empleo, pobreza y empobrecimiento en mxico: la distorsin de los

Anuncio
1
EMPLEO, POBREZA Y EMPOBRECIMIENTO EN MÉXICO: LA DISTORSIÓN
DE LOS INGRESOS LABORALES COMO FACTOR DE EMPOBRECIMIENTO
Luis Ignacio Román Morales
ITESO
Sería todo un detalle, todo un
síntoma de urbanidad, que no
perdieran siempre los mismos y que
heredasen los desheredados.
Sería fantástico que ganase el mejor
y que la fuerza no fuese la razón.
Joan Manuel Serrat
La pobreza puede interpretase desde múltiples dimensiones, cuantificarse
y cualificarse conforme a criterios, metodologías y perspectivas
disciplinares muy diversas, pero en una economía de mercado las
transacciones fundamentales de bienes y servicios se resuelven con arreglo
a los precios existentes, lo cual asocia a la pobreza (aunque no la define
exclusivamente) con la indisponibilidad de la población de poder adquirir
bienes y servicios básicos mediante transacciones monetarias, por lo tanto
refleja la ausencia de un ingreso suficiente para ello.
En la mayor parte de las naciones predomina la economía de mercado,
aunque ello no necesariamente significa que la mayoría de la población de
cada uno de esos países se rija económicamente sólo por transacciones
mercantiles (baste mencionar la presencia del autoconsumo) ni que el
mercado se restrinja solamente al mecanismo de precios denominados en
una moneda determinada (el trueque, por ejemplo sigue siendo una
práctica recurrente). Sin embargo, el ingreso y en especial el monetario,
representa el principal medio de acceso internacional a la mayoría de los
bienes reconocidos por las contabilidades nacionales como económicos.
Cabe una primera digresión: gran parte del trabajo doméstico y
comunitario es generador de bienes y servicios que satisfacen necesidades
humanas a todos los niveles: individual, familiar, local, regional, nacional y
hasta mundial (¿no impacta la separación de la basura en orgánica e
inorgánica la ecología mundial?). Sin embargo, la inmensa mayoría de esas
actividades no es contablemente considerada como económica, por
encontrarse fuera de la esfera del mercado. Esto genera una confusión
entre economía y mercado, al restringir la categoría más amplia (economía)
a la específica (el mercado) en vez de ubicar a este último sólo como uno
2
de los mecanismos de operación la economía. Tal vuelco en el nivel de
agregación de las categorías niega el peso de gran parte del trabajo y del
producto de ese trabajo, que realiza la mayor parte de la población
mundial, especialmente femenina.
En México la lógica del mercado es predominante en la cuantificación de la
riqueza, y el acceso a ésta pasa también por la disponibilidad de ingresos
de la población. Si bien existen múltiples satisfactores que directamente no
dependen de los ingresos de un hogar en lo particular, como el acceso a la
infraestructura de servicios públicos, tales ingresos son ineludibles para
satisfacer la mayor parte de las necesidades, comenzando por la
alimenticia.
En suma, si la pobreza y el empobrecimiento están asociados a la
insuficiencia o a la pérdida de ingresos reales, entonces los factores que
propician tal insuficiencia y deterioro, o que inhiben su mejora, juegan un
papel central en la problemática general de pobreza y exclusión que trata
esta obra.
La importancia de los ingresos en la explicación de la pobreza no significa,
no obstante, que éstos sean el único determinante de la pobreza y el
empobrecimiento. De hecho, la aplicación de métodos de medición de la
pobreza por medios directos, como el de Necesidades Básicas
Insatisfechas, el Método de Medición Integrada de la Pobreza o la
incorporación de la llamada pobreza por tiempo, implican la necesidad de
recurrir a otros factores asociados con la pobreza. Sin embargo, tales
abordajes desbordarían el objetivo de este texto, en cuanto a la incidencia
específica que juegan los ingresos laborales.
Este artículo pretende abordar la problemática de la dispersión de las
remuneraciones al trabajo en México como factor de empobrecimiento
social. El objetivo inmediato es ubicar el abanico de tales remuneraciones
existente en nuestro país, compararlo con algunas informaciones a nivel
internacional y, a partir de tales ellas, preguntarnos acerca de los criterios
de fijación de los ingresos al trabajo en México.
Nuestra hipótesis de trabajo es que existe no sólo una gran dispersión en
las remuneraciones, sino en los criterios para fijarlas, en función de las
posiciones de poder político y económico en que se encuentran los
diversos actores sociales.
Este artículo está dividido en cuatro partes: en la primera abordamos la
importancia de las remuneraciones al trabajo en la distribución del ingreso
en México. En la segunda reflexionamos sobre los criterios básicos para la
fijación de ingresos laborales; en la tercera efectuamos alguna clasificación
de los trabajos de acuerdo con su ubicación en la estructura de
distribución del ingreso y en la cuarta asociamos lo anterior con algunos
comportamientos internacionales.
3
I) LAS REMUNERACIONES AL TRABAJO EN LA DISTRIBUCIÓN DEL
INGRESO.
Conforme a la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del
2005 (INEGI, 2006), 80.2% de los hogares mexicanos perciben ingresos por
el trabajo realizado (subordinado más independiente) y éstos representan
82.6% de los ingresos totales de la población. Si bien estas proporciones
son menores en las localidades más pequeñas, dada la gran importancia
que sobre de ellas ejercen las remesas de diverso tipo, el trabajo sigue
siendo la parte básica de su ingreso. 1
CUADRO 1: Estructura de las fuentes de ingreso de los hogares, 2005
PRINCIPALES FUENTES
DE INGRESO
Porcentaje sobre
perceptores e ingresos
TOTAL
TOTAL
TAMAÑO DE LOCALIDAD
DE 2 500 Y MÁS HABITANTES DE MENOS DE 2 500 HABITANTES
PERCEPTORES
1
INGRESO PERCEPTORES1
INGRESO PERCEPTORES1
INGRESO
53 831 761
636 684 203
40 413 734
562 804 472
13 418 027
73 879 731
58.9%
64.1%
64.5%
65.1%
41.7%
56.2%
21.3%
18.5%
20.3%
17.9%
24.3%
22.7%
2.4%
6.8%
2.8%
7.4%
1.3%
1.8%
TRANSFERENCIAS
31.7%
10.6%
24.5%
9.5%
53.1%
19.3%
OTROS INGRESOS
0.1%
0.1%
0.1%
0.1%
0.1%
0.0%
REMUNERACIONES POR
TRABAJO SUBORDINADO
INGRESOS POR TRABAJO
INDEPENDIENTE
2
RENTA DE LA
PROPIEDAD
Los porcentajes están referidos a la proporción de cada renglón con respecto al número de total de perceptores y de
ingresos . En el caso de los perceptores, el total porcentual es superior a 100 por la presencia de múltiples perceptores
que cuentan con formas diversas de ingreso.
1
2
Los perceptores del hogar están clasificados en una o más fuentes de ingreso, debido a que un perceptor del hogar pudo tener ingreso
corriente monetario por más de un trabajo, por transferencias u otros tipos de ingreso en el mismo periodo de referencia.
En el monto del ingreso corriente por trabajo independiente de los negocios agropecuarios se incluye: el ingreso monetario y no monetario.
