Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos

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CCPR
NACIONES
UNIDAS
Pacto Internacional
de Derechos Civiles
y Políticos
Distr.
RESERVADA*
CCPR/C/84/D/1185/2003
5 de agosto de 2005
ESPAÑOL
Original: INGLÉS
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS
84º período de sesiones
11 a 29 de julio de 2005
DECISIÓN
Comunicación Nº 1185/2003
Presentada por:
Johannes van den Hemel (representado por un abogado,
B. W. M. Zegers)
Presunta víctima:
El autor
Estado Parte:
Países Bajos
Fecha de la comunicación: 12 de junio de 2002 (presentación inicial)
Referencias:
Fecha de adopción
de la decisión:
*
Decisión del Relator Especial con arreglo al artículo 97 del
reglamento, transmitida al Estado Parte el 2 de junio de 2003
(no se publicó como documento)
25 de julio de 2005
Se divulga por decisión del Comité de Derechos Humanos.
GE.05-43331 (S) 310805 020905
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página 2
Asunto: Independencia del poder judicial.
Cuestiones de procedimiento: Ninguna.
Cuestiones de fondo: Derecho a un juicio imparcial.
Artículos del Pacto: 14.
Artículos del Protocolo Facultativo: 2.
[Anexo]
CCPR/C/84/D/1185/2003
página 3
Anexo
DECISIÓN DEL COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS ADOPTADA DE
CONFORMIDAD CON EL PROTOCOLO FACULTATIVO DEL PACTO
INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS
-84º PERÍODO DE SESIONESrespecto de la
Comunicación Nº 1185/2003*
Presentada por:
Johannes van den Hemel (representado por el abogado
B. W. M. Zegers)
Presunta víctima:
El autor
Estado Parte:
Países Bajos
Fecha de la comunicación: 12 de junio de 2002 (presentación inicial)
El Comité de Derechos Humanos, establecido en virtud del artículo 28 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
Reunido el 25 de julio de 2005,
Adopta la siguiente:
Decisión sobre la admisibilidad
1.1. El autor de la comunicación es el ciudadano neerlandés Johannes van den Hemel, quien
afirma ser víctima de una violación por los Países Bajos de sus derechos en virtud del artículo 14
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Lo representa el abogado
B. W. M. Zegers.
1.2. El 15 de agosto de 2003, después de que el Estado Parte hubiera presentado sus
observaciones sobre la admisibilidad, el Relator Especial sobre nuevas comunicaciones,
actuando en nombre del Comité, decidió que la admisibilidad y el fondo de la comunicación
debían examinarse al unísono.
*
Los siguientes miembros del Comité participaron en el examen de la presente comunicación:
Sr. Abdelfattah Amor, Sr. Nisuke Ando, Sr. Prafullachandra Natwarlal Bhagwati,
Sr. Alfredo Castillero Hoyos, Sra. Christine Chanet, Sr. Maurice Glèlè Ahanhanzo,
Sr. Edwin Johnson, Sr. Walter Kälin, Sr. Ahmed Tawfik Khalil, Sr. Rajsoomer Lallah,
Sr. Michael O'Flaherty, Sra. Elisabeth Palm, Sir Nigel Rodley, Sr. Ivan Shearer,
Sr. Hipólito Solari-Yrigoyen, Sra. Ruth Wedgwood y Sr. Roman Wieruszewski.
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Recordatorio de los hechos
2.1. El autor es ortodoncista y vive en los Países Bajos. El 12 de octubre de 1989 tuvo un
accidente de automóvil en el que resultaron dañadas señales utilizadas por una empresa de obras
viales. El autor sufrió daños "materiales y no materiales" y un lucro cesante del 20%.
2.2. Los daños fueron resarcidos por varias compañías de seguros, en particular la Royal
Nederlands Verzekeing Maatschappij NV (Royal), que los indemnizó parcialmente.
La compañía de seguros VVAA Schadeverzekeing-smattschappij (VVAA), con la cual el autor
tenía un seguro contra terceros en el momento del accidente, indemnizó parcialmente los daños a
la Royal. La cuestión de la culpabilidad por la causa del accidente y los daños producidos a las
señales viales dieron lugar a una diferencia entre el autor y la compañía de seguros Royal.
2.3. La Royal presentó una demanda de indemnización de los daños restantes contra el autor y
la VVAA ante el Tribunal Regional de Utrecht. El autor presentó una contrademanda.
