Liberalismo Colonial y Negación de lo Político. El Régimen de

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III Congreso Latinoamericano de Historia Económica y XXIII Jornadas de Historia Económica
Mesa general 9: Instituciones y Políticas Económicas
Liberalismo Colonial y Negación de lo Político. El Régimen de Hacienda
de la Región Caribe de Colombia. 1850 - 1910
Fernando Bernal Castillo. Ph.D
[email protected]
I. Introducción.
Luego de mas de cien años de vida republicana y de las reformas liberales que generaronla
transformación de la sociedad colonial, al despuntar los primeros lustros del siglo XX el
mundo rural de la Costa Caribe colombiana1se caracterizó por la vigencia de un poder
fundacional terrateniente, construido a lo largo de la era colonial mediante la conquista
1
Región agrícola y ganadera del norte de Colombia que cubre todo el borde costero con el Atlántico. Para el
año 2010 estaba compuesta por ocho (8) departamentos, con una extensión de 132.288 Km2 y una población
de 10’000.022 habitantes
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violenta de la tierra y el territorio, poder que desde entonces se convirtió en el pilar del
régimen de hacienda de la región Caribe.
Señores de la tierra y miembros influyentes de la estructura del poder político local y
regional, para comienzos del siglo XX la clase hacendaria de la costa Caribe mantenía su
predominio sobre la esfera de lo político a través de la imposición de unas estructuras
agrarias arcaicas para el control del campesinado, lo que contrastaba con la crisis de la
hacienda de algunas regiones de los Andes del país,2 que ante los cambios en la sociedad
mas amplia y la realidad de sus propias limitaciones para mantenersu predominio político,
ya para entonces daba señales del debilitamiento de su viejo control sobre la estructura de
la organización social y política de estas sociedades.
La del Caribe, fue la persistencia de un régimen de haciendadurante un período histórico a
lo largo del cual el país experimentó un mayor aliento en la
puesta en marcha de las
reformas liberales, emprendidas por las dos corrientes políticas dominantes que surgieron
al amparo de la ideología liberal en el país, el movimiento radical y el movimiento de la
regeneración. Reformas liberales centradas en áreas como la organización del Estado, la
representación política, la eliminación de la esclavitud, la organización de la economía, el
rol de la iglesia, la autonomía de las provincias, la propiedad de la tierra y el reparto de los
baldíos,etc., que sin embargo en la región Caribe, terminaron por dar lugar a un tipo de
liberalismo colonial, 3es decir, una democracia liberal que a pesar de las extensas reformas
que introdujo al régimen colonial, estas no transformaronel orden social colonial, ni la
hegemonía de la clase terrateniente en su ejercicio del poder y
por el contrario las élites
regionales habrían de tener una influencia marcada en la consolidación de las instituciones
de representación y del imperio de la ley. Tampoco transformaron la estructura y los
privilegios de las clases altas, ni la estructura de relaciones sociales, ni se afectaron los
niveles de pobreza, el predominio urbano y el carácter excluyente de la jerarquía social.
Fue elde la costa Caribe un liberalismo colonial,que al igual que la democracia liberal
misma adoptada en el resto del país, le caracterizóla que Carl Schmitt 4 consideró una
2
Bernal, Fernando. 1985. The Sociology of Economic Life. Eastern Cundinamarca. Colombia. D. Phil Thesis.
Pembroke College.Oxford University. Oxford, England.
3
Carl Schmitt (2007) considera que en relación con los estadios históricos, siempre se puede dar una
pluralidad diversa de estos coexistiendo dentro de una sociedad. “Gente de la misma edad, en el mismo país,
inclusive en la misma familia, vive junta en diferentes estadios”. Es por ello que se puede hablar del
liberalismo colonial de la costa Caribe, aunque no necesariamente fuese esta la característica general de la
democracia liberal impuesta en las demás regiones del país durante el período de análisis.
4
Carl Schmitt, jurista alemán nacido en 1888 y muerto en 1985, crítico de la democracia liberal como una
ideología que niega lo político, despolitiza y niega el conflicto, produjo una muy extensa y rica obra de libros
y ensayos, la que hoy en día tiene muy importantes desarrollos en la academia anglosajona especialmente.
Entre los libros mas consultadosestán, The Concept of the Political, Political Theology, The Nomos of the
Earth, Theory of the Partisan, The Leviathan in the State Theory of Thomas Hobbes.
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contradicción fundamental, lanegación de lo político. La negación de la inevitabilidad del
conflicto en la vida política. Una contradicción determinante,que aun admitiendo que el
liberalismo fue “el movimiento en el que el espíritu moderno ganó su mayor
eficacia”,5talnegación de lo políticohabría de afectar el carácter reformador de esta doctrina
política. Aunque debe precisarse que ello no representó la eliminación misma de lo
político por parte de la ideología liberal, sino la negación de la comprensión de lo
político.Y como lo señala L. Strauss el liberalismo no buscó acabar lo político de la faz de
la tierra, sino solo ocultarlo. 6 Esto en últimas implicó la negación dela naturaleza
conflictiva de la realidadpolítica yla eliminación de la posibilidad misma del conflicto
dentro del trascurrir político de la sociedad. Negación conveniente que,como se verá mas
adelante, habrá de ser utilizada por el Estado y la clase hacendaria para facilitar la
consolidación del régimen hacendario en la región Caribe, bajo los términos de esa
particular forma de liberalismo.
Y en este sentido, al rechazar esta negación de lo político y establecer lo político como
concepto central de la teoría del Estado, C. Schmitt buscó no solo la repolitización de la
realidad a través de la reintroducción del conflicto en la vida política, sino también la
afirmación de la autonomía de lo político como noción independiente basada en la
especificidad de sus criterios. 7A este respecto, G. Sartori considera que la autonomía de la
política no debe ser entendida en un sentido absoluto, sino relativo. Y cita cuatro problemas
conectados con la tesis de la autonomía: 1. La política es diferente de la moral, la religión,
la economía, etc.,; 2. La política es independiente; i.e., sigue sus propias leyes; 3. La
política es autosuficiente, i.e., suficiente para explicarse a si misma; 4. La política puede ser
causa primaria de otras acciones sociales. 8
Con el fin de establecer una mayor claridad analítica, Schmitt redefinió dicha teoría
estableciendo que lo político no se puede equiparar con lo estatal, o en otras palabras, lo
político no está limitado por la esfera del Estado, y de hecho no resulta limitado por nada,
es un área separada y cruza todos los dominios.9I. Viriasova añade que “es una nueva
totalidad abierta que nunca puede terminarse o cerrarse”.10Con su rechazo de la
identificación de lo político con la esfera del Estado y sus instituciones, Schmitt pretendía
demostrar que lo político no estaba limitado o subordinado al Estado, de allí la afirmación
5
Strauss, Leo. 2007. Notes on Carl Schmitt, The Concept of the Political. En: Carl Schmitt. The Concept of
the Political.The University of Chicago Press.Pg. 100
6
Strauss, Leo. 2007. Op. Cit. Pg.100
7
Viriasova, Inna. 2011. The Schmittian Political: Deciding on the Unpolitical. University of Western Ontario.
Center for the Study of Theory and Criticism.Pg. 2
8
Sartori, Giovanni. 1987. Elementi di TeoriaPolitica. Bologna: IlMulino. Pg. 246
9
Bolsinger, Eckhard. 2001. The Autonomy of the Political. Greenwood Press. Pg. 30
10
Viriasova, I. 2011. Op. cit. Pg. 6
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con la que inicia uno de sus textos clásicos, “el concepto de Estado presupone el concepto
de lo político”, 11aunque el Estado liberalen Colombia, se haya constituido considerando
mas conveniente el negar lo político.Negación de lo político para propiciar la fundación del
Estado, no altera el hecho de que el Estado solo puede ser entendido desde la posición de lo
político,12desde la comprensión de la naturaleza de sus conflictos y contradicciones
políticas.
Debe mencionarse que en su esfuerzo por redefinir la realidad conflictiva de la política, C.
Schmitt consideró que el criterio o distinción básica de lo político,en el sentido de
criterio,era el de amigo / enemigo. Para el autor “este representa el máximo grado de
intensidad de una unión o separación, de una asociación o disociación, es la absoluta
intensidad de la oposición constitutiva de lo político”13 y “representa la distinción política
específica a la cual pueden ser reducidos las acciones políticas y los motivos” 14En este
sentido, para Schmitt el enemigo es siempre público, porque se refiere a un agrupamiento
de gente. Ello permite la creación de una unidad política de amigos.15 En la medida que la
intensidad de cierta oposición crece, eventualmente puede alcanzar su máximo nivel, el de
un amigo / enemigo, punto en el cual deja de ser una oposición ética, religiosa, o cualquier
otra y se torna en una oposición política.16O en palabras del mismo Schmitt, “toda antítesis
religiosa, moral, económica, ética se transforma en una antítesis política si es lo
suficientemente fuerte para agrupar efectivamente los seres humanos de acuerdo con (la
noción de ) amigo / enemigo”.17De lo que es posible concluir que cualquier oposición
puede tornarse en política, puede darse un proceso de politización. Lo político, por tanto, no
describe su esfera propia de substancia, sino solo una escala de intensidad de asociación o
disociación. 1819
11
Schmitt, Carl. 1995. The Concept of the Political. The University of Chicago Press. Pg. 19
Strauss, Leo. 2007. Op. Cit. Pg. 100
13
Bolsinger, Eckhard. 2001. Op. cit. Pg. 31
14
Schmitt, Carl. 2007. The Concept of the Political. The University of Chicago Press. Pg. 26
15
Smolenski, Jan. 2012. Chantal Mouffevs Carl Schmitt: The Political, Democracy, and the Question of
Sovereignty.Central European University, Budapest. Pg. 66
16
Viriasova, Inna. 2011. Op. cit. Pg. 6
17
Schmitt, Carl. 2007. Op. cit. Pg. 37
18
Bolsinger, Eckhard. 2001. Op. cit. Pg. 31
19
Nada es político, aunque todo puede ser politizado, tiene que ver con la reflexión hegeliana a la que Schmitt
asignaba un significado político total y que tenía que ver con la frase de cantidad transformándose en
calidad. Schmitt (2007:62) consideraba que “es una expresión del reconocimiento que desde todo dominio se
alcanza el punto de lo político y con ello una nueva intensidad cualitativa de los agrupamientos humanos. El
proceso de tal transformación se ejecuta a si mismo continuamente en el, asi llamado, autónomo y
políticamente neutral, dominio económico”. En este sentido, y en referencia a la propiedad económica,
Schmitt consideraba que cuando esta alcanza cierta cantidad, “obviamente se torna en poder social, ( omas
correctamente en poder político ), propiété se torna en pouvoir, y lo que en un principio es solamente un
antagonismo de clase económicamente motivado, se torna en una lucha de clases de grupos hostiles”.
12
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A este respecto habría que señalar que, en tanto que para Schmitt la acción política contiene
un elemento esencialmente antagonista, la interpretación de H. Arendt citada por H. Sluga
es que “la acción política puede o puede no tener un carácter agonista, pero no es en
esencia lo uno o lo otro. . . . . en contraste con Schmitt, ella cree en la posibilidad de formas
positivas de amistad política no construidas sobre la división entre amigo y enemigo.” 20 En
sentido similar se expresa Ch. Mouffe quien si bien acepta la premisa de Schmitt de que
elconflicto constituye el corazón de la política, rechaza su separación radical entre amigos y
enemigos. 21
Esta crítica a la negación de lo político, propia del liberalismo como ideología y
movimiento de neutralizaciones y despolitizaciones del conflicto, habría de transformarse
en la tesis básica de la cual dependió enteramente la polémica de Schmitt contra el
liberalismo.22 Para el jurista alemán dicha tesis básica fue “el punto de partida para la
elaboración de su concepto de lo político” Es relevante señalar que la negación de lo
político habría de conducir a los procesos de despolitización que desde el régimen de
democracia liberal se dio a todos los conflictos, expresiones de protesta, movimientos
políticos agrarios del Caribe del siglo XIX y que mas tarde durante el siglo XX habrían
de reflejarse en la manera como se refrendó en esta región el ejercicio violento del poder
fundacional de la hacienda.
