7 Nuevos ciudadanos de América Latina en España Coordinación y elaboración Departamento de Estudios e Investigaciones de la Fundación CeiMigra Luis Díe Josep Buades Luisa Melero Colaboradores/as Gabriel Cameratti Maquetación Imazonia INDICE 1. Introducción: des(en)cubriendo América Latina en España 4 2. Nuevos españoles venidos de América Latina 4 3. Evolución de las distintas nacionalidades latinoamericanas residentes en España 17 4. Ubicación de las personas procedentes de América Latina que residen en España 20 5. Algunas conclusiones y reflexiones 25 APÉNDICE: LA INMIGRACIÓN LATINOAMERICANA EN ESPAÑA EN ALGUNOS TEXTOS DE REFERENCIA 28 4 Nuevos ciudadanos de América Latina en España 1. Introducción: des(en)cubriendo América Latina en España La denominación “América Latina” engloba la mayoría de estados del continente americano y del mar Caribe: aquellos cuyas lenguas oficiales son latinas; de hecho, el español, el portugués y el francés. En su inmensa mayoría, los países latinoamericanos tienen el español como idioma oficial. La lengua común y una larga historia de conquista y colonización primero, y de emigración a lo largo de los siglos XIX y XX, pesan en el imaginario sobre América Latina. En la opinión pública se presupone un elevado grado de homogeneidad cultural en todo el conjunto, y una gran proximidad cultural con España. Es preciso restituir una mirada atenta a las grandes diferencias culturales que se manifiestan a lo largo y ancho del espacio denominado América Latina. Los grandes espacios inciden: la cordillera andina, las pampas, la amazonía, la costa caribeña… La urbanización, acelerada en la segunda mitad del S. XX, ha generado culturas específicas en las grandes ciudades y sus suburbios. Las culturas campesinas (agricultoras o ganaderas) se encuentran en el crisol entre tradición y modernización. El despertar de la conciencia cultural, religiosa y política de los pueblos originarios introduce nuevas interpretaciones sobre el continente, su historia, su división política… Es posible una mirada sobre y desde América Latina como conjunto, teniendo en cuenta los elementos que forjan su unidad y que revelan su enorme riqueza y complejidad cultural. En una publicación como esta Mirada, se combinará la referencia al conjunto con la referencia a los estados que la componen: o mejor, a las personas procedentes de esos estados que viven en España y en la Comunitat Valenciana, también aquellos que han adquirido la nacionalidad española. Este ejercicio de mirada se desplegará en tres partes. La primera abarcará el conjunto de América Latina, y presentará las principales variables demográficas: españoles latinoamericanos, residentes latinoamericanos según sus nacionalidades, evolución de la población latinoamericana en España, distribución geográfica en CC.AA. y provincias… La segunda enfoca la mirada sobre la Comunidad Andina: Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. Y la tercera lo hace sobre los países del Cono Sur, Brasil y Venezuela. En ambos casos se intenta describir la complejidad de cada país, incluyendo referencias a las diferentes comunidades indígenas. Y se analizan los datos demográficos disponibles en la Comunitat Valenciana. Con todo ello, es imprescindible también hacer constar la complejidad y los límites de abarcar un tema como el que nos reúne en este triple trabajo. La heterogeneidad y las enormes dimensiones de una región como América Latina, si bien permiten un acercamiento y análisis desde algunas perspectivas como las abordadas aquí, también dejan, de modo inevitable, un trabajo inacabado que deberá ser continuado, completado y retroalimentado. 2. Nuevos españoles venidos de América Latina El presente trabajo trata de analizar los datos demográficos sobre población latinoamericana en España. A este respecto, cabe esperar que se arrojen cifras de personas residentes extranjeras. Y, sin embargo, esta mirada tendrá presentes, en primer lugar, a españoles venidos de Latinoamérica. Unos son antiguos emigrantes y sus hijos que habían conservado o recuperado la nacionalidad española. Otros son nacionales de países latinoamericanos naturalizados españoles. Unos y otros pertenecen tanto a la realidad latinoamericana como a la española. Por lo que toca a españoles retornados, en 2009, 13.037 se dieron de baja en los consulados españoles de los países de América Central y del Sur para residir en España. Y 2.933 se dieron de baja de los consulados en países de América del Norte (Canadá, EE.UU. y México). Es interesante mostrar la evolución de cifras de personas extranjeras naturalizadas españolas y, en particular, de las procedentes de América Latina (gráfico 1). Por regla general, las personas procedentes de América Latina pueden solicitar la nacionalidad española tras 5 Nuevos ciudadanos de América Latina en España dos años de residencia legal en España. Desde 2001 a 2009, han obtenido la nacionalidad española 337.340 personas latinoamericanas. Respecto del total de naturalizaciones, el porcentaje de latinoamericanos ha pasado del 53,8% en 2003 al 84,5% en 2009. Gráfico 2. Evolución de la población en España 50.000 .000 45.000 .000 40.000 .000 35.000 .000 30.000 .000 25.000 .000 El número de nacionalizaciones es reducido en comparación al volumen de las personas extranjeras residentes en España. El total de nacionalizaciones anuales nunca ha pasado del 1,6% de la población extranjera total residente en España cada año. Y cuando se trata de personas latinoamericanas, el porcentaje no ha sido superior al 3,9% de la población latinoamericana residente. Gráfico 1. Evolución de las nacionalizaciones de personas extranjeras en España. Total y América Latina 90.000 80.000 70.000 60.000 50.000 40.000 30.000 20.000 10.000 0 2001 2002 2003 2004 naci onalizaciones 2005 2006 2007 2008 2009 nacionalizaciones de AL Fuente: elaboración propia a partir de los datos de nacionalizaciones disponibles en el MTIN. Un examen de la evolución de la población total en España (gráfico 2), muestra el estancamiento que se ha producido entre 2009 y 2010. Dicho estancamiento está relacionado con las consecuencias de la crisis económica, y con las mayores restricciones en la entrada y permanencia de las personas extranjeras en España. Se impone la cautela al interpretar el significado de la pequeña reducción de población extracomunitaria observada en el último año. Más que a las salidas del territorio, puede deberse a las nacionalizaciones (más de 67.000 personas de América Latina, tanto en 2009 como en 2010; más de 79.000 personas extranjeras en total, en 2010). Asimismo, el incremento de población de un país comunitario como Italia, puede corresponderse parcialmente con la disminución del número de personas de nacionalidad argentina. 20.000 .000 15.000 .000 10.000 .000 5.000 .000 0 1996 1998 1999 TOTAL 2000 2001 2002 ESPAÑOLA 2003 2004 2005 Total Extranjeros 2006 2007 2008 2009 201 0* Total América Latina Fuente: elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento del INE. Datos provisionales a 1-12010 disponibles el 23-11-2010. Cuando se traza la evolución del número de personas españolas empadronadas, están incluidas las que han adquirido la nacionalidad. De modo que el número de personas españolas de origen sería ligeramente inferior sin las aportaciones de las extranjeras naturalizadas. En todo caso, en 2010, las cifras provisionales del Padrón disponibles en el momento de ofrecer esta publicación, hablan de más de 1,7 millones de personas de las distintas nacionalidades de América Latina residentes en España. También es importante ver (gráfico 3) la evolución del peso relativo de la población latinoamericana residente en España. Pueden observarse dos procesos distintos, uno en relación con la población extranjera total, y otro respecto de la población española y la población total residente en España. De la comparación de la población latinoamericana con el total de extranjeros residentes en España, se distingue un proceso en tres fases: La primera, entre 1996 y 2000, en la que las personas procedentes de América Latina suponían entre un 18% y un 20% de los extranjeros residentes en España. La segunda, entre 2000 y 2004, en que la población de las nacionalidades latinoamericanas llega a ser más del 40% de la población extranjera residente en España. Y la tercera, desde 2004 hasta la actualidad, en la que el peso relativo de la población latinoamericana vuelve a disminuir y se sitúa en torno a un 30% de los extranjeros residentes en España. 