Teoría de los núcleos de población en el suelo rústico de Canarias

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EORíA DE LOS NÚCLEOS DE POBLACiÓN EN
SUELO RÚSTICO DE CANARIAS Y PRÁCTICA
N EL PLANEAMIENTO MUNICIPAL DE BREÑA
JA
I Jesús Daranas Carballo
;.=.-;-afo por la ULL y técnico urbanista por ellNAP
RIO
ODUCCIÓN.n. TEORíA DE LO URBANO Y LO RURAL: DEFINICIONES Y CONCEPTOS
- _ ACIONALES AL URBANISMO. 1. Concepto y teoría de lo rural. 2. Concepto y teoría
- rbano. 111. Teoría y legislación urbanística: una imbricación muy necesaria. 11I. EL
- DEL PLAN GENERAL DE BREÑA BAJA. 1. Suelo Rústico de Asentamiento Agrícola
_ 2. Suelo Rústico de Asentamiento Rural (RAR)
l. INTRODUCCIÓN
La idea de escribir sobre los asentamientos de población en el suelo rústico surge en la XVIII
edición del Curso Superior de Estudios Territoriales y Urbanísticos organizado por el Instituto
Nacional de la Administración Pública. Lo que en un principio fue un amplio trabajo individual
pasa a ser, hoy en día, un artículo que sintetiza y actualiza las conclusiones obtenidas, poniendo
especial énfasis en la relación existente entre la teoría urbanística, la norma jurídica y la práctica
de planeamiento.
En la última parte de este artículo se analizará la ordenación del suelo rústico en el municipio
de Breña Baja atendiendo a la revisión y adaptación del Plan General de Ordenación al Texto
Refundido de las Leyes de Ordenación del Territorio de Canarias y de Espacios Naturales de
Canarias (en adelante Texto Refundido), y la actual tramitación de su adaptación a la Ley 19/
2003 de 14 de abril, por la que se aprueban las Directrices de Ordenación del Territorio y del
Turismo (en adelante Directrices).
La primera parte de este artículo estará dedicado por completo a la teoría de la urbanística 1
en cuanto a los conceptos de lo rural y lo urbano. En este sentido, dichos conceptos posibilitan
el manejo adecuado del marco teórico, lo cual a su vez sirve para que la teoría jurídica sustente
a la norma, y a que ésta sea más permanente y menos íransñoria",
En este sentido, Idelfonso Cerdá entendía la teoría como el mecanismo con el que se reduce
la porción de arbitrariedad inherente a toda planificación y se aportan soluciones de interés
general que permiten que se sienten las bases de la legislación, o dicho con sus propias
palabras: «con soluciones casuísticas, concebidas simplemente para salir del paso, no se crea
ni un sistema, ni una legislación permanente, ni se sientan principios que puedan aplicarse a
otros casos semejantes, que es cabalmente lo que nosotros apetecemos y nos hemos
propuesto realizar, y lo que interesa a los gobiernos y a las sociedades-".
11. TEORíA DE LO URBANO Y LO RURAL: DEFINICIONES Y CONCEPTOS
GRAVITACIONALES AL URBANISMO
1. Concepto y teoría de lo rural
La definición de lo que debe entenderse por rural ha argumentado la redacción de
numerosos estudios desde disciplinas de conocimientos bien diversas. Examinar la ingente
documentación bibliográfica existente se revela como una tarea ardua y compleja, de ahí, que
deba entenderse este capítulo como una síntesis muy abreviada de las lecturas bibliográficas
llevadas a cabo.
3
La urbanística ha constituido su núcleo teórico mayoritariamente de préstamos conceptuales por disciplinas
cercanas y más consolidadas (GARCíA BELLIDO, J. [1989J Reflexiones sobre la enseñanza de la
urbanística en los cursos deIINAP. Centro de Estudios para la Administración Local (CEAL) pp. 7-8.)
La Ley 4/2006 de 22 de mayo de modificación del texto refundido de las leyes de ordenación del territorio
de Canarias y Espacios Naturales de Canarias constituye la décima modificación de dicha norma en un
período de tan sólo cinco años.
SORIA y PUIG, A. [1991J. Algunas claves de la Teoría de la Viabilidad Urbana de Cerdá. Ministerio para
las Administraciones Públicas y Ayuntamiento de Madrid, p.20.
50 RAFAEL JESÚS DARANAS CARBALLO
Volviendo a Idelfonso Cerdá, quién una vez desarrollada la teoría general de la urbanización
emprendió la tarea de elaborar la teoría general de la rurización de la que hasta ahora solo se
_ nocen notas fragmentarias. Cerdá empleó el sustantivo «rurizaciórr'» para designar la acción
• efecto de ordenar y aprovechar el rur mediante intervenciones tales como parcelar, cercar,
iqar, abancalar, forestar, etc. Para este urbanista, urbanización y rurización, no eran más que
~ modalidades de un mismo proceso, considerando que es casi lo mismo «abrir la tierra para
~ ivarla, que abrirla para habitarla-".
Los núcleos de población estarían constituidos por miembros relativamente poco numero- que se conocen mutuamente; una dispersión relativa del poblamiento y, consiguientemente
- rta escasez de servicios colectivos; importancia de las actividades agropecuarias, en
= inos de personas ocupadas y de producción relativa.
Pero para muchos autores esta clásica definición se complica cuando se incorpora al
epto rural un punto de vista moderno. Gómez Orea reconoce que: «hoy en día no es posible
- tener esta visión, al menos con carácter general. Podría resultar fácil el deslinde entre
::_ ad y campo, al menos a partir de características visual mente perceptibles, aún así en
erosas zonas habría que plasmar zonas de transición. Mucho más complicado resultaría
- separación si se atiende a criterios funcionales o a formas de vida, hábitos y costumbres __~ en distinguirse partes del campo mentalmente urbanas pero visualmente rurales- de
_o: o está naciendo una cultura común para el campo y la ciudad-".
ada día es más evidente que junto a personas que pasan las veinticuatro horas del día en
- -edio rural, otras cada vez más numerosas viven menos tiempo porque trabajan en una
d vecina, bien con dedicación plena o parcial; lo que en el mejor de los casos permite que
- stan agricultores a tiempo parcial, que mantienen las actividades agrarias como complemenas. Hay, por lo tanto, un intercambio continuo de personas con comportamientos, gustos y
des bien diferentes, lo que configura todo un sistema regional.
nscientes del decreciente peso de la agricultura en el campo pero deseosos de encontrar
- - .• do rural algún rasgo específico lo más íntimamente ligado a la actividad agrícola, algunos
_ ~ istas han echado sutilmente mano de un modo de vida específicamente rural. Sin embargo,
2.. muchas evidencias que los contradicen.
