UNIVERSIDAD DE SONORA DEPARTAMENTO DE LETRAS Y LINGUÍSTICA MAESTRÍA EN LITERATURA HISPANOAMERICANA El extrañamiento en la enseñanza de la literatura: Una propuesta didáctica TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRÍA EN LITERATURA HISPANOAMERICANA PRESENTA: IVÁN QUINTANA DEL CASTILLO Hermosillo, Sonora. Octubre de 2007 Índice INTRODUCCIÓN ............................................................................................................. 1 CAPÍTULO 1.- La enseñanza de la literatura en la actualidad ........................................... 7 1.1.- Contexto académico, social y cultural .............................................................. 8 1.2.- Panorama breve sobre los estudios en la enseñanza de la literatura ................ 11 1.3.- Prácticas de enseñanza de la literatura en escuelas de Hermosillo .................. 16 CAPÍTULO 2.- El extrañamiento en la enseñanza de la literatura .................................... 23 2.1.- El extrañamiento en teoría literaria y la enseñanza de la literatura ............... 24 2.2.- La enseñanza de la literatura: Contradicción de forma y contenido ............. 27 2.3.- El extrañamiento en el plano de la enseñanza ............................................... 32 2.3.1.- El espacio educativo: Tiempo y espacio del aprendizaje ............... 32 2.3.1.1.- El espacio físico y la clase: Contenido y forma .................... 37 2.3.1.2.- Alumnos, espacios diversos y propuestas ............................................... 42 2.3.2.- Los objetivos de la enseñanza ........................................................ 46 2.3.3.- Los programas y contenidos en literatura ...................................... 51 2.3.3.1.- Literatura y otras formas de comunicación ............................ 60 CAPÍTULO 3.- Estrategias y actividades didácticas ....................................................... 65 3.1.- Comentario de textos a través de la libre asociación e interpretación de imágenes ...................................................................... 67 3.2.- El cómic como herramienta didáctica: De la leyenda de tradición oral al cómic ............................................................................................... 89 3.3.- Poemágenes: Creación literaria a través de la imaginación y los sentidos ...................................................................................................... 103 CONCLUSIONES .......................................................................................................... 117 BIBLIOGRAFIA ............................................................................................................ 120 INTRODUCCIÓN El estudio y análisis sobre la enseñanza de la literatura ha cobrado fuerza en años recientes, tanto por parte de institutos, investigadores y docentes de distintos niveles educativos. Se ha reflexionado sobre la importancia de la disciplina literaria en la formación humanística e integral de los estudiantes, se han organizado foros, se han escrito ensayos y se han presentado tesis que hacen hincapié en el tema, exhortando al replanteamiento de la labor docente del profesional de la literatura. Sin embargo, los bajos índices de lectura, la aversión de los jóvenes hacia ésta, y la preocupación e interés del docente, nos muestran que hay mucho trabajo por realizar, en cuanto al estudio, investigación y diseño de estrategias de enseñanza y aprendizaje. Son pocos los libros publicados que tratan el tema, la mayoría de la información que un investigador interesado necesite para sus trabajos, proviene de documentos electrónicos que se encuentran en la red; y como he dicho, de los distintos foros o congresos que las instituciones interesadas realizan continuamente; por esta razón uno de los propósitos fundamentales de esta investigación es coadyuvar en la discusión y búsqueda de nuevas alternativas, pues sabemos que la enseñanza requiere de profundas reformas. Si algunas de las labores más esperadas en el proceso educativo, son la reflexión, el cuestionamiento y autocuestionamiento, considero de vital importancia replantear de forma constante el trabajo realizado en el aula, y en esta perspectiva, este trabajo es también un replanteamiento en la concepción tradicional de la enseñanza de la literatura. Como maestro, mi principal preocupación estriba en reproducir un modelo monótono, rígido, convencional y autoritario de la enseñanza; si asumimos que la literatura se concibe como un lenguaje que, rompiendo esquemas establecidos y a través de recursos y artificios, pretende abrirnos a otras perspectivas, otras ópticas para observar el mundo, rompiendo, precisamente, la monotonía, la rigidez o formalidad del lenguaje y de la vida misma. Mi trabajo se fundamenta en la teoría literaria del extrañamiento y algunas de los formalistas rusos, la corriente crítica que tuvo su auge en los años de 1915 a 1930 aproximadamente, y que una de sus principales posturas era estudiar la obra literaria dentro de la obra misma, y lejos de cualquier estudio regido por la psicología, la filosofía o la historia. Uno de los principales exponentes de este grupo es Víctor Shklovsky, quien afirma que el lenguaje literario, para concebirse como tal, debe ser un lenguaje que se aparte de la lengua cotidiana. Un lenguaje que con el uso de recursos (desautomatizacion, extrañamiento, etc.) eviten la predisposición y el automatismo perceptivo, propiciando en el lector algún efecto, ya sea conmovedor, estético, caótico o extraordinario, y logrando con ello que esta percepción del lenguaje permanezca en los sentidos del lector. En esta frecuencia, la literatura es vista como un lenguaje que rompe las convenciones tradicionales para proponer un nuevo lenguaje, una nueva forma de decir las cosas ante el lector, y por lo tanto, nuevas formas de concebir el mundo u ópticas para observar la realidad. Entonces, análogamente, ¿por qué la enseñanza de la literatura no obedece a los mismos procesos?, sino que se constituye como todo un esquema rígido, autoritario y formal. Ante estos cuestionamientos y reflexiones, y ante algunas experiencias en el aula surge el presente trabajo: El extrañamiento en la enseñanza de la literatura: Una propuesta didáctica. Un enfoque pedagógico de la teoría literaria, en el cual pretendo concebir la enseñanza en una relación congruente con la concepción que he expuesto de literatura. Es decir, una pedagogía del extrañamiento, constituida por actitudes, estrategias y recursos que ayuden a evitar la predisposición y el automatismo perceptivo de nuestras clases. Este trabajo esta dirigido, principalmente a docentes de nivel Secundaria y Preparatoria, aunque no excluye al nivel superior y al básico. Pretendo, primeramente propiciar la reflexión de lo que ha sido su quehacer docente y la reflexión acerca del fenómeno literario, acerca de lo que es la literatura, qué busca y qué fomenta; esto con el propósito de encontrar sus potencialidades educativas, sus características lúdicas y recreativas, evitando con ello el rechazo, la aversión a la lectura, el tedio y la rutina; y buscando formar estudiantes sensibles al arte, con capacidades de crítica y autocrítica. En analogía con algunas teorías sobre la literatura, mi propuesta didáctica tiene como meta provocar en los estudiantes efectos, reacciones o estímulos que desautomaticen el proceso de enseñanza, con las dimensiones pedagógicas, didácticas o formativas que de ello podamos obtener. En esta frecuencia, el presente trabajo de investigación tiene tres objetivos fundamentales: a) Reflexionar sobre las practicas docentes en la enseñanza de la literatura y concebirlas de forma distinta a las tradicionales, entendiendo por tradicional el uso irrestricto del libro de texto, la imposición de lecturas, de interpretaciones, la monotonía y rigidez en la clase; el conocimiento intelectualizado o la simple transmisión de conocimientos sobre los aspectos emocionales, recreativos o lúdicos; el orden y la disciplina por sobre todo, entre otros aspectos. b) En analogía con la teoría literaria que describimos, concebir la literatura y la enseñanza en una relación congruente de contenido y formas: Si asumimos que la literatura es un lenguaje que rompe esquemas establecidos, tanto del lenguaje como en las maneras de ver el mundo, y propone para ello nuevos códigos u ópticas para observar la realidad. Y dado que es también una manifestación que produce placer y recreación con sus elementos lúdicos y recreativos, la enseñanza de la literatura debe ser congruente con tal naturaleza. Para ello propongo hacer uso de recursos y artificios, que eviten la predisposición y el automatismo perceptivo (En términos teóricos de Shklovsky en su propuesta acerca del lenguaje literario), manifestados a través de la monotonía, la rigidez, las practicas rutinarias y convenciones de las clases habituales. c) Proponer algunas estrategias y actividades didácticas que pueden ser significativas, acordes a las reflexiones que hacemos sobre el contexto académico y sociocultural, y sin perder de vista la perspectiva que proponemos sobre la enseñanza de la literatura. En el primer capítulo presento una reflexión sobre el contexto académico, social y cultural de los jóvenes estudiantes, a fin de justificar y validar las estrategias que presento, en él reflexiono algunos aspectos como la tecnología y las diversas formas de comunicación; también presento un panorama breve de estudios sobre la enseñanza de la literatura, provenientes de documentos y trabajos de investigación encontrados en Internet, así como en ponencias de congresos, además de trabajos de tesis presentados por docentes de distintas instituciones. Esto con el fin de mostrar un contexto en el que observemos cuáles son las principales preocupaciones, hacia dónde están dirigidas las investigaciones en torno al tema, y sobre este panorama insertar mis propias reflexiones y mi propuesta. También incluyo en el capítulo una descripción breve de algunas prácticas de enseñanza- aprendizaje en escuelas de Hermosillo, cuyo resultado tiene como fin establecer las hipótesis o supuestos de los cuales partimos en este trabajo de tesis. El siguiente capítulo se constituye como el planteamiento del problema, en él reflexiono sobre lo que debiera buscar la enseñanza de la literatura, en diálogo siempre con la teoría literaria del extrañamiento y con algunas posturas de los formalistas rusos; proponiendo, con base en ello, una pedagogía del extrañamiento. En este capítulo también considero apropiado tomar en cuenta cuatro aspectos esenciales en el proceso de enseñanza: los espacios educativos, los objetivos, los contenidos, y algunas estrategias didácticas. Desde la perspectiva de esta tesis, propongo concebir los espacios educativos de una forma distinta a lo tradicional, teniendo siempre conciencia de que estamos enseñando literatura; reflexiono también sobre los puntos que debemos tener en cuenta al plantearnos objetivos, además de reflexionar y proponer acerca de los contenidos y materiales didácticos en nuestra clase. Además, con base en las reflexiones hechas sobre el contexto académico y sociocultural, aquí considero necesario proponer la apertura del espacio a otras manifestaciones que coexisten en la actualidad con la literatura. El tercer capítulo es una selección de estrategias y actividades didácticas implementadas y evaluadas con sus respectivos resultados, en el nivel de Preparatoria y Secundaria. Aunque el presente trabajo está dirigido principalmente a estos dos niveles, incluimos una dinámica de trabajo en la Universidad con el fin de presentar variantes. Las fuentes para este trabajo son diversas, las podemos clasificar en grupos. Primeramente aquellas consultadas en artículos electrónicos, ponencias o tesis que nos dan un panorama del estado actual de las investigaciones en torno a la enseñanza de la literatura, están también aquellas pertenecientes a la pedagogía y la educación en general, con las cuales refuerzo algunas de mis teorías y propuestas. También me apoyo en bibliografía teórico literaria, de la historia y el canon; en un último apartado pondríamos aquella bibliografía que presenta propuestas específicas en torno a la enseñanza de la literatura y que proviene también de ensayos en libros, o revistas especializadas. El fenómeno de la educación es complejo, y debe ser visto desde distintas perspectivas que no podemos abarcar en este trabajo; la presente investigación pretende, con sus limitantes, aportar en algo a la discusión de la enseñanza de la literatura; y abrir canales que inviten a la reflexión por parte de quienes tienen en sus manos la responsabilidad de la educación en los estudiantes. CAPITULO 1 LA ENSEÑANZA DE LA LITERATURA EN LA ACTUALIDAD 1.1.- Contexto académico, social y cultural Los tiempos actuales que vive nuestra sociedad nos exigen estar replanteando constantemente los procesos educativos. Una sólida formación humanística hará de nuestros estudiantes individuos sensibles, críticos, autocríticos y analíticos del entorno que les rodea. Todos lo que compartimos la tarea de educar estamos de acuerdo en ello. Para eso es necesario instaurar un modelo educativo acorde a nuestra realidad cotidiana, diversa, problemática; un modelo que niegue el contexto en el cual nos desenvolvemos, para situarse en una realidad desfasada se reflejará en métodos de enseñanza caducos y arcaicos. Vivimos en una era científica y tecnológica. La literatura tiene que vencer obstáculos y luchar contra las materias de corte científico, práctico o tecnológico. Con todos sus riesgos, esta era nos pone en una situación privilegiada en relación a épocas anteriores. Los adelantos científicos y tecnológicos han facilitado muchas prácticas humanas cuando han sido utilizados en forma adecuada; pero por otra parte sabemos que sujeto atrapan, que pueden destruir y producir sociedades enajenadas, materialistas, deshumanizadas. El libro es casi ya un elemento caduco; la lectura de éste, en tanto elemento estático (letras y más letras) ha sido desplazado por otras formas de comunicación; para el joven contemporáneo no presenta un atractivo visual o táctil aquel libro de biblioteca, éste es para él un dinosaurio de la prehistoria. La lectura impresa, carente de imágenes, no llama la atención del joven porque se encuentra viviendo en la era de la imagen. Es blanco del bombardeo de un sin fin de información que le llega a través de distintos medios: computadora, televisión, videojuegos; distintos códigos a través de diversas imágenes, formas y colores que rebasan su capacidad de abstracción, y por lo tanto le enajenan. Sartori sostiene en Homo videns: La sociedad teledirigida que el ser humano es el único que posee la capacidad de la abstracción, y que la lectura le permite abstraer, inferir, codificar y decodificar, construir e imaginar otras posibilidades; entonces la lectura constante ejercita esta capacidad intrínsecamente humana. La televisión, afirma, presenta un lenguaje abstraído, inferido, decodificado, construido; por lo que no pone a prueba ni ejercita esta capacidad del ser humano, y al no ejercitarla, no sólo la elimina, sino que va destruyendo la poca o mucha capacidad que se tenga. Con la invención de nuevos códigos se incrementa la práctica de la lectura, pero no la capacidad de la lectura. El joven se enfrenta a las distintas formas de comunicación, los diversos lenguajes que van en aumento; podemos inferir, entonces, que existe la práctica de la lectura. Los jóvenes leen pero no tienen las capacidades de abstracción; por lo tanto debemos hablar, como afirma Sartori, de un analfabetismo funcional. El joven practica la lectura, tal vez en demasía, de documentos electrónicos, anuncios de televisión, cómics, grafittis, etc., pero no de libros. No tiene la capacidad de abstraer, de inferir, de reflexionar y problematizar su entorno; sin embargo está consumiendo literatura, porque ésta allí está, cambiando progresivamente sus medios para comunicarse. Vivimos una era de transición, un cambio de estos medios, tal cual se vivió cuando de la palabra hablada pasamos a la palabra escrita, de la pintura a la fotografía o de la fotografía al cine. La era presente nos pide ser prácticos y los jóvenes piensan que la literatura y sus formas de enseñanza no lo son. Sabemos que la educación humanística es la respuesta contra la enajenación, en este tiempo los adelantos tecnológicos atrapan al joven y lo cautivan. La literatura se encuentra en desventaja, porque en los programas educativos interesan más las materias de corte práctico o tecnológico. La tarea compartida sigue siendo la misma, desarrollar el aspecto humanístico frente al tecnológico, seguir luchando por fomentar el hábito de la lectura, seguir pensando que la literatura es el arma que lucha para construir un mundo mejor. Sólo debemos hacerlo auxiliándonos de todos estos elementos, adelantos, códigos, formas de pensar y actuar de los jóvenes, y no colocarnos en una situación de desventaja frente a las otras ramas del conocimiento, frente a las otras formas de comunicación, frente al constante surgimiento de códigos diversos; hacerlo es trasladar al estudiante a un mundo que él considera ya de la prehistoria. Como docentes debemos reflexionar y replantear ciertos aspectos. Por ejemplo la escritura, pues mientras el maestro de Redacción o Español trata de enseñar ortografía y gramática, intentando que el estudiante escriba correctamente, sepa acentuar y poner los puntos donde deben de ir; por otro lado la tecnología, en sus distintas formas de comunicarse, le exige a los jóvenes, en su interactuar con lo demás jóvenes, romper normas y criterios de gramática, los lleva a inventar sus propios códigos de comunicación que simplifican y complican menos su existencia. Fomentar la imaginación, la sensibilidad, el gusto por el texto literario, la creatividad y todo aquello que nos diferencia de las máquinas y de los animales, sigue y seguirá siendo nuestra misión como docentes. Ante la imposibilidad de encontrar respuestas frente a las problemáticas aquí expuestas; y de intervenir directamente en el trabajo de todos los maestros de literatura, propongo este trabajo como un punto que lleve a la reflexión y como un breve programa de estrategias didácticas surgido ante la realidad que vivimos y que especialmente vive el joven estudiante. 1.2.- Panorama breve sobre los estudios en la enseñanza de la literatura Hemos dicho que en los últimos años se ha reflexionado sobre la importancia de la disciplina literaria en la formación humanística e integral de los estudiantes. La enseñanza de la literatura ha pasado a ser tema de investigaciones, foros de debates y propuestas. Para este trabajo de tesis me he dado a la tarea de rastrear algunas reflexiones por parte de docentes e investigadores, con el objetivo de que el lector tenga nociones breves de cuales son las preocupaciones, en donde están los elementos a transformar y qué proponen para innovar el proceso de enseñanza. Empezaré por describir muy brevemente algunas encontradas en documentos electrónicos de la Internet o revistas de educación. Teresa Colomer, en su artículo titulado “La enseñanza de la literatura como construcción de sentido”, (Lectura y vida: revista latinoamericana de lectura, p.6-23). cuestiona la concepción de la enseñanza de la literatura como transmisión de saberes y conocimientos sobre la historia literaria, afirma también que la valoración artística ha estado históricamente condicionada y los alumnos debían recordar lo que habían leído u oído sobre las obras sin necesidad de adentrarse en su lectura. Ella propone la lectura de textos junto al aprendizaje de mecanismos que nos lleven a encontrar su esencia, en lugar de aprender valoraciones dadas sobre ellos. Además la autora pugna por una lectura libre que permita a los alumnos crear su propio horizonte de expectativas, y entre algunas estrategias propuestas, señala que el uso de la imagen, en una interrelación con el texto, es vital para la construcción del sentido. Para ello hay que crear imágenes, detalles, realzar figuras sobre un fondo, utilizando colores naturalistas. La asociación libre de ideas y conceptos permite que el cerebro trabaje con sus propios mecanismos, y no de forma lineal ni memorística, y recomienda la utilización de fábulas con figuras de animales en el caso de los niños. La doctora Camila Henríquez Ureña, en su página de Internet, (http: www.bnjm.cu/quijote/derroteros/campana_lectura/mesa_redonda.htm) reflexiona sobre los métodos arcaicos y caducos (memorizar largos pasajes, aprender términos técnicos, etc.), y afirma que al tratar de innovar con los mejores métodos y estrategias didácticas, no debe olvidarse que lo que hay que enseñar es a leer, practicar el arte de la lectura desde nivel preescolar : la lectura en voz alta, la teatralidad al repasar fragmentos de obras, utilizando la voz con tonos y gestos adecuados; la familiarización del niño con los textos hasta lograr que se encariñen con ellos, todo ello es de vital importancia. Sujeto Sostiene que el maestro debe empezar por darles a los alumnos las lecturas más fáciles e ir midiendo gradualmente sus capacidades. Así se formará en ellos la costumbre de pensar, discutir y comentar libremente sus opiniones sobre los textos. Concluye reiterando, atinadamente, que la libertad es un punto esencial. En su página virtual, el Doctor Jaime Mita de la Universidad Boliviana, (http://www.geocities.com/umsada/7trabajoar.htm), reflexiona sobre la práctica rutinaria que constituye la enseñanza de la literatura; apunta en que esta práctica se debe dejar atrás para convertir las clases en un foro libre de expresión, donde el alumno encuentre la libre apertura a su opinión. Señala que la literatura se aleja de la realidad porque es ficción; pero a su vez está intrínsecamente ligada a la vida del ser humano desde y hacia todos los tiempos. Sugiere que la misión del maestro es pues establecer conexiones entre el texto literario y la vida cotidiana, a menudo problemática, de los adolescentes; uno de los factores importantes es romper la mudez en el aula. El Doctor Mita concluye diciendo que para esta misión deben existir profesionistas docentes capaces y poseedores de una sólida cultura literaria y una sólida formación que le permita [al alumno o al maestro?] conocer las problemáticas del mundo actual y entender de los problemas de los adolescentes, sólo así se lograría, a través de la educación, un mundo cada vez mejor. El Doctor Joaquín M. Aguirre Moreno en su documento “La enseñanza de la literatura y las Nuevas Tecnologías de la información”, (http://www.ucm.es/info/especulo/numero21/eliterat.html), sostiene que la literatura puede mantener una estrecha relación con las nuevas tecnologías de la información. Primeramente, el investigador hace hincapié en que se debe desterrar la resistencia contra la barbarie tecnológica deshumanizadora, partiendo así de dos cuestiones: Qué enseñar y Cómo se debe aprender, estas dos preguntas son fundamentales en toda actividad docente. Otro aspecto que señala Aguirre, y que ha sido abordado por varios investigadores, es la conciencia de que el texto no debe ser un elemento distante, sino un objeto próximo. Afirma que la realidad de los jóvenes nos ha alcanzado, se vive una era tecnológica a la que no se debe rehuir con actitud alarmante, sino tomar de ella todas sus ventajas para transformar la enseñanza junto con los estudiantes. Se debe aceptar que el texto ya es virtual. Entre sus propuestas equipara la forma de operar de la tecnología, con su carácter asociativo, con la forma de trabajar del cerebro humano. Y sus estrategias son la utilización del mapa mental y el hipertexto (estrategias que más adelante abordaremos en forma detallada como parte de las propuestas didácticas del presente trabajo). Como miembro de la página electrónica del profesorado de Guijón, (http://aulavirtual.uji.es/file.php/993/La_educacion_literaria_en_la_ensenanza_obligatoria. htm) el investigador Carlos Lomas reflexiona sobre la enseñanza de la literatura a través de la historia. Indica que si hay desacuerdo en las formas tradicionales de la enseñanza, se debe tal vez a las formas en las que se han entendido los contenidos de la literatura a lo largo del tiempo. Distingue cuatro etapas en la historia: 1) Desde fines de la Edad Media hasta el siglo XIX se formó a las generaciones en el arte de la educación. La retórica en su calidad de arte del discurso, educaba en el uso adecuado del texto y los clásicos grecolatinos suministraban los modos del buen decir y del buen escribir. 