También se registran las ganancias de cuasisociedades y cooperativas de producción.
FUENTE: INEGI. Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2005.
Visto en el plano individual, de 104.2 millones de habitantes registrados en
la ENIGH como población total en el 2005, 53.8 millones (51.6%) obtuvieron
algún ingreso corriente monetario durante el periodo de referencia. Sin
embargo, una tercera parte de los perceptores no percibieron siquiera el
Existen diversos tipos de transferencias, tales como el pago de jubilaciones,
indemnizaciones, becas y donativos, regalos de otros hogares, beneficios de programas
sociales que involucran transferencias monetarias (como Oportunidades y Procampo), así
como ingresos provenientes de otros países)
1
4
monto equivalente al salario mínimo de ese momento ($1,380 mensuales
en promedio de las tres zonas salariales), y tal proporción se elevó a 58.5%
en las localidades rurales. Esa tercera parte de los perceptores sólo recibió
4.2% del ingreso corriente monetario de los hogares mexicanos
5
Cuadro 2
PERCEPTORES DEL HOGAR Y SU INGRESO CORRIENTE MONETARIO
TRIMESTRAL POR MÚLTIPLOS DE LOS SALARIOS MÍNIMOS
GENERALES SEGÚN TAMAÑO DE LOCALIDAD
(Miles de pesos)
MÚLTIPLOS DE LOS
TOTAL
TAMAÑO DE LOCALIDAD
SALARIOS MÍNIMOS
1
CUADRO 3.2
DE 2 500 Y MÁS HABITANTES
DE MENOS DE 2 500 HABITANTES
PERCEPTORES
INGRESO
PERCEPTORES
INGRESO
PERCEPTORES
INGRESO
53 831 761
636 684 203
40 413 734
562 804 472
13 418 027
73 879 731
0.00 A 0.50
12 379 290
10 057 319
6 279 944
5 436 348
6 099 346
4 620 971
0.51 A 1.00
23.0%
5 341 941
1.6%
16 771 121
15.5%
3 597 171
1.0%
11 375 445
45.5%
1 744 770
6.3%
5 395 676
1.01 A 1.50
9.9%
6 260 440
2.6%
33 307 490
8.9%
4 640 578
2.0%
24 883 648
13.0%
1 619 862
7.3%
8 423 842
1.51 A 2.00
11.6%
5 384 070
5.2%
39 783 833
11.5%
4 340 910
4.4%
32 254 899
12.1%
1 043 160
11.4%
7 528 934
2.01 A 3.00
10.0%
9 322 428
6.2%
96 666 656
10.7%
7 888 430
5.7%
82 265 716
7.8%
1 433 998
10.2%
14 400 940
3.01 A 4.00
17.3%
4 540 941
15.2%
66 344 900
19.5%
4 025 985
14.6%
58 924 044
10.7%
514 956
19.5%
7 420 856
4.01 A 5.00
8.4%
3 019 494
10.4%
56 579 689
10.0%
2 720 360
10.5%
51 041 758
3.8%
299 134
10.0%
5 537 931
5.01 A 6.00
5.6%
1 856 778
8.9%
42 961 064
6.7%
1 681 766
9.1%
39 036 678
2.2%
175 012
7.5%
3 924 386
6.01 A 7.00
3.4%
1 062 696
6.7%
29 218 126
4.2%
969 761
6.9%
26 722 179
1.3%
92 935
5.3%
2 495 947
7.01 A 8.00
2.0%
810 460
4.6%
25 231 562
2.4%
740 149
4.7%
23 058 944
0.7%
70 311
3.4%
2 172 618
1.5%
3 853 223
7.2%
4.0%
219 762 443
34.5%
1.8%
3 528 680
8.7%
4.1%
207 804 813
36.9%
0.5%
324 543
2.4%
2.9%
11 957 630
16.2%
GENERALES
TOTAL
8.01 Y MÁS
1
Los perceptores del hogar están clasificados en los múltiplos de los salarios mínimos generales de acuerdo con el ingreso corriente monetario trimestral, estos perceptores del hogar cumplen con la condición de haber tenido ingreso corriente monetario, es decir, se excluyen
en la clasificación a los que sólo percibieron ingresos de capital y a los que percibieron ingreso no monetario, ya sea corriente o de capital,
durante el periodo de referencia.
FUENTE: INEGI. Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2005.
Para particularizar en los perceptores ocupados, resulta necesario restar
del total de los perceptores a aquellos que sólo hayan obtenido ingresos
por rentas de propiedad, transferencias y otros ingresos. 2 Considerando
que por cada hogar existen en promedio 1.7 trabajadores ocupados, la
ENIGH arroja 43.7 millones de personas en esta condición, así como 10.1
millones de perceptores sin ingresos derivados del trabajo. 3
Conforme a la ENIGH, el ingreso mensual promedio por remuneraciones al
trabajo, por ocupado, fue de $4,008 mensuales en el 2005, mismo que sólo
Los perceptores de “otros ingresos” sólo representan 0.1% de los perceptores totales.
. Este dato de 43.7 millones es relativamente consistente con los 41.9 millones de
población ocupada que registró la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) para
el cuarto trimestre del 2005, considerando que para ese año la ENIGH partía de los 12
años de edad como referencia mínima para cuantificar la población ocupada, en tanto que
la ENOE la detecta desde los 14 años. Además, los periodos de referencia de ambas
encuestas son distintos. Mientras que la ENIGH se refiere al mes anterior al momento del
levantamiento del cuestionario, la ENOE considera sólo la semana previa.
2
3
6
fue rebasado por los deciles de hogares VIII al X. 4 Por su parte, la ENOE
registró 12.5 millones de ocupados para el cuarto trimestre del 2005 con
ingresos superiores a los tres salarios mínimos ($4,140 en promedio de las
tres zonas salariales), equivalente a 29.9% de la población ocupada total en
ese momento. Esto significa que existe coherencia entre los datos de ambas
encuestas, indicando que grosso modo 30% de los trabajadores recibían
ingresos por su trabajo superiores a los $4,000 mensuales.
Cuadro 3: Ingresos monetarios mensuales por trabajo de la población
ocupada, por decil de hogares.
