REALIDAD DEL PROCESO LABORAL EN LA REPUBLICA

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EL PROCESO LABORAL Y SU COMETIDO EN LA APLICACIÓN DE LAS
NORMAS
DEL TRABAJO EN LA REPUBLICA ARGENTINA
CARLOS ALBERTO LIVELLARA (ARGENTINA) (x)
1. INTRODUCCION.
En diversos documentos de la OIT se afirma la contradicción existente
entre el reconocimiento de derechos fundamentales del trabajador y la falta de
concreción práctica de los mismos. Por ello el proceso laboral y la consecuente
labor emprendida por la justicia especializada deben ocupar un lugar destacado
para revertir tal situación, y lograr su cometido en la aplicación de las normas del
trabajo. Como señala Mansueti, las normas del proceso laboral son las que tienen
como objetivo principal, llevar a la práctica, a la vigencia efectiva, de esas normas
laborales de fondo (internas e internacionales) que definen y reconocen los
componentes propios del “trabajo decente”. Deben hacerlo allí,-afirma- justo en el
ámbito propio de actuación de las normas de fondo, que es en el conflicto o la
contienda judicial. 1
Consecuentemente, los principios del Derecho del Trabajo, en especial el
protectorio, de primacía de la realidad, de irrenunciabilidad de derechos y
continuidad del vínculo laboral, son reinvindicables tanto al debatirse la vigencia
de los beneficios conferidos por las normas sustantivas, como por las procesales,
y se reflejan en el procedimiento laboral con postulados que son propios y
exclusivos. Por ello se señala con razón que la indisponibilidad o irrenunciabilidad
de derechos hace que el trabajador carezca de la facultad de disponer libremente
de ellos, y que el carácter especial de la jurisdicción laboral, viene impuesto, de
este modo, como una extensión o complemento del principio protectorio
consagrado en la legislación sustantiva, y si la legislación sustantiva abandona la
regulación de los mecanismos procesales necesarios para garantizar la
concreción de sus normas, corre el riesgo que ellos sean influenciados por las
normas del proceso civil. 2
La razón de ser de la justicia del trabajo, como instancia jurisdiccional
distinta del fuero ordinario, civil o comercial, responde a la naturaleza singular de
los litigios originados en la relación individual del trabajo, para cuya resolución se
hace aconsejable un procedimiento menos formalista que aquél, adecuado a
las particularidades de los conflictos individuales del trabajo y a los principios
propios de la legislación laboral. Además, al implementarse el procedimiento
laboral en forma autónoma se tuvo en mira que en cuanto al tiempo de duración
del proceso se lograra una respuesta rápida para el trabajador afectado, atento
al carácter alimenticio de los créditos laborales . Por ello ha dicho con precisión
Ramiro Podetti, que las características de los sujetos del proceso laboral, de los
intereses en juego y de las acciones que se ejercitan conducen a la necesidad
que el procedimiento sea sencillo y expeditivo, económico y rápido. 3
1
Mansueti,Hugo, “Trabajo decente Versus proceso laboral”; publicado en Revista La Ley, edición diaria del 29 de marzo de
2010, págs. 1 a 8; compilado en LL-2010-B, 1081. Ver del mismo autor “La aplicación de las normas laborales a la luz de
los objetivos estratégicos trazados por la OIT”; en Revista de direito do trabalho, Editora Revista dos Tribunais, San Pablo,
Brasil, Año 35 N° 133 – Enero – Marzo – 2009, págs. 301 a 321; íd. en Direitos Humanos Fundamentais. Revista Mestrado em
Direito, ed. Centro Universitario Fieo, Osasco, San Pablo, Brasil; Año 9 N° 2 2009, págs.71 a 90.
2
Mansueti,Hugo, “Trabajo decente Versus proceso laboral”; publicado en Revista La Ley, edición diaria del 29 de marzo de
2010, págs. 1 a 8; compilado en LL-2010-B, 1081
3
Conf. Podetti, Ramiro, Tratado del Proceso Laboral,págs.l8 y s.
1
La experiencia de Argentina de más de medio siglo de desenvolvimiento
de los Tribunales del Trabajo, evidencia el acierto que se tuvo con su creación
ante la necesidad de un proceso que debía adaptarse a la naturaleza del conflicto
entre trabajador y empleador, preservando todas las variables inherentes a los
sujetos involucrados por encima del esquema tradicional del Derecho Procesal
Civil.
En el presente trabajo hemos de reseñar brevemente los diversos tipos
de procedimientos que se siguen en nuestro país; las principales facetas que la
realidad del fuero laboral plantea ; los principales factores que contribuyen a
profundizar su crisis y la perspectiva futura.
2- La Justicia
procedimientos.
Laboral
Argentina.
Su
organización.
