AMPARO DIRECTO 971/97. Número de registro: 4485 Novena Época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: Tomo VI, Noviembre de 1997 Página: 418 AMPARO DIRECTO 971/97. GUADALUPE PADILLA MENDOZA. CONSIDERANDO: CUARTO.- Son infundados los anteriores conceptos de violación, pero como se advierte que entre ellos la quejosa hace valer el relativo a que la acción penal se encuentra prescrita, es preferente su estudio, toda vez que de resultar fundado carecería de finalidad jurídica estudiar los demás conceptos de violación, y al efecto debe decirse que éste es infundado, toda vez que la querellante manifestó que desde el año de mil novecientos noventa y uno, en que llegó al departamento veintitrés del edificio ubicado en Calzada de Tlalpan esquina con Avenida Tres (Unidad Tlalpan) de la colonia Educación, de la Delegación Coyoacán, empezó a tener dificultades con la vecina del piso superior, Guadalupe Padilla Mendoza, ocupante del departamento veinticinco, porque en su interior había ido juntando alrededor de treinta perros, los cuales ocasionan malestar entre los habitantes de los tres edificios más próximos y que, además, en el mes de agosto de mil novecientos noventa y cuatro empezaron a acrecentarse esos problemas, ya que la mencionada persona llevó a cabo la remodelación de su departamento, consistiendo en construir una pared dentro de su departamento entre la sala y el comedor, en donde no existe soporte material para que efectuara esa obra, ocasionando deterioro al techo del departamento veintitrés, y que el desprendimiento del piso y el martilleo constante ocasionaron fisuras en el techo del mencionado departamento veintitrés que ocupa, razón por la cual los orines de los animales llegaron a filtrarse a su departamento; declaración de la que se desprende que los hechos ocurrieron en el mes de agosto de mil novecientos noventa y cuatro en que debido a la remodelación del departamento de la acusada, al levantamiento del piso y a los martillazos, se dañó el techo del departamento veintitrés y la querella se formuló el trece de marzo de mil novecientos noventa y cinco, o sea, siete meses después de iniciados los daños, por lo que no había transcurrido el término de un año a que se refiere el artículo 107 del Código Penal, siendo evidente que no se encuentra prescrita la acción penal, además de que se trata de un delito continuo, el cual cesa en el momento en que se realizan las reparaciones para evitar las filtraciones. Sentado lo anterior, como se dijo, son infundados los conceptos de violación expresados en tal aspecto y, respecto de los demás, se impone manifestar que el Juez Vigésimo Cuarto de Paz en Materia Penal del Distrito Federal, estuvo en lo justo al tener por acreditada la existencia de los elementos del tipo penal, daño en propiedad ajena culposo, previsto y -1- AMPARO DIRECTO 971/97. sancionado en el artículo 399 del Código Penal para el Distrito Federal, en términos del 122 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal; así como la plena responsabilidad penal de la ahora quejosa en su comisión, en términos de los artículos 7o., fracción II, 8o. (hipótesis culposa), 9o., párrafo segundo (hipótesis de no prever, siendo previsible) y 13, fracción II, del Código Penal y 261 del mencionado Código de Procedimientos Penales, al tener por acreditado que la acusada Guadalupe Padilla Mendoza, ocupante del departamento veinticinco del edificio 4-A de Calzada de Tlalpan y Avenida Tres, faltando a un deber de cuidado que las circunstancias del caso le imponían, realizó actos irreflexivos, negligentes y carentes de previsión, al tener en su departamento aproximadamente cinco perros, cuyos orines, con el agua que se usaba para limpiar, se trasminaron y filtraron al departamento veintitrés del edificio mencionado, ocupado por la ahora ofendida, Eréndira Estrada Lázaro, como lo determinó el Juez responsable, con base en los siguientes elementos de prueba: a) Querella formulada por la ofendida Josefina Eréndira Estrada Lázaro (f. 37), quien ante el agente del Ministerio Público, el trece de marzo de mil novecientos noventa y cinco, en lo conducente manifestó: que desde el año de mil novecientos noventa y uno llegó a vivir al domicilio ubicado en Calzada de Tlalpan y Avenida Tres, edificio 4-A, departamento veintitrés, colonia Educación, teniendo como vecina en el piso superior a Guadalupe Padilla Mendoza, quien ocupa el departamento veinticinco y quien en su interior ha ido juntando alrededor de "treinta perros", los cuales ocasionan malestar entre los habitantes de los tres edificios más próximos; que los orines y excrementos de los animales hacen insoportable el ambiente, por la fetidez y, por tal motivo, fue a hablar personalmente con Guadalupe Padilla Mendoza, porque llegó hasta a aventar los desechos por el balcón de su departamento; que el caso es, que en el mes de agosto de mil novecientos noventa y cuatro se acrecentó el problema con la mencionada persona, ya que ésta llevó a cabo la remodelación de su departamento, consistente en construir una pared entre la sala y el comedor, donde no existe ningún soporte material para que efectuara la obra, ocasionando deterioro al techo de su departamento, que también afectó el desprendimiento del material del piso y por el martilleo constante ocasionó fisuras en el techo, por lo que los orines de esos animales más el agua de limpieza se filtraron