Pedro P. Conde Parrado, Isabel Velázquez (eds.), La Filología Latina. Mil años más. Actas del IV Congreso de la Sociedad de Estudios Latinos (Medina del Campo 22-24 mayo de 2003), Madrid, 2005, 1197-1214. NOTAS SOBRE LA PRECEPTIVA LATINA DE VSV VERBORVM EN EL S. XVI. Mª ASUNCIÓN SÁNCHEZ MANZANO Universidad de León. ANTECEDENTES. Las discusiones sobre la gramaticalidad de las frases (que estudia también la pragmática actual), la aceptación de determinados enunciados y la competencia del hablante1 tienen algo que ver con una larga historia de estudios sobre el uso; nuestro objetivo en esta ocasión son los estudios sobre el uso del vocabulario latino, que se desarrollaron con la finalidad de la creación literaria2. La selección de las palabras para el ejercicio de la composición literaria se opera conciliando diversos factores. Se trata de una creación colectiva que se alimenta a sí misma constantemente, donde las aportaciones particulares se hacen parte de un todo que toda la sociedad siente suyo. Esta lengua aparece a su vez organizada de acuerdo con su finalidad, por lo que la variedad de productos literarios requiere formas literarias especiales. De esta manera, una lengua se parcela en estilos cuando se utiliza con fines de creación literaria. Así debió ocurrir también en la civilización romana. Existe en el siglo primero la conciencia de la deuda de los escritores de la época con las generaciones anteriores y aun con la cultura griega. De ella tomaron la teoría fundamental de la literatura (contenida en los tratados aristotélicos) y la distinción de diferentes estilos para los géneros literarios (que también nos ha llegado en el tratado anónimo Sobre lo sublime). Además la crítica filológica de Alejandría consiguió depurar los textos mediante un análisis de la forma de expresión característica de cada autor. 1 Cf. por ejemplo B. Schlieben-Lange, Pragmática lingüística, Madrid, Gredos, 1987. 2 La creación de un latín clásico literario no fue tampoco tarea de una sola generación, como lo demuestra la obra de H. Rosén, Latine loqui. Trends and Directions in the Crystallization of Classical Latin, Múnich, Fink,1999, en especial el cap. 1, pp.11-31. Mª ASUNCIÓN SÁNCHEZ MANZANO La acepción de la palabra griega stylos, prestada al latín stilus3, equivale a la designación empleada después en la tradición de la teoría estética con la palabra latina manus: la manera especial y característica de realizar una obra artística. A partir de estos conocimientos, se abrió también en Roma el espacio a la crítica. Desde la poesía neotérica se había adoptado una labor de lima, indicio de autocrítica y ansia de superación y emulación de los griegos. Pero la actividad de los gramáticos, como conciencia normativa de la lengua latina, introduce la creación literaria en determinados cauces o moldes. Nos gustaría conocer la influencia de las teorías de Varrón o de César en el uso real de la lengua en su tiempo. Al menos parece verosímil que sus opiniones hayan sido motivadas por las observaciones de distintos gramáticos de la época. Sin duda existía un ambiente de interés por el conocimiento de la lengua propia. Los versos de Horacio (ars 69-71) indican esa misma realidad, pero como un elemento básico, un punto de inicio de la creación, que es la lengua cambiante. La censura de este cambio adquiere diversidad de matices hasta el siglo IV. Quintiliano en inst. I, 6 sistematiza los dogmas de uso de la lengua con gran claridad. No tan claras están las normas de los escritos gramaticales tardíos, que a menudo trasladan las observaciones de otros. La crítica de Aulo Gelio o la conversación erudita de los Saturnalia van más a la crítica de la edición de las obras, a la crítica filológica, que a la lingüística. Encontramos observaciones puramente gramaticales, en las que la exigencia del conocimiento y uso de casos y tiempos constituye el umbral de la constitución regular de la frase. La doctrina gramatical de los uitia et uirtutes orationis conecta con la tradición de las figuras de expresión y de pensamiento. Ahora bien, aunque esta enseñanza se puede interpretar desde el ángulo gramatical exclusivamente4, tomando como materia los ejemplos, resulta susceptible de interpretación y comentario, por lo que revierte en la educación del estilo. Así la obra gramatical de Diomedes recoge latinitas, ornatus, de soloecismo, de barbarismo, de metaplasmo, de figuris, de ceteris uitiis, de schematibus et de tropis5. Ya Plocio Sacerdote, a finales del siglo 3 En el prólogo de la Andria, 12 hablando de la obra de Menandro Andria y de la Perinthia dice: dissimili oratione sunt factae ac stilo. 4 Diom. (GL I,426) Grammatica est specialiter exercitata lectionis et expositionis eorum quae apud poetas et scriptores dicuntur, apud poetas, ut ordo seruetur, apud scriptores, ut ordo careat uitiis. 5 La teoría más extendida en la Edad Media asociaba vicios y figuras. La latinitas en cuanto virtus se opone al vitium que se llama en uerba singula barbarismus, y en uerba coiuncta, soloecismus. El barbarismo tolerado como licentia es metaplasmo, y el solecismo como licentia, schema o figura. Barbarismo: barbarolexis (uerba peregrina) y según las cuatro categorías modificativas, por adiectio (protesis como 1198 NOTAS SOBRE LA PRECEPTIVA LATINA DE.... III, enseñaba la corrección como paso para la ornamentación. Consencio (GLK V, 386-404) y Carisio (en el libro IV) advertían contra el barbarismo y el metaplasmo en relación con la doctrina de las figuras que en la Edad Media se iba a recordar. Con anterioridad al siglo V, los canones de autores comentados en la escuela ejercieron una presión normativa sobre la lengua real6. Pero los críticos estaban más preocupados por el tratamiento que debían tener los arcaísmos venerables, tan atractivos como peligrosos para la comunicación literaria. La preocupación por el cultismo en el reino visigodo, avanza