III Congreso Latinoamericano de Historia Económica y XXIII Jornadas de Historia Económica Mesa general 9: Instituciones y Políticas Económicas Liberalismo Colonial y Negación de lo Político. El Régimen de Hacienda de la Región Caribe de Colombia. 1850 - 1910 Fernando Bernal Castillo. Ph.D [email protected] I. Introducción. Luego de mas de cien años de vida republicana y de las reformas liberales que generaronla transformación de la sociedad colonial, al despuntar los primeros lustros del siglo XX el mundo rural de la Costa Caribe colombiana1se caracterizó por la vigencia de un poder fundacional terrateniente, construido a lo largo de la era colonial mediante la conquista 1 Región agrícola y ganadera del norte de Colombia que cubre todo el borde costero con el Atlántico. Para el año 2010 estaba compuesta por ocho (8) departamentos, con una extensión de 132.288 Km2 y una población de 10’000.022 habitantes Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 1 violenta de la tierra y el territorio, poder que desde entonces se convirtió en el pilar del régimen de hacienda de la región Caribe. Señores de la tierra y miembros influyentes de la estructura del poder político local y regional, para comienzos del siglo XX la clase hacendaria de la costa Caribe mantenía su predominio sobre la esfera de lo político a través de la imposición de unas estructuras agrarias arcaicas para el control del campesinado, lo que contrastaba con la crisis de la hacienda de algunas regiones de los Andes del país,2 que ante los cambios en la sociedad mas amplia y la realidad de sus propias limitaciones para mantenersu predominio político, ya para entonces daba señales del debilitamiento de su viejo control sobre la estructura de la organización social y política de estas sociedades. La del Caribe, fue la persistencia de un régimen de haciendadurante un período histórico a lo largo del cual el país experimentó un mayor aliento en la puesta en marcha de las reformas liberales, emprendidas por las dos corrientes políticas dominantes que surgieron al amparo de la ideología liberal en el país, el movimiento radical y el movimiento de la regeneración. Reformas liberales centradas en áreas como la organización del Estado, la representación política, la eliminación de la esclavitud, la organización de la economía, el rol de la iglesia, la autonomía de las provincias, la propiedad de la tierra y el reparto de los baldíos,etc., que sin embargo en la región Caribe, terminaron por dar lugar a un tipo de liberalismo colonial, 3es decir, una democracia liberal que a pesar de las extensas reformas que introdujo al régimen colonial, estas no transformaronel orden social colonial, ni la hegemonía de la clase terrateniente en su ejercicio del poder y por el contrario las élites regionales habrían de tener una influencia marcada en la consolidación de las instituciones de representación y del imperio de la ley. Tampoco transformaron la estructura y los privilegios de las clases altas, ni la estructura de relaciones sociales, ni se afectaron los niveles de pobreza, el predominio urbano y el carácter excluyente de la jerarquía social. Fue elde la costa Caribe un liberalismo colonial,que al igual que la democracia liberal misma adoptada en el resto del país, le caracterizóla que Carl Schmitt 4 consideró una 2 Bernal, Fernando. 1985. The Sociology of Economic Life. Eastern Cundinamarca. Colombia. D. Phil Thesis. Pembroke College.Oxford University. Oxford, England. 3 Carl Schmitt (2007) considera que en relación con los estadios históricos, siempre se puede dar una pluralidad diversa de estos coexistiendo dentro de una sociedad. “Gente de la misma edad, en el mismo país, inclusive en la misma familia, vive junta en diferentes estadios”. Es por ello que se puede hablar del liberalismo colonial de la costa Caribe, aunque no necesariamente fuese esta la característica general de la democracia liberal impuesta en las demás regiones del país durante el período de análisis. 4 Carl Schmitt, jurista alemán nacido en 1888 y muerto en 1985, crítico de la democracia liberal como una ideología que niega lo político, despolitiza y niega el conflicto, produjo una muy extensa y rica obra de libros y ensayos, la que hoy en día tiene muy importantes desarrollos en la academia anglosajona especialmente. Entre los libros mas consultadosestán, The Concept of the Political, Political Theology, The Nomos of the Earth, Theory of the Partisan, The Leviathan in the State Theory of Thomas Hobbes. Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 2 contradicción fundamental, lanegación de lo político. La negación de la inevitabilidad del conflicto en la vida política. Una contradicción determinante,que aun admitiendo que el liberalismo fue “el movimiento en el que el espíritu moderno ganó su mayor eficacia”,5talnegación de lo políticohabría de afectar el carácter reformador de esta doctrina política. Aunque debe precisarse que ello no representó la eliminación misma de lo político por parte de la ideología liberal, sino la negación de la comprensión de lo político.Y como lo señala L. Strauss el liberalismo no buscó acabar lo político de la faz de la tierra, sino solo ocultarlo. 6 Esto en últimas implicó la negación dela naturaleza conflictiva de la realidadpolítica yla eliminación de la posibilidad misma del conflicto dentro del trascurrir político de la sociedad. Negación conveniente que,como se verá mas adelante, habrá de ser utilizada por el Estado y la clase hacendaria para facilitar la consolidación del régimen hacendario en la región Caribe, bajo los términos de esa particular forma de liberalismo. Y en este sentido, al rechazar esta negación de lo político y establecer lo político como concepto central de la teoría del Estado, C. Schmitt buscó no solo la repolitización de la realidad a través de la reintroducción del conflicto en la vida política, sino también la afirmación de la autonomía de lo político como noción independiente basada en la especificidad de sus criterios. 7A este respecto, G. Sartori considera que la autonomía de la política no debe ser entendida en un sentido absoluto, sino relativo. Y cita cuatro problemas conectados con la tesis de la autonomía: 1. La política es diferente de la moral, la religión, la economía, etc.,; 2. La política es independiente; i.e., sigue sus propias leyes; 3. La política es autosuficiente, i.e., suficiente para explicarse a si misma; 4. La política puede ser causa primaria de otras acciones sociales. 8 Con el fin de establecer una mayor claridad analítica, Schmitt redefinió dicha teoría estableciendo que lo político no se puede equiparar con lo estatal, o en otras palabras, lo político no está limitado por la esfera del Estado, y de hecho no resulta limitado por nada, es un área separada y cruza todos los dominios.9I. Viriasova añade que “es una nueva totalidad abierta que nunca puede terminarse o cerrarse”.10Con su rechazo de la identificación de lo político con la esfera del Estado y sus instituciones, Schmitt pretendía demostrar que lo político no estaba limitado o subordinado al Estado, de allí la afirmación 5 Strauss, Leo. 2007. Notes on Carl Schmitt, The Concept of the Political. En: Carl Schmitt. The Concept of the Political.The University of Chicago Press.Pg. 100 6 Strauss, Leo. 2007. Op. Cit. Pg.100 7 Viriasova, Inna. 2011. The Schmittian Political: Deciding on the Unpolitical. University of Western Ontario. Center for the Study of Theory and Criticism.Pg. 2 8 Sartori, Giovanni. 1987. Elementi di TeoriaPolitica. Bologna: IlMulino. Pg. 246 9 Bolsinger, Eckhard. 2001. The Autonomy of the Political. Greenwood Press. Pg. 30 10 Viriasova, I. 2011. Op. cit. Pg. 6 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 3 con la que inicia uno de sus textos clásicos, “el concepto de Estado presupone el concepto de lo político”, 11aunque el Estado liberalen Colombia, se haya constituido considerando mas conveniente el negar lo político.Negación de lo político para propiciar la fundación del Estado, no altera el hecho de que el Estado solo puede ser entendido desde la posición de lo político,12desde la comprensión de la naturaleza de sus conflictos y contradicciones políticas. Debe mencionarse que en su esfuerzo por redefinir la realidad conflictiva de la política, C. Schmitt consideró que el criterio o distinción básica de lo político,en el sentido de criterio,era el de amigo / enemigo. Para el autor “este representa el máximo grado de intensidad de una unión o separación, de una asociación o disociación, es la absoluta intensidad de la oposición constitutiva de lo político”13 y “representa la distinción política específica a la cual pueden ser reducidos las acciones políticas y los motivos” 14En este sentido, para Schmitt el enemigo es siempre público, porque se refiere a un agrupamiento de gente. Ello permite la creación de una unidad política de amigos.15 En la medida que la intensidad de cierta oposición crece, eventualmente puede alcanzar su máximo nivel, el de un amigo / enemigo, punto en el cual deja de ser una oposición ética, religiosa, o cualquier otra y se torna en una oposición política.16O en palabras del mismo Schmitt, “toda antítesis religiosa, moral, económica, ética se transforma en una antítesis política si es lo suficientemente fuerte para agrupar efectivamente los seres humanos de acuerdo con (la noción de ) amigo / enemigo”.17De lo que es posible concluir que cualquier oposición puede tornarse en política, puede darse un proceso de politización. Lo político, por tanto, no describe su esfera propia de substancia, sino solo una escala de intensidad de asociación o disociación. 1819 11 Schmitt, Carl. 1995. The Concept of the Political. The University of Chicago Press. Pg. 19 Strauss, Leo. 2007. Op. Cit. Pg. 100 13 Bolsinger, Eckhard. 2001. Op. cit. Pg. 31 14 Schmitt, Carl. 2007. The Concept of the Political. The University of Chicago Press. Pg. 26 15 Smolenski, Jan. 2012. Chantal Mouffevs Carl Schmitt: The Political, Democracy, and the Question of Sovereignty.Central European University, Budapest. Pg. 66 16 Viriasova, Inna. 2011. Op. cit. Pg. 6 17 Schmitt, Carl. 2007. Op. cit. Pg. 37 18 Bolsinger, Eckhard. 2001. Op. cit. Pg. 31 19 Nada es político, aunque todo puede ser politizado, tiene que ver con la reflexión hegeliana a la que Schmitt asignaba un significado político total y que tenía que ver con la frase de cantidad transformándose en calidad. Schmitt (2007:62) consideraba que “es una expresión del reconocimiento que desde todo dominio se alcanza el punto de lo político y con ello una nueva intensidad cualitativa de los agrupamientos humanos. El proceso de tal transformación se ejecuta a si mismo continuamente en el, asi llamado, autónomo y políticamente neutral, dominio económico”. En este sentido, y en referencia a la propiedad económica, Schmitt consideraba que cuando esta alcanza cierta cantidad, “obviamente se torna en poder social, ( omas correctamente en poder político ), propiété se torna en pouvoir, y lo que en un principio es solamente un antagonismo de clase económicamente motivado, se torna en una lucha de clases de grupos hostiles”. 12 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 4 A este respecto habría que señalar que, en tanto que para Schmitt la acción política contiene un elemento esencialmente antagonista, la interpretación de H. Arendt citada por H. Sluga es que “la acción política puede o puede no tener un carácter agonista, pero no es en esencia lo uno o lo otro. . . . . en contraste con Schmitt, ella cree en la posibilidad de formas positivas de amistad política no construidas sobre la división entre amigo y enemigo.” 20 En sentido similar se expresa Ch. Mouffe quien si bien acepta la premisa de Schmitt de que elconflicto constituye el corazón de la política, rechaza su separación radical entre amigos y enemigos. 