En el marco de lo arriba expuesto, para la comprensión del devenirde la región Caribe
durante esta etapa de las reformas liberales, este artículo analizará la manera como esta
noción de la negación de lo político operó en la realidad y se articuló con otras nociones
claves del planteamiento de Schmitt que contribuyen explicar y entenderla consolidación
del régimen de hacienda en el Caribe colombiano. En este sentido, la primera parte estará
dedicada a la revisión general de la implantación del liberalismo en Colombia; en la
segunda parte se adelantará un análisis delas reformas liberales y las condiciones que
permitieron dar vigencia a los poderes fundacionales de la hacienda en la región Caribe, su
trascendencia para convertirse en la base política de estas sociedades; en la tercera parte se
analizará la noción de la autonomía de lo político, como noción independiente, que tiene
sus propias leyes, diferente de la moralidad, la economía, la religión;yse analizará el papel
de la violencia como categoría independiente para explicar la negación de lo político, la
vigencia de esos poderes fundacionales y la autonomía de lo político.Con ese trasfondo
histórico, la consolidación de un régimen de haciendaen la Costa Caribe, fue unproceso en
el
cual en no pocas ocasiones la violencia se convirtió en la fuerza motriz del
20
Sluga, Hans. 2008. The Pluralism of the Political. From Schmitt to Arendt.Telos.Number 142.Spring. Pg.
105
21
Mouffe, Chantal. 2005. On the Political. Routledge, London, New York. Pg. 16
22
Schmitt, Carl. 2007. The Age of Neutralizations and Depoliticizations (1929). En: Carl Schmitt. The
Concept of the Political.The University of Chicago Press. Pg. 80
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mantenimiento de la estructura política que habría de acompañar tal régimencomo categoría
independiente para entender la política.
En relación con el concepto de poder fundacional que desarrolla Schmitt, el proceso de
construcción de este poder a cargo de la clase hacendaria de la Costa Caribe, realizado en
un entorno de atraso y relativo aislamiento de la región, ( se inició en el siglo XVI y le
permitió a esta clase su consolidación en el siglo XIX, considerado como un período
histórico de transición ) se analizará el alcance que esos procesos de lucha y ejercicio del
poder fundacional, como fuerza motriz de la acción política, tuvieron en la persistencia del
régimen de hacienda en la Costa Caribe al final del siglo XIX.
II. Las Reformas Liberales en Colombia. 1850 – 1910
En sus orígenes el liberalismo en Europa surgió como el proyecto de la modernidad que
tomó forma para confrontar la violencia que Hans Joas llamaba “el sueño de la modernidad
sin violencia” y fue la respuesta del proyecto de la Ilustración a ese contexto de violencia,
temor y conflicto que vivía el ciudadano en Europa. Una violencia que de manera
primordial fue identificada con la violencia estatal y los abusos brutales de algunos agentes
del Estado, de allí que el liberalismo, por sobre todo, estuviera interesado en el control y la
limitación del poder del Estado. Violencia y coerción para el liberalismo eran ante todo
inducidas por el Estado, por ello se puede decir que el liberalismo fue el elemento político
de la Ilustración, el proyecto dirigido a frenar la muerte y la coerción. 23
En Colombia a partir del momento de la independencia y a diferencia de Europa, de lo que
se trató fue de construir el Estado mismo, las instituciones política que le dieran forma en
un entorno material, social, histórico, radicalmente diferente al de Europa. De allí el
trasegar distinto que presentaron la creación, consolidación de las instituciones del
liberalismo, la construcción de la democracia liberal durante el siglo XIX.
La democracia liberal que trataban de construir las élites, su esfuerzo por institucionalizar
la política, codificar, regular, dividir el poder político imbricado en una Constitución, un
Congreso y el imperio de la ley, una política como técnica, como administración de las
cosas, administración ordenada de un territorio, organización de los asuntos de acuerdo con
la ley, 24 necesariamente chocaba con la realidad de un territorio cuyas administraciones
locales, municipios, provincias, carecían de los recursos necesarios para disponer de una
23
Thorup, M. 2006. In Defense of Enmity.Critiques of Liberal Globalism.Ph. D Dissertation.Institute of
Philosophy and the History of Ideas.Department of the History of Ideas.University of Arhus. Denmark. Pg.
10, 11, 14
24
Thorup. M. 2006. Op. cit. Pg. 52
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burocracia mínima, una oferta de bienes públicos. En opinión de M. Palacios se estaba ante
la tarea de “poner a funcionar una nación moderna en un país pobre, supersticioso,
campesino, analfabeta y con baja densidad de población”.25 Sin embargo, la receptividad
que esta ideología tuvo entre la minoría criolla que manejaba todos los hilos del poder en la
Nueva Granada, y el hecho de que esta la avalara, permitió que fuera convertida en el
referente del Estado y de la sociedad que se abría paso. 26
Es por ello que al afirmar que la independencia dejó intactos los cimientos de la sociedad
colonial, 27 se puede inferir que el liberalismo no reñía con las estructuras de poder, los
intereses de clase, la estratificación social y bien se puede afirmar que la ideología liberal
reflejaba la imagen de sus intereses.
El proyecto que traía consigo la democracia liberal, aunque su interpretación habría de
convertirse en razón de enfrentamientos violentos entre las dos corrientes políticas
fundamentales representadas en los movimientos radical y de regeneración, no habrían de
cambiar el orden social heredado de la colonia, ni habrían de hacer de esta una sociedad
necesariamente mas democrática. Ello en razón de la relación de carácter antagonista que
entonces y ahora se presenta entre el marco general, el alcance y contenido de las
instituciones liberales y la noción que se suele adoptar de democracia. Se entiende que a
mayor democracia se tiende a eliminar necesariamente toda la estructura de despolitización
característica del dominio ejercido por un estrecho estrato de la burguesía aislado de las
demandas populares y esa interpretación de la democracia ha sido un proyecto que ha
encontrado demasiada controversia en el país. 28En este sentido, para autores como Schmitt
el liberalismo era la manifestación ideológica de la lealtad burguesa a los valores
individuales de libertad y de la propiedad privada. 29 Fue esa la ideología que se
trasplantó y no debe olvidarse que en su origen la realización de esos valores llevó al
liberalismo a estructurar un pacto con el poder público contra el monarca absolutista quien
siempre amenazaba estos valores. De allí que el liberalismo hiciera un pacto con la
democracia y buscara exitosamente canalizar la democracia en el parlamentarismo. 30
Colmenares considera que la idea del radicalismo en Colombia era la de prescindir del
Estado. 31
25
Palacios, Marco. 1999. Parábola del Liberalismo. Ed. Norma. Pg. 87
Colmenares, Germán. 1997. Op. cit. Pg. 14
27
Lynch, John. 1986. The Spanish American Revolution, 1808 – 1826. New York. Pg. 356
28
Mouffe, Chantal. 1999. The Challenge of Carl Schmitt. Ed Verso. Pg. 10
29
Dyzenhaus, David. 1994. “Now the Machine Runs Itself”: Carl Schmitt on Hobbes and Kelsen. Cardozo
Law Review. Vol. 16:1. Pg. 3
30
Dyzenhaus, David. 1994. Op. cit. Pg. 3
31
Colmenares, Germán. 1997. Op. cit. Pg 8
26
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Ello permite entender el por que el liberalismo como evento histórico ha sido considerado
el heredero y el portaestandarte no solo de derechos y libertades, sino también de
estructuras de poder y dominación, de explotación colonial y de clase, del odio mas que de
la oposición al otro. 32 Por ello puede afirmarse que durante ese trecho del siglo XIX el
liberalismo en Colombia se convirtió en un tipo de liberalismo colonial, es decir, bajo el
supuesto establecimiento de la democracia liberal y sus instituciones, estas sociedades
mantuvieron el orden social colonial, la estructura de privilegios, la hegemonía de la clase
terrateniente, el ejercicio del poder y la representación política, la protección a sus
privilegios, el orden y las relaciones sociales, la pobreza, el predominio urbano y la misma
estructura elitista.
Los trabajo seminales de un grupo de historiadores 33 alrededor del análisis de temas como
la construcción de una nación moderna en medio de la pobreza, la superstición, el
analfabetismo, el divorcio entre la modernización social económica y el arcaísmo de las
instituciones, el predominio de los intereses del patrimonialismo localista y regionalista,
las dificultades en la construcción de una administración pública moderna, el
individualismo liberal, el desencuentro colombiano con el liberalismo, representan una
fuente importante para profundizar en el conocimiento de la experiencia de la construcción
de la democracia liberal y sus instituciones durante el siglo XIX.
Sin embargo, menor ha sido el esfuerzo analítico y crítico desarrollado alrededor de la
ideología liberal misma y de las contradicciones implícitas aparentes que como tal lleva
dentro de si, cuyo efecto se percibe en las falencias en la construcción de la democracia en
el país y en la distorsión de las intenciones y los esfuerzos de quienes han querido
modernizar y construir sociedades auténticamente democráticas. De quienes han pretendido
abrir la agenda para incluir los temas de toda la sociedad, la politización de todos los
asuntos, que claro terminarán por aumentar la presión sobre el Estado. 34
Ha sido además una tarea académica que con cierta frecuencia ha optado por identificar el
concepto de democracia liberal con toda su carga ideológica, filosófica de concepción del
Estado y de la sociedad, con aquella propia del partido liberal colombiano, creado a
mediados del siglo XIX. Lo que a menudo ha distorsionado y confundido la importancia de
la ideología liberal en la organización del país. Dejan asi de lado el hecho de que los
movimientos radical y de regeneración, de donde se originaron los dos partidos – liberal y
conservador – surgieron inspirados en la ideología liberal y que las diferencias entre ellos
32
Strong, Tracy B. Foreword: Dimensions of the New Debate Around Carl Schmitt. En: Carl Schmitt. 2007.
The Concept of the Political. The University of Chicago Press.Pg. XIX
33
Los siguientes autores tiene una extensa bibliografía al respecto: Marco Palacios, Jaime Jaramillo,
MalcomDeas, Germán Colmenares, Jorge Orlando Melo.