Tipos
de
A partir de 1945, se fueron creando los Tribunales del Trabajo, en Argentina,
primero en la Capital Federal y luego en las distintas provincias, sobre la base de
organismos judiciales, con competencia para dirimir fundamentalmente los
conflictos individuales derivados del contrato de trabajo (se excluye el
conocimiento de los conflictos colectivos de trabajo, salvo en los recursos contra
laudos arbitrales, pero solo fundados en su nulidad) y también se les atribuye
competencia para conocer en recursos contra resoluciones administrativas en
materia laboral.4
Dentro de los poderes no delegados a la Nación, de acuerdo al sistema
federal instrumentado por la Constitución Nacional Argentina, las provincias han
conservado la facultad de darse su propia organización judicial e implementar los
respectivos códigos o leyes procesales. Ello ha llevado a que, en cuanto a
organización de los tribunales laborales, se hayan seguido pautas diversas, Sin
perjuicio de ello, se pueden sistematizar los diversos "modelos" de tribunales del
trabajo, en tres grupos5:
a) Doble instancia: (Juzgados y Cámaras de Apelaciones), con
procedimiento escrito (Justicia Nacional del Trabajo, Pcia. de Santa Fe, San Juan,
Catamarca, Corrientes, Chaco, Entre Ríos, San Luis, La Pampa, Santa Cruz,
Misiones, Neuquén, Salta, Tierra del Fuego, Antártica e Islas del Atlántico Sur);
b) Única instancia, con tribunal colegiado y procedimiento oral para la
prueba confesional y la testimonial (Pcia. de Buenos Aires; Mendoza; Jujuy,
Santiago del Estero, La Rioja, Chubut, Formosa, Río Negro y Tucumán);
c) Juzgados de conciliación unipersonales; y Cámara del Trabajo
(tribunal colegiado) para la recepción de la prueba y juzgamiento en única
instancia (Pcia. de Córdoba)6.
A ello debemos agregar que en la Argentina todos los Tribunales de
Trabajo, sean individuales o colegiados, se encuentran constituidos
exclusivamente por jueces letrados, con título de abogado, que resulta un
requisito indispensable para acceder a tales designaciones.
4
Conf. Podetti, Humberto, Peculiaridades del procedimiento laboral, Derecho Laboral,, t. XXXII, N° 156, pág. 601; Martínez
Vivot,, Julio, La organización de los tribunales del trabajo, DT 1981, pág. 749 y La Justicia Laboral (Estructura y
organización en la Argentina) , TSS 1989, p.. 197.
5
Conf. Podetti, Humberto, Peculiaridades ... ob. cit. p. 602, y Livellara Carlos A., La Crisis de la justicia del Trabajo y las
alternativas para superarla, rev. TSS, 1994-130. Para un análisis actualizado de estos modelos ver: Bermudez, Jorge,
Particularidades del proceso laboral, en Ackerman, Mario (dir) y Tosca, Diego (Coordinador), Tratado de Derecho del
Trabajo, Tº IX, pág. 115.
6
Ver: Reinaudi, Luis y Rubio, Luis Enrique, Código Procesal del Trabajo, Ley 7987, Marcos Lerner, Córdoba, 1991; Ostoick,
José Vicente, Derecho Procesal del Trabajo, Mediterránea, Córdoba, 2000; Toselli, Carlos Alberto y Ulla, Alicia Graciela,
Código Procesal del Trabajo, Alveroni, Córdoba, 2004; Piña, María Estela y Beatriz Calnimonte, Regimen procesal en la
Provincia de Córdoba, en Ackerman, Mario (dir) y Tosca, Diego (Coordinador), Tratado de Derecho del Trabajo, Tº IX, pág.
333.
2
3- Principales facetas que la realidad del fuero laboral plantea .
La primera realidad que debemos mencionar es la situación en que se
encuentra el trabajador que frente al conflicto individual con su empleador debe
acudir a la justicia.
La desigualdad económica y moral del dependiente que subyace en todo
contrato laboral, adquiere ribetes significativos cuando debe demandar al
empleador.
Es que, como puntualiza Fernández Madrid, esa desigualdad "se proyecta
(se manifiesta) en el proceso de diversos modos que se traducen en la dificultad
para acceder al proceso mismo, en dificultades o imposibilidades probatorias y en
la falta de recursos para soportar las consecuencias económicas de un trámite
extenso y engorroso"7
En tal sentido, si el reclamo se formula manteniendo vigente el vínculo
contractual (por ej. demanda por diferencias salariales), el trabajador podrá sufrir
represalias, que pueden llegar hasta el despido.
Si por el contrario su reclamo se plantea una vez extinguido el vínculo,
sus dificultades mayores serán de índole probatoria, por cuanto tendrá
necesidad de datos que surgen de la documentación laboral y de las
registraciones que lleva la empresa y ésta, por el conflicto existente, será reticente
a suministrarle tal información. También su desigualdad probatoria se presentará
para conseguir los testigos que deba ofrecer, por cuanto sus antiguos
compañeros de trabajo preferirán no ser designados para no perjudicar su
situación laboral con la empresa. Por ello no es posible aplicar al proceso laboral,
las reglas de carga probatoria vigentes en el proceso civil, donde se exige a cada
parte probar los hechos que alega. Es necesario ampliar al máximo razonable, los
supuestos de inversión de la carga probatoria, como medida de compensación.
Como señala Mansueti, en modo alguno es suficiente en la Argentina, la solución
que trajo la ley 26.428 al recuperar la redacción originaria del art. 9 de la LCT y
prever que la regla indubio pro operario, también resulta aplicable a la apreciación
de la prueba judicial. Al respecto señala que la ausencia en el procedimiento
nacional de un mecanismo compensatorio, de tipo imperativo por parte de la ley
de fondo, provoca que la mayoría de las sentencias laborales, en oportunidad de
entrar a considerar la producción de la prueba, casi mecánicamente cita el art.