a su departamento, ocasionando con esto que se produjeran enmohecimiento y fetidez insoportables, al grado de no poder utilizar una recámara de su departamento, ya que es el más dañado, y como esta persona no ha puesto interés en solucionar tal problema es por lo que formuló querella por el delito de daño en propiedad ajena y amenazas, cometido en su agravio. Ante el Juez de la causa, el siete de noviembre de mil novecientos noventa y seis (f. 171 v.) ratificó lo anterior. A preguntas de las partes contestó: que en toda la casa, que son aproximadamente setenta y tres metros cuadrados, está impregnado de humedad fética; que las áreas que han sido afectadas son: la cocina, el baño, la recámara del lado oriente, el pasillo y toda la sala y que cambió el azulejo de su baño, que es la reparación que ha hecho; que fueron más de seis mil pesos, lo que gastó en la reparación del daño; que no conserva las facturas; que los daños le han afectado su tranquilidad y su trabajo; que sí ha hablado con la acusada y que le ofreció pintar, pero que no llevó a la persona que lo hiciera; que los -2- AMPARO DIRECTO 971/97. albañiles, el tesorero del conjunto habitacional y un ingeniero le dijeron que eran treinta perros y la declarante desde la escalera por lo menos vio catorce, aparte los que estaban por la ventana; que desde donde vio a los perros son como dos metros aproximadamente; que no recuerda la fecha exactamente en que tiró sus cosas pero que fue antes de levantar el acta inicial; que la manera en que ha afectado a su salud y en la de sus hijos es que frecuentemente se enferman de las vías respiratorias; b) Dictámenes en materia de plomería emitidos por el perito Amador Ruiz Jiménez, de veintidós de marzo de mil novecientos noventa y seis (f. 112 y 114), quien rindió su dictamen en los siguientes términos: habiéndose presentado en el domicilio antes señalado se observaron daños por filtración de agua en el techo del lado norte y "closet" de la recámara contigua al baño y techo de la cocina y pasillo del departamento veintitrés, dichos daños al momento de intervenir se encontraron secos; asimismo, a foja ochenta y nueve de autos el perito Amador Ruiz Jiménez rindió un informe en los siguientes términos: los daños por filtración continua de agua en el departamento veintitrés que ocupa la querellante están comprendidos en el dictamen de veintidós de marzo de mil novecientos noventa y seis (f. 112) emitido por el perito Amador Ruiz Jiménez en el que concluye: "Primera. Los daños que presenta el departamento veintitrés en la recámara, pasillo y cocina que ocupa Eréndira Estrada por el momento se encuentran completamente secos, además no se originaron por ninguna tubería hidrosanitaria del departamento veinticinco.- Segunda. El tubo que se encuentra perforado en el ducto de las tuberías hidrosanitarias y que corresponde al desagüe de la regadera del baño del departamento veinticinco es necesario que se repare para evitar algún daño por filtración de agua en el mismo ducto.- Tercera. De acuerdo con las documentales que obran en autos (dictamen de química a fojas uno a cien y declaraciones), los daños que afectaron el techo de la cocina, pasillo, recámara, así como los muros del norte y poniente de esta última, del departamento veintitrés que ocupa la señora Eréndira Estrada, se originaron por la orina y agua que se derrama en el piso de la cocina, pasillo y recámara contigua al baño del departamento veinticinco que ocupa Guadalupe Padilla Mendoza.Cuarta. No es competencia del suscrito indicar el deber de cuidado en que incurrió la inculpada ya que las filtraciones no se deben a tuberías hidrosanitarias."; c) Dictámenes en ingeniería civil y arquitectura (f. 33) de siete de abril de mil novecientos noventa y cinco, suscritos por los peritos oficiales de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, ingeniero Arturo Solorio Zendejas y arquitecto Arturo Vértiz Soriano, en el que determinaron que los daños apreciados en el departamento veintitrés del edificio 4-A, ubicado en Calzada de Tlalpan y Avenida Tres, fueron causados por filtraciones de aguas negras provenientes del nivel inmediato superior y que estiman que los daños ascienden a la cantidad de diez mil quinientos pesos, tomando en cuenta material y mano de obra; d) Dictamen de valuación de treinta y uno de marzo de mil novecientos noventa y cinco (f. 35), firmado por los peritos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, Antonio Hernández Mejía y José Juan Muñoz Díaz, en el que determinaron que una tabla de madera con medidas de treinta centímetros por dos metros veinte centímetros, misma que se encontró dañada por humedad, su valor es de cuarenta pesos; e) Dictamen de electricidad suscrito por el perito Rubén Caravantes Sánchez de veinticuatro de abril de mil novecientos noventa y cinco (f. 59 y 60), -3- AMPARO DIRECTO 971/97. en el que concluyó: "Por lo antes expuesto y de acuerdo con las características observadas tanto en el sistema eléctrico como el techo del departamento, que las fallas ocasionadas en dicho sistema son producidas por la vejez en la instalación eléctrica, aunado a ello la posibilidad de que la humedad que se filtra a través del techo esté afectando a la tubería de protección y conductores eléctricos de dichos sistema."; f) Ampliación de dictamen en ingeniería civil y arquitectura de veintidós de noviembre de mil novecientos