Mossello, Fabián Gabriel [email protected] Universidad Nacional de Villa María. Área de Interés: Dimensiones estéticas de la comunicación y la cultura Palabras claves (3 - tres) Subjetividades – televisión- policial TRADICIÓN Y RUPTURA DE FORMAS CLÁSICAS DEL GÉNERO POLICIAL EN UNITARIOS DE LA TELEVISIÓN POR AIRE ARGENTINA. NUEVOS FORMAS Y TEMAS PARA NUEVAS SUBJETIVIDADES SOCIALES EL POLICIAL NEGRO TRANSFORMACIONES MEDIALES Y NUEVAS SUBJETIVIDADES “El policial es una máquina de lectura, ya que existe un signo privilegiado (la muerte violenta de alguien) y un proceso de comprensión de ese signo, algo del orden de lo real que rápidamente el género semiotiza” (Daniel Link.2003) Las muertes se suceden en la realidad de las ciudades, muertes en toda su sordidez e inmediatez física, pues lo inevitable está por ocurrir en un ritual que involucra a lo femenino. (Fabián Mossello. 2007) El presente proyecto aborda el estudio de un conjunto de prácticas de la televisión por aire. Desde una mirada interdisciplinaria se propone el análisis de un unitario con temática policial, Mujeres asesinas (1), Canal 13, ciclos 2005, 2006 y 2007. Por un lado, nos planteamos estudiar las continuidades y rupturas, en el unitario, del género policial literario en sus dos variantes más influyentes: la de enigma y la ‘dura’ o 1 PDF Creator - PDF4Free v2.0 http://www.pdf4free.com ‘negra’. Por otro, nos interesa visualizar cómo esta práctica televisiva es lugar de emergencia de nuevos conflictos sociales. Así, la televisión por aire y, en particular, el unitario de temática policial que se analiza, es punto de partida para el estudio de las formas y contenidos que asume un género con ‘mayoría de edad’ y las conflictividades sociales emergentes bajo la forma de nuevas subjetividades e identidades que reflejan el cambiante y complejo mundo de la sociedad post-industrial en Argentina. 1. EL GÉNERO POLICIAL: ALGO DE HISTORIA El policial, en tanto género que atraviesa una multiplicidad de formatos, es una de las prácticas discursivas más difundidas en nuestros días. Con origen posible en las crónicas del policía y luego detective privado francés Vidouk (1778) y bajo la influencia del floreciente folletín decimonónico, el policial es uno de los géneros más representativos de la ciudad moderna e industrializada. Como género urbano, rápidamente adquirirá las especificidades y el espesor literario que lo definirá como el formato más consumido por las capas sociales media y media baja de la modernidad. Rompiendo la estructura narrativa lineal de la novela realista del XIX, la primera narrativa policial presenta una trama al revés, es decir, en su vertiente inicial, el policial plantea una muerte lógica, no trágica como acontecía, por ejemplo, en el drama romántico. Un precursor indiscutido de esta tradición es Edgar Alan Poe y su texto fundacional Los crímenes de la calle Morgés (1841). Tradición que Conan Doyle llevó a su máximo grado de perfección, con las características que pueden resumirse de la siguiente manera: • Un caso "indescifrable" que será resuelto mediante un complicado procedimiento intelectual, similar en muchos aspectos a un juego de ajedrez. • Un detective o investigador; persona sumamente inteligente y culta, en ocasiones incluso un hombre de ciencia. • Una investigación que sigue el método científico: observación, análisis, deducción y que debe conducir a una doble respuesta: a) quién cometió el crimen, b) cómo se llevó a cabo 2 PDF Creator - PDF4Free v2.0 http://www.pdf4free.com (muchas veces esto último resulta más importante para el interés de la trama). • Una resolución del problema proporcionada por el detective en las páginas finales del relato. En todos los casos, la serie de enigma suministraba escenas de violencia en dosis muy reducidas, limitadas casi siempre al crimen que originaba la investigación. Los principales representantes de la escuela inglesa o novela-problema, como también se llama a esta tendencia, son los ya mencionados Poe, Conan Doyle, Chesterton, Agatha Christie, Simenon, Lee y Danay; creadores de los detectives Augueste Dupin, Sherlock Holmes, el padre Brown, Hércules Poirot, el inspector Maigret y Ellery Queen, respectivamente. La segunda gran vertiente del género policial se conoce con el nombre de escuela americana o serie negra, con origen en los Estados Unidos durante los años 30’, cuando entró en vigor la célebre "ley seca", que con la prohibición de la venta de licores alentó la proliferación de gángsters, mafias y sus lucrativos negocios. El padre de la serie negra es Dashiell Hammett -Cosecha roja (1929) y El Halcón Maltes (1930), escritor norteamericano y detective a sueldo antes de dedicarse profesionalmente a la literatura. Hammett impuso una nueva modalidad narrativa, más acorde con la realidad de su época y la idiosincrasia del pueblo estadounidense. En términos generales, desechó la figura del investigador