377 del Código Procesal Civil y Comercial (CPCCN), que impone un criterio
igualitario en la producción y apreciación de la prueba. 8
Además, la realidad presenta otras facetas sobre el procedimiento laboral,
cuyas notas más significativas son las siguientes:
A- Descrédito público de la justicia en general y de la laboral en
particular. Como consecuencia de la controversia existente sobre la Justicia en
general9, se asiste al fenómeno que el hombre común, vaya perdiendo ese
sentido de seguridad, de respaldo que daba pensar que cuando una controversia
no podía resolverse amigablemente entre las partes, la instancia judicial llegaría
7
Fernández Madrid, Juan Carlos; Apuntes sobre las desigualdades procesales", rev. D.T. 1986-599.
Mansueti,Hugo, “Trabajo decente Versus proceso laboral”; publicado en Revista La Ley, edición diaria del 29 de marzo de
2010, págs. 1 a 8; compilado en LL-2010-B, 1081 señala que luego de la reforma a la ley de fondo por la ley 26.428,se ha
impuesto como principio rector para la apreciación de la prueba, la regla en caso de duda es “el sentido más favorable para el
trabajador”,solución esta que resulta a todas luces incompatible con la incorporación al proceso laboral, del criterio de carga
probatoria previsto en el art. 377 del CPCCN. Por ello afirma que la remisión que a esta última norma surge del art. 155 de la ley
18.345,pierde su operatividad luego de la reforma introducida al art. 9 de la L.C.T. por ley 26.428, ya que la apreciación de la
prueba en el sentido más favorable para el trabajador, es incompatible con el reparto igualitario de su carga, emergente del
citado art. 377 del CPCCN. Ver del mismo autor Reflexiones en torno a la apreciación de la prueba, en la reforma al art. 9
de la LCT”; publicado en ElDial.com edición especial del 23/08/2010, cita elDial.com – DC1402.
8
9
Incluso ello fue denunciado hace tiempo en la Declaración de la LXXIII Asamblea Plenaria de los obispos de la Argentina del
26-4-97, denominada "Reflexiones sobre la justicia", que contiene un severo diagnóstico sobre el Poder Judicial y advierte
que "la administración de la justicia requiere hoy una clara independencia de los demás poderes del Estado y de las
corporaciones profesionales, sindicales o económicas”.
3
en tiempo oportuno para restablecer la paz social. Actualmente, quiénes no tienen
vinculación con el universo jurídico, por su profesión o por sus conocimientos
específicos, ven la instancia judicial como un mundo nebuloso, al cual se puede
acceder, pero no se puede asegurar cuándo ni cómo se saldrá, y quiénes
conocemos los caminos procesales a recorrer, no podemos dar respuesta cierta
a esos interrogantes.
B- Excesiva lentitud de los procedimientos: Es evidente que también en
la República Argentina, la Justicia del Trabajo, tanto a nivel de la Capital Federal,
como de las diversas provincias, adolece de un defecto común: la lentitud de los
procesos, que en promedio no duran menos de un año o dos, y pueden llegar a
sobrepasar si se acude a las instancias recursivas, cinco o más años desde la
interposición de la demanda, hasta su resolución definitiva.
Si ello es grave con relación a cualquier tipo de contienda, reviste una
particular dramaticidad respecto a los créditos cuyo cobro persigue el trabajador,
por ser aquéllos de naturaleza alimentaria y estar comprometida su subsistencia,
como cuando reclama una indemnización derivada de un infortunio laboral, los
resarcimientos por despidos injustificados o por deudas salariales. La percepción
de éstos o de otros créditos por el trabajador, tienen su real significación si se
perciben con cierta rapidez. En cambio, pierden su razón de ser y no satisfacen
las necesidades de aquél, si llegan luego de un largo tiempo. Valga recordar el
caso de los trabajadores que por un accidente o una enfermedad profesional
sufren una minusvalía en su capacidad laborativa, y deben vivir de la caridad de
parientes y amigos a la espera de una indemnización, que puede demorar años
en ser percibida. Incluso desde la óptica de las empresas, si bien pareciera que la
demora no les es tan perjudicial -caso contrario serían más proclives a los
arreglos -también se ven afectadas por las demoras en la dilucidación de las
causas laborales, al tener que mantener reservas especiales para solventar
resultados adversos y asumir los costos profesionales de su defensa10.
C- Intentos de relativizar la importancia del fuero especializado en lo
laboral, sustrayéndole de su órbita materias que le son propias11.
Esta tendencia se ha visto reflejada entre otras, en las siguientes
cuestiones:
a) En materia de accidentes del trabajo y enfermedades del trabajo. En
Argentina a partir de la ley 9688 de 1.9l5,se instrumentó un régimen especial de
responsabilidad individual del empleador para la reparación de los infortunios del
trabajo, que admitía la posibilidad de opción(art.17) entre la reparación de la ley
especial(tarifada) y un reclamo de daños y perjuicios según las normas del
derecho común(reparación integral).A partir de la implementación de los tribunales
laborales, ambos tipos de acciones se tramitaron en el fuero laboral.