a medida del tiempo, sobre todo en las composiciones poéticas, como demuestran los glosarios. Un concepto estricto de etimología, que en principio debe entenderse como método de exposición más que explicación científica de las palabras, determina los estudios cuya materia prima es el léxico. Estos estudios se realizaban en función de las necesidades exegéticas de los comentaristas de las Sagradas Escrituras y de los Santos Padres. Entre los siglos V al VIII el latín de los territorios que formaron un día parte del imperio desarrolló nuevas palabras y tomó algunos préstamos que se fueron adaptando al uso. Las innovaciones superaban los límites del lugar en el que habían nacido, y se difundían ajustándose a diferentes hábitos fonéticos y derivaciones morfológicas, bien por intercambios comerciales o por medio de textos escritos. Los cambios de dominio, con ampliaciones del territorio y conquistas de los reinos de la alta Edad Media, iban distribuyendo usos nuevos entre los habitantes. El canon de autores altomedieval comprendía sobre todo las obras de la Antigüedad tardía, por lo que la aparición de arcaísmos podía entenderse desde los modelos literarios que los aceptaron en su tiempo, y no sólo por un aparente gusto por el léxico rebuscado (como puede pensar un lector acostumbrado a los clásicos). El empleo de un vocabulario de autoridades garantizaba la aceptación y gruit; epentesis como relliquias, tutto; paragoge quandius; y ectasis como el cambio de larga por breve y diaeresis en la enuntiatio) detractio (aféresis mitte por omitte; síncopa uila por uilla, apócope magi , sistole o correptio breve por larga, sinicesis como en neutrum bisílabo, sinalefa) transmutatio (o metátesis como en coacla) immutatio (o antítesis bobis pro uobis, peres pro pedes). Solecismo por adiectio (adhuc nondum factum, o pleonasmo como mortem occumbere et obire diem) detractio (quamquam deest tamen) immutatio (improprietas en la esfera de la perspicuitas o claridad, se clasifican por partes de la oración uolo datum, non feceris o por accidentes de las partes de la oración, por géneros, por número, por caso, por tiempo, modo, comparación magis doctior, por persona, por inconveniencia o anacoluto, por deficiencia de coordinación). 6 Sobre la duplicidad de idiolectos, uno familiar y otro escolar y su vigencia en época tardía Cf. Kaster, Guardians of language. The Grammarian and Society in Late Antiquity, Berkeley-Los Angeles-Londres, Univ. Press, 1988. 1199 Mª ASUNCIÓN SÁNCHEZ MANZANO difusión de una obra7, por lo que a falta de un ejercicio constante y exigente de un vocabulario amplio, había que confiar en la prudencia de los glosadores. En un glosario inglés (manuscrito Harley 3376 de la British Library del s. X, editado por R. T. Oliphant en 1966) se observa la tendencia a exponer en los lemas no ya palabras, sino familias de palabras, y esta manera de entender el vocabulario complicó muchísimo las interpretaciones sintácticas que se hicieron después, dependientes de la distinción filosófica entre esencia y accidente8. Uno de los primeros diccionarios que conocemos es anterior a 1050: Elementarium doctrinae rudimentum de Papias, del que nos han llegado más de cien copias manuscritas. Ofrecía al lector datos de flexión, conjugación y género, así como cantidad de las vocales cuando no era evidente; une además las citas de autoridades. Pero esta actividad lexicográfica estaría matizada por el camino que tomaron los tratados de gramática, a los que se añadían con frecuencia estos compendios de vocabulario. A mediados del siglo XII, un tratado9 de deriuationes y repetitiones pueden sugerir la continuidad de la línea etimológica emprendida por los glosadores. La gramática medieval del Graecismus de Eberhardus Betunensis trataba en primer lugar el barbarismo, después la prosodia, ortografía, etimología y sintaxis. Por lo tanto, en la teoría del barbarismo como en la de la etimología, la palabra como unidad de estudio quedaba ligada a la variación de letras o sonidos, pues la etimología no siempre era una asociación por el significado, sino que las evocaciones de los sonidos establecían lazos curiosos y hasta caprichosos en la exposición de las entradas. Los tratados de differentiis, surgidos de la obra de Varrón, sirvieron para el comentario guiado en un fondo bibliográfico selecto y no demasiado amplio10. 7 Aimerico de Gatinaux Ars lectoria de 1086 hace un juicio de valor sobre el canon que conoce. Sitúa los autores en cuatro categorías metalícas: oro, plata, estaño y plomo. “Libri autentici, hoc est, aurei” son los de Terencio, Virgilio, Horacio, Ovidio, Salustio, Lucano, Estacio, Juvenal y Persio; los de plata: Cicerón, Plauto, Ennio, Varrón, Boecio, Donato, Prisciano, Sergio; en la tercera categoría Catunculus (Disticha Catonis), Homerulus (Homero latino), Maximiano, Aviano, Esopo. 8 Partiendo de la definición de nombre de Prisciano aceptada por Hugo de San Víctor: nomen significat substantiam cum qualitate. La gramática reconoce a las cosas reales modi essendi, modi intelligendi, modi significandi: posibilidad de existir como esencia, posibilidad de ser comprendida y posibilidad de ser expresada (cf. I. Rosier, La grammaire spéculative des modistes, Lille,1983, 46-48). 9 El de Osbern Pinnock de Gloucester, c. 1150-1170, publicado por A. Mai, Thesaurus nouus latinitais, siue lexicon uetus e membranis nunc primum erutum, Roma, 1836 (col. Classici autores e Vaticanis codicibus editi, 8). 