cerebral -a manera de Sherlock Holmes-, para remplazarla por la del detective rudo y práctico que golpea, usa su revólver y se sumerge, mimetizándose, en el mundo del hampa. Los héroes de Hammett están muy lejos de poseer un intelecto superior; por el contrario, se trata de sujetos guiados más por el instinto que por la razón, inmersos en las múltiples trampas de una sociedad corrupta y brutal. El agente de la Continental y Sam Spade (los dos personajes mejor logrados de este autor) constituyen la contraposición exacta a los investigadores de la escuela inglesa. Esta novela policial negra tiene su nacimiento entre 1920 a 1940 en los conocidos Pulps, revistas baratas hechas con los restos de la pulpa de papel y contenido sensacionalista. Su muy bajo costo permitía tiradas enormes que llegaban a todo el país. 3 PDF Creator - PDF4Free v2.0 http://www.pdf4free.com Un competidor importante de los Pulps fue Black Mask (máscara negra) con los esfuerzos de Henry L. Menken y George Jean Nathan. Especialmente entre 1926-36, con la dirección de Joseph Thompson Shaw, Black Mask fue la revista que impulsó el género duro o negro en los EEUU. En ella, publicó sus primeros relatos Dashiell Hammett en los que ya era claro un acercamiento a la realidad y su cuestionamiento. Como afirma J. Rest: Conviene tomar en cuenta la carga de crítica social que suelen trasuntar estos relatos, encaminados a denunciar los conflictos que desencadena un sistema competitivo e individualista en el que se identifican dinero, poder y prestigio, sin que resulte posible deslindar claramente los sectores que se consideran respetables de los profesionales del crimen, sumergidos todos por igual en una desesperada lucha por el codiciado predominio." (REST, Jaime. op. cit. p.35) Con Hammett, el detective es falible; a él le ocurren cosas, se ve afectado por el enemigo. El héroe hammettiano, como lo será P. Marlowe creado por Raymond Chandler, siempre está bajo presiones sociales y siempre hallará el momento de develar la verdad que incluye, no solo la resolución del caso, sino la revelación de las clave de la existencia del crimen. De algún modo: La buena novela negra es, al mismo tiempo, el espejo de parte de la sociedad actual. Entraña por tanto, un elemento de testimonio e incluso de psicología humana extraordinariamente poderoso. Pero entonces la evasión desaparece y el lector vuelve a encontrarse en el corazón de algunos de los problemas contemporáneos" (HOVEYDA, Fereydoun Historia de la novela policial p.169). De Blask Mask también surgiría Raymond Chandler, admirador de Hammett y de las literaturas griega y latina. 4 PDF Creator - PDF4Free v2.0 http://www.pdf4free.com Raymond Chandler (1888-1959) llega a Blask Mask con Los chantajistas no perdonan, en 1933. Luego de ser despedido de una empresa petrolera, cuando contaba con más de cuarenta años y una esposa que se aproximaba a los sesenta, Cissy, se dedicó de lleno a la escritura. Su buena formación intelectual y lo variado de sus lecturas le permitieron asimilar rápidamente las técnicas narrativas contemporáneas y los mecanismos de la novela dura. Su importancia en relación al género estriba en la elaboración de toda una estética de la novela y un decálogo del cuento policial: Mi teoría era que los lectores sólo se imaginaban que les interesaba únicamente la acción, que en realidad, aunque no lo sabían, la acción les preocupaba muy poco. Lo que les gustaba, igual que a mí, era la creación de emociones a través de la descripción y el diálogo. Las cosas que recordaban, lo que les obsesionaba, no era, por ejemplo, que un hombre fuera asesinado, sino que en el momento de su muerte estuviera tratando de alcanzar un clip de la reluciente superficie de una mesa, y el clip se alejaba de él cada vez más, de modo que en su rostro había una expresión tensa y sus labios se abrían en una especie de mueca atormentada, y lo último en que se le ocurriría pensar era en la muerte. Ni siquiera oirá a la muerte llamar a la puerta. Aquel maldito clip seguirá escapándosele de los dedos" (CHANDLER, Raymond. En: Link. D. 2003:89). La primera novela de Chandler El Sueño Eterno (1939) prefiguró lo que sería su mejor obra, El Largo Adiós (1953) en la cual el detective Philip Marlowe juega definitivamente ese doble rol de detective duro, pero ético y austero. Las formas del policial duro pervivieron ante los avatares de la sociedad contemporánea y ‘recicló’ su estética en el cine y la televisión, los dos grandes espacios de la cultura de masa. A diferencia de las novelas-problema, donde el ingenio y el razonamiento primaban, y su adaptación a la pantalla era más dificultosa, la serie negra sigue atrapando al lector medial con sus hechos violentos, el crimen organizado y las peripecias urbanas de detectives rudos y mal hablados. Como se ha afirmado, la serie negra posee un dimensión de crítica social fuerte y sus rasgos distintivos son: 1. El interés no gira alrededor de un crimen inexplicable, sino en 5 PDF Creator - PDF4Free v2.0 http://www.pdf4free.com torno a la violencia cotidiana. 