34
Mouffe, Chantal. 1999. Op. cit Pg. 10
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ha sido desde un comienzo, de matices, de representación de intereses, de clases y de
grupos, pero que al final de cuentas los dos partidos se estructuraron con los principios de
la ideología liberal. Radicales y regeneradores compartieron los valores centrales de lo que
se suele llamar civilización occidental que en ese momento irradiaba de la cuenca
noratlántica. 35
Es por ello que J. Jaramillo expresamente señala que los movimientos políticos que se
originaron en mitad de siglo, básicamente tenían una orientación liberal. Aceptaban el
sufragio universal como base del estado
representativo, formalmente democrático;
afirmaban la igualdad social rechazando los privilegios aristocráticos; tenían fe en el
progreso social y tecnológico; sostenían la inviolabilidad de los derechos y libertades
individuales como el derecho de propiedad, la libertad de expresión, la libertad comercial y
el juicio penal conforme a leyes preestablecidas. Tampoco eran diferentes sus tesis
económicas. Agrega además que la transformación de la sociedad rural no constituía una
prioridad para estas élites, “hasta se abstenían de enfrentar problemas como el de la tierra y
los derechos de las poblaciones rurales. Diferían en el planteamiento de las relaciones del
Estado con la iglesia y en su actitud religiosa”. 36
En este sentido, dentro de las áreas en las que el análisis del liberalismo como fuerza
histórica ha sido limitado y que son especialmente relevantes para el estudio de la
implementación del liberalismo en Colombia, se hallan las siguientes:
En primer lugar, la frecuencia con que los grupos pertenecientes a la burguesía liberal y
conservadora, han optado por la negación de lo político y de la mentalidad política, en
tiempos de conflicto y de tensión crecientes. Ha sido una actitud del liberalismo
colombiano, que en tiempos de conflictos agrarios, sindicales, de protestas, no solo ha
recurrido a la despolitización y neutralización de lo político, sino que ha sido una
despolitización alimentada por los esfuerzos liberales de remplazar la política por la
economía, la ley, la moralidad, o la simple descalificación de quienes se hallan envueltos en
conflictos y revueltas. Por ello el liberalismo, como sueño de la modernidad sin violencia
no ha pasado de ser un sueño y ni la democracia liberal ni la economía de mercado han
superado esta conflictividad. El liberalismo colombiano ha pretendido usar ese tipo de
despolitización para superar la violencia, la fuerza, la coerción, aunque no existe nada mas
político que la despolitización y su pretensión de sacar los temas de la esfera política. Es
política con el disfraz político.37 Ha sido la negativa a aceptar que los procesos de lucha y
35
Palacios Marco. La Regeneración ante el Espejo Liberal y su Importancia en el Siglo xx. En: Rubén Sierra
(Ed). 2002. Miguel Antonio Caro y la Cultura de su Epoca.Colección sede (7). Universidad Nacional de
Colombia, Bogotá Pg. 270
36
Jaramillo, Jaime. 1994. La Personalidad Histórica de Colombia. El Ancora Ed. Pg. 188
37
Thorup, Mikkel. 2006. Op. cit. Pg. 44, 55, 56
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las estructuras de poder son la fuerza motriz de toda vida política. 38Ya desde la colonia se
negaba la existencia del enemigo político. Es en últimas el rechazo del liberalismo a la
democracia directa porque la considera peligrosa y porque bajo esta todo tiende a ser
politizado.
En segundo lugar, la negación de la conflictividad de lo político, entendido como el
conflicto genuino entre enemigos. La negación del conflicto, la violencia, la coerción, la
exclusión, han sido una postura que siempre ha estado presente en la vida política
colombiana. Ello tiene que ver con la negativa a aceptar que la práctica liberal es coercitiva,
aunque presente un rostro pacifista y es con este mismo argumento que se niega la
conflictividad de lo político. De allí la gran diferencia entre la teoría y la práctica liberal. Es
por ello que para Schmitt los antagonismos en política no se pueden borrar y considera que
el conflicto es la categoría crucial de la política. Categoría que de manera implícita, una y
otra vez
han pretendido eliminar los representantes de las elites conservadora y
liberal,mediante la estructuración dearreglos de carácter Frentenacionalista con los cuales
compartir el poder y enfrentar asilas crisispolíticas periódicas de la historiade Colombia.
En tercer lugar el papel de la violencia. A pesar de la inagotable literatura académica
dedicada al análisis del papel de la violencia en el discurrir histórico de Colombia, no ha
habido un desarrollo sostenido en la consideración de esta como una categoría
independiente para comprender la política.Para entender el papel de esta en la política, al
menos como amenaza, cuando esta entra a tener algún papel en los procesos de lucha y la
intervención de las estructuras de poder en la confrontación política. De manera especial,
también para
entender también la manera sistemática como el Estado, vía la
despolitización de las diversas causas, ha recurrido al uso de la violencia para enfrentar los
conflictos con la sociedad civil.
III. Reformas Liberales y Poder Fundacional en la Región Caribe
En la región de la Costa Caribe, con su geografía de amplios espacios vacíos, de
abundantes y espléndidas tierras y una precaria construcción del Estado, la adquisición de
la tierra y la conquista del territorio durante las etapas tempranas de la colonia,
configuraron el acto básico del poder fundacional 39 que dio origen a la hacienda y que en
buena medida habría de definir el carácter de la estructura de dominación política y la
38
Bolsinger, Eckard. 2001. Op. cit. Pg. 44
Schmitt, Carl. 2006. The Nomos of the Earth,
PublicumEuropaeum.TelosPress Publishing.
39
in the International Law of the Jus
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organización de la jerarquía social en la región. Fueronel resultado del desarrollo y la
complejidad alcanzada por este poder fundacional terrateniente, a lo largo de los siglos
XVI, XVII y XVIII. Fue un proceso mediado en no pocas ocasiones, por el uso de la
violencia en contra de las poblaciones indígenas y el afán de apoderarse de su tierra, el que
llevó a la clase hacendaria a enfrentar las instituciones que el estado colonial había creado
para controlar la lucha por la propiedad de la tierra, especialmente para proteger las
poblaciones de indígenas.
Desde la colonia misma, la Corona, a través de los oficiales españoles y sus informes de
visita, ya vislumbraba en esta expansión y consolidación territorial de la hacienda, un
poder político en vías de consolidación. 40 Al respecto, estos informes frecuentemente
criticaban la concentración de la tierra en pocas manos y reclamaban un sistema de
distribución mas equitativo. 41 A pesar de lo cual, tales quejas no eran mas que
formalidades y simplemente describían las consecuencias de una situación que había
prevalecido a lo largo del período colonial. 42
Su permanencia en el tiempo, a pesar de no haber sido aceptada en un principio, le dió la
necesaria continuidad para consolidarse como un orden político. Su legitimidad en la Costa
Caribe, poco fue cuestionada y por el contrario, el apoyo del Estado y de la ley han tendido
a favorecer y consolidar tal orden, a pesar de los conflictos latentes. 43
Para H. Tovar los hacendados fueron una figura prominente en las permanentes luchas por
la tierra. Igual ocurrió con los mestizos y mulatos que vivían en los márgenes de los
resguardos, además del Estado colonial que veía en las tierras de los indígenas una fuente
fiscal potencial. 44Dicho accionar se remonta además, al período durante el cual se dio en
Cartagena una voracidad por las tierras de la encomiendas, 1589 y 1631, de las cuales hubo
40
Schmitt (2007:62), en una elaboración del concepto Hegeliano del absoluto significado político de la
cantidad convirtiéndose en cualidad,considera que “cuando alcanza cierta cantidad, la propiedad económica,
por ejemplo, obviamente se convierte en poder social ( o mas correctamente, político) propieté se convierte en
pouvoir, y lo que en principio es solamente un antagonismo de clase motivado económicamente, se convierte
en una lucha de clases de grupos hostiles”
41
Tovar, Hermes. 1978. Agrarian Development in New Granada During the Eighteen Century. D. Phil
Thesis. St Anthony’s College.Oxford University.England. Pg. 22
42
Tovar, Hermes. 1978. Op. Cit. Pg. 22
43
La reforma agraria en los años sesentas del siglo XX ha sido el reto de mas envergadura a esa legitimidad y
a ese poder fundacional, por parte del campesinado. Sin embargo, debe reconocerse que aunque en un
principio fue un movimiento por el Estado central, fue mas tarde un movimiento fallido, socavado desde el
mismo Estado central por una alianza de élites agrarias de los partidos conservador y liberal. Fue un
movimiento que representó una fractura excepcional de la relación entre las élites políticas regionales y el
Estado central.
44
Tovar, Hermes. 1978. Op. Cit. Pg. 31, 35
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254 en la costa Caribe, 45 y la tierra de los resguardos, y al hecho de que apartir de 1754,
como en el caso de Cartagena y Santa Marta 46 se entregaron cientos de miles de hectáreas
en cabeza de unas pocas personas.
a. Poder Fundacional. Su Formación.
Fue un reparto de tierras en ese siglo XVIII, con el cual se fue estructurando la inequidad
en la distribución de la propiedad en la costa Caribe, distribución que ya desde entonces
generaba descontento entre la población, dado el flagrante predominio de los intereses de
las clases mejor acomodadas, muy bien reflejado en la queja de un campesino en relación
con las concesiones territoriales hechas por el cabildo de Cartagena, quien al respecto
señalaba que:
“ . . . . . . . hacen tales mercedes sin la debida equidad y distributiva proporción pues profusamente
se reparten entre los principales y ricos a los que se ha dado tanta porción de tierras que no
pueden ni aun cultivarlas dejando sin ellas a los pobres que conforme a la piadosa mente del
soberano y espíritu de la ley son también acreedores por lo que se ven estos precisados
aconstituirse feudarios de los poderosos que gozan opulenta porción de tierra contribuyéndoles
anual arrendamiento por la labranza que en su territorio hacen . . . . .” 47
El sistema colonial favorecería asi la formación de estas grandes propiedades y las
administraciones sucesivas no harían nada que alterara este tipo de procesos.“De esta
manera, a finales del siglo XVIII la estructura de la tenencia de la tierra en la Costa Caribe,
pasó casi intacta al siglo XIX . . . . extensos latifundios . . . . . escaso número de familias
criollas blancas. Favoreciendo asi la concentración de extensas propiedades en pocas manos
. . . manejadas por esclavos y libres pobres . . ..titulados a grandes empresarios”. 48
Fue evidente la capacidad de esta clase hacendaria para mediar en favor de sus propios
intereses, tanto durante la era del estado colonial, como durante el predominio del estado
republicano a partir de la independencia. Ello permitió que esta clase se convirtiera en la
recipiente de las mas grandes concesiones de tierras en los siglos XVIII y XIX. En tal
sentido, H. Tovar muestra como a lo largo del siglo XVIII y mediante concesiones de
45
Fals, Orlando. 2002. Mompox y Loba. Historia Doble de la Costa. Universidad Nacional de Colombia.
Banco de la República. El Áncora Editores. Pg. 38B
46
Sourdís, Adelaida. Ruptura del Estado Colonial y Tránsito Hacia la República. 1800 – 1850. En: Adolfo
Meisel Roca. (Ed). 1994. Historia Económica y Social del Caribe Colombiano. Ediciones Uninorte. ECOE
Ediciones. Pg. 217
47
Meisel Roca, Adolfo.Esclavitud, Mestizaje y Haciendas en la Provincia de Cartagena. 1533 – 1851. En:
Gustavo Bell. 1988. (Comp) El Caribe Colombiano. Selección de Textos Históricos. Ediciones Uninorte. Pg.
121
48
Sourdís, Adelaida. 1994. Op. cit. Pg. 216
Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/
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tierras, unas pocas familias de Cartagena y Santa Martha recibieron 260.000 hectáreas,
aunque ello solo representó una parte de la cantidad de tierra legalizada en el siglo XVIII.
