Documento 83852

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La violencia de género es algo cada vez más común en nuestra sociedad, a estas alturas ya forma parte de
nuestra vida oír en el telediario que esta semana un hombre a matado a su esposa o ha quemado viva a su
novia. Este tipo de violencia causa más muertes e incapacidad, en mujeres entre 15 y 44 años, que el cáncer o
que los temibles accidentes de tráfico.
En lo que llevamos de año ya son 12 o 13 mujeres muertas en las manos de hombres, y en el año 2001 fueron
al menos 168. Esta escalofriante cifra debería crear una alarma social en todos los ámbitos, pero siempre
quedarán los retraídos. La iglesia, en este caso, justifica este tipo de violencia como el fruto amargo de la
revolución sexual. Increíble. Y luego vemos que hay cantidad de sacerdotes acusados por abusos a menores.
Este tipo de violencia también existe de la mujer al hombre, pero es mucho menos corriente. ¿Será cuestión de
brutalidad y de machismo entonces? Esa superioridad que se creen que tienen algunos hombres sobre nosotras
en todos los ámbitos. Realmente sufrimos violencia cada día, violencia hacia la mujer, al no reconocer nuestro
trabajo y cobrar menos, a usar un lenguaje sexista, a vernos cada día en los anuncios como nos tratan como un
simple objeto sexual. ¿Que sólo somos eso acaso? Un objeto sexual, y encima, inútil. No sé si será la falta de
cultura o la simplez de algunos machitos que se consideran más, mucho más, la verdad es que es muy triste.
Pero más triste es ver que esto llega al limite de asesinar, quemar, amenazar... y luego por miedo no denunciar
y aguantar esto hasta reventar, que en muchos casos es hasta la muerte, miedo al agresor, miedo al que dirán,
o incluso llegar a pensar que él tiene razón.
La violencia de género incluye cualquier acto de agresión que tenga como resultado sufrimiento físico, sexual
o psicológico. Incluyendo las amenazas.
La violencia física causa daños en el cuerpo de la agredida, desde una bofetada a una paliza, que puede causar
hematomas e incluso la muerte.
Los daños psicológicos son conductas de desvalorización, humillación, etc. Con amenazas, gritos.
Y la violencia sexual imponiendo una relación sexual no deseada, con abusos, agresión, tocamientos...
El otro día leí un artículo de Millás que trataba de la historia de Nevenka, un claro caso de lo que es la
violencia de género y la sociedad en que vivimos. Nevenka era una concejala de Hacienda en Ponferrada que
sufrió abusos por parte del alcalde, Ismael Álvarez. Cuando porfín se decidió a acabar con todo y denunciar,
la sociedad se puso en su contra, con argumentos tan fuertes como absurdos: que algo habría hecho, que algún
beneficio habrá obtenido, que no podía ser tan ingenua como para no saber dónde se metía, que eso le pasaba
por ser atractiva y joven. Cuando se declaró culpable al alcalde nadie apoyó a Nevenka, había una necesidad
de convertirla en culpable, y así hundirla más. Incluso Ana Botella alabó la actitud impecable del alcalde, que
por supuesto se vió obligado a dimitir.
Si ya me parece triste que exista este tipo de violencia, mucho más que la sociedad apoyara a este hombre,
patético.
Yo rectificaría a la iglesia, ya q este tipo de violencia no es el fruto amargo de la revolución sexual, sino una
reacción de la sociedad machista que nos rodea.
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LEY ORGÁNICA DEL CÓDIGO PENAL:
Quién atente contra la libertad sexual de una persona, con violencia e intimidación, será castigado con
una pena de uno a cuatro años de prisión. si no hay violencia ni intimidación la pena será de uno a tres
años o multa de dieciocho a veinticuatro meses. Si hay violación la pena será de seis a doce años.
• Cuando una persona denuncia un acoso, o abuso se suele imponer una orden de alejamiento por parte
del agresor, pero esto en muchos casos no evita que acabe matando o volviendo a agredir a la víctima.
• En definitiva, esto es un problema de todos, dónde, repito todos, deberíamos estar solidarizados y
luchar para acabar con este tipo de violencia.
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