Sin embargo, en los últimos años de la década de los años 80,frente a la
denuncia de casos concretos, se fue creando una corriente de opinión en el
sentido que los jueces del trabajo eran responsables de las condenas por montos
indemnizatorios excesivos, que surgían cuando los trabajadores optaban por la
vía civil. Como coloralario de ello, un régimen que sustituyó al anterior y se
implementó en noviembre de 1.991,por la ley 24.028,dispuso que en los reclamos
por infortunios del trabajo formulados bajo el amparo de las normas civiles,
correspondía la aplicación de la legislación de fondo, de forma y los principios
correspondientes al derecho civil, y en cuanto a la competencia judicial ,en la
Capital Federal, lo era la Justicia Civil, y a las provincias se las invitaba a que
adoptaran un criterio similar (art. 16, ley 24.028).
10
Conf. Livellara, Carlos A., La Crisis de las Justicia del Trabajo y las alternativas para superarla, rev. T.S.S. 1994-130.
11
Conf. Schick, Horacio; El principio protectorio y el proceso laboral en los tiempo actuales, rev. DT, 1995-798.
4
A su vez, el sistema vigente desde el 1 de julio de 1.996, a través de la ley
de Riesgos del Trabajo, (ley 24.557), que implementa un sistema
de
responsabilidad individual con seguro obligatorio o autoseguro sujeto a
determinadas condiciones, con la finalidad de evitar la litigiosidad en materia de
accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, ha establecido un
procedimiento
ante comisiones médicas por las cuestiones que puedan
plantearse con relación a la naturaleza laboral del accidente o profesional de la
enfermedad; el carácter y grado de la incapacidad, y el contenido y alcances de
las prestaciones en especie (art. 21), cuyas resoluciones son recurribles ante el
Juez Federal con competencia en cada provincia o ante la Comisión Médica
Central a opción de cada trabajador. A su vez, las resoluciones de los Jueces
Federales o de la Comisión Médica Central, también son recurribles, en este
caso, ante la Cámara Federal de la Seguridad Social (art. 46). Atento que con ello
se había quitado de la órbita de los tribunales laborales una materia que le era
propia, el procedimiento implementado por la ley 24.557, mereció serios
cuestionamientos de índole constitucional en la medida que le atribuye
competencia
a la justicia federal, para cuestiones que por tratarse de
controversias entre particulares debían ser resueltas por los tribunales locales12,
lo que culminó con el fallo de la Corte Suprema en la causa “Castillo, Angel
Santos c/ Cerámica Alberdi SA”13, que declaró la inconstitucionalidad de aquella
norma, pronunciándose por la competencia provincial.
Recientemente, con la sanción de la ley 26.773,se vuelve al sistema de la
ley 24.028, y se restablece el fuero civil, para los supuestos de opción por la vía
del derecho civil, con relación a los infortunios laborales, al establecerse que se
será competente en la Capital Federal la Justicia Nacional en lo Civil, e invitando
a las provincias a adherirse a ese sistema (arts 4 y 17,2 ap,ley 26.773)..
b) Supresión de la etapa de conocimiento de los créditos laborales a
cargos de los jueces laborales en los casos de concurso o quiebra del
empleador. Con la sanción de la ley de Concursos y Quiebras (Ley 24.522),
vigente desde agosto de 1.995, se dejó sin efecto la normativa de la Ley de
Contrato de Trabajo que excluía a los créditos laborales del fuero de atracción del
concurso, durante la etapa de conocimiento rigiendo también para aquéllos el
fuero de atracción, siendo competente exclusivamente el juez concursal para
entender en los procedimientos de pronto pago, o en su caso, en el proceso de
verificación ulterior en caso de haberse denegado el pronto pago14. Sin embargo,
esta normativa fue modificada por la ley 26.086, que restableció la competencia
del fuero laboral durante la etapa de conocimiento y excluyó del fuero de atracción
a los juicios laborales15
4- Principales factores que contribuyen a profundizar su crisis.
Diversas circunstancias han convergido para llevar a lo que se denomina la
"crisis judicial", y la "crisis de la Justicia del Trabajo". Fundamentalmente, por una
parte, por razones presupuestarias las estructuras tanto en cuanto al número de
tribunales, como a la infraestructura edilicia, humana y de medios auxiliares
12
Vazquez Vialard, Antonio, "El avance del poder federal sobre las provincias(intento de detracción de su jurisdicción en
la Ley de Riesgos del Trabajo. Posibles vías de solución., T.S.S,1.996-5l0.
13
CSJN, 07/09/2004, “Castillo, Angel Santos c/ Cerámica Alberdi SA”. Revista de Derecho Laboral, número extraordinario,
Fallos recientes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Rubinzal-Culzoni, 2004, págs. 167-180, con nota de
Ackerman, Mario “Sobre los defectuosos pilares del antiguo “Castillo” comienza la reconstrucción de la juridicidad”.
14
Ver: Carcavallo, Hugo, Apuntes sobre los créditos laborales y la ley 24.522, rev. Trabajo y Seg. Social,1.996-75.
