CCPR NACIONES UNIDAS Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos Distr. RESERVADA* CCPR/C/84/D/1185/2003 5 de agosto de 2005 ESPAÑOL Original: INGLÉS COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS 84º período de sesiones 11 a 29 de julio de 2005 DECISIÓN Comunicación Nº 1185/2003 Presentada por: Johannes van den Hemel (representado por un abogado, B. W. M. Zegers) Presunta víctima: El autor Estado Parte: Países Bajos Fecha de la comunicación: 12 de junio de 2002 (presentación inicial) Referencias: Fecha de adopción de la decisión: * Decisión del Relator Especial con arreglo al artículo 97 del reglamento, transmitida al Estado Parte el 2 de junio de 2003 (no se publicó como documento) 25 de julio de 2005 Se divulga por decisión del Comité de Derechos Humanos. GE.05-43331 (S) 310805 020905 CCPR/C/84/D/1185/2003 página 2 Asunto: Independencia del poder judicial. Cuestiones de procedimiento: Ninguna. Cuestiones de fondo: Derecho a un juicio imparcial. Artículos del Pacto: 14. Artículos del Protocolo Facultativo: 2. [Anexo] CCPR/C/84/D/1185/2003 página 3 Anexo DECISIÓN DEL COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS ADOPTADA DE CONFORMIDAD CON EL PROTOCOLO FACULTATIVO DEL PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS -84º PERÍODO DE SESIONESrespecto de la Comunicación Nº 1185/2003* Presentada por: Johannes van den Hemel (representado por el abogado B. W. M. Zegers) Presunta víctima: El autor Estado Parte: Países Bajos Fecha de la comunicación: 12 de junio de 2002 (presentación inicial) El Comité de Derechos Humanos, establecido en virtud del artículo 28 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Reunido el 25 de julio de 2005, Adopta la siguiente: Decisión sobre la admisibilidad 1.1. El autor de la comunicación es el ciudadano neerlandés Johannes van den Hemel, quien afirma ser víctima de una violación por los Países Bajos de sus derechos en virtud del artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Lo representa el abogado B. W. M. Zegers. 1.2. El 15 de agosto de 2003, después de que el Estado Parte hubiera presentado sus observaciones sobre la admisibilidad, el Relator Especial sobre nuevas comunicaciones, actuando en nombre del Comité, decidió que la admisibilidad y el fondo de la comunicación debían examinarse al unísono. * Los siguientes miembros del Comité participaron en el examen de la presente comunicación: Sr. Abdelfattah Amor, Sr. Nisuke Ando, Sr. Prafullachandra Natwarlal Bhagwati, Sr. Alfredo Castillero Hoyos, Sra. Christine Chanet, Sr. Maurice Glèlè Ahanhanzo, Sr. Edwin Johnson, Sr. Walter Kälin, Sr. Ahmed Tawfik Khalil, Sr. Rajsoomer Lallah, Sr. Michael O'Flaherty, Sra. Elisabeth Palm, Sir Nigel Rodley, Sr. Ivan Shearer, Sr. Hipólito Solari-Yrigoyen, Sra. Ruth Wedgwood y Sr. Roman Wieruszewski. CCPR/C/84/D/1185/2003 página 4 Recordatorio de los hechos 2.1. El autor es ortodoncista y vive en los Países Bajos. El 12 de octubre de 1989 tuvo un accidente de automóvil en el que resultaron dañadas señales utilizadas por una empresa de obras viales. El autor sufrió daños "materiales y no materiales" y un lucro cesante del 20%. 2.2. Los daños fueron resarcidos por varias compañías de seguros, en particular la Royal Nederlands Verzekeing Maatschappij NV (Royal), que los indemnizó parcialmente. La compañía de seguros VVAA Schadeverzekeing-smattschappij (VVAA), con la cual el autor tenía un seguro contra terceros en el momento del accidente, indemnizó parcialmente los daños a la Royal. La cuestión de la culpabilidad por la causa del accidente y los daños producidos a las señales viales dieron lugar a una diferencia entre el autor y la compañía de seguros Royal. 2.3. La Royal presentó una demanda de indemnización de los daños restantes contra el autor y la VVAA ante el Tribunal Regional de Utrecht. El autor presentó una contrademanda. El 21 de febrero de 1996, el Tribunal Regional de Utrecht ordenó al autor que pagara a la Royal 9.576,62 florines neerlandeses más intereses por una suma de 5.257,25 florines. El Tribunal declaró inadmisible la contrademanda del autor. 