El 21 de febrero de 1996, el Tribunal Regional de Utrecht ordenó al autor que pagara a la
Royal 9.576,62 florines neerlandeses más intereses por una suma de 5.257,25 florines.
El Tribunal declaró inadmisible la contrademanda del autor.
2.4. El autor apeló de la sentencia ante el Tribunal de Apelaciones, que la confirmó el 26 de
junio de 1997. Los jueces Van der Reep y Veger, que dictaron sentencia en el caso ante el
Tribunal de Apelaciones, también eran jueces del Tribunal Regional de Utrecht. El autor hace
referencia a un informe publicado en 1996 por la Fundación de Investigaciones Científicas del
Poder Judicial en que se afirma que un tercer juez, de nombre Cremers, quien también dictó
sentencia en la apelación del autor, había favorecido a la compañía de seguros en
las 26 apelaciones en que una compañía de seguros era parte.
2.5. El 26 de septiembre de 1997, el autor apeló de la sentencia ante la Corte Suprema. En el
momento de la apelación del autor, dos de los jueces que la examinaron -Herrman y Mijnsseneran empleados remunerados de la Junta de Supervisión del Sector de los Seguros
(Raad van Toezicht Verzekeringen), que está financiada por la Unión de Compañías de Seguros
(Verbond van Verzekeraars) de la cual es miembro la Royal. La Junta es un órgano disciplinario
que dirime las diferencias entre las compañías de seguros y los asegurados.
2.6. Aduciendo que los jueces Herrman y Mijnssen de la Corte Suprema no serían imparciales,
el autor solicitó que se inhibiesen del caso. Esta solicitud fue examinada por una Corte Suprema
de composición diferente. Los jueces Herrman y Mijnssen pidieron comparecer ante la Corte
Suprema en ausencia del autor y así lo hicieron, pero la audiencia del autor se realizó en
presencia de los dos jueces. Según el autor, éstos dijeron que si el Tribunal no atendía a su
petición "ya no cooperarían con la audiencia en que se examinara la petición de recusación".
El 19 de noviembre de 1999 la Corte Suprema rechazó la petición del autor, y el 24 de diciembre
de 1999, su apelación de la sentencia del Tribunal de Apelaciones.
2.7. El autor afirma que el juez Mijnssen anteriormente había sido colega del juez Heemskerk
en una universidad de Amsterdam. Este último, miembro de la Corte Suprema, había examinado
y rechazado la solicitud del autor de que el juez Mijnssen se inhibiera del caso y también había
entendido de la apelación del autor y la había rechazado.
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2.8. El autor sostiene que no ha podido determinar si algunos de los jueces de la Corte Suprema
o el Tribunal de Apelación eran accionistas de la Royal, y acusa al Tribunal Regional de Utrecht
de no cumplir con las obligaciones que le impone la Ley de la condición jurídica de los
funcionarios judiciales (Wet Rechtspositie Rechterlijke Ambtenaren), que exige que los
tribunales lleven un registro en que se consignen las otras funciones que desempeñan los jueces.
Basa su afirmación en el estudio realizado en octubre de 2000 por el Ministerio de Justicia en
que se llegó a la conclusión de que un gran número de jueces se niega a dar a conocer sus otras
funciones o las divulgan sólo parcialmente.
La denuncia
3.1. El autor afirma que en su audiencia ante el Tribunal de Apelaciones se violaron las
disposiciones del artículo 14, ya que dos de los jueces que dictaron sentencia en esa apelación
también eran jueces del Tribunal Regional de Utrecht.
3.2. Afirma que la relación de los dos jueces de la Corte Suprema con la Royal, a través de su
presencia en la Junta de Supervisión, da lugar a la "apariencia de una posible parcialidad" en
detrimento del derecho del autor a un juicio imparcial en virtud del artículo 14 del Pacto1.
Afirma que si estos jueces de la Corte Suprema hubiesen dictado sentencia en favor del autor en
la demanda que la Royal presentó en su contra podrían haber perdido su condición de miembros
de la Junta y, por consiguiente, sus honorarios. El autor sostiene que los dos jueces demostraron
su interés en el diferendo entre el autor y la Royal al negarse a retirarse del caso y por su
conducta en el curso de la objeción planteada por el autor a que entendieran del caso. Además,
afirma que el hecho de que no se le diera la posibilidad de una audiencia imparcial se vio
combinada con la "vinculación" entre los jueces Mijnssen y Heemskerk, que anteriormente
habían sido colegas en una universidad de Amsterdam.