6 Nuevos ciudadanos de América Latina en España Tabla 1. Personas residentes procedentes de América Latina y nacionalizaciones en España, por nacionalidad y año Total por nacionalidad/procedencia 1996 1998 1999 2000 2001 2002 2003 Cuba 8.143 10.354 12.919 17.814 24.534 31.832 38.332 12.932 16.688 20.168 24.847 31.153 37.830 44.290 1.227 1.385 1.483 1.654 1.834 2.157 2.565 11.815 12.901 14.404 15.720 17.457 19.946 23.398 República Dominicana Canadá Estados Unidos México 3.567 4.072 4.656 5.510 7.473 10.247 15.435 17.931 19.315 21.096 23.351 32.429 56.714 109.445 Brasil 5.387 6.709 8.332 11.126 17.078 23.719 31.270 Venezuela 8.318 8.986 10.194 12.119 16.549 22.257 29.716 Resto de nacionalidades de América del Sur 37.994 46.764 57.173 89.336 Resto de nacionalidades de América Central 3.624 4.981 4.474 5.359 Argentina Bolivia Colombia Chile Ecuador Perú 6.619 13.517 28.432 87.209 191.018 244.684 11.674 16.949 23.911 139.022 259.522 390.297 34.975 44.752 55.915 Uruguay 6.828 11.352 20.889 Resto de nacionalidades de América del Sur 1.003 1.452 2.642 Resto de nacionalidades de América Central 7.051 9.300 12.306 937.201 Paraguay El Salvador Honduras Resto de nacionalidades de América del Sur Resto de nacionalidades de América Central Guatemala Nicaragua Panamá Costa Rica Resto de nacionalidades de América del Sur Resto de nacionalidades de América Central Dominica Resto de nacionalidades de América del Sur Resto de nacionalidades de América Central América del Sur 69.630 81.773 96.795 135.933 353.386 641.250 América central 24.699 32.023 37.561 48.021 62.738 78.962 94.928 América del Norte 16.610 18.358 20.544 22.884 26.764 32.351 41.398 América AMÉRICA LATINA Total Extranjeros 110.939 132.155 154.899 206.838 442.888 752.563 1.073.527 97.897 117.869 139.012 189.464 423.597 730.460 1.047.564 542.314 637.085 748.953 923.879 1.370.657 1.977.946 2.664.168 ESPAÑOLA 39.127.079 39.215.566 39.453.204 39.575.911 39.746.185 39.859.948 40.052.896 TOTAL 39.669.392 39.852.650 40.202.158 40.499.790 41.116.842 41.837.894 42.717.064 16.743 21.805 9.713 13.734 58,0% 63,0% % de nac. AL sobre población de AL 1,3% 1,3% % de nac. sobre población extranjera 0,8% 0,8% Nacionalizaciones Nacionalizaciones de AL % de nacionalizaciones de AL Españoles no nacionalizados 39.127.079 39.215.566 39.453.204 39.575.911 39.746.185 39.843.205 40.031.091 1.047.564 % AL sobre total extranjeros 97.897 117.869 139.012 189.464 423.597 730.460 % AL sobre población española 18,1% 18,5% 18,6% 20,5% 30,9% 36,9% 39,3% % AL sobre población total 0,25% 0,30% 0,35% 0,48% 1,07% 1,83% 2,62% Nuevos ciudadanos de América Latina en España Total por nacionalidad/procedencia 7 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010* Cuba 39.674 45.009 44.739 45.698 50.759 54.621 54.537 República Dominicana 47.973 57.134 61.071 65.119 77.822 88.103 90.195 2.429 2.866 2.775 2.419 2.692 2.785 2.838 22.184 25.831 24.517 22.082 23.903 24.934 25.412 Canadá Estados Unidos México 18.113 22.922 2.3857 21.107 23.025 24.958 25.184 130.851 152.975 150.252 141.159 147.382 142.270 130.557 Brasil 37.448 54.115 72.441 90.161 116.548 126.185 116.551 Venezuela 38.718 49.206 51.261 51.481 58.317 61.468 59.786 Argentina Resto de nacionalidades de América del Sur Resto de nacionalidades de América Central Bolivia Colombia Chile 52.345 97.947 139.802 200.496 242.496 230.703 210.624 248.894 271.239 265.141 261.542 284.581 296.674 289.296 28.260 35.800 39.704 40.844 46.068 46.455 44.134 475.698 497.799 461.310 427.099 427.718 421.426 395.069 Perú 68.646 85.029 95.903 103.650 121.932 139.179 139.284 Uruguay 31.413 42.433 45.508 46.069 50.544 50.429 46.315 Paraguay 5.734 16.295 28.587 46.238 67.403 81.551 84.846 El Salvador 2.522 3.015 3.285 3.795 5.021 5.701 5.991 Honduras 5.128 7.017 9.108 14.253 22.026 25.307 27.171 Guatemala 1.895 2.081 2.417 3.266 3.882 4.007 Nicaragua 1.953 2.648 4.547 8.404 10.815 12.095 Panamá 1.467 1.597 1.794 2.137 2.264 2.310 Costa Rica 1.232 1.267 1.320 1.678 1.887 1.891 Resto de nacionalidades de América del Sur 51 53 46 Resto de nacionalidades de América Central 1.263 1.170 1.002 732 Ecuador Resto de nacionalidades de América del Sur Resto de nacionalidades de América Central Resto de nacionalidades de América del Sur 48 Resto de nacionalidades de América Central 6.341 Dominica 667 751 Resto de nacionalidades de América del Sur 51 54 48 Resto de nacionalidades de América Central 450 511 556 América del Sur 1.118.055 1.302.889 1.349.962 1.408.785 156.3040 1.596.394 1.516.510 América central 101.638 119.985 126.966 139.945 172.230 193.842 199.485 42.726 51.619 51.149 45.608 49.620 52.677 53.434 1.262.419 1.474.493 1.528.077 1.594.338 1.784.890 1.842.913 1.769.429 América del Norte América AMÉRICA LATINA 1.237.806 1.445.796 1.500.785 1.569.837 1.758.295 1.815.194 1.741.179 Total Extranjeros 3.034.326 3.730.610 4.144.166 4.519.554 5.268.762 5.648.671 5.708.940 ESPAÑOLA 40.163.358 40.377.920 40.564.798 40.681.183 40.889.060 41.097.136 41.242.592 TOTAL 43.197.684 44.108.530 44.708.964 45.200.737 46.157.822 46.745.807 46.951.532 Nacionalizaciones 26.556 38.335 42.829 62.339 71.810 84.170 79.597 Nacionalizaciones de AL 14.298 24.264 31.727 50.821 57.334 68.206 67.243 % de nacionalizaciones de AL 53,8% 63,3% 74,1% 81,5% 79,8% 81,0% 84,5% % de nac. AL sobre población de AL 1,2% 1,7% 2,1% 3,2% 3,3% 3,8% 3,9% % de nac. sobre población extranjera 0,9% 1,0% 1,0% 1,4% 1,4% 1,5% 1,4% Españoles no nacionalizados 40.136.802 40.339.585 40.521.969 40.618.844 40.817.250 41.012.966 41.162.995 % AL sobre total extranjeros 1.741.179 1.237.806 1.445.796 1.500.785 1.569.837 1.758.295 1.815.194 % AL sobre población española 40,8% 38,8% 36,2% 34,7% 33,4% 32,1% 30,5% % AL sobre población total 3,08% 3,58% 3,70% 3,86% 4,30% 4,42% 4,22% Fuente: elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento y de nacionalizaciones. INE, MTIN. Cifras de empadronamiento provisionales a 1-1-2010, disponibles el 23-11-2010. Cifras de nacionalizaciones a 31 de Diciembre del año anterior. 8 Nuevos ciudadanos de América Latina en España Téngase en cuenta que en esta tercera fase el peso relativo disminuye aunque siguen aumentando las entradas en esos años, por lo que la disminución se debe a un número mayor de entradas de personas procedentes de otros lugares y, por tanto, a una “redistribución” de las procedencias de las personas recién llegadas. El segundo de los procesos tiene que ver con el peso relativo de la población latinoamericana respecto de la población española y de la población total residente en España. Lógicamente, dado el peso de la población española en la población total, ambas tendencias son casi idénticas, con una ligera disminución entre 2008 y 2010 de apenas dos décimas porcentuales. Este segundo proceso supone una incorporación paulatina y sin saltos que llega a ser el 3,88% de la población total residente en España. O lo que es lo mismo: de cada 1.000 personas residentes en España, 39 tienen una nacionalidad de algún país de América Latina. En 2010, las principales nacionalidades latinoamericanas por el volumen de su población residente en España son: ecuatoriana, colombiana y boliviana (tabla 2, gráfico 4). Sólo estas tres nacionalidades suponen unas 900.000 personas, más de la mitad (51,4%) de las personas latinoamericanas residentes en España. Con todo, se debe recordar que en los datos provisionales a 1-1-2010 hay ya 20 Gráfico 3. Evolución del peso relativo de la población latinoamericana residente en España En cuanto al crecimiento porcentual de la población latinoamericana (tabla 3), se toma como período de comparación 2004-2010. La elección de fechas tiene que ver con el hecho de que, a partir de 2004, hay disponibles datos específicos de 15 países. Naturalmente, la elección de este período determina los porcentajes de variación. De hecho, de ampliar este período hacia atrás, el país que más ha crecido en número de personas residentes en España sería Bolivia, cuya población ha aumentado en casi 32 veces (3.182%) entre 2001 y 2010. En el período 2004-2010, el país que más ha visto crecer sus efectivos ha sido Paraguay, con casi 15 veces más residentes en España en 2010 que en 2004. A continuación, en este período, le siguen por este orden, Bolivia, Brasil, Perú y República Dominicana. Con un crecimiento más moderado se hallan Chile, Venezuela, Uruguay, México, Cuba y Colombia. Colombia merece una mención aparte, puesto que el gran aumento de población de nacionalidad colombiana residente en España Tabla 2. Nacionalidades latinoamericanas en España por volumen de población residente, 2010. 1 Ecuador 395.069 2 Colombia 289.296 3 Bolivia 210.624 4 Perú 139.284 5 Argentina 130.557 6 Brasil 116.551 7 República Dominicana 90.195 8 Paraguay 84.846 Venezuela 59.786 10 Cuba 54.537 11 Uruguay 46.315 9 45% 40% 35% 30% 25% 20% 15% 10% 5% 0% 1996 1998 1999 2000 % AL sobre total e xtranj eros 2001 20 02 200 3 200 4 % AL sobre poblaci ón española 2005 2006 2007 2008 2009 20 10* % AL sobre población total reside nte en España Fuente: elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento. INE. Datos provisionales a 1-12010, disponibles el 23-11-2010. nacionalidades latinoamericanas registradas en España. 12 Chile 44.134 13 Honduras 27.171 14 México 25.184 12.095 15 Nicaragua 16 El Salvador 5.991 17 Guatemala 4.007 18 Panamá 2.310 19 Costa Rica 1.891 20 Dominica 732 Fuente: elaboración propia. INE, datos provisionales de empadronamiento a 1-1-2010, disponibles el 24-112010. Nuevos ciudadanos de América Latina en España 9 Gráfico 4. Principales nacionalidades latinoamericanas, según la población empadronada en España en 2010 10. Cuba, 54.537 13. Honduras, 27.171 7. República Dominicana, 90.195 20. Dominica, 732 14. México, 25.184 17. Guatemala, 4.007 9. Venezuela, 59.786 16. El Salvador, 5.991 15. Nicaragua, 12.095 6. Brasil, 116.551 19. Costa Rica, 1.891 18. Panamá, 2.310 2. Colombia, 289.296 1. Ecuador, 395.069 4. Perú, 139.284 3. Bolivia, 210.624 12. Chile, 44.134 8. Paraguay, 84.846 11. Uruguay, 46.315 5. Argentina, 130.557 Países 1 al 5 por volumen de población Países 6 al 10 por volumen de población Países 11 al 15 por volumen de población Países 16 al 20 por volumen de población Fuente: elaboración propia. INE, datos provisionales de empadronamiento a 1-1-2010, disponibles el 24-11-2010. se da hasta 2003, momento a partir del cual dicha población sólo ha aumentado un 16%. Los países centroamericanos, mucho más pequeños, tienen poca población en España si se comparan con los mencionados anteriormente, a excepción de Cuba (con más de 54.000 residentes en 2010), Honduras (con más de 27.000 personas), y Nicaragua (con más de 12.000 personas). Estas cifras hacen referencia a los residentes de cada