penalidades sufridas por sus guarniciones, dieron fuerza a Rusia cuando hubo que delimitar en 3592 la frontera en el litigio surgido con China, Afganistán y en cierto modo con Gran Bretaña. Los pasos existentes en esta parte tienen menos importancia por su gran elevación y los escarpes del terreno. Son pasos utilizables solamente durante dos o tres meses al año. Así, por ejemplo, el paso de Terek Davan liga Fergana (U. R. S. S.) con Kashgar (China), atravesando la frontera a 4.000 metros de altura, obligando a los naturales a emplear el yak en los transportes, porque se adapta a aquellas alturas mejor que el dromedario o el caballo l~~~gl&. Como se ve, el conjunto constituye una zona de interés estratégico por sí misma, el cual se incrementa para la U. R. S. S. por- 126 ;osk HiJAI< ARISO que tiene regiones, como Fergana en el Uzbekistán, donde la ag-ricultura, y sobre todo el algodón y la morera para la cría del gusano de seda, han alcanzado gran auge. Además, el ferrocarril «Turksib» que une la red del Turkestán con la siberiana, atraviesa gran parte de los territorios que China reivindica entre el lago Balkach y la frontera actual. Naturalmente, la U. R. S. S. no se ha de someter de buen grado a perder esta base económica, que ella ha creado en el corazón de Asia. 2. Mongolia Aquí no se trata exactamente de una reivindicación china frente a la U. R. S. S., sino más bien de una zona de fricción entre los dos países. Se halla situada al N. de China y de ella partieron las invasiones de hunos, turcos y mongoles hacia 3ccidente. Está conetituida en su parte central por el Gran desierto de Gobi, de unos dos millones y medio de kilómetros cuadrados. Tiene un bajo ninel económico, aunque puede mejorarse en los aspectos ganadero y fwestal. Las pocas ciudades que allí se alzan fueron creadas antiguamente por los chinos para alojar en ellas a sus guarniciones y para fijar los términos de jornada de las caravanas, formando centros comerciales. El país se divide en dos partes: la Mongolia Interior, estrechamente unida a China desde el advenimiento de la dinastía manchh a mediados del siglo XVII, que se extiende en amplia faja de 500 kilómetros al N. de la Gran Muralla, y la Mongolia Exteror, independiente, cuya capital es la antigua Urga, hoy Ulán Bator-Khoto. Las naciones de Occidente no tuvieron noticias concretas de este país hasta el siglo XIII, tras las conquistas de Gengis Khan en Europa, porque entonces fue cuando se enviaron allí varias misiones (Fian Carpine, Ru’brouck, etc.), pero durante cuatro siglos volvió a caer en olvido, hasta que los rusos que se extendían por el N. de Asia vieron et-i Mongolia un camino hacia el corazón de China, firmando entonces con este país el tratado de Nerchinsk (1689), para entablar relaciones. Estas se intensificaron luego con las exploraciones de Timkovski en 1820. De aquí arrancan las rivalidades chino-rusas en el Norte de Asia. La revolucióri china de 1.911 precipitó los acontecimientos, dando lugar a que los jefes de la Mongolia Exterior proclamaran la .~aua~ap amd ‘soy 3v.mqJyq snqy SVI ap sauo!smu! SBI 000‘~ ap S~LUamy sp!nJlwo3 ‘vu!yz ylt?.rnw SSOWBJE-J *so~w~xa solqand sol v ~JU~JJ ouq oil!sua~ap nl!J!d$x LAMINA El peligro Hong-Kong. chino en nuestra época. Arriba: acción Abajo: a la sombra de Mao Tse-tung cionarias. violenta desfilan 11’ en la colonia inglesa de las fuerzas chinss revolu- PROYISCCIOB CIlISA SOI:ICE EL CO~f~I~ïEZ\‘TE ASI.iT!CO 127 independencia i)ajc la presidencia del Gran Lama de Urga, ya que no se consideraban ligados a China más que por la persona de su emperador. Tras varias ocupacionrs sucesivas de T;rga por chinos y rusos, que aprovechaban para ello las crisis en cada país rival, se llegó en 19.24 a reconocer por la U. K. S. S. que la Mongolia Exterior constituía una parte de la República china, comprometiéndose «sine die» a retirar sus tropa5 del país. Vemos, pues, una fuerte rivalidad en esta reg-ión, aunque la propia Mongolia Exterior, al ser independiente, actúa como parachoques entre China y U. R. S. S. La actividad rusa en Siberia arranca de SLIS antiguas necesidades del comercio de pieles, y con esta finalidad se hicieron varias expediciones en el siglo xv en forma organizada ; pero la conquista de aquellas tierras arranca de l.ZSl., llevada a cabo por unos cosacos a las órdenes de Ermak. Su esfuerzo permitió que en sesenta años llegara Rusia al mar de Okhotsk y años más tarde, en 1696, ocuparan Kamchatka. Sin embargo, en dirección al río Amur, la cosa no fue tan fácil, porque chocaron con la resistencia de los emperadores manchúes y sólo consiguieron ocupar la región situada aguas arriba del Arg&n y del Chilka, que son los ríos que al reunirse forman el Amur. Lo conseguido harta entonces fue sancionado de manera formal por el tratado de Xerchinsk de 1689. La progresión rusa hacia el Amur estuvo detenida durante czsi dos siglos en la cadena del Gran Khin-gan hasta que Muraviev, emprendió en 1S54 un avance por tierra gobernador de Irkutsk, hacia el Este, mientras que lanchas cañoneras entraban desde elPacifico por el río Amur para remontarlo. Así conquistaron los tesirviéndoles el río como barrera rritorios de la margen izquierda, ante cualquier posible ataque desde el Sur. Por el tratado de Aigun de 1858 quedó consolidada esta conquista. Así pudieron establecer los rusos en la desembocadura del Amur un puerto de guerra en Nikolaievsk, para sustituir al de Petropavlosk, en Kamchatkn. q>le había demostrado ser vulnerable cuando lo atacaron los anglo-franceses en 1854 con ocasióri de las hostilidades de la guerra de Crimea. Pero esto todavía no satisfacía a Rusia : las aguas en Nikolaievsk JOSÉ 128 HíJAR ARIÑO se helaban durante grar. parte del año y por eso pusieron SUS miras en los territorios comprendidos entre el Amur, su afluente el Usuri y la costa del Pacífico, por ser una región algo más templada. Pero esta era una provincia vasalla de China. y Rusia empezó por hacerse reconocer un derecho de condominio hasta que en 1860 lo convirtieron por el tratado de Pekin en una anexión que les iba a permitir la instalación del puerto militar de Vladivostok ((te1 dominador del Oriente»). La construcción del ferrocarril transiberiano consolidó esta anexión que se halla hoy por tierra a siete días y medio de Rusia propiamente dicha. Esta es la base de la disputa ideológica entre China y la U. R S. S. <Puede haber en estas cuestiones litigiosas algún acuerdo satisfactorio? Si se tratara solamente del campo ideológico, podría llegarse tal vez a la coexistencia, como entre Occidente y la U. R. S. S. o entre ésta y Yugoeslavia ; pero eri el terreno polítiCO con semejantes pleitos seculares, parece difícil. Además, en la mente de los dirigentes chinos está la voluntad de dominio del mundo por una China íntegramente china, sin compartirlo con nadie. Así planteada la cuestión, parece insoluble. h la mentalidad creada tras la Segunda Guerra Mundial de un conflicto Oriente-Occidente, va haciendo sitio la del conflicto China-U. R. S. S. CHINA FREXTE A LOS ESTADOS UNIDOS E! enemigo principal de China en el pensamiento de Mao son los Estados Unidos, a los que considera en línea con los británicos, que en el siglo XIX explotaron a China de manera solapada. Son los que educaron a su rival Chian g Kai-chek y los que siempre han ayudado a este. Son los que se oponen al ingreso de la República Popular China en la 0. N. U. y, aunque tal organización no es de su agrado, la consecuencia de no figurar en ella, la mantiene aislada y permite que la India sea el portavoz del bloque afro-asiático, cuando en su concepto se trata de un país con méritos muy inferiores a los de China p&a llevar la voz cantante en ese bloque. A su vez, según Washington, China trata de ser la potencia dominante en Asia, Africa y América latina, resultando un obstáculo para e! desarrollo pacífico y democrático de los países subdesarrollados. Su objetivo es ser el guía ideológico y el país más potente en los hemisferios Oriental y Meridional. Trata de controlar pacífica- 2 a U. R.S.S. Dzungaria CHINA TA AFGANI STAN’ PROYECCION CHINA EN EL CONTINENTE ASIATICQ 1WOYECCIóX CHIXA SOBRE 1.X CO?X’ISl?HTE AdTICO 129 -mente el Asia meridional y el contorno oriental del continente en una primera fase de su programa, y los Estados Unidos ven en ello un peligro para el porvenir si se dejara a China roja obrar libremente en Asia. Sin embarg-o, a pesar de la tensión existente entre ambas naciones y no contar con representaciones diplomáticas acreditadas en los respectivos países, evitan llega; a un choque directo mediante conversaciones que mantienen desde 1955, las cuales, por su forma, parecen una continuación de las rígidas sesiones de Pan Mun Jon que abocaron en el actual «status» de Corea. Son llevadas a escala diplomática y se vienen celebrando de cuando en cuando en Ginebra 0 en Varsovia. Por su rigidez y recelos mutuos no han tenido un resultado positivo, pero han servido para fijar pariciones en cada momento e incluso han suavizado alguna crisis circunstancial. Se trata de un hilo de contacto que no conviene que se rompa, porque es lo único que salva el foso que separa a las dos potencias. Tras la Segunda Guerra Mundial los Estados Unidos se han convertido en los paladines del mundo libre frente al comunismo, tanto si se manifiesta bajo la forma del imperialismo soviético, como de la amenaza china. Su política es la de contención de la influrncia y el empuje comunista donde quiera que éste se produzca. Pero en el ámbito de la guerra convencional, la intervención a escala mundial necesita una estructura de bases, organización del mando y sistemas logísticos que formen en cerco alrededor de las zonas de posible agitación mundial. Frente â las costas asiAticas, en relación con China, no sólo necesita el dominio del Pacífico, sino que precisa una influencia creciente en el Indico a medida que se va produci.endo la retirada británica ; por eso tiene puntos de apoyo en Corea del Sur, Japón, Formosa y Vietman del Sur, a fin de formar el glasis de seguridad de Estados Unidos en el Pacífico, prolongado en el Indico con 10s puntos de apoyo que han logrado establecer en Thailandia ; pero ya no se ve tan fácil la manera de extenderlos más al Oeste, porque Birmania ya hemos visto que mantiene una postura de temor a China y la India, absorbida por sus problemas económicos y sociales, es partidaria de la no alineación; sólo le interesa recibir la ayuda de Estados Unidos y la U. K. S. S. sin contrapartida. Frente a esta estrategia norteamericana, China trata de romper el cerco ocupando las posiciones periféricas que los occidentales. abandopen o infiltrándose para tratar de arrojarlos de ellas. Ejemplos de esta política son los casos de las guerras de Corea e Indochina, que pasaremos a examinar sucesivamente. Guerra de Corea Corea ha sido siempre considerada por los japoneses como «el puñal que amenaza el corazón del Japón», y esa ha sido la clave de las vicisitudes por las que ha pasado en épocas recientes. Primero. la guerra chino-japonesa, que obligó a China a reconocer su independencia por la paz de Simonoseki. l’osteriormente, para evitar la ocupación por parte de los rusos, se produjo la guerra ruso-japonesa de 1904-K. Tras ella, Japón se anexionó Corea, que le había de servir de amplia base frente al continente asiático durante la Segunda Guerra Mundial. Al término de ésta, los ((Cuatro Grandes» decidieron su división provisional por el paralelo 38” con el fin de evitar tensiones en el país, y a esta línea se acomodaron las fuerzas de ocupación: al Xorte, las soviéticas, y al Sur, las estadounideneses. Luego sirvitj como límite entre la República popular coreana al Norte y la República de Corea al Sur. Mientras aquélla armaba y equipaba 60.000 hombres, la segunda se mantenía con unas escasas fuerzas y unas misiones milita,res norteamericanas. Las declaraciones de Mr. Acheson en 1950 manifestando que el alcance de la acción de los Estados Unidos en el Pacífico y China dejaba fuera de la línea de defensa americana a Taiwn y Corea del Sur, dio aliento Q los comunistas para organizar la agresión a la segunda desde el Norte. Valorando equivocadamente los chinos las palabras de Mr. Acheson, consideraron que Corea del Sur sería una presa fácil para los comunistas por el abandono de los americanos, y se aprestaron a ocupar aquella zona para abrir una primera brecha en el cerco que les habían puesto ; pero fue una falsa estimación por parte de los chinos, pues como se vió, el franqueamiento del paralelo 38” por los rojos el 25 de junio de 1950 dió lugar a la reunión del Consejo de Seguridad de la 0. N. U., que acordó la organización de una fuerza internacional que, bajo la bandera blanca y azul de las N. U., habían de intervenir en Corea. 1st La invasión de Corea del Sur comenzó con unas siete divisiones. norcoreanas, que atravesaron el paralelo 38”, las cuales contaban con 100 carros, 150 aviones y algunas baterías pesadas, mientras que la defensa se reducía a unas cuatro divisiones y algunos destacamentos norteamericanos. La débil cobertura surcoreana fue arrollada sin que las fuerzas. defensoras pudieran recibir refuerzos hasta diez dias después. Por ello, en la pvi,lzera fase de estas operaciones, que duró hasta el 15 de septiembre, las fuerzas surcoreanas no pudieron llevar a cabe más que una acción retardatriz en un frente que se prestaba a abundantes sorpresas. Por fin se hicieron fuertes en el Sureste del país en una zona que englobaba Taegu, Masan y Fusán, donde resistieron seis semanas al amparo de la línea fluvial del Naktong. En una segunda fase tuvo lugar la brillante contraofensiva llevada a cabo por el 8,” Ejército de las Naciones Unidas, que había sido organizado a Ia5 órdenes del General Mac Arthur. Comenzó el 15 de septiembre con el desembarco en Inchón, apuntando a la recuperación de Seul, la capital del Sur, interviniendo en la operación ~1110s 10.000 hombres. Al mismo tiempo, como acción divergente, se hicieron unos desembarcos de comandos sobre Yandok y Pohang en la costa del mar del Japón, con apoyo de la escuadra; esta. acción perseguía el corte del ferrocarril de Fusán y la amenaza de revés a los rojos desplegados frente a Taegu. El éxito coronó estos planes y el 28 de septiembre se ocupaba Seul, el 2 de octubre se cruzaba el paralelo 35” hasta el Korte, el 19 se ocupaba Pyongyang, la capital de! Norte, y a fines de octubre se llegaba al río Yalú, que fija la frontera con Manchuria. 7’ercera fase. Corresponde a un momento interesante de la guerra: la de la intervención china con 30 divisiones concentradas en Manchuria, las cuales irrumpieron violentamente sobre el ala derecha del 8.“’ Ejército. Las fuerzas atacadas tuvieron que retroceder veinte kilómetros en veinticuatro horas, y se replegaron sobre la costa para ser evacuados por mar. Ante esta situación, J,fac Arthur se vio obligado a ordenar d repliegue general ; repasaron nuevamente hacia el Sur el paralelo, 350, perdieron Seul y por fin pudieron detener a los chinos ante Wonjú, al S. de la capital. 