2. Se abandonan los escenarios aristocráticos y sofisticados para adentrarse en la "jungla de asfalto" es decir, en la gran ciudad. 3. La violencia es constante y progresiva. 4. Las descripciones son breves e impresionistas. 5. Los diálogos son ágiles, de ritmo cinematográfico. La tercera variante de la novela policial, aunque menos importante que las anteriores, es aquélla que sustituye al detective por el delincuente, como protagonista de la obra. En efecto, no son pocos los escritores que han preferido otorgar al criminal el papel protagónico de sus narraciones; esta otra faceta del género fue iniciada en Francia por Maurice Leblanc, quien inventó al máximo rival de Sherlock Holmes: Arsenio Lupin, el "genio del disfraz", una veces tenor, otras chofer, otras viajante de comercio marsellés. Una especie de Robin Hood trasplantado al siglo XIX. La principal característica de este singular personaje es su elegancia: Arsenio Lupin es el dandy ladrón de guante blanco y sombrero de copa, que sólo opera en los castillos y los salones aristocráticos, y que una noche dejó en la mansión del barón Schorman su tarjeta de visita con esta anotación: "Volveré cuando los muebles sean auténticos". Una versión posterior del "protagonistadelincuente", que también se dedica a hacer justicia por mano propia, es la del famoso Raffles creado por Ernest William Hornung, cuñado de Arthur Conan Doyle, quien retoma la fórmula de la pareja, haciendo acompañar a Raffles en sus fechorías por un leal e ingenuo ayudante, como el doctor Watson lo hacía con Sherlock Holmes. Otro ejemplo de novelas en esta línea son las del inglés Leslie Charteris, quien dio vida al sofisticado personaje Simón Templar, alias "el Santo", no el enmascarado luchador, sino el personaje caracterizado por el actor Roger Moore, también ampliamente difundido a través de la televisión, si bien en ésta aparece despojado de todo carácter criminal. Finalmente, la cuarta tendencia del género policíaco sería la que combina el racionalismo de la escuela inglesa, con la violencia de la serie negra, más elementos de la ciencia ficción, el espionaje y el erotismo, como ya hemos señalado, y de la que es principal representante el británico Ian Fleming, creador de James Bond; corriente a la que se suman cientos de héroes y superhombres, y que los dibujos animado actuales han sabido recrear con énfasis. Como se observa, no sólo la literatura (en su forma narrativa tradicional de cuento o novela), sino también la historieta, el cine y la televisión, por citar sólo algunos soportes, reescriben desde alguna angularidad la estética policial. Es que desde los orígenes la cultura de la sociedad de masas se construyó, en gran medida, sobre la base 6 PDF Creator - PDF4Free v2.0 http://www.pdf4free.com de transposiciones de géneros literarios. Así, el cine, la radio y la televisión, y en la actualidad la INTERNET, han receptado, en un complejo proceso que va de la mimesis especular a la antropofagia (Haroldo de Campo.1986) distintas tradiciones literarias para resignificarlas bajo nuevos soportes. El género policial no ha sido la excepción. Más bien constituye un espacio sensible y dinámico de prácticas culturales que refleja las nuevas tendencias estéticas; los nuevos formatos; las rupturas y continuidades genéricas con el espacio cultural literario, todo esto atravesado por la emergencia de nuevas conflictividades sociales. 2. LAS CLAVES DEL GÉNERO La literatura, como firma Daniel Link, “es una poderosa máquina para procesar o fabricar percepciones” (Link, D. 2003). En este sentido, la literatura permite analizar el modo en que una sociedad, en un momento determinado, se imagina a sí misma, es decir, lo que ella percibe de sí a partir de un estado de la imaginación. El policial, genero de la modernidad por antonomasia, aparece en este sentido como especialmente interesante para registrar estos procesos imaginales. Una de las razones de este interés radica en la misma evolución histórica del género; una lógica que supone la progresiva generalización y abstracción de sus características. El policial desborda los límites literarios; el material discursivo a partir del cual el género es posible, lo precede; es decir, las crónicas periodísticas y todo otro texto a partir de las cuales el narrador “descubre” la verdad de los hechos, son anteriores a su productividad. En este sentido, hablar del policial es hablar de todos los géneros. La otra razón es estructural, tiene que ver con la lógica de su funcionamiento. El policial es un relato sobre el crimen y la verdad, en este sentido, es el modo de funcionamiento de todo relato: articula de manera espectacular las categorías de enigma y conflicto, sin las que ningún relato es posible. Si atendemos a