10 C. Codoñer, "Les plus anciennes compilations de differentiae. Formation et évolution d'un genre littéraire grammatical", Revue de Philologie 59 (1985) 203- 1200 NOTAS SOBRE LA PRECEPTIVA LATINA DE.... Para la lexicografía sistemática, el avance decisivo se produjo a finales del XII, cuando aparece la obra de Hugoción de Pisa. Esta obra fue la base del léxico reunido en 1286 por Juan Balbo en el Catholicon que se mantuvo en uso hasta el siglo XV. Aunque no fuera una obra famosa fuera de Italia, la gramática del impresor humanista Aldo Manuzio11 muestra un gran interés por la sistematización del léxico, siguiendo las indicaciones de su maestro, Gaspar Veronese. En 1468, la lista de verbos que presentaba Nicolás Perotti en su gramática recogía casi en exclusiva vocabulario clásico; mientras que la aldina todavía daba cabida a palabras medievales, si bien no numerosas. Aldo rechazaba ejemplos típicos de la gramática medieval porque según dice "non enim legi unquam apud doctos", esto es, había una limitación a las especulaciones gramaticales, que era el uso de los doctos, pero no sabemos quiénes se consideraban dignos de tal calificativo. Los gramáticos latinos más afamados hasta mitad de siglo eran el mencionado Perotti, Juan Sulpicio y Antonio Mancinelli, junto con el francés Juan Despauterio, el alemán Jacob Henrichmann. Pero todavía se reconocía el mérito de las Elegantiae de Valla que contenían recomendaciones de uso y se aplicaban a la renovación de los estudios gramaticales12. Esos comentarios sobre el uso no pueden separarse de la discusión sobre las características del latín hablado por los antiguos romanos13. Estas controversias y los esfuerzos de los traductores y de los editores de los textos consiguen sacar a la luz la necesidad de un nuevo canon con el que reconocer esa lengua antigua. 1. PRECEPTIVA GENERAL SOBRE LAS CUALIDADES DE LAS PALABRAS EN EL SIGLO XVI. La estilística ciceroniana14 se instaló desde el canon en la práctica, mientras que un mejor conocimiento de los tratados gramaticales y retóricos 219. A. I. Magallón García., La tradición gramatical de differentia y etymologia hasta Isidoro de Sevilla, Zaragoza, 1996. 11 K. Jensen. "The Latin Grammar of Aldus Manutius and its Fortuna", en Zeidberg, D.S.-Superbi, F. G (eds.), Aldus Manutius and Renaissance Culture. Essays in Memory of Franklin D. Murphy. Acts of an InternationalConference, VenetiaFlorence 14-17 June 1994, Florencia, 1998, 247-286. 12 Citemos como muestra D. Marsh, "Grammar, Method and Polemic in Lorenzo's Valla Elegantiae", Rinascimento n.s.19 (1979) 91-116. 13 La vigencia del latín tuvo que ser defendida también con discursos como los de Romulo Amaseo De Latinae linguae usu retinendo, publicados en Bolonia en 1529 y 1530. 14 Cf. Guilaume Budé De studio literarum recte et commode instituendo, París, 1532; E. Dolet, Erasmianus siue Ciceronianus de 1535; Tomas Freigius (15431583) Ciceronianus, 1575. 1201 Mª ASUNCIÓN SÁNCHEZ MANZANO de la Antigüedad descubría los criterios de la selección antigua. La crítica de Erasmo al ciceronianismo (cuya bibliografía amplísima no comentamos aquí) y al monopolio de la nueva era por parte de los italianos se acompañaba de una ampliación gigantesca de los ejercicios de estilo15. La primera parte del siglo XVI hereda los ecos del debate sobre el latín que se debe usar en el ejercicio literario16. La solución rápida para la restauración de la lengua antigua es la consideración de las normas de la preceptiva antigua y la imitación de la literatura romana. Los lances de ese debate se observan en la correspondencia y en algunas obras de comentario. Ya los italianos desde Petrarca habían defendido preferentemente el estilo de Cicerón. Pero en el XVI, el artífice principal de esta apuesta por la actualización del antiguo tema de los humanistas italianos es el cardenal Bembo17 y su entorno. Erasmo de Rotterdam matiza decisivamente esta opción estilística desde los fundamentos de la Copia uerborum et rerum a través de un cambio de canon de autores. A finales de siglo, Montaigne y Justo Lipsio avalarán el estudio y la imitación de los historiadores antiguos romanos. En el estudio del arte de la composición, las artes medievales y la nueva gramática razonada ceden su lugar a la retórica. Y desde la retórica se despliega la riqueza de la tradición grecolatina18. En efecto, los latinos, al asumir la tradición griega, (CIC. or.23, 75-28, 99; QVINCT. inst. 12,10) distinguieron tres genera, o formas o figuras dicendi: con los nombres de subtile, tenue, acutum se referían al inferior; el estilo intermedio se conocía por medium, mediocre, mixtum; el estilo especialmente cuidado era sublime, 15 Cf. P. F. Grendler, Schooling in Renaissance Italy, Baltimore- Londres, 1989. Mazzocco, A. Linguistic Theories in Dante and the Humanists. Studies of Language and Intellectual History in Late Medieval and Early Renaissance Italy. Leiden, 1993; Tavoni, M., “The 15th-Century Controversy on the Language Spoken by the Ancient Romans: an Inquiry into Italian Humanist concepts of ‘Latin’, ‘Grammar”, and ‘Vernacular”, Historiographia Lingüística 9 (1982) 237-264. 16 17 Fue muy destacada también la disputa de Francisco Pico della Mirandola contra Bembo (Cf. G. Santangelo, Epistole de imitatione di G. F Pico della Mirandola e di Pietro Bembo, Florencia, Olschki, 1954. Exponente destacado también de la curia romana en su dominio de las cualidades estilíticas del latín fue el cardenal Adriano Castellesi (1461-1521), que compuso De sermone latino et modis latine loquendi, Romae Marcellus Silber, 1515 y 1542; Basileae, 1518; Colonia, 1529,1542, 1561 y 1566; Lyon, Seb. Gryphium, 1548 y 1561; Epitome en Ambers 1581; Nuremberg 1681. Sobre esta obra ha hecho su estudio F. Grewing, Lateinische Grammatik und Stilistik in der Renaissance. Zu Adriano Castellesi De sermone Latino et modis latine loquendi, Tréveris, Wisenschaftlicher Verlag, 1999. 18 Cf. G. Streckenbach, Stiltheorie und Rhetorik der Römer im Spiegel der humanistischen Schülergespräche, Göttingen, Gratia, 1979. 