Una de ellas es que los agricultores, cada vez más, acceden al modo de vida urbano, a través
adopción del modelo del consumo en masa. Además, este espacio rural está siendo
_.-cebldo como un lugar de consumo y esparcimiento para el ocio de los habitantes de la
- d.
ro aspecto que se debe tener muy en cuenta es el papel creciente de los residentes no
;:; arios. Esta población concibe lo rural como un lugar más adecuado que lo urbano para
::5aITollar actividades y satisfacer necesidades o anhelos vitales de convivencia, reciprocidad
=: al, relaciones primarias y el disponer de un medioambiente de mayor calidad.
-
dá también acuño el término «urbanización" el cual ha tenido una enorme trascendencia mundial, en
bio todo lo contrario ha sucedido con ruralización, lo cual denota cual ha sido el proceso que ha tenido
- tagonismo en el territorio.
lA y PUIG, A. [1991]. La obra de Cerdá a vista de pájaro. Ministerio para las Administraciones Públicas
"' amtamiento de Barcelona, p. 21.
:; .1EZ OREA [1985]. El espacio rural en la ordenación del territorio. Instituto de Estudios Agrarios
:::S:lUeros y Alimentarios, pp. 20·21.
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Por otra parte, las limitaciones tradicionales que conllevaba el vivir en el medio rural parecen
ser cada vez menores, gracias a las mejoras de las construcciones, el acceso a servicios y
equipamientos, el aumento de la movilidad familiar como causa de la mayor disponibilidad del
segundo medio de transporte individual, etc.
El resultado es que se está fomentando lo que algunos autores han denominado
neorrulalisrno', que de alguna manera trata de mantener la ruralidad como paisajismo asociado
a un estereotipo de calidad de vida.
En este proceso, se agudiza la sensación de crisis a los habitantes tradicionales de las
comunidades rurales', quienes se ven sobrepasados generacionalmente a los cambios que
están aconteciendo.
Cuando Fariña Tojo estudia con detenimiento la aldea gallega, se da cuenta de que estas
formas tradicionales de la arquitectura rural no necesitan del funcionamiento intelectual, pues
la función es una forma de vida, un medio de supervivencia. Su éxito se debe en gran parte a
la posesión de un lenguaje único e incluyente, compartido por todos los miembros de la
comunidad. Continúa este autor, señalando que los cambios que está experimentando el medio
rural radican en la introducción de formas y modos de pensar no colectivos".
Lefebvre insiste igualmente en la idea: «la comunidad rural es una forma de comunidad
orgánica, y no se reduce a una solidaridad mecánica de elementos individuales» 10. Para Gropius
el actual proceso responde a un estilo de vida que hace ya algunos años denominó «individualismo pretencioso, causa directa de la desarticulada estructura de nuestras ciudades y del
amorfo desparramo urbano que se desliza sobre nuestra campiña» 11.
Sirva como ejemplo de lo que se está diciendo la vivienda unifamiliar adosada, edificación
prototípica de la contraurbanización, que es construida, generalmente en torno a pequeños
núcleos rurales periurbanos. Se trata de viviendas que contienen un jardín pequeño, o una
huerta simbólica, y que generalmente están rodeadas de prados, bosques o cultivos. Esta
manera de ocupar el espacio demanda un entorno natural, que lo llega a reproducir privadamente, e incluso lo valla para que no pueda ser visto por los demás.
Pero al hilo de todo lo expuesto, todavía nos falta responder a la pregunta clave: ¿Qué es,
hoy en día, el medio rural? Queda claro que el concepto de ruralidad se ha ampliado,
muchísimo más allá de su génesis conceptual", por ello no resulta extraño que continuamente
se utilicen atributos como nuevos residentes, nuevas actividades, nuevos usos, etc.
El medio rural antes que sumirse en su anunciada desaparición está asistiendo a la puesta
en valor de la ruralidad y la naturaleza. Lo rural es ahora concebido como escenario del
10
11
12
ENTRENA DURÁN, F. [1998]. Cambios en la construcción social de lo rural. Tecnos.
Mayoritariamente población envejecida que aún continúa con las labores agrarias, disgustada por ver que
todo aquello que no se industrial iza en la agricultura se abandona.
FARIÑA TOJO, J. Los asentamientos rurales en Galicia. Instituto de Estudios de la Administración Local.
LEFEBVRE [1975]. De lo rural a lo urbano. Ediciones Península, p. 27.
GROPIUS, W. [1962]. Arquitectura y planeamiento. Ediciones Infinito Buenos Aires.
Como concepto contrapuesto a lo urbano y a los procesos industriales, donde reside la naturaleza y lo
agrario con una sociedad comunitaria ensimismada en sí misma, atemporal. Esa concepción clásica de lo
rural proviene tanto de la lógica liberal que considera que la sociedad rural sufre un atraso, siendo objeto
prioritario su modernización, como de la óptica ecológica ya presente en autores como Ebenezer Howard
que ve a las sociedades rurales como un reducto imbatido por la perversidad del progreso urbano-industrial.
52 RAFAEL JESÚS DARANAS CARBALLO
esarrollo, y no sólo como espacio atrasado o en sumisión a un homogeneizador
urbano".
modo de vida
•
Los caracteres de esta nueva ruralidad se explican, en primer lugar, por su marcada
. inerancia espacial o fluir cesante entre espacios rurales y urbanos, lo cual es un atributo de las
sociedades postindustriales. Frente a la globalización que se produce en el terreno económico
se plantea, de manera simultánea, la importancia de lo que se denominan "sistemas productivos
cales» y su carácter en ocasiones más competitivos que las grandes empresas".
Como hemos podido ver, para el contexto territorial actual, se esta madurando un nuevo
significado socioeconómico de "lo rural», que se traduce en un uso del territorio que va más allá
de la tradicional concepción de lo rural con la actividad agraria o la protección de la naturaleza.
El urbanismo debe estar muy al tanto de esta evolución teórica y conceptual de lo rural pero
desde un enfoque que permita la comprensión de lo rural como soporte de significados. Un
significado cuya impronta proviene de múltiples actores (agricultores, nuevos residentes,
turistas, autóctonos, instituciones públicas, organismos provenientes de la sociedad civil, etc.).
2. Concepto y teoría de lo urbano
Veamos, aunque sea brevemente, como se ven los núcleos rurales desde la perspectiva
urbana.
Si desglosamos la palabra ciudad, ésta contiene los tres sentidos clásicos de urbs (sentido
material opuesto al rus), civitas (comunidad humana) y polis (sentido político). Cuando se habla
de la ciudad o de lo urbano, se alude de manera indistinta a todos estos aspectos, su estudio
debe ser el objeto de la urbanística. Otros aspectos relacionados con el concepto de civitas
ueden ser objeto de la investigación de sociólogos; otros deberán ser estudiados por juristas,
JOlitólogos, economistas, los incluidos en el concepto de polis. Lo específico de los geógrafos
seria la primera acepción, la de urbs, en el sentido físico, material, morfológico, como espacio
rbano opuesto al rural.