21 Esta crítica a la negación de lo político, propia del liberalismo como ideología y movimiento de neutralizaciones y despolitizaciones del conflicto, habría de transformarse en la tesis básica de la cual dependió enteramente la polémica de Schmitt contra el liberalismo.22 Para el jurista alemán dicha tesis básica fue “el punto de partida para la elaboración de su concepto de lo político” Es relevante señalar que la negación de lo político habría de conducir a los procesos de despolitización que desde el régimen de democracia liberal se dio a todos los conflictos, expresiones de protesta, movimientos políticos agrarios del Caribe del siglo XIX y que mas tarde durante el siglo XX habrían de reflejarse en la manera como se refrendó en esta región el ejercicio violento del poder fundacional de la hacienda. En el marco de lo arriba expuesto, para la comprensión del devenirde la región Caribe durante esta etapa de las reformas liberales, este artículo analizará la manera como esta noción de la negación de lo político operó en la realidad y se articuló con otras nociones claves del planteamiento de Schmitt que contribuyen explicar y entenderla consolidación del régimen de hacienda en el Caribe colombiano. En este sentido, la primera parte estará dedicada a la revisión general de la implantación del liberalismo en Colombia; en la segunda parte se adelantará un análisis delas reformas liberales y las condiciones que permitieron dar vigencia a los poderes fundacionales de la hacienda en la región Caribe, su trascendencia para convertirse en la base política de estas sociedades; en la tercera parte se analizará la noción de la autonomía de lo político, como noción independiente, que tiene sus propias leyes, diferente de la moralidad, la economía, la religión;yse analizará el papel de la violencia como categoría independiente para explicar la negación de lo político, la vigencia de esos poderes fundacionales y la autonomía de lo político.Con ese trasfondo histórico, la consolidación de un régimen de haciendaen la Costa Caribe, fue unproceso en el cual en no pocas ocasiones la violencia se convirtió en la fuerza motriz del 20 Sluga, Hans. 2008. The Pluralism of the Political. From Schmitt to Arendt.Telos.Number 142.Spring. Pg. 105 21 Mouffe, Chantal. 2005. On the Political. Routledge, London, New York. Pg. 16 22 Schmitt, Carl. 2007. The Age of Neutralizations and Depoliticizations (1929). En: Carl Schmitt. The Concept of the Political.The University of Chicago Press. Pg. 80 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 5 mantenimiento de la estructura política que habría de acompañar tal régimencomo categoría independiente para entender la política. En relación con el concepto de poder fundacional que desarrolla Schmitt, el proceso de construcción de este poder a cargo de la clase hacendaria de la Costa Caribe, realizado en un entorno de atraso y relativo aislamiento de la región, ( se inició en el siglo XVI y le permitió a esta clase su consolidación en el siglo XIX, considerado como un período histórico de transición ) se analizará el alcance que esos procesos de lucha y ejercicio del poder fundacional, como fuerza motriz de la acción política, tuvieron en la persistencia del régimen de hacienda en la Costa Caribe al final del siglo XIX. II. Las Reformas Liberales en Colombia. 1850 – 1910 En sus orígenes el liberalismo en Europa surgió como el proyecto de la modernidad que tomó forma para confrontar la violencia que Hans Joas llamaba “el sueño de la modernidad sin violencia” y fue la respuesta del proyecto de la Ilustración a ese contexto de violencia, temor y conflicto que vivía el ciudadano en Europa. Una violencia que de manera primordial fue identificada con la violencia estatal y los abusos brutales de algunos agentes del Estado, de allí que el liberalismo, por sobre todo, estuviera interesado en el control y la limitación del poder del Estado. Violencia y coerción para el liberalismo eran ante todo inducidas por el Estado, por ello se puede decir que el liberalismo fue el elemento político de la Ilustración, el proyecto dirigido a frenar la muerte y la coerción. 23 En Colombia a partir del momento de la independencia y a diferencia de Europa, de lo que se trató fue de construir el Estado mismo, las instituciones política que le dieran forma en un entorno material, social, histórico, radicalmente diferente al de Europa. De allí el trasegar distinto que presentaron la creación, consolidación de las instituciones del liberalismo, la construcción de la democracia liberal durante el siglo XIX. La democracia liberal que trataban de construir las élites, su esfuerzo por institucionalizar la política, codificar, regular, dividir el poder político imbricado en una Constitución, un Congreso y el imperio de la ley, una política como técnica, como administración de las cosas, administración ordenada de un territorio, organización de los asuntos de acuerdo con la ley, 24 necesariamente chocaba con la realidad de un territorio cuyas administraciones locales, municipios, provincias, carecían de los recursos necesarios para disponer de una 23 Thorup, M. 2006. In Defense of Enmity.Critiques of Liberal Globalism.Ph. D Dissertation.Institute of Philosophy and the History of Ideas.Department of the History of Ideas.University of Arhus. Denmark. Pg. 10, 11, 14 24 Thorup. M. 2006. Op. cit. Pg. 52 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 6 burocracia mínima, una oferta de bienes públicos. En opinión de M. Palacios se estaba ante la tarea de “poner a funcionar una nación moderna en un país pobre, supersticioso, campesino, analfabeta y con baja densidad de población”.25 Sin embargo, la receptividad que esta ideología tuvo entre la minoría criolla que manejaba todos los hilos del poder en la Nueva Granada, y el hecho de que esta la avalara, permitió que fuera convertida en el referente del Estado y de la sociedad que se abría paso. 26 Es por ello que al afirmar que la independencia dejó intactos los cimientos de la sociedad colonial, 27 se puede inferir que el liberalismo no reñía con las estructuras de poder, los intereses de clase, la estratificación social y bien se puede afirmar que la ideología liberal reflejaba la imagen de sus intereses. El proyecto que traía consigo la democracia liberal, aunque su interpretación habría de convertirse en razón de enfrentamientos violentos entre las dos corrientes políticas fundamentales representadas en los movimientos radical y de regeneración, no habrían de cambiar el orden social heredado de la colonia, ni habrían de hacer de esta una sociedad necesariamente mas democrática. Ello en razón de la relación de carácter antagonista que entonces y ahora se presenta entre el marco general, el alcance y contenido de las instituciones liberales y la noción que se suele adoptar de democracia. Se entiende que a mayor democracia se tiende a eliminar necesariamente toda la estructura de despolitización característica del dominio ejercido por un estrecho estrato de la burguesía aislado de las demandas populares y esa interpretación de la democracia ha sido un proyecto que ha encontrado demasiada controversia en el país. 28En este sentido, para autores como Schmitt el liberalismo era la manifestación ideológica de la lealtad burguesa a los valores individuales de libertad y de la propiedad privada. 29 Fue esa la ideología que se trasplantó y no debe olvidarse que en su origen la realización de esos valores llevó al liberalismo a estructurar un pacto con el poder público contra el monarca absolutista quien siempre amenazaba estos valores. De allí que el liberalismo hiciera un pacto con la democracia y buscara exitosamente canalizar la democracia en el parlamentarismo. 30 Colmenares considera que la idea del radicalismo en Colombia era la de prescindir del Estado. 31 25 Palacios, Marco. 1999. Parábola del Liberalismo. Ed. Norma. Pg. 87 Colmenares, Germán. 1997. Op. cit. Pg. 14 27 Lynch, John. 1986. The Spanish American Revolution, 1808 – 1826. New York. Pg. 356 28 Mouffe, Chantal. 1999. The Challenge of Carl Schmitt. Ed Verso. Pg. 10 29 Dyzenhaus, David. 1994. “Now the Machine Runs Itself”: Carl Schmitt on Hobbes and Kelsen. Cardozo Law Review. Vol. 16:1. Pg. 3 30 Dyzenhaus, David. 1994. Op. cit. Pg. 3 31 Colmenares, Germán. 1997. Op. cit. Pg 8 26 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 7 Ello permite entender el por que el liberalismo como evento histórico ha sido considerado el heredero y el portaestandarte no solo de derechos y libertades, sino también de estructuras de poder y dominación, de explotación colonial y de clase, del odio mas que de la oposición al otro. 32 Por ello puede afirmarse que durante ese trecho del siglo XIX el liberalismo en Colombia se convirtió en un tipo de liberalismo colonial, es decir, bajo el supuesto establecimiento de la democracia liberal y sus instituciones, estas sociedades mantuvieron el orden social colonial, la estructura de privilegios, la hegemonía de la clase terrateniente, el ejercicio del poder y la representación política, la protección a sus privilegios, el orden y las relaciones sociales, la pobreza, el predominio urbano y la misma estructura elitista. Los trabajo seminales de un grupo de historiadores 33 alrededor del análisis de temas como la construcción de una nación moderna en medio de la pobreza, la superstición, el analfabetismo, el divorcio entre la modernización social económica y el arcaísmo de las instituciones, el predominio de los intereses del patrimonialismo localista y regionalista, las dificultades en la construcción de una administración pública moderna, el individualismo liberal, el desencuentro colombiano con el liberalismo, representan una fuente importante para profundizar en el conocimiento de la experiencia de la construcción de la democracia liberal y sus instituciones durante el siglo XIX. Sin embargo, menor ha sido el esfuerzo analítico y crítico desarrollado alrededor de la ideología liberal misma y de las contradicciones implícitas aparentes que como tal lleva dentro de si, cuyo efecto se percibe en las falencias en la construcción de la democracia en el país y en la distorsión de las intenciones y los esfuerzos de quienes han querido modernizar y construir sociedades auténticamente democráticas. De quienes han pretendido abrir la agenda para incluir los temas de toda la sociedad, la politización de todos los asuntos, que claro terminarán por aumentar la presión sobre el Estado. 34 Ha sido además una tarea académica que con cierta frecuencia ha optado por identificar el concepto de democracia liberal con toda su carga ideológica, filosófica de concepción del Estado y de la sociedad, con aquella propia del partido liberal colombiano, creado a mediados del siglo XIX. Lo que a menudo ha distorsionado y confundido la importancia de la ideología liberal en la organización del país. Dejan asi de lado el hecho de que los movimientos radical y de regeneración, de donde se originaron los dos partidos – liberal y conservador – surgieron inspirados en la ideología liberal y que las diferencias entre ellos 32 Strong, Tracy B. Foreword: Dimensions of the New Debate Around Carl Schmitt. En: Carl Schmitt. 2007. The Concept of the Political. The University of Chicago Press.Pg. XIX 33 Los siguientes autores tiene una extensa bibliografía al respecto: Marco Palacios, Jaime Jaramillo, MalcomDeas, Germán Colmenares, Jorge Orlando Melo. 34 Mouffe, Chantal. 1999. Op. cit Pg. 10 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 8 ha sido desde un comienzo, de matices, de representación de intereses, de clases y de grupos, pero que al final de cuentas los dos partidos se estructuraron con los principios de la ideología liberal. Radicales y regeneradores compartieron los valores centrales de lo que se suele llamar civilización occidental que en ese momento irradiaba de la cuenca noratlántica. 