nacionalidad en todo el territorio español. Quedan sin aparecer en el registro estadístico español Belice, las dos Guyanas, Surinam y los pequeños Estados caribeños, algunos de los cuales están formados por pequeñas islas (Jamaica, Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Granada, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Trinidad y Tobago…). No obstante, su presencia es mínima en relación a la población de toda Latinoamérica que reside en España, por lo que podemos decir que prácticamente toda América Latina cuenta con representación en 10 Nuevos ciudadanos de América Latina en España la sociedad española actual. En 2010, la población de todas las nacionalidades latinoamericanas residente en España multiplica casi por 18 la que residía en 1996: se pasa de 97.897 a 1.741.179. En el mismo período, la población total extranjera se multiplica por 10. Sin embargo, en el período comprendido entre 2004 y 2010, la evolución se invierte: la población extranjera aumenta un 88%, frente al 41% de la población de origen latinoamericano. Lo que indica, como ya hemos señalado arriba, una redistribución en el origen de la población llegada a España. Tabla 3. Principales nacionalidades latinoamericanas, según el crecimiento de la población empadronada en España entre 2004 y 2010 Paraguay 14,797 Bolivia 4,024 Brasil 3,112 Perú 2,029 República Dominicana 1,88 Chile 1,562 Venezuela 1,544 Uruguay 1,474 México 1,39 Cuba 1,375 Colombia 1,162 Por nacionalidades, la feminización de la inmigración procedente de algunos países es más que evidente: Nicaragua (el 73,3% de las personas residentes en España son mujeres); Honduras (69%); Paraguay (67%); Brasil (62,4%); y Dominica (61,3%). También hay más mujeres que hombres, aunque los porcentajes de mujeres sean algo menores que los anteriores, en las siguientes nacionalidades: El Salvador (59,7%); Venezuela (58,7%); Guatemala (58,3%); México (58%); República Dominicana (57,4%); Bolivia (57,3%); Panamá (57%); y Colombia (55,3%) (tabla 4). En números absolutos, el orden de las nacionalidades con mayor presencia de mujeres que de hombres varía ligeramente respecto de la anterior. Así, Bolivia es la nacionalidad con mayor diferencia entre mujeres y hombres (30.958 mujeres), seguida muy de cerca por Colombia (30.684), Brasil (28.971) y Paraguay (28.844). Un segundo grupo de países a cierta distancia de los anteriores son: República Dominicana (con 13.337 mujeres más que Gráfico 5. Hombres y Mujeres extranjeros latinoamericanos residentes en España. 1996-2010 Millones Fuente: elaboración propia. INE, datos provisionales de empadronamiento a 1-1-2010, disponibles el 24-112010. latinoamericana, por su parte, muestran una evolución desde un patrón feminizado a otro con mayor equilibrio entre sexos. Las mujeres, que suponían un 60,9% de la inmigración latinoamericana en 1996, suponen un 55,1% en 2010. En 1999 se registró el mayor grado de feminización de la inmigración latinoamericana (61,6% de mujeres), y en 2005 el menor grado de feminización (54% de mujeres). En todo caso, la superioridad numérica del total de los hombres extranjeros es tan evidente en el gráfico 5, como la de las mujeres en el caso de las personas de nacionalidad latinoamericana. Si se observan las cifras de mujeres y hombres extranjeros y latinoamericanos residentes en España entre 1996 y 2010 (gráfico 5), se advierte alguna peculiaridad de la inmigración latinoamericana en España. Las cifras totales de población extranjera muestran una muy ligera masculinización. En el período de referencia, el total de hombres extranjeros ha pasado del 50,4% de las personas inmigradas en 1996 a un 52,5% en 2010, con un máximo del 53,5% en 2006. Las cifras de población extranjera y 3,5 3,0 2,5 2,0 1,5 1,0 0,5 0,0 1996 1998 Hombres extranjeros 1999 2 000 2001 2002 2003 Hombres latinoamericanos 2004 2005 2006 Mujeres extranjeras 2007 2008 2009 2010 Mujeres l atinoamericanas Fuente: elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento. INE. Datos provisionales a 1-12010, disponibles el 23-11-2010. Nuevos ciudadanos de América Latina en España 11 Tabla 4. Distribución de población latinoamericana residente en España en 2010, por nacionalidad y sexo Ambos sexos Varones Mujeres Varones Mujeres Nicaragua 12.095 3.224 8.871 26,7% 73,3% Honduras 27.171 8.416 18.755 31,0% 69,0% Paraguay 84.846 28.001 56.845 33,0% 67,0% Brasil 116.551 43.790 72.761 37,6% 62,4% Dominica 732 283 449 38,7% 61,3% El Salvador 5.991 2.416 3.575 40,3% 59,7% Venezuela 59.786 24.883 34.903 41,6% 58,4% Guatemala 4.007 1.669 2.338 41,7% 58,3% México 25.184 10.588 14.596 42,0% 58,0% República Dominicana 90.195 38.429 51.766 42,6% 57,4% Bolivia 210.624 89.833 120.791 42,7% 57,3% Panamá 2.310 993 1.317 43,0% 57,0% Colombia 289.296 129.306 159.990 44,7% 55,3% Cuba 54.537 24.563 29.974 45,0% 55,0% Costa Rica 1.891 852 1.039 45,1% 54,9% Perú 139.284 68.664 70.620 49,3% 50,7% Chile 44.134 21.829 22.305 49,5% 50,5% Ecuador 395.069 195.590 199.479 49,5% 50,5% Argentina 130.557 64.644 65.913 49,5% 50,5% Uruguay 46.315 23.051 23.264 49,8% 50,2% Fuente: elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento. INE. Datos provisionales a 1-1-2010, disponibles el 23-11-2010. hombres), Honduras (10.339), y Venezuela (10.020). Sólo en estas siete nacionalidades ya suponen más de 153.000 mujeres por encima del número de hombres entre las personas residentes en España. Desde el principio, en las pirámides de América, América Central y Caribe, América del Sur y América del Norte, se hace bien visible la feminización de la inmigración latinoamericana en España (gráfico 6). También se hace perceptible que el grupo de edad mayoritario en todos los casos es el de las personas de entre 25 y 34 años y, especialmente, de las mujeres. Por lo que respecta a la población centroamericana, se trata de una migración muy feminizada, con un elevado número y proporción de mujeres solas o con cargas familiares (algún o algunos hijos o hijas). Destaca especialmente el caso de la población hondureña. Las pirámides de población procedente de Ecuador, Perú, Uruguay, Argentina y Chile residente en España son casi simétricas, lo que nos sugiere una migración familiar. Bolivia, Brasil, Colombia, Paraguay y Venezuela vuelven a mostrar una clara feminización de sus respectivos grupos nacionales residentes en España. Se aprecia un aumento en el número de niños y niñas de entre 0 y 4 años en la población procedente de El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y México, aunque no son los grupos mayoritarios entre los menores de familias procedentes de América Latina. República Dominicana, Argentina, Bolivia, Brasil y, sobre todo, Colombia y Ecuador, son los países con mayor número de menores residentes en España. Además, son significativos los saltos de Colombia y Ecuador 12 Nuevos ciudadanos de América Latina en España Gráfico 6. Pirámides de edad de las personas de nacionalidad latinoamericana residentes en España, 2010 Nuevos ciudadanos de América Latina en España 13 Fuente: elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento. INE. Datos provisionales a 1-1-2010, disponibles el 23-11-2010. 14 Nuevos ciudadanos de América Latina en España Gráfico 6. Pirámides de edad de las personas de nacionalidad latinoamericana residentes en España, 2010 (Parte 2) Nuevos ciudadanos de América Latina en España 15 Fuente: elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento. INE. Datos provisionales a 1-1-2010, disponibles el 23-11-2010. 16 Nuevos ciudadanos de América Latina en España entre el número de menores de “diez años o más” y de “menos de diez años”, lo que sugiere la importancia de las migraciones familiares, reagrupadas o de migración de toda la familia, y la diferencia con los hijos e hijas nacidos ya en España. 3. En cuanto a los jóvenes, representados por los grupos de 15 a 19 años y de 20 a 24 años, con un 5% y un 10%-12%, respectivamente, de cada uno de los grupos nacionales, suponen 273.210 personas: 127.391 hombres y 145.819 mujeres. Finalmente, si se observa la evolución del peso relativo de los distintos grupos de edad por nacionalidad, cabe extraer algunas conclusiones muy significativas: 4. Con los tres grupos anteriores, se aprecia que más del 74% de la población latinoamericana residente en España es menor de 39 años, contribuyendo de esta forma a compensar los déficit de población española ocasionados por la bajísima tasa de natalidad que se ha dado en España desde finales de los años 70 del pasado siglo. 1. Los grupos más importantes por su peso relativo en todas las nacionalidades latinoamericanas residentes en España son los de edades comprendidas entre los 25 a 29 años, 30 a 34 años y los 30 a 39 años, con pesos relativos, cada uno de ellos, del 15%-20% del total nacional en cada uno de esos grupos de edades (lo que supone un 45%-60% de la población total de cada grupo en ese rango de edad). Sólo la suma de estos tres grupos de edad supone 782.381 personas, que se distribuyen en 344.355 hombres y 438.026 mujeres. 2. El grupo de 0 a 4 años, situado en torno al 3% del total de cada nacionalidad, ha ido descendiendo su peso relativo entre 2004 y 2009 hasta un 1,5% del total de cada nacionalidad. En cambio, de 2009 a 2010, este grupo de población ve triplicarse su peso relativo en un solo año. La explicación se encuentra, no en el aumento de los nacimientos, sino en la disminución de algunos otros grupos de edad. Por otra parte, el grupo de 5 a 9 años de edad tiene un comportamiento mucho más estable, entre un 4% y un 6% del total de cada nacionalidad, con un ligero descenso entre 2007 y 2010. Y en el grupo de 10 a 14 años, con alrededor de un 6% del total de cada nacionalidad, ha habido grandes variaciones en la evolución del peso relativo de este grupo de edad según las nacionalidades (por ejemplo, ha descendido en el caso de República Dominicana, Venezuela, México, Honduras o Guatemala; y ha aumentado visiblemente en el caso de Brasil, Ecuador, Uruguay, Perú, Bolivia, Paraguay y Panamá; o el caso de Colombia, que aumenta hasta 2008 y disminuye en los dos últimos años). En estos tres grupos se encuentran 235.215 personas: 119.278 niños y 115.937 niñas. 