noventa y cinco (f. 106 y 107), suscrito por los peritos ingeniero Arturo Solorio Zendejas y arquitecto Arturo Vértiz Soriano, en el que determinaron: "consideramos que los daños han aumentado en un monto de dos mil quinientos nuevos pesos, tomando en cuenta material y mano de obra, independientemente de los daños expresados en autos."; g) Dictamen emitido por el perito Jorge Arredondo Chapina, de seis de noviembre de mil novecientos noventa y seis (f. 188 a 226), en el que determinó: que con la serie de fotografías que acompaña a su dictamen, se llega a la conclusión de que los daños en propiedad ajena algunos son ocasionados por el tiempo, falta de mantenimiento correctivo y preventivo, tomando en cuenta que la edad aproximada de la construcción es de treinta y ocho años y la vida útil remanente es de veintidós años, otros probablemente, en este caso las humedades, por los escurrimientos constantes de la tubería del departamento número veintinueve y otras por el constante uso de demasiada agua para limpiar el departamento número veinticinco, recordando que las humedades y filtraciones del departamento número veintitrés ya están secas y datan de mucho tiempo atrás, por lo que simplemente son reparaciones en acabados y pintura, ya que no existen daños en instalaciones eléctricas y tampoco estructurales, tomando en cuenta que el cableado eléctrico tiene treinta y ocho años de instalado; volviendo a las humedades que existieron, ya que a la fecha están secas, se recuerda que no llegaban al piso, por lo que no pueden causar daños a muebles u otros objetos que existen en el piso; respecto a la división que existe en la sala comedor del departamento número veinticinco, se hizo con panel convintec, el cual está construido con unicel revestido con malla, aplicando repellado de cemento-arena, dándole acabado de tirol planchado, por lo que no causa daños estructurales a la loza del piso de abajo; h) Junta de peritos de diez de diciembre de mil novecientos noventa y seis (f. 235 a 238), Rubén Caravantes Sánchez, Antonio Hernández Mejía, Arturo Solorio Zendejas, Arturo Vértiz Soriano y Jorge Arredondo Chapina, en la que cada uno ratificó sus dictámenes; i) Dictamen en ingeniería y arquitectura (f. 289 a 293) de fecha siete de marzo de mil novecientos noventa y siete, rendido por el perito tercero en discordia de la Procuraduría General de la República, ingeniero arquitecto Juan Montero López, en el que concluyó: "Primera. Los daños provocados al departamento número veintitrés del edificio 4-A, ubicado en la Calzada de Tlalpan y Avenida 3, Unidad Tlalpan de la colonia Educación de la Delegación Coyoacán de esta ciudad, por filtraciones, humedades y escurrimientos en la loza y trabes, provienen del piso inmediato superior que corresponde al departamento número veinticinco, apreciándose que esos daños actualmente se encuentran secos y estables.Segunda. Se considera que los daños que actualmente se encuentran en techos y trabes ocasionando al departamento número veintitrés, se estima que ascienden a la cantidad de siete mil trescientos pesos, incluyendo materiales, mano de obra, acarreos y limpieza."; j) Fe -4- AMPARO DIRECTO 971/97. ministerial de documentos: el original y copia de la boleta predial (f. 10), número de cuenta 060-185-04-014 8, documento que corre agregado en copia fotostática a las presentes actuaciones y previo cotejo se devuelve el original; k) Inspección judicial practicada en el lugar de los hechos (f. 270 y 271), veintisiete de febrero de mil novecientos noventa y siete, en el domicilio de la ofendida, Josefina Eréndira Estrada Lázaro, ubicado en Calzada de Tlalpan y Avenida tres, edificio 4-A, departamento 23, Unidad Habitacional Tlalpan ISSSTE, colonia Educación, Delegación Coyoacán, en la cual se apreció un edificio de cinco pisos, en muy mal estado de conservación y en el segundo piso se apreció un departamento de aproximadamente sesenta y cuatro o sesenta y cinco metros cuadrados y en el techo de la sala se apreció pintura descarapelada y manchas; que la sala cuenta con un balcón en el cual se pudo apreciar en el techo cucarachas, mugre como cabellos, pero no se puede precisar qué sea, no se percibe mal olor en dicho departamento; al recorrer la cocina, con medidas de dos metros con treinta centímetros por tres metros con veinte centímetros, se apreciaron manchas oscuras en el techo como filtraciones y al dirigirse al pasillo que conduce a las recámaras, se apreció en el techo del corredor pintura descarapelada, techo humedecido y en la pared del lado izquierdo se pudo apreciar una pared deteriorada por algo como líquido, pero no se puede precisar si es agua o algún otro líquido; en el closet de una recámara del lado izquierdo, en el techo se pudieron apreciar manchas como de algún líquido y en la pared de dicho closet un escurrimiento como filtraciones de agua, en todo el techo de la recámara se aprecia pintura descarapelada y despegada, en la pared del fondo, papel tapiz despegado y manchas de algún líquido escurriendo; todas las instalaciones eléctricas del departamento están en mal estado; entrando al departamento del lado izquierdo se apreció azulejo en buen estado. Al dirigirse al departamento de la procesada, se apreció en buen estado, con la misma distribución que el anterior departamento, tres recámaras, un baño, una cocina, sala-comedor con un balcón, no se apreció ningún daño en