la lógica de la evolución policial, “hablar de géneros es, por lo tanto, hablar de bastante más que de literatura: por lo pronto de películas, de series de televisión, de crónicas policiales, de noticieros y de historietas. Lo policial es una categoría que atraviesa todos los géneros” (Link, D.2003). El género policial cruza todos los demás géneros discursivos, relaciona lo periodístico con lo político, lo moral, 7 PDF Creator - PDF4Free v2.0 http://www.pdf4free.com lo religioso y lo social. Es una especie de transgénero que impregna con su lógica –la de la verdad y el crimen- otras formas expresivas. De todas maneras, en el policial la relación entre crimen y verdad se da de una manera particular y distinta a las que presenta, por ejemplo la novela realista, más sujeta a la verosimilitud por medio de la referencia extratextual. En el policial, en cambio, la verdad sólo existe dentro del régimen del relato. En concreto, la resolución del enigma y la proximidad a la verdad son del orden del discurso y no existirían fuera de él. El enigma o conflicto es resuelto, en particular en la serie clásica, a través de determinadas formulaciones lógicas realizadas por medio de la abstracción. Por ello, ninguna verdad parecería que puede leerse en otro nivel textual que no sea la verdad de los hechos contados. Así, se erige la verdad como un cierto efecto del trabajo de la enunciación. Más allá de las acciones, más allá de los enigmas de la trama, no hay verdad. Se trata de una ideología del discurso que pretende para sí una cierta inocencia, y busca que el lector no someta a prueba de verdad sino aquello que el discurso quiere. Tanto en la serie negra como en la clásica, el encargado de comprender y revelar la verdad al lector es el detective, actante estructurante fundamental en la constitución del género policial, que inviste de sentido la realidad brutal de los hechos, transformando en indicios las cosas, correlacionando información que aislada carece de valor, estableciendo series y órdenes de significados que organiza en campos. Los signos, inviolables y oscuros, pueden revelar su verdad a través de una mente lúcida que hilvana los inconexo y aleatorio que esconden los indicios de la realidad. El proceso gnoseológico es claro, el género policial “instaura una paranoia de [los] sentidos” (Link, D. 2003) de momento que, al hacer referencia a los comportamientos, los gestos y la postura del cuerpo, las palabras pronunciadas y las que se callan, se está multiplicando ad infinitus el espacio sígnico. El mundo se llena de sentidos y el detective sobresatura con su mirada al referente. Se trata de una operación semiología que la maquinaria de la literatura policial convierte en una paranoia de los sentidos. Por otro lado, al policial lo define la presencia la Ley, o sea, la garantía de la existencia de un Estado, visto por un detective que permanece casi siempre al margen de las instituciones públicas, y hasta en algunas ocasiones, las enfrenta. Esta legalidad se manifiesta en la figura de la policía –figura del Estado y en oportunidades inepta-, y el detective, que opone la legalidad sustancial de su práctica, sólo se sujeta a valores de su propia conciencia. 8 PDF Creator - PDF4Free v2.0 http://www.pdf4free.com Verdad, ley, detective, conflicto y enigma definen a todo policial. Indudablemente, lo que caracteriza al policial es la existencia de una muerte, aunque en muchos casos sólo haya un robo. Pero ese crimen, ese delito, es una anomalía en la sociedad, algo extraordinario. Así se articula la red discursiva que liga un crimen con la verdad a la que no pueden llegar las estructuras del control y la vigilancia del Estado, y justifican la presencia de un agente particular, el detective. En este sentido, el género policial es una máquina de lectura; lugar de la semiosis del encuentro entre respuestas posibles y estereotipadas, y razones imaginarias sujetas a la lógica del crimen que el género semiotiza para mostrar otros registros de lo real. 3. MUJERES ASESINAS Y LAS NUEVAS LÓGICAS DEL POLICIA Marisa Grinstein escritora de los libros: Mujeres asesinas 1 y Mujeres asesinas 2, Los nuevos casos, y un tercer libro aparecido recientemente, nació en 1964. Es periodista egresada de la Universidad Nacional de La Plata. Trabajó en El Heraldo de Buenos Aires y se desempeñó durante diez años como redactora especial de política nacional en la revista Noticias. Los textos de su autoría cuentan diversos episodios criminales protagonizados por mujeres que cometieron crímenes pero, al indagar en las historias personales, se descubre la trama de los hechos que llevan a configurar, en la mayoría de los casos, la figura de la víctima que actúa en defensa propia. Es decir, Mujeres asesinas construye un enunciador que enfatiza la presencia social de la mujer como víctima, más que victimaria en el hecho policial. El primer libro de Mujeres asesinas tuvo