Por ello, Capel utiliza criterios geográficos para la definición de lo urbano como la densidad
morfología. Densidad como expresión de la concentración permanente de un cierto número
de personas sobre un espacio. Morfología como reflejo de la densidad y de un tipo de utilización
el suelo de carácter no rural. El tamaño y la estructura funcional permitirían identificar
oosteriormente los distintos niveles de complejidad creciente existentes, dentro de esta forma
de pobtarniento".
Sin embargo, autores cómo Castells o el propio Capel, declinan abiertamente del empleo del
adjetivo urbano. Conceptual mente, prefieren hablar de sociología de las masas o geografía del
ooblamiento, en contraposición a la tradicional identificación de lo rural y lo urbano como
elementos diferentes.
Toda esta teoría parece conducir a una conclusión que se nos presenta muy clara: debemos
aceptar una diversidad de situaciones caracterizadas por una complejidad creciente desde el
unto de vista de la organización social y espacial.
GONZÁLEZ FERNÁNDEZ,
GONZÁLEZ FERNANDEZ,
de la postmodernidad, ri.º
.s CAP EL, H. [2001] Dibujar
·3
-
M. [2002]. Sociologías y ruralidades. Ministerio de Agricultura y Pescas, p. 21.
M. y CAMARERO, L. [1999] Reflexiones sobre el desarrollo rural las tramoyas
31 Política y Sociedad .
el Mundo. Ediciones del Serbal, p. 95.
REVISTA JURíDICA DE CANARIAS
153
I
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De hecho, desde el punto de vista estadístico, la introducción de la noción de área
metropolitana o desde el punto de vista teórico, la de ciudad-región, contribuye a dejar sin valor
la antigua dicotomía rural-urbana.
Todo ello, está ayudando a destruir las reminiscencias, incluso teóricas, de la antigua
dicotomía introduciendo numerosos matices intermedios y niveles dentro de lo urbano.
Hoy en día, en el campo de la geografía urbana parecen irse consolidando poco a poco los
estudios sobre las redes urbanas, los cuales ponen claramente de manifiesto la existencia de
grados de jerarquización en los núcleos de poblamiento y permiten distinguir los niveles de
complejidad creciente dentro de los sistemas de poblamiento.
Han pasado ochenta años desde que se creara la primera ciudad jardín en Letchworth
(Inglaterra) y el desarrollo de los medios de transporte no ha parado, la transmisión de la
información ha creado una nueva organización social bien diferente a la de la sociedad
industrial; la desaparición de antiguas servidumbres de localización de la actividad económica;
la homogenización de muchas pautas de comportamiento; y la acción generalizada de los
medios de comunicación de masas, han contribuido en los países industrial izados a borrar
muchas de las antiguas diferencias.
Por lo tanto podríamos concluir diciendo que «el problema de identificación de lo que es
urbano ha sido llevado al punto más difícil por el hecho de que el concepto y la realidad de lo
urbano no son estáticos, sino que se hayan sometidos a continuos cambios que se derivan de
las nuevas condícíones-".
La sociedad rural se convierte en sociedad urbana a causa del aumento de dimensión,
densidad y heterogeneidad que se produce en las colectividades territoriales que la componen.
A partir de cierto nivel de desarrollo, la sociedad urbana produce y emite unos valores que
acaban por imponerse, incluso a los núcleos rurales. Lo rural y lo urbano son los polos opuestos
de un continuum17 en cuyo seno pueden constatarse situaciones diferentes y matizables pero
que, en definitiva, poseen en común dos rasgos esenciales: todas se sitúan en ese continuum
y todas evolucionan de lo rural hacia lo urbano.
Lo evidente es que nos hallamos ante una distinción caracterizada paradójicamente por la
ausencia de criterios distintivos, puesto que en lo concerniente a las formas espaciales de la
sociedad, no podemos reducir su diversidad a una simple dicotomía de lo rural y lo urbano, ni
emplazar esos diversos aspectos a un vago continuum.
En términos de contenido social, parece aludirse especialmente a la distinción entre
sociedad industrial y agraria, distinción que fue válida en su momento, pero que no sirve para
el momento actual. Según Castells «lo que caracteriza a la sociología urbana es la ausencia de
delimitación precisa de su objetivo real, la sociología urbana sería entonces la sociología de la
sociedad de masas, que aborda una multitud de problemas cuyo contenido común consiste en
que todos pertenecen a la esfera del consumo colectivo, es decir que se trata de procesos de
consumo cuya organización y gestión no pueden ser más que colectivos en razón a la naturaleza
y dimensión de las cuestiones planteadas: vivienda, equipamiento, ocio, etc.»:".
16
17
18
CARTER, H. [1974]. El estudio de la geografía urbana. Instituto de Estudios de la Administración Pública,
p.30.
El paradigma del «contiriuurn» es elaborado por los autores americanos Sorokin y Zimmerman en los años
veinte en su libro: Principios de sociología rural y urbana.
CASTELLS, M. [1975] Problemas de investigación en sociología urbana. Siglo Veintiuno pp. 59-61.
54 RAFAEL JESÚS DARANAS CARBALLO
Castells habla de la sociedad global fruto del avance de las tecnologías de la información
_ de la comunicación. Es la sociedad informacional, la sociedad red, donde aparece una nueva
: rma espacial característica de las prácticas sociales que la dominan y la conforman: el espacio
::e los flujos.
Dentro de esta teoría tendríamos un mundo orqanizado" en torno a grandes aglomeracioes difusas de funciones económicas y asentamientos humanos diseminados a lo largo de las
ías de transporte, con zonas semirurales intersticiales, áreas periurbanas incontroladas y .
servicios desigualmente repartidos en una infraestructura discontinua. Conclusión de esta
:eoría: la población individualiza su hábitat, mediante la difusión urbana, apareciendo lo que se
a dado en llamar, en la actualidad, la «ciudad difusa».
1. TEORíA Y LEGISLACiÓN URBANíSTICA: UNA IMBRICACiÓN MUY NECESARIA
La primera ley del suelo que data de 1956 ya introdujo en su artículo 69.1, apartado segundo,
a facultad de edificar en el suelo rústico, edificación que ha de ejercerse en proporción de 1 m3,
como máximo, por cada 5 m2 de superficie, permitiéndose en el mismo, en la letra b) de dicho
apartado segundo, la edificación singular de vivienda unifamiliar en lugares alejados de los
centros urbanos, en los que no exista peligro de formación de un núcleo de población.