35 Es por ello que J. Jaramillo expresamente señala que los movimientos políticos que se originaron en mitad de siglo, básicamente tenían una orientación liberal. Aceptaban el sufragio universal como base del estado representativo, formalmente democrático; afirmaban la igualdad social rechazando los privilegios aristocráticos; tenían fe en el progreso social y tecnológico; sostenían la inviolabilidad de los derechos y libertades individuales como el derecho de propiedad, la libertad de expresión, la libertad comercial y el juicio penal conforme a leyes preestablecidas. Tampoco eran diferentes sus tesis económicas. Agrega además que la transformación de la sociedad rural no constituía una prioridad para estas élites, “hasta se abstenían de enfrentar problemas como el de la tierra y los derechos de las poblaciones rurales. Diferían en el planteamiento de las relaciones del Estado con la iglesia y en su actitud religiosa”. 36 En este sentido, dentro de las áreas en las que el análisis del liberalismo como fuerza histórica ha sido limitado y que son especialmente relevantes para el estudio de la implementación del liberalismo en Colombia, se hallan las siguientes: En primer lugar, la frecuencia con que los grupos pertenecientes a la burguesía liberal y conservadora, han optado por la negación de lo político y de la mentalidad política, en tiempos de conflicto y de tensión crecientes. Ha sido una actitud del liberalismo colombiano, que en tiempos de conflictos agrarios, sindicales, de protestas, no solo ha recurrido a la despolitización y neutralización de lo político, sino que ha sido una despolitización alimentada por los esfuerzos liberales de remplazar la política por la economía, la ley, la moralidad, o la simple descalificación de quienes se hallan envueltos en conflictos y revueltas. Por ello el liberalismo, como sueño de la modernidad sin violencia no ha pasado de ser un sueño y ni la democracia liberal ni la economía de mercado han superado esta conflictividad. El liberalismo colombiano ha pretendido usar ese tipo de despolitización para superar la violencia, la fuerza, la coerción, aunque no existe nada mas político que la despolitización y su pretensión de sacar los temas de la esfera política. Es política con el disfraz político.37 Ha sido la negativa a aceptar que los procesos de lucha y 35 Palacios Marco. La Regeneración ante el Espejo Liberal y su Importancia en el Siglo xx. En: Rubén Sierra (Ed). 2002. Miguel Antonio Caro y la Cultura de su Epoca.Colección sede (7). Universidad Nacional de Colombia, Bogotá Pg. 270 36 Jaramillo, Jaime. 1994. La Personalidad Histórica de Colombia. El Ancora Ed. Pg. 188 37 Thorup, Mikkel. 2006. Op. cit. Pg. 44, 55, 56 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 9 las estructuras de poder son la fuerza motriz de toda vida política. 38Ya desde la colonia se negaba la existencia del enemigo político. Es en últimas el rechazo del liberalismo a la democracia directa porque la considera peligrosa y porque bajo esta todo tiende a ser politizado. En segundo lugar, la negación de la conflictividad de lo político, entendido como el conflicto genuino entre enemigos. La negación del conflicto, la violencia, la coerción, la exclusión, han sido una postura que siempre ha estado presente en la vida política colombiana. Ello tiene que ver con la negativa a aceptar que la práctica liberal es coercitiva, aunque presente un rostro pacifista y es con este mismo argumento que se niega la conflictividad de lo político. De allí la gran diferencia entre la teoría y la práctica liberal. Es por ello que para Schmitt los antagonismos en política no se pueden borrar y considera que el conflicto es la categoría crucial de la política. Categoría que de manera implícita, una y otra vez han pretendido eliminar los representantes de las elites conservadora y liberal,mediante la estructuración dearreglos de carácter Frentenacionalista con los cuales compartir el poder y enfrentar asilas crisispolíticas periódicas de la historiade Colombia. En tercer lugar el papel de la violencia. A pesar de la inagotable literatura académica dedicada al análisis del papel de la violencia en el discurrir histórico de Colombia, no ha habido un desarrollo sostenido en la consideración de esta como una categoría independiente para comprender la política.Para entender el papel de esta en la política, al menos como amenaza, cuando esta entra a tener algún papel en los procesos de lucha y la intervención de las estructuras de poder en la confrontación política. De manera especial, también para entender también la manera sistemática como el Estado, vía la despolitización de las diversas causas, ha recurrido al uso de la violencia para enfrentar los conflictos con la sociedad civil. III. Reformas Liberales y Poder Fundacional en la Región Caribe En la región de la Costa Caribe, con su geografía de amplios espacios vacíos, de abundantes y espléndidas tierras y una precaria construcción del Estado, la adquisición de la tierra y la conquista del territorio durante las etapas tempranas de la colonia, configuraron el acto básico del poder fundacional 39 que dio origen a la hacienda y que en buena medida habría de definir el carácter de la estructura de dominación política y la 38 Bolsinger, Eckard. 2001. Op. cit. Pg. 44 Schmitt, Carl. 2006. The Nomos of the Earth, PublicumEuropaeum.TelosPress Publishing. 39 in the International Law of the Jus Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 10 organización de la jerarquía social en la región. Fueronel resultado del desarrollo y la complejidad alcanzada por este poder fundacional terrateniente, a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII. Fue un proceso mediado en no pocas ocasiones, por el uso de la violencia en contra de las poblaciones indígenas y el afán de apoderarse de su tierra, el que llevó a la clase hacendaria a enfrentar las instituciones que el estado colonial había creado para controlar la lucha por la propiedad de la tierra, especialmente para proteger las poblaciones de indígenas. Desde la colonia misma, la Corona, a través de los oficiales españoles y sus informes de visita, ya vislumbraba en esta expansión y consolidación territorial de la hacienda, un poder político en vías de consolidación. 40 Al respecto, estos informes frecuentemente criticaban la concentración de la tierra en pocas manos y reclamaban un sistema de distribución mas equitativo. 41 A pesar de lo cual, tales quejas no eran mas que formalidades y simplemente describían las consecuencias de una situación que había prevalecido a lo largo del período colonial. 42 Su permanencia en el tiempo, a pesar de no haber sido aceptada en un principio, le dió la necesaria continuidad para consolidarse como un orden político. Su legitimidad en la Costa Caribe, poco fue cuestionada y por el contrario, el apoyo del Estado y de la ley han tendido a favorecer y consolidar tal orden, a pesar de los conflictos latentes. 43 Para H. Tovar los hacendados fueron una figura prominente en las permanentes luchas por la tierra. Igual ocurrió con los mestizos y mulatos que vivían en los márgenes de los resguardos, además del Estado colonial que veía en las tierras de los indígenas una fuente fiscal potencial. 44Dicho accionar se remonta además, al período durante el cual se dio en Cartagena una voracidad por las tierras de la encomiendas, 1589 y 1631, de las cuales hubo 40 Schmitt (2007:62), en una elaboración del concepto Hegeliano del absoluto significado político de la cantidad convirtiéndose en cualidad,considera que “cuando alcanza cierta cantidad, la propiedad económica, por ejemplo, obviamente se convierte en poder social ( o mas correctamente, político) propieté se convierte en pouvoir, y lo que en principio es solamente un antagonismo de clase motivado económicamente, se convierte en una lucha de clases de grupos hostiles” 41 Tovar, Hermes. 1978. Agrarian Development in New Granada During the Eighteen Century. D. Phil Thesis. St Anthony’s College.Oxford University.England. Pg. 22 42 Tovar, Hermes. 1978. Op. Cit. Pg. 22 43 La reforma agraria en los años sesentas del siglo XX ha sido el reto de mas envergadura a esa legitimidad y a ese poder fundacional, por parte del campesinado. Sin embargo, debe reconocerse que aunque en un principio fue un movimiento por el Estado central, fue mas tarde un movimiento fallido, socavado desde el mismo Estado central por una alianza de élites agrarias de los partidos conservador y liberal. Fue un movimiento que representó una fractura excepcional de la relación entre las élites políticas regionales y el Estado central. 44 Tovar, Hermes. 1978. Op. Cit. Pg. 31, 35 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 11 254 en la costa Caribe, 45 y la tierra de los resguardos, y al hecho de que apartir de 1754, como en el caso de Cartagena y Santa Marta 46 se entregaron cientos de miles de hectáreas en cabeza de unas pocas personas. a. Poder Fundacional. Su Formación. Fue un reparto de tierras en ese siglo XVIII, con el cual se fue estructurando la inequidad en la distribución de la propiedad en la costa Caribe, distribución que ya desde entonces generaba descontento entre la población, dado el flagrante predominio de los intereses de las clases mejor acomodadas, muy bien reflejado en la queja de un campesino en relación con las concesiones territoriales hechas por el cabildo de Cartagena, quien al respecto señalaba que: “ . . . . . . . hacen tales mercedes sin la debida equidad y distributiva proporción pues profusamente se reparten entre los principales y ricos a los que se ha dado tanta porción de tierras que no pueden ni aun cultivarlas dejando sin ellas a los pobres que conforme a la piadosa mente del soberano y espíritu de la ley son también acreedores por lo que se ven estos precisados aconstituirse feudarios de los poderosos que gozan opulenta porción de tierra contribuyéndoles anual arrendamiento por la labranza que en su territorio hacen . . . . .” 47 El sistema colonial favorecería asi la formación de estas grandes propiedades y las administraciones sucesivas no harían nada que alterara este tipo de procesos.“De esta manera, a finales del siglo XVIII la estructura de la tenencia de la tierra en la Costa Caribe, pasó casi intacta al siglo XIX . . . . extensos latifundios . . . . . escaso número de familias criollas blancas. Favoreciendo asi la concentración de extensas propiedades en pocas manos . . . manejadas por esclavos y libres pobres . . ..titulados a grandes empresarios”. 48 Fue evidente la capacidad de esta clase hacendaria para mediar en favor de sus propios intereses, tanto durante la era del estado colonial, como durante el predominio del estado republicano a partir de la independencia. Ello permitió que esta clase se convirtiera en la recipiente de las mas grandes concesiones de tierras en los siglos XVIII y XIX. En tal sentido, H. Tovar muestra como a lo largo del siglo XVIII y mediante concesiones de 45 Fals, Orlando. 2002. Mompox y Loba. Historia Doble de la Costa. Universidad Nacional de Colombia. Banco de la República. El Áncora Editores. Pg. 38B 46 Sourdís, Adelaida. Ruptura del Estado Colonial y Tránsito Hacia la República. 1800 – 1850. En: Adolfo Meisel Roca. (Ed). 1994. Historia Económica y Social del Caribe Colombiano. Ediciones Uninorte. ECOE Ediciones. Pg. 217 47 Meisel Roca, Adolfo.Esclavitud, Mestizaje y Haciendas en la Provincia de Cartagena. 1533 – 1851. En: Gustavo Bell. 1988. (Comp) El Caribe Colombiano. Selección de Textos Históricos. Ediciones Uninorte. Pg. 121 48 Sourdís, Adelaida. 1994. Op. cit. Pg. 216 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 12 tierras, unas pocas familias de Cartagena y Santa Martha recibieron 260.000 hectáreas, aunque ello solo representó una parte de la cantidad de tierra legalizada en el siglo XVIII. 49 Las familias Maestre, Araujo, Mozo de la Torre, Mier, Madariaga, Tres Palacios, Díaz Granados, Hoyos, Amado, Flores Logoria, Valera y Sánchez, poderosas familias de la élite social de la Costa Caribe, legalizaron cerca de 130.000 hectáreas. Entre estas, las familias Mier con 100.000 hectáreas, la familia Madariaga con 20.000 hectáreas y Micaela Sanz con 50.000 hectáreas, entre ellas solas poseían mas de 170.000 hectáreas. De esta manera, “para finales siglo XVIII los grandes señores de las tierras serán casi todos criollos hijos de los colonizadores españoles, convertidos en nobles miembros de la aristocracia provincial residentes en las grandes mansiones de C/gena y Mompox”. 