3.3. Por último, afirma que las relaciones entre la Royal y los jueces del Tribunal Regional de
Utrecht, el Tribunal de Apelaciones y la Corte Suprema violan el derecho del autor a un juicio
imparcial que le está garantizado en virtud del artículo 14 del Pacto debido a que esos jueces
"podrían" ser accionistas de la Royal. Sostiene que como le "parecía" que el Tribunal Regional
de Utrecht no había respetado la disposiciones del artículo 44 de la Ley de la condición jurídica
de los funcionarios judiciales, su derecho a un juicio imparcial se había visto violado, ya que no
había podido determinar si algunos de los jueces eran realmente accionistas.
Observaciones del Estado Parte sobre la admisibilidad y el fondo y comentarios del autor
al respecto
4.1. El 4 de agosto de 2003, el Estado Parte impugnó la admisibilidad de una parte de la
denuncia. Afirmó que la reclamación respecto de los jueces del Tribunal de Apelación era
1
En la comunicación, el autor cita como aplicable una decisión de la Cámara de los Lores
de 17 de diciembre de 1998, ILM vol. 38 (1999), en que se examina el principio de que un
hombre no puede ser juez de su propio caso aplicado a un caso en que un juez es de hecho parte
en el litigio y en que la conducta del juez da lugar a una sospecha de que no es imparcial.
El autor cita también a la Corte Suprema de Australia en Webb y Hay c. la Reina para demostrar
que la doctrina de la descalificación se aplica toda vez que, al igual que en el caso de que se
trata, una relación directa o indirecta da lugar a un prejuicio por parte de un juez.
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inadmisible porque no se habían agotado los recursos internos. Manifestó que, en virtud del
artículo 36 y el párrafo 1 del artículo 37 del Código de Procedimiento Civil, el autor podría haber
recusado a los jueces designados para conocer de su caso sobre la base de hechos y
circunstancias que podrían perjudicar la imparcialidad judicial y que ello debía hacerse en cuanto
la persona interesada tomaba conocimiento de los hechos y las circunstancias. Si el autor
hubiese puesto en tela de juicio la imparcialidad de uno o más de los jueces, los procedimientos
se habrían suspendido de inmediato. La objeción habría sido oída por todo el Tribunal, con
excepción de los jueces recusados, lo antes posible. Si el Tribunal en su totalidad hubiese
sostenido la recusación del autor, el caso habría sido conocido posteriormente por un tribunal en
que no habrían participado el juez o los jueces recusados. Al respecto, hace referencia a las
decisiones del Comité en Perera c. Australia y Triboulet c. Francia2.
4.2. El 2 de diciembre de 2003, el Estado Parte presentó sus observaciones sobre el fondo de la
comunicación, afirmando que la parte del caso que no se consideraba inadmisible por no haberse
agotado los recursos internos era "manifiestamente infundada". Como observación preliminar,
señaló que el 14 de noviembre de 2000, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos había
declarado inadmisible el presente caso porque no ponía de manifiesto ninguna apariencia de
violación de los derechos y libertades reconocidos en el Convenio o en sus protocolos. Según el
Estado Parte, si el Comité determinase que se ha producido una violación en este caso, sería
sumamente difícil conciliar dicha decisión con la conclusión mencionada.
4.3. En cuanto a los hechos, el Estado Parte menciona la legislación que rige las impugnaciones
de los jueces por motivos de parcialidad y la recusación de los jueces, en particular el artículo 34
del Código de Procedimiento Civil y el artículo 8:19 de la Ley administrativa general
(Algemene Wet Bestuursrecht), que establece que el juez debe inhibirse si en un caso existen
hechos o circunstancias que pudiesen ser perjudiciales para la imparcialidad del Tribunal.
