Aseguradoras: el riesgo es para el médico

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Martes, 29 de marzo de 2011
DIARIO MEDICO
PROFESIÓN
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[ EL REPORTAJE DEL DÍA ]
EJERCICIO El médico que busque en la sanidad privada una salida
profesional lo tiene cada vez más complicado. Mientras los expertos
aseguran que el sector de seguros de salud va viento en popa, los
profesionales se quejan de unos honorarios irrisorios. Los reajustes en la
relación económica con algunas aseguradoras, la rescisión de muchos
contratos y los interminables requisitos para tener una consulta, no hacen
más que poner trabas al profesional. Además, la mayoría de los cuadros
facultativos están cerrados y el médico joven prefiere centrarse en el SNS.
Aseguradoras: el riesgo es para el médico
z Alicia Serrano
A pesar de la crisis económica, la venta de seguros de salud sigue siendo un negocio
redondo. Según datos de la
consultora DBK, la facturación total por primas podría
situarse en 6.750 millones
de euros en 2011, un 5,5 por
ciento más respecto a 2010.
Pero nunca llueve a gusto
de todos. Mientras las aseguradoras llenan sus arcas,
la profesión médica ve cómo
las suyas se vacían. En estos
momentos, la mayoría de las
compañías están negociando a la baja los contratos que
tienen con los médicos. "En
algunos servicios, los honorarios se están reduciendo
entre un 40 ó 50 por ciento",
dice Armando Fernández,
portavoz de la vocalía de
Médicos de Ejercicio Libre
del Colegio de Madrid. El
Colegio creó en febrero una
comisión para mediar y velar por los intereses de los
galenos.
Caser, la punta del iceberg
No sucede en todas las compañías, pero muchas han reducido sensiblemente los
honorarios en Rehabilitación, Análisis Clínicos y Radiodiagnóstico. "En otras especialidades se han congelado los baremos", explica Fernández. Caser ha sido la primera aseguradora que la comisión ha mirado con lupa,
"no por ser la que menos paga, sino porque cronológicamente decidimos empezar
por ella", y el resultado de las
pesquisas no ha sido nada
halagüeño: va a negociar
nuevos contratos con los
profesionales y bajar los honorarios. (ver DM del 11-32011). "Lo que está pasando
con Caser podría repetirse
en otras aseguradoras. La actitud de sus responsables es
dialogante, pero no contemplan subir el sueldo a los
profesionales", dice Fernández.
Lo cierto es que los honorarios de los galenos que trabajan para compañías de seguros privados distan mucho de alcanzar la perfección. Un médico de Familia
puede cobrar entre tres y
siete euros por consulta,
mientras que en el resto de
especialidades los sueldos
pueden alcanzar los treinta.
Los desencuentros entre
Debido a las trabas
burocráticas y
económicas para poner
en marcha una consulta
privada, el médico
joven prefiere
centrarse en el SNS
Se están negociando a
la baja los contratos. En
Baleares, Málaga y
Córdoba algunas
aseguradoras están
transfiriendo el riesgo
que corren al médico
médicos y aseguradoras son
históricos, pero en estos momentos la situación parece
insostenible. Los reajustes
en la relación económica
con algunas compañías, la
rescisión de muchos contratos y los requisitos que se
tienen que cumplir para poner en marcha una consulta
privada no hacen más que
poner trabas al profesional
que quiere montar su empresa. "En algunos casos, el
médico pierde dinero cada
vez que se mete en quirófano o pasa consulta. Lo cierto
es que son muchos, cada vez
más, los que están echando
el cierre. Es lo que le ha sucedido recientemente a un
compañero. Por una hora de
trabajo el médico cobraba 35
euros. Entre el profesional,
el enfermero y el administrativo -Seguridad Social incluida- se le iban 80 euros
cada hora. La aseguradora le
pagaba 6 euros por paciente
y lo normal era pasar consulta a seis de ellos en ese
tiempo. Y todo sin contabilizar el alquiler de la consulta
y otros gastos necesarios.
Blanco y en botella, se ha
visto obligado a cerrar", dice
José María Nieto, vocal de
Medicina Privada por Cuenta Ajena de la Organización
Médica Colegial (OMC). El
caso de este profesional no
es aislado. Para frenar el
chorro de cierres que se avecina, los vocales de la OMC
han acordado reunirse en
breve para valorar, en su justa medida, el precio de la actuación médica. "Les haremos llegar el resultado a las
compañías de seguros. El
objetivo es que el facultativo
pueda recibir unos honorarios justos y que se unifique
el sueldo que percibe este
colectivo", explica Nieto.