la sala y al parecer se encuentra remodelada, pero se percibe un olor muy fuerte como a orines de perro, al dirigirse al baño existe un cubo como en el departamento anterior, dicho cubo con un ducto para la tubería en malas condiciones y en la pared del mismo baño se pudo observar del lado de la taza una pared deteriorada, piso deteriorado con pintura deteriorada y humedecida y la tubería por fuera, al dirigirse a la cocina se apreció un lavabo en la parte de abajo, tubería zafada y en malas condiciones, manifestando la procesada que como se encuentra mal la tubería se inunda la cocina a veces y al dirigirse al quinto piso en el departamento de arriba, éste se apreció en un buen estado de conservación y no tiene filtraciones ni en el baño; l) Declaración de la testigo Graciela Serrano Olguín, quien ante el agente del Ministerio Público (f. 97 v.) el doce de septiembre de mil novecientos noventa y cinco, manifestó: que sabe y le consta que el departamento de la querellante, que se ubica en el edificio 4-A departamento veintitrés de la colonia Educación, está siendo afectado en su techo y paredes de las habitaciones por los orines de perros que se encuentran en el interior del departamento número veinticinco, propiedad de la ahora procesada Guadalupe Padilla Mendoza; "declarando la de la voz que tiene en su departamento la hoy querellante" (sic) aproximadamente de quince a veinte perros, grandes, medianos y recién nacidos; por lo que es lógico que el departamento de la -5- AMPARO DIRECTO 971/97. ahora querellante huela a orines de perro, por la filtración que existe entre el departamento de la ahora inculpada, mismo que se ubica en el número veinticinco, exactamente en la parte superior contigua al departamento de Guadalupe Padilla Mendoza y los perros son propiedad de ésta; m) Declaración ministerial del testigo Francisco Cortés Patrón el doce de septiembre de mil novecientos noventa y cinco (f. 98), quien manifestó: que sabe y le consta que ladran perros, mismos que se encuentran en el departamento número veinticinco del edificio 4-A, mismo que es propiedad de la acusada, quien está violando la ley de condominios, aclarando que dichos perros causan problemas en todo el edificio y que pueden ocasionar una epidemia. En ampliación de declaración ante el Juez de la causa el siete de noviembre de mil novecientos noventa y seis (f. 171 v.) ratificó lo anterior. A preguntas del agente del Ministerio Público contestó: que sabe que la procesada tiene perros porque los ha visto en el balcón; que no sabe cuántos son; que no sabe si actualmente siga teniendo perros. A preguntas de la defensa contestó: que la distancia aproximada que hay entre un balcón y otro es de diez metros; que él vive en el primer piso y la procesada en el tercero; que existe una distancia aproximada de doce a quince metros; n) Declaración de María Estela Monroy Meza, quien el diecisiete de marzo de mil novecientos noventa y cinco, ante el agente del Ministerio Público (f. 49) manifestó: que sin recordar la fecha exacta, pero que eran como las dieciocho horas con treinta minutos, se dirigió a recoger su ropa, misma que se encontraba en la azotea y al regresar vio a Guadalupe con sus hijos y varias personas más que estaban lavando sus ropas y junto a los lavaderos está un cuarto que da a la parte superior del baño y cocina de la emitente, ya que viven en el último piso y cuando bajó con su ropa dejó sus cubetas junto con su tina en el baño, observando filtración de agua y cuando regresó en compañía de su esposo de nombre Sergio López, ya que habían ido a cenar a Coyoacán, se percató que había una filtración "muy escandalosa" como si estuviera lloviendo dentro del baño, mojándose sus toallas, tapetes, cortina del baño, papel sanitario y que el baño estaba inundado, subiendo rápidamente a la azotea vio que el cuarto que está junto a los lavaderos estaba inundado, por lo que fue a ver a la señora Eréndira que funge como presidenta de la colonia y le dijo que fuera a ver cómo estaba el baño de su casa, que la señora Eréndira, la emitente y su esposo se dirigieron a la casa de Guadalupe para decirle que habían inundado su departamento, contestando Guadalupe con groserías, misma que subió con su esposo a la azotea para ver qué pasaba, percatándose la emitente que en el cuarto de la azotea había un hoyo en el cual habían depositado una toalla sanitaria y por eso se habían tapado los lavaderos, procediendo Guadalupe en compañía del hijo de la emitente a destapar el hoyo, aclarando que el cuarto de azotea en cuanto se tapa comienza a filtrarse el agua para su departamento; que solicita le sean retirados los perros a Guadalupe, ya que impregnan un olor muy feo en los edificios. En ampliación de declaración ante el Juez de la causa, el siete de noviembre de mil novecientos noventa y seis (f. 171), ratificó lo anterior y a preguntas del agente del Ministerio Público contestó: que dice que ha visto a los perros cuando salen por la ventana; que no sabe desde cuándo tiene a los perros, pero que ya hace mucho tiempo; que no sabe cuántos perros tiene ahora la procesada, pero que aún se escucha mucho ruido. A preguntas del defensor contestó: que ve a los perros desde una distancia aproximada de seis -6- AMPARO DIRECTO 971/97. metros; que percibe los olores fétidos cuando pasa por la escalera; ñ) Declaración ministerial de la procesada Guadalupe Padilla Mendoza (f. 41), quien el dieciséis de marzo de mil novecientos noventa y cinco manifestó: que enterada de la imputación en su contra la niega, ya que es totalmente falso que tenga treinta perros; que sólo tiene cinco perros y que efectivamente ha tenido problemas con Eréndira Estrada Lázaro desde el momento que dicha persona llegó a vivir a la unidad, ya que vivía con un señor y entre los dos maltrataban a los niños de la señora Eréndira, llegando en una ocasión, la emitente y un vecino, a bajar a los niños del balcón a las dos de la mañana y como ella fue a ver al padre de los niños, éste fue y probablemente los llevaron a un internado; que en una ocasión subió Eréndira a su departamento cuando estaba en remodelación, o sea, estaba poniendo el piso y le dijo que bajara a ver su techo porque se estaba cuarteando e incluso bajó la persona que estaba cambiando el piso, el cual le manifestó a Eréndira que esos daños no se ocasionaban por el cambio de piso y eso era porque la unidad ya se encontraba vieja, agregando que cambió el piso para no tener problemas con Eréndira y posteriormente hizo una división de su sala, misma que tiene una longitud de un metro con treinta centímetros por un metro de altura, siendo ésta de material de unicel revestida de yeso, asimismo un marco del mismo material; que antes de hacer esta remodelación lo hizo del conocimiento del administrador de la unidad con el objeto de no tener problemas e incluso le dijo que era de un material hechizo. En declaración preparatoria, el veintisiete de agosto de mil novecientos noventa y seis (f. 143), negó la imputación en su contra, agregando que los daños nunca han sido producidos por su departamento y menos intencionadamente, solicitándose se revise el departamento para verificar que no existe ninguna fuga en las instalaciones de su departamento. En ampliación de declaración ante el Juez de la causa, el siete de noviembre de mil novecientos noventa y seis (f. 173) ratificó lo anterior, agregando que en las ocasiones que ha hablado con Eréndira ésta le dijo que le iba a quitar su departamento o iba a terminar en la cárcel; que en la remodelación de su departamento ya se había gastado cuatro mil pesos y que en este acto exhibe fotografías del daño que había en todo el edificio, en las cuales hace constar que existe como tapón de la tubería, de la cual la culpaban que había inundado, "ese tapón lo pusimos mi pareja y yo" y todavía existe, hasta la fecha no se han hecho los arreglos de la tubería, la cual sigue igual; que queden asentados los daños estructurales que se aprecian en todo el edificio y humedades que existen, porque el agua de la cisterna se escurre hacia los departamentos, las grietas y cuarteaduras que existen por el tiempo de construcción e inclusive en el departamento de su propiedad también existen cuarteaduras, pensando que es por el tiempo que tiene la construcción; a preguntas de la representación social contestó: que las reparaciones que hizo consistieron en el cambio del piso en su departamento; que puso azulejo en el baño y cocina; que en el baño ya se cayó por las humedades que existen en el mismo; que cambió ventanales de aluminio, enyesaron, tirolearon y pintaron; que las reparaciones las hizo hace dos años. A preguntas de la defensa contestó: que las reparaciones las hizo porque ya tenía mucho tiempo que lo había comprado y lo quería remodelar ya que estaba en muy malas condiciones y que ya necesitaba reparaciones de todo tipo; que la tubería ya estaba muy mal y para evitar problemas con Eréndira que decía que ya tenía -7- AMPARO DIRECTO 971/97. muchas filtraciones; que precisamente porque tiene a los perritos acostumbra a limpiar con creolina y aromatizantes, inclusivese limpia toda la parte de afuera del departamento, desde el balcón hasta las escaleras de afuera; aclarando que cuando se trapea no se avienta agua; que se trata de un problema personal de la denunciante y que nunca ha tratado de causarle daño con dolo, ya que en sí los edificios están en mal estado y lo único que quiere Eréndira es afectarla emocional y económicamente, para lo cual exhibe documentos en relación al hostigamiento de que la acusada ha sido víctima últimamente por parte de la denunciante, pues siempre ha existido voluntad de parte de la acusada para reparar los daños y la denunciante no se ha prestado y lo único que quiere es dinero, lo que quiere que se tome en cuenta es que no tanto se trata de la reparación que quiere sino dinero para perjudicarla; o) Declaración de Catalina González Vega, quien ante el Juez de la causa, el siete de noviembre de mil novecientos noventa y seis (f. 172), manifestó: que le consta que la señora Lupita solamente tiene cuatro perros y que sabe que Eréndira la acusa de tener como treinta; que a la mayoría de los vecinos se les filtra el agua, porque los edificios van a cumplir cuarenta años y tuvo que poner la tubería de su departamento y la luz también; que la tubería ya estaba desgastada; que la mayoría de los vecinos tienen ese problema de filtración de agua; que no es cierto que la señora Lupita hubiera insultado a la ofendida, no coinciden sus horarios y casi nunca se ven porque "Lupe" sale más o menos a las ocho de la mañana y regresa a las siete y media aproximadamente y la señora Estela (sic) sale en la noche a trabajar; que es la tercera vez que acude a un juzgado porque a la señora le gusta involucrar a la