éxito y M. Grinstein junto con Liliana Escliar decidieron transponer estas crónicas a la televisión. Así los capítulos de su libro se convirtieron en capítulos del unitarios Mujeres asesinas, emitido desde hace ya varias temporadas por Canal 13. El modo en que el unitario trata la tradición del policía, en particular la recepción de la serie negra, es interesante. Focalizando en el actor mujer, se produce quizás la primera variante del género asignándole a aquellas un rol casi privilegiado al hombre. Así, la mujer asume la ejecución de acciones violentas, se hace criminal, auque se la reivindica casi siempre al final de la historia. De algún modo, el enunciador en cada capítulo muestra la transformación de los actores femeninos en sujetos violentos, lejos de los 9 PDF Creator - PDF4Free v2.0 http://www.pdf4free.com estereotipos de la mujer como contenedora de la vida, para luego retomar el delicado asunto de la justificación. Es decir, mujeres fuertes y victimarias, pero en definitiva víctimas de un sistema que las obliga a defenderse. En principio, el suspenso desenvuelve más que resuelve el hecho preanunciado desde la primera escena. Con descripciones que ponen énfasis en lo sórdido y lo oscuro de la vida, los hechos se muestran en todo su naturalismo. Una estética naturalista que muestra la anomalía social, para exorcizarla a través de la imagen. En este sentido, el espacio cotidiano se llena de sentidos y la mujer ha quedado sola ante el delito ¿víctima o victimaria?; una anomalía social que intenta explicar el relato de ficción. El rol del lector no es menor. Pieza maestra de la arquitectura de la ficción contemporánea, el lector asume un papel co-protagónico en la constitución del caso policial, pues, en coincidencia con lo que afirmó Jean Paul Sastre (2003), la mitad del texto es del autor, la otra del receptor, que debe llenar los casilleros vacíos dejados en Mujeres asesinas en los niveles pragmático, cognitivo y pasional. En particular lo pasional es enfatizado al presentar a la mujer como sujeto inicialmente débil –en algún sentido desprotegido- pero que, ante las nuevas lógicas del contexto sociocultural y atravesada por estados pasionales extremos, se hace en fuerte. Así lo registra la ‘cámara pasional’ que exorciza el miedo y el crimen para mostrar los nuevos recorridos de la muerte junto a las oscuras fuerzas que motivan esas tragedias cotidianas. La tragicidad y espectacularidad del asunto genera explicaciones; los casos son anomalías sociales que la ficción debe explicar desde alguna teoría. En particular esta teoría social enfatiza la presencia de fuerzas supraindividuales imbricadas en una dinámica que marca el destino de las clases marginales –porque en casi todos los casos Mujeres Asesinas es radiografía de las periferias- de lo invisible de la metrópolis y como en Sin City, La ciudad del pecado, la saga de Frank Miller, los suburbios de la gran ciudad -Buenos Aires-, son la ciudad del pecado, una ciudad si retorno, pues la fisura abierta por la tragedia no tiene remisión, y sólo es festín de lo oscuro. Sabemos que el policial, sobre todo la serie negra, manifiesta los restos de una ética calvinista en la que todo se paga. Pero este asunto en Mujeres Asesinas se ha corrido hacia nuevos y motivadores sitios, en tanto el interés pasa por describir, más que un asunto de dinero, un problema de subjetividades abocadas a ejercer su poder en una sociedad que ha licuado lo eufórico y sólo articula la ejecución del odio y la venganza. 10 PDF Creator - PDF4Free v2.0 http://www.pdf4free.com Así, más que el dinero, aparece la defensa del cuerpo -material y simbólico- como último reducto en un mundo sin más leyes que aquellas que organizan los instintos primarios y que desembocan en la muerte. Sabemos que la ficción trágica incorpora la muerte en tanto cierre pero también apertura del conflicto humano; en la tragedia no hay resolución de nada, sino concreción de lo que, ineluctablemente, se volverá a repetir tantas veces como se reactiven sus causas. Como afirma Fredric Jameson (2003), el policial negro en EEUU contribuyó a mostrar ciertos aspectos sórdidos de su sociedad, produciendo un corte importante con el mundo retratado por la alta literatura realista de principios de SXX -el mundo victoriano en particular-. Destino secreto del crimen en la gran ciudad que el unitario visibiliza desde una perspectiva femenina, sacando a la luz las tragedias invisibles de un mundo en constante reinvención. En este sentido, el registro del género en Mujeres asesinas, en su versión más dura – La tradición del relato hard boiled (novela negra)- permite representar las tensiones entre un macrocosmos político inalcanzable, con consignas abstractas como la justicia social, equidad, reparto de las ganancias, la seguridad y el empleo, y un mundo más ligado a la factualidad y las interacciones fuertes, bajo condiciones reales de