132 JOSÉ HÍJAB AIdO Aún se reprodujo una nueva ofensiva chino-coroeana, hasta que una contraofensiva aliada recuperó Seul el 18 de marzo y se volvió a rebasar el paralelo 35”’ hacia el Norte. Cuarta fase. Esta corresponde a otro acontecimiento crucial: la discrepancia de criterio entre el General Mac Arthur y el Presidente Truman. El servicio de información había señalado la presencia de 63 divisiones chino-coreanas en Manchuria, las cuales se preparaban para una gran ofensiva en la primavera. Mac Arthur era partidario de atacar sin respetar la línea del Yalú a fin de batir aquellas fuerzas y entrar en el «santuario)) de Manchuria, que tan cómodo cobijo representaba para las divisiones de Mao-Tse-tung. Como la idea política del Presidente era contraria a la de Mac Arthur, éste fue destituido y relevado por el General Ridgway. La esperada ofensiva china tuvo lugar el “2 de abril cruzando las Divisiones el paralelo 38” con ataques en amplios frentes y Así avanzaron 70 kilómetros en un despliegues poco profundos. primer esfuerzo ; pero sufrieron tan extraordinario número de bajas, que tuvieron que replegarse al «triángulo de hierro»: PyongyangCllelvoll-~~u;nha~~a. En otra nuera ofensiva, iniciada el 17 de mayo, profundizaron otros 60 kilómetros, pero tina serie de contraataques aliados,, que lograron penetrar en el frente de ataque rojo, los contuvieron y les hicieron replegarse definitivamente. Aquí surgía un primer sintoma. de alto el fuego para negociar, y el 10 de julio de 1931 se celebró la primera reunión entre las delegaciones de’ambo> bandos. h esta siguieron otras reuniones en Pan Mun jon. En marzo de 1953, Chu En-lai presentó en Moscú un memorandum redactado por Mao, que comprendía un plan de acción general comunista para dominar el mundo, muy interesante para la tesis que desarrollamos y concretamente para el caso de Corea. Consideraba necesario «dirigir el impulso de las fuerzas del comunismo contra los Estados Unidos por ser éstos el centro de gravedad de -cidente», preconizando en primer lugar una gran ofensiva diplomática contra dicho país. j Por lo que a Corea se refería, consideraba que «no podía conseguirse allí una victoria comunista decisiva por insuficiencia de su poder naval. Privados de éste, los ataques por tierra tenían que ser frontales sin poder apoyar los flancos en la costa que estaba domi nada por los barcos norteamericanos. Así no se lograría más que bajas sin lograr la destrucción del adversario. Había que tratar de obtener un armisticio ventajoso para poder negociar». En cuanto al Sureste Asiático, era necesario empezar por arrojar de Indochina a los franceses ; tras ello vendría la «liberación» de Thailandia y Birmania. Respecto a Indonesia, suponía que caería eri el campo comunista como un fruto maduro y todo ello crearía a los ingleses una difícil situación en el Sureste asiático y tendrían que abandonarlo. En cuanto a Filipinas y Japón, preveía las mayores dificultades por tratarse de apoyos básicos para la estrategia de Estados Unidos en Extremo Oriente. Al final de todo ésto, una ola revolucionaria habría de asaltar el continente africano y más tarde América del Sur. Esta idea era, a escala mundial, la misma que había presidido la revolución en China, basada en el campo para dominar luego las ciudades : para Mao, Europa y América del Norte eran como ciudades con su elevado nivel de vida, mientras que Africa y América del Sur y Centro, eran el campo con sus países subdesarrollados y había que empezar por éstas. Así se podrís llegar al aislamiento de las naciones europeas en relación con las del conjunto afro-asiático, dando lugar al hundimiento económico de aquéllas, Las conversaciones de Pan Mun Jon llevaron a un armisticio, firmado en 19ñ3 y, en cumplimiento de los acuerdos de Ginebra. los Estados Unidos empezaron a retirar en 1954 seis de sus ocho divisiones, y el Mando pasó al Japón. Gran Bretafia retiró una parte de la división de la Commonwealth. Las tropas francesa? habían tenido que pasar a Indochina, y por su parte China retiró siete divisiones con un total de 80.000 hombres. Corea del Xorte, en la época Krucheviana, especialmente entre 1962 y 1963, estaba alineada del lado chino, llegando en 1964 a acusar a la U. R. S. S., aunque citándolo veladamerie, como «un Con la caída de Kruchev eri octubre de cierto país» de imperialismo. 1964. mejoraron sus relacione, $ con los soviets, de los que recibían un importante apoyo económico e ,jndus’trial y se enfriaron con los chinos, a pesar del apoyo militar que habían recibido durante la guerra. Si se examina en forma sintética la política americana en Asia 134 JOSÉ durante .los Uiltimos veinte errores que !e han acarreado EíJAR ARIiiO años, se observarán serios contratiempos : tres importantes 1.” El cese de la ayuda a los nacionalistas chinos en 1949, a cuyo ejército habían venido prestando apoyo, aunque intermitente y receloso durante su lucha contra los comunistas. Esto produjo el contratiempo más grave: la pérdida de China como punto de apoyo en el continente asiático, que les hubiera simplificado otros problemas. 2.” El abandono militar de Corea del Sur en julio de 1949, que dió lugar a In invasión comunista y a una dura lucha para arrojarlos de allí. 3.” La negociación del armisticio de Pan Mun Jon, cuya firma se llevó a cabo en 1953, en el cual faltó una visión amplia del problema, al no tener en cuenta la interdependencia de los teatros de operaciones de Corea e Indochina, donde ya ardía la guerra, ni la necesidad de mantener el frente de los occidentales unidos frente a la expansión comunista. Esto influyó en la derrota francesa y obligó a Estodos Unidos a intervenir en la actual lucha de Vietnam. í&errn en Indoch,ina Indochina es una región geográfica que se ha prestado desde hace siglos a la formación de grandes imperios en sus costas meridionales, donde las cadenas montañosas, cerradas entre sí por el Norte, intercalan vastas y fecundas llanuras aluviales hacia el Sur. Así vemos a Birmania asentada cn el Irawady. Siam, hoy Thailandia, en el Me-nam. Camboya en el Mekong inferior y Anam en el río Rojo. Indochina debe a la India casi toda su civilización, pero .4nam se mantuvo fiel a la cultura china, pues hay que tener en cuenta que los anamitas pasaron al Tonkín desde las provincias chinas de Kwang-si y Kwang-tung, llegando en un primer impulso hasta la fontera natural representada por un espolón donde se halla la llamada «puerta del Anam)), allá por el paralelo 180. En las guerras-sostenidas por estos países entre sí, ilnam llegó al Mekong, dividiéndose esta cuenca a partir de entonces entre anamitas, camboyanos y thailandeses, y en 1698, aprovechando las luchas internas que trastornaban a Camboya, le arrebató Cochinchina, con PROYECCIÓN ‘XIN. SOBRE EL CON~TISENTE ASIÁTICO 135 10 cual se apoderaba del superpoblado delta del Mekong, mientras que en e1 Norte de país tenía el delta de Tonkin. Birmania y Siam habían adoptado la influencia hindú, pero la expansión anamita propagó la influencia china y la «India transgan.gética» pasó a ser «Indochina». Lía coraquistta ewopea La extremidad meridional de la península indochina atrajo el interés de los europeos por su situación estratégica, ya que constituía ~111 punto de paso obligado para, Extremo Oriente y también por su interés comercial. Un príncipe nguyen solicitó la alianza de Ltils XVI de Francia y, aunque los anamitas se opusieron, la conquista francesa de Turane y Saigón, les obligó a la cesión de Cochinchina (18S8-1867). heg-o los franceses se dedicaron a la conquista del Tonkin frente a la oposición de los anamitas aliados de China. Por fin, los tratados de 1884 y 1885 pusieron a Anam y Tonkin bajo el protectorado de Francia. Más tarde, en 1893, obligaron a Siam a aceptar la frontera del Mekong en beneficio de Camboya, y así se llegó a la constitución del Gobierno General de Indochina francesa con una colonia, que era Cochinchina y cuatro países protegidos : Tonkín, Anam, Cambodge y Laos. La gran depresión económica de 1930 fue una crisis del capitaIismo que afectó a1 sistema colol$aI ‘anunciando su caída. Indochina dio la señal con una sublevación y los movimientos nacionalistas se fueron propagando como una reacción en cadena por todas partes. Ln independencia de 20s pnísas i,Jldochinos. Faltaba una levadura para la Íermentación, y esa fue la guerra del Pacífico : el Japón ya había puesto pie en Indochina en 1940, pero a partir del Pearl Harbour (7-X11-/1). se adueñó del Sureste asiático en menos de tres meses, imponiendo una administración ruda y brutal, que provocó la organización de la resistencia. Así nació en 1941 en la frontera tonkinesa el Viet Minh (Liga para la independencia de Vietnam), bajo la dirección de Nguyen ,4i Quoc. que pasó a llamarse Ho Chi minh. Por otra parte, ante los ,136 JOti HíJAR ARIirO indígenas quedó mal parada la arrogancia de los blancos derrotados por aquellos hombres amarillos y sometidos a vejaciones entre alambradas. Fue el momento del desplome de la etapa colonial en Asia. Cuando capitularon los japoneses en agosto de 1945, ya estaban a punto los movimientos nacionalistas para luchar contra el retorno del colonianismo. El Viet Minh aparecía como la única organización de resistencia efectiva. Logró la abdicación de Bao Dai y el 2 de septiembre, Ho Chi-minh proclamaba la república y su independencia. Período francés de lzlcka. Las tropas francesas, al mando del General Leclerc, reocuparon Saigón con la pretensión de restaurar el régimen colonial, sin más programa que la recuperación de los bienes perdidos ; vano intento de resucitar un pasado muerto. Washington vio con desagrado esta decisión, porque su tradición anticolonialista le hacía desear la in-dependencia de Indochina en 1945. De haberse hecho así, 2 se hubiera producido la concatenación de hechos que han conducido a la actual situación del paralelo IT”? Cabe perxar que, con el carácter independiente de los vietnamitas, acaso el Vietman hubiese formado un Estado más o menos neutralista como Indonesia, Birmania o Thailandia, a pesar de la vecindad china. La expedición marítima francesa llegó a Tonkin para relevar a las tropas nacionalistas chinas, pero fueron recibidas con fuego en Haiphong y ésto, unido a otros incidentes con los indigenas, sirvió para generalizar las hostilidades entre Francia y el VietMinh en diciembre de 1946. La victoria de Mao Tse-tung en la vecina China, dio a este conflicto un carácter más amplio, convirtiendo el Vietnam en una «región fronteriza», en la que iba a producirse una confrontación entre Oriente y Occidente. El Viet Minh lanzó sus ataques en variás fases sucesivas : la primera contra los puestos fronterizos franceses del alto Tonkín, a fin de tener SLI retaguardia apoyada en China y conseguir una ayuda eficaz de dicho país. Después de barrer las guarniciones de la frontera, lanzaron su campaña hacia el delta del río Rojo, el granero de arroz de Indochina. El estallido de la guerra de Corea en junio de 1950 se intercaló. PROYECCIÓN CHIN,4 SOBRE EL CO~INKNTE ASIÁTICO ,157 en la delicada situación de Indochina y el armisticio de Pan Mún Jon de 1953, acentuó el desequilibrio de fuerzas en contra de Francia, lo que precipitó los sucesos. Los rojos habían montado una nueva campaña contra Laos y los franceses, t;ratando de cerrarles el paso, establecieron la posi-ción de Dien Bien Phu en una vasta cubeta de 19 por 9 kilómetros. La tragedia de su asedio duró cerca de dos meses, con ataques constantes, hasta que en la noche del 6 al ‘7 de mayo de 1954 sucumbió. Allí quedó decidida la suerte de la guerra. El 21 de julio se firmó en Ginebra un armisticio, según el cual, las tropas de uno y otro bando habían de agruparse a uno y otro lado del paralelo 17” en espera de unas elecciones generales a celebrar en el plazo máximo de dos afios para reunificar el país. En el Vietnam del Norte quedaban Tonkín y parte de Anam con 95.000 kilómetros cuadrados de superficie y 16 millones de habitantes, bajo el signo comunista de Ho Chi-minh. El Vietnam del Sur quedaba integrado por Cochinchina y parte de Anam, con 105.000 kilómetros cuadrados y 12. millone, E de habitantes. Entre ambas partes había de quedar una estrecha zona desmilitarizada. Aparte se constituían los estados de Laos y Camboya. Como se ve, resultaba una balkanización de Indochina. Los franceses se vieron obligados a abandonar sus posiciones progresiramente y repatriar sus tropas en 1.956. Su influencia iba a ser sustituida en adelante por los Estados Unidos. norteamericana en Vietnam. Puede decirse que la intervención coincidih con el ple’biscito que después de la partición del Vietnam se celebró en el Sur en octubre de 195.3 para decidir la deposición en la Jefatura deE del emperador Bao Dal, que iba a ser sustituido Estado por Xgo Dinh Diem. La idea base de la estrategia americana iba a ser tomada de la primordial la defensa del paraleguerra de Corea, considerando lo 17” contra los ataques que pudieran venir del Norte. Por otra liberal facilitaría la tarea meparte, confiaban en que su espíritu y que el Viet Minh cumpliría el jor que el colonialismo francés, compromiso de retirarse al Xorte del paralelo 17” y sus tropas sal- X38 JO?& HíJAR .4RlÑO drían de la zona desmilitarizada. Pero esta guerra presentaba pocas semejanzas con la de Corea. En primer lugar, existen en Viet Nam organizaciones más 0 menos curiosas, como son las sectas político-religiosas del Sur: las Cao-dai y Hoa-hao. La primera con sede en Tay Minh, es la más numerosa, teniendo incluso milicias armadas. La otra es la de los discípulos del «bonzo loco», que colaboraron con los japoneses, luego con los franceses, sin desdeñar el entendimiento posterior con el Viet Minh y hoy con el Viet Cong. Pues bien; Ngo Dinh Diem, apoyándose en los católicos logró imponerse después de separar de la escena política a las sectas religiosas ; pero bien pronto se crearon descontentos. En la noche del 26 de enero de 1960, mientras los vietnamitas celebraban la fiesta del Tet, un grupo de hombres asaltó un depósito de material de guerra en Tay Minh. A partir de aquel momento, el Viet Cong cruzó la zona desmilitarizada, fue acrecentando la presión por todas partes y aumentando las zonas inseguras. El objetivo final que se impuso fue «la liberación del Vietnam del Sur del .yugo de los imperialistas norteamericanos)). Esto le daba un carácter de guerra civil que la diferenciaba de Corea ; la estrategia basada en una frontera no respondía a la situación ; la intervención extranjera, alimentaba y ampliaba la guerra sin quitarle su carácter de guerra civil. Otra diferencia con el conflicto de Corea es que en el Viet Nam no existe el concurso de las Naciones Unidas, sino el de unas pocas que intervienen con contingentes simbólicos : Australia, Nueva Zelanda y Corea del Sur. La trágica eliminación de Diem por el golpe de Estado de noviembre de 1963, aumentó el desorden. Nuevos golpes de Estado y cambios de Gobierno se produjeron a ritmo acelerado. Los ataques sobre Qui Nhon y las bases norteamericanas de helicópteros de Pleiku obligaron a los americanos a revisar sus puntos de vista? y el Presidente Jhonson, tras su triunfo electoral de noviembre de 1964, decidió la aplicación de la «escalada» que comenzó el 7 de febrero de 1965 con bombardeos aéreos, seguidos a poco por los desembarcos de los primeros regimientos de marines. Dejaremos en este punto la acción norteamericana, no sin antes decir que a pesar de los poderosos medios puestos en juego hasta la fecha, no se ha conseguido ningún efecto decisivo. PI<WECCIóN CHINA hRSPEC’í+IVA SOBIiE ESTRA’lkICA EL COtWNENTE SOBRE ASIÁTICO 139 CIIINA China es una potencia asiática heredera natural de 2.000 años de historia, y entre las características derivadas de tal herencia, destaca, como substrato del carácter chino, su orgullo racial no bien valorado por los occidentales. Durante siglos, el Imperio chino fue para sus clases elevadas, el único Estado civilizado que existía en el mundo, rodeado de pueblos bárbaros. Este espíritu de superioridad flota hoy día sobre cualquier otra consideración y es la idea que guía a sus dirigentes en su propósito de dominación mundial. Si queremos ver la posible conducta futura de China en Asia, hemos de completar ese cuadro general con las motivaciones políticas y militares que pueden impulsar a China hacia sus objetivos exteriores, pero también habrá que tener en cuenta su política interior, la cttal ha de influir en la posible forma y momento de conseguirlos. Motioacio~~es en el dominio exterio~r En el orden político, China sigue considerándose el Imperio de Enmedio, o sea, el centro del mundo, en vez de una nación «inter pares». Los siete caracteres chinos de la leyenda que le da nombre, y que los occidentales traducimos por «República Popular China», corresponden literalmente en SLI concepto chino a «El país de enmedio florido, que reúne los hombres en una comunidad armónica». China roja, ebria por los éxitos militares que le dieron nacimiento, ávida de liberarse de la suma de humillaciones sufridas durante el período colonial, no renuncia a SUS ambiciones tradicionales. De ahí los esfuerzos que realiza para extender su influencia y su ideología por los países del Sureste asiático, como una primera fase que le sirva para arrojar luego a los occidentales ; éstos constituyen para ella un peligro latente y un obstáculo para el logro definitivo de sus metas. Si atendemos a los trazos permanentes del carácter de los chinos tal como lo hemos visto y a SLIS reacciones ante el mundo que los rodea, vemos que sus aspiraciones a la supremacía mundial y sus deseos de expansión, están más basados en sus puntos de vista nacionales que en los ideológicos ; el marxismo es para ellos un me. 140 JO.