Mansueti,Hugo, “Trabajo decente Versus proceso laboral”; publicado en Revista La Ley, edición diaria del 29 de marzo de
2010, págs. 1 a 8; compilado en LL-2010-B, 1081 señala que, la ley 26.086 de reformas a la LCQ, si bien recuperó la
competencia de la justicia del trabajo para el conocimiento de las causas laborales, sustrayendo dichas causas del fuero
compulsivo de atracción, no modificó el régimen de privilegios diseñado por la ley de 1995,con lo cual dicho régimen, resulta
incompatible con las previsiones contenidas en el Convenio N° 173 de la OIT sobre la protección de los créditos laborales en
caso de insolvencia del empleador . A su juicio ello conspira con la aplicación de las normas laborales, toda vez que los créditos
alimentarios del trabajador terminan siendo relegados, en su privilegio, por los créditos comerciales o civiles, amparados por
otro tipo de garantías (hipotecarios, prendarios e incluso los créditos fiscales
15
5
(mobiliarios, informática, etc.), no se ha ido adecuando paulatinamente al
incremento que deriva normalmente por el crecimiento de la población, pero si a
ello se le agrega, que, la crisis económica con sus picos de mayor intensidad
durante la década del ochenta y también en los años 2001 al 2003, incrementó
consideradamente la litigiosidad por los diversos reclamos laborales,
comprenderemos fácilmente la actual "saturación" que se observa en los
Tribunales del Trabajo, que se traduce en la demora por años, de juicios que
deberían resolverse con rapidez16.
También coadyuva a la morosidad en la tramitación de las causas laborales
las demoras provocadas por desintegración del tribunal temporaria (licencias por
enfermedad, compensatorias, etc.), o definitiva (renuncia, cese, etc), y la
inexistencia de adecuados mecanismos de integración con otros jueces o, en su
caso, las demoras en que incurren los otros poderes del Estado para el reemplazo
de los magistrados cuando éstos renuncian, se jubilan o fallecen.
5- Propuestas y alternativas
En general, a nivel profesional o en encuentros especializados que se han
efectuado para debatir el tema, hay consenso en la situación crítica que se ha
planteado en la práctica y en denunciar sus principales causas17.
Sin embargo, no siempre hay acuerdo en las soluciones que se proponen
para revertir la situación. Hay quiénes han puesto el acento por soluciones
procedimentales, ya sea destacando las ventajas del procedimiento oral18, o en
sentido contrario, del procedimiento escrito19, o planteando la necesidad de una
reforma integral20. En cambio, otros, se han detenido a considerar la búsqueda de
vías más rápidas, ya sea a través del procedimiento tramitado ante la justicia
especializada21, o de otras alternativas complementarias22.
6- PERSPECTIVA FUTURA.
Sin perjuicio de estas propuestas y alternativas, consideramos que algunas
de las pautas que pueden servir para que la Justicia Laboral cumpla la misión
para lo que fue creada, son las siguientes:
16
Conf. Livellara, Carlos A.; La crisis de la justicia del trabajo, ob. cit. p. 130. Brito Peret J. y Comadira, G.; Procedimiento
laboral en la Provincia de Buenos Aires, Astrea, 2º edición, pág. 4/6, señalan como factor esencial de la "crisis" que afecta la
administración de la justicia del trabajo de la provincia de Buenos Aires a la "pérdida del razonable y delicado equilibrio entre el
nivel de litigiosidad y la cantidad de los órganos destinados a la composición; en otras palabras, la sobrecarga funcional que ha
llevado, en ocasiones, a prácticas deformantes que importan la pérdida de los valores evocados en la institución", mecionando
como ejemplo de ello a las "suspensiones" de audiencias de vista de causa, aún su fragmentación y, con o sin ella, la demora
en la emisión del veredicto y la sentencia.
17
Al respecto, son significativas las conclusiones a que se arribó ya en la Jornada de Análisis de la Situación de la Justicia del
Trabajo en la Capital Federal, del 3 de octubre de 1986, en la sede de la Asociación de Abogados de Buenos Aires, y
organizada por su Comisión de Derecho del Trabajo, que se publican en DT XLVII- 1987- 439.
18
Pastor, Juan Carlos, "Jornadas Rioplatenses de Derecho del Trabajo". La Plata, 86. Propuesta con vistas a la
modernización y agilización del procedimiento oral para los tribunales del trabajo, DT 1987-475
19
Babio, Alejandro Oscar, Reflexiones acerca del proceso laboral bonaerense, DT 1989-1921
20
Grisolía, Julio Armando, Hacia una nueva justicia nacional del trabajo, DT 1989-39; Rivera, Fernando Manuel ¿Es
necesaria una reforma del procedimiento laboral en la provincia de Buenos Aires? DT, 1979-899.
21
Pose, Carlos, Reflexiones sobre la búsqueda de vías procesales más rápidas en el fuero capitalino del trabajo, DT
1987-1008.
22
Así, en las V Jornadas Rioplatenses de Derecho del Trabajo, efectuadas en Colonia Suiza, en diciembre de 1989, al exponer
sobre las peculiaridades del procedimiento laboral argentino, Humberto Podetti, se refirió a "la búsqueda de una justicia
alternativa", indicando como una de las formas de ella, al arbitraje privado, aplicable "a la gran masa de asuntos donde
predominen los factores económicos". (Podetti, Humberto, Peculiaridades del procedimiento laboral, Derecho Laboral, t.
XXXII (1989, nº 156, p. 600). A su vez, Juan Carlos Fernández Madrid, en un importante trabajo aparecido en la revista Debate
Laboral, publicada en Costa Rica, al analizar las formas de solución de los conflictos individuales de derecho, se inclina po r la
implementación de procedimientos optativos ante organismos de base paritaria, creados por la convención colectiva, que
actúen en el seno de la empresa y que sea presidido por un funcionario administrativo o un tercero neutral elegido por las
partes. (Fernández Madrid, Juan Carlos, Solución de los conflictos individuales del trabajo, Debate Laboral, año III, n°
5/1990, p. 168). Por su parte, Antonio Vazquez Vialard, ha planteado "la posibilidad de que determinadas cuestiones vinculadas
con aspectos individuales o colectivos del derecho del trabajo sean resueltos por árbitros, organismos paritarios de carácter
profesional o con carácter general por autoridad judicial". (Vazquez Vialard, Antonio, Posibilidad de que determinadas
cuestiones vinculadas con aspectos individuales o colectivos del derecho del trabajo sean resueltos por árbitros,
organismos paritarios de carácter profesional o con carácter general por autoridad judicial, DT XLVII, p.125 y s.).