49
Las familias Maestre, Araujo, Mozo de la Torre, Mier, Madariaga, Tres Palacios, Díaz
Granados, Hoyos, Amado, Flores Logoria, Valera y Sánchez, poderosas familias de la élite
social de la Costa Caribe, legalizaron cerca de 130.000 hectáreas. Entre estas, las familias
Mier con 100.000 hectáreas, la familia Madariaga con 20.000 hectáreas y Micaela Sanz con
50.000 hectáreas, entre ellas solas poseían mas de 170.000 hectáreas. De esta manera, “para
finales siglo XVIII los grandes señores de las tierras serán casi todos criollos hijos de los
colonizadores españoles, convertidos en nobles miembros de la aristocracia provincial
residentes en las grandes mansiones de C/gena y Mompox”. 50
El siglo XVIII fue un siglo de expansión de la hacienda ganadera, de concentración de
grandes extensiones de tierra y de grandes hatos. En la provincia de Cartagena 4 grandes
propietarios tenían 33.000 cabezas de ganado. 51
Familias como los Campo, Riascos, de Mier, Pinedo, Noguera, Zúñiga, Abello, Díaz
Granados, Dávila, Salcedo, de gran poder económico y político en la región, recibieron
bonos territoriales en el Magdalena 1861 – 1874 y 1892 – 1931.52 En 1924 estaban pedidas
156.812 Has en adjudicación en el Departamento a cargo de las familias Dávila Pumarejo,
Manjarrés, Muñoz, Otero, Daza.53 Ya desde entonces figuraban como los principales
beneficiarios de adjudicación de tierras
terratenientes, en su mayoría
conservadores,militares veteranos de la guerra de los mil días y empresas extranjeras. 54 En
el caso de la UnitedFruitCompany privilegió los terratenientes del Departamento del
Magdalena. 55
Jaramillo considera que “la Costa Atlántica fue la región en donde la política de tierras de
la corona española fue más propicia a la concentración de la propiedad y a la formación de
grandes latifundios. Propietarios como don José Fernando de Mier, doña Micaela Saenz y
don Andrés de Madariaga, el famoso Marqués de Pestagua, poseían en conjunto 150.000
hectáreas. Dado el ritmo lento de la evolución de la propiedad de la tierra entre nosotros y
el conservadurismo de nuestra política agraria, con alguna disminución en la magnitud de
las propiedades, el régimen colonial de propiedad se prolongó a través de la era republicana
49
Tovar, H. 1978. Agrarian Development in New Granada During the Eighteen Century. Op. Cit. Pg. 47
Múnera, Alfonso. 1994. Ilegalidad y Frontera. 1700 – 1800. En: Adolfo Meisel Roca. (Ed). 1994. Historia
Económica y Social del Caribe Colombiano. Ediciones Uninorte. ECOE Ediciones. Pg. 128
51
Múnera, Alfonso. 1994. Op. Cit. Pg. 126, 127
52
Viloria de la Hoz, Joaquín. 2009. Op. Cit. Pg. 7
53
Viloria de la Hoz, Joaquín. 2009. Op. Cit. Pg. 48
54
Viloria de la Hoz, Joaquín. 2009. Historia Empresarial del Guineo. Empresas y Empresarios Bananeros en
el Departamento del Magdalena. 1870 – 1930. Banco de la República. Centro de Estudios Económicos
Agrarios. Cartagena No. 23. Pg.
55
Viloria de la Hoz, Joaquín. 2009. Op. Cit. Pg.2
50
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y quizás se agravó con la “manguiancha” política de concesión de baldíos que practicaron
nuestros gobiernos del siglo XIX, de manera que la concentración de la propiedad se
mantuvo hasta fecha muy reciente y quizás se mantiene hasta nuestros días, a pesar de las
reiteradas tentativas de nuestros gobiernos para hacer una verdadera reforma agraria”. 56
Toda vez que los intentos de transformación de la estructura de tenencia de la tierra
adelantados durante el siglo XX por los regímenes de liberales de López Pumarejo y de
Lleras Restrepo, no produjeron cambios de consideración, no ha sido sorprendente que para
el año 2009, el índice Gini de propietarios entre los departamentos de la costa Caribe haya
oscilado entre el 0,76 del departamento de Bolívar y el 0,86 del departamento de Córdoba.
57
b. Consolidación del Poder Fundacional. Factores Determinantes.
A nivel de la sociedad mas amplia, ni el movimiento radical (1863 – 1885) ni el de la
regeneración (1878 – 1885 – 1900) inspirados ambos en la ideología liberal, tuvieron
dentro de su plataforma política el reformar la estructura jerárquica de la sociedad. La lucha
por el poder entre estos grupos políticos, no debe ocultar el hecho de que no era ese tipo de
reformas la razón del enfrentamiento. De un lado, como lo señala M. Palacios, en el caso
de los radicales, el suyo fue un discurso clasista y su política conservadora y estamental,
conformaron una nueva oligarquía a partir de 1850, mediante un Estado que en opinión del
autor, “les aseguraba la mano de obra, la tierra y los requisitos mínimos de un orden social .
. . . .un Estado que le daba legitimidad y cohesión a un sistema clasista opresivo”. 58 Por
otro lado, el movimiento de la regeneración con su decidido esfuerzo de despolitización y
la exclusión de la participación política de las masas, el carácter autoritario, centralista y
reaccionario que caracterizó este régimen, no constituyó una mejor alternativa de
transformación social. Al fin y al cabo las cambiantes relaciones de poder entre uno y otro
movimiento político, solo apuntaban al cambio de leyes atinentes al manejo, administración
y representación de intereses de cara al Estado mas que a reformas sociales de
envergadura.Ante ese cuadro nacional,no cabría haber esperado transformaciones mas
radicales en esas regiones apartadas y periféricas.
Otro aspecto a considerar fue el hecho de las barreras geográficas y el de la muy precaria
condición de articulación y organización política y económica de las regiones que llevaron
a que el país no pudiera materializar la figura de un Estado nación. Fue una fragilidad que
56
Jaramillo, Jaime. 2002. Minidatos para la historia social y económica de la Costa Atlántica colombiana.
Seminario sobre problemas sociales y políticos de la Costa Atlántica. Barranquilla Organizado por Armando
Benedetti.
57
PNUD. 2011. Colombia Rural. Razones para la Esperanza. Informe Nacional de Desarrollo Humano.
Colombia. Bogotá. Pg. 200
58
Palacios, Marco. 2002. La Clase mas Ruidosa. Ed. Norma Pg. 46, 49, 51
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José María Rodríguez describe como “fragmentación crónica de la soberanía”, y va mas
allá al afirmar que aun para los años de la década de 1930,por mas esfuerzos de la
imaginación que se realizaran, Colombia no se había conformado como un Estado nación, y
no podría fácilmente convertirse como tal, 59 lo que habría de contribuir a que las élites en
la sociedad rural, hubiesen podido aislarse del impacto de los cambios políticos, cuya
ocurrencia mas que todo tenía lugar entre los caudillos de los movimientos y en los
escenarios de la disputa del poder como la distante Santa Fe de Bogotá.60
La Costa Caribe no era excepción a la descripción hecha por M. Palacios, en el sentido de
que la historia decimonónica del país fue un mosaico de regiones y pequeñas ciudades
ruralizadas, aisladas unas de otras.61Asi como en el siglo XIX Sincelejo, Corozal, Chinú se
resentían por su aislamiento; para 1905 en la Costa Caribe apenas había dos municipios
con mas de 20.000 habitantes, era una región de poblados dispersos; para 1915 a
Valledupar la caracterizaba la simplicidad del estilo de vida de su población, cuyo ambiente
era mas rural que urbano. Y para la primera mitad del siglo XX, el atraso de la región queda
bien reflejado en la afirmación de E. Posada en el sentido de que “el transporte entre los
pueblos de las sabanas costeñas, o donde no había una vía fluvial adecuada, permaneció
reducido a los medios de tracción animal, caballos, mulas y burros”. 62F. Cubidesal
referirse a la crónica penuria fiscal, habla del carácter desvertebrado del país y disperso de
su poblamiento para mediados del siglo XIX. 63
Como en el resto del país colonial y republicano del siglo XIX, la Costa Caribe era una
región casi despoblada, carente de vías, de tributación y por ende de capacidades fiscales,
64
lo que fue un obstáculo para la construcción de la estructura institucional a nivel local
que hubiera hecho posible una mayor gobernabilidad, la provisión de bienes públicos, la
consolidación de las instituciones de justicia, de policía que le hubieran permitido el
ejercicio amplio del imperio de la ley y por ende la construcción de Estado.
Asi como en Santa Marta, la escasez de población estaba asociada a la pobreza, Cartagena,
Riohacha y Valledupar ciudad que en 1793 tenía 3,712 habitantes, eran lugares que cubrían
59
Rodríguez. José María. 2010. The City of Translation. Poetry and Ideology in Nineteen Century
Colombia.TalgraveMacMillan. Pg. 52
60
Entre quienes hacen referencia a las barreras geográficas como factor determinante del fortalecimiento del
regionalismo, de la dificultad para la articulación de un gobierno nacional, de la pobreza fiscal, se encuentran:
Alfonso Múnera. 2008. El Fracaso de la Nación. Planeta.; Marco Palacios. 1999. Op. Cit.; Germán
Colmenares. 1994. Op. Cit. Pg. 18
61
Palacios, Marco. 2002. Op. Cit. Pg. 128
62
Posada, Eduardo. 1998. El Caribe Colombiano. Una Historia Regional. 1780 – 1950. Banco de la
República. El Ancora Editores. Op. cit. Pg. 206, 207, 298, 299
63
Cubides, Fernando. 2006. El Radicalismo y la Cuestión Militar. En: Rubén Sierra Mejía (Ed). 2006.
ElRadicalismo Colombiano del Siglo XIX. Universidad Nacional de Colombia. Pg. 200
64
Posada, Eduardo. 1998. Op. Cit. Pg. 62; Marco Palacios. 2002. Op. cit. Pg. 31
Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/
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vastas extensiones con muy poca población. Para el período 1870 – 1905 la población de la
Costa Caribe era escasa y dispersa. 65 En el siglo XVIII solo el 15 % de la población vivía
en ciudades y el 85 % en rochelas y caseríos. 66 Si además, se heredó de la colonia una
fragmentación regional, con lo cual se hacía mas difícil la construcción de un Estado
nacional. En regiones como la Costa Caribe era evidente que el Estado central no tuvo ni la
capacidad fiscal ni la militar para imponer un control político sobre la región. 67
Por otro lado, ni el gobierno central ni las regiones contaron con los recursos económicos
para la realización de proyectos de estandarización administrativa, económica o cultural, ni
para la realización del control militar de las provincias o su control político. En un análisis
de los problemas fiscales de Colombia en el siglo XIX M. Deas cita una frase de Ignacio
Gutiérrez, quien a propósito de los reducidos ingreso de Estados como el de Bolívar y el del
Magdalena en 1858 señalaba que “Que se podía esperar de gobiernos con tal limitación de
ingresos? La mayor parte de ellos podía soportar solamente “un tren gubernativo tan
modesto que acaso toca en miserable”.68
Esta población de las provincias de la periferia del Estado estaba compuesta por
poblaciones que muy raramente habían sido sujetos del Estado, 69 y las suyas tambien
podrían denominarse como estructuras políticas periféricas. De hecho A. Múnera considera
que en vísperas de la independencia, las mismas élites caribeñas adolecían de control sobre
la mayoría de los habitantes de la región.70 En esas condiciones, evitar el Estado, entre
laspoblaciones afrocolombianas e indígenas de la Costa Caribe, fue a menudo en una real
opción. 71
Menos aun tuvieron estas poblaciones la posibilidad del uso de la violencia para alterar
esta estructura de poder existente en regiones como la de la Costa Caribe. Para A. Helg la
dispersión de la población, la lentitud y dificultad de la comunicación y el resultante
aislamiento de muchas comunidades, hicieron difícil la participación en una revuelta en esa
65
Sourdís, Adelaida. 1994. Ruptura del Estado Colonial y Tránsito hacia la República. 1800 – 1850. En:
Adolfo Meisel Roca. ( Ed. ) 1994. Historia Económica y Social del Caribe Colombiano. Ediciones Uninorte.
– ECOE Ediciones. Pg. 70; Eduardo Posada. 1994. Progreso y Estancamiento 1850 – 1950. En: Adolfo
Meisel Roca. ( Ed. ) 1994. Historia Económica y Social del Caribe Colombiano. Ediciones Uninorte. – ECOE
Ediciones. Pg.232, 233
66
Múnera, Alfonso. 1994. Op. cit. Pg. 119
67
Palacios, Marco. 2002. Op. cit. Pg. 31; René De la Pedraja. 1988. Pg 1
68
Deas, Malcom. 1993. Del Poder y la Gramática.TercerMundoEditores. Pg. 69, 86
69
Scott, James. 2009. The Art of not Being Governed. Yale University Press.Pg. 4, 7
70
Múnera, Alfonso. 1996. El Caribe colombiano en la república andina: Identidad y autonomía política en el
siglo XIX .Boletín Cultural y Bibliográfico (Bogotá). Vol. 33, No. 41 (1996). p. 29-49
71
En una referencia a la importancia del cimarronismo (fenómeno colectivo de negros huidos, enmontados,
ocultos de sus amos), Fals Borda (1979:52B) habla de la existencia en la provincia de Cartagena, de 33
pueblos de negros, de los cuales 21 eran palenques, entre 1599 y 1788,.