Afirma que con arreglo al (ex)3 artículo 32 del Código de Procedimiento, el Tribunal puede
determinar, por petición de cualquier parte recusante o del juez recusado, que una o ambas partes
no serán oídas en presencia de las otras. Los dos jueces de la Corte Suprema se valieron de esta
opción y durante el interrogatorio oral de la audiencia de 4 de octubre de 1999 el abogado del
autor afirmó expresamente que no tenía objeciones a que así fuese4. Una vez que el Presidente
hubo accedido a la petición, el autor salió del Tribunal. Su abogado afirmó que "pensaba que era
mejor que él también saliera". El Estado Parte afirma que los jueces interesados habían dicho
que no objetaban la presencia del abogado del autor durante la audiencia. En cuanto a la
2
Comunicación Nº 536/1993, decisión adoptada el 28 de marzo de 1995, párr. 6.5, y
comunicación Nº 661/1995, decisión adoptada el 29 de julio de 1997, párr. 6.2.
3
La Ley del poder judicial y el Código de Procedimiento Civil fueron modificados el 1º de enero
de 2002 y que, por consiguiente, la numeración de los artículos ha cambiado.
4
Se refiere al párrafo pertinente del acta oficial que dice lo siguiente: "Ante la petición
del Sr. Mijnssen y del Sr. Herrmann de ser oídos en ausencia del Sr. Van den Hemel,
el Sr. Groen contestó que su cliente no tenía objeciones al respecto", y "el Presidente [de la sala
especial que oyó la objeción por parcialidad] afirmó que se aceptaba la petición del Sr. Mijnssen
y del Sr. Herrmann de ser oídos en ausencia del Sr. Van der Hemel, puesto que este último no
tenía objeción alguna".
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afirmación de que los jueces habían afirmado que si el Tribunal no accedía a su petición "ya no
[...] cooperarían con la audiencia en que se examinaría la petición de recusación", el Estado Parte
afirma que esta observación es totalmente infundada y que los documentos del caso no la
apoyan.
4.4. En cuanto a la reclamación de que los dos jueces que entendieron del caso en la Corte
Suprema eran miembros de la Junta de Supervisión del Sector de los Seguros, que está
financiada por la Unión de Compañías de Seguros, a la que pertenecía la otra parte en el
caso, el Estado Parte se refiere a la definición de imparcialidad que dio el Comité en la
comunicación Nº 387/1989, Karttunen c. Finlandia5, en que se determinó que "la imparcialidad
del Tribunal supone que los jueces no deben tener ideas preconcebidas en cuanto al asunto de
que entienden y que no deben actuar de manera que promuevan los intereses de una de las
partes". A juicio del Estado Parte, el autor no ha demostrado que los jueces de que se trata
abrigaran esas preocupaciones.
4.5. Según el Estado Parte, las observaciones del autor no tienen en cuenta el hecho de que los
miembros de la Junta de Supervisión son expertos independientes y que la Junta es un tribunal
disciplinario independiente de derecho privado. La Junta, así como el Ombudsman del Seguro,
constituye una alternativa a los procesos jurídicos. En consulta con los aseguradores o agentes
de que se trate intenta encontrar soluciones o pronunciar dictámenes respecto de las diferencias
sobre cuestiones de seguros, pero no reemplaza al tribunal competente. El Consejo de
Reclamaciones de las Compañías Aseguradoras está financiado por una fundación del mismo
nombre, creada conjuntamente por los aseguradores y agentes y la Asociación Neerlandesa de
Consumidores que, se añade, en ningún caso ejerce influencia o tiene capacidad de decisión
sobre la forma en que se trata el caso.
4.6. El Estado Parte hace referencia al razonamiento de la Corte Suprema y afirma que el
simple hecho de que la Junta de Supervisión sea financiada en parte por el Consejo de
Reclamaciones de las Compañías Aseguradoras y la Unión de Compañías de Seguros, entre
cuyos numerosos miembros se encuentra la otra parte en el caso del autor, y que los miembros de
la Junta de Supervisión reciban honorarios por su trabajo, no justifica los temores del autor de
que los jueces interesados puedan carecer de imparcialidad6.
4.7. El Estado Parte sostiene que los miembros de la Junta de Supervisión son designados por
el directorio de la Unión de Compañías de Seguros sobre la base de candidaturas propuestas por
la dirección de la Unión. La Royal, que es uno de los muchos miembros de la Unión, no estaba
en condiciones de ejercer la influencia tan considerable sobre los nombramientos o la renovación
de los mandatos de los miembros de la Junta que sugiere el autor. El Estado Parte explica que la
5
6
Dictamen aprobado el 23 de octubre de 1992, párr. 7.2.