1202 NOTAS SOBRE LA PRECEPTIVA LATINA DE.... amplum, ornatum, graue, copiosum. Para el estilo ligero se despliega la prosa, salvo la prosa oratoria; el estilo medio es el de la poesía, incluso el de la comedia, la épica y la tragedia; para el estilo sublime se reserva la lírica y la prosa oratoria. La enseñanza antigua incorpora la contribución de Demetrio (el estilo deinos) y de Macrobio (Sat. 5,1,7), por lo que las cualidades identifican a los estilos con los rasgos de: copiosum, breue, siccum, pingue et floridum19. La prosa podía ser oratio soluta o bien alligata metris. Los estilos literarios se separan así de los estilos o géneros retóricos, que se han de consultar para la confección de discursos demostrativos, deliberativos y judiciales. La selección del vocabulario se realiza entonces en virtud de criterio de regularidad gramatical, autoridad probada, cualidades rítmicas y eufonía contextual, género o propósito del escrito. Las indicaciones sobre las que se plantea la crítica de la lengua empleada en una determinada producción literaria no se fundan en valorar si era adecuada la distinción de los géneros oratorios, sino que se vuelve a la antigua distinción de las virtudes y vicios en el uso de la lengua desde una perspectiva normativa. En todo caso, se valora la claridad (frente a anfibolía y pleonasmo), a la que acompaña una determinada selección de palabras. Aquí aparecen los rasgos de pureza y corrección sermo purus erit et latinus CIC. orat. 23,79. Contra la pureza se distinguen los uitia: arcaísmos (uerba uetusta, antiqua, antiquata, obsoleta, exoleta), provincialismos, barbarismos y neologismos; contra la corrección, los solecismos. Después la virtud de adecuarse a la situación comunicativa (con la distinción de palabras especialemente solemnes frente a otros registros como el familiar) y la propiedad (propriis usitatisque uerbis CIC. orat. 24,80). La manera de presentar la mejor selección de las palabras difiere según sean tratados de retórica, tratados gramaticales, diálogos eruditos, mauales de cuidado del estilo o de la imitación. Entre estos últimos parece curioso y representativo de un criterio que terminará por influir también en la censura del lenguaje: lo ridículo20. La íntima relación entre la palabra y su uso, contextual o sintagmático, obliga a los conocedores de la lengua a hacer referencias a la diferencia de usos, no ya de significados. Algunas secuencias resultan aceptables mientras que otras son inusitadas, y ello no se desprende de su significado, sino de la aparición en obras de autores de probado reconocimiento y debidamente editadas, a menudo comentadas. En efecto, los comentarios de autores van a dar cabida también en el XVI a las 19 Según nos enseña J. Cousin, Evolution et structure de la langue latine, París; Les Belles Lettres, 1944, pp. 137-138. 20 Cf. V. Maggi, De ridiculis, en B. Weinberg, Trattati di poetica e retorica del Quinquecento, Bari, 1970, vol.2, pp. 91-125. 1203 Mª ASUNCIÓN SÁNCHEZ MANZANO discusiones sobre los usos, resaltando las cualidades estilísticas con que ese uso prestigioso viste a la palabra. La aportación de Erasmo en el De copia uerborum et rerum21 tuvo una influencia duradera. Pero su propósito no es la preceptiva estilística en sí misma, sino el enriquecimiento y variedad de los textos, por lo que afirma en el capítulo VIII: Nullum enim uerbum est, quod non alicubi sit optimum. Proinde quantumuis erit humile, inusitatum, poeticum, priscum, nouum, obsoletum, durum, barbarum ac peregrinum, tamen in suo ueluti grege reponatur, ut si quando uenerit usus tum accersatur. Y para esa distribución de las palabras de clases diferentes en sus contextos específicos procede a exponer cuáles son esas categorías y los vocablos que las ocupan. Junto a ello, no deja de sorprendernos que el punto de partida que se estima objetivo para desarrollar un comentario sobre el uso sean las colecciones de Festo, Aulo Gelio y Marciano Capella22 y tal vez de Nonio. 21 Citamos por la edición de Argentorati, apud Shurerium, mense octobri, 1516. Véase de las series que presenta, muy pocas palabras escapan a la tradición de estos autores: -sordida: sordida igitur atque humilia sunt, ut si quis familiarem congerronem dicat, auidum helluonem. Nam acetum, spongia, pulegium, demiror cur Senecae sordida uerba uideantur. -inusitata: passi senes pro rugosis. Interduatim et interatim pro eo quod est interdum et interim, Tittiuilitium pro eo quod est nihil. Vagor pro uagitu.. -poetica: eliminare, iuuenari. Agmen pro actu seu ductu. Indomitum pro indomite. Sperare pro timere. Vulnificus, tristificus, fatidicus, laurigeri, caprigenum, ueliuolum mare, uitisator. -prisca: expectorare, actutum, antigerio pro oppido aduerbium. Creperum bellum pro dubio. Hostire pro pensare. Vitulantes gaudentes. Lumentum pro uehiculo. Perduallis et perduellio pro hoste patriae. Duellum pro bello. Cluere pro pugnare. Temetum pro uino. -obsoleta: bouinari pro tergiuersari. Et apludam edit et floces bibit, quorum meminit Gel. Et hostem pro hospite ac peregrino. -dura: ut respu, castrata morte Camilli, caperare frontem, conspuit alpes niue apud Furium. -peregrina: gaza pro diuitiis, persicum. acinaces pro gladio, medicum. essedum pro rheda, Britannicum. Vungulum oseorum lingua, anulus. Cascus pro uetulo, lingua Sabinorum. Vri pro bubus feris, gallica uox. Camurum pro eo quod est in sese rediens, peregrinum uerbum. -nouata: ut ductare exercitum, patriare bellum, Sallustianum. Catonianum est uitiligator. Incuruiceruicum pecus Politianicum. Vituperones, amorabundus, subsequa, nupturire, uerbigerari. Cuiusmodi uocibus praecipue gaudet Apuleius. Habent et haec gratiam, si modo in loco modiceque uelut aspergantur. Helluo aparece en la lengua patrística, como nupturire. Cateia, magalia, acinaces fueron 22 1204 NOTAS SOBRE LA PRECEPTIVA LATINA DE.... Lo lógico sería que la imitación de los autores descubriera por sí sola los usos aceptables; pero sobre el consejo de Cicerón sobre la solemnidad que da al escrito el empleo de arcaísmos, se obtiene material de esas antiguas colecciones para salpicar los textos de erudición. Incluso un humanista como Luis Vives no despreció este recurso. Algunos diálogos toman este tema; quizá podemos destacar entre otros la representación satírica que hizo del pedante Lexiphanes (nombre lucianesco) Mariangelus Accursius23. Juan Sturm24 alude en De amissa dicendi ratione a las líneas generales de la preceptiva sobre la selección. Pero junto a las listas de palabras, la preceptiva acepta también las indicaciones tomadas directamente de los tratados griegos, contrastándolas con las indicaciones romanas. Así las indicaciones de Hermógenes, por ejemplo, o de los tratados griegos antes citados, se aplican al latín. 