Por su parte la Ley 19/1975, de 2 de mayo de Reforma de la Ley sobre Régimen del Suelo
I Ordenación Urbana, (Texto Refundido R. D. 1346/1976, de 9 de abril, de 1976), define en
ayor grado el suelo no urbanizable, anteriormente llamado suelo rústico. Su artículo 85.1.2.ª,
or referencia del artículo 86, establece que en el suelo no urbanizable no se podrán realizar
otras construcciones que las destinadas a explotaciones agrícolas que guarden relación con la
aturaleza y destino de la finca y se ajusten en su caso a los planes o normas del Ministerio de
Agricultura, así como las construcciones e instalaciones vinculadas a la ejecución, entretenimiento y servicio de las obras públicas. Sin embargo, podrán autorizarse siguiendo el
procedimiento previsto en el artículo 43.3, edificaciones e instalaciones de utilidad pública o
interés social que hayan de emplazarse en el medio rural, así como edificios aislados destinados
a vivienda familiar en lugares en los que no exista posibilidad de formación de un núcleo de
población.
A tenor de lo establecido por estas leyes, este suelo es entendido como un espacio
productivista y proteccionista, aunque se deja la puerta abierta a la edificación unifamiliar
aislada.
En este sentido, la legislación autonómica lo que ha ido introduciendo son fundamentos
jurídicos y mecanismos de gestión que han ido mucho más allá del concepto primogénito del
suelo rústico presente en las leyes estatales. Esta renovación del régimen jurídico, ha
significado que en los asentamientos rurales actuales, el uso residencial quede normalizado.
Pero veamos a continuación como el legislador autonómico ha ido entendiendo los núcleos
de población en el suelo rústico.
La primera ley urbanística de Canarias que se redacta es la Ley 3/1985, de medidas urgentes
en materia de urbanismo y protección de la naturaleza.
19
BORJA, J. y CASTELLS, M. [1997]. Local y Global. La gestión de las ciudades en la era de la información.
Santillana Ediciones.
REVISTA JURÍDICA DE CANARIAS
55
Se trata de una ley de cinco artículos cuya exposición de motivos es tan extensa como el
conjunto de su articulado. Comienza la ley, diciendo: "determinadas actuaciones sobre el
territorio y sobre los recursos naturales en particular pueden tener una grave incidencia sobre
el equilibrio ambiental, provocando situaciones de carácter irreversible. Tales actuaciones son
especialmente graves en territorios insulares de superficie reducida como es el caso del
Archipiélago Canario».
De esta ley surge la justificación de índole geográfica de la insularidad territorial. Justificación teórica, que va a ser a partir de ahora, constantemente utilizada por el legislador autonómico
puesto que se entiende que la insularidad agrava los problemas de ordenación del suelo rústico,
dado que lleva aparejada dos atributos: la escasez del suelo y el alto valor de los recursos
naturales.
La ley reconoce que el problema de los deterioros ambientales del territorio tiene como base
un concepto abusivo e insolidario de la propiedad privada, de ahí la necesidad de perfilar el
marco de ejercicio de la propiedad privada, que en este caso viene dictada por la preeminencia
del superior interés público. De esta manera se anuncia el futuro intervencionismo que en
política territorial va a tener la administración autonómica.
En un párrafo muy aclaratorio en cuanto a lo que estaba aconteciendo en el archipiélago,
la ley menciona que: "en Canarias, en base a la experiencia de las transformaciones en el
territorio en las diferentes islas, el aspecto más directamente ligado a las agresiones ambientales es el constituido por la actividad edificatoria de carácter ilegal y abusivo en áreas de valor
que contienen valiosos ecosistemas, sobre recursos como el suelo agrícola, sobre playas, áreas
paisajísticas de alto valor, o incluso sobre el patrimonio arquitectónico-histórico».
Lógicamente, esta ley se sirve de la técnica urbanística para hacer frente a la problemática,
aunque dado su carácter de urgente y provisional, sólo lo hace tímidamente, en cuanto que
desarrolla la ley del suelo estatal" en relación a la exigencia de licencia previa para segregaciones rústicas; colocación de carteles y vallas; la tala de masas arbóreas y de vegetación
autóctona; la ubicación de instalaciones provisionales y permanentes; las obras de desmontes;
la construcción de presas; la extracción de áridos; y los actos de edificación en la zona de
servicios de los puertos.
Podemos concluir que esta ley tiene un marcado carácter preventivo, especialmente el de
evitar la ocupación no reglada por el uso edificatorio del suelo rústico con valores. Pero hay que
esperar hasta la Ley 5/1987, de 7 de abril, sobre Ordenación del Suelo Rústico para que se
establezca un claro marco jurídico-urbanístico en el suelo rústico.
El preámbulo de esta leyes bastante conciso y no desvela las causas socioeconómicas por
las que atravesaba Canarias ni la preocupación teórica que mueve al legislador autonómico,
simplemente se resalta el papel relevante del suelo rústico y la necesidad de acometer políticas
de ordenación.
La trascendencia que tuvo esta ley2' fue que dotó al suelo rústico, del mismo rango y nivel
respecto de la ordenación urbanística, que el que la ley estatal de 1976 otorgaba al suelo urbano
20
21
Artículo 178 del Decreto de 9 de abril de 1976 por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley sobre
Régimen de Suelo y Ordenación Urbana.
Otras legislaciones autonómicas también abordaban este asunto, con una temporalidad previa a la STC 97:
Ley 11/1985 de Galicia; Ley 6/1987 Foral de Navarra; Ley 6/1990 del Principado de Asturias; Ley 4/1992
de la Comunidad Valenciana; Ley de 29 de septiembre de 1994 de Cantabria.
56 RAFAEL JESÚS DARANAS CARBALLO
y urbanizable. De esta manera, la ordenación urbanística debía tratar detalladamente el suelo
rústico, al tiempo que señalar sus distintas categorías.
El artículo tercero de esta ley define el suelo rústico como aquel que por sus características
naturales o culturales, o bien por su potencialidad productiva dentro de la organización general
de la economía, debe ser expresadamente excluido del proceso urbanizador.
Esta exclusión del proceso urbanizador tenía la finalidad de evitar la implantación de las
urbanizaciones residenciales y turísticas en el suelo rústico. Pero, se volvía a dejar abierta una
puerta para la nueva categoría de suelo rústico que creaba esta ley: los asentamientos de
población en suelo rústico.
Se trata de los asentamientos rurales: «integrados por aquellas entidades de población con
mayor o menor grado de dispersión, cuyo origen y desarrollo aparecen directamente vinculados
a las actividades descritas en el apartado b de este artículo (mineras, agrícolas, ganaderas,
forestales e hidrológicas) y, en las cuales, su grado de colmatación y características no justifica
su clasificación y tratamiento como suelo urbano».