50 El siglo XVIII fue un siglo de expansión de la hacienda ganadera, de concentración de grandes extensiones de tierra y de grandes hatos. En la provincia de Cartagena 4 grandes propietarios tenían 33.000 cabezas de ganado. 51 Familias como los Campo, Riascos, de Mier, Pinedo, Noguera, Zúñiga, Abello, Díaz Granados, Dávila, Salcedo, de gran poder económico y político en la región, recibieron bonos territoriales en el Magdalena 1861 – 1874 y 1892 – 1931.52 En 1924 estaban pedidas 156.812 Has en adjudicación en el Departamento a cargo de las familias Dávila Pumarejo, Manjarrés, Muñoz, Otero, Daza.53 Ya desde entonces figuraban como los principales beneficiarios de adjudicación de tierras terratenientes, en su mayoría conservadores,militares veteranos de la guerra de los mil días y empresas extranjeras. 54 En el caso de la UnitedFruitCompany privilegió los terratenientes del Departamento del Magdalena. 55 Jaramillo considera que “la Costa Atlántica fue la región en donde la política de tierras de la corona española fue más propicia a la concentración de la propiedad y a la formación de grandes latifundios. Propietarios como don José Fernando de Mier, doña Micaela Saenz y don Andrés de Madariaga, el famoso Marqués de Pestagua, poseían en conjunto 150.000 hectáreas. Dado el ritmo lento de la evolución de la propiedad de la tierra entre nosotros y el conservadurismo de nuestra política agraria, con alguna disminución en la magnitud de las propiedades, el régimen colonial de propiedad se prolongó a través de la era republicana 49 Tovar, H. 1978. Agrarian Development in New Granada During the Eighteen Century. Op. Cit. Pg. 47 Múnera, Alfonso. 1994. Ilegalidad y Frontera. 1700 – 1800. En: Adolfo Meisel Roca. (Ed). 1994. Historia Económica y Social del Caribe Colombiano. Ediciones Uninorte. ECOE Ediciones. Pg. 128 51 Múnera, Alfonso. 1994. Op. Cit. Pg. 126, 127 52 Viloria de la Hoz, Joaquín. 2009. Op. Cit. Pg. 7 53 Viloria de la Hoz, Joaquín. 2009. Op. Cit. Pg. 48 54 Viloria de la Hoz, Joaquín. 2009. Historia Empresarial del Guineo. Empresas y Empresarios Bananeros en el Departamento del Magdalena. 1870 – 1930. Banco de la República. Centro de Estudios Económicos Agrarios. Cartagena No. 23. Pg. 55 Viloria de la Hoz, Joaquín. 2009. Op. Cit. Pg.2 50 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 13 y quizás se agravó con la “manguiancha” política de concesión de baldíos que practicaron nuestros gobiernos del siglo XIX, de manera que la concentración de la propiedad se mantuvo hasta fecha muy reciente y quizás se mantiene hasta nuestros días, a pesar de las reiteradas tentativas de nuestros gobiernos para hacer una verdadera reforma agraria”. 56 Toda vez que los intentos de transformación de la estructura de tenencia de la tierra adelantados durante el siglo XX por los regímenes de liberales de López Pumarejo y de Lleras Restrepo, no produjeron cambios de consideración, no ha sido sorprendente que para el año 2009, el índice Gini de propietarios entre los departamentos de la costa Caribe haya oscilado entre el 0,76 del departamento de Bolívar y el 0,86 del departamento de Córdoba. 57 b. Consolidación del Poder Fundacional. Factores Determinantes. A nivel de la sociedad mas amplia, ni el movimiento radical (1863 – 1885) ni el de la regeneración (1878 – 1885 – 1900) inspirados ambos en la ideología liberal, tuvieron dentro de su plataforma política el reformar la estructura jerárquica de la sociedad. La lucha por el poder entre estos grupos políticos, no debe ocultar el hecho de que no era ese tipo de reformas la razón del enfrentamiento. De un lado, como lo señala M. Palacios, en el caso de los radicales, el suyo fue un discurso clasista y su política conservadora y estamental, conformaron una nueva oligarquía a partir de 1850, mediante un Estado que en opinión del autor, “les aseguraba la mano de obra, la tierra y los requisitos mínimos de un orden social . . . . .un Estado que le daba legitimidad y cohesión a un sistema clasista opresivo”. 58 Por otro lado, el movimiento de la regeneración con su decidido esfuerzo de despolitización y la exclusión de la participación política de las masas, el carácter autoritario, centralista y reaccionario que caracterizó este régimen, no constituyó una mejor alternativa de transformación social. Al fin y al cabo las cambiantes relaciones de poder entre uno y otro movimiento político, solo apuntaban al cambio de leyes atinentes al manejo, administración y representación de intereses de cara al Estado mas que a reformas sociales de envergadura.Ante ese cuadro nacional,no cabría haber esperado transformaciones mas radicales en esas regiones apartadas y periféricas. Otro aspecto a considerar fue el hecho de las barreras geográficas y el de la muy precaria condición de articulación y organización política y económica de las regiones que llevaron a que el país no pudiera materializar la figura de un Estado nación. Fue una fragilidad que 56 Jaramillo, Jaime. 2002. Minidatos para la historia social y económica de la Costa Atlántica colombiana. Seminario sobre problemas sociales y políticos de la Costa Atlántica. Barranquilla Organizado por Armando Benedetti. 57 PNUD. 2011. Colombia Rural. Razones para la Esperanza. Informe Nacional de Desarrollo Humano. Colombia. Bogotá. Pg. 200 58 Palacios, Marco. 2002. La Clase mas Ruidosa. Ed. Norma Pg. 46, 49, 51 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 14 José María Rodríguez describe como “fragmentación crónica de la soberanía”, y va mas allá al afirmar que aun para los años de la década de 1930,por mas esfuerzos de la imaginación que se realizaran, Colombia no se había conformado como un Estado nación, y no podría fácilmente convertirse como tal, 59 lo que habría de contribuir a que las élites en la sociedad rural, hubiesen podido aislarse del impacto de los cambios políticos, cuya ocurrencia mas que todo tenía lugar entre los caudillos de los movimientos y en los escenarios de la disputa del poder como la distante Santa Fe de Bogotá.60 La Costa Caribe no era excepción a la descripción hecha por M. Palacios, en el sentido de que la historia decimonónica del país fue un mosaico de regiones y pequeñas ciudades ruralizadas, aisladas unas de otras.61Asi como en el siglo XIX Sincelejo, Corozal, Chinú se resentían por su aislamiento; para 1905 en la Costa Caribe apenas había dos municipios con mas de 20.000 habitantes, era una región de poblados dispersos; para 1915 a Valledupar la caracterizaba la simplicidad del estilo de vida de su población, cuyo ambiente era mas rural que urbano. Y para la primera mitad del siglo XX, el atraso de la región queda bien reflejado en la afirmación de E. Posada en el sentido de que “el transporte entre los pueblos de las sabanas costeñas, o donde no había una vía fluvial adecuada, permaneció reducido a los medios de tracción animal, caballos, mulas y burros”. 62F. Cubidesal referirse a la crónica penuria fiscal, habla del carácter desvertebrado del país y disperso de su poblamiento para mediados del siglo XIX. 63 Como en el resto del país colonial y republicano del siglo XIX, la Costa Caribe era una región casi despoblada, carente de vías, de tributación y por ende de capacidades fiscales, 64 lo que fue un obstáculo para la construcción de la estructura institucional a nivel local que hubiera hecho posible una mayor gobernabilidad, la provisión de bienes públicos, la consolidación de las instituciones de justicia, de policía que le hubieran permitido el ejercicio amplio del imperio de la ley y por ende la construcción de Estado. Asi como en Santa Marta, la escasez de población estaba asociada a la pobreza, Cartagena, Riohacha y Valledupar ciudad que en 1793 tenía 3,712 habitantes, eran lugares que cubrían 59 Rodríguez. José María. 2010. The City of Translation. Poetry and Ideology in Nineteen Century Colombia.TalgraveMacMillan. Pg. 52 60 Entre quienes hacen referencia a las barreras geográficas como factor determinante del fortalecimiento del regionalismo, de la dificultad para la articulación de un gobierno nacional, de la pobreza fiscal, se encuentran: Alfonso Múnera. 2008. El Fracaso de la Nación. Planeta.; Marco Palacios. 1999. Op. Cit.; Germán Colmenares. 1994. Op. Cit. Pg. 18 61 Palacios, Marco. 2002. Op. Cit. Pg. 128 62 Posada, Eduardo. 1998. El Caribe Colombiano. Una Historia Regional. 1780 – 1950. Banco de la República. El Ancora Editores. Op. cit. Pg. 206, 207, 298, 299 63 Cubides, Fernando. 2006. El Radicalismo y la Cuestión Militar. En: Rubén Sierra Mejía (Ed). 2006. ElRadicalismo Colombiano del Siglo XIX. Universidad Nacional de Colombia. Pg. 200 64 Posada, Eduardo. 1998. Op. Cit. Pg. 62; Marco Palacios. 2002. Op. cit. Pg. 31 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 15 vastas extensiones con muy poca población. Para el período 1870 – 1905 la población de la Costa Caribe era escasa y dispersa. 65 En el siglo XVIII solo el 15 % de la población vivía en ciudades y el 85 % en rochelas y caseríos. 66 Si además, se heredó de la colonia una fragmentación regional, con lo cual se hacía mas difícil la construcción de un Estado nacional. En regiones como la Costa Caribe era evidente que el Estado central no tuvo ni la capacidad fiscal ni la militar para imponer un control político sobre la región. 67 Por otro lado, ni el gobierno central ni las regiones contaron con los recursos económicos para la realización de proyectos de estandarización administrativa, económica o cultural, ni para la realización del control militar de las provincias o su control político. En un análisis de los problemas fiscales de Colombia en el siglo XIX M. Deas cita una frase de Ignacio Gutiérrez, quien a propósito de los reducidos ingreso de Estados como el de Bolívar y el del Magdalena en 1858 señalaba que “Que se podía esperar de gobiernos con tal limitación de ingresos? La mayor parte de ellos podía soportar solamente “un tren gubernativo tan modesto que acaso toca en miserable”.68 Esta población de las provincias de la periferia del Estado estaba compuesta por poblaciones que muy raramente habían sido sujetos del Estado, 69 y las suyas tambien podrían denominarse como estructuras políticas periféricas. De hecho A. Múnera considera que en vísperas de la independencia, las mismas élites caribeñas adolecían de control sobre la mayoría de los habitantes de la región.70 En esas condiciones, evitar el Estado, entre laspoblaciones afrocolombianas e indígenas de la Costa Caribe, fue a menudo en una real opción. 71 Menos aun tuvieron estas poblaciones la posibilidad del uso de la violencia para alterar esta estructura de poder existente en regiones como la de la Costa Caribe. Para A. Helg la dispersión de la población, la lentitud y dificultad de la comunicación y el resultante aislamiento de muchas comunidades, hicieron difícil la participación en una revuelta en esa 65 Sourdís, Adelaida. 1994. Ruptura del Estado Colonial y Tránsito hacia la República. 1800 – 1850. En: Adolfo Meisel Roca. ( Ed. ) 1994. Historia Económica y Social del Caribe Colombiano. Ediciones Uninorte. – ECOE Ediciones. Pg. 70; Eduardo Posada. 1994. Progreso y Estancamiento 1850 – 1950. En: Adolfo Meisel Roca. ( Ed. ) 1994. Historia Económica y Social del Caribe Colombiano. Ediciones Uninorte. – ECOE Ediciones. Pg.232, 233 66 Múnera, Alfonso. 1994. Op. cit. Pg. 119 67 Palacios, Marco. 2002. Op. cit. Pg. 31; René De la Pedraja. 1988. Pg 1 68 Deas, Malcom. 1993. Del Poder y la Gramática.TercerMundoEditores. Pg. 69, 86 69 Scott, James. 2009. The Art of not Being Governed. Yale University Press.Pg. 4, 7 70 Múnera, Alfonso. 1996. El Caribe colombiano en la república andina: Identidad y autonomía política en el siglo XIX .Boletín Cultural y Bibliográfico (Bogotá). Vol. 33, No. 41 (1996). p. 29-49 71 En una referencia a la importancia del cimarronismo (fenómeno colectivo de negros huidos, enmontados, ocultos de sus amos), Fals Borda (1979:52B) habla de la existencia en la provincia de Cartagena, de 33 pueblos de negros, de los cuales 21 eran palenques, entre 1599 y 1788,. Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 16 región. 72Violencia, lucha, poder que caracterizaron los enfrentamientos entre los diferentes grupos políticos del nivel nacional y que definen la especificidad de la política, 73 no estuvieron orientados a un cambio de la organización de la sociedad rural. La hacienda continuó siendo la unidad económica y origen de poder político fundamental y esta continua vigencia dentro de la sociedad Caribe ha sido su característica sobresaliente. Ello en contraste con la transformación que sufrió la hacienda de clima medio y frío de los Andes, caso la del Oriente de Cundinamarca, la que durante el prolongado período de las últimas décadas del siglo XIX y principios del siglo XX careció de los instrumentos para prevenir la movilidad de la fuerza de trabajo que entonces empezó a migrar a los Llanos Orientales y a la zona cafetera de Cundinamarca, atraída por los altos salarios. Migración que dio al traste con la vieja estructura de relaciones de clase que con base en el acuerdo de los tres días de obligación que tenían que pagar los arrendatarios a la hacienda, le había permitido acceder a una abundante oferta de fuerza de trabajo indígena y de arrendatarios. Unido a su incapacidad para crear empresas económicas rentables, y la debilidad de su estructura de poder hizo inevitable el desmembramiento de estas haciendas de los Andes, que terminaron en poder de sus antiguos arrendatarios, asi como la transformación de la jerarquía social y la pérdida de su poder político, como bien lo describe F. Bernal, a la par que la organización de la hacienda de la Costa Caribe, desde el siglo XVIII, a pesar de su heterogeneidad, presentaba una dinámica de consolidación geográfica, social y política. La independencia no trajo consigo demandas de cambio, ni reivindicaciones para los grupos menos privilegiados, ni cambios de la estructura del antiguo régimen. No fue una amenaza para estos y aun cuando se fueron aclimatando algunos de los principios del modelo liberal de Estado en el país a lo largo del siglo XIX, en estas sociedades de la costa Caribe este modelo liberal debió confrontar un mundo rural patriarcal, autoritario, patrimonial. De allí que los cambios no fueran significativos. A diferencia de USA o de Europa, no se verá en estas sociedades el ascenso de una burguesía modernizante, ni el ocaso de la clase terrateniente, ni la aparición de un proletariado, como lo fueron los cambios que habrían de dar forma a esa democracia liberal. c. Poder Fundacional. Poder Político. 72 Helg, Aline. 2004. Liberty and Equality in Caribbean Colombia. The University of North Carolina Press.Chapel Hill. Pg. 65 73 Bolsinger, Eckhard. 2001. OP. Cit. Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 17 Con la irrupción de la independencia en 1810, la clase hacendaria de la Costa Caribe, depositaria del poder fundacional que había venido constituyendo con la apropiación de la tierra y del territorio, 74 lejos de sufrir un debilitamiento, a lo largo de este siglo XIX experimentó la consolidación de su ejercicio del poder, del control de la acción política en la región. La actividad de este poder fundacional habría de garantizar la continua existencia de ese orden político. Puede decirse que en la medida en que el acto constituyente y sus principales decisiones institucionales permanezcan sin alteración, se puede hablar de continuidad del orden político. 75 Visto desde un nivel macro, a dicha consolidación contribuyó la repercusión que a nivel regional tuvieron los procesos políticos mas importantes del contexto nacional de este siglo XIX. Entre estos habría que comenzar por señalar que el liberalismo como la manifestación ideológica de la lealtad burguesa a los valores individuales de libertad y de la propiedad privada, 76 no reñía en absoluto con los intereses de la clase hacendaria del país que venía de la colonia y por supuesto tampoco con las ideas y las instituciones políticas de la clase hacendaria de regiones como la Costa Caribe. La ideología liberal con su marcado individualismo, su negación de la existencia del conflicto político y del Estado, 77 su defensa del statu quo, de la estructura social heredada de la colonia, interpretaba mejor que ninguna la defensa de los intereses de la clase terrateniente, de esa sociedad agudamente jerarquizada, como lo era la sociedad rural del Caribe. Defender el orden político representaba siempre proteger el orden fundacional y sus opciones básicas institucionales. Se entiende asi el por qué, radicalismo y regeneración, las fuerzas políticas protagónicas de la segunda mitad del siglo XIX, no hubieran considerado prioritaria la reforma de la arcaica estructura social de la sociedad rural colombiana que venía de la colonia. Asi fuera evidente su atraso, dentro del marco de intereses políticos de estos actores no estaba su transformación. Autores como M Palacios consideran que esta era una estructura esencialmente feudal. 78 Sin embargo, para J Jaramillo lo que existió en América fue un capitalismo colonial en el campo económico y un Estado centralizado e interventor en el político, todo lo contrario del poder feudal.79 De esta manera, si la reforma de la sociedad rural no fue planteada por esas fuerzas políticas, tampoco durante el siglo XIX se va a presenciar un enfrentamiento de clases, 74 Ver entre otros a: Marco Palacios. 2002. La Clase mas Ruidosa. Editorial Norma. Pg. 24; Hermes Tovar. 1978. Op. cit. 75 Bolsinger, Eckhard. 2001. Op. Cit. Pg. 24 76 Dyzenhaus, David. 1994. Op. Cit. Pg. 3 77 Algunos de los postulados y teorías que defendían los presupuestos de la bondad del hombre y que se oponían a la intervención del Estado, eran liberales. Ver: Carl Schmitt. 2007. Op. Cit. Pg. 60 78 Palacios, Marco. 1999. OP. Cit. Pg. 232 79 Jaramillo, Jaime. 1996. El Pensamiento Colombiano en el Siglo XIX. Ed. Planeta. Pg. 177 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 18 orientado a alterar las condiciones del poder fundacional que detentaban los hacendados, o alterar su control del poder político y de los medios de coerción. Por el contrario, como lo presenta Jaramillo, desde los inicios de la república se mantuvo el principio acorde con el cual el poder sigue a la propiedad de la tierra, y asi durante el período de formación del Estado llamado la Patria Boba (1810-1816), cargado de inestabilidad y de guerras civiles en el que cada provincia proclamaba sus autoridades, todas las Constituciones de la época “exigían la calidad de propiedad territorial o la posesión de una renta mínima para tener derecho a elegir o ser elegido en los comicios electorales”.80 Es decir, la condición de ciudadanía, principio fundamental del liberalismo, estaba ligada a la condición de la propiedad de la tierra, con lo cual de hecho los derechos implícitos en la condición de ciudadano se le negaba a todo ese conjunto de grupos sociales compuesto por campesinos, peones, agregados, aparceros, esclavos, terrasgueros, arrendatarios, palenqueros que conjuntamente con las élites agrarias conformaban la totalidad de esta sociedad rural de la Costa Caribe. 81 En el paso de la colonia a la república fue incorporada toda la estructura de instituciones construidas durante la colonia, para la definición de los derechos de propiedad sobre la tierra. Instituciones que reflejaban los intereses de sus principales usufructuarios, tanto en lo que tenía que ver con la definición de los derechos y titulación de baldíos, como con las limitaciones y la capacidad para presionar ante el Estado el acceso a la propiedad de los mismos. Instituciones formales e informales que claramente atentaban contra la capacidad de acceso a la propiedad de los indígenas, los esclavos, los campesinos pobres, los aparceros, los peones. Derechos de propiedad que fueron abiertamente injustos, privilegiaron a las élites y dieron origen a la inequitativa distribución de la tierra que aun hoy en día caracteriza a esta sociedad. Derechos de propiedad con muy poca protección del Estado, demasiada influencia política y precariedad de la institucionalidad necesaria para legitimarlos y para defenderlos. De allí que se van a imponer la mayor capacidad física y el uso de la violencia. De manera que el modelo liberal impuesto, podría considerarse como un modelo fundado en la “neutralidad”, el cual no contenía argumentos efectivos en contra del utilitarismo y otras justificaciones de la inequidad económica. En contraste con un liberalismo fundado en la “equidad” el cual estaba fundado en un compromiso positivo con la moralidad 80 81 Jaramillo, Jaime. 1996. Op. Cit. Pg. 154, 155 Jaramillo, Jaime. 1996. Op. cit Pg. 161 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 19 igualitaria y que dentro de los términos de esa moralidad proveía un contraste firme con la economía del privilegio que se impuso. 82 Ello se tradujo en que el poder constituyente y sus actividades se convirtieron en la base política y garantía del orden. O lo que considera Schmitt, en el sentido de que la existencia continua de un orden político depende de la presencia y actividad de su poder constituyente. 83 IV. Lo Político, su Autonomía y las Reformas Liberales en la Región Caribe. a. El Role de la Violencia Dado que el contenido y el alcance de las reformas liberales en Colombia, especialmente a nivel de las provincias, nunca fue radical en el sentido político, 8485y que es dentro de los alcances de esa premisa que se debe examinar el curso de las reformas liberales en la Costa Caribe, mas que pretender ahondar sobre el carácter y el impacto de tales reformas liberales, este análisis concentrará su atención sobre la esfera de lo político, sobre la forma que presentó la autonomía de lo político, su dinámica y características, no explicables desde la esfera de lo económico, como ha sido el intento del liberalismo en principio, sino desde la oposición central constitutiva de lo político, campesinos – terratenientes, que llevó a que el régimen de hacienda se consolidara y se impusiera a la débil corriente de las reformas liberales de ese período durante este siglo XIX. Para comprender dicho proceso, es necesaria la consideración de dos aspectos básicos. El primer aspecto, tiene que ver con el reconocimiento de laautonomía de la acción política, como argumento explicativo fundamental de la consolidación de la hacienda. Independientemente de su desempeño económico, es esa naturaleza autónoma la que explica el ejercicio del poder como el centro de la acción de la clase hacendaria en la Costa 82 Dworking, Ronald. 1983. Why Liberals Should Believe in Equality. New York Review of Books. February 3. 83 Bolsinger, Eckhard. 2001. Op. Cit. Pg 27, 28 Palacios (1999:234) habla del “Liberalismo por Omisión”, el cual hace referencia a “los orígenes de una autoridad política frágil que quiere centralizarse y se revela impotente en cuanto aparecen procesos incubados por la dinámica social: la pobreza, el cambio demográfico, el mestizaje . . .han impedido la emergencia plena de una autoridad estatal eficaz y obedecida”; Rodríguez (2010) también se refiere al tema de Liberalismo por Omisión. 85 Tomado del análisis de las corrientes continentales del liberalismo de Schmitt (2007:61) quien considera que “el liberalismo burgués nunca fue radical en el sentido político”. 84 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 20 Caribe. Su objetivo era consolidar su posición jerárquica, de preminencia en estas sociedades. Los procesos de lucha, la antítesis campesino – terrateniente, fueron las formas quinta esenciales del accionar político y de la naturaleza autónoma de la acción política desplegada. 