6
A. Reafirmación y revalorización de la justicia especializada para los
conflictos laborales.
La circunstancia de su crisis actual, no puede hacer perder el horizonte y
dejar de valorar la importancia que reviste la existencia de una justicia
especializada para asegurar la adecuada aplicación de las normas propias de la
legislación laboral.
Por ello se impone una reafirmación de la necesidad de mantener la Justicia
del Trabajo, como fuero específico, y una ratificación de los principios del proceso
laboral, para asegurar su desarrollo práctico.
Al respecto, queremos recordar que en la Declaración de Lima, de las
Segundas Jornadas Iberoamericanas de Derecho del Trabajo y de la Seguridad
Social, de noviembre de 1981, luego de propiciar la potenciación de toda clase de
instituciones de mediación, conciliación y arbitraje, para la solución de los
conflictos de trabajo, se reafirmó que "la función estrictamente jurisdiccional
debe corresponder al Poder Judicial y estar a cargo de jueces de carrera y
especializados, rodeados de las garantías de independencia e imparcialidad,
consustanciales a su alta función"23.
Dentro de la revalorización que propiciamos de la Justicia del Trabajo,
resulta indispensable la creación de nuevos juzgados, la mejora general en su
infraestructura (edificios, mobiliarios, su informatización, etc.) y las siempre
posibles reformas procedimentales24, que deberán estar referidas a las
particularidades de cada zona. Al respecto pensamos que las bondades de un
sistema oral o escrito, dependerán en definitiva de las posibilidades de su
implantación, y no siempre, las experiencias positivas de un lugar pueden tener
los mismos resultados en otro.
B. Implementación de mecanismos para la designación de magistrados
que aseguren independencia, idoneidad técnica y condiciones éticas para el
cargo a desempeñar.
Hasta la reforma constitucional argentina de 1994 la designación de los
jueces la hacía el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado.
Luego de la reforma, el texto constitucional prevé la intervención del
Consejo de la Magistratura, que entre sus funciones está la de seleccionar
mediante concursos públicos a los postulantes a las magistraturas inferiores a la
Corte Suprema y luego elevar una terna vinculante al Poder Ejecutivo, para que
entre ellos designe a uno, con acuerdo de Senado (arts. 99 inc. 4 y 114 CN).
En algunas provincias argentinas, como el caso de Mendoza, desde hace
varios años funciona el Consejo de la Magistratura integrado por representantes
del Poder Ejecutivo, la Suprema Corte de Justicia provincial, el Colegio de
Abogados y la Asociación de Magistrados, que cuenta con Comisiones Asesoras
de especialistas en materia civil, penal y laboral (designados por las entidades
anteriormente citadas y por la Universidades locales con Facultades de Derecho),
que efectúan evaluaciones orales y escritas de los postulantes. Luego el Consejo
de la Magistratura eleva una terna con las personas de mayor puntaje y el Poder
Ejecutivo designa a uno de ellos, con acuerdo del Senado provincial.
Dicho sistema ha dado muy buenos resultados, posibilitando gran
transparencia en las designaciones y que los postulantes con mayores méritos
sean los designados.
23
Ver texto completo de esta declaración, en Derecho Laboral, t. XXIV- 1981, Nº 124-847.
24
Conf. Grisolía , Julio Armando; Hacia una nueva justicia nacional del trabajo, DT, 1989-40.
7
C. Revalorización de la conciliación.
En la actualidad, se le está dando nuevamente importancia a una institución
que es muy cara a la legislación laboral: la conciliación, sobre todo en la etapa
prejudicial.
Así, en la Argentina en abril de 1.996 se sancionó la ley 24.635, que regula
un procedimiento, según el cual los reclamos individuales y pluriindividuales que
versen sobre conflictos de derecho y que resulten de competencia de la Justicia
Nacional del Trabajo, previo a la demanda judicial deben en forma obligatoria
tramitar una instancia conciliatoria ante el Servicio de Conciliación Laboral
Obligatoria, dependiente del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Dicha ley
ha sido reglamentada por el decreto 1169/9625. Uno de los aspectos positivos que
ha sabido receptar tal normativa es un mecanismo que venía siendo reclamado
por la doctrina: la implementación de castigos para aquellos que optaron
innecesariamente por resistir un reclamo válido y obligaron a la instancia judicial26.