El uso residencial en el suelo rústico está claramente vinculado a las actividades y
aprovechamientos agrarios y forestales, origen y causa del desarrollo de estos asentamientos.
Con la aprobación de esta ley, la Comunidad Autónoma pretendía salvaguardar el suelo rústico
mediante el esquema clásico de entender lo rural como un espacio productivo, preferentemente
radicional en cuanto a sus asentamientos. Idea que aún prevalece en la normativa actual,
aunque relegada a la categoría de asentamiento agrícola.
Sin embargo, esta ley no consiguió frenar el proceso de urbanización dispersa del suelo
rústico puesto que a través de la excepcionalidad de su artículo noveno, se hicieron demasiadas
excepciones; por otra parte la indisciplina urbanística generó muchas construcciones ileqales".
Este artículo noveno reconocía que excepcionalmente y mediante los procedimientos
establecidos en el capítulo IV (normas de procedimiento para la obtención de una autorización
or resolución del Director General de Urbanismo, con expediente sometido a información
oública y publicación en el Boletín Oficial de Canarias) podrán autorizarse construcciones
eferidas a las siguientes actividades:
- Explotaciones agrarias, forestales, acuícolas, hidrológicas u otras análogas;
- Las vinculadas a la ejecución, conservación y servicio de las obras públicas;
- Las construcciones declaradas de utilidad pública o interés social;
- Las construcciones aisladas destinadas a vivienda unifamiliar, agrícola y residencial,
siempre que se ubiquen en lugares donde no exista la posibilidad de formación de un núcleo de
población;
- Las construcciones previstas por e\ p\aneamiento en las áreas delimitadas como
asentamiento rural;
- Las instalaciones móviles y estacionales de acampada y campamentos turísticos, y las
vinculadas a actividades mineras.
El resultado fue que no se crearon nuevas urbanizaciones residenciales pero si numerosas
viviendas unifamiliares por toda la franja de medianías de los municipios cercanos o bien
22
La indisciplina urbanística ha motivado la promulgación de la Ley 7/1990, de 14 de mayo, de Disciplina
Urbanística y Territorial, el Decreto 11/1997, de 31 de enero, por el que se regula la constitución de un censo
de edificaciones no amparadas por licencia y la Ley 4/2006 de edificaciones no amparadas en licencia.
REVISTA JURIDICA DE CANARIAS
1"
comunicados a un centro urbano; con el tiempo estas viviendas aisladas han llegado a
conformar pequeños núcleos de asentamientos de población, carentes de planificación urbanística alguna, en cuanto a dotaciones, infraestructuras y servicios básicos.
Al respecto, fueron pocos los planeamientos que reconocieron en su ordenación a los
asentamientos rurales o en el mejor de los casos identificaban asentamientos de borde de caminos,
heredándose de facto un sistema preurbano de asentamientos surgido con anterioridad a la Ley 5/
1987, donde el principal agente de la ocupación del suelo no es la oferta de suelo producto de una
planificación urbanística (eran muchos los municipios que no contaban con planeamiento municipal)
sino la accesibilidad que aportaba la actuación sectorial en materia de carreteras.
Generalizando, podemos establecer tres tipos de actuaciones:
Particulares que vieron con muy buenos ojos las medianías insulares como el lugar donde
localizar su vivienda unifamiliar para uso residencial. El atractivo eran las excelentes condiciones
climáticas, paisajísticas y el entorno de tranquilidad y ruralidad, predominante en aquel momento.
Para lograr tal finalidad, era requisito indispensable tener un proyecto redactado e iniciar el
procedimiento administrativo. Resulta obvio que los candidatos preferentes para tal misión, tenían
que tener cierto poder adquisitivo. El caso es que lógicamente estos particulares provenían
mayoritariamente de ambientes urbanos, mientras que el propietario de los terrenos encontraba una
oportunidad de hacer negocio con unos terrenos cuyo valor inmobiliario era mayor al productivo.
Particulares que amparados por el PGO pudieron acogerse a la modalidad de vivienda
unifamiliar según lo pautado por el plan.
Particulares para los que la edificación unifamiliar aislada se materializó mediante un acto
de ilegalidad urbanística, amparada en la escasa disciplina urbanística existente. En este caso
el método más utilizado fue la autoconstrucción, fenómeno muy arraigado en la cultura popular
canaria.
Lo rural se convertía en el elemento clave del territorio, que quedaba al margen del desarrollo
urbano, pero aún no existía en el legislador urbanístico preocupación por mantener la ruralidad
en su sentido más puro conceptualmente, ni se percibía como sucedió diez años más tarde, con
la ley autonómica 9/1999 de ordenación del territorio, que se trataba de un suelo acosado por
la extensión de los usos residenciales y que debe ser objeto de una precisa delimitación y
ordenación urbanística.
Para la Ley 5/1987, los actos de uso y aprovechamiento del suelo rústico conforme a su
naturaleza, sin transformación del mismo y para su explotación agropecuaria y forestal están
sujetos exclusivamente a las limitaciones establecidas por la legislación civil y administrativa
especial aplicable por razón de la materia. Sólo la ordenación urbanística legitima la realización
de cualesquiera otros actos y aprovechamientos distintos así como las instalaciones, construcciones o edificaciones que requiera el establecimiento (artículo 5).
Queda claro, que la planificación urbanística es una de las piezas claves del medio rural, en
cuanto clasifica el suelo y ordena las instalaciones y edificaciones que pudiera albergar, pero
está separada de las políticas sectoriales con incidencia en el suelo rústico, además en un
momento en que la planificación territorial era, salvo honrosas excepciones, inexistente.
Con la aprobación" de la Ley 9/1999, de 13 de mayo, de Ordenación del Territorio de
Canarias, la Comunidad Autónoma asume la ordenación integral del régimen urbanístico y de
23
La entrada en vigor de la Ley deroga automáticamente
1/1987, 5/1987, 6/1987, 7/1990).
581 RAFAEL
I
JESÚS DARANAS CARBALLO
las leyes anteriormente
mencionadas
(Ley 3/1985,
denación del territorio y los recursos naturales en el marco del régimen básico establecido por
:; Estado (Ley 6/1998, de 13 de abril, sobre Régimen del Suelo y Valoraciones).
En la disposición final primera de esta ley se autorizaba al Gobierno de Canarias para
_ oceder, en el plazo de un año, a la elaboración de un Texto Refundido de las disposiciones
::8 la Ley 9/1999 y de las Leyes 12/1994, de 19 de diciembre, de Espacios Naturales de Canarias
• 13/1994, de 22 de diciembre, de modificación del Anexo de la ley anterior.