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región. 72Violencia, lucha, poder que caracterizaron los enfrentamientos entre los diferentes
grupos políticos del nivel nacional y que definen la especificidad de la política, 73 no
estuvieron orientados a un cambio de la organización de la sociedad rural.
La hacienda continuó siendo la unidad económica y origen de poder político fundamental y
esta continua vigencia dentro de la sociedad Caribe ha sido su característica sobresaliente.
Ello en contraste con la transformación que sufrió la hacienda de clima medio y frío de
los Andes, caso la del Oriente de Cundinamarca, la que durante el prolongado período de
las últimas décadas del siglo XIX y principios del siglo XX careció de los instrumentos
para prevenir la movilidad de la fuerza de trabajo que entonces empezó a migrar a los
Llanos Orientales y a la zona cafetera de Cundinamarca, atraída por los altos salarios.
Migración que dio al traste con la vieja estructura de relaciones de clase que con base en el
acuerdo de los tres días de obligación que tenían que pagar los arrendatarios a la hacienda,
le había permitido acceder a una abundante oferta de fuerza de trabajo
indígena y de
arrendatarios. Unido a su incapacidad para crear empresas económicas rentables, y la
debilidad de su estructura de poder hizo inevitable el desmembramiento de estas haciendas
de los Andes, que terminaron en poder de sus antiguos arrendatarios, asi como la
transformación de la jerarquía social y la pérdida de su poder político, como bien lo
describe F. Bernal, a la par que la organización de la hacienda de la Costa Caribe, desde el
siglo XVIII, a pesar de su heterogeneidad,
presentaba una dinámica de consolidación
geográfica, social y política.
La independencia no trajo consigo demandas de cambio, ni reivindicaciones para los
grupos menos privilegiados, ni cambios de la estructura del antiguo régimen. No fue una
amenaza para estos y aun cuando se fueron aclimatando algunos de los principios del
modelo liberal de Estado en el país a lo largo del siglo XIX, en estas sociedades de la costa
Caribe este modelo liberal debió confrontar un mundo rural patriarcal, autoritario,
patrimonial. De allí que los cambios no fueran significativos. A diferencia de USA o de
Europa, no se verá en estas sociedades el ascenso de una burguesía modernizante, ni el
ocaso de la clase terrateniente, ni la aparición de un proletariado, como lo fueron los
cambios que habrían de dar forma a esa democracia liberal.
c. Poder Fundacional. Poder Político.
72
Helg, Aline. 2004. Liberty and Equality in Caribbean Colombia. The University of North Carolina
Press.Chapel Hill. Pg. 65
73
Bolsinger, Eckhard. 2001. OP. Cit.
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Con la irrupción de la independencia en 1810, la clase hacendaria de la Costa Caribe,
depositaria del poder fundacional que había venido constituyendo con la apropiación de
la tierra y del territorio, 74 lejos de sufrir un debilitamiento, a lo largo de este siglo XIX
experimentó la consolidación de su ejercicio del poder, del control de la acción política en
la región. La actividad de este poder fundacional habría de garantizar la continua existencia
de ese orden político. Puede decirse que en la medida en que el acto constituyente y sus
principales decisiones institucionales permanezcan sin alteración, se puede hablar de
continuidad del orden político. 75
Visto desde un nivel macro, a dicha consolidación contribuyó la repercusión que a nivel
regional tuvieron los procesos políticos mas importantes del contexto nacional de este
siglo XIX. Entre estos habría que comenzar por señalar que
el liberalismo como la
manifestación ideológica de la lealtad burguesa a los valores individuales de libertad y de la
propiedad privada, 76 no reñía en absoluto con los intereses de la clase hacendaria del país
que venía de la colonia y por supuesto tampoco con las ideas y las instituciones políticas de
la clase hacendaria de regiones como la Costa Caribe. La ideología liberal con su marcado
individualismo, su negación de la existencia del conflicto político y del Estado, 77 su
defensa del statu quo, de la estructura social heredada de la colonia, interpretaba mejor que
ninguna la defensa de los intereses de la clase terrateniente, de esa sociedad agudamente
jerarquizada, como lo era la sociedad rural del Caribe.
Defender el orden político representaba siempre proteger el orden fundacional y sus
opciones básicas institucionales. Se entiende asi el por qué, radicalismo y regeneración, las
fuerzas políticas protagónicas de la segunda mitad del siglo XIX, no
hubieran
considerado prioritaria la reforma de la arcaica estructura social de la sociedad rural
colombiana que venía de la colonia. Asi fuera evidente su atraso, dentro del marco de
intereses políticos de estos actores no estaba su transformación. Autores como M Palacios
consideran que esta era una estructura esencialmente feudal. 78 Sin embargo, para J
Jaramillo lo que existió en América fue un capitalismo colonial en el campo económico y
un Estado centralizado e interventor en el político, todo lo contrario del poder feudal.79
De esta manera, si la reforma de la sociedad rural no fue planteada por esas fuerzas
políticas, tampoco durante el siglo XIX se va a presenciar un enfrentamiento de clases,
74
Ver entre otros a: Marco Palacios. 2002. La Clase mas Ruidosa. Editorial Norma. Pg. 24; Hermes Tovar.
1978. Op. cit.
75
Bolsinger, Eckhard. 2001. Op. Cit. Pg. 24
76
Dyzenhaus, David. 1994. Op. Cit. Pg. 3
77
Algunos de los postulados y teorías que defendían los presupuestos de la bondad del hombre y que se
oponían a la intervención del Estado, eran liberales. Ver: Carl Schmitt. 2007. Op. Cit. Pg. 60
78
Palacios, Marco. 1999. OP. Cit. Pg. 232
79
Jaramillo, Jaime. 1996. El Pensamiento Colombiano en el Siglo XIX. Ed. Planeta. Pg. 177
Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/
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orientado a alterar las condiciones del poder fundacional que detentaban los hacendados, o
alterar su control del poder político y de los medios de coerción.
Por el contrario, como lo presenta Jaramillo, desde los inicios de la república se mantuvo
el principio acorde con el cual el poder sigue a la propiedad de la tierra, y asi durante el
período de formación del Estado llamado la Patria Boba (1810-1816), cargado de
inestabilidad y de guerras civiles en el que cada provincia proclamaba sus autoridades,
todas las Constituciones de la época “exigían la calidad de propiedad territorial o la
posesión de una renta mínima para tener derecho a elegir o ser elegido en los comicios
electorales”.80 Es decir, la condición de ciudadanía, principio fundamental del liberalismo,
estaba ligada a la condición de la propiedad de la tierra, con lo cual de hecho los derechos
implícitos en la condición de ciudadano se le negaba a todo ese conjunto de grupos sociales
compuesto por campesinos, peones, agregados, aparceros, esclavos, terrasgueros,
arrendatarios, palenqueros que conjuntamente con las élites agrarias conformaban la
totalidad de esta sociedad rural de la Costa Caribe. 81
En el paso de la colonia a la república fue incorporada toda la estructura de instituciones
construidas durante la colonia, para la definición de los derechos de propiedad sobre la
tierra. Instituciones que reflejaban los intereses de sus principales usufructuarios, tanto en
lo que tenía que ver con la definición de los derechos y titulación de baldíos, como con las
limitaciones y la capacidad para presionar ante el Estado el acceso a la propiedad de los
mismos. Instituciones formales e informales que claramente atentaban contra la capacidad
de acceso a la propiedad de los indígenas, los esclavos, los campesinos pobres, los
aparceros, los peones. Derechos de propiedad que fueron abiertamente injustos,
privilegiaron a las élites y dieron origen a la inequitativa distribución de la tierra que aun
hoy en día caracteriza a esta sociedad. Derechos de propiedad con muy poca protección del
Estado, demasiada influencia política y precariedad de la institucionalidad necesaria para
legitimarlos y para defenderlos. De allí que se van a imponer la mayor capacidad física y el
uso de la violencia.
De manera que el modelo liberal impuesto, podría considerarse como un modelo fundado
en la “neutralidad”, el cual no contenía argumentos efectivos en contra del utilitarismo y
otras justificaciones de la inequidad económica. En contraste con un liberalismo fundado
en la “equidad” el cual estaba fundado en un compromiso positivo con la moralidad
80
81
Jaramillo, Jaime. 1996. Op. Cit. Pg. 154, 155
Jaramillo, Jaime. 1996. Op. cit Pg. 161
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igualitaria y que dentro de los términos de esa moralidad proveía un contraste firme con la
economía del privilegio que se impuso. 82
Ello se tradujo en que el poder constituyente y sus actividades se convirtieron en la base
política y garantía del orden. O lo que considera Schmitt, en el sentido de que la existencia
continua de un orden político depende de la presencia y actividad de su poder
constituyente. 83
IV. Lo Político, su Autonomía y las Reformas Liberales en la Región Caribe.
a. El Role de la Violencia
Dado que el contenido y el
alcance de las reformas liberales
en Colombia,
especialmente a nivel de las provincias, nunca fue radical en el sentido político, 8485y que
es dentro de los alcances de esa premisa que se debe examinar el curso de las reformas
liberales en la Costa Caribe, mas que pretender ahondar sobre el carácter y el impacto de
tales reformas liberales, este análisis concentrará su atención sobre la esfera de lo político,
sobre la forma que presentó la autonomía de lo político, su dinámica y características, no
explicables desde la esfera de lo económico, como ha sido el intento del liberalismo en
principio, sino desde la oposición central constitutiva de lo político, campesinos –
terratenientes, que llevó a que el régimen de hacienda se consolidara y se impusiera a la
débil corriente de las reformas liberales de ese período durante este siglo XIX.
Para comprender dicho proceso, es necesaria la consideración de dos aspectos básicos. El
primer aspecto, tiene que ver con el reconocimiento de laautonomía de la acción política,
como argumento explicativo fundamental de la consolidación de la hacienda.
Independientemente de su desempeño económico, es esa naturaleza autónoma la que
explica el ejercicio del poder como el centro de la acción de la clase hacendaria en la Costa
82
Dworking, Ronald. 1983. Why Liberals Should Believe in Equality. New York Review of Books. February
3.
83
Bolsinger, Eckhard. 2001. Op. Cit. Pg 27, 28
Palacios (1999:234) habla del “Liberalismo por Omisión”, el cual hace referencia a “los orígenes de una
autoridad política frágil que quiere centralizarse y se revela impotente en cuanto aparecen procesos incubados
por la dinámica social: la pobreza, el cambio demográfico, el mestizaje . . .han impedido la emergencia plena
de una autoridad estatal eficaz y obedecida”; Rodríguez (2010) también se refiere al tema de Liberalismo por
Omisión.
85
Tomado del análisis de las corrientes continentales del liberalismo de Schmitt (2007:61) quien considera
que “el liberalismo burgués nunca fue radical en el sentido político”.
84
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Caribe. Su objetivo era consolidar su posición jerárquica, de preminencia en estas
sociedades. Los procesos de lucha, la antítesis campesino – terrateniente, fueron las formas
quinta esenciales del accionar político y de la naturaleza autónoma de la acción política
desplegada. 8687 Schmitt y Lenin, tal como lo presenta Bolsinger (2001:50) “conciben la
política en términos de violencia, lucha y poder, no existe política sin lucha y poder y no
hay lucha y poder sin por lo menos la amenaza de violencia. Por tanto estos fenómenos
definen la especificidad y la autonomía de la política como una actividad social y de
relación sui generis”, y representan el foco central de su comprensión .Se presenta asi el
uso de la violencia, como un instrumento para la negación de lo político, no se admite su
existencia, e instrumento para la consolidación del poder fundacional del terrateniente. Es
una forma de despolitización y neutralización de la protesta y los movimientos de
campesinos, vecinos de aldeas, poblados, indígenas, aparceros, terrasgueros. Forma
además, de negar lo político que en últimas se transforma en la forma mas clara del
ejercicio de la política.