& HÍJAR ARIÑO dio, aunque de carácter trascendente, para el logro de sus fines. Mao ha creado en China una forma de comunismo que, desde SU origen, no cuadró con el de Moscú que le había ,dado nacimiento. La ruptura tan profunda de sus relaciones con la U. R. S. S., madre del comunismo, aunque basada en diferencias ideológicas, encubre sólo a medias sus aspiraciones nacionalistas y sus ansias de dominio del mundo sin compartirlo con nadie. La evolución del comunismo, según los chinos, ha conocido tres fases desde su origen: l.* Entre 1840 y 1890, la etapa de Marx y Engels de preparación de la revolución proletaria. 2.” Hasta el final de la Segunda Guerra Mundial con Lenin y Stalin, que lograron la victoria y el afianzamiento de la revolución socialista en Rusia, y 3.” La actual época de Mao, correspondiente a la construcción del socialismo que ha de obtener la victoria sobre el imperialismo y el capitalismo en todo el mundo. 2 Puede China hacer triunfar su ideología tan ampliamente? Parece difícil, porque si en el marxismo que pudiera llamarse universal han surgido tan importantes discrepancias, en el momento en que se le atribuya un matiz particular, tendrá más dificultades para su expansión en el ámbito que no es chino, porque habrá perdido su carácter universalista. Si pasamos del campa ideológico al económico, los países desarrollados representarían para China una carga económica no puede asumir por lo precario de su propia economía. subque Desde el punto de vista militar vemos dos regiones especialmente explosivas, en las cuales puede originarse conflictos de gran envergadura: el Vietnam, donde encuentra la oposición de los Estados Unidos, y la provincia de Sinkiang, donde están los mayores motivos de fricción con la U. R.. S. S. Si el Vietman cayera bajo la dominación del Vietcong, entrarían en seguida bajo la influencia de Pekín, Cambodge, Laos, Thailandia y Birmania, y ello abriría a China el camino para seg-uir por Indonesia hacia Filipinas y poder pensar en una nueva fase hacia AUStralia, siguiendo el ejemplo histórico de Japón hace 23 años. Pero esto no puede hacerlo China de un modo inmediato, porque aún ha de pasar bastante tiempo hasta que cuente con medios semejantes a los que tuvieron entonces íos japoneses. Carece de potencial bélico adecuado, pues aunque posee la bomba atómica, no cuenta con aviones capaces de transportarla; no tiene una flota de guerra,. PROYECCIÓN CiIlH.4 SOBRE EL CONTINENTE ASIÁTICO 141 ni aviones de caza y de bombardeo y, aunque posee grandes masas de hombres, la táctica de combate de Tzun Tsu o la de Gengis Khan han pasado. Por estas razones, Pekín ha seguido hasta ahora una política exterior moderada, abordando los problemas fronterizos más fáciles mediante acuerdos y reservando la fuerza para .aquellos en que no se arriesga mucho: conflictos localizados como Corea, Laos y Vietnam; manteniendo con ellos la inquietud a costa de sus presuntos satélites. En Corea se empleó con abundantes efectivos cuando vio amenazada la frontera del río Yalú. En Vietnam afirmó desde el comienzo de los bombardeos norteamericanos que estaba dispuesta a apoyar al Vietnam del Norte e incluso a enviar combatientes al Viet Cong, pero hasta la fecha no lo ha hecho. En esta ocasión emplex un verbalismo intransigente y explosivo para mantener vivo el espíritu de lucha contra los americanos, pero obra cori más precaución que en Corea, acaso porque ahora no tiene el apoyo incondicio. nal de la U. R. S. S. El momento de prueba sería cuando los Estados Unidos y sus aliados pusieran pie en Vietnam del Norte. En Laos, las fuerzas del Pathet Lao SC han abstenido de explotar a fondo su ventaja en dirección a la frontera thailandesa. En cuanto a la región de Sin Kia,ng, se trata de un inmenso territorio poco poblado, cogido en tenaza entre la Mongolia Exterior, independiente y pro-soviética, y el Turkestán ruso. La vinculación del Sin Riang al Gobierno de Pekín se muestra ‘dudosa, como ha ocurrido históricamente con otras regiones periféricas que hoy desean una amplia autonomía igual a la de Mongolia Exterior. Todas ellas ven que ésta, mimada por la propaganda rusa, tiene un nive de vida muy superior al de las provincias propiamente chinas. Si el Sin Kiang se independizara, la propaganda soviética podría cargar entonces sobre el l’ibet para conseguir una nueva área de influencia frente a Pekín. Estas fricciones nos llevan a la consideración de un problema de mayor proyección mundial. 2 Qué cabe pensar respecto a las posibles relaciones futuras entre las dos grandes potencias comunistas ? La oleada de incidentes ocurridos puede seguir en aumento; pero hasta la fecha, ambas proceden con cierta cautela ; de momento parece difícil que puedan llegar a una confrontación abierta. Todo 10 más, puede admitirse la ayuda soviética a un Sin 142 jOSÉ HíJAR AlCIÑO Kiang rebelde contra Pekín, a manera de guerra fría, con una sa-lida muy difícil de prever. Sin embargo, ante las pretensiones chinas sobre hegemonía asiática y en vista del esfuerzo de Mao para alcanzar un desarrollo militar acelerado, los dirigentes soviéticos no pueden por menos de experimentar la inquietud propia de un país’ que tiene contacto con China en una inestable frontera de más de 7.000 kilómetros. El oso y el dragón no pueden vivir en la misma guarida, pero no se atacan. A la U. R. S. S. se le presenta el problema de pasar de la coexistencia con Occidente a la coexistencia con el mundo amarillo. El ámbito de la cuestión se agranda todavía cuando consideramos los slogans empleados desde 1955 i Asia para los asiáticos ! y i Los blancos fuera de Asia! o el actual i Yankees a casa!, que hacen presentir una formidable lucha a escala mundial de amarillos contra blancos, en la que la primera baza que se disputaría se ría la dominación de Asia. La U. R. S. S. no quiere verse comprometida en dos frentes opuestos y por eso trata de evitar el compromiso militar en EUropa, pues en caso de lanzar una ofensiva por esta parte, podría alcancar incluso el Atlántico, pero una vez allí, la resistencia europea se trasladaría a ultramar, eternizando la contienda, 2 Qué ocurriría mientras por el Este, en teatros de operaciones a miles de kilómetros de distancia ? Cuando Gengis Khan lanzó su invasión hacia Europa, empezó por eliminar el peligro de la China del Norte, ocupando Pekín con la ayuda de los chinos del Sur y sujetando a los kirghises del Yenisei. Cuando estuvo seguro por esta parte, entonces lanzó sus masas hacia el Oeste. Por eso, la U. R. S. S. mantiene una actitud defensiva en Europa tras la línea de sus satálites, mientras lleva al otro lado de 10s Urales más de la mitad de sus 175 divisiones. <No conducirá ésto, tarde o temprano, a una reconciliación E-teOeste en la que, repitiéndose la historia, fuese Rusia el glasis protector ante el embate de las hordas asiáticas? Rusia ha de tener presentes las páginas del pasado, donde está escrito el vasallaje de Rusia a la «horda de oro)) durante los siglos XIII al xv. El presente, con sus conceptos de guerra fría, telón de acero y muro de la vergüenza, resultaría entonces anacrónico ; la menta- PROYECCIÓN CHINA SOBRE EL CONiTIWENPE ASIÁTICO 14% lidad bélica .Este-Oeste, se cambiaría por la de blancos-amarillos. Pepa este panorama, favorable a Occidente, no es ni inmediato, ni evidente. Además, habría que evitar cualquier torpeza que pudiera acarrear una nueva consolidación de la amistad chino-rusa, quesería muy perjudicial para Occidente. En e&e sentido, cualquier conflicto en el Sureste asiático con base ideológica puede resultarperjudicial, porque daría un punto de convergencia a los apoyos chinos y rusos en favor de los pueblos comunistas en conflicto. Ct+est.io%esinternas de Cltilca Fasernos a examinar el peligro que puede representar para la paz la propia política interior de China. Todos los acontecimientos que vemos producirse aquí son consecuencia del movimiento comunista chino, cuyo breve proceso hiotórico hemos bosquejado antes. A su instauración siguió la necesidad de consolidarle mediante el robustecimiento del poder supremo y, por último, la revolución ha sido llevada al terreno cultural. En suma, se trata de lograr un cambio de la mentalidad china sin que por ello pierda su arraigo racial. Las cualidades de la raza fueron básicas en los primeros pasos del comunismo ante los grandes problemas y los fracasos sufridos: eran los tiempos del cerco en el Hun-nan; de la Larga Mar-cha ; de la guerra con el Japón y de la lucha contra el Kuomintang. Entonces hacía falta una gran fe en el triunfo. Luego entró en juego la razón, para la organización del país. El comunismo chino se había basado en la reforma agraria de 1950, que culminó en la organización de las comunas. Pero los imperativos de una economía moderna, les hizo pensar en que había queequipar su industria como correspondía al siglo xx, llegando en un ambiocioso plan a incluir lo nuclear. Esto acarreaba profundas modificaciones en la población china : había que urbanizar el país, hasta entonces rural. El paso del campesinado al obrerismo exigía un cambio de costumbres y de mentalidad. Estos fueron los años del Gran Salto, adelante industrial que comenzó en 1908 y que causó grandes pérdidas en la economía agrícola. Entonces fue cuando comenzaron a producirse escisiones en las altas esferas: por una parte los puros, iluminados por el pensamiento ortodoxo de Mao ; por otra par- 144 fOSÉ EIfJSR ARIñO te, los tecnócratas, revisionistas, que consideraban que había que asentar el comunismo en algo más firme que una efusión espiritual y que era necesario relacionarse con un mundo exterior que tenía gran imortancia. Asi se ha llegado a uno de los fenómenos más interesantes desarrollados últimamente en China : el de la c(Revolución cultural» ; esa aventura de los muchachos que ha dado lugar a la aparición de los guardias rojos, con sus desmanes, en su mayoría estudiantes del segundo ciclo del grado secundario y del grado superior, con edades que oscilan entre los dieciséis y los veinticinco años, a los cuales se han agregado algunos jóvenes obreros y campesinos con una disponibilidad total de unos diez millones de hombres. Este movimiento apareció en junio de 1966 cuando unos grupos de escolares se rebelaron contra las autoridades, mereciendo la posterior aprobación de Mao, como si hubiera sur-g-ido entonces en su mente la idea de aprovechar esta fuerza. ,?Por qué motivos se ha producido esta revolución? Ante todo se trata de una depuración, de la qre debe salir regenerado el movimiento comunista. Es una operación necesaria tras los fracasos sufridos, tanto en el interior como en el exterior atribuidos por ios dirigentes a los cuidados de adaptación. de los desviacionistas y los técnicos. En el exterior fueron los fracasos de la penetración en Africa, en Asia, en Indochina e incluso en el Vietnam, y así mismo el desvío de los partidos comunistas de Corea y Japón hacia la línea soviética en vez de la orientación china. En el interior, la lucha intestina por la sucesión de Mao. Por lo pronto, la revolución trata de conseguir una imagen de China diferente de la que el mundo ha venido contemplando hasta hoy y reafirmarla como cabeza de la revolución mundial, en la que ha de desplazar poco a poco a la U. R. S. S. Mao trata de imponerse así en el mundo como el único teórico marxista y cree que sUs obras deben colocarse, no sólo en parangón cori las de Mars, Lenín y Staiin, sin reemplazar a éstas como más adaptadas al momento presente; pero comprende que ésto no será posible más que conservando China la pureza de la doctiina revolucionaria. De ahí que el movimiento cultural trate de aplastar en su origen el revisionismo que se hubiera afirmado a la muerte de Mao. Este, comtempla el ejemplo de Stalin, a cuya muerte siguió un proceso de desestalinización, y él quiere que su recuerdo y las ideas PROYECCIÓN CHINA SOBRE EL COMTINENTE ASIÁTICO 145 de sus libros le sobrevivan en la memoria del pueblo chino ; por eso trata de destruir todo lo que representa tradición, así como todo el acervo cultural, chino, que tiene un pasado milenario desde Ios tiempos de Confucio y Mencio. Sencillamente ; trata de hacer «irreversible» el comunismo chino ; quiere que un sucesor no deshaga su obra política el día de mañana volviendo al mandarinismo. 2 Cómo trata de conseguirlo? Empieza por desconfiar de la generación actual, como se ve en el ejemplo de muchos antiguos compañeros de la Larga Marcha que han sido sacrificados a la revolución sin atención a sus anteriores méritos ; tampoco confía en la generación siguiente y salta a la juventud para moldear en ese material más maleable el «hombre nuevo», en cuyo ánimo trata de inculcar el espíritu ortodoxo de Yen-nan que animó en 1930 a los primeros revolucionarios. Los guardias rojos forman la fuerza de choque que emplea Mao para intimidar a la oposición. Desarrollan entre ellos el culto de un Mao deificado y humillan a las personas de alto relieve sospechosas de oposición. Intimamente ligado a este aspecto de la cuestión está el crecimiento demográfico chino, al que ya nos hemos referido. Antes del año 2.000, dará al país los 1.Oc)Omillones de habitantes, entre 10s cuales, la masa juvenil tendrá un evidente predominio. 