2. SELECCIÓN ORATORIA. Desde la perspectiva de los tratados de retórica, las recomendaciones de esta clase corresponden al apartado de la elocución. Por ejemplo, el libro de Melchior Junius, el editor de Hermógenes, Artis dicendi praecepta25 dedica su capítulo décimoctavo a la elocución oratoria. Toma apoyo en las autoridades de Aristóteles (ret. III,2) Cicerón (de orat. 3,434) y Quintiliano (inst. VIII): esse uero quatuor praecipuae oratoriae orationis siue uirtutes, siue formas, siue ideas: perspicuitatem, puritatem, ornatum, decorum. Quizá sea éste el esquema más sencillo para seleccionar las clases especiales en el vocabulario, que desde Erasmo se solían tener en cuenta. Propone después evitar las palabras ambiguas y la hominimia; pero advierte que no sólo se oscurece de este modo la claridad, sino que se advierte sobre una longa uerborum continuatio et protractio periodorum. Resulta útil al orador una referencia a las cualidades de la dicción, que limitan la combinación del vocabulario en el discurso, según veremos. llevados de un autor a otro de los comentaristas de Donato, desde los gramáticos latinos. Gaza era también un ejemplo típico de la tradición gramatical, amorabundus era una "innovación" de Laberio, cascus y uitulantes proceden del De lingua de Varrón. 23 Hemos consultado la edición posterior de este diálogo por el ejemplar de la BNM, 2/20496 M. Accursius, De antiquato et obsoleto sermone fugiendo dialogi duo elegantissim, quorum prior ante annos octoginta Romae productus, alter nuper editus, hoc tempore in lucem reducti, ut uerbis, tamquam moneta publica utendum ab omnibus intelligatur, Argentorati, A. Bertramus, 1609. 24 Ioannis Sturmii, de amissa dicendi ratione, Argentorati, Rihelius, 1543, pp. 38-40. 25 Citamos por la edición Artis dicendi praecepta secundum officii oratorii partes breuiter ex Platone, Hermogene, Cicerone, Quintiliano congesta et digesta, Argentorati, 1590; sobre la elocución, pp 325-343. 1205 Mª ASUNCIÓN SÁNCHEZ MANZANO Pero observemos dos esquemas pertenecientes a dos épocas distintas del siglo. Así por ejemplo en los tratados de Juan Caesarius y en el de Antonio Viperano26. Caesarius en el tratado sexto sobre el ornato y esplendor del discurso se remite a la clasificación de los tres estilos, que hemos referido antes, y reclama palabras "graves" para la oratoria de tal categoría, que abundan menos en el "mediocre", pero a ellas se opone el género menor de la oratoria: Huic ex aduerso opponitur attenuata siue tenuis figura, ut quae tam uerbis quam sententiis usque ad usitatissima puri sermonis consuetudinem demissa est. Y compara esa selección de palabras con la que se observa en las obras virgilianas: sublime en la Eneida, mediocre en las Georgica y tenue en las Eclogae. Recomienda además el vocabulario grave al tratar cuestiones de filosofía y sobre todo cuando se habla de la divinidad. A la oratoria le suele corresponder en la mayoría de los casos, como a los textos de historia, el nivel medio. A tales características corresponden distintos peligros de incurrir en uitia, que en el género histórico-oratorio consiste en la fluctuación entre los otros niveles. Para evitarlo, la elocución se regula en elegancia, composición y dignidad. Elegantia est, quae facit, ut unumquodque uerbum pure et aperte dici uideatur. Haec diuiditur in latinitatem et explanationem. Sobre la latinidad se refiere a las definiciones de Varrón y Quintiliano, sobre la explanatio al autor de Ad Herennium, por lo que ésta virtud se procura con palabras usuales y propias. Pero no explicita qué palabras son éstas, fuera de lo que corresponde al lenguaje cotidiano. Viperano distingue uerba simplicia de uerba coniuncta, siguiendo el De oratore. De ahí que se refiera primeramente al desarrollo del vocabulario por flexión y derivación y composición. Encuentra motivo para censurar la creación léxica abusiva: tamen nobis, quibus sermo Latinus periit, licere amplius non arbitror, ni in rebus nouis Latinae linguae peritioribus, et quidem uerecunde, nec a uulgo loquendi modum, sed a probatis authoribus petere debemus. Itaque usitata a bonis authoribus uerba ab inusitata secernere oportet. Aprovecha también para censurar el estilo arcaizante de los apuleyanos. Respecto a las clases de palabras quae translata non sunt recuerda las series de obscura, exilia, aspera, sordida, e incluso da 26 Rhetorica Ioannis Caesarii in septem libros siue tractatus digesta, uniuersam fere eius artis uim compendio complectens, nunc primum et excusa et edita, impressum prope diuum Lupum, Coloniae, 1534. Io. Antonii Viperani. De componenda oratione libri III, Antverpiae, Plantino, 1581, pp.23-26 1206 NOTAS SOBRE LA PRECEPTIVA LATINA DE.... indicaciones sobre la eufonía: etenim u et i, quibusdam cum litteris acutius; et a et o praesertim longae, grauius; e lenius sonat. En otros ambientes se discutiría la designación propia de las palabras, e incluso, frente a la difusión y aceptación que tuvo el diccionario ciceroniano de Nizzolio, algunos disentían de sus lemas y explicaciones, por preferir entre las denominaciones ciceronianas, una como más propia y excelente.27 Sin embargo, la búsqueda de la excelencia por medio del alejamiento del uso vulgar se presenta amenazando con producir los excesos de la estética barroca. 