2.4. El autor apeló de la sentencia ante el Tribunal de Apelaciones, que la confirmó el 26 de junio de 1997. Los jueces Van der Reep y Veger, que dictaron sentencia en el caso ante el Tribunal de Apelaciones, también eran jueces del Tribunal Regional de Utrecht. El autor hace referencia a un informe publicado en 1996 por la Fundación de Investigaciones Científicas del Poder Judicial en que se afirma que un tercer juez, de nombre Cremers, quien también dictó sentencia en la apelación del autor, había favorecido a la compañía de seguros en las 26 apelaciones en que una compañía de seguros era parte. 2.5. El 26 de septiembre de 1997, el autor apeló de la sentencia ante la Corte Suprema. En el momento de la apelación del autor, dos de los jueces que la examinaron -Herrman y Mijnsseneran empleados remunerados de la Junta de Supervisión del Sector de los Seguros (Raad van Toezicht Verzekeringen), que está financiada por la Unión de Compañías de Seguros (Verbond van Verzekeraars) de la cual es miembro la Royal. La Junta es un órgano disciplinario que dirime las diferencias entre las compañías de seguros y los asegurados. 2.6. Aduciendo que los jueces Herrman y Mijnssen de la Corte Suprema no serían imparciales, el autor solicitó que se inhibiesen del caso. Esta solicitud fue examinada por una Corte Suprema de composición diferente. Los jueces Herrman y Mijnssen pidieron comparecer ante la Corte Suprema en ausencia del autor y así lo hicieron, pero la audiencia del autor se realizó en presencia de los dos jueces. Según el autor, éstos dijeron que si el Tribunal no atendía a su petición "ya no cooperarían con la audiencia en que se examinara la petición de recusación". El 19 de noviembre de 1999 la Corte Suprema rechazó la petición del autor, y el 24 de diciembre de 1999, su apelación de la sentencia del Tribunal de Apelaciones. 2.7. El autor afirma que el juez Mijnssen anteriormente había sido colega del juez Heemskerk en una universidad de Amsterdam. Este último, miembro de la Corte Suprema, había examinado y rechazado la solicitud del autor de que el juez Mijnssen se inhibiera del caso y también había entendido de la apelación del autor y la había rechazado. CCPR/C/84/D/1185/2003 página 5 2.8. El autor sostiene que no ha podido determinar si algunos de los jueces de la Corte Suprema o el Tribunal de Apelación eran accionistas de la Royal, y acusa al Tribunal Regional de Utrecht de no cumplir con las obligaciones que le impone la Ley de la condición jurídica de los funcionarios judiciales (Wet Rechtspositie Rechterlijke Ambtenaren), que exige que los tribunales lleven un registro en que se consignen las otras funciones que desempeñan los jueces. Basa su afirmación en el estudio realizado en octubre de 2000 por el Ministerio de Justicia en que se llegó a la conclusión de que un gran número de jueces se niega a dar a conocer sus otras funciones o las divulgan sólo parcialmente. La denuncia 3.1. El autor afirma que en su audiencia ante el Tribunal de Apelaciones se violaron las disposiciones del artículo 14, ya que dos de los jueces que dictaron sentencia en esa apelación también eran jueces del Tribunal Regional de Utrecht. 3.2. Afirma que la relación de los dos jueces de la Corte Suprema con la Royal, a través de su presencia en la Junta de Supervisión, da lugar a la "apariencia de una posible parcialidad" en detrimento del derecho del autor a un juicio imparcial en virtud del artículo 14 del Pacto1. Afirma que si estos jueces de la Corte Suprema hubiesen dictado sentencia en favor del autor en la demanda que la Royal presentó en su contra podrían haber perdido su condición de miembros de la Junta y, por consiguiente, sus honorarios. El autor sostiene que los dos jueces demostraron su interés en el diferendo entre el autor y la Royal al negarse a retirarse del caso y por su conducta en el curso de la objeción planteada por el autor a que entendieran del caso. Además, afirma que el hecho de que no se le diera la posibilidad de una audiencia imparcial se vio combinada con la "vinculación" entre los jueces Mijnssen y Heemskerk, que anteriormente habían sido colegas en una universidad de Amsterdam. 