2 Se limitará esa masa humana a ocupar los espacios desérticos de su amplia geografía o se desparramará fuera de su país en busca de espacio vital? Dentro de China, el problema demográfico también preocupa a los gobernantes, porque al lado del gran potencial que esa masa juvenil representa, existe el riesgo de que la nación se debilite por exceso cle poblacióli hambrienta. E’rueba de tal preocupación es el control de nacimientos ensayado en 1956 con medidas estatales, proyecto abandonado en 1958 por su escaso exito, pero vuelto a poner en vigor en 1962 con más energía. De todos modos, aunque la disminución de 10s nacimientos se ha logrado en las ciudades, no ha sido así en el campo, donde el campesino anhela los hijos que le representan brazos para ayudarle en sus faenas. En resumen : mirando el futuro, China está en vías de convertirse en una potencic de primer orden y para toda acción de carácter bélico o c«alquier intento de pacificación entre países asiáticos ha- 146 JOSÉ KÍJAR AR180 brá que tenerla en cuenta en lo sucesivo, porque este país no se duerme: a los rumores del reclutamiento de técnicos aeronáuticos de Alemania Occidental, se unen otros asegurando que China está: construyendo una base de misiles 1. R. B. M. al norte de Lasha, en el Tibet, que les daría la posibilidad de amenazar todo el SE. asiático por un lado y parte de la U. R. S. S. por otro. Puede afirmarse que en un plazo de diez o quince años, sea en forma pacífica 0 violenta, entrará en escena de manera activa el país de los mil millones de habitantes. Aparecerán con una técnica. avanzada y habrá que hacerle sitio en el comercio mundial de las naciones que traten de estructurar el siglo XXI. Será una sociedad. en la que el hombre blanco ya no será el dueño. Todo aquello de que ha disfrutado hasta ahora, casi en exclusividad, habrá de repartirlo con los asiáticos. HISTORIALES DE LOS CUERPOS Los Historiales de los Regimientos Inmemorial de @fantería, Dragones de Santiago de Caballería, Artillería de Costa número 1 y Zapadores número 1 para Cuerpo de Ejército, publicados en fascícuíos aparte en los números 19 a 22 de esta Revista, han obtenido excelente acogida. Precisamente su publicación se hizo a modo de ensayo y de sondeo de la curiosidad de la oficialidad en general, por lo que el interés despertado aconseja la suspensión circunstancial de los fascículos para orientarla, en un día quizá próximo, hacia una serie de volúmenes, que recojan, en forma conjunta, metódica y ordenada, y con la profusa e interesante ilustración que el tema exige, los Historiales detodos los Cuerpos del Ejército español, existentes y extinguidos, capítulo importantísimo de la Historia orgánica de aquel Ejército, tarea a la que el Servicio Histórico dirige atención preferente. Tal es la razón de que este número no vaya acompañado de unc fascículo análogo a los cuatro anteriores. ACTIVIDADES CULTURALES DEL HLSTORICO MILITAR SERVICIO UNA CoMmóN DE LA UNIVERSIDAD, PRESIDIDA POR EL DOCTOR BALLESIEROS, IMPONE AL CAPITÁN ZAPATERO LA ENCOMIENDA CON PLACA DE ALFONSOXELSABIO El día 11 de abril, visitaron este Servicio Histórico el catedrático de Historia de América, doctor don Manuel Ballesteros Gaibrois ; e1 profesor adjunto Dr. Leoncio Cabrero y los alumnos del último curso de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid. Fueron recibidos por el Excmo. Sr. General Director, los Coroneles y Jefes de Ponencias, y la totalidad de Jefes y Oficiales, celebrándose las prestaciones en la sala noble de la Biblioteca Central Militar. Allí les fueron explicadas, por los Jefes de Ponencias, las actividades de cada una de las Secciones de este Servicio Histórico. Seguidamente se giró una visita a los archivos, bibliotecas y dependencias, en las que los visitantes fueron orientados con detalle sobre las obras históricas c«ya redacción tiene asignada este Servicio Histórico. Los futuros licenciados en Letras mostraron gran interés por los fondos bibliográficos y documentales existentes, dado que son fuentes de tareas de sus diversas especialidades. Fueron obsequiados con ejemplares de la Revista de Historia Militar y catálogos. El Dr. Ballesteros, en sentidas palabras, reiteró la labor que este Servicio Histórico Militar realiza en pro de la cultura española, SU conjunción con las tareas universitarias y la esperanza de que puedan estrecharse para alcanzar las mejores metas. Hizo una semblanza del Capitán del Servicio Histórico, doctor en Historia, don Juan Manuel Zapatero ; investigador. confereciante, publicista correspondiente de una docena de academias e instituciones hispanoamericanas y, sobre todo, asesor histórico y técnico en la reconstrucción y rehabilitación museográfica de fortificaciones abaluartadas de las antiguas provincias hispánicas. Luego, en nombre de la Universidad impuso al capitán Zapatero 150 REVISTA DE HISTORIA XILITAR la encomienda con placa de la Orden de Alfonso el Sabio, concedida el 1.O de abril por su extraordinaria actuación en Hispanoamérica y muy recientemente en Cartagena de Indias. VISITA DEL, I)R. RICARDO E. ALEGRÍA, DIRECTOR Dm INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUEÑA,DE SAN JUAN DE PUERTO RICO Ha visitado el Servicio Histórico y fue recibido por el Sr. General ,Director, el ilustre Catedrático de la Universidad de Río Piedras, Dr. Ricardo E. Alegría, Director del Instituto de Cultura Fuertorriqueña. La personalidad del Dr. Alegría, uno de los valores más positivos del área cultural del Caribe, es sobradamente conocida en Améric., y Espa5a. Desde su creación en 19855,preside el «Instituto de Cultura Puer,torriqueña», que es una corporación pública, autónoma, cuyas funciones son contribuir a conservar, promover, enriquecer y divulgar los valores culturales de Puerto Rico, mediante el estudio y la investigación. De los dos primeros objetivos: estudiar y conservar el patrimonio histórico cultural y promover todas las manifestaciones, puede asegurarse que han rebasado con creces las metas que se señalaron, lo que reporta innegables progresos en la recordación hispana en América. El almirante D. Julio Guillén, Secretario de la Real Academia de la Historia, dice del Instituto: «Vayan mis mejores elogios para ‘el Instituto de Cultura Puertorriquefía, que tan buena obra tiene ya en su haber. Tan sólo la conservación y restauración del entrañable San Juan, le haría acreedor de todos los que sabemos cuán difícil y desagradable resulta esta tarea en los tiempos actuales de codicia inculta y descastada». Igualmente, el Dr. D. Manuel Ballesteros, se pronuncia en favorables términos qne tanto justifican la. lahor: «El descubrimiento de las fórmulas puertorriqueñas de cultura ha sido realizado por el Instituto». Su actividad, aparece metodizada en los siguientes programas : 1.” Programa para la ((Conservación y restauración de Zonas Históricas». 2: Programas de «Publicaciones y grabaciones». 3.” «Promoción Cultural para los Pueblos». i 4.” De «Artes Flásticas». ACTIVID.lDES CULTURALES 5.@ De «Investigaciones ci.” Museos. DEL SERVICIO Históricas, I%JSTóRICO Arqueológicas MILITAR 151 y Folklóricas». Del l.O>, el «Instituto» se marcó una principalísima responsabilidad en la conservación de «Zonas Históricas», restaurando los viejos edificios hechos durante la gobernación espacola y en los que ha instalado el «Museo de Arquitectura Colonial», «Museo de Arte Hispanoamericano», «Museo de la Familia Puertorriqueña», «Museo del Libro», etc. En la realiza&¡ de tal programa? colaboran equipos técnicos y un perfecto asesoramiento histórico. Del 2.“), las publicaciones hechas por el ((Instituto», abarcan temas de Historia, cuyas obras más sefialaclas hasta el presente han sido : «La Idea Colonial de Juan Ponce de Lebn», por Eallesteros Gaibrois, M. ; «La. Inmigración en Puerto Rico durante el siglo XIX», por Estela, Cifré ; «Proyecto para la abolición de la Esciavitud en Puerto Rico», por José J. Acosta ; «La Guerra del Caribe en el siglo XVIII», por Zapatero, J. M. ; «Ciudad Murada», de Adolfo de Hostos ; etc. La edición literaria es abundantísima, lo mismo que sobre folklore, arte y grabaciones musicales. Respecto a la ((I‘romoción Cultural de los Pueblos», punto 3.“), cuenta con un «Museo Rodante)) y con cerca de medio centenar de Centros Culturales repartidos por las poblaciones de Adjuntas, Aguadilla, Ribonito, Caguas, Humacao, Mayagiie, Santa Isabel, etc. Y su labor está firmemente apoyada por la Asamblea J,egislativa. El Programa de «Artes Plásticas» il-.“), es extenso ; son frecuentes las exposiciones hechas con materiales históricos o actuales. Así destacan las exposiciones sobre «Los Grandes lilaestros de la Pintura Europea», «Grandes Maestros del Grabado», «Pintores de !a Casa Internacional de Xueva York)), «Pinturas Rockefeller», etc. El programa de «Investigaciones Históricas» G.“), y el de «XUseos”, constituyen una impresionante labor de trabajo. Baste decir rwpecto a «Museos», que !a obra del Dr. Alegría queda reflejada en la creación del «Parque Histórico de las ruinas de Caparra», primer nGcleo de fundación cristiana en Puerto Rico, fundada por Juan Fonce de León en 1508 ; ei «Museo de Historia Militar eri el Castillo San Jerónimo dei Boquerón», lugar donde se desarrolló la gran batalla contra los ingleses cn S’iW ; «Museo de Arte Religioso en Porta Coeli, San Germán» ; «Museo-Biblioteca de la Casa de D. Luis Muñoz Rivera», prócer puertorriqueño del siglo XIX; «Museo del T..ibro», 162 REVIST.\ DE HISTORIA MILITAR con su valiosa colección de manuscritos y libros que ilustran la Historia de Puerto Rico, etc., etc. Tal es la obra del Dr. Ricardo E. Alegría, que visitó detenidamente este Servicio, y prometió estrecha colaboración e intercambio de publicaciones que sean afines con los trabajos del Servicio Histórico Militar. VIAJE-MISIÓN DEL CAPITÁN D. JUAN MANUEL %AP.~TERO EN C~LO;MBIA Durante los meses de febrero y marzo, ha permanecido en Colombia, especialmente invitado por altos organismos culturales (Academia de la Historia y Universidad de los Andes), administrativos íAlcaldía Mayor de Cartagena de Indias) y bancarios (Banco de la República y Banco Cafetero), el capitán D. Juan Manuel Zapatero, jefe del Negociado de Ultramar de este Servicio Histórico. Al capitán Zapatero se le había asignado la misión de reconocer las ,forfificacio+znes (siglos XVI al XVIII) de la heroica ciudad del Caribe, Cartagena de Indias, la más importante plaza de los antiguos Dominios españoles en América, considerada como la ((Llave del Chocó -Panamáy del Perú». La especialidad de su trabajo, reconocido en el campo de la historia de la Fortificación Permanente Abaluartada ; la sólida experiencia de anteriores trabajos hechos en San Juan de Puerto Rico (reconstrucción del Castillo San Jerónimo del Boquerón, convertido en Museo Histórico Militar) ; San Agustín de Florida, Argentina, Chile ; y en Lima (Perú), el proyecto de restauración del Castillo Real Felipe del Callao -su inmediato anterior trabajo-, ha servido para que recibiera tan honorable invitación. De sus reconocim~&%tos en Cartagena de Indias, ha compuesto un Esstudio Asesor (volumen de 430 folios, con facsímiles cartográficos, croquis y composición de tema histórico-militar) que abarca los tres ‘primordiales aspectos : restauración técnica de las fortificaciones, rehab$Gtació?z museográfica y atractivo turistico, que beneficie el desenvolvimiento artístico-histórico, cultural y económico de Colombia. El Estudio Asesor, ha sido en estas fechas presentado por cl Sr. Embajador de España D. José Miguel Ruiz Morales, y la representación de los organismos que gestionaron la invitación, al Sr. Fresidente de aquella nación hermana ; Dr. D. Carlos Lleras Restrepo. Merece señalarse el extenso campo histórico que presentaba la misión (más de trescientos aiíos de intensa actividad para la defen- ACTIVIDADES CULTURALES DEL SERVICIO HISTÓRICO MILITAR 153 sa de Cartagena de Indias y litoral del Caribe), ante la constante presencia de la piratería francesa -ataques de Roberto Baal, 1543; Jean de Beautemps, 1559, y la invasión del Barón de Pointis en 1697 en una empresa a la que se había asociado el propio rey de Francia Luis XIV. Y especialmente la inglesa (ataques de Hawquins, 1568; Drake, 1586, y las expediciones regiadas del almirante Vernon en 1.746 y 1741), unido a la evolución poliorcética de unas fortificaciones. que abarcan desde el fin de la. medieval y renacentista, a las técnicas neoclasicas del período de máximo esplendor de la Fortificación Abaluartada. Todo ello, en un escenario dilatadisimo : los recintos de Cartagena y su arrabal de Getsemaní, los fuertes externos de la Bahía y el castillo San Felipe de Barajas, en el espectacular Cerro de San Lázaro, han exigido una metodización por sectores, técnicas de fortificación histórica y los propios aconteceres políticos y militares, que valorizan la misión desarrollada. Por otra parte, las conferencias pronunciadas en las Academias de la Historia de Cartagena de Indias, la Nacional de Bogotá (en las que fue ingresado Académico), suscitaron como lo recogió la prensa colombiana, apasionado interés que habrá de revertir en la ((recuperación» histórica de Cartagena de Indias, como «joya-legado» de España en América. Cartagena de Indias3 premió a nuestro oficial con el título de «Hijo Adoptivo» -Decreto núm. 91- y «Asesor Histórico», para su restauración y rehabilitación. Y por el Gobierno español, a propuesta del Excmo. Sr. Ministro del Ejército, la Encomienda con Placa de la «Orden Civil de -Alfonso X el Sabio». Ello refleja el pulso de este en su proyección en Hispanoamérica, Servicio Histórico Militar, fastos de la Historia de solar impresionante de los más grandes España. CONFEREXCIA J)EL COM.WXSTE ROVIRA El 2 de junio de 1967, y en los locales del Servicio Histórico Militar, desarrolló una conferencia el comandante de Intendencia, profesor auxiliar de la Escuela de Estado Mayor, don Rafael Rovira Fernández. El general Director del Servicio ofreció la presidencia de honor al general Gordejuela Núñez, segundo jefe de la Dirección de Instrucción y Enseñanza del Estado Mayor Central del Ejército. El interés despertado por la conferencia, estaba vinculado a la personalidad del comandante Rovira, I&nciado en Derecho, Profesor ‘154 REVIST.\ DE HISTORIA .\IILITi\R Auxiliar de Cátedra en la Facultad de Ciencias Folíticas y Económicas de la Universidad de Madricl, y varias veces diplomado en Espaíía y en el extranjero. El comandante Rovira dividió S« disertación en dos fases perfectamente diferenciadas. La primera, de tono generalizador, se refirió .a el cómo se debe organizar y dirig-ir, y cuáles deben ser las líneas generales de toda organización, con la contemplación del panorama actual, en sus dos vertientes de expansión y desarrollo. La segunda parte se centró en torno al caso concreto del Servicio Histórico Militar. Partiendo del pasado del mismo y con la vista puesta en su futuro, el comandante Rovira expuso su opinión sobre las etapas en que debería dividirse el camino a recorrer, dónde se encontrarían las mayores dificultades y qué conveniente sería prever jalones que pudieran hacer cl papel de testigos, bien identificadores de las metas alcanzadas, de los desvíos sufridos y de las consiguientes rectificaciones que llahrín que llevar a cnho. INGRESA EX 1,~ I~IB~~IOTECA C~STRAI, mxcrcíx DE Mr~m.4~ LAS UN EJEMPLAR DE I.A QUIXTA T~.wmx\s El 27 de mayo de 1967, el Estado Mayor Central del Ejército remitía a la Biblioteca Central Militar un valioso ejemplar de «Las Siete Partidas» impreso en Venecia en 1528. Procedía de 1;~Capitanía General de la 9.” Región Militar, que a su vez la había reciljido de la Comisión T,iquidadora del disuelto Regimirnto de Infiintcría Nápoles núm. 24. de guarnición en Almería. De su anterior origen, poco puede colegirse; sólo hay una refcrencia mal escrita a mano en su primera página donde dice: ((Es de la librería del in\-enY’ de 1;~ Sat” Trinidad. Estante 1, cajón 1. 