(ver DM del 19-I-2011).
Trabas económicas
El coste para poner en marcha una consulta es variable,
ya que depende de la ubicación, del material necesario
y de la especialidad. "La
puesta en funcionamiento
de una consulta de Medicina de Familia podría ser de
2.000 ó 3.000 euros al mes",
explica Fernández.
Las trabas a las que se enfrentan estos profesionales
no son sólo económicas,
también burocráticas. Además de los requisitos necesarios para desarrollar cualquier otra actividad, como
son las licencias o permisos
del Ayuntamiento, también
es obligatorio presentar la
acreditación otorgada por la
Consejería de Sanidad: homologación del titulo y especialidad, DNI, número de
colegiado, seguro de responsabilidad civil profesional y
sistema de protección de datos para el tratamiento de la
información de los pacientes. "La calidad asistencial
nunca ha dependido de los
honorarios y es muy alta a
pesar de las bajas retribuciones de los profesionales", dice Armando Fernández.
El médico que busque en
la sanidad privada una salida
profesional, bien para completar el salario que recibe
por su labor en el Sistema
Nacional de Salud (SNS) o
para dedicarse exclusivamente a la práctica privada,
podría desaparecer. "La mayoría de los cuadros facultativos de las grandes aseguradoras llevan cerrados desde
hace tiempo. Por este motivo, y por las dificultades económicas, el médico joven
está abocado a centrarse en
la sanidad pública. "Ni se lo
plantea. Además, debido a la
creciente feminización de la
Medicina, cada vez son menos las mujeres que están
dispuestas a trabajar en una
consulta privada por la tarde", afirma Nieto. Las aseguradoras, sin embargo, parecen estar ajenas a esta situación. "No sé si son conscientes del problema del relevo
generacional, pero de momento siguen teniendo cubiertas sus necesidades asistenciales y no piensan en el
futuro. Un error", asegura
Fernández.
Los médicos que trabajan
para las aseguradoras llevan
años denunciando que perciben unos salarios basura,
pero predican en el desierto.
En Baleares, Córdoba y Má-
laga, compañías como Asisa
y Adeslas han decidido seguir a pies juntillas el refrán
de son lentejas... Están "forzando" a los médicos a firmar contratos en los que se
estipula lo que van a cobrar
al margen del número de
pacientes que les visiten. "Se
transfiere el riesgo que corre
la compañía al médico. Si ve
más pacientes de lo estipulado cobra más, pero ésta le
paga menos por cada uno.
Esta práctica se está generalizando", se lamenta Nieto.
Casos como los de Baleares y Málaga podrían repetirse si no se articula un
frente común que represente a la profesión ante estas
compañías. "El médico negocia su contrato de forma
individual, pero siempre se
parte de unos márgenes irrisorios. Cada zona geográfica
tiene sus problemas y las
aseguradoras se aprovechan
de ello. Les funciona el divide y vencerás", explica el
portavoz de la vocalía de
Ejercicio Libre de Madrid.
Se estima que las desavenencias entre médicos y aseguradoras podría afectar a
4.000 ó 5.000 galenos que
tienen consulta privada en
la capital. Los datos de esta
ciudad podrían extrapolarse,
en mayor o menor medida,
a otras. "En grandes ciudades como Madrid, Valencia
o Sevilla, suele haber unos
baremos inferiores a los de
otras zonas como Lugo, Soria o Teruel, donde los médicos están mejor remunerados", explica Fernández.
Sólo en España
En estos momentos la sanidad privada representa el
2,4 del Producto Interior
Bruto (PIB) y casi un 20 por
ciento de las personas que
residen en España cuenta
con una póliza de salud. Lo
cierto es que este modelo es
único en el mundo. "Por poco más de 60 euros al mes
tenemos una sanidad integral, parecida a la que oferta
el SNS. Por ello, no es de extrañar que los márgenes sean tan estrechos y que el
médico no se siente compensado económicamente",
asevera Fernández, que cree
que cada vez son más los
que ven peligrar su futuro
en el ejercicio a través de las
consultas privadas.
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