El segundo de ellos y en contravía de la importancia primaria del fenómeno económico, 88
supuesto cardinal del liberalismo clásico y del marxismo, tiene que ver con la primacía de
la acción política. Es un argumento que en la tradición del “realismo político”, se
fundamenta en el hecho de que la acción política tiene una lógica separada de la economía
o de la moralidad. Por tanto se distancia de la explicación económica como el eje y el
argumento que quisiera erradicar lo político y remplazarlo por los argumentos
económicos.Y además, las reformas políticas, como ya se analizó, eran centrales en la
propuesta de reformas liberales. Tal enfoque debe conducir a una mejor comprensión del
ejercicio del poder y de las luchas de esta clase hacendaria, como formas quintaesénciales
de la acción política.
Además de los procesos de lucha, la interpretación de esa acción política como una forma
de interacción social y de relación y el uso de la violencia como elemento crucial de la
naturaleza autónoma de la acción política, permite entender el desempeño de las élites
rurales y su vocación de poder, que ya desde la misma colonia las hacía ingobernables.
86
Bolsinger, Eckard. 2001. Op. Cit. Pg. 49, 50 /
Al referirse al papel de la violencia en la eliminación de la Constitución de 1848 en Francia, Marx (1977:26)
señala que en su opinión esta “fue subsecuentemente eliminada por las bayonetas, y no debe olvidarse que
de manera similar fue por las bayonetas, las que habrían de tornarse contra el pueblo, que tuvo que ser
protegida en el vientre de su madre y por las bayonetas que tuvo que ser creada”
88
El enfoque económico hace énfasis en la primacía del desarrollo de las fuerzas productivas como
condicionante de los procesos sociales, políticos e intelectuales del desarrollo del capitalismo. En últimas, ello
representa la despolitización de todos estos procesos.
87
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E n este sentido se debe tomar en consideración que la segunda parte de ese siglo XIX, fue
un período de lucha intensa por el poder político en Colombia. Lucha mediada a menudo
por el uso de la violencia. Expresión de ello fue la serie de guerras civiles ocurridas en los
años de 1851; 1854; 1859 – 62; 1876 – 77; 1885; 1895; 1899 – 1902. 89 Fue en este
ambiente de libertades y de confrontaciones políticas violentas que vivía el país, en el que
las élites agrarias de la Costa Caribe buscaron la consolidación de su predominio políticoy
del mantenimiento inalterado de las estructuras sociales. 90 Esto es todavía mas claro si se
tiene en cuenta que la terrateniente fue una clase que el mismo régimen colonial fue
incapaz de dominar, y al decir de A. Helg constituían feudos que se enfrentaron de manera
consistente al Estado colonial. 91
Esta afirmación del poder de la clase hacendaria, su involucramiento en esa oposición
campesino – terrateniente, constitutiva de lo político, desde un comienzo contó con el
respaldo legal y los medios de coerción del Estado. Asi mediante el uso de la violencia, en
municipios como Chinú, los hacendados expulsaron a los campesinos de sus propiedades,
apresados los que se resistieron e incendiadas sus casas y pertenencias. Igual tratamiento
sufrió la resistencia campesina en Loba, la Isla de Mompox con Palomino y Pinillos. 92 Para
los años de 1880, al lado del hacendado estaba el Estado con piquetes de soldados,
dispuestos a incendiar las propiedades y apresar y expulsar los campesinos de sus tierras y
comunidades, como efectivamente lo hicieron a menudo. Ya desde el siglo XVIII el aparato
represivo del Estado había mediado en este tipo de conflictos agrarios, las mas de las veces
del lado del terrateniente.
Formaba parte de la ofensiva latifundista que se había desatado en Colombia sobre la tierra
de los resguardos 93 y esta se convirtió en la sociedad en la que el ganado expulsó al
campesino, 94 en la que las tierras comunales, playones y ciénagas de uso de los
campesinos, palenqueros, arrochelados, se comenzaron a perder con el alambre de púas
89
Posada Carbó, Eduardo. 1994. Elecciones y Guerras Civiles en la Colombia del Siglo XIX: La Campaña
Presidencial de 1875. Journal of Latin American Studies. Vol 26, Part. 3. Cambridge UniversityPress
90
Fals Borda (1979:80B) considera que en el caso de los titulares de los mayorazgos de los Marquesados de
Santa Coa y Torres Hoyos y sus descendientes, lo que se buscaba era “combinar la solvencia económica por
el control de la tierra, con el poder político”. Y en el análisis de este tipo de explotación social – esclavista,
concluye Fals Borda (1984:77B) que “de estas haciendas, a su vez, derivaba el poder político que quedó
plasmado eventualmente en el poder estatal”
91
Helg, Aline. 2004. Op. Cit. Pg. 53
92
Fals Borda, Orlando. 1984. Resistencia en el San Jorge. Historia Doble de la Costa. Vol 3. Universidad
Nacional de Colombia, Banco de la República, Ancora Ed. Pg. 100, 103, 107.
93
Fals Borda, Orlando. 1984. Op. Cit. Pg. 114, 115
94
Fals Borda, Orlando. 1987. Retorno a la Tierra. Historia Doble de la Costa. Volumen 4. Carlos Valencia
Editores. Pg. 93
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tendido por los hacendados alrededor de los años de 1880, 95 y la sociedad en donde los
ejidos, resguardos y las encomiendas fueron violentamente ocupados por los terratenientes
de la región. 96 Fue además un ejercicio del poder que no estuvo exento de conflictos aun
entre las mismas fracciones de la clase dominante que componían la jerarquía social, como
se deduce de los enfrentamientos producto de la codicia por la tierra entre estos grupos, tal
como lo describe Fals Borda. 97Fue el uso de la violencia como la fuerza motriz para el
mantenimiento de la estructura política, asi como se usa para su fundación y destrucción. 98
Por otro lado, en el desarrollo de esta oposición, campesino – terrateniente, el ejercicio de
la violencia y del poder desplegado por la clase hacendaria no se originó en la necesidad de
modernización de la estructura de producción o de la urgencia de transformar las relaciones
sociales y disponer de abundante mano de obra asalariada. Como bien lo señala Jaramillo
(1994:36) la Nueva Granada no conoció la economía de plantación como la conocieron
Cuba, Brasil en el azúcar o Venezuela en el cacao, por lo que no se creó esa necesidad de
incrementar la oferta de mano de obra y aún en el siglo XIX estas “haciendas ganaderas de
la costa Atlántica, eran extensas en tierra, pero ocupaban escasos brazos y generalmente
combinaban la agricultura, especialmente de caña, con la ganadería”. 99 En el mismo
sentido, J. Bejarano cita los trabajos de H. Tovar en los que este se refiere al desarrollo
lento y atrasado de la producción “frente a esos grandes y escandalosos ritmos de
economías de plantación”.100 Fueron conflictos agrarios que mas allá de la codicia por la
tierra, ganados y riquezas, su objetivo primordial fue el sometimiento de los campesinos,
mediante la violencia y el despojo, a una condición de clase subyugada, marginal.
De tal manera que lo relevante durante este período de la historia de la Costa Caribe, fue
el uso generalizado de la fuerza y los medios de coerción del Estado por parte de los
hacendados, quienes los utilizaron como fuerza motriz de la estructura política que estaban
afianzando. Entendida la política como la lucha de clases, esta tomó la forma de un muy
desigual enfrentamiento entre campesinos y terratenientes. Debe anotarse que las mas de
las veces, no fueron enfrentamientos producto de una acción concertada de los campesinos
en contra de la clase hacendaria. 101 Al decir de P. Oquist “a pesar de la debilidad del
95
Fals Borda, Orlando. 1987. Op. Cit. Pg. 95
Fals Borda, Orlando. 1987. Op. Cit. Pg. 27A
97
Fals Borda, Orlando. 1984. Op. Cit. Pg 78b, 138b, 146B
98
Bolsinger, Eckhardt. 2001. Pg. 50
99
Jaramillo, Jaime. 1963. Esclavos y Señores en la Sociedad Colombiana del siglo XVIII. Anuario
Colombiano de Historia Social y de Cultura. Bogotá.
100
Bejarano, Jesús. 2011. Campesinado, Luchas Agrarias, e Historia Social en Colombia: Notas para un
Balance Historiográfico. Antología Jesús Antonio Bejarano. Vol IV. Estudios de Historia e Historiografía.
TomoPg. 53. I
101
Helg, Aline. 2004. Liberty and Equality in Caribbean Colombia. 1770 – 1835. The University of North
Carolina Press.Pg. 67 considera que la población rural libre, de color, no llegó a formar movimientos fuertes
96
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Estado y su verdadero colapso durante varias guerras civiles, casi nunca sucedieron
levantamientos populares contra la autoridad de la clase dominante”. 102 Fue a tal tipo de
sumisión en Colombia al que se refería el barón Gross, encargado de negocios de Francia
en 1840, al afirmar:
Qué esperar de una república en donde todo hombre llama amo a todo individuo mas blanco o
mejor vestido que él. “Si mi amo” es la respuesta que se recibe a todas las órdenes que se dan, y
esta respuesta no es una palabra vacía de sentido: el pobre indio obedece y cree hacer bien. La
clase que se dice culta, aquella que ha destruido el poder monárquico para sustituir el suyo, no tiene
ninguna instrucción, ningún sentimiento de moralidad, ningún principio de justicia. Su interés y sus
pasiones son el solo móvil al cual obedece. Dispersa sobre un vasto territorio ejerce una influencia
inmensa sobre los pueblos a los cuales dirige. 103
Y es en dicho sentido que la violencia debe ser considerada como uno de los elementos
cruciales de la naturaleza autónoma de la política, con cuyo enfoque se interpreta la
consolidación del poder de la clase hacendaria de la región Caribe en este estudio. 104
b. Primacía de la Acción Política
En relación con la primacía de la acción política, debe dejarse establecido que la
consolidación de un poder fundacional terrateniente, se convirtió en el hecho concreto que
desde el siglo XVI definió la naturaleza del predominio del régimen de hacienda dentro de
la esfera de lo político en la costa Caribe. Este es un hecho incontrastable que expresa la
naturaleza de los comienzos en esta sociedad. De manera que establecer la naturaleza de lo
político en esta sociedad, en el momento en el que se construía una nueva estructura de
Estado, la democracia liberal, necesariamente exige el análisis del comportamiento del
mencionado poder fundacional y del objetivo primordial buscado, la muy conveniente
construcción y consolidación del poder de la clase hacendaria, en esa etapa temprana de la
república.
En este sentido, han sido diversas las interpretaciones dadas a las acciones de actores
políticos concretos y de los efectos económicos de las mismas, que sin embargo no
deberían ocultar los efectos políticos de estas. Al respecto,J Bejarano considera que en esa
fase de expansión de la hacienda en la que esta tenía un dominio de la estructura social,
económica y política de las zonas rurales, tal despliegue de apetito voraz por la tierra, no
autónomos debido a la forma dispersa y distante de los centros de poder colonial directo y debido a las
complejas relaciones de patronaje y protección mutuas.