gente y que involucró a su hijo de drogadicto. A preguntas del agente del Ministerio Público contestó: que sabe y le consta que la procesada tiene cuatro perros porque ha entrado a su casa; que conoce a la acusada desde hace dieciocho años. A preguntas del defensor contestó: que la casa de la señora Lupita está en buenas condiciones; que sabe que la mayoría de los vecinos tienen filtraciones porque se lo han comentado entre otros Catalina Carrera, que a partir del terremoto se han deteriorado muchos los departamentos, que se encuentran en muy malas condiciones, abajo está lleno de agua y la luz también está mal; que tuvo que arreglar su baño porque se filtraba el agua a la vecina de abajo, pero aun así se le sigue filtrando el agua a su vecina; que anteriormente Guadalupe no había tenido problemas con ninguna autoridad; p) Declaración de Chabelas Hernández María Glorinella, quien ante el Juez instructor, el siete de noviembre de mil novecientos noventa y seis (f. 72 v.) manifestó: que desde mil novecientos cincuenta y siete vive en esos edificios; que desde que se cambió al edificio la señora Eréndira, escuchó que Guadalupe tenía un conflicto con Eréndira y ella las vio discutir; que a principios de año hubo problemas ya que Eréndira es muy conflictiva y desde que ésta se nombró administradora agredía mucho a Guadalupe; que los muebles y la alfombra los recibió Eréndira de la anterior propietaria y el librero también; que nunca ha oído que huela a perros; que Guadalupe trapea las escaleras con cloro o pinol; que en su recámara se han filtrado también orines de perros; que los edificios ya están muy dañados y cuarteados. A preguntas del agente del Ministerio Público contestó que la relación con Guadalupe es de vecinas y que tiene diez años de conocerla. A preguntas de la defensa contestó que desde que conoce a la procesada ésta no ha tenido ningún problema con la -8- AMPARO DIRECTO 971/97. autoridad; que les cambiaron la tubería pero únicamente la pintaron y volvieron a poner la misma; q) Careo efectuado entre la procesada Guadalupe Padilla Mendoza, María Estela Monroy y Francisco Reyes Cortés Padrón, Meza (sic) del que resultó que cada quien sostuvo lo anteriormente declarado; r) Ficha signalética e informe de ingresos anteriores a prisión de tres de enero de mil novecientos noventa y siete y doce de diciembre de mil novecientos noventa y seis (f. 264 y 263), de los que se desprende que Guadalupe Padilla Mendoza no tiene antecedentes penales; s) Dictamen en materia de química forense de siete de noviembre de mil novecientos noventa y cinco suscrito por la perito I.B.Q. María Guadalupe López C. y Q.F. Claudia Korder Soto (f. 105), en el que concluyeron: "Única. Las muestras antes descritas motivo del presente dictamen, se identificó la presencia de creatinina, grupos nitritos y amoniaco, constituyentes de la orina.". Elementos de prueba que tienen el valor que les conceden los artículos 246, 250, 253, 254 y 255 del Código de Procedimientos Penales y que se consideran aptos y suficientes para demostrar que la acusada Guadalupe Padilla Mendoza, ocupante del departamento veinticinco del edificio 4-A, ubicado en Calzada de Tlalpan y Avenida Tres, faltando a un deber de cuidado que las circunstancias le imponían, causó daños al departamento veintitrés, conducta que a modo de acción culposa causó daño a cosa ajena, lesionando el bien jurídico tutelado como es el bien jurídico de las personas, que se acreditó con la querella formulada por Josefina Eréndira Estrada y con los dictámenes periciales rendidos por los peritos en la materia, particularmente con el del perito tercero en discordia, ingeniero arquitecto Juan Montero López, quien puso de manifiesto que se ocasionaron daños materiales en diversas áreas del inmueble propiedad de la ofendida, señalando como monto de la cuantificación de los daños ocasionados la cantidad de siete mil setecientos pesos, peritaje que tiene valor probatorio de conformidad con lo dispuesto por el artículo 254 del Código de Procedimientos Penales y que si bien es cierto que los peritos manifestaron que las filtraciones se encontraban secas, también lo es que los daños ya se habían causado por las filtraciones, lo que también se acreditó con la inspección ocular y el dictamen en química forense emitido por las químicas María Guadalupe López y Claudia Korvar (sic) Soto, así como con las testimoniales de Graciela Serrano Olguín y Francisco Reyes Cortés Padrón, los cuales declararon con imparcialidad, en forma clara y precisa los hechos que les constaban, sin que se advierta el aleccionamiento que se dice en los conceptos de violación, habiendo acreditado la propiedad la ofendida con la copia fotostática del instrumento número 09-19906-2, la que no fue objetada durante el procedimiento y a la cual el Juez responsable le dio valor probatorio, por lo que en este aspecto no se violaron las garantías de la quejosa. Ahora bien, para imponer las penas el Juez responsable razonó lo siguiente: "IV. Para los efectos de la pena este órgano de decisión debe de acatar lo dispuesto por los artículos 370, párrafo segundo en relación con el 60, párrafo primero y párrafo segundo y 399 del Código Penal, toda vez que se está frente al delito de daño en propiedad ajena (culposo), cuyo monto no excedió de 500 veces el salario mínimo que se encontraba fijo en la cantidad de $17.27 -9- AMPARO DIRECTO 