Sin embargo, la ley 24.635 ha merecido críticas de la doctrina, porque al
decir de Mansueti, sustrajo el instituto de la conciliación de la esfera judicial y la
transfirió a un servicio de composición mixta, integrado por conciliadores de la
actividad privada y aprobación de acuerdos (homologación) por parte de la
autoridad administrativa del trabajo. 27En sus aspectos adjetivos-señala-, conspira
contra la rápida posibilidad del trabajador de acceder a la justicia, debiendo
someter su reclamo a un proceso previo, que demora en el tiempo la
sustanciación de su causa, cuando durante la tramitación de la misma en sede
judicial, también es convocado por el juez a audiencias de conciliación derivando
el instituto en una repetición de actos procesales que también conspiran contra la
rápida solución del litigio. En su opinión, en sus aspectos sustantivos, también
conspira en contra de la aplicación de las leyes protectoras, toda vez que permite
que el trabajador concurra sin asistencia profesional (necesaria para conocer con
precisión los aspectos cualitativos y cuantitativos de su reclamo, lo cual agudiza la
desigualdad de las partes) o que, como no deja de ocurrir en la práctica y es peor,
que lo haga con profesional designado por su propio empleador. También afirma
que conspira en este sentido, la perversidad del sistema de retribución previsto
para el conciliador laboral, quien percibe honorarios de inmediato, siempre y
cuando logre que las partes arriben a un acuerdo. Por último, puntualiza que la
homologación, asignada a la autoridad administrativa que no interviene ni tiene
conocimiento directo del reclamo, conspira contra el adecuado control público de
la disposición de derechos que sólo es admitida por la ley de fondo a modo de
excepción e inspirada en la solución práctica y ágil que el instituto otorga para
reclamos alimentarios. Esto último, también conspira contra otro principio propio
del proceso laboral, que es el de la inmediatez, justo cuando el trabajador mayor
control necesita del juez protector, que es a la hora de disponer sus derechos 28
Por otra parte, cabe recordar que si bien la mayoría de los autores
presentan a la conciliación obligatoria y previa, como una institución específica
del procedimiento laboral, que facilita la rápida y justa satisfacción de los
derechos, también se la ha observado en cuanto algunas veces sólo significa la
25
Ver sobre el tema: Gallo, Gustavo, Mediación laboral y reforma procesal, rev TSS 1996-505;Ojeda,Raúl Horacio,
Conciliación obligatoria y reforma a la ley 18.345 en el marco de la crisis del Fuero del Trabajo, rev. DT 1996891;Cirigliano,Luisa y otros, Conciliación Laboral,Ed. Ad-Hoc,Buenos Aires,1.997.
26
Así la reglamentación (art. 27 del Decreto 1169/96) dispone que fracasada la conciliación, si en sede judicial resultare
condenado el empleador, la sentencia podrá imponer un recargo de tres (3) a diez (10) veces el importe del honorario básico
que rige para el conciliador, con destino al Fondo de Financiamiento, cuando merituare en aquél un comportamiento abusivo
que llevare a la frustración del trámite conciliatorio previsto en la ley 24.635.
27
Mansueti,Hugo, “Trabajo decente Versus proceso laboral”; publicado en Revista La Ley, edición diaria del 29 de marzo de
2010, págs. 1 a 8; compilado en LL-2010-B, 1081
28
Mansueti,Hugo, “Trabajo decente Versus proceso laboral”; publicado en Revista La Ley, edición diaria del 29 de marzo de
2010, págs. 1 a 8; compilado en LL-2010-B, 1081
8
terminación del proceso por razones de necesidad del trabajador, en desmedro de
sus propios derechos29. Por ello, consideramos que para que el sistema de
instancia conciliatoria obligatoria previa, logre resultados positivos, deberá
asegurarse la asistencia letrada o sindical del trabajador, para posibilitar que la
justa composición de la intereses en juego que pregona la legislación de fondo
(art. 15, LCT), se cumpla también en los acuerdos que se logren y que éstos no
sean meros productos de las falencias y urgencias del trabajador30.
D. Cambio de actitudes y conductas de quienes operan la legislación
laboral.
La crisis innegable de la Justicia del Trabajo, exige
imaginación,
entusiasmo y coraje, para encarar en forma integral mecanismos que posibiliten
una más rápida solución de los conflictos laborales. Al respecto, será necesario
reafirmar instituciones que han dado resultado, perfeccionándolas o adecuándolas
a las nuevas circunstancias, y a la par encarar otras vías complementarias que
permitan descongestionar a los tribunales del fuero laboral.
Sin embargo, no todo debe quedar en las infraestructuras y en el andamiaje
técnico a aplicar, sino que deberá ser adecuadamente implementado y/o
acompañado con el cambio de actitudes y conductas de quiénes operan la
legislación laboral31.
Frente a la tendencia novedosa que admite la viabilidad de
vías
alternativas, para solucionar los conflictos del trabajo, además de las reformas
legales necesarias para su implementación (modificación de las normas de
procedimiento que establecen la improrrogabilidad de la jurisdicción; norma
estatal que regule el procedimiento arbitral, de aplicación subsidiaria en caso de
silencio del convenio colectivo respectivo, etc.) será menester que los agentes
sociales signatarios de los convenios colectivos asuman la importancia de incluir
estos mecanismos en los futuros acuerdos que se pacten. Ello implicará un
cambio de mentalidad, de conductas y un paso adelante hacia la democratización
de las relaciones laborales, que admita mayores carriles participativos de los
trabajadores. En tal sentido, se deben revertir conductas autocráticas
empresariales, que no aceptan que sus decisiones puedan ser controvertibles
dentro del seno de la empresa32.
Igualmente, hay una arraigada costumbre de judicializar los conflictos,
que se deberá superar dando paso a esas vías alternativas, que al tener como
base el convenio colectivo, se irán adecuando a las particularidades de la
actividad. Claro está que para que estas regulaciones convencionales se asienten
sobre bases sólidas y duraderas, deberán ser desarrolladas dentro de la
obligación genérica de ambas partes de negociar de buena fe (ley 23.546, art.