5e devolvieron al antiguo convento el día del Corpus de 182’7.~ Aunque la noticia es confusa por causa de la abreviatura que parece referirse a inrentario de una biblioteca del convento de la Trinidad, parece ser que se sacó de allí el libro para algím estudio y se reintegró el día anotado. Faltaría averiguar si ese convento de la Trinidad es de Almería. La obra es un ejemplar de la quinta edición, impresa, acaso la más cuidada y lujosa en tipografia. con anotaciones críticas. Anteriores a esas cinco, hay dos ediciones anteriores incunables, rarísimas por -tanto, que teniéndolas en cuenta hacen de esta la séptima. ACTIWD.!DES CULTURALRS DEL SERI’ICIO EISTÓRICO YIT,ITAR 155 Unas y otras ediciones se tomaron de los numerosos manuscritos de ((Las Partidas». Hubieron de ser numerosos, toda vez que mucho antes de inventarse la imprenta fue texto jurídico leg-al en los reinos de Espafia, por lo que proliferaron las copias manuscritas, hasta el punto de que: habiéndose perdido la mayoría, quedan afin en gran número. Cuando la Academia Española publicó su edición, a principios de siglo, le hizo cotejando 61 manuscritos existentes. Los códices fundamentales proceden de la Biblioteca Real ; hay ocho escurialenses, otros toledanos, uno salmantino y otro de la Real Academia. Este, indudablemente, es de los más perfectos. El conde de Clonard, don Serafín María de Sotto y Montes, según consta en documentos manuscritos de la Colección Clonard que se encuentra en el Servicio Histórico Militar (Legajo M), tuvo por originales los manuscritos del estante Eb. áe la Bibhoteca Real, códices 41, 4.2 y 43, en 10s que no se incluye la l?artida séptima. porque no formaba parte de las dirigidas por el Rey Sabio. Pero no hay ninguno con garantías el original. Según todos los indicios, el 23 de junio de 1256 y se concluyó se deduce de la primera página de los haciéndolo terminar en 12G1 con lo versia sobre ello. suficientes para tomarlo como la obra se empezó a componer en 1%2?, a los siete años según códices, aunque algunos varían cual aún queda alguna contro- También puede asegurarse que el R.ey Alfonso X, interesado vivamente en la redacción de ((Las Partidas», dirigió y coordinó 10s trabajos, luego los revisó y aim c’ebió de redactar él mismo algún período, frase o ley aislada. Agotarlas rápidamente las ediciones, como se afirma logo de la de principios del siglo xx: esta quinta edición valor, tanto por su rareza como por el esmero especial compuso. Por ello vale la pena reproducir tanto su nota original. como su colofón editorial. en el prótiene gran con que se preliminar FQesenfación. ((Las Siete Partidas del Sabio Rey don Alfonso ir’ono, por las cuales son derimidas y determinadas las cuestiones y pleitos que en España ocurren, sabiamente sacados de las leyes naturales eclesiásticas, imperiales, y de las fazañas antiguas de EspaCa. Con la glosa del egregio doctor Alfonso Diez Montalvo, que da 15ö RWISTA f,E HIS~MRIA SILITAR razón de cada ley, y a los lugares de donde se tomaron las vuelve. Y con la adición de todas las otras nuevas leyes, enmiendas y correcciones que después, por los Reyes Nueseñores fueron, hechas. Y nuevamente, con cotejo y vigilancia de sabios hombres, corregidas y concordadas con los verdaderos originales de España. Y añadidas las leyes y medias leyes que en alguna parte faltaran. Y de los muchos vicios y errores que tan indignamente antes las confundían, con gran inteligencia alimpiadas y atoda su primera integridad restituídas. Con gracia y privilegio real por diez arios». Coiofón. «Estas Siete Partidas hizo colegir el muy excelente Rey don Alfonso el IX, con intento muy virtuoso : Que sus reinos de Castilla y de León y todos los otros sus reinos y señoríos se rigiesen llanamente, en buena justicia, sin algunas otras intricaciones litigiosas. Y siendo obra soberanamente provechosa y de mucha autoridad, porque en la recolección de las dichas leyes entendieron los más famosos letrados juristas, que a la sazón de hallaban en la cristiandad, pareció a los Serenísimos y muy altos, y muy poderosos don Fernando y doña Isabel, Rey y Reina de Castilla y de León y de Aragón y de Sicilia y C. que se debiesen poner en los lugares convenientes de los capítulos de las principales leyes que en estas Siete Partidas se contienen, las adiciones del doctor de Montalvo. Y fueron estampadas en la preclarísima ciudad de Veuecia, a expensas del señor i,ucas Antonio de Junta, florentino. El cual deseando que la dicha obra perfectisimamente impresa, con toda diligencia, sin ninguna avaricia de expender el ella, las hizo revisar y cotejar, rever escontrar con los verdaderos originales antiguos de España. Y por dar entero cumplimiento a todo esto, eligió por gobierno de impresión al doctor Francisco de Velasco, el cual, como perito de la lengua, corrigió las dichas Siete Partidas. E fueron fenecidas de imprimir. Año de MDXXDI día 1’7 del mes de agosto.>> BIBLIOGKAFIA CARVALLO DE CORA, coronel de Artillería : I-loja de Servicios del Caudillo de España y sti Genealogía. Editado por el Autor. Imprenta Biosca, 1967. 226 páginas y un apéndice documental sin numerar y de edición limitada. ESTERAN «NO es un libro más sobre el caudillo Franco -nos advierte el autor en su presentación-. Van a hablar los hechos,). Y por ello se trata de una realidad ajena a toda complicación. Pero antes, abre la obra un epígrafe de San Pablo, que es todo un frontispicio clásico cristiano sobre el caudillaje, un aviso de valor eterno : «Toda persona está sujeta a las potestades superiore>. Porque no hay potestad que no provenga de Dios, y Dios es el que ha establecido las que hay en el mundo (Romanos XIII, 1)~. En su introducción advierte al lector, que la prosa oficial y lacónica de una hoja de servicios es tan sólo el conjunto de anotaciones que sobre las actividades de un militar van haciéndose, aíío tras año, por sus jefes, Empieza, pues, cuando nadie puede imaginar la categoría que el teniente recién promovido alcanzará al paso de los años. Así comenzaron a anotarse los hechos de aquel segundo teniente de 17 años que se llamaba Francisco Franco Bahamonde Salgado Rraújo y Pardo de Andrade, que había de llegar a Jefe del Estado Español. 2 Es una vida guiada exclusivamente por la voluntad individual ?, se pregunta el autor. Si que resultaba aquella muy fuerte, pues el joven teniente era un caso extraordinario de autodisciplina, pero cualquiera sabe que eso sólo no basta, por mucha suerte que le acompañe. Dice suerte, y no repara en que esa palabra no es sino el nombre vulgar de! destino de Dios sobre los hombres, pues ni un pelo se mueve sin voluntad divina. Pero el mismo autor piensa un momento en el hecho de la predestinación. Cree en los hombres predestinados, grafías. porque de otro modo no se explicarían muchas bio- «La lectura del documento -la Hoja de Serviciosnos lleva como de la mano a pensar en ese caso abstruso Y elevado, en ese problema de la máxima complicación filosófica y teológica. El caudillaje de Franco se produjo como algo absolutamente necesario en un momento de crisis en la unidad de Espaiíau. Añade lo que muy pocos habíamos pensado hasta que se nos sugiere al presentar la Hoja de Servicios : «Apoyándose en ella pueden dilucidarse las cuestiones de fondo que la lectura puede sugerir». Es decir, la trascendencia que puede observarse de un profundo estudio e interpretación de los documentos. Cuando a ello ha de seguir la narración escueta, fría, de los hechos de armas, es explicable este calor de quien los ha puntualizado y revisado paso a paso. No es tan fácil publicar esa Hoja de Servicios. Los nombres marroquíes, con su enrevesada fonética, a veces intraducible por escrito, exigen mucha práctica y mucho conocimiento. Hemos tenido ocasión hace tiempo, de examinar una coipa mecanográfica y ios toponímicos se confundían, de modo que el mismo nombre se diversificaba en la ortografía o dos distintos se identificaba& A veces se citaban el mismo día cabilas de Ceuta y Melilla, en un avance a pie, por error gráfico. Ahora todo es distinto, aunque pensamos, en la primera ojeada, que el diablo enredador de las linotipias también ha jugado con alguna errata. Hasta ahora, la Hoja de Servicios era un documento privado. Los biógrafos importantes la habían consultado, pero con las dificultades anotadas. Ahora, Grozier, Hills, Irwing, que dan remate a sus trabajos, no dejarán de echar una ojeada al nuevo libro, aunque el suyo esté ya en galeradas, porque, además, en la obra de Carvallo hay nuevos datos. La Hoja de Servicios llega hasta el 3 de febrero de 1926, en que Franco ascendió a general de división. Coti la redacción militar, puramente enumerativa de acciones, destinos, distinciones, cada nota en la subdivisión correspondiente. El autor completa el resto de la biografía con datos oficiales complementarios sobre su dirección de la Academia General, el de& logo del Cadete, que Franco redactó para la inauguración, en el que, destacan el 5.” artículo : «No murmurar jamás, ni tolerarlo» y el 6.” : «Hacerse querer de sus inferiores y desear de sus superiores)) ;. y los discursos de inaug-m-ación y cierre de la Academia. UJBLIOGKAFiA 159 Luego S?I actuaciún como Jefe del E. M. Central, la pacificación de Asturias y la admiración que despertó en el ministro de la Guerra republicano, Diego Hidalgo, que lo ascendió, pese a haber sido congelado en cola de los generales de brigada. En apéndices nutridos destacan todas las propuesta de ascenso por méritos de guerras, y otras recompensas, como sus dos medallas militares, donde lo realmente inédito son las declaraciones de quienes testifican en juicio contradictorio. Importante es también la reproducción de las páginas de la obra de Diego Hidalgo relativas a Franco, que fue escrita en 1934, COG e! título : «Porqué fui lanzado del Ministerio de la Guerra». Termina con un amplio estudio genealógico de las cuatro ramas de los apellidos del Caudillo. Todas tienen nobleza. Una de ellas próxima a la condesa de Pardo Bazán. Quizá la más ilustre, la de Pardo de Andrade, cuarto apellido, que debió ser particularmente cordial a ITranco. No lo dice el autor, pero se ve que de él tomó. el escudo caudal de la barra mordida por dos cabezas de dragón. Y con ese apellido como seudónimo firmó su guión cinematográfico de RAZA, que hasta no hace mucho permaneció oculto bajo el nombre dc Jaime de Andrade. La obra, en esta parte, alcanza su mayor mérito. Pieza de investigación, que ha costado al autor la dura búsqueda de los enlaces, parroquia por parroquia, a veces en difícil lectura documental, para. remontarse hasta el siglo XIV', en el último apellido. La obra es un nuevo documento de consulta, de interés patriótico para el lector español, pero sobre todo para el erudito y el investigador, que tielie ahora al alcance de la mano lo que antes había de conseguir con dificultad y viajes. Tiene también en la genealogía, páginas importantes de la historia de España.-J. M. G. C. AXTONIO BOLÓN: Espak. Los afios titabes. Espasa Calpe, Madrid, 1967. 447 páginas con planos y láminas intercalas, 21 centimetros, rústica. LUIS Envuelto en un estilo literario muy fresco y ágil, de auténtice liarrador. don Luis Antonio Bolín, que desempefíara en nuestra guerra de Liberación misiones muy destacadas y de la mayor confianza cerca del Alto Mando, desempolva ahora sus recuerdos de entonces y nos ofrece una serie de episodios casi siempre de verdadero alcance histórico. 160 REVFSTA DE HISTORIA MILJTAR El autor ha vivido muchos años en el extranjero y tratado P personalidades españolas sobresalientes. Fue nuestro primer Director de Turismo y jefe de las Oficinas de Prensa del Cuartel General del Generalísimo. Antes había sido corresponsal dc guerra con las tropas británicas en Francia durante la primera contienda mundial, como luego lo sería en nuestra lucha en Marruecos. Ultimamente ha desempeñado los cargos de asesor de Turismo del Banco IMundial en Marruecos y de las Naciones Unidas en Argentina. Su personalidad es, pues, múltiple y llena de matices, lo que garantiza una narración igualmente plena de rica humanidad. La primera parte de su libro, dedicada al episodio del vuelo del general Franco desde Canarias a Africa, está tratada con sumo cariño .y contiene detalles de indudable valor, precisamente por venir de quien tan ligado estuvo a la organización de aquella arriesgada aventura desde los primeros momentos y tan en contacto con el que pronto sería Caudillo de España. Es ésta, probablemente, una página maestra en la narrativa histórica hecha por testigos presenciales de un acontecimiento de máxima cuantía. Luego Bolín desdobla el pasado y nos lleva a la España de los a’ños «veinte)), acabada la primera guerra mundial, al tiempo de la Dictadura de Primo de Rivera, a la g-uerra de Marruecos, al final de la Monarquía y a la Repúplica. Estas páginas no tienen la categoría de las que se refieren al vuelo del «Dragón Rápido». Después el relato retorna al final de aquel vuelo, para entrar ya decididamente en las andanzas de la guerra que Bolín vivió de -cerca, Sus gestiones en Roma ponen en claro que no existía ningún convenio con Italia -como no lo había con Alemaniaque supusiese, según tan repetida e intencionadamente se ha dicho, un pacto previo entre los promotores del Alzamiento y los Gobiernos «fascistas». Más tarde la narración discurre entre los episodios de la campaña. La intervención personal del autor tiene ahora menos importancia, y con ello lo que cuenta, pero siempre el relato es vivo, brillante, hasta prender al lector ,de su hilo. Es aquí donde se ve más claramente cómo son éstas unas memorias de guerra de un especial actor, mitad cronista, mitad personaje calificado de un sector del Alto Mando. Así adquieren categoría novelesca, precisamente por su realismo, la descripción de las peripecias del señor Bolín en tierras de Guadalajara, en la batalla de este nombre. B~BLIOGRAPÍA 161 En cambio está provisto de enorme rig-or crítico el capítulo titulado «El mito de Guernica». Su lectura nos recuerda la enorme mentira lanzada por todo el mundo al poco de tener lugar la ocupo ción de la ciudad vasca por las fuerzas nacionales ; mentira que apenas ha sido contradicha por nosotros y es uno de los mejores capítulos de la eterna «leyenda negra», escrito, desgraciadamente y como siempre, por los propios españoles. El señor Bolín dedica al tema no más de ocho páginas, pero exceientemente documentadas y razonadas. Guernica era la «justificacióm de las derrotas del separatismo vasco. No representaba un objetivo adecua,do para probar los efectos de las bombas aéreas de gran potencia, de las que hubiera habido que lanzar tantas que habrían dejado siri munición y durante varios días a los aviones, los cuales tenían que llevar a cabo futuras misiones mucho más interesantes. Esto no significa que la ciudad no poseyera un indiscutible valor militar, bien probado en aquellos momentos. Por lo demás, 1% destrucción sin objeto de poblaciones no resultaba rentable para la España nacional, que tenía. fe ciega en su segura conquista, y por 10 tanto, en la necesidad de reconstruirlas un día. Lo más interesante de todo esto es que en Guernica hubo dos tipos de destrucciones, perfectamente reconocibles, y que se bombardeó en fecha distinta a aquella en que fue incendiada. Las víctimas fueron pocas, cosa inverosímil de haber ocurrido los hechos como tan machaconamente se ha dicho, y su destrucción a manos de los que la abandonaban no era ninguna novedad en la guerra, donde había antecedentes tan cualificados como Irún y Eibar, por no citar otros muchos. El lugar en que se encuentra el árbol de Guernica -de tan entrañables raíces en el separatismo- así como sus alrededores inmediatos, no fue excepcionalmente tocado por las bombas : i rara casualidad ! Finalmente no aparecía la necesidad de aplastar una ciudad que se encontraba virtualmente ya ocupada por las fuerzas nacionales. Pero Guernica fue un episodio tan solo, engarzado en un rosario de tristes falsedades, a las que nuestra apatía apenas si ha puesto freno. La política envenenó aquí de tal forma la historia, que aúp hoy, a más de treinta afíos fecha del 18 de julio, resulta muy difícil hacer comprender la verdad de los antecedentes de nuestra guerra y de muchos de sus episodios. Algunos de los Apéndices del libro poseen indiscutible valor, particularmente el VI, relativo al expolio del oro nacional para entre- 162 RECZSTA DI? BISTORIA MILITAR gárselo a Rusia, donde se insertan fotocopias de documentos autén-ticos de gran interés. En el capítulo de «Agradecimientos», el señor Bolín menciona destacadamente al Servicio Histórico Militar. El haber contribuído> con sus informes a la elaboración de esta obra importante puede servir de orgullo a nuestro Centro investigador.