existencia que suponen la desigualad y la carencia motivadoras del crimen. La corrupción de los escalafones medio-bajos del Estado permite la construcción de un mundo asfixiante, sin salidas, en el que la muerte se impone como la retórica del fracaso y producto ineluctable del microcosmos. Como dice Jameson en relación al policial duro y a la obra de R. Chandler en particular, “ser asesino ya no funciona como símbolo de la pura maldad (como en el policial clásico), el asesino mismo ha perdido sus cualidades simbólicas (abstractas)” y es ahora un sujeto entre nosotros. Así, la muerte en el unitario analizado es un estado inevitable que sobreviene de manera repentina y que el lector debe asumir como parte del juego impuesto por nuevas fuerzas sociales que imponen la inmediatez sobre la mediación. A diferencia del policial clásico, la serie negra asume una mirada hiperrealista en la que el registro coloquial, permite el ingreso a un mundo cotidiano atravesado por las rutinas de las clases populares. Un mundo apto para las miradas naturalistas, remedando aquello de la literatura barata de cordel y las referencias al mundo sórdido del crimen callejero de los siglos XVI, XVII y XVIII en la Europa de las clases con menos recursos. El hecho ha cooptado a la reflexión y como en Mujeres asesinas la tragicidad 11 PDF Creator - PDF4Free v2.0 http://www.pdf4free.com se potencia por ser una anomalía extrema en un escenario no previsto para ello. Si pensamos en el texto de Miller, la ciudad se configura como “espacio del pecado”, y esto es significativo para reenviar las lecturas hacia lo que suponemos inevitable: la violencia y la muerte. Lo mismo en Chandler, en Jim Thomson y Chase, nadie puede descartar la hiperviolencia que deriva en el crimen. En cambio, en Mujeres asesinas el escenario del crimen se hace anomalía en tanto ya no es el espacio previsible de la literatura de crimen: ni lo exótico y refinado del policial clásico y sus mundos pulidos y amueblado para el delito sin violencia; ni la ciudad oscura y salvaje de la serie negra, sus lúgubres calles de metrópolis asfixiada por el hampa y las mafias -véase un paradigma de esto en El secuestro de Miss Blandísh (Chase, Hadley James. 2005). En Mujeres asesinas la muerte es cotidiana, lugar común, el menos esperado, imponiéndose la escritura de la crónica periodística, punto de partida y génesis del unitario. Así, en una ciudad sin centros, cada reducto es una isla de conflictos sociales, un microcosmos geográfico y cultural que tiene sus propias leyes. Tomemos por caso el conventillo porteño; un mismo espacio para dos lógicas diferentes: • Por un lado, en Esposa improvisada (con Cecilia Roth), la prostitución colma el relato de los hechos. La protagonista mujer (Cecilia) es un habitante de lo urbano marginal, sensual prostituta del conventillo, pero ya pasada en años y en tensión con el hombre que la regentea. El espacio, aspecto clave para la configuración del asunto es oscuro, superpoblado y preanuncia lo ilegal. En oposición al conventillo está la ferretería de Ángel (Norman Bristky). Un sexagenario cliente, apacible y algo misterioso, que no desea el amor carnal, sino la presencia de la mujer para evocar la ausencia de su difunta esposa. Desde un primer momento se deduce que se trata de un cliente especial, solitario, fóbico, que busca algo distinto. Así, se conjugan las sexualidades diferentes de un viejo y la decadencia de una prostituta mayor y se van produciendo los primeros efectos de sentido, en tanto la mujer prostituta quiere ser la esposa de Ángel y desea abandonar la prostitución. Se tensan, así, las relaciones previsibles, pues la asociación nos reenvía a las oposiciones: sexo carnal/Ángel y prostituta/esposa. En ese pasaje se 12 PDF Creator - PDF4Free v2.0 http://www.pdf4free.com va a transformar la relación del viejo con su cuerpo, descubriendo sus potencialidades masculinas. De este modo, el unitario van tejiendo dos modelos de mujer: la que se es, la prostituta y la que se desea ser, la mujer de la casa. Esta tensión se constituye en torno a la casa-ferretería y supone la traición del otro oficio y el juego con la peligrosidad del regente. Así, el ferretero, Ángel, ve irrumpir en su mundo cotidiano a la mujer desde una angularidad prohibida, es decir, la prostituta en un proceso de ascesis que busca redimirse del pecado por medio de (Ángel) y constituirse en mujer desde un sistema de valores más ortodoxos. • Por otro, en Cristina la rebelde (Cristina Leal, y Carlos Belloso), con un planteo general dentro de la estética de la serie negra, el unitario articula una conjunto de nuevas problemáticas sociales y culturales, más cercanos a las realidades de los países del Tercer Mundo o en vías de desarrollo. Decimos esto pues, lejos de las problemáticas que dieron origen al policial negro en el EEUU, este producto se centra en otros lugares, más cercanos a los tópicos