3.EL CUIDADO DE LA EUFONÍA. Se interpreta y adapta también en este sentido la doctrina antigua de vicios y virtudes, como lo demuestra la obra de Valentín Erythraeus De uitiis orationis28. Erithraeus cita la definición de virtud según la difundida Tabula de schematibus et tropis de Pedro Mosellano: uirtus est, qua oratio honestatur attolliturque supra uulgi sermonem. En el tratado de Erythraeus se encuentran algunos detalles que nos indican el reconocimiento de rasgos de la fonética latina y su adaptación prosódica y estilística. Entre ellos aparece comentada la aliteración con diferentes tipos de pronunciaciones que se critican por exceso de a, b,g, d, i, l, m, n, p, r, s, t. Los ejemplos propuestos son versos latinos de la Eneida en su mayoría. Se recogen también algunos de las Geórgicas y un pasaje del pro lege Manilia: cum duodecim secures in praedonum potestatem peruenerint. Nos llama la atención cómo define el "phitacismo": acumulación de ph, u consonántica o f en uno o dos versos. Tal vez está uniendo ahí un rasgo fónico del griego (si bien, una de las citas contiene Phoebe, pharetras), con dos del latín, pero probablemente reunidos éstos por la pronunciación germana. Sin embargo, en los ejemplos se observa una coincidencia adicional de sonidos labiales, ente los que aparecen también u vocálica, b, m, p, y por último, o. Destaca el efecto del sonido fricativo labial f con el diptongo oe: foedera, foedere, foedus, foecunda (sic); la percepción de la labialidad de la o se hace más fácil en estos casos, como también en el de una palabra como Fortuna. Esto es, no le suenan eufónicos esos pasajes, aunque no explique bien por qué. 27 Así nos lo refleja el diálogo de H. Etienne, Nizoliodidascalus, siue monitor Ciceronianum, Dialogus Henrici Stephani, excudebat Henricus Stephanus, anno 1578, sobre todo en las páginas 80-98. 28 Valentini Erythraei Lindavensis de vitiits orationis,Argentinae, Mylius, 1561, esp. pp. 306-349. 1207 Mª ASUNCIÓN SÁNCHEZ MANZANO En cuanto a las aliteraciones vocálicas, considera escasa la frecuencia de u vocálica, y censura el uso abundante de palabras escritas con h, que considera dasycismo, id est, aspirationis uel literae H assiduitas (hos cape fatorum comites, his moenia quaere; hostis habet, hunc habet). En cuanto a la repetición sobresaliente de las sílabas, distingue posiciones posibles en las que se advierte esa concurrencia. Los defectos físicos que impiden una correcta pronunciación se detallan también en este completísimo apartado, en la que sigue las autoridades de Eobano Hesso, Erasmo, Budé y Joaquín Camerarius: la pronunciación entrecortada, o forzada, la celostomía (definida por Jodoco Wiliquio29 como "voz ahogada") el apócope de las palabras, la dicción balbuciente (sobre la que se hace referencia a Hipócrates y a Galeno) la dificultad en pronunciar la consonante vibrante (voz de ebrio) la pronunciación áspera. A estos defectos correponde la virtud de la orthoepeia, la dicción correcta. 4. SELECCIÓN DEL VOCABULARIO: GRAMÁTICA E IMITACIÓN. También interesa la observación que hace Erythraeus sobre el uso concreto de las palabras en su disposición sintagmática: nec loquimur in hoc loco de eo uitio, quod in phrasei, id est, loquendi forma, consistit, cum scilicet non obseruatur consuetudo et elegantia ueterum autorum, quod non raro soloecismum dicitur, ut si quis dicat pati damnum, pro damno affici, et facere epistolam, pro componere.30 Podemos relacionarlo con la compositio que cita Erasmo en el cap. X del De copia:Prima praeceptio: elegantia partim sita est in uerbis receptis ab authoribus idoneis, partim in accomodando, partim in compositione. (...) Respecto a esta última pone el ejemplo siguiente: damnum dare latinum est, facere autem iniuriam, non dare dicendum. Dare malum, latine dicitur, dare iacturam non recte; facere iacturam latine dicitur, pro eo quod est pati, facere infamiam non item. Denique facere iniuriam latinissimum est, facere contumeliam Cicero latinum esse negat. Lo recuerda también cuando cita la antigua censura de akyrologia: 29 1505-1552. Fue muy bien acogida la enseñanza de su obra De formando studio in quolibet artium et sacrarum et prophanarum genere consilium, Francfort, 1550. 30 Valentini Erythraei, cit. p. 381. 1208 NOTAS SOBRE LA PRECEPTIVA LATINA DE.... est et in phrasei akurologia quando ueterum elegans consuetudo loquendi non obseruatur, ut si quis dicat dare uerba pro loqui, cum sit fallere, decipere et circumdicere, item habere fidem alicui pro seruare alicui fidem, cum significet proprie credere cuipiam.31 Y junto a la disposición en la cadena hablada, comenta la diferencia paradigmática entre palabras de sentido próximo, con ocasión de la virtud de la propiedad, que trata de evitar la oscuridad en la exposición: Orationis obscura genera: improprietas est,cum uox una aliqua, minime propriae significationis, orationi ceu nubes inducitur, cum uerbum spero pro timeo ponitur. Ejemplos de propio: speramus bona futura, sic timemus contraria, hoc est, mala impendentia. Y de impropiedad: Davo en la Andria de Terencio: nam quod tu speras, propulsabo facile, id est, quod times.32 Hic ergo, comenta el tratadista, sperare et promittere licet de futuro bono dicantur, tamen ad impendens periculum atque laborem traducuntur. Otro ejemplo: neque enim ignari sumus ante malorum, pro non sumus obliti, nam ignarus est, qui nescit, oblitus uero, qui non meminit.33 Se retoma con esto la antigua enseñanza de la figura o schema como licencia respecto de la construcción regular. De esta manera también se llega a la misma frontera visitada por los antiguos en sus composiciones poéticas: la frontera que limita la imitación. De ahí la paradoja que surge en el siglo XVI con mayor fuerza que antaño: la imitación puede llevar a una deficiente aplicación de las uirtutes. En efecto, puesto que ya no se cuenta más que con un registro limitado de autores y obras como testimonio de la lengua latina, para no equivocarse en el uso de las palabras habrá que pisar sobre las huellas de estos escritos, sin que sea posible innovar; pero la imitación de los usos poéticos choca muchas veces con el uso constatado para la prosa, y se advierte el problema de la doble norma, multiplicada en cada uno de los géneros literarios. Por ahí se rompen los límites y no resulta suficiente la gramática ni la imitación de los clásicos para conseguir una competencia adecuada, como recuerda Antonio van Schore en el prefacio de su libro De phrases linguae Latinae34: 31 Valentini Erythraei, cit. pp. 417-418. Valentini Erythraei, cit. pp. 410-411. 