3.3. Por último, afirma que las relaciones entre la Royal y los jueces del Tribunal Regional de Utrecht, el Tribunal de Apelaciones y la Corte Suprema violan el derecho del autor a un juicio imparcial que le está garantizado en virtud del artículo 14 del Pacto debido a que esos jueces "podrían" ser accionistas de la Royal. Sostiene que como le "parecía" que el Tribunal Regional de Utrecht no había respetado la disposiciones del artículo 44 de la Ley de la condición jurídica de los funcionarios judiciales, su derecho a un juicio imparcial se había visto violado, ya que no había podido determinar si algunos de los jueces eran realmente accionistas. Observaciones del Estado Parte sobre la admisibilidad y el fondo y comentarios del autor al respecto 4.1. El 4 de agosto de 2003, el Estado Parte impugnó la admisibilidad de una parte de la denuncia. Afirmó que la reclamación respecto de los jueces del Tribunal de Apelación era 1 En la comunicación, el autor cita como aplicable una decisión de la Cámara de los Lores de 17 de diciembre de 1998, ILM vol. 38 (1999), en que se examina el principio de que un hombre no puede ser juez de su propio caso aplicado a un caso en que un juez es de hecho parte en el litigio y en que la conducta del juez da lugar a una sospecha de que no es imparcial. El autor cita también a la Corte Suprema de Australia en Webb y Hay c. la Reina para demostrar que la doctrina de la descalificación se aplica toda vez que, al igual que en el caso de que se trata, una relación directa o indirecta da lugar a un prejuicio por parte de un juez. CCPR/C/84/D/1185/2003 página 6 inadmisible porque no se habían agotado los recursos internos. Manifestó que, en virtud del artículo 36 y el párrafo 1 del artículo 37 del Código de Procedimiento Civil, el autor podría haber recusado a los jueces designados para conocer de su caso sobre la base de hechos y circunstancias que podrían perjudicar la imparcialidad judicial y que ello debía hacerse en cuanto la persona interesada tomaba conocimiento de los hechos y las circunstancias. Si el autor hubiese puesto en tela de juicio la imparcialidad de uno o más de los jueces, los procedimientos se habrían suspendido de inmediato. La objeción habría sido oída por todo el Tribunal, con excepción de los jueces recusados, lo antes posible. Si el Tribunal en su totalidad hubiese sostenido la recusación del autor, el caso habría sido conocido posteriormente por un tribunal en que no habrían participado el juez o los jueces recusados. Al respecto, hace referencia a las decisiones del Comité en Perera c. Australia y Triboulet c. Francia2. 4.2. El 2 de diciembre de 2003, el Estado Parte presentó sus observaciones sobre el fondo de la comunicación, afirmando que la parte del caso que no se consideraba inadmisible por no haberse agotado los recursos internos era "manifiestamente infundada". Como observación preliminar, señaló que el 14 de noviembre de 2000, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos había declarado inadmisible el presente caso porque no ponía de manifiesto ninguna apariencia de violación de los derechos y libertades reconocidos en el Convenio o en sus protocolos. Según el Estado Parte, si el Comité determinase que se ha producido una violación en este caso, sería sumamente difícil conciliar dicha decisión con la conclusión mencionada. 4.3. En cuanto a los hechos, el Estado Parte menciona la legislación que rige las impugnaciones de los jueces por motivos de parcialidad y la recusación de los jueces, en particular el artículo 34 del Código de Procedimiento Civil y el artículo 8:19 de la Ley administrativa general (Algemene Wet Bestuursrecht), que establece que el juez debe inhibirse si en un caso existen hechos o circunstancias que pudiesen ser perjudiciales para la imparcialidad del Tribunal. Afirma que con arreglo al (ex)3 artículo 32 del Código de Procedimiento, el Tribunal puede determinar, por petición de cualquier parte recusante o del juez recusado, que una o ambas partes no serán oídas en presencia de las otras. Los dos jueces de la Corte Suprema se valieron de esta opción y durante el interrogatorio oral de la audiencia de 4 de octubre de 1999 el abogado del autor afirmó expresamente que no tenía objeciones a que así fuese4. Una vez que el Presidente hubo accedido a la petición, el autor salió del Tribunal. Su abogado afirmó que "pensaba que era mejor que él también saliera". El Estado Parte afirma que los jueces interesados habían dicho que no objetaban la presencia del abogado del autor durante la audiencia. En cuanto a la 2 Comunicación Nº 536/1993, decisión adoptada el 28 de marzo de 1995, párr. 6.5, y comunicación Nº 661/1995, decisión adoptada el 29 de julio de 1997, párr. 6.2. 