,
DECILES DE HOGARES
TOTAL
HOGARES
25 709 405
1
DECILES DE HOGARES
1
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
2 570 941
2 570 941
2 570 941
2 570 941
2 570 941
2 570 941
2 570 941
2 570 941
2 570 941
2 570 936
INGR. CORRIENTE TOTAL TRIMEST (Miles pesos) 790 143 919 12 973 298 23 166 765 30 995 771 38 814 803 47 191 723 58 154 176 72 189 113 92 090 519 126 213 321 288 354 430
Ingreso mensual por hogar
10 245
1 682
3 004
4 019
5 033
6 119
7 540
9 360
11 940
16 364
37 386
Ocupados por hogar
1.7
1.0
1.1
1.3
1.4
1.5
1.7
1.8
2.0
2.1
2.1
6,026
1,682
2,731
3,091
3,595
4,079
4,435
5,200
5,970
7,792
17,803
175 176 698
1 925 273
4 224 165
6 639 003
8 568 193 10 712 938 13 537 651 17 006 204 21 904 024
29 813 194
60 846 053
por hogar
6,814
749
1,643
2,582
3,333
4,167
5,266
6,615
8,520
11,596
23,667
Remuneración monetaria mensual por trabajo
por ocupado
4,008
749
1,494
1,986
2,381
2,778
3,097
3,675
4,260
5,522
11,270
0
0
2,764
3,559
4,525
5,586
6,718
8,324
10,558
13,588
20,242
NE
2,764
3,559
4,525
5,586
6,718
8,324
10,558
13,588
20,242
2,981,382
0
0
1,230
1,770
2,237
2,642
3,050
3,420
4,145
4,848
6,831
898,722
1,230
1,770
2,237
2,642
3,050
3,420
4,145
4,848
6,831
898,722
Ingreso mensual por ocupado
Remuneración monetaria mensual por trabajo
Remuneración monetaria mensual por trabajo
Piso de ingreso mensual del decil por hogar
Techo de ingreso mensual del decil por hogar
Piso de remuneración monetaria mensual por
trabajo por ocupado
Techo de remuneración monetaria mensual
por trabajo por ocupado
Elaboración propia con base en la ENIGH y la presentación de la Encuesta realizada por Rodrigo Negrete en el Seminario
Estadística básica de desarrollo, Universidad Panamericana, Guadalajara, marzo 2007.
El trabajo asalariado incrementó paulatinamente su importancia en el
empleo total a lo largo del siglo pasado. Sin embargo, aún a inicios de los
noventa sólo representaba 55.3% de la población ocupada total (ENE-91). El
crecimiento de la asalarización se ha mantenido, por lo que en el 2004, la
proporción de asalariados llegó a 62.5% de la población ocupada. El último
año de levantamiento de la Encuesta Nacional de Empleo fue en 2004, a
partir de 2005 se adopta una nueva metodología y también su
denominación cambia a Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Por ello
el 2004 al 2005 se registra una Población Ocupada menor en 1.5 millones
de personas.
El levantamiento se efectuó del 21 de agosto al 27 de noviembre del 2005. A valor de
febrero del 2007 equivaldrían a $4,287, considerando una inflación acumulada de 6.97%
de agosto del 2005 a febrero del 2007.
4
7
Cuadro 4: POBLACIÓN OCUPADA POR POSICIÓN EN EL TRABAJO 1991-2004
1995
1996
1998
TOTAL
1999
2000
2001
2002
2003
2004
Empleadores
2,395,597 1,348,805 1,462,614
Trabajadores por su cuenta 7,216,783 8,780,721 8,582,791
Trabajadores asalariados
16,877,569 18,102,192 19,397,488
Trabajadores sin pago
3,968,645 4,560,375 4,409,164
Otros trabajadores
66,489
36,755
14,608
No especificado
9,000
3,832
14,403
TOTAL
30,534,083 32,832,680 33,881,068
1,678,288
8,436,996
20,760,862
4,317,716
24,894
7,280
35,226,036
1,689,854
9,258,424
23,388,127
4,301,224
21,133
NE
38,658,762
1,597,282
9,391,538
23,863,352
4,089,259
11,906
NE
38,953,337
1,674,537
9,283,219
24,936,975
3,595,819
11,605
NE
39,502,155
1,738,661
9,477,269
24,746,809
3,411,118
11,648
NE
39,385,505
1,727,764
9,800,425
25,109,531
3,652,729
11,545
NE
40,301,994
1,632,724
10,177,552
25,359,245
3,447,435
16,241
NE
40,633,197
1,783,744
10,480,299
26,453,462
3,573,893
14,665
NE
42,306,063
1991
1993
Fuente: INEGI, Encuesta Nacional de Empleo. Todos los datos corresponden al segundo trimestre de cada año.
Dada a la nueva metodología de la Encuesta Nacional de Ocupación y
Empleo, que se levanta a partir del 2005, se reduce la Población ocupada en
1.5 millones de personas del 2004 al 2005. Ello se debe los cambios de
criterios en las definiciones operativas de las poblaciones en edad de
trabajar, económicamente activa y ocupada, principalmente por el cambio
en la edad considerada como referente, misma que pasó de los 12 a los 14
años. Igualmente fueron separadas de la población económicamente activa
y ocupada a las personas ubicadas en actividades que la propia encuesta
considera como “pseudoprestación de servicios” tales como tragafuegos,
limpiaparabrisas y payasitos de crucero.
De acuerdo con dicha encuesta, la asalarización se reduce a 58.6% en el
2005 y se recupera a 60.1% en el 2006. También se reducen las
participaciones de los trabajadores por cuenta propia y de los trabajadores
sin pago. En cambio, se incrementa la participación de empleadores y,
sobre todo, la de trabajadores subordinados y remunerados con
percepciones no salariales. 5 Esta categoría, que cubre ahora 5.2% del
empleo, agrega formas de trabajo remuneradas mediante mecanismos
monetarios, similares al trabajo asalariado –como el trabajo a destajo-, con
formas que se ubican en zonas grises entre una lógica de economía de
mercado articulada en torno al uso de la moneda y otra que combina
factores de mercado no monetarios y formas previsibles de autoconsumo.
El hecho de que se pague en productos comercializables no implica
necesariamente que el conjunto de esos bienes terminen siendo
comercializados; por ejemplo si los productos son alimentarios pueden
destinarse al autoconsumo. En suma, en este 5.2% puede ubicarse
En la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo se incluye la Categoría de Trabajador
subordinado y remunerado en actividades no salariales, ubicado en este texto entre “otros
trabajadores”, que refiere a los quienes perciben como pago una forma distinta a sueldo
salario o jornal, por los servicios laborales prestados a una unidad económica. Incluye:
trabajo a destajo, comisión o porcentaje, propinas, honorarios, por servicio u obra
realizada y propinas. El pago puede ser en especie con mercancías comercializables.,
5
8
población considerada anteriormente en los rubros de asalariados, a
destajo y de trabajadores sin pago.
Empleadores
Trabajadores por su cuenta
Trabajadores asalariados
Trabajadores sin pago
Otros trabajadores
No especificado
TOTAL
Cuadro 5:
Estructura del empleo por posición en el trabajo.
2005
2006
2005
2006
Estructura
Absolutos
porcentual
1,908,542
2,057,287
4.7
4.9
9,615,166
9,606,068
23.6
22.8
23,902,118
25,377,844
58.6
60.1
3,037,834
2,942,378
7.4
7.0
2,328,154
2,214,198
5.7
5.2
NS
NS
NS
NS
40,791,814
42,197,775
100
100
Fuente: INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.
II) EL PAGO AL TRABAJADOR Y LOS CRITERIOS PARA ASIGNARLO.
¿Cómo se fijan los ingresos de los trabajadores? Esta es una de las
preguntas esenciales de toda la historia del pensamiento económico y las
respuestas han sido innumerables, pero las dos interpretaciones más
significativas en la actualidad surgen del siglo XIX:
Una de ellas, la marxista, refiere al salario como el pago del valor de la
fuerza de trabajo, entendiendo dicho valor como el requerido para
garantizar el mantenimiento y la reproducción de la misma. En esta
concepción al trabajador se le paga por su capacidad de producción, no por
lo que realmente produce, que es superior al valor de reproducción de su
trabajo.