102
Oquist, Paul. 1978. Violencia, Conflicto y Política en Colombia. Pg. 174, 175
103
. Tomado de: Germán Colmenares. 1997. Op. Cit. Pg. 7
104
Bolsinger, Eckard. 2001. Op. Cit. Pg. 50
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tenía como objetivo aumentar la producción, cuanto imponer unas formas de dominación
social.105 Aunque no es claro que el autor diera preminencia al argumento político, pues
concluye quefue la economía la determinante de este tipo de transformaciones. Desde otro
punto de vista, el historiador M. Palacios restringe lo político a la lucha por la tierra y
considera que en la lucha por esta, no fue el liberalismo (léase radicalismo) sino el
latifundio lo que salió fortalecido. Aunque, para este análisis, acertadamente concluye que
“latifundismo y poder político quedaron fundidos en una sola pieza”. Lo cual le permite
concluir que, contrario a lo planteado por Smith, Ricardo y Marx, el poder sería la fuente de
la riqueza y de la propiedad privada, estableciendo asi el role clave de los efectos de la
esfera de lo político sobre la distribución de la riqueza.106
En el caso concreto de la costa Caribe,
la consolidación del poder fundacional
terrateniente en esta etapa presentó dos procesos diferentes que se generaron de manera
simultánea, el desarrollo de la hacienda ganadera y la transformación de las relaciones
sociales. Si el segundo de estos puede considerarse que está ligado a la acción política de la
hacienda, su relación con ese desarrollo material de la hacienda ganadera es un tanto
compleja.
En relación con los cambios en el tipo de relaciones sociales que habrían de acompañar la
consolidación de la hacienda, un proceso generalizado fue el refugio del campesinado en
formas salariales, luego de la pérdida de la tierra. 107 Terrajeros, arrendatarios, concertados
y colonos, crecieron durante el siglo XIX, como formas salariales simples, en la medida en
que se dio tal proceso de consolidación. Fue un cambio en las relaciones de poder que solo
sirvió para consolidar el poder del hacendado.
Pero no puede negarse que las reformas liberales atinentes a la organización social rural y a
la utilización de la fuerza de trabajo al interior de la hacienda, tuvieron influencia en la
estructuración de las relaciones sociales,
aunque fue una influencia no exenta de
complejidades por la forma como los hacendados los utilizaron para reafirmar su posición,
no solo de cara al campesino, sino de cara a su propio interés. Tal fue el caso de la Ley
nacional de emancipación (Abolición de la esclavitud, 1851), que había empezado a
cumplirse en 1852. Los terratenientes se las arreglaron con leyes como la del 29 de mayo
de 1842, sobre el concierto forzoso de manumisos, mas tarde llamado matrícula, para
burlar la intención de la ley. Producto de la abolición de la esclavitud y del decreto de la
libertad de vientres, por el cual los jóvenes libertos quedaban al servicio de los amos de sus
madres hasta la edad de diez ocho años, lo que de hecho se dio fue su incorporación en una
105
Bejarano, Jesús. 2011. Op. Cit Pg. 67. Además de Bejarano, diferentes autores insisten en la necesidad que
tenía la hacienda de crear formas de retener la mano de obra al interior de la hacienda.
106
Palacios, Marco. 1999. Op. Cit. Pg. 91
107
Fals Borda, Orlando. 1984. Op. Cit. Pg. 138B
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relación llamada “peonaje por deuda” por medio de la cual y mediante engaños y falsa
contabilidad, el concertado siempre quedó debiéndole dinero al hacendado, es decir, quedó
envuelto en una relación diferente de esclavismo, relación de dependencia la que a menudo
fue heredada por sus hijos. 108109 La mano de obra esclava también fue remplazada “por una
compuesta por mestizos o “libres” quienes participaron en calidad de peones, arrendatarios
o concertados. 110
El surgimiento del “peón libre asalariado” y del concierto, ya desde el siglo XVII, 111
permitieron a la hacienda de la costa Caribe disponer de mano de obra. El fin de la
encomienda, debido entre otras razones a su debilidad, 112asi como a la competencia por la
disponibilidad de mano de obra indígena en su interior, llevaron a la creación de nuevas
instituciones a fin de responder a la demanda de mano de obra que tenía la hacienda para su
expansión geográfica y su consolidación. Asi como con el aumento del mestizaje surgió el
“peón libre asalariado”, con él aparecen el peonaje y el concierto como nuevas instituciones
de utilización de la fuerza de trabajo libre en el siglo XVII, y con este último se buscó
dirimir la disputa entre hacendados y encomenderos por el control de la mano de obra
indígena. 113 Serían estas dos instituciones las que en los siglos XVII y XVIII permitirían
a las haciendas tener acceso relativamente confiable a la fuerza de trabajo requerida. 114
Si ya de por si el peonaje y el concierto traslucían cierto poder de negociación, la
organización de la producción campesina con sus redes de parentesco, de vecindad y de
compadrazgo, permitieron que estos tuvieran mecanismos de resiliencia frente al mercado y
frente a los conflictos que habrían de surgir con la expansión de las haciendas. Fueron estas
condiciones las que permitieron imponer condiciones en la nueva institución de
contratación de la mano de obra conocida como el avance, de plena vigencia en el siglo
XX.
108
Fals, Borda, Orlando. 1984. Op. Cit. Pg. 139A
Según Colmenares (1997:26,27) peonaje y condiciones ancestrales de vida tendieron a perpetuarse en
regiones no aptas para el desarrollo de cultivos comerciales, intensos en el uso de mano de obra, y solo
excepcionalmente en la Nueva Granada fue necesaria la abolición de la esclavitud para desplazar mano de
obra del viejo latifundio a las nuevas empresas.
110
Múnera, Alfonso. 1994. Op. cit. Pg. 127
111
Ocampo, Gloria Isabel. 2007. La Instauración de la Ganadería en el Valle del Sinú: la Hacienda Marta
Magdalena, 1881 – 1956. Ed. Universidad de Antioquia. Pg 230
112
Posada, Eduardo. 1999. El Regionalismo Político en la Costa Caribe de Colombia. En: Haroldo Calvo
Stevenson y Adolfo Meisel Roca. 1999. El Rezago de la Costa Caribe Colombiana. Banco de la República,
Fundesarrollo, Universidad del Norte, Universidad Jorge Tadeo Lozano. Pg. 339
113
Ocampo, Gloria Isabel. 2007. Op. cit. Pg. 230
114
De similar forma a como ocurría en la hacienda de clima frío, en la costa Caribe los arrendatarios a cargo
de la producción agrícola pagaban sus alquileres con dinero o en especie; también los peones y los esclavos
tenían a su cargo la producción agrícola del interior de las haciendas.
109
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Por otro lado, la producción de tabaco, importante en la provincia de Cartagena, se dió en
la región de los Montes de María a comienzos del siglo XIX,
organizada
en
explotaciones en pequeña escala a cargo de productores campesinos. Esta no representó
una opción económica viable para que el hacendado y el gran empresario comercializador
del cultivo, se hicieran cargo de su producción. Fue por ello que este tipo de explotación
familiar representó la forma más eficiente de organización social de la producción.
La naturaleza de las relaciones sociales entre hacendados y campesinos no se transformó,
ni el hacendado o “blanco” dejó de existir en el imaginario colectivo y en el predominio
social, ni el acceso a la tierra de los sin tierra cambió ni trajo nuevas opciones de vida
para estos, ni las reglas escritas y no escritas del poder cambiaron, ni los cambios
trajeron consigo mayor representación política para el campesinado, mayor capacidad de
negociación.Si bien las nuevas instituciones de uso de la mano de obra reflejaron en parte,
la capacidad de negociación del asalariado, ello no trajo la desaparición del poder
coercitivo del hacendado quien al interior de las haciendas recurrió al uso de muy diferentes
formas de explotación de la mano de obra como peones, concertados, aparceros,
terrasgueros y campesinos pobres sometidos a relaciones de carácter semi servil. 115
Por otro lado, el rol de la violencia y esa seguridad que da el ejercicio del poder,
fue la
que permitió no solo transformar las relaciones sociales, como efectivamente ocurrió, sino
la aparición de actitudes individualistas, codiciosas y violentas que, al decir de O. Fals
Borda, dieron lugar a la reproducción del machismo europeo y la aparición de la poligamia
y la adopción de costumbres y deformidades tan antiliberales, como la compra de
doncellas, muy propio de sociedades patriarcales.116
En relación con el auge económico de la hacienda ganadera costeña durante la segunda
parte del siglo XIX, algunos analistas consideran que esta vivió su mejor época en la
segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. De acuerdo con E.
Posada Carbó estos ciclos de desempeño fueron: 1878 – 1888; 1889 – 1906; 1916 –
1926.117A. Múnera considera que la segunda mitad del siglo XIX fue la edad de oro de la
ganadería. 118
Para A. Flórez la expansión de la frontera ganadera en la costa Caribe,
ocurrida en la segunda mitad del siglo XIX, fue responsable de la generación de un capital
significativo en el desarrollo regional, y fue la fuerza dinámica clave durante gran parte de
115
Solano, Sergio Paolo. 2010. Status Jurídico del Trabajador no Calificado en el Caribe colombiano
durante el Siglo XIX. Entre el Derecho Privado de Contratación y las Normas Punitivas. Universidad de
Cartagena de Indias. Diálogos del Saber. Pg. 197
116
Fals Borda, Orlando. 1984. Pg. 146B
117
Viloria de la Hoz, Joaquín. 2001. Ganaderos y Comerciantes en Sincelejo 1880 – 1920. Cuadernos de
Historia Empresarial. Centro de Investigaciones del Caribe Colombiano. Banco de la República. Cartagena
de Indias. Pg. 31
118
Múnera, Alfonso. 1994. Op. Cit. Pg. 128
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ese siglo. 119En igual sentido se expresa J. A. Ocampo al hacer un análisis
exportaciones de ganado de la Costa Caribe durante el período analizado.120
de las
Un mayor nivel de confianza en la solidez de su poder político, los cambios en las políticas
proteccionistas 121 y las oportunidades existentes en el mercado, contribuyeron al
establecimiento de las condiciones requeridas para este auge económico de la hacienda. Fue
un claro ejemplo de la manera como la acción política impactó la economía, visión un tanto
diferente al planteamiento contemporáneo de Acemoglu, 122 quien considera que es el poder
económico, caso de la inequidad, el que engendra el poder político. Sin embargo, para S.
Van Ausdal las divisiones al interior de la élite y la manera en que el poder operaba por
medio de redes clientelistas y partidistas podían dejar a los terratenientes mas grandes con
una limitada autoridad a nivel local. 123Aunque elejemplo que trae a colación sobre las
dificultades de la familia antioqueña Ospina es poco relevante, toda vez que los integrantes
de la migración de Antioquia al Departamento de Córdoba, desde el siglo XIX no se han
distinguido por su interés en la participación en la política regional.
Este afianzamiento del poder político del hacendado redujo al pequeño agricultor a una
condición de clase subordinada, dedicada fundamentalmente a la producción de alimentos
que en el caso de los Montes de María, a finales del siglo XVIII y principios del XIX, se
hallaba dedicada a la producción de maíz, como fue el caso de los municipios de Ovejas,
Chalán. 124 O dedicados a la agricultura en su condición de arrendatarios, por lo cual debían
pagar terrajes en dinero, especies o trabajo por el usufructo de estas parcelas. Condición
social que algunas comunidades ya habían tenido en el siglo XVII.
Si en el nivel nacional, al ímpetu del espíritu civilista, liberal, una naciente burguesía de
comerciantes buscó constituirse en poder real que contrastara con el poder caduco, dentro
del marco republicano de los grandes propietarios terratenientes del sur de la república,
poder que se apoyaba en la supervivencia de estructuras coloniales, 125 en la Costa Caribe
esa no fue una división de clases tan clara y esa burguesía comercial y la clase terrateniente,
ambas de larga tradición desde los días de la colonia, a menudo estuvo representada en la
misma persona. Mientras Colmenares habla de la manera como se quebrantó el poder
exclusivo de la vieja clase latifundista, del nuevo latifundio creado en virtud de las
119
Flórez Malagón, Alberto (Ed). 2008. El Poder de la Carne. Pontificia Universidad Javeriana. Pg. 43
Ocampo, José Antonio. 1984. Colombia y la Economía Mundial. 1830 – 1910. Siglo XXI Ed. Pg. 372
121
Ocampo, Jose Antonio. 1984. Op. Cit. considera que fue el impuesto a las exportaciones el causante del
deterioro de estas.
