“Rol de las universidades nacionales en el funcionamiento de la Justicia, en el marco de la Democracia” Conferencia de Apertura del Año Académico FCJS|UNL Dr. Mariano Candioti. Antes de realizar la Conferencia de Apertura del Año Académico en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional del Litoral, tuvimos oportunidad de sentarnos algunos minutos con el Dr. Mariano Candioti y aprovechamos para realizarle algunas preguntas. Lo que ofrecemos a continuación, es el extracto de esa conversación donde, sin duda, se destacan numerosas definiciones y conceptos que son verdaderos aportes a una discusión madura acerca de la situación actual de las universidades nacionales. - ¿En el marco de un estado democrático, cuál es el rol de las universidades universidades nacionales en el funcionamiento de la Justicia? Para poder responder esto debo, necesariamente, hacer referencia a tres ejes fundamentales. A saber: el concepto de universidad para nuestra concepción reformista; la incidencia que tiene en la arquitectura del poder judicial santafesino y argentino, y la incidencia que tiene en materia de consolidación democrática. En este sentido, quiero dejar en claro las características reformistas que deben actuales. Hago hincapié en estas dada mantenerse, a mi criterio, en las universidades actuales la actual discusión de la nueva Ley Universitaria. La concepción del formato universitario tiene características especiales. No es una simple agrupación de voluntades que van en un mismo sentido, sino que es una organización que tiene eminentemente un concepto meritocrático. meritocrático El mérito es la consecuencia de un proceso de formación en lo científico, en lo académico…y eso genera un mérito de acumulación de conocimiento. Paulo Freire habla del conocimiento como una sistematización racional de información con una ideología y un formato que tiende a la contribución de la creación de altos grados de bienestar y de liberación social. En este sentido, creo que la Universidad es formadora de ese tipo de conocimiento: el conocimiento crítico. En el formato estructural de la Universidad tienen que ver los conceptos meritocrático. Respeto eso y me parece fundamental la preservación del sistema estamental estamental. Después podemos debatir si tres estamentos son pocos o muchos o si son positivas las experiencias de otras universidades en donde el personal administrativo participa de las decisiones, o aquellas donde se les reconoce un lugar especial a los creadores de cultura diferenciándolos de la docencia, la investigación y la extensión. Los estamentos pueden ser motivo de un debate regional, inserto en la comunidad, en un sistema democrático; pero reconocida su necesidad, las reglas del funcionamiento siguen siendo meritocráticas. Esto se vincula con la imprescindible necesidad de la autonomía universitaria universitaria y el cogobierno universitario que es la capacidad de dictarse normas. Esto garantiza la equidistancia con los gobiernos de turno. Este es el rol central de la autonomía universitaria: universitaria: autonormarse autonormarse y ser equidistante de la temporalidad. temporalidad En este esquema de autonomía y cogobierno, la gratuidad aunque indiscutible, no elimina la posibilidad de que existan instancias en donde se pueda invitar a hacer autogestión. Y recalco la importancia de la gratuidad en los estudios de grado, yq que se trata de una garantía constitucional ¿Qué opina del sistema electoral universitario? Creo que la falta de comprensión de este mecanismo, de esta persona jurídica especial que es la Universidad, hace confundir a un conglomerado de iguales cuando en realidad esto es un conglomerado estamental, donde cada cual tiene su propia lógica de de conformación, sus propias características de ciudadanía. No es la ciudadanía universitaria la ciudadanía colectiva Podemos hablar de dos sistemas: de la elección directa y de la emisión del voto secreto. La elección directa supone la inexistencia de cuestiones meritocráticas, y suponer que la elección directa resulta más democrática a través del voto indirecto o de representantes, es un groso error. La constitución de 1853 sancionó un instituto llamado colegio electoral, que fue luego derogado con la constitución del 94. El colegio electoral consagraba la elección indirecta en un país federal, y nuestro país es federal. La universidad tiene una concepción federal, federativa inclusive en cuestiones, si bien estamos integrados en una república universitaria, tenemos especiales reconocimientos a la ciencias a través de Facultades. Este es nuestro sistema. Nuestro sistema no es un sistema departamental, es un sistema de facultades que reconoce -de alguna manera- el sistema de república y conformación de distintos actores de esta república, que son las Facultades. En la Nación el sistema democrático y electoral que consagra Alberdi, que es muy similar al norteamericano, reconoce al Colegio Electoral, no porque Alberdi no fuese democrático o porque Alberdi no conoce la doctrina de un hombre un voto, sino porque la única manera de nivelar las desigualdades y la heterogeneidad de la república es a través de la ponderación del voto. Los votos se ponderan y todos confluyen en lo que es el Colegio Electoral, para que todos los votos confluyan debe haber una elección indirecta. Este fue el mecanismo que adoptó la Universidad, cuando comprendió que la elección directa no igualaba los estamentos. Si hubiese elección directa sin ningún tipo de tamiz como lo hay en aquellos que proponen la elección directa, nunca podría valer igual el voto de un estudiante que el de un docente por una cuestión natural de conformación: las universidades tienen muchos más alumnos que profesores. Entonces la licuación de los votos se evita a través de sistemas electorales. Los que proponen sistemas electorales abiertos, han recurrido a un sistema de mediación de los votos que es a través de un sistema de ponderación de los votos. Las universidades que tienen elección directa suponen que debe haber una ponderación de los votos, fundamentalmente en el estamento más