33 Valentini Erythraei, cit p. 410. 34 Phrases linguae Latinae ratioque obseruandorum horum in auctoribus legendis, quae praecipuam ac singularem uim aut usum habent. Dialogus doctissimus de ratione populariter tractandum quaestionum in gratiam et usum studiosae iuuentutis 32 1209 Mª ASUNCIÓN SÁNCHEZ MANZANO In quibus uero discrimen animaduertitur auctorum, summmae uirtutis est posse perspicere, quid cuique generi scriptorum accommodatum, quid alienum existimetur. En este punto se hace necesario consultar un tratado que recogía bien estos aspectos estéticos del vocabulario latino: el de Estrebeo35. Erythraeus coincide con él respecto de la barbarolexis36; tiene en cuenta palabras de la tradición medieval, sobre todo la germánica37. La preocupación por el ridículo se presenta al comentar, dentro de su tratado De uitiis, la acervatio, mixtura linguarum, que explica por similitud con lo que podría suceder en su lengua alemana: cuiusmodi Germanicus noster est sermo, quo communiter omnes totius Germaniae populi utuntur. Quam autem ridicula illa esset oratio Teutonica, quae ex Sueuicis, Heluetiis, Bauaricis, Franconicis, Misnicis et Saxonicis uerbis et locutionum formis propriis, temere esset consuta? Antonio Schoro auctore. His praeterea adiecimus nonnullas alias phrases, quae deesse uidebantur, multaque plurimis in locis perperam citata restituimus, Lipsiae, ex officina typographica Abrahami Lambergi, 1592. Menos conocido que el Nizzolius o el Calepinus. 35 Citamos por la ed. conservada en la BNM.Iac. Ludoici Strebaei Remensis, de electione et oratoria collocatione uerborum libri duo, Coloniae in off. Birck mannica, 1582. 36 Erythraeus cita también las obras de Georgius Fabricius, autor de una obra gramatical, editada en Basilea por Oporinus (1560) y de un Epitome Prosodiae et Elegantiarum, del que conocemos la edición de Lipsiae, Steinman, 1583. 37 Leuca, passagium (usado por Bernardo de Claraval, Lulio o Kempis), treuga (en la obra de Guillermo de Tiro o en la de Jiménez de Rada), pro bello guerra, aucha, quitantia, manutenentia, locumtenens y biretum. Germanis cateia pro telo, framea pro gladio; Gallis carrus, carruca, rheda, cisium, gesum, petorium, leuca por miliari Gallico, alauda (aparece en el texto de Egberto Lodiense); Alanis sarraculum pro uehiculo; Britannis couinus, esseda uel essedum pro uehiculi genere; Hispanis lancea (empleado por Alcuino); Sardis mastruga el pasruca; Aegyptiis nonnus uel nonna pro sancto, sancta; Poenis mappa; Phrygibus riscus pro cistella; Persis gaza pro diuitiis; Macedonibus phalanx. Más curiosa es la serie que aparece como importación del griego, en la que se considera lego, fero, propino, lampas, ecclipsis, peristroma, domus, ager, poema, bos, musa, anima (Valentini Erythraei, cit. pp. 376-77). Parece coincidir bastante con el apartado De uerbis barbaris, cap. XII de la obra de Estrebeo. 1210 NOTAS SOBRE LA PRECEPTIVA LATINA DE.... Dudas semejantes debieron suscitarse por la abundancia de eruditos de distintas nacionalidades europeas que empleaban el latín como signo de distinción, según recoge también el diálogo de E. Dolet Dialogus de imitatione Ciceroniana38 También se censuran la mezcla de prosa y verso, la uniformidad de estilo sin variedad, la variación excesiva, la explicación de algo importante con simplezas (tapinosis), el idiotikon (cum quasi uulgi ore loquimur, ita quidem, ut ne a uerbis sordidis abhorreamus); son otros defectos que se deben evitar e inciden en la dirección de las notas anteriores. Sin embargo, las diferencias en el uso merecieron la atención preferente de otros estudiosos que habían trabajado también esta faceta de la enseñanza del estilo. Se trata incluso de características que no se advierten en el uso corriente, pero que contrastan en algún texto. Schorus pone de relieve la dificultad de reunir en un tratado preceptos adaptados a esas cualidades singulares (propria uis) de las palabras : Ea igitur obseruationi subiicimus, quae seiuncta a praeceptis, separatim aut significatione, aut usu, quasi propriam quandam uim habere existimantur...atque ad artem redigi numquam possint. (...) Verborum itaque simplicium uis maxime aestimatur, aut rebus, quibus tribuuntur, aut contrariis, quibus opponuntur, aut finitimis, quibus adiunguntur, aut iis, quibus explanantur. De este modo conocemos que tiene un criterio de exposición, aunque no lo siga de modo regular siempre en todos los lemas. Presenta algunos ejemplos de los contenidos que recoge: accessio et accessus ab eodem uerbo quidem fiunt, dissimilem tamen apud autores uim habent. Sic adoptio consuetudine latina, non adoptatio, quomodo ex arte dici deberet, est peruulgatum. Vtor uoluptate, sed fruor, neque fruor instrumento; sed utor poscimus et flagitamus aliquem pecuniam, uestem, sed non rogamus, neque obsecramus, aut oramus pecuniam, si eos sequamur, qui emendate sunt locuti. La tradición de estas diferencias se desarrolla dentro del género de las llamadas elegantiae, que ofrecen ayuda para el aprendizaje del latín 38 Hemos consultado la ed. facsímil De imitatione Ciceroniana, aduersus Desiderium Erasmum Roterodamum pro Christophoro Longolio, Lugduni, Seb. Gryphium, que presenta E. V. Telle, L'Erasmianus sive Ciceronianus d'Etienne Dolet (1535), Ginebra, 1974; este detalle se encuentra en p. 131. 