5. El grupo de 40 a 44 años ha tenido un peso relativo muy estable, en torno al 9% del total de cada nacionalidad, durante todos los años contemplados, excepto en el caso de la población de nacionalidad cubana (que pasa del 6% a más del 12% entre 1996 y 2010), y colombiana (que pasa de algo más del 8% al 11% entre 2001 y 2010). 6. El grupo de 45 a 49 años se sitúa en torno al 6% del total de población de cada nacionalidad, excepto en el caso de Cuba (que pasa del 6% al 9% entre 1996 y 2010), y Colombia (que pasa del 5% al 8% entre 2001 y 2010). 7. El grupo de 50 a 54 años ha supuesto alrededor de un 4% de la población latinoamericana residente en España, con pocas variaciones. En cambio, el grupo de 55 a 59 años presenta una variación mayor de su peso relativo por nacionalidades, aunque podríamos establecer una media de un 2,5% de la población total de cada nacionalidad. 8. A partir de este grupo de edad, los restantes (60-64, 65-69, 70-74, 75-79, 80-84 y 85 y más) van descendiendo paulatinamente desde un 1,2% de peso relativo medio respecto del total de población para cada nacionalidad. Nuevos ciudadanos de América Latina en España 3. Evolución de las distintas nacionalidades latinoamericanas residentes en España Cuando se estudia la evolución de la población extranjera residente en España, pertenezca o no a la Unión Europea, debe prestarse especial atención al modo como se interpretan las cifras. La disminución de la cifra de personas empadronadas, o de autorizaciones de residencia en vigor, no implica necesariamente una disminución de la población residente por salida del territorio nacional. A este respecto, pueden señalarse tres supuestos: 1. Hay personas que no alcanzan a obtener la renovación de su permiso, y que permanecen en territorio español en una situación de irregularidad sobrevenida. La falta de posibilidades de empleo hace más que difícil cumplir con las exigencias legales para la renovación. A pesar de los ajustes acordados entre el gobierno y los agentes sociales por vía reglamentaria, la ley sigue siendo rígida y no responde a las múltiples situaciones que se derivan, como en este caso, de la variación de sus mismos presupuestos, como lo es la vinculación entre empleo y regularidad administrativa en un contexto de falta de posibilidades de empleo. Más aún, en ocasiones, la interpretación que se hace de la legislación en las diferentes Administraciones implicadas añade más dificultades a las previstas por la Ley. Por todo ello es un imperativo social, político y ético velar porque se adecuen las prácticas administrativas a la legislación, y revisar y replantear unas y otra para que no precaricen las condiciones de vida de las personas y familias inmigradas que residen en España. 2. Hay personas que dejan de figurar como residentes extranjeras al adquirir la nacionalidad española, o que cambian al régimen comunitario cuando adquieren una nacionalidad europea, como puede ser la italiana (especialmente ítalo-argentinos). 3. Y una minoría regresa a sus países, como alguna de las personas que ven prolongarse en el tiempo su situación de desempleo. No obstante, no son cifras muy elevadas. En el periodo 2009-2010, destacan los 1.520 17 bolivianos que se acogieron, en esos dos años, al programa de retorno voluntario de atención social (de un total de 6.213 personas extrajeras que se acogieron al mismo), los 3.056 ecuatorianos que se acogieron al programa de retorno con abono acumulado y anticipado de la prestación por desempleo (de un total de 6.536), y los 33 ecuatorianos que optaron por el programa de retorno productivo (de un total de 99). Los hay que envían a familiares, especialmente a los menores de edad, para que sean cuidados por otros familiares en los países de origen mientras duren los efectos de la crisis. De hecho, el tercer grupo de edad cuya reducción en número es más importante, es el de los niños y niñas de las distintas nacionalidades latinoamericanas de entre 5 y 9 años. Estas cuestiones nos aportan algunas claves de interpretación de un dato que se constata fácilmente: la disminución de población de determinadas personas de nacionalidad latinoamericana empadronada en España (gráfico 7) es mucho más reducida de lo que cabía suponer como resultado de la crisis y no puede generalizarse a todos los países de América Latina, sino sólo a algunos bien concretos. En los gráficos que mostramos a continuación, el período contemplado varía entre unas nacionalidades y otras de acuerdo con los datos disponibles en el registro estadístico del Padrón. ¿Qué se desprende de estos datos? En primer lugar, que el número de personas latinoamericanas empadronadas en España se reduce, efectivamente, entre 2009 y 2010, en 74.015 personas (una cifra equivalente al 4,1% de la población latinoamericana empadronada en España en 2009). En el mismo período, las nacionalizaciones de personas procedentes de los distintos países de América Latina son 67.243. La diferencia entre una y otra cifra es de 6.772 personas, que son las que podrían haber vuelto a los países de origen. Recuérdese otra circunstancia: el aumento de personas de nacionalidad italiana en España en el mismo período es de 8.683 personas y que, en 2010, el 28,1% de las personas empadronadas en España con nacionalidad italiana nacieron en Argentina. Si el porcentaje se mantuviera para las nuevas incorporaciones del Padrón a 1-1- 18 Nuevos ciudadanos de América Latina en España 2010, eso supondría un incremento de 2.487 personas. De donde se sigue que la posible reducción de población quedaría limitada a 4.285 personas (equivalente al 0,2% de la en en se población latinoamericana empadronada España en 2009). Y aún se debería tener cuenta en qué medida esta disminución debe al propio funcionamiento de las Gráfico 7. Personas latinoamericanas empadronadas en España por nacionalidad Cuba México 60.000 30.000 50.000 25.000 40.000 20.000 30.000 15.000 20.000 10.000 5.000 10.000 0 0 19 96 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 07 20 08 20 09 20 10 1996 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 30.000 14.000 25.000 12.000 10.000 20.000 8.000 15.000 6.000 10.000 4.000 5.000 2.000 0 0 2004 2005 2006 2007 El Salvador 2008 2009 2004 2010 Honduras 2005 2006 Argentina 180.000 160.000 140.000 120.000 2007 2008 2009 2010 Panamá Nicaragua Guatemala Bolivia 300.000 250.000 200.000 100.000 80.000 60.000 40.000 20.000 19 96 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 07 20 08 20 09 20 10 0 150.000 100.000 50.000 0 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Nuevos ciudadanos de América Latina en España 19 Chile Brasil 50.000 140.000 45.000 120.000 40.000 100.000 35.000 30.000 80.000 25.000 60.000 20.000 40.000 15.000 10.000 20.000 5.000 0 0 19 96 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 07 20 08 20 09 20 10 2001 2002 2003 Colombia 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2006 2007 2008 2009 2010 2006 2007 2008 2009 2010 Ecuador 350.000 600.000 300.000 500.000 250.000 400.000 200.000 300.000 150.000 200.000 100.000 100.000 50.000 0 0 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2001 2002 2003 2004 Paraguay 2005 Perú 90.000 160.000 80.000 140.000 70.000 120.000 60.000 100.000 50.000 80.000 40.000 60.000 30.000 20.000 40.000 10.000 20.000 0 0 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2001 Uruguay 2002 2003 2004 2005 Venezuela 70.000 60.000 60.000 50.000 50.000 40.000 40.000 30.000 30.000 20.000 20.000 10.000 10.000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 19 96 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 07 20 08 20 09 20 10 0 0 Fuente: elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento. INE. Datos provisionales a 1-1-2010, disponibles el 23-11-2010. 20 Nuevos ciudadanos de América Latina en España altas y bajas en el Padrón para las personas extranjeras residentes en España. la valenciana (exactamente igual que en La Rioja), y así sucesivamente. Por último, de los diecisiete países cuya evolución se ha recogido en el gráfico 7, ocho países han visto reducidas sus cifras de población empadronada como extranjera en España entre el 1-1-2009 y el 1-1-2010: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Uruguay y Venezuela. Sin embargo, tres de ellos vieron aumentar su población empadronada en España si comparamos la población de 2010 con la de 2008: Brasil, Colombia y Venezuela. Los nueve países restantes (Cuba, México, El Salvador, Honduras, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Perú), han visto aumentar la población empadronada en España también durante 2009. Por tanto, a lo largo de 2009 el crecimiento en el número de personas empadronadas en España, procedentes del conjunto de nacionalidades latinoamericanas, se detiene: como si no hubiera habido nuevas entradas. Por lo que toca al retorno, resulta difícil calcular cifras más allá de las proporcionadas por el MTIN respecto de personas acogidas a los programas de retorno voluntario. A continuación se muestra el número de personas de todas las nacionalidades latinoamericanas empadronadas en España en 2010, por provincias (gráfico 10). Especialmente destacan dos de ellas: Madrid (464.170 personas) y Barcelona (309.273 personas). 