La otra interpretación, en la tradición neoclásica, explica al salario como el
pago de la productividad marginal del trabajo, en cuyo caso la variación en
los salarios está en función del nivel de productividad del trabajador. De
hecho, la teoría del capital humano se funda en este supuesto y el
propósito de sus propuestas es invertir en el hombre, a través de
educación, salud, alimentación y demás insumos que le permitan ser más
productivo y por ende más rentable.
Una y otra interpretación son difícilmente operacionalizables en la
experiencia concreta de una sociedad, máxime cuando ésta es tan
heterogénea como la mexicana. Habría que definir el tipo de trabajo a
estudiar, el periodo, el sector, el tamaño de empresa, la delimitación
territorial de análisis, etc.
9
En todo caso la estructura del empleo por posición el trabajo ubica al
trabajador en función de su lugar en la producción. El empleador es la
persona que cuenta con la posibilidad, y la ejerce, de contratar el trabajo
de otras personas. El asalariado es el que dispone de su capacidad de
trabajo empleándose al servicio de un empleador. El trabajador por cuenta
propia no entraría, al menos directamente, en una posición de autoridad
(como el empleador) ni de subordinación (como el trabajador). El
trabajador sin pago se encuentra en una posición evidentemente
subordinada y directamente fuera de una lógica de mercado, pues su
productividad no implica una remuneración directa a la misma. El caso de
otros trabajadores puede implicar una lógica de cooperación (cooperativas)
o una gran diversidad de formas de trabajo subordinado que le acercarían
a la clasificación de asalariado.
CUADRO 6: ESTRATOS DE INGRESO POR POSICIÓN EN EL TRABAJO: SEGUNDO TRIMESTRE 2006
Total
Sin pago ≤ Un Sal Min ≥1 a 2 SM ≥2 a 3 SM ≥3 a 5 SM
≥5 SM
NE
DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL
ABSOLUTO
Empleadores
2,057,287
NS
5.9
8.4
13.8
23.6
36.2
11.5
Asalariados
25,377,844
8.8
25.0
28.5
20.7
12.5
4.5
Cuenta Propia
9,606,068
7.4
31.1
19.5
14.1
13.7
7.8
6.5
Otros trabajadores
2,214,198
14.3
22.2
21.9
19.4
9.5
12.6
Sin pago
3,128,220
100.0
No especificado
NS
NS
NS
NS
NS
NS
NS
NS
TOTAL
42,383,617
9.5
13.4
21.1
22.1
17.8
12.2
5.4
Fuente: Elaboración propia con base en INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.
La estructura del empleo en México no puede ser explicada de una forma
integral por las lógicas que hemos esbozado. Si bien es claro que la mayor
parte del empleo es asalariado y que los empleadores cuentan con una
mayor proporción de sus integrantes con ingresos relativamente altos
(superiores a cinco salarios mínimos), también se observan situaciones
paradójicas: 14.3% de los empleadores trabajan sin pago o con ingresos
que a los sumo alcanzan el salario mínimo, en tanto que 12.5% de los
asalariados perciben por trabajador más que lo que obtiene
individualmente la mayoría de los empleadores (51.7%).
Cabe una aclaración con respecto a los “ingresos relativamente altos”,
puesto que es necesario matizar tal aseveración al contexto mexicano. El
catalogarlos como relativamente altos se diluye si se le compara con las
remuneraciones en los países más desarrollados. Por ejemplo, en junio del
2005, conforme al Buró de Estadísticas del Trabajo de los Estados Unidos,
los trabajadores ganaban en promedio 18.6 Dlls la hora. 6 Esto significa
alrededor de 200 pesos mexicanos, equivalentes a cuatro días de salario
mínimo. De hecho, considerando una jornada de trabajo diaria de ocho
horas por cinco días a la semana y 4.3 semanas al mes, el salario promedio
en los Estados Unidos sería de 3,199 Dlls, equivalentes a alrededor de
6
BLS, National Compensation Survey: Occupational Wages in the United States, june 2005.
10
35,000 pesos mexicanos. En cambio, los ingresos relativamente altos a los
que hacemos mención en este texto parten de un piso de $7,500, tan solo
poco más de la quinta parte del promedio de las remuneraciones
estadounidenses. Otro ejemplo es el francés, cuyo salario mínimo mensual
(SMIC) en el 2006 era de 1,254 Euros (por 151.67 horas de trabajo mensual
ó 35.2 horas semanales), equivalente a alrededor de 18,800 pesos
mexicanos, más del doble del piso de ingreso de los ocupados que se
encuentran en el mayor rango salarial que presenta la Encuesta Nacional de
Ocupación y Empleo de México. 7
Lo anterior significa que sólo poco más de una tercera parte de los
empleadores y alrededor de 10% del resto de los trabajadores remunerados
alcanzan percepciones de, al menos, cerca de la mitad de los ingresos del
salario mínimo francés o de la quinta parte de los salarios promedio en los
Estados Unidos.
Por otra parte, el criterio de mercado de trabajo tampoco es evidente para
estimar los criterios de fijación de ingresos en México. 22.7% de la
población ocupada está compuesta por trabajadores por cuenta propia.
Ellos están insertos en una economía de mercado, a través de los mercados
de bienes y servicios, no a través del de trabajo, o al menos no
directamente. Ellos ofrecen los bienes ó servicios producto de su trabajo,
pero no venden su fuerza de trabajo a un empleador.
Un ejidatario productor de maíz no ofrece su fuerza de trabajo al
comprador del mismo, sino directamente el producto de su trabajo. Esto
parece haber sido reconocido por la IV convención internacional de
estadígrafos del trabajo de la OIT, en 1982, cuando definieron el empleo
como toda actividad humana generadora de bienes y servicios
cuantificables en la riqueza nacional. Esta misma definición sirvió de base
para la construcción de la estadística de empleo en México hasta el 2004.
Sin embargo, la actual Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo procura
asimilar teóricamente todo el empleo y la ocupación a un criterio de
mercado de trabajo, indicando que los trabajadores por cuenta propia son
prestadores de servicios laborales derivados.
De igual modo, 7.4% de los trabajadores están registrados como sin pago
(sin contar una parte de los trabajadores clasificados como por cuenta
propia que tampoco percibieron ingresos en el periodo de referencia). En
una lógica de mercado de mercado de trabajo los equilibrios se construyen
mediante la fijación de precios (ingresos) y cantidades (empleo). ¿Cómo
puede operar un mercado sin precio del trabajo? En una perspectiva
neoclásica, la productividad de estos trabajadores tendría que ser nula,
pero de ser así su trabajo no tendría sentido alguno, a menos que existiese
una productividad que no le fuese pagada al trabajador sino a terceros (por
7
http://www.insee.fr/fr/indicateur/smic.htm
11
ejemplo sus familiares), lo que rompería el supuesto básico de la identidad
individual entre salario y productividad marginal.
Adicionalmente, el trabajador subordinado y remunerado en actividades no
salariales (5.2% del empleo total) puede estar inserto en formas de trabajo
ajenas a las estructuras de los mercados laborales específicos de las
economías de mercado comunes. Así lo muestra la posibilidad de que el
trabajador sea remunerado en especie y no en moneda. Si partimos del
hecho de que el mercado mexicano se erige sobre la base de una economía
monetaria, este hecho muestra una proporción de la población que si bien
puede integrarse a ella en la comercialización de los productos mediante
los cuáles se le paga, no se integra en una dinámica de mercado de trabajo
equivalente a la del resto de la población ocupada.