971/97. (agosto de 1994) al momento del evento, por lo que haciendo uso del arbitrio judicial a que se refieren los artículos 51 y 52 del mismo ordenamiento jurídico, esto es, tomando en cuenta que el bien jurídico tutelado se transgredió en forma parcial, que no existe nexo de conocimiento, que Guadalupe Padilla Mendoza dijo ser de 37 años de edad, soltera, con instrucción comercio, ocupación empleada, que sí fuma cigarrillos de tabaco, que ingiere bebidas embriagantes, que su diversión favorita es ver televisión, que son varias veces que se encuentra acusada por la ofendida, lo cual no concuerda con la ficha signalética, toda vez que no hay constancias de ingresos anteriores, circunstancias todas ellas reveladoras de un grado ligeramente superior a la mínima por lo que se considera justo y equitativo imponerle una pena de seis meses de prisión, que deberá ser compurgada en el lugar que para tal efecto designe la autoridad ejecutora y multa de quince días de salario mínimo vigente al momento del evento, equivalente a $17.27 (diecisiete pesos 00/100 M.N.) (sic), dando un total de $250.05 (doscientos cincuenta pesos 05/100 M.N.), la que enterará a la Tesorería del Departamento del Distrito Federal y en caso de probada insolvencia podrá ser sustituida por quince jornadas de trabajo en favor de la comunidad, en términos de los artículos 27 y 29 del Código Penal.- V. Con fundamento en el artículo 70, fracción III, del Código Penal, se concede el beneficio de la sustitución de la pena privativa de libertad por multa de $3,104.60 (tres mil ciento cuatro pesos 60/100 M.N.) a razón de 17.27 pesos que es el salario mínimo vigente al momento del hecho o aquel beneficio que elija la sentenciada, siempre y cuando exhiba a satisfacción de este juzgado la garantía para asegurar el pago de la reparación del daño en cualquiera de las formas exigidas por la ley dentro del plazo que se fija para ello, en caso contrario se ordenará el cumplimiento de la presente sentencia.- VI. Con fundamento en los artículos 29, 30, 30 bis, 31, 32, 34, 37 y 39 del Código Penal, se condena a la acusada Guadalupe Padilla Mendoza a la reparación del dañó con base al dictamen que obra en autos del perito tercero en discordia, debiendo entregar a la ofendida Josefina Eréndira Estrada Lázaro; en consecuencia la sentenciada deberá de exhibir ante juzgado y en plazo de 30 días hábiles, la garantía en cualquiera de las modalidades que establece la ley, por la cantidad señalada a favor de la ofendida, en caso contrario, se dará cumplimiento a la presente sentencia y se remitirá copia autorizada a la Tesorería del Departamento del Distrito Federal de la presente resolución para que se haga efectiva la reparación del daño mediante el procedimiento económico-coactivo.". Como puede verse de lo anteriormente transcrito, el Juez responsable hizo un uso prudente del arbitrio judicial que le conceden los artículos 51 y 52 del Código Penal y después de tener por acreditada la existencia de los elementos del tipo penal daño en propiedad ajena culposo y de tomar en cuenta la edad, instrucción y ocupación de la ahora quejosa, le apreció "un grado ligeramente superior a la mínima" sin calificar la gravedad de la culpa, pero como le impuso seis meses de prisión, que es la cuarta parte a que se refiere el artículo 60 en relación con el 370, párrafo segundo, del Código Penal, que es la pena mínima y que impuso quince días de salario mínimo vigente, no viola garantías; sin embargo, se advierte que para imponer la multa tomó como base el salario mínimo de diecisiete pesos con veintisiete centavos, salario que nunca ha existido, ya que el salario mínimo en la época de los hechos era de quince pesos con veintisiete centavos, no obstante -10- AMPARO DIRECTO 971/97. que la acusada dijo percibir mil pesos a la quincena, esto es sesenta y seis pesos con sesenta y seis centavos diarios, éste debió ser el salario que debió tomar en consideración el Juez responsable para imponer la multa, según lo dispuesto en el artículo 29, párrafo segundo, parte segunda, del Código Penal y lo dispuesto en la jurisprudencia 8/96, resultante de la contradicción 7/95, resuelta por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en sesión del veintinueve de marzo de mil novecientos noventa y seis, consultable a foja 131 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, del mes de mayo de mil novecientos noventa y seis, de aplicación obligatoria para los tribunales de primera y segunda instancias, que a la letra dice: "MULTA, EL CRITERIO PARA IMPONERLA ES LA PERCEPCIÓN NETA DIARIA DEL SENTENCIADO, SU DICHO TIENE VALOR DE PRUEBA PLENA, SI NADA LO DESVIRTÚA.