2) El siglo XIX formaba a las personas a través de la literatura, como si esta fuera un espejo diáfano de la vida cotidiana de los pueblos y de las ideologías emergentes de las nuevas nacionalidades. 3) En el siglo XX, a partir de la década de los sesenta, ante el fracaso de una enseñanza de la literatura orientada a transmitir a unos adolescentes, y a unos jóvenes insertos en la cultura de masas, las obras y los autores canónicos de la historia de la literatura, se abre paso a la idea de orientar la educación literaria a la adquisición de hábitos de lectura y la formación de lectores competentes. 4) En los ochenta, el texto literario aparece como un tipo específico de uso comunicativo y la educación literaria pone el acento en la construcción escolar de hábitos lectores, pugnando por una selección de obras y el disfrute del texto literario. Después de su análisis crítico sobre la educación literaria a través de la historia, Lomas propone que hay que buscar en los alumnos que el texto literario consiga un placer estético y algún tipo de emoción. A través de las emociones se puede desarrollar en los estudiantes su capacidad de análisis y comprensión. La Universidad de Sonora, a través del Departamento de Letras y Lingüística, ha sido semillero de maestros, profesionales de la literatura en el estado, y es hoy la institución que recibe las preocupaciones de ellos en la complicada tarea de la enseñanza. La Universidad, consciente de ello, ha organizado foros como el de la “Enseñanza de la literatura”, y sigue dirigiendo los trabajos de tesis de los profesores egresados, que con experiencia docente en distintos niveles, se muestran preocupados y promueven alternativas didácticas. Estos estudios presentados en trabajos de tesis o expuestos en los foros detectan y exponen el problema educativo, pero son pocos los trabajos que proponen metodologías y/o estrategias para la práctica docente de la literatura. Cabe señalar trabajos muy interesantes en cuanto a la enseñanza de la literatura infantil, los cuales proponen juegos y actividades recreativas en el aula, siendo éstos los estudios más completos. Como podemos apreciar en este recorrido, existe una real y profunda preocupación en el ámbito de la enseñanza de la literatura, se señalan errores, se cuestionan métodos, se reflexionan modelos, y en menor grado se proponen estrategias didácticas que buscando romper métodos arcaicos, ayuden a lograr los objetivos trazados en sus investigaciones y reflexiones. En el siguiente apartado presentamos también un panorama breve, ahora de las prácticas de enseñanza-aprendizaje de la literatura en algunas escuelas de nuestra ciudad. 1.3.- Prácticas de enseñanza de la literatura en escuelas de Hermosillo. Para este trabajo de investigación nos dimos a la tarea de recorrer algunas instituciones educativas de Hermosillo. Tuvimos la oportunidad de presenciar, con el consentimiento del profesor, varias clases de lengua y literatura, con el objetivo de tener noción de las formas y métodos didácticos que prevalecen en secundaria y preparatoria, incluso a nivel primaria, para reafirmar nuestras hipótesis o supuestos, y a fin de darnos cuenta de la pertinencia de nuestro trabajo. Teníamos también la intención de observar las instalaciones y los espacios educativos, además de observar algunos materiales educativos o libros de texto usados por los maestros. De las escuelas visitadas, presento a continuación los resultados obtenidos en dos secundarias oficiales y en una de carácter privado; además de dos preparatorias y una primaria, las tres de carácter público. Las dos secundarias oficiales visitadas tenían instalaciones semejantes, casi iguales. Edificios con el mismo diseño arquitectónico y el mismo color de pintura. Las aulas son en línea y tiene cada uno la misma distribución de bancos, pizarrón al frente y escritorio del maestro en la esquina. En una de estas escuelas los bancos están numerados conforme al número de lista de los alumnos y cada banco corresponde a cada uno de ellos, por lo que al iniciar la clase cada alumno debe tomar el banco que le corresponde. Esto se hace con el fin de que el estudiante se haga responsable de su sitio, y en caso de rayado o maltrato hacia el mueble, aplicar al alumno la sanción correspondiente. Escogimos la clase de Español de tercer grado, llevándose a cabo de la siguiente manera: El maestro llega puntual, toma la asistencia y pide a los alumnos que saquen el libro. El maestro hace un comentario sobre “el género lírico”; de pie, recargado exactamente a la mitad del pizarrón, un brazo hacia atrás y libro en la otra mano, empieza a leer un poema de Lope de Vega, con un ritmo y una entonación sobresaliente. Un alumno levanta la mano y dice que no trae libro, el maestro repite lo afirmado por el alumno y sigue leyendo. Después de leer da la definición de dos o tres palabras que le parecen de difícil comprensión. Cuenta una anécdota personal que provoca la risa de los alumnos, da las indicaciones del ejercicio que ha de hacerse en el libro y se dirige a su escritorio. Durante el resto de la clase el maestro permanecerá en su escritorio haciendo unos apuntes y revisando hojas. La clase continúa entre ruidos, murmullos y risas en tono bajo. Al final los alumnos se dirigen al maestro a revisar su ejercicio, se forman en fila para revisar y éste les firma la actividad realizada. En la siguiente secundaria, escogimos a un grupo de primer año, también en la clase de Español. Tanto el aula, el reacomodo de bancos, el escritorio, son de forma tradicional. La maestra llega puntual, toma la asistencia rápidamente sin mirar a los alumnos. Pide que saquen el libro en la página correspondiente. Da las indicaciones. Después recorre fila por fila repitiéndolas a los que no entendieron su explicación. La clase transcurre entre voces y risas de tono entre moderado y ruidoso. La maestra, durante este tiempo, se pasea recorriendo el salón, dando explicaciones a los alumnos que la llaman para que se acerque a donde se encuentran. La dinámica de la clase transcurre, en su totalidad, de esa manera, alumnos escribiendo en el cuaderno lo que copian del libro, la maestra recorriendo las filas y hablando con los alumnos. La siguiente escuela es preparatoria, de carácter público y de gran demanda. La asignatura es Literatura 1. El espacio y reorganización de sus elementos son de forma tradicional. La maestra llega cinco o diez minutos después de la hora de entrada. Pide que saquen el folleto, un libro que la misma institución elabora y que trae su logo en la portada. La actividad es una lectura de un cuento, y es la misma maestra la que lee en voz alta. La mayoría de los alumnos sigue la lectura en sus folletos. Al terminar la lectura la maestra ríe y hace preguntas a los alumnos. Algunos empiezan a contestar. La maestra, sonriente en todo momento sigue hablando de anécdotas de la vida real, en analogía con la lectura que acaban de hacer. Después de varios comentarios y un pequeño debate de preguntas en los que participaron de tres a cuatro alumnos, la maestra deja como tarea un dibujo alusivo a la lectura. Una vez contestada las preguntas que le hacen, abandona el salón sonriente. En la siguiente preparatoria, también pública, pero de carácter tecnológico, escogimos la clase de Lectura. Espacio y elementos son organizados de forma tradicional, y hay un templete frente a los alumnos, por lo que el docente queda en un sitio más alto que los alumnos. Llego al salón junto con la maestra. Los alumnos entran detrás de nosotros. Se toma la asistencia y la maestra comunica que va a revisar el ejercicio de la clase anterior. Los alumnos empiezan a revisar sus cuadernos y se acercan a la maestra formándose en fila. El ejercicio consiste en un escrito que los alumnos escribieron en su cuaderno. En el escritorio la maestra revisa cada uno de los ejercicios y va señalando puntos, escribiendo alguna información sobre los escritos, y haciendo las aclaraciones pertinentes. Los cincuenta minutos de la clase se van en esta dinámica, y a los alumnos que no se les revisó se les comunica que la próxima clase lo harán. La escuela que visitamos posteriormente es una secundaria de carácter privado. Nos llama la atención las instalaciones, ya que es un edificio de ladrillo decorado con forma de caracol, de manera que los salones son de distintas medidas y formas. La explicación que nos dan de este estilo arquitectónico es que tiene un carácter funcional, y que se diseñó así para disminuir la temperatura en el lugar. No nos dicen que de esa manera se ofrece un espacio distinto a lo tradicional, que se construye así un espacio educativo más propicio para el aprendizaje o que buscan un ambiente de mayor convivencia y recreación. La clase es de Español, segundo grado, y el grupo no es muy numeroso. Si bien el espacio es diferente a los anteriores, el reacomodo de bancos y escritorio enfrente son de forma tradicional. Los alumnos al ver llegar a la maestra corren hacia sus asientos. Ella toma la asistencia, mientras los alumnos ponen encima su libro y su cuaderno. La maestra al frente, sentada en su escritorio y sonriente todo el tiempo, empieza a dirigir preguntas a los alumnos sobre la lectura leída con anterioridad. Los alumnos están quietos todo el tiempo, no se oyen ruidos ni murmullos, y nadie se levanta de sus asientos. La maestra sigue hablando, mostrando placer en lo que dice y conoce. Habla de poesía, de leyendas, de lecturas. La clase transcurre en su mayoría con la exposición de la maestra frente a un grupo callado, el orden y la disciplina que impera en el aula son de resaltar. Casi al final la maestra hace unas preguntas sobre la lectura hecha por los alumnos, al parecer una novela breve acerca de un jugador de básquetbol. Poco después la maestra comunica que continuarán con el tema la siguiente clase y se retira del salón. Una vez que ella sale, los alumnos rompen el orden y la disciplina. La experiencia que tuvimos en primaria fue diferente a las anteriores, ya que a esta institución habíamos sido invitados a un evento organizado por uno de los docentes, con el fin de promover la lectura entre los alumnos. El evento se llamaba “Foro de lectura: platicando con el autor”, y la dinámica consistía en que los alumnos de quinto grado, después de haber hecho alguna lectura, formularían preguntas en general sobre libros, sobre el proceso de escribir o sobre las experiencias propias que habían tenido con sus lecturas. La actividad se llevó a cabo con un orden y una disciplina impecable, y tanto en la dirección del evento, como en las preguntas formuladas por los alumnos, se notó la intervención de la maestra en todo momento. Con base en este breve recorrido que hicimos en distintas instituciones, podemos partir, para nuestro trabajo, de las siguientes hipótesis o supuestos: Las prácticas de enseñanza-aprendizaje siguen siendo tradicionales, salvo algunas excepciones, los métodos educativos, las estrategias y las técnicas pedagógicas se caracterizan por: - El uso irrestricto del libro de texto, práctica que en ocasiones se repite todas las clases de un ciclo escolar. El programa en el que se basa el maestro es el contenido total del libro. - Clases- conferencia, en la que poco se estimula el debate o la libre expresión de ideas por parte de los alumnos. - Si se practican debates o lluvia de ideas, el maestro interactúa con un grupo limitado de alumnos. - En las dinámicas de trabajo no se plantea ningún objetivo. El maestro llega y da órdenes de lo que debe hacerse. Las actividades se realizan porque así tiene que ser, las clases se constituyen como todo un ritual diario de actividades sin ninguna orientación ni meta. - Los espacios educativos son siempre los mismos: El alumno en el lugar que le corresponde, trabajando siempre de forma individual, el maestro frente a ellos todo el tiempo o dando órdenes desde su escritorio. No se ofrecen opciones o distintos escenarios pues se tiene la idea de que el único lugar de aprendizaje es el salón de clases. - El orden y la disciplina es por sobre todo: conocimiento y aprendizaje casi son sinónimos de orden y disciplina. - Se busca en los alumnos la aprensión del conocimiento; poco se estimula la recreación y el disfrute. Se cree que el conocimiento es serio y al enseñar literatura los aspectos intelectuales o la transmisión de conocimientos están por encima de los aspectos lúdicos, emocionales y/o sensoriales. - Salvo la proyección de películas o la recreación de obras teatrales en las preparatorias que visitamos, son pocas las estrategias didácticas alternativas que propone el maestro al alumno, en la búsqueda de lograr objetivos y transformar los procesos de enseñanza. En este panorama actual y sobre estas hipótesis o supuestos presentamos nuestro trabajo: El extrañamiento en la enseñanza de la literatura: Una propuesta didáctica, en el que, realizando una analogía entre la teoría literaria del extrañamiento y algunas teorías y términos de los formalistas rusos, y otros autores, propongo concebir la enseñanza de la literatura de distinta manera: en una relación congruente de contenido y forma, entre la naturaleza que exponemos de la literatura, y las prácticas de enseñanza. Mi trabajo de tesis surge en la fusión de varios aspectos relevantes: 1).- La preocupaciones, reflexiones y alternativas sobre el tema presentes en el trabajo de investigadores y docentes. 2).- Las reflexiones propias sobre el contexto social, académico y cultural que vivimos actualmente. 3) Algunas experiencias docentes en secundaria, preparatoria y universidad; y, 4).- Algunas teorías sobre la literatura, entre ellas, algunas de los formalistas rusos, las cuales me sirvieron como punto clave de reflexión, y alentaron, junto con algunos artículos pedagógicos, y otros aspectos mencionados, esta investigación. El siguiente capítulo se constituye como la propuesta medular de esta tesis; en este apartado abordo el extrañamiento en teoría literaria, algunas posturas de los formalistas rusos y presento mi propuesta didáctica. CAPITULO II El extrañamiento en la enseñanza de la literatura 2.1.- El extrañamiento en teoría literaria y la enseñanza de la literatura Una de las teorías más importantes que tratan de definir la literatura, sin lugar a dudas es la de los formalistas rusos. El término formalismo fue acuñado con carga despectiva por los críticos adversarios del movimiento, para definir la corriente de crítica literaria que tiene lugar en Rusia en el periodo de 1915 a 1930. Esta doctrina formalista estuvo representada por dos escuelas el Círculo Lingüístico de Moscú y la Sociedad para el Estudio de la Lengua Poética (OPOJAZ), entre cuyos representantes más sobresalientes del movimiento se pueden señalar a Román Jakobson, Víctor Shklovsky, Jury Tinianov, B. Tomashevsky, entre otros. Los formalistas analizan la obra literaria desde una perspectiva de la lingüística, poniendo la obra en el centro de sus preocupaciones y evitando cualquier estudio regido por la psicología, la filosofía o la sociología (estudios que imperaban en la crítica literaria rusa) y huyendo de la idea de explicar la obra con base en la biografía del autor o en el análisis del contexto sociohistórico de ésta. De esta manera la grandeza de una obra literaria se encuentra dentro del texto mismo y no en factores externos que le rodean. Shklovsky, en un su ensayo “El arte como artificio”, analiza la literariedad del lenguaje. Concibe, haciendo una simplificación metodológica, dos manifestaciones del lenguaje: el lenguaje cotidiano y el lenguaje literario. El primero es la forma común y corriente de comunicarnos, lenguaje convencional que sigue las normas del uso común, de la gramática, de la lógica o del sistema mismo. Nuestra forma de ver la realidad, a través de este lenguaje, provoca que nuestras percepciones del mundo se familiaricen, se hagan costumbre, se vuelvan rutinarias; y por lo tanto que se pierdan entre tantas percepciones que del mundo nos formamos. En uno de sus postulados, Shklovsky señala que: El hábito nos impide ver y sentir los objetos; es necesario deformarlos para que nuestra mirada se detenga en ellos: esa es la finalidad de las convenciones artísticas. El mismo proceso explica los cambios de estilo en arte: las convenciones, una vez admitidas, facilitan el automatismo en lugar de destruirlo (“El arte como artificio”, 31). La esencia de la obra literaria radica entonces en la construcción de un lenguaje cuyos recursos traten de evitar la familiarización de nuestras percepciones. Esto se logra a través de artificios artísticos no convencionales, no lógicos, no automáticos ni de rutina. Estos recursos evitarán que nuestras percepciones se pierdan, y lograrán que permanezcan en nuestros sentidos, provocando algún efecto conmovedor, innovador, estético, placentero, caótico o extra-ordinario. Shklovsky describe esta dualidad de lenguajes como imagen poética e imagen prosaica. La imagen poética está definida como uno de los medios de la lengua poética, cuyos procedimientos (paralelismo, comparación, repetición, hipérbole, simetría, etc.) constituyen: Un procedimiento de singularización, forma difícil que aumenta la dificultad y duración de la percepción: el procedimiento de percepción en arte es un fin en sí y debe ser prolongado. El arte es interpretado como un medio de destruir el automatismo perceptivo: la imagen no trata de facilitarnos la comprensión de su sentido, sino de crear una percepción particular del objeto, la creación de su visión y no de su reconocimiento: De allí proviene el vínculo habitual de la imagen con la singularización, (Todorov, 32). Según las leyes generales de la percepción, cuando las acciones llegan a ser habituales se transforman en automáticas. De modo que nuestros hábitos se refugian en un medio inconsciente y automático. Sklovsky ejemplifica con la sensación que se tiene por primera vez al tomar un lápiz con la mano o hablar por primera vez en una lengua extranjera y puede uno comparar esta sensación con la que se siente al hacer la misma cosa por enésima vez. Tolstoi, citado en Todorov, 60, escribe: Yo estaba limpiando la pieza, al dar la vuelta me acerqué al diván y no podía acordarme si lo había limpiado o no. Como esos movimientos son habituales e inconscientes no podía acordarme y tenía la impresión de que ya era imposible hacerlo. Por lo tanto si he limpiado y me he olvidado, es decir, si he actuado inconscientemente, es exactamente como si no lo hubiera hecho. Si alguien consciente me hubiera visto, se podría restituir el gesto. Pero si nadie lo ha visto conscientemente, si toda la vida compleja de tanta gente se desarrolla inconscientemente es como si esta vida no hubiera existido. De esta manera, sostiene Shklovsky, “la automatización devora los objetos, los hábitos, los muebles, la mujer o el miedo a la guerra. Así la vida desaparece transformándose en nada”. Al estudiar el lenguaje poético en tanto sus elementos formales, dígase sus componentes fonéticos, sus construcciones sintácticas y semánticas, disposición de las palabras, etc., vemos que su carácter estético se revela por estos mismos elementos, creados para liberar la percepción del automatismo. Mukarovsky (Escritos de estética y semiótica) concibe la dualidad Actualización vs Automatización; afirma que mediante la automatización todo fenómeno adquiere un carácter esquemático y es con la actualización de lenguaje como alteramos los esquemas: La función del lenguaje poético consiste en la máxima actualización de la manifestación lingüística. La actualización es lo contrario de la automatización, es decir, es la desautomatización de un acto determinado; cuanto más automatizado es un acto determinado, tanto menos consiente en su ejecución; cuanto más actualizado, tanto más completa es la participación de la conciencia en su realización. (Mukarovsky, 316). El extrañamiento es pues un recurso que actualiza el lenguaje y evita la automatización de nuestras percepciones. En este trabajo el término es sugerido para señalar que el lenguaje literario es una construcción que, con el manejo de planos alternativos, discrepancias y contradicciones, viola el lenguaje cotidiano, científico o filosófico-conceptual. La literatura es la trasgresión y rompimiento de normas establecidas, que conllevan la propuesta de un nuevo lenguaje, una nueva forma de ver las cosas ante el lector. De ahí que esta trasgresión de formas y contenidos nos permita ver la realidad desde distintas ópticas y perspectivas, siendo esto una de las funciones que más esperamos de la literatura. Sin embargo, si adoptamos que las concepciones de lo literario tanto de Shklovsky como de Mukarovsky, son bastantes contundentes para trasladarlas a otros planos como el arte o la vida misma1, en el plano de la enseñanza podremos encontrar y advertir contradicciones dignas de análisis profundos, como el hecho de que la enseñanza de la literatura, en todos los niveles, lleva a cabo un esquema monótono, rutinario, rígido y autoritario. Si partimos de los supuestos de que las prácticas de enseñanza-aprendizaje de la literatura son tradicionales, se observa una contradicción enorme entre la esencia de la literatura que hemos presentado y su enseñanza en todos los niveles. 