4. Ubicación de las personas procedentes de América Latina que residen en España Este apartado se abre mostrando la distribución de residentes latinoamericanos en las diversas comunidades autónomas (gráfico 8). La mayoría reside en tres de ellas, por este orden: Madrid (26.7%), Cataluña (22.3%) y la Comunitat Valenciana (10.6%). Estas tres comunidades reúnen al 59,6% de la población latinoamericana residente en España. En una proporción mucho menor, les siguen Andalucía (7,9%), Murcia (4,7%), Canarias (4,6%) y el País Vasco (3,5%). No menos importante es la valoración del peso relativo de la población latinoamericana en la población total de cada comunidad autónoma (gráfico 9). El 7,2% de la población madrileña tiene nacionalidad latinoamericana, como el 5,8% de la población balear, el 5,6% de la murciana, el 5,2% de la catalana, el 4,1% de la vasca, el 3,8% de la canaria, el 3,6% de Las provincias de Valencia, Murcia, Alicante, Baleares, Málaga, Gran Canaria, Tenerife, Girona, Vizcaya, Tarragona, Zaragoza, Sevilla y Navarra, son las que siguen a continuación, por ese orden, con una población latinoamericana de entre 25.000 y 96.000 personas. Hasta ahí se han destacado cifras resultantes del conjunto de personas de todas las nacionalidades latinoamericanas empadronadas en cada provincia. Por nacionalidades, las cifras son mucho menores en la mayoría de los casos. En los mapas que siguen a continuación (gráfico 11), se ha elegido un punto de corte para mostrar la presencia mínima de cada nacionalidad en las diferentes provincias. Así, se diferenciarán dos niveles: en primer lugar, el color azul claro, que muestra el número de personas igual o cercano al punto de corte indicado; y en segundo lugar, el azul más oscuro, que muestra aquellas provincias con una presencia de personas -de la nacionalidad correspondiente- que se aleja más del punto de corte y que, por tanto, sugiere una presencia mayor y especialmente relevante en las provincias señaladas. Así, entre unas nacionalidades y otras pueden darse muchas diferencias en cuanto a número. Por ejemplo, en la provincia de Madrid, se da una especial presencia de nacionales de Dominica y de Ecuador, con independencia de que, en el primer caso, hay 91 personas en toda la provincia, y en el segundo, más de 124.000 personas. Y lo mismo ocurre con el resto de provincias destacadas. Ello requiere atención en el análisis, puesto que, aunque los colores sean los mismos en los diferentes gráficos, no son cantidades homogéneas las que se señalan. Finalmente, es importante aclarar que respecto a las provincias no sombreadas no significa que no tengan algunas personas de la nacionalidad de que se trate, sino que las magnitudes Nuevos ciudadanos de América Latina en España 21 Gráfico 8. Distribución de la población extranjera de origen latinoamericano entre las comunidades autónomas. 2010 2,9% 1,2% 1,0% 3,5% 1,5% 0,7% 22,3% 2,8% 2,2% 26,7% 3,7% 10,6% 3,3% 0,5% 4,7% 7,9% 4,6% 0,0% 0,0% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento del INE. Datos provisionales a 1-1-2010, disponibles el 23-11-2010. Gráfico 9. Porcentaje de población extranjera de origen latinoamericano respecto a la población total, por Comunidades Autónomas. 2010 1,8% 2,0% 2,9% 2,8% 4,1% 3,6% 1,9% 5,2% 2,8% 7,2% 5,8% 2,7% 0,8% 3,6% 5,6% 1,7% 3,8% 0,2% 0,3% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento del INE. Datos provisionales a 1-1-2010, disponibles el 23-11-2010. 22 Nuevos ciudadanos de América Latina en España Gráfico 10. Población extranjera residente de origen latinoamericano, por provincias. 2010 20.500 6.266 21.526 17.331 33.489 17.829 8.484 17.207 5.673 2.435 8.794 10.011 25.905 5.102 11.502 1.737 6.336 9.677 3.201 464.170 20.508 30.211 9.454 3.188 14.028 4.569 63.666 95.969 5.652 10.480 7.383 5.393 28.623 11.102 35.441 309.273 4.247 3.414 13.167 29.575 3.782 11.732 74.674 4.447 14.333 48.797 82.047 18.196 42.385 37.926 135 207 Fuente:Elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento del INE. Datos provisionales a 1-1-2010, disponibles el 23-11-2010. están muy lejos de las que sí se han señalado. Por tanto, se puede decir que los mapas nos ofrecen una visión de los lugares “de ubicación preferida” por cada grupo nacional dentro del territorio del Estado español. De hecho, se constata que, en referencia a no pocas nacionalidades, las provincias “con mayor población” tienen “más de 500 personas” de dicha nacionalidad. Es el caso de las personas con nacionalidad de Costa Rica, Dominica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y México. Respecto a un segundo grupo de países, las provincias significativas tienen “más de 1.000 personas” empadronadas de cada nacionalidad. Es el caso de Cuba, República Dominicana, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. De sólo dos países, Colombia y Ecuador, las provincias más representativas tienen “más de 3.000 personas” con dichas nacionalidades. En todos estos casos se quiere resaltar el criterio que ha de tomarse para poder hablar de un grupo de personas de una nacionalidad concreta: destacar que hay “más de 500 personas” en el conjunto de población de toda una provincia, supone hablar un porcentaje muy bajo, mayor o menor en función de la provincia concreta de que se trate. Lo mismo podría decirse del criterio de “más de 1.000 o 3.000 personas”, aunque, en este caso, la cifra pueda tener una significatividad mayor, sobre todo en las provincias más pequeñas, como pueden ser las canarias. Y es preciso recordar que las provincias destacadas en oscuro pueden tener, obviamente, poblaciones mucho mayores, en algún caso, que las relativas al criterio mínimo establecido. Es significativa la representación, en las provincias de Madrid y Barcelona, de prácticamente todas las nacionalidades latinoamericanas, aunque con alguna excepción y algunos matices. La excepción es la baja representación de las personas de nacionalidad uruguaya en la provincia de Madrid. Y los matices tienen que ver con la Nuevos ciudadanos de América Latina en España Gráfico 11. Población extranjera residente de origen latinoamericano, por provincias y nacionalidad. 2010 COLOMBIA ECUADOR 3.000 o más personas por provincia 3.000 o más personas por provincia BRASIL PERÚ 1.000 o más personas por provincia 1.000 o más personas por provincia PARAGUAY CUBA 1.000 o más personas por provincia 1.000 o más personas por provincia 23 24 Nuevos ciudadanos de América Latina en España Gráfico 11. Población extranjera residente de origen latinoamericano, por provincias y nacionalidad. 2010 (Parte 2) URUGUAY CHILE 1.000 o más personas por provincia 1.000 o más personas por provincia VENEZUELA HONDURAS 1.000 o más personas por provincia 500 o más personas por provincia EL SALVADOR GUATEMALA 100 o más personas por provincia 100 o más personas por provincia COSTA RICA DOMINICA 50 o más personas por provincia 50 o más personas por provincia Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de empadronamiento del INE. Datos provisionales a 1-1-2010, disponibles el 23-11-2010. Nuevos ciudadanos de América Latina en España alta representación de algunas nacionalidades en otras provincias distintas de Madrid y Barcelona. Es el caso de la nacionalidad cubana en las dos provincias canarias de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas; de la nicaragüense en Zaragoza y Guipúzcoa; de la argentina en Málaga; de la boliviana en Valencia y Murcia; de la colombiana en Alicante, Valencia, Baleares y Las Palmas; de la ecuatoriana en Alicante, Valencia, Murcia y Baleares; y de la venezolana en Las Palmas. 5. Algunas reflexiones conclusiones y 1. Se constata la caída de nuevas altas de personas con nacionalidades latinoamericanas en el padrón. Mientras que, salvo excepciones, no se aprecian bajas. Ha disminuido, sí, la cifra de permisos en vigor: es posible que más debido a la falta de renovación –vinculada al empleo y la contratación- que a la salida del territorio nacional. En todo caso, las entradas totales han seguido siendo positivas, aunque con una redistribución de los países de procedencia. Estos datos no confirman la existencia de significativos movimientos de retorno que se esperaban como consecuencia de la crisis económica o a los que se alienta como respuesta a la misma. En muy pocos casos serán las políticas de retorno voluntario las que motiven las decisiones de retorno, sobre todo teniendo en cuenta la rigidez de nuestras políticas y prácticas administrativas respecto de la entrada y permanencia de la población extranjera en España. Entre los expertos de mayor reconocimiento internacional se acepta con toda claridad que, cuanto mayor sea esta rigidez, tanto menor será la “circularidad” de la migración; y cuanto mayor fuera la flexibilidad para entrar y salir, tanto más fácil sería para la población inmigrada tomar la decisión de regresar, en momentos difíciles, para volver cuando la situación de empleo y crecimiento económico así lo facilitara. Y todo ello sin tener en cuenta el derecho, 25 que es permanente y no puede someterse a las conveniencias económicas de los países receptores, a la movilidad y a la protección internacional efectiva para los demandantes de asilo y refugio y sus familias. 