- Conforme a lo establecido en el párrafo segundo del artículo 29 del Código Penal para el Distrito Federal en Materia de Fuero Común y para toda la República en Materia de Fuero Federal, la multa debe imponerse tomando en cuenta la percepción neta diaria del sentenciado en el momento de consumarse el delito, es decir, integrada con todos los ingresos que el inculpado manifiesta percibir al rendir su declaración preparatoria, la que para esos efectos tiene valor de prueba plena si ningún elemento de convicción desvirtúa tal afirmación, por lo que resulta legal que por no existir en autos otra prueba que corrobore su declaración en ese aspecto, no deba tomarse en cuenta el salario que dijo percibir el acusado, aunque éste sea superior al salario mínimo vigente en la fecha de comisión del delito, ya que de aceptar que dicho enjuiciado tenía obligación de aportar pruebas tendientes a la comprobación de que se habla, sería restar valor probatorio a la declaración del propio sentenciado, pues no existe precepto legal que exija la aportación de tales elementos de convicción. De lo anterior se desprende que, para imponer la sanción pecuniaria, debe hacerse con base en el salario que dijo percibir y no en el salario mínimo vigente, pues aunque ello beneficie al quejoso, resulta en desacato a lo establecido en el precepto legal mencionado, que creó el legislador para imponer la pena con justicia y equidad.", pero como se dijo, la multa la impuso con base en el salario mínimo; pero como en la sentencia se dijo que era de diecisiete pesos con veintisiete centavos, lo cual viola garantías, en este aspecto debe concederse, con fundamento en el artículo 76 bis, fracción II, de la Ley de Amparo, el amparo y protección de la Justicia Federal para que el Juez responsable imponga la multa con base en el salario de quince pesos con veintisiete centavos que era el vigente al momento de suceder los hechos, por lo que debe ascender a la cantidad de doscientos veintinueve pesos con cinco centavos y en cuanto a la sustitutiva de la pena de prisión por multa de dos mil setecientos cuarenta y ocho pesos con sesenta centavos y no de tres mil ciento cuatro pesos con sesenta centavos. Ahora bien, también en suplencia de queja, procede conceder a la quejosa el amparo y protección de la Justicia Federal, para que el Juez responsable elimine de la sentencia el término de treinta días hábiles para que la acusada exhiba la garantía de la reparación del daño para que pueda gozar del beneficio de la sustitución de la pena de prisión, según tesis de este tribunal número TC013129, que a la letra dice: "REPARACIÓN DEL DAÑO. TÉRMINO PARA CUMPLIR CON LA, VIOLA GARANTÍAS CUANDO AFECTA AL BENEFICIO DE LA SUSTITUTIVA DE -11- AMPARO DIRECTO 971/97. PRISIÓN.- Viola garantías el término perentorio que impone el juzgador al sentenciado, para que satisfaga la reparación del daño, como condicionante para que pueda disfrutar de los beneficios de la sustitución de la pena de prisión, toda vez que el artículo 76 del Código Penal para el Distrito Federal en Materia del Fuero Común para toda la República en Materia Federal no establece plazo como condicionante de dejar sin efectos tal beneficio, por lo que fijarlo en tal sentido resulta injusto, ya que desnaturaliza las sustitutivas contenidas en el artículo 70 del precepto legal antes mencionado, pues ello conduce a que en caso de incumplimiento, por insolvencia o por cualquier otra causa deje de surtir efectos la sustitutiva, debiendo por ello eliminarse de la sentencia el citado plazo, en aquellas hipótesis en las que atenta en contra del beneficio concedido.", por lo que como se dijo con anterioridad, procede conceder a la quejosa el amparo para los siguientes efectos: 1. Imponga la multa con base en el salario mínimo de quince pesos con veintisiete centavos, la cual asciende a la cantidad de doscientos veintinueve pesos con cinco centavos; 2. Sustituya la pena de prisión por multa por la cantidad de dos mil setecientos cuarenta y ocho pesos con sesenta centavos; y 3. Suprima de la sentencia reclamada el plazo de treinta días hábiles que se concedió a la quejosa para exhibir la garantía en cualquiera de las modalidades que establece la ley, por la cantidad señalada a favor de la ofendida, en caso contrario se dará cumplimiento a la presente sentencia y se remitirá copia autorizada a la Tesorería del Departamento del Distrito Federal de la presente resolución para que se haga efectiva la reparación del daño mediante el procedimiento económico-coactivo; 4. Para que determine la cantidad que procede a la reparación del daño, pues remite al peritaje tercero en discordia que ascendió a siete mil trescientos pesos (sic), pero que omitió al sentenciar; 5. Fijar las jornadas que procedan para la sustitutiva de su prisión, así como los requisitos con los que deban prestarse. Por lo expuesto y con fundamento en lo que disponen los artículos lo., fracción I, 76, 77, 78, 158 y 184 de la Ley Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 Constitucionales y 37, fracción I, inciso a), sección 2a. del capítulo III de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, se resuelve: PRIMERO.- Se sobresee en el presente juicio de amparo respecto del director de la Policía Judicial del Distrito Federal, por las razones que se precisan en el considerando segundo de esta ejecutoria. SEGUNDO.- La Justicia de la Unión ampara y protege a Guadalupe Padilla Mendoza, contra el acto que reclama del Juez Vigésimo Cuarto de Paz en Materia Penal del Distrito Federal, mismo que quedó precisado en el resultando primero, para los efectos que se precisan en la parte final del considerando quinto de esta ejecutoria. Notifíquese; remítase testimonio de la presente ejecutoria al Juez Vigésimo Cuarto de Paz en Materia Penal del Distrito Federal, así como los autos enviados y, en su oportunidad, -12- AMPARO DIRECTO 971/97. archívese el expediente de amparo. Así lo resolvió el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, por unanimidad de votos de los Magistrados Guillermo Velasco Félix (ponente), Manuel Morales Cruz y presidente Carlos de Gortari Jiménez. -13-