3), y a partir de esta idea fuerza, posibilitar el desarrollo del derecho a la
información, por cuanto, si en estos mecanismos alternativos no se cuenta con
los elementos de juicio, antecedentes e informaciones pertinentes, no se podrá
llegar a una decisión justa y adecuada33.
También los profesionales del derecho deberán adecuar sus conductas a la
29
Fernández Madrid, Juan Carlos, Solución de los conflictos individuales del trabajo, Debate Laboral, Año III, N° 5-1990165.
30
El art. 17 de la ley 24635, dispone que las partes deberán ser asistidas por un letrado, o -en el caso de los trabajadores- por
una asociación sindical de la actividad con personería gremial, o -en el caso de empleadores- por las organizaciones
representativas. Es fundamental asegurar que este dispositivo se cumpla en la práctica, en salvaguarda de los derechos de los
trabajadores.
31
Conf. Grisolía, Julio Armando; Propuestas para la optimización de la justicia nacional del trabajo, DT, 1993-1385.
32
Conf. Livellara, Carlos A.; La crisis de la justicia del trabajo, ob. cit. p. 130.
33
Ver: Livellara, Carlos A., El deber de información y sus distintas manifestaciones en la realidad argentina, TSS 1992,
p.289
9
nueva realidad. Desde los claustros universitarios y a través de los colegios
profesionales, se debe formar a los abogados en esta nueva faceta: como
agentes de la pacificación de los conflictos sociales. Con una adecuada
formación y entrenamiento, se los capacitará para "la dúctil tarea de acercar a los
enfrentados haciendo las sugerencias pertinentes y recurriendo de un modo
activo, prudente e inteligente a los métodos conciliatorios; salir del atolladero sin
necesidad de implementar una reclamación judicial"34.
Igualmente, en aras de evitar la "litigiosidad" innecesaria, el abogado deberá
ser formado en el adecuado uso de las técnicas y posibilidades que brinda el
arbitraje35.
En definitiva, todos los operadores del derecho laboral deben asumir sus
propias responsabilidades, tanto en la faz preventiva de los conflictos, como
cuando estos llegan a la instancia judicial, para lograr que la justicia del trabajo se
oriente hacia la meta de ser confiable, eficiente y oportuna, en el cumplimiento de
su cometido de aplicar las normas del trabajo.
(x).Carlos Alberto Livellara es Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales y ejerce
la docencia universitaria como Profesor Titular de Derecho del Trabajo en las
Facultades de: Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Mendoza y de
Derecho y Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Cuyo,Argentina.
Ha sido Consultor externo de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT.) en Panamá (1.982) y Vicepresidente de la Asociación Iberoamericana
de Derecho del Trabajo (1998-2000, 2007-2010)
Ha participado como expositor en congresos, jornadas y cursos de su
especialidad en Latinoamérica y Europa.
En 1995, la Asociación Iberoamericana de Derecho del Trabajo, le otorgó
Diploma de Honor por su contribución a la divulgación y desarrollo del
Derecho Social en Hispanoamérica.
En el año 2007, la Academia de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
lo distinguió por su aporte al Derecho del Trabajo.
Integró el Tribunal de Ética del Colegio de Abogados de Mendoza desde
el año 2002-2008
Integró el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Cuyo, en
representación de los profesores de la Facultad de Derecho (2001-2004) y ha
sido designado en varias ocasiones como miembro de Comisiones Asesoras
para evaluar aspirantes a jueces del fuero laboral, tanto del Consejo de la
Magistratura nacional como provincial.
Entre sus libros sobre temas de su especialidad, se destacan: "Infortunios
del trabajador" (Buenos Aires, 1.986); "Medicina, higiene y seguridad en el
trabajo" (Buenos Aires, 1987); "Contratista de Viñas y Frutales" (Mendoza,
1992); "Código Procesal Laboral de Mendoza", en colaboración (Mendoza,
1992/ 1994); "Suspensión preventiva y precautoria del contrato de trabajo"
(Buenos Aires. 1993); “Régimen Laboral Bancario” (Buenos Aires, 1996);
“Derechos y garantías de los trabajadores incorporados a la constitución
reformada”(Buenos Aires,2003); “Derecho del Trabajo” (en colaboración),
2004; “Reformas Laborales” (en colaboración),2010; Código Procesal Laboral
de Mendoza, comentado y concordado (en colaboración, Ed. La Ley), Buenos
34
Morello, Augusto Mario, La conciliación prejudicial, J.A. 1990-IV-935.
35
Morello, Augusto Mario, Los abogados y las dificultades laborales, JA 1.992, IV-791.
10
Aires 2011. ; Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social(en colaboración,
Ed. La Ley), Buenos Aires 2013.
Ha participado en los Tratados de Derecho del Trabajo, dirigidos por los
profesores Antonio Vázquez Vialard (Astrea, 1982) y Mario Ackerman
(Rubinzal, 2005/7) y en la “Ley de contrato de trabajo comentada”, dirigida por
el profesor Jorge Rodríguez Mancini (La Ley 2007).
También ha colaborado con otras obras colectivas nacionales y de Brasil,
Chile, Uruguay, Bolivia, Perú, México y España.
11
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