La tarea refundidora dio lugar al Decreto Legislativo 1/2000, de 8 de mayo, por el que se
:: rueba elTexto Refundido de las Leyes de Ordenación del Territorio de Canarias y de Espacios
aturales de Canaria ..
En la exposición de motivos se comienza diciendo que el territorio de la Comunidad
ónoma de Canarias viene definido por la escasez, singularidad, no renovabilidad e insularidad,
se prosigue señalando, aunque remitiéndonos a la Ley 3/198524, que las peculiaridades
:::eográficas no permiten a Canarias adaptarse convenientemente al régimen urbanístico
estatal En otra parte del texto se dice que la legislación urbanística española ha estado
-·stóricamente orientada a la regulación de los procesos de crecimiento de la ciudad, mediante
ransformación del medio rural en urbano.
De esta exposición de motivos se deduce claramente que el legislador autonómico justifica
marco urbanístico especial para el suelo rústico canario".
El legislador autonómico, a la hora de intervenir en los modelos tan extendidos en el
:: chipiélago canario en cuanto a la implantación en el medio rural del uso residencial, supera
limitaciones contempladas en la Ley 5/1987. Se establecen dos subcategorías: asentamien- rural y agrícola, a la primera de ellas dirige las posibilidades de nuevas edificaciones de uso
-asidencial.
El Texto Refundido reconoce para la categoría de Asentamientos Rurales (artículo 55): «que
entidades de población existentes con mayor o menor grado de concentración, generalmen-" no tienen vinculación con las actividades primarias».
Este artículo cambia claramente el sentido del artículo 8 de la Ley 5/1987, donde se
culaban los asentamientos rurales a las actividades primarias. A mi entender, en el artículo
- - se viene a reconocer una situación de hecho: la formación de pequeños núcleos residencia" en el suelo rústico. Por lo tanto se entiende que, en los asentamientos rurales tienen cabida
usos residenciales unifamiliares, sin vinculación a las actividades primarias, en las condicio-es que el planeamiento municipal establezca. Ahora bien, termina este artículo 55 diciendo
::: e» tampoco se puede justificar su clasificación y tratamiento como suelo urbano».
Con todo ello el Texto Refundido adopta un principio polivalente que se basa en tres valores:
a la aceptación del uso residencial unifamiliar concentrado; b) el criterio de ordenar estos
:: entamientos manteniendo su carácter e identidad rural e) la ordenación de los asentamientos
rales incorporando aspectos concretos del régimen urbanístico del suelo urbano (canon por
"- aprovechamiento urbanístico) .
J
.-
En mi opinión cabe destacar la claridad de la exposición de motivos de esta Ley en contraposición a la
larragosa lectura de la exposición de motivos del Texto Relundido.
La c\áusula adicional cuarta de la Ley 6/98 reconoce a los territorios insulares la potestad de establecer
criterios complementarios para clasilicar los suelos no urbanizables y urbanizables. De ahí que el suelo
rústico en Canarias tenga el carácter de extensivo, lo que elimina el carácter residual del suelo urbanizable.
REVISTA JURíDICA DE CANARIAS \ 59
En cuanto al derecho a la transformación del uso del suelo rústico el Texto Refundido, señala
en su artículo 62.1. b), que forma parte del derecho de propiedad del suelo rústico: «la realización
de obras y construcciones y el ejercicio de usos y actividades, que excediendo lo previsto en el
número anterior, se legitimen expresamente por la ordenación de acuerdo con las previsiones
de la ley »,
De este artículo se deduce una ideal troncal que merece ser destacada: "para cualquier uso
que suponga algo más que la utilización natural de los predios, la ley exige una decisión pública
que otorgue «ex novo » el derecho a la transformación o a la utilización no natural del suelo
rústico » 26.
En este sentido se es consecuente con la legislación estatal", la novedad de la legislación
canaria está en la técnica de intervención prevista a estos efectos: en la Ley 5/1987 se realizaba
a través de un acto administrativo, concretamente una autorización. En el Texto Refundido se
transforma en una intervención ordenadora, es decir ahora se realiza a través de la ordenación
territorial y urbanística del Plan o mediante los instrumentos de ordenación de la calificación
territorial o el proyecto de actuación territorial.
En el caso del planeamiento general, no será necesario el trámite previo de calificación
territorial, cuando el proyecto de edificación o uso objetivo del suelo se localice en un suelo
rústico de asentamiento rural o agrícola a que se refiere el artículo 55.c), siempre que el
planeamiento haya establecido para ellos la ordenación pormenorizada.
Los distintos tipos de uso del suelo que pueden autorizarse en el suelo rústico vienen
enumerados en el artículo 66.1 del Texto Refundido: "en suelo rústico, los usos, actividades y
construcciones permisibles serán de carácter agrícola, ganadero, forestal, extractivo y de
infraestructuras. Excepcionalmente podrán permitirse los usos industriales, residenciales,
turísticos y de equipamiento y de servicios que se integren en actuaciones de interés general ••.
De la lectura de este artículo, se deducen dos agrupaciones. Por un lado, las actividades y
usos relacionados con la naturaleza propia del suelo rústico. Por otro lado, los usos y actividades
que no tienen relación con la actividad propia del suelo rústico y que tienen un carácter de
excepción. En relación a este último grupo, los usos residenciales serán las construcciones e
instalaciones fijas, móviles o desmontables destinadas a vivienda unifamiliar, que deberán
cumplir los siguientes requisitos:
Situarse en terrenos calificados como asentamientos rurales o agrícolas, salvo las excepciones que se establezcan reglamentariamente para posibilitar la adecuada vigilancia en los
Espacios Naturales Protegidos o de instalaciones legitimadas mediante Proyectos de Actuación
Territorial.
Constituir la finca que les otorgue soporte, una unidad apta para la edificación, quedando en
su integridad vinculada legalmente a la vivienda autorizada.
Como se puede comprobar el Texto Refundido sigue empleando el principio de
excepcionalidad proveniente de la Ley 5/1987. Ahora bien, la diferencia descansa en la
capacidad actual que tiene el planeamiento municipal general para reconocer y ordenar unos
asentamientos rurales no vinculados a la actividad propia del suelo rústico.
26
27
ADOLFO JIMÉNEZ JAÉN [2000J. Nuevas Perspectivas en la Ordenación del Suelo Rústico (La Reciente
Reforma de la Legislación Canaria). Revista de Derecho Urbanístico n.º 180, p. 158.
Artículo 20 de la Ley 6/1998, de 13 de abril, sobre Régimen del Suelo y Valoraciones.