Igualmente se diluye la importancia que puede tener la subordinación de
trabajadores a través de mecanismos en los que no se encuentra
plenamente reconocida tal subordinación, lo que los deja a expensas de
mayores riesgos y vulnerabilidad en cuanto a sus ingresos y estabilidad en
el trabajo. Tal es el caso de la mayoría de los trabajadores a destajo. Esta
forma de pago reduce los costos salariales para las empresas, lo que
teóricamente aumentaría sus ventajas comparativas pero simultáneamente
esto se logra por la vía de una mayor precarización del trabajo. Esto lleva a
una paradoja: si el incremento en la competitividad tendría como fin el
aumento del bienestar de los agentes involucrados en la producción,
resulta contradictorio el hecho de que para ser más competitivo se deban
deteriorar las condiciones laborales de los trabajadores.
En suma, al menos una tercera parte del empleo labora en condiciones en
la que es cuestionable la pertinencia de una interpretación tradicional
neoclásica de mercado de trabajo, en tanto que la estructura de
distribución del ingreso impide una interpretación en la que
automáticamente pudiesen considerarse a los empleadores como los
económicamente poderosos y a los asalariados como los débiles.
Si se pretende ubicar la relación entre la inserción productiva de los
trabajadores con su posibilidad de obtener un ingreso que les permita
satisfacer sus necesidades básicas, no es suficiente entonces establecer una
estratificación social centrada sólo en el ingreso y, por lo tanto, en la
capacidad de consumo sin considerar tal inserción productiva. Tampoco
cabe restringirse a la clasificación social centrada en el tipo de posición en
el trabajo o de ocupación, sin incorporar la capacidad de consumo (el
ingreso) que deriva de la inserción específica del trabajador. Por ello es
conveniente interrelacionar las variables de inserción productiva y acceso
al ingreso para detectar los cruces que van conformando la inserción de los
trabajadores en la estructura general de distribución del ingreso y su
incidencia en la pobreza, sea por estar en ella, por el riesgo o el
acercamiento a ella o, en el otro extremo, por participar de una capacidad
12
de consumo especialmente elevada y desproporcionada con respecto a las
condiciones generales que ofrece el país.
III) LOS INGRESOS DE LOS TRABAJADORES MEXICANOS POR PUESTOS Y
OCUPACIONES.
Este apartado se efectuó sobre la información de los niveles de ingreso
registrados en diversos ámbitos. Los puestos y ocupaciones detectados en
múltiples fuentes fueron ubicados con respecto a la distribución del
ingreso registrada en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los
Hogares del 2005. El objetivo es el de establecer un mapa sobre quiénes
son los trabajadores que se localizan en cada decil de hogares, conforme al
ingreso promedio de los perceptores de ingreso por decil. Cabe recordar
que cada decil comprende 2.7 millones de hogares y se ordenan desde el
10% de los hogares más pobres (decil I) hasta el 10% de los hogares con
mayor ingreso (decil X).
Los datos que se presentarán por cada decil refieren situaciones promedio
de ocupados por hogar, pero deben matizarse por la enorme variedad de
arreglos familiares existentes.
Ello significa que la comparación entre dos unidades de referencia,
individuos (ocupados) y hogares, puede prestarse a confusiones. Si una
persona trabaja sin remuneración en una gran empresa propiedad de un
familiar cercano y comparten hogar, ello no significa que este trabajador
sin remuneración se encuentre en condiciones de pobreza (de hecho,
existen profesionistas en el decil I). Un estudiante que trabaje a tiempo
parcial y perciba $3,500 mensuales puede pertenecer a un hogar del decil X
si éste alcanza junto con todos los miembros ocupados de hogar ingresos
superiores a los $20,000. En cambio, un trabajador que perciba también
$3,500 pero que sea el único sostén de su hogar y éste sea su único
ingreso, estaría situado en el decil II.
De hecho, si bien la ENOE identifica que la mayoría (52%) de los
trabajadores sin remuneración pertenecen a un estrato socioeconómico
bajo y 35% a uno medio bajo, también se registra que un 3.2% de los
trabajadores sin ingresos se localizan en el estrato alto (la estratificación se
realiza con base en el equipamiento de las viviendas). Este último
porcentaje también se presenta en el caso inverso, el de trabajadores con
ingresos superiores a los cinco salarios mínimos que se encuentran en
hogares catalogados como de estrato socioeconómico bajo.
La identificación que se hace a continuación se basa en los ingresos
monetarios promedio mensuales, derivados del trabajo, con relación al
número de trabajadores promedio de cada decil (desde 1.0 en el decil I
hasta 2.1 en el decil X). Ello implica suponer que los diversos trabajadores
al interior de cada hogar tuviesen un ingreso similar (lo que evidentemente
no es el caso). Por otra parte, este ejercicio no toma en cuenta al número de
13
habitantes por hogar. Lo que permite la información resultante es, con base
en la remuneración del trabajador, la ubicación que tendría en la
estratificación por deciles si su ingreso fuese similar al del resto de los
ocupados miembros de su hogar, si el número de éstos fuese consistente
con los promedios de ocupados por hogar de cada decil y si las
remuneraciones monetarias por trabajo fuesen acordes con las
proporciones promedio de cada decil, con respecto al total de sus ingresos.
1) Los deciles I y II.
En el primer decil trabaja en promedio un ocupado por hogar, por lo que
referimos alrededor de 2.7 millones de trabajadores., mismos que contaban
en el 2005 con un promedio de ingreso monetario de $749 mensuales y se
ubican en un rango de $0 a $1,230. En otros términos, referimos
trabajadores que en promedio no perciben ni siquiera el equivalente del
salario mínimo. El techo de ingreso por hogar es de $2,764.
Conforme a la ENOE, existen 3.7 millones de trabajadores sin pago. La gran
mayoría se dedican a labores agropecuarias (1.9 millones), comerciales. (Un
millón) y artesanales e industriales (0.4 millones). Si bien esta encuesta no
establece la tipificación de hogares por deciles, establece que 40.8.% de los
trabajadores sin remuneración se encuentran en hogares de estratos
socioeconómicos bajos.
Estos trabajadores no se encuentran mayoritariamente en el decil I porque
generalmente el trabajo no remunerado es creciente conforme aumenta el
tamaño del hogar. Los hogares sin embargo son más pequeños en el primer
decil.
Los trabajadores sin remuneración son en su mayoría habitantes que se
concentran en la agricultura de subsistencia (39%), en lo que la ENOE
denomina sector informal (29.2%) y en negocios (mayoritariamente rurales)
no constituidos como sociedades (28.9%).
La mayor parte de los trabajadores del decil I son remunerados, pero
cuentan con ingresos exiguos. La ENOE agrega en su primer rango de
clasificación a los trabajadores con ingresos inferiores e iguales al salario
mínimo, pero los trabajadores del primer decil cuentan en general con
ingresos inferiores a aquel, en tanto que el salario mínimo corresponde a
trabajadores del decil II.