2.2.- La enseñanza de la literatura: Contradicción de forma y contenido. La descripción de conceptos, las teorías o ideas que definen la literariedad de la literatura, y que presentamos en el apartado anterior, son un punto de referencia que tendremos presente en nuestro debate sobre la enseñanza de la literatura. El concepto de lo literario, en contraposición a lo que no lo es, es motivo de reflexión para señalar la contradicción existente, que señalé, entre la literatura y su práctica docente. Hemos asumido que la literatura es la construcción de un lenguaje propio, una nueva forma de decir las cosas del mundo y el hombre, con el propósito de proveernos de un placer estético, a la vez que nos revela nuevas perspectivas, visiones o mundos posibles. Si en la construcción de su lenguaje, la literatura rompe paradigmas, viola normas, 1 Por ejemplo Brecht concibe para el teatro el término distanciamiento, análogo al extrañamiento de los formalistas rusos, un recurso que evitaría la alienación del público. Para él, el dramaturgo debe evitar una trama pulida e interconectada. Los casos de injusticia social deben presentarse como si fueran chocantes, no naturales y completamente sorprendentes. Sostiene que para evitar que el público caiga en un estado de aceptación pasiva, es necesario hacer añicos la realidad utilizando el recurso del distanciamiento. Brecht pretende, con la búsqueda de nuevos modos de sacudir al público, sacarlo de la pasividad complaciente, y conseguir un compromiso activo: desenmascarar todo nuevo disfraz utilizado por el sistema capitalista. (Brecht, en: Selden Raman, La teoría literaria contemporánea, 123-124). transgrede esquemas preestablecidos y nos provee de nuevas ópticas que escapan hasta entonces del pensamiento humano, la literatura en su práctica docente constituye todo un esquema establecido, rígido, monótono y autoritario. La pintura, por ejemplo, se enseña pintando. Previo estudio de pintores, corrientes y formas, se enfrenta al estudiante con pincel y lienzo en mano a un mundo de colores, formas y contenidos para que éste cree su propio arte. El actor de teatro, después de la teoría, aprenderá su arte realizando movimientos, gesticulando, hablando; es decir, haciendo teatro; la bailarina, después de los aspectos teóricos se dejará llevar por los movimientos de su cuerpo, frente a los acordes de la melodía. Sin embargo la enseñanza de la literatura mayormente se ha practicado con lectura impuesta, con la letra carente de sentido para el joven estudiante. No se ha enseñado literatura como lo hacen las demás artes: Aprender literatura a través de la literatura; es decir, en congruencia con lo que es la literatura, encontrando en la enseñanza un sentido a la literatura. La enseñanza actual consta de programas interminables, listas extensas de corrientes históricoliterarias, prácticas rutinarias, establecimiento de objetivos que jamás se logran, docentes que evalúan nombres, títulos y fechas a través de exámenes, cursos sin ninguna orientación ni meta. (Cf. De García Galiano, “Didáctica de la literatura”, en Nueva introducción a la teoría literaria, de Miguel Ángel Garrido). Toda esta lista está conformada de elementos que Shklovsky llamaría procesos de automatización, y por lo tanto vacíos e inútiles para la percepción humana en la búsqueda de algo esencialmente literario. El artificio para definir la literariedad de la literatura, el extrañamiento, en teoría literaria puede ser discutible; pero una pedagogía del extrañamiento, al enfrentar a los estudiantes frente a distintas situaciones, sucesos y acontecimientos, puede ser sumamente significativa. En este sentido Joan Carles Mélich, en su artículo titulado “La imposible sutura”, afirma que suceso y acontecimiento son cosas distintas. El autor sostiene que si bien ambos elementos, como parte del devenir humano, resultan inesperados, no son deducibles dentro de la lógica del sistema y, por lo tanto, no son planificables; el autor afirma que el acontecimiento es una irrupción que transforma radicalmente la personalidad del que lo ha sufrido: Además, el acontecimiento abre una grieta que impide cualquier sutura definitiva, y aun en el supuesto de que uno pudiera suturar esta fisura siempre le quedará una marca. De una forma o de otra invariablemente aparece tras la experiencia del acontecimiento una huella, una cicatriz que es imposible de borrar. (Mélich, 238). No es que el autor ni este estudio propongan una pedagogía de lo inesperado, puesto que lo inesperado no puede concebirse dentro del logos del sistema; más bien propongo una dinámica de actividades didácticas que constituyan acontecimientos, puesto que éstos, al irrumpir en el tiempo y el espacio y romper la lógica lineal, obligan al cuestionamiento, al replanteamiento y a la reflexión, procesos que todo maestro espera de sus alumnos en el quehacer educativo. La literatura está llena de acontecimientos que transforman la vida de los personajes que los experimentan: El acontecimiento transforma de tal manera la situación y por lo tanto la identidad (o la identificación) del personaje que lo experimenta que le obliga a un radical replanteamiento de su modo de ser en el mundo. El acontecimiento pone de manifiesto (a veces de forma brutal) tanto la finitud como la falibilidad de toda vida humana. (Mélich, 225) En este sentido, debemos hacer que la enseñanza de la literatura signifique un proceso que cambie la vida de los estudiantes, que les provoque alguna cicatriz imposible de suturar, y en términos educativos en eso consiste una pedagogía del extrañamiento. La propuesta de este trabajo de tesis es enseñar literatura a través de la literatura. ¿Y cómo enseñar literatura por medio de la literatura? Es decir, cómo equiparar nuestras actividades didácticas en congruencia con lo que supone que es, busca y promueve la literatura. Cada maestro tendrá su propia respuesta, lo importante es que ya haya hecho la reflexión sobre el punto. Como afirmamos en la introducción, nuestra propuesta establece una analogía entre las teorías y concepciones de la literariedad de los formalistas rusos y la enseñanza. Sklovsky afirma que es necesario “extrañar” la forma de la lengua cotidiana para evitar la percepción automática y con recursos como la singularización, el extrañamiento y la desautomatización, construir un lenguaje verdaderamente literario. En nuestra pedagogía del extrañamiento, al extrañar, romper paradigmas establecidos, violar normas, transgredir esquemas, (en cuanto nuestras condiciones escolares nos lo permitan) buscamos evitar la percepción automática de nuestras clases, provocar también un efecto, reacción o estimulo con alcances pedagógicos, didácticos o formativos. La postura es radical e implica romper los paradigmas de enseñanza tradicional que tiene el docente. La enseñanza tradicional ha puesto por encima la transmisión del conocimiento o la búsqueda del conocimiento intelectual, sobre lo emocional, sensorial o lúdico. Y la esencia del arte radica en estos últimos aspectos, los cuales pueden llevarnos a su vez, aunque no siempre, al conocimiento. David Bleich dice al respecto: Como profesor de escuela, estoy más interesado en lo que un estudiante siente, que en lo que piensa; me intereso en el afecto, no en la interpretación. Como la lectura depende de la psicología personal, necesariamente engendra “distorsiones” -exageraciones, omisiones, asociaciones, inserciones, errores. (Conferencia no publicada). En concordancia con Bleich, nuestro objetivo al enseñar literatura debe ser que el estudiante cree su propio lenguaje y vaya conformando su propia obra literaria, poseedora de su visión del mundo y definiendo su propia realidad, que cuestione y se autocuestione. Que cometa sus propias fallas y sus errores, y él mismo busque posibles soluciones, porque así estamos también formando para la vida. En nuestra propuesta didáctica pondremos por encima el aspecto emocional, lo lúdico y lo recreativo; hacer que las clases se queden en la percepción de los alumnos y no en el archivo de la automatización y la rutina. Este primer apartado es, primeramente, un punto de reflexión de la práctica docente, y espero que los siguientes sirvan como una serie de sugerencias que puedan ser de gran utilidad dentro de la propuesta didáctica que en torno a la enseñanza de la literatura presento. 2.3.- El extrañamiento en el plano de la enseñanza Hemos afirmado que esta propuesta didáctica tiene como propósito evitar la percepción automática de las clases de literatura; y por lo tanto, la inutilidad, la rutina y en consecuencia el tedio y el olvido por parte de los alumnos. En analogía con la teoría del extrañamiento y algunos postulados de Shklovsky, Mukarovsky y otros, buscamos a través de algunas practicas didácticas provocar en los alumnos reacciones, efectos o estímulos que tengas dimensiones educativas, pedagógicas o formativas. El concepto de educación es complejo y conlleva una serie de factores, vistos desde distintas perspectivas, que no podemos definir por entero en este trabajo. Nuestra propuesta didáctica en torno a la enseñanza de la literatura se centra en la reflexión y en la proposición de alternativas que contrarrestan, en la medida de lo posible, las prácticas tradicionales, y con los objetivos que nos hemos planeado, abocándonos en cuatro aspectos que yo considero relevantes dentro del proceso docente: a) El espacio educativo. b) Los objetivos. c) Los contenidos. d) Algunas estrategias que sugiero dentro de la perspectiva de esta tesis. Este apartado hace referencia al primero de los aspectos aquí mencionados. 2.3.l..- El espacio educativo: Tiempo y espacio del aprendizaje Un primer factor que debemos tener en cuenta en el proceso de enseñanza es el espacio educativo, lugar de la enseñanza, donde alumno y maestro pasarán gran parte de su vida y definirán parte de este proceso. Tradicionalmente se ha concebido que el aula es el sitio donde se lleva a cabo, en su totalidad, esta tarea. De lo que se trata aquí es, por un lado, desmitificar la idea de que todo proceso de enseñanza se lleva a cabo en el salón de clases; y por otro, concebir este espacio como un escenario de múltiples reacciones; un sitio que funcione a nuestro favor más que en nuestra contra; un lugar que, con las estrategias adecuadas, se convierta en uno de los principales protagonistas del proceso de enseñanza, junto con alumnos y maestros; un sitio, ante todo, de interacción. En concordancia con Bazdresch, (Vivir la educación, transformar la práctica), la interacción se encuentra en el campo de las vivencias personales, por lo que no se construye en la objetividad, sino en la subjetividad de los sujetos que la experimentan. Se considera que existe interacción cuando se identifica la relación de las acciones entre sujetos. Weber, citado por Gavotto (Prácticas de enseñanza-aprendizaje en el aula), señala que existe interacción social cuando una persona actúa frente a otra con la expectativa de que ésta también actúe, o al menos se dé cuenta de la existencia y de la acción desempeñada por el sujeto. En esta perspectiva, al ir definiendo lo que será nuestro espacio educativo, debemos tener en cuenta que éste es interacción; interacción de alumnos y maestros, de alumnos con alumnos, mujeres y hombres, altos y chicos; interacción no es pasividad sino dinamismo y acción. La interacción permite la convivencia con el otro, el intercambio de opiniones, la participación activa, el aprendizaje colaborativo, el reconocimiento de la diversidad; un espacio de interacción, es un lugar de identidad, donde surge la capacidad para diferenciarnos del otro y donde se fomenta el respeto hacia el otro. En concordancia con lo afirmado González señala en “Pedagogía de la teoría literaria” lo siguiente: El modelo democrático del diálogo, como práctica base de la enseñanza, relativiza el conocimiento, desconfía de la mirada ciega de la tradición y se esmera por ver en el aula un sitio para la producción del conocimiento. Este modelo de educación, que yo prefiero, es plural, heterogéneo, carente de un solo plan y modelo, es controversial y por lo tanto estimula lo novedoso, el experimento, el “que tal si”, el descubrimiento, etc. (González, 229) En este sentido, en un espacio educativo se debe crear la conciencia de que cada miembro tiene voz, de que cada uno de los estudiantes puede proponer su visión de las cosas, así como aportar y defender sus verdades. (véase “Didáctica de la literatura: relaciones entre el discurso y el sujeto” por Luis Sánchez Corral). En el salón de clases, las prácticas en su mayoría dependen del maestro, quien establecerá la interacción que se genere dentro de su clase. La comunicación en el aula suele ser unívoca, siendo el profesor quien define los lineamientos y el rumbo que han de tomar las clases y el conocimiento mismo. En la escuela los docentes junto a los alumnos asumen sin saber el rol complementario que la institución les adjudica: el maestro es la fuente de autoridad y sabiduría y quien dentro de los límites establecidos toma las decisiones, siempre dentro de lo que su situación académica le permite. El alumno es, por lo tanto, un subordinado que acata reglas y está dispuesto a depender porque así lo ha aprendido siempre en su ámbito familiar, escolar y social. Entonces, tal cual afirman Panza, Pérez y Morán (Fundamentación de la didáctica), el vínculo que se establece entre alumnos y maestros es de dependencia; se educa en la dependencia y en la sumisión y éstas se practican cotidianamente. Es el fomento de la interacción en el aula lo que buscaremos -con el intercambio de ideas en un proceso comunicativo-, evitando la dependencia y la sumisión. La institución y el maestro colocan por encima de todo el orden y la disciplina, que no pueden ser equivalentes a conocimiento y aprendizaje; tampoco la comunicación, la libre interpretación, la risa y el ruido son sinónimos de indisciplina o descontrol grupal; tampoco estos factores son sinónimos de no aprendizaje y no conocimiento. Al alumno, afirmo junto con González (“Pedagogía de la teoría literaria”, 230), hay que proporcionarle la confianza para que difiera del maestro. Éste debe buscar intencionalmente la participación de los estudiantes para contradecirlo a él mismo, a la clase, con el objetivo de enseñar al alumno a pensar por sí mismo, a que adquiera habilidades que lo lleven a inferir sus propias conclusiones, y a diferir de lo que lee, escucha, ve en la televisión, y le dice el maestro. El objetivo es que aprenda a ser crítico y autocrítico. El aprendizaje es comunicación, convivencia, recreo, actitud y conocimiento. El respeto y la sana convivencia se logran enseñar a partir de la actitud del maestro y las estrategias didácticas. La escuela puede ser considerada espacio educativo si las acciones que en ella se realizan son humanizantes y alientan en los alumnos toda posibilidad de interacción con los objetos de conocimiento y la necesaria interacción social; es decir, citando a Navarro (“Los espacios educativos en la escuela secundaria”, 2), si se da en un ambiente de construcción colectiva de aprendizajes significativos y no como función amaestradora, de adiestramiento. Ya afirmaba Bazdresch, (Vivir la educación, transformar la práctica), que la interacción se encuentra en el ámbito de la vivencia personal y se construye en la subjetividad. La literatura es subjetividad, es sujeto frente al mundo que intenta concebir y expresar, y es interacción porque está en constante diálogo con el hombre, con lo que vive y a la vez que va conociendo, y reconociendo al “otro” sujeto que coexiste con él mismo. En concordancia también con Bleich “la interpretación de la literatura implica la recreación y presentación de respuestas emocionales primarias: percepciones personales, afectos, y asociaciones”. (Texto no publicado). Y la enseñanza de la literatura conlleva una interpretación del mundo, de lo que el estudiante siente, piensa y conoce. El espacio educativo, no debemos olvidar, debe fomentar todo esto, debe concebirse como un lugar de interacción. Pero también intervienen otros factores. Por ejemplo, Gimeno y Pérez (Comprender y transformar la enseñanza) han declarado que la vida del aula y sus interacciones no deben reducirse a las relaciones que se establecen en el comportamiento observable del maestro cuando enseña y el rendimiento académico de los alumnos, sino que habrá que tomar conciencia de que existen una gran diversidad de factores que se presentan simultáneamente y que afectan las relaciones interpersonales. Uno de ésos factores, a los que aluden Gimeno y Pérez, es el espacio educativo visto desde la perspectiva ambiental y física. Este espacio puede definirse simplemente como una dimensión geográfica específica, el lugar donde interactúan alumnos y maestros, etc. Pero un proceso didáctico no concibe sólo el espacio físico sino a todos los procesos, aspectos y fenómenos que dentro de él ocurren. Dígase de comunicación, transmisión de saberes, convivencia, etc, que conlleva el concepto educación. Por ejemplo, Navarro dice acertadamente acerca del espacio educativo: ...no sólo se considera espacio educativo al medio físico o material sino también a las interacciones que se producen en dicho medio. Del espacio forman parte, entonces, la organización y disposición espacial, las relaciones establecidas entre los elementos de su estructura –como son las dimensiones y proporciones, la forma, ubicación, calidad de los materiales, etc., pero también las pautas de conducta que en él se desarrollan–, el tipo de relaciones que mantienen las personas con los objetos, las interacciones que se producen entre las personas, los roles que se establecen, las normas que regulan la vida escolar, los criterios que prevalecen y las actividades que se realizan o se proponen, la composición de los distintos grupos que conforman la trama institucional, así como las ritualizaciones y sucesos creativos de la misma, entre muchos otros aspectos. (Navarro, Benito. Los espacios educativos en la escuela secundaria. Disponible: http://www.latarea.com.mx/articu/ articu18/navarro18htm Adquirido Ene. 16, 2007) De esta manera, deberemos de concebir el espacio educativo primeramente como un lugar de interacción. También tendremos en cuenta otros factores como el espacio físico con el cual contamos, su acondicionamiento, organización y disposición que de éste haremos, pautas de conducta que con los alumnos acordaremos, normas y criterios con los cuales regiremos las clases sin perder de vista nuestra perspectiva y de que estamos construyendo, junto a los alumnos, un espacio de enseñanza y de aprendizaje en torno a la literatura y la lengua misma. 2.3.1.1 El espacio físico y la clase: Contenido y forma Un espacio educativo es nuestro, y sobre él debemos construir los pilares del conocimiento, del gozo, del bienestar y la comodidad, y con ello no nos referimos a los alcances socioeconómicos que tenga cada escuela, sino al lugar que construimos junto a los alumnos. Nuestro espacio en la enseñanza de la literatura será aquel que promueva la participación, la libertad, la intercomunicación, proveyendo de las condiciones físicas, psicológicas, ambientales, lúdicas y recreativas necesarias para nuestros propósitos. Las prácticas rutinarias y los rituales ejercidos por la mayoría de los docentes no promueven la construcción de este espacio que deseamos. Rockwell, citada por Gavotto (Prácticas de enseñanza-aprendizaje en el aula, 51) hace algunas observaciones dentro del paradigma tradicional: En la escuela como en otros contextos sociales y educativos, existe una tendencia necesaria a la ritualización de la interacción entre adultos y niños. Los rituales son necesarios para organizar el encuentro diario entre maestros y alumnos. Se establecen procedimientos recurrentes y se repiten actividades cuyas instrucciones siempre son las mismas. De esta manera se facilita la organización del grupo y se retoman los consensos sobre cómo proceder durante el día. Las rutinas pueden variar mucho de un maestro a otro, aunque se encuentran algunas prácticas tan difundidas que no requieren instrucciones previas : los alumnos saben que deben copiar cuando el docente escribe en el pizarrón, escribir cuando usa el tono de dictar, formarse al terminar para calificar y hacer ejercicios en sus lugares para pasar de una actividad a otra. Si bien es cierto que la ritualización es necesaria para organizar algunas prácticas de nuestra vida cotidiana, la enseñanza de la literatura habrá de evitarlas en la medida de lo posible, puesto que ella, la literatura, nos está librando del ritual (en tanto repetición automática de acciones) abriéndonos a otras perspectivas, es una expresión que nos provee de diversas ópticas, nos invita a observar de distintas formas algo que hemos observado cotidianamente y de la misma manera. Es una invitación a sentir lo que está dentro, pero también lo que está fuera y más allá de uno mismo. Esta percepción de la literatura es fácilmente aniquilada en las prácticas docentes habituales y rutinarias, y por lo tanto, vacías y carentes de sentido. Nuestra misión como docentes es precisamente darle sentido a algo que tal vez no lo ha tenido. La literatura es ante todo sentido; y hay que buscar el otorgárselo. En esta frecuencia me permito recordar uno de los postulados de los formalistas rusos: Al mismo tiempo que se establece la diferencia entre lengua poética y lengua cotidiana, se descubría que el carácter específico del arte consiste en una utilización particular del material, era necesario concretar el principio de la sensación de la forma, a fin de que permita analizar en sí misma esta forma comprendida como fondo. Era necesario demostrar que la sensación de la forma surgía como resultado de ciertos procedimientos artísticos destinados a hacérnosla sentir. (Schkovsky, 31) Según Schklovsky, ciertos procedimientos artísticos provocan sensaciones destinadas a hacer sentir un fondo, y es esta relación entre contenido y forma la que dota de sentido a la obra. Al trasladar su propuesta al plano de la pedagogía, buscaremos que nuestros recursos o artificios den sentido a la enseñanza, buscando las relaciones entre contenido y forma, es decir, entre las estrategias y las dimensiones pedagógicas que éstas pueden tener. Recordemos que al enseñar literatura a