I
60 RAFAEL JESÚS DARANAS CARBALLO
Por su parte, el suelo de poblamiento agrícola es definido como áreas de explotación
-=
ecuaria en las que haya tenido lugar un proceso de edificación residencial relacionado con
a tividad, para la ordenación con la debida proporción, entre la edificación y la actividad
=:,:'opecuaria correspondiente. Se trata de ordenar el uso edificatorio del suelo vinculado a la
= lotación agropecuaria.
Queda claro que para la categoría de asentamiento agrícola se mantiene el uso productivo
o uso principal quedando relegado el uso residencial a la necesidad del primero.
La Ley 19/2003, de 14 de abril, por la que se aprueban las Directrices de Ordenación
neral y las Directrices de Ordenación del Turismo de Canarias, corrobora lo dispuesto
_ r el Texto Refundido en cuanto al concepto de asentamientos de población en el suelo rústico.
Con respecto al planeamiento, las Directrices establecen que: «en el suelo rústico se debe
itar el desarrollo residencial en los asentamientos a la colmatación interior de los rurales y a
: ..•puestos excepcionales en los aqrfcolas.» De tal manera que la delimitación de los mismos se
-saíizará en base al perímetro definido por las viviendas existentes, evitándose cualquier
extensión hacia el exterior inedificado.
En estas Directrices se percibe con nitidez como se enfatiza el tratamiento de los
asentamientos rurales como formas tradicionales de poblamiento rural, estableciéndose como
jetivo de su ordenación el mantenimiento de su carácter rural".
Esta reinterpretación de los asentamientos rurales, destacando su carácter rural no deja de
ser una cortapisa a la hora de que el planeamiento territorial o urbanístico asimile y trate a estos
asentamientos como suelos urbanos o urbanizables en formación. La contradicción reside en
s aspectos atributivos que por otro lado se han otorgado a los asentamientos rurales y que son,
a todas luces, propios del suelo urbano, nos referimos en concreto a:
A) el canon que el propietario abona en los asentamientos rurales no es más que una parte
el aprovechamiento edificatorio que la Administración le ha atribuido al propietario. Tanto es
así que el canon podrá ser satisfecho mediante cesión del suelo en los casos en que así lo
determine el municipio".
B) las reservas de suelo para espacios libres, dotaciones y equipamientos, se graduará de
acuerdo con los diferentes tipos de asentamiento rurales, con una superficie entre el 50% y el
100% de la prevista para los planes parciales y pudiendo concentrar las mismas en determinados usos, conforme igualmente a las características de los asentamientos.
En mi opinión, parece adecuado y coherente lo planteado en las Directrices en cuanto que
sus criterios se fundamentan en la escasez del suelo rústico canario y de la intensidad de la
presión urbanizadora existente, a la cual si no se le ponen unas coordenadas geográficas
precisas, que canalicen la presión social hacia los asentamientos rurales, agotará rápidamente
tan escaso recurso y propiciará la pérdida absoluta de la identidad espacial y sociológica del
suelo rústico, a la par que se generan problemas urbanísticos que exigirán costosas medidas
económicas en infraestructuras y servicios.
28
29
Como concepto jurídico indeterminado, la discrecionalidad del planeamiento queda en evidencia y a
merced de las Comisiones de Seguimiento donde los criterios de las Administraciones Regionales o
Insulares se hacen prevalentes.
BETANCOR RODRíGUEZ (1999). Régimen del Suelo Rústico de Canarias. Instituto Pascual Madoz,
Consejería de Política Territorial y Medioambiente, Marcial Pons.
REVISTA JURíDICA DE CANARIAS
161
I
ora bien, su ordenación es incongruente ya que me resulta difícil de conciliar el carácter
y la identidad rural de los asentamientos rurales con la necesidad de destinar suelo para usos
colectivos propios de funcionalidades urbanas (tales como dotaciones y equipamientos) e
incluso espacios libres (esto último es todavía más paradójico puesto que en estos asentamientos
la población dispone de un entorno rural cercano o inmediato y de espacios libres privados del
tipo jardines, por lo que no parece ser una necesidad ambiental de la población, a diferencia de
lo que acontece en los ambientes netamente urbanos).
En cualquier caso estos parámetros recogidos en la directriz 63.2. no pueden aplicarse
forzosamente"; habrá asentamientos que sí tengan necesidades de dotaciones, equipamientos
o espacios libres y que la corporación local tenga interés y otros en los que resulte superfluo.
El hecho es que el planificador en cumplimiento de un rígido parámetro tiene que grafiar sobre
un plano una reserva de suelo cuya viabilidad es a todas luces incierta y que supone una carga
que ni los propietarios ni la corporación local pretenden materializar. En cualquier caso, si han
de llevarse a cabo dichas cesiones porque no se incentivan mecanismos más participativos, tipo
pacto entre la administración local y los particulares. Pero es que además, las directrices han
dado pie a que el reglamento de gestión haya introducido el mecanismo de las unidades de
actuación en los asentamientos rurales y con ello se acuda a la técnica de la reparcelación.
En definitiva, se aprecia como mecanismos de gestión del suelo urbano y urbanizable se
están trasvasando al suelo rústico cuando por otro lado, en las propias directrices se afirma que
estos núcleos no deben ser tratados como suelos urbanos o urbanizables.
No sería más trascendental para un asentamiento rural garantizar su integración en los flujos
de la información territorial (dotarlo de acceso a la infraestructura digital, por ejemplo) que aplicar
una política de reservas de suelo que ni siquiera ha funcionado en los suelos urbanos.
111.EL CASO DEL PLAN GENERAL DE BREÑA BAJA
Analicemos a continuación el tratamiento que se hace de los núcleos de población en el
suelo rústico por parte del planeamiento urbanístico en el municipio de Breña Baja. Para tal tarea
compararemos el plan de 1990 que era una revisión adaptada a la Ley 5/1987 y el vigente plan
de 2004, que constituye una revisión adaptada al Texto Refundido.
1. Suelo Rústico de Asentamiento Agrícola (RAA)
La ausencia de Normas Técnicas de Planeamiento y de Plan Insular de Ordenación del
Territorio no ha favorecido la delimitación de los asentamientos puesto que algunos de los
criterios emanados de la ley tienen un carácter discrecional, lo que dio lugar a dos criterios entre
los que se debatió el Plan:
A) el que defendía una concepción de los asentamientos agrícolas como núcleos
espacialmente reducidos (perímetro estricto a las viviendas preexistentes). Se trataba de
proteger un modelo de asentamiento poblacional tradicional, evitando nuevas viviendas y
encomendando el mantenimiento del paisaje agrario tradicional a otras políticas sectoriales.
30
Otros parámetros referentes a densidades y viviendas mínimas que debían cumplir los asentamientos
rurales y agrícolas fueron derogados por la Ley 1/2006 por la que se modifican las Directrices.