-J. M. M. B. ARMANGUÉ páginas, Archivos cubierta Editorial Ríus, Gil: Gibraltar y los espuzoles. Un volumen, 735 con apéndice, bibliografía y documentación obtenida en nacionales y extranjeros, encuadernación en tela y sobrea color con una panorámica del Peñón de Gibraltar. Aguilar, S. A. Madrid, 1964. He aquí un libro en el que su autor, Gil Armangué Ríus, no trata de exponer ideas propias, ni nuevos argumentos sobre un hecho que’ desde hace más de dos siglos y medio llama apasionadamente la atención de los españoles y ha dado origen a una serie de libros, artículos y opiniones, de toda clase. El autor comprende la necesidad. de ofrecer a estas fechas una visión de conjunto del problema que pueda dejar sentada una base firme de concepción y de actuación, acaso, cuando las circunstancias pudieran ofrecerla. Nos presenta un amplio panorama basado en lo que hasta hoy ha sido escrito o declarado públicamente y, para ello, ha desarrollado su plan en dos conjuntos bien definidos : un resumen de cuanto en efecto se ha dicho o publicado, que fija los términos verdaderos del problema, tanto en el pasado como en el momento presente, y, como comprobación desus conclusiones, una serie de apéndices, en los que se transcriben con la mayor fidelidad los conceptos expresados por políticos y escritores de toda clase en su labor publicitaria. En la primera parte, estudio analítico de la cuestión, en términos generales, vemos cómo se van indicando las muestras del problema desde su iniciación, a principios del siglo XVIII, hasta el día de hoy y que el autor califica acertadamente de continuidad de la reivindicac&%, frente a la cual queda patentizada la inutilidad del esfuerzo militar español para recobrar el Peñón en dicho siglo XVIII. Y si es un testimonio histórico el fracaso de nuestra acción militar en los tres sitios llevados a cabo en tal siglo, no es menos manifiesta la ineficacia de las soluciones diplomáticas o pacíficas, no ya ante e1 ánimo de Ios monarcas británicos, sino del pueblo ingles. Bi-BLIOGRAFÍA 16; Y fue todavía más acentuada la imposibilidad de esa solución Pa-tífica durante el siglo XIX, cuando la actitud de Inglaterra, eri el convierte la fortaleza militar libre ejercicio de su poderío naval, en un emporio comercial que reaviva la reacción española bajo el peso de la vergüenza o del abatimiento. En situación tan poco favorable entra España en las vicisitudes y alternativas del presente siglo xx. El desarrollo de la vida moderna, la convulsión universal de la humanidad, los trastornos políticos y el amplio progreso han planteado el problema, como tantos otros que hoy afectan a casi todos. los pueblos del mundo, en términos cuya resolución no es fácil prever, El pensamiento político contemporáneo español sobre Gibraltar, según lo concibe Gil Armangué, es el siguiente: (tEn los últimos años, cuando España adopta una joven actitud europeísta como le corres-ponde por ser una nación apasionada por la unidad europea, proa espiritual del Continente, y fortalece más todavía su cooperación con los Estados Unidos de América, formando, a través de la renovación de los acuerdos de 1953, una auténtica entente cordiale semejante a la francobritánica que tanto pesó en la historia política de principios. del siglo, y las relaciones hispanobritjnicas llegan a ser más que amistosas, cordiales : el Ministro de Asuntos Exteriores, Fernandcw María Castiella, plantea con toda lógica y naturalidad al mundo anticolonialista de hoy la reivindicación española de Gibraltar manifestando: Nosotros tenemos ean problema coloniat limitado, pera grave, porque se trata de zm verdadero cáncer qace perturba ìa economia de west9-a región Sur y se m4tre ex~clusivamente a su costa. Pero es mhs grave ah poaque npesadtmbra, desde hace varias generaciones, nuestro ánimo nacional. Este problema tiene acnnombre de amarga rcsonancin para todos mis compatra’otas : Gibraltar)>. Y demuestra que, en realidad, el problema puede resolverse serena y amissamente». 2 Podrá esto ser así? Es posible, según la opinión de Salvador de Madariaga : «Estudiado el problema aun desde el punto de vista de los intereses británicos, parece imponerse la conclusión de que una Espaíía amiga y aliada sería para Inglaterra una posición estratégica mucho más fuerte que el Peñón». A este propósito, nosotros nos limitamos a indicar que los laboristas, el partido politice del pueblo inglés, se manifiesta en cl presente hostil a toda convivencia con España? y si los «leaderst) de los i64 RESISTA DE ~ITSTOBIA YILI‘TAK otros partidos políticos ingleses han podido mostrarse favorables a esa convivencia, no han dejado de expresar siempre. que ella ha de ser a base de no alterar en nada el estado actual de posesión de la Maza. El problema estriba, pues, en el hecho positivo de que Inglaterra reconozca la fuerza del derecho sobre el derecho de la fuerza, que es la que ha venido ejerciendo siempre, según testimonio histórico, en toda ocasión. No es necesario resaltar la utilidad de los apéndices documentales. Podemos afirmar que la obra es necesaria para iniciar todo estudio sobre el problema de Gibraltar y que difícilmente se hará anticuada para las generaciones venideras. MARINI, general de Brigada del Ejército Argentino: De Kndesk al Ebro. Círculo Militar, Buenos Aires, 1966. 295 páginas, con croquis y fotos ; 19 centímetros ; rústica. ALBERTO El general de Brigada del Ejército argentino, Alberto Marini, une a su cultura profesional una verdadera afición a la historia militar de todas las épocas. Su cwwkulunz vitae es extenso en títulos, distinciones, profesorado, cargos y obras escritas. Esta que acabamos de leer recoge tres momentos históricos, que simbolizan otros tantos modos de combatir y otras tres etapas de la cultura. «De Kadesh al Ebro -dice su autor- pretende presentar a los diferentes niveles de lectores una obra donde, a la vez que se pusieran de relieve los valores del arte de la guerra, se tratara de precisar que ésta no comienza en el siglo IV antes de Jesucristo, como lo señalan la gran mayoría de los tratadistas». Para el general Marini el arte de la guerra se inicia en la cultura de la sumeros, exactamente con Sargón el Grande, veintiocho siglos .antes de .Jesucristo. El origen de la falange radica en Mesopotamia, y fueron los griegos de las colonias de Asia los que la recogieron de los hetitas, 1Ievando a Europa su peculiar modo de combatir. La batalla de Kadesh se libra el año 1288 (siempre antes de Cristo), pese a lo cual está estudiada con gran abundancia de datos, de tal forma que su reconstrucción es perfecta. Para el general Marini representa la batalla del movimiento, en donde los carros de combate -los de entonces- desempeñan un papel principalísimo en el %ri«nfo hetita. &,u éxito radico, fundamentalmente, en la determi- 166 HkBLIOCRAFiA nación exacta de cuál era el arma principal y que indole de empleo debía asignársela». Para los egipcios era la infantería a pie, y los carros constituían una simple arma de apoyo y cooperación; para los hetitas el carro tenía categoría de arma de la decisión. La acción de Dorilea tiene lugar en la Edad Media, tiempos de la primera Cruzada. «Es una batalla no sólo olvidada, sino también desconocida». El general Marini la llama «la batalla de la espera», y en ella se lucha por el abastecimiento del Ejército cristiano. Dorilea nos proporciona los elementos básicos de una doctrina de procedimientos de conducción, traducida en ganancia de tiempo, hasta la llegada del momento oportuno para empeñar Ia batalla decisiva. El estudio que hace el general Marini de estas dos grandes acciones supone una profunda labor de investigacibn histórica, filológica, arqueológica y paleontológica-lingüística. La batalla del Ebro está ya considerada como la más interesante de nuestra guerra, y no es ésta la pnmera rez que un profesiona1 extranjero la incluye entre las grandes acciones militares de la Historia. Realmente ella marca el comienzo de la fase resolutiva final de la guerra de Ljberacióc. Tuvo una finalidad muy propia, tanto en el orden estratégicomilitar como en el estratégico-político. Se trataba de cortar las comunicaciones de las fuerzas nacionales que operaban en Levante -0 al menos de amenazarlas muy seriamentede tal forma que se paralizara la amenaza inminente que sufría Valencia, y se trataba, igualmente, de ganar tiempo, de retrasar el final, buscando una solución de compromiso, si era posible, o un empalme de nuestra guerra con la europea, que se preveía ya próxima. Algunas consideraciones del general Marini, batalla del Ebro, deben ser destacadas aquí: 1.” Ejkrcito El ofensor desconocía nacional y los medios exactamente de transporte relacionadas con la la masa de maniobra con que éste contaba. de1 2.‘ El empleo de las reservas por una y otra parte fue tan desigual ~LW mientras el í6 de noviembre el general Franco seguía contando con su masa de maniobra casi intacta, el enemigo estaba totaltnelite destrozado cn Cataluiia (y paralizado en la zona CentroSur). 3.” El mando del Ejército de Maniobra (rojo) careció de flexi-, bilidad. No supo cuándo debía retirarse, totalmente Sus Divisiones. y por ello fueron aniquiladas Indudablemente sobre esta batalla -como sobre toda nuestra falta luz, porque no se han consultado las fuentes fidedignas, guerraque son los documentos del Archivo del Servicio Histórico Militar. Por eso, se han escrito las más variadas hipótesis, incluso la de suponer que la acción principal de los rojos era la que se dirigió sobre Amposta (donde apenas si se embebió una Brigada, frente a las seis Divisiones que pasaron el río aguas arriba).-j. M. M. B. Tomás: La gtierra de España en sus fotogra/4as. Ediciones Marte ; Barcelona? 1966 ; 573 páginas, casi todas gráficas ; 27 centímetros ; cartoné. SALVADOR, A medida que pasan los años se va enriqueciendo el archivo gráfico de la Guerra de Liberación. Al principio fueron un manojo de fotos, que pronto se hicieron familiares. Luego han ido apareciendo más y más, y el fondo inédito es, seguramente, muy copioso todavía y de valor inestimable. La idea de reunir un buen golpe de fotografías de nuestra Cruzada, ordenándolas de forma que ((hablen» casi por sí solas, en un lenguaje ‘expresivo, dramático, que no necesite de largas explicaciones, es muy interesante. Don ‘Tomás Salvador ha llevado a la realidad este propósito, pretendiendo hacer una historia de la guerra por sí misma, «sin interpretaciones personales». Esto, naturalmente, resulta imposible, pero ha conducido a la edición de este libro, o álbum más bien, que vale la pena conocer. No siempre las fotos tienen auténtico valor, pero son raras las que no nos ((dicen» algo, en lenguaje antiguo, que unos encontrarán familiar y otros, más jóvenes, quizá extraíío, pero nunca vulgar y adocenado. Y esto vale tanto para las pruebas gráficas procedentes del bando nacional que del contrario. Aquí está todo un mundo impresionante y trágico que, paradójicamente, parece enviarnos un mensaje de paz. El señor Salvador ha buscado, sobre todo, la nota sencilla y anónima. Las mejores fotos hablan de soldados que charlan, que van y que vienen, que avanzan o marchan por 10s caminos. Esta pulsación RIBLIOGRAFÍA 167 humana, y a la vez dramática, cobra sus más altas resonancias en la batalla de Teruel, con los campos nevados, los hombres ateridos y los vehículos inmóviles. En cambio, el libro pone de manifiesto que los informadores gráficos -de una y otra parte- apenas si estuvieron en los sitios de relativo peligro. Puede decirse que no han quedado fotografías tomadas en primera línea, abundando, en cambio, las obtenidas en un falso ambiente de vanguardia, que se delata por sí solo, las de la retaguardia inmediata al frente, las fotografías personales y, particularmente por lo que se refiere a la zona roja, las de propaganda política. En la escala dramática, pocas tan impresionantes como la de la página 281 --((Cabezas de prisioneros en manos de sus captores»-, ri‘gurosa pesadilla. También lo es la inferior de la página 286: «Muro de la cárcel de Badajoz, con las huellas de los cuerpos de presos que *ardieron crucificados». Otras -como la del miliciano muerto, encadenado a su ametralladora, en el más duro castigo---- son bastante conocidas. La nota curiosa culmina en la foto de las páginas 546-547 : «Jefes y oficiales del Ejército Popular saludando brazo en alto» ; naturalmente, al ser ocupado Madrid, ya sin esperanzas posibles. Cronológicamente el orden no se sigue siempre. Con frecuencia se vuelve atrás y se revuelven los escenarios de combate. La impresión tipográfica es floja, lo que supone un tanto en contra para una obra en la que dicha impresión supone un SO por Il.00 de su valor. Hilván de las fotografías son unos textos breves explicativos de los momentos cruciales de la guerra, desgraciadamente plagados de errores de detalle, como es uso y abuso en la inmensa mayoría de los libros que tratan de nuestra contienda ; y aun de conceptos, pues es absurdo decir que en ambos bandos se caminaba hacia «una revolución nacional». Son muy acertadas, en cambio, estas palabras del señor Salvador : ,«Sobre la guerra civil española del 36 se ha escrito mucho. Tanto, .que no existe en los tiempos modernos un acontecimiento que haya significado tanto y que tanto haya gravitado sobre la política y la literatura mundial» ; es el tema de la Historia actual que más ha hecho trabajar a las liaotipias después del de la revolución rusa. ‘168 REVISTA DE HISTORIA MILITAR I Gran verdad para quienes se hacen los «distraídos» ante su recuerdo. GARCÍA Maximiano : EE geneml 1967. 