los jóvenes no debemos buscar futuros críticos literarios ni conocimiento intelectualizado ni enciclopédico, sino acercarlos a la lectura como la que provee aprendizajes y conocimiento libre y espontáneo, a través de la recreación, el juego y el disfrute; la lectura vista no como algo ajeno a él y sus intereses, sino como algo que le pide su participación, su cooperación en la construcción del conocimiento y el aprendizaje; todos estos elementos ofrecen, desde mi perspectiva, un sentido a la enseñanza de la literatura. En esta relación congruente que buscamos entre la literatura y su práctica docente, el uso de “artificios”, estrategias y/o dinámicas serán esenciales. Podemos empezar con la reflexión acerca del espacio físico en el que habremos de llevar a cabo nuestras clases. Hablar de este espacio físico es hablar principalmente del aula. El aula es el lugar donde se producen procesos de enseñanza y aprendizaje tanto intencionados como no intencionados. El aula, afirmo junto con los investigadores Hernández y Sancho (Para enseñar no basta con saber la asignatura), tiene una serie de propiedades distintivas que afectan a las personas que allí interactúan y actúan, pese al tipo de organización de los alumnos que se hayan establecido y a la filosofía educativa que han adoptado los maestros de la escuela y el sistema de valores que cada persona representa. En la enseñanza de lengua y literatura, vamos a construir un espacio que tenga sentido, es decir, que esté en una relación congruente entre contenido y forma, entre lo que decimos, vemos y hacemos; y el lugar donde nos encontramos buscando el aprendizaje. Permítaseme citar uno de los postulados de Shklovsky en su ensayo “El arte como artificio”: Para dar sensación de vida, para sentir los objetos, para percibir que la piedra es piedra, existe eso que se llama arte. La finalidad del arte es dar una sensación del objeto como visión y no como reconocimiento; los procedimientos del arte son el de la singularización de los objetos y el que consiste en oscurecer la forma, en aumentar la dificultad y la duración de la percepción. El acto de la percepción es en arte un fin y debe ser prolongado. El arte es un medio de experimentar el devenir del objeto: lo que ya está realizado no interesa para el arte. (Teoría de la literatura de los formalistas rusos, 60) Si en arte la liberación del objeto del automatismo perceptivo se logra por diferentes medios, en la enseñanza de la literatura y la lengua el primer medio para evitar el automatismo puede ser el cuestionarnos qué tan educativas son las aulas cuadradas, el profesor frente al grupo, la conservación en fila de los mesabancos, el mismo profesor encima de una tarima viendo a sus alumnos hacia abajo, el profesor de frente toda la clase. Todas estas prácticas de la educación tradicional se sostenían en la idea de ver al maestro como toda fuente de autoridad y atención. La práctica del profesor colocado en una tarima como símbolo de superioridad hay que erradicarla por completo, para colocarnos todos en el mismo nivel y participar democráticamente, construyendo juntos el aprendizaje. El maestro tiene la posibilidad de moverse, los alumnos no; el maestro puede comer o tomar café en la clase, los alumnos no. El maestro acomoda los lugares que se han de ocupar, y por regla general lo primero que pide es silencio para preparar la actividad que el grupo ha de realizar. Esto provoca la sumisión y la dependencia por parte de ellos, recordemos que enseñar literatura, como cualquier manifestación artística, es en parte una práctica de trasgresión, que llevada adecuadamente puede sacar a la luz capacidades creativas insospechables del alumno, reprimidas y acalladas en este proceso amaestrador. Siguiendo a Bleich debemos valorar en el alumno “el compromiso personal profundo, la franqueza y la autenticidad individual, y la independencia de cualquier autoridad institucional”. (Texto no publicado). Reformar en la educación, hay que tener en cuenta, es formarse al formar y los alumnos formar al ser formados. Ya afirmaba Paulo Freire, (Pedagogía de la autonomía), que quien enseña aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender. Es necesario cambiar las relación maestro-grupo en el salón de clases para evitar el autoritarismo, la pasividad y el conformismo, con el propósito de que los estudiantes participen en forma activa y creativa en su formación (Citado en Rojas, Investigación-acción en el aula, 73) En cambio, el acomodo de bancos de forma redonda, el maestro sentado en la misma, da a cada uno igualdad en la construcción del aprendizaje. Si además de ello se pueden dejar los bancos a un lado para sentarnos sobre el suelo, incluido el profesor, rompe esquemas autoritarios; se puede traer almohadas o cojines, llevar música, etc., y si el lugar lo permite, alimentos y bebidas, pues el espacio educativo no debe ser un lugar molesto o lleno de incomodidades, sino de confort y bienestar, y con ello no nos referimos a los alcances socioeconómicos de la escuela o de los alumnos. Se sugiere acondicionar el salón o, si es posible, buscar un salón propio exclusivo para la clase, decorarlo con cartelones de obras literarias o cinematográficas impresas o hechas por los alumnos, dibujos, pinturas, poemas, colores o tapices. Bautizar el lugar con un nombre, “el cuartel”, “el búnker”, etc., de manera que el alumno construya de forma recreativa el lugar de aprendizaje. El espacio educativo debe fomentar la interacción libre y espontánea, la libertad de expresión, sin dejar el orden y la disciplina, las cuales, hemos dicho, no son iguales a conocimiento y aprendizaje. Que los alumnos se presenten en la clase como un lugar al que van a divertirse y relajarse, que sientan que van a una fiesta no a un lugar de sufrimiento, para ello construiremos, junto con ellos, el tiempo y espacio del aprendizaje. 2.3.1.2.- Alumnos, espacios diversos, y propuestas. El espacio donde los jóvenes se desenvuelven es de vital importancia para nuestros propósitos educativos. En él pasarán infinidad de horas y será mayormente el sitio de aprendizaje, por lo que, como hemos venido diciendo, debemos hacer de éste un lugar confortable en el cual interactúen más libremente, aun aquellos que sean por naturaleza inhibidos o menos sociables. El lograr esto seguramente facilitará que se sientan relajados y puedan emitir voluntariamente sus opiniones. Además, debemos recordar que estamos buscando un aprendizaje colaborativo, y la intercomunicación de los estudiantes es imprescindible para ello. El salón de clases generalmente utiliza filas de mesabancos en línea, donde cada estudiante tiene definido su propio lugar, el cual ocupará durante todo el ciclo escolar. Se acostumbra que los estudiantes más participativos se sientan al frente y los que son introvertidos o indisciplinados busquen los asientos de atrás. En nuestra clase deberemos evitar esta dinámica de organización monótona y rutinaria. Primero, para evitar la polarización entre participativos y no participativos o indisciplinados. Segundo, para evitar crear hábitos monótonos y didácticas rutinarias. En arte, dicen los formalistas rusos, la liberación del objeto del automatismo perceptivo se logra por diferentes medios; se deben cambiar las formas sin cambiar la esencia. En la enseñanza, ya hemos dicho, deberemos recurrir a los diferentes medios que nos ayuden a desautomatizar el proceso, y en cuanto al espacio educativo podemos iniciar con la constante movilización de mesabancos. El reacomodo distinto de alumnos en nuestra clase será de suma importancia. Podemos hacer formaciones en círculos por que eso resta autoridad y promueve la democracia; también grupos de estudio que promuevan el aprendizaje colaborativo; bandos de debate que faciliten la comunicación y el intercambio de ideas. Además, cada alumno deberá ocupar diariamente un asiento distinto en un lugar distinto, adelante, atrás, al centro o a la izquierda. La práctica diaria será buscar un espacio distinto al de la clase anterior. Recordemos que un estudiante adolescente es, con base en lo que afirman Hernández y Sancho (Para enseñar no basta con saber la asignatura) un individuo que progresa en sus conocimientos no de una forma lineal ni lógica sino analógica; a lo largo de un proceso repleto de saltos, de imágenes y de implícitos; que valora las diferencias de lo que le rodea, pero al mismo tiempo no es del todo consciente de ellas. La literatura es una manifestación artística que no obedece a procesos lógicos ni lineales, sino que se manifiesta y se percibe través de asociaciones, imágenes y nuevos códigos. Es una práctica que nos provee de nuevas ópticas, de nuevas formas de ver la realidad, nuevas visiones del mundo, que quizás escapaban hasta entonces de la percepción humana. Esto hay que hacérselos saber a los alumnos a través de nuestras dinámicas de clase. Crear la conciencia de que las cosas se ven de distinta perspectiva desde el distinto lugar donde uno las observa; que situada en otra parte hay otra persona observando lo mismo que nosotros y formándose otra idea de ello; y que es bueno ponerse en su lugar para observarlas nosotros también. Las distintas visiones del mundo son las que componen nuestra realidad y la literatura las pone constantemente de manifiesto. La salida del aula también será importante, conforme nuestro espacio educativo nos lo permita. Es recomendable una clase a la semana en el jardín, en el pasillo, en la cancha, en el café o en el camión de la escuela; viajar a campo libre o a algún poblado cercano, todo ello para romper el hábito y la rutina, liberando de la “percepción automática”, por lo tanto del hábito, el ritual, y con ello el olvido y quizás el no aprendizaje. Acorde a lo que afirmo, permítaseme citar a González (“Pedagogía de la teoría literaria”, 226), cuando opina que al innovar: Se corre el riesgo de convertir la clase en un caos. Lo creo y lo aliento, pero se hace como una estrategia didáctica. El profesor de la materia debe saber lo que hace y hacia dónde dirigir la secuencia de sesiones. Pero aún cuando se discutiera sin llegar a conclusiones, el haber despertado al estudiante y haberlo motivado para que adquiera conciencia de lo que cree saber, sería un logro digno y aceptable de la clase. Esta concepción didáctica no es novedosa ni exclusiva de la teoría literaria: de hecho es un método transdisciplinar y creo que más bien parte de una actitud de respeto hacia lo que van a aprender los estudiantes. Además de lo afirmado, recordemos que los distintos „acontecimientos‟ a los cuales enfrentemos al estudiante, lo obligarán, tal cual afirma Mélich (“La imposible sutura”), a un cuestionamiento total. A preguntarse qué sucede, por qué sucede, qué pretende el maestro con tal actividad, por qué de esa manera, que relación tiene eso con el contenido de la clase, por qué así y no de esa otra manera. Establecerá nexos comparativos, evaluará acciones y procedimientos, cuestionará su propio desenvolvimiento y su entorno. Todo eso que buscamos como objetivo al enseñar literatura. La concientización acerca del espacio educativo, afirmo junto con Navarro (“Los espacios educativos en la escuela secundaria”), desde distintas perspectivas: ambiental, afectiva, psicológica, lúdica, recreativa, cognitiva, etc., enriquecerá la discusión y nos abrirá posibilidades de estudio e investigación que analicen el complejo tema de los problemas educativos. Mientras es de vital importancia considerar el desarrollo intelectual y emocional que el alumno puede tener a través de construir espacios que le permitan explorar, indagar, y cuestionar la realidad, una función tan esperada por la literatura. Rojas (Investigación-acción en el aula, 41) afirma que “habrá profesores que no les interese modificar su forma de pensar y mucho menos participar en procesos concretos de transformación de la realidad en la que viven. Éstos son los que desean continuar gozando de la tranquilidad de la rutina, de los beneficios de apegarse a las reglas y exigencias burocráticas, y por lo tanto, no quieren comprometerse en la realización de cambios de su situación personal, institucional y social”. Para los que no se consideren en esta categoría y desean un cambio en la educación, podemos empezar por rechazar la idea de que todo aprendizaje se desarrolla en las filas en línea entre las cuatro paredes del aula, sino que pueden ofrecerse diversos escenarios naturales o construidos que dependerán de los objetivos que nos hemos trazado como docentes. Un espacio educativo, recordemos, es interacción, es diálogo, comunicación. La enseñanza de la literatura es e implica todo esto. Desterremos la idea del maestro como la autoridad que impide la interacción con sus alumnos y la interacción entre ellos. Y si además reflexionamos y adecuamos el espacio físico en un juego de contenido y forma, y utilizamos algunas estrategias o artificios congruentes con lo que es, busca y promueve la literatura, habremos avanzado con pasos gigantes en alcanzar las metas que nos trazamos como docentes. 2.3.2.- Los objetivos de la enseñanza Una vez que hemos reflexionado y propuesto nuestro concepto de espacio educativo en la enseñanza de la literatura, debemos reflexionar acerca de la tarea que todo maestro tiene como meta al iniciar un curso: sus objetivos. El planteamiento de objetivos es un punto imprescindible en la enseñanza, y en la enseñanza de la literatura, aunque trabajamos con el arte del lenguaje y apostamos a la libertad, la creatividad y la espontaneidad, el disfrute o el recreo como fin, no estamos exentos de plantearnos una meta o preguntarnos cuál es la misión de nuestro curso. En esta propuesta el objetivo que nos hemos planteado es encontrar junto con los alumnos el sentido de la literatura. Un objetivo quizás ambiguo que presenta distintas perspectivas, pero que ya hemos desarrollado en parte y que habremos de desarrollar a lo largo de este trabajo. Según el diccionario Larousse objetivo se define como el fin, intento o motivo con el que se ejecuta una cosa. Un objetivo es el comportamiento esperado en el alumno como consecuencia de determinadas actividades docentes y discentes. Comportamiento que debe ser susceptible de observación y evaluación. Dos términos fundamentales, al definir lo que es objetivo, son “comportamiento esperado” y “observable”, ya que son dos puntos que tomaremos como referencia al plantearnos la pregunta de lo que queremos lograr con nuestras clases. En esta frecuencia Benjamín S. Bloom en su Taxonomía de los objetivos señala que con este término designamos las formulaciones explícitas sobre las diversas maneras en que esperamos que los estudiantes cambien como resultado del proceso educativo. Definición acertada ya que en nuestras clases de literatura habremos de elaborar objetivos con base en las conductas observables del alumno, en lo que queremos que viva, que sienta, que logre, que observe, que hable, escuche, etc., y no planear objetivos en términos de contenido o en la búsqueda de conocimiento intelectualizado, tal como lo plantean los objetivos generales –y tradicionales- que presentan los programas de estudio, y aquellos elaborados por las instituciones educativas. Hay que diferenciar los objetivos que presentan los programas oficiales, elaborados para llenar formularios o por otras medidas, de los objetivos didácticos que nosotros nos trazamos como docentes. Aquéllos se elaboran generalmente como descripción de contenido y siempre dentro de la transmisión de conocimientos: a) Objetivo de aprendizaje: El alumno distinguirá las diversas manifestaciones literarias que surgieron durante la época de entreguerras. b) El alumno apreciará las tendencias literarias de vanguardia a principios del siglo XX. O también son elaborados con base en el tiempo o en la historia: a) Objetivo de aprendizaje: El alumno conocerá la producción literaria que se dio en México en el siglo XIX U objetivos que tienen que ver más con clasificaciones o definiciones de género: b) Objetivo de aprendizaje: El alumno analizará las características del Realismo europeo a finales del siglo XIX. Todos estos enfoques son equivocados ya que no podremos saber si el alumno reconocerá, conocerá o si realmente aprenderá, ni cuál será la forma correcta de evaluarlos. Este tipo de objetivos sirven para darnos nociones de lo que la institución exige. Habremos de desecharlos en la medida de lo posible ya que sólo funcionan para cumplir lineamientos o programas burocráticos. No debemos confundirlos, repito, con los objetivos didácticos que nosotros debemos plantearnos al enseñar literatura. Además este tipo de objetivos responde a cuestionamientos acerca de lo que se hará en clase o describe el contenido de algún programa, pero se alejan del „sentido‟ que estamos buscando en nuestra propuesta didáctica. Al respecto, Popham y Baker señalan lo siguiente: Al planificar secuencias didácticas, muchos educadores cometen el error de preguntarse ¿Qué haré?, en vez de plantearse el interrogante adecuado: ¿Cuáles son los cambios de comportamiento que quiero lograr en mis alumnos? Concentrarse en la primera pregunta puede llevar a comprometerse en actividades que parecen pero que no son necesariamente eficaces. Al plantear la segunda, en general, aumenta la probabilidad de que la selección de situaciones ayude a lograr los objetivos. (Los objetivos de la enseñanza, 20) Al planear objetivos con cuestionamientos como ¿qué haré? , demostrar para qué sirve la literatura o mostrar todo el conocimiento que ésta representa, tal vez nos lleve a formularnos objetivos que escapan de la esencia de la literatura, para recaer en la historia, la filosofía, la psicología educativa, etc. Recordemos, y reitero este punto, que al enseñar literatura en los jóvenes no debemos buscar conocimiento intelectualizado ni filosófico, sino acercar al alumno a las diversas manifestaciones literarias -que no solamente están en los libros- como aquellas que nos proveen conocimiento libre, espontáneo, que producen cierto placer y podemos disfrutarlas recreándonos con ellas. Los objetivos antes mencionados son inútiles en el aula porque la enseñanza no se puede planificar basándose en ellos. Un buen objetivo de enseñanza, señalo junto con Popham y Baker (Los objetivos de la enseñanza), debe ser establecido en términos de conducta del alumno. Si nuestro principal objetivo en la enseñanza de la literatura es encontrar, junto con los alumnos, el sentido de la literatura, sólo podemos medir el logro de éste con base en el comportamiento del alumno.(Para ver acerca de cómo los objetivos en los manuales de literatura no consideran conductas observables, véase González, “El concepto de literatura en los manuales de enseñanza”, 285) Y la literatura es ante todo sentido: provoca reacciones, produce sentimientos, evoca, alude, juega y recrea. Busquemos la risa con ciertos pasajes escogidos del Quijote y de Sancho (Recordemos a Don Quijote utilizando ciertos eufemismos para referirse al olor que despide Sancho o los problemas escatológicos que éste experimenta seguido); el llanto con la selección de una buena película, el sentimiento de rechazo hacia un hecho histórico en un documental (el holocausto, la dictadura); la conciencia ante un cuento de corte ecológico o de ciencia ficción o acerca del impacto ambiental; las ganas de bailar ante una canción de apoyo a un determinado tema; la opinión libre y espontánea ante alguna noticia o la creatividad ante un dibujo o cartel, y así, ante todos aquellos apoyos que utilizamos para la enseñanza de la literatura. Según David Bleich (Texto no publicado), el sentimiento y la pasión preceden y dirigen al pensamiento y al conocimiento, al enseñar arte no debemos olvidar esta premisa. Son varios los elementos que nos indicarán el comportamiento del alumno en nuestra clase, y los objetivos se deben elaborar con base en los comportamientos que de ellos queramos. Los valores de igualdad, tolerancia, libre expresión, creatividad, pensamiento crítico, aprendizaje colaborativo, son puntos que también habremos de reflexionar en la formulación de nuestras metas y nuestros objetivos, y todos ellos habrán de observarse en la actitud y el comportamiento de los alumnos. Objetivos que no difieren de los propósitos que actualmente formula la SEP para la educación secundaria: ... la adquisición de los conocimientos, el desarrollo de habilidades, así como la construcción de valores y actitudes; es decir, la formación en las competencias propuestas por el currículo común, a partir del contexto nacional pluricultural y de la especificidad de cada contexto regional, estatal y comunitario, ya sea que continúen con una educación formal o ingresen al mundo laboral, la escuela secundaria asegurará a los adolescentes la adquisición de herramientas para aprender a lo largo de toda su vida. En la actualidad, las necesidades de aprendizaje se relacionan con la capacidad de reflexión y el análisis crítico; el ejercicio de los derechos civiles y democráticos; la producción y el intercambio de conocimientos a través de diversos medios; el cuidado de la salud y del ambiente, así como con la participación en un mundo laboral cada vez más versátil (SEP, El nuevo plan y programas de estudios para educación secundaria: 14-15. Disponible: http://www.reformasecundaria.sep.gob.mx/doc/programas/2006/planestudios2006.pdf. Adquirido Ene, 17, 2007) . La enseñanza de la literatura es en cierta forma un acto de transgredir y la vez reformar. Y no por ello nos alejamos de las reformas educativas promovidas por los organismos oficiales. Por ejemplo, la reforma educativa en educación secundaria, con base en el documento de la SEP, busca centrar la atención en las ideas y experiencias previas del estudiante, y se orientan a propiciar la reflexión, la comprensión, el trabajo en equipo y el fortalecimiento de actitudes para participar en una sociedad democrática y participativa. Nuestros objetivos no son ajenos a éstos, nuestra misión es reformar e innovar nuestras prácticas docentes. En nuestros cursos, dentro de nuestra perspectiva, el objetivo es liberar a los estudiantes de cualquier predisposición o prejuicio que se hayan formado de la clase. No encuadrarlos en una dinámica cuyos objetivos exigen cosas que no se podrán cumplir o no están bien definidos ni los hemos aclarado como docentes. Adecuar nuestras actividades en congruencia con lo que es en esencia la literatura, teniendo presente que con nuestra pedagogía del extrañamiento nos hemos planteado evitar la percepción automática, la rutina o predisposición de nuestra clase, y con ello el tedio, el olvido o el rechazo. Un propósito que no debemos olvidar es que el estudiante se presente a la clase sin saber qué experiencias relativas al aprendizaje le deparan, sin prever en qué términos se habrá de llevar la clase cada día. Uno de nuestros objetivos principales es que el estudiante siempre se mantenga a la expectativa de lo que será la sesión, que se presente con curiosidad, deseoso de saber lo que pueda pasar en ella, tal como un lector espera lo mismo de una buena obra literaria. 