2. La inmensa mayoría de las nacionalizaciones que se han producido en España en los últimos años (el 84,5% en 2009) corresponde a personas con nacionalidades latinoamericanas. No obstante, es necesario aclarar que el porcentaje de nacionalizaciones entre la población extranjera es sorprendentemente bajo: 1,5% del total de los extranjeros (en 2009) y 3,9% de los residentes latinoamericanos (en 2010). Las cifras de adquisición de la nacionalidad han seguido aumentando desde 2007, y es previsible un aumento sostenido en lo sucesivo. Es oportuno recordar que la nacionalidad constituye un derecho vinculado al periodo de residencia. Más allá de la seguridad jurídica que da el estatuto de residente de larga duración, la nacionalidad implica el pleno goce de la ciudadanía. Y en el caso de la población iberoamericana, el disfrute de la doble nacionalidad permite la conservación de los vínculos con el país de origen. Incluso, esta doble nacionalidad es garantía tanto de la estabilidad en la residencia como de la migración circular: en función de dónde se dan las mejores condiciones para trabajar y sacar adelante la familia y las condiciones para una vida digna. La cuestión que deja siempre pendiente la adquisición de la nacionalidad es el riesgo, siempre latente, de discriminación étnica, cultural, religiosa o por pertenencia a un estrato socio-económico, pese a pasar a ser de nacionalidad española. Se hace necesario, por tanto, preguntarse cuándo una persona deja de cargar con las connotaciones negativas de la identificación como inmigrante y qué es posible hacer para favorecer ese cambio, tanto por parte de las propias personas que lo sufren como por parte de quienes constituyen el conjunto de la sociedad en la que estas conviven. 3. En 2010 las personas con nacionalidad latinoamericana y mayor representación 26 Nuevos ciudadanos de América Latina en España de población residente en España proceden de Ecuador, Colombia y Bolivia. Sólo estas tres nacionalidades suman unas 900.000 personas, más de la mitad (51,4%) de las personas latinoamericanas residentes en España ese año. Las cinco nacionalidades latinoamericanas principales de la población extranjera empadronada en España son las cuatro de la Comunidad Andina (Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia), y Argentina. Y las cinco siguientes, en número de personas, son: Paraguay, Brasil, Venezuela, República Dominicana y Cuba. 4. Una de las características de la inmigración latinoamericana es la feminización (casi el 62% de la población latinoamericana eran mujeres en 1999). Con todo, tal feminización ha ido reduciéndose paulatinamente con los años hasta llegar a un 55,1% en 2010. Por nacionalidades, son algunos países centroamericanos, Paraguay y Brasil, los que presentan una mayor feminización: Nicaragua (el 73,3% de las personas residentes en España son mujeres); Honduras (69%); Paraguay (67%); Brasil (62,4%); y Dominica (61,3%). Esta característica ha estado vinculada, entre otros factores, a un nicho laboral confiado mayoritariamente a mujeres latinoamericanas en la última década: el servicio doméstico y los cuidados personales. 5. Los grupos más importantes -por el peso relativo de todas las nacionalidades latinoamericanas residentes en Españason los de edades comprendidas entre los 25 a 29 años, 30 a 34 años y los 30 a 39 años. Sólo en estos tres grupos de edad hay 782.381 personas, que se distribuyen en 344.355 hombres y 438.026 mujeres. Por otra parte, el grupo de 0 a 4 años, el grupo de 5 a 9 años de edad y el grupo de 10 a 14 años, suponen 235.215 personas, 119.278 niños y 115.937 niñas. Es importante el dato de niños y adolescentes, especialmente al valorar las necesidades demográficas de la sociedad española a medio y largo plazo, puesto que son los menores procedentes de otros países y los españoles hijos de personas inmigrantes los que podrían ayudar a corregir la baja tasa de natalidad en la sociedad española, como ya lo están haciendo, y su conocida y constante necesidad demográfica. Tanto es así que la necesidad de equilibrar la pirámide de población indica que en el futuro seguirá siendo necesaria una mayor aportación de población procedente de otros lugares1. 6. El 59,6% de la población latinoamericana empadronada en España se encuentra empadronada en tres comunidades autónomas: Madrid (26,7%), Cataluña (22,3%) y la Comunitat Valenciana (10,6%). Sin embargo, el peso relativo de la población latinoamericana en la población total de cada comunidad autónoma es, evidentemente, mucho menor: suponen el 7,2% de la población madrileña, el 5,8% de la balear, el 5,6% de la murciana, el 5,2% de la catalana, el 4,1% de la vasca, el 3,8% de la canaria, el 3,6% de la valenciana y el 3,6% de la riojana. Este dato no es menor, ya que, aunque en muchos casos se habla de cifras absolutas, es la proporción, y, más aún, la distribución de las personas en un mismo territorio – ya sea provincia o ciudad- el mejor criterio para contextualizar las percepciones que los diferentes vecinos y vecinas tienen sobre la presencia de las personas con quienes cohabitan y comparten un mismo espacio. Asimismo, es el mejor criterio para elaborar y desarrollar espacios y estrategias de convivencia y cohesión social. 7. Madrid y Barcelona son las provincias con más población de diferentes países de América Latina, con mucha diferencia respecto al resto de provincias. No obstante, en algunos casos, también destacan las provincias canarias de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas por residir en ellas una buena parte de las personas de nacionalidad cubana; Zaragoza y Guipúzcoa 1 En el Informe Anual de CeiMigra-2009 sobre Migraciones y Crisis Económica Internacional se presenta un análisis demográfico que muestra la necesidad, la de la sociedad española y valenciana, de seguir recibiendo personas que vienen de otras tierras. Para una mayor información, puede consultarse en: http://www.ceimigra. net/observatorio/index.php/anuarios-ceimigra Nuevos ciudadanos de América Latina en España lo hacen respecto a la nacionalidad nicaragüense; Málaga, respecto de la nacionalidad argentina; Valencia y Murcia, respecto de la nacionalidad boliviana; Alicante, Valencia, Baleares y Las Palmas, respecto de la nacionalidad colombiana; Alicante, Valencia, Murcia y Baleares, respecto de la nacionalidad ecuatoriana; y Las Palmas respecto de la nacionalidad venezolana. En relación a lo anterior es necesario señalar que, en el análisis a las diferentes nacionalidades de América Latina en España, las cifras por provincias deben valorarse en relación al tamaño de población total de cada provincia, en cuyo caso se pondrá en evidencia, de manera general, un bajo porcentaje de la presencia de personas de cada nacionalidad analizada. Finalmente, y tras el análisis desarrollado más arriba, parecen ponerse de manifiesto las diferentes dimensiones en las que la población procedente de América Latina supone una aportación en el contexto español y valenciano: · A nivel demográfico Tanto en España como en la Comunitat Valenciana, las mujeres de entre 10 y 39 años procedentes de América Latina superan ampliamente a las que proceden de la Unión Europea, pese a que este último grupo de procedencia supone más del 50% de los extranjeros residentes en cada ámbito. De otro modo, las personas procedentes de América Latina aportan especialmente juventud y fertilidad a la sociedad que les recibe, dos realidades imprescindibles para el futuro de todos. · A nivel laboral y económico Es muy significativo que se hable de limitación de la entrada de personas y de fomento de las expulsiones en un momento en el que en España y en Europa se está debatiendo la prolongación de la vida laboral (el retraso de la edad de jubilación). El argumento que se utiliza para mostrar la necesidad de esa prolongación es que no hay bastantes cotizaciones –es decir, bastantes personas trabajadoras- para sostener nuestros sistemas 27 de Seguridad Social y de bienestar: Sanidad, Educación, prestaciones sociales (desempleo, incapacidades y jubilaciones, principalmente) y protección social (entre otras, los sistemas de rentas mínimas, las prestaciones no contributivas y, en general, la prevención y respuesta a las situaciones de pobreza, marginación y exclusión). Es importante no olvidar que la limitación de las entradas y el fomento de las expulsiones en un momento de crisis económica lleva consigo, de manera inmediata, una reducción de la demanda interna, y por tanto, una reducción de la necesidad de producir –y distribuir y venderbienes y servicios y, consiguientemente, una reducción del empleo de todos: también de los españoles. Dicho de otro modo: un aumento de población, venga de donde venga, supone una mayor necesidad de producir bienes y servicios y, por tanto, una mayor generación de riqueza y un mayor nivel de empleo para todos: también para las personas españolas. En relación a ello, la edad de las personas residentes en España y procedentes de América Latina, su potencial laboral y su patrón de migración familiar contribuyen al mantenimiento de este sistema de bienestar actual, así como a la cadena de producción de bienes, consumos y servicios. Con todo ello, cabe preguntarse si el retorno, las expulsiones y las dificultades para la entrada y permanencia de la población extranjera, es la única o, incluso, la mejor respuesta ante la crisis. Si el fomento de las salidas y la rigidez en las entradas es la única posibilidad en cuanto a las personas de otros lugares de origen. Cabría plantearse si es posible un modelo de crecimiento económico y un restablecimiento del empleo que aproveche el potencial y la aportación de las personas que forman parte de nuestra sociedad, sean éstas de donde fueren. Un modelo que se base en la renovación de sectores laborales