"El mero hecho de que la Fundación esté financiada como se describe en el párrafo 2.7 y que
los miembros de la Junta de Supervisión reciban honorarios, cuyo monto determina la Junta de la
Fundación, es insuficiente respecto, entre otras cosas, del mandato [de la Junta de Supervisión]
definido en el párrafo 2.5 para avalar la conclusión de que el temor del demandante descrito
en 2.6 [que los jueces que también son miembros de la Junta de Supervisión carezcan de
imparcialidad en los casos entre aseguradores y no aseguradores] se justifica objetivamente."
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Unión de Compañías de Seguros es sólo una de las numerosas organizaciones, entre las que se
cuenta la Asociación de Consumidores, afiliadas al Consejo de Reclamaciones de las Compañías
de Seguros. La independencia de los miembros está garantizada explícitamente por el
reglamento. Por otra parte, la Royal, como integrante de la Unión de Compañías de Seguros,
está expresamente sujeta a un órgano disciplinario independiente. En cuanto a la afirmación de
que si los jueces no hubieran dictado un fallo positivo para la Royal su mandato podría no
haberse renovado y habrían perdido sus honorarios, el Estado Parte subraya que el autor no
sostuvo tal cosa en los procedimientos internos.
4.8. El Estado Parte no considera que el hecho de que dos de los jueces hubieran sido
profesores en la Facultad de Derecho de la Universidad Libre en 1990 y 1986, respectivamente,
antes de ser designados miembros de la Corte Suprema, pudiera tener importancia en la presente
comunicación. En cuanto a la acusación de que algunos jueces podrían ser accionistas de la
Royal, el Estado Parte afirma que en virtud del artículo 44 de la Ley de la condición jurídica de
los funcionarios judiciales, los jueces deben informar de toda actividad que ejerzan o que
prevean ejercer fuera de sus funciones judiciales. La Junta que administra los tribunales lleva un
registro de las actividades externas, que puede consultarse en el Tribunal. Las actividades
externas de los jueces y jueces suplentes también se difunde por Internet. El Estado Parte afirma
que esta reclamación se basa únicamente en suposiciones y que el autor no planteó esta cuestión
en los procedimientos internos. Así pues, los tribunales internos no tuvieron la oportunidad de
expedirse al respecto.
4.9. El Estado Parte afirma que, si el Comité determinara que la reclamación relativa a la
supuesta parcialidad de los jueces del Tribunal de Apelación fuese admisible, debería observarse
que el autor no ha proporcionado pruebas de que el mero hecho de que los jueces que se
desempeñan en el Tribunal de Apelación también sean jueces suplentes del Tribunal Regional de
Utrecht justifique objetivamente los temores de parcialidad o sea motivo suficiente para llegar a
la conclusión de que existe una apariencia de parcialidad. Dice asimismo que los dos jueces del
Tribunal de Apelaciones que son también jueces suplentes del Tribunal Regional de Utrecht no
se pronunciaron en el caso del autor en primera instancia.
5.
El 2 de febrero de 2004, el autor formuló observaciones sobre la respuesta del Estado
Parte. Dice que, puesto que en el momento en que la apelación estaba pendiente no tenía
conocimiento de que dos jueces del Tribunal de Apelación integraban también el Tribunal
Regional de Utrecht, la conclusión del Estado Parte de que no se han agotado los recursos
internos no es válida. Reitera su opinión de que, como un gran número de jueces se niega a
publicar información sobre las otras funciones que ejercen, los litigantes no cuentan con
información fiable al respecto a los fines de recusarlos y agotar los recursos internos.
En información complementaria proporcionada el 28 de mayo de 2004, el autor hace diversas
alegaciones sobre la relación entre el poder judicial y las compañías aseguradoras en general.
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Deliberaciones del Comité
Examen de la admisibilidad
6.1. De conformidad con el artículo 93 de su reglamento, antes de examinar la reclamación que
figura en una comunicación, el Comité de Derechos Humanos debe decidir si dicha reclamación
es admisible en virtud del Protocolo Facultativo del Pacto.
6.2. El Comité observa que esta cuestión ya fue examinada por el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos el 14 de noviembre de 2000. Sin embargo, recuerda su jurisprudencia7 de
que el Comité carece de competencia para examinar una comunicación en virtud del apartado a)
del párrafo 2 del artículo 5 del Protocolo Facultativo sólo cuando el mismo asunto está siendo
examinado en virtud de otro procedimiento de examen o arreglo internacional. Por consiguiente,
el apartado a) del párrafo 2 del artículo 5 no impide que el Comité examine la presente
comunicación.