numeroso que es el estudiantil. Lo que ocurrió en la Nación puede ocurrir en nuestra Universidad. Los autores de Derecho Constitucional hablan de la eliminación de lo que denominan el federalismo político, porque la ausencia de mediación y de licuación de los votos hace que sectores íntegros de la geografía argentina, no pueden tener jamás la representación directa, más genuina de su voluntad porque sus votos son compensados con los votos de otros conglomerados. Esto significa que, por ejemplo, ante una supuesta elección nacional si uno resuelve en primer lugar la elección en la provincia de Buenos Aires porque es la más importante que hay y no hace las otras elecciones, tendría ya una proyección del resultado nacional. Los lugares más pequeños no tienen ninguna incidencia porque sus votos están licuados. Es una falacia la igualdad de votos, porque en realidad los conglomerados de cada lugar son los que se reflejan mayoritariamente. Esto es lo que se evitaba con el Colegio Electoral. Tanto es así que uno de los dos políticos que tuvo a su cargo la firma del Pacto de Olivos, me refiero al ex Presidente Carlos Menem, inmediatamente planteó que había un error en este tema, y lo hizo público. ¿Qué rol juega la Universidad en la Justicia? La Universidad puede participar de los tres grandes hitos que conforman la vida de la Justicia: en primer lugar en la selección selección de los magistrados, magistrados en segundo lugar la capacitación de los magistrados y el tercer gran momento es cuando se juzga la conducta de los magistrados. magistrados Yo creo que en las tres grandes instancias la Universidad debe tener un rol importante, y fundamentalmente en la selección de los magistrados. De hecho, en Europa, Estados Unidos y luego en América, la existencia de los consejos de las magistraturas obedecen a distintos formatos judiciales. El primer gran aporte de la escuela judicial surge en Francia, donde la Justicia es un servicio y no un Poder. Pero también, es necesario que el Consejo de la Magistratura intervenga en el presidencialismo absoluto y la nominación de los jueves por parte del Ejecutivo, que es el modelo que Alberdi copió de Estados Unidos. Por otra parte, aquí -como en muchas otras cuestiones constitucionales- hemos introducido una cultura europea a una institución norteamericana. Es decir, una constitución liberal para un estado de derecho democrático o social que pretendemos. La Constitución Nacional es un culto a lo liberal, a lo individual. No tenía ninguna norma de contenido de derecho de segunda generación. Alberdi no sabía lo que era el Derecho Social. De esta forma, la selección está vinculada a las escuelas judiciales que dependen del Poder Judicial o del actual poder político ejecutivo, o por los sistemas universitarios. Todos los casos tienen pro y contra. Que dependan del Poder Judicial da una concepción endógena a todas las formaciones, por lo tanto no es absolutamente positivo, tiene debilidades. La otra propuesta, que consiste en que sean dependientes del poder político ejecutivo, tiene la característica de que sean mucho más permeables a la influencia del tipo político. Que dependen de las universidades tiene algo a favor y algunas cuestiones en contra, por eso el sistema argentino es mixto. Lo bueno es que las universidades son el ámbito natural de formación de conocimiento y es el ámbito en donde la pluralidad de las ideas confluye. En el Poder Judicial no hay garantizado la pluralidad de ideas. Tampoco en el poder ejecutivo. En las universidad, en cambio, sí. La crítica consiste en que muchos sistemas universitarios no tienen garantizada la praxis jurisdiccional misma. Otra de las características que garantiza el sistema universitario es la inserción, en el proceso de selección y designación de los jueces, de la representatividad de mayorías y minorías. Esto, que es algo natural para los universitarios, en algunos ámbitos de la selección de los magistrados no se reconoce. Creemos que debe haber una representación colectiva, donde los estamentos que componen la cuestión de la justicia deben estar presentes. La menor incidencia debe ser la del cuerpo legislativo. No tengo dudas de que debe ser así: debe tener una mirada de los otros actores, destinatarios de la justicia, como son los abogados y universidades; y debe haber un sistema de mayorías y minorías que signifique la pluralidad de la opinión social, esto legitima aún más a un magistrado. En este contexto, me parece parece sumamente importante el rol docente que debe cumplir el consejo nacional respecto de algunas jurisdicciones. jurisdicciones La falta de independencia es estructural. Yo Yo no analizo conductas, sino instituciones. Las conductas pueden ser buenas o malas, pero lo lo importante importante son las instituciones. El otro rol importante de las universidades es el estar incorporadas a las escuelas judiciales, en su proceso de formación continua. La situación de las provincias es una situación absolutamente anárquica. Hay centros de capacitación, escuelas, escuelitas, cursos de formación permanente… el rol de las escuelas judiciales es un rol de formación continua en las aptitudes que debe tener un magistrado, para lo cual el ámbito sigue siendo el universitario, porque nosotros además sostenemos junto con esto que el ámbito exclusivo y excluyente de la habilitación profesional son las universidades. La síntesis es que las universidades argentinas son por tradición, por norma, una universidad que habilita los títulos excluyentemente y la Corte lo ha sostenido en un montón de fallos que ahora no vale la pena recordar. Estos son temas centrales a tener en cuenta en la futura Ley de Educación. La Universidad en la historia argentina ha sido brillante y no por las leyes que ha tenido, sino por el propio sistema universitario. La Universidad es un bien social y confluyen. colectivo que hay que privilegiar y cuidar por la pluralidad de opiniones que confluyen La universidad como aporte a la Justicia es central porque garantizamos la existencia de división de poderes que, en definitiva, es la vigencia del Estado de Derecho.