3 La Ley del poder judicial y el Código de Procedimiento Civil fueron modificados el 1º de enero de 2002 y que, por consiguiente, la numeración de los artículos ha cambiado. 4 Se refiere al párrafo pertinente del acta oficial que dice lo siguiente: "Ante la petición del Sr. Mijnssen y del Sr. Herrmann de ser oídos en ausencia del Sr. Van den Hemel, el Sr. Groen contestó que su cliente no tenía objeciones al respecto", y "el Presidente [de la sala especial que oyó la objeción por parcialidad] afirmó que se aceptaba la petición del Sr. Mijnssen y del Sr. Herrmann de ser oídos en ausencia del Sr. Van der Hemel, puesto que este último no tenía objeción alguna". CCPR/C/84/D/1185/2003 página 7 afirmación de que los jueces habían afirmado que si el Tribunal no accedía a su petición "ya no [...] cooperarían con la audiencia en que se examinaría la petición de recusación", el Estado Parte afirma que esta observación es totalmente infundada y que los documentos del caso no la apoyan. 4.4. En cuanto a la reclamación de que los dos jueces que entendieron del caso en la Corte Suprema eran miembros de la Junta de Supervisión del Sector de los Seguros, que está financiada por la Unión de Compañías de Seguros, a la que pertenecía la otra parte en el caso, el Estado Parte se refiere a la definición de imparcialidad que dio el Comité en la comunicación Nº 387/1989, Karttunen c. Finlandia5, en que se determinó que "la imparcialidad del Tribunal supone que los jueces no deben tener ideas preconcebidas en cuanto al asunto de que entienden y que no deben actuar de manera que promuevan los intereses de una de las partes". A juicio del Estado Parte, el autor no ha demostrado que los jueces de que se trata abrigaran esas preocupaciones. 4.5. Según el Estado Parte, las observaciones del autor no tienen en cuenta el hecho de que los miembros de la Junta de Supervisión son expertos independientes y que la Junta es un tribunal disciplinario independiente de derecho privado. La Junta, así como el Ombudsman del Seguro, constituye una alternativa a los procesos jurídicos. En consulta con los aseguradores o agentes de que se trate intenta encontrar soluciones o pronunciar dictámenes respecto de las diferencias sobre cuestiones de seguros, pero no reemplaza al tribunal competente. El Consejo de Reclamaciones de las Compañías Aseguradoras está financiado por una fundación del mismo nombre, creada conjuntamente por los aseguradores y agentes y la Asociación Neerlandesa de Consumidores que, se añade, en ningún caso ejerce influencia o tiene capacidad de decisión sobre la forma en que se trata el caso. 4.6. El Estado Parte hace referencia al razonamiento de la Corte Suprema y afirma que el simple hecho de que la Junta de Supervisión sea financiada en parte por el Consejo de Reclamaciones de las Compañías Aseguradoras y la Unión de Compañías de Seguros, entre cuyos numerosos miembros se encuentra la otra parte en el caso del autor, y que los miembros de la Junta de Supervisión reciban honorarios por su trabajo, no justifica los temores del autor de que los jueces interesados puedan carecer de imparcialidad6. 4.7. El Estado Parte sostiene que los miembros de la Junta de Supervisión son designados por el directorio de la Unión de Compañías de Seguros sobre la base de candidaturas propuestas por la dirección de la Unión. La Royal, que es uno de los muchos miembros de la Unión, no estaba en condiciones de ejercer la influencia tan considerable sobre los nombramientos o la renovación de los mandatos de los miembros de la Junta que sugiere el autor. El Estado Parte explica que la 5 6 Dictamen aprobado el 23 de octubre de 1992, párr. 7.2. "El mero hecho de que la Fundación esté financiada como se describe en el párrafo 2.7 y que los miembros de la Junta de Supervisión reciban honorarios, cuyo monto determina la Junta de la Fundación, es insuficiente respecto, entre otras cosas, del mandato [de la Junta de Supervisión] definido en el párrafo 2.5 para avalar la conclusión de que el temor del demandante descrito en 2.6 [que los jueces