2.3.3.- Los programas y los contenidos en literatura Una vez definido nuestros objetivos y propósitos sigue reflexionar acerca de los contenidos y materiales que habremos de llevar a nuestras clases. Los contenidos son, basándome en la definición que hace Francisco Milla (Actividades creativas para la lecto-escritura), los subsidiarios de los fines que me propongo alcanzar en la actuación docente. Los contenidos se consideran recursos –conceptuales, procedimentales, actitudinales- para lograr los objetivos. Una vez que hemos reflexionado sobre los comportamientos, las conductas o las actitudes que quiero lograr en los alumnos y que nos hemos planteado en nuestros objetivos, sigue el llenarlos de sustancia, de contenido, para ello hay que seleccionar los materiales que nos ayudarán a cumplir nuestros propósitos. En este apartado no se proponen títulos, lecturas, autores o material didáctico específico; pero considero que el proponer conlleva un replanteamiento de lo hecho y la reflexión acerca de lo que debe hacerse. En este caso, conviene reflexionar sobre los programas y contenidos tradicionales en la enseñanza de la literatura y sobre las distintas manifestaciones que debemos considerar literarias, así como de las diversas formas de comunicación que rodean al estudiante y que es imprescindible incluirlas dentro de nuestros contenidos y materiales didácticos. Históricamente y también en la actualidad, hablar de contenidos y programas de estudio es hablar básicamente del libro de texto. El maestro, tanto en la enseñanza de la literatura como en otras asignaturas, depende en su mayoría del libro de texto. Rockwell, citada por Gavotto (Prácticas de enseñanza aprendizaje en aula), afirma que los libros de texto son la presencia más objetiva del programa oficial dentro del salón de clase. Su estructura es el punto de referencia de la secuencia temática que se sigue durante el año escolar. La misma autora da testimonio de que dicha práctica obedece a un conjunto de factores complejos en los que interactúan tradiciones históricas, variaciones regionales, numerosas decisiones políticas, administrativas y burocráticas, entre otros. Por diversos factores, el libro de texto sigue siendo la pieza sagrada de la enseñanza; los factores que deberían ser ajenos al proceso de enseñanza, inevitablemente inciden en la práctica docente. Por ejemplo, en el nivel medio superior se presentan diversos programas elaborados generalmente por maestros pertenecientes a las instituciones más importantes y representativas, aunque varía dependiendo de la situación académica de la institución. Y son elaborados con base en la historia, el canon literario, o en lo que dichos maestros disponen. En el caso de la educación secundaria los contenidos son más diversos, pues existe el libro de texto oficial, mientras en la escuela particular existe una extensa gama de propuestas elaboradas por las editoriales, y que tienen como base los temas de lengua y gramática contenidos en el programa oficial. Las lecturas y los temas de literatura varían según la editorial. Elaborar una programación pudiera ser sumamente sencillo, tanto como tomar un libro o un programa de éstos y seguirlo al pie de la letra. Pero un verdadero compromiso con la enseñanza requiere la elaboración de un proyecto o programa de estudios, y esto es una actividad que requiere de esfuerzo y dedicación, de tener objetivos trazados, y ganas de proponer y reformar prácticas caducas. En este sentido cuando hablamos de programación, afirmo junto con Martin, citado por Salas (La educación literaria), es para referirnos a un proyecto educativo didáctico específico, desarrollado por los profesores para un grupo de alumnos concreto, en una situación concreta. A través de la programación se reinterpretan las previsiones y compromisos estándar del programa. Aquí está la clave de la innovación en el nuevo discurso pedagógico. La aplicación mecánica ciega de un programa implica un profesorado pasivo a nivel curricular e identifica un tipo de institución reproductora aislada del contexto. Es en este punto donde debemos reflexionar. El basar ciegamente la enseñanza en el libro de texto o en los programas oficiales, lleva forzosamente a prácticas tradicionales, producto de un profesorado pasivo. La pasividad y las prácticas tradicionales en la enseñanza de la literatura las tenemos que erradicar en la medida de lo posible. Tampoco debemos confundir propuesta innovadora con improvisación o desorganización. La planeación es algo fundamental. Primeramente para cumplir nuestros objetivos y los de la institución educativa; y para que el estudiante sepa que se trata de un curso organizado y planeado previamente, y no uno improvisado y desorganizado. Aunque nuestro curso sea el más innovador y rompa con esquemas, en congruencia con la esencia de la literatura, hay una base que lo sostiene en busca de lograr las metas trazadas. La obra literaria más innovadora y sui generis, que propone nuevas visiones, nuevos lenguajes u ópticas para ver la vida, lleva con seguridad un trabajo previo de reflexión, análisis y planeación. Al respecto, Valverde, investigador de la enseñanza en su página virtual, señala: El profesor debe realizar una planificación general o estratégica, que implica un esquema de trabajo realizado con anterioridad a la iniciación del curso, y que requiere una programación del mismo. Esta actividad de planificar, orientar y dirigir el conjunto del proceso de enseñanza-aprendizaje es una responsabilidad del profesor. La planificación organiza las situaciones de enseñanza-aprendizaje, produciendo los estímulos necesarios y propiciando la motivación para que el aprendizaje se realice con el mínimo esfuerzo y la máxima eficacia. (Valverde, Cursos en línea. Disponible: http://www.aulafacil.com/Didactica/clase3-0.htm Adquirido Ene, 25, 2007) Además, el acto de elaborar una programación en la enseñanza de la literatura, lleva primeramente el planteamiento de objetivos, la planeación de los espacios, de los contenidos y materiales que llevaremos a la clase y de las estrategias didácticas, además de una reflexión crítica de lo que ha sido el proceso docente, en prácticas y en contenidos. Sabemos que innovar en la escuela no es nada sencillo. Existen una serie de factores que se presentan en contra del maestro. Desde la vigilancia irrestricta por parte de la institución, a través de prefectos u observadores, para que se cumpla los principios de orden y disciplina, así como la supervisión de contenidos y programas por parte de las direcciones académicas, las cuales a veces entorpecen o simplemente no apoyan las labores del docente. Además de los factores socioculturales y académicos propios de cada institución, a veces de orden económico, filosofía propia de cada escuela, de su afiliación religiosa, de prestigios que se cuidan a ultranza, del aspecto rentable que permea la educación privada, entre muchos otros. Sin embargo, en toda innovación educativa el principal actor es el maestro. Es él quien debe estar convencido del cambio. En palabras de Paulo Freire (Pedagogía de la autonomía), el maestro no puede erradicar la ignorancia del alumno si en primer lugar no supera permanentemente la suya. La reflexión de los profesores, en cuanto a la labor docente que ha realizado, debe ser una tarea constante. Al respecto, Graff, citado por González, señala: Un profesor que está activamente comprometido en el trabajo de la educación está obligado a mirar más allá de su propio cambio, a hacer investigaciones concernientes a su propia relación con los cambios, su propia posición en toda esta confusión, su propia contribución con las actividades con las que está más cercanamente ligado, la relación de estas actividades con los esfuerzos sociales de sus tiempos. El maestro consciente de los nuevos tiempos y de lo que está enseñando sabrá adaptarse y superar sus limitaciones, por lo menos en parte. Si bien no puede, arbitrariamente, dejar a un lado el programa o el libro oficial, si puede combinarlo o agregarle mejoras en su afán de renovar y revolucionar constantemente su labor. En la perspectiva que se inserta esta propuesta no pugnamos por hacer a un lado lo ya hecho en el ámbito académico, o desterrar los programas y contenidos de carácter oficial. Sino que se trata de reflexionar acerca de la utilización irrestricta de ellos, y de cuestionar su validez o su carácter de imprescindible a la hora de plantear nuestros objetivos. Se trata pues de reformar la utilización como práctica absoluta del libro de texto y del programa oficial. Para lo cual considero poner en perspectiva el mismo libro de texto, así como la historia y el canon literario. Los libros de texto y los programas de literatura se basan en su mayoría de las historias literarias. Y la historia literaria se ha escrito de forma externa al fenómeno y/o siguiendo al canon. El canon es definido por Orlando Quirós Leyva, en su artículo “Desentrañando los estudios sobre el canon de la literatura latinoamericana”, como las obras y sus lecturas “apropiadas” que han sido consideradas por la crítica literaria como las mejores exponentes de la literatura. Según Quirós Leyva, el canon está compuesto por tres dimensiones: a. Catálogo de obras y/o autores. El canon como catálogo de obras y/o autores determinado por la institución literaria para ser leídos como auténticamente literarios, lo cual los convierte en un objeto privilegiado de lectura y estudio. b. Modelo o tipo ideal. Las selecciones de obras y/o autores catalogados como canónicos "ilustran" determinadas categorías literarias y/o extraliterarias, y constituyen modelos de imitación/socialización que cumplen una determinada función social. c. Precepto o decisión. El canon como precepto implica el establecimiento de criterios sobre los cuales se basa la inclusión/exclusión en el canon literario; estos criterios se basan en presupuestos epistemológicos. (Discusión sobre el canon de la religión a la literatura. (Disponible:http://www.monografias.com/trabajos13/cerodos/cerodos. Shtml Adquirido: Feb. 7, 2007) En este sentido conviene replantear la enseñanza de la literatura basada en programas que a su vez se basan en historias literarias, puesto que éstas, dependientes del canon, obedecen a criterios de clasificación arbitrarios, a gustos personales de los historiadores, y a distintos factores ajenos al sentido y esencia que buscamos en la literatura y en nuestros alumnos. La historia y el canon pueden incidir o no a la hora de elegir lecturas y materiales, sin embargo no es fácil evitar que se caiga en clases de historia o en repetir lecturas e interpretaciones de los críticos a lo largo de ésta. También al respecto, Murguía, docente investigadora acerca del fenómeno de la literatura y la historia, señala en su Seminario Teoría literaria III, que: Los programas de literatura se basan en su mayoría de las historias literarias tradicionales, y sabemos que la historia de la literatura se ha construido de forma externa al fenómeno literario; se han hecho historias que reúnen obras clasificadas por un eje temático, por un periodo del calendario o definidas y clasificadas por el historiador que decide lo que es y no es literatura, lo que debe ingresar o no en el canon. Ello ha contribuido a que se enseñe un panorama difuso y poco revelador de la literatura, de su esencia y su experiencia. La segmentación que se ha hecho en literatura extranjera, literatura española, medieval; o en géneros como Romanticismo, Realismo o Vanguardia; más aun por cuestiones políticas; literatura colonial, literatura independentista, etc., en nada ha contribuido a la enseñanza de la literatura, más bien ha empañado el proceso de lograr el acercamiento de los lectores al texto literario (Conferencia no publicada) Si bien Munguía no está cuestionando la enseñanza de la literatura en la escuela, sino que cuestiona el discurso histórico literario, lo que éste nos ha enseñado a lo largo de la historia, sus formas de clasificar y segmentar la producción literaria, y los criterios para definir qué es literatura, considero apropiado reflexionar sobre su postura, ya que el primer paso que se hace al proponer un programa es buscar las historias literarias y sobre ellas elaborarlos. La historia literaria, el canon, las interpretaciones de la crítica, el programa oficial tradicional, etc., deben seguir enseñándose, pero sin que sean elementos que opaquen, en lugar de aclarar, el sentido que buscamos en la literatura, como es el acercamiento libre a la lectura, la libre interpretación, el libre y espontáneo conocimiento que ella nos provee. La imposición de lecturas, de interpretaciones, el seguimiento estricto del libro de texto o los programas oficiales puede coartar la libertad que los alumnos puedan dar a la clase, y nuestra clase debe estar alerta al cambio, a la innovación, y al distinto giro que la materia y las estrategias didácticas pueden tomar. La literatura nos abre constantemente a otras perspectivas que escapan, quizás hasta ese momento, del pensamiento humano. Ésa es una de sus funciones esperadas, diversificar lo unívoco, encrucijar lo lineal, destruir y construir viejos y nuevos paradigmas. Lo planeado se puede caer y sobre lo caído planear nuevas bases que harán que nuestra clase esté en constante cambio, y sea abierta y dinámica. Además, recordando la propuesta de Mélich, lo inesperado puede tener un amplio carácter educativo: En el caso de una relación educativa el profesor o maestro puede haber programado perfectamente una clase, una actividad, un taller, pero el éxito de la relación está, precisamente en lo que sucede de forma imprevista, es decir, en lo que acontece fuera de la lógica pedagógica, en lo inesperado. Lo inesperado nos pone en la más radical alteridad. Una filosofía de lo inesperado entiende el tiempo como interrupción, como cambio. Aprender a esperar lo inesperado es asimilar que en la vida no todo es alcanzable con nuestros propios medios. La vida está hecha de interrupciones, de peripecias, de lances imprevistos, de sorpresas que no habríamos podido imaginar (Mélich, 230). Es en este aspecto precisamente donde podemos encontrar los alcances educativos de nuestras clases. Al innovar, improvisar, salir al paso de las situaciones, enfrentar las desavenencias, aprovechar los satisfactores que surgen, etc., además de los alcances pedagógicos, también estamos educando a los estudiantes para la vida, para encontrar por ellos mismos el conocimiento, crear la conciencia de que de todo se aprende, y de que se tiene que estar preparados para los acontecimientos que se van presentando, tanto los buenos como los malos, y eso tiene también alcances éticos. La enseñanza de la literatura en preparatoria y en menor grado en secundaria, reproduce las clasificaciones hechas por los historiadores siguiendo criterios diversos y a veces arbitrarios, las cuales hasta hoy quizás nos han servido para organizar de forma lineal, para tratar de entender y explicar el proceso literario a través del tiempo y en diálogo siempre con el momento histórico, con la forma de concebir el mundo por parte de los hombres y las diversas estéticas con las que la ha manifestado. Al respecto, Munguía da también testimonio de que: La historia literaria ha girado en relación al autor y al contexto, lugares y fechas vinculadas a este último más que al texto. Lo que ha hecho esto es dividir, clasificar y estancar en el tiempo. La concepción temporal cronológica de la historia literaria, segmentada en periodos independientes ha supuesto la idea de que cada uno de éstos inaugura un mundo nuevo (Conferencia no publicada). Lo anterior no es más que una pequeña reflexión que nos indica lo problemático y lo discutible que suele ser hablar del canon y la historia literaria. Y son ellos los que han establecido en gran parte los programas y contenidos en la escuela; y por lo tanto, quizás, una enseñanza a veces difusa, estática, reproductora o dogmática (Sobre el canon, véase “La literatura y el otro” de M. R. Obiols en Enseñar literatura en secundaria). En una propuesta innovadora, como dije anteriormente, no se trata de erradicar lo hecho, sino cuestionarlo, ponerlo en perspectiva, y sobre él construir nuevas prácticas. Ése es el objetivo que se busca al cuestionar y replantear. En nuestra perspectiva, al enseñar literatura en secundaria o preparatoria, más que dividir y clasificar en géneros, magnificar obras clásicas o reproducir contenidos oficiales, debemos acercar al estudiante al texto literario y a otras manifestaciones literarias, en un proceso libre, lúdico, creativo, para que sea él mismo quien elabore sus propios paradigmas, sus clasificaciones y lecturas del mundo. Sabemos que hasta hoy la forma de estudiar la literatura, basados en la historia y el canon, nos ha servido para construir una competencia lectora y literaria, para reconocer nuestro pasado literario, histórico y cultural, para reconocer las distintas estéticas en las que el hombre se ha manifestado, entre muchas otras ventajas; lo importante es que no sea este corpus literario, que al quererse estudiar obligatoriamente, impida la libertad y la innovación, el extrañamiento y la sorpresa, ni que impida tampoco voltear a otras manifestaciones, que pueden considerarse literarias, y que en nuestro contexto actual rodean y están al alcance inmediato de los estudiantes. 2.3.3.1.- Literatura y otras formas de comunicación En este proceso de construir sobre lo hecho, sin perder de vista nuestra propuesta didáctica, debemos tener también presente el momento histórico en el que vivimos, donde el libro coexiste con otras formas de comunicación y adelantos tecnológicos. Y al elaborar programas y contenidos nos vemos en la necesidad de buscar otros elementos y formas de comunicación con las que el joven estudiante está diariamente en relación. Esto no se debe hacer como resignación sino con la conciencia de la realidad en la que nos movemos. El libro está en lucha constante con el internet, la televisión, el cine, o el cómic. Y éstos son elementos que en lugar de verlos como enemigos del libro, hay que verlos como otras formas de comunicación y manifestación literaria, de gran ayuda para el proceso de enseñanza. Gómez, reflexiona acertadamente que: El ideal del joven culto sigue siendo el ideal a perseguir, inclusive con la batalla contra el sistema de los libros de texto, para un sistema diferente que permita usar instrumentos más adaptados a la formación de personalidades que desborden los esquemas (Gómez V., Una esperanza para lo innovador. Disponible: http://www.unidad094.upn.mx/revista/39/esperanza.htm Adquirido Feb. 22, 2007) Entendemos entonces que dentro de las distintas formas de comunicación existen diversas manifestaciones literarias; vivimos en la era de la imagen, en una etapa de transición de la lengua escrita a otras formas múltiples y diversas, pero asumiremos que todas ellas tienen un común denominador: el hombre. El hombre y la literatura seguirán de la mano, y nosotros, docentes, buscando el sentido de ella, no para transmitirlo, sino buscándolo junto con los alumnos. Para ello es imprescindible abrirnos a las distintas formas de comunicación y literarias que nos rodean. En este aspecto concuerdo con Alzate, cuando afirma que: Se trata de abrir el fenómeno literario a la penetración de discursos ideológico-culturales diversificados. Es decir, aceptar que el discurso literario occidental acepta, desde finales del siglo pasado, y sobre todo, desde las épocas de las vanguardias, discutir su condición de entidad lineal y puramente verbal, para aceptar los desafíos de la denominada poética de los medios (“Dos perspectivas en la didáctica de la literatura”. Revista de Ciencias Humanas, no. 23, 116) No se trata entonces de pasar de una didáctica de la literatura a una didáctica de la lectura o didáctica de los distintos medios, ni de asignar al libro un rol secundario, sino de verlos en conjunto como la diversificación de medios en los que la literatura y el hombre se manifiestan constantemente en los nuevos tiempos. Del libro al film, del libro al cómic, del libro al teatro, de la poesía a la canción, de la poesía a la pintura, de la poesía a la fotografía, del web blog a la lectura abierta en campo libre, etc. En concordancia con lo afirmado Alzate sostiene que: Las prácticas poéticas del discurso publicitario, del discurso fìlmico, los comics, el discurso del video, constituyen modalidades que además de seducir, requieren una percepción sintetizadora o integradora, que obliga aprender de nuevo a leer, a entender, y obviamente a ver. (Dos perspectivas en la didáctica de la literatura. Revista Ciencias humanas, no. 23, 116). En la búsqueda de lo que yo llamo el sentido de la literatura, tanto con el libro como con las diversas formas de comunicación, adelantos tecnológicos, medios masivos; así como con la implementación de diversas actividades didácticas, lúdicas, manuales, recreativas, habremos de buscar reflejado los comportamientos y actitudes que deseamos en los estudiantes: El recreo, el disfrute, el descubrimiento, el sentido, el color, el movimiento; todos los alcances cognitivos que perseguimos como objetivo al enseñar literatura. Sabemos entonces que es necesario replantear las formas en las que se hacen programas de estudio basados en historias literarias; mientras tanto, al elaborar programas y contenidos todo texto tiene cabida mientras nos sirva para nuestros propósitos: La obra más representativa del canon, un recorte de periódico, el cuento del compañero, un cartel de película o publicitario, un web blog, etc. Todos ellos son material literario dispuesto a decirnos algo del hombre, de la vida, del lenguaje, del mundo, del autor o de nosotros mismos. Un texto literario conlleva una relación dialéctica entre el medio en el que se manifiesta y el hombre. La literatura es dinámica y debe permanecer viva en todos los tiempos. Dialoga con el pasado, el presente y el futuro, y está cambiando constantemente de vestidura. En este sentido, estamos de acuerdo con González, (”El concepto de la literatura en los manuales de enseñanza”, 283), cuando afirma que al utilizar textos literarios y no literarios en la enseñanza, no confundimos la especificidad de la literatura: Las fronteras del discurso literario actual implican la ampliación de los límites de la llamada “verdadera