latinoamericanos. Así, la pobreza o los recursos escasos son una constante como telón de fondo de otras problemáticas: las de la subsistencia, las del hambre, el analfabetismo y la delincuencia. Este es el marco general de Cristina, la rebelde. Un espacio de partida: La Boca, el Bs. As. de los conventillos y suburbios de inmigrantes es el comienzo de un calidoscopio de sujetos sociales, todos o casi todos atravesados por la marginalidad de algún tipo. Así se tejen las nuevas configuraciones sociales que tienen a la droga como nuevo escenario de la pobreza. Cristina juega en este campo un doble rol. Policía de una división contra el narcotráfico, y ladrones, se viste de civil y regresa al mismo conventillo donde incautó droga para venderla. Un suceso policial armado desde la figura del colmo: dos términos distantes policía/delincuencia se aproxima y funden paradójicamente. Esta actividad va configurando a los personajes en torno a Cristina, su acompañante (Belloso) venden y consumen, en un doble juego de corrupciones. El dinero, pero también la impunidad de saber que en estas latitudes las leyes son hechas para infringirlas, es lo que motoriza las acciones. Todos roban: los agentes especiales, los comisarios, los guardiacárcel. Pero Cristina infringe los límites de lo permitido, aún dentro del 13 PDF Creator - PDF4Free v2.0 http://www.pdf4free.com marco de la corrupción policial. Esos límites están impuestos por las reglas de los negocios policiales, pero Cristina los sobrepasa y cae (consume droga, tiene sexo con los presos, ingresando a un segundo territorio en el que casi todo está permitido). Sordidez, negrura se conjugan en Cristina, paradigma de la desintegración de los sistema de referencia de la seguridad del Estado moderno. Así se textualiza la dispersión social, la transformación de la nuevas fuentes de trabajo en la sociedad posterior a los 90’ y el ingreso de las nuevas conflictividades que tiene como denominador común la droga que genera violencia y muerte, en el marco de la desintegración de los vínculos afectivos tradicionales, como son los desplegados en la familia, fruto de la destrucción del mercado laboral, entre otros causales. Es decir, el enunciador en Mujeres asesinas plantea algo más que una simple recepción de las claves del género policial y va más allá del simple asesinato, el dato mediatizado, y busca el efecto de sentido directo en la representación de los microdramas de una sociedad, la argentina, fragmentada, autodestructiva, que se deglute para, como afirma Jamenson “expandirse divergentemente en distintas facetas de la estructura social”. En este sentido, el enunciador en Mujeres asesinas, pierde esa función armónica con los hechos que conforman el caso, para enfatizar el encordelado de lo disperso en un mundo lleno de índices múltiples y contradictorios. Bajo el común telón de fondo de la ciudad como espacio homogéneo controlada por el Estado, el orden impuesto por la Ley y la policía, el unitario se abre a la representación de nuevas subjetividades. Ese colectivo fragmentado supone lugares ocultos por personas sin rostro, protagonizados por mujeres visibilizadas por su criminalidad, que emergen en tanto en cuanto su drama perfora la ‘membrana construida’ por los paradigmas modernos del mundo organizado bajo la lógica del control estatal. El género policial de la serie hard funciona, así, como un modelo de análisis de las nuevas fuerzas sociales que se están generando a espaldas de los macroproyectos estatales. La focalización en el actor mujer como sujeto del crimen, hiperboliza el desplazamiento del actor débil y contenedor de semas eufóricos, al de asesina, lo que supone la lectura de un síntoma que se está extendiendo en la sociedad actual, en tanto ruptura del “equilibrio inestable (social), un equilibrio de sistemas de corrupción grandes o pequeños en (medio) de un silencio tenso, como el de personas tratando de 14 PDF Creator - PDF4Free v2.0 http://www.pdf4free.com escuchar algo inaudible”, como dice Jamenson, y que el género policial nuevamente permite visibilizar. A MODO DE SÍNTESIS A modo de trabajo conclusivo sobre las especificidades del género policial y la reformulación que produce el texto de Mujeres asesinas pudimos observar: a. Un tratamiento particular de la víctima que implica la duplicidad de los roles de víctima/victimaria, para instalar el problema de la venganza que justifica en casi todos los casos la muerte. b. Un énfasis en la construcción de la mujer asesina (su costado victimario) y justiciera (su costado de víctima). Doble enlace moral de nuevos actores sociales que retoma el policial a partir de la mujer que emerge como sujeto capaz de acciones violentas en el marco de situaciones de injusticia. Para la justicia es asesina (lo condenatorio), para el enunciador es defensa por manos propias: aquello que no ha resuelto el Estado, lo debe resolver el sujeto. Así