398 páginas en cuarto. VENERO, Madrid, Fnnjd. Ediciones Cid, El subtítulo que el autor da a la obra aclara algo innecesario para quien tiene idea de quien era el biografiado. De todos modos consta así el doble tema, las dos partes esenciales del libro. Porque si la figura de Fanjul es esencial como combatiente en Africa, jefe de Estado Mayor, pensador militar, abogado y político representante en Cortes, la culminación de todas esas actividades, que parecen caprichosas y casuales, se armoniza y culmina en su actuación en el Alzamiento Xacional de julio de 1936. García Venero, gracias a una interesante aportación testimonial, aclara muchas incógnitas de la personalidad de Fanjul. Como son años vitales para España, se aclaran por contacto otras zonas oscuras de la historia de aquel quinquenio republicano y aún anteriores. Pese a cllo, el momento cumbre de la tragedia, el problema del mando de Madrid sublevado se le escapa al biógrafo, y así lo confiesa en su prólogo con harto sentimiento. Yo se pierde tampoco en la casuística de los considerandos futuribles sobre lo que pudo haber sido y no fue, pero tampoco renuncia a examinar las reacciones anómalas de ciertos personajes, las incomprensibles omisiones. las paradojas de la preparación del nlzamiento. De todos modos, el triunfo en Madrid era difícil, según las más ponderadas opiniones, aunque hay que reconocer que los fallos se multiplicaron, cuando, en general, el 18 de julio se presentó todo más favorable de lo que se esperaba. El autor penetra en su héroe con verdadera aplicación hasta hacer un estudio casi psicoanalítico de cada momento decisivo de su vida. Los republicanos divulgaron UI? cliché de Fanjul en el que aparecía como feroz reaccionario y militarista riguroso, dice García Venero, cuando profesaba el mismo liberalismo humanista que casi todos los políticos de entonces, pese a ser monárquico, amigo y contertulio de su pariente don Juan Vázquez de Mella y Fanjul. Pero. las tesis y opiniones de su «Misión social del Ejército», publicada LIBLIOGRAFÍA 16% a los veintiséis aííos, siendo capitán de E. M., producen cierto asombro en relación con el pensamiento de su época. Su evidente humanismo podía parecer radical y avanzado. El clima bélico le hace abreviar plazos en el Escuela de Guerra. donde ingresó en el 98, y consigue que se exima de seis meses de prácticas a toda la promoción. Sobreponiendo su espíritu al derrotismo ambiental llega destinado a Barcelona como capitán de E. M. cuando el Ejército pedía que se sometiese:? al fuero de guerra los delitos contra la unidad nacional, la bandera y la institución militar. L,n época de Fanjul es de las más densas en problemas militares y en todos ha de tener alguna participación. Es importante el capítulo que el biógrafo titula: «La voluntad de saber». En él se apunta agudamente que la solicitud de Fanjul incontenible y para ingresar en el E. M., suponía un afán cultural acaso el primer tirón de su inquietud política. A los dos afios de salir de la Escuela de Guerra escribe «Misión social del Ejército», donde expone su pensamiento sobre !a milicia, la política y la reforma social. Lo había escrito en 1.906, siete aííos después que Liautey publicase su «Róle sociel de l’oficieb), pero aunque tuviese alguna inspiración en el capitán francés, sus puntos de vista eran netamentenacionales y originales : «documento de primera mano -dice García Venerocon lenguaje claro y directo, obra docente destinada a donde hay calidad y valor en las afirmalas Academias l\lilitares. ciones». Conviene enumerar los temas de aquel libro : El deber del Ejército, la organización militar española, la reforma moral, la manera de hacer soldados, el deber del oficial, militarismo y humanismo, educación premilitar. De éste último tema fue un defensor acérrimo, propugfiando su implantación en todos los grados de la enseñanza. Se muestra decidido adversario de las Juntas de Defensa, rechaza la reducción a metálico desarrollando argumentos sobre su tesis de que el servicio militar constituye un honor y cuando su hijo resulta excedente de cupo cn el sorteo, le mueve a renunciar a la excedencia. Define al .Ejército como «la más genuina representación de la democracia» 1 cosa tan sorprendente para el militar clásico, como 10 fue para los izquierdistas de la segunda República su frase en pleno Parlamento de que «en cualquier circunstancia nacional vale infinitamente más la vida de un soldado que la de un huelguista amotinado y rebelde», que originó un tumultuoso incidente. Entró en el difícil 170 REYPSTA DE HISTOKIA YIL1T.M ~tema del empleo de las tropas militares en la represión de movimientos subversivos obreros y dijo que si no se autoriza al militar para disparar contra qmen pretende agredirle, debe relevársele de ese desagra.dable cometido. En la misma obra, su capítulo sobre «Militarismo y humanismo)), expone ideas irreprochables const&ucionalmetie sobre la esencia, la función y los límites del Ejército. Pero ya se manifiesta firme :en él la convicción de que el Derecho constitucional puede tener que ser arrinconado, ante la amenazadora invasión de las ideas socialistas y anarquistas. Dieciocho aííos antes que Spengler, tres antes de la semana sangrienta, sabe que «el enemigo marcha decidido a nuestro ,encuentro, con fe ciega en su causa». Se distingue en Melilla como combatiente y en el E. M. de la Capitanía General. Vuelve a España y se hace abogado, segunda -etapa de su inquietud civil y política, matriculándose en el Colegio de Madrid, ejerciendo su cargo. Pero, al conocer el desastre de Anual en el 21, pide puesto en Africa, cuando ya era diputado a Cortes por Cuenca. Es la época difícil de la retirada de Xahuen, en la que tiene un puesto de gran responsabilidad, en el que se distingue, como también en el desembarco de Alhucemas. Nuevamente en las Cortes defenderá, ante todo, problemas sociales y militares ; ya antes había denunciado a -Mama la mala situación militar en Africa, con los absurdos que planteaba la acción política de sustituir las ope.racioces por el soborno y mantener las tropas paralizadas y desmoralizadas. En 1930 hacía gala de su profundidad vocacional y de sus amplios conocimientos en la conferencia : ((Aspectos técnicos, económicos y financieros de la movilización», publicada por el Centro Cultural de los Ejércitos. Llega el punto crucial de la República y combate la ley de Defensa, vejatoria para el Ejército, viéndose asistido en su propuesta por .hombres de variada significación, como el capitán Sediles. Con el Gobierno de Lerroux, ocupa la Subsecretaría de Guerra, ampliada mucho en sus funciones, mientras Franco pasa al Estado Mayor Central. Ambos en labor de equipo, con Goded, preparan las reformas -urgentes del Ejército triturado por Azaña y de ella surge otro distinto, Defensa Química y antiaérea, nuevo rereorganizado en armamento, -clutamiento de oficiales y tropa, obras en las Bases, ordenación justa del pase a la reserva, disolución del Consorcio de la Industria Militar, 4 que se había opuesto firmemente en Cortes frente a Azafía ; nueva -estructura de las Academias Militares, turias y maniobras en aquella región. reorganización militar de As- En el Farlamento conoce a José Antonio y le inspira una gran cesa en su destino. Se acercan simpatía. Al caer Gil Robles, los momentos críticos y se adhiere al Bloque Nacional, como independiente. Ya no es maurista, agrario, ni parlamentario siquiera ; está escarmentado de la politica republicana. Lo explica muy bien en su carta de 25 de enero del 36 a los electores, donde se vislumbra lo ‘que hubiera llegado a ser su idea política. Es otro documento fundamental para el conocimiento de Fanjul. Elegido nuevamente diputado .por Cuenca y anuladas las actas, cede su puesto en la nueva elección a Franco y José Antonio, como un honor, para que triunfen juntos. L,a aportación de un testimonio verbal de Serrano Suñer, es aquí -interesante para la biografía de Franco, que cedió a su vez en pro .de mayores facilidades para José Antonio. Fanjul estaba decidido al Alzamiento desde el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936. Para él, tan liberal y constitucional -antes. tan disciplinado en lo militar y lo político, «el levantamiento era un deber amargo, pero inexorable -dice García Venero; no quiso pronunciarse, sino alzarse. Solía decir que España se hallaba ,ante la última posibilidad». En su hoja de servicios consta que pidió permiso para ir a Pamplona el 7 de abril. Temía por la falta de preparación del Movimiento, del que se consideraba responsable en Madrid, sin planos ni estadística, ni idea de actuación. Luego se le dijo que se le daría todo hecho por oficiales menos llamativos que él, menos vigilados, y que a última hora tendría todo en sus manos. El biógrafo entra así en el estudio del Alzamiento en Madrid con un meticuloso recuento de fuerzas militares. El jefe ejecutivo de la UME (Unión Militar Espailola), teniente coronel Alvarez de Rementería, había planeado una acción exclusivamente militar, sin utilizar los voluntarios que se le ofrecían. Fanjul hubiera querido contar con los falangistas, qu e a última hora, ya con las milicias rojas en la calle apenas pudieron llegar a reunirse 1.200. El tema de la tragedia de Fanjul entra en su nudo a partir de este momento. Su constante es la incertidumbre, durante dos días completos. Inquietud sobre la conducta que adoptarían el general Miaja y su coronel de E. M., Pérez Peñamaría, el regimiento de Infantería km. 2: la Guardia Civil y de Asalto. 172 REVPSTA DIC HISTORIA MILITAR Falló casi todo con lo que se contaba y no se aprovecharon opor-~ tunidades nuevas. El coronel Pérez Feñamaría, comprometido y miembro de la U, M, E., perdió ocasiones de hacerse dueño de la situación. Un misterio más para el biógrafo. Cuando a las 12,30 del 10 de julio cesó el aislamiento de Fanjul y le llamaron al cuartel de la Montaña, era ya demasiado tarde. JFracasó su plan de urgencia para salir y establecer contacto con otras fuerzas actuando en la calle. Luego, en el cuartel decayó la mora! y triunfó la subversión del enemigo que existía dentro. El general herido, cayó prisionero y su consejo de guerra, en el que se defendió a sí mismo, fue difundido ampliamente con lujo de datos como propaganda de la legalidad reinante en la España roja. La biografía de Fanjul es la historia militar de su tiempo. Por desgracia en la última etapa se limita al Alzamiento en Madrid, por causa de un fracaso en el que él no tuvo culpa y pagó las consecuencias. Acaso con más participación suya, las cosas hubieran cambiado. Pero ;quién se atreverá a escribir la historia de lo que no ha sucedido? García Venero, con muy buen criterio soslaya cualquier futurible. Su obra, pese a algunos errores inevitables? es una buena aportación a la historia de la España contemporánea.-J. M. G. C. VON GOEBEN, Augusto: Cuatro años en España (Los cmdistas. varultamiento, su lticka y sz1 ocaso). Traducción del general Hernández. Editado por la Institución ((Príncipe de Viana», Diputación de Navarra ; 462 páginas con láminas. Pamplona, Su leRuiz de la 1966. El general Ruiz Hernández nos da a conocer ahora unas memorias de la primera guerra carlista, escritas por un testigo de excepción, inmediatamente después de terminar la lucha, es decir, hace ciento treinta y cinco años. Pese a ello pueden darse por desconocidas, pues en la. época de su publicación, en alemán, contados españoles sabían ese idioma y más tarde la literatura carlista no tenis ámbito de expresión. La obra ofrece un nuevo aspecto de aquella guerra, que los liberales nunca llaman carlista, sino civil, y aún Von Goeben así la denomina, sin darle número. Lo cierto es que por desconocido el libro en nuestra patria desde 1841, en que se editó, viene ahora a ser una revelación que cambia algunos aspectos tópicos en la historia de, aquella contienda. IIIDLIOGRAFíA 173 Apenas hay historias de las guerras carlistas si no son liberales, con lo que la versión corriente de los hechos resulta, como sus fuentes, unilateral. Se da por obra clásica, única casi, la de Pirala, con volúmenes tan macizos como numerosos. Sólo en nuestros días el equipo dirigido por Melchor Ferrer le dio réplica crítica y documental desde la posición opuesta, en una obra de treinta tomos menores aún no terminada, cuando el pasado afro murió su director. Pero su divulgación y trascendencia pública son pequeñas. Por eso tienen gran importancia estos libros de memorias, amenos, como el de Von Goeben, que escribe la historia en cuanto acaba de hacerla. Von Goeben tenía veinticuatro años cuando redactó su obra, y el relato es vivo y apasionante como una novela, tal vez ayudado por el estilo de la traducción. Confiesa el autor que escribe para defender en la palestra europea la verdad de España y la causa de la Tradición, para abrir los ojos a muchos ignorantes o descarriados en su nación o en su época, respecto a las ideologías en pugna. La obra tiene no sólo interés, sino importancia. La traducción es muy cuidada y fiel, lo cual significa mucho cuando tanto se descuidan hoy las más elementales cualidades c’el traductor. En este caso la dificultad de la sintaxis alemana se ha vencido con la galanura del casticismo literario más exquisito. No es ocioso recoger las características del traductor, que se identifican en algún punto con las del autor del libro. Ambos son hombres de armas y letras, de amplias inquietudes culturales, militares y humanas. El general Ruiz Hernández es diplomado en Carros de Combate por la Panzerlehrschule de Wünsdorf, en Berlín, y tras haber actuado en la campaña de Marruecos del 24 al 26, organizó las i,uer$lhs del Alto Tajo y el laureado tercio de requetés Do% Maria de Mo~lima, en la guerra de Liberación, mandando éste como cualquier comandante de Infantería. Pero además es abogado, profesor de Gimnasia y de Economía, y poseedor de seis o siete idiomas. No es extraño que le interesen las memorias de Von Goeben, hombre dinámico y erudito. El autor es un teniente alemán que se presenta voluntario en el Ejército carlista y lucha en él, encuadrado primero con las tropas de Zariátegui, luego en las de don Basilio, y sucesivamente en las de Cabrera, el IConde de España y, a la muerte ,de éste, otra vez con Cabrera. La circunstancia de estar por primera vez en España le hace dete- 174 REVISTA DE HISTORIA MILITAR nerse en consideraciones sobre ambiente y carácter de nuestra Patria y sus hombres, un tanto especiales, dada la época de guerra civil en que se encuentran. El autor es un gran entusiasta de la causa carlista, por lo que no omite apreciaciones muy agudas y subjetivas sobre la. pasión nacional y la crueldad en que se desenvuelve la contienda. En cuanto se abre el libro surge la pregunta : <qué impulsó a los alemanes para luchar junto a los carlistas? Von Goeben nos dice : *Mi ánimo monárquico y antirrevolucionario me trajo a España con permiso del Gobierno de Prusia». Pasó la frontera disfrazado de campesino y guiado por contrabandistas, «entregado a esperanzadores y altivos sueños)), como un Quijote del siglo xx. El mismo afirma, también, que había nacido con espíritu militar y