La población remunerada con ingresos inferiores o iguales al salario
mínimo abarca 5.5 millones de trabajadores, que se desarrollan
principalmente en el mismo tipo de actividades que los trabajadores sin
remuneración, especialmente en labores agropecuarias y comerciales. Sin
embargo, el peso de la los trabajadores industriales y en servicios
personales ya es cercano al de las primeras labores señaladas.
14
Estas tareas las efectúan principalmente en actividades informales (43%) en
negocios no constituidos como sociedades (39.6%) y en trabajo doméstico
remunerado (10%). 8
2) Del decil III al decil V
El salario mínimo promedio de las tres zonas salariales era de $1,435 en el
2006, pero el decil III abarcaría un rango de ingreso por trabajador de
$1,262 a $1,816 (ingresos ajustados por la inflación del 2006). Ello implica
que el decil III se divida entre el rango de ingreso de la población ocupada
menor o igual al salario mínimo y el de entre uno y dos de estos salarios.
En este último se ubican 8.9 millones de trabajadores, que abarcan
inclusive hasta la mayoría del decil V. Es decir, con este rango
prácticamente se integra a la mitad con menores ingresos laborales de los
mexicanos.
A diferencia de los rangos anteriores, en éstos la predominancia ya no es
de los trabajadores agropecuarios sino de los industriales, artesanos y
ayudantes, seguido por prestadores de servicios personales, comerciantes y
ya en menor medida los agropecuarios.
3) Los deciles VI y VII
Este reagrupamiento es el más densamente poblado ya que integra 9.3
millones de trabajadores, que perciben de dos a tres salarios mínimos.
En este espacio encontramos preponderantemente categorías asociadas al
trabajo obrero (35.9% de los ocupados de este grupo) 9 , comerciantes,
empleados de comerciantes y agentes de ventas (12%), trabajadores de
apoyo en actividades administrativas (9.9%) y trabajadores en servicios
personales en establecimientos (9.5%).
Cabe recordar que estamos refiriendo ingresos monetarios promedio por
trabajador y por hogar. Al referir a los ingresos monetarios totales del
hogar referiríamos un piso mensual de $5,586 y un techo de $8,324.
La definición de informalidad que emplea la ENOE es la siguiente:
“Todas aquellas actividades económicas de mercado que operan a partir de los recursos
de los hogares, pero sin constituirse como empresas con una situación identificable e
independiente de esos hogares
El criterio operativo para determinar la situación no independiente de las unidades de
producción con respecto al hogar, lo da la ausencia de prácticas contables convencionales,
susceptibles de culminar en un Balance de Activos y Pasivos: el que no se realicen, quiere
decir que no hay una distinción entre el patrimonio del hogar y el de la empresa, ni
tampoco hay una distinción entre los flujos de gasto del negocio de los del hogar (por
ejemplo: gastos de electricidad y teléfono, uso de vehículos, etcétera) “.
8
(i) Artesanos, trabajadores fabriles y trabajadores en actividades de reparación y mantenimiento
(16.5% de los ocupados del grupo); (ii) ayudantes / asistentes de los mismos (10.3%) y (iii)
operadores de maquinaria fija de movimiento continuo y equipos en el proceso de fabricación
industrial (9.1%).
9
15
4) Los deciles VIII y IX.
En términos de capacidad de consumo, estos deciles son los que
integrarían la clase media mexicana, dadas las circunstancias de su
economía. Así, el promedio de remuneración mensual por trabajo de la
población ocupada ($4,008 en el 2005), 10 se ubicaría muy cercano al piso
de ingreso de los trabajadores del decil VIII. Esto significa que si todos los
trabajadores mexicanos ganasen lo mismo, se encontrarían en las
condiciones con que actualmente cuenta dicho decil.
En este rubro también se encuentra el trabajador “tipo” del llamado sector
formal. El ingreso promedio mensual del decil IX ($5,522 en el 2005) fue
similar al salario medio de cotización al IMSS existente en octubre de ese
año ($5,760).
El nivel de ingreso promedio por trabajador va de tres a cinco salarios
mínimo, es decir, en datos del 2005, de $4,140 a $6,900. 11 En este rango se
encuentran 7.5 millones de trabajadores.
El grupo más numeroso se ubica, al igual que en el caso de los deciles VI y
VII, en ocupaciones industriales. Los Artesanos, trabajadores fabriles y
trabajadores en actividades de reparación y mantenimiento representan
20% de los trabajadores de este grupo (aunque en este caso ya no entran
los ayudantes). También se ubican como en el caso anterior comerciantes,
empleados de comerciantes y agentes de ventas (11.3%); trabajadores de
apoyo en actividades administrativas (9.8%). La especificidad de este grupo
está en la inclusión de trabajadores de la educación (8.6%) y de conductores
y ayudantes de conductores de maquinaria móvil y medios de transporte
(8.4% del grupo).
Visto por hogar, este grupo remite a un techo de ingreso de $20,242, por la
incorporación de 2.1 trabajadores por hogar en el decil IX, más la
integración de ingresos monetarios no laborales y de ingresos no
monetarios.
5) El décimo decil
A diferencia de los grupos anteriores, la heterogeneidad al interior de éste
es inmensa. El piso de ingreso mensual por trabajador es de $6,931 y el
techo de $898,722, con un promedio de $11,270. Es más, el techo de
remuneración mensual por hogar es de 2.8 millones de pesos.
Considerando la inflación de octubre del 2005 (durante el periodo de levantamiento de
la ENIGH) a el mismo mes del 2006, el ingreso promedio sería $4,120 a esta última fecha.
11
Lo que roza con el decil X, cuyo piso de ingreso por trabajo y por trabajador fue de
$6,831.
10
16
La ENOE registra sólo 4.3 millones de trabajadores con ingresos superiores
a los cinco salarios mínimos mensuales.
La ocupación más frecuente en este grupo es la de profesionistas (14.1%);
los funcionarios y directivos de los sectores público, privado y social (11%);
comerciantes, empleados de comerciantes y agentes de ventas (11%);
trabajadores de la educación (10.6%); Jefes de departamento, coordinadores
y supervisores en actividades administrativas y de servicios (9.8%) y
Artesanos, trabajadores fabriles y trabajadores en actividades de
reparación y mantenimiento (9.6%) 12
Cabe mencionar que la estructura de deciles basada en la ENIGH implica
una cobertura truncada de la población mexicana. 13 Estadísticamente no es
posible acceder de manera representativa a los grupos de menores
ingresos, dada la dificultad geográfica y lingüística de acceder a toda la
población (el cuestionario debería elaborarse al menos para 58 lenguas y
contar con encuestadores capacitados para aplicarla). De igual modo la
probabilidad de captar un hogar con ingresos especialmente elevados es
sumamente baja (por ejemplo, la probabilidad de captar uno de los 100
hogares más ricos sería de uno a 270,000) y aún cuando se lograra,
difícilmente podría recopilarse la información con la precisión y
oportunidad necesarias. En otros términos, podríamos referir la existencia
de un grupo de ingreso “cero” y un grupo de ingreso “XI”, aunque en
realidad no estaríamos hablando de deciles.
En cuanto al grupo de mayores ingresos, su gran heterogeneidad lleva a la
necesidad de efectuar un zoom sobre los más altos ingresos, en
comparación con el resto de la población.