disfuncionales y en la potenciación de los que siguen siendo funcionales –como el de consumos y servicios-, generando un tejido laboral complementario en capacidades y necesidades. Pero no sólo. 28 Nuevos ciudadanos de América Latina en España · A nivel humano, cultural y de convivencia Existen múltiples evidencias que acreditan que la inmigración es una condición para el equilibrio de muchos de los Estados del “viejo continente”, y del mismo modo, acreditan que la diversidad es, en sí misma, una riqueza para los pueblos, una oportunidad a nivel cultural, humano y de convivencia para aspirar a más como sociedad planetaria. Un reto para reinventar formas de salir adelante desde unos mínimos éticos, políticos y sociales. Asimismo, es una constatación la importancia de la cohesión social para el futuro de sociedades complejas y diversas como la europea, española y valenciana. Y ello pasa por reconocer mínimos que son y deben ser aplicados para todos por igual. En esta dirección, existen instrumentos internacionales que hablan de las líneas que ha de trabajar un Estado democrático para garantizar esa cohesión social, o lo que es lo mismo, las condiciones mínimas y necesarias para la integración social de todos los miembros de una comunidad2. Esos mínimos han de estar constituidos por unos parámetros éticos y democráticos que no estén sujetos a cuestiones económicas ni de ningún otro orden. Precisamente porque tras estos mínimos se esconde la respuesta a las necesidades humanas y a las condiciones que a todos los seres humanos nos permiten ser personas, ser verdaderamente “humanos”. Y, precisamente, porque nuestra humanidad depende de la satisfacción de esas necesidades fundamentales, estas han de convertirse en derechos humanos garantizados real y efectivamente. Parece claro que para salir de la adversidad en la que se encuentra la sociedad europea y, concretamente, la española, no hay una única alternativa, y que es posible plantear caminos que aún no se han abierto. Parece posible, también, afirmar que el establecimiento de estos mínimos como marco para toda la 2 Sobre este asunto, merece hacer mención al Migrant Integration Policy Index (MIPEX), un instrumento que permite conocer las mejores y peores prácticas desarrolladas por los diferentes estados de la UE para la consecución de la integración social. Puede consultarse un análisis de mayor profundidad sobre el MIPEX en: http://www.ceimigra.net/observatorio/images/stories/ luis_pdf/informe_anual_2008.pdf ciudadanía sacará lo mejor de la sociedad, aumentando sus capacidades, su potencial y su creatividad, así como su calidad y desarrollo humanos. Y con ello, garantizando su futuro. APÉNDICE: LA INMIGRACIÓN LATINOAMERICANA EN ESPAÑA EN ALGUNOS TEXTOS DE REFERENCIA “(...) La población inmigrante latinoamericana se concentra en ocupaciones de baja cualificación. Ahora bien, ello no se corresponde tanto con su propio nivel educativo como con la estrategia adaptativa a los nichos laborales que se les ofrece en España, reforzando al mismo tiempo los estereotipos que presentan crecientemente a este grupo de población inmigrante como compuesto principalmente por personas sin formación, incapaces por tanto de desempeñar otro tipo de empleos y sin otro futuro profesional. Estos trabajos mayoritarios ocupados por la población inmigrante latinoamericana en España, caracterizados por su menor cualificación, unidos en muchas ocasiones a su desempeño en situaciones de precariedad (largas jornadas, mala remuneración, escasas condiciones de seguridad e higiene, escaso prestigio y protección social, menores controles en el cumplimiento de las condiciones del contrato, trabajos a tiempo parcial, etc.) e incluso desempeñados con frecuencia sin mediación de contrato de trabajo alguno, esto es, en la economía sumergida, van a abrir una puerta al mercado laboral a muchas personas inmigrantes, si bien no van a contribuir en la misma medida a cambiar su status legal, por la dificultad que entraña la consecución de permisos en los mismos o, incluso, su renovación, dejando eso sí a muchas de ellas en una clara situación de explotación y exclusión social”. Trinidad L. Vicente Torrado (2005), La inmigración latinoamericana en España, Expert group meeting on international migration and development in Latin America and the Caribbean, Population Division, Department of Economic and Social Affairs, United Nations Secretariat, Ciudad de México. “La inmigración latinoamericana en España ha cobrado una importancia creciente durante el último cuarto del siglo XX, intensificándose en el primer decenio del siglo XXI. Dicha corriente predomina sobre los restantes flujos Nuevos ciudadanos de América Latina en España migratorios, con excepción de los procedentes del conjunto de la Unión Europea, siendo, además, considerada por diversos autores como la mejor valorada por la población autóctona. Sus efectivos proceden de todos los países de América Latina, aunque actualmente predominan los nacidos en Ecuador, Colombia, Argentina y Bolivia. Población, en conjunto, joven, feminizada, con buen estado de salud y en edad laboral. Su inserción en el mercado de trabajo español se hace mayoritariamente en el sector de los servicios y en empleos de baja cualificación, aunque también en este contexto se dan importantes diferencias entre las distintas nacionalidades. No obstante, se observa una cierta movilidad laboral ascendente, al menos en ciertos colectivos, pero que puede ser frenada por la actual coyuntura económica”. Varios Autores (2009), La inmigración latinoamericana en España en el siglo XXI, Investigaciones Geográficas, Núm. 70, Universidad Nacional Autónoma de México. “El protagonismo femenino en la inmigración tiene estrecha relación con la existencia de una demanda inédita de mano de obra inmigrante en nichos laborales tradicionalmente feminizados, como es el caso del servicio doméstico y el cuidado de ancianos. La feminización de la migración entraña la oportunidad de abrir nuevos espacios a la mujer dentro del ámbito de la familia y de la sociedad como un todo, pues está llamada a contribuir a que se flexibilice la división sexual del trabajo y transforme lo modelos y roles de género. Sin embargo, también esconde el riesgo de afectar negativamente los proyectos de vida de las mujeres. La feminización de las migraciones latinoamericanas tiene consecuencias demográficas tanto en el país de origen como en el de destino. Las mujeres emigrantes tienden a ser jóvenes y por lo tanto están casi todas en la edad fértil. En los países en los cuales el número de emigrantes es muy elevado esto va a tener un efecto más o menos pronunciado en las cifras de reproducción del país. Aunque se puede apreciar que una reproducción más baja podría ser beneficiosa en el futuro, (menos gente en edad económicamente activa podría significar menos desempleo en un plazo 29 medio/largo), una reproducción demasiado baja conduce automáticamente a una aceleración en el proceso de envejecimiento de la población. El problema es especialmente acentuado en los países donde la emigración total representa un alto porcentaje de la población total. El envejecimiento notable de un país tiene normalmente una repercusión sobre la capacidad de crecimiento económico de un país, y la combinación bajo crecimiento económico y alto ritmo de envejecimiento podría ser mortal para las finanzas de un país en vías de desarrollo. En cambio, para el país de destino vemos como el efecto sobre la reproducción es el inverso, y como una alta inmigración tiende a suavizar los efectos del proceso de envejecimiento de una forma significativa. Por ejemplo, en el caso de España los nacimientos de las madres extranjeras suponen un 15% del total de los nacimientos, mientras el colectivo inmigrante supone solo un 8-9 % de la población total. Aparte de los problemas demográficos de una alta tasa de emigración, el principal problema que se deriva de una tasa de emigración alta es que son los jóvenes, las personas en edades entre 20 y 40, las que abandonan el país. A continuación vemos la distribución por edades de los inmigrantes latinoamericanos en España y en EEUU. Como bien podemos ver, el inmigrante latinoamericano típico es una persona joven, entre 25 y 35 años de edad. Es decir, es una persona ya educada en todos los posibles niveles, y que tiene unos 30-40 años de vida laboral por delante”. Varios Autores (2007), Influencias culturales y sociales de las migraciones latinoamericanas, Real Instituto Elcano, Madrid. “Estructura por edad y estado de salud: La salud de los inmigrantes en general y de los latinoamericanos en particular es buena (SEMERGEN, 2007), lo que en parte se explica por la juventud de esta población. No obstante, pueden aparecer ciertas enfermedades relacionadas con sus países de origen y raras en España. Así, una serie de patologías infecciosas, como la cisticercosis o, menos frecuentes, como son el cólera, las fiebres virales hemorrágicas, las parasitosis intestinales, el paludismo, la leishmaniasis o la enfermedad de Chagas. Por otra parte, no hay que olvidar que el riesgo de trasmitir 30 Nuevos ciudadanos de América Latina en España una de estas enfermedades importadas es mínimo, al no darse las condiciones ecológicas adecuadas, bien sea por la falta del vector o de los hospedadores intermedios necesarios paratransmitirlas. Respecto a las restantes enfermedades infecciosas, merece mención especial la tuberculosis. Si bien en principio parece que su incidencia entre la población latinoamericana es similar a la que existe entre la población española, no hay que olvidar que