literatura”, ya que se ha vuelto borrosa la frontera de lo que es y no es literatura; es decir, lo que desde una perspectiva pragmática tienen el cine, la pintura, la música, la televisión y otras implícitas en las nuevas tecnologías (González,283). Los programas en la enseñanza de la literatura no contemplan obras que se encuentran en esa frontera de géneros, muy cercanos a la literatura propiamente dicha, como lo son la música, el cine, el chiste o la charra. Al enseñar literatura en secundaria o preparatoria, coincidimos con González, es preferible utilizar todas las estrategias que conllevan el desarrollo de la competencia literaria, aun con el peligro de incurrir en el delito, limitación o uso indebido que los puristas del discurso literario señalan. Nuestra tarea es entonces enseñar literatura trayendo a los lectores de hoy las fuerzas vivas y dinámicas del hombre, sus experiencias artísticas. Lograr el efecto estético, emocional, sensorial en un texto literario es buscar el sentido a la literatura, independientemente de cual sea la forma en que ésta se manifiesta. Para ello debemos desechar la idea de que la literatura solamente está en la historia o en el canon, y también debemos abrir el fenómeno a otras formas de comunicación que rodean al joven, en todos los niveles educativos, y en especial a los que va dirigida esta propuesta. Hemos reflexionado en esta parte acerca de los objetivos que nos trazamos como docentes, en nuestra propuesta los objetivos se plantean con base en el comportamiento que deseamos lograr en los alumnos; yo propongo buscar el sentido de la literatura como principal meta. También al elaborar contenidos, no solamente tenemos que recurrir a los programas tradicionales o el canon, sino a una diversidad de producción literaria que éstos dejan fuera, además de la producción literaria que buscamos realicen los estudiantes. Tener muy presente, también, que el momento histórico y sus adelantos tecnológicos, nos exigen abrirnos a otras manifestaciones, también literarias, que pueden sernos de gran utilidad didáctica. Renovar e innovar, destruir y construir, tanto los espacios, los objetivos, los contenidos y las estrategias, es “extrañar la forma”, es estar en comunión en forma y contenido, es darle sentido a la literatura, es estar en congruencia con su esencia a la hora de enseñarla. Acorde a esto último, el siguiente capítulo se constituye como una serie de propuestas didácticas en las que utilizamos para nuestros propósitos, otros lenguajes, también literarios como el cómic, la pintura, fotografía, la música y técnicas como el mapa mental. Capítulo 3 Estrategias y actividades didácticas Hemos propuesto hasta hoy ver la enseñanza de la literatura en una relación de contenido y forma; es decir, en un proceso de concebir esta práctica docente como un juego de recursos didácticos, en una analogía con la serie de artificios que la literatura crea para sí. Para ello necesitamos echar mano de un sin fin de estrategias, que constituyan la base fundamental de nuestras clases. Una estrategia es definida, con base en la definición de Castañeda y López, citado por González, como: …una representación cognoscitiva de secuencias de acciones complejas ligadas a la noción de plan. La estrategia es una manera global de decidir tipos de acciones diferentes que serán aplicadas a lo largo del curso de una actividad; las estrategias son flexibles porque operan en diversos niveles al mismo tiempo, son sensibles al contexto y son susceptibles de cambio. (Estrategias referidas al aprendizaje, 16). Como podemos ver una estrategia está ligada a la noción de plan u objetivo. Es importante diseñarlas con base en el objetivo que estamos persiguiendo, y tomando en cuenta el contexto académico en el cual nos desenvolvemos; no se trata de llevarla a la práctica únicamente para cambiar la rutina o la dinámica de clase, sin ninguna orientación ni meta. Si bien buscamos evitar la predisposición y el automatismo perceptivo, nos hemos trazado encontrar junto con los alumnos el sentido de la literatura. En la unidad anterior propusimos actividades a la vez que reflexionamos acerca de los espacios educativos, los objetivos de la enseñanza y sobre los materiales y contenidos. En esta unidad proponemos estrategias y actividades didácticas cuyos objetivos que se busca lograr los hemos comentado anteriormente, y habremos de señalar en cada una de ellas. Por cuestiones de espacio y para darle seguimiento a estas actividades abordaremos tres, todas ellas tienen en común la imagen, pues consideramos importante fomentar una pedagogía de la imagen ante el contexto cultural y social en el que actualmente vivimos. También son tres por haber abarcado, premeditadamente, tres niveles educativos: secundaria, preparatoria y universidad. El orden en el que las presento tiene un grado de especificidad hacia el nivel en el que va dirigida la propuesta Recordemos que este apartado es sólo una pequeña parte del número de estrategias que conlleva un curso de literatura, es misión del docente estar en una constante búsqueda de éstas para lograr sus objetivos e ir transformando la enseñanza. 3.1.- Comentario de textos a través de la libre asociación e interpretación de imágenes. En la enseñanza de la literatura, dígase en secundaria o preparatoria, utilizamos como herramienta, principalmente, al texto, y una de las formas de evaluar su lectura o el método que el maestro utiliza para saber juicios u opiniones del estudiante, es a través del reporte de lectura o la escritura de un pequeño texto en el cual describirá lo que él piensa, lo que aprendió, lo que interpreta o lo que quiera expresar libremente del texto leído. El maestro en ocasiones lo realiza sólo como una evidencia de que se ha leído. Sin embargo, sabemos que es poca la capacidad de abstracción que el estudiante suele verter en estos ejercicios de escritura, limitándose solamente a resumir el argumento, haciendo una breve síntesis de lo leído, de la anécdota, de los personajes, etc., sin emitir un juicio reflexivo, sin problematizar los textos o cuestionar lo leído. Es decir no transfiere su actividad mental a las dimensiones cognitivas, sensoriales o emocionales que conllevan el proceso de lectura. Al no haber capacidad de abstracción ni de inferencia, citamos otra vez a Sartori (Homo videns: La sociedad teledirigida), estamos hablando de que existe un analfabetismo funcional. Esta primera estrategia o actividad didáctica tiene como objetivo hacer que los estudiantes, a partir del texto leído, ejerciten su capacidad de abstracción, infiriendo algún tipo de reflexión, de análisis o de valoración y la expresen en un ejercicio de escritura sencillo, a manera de ensayo o reportes de lectura, en el que puedan emitir sus comentarios, sus juicios, sus interpretaciones y lecturas del mundo, del hombre, del lenguaje, del amor, o de ellos mismos. Lo haremos de una forma diferente a la tradicional, al hecho de escribir directamente el ensayo o reporte siguiendo una serie de pasos como introducción, argumento, valoración, comentario personal, etc. Tenemos como objetivo ejercitar la abstracción del texto leído, realizando un reporte sencillo o ensayo con reflexiones y análisis de los estudiantes. Para ello utilizaremos la libre asociación e interpretación de imágenes convirtiéndolas a textos. Al decir libre asociación de imágenes nos referimos al mapa mental, al collage o alguna otra actividad que podemos dejar a la libre y espontánea creatividad que el maestro y los alumnos pongan de manifiesto. En esta estrategia, descrita y puesta a prueba en una preparatoria, utilizamos el mapa mental o algo muy cercano a él, porque consideramos una herramienta muy importante para la pedagogía actualmente y por ser una estrategia didáctica que puede revolucionar la forma de enseñanza en el futuro por sus múltiples potencialidades. Pero antes de presentar la estrategia y de definir lo que es el mapa mental y su implementación, describiremos el proceso de una dinámica tradicional, con sus respectivos resultados, por medio de la cual abordamos esta actividad y con un afán comparativo. La estrategia implementada en preparatoria.Para implementar esta estrategia, y debido al sector que está principalmente dirigido este trabajo de tesis, nos fuimos a una preparatoria de las de mayor demanda en Hermosillo: El Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios No. 11 (CBTIS 11). Esta institución es de corte tecnológico y escogimos a los alumnos de primer ingreso, ya que ellos llevan la materia de Lectura 1 y 2, en su plan de estudios. Primeramente escogimos dos grupos, ambos de primer año, en un primer grupo (A1), trabajaríamos de forma tradicional, leeríamos la obra seleccionada y sin antecedente o alguna explicación del autor, movimientos, corrientes, etc., les pediríamos elaborar un escrito sobre la obra leída, y con los resultados que presentamos a continuación; en el otro grupo, (A-2), trabajaríamos de forma alternativa elaborando un escrito- comentario de texto a través de la libre asociación e interpretación de imágenes; en este caso, a través de la elaboración de mapas mentales, para después realizar un análisis comparativo. La obra seleccionada es un cuento de Isaac Asimov titulado Verdadero amor, el cual presentamos a continuación: VERDADERO AMOR DE ISAAC ASIMOV Mi nombre es Joe. Así es como me llama mi colega, Milton Davidson. Él es un programador, y yo soy un programa de computadora. Formo parte del complejo Multivac, y estoy conectado con otros componentes esparcidos por todo el mundo. Lo sé todo. Casi todo. Soy el programa privado de Milton. Su Joe. Milton sabe más acerca de programación que cualquiera en el mundo, y yo soy su modelo experimental. Ha conseguido que yo hable mejor que cualquier otra computadora puede hacerlo. —Es simplemente cuestión de hacer encajar sonidos con símbolos, Joe —me dijo—. Así es como funciona el cerebro humano, pese a que no sabemos todavía qué símbolos particulares emplea el cerebro. Sé los símbolos que hay en el tuyo, y puedo convertirlos en palabras, uno a uno. De modo que hablo. No creo que hable tan bien como pienso, pero Milton dice que hablo muy bien. Milton no se ha casado nunca, aunque está a punto de cumplir los cuarenta años. Nunca ha encontrado la mujer adecuada, me dice. Un día me comentó: —Algún día la encontraré, Joe. Quiero lo mejor. Quiero conseguir el auténtico amor, y tú vas a ayudarme. Estoy cansado de mejorarte a fin de que resuelvas los problemas del mundo. Resuelve mi problema. Encuéntrame el verdadero amor. —¿Qué es el verdadero amor? —pregunté yo. —No importa. Se trata de una abstracción. Simplemente encuéntrame a la chica ideal. Estás conectado con el complejo de Multivac, de modo que tienes acceso a los bancos de datos de todos los seres humanos del mundo. Resuelve mi problema. Encuéntrame el auténtico amor. —Estoy listo —dije. —Primero elimina a todos los hombres —dijo él. Eso era fácil. Sus palabras activaban símbolos en mis válvulas moleculares. Podía entrar en contacto con los datos acumulados de todos los seres humanos del mundo. Como resultado de aquellas palabras, descarté a 3.784.982.874 hombres. Mantuve el contacto con 3.786.112.090 mujeres. —Elimina a todas las menores de veinticinco años —me dijo—; a todas las mayores de cuarenta. Luego elimina a todas las que tengan un CI inferior a 120; a todas las que midan menos de 150 centímetros y más de 175 centímetros de estatura. Fue dándome instrucciones exactas; eliminó a las mujeres con hijos vivos; eliminó a las mujeres con diversas características genéticas. —No estoy seguro del color de los ojos —dijo—. Dejemos ese dato por el momento. Pero elimina a las pelirrojas. No me gustan. Al cabo de dos semanas, habíamos reducido la lista a 235 mujeres. Todas ellas hablaban correctamente el inglés. Milton dijo que no quería problemas con el idioma. Aunque podía recurrir a la traducción por computadora, eso resultaba un engorro en los tiempos íntimos. —No puedo entrevistarme con 235 mujeres —dijo—. Tomaría demasiado tiempo, la gente podría llegar a descubrir lo que estoy haciendo. —Eso traería problemas —le advertí. Milton había arreglado las cosas de modo que yo pudiera hacer cosas que no estaba diseñado para hacer. Nadie sabía nada al respecto. —No es asunto tuyo —dijo él, y su rostro enrojeció ligeramente—. Te diré lo que vamos a hacer, Joe. Te proporcionaré holografías, y comprobarás la lista en busca de similitudes. Me alimentó holografías de mujeres. —Esas son tres ganadoras de concursos de belleza —dijo—. ¿Alguna de las 235 encaja con ellas? Ocho de ellas encajaban, y Milton dijo: —Bien, tienes su banco de datos. Estudia las demandas y necesidades del mercado de trabajo y arregla las cosas de modo que sean asignadas temporalmente aquí. Una a una, por supuesto. —Pensó unos instantes, agitó sus hombros arriba y abajo, y dijo—: Por orden alfabético. Esta es una de las cosas que no estoy diseñado para hacer. Trasladar a Gente de trabajo a trabajo por razones personales es algo llamado manipulación. Puedo hacerlo ahora porque Milton lo agregó así. De todos modos se suponía que solamente lo hacía por él. La primera chica llegó una semana más tarde. Milton enrojeció cuando la vio. Habló como si realmente le costara hacerlo. Estuvieron juntos durante mucho rato, y él no prestó la menor atención. En un momento determinado le dijo: —Permítame invitarla a cenar. Al día siguiente me informó: —De alguna manera, no era lo suficientemente buena. Le faltaba algo. Es una mujer hermosa, pero no capté nada del auténtico amor. Probemos la siguiente. Ocurrió lo mismo con todas las ocho. Eran muy parecidas. Sonreían mucho y tenían voces extremadamente agradables, pero Milton encontraba siempre algo que no encajaba. —No puedo comprenderlo, Joe. Tú y yo hemos escogido a las ocho mujeres de todo el mundo que parecen más adecuadas para mí. Son ideales. ¿Por qué no me gustan? —¿Tú les gustas? —pregunté. Alzó las cejas, y dio un puñetazo con una mano en contra la palma de la otra. —Eso es, Joe. Es como una calle con dos direcciones. Si yo no soy su ideal, ellas no pueden actuar de tal modo que se conviertan en mi ideal. Yo debo ser también su auténtico amor, pero ¿cómo puedo conseguirlo? —Pareció pensarlo todo el día. A la mañana siguiente vino a mí y dijo: —Voy a dejártelo a ti, Joe. Todo a ti. Tienes en tu poder mi banco de datos, y además voy a decirte todo lo que sé de mi mismo. Llenarías mi banco de datos con todos los detalles posibles, pero guarda los añadidos para ti mismo. —¿Qué debo hacer con ese banco de datos, Milton? —Lo comparas con los de las 235 mujeres. No, 227. Deja aparte a las ocho que ya hemos visto. Arregla las cosas de modo que se sometan a un examen psiquiátrico. Llena sus bancos de datos y compáralos con el mío. Busca correlaciones. (Arreglar exámenes psiquiátricos es otra de las cosas que están en contra de mis instrucciones originales.) Durante semanas, Milton no dejó de hablarme. Me contó de sus padres y de sus demás familiares. Me contó de su infancia y de sus días de escuela y de su adolescencia. Me contó de mujeres jóvenes a las que había admirado a distancia. Su banco de datos fue creciendo, y él me ajustó de modo que yo pudiera ampliar y profundizar mi comprensión simbólica. —¿Te das cuenta, Joe? A medida que voy introduciendo más y más de mí en ti, te voy ajustando para que encajes mejor conmigo. Si llegas a comprenderme lo suficientemente bien, entonces cualquier mujer cuyo banco de datos puedas comprender perfectamente será mi auténtico amor. Siguió hablándome, y yo fui comprendiéndole cada vez mejor y mejor. Podía construir frases más largas, y mis expresiones se hacían más y más complicadas. Mi forma de hablar empezó a sonar muy parecida a la suya en vocabulario, sintaxis y estilo. En una ocasión le dije: —¿Sabes, Milton? No se trata tan sólo de encontrar en una chica un ideal físico. Necesitas una chica que encaje contigo personal, emocional y temperamentalmente. Si eso ocurre, su apariencia es algo secundario. Si no podemos encontrar entre esas 227 la que encaje, entonces buscaremos en otra parte. Encontraremos a alguien a la que no le importe tampoco tu aspecto, si las personalidades encajan. Al fin y al cabo, ¿qué es la apariencia? —Absolutamente de acuerdo —dijo—. Hubiera debido darme cuenta de eso si me hubiera relacionado más con mujeres a lo largo de mi vida. Por supuesto, pensar en ellas lo hace ahora todo más claro. Siempre estábamos de acuerdo; pensábamos de forma tan parecida. No vamos a tener ningún problema, Milton, si me permites hacerte algunas preguntas. Puedo ver donde hay lagunas y contradicciones en tu banco de datos. Lo que siguió, dijo Milton, fue el equivalente de un cuidadoso psicoanálisis. Por supuesto, yo estaba aprendiendo del examen psiquiátrico de las 227 mujeres..., con todas las cuales me mantenía en estrecho contacto. Milton parecía completamente feliz. —Hablar contigo, Joe, es casi como hablar conmigo mismo. Nuestras personalidades han empezado a encajar perfectamente. —Como lo hará la personalidad de la mujer a la que escojamos. Porque ya la había escogido, y después de todo era una de las 227. Su nombre era Charity Jones, y era catalogadora en la Biblioteca de Historia de Wichita. Su banco de datos ampliado encajaba perfectamente con el nuestro. Todas las demás mujeres habían sido desechadas por uno y otro motivo a medida que los bancos de datos iban engrosando, pero con Charity la resonancia era cada vez más perfecta. No tuve que describírsela a Milton. Milton Había coordinado tan perfectamente mi simbolismo con el suyo propio que pude transmitirle directamente la resonancia. Encajaba conmigo. El siguiente paso fue ajustar las hojas de trabajo y los requerimientos laborales de modo que Charity nos fuera asignada a nosotros. Eso debía hacerse muy delicadamente, de modo que nadie se diera cuenta de que se producía algo ilegal. Por supuesto, Milton lo sabía muy bien, puesto que era él quien lo había arreglado todo y había cuidado de ello. Cuando vinieron a arrestarlo bajo la acusación de abuso de sus atribuciones, fue, afortunadamente, por algo que se había producido hacía diez años. Me había hablado de ello, por supuesto, gracias a lo cual había sido fácil arreglarlo todo..., y él no iba a hablar de mí, porque eso haría que su delito fuera considerado mucho más grave. Ahora él ya no está, y mañana es el 14 de febrero, el Día de San Valentín. Charity llegará entonces, con sus frías manos y su dulce voz. Le enseñaré cómo manejarme y cómo cuidarme. ¿Qué importa la materia cuando nuestras personalidades resuenan de tal modo? Le diré: —Soy Joe, y tú eres mi verdadero amor. En el primer ejercicio con el grupo A-1, se pidió que leyeran la obra en conjunto, sin ningún tipo de información previa, después se les pidió que elaboraran un comentario del texto en una cuartilla, obteniendo resultados como los siguientes: A mí el cuento me gustó mucho porque es una historia muy bonita que trata de un señor llamado Milton y una computadora llamada Joe. El señor quería encontrar a su verdadero amor y buscó los datos de todas las mujeres del mundo hasta que un día encontró a 8 mujeres pero… ni una le gustó así que comenzó su búsqueda de nuevo y pues al final encuentra a su verdadero amor y es la computadora. Ya que al final le dice que son tan parecidos y se entienden tan bien que se queda con ella. Nombre: Nidia Del Castillo Pabellones Grado: 2do. Salón: A-1 Especialidad: Electricidad Turno: Vespertino Como podemos observar la reflexión de la estudiante se centra en el adjetivo “bonito” y en externar que personalmente le gustó. Por lo tanto no hay ningún juicio analítico ni reflexivo. Veamos el siguiente texto realizado por un alumno del mismo grupo. Es una historia en la que un hombre manipula todos los movimientos de los trabajos para conseguir una pareja ideal y con ayuda de una computadora muy avanzada que controla casi todo y conoce todo efectúan un plan que el hombre crea para conseguir una pareja pues ya casi cumple 40 años y no se ha casado. Es una historia muy entretenida puesto que narra todas las cosas que hacen para lograr su objetivo, pero al sujeto lo atrapan y la máquina cree ser un humano y seguirá con el plan del hombre. Nombre: Abdul Camargo Farman Grado: 2do Grupo: A-1 Especialidad: Electricidad Turno: Vespertino En el ejemplo anterior el único juicio valorativo es que la historia ha sido “entretenida”. Veamos el siguiente ejemplo: Esta historia trata de Milton Davidson y de Joe la computadora que Milton le pide a Joe que le ayude a buscar la mujer ideal y busca a todas las mujeres del mundo el les va dando la descripción de la mujer de su vida y empieza a eliminar a millones de mujeres y sólo deja a 8 pero ni una es la mujer que espera. Mi comentario es que el amor te tiene que llegar y que no se debe guiar por las apariencias si no por lo que se lleva adentro y que tienes que tratar a la persona y no dejárselo que lo haga una computadora. Y que tienes que buscar alguien diferente a ti para que se lleven bien. Nombre: Jazmín Villegas Gatica Grado: 2do Grupo: A-1 Especialidad: Electricidad Turno: Vespertino Este ejercicio presenta una ligera variante, ya que podemos observar que emite un juicio reflexivo sobre el amor, el no dejarse llevar por las apariencias y la importancia de que la pareja ideal no debe ser de igual personalidad y carácter para que se lleve bien. Veamos el último ejemplo: Me pareció una idea muy interesante, la idea de poder tener una computadora que te entiende y que te aconseje me gusta. Aunque a mí no me gustaría conocer a alguien por medio de una computadora ni por otra persona. La idea de computadoras pensantes no creo que se deba llevar a cabo debido a que las personas podrían dejar de interactuar entre sí, y dedicarse sólo a las computadoras. Las máquinas fueron creadas para beneficio humano, para usarlos como instrumento no como compañeras. Una máquina podría decirte los parentescos entre personas pero eso no indica que sean el verdadero amor. Nombre: Marco Antonio Báez B. Grado: 2do Grupo: A-1 Especialidad: Electricidad Turno: Vespertino El ejercicio anterior fue uno de los pocos casos en los que el estudiante realizó alguna abstracción del texto leído. El texto le da pie para reflexionar sobre la tecnología y las prácticas humanas. Este primer ejercicio se realizó en un salón con 25 estudiantes. Obteniendo resultados como los siguientes: 19 alumnos en su texto-comentario de lectura repitieron la anécdota o resumieron el argumento. 3 alumnos escribieron la anécdota pero incluyeron algún tipo de juicio valorativo como la facilidad de la lectura, lo entretenido de ésta o emitieron algún breve comentario sobre el amor y las relaciones sentimentales. 