Los altos mandos directivos de las empresas corporativas pueden emplear
criterios de comparación con las remuneraciones percibidas por puestos
equivalentes en las economías más desarrolladas y hasta con una prima
adicional por encontrarse en México y no en una de dichas economías. En
términos neoclásicos podría argumentarse que se trata de trabajadores
altamente calificados y productivos, cuya escasez les implica una
especialmente alta remuneración en el mercado. Sin embargo, los puestos
que ocupan implican decisiones relativas a los resultados generales de la
empresa. Si tales resultados, en términos de productividad, no son
Cabe mencionar que aunque los grupos de trabajadores fabriles y de comerciantes estén
en muy diversos grupos jugando un papel significativo, su peso relativo no se concentra
en este grupo. Por ejemplo, en el grupo de artesanos trabajadores fabriles y trabajadores
en tareas de reparación y mantenimiento, hay 1.5 millones en el rango de 3 a 5 salarios
mínimos y 0.4 millones en el de más de cinco. En cuanto a los comerciantes, cae
tendencialmente su numero, desde 1.4 millones en el rango de uno a dos salarios
mínimos, hasta 0.5 millones en el de más de cinco, además de existir un millón que no
recibieron ingresos en la semana de referencia (ENOE, tercer trimestre 2005).
13
El truncamiento en la ENIGH ha sido ampliamente abordado por Fernando Cortés, cfr,
especialmente La distribución del Ingreso en México, Edit. Porrúa, México, 2000.
12
17
superiores a los logrados en los países desarrollados, no parecería
justificarse un ingreso mayor. Si, por el contrario, la productividad es
efectivamente mayor, entonces no sería fácilmente explicable el que tal
productividad se deba sólo a los altos directivos y no al conjunto de
trabajadores, quienes en su gran mayoría mantienen ingresos
abismalmente menores a los que se logran en las empresas de los países
desarrollados.
Los altos niveles gerenciales también pueden establecer tal comparación
pero sin la prima correspondiente o con una ligera desventaja con respecto
a sus pares en las naciones y empresas más poderosas.
Los altos funcionarios del sector público, de los tres poderes y de los tres
órdenes de gobierno, no establecen una relación asociada al planos
internacional, pero sí a remuneraciones que se consideren equivalentes o
similares en el sector privado, lo que al final repercute también de manera
muy favorable en las percepciones de los altos mandos.
Otro mundo es el de los trabajadores altamente calificados, entre los que
se impulsan los criterios de remuneración por rendimiento o
productividad, lo que lleva al debate sobre su medición y campo de
cobertura.
También existe la determinación del ingreso por puesto de trabajo,
independientemente de quién y cómo lo cubra, lo que sesga el criterio de
productividad, al implicar que en sì mismo es el puesto el que define los
parámetros de la misma.
Un criterio distinto, pero que se mantiene, conforme a nuestra legislación
laboral, es el de la remuneración por tiempo de trabajo, asociado
principalmente a los trabajos ejercidos en ramas y empresas ligadas a los
grandes sindicatos corporativos.
Algunos trabajos pueden estar medianamente remunerados, pero bajo
condiciones de trabajo especialmente riesgosas, como son los casos de los
trabajadores mineros o los conductores de camiones y autobuses.
Una forma distinta es el de los trabajadores de baja calificación y los
ligados a las nuevas formas de contratación, donde la precariedad en las
condiciones de trabajo desliga la remuneración de la evolución de la
empresa. En este caso los ingresos son más reducidos y las inestabilidad
mayor.
Un sector más es el de la mayoría de los trabajadores de los micro y
pequeños establecimientos, dónde la búsqueda básica es la de
sobrevivencia de la empresa y mantenimiento del empleo, en condiciones
marginales tanto para el trabajador como para la propia empresa.
Otro grupo puede estar constituido por formas de autoempleo asociadas a
ingresos ocasionalmente altos pero irregulares, como es el caso de diversos
trabajos de reparación.
18
Mención aparte pueden recibir los trabajadores asociados a la
reproducción del hogar, como es el caso de las trabajadoras domésticas,
donde la variabilidad de las condiciones de trabajo formas y niveles de
remuneración dependen de múltiples factores de orden económico, social y
cultural.
Es esencial incluir a los trabajadores que perciben ingresos de
infrasubsistencia, especialmente en el medio rural, asociados a una
inclusión especialmente desventajosa en la lógica del mercado.
En todos los países existe una infinidad de trabajos y de formas de
remuneración de éstos, pero en algunos casos, como el mexicano, las
diferencias se vuelven abismales. En estos casos, la argumentación en
términos de relación entre productividad e ingresos sólo es aplicable en
sectores sumamente reducidos del mundo del trabajo.
IV) Los ingresos al trabajo en México ante el plano internacional.
El presente apartado se basa esencialmente en el seguimiento a la
publicación de la Unión de Bancos Suizos (UBS) Salarios y precios en el
mundo, a partir de 1988. Esta publicación parte de una encuesta trianual
basada en ciudades, que paulatinamente ha ampliado su cobertura, desde
47 ciudades en 1982 hasta 71 en el 2006.
Dicha encuesta presenta índices de precios con base Zurich = 100, a partir
de los cuales compara los niveles de precios y salarios del resto de las
ciudades consideradas. Igualmente registra el tiempo de trabajo anual por
trabajador en cada ciudad y el poder de compra del salario promedio de 15
profesiones, que van desde gerente de planta fabril con 100 trabajadores
hasta trabajadores considerados con poca calificación.
El poder adquisitivo en cada lugar se ubica tanto en términos generales,
como con respecto a bienes específicos: un kilo de pan, uno de arroz o la
“paridad Big Mac”. Igualmente se establecen los índices de precios con
respecto a alimentación, vestido, renta de vivienda, artículos
electrodomésticos, transporte público, mantenimiento de automóvil, costos
de restaurantes y hoteles, servicios, etc.
Cabe mencionar que el estudio se refiere a los salarios percibidos por
perfiles “tipo” de trabajadores, generalmente asimilables a empresas
formales de tamaño mediano o grande, trabajadores de tiempo completo y
con características de edad, de situación familiar y de escolaridad
comparables para el conjunto de las ciudades estudiadas. No representa
entonces una radiografía del conjunto de la situación salarial de una
ciudad, sino un reflejo de un segmento de trabajadores asociables a las
empresas, ramas y sectores más dinámicos de las economías.
19
Conforme a la información de la UBS las horas de trabajo anuales por
trabajador han ido descendiendo tendencialmente desde 1988. En aquel
año el promedio internacional de tiempo de trabajo anual promedio fue de
1964 hrs, en tanto que en el 2006 se redujo a 1838 hrs. Esta reducción de
6.4% equivale a 15 días de trabajo al año. Simultáneamente, en México ha
seguido un comportamiento errático, pero tendiendo ligeramente a la alza,
de 2260 hrs en 1988 a 2266 en el 2006, con extremos de 1944 hrs en 1991
y de 2,302 en 1997. Ello representa el mantenimiento de tiempos de
trabajo que cada vez son proporcionalmente mayores con respecto a los
promedios internacionales y que ubican a la Cd. de México como la
segunda de las 71 encuestadas a nivel mundial con mayor tiempo de
trabajo anual en el 2006, sólo después de Seul. De hecho en la capital
mexicana en el 2006 se trabajaron 428 horas más por trabajador que en el
promedio internacional, lo que equivale a 23.3% más de tiempo o a 53.5
jornadas adicionales de ocho horas.