1211 Mª ASUNCIÓN SÁNCHEZ MANZANO mediante explicaciones y glosas muchas veces en lenguas nacionales39. Sin embargo, en estas Phrases se reducen a algún comentario ocasional las anotaciones gramaticales, que abundaban en ese género, hasta constituir buena parte de cada tratado; esta obra se parece más a un "diccionario de uso". La necesidad de la obra de Schorus está expuesta además desde la constatación de la dificultad de componer textos que tienen los hablantes de las lenguas germánicas40, cuya sintaxis es muy diferente. Se presenta así una dificultad práctica del aprendizaje de la lengua latina, de un nivel muy diferente al de aquellos que desean asegurarse una probada competencia para emprender la elaboración literaria41. Sin embargo, algunas de las advertencias sobre el uso son comunes a los apartados de barbarismo y barbarolexis que hemos recogido antes: por eso no prescinde totalmente de la gramática, disciplina básica para el dominio del latín. Además, Antonio van Schore había escrito antes otras obras dirigidas a ese propósito fundamental42, que completa con los detalles prácticos seleccionados para las Phrases. Por ejemplo, respecto de abeo explica:Latini quoque solent hoc uerbo uti, cum significare uolunt, ea quae commota sunt, non permansura in eo statu, aut ut uulgus loquitur: Non haec ita transibunt, tu plus de hac re audies. Pero no se limita sólo al latín clásico, sino que considera el uso contempráneo: 39 En un libro de este género titulado Commentarius de Latinae linguae elegantia et uarietate cum Hispanica elegantiori interpretatione, Lugduni, Io. Musonium, 1597 encontramos un prólogo de Maturinus Corderius en el que expone como finalidad oppugnandam barbariem et tuendam pro uirili parte Latinae linguae integritatem. En realidad reúne frases latinas con su traducción castellana, agrupándolas por su semántica o su utilidad práctica en las situaciones comunicativas más corrientes. Una de las más antiguas impresas es la de Jac. Wimphelengius, unida a una retórica (ed. Hagenharu, 1493). 40 Dice en el prólogo: non uidetur mihi quod sis doctus, quomodo Germani, sed uideris mihi non doctus, ut latini loquuntur, dicemus, huius enim plurima exempla in libro de ratione ediscendae linguae latinae proposuimus, quibus satis ostendimus, quemadmodum Germanicam latinitatem corrigamus. 41 Véanse los detalles de la codificación de normas en W.G. Müller, Topik desStilbegriffes. Zur Geschichte des Stilverständnisses von der Antike bis zum Gegewart, Darmstadt, 1981. 42 De ratione discenda docendaque linguae Latinae et Graecae libri duo Argentorati, 1549 (tuvo otras ediciones en 1563, 1571 y 1575) de la que hay una ed. en microficha editada por Saur en 1990 y un diccionario ciceroniano que apareció en 1557 (con ediciones posteriores en 1586, 1570, 1580 y 1608). 1212 NOTAS SOBRE LA PRECEPTIVA LATINA DE.... Impingo: ea significatione qua ueteres usi sunt hoc uerbo, non usurpat nunc uulgus, sed qua recentiores; nam ueteres numquam illidere et offendere per impingo dixerunt, sed pro infligere, aut iniicere aliquid quo capiatur aliquid sunt usi, ut cum impingere alicui. De alguna manera nos situamos ante la misma realidad en las aulas que encontrábamos al final de la Antigüedad tardía: el comentario de autores es el método elegido para el aprendizaje, y en esa actividad de enseñanza, se hacen necesarios los apuntes, no sistemáticos, sino traídos al hilo de los textos que se leen. La novedad consiste en el carácter estrictamente lingüístico de las diferencias que se proponen, mientras que las antiguas respondían a intereses diversos, retóricos, literarios o filosóficos:Sed in omni uerborum obseruatione hoc tenendum est, ut animaduertamus, usune tantum an etiam ui significandi in omnibusue an quibusdam tantum idem ualere uocabula uideantur. Algunas indicaciones nos informan sobre un cierto debate acerca del uso de las formas, y son estrictamente sintácticas, esto es, gramaticales, como la siguiente: Praeterea: qui putant hanc uocem iunctam ex praeter et is, tamquam parum Latinam non audent coniungere cum nominibus masculini aut foemenini generi, et solum iungi putant nominibus neutri generis. Sed a Cicerone discant omnium generum nominibus adiungi. Pero no basta con la imitación de los clásicos y la observación de las reglas gramaticales, pues las explicaciones sobre cada término exceden lo que muestran las citas reunidas por el autor. De ahí el aspecto diverso que adquiere este diccionario de frases, que se parece a las antiguas elegantiae, pero que compara, sitúa el uso y significación en los ejemplos, y comenta los registros más adecuados; de esta manera que puedan ser mejor memorizadas por estas características. 5.CONCLUSIÓN: Revisando algunos textos sobre preceptiva latina del XVI observamos los factores de selección considerados: -Factores gramaticales, que se han ido acuñando en la tradición secular de la doctrina de los uitia sermonis, de orden fonético y morfológico sobre todo, pero que afectan también a diferencias sintácticas (solecismos) y semánticas. 1213 Mª ASUNCIÓN SÁNCHEZ MANZANO -Factores estéticos de eufonía, y diferencias de registro de la lengua (adecuación al contexto y clasificación de las palabras más adecuadas a cada propósito). Se aplican al latín normas de preceptistas griegos no adaptadas por Cicerón o Quintiliano. Las recomendaciones de uso aparecen en diccionarios, tratados de sintaxis, y textos didácticos. De esta manera advierten sobre la necesidad de adquirir una competencia en latín que no se consigue totalmente con la gramática, la retórica, la lectura e imitación de las obras de los autores, al tiempo que contrastan el uso clásico con la consuetudo de la época, en la que es difícil lograr una cierta uniformidad de usos entre los eruditos. 1214