Los grupos y su coordinación Toma de decisiones participativa La participación es fundamental para lograr que la población rural, en su conjunto, intervenga en los procesos de desarrollo y se beneficie de los mismos, ya que los resultados de estas intervenciones pueden darles respuesta a sus intereses y necesidades. Se ha considerado que para alcanzar el objetivo propuesto con este manual serán frecuentes las reuniones de grupos, por lo cual se van a presentar algunas nociones que nos ayudarán en esta tarea. ¿Cómo coordinar un grupo? El acompañamiento y coordinación de los grupos ayuda a mejorar el proceso de desarrollo y además proporciona vías para comprobar el progreso de las intervenciones. Por lo tanto es vital para garantizar que una determinada acción responda a cualquier problema o cambio inesperado, lo que favorece el aprendizaje a través del proceso para mejorar las intervenciones futuras. La coordinación resultará especialmente útil para comprobar la implicación de los grupos beneficiarios en las actividades propuestas y la consecución de los objetivos marcados. También facilitará la participación activa de las personas implicadas, ayudará a la resolución de conflictos y sobre todo promoverá el sentido de responsabilidad y propiedad a la hora de intervenir. No obstante, hay una serie de claves que son muy importantes para que la coordinación y seguimiento sea el más adecuado: 1.- Para trabajar con un grupo es preciso que una o dos personas se encarguen de motivarlo y dinamizarlo, para lo cual, antes de comenzar se deberá tener claro: l l l El tema a tratar Los objetivos que queremos alcanzar. Con quiénes vamos a trabajar. 2.- Si ya partimos de estos tres puntos, deberán escogerse las técnicas que mejor se adecúen a nuestros propósitos y necesidades. 3.- Es conveniente, también antes de poner en marcha una técnica, ver de qué modo se va a hacer y ajustarla al tiempo disponible. 4.- Es preciso que la persona que va a dirigir un tema lo conozca. De su conocimiento depende que se obtenga un buen proceso de aprendizaje, y que se aprovechen mucho mejor los aportes del grupo, canalizarlos y sintetizar los conocimientos aportados. 50 Manual para la introducción de la perspectiva de género y juventud al desarrollo rural Los grupos y su coordinación Este hecho hace, dada la diversidad de conocimientos y características tan distintas de las personas que lo integran, que los temas puedan ser coordinados por distintas personas, lo que a su vez hace que el grupo pueda extraer mucho mejor la riqueza de diversas experiencias. ¿Cómo debe ser la persona que coordine el grupo? La persona que coordine un grupo no requiere un perfil específico, pero sí existen unos rasgos y actitudes que pueden ayudar a moderar reuniones y grupos de trabajo, entre ellos podemos citar: l Presentarnos por nuestro nombre, con sencillez, sin excesivos formalismos, facilitando la confianza y el respeto entre quienes participan en la reunión. l Llamar a las personas por sus nombres, para que se sientan reconocidas y valoradas. l Sonreír y utilizar el sentido del humor, facilitando momentos de relajación del ambiente y contribuyendo a crear un clima distendido. l Establecer contacto visual con todas las personas, mirar a todo el mundo, recorriendo todo el grupo, cuando hacemos cualquier intervención. También se debe mirar a los ojos, en actitud de escucha activa, a cada participante que interviene. Manual para la introducción de la perspectiva de género y juventud al desarrollo rural 51 Los grupos y su coordinación 52 l Utilizar un tono de voz cálido y dinámico, evitar la monotonía, las lecturas mecánicas, los tonos y letanías adormecedoras. l Expresarse con claridad, con un lenguaje sencillo que pueda entender todo el grupo, evitando discursos retóricos, jergas para iniciados o terminologías técnicas, adaptándose siempre al perfil y características del grupo. l Intervenir oportunamente y en momentos concretos, sin abusar del uso de la palabra ni de la condición de persona que modera, siendo breve y actuando de forma directa, callándose cuando proceda y reservando la palabra para los momentos más adecuados. l Orientar el trabajo de forma clara, garantizando que todo el mundo sepa qué estamos haciendo en cada momento. l Facilitar el acceso de materiales y recursos técnicos necesarios para trabajar. l Controlar el tiempo, evitando dispersiones y salidas por las ramas, ayudando a centrar la atención y a favorecer un clima de trabajo. l Procurar que todas las personas del grupo tengan la oportunidad de participar en los debates y expresen sus opiniones e ideas. l Procurar que se tome nota de las opiniones y conclusiones que se vayan aportando. l Lanzar, si fuera preciso, nuevas preguntas al grupo para impulsar la reflexión y el intercambio. l Favorecer que todo el grupo escuche atentamente las opiniones del resto, evitando que se produzcan conversaciones paralelas que distraigan la atención. l Procurar que se respete el turno de palabra y que no se establezcan largos diálogos entre dos personas, dificultando la participación del resto. l Hacer buen uso del papelógrafo y otros apoyos (proyector de transparencias, diapositivas, pantalla de cristal líquido, etc.). l Ejercer su papel moderador, su "autoridad", cuando sea necesario para garantizar el desarrollo adecuado de la reunión. l Transmitir una imagen relajada y tranquila, que contribuya a garantizar un tono distendido a la reunión. l Resolver o ayudar a resolver los conflictos que puedan surgir, aclarando ideas, facilitando el acercamiento de posturas, la toma de decisiones, etc. Manual para la introducción de la perspectiva de género y juventud al desarrollo rural