se resuelve cierta ambigüedad desde el sistema axiológico defendido por el enunciador al restituirle a la mujer su lugar social. Si nadie la defiende lo hace por cuenta propia. c. Una radiografía de la marginalidad. El policial negro se adentra en los sectores populares, reconstruye ciertos circuitos de identificación como la prostitución, las drogas, la política en los sectores populares, los sindicatos, el fútbol, todo vertebrado por la violencia. Así emergen representaciones de ciertos espacios sociales en los que se juegan nuevos itinerarios delictivos, modalizados por nuevas realidades, en particular la droga que articula una serie de nuevas problemáticas, viejas algunas como la violencia familiar y el incesto, la prostitución, pero resignificadas desde una angularidad hiperviolenta. d. Así se abre esta microfísica de lo marginal, desde la perspectiva de la mujer. Sujeto de la debilidad y víctima del policial por antonomasia (con excepciones de ciertos casos ejemplares de ‘viudas negras’ y otras) a sujeto que asume el rol masculino del policial duro. 15 PDF Creator - PDF4Free v2.0 http://www.pdf4free.com e. Las transformaciones de los actores no suponen programas narrativos eufóricos, sino todo lo contrario. Todos los relatos se debaten entre los polos de la no-vida, la no-muerte en pasaje hacia la muerte (entendida de manera amplia –social, física, espiritual). De alguna forma, la muerte no es evitable pues se posiciona como teleología de unos sujetos que no puede dejar de optar por ella. De este modo, las historias no discuten si muerte o vida en un mundo cuya lógica no se pone muy en duda y está determinada por su condición de marginales. Lo que se plantea es el modo como se concreta el destino asesino, del cual sólo sabemos que es ejecutado por mujeres en distintas posiciones de la sociedad argentina actual. Así se abre el relato a la lógica del policial negro que permite plantear cuadros de sociedades desbastadas por el delito de distinto tipo, del que sólo se puede mostrar su arquitectura factual y humana. Ninguna lógica explica el policial negro; sólo hechos que suceden porque el sujeto humano no puede escapar a sus designios ‘oscuros’. La única verdad está en los acontecimientos inevitables. f. Ausencia de los actores del poder del estado y de las instituciones intermedias. La sociedad de la vigilancia está ausente o está corrupta. Casi no hay policías, detective, héroes civiles, y otros organizadores del estado que se destaquen por sus conductas éticas y ejemplificadota, como lo es el detective Marlowe, creado por Chander. Los actores oficiales que apareen se encuentra investidos de roles temáticos disfóricos, construyendo en muchos casos colmos: una mujer policía que vende droga, un padre abusador de sus hijos y muerto por su hija, una prostituta enamorada y que mata por construir su hogar. Los actores han quedado solos con sus lógicas. Esta borramiento de las instancias de enunciación permite el entramado de las acciones que parecen realizar los actores siguiendo sus instintos, sus deseos, sus fobias, incontrolables pasiones que no escapan además a cierto determinismo originado en su posición sociocultural, pues en casi todos los programas la realidad es la de los pobre. Héroes caídos, nuevos héroes en ascenso, destronados reyes de la negrura, nuevos demonios de lo urbano, de la oscuridad de los conventillos, que arman sus relatos desde la sordidez de sus acciones. 16 PDF Creator - PDF4Free v2.0 http://www.pdf4free.com A modo de cierre provisorio de esta investigación, creemos que Mujeres asesinas resignifica el papel de la ficción en medios masivos y su capacidad para ‘leer’ el mapa sociales argentino desde una angularidad nueva y sugestiva. La mujer, nuevo agente de la ficción policial, inviste esas nuevas redes conflictuales entre las que se destaca la pobreza, la violencia, las desigualdades sociales y culturales. ‘Feminizando’ el crimen, Mujeres asesinas permite la exploración patética del crimen. BIBLIOGRAFÍA Grinstein, Marisa. Mujeres Asesinas. Buenos Aires: Sudamericana, 2006. ------------------------Mujeres Asesinas 2, Los nuevos casos. Bs. As.: Sudamericana, 2006. Steimberg, Oscar. Semiótica de los medios masivos. Colección del círculo Atuel. ----------------------- Segunda Edición. Buenos Aires. Argentina. Link, Daniel. El juego de los cautos. Literatura policial, de Edgar A. Poe a P.D.James. Bs. As. : La ------------------------------Marca. Jamenson, Fredric. Sobre Raymond Chandler. En: Link, Daniel. El juego de los cautos. Literatura --------------------------------policial, de Edgar A. Poe a P.D. James. Bs. As. : La Marca. Hoveyda, Fereydoun. Historia de la novela policial. BsAs. Paidos. Haroldo del Campo. De la razón antropofágica. Diálogo y diferencias en la cultura basileña. Brasil: ------------------------------Revista Cultura. 1986 17 PDF Creator - PDF4Free v2.0 http://www.pdf4free.com