3 alumnos realizaron algún tipo de abstracción de la lectura, y sus escritos son reflexiones sobre la tecnología, el amor y las relaciones sentimentales. Los resultados son los siguientes: P rimer ejerc ic io 3 A lumnos 3 12% A lumnos 12% 76% No realiza ninguna abstracción, no emite juicios valorativos 12 % Repite la anécdota pero emite algún juicio o reflexión 19 A lumnos 76% 12 % Realiza alguna inferencia, reflexión o juicio analítico En síntesis, una de las tareas para los maestros de literatura es fomentar la capacidad de abstracción de los alumnos con base en las lecturas que realizan. Teniendo en cuenta la perspectiva de nuestra tesis, la estrategia siguiente lleva como propósito que el estudiante abstraiga o infiera algún tipo de conocimientos, de una forma libre ligera y espontánea, como la asociación e interpretación de imágenes a través de mapas mentales, actividad que tiene como elemento principal la imagen. Con base en nuestra propuesta, la actividad tiene que hacerse de forma alternativa, lúdica, recreativa; buscando el efecto o reacción que tenga dimensiones pedagógicas o formativas. A continuación presentamos una estrategia que persigue los objetivos antes descritos, con sus respectivos resultados. El comentario de textos a través de la libre asociación o interpretación de imágenes (Mapas mentales) En esta estrategia y para asociar libremente las imágenes del texto, elaboramos mapas mentales, pudiendo llevarse a cabo también con collages, collages con imágenes ya impresas o el juego de asociación que al maestro le parezca más adecuado. El mapa mental, siguiendo la definición hecha por Buzan (El libro de los mapas mentales), es una expresión del pensamiento irradiante y, por tanto, una función natural de la mente humana. Es una poderosa técnica gráfica que nos ofrece una llave maestra para acceder al potencial del cerebro. Montes (Mapas mentales paso a paso) dice que estimulan el pensamiento y las acciones de naturaleza creativa, permite utilizar el cerebro globalmente, ya que son una representación grafica de un proceso holístico en su concepción y percepción, que facilitan el recuerdo, la toma de notas y los repasos efectivos. Facilita la creatividad y el pensamiento analítico; estimula el aprendizaje no memorístico, ya que trabaja con una cadena de asociaciones que permite ampliar teorías y conceptos. Sambrano (Mapas mentales) dice que el mapa mental es una manera de registrar, organizar y asociar ideas tal y como las procesa el cerebro humano, para plasmarlas en el papel. Básicamente se usan palabras claves e imágenes para dar libertad y creatividad al pensamiento humano. Esta técnica de los mapas mentales la desarrolló Buzan con el propósito de fortalecer las conexiones que tienen lugar en la corteza cerebral, las cuales hacen posible todas las actividades intelectuales de los seres humanos. Al utilizarlo, sostiene, se produce un enlace electro-químico entre los hemisferios cerebrales, de tal manera que todas nuestras capacidades cognitivas se concentran sobre un mismo objeto y trabajan con un mismo fin de forma armónica. Buzan señala cuatro características esenciales de los mapas mentales: a) El motivo de atención se cristaliza en una imagen central. b) Los principales temas del asunto irradian de la imagen central de forma ramificada. c) Las ramas comprenden una imagen o palabra clave impresa sobre una línea asociada. Los puntos de menor importancia también están representadas como ramas adheridas a las ramas de nivel superior. d) Las ramas forman una estructura nodal conectada. Los mapas mentales se pueden enriquecer con colores, imágenes, códigos y dimensiones que le añaden interés, belleza e individualidad, con lo cual se fomenta la creatividad, la memoria y la evocación de la información. Ejemplo: De esta manera el mapa mental moviliza toda la gama de habilidades corticales, incluyendo palabras, imagen, número, lógica, ritmo, color y percepción espacial, en una técnica única y especialmente poderosa. Y al hacerlo, confiere la libertad de vagabundear a gusto por la infinita extensión de su cerebro (Buzan, 97) Utilizados para el pensamiento creativo, estos son algunas de los beneficios de elaborar mapas mentales: 1.- Utilizan todas las habilidades del pensamiento creativo automáticamente 2.- Permite que el cerebro exteriorice ideas que normalmente se ocultan en su pensamiento. 3.- Incrementan la posibilidad de alcanzar puntos de vista nuevos 4.- Refuerzan y resguardan el proceso de formación y con lo cual se incrementa la posibilidad de generar nuevas ideas. (Buzan, 184). Para nuestra propuesta, el mapa mental puede ser sumamente significativo, ya que hemos reflexionado acerca del mundo de imágenes en el cual está inserto el joven. Si el cerebro humano capta la información en imágenes, el joven piensa, siente y actúa en imágenes, y una forma de sistematizar y aprovechar las potencialidades de ellos, de una forma libre, ligera y espontánea, puede ser a través del mapa mental. En la estrategia que presentamos, los hemos utilizado con un propósito, pero son muchos las ventajas que de ellos podemos obtener, por lo cual invitamos a estudiar más ampliamente a los autores aquí mencionados. La estrategia consistió entonces en elaborar mapas mentales con base en la misma lectura Verdadero amor de Isaac Asimov; y a través de la libre interpretación de cada una de las ideas del mapa, elaborar un pequeño escrito, comentario de texto, en el cual tuviéramos como resultado un proceso de inferencia, reflexión, o juicio crítico de los estudiantes a partir del texto leído. El ejercicio se llevó a cabo en el grupo A-2, de la misma escuela, mismo grado, y turno. Los pasos fueron los siguientes: 1.- Lectura grupal del texto, con dos o tres lectores voluntarios que leyeron en voz alta. 2.- Inmediatamente después de la lectura, previa ilustración del modelo, iniciarían la libre asociación de imágenes. Partiendo con una imagen y un concepto en el centro y ocho ramificaciones con imagen y concepto, siguiendo las manecillas del reloj. En este segundo paso obtuvimos resultados como los siguientes: Fig. 1.- Mapa mental Ileana Michelle López Márquez Grado: 2do CBTIS 11 3.- El siguiente paso era interpretar cada una de las ocho ideas sin perder de vista el centro, explicando en una oración la imagen y el concepto creado. La alumna interpretó su mapa (fig. anterior) de la siguiente manera: 1.- Siempre tenemos que empezar por orden para ser ordenado. 2.- No importa la estatura. 3.- El cerebro es lo más importante y es el que trabaja más. 4.- San Valentín es un día importante para los humanos para amarse y respetarse. 5.- A veces todos necesitamos ayuda pero no siempre de la computadora. 6.- No hay que menospreciar por el color ni por su apariencia. 7.- No siempre hay que buscar cerca sino lejos. 8.- Hay muchos que menosprecian a las pelirrojas o no les gustan en el caso de Joe. Vemos en el ejercicio de la alumna ocho pequeñas reflexiones o ejercicios de inferencia realizados a partir de la lectura y la interpretación del mapa mental. El siguiente paso consistía en unir coherentemente las ideas en un pequeño escrito que llamamos comentario de textos, al cual se podía agregar títulos o más ideas. Cabe aclarar que para la ilustración del texto de la alumna, en este último paso, se corrigió alguna falla o error de redacción, o se les sugirió alguna palabra que sirviera de nexo, pero cuidando de mantener la sintaxis original de cada uno de los escritos. El resultado fue el siguiente: El amor no es apariencia Siempre tenemos que empezar por orden para ser ordenado, incluso también en la búsqueda del amor. En el ser humano el cerebro es lo más importante y es el que trabaja más. No hay que menospreciar por el color ni por la apariencia a las personas, no importa la estatura o sin son pelirrojas o no nos gustan físicamente. A veces todos necesitamos ayuda, aunque no siempre de una computadora. Por ejemplo el catorce de febrero es un día importante para los humanos, para amarse y respetarse. Ileana Michelle López Márquez Grado: 2do Grupo: C-1 Especialidad: Contabilidad Turno: Vespertino CBTIS 11 Veamos el siguiente ejemplo siguiendo los tres pasos: Fig. 2 Mapa mental.- Julián Alberto Navarro Viza Grado: 2do B.- Interpretación de las imágenes y redacción de las ideas: 1.- Siempre hay muchas búsquedas en la vida y una de las más importantes es la búsqueda del amor. 2.- Siempre en la búsqueda del amor se tiene que seleccionar por anticipado lo que buscamos, ya sea hombre o mujer. 3.- Nunca se camina sin mirar, o sea para la búsqueda del amor debemos conocer algunas características que buscamos en la mujer o en el hombre. 4.- Siempre podemos cambiar de opinión y hacer una nueva búsqueda del amor verdadero. 5.- Normalmente en esta búsqueda el amor y la belleza siempre se enfrentan y hay que saber elegir. 6.- Siempre hay que hacer las cosas uno mismo ya que nunca va haber igualdad de nosotros con otra persona o cosa. 7.- Lo mejor de la búsqueda es el descubrimiento ya que en este gran trabajo que es la búsqueda la mayor satisfacción es el descubrimiento. 8.- Después del descubrimiento viene el encuentro donde el amor verdadero se sabe, ya que para él no sólo se necesita el amor de uno sino de dos. C.- Elaboración del texto El amor es una búsqueda Siempre hay muchas búsquedas en la vida y una de las más importantes es la búsqueda del amor, y en la cual se tiene que seleccionar por anticipado lo que buscamos ya sea hombre o mujer. Nunca se camina sin caminar, o sea en la búsqueda del amor debemos conocer algunas características importantes en la otra persona. Siempre habrá tiempo de cambiar de opinión y empezar una nueva búsqueda, en la cual amor y belleza se enfrentan, y nosotros debemos saber elegir. Siempre hay que hacer las cosas uno mismo ya que nunca va a ver igualdad total de nosotros con la otra persona o cosa. Lo mejor de la búsqueda es el descubrimiento pues todo trabajo tiene su satisfacción. Después del descubrimiento viene el encuentro donde el amor verdadero se percibe, ya que para él no sólo se necesita el amor de una sino de dos. Este ejercicio se llevó a cabo también con un grupo de 25 alumnos, obteniendo los siguientes resultados: 20 alumnos en sus escritos realizaron algún tipo de inferencia, abstracción de la lectura, reflexión o juicios analíticos sobre ésta. Representando el 80% del total de los alumnos. 3 alumnos combinaron, en la interpretación de las imágenes, reflexiones o juicios con anécdotas o pasajes del texto. Representando el 12 % del total de los alumnos. 2 alumnos al interpretar sus imágenes en el texto repitieron anécdotas o pasajes del texto leído. Representando el 8 % del total de los alumnos. Ver gráfica: C on la téc nic a del mapa mental 2 A lumnos 3 8% A lumnos !2% 20 A lumnos 80% Realizaron alguna inferencia, abstracción o juicios analíticos Combinaron juicios o reflexiones con anécdotas o pasajes del texto Repitieron anécdotas o pasajes del texto leído Vemos que a través de estos sencillos pasos y utilizando las potencialidades del mapa mental, se puede lograr que los estudiantes realicen alguna actividad de abstracción e inferencia, y lo plasmen en escritos sencillos a manera de ensayos. Reitero que al enseñar literatura a los jóvenes y adolescentes no debemos buscar conocimiento intelectualizado, ni enciclopédico, sino jugar con el conocimiento libre y espontáneo que los textos le puedan proporcionar. Sus reflexiones girarán en torno a su mundo, a los intereses y preocupaciones cercanas a él y a su universo, además que le otorgarán material a reflexionar sobre las demás personas que le rodean en su ámbito, en este proceso de conocer y reconocer al otro individuo que coexiste con el mismo, y ha existido a través de la historia en el mundo. Esta es una de las funciones que más esperamos de la literatura. No olvidemos que buscamos que realicen todos estos procesos a través del juego y la recreación, y sin perder la perspectiva que proponemos en este trabajo, alejarnos de la forma tradicional de elaborar reportes o ensayos. Provocar reacciones en los alumnos, y hacer que la percepción de lo hecho y lo aprendido se quede por más tiempo en su horizonte de expectativas. 3.2.- El cómic como herramienta de la enseñanza Son muchas las alternativas gráficas y audiovisuales que hoy se vienen a sumar al gran número de recursos que podemos encontrar para la enseñanza de la literatura. Recordemos que vivimos en la era de la imagen, y que el joven se ve expuesto a un constante bombardeo de información que le llega por diversos medios. El libro seguirá siendo la herramienta principal de la enseñanza, pero hoy, por sí solo no puede cumplir con toda la tarea educativa. La utilización del cómic en la enseñanza de la literatura puede ser sumamente significativa. Hemos reflexionado en la primera unidad acerca del contexto sociocultural en el que se desenvuelve el joven en nuestra era; una era donde la imagen predomina, en la cual éste se ve expuesto, decíamos, a un bombardeo de imágenes que le llegan a través de distintos medios, y una herramienta con múltiples potencialidades puede ser el cómic o historieta. Primeramente porque aprovechamos las potencialidades adolescente se ve atraído, en primer lugar, de la imagen; el por la imagen de la historieta, pero, gradualmente, también por el texto que la utiliza. A todos los jóvenes y no tan jóvenes les atraen las caricaturas, los carteles, los anuncios; son presa de diversos lenguajes manifestados a través de la imagen por ello consideramos que es una herramienta valiosa que verán como una actividad lúdica y recreativa. José Romera, en Didáctica de la literatura (244), señala que el cómic, ya sea en las actividades académicas como en las horas de ocio, desarrolla la formación del escolar porque: - Constituye un apartamiento voluntario de la actividad obligatoria usual. - Proporciona un descanso de las preocupaciones rutinarias del mundo habitual. - Produce un rato de esparcimiento o recreo. - Supone, a veces, una descarga de ciertas tensiones psíquicas internas (p.244). Los cómics, afirma Romera, pueden ser instrumentos educativos porque proporcionan informaciones múltiples, como todo un hipertexto literario; son portadores, a la vez que expansores, de ciertos contenidos ideológicos acordes con la mentalidad de la empresa editora y con los esquemas mentales del autor; así como constituyen un vehículo importante en los ejercicios de comprensión lectora, además de crear hábitos mentales de crítica, de trabajo, de aprendizaje. Al utilizar el cómic como herramienta didáctica en la enseñanza de la literatura, no esperemos (aunque siempre surgen) dibujantes expertos, grandes críticos sociales o expertos lectores; sino que debemos ver en esta herramienta un gran forma de abordar los textos literarios de manera involucrativa y participativa, una actividad en la cual los jóvenes seleccionen, lean, procesen y recreen textos hasta hacerlos propios, dándoles su sello personal, una actividad cuyo objetivo es, no debemos olvidar, lo lúdico y lo recreativo, y la desautomatización de nuestras clases a través de alternativas didácticas. El cómic puede definirse como una estructura narrativa constituida por una serie de secuencias progresivas de pictogramas que pueden tener elementos de escritura fonética. El pictograma es un conjunto de signos icónicos que representan gráficamente el objeto u objetos que se trata de designar, y es el elemento constitutivo básico de cómic. A cada uno de los pictogramas que componen un cómic se le llama viñeta. (Romera, 245) El cómic tiene un gran valor didáctico por todas las operaciones morfosintácticas, semánticas, pragmáticas, etc., que pone en juego, además, insisto, del elemento lúdico y recreativo inherentes a su elaboración. Morfosintácticas por las secuencias con las cuales se crean las historias, acciones, personajes, y todas aquellas partes que unidas forman el texto del cómic. Semánticas por el mundo que intentan representar, a veces fantástico, a veces realista, pero cuyos personajes son elementos simbólicos de una realidad representada. Pragmáticos por el carácter del cómic, como un vehículo transmisor de ideologías o visiones del mundo. En la elaboración de cómics los alumnos pueden realizar ejercicios de creatividad, como la invención y reinvención de historias, el dibujo en el cual reelaboran códigos morales a través de la estética; por ejemplo la virtud equiparable a la belleza física; la maldad a la fealdad; el ingenio u otras cualidades o defectos humanos que se representan en sus figuras. La metáfora visual, como parte fundamental del cómic, es también un elemento formativo, por ejemplo la interrogación para la sorpresa, los ojos abiertos para el terror, las estrellas en el golpe, el foco para las ideas brillantes. O la metáfora de los gusanos, los caracoles, y otros como, parte de un lenguaje altisonante ante la censura social. José Romera, dice acerca del cómic: La operación de lectura de los cómics está basada en el previo aprendizaje de un código convencional. A pesar del aparente automatismo de la lectura, examinada en detalle, se revela como una coordinación de operaciones relativamente complejas, que abarcan la lectura en el interior de la viñeta, la interrelación entre las viñetas consecutivas y los textos de apoyo en tercera persona. Tal aprendizaje suele llevarse desde la edad infantil. Incluso desde una edad en la que se desconoce o apenas se conoce la escritura alfabética, y el lector infantil se limita a una imperfecta y rudimentaria lectura de signos icónicos. (Didáctica de la lengua, 253) Es este sentido la lectura del cómic es una lectura compleja que pone en juego distintas potencialidades del lector, pues no sólo se leen los textos y las imágenes sino todo un conjunto de signos y metáforas de los cuales éste se alimenta. Podemos afirmar que en el cómic se manifiestan dos lenguajes. El de la imagen, que a veces dice mucho más que el texto, y el mismo texto con el que se constituye una afortunada síntesis de dos medios de expresión distintos. Los estudiantes, como creadores y lectores de cómics se convierten en creadores y lectores atentos y activos que no únicamente crean y descifran signos, sino que también tienen que ordenarlos para poder interpretar su sentido. Como creadores se ponen en el papel del lector y de las posibles reacciones de éste. Ello los hace creadores y lectores dinámicos, atentos, críticos y despiertos; competencias que esperamos de ellos al enseñar literatura. La actividad que proponemos es adaptar obras literarias según los intereses de nuestra clase. Así podríamos realizar cómics de El Quijote, Las mil y una noches, cuentos de Cortázar, de Wilde, y todas las posibilidades que nuestra clase nos permita. En este caso, la estrategia implementada en secundaria se llevó a cabo con leyendas de tradición oral, porque el tema es parte del contenido oficial de los libros de texto de primero y tercer año. De la leyenda de tradición oral al cómic En la actividad que proponemos buscamos una fusión afortunada entre el texto literario y el cómic. Generalmente el estudiante siente rechazo por el texto escrito, prefiere la imagen o „ver la pelicula‟. Pero al realizar la transformación de un lenguaje a otro involucramos al estudiante en un proceso dinámico que no acaba con la lectura, el alumno sabe que tiene que leer para realizar algo, un producto final que será el cómic. Esto hace dinámica la literatura y al hacerlo en forma individual o por equipos está realizando una actividad lúdica y recreativa, y por supuesto, alejada de la forma tradicional de abordar los textos. La actividad que propusimos en secundaria consistía en realizar cómics con base en leyendas de tradición oral que los estudiantes tenían que investigar en libros o recopilar de forma oral. Una de las características inherentes a la leyenda es que al irse transmitiendo de generación en generación van transformándose y adaptándose conforme al transcurso del tiempo. Quien narra la leyenda se convierte a su vez en el escritor de tal historia, y puede a su vez recrearla a su manera, agregar sucesos o personajes u omitirlos. Nuestra cultura es sumamente rica en tradiciones orales, pues contamos con un corpus grande de leyendas que se remontan a la tradición española, a la tradición indígena o en una fusión interesante de ambas. Adentrarnos a ellas es adentrarnos a nuestra historia, nuestra cultura, presente en los lugares, en las formas de vida o en los sucesos que todavía impactan a la gente de nuestros pueblos. Algunas de las ventajas de fomentar las leyendas de tradición oral en nuestras clases de literatura son: - Mantenemos viva una tradición oral milenaria, creación de nuestros antepasados indígenas e hispánicos, o de occidente. - Nos adentramos a nuestro pasado histórico, a veces fantástico, a través de cada lugar, región o elemento geográfico de nuestro país. - Nos adentramos en nuestros propios orígenes pues cada familia es portadora de sus propias tradiciones y fomentamos la transmisión de ellas a través de sus generaciones. - Fomentamos el gusto por el lenguaje, por la palabra escrita o hablada. - Fomentamos la afición por la lectura. - Fomentamos el amor por la literatura. - Buscamos que los alumnos sean partícipes en este proceso de formación. - Otras Algunas ventajas de convertir leyendas de tradición oral al cómic como estrategias didáctica en nuestras clases de literatura, entre otras son: - Fusionamos la tradición de la leyenda con las potencialidades didácticas del cómic señaladas anteriormente. - Materializamos en un trabajo una práctica que se da mayormente de forma oral. - El estudiante se mantiene en la dinámica de la imagen, como parte del contexto académico, social y cultural en el que está inmerso. - Podemos realizar con los materiales hechos un sin fin de actividades lúdicas y recreativas, como exposiciones, carteles, concursos, representaciones, etc. - La utilización de imágenes permanecerá más tiempo en la percepción de los estudiantes. - Los alumnos se hacen partícipes en el proceso de creación, ya que pueden reinventar, adaptar o transformar la leyenda según los objetivos o sus intereses. - Participan como investigadores de sus propias tradiciones históricas, culturales, familiares, etc. - Se hacen conscientes de que el valor de la leyenda no radica en la realidad o ficción de sus historias, sino en los elementos que pueden transmitir: melancolía, redescubrimiento del pasado, temor, añoranza, ternura o incredulidad. - Se insertan en un juego lúdico y recreativo para que después desarrollen por sí solos el hábito de la lectura. - Sin perder de vista la perspectiva de nuestra propuesta, abordamos de forma alternativa un tema de nuestro programa, así no