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62 RAFAEL JESÚS DARANAS CARBALLO
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B) otro criterio que defendía una concepción de los asentamientos agrícolas como núcleos
espacial mente amplios, de tal manera que se tuviera en cuenta las viviendas existentes y las
explotaciones agrarias vinculadas al asentamiento. Ambos aspectos no se podían separar, tal
mo había quedado puesto de manifiesto a la hora de reconocer las unidades ambientales y
oaisajsficas donde el núcleo de Las Ledas conformaba una unidad compacta.
Preocupaba la ordenación interna del asentamiento, pues se era consciente del problema
ue introduce las nuevas viviendas (disfuncionalidad del territorio y pérdida de paisaje). De
echo, este paisaje se estaba perdiendo en los últimos años por abandono de la agricultura y
r la introducción de nuevas viviendas ajenas a la funcionalidad del territorio
Finalmente, los asentamientos agrícolas fueron recortados de tal manera que se fragmentó
unidad ambiental generando en su borde e interior suelo rústico de protección agraria y
reduciendo la superficie total bruta a 76,5 Ha, y una capacidad máxima prevista de 145. Si se
ubiera escogido la opción B el número de viviendas potenciales ascendería a 21O. Lógicamen.e, el problema estaría en garantizar que estas 83 nuevas viviendas no empeoran el paisaje sino
ue lo perduraran.
Para ello hubiera sido indispensable:
A) segregar con el doble de la unidad mínima de cultivos, es decir 20.000 metros, lo que en
a práctica era imposible pues la media del parcelario catastral no llegaba a los 2.000 metros.
B) no permitir la apertura de nuevos viales sino el acondicionamiento de los preexistentes.
C) y cumplir como mínimo con los siguientes requerimientos administrativos:
Previo a la licencia municipal exigencia de informe del servicio de agricultura del Cabildo
Insular que, analizando las características de la explotación agraria existente, justifique la
conveniencia de construcción de una vivienda unifamiliar en orden a mantener su carácter
oroductivo y rural.
Previo a la licencia municipal será preciso suscribir un convenio urbanístico, entre la
propiedad y el ayuntamiento, en el que se substancien los compromisos que garanticen la
conservación y el mantenimiento de la explotación agraria y la vinculación de la vivienda a la
misma.
El convenio será tramitado y formalizado de conformidad con lo que determine la legislación
sobre ordenación del territorio de Canarias y será elevado a público por las partes e inscrito en
el Registro de la Propiedad.
Los compromisos que se adopten con relación a la explotación agraria y a la vinculación de
la vivienda a la misma adquieren la naturaleza de deber urbanístico y su cumplimiento será
exigido por la Administración actuante, de oficio o a instancia de parte.
La cancelación del asiento requerirá la eliminación de la construcción, o del cambio de uso
no prohibido por el planeamiento.
Estos criterios no fueron tomados en consideración y al final se acudió a un recorte que
quedaba a medio camino entre la solución A y la solución B. Quizás lo más interesante fuese
el intenso debate que en el seno de las Comisiones de Urbanismo tuvo lugar en torno a los
asentamientos agrícolas de Breña Baja, lo que eclipsó sin lugar a dudas a los asentamientos
rurales.
2. Suelo Rústico de Asentamiento Rural (RAR)
A diferencia de los asentamientos agrícolas buena parte de los 15 asentamientos rurales
delimitados en el PGO de 2004 tenían su origen en el planeamiento de 1990 (por ejemplo los
REVISTA JURíDICA DE CANARIAS
63
asentamientos El Socorro, Mesitas, El Cantillo, Cuatro Caminos, tenían la consideración de
edificación a borde de camino, mientras que el de Las Ledas tenía la consideración de núcleo
rural de borde de carretera, véase el plano que se acompaña). Otros asentamientos tenían su
origen en la excepcionalidad del artículo noveno de la Ley 5/1987 (RAR 11 oRAR 1331), por lo
que esta revisión de planeamiento debía reconocer una realidad heredada en parte y que hasta
ahora no se había tomado en cuenta.
Esta realidad en cifras suponía la existencia de 885 viviendas y una superficie total de 173,60
ha lo que supone el11 ,57% del suelo categorizado, valor por encima del suelo urbano 7,62 ha
y del urbanizable 4,93 ha.
El debate en torno a los asentamientos rurales estuvo presente en la preceptiva información
pública que se abrió por período de un mes, procediéndose a la ampliación de dicho plazo otros
treinta días.
El número total de alegaciones fue de 317 presentadas en el período de información pública,
las presentadas fuera de plazo también fueron tenidas en cuenta.
De un total de cuarenta y cuatro alegaciones, veintisiete alegan la ampliación del asentamiento rural de cara a incluir su propiedad; quince alegaciones solicitan la modificación o
supresión de las vías internas del asentamiento; una alegación solicita la reducción de la parcela
mínima a la media catastral; y una única alegación solicita suelo dotacional para equipamiento
cultural.
Como se puede apreciar, buena parte de las alegaciones responden al deseo de que la
propiedad del interesado sea incluida en los asentamientos, por lo que se hace patente la
presión urbanística existente en el suelo rústico y las expectativas creadas en torno a una
vivienda en asentamiento rural.
Otra petición común es la modificación o supresión del sistema viario interno proyectado, lo
que pone de manifiesto que los residentes que ya cuentan con acceso rodado se oponen
abiertamente a que la red viaria sea completada o mejorada.
Queda claro que a pesar de las contradicciones puestas de manifiesto, hoy en día es posible
ordenar el suelo rústico contemplando abiertamente un sistema de asentamientos. Menos claro
resulta diferenciar los usos residenciales de los núcleos de población del suelo rústico de los del
suelo urbano y urbanizable, sobre todo, para que en los primeros, prevalezcan los principios de
sostenibilidad y multifuncionalidad del territorio.
Santa Cruz de Tenerife a 13 de noviembre de 2006
31
En estos casos no existía nombre común que identificara claramente a estos asentamientos, por lo que se
tuvo que acudir a la nomenclatura de la numeración de los AR del Plan, lo que revela su carácter de
asentamiento no tradicional.
641 RAFAEL JESÚS DARANAS CARBALLO
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UB16
TÉRMINO MUNICIPAL DE BREÑA BAJA
PlAN GENERAL VIGENTE (2.004)
lIAlI
ASENTAMIENTO
RURAL
RAA
ASENTAMIENTO
AGRiCOlA
PLAN GENERAL
ANTERJOR
RURAl
(1 .990)
_
NUCLEO
EN CARRETERA
__
E\lIF\CI>-CIOOAl &lRIlE \lE CAMNOS
ESCALA
1:30.000
REVISTA JURíDICA DE CANARIAS
65
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