que también son miembros de la Junta de Supervisión carezcan de imparcialidad en los casos entre aseguradores y no aseguradores] se justifica objetivamente." CCPR/C/84/D/1185/2003 página 8 Unión de Compañías de Seguros es sólo una de las numerosas organizaciones, entre las que se cuenta la Asociación de Consumidores, afiliadas al Consejo de Reclamaciones de las Compañías de Seguros. La independencia de los miembros está garantizada explícitamente por el reglamento. Por otra parte, la Royal, como integrante de la Unión de Compañías de Seguros, está expresamente sujeta a un órgano disciplinario independiente. En cuanto a la afirmación de que si los jueces no hubieran dictado un fallo positivo para la Royal su mandato podría no haberse renovado y habrían perdido sus honorarios, el Estado Parte subraya que el autor no sostuvo tal cosa en los procedimientos internos. 4.8. El Estado Parte no considera que el hecho de que dos de los jueces hubieran sido profesores en la Facultad de Derecho de la Universidad Libre en 1990 y 1986, respectivamente, antes de ser designados miembros de la Corte Suprema, pudiera tener importancia en la presente comunicación. En cuanto a la acusación de que algunos jueces podrían ser accionistas de la Royal, el Estado Parte afirma que en virtud del artículo 44 de la Ley de la condición jurídica de los funcionarios judiciales, los jueces deben informar de toda actividad que ejerzan o que prevean ejercer fuera de sus funciones judiciales. La Junta que administra los tribunales lleva un registro de las actividades externas, que puede consultarse en el Tribunal. Las actividades externas de los jueces y jueces suplentes también se difunde por Internet. El Estado Parte afirma que esta reclamación se basa únicamente en suposiciones y que el autor no planteó esta cuestión en los procedimientos internos. Así pues, los tribunales internos no tuvieron la oportunidad de expedirse al respecto. 4.9. El Estado Parte afirma que, si el Comité determinara que la reclamación relativa a la supuesta parcialidad de los jueces del Tribunal de Apelación fuese admisible, debería observarse que el autor no ha proporcionado pruebas de que el mero hecho de que los jueces que se desempeñan en el Tribunal de Apelación también sean jueces suplentes del Tribunal Regional de Utrecht justifique objetivamente los temores de parcialidad o sea motivo suficiente para llegar a la conclusión de que existe una apariencia de parcialidad. Dice asimismo que los dos jueces del Tribunal de Apelaciones que son también jueces suplentes del Tribunal Regional de Utrecht no se pronunciaron en el caso del autor en primera instancia. 5. El 2 de febrero de 2004, el autor formuló observaciones sobre la respuesta del Estado Parte. Dice que, puesto que en el momento en que la apelación estaba pendiente no tenía conocimiento de que dos jueces del Tribunal de Apelación integraban también el Tribunal Regional de Utrecht, la conclusión del Estado Parte de que no se han agotado los recursos internos no es válida. Reitera su opinión de que, como un gran número de jueces se niega a publicar información sobre las otras funciones que ejercen, los litigantes no cuentan con información fiable al respecto a los fines de recusarlos y agotar los recursos internos. En información complementaria proporcionada el 28 de mayo de 2004, el autor hace diversas alegaciones sobre la relación entre el poder judicial y las compañías aseguradoras en general. CCPR/C/84/D/1185/2003 página 9 Deliberaciones del Comité Examen de la admisibilidad 6.1. De conformidad con el artículo 93 de su reglamento, antes de examinar la reclamación que figura en una comunicación, el Comité de Derechos Humanos debe decidir si dicha reclamación es admisible en virtud del Protocolo Facultativo del Pacto. 6.2. El Comité observa que esta cuestión ya fue examinada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos el 14 de noviembre de 2000. Sin embargo, recuerda su jurisprudencia7 de que el Comité carece de competencia para examinar una comunicación en virtud del apartado a) del párrafo 2 del artículo 5 del Protocolo Facultativo sólo cuando el mismo asunto está siendo examinado en virtud de otro procedimiento de examen o arreglo internacional. Por consiguiente, el apartado a) del párrafo 2 del artículo 5 no impide que el Comité examine la presente comunicación. 