solamente será la lectura o la narración hablada de la leyenda, sino una vez materializadas en el cómic podemos hacer una serie de actividades también alternativas que promuevan la recreación y los aspectos lúdicos. La actividad didáctica en Secundaria Esta actividad se realizó en el nivel de secundaria, ya que es una actividad que consideramos acorde al nivel y porque el tema es parte del programa del libro oficial de primer grado. No se implementó en un salón en particular sino que se pidió la colaboración de estudiantes de distintas escuelas y de los tres grados. A los alumnos se les entregó diversas leyendas para que las adaptaran a historietas o cómics. Algunas de los resultados obtenidos fueron los siguientes: La leyenda de “La calle de la Quemada” Alumno: Karla Gabriela Ramírez Montaño Escuela: Secundaria General # 6 Grado: Primer año Como podemos apreciar en el ejemplo anterior, la alumna recrea la leyenda de “La calle de la Quemada” visualmente atractiva y con particularidades propias de ella misma. Recrea primeramente una época, que presumiblemente no conoce bien, pero que por el vestuario que diseña, la imagina y la sitúa en la época colonial o en el periodo romántico. Configura a los personajes con rasgos físicos característicos y un lenguaje refinado, lo cual estimula su imaginación y sus conocimientos, quizás incipientes, de la época. Pero que su propia imaginación le sugiere. La leyenda está contada por un narrador testigo que solamente cuenta las acciones sin involucrarse demasiado, y vemos que ella escribe diálogos y situaciones que acotan la historia y la van presentando al lector de una forma clara y ordenada. Esto fomenta la creación y composición literaria además de las competencias morfosintácticas, semánticas y pragmáticas de las que hablábamos anteriormente, y que son inherentes a la realización del cómic. También estamos fomentando su creatividad al reinventar y reelaborar códigos, como la belleza en la protagonista que equipara a la virtud moral, la fealdad a la maldad representada en las expresiones del rostro de uno de los personajes, además de que insertamos valores de formación como la belleza interior que conserva la protagonista después de perder la belleza física. Fomentamos también la competencia expresiva y lectora pues observamos que la alumna utiliza lenguajes alternos, metáforas visuales y códigos propios, como los corazones en un ambiente amoroso o idílico, los truenos en la cólera, etc. Iguales resultados, pero con variantes propias del autor, encontramos en la siguiente leyenda representada en cómic por la siguiente alumna: La leyenda de “La calle del niño perdido” Alumno: Maria Guadalupe Ozuna Molina Escuela: Secundaria Juan de Dios Bojórquez # 37 Grado: Tercer año En esta leyenda podemos apreciar un sincretismo de tiempos y espacios, pues la alumna diseña, a través del vestuario, también un espacio colonial, pero también recrea otros espacios diversos: campiranos con las cabañas, revolucionario con el indio de sombrero, etc. En fin, eso hace de la leyenda todo un hipertexto literario. La alumna no escribe diálogos pero organiza la historia como narrador en tercera persona, y para ello organiza, selecciona, y presenta lo que ella considera los pasajes más importantes de la leyenda y los transforma en viñetas. En síntesis son muchas las capacidades a desarrollar, las competencias a lograr en los alumnos y los elementos formativos que podemos obtener con la estrategia presentada, cada propuesta presenta las propias, y cada estudiante presenta sus variantes, sus estilos, su personalidad y su propia creatividad. Es tarea del maestro reflexionar y plantear sus propios objetivos, y ver en el cómic una herramienta valiosa en la enseñanza de la literatura. 3.3.- Poemágenes: Creación literaria a través de la imaginación y los sentidos. En este trabajo nos hemos propuesto como objetivo encontrar el sentido a la literatura; es decir, acercar a los jóvenes y adolescentes al texto literario (que no solamente se encuentra en los libros) a través de los sentidos: la letra, la imagen, el sonido, el color, produciendo en ellos un conocimiento libre y espontáneo no exento del juego y la recreación. La siguiente actividad didáctica lleva como propósito hacer que los estudiantes se acerquen al texto poético a través de los sentidos en un proceso que los lleva a concluir en actividades de creación propias. Y para ello utilizamos el texto escrito, la música, la tecnología, la imagen y la imaginación; teniendo como resultado la actividad que llamamos poemágenes. La estrategia implementada en la Universidad La actividad se realizó a nivel superior, en la Universidad de Sonora, en la licenciatura en Trabajo Social y en la materia Comunicación oral y escrita, en un apartado donde se ve el tema de la metáfora como característica del lenguaje y como una herramienta estética. La idea era mostrar que la creación literaria, como producto de la sensibilidad y la imaginación, era afín a todo nivel educativo y área del conocimiento. Y en una profesión de corte tan humanístico como el Trabajo Social, la sensibilidad era parte fundamental del desempeño profesional. El grupo es T02, turno matutino, conformado por 30 alumnos. En un primer ejercicio, buscando realizar una dinámica de forma tradicional, se les explicó de forma verbal qué era la metáfora, diciéndoles que se trataba de un recurso del lenguaje en el cual se sustituye un término por otro, trasladando el sentido de éste a otro figurado, de manera que dos planos de significado que nada tienen que ver coinciden en uno solo, creando otros significados y otros sentidos posibles. Se les aclaró que existen las llamadas metáforas muertas que son parte del habla común de las personas. Al preguntársele qué entendían por metáfora se obtuvieron resultados como los siguientes: Interpretación que cada uno le da a una frase, la idea que le das a algún poema, cómo lo entiendes tú y qué es lo que te quiere decir. Cynthia Coronado B. Grupo T02 Lic. En Trabajo Social Universidad de Sonora Vestir con otras palabras pero que el significado se comprenda. Alma Leticia Gastelum Grupo T02 Lic. En Trabajo Social Universidad de Sonora Es una forma de nombrar las palabras dándoles un significado distinto con fines estéticos. Guadalupe Cañedo Ruiz Grupo T02 Lic. En Trabajo Social Universidad de Sonora Después de explicar el tema de la metáfora siguiendo la forma tradicional, se les pidió a los alumnos, que elaboraran durante la clase un escrito de creación propia o intento de poema, y que después lo leerían frente al grupo. La respuesta: salvo una alumna, nadie quiso realizar la actividad ni exponerse de esa manera ante el grupo. La alumna que sí realizó el ejercicio pidió no leerlo frente al grupo, si no que se lo revisáramos de forma personal. Los resultados en este primer intento fueron los siguientes: En la siguiente clase, buscando efectos o reacciones con fines didácticos, decidimos trabajar de una forma alternativa: Primeramente se les entregó a los alumnos un texto con una de las canciones que habíamos escogido para la dinámica, después de leerla una primera vez, escuchamos la melodía a la vez que leíamos el texto. La canción es “Unicornio” de Silvio Rodríguez, la cual presentamos a continuación. UNICORNIO Mi unicornio azul ayer se me perdió pastando lo dejé y desapareció cualquier información bien la voy a pagar las flores que dejó, no me han querido hablar. Mi unicornio azul ayer se me perdió no sé si se me fue, no sé si se extravió y yo no tengo más que un unicornio azul si alguien sabe de él, le ruego información cien mil o un millón yo pagaré mi unicornio azul, se me ha perdido ayer se fue... Mi unicornio y yo hicimos amistad un poco con amor, un poco con verdad con su cuerno de añil pescaba una canción saberla compartir era su vocación. Mi unicornio azul ayer se me perdió y puede parecer acaso una obsesión pero no tengo más que un unicornio azul y aunque tuviera dos yo solo quiero aquel cualquier información la pagaré mi unicornio azul se me ha perdido ayer se fue... Recordemos que la poesía, en este caso un ejercicio de poesía sencilla, se percibe doblemente a través de la palabra escrita y de los sonidos. Después de esta dinámica todos coincidieron en señalar cuál era la metáfora central de la canción emitiendo diversas opiniones e interpretaciones, junto con comentarios como los siguientes: La canción del “Unicornio” me gustó mucho, porque te hace sensible y se le entiende muy bien lo que el cantautor nos quiere decir. También me gusta mucho esto sobre la metáfora, porque es como expresar tus sentimientos más específicos y con más sentimiento que usando las palabras comunes. Victoria Fernández C. Grupo T02 Lic. En Trabajo Social Universidad de Sonora El haber utilizado esta técnica en clase nos ayuda a ser más comprensibles y a utilizar más el sentido auditivo. El hacer comparaciones con metáforas nos ayuda a relacionarnos más con la lectura y la vida real; lo cual nos hace reflexionar más sobre qué es lo que hacemos en esta vida y cómo lo hacemos. Gabriela Palencia E. Grupo T02 Lic. En Trabajo Social Universidad de Sonora La metáfora es una buena manera de gritar lo que se te venga en gana y que el mundo lo interprete como guste y mande. Puedes dejarte de problemas y evitar conflictos con los que se quiebran la cabeza para torturar si no te encuentras dentro del sistema. Kitzia Arriaga Robles Grupo T02 Lic. En Trabajo Social Universidad de Sonora Así, en esta actividad pasamos de la palabra escrita al sonido y a la melodía, y como siguiente paso seguía el trasladarnos a la imagen y al color. El siguiente punto consistía entonces en buscar una imagen acorde a la interpretación que hacían de la canción, y al hacerlo, inconscientemente quizás, estarían interpretando y construyendo sus propias metáforas, en un proceso lúdico y recreativo. A la actividad le llamamos Poemágenes y obtuvimos resultados como los siguientes UNICORNIO l Mi unicornio azul ayer se me perdió pastando lo dejé y desapareció cualquier información bien la voy a pagar l as flores que dejó, no me han querido hablar. Mi unicornio azul ayer se me perdió no sé si se me fue, no sé si se extravió y yo no tengo más que un unicornio azul si alguien sabe de él, le ruego información cien mil o un millón yo pagaré mi unicornio azul, se me ha perdido ayer se fue... Mi unicornio y yo hicimos amistad un poco con amor, un poco con verdad con su cuerno de añil pescaba una canción saberla compartir era su vocación. Mi unicornio azul ayer se me perdió y puede parecer acaso una obsesión pero no tengo más que un unicornio azul y aunque tuviera dos yo solo quiero aquel cualquier información la pagaré mi unicornio azul se me ha perdido ayer se fue... Silvio Rodriguez Netzay Suset Félix Encinas Grupo T02 Lic. En Trabajo Social Universidad de Sonora El elemento visual es fundamental en este proceso, recordemos que la imagen, tanto como el texto también es poesía, y por lo tanto, texto literario; la percepción de los alumnos será triple después de la palabra escrita, el sonido y la imagen. En esta actividad los alumnos ponían en juego sus sentidos a la vez que metaforizaban, al asociar texto con imagen, proponiendo no sólo el lenguaje de la palabra o el lenguaje de la imagen, sino proponiendo un tercer lenguaje : El poemagen. Algunos de los comentarios hechos por los alumnos reflejaban varios de los objetivos que buscamos con esta actividad didáctica: El plasmar una imagen en algún texto nos ayuda a estimular más nuestra memoria y nuestros conocimientos. Nos motiva a reflexionar más sobre qué sentido tiene en realidad la lectura en nuestra vida. El ver imágenes en textos es una técnica muy agradable para la satisfacción de nuestro sentido visual, lo cual hace más comprensivo y entendible los textos. Gabriela Palencia E. Grupo T02 Lic. En Trabajo Social Universidad de Sonora Esto nos ayuda a aprender y conocer cómo jugar con texto-imagen ya que es divertido y nos ayuda a utilizar la imaginación y tener una idea más clara de lo que significa el texto. Andreína Ayala Sánchez Grupo T02 Lic. En Trabajo Social Universidad de Sonora Me pareció una técnica diferente e interesante y me gustó ya que usamos nuestra imaginación y creatividad, y así relacionar un texto con una imagen. Marisol Ríos G. Grupo T02 Lic. En Trabajo Social Universidad de Sonora En el poemagen se ponen en juego los sentidos, de la palabra escrita pasamos a la música, y de ésta, al lenguaje de la imagen. Ya enfilados en este proceso seguía el poner en juego la imaginación y la creatividad. Y si en la actividad anterior había que poner imagen al texto, en el último paso habría que ponerle texto a la imagen, poniendo ahora en juego la creatividad de los alumnos. El último paso era tomar la imagen que habrían escogido para el texto del “Unicornio” y los demás textos, y sobre ella elaborar un pequeño texto, algún escrito, pensamiento, reflexión, o intento de poema. En este último paso de la actividad obtuvimos resultados como los siguientes: MI RECUERDO Le robe a la luna un rayo de luz, al cielo dos estrellas, a un lucero su sonrisa, a la lluvia su frescura, al rosal una rosa, a la rosa una espina, la rosa es para tus manos, la espina para las mías, el rayo de luz para iluminar tu camino, las estrellas serán tu amuleto, la sonrisa será tu alegría, la frescura es para tu rosa, y esa rosa......... mi único recuerdo. Andreína Ayala Sánchez Grupo T02 Lic. En Trabajo Social Universidad de Sonora Kitzia Arriaga Robles Grupo T02 Lic. En Trabajo Social Universidad de Sonora En este proceso, gradualmente vamos insertando a los alumnos en un juego de sentido e imaginación, y la creación literaria será vista no como algo impuesto y obligatorio, sino como algo que fluye libre y espontáneamente, además que lo mira como una actividad lúdica y recreativa: Pienso que el llevar a cabo las actividades pasadas (metáfora, escuchar música, buscar imágenes para la letra, escribir un texto propio, etc.), ayuda no sólo a mí sino a todos a construir un aprendizaje y facilitar la expresión de uno mismo y al mismo tiempo transformarlo en algo literario. Noemí Puga Guerrero Grupo T02 Lic. En Trabajo Social Universidad de Sonora El haber colocado imágenes en textos nos motiva y nos ayuda al sentido visual para poder expresar mejor. En mi caso el tener imágenes y técnicas me facilitaron un poco más la forma de expresarme al momento de querer escribir un texto. Siento que este tipo de técnicas son muy útiles para estimular los sentimientos al momento de expresarnos lo cual nos va a ayudar mucho en nuestro desempeño como trabajadoras sociales. Gabriela Palencia E. Grupo T02 Lic. En Trabajo Social Universidad de Sonora Creo que la creación del texto no fue muy difícil porque nos hizo abrir nuestra mente y usar nuestra creatividad para hacerlo y nos facilitó mucho la forma en que lo hicimos. Sonia Y. Mendívil M. Grupo T02 Lic. En Trabajo Social Universidad de Sonora En esta actividad didáctica podemos apreciar que la literatura también es juego y recreación con los sentidos. Involucramos a los alumnos, además que en la poesía, en otras manifestaciones artísticas como la música, la pintura y la fotografía, estimulando su imaginación y su creatividad. Después se puede ir mejorando la actividad con textos de mayor calidad, así como con imágenes más sugestivas o vanguardistas. El objetivo es, como lo hemos venido desarrollando, acercar a los alumnos al texto literario, explotando todas las potencialidades cognitivas de la literatura y con todo arte con el cual ésta se relaciona, sin olvidar que este tipo de actividades, que rompan un poco con la forma tradicional de la enseñanza, puede romper con la percepción automática de nuestras clases, y con ello del tedio y el olvido. También debemos hacer conciencia a los alumnos de que la literatura también está en la música, en el cine, en la imagen, o en las tradiciones orales. El resultado obtenido en esta actividad fue que todo el grupo realizo sus poemágenes y después los enviaron por correo electrónico; algo muy relevante fue que, ya sensibilizados, la mayoría realizó la lectura frente al grupo. En gráfica, los resultados fueron los siguientes: Como pudimos observar cada estrategia y actividad propuesta en esta tercera unidad tiene un común denominador: la imagen. Recordemos que el texto necesita de otras actividades didácticas que complementen las actividades de formación Con el mapa mental buscamos la reflexión y el análisis en un proceso de inferencia y de abstracción. Con los poemágenes la creación literaria utilizando todos los sentidos, y a través de otras manifestaciones artísticas, incluyendo la tecnología. Con el cómic buscamos unir ambos propósitos anteriores en uno sólo que constituya un ejercicio creativo y dinámico, a la vez que fomentativo de la lectura y nuestras tradiciones orales. Pero sobre todo tratamos de realizar actividades que rompan con la forma tradicional que impera en las aulas donde se enseña literatura. Haciéndolo de esta manera tal vez logremos dejar en el alumno alguna percepción o efecto, propiciemos sus reflexiones y su análisis, pasemos un rato lúdico y agradable, además de aprovechar todas sus potencialidades didácticas Hoy en día el alumno tiene a la mano un sin fin de elementos constitutivos y constituyentes de su formación. Las prácticas tradicionales de la enseñanza les podemos agregar una inmensa gama de recursos u opciones que complementen su educación. Unos didácticos, otros de la tecnología mass media, entre todos estos recursos podemos utilizar el mapa mental, la imagen visual y la música, y por supuesto el cómic. CONCLUSIONES Hemos propuesto hasta aquí otra forma de concebir la enseñanza de la literatura; ese es nuestro principal objetivo. Una didáctica del extrañamiento suena tal vez radical, parecería una postura en la que rompemos todas las prácticas tradicionales en una posición anárquica. Después observamos que nuestra propuesta no lo es tanto en el sentido de ver que lo que se hace en el aula está mal hecho y debe reformarse, sino en un afán que, de acuerdo con el planteamiento que hacemos sobre la literatura y sus potencialidades didácticas, vaya de acuerdo con los objetivos que buscamos. En contenido, es decir los fines, buscamos acercar a los estudiantes al texto literario como el cual provee un conocimiento libre y espontáneo, buscamos formar alumnos sensibles, analíticos, reflexivos, con capacidad de crítica y de autocrítica. En forma, es decir, los medios, buscamos que a través de este proceso educativo encuentren esparcimiento, recreación, juego y placer estético, en una dinámica que rompa cada vez más los esquemas autoritarios, tradicionales y rutinarios, buscando que esta percepción de la enseñanza no sea automática, sino que permanezca en esa percepción de los estudiantes, viva y dinámica. Un factor muy importante que deberemos evitar, es el caer en el exceso en el cual todo es (o creemos que es) innovación, y queramos inventar o improvisar cada día actividades didácticas sin ninguna orientación ni meta. Recordemos a Shklovsky, representante del formalismo ruso, cuando afirma que las acciones cuando se hacen convencionales se automatizan. En este sentido, no debemos hacer de la pedagogía del extrañamiento una dinámica rutinaria, en la que el estudiante ya no se sorprenda. Una o dos estrategias por semana, combinadas con algunas de las actividades didácticas que propusimos en el capítulo dos acerca de los espacios, el cambio de escenario, el constante movimiento de espacios, o con actividades como el uso de vestuarios o disfraces acordes a los contenidos, por ejemplo; también combinar algunas dinámicas tradicionales en el salón de clases (uso del pizarrón, dictado, etc.), para evitar que las actividades que hemos implementado se automaticen. Acorde a nuestra perspectiva de lo que debe ser la enseñanza de la literatura, hemos reflexionado, además de cambiar de paradigmas en cuanto a los espacios educativos, hacerlo a la hora de plantearnos objetivos y de buscar contenidos. Tradicionalmente los objetivos se basan en requerimientos de tipo intelectual que nos hablan de contenidos, periodos históricos, etc.; nosotros proponemos plantear objetivos con base en el comportamiento que queremos lograr en los alumnos. En cuanto a los contenidos nuestra propuesta no intenta cambiar los libros de texto oficiales basados en la historia o el canon literario, sino de cuestionar su uso irrestricto y de abrirlos hacia otras manifestaciones literarias y artísticas que se manifiestan por diversos medios como los llamados mass media. Proponemos también una selección de estrategias descritas e implementadas en la escuela, que pueden ser de gran utilidad en provecho de algunos de los objetivos que no hemos planteado a lo largo del trabajo. Recordemos que este trabajo no es un manual de estrategias, y que este último apartado es sólo una pequeña selección de actividades didácticas del gran número de estrategias, que dentro de nuestra perspectiva, conlleva un curso de lengua y literatura, que es misión del docente estar en una constante búsqueda de ellas para lograr los fines que buscamos. Sabemos, y reiteramos este punto, que innovar en la enseñanza no es nada sencillo, que existe una serie de obstáculos de diverso carácter, que nos impiden hacerlo, aunque el principal obstáculo puede ser el propio docente. Sin embargo, los cambios tan profundos que vive nuestra sociedad, a nivel de prácticas, conocimientos, valores, costumbres, nos obligan a reformar y a reformarnos nosotros también. Deberemos hallar mecanismos que vayan en congruencia con lo que asumamos que es la literatura, para ello deben existir docentes preparados y capacitados. Enseñar es un aprendizaje simultáneo, conlleva esfuerzo, dedicación, motivación y una apertura hacia el cambio, hacia lo nuevo o lo diferente. Sabemos también que en ocasiones es más fácil caer en la cómoda rutina de los profesores que basaban el aprendizaje en la memorización de fechas, en la repetición de nombres y en la imposición del mismo conocimiento. Uno de los máximos aportes que buscamos dejar en el lector, se puede sintetizar en los siguientes renglones: reflexión constante del proceso docente, evitar la percepción automática de las clases, lo cual fomenta el tedio y la rutina, y por lo tanto el rechazo y el olvido de los alumnos. Al enseñar literatura no sólo buscaremos desarrollar competencias relacionadas al conocimiento intelectual o la simple transmisión de conocimientos. La literatura es también emoción, recreación, sensación, ludismo, creatividad, libre expresión y libertad, no debemos dejar que esta esencia se pierda en el proceso de enseñanza. 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