8687 Schmitt y Lenin, tal como lo presenta Bolsinger (2001:50) “conciben la política en términos de violencia, lucha y poder, no existe política sin lucha y poder y no hay lucha y poder sin por lo menos la amenaza de violencia. Por tanto estos fenómenos definen la especificidad y la autonomía de la política como una actividad social y de relación sui generis”, y representan el foco central de su comprensión .Se presenta asi el uso de la violencia, como un instrumento para la negación de lo político, no se admite su existencia, e instrumento para la consolidación del poder fundacional del terrateniente. Es una forma de despolitización y neutralización de la protesta y los movimientos de campesinos, vecinos de aldeas, poblados, indígenas, aparceros, terrasgueros. Forma además, de negar lo político que en últimas se transforma en la forma mas clara del ejercicio de la política. El segundo de ellos y en contravía de la importancia primaria del fenómeno económico, 88 supuesto cardinal del liberalismo clásico y del marxismo, tiene que ver con la primacía de la acción política. Es un argumento que en la tradición del “realismo político”, se fundamenta en el hecho de que la acción política tiene una lógica separada de la economía o de la moralidad. Por tanto se distancia de la explicación económica como el eje y el argumento que quisiera erradicar lo político y remplazarlo por los argumentos económicos.Y además, las reformas políticas, como ya se analizó, eran centrales en la propuesta de reformas liberales. Tal enfoque debe conducir a una mejor comprensión del ejercicio del poder y de las luchas de esta clase hacendaria, como formas quintaesénciales de la acción política. Además de los procesos de lucha, la interpretación de esa acción política como una forma de interacción social y de relación y el uso de la violencia como elemento crucial de la naturaleza autónoma de la acción política, permite entender el desempeño de las élites rurales y su vocación de poder, que ya desde la misma colonia las hacía ingobernables. 86 Bolsinger, Eckard. 2001. Op. Cit. Pg. 49, 50 / Al referirse al papel de la violencia en la eliminación de la Constitución de 1848 en Francia, Marx (1977:26) señala que en su opinión esta “fue subsecuentemente eliminada por las bayonetas, y no debe olvidarse que de manera similar fue por las bayonetas, las que habrían de tornarse contra el pueblo, que tuvo que ser protegida en el vientre de su madre y por las bayonetas que tuvo que ser creada” 88 El enfoque económico hace énfasis en la primacía del desarrollo de las fuerzas productivas como condicionante de los procesos sociales, políticos e intelectuales del desarrollo del capitalismo. En últimas, ello representa la despolitización de todos estos procesos. 87 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 21 E n este sentido se debe tomar en consideración que la segunda parte de ese siglo XIX, fue un período de lucha intensa por el poder político en Colombia. Lucha mediada a menudo por el uso de la violencia. Expresión de ello fue la serie de guerras civiles ocurridas en los años de 1851; 1854; 1859 – 62; 1876 – 77; 1885; 1895; 1899 – 1902. 89 Fue en este ambiente de libertades y de confrontaciones políticas violentas que vivía el país, en el que las élites agrarias de la Costa Caribe buscaron la consolidación de su predominio políticoy del mantenimiento inalterado de las estructuras sociales. 90 Esto es todavía mas claro si se tiene en cuenta que la terrateniente fue una clase que el mismo régimen colonial fue incapaz de dominar, y al decir de A. Helg constituían feudos que se enfrentaron de manera consistente al Estado colonial. 91 Esta afirmación del poder de la clase hacendaria, su involucramiento en esa oposición campesino – terrateniente, constitutiva de lo político, desde un comienzo contó con el respaldo legal y los medios de coerción del Estado. Asi mediante el uso de la violencia, en municipios como Chinú, los hacendados expulsaron a los campesinos de sus propiedades, apresados los que se resistieron e incendiadas sus casas y pertenencias. Igual tratamiento sufrió la resistencia campesina en Loba, la Isla de Mompox con Palomino y Pinillos. 92 Para los años de 1880, al lado del hacendado estaba el Estado con piquetes de soldados, dispuestos a incendiar las propiedades y apresar y expulsar los campesinos de sus tierras y comunidades, como efectivamente lo hicieron a menudo. Ya desde el siglo XVIII el aparato represivo del Estado había mediado en este tipo de conflictos agrarios, las mas de las veces del lado del terrateniente. Formaba parte de la ofensiva latifundista que se había desatado en Colombia sobre la tierra de los resguardos 93 y esta se convirtió en la sociedad en la que el ganado expulsó al campesino, 94 en la que las tierras comunales, playones y ciénagas de uso de los campesinos, palenqueros, arrochelados, se comenzaron a perder con el alambre de púas 89 Posada Carbó, Eduardo. 1994. Elecciones y Guerras Civiles en la Colombia del Siglo XIX: La Campaña Presidencial de 1875. Journal of Latin American Studies. Vol 26, Part. 3. Cambridge UniversityPress 90 Fals Borda (1979:80B) considera que en el caso de los titulares de los mayorazgos de los Marquesados de Santa Coa y Torres Hoyos y sus descendientes, lo que se buscaba era “combinar la solvencia económica por el control de la tierra, con el poder político”. Y en el análisis de este tipo de explotación social – esclavista, concluye Fals Borda (1984:77B) que “de estas haciendas, a su vez, derivaba el poder político que quedó plasmado eventualmente en el poder estatal” 91 Helg, Aline. 2004. Op. Cit. Pg. 53 92 Fals Borda, Orlando. 1984. Resistencia en el San Jorge. Historia Doble de la Costa. Vol 3. Universidad Nacional de Colombia, Banco de la República, Ancora Ed. Pg. 100, 103, 107. 93 Fals Borda, Orlando. 1984. Op. Cit. Pg. 114, 115 94 Fals Borda, Orlando. 1987. Retorno a la Tierra. Historia Doble de la Costa. Volumen 4. Carlos Valencia Editores. Pg. 93 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 22 tendido por los hacendados alrededor de los años de 1880, 95 y la sociedad en donde los ejidos, resguardos y las encomiendas fueron violentamente ocupados por los terratenientes de la región. 96 Fue además un ejercicio del poder que no estuvo exento de conflictos aun entre las mismas fracciones de la clase dominante que componían la jerarquía social, como se deduce de los enfrentamientos producto de la codicia por la tierra entre estos grupos, tal como lo describe Fals Borda. 97Fue el uso de la violencia como la fuerza motriz para el mantenimiento de la estructura política, asi como se usa para su fundación y destrucción. 98 Por otro lado, en el desarrollo de esta oposición, campesino – terrateniente, el ejercicio de la violencia y del poder desplegado por la clase hacendaria no se originó en la necesidad de modernización de la estructura de producción o de la urgencia de transformar las relaciones sociales y disponer de abundante mano de obra asalariada. Como bien lo señala Jaramillo (1994:36) la Nueva Granada no conoció la economía de plantación como la conocieron Cuba, Brasil en el azúcar o Venezuela en el cacao, por lo que no se creó esa necesidad de incrementar la oferta de mano de obra y aún en el siglo XIX estas “haciendas ganaderas de la costa Atlántica, eran extensas en tierra, pero ocupaban escasos brazos y generalmente combinaban la agricultura, especialmente de caña, con la ganadería”. 99 En el mismo sentido, J. Bejarano cita los trabajos de H. Tovar en los que este se refiere al desarrollo lento y atrasado de la producción “frente a esos grandes y escandalosos ritmos de economías de plantación”.100 Fueron conflictos agrarios que mas allá de la codicia por la tierra, ganados y riquezas, su objetivo primordial fue el sometimiento de los campesinos, mediante la violencia y el despojo, a una condición de clase subyugada, marginal. De tal manera que lo relevante durante este período de la historia de la Costa Caribe, fue el uso generalizado de la fuerza y los medios de coerción del Estado por parte de los hacendados, quienes los utilizaron como fuerza motriz de la estructura política que estaban afianzando. Entendida la política como la lucha de clases, esta tomó la forma de un muy desigual enfrentamiento entre campesinos y terratenientes. Debe anotarse que las mas de las veces, no fueron enfrentamientos producto de una acción concertada de los campesinos en contra de la clase hacendaria. 101 Al decir de P. Oquist “a pesar de la debilidad del 95 Fals Borda, Orlando. 1987. Op. Cit. Pg. 95 Fals Borda, Orlando. 1987. Op. Cit. Pg. 27A 97 Fals Borda, Orlando. 1984. Op. Cit. Pg 78b, 138b, 146B 98 Bolsinger, Eckhardt. 2001. Pg. 50 99 Jaramillo, Jaime. 1963. Esclavos y Señores en la Sociedad Colombiana del siglo XVIII. Anuario Colombiano de Historia Social y de Cultura. Bogotá. 100 Bejarano, Jesús. 2011. Campesinado, Luchas Agrarias, e Historia Social en Colombia: Notas para un Balance Historiográfico. Antología Jesús Antonio Bejarano. Vol IV. Estudios de Historia e Historiografía. TomoPg. 53. I 101 Helg, Aline. 2004. Liberty and Equality in Caribbean Colombia. 1770 – 1835. The University of North Carolina Press.Pg. 67 considera que la población rural libre, de color, no llegó a formar movimientos fuertes 96 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 23 Estado y su verdadero colapso durante varias guerras civiles, casi nunca sucedieron levantamientos populares contra la autoridad de la clase dominante”. 102 Fue a tal tipo de sumisión en Colombia al que se refería el barón Gross, encargado de negocios de Francia en 1840, al afirmar: Qué esperar de una república en donde todo hombre llama amo a todo individuo mas blanco o mejor vestido que él. “Si mi amo” es la respuesta que se recibe a todas las órdenes que se dan, y esta respuesta no es una palabra vacía de sentido: el pobre indio obedece y cree hacer bien. La clase que se dice culta, aquella que ha destruido el poder monárquico para sustituir el suyo, no tiene ninguna instrucción, ningún sentimiento de moralidad, ningún principio de justicia. Su interés y sus pasiones son el solo móvil al cual obedece. Dispersa sobre un vasto territorio ejerce una influencia inmensa sobre los pueblos a los cuales dirige. 103 Y es en dicho sentido que la violencia debe ser considerada como uno de los elementos cruciales de la naturaleza autónoma de la política, con cuyo enfoque se interpreta la consolidación del poder de la clase hacendaria de la región Caribe en este estudio. 104 b. Primacía de la Acción Política En relación con la primacía de la acción política, debe dejarse establecido que la consolidación de un poder fundacional terrateniente, se convirtió en el hecho concreto que desde el siglo XVI definió la naturaleza del predominio del régimen de hacienda dentro de la esfera de lo político en la costa Caribe. Este es un hecho incontrastable que expresa la naturaleza de los comienzos en esta sociedad. De manera que establecer la naturaleza de lo político en esta sociedad, en el momento en el que se construía una nueva estructura de Estado, la democracia liberal, necesariamente exige el análisis del comportamiento del mencionado poder fundacional y del objetivo primordial buscado, la muy conveniente construcción y consolidación del poder de la clase hacendaria, en esa etapa temprana de la república. En este sentido, han sido diversas las interpretaciones dadas a las acciones de actores políticos concretos y de los efectos económicos de las mismas, que sin embargo no deberían ocultar los efectos políticos de estas. Al respecto,J Bejarano considera que en esa fase de expansión de la hacienda en la que esta tenía un dominio de la estructura social, económica y política de las zonas rurales, tal despliegue de apetito voraz por la tierra, no autónomos debido a la forma dispersa y distante de los centros de poder colonial directo y debido a las complejas relaciones de patronaje y protección mutuas. 102 Oquist, Paul. 1978. Violencia, Conflicto y Política en Colombia. Pg. 174, 175 103 . Tomado de: Germán Colmenares. 1997. Op. Cit. Pg. 7 104 Bolsinger, Eckard. 