6.3. El Comité ha observado la afirmación del autor de que en la audiencia de su caso se violó el artículo 14 del Pacto porque: a) dos de los jueces que dictaron sentencia en el Tribunal de Apelaciones también son jueces suplentes del Tribunal Regional de Utrecht; b) los jueces de la Corte Suprema que entendieron de su caso eran parciales debido a su posible vinculación con la Royal (la compañía de seguros que había presentado una demanda en contra del autor) a raíz de los cargos que ocupaban en la Junta de Supervisión del Sector de los Seguros; y c) que los jueces que se pronunciaron en su caso "podrían" haber sido accionistas de la Royal. 6.4. En cuanto a la primera reclamación, el Comité toma nota de que el autor no ha proporcionado pruebas de que los dos jueces del Tribunal de Apelación hubieran efectivamente conocido de su caso en el Tribunal Regional de Utrecht o participado de cualquier forma en el fallo dictado en primera instancia. Al respecto, el autor no ha fundamentado su denuncia de parcialidad a los fines de la admisibilidad y, por ende, el Comité la declara inadmisible a tenor del artículo 2 del Protocolo Facultativo. 6.5. En lo que concierne a la segunda reclamación (parcialidad debido a los cargos que ocupan los jueces de la Corte Suprema en la Junta de Supervisión del Sector de los Seguros), el Comité observa que el autor recusó a los dos jueces de la Corte Suprema en cuestión y pidió que se inhibiesen del caso. Al tiempo que expresa algunas dudas sobre la adecuación de un sistema que permite que los jueces integren una junta de supervisión establecida por una asociación empresarial, el Comité observa que la impugnación del autor fue examinada por una Corte Suprema de composición diferente, que procedió a escuchar todas las posiciones y las pruebas presentadas por el autor y los jueces recusados, que finalmente no admitió la recusación y con posterioridad, el 24 de diciembre de 1999, rechazó el fondo de la apelación. El Comité recuerda que, en general, incumbe a los tribunales de los Estados Partes en el Pacto pronunciarse sobre los hechos y las pruebas relativas a un caso determinado, a menos que pueda establecerse que la 7 Véase la comunicación Nº 824/1998, N. M. Nicolov c. Bulgaria, decisión adoptada el 24 de marzo de 2000. CCPR/C/84/D/1185/2003 página 10 evaluación era claramente arbitraria o entrañaba una denegación de justicia8. Ningún elemento del material que el Comité tiene ante sí parece indicar que el proceso ante la Corte Suprema, que acabó en el rechazo de la recusación del autor el 19 de noviembre de 1999 y del fondo de la apelación un mes después, padeció de dichos defectos. Por consiguiente, esta reclamación es inadmisible a tenor del artículo 2 del Protocolo Facultativo. Lo mismo rige aún más categóricamente para la reclamación del autor en el marco del artículo 14 de que uno de los jueces de la Corte Suprema que entendió de la recusación de los dos jueces de la Corte Suprema presentada por el autor había sido colega de uno de ellos en la Universidad de Amsterdam. 6.6. Por último, con relación a la reclamación final del autor, el Comité observa que la afirmación de que algunos de los jueces que entendieron de la apelación del autor "podrían" haber sido accionistas de la compañía de seguros que había presentado una demanda en su contra (la Royal) no se planteó en el curso del trámite judicial interno. A este respecto, en consecuencia, el Comité llega a la conclusión de que el autor no ha agotado los recursos internos, como exige el apartado b) del párrafo 2 del artículo 5 del Protocolo Facultativo. 7. Por consiguiente, el Comité de Derechos Humanos decide: a) Que la comunicación es inadmisible en virtud del artículo 2 y del apartado b) del párrafo 2 del artículo 5 del Protocolo Facultativo; b) Que la presente decisión se comunique al Estado Parte y al autor. [Aprobada en español, francés e inglés, siendo la versión original el texto inglés. Posteriormente se publicará también en árabe, chino y ruso como parte del informe anual del Comité a la Asamblea General.] 8 Véase Errol Simms c. Jamaica, comunicación Nº 541/1993, declarada inadmisible el 3 de abril de 1995.