aún faltan registros objetivos que permitan conocer el verdadero alcance de este problema. Como ejemplo, en un área sanitaria de Madrid (Arce, 2005) entre 1994 y 2003 la tasa media de incidencia anual pasó de 46,6 casos por 100000 habitantes a 25,2 (entre la población española descendió de 46,9 a 18,5, mientras que entre la población inmigrante subió de 51,3 a 70,3) El aumento se debió principalmente a los casos procedentes de América Latina, especialmente de Ecuador, Perú y Colombia (65, 36 y 16 casos, respectivamente) En conjunto, en los últimos años el porcentaje de inmigrantes entre los enfermos de tuberculosis ha aumentado hasta un 32%, por lo que son un grupo prioritario para la vigilancia y control de la enfermedad y cuyos determinantes también aparecen relacionados con sus condiciones de vida. En materia de salud y como en numerosos estudios se ha puesto de manifiesto, la inmigración no supone ningún riesgo grave para la población del país de acogida, ya que los problemas de saludde esta población son muy similares a los de la población autóctona. Ahora bien, la situación irregular y las deficientes condiciones higiénicosanitarias en las que viven, en algunos casos, los más recientemente llegados son las que suponen mayor riesgo para su salud. Así, el escaso espacio de vivienda, pues por ejemplo en Madrid viven en hogares de 22 m2 de superficie media, frente a los 33 del resto de la población y uno de cada cinco comparte casa con personas ajenas a la familia, lo que puede crear problemas de convivencia. En cuanto a la percepción de la salud por la propia población inmigrante latinoamericana, tomando como ejemplo Madrid (Ayuntamiento de Madrid, 2005), varios son los aspectos destacables. En primer lugar, los adultos inmigrantes tienen mejor percepción de su salud que los madrileños; sin embargo, no ocurre lo mismo entre los jóvenesde entre 16 y 24 años de los que tan solo el 37% perciben su salud como excelente y muy buena, frente al 56% del resto de la población. Además, enconjunto padecen menos enfermedades crónicas que el resto de los madrileños; solamente a un tercio de ellos se les ha diagnosticado un problema de este tipo. En conjunto, en relación con el estado de salud de la población inmigrante, hay que desechar el mito de la alta incidencia de las enfermedades tropicales, infecciosas y parasitarias, pues éstas representan menos del 5% de las patologías que padece este colectivo (SEMERGEN, 2007). Los problemas sanitarios más frecuentes están relacionados con depresiones y ansiedad. Estas enfermedades suelen tener su origen en el aislamiento y la exclusión social que surgen como consecuencia de las dificultades de adaptación, de la ausencia de vínculos sociales y del posible desarraigo. Por el contrario, tras una estancia prolongada en España, pueden sufrir enfermedades menos frecuentes en sus lugares de origen y más relacionadas con modos de vida de países desarrollados, como son la hipertensión, la diabetes o diversas patologías respiratorias o cardiovasculares”. Varios Autores (2009), La inmigración latinoamericana en España en el siglo XXI, Investigaciones Geográficas, Núm. 70, Universidad Nacional Autónoma de México. “El peligro de exclusión y la irregularidad: La aportación complementaria de la mano de obra extranjera, desde la perspectiva de la promoción social de los españoles, no enmascara que la inserción social de los inmigrantes parte de una situación de franca desigualdad, que a nivel colectivo puede hacer que se interprete la inmigración como una importación masiva de pobres, sobre todo en términos relativos en comparación a la población española. El problema reside, no tanto en esa entrada desigual, sino en que esa desigualdad se perpetúe o que incluso se genere. La peor amenaza para las condiciones de vida de la población inmigrada, sea del origen que sea, es la existencia de un sistema jurídico y una concepción política sobre la extranjería y la inmigración que se dedique a fabricar pobreza, dando lugar a una etnificación de la estratificación social. Ese proceso evidentemente tiene unos costos Nuevos ciudadanos de América Latina en España elevadísimos para el migrante a nivel individual, pero también está hipotecando el futuro, la cohesión social de los países de acogida y despilfarrando la oportunidad de establecer lazos de cooperación política y económica a partir de los campos migratorios ya existentes entre regiones de origen y destinación. Conocer la lengua del país de destinación es indiscutiblemente una ventaja comparativa respecto a otros migrantes, el dominio del español junto con el prejuicio positivo por parte de la población española del que gozan los migrantes latinoamericanos forma parte del capital social de estos. Si además, añadimos que en los círculos gobernantes también se expresa una clara preferencia por los migrantes procedentes de ese territorio en nombre de la comunidad histórica y lingüística que supone la hispanidad ¿cómo explicar la situación de precariedad del migrante latinoamericano, por encima de lo esperado atendiendo a su nivel de instrucción y su estructura por edad? (…) La restrictiva legislación española en materia de estranjería y las deficiencias acumuladas de sus regularizaciones, han de considerarse en estos momentos como la amenaza más importante de exclusión de la población de nacionalidad extranjera. La situación de vulnerabilidad en la que la legislación les sitúa constituye el marco idóneo para la sobreexplotación, tanto en el ámbito laboral como en el domiciliar, que puede empujarles a una situación de pobreza absoluta, tal y como se recoge en diversos trabajos de carácter cualitativo (Martínez Veiga, 2003). En este sentido no nos referimos a la expulsión en su ejecución, que Michel Foucault definiría con rotundidad como la pena de muerte legal en aquellos estados democráticos donde la física había estado abolida (Foucault, 1992), o incluso al limbo jurídico que constituye la imposibilidad de contratación una vez dictada la orden de expulsión sin que ésta se haga efectiva, y que empuja irremediablemente al inmigrante a la marginalidad, para convertirse en objeto del discurso policial y asistencial. Más allá de esa situación extrema, es evidente que el volumen de población en situación irregular de un lado y el alargamiento del período de irregularidad del otro, constituyen el principal peligro de exclusión social, al crear y mantener una situación de inserción desfavorable en el mercado laboral y de la vivienda para los afectados. 31 Además, cuando la instrucción no supone un valor añadido puede darse un importante desacuerdo entre el nivel de instrucción y la actividad desempeñada, desde esta perspectiva, la acomodación del inmigrante en un primer momento puede entenderse como un descenso social, aun cuando el nivel de vida se mejore respecto a las condiciones económicas en el país de origen. La sobrecalificación a nivel individual empeora las condiciones de vida del migrante desde una perspectiva subjetiva, teniendo en cuenta sus expectativas profesionales acorde con el nivel de formación, y presionando sobre la temporalidad, es decir sobre el tiempo que se espera que esa situación desaparezca. El fracaso de los procesos de regularización, y en mayor medida si cabe del conjunto de la política migratoria española, y en general europea, para algunos autores se explicaría por seguir anclados en el modelo del gestarbaiten, la figura del trabajador invitado propio de las migraciones llegadas a Alemania durante la década de los años sesenta (Javier de Lucas, 2004). Pero ese error, ese empecinamiento, no es inocente, sacraliza un modelo que poco tiene que ver con las circunstancias en las que se desenvuelven los movimientos migratorios del siglo XXI, pero que en la práctica produce irregularidad y consagra la precariedad laboral y residencial, donde los costos materiales y sociales están repartidos de forma completamente desigual: de un lado de la balanza se encuentran las personas migrantes, pero también las personas y las organizaciones no migrantes que con su voluntarismo han de cubrir la ausencia de una política de integración, el sector público y las empresas que cumplen con la legislación, del otro claramente desequilibrados, el sector privado y las empresas que se benefician de los bajos costos salariales, de la indefensión jurídica, del crecimiento del sector informal y de una competencia desleal frente las empresas que cumplen la legalidad, realizando actividades a largo plazo insostenibles u obsoletas. Andreu Domingo (2005), Tras la retórica de la Hispanidad: la inmigración latinoamericana en España entre la complementariedad y la exclusión, Centre d’Estudis Demogràfics de la Universitat Autònoma de Barcelona. Las “Miradas desde las Migraciones” buscan ser una posibilidad de encuentro y diálogo, de aprendizaje y reflexión -a partir del mutuo reconocimiento- entre personas de distintas culturas y orígenes: un encuentro desde la complementariedad en la diversidad, desde el derecho a ser diferente; desde el cuestionamiento de lo propio y el conocimiento de lo distinto; desde la humildad y el reconocimiento de lo incompleto de cada uno; y desde la aceptación de lo que hay de verdad, bondad, justicia y calidad humana tanto en lo ajeno como en lo propio. Es una invitación a descubrir la unidad del género humano: todos somos personas, tenemos las mismas necesidades, nos angustian las mismas situaciones, y compartimos los mismos sueños. Una oportunidad para descubrir aquello que nos une como personas y para seguir construyendo juntos una sociedad común e incluyente.