2001. Op. Cit. Pg. 50 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 24 tenía como objetivo aumentar la producción, cuanto imponer unas formas de dominación social.105 Aunque no es claro que el autor diera preminencia al argumento político, pues concluye quefue la economía la determinante de este tipo de transformaciones. Desde otro punto de vista, el historiador M. Palacios restringe lo político a la lucha por la tierra y considera que en la lucha por esta, no fue el liberalismo (léase radicalismo) sino el latifundio lo que salió fortalecido. Aunque, para este análisis, acertadamente concluye que “latifundismo y poder político quedaron fundidos en una sola pieza”. Lo cual le permite concluir que, contrario a lo planteado por Smith, Ricardo y Marx, el poder sería la fuente de la riqueza y de la propiedad privada, estableciendo asi el role clave de los efectos de la esfera de lo político sobre la distribución de la riqueza.106 En el caso concreto de la costa Caribe, la consolidación del poder fundacional terrateniente en esta etapa presentó dos procesos diferentes que se generaron de manera simultánea, el desarrollo de la hacienda ganadera y la transformación de las relaciones sociales. Si el segundo de estos puede considerarse que está ligado a la acción política de la hacienda, su relación con ese desarrollo material de la hacienda ganadera es un tanto compleja. En relación con los cambios en el tipo de relaciones sociales que habrían de acompañar la consolidación de la hacienda, un proceso generalizado fue el refugio del campesinado en formas salariales, luego de la pérdida de la tierra. 107 Terrajeros, arrendatarios, concertados y colonos, crecieron durante el siglo XIX, como formas salariales simples, en la medida en que se dio tal proceso de consolidación. Fue un cambio en las relaciones de poder que solo sirvió para consolidar el poder del hacendado. Pero no puede negarse que las reformas liberales atinentes a la organización social rural y a la utilización de la fuerza de trabajo al interior de la hacienda, tuvieron influencia en la estructuración de las relaciones sociales, aunque fue una influencia no exenta de complejidades por la forma como los hacendados los utilizaron para reafirmar su posición, no solo de cara al campesino, sino de cara a su propio interés. Tal fue el caso de la Ley nacional de emancipación (Abolición de la esclavitud, 1851), que había empezado a cumplirse en 1852. Los terratenientes se las arreglaron con leyes como la del 29 de mayo de 1842, sobre el concierto forzoso de manumisos, mas tarde llamado matrícula, para burlar la intención de la ley. Producto de la abolición de la esclavitud y del decreto de la libertad de vientres, por el cual los jóvenes libertos quedaban al servicio de los amos de sus madres hasta la edad de diez ocho años, lo que de hecho se dio fue su incorporación en una 105 Bejarano, Jesús. 2011. Op. Cit Pg. 67. Además de Bejarano, diferentes autores insisten en la necesidad que tenía la hacienda de crear formas de retener la mano de obra al interior de la hacienda. 106 Palacios, Marco. 1999. Op. Cit. Pg. 91 107 Fals Borda, Orlando. 1984. Op. Cit. Pg. 138B Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 25 relación llamada “peonaje por deuda” por medio de la cual y mediante engaños y falsa contabilidad, el concertado siempre quedó debiéndole dinero al hacendado, es decir, quedó envuelto en una relación diferente de esclavismo, relación de dependencia la que a menudo fue heredada por sus hijos. 108109 La mano de obra esclava también fue remplazada “por una compuesta por mestizos o “libres” quienes participaron en calidad de peones, arrendatarios o concertados. 110 El surgimiento del “peón libre asalariado” y del concierto, ya desde el siglo XVII, 111 permitieron a la hacienda de la costa Caribe disponer de mano de obra. El fin de la encomienda, debido entre otras razones a su debilidad, 112asi como a la competencia por la disponibilidad de mano de obra indígena en su interior, llevaron a la creación de nuevas instituciones a fin de responder a la demanda de mano de obra que tenía la hacienda para su expansión geográfica y su consolidación. Asi como con el aumento del mestizaje surgió el “peón libre asalariado”, con él aparecen el peonaje y el concierto como nuevas instituciones de utilización de la fuerza de trabajo libre en el siglo XVII, y con este último se buscó dirimir la disputa entre hacendados y encomenderos por el control de la mano de obra indígena. 113 Serían estas dos instituciones las que en los siglos XVII y XVIII permitirían a las haciendas tener acceso relativamente confiable a la fuerza de trabajo requerida. 114 Si ya de por si el peonaje y el concierto traslucían cierto poder de negociación, la organización de la producción campesina con sus redes de parentesco, de vecindad y de compadrazgo, permitieron que estos tuvieran mecanismos de resiliencia frente al mercado y frente a los conflictos que habrían de surgir con la expansión de las haciendas. Fueron estas condiciones las que permitieron imponer condiciones en la nueva institución de contratación de la mano de obra conocida como el avance, de plena vigencia en el siglo XX. 108 Fals, Borda, Orlando. 1984. Op. Cit. Pg. 139A Según Colmenares (1997:26,27) peonaje y condiciones ancestrales de vida tendieron a perpetuarse en regiones no aptas para el desarrollo de cultivos comerciales, intensos en el uso de mano de obra, y solo excepcionalmente en la Nueva Granada fue necesaria la abolición de la esclavitud para desplazar mano de obra del viejo latifundio a las nuevas empresas. 110 Múnera, Alfonso. 1994. Op. cit. Pg. 127 111 Ocampo, Gloria Isabel. 2007. La Instauración de la Ganadería en el Valle del Sinú: la Hacienda Marta Magdalena, 1881 – 1956. Ed. Universidad de Antioquia. Pg 230 112 Posada, Eduardo. 1999. El Regionalismo Político en la Costa Caribe de Colombia. En: Haroldo Calvo Stevenson y Adolfo Meisel Roca. 1999. El Rezago de la Costa Caribe Colombiana. Banco de la República, Fundesarrollo, Universidad del Norte, Universidad Jorge Tadeo Lozano. Pg. 339 113 Ocampo, Gloria Isabel. 2007. Op. cit. Pg. 230 114 De similar forma a como ocurría en la hacienda de clima frío, en la costa Caribe los arrendatarios a cargo de la producción agrícola pagaban sus alquileres con dinero o en especie; también los peones y los esclavos tenían a su cargo la producción agrícola del interior de las haciendas. 109 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 26 Por otro lado, la producción de tabaco, importante en la provincia de Cartagena, se dió en la región de los Montes de María a comienzos del siglo XIX, organizada en explotaciones en pequeña escala a cargo de productores campesinos. Esta no representó una opción económica viable para que el hacendado y el gran empresario comercializador del cultivo, se hicieran cargo de su producción. Fue por ello que este tipo de explotación familiar representó la forma más eficiente de organización social de la producción. La naturaleza de las relaciones sociales entre hacendados y campesinos no se transformó, ni el hacendado o “blanco” dejó de existir en el imaginario colectivo y en el predominio social, ni el acceso a la tierra de los sin tierra cambió ni trajo nuevas opciones de vida para estos, ni las reglas escritas y no escritas del poder cambiaron, ni los cambios trajeron consigo mayor representación política para el campesinado, mayor capacidad de negociación.Si bien las nuevas instituciones de uso de la mano de obra reflejaron en parte, la capacidad de negociación del asalariado, ello no trajo la desaparición del poder coercitivo del hacendado quien al interior de las haciendas recurrió al uso de muy diferentes formas de explotación de la mano de obra como peones, concertados, aparceros, terrasgueros y campesinos pobres sometidos a relaciones de carácter semi servil. 115 Por otro lado, el rol de la violencia y esa seguridad que da el ejercicio del poder, fue la que permitió no solo transformar las relaciones sociales, como efectivamente ocurrió, sino la aparición de actitudes individualistas, codiciosas y violentas que, al decir de O. Fals Borda, dieron lugar a la reproducción del machismo europeo y la aparición de la poligamia y la adopción de costumbres y deformidades tan antiliberales, como la compra de doncellas, muy propio de sociedades patriarcales.116 En relación con el auge económico de la hacienda ganadera costeña durante la segunda parte del siglo XIX, algunos analistas consideran que esta vivió su mejor época en la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. De acuerdo con E. Posada Carbó estos ciclos de desempeño fueron: 1878 – 1888; 1889 – 1906; 1916 – 1926.117A. Múnera considera que la segunda mitad del siglo XIX fue la edad de oro de la ganadería. 118 Para A. Flórez la expansión de la frontera ganadera en la costa Caribe, ocurrida en la segunda mitad del siglo XIX, fue responsable de la generación de un capital significativo en el desarrollo regional, y fue la fuerza dinámica clave durante gran parte de 115 Solano, Sergio Paolo. 2010. Status Jurídico del Trabajador no Calificado en el Caribe colombiano durante el Siglo XIX. Entre el Derecho Privado de Contratación y las Normas Punitivas. Universidad de Cartagena de Indias. Diálogos del Saber. Pg. 197 116 Fals Borda, Orlando. 1984. Pg. 146B 117 Viloria de la Hoz, Joaquín. 2001. Ganaderos y Comerciantes en Sincelejo 1880 – 1920. Cuadernos de Historia Empresarial. Centro de Investigaciones del Caribe Colombiano. Banco de la República. Cartagena de Indias. Pg. 31 118 Múnera, Alfonso. 1994. Op. Cit. Pg. 128 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 27 ese siglo. 119En igual sentido se expresa J. A. Ocampo al hacer un análisis exportaciones de ganado de la Costa Caribe durante el período analizado.120 de las Un mayor nivel de confianza en la solidez de su poder político, los cambios en las políticas proteccionistas 121 y las oportunidades existentes en el mercado, contribuyeron al establecimiento de las condiciones requeridas para este auge económico de la hacienda. Fue un claro ejemplo de la manera como la acción política impactó la economía, visión un tanto diferente al planteamiento contemporáneo de Acemoglu, 122 quien considera que es el poder económico, caso de la inequidad, el que engendra el poder político. Sin embargo, para S. Van Ausdal las divisiones al interior de la élite y la manera en que el poder operaba por medio de redes clientelistas y partidistas podían dejar a los terratenientes mas grandes con una limitada autoridad a nivel local. 123Aunque elejemplo que trae a colación sobre las dificultades de la familia antioqueña Ospina es poco relevante, toda vez que los integrantes de la migración de Antioquia al Departamento de Córdoba, desde el siglo XIX no se han distinguido por su interés en la participación en la política regional. Este afianzamiento del poder político del hacendado redujo al pequeño agricultor a una condición de clase subordinada, dedicada fundamentalmente a la producción de alimentos que en el caso de los Montes de María, a finales del siglo XVIII y principios del XIX, se hallaba dedicada a la producción de maíz, como fue el caso de los municipios de Ovejas, Chalán. 124 O dedicados a la agricultura en su condición de arrendatarios, por lo cual debían pagar terrajes en dinero, especies o trabajo por el usufructo de estas parcelas. Condición social que algunas comunidades ya habían tenido en el siglo XVII. Si en el nivel nacional, al ímpetu del espíritu civilista, liberal, una naciente burguesía de comerciantes buscó constituirse en poder real que contrastara con el poder caduco, dentro del marco republicano de los grandes propietarios terratenientes del sur de la república, poder que se apoyaba en la supervivencia de estructuras coloniales, 125 en la Costa Caribe esa no fue una división de clases tan clara y esa burguesía comercial y la clase terrateniente, ambas de larga tradición desde los días de la colonia, a menudo estuvo representada en la misma persona. Mientras Colmenares habla de la manera como se quebrantó el poder exclusivo de la vieja clase latifundista, del nuevo latifundio creado en virtud de las 119 Flórez Malagón, Alberto (Ed). 2008. El Poder de la Carne. Pontificia Universidad Javeriana. Pg. 43 Ocampo, José Antonio. 1984. Colombia y la Economía Mundial. 