122
Acemoglu, Daron. Economic power begets political power.TheEconomist, Jan 21st 2011
123
Van Ausdal, Shawn, 2009. Potreros, Ganancias y Poder. Una Historia Ambiental de la Ganadería en
Colombia. 1850 – 1950. Historia Crítica Edición Especial. Bogotá, Noviembre 2009. Pg. 148
124
Múnera, Alfonso. 1994. Op. cit. Pg 130
125
Colmenares, Germán. 1997. Op. Cit. Pg. 20
120
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reformas de 1850, 126 y de la clase comerciante convertida en latifundista, cambios
importantes ocurridos en un contexto nacional, Fals Borda habla de la existencia en la
Costa Caribe de una oligarquía con orígenes en el señorío y los grupos anteriores a la
burguesía comercial, de la cual habría de surgir una burguesía comercial “emergente” y una
de nuevos propietarios que explotarían el latifundio con fines de acumulación de capital.127
Pero en esta sociedad Caribe los conflictos entre fracciones de clase, a diferencia de lo
señalado por Colmenares, tendían a desaparecer por la manera como los intereses de la
burguesía comercial y terrateniente a menudo se fundían en la misma persona.
Desde entonces, este llamado capitalismo de familia, patrimonialista y autoritario, ha
evolucionado en el tiempo, y ha sido una de las instituciones económica y política que han
definido el carácter del orden social y la organización de la vida política de esta sociedad.
Por lo demás, en la medida de los cambios de esta sociedad, es un tipo de capitalismo en el
que los contactos personales con los administradores del Estado han continuado siendo
fundamentales, de estos se continúa esperando obtener siempre niveles altos de ganancia,
aunque sigan conduciendo a la construcción de economías con un significativo bajo
dinamismo y un marcado status quo en su organización social.
Sin embargo, el recurrente uso de la violencia para prevalecer desde la esfera de lo político,
lejos de haber consolidado un orden social estable, se ha convertido en fuente de
conflictividad. Durante el siglo XIX fueron permanentes las disputasfruto de la oposición
de campesinos y terratenientes.128En estos el uso de la violencia jugó a menudo un papel
determinante en su resolución. La tierra ha sido el motivo de confrontación de los mayores
conflictos que devastaron la sociedad rural durante los siglos XX y XXI, aunque el
inestable predominio del terrateniente ha sido la fuente primordial del conflicto.La hacienda
continua siendo la unidad económica predominante y sustento del poder fundacional y de
su continua vigencia dentro de la sociedad Caribe.
V.
Conclusiones
El eco de la negación de la inevitabilidad del conflicto en la vida política, hoy en día se
refleja en la manera como diferentes voces proclaman la desaparición de la división política
entre derecha e izquierda. Es el nuevo escenario en el que supuestamente las sociedades
126
Las reformas de 1850 tuvieron que ver con: reforma fiscal, como la supresión del diezmo y el estanco del
tabaco, abolición de la esclavitud, la reforma agraria con la supresión definitiva de los resguardos o tierras que
habían sido entregadas a los indígenas desde la época colonial, supresión de los ejidos, establecimiento del
libre cambio.
127
Fals Borda, Orlando. 1984. Op. Cit. Pg. 138B, 141B
128
Para una descripción de la conflictividad alrededor de la propiedad de la tierra en la costa Caribe durante
los siglos XIX y XX, ver Orlando Fals Borda
Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/
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viven el proclamado fin de la historia que afirma F. Fukuyama.129Pero por otro lado, el
liberalismo, muy en particular el tipo de liberalismo colonial que se impuso en la costa
Caribe, percibió el conflicto en términos morales en ese siglo XIX y a comienzos del siglo
XX. Bueno, malo, fue la forma de despolitizar los conflictos cada vez que campesinos,
indígenas y afros protestaban por sus tierras, sus derechos.
Este fue un argumento para recurrir al uso de la violencia. Violencia para negar la
existencia de lo político y de paso consolidar el poder fundacional terrateniente. Fue la
forma de despolitizar y neutralizar la protesta y los movimientos. Forma de negar lo
político que en últimas se transforma en la forma mas clara del ejercicio político.
Despolitización que no es la negación absoluta de lo político, sino una forma calculada de
intentar perseguir la política por otros medios. 130
Aunque la clase hacendaria no era ajena al uso de la violencia, que ya por lo demás había
utilizado en contra de las sociedades indígenas en el siglo XVIII durante la guerra de
exterminio en contra de la población indígena de la Costa Caribe (Chimilas, Motilones,
Guajiros), cuya única justificación fue la de arrebatarles la tierra que podía ser explotada
comercialmente,131su utilización durante el período republicano en contra de las sociedades
campesinas, si fue definitiva para su consolidación del poder y como lo habrá de presenciar
esta sociedad, para defensa del mismo durante las últimas décadas del siglo XX. Como se
presentó, mas que un apetito voraz por la tierra, su objetivo fue el de consolidar su poder en
ese período de transición histórica. 132La utilización de la violencia fue un mero
instrumento para asentar ese poder. Esta clase hacendaria no podía ser ajena a la lucha que
todos los grupos emprendieron para salvaguardar su rol dentro de la democracia liberal y en
los términos que ellos consideraban apropiado a sus intereses. La acción política no fue
motivada por el deseo de riqueza, aunque eventualmente esta se traducía en mayor riqueza.
Pero en general, y salvo excepciones, no primó una racionalidad capitalista en la
organización y la explotación de las haciendas.
Dentro del marco del devenir de esta clase hacendaria en el siglo XX, su resiliencia en
buena medida se explica por los procesos de lucha desplegados en el ejercicio del poder, al
129
130
Fukuyama, Francis. 1989. The End of History. The National Interest
Gelburd-Meyers, Jesse. 2009. Carl Schmitt and the Political Sphere.Telos Scope. The Telos Press Blog. Pg.
5
131
Tovar, Hermes. 1978. Op. Cit. Pg 24
La fuerza política del terrateniente para el período 1873 – 1930, a la vez que fue definitiva para impedir la
formalización de los derechos de propiedad de los campesinos, permitió la apropiación a gran escala de la
tierra por parte de empresarios y condujo a un incremento considerable en el número de los conflictos
agrarios. Ver: Fabio Sánchez et al. 2008. Tierras, conflicto de tierras y el surgimiento de la economía
exportadora en el siglo XIX en Colombia. CEDE. Facultad de Economía. Universidad de los Andes.
132
Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/
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cual ha contribuido el uso de la violencia, factores fundamentales para entender la
autonomía de la acción política.
Ahora bien, constituir un régimen político particular, es uno de los actos políticos por
excelencia, 133 y en este sentido, el poder fundacional terrateniente que venía
consolidándosecomo poder político desde el siglo XVI, no se iba a quedar al margen de la
constitución del nuevo régimen de democracia liberal. El liberalismo colonial de la
sociedad rural de la costa Caribe, al inicio de los primeros lustros del siglo XX, fue el
resultado histórico de los efectos producidos por un proceso político vivido en esta
sociedad durante el siglo XIX. Un liberalismo colonial que dejó inalterados los cimientos
de la sociedad colonial agraria y mantuvo asi el orden social colonial, la hegemonía, el
ejercicio del poder y la representación políticade la clase terrateniente, la protección a sus
privilegios, la pobreza, el predominio urbano y la misma estructura elitista.
Las instituciones liberales políticas y económicas que en el mundo rural de sociedades
como las de la Costa Caribe tuvieron tan pocoimpacto para controlar el predominio del
latifundio y su ejercicio del poder, condujeron a la evolución hacia este tipo de liberalismo
y a un modelo de democracia liberal excluyente cuyos postulados fundamentales llevaron a
la negación constante de lo político, la despolitización constante del campesinado a fin de
eliminarlo del debate democrático, cerrar el espacio a la posibilidad pública y producir la
exclusión y el desconocimiento de los otros.
Debe señalarse que como ideología, las reformas liberales no se convirtieron en fuerza que
generara antagonismos entre el tipo de democracia
que luchaban por establecer los
diferentes movimientos políticos y la estructura de la organización política y social que
desde la colonia caracterizaba las sociedades rurales regionales. Democracia liberal y
régimen de hacienda no representaronconcepciones políticas antagónicas de organización
de la sociedad, de allí que no se hubieran suscitado enfrentamientos de consideración
alguna entre la clase hacendaria y quienes lideraban la construcción de la nueva
democracia.
De manera tal que a su condición de región marginal de los protagonismos políticos y de
las confrontaciones partidistas mas importantes de este siglo XIX, a la democracia liberal
en la región Caribe le caracterizó la conservación de estructuras agrarias atrasadas, 134sin
alteración de las viejas estructuras de poder, en tanto que a nivel nacional las reformas
liberales que promovían las fracciones políticas dominantes tenían como objetivo liquidar
133
Gelburd-Meyers, Jesse. 2009. Op. cit. Pg. 1
Gutiérrez, Francisco. 2007. Violent Liberalism? State, Conflict and Political Regime in Colombia, 1930 –
2006. Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales. Universidad Nacional de Colombia. Pg. 5
134
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la estructura colonial de administración y mas aun,
intención de los radicales.135
prescindir del Estado, como era la
Habría que señalarse tambien, que el de la costa Caribe, fue un liberalismo colonia al que le
caracterizó el problema de la inequidad que este trajo consigo. El postulado liberal de la
igualdad que establece que toda persona, como persona, es inherentemente igual a cualquier
persona, en el caso de estas sociedades no ha tenido mayor relevancia porque la igualdad
solo puede existir a través de sus significados específicos, en esferas particulares. Por
ejemplo, la igualdad política, la igualdad económica, la igualdad social, etc., 136 y en estos
casos, ha sido visible el grado de desigualdad que estas sociedades han presentado en
relación con los otros grupos sociales y la forma como las políticas públicas no han estado
orientadas a reformar tales inequidades. R Silva en su análisis de la Encuesta Folclórica
Nacional de 1942, describe los agudos niveles de miseria en que se encontraba la mayoría
de la población campesina e indígena en Departamentos como Sucre, Bolívar,Córdoba,
137
los mismos que aún hoy en día, en conjunto con los departamentos del Pacífico,
presentanlos mas agudos niveles de pobreza rural del país. Poblaciones de campesinos,
indígenas y afrocolombianos, que no forman parte, ni son tratados como parte de una
“substancia común”, como iguales, como deben ser tratados los ciudadanos. 138
Asi se iniciaba el siglo XX en esta sociedad Caribe, siglo que va a estar cruzado por los
mas agudos períodos de violencia que jamás haya vivido esta sociedad, en contra de
campesinos, comunidades afrocolombianas e indígenas, y durante el cual no presentará
mayores cambios,la que bien puede llamarse una oligarquía de origen liberal consolidada
durante la época republicana del siglo XIX.
135
Colmenares, Germán. 1997. Partidos Políticos y Clases Sociales. Tercer Mundo Editores. Pg. 16
Mouffe, Chantal.1997. Carl Schmitt and the Paradox of Liberal Democracy.Canadian Journal of Law and
Jurisprudence.Vol. X, No. 1.Pg. 21 - 33
137
Silva, Renán. 2006. Sociedades Campesinas, Transición Social y Cambio Cultural en Colombia. Ed. La
Carreta Histórica.
138
Schmitt, Carl. 1985. The Crisis of Parliamentary Democracy. MIT Press. Cambridge, MA. Pg. 9
136
Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/
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