6.3. El Comité ha observado la afirmación del autor de que en la audiencia de su caso se violó
el artículo 14 del Pacto porque: a) dos de los jueces que dictaron sentencia en el Tribunal de
Apelaciones también son jueces suplentes del Tribunal Regional de Utrecht; b) los jueces de la
Corte Suprema que entendieron de su caso eran parciales debido a su posible vinculación con la
Royal (la compañía de seguros que había presentado una demanda en contra del autor) a raíz de
los cargos que ocupaban en la Junta de Supervisión del Sector de los Seguros; y c) que los
jueces que se pronunciaron en su caso "podrían" haber sido accionistas de la Royal.
6.4. En cuanto a la primera reclamación, el Comité toma nota de que el autor no ha
proporcionado pruebas de que los dos jueces del Tribunal de Apelación hubieran efectivamente
conocido de su caso en el Tribunal Regional de Utrecht o participado de cualquier forma en el
fallo dictado en primera instancia. Al respecto, el autor no ha fundamentado su denuncia de
parcialidad a los fines de la admisibilidad y, por ende, el Comité la declara inadmisible a tenor
del artículo 2 del Protocolo Facultativo.
6.5. En lo que concierne a la segunda reclamación (parcialidad debido a los cargos que ocupan
los jueces de la Corte Suprema en la Junta de Supervisión del Sector de los Seguros), el Comité
observa que el autor recusó a los dos jueces de la Corte Suprema en cuestión y pidió que se
inhibiesen del caso. Al tiempo que expresa algunas dudas sobre la adecuación de un sistema que
permite que los jueces integren una junta de supervisión establecida por una asociación
empresarial, el Comité observa que la impugnación del autor fue examinada por una Corte
Suprema de composición diferente, que procedió a escuchar todas las posiciones y las pruebas
presentadas por el autor y los jueces recusados, que finalmente no admitió la recusación y con
posterioridad, el 24 de diciembre de 1999, rechazó el fondo de la apelación. El Comité recuerda
que, en general, incumbe a los tribunales de los Estados Partes en el Pacto pronunciarse sobre los
hechos y las pruebas relativas a un caso determinado, a menos que pueda establecerse que la
7
Véase la comunicación Nº 824/1998, N. M. Nicolov c. Bulgaria, decisión adoptada el 24 de
marzo de 2000.
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página 10
evaluación era claramente arbitraria o entrañaba una denegación de justicia8. Ningún elemento
del material que el Comité tiene ante sí parece indicar que el proceso ante la Corte Suprema, que
acabó en el rechazo de la recusación del autor el 19 de noviembre de 1999 y del fondo de la
apelación un mes después, padeció de dichos defectos. Por consiguiente, esta reclamación es
inadmisible a tenor del artículo 2 del Protocolo Facultativo. Lo mismo rige aún más
categóricamente para la reclamación del autor en el marco del artículo 14 de que uno de los
jueces de la Corte Suprema que entendió de la recusación de los dos jueces de la Corte Suprema
presentada por el autor había sido colega de uno de ellos en la Universidad de Amsterdam.
6.6. Por último, con relación a la reclamación final del autor, el Comité observa que la
afirmación de que algunos de los jueces que entendieron de la apelación del autor "podrían"
haber sido accionistas de la compañía de seguros que había presentado una demanda en su contra
(la Royal) no se planteó en el curso del trámite judicial interno. A este respecto, en
consecuencia, el Comité llega a la conclusión de que el autor no ha agotado los recursos internos,
como exige el apartado b) del párrafo 2 del artículo 5 del Protocolo Facultativo.
7.
Por consiguiente, el Comité de Derechos Humanos decide:
a)
Que la comunicación es inadmisible en virtud del artículo 2 y del apartado b) del
párrafo 2 del artículo 5 del Protocolo Facultativo;
b)
Que la presente decisión se comunique al Estado Parte y al autor.
[Aprobada en español, francés e inglés, siendo la versión original el texto inglés.
Posteriormente se publicará también en árabe, chino y ruso como parte del informe anual del
Comité a la Asamblea General.]
8
Véase Errol Simms c. Jamaica, comunicación Nº 541/1993, declarada inadmisible el 3 de abril
de 1995.
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