1830 – 1910. Siglo XXI Ed. Pg. 372 121 Ocampo, Jose Antonio. 1984. Op. Cit. considera que fue el impuesto a las exportaciones el causante del deterioro de estas. 122 Acemoglu, Daron. Economic power begets political power.TheEconomist, Jan 21st 2011 123 Van Ausdal, Shawn, 2009. Potreros, Ganancias y Poder. Una Historia Ambiental de la Ganadería en Colombia. 1850 – 1950. Historia Crítica Edición Especial. Bogotá, Noviembre 2009. Pg. 148 124 Múnera, Alfonso. 1994. Op. cit. Pg 130 125 Colmenares, Germán. 1997. Op. Cit. Pg. 20 120 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 28 reformas de 1850, 126 y de la clase comerciante convertida en latifundista, cambios importantes ocurridos en un contexto nacional, Fals Borda habla de la existencia en la Costa Caribe de una oligarquía con orígenes en el señorío y los grupos anteriores a la burguesía comercial, de la cual habría de surgir una burguesía comercial “emergente” y una de nuevos propietarios que explotarían el latifundio con fines de acumulación de capital.127 Pero en esta sociedad Caribe los conflictos entre fracciones de clase, a diferencia de lo señalado por Colmenares, tendían a desaparecer por la manera como los intereses de la burguesía comercial y terrateniente a menudo se fundían en la misma persona. Desde entonces, este llamado capitalismo de familia, patrimonialista y autoritario, ha evolucionado en el tiempo, y ha sido una de las instituciones económica y política que han definido el carácter del orden social y la organización de la vida política de esta sociedad. Por lo demás, en la medida de los cambios de esta sociedad, es un tipo de capitalismo en el que los contactos personales con los administradores del Estado han continuado siendo fundamentales, de estos se continúa esperando obtener siempre niveles altos de ganancia, aunque sigan conduciendo a la construcción de economías con un significativo bajo dinamismo y un marcado status quo en su organización social. Sin embargo, el recurrente uso de la violencia para prevalecer desde la esfera de lo político, lejos de haber consolidado un orden social estable, se ha convertido en fuente de conflictividad. Durante el siglo XIX fueron permanentes las disputasfruto de la oposición de campesinos y terratenientes.128En estos el uso de la violencia jugó a menudo un papel determinante en su resolución. La tierra ha sido el motivo de confrontación de los mayores conflictos que devastaron la sociedad rural durante los siglos XX y XXI, aunque el inestable predominio del terrateniente ha sido la fuente primordial del conflicto.La hacienda continua siendo la unidad económica predominante y sustento del poder fundacional y de su continua vigencia dentro de la sociedad Caribe. V. Conclusiones El eco de la negación de la inevitabilidad del conflicto en la vida política, hoy en día se refleja en la manera como diferentes voces proclaman la desaparición de la división política entre derecha e izquierda. Es el nuevo escenario en el que supuestamente las sociedades 126 Las reformas de 1850 tuvieron que ver con: reforma fiscal, como la supresión del diezmo y el estanco del tabaco, abolición de la esclavitud, la reforma agraria con la supresión definitiva de los resguardos o tierras que habían sido entregadas a los indígenas desde la época colonial, supresión de los ejidos, establecimiento del libre cambio. 127 Fals Borda, Orlando. 1984. Op. Cit. Pg. 138B, 141B 128 Para una descripción de la conflictividad alrededor de la propiedad de la tierra en la costa Caribe durante los siglos XIX y XX, ver Orlando Fals Borda Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 29 viven el proclamado fin de la historia que afirma F. Fukuyama.129Pero por otro lado, el liberalismo, muy en particular el tipo de liberalismo colonial que se impuso en la costa Caribe, percibió el conflicto en términos morales en ese siglo XIX y a comienzos del siglo XX. Bueno, malo, fue la forma de despolitizar los conflictos cada vez que campesinos, indígenas y afros protestaban por sus tierras, sus derechos. Este fue un argumento para recurrir al uso de la violencia. Violencia para negar la existencia de lo político y de paso consolidar el poder fundacional terrateniente. Fue la forma de despolitizar y neutralizar la protesta y los movimientos. Forma de negar lo político que en últimas se transforma en la forma mas clara del ejercicio político. Despolitización que no es la negación absoluta de lo político, sino una forma calculada de intentar perseguir la política por otros medios. 130 Aunque la clase hacendaria no era ajena al uso de la violencia, que ya por lo demás había utilizado en contra de las sociedades indígenas en el siglo XVIII durante la guerra de exterminio en contra de la población indígena de la Costa Caribe (Chimilas, Motilones, Guajiros), cuya única justificación fue la de arrebatarles la tierra que podía ser explotada comercialmente,131su utilización durante el período republicano en contra de las sociedades campesinas, si fue definitiva para su consolidación del poder y como lo habrá de presenciar esta sociedad, para defensa del mismo durante las últimas décadas del siglo XX. Como se presentó, mas que un apetito voraz por la tierra, su objetivo fue el de consolidar su poder en ese período de transición histórica. 132La utilización de la violencia fue un mero instrumento para asentar ese poder. Esta clase hacendaria no podía ser ajena a la lucha que todos los grupos emprendieron para salvaguardar su rol dentro de la democracia liberal y en los términos que ellos consideraban apropiado a sus intereses. La acción política no fue motivada por el deseo de riqueza, aunque eventualmente esta se traducía en mayor riqueza. Pero en general, y salvo excepciones, no primó una racionalidad capitalista en la organización y la explotación de las haciendas. Dentro del marco del devenir de esta clase hacendaria en el siglo XX, su resiliencia en buena medida se explica por los procesos de lucha desplegados en el ejercicio del poder, al 129 130 Fukuyama, Francis. 1989. The End of History. The National Interest Gelburd-Meyers, Jesse. 2009. Carl Schmitt and the Political Sphere.Telos Scope. The Telos Press Blog. Pg. 5 131 Tovar, Hermes. 1978. Op. Cit. Pg 24 La fuerza política del terrateniente para el período 1873 – 1930, a la vez que fue definitiva para impedir la formalización de los derechos de propiedad de los campesinos, permitió la apropiación a gran escala de la tierra por parte de empresarios y condujo a un incremento considerable en el número de los conflictos agrarios. Ver: Fabio Sánchez et al. 2008. Tierras, conflicto de tierras y el surgimiento de la economía exportadora en el siglo XIX en Colombia. CEDE. Facultad de Economía. Universidad de los Andes. 132 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 30 cual ha contribuido el uso de la violencia, factores fundamentales para entender la autonomía de la acción política. Ahora bien, constituir un régimen político particular, es uno de los actos políticos por excelencia, 133 y en este sentido, el poder fundacional terrateniente que venía consolidándosecomo poder político desde el siglo XVI, no se iba a quedar al margen de la constitución del nuevo régimen de democracia liberal. El liberalismo colonial de la sociedad rural de la costa Caribe, al inicio de los primeros lustros del siglo XX, fue el resultado histórico de los efectos producidos por un proceso político vivido en esta sociedad durante el siglo XIX. Un liberalismo colonial que dejó inalterados los cimientos de la sociedad colonial agraria y mantuvo asi el orden social colonial, la hegemonía, el ejercicio del poder y la representación políticade la clase terrateniente, la protección a sus privilegios, la pobreza, el predominio urbano y la misma estructura elitista. Las instituciones liberales políticas y económicas que en el mundo rural de sociedades como las de la Costa Caribe tuvieron tan pocoimpacto para controlar el predominio del latifundio y su ejercicio del poder, condujeron a la evolución hacia este tipo de liberalismo y a un modelo de democracia liberal excluyente cuyos postulados fundamentales llevaron a la negación constante de lo político, la despolitización constante del campesinado a fin de eliminarlo del debate democrático, cerrar el espacio a la posibilidad pública y producir la exclusión y el desconocimiento de los otros. Debe señalarse que como ideología, las reformas liberales no se convirtieron en fuerza que generara antagonismos entre el tipo de democracia que luchaban por establecer los diferentes movimientos políticos y la estructura de la organización política y social que desde la colonia caracterizaba las sociedades rurales regionales. Democracia liberal y régimen de hacienda no representaronconcepciones políticas antagónicas de organización de la sociedad, de allí que no se hubieran suscitado enfrentamientos de consideración alguna entre la clase hacendaria y quienes lideraban la construcción de la nueva democracia. De manera tal que a su condición de región marginal de los protagonismos políticos y de las confrontaciones partidistas mas importantes de este siglo XIX, a la democracia liberal en la región Caribe le caracterizó la conservación de estructuras agrarias atrasadas, 134sin alteración de las viejas estructuras de poder, en tanto que a nivel nacional las reformas liberales que promovían las fracciones políticas dominantes tenían como objetivo liquidar 133 Gelburd-Meyers, Jesse. 2009. Op. cit. Pg. 1 Gutiérrez, Francisco. 2007. Violent Liberalism? State, Conflict and Political Regime in Colombia, 1930 – 2006. Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales. Universidad Nacional de Colombia. Pg. 5 134 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 31 la estructura colonial de administración y mas aun, intención de los radicales.135 prescindir del Estado, como era la Habría que señalarse tambien, que el de la costa Caribe, fue un liberalismo colonia al que le caracterizó el problema de la inequidad que este trajo consigo. El postulado liberal de la igualdad que establece que toda persona, como persona, es inherentemente igual a cualquier persona, en el caso de estas sociedades no ha tenido mayor relevancia porque la igualdad solo puede existir a través de sus significados específicos, en esferas particulares. Por ejemplo, la igualdad política, la igualdad económica, la igualdad social, etc., 136 y en estos casos, ha sido visible el grado de desigualdad que estas sociedades han presentado en relación con los otros grupos sociales y la forma como las políticas públicas no han estado orientadas a reformar tales inequidades. R Silva en su análisis de la Encuesta Folclórica Nacional de 1942, describe los agudos niveles de miseria en que se encontraba la mayoría de la población campesina e indígena en Departamentos como Sucre, Bolívar,Córdoba, 137 los mismos que aún hoy en día, en conjunto con los departamentos del Pacífico, presentanlos mas agudos niveles de pobreza rural del país. Poblaciones de campesinos, indígenas y afrocolombianos, que no forman parte, ni son tratados como parte de una “substancia común”, como iguales, como deben ser tratados los ciudadanos. 138 Asi se iniciaba el siglo XX en esta sociedad Caribe, siglo que va a estar cruzado por los mas agudos períodos de violencia que jamás haya vivido esta sociedad, en contra de campesinos, comunidades afrocolombianas e indígenas, y durante el cual no presentará mayores cambios,la que bien puede llamarse una oligarquía de origen liberal consolidada durante la época republicana del siglo XIX. 135 Colmenares, Germán. 1997. Partidos Políticos y Clases Sociales. Tercer Mundo Editores. Pg. 16 Mouffe, Chantal.1997. Carl Schmitt and the Paradox of Liberal Democracy.Canadian Journal of Law and Jurisprudence.Vol. X, No. 1.Pg. 21 - 33 137 Silva, Renán. 2006. Sociedades Campesinas, Transición Social y Cambio Cultural en Colombia. Ed. La Carreta Histórica. 138 Schmitt, Carl. 1985. The Crisis of Parliamentary Democracy. MIT Press. Cambridge, MA. Pg. 9 136 Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 32