Simultáneamente, el nivel de ingreso promedio por hora de trabajo (en
dólares) es uno de los más bajos de las ciudades consideradas en la
encuesta. De hecho, el de la ciudad de México (el más alto del país) sólo es
constantemente superior a los de Bombay y Nueva Delhi (India), Bucarest
(Rumanía), El Cairo (Egipto), Karachi (Pakistán), Kiev (Ucrania), Lagos
(Nigeria), Manila (Filipinas), Sofía (Bulgaria) y Pekín (China). Tiende a ser
superior que el de Bankok (Tailandia), al de Nairobi (Kenya) y al de Yakarta
(Indonesia). Recientemente ha superado al de Bogotá (Colombia). Se alterna
en niveles similares a Rio de Janeiro (Brasil) y Shangai (China). A la inversa,
tiende a ser inferior al de Bratislava (Eslovaquia), Budapest (Hungría), Praga
(Rep. Checa), Varsovia (Polonia) y Vilnius (Lituania). Generalmente es
inferior al de las otras 58 ciudades incluidas en la encuesta.
La comparación es más desfavorable a México al considerar el poder
adquisitivo generado por los salarios. En el 2006 sólo fue superior al de
ocho de las 71 ciudades consideradas por la UBS para la encuesta de ese
año: Bangkok, Bombay, Manila, Nairobi, Nueva Delhi, Pekín, Sofía y Yakarta.
Al respecto, cabe ejemplificar con alunas ciudades y regiones que
frecuentemente son consideradas como punto de comparación con México,
en virtud de su inserción económica y geopolítica:
De las ocho ciudades latinoamericanas consideradas (Bogotá, Buenos Aires,
Caracas , Lima, México, Rio de Janeiro, Sao Paulo, Santiago de Chile), el
salario mexicano sólo supera al de Bogotá y la diferencia es de 0.9%. El
poder de compra del salario en Caracas era 52% inferior al mexicano en
1994, en el 2006 fue 28% superior; el de Rio de Janeiro era similar al de la
Cd. De México en el 2003, ahora es 42% superior; el de Sao Paulo era 9%
inferior en 1994, en el 2006 fue 93% superior.
Comparando con China, se ubican las ciudades de Shangai y Pekín. En la
primera, el poder de compra del salario en el 2000 era 51% inferior al de la
20
Cd. de México, en el 2003 la diferencia se edujo a 8% y en el 2006 registra
una cifra superior en 12%. Pekín sólo aparece en la encuesta hasta el 2006,
con un poder de compra del salario neto inferior en 4.8%.
Prácticamente toda la Europa del Este registraba niveles inferiores a los
mexicanos en los noventa. En el 2006 la gran mayoría los supera.
Nairobi contaba en 1994 con sólo una cuarta parte del poder de compra del
salario mexicano. En el 2006 la diferencia fue de 0.2%
La Cd. de México sólo mantiene diferencias significativas y superiores de
los niveles de poder adquisitivo de los salarios considerados en el estudio,
con respecto a Bombay, Manila, Lagos, Nueva Delhi y Yakarta.
Este conjunto de datos muestra el tipo de competencia en que se encuentra
inserto México en materia de mercado de trabajo es el de una constante
búsqueda de reducción de costos salariales para la mayor parte de
trabjadores, al menos en términos proporcionales a la evolución
internacional, junto con jornadas de trabajo anormalmente altas.
En contraste, los altos directivos mantienen remuneraciones comparables
con las de las gerencias y direcciones corporativas, de los principales
centros de desarrollo económico del mundo.
Lo alto de estas últimas remuneraciones es tan inexplicable como lo bajo
de las del resto de los trabajadores. La productividad ligada a los
resultados de la empresa podría relacionarse con su capacidad innovadora
en términos tecnológicos y organizacionales. Si partimos de que en México
sólo se compra y –en el mejor de los casos- se adaptan las tecnologías
provenientes de los países centrales, es la productividad no es fácilmente
comparable.
CONCLUSIÓN
La pobreza está necesariamente asociada con el nivel de ingreso de la
población. Por ello, los niveles de pobreza son referidos recurrentemente a
líneas de pobreza determinadas por un cierto nivel de ingreso. En una
economía de mercado, basada en transacciones monetarias, el ingreso clave
es el monetario, mismo que es obtenido esencialmente por la realización
de un empleo. El empleo, la pobreza, el empobrecimiento y el nivel de vida
están por consiguiente indisolublemente ligados.
En México el trabajo es la principal fuente de ingresos monetarios, pero
tales ingresos están particularmente polarizados, lo que se refleja en los
índices de distribución del ingreso y en los contrastes entre las altas
remuneraciones ejecutivas, los ingresos promedio obtenidos por los
trabajadores (como el salario medio de cotización al IMSS) y los obtenidos
por los deciles de hogares con menores ingresos. La polarización en las
21
remuneraciones es por lo tanto un factor clave en la explicación de la
pobreza y del empobrecimiento en México.
La polarización en los ingresos no puede ser atribuible a una sola causa,
pero refleja una gran diversidad de criterios para fijar las remuneraciones.
Ello conduce a inercias en las que se reproducen y fortalecen ingresos
especialmente altos para los estratos laborales y socioeconómicos con
mayor poder de influencia y decisión, reduciendo las posibilidades de
acceso a mejores ingresos para otros grupos sociales. Ello reduce
significativamente el papel que puedan jugar la eficiencia o la
productividad en la determinación de los ingresos, lo que a su vez refuerza
las tendencias polarizantes. Es decir, se pueden establecer estrategias para
aumentar la productividad, sin que sus beneficios sean transmitidos
proporcionalmente a los trabajadores. Además, la productividad es
difícilmente comparable en trabajos o situaciones disímiles, lo que impide
su cuantificación y referencia en al plano macroeconómico.
La distorsión en los ingresos no puede ser interpretada sólo como un
asunto microeconómico referido al interior de las empresas. De hecho 7.4%
de la población ocupada no recibe ingresos y 22.8 son trabajadores por su
cuenta, cuyos ingresos son bajos en la mayor parte de los casos. Se
integran entonces dos tipos de problemática: una de distorsión
microeconómica al interior de las empresas, y otra de distorsión
macroeconómica, en dónde la polarización afecta principalmente a los
trabajadores, las empresas y sectores menos que no están insertos
favorablemente en la estructura de mercado oligopólica que caracteriza a
México.
La dispersión en los ingresos es normal en el plano internacional, pero lo
que destaca en México es su magnitud. La duración en las jornadas de
trabajo, la escolaridad o el nivel de ingreso por habitante en el país (reflejo
hipotético de su productividad media) no permiten explicar las razones de
tal polarización. Los argumentos de carácter social, los juegos de poder
económico y político, así como los factores de orden cultural que permiten
considerar como “normal” esta situación, seguramente permitirán dar
respuestas más precisas para explicar el por qué en términos de los
ingresos al trabajo México es una combinación en la que algunos podrán
compararse con los altos directivos generales de las transnacionales de
cualquier país, mientras que otros se encuentran en niveles de
remuneración comparables con la situación de pobreza en la que se
encuentra la población de los países de menores ingresos en el mundo.
Descargar