aventurero. Pero no,, nos quedemos en ese ánimo accesorio, porque en la guerra del 70 era ya el teniente general más joven del Ejército prusiano, se hizo famoso. tomando San Quintín, y los informes cde sus hechos de armas se estudiaban en todas las escuelas alemanas. Y su nombre pasó a un. acorazado, un regimiento y una plaza con su estatua. El lector mo. derno se asombrará acaso de una afirmación del autor, valiente y desusada hoy: «Fuera tan necia como falsa la pretensión de ser imparcial», lo cual casi es virtud en un libro de memorias, aunque no vaya. con $0 que hoy se predica, pero es muy significativo lo que añade: «No es inoportuno el que haya testigos oculares que presenten las cosas con su verdadera luz. Expondré lo que he vivido y observado. durante cuatro años y medio, para allanar los prejuicios de quienes. no pudieron formarse una idea imparcial por propia observación». Es un convencido y escribe con la pasión propia de quien está. seguro, por 10 cual explica incluso la legitimidad de origen y la, de ejercicio. Pero su obra vale para los no carlistas, porque cuenta. las cosas como fueron y no como pudieron ser, según él mismo dice, con el realismo y la crudeza de ambos bandos, sin paliativos ni defor-maciones sensibles. Estuvo en todas partes, sirvió en todos los fren-tes, tuvo contacto con los cristinos en sus dos cautividades, una de, ellas durante ocho meses; fue herido grave en un atentado cuando ya iba a salir de España, y sólo abandonó las armas al <dejar de existir el ejército carlista. Se expuso varias veces a ser fusilado, porque acantzba las cuarenta al lucero del alba», según su traductor, lo mismo a su aprehensor cristin.0 que al temible Cabrera, y al escribirluchaba contra muchas ideas convencionales. Cuando sale de España, los franceses le ofrecen enrolarse. en la Legión Francesa de Argelia, dificultándole seguir hacia Alemania. AP fin consigue ir a su patria, a pie, viviendo con las «tres perras gordasw diarias de socorro que el Gobierno francés da a los vagabundos. Así llega a Meckemburgo, «como teniente coronel carlista ; pobre, peroal decir del general von Raheden. Aún rico en honra y heridas», volvería al contacto con nosotros, participando como observador prusiano en la guerra de Africa del 09 al 60, jefe de una Comisión de seis. oficiales, la más numerosa de las extranjeras. Le recibió O’Donnell al día siguiente de la toma de Tetuán, y por propio deseo tomó parteen la acción de Samsa -donde fue herido un teniente prusiano-, y’ luego en la batalla de Uad-Ras, final de la guerra. Visitó Andalucía y biiadrid, y allí fue recibido por la Reina. Entonces juzga que el Museo del Prado es el mejor (del mundo y justifica por sí un viaje a Madrid, y opina sobre los toros con conocimiento poco común en un ex tranjero. Escribe una obra, en dos tomos, de este viaje, y otra describiendo la España medieval y árabe con gran erudición. En el aspecto puramente militar pueden distinguirse en este libro, dos aspectos : el descriptivo, de operaciones generales, en las que no tomó parte, y relata por noticias directas verbales o por las memorias de otros alemanes de aquella guerra, pues fueron varios los que se alistaron con don Carlos: el príncipe L,ichnowsky y el general von~ Raheden, a cuyas órdenes quiso estar von Goeben, pero además eI diplomático von Vaerst, el aventurero Laurens y el fracasado Gottileb Mils, que buscaba la muerte en la lucha. El otro aspecto; que es el más revelador, son SLIS observaciones personales de las acciones deguerra y, en general, el desarrollo de la campaña en cuarteles generales. No se encontró en muchas acciones de guerra, pues de SUS cuatro años y medio estuvo ocho meses prisionero y dos veces heri-do, y sus traslados de teatro de operaciones, restaban mucho tiempo más a la primera línea ; aparte de su permanencia en Cuarteles Ge-nerales. Destacan por la aportación documental y por la fuerza literaria su actuación en la toma de Valladolid con Zariátegui, cuando entra. solo y a caballo en Lerma, alarmando a In gente que pasea la plácida tarde del domingo junto a la carretera, y de pronto grita señalando al faccioso. Es importante también el capítulo ,donde describe la con-quista de Las Carboneras de Cuenca con Cabrera. Pero sin esa destacada intervención cobra el debido relieve como aportación documental la expedición de Zariátegui, en la que va von Goeben, con inci-- ‘176 NEwSTA DE HISTORIA MILITAR dencias inevitablemente derivadas de la osadía que supone, aunque no tanta como la de don Basilio, que recorre España entera entre enemigos ; la escalada del castillo de Morella por ochenta castellanos y Sos sucesivos combates en la plaza, o la brillante batalla de Maella, donde la victoria tiene su expresión al gritu de Cabrera : «i Hay cuar-te1! , iabajo las armas! » Aporta datos muy rdirectos e interesantes sobre la actuación de la Legión Fra’ncesa, y son del mayor interés sus impresiones personales sobre los generales que conoció. Emite su .juicio sobre las operaciones, ponderado y técnico, con acierto, llegando a la conclusión de que en la última. época los carlistas tenían escasas posibilidades de éxito. Quizá sea lo más revelador su reivindicación de Cabrera, de quien afirma que sólo tuvo crueldad en los &as de reacción inmediata al asesinato de su madre, ofuscación breve, ya que después su dureza era la habitual en la campaña y siempre menor que la del enemigo. Insiste en el recelo de Nogueras a enfrentarse con él en campaña, pues había jurado vengarse del fusilamiento de su madre ordenado por aquel general cristino. El autor se detiene especialmente en sus observaciones sobre la persona de Cabrera. Se presenta a él con gafas ahumadas y el general no las tolera, pero el firme carácter de von Goeben, pese a su juventud, se le enfrenta por ,dos veces, hasta el punto de que los ayudantes le dicen: ctUn español que hubiera pedido el pasaporte en esa fprma, hubiera sido fusilado a la primera ocasión». Pero Cabrera es humano, caballeroso, digno, fiel y evita crueldades de sus hombres. Por todo el libro, hay datos y anécdotas curiosas, sobre la vida española y las costumbres de la época. Allí se habla del coronel AIealde, hombre valiente y cultísimo, que espada en mano, se había elevado desde simple voluntario a coronel de Caballería, pero que hasta la muerte de Fernando VII, había sido fraile dominico, sobresaliendo por su ciencia y elocuencia hasta el punto de llamársele ((Pico de Oros. Pero ante él el autor no deja de decirnos que renegaba en su, interior de los frailes que cambiaron el rosario por la espada. Es, pues, un monje armado del siglo XIX, como tantos que reaparecen entonces desde el medievo. Y otro tema que parece arrancado de los cantares de gesta es el de vigor del coronel Cámps, jefe de la caballería del Conde de EspaGa, conocido entre amigos y enemigos por la fuerza de su brazo. No sabía manejar un sable corriente porque era .demasiado ligero para é1, y «se afirma que con su espada -forjada BIBLIOGRAFÍA 177 con dos hojas juntas--- había hendido varias veces cabeza y pecho de jinetes enemigos con un solo tajo y que a otro le había partido en dos por la cintura, hasta el punto de que la parte inferior quedó sentada sobre el caballo, que huía al galope». Algo que en el Mio Cti se tomó por exageración. Otro personaje que el autor ve de cerca es Espartero, al que acusa de falsificador, poco escrupuloso, y aún le relaciosna con el asesinato del Conde de España y con el supuesto envenenamiento de Cabrera, tras el cual ya no fue el mismo hombre. La semblanza del Conde de España y su asesinato es muy directa y reveladora. Es fundamental también el capítulo que titula La traición de Murolia, señalada como tal, paso a paso, con impresionante claridad, que sólo al fin comprende Carlos V, ya muy tarde, cuando no puede hacer otra cosa que expresar su doloroso asombro con la frase: <cMuchachos, estamos vendidos». Hay lírica junto a la crueldad de aquella guerra, pues Cabrera, no mucho antes, había dicho : «Señores: los tenemos», al envolver al enemigo. La elegía del ejército carlista, es todo un poema en pocas líneas de prosa de von Goeben. El autor insiste en el carácter cruel de aquella guerra, culpando de ello a los liberales, ya que los carlistas no pierden ocasión de proponer medidas de clemencia, usando sólo de la represalia como réplica indispensable en quienes no cuentan con medios oficiales para la lucha y se les ataca sin cuartel.-J. M. G. C. OBRAS PUBLICADAS POR EL SERVICIO HISTORICO MILITAR Acción de Espalza en Africa. Tomo 1 : Iberos y bereberes. Páginas, 296. Frecio, 16,55 pesetas. Tomo II: Cristianos y mushnanes de Occidente. Páginas, 295,. Precio, 27 pesetas. Tomo III: El reparto politice de Africa. Páginas, 162. Frecio, 20,35 pesetas. Ilustrados todos con grabados, fotografías, mapas y planos. El tomo 1 fue publicado, en 1935, por la Comisión de Marruecos, ya suprimida. Toda la obra se vende, Geográfico del Ejército, calle de Prim, núm. 21. Histórica únicamente, de las Campafiao. en el Servicio, Acción de España en Perú. Un tomo, con ilustraciones y 557 páginas., 67 pesetas. Avrutanzento de los ejércitos de Carlos V en Zn guerra de Alewmda.~ Un volumen ilustrado íO,05 pesetas. Roletin de la Biblioteca Tomos 1, 71, III, para formación Canzpa,ñas con grabados y fotografías, 66 páginas, Central Militar. IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI y XII, de los Catálogos. No están a la venta. en los Pi&eos, finales del siglo XVUI Tomo 1: Antecedentes. Ilustrado 341 páginas, 66 pesetas. (1793-95). con grabados y fotografías, 380 REVISTA DI; HISTORIA MILITAR Tomo II: Campaña del Rosellón y la Cerdaña, ídcm, 682 páginas, 100 pesetas, Tomo III: La campaña de Catahña, ídem, en dos volúmenes, 384 y 380 páginas, 172 pesetas. Tomo IV: Campaña en los F’iriseos Occidentales y Centrales, ídem, 152 páginas, 356 pesetas. d’artografia y Relaciolzes Históricas de Ultramar. Tomo 1 y Carpeta de mapas : América en general. El tomo, de 495 páginas, tamaño folio mayor, 42’7,GO pesetas. (Agotado.) Tomo II y Carpeta de mapas: Estados Unidos y Canadá. El tomo, de 598 páginas, en folio mayor, 641,33 pesetas. (Agotado.) Tomo III y Carpeta de mapas: Méjico. El tomo, de 399 páginas, en folio mayor, 747,45 pesetas. Tomo IV y Carpeta de mapas : América Central. El tomo, de 286 páginas, en folio mayor, 656,35 pesetas. Colección htitórica dencia . ) Tomo Tomo Tomo Tomo 1: II : III: IV: doczcmelztaì del Fraile. (Guerra de la Indepen- Letras A a la C, 253 páginas, 20 pesetas. Letras CH a la K, 226 páginas, 20 pesetas. Letras L a la Q, 215 páginas, 20 pesetas. Letras K a la 2, 228 páginas, 20 pesetas. Gronologia. episódica de la Segunda Guerra Mundial. Tomo 1: Primer período. 310 páginas, 34,50 pesetas. Tomo II : Segundo y último período. 349 páginas, 64 pesetas. Ilustrados los dos con mapas y planos. &icr.so de co@erencias sobre Guerra, Un en el Servicio HGstorh, Geografia y Filosofia Histórico Militar. volumen. 343 páginas, ilustrado con grabados, mapas y planos. No está a la venta. Cursos de Metodologia del moderno historiador, fotografías, para formación en el Servicio Histórico Militar. y Critica Históricas, Tomo I : Cwso Elemental (1947-46). 200 páginas. Tomo II : Cwso Superior (1949). 359 páginas. No están a la venta. de kr técnica PUBLICACIONES Dicciowwio Bibliográfäco la (1808-1814). DEL SERVICIO RISTbRICO de la Guerra MILITAR 18% de la Independencia Espati- Tomo 1: Letras A a la H, 345 páginas, 20 pesetas. Tomo II: Letras 1 a la 0, 270 páginas, 20 pesetas. Tomo III: Letras P a la Z, 341 páginas, 20 pesetas. Ilustrados los tres con grabados y fotografías, en color y ea negro. Dos expediciovres espaZolas contra Argel (1541-1775). Un volumen, $51 páginas, con ilustraciones, 18 pesetas. El ataque n través del Canal. Un volumen de 602 páginas, con 25 mapas. No está a la venta. Versión española de la obra de Gordon A. Harrison Cross ChameE attack, segundo volumen de la subserie uEl Teatro de Operaciones europeou, de la enciclopedia eE Ejército de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial>, que se publica bajo la dirección de la Jefatura de Historia Militar del Departamento del Ejército. Europa y Africa entre dos grandes guerras. Un tomo, 317 páginas, con mapas y fotografías, Sólo se vende en el Servicio Geográfico del Ejército, calle i4,85 pesetas, de Prim, núm. 21.. GaZeyia militar contemporánea. Tomo II: La Real y Militar Orden de San Fernando. Con fotografía de los condecorados. 387 páginas, 85 pesetas. Geogra-a Africa. de Marruecos, Protectorado y Posesiones de España M Tomo III: La vida social y politica, 659 páginas, con grabados, fotografías, mapas y planos, 75 pesetas. Los tomos neral y Zom 1 y II de esta obra, de nuestro Protectorado titulados, respectivamente, en Marruecos y Estsdio Marruecos particular e76 gede laS 1182 REVISTA DE HISTORIA MIZITAR *egimes natumles de la zoma, plazas de sobeïania espa%ola y vida econónzica, heron publicadas en 1935 y 1936. por la suprimida Comisión Histórica de las &mpañas de Marruecos. El primero se agotó, y el segundo únicamente está ,a la venta en el citado Servicio Geográfico, al precio de 2430 pesetas. J!ltiO.o~riade las armas de fuego y su uso en Espa+%a. Un tomo ilustrado, con grabados nas, 85 pesetas. (Agotada). Historia en color y en sepia, 332 pági- de las CampaGas de Marwecos. Tomo 1: (Comprende hasta el aíío 1900), 608 páginas, con grabados, fotografías, mapas y planos, 59,75 pesetas. Tomo II: (1900 a 191S>, 944 páginas, con ídem, 138 pesetas. La guerra de la Independencia. Tomo 1: Antecedentes y preliminares, 483 páginas profusamente ilustradas ; 320 pesetas para los miembros y organismos del Ejército ; 400 a librerías, con un 20 por 100 de descuento. La guerra de ;Pninasen España. Un volumen Nomenclátor de 134 páginas, con fotografías histórico m&tw. Tomo ímico: Diccionario de voces antiguas 372 páginas. No está a la venta. Trutado y planos, 50 pesetas. de Heráldica de carácter militar, Militar. 1: 288 páginas, en papel registro, con grabados y fotoTomo grafías, algunos en color, encuadernado en imitación pergamino, 225 pesetas. Tomo II: 390 páginas, ídem, 196 pesetas (120 pesetas para los miembros y organismos del Ejército). (Agotado). Tomo III : 374 páginas, ídem, 400 (320 pesetas para los miembros y organismos del Ejército). NOTA.-&OS miembros y organismos del Ejército J los centros m casi todas estas obras, de una rebaja del 10 al 525 por 100. civiles gom, SERVICIO BLBLIOTECA HISTORICO CENTRAL MILITAR MILITAR Relación fiov materius, de las obras ingresadas dwante el segando ~1levcer tri,mestres de lYi?Y, cow su signatura correspondientle. 014.3:087 (46) MINISTERIO DE I?woR?&AcIóx Y TURISMO: Censo de las Publicaciones Oficiales Españolas 1939/1964. Tomo 1: Ministerios de Trabajo, Información y Turismo, Vivienda. Tomo II: Ministerios de Ejército, Marina y Aire. Madrid. Imp. Sucs. de Rivadeneyra, S. A., 1966. Sig. : VI-U-3-12/13. 2 vol. 882 GONZÁLEZ PARRADO, Julián : Divagaciones Militares. Colección de Artículos de Habana. Imp. de la S. de Infantería. 1898. 2 vol, Sig. : VI-4-P-18/19. 082 GONZALEZ PARRADO, tículos de -------. Sig. : Vl-4-4-17. Julián: lh paz y en guerra. Colección de ArHabana. Imp. de la S. de Infantería. 1898. xi:355 MAUCORPS, F’aul G. : Psicología Mi.litar. Segunda edición. Buenos Aires. 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